Scholem, Gelshom - Walter Benjamin y Su Ángel. Catorce Ensayos y Artículos (PARCIAL)

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  • GERSHOM SCHOLEM Walter Benjamin y su ngel FCE - Prohibida su reproduccin total o parcial 1

    Gershom Scholem

    WALTER BENJAMIN Y SU NGELCATORCE ENSAYOS Y ARTCULOS

    Recordando a Benjamin(1965)

    Conoc a Walter Benjamin despus de una discusin en torno de unaconferencia de Kurt Hiller que tuvo lugar en Berln en 1915. Habanacudido muchas personas, entre ellas Benjamin, Werner Kraft y yo. Seaproxim a m y me dijo que deseaba conversar personalmenteconmigo de manera ms amplia. Poco despus lo visit y a partir deentonces establecimos una relacin que, si bien al principio resulttensa, luego lleg a tener un carcter muy ntimo.

    Tuve con Benjamin un trato muy estrecho entre 1916 y 1923, fechaen que me march a Palestina. Pas algunos das en su casa deMunich y estuve repetidas veces con l en Berln, especialmente en elinvierno de 1917, tiempo antes de que se casara; cuando en laprimavera de 1918 part hacia Suiza, segu en contacto con l a travsde una larga correspondencia. Benjamin se traslad all un ao mstarde y durante seis meses compartimos en Berna el mismo vecindario,de modo que logr forjar una relacin de gran confianza con l y suesposa. Tras mi regreso a Alemania en el invierno de 1919, nosencontramos bastante a menudo y continuamos vindonosregularmente entre 1920 y 1923, tanto en Berln como en Munich;hicimos algunos viajes juntos y conocimos a diferentes personas, sobretodo hacia 1922-1923, cuando a Benjamin se le ocurri editar unarevista, Angelus Novus, con la legtima esperanza de expresar susideas. En 1923, cuando buscaba el modo de obtener su habilitacin,pasamos una semana en Francfort. Despus me fui a Palestina y apartir de entonces slo nos vimos en dos ocasiones: una vez en Parshacia 1927, donde permanecimos juntos seis semanas, y otra vez en1938, cuando compartimos cinco das en Pars. sa fue la ltima vezque lo vi. Durante todo el tiempo que dur nuestra amistad, de 1915 a1940, mantuvimos una correspondencia verdaderamente intensa.

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    Al principio de nuestra amistad, los temas de conversacin eran denaturaleza metafsico-filosfica. Luego, durante nuestros aos enMunich y Suiza, discutamos mucho sobre el judasmo, del que yoempezaba a ocuparme en esos aos en forma intensiva, y en generalsobre cuestiones del mundo del espritu que afligan a Benjamin porentonces. Hablbamos ms de su trabajo que del mo. Dado queBenjamin no era un experto en hebrasmo, debamos abordar el temade manera indirecta. Yo prefera interiorizarme en su trabajo. A menudome daba a leer sus poemas: haba escrito una serie de 50 sonetos a suamigo Heinle, quien se haba quitado la vida al desatarse la PrimeraGuerra Mundial. Me dio a leer muchos de esos poemas, pero engeneral me lea en voz alta sus traducciones del francs. Era un muybuen lector. Me lea a Pndaro, a menudo directamente en griego, yotras veces las versiones de Bochardt, Hlderlin u otro traductor.

    Nuestra amistad se hizo cada vez ms ntima. A partir del ao 1921,empezamos a tutearnos y estuvimos extraordinariamente cerca durantetodos los aos siguientes.

    Cuando uno lo vea por primera vez, Benjamin produca una fuerteimpresin. Era sumamente amable; cuando hablo de l, no puedo dejarde destacar su cortesa china con las personas. Sin embargo, haba almismo tiempo en l un fuerte recato que se disolva muy lentamente enel contacto con los otros. Se mostraba muy susceptible y desconfiado siuno le haca una pregunta de carcter personal. Slo me anim ahablar con l de esas cosas cuando me otorg un trato ms ntimo,pero de todos modos segua siendo muy reservado. Nunca me habl enaos o casi nunca de otras personas que conoca. Benjamin soladiferenciar claramente a sus amigos de sus conocidos, incluso lostrataba por separado.

    Transcurrieron aos, por ejemplo, antes de que yo llegara a conocera Ernst Schoen, un amigo suyo de juventud, con el que todava tenatrato. Estuve cinco aos en contacto con Benjamin sin que mepresentara a esta persona. Pero esto no slo me lo haca a m, sinotambin e incluso en mayor medida a otros amigos con los cuales eraaun ms discreto. En mi caso, todo esto se vea compensado omitigado en aquellos aos por el hecho de que Benjamin y su esposase mostraban, al mismo tiempo, muy cariosos conmigo y el afectobrotaba naturalmente.

    Benjamin hablaba con gran intensidad, incluso en nuestras primerasconversaciones, que duraban largas horas. Cuando en el otoo de 1916estuve en Munich, concretamente en Seeshaupt, donde ms tardeBenjamin pas muchos das con su mujer, nos encontramos infinitasveces para charlar de filosofa y cuestiones relativas al judasmo:conversando pareca un experimentador. Hablaba de modo directo,mirando al otro con los ojos bien abiertos; si se estaba en una reuninen la que se discuta acaloradamente, contemplaba desde un rincn y

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    se ubicaba donde no haba nadie, sobre todo si estaba pasando poruna gran crisis.

    En todos aquellos aos, a partir del momento en que lo conoc,Benjamin ejerci sobre m un fuerte influjo. Me impresionaban tanto supersona como su manera de pensar, sumamente extraa y nadaconvencional. En el curso de cualquier conversacin, su pensamientose desplegaba con espontaneidad sobre el primer objeto o idea que sepropona como tema. Enfocaba cada asunto desde un punto de vistacompletamente original e inesperado y se acercaba a las cosastanteando. Su conversacin, aunque experimental, resultaba por lomismo asombrosamente aguda. Era un muy buen orador y hablabamodulando los tonos. Se expresaba de manera agradable yconcluyente. Sin embargo, fue ante todo su pensamiento lo que causen m la mayor impresin; siendo cinco aos menor que l, quedsorprendido y profundamente cautivado. No cabe duda de que cadauno de nosotros tena a su manera una fuerte incidencia sobre el otro.Pero hasta el final de mi vida no podr olvidar o disimular siquiera elprofundo influjo de Benjamin sobre la direccin y el ordenamiento demis ideas filosficas. Con l le textos de filosofa, cuando me fui aSuiza en 1918 y viv, casa por medio de la de Benjamin, en la pequeaaldea de Muri, cerca de Berna. All estudiamos los trabajos de HermannCohen, tanto sobre la obra de Kant en general como sobre su teora dela experiencia. Asistimos a numerosas clases en Berna y participamosen el seminario del profesor con el que Benjamin hizo su doctorado,como tambin, hacia 1918-1919, en otros seminarios filosficos,principalmente sobre Aristteles. All Benjamin mostr ser para m unsostn extraordinario. En las conferencias de los historiadores yfilsofos de la literatura alemana, nos entretenamos haciendo chistes,ya que eran hartamente pobres.

    Desde el principio esper de los trabajos de Benjamin algosignificativo. Cuando lo conoc, su pensamiento no tena todava unaorientacin sistemtica, por ms que proyectaba escribir un sistema dela filosofa, una metafsica, para lo cual haba elaborado toda clase deesbozos. El ingenio metafsico era el rasgo ms significativo enBenjamin, su incomparable talento o genialidad. Sus trabajos en estecampo se vieron frustrados, pues durante los aos de la inflacin perditodos sus bienes, o mejor dicho: fueron sus padres quienes losperdieron. Tras el fracaso de su habilitacin en Francfort, Benjamin tuvoque ganarse el pan con su pluma, de modo que no pudo financiar elocio necesario para sus grandes propsitos, como puede hacerlo uninvestigador acadmico con una remuneracin asegurada. Pero eseocio no lo obsesion. Y all est su gran libro, El origen del dramabarroco alemn, ejemplo de una obra concebida acabadamente,mientras que las circunstancias de su vida lo llevaron unas veces adispersarse en ensayos extensos y llenos de ideas y otras en trabajos

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    breves y pequeos. A pesar de todo, el orden de su pensamientoconsigue siempre expresarse. El autntico deseo de Benjamin, sinembargo, hubiera sido sin duda reelaborar sus largos esbozos defilosofa del lenguaje y filosofa de la historia. Cuando ms tarderenunci al propsito de hacer filosofa sistemtica, se convirti enmaestro del fragmento filosfico-literario. Y aunque su prctica delfragmento deja entrever tambin una lnea sistemtica, su propiopensamiento era en s mismo fragmentario y prismtico, como algunavez lo defini Holz.

    Como l mismo se apart de la filosofa sistemtica, se ha tenido encuenta slo un aspecto de sus escritos, lo cual ha suscitado elmalentendido de que Benjamin era un autor literario y no un filsofo,cuando es evidente que toda su produccin parte de un ncleo filosficoy debe ser vista como una obra de filosofa. Cuando en los ltimos aosde su vida Benjamin se aproxim a la concepcin de la historia marxistay materialista, ya para sustentarla como una especie de principioheurstico o como un mtodo de investigacin, sus amigosprobablemente percibieron que su obra asuma lamentablemente unatoma de partido. Yo mismo no pude acompaar ese giro y meembarqu a menudo con Benjamin en discusiones al respecto, primeroen Pars hacia 1927 y luego a travs nuestra correspondencia;finalmente, cada vez que nos encontrbamos, tenamos grandesenfrentamientos sobre la cuestin del marxismo en sus escritos.Benjamin intentaba expresar su pensamiento en la forma ms prximaposible a las categoras marxistas. Evidentemente es mucho lo que sepuede decir sobre esto, aunque es muy difcil resumirlo en pocaspalabras. Hasta el final esper una rectificacin de sus intenciones enmateria de filosofa de la historia y del lenguaje tales eran los puntosque ms profundamente le preocupaban y esper que quizs, en ellargo libro que proyectaba desde haca trece aos, esa rectificacintuviese lugar. Benjamin quiso primero escribir en 1927 un breve o largoensayo sobre los pasajes que conectan entre s los grandes bulevaresparisinos, los paseos cubiertos y galeras comerciales, pero luego apartir de ese ensayo, que lo cautivaba cada vez ms, hizo grandesavances que determinaron totalmente su produccin de los ltimosaos. Debido a su precaria situacin econmica, el libro no lleg atomar forma hasta despus de 1933, cuando Hitler ya gobernabaAlemania. Benjamin emigr casi en los comienzos del rgimen nazi,primero a Espaa, a las Islas Baleares y luego a Pars. All siguitrabajando en su libro, que por entonces bautiz Pars, capital del sigloXIX, y en la Biblioteca Nacional de Francia descubri incontablesmateriales. El inters por estas cuestiones abarc casi por completo elltimo perodo de su vida desde 1927. Estaba tan absorbido en ellasque, por ejemplo, nunca llev a trmino su proyecto de viajar aPalestina, donde quizs hubiera podido instalarse y, de haber pasado

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    all sus ltimos aos, hasta quizs hubiera logrado sobrevivir. Benjaminestuvo muchas veces a punto realizar ese viaje, pero el fuerte deseoque tena, en su manera de ver las cosas, de llevar a trmino aqueltrabajo lo llev a postergarlo indefinidamente. Ms de una vez recib untelegrama de Benjamin diciendo: El 1 de diciembre de este ao llegoen barco a Palestina. Pero jams apareci. Tambin dej de esperarlo,a decir verdad, pues saba que su trabajo se iba ramificando de maneraasombrosa y que aquellas derivaciones lo cautivaban tanto que noestaba en condiciones de liberarse totalmente, cosa que no pudo haceren realidad hasta el final de su vida, motivo por el cual contamos hoycon un legado descomunal de borradores para aquel libro. Pero el libromismo no existe y a medida que Benjamin avanzaba en lprcticamente ya no poda existir, pues tena la intencin de suprimirincluso su propio texto en favor de la citas.

    La fama de Benjamin al menos desde que supe de l, esto esdesde su juventud, hacia 1913-1914, cuando empez a hacerseconocido fue siempre muy grande entre un pequeo grupo de gente,por as decirlo, esotrica. Era considerado un espritu melanclico, serioy extraordinariamente profundo, una figura prometedora, cuya manerade pensar y personalidad resultaban particularmente difciles ycomplejas. Benjamin tuvo luego, cuando yo haba partido ya deAlemania, un trato constante con los crculos literarios berlineses, yapor su trabajo en el Literarische Welt de Haas, ya por su participacinen el grupo de Bertolt Brecht. Poco a poco, se gan entre losentendidos que no eran tantos la reputacin de ser uno de los crticosde lengua alemana ms importantes de la poca. Pero no le faltabanadversarios, pues su escritura, de la mayor precisin y laconismo, erapara algunos complicada. Benjamin posea, sin duda, el increbletalento de ganarse no pocos enemigos por su manera de escribir, cosaque hoy, cuando se releen atentamente sus textos, resulta an msdifcil de entender. Yo consideraba, en cambio, que Benjamin era deuna gran claridad, especialmente cuando desarrollaba suspensamientos, incluso a propsito de cuestiones que a primera vistaparecan absolutamente paradjicas y contradictorias. Pero su fama deescritor difcil era muy llamativa.

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    Sobre la huda fatal de BenjaminA propsito del informe de Lisa Fittko

    (1981)

    Quisiera agregar algo al presente informe* de la seora Lisa Fittkosobre el cruce de la frontera entre Francia y Espaa intentado porWalter Benjamin, puesto que abre una perspectiva compleja yenteramente nueva acerca de lo que hasta hoy se considera su ltimaobra. Todos aquellos que han estudiado alguna vez los escritospstumos de Benjamin han de haber llegado a la conclusin de que, yavarios aos antes de su muerte, ste haba concluido los vastostrabajos preparatorios para Pars, capital del siglo XIX, aunque noalcanz a redactar el libro como tal. Estos borradores permanecieron,por lo menos en gran parte, ocultos en la Biblioteca Nacional deFrancia, entre los papeles que ms tarde fueron remitidos a Adorno yque posiblemente se publicarn en 1982, en el quinto tomo de susGesammelte Schriften. Sobre la base de estos papeles, no queda deltodo claro hasta dnde Benjamin estaba en condiciones de prolongardichos trabajos preparatorios, si bien nada se opone a la suposicin deque se haya abocado a ellos hasta la entrada del ejrcito alemn enFrancia o poco antes de que esto ocurriera. En lo que se ha conservadode su correspondencia de esta poca, nada alude a un giro en sutrabajo. En una carta a Adorno, fechada en Lourdes el 2 de agosto de1940,** Benjamin se refiere todava a los papeles dedicados al llamadoLibro de los pasajes tal era el nombre que daba a los apuntes reunidosoriginalmente bajo el ttulo de Pasajes parisinos, manifestando suconfianza en que habran de sobrevivir. Ni en sta ni en otras cartasaparece indicio alguno que permita conjeturar un cambio en lanaturaleza de este proyecto.

    As estaban las cosas hasta que el 16 de marzo de 1980 recib deChimen Abramsky Chimen es la transcripcin fontica de lapronunciacin idish de Schimon una carta muy emocionante enhebreo. Abramsky, que es profesor de estudios judaicos en el UniversityCollege de Londres, pero que al mismo tiempo ha mostrado siempre unvivo inters por la evolucin de los intelectuales judos de pensamientosocialista y que, por tanto, se halla bastante familiarizado con la obra deBenjamin, se encontraba en aquel momento en un retiro sabtico en la * Cf. Lisa Fittko, Der alte Benjamin, Flucht ber die Pyrenen [El viejo Benjamin,Escape a travs de los Pirineos] trad. alemana de Christoph Groffy, en Merkur nm.403, ao 36, cuaderno I, enero de 1982, pp. 35-39; cf., el original en ingls, enBenjamin, Gesammelte Schriften, V, Francfort, 1982, pp. 1184-1194.** Cf. Benjamin, Briefe, ed. de Gerschom Scholem y Theodor W. Adorno, 2 ed.,Francfort, 1978, p. 860.

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    Stanford University de California. En su carta me informaba que dosdas antes se haba topado, de manera puramente casual, con unamujer que haba compartido con Walter Benjamin el cruce de la fronterahacia Espaa. Esta mujer, una vieja berlinesa que viva ahora enChicago, haba estado de visita en casa de una sobrina suya enStanford, casada con el fsico Leo Stodolsky, profesor en la universidad.Durante la conversacin en casa de los Stodolsky, habra surgido elnombre de Benjamin y ella coment entonces que todo el inters de sucompaero de fuga, durante aquel peligroso cruce de la frontera, secentraba en hacer pasar un portafolios con un importante manuscrito.En el camino otra refugiada con su hijo se haba sumado al grupo queella guiaba y, despus del suicidio de Benjamin, haba obtenido elpermiso de las autoridades espaolas para continuar viaje a Portugal.Tras el suicidio de Benjamin, aquella mujer tal vez se haba llevado elportafolios con el manuscrito. Abramsky me preguntaba si saba algo alrespecto y cul haba sido destino de aquel manuscrito. Me contabaque el relato provena de una mujer de ms de setenta aos, que habaparticipado activamente en la izquierda antifascista en Alemania yFrancia. Por ltimo, me aconsejaba que, si tena inters en conocerms detalles, deba dirigirme a la casa de su sobrina, cuya direccin lmismo poda proporcionarme.

    Por supuesto, ahora s quin era la otra mujer que buscabaatravesar la frontera acompaada de su hijo. Se trataba de una talseora Gurland, cuya carta sobre el derrotero y el suicidio de Benjamin,escrita el 11 de octubre de 1940 desde las cercanas de Nueva York,recib al ao siguiente en una copia que me proporcion Adorno ypubliqu en el final de mi libro Walter Benjamin. Historia de unaamistad.* Esta carta constitua hasta el momento el nico documentosobre la cuestin. En ella no se hace alusin, sin embargo, ni a laseora Fittko, que es la ya mencionada ta de Mrs. Stodolsky, ni almanuscrito tan importante para Benjamin del que le haba hablado aAbramsky. Naturalmente, la nueva informacin de Abramsky meafectaba terriblemente. De modo que obtuve la direccin de la seoraFittko y, encontrndome en Nueva York por otro motivo, el 15 de mayode 1980 la llam a Chicago y mantuve con ella una larga conversacintelefnica, de cuyo contenido mi mujer y yo, escuchando desde dosaparatos, tomamos nota en hebreo, forma casi taquigrfica de escrituraque nos permiti retener con bastante precisin todo lo que dijo. Desdeluego, le envi de inmediato este informe tanto a Rolf Tiedemann,compilador de los cinco volmenes ya citados, como a la propia seoraFittko, con el expreso pedido de examinarlo y, eventualmente, rectificarsus recuerdos. La seora Fittko no tena noticias de mi libro sobre

    * Cf. G. Scholem, Walter Benjamin die Geschichte einer Freundschaft, 2 ed.,Francfort, 1976, pp. 279-281.

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    Benjamin luego de nuestra conversacin le envi un ejemplar desdeNueva York y, aunque tena muy presente en su memoria laparticipacin de la seora Gurland en el cruce de la frontera, norecordaba el nombre de sta hasta que vio la reproduccin de su yamencionada carta. Dado que se haba separado otra vez del pequeogrupo que diriga no mucho ms all del cruce de la frontera y habaregresado a Francia, la seora Fittko no estaba en condiciones desuministrar ninguna informacin directa y veraz sobre que el destinoque la seora Gurland haba dado al grueso portafolios de Benjamin. Laseora Fittko menciona en su informe que en el cruce de la fronteratambin se hablaba explcitamente del manuscrito y que la seoraGurland saba algo acerca del asunto. En mis apuntes subray las dosltimas palabras, que tambin anot en hebreo!

    A partir de mi informe, el Dr. Tiedemann se dirigi a Espaa deinmediato y llev a cabo, en la localidad fronteriza de Port-Bou y en lacapital del distrito de Figueras, las pesquisas que sacaron a la luz lasactas labradas por las autoridades en cuanto se les inform (en partede manera deliberadamente distorsionada) sobre el asunto.1 El estudiode las tres fuentes ahora conocidas, es decir, de las cartas de la seoraGurland, el informe de la seora Fittko, tal como lo transcrib en suversin definitiva el 4 de julio de 1980, y el inventario de las autoridadesespaolas, nos convencieron tanto a Tiedemann como a m de que lainterpretacin de la seora Fittko era correcta y que, por algunosdetalles que ninguno de los dos conoca previamente pero que puedenser confirmados por las actas espaolas, se poda acreditar como tal.Qued claro para nosotros que, como suele suceder en casos comostos, la seora Fittko, ahondando en su memoria, podra revivirtambin otros detalles. La seora Fittko haba reflexionado sobre estascosas aos atrs, pero en 1979 y a comienzos de 1980 comenz aelaborar ciertos recuerdos de sus vivencias durante los aos treinta ycuarenta. Ya haba tomado tambin algunas notas sobre Benjamin ynuestra intervencin la impuls a abandonarse una vez ms a susrecuerdos, ahora con mayor tenacidad.

    La seora Fittko no saba nada de la biografa de Henny Gurland,nacida Schnstedt, casada en segundas nupcias con Erich Fromm como pudo comprobar el Dr. Tiedemann y fallecida en Mxico en1952. En noviembre de 1980, termin este informe que considero de lamayor importancia y que hace casi imposible no suponer la existenciade un escrito en el que Benjamin presentaba en forma definitiva la ideade su proyectada obra capital.2 Aun cuando desde la perspectiva deBenjamin vala la pena intentar semejante cruce de la frontera nadams que para poder salvar este manuscrito, es difcil evitar sacar laconclusin de que la seora Gurland lo haya destruido por razones quetienen que ver con sucesos posteriores a la muerte de Benjamin y queella ha insinuado oscuramente en su carta. El Dr. Tiedemann ha

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    logrado encontrar entretanto al hijo de la seora Gurland, el profesorJoseph Gurland, en la Brown University de Providence (Rhode Island) yrescatar sus recuerdos, pero stos resultan extremadamente vagos. Elhijo, que an vive, no se acuerda en absoluto del manuscrito que l y laseora Fittko llevaron durante algunos tramos del difcil camino. Inclusose ha borrado por completo de su memoria el recuerdo de la seoraFittko, a pesar de que su relato coincide en importantes detalles con elinforme redactado por ella. Pero dejemos que este informe hable por smismo.

    Notas1 Las actas de las autoridades no se conservan. Scholem piensa aqu en una cartade la Comisara de Investigacin y Vigilancia de la Frontera Oriental, dirigida a MaxHorkheimer el 30 de noviembre de 1940, reproducida en GS, V, p. 1.197.2 Cf., no obstante, la conclusin divergente del editor en GS, V, pp. 1.203-1.205.