SEMANARIO DE INFORMACIÓN RELIGIOSA Día del Seminario

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SEMANARIO DE INFORMACIÓN RELIGIOSA Nº 15/16-III-1996 «Os haré pescadores de hombres» Día del Seminario

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SEMANARIO DE INFORMACIÓN RELIGIOSANº 15/16-III-1996

«Os harépescadores de hombres»

Día del Seminario

Etapa II - Número 15Edita: Fundación «San Agustín». Arzobispado de Madrid

Asesores religiosos: Alfonso Simón Muñoz, Manuel Mª Bru AlonsoRedacción: Casa de la Familia. Pza. del Conde Barajas,1. 28005 Madrid

Télfs: 365 18 13 - 366 78 64 Fax: 365 11 88Director: Miguel Angel Velasco Puente

Redactor Jefe: José Antonio Ullate Fabo- Redactores: Coro Marín Palacios, Jesús Colina (Roma)Producción: Francisco Flores Domínguez, José Antonio de la Fuente - Secretaria de Dirección: Sonsoles de la Vega

Imprime y Distribuye: Prensa Española, S.A. - Depósito legal: M-41.048-1995

ΩA

27

16-17

En este número

RAÍCES

Caminohacia la Pascua

DESDE LA FE

Cuando la muerte enseña a amar

Sumario

la foto 6

criterios 7

testimonio 14

el día del señor 15

iglesia en madridCarta pastoral del arzobispode Madrid 18-19

españaAlgo másque auge económico 20-21

santos de ayer y hoyBeatificación de dosmisioneros fundadores 22-23

la vida 24-25

desde la fe

El feminismo cristiano:

Habla para Alfa y Omega

la delegada de la Santa Sede

en la Conferencia de Pekín.

Cine, vídeo, libros

y televisión 26-31

contraportada 32

3-5, 8-13

«La pesca milagrosa». Conrad Witz

EN PORTADA

En Madrid, 294 seminaristas se preparan para ser sacerdotes

El Concilio Vaticano II dijoque el Seminario es el «co-razón de la diócesis». Sin

embargo, sigue siendo una insti-tución desconocida para la ma-yor parte de los madrileños. Des-conocimiento que favorece laproliferación de estereotipos eimágenes, que no siempre se co-rresponden con la realidad.

¿QUIÉNES SON?

¿Quiénes son estos jóvenesque hoy deciden responder a lallamada de Jesucristo para ser sa-cerdotes? ¿Cómo viven los semi-

naristas hoy? ¿Cuáles son sus ilu-siones y dificultades? Para dar res-puesta a estas preguntas haremosun breve recorrido por la vida delSeminario Conciliar de Madrid.

El Seminario de la calle SanBuenaventura cuenta en la actua-lidad con ciento sesenta y nueveseminaristas.Aéstos hay que aña-dir 86 del Seminario diocesano mi-sionero «Redemptoris Mater», y39 de la diócesis de Getafe. Aun-que este número sigue siendo in-suficiente para asegurar el relevogeneracional de los sacerdotes enMadrid, se puede considerar co-mo un dato esperanzador.

Los seminaristas son jóvenescomo los demás que proceden,en su mayoría, de comunidadesparroquiales de Madrid. En ellas,

participando de su vida, han des-cubierto la llamada de Dios al sa-cerdocio. No son, por tanto, hom-bres apartados de la realidad que

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19 DE MARZO, DÍA DEL SEMINARIO

En Madrid, 294 seminaristas se preparan

para sersacerdotes

La palabra «seminario» tiene la misma raíz que siembrao sementera. En los seminarios Cristo ha sembrado la vida

de unos jóvenes llamados por Él para convertirlos en el fruto de su imagen viva. Los sacerdotes son justamente esto: la visibilidad de Cristo

que sigue hoy dando su salvación a los hombres.

SEMINARIOS DIOCESANOS EN MADRID: —Seminario Conciliar: C/ San Buenaventura 9. 28005Madrid. Tfno: 365 24 04.—Seminario Misionero «Redemptoris Mater»: Avda/ Burgos 209. 28050 Madrid. Tfno: 383 83 60.—Seminario de Alcalá: Plaza Palacio 1. 28801 Alcalá deHenares (Madrid). Tfno: 888 27 00.—Seminario de Getafe: Cerro de los Ángeles. 28906 Getafe (Madrid). Tfno: 683 35 46.

La ComisiónEpiscopal de Seminarios y Universidadesha preparadoeste«especial»juego de la ocacon ocasióndel día delSeminario.

Entrada del Seminario Conciliar de Madrid

les rodea. Comparten con el restode la juventud los aspectos posi-tivos y menos positivos de la so-ciedad de hoy. Por ejemplo: se-guramente son más individua-listas que los aspirantes alsacerdocio de generaciones ante-riores, pero al mismo tiempo cui-dan más la vida interior y el cre-cimiento espiritual.

El Seminario, como comuni-dad educativa que es, intentaadecuarse a las circunstancias delos jóvenes que llegan, para

—personalizando al máximo laformación— hacer de éstos lossacerdotes que la Iglesia necesi-ta actualmente.

ETAPAS DE UNA FORMACIÓN

El plan de formación del Se-minario se divide en tres grandesetapas: Introductoria, de forma-ción y pastoral. El primer pasoque da un joven al llegar al Se-minario es el Curso Introducto-rio. A través de reuniones sema-

nales se intenta hacer un primerdiscernimiento de su vocación.

Una vez finalizado este primeraño, el seminarista comienza suetapa de formación. En los tresprimeros años vivirá en una de lascuatro comunidades de barrio delas que dispone el Seminario deMadrid. Son pequeñas residen-cias en las que ocho o diez semi-naristas y un formador constitu-yen una pequeña comunidad. Allíel seminarista aprende a compar-tir la vida con los otros hermanos,

en un ambiente muy familiar. Laubicación en diversos barrios dela ciudad favorece la participaciónen la vida cotidiana del barrio, co-nociendo así, de primera mano,sus problemas y realidades.

Al comenzar el cuarto cursode Teología, los seminaristas setrasladan de las pequeñas resi-dencias al edificio de San Bue-naventura, sede oficial del Se-minario Conciliar de Madrid.En estos tres últimos cursos (delcuarto al sexto) los seminaris-

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Según don Joaquín Martín Abad, secretario dela Comisión Episcopal de Seminarios, la si-

tuación actual de las vocaciones sacerdotales enEspaña habría que resumirla en dos palabras:preocupación y esperanza. Preocupación porquela ordenación de 250 sacerdotes diocesanos poraño no llega a cubrir las necesidades de las Igle-sias particulares. El porcentaje que garantiza el re-levo de los sacerdotes existentes actualmente esdel 12,5%, y en España sólo alcanza al 9,44%; ade-más, va cargándose de años la media de edad delos sacerdotes. Y esperanza porque cada cursoingresan en los seminarios 400 jóvenes nuevos.

Desde 1980 a 1986 aumentó la cifra del totalde seminaristas de 1.500 a 2.100, y desde entoncesestá estabilizada en torno a dos mil. La esperan-za podría verse confirmada en estos próximosaños si se subiera progresivamente otro escalón,sobre el total, de 500 seminaristas.

En la promoción de las vocaciones sacerdotalessigue siendo indiscutible el papel fundamentalque desempeñan los sacerdotes, y los mismos se-minaristas. Allí donde promueven una pastoralde juventud, con una propuesta vocacional dentrodel proceso cristiano y un acompañamiento ade-cuado, siguen surgiendo vocaciones.

CADA AÑO SE ORDENAN EN ESPAÑA 250 SACERDOTES

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250

SEMINARIO DE MADRID: EVOLUCIÓN DEL NÚMERO DE SEMINARISTAS

CURSO

«EN LA PROMOCIÓN

DE LAS VOCACIONES

SACERDOTALES SIGUE

SIENDO INDISCUTIBLE

EL PAPEL FUNDAMENTAL

QUE DESEMPEÑAN

LOS SACERDOTES, Y LOS MISMOS

SEMINARISTAS»

tas profundizan en su vocaciónsacerdotal y en el estudio teo-lógico.

Ya desde el ingreso en el Semi-nario, los seminaristas son envia-dos, de dos en dos, a diferentes pa-rroquias de Madrid, donde desa-rrollan pequeñas labores pastoralesque les son encomendadas.

Tras estos años de formación,el seminarista se prepara para suinminente ordenación como pres-bítero en la denominada etapa dePastoral. En esta etapa asumenya responsabilidades sacerdotalesen las parroquias donde son en-viados.

La jornada de los seminaris-tas comienza a las siete y media

de la mañana con el rezo de Lau-des y la celebración de la Euca-ristía.

Tras el desayuno, las maña-nas las dedican a las clases de Te-ología que reciben en el Centrode Estudios San Dámaso, situa-do en el mismo edificio del Se-minario. Tras la comida, comien-za una larga tarde que dedican alestudio y la oración personal. Elrezo de Vísperas a las nueve dela noche, y la cena posterior, mar-can el final del día.

Este horario base se ve com-pletado con clases de espirituali-dad, solfeo, reuniones de forma-ción, competiciones deportivas ysesiones de vídeo.

En definitiva unos jóvenesque se preparan para ser los sa-cerdotes del nuevo milenio, y quelo hacen desde su mundo.

Ellos saben que es una arduaempresa la que les espera; perosus ilusiones y esperanzas sonmayores que las dificultadesque puedan encontrar en el ca-mino.

Alberto OrenesSeminarista y periodista

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El sábado 23 de marzo, de las 10 de la mañana alas 2 del mediodía, tendrá lugar un encuentro

de los jóvenes de la diócesis de Madrid con los se-minaristas, en el Seminario Conciliar, de la calleSan Buenaventura 9. Los objetivos del encuentroson dar a conocer cómo viven los seminaristas yorar para que el Señor consolide su vocación y si-ga suscitando nuevas vocaciones sacerdotales. El

encuentro comenzará con un recorrido por unaexposición sobre la vida del Seminario, seguido deuna oración. Después un Vicario episcopal, unafamilia y un joven darán su testimonio. A las do-ce se reunirán los participantes por grupos parahacer un trabajo sobre lo escuchado. El encuen-tro finalizará con la celebración de la Eucaristíapresidida por el señor Arzobispo.

ENCUENTRO DE LOS JÓVENES DE LA DIÓCIESIS CON LOS SEMINARISTAS

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«EL SEMINARIO, COMO

COMUNIDAD EDUCATIVA

QUE ES, INTENTA

ADECUARSE

A LAS CIRCUNSTANCIAS

DE LOS JÓVENES

QUE LLEGAN, PARA HACER

DE ÉSTOS LOS SACERDOTES

QUE LA IGLESIA NECESITA

ACTUALMENTE»

SEMINARIO CONCILIAR DE MADRID: GRÁFICO DE EDADES

SEMINARIO CONCILIAR DE MADRID

ESTUDIOS CIVILES DE LOS SEMINARISTAS

EDADES

¿Quién se acuerda de Bosnia?La gente huye de Sarajevo, ciudad mártir, pero no la única. Ningún país quiere comprometerse y albergar la Conferencia de Ayuda.Nuestros soldados siguen allí en misión humanitaria. Se llegó a un Acuerdo dijeron que «de paz», ¿recuerdan?, pero hace ya tanto

de aquello y son tántas las cosas que nos preocupan a todos que ¿quién se acuerda ya de Bosnia? Y, sin embargo, ahora, quizásincluso más que antes, en la hora difícil de la soledad, de la reconstrucción —¡qué fácil es destruir y qué arduo es edificar algo!— es cuando más nos necesitan estas dos criaturas, que sonríen a pesar de los escombros y de las paredes acribilladas a balazos; y toda una comunidad, todo un pueblo que se aferra a la esperanza y se une en la prueba, rezando bajo los paraguas, en la iglesia

sin techo, en torno al altar...

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El próximo martes, fiesta de San José, celebra la Iglesia el «Díadel Seminario», bajo el lema «Sacerdotes para servir». La Iglesiaconfía a los seminarios una de sus más decisivas misiones: for-

mar a los sacerdotes que los hombres de esta hora del mundo y de laHistoria necesitan.

El sacerdote es quien sirve a los demás en nombre del Señor. Y losegundo: hacerlo en nombre del Señor, es lo que explica y justifica loprimero. Aquí está lo característico y definitorio del sacerdocio cató-lico. A pesar de las limitaciones y fragilidades propias de la condi-ción humana, la grandeza de esta vocación está en ser reflejo vivo e ins-trumento visible de la humanidad salvadora de Jesucristo.

El sacerdote bautiza, absuelve los pecados, distribuye el Cuerpo yla Sangre del Señor, está presente en los momentos más decisivos dela vida de los seres humanos, y siempre en nombre de Dios. Es la su-ya una vocación no sólo necesaria sino imprescindible; y es vocaciónexigente, pero absolutamente gratificante. ¿Puede haber gozo mayorque dar a los hombres la vida en toda su plenitud? A través de los sa-cerdotes, Cristo quiere darnos su paz, su comprensión y su miseri-cordia infinita, que nos libera delpecado y de la muerte.

El «Día del Seminario» a todos nos invita a darle gracias a Diospor sus sacerdotes, y también a pedirle el don de unos sacerdotes ena-morados de su vocación e identificados plenamente con ella. No es fá-cil lograr el equilibrio, la madurez, la libre alegría del celibato, la per-manente conexión con Dios y con los hombres para comunicarles, no

una fría retórica, sino a Jesucristo, el Camino, la Verdad y la Vida.Orar por los sacerdotes es una necesidad para todos.

Hoy que pululan por nuestro mundo tantos «salvadores» de pa-cotilla, al mismo tiempo que –curiosamente– el hombre exhibe suarrogante: «no necesitamos salvadores, ya estamos nosotros para sal-varnos a nosotros mismos», parece más oportuno y urgente que nun-ca recordar que, efectivamente, ningún hombre es capaz de salvar-nos y de darnos esa felicidad y esa plenitud que anhela nuestro cora-zón. Ni siquiera todos los hombres juntos.

La única verdadera salvación está más allá de nosotros; está enDios. Sólo Él puede salvarnos; pero Él se hizo carne para habitar en-tre nosotros, y eligió a los apóstoles como puentes entre Él y noso-tros. Sus sucesores, los sacerdotes de hoy, siguen siendo los dispen-sadores de su gracia, la garantía de la salvación verdadera. Ellos sonla voz y las manos de Jesucristo, que hoy, aquí y ahora, hacen real la ex-periencia de oirle y sentirle a Él de un modo humano, como le sucedióal ciego de nacimiento, y a la Samaritana, y a Zaqueo...

Hacer posible la formación de sacerdotes de Jesucristo es una gra-ve obligación de la comunidad católica. Exige oración, generosidad,apoyo y comprensión que haga posible cultivar con mimo todo aque-llo que pueda favorecer, promover y mantener las vocaciones sacer-dotales en nuestros días. Nadie responsable puede sentirse eximido deesta tarea. El futuro de la Iglesia del tercer milenio –y del mundo– es-tá naciendo hoy en los seminarios.

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ΩA

Sacerdotes de Jesucristo

Si los entrevistadores de radio o perió-dicos son gente de este mundo, cuandonos preguntan a veces sobre el semi-

nario nos hacen sentirnos extraterrestes. Y sipiensan como la mayoría de la gente, lo másprobable es que pocos sepan cómo es un se-minario por dentro. Digo esto porque fre-cuentemente hacen referencia a claustros demonasterios medievales con canto grego-riano, como en los anuncios de discos su-perventas. Pero esto es otra cosa. Hoy unseminario, con el edificio que sea, acoge auna comunidad de muchachos de lo másanimado de nuestros jóvenes. Chicos quehan demostrado ya una capacidad de deci-sión infrecuente en su generación, unida auna generosidad decisiva para entregar lavida a Dios y a los hombres. Viven una ale-gría que llama la atención, fruto de la en-trega y de la gracia de Dios, y una fraterni-dad envidiable. Pero también son bullan-gueros. Recuerdo que, en un reportajetelevisivo que nos hicieron el año pasado,los técnicos se empeñaban —sin éxito, todohay que decirlo— en que se pusieran serios,con ademanes que espera el auditorio, y re-zando mucho (que no está mal, pues es cier-to), para no decepcionar. No conseguimos,sin embargo, que pusieran una célebre ac-tuación, todos disfrazados y cantando unacharanga, en un festival de canción misio-nera, y que derivó en posterior juerga sanaen la calle, donde se engancharon contagia-dos aquellos jóvenes. Ni otras cosas por elestilo. Creo que contar nuestra vida no esdifícil, pero verlo en su salsa rompe mol-des… y siempre hace pensar es nuestra ex-periencia, con dos años de vida y 39 semi-naristas. Sobre todo, si se es joven, con buencorazón y cristiano, hay algo que reclamadescubrir que Cristo sigue llamando al sa-cerdocio y que Él llena la vida de los que lesiguen, porque «hay más felicidad en darque en recibir», y el que pierde su vida porseguirle la encuentra incomparablementemás llena.

Rafael Zornoza BoyRector del Seminario de Getafe

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El Seminario, una gozada

Un momento de tertulia amigable

Me han preguntado muchas veces porla historia de mi vocación, esperando

quizásoir algo extraordinario o fuera de lonormal. La verdad es que, siendo el puntocrucial de mi vida, es lo más normal delmundo.

¿Qué hay de extraño en que un joven queacaba de confirmarse se sienta impulsado,por el Espíritu que ha recibido, a vivir másplenamente su fe cristiana? ¿Qué hay de ex-traño en que, conociendo más de cerca a Je-sucristo, quede profundamente enamoradode Él? ¿Qué hay, finalmente, de extraordi-nario en que, escuchando la propuesta hechapor un sacerdote de ser también sacerdote,vea en ello una llamada de Dios? Nada, to-do es muy normal.

Dios no ha actuado en mi vida con gran-des manifestaciones del poder divino. Haquerido permanecer calladamente junto amí. Poco a poco me ha ido mostrando lasmaravillas de su Amor. Me ha hecho ver

que sólo Él puede llenar mis ansias infini-tas de Verdad y de felicidad.

Pero el encuentro con el Dios del Amorlleva siempre a una misión. Para mí este ser-vicio es, y será, anunciar la Palabra de Diosa los hombres, gritar a un mundo cansado yagobiado que sólo Dios puede aliviarle, quesólo en Jesucristo puede encontrar esa es-peranza que le falta.

Las exigencias de esta misión son radi-cales, dejarlo todo para seguirle y llevarle alos hombres. Aún más, las renuncias quehay que hacer son una locura desde el pun-to de vista humano. Pero el que está ena-morado es capaz de todas las locuras. Laprueba de que Dios me ha llamado es queme hace feliz en la respuesta a su llamada.

Sí, Dios me hace feliz. No me arrepientode haberle escuchado.

Bruno Moreno Ramos, Cuarto de Teología, Getafe

EL QUE ME LLAMÓ ME HACE FELIZ

No podemos separar la ce-lebración del «día del Se-minario» de la urgencia

de la predicación del Evangelioen nuestras actuales circunstan-cias personales, sociales y cultu-rales. De la nueva evangelización,en definitiva. En realidad, estafiesta trata de renovar en noso-tros, los cristianos, los mismossentimientos de Cristo Jesús alcontemplar la muchedumbre desu tiempo: «Y al ver a la muche-dumbre, sintió compasión de ella,porque estaban vejados y abati-dos como ovejas que no tienenpastor».

Del corazón compasivo de Je-sucristo brota la exhortación a lossuyos para que oren «por las vo-caciones», para que el dueño en-víe obreros para trabajar en lamies. Y también la decisión dellamar a doce discípulos, consti-tuyéndolos en apóstoles de laBuena Nueva del Reino, para«curar toda enfermedad y todadolencia» con su autoridad sal-vadora y servicial.

Ojos nuevos para contemplarlos signos de la presencia deDios en este mundo; entrañas decompasión para captar el ham-

bre de Dios, de justicia, y de es-peranza entre las gentes; y ple-na disponibilidad del corazónpara movilizar y entregar lo me-jor de uno mismo al servicio del

Evangelio. Sólo desde estas ac-titudes vividas con pasión en lascomunidades cristianas puedensurgir vocaciones, y sólo desdeellas se puede intentar com-

prender hoy la vida de un futu-ro sacerdote.

Andrés García de la CuerdaRector del Seminario de Madrid

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Urgencia de Evangelio

Mi primera preocupación es que en el semi-nario se formen presbíteros configurados

con Jesucristo Buen Pastor, con una actitud esen-cial de servicio a los hombres, especialmente a lospobres y alejados.

La segunda es que, en palabras del ConcilioVaticano II, «deben llevar atravesada en su cora-zón la solicitud por todas las Iglesias». Por tanto,presbíteros que, por amor a la Iglesia, estén dis-puestos a ir a cualquier lugar del mundo, allí don-de un hombre los necesite.

La preocupación más inmediata es poder con-tar en un futuro próximo, para nuestro seminario,con una casa de formación idónea para la forma-ción de estos presbíteros diocesanos misioneros.

Mi esperanza: que Jesucristo siga llamandoobreros a su mies y que se responda con genero-sidad a su llamada.

Juan Fernández RuizRector del Seminario diocesano misionero

«Redemptoris Mater»

«DEL CORAZÓN COMPASIVO

DE JESUCRISTO BROTA

LA EXHORTACIÓN

A LOS SUYOS PARA QUE OREN

«POR LAS VOCACIONES»,PARA QUE EL DUEÑO ENVÍE

OBREROS PARA TRABAJAR

EN LA MIES»

POR AMOR A LA IGLESIA

Pequeña comunidad de seminaristas, en su capilla

Siempre he deseado ser sacerdote. La vo-cación se fue explicitando y clarificandoen mi familia, donde siempre he encon-

trado facilidades, cariño y alegría.Siendo monaguillo en la Catedral–Magis-

tral, conocí a unos sacerdotes excelentes, y en-tre ellos me sentía muy a gusto. Un día, al sa-lir de Misa uno de ellos me preguntó: «¿Quéquieres ser de mayor?... ¿No quieres ser sa-cerdote?» Entonces entendí con claridad y ale-

gría que ser sacerdote era mi vida.La noticia de que quería ser cura se iba ex-

tendiendo, me preguntaban a mí y a mi fa-milia. Contestaba con satisfacción y alegría. Yme fui al seminario menor.

A mis padres y hermanos, al principio, lescostó un poco, pero lo recibieron bien. En mivida de seminario, la confianza y la fidelidadhan sido más fuertes que las dudas de las quenadie está libre. Dificultades que se superancon la ayuda de la gracia, pues Dios quiere re-compensar nuestros esfuerzos y que sepamos lofrágiles que somos cuando no estamos unidosa Él. Aquí los ejercicios espirituales han sidooportunidades maravillosas que el Señor meconcede para amarle más, a Él y a los hombrespor amor suyo, porque eso es ser sacerdote. Vo-cación que pido a Dios me conserve siempre.

La admisión a las Sagradas Órdenes, y losministerios de lector y acólito, que ya he re-cibido, me acercan cada vez con más ilusión alsacerdocio.

Alberto González Manzano,Quinto de teología, Alcalá de Henares

10/ en portada Nº 15/16-III-1996

En mi familia se aclaró mi vocación

La diócesis de Alcalá de Henares está vi-viendo intensamente las obras de res-

tauración del viejo edificio de Los Seises, si-to en la calle Santa María la Rica 6, de la ciu-dad de Alcalá, en donde va a ser instalado elSeminario Mayor.

Las esperanzas puestas en el seminario,que inauguraremos, Dios mediante, en oc-tubre del 97, son muchas y fundadas.

Todo el pueblo de Dios conoce la im-portancia y la necesidad del seminario parauna diócesis. Desde Alfa y Omega quierohacer un llamamiento a los cristianos yhombres de buena voluntad de las tres dió-cesis de Madrid, para urgir a la oración en lapróxima jornada del domingo, 17 de mar-zo, y del 19, día de san José, consagradas alseminario.

Oremos por nuestros seminarios; ale-grémonos cuando el Señor llame a algunode nuestros hijos para ser sacerdote.

Gracias a Dios, las diócesis de Madrid yde Getafe tienen ya seminario, pero necesi-tan mantenerlo. En Alcalá no tenemos to-davía seminario. Estamos preparando el edi-ficio cuya restauración hará que la diócesisse endeude para muchos años.

Por eso, me atrevo con singular osadía,desde las páginas de nuestro semanario, apedir una pequeña ayuda especial para con-tribuir al levantamiento del Seminario ma-yor de Alcalá de Henares.

Si alguna persona quisiera ayudar en es-ta tarea aportando su granito de arena, pue-de hacerlo en Caja Madrid, en el número decuenta 2038 2201 24 6000570485. Dios os re-compensará con santos sacerdotes para eltercer milenio.

Os saluda y os bendice vuestro hermano

Manuel Obispo complutense

«A MIS PADRES Y HERMANOS,

AL PRINCIPIO, LES COSTÓ UN POCO, PERO LO RECIBIERON BIEN. EN MI VIDA

DE SEMINARIO, LA CONFIANZA

Y LA FIDELIDAD HAN SIDO

MÁS FUERTES QUE LAS DUDAS »

EL SEMINARIO DE ALCALÁ

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Vivimos en la Iglesia una primavera.La anunció el Concilio Vaticano II yla pronostican los fieles que partici-

pan hoy de su profunda renovación. Pero locierto es que es esta renovación la que con-diciona la primavera. Cuanto antes cale lafuerza de los dones de Dios, antes brotaránlos frutos esperados. Ya lo viven hoy ciertasiglesias vivas —a veces nuevas y lejanas—que nos sorprenden con un signo llamativopara nosotros: abundantes vocaciones con-sagradas y sacerdotales. No hay primaverasin vocaciones.

Aunque se trate de la gracia de Dios, todacosecha requiere su siembra y los frutos desantidad reclaman una renovada «pastoralde santidad»: la que promueve y estimula lacaridad, el servicio, una seria catequesis, yuna atención sacerdotal abnegada que, so-bre todo, anima a cada uno para la exigen-cia desde la atención personal y le confortacon la formación de la conciencia, la recon-ciliación y el discernimiento. Caeríamos enun optimismo iluso y pasivo si no recono-ciésemos en las actuales vocaciones sacer-dotales la siembra que se ha hecho en tantascomunidades de fe viva y comprometida.Hay que alegrarse igualmente por tantos pa-dres que enseñan a sus hijos a amar a Diospor encima de todo, y la belleza de servirleconstruyendo un mundo justo y lleno de es-peranza, porque viven los valores del Reino

sin sucumbir al consumismo ni a criteriospaganos.

Los sacerdotes que se sienten agraciadoscon su vocación, consumidos por su celo dellegar a todos, satisfechos por su vida llena deDios, pero humildes por la grandeza de re-presentar sacramentalmente a Cristo, son losalentadores de toda consagración. Contagiansu vivencia con su entusiasmo, pero, ade-más, proponen la vocación. De Cristo a nues-tros días así han nacido la mayoría de las vo-caciones sacerdotales, de una propuestaacompañada de un discernimiento cercano.Un cura es siempre un vocero de la llamadade Cristo. Llama en su persona a la mesa eu-carística y a la conversión del corazón.

Jóvenes que ya intentáis seguir a Cristo:sed generosos. Tenéis que orar y ofrecerosaprendiendo a indagar en esos signos denuestro tiempo (¡hay tantos!). Dios nos re-clama apóstoles consagrados, los sacerdotesde Cristo que la Iglesia y el mundo necesi-tan. Y su llamada nos saca de nuestras casillasy a menudo no podemos conciliar con otrosproyectos. Es Dios, y pide lo que Él mismoda, un amor abnegado. Cuando Dios llama yla caridad sembrada florece superando lastentaciones es primavera en la Iglesia: «Sihoy escuchas la voz del Señor, no endurezcasel corazón».

Francisco-JoséObispo de Getafe

Primavera condicionada

HA MERECIDO

LA PENA LLEGAR

HASTA AQUI

Mi vocación, su historia, no parte deuna espectacular conversión, ni está

llena de acontecimientos asombrosos. Diosse ha mostrado en mi vida en el día a día,en el roce con la gente, en la relación con mifamilia y mis amigos. Esto para mí es lomás sorprendente: en pequeños aconteci-mientos Dios ha ido amaneciendo en mivida hasta que su luz ha dejado ver su lla-mada al sacerdocio.

Todo comenzó en el seno de mi comu-nidad parroquial. Eso sí, en mi casa habíarecibido una educación cristiana, pero en lavida de mi parroquia, Santa Catalina Már-tir, fue surgiendo la inquietud de dar mivida por los demás, de tomar para mi vidael modelo de vida del Hijo de Dios.

Los años en el seminario me han servi-do para discernir y alimentar lo que alprincipio era sólo una posibilidad. La con-vivencia con otros que han sido igualmentellamados al sacerdocio ha sido siempre en-riquecedora.

El seminario me ha enseñado lo atrac-tivo, lo apasionante,y también lo difícilque resulta ser sacerdote. No sólo se preo-cupa por mi educación «intelectual», si-no que me ayuda a vivir, y se preocupa deprepararme de cara a lo que en estos tiem-pos se pide de un sacerdote.

Puedo afirmar que soy feliz. Que me-reció la pena llegar hasta aquí, y dar un«sí» que, aunque titubeante, cuenta con elrespaldo de Dios mismo.

Luis León Díaz Quinto de teología,

Madrid

12/ iglesia en madrid Nº 15/16-III-1996

A NUESTROS LECTORESSi usted quiere ayudar a la Fundación San Agustín en la pu-blicación de Alfa y Omega, y en otros proyectos de la Pro-vincia Eclesiástica de Madrid en medios de comunicación,puede enviar su donativo al Banco Popular Español (Agen-cia nº 52, Plaza de San Miguel nº7) a la Fundación SanAgustín (cuenta nº 0075-0615-57-06001310-97 ).

Las Jornadas «Retos actuales de la prensa», el jueves21 y el viernes 22 de marzo, en la Universidad San Pa-

blo CEU, tratarán de iluminar los problemas de la prensadesde la doctrina de la Iglesia y de interrogarse sobre la in-formación religiosa. Hablarán don José Tomás Raga, rectorde la «San Pablo», doña Pilar Concejo, decana de Huma-nidades, don José María García Escudero, historiador y pe-riodista, don Alejandro Fernández Pombo, ex-director de laEscuela de Periodismo de la Iglesia, don Luis Blanco Vila,profesor de la «San Pablo», monseñor don Jesús Iribarren,ex-secretario de la Conferencia Episcopal y periodista, donEugenio Nasarre, periodista y consejero de RTVE, don Jo-sé María Javierre, escritor y periodista, don Vicente NavarroLuján, ex-director de Ciencias de la Información del CEUen Valencia, don Miguel Angel Velasco, periodista y directorde «Alfa y Omega», don Manuel Unciti, periodista y directorde «Pueblos del Tercer Mundo», don Joaquín Luis Ortega,periodista y director de la BAC, y monseñor don AntonioMontero, arzobispo de Mérida-Badajoz y periodista. Tam-bién en la Universidad San Pablo CEU se celebró el jue-ves pasado la jornada «Universidad y Tercer Mundo» , conla participación de numerosos estudiantes (en la foto).

Con el lema «Haciauna educación inte-

grada e integradora» ladiócesis de Getafe cele-bra hoy su IV jornada dio-cesana de Enseñanza, enel colegio «Virgen del Re-medio» de Alcorcón, di-rigida a padres, profeso-res y alumnos, para re-cordar la necesidad deuna enseñanza religiosaescolar integrada en elconjunto de la pastoraldiocesana. Intervienen elex-ministro de Educacióny Ciencia, José ManuelOtero Novas, el periodis-ta y padre de familia Ve-nancio Luis Agudo, Con-cepción Novoa, directora del colegio Virgen del Remedio,José Ramos, profesor de la Universidad de Salamanca, yprofesores de los diversos ciclos de la enseñanza escolar.

Don Francisco Alvarez, religioso camilo, director del De-partamento Nacional de Pastoral de la Salud y profe-

sor del Camillianum, de Roma, dirige los días 23 (de 10 a 14y de 16 a 20 horas) y 24 (de 10 a 13 horas) de marzo, el cur-sillo «Salud y enfermedad: Luces y desafíos desde la fe».Ofrece, más allá de los datos biológicos y médicos, una vi-sión de la salud y la enfermedad según el Evangelio, queayuden al creyente, o simplemente a la persona sensible, aque cuanto le acontece en la vida le haga reflexionar sobrela salud y la enfermedad para interiorizarlas y vivirlas res-ponsable y solidariamente. Las Jornadas, cuya matrículaes de 1.000 pesetas, tendrán lugar en la Escuela de Pastoralde la Salud «Nuestra Señora de la Esperanza», en la calleAndrés Mellado, número 98, de Madrid.

Un grupo numeroso de jóve-nes estudiantes y profesio-

nales se están reuniendo en elCristo de la Salud (calle Ayala12), todos los miércoles a lasnueve de la noche. Rezan elRosario para que en las fami-lias reine la alegría, la sencillez,la comprensión, el diálogo y elamor, e invitan a que tantosotros les acompañen, según eldeseo de Juan Pablo II: «¡Quevuelva a las manos de los cris-tianos el Rosario!»

El día a día

FE DE ERRATAS

En el texto publicado en las páginas centrales de nuestro nú-mero anterior, firmado por don Joaquín Luis Ortega, aparecióincompleto el título del libro al que pertenece: se trata de El Me-sías y otros cien, editado por PPC.

En la pasada Pascua de laResurrección del Señor, osofrecía mi Carta pastoral

Evangelizar en la comunión de laIglesia. Pretendía recordaros la ur-gencia de anunciar el Evangeliode Jesucristo. «Lo necesitamos.Lo necesita Madrid, la gran ciu-dad de ritmo trepidante. Lo ne-cesitan las zonas y pueblos delárea metropolitana y de la sierra,tocados también por ese estilo devida febril y consumista».

En este objetivo que a todosnos implica, los sacerdotes de hoyy de mañana adquieren singularsignificación, en razón de la mi-sión específica que les confiere elsacramento del Orden dentro dela Iglesia: la de ser partícipes delministerio apostólico como cola-boradores fieles y necesarios delObispo. ¿Cómo va a resonar enmedio de la Iglesia la voz del Se-ñor sin la Palabra apostólica, ycómo se va a pronunciar y pro-clamar esta Palabra auténtica-mente sin los testigos llamados,enviados y consagrados paracontinuar la misión de los Após-toles?

La celebración del Día del Se-minario en la Festividad de SanJosé constituye un excelente ysiempre nuevo recordatorio deldon del sacerdocio ministerial pa-ra su Iglesia. Reconocer y agra-decer este don del Señor, impe-trarlo; cuidar con renovado em-peño el ambiente espiritual ypastoral en que puedan surgir,crecer y ser cultivadas las voca-ciones sacerdotales, forma el granobjetivo de esta Jornada, tan en-trañable, que cobra en este añode 1996 la urgencia y el apremiode la nueva evangelización deMadrid.

De la calidad apostólica de losfuturos sacerdotes y de su nú-mero suficiente, va a dependerdecisivamente la vitalidad de lacomunidad diocesana para cum-plir su tarea más apremiante: elanuncio nuevo, netamente mi-sionero, de la Buena Noticia deJesucristo, el Salvador del hom-

bre, Buena Noticia, por tanto, delvalor y de la dignidad de todoser humano.

Una respuesta viva son los 165seminaristas que, en nuestro Se-minario, se disponen a asumirpara siempre el ser «sacerdotespara servir» según reza el lemadel «Día del Seminario». Sacer-dotes configurados con CristoSiervo y Señor, que vino «no pa-ra ser servido, sino para servir ya dar su vida en rescate por to-dos». Y en su Nombre, servido-res de sus hermanos con lo únicoque realmente van a disponer yque de Él han recibido: el anunciode la auténtica Palabra del Evan-gelio, los sacramentos de la sal-vación, y una forma de existen-cia, también apostólica, que, co-mo el pan partido y repartido dela Eucaristía, se hace signo de la

caridad pastoral de Cristo. Éstaquiere ser su identidad más pro-funda y su proyecto de vida; yasí quieren ser comprendidos portodo hombre o mujer de buenavoluntad.

No pocas veces se escuchan en-tre nosotros palabras de verdade-ra preocupación de sacerdotes y se-glares por la falta de presbíteros.Sin embargo, la fe y la experienciaviva de cada seminarista nos dicenque el Señor Jesús sigue llamando.Y que la acogida fiel y generosa esgrande. Pero también aquí se im-pone el examen de conciencia y laconversión que he propuesto co-mo objetivo general para este cursoy que acabo de reiterar con mi Car-ta Pastoral de esta Cuaresma, Con-vertíos y creed en el Evangelio. ¿Educan las familias cristianasa sus hijos en la gratuidad, en el

valor del sacrificio, y en la dona-ción gratuita de sí mismos al Se-ñor y sus hermanos? ¿Propician las parroquias y co-munidades, los movimientos yasociaciones apostólicas, con laoración y el testimonio de la fe,el que la llamada del Señor se es-cuche con nitidez y sea respon-dida con disponibilidad y pron-titud? ¿En las comunidades educati-vas de nuestros colegios —los co-legios católicos— se cuida y cul-tiva el ambiente vocacional? ¿Nos atrevemos los sacerdotes-superando problemas y com-plejos de otros tiempos- a propo-ner de modo explícito la vocaciónal presbiterado a nuestros jóve-nes, con la palabra y el testimo-nio gozoso de nuestra entrega sa-cerdotal?

Como recordaba en mi CartaPastoral, «cuando el proceso edu-cativo cristiano es el adecuado, ycuando el educador, movido porun afecto verdadero al bien de lapersona, sabe acompañarla en sucamino, surge un tipo de hombreque vive conscientemente yanuncia el Evangelio». Es este ti-po de hombre el que todos loseducadores estamos urgidos acultivar, para que nazca y germi-ne la gracia de la vocación sacer-dotal en el corazón de nuestrosniños, adolescentes y jóvenes; yasí no falte nunca a nuestra Ar-chidiócesis el ministerio de lossacerdotes

Os invito, finalmente, a cele-brar el «Día del Seminario» consentimientos de gratitud. Y ma-nifestad vuestro amor cristianoal Seminario, regalándole conla oración y el afecto de todoslos diocesanos, y colaborandocon vuestra generosa aportacióneconómica a subvenir a susmúltiples y crecientes necesi-dades. Con la alegría y la espe-ranza de tantas vidas jóvenesque se disponen a caminar convosotros y a vuestro servicio pa-ra evangelizar en la comuniónde la Iglesia.

/13iglesia en madridNº 15/16-III-1996

CARTA DE MONSEÑOR ROUCO VARELA PARA EL «DÍA DEL SEMINARIO».

Servidores de lo «único necesario»

Lavatorio de los pies. Icono del siglo XVII.

Soy militar, estoy casado ytengo cuatro hijos. A los dosaños de matrimonio y con

dos hijas, tuve un grave acciden-te, en acto de servicio, en el queperdí los dos ojos y la mano de-recha, y me quedó la cara destro-zada. De la noche a la mañaname convertí en otro hombre, pordentro y por fuera.

Hasta entonces, yo era unhombre creyente, religioso, prac-ticante, pero pronto descubrí queesa religiosidad no me servía pa-ra dar una respuesta a la nuevasituación en la que Dios habíapermitido que me encontrara. Enmis tinieblas, ¿dónde estabaDios? ¿Quién era este Dios? ¿Porqué había permitido esto paramí? Dios para mí era un desco-nocido.

Más tarde, el Señor me diorespuesta cumplida a todos misinterrogantes. Él se encontró con-migo (la iniciativa partió de Él) através del Camino Neocatecu-menal, donde me desmontó to-dos mis esquemas religiosos, ha-ciéndome «ver» que la fe que yotenía era una fe infantil que ya nome servía para el momento ac-tual que estaba viviendo.

A través de este Camino, el Se-ñor me ha ido iluminando inte-riormente, dejándome ver las zo-nas oscuras que había dentro de

mí y que yo no conocía, ver quesoy un pobre pecador que todoslos días necesito experimentar elperdón y la misericordia. La Pa-labra de Dios, celebrada sema-nalmente en mi comunidad, lossacramentos y la comunión en-tre los hermanos han sido paramí un foco potente, que ha ilu-minado toda mi historia, hacién-

dome descubrir a Dios como Pa-dre y su intervención en mi vida;a Cristo como el que me perdo-na y asume toda la realidad demi hombre viejo; y al EspírituSanto como el que me ilumina,me da la vida y me fortalece enel momento de la prueba.

Hoy sé que mi historia la lle-va Dios, que Él interviene en to-

dos los acontecimientos de mivida, que todo lo que Él ha per-mitido ha sido un bien para mí.Por esta historia yo puedo de-cir, como Job, que antes a Dioslo conocía de oídas, pero quehoy lo han visto mis ojos, misojos de la fe.

Ramón Gómez Fons

14/ testimonio Nº 15/16-III-1996

A Dios, hoy, lo han visto mis «ojos»

Qué hay de extraño en que un joven cristiano se sienta im-pulsado a vivir plenamente su fe cristiana?, pregunta Bru-

no, seminarista cercano ya al sacerdocio. Eso mismo me pre-gunto yo, Señor; ¿qué hay de extraño? Y, sin embargo, si-gue pareciendo algo raro en nuestro mundo que un muchachocomo Bruno lo deje todo para ir al Seminario. A lo mejor los de-más no entendemos, como sin duda lo ha entendido él, que nose trata de dejar todo, ni siquiera de dejar nada, sino de asu-mirlo todo, lo propio y lo de los demás...

Quisiera unirme, en la fe y en la esperanza, en vísperas delDía del Seminario, Señor, a todos los seminaristas, y dartegracias por la donación de sí mismos a Ti y a los demás. Pa-ra que sean sacerdotes, para Ti, y desde Ti para los demás.Quisiera pedirte que nos ayudes a entenderlo así; que otros

servicios son necesarios, pero ésos ya los prestan las ONG;que lo esencial para los sacerdotes, y para todos, es que te re-flejen a Ti, aquí y ahora, en este Madrid problemático y ma-ravilloso; y nos hagan llegar la salvación que sólo Tú puedesdarnos, y que has querido entregarnos por medio de ellos.

Que sean fieles a tu llamada y a tu elección; que siembrenla mejor semilla en esta fundamental sementera; que sepamoshacerles sentir nuestro cariño, el calor de nuestra acogida y denuestro sentimiento, no sólo el Día del Seminario, sino todoslos días; que no siga pareciendo extraño este «voluntariado in-superable», sino lo más lógico y normal cuando alguien seha encontrado con tu amor infinito.

Miguel Angel Velasco

ORACIONES DE ANDAR POR CASA

POR BRUNO Y TODOS LOS DEMÁS SEMINARISTAS

«Encuentro del ciego de nacimiento con Jesús». Mosaico de la Catedral de Monreal, Italia (siglo XII)

Yo vine a este mundo a ha-cer un juicio». ¿Qué dices,Señor? Profunda cuestión

propones a quienes ya estamoscansados, pero sostén nuestrasfuerzas para que podamos com-prender tus palabras: Viniste pa-ra que quienes no ven, vean. Es-to está claro, porque tú libras delas tinieblas. Todos lo creen y asílo entienden. Pero ¿qué quieresdecir con las palabras siguientes:«Y quienes ven, queden ciegos»?Quienes veían, ¿se volverán cie-gos con tu venida? Escucha laspalabras siguientes y quizá lle-gues a comprender.

Estas palabras enfurecieron aalgunos de los fariseos, que re-plicaron: «¿Somos ciegos noso-tros acaso?» Díjoles Jesús: «Si fue-seis ciegos —esto es, si conocie-seis vuestra ceguera y os tuvieseispor ciegos y acudieseis al médi-co— no habría pecado en voso-tros, porque yo vine a quitar elpecado; pero vosotros ahora decísque veis, y por eso vuestro peca-do permanece». ¿Por qué? Por-que diciendo: «Vemos», no acu-dís al médico, y así quedáis convuestra ceguera.

«Yo he venido para que losque no ven, vean»; es decir, paraque quienes conocen su ceguera,acudan al médico y puedan ver;

«y los que ven, se vuelvan cie-gos», esto es, los que creen tenervista, no acudan al médico y deeste modo permanezcan en su ce-guera.

A este discernimiento llamójuicio, cuando dijo: «Yo vine a es-te mundo para un juicio», con elcual pone separación entre la cau-sa de los que creen y confiesan sufe, y la de los soberbios, que se

creen con vista y por ello son cie-gos más peligrosos. No ha juzga-do todavía al mundo con aqueljuicio con el cual juzgará en el finde los tiempos a los vivos y a losmuertos. Aludiendo a este juicio,dijo que Él no juzgaba a nadie,porque primero vino a salvar almundo antes que a juzgarle.

San Agustín

De la ceguera a la luz/15el día del señorNº 15/16-III-1996

Evangeliode mañana

CUARTO DOMINGO

DE CUARESMA

Juan 9,1-41

En aquel tiempo, al pa-sar Jesús vio a un cie-

go de nacimiento. Y susdiscípulos le preguntaron:—Maestro, ¿quién pecó:éste o sus padres, paraque naciera ciego?

Jesús contestó: —Niéste pecó ni sus padres,sino para que se manifies-ten en él las obras deDios... Mientras estoy enel mundo, soy la luz delmundo.

Dicho esto, escupió entierra, hizo barro con la sa-liva, se lo untó en los ojos alciego , y le dijo: —Ve a la-varte a la piscina de Siloé.

Él fue, se lavó, y volviócon vista. Y los vecinos ylos que antes solían verlopedir limosna pregunta-ban: —¿Y cómo se te hanabierto los ojos?

Contestó: —Fue esehombre que se llama Jesús.

LLevaron ante los fari-seos al que había sidociego (era sábado aqueldía), y le dijeron: —Con-fiésalo ante Dios: nosotrossabemos que ese hombrees un pecador.

Contestó él: —Si es unpecador, no lo sé; sólo séque era ciego y ahora veo.

Ellos lo llenaron de im-properios. Y lo expulsaron.Oyó Jesús que lo habíanexpulsado, lo encontró yle dijo: —¿Crees tú en elHijo del hombre?

Contestó: —¿Y quiénes, Señor, para que creaen él?

Jesús le dijo: —Lo es-tás viendo: el que te estáhablando, ése es.

Él dijo: —Creo, Señor.Y se postró ante él. Dijo Jesús: —Para un

juicio he venido yo a estemundo: para que los queno ven, vean, y los queven, se queden ciegos.

El problema del mensaje está en la palabraluz. Éste es el cuarto fax de san Pablo a

los cristianos de Éfeso, vieja ciudad que es-taba en la Turquía de hoy, a orillas del Medi-terráneo. Es el mensaje cristiano en que másvivo está el sentido de libertad ciudadana se-gún lo entendemos hoy. Lógicamente, en eseprimer siglo no están explícitas las palabrasni los conceptos de libertad constitucionalpara la opinión, la palabra y la elección entreel bien y el mal de la ciudad. Pero en la car-ta de san Pablo está claro el concepto de luzcomo equivalente a los derechos humanos dehoy, aún para las mentalidades no cristianas.

«Caminad como hijos de la luz —toda ver-dad, justicia y bondad son fruto de la luz—buscando lo que agrada al Señor sin tomarparte en las obras estériles de las tinieblas, si-no más bien denunciadlas». Está claro que

luz es equivalente a conocimiento, examen,debate: exactamente lo que hoy es el fun-damento de las sociedades abiertas y de-mocráticas. Es también interesante en estemensaje el empleo del concepto denuncia.Ello quiere decir que no es aceptable el si-lencio humano ante el ataque a los valores depaz y convivencia.

Históricamente estos conceptos de luz co-mo valor social no sólo físico tardan siglosen ser expresados de modo más claro, peroen ese viejo mundo romano al que cultural-mente pertenece san Pablo ya hay un apun-te, un avance que prefigura una sociedad enque la transparencia y el derecho de denun-cia de los males estén admitidos. «Todo lodescubierto es luz», dice el texto.

Luis Apostua

EPÍSTOLA PARA AUSENTES

Luz y libertad

16/ raíces Nº 15/16-III-1996

Jesús ungido por María MagdalenaCurando, María, estáis,cuando ungís los pies a Dios,pues tenéis los males vosy a Dios las unciones dais.

A poca costa os curáisy a mucha costa de Dios,pues tenéis los males vos,y a Dios las unciones dais.

De suerte que vos sanáispasando el trabajo a Dios,pues tenéis los males vos,y a Dios las unciones dais.

Alonso de Ledesma

Camino hacia la PascuaLa Raíz de todas nuestras raíces es la Resurrección de Cristo. Vamos de camino a celebrarla, de la mano de otros cristianos

de ayer y de hoy. El Camino de la Cruz, abrazado por Jesús, hoy también en la misma tierra de la Pasión, martirizadapor la guerra, es en realidad el camino de la Vida.

La oración del huertoEchóse en la tierra Cristo,su rostro le deja impreso,que es de amantes dar retratoscuando se están despidiendo.

Al Padre vuelve la espalda,para que en sus hombros tiernosden los rayos de su ira,no al suelo que está cubriendo.

En fin volviendo la cara,de su mismo Padre espejo,movió el cielo con la voza lástima y a silencio:

«Pase este cáliz de mí,si es posible, Padre Eterno,mas no se haga la mía:tu voluntad obedezco».

Lope de Vega

Jesús es negado por PedroNo basta haber conocido a Jesús yhaber escuchado la Palabra de vi-da; no basta haber oído prome-sas extraordinarias y haber asis-tido a milagros grandiosos; ni si-quiera basta haber visto a Jesústransfigurarse para permanecerfiel y ser salvado.Elevado a dignidad altísima, Pe-dro se derrumba clamorosamente,¡él, que se había declarado dis-puesto a afrontar con Jesús tambiénla muerte! En un amargo llanto sedeshace la seguridad de Pedro.Pero Pedro no cae en la nada.Desde el abismo del amor y de la misericordia de Dios él renace: «Señor, túlo sabes todo; tú sabes que te amo». Recreado por Aquel que «ha elegido lodébil del mundo», estará a la cabeza del nuevo pueblo. Y con el corazón yalibre seguirá a su Señor hasta ofrecer, también él, la vida.

Miloslav VlkCardenal arzobispo de Praga

/17raícesNº 15/16-III-1996

Basta morir y todo resucitaBasta morir y todo resucita.La muerte fue al Costado rectamente.Una cruz, una lanza que consiente.Y el agua toda al mar se precipita.

Rompió la letra de sentencia escrita.Abrió la luz, mañana indeficiente.Estremeció de gozo la corriente.A su Ascensión la creación gravita.

Basta morir para tomar derechoel puerto inalterable, deseado,y allí vivir de muerte y Vida entera.

Basta morir del todo en este lecho,dándose en la raíz por acabado,pero exultando al pie de primavera.

Emilio del Ríode Cántico para Alfa y Omega

Jesús carga con la cruzYa condenado, Jesús es entregado a los soldados de la cohorte: es es-carnecido, golpeado y cargado con la cruz.Todo lo soporta en silencio: ha venido para salvar a todos los hombres,también a sus verdugos; sufre y ama: su sufrimiento se convierte en in-vitación a sus discípulos a llevar la cruz y a amarse los unos a los otros.Jesús conoce la fuerza redentora del dolor: sabe que el Mesías deberápasar a través del sufrimiento y de la muerte para «entrar en su gloria».Y sabe que el pecado se resiste a abandonar lo íntimo del hombre; poreso no le acepta a Él, que ha venido a liberar al hombre: «Vino a los su-yos, pero los suyos no lo recibieron».Al rechazo del hombre Jesús responde con el amor: cargando con lacruz abraza al mundo.

Michel SabbahPatriarca latino de Jerusalén

... Y María estabaEstaba la Dolorosajunto al leño de la Cruz.¡Qué alta palabra de luz!¡Qué manera tan graciosade enseñarnos la preciosalección del callar doliente!¡Tronaba el cielo rugiente!La tierra se estremecía.Bramaba el agua... Maríaestaba, sencillamente.

José María Pemán

Mis queridos hermanos y hermanas:Toda la vida del cristiano, toda la misión

de la Iglesia, consiste en dar testimonio delEvangelio de Jesucristo.

Acabamos de concluir la primera fase delexamen de conciencia diocesano, precisa-mente cuando comienza el tiempo de Cua-resma. Examen de conciencia en el que ha-béis participado tantos grupos y tantos mi-les de fieles con fe, humildad y perseverancia.Para que sus frutos espirituales sean tambiénrecogidos, y produzcan «el ciento por uno»en nuestra entrega apostólica y en nuestroscompromisos pastorales, con la nueva evan-gelización en Madrid, os convoco ahora a em-prender juntos, en «comunión», el camino dela conversión.

LA CONVERSIÓN, INICIATIVA DE DIOS

El hombre está llamado a colmar el deseode plenitud inscrito por Dios en su corazón.Ese deseo, que sólo Dios puede saciar, cons-tituye un dato primordial de su experiencia.

Lo que la experiencia intuye y descubreen el fondo del corazón del hombre, la Reve-lación –el Evangelio– lo ilumina en toda suverdad y fuerza, dramática y esperanzadoraa la vez. Dios va a satisfacer la inextinguiblenostalgia del hombre, y va a curar en él la he-rida del pecado, por una vía absolutamenteinesperada, gratuita y maravillosa: la delamor misericordioso.

Todos deseamos profundamente que eltiempo de la vida no pase en vano, sino quesea útil, constructivo para nosotros y para losdemás. Sin embargo, tenemos que reconocercon dolor que, a menudo, nuestra vida se blo-quea, se aparta del camino.

Conmueve ver cómo Dios se hace presen-te una y otra vez, incansablemente, en la his-toria de su pueblo, para sacarlo de su letar-go y de sus cobardías.

La salvación es responder a la iniciativade Dios. El pueblo necesita acoger la inicia-tiva de Dios, para que ésta pueda realizarse.La conversión es, desde el principio, respuestaa la iniciativa de Otro.

El pueblo sucumbe con frecuencia a la ten-tación de una total autonomía, de querer vivirsin depender de Dios. Sin la intervención

continua de Dios, a través de la cual renue-va incansablemente el diálogo con el hom-bre, éste sucumbiría a su propia destrucción.Si Dios no saliese en su búsqueda, al hombreno le quedaría más que asistir a su propia per-dición; porque sin la misericordia constante,el hombre se frustraría. La conversión es vol-verse a Cristo que viene al encuentro.

LA CUMBRE DE LA MISERICORDIA

En la relación con Jesús descubre el hom-bre una humanidad plena e incomparable,inimaginable. No hay nadie que haya encon-trado a Jesús y no haya sentido el atractivode su persona. Su presencia despierta en elhombre sus deseos más limpios y verdade-ros, y hace renacer en él la esperanza de unavida perdonada, plena. Dios no necesita con-diciones previas.

La conversión no exige del hombre nin-gún presupuesto, ninguna condición parti-cular, a no ser la de acoger con humildad ysencillez –sabiéndose pequeño y pecador– lagracia del que llama a la puerta del alma y sepresenta como un amigo.

La conversión a la que Jesús llama no con-siste simplemente en realizar algunas refor-mas en nuestro comportamiento habitual, en

respetar algunos valores, sino en reconocerloa Él como centro de la propia vida, sin lo cualel hombre no es capaz de vivir bien ni siquierasu relación consigo mismo, con las personasy con las cosas. Esta conversión no presupo-ne tener una determinada fuerza de volun-tad o unas energías extraordinarias; sólo re-quiere sencillez humilde, apertura de cora-zón para acogerlo.

Aceptar la misericordia significa recono-cer que el único fundamento sólido de la vidaes el amor misericordioso de Dios.

LA IGLESIA, LUGAR DE CONVERSIÓN

Cristo vive en su cuerpo, la Iglesia. El con-vertido y sellado por el Bautismo experimentauna riqueza que responde a los anhelos desu corazón, inquieto y roto por el pecado. Elcristianismo de los primeros siglos nos ha le-gado bellísimos itinerarios de conversión: Jus-tino, Cipriano, Hilario, Agustín... Sin embar-go, han quedado fuera de la memoria histó-rica los detalles conmovedores deinnumerables itinerarios de conversión degentes sencillas: marineros, soldados, escla-vos, mujeres, ancianos y niños. Hasta qué gra-do de hondura inexcrutable llegó su trans-formación interior y exterior en Cristo, lo

18/ iglesia en madrid Nº 15/16-III-1996

CARTA PASTORAL DEL ARZOBISPO DE MADRID SOBRE LA CUARESMA

«Convertíos y creed en el Evangelio»

Ofrecemos a nuestros lectores un amplio resumen con las ideas esenciales de las Carta Pastoral que ha escrito el arzobispo de Madrid, monseñor Antonio María Rouco, con motivo de la Cuaresma:

prueba el testimonio de su martirio: la pro-fesión martirial de su fe. Convertirse: acogerla gracia. El que no ha experimentado esa gra-cia, que se ofrece a todos, puede temer quela conversión venga a truncar sus proyectospersonales e, incluso, la propia libertad.

La Iglesia constituye el punto de referenciaimprescindible y la compañía necesaria paratodo el que ha oído y acogido la llamada a laconversión. El convertido precisa de otrosconvertidos. Quien experimenta la gracia dela conversión adquiere una mirada nueva so-bre las personas, las cosas, los acontecimien-tos: sobre la propia vida.

Para que el cristiano –y, con él, todo hom-bre– no se sienta abandonado a su impotenciay no pierda la esperanza, Cristo ha queridoque su Iglesia sea sacramento de reconcilia-ción: el sacramento de la Penitencia en el quese experimenta de un modo pleno y eficaz lamisericordia divina: «No hay ninguna falta,por grave que sea, que la Iglesia no puedaperdonar».

LA IGLESIA DE MADRID, LLAMADA A LA CONVERSIÓN

El camino no es confundir el bien y el mal.Ser verdaderamente libres, vivir la riquezade una libertad auténtica, es uno de los valo-res más cotizados en la sociedad contempo-ránea; quizás el valor por excelencia, que sebusca afanosamente, como sea, por caminos,incluso, profundamente errados. ¿Quiénesson, y dónde están, los decisivos enemigosde la libertad que salva al hombre? Muchosrepiten hoy que la liberación del mal y de laculpa se reduce a negar su existencia, lla-mando bueno a lo que es malo, contra el tes-timonio elemental de la conciencia. Desde losniños hasta los adultos, se percibe una granconfusión acerca de las cuestiones centrales de

la vida y del valor moral de los comporta-mientos. Parece como si cada uno pudieradeterminar por sí mismo lo que es el bien y loque es el mal, sin necesidad de ninguna refe-rencia objetiva.

La solución no puede ser más engañosa.A la larga, sólo engendra violencia contra unomismo y contra los demás, como ya había ad-vertido san Pablo. Es una solución que nacedel pecado y que sólo genera más pecado. Enabierto contraste con este estilo de vida do-minante, se constata entre nosotros otro fe-nómeno enraizado igualmente en la con-ciencia actual de la sociedad: el anhelo de re-conciliación y de paz. Sentimos que sin ellael clima familiar y el ambiente de nuestroshogares se enrarecen; la calle se hace hostil; laconvivencia se vuelve dura y violenta. Loshijos de una misma ciudad, de un mismo pue-blo, hasta los de una misma familia, puedenconvertirse en enemigos. ¿Quién puede ne-gar que el perdón y la reconciliación huma-nizan la vida, y que la venganza y el rencor ladegradan?

Reconocer la verdad de lo humano siem-pre compensa. Y la verdad del hombre inclu-

ye su dependencia esencial de otros, de laayuda de los demás para poder vivir con ladignidad propia de la persona. Pero, sobretodo, incluye la dependencia de Dios.

Sólo el Espíritu del Padre y del Hijo nosmueve con esa delicadeza interior que nospermite reconocer, con la verdad de la hu-mildad y con la sencillez del corazón arre-pentido, nuestra verdadera situación personaly pastoral. Sólo el Espíritu Santo permite evi-tar dos extremos igualmente perniciosos: elde la presunción de no tener pecado, o quenuestros fallos obedecen a causas de natura-leza puramente técnica o instrumental, y queno son sino simples errores; y el de la deses-peración o el desaliento por el temor de noser perdonados, o de no ser capaces de en-mienda y renovación. Más aún, dentro denuestra misma Iglesia, en Madrid, tenemosque reconocer a veces gestos y actitudes con-trarios a la unidad que Cristo quiso. Pidamos,pues, al Espíritu Santo que derrame en nues-tros corazones el amor a la unidad, e iluminenuestras mentes para que también nuestrasobras den testimonio de ella.

Entre las tentaciones mayores con que nosencontramos hoy día, hay que señalar la in-diferencia religiosa, que lleva a muchos hom-bres «a vivir como si Dios no existiera, o aconformarse con una religión vaga e incapazde enfrentarse con el problema de la verdad».

¿Cómo educamos en la fe? ¿Cómo se trans-mite la fe en las familias, en las parroquias,en la escuela, en las asociaciones y movi-mientos...? ¿Cómo damos testimonio de ellaen los ámbitos donde ejercemos nuestra ac-tividad? ¿O acaso sentimos la tentación dereducirla al mundo interior y privado?

ATAQUES A LA PERSONA

La pérdida del sentido trascendente de lapersona humana no deja de afectar a los hijosde la Iglesia también en el campo ético. Crecenlos ataques a la dignidad de la persona ya an-tes de su nacimiento o en el final de su vida; setiende a banalizar el amor conyugal, la fami-lia, la propia responsabilidad laboral, social ypolítica. La frivolidad y la superficialidad conla que, a veces, se juzga y trata al prójimo, esmanifiesta. Se convive cobardemente con gra-ves formas de violencia, de injusticia o mar-ginación social, e, incluso, se aceptan y dis-culpan. Seguimos maltratando a los pobres.

Nuestro examen de conciencia debe con-templar, como los destinatarios principalesde nuestra conversión, a los más débiles e in-defensos; de un modo especial, a los niños ya los jóvenes.

Sabemos bien que nuestra debilidad noshace daño a nosotros y a los que nos rodean;hemos experimentado muchas veces que sinÉl no podemos hacer nada. La Iglesia, se di-rige hoy a cada uno de nosotros para que sepueda hacer verdad en nuestra vida y en ladel mundo la respuesta a su llamada: «Con-vertíos y creed en el Evangelio».

Con mi bendiciónMadrid, 6 de marzo de 1996

/19iglesia en madridNº 15/16-III-1996

«PARA QUE EL CRISTIANO

–Y, CON ÉL, TODO HOMBRE– NO SE SIENTA ABANDONADO

A SU IMPOTENCIA Y NO PIERDA

LA ESPERANZA, CRISTO HA QUERIDO

QUE SU IGLESIA SEA SACRAMENTO

DE RECONCILIACIÓN»

Paz, trabajo y responsabili-dad social constituyen latrilogía que demandan los

que alcanzarán su madurez en elsiglo XXI. Alevines de periodis-tas, alumnos de tercero de la Fa-cultad de Ciencias de la Infor-mación, opinan sobre lo que Es-paña necesita.

Tenemos una juventud uni-versitaria, de chicas y chicos, de-seosos de esperanza, de paz, dehonradez, de justicia, de pleni-tud de vida auténtica, porque só-lo así, —piensan ellos—, cabe ci-mentar la autoestima y la vida fa-miliar.

No son pocos. Lo he compro-bado de curso en curso, de pro-moción en promoción, en esasoleadas juveniles de chicas y chi-cos exultantes de juventud perodecepcionados ante los horizon-tes que, por ahora, les ofrece lasociedad; que llegan a las aulasde la Facultad de Ciencias de laInformación de la Complutensecon enorme ímpetu, pero al po-co tiempo padecen lo que pode-mos denominar una crisis de«ilusión», o sea, que pierden lailusión ante el negro horizontedel futuro profesional y personal.

EL DEDO EN LA LLAGA

Sin embargo, los jóvenes evo-lucionan desde la desilusión ha-cia una conciencia mucho másaguda de su situación. Así, vivensu etapa universitaria preocupa-dos, casi obsesionados por las sa-lidas de trabajo que encontrarán,angustiados por la suerte que lesaguarda en medio de una socie-

dad tan hipercompetitiva. Estainseguridad mengua en algunosla capacidad para el estudio, conel consiguiente perjuicio para sufuturo profesional. A otros, encambio, les lanza a la búsquedade un hueco profesional a costade lo que sea, incluido el nivel desu propia formación.

En estas fechas de espera parala formación de un nuevo Go-bierno, alumnos de tercero de Pe-riodismo, de la Facultad de Cien-cias de la Información de la Com-plutense, escribieron un editorialsobre «Lo que España necesita».Éstas son algunas de sus opinio-nes. Ponen el dedo en la llaga eincluso saben recetar el bálsamonecesario. No piden mucho nipoco. Sólo lo esencial para recu-perar la ilusión: paz, trabajo, res-ponsabilidad social y regenera-ción moral.

LOS ESTUDIANTES OPINAN

José Antonio Aneiros Ribas:

«Lo que esperamos y lo que Es-paña necesita es una regenera-ción moral. Que quienes nos go-biernan sean personas de fiar yque nos podamos ir a acostar porlas noches sin pensar en el es-cándalo que mañana nos encon-traremos en la portada de tal dia-rio, o en el que denunciará men-ganito en su programa de radio».

María Jesús Gallardo Cobo:

«España necesita paz, una pro-funda transformación, no sola-mente auge económico. Acabar

con el terrorismo. Hay que com-batirlo no con sus propias armas,sino con las que proporciona elEstado de Derecho».

Alejandra Conde Neri:

«Son muchas las cosas que losespañoles pedimos. Sobre todo,una moral recta, unos principiossólidos y una conciencia del de-ber, esto es lo que queremos denuestros políticos, de derecha ode izquierda».

Almudena Reguera González:

«Los españoles necesitamosejemplos a seguir. Aportemos to-dos nuestro granito de arena pa-ra que España funcione de unavez por todas y tengamos: esta-bilidad, confianza, ilusión, espe-ranza, progreso.»

Jesús Buendía Colmenero:

«A este país le hace falta cultura yconciencia democrática y necesi-ta mirar menos con miedo al pa-sado».

José Angel Pérez Navarro:

«Lo que España necesita es pre-cisamente “responsabilidad ciu-dadana” y un poco de sentido co-mún. No sé si en los nuevos es-tudios de lo que antes era EGB y

el Bachillerato hay alguna asig-natura donde se aprenda a sermás responsable y a usar el sen-tido común...».

Susana Nieto González:

«España necesita que los niñospuedan acudir al colegio contranquilidad, que Aldaya puedaconocer a su nieta, que no hayaque salir a la calle para pedir paz.Hasta ese día, no podremos ha-blar de verdadera convivencia yde un verdadero consenso».

Alberto Jiménez Fernández:

«Los españoles necesitan recu-perar la confianza en ellos mis-mos. Ellos van a ser los artíficesde las soluciones».

Laura García Bayón:

«La imposibilidad de encontrartrabajo roba a los jóvenes lo esen-cial de su edad: el plantearse unfuturo. Cuando “vivir” es tan di-fícil que sólo importa sobrevivir,prevalece la ley del más fuerte.La violencia, la droga, el fracasoescolar son el final de trayecto deun camino que nace en la falta deexpectativas. El trabajo es lo quecimenta la autoestima y la vidafamiliar».

Mercedes Gordon

20/ españa Nº 15/16-III-1996

ESTUDIANTES DE PERIODISMO OPINAN

SOBRE EL FUTURO DE ESPAÑA:

Algo másque auge

económico

El Papa ya se había pronun-ciado respecto a la televi-sión en otras ocasiones, de-

nunciando la televisión «baby-sit-ter», y la carga de violencia y sexoque transmite el mundo de laimagen en la programación y pu-blicidad destinadas a los niños.Ahora ha invitado a los obisposde todo el mundo a implicarse enel campo de los medios de comu-nicación audiovisuales, y ha su-gerido a los fieles un «ayuno te-levisvo».

Maurizio Constanzo, estrellade la televisión de Silvio Berlus-coni y personaje ligado a la iz-quierda, ha reaccionado positiva-mente a las palabras del Papa. Haaconsejado a su audiencia estarmenos tiempo delante del televi-sor, aunque ha recordado que lapequeña pantalla, si es bien utili-zada, es buena y hace compañía alas personas solas, ancianos y en-fermos. El problema, para él, noes la televisión en sí, sino su malautilización: «Antes, cuando sólohabía un televisor en las casas, losprogramas eran motivo de debateentre madre, padre e hijos —afir-ma—. Hoy, que en muchos casoslos televisores son tres, y cada unove el suyo, el resultado es la alie-nación . Tal vez el Papa tenga ra-zón cuando pide la abstinencia».

Para Gianni Vattimo, filósofoitaliano, el problema es mayor:«No son ya sólo los contenidostransmitidos por la televisión loscausantes del problema —afir-ma— sino el medio mismo, su pe-so en la existencia individual y so-cial. Quizás la televisión no ame-naza, únicamente la vida interiordel individuo, sino también la es-tructura de la sociedad y, en unapalabra, la democracia».

Brando Giordani, director deRAI-1, cadena pública de televi-sión, gran defensor de la televi-sión, critica el consejo del Papa:«No tiene sentido. Sería comoapagar la luz eléctrica o la cale-facción —afirma—. Forma partede nuestra vida». La periodistaLorenza Foschini coincide con élafirmando: «Yo habría preferidoque el Papa dijera: “Mejorad losprogramas”, no “apagad la tele-visión”. No se puede decir eso;

apagarla es como cerrar un libro,o ignorar el cine. Es verdad queel nivel de programas es muy ba-jo. Juan Pablo II quería denunciaresto, y tiene toda la razón».

Para el presentador PippoBaudo, la televisión es un reflejodel país, de la gran confusión deideales y valores que reina, de lacrisis política. Entiende la preo-cupación del Papa, pero «si nohubiera existido la televisión—afirma— no habríamos visto lapaz entre palestinos y hebreos nilas terribles escenas de guerra enla ex-Yugoslavia».

Paolo Franchi, redactor jefedel Corriere della Sera, advierteque el peligro es que los niñosjuegan siempre ante la televisión,que es una diversión pasiva.

El director artístico de la RAIha advertido, con gran indigna-ción, que su cadena, para la Se-mana Santa había previsto unaprogramación cuidada. «El Vier-nes Santo el Via Crucis; el sábadopondremos la película de Er-manno Olmi, sobre el Génesis».

Coro Marín

/21mundoNº 15/16-II-1996

HABLA EL PAPA

AYUNO

DE TELEVISIÓN

El ayuno comporta una es-pecial sobriedad en el con-

sumo de comida, siempre quese respeten las necesidades delorganismo. Es una manera depenitencia que hay que redes-cubrir y repetirse a sí mismo:«No sólo de pan vive el hom-bre, sino de toda palabra quesale de la boca de Dios». Hoy,especialmente en la sociedaddel bienestar, es difícil com-prender el sentido de estas pa-labras. El ayuno tiene, entreotros significados, el de ayu-darnos a recuperar nuestra in-terioridad. El esfuerzo pormoderarse en la comida seaplica también a las demás co-sas no son necesarias, consti-tuyendo un sostén extraordi-nario para la vida del espíri-tu. Sobriedad, recogimiento yoración han de ir de la mano.

Este principio se puede apli-car a los medios de comunica-ción. No deben convertirse enlos dueños de nuestra vida. ¡Encuántas familias el televisor pa-rece sustituir, más que promo-ver, el diálogo entre las perso-nas! Un cierto «ayuno», en es-te sentido, puede ser saludable,para dedicar más tiempo a lareflexión y a la oración, y paracultivar las relaciones humanas.

Entremos en la escuela dela Virgen, que meditaba en sucorazón los acontecimientospara comprender los desig-nios de Dios. María es el mo-delo que todos podemos mi-rar. Pidámosle que nos ense-ñe el secreto del «ayunoespiritual» que libera de la es-clavitud de los bienes, refuer-za nuestro ánimo y lo preparapara encontrar al Señor.

(10-III-96)

REACCIÓN DE LOS MEDIOS ANTE EL «AYUNO TELEVISIVO»

Menos tiempo para el televisor

«El televisor parece sustituir, más que facilitar, el diálogo entre las personas. Un cierto ayunoen este ámbito podría también resultar saludable». Esta invitación al ayuno televisivo, lanzadael pasado domingo por el Papa Juan Pablo II ha provocado todo tipo de reacciones en el mundo

de la comunicación. Unos consideran que la televisión es buena, y otros que no lo es tanto, pero la mayoría de las reacciones son en contra de la televisión

y, sobre todo, en defensa de los niños.

«NO SON YA SÓLO

LOS CONTENIDOS

DE LA TELEVISIÓN

LOS CAUSANTES

DEL PROBLEMA, SINO

EL MEDIO MISMO, SU PESO

EN LA EXISTENCIA

INDIVIDUAL Y SOCIAL»GIANNI VATTIMO»

La vocación misionera deComboni no fue el resulta-do, ni de un sentimiento

pasajero ni de posiciones ideoló-gicas previas. Fue un hecho su-cedido en circunstancias concre-tas y en relación intensa con ros-tros muy precisos.

A los 18 años su vocación sepresenta clara y decidida cuandojura ante su maestro Don Mazzasu consagración perpetua a la mi-sión en favor de los pueblos afri-canos. Es ordenado sacerdote enTrento y rápidamente se marcha aÁfrica. A partir del 15 de sep-tiembre de 1864 nace su «Plan enfavor de la regeneración de lospueblos africanos». La situaciónde Africa era muy mala. Sufre dis-criminaciones dramáticas, creceel racismo antiafricano y la plagade la trata de esclavos oriental.Dentro del mundo europeo, e in-cluso de la Iglesia, casi nadie seinteresa por aquellas situaciones.Un historiador alemán dice deComboni en el Vaticano I: «Su vozen favor de los pueblos africanos,¡fue como la de uno que clamabaen el desierto!» (Beckamann).

Para Comboni el único méto-do para que los pueblos africa-nos lograsen su auténtica digni-dad era que la negritud fueseevangelizada y entrase en la Igle-sia de Cristo. África tenía necesi-dad de la Iglesia, pero también laIglesia tenía necesidad de Áfricapara que la catolicidad fuese asímás rica y efectiva: «Ha llegadola hora de que África, como unaperla negra, brille en la corona dela Iglesia, para gloria de Cristo».

PLAN PARA ÁFRICA

En 1864 Comboni propuso su«Plan para la regeneración deÁfrica». Era un proyecto de evan-gelización y un proyecto educa-tivo global.

A los seglares les asignaba elpapel que les da el bautismo co-mo cristianos llamados a evan-gelizar desde el hecho funda-

mental de su vocación cristiana;los ve así moverse en las situa-ciones concretas de la vida: la fa-milia, la educación, la política...;no hay circunstancia que no estéllamada a ser «cristificada» paraque pueda alcanzar su plenitud.

La caridad cristiana es fecun-da. En 1864 ya había creado cua-tro grandes Universidades en elÁfrica negra.

REGENERAR ÁFRICAA TRAVÉS DE ÁFRICA

Los africanos no son objeto dela evangelización. Se convierten,desde el primer momento, en su-jetos de ella: «Regenerar África através de África», es su lema.

En 1867 establece sus prime-ras obras formativas en El Cairo

con comunidades de hombres ymujeres, europeos y africanos; es-tos últimos eran casi todos anti-guos esclavos rescatados por élen los mercados del mar Rojo yformados como maestros ymaestras.

Fundó sus primeras misionesen el corazón del emporio escla-vista de El Obeid (Sudán) y creópoblados formados con esclavosrescatados y con neófitas prove-nientes de las tribus más maltra-tadas de Sudán.

PASIÓN POR LA IGLESIA

Comboni quiere que toda laIglesia católica se comprometa enla misión. Entra así en contacto ycomunión con numerosas perso-nas y movimientos eclesiales de

toda Europa, con el deseo decomprometerles en esta misióneclesial. Es un amigo sincero desantos y de hombres de Iglesiade toda Europa, como Pío IX, sanFelipe Neri, Lavigerie, Don Bos-co, el Beato Janssen, fundador delos Misioneros del Verbo Divino;de hombres del mundo de la cul-tura y de la política –católicos yprotestantes–, sin discriminar aninguno, sino buscando la ver-dad y la humanidad en todos.

Su sinceridad apostólica y suamor a la Iglesia le empujan a ha-blar con franqueza profética anteeclesiásticos y políticos. Pero, almismo tiempo, vive un profun-do sentido de comunión y deobediencia, a lo Ignacio de Loyo-la, con la Sede de Pedro. En unapalabra, para Comboni su pasiónpor la comunión eclesial generatambién su convencida obedien-cia eclesial y la libertad cristianapropia de los santos. La dimen-sión misionera determina toda suvida y sus actuaciones, proyectosy fundaciones.

Fidel González

22/ santos de ayer y hoy Nº 15/16-III-1996

MAÑANA SERÁN BEATIFICADOS

Comboni, el misionero de AfricaDaniel Comboni nació en Brescia el 15 de marzo de 1831. Murió en Khartum el 10 de octubre de 1881. A lo largo de su vidasiempre destacó su amistad con los miembros del Movimiento Misionero, especialmente con uno de ellos, el nubiano Bahit

Kaenda. «¡No respiraré –le repetía– hasta que no vea planteada la Cruz en tu tierra!» Comboni cumplió su palabra: en 1872fundó una colonia antiesclavista y su primera misión en África.

«SU SINCERIDAD APOSTÓLICA Y SU AMOR A LA IGLESIA

LE EMPUJAN A HABLAR CON FRANQUEZA PROFÉTICA

ANTE ECLESIÁSTICOS Y POLÍTICOS»

Era el 30 de septiembre de1995. Ottorino Maule y Al-do Marchioli se encontra-

ban en su misión, como siempre.La guerra intestina entre hutus ytutsis de Burundi, de caracterís-ticas muy similares a las del ge-nocidio ruandés, no les dejabatiempo ni para tener miedo. Sulabor con los niños con problemasfísicos se veía desbordada por lasemergencias que arrojaba cadasangriento combate. Aquel día unpuñado de soldados, armadoshasta los dientes, se presentó enla misión y abrió fuego sin pedirexplicaciones. Fueron martiriza-dos. Eran «testigos incómodos»de una guerra étnica.

SUEÑO MISIONERO

Aldo y Ottorino son los últi-mos mártires de la familia de losmisioneros javerianos, la Con-gregación fundada por GuidoConforti a quien el Papa procla-mará beato mañana,17 de marzo.Una vida preñada de paradojas.A los quince años cayó en sus ma-nos un libro de la vida de Fran-cisco Javier, el apóstol de las In-dias. Devoró con avidez aquellaspáginas que narraban como aaquel navarro, discípulo de Igna-cio de Loyola, se le cansaban losbrazos de tanto bautizar. El gransueño de san Francisco era evan-gelizar China. Cuando descubrióque aquel hombre murió solo, sinhaber podido llegar a China sintióun auténtico escalofrío. Desde en-tonces se propuso realizar el sue-ño misionero de Francisco Javier:evangelizar China.

Pensó hacerse jesuita o mar-char con los misioneros que donBosco comenzaba a enviar a la Pa-tagonia, pero ambas peticiones no fueronaceptadas. Una vez ordenado sacerdote, sedio cuenta de que no podía abandonar su dió-cesis y pensó: «Si no puedo ir a China, al me-nos podré formar misioneros para que va-

yan». Tras pedir permiso al Vaticano, el 3 dediciembre de 1895, fiesta de san Francisco Ja-vier, con 12 muchachos que soñaban con sermisioneros, fundaba una Congregación mi-sionera. No habían pasado cinco años y ya

enviaba la primera pareja de sus«aguiluchos de Dios»—así lla-maba Conforti a sus misioneros—al continente amarillo. Uno mu-rió de hambre al poco tiempo; elotro tuvo que ser repatriado a Ita-lia de emergencia.

«CORRERÍAS»

Mientras tanto surge un impre-visto inesperado. León XIII le lla-ma para decirle: «Usted quiere ira China; pues bien, yo le mando ala China de Italia, a Ravena». Enefecto, la ciudad de los mosaicos,se había convertido en la banderadel anticlericalismo. Conforti, pa-ra no ser agredido, tuvo que pre-sentarse en la ciudad de noche.Comenzó a trabajar con todas susfuerzas soportando la intensa ac-tividad, los desvelos y el frío. Só-lo aguantó ese ritmo un año y me-dio. Los médicos pensaron que sufinal estaba cercano y pidió al Pa-pa la dimisión. El Papa le mandócomo obispo a su ciudad, Parma,donde podía estar más tranquilo.Cinco años después se recuperótotalmente. Aplicó en su ciudadlos sueños misioneros que acari-ció desde pequeño: visitaba cár-celes, hospitales, barrios obreros.Eran sus «correrías misioneras».Al mismo tiempo fue asentandolos cimientos de la Congregaciónde los misioneros javerianos. Después de su muerte, el 5 de no-viembre de 1931, una muche-dumbre incesante rezó ante susrestos mortales durante tres dí-as. Sin duda ha sido uno de losobispos italianos más amados deeste siglo. Pero moría tranquilo;dejaba 127 javerianos que conti-nuarían su obra. Hoy sus hijos es-pirituales son 879, 26 de ellos es-

pañoles. Hasta 1950 trabajaron única y ex-clusivamente en China. Tras ser expulsadospor Mao se dispersaron por el mundo entero.

Jesús Colina. Roma.

/23santos de ayer y hoyNº 15/16-III-1996

«ALDO Y OTTORINO

SON LOS ÚLTIMOS MÁRTIRES

DE LA FAMILIA

DE LOS MISIONEROS JAVERIANOS, LA CONGREGACIÓN FUNDADA

POR GUIDO CONFORTI

A QUIEN EL PAPA

PROCLAMARÁ BEATO

MAÑANA,17 DE MARZO»

La familia javeriana está viviendo con intensidad el centenario de su fundación, que concluye mañana en Roma con la beatificación de su fundador Guido María Conforti.

Conforti nació en un pueblecito de Parma (Italia) hace 131 años. Entró en el seminario cuando todavía era un adolescente y allí,leyendo la vida de san Francisco Javier, descubrió su vocación de misionero. Cuando sólo tenía treinta años, recién nombradoobispo de Rávena y Parma, creó un seminario para las misiones que luego se convertía en la Congregación de san Francisco

Javier, más conocida como «Misioneros Javerianos».

GUIDO Mª CONFORTI, FUNDADOR DE LA FAMILIA JAVERIANA

Historia de una pasión por China

24/ la vida Nº 15/16-III-1996

CatharineHepburn:“Dentro de poco,me reuniré con Spencer”Una de las mejores actrices cinemato-gráficas de todos los tiempos, CatharineHepburn, ha dejado el hospital en el queestaba internada para, según sus pro-pias palabras, volver a casa para morir.Tiene ochenta años y, a pesar de suneumonía viral, ha exigido su derecho adejar este mundo rodeada del afecto desu familia en casa. Según cuenta laprensa norteamericana, ha declaradono temer la muerte en absoluto. “No llo-réis; desde hace treinta años deseo es-te momento con ansia para poder reu-nirme con Spencer Tracy”.

Dos «nuevas» obras de arte religiosas

En realidad no son nuevas, pero como si lo fueran. Masolineo de Panicale (1425) pintó la ca-pilla de santa Catalina en la basílica romana de san Clemente (izquierda), que ha sido

restaurada. A la derecha, «La rendición de las almas» de Maella y no de Goya, como ha que-dado demostrado fehacientemente, cuadro encontrado hace pocos días, medio olvidado, enuna habitación del edificio del Reloj de la madrileña Puerta del Sol.

España: Aumenta el númerode ordenacionessacerdotales,

Más de la mitad del clero supera los 60 añosSegún los últimos datos re-

cogidos por la Oficina deEstadística y Sociología de laIglesia (OESI), referentes alquinquenio 1989-1993,el pro-medio español de ordenacio-nes de nuevos sacerdotes dio-cesanos es de 241,6 al año.En 1989 se ordenaron 203 sa-cerdotes, y el número ha idoaumentando cada año hastaalcanzar 296 ordenaciones en1993. El destino más comúnde los nuevos sacerdotes másveteranos es una parroquia.Menos son los que se dedicana las Universidades, a pastoraljuvenil o a las misiones. Un5% marcha a completar susestudios en Roma, o en Uni-versidades civiles.

No obstante, el promediode edad de los sacerdotes es-pañoles sigue siendo muy al-to (57,69 años, si se incluyea los jubilados, y 53,52, si secuentan sólo a los que estánen activo). La mayor parte delclero, jubilado o activo, tieneentre 60 y 69 años (33,55%);el 23,95%, de 50 a 59 años,y el 18,75%, más de 70 años.Sólo un 11,28% tiene menosde 40 años (14,29% de losque permanecen en activo).El promedio en las diócesisoscila entre 48 años en Geta-fe y 68 en San Sebastián. EnMadrid y Barcelona los sa-cerdotes tienen un promediode edad de unos 60 años.

Por la avanzada edad delos sacerdotes, en 1993 el nú-mero de fallecidos fue de 381,casi cien más que el de or-denados. Las secularizacio-nes han disminuido propor-cionalmene respecto a la dé-cada de los ochenta. En losaños noventa se han secula-rizado entre treinta y cuaren-ta sacerdotes al año.

/25la vidaNº 15/16-III-1996

La felicidad de la Madre Teresa

Qué quiere decir “los máspobres espiritualmen-

te”? Algunos afirman que us-ted no se interesa más quepor los que están en la ca-lle, le pregunta Omer Tang-he, en el diario belga Stan-daard a la Madre Teresa deCalcuta; y ella responde: Lospobres espirituales sonaquellos que aún no han en-contrado a Jesús o que sehan separado de El por elpecado. Y a los que estánabandonados en la calletambién hay que ayudarles,¿no?

Hay ricos que me ayudanmucho en este trabajo; lesdamos así la ocasión y laposibilidad de hacer “algohermoso” por Dios”.

- A menudo repite quesus hermanas no son asis-tentas sociales. ¿Por qué?

- Somos contemplativasen el corazón del mundoporque “rezamos” nuestrotrabajo. Por supuesto quehacemos una labor social,pero somos mujeres consa-gradas a Dios en el mundode hoy. Mire, el trabajo querealizamos es muy impor-tante, pero no la personaque lo realiza. Lo hacemospor Jesús, porque le quere-mos mucho. Así de sencillo.

- ¿Por qué no tienen hos-pitales?

- ¿Por qué deberíamostenerlos? Ya hay bastanteshospitales. Sólo que no es-tán destinados a los más po-bres. Nadie acoge a nues-tra gente “gente de la calle”:personas sin techo, viejosimpedidos. Combatir las ex-tremas injusticias es res-ponsabilidad de los Gobier-nos y de los que están invo-lucrados en la lucha contralas causas de la pobreza.No podemos hacerlo todo.Rezo mucho por ellos .

- Madre, ¿cuál es su tes-tamento espiritual?

- Amaos unos a los otroscomo Jesús os ama...Enrealidad no tengo nada queañadir al mensaje que nostrajo Jesús. Para poderamar hay que tener el cora-zón puro. Y para tener uncorazón puro hay que rezar.El fruto de la oración es pro-fundizar en la fe y el fruto dela fe es el amor. El fruto delamor es el servicio al próji-mo y esto lleva a la paz.

- Pronto cumplirá 85años. ¿Es usted feliz?- Naturalmente. No tengo nin-guna razón para no ser feliz.Si lo haces todo por Jesús,nada puede hacerte infeliz.

Nueva capilla en la Almudena

En el 125 aniversario de la fundación de las Siervas deJesús de la Caridad, el próximo día 20, a las 19 horas,

será bendecida, en la catedral de Nuestra Señora de laAlmudena, la capilla y la imagen de la Fundadora de di-cha Congregación: la Beata María Josefa del Sagrado Co-razón. A continuación, será celebrada la Eucaristía en lanueva capilla.

Gran Bretaña:

Más de 6.000 anglicanosadmitidos en la Iglesiacatólica en 1995

El año pasado se incorporaron a la Iglesia Católica 6.205anglicanos de Inglaterra y Gales, el número más alto de

conversiones en los últimos 25 años. Este total representatambién un incremento del 20% respecto a 1994. Son losprimeros datos sobre laicos convertidos, facilitados por laoficina de prensa de la Iglesia católica. Hasta ahora se sabíaque en 1992 se convirtieron cinco obispos y 300 sacerdo-tes. Se espera que en la próxima Pascua 700 anglicanos in-gresen en la Iglesia Católica, en la catedral de Westminster.Estas conversiones se han desencadenado, en buena parte,a raíz de la polémica decisión del Sínodo anglicano de 1992,que permitió la ordenación de mujeres.

Abogada y profesora de la Universidadde Harvard, casada y madre de treshijos, Mary Ann Glendon presidió la

delegación de la Santa Sede en la Conferenciamundial sobre las mujeres, que tuvo lugar, elpasado mes de septiembre, en Pekín.

Usted ha sido la primera mujer que harepresentado al Papa oficialmente en unaConferencia de la ONU. Afrontemos el pro-blema de las mujeres en la Iglesia.

Ante todo, pienso que no hay que exagerarla importancia de este papel. Nos encontra-mos en un momento en el que las mujeres enla Iglesia están demostrando gran vitalidad,momento que comenzó mucho antes de queyo fuese escogida para dirigir la delegación dePekín. Hay que considerar que las religiosashan sacado adelante el mayor sistema sani-tario del mundo. Lo mismo sucede en el cam-po de la educación, que siempre ha estado,en gran parte, organizado y dirigido por re-ligiosas. No hay ninguna novedad en el hechode que la Iglesia se abra a las mujeres. Mi car-go tuvo una connotación más simbólica quesustancial.

Juan Pablo II ha escrito importantes do-cumentos sobre el papel de la mujer en lasociedad. ¿Cuáles son los rasgos funda-mentales de la idea del Papa sobre la mu-jer?

El feminismo, nacido en un momento par-ticular del siglo XX, se plantea los problemascon una inclinación a dividir: división entreel hombre y la mujer, entre la mujer y los hijos,entre la mujer y el trabajo, entre la mujer yotras muchas realidades. El Papa ha dado ori-gen a una visión sistemática del feminismodiversa a ésta, pero es difícil atisbar con cla-ridad su proyecto futuro. En la Mulieris dig-nitatem , el Papa lanza el argumento e invita alas mujeres -cuyo valor intelectual y «geniofemenino» proclama– a cooperar: «Mujerespensad conmigo en el futuro». Los puntos departida sí que están muy claros. Está clara lanaturaleza de la persona humana –hombre ymujer–: la misma dignidad y semejanza aDios, de la que se deriva una actitud de diá-logo, no de contraposición, una actitud quehay que armonizar y poner de acuerdo los di-ferentes papeles en vez de contraponerlos.Así, por ejemplo, el hecho de poner de relievelas funciones tradicionales de la mujer no sig-nifica en ningún momento querer relegarla aellos. La liberación femenina es un viaje, conerrores, que debe seguir adelante.

Feminismo histórico y feminismo cris-tiano: ¿qué es lo que les separa?

Hay que reconocer que el feminismo delos años setenta nunca llegó a ser un fenó-

meno popular ni siquiera en los Estados Uni-dos, pues su visión no corresponde con la vi-da real de las mujeres. Las estadísticas en Es-tados Unidos demuestran que dos tercios delas mujeres de cualquier edad y condición nose consideran feministas. Entre las jóvenes,tan sólo una de cada cinco chicas se conside-ra feminista; estos datos son ya un indicadorde que hay algo que no funciona. La histo-riadora Elisabeth Fax Gervasi ha escogido co-mo título para su último libro la respuestamás común que ofrecen las encuestas: «El fe-minismo no es la historia de mi vida». El errormonumental de ese feminismo ha sido noconsiderar que en el mundo nueve de cadadiez mujeres se casan y que el 80% de ellas

tiene hijos: matrimonio y maternidad son dosrealidades a las que el feminismo ha dado laespalda. El feminismo cristiano no es indivi-dualista. Afirma que cada individuo es únicoe irrepetible; pero va más allá, afirmando quecada individuo se perfecciona en relación conlos demás. La persona humana tiene «natu-ralmente» una dimensión social; el hecho deque el individuo –hombre o mujer– esté cons-tituido por su relación con el otro es el fruto dela visión cristiana y hace que el feminismocristiano sea tan rico, fecundo, y cercano alas exigencias de las mujeres, también en loque se refiere a la sexualidad».

Avvenire–Alfa y Omega

26/ desde la fe Nº 15/16-III-1996

El feminismo cristianoHabla Mary Ann Glendon, representante del Papa en la Conferencia de la ONU, en Pekín.

Mary Ann Glendon, con Juan Pablo II

Pena de muerte» —ya ennuestros cines— es una deesas películas que a nadie

dejan indiferente. Son 120 minu-tos de altísima tensión emocio-nal. Es candidata a varios «Os-car», entre otros, los de direccióne interpretación. Sus protagonis-tas se los merecen: tanto SusanSarandon, en la prodigiosa inter-pretación que hace de la religiosaque redime al condenado a muer-te, como la de Sean Penn que bor-da el papel de condenado arro-gante, cínico y mentiroso hastacasi el final. Es probable que eldirector, Tim Robbins, marido deSusan Sarandon, haya hecho lapelícula de su vida, a pesar de sersolamente la segunda que llevasu firma. Su esposa fue quien le-yó el libro, del que salió el guión,y conoció a su autora Helen Pre-jean, una monja que trabaja en lacárcel.

Mathew Poncelet es un asesi-no. A sus espaldas tiene una vi-da marcada por la droga y la vio-lencia, una existencia vivida abandazos, sin rumbo fijo. Co-menzará a vivir plenamente,cuando llega al umbral de lamuerte. De la negación de su cul-pa terrible, del desprecio al re-mordimiento, dará el salto a laredención, gracias a la ayuda es-piritual de una religiosa que loasiste en la cárcel. «Tenía que en-contrarme con la muerte para en-tender qué es el amor», dirá.

Nos encontramos ante el libroautobiográfico de sor Helen Pre-jean, religiosa católica estadouni-dense, autora de «Dead man wal-king» (El muerto que camina), so-bre el que se ha basado TimRobbins para realizar la películaque, en el Festival de Cine de Ber-lín, ha recibido dos premios: eldel mejor protagonista a la inter-pretación de Sean Penn y el deljurado ecuménico, que ha subra-yado «el coraje, la fe y el amor queempuja a esta religiosa a vivir losinstantes finales de una vida des-vencijada que, sin embargo, re-cobrará la esperanza y la digni-dad de ser humano, hijo de Dios,liberado por la verdad».

Explica Helen Prejean: «Al co-nocer a las familias de las vícti-mas, me he dado cuenta de la

presión que se ejerce sobre ellas,a pesar de que en algunos casoseran contrarias a la pena demuerte, con frases como ésta:«¿No quieres a tu hija? Entonces

tienes que pedir la pena más se-vera». He fundado un grupo enNueva Orleans que se llama «Su-pervivencia», para ayudar a lasfamilias de las víctimas. Creo en

el amor que Jesús nos ha enseña-do, en el perdón a nuestro ene-migo; esto no significa condonarlo que una persona ha hecho, si-no que el odio no puede tener laúltima palabra, pues de ese modoquien pierde la grandeza del al-ma eres tú». Al final, la religiosaestadounidense concluye: «La ex-periencia de este libro me ense-ña que el 98,8% de las personasque lo leen cambia de idea sobrela pena de muerte. No he cono-cido a nadie malo del todo». Elmensaje del film es éste: «Matares un error; lo haga yo asesinan-do, o lo haga el Estado con mi pe-na de muerte».

Es una película católica desdeque el crucifijo de la religiosa pa-sa el detector de metales y Cristoentra en la cárcel —tan diversa dela «Hope House» con que se abrela película—, hasta el último pla-no de oración en la capilla.

Alfa y Omega

/27desde la feNº 15/16-III-1996

CINE

Cuando la muerte enseña a amar

Dos fotogramas de «Pena de muerte»

“Cómo es posible que con es-

ta misma cabeza, ahora es-toy interesado por la ética

y antes tenía veinticuatro robosen mi haber?.

A los catorce años me metenen la cárcel. Era analfabeto y muyvaliente. Un jesuita, Simón, mesalvó la vida. Mis compañerosme querían matar. Me llevó adormir a la biblioteca, donde nodormía nadie. En tres años hiceel bachillerato, que otros hacenen doce. ¿Cómo lo conseguí? Pu-se todo mi amor en el conoci-miento. Encontré más placer enleer a Neruda que en un vaso devino. Neruda, con su libro, mellenaba el futuro; el vino, el pa-sado. Era un negocio clarísimo.

Jamás abrí la Biblia. Un día lepregunté al jesuita Simón de quétrataba ese libro. «Es el libro delos libros —respondío—, pero noes para ti. Es muy pesado, es tanpesado que tienes que tener mu-chas agallas para abrirlo ¿Sabespor qué? Por donde lo abras saletanto fuego, que tu maldito odio,y toda tu basura se puede que-

mar en un segundo, y hay que te-ner mucha valentía para poderdecidir. Eso todavía no es para ti—me dijo—. Cuando te decidas aleerla, yo te ayudaré».

Entré en la vida el 24 de fe-brero de 1954. Ese día conocí a unvagabundo de setenta años. Yotenía diecisiete. Me dijo: «Tú eresun príncipe. Hay un solo rey. Hay

algo grande que hizo: separar laluz de las tinieblas. Tu padre sellama Dios, y es el único rey. Si túeres hijo de rey, ¿cómo vives así,como un miserable, siendo unpríncipe?» Fue la revelación másgrande que viví en diecisiete añosde vida. Lo primero que aprendíde Jesús fue el Sermón de la Mon-taña.

Yo canto porque me volví locode alegría cuando conocí a Jesús,Nuestro Señor. Empecé a escribircanciones, quería contarlo. Que-ría contar a la gente la categoríade Dios. Que no es el Dios juez...

EL RELACIONES PÚBLICAS DE JESÚS

Jesús es parte de mí. Uno esdueño de lo que ama; no creo enotra propiedad. Jesús es un amorcompartido por cinco mil tres-cientos millones de seres huma-

28/ desde la fe Nº 15/16-III-1996

EN EXCLUSIVA PARA ALFA Y OMEGA, FACUNDO CABRAL EXPLICA SU FE

«Poca gente se hace cargo de su propia vida»

Pocos saben que este cantautor de fama mundial, poeta y escritor, que recientemente estuvo en España con su espectáculo «Lo CORTEZ no quita lo CABRAL», fue analfabeto hasta los catorce años. Alcoholizado, a los once años

quemó dos escuelas y una comisaría de policía, e intentó robar un banco. A los quince años tenía dos objetivos: matar a su padre y morir durmiendo.

CABRAL.- Dios tomó forma de mendigo y ba-jó al pueblo, buscó la casa del zapatero y le

dijo: «Hermano, soy muy pobre, no tengo unasola moneda encima, éstas son mis únicas san-dalias y están rotas, si tu me hicieras el favor dearreglarlas... El zapatero respondió: «Estoy can-sado de que todos vengan a pedir y nadie a dar».«Yo puedo darte lo que tu necesitas», le dijo el Se-ñor. El zapatero, desconfiando porque estabaviendo a un mendigo, le preguntó: «¿Tú podríasdarme el millón de dólares que necesito para serfeliz?». «Yo puedo darte diez veces más pero acambio de algo», dijo el Señor. «¿A cambio dequé?», preguntó el zapatero. «A cambio de tus

piernas», contestó el Señor. El zapatero pregun-tó: «¿Para qué quiero diez millones de dólares, sino podré caminar?» Entonces dijo el Señor: «Pue-do darte cien millones de dólares a cambio detus brazos». El zapatero preguntó: «¿para quequiero yo cien millones de dólares, si ni siquie-ra voy a poder comer sólo?» Entonces dijo el Se-ñor: «Puedo darte mil millones de dólares a cam-bio de tus ojos». El zapatero pensó poco y res-pondió: «¿Para qué quiero mil millones dedólares si no voy a poder ver a mi mujer, a mis hi-jos, a mis amigos?, entonces el Señor le dijo: «Ah,hermano, ¡qué fortuna tienes y no te das cuen-ta…!»

Hasta los catorce años, Facundo Cabral fue analfabeto

LA PARÁBOLA DEL ZAPATERO

nos, porque aun aquel que no escristiano tiene por Él un respetoprofundo. Eso es lo que he vistoen el mundo. Mi madre me decíaque tenía que ser el «relacionespúblicas» de Jesús, porque con-migo hizo un milagro.

A Dios le veo en la cancha defútbol; lo siento; vivo a Dios; loencuento en todas partes; vivo enun gigantesco templo. Mi madresolía decir: el bullicio de la genteno les permite escuchar la voz deDios. Las tareas vanas de la ciu-dad no permiten a la gente tra-bajar en la única tarea importan-te, que es prepararse para reci-birlo. Mi madre, que no sabía queera cristiana, estaba buscando,sin saberlo, el «monasterio».

Personajes como Roldán sonlos emergentes en una sociedadenferma. Una sociedad sana daa un Jesús. Yo no puedo descartara un Roldán, porque es mi her-mano; yo tengo también la cul-pa. Si hubiera dado a Roldán elamor que a mí me dieron, hoy se-ría otra persona. Una vez entra-mos con la Madre Teresa en unacantina de México. El que menosestaba borracho. Cuando entró laMadre, todos se pusieron a llo-rar. Nadie más pidió una copa.Cuando tienen amor, cuando sesienten comprendidos, no beben.Eso es lo que diferencia a Jesúsdel resto de la Humanidad; an-tepone el Amor sobre todas lasdemás cosas.

Hoy el progreso gobierna a lagente. Las personas no piensan,dejan que la televisión piense porellos. La gente no busca entrete-nimiento ni crecimiento interior;hoy le echamos la culpa al presi-dente González de lo que noso-tros nunca hicimos; delegamosen otro la responsabilidad denuestra vida y después le echa-mos la culpa. No somos justos.La gente que se hace cargo de supropia vida es muy poca. Se con-sume, pero no se crea. Cuantomenos se crea, más se consume;por eso tenemos una sociedad deconsumo.

LA FE HACE GIGANTES

Una vez un periodista le pre-guntó a mi madre: Sara, ¿qué esla fé?, y ella dijo: «Yo no sé quées la fe, pero sí sé para qué sirvela fe: yo soy más feliz que usted.¿Qué me puede importar el díade mañana que el teatro esté va-cío, que se agrave la salud, quechoquemos con el taxi? Nada. Siyo tengo fe soy un gigante, no

soy un ciudadano. Hombre no esel que camina, sino el que elije, ycuando el hombre elije, no cami-na, vuela. Un hombre así tieneplenitud; ya no depende de unsistema político, de un sindicato,de un aumento de sueldo, de unahuelga, de los éxitos del Real Ma-drid...

POBRE DE AQUELLOSQUE TIENEN MIEDO A UN NIÑO

El mal no se puede desterrar,pero se puede vencer. Lo puedesdebilitar. No le des protagonis-mo. Si los malos supieran québuen negocio es ser bueno, seríanbuenos por negocio.

El día que conocí a mi padre, ala salida de una de mis actuacio-nes, sentí que era la mejor perso-na porque pude perdonar. Esedía me sentí feliz. ¿Por qué? Dejéde tener enemigos. Cuando se vi-ve sin enemigos, la vida tiene unacategoría extraordinaria.

¿El aborto? La tribu más re-trasada de Africa o de América,los aborígenes australianos o los

esquimales no lo harían jamás.¡Pobres de aquellos que le tienenmiedo a un niño! ¿Quiénes so-mos nosotros para decidir lo queDios quiere que nazca? Es mu-cho peor que un asesinato: estásmatando la vida que no conoces.Eso se debe a que no nos respe-tamos. ¿Habrá pensado el legis-lador que esté a favor del abortoqué opinaría si su madre hubieraestado a favor del mismo?»

Alex Rosal

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La World Christian Ency-clopaedia ha publicado

su informe periódico, en elque se refleja que los bau-tizados de todas las con-fesiones cristianas man-tienen aún la mayoría rela-tiva: el 32,8% de lapoblación mundial: el do-ble que los musulmanes,que siguen y cuentan conun 16,5%, seguidos de loshinduístas (13,3%) y losbudistas (6,3%).

Cuando se quiere cor-tar en seco una discusión,se recurre al «lenguaje delas cifras», que es elo-cuente y definitivo en cual-quier sitio. Pero no en la di-mensión de la fe: «la locu-ra de la cruz es el poder denuestro Dios», recuerdaPablo al «pequeño reba-ño» al que se ha recomen-dado que no tema su in-significación numérica.

También el «pequeñorebaño» tiene que vérse-las, en su aspecto huma-no, con las leyes que la so-ciología de los grupos hadescubierto desde hacetiempo, con base en la ex-periencia histórica. Una deesas leyes dice que cuantomás en minoría está ungrupo, tanto más, para noser devorado por la mayo-ría, tiene que estar motiva-do, preparado, unido, de-cidido a permanecer fiel asu visión del mundo.

En definitiva, tiene queser realmente lo que elEvangelio llama «levadu-ra» y «sal». ¿Somos real-mente así, nosotros, queen estos años hemos afir-mado aquella mínima ba-se común que en tiemposrecogían los catecismose-ra inútil y estaba pasada demoda? ¿Nosotros, que denuestras divisiones, inclu-so las más profundas, he-mos hecho un motivo defuerza, como si fuesensiempre y en todas partesel signo de una «madu-rez», de una «riqueza», deuna «edad adulta»?

Vittorio Messori

Punto de Vista

ESTADÍSTICAS

La alegría de vivir la fe

«YO CANTO PORQUE

ME VOLVÍ LOCO DE ALEGRÍA

CUANDO CONOCÍ

A JESÚS, NUESTRO SEÑOR.EMPECÉ A ESCRIBIR

CANCIONES. QUERÍA

CONTARLO»

30/ desde la fe Nº 15/16-III-1996

La ley del amor gobernaba pacífica y feliz-mente el mundo precolombino; pero algo

debieron de hacer mal los pobrecitos indios,porque un mal día un demonio bajo forma hu-mana, de nombre Cortés, irrumpió en el Pa-raíso e introdujo el veneno del mal. Para Lau-ra Esquivel, escribidora de apellido español y al-ma azteca, así debiera comenzar el relato delGénesis. La novela nos cuenta el mesiánicoitinerario desde el destronamiento de la diosadel amor —pecado original hispánico—, hastala restitución del orden al universo. Cortés otor-ga a uno de sus capitanes una Encomiendaen la que se alza el templo del amor. Rodrigo,tal era su nombre, manda arrasar el templo y élmismo, con sus manos, arranca la pequeñapiedra que daba cima a la pirámide. Con la pie-dra en sus manos desata el caos. Desenfre-

nado por la energía que libera la piedra delamor, Rodrigo viola a la princesa azteca Citla-li e inicia una aventura en la que, a través detransmigraciones, cambian los papeles. Citla-li, esta vez en el siglo XVIII y bajo el cuerpo deun hombre, viola —donde las dan las toman—a Rodrigo, usufructuario ahora de un bello cuer-po de mujer. Los mismos personajes, no liga-dos a un cuerpo determinado van «pagando»,según la ley del karma, los males infligidos mu-tuamente en vidas previas. Así, hasta que Azu-cena, saltando de un cuerpo a otro, cumple lamisión sagrada de restaurar la ley del amor.

Al final, sacerdotes aztecas y monjes espa-ñoles (católicos, a lo que parece) contemplan,religiosamente, la restitución de la piedra delamor a la pirámide del templo de la diosa, ycolorín colorado... todos tan contentos.

LIBROS

Una complicada ley del amor

GentesEMILIO ARAGÓN: «Como espectador y padre de hijos que ven la televisión,me doy cuenta de que hay programas ante los que no se puede sentar jun-ta una familia sin sonrojarse. Antes estaba «Farmacia de guardia», pero fal-taba una serie que pudiera entretener a todos a la vez».

ADOLFO SUÁREZ: «Estamos en unos tiempos de constante desvaloraciónde la actividad política. Por ello urge reivindicar la nobleza y la dignidad dela política y esto sólo puede venir por la dignidad de las conductas. Al po-lítico ya no se le exige eficacia, sólo la eficacia posible; pero se le exige tam-bién honestidad, ejemplaridad, ética. La política está sujeta a la moral».

JEROME LEJEUNE, genetista: «La gente no entiende que para Europa el abor-to es un suicidio. Ya está escrito en las cifras, pero hasta que la gente no lo en-tienda, no será posible cambiarlo. El hombre de hoy en día se cree el padrede la vida y de la muerte. Es una tentación del orgullo, una tentación dia-bólica sobre el amor y la procreación».

LA ESPAÑAQUE VIENE

Ciertamente la Españaayer católica, hoy frívo-

la, no contempla la religiónni siquiera como un valorcultural benefaciente, co-mo al menos lo contemplanlas gentes cultas en cual-quier país europeo, sino co-mo algo de lo que se hacemofa y befa, mangas y ca-pirotes en prensa, radio, te-levisión, familia y escuela:todo el mundo se considerarevacunado contra lo divi-no; aquí —sin haber pen-sado dos minutos seguidosal efecto— se niega la fe-nomenología de la religióncon una osadía sin par, tanignorante como atrevida, ol-vidando que la religión quese expulsa por la puerta secuela por la ventana. Co-mo dijo Bernanos, «un sa-cerdote menos, mil pitoni-sas más». Cuando lo sa-grado se profana, seinhumaniza lo humano.Y todo eso ha ocurrido en-tre nosotros a una veloci-dad de vértigo, en una Es-paña a la que ya no conoceni la madre que la parió.Somos europeos en todo,España ya no «es diferen-te», pero nuestra homolo-gación con Europa ha exi-gido un precio durísimo: elaggiornamento a la veloci-dad de la luz, trescientosmil kilómetros por segundo.Resultado: nos hemos tra-gado todos los postes de lacarretera; ya no quedan enla ruta los mojones de ayer;ha pasado un siroco que loha puesto todo patas arri-ba, sencillamente la genteno sabe qué fue ayer nipuede aventurar qué seráde el mañana.Así las cosas, nadie se es-candalice por lo que vieneahora. Va dicho con dolor ycon ironía, al comprobar lasensibilidad de lo humanoy la superficialidad de loque se suponía profundoen convicciones.

Carlos Díaz

CONTRAPUNTO

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Del librito no se salva ni la técnica: lospersonajes (parangonados en la cubier-ta del libro ¡con los de Shakespeare!,Dios perdone a los editores) son planos,desleídos, abstractos. Son una idea quese desparrama por sucesivos cuerpos,de sexo vario. Además, todos los perso-najes tienen el mismo discurso, sin fisu-ras, sin matices. Una sóla idea, clonadade sí misma, y cuerpos a tutiplén. Un pe-ñazo. La trama, una excusa para metermorcillas metafísicas sobre auras, me-tempsícosis, karmas... No hay acción ver-dadera, no hay personajes que reflexio-nen, no hay descripción.

Pretextos y más pretextos para unacatequésis gnóstica. Laura Esquivel nosexplica su complicada teoría sobre elamor: hay que buscar nuestra alma ge-mela, probar parejas y coitos inverosí-miles, como el de un ángel custodio,usuario de cuerpo serrano y el alma deAzucena, que se sirve del artrítico cuer-po de una anciana. Para reintegrarlo to-

do al orden sólo falta que la misteriosapiedra erótica vuelva al templo del quefue desalojada por los católicos y rapa-ces españoles. La fe de los conquista-dores es el último obstáculo. (A Cristono lo nombra).

Lo original del libro es el recurso almultimedia: un disco que acompaña alvolumen aporta letra y música a partesde la historia que en el libro aparecenilustradas con viñetas. Es un feliz recur-so de marketing.

Se diría que Laura Esquivel, al ampa-ro del éxito de ventas de su primera no-vela (Como agua para chocolate llevamás de dos millones de ejemplares ven-didos) y con el auxilio del gancho multi-mediático trata de batir su propia marcade ventas. Y de paso, además, propagaruna ideología vieja, viejísima y adversa-ria eterna de la fe en Jesucristo: la gnosis,la exaltación del límite humano.

José Antonio Ullate

No es la primera vez que la madre Teresa de Calcuta y, más queella, sus colaboradores comentan que llegan hasta Calcuta, para tra-tar de ayudarla, o al menos para tratar de entender su prodigiosa ac-ción de caridad, personas de todo el mundo, algunas de ellas, perso-najes famosos de la política, de la cultura, del cine y de la televisión.Es estupendo que sea así. Siempre las horas o los días pasados juntoa la madre Teresa, es decir, junto a los más necesitados, dejarán enquienes hasta allí se acercan un poso de verdad y de hondura huma-na; pero chirrían un tanto las cosas cuando quien llega a Calcuta lo ha-ce acompañado de un fotógrafo y luego aparecen seis páginas a todocolor en una revista del corazón; como ha ocurrido estos días con unajoven actriz española.

La prueba definitiva de la sinceridad de una entrega, de una ayu-da, es el desinterés y el evangélico «que tu mano izquierda no sepa loque hace tu mano derecha»; lo otro, da pena porque, sencillamente nosuele ser verdad. ¿Desde cuándo la caridad y la búsqueda de espiri-tualidad necesitan fotógrafo?

El próximo cur-so escolar podráenseñarse en loscolegios y escuelasespañoles la reli-gión protestante, almismo nivel que lacatólica o la mu-sulmana. Según hamanifestado unejecutivo de la Fe-deración de Enti-dades ReligiosasEvangélicas de Es-paña (FEREDE), suacuerdo con el Es-tado no ha sido cosa de coser y cantar. «Hemos estado negociando tresaños», dice; y tras afirmar que la enseñanza religiosa católica goza

de privilegios en nuestro país, añade: «La Iglesia católica repite que laenseñanza religiosa es insuficiente; es lógico: mientras que nosotros va-mos de nada a más, ellos han descendido de una posición de mandoa un panorama normalizado».

Pues no, no es verdad. Ni hay tal privilegio en la enseñanza re-ligiosa para la Iglesia católica, ni cabe hablar de posiciones de man-do, ni la situación que describe tiene que ver algo con el adjetivo«normalizado». Lo normalizado sería que el Estado español, deuna vez y a tenor de la realidad social, cumpla los Acuerdos con laSanta Sede, así como las sentencias firmes del Tribunal Supremo,sobre esta materia. Todos hemos podido leer estos días en la pren-sa que noventa y dos de cada cien padres y madres de familia es-pañoles exigen para sus hijos enseñanza religiosa católica. Facili-tarla, según esa exigencia y cuanto antes es, obligación de un Estadode Derecho y eso sería lo normal. Lo otro es forzar las cosas y, ade-más, no es verdad. Dicho lo cual, deseamos para la enseñanza decualquier religión todo el respeto que se merece, de acuerdo con surealidad social.

No es verdad que sea oro todo lo que reluce en el mundo futbolís-tico, ni muchísimo menos... y no me estoy refiriendo a la falta de co-rrección de unos dirigentes de club que se permiten insultar a toda suafición y, naturalmente, al resto de los ciudadanos, enzarzándose enpeleas barriobajeras y en la exhibición de un lenguaje carente de la máselemental educación. Eso habla por sí solo, sin necesidad de más co-mentarios; me estoy refiriendo al deleznable mercado de jugadores yentrenadores de fútbol, que recuerda los peores momentos de la es-clavitud humana.

Hay muchos tipos de esclavitud y en ningún sitio está escrito quela de los ricos sea menor que la de los pobres. Esos contratos de cien-tos y cientos de millones de pesetas, que golpean a los ciudadanosde un país que registra la mayor tasa de paro de Europa, constitu-yen, por lo menos, un insulto intolerable. Cuanto más nos gusta elfutbol, más nos indignan algunas de las cosas que pasan en él.

Gonzalo de Berceo

No es verdad

El hombreque más cerca estuvo de JesúsEl Evangelio no ha recogido palabra alguna de san José, pero su silencio está lleno de grandeza. Ningún hombre ha estado

nunca tan cerca de Jesús. ¿Acaso las palabras pueden sustituir el gozo de la compañía? No necesitamos decir nada si Cristovive en nosotros. Por eso todos los santos han tenido una especial predilección por san José. Su secreto estaba, justamente en

lo esencial: ser de Cristo, vivir en Él, con Él y para Él

Hace algunas semanas que José noes capaz de arrastrase hasta su ta-ller. Las piernas se le han vueltode plomo, tiene una respiración

fatigosa y la temperatura del cuerpo es muyelevada. Ahí está, en su pobre lecho, mien-tras suenan las trompetas que anuncian lallegada de la Luna nueva.

Para aliviar sus dolores, María le pre-para vino mezclado con mirra. Los vecinosdicen que ya no hay nada que hacer con elcarpintero. Su mujer le acaricia: “No temas.Estamos aquí. Y también Dios está con no-sotros”. José reúne las fuerzas que todavía

le quedan y con un hilo de voz recomiendaa su esposa que cuide de Jesús. “No te preo-cupes -responde María-; ya es un hombre ysabe lo que ha de hacer”. El anciano carpin-tero no se siente tranquilo, e insiste: “Tienenecesidad de tu ayuda”.

José sufre, pero no se lamenta. Sus labiosse mueven para una última plegaria. Es lahora de la plegaria de la tarde cuando seduerme para siempre el justo carpintero deNazaret que supo obedecer al Señor en cir-cunstancias muy difíciles.

María llora. Jesús se queda atónito. Noes capaz de hablar ni de moverse. Por pri-

mera vez se encuentra de cara con la muer-te. Pasados los primeros momentos de estu-por, abraza a su madre y, juntos rezan. A losparientes y conocidos que lloran, Jesús lesdice: “No lloréis; ha muerto un hombrre jus-to y la esperanza de los justos está llena deinmortalidad”.

El cadáver de José esllevado al cemen-terio del pueblo. Terminada la oración, secierra la entrada de la tumba con una granpiedra. María y Jesús vuelven a casa. El mu-chacho trata de consolar a su madre y le re-cuerda un relato que le contó José:

“Un día, precisamente en la tarde delsábado, murieron al mismo tiempo los doshijos de un sacerdote. Aunque con el corazóndestrozado, la madre no quiso enturbiar asu marido la alegría del día festivo y cuandoéste volvió de la sinagoga, logró ocultarle lafunesta noticia. A la mañana siguiente se ar-mó de valor y le dijo al marido que, tiempoatrás, un amigo le había entregado dos jo-yas para que se las guardara. Ahora habíavenido a recogerlas. “¿Qué he de hacer?” -lepreguntó-. El sacerdote no titubeó un ins-tante: “Restituye las joyas”-contestó-. La mu-jer lo condujo hasta la habitación donde ya-cían los cuerpos sin vida de los dos mucha-chos. “He aquí las joyas que tengo querestituir”-le dijo-. Y el marido, sollozando,repitió las palabras de Job. “El Señor me losha dado, el Señor me los ha quitado: bendi-to sea el nombre del Señor”.

José era una joya regalada por Dios aMaría y a su Hijo

Dante Alimentia

María Magdalena:¿Cómo conociste a José?

María:¡José!¡José!¡Qué hermoso es recordarle!El ha sido, después de Jesús, lo mejor de

mi vida. Mi madre -lo recuerdo- dijo un día:“Ahora ya eres mujer”, y se quedó mirandocómo cruzaba el tiempo por mis pechos yme florecía el corazón de mis catorce años.

Yo tampoco entendía por qué todos loshombres al cruzar por la calle me mirabany, luego, entornaban los ojos al hacerlo, ydespués, tartamudos, me pedían disculpas,

como cuando has rozado un lirio sin que-rerlo.

Yo estaba reservada, lo sabían. Por eso,cuando alguien habló de matrimonio yotembé. No entendía. Algo se me quebrabadentro. Y tuve miedo. Pero luego alguienpronunció un nombre, y yo entendí que lapaz se llamaba José. Él era distinto. La pri-mera vez que nos vimos, su sonrisa cruzómi alma sin pisarla y yo me sentí libre bajo sumirada. ¡No preguntéis ahora si le quise!

¿Cómo no iba a quererle?

José Luis Martín Descalzo

«Nacimiento de Cristo». Frontal de Sagars (detalle). Museo Diocesano de Solsona (siglo XII)