Suplemento Dominical 20-10-2012

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EL DÍA QUE GARCÍA MÁRQUEZ GANÓ EL NOBEL 21|10|2012 · NÚM. 10 [EFE] "Los guiones inteligentes, una excepción" Winona Ryder El cotorreo como remedio de la gastritis La "collpa" peruana 30 aniversario

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Suplemento Dominical publicado el 20 de Octubre del 2012 en Milenio Jalisco

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EL DÍA QUE GARCÍA MÁRQUEZ

GANÓ EL NOBEL

21|10|2012 · NÚM. 10

[EFE]

"Los guiones inteligentes, una

excepción"

Winona Ryder

El cotorreo como remedio de la gastritis

La "collpa" peruana

30 aniversario

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REPORTAJE

0302

REPORTAJE21|10|201221|10|2012

por Víctor Núñez Jaime

U na sucesión de enanos edificios de paredes amarillas y techo verde se extiende a lo largo y ancho de 50 mil metros cua-drados. Es la Ciudad Escuela de los Muchachos, mezcla de Centro de Menores y colegio convencional, en pleno centro de Leganés, en el interior de la Comunidad de Madrid. Su

perímetro no está delimitado por muros enormes, rejas o alambradas. Es, dicen sus habitantes con orgullo, “una ciudad de puertas abiertas con una arquitectura que también educa”. Tiene residencias, calles angostas, piscina, granja, espacios recreativos, una emisora de radio, catedral y, cómo no, un Ayuntamiento cuyas autoridades han surgido de entre ellos mismos. Los chicos llegan aquí por iniciativa propia, por solicitud de sus padres o a través de organismos oficiales.

A través del Defensor del Menor, Pablo —15 años, nacido en Logroño, rubio y delgado, camiseta blanca y pantalón de mezclilla— comenzó a vivir “en este territorio”. Esta mañana viene bajando de su habitación. Se detiene. Tiene las manos en los bolsillos del pantalón. Se acerca. Saluda, “buenos días”. Y desgrana su historia con media sonrisa.

La primera vez que robó fue “por diversión”. Robaba tenis, cami-setas, "chuches"… de alguna tienda. Luego salía con sus amigos, se iba de parranda y a veces no volvía a casa. “Después vinieron las consecuencias y ahora pienso que fui un idiota”, dice. Lo interna-ron en un Centro de Menores “con estrictas medidas de control”. “Ya ves, por robar eso fue lo que me gané. Mis amigos también

han acabado mal. Uno de ellos, se llama David, me han contado que también ha estado aquí, ahora mismo está en el Refor-

matorio… Yo pienso cambiar, estudiar, buscarme un trabajo. Dejar el desmadre. Pronto comenzaré a estudiar segundo

de secundaria”.Dice Montse Herrera, del Departamento Pedagógico de la Ciudad de Los Muchachos, que Pablo llegó aquí sin

sonreír, sin convivir con sus compañeros, sin mirar a los ojos a todo aquel que le dirigía unas palabras.

Ahora, en cambio, anda con los hombros echados hacia atrás, como para parecer más alto.

Así camina la propia Montse. Hoy en día trabaja aquí, pero hace 20 años llegó de

Islas Canarias.—¿Por qué?

Montse —el cuerpo grueso, la cabellera larga y negra, la mi-

rada dura— está quieta, las manos sobre el regazo,

en una esquina del patio.

MENORES INFRACTORES

LA ESCUELA DE LOS MUCHACHOS

El maltrato físico y psicológico impera en los Centros de Reforma de Madrid, y por ello destaca este caso en el que se trabaja en la

reintegración social de los jóvenes delincuentes

****Dependiendo de la gravedad del delito cometido, los menores de edad son destinados a Centros de régimen cerrado, semiabierto o abierto. Si padecen alguna “anomalía o alteración psíquica”, los llevan a un Centro de Internamiento Terapéutico. El objetivo, se supone, es corregir malas conductas para que cuando los chavales puedan salir de estos sitios se reinserten a la sociedad y no la perjudiquen más.

S.Z. prefiere ser identificado así y no especificar su nombre por temor a represalias. Cuando tenía 10 años decidió abandonar Marruecos para venir a España. A esa edad ya era “el hombre de la casa” y quiso tener un trabajo con un sueldo suficiente para ayudar a su madre y sus her-manos. Llegó a Madrid y todo fue más complicado de lo esperado. No tenía un lugar fijo para vivir y mucho menos algo que comer todos los días. Así que empezó a consumir solventes y a robar. Lo llevaron varias veces a un Centro de Menores y varias veces se escapó.

Lo repatriaron a Marruecos cuando cumplió 16 años, pero volvió en-seguida a España. No quería que lo encerraran de nuevo y entonces oyó hablar de la Fundación Raíces, una organiza-ción solidaria con niños, adolescentes y jóvenes en situación de desigualdad o exclusión social, que da asesoría jurídica, orientación laboral y apoyo escolar a españoles e inmigrantes. Una educadora social le permitió quedarse en su casa mientras conseguían a una familia que se pudiera hacer cargo de él. No tenía tranquili-dad. Dormía vestido por si a caso llegaba la policía y tenía que salir corriendo.

Cuenta que los chicos con los que se juntaba lo involucraron en un robo. Entonces lo detu-vieron para mandarlo a un Centro de Reforma en régimen semiabierto. Le permitían salir a realizar actividades formativas y de ocio, pero no soportaba los maltratos que recibía aden-tro, así que se fugó. Volvió a pedir el apoyo de la Fundación Raíces y comenzó a estudiar electricidad, pero la policía lo detuvo otra vez. Estuvo un año encerrado y lo que vivió lo cuenta así:

“Ahí vi el infierno. Cuando estás encerrado en un Centro sólo puedes ver el sol una hora y media al día. En esos momentos sientes el aire, respiras. Pero estar ahí dentro es todo un castigo: sin ver a la familia, sin hablar con la novia, con los amigos, sin tener visitas. Nunca puedes conversar con los educadores como debe ser. Las platicas son sobre temas elegidos por ellos. A mí me hubiera gustado hablar de cosas que había vivido antes de entrar al Centro. O de las cosas que me esperaban por vivir después. Pero no te dejan expresarte. Te llaman ‘delincuente’, ‘menor infractor’. Te dicen ‘vosotros sois peligrosos y por eso tenéis que estar aquí dentro’. Cuando te estás yendo con los compañeros en un traslado te empiezan a gritar: ‘¡las manos fuera de los bolsillos!’, ‘¡en fila de uno!’, ‘¡no habléis!’. Así es siempre. Cuando te pones nervioso o se te va la pinza, te engrilletan, te cogen entre varios de seguridad,

te meten en tu habitación, te ponen la cabeza en el suelo, se te suben todos encima, te golpean, engrilletado te suben las

manos hasta la cabeza para que sientas el dolor. Te in-sultan. Pero lo que más me ha dolido es lo de mi ami-

go Camilo, porque era como mi hermano. Tenía 14 años. Estaba engrilletado casi todos los días.

Por lo menos dos o tres horas. Yo dormía al lado de su habitación y oía los golpes… Este

chico ha intentado suicidarse. Yo no he aprendido nada bueno allí adentro. Nos deberían tratar bien, ¿no?”.

Cuando salió del Centro, estuvo otro año en “libertad vigilada”: tenía un se-guimiento especial, comparecía cada cierto tiempo en el juzgado y le pedían que participara en actividades recrea-tivas con otros chavales. Buscó traba-jo y encontró una oportunidad en una empresa de construcción. Pero dice que

se sentía “explotado”: eran demasiadas horas de trabajo y un sueldo muy escaso.

Entonces pensó que el mundo se le caía a pedazos y se refugió en el consumo de solventes.

La Agencia para la Reeducación y Rein-serción del Menor Infractor (ARRMI) atendió en 2011 a casi cinco mil menores en la Comunidad de Madrid. Llegaron una media de 14 jóvenes al día, 57 por ciento españoles y el resto extranjeros (sobre todo ecuatorianos y marroquíes). El grupo mayoritario fue el de jóvenes entre 15 y 19 años detenidos por delitos de robo y maltratos.

CATORCE AL DÍA—Pues —se interrumpe— porque soy hija de un asesino.“Soy hija de un asesino”, repite con énfasis, para remarcar que ve

en eso el origen de todo, y cuenta que a su padre lo encerraron en la cárcel cuando ella tenía ocho años y una madre muy enferma. Y para comer tuvo que robar. “Todo el mundo me decía que yo era mala, cada vez más mala y uno va interiorizando eso. Pero era por necesidad”. Un día la llevaron a un internado de monjas y pasaron varios meses sin que pudiera ver a su madre. Ella preguntaba por qué. “¿Por qué no puedo ir a visitarla si me ponen a trabajar, a limpiar, qué pasa con ese dinero?”, increpaba. Tiempo después la canalizaron a la Ciudad de Los Muchachos y ahí conoció al Tío Alberto, el arquitecto que fundó la ins-titución dirigida a lograr la reinserción a la sociedad de “adolescentes conflictivos”; entonces Montse dejó de ser “un número de expediente para comenzar a ser persona. Aquí me dijeron: 'esta niña no puede ser tan mala'. Y confiaron en mí, algo que nadie había hecho”.

Hace 30 años le dieron la misma confianza a Jimmy, que hoy trabaja aquí. Es el jefe de cocina, tiene 42 años, mirada y sonrisa de niño, piel morena y bronceada, cuerpo atlético (con el que se ufana de tener mu-cho éxito los fines de semana cuando ameniza fiestas como DJ) y una bata blanca para evitar que su ropa se manche. Es casi la hora de la comida y huele a carne frita.

Jimmy vivía en Palma de Mallorca, “en un barrio muy muy pobre, con muchísima delincuencia”. Su padre era apenas un recuerdo porque casi no lo conoció y su madre era una presencia intermitente (“tenía que trabajar y no podía atendernos a mí y a mis hermanos”). Él no era un niño que todos los días jugara, sumara, restara, riera, soñara en la escuela. Prefería atracar bares o tiendas. “En casa no había dinero y yo, como crío, pues tenía algunos caprichos. No veía el peligro en lo que hacía. Veía dinero fácil. Pero luego hubo un par de cosas que me abrieron la mente e hicieron que ya no ignorara el peligro. Una vez, con nueve años, al estar en una comisaría, durmiendo en el calabozo, noté que cuando uno hacía esas cosas, pues uno se arriesgaba. Y yo prefería mi libertad. Después vi cómo mataban a alguien delante de mí. Y dije: esto no es pa’mí”.

En un juzgado, su madre escuchó hablar del Tío Alberto y su proyecto de ayuda a chicos con problemas como los de su hijo. “Después de 30 años puedo decir-lo: a las dos horas de estar aquí, algo me dijo que quería quedarme de por vida. Encontré algo distinto. Todas las carencias que tenía, aquí las llenaba con atención directa. Siempre me ha gustado la cocina y un día surgió la oportunidad de ser el jefe. Hay que creer en la reinserción. Uno puede salir. Uno necesita una familia, no

necesariamente biológica. Alguien que confíe en ti”.

Una noche, bajo los efectos de la droga, participó junto con otros en una pelea. Alguien sacó un cuchillo y apuñaló al rival. Llegó la policía y detuvo a todos. Una ambulancia se ocupó del herido y a los demás los llevaron a Comisaría. S.Z. tiene 22 años, saldrá de la cárcel a los 27 y no está seguro de poder alejarse de la delincuencia.

****Olga Morla Casado es una educadora social de la Fundación Raíces y desde hace 12 años trabaja con adolescentes. Principalmente, dice, con “aquellos a los que las instituciones les vulneran sus derechos”. Esta mañana, en su despacho de la Fundación, Olga afirma con vehe-mencia que “los chavales no son tan malos como lo hacen ver”. Acep-ta hablar más por conciencia profesional que por otra cosa porque se autodefine como “muy desconfiada”. A veces, al final de una frase, suelta una risa nerviosa.

“La mayoría de los chavales”, sostiene, “han estado presos por cosas muy tontas. Pero en los medios de comunica-ción siempre sacan los casos más morbosos y crean una alarma social que no es real: los chavales no son tan malos. Me he encontrado con casos de “robos con intimidación”. Pero la mayoría de las veces no es así. Los policías les inventan muchas cosas. A veces alguien se “chupa un año de bandeja”, como dicen ellos, o sea, un año de estar en un Centro de Reforma, por haber robado un móvil. Hay delitos graves, con violencia, pero no son los mayoritarios. Suelen ser robos o peleas”.

Todas las semanas, Olga visita a jóvenes y adolescentes en Centros de Menores y cár-celes. Como no estudió leyes, contacta con abogados de oficio que llevan los casos de los chicos que ella atiende. Explica que se ha en-

contrado con que “muchos abogados no hacen su labor, no defienden. Se lleva mucho el "conformar". No les explican a los chavales que eso significa declararse culpable. No les dicen que pueden seguir de-fendiéndose. No les preguntan por qué han llegado a hacer lo que han hecho. Les dicen: ‘mira, el juez te va a dar dos años, pero si "conformamos" va a ser sólo uno’. Aquí en Madrid se tiende a lle-nar de chavales los Centros de Reforma. Así no se puede trabajar la integración. Los centros tienen normas muy duras, absurdas. Maltrato físico y psicológico. La gente que trabaja ahí no está preparada para trabajar con chavales que buscan identidad, que tienen cambios de humor… No, los tachan de que tienen trastornos de conducta negativista-desafiante, de hiperacti-vidad… Así se les etiqueta y los comienzan a medicar. Son controles externos. No trabajan el control interno: cómo ser consciente de la responsabilidad de sus propios actos. Cosas muy locas y absurdas. Entonces, hay chavales que se tiran encerrados nueve meses, sin salir a la calle, y acaban estresados. Se les cae el pelo. Los golpean. A los juicos se les lleva esposados, como si fueran muy peligrosos. Quieren que rompan los vínculos con las personas de fuera. En fin, son cosas que van contra la reeducación de los chavales”.

Olga insiste: “todos los chicos a los que ahora voy a ver a la prisión, han pasado por Centros de Reforma cuando eran menores. Eso quiere decir que no se trabaja la reeducación. Que los maltratos recibidos los mar-can, les descomponen la vida. Porque, incluso, hay quien ha muerto ahí adentro”. D

[AFREDO SAN JUAN]

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REPORTAJE

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REPORTAJE21|10|201221|10|2012

por Víctor Núñez Jaime

U na sucesión de enanos edificios de paredes amarillas y techo verde se extiende a lo largo y ancho de 50 mil metros cua-drados. Es la Ciudad Escuela de los Muchachos, mezcla de Centro de Menores y colegio convencional, en pleno centro de Leganés, en el interior de la Comunidad de Madrid. Su

perímetro no está delimitado por muros enormes, rejas o alambradas. Es, dicen sus habitantes con orgullo, “una ciudad de puertas abiertas con una arquitectura que también educa”. Tiene residencias, calles angostas, piscina, granja, espacios recreativos, una emisora de radio, catedral y, cómo no, un Ayuntamiento cuyas autoridades han surgido de entre ellos mismos. Los chicos llegan aquí por iniciativa propia, por solicitud de sus padres o a través de organismos oficiales.

A través del Defensor del Menor, Pablo —15 años, nacido en Logroño, rubio y delgado, camiseta blanca y pantalón de mezclilla— comenzó a vivir “en este territorio”. Esta mañana viene bajando de su habitación. Se detiene. Tiene las manos en los bolsillos del pantalón. Se acerca. Saluda, “buenos días”. Y desgrana su historia con media sonrisa.

La primera vez que robó fue “por diversión”. Robaba tenis, cami-setas, "chuches"… de alguna tienda. Luego salía con sus amigos, se iba de parranda y a veces no volvía a casa. “Después vinieron las consecuencias y ahora pienso que fui un idiota”, dice. Lo interna-ron en un Centro de Menores “con estrictas medidas de control”. “Ya ves, por robar eso fue lo que me gané. Mis amigos también

han acabado mal. Uno de ellos, se llama David, me han contado que también ha estado aquí, ahora mismo está en el Refor-

matorio… Yo pienso cambiar, estudiar, buscarme un trabajo. Dejar el desmadre. Pronto comenzaré a estudiar segundo

de secundaria”.Dice Montse Herrera, del Departamento Pedagógico de la Ciudad de Los Muchachos, que Pablo llegó aquí sin

sonreír, sin convivir con sus compañeros, sin mirar a los ojos a todo aquel que le dirigía unas palabras.

Ahora, en cambio, anda con los hombros echados hacia atrás, como para parecer más alto.

Así camina la propia Montse. Hoy en día trabaja aquí, pero hace 20 años llegó de

Islas Canarias.—¿Por qué?

Montse —el cuerpo grueso, la cabellera larga y negra, la mi-

rada dura— está quieta, las manos sobre el regazo,

en una esquina del patio.

MENORES INFRACTORES

LA ESCUELA DE LOS MUCHACHOS

El maltrato físico y psicológico impera en los Centros de Reforma de Madrid, y por ello destaca este caso en el que se trabaja en la

reintegración social de los jóvenes delincuentes

****Dependiendo de la gravedad del delito cometido, los menores de edad son destinados a Centros de régimen cerrado, semiabierto o abierto. Si padecen alguna “anomalía o alteración psíquica”, los llevan a un Centro de Internamiento Terapéutico. El objetivo, se supone, es corregir malas conductas para que cuando los chavales puedan salir de estos sitios se reinserten a la sociedad y no la perjudiquen más.

S.Z. prefiere ser identificado así y no especificar su nombre por temor a represalias. Cuando tenía 10 años decidió abandonar Marruecos para venir a España. A esa edad ya era “el hombre de la casa” y quiso tener un trabajo con un sueldo suficiente para ayudar a su madre y sus her-manos. Llegó a Madrid y todo fue más complicado de lo esperado. No tenía un lugar fijo para vivir y mucho menos algo que comer todos los días. Así que empezó a consumir solventes y a robar. Lo llevaron varias veces a un Centro de Menores y varias veces se escapó.

Lo repatriaron a Marruecos cuando cumplió 16 años, pero volvió en-seguida a España. No quería que lo encerraran de nuevo y entonces oyó hablar de la Fundación Raíces, una organiza-ción solidaria con niños, adolescentes y jóvenes en situación de desigualdad o exclusión social, que da asesoría jurídica, orientación laboral y apoyo escolar a españoles e inmigrantes. Una educadora social le permitió quedarse en su casa mientras conseguían a una familia que se pudiera hacer cargo de él. No tenía tranquili-dad. Dormía vestido por si a caso llegaba la policía y tenía que salir corriendo.

Cuenta que los chicos con los que se juntaba lo involucraron en un robo. Entonces lo detu-vieron para mandarlo a un Centro de Reforma en régimen semiabierto. Le permitían salir a realizar actividades formativas y de ocio, pero no soportaba los maltratos que recibía aden-tro, así que se fugó. Volvió a pedir el apoyo de la Fundación Raíces y comenzó a estudiar electricidad, pero la policía lo detuvo otra vez. Estuvo un año encerrado y lo que vivió lo cuenta así:

“Ahí vi el infierno. Cuando estás encerrado en un Centro sólo puedes ver el sol una hora y media al día. En esos momentos sientes el aire, respiras. Pero estar ahí dentro es todo un castigo: sin ver a la familia, sin hablar con la novia, con los amigos, sin tener visitas. Nunca puedes conversar con los educadores como debe ser. Las platicas son sobre temas elegidos por ellos. A mí me hubiera gustado hablar de cosas que había vivido antes de entrar al Centro. O de las cosas que me esperaban por vivir después. Pero no te dejan expresarte. Te llaman ‘delincuente’, ‘menor infractor’. Te dicen ‘vosotros sois peligrosos y por eso tenéis que estar aquí dentro’. Cuando te estás yendo con los compañeros en un traslado te empiezan a gritar: ‘¡las manos fuera de los bolsillos!’, ‘¡en fila de uno!’, ‘¡no habléis!’. Así es siempre. Cuando te pones nervioso o se te va la pinza, te engrilletan, te cogen entre varios de seguridad,

te meten en tu habitación, te ponen la cabeza en el suelo, se te suben todos encima, te golpean, engrilletado te suben las

manos hasta la cabeza para que sientas el dolor. Te in-sultan. Pero lo que más me ha dolido es lo de mi ami-

go Camilo, porque era como mi hermano. Tenía 14 años. Estaba engrilletado casi todos los días.

Por lo menos dos o tres horas. Yo dormía al lado de su habitación y oía los golpes… Este

chico ha intentado suicidarse. Yo no he aprendido nada bueno allí adentro. Nos deberían tratar bien, ¿no?”.

Cuando salió del Centro, estuvo otro año en “libertad vigilada”: tenía un se-guimiento especial, comparecía cada cierto tiempo en el juzgado y le pedían que participara en actividades recrea-tivas con otros chavales. Buscó traba-jo y encontró una oportunidad en una empresa de construcción. Pero dice que

se sentía “explotado”: eran demasiadas horas de trabajo y un sueldo muy escaso.

Entonces pensó que el mundo se le caía a pedazos y se refugió en el consumo de solventes.

La Agencia para la Reeducación y Rein-serción del Menor Infractor (ARRMI) atendió en 2011 a casi cinco mil menores en la Comunidad de Madrid. Llegaron una media de 14 jóvenes al día, 57 por ciento españoles y el resto extranjeros (sobre todo ecuatorianos y marroquíes). El grupo mayoritario fue el de jóvenes entre 15 y 19 años detenidos por delitos de robo y maltratos.

CATORCE AL DÍA—Pues —se interrumpe— porque soy hija de un asesino.“Soy hija de un asesino”, repite con énfasis, para remarcar que ve

en eso el origen de todo, y cuenta que a su padre lo encerraron en la cárcel cuando ella tenía ocho años y una madre muy enferma. Y para comer tuvo que robar. “Todo el mundo me decía que yo era mala, cada vez más mala y uno va interiorizando eso. Pero era por necesidad”. Un día la llevaron a un internado de monjas y pasaron varios meses sin que pudiera ver a su madre. Ella preguntaba por qué. “¿Por qué no puedo ir a visitarla si me ponen a trabajar, a limpiar, qué pasa con ese dinero?”, increpaba. Tiempo después la canalizaron a la Ciudad de Los Muchachos y ahí conoció al Tío Alberto, el arquitecto que fundó la ins-titución dirigida a lograr la reinserción a la sociedad de “adolescentes conflictivos”; entonces Montse dejó de ser “un número de expediente para comenzar a ser persona. Aquí me dijeron: 'esta niña no puede ser tan mala'. Y confiaron en mí, algo que nadie había hecho”.

Hace 30 años le dieron la misma confianza a Jimmy, que hoy trabaja aquí. Es el jefe de cocina, tiene 42 años, mirada y sonrisa de niño, piel morena y bronceada, cuerpo atlético (con el que se ufana de tener mu-cho éxito los fines de semana cuando ameniza fiestas como DJ) y una bata blanca para evitar que su ropa se manche. Es casi la hora de la comida y huele a carne frita.

Jimmy vivía en Palma de Mallorca, “en un barrio muy muy pobre, con muchísima delincuencia”. Su padre era apenas un recuerdo porque casi no lo conoció y su madre era una presencia intermitente (“tenía que trabajar y no podía atendernos a mí y a mis hermanos”). Él no era un niño que todos los días jugara, sumara, restara, riera, soñara en la escuela. Prefería atracar bares o tiendas. “En casa no había dinero y yo, como crío, pues tenía algunos caprichos. No veía el peligro en lo que hacía. Veía dinero fácil. Pero luego hubo un par de cosas que me abrieron la mente e hicieron que ya no ignorara el peligro. Una vez, con nueve años, al estar en una comisaría, durmiendo en el calabozo, noté que cuando uno hacía esas cosas, pues uno se arriesgaba. Y yo prefería mi libertad. Después vi cómo mataban a alguien delante de mí. Y dije: esto no es pa’mí”.

En un juzgado, su madre escuchó hablar del Tío Alberto y su proyecto de ayuda a chicos con problemas como los de su hijo. “Después de 30 años puedo decir-lo: a las dos horas de estar aquí, algo me dijo que quería quedarme de por vida. Encontré algo distinto. Todas las carencias que tenía, aquí las llenaba con atención directa. Siempre me ha gustado la cocina y un día surgió la oportunidad de ser el jefe. Hay que creer en la reinserción. Uno puede salir. Uno necesita una familia, no

necesariamente biológica. Alguien que confíe en ti”.

Una noche, bajo los efectos de la droga, participó junto con otros en una pelea. Alguien sacó un cuchillo y apuñaló al rival. Llegó la policía y detuvo a todos. Una ambulancia se ocupó del herido y a los demás los llevaron a Comisaría. S.Z. tiene 22 años, saldrá de la cárcel a los 27 y no está seguro de poder alejarse de la delincuencia.

****Olga Morla Casado es una educadora social de la Fundación Raíces y desde hace 12 años trabaja con adolescentes. Principalmente, dice, con “aquellos a los que las instituciones les vulneran sus derechos”. Esta mañana, en su despacho de la Fundación, Olga afirma con vehe-mencia que “los chavales no son tan malos como lo hacen ver”. Acep-ta hablar más por conciencia profesional que por otra cosa porque se autodefine como “muy desconfiada”. A veces, al final de una frase, suelta una risa nerviosa.

“La mayoría de los chavales”, sostiene, “han estado presos por cosas muy tontas. Pero en los medios de comunica-ción siempre sacan los casos más morbosos y crean una alarma social que no es real: los chavales no son tan malos. Me he encontrado con casos de “robos con intimidación”. Pero la mayoría de las veces no es así. Los policías les inventan muchas cosas. A veces alguien se “chupa un año de bandeja”, como dicen ellos, o sea, un año de estar en un Centro de Reforma, por haber robado un móvil. Hay delitos graves, con violencia, pero no son los mayoritarios. Suelen ser robos o peleas”.

Todas las semanas, Olga visita a jóvenes y adolescentes en Centros de Menores y cár-celes. Como no estudió leyes, contacta con abogados de oficio que llevan los casos de los chicos que ella atiende. Explica que se ha en-

contrado con que “muchos abogados no hacen su labor, no defienden. Se lleva mucho el "conformar". No les explican a los chavales que eso significa declararse culpable. No les dicen que pueden seguir de-fendiéndose. No les preguntan por qué han llegado a hacer lo que han hecho. Les dicen: ‘mira, el juez te va a dar dos años, pero si "conformamos" va a ser sólo uno’. Aquí en Madrid se tiende a lle-nar de chavales los Centros de Reforma. Así no se puede trabajar la integración. Los centros tienen normas muy duras, absurdas. Maltrato físico y psicológico. La gente que trabaja ahí no está preparada para trabajar con chavales que buscan identidad, que tienen cambios de humor… No, los tachan de que tienen trastornos de conducta negativista-desafiante, de hiperacti-vidad… Así se les etiqueta y los comienzan a medicar. Son controles externos. No trabajan el control interno: cómo ser consciente de la responsabilidad de sus propios actos. Cosas muy locas y absurdas. Entonces, hay chavales que se tiran encerrados nueve meses, sin salir a la calle, y acaban estresados. Se les cae el pelo. Los golpean. A los juicos se les lleva esposados, como si fueran muy peligrosos. Quieren que rompan los vínculos con las personas de fuera. En fin, son cosas que van contra la reeducación de los chavales”.

Olga insiste: “todos los chicos a los que ahora voy a ver a la prisión, han pasado por Centros de Reforma cuando eran menores. Eso quiere decir que no se trabaja la reeducación. Que los maltratos recibidos los mar-can, les descomponen la vida. Porque, incluso, hay quien ha muerto ahí adentro”. D

[AFREDO SAN JUAN]

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REPORTAJE

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REPORTAJE21|10|201221|10|2012

| LA HORA DEL LOBO |POR FEDERICO CAMPBELL

ACTORES POLÍTICOSSiempre ha fascinado la capacidad histriónica que todos los días demuestra un profesional del poder. Está en la naturaleza misma de su oficio la necesidad de fingir. Gobernar es hacer creer. Por eso el trabajo del político es tan delicado como el del actor.

No por nada cierta pedantería radiofónica a los políticos les dice “actores políticos”. Siempre están mintiendo. Son más “hábiles” en la medida en que saben mentir mejor. Lo curioso es que entre ellos se tomen tan en serio.

En La paradoja del comediante, Denis Diderot piensa que los afanes del actor son los mismos del gobernante y no distintos a los del escritor: el propósito común a todos ellos es estable-cer la verosimilitud e inventar personajes, armar coartadas, porque no es su oficio decir la verdad. Y a lo largo de todo este diálogo que compone La paradoja se va discurriendo en la idea de que es más creíble el fingimiento que la sinceridad. La verdad, para ser creíble, dice George Simenon, tiene que ser una verdad arreglada.

Dice el dramaturgo francés: “Los comediantes impresionan al público no cuando están furiosos sino cuando fingen perfec-tamente el furor. En los tribunales, en las asambleas, en todos los sitios en los que se quiere dominar los ánimos, se finge ya la ira, ya el temor, ya la piedad, para producir en el auditorio esos distintos sentimientos. Lo que no logra una pasión efecti-va lo consigue una pasión bien imitada”.

Una persona puede estar sintiendo mucho y no poder expresarlo. Puede producir risa. Diderot cuenta la anécdota de un actor que se suicida en escena. Se suicida de verdad y entonces produce risa en los espectadores. En cambio, otro actor finge que se suicida. Y entonces produce pánico, drama: el público se conmueve hasta las lágrimas. El espectador llora. En eso consiste la paradoja del actor.

¿Por qué a veces nos conmueve más lo que vemos en un escenario o en una película que lo que vemos en la calle o en otro ser humano desgarrado por el dolor? Pues precisamen-te por eso. Porque en la ficción literaria y cinematográfica las cosas están construidas y manipuladas por la imagina-ción artística.

La máquina del poder y sus dispositivos sigue siendo la mis-ma desde los años de Licurgo. Y no es que sea como un cere-bro o una computadora. Se trata de un aparato más primitivo, de orden natural e instintivo, a pesar de las sutilezas y de la imaginación de los hombres que le dan vida. Podría especu-larse incluso que las acciones y las reacciones del poder, como en la bioquímica del cerebro, pertenecen al sistema nervioso autónomo.

Las situaciones son las mismas. Los personajes se quitan una máscara y debajo tienen otra máscara. Y así va a seguir siendo en el futuro o al menos mientras se observen las reglas de la comedia humana: que todo cambie, menos el principio del po-der, es decir: el imperativo de preservarlo y conseguirlo a toda costa así sea con recursos del hampa, en unas elecciones, por ejemplo. El poder por el poder mismo. Así era en los tiempos de Ricardo III y de Talleyrand. Así es en nuestro tiempo. Es la misma película. Una historia vulgar con personajes vulgares. D

http://oralesos.blogspot.com/

[ESPECIAL]

Retrato de Diderot, Jean-Honoré Fragonard, París 1769

por Alba Gómez

E l breakdance nació en las calles. Su historia se remonta a la década de los años setenta en barrios neoyorquinos como el Bronx y Brooklyn, tiempos en los que comenzó a emerger una ola de crimina-lidad en sus avenidas, y en los que era evidente la

mezcla de culturas, razas, lenguajes. Mientras la inseguridad aumentaba en los años ochenta, el baile cobró fuerza, sobre todo en suburbios latinos y afroamericanos.

Este género dancístico se basa principalmente en ritmos como el hip-hop. Es una mezcla de artes marciales como la ca-poeira y de movimientos que se utilizan en la bachata, la salsa y hasta el charlestón.

“Yo crecí en un barrio de Ciudad Juárez. El baile fue lo que me llevó a salir de ese lugar y a no convertirme en un 'tecato', como se les llama a quienes se inyectan heroína. Necesitaba pertenecer a algo. Desafortunadamente crecí sin padres, no tuve una guía ni opciones para mi vida profesional”, recuerda el joven de 29 años Gerardo Medina, el bailarín de breakdance de mayor trayectoria en Chihuahua.

BREAKDANCE, UNA OPCIÓN EN JUÁREZ“TÚ VES QUE AQUÍ LOS CHAVOS NO TIENEN ALTERNATIVA. POR ESO ME CONVERTIRÍA EN SICARIO, PORQUE NO TENGO CAMINOS...”

Gerardo es mejor conocido en los barrios juarenses como Freeman, su alter ego, aquel que sube a los escenarios y al iniciar la música se transforma. Aprendió a bailar en la sala de su casa con videos que conseguía. “Simplemente me enamoré del baile y la música, conseguí el material e imité los pasos hasta que me salieron; después nunca me detuve”.

Hoy Freeman hasta puede girar sobre su cabeza, dar sal-tos de 360 grados o hacer pasos sensuales. “Comencé a bai-lar en febrero de 1999. Nos reuníamos un grupo más o me-nos de 20 chicos que queríamos bailar. De todos ellos, hoy solo quedo yo. Algunos han muerto, entre otras cosas por el narcotráfico, por consumir drogas o por el pandillerismo”.

No es de extrañar que esta condición de mezcla de cultu-ras y expresiones corporales tenga una historia particular en la frontera juarense: el breakdance es justamente un cruce de fronteras entre la música y el lenguaje corporal. Es, sobre todo, un baile que nace con el idioma de las calles, es una expresión urbana; por ello su relación directa con las pandillas. “De hecho —cuenta Freeman—, ese fue el motivo por el que en mi casa nunca me apoyaron para ser un bai-larín profesional”.

En Ciudad Juárez existen alrededor de 450 pandillas con miembros cuyas edades fluctúan entre 14 y 25 años. Mu-chos de ellos son reclutados por la delincuencia organizada, pero otros se mantienen al margen o han desertado por medio de la música, el cómic, el grafiti y la literatura, terre-nos desde donde describen y buscan salidas a su realidad. Para el resto, los que han decidido vivir a la orden del cri-men, según especialistas del Colegio de la Frontera Norte, su edad de mortandad no rebasa los 25 años.

Para los chihuahuenses, el barrio no es una cuadra, no es una casa, no son los vecinos. El barrio es una credencial, es un grupo, no de amigos, sino de gente con la que compar-tes casi hasta la sangre. A quien defiendes, por quien velas. El barrio es ese lugar, esa esquina y la gente que se reúne ahí para planear, para hacer un grupo, para decirle a otros barrios que ahí ya no es tierra de nadie. El barrio es como una segunda casa.

—Mi abuela pensaba que con este baile y viviendo en un barrio caería en las pandillas y en la criminalidad. Pero, en ese momento, no tenía opción, la danza era mi única salida. ¿Qué haces cuando quieres estudiar y no tienes posibilida-des económicas? ¿Y qué haces cuando estudias y no tienes trabajo para sobrevivir?

NUEVAS GENERACIONESLa historia de Gerardo, marcada por la soledad, es lo que lo impulsó a formar un taller desde 2008. “Yo tuve el baile, y con las clases le estoy dando una opción a alguien más. Re-cuerdo que fui a dar un taller a la colonia Rivera del Bravo, aquí en Ciudad Juárez, una zona periférica compuesta por fraccionamientos ahora prácticamente abandonados por la violencia. Tú ves que ahí los chavos —en peores condiciones que en las que yo crecí— no tienen realmente opciones. Por eso te voy a decir por qué me convertiría en sicario: porque no tengo caminos. Lo pienso desde mi contexto: si los nar-cos vienen y me contratan por cinco mil pesos al mes para matar a alguien, yo les diría que sí. Me dan trabajo. Otra cosa terrible es que el gobierno de Chihuahua no con-sidera al breakdance parte de la cultura, aunque nosotros hemos demostrado ser de los mejores ganando competen-cias, incluso viajando a Europa en cinco ocasiones y por La-tinoamérica dos veces. Los apoyos han sido mínimos”.

No se aprende a bailar breakdance en unos cuantos me-ses. Quizá lleve años. Por ello es que el bailarín critica la forma del gobierno de impartir talleres, “que tiene muy pocos resultados”.

Sólo en una ocasión Freeman fue apoyado por el Institu-to Chihuahuense del Cultura para impartir clases por tres meses, pero tuvo que continuar sin apoyos. “El gobierno cree que con clases de tres meses —de lo que sea— se va a reconstruir la sociedad, y no es así. Necesitas darle segui-miento”.

Hoy lleva más de tres años preparando a breakdanceros nuevos. El fin de los cursos es impulsar la cultura popular y tener una nueva generación de bailarines que puedan sus-tituirlos en dos o tres años más.

De ahí también partió la idea de crear Fewrless crew. La resistencia, un documental autofinanciado que cuenta la historia del breakdance en la frontera norte. Ahora también está por comenzar a distribuirse en festivales de cine una nueva producción: la historia de tres de sus alumnos, para quienes el baile fue su opción de vida. El documental captu-ra el desarrollo de tres hermanos de la colonia Tierra Nueva cuyo padre fue asesinado afuera de su casa. “Después de esto llegaron al taller y comenzamos a trabajar con toda esa energía que traían adentro. Me identifiqué con ellos, yo también soy huérfano y crecí en las calles de esta ciudad, que, por cierto, ahora veo un poco más tranquila que en 2010, cuando la violencia estuvo fuerte y veías muertos en todos lados”. D

Freeman (el primero agachado a la izquiera) con sus alumnos en su taller de Juárez

[ESPECIAL]

Page 5: Suplemento Dominical 20-10-2012

REPORTAJE

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REPORTAJE21|10|201221|10|2012

| LA HORA DEL LOBO |POR FEDERICO CAMPBELL

ACTORES POLÍTICOSSiempre ha fascinado la capacidad histriónica que todos los días demuestra un profesional del poder. Está en la naturaleza misma de su oficio la necesidad de fingir. Gobernar es hacer creer. Por eso el trabajo del político es tan delicado como el del actor.

No por nada cierta pedantería radiofónica a los políticos les dice “actores políticos”. Siempre están mintiendo. Son más “hábiles” en la medida en que saben mentir mejor. Lo curioso es que entre ellos se tomen tan en serio.

En La paradoja del comediante, Denis Diderot piensa que los afanes del actor son los mismos del gobernante y no distintos a los del escritor: el propósito común a todos ellos es estable-cer la verosimilitud e inventar personajes, armar coartadas, porque no es su oficio decir la verdad. Y a lo largo de todo este diálogo que compone La paradoja se va discurriendo en la idea de que es más creíble el fingimiento que la sinceridad. La verdad, para ser creíble, dice George Simenon, tiene que ser una verdad arreglada.

Dice el dramaturgo francés: “Los comediantes impresionan al público no cuando están furiosos sino cuando fingen perfec-tamente el furor. En los tribunales, en las asambleas, en todos los sitios en los que se quiere dominar los ánimos, se finge ya la ira, ya el temor, ya la piedad, para producir en el auditorio esos distintos sentimientos. Lo que no logra una pasión efecti-va lo consigue una pasión bien imitada”.

Una persona puede estar sintiendo mucho y no poder expresarlo. Puede producir risa. Diderot cuenta la anécdota de un actor que se suicida en escena. Se suicida de verdad y entonces produce risa en los espectadores. En cambio, otro actor finge que se suicida. Y entonces produce pánico, drama: el público se conmueve hasta las lágrimas. El espectador llora. En eso consiste la paradoja del actor.

¿Por qué a veces nos conmueve más lo que vemos en un escenario o en una película que lo que vemos en la calle o en otro ser humano desgarrado por el dolor? Pues precisamen-te por eso. Porque en la ficción literaria y cinematográfica las cosas están construidas y manipuladas por la imagina-ción artística.

La máquina del poder y sus dispositivos sigue siendo la mis-ma desde los años de Licurgo. Y no es que sea como un cere-bro o una computadora. Se trata de un aparato más primitivo, de orden natural e instintivo, a pesar de las sutilezas y de la imaginación de los hombres que le dan vida. Podría especu-larse incluso que las acciones y las reacciones del poder, como en la bioquímica del cerebro, pertenecen al sistema nervioso autónomo.

Las situaciones son las mismas. Los personajes se quitan una máscara y debajo tienen otra máscara. Y así va a seguir siendo en el futuro o al menos mientras se observen las reglas de la comedia humana: que todo cambie, menos el principio del po-der, es decir: el imperativo de preservarlo y conseguirlo a toda costa así sea con recursos del hampa, en unas elecciones, por ejemplo. El poder por el poder mismo. Así era en los tiempos de Ricardo III y de Talleyrand. Así es en nuestro tiempo. Es la misma película. Una historia vulgar con personajes vulgares. D

http://oralesos.blogspot.com/

[ESPECIAL]

Retrato de Diderot, Jean-Honoré Fragonard, París 1769

por Alba Gómez

E l breakdance nació en las calles. Su historia se remonta a la década de los años setenta en barrios neoyorquinos como el Bronx y Brooklyn, tiempos en los que comenzó a emerger una ola de crimina-lidad en sus avenidas, y en los que era evidente la

mezcla de culturas, razas, lenguajes. Mientras la inseguridad aumentaba en los años ochenta, el baile cobró fuerza, sobre todo en suburbios latinos y afroamericanos.

Este género dancístico se basa principalmente en ritmos como el hip-hop. Es una mezcla de artes marciales como la ca-poeira y de movimientos que se utilizan en la bachata, la salsa y hasta el charlestón.

“Yo crecí en un barrio de Ciudad Juárez. El baile fue lo que me llevó a salir de ese lugar y a no convertirme en un 'tecato', como se les llama a quienes se inyectan heroína. Necesitaba pertenecer a algo. Desafortunadamente crecí sin padres, no tuve una guía ni opciones para mi vida profesional”, recuerda el joven de 29 años Gerardo Medina, el bailarín de breakdance de mayor trayectoria en Chihuahua.

BREAKDANCE, UNA OPCIÓN EN JUÁREZ“TÚ VES QUE AQUÍ LOS CHAVOS NO TIENEN ALTERNATIVA. POR ESO ME CONVERTIRÍA EN SICARIO, PORQUE NO TENGO CAMINOS...”

Gerardo es mejor conocido en los barrios juarenses como Freeman, su alter ego, aquel que sube a los escenarios y al iniciar la música se transforma. Aprendió a bailar en la sala de su casa con videos que conseguía. “Simplemente me enamoré del baile y la música, conseguí el material e imité los pasos hasta que me salieron; después nunca me detuve”.

Hoy Freeman hasta puede girar sobre su cabeza, dar sal-tos de 360 grados o hacer pasos sensuales. “Comencé a bai-lar en febrero de 1999. Nos reuníamos un grupo más o me-nos de 20 chicos que queríamos bailar. De todos ellos, hoy solo quedo yo. Algunos han muerto, entre otras cosas por el narcotráfico, por consumir drogas o por el pandillerismo”.

No es de extrañar que esta condición de mezcla de cultu-ras y expresiones corporales tenga una historia particular en la frontera juarense: el breakdance es justamente un cruce de fronteras entre la música y el lenguaje corporal. Es, sobre todo, un baile que nace con el idioma de las calles, es una expresión urbana; por ello su relación directa con las pandillas. “De hecho —cuenta Freeman—, ese fue el motivo por el que en mi casa nunca me apoyaron para ser un bai-larín profesional”.

En Ciudad Juárez existen alrededor de 450 pandillas con miembros cuyas edades fluctúan entre 14 y 25 años. Mu-chos de ellos son reclutados por la delincuencia organizada, pero otros se mantienen al margen o han desertado por medio de la música, el cómic, el grafiti y la literatura, terre-nos desde donde describen y buscan salidas a su realidad. Para el resto, los que han decidido vivir a la orden del cri-men, según especialistas del Colegio de la Frontera Norte, su edad de mortandad no rebasa los 25 años.

Para los chihuahuenses, el barrio no es una cuadra, no es una casa, no son los vecinos. El barrio es una credencial, es un grupo, no de amigos, sino de gente con la que compar-tes casi hasta la sangre. A quien defiendes, por quien velas. El barrio es ese lugar, esa esquina y la gente que se reúne ahí para planear, para hacer un grupo, para decirle a otros barrios que ahí ya no es tierra de nadie. El barrio es como una segunda casa.

—Mi abuela pensaba que con este baile y viviendo en un barrio caería en las pandillas y en la criminalidad. Pero, en ese momento, no tenía opción, la danza era mi única salida. ¿Qué haces cuando quieres estudiar y no tienes posibilida-des económicas? ¿Y qué haces cuando estudias y no tienes trabajo para sobrevivir?

NUEVAS GENERACIONESLa historia de Gerardo, marcada por la soledad, es lo que lo impulsó a formar un taller desde 2008. “Yo tuve el baile, y con las clases le estoy dando una opción a alguien más. Re-cuerdo que fui a dar un taller a la colonia Rivera del Bravo, aquí en Ciudad Juárez, una zona periférica compuesta por fraccionamientos ahora prácticamente abandonados por la violencia. Tú ves que ahí los chavos —en peores condiciones que en las que yo crecí— no tienen realmente opciones. Por eso te voy a decir por qué me convertiría en sicario: porque no tengo caminos. Lo pienso desde mi contexto: si los nar-cos vienen y me contratan por cinco mil pesos al mes para matar a alguien, yo les diría que sí. Me dan trabajo. Otra cosa terrible es que el gobierno de Chihuahua no con-sidera al breakdance parte de la cultura, aunque nosotros hemos demostrado ser de los mejores ganando competen-cias, incluso viajando a Europa en cinco ocasiones y por La-tinoamérica dos veces. Los apoyos han sido mínimos”.

No se aprende a bailar breakdance en unos cuantos me-ses. Quizá lleve años. Por ello es que el bailarín critica la forma del gobierno de impartir talleres, “que tiene muy pocos resultados”.

Sólo en una ocasión Freeman fue apoyado por el Institu-to Chihuahuense del Cultura para impartir clases por tres meses, pero tuvo que continuar sin apoyos. “El gobierno cree que con clases de tres meses —de lo que sea— se va a reconstruir la sociedad, y no es así. Necesitas darle segui-miento”.

Hoy lleva más de tres años preparando a breakdanceros nuevos. El fin de los cursos es impulsar la cultura popular y tener una nueva generación de bailarines que puedan sus-tituirlos en dos o tres años más.

De ahí también partió la idea de crear Fewrless crew. La resistencia, un documental autofinanciado que cuenta la historia del breakdance en la frontera norte. Ahora también está por comenzar a distribuirse en festivales de cine una nueva producción: la historia de tres de sus alumnos, para quienes el baile fue su opción de vida. El documental captu-ra el desarrollo de tres hermanos de la colonia Tierra Nueva cuyo padre fue asesinado afuera de su casa. “Después de esto llegaron al taller y comenzamos a trabajar con toda esa energía que traían adentro. Me identifiqué con ellos, yo también soy huérfano y crecí en las calles de esta ciudad, que, por cierto, ahora veo un poco más tranquila que en 2010, cuando la violencia estuvo fuerte y veías muertos en todos lados”. D

Freeman (el primero agachado a la izquiera) con sus alumnos en su taller de Juárez

[ESPECIAL]

Page 6: Suplemento Dominical 20-10-2012

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CRÓNICA21|10|201221|10|2012

Rafael Moreno Turrent

E n Perú, en la Reserva Nacional de Tambopata, el fenómeno de la "collpa” es un espectáculo que quita la respiración y obliga, como si se estuviera en un concierto musical desafi nado, a que los oídos se acostumbren a los cientos

de gritos frenéticos y estridentes de pericos que están en competencia por sobresalir.

Lo escenifi can cientos y cientos de guacamayas con dorso azul y vientre dorado, de loros con cabeza rosada o negra, de araraunas o pericos de mejillas rosadas, de roseinfrons y otras especies que padecen una especie de gastritis y buscan su remedio: comer arcillas ricas en caolín. El revo-loteo multicolor de aquí para allá y acullá tiene un orden,

por decirlo así: la supervisión de guacamayas militaris que con sus dorsos verdes y manchas rojas en la frente sólo ob-servan y gritan —quizá dan órdenes—, a todas las especies que descienden, suben o se asientan en ramas de árboles semisecos y hasta en grietas del lomerío.

En esa selva también se escenifi ca uno de los cortejos más hermoso del mundo: el de las guacamayas. Empieza con re-verencias y pupilas dilatadas, mordiscos en todos lados y pasa por una caída libre de la pareja de unos 20 metros pe-gados pecho con pecho para terminar en la misma rama y continuar el rito de de la procreación.

LA RIQUEZA EN TAMBOPATALa Reserva Nacional de Tambopata-Candamo, creada por de-creto en 1990, se ubica al este y al sur de Puerto Maldonado

donde confl uyen los ríos Tambopata y Madre de Dios, éste último afl uente del Amazonas.

Tambopata, al igual que muchas otras partes de la Amazonia, sufre el embate de la minería aurífera, las invasiones de tierras, la extracción ilegal de madera y el tráfi co de especies exóticas.

El viaje para llegar a la reserva es largo y extenuante: del avión a Lima, espera aeroportuaria para enlazar con otro avión a Cusco y de ahí otro a Puerto Maldonado, para abordar luego una lancha con motor fuera de borda y con capacidad para 10 personas durante tres horas.

En pleno cansancio, a la vuelta de un meandro, sorprende-mos y nos sorprende una familia de capibaras, el roedor más grande del mundo (50 kilos de peso, con más de un metro de longitud y medio metro de alzada). Nuestro motorista afl oja el paso para no causar oleaje que inquiete a tan feliz grupo in-tegrado por un alpha, tres hembras y cuatro juveniles; pelaje hirsuto casi impermeable color café oscuro con algunas man-chas más claras. Todos atentos a la presencia de cualquier depredador: jaguares, cocodrilos.

LA “COLLPA”No es de imaginarse que en la selva de Tambopata se pueda presentar un clima tan frío y que la lluvia sea constante junto a vientos helados, que resienten todos los huesos, procedentes de los Andes.

Sabino es el encargado de nuestra visi-ta. Tiene unos 30 años, ha vivido toda su vida en este paraíso y su incorporación al proyecto en Tambopata es reciente.

Nos pide que aceleremos el abordaje e inicia el avance río arriba. El traslado toma cerca de 15 minutos que transcurren muy lentamente. El aire helado nos obliga a proteger la cara. El motorista se detiene y sujeta la embarcación con la soga. Ahora sí empieza el amanecer; los sonidos de la selva son opacados por el murmullo del río y la neblina quita poco a poco su velo hasta permitirnos ver la orilla opuesta: la “collpa”, la tan esperada “collpa”.

La palabra “collpa” (se pronuncia colpa) proviene del quechua, lengua extendida desde las épocas incaicas por Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú, y se le relaciona con la reunión de animales o aves alrededor de un cierto lugar común.

El color rojizo de la arcilla rica en caolín empieza a tomar presencia frente a nues-tros ojos. Comienzan los gritos. A lo lejos aparecen volando dos araraunas y dos maravillosas guacamayas con dorso azul y vientre dorado hacen un vuelo en círculo justo arriba de nosotros. Más gritos. Apare-ce una parvada de loros de cabeza rosada (roseifrons), con sus alas verdes mezcladas con azul y sus pechos rojos. Sus gritos son más estridentes que el de las guacamayas. Escogen un árbol semiseco para posarse.

Aparecen más y más grupos: loros de ca-beza negra, pericos con alas color cobalto, seguidos por los tuis con su espectacular verde tierno en las alas y su frente amarilla brillante; los pericos de mejillas rojas que le gritan a los que tienen un hermoso color escarlata en sus hombros. Todos realizan el mismo ritual: gritan sobre nosotros una, dos, tres veces y checan que no se encuentre en el área algún halcón o gavilán.

La guía Princeton de Aves del Perú no dice que éste es un grupo de 10 guacamayas rojas (macao) que sobre el árbol dan la apariencia de un manzano que nos muestra sus frutos. Las cabezas rojas voltean a cada instante de un lado a otro. Todas se posan en áreas muy precisas donde el agua de lluvia con su escurrimiento voluminoso ha generado profundas cicatrices a su paso por el borde.

Manchas verdes en constante movimiento iluminan las grie-tas con un colorido extraordinario en contraste con la luz. Caos. Frenesí: 20, 30, despegan apresuradamente del talud y de nue-va cuenta giran sobre nuestras cabezas. Un techo multicolor obstruye al paso de los rayos del sol.

Fue una falsa alarma; no hay peligro. No hay depredador a la vista. Las copas de los árboles se empiezan a llenar y continúan las pláticas pendientes hasta que deciden regresar de nueva cuenta al talud del río.

Le pregunto a Sabino, experto ornitólogo, cuál es la razón de este extraordinario fenómeno. Sonriente contesta:

CRÓNICA

“Tachi, existen muchas teorías sobre su comportamiento. La más aceptada es que todas estas aves se alimentan en

lugares donde hay plantas y frutos que contienen cantida-des elevadas de taninos, lo que les produce una especie de “gastritis”. Para remediar las molestias y tener una me-

jor digestión, “colpean” alimentándose de esta arcilla, que como bien sabes, es un remedio que nuestras antiguas culturas utilizaban.

“En mi opinión, pienso que este es un factor para que se lleve a cabo tan magnífi co evento. Sin embargo, creo que hay que añadir las características de sociabilidad de todas estas aves. A ellas les encanta encontrarse y gritar unas a las otras”. Ninguna ha bajado a “colpear”. Simplemente se dedican a charlar y gritarle a todas las asistentes. Pienso

que esta actividad es parte muy importante de sus rituales de apareamiento. En efecto, presto atención a ese grupo de gua-camayas militaris con sus dorsos verdes y manchas rojas en la frente. Me percato que durante todo el tiempo que pasan en la “collpa”, se han abstenido de bajar al talud.

EL NIDO Y EL CORTEJOLa guacamaya roja o escarlata es una de las 332 especies que conforman la familia de los psitácidos. Afortunadamente y con mucho esfuerzo, en México la hemos logrado conservar en la Reserva de la Biósfera Montes Azules (Selva Lacandona). Son

característicos sus ojos redondos, su pico fuerte, corto, en forma de gancho, y por su-puesto su cola color escarlata, exagerada-mente larga y puntiaguda, seguida por sus alas con plumas rojas, amarillas y azules.

En general todas las guacamayas, loros, cotorras y pericos tienen como característica primordial la monogamia. Si pierden a su pa-reja, desconsoladas no vuelven a aparearse. Su destino será el de no volver a compartir su vida con otro extraordinario ser.

Su reproducción es verdaderamente compleja. El problema inicial es encontrar un nido conveniente; tiene que cumplir con condiciones muy específi cas: la más común es que se desgaje por alguna razón una rama de algún árbol, ya sea por el viento, la podredumbre o sequedad. Ese árbol no debe estar invadido por epífi tas (plantas trepadoras) que permiten el acceso a depredadores.

Además, el desgajamiento del árbol debe ser en sentido opuesto por donde llueve con mayor frecuencia para evitar que el nido se moje. Una vez desgajada la rama, se requie-re la labor de los pájaros carpinteros que en su afán por alimentarse de insectos, en par-ticular termitas, encuentran más fácil perfo-rar el área debilitada por la cicatriz que ha dejado la rama al caer.

Después, diferentes huéspedes abocar-dan el agujero que inició el carpintero hasta que está adecuada para ser preparado por la pareja de guacamayas.

El cortejo es de lo más hermoso que se puede presenciar. Entre gritos y aleteos, las parejas se posan en una rama. Allí hacen reverencias y ondulaciones con su cuerpo; proyectan las alas; dilatan las pupilas y se encrespan.

El canto de amor inunda la selva. Los gritos fuertes y penetrantes de la pareja hacen evidente que algo importante está sucediendo. Plumas erizadas, mordiscos en cachetes, alas y pechos las llevan al éxtasis. Se perchan colgando hacia el abismo, y en el momento de mayor exal-tación se sueltan al vacío en caída libre de unos 20 metros. Pecho con pecho conforman un periplo de amor, rojo, amarillo y azul, que las lleva de regreso a la misma rama para seguir disfrutando del amor.

Nuestra organización en la Selva Lacandona ha desarrollado un proyecto de conservación de la guacamaya roja basado en la protección de 80 kilómetros del área ribereña del río Lacan-tún; la conservación y registro de los árboles de anidación; el monitoreo periódico de nidos con pollos en crecimiento y el rescate de nidos amenazados por tala o incendios. Se estima que en México solo queda una población de 400 individuos. D

* Conocido como Tachi, el autor ha participado en proyectos de conservación en la Selva Lacandona, África, India, Nepal, Indonesia, la Amazonía, las Islas Galápagos, la Antártida y el Ártico Noruego. rafael-

[email protected]

LA RESERVA PERUANA DE TAMBOPATA-CANDAMO OFRECE EL ESPECTÁCULO DEL ESTRIDENTE CANTO DE PERICOS Y GUACAMAYAS QUE INVADE LA ZONA. EN MÉXICO YA SE PRESERVAN ESTAS ESPECIES DE AVES EN LA SELVA LACANDONA

EL COTORREO POR LA GASTRITIS

LA "COLLPA" PERUANA

EL COTORREO

La Reserva Nacional de Tambopata-Candamo, donde hay más especies de fl ora y fauna que en todo el con-tinente europeo, integra 1.5 millones de hectáreas, 545 especies de aves, mil 122 de mariposas y libélulas, y 29 de escarabajos tigre.

“TachiLa más aceptada es que todas estas aves se alimentan en

lugares donde hay plantas y frutos que contienen cantida-des elevadas de taninos, lo que les produce una especie de “gastritis”. Para remediar las molestias y tener una me-

jor digestión, “como bien sabes, es un remedio que nuestras antiguas culturas utilizaban.

lleve a cabo tan magnífi co evento. Sin embargo, creo que hay que añadir las características de sociabilidad de todas estas aves. A ellas les encanta encontrarse y gritar unas a las otras”. Ninguna ha bajado a “

La Reserva Nacional de Tambopata-Candamo, donde hay más especies de fl ora y fauna que en todo el con-tinente europeo, integra 1.5 millones de hectáreas, 545 especies de aves, mil 122 de mariposas y libélulas, y 29

EL CORTEJO ES HERMOSO:

PLUMAS ERIZADAS, MORDISCOS

EN CACHETES, ALAS Y PECHOS LOS LLEVAN AL

ÉXTASIS

[JUAN AMICHETTI/ RESERVA NACIONAL TAMBOPATA PERÚ]

MÁS ESPECIES QUE EN TODA EUROPA

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CRÓNICA21|10|201221|10|2012

Rafael Moreno Turrent

E n Perú, en la Reserva Nacional de Tambopata, el fenómeno de la "collpa” es un espectáculo que quita la respiración y obliga, como si se estuviera en un concierto musical desafi nado, a que los oídos se acostumbren a los cientos

de gritos frenéticos y estridentes de pericos que están en competencia por sobresalir.

Lo escenifi can cientos y cientos de guacamayas con dorso azul y vientre dorado, de loros con cabeza rosada o negra, de araraunas o pericos de mejillas rosadas, de roseinfrons y otras especies que padecen una especie de gastritis y buscan su remedio: comer arcillas ricas en caolín. El revo-loteo multicolor de aquí para allá y acullá tiene un orden,

por decirlo así: la supervisión de guacamayas militaris que con sus dorsos verdes y manchas rojas en la frente sólo ob-servan y gritan —quizá dan órdenes—, a todas las especies que descienden, suben o se asientan en ramas de árboles semisecos y hasta en grietas del lomerío.

En esa selva también se escenifi ca uno de los cortejos más hermoso del mundo: el de las guacamayas. Empieza con re-verencias y pupilas dilatadas, mordiscos en todos lados y pasa por una caída libre de la pareja de unos 20 metros pe-gados pecho con pecho para terminar en la misma rama y continuar el rito de de la procreación.

LA RIQUEZA EN TAMBOPATALa Reserva Nacional de Tambopata-Candamo, creada por de-creto en 1990, se ubica al este y al sur de Puerto Maldonado

donde confl uyen los ríos Tambopata y Madre de Dios, éste último afl uente del Amazonas.

Tambopata, al igual que muchas otras partes de la Amazonia, sufre el embate de la minería aurífera, las invasiones de tierras, la extracción ilegal de madera y el tráfi co de especies exóticas.

El viaje para llegar a la reserva es largo y extenuante: del avión a Lima, espera aeroportuaria para enlazar con otro avión a Cusco y de ahí otro a Puerto Maldonado, para abordar luego una lancha con motor fuera de borda y con capacidad para 10 personas durante tres horas.

En pleno cansancio, a la vuelta de un meandro, sorprende-mos y nos sorprende una familia de capibaras, el roedor más grande del mundo (50 kilos de peso, con más de un metro de longitud y medio metro de alzada). Nuestro motorista afl oja el paso para no causar oleaje que inquiete a tan feliz grupo in-tegrado por un alpha, tres hembras y cuatro juveniles; pelaje hirsuto casi impermeable color café oscuro con algunas man-chas más claras. Todos atentos a la presencia de cualquier depredador: jaguares, cocodrilos.

LA “COLLPA”No es de imaginarse que en la selva de Tambopata se pueda presentar un clima tan frío y que la lluvia sea constante junto a vientos helados, que resienten todos los huesos, procedentes de los Andes.

Sabino es el encargado de nuestra visi-ta. Tiene unos 30 años, ha vivido toda su vida en este paraíso y su incorporación al proyecto en Tambopata es reciente.

Nos pide que aceleremos el abordaje e inicia el avance río arriba. El traslado toma cerca de 15 minutos que transcurren muy lentamente. El aire helado nos obliga a proteger la cara. El motorista se detiene y sujeta la embarcación con la soga. Ahora sí empieza el amanecer; los sonidos de la selva son opacados por el murmullo del río y la neblina quita poco a poco su velo hasta permitirnos ver la orilla opuesta: la “collpa”, la tan esperada “collpa”.

La palabra “collpa” (se pronuncia colpa) proviene del quechua, lengua extendida desde las épocas incaicas por Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú, y se le relaciona con la reunión de animales o aves alrededor de un cierto lugar común.

El color rojizo de la arcilla rica en caolín empieza a tomar presencia frente a nues-tros ojos. Comienzan los gritos. A lo lejos aparecen volando dos araraunas y dos maravillosas guacamayas con dorso azul y vientre dorado hacen un vuelo en círculo justo arriba de nosotros. Más gritos. Apare-ce una parvada de loros de cabeza rosada (roseifrons), con sus alas verdes mezcladas con azul y sus pechos rojos. Sus gritos son más estridentes que el de las guacamayas. Escogen un árbol semiseco para posarse.

Aparecen más y más grupos: loros de ca-beza negra, pericos con alas color cobalto, seguidos por los tuis con su espectacular verde tierno en las alas y su frente amarilla brillante; los pericos de mejillas rojas que le gritan a los que tienen un hermoso color escarlata en sus hombros. Todos realizan el mismo ritual: gritan sobre nosotros una, dos, tres veces y checan que no se encuentre en el área algún halcón o gavilán.

La guía Princeton de Aves del Perú no dice que éste es un grupo de 10 guacamayas rojas (macao) que sobre el árbol dan la apariencia de un manzano que nos muestra sus frutos. Las cabezas rojas voltean a cada instante de un lado a otro. Todas se posan en áreas muy precisas donde el agua de lluvia con su escurrimiento voluminoso ha generado profundas cicatrices a su paso por el borde.

Manchas verdes en constante movimiento iluminan las grie-tas con un colorido extraordinario en contraste con la luz. Caos. Frenesí: 20, 30, despegan apresuradamente del talud y de nue-va cuenta giran sobre nuestras cabezas. Un techo multicolor obstruye al paso de los rayos del sol.

Fue una falsa alarma; no hay peligro. No hay depredador a la vista. Las copas de los árboles se empiezan a llenar y continúan las pláticas pendientes hasta que deciden regresar de nueva cuenta al talud del río.

Le pregunto a Sabino, experto ornitólogo, cuál es la razón de este extraordinario fenómeno. Sonriente contesta:

CRÓNICA

“Tachi, existen muchas teorías sobre su comportamiento. La más aceptada es que todas estas aves se alimentan en

lugares donde hay plantas y frutos que contienen cantida-des elevadas de taninos, lo que les produce una especie de “gastritis”. Para remediar las molestias y tener una me-

jor digestión, “colpean” alimentándose de esta arcilla, que como bien sabes, es un remedio que nuestras antiguas culturas utilizaban.

“En mi opinión, pienso que este es un factor para que se lleve a cabo tan magnífi co evento. Sin embargo, creo que hay que añadir las características de sociabilidad de todas estas aves. A ellas les encanta encontrarse y gritar unas a las otras”. Ninguna ha bajado a “colpear”. Simplemente se dedican a charlar y gritarle a todas las asistentes. Pienso

que esta actividad es parte muy importante de sus rituales de apareamiento. En efecto, presto atención a ese grupo de gua-camayas militaris con sus dorsos verdes y manchas rojas en la frente. Me percato que durante todo el tiempo que pasan en la “collpa”, se han abstenido de bajar al talud.

EL NIDO Y EL CORTEJOLa guacamaya roja o escarlata es una de las 332 especies que conforman la familia de los psitácidos. Afortunadamente y con mucho esfuerzo, en México la hemos logrado conservar en la Reserva de la Biósfera Montes Azules (Selva Lacandona). Son

característicos sus ojos redondos, su pico fuerte, corto, en forma de gancho, y por su-puesto su cola color escarlata, exagerada-mente larga y puntiaguda, seguida por sus alas con plumas rojas, amarillas y azules.

En general todas las guacamayas, loros, cotorras y pericos tienen como característica primordial la monogamia. Si pierden a su pa-reja, desconsoladas no vuelven a aparearse. Su destino será el de no volver a compartir su vida con otro extraordinario ser.

Su reproducción es verdaderamente compleja. El problema inicial es encontrar un nido conveniente; tiene que cumplir con condiciones muy específi cas: la más común es que se desgaje por alguna razón una rama de algún árbol, ya sea por el viento, la podredumbre o sequedad. Ese árbol no debe estar invadido por epífi tas (plantas trepadoras) que permiten el acceso a depredadores.

Además, el desgajamiento del árbol debe ser en sentido opuesto por donde llueve con mayor frecuencia para evitar que el nido se moje. Una vez desgajada la rama, se requie-re la labor de los pájaros carpinteros que en su afán por alimentarse de insectos, en par-ticular termitas, encuentran más fácil perfo-rar el área debilitada por la cicatriz que ha dejado la rama al caer.

Después, diferentes huéspedes abocar-dan el agujero que inició el carpintero hasta que está adecuada para ser preparado por la pareja de guacamayas.

El cortejo es de lo más hermoso que se puede presenciar. Entre gritos y aleteos, las parejas se posan en una rama. Allí hacen reverencias y ondulaciones con su cuerpo; proyectan las alas; dilatan las pupilas y se encrespan.

El canto de amor inunda la selva. Los gritos fuertes y penetrantes de la pareja hacen evidente que algo importante está sucediendo. Plumas erizadas, mordiscos en cachetes, alas y pechos las llevan al éxtasis. Se perchan colgando hacia el abismo, y en el momento de mayor exal-tación se sueltan al vacío en caída libre de unos 20 metros. Pecho con pecho conforman un periplo de amor, rojo, amarillo y azul, que las lleva de regreso a la misma rama para seguir disfrutando del amor.

Nuestra organización en la Selva Lacandona ha desarrollado un proyecto de conservación de la guacamaya roja basado en la protección de 80 kilómetros del área ribereña del río Lacan-tún; la conservación y registro de los árboles de anidación; el monitoreo periódico de nidos con pollos en crecimiento y el rescate de nidos amenazados por tala o incendios. Se estima que en México solo queda una población de 400 individuos. D

* Conocido como Tachi, el autor ha participado en proyectos de conservación en la Selva Lacandona, África, India, Nepal, Indonesia, la Amazonía, las Islas Galápagos, la Antártida y el Ártico Noruego. rafael-

[email protected]

LA RESERVA PERUANA DE TAMBOPATA-CANDAMO OFRECE EL ESPECTÁCULO DEL ESTRIDENTE CANTO DE PERICOS Y GUACAMAYAS QUE INVADE LA ZONA. EN MÉXICO YA SE PRESERVAN ESTAS ESPECIES DE AVES EN LA SELVA LACANDONA

EL COTORREO POR LA GASTRITIS

LA "COLLPA" PERUANA

EL COTORREO

La Reserva Nacional de Tambopata-Candamo, donde hay más especies de fl ora y fauna que en todo el con-tinente europeo, integra 1.5 millones de hectáreas, 545 especies de aves, mil 122 de mariposas y libélulas, y 29 de escarabajos tigre.

“TachiLa más aceptada es que todas estas aves se alimentan en

lugares donde hay plantas y frutos que contienen cantida-des elevadas de taninos, lo que les produce una especie de “gastritis”. Para remediar las molestias y tener una me-

jor digestión, “como bien sabes, es un remedio que nuestras antiguas culturas utilizaban.

lleve a cabo tan magnífi co evento. Sin embargo, creo que hay que añadir las características de sociabilidad de todas estas aves. A ellas les encanta encontrarse y gritar unas a las otras”. Ninguna ha bajado a “

La Reserva Nacional de Tambopata-Candamo, donde hay más especies de fl ora y fauna que en todo el con-tinente europeo, integra 1.5 millones de hectáreas, 545 especies de aves, mil 122 de mariposas y libélulas, y 29

EL CORTEJO ES HERMOSO:

PLUMAS ERIZADAS, MORDISCOS

EN CACHETES, ALAS Y PECHOS LOS LLEVAN AL

ÉXTASIS

[JUAN AMICHETTI/ RESERVA NACIONAL TAMBOPATA PERÚ]

MÁS ESPECIES QUE EN TODA EUROPA

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REPORTAJE21|10|201221|10|2012

por Yolanda Rinaldi

P ocas veces, como en 1982, de manera unánime, los recintos académicos de Oslo y Estocolmo llenaron de orgullo a los pueblos latinoameri-canos: el colombiano Gabriel García Márquez y el mexicano Alfonso García Robles ganaron

el Nobel de Literatura y el de la Paz, respectivamente. Dos premios, por demás, con enorme sentido político: el pri-mero, defensor de la independencia y autodeterminación de los pueblos de América, África y Asia; el segundo, incan-sable impugnador de la violencia internacional, exponente de la tesis antibélica (y digno representante de la presti-giosa posición internacional que México tenía en aquella época). Una gran luz en medio de las sombras del confl icto Centroamericano, que estaba en la agenda de los países de toda Latinoamérica por esos días.

El 21 de octubre de ese año, Gabriel García Márquez está en México. No es un día cualquiera. La noticia del Premio Nobel de Literatura genera reacciones de satisfacción en todo el mundo, convirtiendo al colombiano en el galar-donado más popular de la historia. Las imágenes que ali-menta la efeméride se volvieron familiares, sin embargo, al cumplirse 30 años de aquella fecha, la crónica correspondiente debe revisitarse.

Andrés Ryberg, secretario ejecutivo de la Aca-demia de las Letras de Suecia —de acuerdo con testimonios de la prensa internacional— dijo que la elección había sido muy reñida entre los miembros del Comité de Selección.

Para García Márquez el premio cobraba signi-fi cación por su compromiso a favor de los de-rechos humanos, ya que él mismo había sido víctima por sus ideas políticas de izquierda, que lo obligaron a abandonar su país de ori-gen. (La periodista Rita Ganem comentó algu-na vez que en 1981 GGM visitaba Colombia, sin embargo, “abandonó repentinamente el país, afi rmando que se hallaba en riesgo de ser aprehendido, acusado de estar relacio-nado con el contrabando de armas para las guerrillas de la izquierda colombiana. El gobierno insistió en que el escritor no se hallaba en peligro de arresto y lo acusó de haber organizado el escándalo por motivos publicitarios”).

De tal suerte que en esa época Gabriel García Márquez es una fi gura singular, cuyo liderazgo carismático le permite interactuar entre el poder y la literatura. Tal vez sea uno de los ejemplos históri-cos de esta relación entre el escritor y la comunidad política, pero tiene a la vez una enorme infl uencia social y arrastra multitudes.

Ese día del anuncio del Premio, el júbilo también estalló en su patria. Todas las emi-soras de radio colombianas entonaron en su honor el Himno Nacional y el presidente Belisa-rio Betancourt fue el primero de sus compatrio-tas en felicitarlo. Mientras, miles de entusiastas se lanzaron a las calles; “el Nobel se sentía”, la central telefónica se congestionó, desbordada por el ánimo de quienes querían dar la “nueva” y compartir ese momen-to estelar, escribió Ramiro Guzmán Arteaga. Por ejemplo, los taxistas de Barranquilla sonaban espontáneamente el claxon; cuando eso ocurre “es porque el homenaje es mere-cidamente popular” y el gobierno local del departamento de Magdalena, en la costa del Caribe, propuso declarar la casa donde nació el escritor monumento nacional.

Tras el revuelo causado en esa fecha, así ha sido la exis-tencia del escritor obsesionado por el delirio de personajes que tuvieron que nombrar cosas no vistas. Sin duda el mejor homenaje a su grandeza literaria es leer y releer su obra.

****En el mundo imaginario de Gabriel García Márquez sus per-sonajes conviven y se tocan. En el mundo real, la noticia del premio Nobel ese jueves 21 de octubre de 1982 produjo un vuelco auténtico en la historia de la literatura de América Latina, ya que por primera vez el júbilo por su designación estalló al unísono en todos los ámbitos no sólo académi-cos e intelectuales sino también en sectores populares de todos los países del continente americano, sin contar las reacciones de gozo único en todo el mundo.

Muchas veces se ha dicho que la verdadera iden-tidad latinoamericana está en la cultura y el premio

EL DÍA QUE GARCÍA MÁRQUEZ

GANÓ EL NOBEL

a García Márquez produjo un enorme regocijo. Braulio Peralta, quien trabajaba en Unomásuno, refi ere:

“A las cinco de la mañana me fui a la redacción para leer los cables informativos. Y la confi rmación: el admirado au-tor de Cien años de soledad ganaba el galardón. Me fui di-recto a la casa del escritor, allá por el sur de la ciudad, acom-pañado de la uruguaya Margarita Fynn. Antes de las seis ya estábamos en su casa. No éramos más de tres reporteros: la radio sueca, la agencia EFE y nosotros. La alegría de Gabo era más bien de pasmo, incredulidad. Sus sentidos abiertos a la ex-periencia donde la noticia era él. Mercedes, su esposa, estaba feliz. No abrieron la puerta a nadie más. Al salir de ahí, afuera, había un tumulto de periodistas buscando una declaración del premiado”.

Desde las 5:30 de la mañana, Gabo vivió la alegría con su familia, pero también empezó a perder el sosiego; amigos y periodistas eufóricos empezaron a invadir la residencia en el sur de la ciudad; hervían las emociones. El hombre más feliz del Universo vestía esa mañana una bata azul, sorprendido sin la ducha de todos los días.

Gabo lo mismo atendía el teléfono, con interlocutores de un sinnúmero de países, que recibía a los espontáneos visitantes. No ocultaba su sorpresa; repartía abrazos, “esto es una broma” comentaba. Atenta, su esposa lo auxilia, mientras el Nobel, “sin tiempo para pensar dos minutos qué es lo que debo sentir”, hacía sus característicos gestos, por momentos cruza los bra-zos en actitud pensativa, se alisa el bigote, detiene la mano

derecha en la barbilla, levanta la mano izquierda para pedir a los recién llegados tiempos de espera, sonríe, sonríe y son-ríe. Su hijo mayor, Rodrigo se suma al ambiente de felicidad.

En aquella fecha las multitudes mexicanas y colombianas hicieron suyo el premio Nobel. Parecía muy lejano, acaso desconocido, el día de un posible debate en torno al libro electrónico y las futuras formas de lecturas.

El Nobel lo sorprendía mientras “trabajaba en una historia de amor con fi nal feliz”, sin embargo, “el muchacho barran-quillero”, como le decía su amigo Ángel Rama, no volvería a tener secretos ni a conocer el silencio que buscó para crear, 20 años antes de esa fecha, cuando junto con su familia eli-gió instalarse en México persiguiendo la soledad y la tran-quilidad para escribir. (Aquí habían crecido sus hijos Rodrigo y Gonzalo, según reveló en otro encuentro con la prensa.)

Ahora, los primeros rayos de sol de ese otoño entra-ban por las ventanas de su casa, jugando parejas con los primeros periodistas que se asomaban por ahí para conseguir las declaraciones del prolífi co narrador y acti-vista político: “Espero tener más audiencia para denun-

ciar ante el mundo la política intervencionista de Estados Unidos”, dijo a los reporteros que ganaron las primicias de

sus comentarios.A las seis de la mañana, un grupo de corresponsales extran-

jeros sorprendió a Mercedes “con dos botellas de champagne”. ¿Qué se dijo en aquel acto? En esa felicidad colectiva se mul-tiplicaban los abrazos y los apretones de manos, parecía una cita cotidiana, de conversaciones compartidas, de dicha, risas, todos ajenos a la pertinencia o impertinencia de la visita.

A las siete de la mañana todo era fi esta, júbilo. En razón de que arribaban decenas y decenas de periodistas, amigos y admiradores, Mercedes determinó conducirlos al jardín de la casa; ahí se agolparon fotógrafos, reporteros, corresponsales, camarógrafos de todo el mundo, la radio y la televisión reñían por una exclusiva, “es el premio del continente”, decían, “feli-citémonos”. No había lugar para excentricidades. No existían los celulares, de modo que debían contener los nervios para no salir en tropel hacia sus redacciones para informar de todo lo que observaban, en ese aire cargado de felicidad que reinaba en la residencia García Márquez Barcha.

A las 10 en punto García Márquez apareció vestido con cha-queta y pantalón (dejó de lado su overol azul marino fuerte) y sin más anunció: “No voy a cambiar”. “Para empezar, no voy a modifi car mi agenda. Más tarde me voy al aeropuerto por el Canciller de mi país, Rodrigo Lloreda Caicedo, quien me acom-pañará mañana a la residencia ofi cial de Los Pinos a recibir la Orden del Águila Azteca que me confi ere el gobierno mexicano y luego iré a San Luis Potosí con mis amigos al inicio de la fi lma-ción de La increíble y triste historia de la cándida Eréndida y su abuela desalmada”. (En realidad la cinta dirigida por el brasile-ño Ruy Guerra y rodada en escenarios de Zacatecas y Veracruz, se llamó Eréndida con la inolvidable actriz griega Irene Papas, en el papel de la abuela desalmada. La coincidencia del roda-je de la película tenía que ver con su antiguo modus vivendi ya que desde su llegada a México se había dedicado a escribir guiones de cine, como El gallo de oro, basado en un cuento de Juan Rulfo, que adaptó con Carlos Fuentes).

Ahora en ese ambiente de asedio de periodistas y medios de comunicación reunidos en el jardín de su casa, el Nobel denun-ció “la invasión que Honduras prepara en Nicaragua promovida

por Estados Unidos, es más grave de lo que ustedes están diciendo”. Su eminente fi gura crece ante el acontecimien-to, ofrece una persuasiva explicación sobre la necesidad de atender la iniciativa de México y Venezuela para frenar la agresión.

No hay tramos de silencio, mientras se conjuntaban los te-mas Gabo recordaba las horas inmediatas y se anticipaba al porvenir. “Mi primera impresión fue de incredulidad y asom-bro. Pensaba que sería un candidato eterno, pues hace cuatro años que me despertaba con la misma noticia. Es un recono-cimiento al progreso avasallador de la literatura de Améri-ca Latina”. (Al día siguiente diría a la prensa: “Me dieron el premio porque ya tenía fastidiado al Comité… perdí porque mi candidato fue y sigue siendo Graham Greene”. Y la reali-dad: estaba a punto de disponer de un millón 150 mil coronas, unos 157 mil dólares, al tipo de cambio de aquel tiempo).

Los reporteros indagan acerca de las perspectivas del viaje a Estocolmo, quieren más revelaciones, anécdotas… No podía pasar por alto que su amistad con Fidel Castro impedía su libre ingreso a Estados Unidos. Recordó que en 1971 intervino a su favor Henry Kissinger (ex secretario de Estado): “Fui a la embajada por la visa; la autorización era para una charla en la Universidad de Columbia. En esa ocasión para recibir el doctorado Honoris Causa; pero la fórmula se quedó, y eso es lo fi cticio, porque cada vez que voy a Estados Unidos lo hago para una charla en la Universidad de Columbia”.

Los fotógrafos lo rodean, nadie quiere perder ningún án-gulo de ese hombre cercano a la gloria que los hipnotiza con sus palabras. “Recibiré el galardón vestido de guayabera ya que el frac me trae mala suerte” (al respecto la madre del autor confesó: “Yo no quería que Gabriel ganara el premio porque él me ha dicho que cuando alguien lo recibe, luego se muere”). Radio Caracol, logró un enlace telefónico entre ella y su hijo, quien para calmarla de su inquietud le dijo que no se preocupara porque él “tenía la contra, llevando su amuleto, una rosa amarilla…”).

Carlos Monsiváis lo retrató, con su inteligente estilo y es-cribió en el suplemento cultural Sábado: “Un escritor, famo-so hasta la exageración, huyendo de las multitudes como en fi nal de película de Buster Keaton. No es mala hazaña en un continente con tamaña tradición antintelectual y anal-fabetismo secular y lecturas que aplastarán de aquí a la eternidad los programas de televisión, la falta de libros y la carencia de oportunidad…”.

Y mientras García Márquez confi aba que el premio le proporcionara “mayor audiencia” contra la política in-tervencionista estadunidensea, en Cartagena, su mamá, doña Luisa Santiaga, se defendía del acoso de la prensa con un “Mijo, estamos muy contentos y ojalá este premio sirva para que me arreglen el teléfono”. La magia de Gabo envolvió a todos, aquel día que la Academia de Letras de Suecia anunció el Nobel para Macondo, como rezaba en su primera plana el diario El Caribe de Barranquilla. D

REPORTAJE

Este 21 de octubre se cumplen 30 años de que se anunciara el galardón literario para el colombiano. Aquella mañana en su casa de la Ciudad de México, comentó: “esto es una

broma”, mientras su madre solo deseó: "Ojalá esto sirva para que me arreglen el teléfono"

[BJORN ELGSTRAND/ AP]

[HAMILTON/AP]

[EFE]

Entrega del Premio el 10 de diciembre de 1982 en Estocolmo, de manos del rey de Suecia Carlos Gustavo

DIFÍCIL DECISIÓNGabriel García Márquez obtuvo el Nobel de Literatura en 1982 entre más de 150 candidatos; entre ellos Graham Greene, Norman Mailer, Alberto Mora-via, Octavio Paz, Marguerite Yourcenar y Nadine Gordimer.

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REPORTAJE21|10|201221|10|2012

por Yolanda Rinaldi

P ocas veces, como en 1982, de manera unánime, los recintos académicos de Oslo y Estocolmo llenaron de orgullo a los pueblos latinoameri-canos: el colombiano Gabriel García Márquez y el mexicano Alfonso García Robles ganaron

el Nobel de Literatura y el de la Paz, respectivamente. Dos premios, por demás, con enorme sentido político: el pri-mero, defensor de la independencia y autodeterminación de los pueblos de América, África y Asia; el segundo, incan-sable impugnador de la violencia internacional, exponente de la tesis antibélica (y digno representante de la presti-giosa posición internacional que México tenía en aquella época). Una gran luz en medio de las sombras del confl icto Centroamericano, que estaba en la agenda de los países de toda Latinoamérica por esos días.

El 21 de octubre de ese año, Gabriel García Márquez está en México. No es un día cualquiera. La noticia del Premio Nobel de Literatura genera reacciones de satisfacción en todo el mundo, convirtiendo al colombiano en el galar-donado más popular de la historia. Las imágenes que ali-menta la efeméride se volvieron familiares, sin embargo, al cumplirse 30 años de aquella fecha, la crónica correspondiente debe revisitarse.

Andrés Ryberg, secretario ejecutivo de la Aca-demia de las Letras de Suecia —de acuerdo con testimonios de la prensa internacional— dijo que la elección había sido muy reñida entre los miembros del Comité de Selección.

Para García Márquez el premio cobraba signi-fi cación por su compromiso a favor de los de-rechos humanos, ya que él mismo había sido víctima por sus ideas políticas de izquierda, que lo obligaron a abandonar su país de ori-gen. (La periodista Rita Ganem comentó algu-na vez que en 1981 GGM visitaba Colombia, sin embargo, “abandonó repentinamente el país, afi rmando que se hallaba en riesgo de ser aprehendido, acusado de estar relacio-nado con el contrabando de armas para las guerrillas de la izquierda colombiana. El gobierno insistió en que el escritor no se hallaba en peligro de arresto y lo acusó de haber organizado el escándalo por motivos publicitarios”).

De tal suerte que en esa época Gabriel García Márquez es una fi gura singular, cuyo liderazgo carismático le permite interactuar entre el poder y la literatura. Tal vez sea uno de los ejemplos históri-cos de esta relación entre el escritor y la comunidad política, pero tiene a la vez una enorme infl uencia social y arrastra multitudes.

Ese día del anuncio del Premio, el júbilo también estalló en su patria. Todas las emi-soras de radio colombianas entonaron en su honor el Himno Nacional y el presidente Belisa-rio Betancourt fue el primero de sus compatrio-tas en felicitarlo. Mientras, miles de entusiastas se lanzaron a las calles; “el Nobel se sentía”, la central telefónica se congestionó, desbordada por el ánimo de quienes querían dar la “nueva” y compartir ese momen-to estelar, escribió Ramiro Guzmán Arteaga. Por ejemplo, los taxistas de Barranquilla sonaban espontáneamente el claxon; cuando eso ocurre “es porque el homenaje es mere-cidamente popular” y el gobierno local del departamento de Magdalena, en la costa del Caribe, propuso declarar la casa donde nació el escritor monumento nacional.

Tras el revuelo causado en esa fecha, así ha sido la exis-tencia del escritor obsesionado por el delirio de personajes que tuvieron que nombrar cosas no vistas. Sin duda el mejor homenaje a su grandeza literaria es leer y releer su obra.

****En el mundo imaginario de Gabriel García Márquez sus per-sonajes conviven y se tocan. En el mundo real, la noticia del premio Nobel ese jueves 21 de octubre de 1982 produjo un vuelco auténtico en la historia de la literatura de América Latina, ya que por primera vez el júbilo por su designación estalló al unísono en todos los ámbitos no sólo académi-cos e intelectuales sino también en sectores populares de todos los países del continente americano, sin contar las reacciones de gozo único en todo el mundo.

Muchas veces se ha dicho que la verdadera iden-tidad latinoamericana está en la cultura y el premio

EL DÍA QUE GARCÍA MÁRQUEZ

GANÓ EL NOBEL

a García Márquez produjo un enorme regocijo. Braulio Peralta, quien trabajaba en Unomásuno, refi ere:

“A las cinco de la mañana me fui a la redacción para leer los cables informativos. Y la confi rmación: el admirado au-tor de Cien años de soledad ganaba el galardón. Me fui di-recto a la casa del escritor, allá por el sur de la ciudad, acom-pañado de la uruguaya Margarita Fynn. Antes de las seis ya estábamos en su casa. No éramos más de tres reporteros: la radio sueca, la agencia EFE y nosotros. La alegría de Gabo era más bien de pasmo, incredulidad. Sus sentidos abiertos a la ex-periencia donde la noticia era él. Mercedes, su esposa, estaba feliz. No abrieron la puerta a nadie más. Al salir de ahí, afuera, había un tumulto de periodistas buscando una declaración del premiado”.

Desde las 5:30 de la mañana, Gabo vivió la alegría con su familia, pero también empezó a perder el sosiego; amigos y periodistas eufóricos empezaron a invadir la residencia en el sur de la ciudad; hervían las emociones. El hombre más feliz del Universo vestía esa mañana una bata azul, sorprendido sin la ducha de todos los días.

Gabo lo mismo atendía el teléfono, con interlocutores de un sinnúmero de países, que recibía a los espontáneos visitantes. No ocultaba su sorpresa; repartía abrazos, “esto es una broma” comentaba. Atenta, su esposa lo auxilia, mientras el Nobel, “sin tiempo para pensar dos minutos qué es lo que debo sentir”, hacía sus característicos gestos, por momentos cruza los bra-zos en actitud pensativa, se alisa el bigote, detiene la mano

derecha en la barbilla, levanta la mano izquierda para pedir a los recién llegados tiempos de espera, sonríe, sonríe y son-ríe. Su hijo mayor, Rodrigo se suma al ambiente de felicidad.

En aquella fecha las multitudes mexicanas y colombianas hicieron suyo el premio Nobel. Parecía muy lejano, acaso desconocido, el día de un posible debate en torno al libro electrónico y las futuras formas de lecturas.

El Nobel lo sorprendía mientras “trabajaba en una historia de amor con fi nal feliz”, sin embargo, “el muchacho barran-quillero”, como le decía su amigo Ángel Rama, no volvería a tener secretos ni a conocer el silencio que buscó para crear, 20 años antes de esa fecha, cuando junto con su familia eli-gió instalarse en México persiguiendo la soledad y la tran-quilidad para escribir. (Aquí habían crecido sus hijos Rodrigo y Gonzalo, según reveló en otro encuentro con la prensa.)

Ahora, los primeros rayos de sol de ese otoño entra-ban por las ventanas de su casa, jugando parejas con los primeros periodistas que se asomaban por ahí para conseguir las declaraciones del prolífi co narrador y acti-vista político: “Espero tener más audiencia para denun-

ciar ante el mundo la política intervencionista de Estados Unidos”, dijo a los reporteros que ganaron las primicias de

sus comentarios.A las seis de la mañana, un grupo de corresponsales extran-

jeros sorprendió a Mercedes “con dos botellas de champagne”. ¿Qué se dijo en aquel acto? En esa felicidad colectiva se mul-tiplicaban los abrazos y los apretones de manos, parecía una cita cotidiana, de conversaciones compartidas, de dicha, risas, todos ajenos a la pertinencia o impertinencia de la visita.

A las siete de la mañana todo era fi esta, júbilo. En razón de que arribaban decenas y decenas de periodistas, amigos y admiradores, Mercedes determinó conducirlos al jardín de la casa; ahí se agolparon fotógrafos, reporteros, corresponsales, camarógrafos de todo el mundo, la radio y la televisión reñían por una exclusiva, “es el premio del continente”, decían, “feli-citémonos”. No había lugar para excentricidades. No existían los celulares, de modo que debían contener los nervios para no salir en tropel hacia sus redacciones para informar de todo lo que observaban, en ese aire cargado de felicidad que reinaba en la residencia García Márquez Barcha.

A las 10 en punto García Márquez apareció vestido con cha-queta y pantalón (dejó de lado su overol azul marino fuerte) y sin más anunció: “No voy a cambiar”. “Para empezar, no voy a modifi car mi agenda. Más tarde me voy al aeropuerto por el Canciller de mi país, Rodrigo Lloreda Caicedo, quien me acom-pañará mañana a la residencia ofi cial de Los Pinos a recibir la Orden del Águila Azteca que me confi ere el gobierno mexicano y luego iré a San Luis Potosí con mis amigos al inicio de la fi lma-ción de La increíble y triste historia de la cándida Eréndida y su abuela desalmada”. (En realidad la cinta dirigida por el brasile-ño Ruy Guerra y rodada en escenarios de Zacatecas y Veracruz, se llamó Eréndida con la inolvidable actriz griega Irene Papas, en el papel de la abuela desalmada. La coincidencia del roda-je de la película tenía que ver con su antiguo modus vivendi ya que desde su llegada a México se había dedicado a escribir guiones de cine, como El gallo de oro, basado en un cuento de Juan Rulfo, que adaptó con Carlos Fuentes).

Ahora en ese ambiente de asedio de periodistas y medios de comunicación reunidos en el jardín de su casa, el Nobel denun-ció “la invasión que Honduras prepara en Nicaragua promovida

por Estados Unidos, es más grave de lo que ustedes están diciendo”. Su eminente fi gura crece ante el acontecimien-to, ofrece una persuasiva explicación sobre la necesidad de atender la iniciativa de México y Venezuela para frenar la agresión.

No hay tramos de silencio, mientras se conjuntaban los te-mas Gabo recordaba las horas inmediatas y se anticipaba al porvenir. “Mi primera impresión fue de incredulidad y asom-bro. Pensaba que sería un candidato eterno, pues hace cuatro años que me despertaba con la misma noticia. Es un recono-cimiento al progreso avasallador de la literatura de Améri-ca Latina”. (Al día siguiente diría a la prensa: “Me dieron el premio porque ya tenía fastidiado al Comité… perdí porque mi candidato fue y sigue siendo Graham Greene”. Y la reali-dad: estaba a punto de disponer de un millón 150 mil coronas, unos 157 mil dólares, al tipo de cambio de aquel tiempo).

Los reporteros indagan acerca de las perspectivas del viaje a Estocolmo, quieren más revelaciones, anécdotas… No podía pasar por alto que su amistad con Fidel Castro impedía su libre ingreso a Estados Unidos. Recordó que en 1971 intervino a su favor Henry Kissinger (ex secretario de Estado): “Fui a la embajada por la visa; la autorización era para una charla en la Universidad de Columbia. En esa ocasión para recibir el doctorado Honoris Causa; pero la fórmula se quedó, y eso es lo fi cticio, porque cada vez que voy a Estados Unidos lo hago para una charla en la Universidad de Columbia”.

Los fotógrafos lo rodean, nadie quiere perder ningún án-gulo de ese hombre cercano a la gloria que los hipnotiza con sus palabras. “Recibiré el galardón vestido de guayabera ya que el frac me trae mala suerte” (al respecto la madre del autor confesó: “Yo no quería que Gabriel ganara el premio porque él me ha dicho que cuando alguien lo recibe, luego se muere”). Radio Caracol, logró un enlace telefónico entre ella y su hijo, quien para calmarla de su inquietud le dijo que no se preocupara porque él “tenía la contra, llevando su amuleto, una rosa amarilla…”).

Carlos Monsiváis lo retrató, con su inteligente estilo y es-cribió en el suplemento cultural Sábado: “Un escritor, famo-so hasta la exageración, huyendo de las multitudes como en fi nal de película de Buster Keaton. No es mala hazaña en un continente con tamaña tradición antintelectual y anal-fabetismo secular y lecturas que aplastarán de aquí a la eternidad los programas de televisión, la falta de libros y la carencia de oportunidad…”.

Y mientras García Márquez confi aba que el premio le proporcionara “mayor audiencia” contra la política in-tervencionista estadunidensea, en Cartagena, su mamá, doña Luisa Santiaga, se defendía del acoso de la prensa con un “Mijo, estamos muy contentos y ojalá este premio sirva para que me arreglen el teléfono”. La magia de Gabo envolvió a todos, aquel día que la Academia de Letras de Suecia anunció el Nobel para Macondo, como rezaba en su primera plana el diario El Caribe de Barranquilla. D

REPORTAJE

Este 21 de octubre se cumplen 30 años de que se anunciara el galardón literario para el colombiano. Aquella mañana en su casa de la Ciudad de México, comentó: “esto es una

broma”, mientras su madre solo deseó: "Ojalá esto sirva para que me arreglen el teléfono"

[BJORN ELGSTRAND/ AP]

[HAMILTON/AP]

[EFE]

Entrega del Premio el 10 de diciembre de 1982 en Estocolmo, de manos del rey de Suecia Carlos Gustavo

DIFÍCIL DECISIÓNGabriel García Márquez obtuvo el Nobel de Literatura en 1982 entre más de 150 candidatos; entre ellos Graham Greene, Norman Mailer, Alberto Mora-via, Octavio Paz, Marguerite Yourcenar y Nadine Gordimer.

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21|10|201214|10|2012

CONSEJO EDITORIALJESÚS RANGELALFREDO CAMPOS VILLEDAJOSÉ LUIS MARTÍNEZ S.

CORRECCIÓNALEJANDRO DE LA GARZA

FOTOGRAFÍAARTURO BERMÚDEZ

DISEÑOBRAULIO MONTES/EditorSALVADOR VÁZQUEZ/ConceptoMARIO FUANTOS/Diseñador

(+) JESÚS D. GONZÁLEZFUNDADOR

FRANCISCO A. GONZÁLEZPRESIDENTE

FRANCISCO D. GONZÁLEZ A.DIRECTOR GENERAL

JESÚS D. GONZÁLEZ A.DIRECTOR GENERAL ADJUNTO

CARLOS MARÍNDIRECTOR GENERAL EDITORIAL

CIRO GÓMEZ LEYVADIRECTOR EDITORIAL ADJUNTO

HUGO CHAPA GAMBOADIRECTOR EJECUTIVO

PEDRO GONZÁLEZDIRECTOR ADMINISTRATIVO Y FINANZAS

JAVIER CHAPADIRECTOR DE NEGOCIOS

ADRIANA OBREGÓNDIRECTORA COMERCIAL

LUIS REZADIRECTOR RELACIONES INSTITUCIONALES

GABRIEL NAVARRODIRECTOR INTERNET

MAURICIO MORALESDIRECTOR DESARROLLO CORPORATIVO

FERNANDO RUIZDIRECTOR PRODUCCIÓN

ADRIÁN LOAIZADIRECTOR SISTEMAS

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MARCO A. ZAMORADIRECTOR PROYECTOS ESPECIALES

[email protected]

PREGUNTASPARA JODERAL VECINO

por Juan Alberto Vázquez

[DANNY MOLOSHOK/ REUTERS]

Respuestas pág. 13

10. SEGÚN HUMPHREY BOGART,

¿CUÁL ES LA PEOR PARTE DE LAS

MUJERES?

1. ¿A

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9. ¿CUÁL ES EL ÚNICO ORNATO QUE

DEBERÍAN CARGAR LAS MUJERES, A

DECIR DEL POETA TRÁGICO SÓFOCLES?

| MUSICÓPATA |POR JAIME ALMEIDA

EL CENTENARIO DE TOÑA, UN RETO PARA VERACRUZSi la cancionera Toña La Negra aún viviera, el pasado miércoles 17 habría cumplido 100 años de edad. Los jarochos tienen en Toña una de las máximas fi gu-ras del canto popular de México y Latinoamérica. Además, al haber pasado a la leyenda con el apodo de la Sensación Jarocha, Toña es una de las estrellas contundentes nacidas en la capital veracruzana que le han dado gloria y renombre a su tierra. Por desgracia, los mexicanos somos pésimos cuando se trata de mantener vigente la grandeza de los talen-tos surgidos en etapas brillantes de nuestro pasado. Por alguna razón, en nuestra idiosincrasia no está el gusto por conocer y celebrar a las fi guras que apor-taron elementos trascendentales sobre los que se ha basado lo que hoy tenemos. Sin embargo, hay artistas que por la importancia de su legado sonoro deben ser celebradas a como dé lugar.Yo creo que así como los viejos tienen que acercarse a la música de hoy, los jóvenes también deben cono-cer sobre la música y los cantantes importantes de otras épocas. Cuando se ignora de dónde venimos es casi imposible saber hacia dónde vamos. Por eso es importante celebrar a fi guras como Toña La Negra. Es una oportunidad para revelar ante los nuevos públicos la magia de un estilo que logró seducir a millones de personas, así como de explorar el contenido lírico y melódico de las canciones que conquistaron el corazón de Latinoamérica. Si conectamos ese pasado con nuestro presente, podremos anticipar la música que está por hacerse.El reencuentro con la Sensación Jarocha debe llevar-nos a recargar las pilas de nuestro orgullo musical. Una buena celebración del cumpleaños de Toña puede convencernos de conocer más la tierra veracruzana y de recorrer a través de sus canciones el diccionario de las emociones que anidan en el alma mexicana. En fi n, si sabemos aprovechar el pretexto de su centenario, podemos extraer de esa leyenda veracruzana verda-deras razones para apreciar y entender más lo que somos y lo que podemos ser.María Antonia del Carmen Peregrino Álvarez era el nombre de Toña La Negra. En su voz se grabó una parte importante de la historia del bolero cuando este género iniciaba su trayectoria triunfal. Fue fi gura rele-vante de la escena musical romántica desde los años treinta hasta su muerte en diciembre de 1982. Su voz y su fi gura estuvieron presentes en 35 películas y grabó cerca de 800 canciones de los compositores más ins-pirados de su tiempo. Algunas de sus interpretaciones fueron como himnos del romanticismo y del paisaje de su tierra natal. Por ello, temas como “Veracruz”, “Noche criolla”, “Cenizas”, Oración caribe”, “Angelitos negros” y docenas más, continuarán sonando por todo México en los próximos días. Sobre todo en Veracruz, tierra intensamente musical, que sabrá estar a la altura de la importancia que tiene una de sus máximas estrellas. Qué pena será si no lo hace. D

[ESPECIAL]

Page 11: Suplemento Dominical 20-10-2012

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Page 12: Suplemento Dominical 20-10-2012

ENTREVISTA

1312

CINE21|10|201221|10|2012

por Miguel Cane

¿ Qué fue de Winona Ryder? Parece el título de película, y quizá su historia podría prestarse a ello. Fue una estrella siendo aún adolescente y después fue una de las actrices más solicitadas de los noventa, con películas como Heathers, La edad de la inocencia, Mujercitas y La cruda realidad, pero Winona Laura

Horowitz (Minnesota, 1971) sufrió un grave contratiempo en Hollywood hace cosa de una década, cuando la sorprendieron robando prendas y cosméticos en un gran almacén sin tener necesidad alguna de ello. El hecho suscitó un escándalo en la prensa y la llevó a presentarse ante un tribunal. Ahí reveló que padecía una profunda depresión, algo no muy diferente al rol que interpretó en Inocencia interrumpida. Su posterior colapso e ingreso a un centro psiquiátrico privado la alejó de la industria del cine y del ojo público durante varios años.

Ahora gradualmente trata de recuperar su lugar con participaciones en filmes como El cisne negro, El dilema y Frankenweenie, donde se vuelve a poner a las órdenes de Tim Burton, quien contribuyó a lanzarla a la fama con Beetlejuice el superfantasma y El joven manos de tijera. Wynona aporta su voz al personaje de Elsa Van Helsing en la reciente cinta de animación

digital de peculiar director. La intérprete, nominada varias veces al Oscar, reparte su tiempo entre San Francisco y Nueva York, y confiesa estar muy satisfecha con su retorno al mundo de Burton.

¿QUÉ TAL FUE VOLVER A COLABORAR CON TIM BURTON DESPUÉS DE TANTOS AÑOS?

Trabajar con Tim es siempre un placer y teníamos mucho tiem-po deseando una oportunidad para poder colaborar de nuevo, solo que no había sido posible. La cosa con Tim es especial, porque una

siente, cuando no lo conoce, que va a encontrarse con un tipo oscuro y retorcido y, sin embargo, hay una pureza inesperada en él, una dul-

zura muy especial, un corazón de niño. Y es un genio, ni duda cabe. Es un sentimiento maravilloso para mí el que se asocie, de algún modo, mi nombre al de Tim Burton.

¿ES DIFÍCIL PRESTAR TU VOZ A UN PERSONAJE ANIMADO?No, no, aunque tampoco te diría que es algo fácil. Verás, es muy compli-

cado como actor tener que trabajar solo con tu voz, sin poder recurrir al lenguaje corporal. Aunque poner voz a personajes animados tampoco es nuevo para mí, ya lo había hecho para varios episodios de Los Simpson y fue algo muy divertido.

¿POR QUÉ SE TE IDENTIFICA TANTO CON TIM BURTON SI SOLO HICIERON DOS PELÍCULAS JUNTOS?

Queríamos hacer más, pero por agenda no pudimos. En Mars attacks me ofreció un papel que finalmente hizo otra actriz y Sleepy hollow coin-cidió con el rodaje de Inocencia interrumpida; en Big fish pasó lo mismo, pero él y yo siempre estamos en contacto y lo admiro mucho, así que ahora hubo oportunidad y sinergia y lo hicimos. Supongo que la gente nos asocia mucho porque somos poco convencionales. Siempre he sido un poco rara, incluso cuando rodamos Beetlejuice. Yo era una adolescente y el personaje de Lydia Deetz me ayudó a entender lo que estaba viviendo. Jamás me considere una chica común, pero he tenido la suerte de trabajar con directores que me entendían, como Tim o Martin Scorsese.

TE DEJAS VER POCO EN CINE, HAS TARDADO MUCHO TIEMPO EN VOLVER A LA GRAN PANTALLA...

Sí, es verdad. Me tomé un tiempo lejos de las cámaras, lo necesitaba; llevaba muchos años trabajando sin descanso y después de interpretar a tantos personajes, necesitaba saber quién era yo, ¿me entiendes? Estar a

La importancia de apellidarse García MárquezLleva muchos años siendo una tentación. ¿Qué lector, después de leer Cien años de soledad no tenía en mente su Macondo particular? ¿Cuántos ci-neastas, además de los que lo consiguieron, han intentado filmar uno de los cuentos o alguna de las novelas de Gabriel García Márquez, llevados por la precisión del ambiente, la riqueza de situaciones en apariencia simples, el tono desolado? El más reciente fue el veterano danés Henning Carlsen (sus adaptaciones de las novelas de Knut Hammsun Hambre y Pan le dieron cierto prestigio en los años sesenta), quien entra a territorios muy espinosos al fil-mar Memoria de mis putas tristes, una novela tardía de García Márquez que, de entrada, se recibió como una reelaboración de la anécdota de La casa de las vírgenes dormidas de Yasunari Kawabata.

En un pueblito tropical latinoamericano, el anciano periodista conocido como El Sabio (Emilio Echeverría espléndidamente caracterizado), a punto de cumplir 90 años, quiere darse el último gusto de su vida: pasar las noches con una virgen desnuda. Para ello, cuenta con los servicios de la madame del pueblo (Geraldine Chaplin) que le consigue a la joven (Olivia Molina); la míni-ma anécdota sirve para detallar la desolación sentimental en la vida pasada de El Sabio. Y así le tocó a un Carlsen de 84 años, en quien es fácil advertir la identificación con el personaje, pagar por caer en la tentación de García Márquez: nadie sale de ahí con vida.

En la relación siempre espinosa entre el cine y la literatura, ésta se cobra ven-ganza con obras que son una tentación mortal: Faulkner, Borges, Rulfo y García Márquez ofrecen tramas tan bien armadas, diálogos precisos, psicologías de un trazo que la mente resuelve en imágenes de inmediato. Grave error: su virtud es la de la alusión, la de crear ambientes y estados de ánimo estimulantes, pero nunca contundentes, y su paso a la imagen cinematográfica lleva a un mutuo debilitamiento: ¿era la Abuela Desalmada como la Irene Papas de la versión de Ruy Guerra, el Santiago Nasar de la Crónica de una muerte anunciada como el Anthony Delon de la versión de Francesco Rosi? El Gabriel García Márquez cinematográfico exitoso se reduce a su guión de Tiempo de morir, tan ajustado que sobrevivió a la impericia del debutante Arturo Ripstein en 1966 y dio para una excelente segunda versión colombiana en 1985. Todo lo demás ha sido ce-der al canto de la sirena de Macondo y chocar contra sus costas: Ripstein, el más fiel garciamarquista, tuvo que rellenar su El coronel no tiene quien le escriba (1998) con historias secundarias para llegar a largometraje, y Mike Newell, tan británico él, nunca terminó de ver el sentido de una pasión inextinguible en El amor en los tiempos del cólera (2007). Carlsen, astuto, reduce la historia a una pieza de (re)cámara, con un mínimo de personajes; y que una historia que origi-nalmente caía en la franca pedofilia terminara filmándose en Campeche ante las iras de las ONG poblanas, ayudó a dar el tono tropical, y la elección de Molina, ya muy crecidita, como el objeto del deseo, desactivó toda malicia. Y el director, como su personaje, entiende que hay tentaciones que llevan al vacío. D

Memoria de mis putas tristes. Dirección: Henning Carlsen. Argumento: Jean-Claude Carriére sobre la novela de Gabriel García Márquez. Fotografía: Alfredo Martínez. Intérpretes: Emilio

Echeverría, Geraldine Chaplin, Olivia Molina, Alejandra Barros. México-Dinamarca-España, 2011

RESPUESTAS...1. De Cristóbal Colón, pese a que ya tiene otro a pocas cuadras de ahí, en la avenida Reforma. 2. Al jamaicano Lee Scratch Perry, músico, pro-ductor y leyenda, pionero del dub y del reggae, quien pese a tener 76 años, sigue activo. 3. En un millar, con al menos 55 primeros lugares en las listas británicas, o eso decía él. Lo cierto es que tocó la guitarra en la canción “Black is Black” del grupo español Los Bravos, entre muchas otras. 4. “Tiene todo lo que cualquiera puede desear, pero es infeliz. Y convierte en un infierno la vida de los demás. Así que doy las gracias por no haber tenido la posibilidad de comportarme como un monstruo así”. 5. Senderismo o lo que es lo mismo, una especie de montañismo que se realiza sobre caminos balizados y homologados. 6. Ciclismo y correr. 7. Alguna vez que se lo preguntaron, respondió “más bien es un super-mocho”. 8. Morgendor�er. 9. “El Silencio”. En la actualidad, de misógino no lo bajarían. 10. Que hacen demasiadas preguntas.

| OFICIO DE TINIEBLAS | POR GUSTAVO GARCÍA

[MIGUEL BRACHO PLIEGO/ ZIP FILMS]

"LOS GUIONES INTELIGENTES, UNA

EXCEPCIÓN"A sus 40 años, la actriz dejó atrás los problemas

personales y retomó su carrera con El cisne negro, de Aronofsky. Ahora, al lado de su mentor de

siempre, Tim Burton, regresa en Frankenweenie

WINONA RYDER

solas, conocerme a mí misma... Trabajé desde los 14 años sin parar hasta los 30; era demasiado, así que aprendí a decir que no. En este periodo de descanso me mudé a San Francisco, lejos de Beverly Hills y ese mundo. Empecé una nueva etapa. Necesitaba estar más cerca de mi familia, hacer cosas que antes no podía y darme tiempo exclusivamente personal.

¿SIENTES QUE HA CAMBIADO MUCHO HOLLYWOOD DESDE QUE EMPEZASTE EN LOS OCHENTA?

Absolutamente. Es una industria completamente diferente. Ya no se ha-cen películas para el mismo tipo de público. Se trabaja de otra manera. Por ejemplo, es raro que se hagan películas de época, y yo interpreté mu-chas en el pasado, como Drácula, con Francis Ford Coppola o La edad de la inocencia o Las brujas de Salem; los guiones adultos e inteligentes se han vuelto excepción, son muy difíciles de encontrar y ahora es mucho más difícil triunfar; hay muchas chicas más jóvenes que quieren ser estrellas y cada día llegan más. Acabo de cumplir 40 años. Llevo mucho tiempo en este negocio y empecé desde abajo, así que sé de lo que hablo.

DESPUÉS DE VARIOS AÑOS, EN 2010 REGRESASTE EN EL CISNE NEGRO Y LA GENTE SE SORPRENDIÓ MUCHO...

Sí. Yo tenía ganas de trabajar con Darren Aronofsky porque es, también, un genio. Me encantó mi personaje de Beth McIntyre en la película, por el paralelismo que existe entre ella y yo. Las dos estamos envejeciendo en nuestra profesión y nos vemos superadas por jóvenes talentos. Solo que Beth lo toma con desesperación y yo no (sonríe). Estoy consciente de la ley de la vida. No me importa. Yo ya fui famosa, sé que es algo que te exige muchísimo y ya no estoy dispuesta a seguir pagando el precio que implica estar siempre en el candelero, ¿entiendes?

UNA VEZ DECLARASTE QUE PARA SER ACTOR HAY QUE SUFRIR. ¿SIGUES PENSANDO ASÍ?

¡Dios, no! Tenía 19 años cuando dije eso. He crecido mucho desde entonces, he aprendido muchas cosas. Trabajé con gente como Meryl Streep y descubrí que puedes actuar y tener a tus hijos en el rodaje por-que al final del día sigues siendo tú, y las actuaciones son simplemente ficción, al terminar te vas a casa y puedes tener una vida perfectamente normal. Si Meryl puede, hay esperanza para todos los demás.

¿TE ENVIABAN MEJORES GUIONES ANTES?Sí, pero ese no es el punto. Siempre hubo guiones extraordinarios,

buenos, mediocres, malos, de todo. Lo que pasa, a mi modo de ver, es que ocurrieron una serie de cosas al mismo tiempo. Dejé de actuar, lue-go Hollywood empezó a cambiar, ahora se hacen menos películas y las que se ruedan son casi todas para un público adolescente... y no me interesa tanto lo que se ofrece en ese aspecto.

¿DIRÍAS ENTONCES QUE DISFRUTAS AHORA MÁS DEL PROCESO INTERPRETATIVO?

Sí, por supuesto, aunque cada película es una experiencia distinta y hay que recurrir al baúl de tus recuerdos personales para brindar a cada papel el sentimiento adecuado. Pero sí, lo paso mucho mejor ahora. Es difícil para mí verme a través de los ojos del espectador. Trato de mantener-me lejos de las etiquetas que quieran colgarme. Como artista me interesa participar en proyectos que muestren la variedad de mi registro interpre-tativo. Como cualquiera que se dedique a la actuación, desconozco cuál va a ser mi futuro, porque ésta es una profesión donde todo cambia de un minuto a otro, pero hay algo que tengo bien claro. Si los proyectos que me ofrecen no son buenos, no reúnen los requisitos que me interesan, entonces prefiero no trabajar. Tengo otros intereses en la vida. Aprendí a no obtener toda mi satisfacción exclusivamente del trabajo. D

[LOW CUT Y DISNEY ENTERPRISES]

Page 13: Suplemento Dominical 20-10-2012

ENTREVISTA

1312

CINE21|10|201221|10|2012

por Miguel Cane

¿ Qué fue de Winona Ryder? Parece el título de película, y quizá su historia podría prestarse a ello. Fue una estrella siendo aún adolescente y después fue una de las actrices más solicitadas de los noventa, con películas como Heathers, La edad de la inocencia, Mujercitas y La cruda realidad, pero Winona Laura

Horowitz (Minnesota, 1971) sufrió un grave contratiempo en Hollywood hace cosa de una década, cuando la sorprendieron robando prendas y cosméticos en un gran almacén sin tener necesidad alguna de ello. El hecho suscitó un escándalo en la prensa y la llevó a presentarse ante un tribunal. Ahí reveló que padecía una profunda depresión, algo no muy diferente al rol que interpretó en Inocencia interrumpida. Su posterior colapso e ingreso a un centro psiquiátrico privado la alejó de la industria del cine y del ojo público durante varios años.

Ahora gradualmente trata de recuperar su lugar con participaciones en filmes como El cisne negro, El dilema y Frankenweenie, donde se vuelve a poner a las órdenes de Tim Burton, quien contribuyó a lanzarla a la fama con Beetlejuice el superfantasma y El joven manos de tijera. Wynona aporta su voz al personaje de Elsa Van Helsing en la reciente cinta de animación

digital de peculiar director. La intérprete, nominada varias veces al Oscar, reparte su tiempo entre San Francisco y Nueva York, y confiesa estar muy satisfecha con su retorno al mundo de Burton.

¿QUÉ TAL FUE VOLVER A COLABORAR CON TIM BURTON DESPUÉS DE TANTOS AÑOS?

Trabajar con Tim es siempre un placer y teníamos mucho tiem-po deseando una oportunidad para poder colaborar de nuevo, solo que no había sido posible. La cosa con Tim es especial, porque una

siente, cuando no lo conoce, que va a encontrarse con un tipo oscuro y retorcido y, sin embargo, hay una pureza inesperada en él, una dul-

zura muy especial, un corazón de niño. Y es un genio, ni duda cabe. Es un sentimiento maravilloso para mí el que se asocie, de algún modo, mi nombre al de Tim Burton.

¿ES DIFÍCIL PRESTAR TU VOZ A UN PERSONAJE ANIMADO?No, no, aunque tampoco te diría que es algo fácil. Verás, es muy compli-

cado como actor tener que trabajar solo con tu voz, sin poder recurrir al lenguaje corporal. Aunque poner voz a personajes animados tampoco es nuevo para mí, ya lo había hecho para varios episodios de Los Simpson y fue algo muy divertido.

¿POR QUÉ SE TE IDENTIFICA TANTO CON TIM BURTON SI SOLO HICIERON DOS PELÍCULAS JUNTOS?

Queríamos hacer más, pero por agenda no pudimos. En Mars attacks me ofreció un papel que finalmente hizo otra actriz y Sleepy hollow coin-cidió con el rodaje de Inocencia interrumpida; en Big fish pasó lo mismo, pero él y yo siempre estamos en contacto y lo admiro mucho, así que ahora hubo oportunidad y sinergia y lo hicimos. Supongo que la gente nos asocia mucho porque somos poco convencionales. Siempre he sido un poco rara, incluso cuando rodamos Beetlejuice. Yo era una adolescente y el personaje de Lydia Deetz me ayudó a entender lo que estaba viviendo. Jamás me considere una chica común, pero he tenido la suerte de trabajar con directores que me entendían, como Tim o Martin Scorsese.

TE DEJAS VER POCO EN CINE, HAS TARDADO MUCHO TIEMPO EN VOLVER A LA GRAN PANTALLA...

Sí, es verdad. Me tomé un tiempo lejos de las cámaras, lo necesitaba; llevaba muchos años trabajando sin descanso y después de interpretar a tantos personajes, necesitaba saber quién era yo, ¿me entiendes? Estar a

La importancia de apellidarse García MárquezLleva muchos años siendo una tentación. ¿Qué lector, después de leer Cien años de soledad no tenía en mente su Macondo particular? ¿Cuántos ci-neastas, además de los que lo consiguieron, han intentado filmar uno de los cuentos o alguna de las novelas de Gabriel García Márquez, llevados por la precisión del ambiente, la riqueza de situaciones en apariencia simples, el tono desolado? El más reciente fue el veterano danés Henning Carlsen (sus adaptaciones de las novelas de Knut Hammsun Hambre y Pan le dieron cierto prestigio en los años sesenta), quien entra a territorios muy espinosos al fil-mar Memoria de mis putas tristes, una novela tardía de García Márquez que, de entrada, se recibió como una reelaboración de la anécdota de La casa de las vírgenes dormidas de Yasunari Kawabata.

En un pueblito tropical latinoamericano, el anciano periodista conocido como El Sabio (Emilio Echeverría espléndidamente caracterizado), a punto de cumplir 90 años, quiere darse el último gusto de su vida: pasar las noches con una virgen desnuda. Para ello, cuenta con los servicios de la madame del pueblo (Geraldine Chaplin) que le consigue a la joven (Olivia Molina); la míni-ma anécdota sirve para detallar la desolación sentimental en la vida pasada de El Sabio. Y así le tocó a un Carlsen de 84 años, en quien es fácil advertir la identificación con el personaje, pagar por caer en la tentación de García Márquez: nadie sale de ahí con vida.

En la relación siempre espinosa entre el cine y la literatura, ésta se cobra ven-ganza con obras que son una tentación mortal: Faulkner, Borges, Rulfo y García Márquez ofrecen tramas tan bien armadas, diálogos precisos, psicologías de un trazo que la mente resuelve en imágenes de inmediato. Grave error: su virtud es la de la alusión, la de crear ambientes y estados de ánimo estimulantes, pero nunca contundentes, y su paso a la imagen cinematográfica lleva a un mutuo debilitamiento: ¿era la Abuela Desalmada como la Irene Papas de la versión de Ruy Guerra, el Santiago Nasar de la Crónica de una muerte anunciada como el Anthony Delon de la versión de Francesco Rosi? El Gabriel García Márquez cinematográfico exitoso se reduce a su guión de Tiempo de morir, tan ajustado que sobrevivió a la impericia del debutante Arturo Ripstein en 1966 y dio para una excelente segunda versión colombiana en 1985. Todo lo demás ha sido ce-der al canto de la sirena de Macondo y chocar contra sus costas: Ripstein, el más fiel garciamarquista, tuvo que rellenar su El coronel no tiene quien le escriba (1998) con historias secundarias para llegar a largometraje, y Mike Newell, tan británico él, nunca terminó de ver el sentido de una pasión inextinguible en El amor en los tiempos del cólera (2007). Carlsen, astuto, reduce la historia a una pieza de (re)cámara, con un mínimo de personajes; y que una historia que origi-nalmente caía en la franca pedofilia terminara filmándose en Campeche ante las iras de las ONG poblanas, ayudó a dar el tono tropical, y la elección de Molina, ya muy crecidita, como el objeto del deseo, desactivó toda malicia. Y el director, como su personaje, entiende que hay tentaciones que llevan al vacío. D

Memoria de mis putas tristes. Dirección: Henning Carlsen. Argumento: Jean-Claude Carriére sobre la novela de Gabriel García Márquez. Fotografía: Alfredo Martínez. Intérpretes: Emilio

Echeverría, Geraldine Chaplin, Olivia Molina, Alejandra Barros. México-Dinamarca-España, 2011

RESPUESTAS...1. De Cristóbal Colón, pese a que ya tiene otro a pocas cuadras de ahí, en la avenida Reforma. 2. Al jamaicano Lee Scratch Perry, músico, pro-ductor y leyenda, pionero del dub y del reggae, quien pese a tener 76 años, sigue activo. 3. En un millar, con al menos 55 primeros lugares en las listas británicas, o eso decía él. Lo cierto es que tocó la guitarra en la canción “Black is Black” del grupo español Los Bravos, entre muchas otras. 4. “Tiene todo lo que cualquiera puede desear, pero es infeliz. Y convierte en un infierno la vida de los demás. Así que doy las gracias por no haber tenido la posibilidad de comportarme como un monstruo así”. 5. Senderismo o lo que es lo mismo, una especie de montañismo que se realiza sobre caminos balizados y homologados. 6. Ciclismo y correr. 7. Alguna vez que se lo preguntaron, respondió “más bien es un super-mocho”. 8. Morgendor�er. 9. “El Silencio”. En la actualidad, de misógino no lo bajarían. 10. Que hacen demasiadas preguntas.

| OFICIO DE TINIEBLAS | POR GUSTAVO GARCÍA

[MIGUEL BRACHO PLIEGO/ ZIP FILMS]

"LOS GUIONES INTELIGENTES, UNA

EXCEPCIÓN"A sus 40 años, la actriz dejó atrás los problemas

personales y retomó su carrera con El cisne negro, de Aronofsky. Ahora, al lado de su mentor de

siempre, Tim Burton, regresa en Frankenweenie

WINONA RYDER

solas, conocerme a mí misma... Trabajé desde los 14 años sin parar hasta los 30; era demasiado, así que aprendí a decir que no. En este periodo de descanso me mudé a San Francisco, lejos de Beverly Hills y ese mundo. Empecé una nueva etapa. Necesitaba estar más cerca de mi familia, hacer cosas que antes no podía y darme tiempo exclusivamente personal.

¿SIENTES QUE HA CAMBIADO MUCHO HOLLYWOOD DESDE QUE EMPEZASTE EN LOS OCHENTA?

Absolutamente. Es una industria completamente diferente. Ya no se ha-cen películas para el mismo tipo de público. Se trabaja de otra manera. Por ejemplo, es raro que se hagan películas de época, y yo interpreté mu-chas en el pasado, como Drácula, con Francis Ford Coppola o La edad de la inocencia o Las brujas de Salem; los guiones adultos e inteligentes se han vuelto excepción, son muy difíciles de encontrar y ahora es mucho más difícil triunfar; hay muchas chicas más jóvenes que quieren ser estrellas y cada día llegan más. Acabo de cumplir 40 años. Llevo mucho tiempo en este negocio y empecé desde abajo, así que sé de lo que hablo.

DESPUÉS DE VARIOS AÑOS, EN 2010 REGRESASTE EN EL CISNE NEGRO Y LA GENTE SE SORPRENDIÓ MUCHO...

Sí. Yo tenía ganas de trabajar con Darren Aronofsky porque es, también, un genio. Me encantó mi personaje de Beth McIntyre en la película, por el paralelismo que existe entre ella y yo. Las dos estamos envejeciendo en nuestra profesión y nos vemos superadas por jóvenes talentos. Solo que Beth lo toma con desesperación y yo no (sonríe). Estoy consciente de la ley de la vida. No me importa. Yo ya fui famosa, sé que es algo que te exige muchísimo y ya no estoy dispuesta a seguir pagando el precio que implica estar siempre en el candelero, ¿entiendes?

UNA VEZ DECLARASTE QUE PARA SER ACTOR HAY QUE SUFRIR. ¿SIGUES PENSANDO ASÍ?

¡Dios, no! Tenía 19 años cuando dije eso. He crecido mucho desde entonces, he aprendido muchas cosas. Trabajé con gente como Meryl Streep y descubrí que puedes actuar y tener a tus hijos en el rodaje por-que al final del día sigues siendo tú, y las actuaciones son simplemente ficción, al terminar te vas a casa y puedes tener una vida perfectamente normal. Si Meryl puede, hay esperanza para todos los demás.

¿TE ENVIABAN MEJORES GUIONES ANTES?Sí, pero ese no es el punto. Siempre hubo guiones extraordinarios,

buenos, mediocres, malos, de todo. Lo que pasa, a mi modo de ver, es que ocurrieron una serie de cosas al mismo tiempo. Dejé de actuar, lue-go Hollywood empezó a cambiar, ahora se hacen menos películas y las que se ruedan son casi todas para un público adolescente... y no me interesa tanto lo que se ofrece en ese aspecto.

¿DIRÍAS ENTONCES QUE DISFRUTAS AHORA MÁS DEL PROCESO INTERPRETATIVO?

Sí, por supuesto, aunque cada película es una experiencia distinta y hay que recurrir al baúl de tus recuerdos personales para brindar a cada papel el sentimiento adecuado. Pero sí, lo paso mucho mejor ahora. Es difícil para mí verme a través de los ojos del espectador. Trato de mantener-me lejos de las etiquetas que quieran colgarme. Como artista me interesa participar en proyectos que muestren la variedad de mi registro interpre-tativo. Como cualquiera que se dedique a la actuación, desconozco cuál va a ser mi futuro, porque ésta es una profesión donde todo cambia de un minuto a otro, pero hay algo que tengo bien claro. Si los proyectos que me ofrecen no son buenos, no reúnen los requisitos que me interesan, entonces prefiero no trabajar. Tengo otros intereses en la vida. Aprendí a no obtener toda mi satisfacción exclusivamente del trabajo. D

[LOW CUT Y DISNEY ENTERPRISES]

Page 14: Suplemento Dominical 20-10-2012

COLUMNA

14

21|10|2012

| MULTIMEDIA | POR HÉCTOR RIVERA*

PARAÍSO PERDIDO¿Anda usted en busca de un rinconcito acogedor, discreto y muy exclusivo para pasar las navidades que ya se nos vienen encima? Si le gustan la naturaleza, la brisa marina, la buena mesa y los vinos sabrosos, la música de moda, las piscinas de aguas tibias y, sobre todo, la compañía de los más encumbrados personajes de la vida social, política y del espectáculo, anote en su agenda a la Villa Certosa.

Tendrá ahí a su disposición 80 hectáreas de puro placer y descanso, con tres edificios principales. El más grande y cómodo, de dos mil 600 metros cuadrados, para el propietario, uno para su familia y otro para sus invitados, todos con vista a un enorme jardín de olivos, palmeras y flores exóticas provenientes de todo el mundo. Uno de los mayores atractivos del lugar es su volcán, que hace erupción para ahuyentar la oscu-ridad de las noches. Se ha dispuesto ahí también un lago artificial y se puede contemplar el paisaje desde un anfiteatro grecorromano con capacidad para 400 espectadores.

Quienes no están interesados en la naturaleza ni en los deportes acuáticos que se pueden practicar en siete piscinas, tienen entre otras opciones un gigan-tesco acuario, las maquinitas tragamonedas que están por todas partes, la pizzería del centro de descanso, los espectáculos de fuegos artificiales o los conciertos privados de grandes estrellas de todos los géneros musicales.

Y si alguien está preocupado por las amenazas comunes en nuestros días, en los que abundan los secuestros, los atentados y las mentadas, dispone de un refugio antiatómico construido en una gruta simulada que conduce a un escape seguro en una lancha rápida.

Tal vez unas vacaciones en este paraíso tengan sus complicaciones pequeñitas: está en la isla italiana de Cerdeña y no tiene muy buena fama. El prestigio que pudiera llegar a tener está en manos de quienes paguen por él y no es por los conspicuos asiduos que en un pa-sado todavía muy reciente llegaban a toda hora a bordo de sus aviones privados, con criadas, nanas, amantes, secretarias y escoltas personales para pasar ahí largas temporadas. Más de uno dejaba ver que no tenía inhi-biciones, tirado al sol vistiendo solo un cigarrito en una mano y una bebida helada en la otra.

Bueno, ese es justo el asunto que decidió a su propie-tario, el ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi, a poner en venta tan espectaculares instalaciones. Sus favoritas. También fue el principio del final de su carrera y de su camino hacia los tribunales. Cinco años atrás, fue sorprendido ahí por un paparazzo mientras alternaba eróticamente con menores de edad, en tanto Vladimir Putin y otros invitados se asoleaban en cueros.

Si alguien está interesado, tiene que apurarse para re-unir los 450 millones de euros necesarios, porque rusos y árabes rondan sin cesar la gigantesca propiedad desde hace unas semanas, abanicándose el tibio calor húmedo con sus gruesos fajos de billetes. D

*Profesor-investigador de la UAM-Iztapalapa

[LE EXPRESSO]

Jesús Ochoa y Carmen Beato interpretan esta comedia, debut en largometraje de Patricia Martínez de Velasco. La anéc-dota, que juega con las particularidades de la idiosincrasia mexicana, le puede quedar como anillo al dedo a muchos. Un buen día Rodolfo no va a trabajar, y es entonces cuando se da cuenta de lo que está hecha su familia, para la cual es un total extraño y tan solo ha servido de proveedor a su esposa y sus tres hijas. La guerra de los Guerra descubre realidades de lo cotidiano de las que él no tenía idea, círculos viciosos, secretos y mentiras que a fin de cuentas, como suce-de en muchas familias, son la estructura que las sostiene.

En 2020 las peleas de box ya no las libran los humanos sino robots. El ex boxeador Charlie Kenton (Hugh Jackman) se mueve en los circuitos de baja estofa con sus peleadores mecánicos, pero a insistencia de su hijo arma y entrena a un campeón capaz de llegar alto.HBO OESTE, DOMINGO 21, 18:15 hrs.

Elizabeth (Cameron Díaz) es una pésima maestra. No le interesa nada más que casarse con su próspero prometido, pero cuando él la deja al darse cuenta de sus intenciones, ella se propone conquistar tramposamente al adinerado profesor sustituto Scott (Justin Timberlake).MAX HD, JUEVES 25, 18:30 hrs.

FRANKENWEENIETim Burton adapta su propio cortometraje homónimo de 1984, pasando de la acción

viva de aquél a la animación cuadro por cuadro pero de

nuevo en blanco y negro. Víctor es un niño solitario que gracias a sus dotes científicas

resucita a su querido perro Sparky, causando revuelo en el suburbio, en ocurrente home-

naje a Frankenstein (1931) y La Novia de Frankenstein (1935).

Eva Katchadourian (Tilda Swinton) está acostumbrada al desprecio. Su hijo Kevin (Ezra Miller) es el causante de una típica masacre escolar estadunidense, pero aunque tal hecho baste y sobre para justificar el sufrimiento de esta madre, su deplorable condición viene de tiempo atrás, de años de confrontaciones con Kevin. El nacimiento de éste significó para Eva el fin de su tren de vida y desde entonces no se soportan mutuamente. Es esta podrida dinámica familiar la que ha hecho de ambos lo que son. La escocesa Lynne Ramsay toma tan os-curo panorama y remonta el tema a un ejercicio estético-narrativo a tono con la naturaleza de la psique perturbada.

IMÁ

GEN

ES

EN CARTELERA

EN LA TELE

AQUI ENTRE NOSTENEMOS QUE HABLAR DE KEVIN

MEMORIA DE MIS PUTAS TRISTES

Vienen con esta cinta a la me-moria las tristes producciones que se han hecho de los libros de Gabriel García Márquez. La

demencia senil padecida por el escritor es compartida aquí

por El Sabio (Emilio Echevarría), quien al cumplir 90 años se

ilusiona con la compañía de la adolescente virgen Delgadina

(Olivia Molina) cada noche en el congal de Rosa Cabarcas

(Geraldine Chaplin).

GIGANTES DE ACERO MALAS ENSEÑANZAS

POR

ALEJ

ANDR

O L

EAL

Y LU

CÍA

M. V

ALLE

DVD/BLU-RAY

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Page 16: Suplemento Dominical 20-10-2012

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| EL SANTO OFICIO | POR JOSÉ LUIS MARTÍNEZ S.

LOS MALDITOS

[USA GIRLS][CORTESÍA CARLOS REYGADAS]

La noche es un naufragio.El cartujo escucha llanto y crujir de dientes, y se

mete debajo de las sábanas.Está aterrorizado con los vuelcos de la vida,

con las maromas del destino. No concibe tanta desdicha como la alojada en las páginas de Los malditos (Universidad Diego Portales, 2011), un libro sobre las calamidades del genio, sobre la condena de ser distinto.

Los malditos son 17 escritores de Latinoaméri-ca —aunque uno de ellos haya nacido en Estados Unidos y otro en Polonia— con el denominador común del infortunio.

Sus historias son contadas por igual número de autores convocados por la periodista y editora Leila Guerreiro. Cada uno de ellos escarba tan profundo como puede para sacar de su tumba al personaje encomendado y mostrar sus breves vuelos y frecuentes caídas, su voluntad de fracaso o su emperrada mala suerte.

En este inventario de desgracias, el argentino Alan Pauls sigue las huellas de su paisano Jorge Baron Biza, hijo de una familia aristocrática venida a menos.

Asmático, borracho, no encuentra nunca su lugar; trabaja como free lance en periódicos y revistas por una paga miserable y colecciona —dice Pauls— “puestos de segunda línea”. Escribe la no-vela El desierto y su semilla, rechazada por todas las editoriales y publicada por él mismo en 1998 con buena recepción de la crítica.

El éxito lo sorprende y agobia. Está solo y sus escasos ingresos disminuyen cada vez más por la crisis económica del periódico donde colabora. La madrugada del nueve de septiembre de 2001 de-cide terminar con todo y se arroja del balcón de su departamento, ubicado en el piso 12 de un edificio en la ciudad de Córdoba.

Como esta historia son todas las demás; son re-tratos, perfiles trabajados hasta el mínimo detalle. Así lo hace Alejandra Costamagna con la chilena Teresa Wilms Montt, hermosa e independiente, na-cida en el tiempo equivocado, cuando la docilidad era la más apreciada cualidad de una mujer.

Ella se rebela. Lee, escribe, se casa sin el consen-timiento de su familia, tiene dos hijas, es infiel, es recluida en un convento por su mediocre marido, huye a la Argentina, tiene amantes, publica libros, viaja a Europa. Nunca deja de pensar en sus hijas; en París se reencuentra con ellas, las vuelve a perder y en diciembre de 1921 se suicida.

Joaquín Edwards Bello, Gustavo Escanlar, Bernar-do Arias Trujillo, Rafael José Muñoz, Rodrigo Lira, Martín Adán, Jaime Sáenz, Pablo Palacio, Ignacio Anzoátegui, Porfirio Barba Jacob, César Moro, Alejandra Pizarnik, Jorge Cuesta, el estadunidense radicado en Cuba Calvert Casey y el polaco-brasileño Samuel Rawer completan el elenco de este libro fascinante.

A todos ellos, afirma Leila Guerreiro en el prólogo, “Los une, a veces, esa materia que se llama olvido, esa cosa esquiva que se llama genio, y una forma, muy humana, del desasosiego, de la insatisfacción y de la rabia”.

Queridos cinco lectores, con una imagen de plenitud femenina, El Santo Oficio los colma de bendiciones. El Señor esté con ustedes. Amén. D

“NO HAGO PELÍCULAS PARA LA CRÍTICA”

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CARLOS REYGADAS

Pero es un hecho que algo entienden, para bien o para mal. Ese es mi único objetivo: conectar con alguien, con quien sea.

¿QUÉ HACES ENTRE PELÍCULAS Y PROYECTOS QUE TE DESAPARECES POR COMPLETO?Vivo. Pep Guardiola, ex entrenador del Barcelona, dijo hace poco que su normalidad no está en el campo, entrenando jugadores, para él lo normal es llevar a sus chicos a la escuela. Pues eso, llevo a mis hijos a la escuela y hago toda esa clase de cosas aburridas que le dan sentido a la vida.

¿CÓMO SABES QUE YA ES TIEMPO DE VOLVER A FILMAR?Cuando ya tengo la energía que se necesita. Cuando tengo algo muy fuerte que necesite comunicar.

¿CUÁLES SON LAS OBSESIONES QUE GUÍAN TUS PELÍCULAS?No sé si entran en la categoría de obsesiones, pero sí son temas recurrentes y muy obvios. O espero que sean obvios. El origen, la muerte, el hastío, el sexo, el vacío, la búsqueda, el mal, los instintos, el final...

¿POR QUÉ ALGUIEN QUE PROTEGE ASÍ SU INTIMIDAD DECIDE PONER A SUS DOS HIJOS A ACTUAR?Mis hijos, mi casa, mis perros, no son mi intimidad. Sí, es algo privado que decidí compartir, pero no es íntimo. La intimidad es eso que pasa cuando no hay nadie más y que nadie más entendería. Los códigos, las formas, los rituales que construyes en una familia son tan delicados y valiosos que eso jamás lo compartiría. Eso sí es intimidad.

¿CUÁL HA SIDO EL MAYOR HALAGO QUE TE HAN HECHO?Que logré contar una historia con imágenes. Al final eso es lo que trato de hacer, de ahí que la fotografía tenga tanto peso, tanta importancia. Suena a pleo-nasmo, pero mis películas son totalmente visuales, sensoriales, lo que quiero es provocar algo, lo que

sea. Lograrlo es mi mayor éxito.

¿Y SI NO HUBIERAS SIDO CINEASTA?

Me hubiera vuelto loco. Por eso dejé de ser abogado, no fue

una epifanía matutina, fue el desgaste, la ansiedad, el saber que debería estar en otro lado, haciendo otras cosas. No porque el trabajo o la profesión sean malas en sí, sino porque simplemente no logras hacer un vínculo emocional con lo que haces. Y entonces, ¿para qué vives?

¿ERES UN PINTOR O FOTÓGRAFO FRUSTRADO?No, simplemente tomé una decisión. Que sigas un camino no quiere decir que el alma se te rompa por esa opción que dejaste ir. Me gustan las artes visuales, todas, me

gustan las artes plásti-cas, pero yo elegí lo que me

enriquecía más y me hacía feliz. Además, es una de las ventajas

de hacer películas, puedes hacer todo lo que te gusta de arte. El

cine puede ser la vida entera. Ha sido mi vida entera. D

por Ximena Luna

Su película reciente, Post Tenebras Lux, recibió una ola de abucheos de la prensa. Días después, en el

Festival de Cannes, recibió el premio como el Mejor Director. Carlos Reygadas rió al último. Antes del estreno de su película en México, hablamos con

este provocador natural.

¿QUÉ LE DIJISTE A LOS CRÍTICOS CUANDO TE DIERON TU PREMIO?

Nada, todos tienen derecho a tener una opinión. No tiene por qué gustarles mi obra o la de nadie.

Aunque con lo abucheos solo pensé “váyanse a la mierda”, porque estoy convencido de que mi tra-

bajo vale la pena, que tengo ahí puesto mi corazón, que es un trabajo honesto y eso es lo importante.

¿LEES LAS RESEÑAS CUANDO ACABAS DE SACAR UNA PELÍCULA?

Nunca. No hago películas para la crítica. Yo pregun-to a mis amigos, a mis familiares, a la gente que

quiero y me importa su opinión.

¿ERES UN ARTISTA INCOMPRENDIDO?Nadie es comprendido del todo. Nunca. Pero creo

que, con mis películas, he logrado hablarle a la gen-te, tocarlos, provocarlos. No sé exactamente qué

entiendan, porque creo que las películas son como vasijas vacías que uno llena con lo que quiera.

CARLOS REYGADASNACIÓ EN LA CIUDAD DE MÉXICO EN 1971.DEBUTÓ COMO DIRECTOR EN 2000 CON JAPÓN, A LA QUE HAN SEGUIDO BATALLA EN EL CIELO, LUZ SILENCIOSA Y POST TENEBRAS LUX