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SOBRE LA COOPERACIÓN COMPETITIVA ANA FERNÁNDEZ CARMELO LACACI C U A D E R N O S EMPRESA Y HUMANISMO I N S T I T U T O 60

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SOBRELA COOPERACIÓN COMPETITIVA

ANA FERNÁNDEZCARMELO LACACI

C U A D E R N O S

EMPRESA Y HUMANISMOI N S T I T U T O

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INDICE

1. EL CONCEPTO DE COOPERACIONCOMPETITIVA ANTE EL NUEVOENTORNO EMPRESARIAL 2. BREVE ANALISIS DE LASDIFICULTADES EN LA COOPERACIONCOMPETITIVA 2.1. La cooperación en la economíaparetiana 2.2. El dilema del prisionero y la Teoríade los Juegos 2.2. Las leyes fundamentales de laestupidez humana de C. Cipolla 3. COOPERACION Y PROGRESOHUMANO 3.1. La revolución neolítica: la coacciónsocial

3.2. La primera revolución industrial: lacompetencia impuesta 3.3. La segunda revolución industrial: lacooperación impuesta 3.4. La revolución científico-técnica: labúsqueda de cooperación 3.5. El resultado de la revolución delconocimiento: la cooperacióncompetitiva 4. ALGUNAS RECETAS PARA LACOOPERACION COMPETITIVA 5. CONCLUSIONES NOTA BIOGRÁFICA

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1. EL CONCEPTO DE COOPERACIONCOMPETITIVA ANTE EL NUEVOENTORNO EMPRESARIAL

En los años 90 se han originado cambios quetendrán profundas consecuencias para elentorno social y económico. Un atento análisisde los cambios operados en las empresas haceque nos paremos a pensar como la únicamanera inteligente de hacerles frente es man-tener una actitud partidaria de la cooperación.La clave para ser competitivo, hoy por hoy,reside en la cooperación.

- Para empezar, la economía mundial serámuy distinta de lo que los hombres denegocios, los políticos y los economistastodavía dan por sentado. La tendencia hacia lareciprocidad como principio central de la inte-gración económica internacional se ha vueltoimprescindible y las relaciones económicastendrán lugar cada vez más entre bloquesnegociadores. En efecto, en el curso de estedecenio está surgiendo un nuevo orden eco-nómico internacional en torno a cinco bloquescuyos ejes son Estados Unidos, la UniónEuropea, Rusia, Japón y China. Estos bloquesmás que rivalizar, cooperan; más que enfren-tarse, organizan el “Nuevo Mundo”.

- En segundo lugar, los negocios se inte-grarán en la economía mundial por medio dealianzas: participaciones minoritarias, con-tratos de asociación, consorcios de investi-gación, compañías filiales, intercambios deconcesiones, etc. Los socios serán no sólo otrosnegocios, sino también multitud de empresasno mercantiles, como universidades, institu-ciones sanitarias, o administraciones locales.Todo indica que las formas tradicionales deintegración económica las compañías mercan-tiles y las multinacionales seguirán creciendo;pero la dinámica está cambiando rápidamentehacia estructuras sociales que, en la sociedadde la información, ya no tendrán por base latitularidad de los activos empresariales, sinomás bien relaciones simbólicas como son lacapacidad de coordinación, el intercambio deinformación y su análisis. La vieja rivalidad porel capital es sustituída por la cooperación inte-ligente. Los viejos juegos de suma cero sonreemplazados por oportunidades de sumapositiva.

- Los negocios sufrirán una reestructuraciónmás radical que en cualquier otro tiempodesde que surgieron las primeras organiza-ciones corporativas modernas en los años 20.Ya es un hecho que las grandes empresas deEstados Unidos han disminuido en una tercera

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parte los niveles de administración. En elfuturo, se seguirán dos reglas: en primer lugar,con el teletrabajo será el trabajo el que se lleveal lugar en el que está la gente, y no la genteal lugar en que está el trabajo. En segundolugar, se subcontratarán empresas para llevarlas actividades que no ofrecen oportunidadesde ascenso a posiciones administrativas y pro-fesionales relativamente altas.

- La propiedad de las grandes corporacionespúblicas tiende a desplazarse hacia represen-tantes de los trabajadores y de los jubiladospor medio de instituciones de inversióncolectiva, especialmente los fondos de pen-siones, causando un gran impacto en lagestión y alta dirección de las compañías. Estecambio cuestiona, sobre todo, la doctrina quese desarrolló después de la Segunda GuerraMundial sobre la administración profesionalautoperpetuada de las grandes corporacionesy plantea nuevos interrogantes acerca de laresponsabilidad y legitimidad de la adminis-tración de empresas.

- Por último, es probable que los rápidoscambios de la política internacional dominenen el futuro más que las economías nacionales.Sin embargo, no tenemos todavía políticaspara los problemas de la desintegración del

Imperio Soviético1 o el surgimiento de Chinacomo potencia exportadora mundial

Dentro de este entorno global de cambioacelerado surgen dos tendencias: por un lado,el impulso de supervivencia genera el afán decompetir; por otro, la conciencia de la globa-lidad de los problemas nos impulsa a la solida-ridad. Por primera vez en la historia del capita-lismo contemporáneo existe una comunidadde metas entre trabajadores y empresarios: sermás competitivos, y, al mismo tiempo, seproduce una convergencia de aspiraciones enel conjunto de los ciudadanos: ser solidarioscon el medio ambiente, los países en vías dedesarrollo, la educación de los niños, etc. Soli-daridad es sinónimo de cooperación. Y,podemos aventurar que será el eje del próximomilenio; pero, al mismo tiempo, se interpretapor la cultura esquizofrénica de los 90 comouna rémora para la competitividad necesaria.

Nuestra propuesta es la siguiente: ante estasperspectivas de futuro se hace evidente lanecesidad de cooperar, y la clave de la compe-titividad está hoy en la cooperación. Intenta-remos demostrar como, a pesar de las dificul-tades prácticas, la cooperación es ventajosa.

El primer paso para aproximarnos al con-cepto de cooperación competitiva es desterrarla creencia de que la cooperación sea ética-

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mente superior a la competencia. Durantemucho tiempo la literatura empresarial ha aso-ciado la cooperación con la imagen de unaconducta bondadosa. Por el contrario, la com-petencia se relacionaba una desmedida agresi-vidad empresarial para lograr un puestoseguro en el mercado. La competencia es per-fectamente legítima siempre que respete lasreglas de comportamiento en el mundo de losnegocios. Este aspecto es imprescindible,puesto que el comportamiento empresarialdebe de ser previsible, esto es, ajustado a unaética que permita al resto de los operadoreseconómicos establecer racionalmente susestrategias competitivas. Por lo tanto, la coo-peración y la competencia, si bien son alterna-tivas legítimas, precisan de una ética superior.En el caos del juego sucio o de la corrupción, laeficiencia empresarial no existe.

Tanto desde la teoría, como la experiencia ola historia se está demostrando que para com-petir es más ventajosa la cooperación humanay lo es más cuando las preferencias indivi-duales son diferentes, las cuestiones conside-radas son más amplias y los participantes sonlo suficientemente inteligentes para enten-derlas. En los últimos años se ha puesto demanifiesto como las empresas que han desa-rrollado estrategias cooperativas han obtenido

mejores resultados. Tal es el caso de la GM yToyota. La gran planta de Fremont, California,es de la GM, pero la administra Toyota. Yproduce automóviles de ambas marcas, Toyotay GM. Una razón de que el liderazgo en cual-quier mercado exija la cooperación es que elmundo desarrollado se ha vuelto uno sólo encuanto a tecnología. Todos los países desarro-llados están igualmente capacitados parahacer cualquier cosa, y hacerla igualmentebien y con igual rapidez, ya que todos com-parten información instantánea.

Demostrando que para competir es más ven-tajoso cooperar se manifiesta que la coope-ración voluntaria es posible. Prueba de ello sonlos incipientes acuerdos de colaboración detoda especie: contratos de asociación;tenencias minoritarias; convenios de investi-gación y marketing; o bien, acuerdos de con-cesiones recíprocas de investigación.

La tesis que defendemos es que la coope-ración o es competitiva o es inviable. En esteentorno económico no sólo la cooperaciónpuede ser competitiva, sino que la cooperaciónvoluntaria basada exclusivamente en lasbuenas intenciones resulta completamenteinviable. Pero, como hemos señalado repetida-mente, nada impide que existan estrategias decooperación competitiva empresarialmente

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más ventajosas que la mera actuación indi-vidual y socialmente mucho más deseables quela coacción burocrática. La cooperación com-petitiva probablemente será la estructura eco-nómica del próximo siglo, como ya se mani-fiesta en los manuales contemporáneos degestión empresarial, configurándose en muyvariadas formas de propiedad como Socie-dades Anónimas, Cooperativas o Fundaciones.Si bien los antiguos cooperaban para no com-petir, el eje de la sociedad poscapitalista estáen cooperar para competir mejor.

2. BREVE ANALISIS DE LASDIFICULTADES EN LA COOPERACIONCOMPETITIVA

La cooperación competitiva es ventajosapero entraña un conjunto de dificultades quepara superarlas es imprescindible su correctacomprensión.

En primer lugar, hablamos de una coope-ración voluntaria que debe distinguirse deotros tipos de cooperación. Todos estamos deacuerdo en que ninguna necesidad humanapuede ser satisfecha sin la cooperación deotras personas. Sin embargo, esta cooperaciónpuede tener fundamentos muy distintos. Uno

de esos fundamentos puede ser la naturalezao bien la ley, o el gobierno, la cortesía o lasamenazas. Con todo, existe una forma de cola-boración entre los hombres que reviste unaimportancia singular: la cooperación por recí-proca conveniencia, tratada por la economíapolítica, cuyo problema es que es un procesomucho más complejo que requiere una capa-cidad de comprensión mucho mayor que laactuación individual de los operadores econó-micos.

Pero, además de la complejidad, se exige uncierto talante moral que raramente se explicaen los manuales de microeconomía. Cuando entoda economía de intercambio se acepta elpostulado del óptimo de Pareto se elude elproblema de la bondad o maldad en el com-portamiento de los agentes económicos. En elconcepto de cooperación paretiana no sesupone la maldad de los agentes; dicho enotros términos: somos indiferentes al bienajeno. Es evidente que Pareto no suponía quenos debíamos de alegrar con la satisfacciónajena pero, en la realidad de las relacionesempresariales, resulta obvio que en muchoscasos los partidarios de la cooperación sefrustran porque no soportamos el bien ajeno.La razón es que sólo gana una parte y, en con-secuencia, se prefiere no cooperar aunque las

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dos partes se queden como están, cuando noforzar el que la otra parte se quede peor,incluso cuando “irracionalmente” se provocaque todos estemos peor2. Sin analizar ahoraesta cuestión, sobre la que volveremos másadelante, la microeconomía nos demuestraque la cooperación voluntaria es posible ydeseable.

Pero claro está que sólo en los agentes en losque no se da la maldad es posible plantear elconcepto de optimalidad paretiano. El com-portamiento cooperativo es ventajoso desdeeste punto de vista, puesto que se trata de uncomportamiento previsible de los agentesconocido a partir de la información limitadaque revela el mercado.

2.1. La cooperación en la economíaparetiana

Puesto que los economistas deben trabajarcon los instrumentos de que disponen, a faltade una función de bienestar social, se han vistoobligados a basarse en el principio de optima-lidad paretiana, desarrollado por el mate-mático y economista italiano Vilfredo Pareto.Este enfoque tiene la ventaja de que centra laatención entre las alternativas de los agentesque no son, al menos, peores que ninguna de

las demás y que son claramente mejores quealgunas otras. Antes de definir la optimalidaden el sentido de Pareto, es útil definir primeroun concepto relacionado con éste a fin de pro-porcionar una base más completa. Así pues,definiremos la superioridad en el sentido dePareto de la forma siguiente:

- Superioridad en el sentido de Pareto: sedice que el estado A de la economía essuperior en el sentido de Pareto al B si almenos una persona está mejor en A que en B yninguna está peor3.

El concepto de optimalidad en el sentido dePareto se puede ilustrar mediante un instru-mento gráfico muy útil, llamado caja de Edje-worth en la que se considera el intercambio dedos bienes entre dos personas4. La caja deEdjeworth permite representar las dotacionesy preferencias de las dos mediante un gráficoque puede utilizarse para estudiar los diversosresultados del proceso de intercambio. Paracomprender la caja de Edjeworth es necesarioanalizar las curvas de indiferencia y las dota-ciones de los individuos examinados .

En este intercambio contamos con dos indi-viduos A y B y los bienes, 1 y 2. Cada agenteparte de una dotación inicial de bienes. En elintercambio realizan una asignación viable enla que la cantidad total utilizada de cada bien

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es igual a la cantidad total disponible. La cajade Edgeworth nos permite representar todaslas asignaciones viables de esta sencilla eco-nomía así como las preferencias de los consu-midores a través de las curvas de indiferencia.Por lo tanto, proporciona una descripción com-pleta de las características económicamenterelevantes de ambos.

Lo que nos interesa de la caja de Edgeworthes ver dónde se encuentra el área de la caja enla que mejora tanto el interés de A como de B.En el intercambio A renuncia a unidades delbien 1 y adquiere a cambio unidades del bien2; y B adquiere unidades del bien 1 y renunciaa unidades del bien 2. Probablemente, las dospersonas que consideramos encontrarán en elcurso de sus negociaciones algún intercambiomutuamente ventajoso. Para ello, necesitamossuponer que los consumidores comercian hastaalcanzar algún punto de esta área en el quetodas las asignaciones de bienes mejoran elbienestar de los dos consumidores con res-pecto a su dotación inicial. De esta manera,encontramos un “área de ventaja mutua”. Elcomercio continúa hasta que no existe ningúnintercambio más que sea mejor para ambaspartes. ¿Cuál es esta posición?

La respuesta la podemos apreciar en elgráfico. Hay un conjunto de puntos situados

por encima de la curva de indiferencia de Aque no corta al conjunto de puntos situadospor encima de la curva de indiferencia de B. Elárea que mejora el bienestar de A no tieneningún punto en común con el área en la quemejora el bienestar de B. Esto significa quecualquier movimiento que mejore el bienestarde una de las partes empeora necesariamenteel de la otra. Por tanto, en esa asignación noexiste ningún intercambio ventajoso para lasdos.

Esta asignación es eficiente en el sentido dePareto. Cada una de las personas se encuentraen su curva de indiferencia más alta posible,dada la curva de indiferencia de la otra. Lalínea que conecta esos puntos se denominacurva de contrato. Las curvas de indiferenciade los dos agentes deben ser tangentes encualquier asignación eficiente en el sentido dePareto que se encuentre en el interior de lacaja. Es fácil ver por qué. Si las dos curvas deindiferencia no son tangentes en una asig-nación situada en el interior de la caja, debencortarse. Pero si se cortan, debe existir algúnárea mutuamente ventajosa, por lo que esepunto no puede ser eficiente en el sentido dePareto.

En resumen, una asignación eficiente en elsentido de Pareto es aquella en la que:

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- No es posible mejorar el bienestar de todaslas personas involucradas;o

- no es posible mejorar el bienestar de unade ellas sin empeorar el de alguna otra; o

- se han agotado todas las ganancias deri-vadas del comercio; o

- no es posible realizar ningún intercambiomutuamente ventajoso.

El equilibrio del proceso de intercambio deasignaciones eficientes en el sentido de Paretoes muy importante para la teoría económica,pero resulta muy ambiguo porque no indica elpunto final al que llegan los agentes. La razónestriba en que el proceso de intercambio quehemos descrito es muy general ya que sólo seha supuesto que los dos agentes se trasladan auna situación que mejora el bienestar deambos.

Llegamos al punto de demostrar porqué lacooperación es ventajosa en la optimalidadparetiana: se trata de una economía en la quesólo participan en la transacción dos personas,A y B, por lo que no tiene mucho sentido quese comporten de modo competitivo. Al partirde la bondad de estos dos agentes caemos enel supuesto implícito de que probablementeintenten negociar el precio del intercambio.

A este respecto resulta muy ilustrativa laTesis Doctoral del profesor Julio Urgel en laHarvard Business School, bajo la dirección delprofesor Raiffa. Urgel estudia los contextos denegociación con múltiples cuestiones en laagenda y múltiples participantes. En la consi-deración de un número n de posibles dife-rentes situaciones se pone de manifiesto queexisten más posibilidades de cooperar. Por lotanto, podemos llegar a la conclusión de quela cooperación es eficiente cuanto más dis-tintos son los que cooperan y más cuestionesse plantean.

Tanto el trabajo pionero de T. Schelling6sobre la teoría del conflicto, como las investi-gaciones dentro del marco de la HarvardNegotiation Roundtable han intentado utilizarherramientas de economía matemática nonecesariamente complejas para plantear losdilemas y dificultades de la negociación. Pro-blemas todos ellos comunes al dilema de lacooperación voluntaria, entendida ésta comoun proceso de negociación continuada7.

Siguiendo nuestra argumentación, demos-traremos como para que se llegue a unasituación eficiente en determinados entornoses necesario un intercambio de informaciónentre los agentes económicos que les lleve aactuar de forma cooperativa. En estos

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entornos lo que se produce no son juegos desuma cero. Son situaciones en las que ambosagentes pueden perder si no existe comuni-cación y en las que los dos participantespueden ganar si este fenómeno se produce.Los historiadores económicos podrían explicarun gran número de situaciones de sobra cono-cidas: el conflicto entre capitalistas y asala-riados, la construcción de Europa, etc. Y todosnosotros podríamos encontrar un grannúmero de ejemplos en nuestra vida cotidiana.

Si demostramos cómo el intercambio deinformación es ventajoso al mejorar lasituación de los dos agentes, habremos demos-trado que la cooperación es ventajosa. Paraello, recurriremos al dilema del prisionero tanutilizado por la Teoría de los Juegos, con el quese pondrá de manifiesto cómo sin intercambiode información, cualquier movimiento quehagan los agentes les lleva a una situaciónpésima.

2.2 “El dilema del prisionero” y la Teoríade los Juegos

Los agentes económicos pueden adoptarestrategias muy diversas en sus relaciones,muchas de las cuales se han estudiadomediante los instrumentos de la Teoría de los

Juegos8. Esta teoría analiza, en general, losjuegos de dos personas que tienen un númerofinito de estrategias. Cada jugador tiene dosestrategias que pueden representar eleccioneseconómicas como “subir los precios” o“bajarlos”, o elecciones políticas como“declarar la guerra” o “no declararla”. Tantoel jugador A como el B tienen una estrategiaóptima; cada uno intentará conseguir el mejorresultado. Si cada jugador tiene una estrategiadominante en un juego, podemos predecircuál será el resultado del equilibrio, pues unaestrategia dominante es aquella que es mejor,independientemente de lo que haga el otrojugador.

La situación de los dos jugadores llega alequilibrio de Nash si la elección de A esóptima, dada la de B, y la de B es óptima, dadala de A. El equilibrio de Nash puede interpre-tarse como un par de expectativas sobre laelección de cada persona de modo que,cuando la otra revela su elección, ninguna delas dos quiere cambiar de conducta.

8 Para un estudio completo de la Teoría delos Juegos consúltese: BINMORE, K., Teoría deJuegos. McGraw Hill, Madrid, 1993; DIXIT A. &MALEBUFF B., Pensar estratégicamente. Bosch,Barcelona, 1992; FUNDENBERG, D. & TIROLE,J., Game theory. MIT Press, Cambridge, Mass.,

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1991. GIBBONS, R., A primer in game theory.Harvester Wheatsheaf, New York, 1992; KEPS,D.M., Game theory and economic modelling.Clarendom Press, Oxford, 1993; MYERSON,R.B., Game theory: analysis of conflict. HarvardUniversity Press, Cambridge, 1991; RASMUSEN,E., Games and information. Blackwell, Cam-bridge, 1994; SHUBIK, M., Game theory in thesocial sciencies. MIT Press, Cambridge, 1985-89.

Cada una de las personas realiza unaelección óptima, dada la elección de la otra.

El concepto del equilibrio de Nash tiene unacierta lógica, pero también plantea algunosproblemas ya que un juego puede tener másde un equilibrio de Nash y pueden existirjuegos en los que no se llegue al equilibrio.Otra de las dificultades que plantea el equi-librio de Nash es que no conduce, necesaria-mente, a situaciones eficientes en el sentido dePareto. Tal es el caso del juego denominado eldilema del prisionero.

El análisis original de este juego se basabaen una situación en la que se interrogaba enhabitaciones distintas a dos personas quehabían cometido conjuntamente un delito.Cada una de ellas tenía la posibilidad de con-fesarse culpable e implicar así a la otra o negarhaber participado. Si sólo confesaba uno de losprisioneros, éste quedaba en libertad y se

culpaba al otro, condenándolo a 6 meses deprisión. Si ambos prisioneros negaban su parti-cipación en los hechos, eran condenados a 1mes de prisión, y si ambos confesaban, erancondenados a 3 meses. El cuadro muestra lamatriz de resultados de este juego. Las cifrasde cada casilla representan la utilidad queasigna cada uno de los prisioneros a las dife-rentes penas.

Vamos a analizar la situación del jugador A.Si el B decide negar su participación en eldelito, es evidente que lo mejor para A seráconfesar, ya que de esa forma quedará enlibertad. Del mismo modo, si el jugador B con-fiesa, lo mejor para A será confesar, ya que deesa manera será condenado a una sentencia de3 meses en lugar de 6. Por tanto, independien-temente de lo que haga el jugador B, lo mejorpara A es confesar.

Lo mismo ocurre en el caso del jugador B: lomejor para él es confesar. Así pues, en estejuego sólo se alcanza el equilibrio de Nash siambos jugadores confiesan. De hecho, la con-fesión de ambos no sólo es un equilibrio deNash, sino que es un equilibrio de estrategiadominante, ya que cada jugador tiene lamisma elección óptima independiente delotro.

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Pero si ambos pudieran aguantar, mejoraríael bienestar de los dos. Si pudieran estarseguros de que el otro iba a negar su partici-pación y pudieran ponerse de acuerdo ennegarla ambos, cada uno obtendría unresultado de -1 que mejoraría la situación delos dos. La estrategia (negar, negar) es efi-ciente en el sentido de Pareto, ya que no existeninguna otra que mejore el bienestar deambos jugadores, mientras que la estrategia(confesar, confesar) es ineficiente en el sentidode Pareto.

El problema estriba en que los dos prisio-neros no tienen ninguna posibilidad de coor-dinar sus acciones. Si cada uno pudiera confiaren el otro, ambos podrían mejorar su bie-nestar.

Este juego ha suscitado numerosas contro-versias sobre la forma correcta o razonable dejugar. La respuesta parece que depende deque el juego se realice sólo una vez o de quese repita un número infinito de veces. Si eljuego se realiza sólo una vez, parece razonablela estrategia de buscar el propio interés, queen este caso es confesar. Después de todo,independientemente de lo que haga el otrojugador, mejora el bienestar del que así actúa,sobre todo teniendo en cuenta que no tieneposibilidades de influir en la conducta del otro.

La situación es diferente si los jugadoresjuegan repetidamente. En este caso, cada unode ellos tiene nuevas posibilidades estraté-gicas. Si uno de ellos decide buscar su propiointerés en una ronda, el otro puede decidirhacer lo mismo en la siguiente, castigándolepor su mala conducta. En un juego repetido,cada uno de los jugadores tiene la oportu-nidad de cooperar y animar así al otro a hacerlo mismo. Los jugadores cooperan porqueesperan que esa cooperación provoque unanueva cooperación en el futuro. Pero esorequiere que siempre exista la posibilidad dejugar en el futuro.

A través del análisis del dilema del pri-sionero ha quedado demostrado como si no secoopera, en ciertas ocasiones, el resultado espésimo para todos los participantes. Lasolución del juego está en actuar de formacooperativa, siendo la fuerza motriz de la coo-peración lo que Gordon Tullock (1972) hallamado “disciplina del trato continuo” 9: laspersonas descubren que, a la larga, es mejorpara todos observar ciertas reglas de convi-vencia que tratar de aprovecharse de losdemás, es mejor establecer ciertos acuerdosque buscar el propio interés. Todo esto sig-nifica cooperación. Por tanto, la cooperación

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sólo es posible si se intercambia información yse genera confianza.

Cabe destacar, en este sentido, las conclu-siones a las que llega Robert Axelrod en 1984 através de simulaciones por ordenador que élllamó “torneos computarizados”. 10 Las simu-laciones le sirvieron para investigar las condi-ciones que determinan el éxito evolutivo deuna estrategia. Las conclusiones obtenidas porAxelrod tienen unas implicaciones muy rele-vantes para nuestra argumentación. SegúnAxelrod, una estrategia eficiente-capaz desobrevivir e imponerse a los demás- es, normal-mente, una estrategia “decente, justa e indul-gente”. Decente en el sentido de que empiezasiempre colaborando con los demás; justaporque premia la colaboración y castiga latraición; y, finalmente, indulgente porque escapaz de perdonar. Es decir, cuando el opo-nente empieza a colaborar, el jugador indul-gente es capaz de olvidar todos los agravios ycooperar a su vez. Mientras haya un núcleoimportante de personas que observen ciertasreglas, la mejor estrategia para un individuocualquiera consistirá en ser cumplidor. De estemodo podría llegarse a un equilibrio basadoen la cooperación.

2.3. Las leyes fundamentales de laestupidez humana de C. Cipolla

Otra aportación muy interesante es la quehace Carlo Cipolla en el trabajo publicado encastellano, dentro del libro “Allegro ma nontroppo” 11. Para Cipolla, una de las principalesdificultades para que no se desarrolle la coo-peración humana es que, en la mayor parte delas situaciones, el número de estúpidos es muysuperior a lo previsible. Junto a ello, seencuentran los malvados, que anteriormentehemos comentado, los cuales son un obstáculoa la posibilidad de la cooperación. ¿Por qué estan grave el problema de la estupidez para lacooperación voluntaria? Sencillamente,porque no hay cálculo racional cuando secalcula mal. Este problema no se puederesolver si no es por medio de la educación y laesperanza dentro de la sociedad de la infor-mación, la cual permitirá una mejora sin prece-dentes en la capacidad de comprensión desituaciones complejas.12

Cipolla también plantea el problema de lamaldad cuya única posible salida es la decenciaque plantea Axelrod; esto es, arriesgarse a serel primero en cooperar.13

Del libro de Cipolla destacaremos, por lonovedoso del planteamiento, las leyes funda-

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mentales de la estupidez humana. Cipollaopera con un modelo matemático, parecido alos utilizados en sociología, para descubrirunas “leyes” que demuestran lo abundanteque es el número de los estúpidos que nosrodean y la dimensión de su poder. A conti-nuación, podemos plantearnos si lo que diceCipolla es una inocente parodia o bien es unaadvertencia acerca de la deshumanización yvaciedad de lo que se vende en la actualidadcomo ciencia social. 14

- Primera ley fundamental: Siempre e inevi-table-mente cada uno de nosotros subestimael número de individuos estúpidos que circulanpor el mundo.

A primera vista esta afirmación puedeparecer trivial; sin embargo, por muy alta quesea la estimación cuantitativa de la estupidezhumana siempre habrá estúpidos. En primerlugar, las personas que hemos consideradointeligentes y racionales en el pasado puedenrevelarse de repente como estúpidas. Ensegundo lugar, a diario vemos como aparecende improviso individuos estúpidos que obsta-culizan nuestra actividad. Como para Cipolla,todo valor numérico atribuido a la fracción depersonas estúpidas respecto al total de lapoblación resultaría una subestimación,

designará la cuota de personas estúpidas conel símbolo E.

- Segunda ley fundamental: la probabilidadde que una persona determinada sea estúpidaes independiente de cualquier otra caracte-rística de la misma persona.

Cipolla mantiene que las diferencias entrelas personas no las determinan los factores cul-turales. sino las determinaciones biogenéticasde la naturaleza. Cualquiera puede nacerestúpido por designio inescrutable de la DivinaProvidencia. La estupidez es una prerrogativaindiscriminada de todos y de cualquier grupohumano, y tal prerrogativa está uniforme-mente distribuida según una proporción cons-tante. La prueba de que la educación y elambiente social no tienen nada que ver con lafracción de estúpidos existentes es confirmadapor una serie de experimentos llevados a caboen muchas universidades del mundo.

Para tales experimentos se clasificó lapoblación de una universidad en cuatrogrupos: bedeles, empleados, estudiantes ycuerpo docente. En todos estos grupos seencontró que una fracción E eran estúpidos.Cipolla demuestra de esta manera el hechoinevitable de que en cualquier nivel socialsiempre se hallará un porcentaje de genteestúpida.

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- Tercera ley fundamental: Una personaestúpida es una persona que causa un daño aotra persona o grupo de personas sin obtener,al mismo tiempo, un provecho para sí, inclusoobteniendo un perjuicio.

Las personas racionales tienen dificultadespara comprender un comportamiento irra-cional. Sin embargo, en la práctica de la vidadiaria, todos nos hemos encontrado con algúnindividuo que consiguió una ganancia, causán-donos un perjuicio a nosotros: se trataba de unmalvado. O bien, tenemos la acción de un indi-viduo cuyo resultado fue una pérdida para él yuna ganancia para nosotros: habíamos con-tactado con un incauto. Finalmente, tambiénexisten ocasiones en las que un individuorealizó una acción de la que ambas partesobtuvimos provecho: se trataba de unapersona inteligente. Tales casos ocurren conti-nuamente.

Nuestra vida está llena de ocasiones en lasque sufrimos pérdidas de dinero, tiempo,energía, tranquilidad y buen humor por culpade las acciones absurdas de alguien que, en losmomentos más inconvenientes, se le ocurrecausarnos daños, frustraciones y dificultades,sin que ella vaya a ganar absolutamente nadacon sus acciones. No existe ninguna explicación

para su comportamiento: la persona encuestión es estúpida.

- Cuarta ley fundamental: Las personas noestúpidas subestiman siempre el poder nocivode las personas estúpidas. Los no estúpidos, enespecial, olvidan constantemente que en cual-quier momento y lugar, y en cualquier circuns-tancia, tratar y/o asociarse con individuos estú-pidos se manifiesta infaliblemente como uncostosísimo error.

La capacidad de hacer daño que tiene unapersona estúpida depende de dos factoresprincipales. Uno de ellos es el factor genético.El otro procede de la posición de poder o deautoridad que ocupa esa persona en lasociedad. La pregunta que a menudo seplantean las personas razonables es cómo esposible que estas personas estúpidas lleguen aalcanzar posiciones de poder o autoridad.

Las clases y las castas fueron las institucionessociales que permitieron un flujo constante depersonas estúpidas a puestos de poder en lassociedades preindustriales. En el mundo indus-trial moderno, las clases y las castas van per-diendo cada vez más su importancia. Su lugares ocupado por los partidos políticos, la buro-cracia y la democracia. No resulta difícil com-prender de qué manera el poder político, eco-nómico o burocrático aumenta el potencial

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nocivo de una persona estúpida. Pero nosqueda aún por entender en qué consiste elpoder de la estupidez.

Básicamente, los estúpidos son peligrososporque a las personas razonables les resultadifícil imaginar y entender un comporta-miento estúpido. Una persona inteligentepuede entender la lógica de un malvado yaque esta sigue un modelo de racionalidad. Sinembargo, las acciones de una persona estúpidano se ajustan a ninguna regla de racionalidad.De ello se deriva que la defensa al ataque deuna persona estúpida se haga problemática yque sea muy difícil de planear cualquier con-traataque.

Hay que tener en cuenta otra circunstancia.Mientras que el malvado es consciente de quees un malvado y el incauto sabe cuál es elsentido de su propia candidez, el estúpido nosabe que es estúpido. Esto contribuye a darmás fuerza y eficacia a su acción devastadora.Generalmente, se tiende a creer que unapersona estúpida sólo se hace daño a sí misma,pero esto significa que se está confundiendo laestupidez con la candidez. A veces, hasta sepuede caer en la tentación de asociarse con unindividuo estúpido con el objeto de utilizarloen provecho propio. Sin embargo, sólo se está

dando a la persona estúpida la oportunidad dedesarrollar posteriormente sus capacidades.

- Quinta ley fundamental: La personaestúpida es el tipo de persona más peligrosaque existe. Corolario: El estúpido es más peli-groso que el malvado.

Esta ley y su corolario tienen profundasimplicaciones de naturaleza macroeconómica.El punto esencial que hay que tener en cuentaes el siguiente: el resultado de la acción de unmalvado perfecto representa una pura trans-ferencia de riqueza o bienestar. El malvadoadquiere más bienes a costa de la pérdida queha ocasionado, al menos, a otra persona. Lasociedad en su conjunto no ha salido ni benefi-ciada ni perjudicada. Si todos los miembros deuna sociedad fuesen malvados perfectos, lasociedad se hallaría en un estado de perfectaestabilidad.

Por el contrario, las personas estúpidas oca-sionan pérdidas a otras personas sin obtenerningún beneficio para ellas mismas. Por consi-guiente, la sociedad entera se empobrece.

Estas hipótesis teóricas se ven confirmadaspor un exhaustivo análisis de casos históricos.Tanto si consideramos la época clásica como lamedieval, la moderna o la contemporánea,vemos que todo país en ascenso tiene un por-

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centaje E de personas estúpidas. Sin embargo,un país en ascenso tiene también un por-centaje alto de individuos inteligentes queprocuran tener controlada a la fracción E, yque, al mismo tiempo, producen para ellosmismos y para los otros miembros de la comu-nidad ganancias suficientes para que el pro-greso se realice.

En un país en decadencia, el porcentaje deindividuos estúpidos sigue siendo igual a E; sinembargo, en el resto de la población seobserva, sobre todo entre los individuos queestán en el poder, una proliferación de mal-vados con un elevado porcentaje de estupidezy, entre los que no están en el poder, un creci-miento del número de los incautos. Tal cambioen la composición de la población de los noestúpidos refuerza, inevitablemente, el poderdestructivo de la fracción E de los estúpidos, yconduce el país a la ruina.

En conclusión, es preciso subrayar que elensayo de Cipolla no es producto del cinismoni un ejercicio de derrotismo social. Sus Leyesfundamentales son el resultado de un esfuerzoconstructivo por investigar, conocer y, por lotanto, neutralizar una de las fuerzas más pode-rosas que impiden el crecimiento del bienestary la felicidad humana.

3. COOPERACION Y PROGRESOHUMANO

A pesar de todas las dificultades que sepuedan plantear al desarrollo de la coope-ración, las cuales hemos intentado exploraranalíticamente, si dirigimos una atenta miradaa la evolución de los tiempos veremos como lacooperación ha resultado la estrategia másventajosa para el desarrollo de la vida social.

La humanidad ha experimentado hastaahora varias olas de cambio, cada una de lascuales ha sepultado culturas o civilizacionesanteriores y las ha sustituido por formas devida inconcebibles hasta entonces. 15 La His-toria avanza con aceleración y es probable quelos nuevos cambios se completen en unaspocas décadas. Mientras que la revoluciónagrícola tardó miles de años en desplegarse, elnacimiento de la civilización industrial necesitósólo trescientos años.

El nacimiento de la agricultura constituyó elprimer punto de inflexión en el desarrollosocial humano. Podemos considerar que larevolución agrícola comenzó, aproximada-mente, hace diez milenios y dominó la tierrahasta la mitad del siglo XVIII. Antes de estecambio, la mayoría de los hombres vivían engrupos pequeños y migratorios. El estableci-

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miento de una nueva forma de vida hizo queel hombre se asentase en poblados y sededicase a cultivar la tierra. 16

Los numerosos estudios antropológicossobre las antiguas civilizaciones nos muestrana las sociedades más primitivas organizadassobre la base de la cooperación espontánea.

3.1. La revolución neolítica: la coacciónsocial

Con el abandono de los comportamientosnómadas y la creación de excedentes surge lanecesidad de instituciones de poder paraadministrar coactivamente ese entorno eco-nómico. Esa acción social basada en la coacciónha impregnado nuestra vida hasta tal puntoque ni siquiera podemos imaginar cómopodría ser de otra manera. Habitualmente, seolvida, al analizar el pensamiento económicode genios como Aristóteles, que éste se movíaen un entorno propio de la sociedadesclavista17, o que Tomás de Aquino escribíaen el marco de una sociedad feudal. Sinembargo, desde hace 200 años el entorno eco-nómico y social ha cambiado radicalmente porefecto de la primera revolución industrial. Y esespecialmente relevante analizarla, puestoque el pensamiento económico que surge de

la ruptura de la economía política (“politicaleconomy”) y la economía positiva (“eco-nomics”) generaliza como inmutables los com-portamientos propios de una época peculiarde la evolución humana. Además, gran partede sus monsergas individualistas hay queentenderlas como escritos de batalla contra elpensamiento del Antiguo Régimen. 18

3.2. La primera revolución industrial: lacompetencia impuesta

Hasta el inicio de la revolución industrialtoda economía preindustrial se caracterizabapor los siguientes rasgos: pobreza, estanca-miento, dependencia de la agricultura, faltade especialización profesional y un escasogrado de integración geográfica.19

Aunque se tenga como paradigma de larevolución industrial Gran Bretaña, ésta seprodujo en muchas sociedades occidentalesprincipalmente durante el siglo XIX y prin-cipios del siglo XX. La revolución industrial noconstituye un único acontecimiento, sinomuchos desarrollos interrelacionados que cul-minaron en la transformación del mundo occi-dental, que pasó de ser un sistema fundamen-talmente agrícola a otro industrial. En muchospaises, hasta el momento básicamente agrí-

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colas, se empezaron a construir acerías,fábricas de automóviles, factorías textiles,ferrocarriles y plantas transformadoras de ali-mentos. 20

Gran cantidad de personas abandonaron lasgranjas y el trabajo agrícola para ocupar losempleos industriales que ofrecían las nuevasfábricas. Estas fábricas habían experimentadotambién una transformación debido a la intro-ducción de mejoras tecnológicas. A la vez, secrearon inmensas burocracias económicas paraproporcionar todos los servicios que requeríala industria y el naciente sistema económico.

Un elemento fundamental de la revoluciónindustrial fue el liberalismo económico. Lasdoctrinas de Adam Smith han sido utilizadascomo paradigma de este pensamiento primeroen Inglaterra, después en las otras nacioneseuropeas. Los efectos de esta doctrina comen-zaron a manifestarse con rapidez: se supri-mieron las regulaciones gremiales, las inter-venciones del Estado y los impuestos deaduana.

Un aspecto especialmente relevante fue lallamada tragedia de los cercamientos, que ennuestra historia económica se denomina ladesamortización de los bienes comunes. Eranecesario eliminar todo elemento de coope-ración voluntaria para generar una situación

en la que se forzara la concurrencia. Tambiénse fue generalizando la libertad de contra-tación: mediante pactos se fijaron librementelos precios, los salarios, la duración y las condi-ciones de trabajo. El ideal de esta economíaera un libre mercado en el que pudieran inter-cambiarse los diversos productos del sistemaindustrial. En este sistema unos pocos obteníanenormes ganancias, mientras la mayoría tra-bajaba gran cantidad de horas a cambio debajos salarios. La consecuencia de ello fue lareacción contra el sistema industrial

Así pues, podemos resumir los principalesrasgos de la revolución industrial en lossiguientes: 21

- aplicación amplia y sistemática de la cienciamoderna y del conocimiento empírico alproceso de producción para el mercado.

- especialización de la actividad económicaen la producción para los mercados nacionalese internacionales, más que para el uso familiaro local.

- movimiento de la población de las comuni-dades rurales a las urbanas.

- ampliación y despersonalización de unaunidad típica de producción: pasa a fundarsemás en la empresa privada o pública y menosen la familia o el poblado.

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- movimiento de la mano de obra de las acti-vidades relacionadas con la producción debienes manufacturados y servicios frente a lasmaterias primas.

- uso de los recursos del capital como com-plemento del esfuerzo humano.

- aparición de nuevas clases sociales y profe-sionales determinadas por la propiedad de losmedios de producción.

- los grupos ocupacionales más relevantesson los que se dedican a la industria y alcomercio.

La revolución industrial, el capitalismo y lareacción contra ellos desencadenó una enormerevuelta en la sociedad occidental. Cuatrofiguras fundamentales de la historia de lateoría sociológica -Karl Marx, Max Weber,Emile Durkheim y Georg Simmel- se sentíanpreocupados por estos cambios y por los pro-blemas que habían creado al conjunto de lasociedad.

3.3.-La segunda revolución industrial: lacooperación impuesta

Una empresa en el entorno competitivo dela primera revolución industrial se distinguía,entre otras muchas cosas, por las siguientes

características: trabajos concretos; escasa nece-sidad de abstracción; rigidez de las jerarquíasformales; elevado número de niveles dedirección intermedia; horarios inflexibles...

Principios como la uniformización, especiali-zación, sincronización, concentración, maximi-zación y centralización 22 son las líneas direc-trices que se aplican por igual en los sectorescapitalista y socialista de la sociedad industrial,porque emanaban del abismo creado entreconsumidor y productor y de la cada vez másextensa función del mercado. Tanto capita-listas como socialistas inventaron institucionespolíticas que participaban de muchas de lascaracterísticas de las primeras máquinas indus-triales. 23

El siglo XX, que empezó con el taylorismo,tan admirado por Lenin, produjo el fascismo yel nacionalsocialismo como intentos de crearuna economía que respondiera a las necesi-dades de cooperación en un contexto de pro-ducción masiva lo que Ortega y Gasset definiótan brillantemente como “la rebelión de lasmasas” 24

. A la economía liberal se contraponían fór-mulas cooperativas de origen medieval comopodía ser el retorno a los gremios. 25

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A su vez, los principios de la producción enmasa acabaron por conducir al auge de laburocracia. Algunas de las más rígidas y pode-rosas organizaciones burocráticas, dejaron alindividuo perdido en un universo de megaor-ganizaciones. Actualmente, todos estos prin-cipios están siendo atacados por nuevasfuerzas. Sin embargo, todavía podemos sentirsu peso en los negocios, la banca, en las rela-ciones laborales, en el Gobierno, en la edu-cación o en los medios de comunicación.

En este contexto la cooperación existentepuede calificarse de burocrática. La masifi-cación así como la organización científica deltrabajo hace necesario que se creen grandesmonstruos burocráticos para mantener elsistema. La cooperación es impuesta por lafuerza a las grandes estructuras empresariales.Sin embargo, la cooperación competitiva tienemuy poco que ver con la cooperación impuestaen el marco de las estructuras burocráticas dela empresa o de la Administración Pública.Estas burocracias que se resisten a desaparecerdifícilmente sobrevivirán a un tiempo en queninguna institución temporal tiene resuelta suviabilidad económica, los puestos de trabajono se garantizan de por vida, ni las ubilacionesestán aseguradas. El antiguo trueque de segu-ridad a cambio de sumisión ya no es posible. Y

al mismo tiempo, el liberalismo ingenuo de laprimera revolución industrial, con su énfasis enel individualismo, ya no es competitivo.

3.4. La revolución científico-técnica: labúsqueda de cooperación

En la década de los 50, ocurrieron innova-ciones decisivas como la generalizada intro-ducción de la informática y la alta tecnología.Por primera vez, en Estados Unidos, el númerode trabajadores y empleados de serviciossuperó al de empleados manuales. Asistimos auna forma de vida completamente nuevabasada en fuentes de energía diversificadas yrenovables; en métodos de producción quehacen resultar anticuadas las cadenas demontaje en la mayor parte de las fábricas; y enescuelas y corporaciones del futuro radical-mente modificadas. 26

Todos los grupos dirigentes de las socie-dades actuales han asistido a los inicios de estanueva revolución industrial, relacionada con laaplicación científico-técnica a los procesos deproducción. Hemos presenciado otro revolu-cionario cambio en el modo en que se creanlos bienes industriales: un cambio que, estavez, no está encabezado por Inglaterra sinopor Japón, y que supone la sustitución de los

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hombres en la fábrica por robots y otrosequipos automatizados. Durante doscientosaños, la fabricación se ha perfeccionado demuchas maneras, pero cualesquiera quefueran las innovaciones de Taylor o de Ford ola producción just-in time , el elemento clavesiguen siendo los seres humanos reunidos enun lugar de trabajo.

Hoy, estamos presenciando como la tecno-logía lleva a cabo una revolución que rompecon ese proceso; al reemplazar a los trabaja-dores industriales por robots para aumentar laproductividad, la automatización llegará aprescindir de los hombres en la fábrica. 27

Nuevas industrias han alcanzado un grandesarrollo y traen consigo cambios fundamen-tales en las relaciones políticas y sociales comoson la electrónica y los ordenadores, laindustria espacial y la explotación de losocéanos. Por otro lado, la biotecnología se hadesarrollado a partir de los notables progresosrealizados por los científicos en la década de1950 en la comprensión del código genético.El uso de la biotecnología para transformar laagricultura es una etapa completamentenueva en los intentos de la humanidad paraproducir más cultivos. Algunas de las inquie-tudes planteadas por esta nueva tecnologíatienen menos relación con sus impactos econó-

micos que con los problemas de salud y medioambiente. Sin embargo, desde la década de los70 las áreas de pastoreo han ido disminu-yendo; incluso la proporción de tierras decultivo se ha reducido debido a la degradacióny reconversión para usos no agrícolas. La crisismedioambiental a la que nos enfrentamos escuantitativa y cualitativamente diferente decualquiera que se haya dado hasta ahora, porel simple hecho de que el número de personasque ha estado dañando el ecosistema mundialdurante el presente siglo es tan grande que loque se halla en peligro es el sistema en su con-junto. 28

Dentro de esta realidad, el predominioburocrático de sumisión a cambio de seguridado los mecanismos de planificación centralresultan incompatibles con las nuevas reali-dades económicas que requieren flexibilidadante cambios imprevisibles.

No es extraño que el fundamento teórico dela Revolución de Praga, que ha servido de baseal pensamiento de la perestroika en 1985, hasido el concepto de revolución científico-técnica como incompatible tanto con lasestructuras burocráticas del socialismo realcomo con la competencia salvaje. Y, al mismotiempo, la Revolución de la Primavera dePraga29 coincide con el Mayo francés 30, en el

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que se cuestiona un modo de entender la vidaempresarial que quiebra definitivamente conlas crisis petroleras del 73 y del 79. Ya no bastala producción masiva sino que se requiere ladiversificación y la calidad, lo cual resultaincompatible con la sumisión y el vasallaje.Pero, al mismo tiempo, sólo la economía capi-talista, sólo la competencia, ha sido capaz decambiar para sobrevivir mientras que la plani-ficación central se ha desintegrado dandolugar a lo que el FMI llama economías en tran-sición.

Cuanto más diversa sea una civilización,cuanto más diferenciadas son su tecnología,sus formas de energía o sus personas, másinformación debe circular entre sus partesconstitutivas si ha de mantenerse unido eltodo, especialmente bajo la tensión de uncambio externo. Una organización, porejemplo, debe poder predecir cómo respon-derán al cambio otras organizaciones, si ha deplanear su actuación.

3.5. El resultado de la revolución delconocimiento: la cooperacióncompetitiva

El conflicto entre los grupos de la segunda yla tercera revolución constituye, de hecho, latensión política central que afecta a nuestrasociedad actual. La cuestión política funda-mental no es quién controla los últimos días dela sociedad industrial, sino quién configura lanueva civilización que está surgiendo parareemplazarla. Por un lado, están los parti-darios del pasado industrial; por otro, los quecomprenden que los más urgentes problemasdel mundo, alimentación, energía, control dearmamentos, población, pobreza, recursos,ecología, clima, tercera edad, el derrumba-miento de la comunidad urbana, la necesidadde un trabajo productivo y remunerador nopueden resolverse ya dentro de la estructuradel orden industrial. 31

En definitiva, asistimos a una desesperadalucha por el poder en la medida en que la civi-lización industrial va perdiendo su dominio ysurgen nuevas fuerzas en los negocios, la eco-nomía, la política y los asuntos mundiales.Vivimos unos momentos en los que toda laestructura de poder que mantuvo unido almundo se desintegra y otra, radicalmente dife-

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rente, va tomando forma. En el mundo empre-sarial vemos como se desmontan y vuelven aensamblarse grandes grupos de empresas,cuyos directores generales son despedidos,junto con miles de empleados. 32

Nuestra época puede calificarse comoSociedad Posindustrial, término acuñado porel profesor Daniel Bell en 1973. En 1979resumió sus ideas adicionales bajo la expresión“Sociedad de la Información”, en la que sereúnen las actividades que emergen y con-forman la así llamada Sociedad del Conoci-miento. Su inquietud, al igual que la de otrosmuchos, era contestar a la siguiente pregunta:¿es posible que, a medida que introducimosuna mayor complejidad en el entorno y lohacemos más inteligente, vayamos hacién-donos más inteligentes también nosotrosmismos? Sólo podemos contestar afirmativa-mente si confiamos en que la inteligencia, laimaginación y la intuición humanas puedan irsiempre por delante de la máquina.

El acontecimiento económico más impor-tante ha sido el nacimiento de un nuevosistema para crear riqueza que no se basa yaen la fuerza sino en la inteligencia. La prolife-ración de esta nueva economía del conoci-miento es la nueva fuerza que ha lanzado a laseconomías más avanzadas a una dura compe-

tencia mundial, enfrentando a los paises socia-listas con la realidad de su obsolescencia. Elconocimiento en sí mismo resulta ser no sólo lafuente de poder de más calidad, sino tambiénel ingrediente más importante de la fuerza yde la riqueza. Con este término nos referimosa toda la información, datos, imágenes e ima-ginación, así como a las actitudes, valores yotros productos simbólicos de la sociedad.Mientras que otras fuentes de poder como eldinero o la violencia son finitas, el conoci-miento se distingue porque no tiene límites, esinfinitamente ampliable. Esta es la clave delcambio de poder que nos espera, y explica elporqué de la lucha por el control del conoci-miento y de los medios de comunicación.

Este cambio en la naturaleza del poder harevolucionado las relaciones en el mundoempresarial. Desde la transformación delcapital, hasta el creciente conflicto entre lasempresas “inteligentes” y las “ignorantes”, delsupermercado electrónico al auge de losnegocios familiares y al nacimiento de nuevasy sorprendentes formas de organizaciónbasadas en la cooperación. Estos profundoscambios en las empresas y la economía vanparalelos a otros cambios significativos en lapolítica y en los medios de comunicación.

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La cuarta revolución industrial en la queestamos, permite un proceso de interacciónhumana sin precedentes en la historia. Hemosvisto como el dilema de optar por los sistemasburocráticos o el individualismo para resolverlos problemas ya no resulta eficaz y comosurgen en esta nueva etapa procesos de coo-peración en todas las direcciones, gracias a larevolución de la informática y las telecomuni-caciones. Los sistemas que funcionen a partirde ahora dependen de la planificación y lacooperación entre universidades, empresas ygobierno, algo que las culturas políticas del lai-sezzfaire siempre han desdeñado.

Sin embargo, la teoría nos indica que sin unaestructura ética común no se puede generar laconfianza imprescindible para la cooperaciónvoluntaria y esa comunidad ética no es factiblesin la amistad y el encuentro. Por ello, lo razo-nable sería proseguir este camino de transfor-mación de la empresa desde una visión queimpulse y oriente la cooperación.

Por último, no hay que olvidar que lamayoría de los jóvenes formados/deformadosen la “década prodigiosa” de los 60, ocupanhoy posiciones directivas. Sus posibilidadespara disponer de las oportunidades que ofreceel conocimiento han sido mayores que engeneraciones anteriores. Este incremento de

conocimiento en la educación de nuestrosdirectivos les hace mucho más capaces paraafrontar la complejidad del mundo actual. Elloimplica que los directivos sean conscientes dela realidad de las organizaciones: las organiza-ciones tienen una responsabilidad social, quetransciende sus funciones económicas. En defi-nitiva, se trata de buscar los valores positivostanto en las relaciones externas como internasde la empresa. Estrategias que permitanjuegos de suma positiva frente a la idea deljuego de suma cero, es decir, se trata en ella deoptar por un modelo de cooperación frente almodelo de conflicto propio de situacionesanteriores.

4. ALGUNAS RECETAS PARA LACOOPERACION COMPETITIVA

Si aplicamos este modelo de cooperación asituaciones reales no podemos olvidar que lasempresas son un medio para facilitar la satis-facción de las necesidades humanas. Por lotanto, la cooperación práctica exige establecerprioridades:

- En primer lugar, parece razonable que lacooperación competitiva comience por la coo-peración con los clientes, única fuente degeneración de valor económico. La misión

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externa de una empresa es satisfacer las nece-sidades de las personas que desempeñan lafunción de consumidores. La organización sejuega su credibilidad y confianza, cuandodefine operacionalmente las reglas cuyo cum-plimiento es exigido para hacer accesible suproducto o servicio al consumidor potencial.Considerar al cliente como un partícipe de laempresa supone generar en él la confianza. Elconcepto de cliente como receptor de serviciosdebe cambiar al del cliente como alguien quevalora el servicio y que tiene que estar satis-fecho. El cliente nunca compra un productosino la satisfacción de un deseo.

Una vez más, vemos como la cooperación esventajosa ya que el cliente es el que sugiere, lamayoría de las veces, por su forma de aceptar,rechazar, criticar y utilizar un producto o ser-vicio, cómo desearía que éste funcionase.

- En segundo lugar, la cooperación entre elequipo que constituye la empresa sean estossocios o no. Este aspecto es especialmente rele-vante dado que, en el futuro, todos los asala-riados serán en alguna manera socios de suscompañías. La misión interna de una empresaes satisfacer las necesidades reales de suequipo humano, en cuanto que sus accionesdeterminan la calidad de los productos o ser-

vicios necesarios para el logro de los propósitosde la organización.

Cooperar dentro de la empresa no significahacer nada excepcional. Basta con dejar delado las rivalidades entre departamentos, ytrabajar en armonía hacia el logro de metascompartidas. Es no tratar de obtener mejoresresultados en cada área, a costa del resto. Yadmitir la diversidad, tratando de aprender deella. En definitiva, se trata de alcanzar unavisión global de la empresa que nos permitaactuar en beneficio de toda la organización.

- En tercer lugar, la cooperación con los pro-veedores hasta integrarlos en la propiaempresa, aprovechando los recursos queofrecen las tecnologías de la información.Incluso se puede aligerar la empresa haciendoque muchos miembros del equipo interno seconviertan en proveedores externos. Unaempresa que, por ejemplo, necesite confiar enel espíritu de servicio, en la identificación desus proveedores con los objetivos de laempresa, corre graves peligros de omitiracciones importantes, si no contempla a dichosproveedores como un tipo de partícipes de laorganización, y se limita a negociar precios ycalidades objetivas como si fuesen simplessuministradores de productos indiferenciados.

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- Por último, y sólo por último, la coope-ración con los competidores. El único caminopara que empresas rivales logren sus objetivoscomerciales y financieros, en el ámbito de unentorno cada vez más competitivo, es la coo-peración. Colaborar con los competidores noes renunciar a las propias metas, sinoencontrar un camino distinto para llegar aellas y, además, hacer ese camino en compañíade otros. En el mejor de los casos, nuestro com-petidor también alcanzará sus metas. La ideade que si el otro fracasa en el logro de susobjetivos será mejor para nosotros ha pasadoa estar obsoleta. Es más rentable buscar fór-mulas que posibiliten la cooperación entrecompetidores en un mercado libre. En defi-nitiva, encontrar “amigos” que nos ayuden allegar al mercado final en una posición ven-tajosa. Todo ello exige el diseño de nuevaspolíticas dirigidas específicamente hacianuestros socios potenciales, y comprometerrecursos en el logro de una relación benefi-ciosa para ambos. Su beneficio puede superarcon creces su coste.

5. CONCLUSIONES

A lo largo de este trabajo hemos intentadoreflexionar sobre el concepto de cooperación

competitiva. Kotler, conocido profesor de mar-keting de la Universidad de Northwestern,suele indicar en sus conferencias que hay con-ceptos que lo único que representan es elabsurdo de una contradicción al término.33

Hemos intentado demostrar con herra-mientas analíticas fácilmente comprensibles, y,además, con una síntesis de la historia eco-nómica y del análisis sociológico, que la coope-ración puede ser competitiva y que las expe-riencias empresariales de mayor éxito, y enmuchos casos, las más rentables, se basan en lacooperación. Por lo tanto, no hay contra-dicción sino complementariedad, como en losarcos de las catedrales góticas es la tensiónentre dos fuerzas la que permite que el arco seeleve.

Dos grandes impulsos de la acción humanapueden expresarse no sólo en las mentes visio-narias, y por tanto, preclaras de los primerosutópicos sino también en la vida. Y esto esposible gracias al nivel de desarrollo tecno-lógico alcanzado por la humanidad y, al mismotiempo, por el acceso generalizado a la for-mación superior 34. Incluso, podemos suponerque la cooperación competitiva será el eje dela sociedad futura. Pero, para que nuestrasintuiciones puedan hacerse realidad parecenecesario aprender del análisis detallado de las

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experiencias más avanzadas en el ámbito de lacooperación competitiva. Para este análisiseste trabajo sólo pretende ser un primer marcoconceptual. Lo que sugerimos no es tan obviocomo parecería en una primera lectura. Lacompetencia y la cooperación no son dos carasde una misma moneda. 35 Son dos fuerzaspoderosas y distintas. Como en las catedrales,sólo el oficio del arquitecto, del empresario, escapaz de construir utilizando las tensiones, losequilibrios, las resistencias...

Como hace ocho siglos en el arte de cons-truir 36, un nuevo estilo en el arte de dirigirestá comenzando por todas partes. Aquí sólohemos pretendido dar noticia de su existencia.37

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NOTA BIOGRAFICA

Ana Fernández es miembro del InstitutoEmpresa y Humanismo desde 1994. Licenciadaen Filosofía por la Universidad de Navarra.Master y Doctorado en Filosofía de la AcciónDirectiva. Actualmente, realiza su tesis doc-toral sobre Sociología de las Organizaciones.Ha publicado numerosos artículos y trabajosde investigación en Empresa y Humanismo. Suscampos de interés se centran en la dinámicasocial, la ética empresarial y la sociedad civil.

NOTA BIOGRAFICA

Carmelo Lacaci de la Peña, es Agente deCambio y Bolsa e Inspector de Finanzas delEstado. Ha sido socio fundador de Banesto,Lombardía & Lacaci, S.V.B. Vicepresidente de laBolsa de Barcelona y Presidente de la Aso-ciación Española de Ejecutivos de Finanzas. EsMaster por la Kennedy School of Governmentde la Universidad de Harvard y Diplomado enFinanzas Públicas por el Fondo MonetarioInternacional (Washington) y por el “Interna-tional Tax Program” de la “Harvard LawSchool”. En la actualidad trabaja comoCorredor de Comercio Colegiado, reside enPamplona y completa la presentación de suTesis Doctoral en Economía en la UniversidadComplutense.

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1 DRUCKER, P., Gerencia para el futuro.Norma, Colombia, 1995. pp. 15-24.

2 CIPOLLA, C., Allegro ma non troppo. Dra-kontos, Barcelona, 1992.

3 SHER, W. & PINOLA, R., Teoría microeco-nómica, Alianza, Madrid

4 La caja de Edgeworth debe su nombre aFrancis Ysidro Edgeworth (1845-1926), econo-mista inglés que utilizó por primera vez esteinstrumento analítico. Véase EDGEWORTH, F.I.Mathematical psychics: an essay on the appli-cation of mathematics to the moral sciencies.Kelley, New York, 1981.

5 VARIAN, H.R., Microeconomía intermedia.Bosch, Barcelona, 1992. p. 576.

6 SCHELLING, T., La estrategia del conflicto.Tecnos, Madrid, 1964.

7 Es importante destacar que la Teoría deJuegos se desarrolla dentro del marco de undrama que ha podido acabar en tragedia comoha sido el análisis de la guerra nuclear. Lasituación actual nos ilustra acerca de la impor-tancia de enseñar a cooperar mediante el ejer-cicio de la inteligencia puesto que en lasguerras de exterminio total todos son perde-dores.

9 TULLOCK, G., Wealth, poverty and politics.Plaza & Janés, Barcelona, 1990.

10 AXELROD, R., The evolution of coope-ration. Basic Books, New York, 1984.

12 Para los que duden de esta afirmación,intenten jugar a un video-juego con un niñode 9 años o navegar en Internet con un univer-sitario de primero de carrera.

13 Este planteamiento ya se encuentra en lasabiduría de los maestros espirituales de todoslos tiempos.

14 CIPOLLA, C., Allegro ma non troppo. Dra-kontos, Barcelona, 1992. pp. 53-85.

15 TOFFLER, A., La tercera ola. Plaza &Janés, Barcelona, 1991. 9. 22

16 Ibidem, pp. 25-26.

17 ARISTOTELES, Política, Gredos, Madrid,1994.

18 MARSHALL, A., Principles of economics.Macmillan, London, 1961.

19 DEANE, P., La primera revolución indus-trial. Península, Barcelona, 1988. pp. 11-25.

20 RITZER, G. Teoría sociológica contempo-ránea. McGraw Hill, Madrid, 1993, pp.7-8.

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21 DEANE, P., La primera revolución indus-trial. Península, Barcelona, 1988. p 7

22 CHANDLER, A.D., Scale and scope: thedynamics of industrial capitalism. BelknapPress, Cambridge, 1990.

23 TOFFLER, A., La tercera ola. Plaza &Janés, Barcelona, 1991. p. 78

24 ORTEGA Y GASSET, J., La rebelión de lasmasas. Espasa-Calpé, Madrid, 1964.

25 MAEZTU, R., Liberalismo y socialismo.Centro de Estudios Constitucionales, Madrid,1984.

26 TOFFLER, A., La tercera ola. Plaza &Janés, Barcelona, 1991, pp. 22-23.

27 Si se llega a este punto, los “siervos”industriales del sistema fabril, serán por finsustituidos por robots, una palabra que pro-viene del checo “robotnik”, que quiere decir“siervo”. Véase: SCOTT, P.B., The robotics revo-lution. Oxford/Nueva York, 1982. p. 10.

28 KENNEDY, P., Hacia el siglo XXI. Plaza &Janés, Barcelona, 1973. pp. 94-95.

29 RICHTA, R., La civilización en la encru-cijada. Artiach, Madrid, 1972.

30 Situationist International Anthology,Bureau of Public Secrets, California, 1989. pp.256-348.

31 TOFFLER, A., La tercera ola. Plaza &Janés, Barcelona, 1991. p. 30

32 TOFFLER, A., El cambio de poder. Plaza &Janés, Barcelona, 1990. p. 25.

33 El se suele referir al concepto “inteli-gencia militar”, pero como hemos señalado ennuestro trabajo, gran parte de la nueva con-cepción procede de la teoría del conflictocomo fundamento de la doctrina militar con-temporánea. Véase KOTLER, P., Marketingmanagement. Prentice-Hall, Englewood Cliffs,1994.

34 TOFFLER, A.,Las guerras del futuro. Plaza& Janés, Barcelona, 1995/ SCHELLING, T.C., Laestrategia del conflicto. Tecnos, Madrid, 1964.

35 “Quienes ensalzan la competencia ven,sin duda, una de las caras de la vida social, y losamigos de la cooperación ven la cara comple-mentaria. Pero ninguna de las dos partes com-prende que la competencia y la cooperaciónno son sino dos caras de la misma moneda.”(BUNGE, M., ABC, 4 Febrero, 1996).

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36 ERLANDE-BRANDENBURG, A. & CALA-TRAVA ESCOBAR, J.M. El arte gótico, Akal,Torrejón de Ardoz, 1992.

37 “... No sé decirte nada más, pero tú debescomprender que yo aún estoy en el camino, en

el camino...” (GOYTISOLO, J.A., Del tiempo ydel olvido: La berceuse de Julia. Lumen, Bar-celona, 1977. p. 56).

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