Suplemento Voy Diario Río Negro | Artículo 10 | 10-ene-2014

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Donde 10 cambia color de la 40

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Donde

10

cambia colorde

la 40

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RÍO NEGRO VIERNES 10 DE ENERO DE 20148

Donde laJIMENA SÁNCHEZ

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Seis meses y 2.700 km después, dejamos atrás los tonos patagón

Fotos: Andrés Calla

Pisamos Mendoza y el cambio esdrástico: de los colores fríos pa-samos a los pasteles, de la vege-tación a la aridez, de los altospicos a los bajos cerros. Despuésde una “S” bien marcada en laruta, empezamos a transitar 50kilómetros de ripio que se hacencada vez más duros por el ta-maño de las piedras en el ca-mino. La idea original era peda-lear todo este tramo en un día,pero a las 6 de la tarde, con laspiernas agotadas, vemos en elmapa que a unos 500 metroshay un viejo puesto de Vialidadllamado “La Pasarela” dondequizás podamos dormir.Llegamos, bajamos de las bicis yempezamos a caminar hacia elpuesto. La puerta, cerrada concandado, nos obliga a ir hacia laparte abandonada y a medioconstruir, sin techo ni ventanaspero con paredes de ladrillos. Nibien estamos por armar la carpa,cinco perros corren hacia noso-tros. Cuando estamos apunto de ponernosblancos del miedo, seasoma un hombre conun cigarro en la boca,todo arrugado y con unsombrero color beige,que les pega un grito.Joaquín, quien vive desdehace unos años con su familia enlo que queda del viejo puesto,nos saluda con la mano. Al ver lasbicicletas todas cargadas, nosavisa que podemos descansarahí. Detrás de él hay dos mujeres,una chica de unos 20 años quenos saluda tímida sin sacar susojos del suelo y una señora deunos 50 años que carga una ca-rretilla llena de leña llamada Gri-selda (la esposa de Joaquín) quese acercan junto a un chico de 18años con una boina en la cabeza.Él nos dice que cuando termi-nemos de ordenar nuestras

cosas, nos acer-quemos a su

casa a cenar. Elplato de la noche es

un guiso de arroz concharqui (carne secada al sol) decabrito. Nos sentamos con loshombres de la casa y las mujeresesperan su turno paradas al ladonuestro cerca del fuego, conver-sando poco pero escuchando conmucha atención nuestras histo-rias de ruta.Cuando nos callamos, el pro-fundo silencio del lugar nos re-cuerda que estamos en el mediode la 40, solos y lejos de laciudad, donde nadie para ydonde la realidad de Joaquín yGriselda se resume a esos pocos

metros cuadrados donde viven.Nos piden que cuando pisemosMalargüe, nos acerquemos a laradio local y les dejemos un co-municado para avisarles que lle-gamos bien: su único contactocon lo que pasa afuera es la fre-cuencia AM 790. Al otro día, desa-yunamos juntos y nos despe-dimos contentos. Conocerlos fueuna sorpresa más del camino.

FRÍO POLARLlegamos a Malargüe con la tem-peratura más fría del país: -12°,sin saber dónde pasar la noche.La idea de dormir a la intemperiey en carpa no nos divierte. Nosacercamos al camping municipal,entramos en la recepción a eso

Panorámica del volcán Tromen (Neuquén) desde suelo mendocino. Cortina forestal de Malargüe.

Con

A punto de bajar la Cuesta de los Terner

MENDOZA Ya habíamos dejado atrás el asfalto y llegando a El Zampal nos enc

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40 cambia de colornicos y pedaleamos en otra región. El paisaje se transforma, pero la hospitalidad en la ruta es la misma

Somos Andrés y Jimena, una pareja que decidió recorrer laArgentina de sur a norte en bicicleta.

Podés seguir nuestras aventuras en lavidadeviaje.com.

/ lavidadeviajeSan Rafael, un “pueblo grande”.

Joaquín, Griselda y su familia en el puesto “La Pasarela”.

ros.

preguntándoles si nos podemosquedar unos días hasta que pasela ola de frío. A eso de las 7 de latarde, nos responden de Hostel-city Malargüe: “¡Acá serán bienve-nidos!” Nos miramos con Andrésy salimos felices hacia el hostel.Pasamos 5 días durmiendo en uncolchón con frazadas, duchán-donos con agua caliente, desayu-nando café con leche y tostadascon mermelada casera. Volver ala ruta en estas condiciones noscuesta un poco, pero así es la vidadel nómade. A las 2 horas de pe-daleo, volvemos a sentir la adre-nalina de no saber a quién cono-ceremos ni dónde pararemos.En el km 3000 llegamos a El Sos-neado, una localidad a 140 kiló-metros de San Rafael. Acá esdonde nos preguntamos quéhacer: si seguir hasta Mendozacapital por un largo camino deripio o desviarnos hasta San Ra-fael por ruta de asfalto, que impli-caría dejar la 40, tomar la 144 ybajar la Cuesta de los Terneros.Optamos por desviarnos.

UN PUEBLO EN LA CIUDADLlegamos a San Rafael despuésde 3 días de ruta. Paula Gómez,una gran seguidora de nuestroviaje, nos escribió días antes através del blog y nos invitó a pararen su casa. Una vez ahí y despuésde charlar y ponernos al día, nosdice que más que encontrarnos

TE RECOMENDAMOS

•Probar el pan casero que venden detrás del puesto sanitario enRanquil Norte• Parar en “Hostelcity Malargüe” | www.hostelcity.com.ar• Visitar la Caverna de las Brujas a 6 km de Bardas Blancas• Pasear por la Reserva Provincial La Payunia, a pocos kilómetros deMalargüe• Comer la riquísima fruta de estación de San Rafael.

de las 21 y le decimos a la chicaque nos atiende que estamos via-jando en bicicleta hace meses,que sabemos que ella nos va apoder ayudar y que sería una sal-vación si tiene un lugar bajotecho donde descansar. “No séqué tienen ustedes, pero mecaen bien. Veamos si la carpaentra en la lavandería”. La mi-ramos con una sonrisa y no sa-bemos cuán grande será el lugar,pero la carpa la vamos a hacerentrar. A la mañana siguiente, de-sayunamos en una confitería delcentro y le mandamos un mail atodos los hostels de la ciudadcontándoles nuestra historia, di-ciéndoles que no tenemos el di-nero suficiente para pagarles y

“El profundo silenciodel lugar nos recuerdaque estamos en elmedio de la 40, solosy lejos de la ciudad.

con una ciudad, íbamos a estarfrente a un “pueblo grande”.El primer día vamos a dar unasvueltas por el centro. Llegamoshasta la plaza San Martín, nossentamos en un banco y vemosun bar que nos llama la atención.No bien entramos viajamos en eltiempo. Elegimos una mesa, lepedimos al mozo un café cortadoy sentimos las risas de cuatroamigos de unos 70 años reunidoscerca nuestro jugando al dominó,rodeados por otros dos que losobservan y siguen con atención eljuego. El aire está enviciado de unsuave aroma a café. En “El Club”,el que pierde paga la ronda decortados. En San Rafael, la gentese apropió de una porción del ca-rril derecho en calles y avenidas.Vemos pedalear a niños, adoles-centes, adultos y abuelos. Reco-rriendo nos topamos con el movi-miento “Acción Poética”, queconsiste en algo tan simple comopintar frases en paredes blancas,de no más de 8 palabras en colornegro. En la Argentina cada vezson más los grupos que em-piezan a adoptar esta interven-ción en el espacio público.Además de caminar, salimos apasear con toda la familia Gómez.Damos una vuelta por la Villa 25de Mayo (donde nació la historiade San Rafael con el primer asen-tamiento de la zona), visitamosLos Reyunos (represa de unos134 metros de altura y que sepuede ver desde un mirador) yValle Grande (a sólo 37 kilóme-tros del centro, a la cual se llegaatravesando uno de los caminossinuosos más pintorescos quevimos hasta ahora). Sin dudasdesviarnos hacia San Rafael fueuna buena decisión.

(En la próxima entrega: “Saboresmendocinos”)

contramos otra vez con el ripio y un paisaje distinto.