Salónica en los umbrales del siglo XX

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Salónica en los umbrales del siglo XX Yvette Bürki A partir de la segunda mitad del siglo XIX hasta 1917, fecha del gran incendio salonicense e hito simbólico del lento decaimiento de la llamada "Jerusalén de los Balcanes", Salónica se distinguió por su desa rrollo cultural y económico. Esta época de apogeo está en directa conexión con el renacimiento general de las comunidades judeoespañolas debido a los nuevos vínculos establecidos con Occidente, lo que permitió la divulgación de las ideas modernas de la ilustración judía ([Haskalá). Durante este periodo, que se extiende no sólo a los últimos 60 años del dominio otomano, sino a los primeros años del gobierno griego, la población sefardí ejerció un influjo notable en la vida salonicense. Si bien los datos demográficos que se encuentran en las diversas obras consultadas no siempre coinciden, es un hecho que los judíos constituyeron la mayoría poblacional en Salónica desde el inicio de las olas migratorias provenientes de la Península en el siglo XV. En la segunda mitad del siglo XIX, debido al crecimiento económico y a las mejoras de las condiciones higiénicas, el número de judíos aumentó con siderablemente, de unos 25,000 en 1865 a unos 60,000 al final del siglo (MOLHO, M. 1986: 10). A lo largo del lapso temporal que nos ocupa los judíos conformaron entre el 50% y el 55% de la población (MOLHO, R. 1992: 64). Según el censo de 1882-1884, efectuado aún bajo dominio otomano, el número de habitantes de Salónica era 85,000, de los cuales 48,000 eran judíos. El censo de 1902 arroja 162,000 habitantes para Salónica, 62,000 de ellos, judíos (LEVI 1986b: 20s). De acuerdo con el primer censo llevado a cabo bajo dominio griego, en 1913, el porcentaje de sefardíes era un poco menor del 50%, pero en comparación con los otros grupos étnicos constituían la mayoría: de los 157,889 habitantes de Salónica, 61,439 eran judíos, 45,889 turcos y 39,956 griegos (MOLHO, R. 1992: 65). Tomando en cuenta esta superioridad numérica en la configura ción poblacional, no es de extrañar que el brío cultural y económico de los judíos de Salónica se hiciera extensivo a toda la ciudad. Dediquémosle unas líneas al apogeo cultural: ilustrados de la talla de Yeudá Nehama, Moise Cohén, Sa‘adi Haleví ASkenaáí, Eliyahu

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Salónica en los umbrales del siglo XX

Yvette Bürki

A partir de la segunda mitad del siglo XIX hasta 1917, fecha delgran incendio salonicense e hito simbólico del lento decaimiento de lallamada "Jerusalén de los Balcanes", Salónica se distinguió por su desarrollo cultural y económico. Esta época de apogeo está en directaconexión con el renacimiento general de las comunidades judeoespañolasdebido a los nuevos vínculos establecidos con Occidente, lo que permitióla divulgación de las ideas modernas de la ilustración judía ([Haskalá).Durante este periodo, que se extiende no sólo a los últimos 60 años deldominio otomano, sino a los primeros años del gobierno griego, lapoblación sefardí ejerció un influjo notable en la vida salonicense.

Si bien los datos demográficos que se encuentran en las diversasobras consultadas no siempre coinciden, es un hecho que los judíosconstituyeron la mayoría poblacional en Salónica desde el inicio de lasolas migratorias provenientes de la Península en el siglo XV. En lasegunda mitad del siglo XIX, debido al crecimiento económico y a lasmejoras de las condiciones higiénicas, el número de judíos aumentó considerablemente, de unos 25,000 en 1865 a unos 60,000 al final del siglo(MOLHO, M. 1986: 10). A lo largo del lapso temporal que nos ocupa losjudíos conformaron entre el 50% y el 55% de la población (MOLHO, R.1992: 64). Según el censo de 1882-1884, efectuado aún bajo dominiootomano, el número de habitantes de Salónica era 85,000, de los cuales48,000 eran judíos. El censo de 1902 arroja 162,000 habitantes paraSalónica, 62,000 de ellos, judíos (LEVI 1986b: 20s). De acuerdo con elprimer censo llevado a cabo bajo dominio griego, en 1913, el porcentajede sefardíes era un poco menor del 50%, pero en comparación con losotros grupos étnicos constituían la mayoría: de los 157,889 habitantes deSalónica, 61,439 eran judíos, 45,889 turcos y 39,956 griegos (MOLHO,R. 1992: 65).

Tomando en cuenta esta superioridad numérica en la configuración poblacional, no es de extrañar que el brío cultural y económico delos judíos de Salónica se hiciera extensivo a toda la ciudad.

Dediquémosle unas líneas al apogeo cultural: ilustrados de la tallade Yeudá Nehama, Moise Cohén, Sa‘adi Haleví ASkenaáí, Eliyahu

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18 ‘Sala de pasatiempo Textos judeoespañoles de Salónica

Arditti o Abraham Galante, y personas pertenecientes a la elite económica de la ciudad, fundamentalmente aquéllos de origen franco, comoMoise Allatini -un convencido de las nuevas ideas reformistas-,Salomón Fernández y Moise Miárahí, contribuyeron de manera decisivaal progreso de las comunidades judías de Salónica y a su resurgimientocultural.

Los planteamientos educativos reformistas de la ilustración judíallegaron a Salónica bastante pronto, incluso antes de la instauración delas escuelas de la Alliance Israélite Universelle (AIU): gracias a la ayudafinanciera del Barón Rothschild, se fundó en 1856 la escuela Lippmann,en la que los hijos de familias judías pudientes aprendían con métodosmodernos francés y turco 1 , y en 1862 una escuela primaria italiana abrió

sus puertas. La ARJ, tras un primer fracaso en 1862, pudo asentarsefinalmente en 1872 en Salónica (MOLHO, R. 1992: 76). Para 1912 laAIU había fundado otras nueve escuelas, entre ellas jardines de infancia,escuelas primarias, escuelas de bachillerato y escuelas técnicas. Ademásde los centros educativos de la AIU, funcionaron otras escuelas, talescomo las italianas Dante Alighieri, la escuela franco-alemana, las de lasmisiones católicas y protestantes y varios colegios particularespequeños1 2 .

Asimismo, el famoso Talmud Torá salonicense, que, como lascomunidades sefardíes, había perdido su antiguo esplendor en el transcurso de los siglos XVII y XVin, hizo nuevamente honor a su antiguareputación y se convirtió en un centro de cultura religiosa y moderna deprimer orden. Se renovó su edificio y se reorganizaron sus planes deestudios: además de las materias religiosas tradicionales, se impartieronclases de aritmética, de italiano y de turco. A partir de 1908, bajo ladirección de Isaac Epstein, se introdujo de manera exitosa el aprendizajedel hebreo. Su enseñanza desempeñó un papel importante en el renacimiento de la lengua y en el vertiginoso avance que experimentó elsionismo en Salónica, sobre todo después de su anexión a Grecia 3 .

Mención especial merece el quehacer editorial de este periodo,indiscutible muestra del apogeo de las letras judeoespañolas en los albores del siglo XX. Salónica experimentó un verdadero boom periodístico

1 Debido a la resistencia de la comunidad judía, al cabo de cinco años la escuela tuvoque cerrar sus puertas. Desde el punto de vista histórico es un ejemplo de los primerosintentos reformistas en Salónica (MOLHO, R. 1992: 75).

2 MOLHO, R. 1992: 69s.; EMMANUEL 1972: 20.

3 EMMANUEL 1972: 20; BENBASSA / RODRIGUE 1995: 77.

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y se convirtió en el gran centro de la prensa sefardí4 . La ciudad fue

además un lugar de referencia para la publicación de obras en judeoespañol de todo tipo, entre las que sobresalían las pertenecientes a losgéneros nuevos, en especial las novelas.

Durante este periodo, la ciudad gozó asimismo de un renacimientoeconómico. El puerto de la ciudad experimentó un rápido desarrollo enla segunda mitad del siglo XIX. Salónica se tomó en el principal centropara el comercio de tabaco, además de ser un lugar de importancia parasu procesamiento y la producción de cigarrillos. Desde finales del sigloXIX Salónica estaba también muy bien conectada por vía ferroviaria conBosnia y Serbia, y desde allí, con Viena y Estambul (BENBASSA /RODRIGUE 1995: 81). La prosperidad económica de la ciudad y susbuenas redes de comunicación con Europa, tanto por tierra como pormar, atrajeron a varias empresas extranjeras, en cuyas sucursalestrabajaron muchos judíos. Este florecimiento económico se hizo visibleen la modernización de la ciudad: Salónica se convierte entre 1860 y1870 en una ciudad de calles anchas y espaciosas avenidas; no en baldefue llamada por los turcos de aquella época "París la chica" (MOLHO M.1986: 11).

En ninguna otra ciudad del ámbito otomano en las postrimeríasdel siglo XIX los judíos tuvieron tanta importancia económica como enSalónica (BENBASSA / RODRIGUE 1995: 81). Sobre todo las familias deorigen franco, tales como los Allatini, los Fernández, los Modiano, losSaias y los Torres supieron sacarle partido a la situación y se convirtieron en comerciantes e industriales de peso. En este contexto, la familiaAllatini ganó especial renombre 5 . En el transcurso del siglo la familiafundó varias empresas e industrias, entre ellas una fábrica de tejas yladrillos, una cervecería, una fábrica de calzado, una empresa paramáquinas agrícolas, una fábrica de tabaco, una litografía y, finalmente,en 1888 el banco de Salónica. Los Modiano, asociados con los Allatini,establecieron un molino de harina y, en unión con los Fernández,fundaron la famosa destilería Olympus; a los hermanos Saias les pertenecía una famosa fábrica de hilados. En todos los sectores de la economíasalonicense se dejaba sentir la presencia judía, pues además de lasgrandes empresas mencionadas, había muchos otros negocios judíospequeños (BENBASSA / RODRIGUE 1995: 81s), y un buen número dejudíos había abrazado las profesiones liberales (EMMANUEL 1972: 121).

4 Véase al respecto la Introducción al capítulo II (infra, ps. 85-92).

5 MOLHO, R. 1992: 74; LEVI 1986a:26-27; NEHAMA 1978: 751-753; EMMANUEL1972: 19 y 22.

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20 "Sala de pasatiempo”: Textos judeoespañoles de Salónica

A partir del segundo lustro del siglo XX las comunidades sefardíessalonicenses perderán su brío paulatinamente. Son varios los motivos queconfluyeron en su lento ocaso. El paso de Salónica a manos griegas en1913 revirtió de forma desfavorable en la situación de los judíos: la

migración masiva de los ciudadanos griegos a Salónica a partir de 1922,como consecuencia del intercambio de población turca y griega,arrinconó social y económicamente a la población judeoespañola de laciudad; una serie de medidas legislativas discriminatorias, destinada aacabar con la predominancia judeoespañola de la ciudad, repercutiónegativamente en las actividades económicas de los sefardíes 6 . Causó

daños irreparables el gran incendio del 17 de agosto de 1917, quedestruyó gran parte de la infraestructura sefardí, localizada precisamenteen el centro de la ciudad. Según Michael MOLHO (1986: 11) fueronarrasados por el fuego 4110 casas, todas las escuelas judías, 32 sinagogas, el nuevo edificio del Talmud Torá, el mercado judío y todos los comercios judíos. Un total de 52,000 judíos quedaron sin techo. Tambiéncontribuyeron con su grano de arena las depresiones mundiales, quehicieron tambalear las industrias en manos de judíos, en especial ladedicada al tabaco. A raíz de estos acontecimientos, muchos sefardíesprefirieron emigrar a Palestina o a Estados Unidos (BARNAl 1992:407s.). Salónica, el más importante y populoso centro del mundo judeoespañol, después de una breve pero intensa época de esplendor, habíaempezado su lento e irreversible camino hacia su desaparición: la últimay mortal estocada, que terminó con prácticamente 450 años de historiajudía en Salónica, vino de parte de las tropas nazis, que invadieron laciudad en el año 1941.

6 Entre ellas cuentan la ley de 1923, que les quitaba el derecho de llevar la contabilidaden la lengua de su elección y, en especial, la ley de 1924, que prohibía el ejercicio delcomercio los domingos, independientemente de la religión, por lo que a los judíos se

vieron obligados a cerrar sus negocios dos días a la semana (BENBassa / RODRIGUE1995: 99).