San Vicente de Paúl y La Doctrina Social de La Iglesia

10
Paralelo DSI - SVP Propuesta para el Salón bíblico. “Me parece que ofendería a Dios si no hiciera todo lo posible por las pobres gentes del campo” (SV IV, 586-587 / ES IV, 456) Quizás el Señor Vicente no se dio cuenta de que su acción en favor de los pobres era pionera en la Iglesia y que su caridad efectiva habría de dejar profunda huella en la sociedad cristiana. Realmente Vicente de Paúl fue un revolucionario de la caridad y sembró semillas de amor y de justicia que han fructificado abundantemente en la Iglesia, gracias al espíritu que dejó en sus hijos e hijas y en todos los que se inspiran en su carisma. La Caridad, con la cual la Iglesia identifica el carisma de San Vicente, no se reduce a un fenómeno solamente interior y espiritual. Significa más bien una respuesta social y pública de cómo el cristianismo puede humanizar la sociedad. La caridad de Vicente es una caridad que engendra justicia. La caridad no consiste para él en el éxtasis, sino en la intervención de un brazo vigoroso, para restablecer cada día en el mundo un poco más de justicia. Vicente se siente siempre en deuda con los pobres: “Me parece que ofendería a Dios si no hiciera todo lo posible por las pobres gentes del campo” (SV IV, 586-587 / ES IV, 456) “La solidaridad se eleva al rango de virtud social fundamental ya que se coloca en la dimensión de la justicia, virtud orientada por excelencia al bien común, y en la entrega por el bien del prójimo, que está dispuesto a “perderse”, en sentido evangélico, por el otro en lugar de

Transcript of San Vicente de Paúl y La Doctrina Social de La Iglesia

Page 1: San Vicente de Paúl y La Doctrina Social de La Iglesia

Paralelo DSI - SVP

Propuesta para el Salón bíblico.

“Me parece que ofendería a Dios si no hiciera todo lo posible por las pobres gentes del campo” (SV IV, 586-587 / ES IV, 456)

Quizás el Señor Vicente no se dio cuenta de que su acción en favor de los pobres era pionera en la Iglesia y que su caridad efectiva habría de dejar profunda huella en la sociedad cristiana. Realmente Vicente de Paúl fue un revolucionario de la caridad y sembró semillas de amor y de justicia que han fructificado abundantemente en la Iglesia, gracias al espíritu que dejó en sus hijos e hijas y en todos los que se inspiran en su carisma.

La Caridad, con la cual la Iglesia identifica el carisma de San Vicente, no se reduce a un fenómeno solamente interior y espiritual. Significa más bien una respuesta social y pública de cómo el cristianismo puede humanizar la sociedad. La caridad de Vicente es una caridad que engendra justicia. La caridad no consiste para él en el éxtasis, sino en la intervención de un brazo vigoroso, para restablecer cada día en el mundo un poco más de justicia.

Vicente se siente siempre en deuda con los pobres: “Me parece que ofendería a Dios si no hiciera todo lo posible por las pobres gentes del campo” (SV IV, 586-587 / ES IV, 456)

“La solidaridad se eleva al rango de virtud social fundamental ya que se coloca en la dimensión de la justicia, virtud orientada por excelencia al bien común, y en la entrega por el bien del prójimo, que está dispuesto a “perderse”, en sentido evangélico, por el otro en lugar de explotarlo, y a “servirlo” en lugar de oprimirlo para el propio provecho1”

Mateo 10, 40-42: «40.Quien a vosotros recibe, a mí me recibe, y quien me recibe a mí, recibe a Aquel que me ha enviado. 41 «Quien reciba a un profeta por ser profeta, recompensa de profeta recibirá, y quien reciba a un justo por ser justo, recompensa de justo recibirá. 42 «Y todo aquel que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, por ser discípulo, os aseguro que no perderá su recompensa.»2

Toda la vida de Vicente está llena de acciones sociales, pero hay algunas que son especialmente significativas. Imposible detallarlas aquí, por otra parte son bien conocidas de todos los vicentinos. Acontecimientos como Chatillon-les-Dombes, Maçon, el trabajo con los galeotes, con los niños expósitos, en el Hospital del nombre de Jesús, la educación y promoción de la mujer, la fundación de la Congregación de la Misión y de las Hijas de la Caridad, nos traen a la memoria la prodigiosa actividad de Vicente a favor de los pobres.

1 Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia. Capítulo V La Participación. Ed. San Pablo. Bogotá 2005. p. 143.

2 Cf. Mt 20, 25; Mc 10,42-45; Lc 22,25-27.

Page 2: San Vicente de Paúl y La Doctrina Social de La Iglesia

Diez principios en la doctrina social de la Iglesia

Los derechos de los pobres

Vicente acostumbró mirar la pobreza de frente, procurando comprender sus causas y llevando los remedios oportunos. En medio de las calamidades de Francia, Vicente va a ser realmente el Padre de la Patria, por todo lo que hizo en favor de la humanidad, en todos los múltiples campos de su prodigiosa actividad.

Los famosos derechos del hombre, que la Revolución se jacta de haber inventado, pero que no los respetó, ya el Señor Vicente calladamente y desde su fe y experiencia, los había introducido poco a poco en el plan social y propuesto como fines de la caridad de todos, haciéndolos reconocer como derechos evidentes:

Algunos ejemplos:

El principio del Respeto por la Vida Humana

“Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó3”

Doctrina Social de la Iglesia:

“Toda persona, desde el momento de su concepción hasta su muerte natural, posee una inherente dignidad y el derecho a la vida, que fluye inevitablemente de dicha dignidad4”.

La vida humana en cualquier estadio de su desarrollo o decadencia es preciosa y, por lo tanto, digna de protección y respeto. Es siempre equivocado atacar directamente a una vida humana inocente. La tradición católica ve lo sagrado de la vida humana como parte de cualquier visión moral en orden a una sociedad justa y buena.

San Vicente de Paúl:

El derecho a la vida es, entre todos, el derecho fundamental. Porque Vicente creía en el Dios de la vida, luchó incansablemente él mismo y buscó colaboradores que se comprometieran también en favor de la vida, para atacar la muerte que asediaba a los niños, para remediar el hambre de los mendigos y emigrantes, para aliviar los tormentos y escarnios de los galeotes y prisioneros, para proporcionar educación y trabajo, etc.

3 Gn 1,27.4 CDSI. La persona humana Imago Dei. p.89.

Page 3: San Vicente de Paúl y La Doctrina Social de La Iglesia

El principio de la Dignidad de la Persona Humana.

Doctrina Social de la Iglesia:

“Todo ser humano es creado a imagen de Dios y redimido por Jesucristo y, por lo tanto, es de un valor incalculable y digno de respeto como miembro de la familia humana”.

Este es el principio fundamental de la enseñanza social católica. Toda persona -prescindiendo de raza, sexo, edad, patria, religión, inclinaciones sexuales, empleo o nivel económico, salud, inteligencia, éxitos o cualquier otra característica diferenciadora –es digna de respeto.

No es lo que uno hace o tiene lo que da derecho al respeto, lo que establece la dignidad de uno es sencillamente el ser una persona humana. Dada esa dignidad, la persona humana en la visión católica nunca es un medio, es siempre un fin.

El cuerpo de la doctrina social católica comienza con la persona humana, pero no termina ahí. Los individuos tienen su dignidad personal; pero el individualismo no tiene lugar en el pensamiento social católico. El principio de la dignidad humana da a la persona el derecho a la pertenencia, como miembro, a una comunidad, la familia humana5.

San Vicente de Paúl:

Conocemos bien la obra de Vicente en relación con los niños expósitos. Conocemos su trabajo con los campesinos, la terapia ocupacional que crea para los ancianos, la organización y atención en favor de los enfermos, la defensa de los prisioneros y galeotes, el respeto para con todos los pobres, especialmente con los miserables. Podemos afirmar que toda su obra fue en favor de la vida y de la dignificación de los pobres.

El Principio de Asociación

Doctrina Social de la Iglesia:

“Nuestra tradición proclama que la persona humana no es solamente sagrada sino también social. La manera cómo organicemos nuestra sociedad –en economía y política, en las leyes y ordenamiento político – afecta directamente a la dignidad humana y a la capacidad de los individuos de desarrollarse en la comunidad”

5 CSDI. El respeto de la dignidad humana. Numerales 132-134.

Page 4: San Vicente de Paúl y La Doctrina Social de La Iglesia

La pieza central de la sociedad es la familia: la estabilidad de la familia debe siempre ser protegida y nunca socavada. Mediante la asociación con otros –en familias y en otras instituciones sociales que fomentan el crecimiento, protegen la dignidad y promueven el bien común– la persona humana alcanza su realización.

San Vicente de Paúl:

El pobre tiene derecho al pan cotidiano, pero se muere de hambre, a causa de las guerras... Vicente organiza el reparto de la sopa popular y la distribución de víveres.

El pobre tiene derecho a la salud, pero su vida se debate en medio de las epidemias, la peste y múltiples enfermedades... Vicente organiza hospitales, los cuida a domicilio.

El Principio de Participación.

Doctrina Social de la Iglesia:

“Nosotros creemos que las personas tienen el derecho y el deber de participar en la sociedad, buscando juntos el bien común y el bienestar de todos, especialmente de los pobres y más vulnerables”. Sin participación, los beneficios disponibles para un individuo a través de cualquier institución social no consiguen su objetivo. La persona humana tiene el derecho de no ser excluida de la participación en aquellas instituciones que son necesarias para el desarrollo humano. Este principio se aplica de manera especial a las condiciones relativas al trabajo. “El trabajo es más que un medio de ganarse la vida; es una forma de participación continua en la acción creadora de Dios. Si se ha de proteger la dignidad del trabajo, se deben respetar los derechos fundamentales de los trabajadores –el derecho a un trabajo productivo, a un salario decente y justo, a organizar sindicatos y a afiliarse a ellos, a la propiedad privada, y a la iniciativa económica6”

San Vicente de Paúl:

El pobre tiene derecho al trabajo. Las guerras dejaban los campos asolados y a la gente sin recursos, quedaba el hambre, la desocupación y el pillaje. Vicente trata de atender a todos estos males, dando una respuesta inmediata a las necesidades que no pueden esperar, y dando los medios para que el campesino pueda de nuevo cultivar sus tierras y procurarse su sustento. Vicente envía a sus misioneros a repartir semillas, arados, herramientas, ruecas para hilar y utensilios para tejer, a fin de que los campesinos se valgan por sí mismos.

6 Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia. Capítulo V La Participación. Ed. San Pablo. Bogotá 2005. p. 139.

Page 5: San Vicente de Paúl y La Doctrina Social de La Iglesia

El Principio de la Protección Preferencial de los Pobres y Vulnerables

La miseria humana es el signo evidente de la condición de debilidad del hombre y su necesidad de salvación. De ella se compadeció Cristo Salvador, que se identificó con “sus hermanos más pequeños7” Jesucristo reconocerá a sus elegidos en lo que hayan hecho por los pobres. La buena nueva “anunciada a los pobres” es signo de la presencia de Cristo8.

Doctrina Social de la Iglesia

“Nosotros creemos que estamos en contacto con Cristo cuando lo estamos con los pobres. El relato del juicio final9 tiene un importante papel en la tradición de la Fe Católica. Desde sus primeros días la Iglesia ha enseñado que seremos juzgados por lo que hayamos elegido hacer o no hacer al hambriento, al sediento, al enfermo, al que no tiene hogar, al encarcelado. Hoy la Iglesia expresa esta enseñanza con los términos de “opción preferencial por los pobres”.

¿Por qué este amor preferencial por los pobres? ¿Por qué poner las necesidades de los pobres en primer lugar? Porque el bien común –el bien de la sociedad en su conjunto– lo requiere. Lo opuesto al rico y poderoso es el pobre y desvalido. Si el bien de todos, el bien común, ha de prevalecer, la protección preferencial ha de ser para los afectados negativamente por la ausencia de poder y por la presencia de privación. De lo contrario, el equilibrio requerido para mantener a la sociedad unida se romperá en detrimento del conjunto.

San Vicente de Paúl

Los pobres tienen derecho a la vivienda, pero son expulsados de sus tierras y casas por las continuas guerras, se convierten en emigrantes y vagabundos... Vicente les organiza acogida y ubicación a las ingentes masas de refugiados. Los pobres tienen derecho a una vejez decente, pero al igual que los niños expósitos, los ancianos están abandonados a su suerte... Vicente organiza hospicios y pequeños albergues, donde son atendidos con cariño por las Hijas de la Caridad.

El Principio del Bien Común.

Este principio corresponde al llamado que el Evangelio incesantemente dirige a las personas y a las sociedades de todo tiempo, siempre expuestas

7 Cf. Mt 25,40.458 Cf. Mt 11,5; Lc4, 18.9

Mt 25, 31-46.

Page 6: San Vicente de Paúl y La Doctrina Social de La Iglesia

a las tentaciones del deseo de poseer, a las que el mismo Señor Jesús quiso someterse, para enseñarnos el modo de superarlas con su gracia10

Doctrina Social de la Iglesia

“Por bien común se entiende el conjunto de condiciones que permite a las personas alcanzar el desarrollo pleno de sus capacidades humanas y llegar a la realización de su dignidad humana”.

Las condiciones sociales que la Iglesia tiene en mente presuponen “el respeto por la persona”, “el bienestar social y el desarrollo del grupo” y el mantenimiento, por parte de la autoridad pública, de la “paz y la seguridad”. Hoy, en una época de interdependencia global, el principio del bien común apunta a la necesidad de estructuras internacionales que puedan promover el justo desarrollo de las personas y familias en el ámbito regional y nacional11.

Qué es lo que constituye el bien común va a ser siempre objeto de debate. La ausencia de sensibilidad respecto al bien común es un signo seguro de decadencia en la sociedad. En la medida en que el sentido comunitario se erosiona, la preocupación por el bien común declina. Una adecuada preocupación por la comunidad es el antídoto contra el desenfrenado individualismo, que, como el incontrolado egoísmo en las relaciones personales, puede destruir el equilibrio, la armonía y la paz en y entre los grupos, las vecindades, las regiones y las naciones.

San Vicente de Paúl

El pobre tiene derecho a la educación, pero en aquellos tiempos el analfabetismo alcanzaba en Francia al 80 por ciento de la población. Vicente y Luisa de Marillac crean escuelas para los niños pobres. Recordemos que Margarita Naseau aprendió a leer y escribir por su propia cuenta y se dedicó a enseñar a otros lo que había aprendido. Como la mayoría de las Hijas de la Caridad eran muchachas del campo, y muchas no sabían ni leer ni escribir, son enviadas a las Ursulinas para que aprendan y luego enseñen a los niños expósitos. Así, en un país de mayoría analfabeta, los niños llamados por la sociedad los malditos de Dios, van a aprender a leer y a escribir, gracias al amor inventivo de Vicente y a la solidaridad y superación de sus hijas. Y Vicente les decía que ellas deberían sentirse indignas de ese trabajo, ya que deberían ser los ángeles de Dios los maestros de estos niños. ¡Tal es su dignidad!

La creación de talleres se convirtió en una norma común para las Cofradías de la Caridad. Así lo podemos leer en los Reglamentos de las Caridades de Folleville, Paillart, Servillers, Maçon y otras. Además, los muchachos que reciben esta promoción, debían presentarse con sus padres y obligarse con juramento a enseñar a otros el arte que ellos habían aprendido. Era realmente una comunión y participación.

Las limosnas no son para los que pueden trabajar

10 Cf. Mc 1,12-13; Mt4, 1-11; Lc 4,1-13.11 CDSI. El principio del bien común. p. 123.

Page 7: San Vicente de Paúl y La Doctrina Social de La Iglesia

La CM y las HHCC trabajan también y con insistencia en la promoción integral y el bien común; tratando de hacer de los pobres sujetos que puedan valerse por sí mismos, mediante su propio trabajo.

El 26 de abril de 1651 escribe desde París a Marcos Coglée, superior de Sedán: “Aguardo a que pueda comunicar sus cartas a las damas que socorren a los pueblos de las fronteras desoladas, para que me digan si puede usted distribuir tanto a los hugonotes como a los católicos, y a los pobres que puedan trabajar en las fortificaciones como a los enfermos inválidos, le diré que su primera intención ha sido la de no asistir más que aquellos que no pueden trabajar ni buscar su sustento, y que estuvieren en peligro de morir de hambre si no se les socorría. En efecto apenas tenga alguno fuerzas para trabajar, habrá que comprarle algunos utensilios conformes con su profesión, pero sin darles nada más. Según esto las limosnas no son para los que pueden trabajar en las fortificaciones o hacer otras cosas, sino para los pobres enfermos, los huérfanos o los ancianos” (SV IV, 182-183 / ES IV, 180).

Vicente recomienda que hay que organizar el reparto y, en acto de confianza a los misioneros que están cerca de la realidad, les dice: “apruebo todo lo que ustedes decidan de común acuerdo”.

Hay que subrayar que, en el pensamiento de Vicente, al pobre hay que atenderlo por ser pobre, no importa quién sea. Es lo que afirma el documento de Puebla: “Por esa sola razón, los pobres merecen una atención preferencial, cualquiera que sea su situación moral o personal en que se encuentren. Hechos a imagen y semejanza de Dios para ser sus hijos, esta imagen está ensombrecida y aun escarnecida. Por eso Dios toma su defensa y los ama. Es así como los pobres son los primeros destinatarios de la misión y su evangelización es por excelencia señal y prueba de la misión de Jesús” (Doc. Puebla, 1142).

Los misioneros vicentinos y las hijas de la caridad conocen bien cuáles son los más pobres “que no puedan trabajar ni buscar su sustento”. Es que la caridad para ser eficaz exige conocer exactamente las necesidades de cada lugar y de cada persona. No se deben dar recursos a los que puedan trabajar, También los exhorta a que ahorren para que puedan volver a empezar una vez que se consiga la paz. Un dato muy interesante, Vicente pide que se envíen las memorias, las noticias para poder hacer propaganda y recoger algún fondo.