Salve Pastora Querida

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I Salve pastora querida/ cuya caridad te mueve/dejando noventa y nueve/ buscar la oveja perdida./ salve fuente de la vida/ salve bellísima aurora/ porque en la ultima hora,/ de su vida, el sumo rey/ de toda la humana grey/ te constituyó pastora. María es pastora por haber concebido en su seno al verbo eterno y haber colaborado con él en la redención del rebaño universal. Salve pastora querida = aquí tenemos la veneración profunda del devoto. cuya caridad te mueve = a caridad como base de la maternidad de María. dejando noventa y nueve/ buscar la oveja perdida = la analogía con el pastor en concreto. salve fuente de la vida = su maternidad divina y por ende el misterio de la encarnación del Verbo o también la doctrina de la mediación de todas las gracias. salve bellísima aurora = su inmaculada concepción o su asunción al cielo. porque en la ultima hora, de su vida, el sumo rey/ de toda la humana grey/ te constituyó pastora = la fundación divina del pastorado mariano en su dimensión materno-espiritual y la universalidad de su influencia materna sobre todos los hombres. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios. El desempeño de la maternidad espiritual de María se traduce en la intercesión constante que procura la conversión del pecador, esta influencia se describe a través de las funciones propias del pastor como guiar el rebaño a pasto seguros, velar por su seguridad, defenderlo del peligro. La función que concretiza y patentiza en la vida presente el ejercicio del pastorado mariano es apacentar el rebaño con el pasto de la eucaristía. Como nos dijo fray Isidoro de Sevilla: si el pastor que le deja en el valle a su ganado abundantísimo y saludable pasto, no pierde los créditos de buen pastor, aunque por entonces de su rebaño se ausente y se retire; mucho más bien María Santísima, aun cuando en su asunción se retira al cielo y deja en mundo su rebaño, no pierde, antes sí, granjea créditos mayores de pastora buena, porque a su rebaño le deja el mejor, más saludable y provechoso pasto, que es el pan de los angeles que en el sacramento del altar se nos administra. Así como María nos dio al verbo hecho carne nos da el cuerpo de Cristo sacramentado como alimento espiritual. El apacentar con el alimento de la eucaristía demuestra la ardiente caridad con la que a divina pastora atiende

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ISalve pastora querida/ cuya caridad te mueve/dejando noventa y nueve/ buscar la oveja perdida./ salve fuente de la vida/ salve bellísima aurora/ porque en la ultima hora,/ de su vida, el sumo rey/ de toda la humana grey/ te constituyó pastora. María es pastora por haber concebido en su seno al verbo eterno y haber colaborado con él en la redención del rebaño universal. Salve pastora querida = aquí tenemos la veneración profunda del devoto. cuya caridad te mueve = a caridad como base de la maternidad de María. dejando noventa y nueve/ buscar la oveja perdida = la analogía con el pastor en concreto. salve fuente de la vida = su maternidad divina y por ende el misterio de la encarnación del Verbo o también la doctrina de la mediación de todas las gracias. salve bellísima aurora = su inmaculada concepción o su asunción al cielo. porque en la ultima hora, de su vida, el sumo rey/ de toda la humana grey/ te constituyó pastora = la fundación divina del pastorado mariano en su dimensión materno-espiritual y la universalidad de su influencia materna sobre todos los hombres. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios.El desempeño de la maternidad espiritual de María se traduce en la intercesión constante que procura la conversión del pecador, esta influencia se describe a través de las funciones propias del pastor como guiar el rebaño a pasto seguros, velar por su seguridad, defenderlo del peligro. La función que concretiza y patentiza en la vida presente el ejercicio del pastorado mariano es apacentar el rebaño con el pasto de la eucaristía. Como nos dijo fray Isidoro de Sevilla: si el pastor que le deja en el valle a su ganado abundantísimo y saludable pasto, no pierde los créditos de buen pastor, aunque por entonces de su rebaño se ausente y se retire; mucho más bien María Santísima, aun cuando en su asunción se retira al cielo y deja en mundo su rebaño, no pierde, antes sí, granjea créditos mayores de pastora buena, porque a su rebaño le deja el mejor, más saludable y provechoso pasto, que es el pan de los angeles que en el sacramento del altar se nos administra. Así como María nos dio al verbo hecho carne nos da el cuerpo de Cristo sacramentado como alimento espiritual. El apacentar con el alimento de la eucaristía demuestra la ardiente caridad con la que a divina pastora atiende maternamente a su rebaño. La relación del pan eucarístico y María se entiende desde el misterio de la encarnación del verbo, el cual proviene del cielo, es decir de su inmaculada madre, pues la santidad y pureza de María aventaja la limpieza resplandeciente del cielo. Toda la Iglesia es apacentada con el fruto de su vientre.

IIYo soy el pan de la vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed.

El pasto con el que la divina pastora sustenta espiritualmente el rebaño eclesial es el cuerpo sacramental de señor, como anticipo de los pastos de la gloria hacia los que, como mejor pastora assumpta, conduce misericordiosamente. Este pasto induce el misterio de la encarnación del verbo y desde aquí la implicación de la maternidad oferente de María a favor de la Iglesia. Nacido del costado abierto de Cristo y acogiendo María como madre, el rebaño eclesial recibe y contempla adorante en el trasfondo de la inmensa caridad materna de la divina pastora el misterio del pan vivo bajado del cielo, cordero que haciéndose pasto en su sacrificio redentor concede la vida eterna.

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no sólo la iglesia sino también María, nos da la eucaristía, en oposición al pan laborioso que nos dio Eva: "La iglesia nos ha dado el pan vivo, en lugar del ácimo que había ofrecido Egipto; María nos ha dado el pan que conforta en lugar del pan laborioso que nos dio Eva". María, además, es considerada como el tabernáculo donde habitó el Verbo hecho carne, símbolo de la habitación del Verbo en la eucaristía presente en la iglesia. El mismo cuerpo nacido de María ha nacido para hacerse eucaristía.sólo mirando a María y siguiendo sus huellas, podremos celebrar y vivir el misterio eucarístico, que es “el tesoro de la Iglesia, el corazón del mundo, la prenda del fin al que todo hombre, aunque sea inconscientemente, aspira.En la Anunciación, se encuentra “una analogía profunda entre el fiat pronunciado por María a las palabras del ángel, y el amén que cada fiel pronuncia cuando recibe el Cuerpo del Señor” (EE 55). La actitud que nos une es la de la fe, mediante la cual María cree “en el misterio de la Encarnación, anticipando también la fe eucarística de la Iglesia”:

Indícame, amor de mi alma, dónde apacientas el rebaño, dónde lo llevas a sestear a mediodía, para que no ande yo como errante tras los rebaños de tus compañeros.

Las dos parábolas del pastor más destacadas, ofrece un rico material para explicar o ejercicio del pastorado de la madre del señor. El pastorado Mariano se traduce en la cooperación de la madre mediante la maternidad misteriosa, única y singular que la distingue y al mismo tiempo la aproxima incomparablemente al género humano. El ejercicio materno de la madre respecto a Cristo y la humanidad se comprende analógicamente bajo el ejercicio del pastor, su hijo.

Como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abríala boca.

Comer y beber en la eucaristía es asimilar la palabra, la obra y la persona de Jesucristo, es decir, su carne (su vida) y su sangre (su muerte). La fe en la eucaristía exige reconocer que ahí se encuentra el don de Dios, el amor sin límites al servicio de la plenitud personal. todo don divino fructifica sólo en la tierra de la fe y del amor. Si somos pobres de fe y de amor, pidamos al Señor que acreciente en nosotros las virtudes teologales. Si tenemos dudas sobre los frutos de la Eucaristía, estemos seguros de que nuestra fe y nuestro amor no son todavía lo suficientemente grandes para hacer florecer y fructificar en nosotros el cuerpo y la sangre de Cristo. La eucaristía tiene en sí toda la fuerza de Dios, somos nosotros con nuestra pequeñez, con nuestro orgullo, con nuestra poca fe los que impedimos a la fuerza de Dios que se manifieste en nuestras vidas. Fray Isidoro de Servilla, explica la inmaculada concepción desde elemento físico de carbón y de la lana. El carbón representa la naturaleza manchada por el pecado, por el contrario el carbón encendido aún significa la naturaleza humana, pero no a la manchada por el pecado, sino la que ha sido exenta de este. La condición humana de María es como el carbón encendido: no es oscuro, sino luminoso, ilumina. Dios con su amor que es fuego avivado a los soplos de su poder, encendió ese carbón.La identificación de la inmaculada con el vellón de la lana una vez esquilada la oveja. En cuanto lana procede de la carne de oveja, al ser esquilada se convierte en vellón, y por eso no posee nada de carne, representa la prevención del pecado que María habría de contraer de la naturaleza humana. Todo lo dicho se debe entender de María como pastora, por ser pastora es templo de Dios fundado en la limpieza de su concepción. María es pastora en cuanto madre.

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Ruega por nosotros, pastora del mismo Dios humanado – Para que seamos dignos de alcanzar lo que llenos de fe te pedimos.

En la cruz, Cristo es pastor e cordero.La bienaventurada Virgen avanzó en la peregrinación de la fe y mantuvo fielmente la unión con su Hijo hasta la cruz. La esperanza de María al pie de la cruz encierra una luz más fuerte que la oscuridad que reina en muchos corazones: ante el sacrificio redentor, nace en María la esperanza de la Iglesia y de la humanidad.La institución del pastorado mariano en el calvario, como fruto de la misma misericordia divina para con los hombres. Fray Isidoro descubre en la cruz la confirmación de la bondad del verdadero Pastor que es capaz de dar la vida por sus ovejas. En este misterio de amor desbordante ubica el misterio de María en su cooperación en el misterio salvífico de Cristo, representado éste especialmente en la figura del pastor que da la vida. La imagen del pastor ayuda a explicar las actitudes, comportamientos o funciones emergen del pastorado mariano del pastorado mariano. La imagen del cordero presenta en relación a María, la maternidad divina, la corredención y la mediación celeste. La imagen cristológica que acompaña a divina pastora es, precisamente, la del cordero. Es llamada de pastora, por la función que ejerce en el misterio de la encarnación, María alimentando en su vientre al verbo encarnado, lo hace como si de una pastora se tratase, pues aquel que se gesta en su vientre es el cordero profetizado por Isaías, señalado por el bautista y contemplado en el apocalipsis. La colaboración de la virgen en la obra de la redención y en la distribución celestial de sus frutos es rotundamente subordinada y participada a la de Cristo. Es la caridad la que mueve a María a aceptar la voluntad de su hijo acogiendo a la Iglesia como rebaño representado en la figura del discípulo. Es en la gloria donde María ejerce su pastorado derramando beneficios a los justo, deseando la conversión de los pecadores e intercediendo junto a Dios por todos. Ruega por nosotros, pastora del mismo Dios humanado. Para que seamos dignos de alcanzar lo que llenos de fe pedimos predicador