¿Sueñan los turistas con playas eléctricas? - CORE · En 1968, Philip Dick nos proponía en su...

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¿Sueñan los turistas con playas eléctricas? Ideas previas sobre el litoral y cómo trabajar con ellas en museografía didáctica Antonio Luna del Barco PROYECTO FINAL Master en Museografía Interactiva y Didáctica Universidad de Barcelona Junio 2011

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  • Suean los turistas con playas elctricas? Ideas previas sobre el litoral y cmo trabajar con ellas en

    museografa didctica

    Antonio Luna del Barco

    PROYECTO FINAL

    Master en Museografa Interactiva y Didctica

    Universidad de Barcelona

    Junio 2011

  • Es imposible dar a un soldado una buena educacin sin hacer de l un desertor.

    H.D.Thoreau

    A Isa y Marco

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    Tabla de contenidos

    1 INTRODUCCIN .......................................................................................7

    2 MARCO CONCEPTUAL ................................................................................9

    2.1 Ideas previas y aprendizaje........................................................................9 2.1.1 La construccin del conocimiento.................................................. 9 2.1.2 Caractersticas de las ideas previas ............................................. 10 2.1.3 El aprendizaje como cambio conceptual ..................................... 12 2.1.4 El museo como contexto para el cambio conceptual .................... 14

    2.2 La evaluacin previa en museos y exposiciones .........................................15 2.2.1 Una aproximacin a los estudios de pblico................................ 15 2.2.2 Integracin de la evaluacin previa en la planificacin expositiva. 16 2.2.3 Informacin aportada por la evaluacin previa............................ 18 2.2.4 Algunos apuntes sobre la metodologa de evaluacin previa........ 21

    3 OBJETIVOS, HIPTESIS Y MBITO DEL ESTUDIO ...............................................24

    3.1 Objetivos ...............................................................................................24 3.1.1 Objetivo general........................................................................ 24 3.1.2 Objetivos especficos.................................................................. 24

    3.2 Formulacin de hiptesis.........................................................................24 3.3 mbito del estudio..................................................................................24

    3.3.1 mbito geogrfico...................................................................... 24 3.3.2 mbito de la actividad................................................................ 25 3.3.3 mbito poblacional .................................................................... 27

    4 METODOLOGA ......................................................................................28

    4.1 La exposicin itinerante La Balada del Tren de la Costa .............................28 4.1.1 Alcance y objetivos de la exposicin ........................................... 28 4.1.2 Contenido y diseo expositivo .................................................... 30

    4.2 Obtencin de la muestra.........................................................................31 4.3 Anlisis de la muestra .............................................................................33 4.4 Utilizacin de otras Encuestas oficiales .....................................................35

    4.4.1 Ecobarmetro de Andaluca........................................................ 35 4.4.2 Encuesta de Coyuntura Turstica de Andaluca ............................. 35

    5 RESULTADOS ..........................................................................................36

    5.1 Variables del estudio...............................................................................36

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    5.2 Descripcin socio-demogrfica de la muestra ...........................................37 5.3 Valoracin general del litoral...................................................................42 5.4 Visiones del litoral...................................................................................43 5.5 Factores transversales .............................................................................61 5.6 Responsables .........................................................................................63 5.7 Ambientes..............................................................................................67 5.8 Escala territorial......................................................................................69 5.9 Percepcin social de los problemas ambientales .......................................70 5.10 Preocupacin por el medio ambiente .......................................................72 5.11 Valoracin turstica del litoral...................................................................73

    6 IDEAS PREVIAS SOBRE EL LITORAL..................................................................75

    6.1 Consideraciones generales......................................................................75 6.2 Ideas generales sobre el litoral y sus problemas.........................................76 6.3 Ideas sobre el litoral como mbito geogrfico...........................................79 6.4 Ideas sobre los procesos litorales .............................................................80 6.5 Ideas sobre las actividades humanas en el litoral.......................................84 6.6 Ideas sobre el patrimonio natural y cultural del litoral ................................86

    7 OBJETIVOS PARA EL CAMBIO CONCEPTUAL SOBRE EL PATRIMONIO LITORAL............88

    7.1 Objetivos de conocimiento ......................................................................90 7.2 Objetivos de procedimientos, destrezas o habilidades................................96 7.3 Objetivos de actitudes y comportamientos ................................................98

    8 ESTRATEGIAS MUSEOGRFICAS PARA LA INTERPRETACIN Y DIDCTICA DEL PATRIMONIO LITORAL ........................................................................................ 101

    8.1 Estrategias de organizacin de los contenidos .........................................103 8.2 Estrategias de aproximacin a la realidad...............................................118 8.3 Estrategias de representacin de la realidad ...........................................141 8.4 Estrategias de anlisis de la realidad ......................................................159

    9 CONCLUSIONES FINALES......................................................................... 178

    10 REFERENCIAS........................................................................................ 181

    11 ANEXOS.............................................................................................. 187

    11.1 Equipamientos museogrficos sobre el patrimonio litoral y marino en Andaluca .......................................................................................................187 11.2 Crditos de figuras ...............................................................................190

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    1 INTRODUCCIN El presente estudio se enmarca en el mbito de los estudios de pblico de museos y exposiciones y trata de esclarecer cmo condiciona la relacin que nuestra sociedad establece con el litoral la percepcin que el pblico tiene del mismo, y cmo bajo esos condicionantes debe abordarse una intervencin museogrfica de interpretacin y didctica del patrimonio litoral.

    Nuestro estudio parte de la hiptesis fundamental de que la percepcin del litoral por nuestro pblico objetivo est profundamente deformada por los usos que la sociedad contempornea hace de l y que determinan el modo de acercamiento a este espacio. Es decir, que el pblico que se acerca a un equipamiento museogrfico sobre el patrimonio litoral lo hace cargado de ideas previas esencialmente errneas sobre aqul y que la adecuada interpretacin y didctica de dicho patrimonio requiere propiciar un cambio conceptual en el visitante.

    El litoral no es el nico mbito natural del que se produce esta visin deformada. Sin duda este fenmeno es algo comn a toda la naturaleza. Pero es en el litoral donde alcanza su mxima expresin, al ser la zona ms caliente en cuanto a la aplicacin del paradigma actual de desarrollo y a sus consecuencias.

    Y es que el litoral es el mbito ms codiciado de nuestro territorio. Sobre l se sustenta el turismo de sol y playa, que representa la principal actividad econmica del pas. Sobre l, pero ms exactamente sobre los 1.800 km de playas espaolas, que suponen 5,3 millones de m2 (Iribas Snchez 2002). Es decir, el 0,001% de la superficie del Estado espaol produce el 10% del PIB (Yepes Piqueras 2004). Con estos datos es fcil comprender que ms del 50% de las playas y el 70% de las dunas de la costa espaola estn degradadas, que el 60% de los humedales costeros haya desaparecido o que ms del 60% del entorno inmediato de las playas est urbanizado (Losada 2010). Si el clculo actual es que slo el 11,5% de la longitud total de playas puede considerarse an virgen (Yepes Piqueras 2004), se prev que, con los ritmos de ocupacin seguidos en los ltimos 60 aos incluidos los tres periodos de recesin econmica sufridos, hacia 2030 aquel habr dejado tambin de serlo y la totalidad de la costa espaola estar tocada por actividades humanas (Losada 2010).

    En ese contexto, la principal preocupacin en la gestin de las playas espaolas es que el color, la textura, el tamao y la temperatura de la arena, la anchura, longitud y pendiente de la playa, la temperatura del agua, el oleaje, el viento o la presencia de rocas (Villares, Roca et al. 2004; Fernndez Carrasco 2006) sean los adecuados para que la valoracin del usuario sea mxima y sean capaces de generar un potencial turstico a gran escala y con presencia internacional (Yepes Piqueras 2004). Y, adems, se considera imprescindible que una playa turstica se integre con un medio urbano denso y complejo, con servicios comerciales y hosteleros numerosos y variados y que resulten accesibles a los usuarios de la playa (Yepes Piqueras 2004).

    Este anlisis no es solo aplicable al litoral como mbito natural sino al mismo tiempo e indisociablemente como mbito cultural. La desaparicin de formas culturales del litoral en las ltimas dcadas es tan preocupante o ms que la de hbitats ecolgicos.

    As, aunque el litoral sea socialmente el mbito ms valorado de nuestro territorio, esa elevada valoracin, lejos de garantizar su conservacin, es garanta de

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    agotamiento del propio recurso. La valoracin social del litoral, aunque muy elevada, no es acorde con el valor que realmente tiene desde una perspectiva ecolgica, cultural o histrica. Ese valorar tanto el litoral de esa manera lo est matando. Como dice el tango, no me quieras tanto, quireme mejor.

    Paradjicamente, la costa es el nico mbito territorial que tiene la consideracin de patrimonio protegido y comn por su propia condicin, por lo que es y no por la valoracin que alguien haya hecho de l. Una playa es patrimonio protegido y comn aunque est cubierta de alquitrn.

    Frente a todo ello, unos cuantos espacios protegidos dispersos tienen encomendada la funcin de tratar de preservar una muestra de lo que fueron las costas espaolas. En esos espacios naturales u otros entornos patrimoniales del litoral nos enfrentamos a la tarea de tener que abordar proyectos museogrficos para la interpretacin de ese excepcional patrimonio. En ellos debemos enfrentamos pues al objetivo de tratar de cambiar la perspectiva del pblico aunque sea por un rato, de conseguir que el visitante pase, de valorar el litoral por la textura de la arena o la distancia al chiringuito, a descubrir el valioso patrimonio natural y cultural que todava pervive en que todava es nuestro litoral.

    Quizs la museografa especialmente la museografa interactiva y didctica, en la medida que es capaz de crear espacios de comunicacin, encuentro, reflexin y participacin, que cuentan adems con una alta valoracin por la sociedad, constituya un medio adecuado para trasladar al visitante una visin diferente y provocar en l un cambio profundo en su relacin con el litoral.

    Nos enfrentamos a un pblico que, presumimos, viene con una percepcin sobre el litoral muy sesgada, llena de ideas preconcebidas errneas construidas a partir de una experiencia de relacin con el litoral continuada pero cribada por el turismo de sol y playa. Estas ideas preconcebidas pueden ser muy resistentes por su primaca social y su permanente refuerzo y porque la resistencia a la aceptacin de nuevas ideas contrarias a las creencias dominantes parece ser caracterstica del aprendizaje humano (Ausubel 2000). Pero, al menos, necesitamos conocerlas. El principal objetivo de nuestro trabajo ser contribuir a ello.

    En 1968, Philip Dick nos propona en su novela Suean los androides con ovejas elctricas? (Dick 1968) Blade Runner en la versin cinematogrfica de Ridley Scott un escenario futuro en el que la ltima generacin de androides, llamados Nexus 6, casi humanos pero condenados a una breve vida al no tener regeneracin celular, haban llegado a tener una conciencia profunda de s mismos y, por ello, a querer vivir eternamente.

    Quizs nosotros estamos sufriendo el proceso contrario que los Nexus 6 ideados por Dick. Si ellos tenan recuerdos y sueos que les hacan sentirse cada vez ms humanos, nosotros estamos soando con cosas que muestran que nos alejamos cada vez ms de nuestra condicin humana, que hemos sido alienados por la sociedad postindustrial y sufrimos una mutilacin de nuestra conexin con la Tierra de la formamos parte. El turismo de sol y playa es probablemente uno de los principales mecanismos de esa alienacin en nuestro contexto cultural, que nos lleva a obsesionarnos con playas de texturas, pendientes y temperaturas ptimas. Quizs por ello sea momento de preguntarnos si suean los turistas con playas elctricas.

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    2 MARCO CONCEPTUAL

    2.1 IDEAS PREVIAS Y APRENDIZAJE El enfoque aplicado en el presente trabajo parte de la consideracin del museo como un medio educativo, cuya misin es propiciar el aprendizaje del pblico mediante la exposicin (Pastor Homs 2004; Santacana Mestre 2005; Serrat Antol 2005; Calaf Masachs 2009). Este objetivo se ha visto reforzado en las ltimas dcadas al ir tomando conciencia de que, por un lado, en los contextos de aprendizaje formales bsicamente la escuela, a pesar de los esfuerzos y los objetivos explcitos, a menudo los alumnos no aprenden y de que, por el contrario, en los contextos informales ligados al mbito del ocio cultural, a pesar de su escasa pretensin educativa, las personas aprenden (Asensio and Pol 2005).

    Por ello, nuestro primer y principal acercamiento al concepto de ideas previas del pblico ser desde el campo de las teoras del aprendizaje.

    2.1.1 LA CONSTRUCCIN DEL CONOCIMIENTO Desde el punto de vista de la psicologa cognitiva, el aprendizaje o adquisicin de nuevo conocimiento se produce a partir de la interaccin entre nuevas ideas con significado lgico e ideas de fondo pertinentes ya existentes en la estructura cognitiva de la persona que aprende, de una manera no arbitraria y no literal, dando lugar este proceso de interaccin a nuevos significados (Ausubel 2000). De esta manera, los conocimientos previos determinarn la adquisicin de nuevos conocimientos, al funcionar los primeros como un anclaje selectivo para la incorporacin de nueva informacin y surgiendo el significado de sta como producto de la interaccin con aqullos. Podramos afirmar que lo ms importante para aprender algo no es lo que se va a aprender sino lo ya aprendido (Lara Guerrero 1997). Desde este punto de vista, no slo se puede concluir que la presencia en la estructura cognitiva de unas ideas de anclaje pertinentes, claras, estables y discriminables es el principal factor facilitador del aprendizaje significativo, sino tambin que la ausencia de estas ideas constituye el principal factor limitante de los nuevos aprendizajes (Ausubel 2000).

    La perspectiva constructivista del aprendizaje, adems, pone el nfasis en el papel activo de la persona que aprende al considerar que el conocimiento no es transmitido directamente desde quien ensea a quin aprende, sino construido activamente por este ltimo (Driver, Asoko et al. 1994). Es decir, aprendemos elaborando una representacin personal de la nueva informacin aportando nuestros esquemas preexistentes en la manera en que nos resulta coherente y til (Driver 1988; Hewson 1992; Lara Guerrero 1997).

    Asumiendo estos principios, analizar las ideas previas de quien aprende cobra una gran importancia en el diseo de los procesos de aprendizaje y ha sido por ello objeto de numerosas investigaciones en el mbito escolar en todas las etapas educativas, desde la educacin infantil a la universitaria, y en todo tipo de pases y contextos culturales (Carmichael 1990; Pfundt and Duit 1994) aunque han sido escasas sin embargo en contextos de aprendizaje informal (Asensio and Pol 2005). Estos estudios han demostrado que las personas, desde muy temprana edad y antes incluso de recibir cualquier enseanza de tipo formal, desarrollamos ideas que tratan de dar respuesta a la necesidad de interpretar los fenmenos naturales o conceptos cientficos (Osborne and Freyberg 1985; Driver 1988) y que estas ideas estn presentes en todas las situaciones de aprendizaje a las que nos enfrentamos (Driver

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    1988). En contra de lo que se puede pensar, estas ideas no son exclusivas en los nios y se superan con la educacin formal, sino que existen en todas las edades y niveles educativos y estn ampliamente extendidas entre los adultos (Ausubel 2000).

    2.1.2 CARACTERSTICAS DE LAS IDEAS PREVIAS Las ideas previas de los sujetos de aprendizaje estn, en algunos casos, de acuerdo con lo que se les va a ensear, pero frecuentemente entran en conflicto de manera significativa con las teoras cientficas o las visiones generalmente aceptadas sobre la materia en cuestin (Osborne and Freyberg 1985; Driver 1988; Hewson 1992). Estas discrepancias entre el razonamiento cotidiano y el conocimiento cientfico se deben a que este ltimo no es simplemente revelado a travs de la observacin del mundo natural, sino que es fruto de un proceso discursivo socialmente construido, validado y comunicado (Driver, Asoko et al. 1994).

    El inters de las investigaciones en el sistema educativo se ha centrado precisamente en las ideas previas errneas que entran en conflicto con los conceptos cientficos, debido a que su existencia es uno de los factores que ms dificulta la presencia de ideas de anclaje pertinentes y que inhibe el aprendizaje de nuevos conocimientos (Ausubel 2000). Por ello, son frecuentes en la literatura de este campo denominaciones como concepciones errneas o errores conceptuales misconceptions en ingls para referirse a las ideas previas, frente a otras ms generales como ideas de los alumnos, preconceptos, ideas intuitivas, ingenuas o espontneas, esquemas conceptuales o concepciones alternativas. Estas diferentes denominaciones reflejan tambin diferentes formas de concebir la naturaleza del conocimiento cientfico que se ensea y el papel de esas ideas previas en el proceso de aprendizaje (Hewson 1992; Galagovsky 2004), cuya clarificacin escapa al objetivo de este estudio. Dado el propsito del presente trabajo, en l se usar el trmino ms general de ideas previas, entendiendo previo como anterior al proceso de aprendizaje concreto para el que se analiza la existencia de esas ideas.

    De los numerosos estudios realizados en el mbito educativo principalmente relativos a la enseanza de las ciencias, pero que se han ido extendiendo a otras disciplinas se han obtenido una serie de caractersticas comunes de las ideas previas que desarrollan los alumnos sobre los fenmenos naturales o conceptos cientficos y que tratamos de sintetizar a continuacin:

    Constituyen esquemas activos. No son un conjunto fijo o esttico de ideas, sino modos de ver o entender algo que la persona aplica a otras situaciones nuevas, tratando de entender stas como algo que ya conoce (Driver 1988), es decir, de aplicar un modelo ya conocido a la interpretacin de nueva informacin.

    Tienen cierta coherencia interna. Las ideas previas responden a intentos racionales de explicar un determinado fenmeno (Driver 1986). An siendo incorrectas desde el punto de vista cientfico, no lo son desde el punto de vista del alumno, ya que representan una respuesta a su experiencia y observacin (Limn and Carretero 2001) y resultan coherentes, vlidas y funcionales en su contexto personal (Driver 1988).

    Estn ligadas a un contexto especfico. Las ideas previas suelen ser limitadas en su generalidad, es decir, tienden a ser especficas de un dominio de conocimiento y, con frecuencia, dependen de la actividad en la que son utilizadas (Limn and Carretero 2001). Situaciones anlogas desde un punto de vista cientfico pueden ser interpretadas utilizando nociones diferentes y, ms all, una misma situacin puede

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    ser interpretada usando diferentes ideas en diferentes ocasiones (Driver 1988). Lo que importa en el pensamiento cotidiano es que las ideas sobre una situacin se ajusten a esa situacin en ese instante, permitiendo, si es necesario, predecir y actuar dentro de ella. As, las interrelaciones y la coherencia entre las ideas previas no son cruciales (Driver 1988). Sin embargo, a medida que aumenta el conocimiento del individuo sobre una materia, es posible que el carcter fragmentario y poco coherente de las ideas previas vaya dando lugar a representaciones ms complejas, integradas y coherentes entre s (Limn and Carretero 2001). Estas representaciones o modelos mentales seran ms difciles de cambiar que las ideas aisladas (Limn and Carretero 2001).

    Presentan un carcter indiferenciado. En ocasiones, se asocian conceptos diferentes en una misma idea (por ejemplo, presin del aire y gravedad), de manera que el individuo pasa de un significado o aspecto a otro sin ser consciente de ello (Driver 1988). Esta no diferenciacin en las ideas va acompaada habitualmente del uso de un lenguaje impreciso (Driver 1986).

    Estn dominadas por la percepcin. Es decir, estn basadas en la experiencia del individuo en la vida cotidiana y suelen dar respuesta a fenmenos que son perceptibles o basarse en los aspectos perceptibles de un fenmeno (Driver 1988; Limn and Carretero 2001). Consecuencia de ello es que los fenmenos son interpretados en trminos de propiedades de los objetos ms que en trminos de interacciones entre sistemas (Driver 1988). Sin embargo, los nios mayores y adultos incorporan ms ideas relativas a entidades que no se perciben directamente (Driver 1988).

    Responden a un razonamiento causal lineal. Las ideas previas tienden a centrarse en el cambio, en lo que se transforma, ms que en el equilibrio, en lo que se conserva, (Driver 1988; Mora and Herrera 2009). Es decir, para el alumno el cambio es lo que requiere explicacin y la que aquel propone sigue una secuencia de razonamiento causal lineal (Driver 1988). Una consecuencia de ello es la tendencia a pensar en direcciones preferentes ms que en interacciones dentro de un sistema, o no considerando la reversibilidad de muchos procesos (Driver 1988).

    Son persistentes. Las ideas previas tienden a ser muy resistentes y difciles de cambiar por medio de la enseanza tradicional, incluso cuando la instruccin es reiterada (Driver 1986; Mora and Herrera 2009). Investigaciones realizadas en diversas reas muestran que las ideas previas pueden persistir a pesar de la enseanza hasta etapas universitarias (Driver 1988), e incluso, si no son eliminadas, pueden hacerse ms elaboradas y estables como resultado del proceso educativo (Ausubel 2000). En su resistencia a la extincin influyen factores como la primaca y la frecuencia y el que suelen estar ancladas a ideas preconcebidas anteriores muy relacionadas, estables y de naturaleza inclusiva (Ausubel 2000). As, aquellas concepciones estrechamente ligadas a la vida cotidiana, construidas sobre la experiencia directa, o aquellas que son centrales dentro del modelo explicativo del alumno sern ms difciles de cambiar (Limn and Carretero 2001).

    Son construcciones personales pero socialmente compartidas. A pesar de ser construcciones personales, que deben ser interpretadas en un contexto individual (Limn and Carretero 2001), las ideas previas se encuentran presenten de manera semejante en muchos sujetos investigados, incluso de diferentes edades y medios (Driver 1986). Ya que compartimos las mismas experiencias y el mismo medio, no es sorprendente que nuestras observaciones cotidianas conduzcan a interpretaciones

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    similares e, incluso, muestren paralelismos con ideas aparecidas a lo largo de la historia de la ciencia (Barke, Hazari et al. 2009).

    Son implcitas. Las ideas previas forman parte del conocimiento implcito del sujeto (Limn and Carretero 2001), que, en la mayora de los casos, no es consciente de ellas. Por ello, no son fciles de identificar (Limn and Carretero 2001).

    Aunque, como hemos indicado antes, estas conclusiones son resultado de investigaciones realizadas principalmente en el mbito escolar, ello no quiere decir que los adultos e incluso cientficos no piensen de manera similar cuando abordan problemas cotidianos (Driver 1988).

    2.1.3 EL APRENDIZAJE COMO CAMBIO CONCEPTUAL Como ya hemos visto, los humanos tenemos una tendencia natural a construir modelos o teoras que expliquen lo que observamos en nuestra experiencia con el mundo. Sin embargo, ya que esas explicaciones iniciales estarn basadas en un conocimiento de partida normalmente limitado y con frecuencia cargadas de conceptos errneos, debern ser revisadas a medida que nueva informacin se incorpora al cuerpo de conocimiento del individuo (Inagaki 2001). Si la nueva informacin resulta inteligible, plausible y provechosa para el individuo en contraste con su conocimiento previo, el aprendizaje se producir sin dificultad (Hewson 1992). Sin embargo, si la nueva informacin choca en alguno de esos sentidos con el conocimiento preexistente, la incorporacin no se producir hasta que la persona que aprende se sienta insatisfecha o descontenta con sus ideas previas (Hewson 1992). El sujeto de aprendizaje necesitar que las concepciones existentes sean modificadas o incluso intercambiadas por las nuevas, dando lugar a cambios conceptuales en su conocimiento a medida que se produce el aprendizaje. Esta consideracin del aprendizaje como cambio conceptual supone entender aqul no simplemente como enriquecimiento o elaboracin de conocimiento sino como reorganizacin o reestructuracin de los conceptos individuales que articulan el conocimiento (Carey 1987). Es decir, el aprendizaje supone el cambio de concepciones de la persona adems de la incorporacin de nuevo conocimiento (Hewson 1992).

    La reestructuracin del conocimiento puede darse en un sentido dbil o fuerte (Carey 1987). Por un lado, la reestructuracin en un sentido dbil supone el desarrollo de nuevas relaciones entre conceptos y nuevos esquemas que permiten la solucin de nuevos problemas as como nuevas soluciones a problemas antiguos. Por otro lado, la reestructuracin en un sentido fuerte, adems de lo anterior, implica un cambio en los conceptos centrales de la estructura cognitiva del individuo. Los estudios sugieren que el aprendizaje cientfico requiere una reestructuracin en sentido fuerte (Carey 1987; Kuhn 1989).

    El cambio conceptual puede ocurrir espontneamente, como resultado de experiencias enriquecedoras en el ambiente fsico y sociocultural del sujeto muy potenciado en sociedades altamente tecnolgicas como la nuestra, o inducida por la instruccin, producto de una educacin cientfica sistemtica (Inagaki 2001). Mientras en el primer caso el cambio conceptual ocurre rpidamente, en el segundo caso, incluso con una buena enseanza, el cambio conceptual es muy difcil de inducir y las ideas previas resultan muy persistentes.

    Los mecanismos a travs de los que se produce un cambio conceptual pueden ser diversos y nos apuntan las posibles estrategias para propiciarlo a travs de la educacin. Un mecanismo general de cambio conceptual es la extensin de la

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    alteracin del valor de verdad la consideracin de lo que es verdadero y lo que es falso, lo que el sujeto considera plausible o no. La modificacin del valor de verdad de algunos paquetes de conocimiento debido a la incorporacin de nuevo conocimiento puede provocar cambios en el valor de verdad de otros paquetes conectados, y estos a su vez en otros, provocndose un cambio drstico en todo un continuo de conocimiento (Inagaki 2001). Este mecanismo de cambio conceptual requiere la confrontacin en la estructura cognitiva de los paquetes de conocimiento de la antigua y la nueva teora o modelo, es decir, tiene que haberse construido previamente un modelo alternativo, lo cual, por otra parte, resulta necesario cuando las ideas previas de los alumnos no guardan relacin alguna con la concepcin cientfica (Driver 1988). Sin embargo, el individuo puede desechar la antigua teora sin existir una teora o modelo alternativo. En este sentido, el cambio conceptual puede desencadenarse mediante analogas que sugieran una visin alternativa, es decir, usando un modelo para desarrollar la base de una nueva teora (Driver 1988). Mediante la analoga el individuo mapea su conocimiento para tratar de dar una interpretacin coherente al conjunto de observaciones o incluso construir una teora tentativa (Inagaki 2001). Este es el mecanismo utilizado habitualmente por los cientficos para generar ideas nuevas cuando se enfrentan a resultados experimentales inconsistentes. Por ltimo, las interacciones sociales, tales como los grupos de discusin, pueden generar inconsistencias en el sistema cognitivo del individuo al presentarse a travs de la interaccin diferentes perspectivas de un problema y pueden ser tambin fuente de posibles soluciones, contribuyendo a que se produzca el cambio conceptual (Inagaki 2001).

    Dados estos mecanismos, una estrategia educativa que propicie un cambio conceptual debe establecerse considerando, al menos, los siguientes criterios:

    La nueva informacin aportada al sujeto de aprendizaje debe ser entendible por este, de manera que pueda relacionarla con la que ya posee (Mora and Herrera 2009). El uso de metforas, por ejemplo, puede posibilitar al sujeto relacionar los conocimientos previos y los nuevos conceptos (Driver 1986).

    La nueva informacin debe generar un fuerte conflicto con las predicciones basadas en las ideas previas (Mora and Herrera 2009). Una estrategia posible es confrontar las ideas previas con contraejemplos que provoquen insatisfaccin con aquellas o ampliar el rango de aplicacin de una concepcin previa para debilitar su validez fuera de un contexto limitado (Driver 1988).

    Los nuevos conceptos deben ensearse de manera que sean consistentes con la experiencia del sujeto, de forma que resuelvan problemas que cualquiera de las ideas previas no puede (Mora and Herrera 2009). En este sentido, se debe proporcionar la mayor cantidad posible de experiencias de manera que el sujeto de aprendizaje pueda establecer nuevas relaciones con otros conceptos y hechos conocidos por l (Driver 1986; Mora and Herrera 2009).

    Se debe procurar mostrar la utilidad de los nuevos conceptos para resolver problemas cotidianos (Mora and Herrera 2009), a travs, por ejemplo, de actividades de aplicacin prctica (Driver 1986).

    Los mtodos de enseanza empleados deben propiciar que el sujeto de aprendizaje supere las formas de anlisis simplistas por ejemplo, accesibilidad, contigidad espacial y temporal, semejanza, etc. y utilice en cambio formas ms sofisticadas (Mora and Herrera 2009).

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    Ms all de los criterios anteriores, diversos autores ponen de manifiesto la importancia de las estrategias metacognitivas, es decir, que favorecen que los sujetos reflexionen sobre su propio aprendizaje, en el desarrollo del cambio conceptual (Driver 1988; Kuhn 1989). Es decir, el cambio conceptual implica adoptar cierta perspectiva sobre qu es aprender y cul es la utilidad de ese aprendizaje (Limn and Carretero 2001). Lo que requiere a su vez que exista cierta motivacin por el aprendizaje.

    2.1.4 EL MUSEO COMO CONTEXTO PARA EL CAMBIO CONCEPTUAL Como hemos visto, el mbito de la educacin formal bsicamente la escuela, a pesar de los esfuerzos y los objetivos explcitos, no resulta siempre un contexto adecuado para el aprendizaje (Asensio and Pol 2005), al menos cuando este requiere de un cambio conceptual (Inagaki 2001). Las ideas previas de los alumnos resultan difciles de modificar en el mbito escolar (Driver 1986), pueden sobrevivir a todo el proceso educativo (Driver 1988) e incluso hacerse ms elaboradas y estables como resultado del mismo (Ausubel 2000). Esto ocurre porque la educacin formal tiende a centrarse en formalismos, guiones y estereotipos que no producen una comprensin real de los fenmenos y que no son capaces de interceptar la interpretacin de la realidad que realiza de manera natural el alumno.

    Por el contrario, se constata que en los contextos informales de aprendizaje, como los museos, las personas aprenden a pesar de no tener o al menos no explicitar como pretensin fundamental el aprendizaje, sino ms bien el entretenimiento y disfrute en torno a la cultura o el puro deleite esttico (Asensio and Pol 2005). Se aprende sin proponrselo. Y es que el aprendizaje informal, en trminos generales (Asensio and Pol 2005):

    Permite una mayor conexin con los conocimiento previos de la personas, procurando enganchar con ellos.

    Pone un mayor nfasis en la aplicabilidad de los conocimientos.

    Trata de contextualizar el conocimiento en la vida cotidiana o en situaciones socialmente significativas.

    Hace un uso decidido e inteligente de los aspectos motivacionales y emocionales.

    Las interpretaciones cotidianas de las personas se han construido sobre la experiencia directa, por lo que sern necesarias nuevas experiencias para cambiarlas. A menos que el sujeto viva experiencias que le hagan consciente de las limitaciones y fallos de su propia teora explicativa, esta persistir (Borun 1990). En este sentido, el museo, en la medida que puede permitir el desarrollo de esas experiencias de aprendizaje, presenta un gran potencial para cambiar las concepciones errneas y desarrollar nuevas comprensiones en los visitantes (Borun 1990). Ah radica el importante papel de la museografa interactiva en el aprendizaje, por ejemplo, de fenmenos cientficos.

    En palabras de Borun (1990), el ambiente del museo tiene un gran potencial para cambiar las concepciones errneas de los visitantes. La combinacin de dispositivos manuales y textos explicativos puede producir el aha o cambio de percepcin que abra a la gente a nuevas interpretaciones.

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    2.2 LA EVALUACIN PREVIA EN MUSEOS Y EXPOSICIONES 2.2.1 UNA APROXIMACIN A LOS ESTUDIOS DE PBLICO El presente trabajo se enmarca en el mbito de los estudios de pblico de museos que se integran en procesos ms amplios de evaluacin y desarrollo de exposiciones. En trminos generales, estos estudios de pblico pretenden la inclusin del punto de vista del visitante como fuente de informacin dentro del proceso general de desarrollo de exposiciones, a travs de la integracin de un procedimiento de evaluacin en cada una de las etapas del proceso de desarrollo expositivo y entendiendo aqullos como una herramienta para la toma de decisiones (Prez Santos 2000). Los estudios de pblico permiten perfilar el pblico actual, potencial o el no pblico y fundamentar las estrategias de actuacin para adaptar mejor nuestra oferta de exposiciones o programas musesticos (Asensio and Pol 2005). Se trata en cierto modo de un proceso similar a la investigacin de mercado (Miles 1988). El evaluador o equipo de evaluacin se convertir as en representante o portavoz de los intereses, necesidades, conocimientos, actitudes y errores de comprensin del pblico, entrando a formar parte del equipo de elaboracin expositiva (Shettel and Bitgood 1994).

    Con los aos, la evaluacin de exposiciones ha pasado de ser una disciplina reactiva a ser proactiva, es decir, que no busca slo saber en qu medida una exposicin acabada ha alcanzado sus objetivos, sino conocer qu aportaciones especficas puede realizar durante la elaboracin de una exposicin para aumentar su probabilidad de xito (Shettel and Bitgood 1994), llegando a ser una parte integrante y activa en la elaboracin de aquello que evala.

    La figura 2.01 (Bitgood 1991) muestra un esquema de los inputs de informacin provenientes, por un lado, de profesionales (diseadores, intrpretes, conservadores) y, por otro, de visitantes, integrados en el proceso general de desarrollo de una exposicin, considerando ste dividido en tres fases: fase de planificacin, fase de produccin diseo, construccin e instalacin y fase de post-instalacin. La informacin proveniente de los visitantes se deriva de los distintos tipos de evaluacin de pblico que pueden llevarse a cabo durante el desarrollo de una exposicin: previa, formativa, sumativa y correctiva.

    El presente trabajo se centra exclusivamente en la fase de planificacin y, ms concretamente, en la informacin obtenida del pblico o sobre el pblico mediante la evaluacin previa (front-end evaluation) y en su utilizacin en la planificacin y desarrollo de la exposicin. Aunque todos los tipos de evaluacin cumplen una funcin relevante en el desarrollo de una exposicin, la evaluacin previa presenta un carcter fundamental ya que la informacin que aporta constituye uno de los cimientos sobre los que se construye el proyecto expositivo. Dicho de otra forma, mientras las evaluaciones formativa, sumativa o remedial son esencialmente aproximaciones correctivas, la evaluacin previa es, por naturaleza, preventiva (Shettel 1992). Esto le confiere adems una eficiencia econmica mucho mayor desde el punto de vista de la inversin a realizar, ya que cada euro invertido en prevenir durante la planificacin puede ahorrar varios euros en corregir errores durante la produccin (Shettel 1992). Y ms all, es muy difcil, si no imposible, que muchos de los planteamientos equivocados de los contenidos identificados en la evaluacin previa puedan ser corregidos en fases de evaluacin posteriores (Shettel and Bitgood 1994).

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    Metas iniciales

    Anlisis del mensajeEvaluacin previa

    Metas y objetivos

    Evaluacin formativa Desarrollo tcnico

    Instalacin

    Valoracin crtica

    Evaluacin correctiva

    Evaluacin sumativa

    ETAPA DE PLANIFICACIN

    ETAPA DE PRODUCCIN

    ETAPA POST-INSTALACIN

    INPUT VISITANTES INPUT PROFESIONALES

    Figura 2.01. Proceso de evaluacin y desarrollo de exposiciones (Bitgood 1991).

    2.2.2 INTEGRACIN DE LA EVALUACIN PREVIA EN LA PLANIFICACIN EXPOSITIVA

    Como muestra la figura 2.01, la etapa de planificacin de un proyecto expositivo persigue establecer las metas y objetivos de la exposicin. La realizacin de una evaluacin previa durante esta fase permitir aportar informacin sobre los conocimientos e intereses del pblico al proceso de definicin de dichas metas y objetivos, de manera que se aumente la probabilidad de que el mensaje expositivo se halle en el nivel de comprensin del visitante y a la vez estimule su inters (Screven 1990; Bitgood 1991; Shettel 1992; Shettel and Bitgood 1994; Prez Santos 2000). As, la evaluacin previa puede provocar una alteracin de las prioridades que el equipo museogrfico asigna a los objetivos de aprendizaje (Screven 1990) o incluso una reconsideracin de los contenidos de la exposicin (Shettel and Bitgood 1994). La evaluacin previa ha demostrado ser capaz de mejorar significativamente el ajuste

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    entre lo que se pretende comunicar y lo que eso representa para el pblico (Shettel 1992), lo que conlleva una mayor eficacia de las exposiciones.

    Sin embargo, aunque parece evidente el inters de contar con informacin sobre el pblico objetivo de un mensaje antes de elaborar ste, se tiende con demasiada frecuencia a confiar en asunciones sobre cmo los visitantes entendern los mensajes expositivos, dando por hecho que poseen al menos unos conocimientos e inters mnimos, y a desarrollar propuestas expositivas basndose en aqullas (Shettel 1992). Sin embargo, muchos estudios de evaluacin muestran que esas asunciones no son acertadas (Shettel 1992; Shettel and Bitgood 1994) y pueden producir un fracaso generalizado de la comunicacin, incluso en los niveles ms bsicos de comprensin (Shettel 1992).

    Figura 2.02. Etapa de planificacin de una exposicin (Screven 1990).

    Por ello, la correcta planificacin de una exposicin (Figura 2.02) deber integrar un anlisis del contenido y mensajes y un anlisis de la audiencia (Screven 1990). Por un lado, el anlisis de mensaje, llevado a cabo por especialistas (conservadores, educadores, etc.), consiste en identificar el contenido principal, organizar de forma lgica los tpicos expositivos y determinar los mensajes a comunicar. Por otro lado, el anlisis de audiencia consiste en realizar una evaluacin previa del pblico objetivo de la exposicin. La integracin de ambos anlisis y no solo la visin de los

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    especialistas permitir determinar las metas y objetivos de la exposicin, que incluir comportamientos, actitudes, sentimientos y conocimientos que esperamos que se desarrollen como resultado de la visita a la exposicin (Screven 1990). A partir de estos objetivos y metas se podrn considerar estrategias y enfoques de diseo expositivo.

    2.2.3 INFORMACIN APORTADA POR LA EVALUACIN PREVIA Pero, qu tipo de informacin sobre el pblico objetivo de una exposicin puede interesarnos obtener a travs de una evaluacin previa? La evaluacin previa tal y como aqu se plantea parte de la consideracin del museo como un medio educativo, cuya misin es propiciar el aprendizaje del pblico mediante la exposicin (Pastor Homs 2004; Santacana Mestre 2005; Serrat Antol 2005; Calaf Masachs 2009). Y, ms concretamente, como hemos expresado antes, tiene sus races en la teora cognitiva del aprendizaje (Shettel 1992), que asume el principio bsico constructivista de que todo conocimiento se construye a partir de otro anterior. La evaluacin previa constituira as la primera etapa de un proceso de evaluacin del aprendizaje en el museo que se completara con una segunda etapa contemplada fundamentalmente en la evaluacin sumativa, que, entre otros aspectos, permitira valorar la efectividad de los cambios introducidos gracias a la evaluacin previa (Shettel and Bitgood 1994).

    Desde esta perspectiva, Shettel (1992) propone orientar la evaluacin previa a la obtencin de informacin sobre tres aspectos fundamentales, pertenecientes a dos niveles de la psicologa del visitante:

    Nivel cognitivo: Conocimiento previo de la materia por el visitante

    Nivel procedimental: Habilidades del visitante para el aprendizaje, que se traduce en el modo ms adecuado de presentar los contenidos al visitante

    Nivel afectivo o actitudinal: Inters del visitante por la materia

    Aunque el presente estudio se centra fundamentalmente en la evaluacin del conocimiento previo de la materia por el visitante, a continuacin se presenta una breve descripcin de cada uno de los anteriores aspectos.

    Conocimiento previo de la materia por el visitante

    La teora del aprendizaje que expusimos en anteriores captulos se traduce en asumir, por un lado, que los visitantes no llegan al museo como una pgina en blanco, sino que traen, en mayor o menor medida, un conocimiento previo sobre los contenidos que sern tratados en l (Shettel 1992; Prez Santos 2000) y, por otro, que el significado no es una respuesta implcita del visitante ante unos materiales o recursos, sino una experiencia consciente que surge cuando interactan signos, smbolos, conceptos o proposiciones potencialmente significativos con ideas previas pertinentes de la estructura cognitiva del visitante (Ausubel 2000).

    Por tanto, conocer las ideas previas de los visitantes nos permitir disear propuestas museogrficas que desarrollen procesos de aprendizaje eficaces, utilizando aquellas como anclaje o sustrato sobre el que construir el nuevo conocimiento, pero tambin modificndolas o refutndolas si no se adaptan a la realidad que deseamos explicar. Esta consideracin constructivista del aprendizaje y del papel de las ideas previas en la adquisicin de nuevos conocimientos justifica el inters despertado por la

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    evaluacin previa en los procesos de elaboracin de exposiciones (Prez Santos 2000).

    En ocasiones, el conocimiento previo del visitante est cargado de concepciones errneas, derivadas de creencias populares, explicaciones propias a fenmenos, acercamientos superficiales o tratamientos reduccionistas por parte, por ejemplo, de los medios de comunicacin o el cine. Diversos estudios constatan que las ideas previas errneas afectan profundamente a cmo los visitantes perciben y procesan la informacin y pueden crear tremendas barreras que impidan una adecuada interpretacin del contenido expositivo y distorsionar lo que el visitante se lleva consigo de la experiencia en el museo (Screven 1990; Shettel 1992).

    Ser por ello necesario eliminar o tratar de manejar esas ideas errneas antes de lanzar al pblico nuestros mensajes. En ocasiones, incluso, puede resultar ms interesante tratar de cambiar estructuras previas comnmente errneas en los visitantes, incluso abordndolas directamente en la exposicin (Shettel and Bitgood 1994), que tratar de aportar nuevos conocimientos difcilmente asimilables sin una adecuada estructura cognitiva previa capaz de integrar la nueva informacin (Prez Santos 2000).

    Por otro lado, siempre existir una limitacin de espacio y recursos, por lo que la informacin sobre el conocimiento previo del pblico nos evitar desperdiciar aquellos en explicar conceptos que sean de sobra familiares para el pblico (Miles 1988).

    En resumen, la evaluacin previa deber proporcionar informacin del conocimiento e ideas previas de los visitantes sobre los tpicos expositivos e identificar concepciones e ideas errneas as como fuentes potenciales de confusin y resistencia de los visitantes al enfrentarse a los contenidos expositivos (Screven 1990; Shettel 1992). El esfuerzo por descubrir tanto como podamos sobre qu conoce y qu no conoce nuestro pblico objetivo nos evitar planteamientos equivocados de los contenidos de nuestra exposicin. Estaremos mejor informados sobre dnde comenzar, qu enfatizar e, igual de importante, qu excluir (Shettel 1992).

    Modo ms adecuado de presentar los contenidos

    Ms all de que los contenidos de una exposicin sean abordados de una manera adecuada al nivel de conocimiento del pblico objetivo, dichos contenidos deben ser adems presentados de una manera que resulten comprensibles al pblico (Shettel 1992). Aunque muchos problemas relacionados con aspectos concretos de la presentacin de los contenidos y el diseo de recursos expositivos se podrn resolver mediante una evaluacin formativa, la evaluacin previa puede aportar una informacin ms general sobre los estilos y habilidades de aprendizaje del pblico, que ayudar a prevenir dichos problemas (Shettel 1992) identificando los medios expositivos y las estrategias de diseo ms adecuadas (Screven 1990).

    En definitiva, los recursos o medios expositivos empleados implicarn el uso de determinadas estrategias de aprendizaje, que permitirn una mejor o peor comunicacin de los mensajes en funcin de su adecuacin tanto al contenido tratado como a los estilos de aprendizaje presentes en el pblico objetivo.

    El concepto de estilo ha sido ampliamente usado en psicologa educativa y ha dado lugar a una gran variedad de modelos y teoras (Rayner 2001), que centran su atencin en la cognicin o el aprendizaje. A pesar de las diferencias entre los diversos

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    modelos, lo que subyace bajo el concepto de estilo es la idea de que cada individuo posee una manera personal de pensar (estilo cognitivo) o de aprender (estilo de aprendizaje) (Rayner 2001). As, aunque las estrategias de aprendizaje concretas que desarrolla un individuo puedan variar segn el objeto de aprendizaje, cada persona tiende a desarrollar unas preferencias globales, que determinan tanto la forma de seleccionar y representar la informacin, como la forma de organizarla y utilizarla.

    Por otro lado, la teora de las inteligencias mltiples propone la existencia de al menos ocho inteligencias separadas en el ser humano lingstica, lgico-matemtica, musical, corporal-cinestsica, espacial, naturalista, interpersonal e intrapersonal, definidas como potenciales biopsicolgicos para procesar informacin que se pueden activar en un marco cultural para resolver problemas o crear productos que tienen valor para una cultura (Gardner 2001). Todos los seres humanos desarrollamos las ocho inteligencias pero en distinto grado, por lo que cada persona tendr capacidades diferentes para el aprendizaje de diferentes contenidos. El concepto de inteligencia difiere del de estilo en que mientras ste designa un enfoque general que una persona tiende a aplicar a toda una gama de contenidos, aquella es una capacidad que se centra en unos contenidos especficos (Gardner 2001). Es decir, la manera de aprender de un individuo puede variar de una inteligencia a otra, no es algo fijo e inmutable para cada individuo.

    A pesar de las diferencias entre los diversos modelos, todos ellos coinciden en que no somos todos iguales, pensamos y aprendemos de manera diferente, y en que la educacin acta con ms eficacia si se tienen en cuanta estas diferencias en lugar de negarlas, ya que los enfoques educativos uniformes no son ptimos para la mayora (Gardner 2001). Por ello, cualquier contenido debera abordarse desde distintos enfoques dirigidos explcitamente a una gama de inteligencias, aptitudes e intereses (Gardner 2001). La evaluacin previa nos permitir explorar esta diversidad en nuestro pblico y determinar los enfoques, estrategias y recursos expositivos que tienen ms probabilidades de transmitir los aspectos esenciales de un tema al mayor nmero posible de personas.

    Inters del visitante por la materia

    Ya que tratamos con un pblico voluntario, no cautivo, debemos interesarnos por el tipo de cosas que lo atrae, por sus actitudes y motivaciones (Shettel 1992). Tan errneo sera presentar slo lo que despierta un alto inters en el pblico como ignorar completamente lo que a este interesa (Shettel 1992). Como seala Screven (1990), tener en cuenta las necesidades y expectativas de los visitantes identificadas en la evaluacin previa no significa complacer al visitante con interpretaciones superficiales del contenido expositivo, sino, al contrario, que sus intereses y visiones personales puedan servir de ganchos y puentes para animarles a profundizar en los contenidos expositivos.

    Conocer qu resulta ms interesante al pblico puede ser de gran ayuda en los casos en que es necesario reducir los posibles tpicos a tratar en una exposicin (Shettel 1992). Sin embargo, cuando el inters de la institucin y del pblico por un tpico no coinciden, hay que tomar una decisin. Shettel (1992) propone que la mejor solucin es tratar de hacer ms interesante y accesible la presentacin de los temas que siendo considerados importantes no resultan interesantes para el pblico y, al contrario, no gastar demasiados recursos en tpicos que presentan un alto inters para los visitantes.

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    Por otro lado, la evaluacin previa ser especialmente til para determinar cmo presentar en una exposicin temas que poseen una carga emocional (Ades and Fishman 1992).

    2.2.4 ALGUNOS APUNTES SOBRE LA METODOLOGA DE EVALUACIN PREVIA Los mtodos a emplear en una evaluacin previa dependern del tipo de informacin buscada y de cmo esta ser usada. No existen dos estudios de evaluacin iguales, pues stos responden a un proceso muy complejo en el que entran muchos factores en juego. Frecuentemente, las metodologas de evaluacin seguidas por los museos no responden a procedimientos demasiado normalizados, ni siquiera para el propio museo, sino aproximaciones ad hoc basadas en el inters personal de los responsables de una exposicin (Lockett 1991). En muchos casos, las evaluaciones previas se limitan a procedimientos sencillos y rpidos, pero no por ello despreciables. Algo tan sencillo como preguntar a varios visitantes su opinin sobre un determinado recurso o dispositivo expositivo puede descubrir importantes concepciones errneas compartidas (Borun 1990). En cualquier caso, existen algunos aspectos metodolgicos que considerar necesariamente.

    Pblico a investigar

    La evaluacin previa debe dirigirse al pblico objetivo de la exposicin, es decir, el pblico que se desea atraer a la misma. Lo habitual es que, para una nueva exposicin de un museo ya existente, la evaluacin previa se centre en las personas que acuden actualmente al museo (Screven 1990; Shettel and Bitgood 1994). En esta decisin, al margen de consideraciones metodolgicas, influye sin duda el contar con un presupuesto limitado o nulo y exclusivamente con el personal de la propia institucin.

    Sin embargo, el pblico que deseamos atraer no tiene por qu coincidir con el pblico actual de un museo. Esto es una obviedad en el caso de museos de nueva creacin, ya que no existe pblico actual, pero tambin ocurre cuando se reforma la exposicin permanente o se disean exposiciones temporales con el objetivo de atraer a nuevo pblico al museo (Screven 1990). Es probable que los mensajes definidos pensando en el pblico que actualmente visita la institucin no sean adecuados para el pblico que se pretende atraer (Shettel 1992), pues haya una diferencia significativa entre ambos.

    Por ello, diversos autores sugieren que la evaluacin previa no debe confinarse al museo, sino emplear como fuente de informacin a personas interceptadas en otros mbitos fuera del mismo (Ades and Fishman 1992; Shettel 1992), desde otros enclaves patrimoniales (lugares histricos, bibliotecas) hasta un centro comercial (Ades and Fishman 1992), o a travs de otros medios, como encuestas telefnicas o por correo (Screven 1990). Es decir, la poblacin adecuada para determinar los objetivos y metas, estrategias y enfoques de una exposicin est fuera del museo, ms an si pretendemos dirigir nuestra exposicin al pblico general.

    En cualquier caso, la evaluacin del aprendizaje en museos se enfrenta al condicionante difcilmente eludible de que el pblico que participar en las distintas fases del desarrollo de una exposicin sujetos implicados en el proceso de aprendizaje estar en general formado por diferentes personas salvo, podramos considerar, en el caso concreto de visitantes asiduos que participen en todas las

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    fases. Es decir, las personas que participarn en la evaluacin previa, y de las cuales se investigar sus conocimientos previos, estilos de aprendizaje e intereses, no sern las mismas personas que disfrutarn de la exposicin cuando sea instalada, ni las que participarn en la evaluacin sumativa para valorar la efectividad de los cambios introducidos gracias a la evaluacin previa. En concreto, vamos a analizar las ideas previas de unas personas, pero las estrategias de enseanza-aprendizaje diseadas en funcin de estas sern aplicadas a otras personas. Este hecho nos enfrenta a la paradoja de que, a pesar de que la propia perspectiva constructivista del aprendizaje que inspira la evaluacin propuesta se basa en la consideracin del aprendizaje como una construccin personal, tengamos que asumir como equivalentes en sus conocimientos previos, estilos de aprendizaje e intereses a grupos de personas diferentes.

    En cambio, en otros contextos, como el aula, en los que el proceso de aprendizaje es ms dilatado, la evaluacin puede aplicarse en todas sus fases a la misma persona que est aprendiendo. La evaluacin previa se realizar as a la misma persona para la que se disear, a partir de aquella, el proceso de enseanza-aprendizaje. A pesar de ello, las conclusiones obtenidas de la experiencia en el aula muestran que las ideas previas, an siendo construcciones personales, son socialmente compartidas (Driver 1986), siendo muy similares en diferentes edades, culturas y niveles educativos. Debido a ello, y a que averiguar las ideas previas de los estudiantes requiere invertir mucho tiempo, se suele sugerir a los profesores que basen sus estrategias de enseanza en las ideas previas que ya se han encontrado en otras investigaciones (Mora and Herrera 2009). Por tanto, podemos considerar que la hiptesis de que las ideas previas son socialmente compartidas puede tambin asumirse en el contexto musestico y podemos, por tanto, nutrirnos de las investigaciones desarrolladas con anterioridad sobre los tpicos expositivos de nuestro inters. Y es tambin la consideracin que nos permite considerar como equivalentes los diferentes grupos de personas que participan a lo largo del proceso de evaluacin del aprendizaje en el museo.

    Tcnicas empleadas

    Las tcnicas empleadas en evaluacin previa son variadas, pero en general se trata de tcnicas de autoinforme (entrevistas, cuestionarios, grupos de discusin), es decir, en las que el propio sujeto investigado es el que aporta la informacin sobre s mismo (Prez Santos 2000).

    La informacin acerca del conocimiento previo o el nivel de inters de los visitantes sobre los tpicos expositivos puede obtenerse mediante un proceso relativamente sencillo y directo, a travs, por ejemplo, de la realizacin de cuestionarios. Sin embargo, descubrir qu cree una persona que sabe, pero en realidad no sabe que es el problema al que nos enfrentamos al investigar las ideas previas del pblico , no es tan sencillo (Shettel 1992). Por ello, diversos autores optan por las entrevistas abiertas, frente a cuestionarios normalizados, para obtener informacin de tipo cualitativo sobre el conocimiento, ideas previas, intereses o actitudes del pblico (Screven 1990; Ades and Fishman 1992; Prez Santos 2000), ya que aportan una informacin ms descriptiva y especfica (Ades and Fishman 1992) y permiten un desarrollo discursivo de las respuestas por parte del visitante (Bialogorski and Cousillas 2008). Adems, resultan ms efectivas que los cuestionarios porque permiten la interaccin con el encuestador, que puede tomar decisiones sobre las preguntas a medida que se desarrolla la entrevista (Asensio 2000). Las preguntas

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    abiertas permiten una gran variabilidad de posibles respuestas de difcil categorizacin a priori sin perder parte de la informacin relevante para la investigacin (Prez Santos 2000). En este sentido, pueden servir tambin para obtener una informacin preliminar que se complemente despus con encuestas ms objetivas o cuantitativas, que garantice la representatividad de toda la poblacin considerada (Screven 1990; Asensio 2000).

    En su contra, las entrevistas abiertas muestran mayores problemas de tratamiento y anlisis que las tcnicas estructuradas, dadas las dificultades de codificacin que pueden presentar la diversidad de respuestas (Prez Santos 2000), lo que se traduce en un gran esfuerzo de tiempo.

    Por otro lado, para investigar el modo ms adecuado de presentar los contenidos o las preferencias del pblico a este respecto, se pueden emplear muestras o prototipos de diferentes estilos expositivos con los que encuestar al pblico (Lockett 1991).

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    3 OBJETIVOS, HIPTESIS Y MBITO DEL ESTUDIO

    3.1 OBJETIVOS 3.1.1 OBJETIVO GENERAL Establecer objetivos y estrategias adecuados para el desarrollo de propuestas museogrficas de interpretacin y didctica del patrimonio litoral andaluz que contribuyan al necesario cambio de concepcin de la sociedad sobre el litoral.

    3.1.2 OBJETIVOS ESPECFICOS El objetivo general anterior se concreta en los siguientes objetivos particulares:

    Identificar y caracterizar las ideas previas sobre el litoral existentes en el pblico potencial de los equipamientos museogrficos sobre el patrimonio litoral andaluz.

    Definir, a partir de las ideas previas del pblico, objetivos y estrategias adecuadas para el desarrollo de propuestas museogrficas de interpretacin y didctica del patrimonio litoral.

    Proponer ejemplos de aplicacin de los objetivos y estrategias definidos en propuestas museogrficas sobre el patrimonio litoral.

    3.2 FORMULACIN DE HIPTESIS El desarrollo de la investigacin para alcanzar los anteriores objetivos parte de las siguientes hiptesis de trabajo:

    La percepcin del litoral est profundamente deformada por los usos que la sociedad contempornea hace de l y que determinan el modo de acercamiento a este espacio.

    Existen un conjunto de ideas previas sobre el litoral, comunes en la sociedad, que determinan esa percepcin deformada.

    El conocimiento de las ideas previas del pblico permite mejorar la planificacin y diseo de los procesos de enseanza-aprendizaje en las intervenciones museogrficas.

    3.3 MBITO DEL ESTUDIO 3.3.1 MBITO GEOGRFICO El mbito geogrfico del presente trabajo es el litoral andaluz. Este constituye un contexto adecuado para abordar este estudio, al ser Andaluca una regin estrechamente vinculada al litoral histrica, cultural y econmicamente.

    Andaluca posee 1.100 km de costa, que incluyen un patrimonio natural y cultural excepcionalmente diverso. Situado en la confluencia del Mediterrneo y el Atlntico, zona puente entre Europa y frica, el litoral andaluz constituye un espacio de gran singularidad e importancia estratgica, como lugar de confluencia e intercambio de fuerzas, procesos, mares, especies, culturas Un lugar de paso, sin duda, pero

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    tambin un lugar de establecimiento y colonizacin, como refleja su diversidad tanto biolgica como cultural.

    A la gran diversidad de grupos zoolgicos y botnicos la mayor biodiversidad de las costas europeas se unen la elevada diversidad de hbitats 60 tipos recogidos en la Directiva Hbitat de la UE1 (Barragn Muoz, Chica Ruiz et al. 2007). Como consecuencia de ello, hasta la actualidad se han declarado 42 espacios naturales protegidos en el litoral de Andaluca (Tabla 3.01).

    Tipo Nmero Parque Nacional 1 Parque Natural 5 Paraje Natural 15 Reserva Natural 5 Reserva Natural Concertada 1 Parque Periurbano 3 Monumento Natural 12 Total 42

    Tabla 3.01. Espacios Naturales Protegidos del litoral de Andaluca, por tipo de espacio.

    Junto a estos valores naturales, la presencia humana en este estratgico litoral desde tiempos remotos ha legado un patrimonio histrico y etnolgico de gran importancia, ligado fundamentalmente a la explotacin de los recursos del mar y el litoral.

    Por otro lado, los 65 municipios costeros andaluces representan el 10% del territorio, concentran el 40% de la poblacin y soportan el 75% del crecimiento poblacional de la Comunidad (CMA 2008a; CMA 2008b). Crecimiento que ha ido acompaado de un continuo proceso urbanizador y una creciente demanda de recursos. No es casual: el turismo litoral representa el 12% del PIB andaluz concentra el 85% de los destinos, el 75% de la oferta hotelera, el 75% de los campos de golf; los puertos andaluces movilizan el 25% del trfico de mercancas nacional y el Estrecho es el lugar con mayor trfico martimo del mundo el 10% del total global; la mayor parte de la industria andaluza se encuentra localizada en las reas litorales; y la agricultura intensiva andaluza se ha concentrado en el litoral los cultivos forzados bajo plstico en el litoral se han cuadruplicado en 30 aos (Barragn Muoz, Chica Ruiz et al. 2007).

    En definitiva, se puede concluir que el litoral andaluz es un mbito complejo que, en las ltimas dcadas, ha sufrido como ningn otro mbito las consecuencias de la aplicacin del paradigma actual de desarrollo: alta demanda del espacio, conflictos de usos, dependencia econmica, agotamiento del recurso, degradacin de sus hbitats naturales

    3.3.2 MBITO DE LA ACTIVIDAD El propsito de este trabajo, de establecer objetivos y estrategias adecuados para el desarrollo de propuestas museogrficas sobre el patrimonio litoral, requiere, ya que ese propsito no va dirigido a un equipamiento concreto, definir los tipos de

    1 Directiva 92/43/CEE del Consejo de 21 de mayo de 1992 relativa a la conservacin de los hbitats

    naturales y de la fauna y flora silvestres

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    equipamientos museogrficos en los que podran ser de aplicacin esos resultados. A priori, podemos considerar que forman parte del mbito del estudio todos los equipamientos museogrficos que tratan sobre el patrimonio litoral y marino, tanto natural como cultural.

    A partir de la realizacin de un inventario de todos esos posibles equipamientos en el contexto andaluz, que suponen en total 99 equipamientos o instalaciones la lista completa se muestra en el Anexo 1, hemos podido diferenciar las siguientes tipologas:

    Equipamientos de recepcin e informacin de espacios naturales protegidos litorales. Centros de visitantes y puntos de informacin cuyas funciones principales son la recepcin y la informacin de los visitantes al espacio natural protegido y que cuentan con una exposicin interpretativa sobre el espacio natural.

    Equipamientos para la interpretacin in situ del patrimonio litoral. Principalmente senderos, miradores y observatorios dotados de sealizacin interpretativa u otro tipo de recursos museogrficos que permite la interpretacin del espacio natural o elemento patrimonial en el que se encuentran.

    Otros centros de interpretacin del litoral y el mar. Centros de interpretacin, generalmente de carcter local, que cuentan con recursos expositivos dedicados a la interpretacin del patrimonio litoral y marino, tanto natural como cultural.

    Ecomuseos litorales. Museos dedicados a los aprovechamientos y usos tradicionales del litoral, como patrimonio colectivo de la comunidad, y su vinculacin con el territorio.

    Conjuntos arqueolgicos e histricos vinculados al litoral. Elementos del patrimonio histrico vinculados a los usos y aprovechamientos del litoral por el ser humano a lo largo de la Historia, que cuentan con recursos museogrficos o de interpretacin.

    Jardines botnicos del litoral. Dedicados total o parcialmente a la flora del litoral o de espacios naturales protegidos del litoral.

    Zoolgicos marinos. Equipamientos de ocio que exponen especies animales marinas vivas en cautividad, tales como acuario marinos o delfinarios.

    Museos y conjuntos patrimoniales martimos. Dedicados a la historia de la navegacin, la marina o la construccin naval, o a personajes histricos que destacaron en dichas actividades. Estn vinculados a los enclaves de histricamente mayor importancia naval o portuaria de Andaluca.

    Museos arqueolgicos e histricos localizados en el litoral. Museos arqueolgicos, histricos y etnogrficos provinciales o locales, situados en municipios del litoral, que exponen objetos vinculados a los usos y aprovechamientos del litoral por el ser humano a lo largo de la Historia

    Exposiciones temporales sobre el litoral y el mar. Exposiciones temporales promovidas por instituciones pblicas o privadas, musesticas o no, cuyos contenidos se centraban en el patrimonio litoral o marino, en su divulgacin o interpretacin.

    Las conclusiones del presente trabajo pretenden ser de utilidad al desarrollo de propuestas museogrficas en cualquiera de los equipamientos o instalaciones anteriores, aunque evidentemente lo sern en mayor grado en aquellas propuestas que tengan el patrimonio litoral y marino como contenido central.

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    3.3.3 MBITO POBLACIONAL Dados los objetivos del estudio y los equipamientos museogrficos que pueden ser receptores de sus conclusiones, el universo poblacional a considerar en la investigacin de pblico ser el conjunto de habitantes y visitantes del litoral andaluz, que es, en trminos generales, el pblico potencial de un equipamiento museogrfico del litoral de Andaluca.

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    4 METODOLOGA La investigacin desarrollada para el presente estudio ha consistido fundamentalmente en la identificacin y anlisis de las ideas previas sobre el litoral en los visitantes a una exposicin itinerante sobre el litoral andaluz que recorri todo su territorio. Las aportaciones del pblico han sido analizadas en su contenido, construyendo una serie de variables representativas de la percepcin del pblico sobre el litoral andaluz y su problemtica. El tratamiento estadstico de esas variables ha permitido extraer conclusiones sobre las ideas previas sobre el litoral comunes en el pblico potencial de los equipamientos museogrficos sobre del patrimonio litoral andaluz. Para la obtencin de estas conclusiones han sido tambin utilizados resultados de otras encuestas de opinin sobre aspectos relacionados.

    4.1 LA EXPOSICIN ITINERANTE LA BALADA DEL TREN DE LA COSTA

    4.1.1 ALCANCE Y OBJETIVOS DE LA EXPOSICIN La Balada del Tren de la Costa fue una exposicin itinerante callejera que recorri los pueblos y ciudades costeros de Andaluca el verano de 2007.

    La exposicin formaba parte de la campaa de comunicacin de la Estrategia Andaluza de Gestin Integrada de Zonas Costeras, en proceso de elaboracin en esa poca por parte de la Consejera de Medio Ambiente de la Junta de Andaluca (Barragn Muoz, Chica Ruiz et al. 2007; Barragn Muoz, Chica Ruiz et al. 2008).

    Su objetivo y el de la campaa de comunicacin en su conjunto era informar a la sociedad andaluza del proceso de elaboracin de dicha Estrategia, justificando su necesidad, beneficios y urgencia, dada la importancia ecolgica y socioeconmica del litoral andaluz y los problemas y amenazas para su conservacin que sufre. Era, por tanto, una exposicin dirigida al pblico general.

    Adems, se concibi como un recurso que posibilitara la participacin directa de la sociedad en el proceso de elaboracin de la Estrategia, recabando sus opiniones a travs de la propia exposicin. sta es la razn por la que la exposicin se realiz durante el proceso de elaboracin y no una vez que la Estrategia estuviera redactada y aprobada.

    Figura 4.01. Cartel de la exposicin La Balada del Tren de la Costa.

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    El mensaje central de la exposicin era el siguiente: Bajo la problemtica del litoral subyace un problema de gestin, derivado de la complejidad y la convergencia de usos y actividades econmicas, intereses y administraciones competentes. El cambio del modelo actual de gestin del litoral hacia una gestin integrada, en cuanto que proceso de administracin basado en la coordinacin, cooperacin y participacin, supone un paso necesario para poder solucionar los problemas del litoral.

    La exposicin se instal en paseos martimos, plazas u otros espacios pblicos, lugares de paseo en las tardes y noches de verano. La instalacin nocturna de la exposicin persigui interceptar al pblico a una hora del da relajada la hora del paseo dentro del transcurrir de la vida veraniega en las localidades costeras andaluzas, buscando una actitud ms receptiva y adecuada por parte de aqul.

    Figura 4.02. Imgenes del desarrollo de la exposicin La Balada del Tren de la Costa y de la

    participacin del pblico en diferentes localidades

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    4.1.2 CONTENIDO Y DISEO EXPOSITIVO El diseo de la exposicin simulaba un viaje en tren, el Tren de la Costa, que nos conduca en su recorrido por el litoral andaluz, mostrndonos sus problemas y oportunidades hacia la sostenibilidad. Los diferentes vagones del tren que eran paneles grficos en forma de vagn sobre soportes verticales trataban los temas clave del litoral (urbanismo, turismo, agricultura), a travs de una vieta de cmic en la que aparecan, como viajeros del tren, personajes involucrados en cada uno de esos aspectos (por ejemplo, en el vagn del urbanismo, un promotor, un concejal de urbanismo, una veraneante). Los personajes mantenan un dilogo sobre el tema en cuestin, aportando las claves de la problemtica actual de cada tema. Acompaando el recorrido del tren, una proyeccin audiovisual de gran formato la exposicin se instalaba de noche mostraba imgenes y datos sobre el litoral andaluz, a modo de anlisis de su situacin.

    Figura 4.03. Plano de planta de distribucin de contenidos de la exposicin

    La Balada del Tren de la Costa

    El tren conduca hasta una estacin una carpa de lona, la estacin Estrategia, que se propona al visitante como una parada para la reflexin sobre el modelo de desarrollo del litoral y la formulacin de un nuevo modelo de gestin integrada. Por ello, a la salida de esa estacin, la exposicin conclua con un nuevo tren en construccin, el tren de la gestin integrada, que, a diferencia del primero, mostraba juntos a todos los personajes involucrados en el litoral, y no separados por temas, como forma de representar el nuevo modelo de gestin que se buscaba, basado en la coordinacin, la cooperacin y la participacin.

    La idea del tren supona un medio excelente para proponer una contemplacin del paisaje litoral con cierta perspectiva y globalidad. El Tren de la Costa aportaba adems un sentido de viaje a la exposicin, simbolizando el propio proceso en

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    marcha que supona la Estrategia Andaluza. A la vez, el Tren de la Costa presentaba un claro paralelismo con el carcter itinerante, a lo largo de la costa, de la propia exposicin, que se instalaba un da en cada localidad. Y en ese recorrido por la costa andaluza, no slo trataba de informar a sus habitantes sino tambin de recabar sus opiniones y promover su compromiso. El Tren de la Costa nos invitaba a todos subir a l.

    Figura 4.04. Algunos diseos de la exposicin La Balada del Tren de la Costa

    4.2 OBTENCIN DE LA MUESTRA Lo que nos interesa realmente de esta exposicin es el proceso de participacin del pblico que conllev y las conclusiones a nivel de ideas previas sobre el litoral que podemos obtener de l.

    Como ya se ha comentado, la campaa se contemplaba como un proceso en dos direcciones, en la que el ciudadano no slo era informado sino que tambin poda aportar su visin del litoral andaluz, de sus problemas y las soluciones a stos. No se estaba comunicando un producto ya finalizado sino en elaboracin. Nos dirigamos al ciudadano en un punto determinado de ese proceso, adecuado para sondear su opinin al respecto de los objetivos y medidas que se proponan y para buscar su

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    compromiso con el objetivo ltimo de sostenibilidad del modelo de desarrollo en el litoral andaluz.

    Para recabar la opinin de los visitantes a la exposicin se contemplaron dos procedimientos:

    - Un cuaderno de participacin, a modo de libro de firmas, en el que los visitantes podan expresar libre y espontneamente sus opiniones. Los informadores invitaban a los visitantes a hacerlo.

    - Encuesta realizada por los informadores que gestionaban la exposicin escogiendo visitantes al azar. Los informadores anotaban la opinin expresada por el visitante en una plantilla.

    Para que ambos procedimientos fueran lo ms homologables posible, la encuesta se plante como una entrevista muy abierta y muy poco estructurada, preguntando al visitante solamente si quera expresar alguna opinin acerca de la situacin del litoral andaluz, la propuesta de estrategia de gestin o la propia exposicin. La invitacin de los informadores a utilizar el cuaderno de participacin se haca en los mismos trminos. Estas opiniones constituyen la muestra utilizada en la presente investigacin.

    Los resultados obtenidos muestran que, independientemente del encuestador, los visitantes participantes en las entrevistas opinaron sobre uno o varios de los tres aspectos, al igual que los que optaron por escribir sus opiniones en el cuaderno de participacin.

    Tcnicas tan abiertas y poco estructuradas de evaluacin, si bien se utilizan con grupos de expertos o responsables de exposicin, apenas se usan directamente con el pblico (Prez Santos 2000), debido a las dificultades que presentan en comparacin con metodologas algo ms estructuradas y normalizadas. Principalmente, que la informacin obtenida requiere un anlisis exhaustivo de su contenido para su clasificacin en categoras, lo que resulta un proceso bastante complejo, especialmente si se cuenta con un nmero elevado de respuestas como ocurre en este estudio. Adems de la difcil categorizacin se sealan tambin como desventajas la mayor subjetividad o la mayor dependencia del nivel educativo (Prez Santos 2000).

    La entrevista abierta, basada en una relacin de preguntas, es, sin embargo, la tcnica recomendada y habitualmente empleada en investigaciones exploratorias y evaluaciones previas, en cuyas cuestiones puede haber una gran variabilidad de posibles respuestas de difcil categorizacin a priori sin perder parte de la informacin relevante para la investigacin (Prez Santos 2000). Como vimos en apartados anteriores, las entrevistas abiertas aportan, frente a los cuestionarios normalizados, una informacin ms cualitativa, descriptiva y especfica, til para detectar las ideas previas del pblico (Screven 1990; Ades and Fishman 1992; Prez Santos 2000).

    En este caso, hemos ido un poco ms all, al ni si quiera contemplar una relacin de preguntas a las que el visitante tuviera que responder. El uso de una tcnica tan abierta y poco estructurada aumenta la complejidad del tratamiento de la informacin obtenida por lo que hemos tenido que recurrir a tcnicas de anlisis de contenido, pero tambin aporta ventajas para los objetivos propuestos. Hay una gran espontaneidad en la participacin, libertad de respuesta y motivacin, que se detectan claramente en los comentarios registrados, especialmente en los cuadernos de participacin. La subjetividad del encuestado no es aqu una desventaja sino que es precisamente lo que buscamos: una opinin rpida, inmediata, del sujeto tras visitar la exposicin.

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    Es obvio que los contenidos de la exposicin influiran en los comentarios de los participantes, pero aquellos estaban diseados de manera que ofrecan un abanico amplo de opiniones sobre los diferentes temas tratados, expresados por la mayor parte de actores involucrados en el litoral. Ninguna de esas opiniones se justificaba o explicaba. De esta manera, el proceso de visualizacin de la exposicin y posterior participacin podra considerarse equivalente a una encuesta en la que mostrramos al sujeto diferentes visiones sobre el litoral y le preguntramos con cul se senta ms de acuerdo. En la prctica el procedimiento era ms abierto el visitante poda alinearse con una postura determinada, reelaborarla o construir la suya propia, o simplemente aportar su comentario sin tener en cuenta nada de lo que haba visto, pero la posible influencia de la exposicin en los contenidos de los comentarios que se analizan en esta investigacin est acotada a un orden de magnitud similar al de ese tipo de encuestas, si no menor.

    4.3 ANLISIS DE LA MUESTRA Todos los comentarios registrados han sido transcritos y organizados por localidad y fecha. Se asign un cdigo a cada comentario y se construy una primera matriz con las variables de muestreo para cada comentario: provincia, localidad, fecha y procedimiento de obtencin (cuaderno o encuesta).

    A continuacin se realiz un anlisis de contenido, segn el siguiente procedimiento:

    1. Anlisis exploratorio: determinacin del objeto del anlisis

    Consisti en una exploracin general de contenidos de las unidades de muestreo en nuestro caso cada uno de los comentarios con objeto de formular una primera aproximacin al diseo de la investigacin. De este anlisis se dedujo que los comentarios contenan 3 tipos de contenidos:

    - Opiniones sobre la situacin del litoral andaluz problemas, causas, soluciones, responsables, motivadas o no por los contenidos tratados en la exposicin.

    - Opiniones sobre la propuesta de Estrategia Andaluza de Gestin Integrada de Zonas Costeras su idoneidad o no, confianza o no en que se llevara a cabo, que se presentaba en la exposicin.

    - Opiniones sobre la exposicin en s misma inters, calidad, grado de comprensin, sugerencias de mejora.

    Los comentarios no son en general excluyentes en las opiniones que recogen, incluyndose habitualmente opiniones de dos o los tres tipos en un mismo comentario.

    En la investigacin que nos ocupa nos interesan exclusivamente el primer grupo de opiniones, por lo que este primer anlisis nos ha permitido aislarlas.

    2. Determinacin del sistema de categoras y codificacin

    Un segundo anlisis de los comentarios estuvo orientado al diseo de las variables (series de categoras temticas), su estructura en categoras y la forma de codificarlas.

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    Ninguna de las variables ni su estructura en categoras se ha definido a priori sino a partir del anlisis de contenido de los comentarios, aunque teniendo siempre en cuenta los objetivos del estudio.

    La categorizacin ha consistido en la clasificacin de las unidades de muestreo segn sus elementos en comn. Para ello, se ha realizado en primer lugar un inventario lo ms exhaustivo posible de elementos temticos y posteriormente una clasificacin buscando crear una cierta organizacin (Andru Abela 2001).

    La explotacin del contenido de los comentarios se ha enriquecido definiendo diversas variables transversales (Factores transversales, Responsables, Ambientes) a la variable de contenido principal (Visiones del litoral).

    Las tipologas de anlisis empleadas han sido bsicamente dos (Andru Abela 2001):

    - Anlisis de contenido temtico

    Aplicado a las variables Responsables y Ambientes. La unidad a registrar en estos casos es la presencia de los trminos o conceptos que forman el rango de cada variable, con independencia de las relaciones surgidas entre ellos.

    - Anlisis de contenido semntico

    Se aplica a las variables Valoracin general del litoral, Visiones del litoral, Factores transversales y mbito territorial. En estos casos se define cierta estructura significativa de relacin, explicitada en ideas a las que se les ha dado forma de frase. Se registra igualmente la frecuencia de ocurrencia en los comentarios de estas ideas.

    Las categoras se han codificado, para facilitar su tratamiento posterior, con un cdigo numrico correlativo, en el caso de categoras autoexcluyentes que pertenecen a variables de respuesta nica, o con 1 y 0, en el caso de categoras no excluyentes que pertenecen a variables de respuestas mltiples.

    3. Obtencin de los datos y tratamiento

    Una vez definida las categoras, el sistema de codificacin de las mismas y el sistema de medicin, se realiz un tercer anlisis de los comentarios para asignarles los valores correspondientes a cada categora. Los resultados se introdujeron en una matriz.

    El tratamiento fundamental de los datos consisti en la obtencin de tablas de frecuencia para cada categora. Ninguna de las variables se ha podido medir de forma sistemtica en toda la muestra, es decir, otorgando un valor para ella a cada unidad de muestreo o comentario. Este hecho conlleva la existencia de gran cantidad de datos en blanco. Debido a ello no se han realizado de manera sistemtica cruces entre variables entre variables de opinin y sociodemogrficas por ejemplo, pues los resultados obtenidos en las pruebas realizadas no aportaban resultados concluyentes.

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    4.4 UTILIZACIN DE OTRAS ENCUESTAS OFICIALES 4.4.1 ECOBARMETRO DE ANDALUCA El Ecobarmetro de Andaluca (EBA) es una encuesta que pretende analizar la conciencia ambiental de los andaluces, realizada por el Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA-CSIC), por encargo de la Consejera de Medio Ambiente de la Junta de Andaluca.

    El objetivo de la encuesta es estudiar cmo la sociedad se relaciona con el medio ambiente mediante la elaboracin de un sistema de indicadores, a partir de las preguntas de la encuesta, que permitir medir percepciones, actitudes, conocimiento y comportamientos respecto a diversas cuestiones ambientales (IESA 2009).

    Entre los aspectos tratados en la encuesta hay algunos relacionados con el litoral y sus problemas, cuyos resultados permiten contextualizar, complementar o calibrar los resultados obtenidos en nuestro estudio. La encuesta se realiza anualmente desde 2001, por lo que permite adems observar la evolucin de los indicadores estudiados.

    Caractersticas de la encuesta (IESA 2009):

    - mbito geogrfico: territorio de la Comunidad Autnoma de Andaluca

    - Universo: personas residentes en Andaluca mayores de 18 aos.

    - Tamao de la muestra: aprox. 1.300 hasta 2007, aprox. 3.150 desde 2008.

    - Muestreo estratificado por provincias y criterios sociodemogrficos.

    - Encuesta domiciliaria presencial, realizada mediante entrevista.

    4.4.2 ENCUESTA DE COYUNTURA TURSTICA DE ANDALUCA La Encuesta de Coyuntura Turstica de Andaluca (ECTA) se realiza trimestralmente y busca el conocimiento de la demanda turstica que se genera en Andaluca, particularmente en lo que se refiere al conocimiento del perfil del turista, gasto que realiza y valoracin de su viaje (IEA 2007).

    El conocimiento de este ltimo aspecto se realiza encuestando al turista sobre sus motivaciones para viajar por Andaluca, su opinin sobre la oferta turstica y los servicios recibidos durante su estancia. De esa informacin, dada la importancia que tiene el litoral en el turismo andaluz, se pueden obtener conclusiones que explican o corroboran algunos resultados obtenidos en nuestro estudio.

    Caractersticas de la encuesta:

    - mbito geogrfico: territorio de la Comunidad Autnoma de Andaluca

    - Universo: conjunto de viajeros que se desplazan por Andaluca con fines tursticos

    - Muestreo estratificado: se contemplan 17 zonas que cubren todo el territorio andaluz y se construye un marco poblacional que pretende reflejar la distribucin territorial de los turistas a lo largo del ao

    - Entrevista directa en puntos de investigacin o puntos testigos en cada una d