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EDITORIALUn futuro rebosantede alegría

PAÍS A PAÍSJordania

TÚ,¿QUÉ PIENSAS?Taxistas misioneros en Buenos Aires

ESCAPARATEJavier Lera Santiago,tres mes como enfermero en la India

ANÉCDOTADon Ángel Herrera Oria

HAGIOGRAFÍADiego Pantoja y Pedro Páez,

HASTA SIEMPRE,D. ANASTASIOAdiós a un gran corazón misionero

DESDE LA MISIÓNUna JMJ con rostro indígena

PÓSTER

FIRMAS INVITADASToño Casado. "33 El musical"

ASÍ VA EL MUNDO

REPORTAJEEl auge de los deportes electrónicos

PUERTAS ABIERTAS"Sueña y construye la civilización del amor”

NOMBRES PROPIOS

JÓVENES MISIONEROSVoluntarios de Proclade en Misión

CON NUESTROSMISIONEROSFernando González Laparra.La noche que lo cambió todo

ESTE MUNDO

ESTÁ EN LOS LIBROS

RELATOPiedras preciosas

PARTICIPARON

PIENSA Y JUEGA

LA LLAMADA

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Se acerca la Navidad y todos nos prepa-

ramos para recibir a Jesús. Abrámosle

nuestro corazón y acojámosle con alegría,

porque ¡cuánto necesita el mundo de hoy

una revolución de la ternura y del amor!

¡Son tantos las injusticias y las desigual-

dades que existen! El Papa pide a los

jóvenes valentía, compromiso... y algo

realmente importante: soñar a lo grande:

"Edificad con entusiasmo un mundo mejor

que el de vuestros mayores".

EDITAObras Misionales Pontificias

Director Nacional de OMPAnastasio Gil García

DirecciónRosa Lanoix

Diseño y maquetaciónAntonio Aunés

ColaboradoresJusto Amado, Fuencisla del Amo,Alfonso Blas, Ana María Fernández, María Teresa Fernández del Vado, Coro Marín, Alicia Muñoz, Concha Fernández, Quique,Dora Rivas, Paula Rivas,Joan Sanmartí, José Ignacio Rivarés,Francisco Solé, Juan Zabala

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AÑO XXVII Nº137 NOVIEMBRE - DICIEMBRE 2018

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esús está al llegar. Celebramos

su nacimiento en Navidad.

Pero, en realidad, nos está

naciendo y se nos pone en

camino todos los días por las rutas

que conducen a nuestro corazón. Eso

sí, no podremos encontrarnos con Él

si permanecemos tumbados en un

sillón. Como ha dicho el papa

Francisco, "permanecer sentado crea

interferencia con la Palabra de Dios,

que es dinámica".

Jesús nos dice: "Buscad y encontra-

réis". Porque a Él solo se le descubre

caminando, sin esperar que suceda

algo mágico en nuestras vidas. No

esperemos a que nos llame al móvil, si

antes no le damos nuestro número

para que lo meta en su

agenda. No pensemos

encontrarlo en la reali-

dad virtual, porque Él

es muy de nuestro

mundo real.

Jesús se da a conocer

en el viaje cotidiano, en

la relación diaria, en el

acompañamiento since-

ro. Pero para ir junto a

alguien y preocuparse por él, lo mismo

que para recibir algo suyo, es necesa-

rio, por lo menos, ponerse en camino.

Por eso, Jesús rechaza la pereza y ama

la acción. No quiere a nadie chupando

banquillo, porque necesita que todos

estén en el terreno de juego. Para Él

no hay más "paquete" que el que per-

manece sentado en las gradas. Prefiere

a gente haciendo el ridículo en busca

de hermosos sueños y bienaventuradas

utopías, que cuerpos atrapados en un

supuesto realismo, deprimente y

paralizante.

Jesús nos espera en las puertas del

corazón, compartiendo experiencias

fuertes, saliendo al encuentro del que

nos necesita, para restablecer su dig-

nidad pisoteada, para ofrecerle nues-

tra acogida y solidaridad.

"Necesitamos –ha dicho el Papa, pero

lo podría haber pedido el recién naci-

do Jesús– hombres y mujeres verdade-

ros, que denuncien la mala vida y la

explotación, que vivan relaciones

libres y liberadoras, que amen a los

más débiles y sean apasionados por la

legalidad, que reflejen la honestidad

interior". Porque, al fin y al cabo,

"Dios ama al que da con alegría".

Francisco inauguró el Sínodo sobre

los Jóvenes diciendo que estamos en el

tiempo de "hacer brotar sueños, desper-

tar profecías y visiones, hacer que flo-

rezcan esperanzas, estimular la confian-

za, vendar heridas, entretejer relacio-

nes, resucitar un alba de esperanza,

aprender unos de otros, y crear un ima-

ginario positivo que ilumine las mentes,

infunda calor en los corazones, restaure

fuerzas en las manos e inspire en los

jóvenes –en todos los jóvenes, sin

excluir a nadie– la visión de un futuro

rebosante de la alegría del Evangelio". Si

nos queremos encontrar con el que va a

nacer en estas fechas, con nuestro

amigo Jesús, nos conviene recordarlo.

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El avión de Supergesto aterriza hoyen Jordania, una monarquía de pocomás de diez millones de habitantesque es un oasis de paz en el siempreconvulso Oriente Medio. Esta partede la llamada Tierra Santa –poraquí pasaron Moisés, Juan el Bautis-ta, Jesús y sus discípulos...– es hoy un país modélico, al menosen cuanto a solidaridad. Miles y miles de familias sirias e iraquíesvíctimas de la guerra en sus países han hallado aquí cobijo.

l Reino Hachemita de Jordania,su nombre oficial, limita con Si-ria al norte, y con Irak al este.

Pero comparte también fronteras conArabia Saudí (por el este y por el sur),

y con Israel y Cisjordania (la Palestinaocupada), por el oeste. El río Jordán,que es el que le da nombre, y el MarMuerto, en el que este desemboca,marcan la divisoria con estos últimos

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territorios. El nombre de Jordán pro-viene de una palabra árabe (al-Ur-dum) que significa literalmente "elabrevadero". Estamos en una regiónmuy árida, así que invocar aquí al bí-blico río supone invocar la vida.

Jordania no es un país excesiva-mente grande. Tiene 89.000 kilóme-tros cuadrados, aproximadamente eltamaño de Portugal. Su población esde 10,2 millones de habitantes, siendoAmmán, la capital, la ciudad más po-blada, con cuatro millones de almas.Construida como Roma sobre siete

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colinas, en la antigüedad fue conoci-da también con los nombres de Rab-bath Ammon (la ciudad de los hijos deAmón, o amonitas, es citada ya en elDeuteronomio, uno de los libros de laBiblia) e igualmente como Philadel-phia, en época helenística, en honorde Ptolomeo II Philadelphio (308-246a.C.). Hoy recibe el sobrenombre de"ciudad blanca", por ser este el colorde la piedra con la que están hechosmuchos de sus edificios.

Además de Ammán, otras ciudadesjordanas importantes son Irbid (1,7millones de habitantes), Zarqa (1,3),Mafraq (550.000) y Balqa (490.000).La joya de la corona, sin embargo, almenos en cuanto a belleza y al tu-rismo que atrae, es Petra.

Geográficamente hablando, la tie-rra del otro lado del Jordán –ya es-tá dicho– es muy árida, hasta el pun-to de que solo una pequeña parte desu superficie (el 10% aproximada-mente) es apta para la práctica de laagricultura. La escasez de agua cons-tituye, pues, un gran problema. Esta-mos en una de las naciones con ma-yores problemas para obtener recur-

sos hídricos, de modo que seimpone aprovechar bien lospocos existentes. Jordania notiene grandes montañas. Sumayor altura es el monte JabalUmm ad Dami, de 1.840 metros.Y el punto más bajo es el MarMuerto, que comparte con Is-rael y que alcanza hasta 408metros bajo el nivel del mar.

El hecho de que en buena par-te del país prime un paisaje de-sértico no quiere decir que no ha-ya allí rincones maravillosos. Laprueba son sus más de 1.000 kilóme-tros cuadrados en reservas protegi-das. En cuanto a la flora, las especiesmás destacables son los pinos, laspalmeras, los cedros, los cipreses sil-vestres y los olivos, sobre todo en elnoroeste, aunque el símbolo nacionales el iris negro, un lirio que nace enel valle del Jordán. Por lo que res-pecta a la fauna, encontramos zorrosdel desierto, chacales, íbices, gacelas,mangostas, escorpiones, serpientes...y las cabras, burros y dromedariosque acompañan a los beduinos, lastribus nómadas nativas, tribus ca-

Jordania ha sido escenario

de importantes producciones

cinematográficas. Sus paisajes

desérticos y estupendos es-

cenarios naturales no han

escapado a los ojos de los

productores de Hollywood,

que han situado en ellos

muchas de sus películas. Así, por ejemplo, la

monumental y maravillosa Petra, la antigua

capital del reino nabateo, aparece en la ter-

cera entrega de la saga de Indiana Jones,

titulada Indiana Jones y la última cruzada,

en la que Harrison Ford y Sean Connery co-

rren mil y una aventuras en busca del San-

to Grial. La peli data de 1989. Muy anterior

a ella, de 1962, es la oscarizada Lawrence

de Arabia, un clásico del cine

dirigido por David Lean y

protagonizado por Peter

O´Toole, algunas de cuyas es-

cenas se grabaron en el

desierto de Wadi Rum. Este

mismo desierto fue tam-

bién escenario de la re-

ciente The martian

(El marciano), de

Ridley Scott, en la

que Matt Damon

da vida a un as-

tronauta abando-

nado a su suerte

en Marte y que tie-

ne que sobrevivir

hasta su rescate, al

igual que de El Pla-

neta Rojo (2000) y

Prometeo (2012). Otras ficciones grabadas

en Jordania han sido la también oscarizada

En tierra hostil (2008), sobre la guerra en

Irak, y El regreso de la momia (2001).

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da día más escasas y cadavez más sedentarias.

A diferencia de las monar-quías de la Península Arábi-ga, Jordania no tiene gran-des recursos naturales y ca-rece de petróleo y de gas. Elpaís vive de la industria (exporta fos-fatos para fertilizantes –quinto pro-ductor mundial en esta actividad–cemento y productos textiles) y, so-bre todo, de los servicios y del turis-mo. Y es que al otro lado del Jordánencontramos no pocas maravillas.Una de ellas, por ejemplo, es Jerash(la Gerasa que citan los Evangelios),una ciudad fundada entre los siglosIV y III a.C. que formaba parte de lallamada Decápolis, por cuyas callescaminó Jesús. Y están también "loscastillos del desierto", un conjuntode fortalezas, palacios y lugares deabastecimiento que los Omeyas cons-truyeron en los siglos VII y VIII en laruta hacia Damasco. Se encuentransituados a no más de 22 kilómetrosunos de otros, por ser esta la distan-cia diaria que podían recorrer los ca-mellos, los "vehículos" de la época.

Tierra que pisó Jesús

Jordania forma parte de la TierraSanta. Por aquí pasaron Jesús y sus

discípulos, por aquí pasó Moisés, aquípredicó también Elías... El listado delugares bíblicos que hay allí es impor-tante, aunque las rutas de las pere-grinaciones religiosas se centren casiexclusivamente en los lugares santosde Israel y Palestina. De ahí que de untiempo a esta parte las autoridadesreligiosas de la zona estén tratandode promocionarlos internacionalmen-te para atraer turismo.

El primero de esos lugares es elmonte Nebo, de 848 metros, ubicadoa 47 kilómetros de Ammán. Se tratadel lugar en el que murió Moisésdespués de mostrar a su pueblo laTierra Prometida. Hoy se alza allí unsantuario-memorial y una basílicaque contiene los más bellos mosai-cos del reino hachemita. En Jordaniase halla también el lugar en el que,según la tradición, fue bautizado Je-sús por Juan el Bautista. Se trata deBetania tras el Jordán, conocidatambién como Maghtas.

El país conserva igualmente las rui-nas de Maqueronte, la fortaleza de

Herodes en la que Juan elBautista fue encarcelado ydecapitado a instancias deSalomé. Los turistas pue-

den visitar igualmente la cueva en laque, según la tradición, vivió el tam-bién llamado "precursor". Algunos deestos lugares –el monte Nebo y Be-tania– han sido visitados por los Pa-pas en sus peregrinaciones a TierraSanta. Pablo VI fue, en 1964, el pri-mer pontífice de los tiempos moder-nos en acudir a la región. Y su ejem-plo lo han seguido después los tres úl-timos obispos de Roma: Juan Pablo IIen 2000, Benedicto XVI en 2009 yFrancisco en 2014. El rey de Jordania,actualmente Abdalá II, se proclamaprotector de los Santos Lugares.

Pese a su importancia para la his-toria del cristianismo, Jordania eshoy un país abrumadoramente mu-sulmán. El 97% de su población creeen Alá, mientras que solo un 3% lohace en Jesucristo. No obstante, lainfluencia de los cristianos en la so-ciedad es grande, hasta el punto deque se calcula que el 30% de la eco-nomía está en sus manos. Hay hastadoce Iglesias y denominaciones cris-tianas establecidas en Jordania,

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Monte Nebo, lugar en el que,

según la Biblia, murió Moisés

tras divisar la Tierra Prometida.

Lugar donde, según la tradición,

fue bautizado Jesús por Juan el Bautista.

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siendo la convivencia entre ellasejemplar, al igual que con la pobla-ción musulmana. La católica romanacuenta con tres diócesis y 67 parro-quias, y tiene a su cargo 24 escuelasy una universidad: la UniversidadAmericana de Madaba, cerca de Am-mán, inaugurada en 2011 y en la quese forman unos 2.400 estudiantes.También gestiona 15 centros asisten-ciales, entre hospitales (seis), dis-pensarios (uno), residencias parapersonas mayores o enfermos cróni-cos (dos), orfanatos (uno), centros deeducación especial (uno), etc.

Un país de acogida

Jordania es también un país de in-migrantes. A comienzos de siglo XX,Ammán tenía solo 2.000 habitantes,mientras que hoy, como ya se ha di-cho, es una gran urbe de más de cua-tro millones de almas. Gran parte desu población la forman palestinosllegados tras la creación del Estadode Israel y el nacimiento de Jordaniacomo reino. Ello ocurrió a la conclu-sión de la Segunda Guerra Mundial, y

en lo que antes había sido un pro-tectorado británico en tierras con-quistadas al Imperio Otomano en laprimera contienda mundial. El nuevopaís se embarcó en dos guerras con-tra su nuevo vecino israelí (la prime-ra en 1946, la segunda en 1967), sien-do derrotada en ambas. Firmó la pazcon Israel en 1994.

Hoy día, de los 10,2 millones de ha-bitantes de Jordania, al menos tresmillones son también gentes llegadasde fuera. Dos millones son refugiadosque viven en campos instalados cer-ca de la frontera, personas que hanhuido de las guerras de otros paísesde la región (Irak, Siria, Yemen, Libia,

Sudán) y que han encontrado aquí lacomprensión y la solidaridad que leshan sido negadas en otras nacionesmás ricas y prósperas (Arabia Saudí,Israel...). El millón restante son inmi-grantes económicos, sobre todo egip-cios y filipinos, llegados en busca deuna oportunidad laboral que les per-mita prosperar en la vida.

Muy pocos países en el mundo hanmostrado tamaña generosidad haciasus vecinos necesitados. Si hubierauna clasificación mundial de solidari-dad, Jordania ocuparía sin duda unolos primeros puestos.

JOSÉ IGNACIO RIVARÉS

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A juzgar por sus banderas, nadie

podrá decir que los jordanos no sien-

ten la patria. En Ammán y en Aqaba,

a orillas del Mar Rojo, ondean las que

probablemente sean las mayores en-

señas del mundo. La de la capital mi-

de 60 metros de largo por 30 de

ancho, y se alza sobre un mástil de

126 metros de altura. Visible a 20 ki-

lómetros de distancia, es desde 2003

uno de los símbolos de la ciudad. La

de Aqaba aún es mayor: tiene un

mástil de 132 metros de altura.

La bandera jordana es casi igual a

la palestina, pues ambas conmemoran

la victoria de las tribus árabes so-

bre el Imperio Otomano en la Prime-

ra Guerra Mundial. Jordania e Israel

y Cisjordania fueron un mismo terri-

torio hasta 1920, fecha en la que na-

ció el reino de Transjordania, hoy

Jordania, al este del río Jordán. La

enseña nacional jordana consta de

tres franjas horizontales –una negra

(símbolo del califato abasí), otra blan-

ca (que recuerda al califato omeya) y

la última verde (evocadora del fati-

mí)– unidas con un triángulo rojo en

el borde más próximo al mástil, en

alusión a la dinastía hachemí. La pa-

lestina es exactamente igual. La única

diferencia con la palestina es la pre-

sencia en el interior de ese triángu-

lo de una estrella blanca de siete

puntas que simboliza los siete versos

de la prima sura del Corán.

El papa Francisco junto al rey de Jordania,

Abdalá II, durante su visita al país en 2014.

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“Me he sentido verdaderamente vivo”A sus 22 años, Javier Lera Santiago acaba de graduarse en Enfermería, aunque

también es un gran apasionado del teatro. Actualmente trabaja en el Hospital

de El Escorial, pero antes ha pasado tres meses en la India. Allí, además de zam-

bullirse en otra cultura y en otra forma de vida, ha practicado su profesión en

un ambiente de gran carencia de recursos materiales. Esto le generaba en oca-

siones frustración, pero el balance de su trabajo, asegura convencido, ha sido

muy positivo: "La gente en la India es muy rica a nivel espiritual, a nivel emocio-

nal, a nivel familiar... Me he sentido verdaderamente vivo".

Javier, preséntate a los lectores...Soy de Madrid, tengo 22 años. He vivido

siempre aquí. Actualmente me dedico pro-fesionalmente a la Enfermería, aunquetrato de compaginarlo, siempre que

puedo, con mi otra dedicación no 'profe-sionalizada': el teatro. Estoy trabajando enel Hospital de El Escorial de enfermeromientras intervengo en dos proyectoscomo actor y preparo uno como director,

en una compañía amateur. Com-patibilizar ambas labores es miobjetivo a día de hoy. Me hace muyfeliz vivir de la Enfermería y seguirdisfrutando del Arte Dramático.

¿En qué momento y por quédecides marcharte a la India?

Siempre he procurado vivirfuera durante algún tiempo, perolos tres meses que he pasado en laIndia han sido mi experiencia máslarga. Antes había visitado–durante un máximo de cuatrosemanas– ciudades como Toronto(Canadá), Anchorage (Alaska),Aarhus (Dinamarca) y otras ciuda-des europeas. Y todas, pese a susdiferencias y personalidad propia,me han parecido similares. Poreso, quería conocer de cerca esoque llaman 'Oriente'. Cuando meenteré de la beca que disfrutabauna compañera de Enfermería,decidí pedirla yo al año siguiente.

El viaje reunía unas características muy deacuerdo con mis inquietudes.

Has estado en el Ganga Prem Hospice,en Raiwala, donde has convivido conprofesionales de la salud de diferentespaíses. Háblanos de ese centro, ¿cómoha sido esa convivencia entre vosotros?

Este centro abrió sus puertas comoHospice hace aproximadamente un año.Previamente –los siete años anteriores–,había funcionado solo en atención domici-liaria. En 2017 inauguró el ingreso depacientes. Desde su inicio, el Ganga PremHospice ha contado con el apoyo devoluntarios de todo el mundo como prin-cipal motor de trabajo. La energía de cola-boración y cooperación que se respira allíes increíble. Es esencial que sea así en uncontexto donde hay tanto que hacer...

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¿En qué consistía tu trabajo?Teóricamente, yo me uní al equipo

como estudiante. Mi cometido era el deaprender de la Enfermería que allí practi-can y del trabajo de cooperación interna-cional. Sin embargo, las necesidades de laorganización y sus ganas por intercambiarconocimientos hicieron que, después deun par de semanas de adaptación, fueseun miembro más del equipo trabajador.Me encargué tanto del cuidado de lospacientes ingresados, como de las visitas adomicilios, la captación de pacientes enhospitales públicos, la organización detareas, la formación de enfermeras y per-sonal, montar una consulta mensualexterna en la ciudad más cercana...

Supongo que no te resultaría fácil ejer-cer tu trabajo de enfermero en medio detanta pobreza. Nada parecido a lo de aquí.

Desde luego, las condiciones no soncomparables. La pobreza allí es notoria.Hay una gran carencia de recursos mate-riales. Esto, en ocasiones, supone ciertafrustración, porque algunas situacionesclínicas que aquí se resuelven fácilmenteallí se alargan en el tiempo y en ocasio-nes se complican. Pero la gente de laIndia es muy rica a nivel espiritual, anivel emocional, a nivel familiar… y eso,me atrevería a decir, ha hecho que elbalance de mi trabajo sea muy positivo.

Háblanos de algún caso concreto que tehaya impactado especialmente.

Recuerdo a un paciente con muchocariño. Era un hombre diagnosticado decáncer en un estadio incurable, comotodos los que atendíamos. El hombre ape-nas podía ya caminar y necesitaba tomaropioides mayores de manera regular parasoportar el dolor. No obstante, lo que másme llamó la atención era la felicidad queexpresaba en su mirada. Era feliz porquepodía seguir cosiendo a máquina, algoque le apasionaba. Me enseñó que eltemor que tenemos aquí al término'paciente paliativo' en realidad es una ver-dadera salvación para atender a una per-sona de manera íntegra, permitiéndolevivir feliz pese a su diagnóstico.

¿Has experimentado impotencia o,por el contrario, has visto que tu tra-bajo tenía más sentido que nunca?

En algunos momentos sí sentí impoten-cia. No ya por el cuadro clínico de lospacientes atendidos, sino por aquellos alos que no podíamos atender. Algunos deellos vivían lejos o tenían algunos princi-pios morales contrariados a los de laorganización. Esto impedía llegar a ellos yquedaban condenados a sufrir el avancede la enfermedad sin paliar los síntomas.El cáncer puede ser devastador, si no secontrolan cosas como la cura de úlceras,el tratamiento farmacológico, la alimen-tación... En esos momentos me hacía muypequeño. Sentía que algo de mí se queda-ba allí y no podía ayudarles.

¿Qué es lo que más te ha sorpren-dido de la India y de sus gentes?

He reconocido en las gentes deRishikesh (no puedo hablar de toda laIndia, es inmensa y las diferencias cultura-les son abismales) a la población más feliz

que he conocido nunca. He conseguidonaturalizar la ausencia de 'comodidades',identificando en su método de vida unaconvivencia basada en la sencillez y el cui-dado, tanto a ellos como a lo que les rodeapor medio de prácticas espirituales, gestoshonestos y conciencia de comunidad. Sinduda, deberíamos hacer una 'cura deOriente' los que vivimos en Occidente.

¿Qué ha sido lo más difícil? ¿A quéte ha costado más acostumbrarte?

Fui temiendo eso a lo que llamaban'choques culturales'. Me sorprendió nosobresaltarme al conocer la realidad socialque viven y el clima de pobreza de lascalles. Sin embargo, a medida que pasaronlas semanas, fui identificando ciertos mati-ces que denotaban una manera de pensartotalmente distinta. El modo, por ejemplo,en el que se comprenden las relaciones deamistad, donde en seguida eres un im-

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Javier, con un enfermo incurable

de cáncer. El hombre, a pesar de

la enfermedad, era feliz por

poder seguir cosiendo a máquina.

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portante amigo de alguien a quienconoces de hace un par de días y todo te lodará pero asumirá que tú harás lo mismo.O la manera de comprender a la mujer,que tan pronto es la diosa de la sociedad,como no tiene voluntad a la hora de elegira su marido. Los contrastes.

Y lo mejor, ¿qué ha sido lo mejor?Podría pensar en momentos buenos,

pero me dejaría muchos momentosmalos que realmente he disfrutado. Digoesto porque fueron tres meses en los queme sentí verdaderamente vivo. Sentí losbuenos y malos momentos con unaintensidad alejada de la que pueda sentiren el ritmo frenético de Madrid. Cada díapara mí era un mundo. Salí sin conocer anadie y volvía con 20 historias para con-tar en el blog que escribía. Los futurosproyectos fluían rápidamente por micabeza, se reafirmaba mi convicción porla Enfermería y mi pasión por el teatro.Esa vitalidad es lo que mejor recuerdo.

¿Cómo te ha enriquecido esta expe-riencia como persona?

Creo que el personaje del 'viajero' sueleser muy recurrido a la hora de buscar uncambio esencial en tu vida. Hay quienpiensa y sueña en viajar lejos para que'todo cambie'. Lo que me ha enseñadoesta experiencia es que cuando viajamospodemos dejar cosas aquí, traernoscosas de allí, pero siempre nos llevamosa nosotros. Evidentemente hay factorescomo la gente que conoces o las expe-riencias que vives que te enseñaráninnumerables cosas. No obstante, algo

muy valiosoque me llevoes que, si quie-ro cambiar al-go en mi vida oquiero incorpo-rar algo impor-tante, debe ser al-go que haga en elmomento en el que estéconmigo.

En tu blog "aprendiz de indio"explicas que tu propósito era aprender acomportarte como las gentes del paísque te había acogido... ¿Lo has logrado?

Me hace ilusión que lo menciones. Elnombre surgió con la primera entrada. Eseprimer día estaba un poco anonadado porla cantidad de estímulos. Estaba, de hecho,agotado. Fue en ese momento en el quepensé que habría logrado una experienciaplena si no solo naturalizaba todo aquello,sino que lograba comportarme como ellos.Tuve la suerte de conocer a un médico deBarcelona, que me enseñó a alejarme deltemor occidental a comer de la calle; loslocales me orientaron a la hora de comprary yo mismo puse de mi parte. Finalmente,mi rutina de salir a pasear, tomar un té sen-tado como lo hacen ellos, luego comer algoen un puesto callejero y comprar unos plá-tanos, la conseguí normalizar. Podría decirque logré parte del objetivo, al menos enapariencia. Eso sí, siento que los indios tie-nen interiorizada una cultura milenariaque no podría llegar a incorporar pormuchos años que pasase allí.

¿Qué te has traído de la India? Ahora,de vuelta, ¿qué echas de menos?

Hay algo que echo de menos y que,además, me he traído. Pasados dos me-ses, conseguí una rutina en la que estabanincorporadas jornadas de meditación,largos paseos en solitarios, conversacio-nes con sabios gurus... Logré tocar con layema de los dedos un estado de paz que

echo de menos. Es cierto quetanto yo como la gente de

mi entorno han percibi-do en mí que he baja-

do un escalón en lapirámide de laprisa occidental,y realmente loagradezco. Setrata de un pro-ceso semicons-ciente en el que

identificas queno debemos afe-

rrarnos ni a los bue-nos ni a los malos

momentos que vivimos,simplemente acompasar el

ritmo de la 'Creación o 'Dios', co-mo dirían ellos.

¿Cómo te planteas el futuro?¿Cuáles son tus planes?

De momento me tomaré algún tiempopara continuar formándome como enfer-mero y en el teatro. Pretendo especializar-me en Enfermería Comunitaria, lo cualpuede servirme de puente a muchosambientes de trabajo interesantes como laeducación para la salud, la enfermeríasocial, la Arteterapia o la propia coopera-ción. Y estoy seguro de que, después deuna experiencia así, volveré a viajar

¿Invitarías a otros jóvenes a viviruna experiencia así?

Sin ninguna duda.Viajar así es una muybuena opción, si quieres conocer unacultura de cerca, pero acojamos tambiéna quien venga de fuera, con el mismocariño que lo hacen ellos, para que no seconvierta este intercambio en algo des-proporcionado y generemos una posi-ción de superioridad.

ROSA LANOIX

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adrid, Santander y Málaga lededicaron una calle. La de lacapital de España está pegada a

la Ciudad de los Periodistas. Granacierto: porque antes que cura, obispoy cardenal, Ángel Herrera Oria, el pro-tagonista de la anécdota de hoy, fueperiodista. En concreto, director deldiario El Debate, referencia de la pren-sa española hasta los años treinta delpasado siglo. Este 2018 se han cumpli-do cincuenta años de su muerte.

Don Ángel (Santander, 1886-Madrid,1968) fue un gigante de la Iglesia. Ejercióla presidencia de la Acción Católica,fundó con el Padre Ayala la AsociaciónCatólica Nacional de Propagandistas, elCentro de Estudios Universitarios CEU-San Pablo, la Fundación San Pablo... Ensu faceta de comunicador, creó tambiénla Editorial Católica (el mayor grupoperiodístico cristiano del momento, conseis diarios), la agencia de noticias Logosy la primera escuela de periodismo quehubo en España. "El misionero de la jus-ticia social", lo llamaban.

Herrera Oria provenía de una familianumerosísima: quince hijos, de los queél fue el número diez. Una familia tancatólica que dio a la Iglesia hasta seis

sacerdotes, cinco de ellos jesuitas. Élempezó estudiando Derecho, siguióluego con Filosofía y Letras, opositó mástarde a Abogado del Estado (sacando elnúmero tres), y se interesó por la políti-ca. Era lo que vulgarmente se dice unculo inquieto. Al final, decidió quepodría servir mejor a la sociedad comoperiodista y en 1911, con 25 años, compróun periódico recién fundado que noacababa de despegar: El Debate y seconvirtió en su director. Ejerció el cargohasta 1933. Y luego, con 48 años, seordenó sacerdote. No lo hizo antes por-que el Papa consideró que el servicioque prestaba a la Iglesia como seglar eratan excepcional que le pidió que pospu-siera su ingreso al seminario. En 1947Pío XII lo nombró obispo de Málaga, yen 1965 Pablo VI lo creó cardenal.

Don Ángel era un hombre esencial-mente bueno. Austero y generoso. Deello hay sobradas pruebas: en ciertaocasión, siendo ya obispo, se sentó a lamesa y cuando vio que le ofrecíancarne preguntó si los pobres en Málagala comían. Cuando le dijeron que no,porque eran años de escasez, replicó:"Pues no me la pongan a mí tampocomientras no haya para todos". Desdeentonces, le ocultaban los precios delos alimentos para que no los rechaza-ra. En el periódico ya había mostradoantes también su generosidad pagando

la carrera a algunos de sus empleadossin que ellos supieran quién era subenefactor. Para él, la de periodista erauna profesión muy seria, pues el profe-sional tenía una gran responsabilidaden la construcción de la sociedad.

En cierta ocasión, ocurrió que uno desus colaboradores, que debía llegar a laredacción a las cuatro de la tarde, seretrasó un poco. Venía de un entierro, yno pudo llegar hasta las cuatro y cuarto.En esos quince minutos, el director, pun-tual y trabajador en grado sumo, ya lehabía llamado tres veces para despacharcon él. Cuando el empleado apareció,don Ángel le reconvino suavemente:"Mire, Fulano, para mí el periódico esuna estación de ferrocarril, y su trenllega a las cuatro, no a las cuatro y cuar-to. Los retrasos perturban el buen fun-cionamiento de la circulación".

Lo sucedido trascendió y en la redac-ción se hizo famosa la anécdota deltren. Tiempo después, otro empleado lautilizó en beneficio propio. Poco antesde que concluyese su jornada laboral,don Ángel le pidió que tradujese undocumento que requería mucho tiem-po, y el empleado en cuestión le res-pondió: "Lo siento, director, pero el trenen que yo regreso a casa sale de estaestación dentro de diez minutos".

JOSÉ IGNACIO RIVARÉS

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la Comisión Episcopal de Misiones yCooperación entre las Iglesias, y dejóel ámbito de la catequesis para entre-garse en cuerpo y alma a las misiones.En 2001 asumió la subdirección nacio-nal de OMP, con Mons. Francisco Pé-rez al frente de esta entidad. En 2011fue nombrado director nacional de lainstitución pontificia, cargo que en elque fue confirmado en 2016, y que hadesempeñado hasta el final de sus dí-as, compaginado con sus funciones enel Secretariado de la Comisión de Mi-siones de la Conferencia Episcopal Es-pañola (CEE).

D. Anastasio, que ha permanecido alpie del cañón hasta el último momen-to (tenía su maletín de trabajo en elhospital), ha contribuido decisivamen-te a renovar e impulsar la animaciónmisionera en España. ¡Son tantas lascosas que se podrían destacar de él eneste sentido! Conscientes de no poderhacerlo, Supergesto ha querido ponerel acento en su labor de animación mi-sionera con los jóvenes.

D. Anastasio siempre decía que "eltestimonio de los misioneros es el pri-mer despertador para suscitar en losjóvenes su compromiso misionero, in-

El pasado 7 de septiembre fallecía,después de un año de larga en-fermedad, Anastasio Gil García,

director de las Obras Misionales Ponti-ficias en España. Su muerte ha causadoun profundo dolor en su familia, en to-dos los que trabajamos en OMP y entodas las personas que le conocieronpor su infatigable labor en favor de lasmisiones y los misioneros españoles.Así se pudo ver en su funeral, celebra-do en la Catedral de la Almudena, y enlas decenas de cartas de pésame y re-cuerdo publicadas en los medios de co-municación con motivo de su falleci-miento: "Adiós a un enamorado de lasmisiones", "Ha muerto el padre de losmisioneros españoles", "Fue un evan-gelizador ejemplar, un trabajador in-fatigable, entregado plenamente al

anuncio misionero", "Ha sido un ángelguardián para los misioneros"... Tam-bién ellos, los misioneros españoles,han hecho llegar a OMP sus cartas,mostrando sus sentimientos de grati-tud y cariño a D. Anastasio, desde to-dos los rincones del mundo.

Anastasio Gil, o D. Anastasio, comole llamábamos todos, nació el 11 deenero de 1946 en Veganzones (Sego-via). Fue ordenado sacerdote con 24años en la diócesis de Segovia, aunqueen 1983 se incardinó en la diócesis deMadrid. Licenciado en Teología por laUniversidad de Comillas (1970), com-pletó sus estudios con una diplomatu-ra en Psicología Educativa (1972) y undoctorado en Teología por la Universi-dad de Navarra (1981). En 1999 fuenombrado director del Secretariado de

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e voy a Madrid con un grupo de jóvenes interesados en las misiones, co-mo yo. Tenemos que coger un vuelo desde Mallorca. El fin del viaje es en-contrarse con otros jóvenes de toda España que también están interesadosen las misiones. “¿Qué me espera en este Encuentro?”.

Aún recuerdo esa sensación de incertidumbre. Y con las maletas en las manos, fueen la entrada del edificio donde pasaríamos las jornadas que estaba él, allí dispuesto,firme, nos acogía con una sonrisa. Por el alzacuellos, deduje que era un sacerdote quese encargaba de la recepción de los jóvenes. "Que majo aquel señor", pensaba.

Empiezan las jornadas y “allí está de nuevo". "Él es Anastasio", me dijo un compa-ñero en un tono que dejaba entender que debía recordar ese nombre. Desde ese mo-mento, me di cuenta de que era quien dirigía el encuentro. Con una paciencia inmen-sa, nombró a todos los jóvenes que estábamos allí, diciendo de dónde éramos. Desdeel principio, se veía que no iba a fallar nada. Su forma de hablar trasmitía seguridad. Dehecho en los cinco encuentros que he ido nunca falló nada, ni faltó de nada.

Con el tiempo me enteré de quién era realmente ese señor que nos recibía cada añoen la puerta y que se llamaba Anastasio, aunque la gente siempre se dirigía a él con elDon delante. "Don Anastasio, aquí tiene", "Don Anastasio, ya han llegado aquellos y losotros", "Don Anastasio, preciso de usted un momento"… Se me acercó y entendí queera mi momento: "Buenos días, Don Anastasio", le dije sin esperar demasiado ya queestaba atareado. "Hola Toni, majo, ¿cómo estás? ¿Cómo está Cati?", me respondió...Contestéí tragando saliva, sabía mi nombre y, si conocía a Cati, también sabía de dón-de venía. Tantos frentes abiertos y se acordaba de mi nombre. Pero no quiero ser in-justo y quedarme solo con eso, su acogida y cercanía con los jóvenes era constante, yun gesto muy típico de él, que admito haber seguido su ejemplo en diversas ocasiones,era el de saludar mesa por mesa en el comedor a los que ahí estábamos comiendo,teniendo una palabra para todos y cada uno de nosotros, algo breve, que le permitía aél comer y poder saludar a todos pero con la capacidad de alegrarnos y hasta en oca-siones avivar alguna que otra mesa tímida.

Los últimos años he podido ver cómo trabajaba y algo tengo claro: podemos decirque era muy organizado, quería las cosas siempre lo mejor posible, su dedicación eraplena y afanosa. Era la forma de trabajar de una persona que ama lo que está haciendo,que cree en los ideales misioneros, que quiere estar recibiendo a la gente para estarcon ellos desde el principio, ser cercano, saber sus inquietudes, poder abordar su tra-bajo desde la realidad cercana del misionero, etc. En un encuentro de empleados nos

pidió que por favor fuéramos cariñososcon los misioneros, que siempre abriéra-mos los brazos para acogerlos, que no ol-vidáramos que eran el centro de todo eltrabajo. Anastasio no solo está en nues-tros recuerdos, también ha quedado ennuestra forma de trabajar. Y en cada de-legación, cuando le abrimos las puertas aun misionero, con los brazos abiertos, es-tá él también; aunque no esté entre no-sotros, estará siempre en estos gestos.

TONI MIRÓ

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cluso en muchos casos el vocacional".Por este motivo, puso en marcha el En-cuentro Misionero de Jóvenes de OMP,que este año ha alcanzado su décimoquinta edición, con gran éxito de par-ticipación; promovió el Consejo de Jó-venes de las OMP, no solo para traba-jar en este Encuentro -para el quesiempre quería y buscaba los mejorestestimonios misioneros-, sino en todoaquello que suscitara el compromisomisionero de los jóvenes; ideó la "GuíaCompartir la Misión", con el propósitode unir las propuestas misioneras parajóvenes que organizan las delegacio-nes de misiones, congregaciones, pa-rroquias, movimientos eclesiales... yofrecerles a estos una herramienta efi-caz de ayuda para vivir una experien-cia de misión durante el verano, o du-rante un periodo mayor de tiempo.

Van a ser muchos los jóvenes quelleven a D. Anastasio en el corazón.Gracias a él y a su trabajo en OMP, hanvisto cómo su fe se fortalecía y cómocrecía su compromiso y espíritu misio-nero. Así nos lo recordaba la CONFER:"D. Anastasio nos has hecho un pocomás hermanos de los que viven en Asiao en África, en América o en Oceaníay cómo no, en Europa... Nos has meti-do el gusanillo de seguir trabajandopor la misión y continuar su obra".

Toni Miró es uno de estos jóvenesque va a recordarle. Ha participado encinco ocasiones en el Encuentro Misio-nero de Jóvenes y ha vivido experien-cias de misión en diferentes países. Hoyestá unido a la gran familia de trabaja-dores de OMP, a través de la Delega-ción de Misiones de Mallorca. Él asegu-ra: "D. Anastasio estará siempre pre-sente en nuestra forma de trabajar".

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“La relación de don Anastasio con la Congregación para la Evangeliza-ción de los Pueblos y con los Secretariados Internacionales de las Obrasha sido larga y fructuosa. Deja el recuerdo de un sacerdote enamorado dela misión y de director de las Obras completo en la animación, la forma-ción misionera y la administración, a lo que sin duda le ha ayudado su gran capacidad de trabajo y de interés per-sonal por cuantos encontraba, fueran misioneros, directores diocesanos y todo el personal que en tantos ámbitoshan colaborado con él en la tarea de mantener vivo el ideal misionero en nuestros días.

Su compromiso con el próximo Mes Misionero Extraordinario de octubre de 2019 ha sido también intenso, cola-borando con los Secretariados Internacionales en la concepción, planificación y difusión del mes, por lo que, sinduda, le podrá ser atribuido parte del fruto que dicho mes tendrá en todo el mundo. (...) Gracias por el amor a lasmisiones y a la obra de evangelización. Gracias a él por su ejemplo de amor a la Iglesia”.

"Consciente él de que entregaba lavida a Dios, pero consciente tambiénde estas preguntas que él mismo medecía: "¿A quién temeré? ¿Quién me

va a hacer temblar? Si he puesto mi vi-da en manos de Dios…". Solo hacía una

petición: habitar en la casa del Señor, gozarde esa dulzura del Señor que él había intentado

predicar con su vida y anunciar, y que había querido contagiar atanta gente especialmente a través de Obras Misionales y en todaslas visitas que él hizo no solamente fuera de España a los misio-neros, sino también cuando recibía a los misioneros en España".

"De D. Anastasio hemosaprendido muchas cosas.Nadie, sin duda, puede ne-gar su capacidad de traba-jo, su espíritu de servicio ysacrificio, su honradez ypreocupación por la trans-parencia en todos los tra-bajos y negocios que se han realizado. Pero sobre todo,lo que más nos ha ayudado es su profundo y gran espí-ritu misionero, que nace de su amor, grande y tierno, aDios y a la Iglesia”.

"Aunque no le he conocido personalmen-te, siento mucho su pérdida. Soy testigo delmucho afecto que le tenían tanto los Secreta-rios Internacionales como nuestro personal y,durante la pasada Asamblea de mayo/junio, delaprecio que le reservaban todos los DirectoresNacionales, y debo confesarle que es algo queme ha impresionado mucho. Desde mi nombra-miento como Presidente, me ha escrito algunasveces y he podido darme cuenta de que era unhombre de fe. De ahí su compromiso con la misióny con los misioneros... (...) A pesar de la enferme-dad tan agresiva, de los cuidados a los que ha de-bido someterse, no ha abandonado el trabajo hasta

el último instante, y me esnotorio su tiempo invertidoen la reflexión y planificacióndel próximo Mes MisioneroExtraordinario de Octubre de2019, que había acogido conentusiasmo, vislumbrando lagran oportunidad que ese Messupondrá para la dinamizaciónde la misión en todo el mundo".

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Por primera vez, jóvenes indígenas cristianos de todo el mundo

se reunirán en los actos previos de una Jornada Mundial de la

Juventud. Será en Panamá, en los llamados "días en las diócesis"

que preparan la llegada del papa Francisco. El Encuentro Mundial

de Juventud Indígena (EMJI) se celebrará en Soloy, en las monta-

ñas de la comarca Ngäbe-Buglé. 1.700 jóvenes indígenas cristianos

de todo el mundo se darán cita para profundizar en su identidad

indígena y cristiana, y compartir sus costumbres y tradiciones.

os jóvenes indígenas estánbuscando un lugar digno en lasociedad y en la Iglesia", ex-

plica el padre José Fitzgerard, misio-nero paúl, coordinador nacional dela Pastoral Indígena en Panamá, ysecretario ejecutivo del encuentro."Para muchos de ellos, su etnia hasido y sigue siendo una causa de dis-criminación en sus respectivos paí-ses. Los jóvenes indígenas a nivel

mundial están experimentando unacrisis de identidad", explica. Estosjóvenes, que viven en las periferias,donde los servicios estatales no ase-guran la educación, ni la producciónalimentaria, se ven obligados a mar-char a las grandes ciudades parabuscar oportunidades. Allí experi-mentan un choque cultural enormeque pone en jaque todo lo que hanvivido hasta entonces. La fe cristiana

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católica, lejos de alejarles de sus raí-ces,les ayuda a no perder el norte ya defender su identidad.

"Las palabras del Papa en la Lau-dato Si' y en los encuentros con lospueblos indígenas animan a estos jó-venes a asumir un compromiso en laconstrucción de otro mundo posi-ble", explica Fitzgerard. "Con fideli-dad a los dos amos (el indígena y elcristiano), los pueblos indígenasmantienen procesos de síntesis en-tre su fe ancestral y cristiana, queresultan en expresiones de la fe enCristo desde las culturas particula-res, donde estos amos se encuentranen armonía y sin contradicción".

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La Iglesia siempre se ha preocu-pado por los indígenas, en especialpor los jóvenes. Desde hace muchasediciones, jóvenes indígenas hanparticipado en diversas JMJ, como enCanadá, Australia o Brasil. En estaocasión, como la sede de la JMJ delpróximo enero es Panamá, cuna demúltiples etnias indígenas, se vio laocasión perfecta para hacer una con-vocatoria mundial específicamenteindígena. ¿Dónde? En Soloy, una zo-na conformada por 200 comunidadesmontañosas, donde vive la etnia delos Ngäbe. ¿El lema? "Asumimos lamemoria de nuestro pasado paraconstruir la esperanza con valentía".

En el encuentro se celebrarán ora-ciones cristianas inculturadas, miniperegrinaciones, juegos ancestrales,talleres de reciclaje, noches cultura-les… Todo ello, en el marco de la de-fensa de la "casa común", amenaza-da por las políticas energéticas y deextracción. De hecho, los peregrinostendrán la oportunidad de sembrarvarios árboles en el lugar, como sig-no de su compromiso. Posteriormen-

te, todos los peregrinos sedesplazarán a la Cinta Cos-tera, donde se celebraránlos actos centrales de la JMJ.Allí montarán una "Aldea in-dígena", donde mostraránsus tradiciones.

La organización de los actosha contado con los jóvenes, pa-ra que esta celebración no sequede en algo pasajero, sino quecale en ellos, y así formar líderesindígenas jóvenes al servicio de lasociedad y de la Iglesia. Y quién sa-be, quizá en futuras Jornadas Mun-diales se pueda volver a convocar.

PAULA RIVAS

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¿Te has sentido apartada algunavez por ser indígena?

Sí, muchas veces en la escuela y enlas calles. Quizá aunque no me hayanofendido a mí directamente –porquehablo bien el español–, he sentido mu-cho dolor cuando ofenden, discriminany excluyen a mis hermanos indígenas,solo por no poder hablar bien españoly vestir su ropa tradicional. Cuando es-taba el colegio, fuera de la comarca, amuchos jóvenes no le gustaba hacergrupos con mis hermanos indígenas; enmuchas ocasiones simplemente porque

no tenían la facilidad de tener los me-jores materiales para hacer sus tareas oun ordenador portátil. Algunos, cuandome veían de nagua –mi ropa tradicio-nal de mi cultura–, comentaban: "Miraesa "chola" [india]. Pero hoy doy graciasa Dios por ser parte de un pueblo ori-ginario, y tener mi propio idioma, y ves-tuario; y mi propia identidad. Estoy or-gullosa de saber quién soy y de dóndevengo, y de tener una historia que hanido escribiendo mis ancestros, misabuelos, mis padres.

¿Desde cuándo eres católica?Cuando tenía 11 años, acompañaba a

mis padres a los Testigos de Jehová.No me sentía cómoda… Yo leía la Bi-blia y reflexionaba, pero de nada ser-vía que yo pasara cada año leyendo,orando, cantando y hablando de Dios,si lo que Él decía no lo poníamos enpráctica. No salíamos a visitar a los en-fermos, no hacíamos proyectos ni con-vivencias con los jóvenes de las calles,no nos preocupábamos por cuidarnuestra identidad como pueblo indíge-na. Y todo eso me ponía a pensar y meconfundía mucho.

Conocí a las Hermanas de la Mise-ricordia, que habían iniciado un granproyecto juvenil que me encantó. Yohasta este punto no sabía nada dehistoria de mi cultura indígena, nosabía danzar el jegui -la danza tradi-

cional de mi pueblo-. Y estas herma-nas me aceptaron en el grupo, yademás de conocer la fe, profundicéen mis orígenes. Al tiempo empecé aser coordinadora de un grupo juvenillocal, luego de la parroquia y actual-mente sigo apoyando como coordi-nadora del EMJI Panamá 2019.

¿Cuál fue tu experiencia de la JMJde Cracovia?

Fue una excelente experiencia podercompartir con jóvenes de diferentespaíses. Es interesante saber que en laJMJ vas a encontrar jóvenes con casi lasmismas ideas que tú, y es muy intere-sante conocer otras culturas, otras ra-zas, otros jóvenes... Y sobre todo sentirque todos van en busca de un solo ob-jetivo que nos une como hermanos detodo el mundo: ese encuentro con Je-sucristo desde las diferentes culturas.

¿Qué esperas de la JMJ y el EMJI? Yo espero que esta JMJ y el EMJI en

Panamá sea un encuentro más que nosfortalezca más como hermanos en Cris-to desde nuestra realidad. Además,mostraremos a los jóvenes del mundonuestra cara e identidad sin miedo. Es-pero que nos ayude a seguir trabajandomás para una sociedad más justa y enhermandad que soñamos. Ojalá despuésde estos dos eventos salgan jóvenes va-lientes y capaces de superar cada ad-versidad con la ayuda de Dios. P. R.

Es hija de una familia humilde

indígena de 10 hermanos, que

vive en el campo en la comar-

ca Ngäbe. Tuvo que emigrar a

la ciudad para estudiar secun-

daria. Se convirtió al catoli-

cismo gracias al encuentro

con los misioneros, y asistió a

la JMJ de Cracovia. Actual-

mente, apoya en la organiza-

ción para el EMJI 2019 como

coordinadora juvenil.

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