si funciono el rpiemro este tambien

2
 2 cuerpo maestro, avanzaron sobre la arquitectura: el paisajismo, la ingeniería estructural, y, sobre todo, las prácticas del real estate business . La figura histórica del Arquitecto se desarma ante nuestros ojos, pero en su lugar no encontramos ni un democrático colectivo de decisiones, ni un equipo de sabios que renueven el pensamiento sobre el habitar, sino las más crudas estrategias del mercado global. El Arquitecto, y toda la  parafernalia ética y estética que acompañaron la construcción de esta figura, se desvanece por el lado más banal, más peligroso para cualquier manera viable de habitar:  por la multiplicación de las burocracias privadas transnacionales cuya única lógica es el incremento de las ganancias. ¿Qué pueden entonces significar precaución y responsabilidad  en este marco?  No es más fácil la situación para quienes nos dedicamos a la crítica de arquitectura o a la investigación teórica sobre ella: las raíces kantianas de la crítica nos llevan inevitablemente a los mismos caminos duales, mientras se sospecha que ninguna teoría, en sentido fuerte, ha resistido sus embates. Hemos desarmado los “grandes relatos”, pero la propia naturaleza de la actividad crítica nos impide cualquier incidencia operativa  –no ha de extrañar, pues, el divorcio creciente entre quienes trabajan en la  profesión y quienes se dedican a especular sobre los caminos de la disciplina. Sólo la historia ha quedado como parámetro de “verdad”, lo que es paradójico, porque en la historia no es posible encontrar ninguna verdad. La ilustre clave temporal, por otro lado, se encuentra tradicionalmente en tensión con el ámbito material en el que el arquitecto trabaja: es que la oposición espacio/tiempo, a pesar de las metáforas de reunión, reproduce también las jerarquías clásicas –el tiempo espiritual, inmaterial, móvil y fluido, versus la extensión, de crasa permanencia, in-significante, última pero muda realidad. Los intentos de abandonar esta razón crítica –como el muy difundido artículo de Alejandro Zaera Polo, en 1999, proponiendo una cartografía descriptiva de las tendencias del momento, presentada “con la metodología” de las prácticas de marketing- redundaron en la aceptación sin resquicios del sistema político-económico global. 2  ¿Debemos –o más bien podemos- dejar a otros las consideraciones específicas sobre la construcción del espacio? Bueno, parece difícil encontrar a esos otros. Durante un tiempo no muy lejano, la arquitectura encontró sus interlocutores en la filosofía –o más precisamente, en el ensayo filosófico- pero, más allá de la innegable productividad del episodio posmodernista en la demolición de las narrativas modernas, la arquitectura se colocó en situación de minoridad, replicando las abstracciones de sus amigos. 3  No está en la naturaleza de la filosofía pensar el espacio en términos concretos y constructivos, aunque muchos indicios –desde las preocupaciones hermenéuticas acerca de la escisión animal/humano, la recuperación de la experiencia, o las versiones foucaultianas del territorio y la biopolítica- nos llevan a reconocer que allí también se asiste al agotamiento de una manera de pensar. ¿La ciencia, entonces, nos dará soluciones para el habitar? No es raro encontrar hoy, en los trabajos de investigación teórica en arquitectura, un llamado similar al que una vez hicieran las vanguardias clásicas: desembarazarse del peso de las consideraciones históricas y semánticas, desafiar la inercia de la industria de la construcción que continúa utilizando técnicas milenarias, y aprender de los diseñadores industriales, incorporando nuevos materiales y, sobre todo, la increíble potencia de las técnicas digitales de producción y modelización. Sin embargo, es el complejo científico-  2  Alejandro Zaera Polo, « Un mundo lleno de agujeros », El Croquis nº 88/89, Madrid, 1998, pp. 308-323 3  Ver, por ejemplo, el triste papel del arquitecto en las conversaciones que mantuvieron Jean Baudrillard y Jean Nouvel en  Los objetos singulares. Arquite ctura y Filosofía. Fondo de Cultura Económica, Mexico, 2000

Transcript of si funciono el rpiemro este tambien

8/16/2019 si funciono el rpiemro este tambien

http://slidepdf.com/reader/full/si-funciono-el-rpiemro-este-tambien 1/1

  2

cuerpo maestro, avanzaron sobre la arquitectura: el paisajismo, la ingeniería estructural,

y, sobre todo, las prácticas del real estate business. La figura histórica del Arquitecto se

desarma ante nuestros ojos, pero en su lugar no encontramos ni un democrático

colectivo de decisiones, ni un equipo de sabios que renueven el pensamiento sobre el

habitar, sino las más crudas estrategias del mercado global. El Arquitecto, y toda la

 parafernalia ética y estética que acompañaron la construcción de esta figura, sedesvanece por el lado más banal, más peligroso para cualquier manera viable de habitar:

 por la multiplicación de las burocracias privadas transnacionales cuya única lógica es el

incremento de las ganancias. ¿Qué pueden entonces significar precaución y

responsabilidad  en este marco?

 No es más fácil la situación para quienes nos dedicamos a la crítica de

arquitectura o a la investigación teórica sobre ella: las raíces kantianas de la crítica nos

llevan inevitablemente a los mismos caminos duales, mientras se sospecha que ninguna

teoría, en sentido fuerte, ha resistido sus embates. Hemos desarmado los “grandes

relatos”, pero la propia naturaleza de la actividad crítica nos impide cualquier incidencia

operativa  –no ha de extrañar, pues, el divorcio creciente entre quienes trabajan en la

 profesión y quienes se dedican a especular sobre los caminos de la disciplina. Sólo lahistoria ha quedado como parámetro de “verdad”, lo que es paradójico, porque en la

historia no es posible encontrar ninguna verdad. La ilustre clave temporal, por otro lado,

se encuentra tradicionalmente en tensión con el ámbito material en el que el arquitecto

trabaja: es que la oposición espacio/tiempo, a pesar de las metáforas de reunión,

reproduce también las jerarquías clásicas –el tiempo espiritual, inmaterial, móvil y

fluido, versus la extensión, de crasa permanencia, in-significante, última pero muda

realidad. Los intentos de abandonar esta razón crítica –como el muy difundido artículo

de Alejandro Zaera Polo, en 1999, proponiendo una cartografía descriptiva de las

tendencias del momento, presentada “con la metodología” de las prácticas de

marketing- redundaron en la aceptación sin resquicios del sistema político-económico

global.2 

¿Debemos –o más bien podemos- dejar a otros las consideraciones específicas

sobre la construcción del espacio? Bueno, parece difícil encontrar a esos otros. Durante

un tiempo no muy lejano, la arquitectura encontró sus interlocutores en la filosofía –o

más precisamente, en el ensayo filosófico- pero, más allá de la innegable productividad

del episodio posmodernista en la demolición de las narrativas modernas, la arquitectura

se colocó en situación de minoridad, replicando las abstracciones de sus amigos. 3 No

está en la naturaleza de la filosofía pensar el espacio en términos concretos y

constructivos, aunque muchos indicios –desde las preocupaciones hermenéuticas acerca

de la escisión animal/humano, la recuperación de la experiencia, o las versiones

foucaultianas del territorio y la biopolítica- nos llevan a reconocer que allí también seasiste al agotamiento de una manera de pensar.

¿La ciencia, entonces, nos dará soluciones para el habitar? No es raro encontrar

hoy, en los trabajos de investigación teórica en arquitectura, un llamado similar al que

una vez hicieran las vanguardias clásicas: desembarazarse del peso de las

consideraciones históricas y semánticas, desafiar la inercia de la industria de la

construcción que continúa utilizando técnicas milenarias, y aprender de los diseñadores

industriales, incorporando nuevos materiales y, sobre todo, la increíble potencia de las

técnicas digitales de producción y modelización. Sin embargo, es el complejo científico-

 2 Alejandro Zaera Polo, « Un mundo lleno de agujeros », El Croquis nº 88/89, Madrid, 1998, pp. 308-3233

 Ver, por ejemplo, el triste papel del arquitecto en las conversaciones que mantuvieron Jean Baudrillardy Jean Nouvel en  Los objetos singulares. Arquitectura y Filosofía. Fondo de Cultura Económica, Mexico,2000