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Semana del 05 al 11 de Enero 2015 [E. Libro] [E.M.T] [R. Servicio] [Atalaya] Recuerda que haciendo clic en alguno de los anuncios donde descargaste este archivo, aportas al mantenimiento económico del servidor y hosting de la página y de futuros proyectos. www.ayudatj.com o www.epubteo.blogspot.com GRACIAS!! [Cántico 113 ][E. Libro] [Inicio] [ 9 ][ 10 ][ 11 ][ 12 ][ 13 ][ 14 ][ 15 ][ 16 ][ 17 ][ 18 ][ 19 ] cl cap. 18 párrs. 9-19 9, 10. ¿Por qué ganó la Biblia en calidez y atractivo al haberse empleado escritores humanos? [ 9 ] [Textos] El hecho de que fueran hombres los que escribieron la Biblia logró que fuera muy cálida y atrayente. Sus redactores eran semejantes a nosotros tanto en los sentimientos que tenían como en las pruebas y presiones que afrontaban, dado que también eran imperfectos. A veces, el espíritu de Jehová los movió a referir sus emociones y luchas (2 Corintios 12:7-10). Así hicieron relatos en primera persona que ningún ángel podría haber compuesto. [ 10 ] [Textos] Pongamos por caso a David. Después de haber cometido varios pecados graves, este rey israelita compuso un salmo en el que reveló sus más íntimos sentimientos e imploró el perdón divino. Escribió: “Lávame cabalmente de mi error, y límpiame aun de mi pecado. Pues mis transgresiones yo mismo conozco, y mi pecado está enfrente de mí constantemente. ¡Mira! Con error fui dado a luz con dolores de parto, y en pecado me concibió mi madre. No me arrojes de delante de tu rostro; y tu espíritu santo, oh, no me lo quites. Los sacrificios para Dios son un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y aplastado, oh Dios, no lo despreciarás” (Salmo 51:2, 3, 5, 11, 17). ¿Verdad que percibimos la angustia del escritor? ¿Quién sino un ser humano imperfecto podría expresar estas emociones con tanta viveza? ¿Por qué habla de personas? 11. ¿Qué clase de relatos biográficos incluye la Biblia “para nuestra instrucción”? [ 11 ] [Textos] Hay otro aspecto que realza el atractivo de la Biblia. A buen grado, es un libro que habla de personas reales, algunas de las cuales sirvieron a Dios y otras no. Nos narra sus vivencias, tanto gratas como penosas, y el resultado de las decisiones que tomaron. Incluye tales relatos biográficos “para nuestra instrucción” (Romanos 15:4). Mediante ellos, Jehová nos toca el corazón con su enseñanza. Repasemos algunos. 12. ¿Cómo nos ayudan los relatos sobre personas infieles? [ 12 ] [Textos] La Biblia habla de personas infieles, e incluso malvadas, y cuenta qué les sucedió. En estos relatos, las cualidades negativas se ven en acción, lo que nos permite comprenderlas mejor. A modo de ilustración: ningún mandato que prohibiera la traición sería más impactante que el vivo ejemplo de Judas, quien con tanta deslealtad conspiró contra Jesús (Mateo 26:14-16, 46-50; 27:3-10). Esta clase de narraciones llegan mejor al corazón y nos ayudan a identificar y rechazar características detestables. 13. ¿Cómo nos ayuda la Biblia a entender las virtudes? [ 13 ] [Textos] Las Escrituras también aportan información sobre muchos siervos fieles del Altísimo, lo que nos permite enterarnos de su devoción y lealtad, y disponer de dechados de todas las virtudes que debemos cultivar para acercarnos a él. Tomemos como muestra la fe. La Biblia define esta cualidad e indica lo importante que es para agradar a Dios (Hebreos 11:1, 6). También contiene vívidos relatos donde se demuestra en acción, como el de la ocasión en que Abrahán trató de sacrificar a Isaac (Génesis, capítulo 22; Hebreos 11:17-19). Gracias a narraciones como esta, el término fe adquiere más sentido y es más entendible. ¡Qué sabio fue Jehová al no solo exhortarnos a cultivar las virtudes, sino además darnos modelos vivos! 14, 15. ¿Qué dice la Biblia sobre cierta viuda que fue al templo, y qué nos enseña sobre Jehová este relato?

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Semana del 05 al 11 de Enero 2015

[E. Libro] [E.M.T] [R. Servicio] [Atalaya]

Recuerda que haciendo clic en alguno de los anuncios donde descargaste este archivo, aportas al mantenimiento económico del servidor y hosting de la página y de futuros proyectos.

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GRACIAS!!

[Cántico 113 ][E. Libro] [Inicio]

[ 9 ][ 10 ][ 11 ][ 12 ][ 13 ][ 14 ][ 15 ][ 16 ][ 17 ][ 18

][ 19 ]

cl cap. 18 párrs. 9-19

9, 10. ¿Por qué ganó la Biblia en calidez y atractivo

al haberse empleado escritores humanos?

[ 9 ] [Textos] El hecho de que fueran hombres los que

escribieron la Biblia logró que fuera muy cálida y

atrayente. Sus redactores eran semejantes a nosotros

tanto en los sentimientos que tenían como en las

pruebas y presiones que afrontaban, dado que también

eran imperfectos. A veces, el espíritu de Jehová los

movió a referir sus emociones y luchas (2 Corintios

12:7-10). Así hicieron relatos en primera persona que

ningún ángel podría haber compuesto.

[ 10 ] [Textos] Pongamos por caso a David. Después

de haber cometido varios pecados graves, este rey israelita compuso un salmo en el que reveló sus más íntimos sentimientos e imploró el perdón divino. Escribió: “Lávame cabalmente de mi error, y límpiame aun de mi pecado. Pues mis transgresiones yo mismo conozco, y mi pecado está enfrente de mí constantemente. ¡Mira! Con error fui dado a luz con dolores de parto, y en pecado me concibió mi madre. No me arrojes de delante de tu rostro; y tu espíritu santo, oh, no me lo quites. Los sacrificios para Dios son un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y aplastado, oh Dios, no lo despreciarás” (Salmo 51:2, 3,

5, 11, 17). ¿Verdad que percibimos la angustia del escritor? ¿Quién sino un ser humano imperfecto podría expresar estas emociones con tanta viveza?

¿Por qué habla de personas?

11. ¿Qué clase de relatos biográficos incluye la

Biblia “para nuestra instrucción”?

[ 11 ] [Textos] Hay otro aspecto que realza el atractivo

de la Biblia. A buen grado, es un libro que habla de

personas reales, algunas de las cuales sirvieron a Dios

y otras no. Nos narra sus vivencias, tanto gratas como

penosas, y el resultado de las decisiones que tomaron.

Incluye tales relatos biográficos “para nuestra

instrucción” (Romanos 15:4). Mediante ellos, Jehová

nos toca el corazón con su enseñanza. Repasemos

algunos.

12. ¿Cómo nos ayudan los relatos sobre personas

infieles?

[ 12 ] [Textos] La Biblia habla de personas infieles, e

incluso malvadas, y cuenta qué les sucedió. En estos

relatos, las cualidades negativas se ven en acción, lo

que nos permite comprenderlas mejor. A modo de

ilustración: ningún mandato que prohibiera la traición

sería más impactante que el vivo ejemplo de Judas,

quien con tanta deslealtad conspiró contra Jesús (Mateo

26:14-16, 46-50; 27:3-10). Esta clase de narraciones

llegan mejor al corazón y nos ayudan a identificar y

rechazar características detestables.

13. ¿Cómo nos ayuda la Biblia a entender las

virtudes?

[ 13 ] [Textos] Las Escrituras también aportan

información sobre muchos siervos fieles del Altísimo, lo

que nos permite enterarnos de su devoción y lealtad, y

disponer de dechados de todas las virtudes que

debemos cultivar para acercarnos a él. Tomemos como

muestra la fe. La Biblia define esta cualidad e indica lo

importante que es para agradar a Dios (Hebreos

11:1, 6). También contiene vívidos relatos donde se

demuestra en acción, como el de la ocasión en que

Abrahán trató de sacrificar a Isaac (Génesis, capítulo

22; Hebreos 11:17-19). Gracias a narraciones como

esta, el término fe adquiere más sentido y es más

entendible. ¡Qué sabio fue Jehová al no solo

exhortarnos a cultivar las virtudes, sino además darnos

modelos vivos!

14, 15. ¿Qué dice la Biblia sobre cierta viuda que fue

al templo, y qué nos enseña sobre Jehová este

relato?

[ 14 ] [Textos] Los relatos bíblicos de personas de la

vida real suelen enseñar lecciones sobre el carácter de

Jehová. Examinemos el pasaje referente a una mujer a

la que Jesús observó en el templo mientras estaba

sentado cerca de las arcas de la tesorería. Aunque él

veía a todos los que hacían donativos, incluidos muchos

ricos que acudían a dar “de lo que les sobra[ba]”, se fijó

en una viuda humilde que depositó los últimos fondos

que le quedaban: “dos monedas pequeñas, que tienen

muy poco valor”*nota. Cristo, que reflejó a la perfección

el criterio divino, comentó: “Esta viuda pobre echó más

que todos los que están echando dinero en las arcas de

la tesorería”. Según muestra este comentario, había

entregado más que aquellos otros donantes juntos

(Marcos 12:41-44; Lucas 21:1-4; Juan 8:28).

Nota: * Cada una de ellas era un leptón, la moneda judía más

pequeña que había en circulación. Dos leptones equivalían a

la sesentaicuatroava parte del jornal, y no bastaban ni para

comprar un gorrión, el pájaro más barato que consumían los

pobres.

[ 15 ] [Textos] ¿Verdad que es significativo que la Biblia destaque a la viuda entre quienes fueron al templo aquel día? De este modo, Jehová muestra que es apreciativo, que le complace lo que le damos de corazón, sin compararlo con lo que otros puedan donar. No cabe duda de que Dios empleó el mejor método para enseñarnos esta reconfortante verdad.

Las omisiones de la Biblia

16, 17. ¿Cómo vemos la sabiduría de Jehová hasta en los detalles que decidió omitir en su Palabra?

[ 16 ] [Textos] Cuando escribimos a un ser querido,

no podemos incluir en la carta todo, de modo que

seleccionamos lo que vamos a contarle. Igualmente,

Jehová optó por mencionar ciertos sucesos y personas

en su Palabra, pero sin aportar siempre todos los

detalles (Juan 21:25). Por ejemplo, cuando la Biblia

habla del juicio divino, tal vez no hallemos la respuesta a

cada pregunta que tengamos. Sin embargo, vemos la

sabiduría de Dios hasta en lo que él decide omitir en las

Escrituras. ¿De qué manera?

[ 17 ] [Textos] La forma en que están redactadas pone

a prueba lo que tenemos en nuestro interior, tal como

indica Hebreos 4:12: “La palabra [o el mensaje] de Dios

es viva, y ejerce poder, y es más aguda que toda

espada de dos filos, y penetra hasta dividir entre alma y

espíritu, [...] y puede discernir pensamientos e

intenciones del corazón”. En efecto, el mensaje de la

Biblia penetra hasta lo más íntimo y saca a la luz

nuestros verdaderos pensamientos y motivos. Quien la

lee con actitud hipercrítica suele encontrar una piedra de

tropiezo en los relatos que no aportan tanta información

como desearía, y a veces llega a cuestionar que Jehová

sea de verdad amoroso, sabio y justo.

18, 19. a) ¿Por qué no debería turbarnos el que un

relato bíblico suscite preguntas que no logramos

contestar de inmediato? b) ¿Qué hace falta para

comprender la Palabra de Dios, y cómo muestra este

hecho la inmensa sabiduría de Jehová?

[ 18 ] [Textos] Sin embargo, al investigar las Escrituras

atentamente y con corazón sincero, llegamos a ver al

Todopoderoso en el contexto que lo presenta la Biblia

en su totalidad. De ahí que no nos turbe encontrar algún

relato que plantee preguntas para las que no hallemos

respuestas inmediatas. Para ilustrarlo: cuando hacemos

un rompecabezas de muchas piezas, al principio tal vez

no encontremos la que buscamos o no sepamos dónde

encajar una de ellas. No obstante, puede ser que ya

hayamos montado las necesarias para tener una idea

de cómo debe de ser la imagen completa. Así mismo,

en el estudio de la Biblia aprendemos poco a poco qué

clase de Dios es Jehová y logramos formarnos un

cuadro claro. Aunque al principio no alcancemos a

entender cierta narración ni cómo armoniza con la

personalidad del Creador, el estudio ya nos ha

enseñado más que suficiente acerca de él para saber

que siempre actúa con amor y rectitud.

[ 19 ] [Textos] Por lo tanto, a fin de comprender la

Palabra de Dios, es preciso leerla y estudiarla con

corazón sincero y mente abierta. ¿No muestra este

hecho la inmensa sabiduría de Jehová? Los seres

humanos inteligentes pueden escribir libros que resultan

entendibles solo para “los sabios e intelectuales”. Pero

la redacción de un libro cuyo contenido sea asequible

únicamente a quienes tengan la debida motivación

requiere la sabiduría divina (Mateo 11:25).

[E.M.T] [Inicio]

[P.S] [Nº1] [Nº2] [Nº3]

[P.S] Lectura de la Biblia: Josué 16 a 20 (8 min.)

[Nº1] Núm. 1: Josué 17:11-18 (3 min. o menos)

11 Y vinieron a pertenecer a Manasés, en Isacar y en

Aser: Bet-seán y sus pueblos dependientes e Ibleam y sus pueblos dependientes y los habitantes de Dor y sus pueblos dependientes y los habitantes de En-dor y sus pueblos dependientes y los habitantes de Taanac y sus pueblos dependientes y los habitantes de Meguidó y sus pueblos dependientes, tres de las alturas.

12 Y los hijos de Manasés no lograron tomar posesión

de estas ciudades, sino que los cananeos persistieron en morar en esta tierra.

13 Y resultó que, cuando los

hijos de Israel se hicieron fuertes, fueron poniendo a los cananeos a hacer trabajos forzados, y no los desposeyeron enteramente.

14 Y los hijos de José procedieron a hablar con

Josué, y dijeron: “¿Por qué me has dado como herencia una sola suerte y un solo lote, cuando soy un pueblo numeroso por razón de que Jehová me ha bendecido hasta ahora?”.

15 Por lo cual Josué les dijo: “Si eres

pueblo numeroso, anda, sube al bosque, y tienes que hacerte desmonte allí en la tierra de los perizitas y de los refaím, porque la región montañosa de Efraín se ha hecho demasiado angosta para ti”.

16 Entonces los hijos

de José dijeron: “No basta para nosotros la región montañosa, y hay carros de guerra con hoces de hierro entre todos los cananeos que moran en la tierra de la llanura baja, tanto los que están en Bet-seán y sus pueblos dependientes como los que están en la llanura baja de Jezreel”.

17 De modo que Josué dijo esto a la

casa de José, a Efraín y Manasés: “Eres un pueblo numeroso, y gran poder es tuyo. No debes recibir una sola suerte,

18 sino que la región montañosa debe llegar

a ser tuya. Porque es bosque, tendrás que desmontarlo, y tiene que llegar a ser el punto de terminación para ti. Pues debes expulsar a los cananeos, aunque tengan carros de guerra con hoces de hierro y sean fuertes”.

[Nº2] Núm. 2: ¿Quién es Dios? (igw pág. 2 párrs. 1-

3) (5 min.)

¿Quién es Dios? “Que la gente sepa que tú, cuyo nombre es Jehová, tú solo eres el Altísimo sobre toda la tierra.” (Salmo 83:18 [82:19 en algunas versiones]) “Sepan que Jehová es Dios. Es él quien nos ha hecho, y no nosotros mismos.” (Salmo 100:3) “Yo soy Jehová. Ese es mi nombre; y a ningún otro daré yo mi propia gloria, ni mi alabanza a imágenes esculpidas.” (Isaías 42:8) [Nº3] Núm. 3: Rey Acab. Tema: Los malvados no

tienen paz (it-1 págs. 37, 38) (5 min.)

ACAB

(Hermano del Padre).

1. Hijo de Omrí y rey del reino norteño de Israel. Gobernó en Samaria durante veintidós años, desde aproximadamente 940 a. E.C. (1Re 16:28, 29.)

Tolera la adoración falsa. Acab tuvo uno de los peores comportamientos en lo que respecta a la adoración verdadera. No solo toleró la forma corrompida de adoración a Jehová por medio de los becerros de oro que Jeroboán había mandado hacer, sino que además permitió que la adoración a Baal infectara a Israel a una escala sin precedentes como consecuencia de su matrimonio con Jezabel, la hija de Etbaal, rey de Sidón. Josefo llama Itobalo a Etbaal cuando cita a Menandro, un historiador de la antigüedad, y dice que fue sacerdote de Astarté antes de ascender al trono, lo que consiguió asesinando al rey. (Contra Apión, libro I, sec. 18.)

Acab permitió que su esposa pagana Jezabel lo indujera a adorar a Baal, a construirle un templo y a erigir un poste sagrado en honor de Astoret (Astarté). (1Re 16:30-33.) En poco tiempo ya había cuatrocientos cincuenta profetas de Baal y cuatrocientos profetas del poste sagrado, todos los cuales comían de la mesa real de Jezabel. (1Re 18:19.) Mataron a espada a los profetas verdaderos de Jehová, pero gracias a la acción de Abdías, hombre de fe que llevaba los asuntos de la casa de Acab, se conservó con vida a cien de ellos, pues los escondió en cuevas donde subsistieron a base de pan y agua. (1Re 18:3, 4, 13; 19:10.)

Por haberse vuelto a la adoración de Baal, Elías le informó a Acab que habría una gran sequía, que, según Lucas 4:25 y Santiago 5:17, duró tres años y seis meses. (1Re 17:1; 18:1.) Únicamente volverían las lluvias „por orden de la palabra‟ de Elías, y a pesar de que Acab lo buscó en todas las naciones y reinos circundantes, se mantuvo fuera de su alcance hasta el tiempo debido. (1Re 17:8, 9; 18:2, 10.) Acab trató de culparle de la sequía y el hambre, acusación que Elías refutó, mostrando que la verdadera causa era la adoración a Baal que Acab patrocinaba. Una prueba que se llevó a cabo en la cima del monte Carmelo demostró que Baal era una nulidad y puso de manifiesto que Jehová era el Dios verdadero. Los profetas de Baal fueron muertos por mandato de Elías y poco después cayó un aguacero que puso fin a la sequía. (1Re 18:17-46.) Acab regresó a Jezreel, donde estaba su esposa, y le informó de las actividades de Elías contra la adoración a Baal. Jezabel reaccionó profiriendo una amenaza violenta contra Elías, de modo que este huyó al monte Horeb. (1Re 19:1-8.)

Construcción de la capital; victorias sobre Siria. Se cree que entre las obras de construcción de Acab estuvo la finalización de las fortificaciones de la ciudad de Samaria, que, según las excavaciones arqueológicas, comprendían tres muros de gran solidez y muy bien construidos. También se descubrió una plataforma palaciega que medía unos 90 m. por 180 m., con una pared de sillería fina que la rodeaba. Se encontraron numerosos paneles de marfil para decorar muebles y paredes, lo que quizás guarde relación con “la casa de marfil” de Acab mencionada en 1 Reyes

22:39. (GRABADO, vol. 1, pág. 948; compárese con Am 3:15; 6:4.)

Pronto fueron puestas a prueba la riqueza de la ciudad y su fortaleza: el rey sirio Ben-hadad II, a la cabeza de una coalición de treinta y dos reyes, sitió Samaria. Aunque en un principio Acab asintió sumisamente a las demandas de su agresor, luego dejó de someterse para impedir lo que hubiera significado el saqueo completo de su palacio. Las negociaciones de paz fracasaron y Acab, por dirección divina, empleó una estratagema de batalla que tomó al enemigo desprevenido; hubo una gran matanza, pero Ben-hadad logró escapar. (1Re 20:1-21.)

Convencido de que Jehová era solo un “Dios de montañas”, Ben-hadad regresó al año siguiente con una fuerza militar igualmente numerosa, pero se formó para la batalla en los llanos próximos a Afeq, en el territorio de Manasés, en vez de avanzar hacia la región montañosa de Samaria. (Véase AFEQ núm. 5.) Las fuerzas israelitas se dirigieron al lugar de la batalla, pero parecían “dos rebañuelos de cabras” en comparación con el imponente campamento sirio. Jehová prometió demostrar que los condicionamientos geográficos no afectan su poder. Con esta garantía, las fuerzas de Acab infligieron al enemigo una derrota aplastante. (1Re 20:26-30.) No obstante, de manera muy similar a como actuó el rey Saúl con Agag el amalequita, Acab perdonó la vida a Ben-hadad y celebró un pacto con él, según el cual se devolverían a Israel las ciudades capturadas y Acab podría asignarse ciertas calles en Damasco, probablemente para establecer en ellas bazares o mercados con el fin de fomentar su comercio en la capital siria. (1Re 20:31-34.) Al igual que en el caso de Saúl, Jehová condenó a Acab por ello y predijo calamidad futura para él y su pueblo. (1Re 20:35-43.)

El asesinato de Nabot y sus consecuencias. Durante un intervalo de paz de tres años, Acab se interesó en adquirir la viña de Nabot de Jezreel, una porción de tierra que anhelaba debido a que lindaba con los terrenos del palacio donde residía. Cuando Nabot rehusó acceder a esta petición sobre la base de la ley de Dios concerniente a la inviolabilidad de las posesiones hereditarias, Acab, malhumorado, se retiró a su casa y se echó en su lecho de cara a la pared, rehusando comer. Una vez que se enteró de la causa de su abatimiento, la pagana Jezabel planeó el asesinato de Nabot so pretexto de someterlo a un juicio por blasfemia, usando para ello cartas escritas en nombre de Acab. Cuando este fue a tomar posesión de la codiciada porción de terreno, Elías se encontró con él allí y lo denunció con severidad, diciéndole que era un asesino y que se había vendido para hacer lo malo ante el apremio constante de su esposa pagana. Así como los perros habían lamido la sangre de Nabot, del mismo modo lamerían la de Acab, y a Jezabel misma y a los descendientes de Acab se los comerían los perros y las aves de rapiña. Estas palabras afectaron mucho a Acab, quien, sintiendo profundo pesar, ayunó vestido de saco, ora sentándose, ora andando desalentado. Sobre esta base se le extendió una medida de misericordia con

relación a cuándo le acaecería dicha calamidad a su casa. (1Re 21:1-29.)

Una alianza matrimonial entre la hija de Acab, Atalía, y Jehoram, el hijo del rey Jehosafat, fortaleció las relaciones del rey de Israel con Judá, al S. (1Re 22:44; 2Re 8:18, 26; 2Cr 18:1.) En una visita de cortesía que Jehosafat efectuó a Samaria, Acab le indujo a apoyarle para reconquistar Ramot-galaad a los sirios, quienes, al parecer, no habían cumplido en su totalidad con los términos del pacto que Ben-hadad había hecho. Un grupo de profetas falsos aseguraron a coro el éxito, pero Jehosafat pidió que se llamara a Micaya, profeta odiado por Acab, quien predijo calamidad sin paliativos. Acab ordenó que le detuvieran y testarudamente procedió al ataque, pero, aunque tuvo la precaución de disfrazarse, le alcanzó una flecha perdida que le causó una muerte lenta. Llevaron su cuerpo a Samaria para enterrarlo, y cuando “empezaron a lavar el carro de guerra junto al estanque de Samaria, [...] los perros se pusieron a lamer su sangre”. Las excavaciones realizadas en la esquina noroccidental del espacioso patio del palacio de Samaria pusieron al descubierto una gran cuenca artificial que bien pudo haber sido el lugar donde se cumplió la profecía. (1Re 22:1-38.)

Inscripciones moabitas y asirias. Durante el reinado de Acab se hace mención de la reconstrucción de Jericó, posiblemente como parte de un proyecto de fortalecimiento del control de Israel sobre Moab. (1Re 16:34; compárese con 2Cr 28:15.) La Piedra Moabita del rey Mesá de Moab habla de la dominación que ejercieron sobre los moabitas el rey Omrí y su hijo.

En las inscripciones asirias sobre la batalla que Salmanasar III libró en Qarqar contra una coalición de doce reyes, se menciona a a-ha-ab-bu como miembro de aquella coalición. La mayoría de los doctos consideran que ese nombre se refiere al rey Acab de Israel, aunque tal alegación es cuestionable, como se explica en el artículo SALMANASAR núm. 1.

2. Falso profeta exiliado en Babilonia; hijo de Qolaya. Jeremías predijo que Nabucodonosor „asaría al fuego‟ a este profeta, inmoral y mentiroso, y a su compañero. (Jer 29:21-23.)

[R. Servicio] [Inicio]

Tema del mes: Compartamos las “cosas buenas”

del tesoro que se nos ha confiado (Mateo 12:35a).

Cántico 28

30 min. “Nuevas canciones para alabar a Jehová.”

Análisis con el auditorio. Al analizar el párrafo 6,

permita que la congregación escuche la grabación

de la canción “¡Que venga el Reino establecido

por Dios!”. Luego pida a los presentes que se

pongan de pie para cantarla. Tal vez sea

necesario que la canten dos veces a fin de

aprendérsela.

Descargar Canción Nueva

Nuevas canciones para alabar a Jehová

1 En la última reunión anual de la corporación Watch

Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania, que

tuvo lugar el 4 de octubre de 2014, se anunció que

había planes de revisar nuestro cancionero. Sin duda,

esa fue una noticia muy emocionante. Además, a

todos los presentes se les recordó que las canciones

de alabanza a Dios son parte importante de nuestra

adoración (Sal. 96:2).

(Salmo 96:2) Canten a Jehová, bendigan su nombre.

De día en día anuncien las buenas nuevas de salvación

por él.

2 Pero ¿por qué hace falta revisar nuestro

cancionero? Hay varias razones. En primer lugar,

ahora entendemos mejor ciertos pasajes bíblicos, por

lo que la letra de algunas canciones tal vez tenga que

cambiarse (Prov. 4:18). Y en segundo lugar, puesto

que en muchos idiomas se está revisando la

Traducción del Nuevo Mundo, quizá haya que

cambiar algunas expresiones de nuestro cancionero

tomadas de la versión anterior de la Biblia. Además,

como es probable que haya que modificar de forma

considerable el cancionero, se ha decidido

aprovechar la oportunidad para añadir algunas

canciones nuevas.

(Proverbios 4:18) Pero la senda de los justos es como

la luz brillante que va haciéndose más y más clara hasta

que el día queda firmemente establecido.

3 ¿Tendremos que esperar a que el cancionero se

vuelva a imprimir para empezar a usar estas nuevas

canciones? No, pues durante los siguientes meses se

publicarán algunas en jw.org. Poco después de que se

publique una nueva, la cantaremos al final de una

Reunión de Servicio. En el programa para esa semana

aparecerá el título del cántico acompañado de la

frase: “canción nueva”.

4 Cómo aprenderse las nuevas canciones. Aprenderse

una canción no siempre es fácil. Con todo, nosotros

queremos imitar al salmista, que dijo: “Que mi gloria

te celebre con melodía y no guarde silencio” (Sal.

30:12). Las siguientes sugerencias nos ayudarán a

aprendernos las nuevas canciones y a cantarlas con el

corazón.

(Salmo 30:12) a fin de que [mi] gloria te celebre con

melodía y no guarde silencio. Oh Jehová Dios mío,

hasta tiempo indefinido ciertamente te elogiaré.

• Escuchemos varias veces las grabaciones

musicales, las cuales estarán disponibles en

jw.org. Esto nos permitirá aprendérnoslas más

rápido.

• Estudiemos la letra e intentemos memorizarla.

• Cantemos las canciones muchas veces, hasta que

nos salgan bien.

• Practiquemos las canciones en la Noche de

Adoración a fin de que toda la familia pueda

cantarlas con confianza.

5 Durante los próximos meses, cuando se incluya una

nueva canción para finalizar el programa de la

Reunión de Servicio, la congregación escuchará

primero la grabación musical. Luego cantará la

canción como se hace habitualmente.

6 En realidad, cantar en las reuniones es algo muy

especial, pues nos da la oportunidad de unir nuestras

voces en alabanza a Jehová. Por lo tanto, evitemos la

costumbre de hacer otra cosa cuando llega el

momento de cantar en las reuniones.

7 Hay algo más que podemos hacer para mostrar que

vemos como algo sagrado nuestra música. En las

asambleas, antes de que empiece cada sesión, se

presenta un preludio musical. Hermanos de todas

partes del mundo hacen grandes sacrificios para

grabar toda la música que usamos en nuestra

adoración. Van a Patterson (Nueva York) dos veces al

año, y ellos mismos se costean el viaje. Por eso,

cuando el presidente de la sesión nos pida que

tomemos nuestros asientos y escuchemos lo que la

orquesta ha preparado, deberíamos hacerlo

enseguida. Esto nos preparará el corazón para la

información que se presentará a continuación (Esd.

7:10).

(Esdras 7:10) Porque Esdras mismo había preparado

su corazón para consultar la ley de Jehová y para

poner[la] por obra y para enseñar en Israel

disposiciones reglamentarias y justicia.

8 La reunión de hoy concluirá con una nueva canción

titulada “¡Que venga el Reino establecido por Dios!”.

Esta canción, que se presentó en la reunión anual, se

compuso para conmemorar el centenario del

nacimiento del Reino.

9 Las nuevas canciones sin duda son parte de las

“cosas buenas” que nos ha dado Jehová (Mat. 12:35a).

Pongámonos la meta de aprendérnoslas para

cantarlas con el corazón. Así le daremos a Dios la

alabanza y la honra que merece (Sal. 147:1).

(Mateo 12:35) El hombre bueno, de su buen tesoro envía cosas buenas; mientras que el hombre inicuo, de su tesoro inicuo envía cosas inicuas.

(Salmo 147:1) Alaben a Jah, porque es bueno celebrar con melodía a nuestro Dios; porque es agradable... la alabanza es propia.

“¡Que venga el Reino establecido por Dios!”

(canción nueva) y oración

Cántico 119 [Atalaya] [Inicio]

[ 1 ][ 2 ][ 3 ][ 4 ][ 5 ][ 6 ][ 7 ][ 8 ][ 9 ][ 10 ][ 11 ][ 12

][ 13 ][ 14 ][ 15 ][ 16 ][ 17 ]

Por qué tenemos que ser santos

“Tienen que resultar santos.” (LEV. 11:45)

Cántico 17

¿QUÉ RESPONDERÍA? ¿Qué aprendemos del hecho de que se lavara a Aarón y sus hijos? ¿Qué relación hay entre la obediencia y la santidad? ¿Cómo deberíamos ver la ley de Jehová sobre la sangre? 1. ¿Cómo nos ayuda el libro de Levítico?

[ 1 ] [Textos] JEHOVÁ espera que todos sus siervos

sean santos, es decir, limpios en sentido espiritual,

moral y físico. La santidad se menciona por toda la

Biblia, pero sobre todo en el libro de Levítico. Por eso,

conocer mejor este libro nos ayudará a ser santos.

2. Mencione algunos aspectos interesantes del

libro de Levítico.

[ 2 ] [Textos] El libro de Levítico, que escribió

Moisés, forma parte de “toda [la] Escritura” que es

útil para enseñar (2 Tim. 3:16). El nombre de Jehová

aparece unas 10 veces en cada capítulo. Analizar este

libro nos dará las fuerzas para no hacer nada que

pueda manchar ese nombre (Lev. 22:32). La

expresión “Yo soy Jehová”, que se repite vez tras vez,

nos recuerda la importancia de obedecer a Dios. En

este artículo y en el siguiente descubriremos valiosas

perlas espirituales que nos ayudarán a servirle de

una manera limpia, santa.

TENEMOS QUE SER SANTOS

3, 4. a) ¿Qué representa el que se lavara a Aarón?

b) ¿Qué representa el que se lavara a los hijos de

Aarón? (Vea la ilustración del principio.)

[ 3 ] [Textos] (Lea Levítico 8:5, 6.) Jehová eligió a

Aarón para que fuera el sumo sacerdote de Israel y a

sus hijos para que fueran sacerdotes. Aarón

representa a Jesucristo, y sus hijos representan a los

ungidos. Pero ¿qué representa el que se lavara a

Aarón? ¿Acaso Jesús también tendría que ser lavado?

No, Jesús era un hombre “sin tacha”, libre de pecado

(Heb. 7:26; 9:14). En realidad, el estado limpio en el

que quedó Aarón representa la condición limpia y

justa de Jesús ante Dios. ¿Qué representa entonces

que se lavara a los hijos de Aarón?

[ 4 ] [Textos] Esta acción representa el proceso de

limpieza al que deben someterse quienes son

elegidos para ser sacerdotes en el cielo. ¿Se refiere

esa limpieza a su bautismo? No, porque el bautismo

no borra los pecados; más bien, simboliza que una

persona ha dedicado su vida a servir a Dios sin

reservas. Entonces, ¿cómo se lleva a cabo la limpieza?

Pablo dijo que es “por medio de la palabra”, así que

los ungidos deben poner en práctica en su vida las

enseñanzas de Cristo (Efes. 5:25-27). De esta manera,

por medio de la Palabra de Dios, son santificados y

lavados. ¿Se puede decir lo mismo de las “otras

ovejas”? (Juan 10:16.)

5. ¿Por qué podemos decir que las otras ovejas

también llegan a estar limpias por medio de la

Palabra de Dios?

[ 5 ] [Textos] Como hemos dicho, los hijos de Aarón

no representan a la “gran muchedumbre” de las otras

ovejas de Cristo (Rev. 7:9). Aun así, estos cristianos

también llegan a estar limpios y a ser santos por

medio de la Palabra de Dios. Tienen fe en lo que la

Biblia dice sobre el valor de la sangre que derramó

Jesús, y eso los motiva a servir a Jehová “día y noche”

(Rev. 7:13-15). La purificación de los ungidos y de las

otras ovejas es continua y, como resultado, se

comportan de manera excelente en todo momento (1

Ped. 2:12). ¡Cuánto debe alegrarle a Jehová observar

la limpieza y la unidad de los ungidos y las otras

ovejas, que obedecen a su Pastor, Jesús, y lo siguen

con lealtad!

6. ¿Por qué debemos examinarnos con

regularidad?

[ 6 ] [Textos] El que los sacerdotes tuvieran que

estar limpios en sentido físico tiene mucha

importancia para nosotros hoy. Con frecuencia, a

nuestros estudiantes de la Biblia les llama la atención

lo limpios que están nuestros lugares de culto y lo

bien arreglados que vamos nosotros. Pero, además, la

limpieza de los sacerdotes nos recuerda que

cualquiera que sube “a la montaña de Jehová”, que se

une a la adoración verdadera, tiene que hacerlo con

un corazón limpio (lea Salmo 24:3, 4; Is. 2:2, 3).

Jehová quiere que lo adoremos con un corazón, una

mente y un cuerpo limpios. Para ello, debemos

examinarnos con regularidad. Al hacerlo, tal vez

descubramos que tenemos que hacer cambios

drásticos (2 Cor. 13:5). Por ejemplo, un siervo de

Jehová bautizado que deliberadamente ve

pornografía haría bien en preguntarse: “¿Estoy

demostrando ser santo?”, y pedir ayuda para dejar

esa práctica sucia (Sant. 5:14).

SER SANTOS IMPLICA SER OBEDIENTES

7. ¿Cómo cumplió Jesús las palabras de Levítico

8:22-24?

[ 7 ] [Textos] Cuando se instauró el sacerdocio de

Israel, Moisés puso sangre de un carnero en la oreja

derecha, en el dedo pulgar de la mano derecha y en el

dedo gordo del pie derecho de Aarón, el sumo

sacerdote, y de sus hijos (lea Levítico 8:22-24). Esta

acción indicaba que los sacerdotes serían obedientes

y se esforzarían al realizar sus labores. De igual

modo, Jesús, nuestro Sumo Sacerdote, les dejó un

excelente ejemplo a los ungidos y las otras ovejas. Sus

oídos estuvieron atentos a la guía de Jehová; sus

manos estuvieron ocupadas en hacer la voluntad

divina, y sus pies se mantuvieron en el camino

correcto (Juan 4:31-34).

8. ¿Qué debemos hacer todos los siervos de

Jehová?

[ 8 ] [Textos] Todos nosotros, seamos ungidos o de

las otras ovejas, debemos imitar el ejemplo de lealtad

de Jesús, nuestro Sumo Sacerdote, y obedecer las

normas que Jehová da en la Biblia, pues no queremos

entristecer al espíritu santo de Dios (Efes. 4:30).

Tenemos que hacer “sendas rectas para [nuestros]

pies” (Heb. 12:13).

9. a) ¿Qué dijeron tres hermanos que han

trabajado estrechamente con miembros del

Cuerpo Gobernante? b) ¿Cómo nos ayudan los

comentarios de estos hermanos a seguir siendo

santos?

[ 9 ] [Textos] Veamos qué comentaron algunos

hermanos que por décadas han trabajado

estrechamente con miembros del Cuerpo

Gobernante. Uno dijo: “Aunque trabajar tan de cerca

con estos hermanos ha sido un gran privilegio, ha

habido ocasiones en las que pude comprobar que, si

bien son ungidos, no dejan de ser imperfectos. Aun

así, todos estos años me he esforzado por obedecer a

quienes Jehová ha nombrado para dirigir a su

pueblo”. Otro hermano comentó: “Textos como el de

2 Corintios 10:5, que nos anima a obedecer a Cristo,

me han enseñado que debo ser obediente y cooperar

con quienes supervisan la obra. Y así lo he hecho de

todo corazón”. Un tercer hermano se expresó así: “La

persona que ama lo que Jehová ama, odia lo que él

odia y constantemente busca su guía y quiere

agradarle, obedecerá a su organización y a quienes él

usa para llevar a cabo su propósito en la Tierra”. Él

recuerda cuánto le impresionó la obediencia del

hermano Nathan Knorr, quien llegó a ser miembro

del Cuerpo Gobernante. Cuando en 1925 la edición en

inglés de esta revista publicó algunas actualizaciones

doctrinales en el artículo “Nacimiento de la nación”,

Knorr las aceptó enseguida a pesar de que algunos

hermanos las pusieron en duda. Meditar en estos

comentarios nos ayuda a ver que ser santos implica

ser obedientes.

OBEDEZCAMOS LA LEY DE DIOS SOBRE LA

SANGRE

10. ¿Qué importancia tiene obedecer la ley de

Dios sobre la sangre?

[ 10 ] [Textos] (Lea Levítico 17:10.) Jehová les

prohibió a los israelitas comer “cualquier clase de

sangre”, y a los cristianos también se nos manda

abstenernos de ella, ya sea humana o animal (Hech.

15:28, 29). Aun en situaciones en las que nuestra vida

corra peligro, estamos resueltos a cumplir este

mandato, sin importar cuánto nos presionen quienes

no conocen a Jehová ni dan importancia a sus

normas. A diferencia de ellos, nosotros amamos a

Jehová y no queremos desobedecerle. Por nada del

mundo quisiéramos que Jehová nos rechazara y nos

sacara de su pueblo. Aunque sabemos que habrá

quienes nos ridiculicen por no aceptar sangre,

estamos decididos a obedecer (Jud. 17, 18). ¿Qué

puede ayudarle a estar “firmemente resuelto” a no

consumir sangre ni aceptar transfusiones? (Deut.

12:23.)

11. ¿Qué indica que lo que se hacía con la sangre

en el Día de Expiación tenía un profundo

significado?

[ 11 ] [Textos] Las instrucciones que Jehová le dio al

sumo sacerdote de Israel sobre qué hacer con la

sangre en el Día de Expiación nos ayudan a entender

mejor cómo la ve Dios. La sangre debía usarse con un

único fin: expiar, o borrar, los pecados de quienes

buscaban el perdón de Jehová. Ese día del año, el

sumo sacerdote debía hacer salpicar la sangre de un

toro y de una cabra macho delante de la cubierta del

arca del pacto (Lev. 16:14, 15, 19). Con esto, Jehová

perdonaría los pecados del pueblo. Dios también

mandó que cualquiera que cazara a un animal, antes

de comérselo, debía derramar su sangre y cubrirla

con polvo. ¿Por qué? “Porque el alma [la vida] de toda

clase de carne es su sangre.” (Lev. 17:11-14.) El uso

que se daba a la sangre en el Día de Expiación y el

mandato de derramarla en el suelo tenían un

profundo significado. No eran simples rituales.

Cientos de años antes, Jehová les había dicho a Noé y

a sus descendientes que no debían comer sangre;

había prohibido consumirla para sustentar la vida

(Gén. 9:3-6). ¿Qué nos enseña eso a los cristianos?

12. Según la carta de Pablo a los cristianos

hebreos, ¿qué relación hay entre la sangre y el

perdón?

[ 12 ] [Textos] En su carta a los cristianos hebreos, el

apóstol Pablo explicó que el perdón de pecados se

consigue a través de la sangre. Dijo que, según la Ley,

“casi todas las cosas son limpiadas con sangre [...], y a

menos que se derrame sangre no se efectúa ningún

perdón” (Heb. 9:22). Pablo mencionó que, aunque

estos sacrificios de animales tenían cierto valor, en

realidad servían para recordarles a los israelitas que

eran pecadores y que necesitaban un sacrificio

mucho mayor para que sus pecados fueran borrados

por completo. La Ley era “una sombra de las buenas

cosas por venir, pero no la sustancia misma de las

cosas” (Heb. 10:1-4). ¿Cómo se haría posible el

perdón permanente de los pecados?

13. ¿Cómo nos hace sentir lo que Jesús hizo?

[ 13 ] [Textos] (Lea Efesios 1:7.) El sacrificio que

Jesús hizo al entregar su vida por la humanidad

significa mucho para quienes lo amamos a él y a su

Padre (Gál. 2:20). Sin embargo, lo que realmente nos

liberó del pecado fue lo que Jesús hizo después de su

muerte y resurrección. De hecho, a eso apuntaban las

instrucciones de la Ley para el Día de Expiación. Ese

día, el sumo sacerdote entraba con parte de la sangre

de los sacrificios animales en el Santísimo del

tabernáculo —y más tarde del templo—, y allí la

presentaba ante Jehová, como si estuviera en su

presencia (Lev. 16:11-15). De la misma manera, tras

su resurrección, Jesús subió al cielo y allí presentó el

valor de su sangre humana ante Jehová (Heb. 9:6, 7,

11-14, 24-28). ¡Cuánto agradecemos que lo hiciera!

Gracias a nuestra fe en el valor de esa sangre, Dios

nos perdona los pecados y podemos disfrutar de una

conciencia limpia.

14, 15. ¿Por qué es importante entender y

obedecer la ley de Jehová sobre la sangre?

[ 14 ] [Textos] ¿Verdad que ahora comprendemos

mejor por qué Jehová prohibió comer “cualquier

clase de sangre”? (Lev. 17:10.) Para Dios, la sangre

equivale a la vida, por eso es tan sagrada (Gén. 9:4).

Sin duda, queremos tener su mismo punto de vista en

cuanto a este asunto y obedecer el mandato de

abstenernos de ella. Solo podremos estar en paz con

Dios si ejercemos fe en el sacrificio de Jesús y

entendemos el valor que la sangre tiene para nuestro

Creador (Col. 1:19, 20).

[ 15 ] [Textos] Lo cierto es que en cualquier

momento puede presentarse una situación en la que

nosotros, o algún ser querido, tengamos que decidir

si aceptar o no una transfusión, fracciones sanguíneas

o algún procedimiento médico que implique el uso de

sangre. Y ninguno de nosotros quisiera entristecer a

Jehová aceptando algo que él condena en su Palabra.

Por eso es tan importante orarle, investigar y tomar

una decisión antes de que se presente una

emergencia. Si así lo hacemos, tendremos la fortaleza

para defender nuestra postura y no ceder. Médicos,

enfermeros y muchas otras personas que ven las

transfusiones como un medio para salvar vidas le

piden a la gente que done sangre. Sin embargo,

nosotros sabemos que Jehová, el Creador, es el único

que tiene el derecho de decidir cómo usar la sangre, y

para él, “cualquier clase de sangre” es sagrada.

Resolvámonos, por tanto, a obedecer la ley de Dios

sobre la sangre. Mantengamos una conducta santa y

demostrémosle así lo mucho que apreciamos el poder

salvador de la sangre de su Hijo, la única que hace

posible el perdón de los pecados y la vida eterna

(Juan 3:16).

POR QUÉ ESPERA JEHOVÁ QUE SEAMOS SANTOS

16. ¿Por qué tenemos que ser santos?

[ 16 ] [Textos] Cuando Jehová liberó a los israelitas

de la esclavitud en Egipto, les dijo: “Yo soy Jehová que

los estoy haciendo subir de la tierra de Egipto para

resultar ser Dios para ustedes; y ustedes tienen que

resultar santos, porque yo soy santo” (Lev. 11:45).

Jehová esperaba que su pueblo fuera santo porque él

mismo lo es. Y por esa razón, nosotros también

tenemos que ser santos. El libro de Levítico lo deja

muy claro.

17. ¿Cómo nos beneficia el libro de Levítico?

[ 17 ] [Textos] Analizar algunos versículos de

Levítico ha sido muy útil. Nos ha ayudado a apreciar

más este libro de la Biblia y a entender mejor por qué

tenemos que ser santos. Pero Levítico contiene aún

más perlas espirituales. En el siguiente artículo

aprenderemos otras lecciones sobre cómo servir a

Jehová de manera santa.

Textos del Libro

Párrafo 9

(2 Corintios 12:7-10) simplemente debido al exceso de

las revelaciones. Por esto, para que no me sintiera

desmedidamente ensalzado, me fue dada una espina en

la carne, un ángel de Satanás, que siguiera

abofeteándome, para que no me

ensalzara desmedidamente. 8 Tocante a esto, tres veces

supliqué al Señor que esta se apartara de mí; 9 y, con

todo, él realmente me dijo: “Mi bondad inmerecida es

suficiente para ti; porque [mi] poder está

perfeccionándose en la debilidad”. Por eso muy

gustosamente prefiero jactarme respecto de mis

debilidades, para que el poder del Cristo permanezca

como tienda sobre mí. 10

Por lo tanto me complazco en

debilidades, en insultos, en necesidades, en

persecuciones y dificultades, por Cristo. Porque cuando

soy débil, entonces soy poderoso.

Párrafo 10

(Salmo 51:2, 3) Lávame cabalmente de mi error, y límpiame aun de mi pecado.

3 Pues mis transgresiones

yo mismo conozco, y mi pecado está enfrente de mí constantemente.

(Salmo 51:5) ¡Mira! Con error fui dado a luz con dolores de parto, y en pecado me concibió mi madre.

(Salmo 51:11) No me arrojes de delante de tu rostro; y tu espíritu santo, oh, no me lo quites.

(Salmo 51:17) Los sacrificios para Dios son un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y aplastado, oh Dios, no lo despreciarás.

Párrafo 11

(Romanos 15:4) Porque todas las cosas que fueron

escritas en tiempo pasado fueron escritas para nuestra

instrucción, para que mediante nuestro aguante y

mediante el consuelo de las Escrituras tengamos

esperanza.

Párrafo 12

(Mateo 26:14-16) Entonces uno de los doce, el que se llamaba Judas Iscariote, fue a los sacerdotes principales 15

y dijo: “¿Qué me darán para que lo traicione a ustedes?”. Le estipularon treinta piezas de plata.

16 De

modo que desde entonces él siguió buscando una buena oportunidad para traicionarlo.

(Mateo 26:46-50) Levántense, vámonos. ¡Miren! El que me traiciona se ha acercado”.

47 Y mientras todavía

hablaba, ¡mire!, vino Judas, uno de los doce, y con él una gran muchedumbre con espadas y garrotes, de parte de los sacerdotes principales y de los ancianos del pueblo.

48 Ahora bien, el que lo traicionaba les había

dado una señal, diciendo: “Al que bese, ese es; deténganlo”.

49 Y yendo directamente a Jesús, dijo:

“¡Buenos días, Rabí!”, y lo besó muy tiernamente. 50

Pero Jesús le dijo: “Amigo, ¿con qué propósito estás presente?”. Entonces se adelantaron y echaron mano a Jesús y lo detuvieron.

(Mateo 27:3-10) Entonces Judas, que lo había traicionado, viendo que [Jesús] había sido condenado, sintió remordimiento, y devolvió las treinta piezas de plata a los sacerdotes principales y a los ancianos, 4 diciendo: “Pequé cuando traicioné sangre justa”. Ellos

dijeron: “¿Qué nos importa? ¡Tú tienes que atender a eso!”.

5 De modo que él tiró las piezas de plata en el

templo y se retiró, y se fue y se ahorcó. 6 Mas los

sacerdotes principales tomaron las piezas de plata y dijeron: “No es lícito echarlas en la tesorería sagrada, porque son el precio de sangre”.

7 Después de consultar

entre sí, compraron con ellas el campo del alfarero para sepultar a los extraños.

8 Por eso se ha llamado aquel

campo “Campo de Sangre” hasta el día de hoy. 9 Entonces se cumplió lo que se habló mediante

Jeremías el profeta, que dijo: “Y tomaron las treinta piezas de plata, el precio del hombre que estaba a precio, aquel a quien pusieron precio algunos de los hijos de Israel,

10 y las dieron para el campo del alfarero,

según lo que me había mandado Jehová”.

Párrafo 13

(Hebreos 11:1) Fe es la expectativa segura de las cosas que se esperan, la demostración evidente de realidades aunque no se contemplen.

(Hebreos 11:6) Además, sin fe es imposible ser[le] de buen agrado, porque el que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que llega a ser remunerador de los que le buscan solícitamente.

(Génesis 22:1-24) Ahora bien, después de estas cosas aconteció que el Dios [verdadero] puso a prueba a Abrahán. Por consiguiente, le dijo: “¡Abrahán!”, a lo cual dijo él: “¡Aquí estoy!”.

2 Y él pasó a decir: “Toma, por

favor, a tu hijo, a tu hijo único a quien amas tanto, a Isaac, y haz un viaje a la tierra de Moria, y allí ofrécelo como ofrenda quemada sobre una de las montañas que yo te designaré”.

3 De modo que Abrahán se levantó

muy de mañana y aparejó su asno y tomó consigo a dos de sus servidores y a Isaac su hijo; y partió la leña para la ofrenda quemada. Entonces se levantó y emprendió el viaje al lugar que le designó el Dios [verdadero].

4 Fue

por primera vez al tercer día cuando Abrahán alzó los ojos y empezó a ver el lugar desde lejos.

5 Entonces

Abrahán dijo a sus servidores: “Quédense aquí con el asno, pero yo y el muchacho queremos ir allá, y adorar, y volver a ustedes”.

6 Después de eso, Abrahán tomó la

leña de la ofrenda quemada y la puso sobre Isaac su hijo, y tomó en sus manos el fuego y el cuchillo de

degüello, y ambos siguieron adelante juntos. 7 E Isaac

empezó a decir a Abrahán su padre: “¡Padre mío!”. Él a su vez dijo: “¡Aquí estoy, hijo mío!”. De modo que continuó: “Aquí están el fuego y la leña, ¿pero dónde está la oveja para la ofrenda quemada?”.

8 A lo cual dijo

Abrahán: “Dios se proveerá la oveja para la ofrenda quemada, hijo mío”. Y ambos siguieron andando juntos. 9 Finalmente llegaron al lugar que le había designado el

Dios [verdadero], y allí Abrahán edificó un altar y puso en orden la leña y ató de manos y pies a Isaac su hijo y lo puso sobre el altar, encima de la leña.

10 Entonces

Abrahán extendió la mano y tomó el cuchillo de degüello para matar a su hijo.

11 Pero el ángel de Jehová se puso

a llamarlo desde los cielos y a decir: “¡Abrahán, Abrahán!”, a lo cual él contestó: “¡Aquí estoy!”.

12 Y pasó

a decir: “No extiendas tu mano contra el muchacho y no le hagas nada, porque ahora sé de veras que eres temeroso de Dios, puesto que no has retenido de mí a tu hijo, tu único”.

13 En esto Abrahán alzó los ojos y miró,

y allí, a poca distancia enfrente de él, había un carnero prendido por los cuernos en un matorral. De modo que Abrahán fue y tomó el carnero y lo ofreció como ofrenda quemada en lugar de su hijo.

14 Y Abrahán se puso a

llamar aquel lugar por nombre Jehová-yiré. Por eso se acostumbra decir hoy: “En la montaña de Jehová se proveerá”.

15 Y el ángel de Jehová procedió a llamar a

Abrahán por segunda vez desde los cielos 16

y a decir: “„Por mí mismo de veras juro —es la expresión de Jehová— que por motivo de que has hecho esta cosa y no has retenido a tu hijo, tu único,

17 yo de seguro te

bendeciré y de seguro multiplicaré tu descendencia como las estrellas de los cielos y como los granos de arena que hay en la orilla del mar; y tu descendencia tomará posesión de la puerta de sus enemigos.

18 Y

mediante tu descendencia ciertamente se bendecirán todas las naciones de la tierra debido a que has escuchado mi voz‟”.

19 Después de eso Abrahán volvió a

sus servidores, y se levantaron, y juntos procedieron a irse a Beer-seba; y Abrahán continuó morando en Beer-seba.

20 Ahora bien, después de estas cosas aconteció

que le llegó a Abrahán el informe: “Mira que Milcá misma también le ha dado a luz hijos a Nacor tu hermano:

21 Uz su primogénito y Buz su hermano y

Quemuel el padre de Aram, 22

y Késed y Hazó y Pildás y Jidlaf y Betuel”.

23 Y Betuel llegó a ser padre de Rebeca.

Estos ocho le dio a luz Milcá a Nacor el hermano de Abrahán.

24 Estaba también su concubina, cuyo nombre

era Reumá. Con el tiempo ella misma también dio a luz a Tébah y Gaham y Tahas y Maacá.

(Hebreos 11:17-19) Por fe Abrahán, cuando fue probado, ofreció, por decirlo así, a Isaac, y el que gustosamente había recibido las promesas trató de ofrecer a [su hijo] unigénito,

18 aunque se le había dicho:

“Lo que será llamado „descendencia tuya‟ será mediante Isaac”.

19 Pero estimó que Dios podía levantarlo hasta

de entre los muertos; y de allí lo recibió también a manera de ilustración.

Párrafo 14

(Marcos 12:41-44) Y se sentó con las arcas de la tesorería a la vista, y se puso a observar cómo la muchedumbre echaba dinero en las arcas de la tesorería; y muchos ricos echaban muchas monedas. 42

Luego vino una viuda pobre y echó dos monedas pequeñas, que tienen muy poco valor.

43 Entonces él

llamó a sí a sus discípulos y les dijo: “En verdad les digo que esta viuda pobre echó más que todos los que están echando dinero en las arcas de la tesorería;

44 porque

todos ellos echaron de lo que les sobra, pero ella, de su indigencia, echó cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir”.

(Lucas 21:1-4) Ahora bien, al levantar la vista, vio a los ricos que echaban sus dádivas en las arcas de la tesorería.

2 Entonces vio a cierta viuda necesitada echar

allí dos monedas pequeñas de ínfimo valor, 3 y dijo: “En

verdad les digo: Esta viuda, aunque pobre, echó más que todos ellos.

4 Porque todos estos echaron dádivas

de lo que les sobra, mas esta echó, de su indigencia, todo el medio de vivir que tenía”.

(Juan 8:28) Por lo tanto, dijo Jesús: “Una vez que hayan alzado al Hijo del hombre, entonces sabrán que yo soy [ese], y que no hago nada por mi propia iniciativa; sino que hablo estas cosas así como el Padre me ha enseñado.

Párrafo 15

Párrafo 16

(Juan 21:25) Hay, de hecho, muchas otras cosas

también que Jesús hizo, que, si se escribieran alguna

vez en todo detalle, supongo que el mundo mismo no

podría contener los rollos que se escribieran.

Párrafo 17

(Hebreos 4:12) Porque la palabra de Dios es viva, y

ejerce poder, y es más aguda que toda espada de dos

filos, y penetra hasta dividir entre alma y espíritu, y entre

coyunturas y [su] tuétano, y puede discernir

pensamientos e intenciones de[l] corazón.

Párrafo 18

Párrafo 19

(Mateo 11:25) En aquella ocasión Jesús tomó la palabra

y dijo: “Te alabo públicamente, Padre, Señor del cielo y

de la tierra, porque has escondido estas cosas de los

sabios e intelectuales y las has revelado a los

pequeñuelos.

Textos Atalaya

Párrafo 1

Párrafo 2

(2 Timoteo 3:16) 16 Toda Escritura es inspirada de Dios

y provechosa para enseñar, para censurar, para

rectificar las cosas, para disciplinar en justicia,

(Levítico 22:32) 32 Y no deben profanar mi santo

nombre, y tengo que ser santificado en medio de los

hijos de Israel. Yo soy Jehová que está santificándolos,

Párrafo 3

(Levítico 8:5-6) 5 Luego Moisés dijo a la asamblea:

“Esta es la cosa que Jehová ha mandado hacer”. 6 Por

lo tanto Moisés hizo que se acercaran Aarón y sus hijos,

y los lavó con agua.

(Hebreos 7:26) 26 Porque tal sumo sacerdote nos era

apropiado: leal, sin engaño, incontaminado, separado

de los pecadores, y llegado a ser más alto que los cielos.

(Hebreos 9:14) 14 ¿cuánto más la sangre del Cristo,

que por un espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin

tacha a Dios, limpiará nuestra conciencia de obras

muertas para que rindamos servicio sagrado a[l] Dios

vivo?

Párrafo 4

(Efesios 5:25-27) 25 Esposos, continúen amando a sus

esposas, tal como el Cristo también amó a la

congregación y se entregó por ella, 26 para santificarla,

limpiándola con el baño de agua por medio de la

palabra, 27 para presentarse él a sí mismo la

congregación en su esplendor, sin que tenga mancha, ni

arruga, ni ninguna de tales cosas, sino que sea santa y

sin tacha.

(Juan 10:16) 16 ”Y tengo otras ovejas, que no son de

este redil; a esas también tengo que traer, y escucharán

mi voz, y llegarán a ser un solo rebaño, un solo pastor.

Párrafo 5

(Revelación 7:9) 9 Después de estas cosas vi, y, ¡miren!,

una gran muchedumbre, que ningún hombre podía

contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y

lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero,

vestidos de largas ropas blancas; y había ramas de

palmera en sus manos.

(Revelación 7:13-15) 13 Y, en respuesta, uno de los

ancianos me dijo: “Estos que están vestidos de la larga

ropa blanca, ¿quiénes son, y de dónde vinieron?”. 14

De modo que le dije inmediatamente: “Señor mío, tú

eres el que sabe”. Y me dijo: “Estos son los que salen de

la gran tribulación, y han lavado sus ropas largas y las

han emblanquecido en la sangre del Cordero. 15 Por

eso están delante del trono de Dios; y le están rindiendo

servicio sagrado día y noche en su templo; y El que está

sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos.

(1 Pedro 2:12) 12 Mantengan excelente su conducta

entre las naciones, para que, en la cosa de que hablan

contra ustedes como [de] malhechores, ellos, como

resultado de las obras excelentes de ustedes, de las

cuales son testigos oculares, glorifiquen a Dios en el día

para la inspección [por él].

Párrafo 6

(Salmos 24:3-4) 3 ¿Quién puede ascender a la montaña

de Jehová, y quién puede levantarse en su lugar santo?

4 El inocente de manos y limpio de corazón, que no

haya llevado Mi alma a pura indignidad, ni prestado

juramento engañosamente.

(Isaías 2:2-3) 2 Y en la parte final de los días tiene que

suceder [que] la montaña de la casa de Jehová llegará a

estar firmemente establecida por encima de la cumbre

de las montañas, y ciertamente será alzada por encima

de las colinas; y a ella tendrán que afluir todas las

naciones. 3 Y muchos pueblos ciertamente irán y dirán:

“Vengan, y subamos a la montaña de Jehová, a la casa

del Dios de Jacob; y él nos instruirá acerca de sus

caminos, y ciertamente andaremos en sus sendas”.

Porque de Sión saldrá ley, y de Jerusalén la palabra de

Jehová.

(2 Corintios 13:5) 5 Sigan poniéndose a prueba para ver

si están en la fe, sigan dando prueba de lo que ustedes

mismos son. ¿O no reconocen que Jesucristo está en

unión con ustedes? A no ser que estén desaprobados.

(Santiago 5:14) 14 ¿Hay alguno enfermo entre

ustedes? Que llame a [sí] a los ancianos de la

congregación, y que ellos oren sobre él, untándo[lo] con

aceite en el nombre de Jehová.

Párrafo 7

(Levítico 8:22-24) 22 Entonces acercó el segundo

carnero, el carnero de la instalación, y Aarón y sus hijos

pusieron sus manos sobre la cabeza del carnero. 23 A

continuación Moisés lo degolló y tomó parte de la

sangre de este y la puso sobre el lóbulo de la oreja

derecha de Aarón y sobre el dedo pulgar de la mano

derecha y sobre el dedo gordo del pie derecho. 24 En

seguida Moisés acercó a los hijos de Aarón y les puso

parte de la sangre sobre el lóbulo de la oreja derecha y

sobre el dedo pulgar de la mano derecha y sobre el

dedo gordo del pie derecho; pero Moisés roció el resto

de la sangre en derredor sobre el altar.

(Juan 4:31-34) 31 Entretanto, los discípulos estaban

instándole, diciendo: “Rabí, come”. 32 Pero él les dijo:

“Yo tengo alimento para comer del cual ustedes no

saben”. 33 Por lo tanto, los discípulos empezaron a

decirse unos a otros: “Nadie le ha traído de comer,

¿verdad?”. 34 Jesús les dijo: “Mi alimento es hacer la

voluntad del que me envió y terminar su obra.

Párrafo 8

(Efesios 4:30) 30 También, no estén contristando el

espíritu santo de Dios, con el cual han sido sellados para

un día de liberación por rescate.

(Hebreos 12:13) 13 y sigan haciendo sendas rectas para

sus pies, para que lo cojo no se descoyunte, sino que,

más bien, sea sanado.

Párrafo 9

(2 Corintios 10:5) 5 Porque estamos derrumbando

razonamientos y toda cosa encumbrada que se levanta

contra el conocimiento de Dios; y ponemos bajo

cautiverio todo pensamiento para hacerlo obediente al

Cristo;

Párrafo 10

(Levítico 17:10) 10 ”’En cuanto a cualquier hombre de

la casa de Israel o algún residente forastero que esté

residiendo como forastero en medio de ustedes que

coma cualquier clase de sangre, ciertamente fijaré mi

rostro contra el alma que esté comiendo la sangre, y

verdaderamente la cortaré de entre su pueblo.

(Hechos 15:28-29) 28 Porque al espíritu santo y a

nosotros mismos nos ha parecido bien no añadirles

ninguna otra carga, salvo estas cosas necesarias: 29 que

sigan absteniéndose de cosas sacrificadas a ídolos, y de

sangre, y de cosas estranguladas, y de fornicación. Si se

guardan cuidadosamente de estas cosas, prosperarán.

¡Buena salud a ustedes!”.

(Judas 17-18) 17 En cuanto a ustedes, amados,

recuerden los dichos que han sido declarados

previamente por los apóstoles de nuestro Señor

Jesucristo, 18 que ellos solían decirles: “En el último

tiempo habrá burlones, que procederán según sus

propios deseos de cosas impías”.

(Deuteronomio 12:23) 23 Simplemente queda

firmemente resuelto a no comer la sangre, porque la

sangre es el alma y no debes comer el alma con la

carne.

Párrafo 11

(Levítico 16:14-15) 14 ”Y tiene que tomar parte de la

sangre del toro y salpicarla con su dedo enfrente de la

cubierta al lado oriental, y con su dedo salpicará parte

de la sangre siete veces delante de la cubierta. 15 ”Y

tiene que degollar el macho cabrío de la ofrenda por el

pecado, que es para el pueblo, y tiene que traer su

sangre al interior de la cortina y hacer con su sangre lo

mismo que hizo con la sangre del toro; y tiene que

salpicarla hacia la cubierta y delante de la cubierta.

(Levítico 16:19) 19 También tiene que salpicar parte de

la sangre sobre él siete veces con su dedo y limpiarlo y

santificarlo de las inmundicias de los hijos de Israel.

(Levítico 17:11-14) 11 Porque el alma de la carne está

en la sangre, y yo mismo la he puesto sobre el altar para

ustedes para hacer expiación por sus almas, porque la

sangre es lo que hace expiación en virtud del alma [en

ella]. 12 Por eso he dicho a los hijos de Israel: “Ninguna

alma de ustedes debe comer sangre, y ningún residente

forastero que esté residiendo como forastero en medio

de ustedes debe comer sangre”. 13 ”’En cuanto a

cualquier hombre de los hijos de Israel o algún

residente forastero que esté residiendo como forastero

en medio de ustedes que al cazar prenda una bestia

salvaje o un ave que pueda comerse, en tal caso tiene

que derramar la sangre de esta y cubrirla con polvo. 14

Porque el alma de toda clase de carne es su sangre en

virtud del alma en ella. En consecuencia dije yo a los

hijos de Israel: “No deben comer la sangre de ninguna

clase de carne, porque el alma de toda clase de carne es

su sangre. Cualquiera que la coma será cortado”.

(Génesis 9:3-6) 3 Todo animal moviente que está vivo

puede servirles de alimento. Como en el caso de la

vegetación verde, de veras lo doy todo a ustedes. 4

Solo carne con su alma —su sangre— no deben comer.

5 Y, además de eso, su sangre de sus almas la

reclamaré. De la mano de toda criatura viviente la

reclamaré; y de la mano del hombre, de la mano de

cada uno que es su hermano, reclamaré el alma del

hombre. 6 Cualquiera que derrame la sangre del

hombre, por el hombre será derramada su propia

sangre, porque a la imagen de Dios hizo él al hombre.

Párrafo 12

(Hebreos 9:22) 22 Sí, casi todas las cosas son limpiadas

con sangre según la Ley, y a menos que se derrame

sangre no se efectúa ningún perdón.

(Hebreos 10:1-4) 10 Porque, puesto que la Ley tiene

una sombra de las buenas cosas por venir, pero no la

sustancia misma de las cosas, nunca pueden [los

hombres] con los mismos sacrificios que ofrecen

continuamente de año en año perfeccionar a los que se

acercan. 2 De otro modo, ¿no habrían dejado de

ofrecerse los [sacrificios], por cuanto los que rendían

servicio sagrado, habiendo sido limpiados una vez para

siempre, no tendrían ya ninguna conciencia de

pecados? 3 Al contrario, por estos sacrificios se hace

recordar los pecados de año en año, 4 porque no es

posible que la sangre de toros y de machos cabríos

quite los pecados.

Párrafo 13

(Efesios 1:7) 7 Por medio de él tenemos la liberación

por rescate mediante la sangre de ese, sí, el perdón de

[nuestras] ofensas, según las riquezas de su bondad

inmerecida.

(Gálatas 2:20) 20 Estoy fijado en un madero junto con

Cristo. Ya no soy yo el que vivo; antes bien, es Cristo el

que vive en unión conmigo. En verdad, la vida que

ahora vivo en carne la vivo por la fe que es para con el

Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí.

(Levítico 16:11-15) 11 ”Y Aarón tiene que presentar el

toro de la ofrenda por el pecado, que es para él, y hacer

expiación a favor de sí y de su casa; y tiene que degollar

el toro de la ofrenda por el pecado, que es para él. 12

”Y tiene que tomar el braserillo lleno de brasas

ardientes de fuego de sobre el altar delante de Jehová,

y los huecos de ambas manos llenos de incienso fino

perfumado, y tiene que traerlos al interior de la cortina.

13 También tiene que poner el incienso sobre el fuego

delante de Jehová, y la nube del incienso tiene que

extenderse sobre la cubierta del Arca, que está sobre el

Testimonio, para que él no muera. 14 ”Y tiene que

tomar parte de la sangre del toro y salpicarla con su

dedo enfrente de la cubierta al lado oriental, y con su

dedo salpicará parte de la sangre siete veces delante de

la cubierta. 15 ”Y tiene que degollar el macho cabrío de

la ofrenda por el pecado, que es para el pueblo, y tiene

que traer su sangre al interior de la cortina y hacer con

su sangre lo mismo que hizo con la sangre del toro; y

tiene que salpicarla hacia la cubierta y delante de la

cubierta.

(Hebreos 9:6-7) 6 Después de haberse construido estas

cosas de esta manera, los sacerdotes entran a todo

tiempo en el primer [compartimiento de la] tienda para

llevar a cabo los servicios sagrados; 7 pero en el

segundo [compartimiento] el sumo sacerdote entra

solo, una vez al año, no sin sangre, que él ofrece por sí

mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo.

(Hebreos 9:11-14) 11 Sin embargo, cuando Cristo vino

como sumo sacerdote de las cosas buenas que han

llegado a realizarse, mediante la tienda más grande y

más perfecta no hecha de manos, es decir, no de esta

creación, 12 él entró —no, no con la sangre de machos

cabríos y de torillos, sino con su propia sangre— una vez

para siempre en el lugar santo, y obtuvo liberación

eterna [para nosotros]. 13 Porque si la sangre de

machos cabríos y de toros, y las cenizas de novilla

rociadas sobre los que se han contaminado, santifica al

grado de limpieza de la carne, 14 ¿cuánto más la sangre

del Cristo, que por un espíritu eterno se ofreció a sí

mismo sin tacha a Dios, limpiará nuestra conciencia de

obras muertas para que rindamos servicio sagrado a[l]

Dios vivo?

(Hebreos 9:24-28) 24 Porque Cristo entró, no en un

lugar santo hecho de manos, el cual es copia de la

realidad, sino en el cielo mismo, para comparecer ahora

delante de la persona de Dios a favor de nosotros. 25

Tampoco es con el fin de que se ofreciera a sí mismo

muchas veces, como realmente entra el sumo sacerdote

en el lugar santo de año en año con sangre ajena. 26 De

otro modo, tendría que sufrir muchas veces desde la

fundación del mundo. Mas ahora se ha manifestado una

vez para siempre, en la conclusión de los sistemas de

cosas, para quitar de en medio el pecado mediante el

sacrificio de sí mismo. 27 Y así como está reservado a

los hombres morir una vez para siempre, pero después

de esto un juicio, 28 así también el Cristo fue ofrecido

una vez para siempre para cargar con los pecados de

muchos; y la segunda vez que aparece será aparte del

pecado y a los que lo están esperando con intenso

anhelo para [la] salvación [de ellos].

Párrafo 14

(Levítico 17:10) 10 ”’En cuanto a cualquier hombre de

la casa de Israel o algún residente forastero que esté

residiendo como forastero en medio de ustedes que

coma cualquier clase de sangre, ciertamente fijaré mi

rostro contra el alma que esté comiendo la sangre, y

verdaderamente la cortaré de entre su pueblo.

(Génesis 9:4) 4 Solo carne con su alma —su sangre—

no deben comer.

(Colosenses 1:19-20) 19 porque [Dios] tuvo a bien el

que toda la plenitud morara en él, 20 y mediante él

reconciliar de nuevo consigo mismo todas las [otras]

cosas, haciendo la paz mediante la sangre [que

derramó] en el madero de tormento, no importa que

estas sean las cosas sobre la tierra o las cosas en los

cielos.

Párrafo 15

(Juan 3:16) 16 ”Porque tanto amó Dios al mundo que

dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe

en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.

Párrafo 16

(Levítico 11:45) 45 Porque yo soy Jehová que los estoy

haciendo subir de la tierra de Egipto para resultar ser

Dios para ustedes; y ustedes tienen que resultar santos,

porque yo soy santo.

Cántico 113

Agradecidos por la Palabra de Dios

(Filipenses 2:16)

1. Te damos las gracias, bendito Jehová,

por dar tu Palabra de luz y verdad.

Tus siervos escribieron, por santa inspiración,

tus sabios consejos, tu recta instrucción.

2. Los fieles profetas de la antigüedad

son un buen modelo de fe y humildad.

Aunque eran imperfectos, vencieron el temor;

su historia nos llena de aliento y valor.

3. La Biblia es viva y tiene poder;

penetra en lo más hondo de nuestro ser;

ve nuestras intenciones y juzga al corazón;

nos sirve de guía, nos da protección.

(Véanse también Sal. 119:16, 162; 2 Tim. 3:16; Sant.

5:17; 2 Ped. 1:21.) volver

Cántico 28

La nueva canción

(Salmo 98)

1. Cántale a Jehová un himno nuevo, singular;

cuenta las proezas que ha hecho y que hará.

Él da salvación, su brazo victorioso es,

en la causa justa cabalga nuestro Juez.

(ESTRIBILLO)

¡Sí, sí, sí!,

hoy todos lo han de oír.

¡Sí, sí, sí!,

el Reino ya está aquí.

2. Con potente voz, bendice el nombre de Jehová;

su justicia alaba, proclama su bondad.

Que resuenen ya pandero, arpa y clarín;

este canto nuevo entonarás sin fin.

(ESTRIBILLO)

¡Sí, sí, sí!,

hoy todos lo han de oír.

¡Sí, sí, sí!,

el Reino ya está aquí.

3. El inmenso mar, la tierra y toda la creación,

canten jubilosos la gloria del Señor.

Que los ríos den aplausos al Rey celestial.

Montes y colinas, ¡de gozo salten ya!

(ESTRIBILLO)

¡Sí, sí, sí!,

hoy todos lo han de oír.

¡Sí, sí, sí!,

el Reino ya está aquí.

(Véanse también Sal. 96:1; 149:1; Isa. 42:10.) volver

Canción 136

¡Que venga el Reino establecido por Dios!

(Revelación 11:15; 12:10)

Jehová para siempre será

el Rey universal.

A Cristo le quiso entregar

un trono celestial.

Jesús ocupa su lugar;

la Tierra entera regirá.

(ESTRIBILLO)

¡El Reino ya nació!

Tendremos por fin salvación.

Rogamos con gran fe:

“¡Que venga el Reino de Dios!”.

El Diablo jamás triunfará;

su tiempo terminó.

Sabemos que pronto vendrá

el fin de la aflicción.

Jesús ocupa su lugar;

la Tierra entera regirá.

(ESTRIBILLO)

¡El Reino ya nació!

Tendremos por fin salvación.

Rogamos con gran fe:

“¡Que venga el Reino de Dios!”.

(Vea también Dan. 2:34, 35; 2 Cor. 4:18.) volver

Cántico 119

Ven a recibir ánimo

(Hebreos 10:24, 25)

1. La gente del mundo anda en oscuridad,

vagando en total confusión;

mas hoy a nosotros nos guía Jehová,

nos brinda su iluminación.

En nuestras reuniones nutrimos la fe

con una esperanza real;

cobramos valor para hacer siempre el bien

y ánimo para aguantar.

Por nada en la vida queremos dejar

de estar en la congregación,

y menos ahora que tan cerca está

el día de la salvación.

2. Si estás abatido, ven a recibir

el ánimo que nos da Dios.

Recuerda que debes el tiempo adquirir

a fin de escuchar su instrucción.

Los buenos pastores de ti cuidarán

y bien te sabrán orientar.

No olvides que siempre a tu lado estará

la fiel y amorosa hermandad.

Si somos leales, podremos vivir

en un paraíso de amor;

por eso, vayamos gozosos a oír

la sabiduría de Dios.

(Véanse también Sal. 37:18; 140:1; Pro. 18:1; Efe. 5:16;

Sant. 3:17.) volver

Cántico 17

¡Avancen, Testigos!

(Lucas 16:16)

1. ¡Firmes avancen, testigos de Jehová!

Defiendan con celo las nuevas de la paz.

El Diablo querrá silenciarlos,

no permitan que logre doblegarlos.

(ESTRIBILLO)

¡Avancen sin desmayar, siervos de Jehová!

Anuncien que pronto un paraíso habrá.

En él gozaremos de gran felicidad,

pues el mal y el dolor no serán más.

2. El aguerrido soldado del Señor

afronta las pruebas con gozo y con valor.

No deja que lo manche el mundo

y jamás se desvía de su rumbo.

(ESTRIBILLO)

¡Avancen sin desmayar, siervos de Jehová!

Anuncien que pronto un paraíso habrá.

En él gozaremos de gran felicidad,

pues el mal y el dolor no serán más.

3. Con arrogancia, los hombres de maldad

desprecian a Dios, su gobierno y su verdad.

Nosotros su nombre portamos

y su Reino orgullosos proclamamos.

(ESTRIBILLO)

¡Avancen sin desmayar, siervos de Jehová!

Anuncien que pronto un paraíso habrá.

En él gozaremos de gran felicidad,

pues el mal y el dolor no serán más.

(Véanse también Fili. 1:7; 2 Tim. 2:3, 4; Sant. 1:27.)

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Josué 16 a 20

16 Y salió la suerte para los hijos de José desde el

Jordán junto a Jericó hasta las aguas de Jericó al oriente, el desierto que sube de Jericó a la región montañosa de Betel.

2 Y salía de Betel, que pertenece a

Luz, y pasaba al límite de los arkitas en Atarot, 3 y

bajaba hacia el oeste al límite de los jafletitas hasta el límite de Bet-horón Baja y Guézer, y resultaba que su terminación daba al mar.

4 Y los hijos de José, Manasés y Efraín, procedieron

a tomar posesión de tierra. 5 Y el límite de los hijos de

Efraín por sus familias vino a ser, sí, el límite de su herencia hacia el oriente vino a ser Atarot-addar, hasta Bet-horón Alta;

6 y el límite salía al mar. Micmetat estaba

al norte, y el límite daba la vuelta hacia el oriente a Taanat-siló, y pasaba hacia el oriente a Janóah.

7 Y

bajaba de Janóah a Atarot y a Naará y llegaba hasta Jericó y salía al Jordán.

8 Desde Tapúah el límite seguía

hacia el oeste al valle torrencial de Qaná, y resultaba que su terminación daba al mar. Esta es la herencia de la tribu de los hijos de Efraín por sus familias.

9 Y los

hijos de Efraín tenían ciudades enclavadas en medio de la herencia de los hijos de Manasés, todas las ciudades y sus poblados.

10 Y no expulsaron a los cananeos que estaban

morando en Guézer, y los cananeos continúan morando

en medio de Efraín hasta el día de hoy, y vinieron a estar sujetos a trabajos forzados de esclavo.

17 Y la suerte vino a ser para la tribu de Manasés,

porque él era el primogénito de José, para Makir el primogénito de Manasés, el padre de Galaad, porque él fue uno que resultó ser hombre de guerra; y Galaad y Basán llegaron a pertenecerle.

2 Y llegó a haber [una

suerte] para los hijos de Manasés que quedaron, según sus familias, para los hijos de Abí-ézer y los hijos de Héleq y los hijos de Asriel y los hijos de Siquem y los hijos de Héfer y los hijos de Semidá. Estos fueron los hijos de Manasés hijo de José, los varones según sus familias.

3 En cuanto a Zelofehad hijo de Héfer, hijo de

Galaad, hijo de Makir, hijo de Manasés, resultó que no tuvo hijos, sino hijas, y estos eran los nombres de sus hijas: Mahlá y Noá, Hoglá, Milcá y Tirzá.

4 De modo que

estas se presentaron delante de Eleazar el sacerdote y Josué hijo de Nun y los principales, y dijeron: “Jehová fue quien mandó a Moisés que nos diera una herencia en medio de nuestros hermanos”. Por consiguiente, les dio, por orden de Jehová, una herencia en medio de los hermanos de su padre.

5 Y hubo diez lotes que le tocaron a Manasés aparte

de la tierra de Galaad y Basán, que estaban al otro lado del Jordán;

6 porque las hijas de Manasés obtuvieron

una herencia en medio de los hijos de él; y la tierra de Galaad vino a ser la propiedad de los hijos de Manasés que quedaron.

7 Y el límite de Manasés vino a ser desde Aser hasta

Micmetat, que está enfrente de Siquem, y el límite se dirigía a la derecha a los habitantes de En-Tapúah.

8 La

tierra de Tapúah vino a ser de Manasés, pero Tapúah, en el límite de Manasés, pertenecía a los hijos de Efraín. 9 Y el límite bajaba al valle torrencial de Qaná, hacia el

sur al valle torrencial de estas ciudades de Efraín en medio de las ciudades de Manasés, y el límite de Manasés estaba al norte del valle torrencial, y su terminación llegaba a dar al mar.

10 Al sur era de Efraín;

y al norte, de Manasés, y el mar venía a ser su límite; y por el norte llegan hasta Aser, y por el oriente, hasta Isacar.

11 Y vinieron a pertenecer a Manasés, en Isacar y en

Aser: Bet-seán y sus pueblos dependientes e Ibleam y sus pueblos dependientes y los habitantes de Dor y sus pueblos dependientes y los habitantes de En-dor y sus pueblos dependientes y los habitantes de Taanac y sus pueblos dependientes y los habitantes de Meguidó y sus pueblos dependientes, tres de las alturas.

12 Y los hijos de Manasés no lograron tomar posesión

de estas ciudades, sino que los cananeos persistieron en morar en esta tierra.

13 Y resultó que, cuando los

hijos de Israel se hicieron fuertes, fueron poniendo a los cananeos a hacer trabajos forzados, y no los desposeyeron enteramente.

14 Y los hijos de José procedieron a hablar con

Josué, y dijeron: “¿Por qué me has dado como herencia una sola suerte y un solo lote, cuando soy un pueblo numeroso por razón de que Jehová me ha bendecido hasta ahora?”.

15 Por lo cual Josué les dijo: “Si eres

pueblo numeroso, anda, sube al bosque, y tienes que hacerte desmonte allí en la tierra de los perizitas y de los refaím, porque la región montañosa de Efraín se ha hecho demasiado angosta para ti”.

16 Entonces los hijos

de José dijeron: “No basta para nosotros la región montañosa, y hay carros de guerra con hoces de hierro entre todos los cananeos que moran en la tierra de la llanura baja, tanto los que están en Bet-seán y sus pueblos dependientes como los que están en la llanura baja de Jezreel”.

17 De modo que Josué dijo esto a la

casa de José, a Efraín y Manasés: “Eres un pueblo numeroso, y gran poder es tuyo. No debes recibir una sola suerte,

18 sino que la región montañosa debe llegar

a ser tuya. Porque es bosque, tendrás que desmontarlo, y tiene que llegar a ser el punto de terminación para ti. Pues debes expulsar a los cananeos, aunque tengan carros de guerra con hoces de hierro y sean fuertes”.

18 Entonces toda la asamblea de los hijos de Israel

se congregó en Siló, y procedieron a situar allí la tienda de reunión, puesto que la tierra estaba ya sojuzgada delante de ellos.

2 Pero todavía quedaban entre los hijos

de Israel aquellos a los cuales no se había repartido proporcionalmente su herencia, a saber, siete tribus. 3 Así que Josué dijo a los hijos de Israel: “¿Hasta

cuándo van a ser delincuentes en cuanto a entrar para tomar posesión de la tierra que Jehová el Dios de sus antepasados les ha dado?

4 Consíganse tres hombres

de cada tribu y déjenme enviarlos, para que se levanten y recorran la tierra y delineen mapas de acuerdo con su herencia, y que vengan a mí.

5 Y tienen que repartirla

proporcionalmente entre sí en siete partes. Judá se quedará de pie en su territorio al sur, y la casa de José se quedará de pie en su territorio al norte.

6 En cuanto a

ustedes, ustedes delinearán el mapa de la tierra en siete partes, y tienen que traérmelas acá, y tendré que echar suertes para ustedes aquí delante de Jehová nuestro Dios.

7 Porque los levitas no tienen participación en

medio de ustedes, por cuanto su herencia es el sacerdocio de Jehová; y Gad y Rubén y la media tribu de Manasés han tomado su herencia del lado del Jordán hacia el oriente, la cual Moisés el siervo de Jehová les ha dado”.

8 De modo que los hombres se levantaron para ir, y

Josué procedió a mandar a los que iban a delinear el mapa de la tierra, y dijo: “Vayan y recorran la tierra y delineen el mapa de ella y vuelvan a mí, y aquí es donde echaré suertes para ustedes delante de Jehová en Siló”.

9 Con eso, los hombres se fueron y pasaron por

la tierra y delinearon su mapa por ciudades en siete partes, en un libro. Después de eso vinieron a Josué, al campamento de Siló,

10 y Josué se puso a echarles

suertes en Siló delante de Jehová. De ese modo Josué allí repartió la tierra proporcionalmente a los hijos de Israel en las partes que les correspondían.

11 Entonces se sacó la suerte de la tribu de los hijos

de Benjamín, por sus familias, y el territorio de su suerte salió entre los hijos de Judá y los hijos de José.

12 Y su

límite vino a ser en el rincón del norte desde el Jordán, y el límite subía hasta la ladera de Jericó al norte y subía por la montaña hacia el oeste, y resultaba que tenía su

terminación en el desierto de Bet-aven. 13

Y el límite pasaba de allí a Luz, a la ladera sur de Luz, es decir, Betel; y el límite bajaba a Atarot-addar sobre la montaña que está al sur de Bet-horón Baja.

14 Y el límite estaba

trazado y daba la vuelta por el lado occidental hacia el sur desde la montaña que mira a Bet-horón al sur; y resultaba que su terminación daba a Quiryat-baal, es decir, Quiryat-jearim, una ciudad de los hijos de Judá. Este es el lado occidental.

15 Y el lado del sur era desde la extremidad de

Quiryat-jearim, y el límite salía hacia el oeste y salía al manantial de las aguas de Neftóah.

16 Y bajaba el límite

a la extremidad de la montaña que mira al valle del hijo de Hinón, que está en la llanura baja de Refaím al norte, y bajaba al valle de Hinón, a la ladera del jebuseo al sur, y bajaba a En-roguel.

17 Y estaba trazado hacia el norte

y salía a En-semes y salía a Guelilot, que está enfrente de la subida de Adumim; y bajaba a la piedra de Bohán hijo de Rubén.

18 Y pasaba a la ladera del norte enfrente

del Arabá y bajaba al Arabá. 19

Y el límite pasaba a la ladera del norte de Bet-hoglá, y resultaba que la terminación (del confín) daba a la bahía del norte del mar Salado, en el extremo sur del Jordán. Este era el límite del sur.

20 Y el Jordán le servía de límite en el lado

oriental. Esta fue la herencia de los hijos de Benjamín, por sus familias, por sus límites todo en derredor.

21 Y las ciudades de la tribu de los hijos de Benjamín,

por sus familias, resultaron ser Jericó y Bet-hoglá y Émeq-queziz,

22 y Bet-arabá y Zemaraim y Betel,

23 y

Avim y Pará y Ofrá, 24

y Kefar-amoní y Ofní y Gueba; doce ciudades y sus poblados.

25 Gabaón y Ramá y Beerot,

26 y Mizpé y Kefirá y

Mozah, 27

y Réquem e Irpeel y Taralá, 28

y Zelah, Ha-élef y Jebusí, es decir, Jerusalén, Guibeah y Quiryat; catorce ciudades y sus poblados.

Esta fue la herencia de los hijos de Benjamín por sus familias.

19 Entonces salió la segunda suerte para Simeón,

para la tribu de los hijos de Simeón, por sus familias. Y su herencia vino a estar en medio de la herencia de los hijos de Judá.

2 Y llegaron a tener en su herencia a

Beer-seba con Seba, y a Moladá, 3 y Hazar-sual y Balá y

Ézem, 4 y Eltolad y Betul y Hormá,

5 y Ziqlag y Bet-

marcabot y Hazar-susah, 6 y Bet-lebaot y Saruhén; trece

ciudades y sus poblados. 7 A Ain, Rimón y Éter y Asán;

cuatro ciudades y sus poblados, 8 y todos los poblados

que estaban todo en derredor de estas ciudades hasta Baalat-beer, Ramá del sur. Esta fue la herencia de la tribu de los hijos de Simeón por sus familias.

9 La

herencia de los hijos de Simeón fue tomada del lote de los hijos de Judá, porque la parte que correspondía a los hijos de Judá resultó demasiado grande para ellos. Así que los hijos de Simeón recibieron una posesión en medio de la herencia de ellos.

10 En seguida se sacó la tercera suerte para los hijos

de Zabulón por sus familias, y el límite de su herencia vino a dar hasta Sarid.

11 Y su límite subía hacia el oeste

también a Mareal y llegaba a Dabéset y llegaba al valle torrencial que está enfrente de Joqneam.

12 Y desde

Sarid se volvía al este hacia el nacimiento del sol hasta el confín de Kislot-tabor, y salía a Daberat y subía a Jafía.

13 Y desde allí pasaba al oriente hacia el naciente

a Gat-héfer, a Et-qazín, y salía a Rimón y estaba trazado hasta Neá.

14 Y el límite daba la vuelta a esta

por el norte a Hanatón, y resultaba que sus terminaciones daban al valle de Iftah-el,

15 y Qatat y

Nahalal y Simrón e Idalá y Belén; doce ciudades y sus poblados.

16 Esta fue la herencia de los hijos de Zabulón

por sus familias. Estas fueron las ciudades y sus poblados.

17 Fue para Isacar para quien salió la cuarta suerte,

para los hijos de Isacar por sus familias. 18

Y su límite vino a ser hasta Jezreel y Kesulot y Sunem,

19 y

Hafaraim y Shión y Anaharat, 20

y Rabit y Quisión y Ébez,

21 y Rémet y En-ganim y En-hadá y Bet-pazez.

22 Y el límite llegaba a Tabor y Sahazuma y Bet-semes,

y resultaba que las terminaciones de su confín daban al Jordán; dieciséis ciudades y sus poblados.

23 Esta fue la

herencia de la tribu de los hijos de Isacar por sus familias, las ciudades y sus poblados.

24 Entonces salió la quinta suerte para la tribu de los

hijos de Aser por sus familias. 25

Y su límite vino a ser Helqat y Halí y Beten y Acsaf,

26 y Alamélec y Amad y

Misal. Y en dirección al oeste llegaba a Carmelo y a Sihor-libnat,

27 y se volvía hacia el nacimiento del sol a

Bet-dagón y llegaba a Zabulón y al valle de Iftah-el al norte, a Bet-émeq y Neiel, y salía a Cabul a la izquierda, 28

y a Ebrón y Rehob y Hamón y Qaná hasta la populosa Sidón.

29 Y el límite se volvía a Ramá y hasta la ciudad

fortificada de Tiro. Y el límite se volvía a Hosá, y sus terminaciones llegaban a dar al mar, en la región de Aczib,

30 y Umá y Afeq y Rehob; veintidós ciudades y

sus poblados. 31

Esta fue la herencia de la tribu de los hijos de Aser por sus familias. Estas fueron las ciudades y sus poblados.

32 Fue para los hijos de Neftalí para quienes salió la

sexta suerte, para los hijos de Neftalí por sus familias. 33

Y su límite vino a ser desde Hélef, desde el árbol grande en Zaananim, y Adamí-néqueb y Jabneel hasta Laqum; y sus terminaciones llegaban a dar al Jordán. 34

Y el límite se volvía hacia el oeste a Aznot-tabor, y de allí salía a Huqqoq y llegaba a Zabulón al sur, y llegaba a Aser al oeste y a Judá en el Jordán, hacia el nacimiento del sol.

35 Y las ciudades fortificadas eran

Zidim, Zer y Hammat, Raqat y Kinéret, 36

y Adamá y Ramá y Hazor,

37 y Quedes y Edrei y En-hazor,

38 y

Yirón y Migdal-el, Horem y Bet-anat y Bet-semes; diecinueve ciudades y sus poblados.

39 Esta fue la

herencia de la tribu de los hijos de Neftalí por sus familias, las ciudades y sus poblados.

40 Fue para la tribu de los hijos de Dan, por sus

familias, para quienes salió la séptima suerte. 41

Y el confín de su herencia vino a ser Zorá y Estaol e Ir-semes,

42 y Saalabín y Ayalón e Itlá,

43 y Elón y Timnah

y Eqrón, 44

y Eltequeh y Guibetón y Baalat, 45

y Jehúd y Bene-beraq y Gat-rimón,

46 y Me-jarqón y Raqón, con el

confín enfrente de Jope. 47

Y el territorio de los hijos de Dan fue demasiado estrecho para ellos. Y los hijos de Dan procedieron a subir y a guerrear contra Lésem y a

tomarla y a herirla a filo de espada. Entonces tomaron posesión de ella y se pusieron a morar en ella, y empezaron a llamar Dan a Lésem, conforme al nombre de Dan su antepasado.

48 Esta fue la herencia de la tribu

de los hijos de Dan por sus familias. Estas fueron las ciudades y sus poblados.

49 Así acabaron de dividir la tierra para posesión por

sus territorios. Entonces los hijos de Israel dieron a Josué hijo de Nun una herencia en medio de ellos. 50

Por orden de Jehová le dieron la ciudad que él pidió, a saber, Timnat-sérah, en la región montañosa de Efraín; y él se puso a edificar la ciudad y a morar en ella.

51 Estas fueron las herencias que Eleazar el

sacerdote y Josué hijo de Nun y los cabezas de los padres de las tribus de los hijos de Israel distribuyeron como posesión por sorteo en Siló, delante de Jehová, a la entrada de la tienda de reunión. De modo que cesaron de repartir proporcionalmente la tierra.

20 Entonces Jehová habló a Josué, y dijo: 2 “Habla a

los hijos de Israel, y diles: „Den para ustedes las ciudades de refugio de que les hablé por medio de Moisés,

3 para que huya allí el homicida que sin

intención hiera mortalmente sin saberlo a un alma; y estas tienen que servirles como refugio del vengador de la sangre.

4 Y él tendrá que huir a una de estas ciudades

y detenerse a la entrada de la puerta de la ciudad y hablar sus palabras a oídos de los ancianos de aquella ciudad; y ellos tienen que recibirlo a sí en la ciudad y darle un lugar, y él tiene que morar con ellos.

5 Y en

caso de que el vengador de la sangre corra tras él, entonces no deben entregar al homicida en su mano; porque fue sin saberlo que hirió mortalmente a su semejante, y no le tenía odio anteriormente.

6 Y tiene

que morar en aquella ciudad hasta que comparezca ante la asamblea para juicio, hasta la muerte del sumo sacerdote que exista en aquellos días. Es entonces cuando el homicida podrá volver, y tendrá que entrar en su ciudad y en su casa, en la ciudad de la cual había huido‟”.

7 Por consiguiente, dieron estado sagrado a Quedes

en Galilea, en la región montañosa de Neftalí, y a Siquem, en la región montañosa de Efraín, y a Quiryat-arbá, es decir, Hebrón, en la región montañosa de Judá. 8 Y en la región del Jordán, junto a Jericó, hacia el

oriente, dieron a Bézer, en el desierto, en la meseta de la tribu de Rubén, y a Ramot en Galaad, de la tribu de Gad, y a Golán en Basán, de la tribu de Manasés.

9 Estas llegaron a ser las ciudades señaladas para

todos los hijos de Israel y para el residente forastero que reside como forastero en medio de ellos, para que huya allá cualquiera que hiera mortalmente a un alma sin intención, para que no muera por mano del vengador de la sangre hasta que esté de pie delante de la asamblea.

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