Santa gema

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Gema Galgani nació el 12 de marzo de 1878 en Camigliano, una aldea cerca de Lucca, en Italia. Gema es la palabra italiana para “gema”, piedra preciosa. Su padre era un químico próspero y descendiente del bienaventurado Juan Leonardi. La madre de Gema era también de noble linaje. Los Galgani eran católicos tradicionales que fueron bendecidos con ocho hijos. Gema, la cuarta hija y la primera niña de la familia,

desarrolló una atracción irresistible hacia la oración cuando era aún muy joven. Esto fue resultado de su piadosa madre, quien

enseñó a Gema las verdades de la fe católica romana. La madre infundió especialmente en el alma preciosa de su hija el

amor a Cristo crucificado.

Infancia

La joven santa se aplicó con celo a la devoción. Cuando Gema tenía sólo cinco años, leía los Oficios de Nuestra Señora y los Oficios de los Muertos del breviario tan fácil y rápidamente como si fuera una persona mayor.

Cuando la madre de Sta. Gema tenía que apurarse con sus quehaceres diarios de ama de casa,

la pequeña Gema tiraría de la falda de su madre y diría: “Mamá, dime un poco más sobre Jesús”.

Infancia

Desgraciadamente, la madre de Gema murió pronto. El día en que Gema

recibió el sacramento de la confirmación, mientras ardientemente rezaba

en la misa para que su madre recobrara la salud (la Sra. Galgani estaba

gravemente enferma), escuchó una voz inconfundible dentro de su

corazón que decía: “¿Me darás a tu mamá?”. “Sí”, respondió Gema a la

voz, “pero con tal de que tú me lleves también”. “No”, replicó la voz, “dame

a tu madre sin reservas. Por el momento tú tienes que permanecer con tu

padre. Yo te llevaré al cielo más tarde”.

Siguiendo la muerte de su amada madre, Gema fue enviada por

su padre a un internado católico en Lucca, regentado por las Hermanas de Sta.

Zita. Reflexionando sobre sus días de escuela más tarde diría:

“Comencé a ir a la escuela de las hermanas; estaba en el paraíso”.

Excedió en francés, aritmética y música y, en 1893, ganó el gran Premio de Oro por

su conocimiento religioso. Uno de sus maestros en la escuela lo resumió muy

bien al decir: “Ella (Gema) era el alma de la escuela”.

Infancia

Gema había estado preparándose arduamente para su Primera Comunión. Ella acostumbraba suplicar: “Denme a Jesus... y verán qué buena

seré. Tendré un gran cambio. Nunca más cometeré un pecado. Dénmelo. Lo anhelo

tanto, no puedo vivir sin El”.A Gema se le permitió recibir la Primera

Comunión a los nueve años de edad, la cual era una edad más temprana que la usual. Con el

permiso de su padre fue al convento local por diez días para prepararse intensivamente para

este solemne evento.

El gran día de Gema finalmente llegó el 20 de junio de 1887, en la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús.

En sus propias palabras ella describió su primer encuentro íntimo con Cristo en Sagrado Sacramento de este modo: Es imposible explicar lo que entonces pasó entre Jesús y yo. El se hizo sentir ¡tan fuertemente en mi alma!”

El siguiente incidente mayor en la vida de Sta. Gema fue cuando su padre murió en 1897. Como resultado de su gran generosidad, de la falta de escrúpulos de sus contactos en negocios y de sus acreedores, sus hijos se quedaron sin nada, y no tenían siquiera los medios para mantenerse. Gema tenía sólo diecinueve años, pero tenía ya una experiencia mayor en cargar la cruz.

Gema pronto comenzó a enfermarse. Se le desarrolló una curvatura en la columna

vertebral. Le dio también una meningitis dejándola con una pérdida de oído

temporal. Largos abscesos se le formaron en la cabeza, el pelo se le cayó, y finalmente las extremidades se le

paralizaron. Un doctor fue llamado y trató muchos remedios, los cuales fallaron todos.

Sólo se puso peor.

Gema comenzó entonces su devoción al Venerable Gabriel Possenti de la Madre de los Afligidos (ahora San Gabriel) . En su lecho de dolor ella leyó la historia de su vida. Más tarde ella escribió acerca del Venerable

Gabriel: “Creció mi admiración de sus virtudes y sus maneras. Mi devoción hacia él se incrementó. En la noche no dormía sin tener su

retrato bajo mi almohada, y después comencé a verlo cerca de mí. No sé cómo explicar esto, pero sentía su presencia. Todo el tiempo y en toda

acción, el hermano Gabriel venía a mi mente.

Gema, ahora de veinte años, parecía estar en su lecho de muerte. Una novena fue

sugerida como la única posibilidad de cura. A la medianoche del 23 de febrero de

1988, escuchó el ruidito de un rosario y comprendió que el venerable Gabriel se estaba apareciendo ante ella. El habló a Gema. “¿Deseas recobrar la salud? Reza con fe cada noche al Sagrado Corazón de

Jesús. Yo vendré a ti hasta que la novena se haya terminado, y rezaremos juntos al

Sacratísimo Corazón”.El primer viernes de marzo la novena terminó. La gracia fue concedida: Gema estaba curada. Al levantarse, aquéllos alrededor de ella lloraron

de alegría. Sí, ¡un milagro había sido llevado a cabo!

Milagrosa sanación

Estigmas

Gema, ahora en perfecta salud, había deseado siempre ser consagrada monja, pero esto no iba a ser así. Dios tenía otros planes para ella. El 8 de junio de 1988, después de recibir la Comunión, Nuestro Señor dejó a su servidora saber que aquella misma noche le regalaría con una extraordinaria gracia.

Estigmas

Gema fue a casa y rezó. Ella cayó en extasis y sintió un enorme remordimiento por pecar. La bendita Virgen María, a quien Santa Gema era tremendamente devota, se le apareció y le habló: “Mi hijo Jesús te ama más allá de la medida, y desea darte una gracia: yo seré una madre para ti. ¿Serás tú una verdadera hija?”La bendita Virgen María abrió entonces su manto y cubrió a Gema con él.

EstigmasAsí es como Santa Gema relata cómo recibió los

estigmas: “En ese momento Jesús apareció con todas sus heridas abiertas, pero de estas heridas ya no salía sangre, sino flamas. En un instante estas flamas me

tocaron las manos, los pies y el corazón. Sentí como si estuviera muriendo, y habría caído al suelo de no

haberme sostenido mi madre en alto, mientras todo el tiempo yo permanecía bajo su manto. Tuve que

permanecer varias horas en esa posición. Finalmente ella me besó en la frente y desapareció, y yo me encontré arrodillada. Yo aún sentía un gran dolor en las manos, los pies y el corazón. Me levanté para ir a la cama, y me di cuenta de que la sangre estaba brotando de aquellas partes donde yo sentía el dolor. Me las cubrí

tan bien como pude, y entonces, ayudada por mi Ángel, fui capaz de ir a la cama...”

Estigmas

Muchas gentes, incluyendo los respetados eclesiásticos de la Iglesia, fueron testigos

de este milagro de los estigmas, los cuales recurrieron durante la mayor parte del resto de su vida. Un testigo declaró: “La

sangre salía (de Santa Gema) de sus heridas en gran abundancia. Cuando ella

se levantaba, fluía al suelo, y cuando estaba en cama no sólo mojaba las

sábanas, sino que saturaba el colchón entero. Yo medí algunos de estos arrollos

o estanques de sangre, y eran de entre veinte y veinticinco pulgadas de largo y más o menos dos pulgadas de ancho”.

Vida de OraciónA los veintiún años de edad, Gema

fue acogida por una generosa familia italiana, los Giannini. La familia ya

tenía once hijos, pero estaban contentos de darle la bienvenida a

esta joven y pía huérfana en su hogar. La madre de la familia, la Señora

Cecilia Gianinni diría más tarde de Gema: “Puedo declarar bajo

juramento que durante los tres años y ocho meses en que Gema estuvo con

nosotros, nunca supe del menor problema en nuestra familia por su

causa, y nunca noté en ella el mínimo defecto. Repito: ni el menor problema

ni el mínimo defecto”.

Vida de OraciónSanta Gema diligentemente ayudaba

con los quehaceres de la grande familia. Tenía también tiempo para

rezar, que era su actividad favorita. A través de la Providencia ella consiguió

al bendito Pasionista Padre Germán, C.P., como director espiritual

a quien ella era totalmente obediente.

Gema iba a misa dos veces al día, recibiendo la comunión en una.

Ella rezaba el oración con fe, y por las noches con la Sra. Giannini, iba a las

vísperas. En todos sus ejercicios espirituales Gema ni una sola vez

descuidó sus quehaceres diarios en la casa de los Giannini.

Ultima enfermedadEn 1902 Gema, con buena salud desde su cura milagrosa, se

ofreció a Dios como víctima por la salvación de las almas. Jesús la aceptó, y ella cayó peligrosamente enferma. No podía pasar ningún

alimento. Aunque recobró brevemente la salud a través de la Divina Providencia, rápidamente volvió a caer enferma. El 21 de

septiembre de 1902, comenzó a vomitar pura sangre que venía de los espasmos violentos de amor de su corazón.

Mientras tanto, pasaba por un martirio espiritual que ella experimentaba como aridez y desconsuelo en sus ejercicios espirituales.

Ultima enfermedadPara añadir, el demonio enemigo multiplicaba sus ataques

contra la joven “Virgen de Lucca”. Satanás redoblaba la

guerra contra Gema porque sabía que su fin se acercaba. El

se esforzaba para persuadirla de que había sido enteramente

abandonada por Dios, usando sus infernales apariciones e incluso asestando golpes físicos contra su frágil cuerpo.

Un testigo que estaba

cuidando a Gema dijo:

“Aquella bestia abominable

será el final de nuestra

querida Gema -golpes

sordos, formas de animales

feroces, etc.- Me alejé de ella

con lágrimas porque el

demonio la estaba desgastando.”

Ultima enfermedad

Su director espiritual, el venerable Fray Germán, en cuanto a la última batalla de Gema, declaró: “La pobre sufriente pasó días, semanas y meses de esta manera, dándonos ejemplo de paciencia heróica y motivos para sentir un benéfico temor a lo que pueda pasarnos, de no tener los méritos de Gema, a la hora de nuestra muerte”.

Gema incesantemente invocaba los nombres

sagrados de Jesús y María, aún la batalla se

libraba en ella.

Muerte Heroica

Aún así, a través de todas estas pruebas, Gema nunca se

quejó, solamente oraba. Gema estaba llegando al final. Era

prácticamente un esqueleto viviente, pero todavía bello a

pesar de los estragos de su enfermedad. Se le

administraron los sagrados viáticos. En sus últimas

palabras, dijo: “No busco nada más. He hecho a Dios el

sacrificio de todo y de todos. Ahora me preparo para

morir.” Boqueando, gritó: “Ahora realmente es verdad que

nada mío queda, Jesús. ¡Recomiendo mi pobre alma a

ti, Jesús!” Gema entonces sonrió y dejando caer la cabeza a un lado, dejó de vivir.

Muerte Heroica

Una de las hermanas

presente en su lecho de

muerte, vistió el cuerpo

de Gema con los hábitos

de las Pasionarias, que

era la orden a la que

Gema siempre había

aspirado.

Su muerte bendita tuvo

lugar el Sábado

Santo, 11 de abril de

1903. Gema Galganitenía veinticinco años.

Canonización• Las autoridades de la Iglesia

comenzaron a estudiar la vida de Gema en 1917, y fue beatificada en 1933. El decreto aprobando los milagros para la canonización fue leido el veintiséis de marzo de 1939, Domingo de Pasión.

• Gema Galgani fue canonizada el dos de mayo de 1940, sólo treinta y siete años después de su muerte.

• La fecha oficial de su fiesta es 16 de Mayo, pero la piedad popular la celebra el 14.

Inscrito en la tumba de Sta. Gema:

"Gema Galgani de Lucca, virgen ino

centísima que en su vigésimo quinto

año fue consumida más por el fuego

del Amor Divino que por la violencia de

la enfermedad, se elevó a los brazos

de su Esposo Celestial el Sábado San

to, once de abril de 1903. Que la paz

sea contigo, Oh dulce alma, en compa

ñía de los ángeles“.