Sueño Profundo
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Transcript of Sueño Profundo
-Zephyrus-
<<Piedras Del Viejo Sol>> | [-Zephyrus-]
<<PIEDRAS DEL
VIEJO SOL>> SUEÑO PROFUNDO
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Capítulo 1;
-Queridos hermanos ¿Están listos ya? ¿Están listos? Nos esperan ya en lo profundo en lo infinito, Reyes, sacerdotes y
chamanes nos esperan en lo más profundo de la constelación, en lo profundo de la mente. ¿A dónde vas? ¿Quién eres?
¿Que soy para ti?
Lo oí de la voz del gran maestro, me escondía en el fondo de la cueva, se sentía un calor abrumador, solo entraba un
pequeño rayo de luz que iluminaba al público excitado, era la humanidad que se encontraba atenta a una discusión que se
viene librando desde que ellos comenzaban a gatear en la tierra.
-Escuchen todos, La ceremonia va empezar -dijo Judas-
Jóvenes animadores, aduladores del gran maestro babeaban y temblaban querían volver a escucharlo, querían verlo, él
se acercó a ellos y les dijo...
-¿Cómo es que pueden hacer esto? han perdido toda dignidad, toda identidad, solo son un chiste. Callen, todos los
presentes son tan vánales, tan vanidosos como del que huyen, son tan absurdos, callen -dijo el gran maestro-
Cuando acabo de pronunciar esas palabras, un león con melena de fuego que agitaba al viento calentando todo el ambiente,
era <<Rintrah>>, el león del que tanto hablo Blake. El aire se volvió tan denso que nublaba la vista, <<Rintrah>> paro de
agitar su melena y rugió tan fuerte que la cueva se quebró dejando entrar un poco más de luz, creando así una grieta, de
esta comenzó a caer agua que formaba un pequeño charco cristalino que no reflejaba nada.
-Gran maestro perdona a estos hombres, perdónalos -dijo judas-
-cállate, tú eres el peor, eres el pastor el que los trajo hasta esta cueva, tú serás el responsable de que ellos salgan y
alaben a dioses de piedra inexistentes, quemen todo y odien a su propia especie. -le grito el gran maestro a judas-
Rintrah caminaba por toda la cueva, miraba con desprecio a todos los hombres, se acercó lentamente a donde me
escondía, miró fijamente la piedra donde yo me encontraba, de pronto le rugió a la pared destruyendo parte de ella,
dejando entrar aún más luz, que solo ilumino el lugar donde me encontraba, pero dejo un gran hueco en la pared, similar a
una puerta.
-Pueden salir los que quieran o los que puedan mejor dicho -dijo el gran maestro-
Se enmudeció el lugar, nadie pudo abandonar la cueva. En ese momento el gran maestro revelo su identidad, era aquel
ángel que en los días creadores fue desterrado del cielo y fue condenado por la vanidad de dios, ya que este no toleraría a
otro ser perfecto, lo despojo de su belleza y en una guerra épica, a él y un tercio de los residentes del cielo obligo y
condeno a un castigo eterno.
- nadie ha salido, ¿Por qué? - pregunto el gran maestro-
-Gran maestro somos fieles a usted-grito judas mientras todos se arrodillaban-
-¡Mentira!, ustedes temen a la libertad, viven y no salen de la cueva porque aquí se creen seguros, le temen a lo que
pasara fuera de ella, ustedes no buscan ser libres pregonan intentarlo, pero solo desean que las cadenas sean más fuertes
y las ordenes más claras ¿porque le temen a la libertad? ¿Porque no ven lo que son?, ¡Son infinitos! son creadores de
todo, ¿Porque le temen a la libertad? -dijo el gran maestro mientras los miraba con desprecio-
-No es así, Gran Maestro, todos aquí, seguimos su doctrina, somos fieles a usted.
-Pues, yo solo te veo hablando a ti, nadie más ha hecho un comentario, parecen seres inertes, carentes de toda emoción
o afinidad, así es que no hables por ellos.
-Si no hablan es porque me han brindado ese honor, el yo ser su voz, ellos la han perdido, pero le juro que estamos
dispuestos a seguir con usted siempre, desde las puertas del tártaro, donde se encuentra el pecado y la muerte, hasta las
orillas del abismo, donde el caos y la noche duermen, y pelearemos junto a usted a las orillas de la luz, para recuperar
nuestro reino.
-¿nuestro reino?, pero ¿Quién se creen ustedes los hombres?
-Mi señor... gran maestro no es así se lo juro...
-Mejor ya calla, antes de que te mate.
En ese instante rintrah se acercó al gran maestro y este supo de mi existencia, con gran apuro se acercó a donde yo me
guarecí, me escondía, donde había construido una especie de madriguera, convirtió la piedra en polvo, la piedra que me
salvaba de ser visto, la destruyo y así pudieron verme, fui visto por el gran ojo inmenso de la humanidad, me atemorizaban
tanto las miradas, que quede inmóvil.
-¿Qué haces escondido? ¿Por qué no te involucras en esta platica tan amena? -con voz irónica el gran maestro me
pregunto-
-Solo permanecía atento esperando el momento justo para entrar a parar esta charla -le respondí mirándole a los ojos,
con un gran temor-
Rintrah se acercó a mí y se hecho a dormir sobre mis pies, Mientras todo el público al cual yo pertenecía me miraba
con incredulidad, me dirigí hacia donde el gran maestro había dado su ceremonia, era atemorizante el lugar, una gran silla
decorada con oro digna de un zar, sobré libros viejos copas derramadas con hidromiel, una copa sobre la silla llena al tope
de vino, esperando labios vírgenes apropiados para beber de ella, me encontraba ahí parado, cuándo de un arranque, de un
impulso grite;
-¡Yo te responderé tus preguntas!, ¿A dónde voy? voy hacia donde quiera. Ahora puedo serlo todo, soy libre, ¿Quién
soy? soy un hombre que me reconozco a mí mismo, que se lo que soy y lo que seré. Soy un súper-hombre, ¿Que eres para
mí? eres el revelador, el que quita las vendas de los ojos, el que pone un espejo frente a uno, pero no regalas la verdad, la
tenemos que alcanzarla, ¿Por qué le tememos a la libertad? porque se nos ha hablado de que nosotros somos una creación
y no un creador.
Todos permanecieron callados, ignorando lo que sucedía, tome la copa de vino, bebí de ella, y dije;
-Los griegos creían que el vino fue inventado por Dionisos para hablar con los dioses, pero Dionisos nació y les enseño
a cultivar la vid y preparar el vino para hacer feliz al hombre.
Cuando termine de decir esto en el pequeño estanque que se había formado en la cueva se dibujó mi silueta y mi rostro.
El gran maestro se me acerco, me tomo del hombro y dijo
-Ahora eres libre, ¡eres un artista! -dijo el gran maestro indicándome donde se encontraba la salida-
Lo mire a los ojos y camine hacia la salida de la cueva, rintrah me siguió, cuando salía de la cueva todo era verde, la
melena de rintrah se volvió pelo, todo era percibido por mis 5 sentidos, lo veía todo tal cual era.