Sobre el film seraphine

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SERAP INE

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Escrito sobre el film Séraphine 2010

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SERAP INE

Sobre el f i lm Séraphine

Por empezar me resulta muy aprehensible la época y el contexto

en el que transcurre el relato de la vida del personaje femenino

tan bien “personificado”, Séraphine.

Se percibe a través de la indumentaria, las costumbres, las

diferenciaciones sociales tan pronunciadas (figura de “sirvienta”

o “fregona” de la protagonista, que hoy día sería inadmisible,

inaudita a partir de que existe el derecho laboral y el reclamo por

su cumplimiento. (Más allá de que existan materialmente casos

reales de explotación laboral… pero es un tema muy amplio y

que no compete al escrito que quiero desarrollar aquí, teniendo

como eje el análisis de la película.)

Entonces, en principio, muchos elementos nos trasladan a la

Francia de 1914, año en que comienza la primer Guerra

Mundial. Escenas que denotan la época y contexto tales como el

carbón para calentar los hogares, la preparación del cuarto de

baño para el aseo del señor, los aparatos telefónicos antiguos,

la cantidad de anotaciones y el valor que éstas tienen1, y por

1 Me resulta atractivo el valor que le da ella a la palabra manuscrita; se ve seducida

por los escritos que hace el alemán.

Además me resulta llamativo el hecho de que una mujer de su época y contexto social

(de una extrema pobreza y huérfana, una persona marginal, sea letrada. Ella sabe leer,

porque en una escena lee una nota que el señor deja para hacerle saber que había

viajado a París y ordenarle que hiciera su trabajo como era habitual. Si bien su infancia

y su vida adolescentes son un misterio, no se sabe qué educación recibió Séraphine,

sin embargo sabemos que ninguna en el campo del arte, por ello es que se la

considera por algunos críticos coetáneos a ella como una naif., aunque Wilhelm Uhde

disienta con tal categorización, y la integre al grupo de los, por el llamados: “primitivos

modernos”.

supuesto la ausencia de las tecnologías actuales que tenemos

naturalizadas, nos llevan al tiempo pasado de casi un siglo

atrás, en un pueblito de Francia (no en la capital francesa donde

estaban los artistas consagrados y había un movimiento de arte

al que ella deseaba tener acceso: “realizar la exposición en

París”.

Destaco la distancia de dirigirse a él en términos de una tercera

persona, como si estuviera hablando de alguien que no está allí,

de un tercero “el señor…”

Esa distancia probablemente este relacionada con la que debía

sostenerse entre las clases sociales tan marcadas (ella en una

pobreza extrema, rozando el hambre y la miseria2; y ellos, los

señores, en una clase social acomodada, gozando de una vida

social activa, reuniones, cenas, charlas sobre el arte

(posicionados en el lugar del saber y por ende, del poder).

Ella en cambio, sin acceso a los juicios del arte pero iluminada

por los ángeles y quienes ponen en su camino al tan generoso

señor Uhde, quién salva a esa mujer del hambre y la miseria y le

entrega las posibilidades de dedicarse a aquello que, a la luz de

las velas y sonorizado por su propio canto, producía de modo

catártico, inspirada por seres suprasensibles.

Es notable que ella pintara siempre de noche a la luz de las

velas, aún cuando tuvo un espacio más amplio y luminoso,

cuando estaba completamente avocada a la producción de

pinturas, una vez terminada la Guerra y teniendo a Uhde como

2 Miseria material, no humana, en lo que ella demuestra permanentemente su

riqueza.

mecenas. Es como si la oscuridad fuera condición sine qua non

de su producción plástica.

De una fé inmensa en lo sobrenatural y de un amor por la

naturaleza incomparable, Séraphine: mujer callada y de pocas

respuestas, con un compromiso con su propia vida, una

valoración admirable de lo que posee, y una creatividad

incomparable.

Los escasos recursos materiales con los que se encuentra por

su realidad socio- económica y contextual (en Senlis, un pueblito

en las afueras de París, hace casi un siglo atrás) desatan su

crecimiento espiritual, su gran desarrollo como persona3 y el

crecimiento exponencial de su creatividad (pudiendo así

aprovechar al máximo los recursos naturales, para la fabricación

de sus pigmentos “secretos” como ella misma dice).

Cabe destacar también la familia ausente4 , la falta de afectos5,

el abandono de su primer, único y gran amor. Sólo avanzada su

3 Me refiero al término persona, en cuánto a humanidad, a calidad humana.

Demuestra ella una gran sensibilidad por el entorno natural y también por quienes le

rodean: a pesar de su acotada capacidad relacional, ella se atreve a aconsejarle a

Uhde que se refugie en los árboles y la naturaleza cuando se sienta triste. Es curioso

también cómo ella se desenvuelve de forma “atrevida” para los cánones de la época.

Inclusive me llama la atención una escena en que ella se besa con la hermana de

Wilhelm. También quiero señalar que considero a los hermanos Uhde como atípicos

para la época. “liberales”, unos pioneros en lo que va a ir dándose luego en las

transformaciones sociales. Se los percibe como de una “mente mas abierta”, “más

humanos”, respecto de los demás burgueses que no demuestran ningún rasgo

humano en el trato con ella.

Me resulta significativo esto, en tanto lo considero importante para Séraphine; ella

siente un importante afecto por el señor Uhde, debido a ese trato tan afable de su

parte.

Además es destacable la sensibilidad de él cuando luego de la internación de ella, pide

el traslado a una habitación con ventanas y vista a la naturaleza; buscando un Re-

nacer de Séraphine que se encontraba apagada, gris, “cenicienta” y no ya encendida

de calor como cuándo creaba esos planos de fogosos colores representando el mundo

vegetal que la salvaba y le hacía tan bien en sus momentos de angustia.

4 ella dice en una escena que no tiene a nadie, que es sola, y eso se observa a lo largo

vida se observa un vínculo fuerte con una amiga, que la

acompaña, observa sus pinturas, la valora, la estimula, se alegra

por su felicidad, por su concepción como “artista”. Esa soledad

la materializa, y a la vez disuelve, en las “sesiones” nocturnas de

pintura. Esas noches de vigilia, de ondas sonoras expansivas y

emotivas, mantienen el equilibrio de Séraphine. Transmite su

angustia y la canaliza a través de los colores en un lienzo.

Dichoso encuentro con el señor udhe, casi funciona como un

“iluminista” 6en su vida, una aparición terrestre enviada desde el

de toda la película, la falta de afectos y su incapacidad para relacionarse es evidente a

lo largo de todo el relato. En muchas situaciones ella ni por cortesía responde a un

“gracias” del comerciante que le vende las telas, el barniz y algunos elementos

artísticos. Es muy silenciosa a la hora de desenvolverse en una conversación o diálogo,

inclusive dejando sin respuesta a su interlocutor, aún así no es nada silenciosa a la

hora de expresarse en su intimidad; sólo ella y el lienzo.

Canta a altas voces, a cualquier hora llegando su voz a sus vecinos de conventillo,

traspasando paredes techos. Es silenciosa y callada cuando algunos esperan

respuesta, y se hace escuchar cuando “se comunica con los seres en quienes confía,

los ángeles o la virgen; quienes merecen su fé.” Con ellos dialoga cada noche, sin

timidez, en plena comodidad, sin limitarse a acatar órdenes, de forma espontánea,

siendo ella misma, expresándose como necesita.

Encuentro a la pintura de Séraphine, tan terapéutica como su contacto íntimo con la

naturaleza: los árboles, las plantas, los insectos y los pájaros que retrata o representa

desde la inocencia y el desconocimiento de las técnicas académicas, y desde el

profundo conocimiento de la esencia de éstos.

La simpleza con la que define el alma de un animal: “la vaca se entristece si se llevan a

su ternero”, es de una integridad humana ejemplar; de una sensibilidad admirable.

5 En una escena ella le contesta al señor Uhde (cuándo él le dice que no le hable de

esa manera), que cómo cree que le hablaron a ella durante toda su vida: mal. En su

mirada se lee la tristeza y decepción, desilusión, respecto a las relaciones humanas.

Creo que en esto radica su búsqueda de amor en los ángeles y seres del mundo

celestial, con los que establece relaciones inmateriales de un enorme compromiso

emocional y de confianza. Además, la naturaleza, los animales y plantas que la

refugian en sus momentos de enorme angustia. Claro, jamás un árbol va a

abandonarla como lo hizo el que fue su gran amor y la dejó sola. Creo que ella se

siente sola y encuentra en su fé, la naturaleza y la pintura, una compañía. Creo que

con las velas encendidas, cantando y pintando ella no se siente nada sola.

6 En el sentido de intelectual que la des-cubre, que “hecha luz sobre ella”; deja ver las

capacidades que ella traiga consigo y la obliga a cultivarlas. Es él quien “da a luz” a la

Séraphine artista, (o a la artista que estaba encubierta en Séraphine) en el sentido de

dar a nacer, a gestarse, lo que ella poseía en potencia, pero que probablemente sin el

cielo, una voz hablada por los ángeles, un ser humano

excepcional que la acompaña y despierta la artista en

Séraphine. Es él quien, a mi entender, da vida a la Séraphine

artista que nos muestra la película.

Entiendo del film, que es con el señor Uhde con quién ella

aprende a valorarse a sí misma, e incrementa la auto-confianza

y la fé en sus capacidades (como expongo en el pie de página

6.)

También es notable un cambio de auto- definición de Séraphine;

cuándo era sirvienta de los señores Udhe y otros, ella se definió

a si misma como “sola” aludiendo a que no tenía a nadie. Luego

en una escena (cuando ya era considerada como “artista” ), ella

se define como “Séraphine Louis, hija de (…)7; es decir, se

reconoce como perteneciente a una familia, con un nombre y

apellido, con una identidad. No se si es válida esta

interpretación, pero creo que a partir de su reconocimiento como

artista, ella adquiere además una identidad, un “yo” al que mira

con respeto y se siente orgullosa. Y no solo lo demuestra en la

relación consigo misma, sino para con los demás.

A partir de su definición como artista, adquiere otro

reconocimiento social (además tiene acceso a otra calidad de

vida, en una vivienda más grande, con más luz, cómoda y

aporte crítico positivo del alemán, no se hubiera desarrollado.

Es él quién la estimula, la valoriza, la define como artista, y también quién le aporta

las herramientas materiales para que desarrolle su labor como tal. Es su vela (quién la

ilumina), y su mecenas (quién posibilita la concreción física material de las obras de

arte). Por todo esto considero protagónica la figura de Wilhelm en la vida de

Séraphine.

7 En el film ella nombra a madre y padre con nombre y apellido, información

prescindible para exponer mi idea.

cálida), y por ende, otra identidad. Apareciera como una nueva

Séraphine, una persona distinta, diferente, que habla desde un

nuevo “yo”, segura de sí misma.8

Respecto a la fotografía de la película, considero que es

excelente, presenta imágenes exquisitas y es muy cuidada y de

un gran valor estético a mi juicio. Creo que son imágenes muy

“pictóricas”, muy bellas.

La película, que trata de una artista de hace cien años atrás,

utiliza imágenes que nos trasladan en tiempo y espacio a

aquella época, transformando el viaje en uno agradable, cálido y

ameno a pesar de la falta de carbón y gracias a la luz de las

velas.9

8 De todos modos, durante toda su vida se la percibe como alguien firme, íntegra y

para nada sumisa, lo cuál me llama muchísimo la atención ya que, si bien respetuosa,

ubicada y distante, no deja de reclamar “los derechos reclamables” en la época. En

una escena ella defiende la paga de un trabajo frente a su patrona (no son tres

monedas, son cinco por cada prenda; o cuándo ella le contesta al señor Uhde respecto

a cómo ha sido ella maltratada durante toda su vida. Aquí se demuestra su fuerte

personalidad. (o también puede leerse como “lo fuerte que es como persona” para

sobrellevar esa vida, para defenderse de esas condiciones adversas que se le

presentan como realidad de vida).

9 La luz amarillenta de las velas iluminan muchas escenas de interior, es un símbolo

que se repite. Por un lado relacionado a el tempo al que acude ella (por lo que denota

su fé, su religiosidad, su creencia); por otro, es la fuente de luz para iluminarse

mientras pinta, además de iluminar a la virgen. La vela entonces es ofrenda a su fé y la

fuente de luz para sus pinturas. Aun así percibo un romanticismo detrás de la luz

cálida que arrojan las velas en la vida de Séraphine. El romanticismo se deja entrever

en sus pinturas, en tanto ella da prioridad a la expresión de sus emociones; cuando

pinta está totalmente involucrada con esas pinturas: lo hace desde una emoción muy

profunda. Además ella pinta desde un misticismo, lo hace casi como una traducción

de una fuerza que es ajena a su cuerpo pero que la penetra. Pinta como un canal de

expresión de mensajes suprasensibles. “Hace tangible los mensajes que recibe de los

ángeles. Es decir que materializa una abstracción.” Encuentro también relación con el

romanticismo en tanto el motivo es la representación de la naturaleza, aunque lo hace

desde la ingenuidad, desprovista de recursos académicos de representación.

Séraphine, lejos de tener intención alguna a el neoclasicismo (como fue el caso de los

pintores románticos), y desconociendo tales movimientos, creo que se apropia de

muchas nociones románticas, desde su ignorancia. Es decir, hay mucho de romántico

en sus pinturas. Los motivos naturales, la importancia de las emociones, la impronta

de la subjetividad; la interpretación personal de la percepción de la naturaleza. La

traducción del mundo sensible en una representación.

Como expresó Baudelaire en el Salón de Pintura de 1846:

«El romanticismo no se halla ni en la elección de los temas ni en su verdad exacta, sino

en el modo de sentir. Para mí, el romanticismo es la expresión más reciente y actual de

la belleza. Y quien dice romanticismo dice arte moderno, es decir, intimidad,

espiritualidad, color y tendencia al infinito, expresados por todos los medios de los que

disponen las artes.»

A partir de esa definición que hace Baudelaire, no puedo dejar de leer a Séraphine

como parte del romanticismo, claro, desde una lectura atemporal.

La oscuridad, la angustia que expresaban los románticos en sus obras pictóricas es

recordada por las imágenes que realiza Séraphine Louis años después, ignorando

totalmente el aporte de los primeros. Es como si de alguna manera hiciera un “nuevo

romanticismo”, uno personal, distinto al primero por diferencias contextuales e

intereses.

Séraphine pinta porque lo necesita, ella expresa sus palabras calladas a través de la

gestualidad que plasma con sus manos en un pedazo de tabla o en un lienzo de dos

metros. Recuerda sus vivencias, las traduce en colores, descarga su dolor y realiza el

duelo de sus pérdidas afectivas en el acto creativo de la pintura.

La sabiduría con que se desempeñó Séraphine como artista me merece muchísimo

respeto, y más que respeto, una enorme admiración. Con la enormidad de ausencias y

falencias que hacían eco en su cotidianeidad, fue capaz de elaborar imágenes nuevas,

originales y completas, interrogativas y de múltiples lecturas e interpretaciones. Una

gran artista, una personalidad destacable teniendo en cuenta su condición de mujer,

en una época en la que las mujeres se limitaban a labores domésticos, o simplemente

a acompañar la figura del hombre. Una persona perseverante, de un gran interés (y

amor) por la vida. Su valoración de los “pequeños grandes”placeres de la vida son “un

canto” a la vida (haciendo metáfora en el mismo lenguaje en el que ella se

expresa…cantando).

Me viene a la cabeza la imagen en que ella está bañandose en el río. Desnuda, sola,

feliz. Nada materialmente hecho por el hombre está con ella. Se encuentra allí “como

Dios la trajo al mundo” y disfruta de ese momento, canta, es feliz. No necesita nada

más que eso. La simpleza de sus disfrutes, de sus placeres, son realmente una lección

de vida. Su contacto con la naturaleza, la forma en que ella se comunica con el agua,

creo que ella entiende el lenguaje de la naturaleza y siente en ésta una importante

contención, un escape a sus tristezas, amarguras, angustias, oscuridades.

Esos fondos oscuros de muchas de sus imágenes, creo que “hablan” de lo que ella

misma le contesta a su amiga, que también le asustan esas imágenes. En esa charla

expresa que también encuentra en sus obras oscuridad y misticismo, preguntas

abiertas, sin responder.

No creo que ella haya tenido algun planteo conceptual previo, creo que “pintaba la

naturaleza porque en su naturaleza estaba el pintar”; deduzco del film que ella

También pienso que la distancia cultural que existe entre “el hoy

que vivimos nosotros” y la realidad que caminó la personaje,

hace que muchas imágenes (que probablemente en aquella

época no hubieran sido observadas ni valoradas por su

estética), resulten hoy llamativas y sobresalientes. Entre esto,

por ejemplo, la arquitectura, las ventanas, los espacios tan

atrayentes a mi entender, los artefactos antiguos, esos pisos

hermosos, esa silla de un estilo tan francés, tan nouveau, las

vestimentas, los carros en los que trasladaban la ropa blanca

(ropa de cama), esos paisajes amplios, las angostas callecitas

de adoquines, el paisaje urbano neutro y limpio10, y los campos

verdes que dejan ver el horizonte allá a lo lejos. Esa oposición

fotográfica gris urbano- verde natural me resulta clara en el film.

Ella encuentra aire, oxígeno y libertad en el espacio natural. A

su vez, modifica su habitación oscura y fría, con la calidez de la

luz de las velas; se apropia del espacio como un lugar de

creación, dando origen a maravillosas pinturas de una gran

variedad cromática y formas orgánicas abstractas seductoras e

inquietantes. Desde su ingenuidad y desconocimiento de las

leyes del arte, se desempeña como una gran artista. Hay

quienes la definieron como Taif, en campio Uhde prefiere

denominarla primitiva moderna.

pintaba porque necesitaba hacerlo, era más fuerte que ella, la trascendía como una

necesidad espiritual.

10 Con el término “limpio” me refiero a la ausencia de contaminación visual. Se

observan las viviendas, no hay carteles publicitarios, no hay suciedad de packaging en

el suelo; es una imagen tan distinta a lo que vivimos en el Rosario contemporáneo,

que me resulta sumamente atractivo y me despierta el deseo de trasladarme a ese

mundo más primitivo, más limpio, menos contaminado (y no globalizado). Esa

“pureza del paisaje” es sumamente pintoresco (y “exótico” en cuanto agenas a las

calles que camino cotidianamente en mi ciudad, Rosario.)

Comparto con el alemán esa interpretación y me apropio del

término para exponer mi manera de pensarlo: en principio,

porque es una persona que habita un mundo primitivo, en

cuanto al contexto de poco desarrollo del cual forma parte y el

rol social que desempeña en él, ya que ella no trabaja en un

sector productivo de su época, sino en el servicio de la

burguesía.

De todas formas, creo que Udhe alude a los primitivos en cuanto

a aquellos que producían imágenes, previo a los clásicos. Los

que desconocían de leyes de reproducción de la naturaleza en

el arte. Séraphine responde perfectamente a tal definición ya

que ella no acudió a ninguna academia ni maestro en pintura

para incorporar técnica alguna, ella es una completa autodidacta

que se apropia de la pintura como un medio de expresión

personal. Una vez crédula de su estatuto de artista, reclama la

exposición de sus obras al señor Wilhem.Y a su vez, es

moderna ya que se despega de lo que se hubiera esperado que

sucediera: trasciende. Siendo una humilde sirvienta (mujer) de

un pequeño pueblito francés, logra convertirse en una gran

artista que llegamos a conocer hoy a través de la interpretación

de su vida por el lenguaje cinematográfico, lo que denuncia lo

atractivo de su carrera artística.