SPE SALVI (resumen para ir comentado al grupo)

download SPE SALVI (resumen para ir comentado al grupo)

If you can't read please download the document

Transcript of SPE SALVI (resumen para ir comentado al grupo)

  • 1. PARROQUIA DE SANP. FEDERICOFRANCISCALMENARAO DE ASIS MADRIDCharlas cuaresmales

2. CARTA ENCCLICA SPE SALVI DEL SUMO PONTFICEBENEDICTO XVIA LOS OBISPOSA LOS PRESBTEROS YDICONOS A LAS PERSONASCONSAGRADASY A TODOS LOS FIELESLAICOSSOBRE LA ESPERANZACRISTIANA 3. PRIMERA PARTEESPERANZA CRISTIANA YESPERANZAS DEL MUNDO (1-31) 4. Introduccin (1)La salvacin no es algo que nos ha ocurrido yya est. La salvacin se nos ofrece comoesperanza fiable que nos ayuda a vivir.Esta esperanza ilumina el presente y nospermite avanzar hacia el futuro, segurosde la meta y, por esa razn, capaces deafrontar las dificultades del camino.Pero, qu clase de esperanza es capaz deproducir este efecto, capaz realmente desalvarnos? De qu certeza se trata? 5. La fe es esperanza (2) Esperanza es una palabra central en la Biblia.En muchos pasajes fe y esperanza parecenintercambiables. No os aflijis como hombres sin esperanza(1Ts 4,13). No conocemos los detalles denuestro futuro pero sabemos algoimportante, cierto, que nos permite sobrellevar elpresente. Para los creyentes la puerta oscuradel futuro se ha abierto de par en par. Eso s: quien tiene esta esperanza, vive de unamanera nueva. 6. Una esperanzaque cambia lavida (3) El nico modo de alcanzar esta esperanza esbuscar y conocer al Dios verdadero (Ef 2,12). Para nosotros, acostumbrados a vivir en estaesperanza, puede que esta noticia ya no nossorprenda. Pero para los que descubren lafe, la esperanza en Cristo transformaradicalmente la vida. 7. La esperanza de la Iglesiaprimitiva (4) Jess no traa un mensaje revolucionario sino una propuesta radical: el encuentro con el Dios vivo. Pero su propuesta tiene consecuencias en las relaciones sociales como se refleja en la carta de Pablo a Filemn, al recomendarle que acoja a Onsimo, su antiguo esclavo, como hermano. As la sociedad cambia desde dentro incluso si las estructuras sociales son las mismas. 8. Esperanza paralos pobres y para todo ser humano (5) El cristianismo fue un mensaje liberador paraesclavos y oprimidos pero tambin huboconversiones en las clases cultas y acomodadas. La esperanza cristiana libera del determinismocsmico y de la creencia de que todo est regidopor las leyes de la materia. La vida no es productode un destino cerrado o de una simple casualidad:en ltima instancia hay un sentido, una voluntadpersonal, un Espritu que en Jess se ha reveladocomo amor. 9. Cristo, filsofo y pastor (6) En la imaginera de los sarcfagos antiguos,Cristo se representa como filsofo y comopastor. En aquel tiempo el filsofo no era el intelectualsino el maestro que enseaba el arte de vivir y morirrectamente. As Cristo era percibido y representado como elfilsofo por excelencia, que conoca el camino verdadero. Uncamino que lleva ms all de la muerte. Lo mismo puede decirse de la imagen de pastor. El pastorverdadero es aquel capaz de acompaar por sendasoscuras (Sal 22), incluso de atravesar el valle de la muerte.Tener la conviccin de que Cristo es ese filsofo y esepastor, es la nueva esperanza que se extiende con rapidezen el mundo antiguo. 10. La fe, substancia de lo que seespera (Hb 11,1) (7) Este texto nos dice que por la fe, de manera incipiente, yaestn realmente presentes en nosotros las realidades queesperamos. La realidad substancial de la fe genera una certeza: loque todava no vemos, est sin embargo en camino y yapodemos percibirlo. Es importante subrayarlo: la fe no es una disposicinsubjetiva que espera lo que ha de venir. La fe nos aportaya algo, concreto y significativo, de aquello queesperamos. El hecho de que ese futuro existe, cambianuestro presente. 11. Una fe que genera libertad (8) Donde est viva la substancia de la fe, quedarelativizada lo que la mayora consideraverdaderamente substancial, es decir, laseguridad econmica (Hb 10, 34). La fe otorga a la vida una base nueva. La fecrea libertad. Y esa libertad est en la base dela aceptacin de las grandesrenuncias, incluso del martirio. Libertad dequienes dejan todo por amor a Cristo y paratransmitir a Cristo. La vida de esos testigos reflejan que la fe esrealmente substancia y fundamento de unaesperanza slida. 12. Perseverancia yvalenta (9)El creyente sabe esperar,pacientemente las pruebas,hasta alcanzar la plenitudde la promesa (Hb 10,36).Puede perseverar confidelidad porque suexistencia se basa en lacerteza de una esperanza. Esa certeza hace que, en una situacinarriesgada, en vez de retraernos conmiedo, podamos defender lo que es verdadero yjusto (Hb 10,39). 13. Qu es la vidaeterna?(10)La forma clsica de acogidaal rito del Bautismo preguntaa los padres:Qu peds a la Iglesia? La fe.Y qu da la fe? La vidaeterna. Pero, qu es vivireternamente? A muchos hoyesta propuesta les produce rechazo.Vivir sin fin les parece aburrido e inclusoinsoportable. 14. Confusos, seguimos buscando(11) cierto grado de contradiccin: por un lado noSufrimosqueremos morir; por otro tampoco queremos seguirexistiendo ilimitadamente y adems la tierra no losoportara. Dice San Agustn:Nos gustara vivir la vida en plenitud;aspiramos y pedimos en la oracinconstantemente la felicidad paranosotros y para nuestros seresqueridos. Aunque no sabemos loque deseamos, lo que nos conviene(Rm 8, 26), estamos convencidos deque debe existir algo diferente, algohacia lo que nos sentimosimpulsados. 15. Eternidad intemporal (12)Esta realidad desconocida a la queaspiramos es, al mismotiempo, causa de impulsospositivos y destructivos, motivo deesperanza y desesperacin.Desde esta experiencia ambivalente, laexpresin vida eterna, entendidacomo prolongacin sin fin de la vidaque conocemos, no resulta unaperspectiva atractiva. 6,22).Pero la intemporalidad de Dios no es una sucesinilimitada del tiempo que conocemos sino la experienciaprolongada de un momento de plenitud. Jess lo expresaas: volver a veros, se alegrar vuestro corazn y nadieos quitar vuestra alegra (Jn 1 16. Esperanza individualista(13) Este saber que no sabe, esta esperanzaque busca concretarse, ha sidorepresentada de maneras diversas a lolargo de la historia. Algunas de esas representacioneshan sido acusadas de individualismo,de ser una bsqueda de salvacineterna exclusivamente privada queabandona el mundo a su miseria. 17. Esperanzacomunitaria (14)En la teologa de los Padres la salvacin es siempre comunitaria. La vida verdadera hacia la El pecado es que buscamos destruccin de lareorientarnos siempre de unidad del gneronuevo, solo puede humano; por eso larealizarse dentro de un redencin refleja de manera sacramental y nosotros. El aislamiento real, el en el yo es incompatible restablecimiento de con la experiencia de la esa unidad.alegra de Dios y con Dios mismo. 18. Esperanza y mundo presente(15) La bsqueda de la vida plena, va ms all del mundopresente pero tiene tambin que ver con laedificacin de este mundo. Incluso los monasterios medievales tenanconciencia clara de sus responsabilidades en elmundo. Bernardo lo expresa as: aunque elmonasterio no puede restablecer el Paraso, seesfuerza, cultivando la espiritualidad y eltrabajo, en preparar el nuevo Paraso, talando losrboles de la soberbia y extirpando las malashierbas que hacen inservible el terreno. Hoy lo comprobamos una vez ms: all donde lasalmas crecen salvajes, no es posible unaorganizacin justa y humana del mundo. 19. La esperanza cristiana setransforma: la fe en el progreso(16-17) En el siglo XVII, conFrancis Bacon, laciencia modernapromete al hombreuna nueva forma deredencin: elrestablecimiento deldominio sobre lacreacin, la vuelta alparaso perdido. As la redencin ya nose espera de la fe. 20. Progreso en razn y libertad(18) La idea de progreso se vincula a dos categorascentrales: razn (progreso como creciente dominio dela razn) y libertad (progreso que nos permite superartodas las dependencias). En un primer momento las condiciones polticas deeste reino humano de razn y libertad aparecenpoco definidas. Se considera que la bondadintrnseca de estas ideas garantiza el logro de unacomunidad humana perfecta. Pero es clara la potencialidad revolucionaria de estemodo de pensar: cuestiona los vnculos de la fe y dela Iglesia, as como los ordenamientos estatales dela poca. 21. La revolucin francesa (19)La revolucin francesa es el intento de instaurar en un ordenamiento poltico el ideal de esa fe en el progreso de la razn y la libertad.Kant lo interpreta as: el Reino de Dios del que haba hablado Jess, se redefine y se concreta. La fe eclesistica es reemplazada por la fe en la razn.Ms adelante Kant expresar untemor: la substitucin de la fecristiana por otra secular podraresultar en un rgimen fundadopresumiblemente en el miedo y elegosmo que, tras un breve periodode tiempo evolucione en unaperspectiva moral hacia un finalperverso de todaslas cosas. 22. La revolucin proletaria (20) Pero el progreso present pronto otra cara:la tecnologa y la industrializacin crearonrupturas sociales y un enorme colectivo depobres. Engels y Marx anuncian la necesidad de unanueva revolucin, esta vez proletaria, que ibaa suponer el paso definitivo en la historia dela salvacin, la etapa final de lo que Kanthaba denominado la llegada del Reino deDios.As la verdad del ms all (ahora irrelevante) se convierte enla verdad del ms ac, la crtica del cielo en crtica de latierra, la batalla contra la teologa en batalla poltica.Ahora el progreso no se espera automticamente de laciencia sino de la poltica, de un ordenamiento socialcientficamente construido. 23. El error de Marx (21) Marx indic con exactitud cmo promover la revolucin pero no nos dijo nada sobre qu se deba hacer despus. Supona que acabando con el capitalismo llegara una nueva Jerusaln en la que desapareceran todas las contradicciones y tensiones histricas.Tras este error se escondeotro ms de fondo: Marx olvidque el ser humano es siempreser humano, no tom en cuentasu libertad. Crey quetransformando las condicioneseconmicas todo quedabasolucionado. El error de fondode Marx es su materialismo. 24. La ambigedad del progreso tcnico(22) El cristianismo tiene querepensar su esperanza parasaber lo que puede y lo que nopuede ofrecer al mundo. La idea de progreso, ya loanunci Adorno, se hamanifestado enormementeambigua: el progreso puedeponerse al servicio del bien oabrir terribles posibilidades parael mal. Si el progreso tcnico noconlleva una correspondienteformacin tica, uncrecimiento interior del serhumano (Ef3,16; 2Cor4,16), seconvierte en una amenazapara el mundo. 25. Un Reino de Dios sin Dios(23)Dicho de modo sencillo y directo: el hombre necesita de Dios. Sinl se queda sin esperanza. La bsqueda de un Reino de Diossecular, es decir sin Dios, desemboca en el final perverso detodas las cosas al que se refiri Kant. 26. Progreso moral y libertad humana(24a) En el mbito cientfico ytecnolgico es posible unprogreso acumulativo ycreciente pero en el mbitode la conciencia tica y ladecisin moral, esaposibilidad no existe porquela libertad del ser humanoes siempre nueva y tieneque tomar sus decisiones. La libertad humana presupone que cada ser humano, cadageneracin, tiene un nuevo inicio. Cierto que ellas puedenconstruir a partir del tesoro moral acumulado en lahumanidad pero tambin pueden rechazarlo. 27. Progreso moral y libertad humana (24b) (Textos de la encclica citados literalmente por su inters)a. El recto estado de las cosas humanas, el bienestar moral del mundo, nunca puede garantizarse solamente a travs de estructuras, por muy vlidas que stas sean. Dichas estructuras no slo son importantes, sino necesarias; sin embargo, no pueden ni deben dejar al margen la libertad del hombre. Incluso las mejores estructuras funcionan nicamente cuando en una comunidad existen unas convicciones vivas capaces de motivar a los hombres para una adhesin libre al ordenamiento comunitario. La libertad necesita una conviccin; una conviccin no existe por s misma, sino que ha de ser conquistada comunitariamente siempre de nuevo.b. Puesto que el hombre sigue siendo siempre libre y su libertad es tambin siempre frgil, nunca existir en este mundo el reino del bien definitivamente consolidado. Quien promete el mundo mejor que durara irrevocablemente para siempre, hace una falsa promesa, pues ignora la libertad humana. La libertad debe ser conquistada para el bien una y otra vez. La libre adhesin al bien nunca existe simplemente por s misma. Si hubiera estructuras que establecieran de manera definitiva una determinada buena condicin del mundo, se negara la libertad del hombre, y por eso, a fin de cuentas, en modo alguno seran estructuras buenas. 28. Ampliar el horizonte de la esperanza cristiana (25) Cada nueva generacin puede ydebe hacer su contribucin paraestablecer ordenamientos justos yconvincentes en la estructurasocial. Pero esa bsqueda sersiempre lenta, fatigosa einacabada. El cristianismo, acomplejadoante los avances cientficos, haconcentrado gran parte de susesfuerzos en el individuo y lasalvacin personal. De estemodo ha reducido el horizontede su esperanza y limitado suresponsabilidad ante el mundo. 29. Solo el amor incondicional redime al ser humano(26) La ciencia no salva. El hombre es redimido por el amor. Nuestra propia experiencia confirma esta conviccin fundamental. Pero el amor humano es frgil y el ser humano necesita amor incondicional, esa certeza de que ni muerte, ni vida, ni ngeles ni principados, ni presente ni futuro podr apartarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo Jess, Seor nuestro (Rm8,38-39). Solo la certeza absoluta de este amorabsoluto puede redimir al serhumano, a todo ser humano, encualquier situacin y condicin. 30. Esperar la vida en plenitud (27) Desde la experiencia de la fepodemos decir que quien noconoce a Dios, aunque tengamltiples esperanzas, estsin esperanza (Ef2,12). Quien ha sido tocado por elamor que nos ama hasta elextremo (Jn13,1) empieza aentender lo que es laesperanza cristiana y aentender que la vida eternaes, sencillamente, vida enplenitud (Jn10,10). Y esa vida no es vida para ssino vida en relacin con quienno muere, con quien es lafuente de la Vida y el Amor. 31. En comunin con Jess (28) La comunin con Jess nosimpide caer en unplanteamiento individualistade salvacin y nos haceparticipar de su ser paratodos. Esta comunin con Jessresulta en una inmediataresponsabilidad por el otro:bsqueda de lajusticia, bondad en lasrelacioneshumanas, libertad interiorrespecto a bienesmateriales. Vivir para Cristo(2Cor5,15) significa dejarse 32. La esperanza de Agustn(29)Agustn, a pesar de la situacin lmite del Africa romana en la que le toc vivir, quiso transmitir esperanza participando con todas sus fuerzas, a pesar de su carcter introvertido, en la gestin de la vida pblica. 33. Resumen de lo dicho hasta aqu(30-31)(Nota: Estos dos nmeros quieren ser unresumen sencillo de las principalesideas desarrolladas en esta primeraparte que hemos titulado, Esperanzacristiana y esperanzas del mundo. Poresa razn se recogen a continuacin ensu literalidad.) 34. 30. Resumamos lo que hasta ahora ha aflorado en el desarrollo de nuestras reflexiones. A lolargo de su existencia, el hombre tiene muchas esperanzas, ms grandes o mspequeas, diferentes segn los perodos de su vida. A veces puede parecer que una de estasesperanzas lo llena totalmente y que no necesita de ninguna otra. En la juventud puede serla esperanza del amor grande y satisfactorio; la esperanza de cierta posicin en laprofesin, de uno u otro xito determinante para el resto de su vida. Sin embargo, cuandoestas esperanzas se cumplen, se ve claramente que esto, en realidad, no lo era todo. Estclaro que el hombre necesita una esperanza que vaya ms all. Es evidente que slo puedecontentarse con algo infinito, algo que ser siempre ms de lo que nunca podr alcanzar. Eneste sentido, la poca moderna ha desarrollado la esperanza de la instauracin de un mundoperfecto que pareca poder lograrse gracias a los conocimientos de la ciencia y a unapoltica fundada cientficamente. As, la esperanza bblica del reino de Dios ha sidoreemplazada por la esperanza del reino del hombre, por la esperanza de un mundo mejorque sera el verdadero reino de Dios . Esta esperanza pareca ser finalmente la esperanzagrande y realista, la que el hombre necesita. sta sera capaz de movilizar por algntiempo todas las energas del hombre; este gran objetivo pareca merecer todo tipo deesfuerzos. Pero a lo largo del tiempo se vio claramente que esta esperanza se va alejandocada vez ms. Ante todo se tom conciencia de que sta era quizs una esperanza para loshombres del maana, pero no una esperanza para m. Y aunque el para todos formeparte de la gran esperanza no puedo ciertamente llegar a ser feliz contra o sin los otros, es verdad que una esperanza que no se refiera a m personalmente, ni siquiera es unaverdadera esperanza. Tambin result evidente que sta era una esperanza contra lalibertad, porque la situacin de las realidades humanas depende en cada generacin de lalibre decisin de los hombres que pertenecen a ella. Si, debido a las condiciones y a lasestructuras, se les privara de esta libertad, el mundo, a fin de cuentas, no serabueno, porque un mundo sin libertad no sera en absoluto un mundo bueno. As, aunque seanecesario un empeo constante para mejorar el mundo, el mundo mejor del maana nopuede ser el contenido propio y suficiente de nuestra esperanza. A este propsito se planteasiempre la pregunta: Cundo es mejor el mundo? Qu es lo que lo hace bueno?Segn qu criterio se puede valorar si es bueno? Y por qu vas se puede alcanzar esta 35. 31. Ms an: nosotros necesitamos tener esperanzas ms grandes o ms pequeas, que da a da nos mantengan en camino. Pero sin la gran esperanza, que ha de superar todo lo dems, aquellas no bastan. Esta gran esperanza slo puede ser Dios, que abraza el universo y que nos puede proponer y dar lo que nosotros por s solos no podemos alcanzar. De hecho, el ser agraciado por un don forma parte de la esperanza. Dios es el fundamento de la esperanza; pero no cualquier dios, sino el Dios que tiene un rostro humano y que nos ha amado hasta el extremo, a cada uno en particular y a la humanidad en su conjunto. Su reino no es un ms all imaginario, situado en un futuro que nunca llega; su reino est presente all donde l es amado y donde su amor nos alcanza. Slo su amor nos da la posibilidad de perseverar da a da con toda sobriedad, sin perder el impulso de la esperanza, en un mundo que por su naturaleza es imperfecto. Y, al mismo tiempo, su amor es para nosotros la garanta de que existe aquello que slo llegamos a intuir vagamente y que, sin embargo, esperamos en lo ms ntimo de nuestro ser: la vida que es realmente vida. Trataremos de concretar ms esta idea en la ltima parte, fijando nuestra atencin en algunos lugares de aprendizaje y ejercicio prctico de la esperanza. 36. SEGUNDA PARTELUGARES DE APRENDIZAJE Y EJERCICIO DE LA ESPERANZA La oracin (32-34) El actuar y el sufrir (35-40) El juicio (41-48) 37. La oracin, escuela de esperanza (32-34)Cuando nadie me escucha, Dios todava meescucha. Si no puedo hablar con nadie, niinvocar a nadie, siempre puedo hablar conDios. Si nadie puede ayudarme, El puedeayudarme. Quien reza no est totalmente solo.Agustn ilustra de forma bella la relacin entre oraciny esperanza. Define la oracin como un ejercicio dedeseo. El hombre ha sido creado para ser colmado porDios mismo. Pero su corazn es demasiado pequeo.Necesita ser ensanchado. Dios, retardando su don,ensancha el deseo; con el deseo, ensancha el alma y asla hace capaz de su don. Agustn entiende as a SanPablo que dice estar lanzado a lo que est delante(Flp3,13).La oracin verdadera supone purificacin del vinagreinterior y de su sabor, produce una apertura que recibeel don de Dios y resulta en apertura a los dems. Laoracin ensea a purificar deseos y esperanzas de lasmentiras con las que nos engaamos a nosotrosmismos.La oracin debe ser personal pero tambin hade estar iluminada por las grandes oracionesde la Iglesia y de los santos. De este modo noshacemos capaces de Dios y de servir a loshombres. As nos hacemos capaces de la granesperanza y nos hacemos ministros deesperanzas para los dems. 38. El actuar: escuela de esperanza(35) Pero para que los esfuerzoscotidianos no nos cansen o no seconviertan en fanatismo, estosdeben ser iluminados por la luz deuna esperanza ms grande. Unaesperanza que no se acaba cuandomi debilidad fsica o las limitacionesde la situacin histrica que me tocavivir nos dejan sin otras esperanzas. Con nuestras fuerzas noconstruimos Reino de Dios sinoreinos del hombre. Aquel es dony nunca es merecido. Peronuestro esfuerzo merece la penacomo trabajo para abrir al mundoa Dios. Y esto siempre tienesentido, incluso cuando enapariencia las fuerzas hostilesson mucho ms poderosas quelas nuestras. 39. Sufrimiento: escuela deesperanza (36)El sufrimiento es parte de la experienciahumana. Resulta de nuestra finitud y dela gran cantidad de culpas acumuladasen la historia. Se debe luchar contra el sufrimiento pero, por ser reflejo de nuestralimitacin y de la fuerza del mal, nunca vamos a extirparlo por completo.Adems en las ltimas dcadas ha aumentado el sufrimiento deinocentes y las dolencias psquicas. Nuestra esperanza incluye una salvacin, don de Dios, que quita elpecado del mundo y nos libera del sufrimiento. Esta esperanza nos davalor para ponernos de parte del bien. Pero es esperanza y an no esrealizacin plena. En esta existencia el poder de la culpa permanececomo una presencia terrible, incluso para el futuro. 40. Sufrimiento: camino decrecimiento humano y cristiano(37)La tribulacin ayuda a madurar y adquiere pleno sentido en la unin con Cristo, que sufri con amor infinito.En algunos casos, como el del mrtirvietnamita Pablo Le-Bao-Thin, la experiencia delinfierno acompaado por Cristo que descendia los infiernos, sin dejar de ser sufrimiento, seconvierte en canto de alabanza. 41. Actitud ante el sufrimiento: medida de humanidad (38)La grandeza tica de una sociedad se expresa en su capacidad de compadecerse ante el sufrimiento.Pero una sociedad no aceptar y sostendr a los que sufren si sus miembros no lo hacen. Y stos no lo harn si no ven en el sufrimiento un sentido, un camino de maduracin. Cuando el sufrimiento es vivido junto a otros, queda traspasado por la luz del amor y adquiere as un sentido nuevo.La defensa del bien, de la verdad y de la justicia conlleva en muchas situaciones una dosis de sufrimiento. Si el nico valor es mi bienestar, si nadie quiere arriesgar nada por defender lo justo, nuestra vida se convierte en una gran mentira.Adems el amor verdadero es fuente de sufrimiento porque exige renuncias de mi yo, en las que me dejo modelar y aprendo a madurar. De otro modo no es amor sino egosmo disfrazado. 42. Sentido cristiano del sufrimiento(39) El cristianismo ha demostrado histricamentesu capacidad de dar sentido a estos modos desufrir decisivos para la humanidad.La compasin de Diosmanifestada en la viday en la muerte deCristo entra en cadasufrimiento comocon-solatio, comoconsuelo del amorcercano de Dios quehace surgir la estrellade la esperanza. 43. Ofrecer los propios sufrimientos(40) La espiritualidad tradicionalanimaba a los creyentes aofrecer contrariedades ysufrimientos personales, dndoles as un sentido religioso.Ese ofrecer era un modo de conectar susdificultades con el gran tesoro decompasin que necesita el gnerohumano, de integrarlas en el gran ocanode compasin de Cristo. 44. Juicio: lugar de aprendizaje y ejercicio de esperanza (41) El credo concluye con estas palabras sobre Cristo: de nuevo vendr con gloria para juzgar a vivos y muertos. Desde los primeros tiempos la perspectiva deljuicio ha influido en los cristianos:1. Como llamada a la conciencia para ordenar su vida presente.2. Como esperanza en la justicia de Dios. 45. Una justicia imposible (42) En la poca moderna la idea cristiana del juicio final se ha debilitado y se ha visto transformada en algo diferente. Se dice: un mundo con tanta injusticia no puede ser la obra de un Dios bueno. La bsqueda moral de una sociedad justa lleva a cuestionar a Dios. Y ya que no hay un Dios que cree justicia, el mismo ser humano est llamado a restablecerla.Si la protesta contra Dios es comprensible, la pretensin de que lahumanidad pueda y deba hacer lo que ningn Dios hace o puedehacer, es presuntuosa e intrnsecamente falsa. No por casualidad deesta premisa se han derivado las ms grandes crueldades yviolaciones de la justicia.Un mundo condenado a crear justicia por s mismo es un mundo sinesperanza. Nadie ni nada responde al sufrimiento de los siglos. Nadieni nada asegura contra el cinismo del poder que se oculta tras diversosrevestimientos ideolgicos. 46. Juicio final comojusticia plena (43)Nuestra confianza en la justicia divina seasienta en la vida, muerte y resurreccin deCristo: Dios sabe crear justicia de un modoque nosotros no somos capaces decomprender del todo pero que, sinembargo, podemos intuir en la fe.la historia no puede ser la ltima palabraLa fe en el juicio final es ante todo esperanza en el triunfo definitivode la justicia: estoy convencido de que la cuestin de la justicia esel argumento esencial o, en todo caso, el argumento ms fuerte afavor de la vida eterna. La bsqueda de la plenitud que aqu noalcanzamos y de la inmortalidad del amor que esperamos, son dosmotivos importantes para creer en la vida eterna. Pero la necesidaddel retorno de Cristo llega a ser plenamente convincente slo desdela conviccin de que la injusticia de 47. Juicio final: esperanza, responsabilidad ygracia (44) As pues el juicio final, ms que producirterror, es la imagen decisiva de la esperanza. Eso s, al mismo tiempo exigeresponsabilidad. Dios es justicia y crea justicia. Pero en sujusticia hay tambin gracia. Ambas justicia ygracia- han de ser vistas en una relacinequilibrada. La gracia no excluye la justicia.No es un cepillo que borra todo, desdibujandolo que cada cual ha hecho en la tierra. En la parbola del rico Epuln (Lc16,19-31)Jess nos presenta la imagen de un almaque ha cavado ella misma un fosoinfranqueable entre s y el pobre: el foso desu cerrazn, el foso del olvido del otro y dela incapacidad para amar. 48. La vida entera ante el juez (45- 46) Tras la muerte, la vida del ser humano est toda ella ante el Juez. Su opcinpuede tener distintas formas: Puede haberse destruido totalmente el deseo de verdad y la disponibilidadpara el amor. Puede haber personas pursimas, completamente abiertas al prjimo que sehan dejado impregnar completamente por Dios. La mayora estaremos entre estos dos extremos: sern personas abiertas a laverdad en su ser ntimo pero con mucha suciedad acumulada en una vidacon muchas decisiones que recubren esa pureza. San Pablo (1Cor3,12-15) nos dice que los cristianos construimos sobreJesucristo, cimiento comn, casas de mayor o menor calidad. Esasconstrucciones sern probadas a fuego en el juicio. Algunas resistirn y otrassufrirn dao. 49. Juicio final: encuentro de fuego con Cristo (47) As se entiende mejor la relacinjusticia-gracia: nuestro modo devivir no es irrelevante peronuestra inmundicia no nosensucia eternamente, al menos sipermanecemos orientados aCristo que con su pasin y cruzya ha quemado esa suciedad. Sieste encuentro fuera solamentegracia, lo terrenal serairrelevante. Si fuera solojusticia, el juicio sera motivo detemor. Esperamos nuestrasalvacin con temor y temblor(Fil2,12). Pero la realidad de lagracia nos permite encaminarnoscon confianza al encuentro con eljuez, que tambin es nuestroabogado (1Jn2,1). 50. Rezar por los difuntos(48) La tradicin cristiana ha defendido siempre que el amor llega ms all de la muerte, que es posible un recproco dar y recibir a ambos lados de lo que para muchos es una barrera infranqueable, que por la Eucarista, la oracin y la limosna las almas de los difuntos pueden tener consuelo y alivio. Ahora bien, si el purgatorio es una experiencia de purificacin en el fuego que es Cristo, cmo puede intervenir un tercero, por mucho que sea cercano?Nadie vive solo, ninguno peca solo, nadie se salva solo. Mi vida entra en la delos dems, tanto en el bien como en el mal. Por eso la intercesin por otrapersona tiene sentido incluso despus de la muerte. En el entramado del sermi gratitud, mi oracin puede significar parte de su purificacin.As se aclara otro aspecto de la esperanza cristiana: nuestra esperanza essiempre y esencialmente esperanza para los otros. Solo as ser tambinesperanza para m. El cristiano no debe preguntar solo por su propia salvacin.El camino ms pleno de la salvacin personal es siempre este: qu puedohacer para que otros se salven, para que tambin para ellos surja la estrella dela esperanza? 51. Mara, estrella de laesperanza (49)La vida es un viaje a travs deun borrascoso mar. Quinmejor que Mara, la estrella delmar para orientar esa travesa? Invoquemos confianza a la quecon su s abri en el mundouna esperanza que nodefrauda, un s que inaugur unreino distinto al esperado peroque iniciado en la encarnacinde Cristo ya nunca tendr fin. Mara, madre de Dios y madrenuestra, ensanos acreer, esperar y amar contigo.Stella maris, brilla sobrenosotros y gua nuestrocamino.