SÉPTIMA SESIÓN - La comunidad cristiana
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03-Apr-2016Category
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7S P T I M A SESIN
La comunidad cristiana
La multitud de los creyentes
tena un solo corazn
y una sola alma.
Hechos 4, 32
Compartamos al iniciar la reunin
Qu desea compartir hoy con la comunidad? (Algo ocurrido
esta semana por lo que quiere darle gracias a Dios, una preo-
cupacin, una oracin de peticin, etc.) Qu ha ocurrido en
su vida desde que la comunidad se reuni por ltima vez?
Reconozcamos la presencia de Dios en nosotros y entre nosotros
Dios siempre est presente, pero a veces se nos olvida.
Abramos la mente y el corazn a su presencia aqu y ahora.
(Breve pausa en silencio)
Canto apropiado para el tema de hoy.
Lectura de la Palabra de Dios: Hechos 2, 42-46
Acudan asiduamente a la enseanza de los apstoles, a la
convivencia, a la fraccin del pan y a las oraciones... Todos
los creyentes vivan unidos y compartan todo lo que tenan.
8Vendan sus bienes y propiedades y se repartan de acuerdo a
lo que cada uno de ellos necesitaba. Acudan diariamente al
Templo con mucho entusiasmo y con un mismo espritu, y com-
partan el pan en sus casas, comiendo con alegra y sencillez.
Despus de uno o dos minutos en silencio para dejar que la
Palabra nos hable, el coordinador invita a que los miembros
que lo deseen compartan los sentimientos que esta lectura
les caus.
Para finalizar todos juntos dicen: Te damos gracias, Seor,
por tu Palabra viva entre nosotros.
Exploremos el tema de hoy
Conoce usted a algn catlico a su manera? Esta frase la usan muchos y me pregunto: Qu quieren decir los que se autodescriben de esta forma? Pienso que las respuestas sern muy diferentes. Para algunos, a mi manera
quiere decir: no tengo que ir a Misa o a la iglesia. Para otros:
No necesito hablar con un cura, pecador como yo, porque yo
me confieso con Dios. Quizs otros quieran decir: No voy a
seguir ninguna regla y voy a hacer lo que me venga en gana
cuando me convenga!.
Sea cual sea la definicin de catlico a mi manera, una
cosa s est clara: los que as hablan no entienden lo que es ser
cristiano y probablemente nunca hayan experimentado una
verdadera comunidad cristiana.
El cristianismo no es una religin individualista o privada.
Seguir a Cristo es formar parte de una comunidad que unida
lo proclama Dios. En el ao 110 d.C., un procnsul romano
escribi un informe al emperador Trajano sobre la actividad de
los cristianos en su provincia. Escribi el procnsul: Los cris-
tianos se renen un da especial (domingo) antes del amanecer,
y le cantan himnos a Cristo como Dios (Plinio el Joven, Carta
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9#96). Como es de suponer, esta fe primitiva y aparentemente
sencilla presentaba un gran reto al Imperio Romano. Los prime-
ros cristianos se negaban a rendir culto al emperador y a verlo
como un dios. Cuando un soldado romano se converta al cris-
tianismo, dejaba de pelear por el imperio, pues segua firmemen-
te la postura no violenta que Jess haba enseado y vivido. En
muchos casos, los cristianos dejaban de pagar impuestos como
protesta por los abusos del imperio.
Proclamar verbalmente que Jess es el Seor implicaba un
cambio de vida radical y supona el riesgo de perder empleo,
propiedades y, en muchos casos, la vida. Este radicalismo y for-
taleza en la fe de los primeros cristianos no hubiera sido posible
sin el apoyo de la comunidad. Un viaje al Coliseo de Roma nos
muestra la manera en que los cristianos eran asesinados cruel-
mente. Moran juntos: adultos y nios, mujeres y hombres, judos
y gentiles, esclavos y libres, todos apoyndose mutuamente en
una misma fe y en la certeza de no estar solos.
Pero el concepto de comunidad no nace solamente de la
necesidad de apoyo ante el sufrimiento y la persecucin, sino
tambin de nuestra condicin de criaturas de Dios, creados a
su imagen y semejanza, es decir, con la capacidad de amar y
de entregarnos en amor como Dios lo hace cada da: El que no
ama, no ha conocido a Dios, pues Dios es amor (1 Juan 4, 8).
Es fcil decir que amamos a aquellos que no vemos nunca. Es
tambin muy cmodo ser cristiano a mi manera y no tener
que darle cuentas a nadie de mi vida cristiana. Sin embargo,
esto no se parece en nada a la vida evanglica que decimos
seguir. Al igual que en el Antiguo Testamento, el Seor se busca
un pueblo para establecer su Alianza, Jess sell la Nueva
Alianza, no con una sola persona, sino con sus discpulos y con
todos los que creeran en l.
El ttulo de la septima sesin y la lectura de la Biblia que
lemos al comenzar esta sesin fueron tomados del libro de Los
Hechos de los Apstoles, el segundo volumen que se atribuye a
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S E D I E N T O S D E D I O S
San Lucas. Hechos relata la historia del desarrollo de la Iglesia
de la era apostlica desde la resurreccin de Jess en Jerusaln
hasta la llegada de San Pablo a Roma. El libro trata de cmo el
cristianismo se propag ms all el judasmo y de las personas y
los eventos que formaron de los primeros tiempos de la Iglesia.
Los Hechos de los Apstoles definen cmo debera y debe ser la
vida de los seguidores de Cristo:
Acudan asiduamente a la enseanza de los apstoles,
a la convivencia, a la fraccin del pan y a las oraciones.
Todos los creyentes vivan unidos y compartan todo
lo que tenan. (2, 42)
En otras palabras, la espiritualidad de los primeros seguidores
de Cristo era comunitaria y eucarstica. Juntos escuchaban las
enseanzas de los apstoles, convivan y oraban como herma-
nos y compartan sus bienes. Pero, sobre todo, juntos com-
partan el pan que era el nombre que usaban para lo que hoy
conocemos como la Eucarista (ver Hechos 2, 43-47; 4, 32-35).
El culto comunitario era central en su espiritualidad: oracio-
nes, salmos, lecturas, sermones, cantos y compartir el pan y
el vino semanalmente.
El concepto de comunidad que encontramos en Hechos y en
las Cartas de San Pablo nos muestra a un grupo de personas
unidas en una misma fe, en un solo Espritu y proclamando
a Cristo como Seor del universo. Este grupo de creyentes
entraban a formar parte de esta familia a travs del bautismo.
En ese rito de iniciacin todos se comprometan a vivir fieles a
las enseanzas de Jess, unidos por lazos de amor que nada ni
nadie deba romper.
Los latinos que residimos en los Estados Unidos tenemos
una gran responsabilidad con la Iglesia. Nuestra cultura valora
la familia y las reuniones familiares, algo muy diferente al
individualismo y el narcisismo que predomina en los Estados
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Unidos. La Iglesia debe reflejar una familia que permanece
unida aunque hayan desacuerdos y en la que todos se sacrifican
por los ms necesitados o enfermos, y los hispanos tenemos
muchos que ofrecer en esta rea.
Sin embargo, ni nuestra familia es perfecta, ni la Iglesia es
perfecta y esto nos puede confundir. Yo no cuido a mi ancia-
na abuelita porque es perfecta, sino porque es mi abuelita. No
ayudo a un primo lejano porque me cae muy bien y es muy
alegre, sino porque es mi primo. Del mismo modo, la Iglesia es
santa porque la gua el Espritu de Cristo; y tambin pecadora
porque es humana. Nuestra historia, como la de cualquier fami-
lia, contiene momentos de gracia y momentos de pecado. Esto
no es razn para ignorar mi apellido o renunciar a mis races.
La Iglesia en los Estados Unidos ha sufrido grandes escnda-
los ltimamente causados por abusos sexuales con menores por
parte de algunos sacerdotes. Estos abusos no pueden ser tolera-
dos y deben denunciarse. Sin embargo, los pecados y los erro-
res no nos pueden separar de la familia en la que nacimos por
nuestro bautismo y que tiene a Cristo como cabeza y a Mara
como Madre.
Nos reunimos en la comunidad cristiana porque no hemos
nacido para vivir solos, porque nos necesitamos mutuamente y
nadie est libre de pecado, y porque slo unidos podremos soar
con un mundo mejor y hacer realidad nuestros sueos.
Compartamos nuestra fe
Qu expectativas tiene de la Iglesia como Pueblo de Dios?
Cmo contribuye usted a hacerla cada da ms santa?
Qu expectativas tiene de su pequea comunidad?
Puede ver la diferencia entre los pecados de algunos miem-
bros que pertenecen a la Iglesia y la Iglesia que, guiada por
el Espritu Santo, es llamada a proclamar el Evangelio?
S P T I M A S E S I N
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S E D I E N T O S D E D I O S
Comprometmonos a actuar
En el Libro 1 aprendimos algunas prcticas espirituales.
En el Libro 2 ofrecemos ejercicios que nos pueden ayudar
a mejorar nuestro comportamiento. Recordemos que una
espiritualidad integral nos lleva a mejorar y a sanar nuestras
relaciones con Dios, con nosotros mismos, con los dems y
con el mundo. En el Ejercicio espiritual de cada semana
sugerimos acciones especficas que nos ayuden a vivir una
espiritualidad ms encarnada.
Oracin final
Leamos con entusiasmo esta oracin inspirada en el Salmo 100
Todos juntos:
Demos gracias a Dios porque es bueno.
Cantmosle cantos de alegra.
Alabe a Dios toda la tierra,
lleguemos ante l entre gritos de jbilo!
Nuestro Dios