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    Estudios Pblicos, 98 (otoo 2005).

    LIBRO

    SOFA CORREA: CON LAS RIENDAS DEL PODER.

    LA DERECHA CHILENA EN EL SIGLO XX

    David Gallagher

    DAVID GALLAGHER naci en Valparaso en 1944. Educado en Oxford, fue luegoprofesor de literatura latinoamericana del St. Antonys College de esa misma Universi-dad. Ha publicado Modern Latin American Literature (Oxford University Press, 1973),Improvisaciones (Centro de Estudios Pblicos, 1992), Otras Improvisaciones (El Mer-curio-Aguilar, 2004) y numerosos ensayos. Fue Director del Morgan Grenfell Interna-tional & Co. Ltd. Actualmente es presidente de ASSET-CHILE, y combina sus activida-

    des como ensayista y crtico con las de banca de inversiones. Colabora con el TLS ( TheTimes Literary Supplement), y es columnista de El Mercurio. Es Miembro del ConsejoDirectivo del Centro de Estudios Pblicos.

    1 P. 9.2 Pp. 67-69.

    ofa Correa comienza su tesis sobre la derecha chilena con unprrafo tajantemente definitorio.

    La elite chilena del siglo XIX, obligada por las circunstancias hist-ricas, se transforma en el segundo tercio del siglo XX, en derecha, ya que

    por primera vez tiene que competir en la arena poltica con fuerzas socialesantagnicas, convertidas en izquierda, las que desde esta posicin desafansu control, hasta entonces indisputado, de la riqueza, del poder y de laconsideracin social1.

    O sea la derecha nace, segn Correa, como reaccin a las demandassociales, a la organizacin sindical, y al surgimiento de los partidos de

    izquierda: el Comunista y el Socialista primero, y ms tarde el Radical, cuan-do en la dcada del 30 rompi con Alessandri y se uni a la izquierda 2.

    Sofa Correa: Con las Riendas del Poder. La Derecha Chilenaen el Siglo XX(Ed. Sudamericana, 2005, 313 pginas).

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    La elite que se organiza como derecha en reaccin a esta izquierdaest compuesta por terratenientes y empresarios; en general por una clase

    dirigente de familias entrelazadas por parentesco e intereses, que haba ejer-cido el poder en el siglo XIX sin que le fuera seriamente disputado porningn otro autor social, al punto que hasta 1920 la competencia poltica selimitaba a los grupos oligrquicos. No era necesario entonces convencer nisatisfacer a las masas, las demostraciones pblicas eran mnimas, las deci-siones polticas se tomaban en los salones y los resultados electorales, queslo diriman disputas intraelite, dependan por sobre todo de la disponibili-dad de recursos monetarios para la compra de votos, de las redes clientels-

    ticas y de la capacidad para controlar el voto campesino3.Ante los desafos de la cuestin social y la incursin de las masas

    hacia 1920, la derecha se va organizando en diversas vertientes que conflu-yen hacia unos mismos fines. Las principales vertientes son los partidosLiberal y Conservador, que defienden los mismos intereses econmicos,estando sus diferencias en cuestiones clericales4; los gremios, que repre-sentan a las empresas y a los agricultores; y el Mercurio, que se yerguecomo una voz de derecha independiente de los partidos y de los gremios.

    Del Mercurio dice Correa que, desde su fundacin, impuso cambios radi-cales al periodismo, hasta entonces ms bien ideolgico, que se practicabaen Chile. Emulando al Times de Londres y alNew York Herald,El Mercu-rio impuso un periodismo informativo, escrito por funcionarios profesiona-les, con aspiraciones de objetividad e imparcialidad, que desplaz al perio-dismo doctrinario del siglo XIX. A los comentarios y opiniones se les dioun espacio en la pgina editorial, pretendiendo as consagrar la objetividadde la noticia. A su vez, a la pgina editorial se le imprimi un tono desapa-

    sionado, distante e impersonal, un tono olmpico, en palabras del embajadorbritnico en Chile en informe a Londres en mayo de 19435 Correa recalcaque la influencia y la fuerza del Mercurio est en que no defiende intereses

    particulares y no toma partido en las contiendas polticas, sobre todo lasque se libran entre los conservadores y los liberales. De hecho, aunque

    El Mercurio fuera parte de los intereses empresariales de la familia Edwards,su misin no consisti en ser fuente de ganancia, sino formador de opinin

    pblica.El Mercurio nunca estuvo supeditado a los partidos de la derecha,

    lo que le permiti presentarse como medio independiente, objetivo, serio ymoderno. Al mismo tiempo pudo representar los intereses de la clase diri-gente en su conjunto y constituirse en eficaz defensor de la economa capi-

    3 P. 65.4 Pp. 42-43.5 P. 53.

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    talista. Para ello, su distanciamiento con las fracciones de la derecha fueindispensable, y esto fue posible en la medida en que el diario cont con

    directores cuya mirada iba ms all de los intereses inmediatos en pugna.As,El Mercurio pudo mostrarse como representante de la opinin pblica;como un medio independiente de las discrepancias sectoriales y de las divi-siones partidistas; habl como si fuera el portavoz de la razn y del sentidocomn; defendi como necesarios y universales los valores especficos dela clase dirigente y del orden social capitalista; identific sus intereses y

    perspectivas con los de la nacin, con los de la civilizacin cristiana occi-dental, con el bien comn6.

    Tal vez haya un dejo de irona en esta descripcin, por lo menos ensus ltimas expresiones. Pero no hay duda que en el libro queda claro queesta impronta mercurial es importante para entender lo que Sofa Correa vecomo una doble aspiracin de la derecha. Por un lado, la derecha est empe-ada en defender sus intereses: quiere contener las demandas por la sindi-calizacin campesina, por ejemplo, y cuando aumenta el papel del estado enla asignacin de recursos, con el surgimiento del modelo CORFO, la derechaquiere asegurarse que sus empresas se beneficien. Pero al mismo tiempo la

    derecha est preocupada de que Chile se modernice y sea gobernado racio-nalmente. En casi todo momento, la derecha parece tener un proyecto pasms all de sus intereses inmediatos.

    Como primer ejemplo de una derecha empeada en un proyecto demodernizacin racional del pas, por encima de sus propios intereses decorto plazo, Correa analiza en profundidad el intento de estabilizacin hecho

    por la Misin Klein-Saks a partir de 1955. La misin fue contratada duranteel gobierno de Ibez en alguna parte debido a la influencia del Mercurio.

    La tarea de la misin era de estabilizar y liberalizar una economa devastadapor unos 17 aos de estatismo y de populismo. Con el General Ibez, queasume en 1952, Chile es llevado a ser un caso casi nico despus serlargamente estudiado como tal en las universidades del mundo de altsi-ma inflacin (en 1954 sta llega al 64% y en 1955 al 84% anual). La economase ha vuelto un laberinto de controles, prohibiciones, subvenciones. LaMisin Klein-Saks se aboca en este contexto a combatir la inflacin y asincerar y liberalizar la economa. Inevitablemente en los intentos antiinfla-

    cionarios hay efectos recesivos y, como consecuencia, descontento social,que en abril de 1957, desemboca en saqueos en todo el centro de la capi-tal7. El gobierno pierde paciencia y las medidas de la misin, que nunca

    6 Pp. 53-54.7 P. 172-173.

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    un mito pensar que el liberalismo econmico haya sido prcticamente in-ventado en Chile por los redactores de El Ladrillo. Por otro lado Correa

    demuestra en forma fehaciente que hablando de la derecha, es un errorafirmar que sus partidos y el empresariado slo eran capaces de defenderintereses corporativos, inmediatos y de corto plazo12. Segn ella, la dere-cha fue escptica de la misin Klein-Saks no, como creen algunos, porqueredujo subsidios y prohibiciones de importacin, atacando intereses crea-dos de empresarios, sino al contrario por su insuficiencia: lo que la derechalament en la etapa de la misin Klein-Saks fue precisamente la ausencia deun plan integral de cambios econmicos que contemplara una sustancial

    reduccin del aparato estatal y un apoyo decidido a la inversin de capita-les; es decir, la derecha lament que los tcnicos norteamericanos no pro-

    pusieran un proyecto global de modernizacin del capitalismo13. Este errorha de ser corregido en El Ladrillo, donde se le advierte al lector que lasmedidas propuestas estn interrelacionadas, y que debieran ser vistas eimplementadas en su conjunto.

    Si la derecha tiene el doble propsito de defender sus intereses eimplementar un proyecto pas, cules son los mtodos que usa para lograr-

    los? Correa demuestra que tradicionalmente y hasta por lo menos 1960, laderecha es frreamente constitucionalista. Descarta de sus opciones losgolpes de fuerza militar14. Segn ella esto se explica por el hecho de quela derecha tiene mucha fuerza justamente en el Congreso, gracias al cohe-cho y a la sobrerrepresentacin de los distritos rurales en que la derechacontrola el voto. Es as que la derecha logra tener mucha influencia en elgobierno del Frente Popular (1938-44), llegando Arturo Matte, dirigente delPartido Liberal y de la Sofofa, a ser Ministro de Hacienda del presidente

    Ros entre 1943-44. Ms adelante Jorge Alessandri, presidente de la Confe-deracin de la Produccin y del Comercio, ser Ministro de Hacienda (1947-50) de Gabriel Gonzlez Videla. Gracias a su fuerza en el Congreso, en cuyascomisiones domina por su capacidad tcnica, la derecha en la prctica co-gobierna con los presidentes radicales, contribuyendo con ellos a la ejecu-cin de un modelo econmico intervencionista, estatista y proteccionista,en el cual la derecha se asegura beneficios para sus empresarios. En estaetapa, la derecha practica una estrategia de cooptacin o infiltracin de sus

    aparentes adversarios.Caben algunas preguntas aqu, que no estn enteramente contesta-das en el libro. La derecha vacila histricamente entre perseguir intereses

    12 P. 207.13 P. 208.14 P. 101.

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    Qu hace la derecha frente a esta izquierda racional y liberal?Qu hace frente a ella una derecha acostumbrada a que su hora llegue

    cuando la demagogia populista de la izquierda desemboca en una inevitablecrisis? En Gran Bretaa el laborismo de Tony Blair, con cambios que sonapenas ms que de retrica, se postul desde sus comienzos como herederodel liberalismo de Margaret Thatcher. Qu hizo la derecha? Se qued pas-mada. Los conservadores no saben cmo reaccionar al gobierno liberal y

    privatizador de Blair, y en su estupor han perdido ya tres elecciones genera-les. En algunos pases los partidos de derecha han parecido querer cambiarde roles con los de la izquierda, convirtindose ellos en populistas. Hay

    interpretaciones del fenmeno Bush que van en ese sentido, por la formaque ha soltado las trenzas fiscales, tras ocho aos de seriedad macroecon-mica clintoniana: Bush ha bajado impuestos, que podra ser visto como unamedida de derecha, pero simultneamente ha subido el gasto fiscal, muchasveces aumentando programas populistas, y no solo, como algunos creen,

    por tener que incrementar el gasto militar con la guerra de Irak. En Francia laderecha bajo Chirac es netamente intervencionista. En otros pases, comoEspaa, Nueva Zelanda o Australia, la derecha ha ganado elecciones contra

    una izquierda liberal, posicionndose como ms liberal an, viendo quesu centenario capital poltico no est en prometer ms igualdad que laizquierda, sino en prometer ms racionalidad, ms eficiencia y ms libertad,aun cuando la izquierda tambin ahora promueva esos valores. En estos

    pases se ha producido un crculo virtuoso porque se ha movido el ejepoltico al punto que las contiendas electorales en lo econmico se libran entorno a la eficiencia. Claro que surgen a la vez temas valricos que son talvez los que ms dividen a los electorados y ms diferencian a la derecha de

    la izquierda en algunos pases: Estados Unidos y Espaa son ejemploscandentes, en cuanto a temas como el matrimonio homosexual o la eutana-sia. Pero para Correa estos temas no son propios de la divisin derecha-izquierda tal como ella define a esos polos. Si lo fueran, la dicotoma dere-cha-izquierda no habra nacido hacia 1920: habra estado presente en elsiglo diecinueve en la lucha entre conservadores y liberales.

    Cabe decir que Correa ha escrito un libro extremadamente interesantey muy oportuno en un ao de elecciones en que los partidos de derecha

    parecen no saber dnde ubicarse frente a una coalicin de centro-izquierdaque sigue los consejos de esos editoriales que escriba Mercurio a partir de1947, y que adems abarca a casi todo el universo cultural de los chilenos,desde el catolicismo al laicismo.

    Correa ha escrito un libro estimulante, que no rehye la hiptesis yla interpretacin. Por eso mismo, si bien sus interpretaciones estn bien

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