Sobre Lenguaje

3
El idioma que de verdad hablamos Del vosotros y el tú al vos, nuestra lengua ha recorrido un largo camino en el que la historia y la política han tenido que ver. Sería conveniente que la escuela tomara cuenta del lenguaje que realmente usamos. Martín Caparrós. ESCRITOR Tú, lectora, y tú, lector, lleváis mucho tiempo equivocados. Sí, no miréis al costado, no disimuléis: os estoy hablando a vosotros. Y vosotros lo sabéis. Sí, vosotros, que os empeñáis en decir "vos" a vuestros amigos y parientes cuando son uno; vosotros, sí, que insistís en decir "ustedes" cuando son cantidad. Vosotros sabéis que hacéis mal: ¿o vais a decirme que no habéis ido a la escuela, que no os ha enseñado la maestra que deberíais decirles tú y vosotros? Nos lo enseñaron, sí. Y sin embargo decimos vos, ustedes. Solemos creer que somos -también en eso -únicos, pero no: salvadoreños, costarricenses, hondureños, ecuatorianos, muchos colombianos también hablan de vos. El vos era, en la España de la conquista, una forma que había sido elegante y se había vuelto vulgar. Suele pasar: los pretenciosos cambian sus costumbres a menudo porque ciertos pobres quieren imitarlas y, cuando lo logran, los pretenciosos las desdeñan. El vos, entonces, ya era mersa cuando los españoles descubrieron. Los primeros conquistadores -mayoría de campesinos medios brutos- se hablaban de vos, y así fue, al principio, el castellano en América. Pero tras los conquistadores llegaron los burócratas: esos señores orondos y empolvados - marqueses, para empezar a hablar -se hacían los finos tratándose de tú, y el castellano americano se hizo otro.De las cortes coloniales, el tú se derramó a las poblaciones; la teoría del derrame no suele funcionar en lo económico pero en la cultura, queda visto, sí.Por eso el vos sólo se mantuvo en las zonas más pobres del Imperio colonial, donde no había cortes ni marqueses. Ni América Central ni las montañas de Colombia ni Buenos Aires eran espacios importantes: estaban en el margen y los señores que podrían habernos enseñado a hablar tilingo, en esos tiempos, se iban a lugares más rentables.Después pelechamos. A fines del siglo XVIII, cuando Buenos Aires se convirtió en capital del nuevo virreinato, sí tuvo una – módica- sociedad elegante que hablaba de tú: que imitaba la moda del imperio. Nuestros próceres -con perdón de la palabra- lo hacían: íbamos camino al tú para todos. Pero el populismo llamó a la puerta, y nos cambió los verbos. Cuenta Bertil Malmberg, un sueco que estudió estas cuestiones con detalle, que todo fue culpa de ese raro señor Rosas-un rico muy rico que decidió seducir a los más pobres para gobernar-. A don Juan Manuel se le ocurrió que podía obligar a todo el mundo a hablar como los peones de su estancia e impuso el voseo: es uno de los pocos casos en el mundo de una forma gramatical decidida por el poder de un gobernante. -¿Pero vos qué te has creído, tirifilo? ¿Que vas a andar por ahí tuteando a todo el mundo? ¡Morite, salvaje unitario! Después, cuando voltearon al caudillo, los elegantes trataron de recuperar el tú; de hecho, durante décadas, hasta principios del siglo XX, hubo una batalla casi encarnizada entre el tú y el vos -con los resultados que todos conocemos-.Ahora, en la Argentina, a nadie se le ocurre hablar de tú ni de vosotros. Pero nos siguen enseñando, en la escuela, esas conjugaciones de los verbos: yo amo tú amas él ama nosotros amamos vosotros amáis. Es muy extraño: cuando nuestros chicos aprenden nuestro idioma aprenden, en realidad, un idioma extranjero -o una lengua muerta-. Aprenden que tenemos un idioma que se habla y otro que se aprende: -Pero, Jonathan, ¿no sabés que la segunda persona del presente del singular del verbo saber se dice sabes? O sea: que lo que decimos no es lo que se debería decir, que es tamos hablando equivocados todo el tiempo. Es como decirles a los chicos que somos un error: que ni siquiera hablamos como corresponde. Es una situación curiosa, al borde de chiflada, y la tomamos como si fuera normal o inevitable. Supongo que ya vale la pena discutirla. ¿No sería hora de decidir que se enseñe en nuestras escuelas el castellano que efectivamente hablamos, que cuando los chicos aprenden nuestro idioma aprendan nuestro idioma? ¿No habría que conjugar los verbos como si no estuviéramos en falta todo el tiempo? ¿No deberíamos empezar a cambiar los manuales, a incorporar a la regla la realidad de nuestra lengua? Digo: yo sé, vos sabés, él sabe, nosotros sabemos, ustedes saben. O si no seamos, al menos, coherentes: hablemos de tú y vosotros y todo bien. ¿Qué opináis? ¿Qué os parece? 1. ¿Cuál es la problemática que plantea el autor? 2. ¿Cuales son las contradicciones que observa Caparros? 3. ¿En qué comunidad lingüística se incluye al autor? 4. ¿Por que creen que pueden comprender las formas que usa el autor aunque no son propias del idioma que de verdad hablamos? 5. ¿Que registro usa Caparros? ¿Que critica el autor?

description

textos sobre el lenguaje

Transcript of Sobre Lenguaje

Historia del al lengua

El idioma que de verdad hablamos

Del vosotros y el t al vos, nuestra lengua ha recorrido un largo camino en el que la historia y la poltica han tenido que ver. Sera conveniente que la escuela tomara cuenta del lenguaje que realmente usamos. Martn Caparrs. ESCRITOR

T, lectora, y t, lector, llevis mucho tiempo equivocados. S, no miris al costado, no disimulis: os estoy hablando a vosotros. Y vosotros lo sabis. S, vosotros, que os empeis en decir "vos" a vuestros amigos y parientes cuando son uno; vosotros, s, que insists en decir "ustedes" cuando son cantidad.

Vosotros sabis que hacis mal: o vais a decirme que no habis ido a la escuela, que no os ha enseado la maestra que deberais decirles t y vosotros?

Nos lo ensearon, s. Y sin embargo decimos vos, ustedes.

Solemos creer que somos -tambin en eso -nicos, pero no: salvadoreos, costarricenses, hondureos, ecuatorianos, muchos colombianos tambin hablan de vos. El vos era, en la Espaa de la conquista, una forma que haba sido elegante y se haba vuelto vulgar. Suele pasar: los pretenciosos cambian sus costumbres a menudo porque ciertos pobres quieren imitarlas y, cuando lo logran, los pretenciosos las desdean.

El vos, entonces, ya era mersa cuando los espaoles descubrieron. Los primeros conquistadores -mayora de campesinos medios brutos- se hablaban de vos, y as fue, al principio, el castellano en Amrica.

Pero tras los conquistadores llegaron los burcratas: esos seores orondos y empolvados -marqueses, para empezar a hablar -se hacan los finos tratndose de t, y el castellano americano se hizo otro.De las cortes coloniales, el t se derram a las poblaciones; la teora del derrame no suele funcionar en lo econmico pero en la cultura, queda visto, s.Por eso el vos slo se mantuvo en las zonas ms pobres del Imperio colonial, donde no haba cortes ni marqueses. Ni Amrica Central ni las montaas de Colombia ni Buenos Aires eran espacios importantes: estaban en el margen y los seores que podran habernos enseado a hablar tilingo, en esos tiempos, se iban a lugares ms rentables.Despus pelechamos. A fines del siglo XVIII, cuando Buenos Aires se convirti en capital del nuevo virreinato, s tuvo una mdica- sociedad elegante que hablaba de t: que imitaba la moda del imperio. Nuestros prceres -con perdn de la palabra- lo hacan: bamos camino al t para todos. Pero el populismo llam a la puerta, y nos cambi los verbos.

Cuenta Bertil Malmberg, un sueco que estudi estas cuestiones con detalle, que todo fue culpa de ese raro seor Rosas-un rico muy rico que decidi seducir a los ms pobres para gobernar-. A don Juan Manuel se le ocurri que poda obligar a todo el mundo a hablar como los peones de su estancia e impuso el voseo: es uno de los pocos casos en el mundo de una forma gramatical decidida por el poder de un gobernante.

-Pero vos qu te has credo, tirifilo? Que vas a andar por ah tuteando a todo el mundo? Morite, salvaje unitario!

Despus, cuando voltearon al caudillo, los elegantes trataron de recuperar el t; de hecho, durante dcadas, hasta principios del siglo XX, hubo una batalla casi encarnizada entre el t y el vos -con los resultados que todos conocemos-.Ahora, en la Argentina, a nadie se le ocurre hablar de t ni de vosotros. Pero nos siguen enseando, en la escuela, esas conjugaciones de los verbos: yo amo t amas l ama nosotros amamos vosotros amis. Es muy extrao: cuando nuestros chicos aprenden nuestro idioma aprenden, en realidad, un idioma extranjero -o una lengua muerta-. Aprenden que tenemos un idioma que se habla y otro que se aprende:

-Pero, Jonathan, no sabs que la segunda persona del presente del singular del verbo saber se dice sabes?

O sea: que lo que decimos no es lo que se debera decir, que es tamos hablando equivocados todo el tiempo. Es como decirles a los chicos que somos un error: que ni siquiera hablamos como corresponde.

Es una situacin curiosa, al borde de chiflada, y la tomamos como si fuera normal o inevitable. Supongo que ya vale la pena discutirla.No sera hora de decidir que se ensee en nuestras escuelas el castellano que efectivamente hablamos, que cuando los chicos aprenden nuestro idioma aprendan nuestro idioma? No habra que conjugar los verbos como si no estuviramos en falta todo el tiempo? No deberamos empezar a cambiar los manuales, a incorporar a la regla la realidad de nuestra lengua? Digo: yo s, vos sabs, l sabe, nosotros sabemos, ustedes saben. O si no seamos, al menos, coherentes: hablemos de t y vosotros y todo bien. Qu opinis? Qu os parece?

1. Cul es la problemtica que plantea el autor?2. Cuales son las contradicciones que observa Caparros?

3. En qu comunidad lingstica se incluye al autor?4. Por que creen que pueden comprender las formas que usa el autor aunque no son propias del idioma que de verdad hablamos?

5. Que registro usa Caparros? Que critica el autor?6. a que variedades sociales pertenecen estas expresiones: mersa- tilingo-pelechamos- tirifilo- voltearon -chiflada -todo bien?7. por qu el voseo y el tuteo son variaciones lingsticas sociales relacionadas con las normas de prestigio? hoy tambin se las puede reconsiderar variaciones sociales o se trata de otro tipo de variacin del espaol? Justificar

Lengua y prejuicio, por Beatriz Sarlo

Hace cincuenta aos, las maestras vivan obsesionadas por extirpar de sus alumnos algunas fallas gramaticales o fonticas. La bestia negra era ir del mdico o ir de Luisa, en lugar de ir al mdico o ir a lo de Luisa. La otra plaga era tragarse la c en palabras como dictado, y tambin prescindir de la s final. Detrs de la tenacidad con que la escuela luchaba contra estos errores estaba no slo un ideal de lenguaje, sino algo ms. En efecto, se los imputaba, todava, a la lengua de los inmigrantes italianos, que llegaron a la Argentina desde finales del siglo XIX. Ellos hablaban sus dialectos y trasladaban al espaol lo que se converta de inmediato en un defecto que traicionaba no slo la extranjera sino el origen de clase. Decir ir del mdico era un vulgarismo, anudado con la vulgaridad cultural atribuida a la inmigracin. Uno de mis tos, un poco loco, muri dejando inacabada su gramtica, con la que haba querido corregir el castellano italianizado de gente que, como l, descenda de italianos.

Hoy las maestras no se desvelan con estos rasgos, porque surgieron otros motivos de queja por el lenguaje. Pero hace cincuenta aos se poda or que alguien, para referirse a una gramtica incorrecta, dijera habla cocoliche como un italiano. Ms arriba en la escala de equivocaciones estaba la que converta en vctima al adverbio, sobre el que nunca se repeta suficientemente que no tiene ni gnero ni nmero. La frase la botella est media vaca causaba conmociones en mi propia casa, donde los adultos tenan el reflejo de corregirla no bien sala de la boca de uno de los chicos. Y un grado an ms arriba en el ascenso religioso hacia la perfeccin del lenguaje figuraba el uso incorrecto de los verbos: si habra sabido eso, le habra dicho, en lugar del impecable si hubiera sabido eso, le habra dicho. Padres y madres de clase media, que se consideraban letrados, encaraban campaas contra la nefasta costumbre que induca a usar habra en lugar de hubiera, provocando el simtrico error de decir yo hubiera ido al cine, si hubiera tenido plata, en lugar del correcto yo habra ido al cine, si hubiera tenido plata. Lo mismo pas en los ltimos aos con el de que. El resultado no deseado del combate contra pienso de que, ha sido que ahora se escucha con frecuencia dudo que, en lugar de dudo de que, realizando un abusivo acto de ultracorreccin consistente en juzgar, de modo equivocado, que todo de que debe desterrarse. En los manuales figura un divertido ejemplo de ultracorreccin, detectado en el campo chileno, donde se deca corredo en lugar de correo, porque se segua el mismo camino sealado por la escuela para decir regalado o amontonado en lugar de regalao y amontonao (terminacin que los latinoamericanos compartimos con los andaluces). Y hablando de ultracorreccin, tambin en las primeras dcadas del siglo XX se diagnostic que los hijos de inmigrantes exageraban la pronunciacin de la x en palabras como expreso. Esa exageracin denunciaba la conciencia de que se la pronunciaba mal en palabras como examen, y suscitaba la burla de gente que se imaginaba a s misma como modelo lingstico. Dec espreso, como si no hubiera x, aconsejaban las tas distinguidas para que sus sobrinos no parecieran salidos de familias de origen italiano. No hay que olvidar que el prejuicio contra los inmigrantes fue un largo captulo de la historia de la cultura argentina. Por supuesto, hoy estas viejas crticas a la lengua hablada parecen pequeas porcelanas de un intrascendente museo de miniaturas. El prejuicio contra la inmigracin italiana se ha desvanecido; reconocemos que somos todos bisnietos de inmigrantes: los millonarios tienen un padre que denota el origen extranjero o un abuelo que fue dueo de un almacn prspero en el medio de la pampa gringa. La clase alta habla tan mal como las capas medias, los chicos que van al colegio en San Isidro tienen un vocabulario tan aburrido y precario como los de Soldati. Y todo el mundo imita la televisin.

NO es fcil hablar en America Latina Gisela Galimi, publicado por Clarn el 12 de enero de 1997

Dijo un escritor de estas tierras que Latinoamrica tiene una misma lengua que nos separa.

El viajero ilustrado que haya recorrido con el odo atento el continente, sabr que no solo es verdad, sino que adems esto puede traer algunas dificultades. La experiencia de viajar lo har evitar la ira, cuando despus de dos horas de buscar un regalo para su suegra, la vendedora le pregunte cmo quiere cancelar:en Venezuela, Colombia o Chile esto significa que debe contestar si con tarjeta o efectivo, ya que en esas latitudes cancelar es sinnimo de pagar.De la misma manera, si a la viajera frecuente le dicen en Chile que tiene una linda lola, delante de su hija, no se pondr colorada.El interlocutor est alabando a la nia, ya que lola o lolo quiere decir chico en el pas trasandino, igual que en Uruguay se les llama botija, en Paraguay mita, en Mxico chavo o en Buenos Aires pibe.Tambin en el Caribe, el viajero no dejar que le lleven las maletas a una habitacin sin regadera, ya que en Mxico, Colombia o Venezuela esto significa que est tomando un cuarto sin ducha.Si en lugar de Centroamrica est comiendo en Uruguay, el trotamundo no se equivocar; al pedir chivito, sabr que no debe esperar carne de chivo sino un riqusimo sndwich de lomo.Del mismo modo, cuando sus nuevos amigos venezolanos le pidan que se baje de la mula,significa que estn juntando dinero para pagar la cuenta o que lo estn asaltando, depende del modo en que se lo digan, el grado de amistad y la presencia de testigos, situaciones que el viajero ilustrado sabr distinguir perfectamente .Si lo estn cargando podr decir en venezolano bsico no me eches vaina (vaina, al igual que cosa aqu puede tener muchos significados), lo que en panameo significa no me vacils.Frente a situaciones de sorpresa, tambin en Panam podr exclamar Ay chuletay si todo sale bien, decir en el Caribe que todo est cheversimo Panam, Venezuela o Colombia o que todo sali padrsimo en Mxico.

Finalmente, si la cosa se pone complicada y el viajero se cansa de la incansable sinonimia latinoamericana, puede optar por buscar una mina y decirle que quiere morfar con poca guita, con lo cual nadie le entender nada y el dilogo se llevar adelante en igualdad de condiciones; o haciendo uso de su extenso bagaje cultural e inagotable practicidad, preguntar al interlocutor si habla ingls y continuar la conversacin en una lengua globalizada.

1. A qu tipo de variedad del espaol se refiere el artculo periodstico? por que?2. Justificar: "Latinoamrica tiene una misma lengua que nos separa". 3. Cuando la autora menciona dnde se usa tal o cual forma dialectal, en la mayora de los casos menciona pases. Es precisa esta mencin? Por qu? Qu pasa en nuestro pas? Ser posible encontrar un mismo dialecto en todo Mxico o en todo Per?4. Confeccionen un cuadro donde se organice la informacin que transmite el artculo respecto de las distintas formas de expresar un mismo significado en distintas regiones. En la columna de las regiones, incluyan el nombre del lugar en el que viven ustedes y completen el cuadro con la palabra o frase que corresponde a cada significado relevado del artculo periodstico.5. Por qu la autora califica al ingls como "lengua globalizada?