SEMBLANZA DE JOSÉ LAMIEL - fgua.es

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SEMBLANZA DE JOSÉ LAMIEL CALANDA 1924. Hijo de Manuel Asensio, artesano del cuero y de Miguela Lamiel, ya de niño, modelaba �iguras en pellas de barro que cogía de los márgenes de los ríos Guadalupe y Guadalopillo, el grande y el chico. Le gustaba modelar retratos de personajes famosos aragoneses, que copiaba de una antología de hombres ilustres. Su padre, murió en 1935 poco antes del inicio de la Guerra Civil, cuando Lamiel tenía 11 años. Al �inalizar la guerra, con 15 años, decide trabajar en el taller de carpintería de su tío, especializándose en la talla de puertas, lo que le familiarizó con la madera: nogal, pino, encina… y con el instrumental propio: gubias, cepillos, etc. ZARAGOZA. Antonio Ferrer, vecino de Calanda, se interesó por el talento de Lamiel, que tenía 16 años, y lo llevó a Zaragoza donde comenzó a trabajar en un taller de imágenes religiosas originales, realizadas en base de escayola y policromadas. Las esculturas se exhibían en el escaparate de la sombrerería de los Bon�il, de gran prestigio, y se vendían para obtener recursos económicos para el colegio. Pronto, los dueños de la sombrerería lo adoptaron y, con 17 años, se trasladó a vivir con los Bon�il. TALLER DE IMAGINERÍA Y PRIMERAS ESCULTURAS. Al lado de la sombrerería estaba el taller de los hermanos Albareda, imagineros y restauradores, donde comenzó a trabajar con un sueldo de 8 pesetas a la semana. En el taller de los Albareda, comienza a hacer esculturas de madera policromada, se especializa en los angelotes de las nubes de las “purísimas”. Talla las manos del Sagrado Corazón de la iglesia de San Nicolás y también un borrico, del paso Jesús entrando en Jerusalén, hoy en la iglesia de la plaza de San Cayetano. Con�iesa que le gusta tallar las cabezas de los animales y buscar su expresión más humilde. ESCUELA DE ARTES Y OFICIOS DE ZARAGOZA. Simultanea su trabajo en el taller de los Albareda con los estudios en la Escuela de Artes y O�icios de Zaragoza, donde aprende a modelar, pintar y dibujar durante tres años. Gana su primer premio en un concurso convocado por el Ayuntamiento de Zaragoza con un bodegón al óleo: un puchero de barro con un vaso de agua, �irmado Asensio. VERANEOS EN CALANDA. Lamiel seguía yendo a Calanda, y en el verano de 1950, le encargan un busto en homenaje a Goya, para ser emplazado en la plaza homónima. Lo realizó en piedra caliza ibérica, tomando como modelo un billete de 100 pesetas del año 1946, en el que venía un grabado del busto del pintor. Siguieron otros encargos: un relieve para la fachada del ayuntamiento, un monumento funerario en mármol verde serpentina, un busto de madera … VALENCIA. Manuel Aznar Bosque, maestro de Lamiel, en su infancia, lo llevó a Valencia. Allí, aconsejado por el Conde de Treno, capitán de artillería y amigo de don Manuel, entró voluntario en el servicio militar, Lamiel pasó a formar parte de una compañía, trabajando en el taller de imaginería de Gimeno. Al poco tiempo, comienzan a encargarle las tallas de los pies y las manos de las imágenes, realiza una Santa Bárbara de madera y colabora con dibujos para la revista del cuartel. Con 22 años, por encargo de Manuel Aznar, realiza un paso para la Cofradía del Santo Encuentro de Calanda. ESCUELA DE BELLAS ARTES DE SAN CARLOS. En el segundo año del servicio militar, ingresa en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos. A partir de ese momento, trabaja en el taller, estudia en la Academia y hace el servicio militar. También trabaja en las fallas para la plaza del Mercado de Valencia, como La Venus del baño, de cinco metros de altura, y cabezas de personajes políticos. Algunos de los ninots de estas fallas fueron indultados por su calidad. PENSIONADO. La Diputación Provincial de Teruel le concedió un pensionado para estudiar en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, por lo que se trasladó a vivir a la capital. Como resultado de la beca, presentó un grupo escultórico, realizado en piedra de Colmenar, de un niño mayor llevando “a cotenas” a su hermano pequeño, que tituló: En ayuda del hermano. Por fortuna, la obra estaba asegurada, pues el camión que la transportaba a Teruel sufrió un aparatoso accidente y se quemó, incluida la obra. Con el dinero del seguro, pudo acometer otra escultura, esta vez en bronce, de un niño en cuclillas, titulada Meditación, hoy en el Museo Provincial de Teruel, y que se puede ver en esta exposición. MADRID. En Madrid, encontró alojamiento con una familia que no tenía hijos. Mientras estudiaba, asistía con frecuencia al Ateneo de Madrid, donde entró en contacto con escritores, críticos de arte y diplomáticos. En este período, realizó varios bustos en bronce para algunos de estos diplomáticos, en su mayor parte, suramericanos: los embajadores del Perú, Mariscal Uzeta; de Cuba, Antonio Iraizos; Bolivia, señor Herzog, para quien también realizó un busto de su hija, de 8 años, en mármol blanco tranco. También esculpió para el Ateneo de Managua, un busto de Rubén Darío, encargado por Antonio Vega Bolaños, embajador de Nicaragua; igualmente, los bustos del marqués de Salzillo, con el uniforme de académico de la Historia, y de Marañón. Fue su encuentro y posterior amistad con Andrés Revestz, escritor húngaro, lo que determinaría su futuro al facilitarle el contacto con el cuerpo diplomático, presentándole, de manera providencial, a Guillermo León Valencia, embajador de Colombia, que más tarde sería el presidente de este país. OTRAS OBRAS Y TRABAJOS DE ESTE PERIODO. Participa en exposiciones de Bellas Artes en el Palacio de Cristal; en la I Bienal Iberoamericana, en la Biblioteca Nacional; hace una exposición individual de escultura en la sala Amigos del Arte de la Biblioteca Nacional gestionada por el Marqués de Salzillo. Realizó diferentes trabajos para ornato urbano, como las gacelas del monumento a Rubén Darío, en la plaza del mismo nombre, en Madrid; los caballos para el portal de una residencia frente a los Nuevos Ministerios, en Paseo de la Castellana; para la �irma “Gringo y Lagasan” labraba y esculpía adornos en mesas de madera, generalmente en los cabeceros. En una ocasión la novia de Manolete, Lupe Sino, le encargó un cabecero en el que Lamiel, compuso un grupo que tituló El Sueño de los Reyes Magos; también, Tico Medina y Mignoni le hicieron sendos encargos. TERTULIAS. Frecuentó las tertulias literarias que proliferaban en Madrid en la década de los 50. Los sábados por la tarde, asistía a la tertulia del Café Comercial, donde conoció a Mingote, César González Ruano, Jaime Capmany, Rafael Azcona, al poeta Povedano y el escritor valenciano José Torres Guardia. Los sábados por la noche, recalaba en el Café de Levante, en la Puerta del Sol, donde conoce a Manuel Dicenta, Ernesto Jiménez Caballero, y Antonio Fernández Cid, entre otros. Los domingos por la mañana, asistía a los recitales de “Alforjas para la Poesía”, donde conoció a Conrado Blanco, dueño del Teatro Lara y a Adriano del Valle. También acude a la tertulia del Café Varela, donde se reúne con otros poetas y artistas, entre ellos, Manuel Vegas Asín. Por la trascendencia que tendrá para el futuro del artista, hemos dejado para el �inal su participación, los viernes por la tarde, en la tertulia de la Plaza de Oriente, donde conoce a Carmen Silverio, poetisa y artista, a la que describe como una mujer exquisita y elegante. Carmen, en una de sus tertulias, le presentó a su sobrina Rosario quien más tarde se convertiría en su esposa. COLOMBIA. En Popayán, Colombia, se veneraba una escultura de “Cristo coronado de espinas” o “Ecce Homo”, realizada en torno al siglo XV, que estaba siendo destruida por el “comejé”. El presidente de Colombia, el Dr. Guillermo León Valencia, al que Lamiel había conocido en Madrid, cuando era embajador, le encargó una copia. Así se inició su periplo colombiano que había de durar seis años, de 1960 a 1966. A esta talla, le siguieron: una imagen de Cristo yacente, La oración en el huerto, un Cristo cruci�icado y El Cristo de la Agonía, que llamaban “El Cachorro”, a semejanza del paso existente en Sevilla. También realiza unos medallones de bronce con la e�igie del presidente de Colombia, entre otros encargos de esculturas y bustos institucionales. MADRID Y ALCALÁ DE HENARES. Al �inal de su estancia en Colombia, inició una nueva etapa creativa, más pictórica y con un estilo nuevo, que llama la “etapa verde”, por el color verdoso de sus �iguras. Realizó sus primeras exposiciones en la Universidad de Popayán, en el Hotel Alférez Real, en el Ateneo de Cali y en la exposición Colombo-Americana de Bogotá. De esta época de transición se expone un impresionante retrato de un baturro y un cuadro que representa una niña rezando, que se exponen hoy aquí por primera vez. ESTILO INGENUISTA. En este estilo predomina la esencia de la línea y el volumen y �ija la composición del cuadro en la presencia del personaje, con reiteración de la �igura femenina, la maternidad y un uso sistemático, en el tercio inferior del lienzo, del paisaje típicamente aragonés que será, a partir de ese momento, su único paisaje. Las dos terceras partes superiores del cuadro plasmarán los colores propios del amanecer y del atardecer, cuando el sol aún no ha salido o ya se ha puesto. Alargará las �iguras, en un deseo de expresar la verticalidad del gótico, dotando a los rostros de sus personajes de un tono melancólico. A este nuevo estilo lo denominará “ingenuista”, y será su singularidad permanente hasta hoy. Al inicio de este periodo se reunía, en la Sala Libros, con un grupo de pintores, formado, entre otros, por Benjamín Palencia, A. Redondela, José Beulas, Francisco Sanjosé, Martínez Novillo, Antonio Guijarro y Cristino Vera. Además de otras actuaciones interesantes, como la restauración de los frescos del interior de la iglesia de Calanda, expone en diferentes galerías, concurre a exposiciones internacionales, como el Salón de los Independientes” de París, gana numerosos premios y distinciones: “Premio Cervantes de Pintura” “I Gran Premio Internacional de Cannes”, “Medalla St. Paul de Vence” (Francia), “Miembro del Salón de los Independientes” (París), “Cruz de San Jorge” (Diputación Provincial de Teruel)… Es de todo punto imposible detallar en esta breve semblanza toda la ingente producción del artista hasta hoy, de la cual una breve muestra se puede apreciar en esta exposición. Citaré una frase de Lamiel, con la que quiero terminar, que dice que su estilo busca la respuesta en “la sinfonía de las cosas pequeñas” y añade: “en la sensación se toma lo que llega; sin embargo, en el sentimiento se interviene”. Es importante, al contemplar sus cuadros, prestar cuidadosa atención a las frases breves que los acompañan. La verdadera clave de su creatividad, como no se cansa de repetir, se encuentra en el paso de la realidad a través del �ino tamiz de su mundo interior. Ricardo J Sola y Santiago Delgado Conocí a Lamiel después de entusiasmarme con su escultura el vuelo que entonces estaba ubicada en el parque O´Donnell de Alcalá de Henares. Esa niña atemporal con una paloma en las rodillas, es más que una escultura, porque en días de lluvia se convierte en recipiente de agua que espera a que alguien la toque. Lamiel apareció hace algunos años, como un personaje despistado, que siempre camina con ritmo pausado hacia alguna parte, este último año he comenzado a conocer a la persona, entrañable, y sobre todo orgullosa de sus obras que no duda en comentar entretenidamente con un entusiasmo que contagia. En esta exposición podemos ver una muestra de su actividad incansable. Cristina Moral Turiel Comisaria de la exposición Organizan: Colaboran: Organizan: Universidad de Alcalá, Ayuntamiento de Alcalá de Henares, Promoción de Alcalá y Fundación General de la Universidad de Alcalá / Colaboran: Aula de Bellas Artes de la Universidad de Alcalá, Museo de Teruel y control m estudio / Apoya: Programa de Humor Gráfico de la Fundación General de la Universidad de Alcalá / Texto: Ricardo Sola / Diseño: María Durán Vaquero y Natalia Garcés Fernández / Documentación: María Durán Vaquero y Blanca Fernández de Pablos / Montaje: Ignacio Garcés Fernández y Jorge Martínez Montoro / Audiovisuales: Natalia Garcés Fernández / Administración: Soledad García / Procedencia de las imágenes: control m estudio y Nicolás Cepero Ordoñez/ Impresión: Cofás Del 1 de junio al 23 de julio de 2011 Sala de Exposiciones San José de Caracciolos Calle Trinidad 3 y 5 28801 Alcalá de Henares - Madrid Chica con ramo de �lores, 2009 lápiz inglés sobre papel El vuelo bronce a la cera perdida Imagen interior: Mensaje de ternura, 1999 óleo sobre lienzo Comisariado: Cristina Moral Turiel Instalación: Crsitina Moral Turiel Ampliación y reproducción de la escultura Desconsuelo: Miguelángel Hernández AULA DE BELLAS ARTES de la Universidad de Alcalá

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S EMBLAN ZA DE JOS É LAMIELCALANDA 1924. Hijo de Manuel Asensio, artesano del cuero y de Miguela Lamiel, ya de niño, modelaba �iguras en pellas de barro que cogía de los márgenes de los ríos Guadalupe y Guadalopillo, el grande y el chico. Le gustaba modelar retratos de personajes famosos aragoneses, que copiaba de una antología de hombres ilustres.

Su padre, murió en 1935 poco antes del inicio de la Guerra Civil, cuando Lamiel tenía 11 años. Al �inalizar la guerra, con 15 años, decide trabajar en el taller de carpintería de su tío, especializándose en la talla de puertas, lo que le familiarizó con la madera: nogal, pino, encina… y con el instrumental propio: gubias, cepillos, etc.

ZARAGOZA. Antonio Ferrer, vecino de Calanda, se interesó por el talento de Lamiel, que tenía 16 años, y lo llevó a Zaragoza donde comenzó a trabajar en un taller de imágenes religiosas originales, realizadas en base de escayola y policromadas. Las esculturas se exhibían en el escaparate de la sombrerería de los Bon�il, de gran prestigio, y se vendían para obtener recursos económicos para el colegio. Pronto, los dueños de la sombrerería lo adoptaron y, con 17 años, se trasladó a vivir con los Bon�il.

TALLER DE IMAGINERÍA Y PRIMERAS ESCULTURAS. Al lado de la sombrerería estaba el taller de los hermanos Albareda, imagineros y restauradores, donde comenzó a trabajar con un sueldo de 8 pesetas a la semana. En el taller de los Albareda, comienza a hacer esculturas de madera policromada, se especializa en los angelotes de las nubes de las “purísimas”. Talla las manos del Sagrado Corazón de la iglesia de San Nicolás y también un borrico, del paso Jesús entrando en Jerusalén, hoy en la iglesia de la plaza de San Cayetano. Con�iesa que le gusta tallar las cabezas de los animales y buscar su expresión más humilde.

ESCUELA DE ARTES Y OFICIOS DE ZARAGOZA. Simultanea su trabajo en el taller de los Albareda con los estudios en la Escuela de Artes y O�icios de Zaragoza, donde aprende a modelar, pintar y dibujar durante tres años. Gana su primer premio en un concurso convocado por el Ayuntamiento de Zaragoza con un bodegón al óleo: un puchero de barro con un vaso de agua, �irmado Asensio.

VERANEOS EN CALANDA. Lamiel seguía yendo a Calanda, y en el verano de 1950, le encargan un busto en homenaje a Goya, para ser emplazado en la plaza homónima. Lo realizó en piedra caliza ibérica, tomando como modelo un billete de 100 pesetas del año 1946, en el que venía un grabado del busto del pintor.

Siguieron otros encargos: un relieve para la fachada del ayuntamiento, un monumento funerario en mármol verde serpentina, un busto de madera …

VALENCIA. Manuel Aznar Bosque, maestro de Lamiel, en su infancia, lo llevó a Valencia. Allí, aconsejado por el Conde de Treno, capitán de artillería y amigo de don Manuel, entró voluntario en el servicio militar, Lamiel pasó a formar parte de una compañía, trabajando en el taller de imaginería de Gimeno. Al poco tiempo, comienzan a encargarle las tallas de los pies y las manos de las imágenes, realiza una Santa Bárbara de madera y colabora con dibujos para la revista del cuartel. Con 22 años, por encargo de Manuel Aznar, realiza un paso para la Cofradía del Santo Encuentro de Calanda.

ESCUELA DE BELLAS ARTES DE SAN CARLOS. En el segundo año del servicio militar, ingresa en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos. A partir de ese momento, trabaja en el taller, estudia en la Academia y hace el servicio militar. También trabaja en las fallas para la plaza del Mercado de Valencia, como La Venus del baño, de cinco metros de altura, y cabezas de personajes políticos. Algunos de los ninots de estas fallas fueron indultados por su calidad.

PENSIONADO. La Diputación Provincial de Teruel le concedió un pensionado para estudiar en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, por lo que se trasladó a vivir a la capital. Como resultado de la beca, presentó un grupo escultórico, realizado en piedra de Colmenar, de un niño mayor llevando “a cotenas” a su hermano pequeño, que tituló: En ayuda del hermano. Por fortuna, la obra estaba asegurada, pues el camión que la transportaba a Teruel sufrió un aparatoso accidente y se quemó, incluida la obra. Con el dinero del seguro, pudo acometer otra escultura, esta vez en bronce, de un niño en cuclillas, titulada Meditación, hoy en el Museo Provincial de Teruel, y que se puede ver en esta exposición.

MADRID. En Madrid, encontró alojamiento con una familia que no tenía hijos. Mientras estudiaba, asistía con frecuencia al Ateneo de Madrid, donde entró en contacto con escritores, críticos de arte y diplomáticos. En este período, realizó varios bustos en bronce para algunos de estos diplomáticos, en su mayor parte, suramericanos: los embajadores del Perú, Mariscal Uzeta; de Cuba, Antonio Iraizos; Bolivia, señor Herzog, para quien también realizó un busto de su hija, de 8 años, en mármol blanco tranco.

También esculpió para el Ateneo de Managua, un busto de Rubén Darío, encargado por Antonio Vega Bolaños, embajador de Nicaragua; igualmente, los bustos del marqués de Salzillo, con el uniforme de académico de la Historia, y de Marañón.

Fue su encuentro y posterior amistad con Andrés Revestz, escritor húngaro, lo que determinaría su futuro al facilitarle el contacto con el cuerpo diplomático, presentándole, de manera providencial, a Guillermo León Valencia, embajador de Colombia, que más tarde sería el presidente de este país.

OTRAS OBRAS Y TRABAJOS DE ESTE PERIODO. Participa en exposiciones de Bellas Artes en el Palacio de Cristal; en la I Bienal Iberoamericana, en la Biblioteca Nacional; hace una exposición individual de escultura en la sala Amigos del Arte de la Biblioteca Nacional gestionada por el Marqués de Salzillo.

Realizó diferentes trabajos para ornato urbano, como las gacelas del monumento a Rubén Darío, en la plaza del mismo nombre, en Madrid; los caballos para el portal de una residencia frente a los Nuevos Ministerios, en Paseo de la Castellana; para la �irma “Gringo y Lagasan” labraba y esculpía adornos en mesas de madera, generalmente en los cabeceros. En una ocasión la novia de Manolete, Lupe Sino, le encargó un cabecero en el que Lamiel, compuso un grupo que tituló El Sueño de los Reyes Magos; también, Tico Medina y Mignoni le hicieron sendos encargos.

TERTULIAS. Frecuentó las tertulias literarias que proliferaban en Madrid en la década de los 50. Los sábados por la tarde, asistía a la tertulia del Café Comercial, donde conoció a Mingote, César González Ruano, Jaime Capmany, Rafael Azcona, al poeta Povedano y el escritor valenciano José Torres Guardia. Los sábados por la noche, recalaba en el Café de Levante, en la Puerta del Sol, donde conoce a Manuel Dicenta, Ernesto Jiménez Caballero, y Antonio Fernández Cid, entre otros. Los domingos por la mañana, asistía a los recitales de “Alforjas para la Poesía”, donde conoció a Conrado Blanco, dueño del Teatro Lara y a Adriano del Valle. También acude a la tertulia del Café Varela, donde se reúne con otros poetas y artistas, entre ellos, Manuel Vegas Asín.

Por la trascendencia que tendrá para el futuro del artista, hemos dejado para el �inal su participación, los viernes por la tarde, en la tertulia de la Plaza de Oriente, donde conoce a Carmen Silverio, poetisa y artista, a la que describe como una mujer exquisita y elegante. Carmen, en una de sus tertulias, le presentó a su sobrina Rosario quien más tarde se convertiría en su esposa.

COLOMBIA. En Popayán, Colombia, se veneraba una escultura de “Cristo coronado de espinas” o “Ecce Homo”, realizada en torno al siglo XV, que estaba siendo destruida por el “comejé”. El presidente de Colombia, el Dr. Guillermo León Valencia, al que Lamiel había conocido en Madrid, cuando era embajador, le encargó una copia. Así se inició su periplo colombiano que había de durar seis años, de 1960 a 1966.

A esta talla, le siguieron: una imagen de Cristo yacente, La oración en el huerto, un Cristo cruci�icado y El Cristo de la Agonía, que llamaban “El Cachorro”, a semejanza del paso existente en Sevilla.

También realiza unos medallones de bronce con la e�igie del presidente de Colombia, entre otros encargos de esculturas y bustos institucionales.

MADRID Y ALCALÁ DE HENARES. Al �inal de su estancia en Colombia, inició una nueva etapa creativa, más pictórica y con un estilo nuevo, que llama la “etapa verde”, por el color verdoso de sus �iguras. Realizó sus primeras exposiciones en la Universidad de Popayán, en el Hotel Alférez Real, en el Ateneo de Cali y en la exposición Colombo-Americana de Bogotá. De esta época de transición se expone un impresionante retrato de un baturro y un cuadro que representa una niña rezando, que se exponen hoy aquí por primera vez.

ESTILO INGENUISTA. En este estilo predomina la esencia de la línea y el volumen y �ija la composición del cuadro en la presencia del personaje, con reiteración de la �igura femenina, la maternidad y un uso sistemático, en el tercio inferior del lienzo, del paisaje típicamente aragonés que será, a partir de ese momento, su único paisaje. Las dos terceras partes superiores del cuadro plasmarán los colores propios del amanecer y del atardecer, cuando el sol aún no ha salido o ya se ha puesto. Alargará las �iguras, en un deseo de expresar la verticalidad del gótico, dotando a los rostros de sus personajes de un tono melancólico. A este nuevo estilo lo denominará “ingenuista”, y será su singularidad permanente hasta hoy.

Al inicio de este periodo se reunía, en la Sala Libros, con un grupo de pintores, formado, entre otros, por Benjamín Palencia, A. Redondela, José Beulas, Francisco Sanjosé, Martínez Novillo, Antonio Guijarro y Cristino Vera.

Además de otras actuaciones interesantes, como la restauración de los frescos del interior de la iglesia de Calanda, expone en diferentes galerías, concurre a exposiciones internacionales, como el Salón de los Independientes” de París, gana numerosos premios y distinciones: “Premio Cervantes de Pintura” “I Gran Premio Internacional de Cannes”, “Medalla St. Paul de Vence” (Francia), “Miembro del Salón de los Independientes” (París), “Cruz de San Jorge” (Diputación Provincial de Teruel)…

Es de todo punto imposible detallar en esta breve semblanza toda la ingente producción del artista hasta hoy, de la cual una breve muestra se puede apreciar en esta exposición.

Citaré una frase de Lamiel, con la que quiero terminar, que dice que su estilo busca la respuesta en “la sinfonía de las cosas pequeñas” y añade: “en la sensación se toma lo que llega; sin embargo, en el sentimiento se interviene”. Es importante, al contemplar sus cuadros, prestar cuidadosa atención a las frases breves que los acompañan. La verdadera clave de su creatividad, como no se cansa de repetir, se encuentra en el paso de la realidad a través del �ino tamiz de su mundo interior.

Ricardo J Sola y Santiago Delgado

Conocí a Lamiel después de entusiasmarme con su escultura el vuelo que entonces estaba ubicada en el parque O´Donnell de Alcalá de Henares. Esa niña atemporal con una paloma en las rodillas, es más que una escultura, porque en días de lluvia se convierte en recipiente de agua que espera a que alguien la toque.

Lamiel apareció hace algunos años, como un personaje despistado, que siempre camina con ritmo pausado hacia alguna parte, este último año he comenzado a conocer a la persona, entrañable, y sobre todo orgullosa de sus obras que no duda en comentar entretenidamente con un entusiasmo que contagia.

En esta exposición podemos ver una muestra de su actividad incansable.

Cristina Moral TurielComisaria de la exposición

Organizan:

Colaboran:

Organizan: Universidad de Alcalá, Ayuntamiento de Alcalá de Henares, Promoción de Alcalá y Fundación General de la Universidad de Alcalá / Colaboran: Aula de Bellas Artes de la Universidad de Alcalá, Museo de Teruel y control m estudio / Apoya: Programa de Humor Gráfico de la Fundación General de la Universidad de Alcalá / Texto: Ricardo Sola / Diseño: María Durán Vaquero y Natalia Garcés Fernández / Documentación: María Durán Vaquero y Blanca Fernández de Pablos / Montaje: Ignacio Garcés Fernández y Jorge Martínez Montoro / Audiovisuales: Natalia Garcés Fernández / Administración: Soledad García / Procedencia de las imágenes: control m estudio y Nicolás Cepero Ordoñez/ Impresión: Cofás

Del 1 de junio al 23 de julio de 2011Sala de Exposiciones San José de Caracciolos

Calle Trinidad 3 y 5 28801 Alcalá de Henares - Madrid

Chica con ramo de �lores, 2009lápiz inglés sobre papel

El vuelobronce a la cera perdida

Imagen interior: Mensaje de ternura, 1999óleo sobre lienzo

Comisariado: Cristina Moral Turiel Instalación: Crsitina Moral Turiel

Ampliación y reproducción de la escultura Desconsuelo: Miguelángel Hernández

AULA DE BELLAS ARTESde la Universidad de Alcalá

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