Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina

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Serie: Cursos y Jornadas Nº 5 - Noviembre 1999 Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina Departamento de Asia y el Pacífico Universidad Nacional de La Plata Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales

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Serie: Cursos y Jornadas Nº 5 - Noviembre 1999

Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina

Departamento de Asia y el Pacífico

Universidad Nacional de La Plata Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales

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Introducción

El presente volumen da cuenta de la VI Semana del Asia y el Pacífico en Argentina. Dicho evento forma parte de la serie de conferencias anuales organizadas por el Departa-mento de Asia y el Pacífico, del Instituto de Relaciones Internacionales de la U.N.L.P.

La Semana se ha transformado a lo largo de los sucesivos años en un interesante fo-ro de debate, tanto académico como gubernamental y empresario. Además, brinda una oportunidad al público en general de ponerse en contacto con la realidad y problemas de una de las regiones más interesantes y dinámicas del mundo como es la zona de Asia.

En este contexto y con el objetivo de proveer una visión profunda y coherente sobre la región, presentamos en esta ocasión un resumen de las principales discusiones que com-pusieron las Mesas 1 y 2 de la VI Semana. Es necesario agradecer el paciente trabajo de edición realizado por Braulio Cordi, así como la continua colaboración de todos los miem-bros del Instituto en general y los del Departamento del Asia y el Pacífico en particular.

En cuanto a las conferencias, el Prof. Alain Fairlie analiza en primer lugar las causas

de la Crisis Asiática, identificando el accionar de múltiples factores que coadyuvaron a que la crisis se desatara y a que tuviera la magnitud que tuvo.

La respuesta inicial a la crisis provino del FMI, con polémicas medidas no siempre ajustadas al contexto social y económico sobre el que debían actuar. En otras palabras, el FMI no ha comprendido la naturaleza distinta del tipo de capitalismo existente en Asia.

El autor luego analiza las posibles consecuencias que la Crisis presenta para Améri-ca Latina, identificando dos: comerciales y financieras. En el primer caso hay una caída del precio de las materias primas y competencia entre los países de ambas regiones por mejores accesos a mercados internacionales. En el segundo, un cambio negativo en el flujo de capi-tales a la región, lo que afectó por igual los mercados cambiarios y el crédito internacional.

El comercio entre ambas regiones presentó durante la década de los 90’s un crecien-te perfil unidireccional desde Asia a América Latina. En cuanto a la inversión, el flujo es inverso, concentrándose en México, Centroamérica (por incidencia del TLC), Perú y Brasil. De todas maneras, a partir de la Crisis la inversión ha disminuido.

Otro efecto de la crisis ha sido su impacto sobre la liberalización comercial a través de acuerdos subregionales, como APEC y la Comunidad Andina. Sin embargo, en el caso de la segunda, se avanzó con la firma del Acta de Guayaquil en importantes aspectos como el mercado y política exterior común, participación ciudadana, entre otras medidas. Tam-bién se firmó un Acuerdo Marco con Mercosur, con vistas a un área de libre comercio. La coordinación de políticas como respuesta a impactos externos como la Crisis Asiática es otro avance ante la vulnerabilidad de estas economías.

El Dr. Gutiérrez analiza la exitosa experiencia del capitalismo en Asia, basado en la

apertura al exterior, la relación entre el Estado y el sector privado, y la producción indus-trial. Este proceso fue comandado por Japón, seguido primeramente por Corea del Sur, Taiwán, Singapur y Hong Kong, y luego por Malasia, Tailandia, Indonesia y China Popu-lar. Las relaciones entre estos países fueron descritas como de aprendizaje tecnológico y productivo.

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Si bien países como Argentina, Brasil y México presentarían aspectos similares a es-te desarrollo, ellos se distancian de la experiencia asiática en su riqueza de recursos natura-les, la temprana industrialización, y la fuerza de las empresas transnacionales. Además, América Latina contó con mucho menos ayuda externa y “sufrió” la ausencia de un líder como Japón. En el caso chileno, su desarrolló se sustentó en una economía de mercado claramente abierta. Chile apostó luego a políticas neo-liberales, combinando exportaciones y apertura con bajo aprendizaje tecnológico y disparidades sociales. La opción para este país parecería ser una inserción externa en base a la industrialización.

El Prof. Silbert, por su parte, cuestiona los efectos que ha tenido la serie de cambios

producidos a fines de los 80’s, en función de las relaciones entre Corea, Argentina y la República Popular China. Estos años cambian el escenario general del capitalismo mundial, y prolongan según el autor la crisis iniciada en 1973. Globalización y transnacionalización son dos términos claves, más allá de la carga ideológica de ambos, para comprender las relaciones internacionales a fines del siglo XX. En este sentido, se hace claro el accionar de bloques como NAFTA (EE.UU.), la Unión Europea y Asia (Japón-China).

Mercosur sería una nueva realidad social y económica en vistas a consolidarse. Ante esto, Mercosur debe enfrentar, afirma Silbert, dos grandes desafíos. Externamente, los in-tentos de EE.UU. de incorporar a estos países dentro de su órbita de influencia, en este caso dentro del proyecto de una “Zona de Libre Comercio” desde Alaska a Tierra del Fuego. E internamente, Mercosur aún no ha definido qué modelo de integración pretende desarrollar, y cuáles van a ser las relaciones sociales y económicas que éste tenga con relación a las sociedades de sus países miembros.

En este contexto, es evidente la incertidumbre en torno a las relaciones bilaterales entre los tres países estudiados. Así, las mismas dependerán de los acontecimientos con relación a la integración regional, la resolución de conflictos (entre las dos Coreas, pero también entre Japón y China) y la propia evolución del sistema capitalista mundial.

En cuarto lugar, el Prof. Won-Ho Kim analizó las relaciones Asia-América Latina

desde la perspectiva de la crisis financiera en Asia. Las relaciones diplomáticas, comercia-les y de inversión entre estas regiones han sido, por razones geográficas, tradicionalmente pobres. Sin embargo, esta situación cambió en la década de los 90’s.

Existen varias razones para ellos: primero, por la liberalización del comercio y el crecimiento económico en América Latina; segundo, por la incidencia de NAFTA y MER-COSUR; tercero, la pérdida de competitividad en Asia y la economía global; y finalmente, los intereses estratégicos estadounidenses en ambas regiones.

En consecuencia, las relaciones entre Asia y América Latina rápidamente se robus-tecieron, dando incluso lugar a interesantes planteos de cooperación Sur-Sur. No obstante, luego de la Crisis, las relaciones se han complicado debido a obvias consecuencias en los flujos comerciales y de inversión y producción. Además, el efecto de contagio de la Crisis asiática en países latinoamericanos no es algo que se pueda obviar. Concretamente, Améri-ca Latina se vio inundada de importaciones asiáticas (devaluadas), y Asia enfrentó ágiles barreras proteccionistas (no arancelarias).

La prosperidad de ambas regiones podría encontrarse, sugiere el autor, en las si-guientes medidas: discusión de los cambios producidos, armonización de la noción de re-gionalismo abierto aplicado por ambos bloques de países, compartir las experiencias de

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Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 5 - desarrollo en un mundo globalizado, acciones conjuntas ante la reestructuración financiera mundial.

En su ponencia, el Dr. Cesarín hace una interesante revisión de las exposiciones an-

teriores. En primer lugar intenta definir lo que constituiría el así llamado “capitalismo con-fuciano”, en contraposición al capitalismo anglosajón. A partir de ello, y en función de la base cultural de la sociedad, se podría explicar el fenómeno del crecimiento económico de la mayoría de los países de la región, es decir, de sociedades no occidentales. Dicho capita-lismo asiático o desarrollista está caracterizado por un Estado regulador y agente activo del proceso económico, la multiplicación de redes de contacto (como los Chinos de ultramar) y una constante adaptación a nuevas tecnologías que aseguren la competitividad internacio-nal.

Es importante resaltar, continúa el autor, que mientras Asia crecía, América Latina se encontraba encerrada en el círculo vicioso del endeudamiento. Sin embargo, ambas re-giones compartían la filosofía económica de otorgar el Estado el papel de agente económico activo. Por supuesto, la diferencia de resultados finales se debe principalmente a la capaci-dad de los encargados de implementar las políticas.

Esto señala la necesidad, por parte de las economías latinoamericanas, de compren-der la viabilidad del ‘capitalismo asiático’ como alternativa al anglosajón. La crisis econó-mica de 1997 puede ser interpretada como un debate en torno al papel del Estado como actor dinamizante del proceso capitalista, o como el conflicto entre la posibilidad de éxito económico sin democracia política. Una explicación o lección más importante de la crisis es el reconocimiento de que las instituciones creadas luego de la II Guerra Mundial (el orden de Bretton Woods) ya no son suficientes ante el mercado mundial económico globa-lizado. Esto es muy claro en la economía financiera y los mercados de valores.

América Latina debe aprender y actuar conjuntamente con Asia en la generación de un nuevo consenso ante la realidad cambiante del sistema económico mundial. Sin embar-go, para que esto sea posible, es necesario una previa comprensión de la realidad social y cultural de Asia. En este sentido, el Dr. Cesarín rescata las ideas de diálogo entre civiliza-ciones del Prof.. Bakar, en contraposición a la conocida tesis de Huntington sobre el choque de las civilizaciones.

Lic. Sebastián D. Baglioni Departamento de Asia y Pacífico

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El Instituto de Relaciones Internacionales (I.R.I.), perteneciente a la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata, tiene una vez más la satisfacción de presentar a través de esta publicación las ponencias más importantes que se realizaron en el marco de las jornadas denominadas Sexta Semana del Asia Pacífico en Argentina : la experiencia exportadora argentina en los mercados del Asia Pacífico. En este caso se incluye la temática de la Mesa 3, que abordó las repercusiones de la Crisis en las relaciones económicas entre Argentina y el Asia Pacífico.

La Semana del Asia Pacífico es un evento anual que el I.R.I. realiza hace ya seis

años en nuestra ciudad con el fin de profundizar y difundir el conocimiento de una región tradicionalmente considerada marginal tanto para los encargados de formular la política exterior como para el sector privado argentino. Aunque existen diversas razones que justifi-can en parte dicha conducta -geográficas, culturales, históricas-, la región del Asia Pacífico en general y del Sudeste Asiático en particular, ha protagonizado un desarrollo económico casi sin pausa desde fines de la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros días. Durante la última década, dicho crecimiento ha conseguido reposicionar a la región como uno de los polos de desarrollo más significativos del globo. Debido a ello, se ha generado en nuestro medio un gran interés por estudiar desde el ámbito académico las razones que permitieron ubicar a la región entre aquellas de más relevancia económica, y por consecuencia también política, del sistema internacional.

Este año, los especialistas en Asia centraron su interés en una serie de turbulencias económicas que pusieron a prueba el desempeño de países como Japón, Corea del Sur, Malasia y Taiwan, considerados hasta hace poco tiempo al margen de eventuales disfuncio-nes cíclicas del sistema capitalista, ahora globalizado.

Durante la Sexta Semana del Asia Pacífico los distintos expositores han intentado describir por un lado, los orígenes y alcances de la crisis asiática y por otro, las oportunida-des que los mercados asiáticos aun ofrecen a las exportaciones argentinas.

La presencia del Ingeniero Julio Bermant ha permitido extraer valiosas conclusiones

de su experiencia en los mercados asiáticos, en especial el chino y malasio. Según él lo explica en su ponencia, el éxito obtenido hasta el momento se ha basado en el respeto y consideración de una cultura distinta y la realización de compromisos comunes de cara al futuro.

Fue el Lic. Virgilio Tedín Uriburu el encargado de analizar en profundidad los moti-

vos que desencadenaron la crisis. Primero identifica dos causas que podríamos llamar “pro-fundas”, la primera resalta la vinculación existente entre la crisis asiática y la volatilidad del capital como fruto de la globalización; la segunda contrapone los denominados modelos de desarrollo asiático y anglosajón. Luego, enumera las causas convencionalmente aceptadas por la escuela ortodoxa. Así, Uriburu señala la escasez de crédito, la sobreinversión indus-trial, la falta de consolidación democrática y la excesiva burocratización de los procesos. Finalmente, la alta tasa de ahorro, la diversidad de oportunidades e incluso la evolución en la dieta alimentaria serían elementos positivos que nos permitirían seguir considerando a la región como un lugar prometedor para nuestras exportaciones.

Por último, el Dr. Miguel Matera también se preocupó en resaltar las posibilidades

que el mercado asiático sigue brindando a nuestros productos. Los puntos a destacar serían

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la extensión y diversidad de dicho mercado, la competitividad y calidad relativa de nuestros productos y el mantenimiento y consolidación de reglas a largo plazo. Sin embargo, consi-derar a la región como un bloque de características y comportamiento homogéneo sería un error grave a la hora de maximizar nuestras oportunidades.

Lic. Raúl Leopoldo Tempesta Departamento de Asia y el Pacífico

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Guía de discusión para el taller sobre la agenda de las relaciones económicas de América Latina

y el Caribe con la región de Asia Pacífico

Proyecto sobre las relaciones externas conjuntas de la Comunidad Andina

Alain Fairlie

1. La Crisis Asiática en Perspectiva

El Debate Diversas interpretaciones han tratado de explicar la crisis asiática, cuya magnitud

y desenlace no fue prevista por los analistas e instituciones internacionales. Si observamos las estadísticas y proyecciones que se realizaban para la región a inicios de 1988, no se preveía que ocurriría nada parecido. Así por ejemplo, revisando las agendas de trabajo de los grupos regionales asiáticos, como APEC, ASEAN, los temas discutidos se centraban principalmente en los procesos de apertura regional, armonización arancelaria y aduanera, entre otros1.

Las explicaciones sobre los orígenes de la crisis son diversas: desde hipótesis co-mo la de los “especuladores malvados”2, propuesta por el Primer Ministro de Malasia en 1997, pasando por la hipótesis del apalancamiento3 y el rol de los mercados derivados, así como la de quienes sostienen que el gran problema fue la vulnerabilidad financiera de los países de la región4, o que fue la excesiva inversión y la irracional estructura de la misma la que originó la crisis5.

1 Economic Committee APEC. “Impacto de la Liberalización comercial en APEC”. Documento de Trabajo. Noviembre 1997. 2 Sostenida por el ministro de Malasia Mohamad Mahatir en setiembre de 1997, por la cual los operadores de fondos de inversión, obtienen beneficios atacando las monedas y mercados de los países más pobres. 3 Sostenida por el Dr. Haluk Unal, Prof. asociado de la Universidad de Maryland, así como por el Dr. J.A, Kregel (06/02/98 y 19/02/98 en la revista: Integración y desarrollo, N° 1 y 2, 1998). La crisis se explicaría por la combi-nación del grado de apalancamiento operativo (depende de los costos fijos operativos) y del grado de apalanca-miento financiero (depende de la relación deuda-intereses). 4 Ver en: DORNBUSCH, Rudiger. Consecuencias de la Crisis Asiática: Lecciones para limitar la vulnerabilidad financiera. PUC, junio de 1998. En esta conferencia, Dornbusch manifestó que el hecho de tener grandes déficits de cuenta corriente, los cuales requerían constantes préstamos frescos, así como, el gran endeudamiento en dólares a corto plazo por los bancos y compañías privadas, constituyeron los factores claves de la crisis. 5 Propuesto por el profesor Zhouh Daojiong, del Comité de la PECC FMD, setiembre de 1998.

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Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 11 - Algunas instituciones presentaron enfoques más eclécticos (integrales), así, para

la CEPAL, son los factores macroeconómicos, institucionales, así como los relacionados con la estructura productiva y la competitividad, los que pueden explicar la crisis6. Por su parte el SELA agrupa los factores en coyunturales y estructurales.

En los últimos años, la tasa de crecimiento del crédito en la región fue mayor al producto7. Estos créditos eran otorgados en gran medida por los bancos internacionales (especialmente bancos japoneses). El endeudamiento que se produjo fue realizado princi-palmente por el sector privado no bancario8, sólo en el caso de Taiwan y Corea, el mayor porcentaje de endeudamiento es del sistema bancario nacional. A diferencia de otras crisis, está se originó por un endeudamiento del sector privado y no del sector público. Los niveles de deuda se duplicaron en 3 años, los cuales eran principalmente préstamos de corto plazo.

La escasa supervisión financiera y las altas tasas de interés internas, facilitaron el ingreso de capitales, por ende el endeudamiento excesivo, así como, la formación de burbu-jas especulativas en los mercados bursátiles y de bienes raíces.

El deterioro en términos de las cuentas externas (Balanza en Cuenta Corriente)9, se debió en parte a la apreciación monetaria que se produjo en la región, como producto del aumento del dólar desde 1995. Esta situación afectó la competitividad de las exportaciones de la región especialmente frente a China10.

Adicionalmente, se redujo la demanda mundial de productos manufacturados, co-mo los electrónicos, químicos, acero, textiles, los cuales explican buena parte de las expor-taciones de la región al mundo11. Esta situación llevó a un aumento en el déficit en cuenta corriente, sumándose al aumento de las importaciones por las facilidades del crédito exter-no.

En cuanto a las inversiones, éstas se concentraron en un buen porcentaje en secto-res especulativos (inmobiliario y bursátil)12, el flujo de inversiones era mayor al ahorro, debido en gran parte al aumento de la demanda doméstica. A esta situación, se le puede añadir, los mayores niveles de las tasas de interés nacionales en relación a las internaciona-les, este diferencial llevó a la salida brusca de los capitales de corto plazo invertidos en la región, una vez iniciada la crisis.

Asimismo, la fragilidad y la falta de adecuación de la estructura del sistema finan-ciero en estos países13, resultó ser un problema adicional.

6 Ver CEPAL: Impacto de la Crisis Asiática en América Latina. 7 En el caso de Filipinas, Tailandia, Malasia, Indonesia y en menor grado Corea, Taiwan y Singapur.Ver: APEC datos estadísticos. 8 Más o menos un 60% de la deuda total en Tailandia y Filipinas corresponde a este sector, un 70% a Malasia y un 80% a Indonesia. 9 Para S. Fischer, resulta ser uno de los principales problemas que originó la crisis. Ver En: Boletines del FMI para los meses de noviembre y diciembre de 1997. 10 La cual devaluó su moneda en 1994. 11 Para 1995, las exportaciones del Este y Sudeste asiático (Corea, Filipinas, Indonesia, Malasia, Singapur, Taiwan y Tailandia) en bienes manufacturados fue de 15.8%, el de textiles 14.5%, entre otros. Ver CEPAL: Impacto de la crisis asiática en América Latina. Cuadro A.7. 12 Situación que para el SELA, R. Dornbusch. P. Krugman, S. Fischer, fue un factor importante de la crisis. 13 Posición que también comparte Dornbusch, Krugman, el SELA, entre otros.

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2. Políticas de respuesta implementadas y repercusiones para las economías andinas

I. El debate en torno a las propuestas del FMI Diversas críticas se han formulado al FMI por las recomendaciones de política que

ha sugerido y/o contribuido a complementar en diversos países de la región asiática. En efecto, países asiáticos como Japón, Corea, Indonesia, Tailandia, están en recesión, el sis-tema bancario en crisis, sus monedas devaluadas. Sin embargo, el FMI le recomienda a Japón reducir su tasa de interés y aumentar el gasto público para reactivar la economía y de esta forma recobrar la confianza en el yen. Al mismo tiempo a Corea y otros países les dicen que se debe subir la tasa de interés para intentar atraer capitales y políticas monetarias y fiscales restrictivas. Simultáneamente sugieren tipos de cambio flexibles para las econo-mías asiáticas, mientras que a China la felicitan (el Presidente Clinton personalmente) por mantener el tipo de cambio fijo.

El Dr. Martín Feldstein publicó un artículo14 donde señala que uno de los proble-mas es que el FMI está actuando en Asia como si se tratara de países ex-socialistas en tran-sición. A pesar de las situaciones diferentes, en general está recomendando las mismas políticas monetarias y fiscales que se implementaron en la década del ochenta en América Latina.

Existe un problema con los supuestos, ya que países como Tailandia tenían supe-rávit fiscal, elevados ratios de ahorro como porcentaje del PBI y flujos de capital concen-trados en inversión directa extranjera. Las razones del colapso, para el autor, se encontrarí-an principalmente en los crecientes y sostenidos déficits en cuenta corriente originados en tipos de cambio fijos en países como Tailandia, Indonesia, Malasia y Filipinas. Un ejemplo de la falla garrafal en el diagnostico del FMI lo constituye el caso coreano.

Corea es diferente a las economías anteriormente referidas por su mayor peso en la economía mundial; estaba funcionando bien con tasas de crecimiento de 8% del producto Bruto Interno (aunque se había producido un colapso en el mercado de semiconductores, la principal exportación coreana, lo que originó un incremento sustancial en su déficit en cuenta corriente).

La dificultad central en el caso coreano fue que las deudas de corto plazo excedían los activos en moneda extranjera. Se trataba de un problema de iliquidez temporal, más que de insolvencia. Por lo tanto, no se requerían las clásicas medidas del FMI sino una reestruc-turación de la deuda de corto plazo, proceso en que el FMI hubiera podido servir de puente.

Lejos de ello, el FMI para dar un préstamo exigió la apertura del sistema bancario y de seguros, eliminación de restricciones a las importaciones, cuestionó la no independen-cia del Banco Central coreano y que no tuviera la reducción de la inflación como único objetivo, señaló que las diferentes actividades de los conglomerados dificultaron la contabi-lidad financiera, que los ratios deuda/capital de sus corporaciones eran muy elevados, y que debía flexibilizarse el mercado laboral.

14 En el número de marzo - abril de este año de la Revista Foreign Affairs

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Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 13 - Solo sería aceptable haber presionado a Corea de esa manera, si se consideraban

afirmativamente 3 cuestiones centrales: si las reformas eran indispensables para retomar el acceso a los mercados de capital, si son medidas técnicas que no interfieren con la jurisdic-ción y soberanía coreanas, y si en el caso la situación se hubiera presentado en Europa les pedirían lo mismo. Los argumentos del Dr. Feldstein, sugieren más bien una respuesta negativa.

Krugman plantea que no existe desde la Gran Depresión de 1929, una crisis tan importante como la generada por el problema asiático. Frente a ello las crisis latinoameri-canas en las últimas 2 décadas, son un juego de niños (en términos de recesión, magnitud de la crisis bancaria y extensión mundial del fenómeno).

La estrategia del FMI consistió básicamente en prestar algo de dinero a las econo-mías afectadas, a cambio de exigir reformas en sus economía que eliminen los vestigios de capitalismo dirigido, mantener tasas de interés elevadas para que permanezca el capital, y esperar que retorne la confianza transformando el actual círculo vicioso, en un círculo vir-tuoso. Para el FMI esta estrategia había funcionado en el caso mexicano (en los noventa).

Frente a la propuesta del FMI se dieron dos clases de críticas. De un lado, los que recomendaban defender los tipos de cambio a cualquier costo, lo que implicaba pérdida de reservas internacionales y un gran incremento de las tasas de interés que agudizaba la situa-ción (dado el gran endeudamiento). Otros economistas le decían al FMI que se debía redu-cir la tasa de interés para reactivar la economía y gradualmente mejorar la situación banca-ria. Pero, ¿cómo hacerlo mientras las monedas locales perdían aceleradamente su valor?

Según Krugman, la propuesta fondomonetarista no funcionó porque insistió en que los países redujeran gastos e incrementaran impuestos, lo que fue una política deflacionaria gratuita que empeoró la recesión. También, porque el Japón fue parte del problema y no pudo jugar el papel de locomotora regional que tuvo Estados Unidos con México. Además, que las alzas dramáticas de las tasas de interés no eran sostenibles por el gran nivel de en-deudamiento y las características peculiares del sistema financiero asiático.

En general, los críticos al FMI están diciendo lo que hubiera ocurrido si se aplica-ban las políticas correctas –las suyas– pero no dicen qué hacer hoy. ¿hay solución? Si hay dice Krugman. Pero, se le ha estigmatizado y es impronunciable: controles de cambio. Es cierto que esta política tiene limitaciones y podría generar problemas, ¿pero cuáles frente al desastre existente en Asia?.

Con el control de cambios temporal, las tasas de interés caerían y las economías locales podrían eventualmente recuperar la confianza (sobre bases reales), lo que implicaría eliminar los controles, si es posible para siempre. China, por ejemplo, está mucho mejor que sus vecinos: no incrementó las tasas de interés y mantuvo un tipo de cambio fijo.

Krugman señala que su propuesta debe incrementarse rápido, ya que puede repe-tirse el escenario de la Gran Depresión de 1929: Sociedades devastadas, gobiernos desesta-bilizados, y eventualmente desenlaces bélicos. “Situaciones extremas requieren soluciones extremas”.

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II. Los canales de transmisión Diversos economistas coinciden en identificar básicamente dos canales de transmi-

sión de la crisis asiática sobre América Latina: los canales comerciales y los financieros. Respecto a los canales comerciales, el peso de los países asiáticos en el comercio

mundial hace que una disminución de la demanda en sus economías, afecte el precio inter-nacional de las materias primas. Esto reduce el valor de las exportaciones de los países de América Latina que tienen comercio importante con esa región, en particular Chile y Perú.

De otro lado, las devaluaciones producidas en la región asiática, mejoran la com-petitividad de sus exportaciones, lo cual no solo puede “inundar” de mercaderías nuestros mercados, sino también disminuir nuestra presencia en los mercados internacionales en los que competimos con ellos. Esto ocurre en particular en el mercado estadounidense y en la propia región latinoamericana, especialmente en productos como químicos, acero, textiles, calzado.

Respecto a los canales financieros, un factor negativo es el cambio de signo del in-greso de capitales a nuestra región a partir de octubre de 1997, cuando se producen las crisis de bolsa de valores en diversos países no solo asiáticos. Los agentes económicos internacionales buscaron una posición de toma de ganancias en América Latina para com-pensar pérdida en otros mercados y tener liquidez, lo que afectó primero las bolsas y, en segundo lugar los mercados cambiarios, los sistemas bancarios y el acceso al crédito inter-nacional.

Las perspectivas comerciales para América Latina y, particularmente para la Co-munidad Andina, no resultan muy alentadoras. Los efectos inmediatos de la crisis para nuestros países, se sintieron principalmente en la reducción de los precios de las materias primas, particularmente el caso del cobre y del petróleo (Ver Cuadro 1), así como en la salida de flujos de capital de corto plazo que invertía en Bolsa.

Bolivia se ha visto afectado, principalmente por la restricción en los flujos de in-versión que se han producido. En el ámbito social, actualmente el país enfrenta moviliza-ciones de sectores diversos que demandan aumentos salariales.

En el caso de Colombia, se han aplicado medidas de carácter monetario (devalua-ción del 20% de su moneda) debido a la volatilidad de capitales de corto plazo experimen-tadas en el mercado cambiario y financiero. Cabe resaltar que antes de octubre de 1997 se produjo un apreciable devaluación.

Ante la salida de capitales, el Banco de la República aumentó la oferta de divisas para lo cual usó sus reservas.15 Asimismo, se redujo el encaje sobre créditos externos (de un 30 a 25%). Las tasas interbancarias aumentaron de 24 a 40%.

En Venezuela, Colombia y en Brasil se han producido acontecimientos adicionales a los que han afectado a otras economías de la región: la devaluación de facto en el primer caso y la pérdida de reservas internacionales en el segundo, y los cambios en el mercado cambiario colombiano. Una crisis en la economía brasileña tendría impacto no solo en los miembros del Mercosur. Ambos países además están en un período pre-electoral que agrega un factor de tensión política a la coyuntura caracterizada por la volatilidad de los mercados bursátiles, cambiarios y financieros de la región.

15 Más de US$ 500 millones en los dos primeros meses de 1998. Ver CEPAL: Impacto de la crisis asiática en América Latina. Capítulo 3.

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Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 15 - Los efectos negativos también se harán sentir en la reducción de los ingresos fisca-

les que se obtienen por la venta de los principales productos de exportación de la región, como es el caso del petróleo para Ecuador y Venezuela.

En el caso de Venezuela, debido a la disminución del precio, el gobierno ha visto necesario reducir el gasto público. Como se sabe, las exportaciones de Petróleos de Vene-zuela (PDVSA), representan más del 50% de los ingresos del gobierno.

Ecuador, presenta un problema similar, pues el 35% de sus exportaciones son ven-tas de hidrocarburos y generan un 30% del ingreso fiscal. Las medidas fueron la reducción en un 5% en los gastos presupuestales y el aumento de los aranceles16.

Debido a la posición que tiene el Perú en términos comerciales con la región asiá-tica y por las características de su estructura exportadora, la crisis asiática ha tenido un impacto negativo. Se puede señalar en primer término, la disminución en el volumen de exportaciones, como producto de la reducción de la demanda y la caída de los precios mun-diales. Así, en el segundo trimestre de este año, el déficit de Cuenta Corriente ha llegado al 6.4% del PBI esto es, US$ 2210 millones, aumentando en un 60% respecto al pasado año17.

En materia financiera, si bien se cuenta con una esquema bien diseñado en materia de supervisión financiera, algunos analistas señalan que, se debería modificar el plazo para cumplir los requerimientos de provisiones exigidas hasta el año 2000 para que los Bancos tengan un respiro. Las proyecciones de crecimiento para este año son de 2.8% frente al 5% de proyección oficial hecho a comienzos de año.

En los países de la región, frente a la crisis asiática tomaron (a excepción del Perú) medidas de política fiscal, monetaria y comercial. Las políticas fiscales fueron de incremen-to de los impuestos y reducción del gasto. Las políticas monetarias se hicieron más restric-tivas, elevando sustancialmente la tasa de interés doméstica, como un mecanismo para evitar el retiro de depósitos de los sistemas bancarios.

La combinación de ambas medidas buscaron disminuir el nivel de actividad, las importaciones y con ello mejorar el saldo de balanza comercial. Asimismo, se trataba de mejorar las cuentas fiscales (aún cuando la recesión también reduce la recaudación tributa-ria).

Las políticas comerciales fueron principalmente mecanismos antidumping y cláu-sulas de salvaguarda. Las implementaron, entre otros, Argentina, Colombia, Ecuador y Brasil. Para poner dos ejemplos, en Colombia el Consejo Superior de Comercio exterior dispuso a fines de enero, medidas de salvaguardia que podrían bloquear hasta por 4 años el ingreso de productos extranjeros que perjudiquen la producción nacional. En Argentina se agilizaron las investigaciones antidumping relativas a importaciones provenientes de Asia (relojes, juguetes, calzado, textiles, aparatos electrónicos, alimentos y herramientas, entre otros).

3. Relaciones entre comunidad andina y región Asia Pa-cífico

A diferencia de América Latina, los países de Asia Pacífico (menos Japón) se ca-

racterizaban por regímenes políticos con perfil autoritario, alta concertación entre Estado –

16 Ver en CEPAL: El impacto de la crisis asiática en América Latina. 17 Datos oficiales. Banco Central de Reserva del Perú.

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agentes económicos y sociales, una clase empresarial innovadora. En materia de indicado-res macroeconómicos, mantenían altos niveles de ahorro e inversión, habían logrado mejo-rar la distribución del ingreso y beneficios sociales, se establecieron mecanismos de promo-ción de exportaciones. El estado intervencionista y activo, impulsó este crecimiento.

Con la crisis, las críticas al modelo asiático han sido diversas: corrupción, falta de transparencia, clientelismo, inversión especulativa, sobreinversión, entre otras. Sin embar-go, los denominados “valores asiáticos”, tales como concertación entre los diferentes acto-res económicos y la existencia de un proyecto nacional, podrían llevar a una rápida recupe-ración18.

1. El intercambio comercial entre Asia Pacífico y América Latina: características y tendencias

El comercio entre los países de América Latina. y Asia Pacífico se incrementó sus-

tancialmente en la primera mitad de los noventa. Las importaciones latinoamericanas desde Asia se incrementaron a tasas mayores que las compras de Asia en Latinoamérica. Asia Pacífico representa uno de los más importantes socios comerciales para América Latina, pero ésta tiene una pequeña importancia para los primeros.

Dos problemas interrelacionados pueden dar explicación al nivel de crecimiento moderado del flujo de comercio entre las dos regiones: la composición de países y la com-posición de productos: Los flujos de comercio entre Asia Pacífico y América Latina se concentran en pocos países: Japón, China, Taiwan y Corea en Asia; Brasil, Chile y México en América Latina. Sobre la composición de productos: las importaciones de América Lati-na desde Asia se componen de bienes manufacturados y exportan productos primarios19.

También se pueden precisar las relaciones entre Asean y América Latina, (19% de las exportaciones de nuestra región al Asia Pacífico). En 1996, Brasil concentró casi la mitad de las exportaciones de la región (45%), Chile concentró el 15%, Argentina el 13%, México el 10% y Perú el 5%. Para Brasil representa sin embargo, un 3% de sus exportacio-nes totales, de manera similar para Chile y Perú, para Argentina representa alrededor del 2.5% y para México el 0.44%20.

Los principales exportadores de ASEAN son: Malasia (31%), Singapur (26%), In-donesia (20%), Tailandia (13%) y los destinos son México y Brasil (con la mitad y ¼ del total, respectivamente).

Se ratifica así, el hecho que en cuanto a volumen de comercio los países más gran-des de la región concentran los intercambios. Pero, en cuanto a la importancia en su estruc-tura global de comercio el mercado asiático es central para las economías pequeñas como Chile y el Perú.

Las relaciones comerciales entre la Comunidad Andina y el Asia Pacífico, son po-co significativas como porcentaje del comercio total21. Así, para 1996, las exportaciones de Bolivia a la región representaron un 0.3% de sus exportaciones totales, en el caso de Co-

18 José Carlos Moneta. Dragones Tigres y Jaguares (1998). Capítulo III. 19 Mikio Kuwayama y José Carlos Mattos. “Trade Perspectives between Latin America and Asia and the Pa-cific”. ECLAC, LC/L.1082. 12 January 1998. 20 Gerardo Noto. Dragones, Tigre y Jaguares (1998), capítulo VI. 21 Ver cuadro 2 y datos de la Dirección de Estadística del FMI y Dtastream

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Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 17 - lombia fue un 0.7%, para Ecuador un 7%, para Perú un 9.2% y para Venezuela un 0.3%22. Si incluimos a Japón, estos porcentajes aumentan: en el caso de Bolivia a un 0.6%, para Colombia a un 4.1%, en el caso de Ecuador a un 9.9%, en el caso peruano a un 15.8% y para Venezuela ascienden a un 0.9% del total de sus exportaciones.23

Es necesario tomar en cuenta, que el mayor porcentaje de las exportaciones asiáti-cas no compite con las de América Latina y particularmente con las de la Comunidad An-dina en los mercados del OECD. Éstos exportan bienes manufacturados de consumo y bienes de capital (productos electrónicos, eléctricos, computadoras, maquinarias, frente a las exportaciones de materias primas y semi manufacturados de nuestros países a Europa y Japón principalmente). Pero, la situación es diferente en el mercado de Estados Unidos y en la propia región, éstos bloques, absorben la mayor parte de las manufacturas de la sub-región andina y es ahí donde la competencia con los productos asiáticos puede verse com-prometida (sector de productos químicos, textiles, acero y calzado)24

El ingreso de países como China e Indonesia al mercado de algunos productos ma-nufacturados puede alterar también, los precios de esos productos y limitar la posibilidad de acceso de nuestros países.

2. Tendencias de las corrientes de inversión A fines de los 80, América Latina recibió flujos de inversión de Asia Pacífico en

Centroamérica y México para mejorar la posición de éstos últimos en el TLC. Las caracte-rísticas de las inversiones asiáticas en América Latina son: la concentración en sectores de productos textiles y calzado, concentración en a pocos países de la región, comercio de recursos naturales (Perú y Brasil)25.

Los factores que impulsan las inversiones son entre otros: costo de la mano de obra, proximidad al mercado norteamericano, disponibilidad de materias primas con venta-jas de precio y calidad, incentivos a la inversión, estabilidad de la región en términos ma-croeconómicos y el crecimiento del mercado interno, así como las ventajas de localización por las iniciativas subregionales de integración (caso del ALCA) que pueden estimular los flujos de inversión de Asia Pacífico26.

El intercambio comercial debería orientarse a crear una especialización y comple-mentación intraindustrial en sectores con mayor complejidad y fortalecer la posición expor-tadora de las economías receptoras. Así también, favorecer las nuevas formas de inversión como la subcontratación, las licencias, joint ventures, franquicias, contratos de gestión que han caracterizado a las inversiones intra-asiáticas, así como establecer vínculos de coopera-ción tecnológica.

La crisis financiera influye negativamente en el flujo de inversión hacia América Latina en el corto y mediano plazo. Sería muy importante que empresas de América Latina apoyadas por el estado inviertan en el Asia Pacífico para así poder establecer las bases para futuras relaciones. Ello contribuiría a la reestructuración tecnológica de la región.

22 Ver cuadro N°3. 23 Ver cuadro N°3. 24 CEPAL. Impacto de la crisis asiática en América Latina (1998). 25 China invirtió US$ 10 millones en Brasil, US$ 300 millones en Perú y US$ 45 millones en Venezuela. Corea del Sur ha invertido en Maquila en especial electrónica en México. 26 José Carlos Moneta. Dragones Tigres y Jaguares (1998). Capítulo III

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3. Inversión Extranjera Directa. La crisis financiera está influyendo negativamente en el flujo de inversiones hacia

América Latina en el corto y mediano plazo. La IED por parte de los países asiáticos, si bien no es muy significativa hacia los países de la Comunidad Andina, ha disminuido.

En el caso de la Comunidad Andina, la situación podría complicarse, debido a la dependencia de estos países sobre la inversión extranjera. Esta situación puede producir una mayor presión sobre la Balanza de Pagos y el crecimiento económico, así como una falta de liquidez.

El grado de incertidumbre respecto al financiamiento externo de América Latina en 1998 es muy alto. Si bien los capitales de CP a diferencia de los años 91-94, representa un pequeño porcentaje de los flujos financieros netos que recibe la región, si continúa la reducción de las inversiones de portafolio hacia nuestros países27, disminuirá el financia-miento exterior para la región, se puede producir además una disminución de la IED.

Una preocupación adicional, la constituye la dificultad en el acceso al mercado in-ternacional de obligaciones para países como México, Argentina y Brasil, que requieren de éstas para evitar la crisis de liquidez y para hacer frente a sus amortizaciones de deuda externa en este año. La crisis asiática ha hecho que varias emisiones por parte de los países latinoamericanos previstas a fines de 1997 se posterguen28, además se ha producido un aumento de los spreads29.

Que se produzca la reapertura del mercado de eurobonos y la reducción de los spreads dependerá en gran medida de que las principales fuentes de inestabilidad en Asia desaparezcan y que no se produzcan nuevos factores de crisis.

En el caso peruano la presencia asiática (en particular japonesa) ha sido en la co-operación económica, más que en la inversión, En este caso ha sido China el protagonista por la inversión en el hierro, lo que explica los incrementos de comercio con ese país que sería más precisamente entre empresas chinas. No existe un cambio cualitativo en los flujos existentes previamente: materias primas vs. manufacturas, ni en las tendencias que se han producido en los últimos años30.

4. Los Bloques y La Crisis Asiática Las proyecciones para la región asiática en 1998, son desfavorables (Ver cuadro 4

y 5), así por ejemplo, el crecimiento del PBI en la mayoría de los países ha disminuido de 3 a 4 puntos porcentuales, siendo negativos en los casos de Tailandia e Indonesia. Las varia-ciones en el tipo de cambio, han sido muy significativas, en Indonesia por ejemplo, se espe-ra par 1998 una variación en el tipo de cambio del orden del 156.5% (Ver cuadro N° 4). Con relación a los niveles de inflación, éstos han variado desde 1996.

27 Disminución que se está manifestando desde los últimos meses de 1997. 28 Ni Chile ni Perú emiten obligaciones soberanas en los mercados internacionales. 29 En el caso de Asia las primas de riesgo de los títulos soberanos han aumentado en un promedio de 165 puntos de base por encima de la tasa de los bonos del Tesoro estadounidense, en América Latina los spreads han aumen-tado entre 105 a 204 puntos de base. 30 Véase Fairlie, A. y J. Vega. “Perspectives of the Foreign Trade of Peru in the Pacific Asian”. En: Ciencia Econó-mica No. 27. Revista de la Facultad de Economía de la Universidad de Lima. Agosto, 1992

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Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 19 - En América Latina la situación tampoco es óptima como señalan las estimaciones

recientes de CEPAL, BID, FMI y de los inicialmente optimistas clasificadores de riesgo. Un tema que debe ser materia de discusión y análisis es la posibilidad de cumpli-

miento de los acuerdos y cronogramas elaborados en materia de liberalización comercial al interior de los acuerdos subregionales. En el caso de APEC, analizar si se continuará con la implementación del Manila Action Plan for APEC (MAPA) establecido en 199631. Y en el caso de la Comunidad Andina, revisar el cumplimiento de los plazos también estableci-dos.

I. El caso de los países asiáticos en APEC

La crisis económica asiática ha detenido el rápido crecimiento de las economías

del Este Asiático y los gobiernos luchan para salir de la caída. APEC tiene un rol que jugar en ayuda a sus esfuerzos para fortalecer sus actividades a lo largo de dos importantes vías: la liberalización de comercio e inversión (TILF), y la cooperación económica y técnica (Ecotech). APEC ha estado discutiendo el Early Voluntary Sectoral Liberalization (EVSL) como un importante tema a tratar en la reunión de APEC en noviembre de este año en Ma-lasia. No obstante, los ministros de comercio, en su reunión de junio, acordaron la imple-mentación del EVSL32.

El Individual Action Plan (IAP) es “el mecanismo primario para la implementa-ción de la liberalización de comercio e inversión, y facilitación de la agenda de APEC”. La Concerted Unilateral Liberalization (CUL) es su única modalidad. Sin embargo, el CUL tiene sus méritos y deméritos. Su mérito obvio es que APEC puede empezar la liberaliza-ción y facilitación para todos sus miembros bajo esta modalidad flexible, en un período corto de dos años después de la Declaración de Bogor. Por otro lado, sus deméritos son que los logros de la liberalización de APEC no son visibles en realidad. Los IAP son compro-misos de economías individuales para la liberalización y su actual implementación necesita ser confirmada con una revisión y un adecuado monitoreo.

En Bogor se planteó “lograr un comercio abierto y libre en la región hacia los años 2010/2020” y la Agenda de Acción de Osaka de 1995, especificó los dispositivos de Bogor en 15 áreas TILF (liberalización y facilitación de comercio e inversión):

“Los miembros de APEC identificarán industrias en las cuales la progresiva re-ducción de aranceles (y medidas no arancelarias) puedan tener impactos positivos en el comercio y el crecimiento económico de la región Asia Pacífico o para quienes logren apoyo en la industria regional para una liberalización rápida” (Agenda de Acción de Osa-ka, Sección C, pp. 6-7)

En 1996, en la reunión de Subic, el presidente Clinton propuso el Information Te-chnology Agreement (ITA), que reduce o elimina los aranceles de los insumos usados en tecnología de la información para el año 2000. ITA no es una liberalización voluntaria pero legalmente llegó a ser considerado un tratado. Alentados por los resultados del ITA, el representante canadiense propuso acelerar la implementación del EVSL en dos años, desde el 2000. Se sugirieron 61 sectores en 1997, y en Vancouver fueron 15 los designados33, finalmente se eligió un paquete de 9. Algunos economistas lanzaron críticas contra el EVSL, diciendo que se hacía una liberalización de sectores fáciles dejando los difíciles sin

31 Ver en el cuadro 9, los compromisos de reducción arancelaria de los miembros del APEC. 32 Ippe Yamazawa, JANCPEC. “How can EVSL highlight the Malaysian APEC?”.Taipei, September 6-8, 1998. 33 Ver cuadro 10.

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- 20 - Departamento de Asia y el Pacífico

tocar. Esta es una crítica considerada no relevante pues el EVSL no aspira a ser un paquete de negociaciones a gran escala (como las negociaciones de la Ronda Uruguay). Se ha llega-do a una propuesta de 9 sectores y el elemento de voluntarismo tiene la debilidad que cada economía puede decir sí o no al paquete sugerido.

Pero, ¿los nueve sectores seleccionados reflejan un interés balanceado? Se explicó que los nueve sectores fueron adoptados en base a los intereses de los exportadores (USA, Canadá, Singapur y Tailandia nominaron los sectores considerados).

Aun no se ha hecho un análisis de los sectores EVSL que nos diga en qué magni-tud serán cubiertas las importaciones y exportaciones y cuántos impedimentos quedarán aún en cada sector.

Los líderes de APEC tendrán que dirigir toda su atención a encontrar caminos que permitan afrontar la crisis de corto plazo que ha afectado a gran parte del Este Asiático. Pero también es necesario debatir ciertos puntos que emergen: uno de ellos es anticipar y guiar a la evolución de las relaciones entre las economías de APEC y el resto del mundo, particularmente con Europa34.

Como se señaló en Kuala Lumpur, los líderes de APEC también pueden iniciar el trabajo de manejar el complejo proceso de facilitar el comercio y la inversión. Dicho pro-ceso envolverá grupos de trabajo que tratarán de establecer acuerdos de cooperación para promover la convergencia, el reconocimiento mutuo y la armonización de políticas, están-dares, procedimientos y regulaciones, así como, promover un comercio más cercano y lazos de inversión a través de la cooperación con el resto del mundo, posiblemente a través del proceso ASEM (Asia-Europe Meeting) o a través de la nueva propuesta del NTM (New Transatlantic Marketplace).35.

El APEC y la Unión Europea han iniciado su proceso de regionalización de dife-rentes legados (bases) históricos, económicos y políticos. La diferencia esencial entre estas dos aproximaciones, es el grado con el que las políticas nacionales y el maniobrar político se establecen. El principio del APEC frente a la presión viene de la no obligación (non-binding) en el sentido legal, mientras que los principios de contratos supranacionales de la Unión Europea vienen de una fuerte obligación36, pero se espera que haya convergencia entre los procesos.

II. El caso de la Comunidad Andina

El llamado efecto “competitividad” de los países asiáticos en materia comercial,37

podría tener un impacto negativo en los procesos de liberalización y apertura establecidos en los acuerdos regionales y multilaterales pues se tendrían más presiones a establecer medidas proteccionistas para no aumentar el déficit comercial.

El propio director general de la OMC, Renato Ruggiero38, señaló que las repercu-siones pueden ser muy severas en el comercio, así como en el plano social, sin embargo,

34

Andrew Elek. “Asia Pacific Economic Cooperation (Apec) and the New Transatlantic Marketplace Proposal. Open Regionalism going global? 35 Jean Luc Le Bideau. “European Union – Asia Investment Relation” 36 Rolf J.Langhammer. “ Regional Integration Apec Style: Are there Lessons to Learn from Regional Integration EU Style?” 37 Ver SELA y CEPAL. 38 En la Reunión Anual del Foro Económico Mundial de Davos, marzo de 1998.

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Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 21 - descartó medidas proteccionistas para superar la crisis: “...no es la hora del proteccionis-mo...”, pero, si resaltó que deberían establecerse regulaciones.

Como sabemos, el Acuerdo General sobre Salvaguardas de la OMC, señala que és-tas se aplican en los casos en que como producto de los cambios en la tecnología, las deva-luaciones monetarias, entre otros, algunos países exportan masivamente a un país. Si bien el precio al que ingresan no es dumping ni está subsidiado, es muy bajo y genera problemas en la producción local. Entonces, cuando se produce esta situación y las importaciones masivas dañan la producción local, se pueden establecer cláusulas de salvaguarda siempre y cuando sigan el procedimiento definido por la OMC.

a. Los avances en la integración Los presidentes Andinos suscribieron el Acta de Guayaquil al final de su reunión

de los días 4 y 5 de abril de 1998. Se evaluaron los avances de las directivas de la Cumbre Presidencial anterior en Sucre, y reafirmaron la trascendencia de construir la Comunidad Andina en un escenario de regionalismo abierto y de globalización, buscando una participa-ción creciente de la ciudadanía en dicho proceso y en el reforzamiento de las instituciones comunitarias.

Las directrices acordadas se refieren a la construcción del Mercado Común, a la profundización de la integración física y desarrollo fronterizo, al diseño y desarrollo de una política exterior común, al fortalecimiento del Sistema Andino de Integración, a la cons-trucción de una agenda social y de participación ciudadana y al fomento de medidas de seguridad y confianza. Este tratamiento integral constituye un gran avance, y encuentra al Perú comprometido plenamente en estos objetivos luego de superada la crisis que generó su virtual retiro y ausencia de la Cumbre Presidencial Anterior.

Las relaciones externas de la Comunidad Andina y los aspectos institucionales Respecto a las relaciones exteriores de la Comunidad Andina se busca establecer

un agenda de política exterior común que le permita proyectarse en la comunidad interna-cional. En los numerales 30 al 37 del Acta de Guayaquil se hace explícita la importancia de profundizar las negociaciones y relaciones con Mercosur, Panamá, Caricom, Canadá, USA, ALCA, Asia Pacífico y la Unión Europea. Todo ello debe ser compatible con las normas de la OMC.

Ya se ha ejecutado una de las directivas el 16 de abril, donde se ha suscrito un acuerdo Marco con el Mercosur. Esto es un gesto muy significativo, no solo porque permi-tió políticamente tener una mayor coordinación en la cumbre presidencial hemisférica des-arrollada durante los días 18 y 19 en Santiago de Chile. También, porque relanza las nego-ciaciones entre ambos bloques que habían quedado estancadas a fines del año pasado.

El Acuerdo Marco no solo tiene por objetivo crear un área de libre comercio entre los dos bloques sudamericanos, sino que busca promover la complementación y coopera-ción económica, científica y tecnológica; así como el desarrollo y la utilización de la in-fraestructura física que permita el establecimiento de corredores de integración.

La liberalización comercial tendrá dos fases claramente diferenciadas: Hasta el 30 de septiembre de 1998 se negociará el patrimonio histórico (se podrán incluir también pro-ductos nuevos) cuyos acuerdos tendrán vigencia en el marco de las disposiciones de ALA-

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DI. La segunda fase va del 1º de octubre de 1998 al 31 de diciembre de 1999 donde se completarán los productos del universo arancelario. De forma tal que el acuerdo de libre comercio entraría en vigencia el 1º de enero del año 2000.

La Coordinación de Políticas Un reto importante de la integración esta referido a la coordinación de políticas en-

tre países y grupos de países en ALCA. Se ha producido una coordinación de facto a partir de los procesos de apertura, liberalización, flexibilización y desregulación de mercados, privatización y reforma del Estado; que en mayor o menor grado se han implementado en la región.

En los noventa se ha producido un boom de nacimientos o relanzamientos de acuerdos de integración y flujos de comercio intrarregional récord. ¿Cuánto se debe a los procesos de apertura? ¿Cuánto a los propios acuerdos de integración? ¿Cuánto de los flujos de capital llegaron por factores externos, cuánto por las “políticas correctas”? Son temas de debate que no abordaremos ahora.

Lo que es claro es que bloques como Mercosur han crecido en su comercio intra-rregional a tasas de 30% promedio en la década el noventa, ratios algo menores alcanzó la Comunidad Andina. Pero, en ambos casos son tasas ampliamente superiores al ritmo de su comercio global o con bloques extrarregionales. La interdependencia ha aumentado de manera diferencial.

Por tanto, la coordinación de políticas que antes era fundamentalmente discusión teórica, hoy es muy relevante por ejemplo para Argentina respecto a Brasil, así como dado el peso que tiene esta país en el resto del cono sur, las variaciones en sus principales varia-bles macroeconómicas, también pueden afectar otros países de la subregión. En la Comuni-dad Andina se establecen reuniones que por primera vez en 30 años por lo menos abordan el tema a fondo.

Otro aspecto que pone en la agenda la necesidad de la coordinación de políticas, está referida a la vulnerabilidad de las economías latinoamericanas frente a los shocks ex-ternos. En el contexto actual, los impactos de la crisis asiática sobre la región.

En efecto, la crisis en el Asia no ha terminado y con los recientes acontecimientos en Japón, se dificulta una rápida recuperación. Dados los mecanismos de transmisión co-merciales y financieros, los países de la región se verían obligados a impulsar nuevamente políticas fiscales y monetarias restrictivas, así como políticas comerciales que protejan el mercado interno y el acceso de nuestras exportaciones a los mercados externos, dadas las devaluaciones competitivas en el Asia.

El incremento de la interdependencia entre los países y bloques subregionales, aumenta también el potencial efecto “contagio” regional en el caso eventual de que una economía como la brasileña no lograra capear el impacto del shock externo asiático.

De allí las propuestas de coordinación que se están realizando en Mercosur y la Comunidad Andina, que incluyeron en este último caso la discusión de aplicar mecanismos antidumping y cláusulas de salvaguarda regionales. Los principales socios del Mercosur han tomado, hasta el momento, medidas básicamente unilaterales.

En suma, la mayor interdependencia y los shocks externos hacen imperativa la ne-cesidad de coordinar políticas, más allá de los avances que se puedan producir en la inte-gración hemisférica, y frente al impacto de la crisis asiática

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Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 23 - Tanto Perú como Chile constituyen alternativas concretas para la salida de los pro-

ductos del Mercosur al Pacífico, y la interacción y proyección de estas regiones con la del Asia Pacífico. Existen diversos proyectos de corredores bioceánicos que serían funcionales a estos objetivos y a la integración entre nuestros países.

Es decir, que tanto Perú como Chile pueden jugar un importante rol en los próxi-mos años en la articulación de la Comunidad Andina y el Mercosur con la Región Asia Pacífico. En el norte, México, Estados Unidos y Canadá son otros países del ALCA que son miembros de APEC y tienen diversos intereses en esa región.

La dinámica ha sido fundamentalmente bilateral de cada uno de los miembros de ALCA con los integrantes de APEC, mientras que los nueve grupos de trabajo que se han formado para la integración hemisférica tienen temas sectoriales específicos para la bús-queda de una Zona de Libre Comercio hacia el año 2005. Hay algunos intereses coinciden-tes que se podrían coordinar sobre todo entre los países de América Latina, pero también existen competencias que deben procesarse de la mejor manera.

Las relaciones con Unión Europea presentan otras característica, ya que mientras nos desplazamos hacia el sur en el mapa de las Américas, aumenta la importancia de los flujos de comercio e inversión que tienen nuestros países, en particular los integrantes del Mercosur. Por eso, si bien somos tercera prioridad para la Unión Europea, con países como el Perú han priorizado el apoyo en la lucha contra el narcotráfico a través del Sistema Gene-ralizado de Preferencias, mientras que con Mercosur se ha avanzado en la dirección de la suscripción de un Acuerdo de Libre Comercio.

Esta base material es un elemento que permite la búsqueda de estrategias multila-terales de negociación afianzando los acuerdos subregionales (Zona de Libre Comercio del Sur), buscando un mayor poder de negociación, en el margen, con Estados Unidos, que tiene la hegemonía no solo en las Américas sino en el mundo. La crisis y la integración

La crisis asiática ha durado más de lo previsto, y ha involucrado a un conjunto de

países, lo que se ha traducido en una repercusión global del fenómeno, que lleva a académi-cos prestigiosos a señalar que podemos estar frente a la reedición de una crisis similar a la del año 1929. Muchos diagnósticos evaluaron una crisis focalizada y breve, sobre cuyos mecanismos de transmisión a nuestra región se hicieron importantes contribuciones. Una crisis global, modifica sustancialmente el escenario y los impactos sobre nuestra región.

Los hechos anteriores someramente reseñados, han llevado a algunos analistas a discutir los probables cambios que se pueden producir tanto en los procesos de liberaliza-ción y apertura, como en los procesos de integración y regionalismo abierto. ¿Hasta qué punto se pueden revertir? Existen países como Malasia que acaban de implementar medidas proteccionistas y académicos que están sugiriendo control de cambios generalizados para la región asiática. ¿Se puede alterar el avance hacia el libre comercio y el creciente rol de la Organización Mundial de Comercio? ¿Los bloques económicos tomarán medidas protec-cionistas frente a terceros países?

Eso nos lleva a otro aspecto crucial para nuestras economías: las opciones de polí-tica económica. Existen severos cuestionamientos a las políticas sugeridas por el Fondo Monetario Internacional, que han sido distintas aún cuando los problemas a corregir eran los mismos, que han fracasado en Rusia, y que no tienen recursos suficientes para socorrer a los países en una crisis mayor. ¿Qué grados de libertad tienen nuestras economías y go-

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biernos para enfrentar la crisis? ¿Las políticas restrictivas son una opción viable? ¿Qué grados de coordinación se pueden concretar para tomar algunas medidas conjuntas?

De la respuesta a esas interrogantes –entre otras- dependerán los cambios de las re-laciones económicas de los países andinos con los bloques de integración regionales y ex-trarregionales, con los cuales se están estableciendo negociaciones simultáneas.

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CUADRO N° 1:

Precios de los productos básicos (Variaciones en porcentajes)

Índice general Cobre Petróleo Café Granos

Jun-97 -2.40 6.40 -4.30 60.00 -27.00 Jul-97 -4.00 15.10 -6.10 44.60 -31.10 Ago-97 -3.00 9.10 -9.10 41.20 -21.50

Sep-97 -1.70 4.60 -21.70 50.60 -15.70 Oct-97 -0.40 3.40 -18.70 32.40 -3.50 Nov-97 -0.90 -7.40 -17.90 22.60 3.00 Dic-97 -3.50 -20.60 -32.20 30.10 1.90 Ene-98 -6.20 -28.80 -42.10 15.70 -1.50

Fuente: Datastream Elaboración: Propia.

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CUADRO N° 2 Exportaciones de los países de la comunidad andina hacia el Asia

1996 (En Miles de Dólares y porcentajes)

Bolivia Colombia Ecuador Perú Venezuela Valor % Valor % Valor % Valor % Valor %

Este y Sudeste Asiático

2.919 0,3 80.723 0,7 344.565 7 536.706 9,2 63.121 0,3

Corea 550 0,1 30.568 0,3 314.421 6,4 145.133 2,5 22.868 0,1 Filipinas * * 1.770 0 2.432 0 31.972 0,5 457 0 Indonesia 25 0 2.736 0 224 0 29.983 0,5 870 0 Malasia 2.169 0,2 2.318 0 742 0 73.747 1,3 1.439 0 Singapur * * 10.801 0,1 115 0 10.957 0,2 8.742 0 Tailandia 16 0 6.322 0,1 759 0 34.943 0,6 3.414 0 Taiwan 157 0 6.716 0,1 22.178 0,5 155.390 2,7 20.420 0,1 Hong Kong 2 0 19.490 0,2 3694 0,1 54.591 0,9 4911 0 Japón 3.786 0,3 372.441 3,3 138.590 2,8 388.006 6,6 144.809 0,6 Este y Sudeste Asiático + Japón

6.705 0,6 453.164 4,1 483.155 9,9 924.712 15,8 207.930 0,9

Otros Países de Asia

282 0 28.699 0,3 74.466 1,5 436.181 7,5 3.004 0

Bangladesh * * 1 0 5 0 859 0 8 0 China 274 0 6.967 0,1 67.121 1,4 419.353 7,2 755 0 India 6 0 1.403 0 3546 0,1 14.952 0,3 2.145 0 Pakistán * * 818 0 * * 2977 0,1 35 0 Otros Países 1.079.940 99,4 10.700.279 95,7 4.331.964 88,6 4.627.225 79,3 22.483.745 99,2 Total Exportado 1.086.927 100 11.182.142 100 4.889.585 100 5.988.118 102,6 22.694.679 100

Fuente: Dirección de Estadística del FMI. Elaboración: Propia

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Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 29 -

Cuadro N° 3 Exportaciones de la comunidad andina hacia el Asia Pacífico-

1996 (En porcentajes)

Este y Sudeste asiáticos

(8 países) Japón Total

Bolivia 0.3 0.3 0.6 Colombia 0.7 3.3 4 Ecuador 7 2.8 9.8 Perú 9.2 6.6 15.8 Venezuela 0.3 0.6 0.9

Fuente: CEPAL: En impactos de la crisis asiática en América Latina. Cap. 2

Cuadro N° 4 Principales indicadores de las economías del este y sudeste asiá-

tico 1996-1998

País Variación Anual

del PBI (%)

Variación Anual de las exportaciones en valores corrientes

(%)

Variación Anual de las importaciones en valo-

res corrientes (%)

Saldo del Balance en Cuenta Corriente

(Como porcentaje del PBI)

1996 1997 1998a 1996 1997 1998a 1996 1997 1998a 1996 1997 1998a

China 9,6 8,5 7 17,9 21 5 19,5 2 13,8 1,5 4,4 1,3

Corea 7,1 5,7 -2 4,1 7,2 5,1 12,2 -2,3 -8,2 -4,8 -2 3,6

Filipinas 5,7 5,1 2,4 16,5 22,8 20,7 20,5 12 9,4 -4 -3,2 -3

Hong Kong

5 5,4 3 4 4 4,3 3 5 4,2 -1,7 -4,1 -4,5

Indonesia 8 4,6 -3,5 9,7 8,3 3,3 5,7 -7,1 -11,2 -3 -0,5 0,3

Malasia 8,6 7,3 2,62 6 4,5 -15,1 1 5,1 -16,4 -4,5 -4,3 0,2

Singapur 6,9 7,3 3 6,4 -4,7 -0,7 5,4 -5 0 16,2 16,1 12,9

Tailandia 5,5 0,6 -3,5 -1,9 3,8 7,1 0,8 -13,4 -7,9 -8 -1,6 1,4

Taiwan 5,7 6,2 4 3,6 8,1 1,5 0,5 8,7 3,1 4 2,3 2,8

a = Proyectado

Page 30: Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina

- 30 - Departamento de Asia y el Pacífico

País Inflación anual (Precios al consu-

midor) (%)

Variación Anual del Tipo de Cambio (%)

Variación del Índice Bur-sátil en el Período (%)

1996 1997 1998a 1996 1997 1998a 3.97/ 9.97/ 12.97/

9,97 12,97 3,98 China 8,4 2,8 3,3 -0,4 -0,3 0 * * * Corea 5 4,4 10,4 4,3 18,3 64 -5,9 -40,6 36,8 Filipinas 8,4 7,2 9,9 1,6 12,4 37,9 -33,8 -5 21,1 Hong Kong 6 5,8 4,3 0 0,1 0 28,7 -28,9 9,3 Indonesia 8 6,6 8 4,2 24,5 156,5 -23,1 -20 25 Malasia 3,6 2,7 1 0,5 11,8 22,7 -33,3 -25 20,8 Singapur 1,3 2 1,7 -0,5 5,3 6,7 -3,9 -22,4 10,5 Tailandia 5,9 6,2 16,8 1,7 23,8 45,8 -20 -35,7 44,4 Taiwan -0,4 5.4b 3,8 3,3 14,4 8,1 -0,6 9,8

a = Proyectado b = corresponde a la variación del índice de precios al por mayor Fuente: CEPAL, Anexo Estadístico En reciente reunión en Taipei se revisaron hacia abajo las estimaciones. Por ejem-

plo: el PBI de Indonesia se estimó que caerá en más del 12%

Cuadro N° 5 Estimaciones de crecimiento de América Latina y de Asia para

1998 (En % anual de variación)

AMÉRICA LATINA País Crecimiento

observado en 1997

Pronóstico 1998 antes de la crisis

Diferencias Ajustes ma-

croeconómico

Pronóstico 1998 en

enero 1998

Diferencias: impacto de la crisis asiática

Diferencia total

(1) (2) (3) = (2) - (1) (4) (5) = (4) - (2) (6) = (3) + (5)

Argentina 7,70 5,70 -2,00 4,30 -1,40 -3,40 Brasil 3,70 3,70 0,00 0,00 -3,70 -3,70 Chile 6,30 6,80 0,50 4,50 -2,30 -1,80

Colombia 3,00 4,60 1,60 3,50 -1,10 0,50 México 7,10 5,30 -1,80 5,00 -0,30 -2,10 Perú 7,10 4,30 -2,80 4,00 -0,30 -3,10 Venezuela 5,00 5,60 0,60 3,50 -2,10 -1,50

Promedio 5,70 5,10 -0,56 3,54 -1,60 -2,16

Page 31: Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina

Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 31 - ASIA

País Crecimiento observado en

1997

Pronóstico 1998 antes de la crisis

Diferencias ajustes

macroeconómico

Pronóstico 1998 en enero

1998

Diferencias: impacto de la crisis asiática

Diferencia total

(1) (2) (3) = (2) - (1) (4) (5) = (4) - (2) (6) = (3) + (5)

Corea 5,60 6,10 0,50 -0,10 -6,20 -5,70 Indonesia 4,50 7,60 3,10 -0,60 -8,20 -5,10

Malasia 6,80 8,00 1,20 2,60 -5,40 -4,20 Tailandia 0,00 5,30 5,30 -2,00 -7,30 -2,00 Filipinas 4,50 6,10 1,60 3,00 -3,10 -1,50 China 9,00 10,40 1,40 8,50 -1,90 -0,50 Hong Kong 4,80 5,50 0,70 3,10 -2,40 -1,70 Singapur 7,20 7,20 0,00 4,60 -2,60 -2,60

Taiwan 6,30 6,40 0,10 6,10 -0,30 -0,20

Promedio 5,41 6,96 1,54 2,80 -4,16 -2,61

Fuente: SELA: Impacto de la crisis asiática en América Latina. Caracas, marzo de 1998

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- 32 - Departamento de Asia y el Pacífico

Cuadro N° 6

PAÍS ACCIONES

Australia Reducción de listas de excepciones a un 0 - 5% de las tarifas arancela-rias para el año 2000 (incluye motores de vehículos, textiles, ropa y calzado, queso y vegetales)

Brunei Reducción progresiva de aranceles a 0 en el año 2020 con ciertas ex-cepciones.

Canadá Reducción de aranceles sobre insumos manufacturados para 1999. Concluir el Acuerdo de Información Tecnológica (ITA) para eliminar los aranceles en este rubro hacia el 2000.

Chile Reducción progresiva de aranceles a 0% en la mayoría de productos para el 2010.

China Reducción del arancel promedio a más o menos 15% para el 2000. Hong Kong Reducción arancelaria a 0% para todas las importaciones hacia el 2010 Indonesia Reducción arancelaria a niveles de 5 y 10% en el 2003. Japón Expandir la iniciativa de reducción arancelaria sobre los productos

farmacéuticos hacia el 2000. Corea Eliminar tarifas de transporte desde 1997.

Consolidar un esquema de concesiones arancelarias.

Malasya Reducir los aranceles alas importaciones en ciertos sectores como productos médicos, cosméticos, papel a partir de1997. Continuar con la reducción arancelaria unilateral.

México Reducción arancelaria sobre productos tecnológicos como parte del ITA, bajo las negociaciones que empezarán en 1999.

Nueva Zelanda Libertad de pagos de derechos aduaneros a todas las importaciones en el 2010.

Papua Nueva Gui-nea

Reducción a 5% en los aranceles al aluminio, metales básicos, equipos de capital, maquinaria, química básica, insumos agrícolas para 1997.

Filipinas Reducción a un arancel uniforme de 5%, excepto en los productos agrícolas hasta el 2004.

Singapur Eliminación arancelaria hacia el 2010 China Taipei Reducción arancelaria a un promedio del 6%, con casi un 65% en el

nivel del 5% o menos para el 2010. Tailandia Reducción de la protección doméstica y revisión de posibles concesio-

nes arancelarias.

Estados Unidos Eliminación arancelaria en el marco del ITA en el 2000.

Fuente: Impacto de la Liberalización Comercial en APEC, Noviembre 1997.

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Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 33 -

Page 34: Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina

- 34 - Departamento de Asia y el Pacífico

Cuadro N° 7 Lista de sectores designados para early voluntary liberalization

Sectores Objetivos Economías nominadoras

Bienes y servicios ambientales Aranceles, NTMs, Servicios, Ecotech Canadá, Japón, C. Taipei, USA

Químicos Aranceles, NTMs, Aduanas, S&C, Inversiones

Australia, HKC, Singapur, USA

Equipo médico Aranceles, NTMs, Ecotech Singapur, USA Equipos y servicios energéticos Aranceles, NTMs, Servicios, Australia, Tailandia, USA

Telecomunicaciones S&C USA Juguetes Aranceles, NTMs, China, HKC, Singapur, USA Productos automotrices S&C, Aduanas, Ecotech USA Comida Aranceles, NTMs, S&C, Ecotech Australia, Canadá, NZ, Tailandia Pescados Aranceles, NTMs, Subsidios, S&C,

Ecotech Brunei, Canadá, Indonesia, NZ, Tailandia

Productos de aceite vegetal Aranceles, NTMs, Ecotech Canadá, Malasia, USA Fertilizantes Aranceles, S&C, Ecotech Canadá, Japón Joyas y joyería Aranceles, NTMs, Tailandia, C. Taipei Artesanía Aranceles, Canadá Productos forestales Aranceles, S&C Canadá, Indonesia, NZ, USA Caucho natural y sintético Aranceles, NTMs, Ecotech Japón, Tailandia

Fuente: Ippe Yamazawa, JANCPEC. “How can EVSL highlight the Malaysian APEC?”.Taipei, September 6-8, 1998

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Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 35 -

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- 36 - Departamento de Asia y el Pacífico

Una lectura del modelo asiático después de la cri-sis.Las opciones estratégicas para el modelo chile-

no de desarrollo

Hernán Gutierrez Bermedo El modelo asiático fue una estrategia exitosa de desarrollo capitalista semiperiféri-

co. En el contexto de una economía internacional que ingresaba a una etapa de avanzada internacionalización de la producción industrial y del auge del comercio fue un modelo de industrialización orientado a los mercados externos, estimulado en parte por la carencia de recursos naturales y las limitaciones del mercado interno. Mediante políticas industriales diseñadas por agencias estratégicas del Estado, pero implementadas por el sector privado- en particular, por los grandes conglomerados- y reguladas en buena medida por las señales de los mercados internacionales, los países asiáticos se especializaron, primero, en la pro-ducción de bienes intensivos en mano de obra (alimentos, vestuario, calzado), en una pri-mera fase para el mercado interno y posteriormente para los mercados de exportación. En una segunda etapa, especializaron su estructura industrial en bienes intensivos en capital (astilleros navales, bienes de consumo durable, industria química y metalúrgica), y final-mente, en la producción de bienes intensivos en tecnología y conocimiento39.

Ha sido una estrategia liderada por Japón que, en la década de los años 50, inició un proceso de crecimiento que habría de reproducirse en la década de los años sesenta en Corea del Sur, Taiwán, Singapur y Hong Kong; y en los años 80 y 90, en Malasia, Tailan-dia, Indonesia y China Popular. Modelo de desarrollo también conocido como Flying Geese (Bandada de Gansos, en castellano)40, donde el líder de la bandada, Japón (con la capaci-dad de mantener mejoras en la productividad en el largo plazo), abre el camino para que detrás de él surjan los países asiáticos de industrialización reciente, ocupando en olas suce-sivas los espacios que deja el líder.

En el marco de nuestras reflexiones, resulta especialmente destacable la trayectoria

39 Nos referimos aquí a Japón y a la primera generación de dragones asiáticos (Corea del Sur, Taiwán, Singapur y Hong Kong), conocidos como los Nic’s (newly industrialized countries). Tailandia. Indonesia. Malasia, Filipi-nas y China presentan importantes diferencias con este primer grupo de economías. Deyo. F. (ed.), The Political Economy of the New Asian Industrialism (Ithaca, Cornell University Press, 1987); Wade. R. Governing the Market: Economic Theory and the Role of Government in East Asian Industrialization (Princeton: Princeton University Press, 1990); Haggard S., Pathways from the Periphery: The Politics of Growth in the Newly Industri-alizing Countries (Ithaca: Cornell University Press, 1990). 40 Muy representativa de la teoría del ciclo de vida de los productos, como forma de explicar la división interna-cional del trabajo. Esta incorpora como factor de diferenciación y localización la dinámica tecnológica e innova-tiva, que definen la intensidad requerida de los factores y con ello la localización de los diversos factores produc-tivos. De esa forma se explicaría el desplazamiento de las industrias maduras hacia zonas con menor costo de factores y menor conflictividad laboral, así como la tendencia de actividades punteras y con alto valor agregado a permanecer en los países del “centro” (Estados Unidos, Europa, Japón), por estar allí las demandas más sofisti-cadas y la mayoría de los centros innovativos. Rojas, C. El desarrollo Después de la Crisis del Estado de Bienes-tar. Sus Posibilidades en el Caso de Concepción, (Santiago: Cuadernos del ILPES N° 41, 1995).

Page 37: Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina

Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 37 - que sugiere de aprendizaje tecnológico y productivo41, aun cuando los lineamientos clásicos del modelo asiático no son aplicables a economías latinoamericanas similares a la chilena, donde, como veremos, los procesos de “ajuste estructural”, a raíz de la crisis de la deuda externa de los años 80, presionaron una inserción exportadora intensiva en recursos natura-les y materias primas, recursos abundantes en el momento de la crisis y que constituyeron su principal ventaja comparativa en el proceso de ajuste.

No así en otros países latinoamericanos como México, Brasil y, hasta los años no-venta, Argentina. El tamaño de sus economías y la inversión extranjera permitieron un proceso de industrialización interna que alcanzó una madurez tal que ha significado en muchos aspectos un proceso similar al asiático. En particular, en lo referente a la capacidad de desarrollar políticas industriales que permitieron escalar hacia actividades intensivas en capital y tecnología.

Las grandes diferencias han sido, sin embargo: su dotación más generosa de recur-sos naturales (con los consecuentes intereses sociales que ello acarrea -latifundio- y la me-nor presión que significa en términos de balanza comercial); el carácter temprano de su industrialización en oposición al carácter tardío de éste en el caso de los Nic’s (lo cual sig-nifica otro conjunto de actores sociales, en particular, clases medias y sindicatos); y el rol desempeñado por las Empresas Multinacionales en América Latina en oposición al rol ejercido por los conglomerados nacionales en Asia. Estos contrastes se traducen en una economía política muy diferente, marcada en América Latina por un Estado capturado por los intereses sociales, con menor capacidad de aislamiento de las presiones e incentivador de actitudes rentistas por parte del empresariado nacional.

Su inserción internacional es, además, distinta, destacándose en especial la ausen-cia de un líder de la bandada que ejerza una influencia similar a la de Japón y, dada la in-tensidad de la Guerra Fría en el este asiático, el impacto de la ayuda externa, bajo la forma, sobre todo, de recursos financieros para el desarrollo y transferencia tecnológica en una primera etapa y de acceso privilegiado a los mercados internacionales, en una segunda etapa42.

La Estrategia Chilena La estrategia chilena de desarrollo vigente está caracterizada por una economía de

mercado, abierta y descentralizada43. En sus orígenes, la crisis de la deuda externa de co-mienzos de los años ochenta le imprimió una orientación exportadora como forma de gene-rar los recursos necesarios para superar la crisis44. Posteriormente, el carácter extrovertido

41 Amsden, A. Asia’s Next Giant: South Korea and Late Industrialization (Nueva York: Oxford University Press. 1990); Fajnzylber. F. “Industrialización en América Latina: De la 'Caja Negra' al 'Casillero Vacío’”, (Santiago: Cuadernos de la Cepal, 1990); y Villamizar R. Y Mondragón J.C., Zenshin. Lecciones de los Países del Asia-Pacífico en Tecnología, Productividad y Competitividad (Bogotá: Editorial Norma, 1995). 42 Gereffi, G. “Repensando la Teoría del Desarrollo: Experiencias del Este de Asia y América Latina”, Foro Inter-nacional. Vol. XXX No. L, julio-septiembre de 1989; y Evans, P. “Class, State, and Dependenece in East Asia: Lessons for Latin Americanists”, en Deyo. F., op. cit., 1987, pp. 203-226. 43 Descentralización entendida en sus dimensiones de privatización y desregulación de los procesos productivos y mercantiles. No así en su dimensión territorial. 44 Estimulada estratégicamente por el control de la relación [tipo de cambio/salarios], manteniéndola alta de manera de promover, al decir de Uribe-Echavarría una “orientación exportadora intensiva en recursos domésti-cos de bajo costo”, en “El Desarrollo Regional en los Años Noventa. Tendencias y Perspectivas en Latinoaméri-ca”, Revolución Tecnológica y Reestructuración Productiva: Impactos y Desafíos Territoriales, F. Alburquerque, C. de Mattos y R. Jordan (comps.) (Buenos Aires: GEL. 1990).

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- 38 - Departamento de Asia y el Pacífico

de la estrategia de desarrollo se ha profundizado, al diversificarse los mercados y base ex-portadora, ampliarse las opciones de financiamiento privado externo (ADR y colocación de valores en centros bursátiles mundiales), y generarse un flujo importante de inversiones directas desde y hacia el extranjero.

En lo referente a la política comercial, esta estrategia de desarrollo ha experimen-tado hasta el momento dos fases: Una primera “etapa fácil” de penetración de los mercados internacionales45, que se vio favorecida por la abundancia de recursos naturales y el bajo costo de la mano de obra, en conjunción con una estrategia de diversificación y expansión de fuentes de abastecimiento de materias primas por parte de las economías asiáticas, prin-cipalmente Japón, que estimularon notablemente la demanda por los recursos chilenos. Esta fase se agotó para fines de los años ochenta, y le ha sucedido una etapa caracterizada por una estrategia de búsqueda de inserción equilibrada en los cuatro grandes polos del comer-cio internacional (Unión Europea, NAFTA, Mercosur, Este Asiático), y donde el Estado chileno ha jugado un decisivo papel de animación y articulación a través de diversas insti-tuciones e instrumentos46.

En esta segunda etapa el volumen de comercio internacional ha seguido aumentado en forma significativa, habiéndose logrado una notable diversificación por bloques y mer-cados de destino, pero no obstante ello, y aunque la base de productos exportados ha au-mentado significativamente y se ha denotado una mayor presencia de políticas de competi-tividad industrial47, la estrategia de internacionalización sigue señalada aún en forma nota-ble en el plano comercial por la exportación de materias primas y ‘commodities’ y con un fuerte componente de internacionalización de los activos de las empresas involucradas, constituyendo rasgos que marcan aún, casi estructuralmente, la inserción chilena en los mercados globales.

Las inversiones chilenas en el exterior, mayoritariamente gestadas por los grupos económicos nacionales, básicamente se han concentrado en sectores emergentes bajo el nuevo modelo de desarrollo (como el de generación y distribución eléctrica), en el marco de una lógica de expansión horizontal y del volumen de las operaciones, aprovechando el know how adquirido, y no de integración vertical de actividades. Las formas de asociación con capitales de los países de destino de las inversiones, por otra parte, han sido más bien limitadas48.

45 Madrid, R. y R. Muga: Lineamientos Estratégicos para la Inserción de Chile en Asia-Pacífico, (Santiago: Centro Latinoamericano de Economía y Política Internacional, CLEPI. 1992). 46 Muñoz G., O., op. cit., 1992. 47 Ha habido un esfuerzo de reposicionamiento de las políticas de competitividad industrial, pero que no ha constituido un afán sistémico, sino más bien, en la mayoría de los casos, recursos que han sido destinados a políticas de corto plazo para mejorar la posición competitiva de ciertos productos nacionales. Labarca. G. “Las políticas de desarrollo productivo en Chile” en Políticas de Competitividad Industrial, América Latina y el Caribe en los Años Noventa, (México: Siglo XXI. 1997). 48 Informes de la Cámara de Comercio de Santiago y del Comité de Inversiones Extranjeras.

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Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 39 -

Opciones estratégicas: las lecciones del Modelo Asiático Estos antecedentes marcan fuertemente la inserción internacional chilena, y defi-

nen las opciones estratégicas que le caben en su derrotero próximo. Descartada una política industrial a la asiática, una primera alternativa, quizás la más probable, es la neoliberal: una profundización de la inserción en los mercados externos con la misma estructura exportado-ra actual (inserción horizontal), sin plantearse una integración vertical en las estructuras productivas que acelere el aprendizaje tecnológico, y que por tanto no quebraría las dispari-dades territoriales y sociales a que lleva esta inserción nacional.

Los antecedentes que arroja el caso chileno, sin embargo, revelan que se gesta un tipo de reestructuración productiva y de inserción internacional que aún sigue caracterizada por una distribución espacial del ingreso polarizada entre un ‘centro’ dinámico y regiones especializadas en las actividades de ejecución de los procesos internacionalizados, enajena-das de las actividades estratégicas, intensivas en conocimiento y con mayor carga tecnoló-gica. Esta lógica tiende a reproducirse en el espacio público y pone de manifiesto la necesi-dad de una mayor articulación de los procesos productivos en la economía chilena, en espe-cial los referidos a la innovación y adaptación tecnológica, de manera de posibilitar la evo-lución a sistemas productivos más complejos –tanto en productos como procesos- con ma-yor capacidad de “derrame y enganche” territorial.

Una política de competitividad industrial centrada en el mejoramiento del eslabo-namiento de los procesos productivos con énfasis en la innovación tecnológica y su difu-sión, exige una mayor capacidad de articulación socioproductiva, factores que inciden deci-sivamente en la calidad de los entornos donde se definen dichas estrategias competitivas y se desarrollan dichos esfuerzos innovadores y de adaptación tecnológica.

A la luz de estas consideraciones una estrategia alternativa la constituye, como lo plantea J. Ramos49, una inserción externa en base a la industrialización y el procesamiento de los recursos naturales. Un desarrollo “no tanto a base de la extracción de recursos naturales, como ahora, sino a partir de los recursos naturales y las actividades que naturalmente tienden a formarse y aglutinarse (los clusters) en torno a ellos”50. Es una perspectiva que asume el potencial de aprendizaje tecnológico y productivo existente en torno a las principales cadenas exportadoras chilenas (minera, forestal, pesquera y frutícola), para desarrollar a partir de éstas un conjunto de actividades productivas (clusters) a través de encadenamientos “hacia delante” (procesamiento de productos de mayor valor agregado), encadenamientos “hacia atrás” (insumos, bienes de equipo, servicios especializados) y “hacia el lado” (actividades relacionadas que aprovechan las inversiones y “know how” desarrollados a partir de la actividad principal).

Esta estrategia alternativa implica una organización del trabajo con mayor califi-cación de las tareas y requerimientos de mayor proximidad espacial entre los sujetos parti-cipantes, por lo que es una opción que sugiere un interesante “derrame” social y territorial de los beneficios de la inserción exportadora51, y que no iría contra las fuerzas del mercado,

49 Ramos, J. Una Estrategia de Desarrollo a partir de los Complejos Productivos (clusters) en Torno a los Recur-sos Naturales, (Santiago: CEPAL. 1997). 50 Ramos, op. cit. 1997, p. l, en referencia a la estrategia de industrialización también conocida como modelo nórdico. 51

Como opción industrializadora plantea una mayor calificación del trabajo, lo que conlleva a una distribución social del ingreso menos dispar; y al constituirse a través de clusters a partir de las principales cadenas exporta-

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- 40 - Departamento de Asia y el Pacífico

sino que las aprovecha. Pero también constituye una estrategia que requiere estimular las interacciones de los diferentes agentes y actores que existen tras el desarrollo de los clusters (universidades, empresas, centros de investigación y transferencia tecnológica, agencias públicas de promoción), así como la internalización y difusión de experiencias e informa-ción sobre los requerimientos de los mercados externos y sus mecanismos de comercializa-ción y financiamiento.

Son interacciones cuyos espacios o puntos de contacto se han multiplicado y en-sanchado considerablemente con la globalización y que potencian las posibilidades de las regiones como sujetos de su desarrollo; pero que constituyen articulaciones que no crecen espontáneamente, que deben ser construidas, y que dicen relación con la labor pública en el desarrollo de las condiciones que promueven una inserción internacional con productividad sostenida y una distribución inclusiva del ingreso, tanto social como territorial.

Conclusiones

Desde una perspectiva comparativa, si bien el modelo asiático de industrialización como tal no se percibe como el más adecuado para las condiciones actuales de la economía chilena, el estudio de las políticas asiáticas de promoción de las exportaciones demuestra el importante rol estratégico que le cabe al Estado para generar ventajas competitivas, facilitar la adquisición y difusión de las innovaciones tecnológicas y reducir los niveles de incerti-dumbre asociados a los mercados extranjeros52. Demuestra, además, la importancia de los fundamentos sociales de la organización económica, ya sea a través de la generación de grandes conglomerados con procesos localizados de dirección, o la reducción de los costos de transacción53 a través de lazos fiduciarios, en este caso de origen étnico. Por último,

doras nacionales, implica una complejización de los procesos productivos que tienden a una organización del trabajo más difusa, y por tanto con mayores requerimientos de proximidad espacial de las diferentes actividades; de allí su potencial de una mejor distribución espacial del ingreso. 52Al respecto véase Gereffi, G., op. cit., 1989: Gutiérrez, H. “Integración Regional en el Este Asiático: Conglome-rados Económicos y Redes Etnicas”. Estudios Internacionales, Año XXIX, abril-junio 1996; y Bekerman, M., Sirlin, P. y Streb, M.L. Política Económica en Experiencias Exitosas de Asia. Los Casos de Corea del Sur, Tai-wán, Malasia y Tailandia, (Buenos Aires: CENES-FCE/UBA. 1994). 53 Costos presentes en la confección de contratos y acuerdos entre actores sociales, económicos organizacionales, y que definirán las estructuras que tomen las diferentes organizaciones. Constan de los costos de coordinación (relativo al costo de las reglas y normas de una empresa) y los de información (que corresponden a la adquisición de garantías sobre la confiabilidad y conveniencia de las relaciones externas de producción). Las versiones originales de estas categorías plantean que la sumatoria de ambos costos es una constante ya que la opción de una determinada estructura (p. ej., la burocrática), que asume pocos costos de información, debe aceptar un alto nivel de costos de coordinación, por las reglas y normas que involucra. Al revés sucede para las opciones de estructuras descentralizadas. Ver Williamson, O. The Economic Institutions of Capitalism, (Boston: The Free Press. 1987). Las interpretaciones recientes muestran que lo anterior no es necesariamente así ante la presencia de fuertes relaciones fiduciarias y de confianza entre los actores de un determinado entorno territorial, ya que tales elemen-tos disminuyen la incertidumbre en las expectativas de los comportamientos recíprocos, con lo que es factible estructurar organizaciones descentralizadas (menores costos de coordinación) sin necesidad de aumentar los costos de información, con lo que es menor la sumatoria total de los costos de transacción localizados en un territorio. En términos de competitividad territorial esto se manifiesta en una mayor capacidad de innovación y de difusión de sus resultados. Véase Bagnasco, A. “El Desarrollo de la Economía Difusa: Punto de Vista Económico y Punto de Vista de la Sociedad”, Sociología del Trabajo, Núm. Extraordinario, (Madrid: Siglo XXI, 1991); y Bianchi, P. “Competencia Dinámica, Distritos Industriales y Medidas Locales”, Industrialización y Desarrollo Tecnológico Nro.13, (Santiago: CEPAL, 1992).

Page 41: Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina

Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 41 - destaca también el impacto atribuible a la creación de una amplia y variada institucionali-dad pública y privada en los ámbitos de la investigación de los procesos productivos, mer-cados extranjeros e innovación tecnológica. En síntesis, un conjunto de aspectos que hacen referencia a la dialéctica global-local que caracteriza a los nuevos escenarios del desarro-llo: una competencia que se da en mercados globales y segmentados, pero con capacidades competitivas que se construyen localmente, dado que es en estos espacios donde se confi-guran los procesos de deliberación estratégica, así como la capacidad de innovación y su difusión.

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- 42 - Departamento de Asia y el Pacífico

Veinticinco años de las relaciones entre la República Argentina con la República de Corea y

la República Popular China, 1972-1997. Antecedentes y perspectivas de dichas relaciones.

Jaime Silbert

Introducción Antes de analizar los últimos veinticinco años de las relaciones entre Argentina

con Corea del Sur y China debemos señalar algunos antecedentes, puntos de partida de estas relaciones para ubicarlas en el contexto de sus perspectivas históricas.

Primeramente hay que señalar el hecho que los comienzos de las relaciones entre Argentina y el Asia Oriental datan de cien años.54

Pero lo que más nos interesa a nosotros es lo ocurrido con posterioridad a la Se-gunda Guerra Mundial, es decir en los últimos cincuenta años; ahí están los antecedentes de peso en el desarrollo de estas relaciones. Para ello debemos tomar en cuenta algunos aspec-tos fundamentales como son el hecho que estas relaciones no se desenvuelven en condicio-nes de “vacum” 55 están determinadas por decirlo de alguna manera, por las condiciones socio-económicas, socio-políticas y socio-culturales, tanto nacionales como internacionales. La creciente internacionalización de estas relaciones (¡No Globalización!) [Petras, J. y Polychroniou Ch., 1998] ha exacerbado las condiciones nacionales del problema.

Si nos referimos a nuestro caso concreto podemos distinguir algunos momentos históricos que son determinantes entre 1945-1997:

a) Las condiciones emergentes en el Mundo Capitalista Contemporáneo pos Segunda

Guerra Mundial (S.G.M), la hegemonía absoluta de los E.E. U.U. a nivel del Sistema de las relaciones generales capitalistas (de producción, intercambio y acumulación) y la bipolarización creada con la Unión Soviética, consecuencia de su fortalecimiento político-militar en Europa, [Wallerstei I, 1991].

b) Las consecuencias en Asia Oriental del derrumbe japonés en 1945, [Lee, Ki-Baik, 1988, pp.350-367 Souiry, P., 1982, pp 92-125].

54 El 3 de febrero de 1998 se han cumplido cien años del tratado de Amistad firmado entre la República de Argen-tina y el Imperio Japonés. Hace más de cien años que vive en la Argentina una comunidad japonesa. 55Las condiciones de vacío según la Física. Pero que algunos “especialistas” en relaciones internacionales creen realmente que existen para las relaciones diplomáticas, comerciales y políticas entre países.

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Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 43 - c) La arrolladora descolonización en toda el Asia Oriental desde 1945 a

1954.[Chesneaux, J. 1985] d) El derrumbe del liderazgo del Guomindang en China y el triunfo del P.C. Chino en

1948-1949, [Souiry P., 1982, pp. 310-441 y Lew, R. 1980]. e) La guerra de Corea y sus consecuencias en Asia Oriental, en la propia península core-

ana y en el mundo. [Cumings, B., 1981 y 1990 y Lowe, P., 1997]. f) El triunfo del Movimiento de Liberación Nacional en Vietnam frente al ocupante

francés y la intervención norteamericana en Indochina; esta intervención es una conti-nuación de su intervención en Japón (1945), Corea desde 1945, en China el caso de Taiwán. [Shart, A., 1996]

g) Los acontecimientos que se producen en la Argentina en el período 1943-1948 triunfo y consolidación de un nuevo movimiento político-social que emerge y se construye bajo la forma de un nuevo “acuerdo” de fuerzas y sectores sociales. El Peronismo así se ha denominado genéricamente y que es tema de discusión hasta nuestros dí-as.[Halperin Donghi, T. 1996,pp. 444-533 Autores varios, 1995.] y;

h) La compleja relación de los E.E.U.U. con la región latinoamericana desde 1945 a 1965 [Halperin Dongui, T., 1996. Conil Paz, A. Perrari, G., 1964 y Escudé, C., 1986].

Podríamos enunciar muchos más acontecimientos como por ejemplo, el surgimien-

to a partir de Bandong, 1955 del “Movimiento de Países No Alineados” del cual la Argenti-na no ha formado parte, ni de la iniciativa en la formación de este movimiento pero tampo-co ningún país latinoamericano. [Lopez, I.-Anderson, D., 1997 y Perón J.D., 1973.]56

Otro aspecto muy importante es que en la Argentina a pesar de existir una Comu-nidad Japonesa que tiene más de cien años y de que existen Comunidades Coreanas y Chi-nas57.

Estas Comunidades del Asia Oriental no tienen ni la importancia numérica y eco-nómica que tienen sus hermanas Comunidades de Brasil y Perú. Personalmente creo que este factor influye en las propias relaciones entre Argentina y países como Corea del Sur y China. [Mera, C., 1997 Park, Choe-Soon, 1997 y Visentini P., 1998, pp.1] sería diferente si estas Comunidades tuvieran en la Argentina la importancia por ejemplo, que tienen Comu-nidades como, la Italiana, Española, Sirio-libanesa o Israelita.

Debemos distinguir varios períodos en las relaciones entre Argentina, Corea del Sur y China, y sobre todo a partir de 1945 hasta nuestros días. Aunque nosotros enfatizare-mos los últimos veinticinco años de estas relaciones 1972-1997. Hay que subrayar varios períodos bien definidos: a) El período 1945-1960/63. Estos primeros años de las relaciones de pos S.G.M. están

enmarcados en acontecimientos “fundacionales” para cada uno de los países aquí estu-diados (desde las perspectivas de sus mutuas relaciones internacionales), y que ya seña-lé con anterioridad. En este período el mundo capitalista está determinado por formas de acumulación y de regularización muy diferentes a la que rigen hoy. [Amin, S., y Gonzá-lez Casanova, P., 1995 1er vol.] Los mercados internos eran más determinantes que los intercambios comerciales internacionales, los flujos especulativos del capital interna-

56Hay que señalar que en la “Conferencia Anti-imperialista de los pueblos coloniales y semi-coloniales de 1927, realizada en Bruselas estuvieron entre sus organizadores el Guamindang chino y el Gobierno mexicano pos revolucionario. Algunos historiadores ven en esta conferencia de la cual participaron la viuda de Sun Yat-Sen, Nerhu padre e hijo y Bosse, Hochimin y otros, como referente histórico del Movimiento de No Alineados de los años 50. 57Cada una de éstas últimas tienen 35.000 personas. La japonesa alrededor de cien mil.

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cional más controlados por los estados nacionales y las relaciones sociales más favora-bles a los sectores populares. Todo lo anteriormente expresado, muy suscintamente, por supuesto que deteminaba las relaciones entre países. Estos últimos estaban mucho más “expuestos” a su pertenencia a un “bloque o zona de influencia” que condicionaba la Guerra Fría de finales de los cincuenta en adelante.

b) El período de 1960/1963 hasta mediados de los años setenta (1973-1976), fue una corta etapa de transición durante la cual se fue erosionando el modelo capitalista mundial sur-gido pos S.G.M. y además se constataba un crecimiento económico mucho más signifi-cativo en ciertos países denominados “Nuevos Países Industrializados” (N.P.I) [Amsden Allice, H., 1989 y Hast Landsberg, M., 1993.] y un mayor dinamismo entre las poten-cias derrotadas en la S.G.M. como Japón, Alemania e Italia y un relativo retroceso mundial de la economía norteamericana. La consolidación de Regímenes Burocráticos Autoritarios [de acuerdo a la conceptualización de Guillermo O’Donnell, 1982], como en la Argentina de 1966-1973 y 1976-1983, en Corea del Sur a partir de 1961 con el “Modelo Socio-Económico y Político” instaurado por Park, Chung-Hee, [Silbert, J.,1997.]

El caso de la República Popular de China es diferente pero también durante este

período que nosotros denominamos de transición, se producen acontecimientos que marca-rían a este gran país por muchos años. La “Revolución Cultural”, 1966-1971, y el período posterior a esta última hasta 1976, año de la muerte primero de Chou En-Lai y luego de Mao Tse-Tung y las encarnizadas luchas por el poder político en China [Meisner, Maurice, 1988, pp.309-396]

Por último el período más relevante para nosotros, 1972-1997, porque es durante estos veinticinco años que se establecen, se desarrollan y se consolidan las relaciones que estamos estudiando.

En 1972, durante la etapa final del régimen militar en la Argentina.58 Se establecen las relaciones diplomáticas plenas con la República Popular de China. [Malena, J., 1997, pp.168-172]. Toda la década de los años setenta marca el crecimiento de las relaciones entre Argentina con Corea del Sur y la República Popular de China.

En este largo período de veinticinco años debemos destacar la existencia de dos sub-períodos diferenciados por una serie de acontecimientos políticos y económicos rele-vantes:

a) Un período de 1972 a 1987-89, que está marcado por una serie de acontecimientos en

cada uno de los tres países cuyas relaciones mutuas analizamos en este artículo. Pero también una serie de acontecimientos regionales e internacionales que influyen y condi-cionan estas relaciones. A pesar que estudiaré más detenidamente cada una de estos sub-períodos, quisiera señalar algunos acontecimientos y cambios significativos: 1- Para la Argentina el período comienza con una recuperación de la democracia, el

derrumbe del régimen militar anterior, y un creciente movimiento popular radicali-zado. Desconocido por su amplitud, por la complejidad de sus actores sociales y formas de lucha, la politización de la Sociedad Argentina alcanzaría niveles que

58Es presidente de facto el General Lanusse, pero ya se está negociando la vuelta de Perón y el llamado a eleccio-nes, que tuvieron lugar el 11 de marzo de 1973, triunfan los candidatos del peronismo Héctor J.Cámpora y Vicen-te Solano Lima quienes asumen el 25 de mayo de 1973.

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Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 45 - provocarían en las clases y sectores dominantes conductas políticas de desespera-ción.59

La respuesta del Estado y las clases dominantes, aunque comenzó durante el gobierno democrático, se expresa plenamente a partir del Golpe Militar del 24 de marzo de 1976. La Argentina vivió años “muy difíciles” entre 1976 a 1983. No so-lamente la terrible represión, los miles de muertos y desaparecidos; la Aventura Militar en las Islas Malvinas en 1982 sino la transformación de su “Modelo de Acumulación Capitalista”. Esto provocó el deterioro de las condiciones socio-económicas de la mayoría de la población y favoreció la concentración del gran capital en manos de pocos grupos nacionales e internacionales. Las relaciones so-ciales más amplias del país quedaron condicionadas por este proceso, que incluyó un enorme endeudamiento externo. La vuelta a la Democracia en 1983, quedó en-marcada por la pesada herencia del régimen autoritario-represivo anterior y por sus “ logros” económicos-sociales.

2- En Corea del Sur el período comienza con una crisis del propio modelo autoritario-tecnocrático impuesto por Park, Chung-Hee y el Ejército y la necesidad de trans-formar al régimen en más autoritario y represivo. La Reforma Política denominada Yushin de 1972, implicó gobernar con mayores poderes. Permitir la necesaria “ Acumulación de Capital” para las cuantiosas inversiones de la industria pesada en construcción. Es decir, reprimir toda tentativa de desviar recursos hacia el consu-mo y el mejoramiento de las condiciones de vida de la población sud-coreana. [Silbert, J.,1997 pp.156-157.] Este régimen burocrático-autoritario sufrió su se-gunda crisis político-social entre 1979-1981, cuando fue asesinado el General Park, Chung-Hee por el propio Jefe de la CIA Sud Coreana y el posterior levanta-miento popular democrático de Kwangju el 18 de mayo de 1980. El Ejército inter-vino plenamente para reprimir las demandas de democratización que intentaban abrirse paso, e impluso a su líder el General Chun Doo-Hwan como el nuevo Dic-tador.[Hart-Landberg, 1993, pp.288-289] El enorme desarrollo y crecimiento eco-nómico de Corea del Sur entre 1961 y 1987, crearon las condiciones socioeconó-micas de una gran transformación de toda la vida cultural coreana.60

Lo anterior desembocó finalmente en el movimiento democrático-popular por la elección directa del presidente, que obtuvo luego de grandes manifestaciones y huelgas en el invierno de 1987 (junio y julio) un triunfo total [véase Hang Sang-Sing en Silbert J. 1997, pp15-50].

3- En la R.P China este período de 1972-1987-1989 comienza con una serie de cam-bios en la política externa e interna. El sorpresivo acercamiento con los EEUU61 y las tentativas de saldar los enfrentamientos internos en el P.C. Chino luego de la “Revolución Cultural” del “Affaire” Lin-Biao, volvieron a estabilizar la conduc-ción política del país.62 Entre 1972 - 1973 y 1977 la R.P China vive una situación de renovación en sus orientaciones internacionales: su ingreso como miembro ple-no en las Naciones Unidas y como la única representante de China fue reconocida por la casi totalidad de la Comunidad Internacional, como la única representante

59Este período necesita todavía en Argentina, un estudio serio y exhaustivo. 60Me refiero en sentido antropológico amplio. Transformación de la vida de millones de personas, que transitan en menos de una generación del campo a las grandes ciudades industrializadas. 61Visita de Nixon y Kisinger a Beijing en febrero de 1972. 62El Décimo Congreso del P.C. Chino en 1973 sancionó institucionalmente la situación y devolvió la gestión política general; a sus organismos electos en dicho Congreso, Comité Central, Politbureau, etc.

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del Pueblo Chino. Sin embargo internamente continúa una lucha cerrada entre di-ferentes grupos del Partido y el ejército por el liderazgo político. Que luego de las muertes de Chou En-lai y Mao Tse-Tung en 1976 se agudizan terminando con la derrota primero del “Grupo de los Cuatro” y posteriormente de Hua Guo-Fen [Meiser M. 1988]. En 1978 y bajo el nuevo liderazgo consolidado de un veterano del Partido, Deng

Xiao-Pin se producen una serie de transformaciones mayores en la economía y la sociedad china. Lo que se denominaría como “socialismo de mercado”, provocaría un gran despegue y crecimiento de esta gran país. Durante este período la economía china, creció a un índice anual de más del diez por ciento. Transformó la República Popular de China en una gran economía de mercado, con una fuerte intervención del Estado como regulador e interventor activo de dicho proceso. Esta transformación se produjo bajo un creciente flujo de capital internacional invirtiendo en diferentes e importantes proyectos industriales.

En la medida que se producía una “liberalización” en las regulaciones de la “plani-ficación socialista” anterior, crecía la “nueva economía de mercado” y los asalariados urba-nos en general. También la economía agraria “capitalista” creció en detrimento de la Orga-nización Comunal anterior. La República Popular China se fue transformando totalmente. De estas transformaciones antes señaladas, surgió lentamente una sociedad civil diferencia-da, “nuevas” clases medias y asalariadas con exigencias renovadas hacia la dirección de la política del país. En una sociedad como la de China, en donde el poder político está muy concentrado, dichas exigencias encontraron sus propios voceros en la conducción del P.C. Chino. Tal es el caso Zhao, Zi-Yamg, Primer Ministro63 y uno de los políticos más com-prometidos con los cambios ocurridos desde 1978, presionan dentro del partido hacia una apertura democrática. Principalmente en relación a las exigencias de las clases medias, los estudiantes e intelectuales. La oposición cerrada en el Partido Comunista Chino a estas exigencias, por la parte de la burocracia conservadora y autoritaria, provoca las moviliza-ciones de estudiantes intelectuales y otros sectores urbanos que finalmente serán terrible-mente reprimidas el 4 de junio de 1989 en la Plaza Tien-Anmen, Beijing. [Meisner, M.,1988, pp.435-489]

Bajo estas condiciones internas en la Argentina, Corea del Sur y la República Po-pular de China se desarrollaron las relaciones diplomáticas y los intercambios comerciales, científicos, tecnológicos y culturales entre un país ubicado en América del Sur con dos países del Noreste Asiático.

Al primer sub-período de 1972-1987-1989, debemos agregar los cambios cualita-tivos que se producen en el sub-período 1989-1990 hasta nuestros días. Estos cambios cua-litativos son de carácter nacional e internacional y son fuertemente condicionantes de las relaciones bilaterales que aquí estudiamos. El cambio principal que se produce a partir de 1989 en el ámbito internacional es el desmembramiento de la Unión Soviética, el surgi-miento de varias repúblicas independientes de las cuales Rusia es la más grande e importan-te. La reunificación alemana con todas las implicaciones. Pero existe algo mucho más im-portante y es la creciente transnacionalización y mundialización de la economía que para algunos analistas críticos a estos procesos se reflejan de manera compleja y contradictoria. Por ejemplo James Petras y Chronis Polychroniou en un artículo ya citado sostienen:

63El representa todo un sector de dirigentes y cuadros del P.C. Chino que consideran necesaria la democratiza-ción del régimen, pero son minoría en él.

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Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 47 - “Lejos de ser contrario al estatismo el capital multinacional exige un “Estado Ac-

tivista” que desmantele el Estado de Bienestar en favor de la Globalización” y más adelante afirman: “La fase actual de globalización supone la “re-estructuración” de la economía mundial mediante la liberación de los flujos de capital y de las normas que rigen las opera-ciones internacionales de las instituciones financieras” [Petras, J, Polychroniou, Ch., 1998, pp.25-28]

En síntesis podemos afirmar que la década de los años noventa implicó una gene-ralización de las políticas neo-liberales impulsados por instituciones internacionales como el Banco Mundial, el FMI, la OCDE, el “Forum de Davos”, etc. Implicó un crecimiento del comercio internacional entre economías nacionales y bloques económicos regionales (Co-munidad Europea, NAFTA, Mercosur, ASEAN, APEC, etc) También un flujo creciente especulativo del capital financiero internacional y búsqueda de “mano de obra barata” por las transnacionales para acrecentar sus tasas de ganancias.

Durante estos años y como parte de ese proceso complejo y contradictorio se ha ido consolidando la democracia en la Argentina y Corea del Sur.64

A- Las Relaciones Internacionales de dos regiones diferentes: América del Sur y Noreste Asiático. El caso de la Relación Internacional de la Argentina con Corea del Sur y la República Popular China.

Hacia finales de este siglo el nivel de las relaciones bilaterales entre la Argentina

con Corea del Sur y la República Popular de China son realmente significativas. Aunque para cada uno de estos países los intercambios bilaterales sean solamente un porcentaje pequeño de sus intercambios comerciales totales: por ejemplo, la Argentina en 1996 expor-tó por 23.811 e importó por 23.762 millones de dólares; su intercambio con la República Popular China fue de 607 y 698 respectivamente; con Corea del Sur 48 y 585 millones de dólares, [Anuario de Clarín 1997, p.148, y Bekinschtein, J., y otros, 1994, pp.21-25]65 El Comercio Exterior de Corea del Sur es de: 96.000 exportaciones y 102.348 importaciones en millones de dólares, 1994. Es decir las exportaciones argentinas a este país representan 0,1 por ciento de todas sus importaciones.66 Las exportaciones coreanas a la Argentina alrededor de 0,4 por ciento del total. Algo similar ocurre con la República Popular China que para el año 1994 exportó un total de 121.047 e importó 115.681 millones de dólares respectivamente. Su comercio bilateral con Argentina en porcentaje del total es pequeño, pero aquí es necesaria una reflexión que nos ayude a interpretar los datos estadísticos:

a) El Comercio Exterior bilateral entre la Argentina, Corea del Sur y la República Po-

pular China ha ido creciendo significativamente en los últimos diez años, también

64Claro que estas democracias enfrentan constantes desafíos y peligros del contexto que impone la crisis y las políticas de ajuste económico, la desocupación y la marginalidad social de una parte de la ciudadanía. 65Los datos sobre la República Popular China son de 1996 pero de Corea del Sur, corresponden a 1993. En 1996 el comercio bilateral ascendía a 629 millones de dólares entre Corea del Sur y la Argentina. En 1980 era sólo 90 millones y en 1990, 127 millones. [Park, Chae-Soon, 1997, p.29] 66Aunque para 1996 hayan aumentado las exportaciones argentinas a Corea del Sur, los porcentajes son simila-res.

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tiende a diversificarse en productos e insumos industriales. No podemos realizar en el marco de este artículo un análisis exhaustivo de los intercambios bilaterales entre la Argentina y estos dos importantes países del Noreste Asiático. Pero lo importante a destacar es la tendencia creciente y la calidad de estos intercambios.

b) Tanto en Argentina, como Corea del Sur o la República Popular China desarrollan su Comercio Exterior primeramente al interior de su propia región y segundo hacia los mercados capitalistas mundiales más significativos; los E.E.U.U. y Canadá, la Comunidad Europea y Japón. Por ejemplo, la Argentina exporta en el continente americano (sur y norte) 11.099 e importa 7.352 millones de dólares (1996) represen-ta 38 por ciento del total de sus intercambios. De ese total anteriormente señalado: exportó e importó a Brasil 6.615 y 5.326 respectivamente; a Chile 1.766 y 559 mi-llones de dólares. Si sumamos el Comercio bilateral con Uruguay y Paraguay inme-diatamente percibimos la importancia que tiene el MERCOSUR en los intercambios de Argentina67

Igualmente ocurre con Corea del Sur y la República Popular China, su Comercio

Exterior se encuentra en la región del Noreste y Sudeste Asiático, Japón es para estos países lo que Brasil para Argentina; además ellos mantienen un importante intercambio bilateral con los E.E.U.U.. En el caso de Corea de Sur es un país que su Comercio Exterior Total casi 200 mil millones de dólares (1994) representa más del 40 por ciento de todo su P.N.B.. En La República Popular de China dicho porcentaje es pequeño dada la magnitud de su economía nacional. En el caso Argentino del Comercio Exterior total 47.573 millones de dólares representa aproximadamente, un poco menos que un sexto de su P.N.B.. Es todavía comparada con Corea del Sur, una economía menos competitiva a nivel internacional.

Ya que hemos señalado la importancia que tiene para Argentina, su región y el MERCOSUR, como el mercado de una parte importante de los países sudamericanos.68 Y para Corea del Sur y la República Popular de China su propia región del Noreste y Sudeste asiático, es necesario pensar hoy las relaciones internacionales, no solamente, como rela-ciones entre países: Argentina con Corea del Sur y la República Popular China, sino entre regiones que se integran y al mismo tiempo buscan relacionarse con otras regiones organi-zadas y diferentes. Es decir, todavía es prioritaria la relación entre países, las relaciones internacionales están de esa manera institucionalizadas. Pero al mismo tiempo hemos visto crecer y consolidarse en las últimas dos décadas las organizaciones regionales de coopera-ción. Tal vez el caso más significativo y paradigmático sea la Comunidad Europea (C.E.) que por su larga experiencia por el proceso de integración político, económico, ahora mone-tario sea el que el resto de las regiones más estudian y tratan de imitar. La cuestión de las organizaciones regionales es un tema de estudio y de debate complejo sobre el cual volve-remos en las conclusiones.

67A Uruguay se exportó e importó 719 y 293 y a Paraguay 584 y 182 millones de dólares respectivamente. [Anua-rio, Clarín, 1997, p.148]. 68Hoy existen negociaciones con Bolivia y Perú para lograr acuerdos de integración y cooperación con el MER-COSUR.

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B- Las Relaciones Bilaterales entre Argentina y la República de Corea.

En una publicación oficial del gobierno de la República de Corea, de agosto 1996

sobre las relaciones entre este país asiático y Argentina leemos: “desde el establecimiento de las relaciones diplomáticas en

1962, han venido intensificándolas en forma continua y recientemente, los vínculos de amistad y de cooperación están estrechándose de una manera vertiginosa entre ambos países ya que la Argentina da una ma-yor importancia a su diplomacia con Asia, especialmente al entrar en la década de los noventa.”

Desde que se establecieron las relaciones diplomáticas entre ambos países el 16 de

febrero de 1962, durante el gobierno constitucional de Arturo Frondizi y el Burocrático-Autoritario de Park, Chung-Hee; recién en 1963 Corea del Sur abrió su Embajada Perma-nente en Buenos Aires siendo su Primer Embajador el Sr. Jung, Il-Kwong. Argentina abrió su sede diplomática en Seúl, pero en marzo de 1966, siendo su Primer Embajador el Sr. Alejandro Antonio Galarce, [Park, Chae-Soon, 1997, pp.7-8]

Durante las décadas de los sesenta y setenta las relaciones diplomáticas, comercia-les y culturales evolucionaron lentamente. Las causas que explicarían la evolución anterior estarían dadas por los procesos más generales del desarrollo del capitalismo mundial duran-te esas dos décadas y a los acontecimientos internos en cada una de estas formaciones so-ciales, que he explicado en la Introducción. Durante este período inicial de las relaciones bilaterales debe destacarse la firma en Agosto de 1968 de un Convenio Cultural y en el mismo mes de 1972 y un Convenio sobre Protección de Patentes. Deberíamos destacar dos acontecimientos que fueron muy importantes para las relaciones bilaterales entre Argentina y Corea del Sur durante los años sesenta:

a) el intento Sud-Coreano de impulsar una inmigración de ciudadanos de dicho país

asiático a la Argentina. Esta iniciativa fue objeto de negociaciones entre ambos paí-ses, al principio se trató de que estos inmigrantes se establecieran como colonos (agricultores) en Campo Lamarque, Choel-Choel para dedicarse a la explotación fru-tícola, octubre-diciembre de 1965. El 17 de diciembre de 1970 ochenta y cinco personas llegaron a Mar del Plata sobre

la costa atlántica para dedicarse a la actividad pesquera, con el auspicio del Gobierno Ar-gentino y una empresa privada [Park, Choe-Soon, 1997, p.10].69 Esta experiencia pesquera ha tenido éxito y hoy existen en la Argentina veinticuatro empresas pesqueras de capitales coreanos administradas por coreanos residentes en la Argentina y argentinos de origen coreano. Estas empresas exportan una parte significativa de sus productos a Corea del Sur como calamares y otros productos marinos y una pequeña parte comercializan en el merca-do interno, [Bekinschtein J. y otros, 1994, pp. 18-19 y pp 21-22].

69Las experiencias agrícolas que se intentaron en las Provincias de Río Negro y Santa Fe fracasaron aunque todavía el Gobierno Coreano es dueño en San Javier, Prov. de Santa Fe de 3694 hectáreas que dedica al cultivo de arroz y de maiz.

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La Colectividad Coreana hoy en la Argentina está compuesta de 35.000 personas viven mayoritariamente en la Ciudad de Buenos Aires y los alrededores cercanos, se dedi-can principalmente al comercio minorista y mayorista de ropa y una pequeña parte es fabri-cante de estos productos, existe otra parte de esta Colectividad que tiene minimercados de alimentos en diferentes barrios de la ciudad [Mera, C.1997]70;

b) el caso de las cortas relaciones entre la Argentina y la R.P.D. de Corea (Corea del

Norte) estas relaciones se establecen el 1º de junio de 1972.71 Estas relaciones se consolidaron con el triunfo peronista en marzo de 1973. Se establecen Embajadas en Buenos Aires y Pyongyang respectivamente. Por decreto del Poder Ejecutivo del Gobierno Dictatorial de la Junta Militar, Nº1709 del 13 de Junio de1977, se produjo la ruptura de las relaciones con Corea del Norte. La medida fue fundamentada en el hecho que la Embajada de dicho país (Corea del Norte) no se ajustaba “a los princi-pios y prácticas establecidas por usos y costumbres” ya que habían afectado bienes de ciudadanos argentinos, [citado de Park Choe-Soon, 1997, p.9]. Estas cortas rela-ciones deben ser estudiadas en sí mismas y en la medida que afectaron las relaciones con Corea del Sur.

Como lo señalamos en la Introducción son las décadas de los ochenta y sobretodo

de los noventa las que marcan un cambio realmente cualitativo en las relaciones entre am-bos países, podemos afirmar que durante la década de los ochenta se crearon las condicio-nes necesarias para que estas relaciones político diplomáticas económicos comerciales y académicos culturales crezcan y se diversifiquen, por ejemplo en febrero de 1980 se firmó un Convenio de Cooperación Científico-Tecnológico entre la Compañía Coreana de Ener-gía Eléctrica y la Comisión Nacional de Energía Atómica Argentina.

En diciembre de 1983 Lee Won-Kyung Ministro Coreano de Relaciones Exterio-res visitó la Argentina representando a su gobierno y país en el Acto en que asumió el nue-vo Presidente democrático de la Argentina el Dr. Raúl Alfonsín. Y en febrero de 1986 visita la Argentina Lee, Jae-Hyung Presidente del Parlamento Coreano. En abril del mismo año visitó Corea del Sur el ex-Presidente de la Nación Arturo Frondizi.

La década de los noventa abre una nueva etapa de florecimiento y expansión de las relaciones bilaterales entre la República de Corea y la República Argentina. Se ve reflejado en las constantes visitas oficiales hacia cada país de las principales autoridades del gobier-no, parlamentarios, etc.. Este proceso de intercambios y consultas al más alto nivel se ve reflejado en la visita en septiembre de 1995 del Presidente de la Argentina Dr. Carlos Saúl Menem a Corea del Sur y un año después entre el 8 y el 10 de Septiembre de 1996 visitó la Argentina el Presidente de Corea del Sur Lic. Kim Young-Sam. Durante toda esta década se han firmado una serie de Convenios que ampliaran el desarrollo de las relaciones bilate-rales. La Argentina apoyó el ingreso de Corea del Sur como miembros electos del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (N.U.). Argentina también apoya la postura Sud-Coreana acerca de una solución pacífica y negociada del Conflicto de la Península Coreana, la Argentina también apoya una supervisión de los usos de la Energía Nuclear en Corea del 70La generación de los hijos, mucho de ellos argentinos de origen coreano se han integrado en el sistema educati-vo con mucho éxito, y ya hay muchos egresados universitarios de esta Colectividad, Carolina Mera presentará en estos días un exhaustivo estudio sobre la Colectividad Coreana en la Argentina que acaba de publicar la Editorial de la Universidad de Buenos Aires. 71El 1º de mayo de 1972 la Sra. María Estela Martinez de Perón visita, invitada oficialmente la R.P. China y la R.P.D. de Corea.

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Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 51 - Norte y la iniciativa de las N.U. conformando una comisión internacional sobre dicho tema -KEDO-.

El hecho de que hoy ambos países hayan consolidado las instituciones y la vida democrática; aunque al respecto existan problemas y desafíos a superar; abren mayores perspectivas de intercambio y cooperación. Esto último, en la medida, que aunque se trate de sociedades con tradiciones culturales muy diferentes las vivencias y experiencias de sus actuales Sociedades Civiles luchando por “deshacerse” de un pasado de oprobio autorita-rio.72 Los pueblos y sus “reales” representantes se encuentran, se auto-reconocen en una red internacional que lucha por democratizar y fortalecer sus Sociedades Civiles.

Los intercambios culturales y académicos no son todavía lo suficientemente im-portantes como deberían serlos. Por ejemplo: todavía ninguna universidad en la Argentina tiene acuerdos macros de cooperación con universidades en Corea del Sur. Hay algunas universidades nacionales y privadas en la Argentina que han recibido becas de la “Funda-ción de Corea” (“The Korea Foundation”) para especializarse en estudios sobre Corea y el Asia Oriental. Han existido intercambios académicos en otras disciplinas, pero todavía “queda todo por hacer”. En ese sentido el gobierno y las universidades del Corea del Sur han hecho mucho más que la Argentina. En Corea del Sur existen trece departamentos de Estudios Hispánicos Latinoamericanos. Un grupo importante de docentes e investigadores de dicho país han realizado estudios de pos-grado (maestrías, doctorados, y pos-doctorados) en España, México y Colombia. Pero en la Argentina no tenemos ningún Departamento de Estudios Coreanos y del Asia Oriental que puedan considerarse de nivel adecuado. Es todo un desafío que en la Argentina y otros países del MERCOSUR han asumido un grupo de docentes e investigadores.

Volveremos con algunos de estos temas a “modo de conclusión” en la parte final de nuestro artículo.

C- Las relaciones Bilaterales entre la Argentina y la República Popular China.

Aunque nos interesa estudiar sobretodo el período de las propias relaciones diplo-

máticas bilaterales entre 1972 y 1997 sería necesario indagar al pasado desde finales de la S.G.M.73 72Al respecto dos “anécdotas” que he vivido, cuando en 1995 organizamos un seminario en la Universidad Na-cional de Córdoba con el título: “La República de Corea Hoy: ¿Qué podemos aprender, qué nos pueden ense-ñar?”, participó de este evento académico un profesor sud-coreano del Departamento de Sociología de la Univer-sidad Nacional de Seúl, El,Han,Sang-Jin, se interesó mucho en las experiencias de Córdoba y de la Argentina en las luchas contra la impunidad del Régimen Militar de 1976-1983 y de las luchas por la democracia. El dio a conocer y popularizó el libro de Guillermo O’Donnell que citamos en la bibliografía y que estudia la Argentina del Régimen Militar de 1966-1973, porque le permitía entender al Régimen de Park,Chung-Hee. La otra expe-riencia fue el haber recibido en marzo de 1996 a una Delegación Parlamentaria de Kwangju, capital de la demo-cracia en Corea del Sur, que vino a Córdoba como ciudad gemela en la misma lucha. Ellos veían similitudes entre los levantamientos populares por la democracia: “El Cordobazo” de 1969 y el levantamiento de “Kwangju” de 1980. 73Hay que recordar que la Argentina tenía relaciones con la República China del Guomindang, cuyo lider Jiang Jie-Shi (Chiang Kai-Shek) estuvo entre los fundadores de la N.U. en 1945. Cuando asumieron el poder político los comunistas el 1º de Octubre de 1949 se rompieron relaciones con la nueva R.P. China. La Guerra de Corea, 1950-1953 tuvo un importante impacto en la política externa e interna de la Argentina [López, I. y Anderson, D., 1997] están desarrollando una investigación que nos permitirá comprender mejor ese período.

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La década de los años sesenta está determinada: a) por el veto de EE.UU a cual-quier intentó en Latinoamérica por reanudar relaciones con este gran país asiático, b) la política militante de la R.P. China durante la “Revolución Cultural”, el famoso impacto de las teorías de la “Guerra Popular Prolongada, del Campo (la Periferia) Mundial contra las Metrópolis Imperialistas” (que incluían a la ex Unión Soviética) y el apoyo activo chino a ciertas guerrillas en Latinoamérica por supuesto no facilitaban la reanudación de las rela-ciones diplomáticas.

Como señalé en la Introducción las nuevas condiciones creadas en 1972, permitie-ron el comienzo de las relaciones plenas entre Argentina y la R.P. China el 19 de febrero de 1972. El presidente dictatorial de entonces General Alejandro A. Lanusse y su Ministro de Relaciones Exteriores Dr. Luis María de Pablo Pardo declaraban: “que al rechazar relacio-nes con Estados progresistas socialistas o comunistas era perjudicial para la política de independencia y crecimiento económico que se abogaba en la Argentina” [Malena, J., 1997, p. 172]. En el corto período que el peronismo ocupó el gobierno, 1973 – 1976, las relacio-nes sino-argentinas se intensificaron, formaban parte de una nueva orientación política, se renovaba la vieja teoría de la “Tercera Posición” frente a las dos Super-Potencias, EE.UU y la URSS. Ahora la Argentina participaba plenamente del Movimiento de Países No alinea-dos. La vuelta de los Militares al gobierno en 1976, luego de las destitución de la Presidente Constitucional María Estela Martinez de Perón, no cambió la orientación diplomática ni de Beijing, ni de Buenos Aires. A pesar de una orientación muy pro-norteamericana de la política exterior básica del Gobierno Militar Argentino.74

La política exterior china fue y sigue siendo muy pragmática y realista para la Re-pública Popular China era muy importante por esos años ser “reconocida como única repre-sentante diplomática del Pueblo Chino. Su ingreso a las Naciones Unidas fue condicionado por la aceptación, por parte de la Comunidad Internacional, de que Taiwán debía cederle su lugar en las N.U. y la R.P. China debía ocupar un lugar permanente en el Consejo de Segu-ridad, exigencias que fueron aceptadas. Quienes quisieran mantener relaciones diplomáti-cas con ella debían aceptarla como la única representación diplomática de China, podrían seguir manteniendo relaciones con Taiwán pero solamente como Delegación Comercial. Algo similar a las Delegaciones Comerciales de otras provincias chinas o regiones en gene-ral. Si hoy a una generación de distancia, observamos este proceso en perspectiva histórica, la República Popular China obtuvo un gran triunfo político y diplomático.

Respecto a las relaciones particulares entre la República Popular China y el Régi-men Militar argentino de 1976-1983, tuvo primacía para China el “ pragmatismo diplomáti-co”.75 El Régimen Dictatorial Argentino trataba de presentarse con “pulcritud” a nivel internacional. Estaba bastante aislado diplomáticamente en Europa Occidental principal-mente por cierta presión de la Opinión Pública en dichos países, donde se filtraban las noti-cias de la terrible represión que se había desatado.76 Tanto en la URSS, o en la R.P.China, 74Tampoco tuvo influencia negativa la relación particular de la Argentina con la URSS, por razones de los intere-ses del comercio exterior argentino, la Unión Soviética era el principal comprador argentino de cereales y otros productos, con un saldo muy favorable para Argentina. Hay que considerar la gran disputa Chino-Soviética durante esos mismos años. 75Algo similar ocurrió con el resto de la Comunidad Internacional respecto a la Argentina. En 1978 con la reali-zación del Campeonato Mundial de Fútbol en la Argentina, se repitió “el error” de 1936 cuando se realizaron las Olimpíadas en Alemania. 76Además que las Comunidades de Exiliados Políticos Argentinos y los Organismos de Derechos Humanos en muchos países desarrollaron una enorme tarea de esclarecimiento. A ello hay que sumarle la valiente y heroica tarea que en la Argentina desarrollaron desde su creación en 1977, “Las Madres de Plaza de Mayo” sus pañue-los blancos fueron un símbolo mundial y por ello Alfredo Pérez-Esquivel recibió el Premio Nobel de la Paz.

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Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 53 - no existía un Movimiento de Opinión Pública similar, además estos países sostenían: “que se trataban de problemas estrictamente internos”. En los diferentes Forum Internacionales, la Argentina recibía el apoyo diplomático de estos países cuando se intentaba colocarla en el “banquillo de los acusados”, pero también hay que decirlo que recibían el apoyo casi unánime de los Partidos Políticos Argentinos, inclusive de los Socialistas y Comunistas que sostenían por esos años: “Que el General Jorge R. Videla era un freno al Pinochetismo” es decir, un moderado frente a los halcones duros como Suarez-Maison, Luciano B. Menen-déz, Bussi, etc.77

Como anteriormente, lo señalamos para el caso de las relaciones bilaterales con Corea del Sur, las dos últimas décadas están marcadas por el regreso y la consolidación de la democracia, y ello, creo, facilitaron también las relaciones entre la Argentina y la R.P. China. Es necesario subrayar aquí que a principios de los ochenta, en abril 1982, se produjo la crisis y la Guerra de las Malvinas. La R.P. China apoyó resueltamente en todas las Con-ferencias Internacionales y en las N.U. la postura Argentina respecto al derecho que está tiene a la Soberanía sobre las Islas Malvinas, aunque llamó a la solución pacífica de los conflictos. 78

Pero el crecimiento y la consolidación de las relaciones entre la Argentina y la R.P. China entre 1972 y 1983 (diciembre 1983 recuperación de la democracia en la Argen-tina), estuvieron determinadas por algunos de los aspectos antes señalados: a) la necesidad de la R.P. China de lograr y consolidar un reconocimiento internacional pleno; b) el corto período democrático de 1973-1976 en la Argentina vuelta del Peronismo al Gobierno, acompañado de una Sociedad Argentina politizada y radicalizada, favorecieron la consoli-dación de estas relaciones, c) la superación política de la “Revolución Cultural” en China y la estabilización nuevamente de una burocracia política-estatal que le brindaba a la política exterior china mayor credibilidad y pragmatismo diplomático, d) el Golpe Militar en Argentina de 1976 no se tradujo en un cambio en las relaciones bilaterales con la R.P. China, debido principalmente al aislamiento argentino en esos años, y a los intereses económicos implicados en estas relaciones bilaterales.

El mayor crecimiento de estas relaciones bilaterales se produjo a partir de 1984 en adelante con los gobiernos democráticamente electos en la Argentina. Desde el Golpe Mili-tar de 1930, 1983-1997 es el período más largo de vida institucional democrática que vive la República Argentina.79 El nuevo ministro de Relaciones Exteriores de la Argentina, Dr. Dante Caputo, intentó desarrollar una política exterior más diversificada, más orientada hacia el “Tercer Mundo”, ello favoreció las relaciones con la R.P. China. Desde las pers-pectivas de este último país, las transformaciones que se produjeron a partir de 1978, con las nuevas orientaciones económicas [Meisner, M. 1988, y Faribank, J.K., 1989, pp. 481-507], favorecieron la búsqueda de una mayor apertura del Mercado Chino al exterior, forta-

77Léase ultimamente principalmente, en la Edición de los domingos del diario “Página 12” los artículos de Hora-cio Verbitzky, Juan Gelman y Osvaldo Bayer. 78El caso de Hong-Kong ha sido paradigmático para la Argentina, se comentó mucho al respecto en los medios masivos de comunicaciones en la Argentina, cuando en julio de 1997, Hong-Kong fue devuelta a la Soberanía Nacional de la R.P. China. 79Dentro de pocos meses la Argentina se prepara para festejar, quince años ininterrumpidos de vida democrática-constitucional. No es que le falten problemas a la sociedad argentina democratizada, pero a pesar de ellos es todo un logro, impensable hace pocos años.

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lecer los vínculos diplomáticos y comerciales con América Latina y por supuesto que todo ello favoreció las relaciones con Argentina.80

Desde 1984 en adelante estas relaciones bilaterales han sufrido transformaciones cualitativas que se han visto reflejadas en varios aspectos:

a) los intercambios diplomáticos y políticos al más alto nivel, como por ejemplo la reali-

zación en mayo de 1988 en Beijing de la cumbre Deng Xiao-Pin- Raúl Alfonsín81 [Oviedo, E.D. 1994, pp. 11-12]. En el año 1990,en mayo, visitó la Argentina el presi-dente Chino Yang Shang-Kun y en noviembre del mismo año el presidente argentino Carlos Saúl Menem visitó China. En dicha oportunidad se firmó el Protocolo sobre el Sistema de Consulta Política, donde se prevé que “sin perjuicio de la utilización de los canales diplomáticos, las partes mantendrán en fecha acordada previamente, consultas sobre la situación internacional, las relaciones bilaterales y los temas de interés co-mún”, [Oviedo, E.D., 1994, pp. 23], estos intercambios al más alto nivel político conti-nuaron durante toda la década de los ‘90, con visita de los presidentes, ministros de Re-laciones Exteriores, de Economía, Agricultura y Ganadería, Parlamentarios, etc.82;

b) han crecido significativamente las relaciones científico-académicas y culturales entre ambos países. Existen varios tratados firmados al respecto como por ejemplo en lo que atañe a la utilización de la Energía Atómica para fines pacíficos. Aunque delegaciones y académicos de la R.P. China y de la Argentina han visitado universidades e institutos de investigación y participado en eventos académicos y científicos en ambos países, todavía resta construir una relación más orgánica e institucionalizada en este nivel. Lo mismo ocurre en lo que atañe a los intercambios culturales y deportivos.

c) las relaciones comerciales han crecido significativamente, los intercambios entre am-bos países se aproximan a los mil quinientos millones de dólares, se han diversificado mucho. Aunque existe para 1997 un pequeño saldo favorable a la R.P. China, este co-mercio muestra un gran dinamismo. Se han desarrollado en los últimos cuatro años in-versiones de empresas chinas en la Argentina, aunque todavía son pequeñas por su vo-lumen. Durante la década de los 80 el principal socio comercial de la R.P. China en América Latina (A.L.) era Brasil con el 35% del total, le seguía la Argentina con el 20%, Cuba con el 15% y finalmente con el 15-20% restante México, Chile, Perú y Uruguay. Pero esta situación cambió en la década de los 90, no solamente por el in-cremento en los volúmenes negociados sino en su distribución por países. Brasil siguió siendo el principal socio comercial de la R.P. China en A.L., las exportaciones brasile-ñas crecieron de 460 en 1992 a 980 millones de dólares en 1995, y las chinas de 117 a 970 millones de dólares en el mismo período. El segundo socio pasó a ser Chile des-plazando a la Argentina.83 En general las exportaciones de A.L. son de materias primas

80Los acontecimientos de la plaza Tian An-men del 4 de junio de 1989, no tuvieron incidencia en las relaciones bilaterales. La Opinión Pública en Argentina no ha realizado ninguna demanda a su Gobierno de denunciar o presionar al Gobierno de la R.P. China en lo relacionado a su política interna de Derechos Humanos. 81Ya en 1980 (en junio) se habían encontrado Jorge R. Videla y Deng-Xiao-PIn en Beijing en conversaciones al más alto nivel. 82Se establecieron relaciones entre el P.C. Chino y el Partido Justicialista Argentino; anteriormente ya existían entre el P.C. Ch. y la Unión Cívica Radical argentina. 83Para Jorge Malena las causas serían: el sostenido crecimiento económico chileno, su política más agresiva hacia el Asia-Pacífico, y por el lado argentino, el aumento internacional en los precios de los cereales que provo-caron una disminución en las compras chinas, [Malena, J. 1997, pp. 189-190 y p. 196]

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Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 55 - y las de la R.P. China de productos manufacturados de consumo masivo, ello produjo una balanza de intercambios positivos para la R.P. China con Argentina y Chile por ejemplo.

En los últimos años ha crecido la Comunidad China en la Argentina, una parte im-portante de este crecimiento lo constituyen los chinos que llegan de la R.P. China84. El investigador Eduardo D. Oviedo afirma que este crecimiento es debido por un lado, a una política incentivada desde el gobierno de la R.P. China para que a partir del crecimiento de esta Comunidad China en la Argentina se fortalezcan los vínculos entre ambos países. Por otro lado los inmigrantes chinos utilizan las leyes migratorias benévolas, relativamente, de la Argentina para arribar a este país, desde la Argentina intentar ingresar a terceros países, como Estados Unidos, Australia, Europa o Japón. También se radican en la Argentina por unos años para luego volver a la R.P. China no como simples ciudadanos, sino como Chi-nos de ultramar, aprovechando todos los beneficios que ello implica. Una parte de estos inmigrantes se radican definitivamente en Argentina85 y construyen aquí sus vidas [Oviedo, E.D., 1994 pp. 20-21].

De acuerdo a los estudios realizados en los últimos años por dos especialistas ar-gentinos en las relaciones internacionales de la R.P. China, Eduardo D. Oviedo y Jorge Malena, cuyos trabajos he citado anteriormente, las relaciones bilaterales de la Argentina y la R.P. China han crecido y se han diversificado durante las décadas de los 80 y de los 90. Aunque todavía estas relaciones son marginales tanto para un país como para el otro, si analizamos el contexto global de sus relaciones internacionales y la significación político-diplomática de cada uno de ellos. Sin embargo las perspectivas y las realidades sobre las que se construyen estas mismas relaciones son las que deben investigarse teniendo en cuen-ta no solamente su crecimiento anterior importante, sino el nuevo contexto del capitalismo mundial y la conformación del Mercosur en 1991.86

D- A modo de conclusiones Es importante rescatar en estas Conclusiones lo plateado en la Introducción

respecto a los cambios ocurridos en el contexto internacional, uno de los condicionantes de las relaciones bilaterales entre la Argentina por un lado y Corea del Sur y la R.P. China por el otro. ¿Qué ha cambiado en el Mundo Capitalista contemporáneo en la última década? Debemos responder primeramente muchas cosas en lo político, lo socio-económico y lo socio-cultural.

En 1989, no solamente se produjo la “Caída del Muro de Berlín”, el comienzo del derrumbe de la URSS, la Unificación de Alemania, sino que hubo un cambio en las “rela-ciones de fuerzas internacionales”.87 En este nuevo contexto y pese a la tan publicitada Crisis Asiática, se debe constatar una serie de cambios y tendencias, que hacen al nuevo

84Una parte de esta Comunidad la constituyen los taiwaneses. 85Sería necesario realizar un estudio sobre “La Comunidad China en Argentina” similar al realizado por Caroli-na Mera sobre “ La Colectividad Coreana” recientemente publicado por EUDEBA y que he citado anteriormente. 86El Mercosur, Mercado Común del Sur, fue creado por el Tratado firmado el 26 de marzo de 1991 en Asunción, capital del Paraguay entre este país, la Argentina, Brasil y el Uruguay. La finalidad del tratado de Asunción es la de consolidar los lazos entre estos países y ampliarlos al resto de los países Sud-Americanos [Seitenfus, R. 1998]. 87La euforia del “triunfo” del “capitalismo” sobre el “socialismo” el discurso “ideologizantemente histérico”, del “Fin de la historia” y de la “Globalización” no nos ha permitido “ver los árboles”.

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contexto en el cual se desenvuelve el capitalismo mundial (¡globalizante!- insisten los voce-ros ideológicos del neo-liberalismo) y las relaciones internacionales que son parte de él. Pero este proceso se inscribe en “casi una imposible salida” a la larga y tortuosa Crisis del Capitalismo Mundial abierta y palpable desde 1973. En esta última generación (25 años) el Sistema Mundial Capitalista pudo “reproducirse globalmente” como consecuencia del ma-yor dinamismo de los N.P.I., como : México, Brasil, Corea del Sur, Taiwan, Singapur, Indonesia, la R. P. China, últimamente Vietnam y otros. En dicha “nuevo curso” de la eco-nomía mundial transnacionalizada se inscriben las relaciones aquí estudiadas.88 Como lo plantea Samir Amin, en el libro ya citado [Amin, S. y González Casanova, P. 1995, p. 12]:

Medio siglo acaba de terminar (1945-1992), por el alejamiento en el tiempo, (...). Lo más probable es que estemos entrando en un nuevo ciclo cuyos caracteres tal y como se esbozan, parecen desde ya por completo diferentes de aquellos que marcaron el medio si-glo terminado.

Para este autor lo característico del ciclo pos S.G.M. está dado por tres pilares bá-sicos y fundamentales: “el fordismo en el Occidente capitalista, el sovietismo en los países del Este y el desarrollismo en el Tercer Mundo”. Lo anterior “ha dejado (casi), de existir, aunque lo nuevo no ha terminado aún de nacer”. En este contexto emerge convulsionada-mente y contradictoriamente un proceso mundializado y transnacionalizado de las relacio-nes internacionales.

Esta nueva realidad de las relaciones internacionales está enmarcada en la consoli-dación de tres regiones determinantes y aún no totalmente definidas. La región norte del Continente Americano con los EE.UU. como centralizador e impulsor (NAFTA), la Comu-nidad Europea y la región del Nordeste Asiático aglutinándose alrededor del eje Japón-R.P. China. El resto del mundo, las regiones, que se ubican geográficamente, política y econó-micamente al margen de estos centros (regionales) dominantes se ven obligados a construir una nueva estrategia frente a estas nuevas realidades.

De lo anteriormente señalado, surge y se consolida a partir de 1985-1991 el Mer-cosur como una nueva realidad social y económica en Sudamérica.89

El mayor problema que hoy enfrenta el Mercour es definir una política de conti-nuidad y fortalecimiento frente a la tentativa de los EE.UU., de disolverlo o integrarlo bajo su dominación en una “Zona de Libre Comercio” desde Alaska a Tierra del Fuego (Améri-ca para los Norteamericanos) [Seitenfus, R., 1998]. Los continuos “desplantes” de los go-biernos argentino y chileno ponen en peligro la Unidad Regional Sudamericana. Son las fuerzas sociales en Brasil y los otros países quienes pueden salvarlo. Cuando nos referimos a estas fuerzas sociales, que indudablemente están mejor consolidadas en Brasil, no sola-

88Como afirmé anteriormente son relaciones Sur-Sur, entre un país Sud-Americano, La Argentina, y dos países del Asia Oriental, Corea del Sur y la R.P. China. Al mismo tiempo el uno participando activamente en el Mercosur, los otros dos en el Nuevo sistema que se construye en el Nordeste Asiático, [véase Visentini, P.; Pinto Coelho, P.M.; Seitenfus, R.; 1998; Keak, T.H.; Gustov, M., 1997.] 89Al principio fue una política balbuceante de los presidentes de Argentina y Brasil: Alfonsín y Sarney y sus equipos económicos, que buscaban consolidar las democracias recuperadas en ambos países frente a las nuevas realidades mundiales. También una tentativa de respuesta de las clases dominantes en Brasil y la Argentina a la “década perdida” (los años 80). Esta política ha continuado durante las administraciones de Menem y Cardoso.

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Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 57 - mente pensamos en los sectores populares, sino en ciertos sectores de sus propias clases dominantes, en Brasil y en el resto del sub-continente Sudamericano.

En estos mismos momentos se desarrolla un cruzado debate en el Mercosur, prin-cipalmente entre Brasil y la Argentina, más exactamente entre el presidente Carlos Saúl Menem y ciertos sectores dominantes de la Argentina y el candidato a presidente del Brasil, Lula y su partido el P.T. [véase diario La Nación y Folha de Sao Paulo, 14, 15, 16, 17 y 18 de junio de 1998].

El problema central del debate que finalmente se está abriendo camino, es el tipo de Mercosur que se construirá y para qué clases y sectores sociales. No son solamente los Acuerdos Comerciales, Culturales y Políticos entre los Gobiernos de la Región, o, la Mo-neda Común del Mercosur, sino sí servirá como herramienta de transformación social para la mayoría de sus pueblos.

En estos días se reunirá en la ciudad más austral de la Argentina, Ushuaia, la cum-bre del Mercosur con la presencia también de Chile y de Bolivia, aunque tal vez no se haga público este debate, él estará presente.

Por qué insistimos en el Mercosur, debido a que su desarrollo, su posible consoli-dación o disolución por supuesto que serán muy importantes para el futuro de las relaciones entre la Argentina, Corea del Sur y la R. P. China.

También será importante lo que ocurra en la región del Noreste Asiático, si final-mente se consolidará un sistema regional, que supere los conflictos latentes (Península Coreana) y se construya dinamizando la colaboración entre Japón, la R. P. China y una futura Federación Coreana independiente de la injerencia norteamericana. Tal vez lo que aquí planteamos al calor de la crisis social y financiera del Asia Oriental sea una “UTO-PÍA” . Pero yo creo que es una Utopía que está anclada en ciertas realidades del movimiento de las cosas, los grupos humanos, las organizaciones políticas y sociales de todo tipo, y repetimos como Galileo Galilei “Y sin embargo se mueve...”.

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La crisis financiera en Asia y sus implicaciones en las relaciones Asia- Latinoamerica

Won-Ho Kim

Es un honor para mí tener esta oportunidad de hacer una presentación en la presti-giosa Universidad Nacional de la Plata, y en esta significativa conferencia titulada la “Sexta Semana del Asia y el Pacífico en la Argentina”.

Personalmente, yo creo que esta conferencia es muy importante debido a que es-tamos presenciando la transformación del desarrollo económica mundial, a la vez que los dos más importantes y más rápidos centros de crecimiento del mundo –que son Asia y Latinoamérica- confrontan una crisis desafiante.

Siendo el único orador de Asía en esta Mesa 2: “Presente y futuro de las relaciones América latina-Asia”, me gustaría hablar dentro de una perspectiva asiática más amplia que desde un punto de vista específicamente coreano. Mi análisis estará concentrado en los aspectos económicos y en los aspectos político-económico internacionales, excluyendo ocasionalmente a Japón del grupo asiático ya que forma parte del grupo G-7.

Las Relaciones Asia-Latinoamérica. Geográficamente, las regiones de Asia y Latinoamérica son las más apartadas en-

tre sí sobre el globo terráqueo. A partir de esta base, las dos regiones y sus gentes son me-nos explorados y entendidos entre sí. En términos económicos, el comercio inter-regional nunca ha sobrepasado el 10 por ciento de su comercio total. Además, las inversiones inter-regionales no han alcanzado a ningún nivel significativo a pesar de que las recientes ten-dencias promoviendo dichos intercambios inter-regionales han sido mucho más prometedo-ras. A pesar de que muchos expertos y políticos apoyaron el término de un borde Pacífico al incluir la región Asiática y la Americana del Pacifico para efectos de que las dos regiones pudiesen compartir intereses comunes en varios aspectos, nunca hubo una definición espe-cífica de lo que es la región del Pacífico ni un entendimiento claro de su significado real.

No fue hasta los 90's cuando las relaciones entre Asia y Latinoamérica empezaron a llamar la atención entre sí, al igual que desde otras partes del mundo. Y estas razones de cambio son las siguientes:

1) La liberalización del comercio exterior y la recuperación del crecimiento económico en

Latinoamérica. 2) El regionalismo y la regla de origen: la regla de origen, impuesta en la NAFTA y el

MERCOSUR, incitó empresas asiáticas a producir localmente.

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Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 61 - 3) La pérdida de competitividad en Asia y la economía global: el incremento salarial y la

pérdida de competitividad hicieron que las empresas asiáticas pensaran de una forma más global, en una era en donde la nueva división laboral fue hecha posible por lo úl-timo en tecnología de información y comunicación.

4) Los intereses estratégicos estadounidenses en ambas regiones: los Estados Unidos no querían integrarse con ninguna de las regiones de Asia o de Latinoamérica a costa de la otra. Es así que los Estados Unidos apoyó a los países latinoamericanos para que for-masen parte del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC).

Sobre esta base, las relaciones de comercio e inversión entre ambas regiones se

profundizaron y se expandieron rápidamente. El bulto de comercio inter-regional en cada país ha incrementado significativamente mientras la tasa de crecimiento del volumen total de comercio inter-regional ha superado a aquella del volumen total de comercio.

Las inversiones directas hechas en Latinoamérica por Corea, Japón y otros países fueron intensas y se incrementaron aceleradamente. A veces, estas inversiones masivas parecían constituir una amenaza a los intereses creados de Europa y América del Norte.

Finalmente, se pudo presenciar la próspera integración de las economías latinoa-mericanas dentro del Foro de Cooperación Económica Asía Pacífico (APEC): México en 1993, Chile en 1994 y Perú en 1997.

A principios de los 60’, académicos eminentes soñaron con promover mutua pros-peridad en el Tercer Mundo a través de lo que llamaron “Cooperación Sur-Sur”. Reciente-mente una parte parecía convertirse en realidad en una manera significadamente modifica-da. Es decir, soñaron con una cooperación intra-industrial en vez de una relación inter-industrial, que ha sido mucho más prominente en las formas actuales de comercio e inver-siones entre ambas regiones. Soñaron con una asociación estratégica entre los países del Tercer Mundo que en formar grupos más heterogéneos como el APEC, donde algunos de los países miembros del G-7 todavía mantienen dicha iniciativa.

Pero nadie puede negar el constante crecimiento de una conciencia de asociación entre las economías asiáticas y las economías latinoamericanas.

La Crisis Financiera de Asia y su Impacto en las Rela-ciones con Latinoamérica.

Actualmente, la relación está en crisis. El ímpetu por la expansión comercial y las

inversiones intensas se ven amenazadas; primero, por la crisis financiera en Asia; segundo, por el contagio de la crisis a Latinoamérica; y finalmente, por la posibilidad de una recesión mundial.

Aquí no intento analizar las razones por las cuales existe una crisis económica en Asia. No obstante, quisiera enfatizar un número de factores que llevaron a la crisis financie-ra en Asia, la cual habrá de afectar significativamente la relación de comercio e inversiones entre Asia y Latinoamérica. Ellas son las siguientes:

1) Excesiva inversión y producción. 2) Consumo excesivo. 3) Carencia de supervisión financiera: finalmente, la actual tendencia a acentuar una su-

pervisión financiera demasiado estricta ocasiona el estancamiento del crédito financie-

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ro. 4) Favoritismo: esto significa que los poderosos grupos empresarios ya no pueden benefi-

ciarse más con el apoyo político para la acreditación de sus proyectos de expansión. Personalmente creo que esos factores no son desconocidos por Latinoamérica. Us-

tedes, Latinoamericanos saben muy bien qué es lo que se avecina con la crisis. Durante la crisis económica de los 80, el comercio latinoamericano con el resto del mundo se contrajo significativamente con respecto a cada socio comercial del mundo. Aún más importante, así como países latinoamericanos necesitaban liquidez para servir la deuda externa, muchos de estos países buscaron esforzar el superávit comercial mientras otras fuentes de divisas ex-tranjeras como el préstamo internacional y las inversiones directas extranjeras eran limita-das.

De la misma forma es inevitable que la crisis asiática traiga consigo menos de-mandas de insumos de producción, menos inversiones al extranjero, menos demanda de productos de consumo, menos financiamiento de comercio e inversiones, menos asistencia oficial para el desarrollo y menos seguridad para las ya existentes relaciones de negocios. Todo esto significa una inevitable contracción del comercio, la inversión, y desarrollo entre Asia y Latinoamérica. En cambio, los países asiáticos podrían querer aumentar las exporta-ciones a Latinoamérica, así como hacia al resto del mundo para asegurar su liquidez.

Lo que es peor que la situación de los 80, es el contagio de esta crisis asiática a La-tinoamérica. Mientras Latinoamérica estuvo atrapada en la deuda de la crisis en los 80, Asia estaba atravesando el camino del boom. Hasta fines del año anterior, así parecía ser el caso. Pero las drásticas bajas en los precios de commodities y la crisis financiera rusa fueron el golpe fatal para los mercados emergentes latinoamericanos.

De todas formas, el contagio es real. Brasil, por ejemplo, aparece en las primeras páginas de los diarios como el foco central de la actual turbulencia económica mundial dejando por atrás los colegas asiáticos.

La verdadera amenaza de esta situación a fines del siglo es el cambio de humor en-tre Asia y Latinoamérica. Así como más productos asiáticos, baratos por la devaluación de la moneda, están penetrando en los mercados locales de Latinoamérica, varios países de esta región están levantando barreras no arancelarias para restringir importaciones asiáticas. Esta será la única forma de evadir cualquier devaluación de la moneda, ya que sus ajustes fiscales y monetarios no son los suficientes como para corregir los desequilibrios macroe-conómicos.

Puede que esto preceda hacia una nueva era de conflictos y severa competencia entre Asia y Latinoamérica, terminando así con un corto período de luna de miel y coopera-ción.

Redescubriendo Socios: acciones para una prosperidad mutua.

Este escenario resultará definitivamente en la debilitación de las economías de

ambas regiones. Las dos regiones han aspirado incesantemente a diversificar sus comercios internacionales y sus estructuras de inversión. Restricciones comerciales por parte de Lati-noamérica, junto con la contracción de la demanda asiática con respecto a los productos latinoamericanos y el carecer de recursos de inversión, harán deteriorara dependencia de

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Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 63 - ambas regiones en los mercados industriales. Además, un conflicto entre los intereses asiá-ticos y latinoamericanos podría conducir más allá hacia el debilitamiento de la postura política internacional de ambas regiones con respecto al G-7, aunque instituciones financie-ras internacionales están desafiadas por una reestructuración.

La dependencia y la pérdida de la soberanía económica, las dos condiciones exigi-das por el FMI (Fondo Monetario Internacional), son 1os dos males que Asia y Latinoamé-rica quisieran evadir para alcanzar su objetivo más importante: el desarrollo. Aquí se pue-den ver todas las razones por las cuales se pueden encontrar dos socios reales en esta crítica coyuntura de la historia.

Por una mutua prosperidad, ambas regiones necesitan actuar de una forma más po-sitiva que pasiva:

1) Discusión de los cambios recientes. En octubre del año anterior, se realizó 1a primera

reunión ministerial de comercio y economía en la CEPAL (Naciones Unidas - Comi-sión Económica para América Latina y el Caribe). Fue la primera de su clase en la his-toria que prometió interminables posibilidades para el futuro. Se acordó la realización de un convenio anual, Las dos regiones discutirían sobre sus relaciones comerciales e inversoras en curso a través de este foro para evadir todo tipo de deterioro en las rela-ciones

2) La armonización del término "regionalismo abierto" en ambas regiones para realizar más libre comercio entre sí.

3) Compartir las experiencias de desarrollo para confrontar mejor el desafío de la globali-zación.

4) Actuar conjuntamente en la reestructuración financiera mundial ejerciendo presión para que se consolide la voluntad reformista de parte del G-7.

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Semana del Asia y el Pacífico – Panel I Comentario

Sergio Cesarín

1. Los modelos en pugna: CAS vs. CAS90

El indiscutido dinamismo económico de las economías asiáticas en particular las

de reciente industrialización (PARI) a partir de la década del setenta y con posterioridad las economías que componen la “segunda ola” o bandada -según Kojima- de “gansos volado-res”; se constituyó en un capítulo especial del análisis económico teórico y más aún de los exégetas y filósofos del capitalismo moderno que vieron en el “modo renovado de produc-ción asiático” rasgos y características diferenciadoras de suma relevancia.

A partir de que los modelos asiáticos de industrialización devenidos en particular objeto de estudio comenzaron a percibirse desde el éxito que ellos generaron como articu-ladores de procesos activos de participación en contextos “sociales tradicionales” (no mo-dernos), orientados por un Estado promotor o “intervencionista”, la práctica de un tipo de capitalismo denominado “confuciano” por ser diverso respecto del modelo de acumulación capitalista “anglosajón”, generó una mezcla de admiración y temor en los agentes económi-cos principalmente occidentales.

Esta transformación, aún cuando relativamente reciente no puede ser, sin embargo, considerada novedosa. Impulsados por la fuerza motora del Japón, los PARI en primer lugar y luego las economías de China y el Sudeste Asiático de desarrollo tardío encontraron en este país no sólo una posible fuente de inversiones y provisión de tecnologías y capitales sino, fundamentalmente, el modelo de organización económica que se ajustaba mas a sus características sociales, políticas y culturales por lo que - en términos de K. Waltz - “emula-ron la racionalidad de los más exitosos” a fin de responder a las nuevas exigencias de la dinámica competitiva económica mundial.

La impronta del modelo de capitalismo japonés -de “Estado desarrollista” o de “capitalismo de Estado” como lo define Chalmers Johnson- fue absorbida con matices por en cada una de las economías asiáticas y puede considerarse un rasgo estructural distintivo del orden económico regional en Asia desde la década del `70. Por contrapartida, hasta comienzos de la década del 80 cuando la participación agregada de las economías asiáticas en la economía mundial aún no era relevante, Occidente que privilegiaba los determinantes

90 Las siglas corresponden a: Capitalismo Asiático vs. Capitalismo Anglosajón.

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Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 65 - de la seguridad estratégica por sobre los de índole económica a nivel global en el marco de la puja estratégica bipolar, asistía a un proceso de profunda reconversión económica y tec-nológica bajo el paraguas de la “revolución conservadora reaganeana”, permitiendo así el desarrollo de un tipo “distinto de capitalismo”. Si bien la puja económica entre el Japón y los Estados Unidos reflejaba las distintas concepciones prevalecientes a nivel de interpreta-ción y praxis del capitalismo, los resultados eran harto elocuentes en ambos sentidos: los modelos de acumulación eran divergentes en metodología pero convergentes en función de la exitosa respuesta que otorgaban a los determinantes del desarrollo económico.

Al mismo tiempo, mientras las economías occidentales más avanzadas comenza-ban a debatir la pertinencia o no de aceptar sin complejos un tipo de capitalismo considera-do estatista, burocrático, relacional, personalista y de redes (networks), Asia crecía bajo la matriz de la asunción de que no existía otra opción que la del desarrollo económico promo-vido bajo la matriz de un sistema de organización económica propio y fuera de las conven-ciones del tipo de capitalismo anglosajón ortodoxo. Como resultado, la conclusión respecto de la forma en que la emergencia de los nuevos centros de poder económico en Asia se producía, culminó en la visión occidental de un “milagro asiático” como expresión de la dualidad interpretativa que el modelo confuciano conllevaba: si por una parte demostraba su capacidad de efectiva respuesta a las demandas del crecimiento económico, al mismo tiempo señalaba la escasa capacidad de comprensión por parte de Occidente respecto de dichos procesos percibidos, incluso, como simples desviaciones del patrón capitalista uni-versal.

En tanto la respuesta que Asia, bajo formas culturales y sociales heterogéneas permitía la expansión de los beneficios del desarrollo de manera sostenida, América Latina vivía su tiempo económico más difícil. Acotados sus márgenes de inserción económica internacional por una crisis de fuerte endeudamiento externo, poco pudo hacer sino obser-var el despegue económico de áreas del planeta consideradas hasta la década del `80 como poco beneficiadas por la naturaleza en términos de posesión de recursos naturales y, en consecuencia, desde el enfoque económico tradicional con escasas chances de generar un proceso autosostenido de desarrollo económico. Desde el punto de vista de la creación de industrias y la sustentabilidad de un proceso que será sometido a límites en tanto no dispu-sieran de insumos y materias primas básicas para sostener su expansión económica, las economías asiáticas fueron percibidas desde el tradicional enfoque de las ventajas compara-tivas como destinadas al fracaso en el mediano plazo.

Ambas regiones, sin embargo, reflejaban ciertas coincidencias “filosóficas bási-cas” a pesar de la lucha existente entre los modelos de capitalismo. América Latina durante gran parte de su historia económica no había “desgajado” al Estado y no lo había rechazado como agente dinámico del proceso de cambio económico o reducido su protagonismo como instrumento en la promoción del desarrollo económico, particularmente en tiempos de au-tocracias militares. Las diferentes teorías desarrollistas y las políticas “activas” de promo-ción de las nacientes industrias nacionales son un epifenómeno de estas concepciones que se agotaron en el tiempo no tanto por la invalidez de sus postulados, sino antes bien por la ineficacia demostrada por los responsables de su gestión. Las economías asiáticas, por el contrario, aprovechando los recursos escasos disponibles demostraban cómo bajo la orien-tación estratégica de Estado podían encontrarse las variables fundamentales que antes que ahogar un proceso económico dinámico sirvieran para moderar o eliminar las “fallas de mercado” en la asignación de recursos. Asia nos demostraba así que no era exclusivamente el modelo de capitalismo anglosajón el único capaz de proveer dinamismo a las economías en desarrollo.

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Creo entonces que es a partir de estas consideraciones desde donde el Prof. Hernán Gutiérrez se sitúa para llamarnos a la reflexión. Su planteo sistemático nos posiciona frente a realidades opuestas en lo que se refiere a su lectura espacio temporal, pero convergentes en gran medida si observamos la orientación de los procesos subyacentes. Nos plantea también sobre si bajo el “paradigma del libre juego de las fuerzas del mercado” es posible en América Latina construir un capitalismo desarrollista, con objetivos de equidad, mode-rado por la acción estratégica y económica redistributiva del Estado, así como nos posicio-na frente a un desafío central: poco probable es la generación de capacidades endógenas de modernización si a las ventajas comparativas con que cuenta nuestras economías no se le agrega la dinámica competitiva derivada de procesos de aprendizaje y absorción de nuevos conocimientos a través, por ejemplo, del fomento de la educación y la capacitación de re-cursos humanos tal como los modelos asiáticos nos muestran.

Estas dos concepciones respecto de un modelo de capitalismo periférico exitoso como el asiático- de acuerdo al enfoque del Prof. Gutiérrez- nos fuerza a interrogarnos además sobre si es éste realmente un tipo distinto de capitalismo, si responde a diferencias de grado y no de naturaleza respecto al modelo clásico, y mas importante aún nos llama a reflexionar respecto de que si el modelo asiático de “capitalismo periférico” ha probado ser exitoso, qué lecciones podemos en América Latina extraer de su praxis y aplicación.

E incluso, si profundizamos el análisis podríamos plantearnos el hecho de si real-mente es éste (el modelo asiático con fuerte participación del Estado) el único tipo de capi-talismo periférico posible de ser aplicado en nuestro subcontinente, de manera tal de con-cluir que observando sus rasgos distintivos coincidamos en que para las economías en “de-sarrollo periféricas” el crecimiento económico sólo puede ser concebido desde el a priori de una “activa participación del Estado” como orientador del proceso económico, el apoyo por medios públicos a las políticas de competencia económica internacional y la generación de un tipo de capitalismo más equitativo en contraposición al inequitativo modelo de acu-mulación provisto por el “capitalismo anglosajón”.

Si así fuera, la adscripción posible a un modelo no necesariamente debería ser res-trictiva y constreñirnos al modelo asiático solamente ya que contamos con modelos desarrollados y probados en su eficiencia, dotados de fuerza ejemplar en términos de organización de los sistemas productivos y de respuesta social a las demandas del crecimiento sostenido. Formas más democráticas de capitalismo como el escandinavo, el renano e incluso el italiano han probado ser adaptables y aceptables para sociedades donde el nivel de tolerancia a las desigualdades sociales suele ser menor al de América Latina. Asimismo, la provisión de un plus de estabilidad política en contextos políticos y sociales como los latinoamericanos producto de la reducción de los niveles de inequidad refuerza nuestro impulso a observar con atención en sentido crítico los modelos de “desarrollo con equidad” como son los asiáticos, antes que sesgar nuestra mirada hacia la ortodoxia del capitalismo anglosajón.

Sin dudas, las críticas han resurgido respecto de los límites de los modelos asiáti-

cos de desarrollo económico, fomentadas por la aparición de una crisis económica fundada en razones diversas pero de las que se destacan los “rasgos colusivos del sistema”91. Sin embargo, y aún existiendo diversos enfoques en Asia respecto de las causas y consecuen-cias de la misma, la discusión interna si bien somete a juicio crítico al Estado, no reniega de él y menos aún del rol dinámico que le cabe cumplir en la reorganización del proceso pro- 91 Es decir el amiguismo, la corrupción como fenómeno asociado, el nepotismo, etc.

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Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 67 - ductivo y la re-orientación estratégica de las economías, manteniéndolo como la “variable independiente” de un proceso dinámico y mutante en la superficie pero estable en su base.

A través de esta lectura se reafirma también la necesidad de analizar el cambio que se ha de producir a nivel de actores económicos regionales estatales y no estatales como resultado de la reconversión de los grupos económicos (chaebols en Corea, fusiones en Japón, reconversión en China, etc.) tendientes a recrear formas diversificadas de propiedad industrial. La “inteligencia” de los procesos debe llevarnos a comprender como una de las características básicas sobre las que operan estas sociedades, la formación de “redes” políti-cas y económicas de vinculación92, razón por la cual se debe sumar al análisis del futuro escenario de relaciones económicas intrasiático la preeminencia que continuarán poseyendo los actores económicos no estatales en la orientación de los procesos políticos y económi-cos regionales entre los que se destacan la comunidad china de ultramar.

Como un actor “no unívoco”93 a destacar en el esquema de poder económico y po-lítico intrasiático, la comunidad china de ultramar es un ejemplo paradigmático de cómo “el imperativo étnico supera la barrera impuesta por las fronteras geográficas”.94 Provistos de un sentido “extendido de familia”95 comprender el rol de las comunidades chinas de ultra-mar es fundamental para la adopción de iniciativas políticas y económicas a nivel regional en razón del “poder real” antes que “formal” que posee. En términos cuantitativos represen-tan el 70% de la IED en China, el origen del 25% de la IED en las economías de la ASEAN, controlan el 75% de la economía de Indonesia (son el 4% de sus 200 millones de habitantes), activos en Asia estimados en U$S 550.000 millones96 y extienden sus lazos solidarios a todas las comunidades existentes en el mundo.

La interpretación de esta “lógica operativa virtual” significa además considerar la vigencia de un enfoque que considere: i) que en Asia no se mide el éxito en y por las insti-tuciones que se creen para generar compromisos efectivos entre las partes; ii) el sector empresarial privado es sostenido por el Gobierno en el logro de resultados concretos y apoyado directa e indirectamente a través de un menú de políticas e instrumentos que in-crementen los márgenes de competencia internacional con que cuentan, iii) el modelo co-operativo en Asia implica favorecer la "vía personal" antes que la "institucional" para el logro de resultados concretos y; iv) la definición previa de una estrategia de negociaciones debe situarnos ante la realidad de que en Asia los intereses privados se suman a los intere-ses públicos no existiendo ruptura (suma cero) como suele ocurrir en América Latina.

Para la Argentina las lecciones de la reciente crisis se plantean en dos planos dife-rentes: el teórico-ideológico y el relativo a los impactos sobre la economía real. En primero atiende a enfatizar la recuperación evidente a través del discurso político de la renovada necesidad de reinterpretar el rol del Estado en la economía adecuando sus funciones a un contexto de profundos cambios globales. La denominada “doctrina de la tercera vía”, la recuperación del Estado en América Latina, la necesidad de reducir las inequidades en la redistribución del ingreso y las presiones por la introducción de políticas de fomento indus-

92 Ver al respecto: Megatrends Asia, the eigth asian megatrends that are changing the world, John Naisbitt, Nicholas Brealey Publishing House, Londres, 1997, Cap.1 93 En el sentido de que la comunidad china que reside en los países asiáticos no necesariamente comparte un “sentido de identidad y pertenencia común” a la Madre China. 94 Es ilustrativo al respecto el planteo de Kenichi Ohmae, op.cit. 95 Típicos de la tradición familiar “impuesta” por Confucio. 96 El rol de la comunidad china de ultramar y su “función dinamizante de las economías asiáticas” es descripta con amplitud en: Economic development in Southeast Asia, the chinese dimension, Yuan Li Wu and Chun Xi Wu, Hoover Institution, Stanford University, 1985.

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trial y educativo no hace sino expresar de manera teórica y práctica una concepción diferen-te a la aplicada desde comienzos de la década en nuestra subregión y que en gran medida es convergente con el “espíritu del modelo de capitalismo asiático” antes descripto.

En segundo término, los impactos sobre los niveles de actividad económica son manifiestos y se han evidenciado en términos de desaceleración de la actividad económica y caída del empleo, pero principalmente ha puesto nuevamente en evidencia nuestra perma-nente situación de vulnerabilidad respecto de la alta dependencia del ahorro externo por sobre el ahorro interno necesario para financiar un proceso sostenido de crecimiento eco-nómico.

En conclusión, las economías asiáticas nos han brindado hasta el presente un mo-

delo adaptable que no debe ser rechazado ante la aparente pérdida de dinamismo económi-co, sino antes bien debe ser comprendido en su más profunda naturaleza para que obser-vando sus rasgos profundos podamos advertir la pertinencia de operar vías de desarrollo capitalistas mas equitativas y estables en donde la democracia política tienda a correlacio-narse estrictamente con la “democracia económica”.

2. Un orden mundial y regional en cambio De alguna manera la crisis asiática puede interpretarse, además, como el conflicto

entre concepciones antagónicas que guiaron la formación y consolidación de un tipo de capitalismo en Asia contrapuesto en gran medida al modelo Occidental. La primera idea que se presume erosionada por la crisis es la de un capitalismo “de Estado antes que un capitalismo de Estado Mínimo”, y la segunda es la de un capitalismo exitoso sin democra-cia versus el enfoque predominante -en términos del internacionalismo liberal- respecto de que no es posible la existencia de formas capitalistas superiores de organización sin demo-cracia política. Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial y el surgimiento de un orden bipolar a nivel global, ambas concepciones formaron parte del debate que cruzó la historia de las ideas políticas, económicas y sociales del siglo XX.

En consecuencia, observar el cambiante mundo de la postguerra nos obliga a poner atención sobre lo permanente y transitorio de este “nuevo orden mundial” de fines de siglo. En este sentido el Prof. Silbert nos ofrece una guía para la comprensión de los fenómenos que estudiamos por medio de un “sistema de preguntas” que, como patrón de ordenamiento de nuestra reflexión sirva para guiarnos entre las sombras de aquello que a nuestro entender se presenta como complejo y de dificultosa comprensión.

Entre los rasgos del mundo de post guerra destacados cabe citarse la cambiante es-tructura del poder mundial, como un subproducto de la crisis de los “socialismos reales”, la desintegración de la URSS y la formación de unidades económicas agregadas como formas de expresión de una lógica competitiva mundial tendiente a generar espacios económicos ampliados con el fin de incrementar los procesos productivos de escala, responder de mane-ra estructurada y coordinada a los nuevos desafíos mundiales, pero por sobre todo confian-do en que la capacidad de influencia que los Estados nacionales han perdido, podría ser recuperada a través de la adopción de formas mas complejas de organización política.97

Desde otro punto de vista, el análisis sobre la situación asiática nos permite obser-var la contraposición existente entre aquellas “visiones optimistas” y las pesimistas. Las

97 En este sentido considero que el caso paradigmático lo constituye la Unión Europea (UE).

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Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 69 - primeras pueden considerarse de corto plazo, mediatizadas por la comprensión del efectiva deterioro de la situación económica regional acompañada en algunos casos por violentas crisis políticas como en Indonesia, e incluso como expresión ideológica de lo que denomino la “inercia del exitismo” típico de sociedades que percibieron como no plagado de incerti-dumbre y escollos los senderos que conducirían al crecimiento indefinido de las respectivas economías.

La segunda visión, en cambio se sitúa en una perspectiva de largo plazo, mas equi-librada e intenta no fragmentar el análisis y asumir la evolución del escenario futuro en términos de proceso-continuidad y no de ruptura. En este sentido, las enseñanzas que se nos ofrecen son varias. En primer lugar un horizonte de largo plazo permite observar como producto de la crisis económica regional, un cambio en el diagrama de distribución de po-der en Asia.

El fortalecimiento de China en términos políticos, la caída económica del Japón y la definición de un nuevo patrón de relaciones intraregionales en el Sudeste Asiático, son parte del resultado que al final del camino podremos observar como una de las consecuen-cias más notorias de las alteraciones económicas. La redistribución del poder regional en Asia implica una China fortalecida en sus ansias de transformarse en un “socio estratégico” para los Estados Unidos como parte del fortalecimiento de su liderazgo político regional producto de la “función de estabilización” que cumplió durante los momentos más difíciles por los que las economías regionales atravesaron durante 1997. En parte este proceso po-dría derivar en el fortalecimiento de sus posibilidades de ingreso a la OMC e incluso en el largo plazo la habilitaría a formar parte del G-7, sitial para el que China considera que po-see mayores credenciales de legitimidad respecto de la devastada economía rusa.

En contraposición el Japón, debilitado económicamente, pareció perder peso rela-tivo en la gestión de la crisis al verse condicionado por la resolución de sus conflictos polí-ticos internos y las presiones ejercidas por los Estados Unidos. La crisis de expectativas (sociales y políticas) en la que se sumió la economía japonesa implicó poner a la luz la crisis sistémica por la que atraviesa el Japón el cual percibe que el sistema de postguerra ha llegado al límite de respuestas que instrumentalmente puede ofrecer para la generación de una dinámica y competitiva economía a escala planetaria.

Al mismo tiempo los dilemas sobre el sistema político japonés apuntan a la nece-sidad de adecuar la estructura burocrática-estatal a las nuevas tendencias predominantes a nivel global; las presiones adicionales sobre el sistema político no han producido sino hasta el presente el fortalecimiento de las pujas corporativas internas y el ralentamiento de las reformas percibidas mas como el resultado de imposiciones por parte de los Estados Unidos que como consecuencia directa de decisiones políticas propias implementadas por los líde-res de Gobierno. Sea que el inmovilismo político japonés se manifieste como resultado de la debacle económica o viceversa, lo cierto es que el escenario interno del Japón se ha transformado en inestable.

Una lectura alternativa sobre el porqué de la crisis económica asiática nos obliga a observar además, que la pervivencia de patrones de relación comercial, posesión de activos físicos, recursos de capital y control del flujo de capitales de inversión, en última instancia de los instrumentos esenciales del desarrollo económico por parte de las economías avan-zadas no se ha visto estructuralmente modificado como producto de la crisis, antes bien se ha profundizado. En consecuencia, para las dirigencias políticas de la región (en particular en Malasia, Indonesia, Japón y China), en cierta medida la crisis económica se ha desatado ante el temor que para Occidente implicaba la emergencia de un centro de “poder económi-co regional” en capacidad de competir y superar - es decir demostrar la primacía de un

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modelo de capitalismo sobre otro - a las economías mas desarrolladas. La puja global, cam-bia - para los asiáticos - así de naturaleza pero persiste en las formas mas variadas.

Sin embargo, a pesar de lo expresado es posible suponer que parte del éxito del modelo capitalista asiático reside en su “fracaso”, el que puede verse precisamente desde su función más esclarecedora: cual fue la de poner en evidencia las fallas del sistema eco-nómico internacional en su conjunto. Es decir, la crisis financiera mundial (o monetaria de acuerdo a la economía que se estudie) ha demostrado la fragilidad e inestabilidad intrínseca en la que el sistema monetario mundial post Bretton Woods opera como consecuencia bási-camente de: i) la pervivencia de un modo de distribución de los recursos de poder económi-co inequitativo y, ii) la falta de controles efectivos sobre los movimientos de capital finan-ciero (especulativo) rentístico producto del desajuste existente entre la estructura de las organizaciones financieras internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) respecto de las nuevas formas del capitalismo global que les impi-de responder con solvencia ante situaciones críticas. En síntesis, la inadecuación de las instituciones monetarias de postguerra, diseñadas para administrar un orden más previsible de cosas a las demandas de la globalización económica que no posee límites ni reconoce fronteras políticas muertas.

En este orden la intervención del FMI en Corea supuso operar desde el punto de vista de este organismo internacional -de acuerdo a la opinión del Prof. Silbert- en el marco de la no comprensión real de los problemas de la economía coreana y que por lo tanto deri-varon en que las recomendaciones de políticas de superación de la crisis fueran rechazadas por no ajustarse a la lógica económica y contexto social en el que debían ser implementadas siendo percibidas como meras presiones provenientes de los centros financieros internacio-nales.

La aplicación “neutra”, o sea sin discriminación de contexto social, político e in-cluso económico por parte de las organizaciones financieras intervinientes generó así en Corea y en el resto de las economías asiáticas un efecto contraproducente que retardó la adopción de medidas de estabilización. He aquí, sin embargo, la paradoja resultante: la crisis económica despegó uno de los más intensos debates dormidos durante los últimos años cual es la consistencia sobre la que se funda un “sistema financiero internacional bicé-falo” así como sobre el grado de conocimiento y capacidad de “alerta temprana” con que cuentan los organismos financieros internacionales a fin de prevenir y actuar efectivamente en caso de crisis.

La observación detallada del caso coreano nos señala como resultante también, que se torna relevante analizar la relación existente entre democracia y capacidad de gestión de la crisis económica. Mas allá del impacto que sobre las nacientes democracias asiáticas tiene la crisis y la acción (presión) de las organizaciones financieras internacionales en términos de erosión de su legitimidad, cabe notar que en aquellos modelos donde los proce-sos de democratización se han afianzado las medidas fueron adaptadas a contextos sociales dinámicos, sujetos a discusión por parte de las diversas fuerzas políticas y sin las cuales la construcción de consenso legal las tornaría inviables, tal es el caso de Corea. Por otro lado en aquellos regímenes autoritarios, contrariamente a lo supuesto, la resolución de la crisis parece absorber mas tiempo y costos políticos en función de que la sociedad percibe que en gran medida la debacle económica está ligada a altos niveles de corrupción política sobre los que no posee formas institucionalizadas que le posibiliten canalizar sus demandas de cambio.

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Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 71 - En síntesis, preguntas e interrogante antes que certidumbres, caracterizan la evolu-

ción del sistema internacional durante las próximas décadas. Aun así y en el marco de una fluida situación política y económica mundial, rescatar las fuerzas profundas que cruzan el sistema será imprescindible para tratar de comprender la posible dinámica global en los años por venir.

La Argentina debe, en consecuencia, evitar la “polaridad analítica” y la construc-ción de escenarios de corto plazo. El imperativo del desarrollo económico y la no pérdida del intrínseco dinamismo económico que ha caracterizado a las economías asiáticas durante las últimas décadas nos hace suponer que: i) su localización y las expectativas de recupera-ción en el mediano plazo las seguirá contando como uno de los centros comerciales deman-dantes más dinámicos del mundo, ii) es esperable que los ciclos expansivos de la demanda interna puedan nuevamente ser alcanzados en un plazo de dos años fortalecidos por las medidas de apertura comercial adoptadas en función de los procesos de ajuste económico impuestos para superar la crisis y las medidas de liberalización comercial, las que si bien han sido demoradas, no han sido eliminadas de la agenda económica de la región; iii) la persistencia de un “tipo de capitalismo asiático que favorece la formación de redes regiona-les de negocios”, en parte como resultado del “efecto proteccionismo” intraregional desti-nado a reducir los impactos de posibles crisis futuras, nos obliga a acelerar las iniciativas de posicionamiento en la región a fin de aprovechar anticipadamente las nuevas oportunidades que surjan, iv) a estos procesos se sumarán niveles mas profundos de integración intrain-dustrial junto al estímulo a los procesos de cooperación económica regionales complemen-tados con medidas de coordinación en el campo financiero98; y v) fundamentalmente, una activa clase empresarial en permanente búsqueda de nuevos horizontes de negocios seguirá liderando el proceso de cambio económico estructural en Asia.

Para los empresarios argentinos la “continuidad “ del proceso atenderá también a: i) observar un área con patrones de especialización productiva y financiera consolidados (Japón, NiC´s, etc.), y ii) considerar a la región Asia Pacífico como un área que enfrenta desafíos en el largo plazo relativos a la “sustentabilidad” del crecimiento económico en razón de las dudas que persisten sobre sus capacidades de autoabastecerse de alimentos y energía99 siendo éste, en particular, un capítulo de importancia estratégica para la Argenti-na.

En términos políticos para la Argentina, una de las “funciones ejemplarizantes” más relevantes que el modelo asiático ha cumplido es la de señalarnos la “recreación de una forma de entender el y al Estado”, idea que subyace permanentemente en el debate acadé-mico tanto en Asia como en nuestro país. Sin embargo, aún se deben generalizar las tareas de formación, información y educación tanto a nivel de la clase dirigente como de profesio-nales en general que sirvan para fortalecer y apoyar los esfuerzos de largo plazo que la Argentina desarrolle en Asia Pacífico.

Los problemas políticos internos en Asia y las expectativas de mayor riesgo por inestabilidad creciente (conflictos irresueltos) condicionan también la sustentabilidad del crecimiento económico. Indirectamente la crisis creó la necesidad de generar acuerdos

98 Ejemplo de lo citado son las iniciativas adoptadas como resultado de la crisis financiera por la que atraviesan las economías asiáticas referidas a impulsar la coordinación de políticas monetarias por parte de las los bancos centrales y la proyectada creación de un Fondo Financiero Asiático que en primera instancia se presentó como “paralelo” en sus objetivos al FMI. 99 En 1997 el 40% de las exportaciones argentinas al Japón fueron mineral de cobre; se estima asimismo que el tamaño del mercado de energía se duplicará en Asia en la primera década del próximo siglo con la consiguiente presión de demanda en el mercado mundial de hidrocarburos, gas, e infraestructura energética en general.

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regionales ampliados en Asia que respondan con mayor especificidad a los determinantes locales de solución y menos a los globales y “neutros” propuestos por las organizaciones financieras internacionales.

La vigencia del eje sur-sur de cooperación en términos cualitativamente distintos y adaptado a los actuales escenarios de poder es una categoría que regirá aún mas fuertemen-te el comportamiento externo de los Estados asiáticos. En el marco de un "no nuevo orden internacional”, las iniciativas de cooperación política desde la óptica sur-sur aún ofrecen en consecuencia una opción posible a ser contemplada en la definición de nuestra política exterior.

Es esperable que en largo plazo Asia aliente esta tendencia y América Latina for-me parte privilegiada dentro de este enfoque, por lo que ambas regiones pueden descubrir alternativas incluso desde una "posición periférica" para recrear un orden de consenso que permitan compensar el nuevo mapa de relaciones económicas y políticas internacionales. En este marco, si bien la profundización de las relaciones entre ambas subregiones no nece-sariamente debe reemplazar la preponderancia que para la Argentina tienen sus relaciones con los países industrializados europeos, los Estados Unidos y América latina, sí puede complementarlas enriqueciendo la visión de quienes definen la orientación general de nues-tras relaciones externas.

3. Cross, clash o civilizaciones coaligadas: hacia un es-cenario posible

Lo expresado supone considerar que el orden político, económico y "social intra-

siático" es netamente diferente del que hemos estudiado en las sociedades occidentales; comprender las características de las sociedades asiáticas favorecerá la implementación de una praxis adecuada a un medio político y social diverso y complejo.

Las características básicas de ese orden comúnmente citadas son: el valor del “or-den público y el consenso” aun en presencia de manifestaciones de disenso político100 (ar-monía social, acotamiento del conflicto, etc.), una “burocracia profesionalizada” en el sec-tor público producto de un orden meritocrático de selección, un dinámico sector empresa-rial motivado a la expansión internacional de sus operaciones, el consenso existente entre los distintos actores económicos en la definición e implementación de políticas públicas y la orientación estratégica por parte del Estado, es decir superadora de las alteraciones co-yunturales a que se vean sometidas por la sucesión de distintos gobiernos. En Asia, asimis-mo, Estado y mercado están unidos y la aplicabilidad estricta del laisse fair político y eco-nómico es rechazada.

En consecuencia instrumentalmente la dimensión cultural es la base para la auto-corrección de las percepciones y la formación de categorías analíticas que permitan com-prender la lógica intrínseca con que operan estas sociedades. La interpretación y aceptación por las diferencias y no la tendencia a la homogeneización de los valores potenciará y enri-quecerá la interacción101. Diferentes interpretaciones históricas y contextos sociales confi-

100 Características todas del “orden confuciano” prevalente en Asia. 101 Sin dudas que la visión mas controvertida al respecto es la que ofrece: The third wave, democratization in the late twentieth century, Samuel P. Huntington, University Of Oklahoma Press, 1991.

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Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 73 - guran la base de sustento para el mutuo entendimiento antes que para el conflicto y la divi-sión.102

Considero entonces que es en este punto desde donde el Prof. Bakar se sitúa para plantear su análisis sobre el cross de las civilizaciones y el diálogo posible entre el Islam y el Confucianismo. Podemos observar en su planteo varios planos de análisis. El primero atiende a la hipótesis planteada como una clara respuesta al modelo de interpretación hun-tingtoniano respecto del inexorable clash de civilizaciones. Visión que condiciona la obser-vación de las áreas de cultura no occidentales, percibiéndolas como potencialmente agresi-vas respecto del modelo Occidental de organización socio-político y económico.

Sin dudas, mucho se ha debatido sobre la particular tesis del Dr. Hungtington si-tuándola dentro del espectro teórico como una respuesta desde el “neo-realismo político” que intenta proveer una clave de interpretación tendiente a legitimar la defensa que el mo-delo de “pensamiento único” prevaleciente desde comienzos de la década del `90 genera contra su más temible amenaza: la diversidad. Desde este punto de vista la pertinencia del planteo del Dr. Bakar es indiscutida.

Evidentemente, la historia de la humanidad, es la historia de la interacción de las civilizaciones - nos plantea el Dr. Bakar - y, por ende, situar el resultado de estos procesos de relación en la historia como resultante del conflicto es por lo menos reduccionista. Es decir, no han sido sino los diálogos, nexos virtuosos, los procesos de absorción de valores (inculturación), incorporación de costumbres, ritos, actitudes, hábitos e que las diversas civilizaciones han generado las que resaltan la diversidad y riqueza cultural de la humani-dad. Por supuesto que el Dr. Bakar es consciente de que no siempre el cross ha sido in-cruento, y por cierto los choques han existido pero dando forma luego no a compartimien-tos estancos en los que la inexistencia de flujos de enriquecimiento mutuo haya sido la resultante final, y China en este sentido puede considerarse paradigmática sólo por citar una de las “civilizaciones asiáticas”103. Es decir, contrariamente a la tesis de Hungtington, las civilizaciones son “vivientes”, movibles y no son estáticas todo lo cual configura procesos históricos dinámicos y en general tendientes a la adecuación no conflictiva.

Argumento desde el punto de vista del cross por demás legítimo y aceptable en su validez. Sin embargo, donde entiendo pueden existir fallas de la hipótesis es en los planteos sobre cómo se verifican esta convergencia entre civilizaciones, por lo que considero que situar la génesis del diálogo o la interacción - tal como lo hace el Dr. Bakar- en los “princi-pios básicos generales e incluso metafísicos que comparten” es riesgoso si no se tiene en cuenta algunos aspectos.

El primero de ellos atiende al alcance de los conceptos. El Islam es una religión de existencia real, alcances geográficos dispersos pero homogénea en su doctrina, preceptos, dogmas, postulados y con una estructura interna nuclear en términos normativos relativa-mente inflexible, identificándose con las creencias predominantes en los Estados del Sudes-te Asiático. El Confucianismo, asumiendo que existe como tal y que se refiere a las socie-dades que presumimos mas evidencian la influencia del sistema de valores confuciano como la china (tradicional o campesina), la coreana y la japonesa, no es una religión sino, por el contrario, puede asumirse que conforma un sistema de pensamiento, un sistema or-denador de valores, que no ha pervivido bajo formas puras, sino que en sus variantes mas 102 La tesis de Huntington debe interpretarse desde la óptica asiática como “un deseo de exacerbar los conflictos y no necesariamente como un reflejo de la realidad regional”. De acuerdo a la lectura asiática de la clave de interpretación histórica propuesta por Huntington, las tensiones este-oeste no deberían ser reemplazadas por las tensiones oriente-occidente. 103 Podría incluirse a la hindú y la persa antigua, entre otras.

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modernas el “neoconfucianismo” (Siglo X) muestra un sincretismo virtuoso y conforma una variante ”moderada” respecto del tradicional” (Siglo V A.C).

Es decir, que el confucianismo no es ni fue realmente una religión ya que desde el punto de vista teleológico carece del elemento teísta (en su versión primitiva) a semejanza de las religiones monoteístas como el Islam, e incluso, si se aceptara la existencia de este elemento teísta confuciano sería de naturaleza distinta y diferente a la del monoteísta Islam. El Islam une lo sagrado con lo religioso, el confucianismo no; posee el sentido de lo sagra-do, pero como fue citado, considerarlo una religión sólo sería el producto de una deforma-ción interpretativa de su historia.

En síntesis, el confucianismo fue una “doctrina de Estado” adoptada por los Empe-radores chinos a fin de que sirviera como ideología legitimante de la autocracia imperial aplicable al ordenamiento de la vida política china y como religión es simplemente una “construcción artificial” que las sucesivas dinastías utilizaron para los fines mencionados.

Si el diálogo es entre religiones es imposible pensarlo porque una no lo es, si es entre civilizaciones también será necesario acotar el sentido del término ya que no necesa-riamente el Islam pueda ser entendido como parte de una civilización sino antes bien como una religión o bien un sistema de creencias religiosas en capacidad de operar políticamente. Si, en cambio, el diálogo se plantea a partir del supuesto de escuelas filosóficas o sistemas de valores en general será posible articular resultados valederos, pero en este caso la pro-moción del diálogo es pura y necesariamente producto de una decisión política que, por supuesto, encontraría correspondencia en términos de principios compartidos y similitud de valores.

Es entonces a partir de estos supuestos desde donde me permito analizar con la prudencia que implica reflexionar sobre la obra de un erudito como lo es el Prof. Bakar. Es cierto que principios éticos tales como el sentido de justicia, la equidad, la armonía (el amor), el amor al prójimo y la caridad pueden ser en líneas generales considerados comunes a todas las religiones, lo cual no implica que necesariamente la forma práctica que estos principios adquieren sea coincidente. La interpretación o exégesis que para cada uno de ellos existe a nivel religioso, filosófico y cultural, y su adaptación al medio social donde operan pueden sufrir alteraciones importantes que sin modificar la raíz ética común de los principios los sitúa de manera totalmente diversa de acuerdo al contexto socio cultural analizado. Otro riesgo proviene entonces, de considerar que la simple extrapolación de los principios comunes arriba mencionados servirá para allanar el diálogo entre el Islam y el confucianismo, ya que existe una gran brecha entre los principios como tales y su socializa-ción o politización. En última instancia existiría un mayor campo de correspondencia entre el Islam y el Cristianismo, sin embargo la rigidez formal de los preceptos, dogmas e incluso la “historia política” de ambas religiones de raíz común, hacen que existan barreras difíciles de sortear.

Seguramente la convergencia entonces entre el Islam y el confucianismo será po-sible situarla en este plano metafísico de análisis, pero al adoptar categorías analíticas que tiendan a explicar el comportamiento de las variables en el campo social veríamos tal vez mas discordancia que concordancia.

Observo incluso, que el confucianismo parece mostrar rasgos de permeabilidad y adaptabilidad que lo han hecho perdurar a través del tiempo; como fuera dicho la adopción de formas más laxas en el Siglo X es demostrativa de esta tendencia y no hace sino traducir su función esencial de proveedor de una ética individual y pública cuyos rasgos de adhesión no son dogmáticos sino voluntarios. El Islam por su parte como religión parece contar con

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Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 75 - un núcleo duro de ideas y preceptos en los que los mecanismos de adhesión se presentan, a mi entender, como menos permeables a la libertad de elección en relación a las ideas con-fucianas. La observación de los patrones de tolerancia en el Islam nos señala que tal vez exista menos margen para la aceptación de campos de armonización de ideas en relación al Confucianismo, e incluso el confucianismo tomado no como una religión sino como una filosofía política.

En este punto es posible reflexionar también respecto de que si bien existen situa-ciones objetivas de divergencia esto no implica que puedan ser exploradas vías de diálogo constructivo y no necesariamente conflictivas. La posible utilización y transformación vía reformulación del confucianismo como “ideología alternativa” al socialismo en China, probablemente facilite el diálogo ya que necesariamente deberá buscar espacios de corres-pondencia con otras “áreas de ideas” de las cuales el Islam es parte constitutiva fundamen-tal, no imitando así la intolerancia occidental que parece traslucirse a través del planteo hungtingtoniano.

Las expectativas de unión entre confucionismo e Islam muestran dos vertientes po-sibles de interpretación. Desde el punto de vista de los principios la “búsqueda del justo medio confuciano” es posible en tanto - como lo señala el Prof. Bakar- tal vez el modelo de organización paternalista y jerárquico propuesto por el confucianismo se mueva hacia for-mas mas laxas de organización donde “el tipo ideal de organización” no sea la familia. Sin embargo, si ésta es una de las cesiones que el confucianismo debe hacer lo hará desde la ventaja que le otorga su flexibilidad y permeabilidad, es decir la capacidad de adaptación que ha poseído a lo largo de siglos y que aún en el contexto de formas renovadas de inter-pretación todavía ofrece un sistema ordenador de la vida pública y privada en China. Cabe preguntarse si el Islam por su parte tratará de flexibilizar la adscripción a principios teocrá-ticos a fin de acercarse al ideal confuciano mas terrenal, es decir cuál será el rango y campo de sus concesiones.

La correspondencia en el diálogo surgirá si se los asume desde la perspectiva de que ambos sistemas de ideas pueden considerarse generadores de movimientos políticos. En mi opinión podrán dialogar (cross) asumiendo el supuesto de que la interlocución se asentaría en aquellos niveles en los que primen los elementos políticos “moderados” de ambas partes, el intercambio de opiniones no esté sujeto al juego dogmático de las ideas y principios metafísicos y no se estructure en función de barrera sino de coalición de ideas en Asia.

Desde un punto de vista estrictamente político, la necesidad del diálogo entre el Is-lam y el Confucianismo puede además considerarse para China una “necesidad ligada a su supervivencia” política e integridad territorial. China, dadas sus características étnicas ne-cesita del establecimiento de fluidos canales de diálogo formales e informales con los pode-res religiosos y los Estados islámicos de la región sobre los que ha tenido histórica influen-cia, tanto sean los del Sudeste de Asia como los de Central Asia. La presión separatista en sus fronteras y la negación étnica de su pertenencia a un “área china de cultura” por parte de las minorías étnicas musulmanas en las provincias del sureste y noroeste de China son temas geopolíticamente acuciantes y sensitivos para un Estado con históricas tensiones centrifugas.

El establecimiento de mecanismos de diálogo entre los poderes religiosos - tal vez sería mas apropiado llamarlos morales considerando la no adscripción religiosa del confu-cianismo - y a nivel gubernamental debería entonces ser funcional a la creación de un espa-cio ampliado de diálogo considerando que esta construcción no se podrá dar desde la rigi-dez de ambas cosmovisiones, sino desde el punto más general provisto por la convergencia

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entre principios básicos y realismo político, aplicable operacionalmente a formas coordina-das de acción en el campo ideológico, filosófico y social interno y externo.

Resta aún por develar, si ésta “común unión” entre ambos sistemas de pensamiento podría derivar en la construcción en el plano de las ideas de una ética de la cooperación aceptada por las partes o bien en términos políticos culminará en la formación de “coalicio-nes antihegemónicas” que bajo la matriz de unión o diálogo de civilizaciones se unan ante lo que consideren un enemigo común. Dudas profundas se nos presentan respecto de si serán coaliciones ideológicas, políticas, religiosas o adoptarán formas sincréticas, así tam-bién cual será su naturaleza: antioccidental, filosófico- normativa o conformarán un simple instrumento ordenador que sirva para canalizar el descontento ante lo que se presume son agresiones exógenas. Si así fuera estaríamos criticando la visión huntingtoniana, pero al mismo tiempo asumiendo que es posible su utilización como variable en la puja de poder mundial, o lo que es lo mismo aceptando su validez interpretativa.

En síntesis, si la construcción del diálogo se piensa apriorísticamente desde su ne-cesidad instrumental para enfrentar a Occidente será en vano el esfuerzo ya que las líneas ideológicas serían superadas ante la primera presencia de obstáculos ciertos. Debe ser, en conclusión una construcción positiva, la que sin dudas antes que beneficios políticos en términos de paz y estabilidad a nivel regional enriquecerá al género humano en su totalidad y demostrará cómo es posible construir consenso en la diversidad.

4. Conclusiones Los planteos tienden a situarnos desde diferentes enfoques en un punto común: la

lógica del capitalismo anglosajón ha sido puesta en dudas en la misma génesis y desarrollo de la crisis asiática. Incluso la manifestación de la convergencia discursiva sobre la necesi-dad de atenuar los desbalances en el sistema financiero internacional regulando el compor-tamiento de los capitales transnacionales, y la necesidad de adecuar las instituciones finan-cieras internacionales reforzando sus funciones regulatorias, coincide en los hechos con la línea argumental sostenida por gran parte de los líderes políticos asiáticos, quienes han visto de alguna manera reafirmados así los supuestos sobre los que fundaron la transforma-ción de sus respectivas economías.

La imposición de controles de cambio en Malasia y la intervención de la autoridad monetaria” de Hong Kong son parte del efecto rechazo que la volatilidad de los mercados financieros han presentado. Si bien para Asia no significa el fin del “paradigma del libre mercado” ya que éste realmente nunca fue aplicado en todos sus alcances, sí implica una mayor atenuación de su capacidad instrumental para la gestión del crecimiento económico.

Por otra parte, es probable que paulatinamente se produzca la creciente legitima-ción de la idea del fortalecimiento de la “identidad asiática” como producto de los determi-nantes de las reformas a las que deban ser sometidas las economías y donde los procesos de ajuste social y los costos de implementación no poseen el mismo nivel de aceptación intraé-lites y a nivel social como se verifica, por ejemplo, en la experiencia latinoamericana donde la recurrencia de los ajustes y crisis periódicas disparan respuestas sociales inmediatas tendientes a la adecuación a los nuevos escenarios.

Para la Argentina, las oportunidades de profundizar los lazos con las naciones asiá-ticas no pueden contemplar solamente las ventajas posibles producto del dinamismo eco-nómico que ha caracterizado a la región Asia Pacífico durante las últimas décadas sino que deben, fundamentalmente, centrarse en aspiraciones políticas de largo plazo. La creciente

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Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 77 - “cercanía geográfica” existente América Latina y Asia Pacífico, deberá transformar en ventajas políticas las interacciones económicas de manera tal que resulte funcional a una estrategia de diversificación de los patrones de inserción internacional que nos permita reducir los riesgos de una “nueva periferización” en el esquema de poder mundial del siglo XXI.

La Argentina, como el resto de los Estados, no escapa a la complejización de la agenda externa y que su política exterior ha podido reflejar en el curso de la presente déca-da. A la tradicional diplomacia bilateral se suman dimensiones complejas de acción multila-terales, al mismo tiempo que el número y diversidad de los actores intervinientes se multi-plica. La “transversalización” de los problemas mundiales implica que si bien los planos de comprensión son similares, se torna dificultosa la definición de una jerarquía temática posi-ble de expresarse en la agenda de política exterior de los Estados.

En este sentido, los acontecimientos descriptos no nos quitan responsabilidad so-bre la necesidad de articular sistemas de información entre el sector público y privado ten-dientes a prevenir, resguardar o neutralizar los intereses nacionales en contextos de cambio, el fomento de la educación como política de Estado y rasgo estructural del dinamismo eco-nómico asiático, así como la necesidad de promover la formación de recursos humanos especializados en capacidad de efectuar inteligencia de los procesos que permitan sostener la definición de políticas públicas acordes a los tiempos de incertidumbre en el fin del mile-nio.

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Conferencia a cargo del Ing. Julio Bermant Gerente Comercial de IMPSA

Buenas tardes. Agradezco la invitación en nombre mío y de Impsa el estar presen-te en esta Sexta Semana del Asia y del Pacífico en donde evidentemente y a partir de esta continuidad, e logra llegar hasta poder comparar que la continuidad tiene sus frutos; es llegar a obtener objetivos que son lo que hoy quiero plantearles a través de esta presenta-ción.

La idea en principio ha sido ubicarlos dentro del contexto de lo que significa Imp-sa para los argentinos,. Nació hace 91 años; en principio era una empresa metalúrgica que arrancó en Mendoza realizando equipamientos para la industria vitivinícola. Fue un produc-to de visionarios que dieron continuidad a esa tarea y hoy podemos decir esencialmente que es una compañía que tiene y está presente en toda una serie de ámbitos, con distintas carac-terísticas. Fundamentalmente hoy nos vamos a referir más que nada a Impsa Bienes de Capital. No obstante mi intención fue presentarles cuales son los grupos más importantes que desarrollan la tarea.

Esencialmente en el ámbito de los bienes de capital, que luego veremos más en de-talles, incluimos turbinas, equipamientos para usinas hidroeléctricas, generadores, grúas de puerto, grúas de pórticos y grúas para centrales nucleares. Impsa está presente en más de veinte países. Está presente en el mundo con plantas de fabricación y oficinas de represen-tación. Luego veremos en detalle en qué lugares y cual ha sido la distribución.

Así mismo, uno de los grupos que integran la corporación produce mazos de cable para la industria automotriz, con dos plantas: una en Argentina y otra en Brasil.

Impsa, que creo, que es una de las más conocidas del grupo, provee a sus clientes con servicios de telecomunicaciones. Así mismos, en el ámbito de transportes de carga, somos concesionarios de los ferrocarriles que una los ámbitos del Mercosur: sería Buenos Aires con Mendoza y consecuentemente con Chile y hacia el Pacífico, a través del Urquiza llegando a Brasil.

Y una alternativa o grupo adicional, que se refiere al manejo de residuos en Co-lombia y en Argentina. En Argentina hace muy poco y en Buenos Aires está manejando una de las áreas de recolección metropolitana en la Ciudad de Buenos Aires.

Una de las condiciones básicas de trabajar en una empresa de esta naturaleza es que los bienes de capital que se producen, como los que hemos descripto, tienen un altísimo valor agregado, basado fundamentalmente en el conocimiento y en la adquisición de tecno-logía y en la elaboración de tecnologías propias e incorporaciones de distintas áreas. Ade-más se ve, la formación de joint venture con empresas malayas y lo mismo con la asocia-ción con empresas de Colombia.

Ahora quería presentarles de alguna manera la planta que Impsa posee en Mendo-za. Eso que nació hace 91 años, hoy es una planta única en Latino América con equipa-miento de primerísima tecnología, con laboratorios de hidráulica que permiten a su vez asemejar en modelos matemáticos sin necesidad de hacer el equipamiento final sin haber ensayado previamente a través de la modelación.

La planta es absolutamente moderna, tiene además, del gran equipamiento de ma-quinarias, el orgullo de tener un torno que es el único en Latinoamérica. Permite manejar piezas de hasta 500 toneladas y con una capacidad de volteo de 20 metros.

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Acá hemos procurado dividir la participación de los distintos sectores de Impsa en lo que denominamos equipamiento idor, que se refiere fundamentalmente a equipamientos para centrales hidroeléctricas, compuertas y grúas. El grueso de la producción de Impsa en bienes de capital, está vinculado a estos dos sectores: Sector destinado a la generación de energía a partir de la hidroelectricidad y el manejo de cargas y de materiales a partir de las grúas.

Aquí hemos descripto las tareas en sí, es decir, somos desarrolladores de proyec-tos, lo que se denomina xi, que es encargarse de la ingeniería, la compra, y la construcción de centrales, compuertas, atagrúas, grúas de puerto y grúas de otros tipos.

La reserva Yacyreta posee veinte turbinas, de las cuales siete son de Impsa. Ese fue el resultado de arduas negociaciones compitiendo con empresas internacionales de muy alto nivel de Canadá y Estados Unidos.

Las grúas que vemos aquí están en Malasia, es uno de los equipamientos que pesa entre 600 y 700 toneladas que pueden mover cargas de un contenedor por minuto y descar-gar barcos a una velocidad increíble.

Esa penetración en el mundo ha permitido que se hayan podido proveer equipos en países tales con Africa, Centroamérica, EE.UU, Europa, India, Sudamérica y el Sudeste Asiático. Para darles una idea 5500 megawats es dos veces la central Yacyretá.

En grúas, que hoy por hoy, es uno de los sectores que tiene mayor penetración en el sudeste asiático, se han producido desde los orígenes más de 350 grúas. En este momento y esta es una consideración interesante porque en el mercado mundial Impsa posee un 15% en el mercado mundial actual. Es una empresa argentina con tecnología argentina que está tercera en el mundo. Lo relevante es que esos equipamientos que compiten en calidad, precio y en prestaciones en cualquier lugar del mundo. Se producen prácticamente entre 30 y 35 grúas por año de estas características.

Otro de los rubros importantes son los equipos de proceso, cuando me refiero a ellos, están relacionados particularmente con el área latinoamericana por una característica esencial: es que este tipo de equipamientos son extremadamente pesados y voluminosos y los costos de transporte hacen impracticable trasladarlos en condiciones económicas a otros lugares. En consecuencia, si bien la capacidad tecnológica permite la fabricación de equi-pos de esta naturaleza, estamos proveyendo equipos para todas las nuevas plantas petro-químicas que se están haciendo en el cono sur.

Ya hemos exportado a Brasil, a Chile y en particular utilizándolos en Bahía Blanca y en los polos petroquímicos .

En esta diapositiva he querido volcar, las distintas áreas a sectores en donde Impsa tiene subsidiarias u oficinas. Impsa posee en el mundo diez oficinas, sobretodo en el Sudes-te Asiático: Filipinas, Indonesia, Being, Hong Kong. Estas fueron instaladas en la primera década de los años ’80 y fue un mérito y esfuerzo de la perseverancia, recién dieron resul-tados algunas de ellas a partir de muchos años,

De las oficinas de Colombia y EE.UU se obtuvieron los primeros resultados a par-tir de tres años, en el Sudeste Asiático mucho más aún.

En particular, las características de estos bienes son que requieren un gran proceso de desarrollo, es decir, entregar un equipamiento para una central hidráulica no es entregar un comoditie, sino es un bien que tiene un proceso de desarrollo muy extenso, desde la etapa de previsión, análisis de los requerimientos que se trabajan conjuntamente con el cliente hasta llegar a la etapa final de construcción y entrega que pueden tardar varios años.

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Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 81 - Para darles una idea global, una grúa tarda en fabricarse prácticamente entre doce y trece meses hasta que está entregada y en funcionamiento.

Esta nueva gráfica muestra que a partir de 1993 la participación en ventas naciona-les e internacionales ha crecido. Así vemos como la evolución, pos diferentes tipos de ca-racterísticas, pero esencialmente por la decisión y vocación y el interés de ir hacia donde estaban los clientes, muestra esta curva va evolucionando hasta llegar al año pasado al 25% de las ventas de bienes de capital de Impsa realizaban en el país. Pero no obstante este ini-cio que arranca de 1993 habría que remontarlo a 1984, que los esfuerzos realizados en aquella época dieron como resultado la que estamos viendo acá.

En este nuevo cuadro queremos mostrar que las previsiones para los años 1998-2000, vemos como relevante que tanto la zona de Asia como Latinoamérica prácticamente tienen un total o un 75% de las previsiones de Impsa.

Dentro de estas características de empresa nacional, no obstante internacionaliza-da, se ha dado lugar a que en los diferentes lugares para poder trabajar, para poder penetrar y para poder ser miembros del ámbito en el cual la empresa se desenvolvía, realizar alian-zas o joint venture con distintos tipos de empresas. Aquí tenemos por ejemplo, uno de los socios, es el grupo Santo Domingo, que es uno de los grupos de Colombia más importantes con 4,1 billones de ventas consolidadas.

Impsa realiza joint venture con Malasia, que participa con un 40%; esencialmente la particularidad de trabajar en Malasia tiene un correlato que luego vamos a ver más ade-lante.

Con Westing House, hay una alianza que permite a Impsa utilizar las referencias que son muy importantes en las licitaciones internacionales de fabricación de equipamien-tos similares o de características similares.

Impsa está presente en China, Corea, Malasia, Indonesia, Japón, Filipinas, Tailan-dia y hoy cabría agregar a India.

Dado el objetivo y el planteo de este seminario, la crisis de 1997 impactó conside-rablemente en el ámbito de la producción de bienes de capital, por un lado lo que venía creciendo a una velocidad desmesurada tuvo una disminución del crecimiento, inclusive un descenso lo cual implicó consecuencias políticas y lo que quería referirme más, en lo que respeta al mercado Asia Pacífico con las relaciones con Argentina.

Impsa, como muchas empresas argentinas, están presentes en el área Asia Pacífico y en general, el producto de los últimos años de la política argentina se han establecido relaciones muy fructíferas, es decir, es habitual que en todas las misiones que encabezan los gobernantes argentinos, los empresarios acompañan las mismas. Hace poco, y a modo de anécdota, pero relacionado al tema de la cooperación y si se quiere al seguimiento de las relaciones a efecto de lograr productos fructíferos, tuve la oportunidad de participar en la organización de un seminario que se realizó en China (de esto hace aproximadamente vein-te días). Este seminario tenía como objetivo plantear la transformación suscitada en China en cuanto al tema de los ministerios.

Hasta hace muy poco China tenía alrededor de 42 ministerios, en este proceso de transformación, están hoy en el orden de 29 ministerios. Quiere decir que esos 13 ministe-rios se han ido transformando en empresas. Dentro del grupo de esas empresas, está la Corporación de Electricidad China, que para darles una idea de lo que significa tiene 1.700.070 empleados que son lo que pudo ser en algún momento Segba y otros tantos en la Argentina.

En función de la rica experiencia de Argentina en la transformación del mercado eléctrico nacional, desde el año 1992 en adelante, en cuanto a la privatización y los proce-

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sos de transformación, en particular, los asiáticos están en este proceso y en particular aque-llos que han pasado a ser ministerios a tratar de ser empresas, que a su vez, sean exitosas, están viniendo constantemente a tomar clases, a conocer y a aprender de nuestra experien-cia.

No obstante eso, les pareció importante que organizáramos un seminario en China con la participación de funcionarios y empresarios argentinos. Esto ocurrió como les decía, hace dos semanas. La relevancia del evento fue impactante, asistieron 250 funcionarios chinos que asistieron a las cátedras que dictaron, entre otros, el Secretario de Energía de Bs. As. Y distintos empresarios que llevaron información sobre aquello que se está mirando en el exterior.

Con esto quiero reflejar un poco, que las características del mercado asiático, hace que no sea ir, presentarse a una licitación y ganarla. Las características son muy peculiares y las vamos a tratar de definir un poco más adelante, pero la esencia es que esto requiere un marco y una dedicación permanente.

La siguiente lámina, muestra, la búsqueda de mercados en función de las áreas en las cuales nosotros estamos presentes con mayor interés, concretamente, América Latina y el Sudeste asiático. , países en vías de desarrollo con una gran demanda insatisfecha. Un poco con la experiencia y con la charla con amigos y con la gente que está en el mercado, vemos que evidentemente hay una serie de reglas que son aparentemente básicas, como ser:

• Hablar de un compromiso a largo plazo. Esto significa no ir a hacer un negocio y retirarse inmediatamente; esto significa participar en el mercado. Tal cual como hemos puesto acá, joint venture con socios locales es muy bien visto y además genera participa-ción del ámbito local y genera participación de mano de obra y genera una evidente rela-ción con el medio.

• Es fundamental, poseer una tecnología eficiente y muy actualizada, no alcanza evidentemente con las relaciones, no alcanza con los precios. Hoy el mundo es absoluta-mente abierto, se compite con las tecnologías; más avanzadas y en consecuencia esta se maneja en tiempo real definitivamente.

• Ser consistentes y pacientes. Eso creo que los chinos lo saben. La cultura y la idiosincrasia de los pueblos son absolutamente importante y es fundamental conocerla.

Dentro de las cosas que son de entre casa, pero que poseen gran relevancia, los

funcionarios de Impsa que están en el Sudeste asiático y en particular en China, hablan chino o aprenden chino para hablarlo tal cual como un chino o tal vez un poco menos, pero en el idioma de los negocios puedan manejarse.

He incluido un par de características que son relevantes en el mundo asiático que es un mercado fundamental para el comercio mundial. No obstante tiene conciencia del poder de necesidad, digamos, de los proveedores del mundo y de lo que significa 1.250 millones de chinos, más otros tantos asiáticos, que se torna muy difícil negociar con ello.

Es fundamental y prácticamente lo exigen en todo tipo de licitaciones, que cuando se invierte en áreas sensibles, se obliga al inversor a ceder el know -how a su socio, local.

Para resumir un poco esto: cultura, compromiso, y compartir el futuro, como con-cepto de lo que entendemos al respecto.

Trataré de rever lo que ha pasado por lo menos para nosotros en el concierto de lo que significa la crisis asiática en el Sudeste Asiático. Algunas cosas importantes: se nos preguntó qué había pasado frente a la crisis y en particular con aquellos contratos que esta-

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Sexta Semana de Asia y el Pacífico en Argentina - 83 - ban ya firmados. Efectivamente hubo imprudencias, hubo que renegociar contratos, hubo pérdidas que no fueron substanciales, ya que se las pudo manejar eficientemente.

Qué se hizo al respecto? Evidentemente se aumentaron los esfuerzos en países con menor impacto, y aparece aquí una ventaja muy importante: el tener una planta operativa en Malasia significa tener mano de obra barata y significa poder Corporación Impsa. Está integrada por una corporación que es de capitales competir con la región de una manera diferente, significa poder competir con un local frente a competidores externos

Como predicción, se producirán restricciones a las inversiones en algunos países del área. La presencia de China con una mano de obra barata y muy productiva introduce a su vez un acentuado incremento de la competencia.

Hasta aquí he llegado con esto, tratando de darles una visión de nuestra óptica de lo que significa estar presente en el mundo y en el Sudeste asiático.

MuchasGracias.

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Conferencia a cargo del Lic. Virgilio Tedín Uriburu

Agradezco especialmente a Jorge Di Masi que ha tenido esta constancia en seguir

organizando ya la Sexta Semana del Asia y del Pacífico, y también el agradecimiento a ustedes; yo muchas veces pienso que la gente que le gusta el Asia Pacífico en la argentina es como los hinchas del Tigre o del Deportivo de Belgrano, somos muy pocos, y es impor-tante conocernos, darnos la cara y tratarnos mutuamente.

En realidad, mi presentación es bastante difícil, ya que se centrará como veo yo el tema del Asia Pacífico. Por supuesto que voy a mencionar el tema financiero, pero creo que son los que hoy nos han convocado, pero en todo caso pienso mencionarlos en forma muy elemental y si alguien tiene algún interés en profundizar las cosas, contestarlas en las pre-guntas.

La idea es reflexionar en voz fuerte de qué es lo que está pasando en Asia cómo el mundo académico y el mundo empresario ve los problemas asiáticos, bueno, tratar de ver si existen políticas que la Argentina debería aplicar y que políticas deberían ser.

No tengo la verdad, creo que poca gente la tiene, no voy a decir nada nuevo, eso también exprese después de tres días de seminario lo tendrán claro. Pero destacando ciertos puntos, si yo puedo ayudarlo a pensar, mi objetivo estará cumplido.

La primera reflexión, es que las crisis no son hechos aislados, las crisis son parte constitutiva del capitalismo y esto no lo decimos ahora, sino que lo dicen los padres de la economía moderna.

Franklin, un economista norteamericano, contó 107 crisis en 105 países en vías de desarrollo durante el periodo1971-1992. Ahora me parece que si bien las crisis son conse-cuencias del capitalismo, pero me parece que esta crisis tiene un elemento especial y este elemento especial es la globalización que se transmite a través de los movimientos de capi-tal. Me parece expresivo el hecho que en los últimos 30 años el comercio internacional creció tres veces más que PBI, pero que la negociación de divisas creció mucho más; hoy en día, por cada semana en los mercados del mundo se negocia el equivalente al comercio de un año y esto es uno de os hechos distintivos que señalo como una característica propia al tema de la crisis.

Ahora, si alguien nos hubiera preguntado hace diez años qué pasaba hoy o qué pa-saría hoy, creo que ninguno de nosotros nos hubiéramos acercado ni siquiera un poco. Re-cordemos que hace 10 años en EE.UU hubo una crisis profunda, libros en Japón, hablando de Japón como número uno, la decadencia del modelo de desarrollo anglosajón, la vigencia de los valores asiáticos como el futuro en la organización de la sociedad.

Hoy en día como todos sabemos, el tema es al revés. Ahora si el capitalismo puro hoy en día ha triunfado o supuestamente ha triunfado

frente a otras formas de organización de la producción como pueden ser el comunismo o el mundo asiático; me parece que si esto es así, deberíamos definir qué significa cada modelo y las principales características de este modelo triunfante. Me permite ponerle un signo de

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interrogación: ¿es un modelo triunfante? ¿Qué características tiene?, ¿cuál es la columna vertebral del modelo? Ahí voy a seguir a Sthephen Rouch (que es un economista) que defi-ne el paradigma del modelo anglosajón con tres características importantes:

• fuerte reducción de costos en la industria manufacturera • la desregulación en el área de los servicios • muy fuertes inversiones en el área de tecnología e informática.

La idea es muy simple, para que la economía aumente su productividad tiene que

mejorar no solo su sector industrial, sino que la transformación debe darse también en el sector servicios. En palabras de él: “Sin un sector de servicios pujante la reestructuración de las economías es una receta que conduciría a un aumento del desempleo, tensiones sociales y una situación política desestabilizante.

La productividad de servicios de la economía americana a principios de la década de los ’90 fue, me parece, una de las grandes causas de esta transformación de la economía americana, su mejora en la competitividad, su fortaleza y vigor que tiene en este momento.

Tal vez, un par de datos nos sirven para ejemplificar esto: entre 1987 y 1997, las empresas americanas solo invirtieron en el sector informática 1,5 trillones de dólares, solo en hardware. Si lo comparamos con otras partes del mundo, por ejemplo, Europa, en el año1996 gastó un poco más de 2,26% de PBI en informática, 2,511% en Japón y arriba del 4% en EEUU.

El modelo que hoy es paradigma del éxito, es un modelo que hoy tiene una fuerte competitividad basada en la reducción de costos y en la incorporación de tecnología sobre todo de información en el sector servicios. Nosotros sabemos que consecuencias tiene este modelo, sabemos que en EEUU la distribución de ingresos ha sido regresiva, que la partici-pación del trabajo en el PBI ha declinado en los últimos veinte años comparado con el capi-tal

¿Cómo ha sido el modelo asiático para compararlo con este? ¿Cómo podemos identificarlo y poder decir lo que pasa y qué va a pasar en el futu-

ro? En el caso asiático, es importante destacar, que no todos los países son iguales y

que no todos tienen la misma estructura. En el caso asiático el pensamiento convencional apunta a los problemas del estancamiento del modelo de organización corporativa el famo-so: “empleo de por vida” famosa colaboración de la sociedad para la planificación econó-mica, la naturaleza cerrada de los servicios: banco, comercia exterior, compañías de seguros y el excesivo rol de la burocracia en la regulación de los mercados

Yo planteo: si estas cuatro o cinco definiciones básicas son realmente las defini-ciones del modelo asiático Segundo: ¿Están acabadas? Tercero: ¿son únicamente asiáticas? En el fondo la pregunta es: ¿Quien puede decir que el modelo anglosajón es la receta uni-versal de desarrollo? ¿Quién puede decir que los tres paradigmas señalados son los únicas posibles para el crecimiento de la sociedad?

La mejor manera de analizar el tema es puntualizar cuáles son las explicaciones que el modelo convencional o las academias hacen sobre la crisis en los mercados asiáticos.

El primer tema es la falta de crédito. Se señalaban que existen mercados financie-ros con mucha volatilidad, mercados financieros globalizados, controlados básicamente por fondos de inversiones. Estaba leyendo estadísticas de EEUU que decían que los bancos hoy en día tienen menos de la quinta parte de los préstamos al sector privado en los EEUU, que ya mas del 50% de este tipo de graciamiento está realizado por los fondos de inversión. Entonces tenemos un mercado globalizado con fondos de inversiones que entran y salen

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con mucha rapidez, con los efectos que tienen en las tasas de cambio y los efectos que han tenido en Asia.

Uno de los temas centrales se refiere al capitalismo, el capitalismo juega con las expectativas y si bien estas tradicionalmente y siempre van a existir en estos modelos, la diferencia que ha pasado es que éstas han sido unidas al mercado de capitales con mucha volubilidad.

La segunda explicación que está directamente relacionada con la primera habla sobre la sobreinversión industrial, Los asiáticos invierten mas de lo que tiene que invertir. Hablo de las inversiones en industria. El cuestionamiento es una alta tasa de ahorro y por el control de regulaciones o de una excesiva burocracia en la determinación de las metas, inversiones en sectores que no tiene demanda.

Comparado con el planteamiento anterior de la volatilidad de los capitales, esta explicación de la excesiva sobreinversión es muy peligroso, porque esta apunta a los fun-damentos del modelo asiático, apunta a los fundamentos de la economía.

Si hay mucha inversión, significa que los fundamentos están mal, aquí hay algo que no funciona y que hay que arreglar y hay un largo plazo para hacerlo.

Hay otras explicaciones que se basan en temas políticos. Muchos autores concuer-dan que al no haber democracia en los países asiático, no hay libre juego del mundo capita-lista y eso ha sido las causas. La solución sería la Democracia. La reflexión que uno debe hacerse que como así el sistema anglosajón, me parece que no es un sistema universal, la democracia tiene muchas tonalidades y hay que entender la cultura de cada país para saber que tonalidad corresponde a cada uno.

La última explicación hace énfasis en la forma en que está organizada la estructura del modelo asiático, básicamente la burocracia.

El capitalismo crónico no es factor único y exclusivo de las economías; asiáticas. La realidad es la mejor maestra de todos.

Quiero puntualizar que uno de los temas que el modelo convencional asigna como uno de los factores es un tipo universal. Para que se den una idea, el Fondo de Inversión London Capital Managment, es un fondo que tenía como uno de sus directores a Greespan y que tenía inversiones de los bancos más importantes y de los presidentes y directores de sus bancos que tenían una exposición importante en el modelo italiano; y cosa curiosa que manejaba esa exposición había sido vicegobernador del Banco Central de Italia. En fin, una larga lista de elementos que se puntualizaban previamente con los temas asiáticos y que realmente, como decía, no son así.

El segundo tema que señalaba es el tema de la burocracia, aquí quisiera señalar dos puntos: la burocracia es un tema universal. Quizás el único país, como señala Peter Druker, en uno de las últimas publicaciones de Foreing Affairs, que no posee burocracia es EEUU. Pero la burocracia es universal ha sido universal en la historia de la humanidad.

Quizás lo que ha pasado con los países asiáticos es que han liberalizado muy rápi-damente sus economías, que empezaron a generar problemas de inversión en sectores no rentables o desregulaciones del mercado financiero cuando el gobierno dejó de coordinar cual eran los mejores sectores o políticas económicas y me parece que el caso de Corea es sintomático.

Corea empieza a tener problemas no cuando los demócratas estaban coordinando con los empresarios del gobierno, sino cuando dejaron de hacerlo. Este es un tema que me parece que hay que pensar.

Quiero decir, que si uno mira el tema de Asia Pacífico, uno ve que hay argumentos por un lado que hacen referencia al modo de organización que no son ciertos y que reflejan también en los países desarrollados que otros problemas que si son ciertos. Yo creo que el

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tema de la liberación de los servicios en el caso de los mercados asiáticos es importante. Es uno de los sectores que tienen que liberar: bancos y compañías de seguro (están en un pro-ceso de hacerlo).

Yo espero que no lo hagan rápido y abiertamente, ya que esto va a generar pro-blemas muchos más serios.

En realidad, debo hablar de lo que hace el Banco Asia. ¿Por qué estamos? ¿Y por qué vamos a estar?

Estamos en Asia porque e es un mercado importante. Asia era una de las áreas de mejor crecimiento y de ahorro, con unas perspectivas de crecimiento de mercado financiero muy importante, es decir, la Argentina hace muy poco tiempo financiaba gran parte de sus necesidades de fondos en Asia: Corea (como comprador de títulos públicos) y Japón.

Asia es y lo va a ser, una vez que la crisis logre su punto de inflexión, una de las áreas más importantes del mundo como orígenes de fondos, y acá hay varias explicaciones: me parece que la primera es por supuesto por la alta tasa de ahorro, la segunda es el enveje-cimiento de la población que tiende sobretodo en los países más desarrollados a tener mu-chos mas fondos en compañías de pensión. Creo que la Argentina ahí tiene una rol que cumplir.

Por último, ¿por qué el Banco está en Asia? Es por el tema de las oportunidades, es decir, si uno estudia y yo creo que lo han mencionado en este seminario, si uno estudia cuál ha sido el comportamiento del consenso en Japón y lo que ha pasado con los japone-ses(aumento del nivel de ingreso per capita) después de la Segunda Guerra Mundial, uno lo que ve es que el cambio en la dieta alimentaria (pasan de un producto como el arroz a un producto con un valor agregado mucho más alto y con un gran consumo de carnes, cereales y de alimentos elaborados)

Me parece que la Argentina tiene mucho para decir. Una de las áreas productivas más eficientes de la Argentina es justamente esa. Yo creo que los Bancos tienen que estar para acompañar ese tipo de negocio.

Y por último, me parece que si bien las inversiones entre la Argentina y los países del Asia-Pacífico han sido muy escasas, me parece que el futuro va a indicar otras cosas y entre otras cosas, el aumento de las oportunidades comerciales que mencionaba.

Gracias.

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Conferencia a cargo del Dr. Miguel Matera Presidente de Massera S.A.

Buenas noches, es un honor para mí estar compartiendo con ustedes esta charla hoy aquí y espero poder ser de utilidad en algunos puntos que intentarán ser simplemente reflexiones de una compañía argentina que intentó llevar sus productos afuera.

Con el objetivo fundamental de orientarles la charla sin ningún tipo de generaliza-ción, sin ningún tipo de experiencia definitiva, simplemente las reflexiones de una compa-ñía que trató de ubicar sus ventajas comparativas llevando sus productos al exterior.

Me interesaría que ustedes tengan desgranados los bloques de la charla en cuatro puntos importantes:

• Por qué elegir concretamente el bloque asiático para orientar el centro de exportaciones de una compañía argentina.

• Cuáles fueron las dificultades y las características de este tipo de mercado. • Establecer cuales fueron los inconvenientes y tropiezos que deben ser sor-

teados en lo que refiere a la continuidad de las relaciones. • Cuáles pueden ser las ventajas competitivas que nosotros podemos tener

como país, nosotros como productores en algún caso de bienes, servicios y\o alimentos en comparación con la oferta disponible y que representa concretamente la competencia más directa que debemos estar enfrentando.

En primer lugar, el aspecto relativo a por qué elegir este tipo de mercado, concre-

tamente bloque asiático, existiendo en cuanto a las exportaciones argentinas una suerte de facilismo por intentar exportar a aquellos lugares donde representaría una menor dificultad. Esto significaría apuntar al gran mercado que tenemos vecino: Brasil.

El bloque asiático presenta una visión más macro, las posibilidades que presenta el bloque como conjunto.

Simplemente quisiera compartir cuál fue la experiencia de una empresa argentina al respecto.

En este caso, si bien nos encontramos con un país que se encuentra en las antípo-das del nuestro, concretamente al país que tendríamos a mayor distancia desde el punto de vista de la lejanía, con costumbres completamente distintas a las nuestras. En este sentido podríamos hacer extensivo no solamente a un país en especial, sino a todos los que com-ponen el bloque asiático.

Nosotros advertimos dos o tres ventajas que nos parecían ser de singular interés. Por un lado la tremenda apertura que estaba representando esos países desde el punto de vista de incrementar el consumo de alimentos diferentes a los que componen su dieta. Por ejemplo, si ustedes toman indicadores tales como incremento del consumo de alimentos fast food, ha tenido un crecimiento vertiginoso y está indicando un cambio muy importante en los hábitos de consumo en lo que sería la camada generacional más joven (niños, y hasta 30 o 35 años). Hay una clara inclinación de tomar hábitos de consumo que podríamos tildar como occidentales.

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En segundo lugar para determinadas franjas de alimentos encontramos la contra- estación, con todo lo que esto significa para cualquier compañía. Tomemos el caso de nuestra compañía con una curva estacional con tremenda virulencia en las ventas con pe-riodos que van de Setiembre a Febrero o Marzo y que luego decae notablemente. Un poco el desafío que mercados tales como el asiático estaban representando, implicaba poder mantener niveles de producción semejantes tanto en invierno como en verano, dado que en el caso concreto del invierno se estaría intentando exportar los productos a regiones del bloque asiático, donde dos encontramos con una temporada estival.

Por otro lado, observábamos que este tipo de bloque verificaba tasa de natalidad en algunos casos y casos de incremento del PBI realmente significativos. Esta aceleración ahora luego del bloque asiático afectado con la crisis, debería establecer un tamiz en tal aceleración.

No obstante ello, el tercer factor adicional, que estaba dado por la enorme apeten-cia de productos que provengan de países tales como EEUU, Australia, Nueva Zelanda y Argentina, que muy lejanamente empezaban a aparecer dentro del espectro de naciones que podía resultar de interés en cuanto a productos o agropecuarios o que tengan una fuerte connotación de insumo derivados.

Lo que resultaría como conclusión de este primer bloque que me interesaría plan-tearles, sería: la oportunidad que representaba trabajar con un bloque tremendamente popu-loso y que estaba ávido de costumbres alimenticias muy disímiles a las nuestras. El segundo punto relevante de por qué ir hacia este tipo de mercado, estaba dado por la muy fuerte competitividad de nuestros productos, aún a pesar del flete que debe ser analizado como un elemento importante en la evaluación. En tercer lugar, el fuerte interés de este tipo de con-sumidores por productos como los nuestros y donde se aplicaba una diferencia de calidad enormemente distinta. A solo título de información, para orientarlos a ustedes, hay una características básicas de lo que sería nuestras competencias con respecto a conque se reali-za el tipo de producto básico que nosotros estamos comercializando. Nosotros realizamos un producto con leche fluida, leche fresca, en los caos de la competencia más fuerte está realizado basándose en manteca, con lo cual se aprecia notablemente la diferencia del pro-ducto. Esto independientemente del corazoncito que cada uno de ustedes tenga. A cual es el gusto que les agrada de la compañía A B C dentro del sector de lácteos, sería un denomina-dor común para todos los productos argentinos.

El segundo bloque que me interesaría plantearles con motivo de las reflexiones de nuestra experiencia es el caso específico de las diferencias culturales totalmente distintas, tan nítidamente diferentes que en este momento aquellos lugares se da las ocho de la maña-na.

Allí se requiere tremenda perseverancia en la obtención de algún tipo de logro. Ninguna transacción comercial, al menos esto es nuestra humilde opinión, podrá ser obte-nido rápidamente. Por supuesto, que dentro del bloque asiático hay enormes diferencias entre cada uno de sus miembros.

Una diferencia sideral, que ustedes también por algún contacto con inmigrantes coreanos, japoneses, chinos han tenido oportunidad de apreciarlos. Es diferente estar ha-blando culturalmente de una persona de origen japonés o estar entablando algún tipo de negociación con un japonés que con un coreano. Claramente hasta le podría resultar un insulto, confundir a un japonés con un coreano, para darles una descripción muy acabada del término.

Por supuesto que ante este panorama y ante 120 millones aproximadamente de consumidores, con un altísimo poder adquisitivo concentrados en Japón, nuestra preferen-

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cia se orientó a este tipo de mercado conociendo lo sinuoso y tremendamente dificultoso que podía ser alcanzar algún tipo de éxito en este tipo de mercado.

En el caso particular la estrategia encuadraba con las características propias de nuestro grupo. En Japón es habitual que se encuentren con conglomerados, esto quiere decir, no solamente dedicados a un tipo de actividad. Fundamentalmente van a tener perso-nas que conocen al detalle la actividad y otra persona que se encontrará en otro piso perte-neciente al mismo conglomerado, que está en la actividad de pesca y así una amplia diver-sidad y atomización de actividades.

Eso es in poco la estructura mental o cultural que prevalece en las organizaciones tanto japonesas, esto mismo se puede verificar en las estructuras coreanas, por citar otro ejemplo.

En nuestro caso, tratamos de ir con toda la sinergia que representaba distintas ac-tividades que podían ser ofrecidas a un mismo conglomerado. De alguna manera todo el proceso de conocimiento va a traer aparejado forzosamente el envío de muestras un montón de costumbres que tiene que ser necesariamente compartidas con todos los integrantes del círculo decisorio de este tipo de compañías y que va a traer incluido una vida, entre comi-llas, “social”, dado que la gran mayoría de los negocios se deciden (aunque parezca menti-ra) fundamentalmente afuera de hora. El ámbito de trabajo que e esta gente posee es cier-tamente digno de admiración, dado que no es simple un límite entre la familia, y el trabajo, Es prácticamente una continuidad.

Por supuesto que una de las primeras dificultades tienen que ver (de alguna mane-ra evaluadas por cualquier compañía argentina en aras de obtener algún negocio concreto) tiene que ver la enorme paciencia y clara adaptación a permanentes modificaciones que pueden aparecer en todos los niveles de decisión. Para que ustedes puedan ver, y tengan una simple idea de todo lo que representa estar entablando una negociación con el objetivo de crear algún tipo de acuerdo de largo término. Les voy a citar una minúscula anécdota que quizás les ilustre esta situación.

“Luego de pasar por envíos de muestras, envíos de degustaciones con explicacio-nes en el idioma en que ellos hablan japonés, dado que muy pocos están hablando excepto niveles decorosos altos el idioma inglés, donde habíamos tenido prácticamente la aproba-ción de todos los niveles intermedios y quedaba de alguna manera, la charla última con el nivel más alto de decisión y luego de una exposición ordenada, en orden jerárquico de cada uno de los integrantes, la persona que tiene el cargo elector de ese conglomerado, dio a entender que estaba todo muy bien, dijo”: he probado las muestras, he comprobados cali-dad, he sometido los productos el análisis bromatológico, verifiqué de parte del agente comercial la procedencia de los precios, la exelente presentación pero no obstante ello, mi horóscopo determina que no debo tomar decisiones en este día.”

Por supuesto, que la primera reacción visceral, normal es decirle usted me está bromeando, debe existir algún otro tipo de razón, pero al margen de la connotación “capu-lera”(permítaseme el término) en la región estos pueblos se inclinan mucho por este tipo de diagnósticos. Pero por otro lado, es una razón más de como nos van probando con respecto al tema de la paciencia. Ningún negocio que pretenda ser hecho a largo plazo, de alguna manera, tiene que ser necesariamente decidido en un día.

Por supuesto que esto es fácil; contarlo, cuando ustedes tienen ya en la mano va-rios años de trabajo y varios años de cumplimiento de trabajo realmente a pesar de todo lo comentado, una vez que han hecho operaciones no van a querer volver a negociar con cual-quier otra parte del mundo o como de algún otro elemento que este llevando a nivel con-tractual.

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Ni se les ocurra, por ejemplo intentar a alguna negociación o reunión donde se de-fina contratos un abogado, es sinónimo de que van a estar tratando de no cumplir el contra-to y no hay mayor ofensa que eso .En un primer anda nivel, hay que tener la suficiente paciencia como para poder resistir a nuestro esquema normal.

Pero luego de alcanzar la meta de firmar contratos con ellos les puedo garantizar que realmente es un mercado en el que van a estar encantados de estar tratando, porque sucintamente les van a ir abriendo cada una de las puertas de las diferentes empresas y/o sectores donde claramente se puede estar trabajando. Es decir, van a ser ellos mismo los que les van a estar indicando: por ejemplo: este producto que usted me esta trayendo en cada viaje como regalo (que era concretamente el dulce de leche) lo deseo en mi mercado. Creo que vamos a tener una oportunidad si lo presenta a tal sector de nuestra organización o bien a tal u otra empresa con las cuales tenemos relaciones comerciales.

En cuanto a las dificultades que deben ser sorteadas en áreas de obtener éxito en este tipo de mercado, están claramente un poco emparentadas con nuestros más íntimos ancestros. Esto quiere decir, que el hecho de ir cotizándoles (como característica argentina) un método de cinco dígitos oscilantes como cliente potencial, decir bueno, le doy tal coti-zación, si va bien o sino que se pierda el negocio, obviamente debe ser descartado de plano. Cualquier desvío con respecto a pautas que puedan estar representando condiciones éticas o eventualmente no una buena práctica comercial, enviar un producto como nuestro y que luego el producto que se envía en el cargamento final no representa estrictamente lo que estaba en el contenido en la especificación es un poco como cavarse su propia fosa en este tipo de mercado. Fundamentalmente porque aún las empresas que compiten entre sí, brin-dan información con respecto a cualquier nuevo potencial proveedor que aparezca en esce-na.

Por otro lado, también está de más demás decirle que toda nuestra mala fama (el lado oscuro de nuestra fama) también ha llegado a esos lugares tan alejados del mundo, con lo cual tenemos que tener en cuenta, que tiene que levantar algún tipo de conocimiento de incumplimiento de exportadores argentinos. Casos como el de haber realizado un contrato y luego resultó ser más conveniente exportar a Brasil y por lo tanto no tener el cupo suficien-te para mantener un contrato concretamente en el caso de la actividad que podría ser gené-ricamente engrabada bajo el concepto de lácteos. Ha sido un elemento con el cual tuvimos que enfrentarnos, por supuesto que esto dependerá de la evaluación que cada compañía realiza independientemente de las altas y bajas frustraciones cambiarias, tanto sea de ese país de destino como los eventuales destinos de exportaciones que se esté generando.

Todos los negocios y toda la cultura de esos países apunta al mantenimiento de re-glas de muy largo plazo.

La cultura del empleo determina de que quién entra en una compañía se va a jubi-lar en la misma. Los cambios, la movilidad laboral, son identificados como un punto nega-tivo en la carrera laboral, excepto que sea la reubicación dentro de cada uno de estos con-glomerados, donde se va a utilizar la experiencia que ha ido acumulando cada persona dentro de ese grupo. La formación pata obtener esos puestos desde el punto de vista laboral se realiza desde las universidades.

La universidad donde cada uno de los futuros profesionales está determinando que esa universidad va a permitir acceder a niveles de decisión y así sucesivamente. Por supues-to, que está acompañado con otra característica que es para ese tipo de universidades, los exámenes son tremendamente rigurosos para estar accediendo y las más importantes, están determinando en función de las calificaciones que se obtengan la reubicación en las que le siguen.

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En lo que respecta a cuales son las oportunidades de empresas argentinas respecto de nuestra concurrencia más inmediata. Fíjense que casi todos los productos que estamos en condiciones de elaborar, haciendo un análisis muy socio-económico de cómo es la aper-tura de nuestras exportaciones, están compitiendo directamente con EEUU, Australia y Nueva Zelanda. El factor del flete en los casos de Australia o Nueva Zelanda, obviamente, nos juega muy en contra. No obstante ello, aún a pesar de lo que ustedes a priori podrían estar determinando el caso, por ejemplo, americano básicamente a la cultura organizacional que poseen las empresas americanas, determina una enorme ansiedad en la obtención de negocios. Aunque les parezca mentira, en línea general y a pesar de nuestro claro origen italiano o español de nuestros ancestros, tenemos mucha más paciencia de la que tienen las empresas americanas. Es muy habitual encontrarse en charlas o esperas con empresarios americanos, donde claramente no pueden resisitir no ir directamente al punto, cuánto es el precio, cuándo va a ser el monto que me va a estar colocando y de alguna manera así, van perdiendo los estribos más fácilmente que el común de los empresarios argentinos.

Creo que es un camino que bien vale la pena recorrerlo y que tenemos ventajas competitivas importantes en un montón de sectores. Fundamentalmente en los que repre-sentaba nuestra compañía o nuestro grupo de empresas que abarcan rubros tan diversos como pesca, cítricos, helados, el resto de lácteos.

De alguna manera debo indicarles, que excepto el factor de la presentación que obviamente tiene que ser realizado con esfuerzo para tratar de irle con el producto y ya en el idioma de ellos. Piensen que de alguna manera es totalmente diferente la posibilidad de hasta una lectura rápida y en donde no todos o donde la gran mayoría desconoce el idioma inglés (aunque actualmente, esto se está tratando de mejorar con campañas oficiales en este sentido).

El último factor, con respecto a cómo encarar el tipo de negocios que de alguna manera representan ventajas competitivas respecto a nuestro país, todo lo que tenga que ver con lácteos o productos naturales, orgánicos (en este caso: carnes, vegetales, que tengan clara connotación de orgánicos) tiene un mercado tremendamente ávido en el bloque asiáti-co.

El otro factor que representa todo un desafío a países como el nuestro, es tratar, y por otro lado, (no existen antecedentes de empresas argentinas que lo hayan podido mate-rializar ), pero si uno analiza fríamente uno no alcanza a entender razones que hayan justifi-cado la no-venta de este tipo de productos en el exterior. Hay una tremenda avidez en este tipo de bloques, que ustedes se encuentran con cantidades ciertamente asombrosas de inver-sores que están dispuestos a tomar franquicias e inversores que están dispuestos a tomar rápidamente negocios de comida rápida. Si yo le relatara la cantidad de negocios que hay de Mc Donalds, Burger King, de comida rápida americana independientemente sean de hamburguesas, panificación o helados, demuestran la enorme voracidad de tratar de tener hábitos de consumo bastante emparentados con los occidentales.

Desde este punto de vista, hay que reconocerle el mérito a las empresas america-nas; básicamente, hay casos de empresas australianas que han salido no solamente a divul-gar el producto en sí mismo, sino a ese formato de negocios, que obviamente trae aparejado tener cautivos n puntos de ventas que están consumiendo ese producto que se pretende impulsar a través de la venta.

Por supuesto que si uno establece la diferencia de por qué ese tipo de compañías americanas han salido a exportar formatos de negocios, donde lo que están vendiendo es una hamburguesa, con lo cual también, tendríamos ventajas desde el punto de vista produc-tivo como para salir a ofrecerlas. Evidentemente hay que reconocerles el mérito de haber

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armado algo serio con gigante apoyatura en cuanto al marketing y por supuesto representan esquemas muy organizados.

Fíjense por un momento, simplemente si tuviéramos que contraponer la experien-cia argentina. Es difícil que ustedes encuentren alguna cadena nacional que haya tratado de explotar, o sudamericana que haya tratado de otorgar manuales de operación que les permi-ta facilitar el día a día en las tareas rutinarias. En cada uno de estos tipos de negocios y en donde lo quede evidenciado hasta las estructuras, estados de resultado, cuentas de gastos y de ingresos, parámetros habituales de estándares de consumo, por ejemplo de envases, de cuanta energía eléctrica standard sería necesario para un negocio de manera tal que sea amigable para el inversor no con experiencia en este tipo de negocios.

Por supuesto que este tipo de negocios ha ayudado enormemente en dar a conocer sus productos en el exterior, o sea, cuando un productor de carnes de EEUU intenta colocar sus productos, puede estar mostrando la experiencia y la carne que adjudican que tienen en los negocios de Burger o Mc Donald que están ofreciendo este tipo de producto. Obviamen-te en algún caso merecería una fortísima y agresiva campaña por parte de los organismos gubernamentales para salir a vender ese tipo de productos, para luego terminar fusionándo-se todas las actividades tanto del sector productor de carnes como con el negocio minorista.

Muchas gracias por su atención.