Sesión de Cuentoterapia

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SESIÓN DE CUENTOTERAPIA Por Claudia Morán Vázquez Para trabajar una sesión de cuentoterapia en primera instancia es indispensable un “cuenta-cuentos” que es el que le da ese soplo de vida a cada historia, personaje fundamental que le impregnará emociones al relato por contar, mismas que transmitirá a los escuchas. Un “cuenta-cuentos” puede ser cualquiera que aun con el paso del tiempo y de las experiencias le quede algo de niñez dentro, que se emocione con las historias, que le haga sentir bien contarlas y transmitir emociones, creando lazos de empatía para con las personas que le escuchen. Una sesión de esta índole encierra más en ella que la sola idea de narrar una historia, ya que antes de llevarla a cabo el “cuenta-cuentos” ya se ha preparado, con anterioridad realizo un análisis del texto, esto es fundamental porque él será el que interpretará la historia y es menester que la interpretación no traicione la intención del texto, es decir, que la visión del “cuenta- cuentos” sea la misma que la de la historia escrita. También tendrá que analizar la estructura del relato esto le dará la pauta para el uso de pausas que permitirán al escucha comprender la historia y otorgarle un breve lapso para la reflexionar justo en los momentos cruciales de enseñanza, es importante un buen análisis ya que esto permitirá que las pausas sean es su justo momento y evitará que se corte el relato a causa de preguntas o comentarios (esto más común cuando se trata de niños), de ninguna manera quiere decir que no se requiera de la participación de estos, la idea es que sea una participación guiada, que las preguntas y comentarios que estos hagan sean acorde con el ritmo y secuencia del relato, de ser necesario el “cuenta-cuentos” puede realizar preguntas repetitivas en forma de rima a lo largo de la historia que pueden solucionar la problemática que en ella se

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SESIÓN DE CUENTOTERAPIA

Por Claudia Morán Vázquez

Para trabajar una sesión de cuentoterapia en primera instancia es indispensable un “cuenta-cuentos” que es el que le da ese soplo de vida a cada historia, personaje fundamental que le impregnará emociones al relato por contar, mismas que transmitirá a los escuchas. Un “cuenta-cuentos” puede ser cualquiera que aun con el paso del tiempo y de las experiencias le quede algo de niñez dentro, que se emocione con las historias, que le haga sentir bien contarlas y transmitir emociones, creando lazos de empatía para con las personas que le escuchen. Una sesión de esta índole encierra más en ella que la sola idea de narrar una historia, ya que antes de llevarla a cabo el “cuenta-cuentos” ya se ha preparado, con anterioridad realizo un análisis del texto, esto es fundamental porque él será el que interpretará la historia y es menester que la interpretación no traicione la intención del texto, es decir, que la visión del “cuenta-cuentos” sea la misma que la de la historia escrita. También tendrá que analizar la estructura del relato esto le dará la pauta para el uso de pausas que permitirán al escucha comprender la historia y otorgarle un breve lapso para la reflexionar justo en los momentos cruciales de enseñanza, es importante un buen análisis ya que esto permitirá que las pausas sean es su justo momento y evitará que se corte el relato a causa de preguntas o comentarios (esto más común cuando se trata de niños), de ninguna manera quiere decir que no se requiera de la participación de estos, la idea es que sea una participación guiada, que las preguntas y comentarios que estos hagan sean acorde con el ritmo y secuencia del relato, de ser necesario el “cuenta-cuentos” puede realizar preguntas repetitivas en forma de rima a lo largo de la historia que pueden solucionar la problemática que en ella se narra, en estos casos el escucha estará esperando la pregunta cuando se dé cuenta de la secuencia de ritmo que se está utilizando, en pocas palabras es encaminar la participación para que el escucha haga el relato más suyo y al mismo tiempo la historia pueda fluir tal y cual se ha escrito.

Antes de iniciar la sesión, el “cuenta–cuentos” ya ha preparado todo y se ha adecuado al espacio en donde realizará la actividad, también conoce al grupo por lo que ya habrá decidido de qué manera se presentará en escena, si pondrá distancia de por medio para captar la atención cuando el grupo es poco tranquilo y grande o se integrará con el grupo eliminando distancias si es que este es pequeño o tranquilo, al ya elegir el cuento para relatar también sabe que edades tiene su público y la manera en que se ha de desenvolver durante la sesión. al inicio el “cuenta-cuentos” explicará con claridad la actividad a realizar, esta explicación generará un espacio para la expectación y la sorpresa de los escuchas; hará uso de determinados elementos que saquen de la rutina a los

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espectadores, puede ser desde un vestuario y escenario elaborado con efectos de sonido o hasta algo muy sencillo como una peluca o un sombrero, al final de cuentas estos elementos permitirán que el cuento se torne agradable, atractivo y captará la atención de los escuchas, tan importante como estos elementos también lo son el uso de tonos y cambios de volumen en la voz para evitar la monotonía en la narración, el “cuenta-cuentos” sabe que por lo general los tonos agudos denotando dulzura son asociados con personajes positivos llenos de bondad, honestidad y protectores; mientras que susurrar en ciertos episodios del relato genera complicidad, pues a todos nos gusta que se nos confíen secretos, es así como jugará con la voz para impregnar al personaje de características y cualidades que vayan acorde con los actos de cada uno y que faciliten su detección y la aparición de cada cual dentro de la narración.

En el transcurso del cuento, puesto que el “cuenta-cuentos” está transmitiendo la emoción con la que esta viviendo el relato, no puede faltar en conjunto con la emoción el lenguaje corporal a través de la gesticulación, en ese tenor pareciese que nuestro amigo “cuenta-cuentos” se convierte en cada uno de los personajes, efectivamente, es una sola persona la que tenemos al frente pero la pasión que le imprime a cada momento de la historia y a cada participante de ella, crea una atmosfera en donde se vivencia el cuento, en ocasiones y dependiendo del tipo de público hará uso de títeres o imágenes que encaminen la imaginación del escucha. Dejará que al sesión fluya, el narrador será testigo de cómo el cuento pasa de oído a oído recorriendo al público, también será testigo de sus miradas, gestos y emociones; un espectador que se dará cuenta de la transformación que se está llevando a cabo a través de contar historias; aun cuando se adentrará en la historia también será cuidadoso de no olvidar al público, eso permitirá que se transmita una onda de empatía entre todos los presentes. Al estar observando a cada uno se los escuchas, el “cuenta-cuentos” hará uso del humor en instantes para liberar la tensión que se pudiera generar. Al prestar atención en lo que está sucediendo en el público, se dará cuenta de la dinámica que se está generando y también eso le permitirá darse cuenta que momento es propicio para hacerlos reír. Una sesión de cuentoterapia es un arte que requiere de preparación, que permite el uso de recursos inimaginables contenidos en la imaginación y la expresión emocional en todo su esplendor; todos podemos ser los personajes y partícipes de la historia, es revivir un legado de historias con la finalidad se sanar y difundir enseñanza moral indispensable para el bien vivir, se puede comprender desde la perspectiva de una princesa hasta la dinámica del desdichado ogro, en consecuencia es un recurso integrador que permite al individuo que lo presencia ampliar su marco de referencia para la resolución de conflictos y demás cualidades que el uso del cuento como terapia ofrecen a aquel que presencia una sesión de este tipo.