Sobre el film seraphine
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Sobre el f i lm Séraphine
Por empezar me resulta muy aprehensible la época y el contexto
en el que transcurre el relato de la vida del personaje femenino
tan bien “personificado”, Séraphine.
Se percibe a través de la indumentaria, las costumbres, las
diferenciaciones sociales tan pronunciadas (figura de “sirvienta”
o “fregona” de la protagonista, que hoy día sería inadmisible,
inaudita a partir de que existe el derecho laboral y el reclamo por
su cumplimiento. (Más allá de que existan materialmente casos
reales de explotación laboral… pero es un tema muy amplio y
que no compete al escrito que quiero desarrollar aquí, teniendo
como eje el análisis de la película.)
Entonces, en principio, muchos elementos nos trasladan a la
Francia de 1914, año en que comienza la primer Guerra
Mundial. Escenas que denotan la época y contexto tales como el
carbón para calentar los hogares, la preparación del cuarto de
baño para el aseo del señor, los aparatos telefónicos antiguos,
la cantidad de anotaciones y el valor que éstas tienen1, y por
1 Me resulta atractivo el valor que le da ella a la palabra manuscrita; se ve seducida
por los escritos que hace el alemán.
Además me resulta llamativo el hecho de que una mujer de su época y contexto social
(de una extrema pobreza y huérfana, una persona marginal, sea letrada. Ella sabe leer,
porque en una escena lee una nota que el señor deja para hacerle saber que había
viajado a París y ordenarle que hiciera su trabajo como era habitual. Si bien su infancia
y su vida adolescentes son un misterio, no se sabe qué educación recibió Séraphine,
sin embargo sabemos que ninguna en el campo del arte, por ello es que se la
considera por algunos críticos coetáneos a ella como una naif., aunque Wilhelm Uhde
disienta con tal categorización, y la integre al grupo de los, por el llamados: “primitivos
modernos”.
supuesto la ausencia de las tecnologías actuales que tenemos
naturalizadas, nos llevan al tiempo pasado de casi un siglo
atrás, en un pueblito de Francia (no en la capital francesa donde
estaban los artistas consagrados y había un movimiento de arte
al que ella deseaba tener acceso: “realizar la exposición en
París”.
Destaco la distancia de dirigirse a él en términos de una tercera
persona, como si estuviera hablando de alguien que no está allí,
de un tercero “el señor…”
Esa distancia probablemente este relacionada con la que debía
sostenerse entre las clases sociales tan marcadas (ella en una
pobreza extrema, rozando el hambre y la miseria2; y ellos, los
señores, en una clase social acomodada, gozando de una vida
social activa, reuniones, cenas, charlas sobre el arte
(posicionados en el lugar del saber y por ende, del poder).
Ella en cambio, sin acceso a los juicios del arte pero iluminada
por los ángeles y quienes ponen en su camino al tan generoso
señor Uhde, quién salva a esa mujer del hambre y la miseria y le
entrega las posibilidades de dedicarse a aquello que, a la luz de
las velas y sonorizado por su propio canto, producía de modo
catártico, inspirada por seres suprasensibles.
Es notable que ella pintara siempre de noche a la luz de las
velas, aún cuando tuvo un espacio más amplio y luminoso,
cuando estaba completamente avocada a la producción de
pinturas, una vez terminada la Guerra y teniendo a Uhde como
2 Miseria material, no humana, en lo que ella demuestra permanentemente su
riqueza.
mecenas. Es como si la oscuridad fuera condición sine qua non
de su producción plástica.
De una fé inmensa en lo sobrenatural y de un amor por la
naturaleza incomparable, Séraphine: mujer callada y de pocas
respuestas, con un compromiso con su propia vida, una
valoración admirable de lo que posee, y una creatividad
incomparable.
Los escasos recursos materiales con los que se encuentra por
su realidad socio- económica y contextual (en Senlis, un pueblito
en las afueras de París, hace casi un siglo atrás) desatan su
crecimiento espiritual, su gran desarrollo como persona3 y el
crecimiento exponencial de su creatividad (pudiendo así
aprovechar al máximo los recursos naturales, para la fabricación
de sus pigmentos “secretos” como ella misma dice).
Cabe destacar también la familia ausente4 , la falta de afectos5,
el abandono de su primer, único y gran amor. Sólo avanzada su
3 Me refiero al término persona, en cuánto a humanidad, a calidad humana.
Demuestra ella una gran sensibilidad por el entorno natural y también por quienes le
rodean: a pesar de su acotada capacidad relacional, ella se atreve a aconsejarle a
Uhde que se refugie en los árboles y la naturaleza cuando se sienta triste. Es curioso
también cómo ella se desenvuelve de forma “atrevida” para los cánones de la época.
Inclusive me llama la atención una escena en que ella se besa con la hermana de
Wilhelm. También quiero señalar que considero a los hermanos Uhde como atípicos
para la época. “liberales”, unos pioneros en lo que va a ir dándose luego en las
transformaciones sociales. Se los percibe como de una “mente mas abierta”, “más
humanos”, respecto de los demás burgueses que no demuestran ningún rasgo
humano en el trato con ella.
Me resulta significativo esto, en tanto lo considero importante para Séraphine; ella
siente un importante afecto por el señor Uhde, debido a ese trato tan afable de su
parte.
Además es destacable la sensibilidad de él cuando luego de la internación de ella, pide
el traslado a una habitación con ventanas y vista a la naturaleza; buscando un Re-
nacer de Séraphine que se encontraba apagada, gris, “cenicienta” y no ya encendida
de calor como cuándo creaba esos planos de fogosos colores representando el mundo
vegetal que la salvaba y le hacía tan bien en sus momentos de angustia.
4 ella dice en una escena que no tiene a nadie, que es sola, y eso se observa a lo largo
vida se observa un vínculo fuerte con una amiga, que la
acompaña, observa sus pinturas, la valora, la estimula, se alegra
por su felicidad, por su concepción como “artista”. Esa soledad
la materializa, y a la vez disuelve, en las “sesiones” nocturnas de
pintura. Esas noches de vigilia, de ondas sonoras expansivas y
emotivas, mantienen el equilibrio de Séraphine. Transmite su
angustia y la canaliza a través de los colores en un lienzo.
Dichoso encuentro con el señor udhe, casi funciona como un
“iluminista” 6en su vida, una aparición terrestre enviada desde el
de toda la película, la falta de afectos y su incapacidad para relacionarse es evidente a
lo largo de todo el relato. En muchas situaciones ella ni por cortesía responde a un
“gracias” del comerciante que le vende las telas, el barniz y algunos elementos
artísticos. Es muy silenciosa a la hora de desenvolverse en una conversación o diálogo,
inclusive dejando sin respuesta a su interlocutor, aún así no es nada silenciosa a la
hora de expresarse en su intimidad; sólo ella y el lienzo.
Canta a altas voces, a cualquier hora llegando su voz a sus vecinos de conventillo,
traspasando paredes techos. Es silenciosa y callada cuando algunos esperan
respuesta, y se hace escuchar cuando “se comunica con los seres en quienes confía,
los ángeles o la virgen; quienes merecen su fé.” Con ellos dialoga cada noche, sin
timidez, en plena comodidad, sin limitarse a acatar órdenes, de forma espontánea,
siendo ella misma, expresándose como necesita.
Encuentro a la pintura de Séraphine, tan terapéutica como su contacto íntimo con la
naturaleza: los árboles, las plantas, los insectos y los pájaros que retrata o representa
desde la inocencia y el desconocimiento de las técnicas académicas, y desde el
profundo conocimiento de la esencia de éstos.
La simpleza con la que define el alma de un animal: “la vaca se entristece si se llevan a
su ternero”, es de una integridad humana ejemplar; de una sensibilidad admirable.
5 En una escena ella le contesta al señor Uhde (cuándo él le dice que no le hable de
esa manera), que cómo cree que le hablaron a ella durante toda su vida: mal. En su
mirada se lee la tristeza y decepción, desilusión, respecto a las relaciones humanas.
Creo que en esto radica su búsqueda de amor en los ángeles y seres del mundo
celestial, con los que establece relaciones inmateriales de un enorme compromiso
emocional y de confianza. Además, la naturaleza, los animales y plantas que la
refugian en sus momentos de enorme angustia. Claro, jamás un árbol va a
abandonarla como lo hizo el que fue su gran amor y la dejó sola. Creo que ella se
siente sola y encuentra en su fé, la naturaleza y la pintura, una compañía. Creo que
con las velas encendidas, cantando y pintando ella no se siente nada sola.
6 En el sentido de intelectual que la des-cubre, que “hecha luz sobre ella”; deja ver las
capacidades que ella traiga consigo y la obliga a cultivarlas. Es él quien “da a luz” a la
Séraphine artista, (o a la artista que estaba encubierta en Séraphine) en el sentido de
dar a nacer, a gestarse, lo que ella poseía en potencia, pero que probablemente sin el
cielo, una voz hablada por los ángeles, un ser humano
excepcional que la acompaña y despierta la artista en
Séraphine. Es él quien, a mi entender, da vida a la Séraphine
artista que nos muestra la película.
Entiendo del film, que es con el señor Uhde con quién ella
aprende a valorarse a sí misma, e incrementa la auto-confianza
y la fé en sus capacidades (como expongo en el pie de página
6.)
También es notable un cambio de auto- definición de Séraphine;
cuándo era sirvienta de los señores Udhe y otros, ella se definió
a si misma como “sola” aludiendo a que no tenía a nadie. Luego
en una escena (cuando ya era considerada como “artista” ), ella
se define como “Séraphine Louis, hija de (…)7; es decir, se
reconoce como perteneciente a una familia, con un nombre y
apellido, con una identidad. No se si es válida esta
interpretación, pero creo que a partir de su reconocimiento como
artista, ella adquiere además una identidad, un “yo” al que mira
con respeto y se siente orgullosa. Y no solo lo demuestra en la
relación consigo misma, sino para con los demás.
A partir de su definición como artista, adquiere otro
reconocimiento social (además tiene acceso a otra calidad de
vida, en una vivienda más grande, con más luz, cómoda y
aporte crítico positivo del alemán, no se hubiera desarrollado.
Es él quién la estimula, la valoriza, la define como artista, y también quién le aporta
las herramientas materiales para que desarrolle su labor como tal. Es su vela (quién la
ilumina), y su mecenas (quién posibilita la concreción física material de las obras de
arte). Por todo esto considero protagónica la figura de Wilhelm en la vida de
Séraphine.
7 En el film ella nombra a madre y padre con nombre y apellido, información
prescindible para exponer mi idea.
cálida), y por ende, otra identidad. Apareciera como una nueva
Séraphine, una persona distinta, diferente, que habla desde un
nuevo “yo”, segura de sí misma.8
Respecto a la fotografía de la película, considero que es
excelente, presenta imágenes exquisitas y es muy cuidada y de
un gran valor estético a mi juicio. Creo que son imágenes muy
“pictóricas”, muy bellas.
La película, que trata de una artista de hace cien años atrás,
utiliza imágenes que nos trasladan en tiempo y espacio a
aquella época, transformando el viaje en uno agradable, cálido y
ameno a pesar de la falta de carbón y gracias a la luz de las
velas.9
8 De todos modos, durante toda su vida se la percibe como alguien firme, íntegra y
para nada sumisa, lo cuál me llama muchísimo la atención ya que, si bien respetuosa,
ubicada y distante, no deja de reclamar “los derechos reclamables” en la época. En
una escena ella defiende la paga de un trabajo frente a su patrona (no son tres
monedas, son cinco por cada prenda; o cuándo ella le contesta al señor Uhde respecto
a cómo ha sido ella maltratada durante toda su vida. Aquí se demuestra su fuerte
personalidad. (o también puede leerse como “lo fuerte que es como persona” para
sobrellevar esa vida, para defenderse de esas condiciones adversas que se le
presentan como realidad de vida).
9 La luz amarillenta de las velas iluminan muchas escenas de interior, es un símbolo
que se repite. Por un lado relacionado a el tempo al que acude ella (por lo que denota
su fé, su religiosidad, su creencia); por otro, es la fuente de luz para iluminarse
mientras pinta, además de iluminar a la virgen. La vela entonces es ofrenda a su fé y la
fuente de luz para sus pinturas. Aun así percibo un romanticismo detrás de la luz
cálida que arrojan las velas en la vida de Séraphine. El romanticismo se deja entrever
en sus pinturas, en tanto ella da prioridad a la expresión de sus emociones; cuando
pinta está totalmente involucrada con esas pinturas: lo hace desde una emoción muy
profunda. Además ella pinta desde un misticismo, lo hace casi como una traducción
de una fuerza que es ajena a su cuerpo pero que la penetra. Pinta como un canal de
expresión de mensajes suprasensibles. “Hace tangible los mensajes que recibe de los
ángeles. Es decir que materializa una abstracción.” Encuentro también relación con el
romanticismo en tanto el motivo es la representación de la naturaleza, aunque lo hace
desde la ingenuidad, desprovista de recursos académicos de representación.
Séraphine, lejos de tener intención alguna a el neoclasicismo (como fue el caso de los
pintores románticos), y desconociendo tales movimientos, creo que se apropia de
muchas nociones románticas, desde su ignorancia. Es decir, hay mucho de romántico
en sus pinturas. Los motivos naturales, la importancia de las emociones, la impronta
de la subjetividad; la interpretación personal de la percepción de la naturaleza. La
traducción del mundo sensible en una representación.
Como expresó Baudelaire en el Salón de Pintura de 1846:
«El romanticismo no se halla ni en la elección de los temas ni en su verdad exacta, sino
en el modo de sentir. Para mí, el romanticismo es la expresión más reciente y actual de
la belleza. Y quien dice romanticismo dice arte moderno, es decir, intimidad,
espiritualidad, color y tendencia al infinito, expresados por todos los medios de los que
disponen las artes.»
A partir de esa definición que hace Baudelaire, no puedo dejar de leer a Séraphine
como parte del romanticismo, claro, desde una lectura atemporal.
La oscuridad, la angustia que expresaban los románticos en sus obras pictóricas es
recordada por las imágenes que realiza Séraphine Louis años después, ignorando
totalmente el aporte de los primeros. Es como si de alguna manera hiciera un “nuevo
romanticismo”, uno personal, distinto al primero por diferencias contextuales e
intereses.
Séraphine pinta porque lo necesita, ella expresa sus palabras calladas a través de la
gestualidad que plasma con sus manos en un pedazo de tabla o en un lienzo de dos
metros. Recuerda sus vivencias, las traduce en colores, descarga su dolor y realiza el
duelo de sus pérdidas afectivas en el acto creativo de la pintura.
La sabiduría con que se desempeñó Séraphine como artista me merece muchísimo
respeto, y más que respeto, una enorme admiración. Con la enormidad de ausencias y
falencias que hacían eco en su cotidianeidad, fue capaz de elaborar imágenes nuevas,
originales y completas, interrogativas y de múltiples lecturas e interpretaciones. Una
gran artista, una personalidad destacable teniendo en cuenta su condición de mujer,
en una época en la que las mujeres se limitaban a labores domésticos, o simplemente
a acompañar la figura del hombre. Una persona perseverante, de un gran interés (y
amor) por la vida. Su valoración de los “pequeños grandes”placeres de la vida son “un
canto” a la vida (haciendo metáfora en el mismo lenguaje en el que ella se
expresa…cantando).
Me viene a la cabeza la imagen en que ella está bañandose en el río. Desnuda, sola,
feliz. Nada materialmente hecho por el hombre está con ella. Se encuentra allí “como
Dios la trajo al mundo” y disfruta de ese momento, canta, es feliz. No necesita nada
más que eso. La simpleza de sus disfrutes, de sus placeres, son realmente una lección
de vida. Su contacto con la naturaleza, la forma en que ella se comunica con el agua,
creo que ella entiende el lenguaje de la naturaleza y siente en ésta una importante
contención, un escape a sus tristezas, amarguras, angustias, oscuridades.
Esos fondos oscuros de muchas de sus imágenes, creo que “hablan” de lo que ella
misma le contesta a su amiga, que también le asustan esas imágenes. En esa charla
expresa que también encuentra en sus obras oscuridad y misticismo, preguntas
abiertas, sin responder.
No creo que ella haya tenido algun planteo conceptual previo, creo que “pintaba la
naturaleza porque en su naturaleza estaba el pintar”; deduzco del film que ella
También pienso que la distancia cultural que existe entre “el hoy
que vivimos nosotros” y la realidad que caminó la personaje,
hace que muchas imágenes (que probablemente en aquella
época no hubieran sido observadas ni valoradas por su
estética), resulten hoy llamativas y sobresalientes. Entre esto,
por ejemplo, la arquitectura, las ventanas, los espacios tan
atrayentes a mi entender, los artefactos antiguos, esos pisos
hermosos, esa silla de un estilo tan francés, tan nouveau, las
vestimentas, los carros en los que trasladaban la ropa blanca
(ropa de cama), esos paisajes amplios, las angostas callecitas
de adoquines, el paisaje urbano neutro y limpio10, y los campos
verdes que dejan ver el horizonte allá a lo lejos. Esa oposición
fotográfica gris urbano- verde natural me resulta clara en el film.
Ella encuentra aire, oxígeno y libertad en el espacio natural. A
su vez, modifica su habitación oscura y fría, con la calidez de la
luz de las velas; se apropia del espacio como un lugar de
creación, dando origen a maravillosas pinturas de una gran
variedad cromática y formas orgánicas abstractas seductoras e
inquietantes. Desde su ingenuidad y desconocimiento de las
leyes del arte, se desempeña como una gran artista. Hay
quienes la definieron como Taif, en campio Uhde prefiere
denominarla primitiva moderna.
pintaba porque necesitaba hacerlo, era más fuerte que ella, la trascendía como una
necesidad espiritual.
10 Con el término “limpio” me refiero a la ausencia de contaminación visual. Se
observan las viviendas, no hay carteles publicitarios, no hay suciedad de packaging en
el suelo; es una imagen tan distinta a lo que vivimos en el Rosario contemporáneo,
que me resulta sumamente atractivo y me despierta el deseo de trasladarme a ese
mundo más primitivo, más limpio, menos contaminado (y no globalizado). Esa
“pureza del paisaje” es sumamente pintoresco (y “exótico” en cuanto agenas a las
calles que camino cotidianamente en mi ciudad, Rosario.)
Comparto con el alemán esa interpretación y me apropio del
término para exponer mi manera de pensarlo: en principio,
porque es una persona que habita un mundo primitivo, en
cuanto al contexto de poco desarrollo del cual forma parte y el
rol social que desempeña en él, ya que ella no trabaja en un
sector productivo de su época, sino en el servicio de la
burguesía.
De todas formas, creo que Udhe alude a los primitivos en cuanto
a aquellos que producían imágenes, previo a los clásicos. Los
que desconocían de leyes de reproducción de la naturaleza en
el arte. Séraphine responde perfectamente a tal definición ya
que ella no acudió a ninguna academia ni maestro en pintura
para incorporar técnica alguna, ella es una completa autodidacta
que se apropia de la pintura como un medio de expresión
personal. Una vez crédula de su estatuto de artista, reclama la
exposición de sus obras al señor Wilhem.Y a su vez, es
moderna ya que se despega de lo que se hubiera esperado que
sucediera: trasciende. Siendo una humilde sirvienta (mujer) de
un pequeño pueblito francés, logra convertirse en una gran
artista que llegamos a conocer hoy a través de la interpretación
de su vida por el lenguaje cinematográfico, lo que denuncia lo
atractivo de su carrera artística.