Centro De Investigación ParaLa Investigación Educativa.

Sociedad del Conocimiento.

“Sociedad del conocimiento y educación ¿reto o derecho?”

Docente: Dr. Jaime Ramos Leyva.Alumno: 12 DGE Z Arturo Gaspar DueñasGrupo: B

Loreto, Zacatecas, a 14 de noviembre de 2012.

Sociedad del conocimiento ¿reto o derecho?

Educar es depositar en el hombre toda la obra humana que le ha antecedido; es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente,

[...] ponerlo al nivel de su tiempo [...] prepararlo para la vida. Educar es dar al hombre las llaves del mundo, que son la independencia y el amor,

y prepararle las fuerzas para que lo recorra por sí, con el paso alegre de los hombres naturales y libres.

José Martí.

El presente trabajo no pretende entablar un debate entre si la educación necesaria para

participar activamente en la sociedad del conocimiento es reto o es un derecho, no pretende

ser panegírico a favor de uno, ni censura en contra del otro. Más bien es un análisis general

de los posibles obstáculos que se palpan para consumar ese derecho, es claramente la

dilucidación de los retos –algunos de ellos- que enfrenta la sociedad actual para que los

ciudadanos de hoy construyan la sociedad del conocimiento y para que el ciudadano futuro

participe en ella de una manera activa, consciente y responsable. Los retos a erradicar que

aquí se presentan para lograr una educación para la sociedad del conocimiento son, la

brecha digitales y la cognitiva, la creación de sociedades en red, la transfiguración de le

currículo, la escuela, el docente y el estudiante. Al final se incluye una perspectiva de

currículo para la sociedad del conocimiento basada en a) el aprendizaje centrado en las

redes de estudiantes, b) la información como fuente del aprendizaje, c) el conocimiento

como punto de llegada y como punto de partida y d) las NTIC como medio o instrumento

articulador, entre todo lo anterior.

Palabras clave: Sociedad del conocimiento, brecha digital, brecha cognitiva, lectura, escritura, organizaciones inteligentes, currículo, escuela, docente, estudiantes.

La aparición, el auge y la rápida diseminación de las tecnologías de la información (TIC o

NTICS) han traído en nuestras sociedades cambios sustanciales en lo político, lo

económico, lo social, lo cultural y lo educativo. Para nadie es nuevo que el individuo de

hoy realiza tareas que décadas atrás eran solo producto de la imaginación de los

productores cinematográfico. Hoy el hombre, gracias a las tecnologías de la información

controla satélites suspendidos a miles de kilómetros fuera de la superficie terrestre y con

ellos, mantiene en comunicación constante a una cantidad inconmensurable de seres

humanos a través de la red de internet. Con esta red, información de todo tipo –o porque no

decirlo, la información existente a nivel mundial– se ha puesto a disposición del ser

humano con sólo pinchar un botón, casi en cualquier parte del mundo y en una cantidad de

tiempo extraordinaria.

En lo político, el ciudadano de hoy ha comenzado a ejercer una nueva ciudadanía en la que

informarse, comunicar y utilizar el pensamiento crítico y científico son el báculo de la

emancipación y la posibilidad de mejorar las condiciones de vida de todos y cada uno de

los coterráneos “Entramos en una era en la que para existir, sobrevivir y no quedar al

margen, es necesario comunicar cada vez más, y sobretodo cada vez más de prisa”

(UNESCO, 2005). Económicamente, “La revolución digital ha permitido la aparición de

una nueva escala de comercialización de lo inmaterial. En efecto, en una economía mundial

del conocimiento, la multiplicación de los soportes digitales disminuye considerablemente

la escasez de bienes inmateriales reproducibles infinitamente.” (UNESCO, 2005). La

producción de lo inmaterial ha de beneficiar la producción y la reproducción de los medios

de existencia, de una forma más rápida eficiente, económica y sustentable. En lo social y lo

cultural, el ciudadano moderno se desenvuelve de formas nunca antes vistas, se divierte y

se comunica en entornos digitales nunca antes utilizados, claro ejemplo de ello son la redes

sociales, el chat y el correo electrónico. Estos cambios y otros han suscitado

argumentaciones que indican la forma en que los individuos de hoy, ―que en la posteridad

participarán en un mundo nuevo y cada vez más complejo―, deben de educarse, sin

escatimar a los que afirman que niños, jóvenes y adultos comienzan a educarse de manera

autónoma y están prescindiendo de la escuela y del maestro para informarse y aprender.

Estos cambios suponen el arribo de una nueva sociedad denominada sociedad del

conocimiento.

Así como se vaticinaba un mundo de comodidades y armatostes prominentes posibilitados

por el inconmensurable avance de la ciencia y la tecnología, así se profetiza, hoy en día y

con ahínco, una nueva forma de vida futura denominada “sociedad del conocimiento”. Se

dice que no muy tarde el ser humano transitará por una nueva forma de comunicación, que

ésta le otorgará los conocimientos, herramientas, destrezas y actitudes para desenvolverse

adecuadamente en la forma de vida social futura y más aún le proporcionará los medios y

recursos necesarios para vivir y ser exitoso. Pero ¿qué es la sociedad del conocimiento?

“se fundamenta primordialmente en el uso de ideas más que en el de capacidades

físicas, así como en la aplicación de la tecnología más que en la transformación de

materias primas o la explotación de mano de obra económica. Se trata de una

economía en la que el conocimiento es creado, adquirido, transmitido y utilizado más

eficazmente por personas individuales, empresas, organizaciones y comunidades

para fomentar el desarrollo económico y social.” Banco Mundial, citado en (Vega

Cantor).

Según esta definición de lo que es la sociedad del conocimiento o sus características y

potencialidades, se puede entender sin hacer un análisis muy exhaustivo, que se finca en la

superabundancia de la información y en la disponibilidad generalizada de esta, información

que ha de utilizarse indistintamente en pro del desarrollo social. En la sociedad del

conocimiento, se entiende, no existen restricciones para accesar a la información pues el

internet es la vía y la herramienta para hacerlo, de tal suerte que la información ha de llegar

a cualquier parte, en la cantidad necesaria (toda la información universal existente) y con

sólo pinchar un botón.

“El auge de las sociedades del conocimiento exige que se anuden nuevos vínculos

entre el conocimiento y el desarrollo, ya que el conocimiento es tanto un instrumento

para satisfacer las necesidades económicas como un componente pleno del

desarrollo” y “La utilización de las tecnologías de la información y la comunicación

para edificar las sociedades del conocimiento debe orientarse hacia el desarrollo del

ser humano basado en los derechos de éste” (UNESCO, 2005).

Estamos inmersos en una forma de vida direccionada por el mercado mundial, -con sus

ventajas y desventajas-, por la constante proliferación de las tecnologías de la información

y el auge de la comunicación global por medio del internet. Y consecuentemente es

necesario que participemos y ejerzamos nuestra ciudadanía lo más aceptable posible en un

mundo que cada día se nos presenta de modos diferentes en periodos relativamente cortos y

fugaces. “Las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC o NTIC)

transforman de forma espectacular nuestras maneras de comunicarnos, pero también de

trabajar, decidir y pensar”. Hoy día el ordenador y el internet forman parte de nuestras

vidas, aunque así exista millones de seres humanos que aun no tengan el acceso a ellos,

están siendo afectados por la marginación digital y esa afectación se incluye en la forma de

vida actual, de hecho determina el nivel de inclusión en un horizonte global, aunque

excluidos tácitamente estamos inmersos y el nivel de participación incide en el desarrollo

de los pueblos, para bien o para mal.

El internet ha posibilitado que la información mundial existente este a disponibilidad

general. Solo basta contar con un ordenador y una conexión de internet, para comenzar a

navegar y acceder a ella. Sin embargo es oneroso pensar que información es igual a

conocimiento. “lo definitorio de la sociedad del conocimiento es que en ella siempre es

necesario saber más… la capacidad de saber más no se puede remitir a algo objetivo, a los

propios datos o a sus combinaciones…la capacidad de llegar a saber más apela al sujeto del

conocimiento, es decir a la persona humana” (Llano).

Esta premisa no solo se manifiesta en la sociedad del conocimiento, la información

disponible por sí misma no da el conocimiento, la información contenida en el texto

analógico o en el digital (Cassany, 2011) es estéril sino se le da algún tipo de tratamiento, si

no se analiza, se reflexiona, se critica y/o se pone en acción.

“Para construir autenticas sociedades del conocimiento, no cabe limitarse a la libre

circulación de la información, ya que éstas han de ser objeto de intercambio,

confrontación crítica, evaluación y reflexión con el aporte de la investigación

científica y filosófica, si se aspira a que todos estén en condiciones de producir

nuevos conocimientos a partir de los flujos de la información” (UNESCO, 2005).

En una primera parte, las características sociales que han de propulsarse en las sociedades

del conocimiento, para que la búsqueda, selección y análisis de la información tenga cabida

es una economía del conocimiento. Esto sólo es posible por la generación de sociedades en

redes ya que a través de ellas se han conjuntado el proceso de mundialización con la

unificación de los mercados y las mutaciones tecnológicas que disminuyen los costos de

comunicación y facilitan la multiplicación y la velocidad y el volumen de la información.

Alejandro Llano utiliza otra nomenclatura para este tipo de organización, asevera que “Las

únicas empresas adaptadas a la sociedad del conocimiento son la “organizaciones

inteligentes”. Pero llegar a serlo es sumamente arduo” (Llano) primero, dice él, por la serie

de malentendidos y prejuicios que se han gestado, y en segundo lugar por que llevar a la

práctica este ejercicio institucional de la inteligencia es una tarea sumamente difícil y ardua

con la que se ha enfrentado hasta hoy el management (la gestión del conocimiento a

interpretación nuestra).

“No debe olvidarse que el conocimiento es histórico, y por lo tanto relativo, y lo que hoy es

visto como algo elemental, en su momento hizo parte de una compleja trama de relaciones

y de productos culturales.” (Vega Cantor). El conocimiento es histórico y es social, toda

sociedad, o comunidad de aprendizaje ha necesitado de un cierto cúmulo de conocimientos

para fincar otros nuevos o simplemente ha necesitado desmenuzar ciertas tesis hasta llegar

a vapulearlas y refutarlas contundentemente generando conocimientos más precisos,

duraderos y utilizables. Las sociedades en red o las organizaciones inteligentes han de

trascender por la vía de la sociabilización del conocimiento, conjuntando en su quehacer el

conocimiento nuevo con el antiguo. Una organización inteligente o una sociedad en red se

caracteriza porque: “cualquier mujer y cualquier hombre necesitan aprender aquello que

llegan a saber. Y sucede que esa fulguración del avance y transmisión del conocimiento

sólo acontece en comunidades de aprendizaje, que presuponen una institucionalización, la

presencia de algunas reglas, la adquisición de ciertos hábitos, el ejercicio de determinadas

virtudes y la práctica del esfuerzo compartido.” (Llano).

Para lograr que en las organizaciones inteligentes o sociedades en red se logre el

intercambio, la confrontación crítica, evaluación y reflexión con el aporte de la

investigación científica y filosófica de la información, han de solventarse en segundo

término ciertas capacidades, conocimientos, habilidades destrezas y actitudes que se han

requerido no solo en las sociedades del conocimiento actuales y futuras, sino en el devenir

histórico del ser humano desde que la información en forma escrita ha predominado.

De acuerdo a estas apreciaciones, ¿Qué tipo de formación necesitan los individuos

participantes en la sociedad del conocimiento? ¿La educación de hoy otorgará la formación

necesaria en la sociedad del conocimiento? ¿Qué nuevos paradigmas educativos se nos

están planteando? ¿Participar en la sociedad del conocimiento a través de la educación es

un reto o un derecho?

El presente trabajo no pretende entablar un debate entre si la educación necesaria para

participar activamente en la sociedad del conocimiento es reto o es un derecho, no pretende

ser panegírico a favor de uno, ni censura en contra del otro. Más bien es un análisis general

de los posibles obstáculos que se palpan para consumar ese derecho, es claramente la

dilucidación de los retos –algunos de ellos- que enfrenta la sociedad actual para que los

ciudadanos de hoy construyan la sociedad del conocimiento y para que el ciudadano futuro

participe en ella de una manera activa, consciente y responsable.

Entiendo pues que la educación es un derecho y que este se encuentra legitimado en varios

documentos nacionales e internacionales como por ejemplo la Declaración universal de los

Derechos Humanos (1948):

“Toda persona tiene derecho a la educación, La educación debe ser gratuita, al

menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción

elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser

generalizada: el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de

los medios respectivos.” Citado en (UNESCO, 2005).

Y en México en el artículo tercero que determina que la educación que imparta el estado

además de ser gratuita, laica y obligatoria, “tenderá a desarrollar armónicamente todas las

facultades del ser humano y fomentará en él, a la vez el amor a la patria y la conciencia de

la solidaridad internacional, en la independencia y en la justicia” (Artículo 3°- Constitución

Política de Los Estados Unidos Mexicanos, 2011). Cómo ha de ser la educación que

necesita la sociedad del conocimiento.

El indiscutible derecho que se tiene a la educación, por lo menos filosóficamente, trae

consigo retos que hay que solventar para que dicha educación sea acorde a los

requerimientos que la sociedad actual y futura demandan, pues de nada sirve tener el

derecho y conseguir el insumo si este es paupérrimo e inservible.

El primer reto que hay que afrontar es el de acortar las brechas existentes, la digital y la

cognitiva.

“...el término `brecha digital´ se refiere a la distancia existente entre áreas

individuales, residenciales, de negocios y geográficas en los diferentes niveles socio-

económicos en relación a sus oportunidades para acceder a las nuevas tecnologías

de la información y la comunicación así como al uso de Internet, lo que acaba

reflejando diferencias tanto entre países como dentro de los mismos...” OCDE. Otras

definiciones pueden ser más simples y claras: “...la distancia existente entre aquellos

capaces de usar un ordenador y aquellos que no...” (Sullivan, 2001), citado en: (Del

Álamo).

“Ser un hombre joven, de raza blanca, escolarizado, angloparlante y nacido en un país

industrializado perece garantizar el pleno acceso a las TIC, y con ello a las máximas

oportunidades de desarrollo” (Mario Monereo, 2006), de acuerdo a los diferentes matices

de la brecha digital, es un reto para la educación y los que están a cargo de ella buscar la

forma de abatirla, sin ello, es casi imposible hablar de sociedad del conocimiento, ya este

seguiría siendo sectario y privilegio de unos cuantos. Ahora supongamos que las brechas

digitales desaparecieren y que la población en general se mantendrá conectada a la red de

internet. La brecha cognitiva (UNESCO, 2005) o brecha mental cómo la conceptualiza

Oscar Del Álamo “que comprende la habilidad en el manejo de computadoras, la capacidad

en el idioma inglés (y que ya ha sido bautizado como el “idioma de la red” ya que un 75%

de la información generada en Internet es en inglés) y sentirse cómodo y familiar con estas

tecnologías y su aprendizaje.” (Del Álamo), es un reto más que la educación debe

plantearse, como formar individuos que no sólo reproduzcan la información, sino que la

afronten con raciocinio, que la analicen, la sinteticen, la organicen, la clasifiquen, y

finalmente la mejoren o la superen.

La brecha cognitiva es el reto más grande que a la educación se le ha parado enfrente y se

le ha presentado con nuevos matices, con una complejidad nunca antes vista. Analizar,

indagar, gestionar, reflexionar, sintetizar, jerarquizar, organizar, clasificar, son algunas de

las operaciones mentales que se realizan a través de la lectura y la composición textual.

Estas operaciones son realizadas con diferente nivel de calidad de un individuo a otro y

tentativamente de un grupo social a otro, su carencia agudiza la brecha cognitiva o dicho

de otra manera la calidad los de conocimientos, de capacidad de análisis, de indagación, de

gestión, de organización, la capacidad y habilidad para tratar la información . Al

conectarse a la red los individuos que se pretende aprendan en un entorno más libertario lo

hacen con sus conocimientos, con sus intereses, con la influencia que el contexto social

ejerce sobre él y sobre todo con sus propias limitantes, así podemos darnos cuenta que la

libertad en internet no es tan libre como se pretende, pues hay que saber que buscar, cómo

buscarlo y con qué fin.

Ahora bien, si la aparición de la sociedad del conocimiento vislumbra una forma de

aprender más activa, dinámica, innovadora, pertinente, contextualizada y colaborativa,

¿cómo ha de ser nuestro comportamiento educacional? ¿Dejamos que el tiempo lo diga

todo y lo ponga en su lugar? ¿O es necesario emprender acciones para que llegue a

suceder?

Desde un punto de vista particular, la sociedad del conocimiento sólo llegará a gestarse si

desde hoy la sociedad actual, sus hombres y sus mujeres, niños, jóvenes y adultos, van

siendo preparados para ello, pero sobretodo, si desde hoy el ser humano en su mayoría

comprende y otorga el valor agregado que el conocimiento y el estudio como forma de

llegar él tienen por sí mismos. Es así como aparecen nuevos retos educativos que implican

al currículo, la escuela, al docente, al estudiante y a la didáctica.

Qué se aprende, cómo se aprende y cuál es el entorno de aprendizaje son preguntas

esenciales que han de responderse al momento de diseñar un currículo, así como valorar el

contexto social, histórico, económico, político, filosófico, y científico para el que se plantea

(Picardo, 2002). El currículo actual debe diseñarse para que los estudiantes que se formen

en él, puedan participar de la mejor manera en la construcción de una sociedad del

conocimiento. Si la sociedad del conocimiento demanda que el individuo trabaje en redes

de aprendizaje, es necesario que currículo y escuela lo posibiliten. Es necesario que la

escuela, a través del currículo, busque la manera de que los estudiantes no sólo se topen con

la información, es una demanda social que sus estudiantes a partir de la información

analizada, revisada, criticada, generen nuevo conocimiento, produzcan nueva información

que es el principal cometido del quehacer educativo, para lograrlo la escuela debe funcionar

como una “comunidad de aprendizaje” y esta funciona en la medida que la comprensión

lectora sea eficiente y la producción de textos sea prolifera. En la sociedad del

conocimiento, las habilidades de lectura y escritura siguen siendo imprescindibles para

adquirir, asimilar o construir conocimientos. En el texto analógico y en el digital (Cassany,

2011), al momento de producir el texto y al momento de enfrentarse a él en los actos de

lectura, las dificultades de composición persisten y los problemas de compresión comparten

características. Para minimizar la brecha cognitiva y fomentar la creación de

“organizaciones inteligentes” se hace necesario conjugar la enseñanza formalizada con los

usos sociales que la escritura proyecta y demanda en la actualidad, y utilizar las tecnologías

de la información y sus formatos de lectura y escritura –chat, blog, correo electrónico,

wikis, etc.- para potencializar la comprensión lectora y el proceso de composición de

textos, pero sobre todo para formar lectores y escritores asiduos y de calidad.

El reto es que el currículo y la escuela se transformen para evolucionar la forma de pensar y

de conducirse de los ciudadanos en y para la sociedad del conocimiento. Modificar el

currículo y la escuela con un nuevo modelo educativo gesta varios retos más. El primero, el

docente que se requiere para que el currículo transformado genere el producto esperado es

un profesional de la educación, que tiene una visión antropológica del individuo y del

proceso educativo, es un maestro con competencias digitales, didácticas, pedagógicas y

profesionales de alta calidad. “Estos nuevos paradigmas exigen al docente actual acceder a

nuevas herramientas informática e idiomáticas, y sobretodo crear nuevas estrategias para

acceder a la información pertinente y oportuna, y para comunicarse ―en redes― con otros

docentes, y así poder trabajar en nuevos equipos digitales.” (Picardo, 2002). Pero un

docente nuevo, necesita también un estudiante mejorado. El pacto educativo imperante

hasta el día de hoy –el maestro enseña y los aprenden- a de transfigurase, el estudiante

dejará de ser pasivo, se convertirá en el motor del aprendizaje a través de la administración

y la interpretación de la información, pero sobretodo de la creación de nueva información.

Con un currículo coherente, una escuela mejor adaptada, docentes especializados y

estudiantes creativos, dinámicos y participativos, es posible que el ser humano arribe a la

sociedad del conocimiento desde el día de hoy. Sin embargo esto hasta el día de hoy es el

reto más grande que la educación tiene que solventar, para lograrlo se necesita que se

sumen esfuerzos, que cada uno de los actores educativos haga lo propio para logarlo en el

menor tiempo posible y con resultados altamente satisfactorios.

Es así como llegamos a ciertas conclusiones que de manera general aquí se manifiestan. La

sociedad del conocimiento, no puede aparecer por el simple hecho de tener la información a

disponibilidad, se requiere que los individuos que en ella participen o que han de propulsar

su conformación, cuenten con ciertos conocimientos que les permitan acceder a otros

tantos. Desarrollen antes, durante y ulteriormente habilidades para el manejo de la

información, como son dominio y desarrollo de los procesos de lectura y destrezas y

conocimientos para la composición textual, así como las habilidades tecnológicas y

digitales necesarias para manipular las TIC, obviamente se necesita el acceso a las TIC es

decir contar con ordenadores y conexión a la red internet. Es indiscutiblemente necesario

que los individuos o la sociedad en general se forman un nuevo concepto acerca del

conocimiento y su funcionalidad, es menester que valoricen profundamente el acto de

aprender, el acto de estudiar y que sepan que este proceso nunca termina, que continua

hasta el último día de vida y que es importante formular proyectos de aprendizaje

permanente y autónomo. Para lograrlo es un reto transformar la escuela, evolucionarla. Es

necesario que el currículo se diseñe tomando en cuenta a) el aprendizaje centrado en las

redes de estudiantes, b) la información como fuente del aprendizaje, c) el conocimiento

como punto de llegada y como punto de partida y d) las NTIC como medio o instrumento

articulador, entre todo lo anterior. (Picardo, 2002). También se necesita un docente con

habilidades digitales y pedagógicas acordes a la situación social, política, histórica,

económica, cultural, filosófica y científica contemporánea. Por su parte los estudiantes

deben mostrar una nueva actitud y conducirse el marco de la responsabilidad cognitiva, ser

empáticos con el conocimiento y el estudio, proactivos, colaborativos y participantes en

organizaciones inteligentes.

Puesto que la escuela tiene que transformarse es necesario primero proponer un currículo

que de pauta a dicha transformación. Líneas arriba se mencionan 4 aspectos a considerar

para que el currículo a trabajar sea acorde a la propulsión de sociedad del conocimiento o

en su defecto para que los individuos que se estén formándose hoy en día, ya con el uso de

las TIC y con el tratamiento de la información mundial existente, sean participes activos y

valiosos en dicha sociedad. En presente trabajo se propone un modelo curricular que puede

tomarse como patrón para rediseñarlo y fundamentar un modelo con dichas características.

Modelo curricular para la sociedad del conocimiento.

El currículo para sociedad el conocimiento se basa en cuatro elementos básicos:

a) El aprendizaje centrado en las redes de estudiantes.b) La información como fuente del aprendizaje.c) El conocimiento como punto de llegada y punto de partida.

d) Las NTIC como medio o instrumento articulador.

Se basa en el aprendizaje vivenciado e indagatorio, en el que la información y su manipulación es la base del aprendizaje, gestionar información, analizarla, criticarla y generar nuevo conocimiento son el principio y el fin, las NTIC la herramienta y el medio para gestionar, analizar, diseminar y compartir la información.

Por lo tanto las asignaturas que se trabajen necesitan de herramientas que posibiliten la participación en redes de estudiantes (organizaciones inteligentes) y como la herramienta son las TIC y el uso de la red de internet, el programa incluye que se utilicen estas herramientas para tratar la información y producir conocimiento. Se deben de utilizar como mínimo los siguientes elementos en el desarrollo del programa:

a) Chat.b) Wikis.c) Foros.d) Blogs.e) Correo electrónicof) Redes sociales.g) Uso de sitios web donde se intercambie información de todo tipo.

Además el programa debe incluir un serie de actividades abundantes donde la investigación para potenciar la comprensión de textos se prolifera y al mismo tiempo propulsen la composición textual cada vez más especializada.

Materias y asignaturas transversales:

1.- Aritmética de Negocios: Las operaciones básicas y uso de calculadoras de negocio.2.- Lectura: Empiezan leyendo una hoja diaria del libro que cada niño escoja, y terminan leyendo un libro por semana.3.- Civismo: Pero entendiendo el civismo como el respeto total a las leyes, el valor civil, la ética, el respeto a las normas de convivencia, la tolerancia, el altruismo, y el respeto a la ecología.4.- Computación: Office, internet, redes sociales y negocios on-line.5.- 4 Idiomas; Alfabetos, Culturas y Religiones: japonesa, americana, china y árabe, con visitas de intercambio a familias de cada país durante el verano. (De ita, 2012)

Perfil de egreso (lo que este modelo curricular educativo propulsará).

Jóvenes que a los 18 años hablan 4 idiomas, conocen 4 culturas, 4 alfabetos y 4 religiones.

Son expertos en uso de sus computadoras. Leen 52 (muchos) libros cada año. Respetan la ley, la ecología y la convivencia. Manejan la aritmética de negocios al dedillo. (De ita, 2012) . Se comunica de forma escrita excepcionalmente a través de la red de internet. Comprende los textos analógicos y digitales y los manipula con soltura.

Bibliografía.

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