Solidaridad económica en el sentido más amplio (Escritos de filosofía política II, III-08)

7/24/2019 Solidaridad econmica en el sentido ms amplio (Escritos de filosofa poltica II, III-08)

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MIJAIL A.BAKUNIN.ESCRITOS DE FILOSOFA POLTICATOMO II,PARTE III,CAPTULO 8.

COMPILADOR:G.P.MAXIMOFFTRADUCCIN:ANTONIO ESCOHOTADO

8. SOLIDARIDAD ECONMICA EN EL SENTIDO MS AMPLIO

La cristalizacin de una unin internacional con conciencia de clase. El obrerorecin convertido que se afilia a una seccin sindical de la Internacional aprende all muchascosas. Aprende que la misma solidaridad existente entre todos los miembros de esta seccinha sido establecida del mismo modo entre varias secciones, o entre todos los oficios de lamisma localidad, y que es necesaria una organizacin ms amplia de esta solidaridad, quecomprenda a los trabajadores de todas las industrias, porque en todas las industrias los

patronos actan de comn acuerdo para mantener el bajo nivel de vida de las personasforzadas a vivir vendiendo su trabajo. El nuevo miembro de la seccin es educado en la ideade que esta doble solidaridad primero la de los trabajadores de una misma industria, yluego la de todos los oficios organizados en varias secciones no se limita a una localidad,sino que se extiende sobre las fronteras nacionales hasta abarcar todo el mundo del trabajo, elproletariado de todos los pases, poderosamente organizado para su propia defensa, y parallevar adelante su guerra contra la explotacin burguesa (1).

Al convertirse en un miembro de la Internacional, aprender mucho ms de lo quepodran ensearle las explicaciones verbales de sus camaradas a partir de su experienciapersonal identificada desde ahora con las experiencias de los otros miembros de la seccin.Los trabajadores de su rama pierden la paciencia ante la codicia de sus patronos y declaran la

huelga. Pero una huelga es una dura experiencia para quienes viven de un salario. Ellos nohacen nada, pero sus familias, sus hijos y sus propios estmagos claman por la comida diaria.Los fondos de huelga, que se han reunido con tanta dificultad, no son suficientes parasostenerlos durante muchas semanas, o incluso durante muchos das. Se encontrarnenfrentados al hambre o a la perspectiva de tener que someterse a las ms duras condicionesimpuestas por la codicia o el orgullo de sus patronos. Tendrn que aceptar esas condiciones sino les llega ayuda.

Pero quin les ofrecer esta ayuda? Por supuesto, no la burguesa, que est coaligadacontra los trabajadores; esa ayuda slo puede proceder de los trabajadores de otras industriasy de otros pases. Y he aqu que esta ayuda llega, trada o enviada por otras secciones de laInternacional, nacionales y extranjeras. Esta experiencia repetida con frecuencia muestramejor que las palabras el benfico poder de la solidaridad internacional en el mundo del

trabajo (2).No es necesaria ninguna condicin ideolgica para pertenecer a las seccionessindicales de la Internacional. Al trabajador que ingresa en una seccin sindical de laInternacional no se le pregunta nada sobre sus principios religiosos y polticos. Slo se lepregunta una cosa: desea aceptar, junto con los beneficios de la Asociacin, su parte deobligaciones, en ocasiones muy arduas? Est decidido a se leal a la seccin en lo bueno y enlo malo, en todas las vicisitudes de la lucha en principio exclusivamente econmica sometiendo a partir de ese momento todos sus actos a las decisiones de la mayora, mientrasesas decisiones estn directa o indirectamente relacionadas con la lucha contra los patronos?En una palabra, la nica solidaridad que se le ofrece como un beneficio, y al mismo tiempo sele inculca como una obligacin, es la solidaridad econmicaen el sentido ms amplio de lapalabra.

Pero cuando esta solidaridad es seriamente aceptada y establecida, produce todo lodems: los principios ms sublimes y subversivos de la Internacional, los principios ms


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destructivos de la religin del derecho jurdico estatal, y de la autoridad divina y humana; enuna palabra, las ideas ms revolucionarias que desde una perspectiva socialista son eldesarrollo natural necesario de esta solidaridad econmica. Y la gran ventaja prctica de lassecciones sindicales sobre las Secciones Centrales consiste exactamente en que estedesarrollo y aquello principios no son demostrados a los trabajadores por el razonamientoterico, sino por la experiencia vivida y trgica de una lucha cada da ms amplia, profunda yterrible, hasta el punto de que incluso el ms ignorante, el menos preparado y el ms sumisode los trabajadores llevado por las consecuencias mismas de la batalla termina porconvertirse en un revolucionario, anarquista y ateo, muy a menudo sin tener plena conscienciadel proceso por el que ha llegado a esta postura (3).

Es evidente que slo las secciones sindicales pueden dar a sus miembros esta educacinprctica y, en consecuencia, que slo ellas pueden atraer a la organizacin de la Internacionala las masas del proletariado, sin cuya cooperacin prctica, como ya he dicho, la RevolucinSocial nunca ser capaz de triunfar (4).

La Internacional no fue fundada por doctrinarios, sino por trabajadores

socialistas.Si slo existieran Secciones Centrales de la Internacional, seran como almas sincuerpo, magnficos sueos de imposible realizacin. Afortunadamente, las Secciones

Centrales, ramas del tronco bsico constituido en Londres, no fueron fundadas por burgueses,ni por cientficos profesionales, ni por hombres destacados en la actividad poltica, sino portrabajadores socialistas. Trabajadores y aqu reside su gran ventaja sobre la burguesa que gracias a su posicin econmica, gracias a estar alejados de la educacin doctrinaria,clsica, idealista y metafsica que envenena las mentes de la juventud burguesa, estn enposesin de mentes muy prcticas y positivas.

No se conforman con meras ideas; necesitan hechos, y slo creen en ideas cuando estnbasadas en hechos. Esta afortunada circunstancia los sita en posicin de escapar a los dosarrecifes donde se estrellan todos los intentos revolucionarios burgueses: las disputasacadmicas y las conspiraciones platnicas. Sobre esta cuestin el programa de la AsociacinInternacional de Trabajadores propuesto en Londres y aceptado definitivamente en elCongreso de Ginebra (1866), al proclamar que la emancipacin econmica de la clase obrera

es el objetivo fundamental al cual deben subordinarse como simples medios todos losmovimientos polticos, y que todos los esfuerzos hechos hasta ahora fracasaron por la falta

de solidaridad entre los trabajadores de diversas profesiones en cada pas y por la falta de

una unin fraterna entre los trabajadores de los distintos pases , mostr claramente el nicocamino que podran y deberan seguir (5).

Funcionamiento apropiado de las Secciones Centrales. Antes que nada, lasSecciones Centrales deban dirigirse a las masas en nombre de la emancipacin econmica, yno en nombre de la revolucin poltica; y, en principio, en nombre de los intereses materialespara llegar a los intereses morales, pues estos ltimos slo son, en cuanto intereses colectivos,la expresin y la consecuencia lgica de los primeros. No podan esperar a que las masasllegaran hasta ellos; deban dirigirse a las masas y aproximarse a ellas sobre la base de suspreocupaciones cotidianas, que son un trabajo diario especializado y dividido en oficios.Tenan que dirigirse a diversos oficios organizados ya por exigencias del trabajo colectivo enramas industriales separadas, para conseguir su adhesin a los objetivos econmicos; en otraspalabras, para atraerlas a la Internacional, reteniendo al mismo tiempo su autonoma y susorganizaciones particulares. La primera cosa que tuvieron que hacer, y que hicieron con xito,fue organizar en torno a cada Seccin Central tantas secciones sindicales como las diferentesindustrias existentes.

De esta forma, las Secciones Centrales que representan en cada pas el alma y elcerebro de la Internacional, tomaron cuerpo y se convirtieron en organizaciones reales ypoderosas. Muchos creen que, tras realizar esta misin, las Secciones Centrales deberandisolverse, dejando como secuela nicamente organizaciones sindicales. En nuestra opinin,esto es un grave error (6).

Las fuerzas dinmicas de la Internacional: la lucha econmica y la nueva filosofasocial.La gran tarea que la Asociacin Internacional de Trabajadores se ha propuesto, la tarea


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Hasta ahora, desde el comienzo de la historia, no ha existido nunca una verdaderapoltica del pueblo, y por pueblo queremos decir la gente de ms baja condicin en la vida,el populacho, que sostiene al mundo entero con su trabajo. Hasta el presente, slo las clasesprivilegiadas se han ocupado de la poltica. Esas clases se han servido de las proezas fsicasdel pueblo para derribarse unas a otras y tomar el puesto de los grupos derrocados. Por suparte, el pueblo tom siempre partido en tales luchas, esperando vagamente que al menos unade esas revoluciones polticas del todo imposibles sin el pueblo, pero jams hechas en subeneficio aliviara en alguna medida su pobreza y su esclavitud milenaria. Pero esasesperanzas siempre han acabado en decepcin. Incluso la gran Revolucin Francesa enga alpueblo; destruy la nobleza aristocrtica y coloc en su lugar a la burguesa. El pueblo ya nosera llamado esclavo o siervo; todos los hombres fueron declarados libres y en posesin detodos los derechos desde el nacimiento, pero la esclavitud y la pobreza populares siguieronsiendo las mismas.

Y seguirn as para siempre mientras las masas trabajadoras sirvan como instrumentosde la poltica burguesa, llmese conservadora, liberal, progresista o radical, y aunque asumael tinte ms revolucionario. Porque toda poltica burguesa, sea cual fuere su tinte odenominacin, slo tiene una intencin: mantener el dominio de la burguesa y la esclavitud

del proletariado.La eliminacin de la poltica burguesa. Qu deba hacer la Internacional? Antes denada, separar a las masas trabajadoras de cualquier clase de poltica burguesa, eliminar de suprograma todos los programas polticos de la burguesa. Pero cuando se fund no haba otraclase de poltica en todo el mundo sino la poltica de la Iglesia, la monarqua, la aristocracia ola burguesa. Esta ltima especialmente la poltica de la burguesa radical era sin dudams liberal y humana que las otras, pero todas ellas estaban basadas igualmente sobre laexplotacin de las masas trabajadoras, y no tenan ms propsito que mantener el monopoliode esta explotacin. La Internacional tuvo entonces que empezar aclarando el terreno, y comotoda clase poltica desde el punto de vista de la emancipacin del trabajo estaba viciadapor la influencia de elementos reaccionarios la Internacional tuvo que expulsar de su senotodos los sistemas polticos conocidos para fundar sobre las ruinas del mundo burgus la

verdadera poltica de los trabajadores, la poltica de la Asociacin Internacional deTrabajadores (9).

La poltica de la Internacional.La Internacional no rechaza la poltica de una formagenrica; se ver obligada a intervenir en poltica mientras se encuentre forzada a lucharcontra la burguesa. Rechaza solamente la poltica burguesa y la religin burguesa, porqueuna establece el depredador dominio de la burguesa, y la otra lo santifica y consagra (10).

No hay otro medio de liberar econmica y polticamente al pueblo, ofrecindole almismo tiempo bienestar y libertad, que abolir el Estado, todos los Estados, y destruir de unavez por todas lo que hasta ahora se ha llamado poltica, que precisamente no es sino elfuncionamiento y la manifestacin externa e interna de la accin del Estado, es decir, el arte yla ciencia de dominar y explotar a las masas en favor de las clases privilegiadas.

En qu difiere la poltica de la Internacional y la de los partidos polticos. Portanto, no es verdad que ignoremos por completo la poltica. No la ignoramos porque laqueremos destruir definitivamente. Y ste es el punto especial que nos separa de los partidospolticos y de los radicales-socialistas burgueses. Su poltica consiste en hacer uso de lapoltica estatal reformndola y transformndola, mientras nuestra poltica, la nica queadmitimos, es la total abolicin del Estado y de la poltica que constituye su necesariamanifestacin.

Slo porque deseamos de una manera franca la abolicin de estas polticas, creemosque tenemos derecho a llamarnos internacionalistas y socialistas revolucionarios; quien deseeseguir una poltica de otro tipo y no tienda con nosotros a la abolicin total de la poltica,debe aceptar la poltica del Estado, la poltica patritica y burguesa; y esto significa condenaren nombre de su Estado nacional grande o pequeo la solidaridad humana de las naciones

ms all de ese Estado particular, as como la emancipacin econmica y social de las masasdentro del Estado (11).


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Qu tipo de poltica puede haber entonces? Aparte del sistema de Mazzini el de laRepblica-Estado slo existe otro: el sistema de la Repblica-Comuna, de la Repblica-Federacin, es decir, el sistema del Anarquismo. Esta es la poltica de la Revolucin Social,que tiende a la abolicin del Estadoy a la organizacin econmica completamente libre delpueblo, de abajo arriba por medio de la federacin (12).

Los fundadores de la Asociacin Internacional de Trabajadores obraron sensatamenteal abstenerse de postular principios polticos y filosficos como base de esa asociacin,dndola desde el principio el carcter de una organizacin empeada exclusivamente en unalucha econmica contra el capital. Lo hicieron as porque estaban convencidos de quecuando los trabajadores, extrayendo confianza de su derecho y del poder numrico de suclase, se vieran involucrados en una batalla de solidaridad contra la explotacin burguesa elcurso natural de los hechos y el desarrollo de esta lucha los arrastraran pronto a reconocer losprincipios polticos sociales y filosficos de la Internacional, principios que son de hecho laverdadera formulacin de su punto de partida y de su objetivo (13).

Si comenzis por anunciar en primer lugar esos dos objetivos a los obreros ignorantes,oprimidos por su trabajo diario y desmoralizados y envenenados conscientemente por lasperversas doctrinas con que los gobiernos, actuando de acuerdo con las castas privilegiadas

(los sacerdotes, la nobleza y la burguesa), han estado abrumando al pueblo, asustaris a lostrabajadores. Pueden rechazaros sin sospechar que esas ideas son realmente la expresin msfiel de sus propios intereses, que esos dos objetivos llevan consigo la posibilidad de realizarsus ms anhelados deseos y que, por el contrario, los prejuicios polticos y religiosos, en cuyonombre han rechazado esas ideas, son quiz la causa directa de la prolongacin de su estadode esclavitud y miseria.

Los prejuicios del pueblo y los de las clases ilustradas.Hay que distinguir entre losprejuicios del pueblo y los de las clases privilegiadas. Los prejuicios de las masas estnbasados slo sobre su ignorancia, y actan de una forma contraria a sus propios intereses,mientras los prejuicios de la burguesa estn basados precisamente en los intereses de esaclase y slo se mantienen frente a los efectos desintegradores de la propia ciencia burguesagracias a la fuerza del egosmo colectivo de la burguesa. El pueblo quiere, pero no sabe; la

burguesa sabe, pero no quiere. Cul de los dos es incurable? La burguesa, sin ninguna duda(14).

Los trabajadores son socialistas por instinto. Nos estamos refiriendo a la gran masade trabajadores que, desgastados por la esclavitud cotidiana, son ignorantes y miserables. Esamasa, sean cuales fueren los prejuicios polticos y religiosos que, como resultado de losespecficos esfuerzos de la burguesa en esa direccin, han llegado a dominar su conciencia,es inconscientemente socialista. Instintivamente, en virtud de su posicin social, es socialistade una manera ms seria y real que todos los socialistas burgueses y cientficos juntos. Essocialistas debido a todas las condiciones de su existencia material, a todas las necesidades desu ser, y no por los dictados del intelecto, como sucede con los socialistas burgueses. En lavida real las necesidades de la primera categora tienen un poder muy superior al de lasnecesidades del intelecto, que son siempre y en todas partes la expresin del ser, el reflejo desus sucesivos desarrollos, pero nunca su principio (15).


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FUENTES:

1. Afirmacin de la Alianza; edicin rusa, volumen V, pg. 40; edicin francesa,volumen VI, pg. 73.

2. Ibid., R V 40-41; F 73.3.

Ibid., R 41.4. Ibid., R 41-42.5. Ibid., R 42.6. Ibid., R 43.7. Ibid., R 41; F 73-80.8. La poltica de la Internacional; edicin rusa, volumen IV, pg. 7; edicin francesa,

volumen V, pg. 172.9. Ibid., R 8; F 174-175.10.Carta circular a mis amigos de Italia; ; edicin rusa, volumen V, pg. 162; edicin

francesa, volumen VI, pg. 336.11.Afirmacin de la Alianza; edicin rusa, volumen V, pg. 20; edicin francesa,

volumen VI, pg. 39-40.12.Carta circular a mis amigos de Italia; ; edicin rusa, volumen V, pg. 171; edicinfrancesa, volumen VI, pg. 351.

13.La poltica de la Internacional; edicin rusa, volumen IV, pg. 9; edicin francesa,volumen V, pg. 176.

14.Ibid., R 10; F V 176-178.15.Ibid., R 11.

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