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Mayo 2006 1 CONTENIDO DL B - 14022 - 1998 Cubierta: Juan Carlos García Edita: Editorial Teosófica SCooCL. para la Sociedad Teosófica Española. La Sociedad Teosófica Española sólo es responsable de las comunicaciones oficiales que aparecen en esta revista. Las opiniones de los autores son de su propia responsabilidad. SOPHIA Nº 209 MAYO 2006 EDITORIAL OCHO DE MAYO .................................................................................................................. 3 EL DESCUBRIMIENTO DE SÍ MISMO Radha Burnier ........................................................................................................................... 4 VIVIR Y MORIR Danielle Audoin ....................................................................................................................... 10 LOS PELIGROS DEL OCULTISMO Franz Harmann ....................................................................................................................... 16 AUTO-REALIZACIÓN ESPIRITUAL José Tarragó ........................................................................................................................... 22 ACTIVIDADES ......................................................................................................................... 27

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Mayo 2006 1

CONTENIDO DL B - 14022 - 1998

Cubierta: Juan Carlos GarcíaEdita: Editorial Teosófica SCooCL. para la Sociedad Teosófica Española.La Sociedad Teosófica Española sólo es responsable de las comunicaciones oficiales queaparecen en esta revista.Las opiniones de los autores son de su propia responsabilidad.

SOPHIANº 209 MAYO 2006

EDITORIALOCHO DE MAYO ..................................................................................................................3

EL DESCUBRIMIENTO DE SÍ MISMORadha Burnier ...........................................................................................................................4

VIVIR Y MORIRDanielle Audoin .......................................................................................................................10

LOS PELIGROS DEL OCULTISMOFranz Harmann .......................................................................................................................16

AUTO-REALIZACIÓN ESPIRITUALJosé Tarragó ...........................................................................................................................22

ACTIVIDADES .........................................................................................................................27

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2 Sophia nº 209

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EDITORIAL

OCHO DE MAYO

Dedicamos la nota editorial de estemes a la memoria deH.P.Blavatsky y citamos del

Theosophist de diciembre de 1981, losiguiente:

“H.P.B. nació en 1831, hace ahoraciento cincuenta años. Ella escogió comosímbolo para la cubierta de su revista lafigura del Portador de la Luz, Lucifer.Más tarde, después de que NicolásRoerich pintara el retrato que ahora estácolgado en el museo de Adyar, las pala-bras “Portador de la Luz” evocaron paramuchos miembros la memoria de la mis-ma H.P.B. El poderoso impacto que ellarealizó cambiando el pensamiento delmundo no puede ser olvidado jamás yserá respetada, sin la menor duda, du-rante muchas generaciones futuras comouna iluminadora de las mentes y comouna fuerza que dio al traste con formasy supersticiones trasnochadas.

Hubo otra faceta de HPB que le va-lió el atractivo sobrenombre deUpansika. Todo su vigor y su fuerza es-tuvieron dedicados con absoluta sumi-sión a los grandes Maestros que ella co-nocía. Fue capaz del máximo sacrificiopor su causa. En todos los sentidos seprobó a si misma ser una devota y sin-

cera discípula, una upasika realmente.”(El significado de esta palabra es ‘discí-pula devota del maestro’.)

Con respecto a la Vida Oculta en elHombre, HPB dice en el tomo VI, p.220, de La Doctrina Secreta, lo siguien-te:

“Escuchemos lo que dice Aryasangha al tra-tar de este asunto”:

“Tú eres aquello que no es espíritu ni mate-ria, ni luz ni tinieblas, sino verdaderamentela raíz y el contenedor de todo esto. La Raízproyecta a cada aurora su sombra sobre SIMISMA; y a esa sombra tú la llamas luz yvida. ¡Oh, pobre sombra muerta! Esta vida-luz fluye hacia abajo por el escalonado ca-mino de los siete mundos, de cuyos tramosson las gradas cada vez más densas y oscu-ras. De esta séptuplemente septenaria esca-la, tú eres el fiel escalador y modelo. ¡Ohdiminuto hombre! Ese eres tú, pero no losabes.”

Y sigue Blavatsky después de estacita:

“Esta es la primera lección que se ha deaprender. La segunda consiste en estudiardebidamente los principios del kosmos y delhombre, clasificándolos en permanentes yperecederos, en superiores e inmortales, eninferiores y mortales; pues sólo así podre-mos dominar y dirigir, primero los principios

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EL DESCUBRIMIENTO DE SÍ MISMO

cósmicos y personales, y después los im-personales y cósmicos superiores.”

“Una vez podamos hacerlo así, asegurare-mos nuestra inmortalidad. Pero tal vez al-guien diga: ‘¡Cuán pocos serán capaces dellevar esto a cabo! Quienes lo realizan songrandes adeptos, y nadie es capaz de alcan-zar el adeptado en una breve vida.’ Cierta-mente es así; pero cabe una alternativa. ‘Sino puedes ser Sol, sé humilde planeta’ (Li-bro de los Preceptos de Oro). Y si aún aesto no alcanzáis, procurad al menosmanteneros dentro del rayo de alguna es-trella menor, de modo que su argentina luzpenetre en la lobreguez que sigue al pedre-goso sendero de la vida; pues sin esta divinaradiación, arriesgamos perder más de lo quepresumimos.”

Para dominar y dirigir primero losprincipios personales e inferiores y des-pués los impersonales y superiores, sedice en las páginas siguientes:

“Las ideaciones mentales y espirituales delyo personal vuelven a él, como partes de la

esencia del Alma, y nunca se marchitan. Asíes que de la personalidad únicamente so-breviven sus experiencias espirituales, lamemoria de cuanto en ella hubo de noble ybueno con la conciencia de su “yo” entre-mezclado con la de los otros “yoes” de susvidas pasadas. No hay inmortalidad para elhombre terrenal, aparte del Ego que lo ca-racteriza, y él, el único que sobrelleva detodas sus personalidades de vidas anterio-res, y su único representante en el Devachan.Sin embargo, como la personalidad última-mente encarnada tiene derecho a su pecu-liar estado de dicha, libre y sin mezcla de lamemoria de las anteriores personalidades,sólo se disfrutan con plena realidad los re-sultados felices de la última existencia. ElDevachan se compara a menudo con el díamás feliz entre los millares de días de unavida. La intensidad de su dicha pone al hom-bre en olvido de todos los demás días, hastaborrarse los recuerdos del pasado.”

C.B.

Entre los numerosos engaños queafligen a los seres humanos, hayuno que tal vez tenga consecuen-

cias más graves que los demás, y es laidea que tenemos de que uno se conoce

a sí mismo. Hay millones de seres hu-manos que creen conocerse. Pero ¿quées lo que realmente conocemos?

Aunque algunos de nosotros reco-nocemos la importancia que tiene adquirir

(Conferencia pública de la Convención de Adyar, 30 de Diciembre, 2005)

Radha Burnier

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el conocimiento de sí mismo, seguimosrelacionándonos con todo, en nuestravida diaria, como si ya nos conociéra-mos. Por esto vamos a fijarnos deteni-damente en qué es lo que conocemosde nosotros. Tal vez cada uno de noso-tros conocemos parcialmente nuestrapropia historia vital: dónde nací, quié-nes son mis padres, adónde fui a la es-cuela, qué he conseguido en la vida, quié-nes son mis amigos o quién me admira.También podemos añadir algunos deta-lles halagadores a estos datos biológicos.Como tenemos cierta información, cree-mos conocernos. La gente incluso llegaa afirmar con orgullo “Yo sé quién soyy “Sé lo que soy”. Cuando una personatiene éxito en la vida, la idea de que seconoce a sí mismo es todavía más fuer-te.

Cuando somos un bebé o un niñopequeño, no nos conocemos en absolu-to. Mi hermano menor, de pequeño,aprendía a hablar y siempre se refería así mismo como papa, que significa“bebé” en nuestra lengua y se conside-raba un bebé entre muchos, que tam-bién se llamaban papa. Pero de algunamanera, más adelante adquirimos unaidentidad propia.

Aparte de algunos conceptos sobrenuestra carrera o nuestros logros, ¿quéconocemos realmente, visto desde elpunto de vista del sentido común? Unagran parte de la sensación que tenemosde conocernos se basa en el conocimien-to de nuestro cuerpo físico, tal vez des-pués de mirarnos muchas veces en elespejo: soy alto o bajo, me estoy que-dando calvo o tengo mucho pelo.

O sea que el cuerpo, con sus nece-

sidades, deseos y exigencias, juega unpapel muy importante en la vida de lamayoría de los seres humanos. Peroincluso lo que creemos saber sobre nues-tro aspecto tal vez no coincide con loque piensan los demás. A lo mejor al-guien piensa “Soy bastante guapo” mien-tras que otros tal vez opinen lo contra-rio. Una señora que vino a Adyar delVietnam hace unos años nos decía “Lagente de aquí es tan fea; ¡tienen la nariztan grande!” Quizás hay personas quese sienten orgullosas de tener una narizaguileña, ¡pero a ella le parecía muchomás atractiva una nariz respingona! Osea que nuestras ideas sobre el aspectofísico también pueden estar equivoca-das.

De hecho, casi no sabemos nada delcuerpo. ¿Cómo se coordinan tan mara-villosamente todos sus miembros y ór-ganos? No es porque nosotros lo desee-mos; ¡lo hacen ellos solos! ¿Qué es loque le confiere al cuerpo su vitalidad?¿Cómo entra esa vitalidad en el cuerpoe impide su desintegración? No tenemosni idea. Hay personas que tienen un co-nocimiento procedente de los libros,pero, de hecho, ignoran qué es lo quehace funcionar al cuerpo. ¿Cómo semantiene la salud? Los mismos médicostampoco saben realmente mucho; a ve-ces no aciertan con el medicamento ade-cuado o no llevan a cabo una operacióncon éxito. Saben cómo funciona la ma-quinaria interna, pero no del todo.

Vamos a examinar los otros facto-res que nos hacen creer conocernos, porejemplo, nuestras emociones. El donprecioso del auto-conocimiento nos per-mite ver desde fuera nuestras experien-

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cias y decir “He sufrido dolor” o “Meestoy divirtiendo” etc. Conocemos, pueslos placeres, los dolores y los esfuerzosde nuestra naturaleza emocional, perode una manera muy superficial. Si apren-diéramos a ser más reflexivos, podría-mos llegar a ser conscientes de las nu-merosas contradicciones de estas emo-ciones: a veces es miedo, otras, una sen-sación de comodidad; a veces, esperan-za y después, frustración o decepción.Como dice el Bhagavadgita, nos zaran-dean opuestos emocionales sobre los quetenemos poco control. Pero generalmen-te, no somos conscientes de las contra-dicciones, de las inconsecuencias y delas irracionalidades de nuestras respues-tas emocionales. Tenemos un conoci-miento todavía menor de nuestros sen-timientos reprimidos y de nuestras mo-tivaciones ocultas, por esto ¡profesiona-les como los psicólogos, los psicoanalis-tas y los psiquiatras se hacen tan ricos!

Madame Montessori afirmaba queun niño crece y se convierte en un ciu-dadano pacífico o en un individuo agre-sivo según la manera de ser tratado losprimeros años en su casa y en la escue-la. Probablemente tenía razón. Tambiénllevamos en el interior todas las tenden-cias procedentes de numerosas vidasanteriores, como, por ejemplo, el mie-do. Muy poca gente está absolutamentelibre de miedo, porque éste se ha idoinfiltrando en el cerebro, para permitirla supervivencia en cada una de las en-carnaciones. Todo aquél que experimen-ta miedos y sospechas irracionales pue-de tener casi la absoluta certeza de quees la herencia de un largo pasado. Des-de la infancia, algunos individuos tienen

un carácter feliz, otros son suspicaces yotros osados o tímidos. Conocemos muypoco de estas tendencias heredadas y poresto nos resulta difícil afrontarlas, conel resultado de que hay, en el mundo,una gran confusión y perplejidad.

También hemos de estudiar la men-te, a la que creemos conocer. Descubrirla verdad sobre nuestra naturaleza men-tal es muy difícil. Hemos llegado a unpunto del desarrollo evolutivo en que elcerebro es muy inteligente, y por ellonos identificamos casi enteramente conlos procesos del cerebro: queremos quenuestros hijos sean brillantes intelectual-mente, que asciendan la escalera del éxitoo de la eminencia social en algunos cam-pos. Imaginar que somos el principiopensante es realmente como convertir alladrón en el policía. En La Voz del Si-lencio, un libro clásico de Teosofía, aeste principio pensante se le llama el“productor de pensamientos”, que “des-pierta el engaño” y destruye lo real.Pero, desgraciadamente, todavía la con-ciencia de nosotros mismos no ha creci-do tanto en nuestro interior como paradarnos cuenta de que toda una plétorade imágenes, de ideas y de teorías pro-yectadas por la mente nos están enga-ñando.

Vamos también a considerar el he-cho de que lo que cada uno proyectacomo “yo” no corresponde en absolutocon lo que ven los demás. Es fácil verlos fallos y los defectos de otras perso-nas, pero raramente vemos todo eso ennosotros mismos. Así pues, la reflexiónsobre estos temas debería fomentar laduda en nuestra mente. ¿Conozco real-mente quién soy? Porque no sé dema-

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siado sobre mi cuerpo, ni sobre mi na-turaleza emocional consciente, ni sobreel modo en que mi naturaleza mental crealas mentiras y destruye lo real. Conoce-mos tan poco que deberíamoscuestionarnos y descubrir más cosas so-bre nosotros mismos, en vez de decir“Ya sé quién o qué soy”, recordando que,aún sin decirlo abiertamente, actuamoscomo si supiéramos quienes somos.

Entre los numerosos maestros espi-rituales que han hablado de la necesidadde conocernos a nosotros mismos esta-ba Madame Blavatsky, que escribió: “elconocimiento de sí mismo es la sabidu-ría misma”. Sri Ramana Maharshi acon-sejaba constantemente a la gente pre-guntarse “¿Quién soy yo?”. Krishnamurtihabló mucho del yo y de sus activida-des. Entonces, ¿por qué no empezar adescubrir la verdad sobre el yo en vezde llevar la pesada carga de la imagenque tenemos de nosotros todo el tiem-po? Evidentemente, podemos responder“¿Por qué debería descubrirme a mímismo?”. Lo que sé de mí ya me per-mite funcionar muy bien en la vida prác-tica. De hecho, he tenido bastante éxitoen la vida. ¿Qué más necesito? Pero elmundo nos muestra la falsedad de estapostura. El mundo es un espejo que re-fleja la violencia que hay en nosotros, lacorrupción, el engaño y la crueldad dela mayoría de los seres humanos. Porconsiguiente, es muy importante apren-der más sobre nosotros.

Si tenemos un concepto erróneo denosotros, también nos hacemos daño. Sicreo que soy muy importante, antes odespués me sentiré herido porque alguienhará o dirá algo que contradiga mi im-

portancia. Si alguien nos dice: “Estásloco”, nos molestaremos. En lugar deeso, es mejor mirarnos y examinar si loque dice el crítico es incorrecto o sóloparcialmente correcto o lo que sea, man-teniendo nuestra ecuanimidad, sin dejarnuestra felicidad a merced de un agenteexterno. Si nos dejamos perturbar, oca-sionaremos dolor en nuestro entorno, anuestros amigos, a nuestra familia y almundo en general.

Actualmente, la gente quiere comercarne de los animales salvajes, inclusode las especies en peligro de extinción,porque se tiene un apetito de satisfac-ciones sensoriales. El buscar cosas nue-vas y el placer de los sentidos hace quenuestra sociedad consumista lo sea cadadía más. Cuando nos consideramoscomo un cuerpo y nos identificamos conlos deseos del cuerpo, nos hacemos res-ponsables de un gran daño, y aumenta-mos la competitividad, los conflictos etc.Este consumismo creciente está destru-yendo nuestra hermosa tierra y su in-mensa variedad, contaminando los ele-mentos. Vamos a reflexionar para dar-nos cuenta de que si no nos entendemosa nosotros mismos, nos ocasionaremosdolor a nosotros y al mundo entero. Porotra parte, si se hace la paz en nuestrocorazón, habrá paz en el mundo. Lasmeditaciones y conferencias sobre la pazde poco sirven si no comprendemoscómo hacer la paz en el corazón. He-mos, pues, de empezar a intentar com-prendernos para crear un mundo mejor,porque, como hemos mencionado ya, elmundo es un espejo de nosotros mis-mos.

En el libro A los pies del Maestro,

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leemos que el cuerpo físico desea mu-chas cosas: quiere descansar cuando haytrabajo que hacer, cuando hay que ir aayudar a alguien. Puede que sea pere-zoso y no tenga ganas de hacer nada.Entonces dirá “Que sea otro el que lohaga”. El cuerpo físico tiene sus pro-pios deseos, porque cada célula de nues-tro cuerpo es una criatura viva, que si-gue su propia evolución, a su propio ni-vel. Todas las células del cuerpo juntastienen una conciencia propia. En la Teo-sofía técnica a eso se le llama “el ele-mental físico”.

Los que han leído la vida deKrishnamurti han oído hablar de lo quese llama “el proceso”, de cómo, cuandoél dejaba su cuerpo para hacer otro tra-bajo, el cuerpo decía “No me dejes”.Le gritaba “¡Vuelve!” y después se co-rregía diciendo “No tengo que llamarle,me han dicho que no lo haga”. Debería-mos ser conscientes de que el cuerpoactúa de esta manera, si no, nos con-vertiremos en su esclavo. Y lo mismopasa con nuestra naturaleza emocionaly mental; tienen su manera particular defuncionar cada una y si no estamos aten-tos, nos hacen desviarnos. A la natura-leza emocional le gustan las vibracionesviolentas. Le gusta sentirse desgraciada,herida, ilusionada, le gusta que la zaran-deen. No le importa especialmente quela experiencia sea dolorosa o placente-ra, porque le gustan las vibraciones fuer-tes.

A los pies del Maestro también nosdice que al cuerpo mental le gusta sen-tirse orgullosamente aparte. Por esto,hace comparaciones y juzga para poderconvencerse de que es superior a los

demás. Pero muchas veces no somosconscientes de estos hechos. Por estoanalizamos, criticamos e inventamosmaneras de medir a la gente y a las co-sas. De aquí la importancia de la ense-ñanza “No juzgarás”. La diferenciaciónforma parte del modo de funcionamien-to que tiene la mente y tiene su utilidad.Nos perderíamos en el mundo físico, sino tuviéramos la capacidad de ver lasdiferencias y de reconocer las cosas.Pero al hacerlo, vamos construyendocontinuamente, ladrillo a ladrillo, la sen-sación de la yoidad.

Descubrirse a sí mismo no significarecordar lo que nos han dicho los psicó-logos o un maestro espiritual. Ningunapalabra de nadie puede ayudarnos a des-cubrir lo que es el yo y lo que no es.Hemos de averiguarlo por nosotros ysolamente entonces empezaremos a vi-vir nuestra vida de manera distinta. Laautoconciencia en el ser humano es to-davía muy rudimentaria, motivo por elcual somos incapaces de saber qué hayen nuestro subconsciente, cuáles son lossentimientos reprimidos y las motivacio-nes ocultas.

La mayoría de nosotros nos conten-tamos con vivir mecánicamente. Antesde la etapa humana, la acción es progra-mada por la Naturaleza y todas las cria-turas hacen lo que más les conviene,guiadas por la sabiduría de la Naturale-za. El tipo de comida que buscan, loshábitos con los que nacen, etc. son “ins-tintivos”. Cuando una madre pingüinode las regiones árticas sale a buscar sualimento, el padre mantiene caliente elhuevo con su propio cuerpo y lo va gi-rando, porque si no, el huevo se conge-

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laría en poco tiempo. ¿Cómo sabe lo quetiene que hacer? La Naturaleza se lo haenseñado. Pero si los seres humanosactúan como criaturas programadas, es-tán renunciando a la capacidad humanade discernir. Dejaremos de observar yde distinguir entre lo real y lo irreal, loque está bien y lo que está mal, lo quees útil o destructivo. Sabemos muy pocode todo esto, de lo destructivos que so-mos a nuestra pequeña escala. Cuandole hablamos mal a alguien o permanece-mos indiferentes al dolor de los demás,estamos pecando.

Pero hay un grave riesgo cuandoaprendemos a observarnos a nosotrosmismos: eso se puede convertir en unanueva forma de egocentrismo. Es esen-cial observar y liberarnos de nuestrasheridas, iras, ambiciones, etc. Pero lahabilidad de la auto-concienciazión tie-ne que desarrollarse sin motivos egoís-tas.

Resulta interesante ver que cuandoconcluimos que somos superiores a losdemás, ese mismo hecho nos hace igua-les a todos los demás. Todos los queponen en acción la yoidad están en elmismo barco, en la misma corriente devida egocéntrica y preocupada por símisma. Se necesita vigilar para asegu-rarnos de que la observación de noso-tros mismos no va a convertirse en unnuevo tipo de preocupación por uno mis-mo. De ahí que los Upanishads procla-men que el sendero a la libertad del yo,del engaño y el dolor, es de doble filo, yque resulta difícil mantener el equilibrioy el punto medio. Se le llama “la peli-grosa escalera de la vida” en Luz en elSendero. Se nos pide que hollemos el

sendero siendo conscientes de ello, perosin la preocupación por uno mismo yotras formas sutiles de egocentrismo.

Evitar este peligro implica ser im-personales y no asociar el “yo” con todocuanto hacemos. Es natural sentir pla-cer por estar con un amigo o cuandovemos algo hermoso. Toda la vida estan maravillosa que podríamos sentirnosfelices constantemente si supiéramosquitarnos de encima el engaño que re-presenta pensar constantemente “Esteplacer es mío, yo soy esto, yo soy aque-llo”, etc. El placer es el placer. ¿Por quétengo que decir que es mi placer? Vues-tro placer no es distinto al placer de otraspersonas. Vuestra felicidad (si es verda-dera) es como la felicidad verdadera detodo el mundo. Así pues, no vamos aser esclavos del hábito de pensar en tér-minos de “yo” y “mío” porque, cada vezque lo hacemos, estamos endureciendola parte egocéntrica que tenemos.

En segundo lugar, como nos acon-seja Luz en el Sendero: “Mirad con aten-ción toda la vida que os rodea. Apren-ded a mirar inteligentemente el corazónde los hombres”. Para descubrir cómoactúa el yo, es mejor observarse no sóloa uno mismo, sino también cómo fun-ciona en otras personas. Viajando en unautobús o en un tren, podemos obser-var cómo actúa la gente, cómo el yo seproyecta a sí mismo, cómo intenta ocu-par el mejor asiento, basándolo todo ensu propia conveniencia y placer. Pode-mos aprender mucho de la naturalezahumana observando incluso el modo deactuar de los animales. Todo cuanto nosrodea incluye animales, personas, niños,cómo se convierten en adultos, y tam-

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bién la belleza, la amplitud, la creativi-dad de la Naturaleza y nuestras propiasrespuestas. Así podremos descubrir másy más de nosotros sin llegar al egocen-trismo.

Se dice que la inteligencia es impar-

cial. Por esto hemos de mirar objetiva-mente, de modo impersonal, sin enjui-ciar ni llegar a conclusiones, para esca-par del peligro de seguir preocupándo-nos por nosotros mismos.

(The Theosophist, marzo 2006)

La vida se desliza inexorablemente...Preparar una charla sobre el tema

“Vivir y Morir”, cuando se entra en lacuarta edad, nos enfrenta sin huida po-sible con la inminencia de la muerte.

Es asombroso constatar hasta quépunto huimos de esta confrontación, seacual sea nuestra edad, sea cual sea nues-tro estado de salud. Muy poca gente ha-bla voluntariamente de la muerte. En al-guna parte en el fondo de si mismo exis-te el sentimiento de que uno es eterno.Esto es lo que explicaba Freud, según elcual para el inconsciente la muerte noes representable, porque, dice él, ennuestro inconsciente somos conscientes

de nuestra inmortalidad, sabemos que nonos reducimos a un futuro cadáver. Pero,como al mismo tiempo, en nuestro cons-ciente no imaginamos la vida sin un cuer-po físico, esperamos que ese cuerpopodría durar más y más, y para cadauno, tanto tiempo como uno se cree enbuena salud, la muerte es siempre lamuerte del otro. En el Bhagavad-Gitâ,se hace la pregunta:

“En medio de todos los prodigios del mun-do, ¿cuál es el más prodigioso?”

Respuesta:“Que ningún ser humano, al ver morir alos otros a su alrededor, no crea en su pro-pia muerte.”

VIVIR Y MORIR

Danielle Audoin

Como el Sol y la luna que se deslizan hacia los montes de poniente,Como los días y las noches, las horas, los instantes que se alejan,La vida humana se desliza inexorablemente.

Así se expresaba Padmasambhava, el Maestro que introdujo elBuddhismo en el Tibet en el siglo VIII.

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En la ‘Atalaya’ del The Theosophistdel mes de abril pasado, nuestra Presi-denta remarcaba que, si hubiéramos asi-milado realmente esta idea básica de laTeosofía de que no somos un cuerpoque posee un alma, sino un alma o Âtmarevestida de un cuerpo, ni el envejeci-miento ni la muerte podrían asustarnos.Esta idea, de que no somos un cuerpofísico, es fácil de comprender y está bienaceptada por todas las personas que en-tran en contacto con las enseñanzasteosóficas. Para eso no hay necesidadde una mente poderosa ni haber llevadoa cabo estudios superiores. Así pues,aquí todos nosotros la hemos admitidoteóricamente, pero ¿la hemos asimilado?¿Estamos preparados para ver cómo sedeteriora nuestra envoltura física, paraver cómo se desgasta por completo? Paracada uno de nosotros la muerte quedalejos. Sabemos que un día llegará, perouno siempre piensa que eso será más bientarde y que va a vivir todavía muchotiempo. La prolongación de la duraciónde la vida, el progreso de la tecnologíamédica, mantienen la ilusión de que undía la muerte será vencida. Y sin em-bargo, ésta puede llegar a cada momen-to. Las catástrofes naturales, los acci-dentes, los atentados, los conflictos ar-mados, tantos y tantos actos de violen-cia, que interrumpen las vidas que nohan llegado a su término natural. Lamuerte no sólo es ineluctable, sino quesu hora es imprevisible. Convendría puesprepararse para ello sin dejarlo para elúltimo momento.

Pensar en la muerte cuando se esjoven, o cuando se está en lo que se hadado en llamar la flor de la edad, no es

pesimismo ni masoquismo. Para aquelo aquella que busca un sentido a su vida–y este es el caso de todos los estudian-tes de Teosofía– la cuestión de la muer-te no puede ser reprimida. No se tratade vivir con la obsesión de la muerte,sino de incluirla en el proceso de la vida,del que es inseparable.

Vivir y morir: si supiéramos qué esvivir, sabríamos qué es morir. Porque elproceso de morir empieza desde el mo-mento en que nacemos y prosigue a lolargo de toda la existencia. Pero no so-mos conscientes de ello. Nos creemosinmutables desde el momento en que elcuerpo ha terminado su crecimiento,mientras que constantemente estamos enestado de mutación, lo mismo física quepsicológica. No somos conscientes deello porque se trata de un proceso conti-nuo, imperceptible. Constantemente lasviejas células mueren para dejar lugar acélulas nuevas. Las etapas de crecimien-to tienen un principio y un fin. Lo mis-mo que el bebé ‘muere’ fisiológicamentepara dejar lugar al niño –no de una ma-nera brutal sino insensiblemente, por unaincesante transformación– asimismo elniño muere para dar nacimiento al ado-lescente, al igual que el estado de adultono es un desenlace estático. Todas lastécnicas de conservación de la juventudno son más que añagazas. Parecer jo-ven no engaña más que a uno mismo.Se puede ser mayor y dinámico. Peropor lo menos respecto al cuerpo físico,no se puede ser mayor y joven.

Si pudiéramos ser realmente cons-cientes de que la vida se desliza inexo-rablemente, como un río que se enca-mina hacia el océano, podríamos pensar

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en el instante de la muerte como en unacontecimiento tan importante para no-sotros, tan misterioso, como el momen-to del nacimiento. Y no habría ni triste-za ni fatalismo en este pensamiento.

Se ha podido decir que una muertebella es el resultado de una vida bella.Pero entonces ¿qué es una vida bella?¿Es una vida fácil, con un desahogomaterial relativo y sin frustracionesafectivas? ¿Es una vida socialmenteexitosa, bien colmada, con resultadosgratificantes? Pero, si ese fuera el caso,si todo hubiera sido una fuente de satis-facciones, ¿se aceptaría fácilmente elhecho de tener que abandonarlo todo?¿No habría una tendencia a aferrarsedesesperadamente a la vida? Parece queel criterio del éxito, material, afectivo,social, no tiene que ser tenido en cuentapara cualificar una vida susceptible depreparar una bella muerte.

Puesto que la vida se desliza inexo-rablemente, llevar una vida bella tal vezsería ir conscientemente con la corrien-te, estar de acuerdo con el movimientode la vida, dar en cada instante un pasoadelante, no sujetarse a nada, no resis-tirse al cambio.

Una vida que no se detiene en nin-guna parte, que va expandiéndose, cons-ciente de la salida final, ¿no es tanto másrica y tanto más bella que si se sabe li-mitada por el tiempo? Lo que concede ala vida su recompensa, ¿no es el hechode que sea tan frágil, tan fugaz? La be-lleza de la rosa nos maravilla tanto másque su efímera existencia. Si ella no hu-biera de marchitarse nunca, ¿la miraría-mos de la misma manera? ¿Qué senti-miento experimentamos ante una flor

artificial, por bien imitada que esté? Supermanencia relativa le resta toda posi-bilidad de emocionarnos.

Afrontar la muerte no es dar la es-palda a la vida, por el contrario, es con-cederle todo su valor. Cuando los enfer-mos de sida no tenían más que una es-peranza de vida muy corta, muchos re-conocían que vivían este tiempo limita-do con intensidad, que su mirada sobreel mundo era completamente diferente,que un rayo de sol, la eclosión de unaflor, el canto de un pájaro, un nuevo díaque se les había concedido, una amistadconservada, tenían de golpe un valorinestimable –como si la inminencia de lamuerte les hubiera despertado a la vida,a su belleza, a su misterio.

Por paradójico que esto pueda pa-recer, parece que no es ocultando lamuerte, sino haciéndole frente, que sepuede vivir plenamente, en cada instan-te.

Es raro que vivamos plenamente,porque no estamos realmente presentesen el momento que pasa. Mientras com-partimos este encuentro, nuestro espíri-tu puede estar con nuestros hijos, connuestro compañero o nuestra compañe-ra que hemos dejado en casa. Tambiénpodemos estar preocupados por el tra-bajo que nos espera a la vuelta, o poruna equivocación cometida antes de sa-lir. Olvidándonos del momento, queda-mos desfasados con relación al movi-miento de la vida. Es un hecho compro-bado que no contamos con ningún me-dio para volver atrás, y que toda espe-culación sobre el futuro permanece im-previsible. No se trata de mantenersepasivo e inerte en este instante que pasa,

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sino de amoldarse a las circunstancias yadaptarse a ellas, como el agua del to-rrente que baja por la montaña se adap-ta naturalmente a la naturaleza del te-rreno, a los obstáculos que se presen-tan.

A veces se dice que morir es ir ha-cia “la Otra Orilla”. Pero, si no hemossabido ir con la corriente, si hemos que-dado bloqueados por los atolladeros, pri-vados de vitalidad como el agua estan-cada en una charca, ¿cómo podremos irhacia la Otra Orilla en el momento de lamuerte? Las posesiones acumuladas,materiales, afectivas, intelectuales, e in-cluso supuestamente espirituales, sonotros tantos bagajes inútiles que frenannuestra marcha hacia adelante y nos si-túan en discordancia con la corriente dela vida. Algunos sabios aconsejan olvi-dar incluso los progresos que hubiéra-mos podido hacer, o por lo menos de noaferrarnos a ellos, de ir siempre de prin-cipio a principio, de morir y renacer cadadía. “Olvidando el camino recorrido,decía San Pablo a los filipenses, voyhacia adelante, atento con todo mi ser.”

Muy a menudo se recuerda a losmiembros de la Sociedad Teosófica quetodos somos estudiantes. Tal vez debe-ríamos considerar también que todossomos principiantes. Siempre debería-mos regresar a las bases de la enseñan-za, cuestionarnos con un espíritu nue-vo, con la inocencia de un niño, con elasombro del neófito que acaba de des-cubrir que su vida tiene un sentido. Contoda seguridad, cada vuelta a empezarserá diferente de la precedente, comocada mañana es diferente de la anterior,como cada nacimiento, cada renacimien-

to es diferente del precedente. Con todaseguridad, hemos avanzado un poco enel Camino, pero la más mínima miradahacia atrás que pudiera provocar unacierta auto-satisfacción, bloquea inme-diatamente la marcha hacia adelante.

Aprender a vivir es aprender a sol-tar prenda, también es aprender a morira si mismo.

De la posesividad nace el apego, ydel apego nace el sentimiento de caren-cia. Al revés, del desapego nace el sen-timiento de plenitud. Todos los sabiosnos dicen que la renunciación es el finde la insatisfacción. Pero no queremos,no podemos entenderlos, porque en elestado actual de nuestra evolución, parala mayoría de nosotros, esta perspectivade renunciación a si mismo provoca to-davía una viva reacción del ego. Enton-ces aparcamos esto para más tarde, tangrande es el miedo a no ser “nada”, ynuestra vida está siempre llena deinsatisfacciones. “En tanto que uno nosepa cómo morir y renacer, hubiera di-cho Goethe, continuará siendo un via-jero desgraciado en esta pobre tierra”.Morir a si mismo antes de morir al mun-do físico parece reservado a los sabios einaccesible a la gran mayoría de losbuscadores espirituales. ¿Tan difícil esencaminarse, no brutalmente, sino pro-gresivamente, hacia el estado sin ego?

Un poema zen muy antiguo (del si-glo VII) dice así:

“Entrar en el Camino verdadero no esdifícil. Pero no hace falta ni amor ni odio,ni elección ni rechazo”.

¿Qué es lo que quiere decir esto? Niamor ni odio, ni elección ni rechazo...Todas las religiones, todas las grandes

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tradiciones, predican el amor... todasnuestras vidas no están hechas más quede selección... Esto quiere decir, tal vez,que el Camino verdadero se sitúa másallá de estas dualidades, que hay queamar, pero con un amor que esté porencima de la dualidad amor-odio, y quenuestras selecciones tienen que estar másallá de la dualidad elección-rechazo. Locual quiere decir amar sin interés perso-nal, escoger sin interés personal, sin quenuestro egoísmo, nuestro ego se pongapor delante.

Más tarde, siempre en la línea zen,el Maestro Dogen repetía constantementea sus discípulos que no hacía falta que-rer escoger –lo que equivale a abando-nar su ego. Nosotros siempre escogemosen función del yo inferior. Entrar en elverdadero Camino tal vez no sea tan di-fícil si, en lugar de buscar matar al egoafrontándolo directamente, nos esforza-mos en renunciar, en el momento en quetomamos conciencia, a nuestra tenden-cia a escoger según el criterio: yo quie-ro, yo no quiero.

Nuestro ego tiene que morir, no degolpe, sino cada día un poco, por lossucesivos abandonos de nuestro egoís-mo, de nuestra tendencia a querer satis-facer a todo precio nuestros menoresdeseos, nuestras menores preferencias.Muriendo progresivamente al amor sen-timental que es un componente de ladualidad amor-odio, podemos despertaral amor verdadero que es el fruto delabandono del ego. Muriendo a lo perso-nal, a lo individual, que por definiciónes limitado, nacemos a la vida en su ple-nitud y podemos elevarnos por encimade la dualidad vida y muerte.

¿Por qué hemos nacido? ¿Por quétenemos que morir? Es bueno hacerseestas preguntas a condición de no que-rer respuestas definitivas. Son como loskoans, esa especie de enigmas que nose pueden resolver por un razonamientológico, y que no se aclaran, ni se disuel-ven más que en un estado de concienciaque está más allá del pensamiento.

Empecemos por hacernos la pregun-ta del “porque” en una sola palabra. Ypoco a poco, llegamos a preguntarnos“por qué” en dos palabras. ¿Por qué, envista de qué, hemos nacido? ¿En vistade qué tenemos que morir? Y nuestrabúsqueda toma totalmente otra direc-ción. Pierde su carácter interesado,egoísta, para extenderse hacia el altruis-mo y el desinterés.

Nuestra existencia es como un granviaje, una gran aventura, que empiezacon nuestra primera respiración y quetermina con nuestro último suspiro. Po-cas personas tratan de comprender elsentido, dejando para más tarde el mo-mento de ocuparse de las cosas esencia-les. Pero, como hubiera dicho aquel quetenía que convertirse en el Papa Juan-Pablo 1º: “Quienquiera que se compro-mete en el camino del más tarde, ter-mina en el camino del jamás”.

No dejemos para más tarde el mo-mento de hacernos las preguntas esen-ciales. No demos muestra de pereza, de“esta pereza a lo occidental que con-siste, según Sogyal Rimpoché, en lle-nar su vida de actividades febriles, demanera que no queda tiempo paraafrontar las verdaderas preguntas”. Talvez la más esencial de todas las pregun-tas es la del sentido de la vida y de la

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muerte.El Kathopanishad explica la histo-

ria de aquel joven brahman ofrecido porsu padre a la Muerte. Sucede que cuan-do el joven llegó a los dominios de laMuerte, ésta estaba ausente y tuvo queesperar tres días. Por esta falta de hos-pitalidad, por estos tres días de espera,la Muerte le ofrece tres presentes a es-coger. Las dos primeras peticiones sonsatisfechas fácilmente. Llegado a la ter-cera, formulada de esta manera por eljoven: “Esta duda famosa respecto alestado post-mortem del hombre –unosdicen que es, otros dicen que no es–esto es lo que yo quisiera saber por tuparte”. Y la Muerte, contra toda previ-sión, le pide con insistencia que escojaotro don, y le propone a cambio rique-za, larga vida, satisfacción de todos losdeseos terrenales y así por el estilo. Ysólo después que el joven le ha demos-trado que había abandonado todo apegoa esas cosas transitorias, renunciado alos placeres por los cuales tantos hom-bres sucumben, que se había dado cuen-ta plenamente de lo no permanente, esentonces y solamente entonces, que laMuerte le revela el secreto del Yo Su-premo. “Sabiendo eso , dice elUpanishad, el hombre escapa a las fau-ces de la muerte”.

Esta parábola ilumina el hecho deque, sin renuncia, sin soltar prenda, nosabríamos recibir la respuesta a las pre-guntas esenciales que podemos hacer-nos, especialmente al misterio del Viviry del Morir.

Nuestra vida se nos presta duranteun tiempo, y cuando este tiempo ha ter-minado, volvemos a fundirnos en el Gran

Océano, como el agua del río vuelve afundirse en el mar. A lo largo de todo surecorrido, ella ha fertilizado las tierraspor las que ha pasado. Pero su destinono ha terminado. Colorea las aguas delmar, como se puede ver cuando sesobrevuelan las costas en las desembo-caduras de los ríos. Alimenta el mar conlos elementos de la tierra que acarreadesde las cumbres. También puedepolucionarlo si él mismo ha sidopolucionado a lo largo de su recorrido.Lo mismo ocurre con el tiempo de nues-tra existencia, nosotros aportamos a lavida que nos rodea nuestra contribución–positiva o negativa– y cuando ese tiem-po ha terminado, las experiencias denuestra encarnación influencian el GranOcéano de Vida. En las situaciones deconflicto como las que vivimos actual-mente, los seres humanos cuyo corazónestá lleno de odio y de violencia,polucionan inevitablemente el Océano deVida cuando regresan a él, sobre todocuando se han precipitado en él prema-turamente. Pero también, cuando unavida bella se funde con la Vida Cósmi-ca, es un elemento purificador.

La muerte significa que nuestrocuerpo tiene límites. Pero la vida no tie-ne límites. El alma, el Âtma, no tienelímites. De nacimiento en nacimiento, deprincipio a principio, el Ser esencial sereviste de vestiduras, una y otra vez,hasta el Buddhado. En nuestro Ser esen-cial, en lo más profundo de nosotrosmismos, estamos unidos a la Vida Cós-mica para toda la eternidad.

(Escuela de Verano de los PaísesLatinos, Agosto 2005.)

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Un excelente artículo sobre “ElVerdadero y el Falso Yoga”, escrito por Marie Russak en el

Boletín de Adyar de agosto de 1908, meha llamado fuertemente la atención otravez hacia los desastrosos resultados sur-gidos de la intromisión en las prácticasocultas sin comprender su verdadera na-turaleza. Tengo ante mi una larga listade amigos y conocidos quienes durantelos últimos años han sido víctimas desus “investigaciones psíquicas”, para lascuales todavía no estaban preparados yen las cuales persistieron a pesar de to-das las advertencias. Algunos de ellos en-loquecieron, algunos fueron pasto de en-fermedades incurables, otros quedaronobsesionados y moralmente envilecidos,y no pocos de ellos terminaron suicidán-dose. No eran personas faltadas de inte-ligencia ni de educación; al contrario, unode ellos era un importante y conocidocientífico e inventor, de nobles miras ygeneroso, varios eran escritores o poe-tas de cierta relevancia y unos cuantosincluso conferenciantes sobre temasteosóficos y de espiritismo –cosas, sinembargo, sobre las que tenían poca ex-periencia personal y de las cuales sólo

sabían por haberlas leído.H.P. Blavatsky ha dicho una y otra

vez que para el propósito de obtenerconocimiento oculto uno tiene primeroque convertirse en ‘teósofo’. Esto nodebe entenderse como si una persona nopudiera alcanzar el conocimiento ocultosin haber inscrito primero su nombrecomo miembro de la Sociedad Teosófica,o como si haciéndolo así inmediatamen-te quedara listo para recibir poderesmágicos; sino que significa lo que el granShankaracharya enseña en tu TatwaBodhi, a saber, que el primer requisitopara obtener el verdadero conocimientoes el discernimiento entre lo”permanentey lo perecedero”, –entre lo superior y loinferior, lo real y lo irreal, lo verdaderoy lo falso– distinguir entre el propio Yopermanente de uno y la personalidadevanescente a la cual ese Yo superiorestá unida durante su vida terrestre yastral.

En otras palabras, hemos de darnoscuenta de lo que es espiritual y divinodentro de nosotros y en toda otra cosa,antes de que las puertas del profundoconocimiento oculto puedan abrirse paranosotros y nos convirtamos en iniciados

LOS PELIGROS DEL OCULTISMO

Franz Harmann

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en los divinos misterios de la naturale-za. Hemos de ser capaces de elevar nues-tra conciencia a un plano superior, antesde que podamos percibir y conocer real-mente aquello que pertenece a ese pla-no y evitar las trampas y los escollosque esperan a aquellos que caminan conlos ojos cerrados en las peligrosas inme-diaciones del plano astral.

Pero con el advenimiento de la So-ciedad Teosófica y el restablecimientodel movimiento teosófico una cierta can-tidad de publicación de las enseñanzasocultas estuvo inevitablemente relacio-nada. El movimiento espiritista ya habíapavimentado el camino; sus fenómenoshabían sido causa de consternación en-tre los eruditos y habían atraído a losignorantes. Se hizo necesario divulgaralgunos de los secretos que habían esta-do ocultos durante edades, y explicaralgunas de las misteriosas leyes de lanaturaleza, con el propósito de destruiralgunos conceptos equivocados que ha-bían sido causados por el establecimien-to de una comunicación entre mortalesy lo que se suponía que eran espíritusinmortales de los desaparecidos. Fuenecesario explicar la naturaleza de algu-nas de estas entidades astrales, y de esemodo hacer frente a la oleada de supers-tición que parecía invadir el mundo mien-tras la ola de materialismo estaba retro-cediendo y el clericalismo estaba perdien-do su dominio.

Así, se inauguró lo que puedo lla-mar una nueva era de ocultismo y depsiquismo como una salida al movimien-to teosófico; los fenómenos ocultos,espúreos o genuinos, atraían por igual laatención general del público. Las ense-

ñanzas ocultas, calculadas en principiosólo para los que se daba por supuestoque harían un buen uso de ellas, prontofueron de dominio público y se exten-dieron sin ser bien comprendidas. Lacuriosidad, el gran poder motor de lamente humana y la primera guía en elcamino del conocimiento, se despertó.Fueron muchos los que por medio detener su atención emplazada en las ver-dades superiores de la religión, se sin-tieron inducidos a llevar una vida supe-rior, debido a las enseñanzas teosóficasque recibían; pero había y todavía haytambién muchos deseosos de entrar enposesión de poderes celestiales, sólo conel propósito de aplicarlos para satis-facción de sus pasiones o de sus deseosegoístas; porque, como dice el prover-bio: “Los extremos se tocan, y sólo hayun paso de lo sublime a lo vulgar.”

Cada gran movimiento, cuando lle-ga a hacerse popular, supera sus fronte-ras y empieza la devastación. El árboldel ocultismo, rebosante de vida, pro-dujo muchas excrescencias; el hipnotis-mo y la sugestión mental aparecieron enescena y sus milagros se abrieron pasoen ambos lados; porque, la mejor clasede medicina para realizar una cura, si seaplica mal, también puede convertirse enveneno que mata, y los dos grandes ene-migos de la humanidad, la estupidez yel egoísmo, siempre están dispuestospara aplicar mal los dones que reciben.No son pocos los que están deseosos decomprometer sus almas con los demo-nios del infierno, si con eso pudieran lle-gar a la posesión de los poderes inferna-les. Si la magia fuera a convertirse enpropiedad de la ciencia popular, ningún

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hombre, mujer o niño estaría seguro ensu vida o a salvo de la obsesión; por-que, así como el vivisector no dudaríaen destruir todos los animales de la crea-ción con el propósito de apoyar algunasde sus teorías científicas, así el científi-co del futuro, sin apoyo moral, si conta-ra con poderes ocultos, no dudaría enexperimentar con las almas de los sereshumanos para satisfacer su curiosidad yambición para realizar descubrimientos.La ignorancia y el escepticismo de lamayoría de la gente culta es en la actua-lidad la mejor protección contra seme-jantes males para la mayoría de la hu-manidad.

Pero no entraremos en este momen-to en un debate sobre la historia del cri-men psicológico o su proyección en elfuturo, sino que meramente volveremosnuestra atención hacia las consecuenciade la locura humana y de la verdad malinterpretada.

Si removéis una parte de un hormi-guero, sus habitantes se agitarán enor-memente. La luz del sol, brillando re-pentinamente en sus pasajes subterrá-neos, que hasta entonces permanecíanen la oscuridad, parecen crear una grancantidad de confusión, y veis que lashormigas se precipitan de un lado a otroen todas direcciones sin ningún objetivoaparente. Así la luz de las enseñanzasteosóficas, popularizadas con el adveni-miento del movimiento teosófico, causóuna gran conmoción entre aquellos quese habían mantenido alejados en el sue-ño dichoso del agnosticismo o que esta-ban disfrutando de los felices sueños delas supersticiones teológicas. Las ense-ñanzas dadas por H.P. Blavatsky y sus

seguidores causaron una gran impresiónsobre la mente de la gente. Pronto seoriginaron nuevos movimientos por partede personas que se apropiaron de esta ode aquella otra parte de esas enseñan-zas, que ellos sólo habían comprendidoa medias. De ese modo la existencia dela Sociedad Teosófica propició la oca-sión para la formación de otras socieda-des y sectas diferentes, las cuales, aun-que parcialmente deformadas, enseña-ban las mismas verdades que la prime-ra, aunque repudiaban la fuente originalde la cual su sabiduría se nutría, porquees una realidad, y siempre lo será, en lanaturaleza que el sectarismo fanático estáíntimamente relacionado con la intole-rancia fanática; actuando bajo el refránde: “No te arriesgues a probar ningúnotro alimento excepto aquel que sale demi cocina, incluso si el otro es de la mis-ma substancia y ha sido cocinado de lamisma manera.”

Algunas de estas sociedades, al es-tar basadas en un esquema financieropara hacer dinero, pretendiendo ser ca-paces de emplear los poderes divinos ensu servicio y tener la voluntad de Dios asu disposición para el propósito de pro-curar a sus adheridos salud física y be-neficios mundanos, conocen un granéxito, porque las multitudes siempre seprecipitarán hacia ese campo donde pien-san que se ha descubierto una mina deoro y donde esperan compartirlo; y lapersistencia de las promesas de hacerque la salvación sea fácil siempre ha sidoel poder fundamental de toda instituciónclerical. Sin embargo, no estamos encontra de estas sectas; independiente-mente de lo erróneo de sus teorías, y

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por deplorable que sea la total carenciade inteligencia entre algunos de sus líde-res, ellos también fueron la consecuen-cia de nuestros tiempos, los productosde la ley de necesidad, y tenían que ocu-par un determinado lugar en el progresode la evolución humana, y para algunosde sus guías puede atestiguarse que, apesar de su ignorancia y de su presun-ción, después de todo creían en lo queenseñaban, y que por consiguiente te-nían “buenas intenciones”.

Y ahora llega el tiempo de una glo-riosa cosecha para diversos caballerosde la industria, aventureros, imposto-res conscientes y embaucadores espe-culando sobre el contenido de los bolsi-llos de gente crédula pretendiendo conla pretensión de ser capaces de enseñara las personas, a tantos dólares por ca-beza, cómo entrar por si mismos en po-sesión de poderes sobrenaturales. Se for-maron “Sociedades Ocultas” con el evi-dente objeto de profanar aquello que essagrado y creando la subordinación delo superior a lo inferior. Encontraron eléxito financiero que normalmente espe-ra a aquellos que saben cómo utilizar laignorancia y la codicia de los demás parasu propio beneficio; pero cuántos de susengañados seguidores fueron víctimas dela magia negra jamás se sabrá. Estas víc-timas no todas eran personas incultas; aalgunas de ellas las conocí como hom-bres de un intelecto superior, quienescreían seriamente ser los más fervientesbuscadores de la verdad, e intentarontoda clase de prácticas de yoga con elpropósito de “ver qué resultaría de ello”.Lo que resultó fue la locura, el debilita-miento del sistema nervioso, la pérdida

de vitalidad y la muerte. He dado la des-cripción de uno de estos casos en laOccult Review de marzo de 1906. Nin-gún final de fábula, algunos de ellos di-vertidos y ridículos, otros trágicos, po-drían explicarse sobre las experienciasde personas que buscando obtener po-deres ocultos o mágicos cayeron en ma-nos de chiflados o charlatanes. Es abso-lutamente sorprendente ver cuantas ycuantas personas, por otra parte inteli-gentes, están dispuestas a prometer im-plícita obediencia a las órdenes que sesupone que llegan de algunos superioresdesconocidos, incluso si estas órdenesson puramente absurdas. El truco de“Superiores Desconocidos” ya fueexitosamente aprovechado en el siglodiecisiete entre la orden de los “Ilumi-nados” cuyo sistema se basaba en el es-pionaje mutuo y en la supervisión se-creta; fue organizada según el modelode las órdenes jesuíticas y existió hastaque se convirtió en un verdadero peli-gro para el Estado. Hace algunos años,el envío de las cartas espúreas delMahatma estuvo efectivamente en bogaen algunos lugares, y se emplearon todasuerte de mentiras para hacer creer a losbuscadores de la sabiduría que eran ge-nuinas. Cuando estuve en Hamburgouna señora vino a verme con la que ellaaseguraba ser una carta de un Mahatma.Me dijo que había sido enviada por al-gunos miembros de la sociedad a la queella pertenecía, para mostrarme esa car-ta y preguntar mi opinión sobre ella. Setrataba de una carta anónima, que con-tenía algunas frases piadosas corrientesy exigiendo implícitamente obediencia atodas las órdenes salidas del escritor –

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especialmente órdenes tales como la pe-tición del pago de dinero. Respondí queconsideraría a una persona muy insen-sata si fuera a actuar tan ciegamenteobedeciendo las órdenes contenidas enuna carta anónima. La señora se retiró,pero en lugar de llevar mi respuesta,como me enteré más tarde, dijo que tanpronto como miré la carta inmediatamen-te la reconocí como llegada de unMahatma; que mis ojos estaban empa-ñados con lágrimas de emoción (!) y queyo recomendaba la más estricta obedien-cia. La realidad era que el escritor de lacarta era el esposo de la señora, y quequería conseguir mi respaldo para forta-lecer la fe de sus crédulos seguidores.

La historia de la estupidez humanano tiene fin; el ejército de los crédulosque desean cometer toda serie de locu-ras es inagotable, si se les ha hecho creerque con eso pueden alcanzar la superio-ridad sobre el resto de la humanidad.Están dispuestos a sacrificarlo todo ex-cepto el egotismo resultante de la ilu-sión del yo.

Pero ahora dirigiremos nuestra aten-ción a otra clase de “escuelas ocultas”,que son más peligrosas, puesto que susguías son invisibles y pertenecen a loshabitantes del plano astral. Un caso asíha sido descrito gráficamente por C.W.Leadbeater en un artículo titulado “Unavisión y los Hechos detrás de ella”, con-tenido en el Theosophist de abril de1909.

Aquí yo podría dar cuenta, desdemi propia experiencia, de un número decasos donde personas bien intenciona-das e inteligentes se vieron financiera yfísicamente arruinadas al depositar una

confianza implícita en las enseñanzas ydirectrices de guías “espirituales” invisi-bles. Escogeré solamente los dos siguien-tes.

Algunos de nuestros lectores recor-darán tal vez que hace unos años unadocena de estudiantes de Teosofía, alno quedar satisfechos con el lento pro-greso que estaban haciendo en el campoespiritual, formaron un “círculo interno”en Budapest en el cual pronto llegaron aser testigos de los fenómenos más sor-prendentes. Tuvieron materializacionesy los espectros se presentaban a si mis-mos como los doce apóstoles, y cada“apóstol” aceptó uno de estos estudian-tes como sus discípulos. Todo aquelloque H.P. Blavatsky y los Sabios indioshabían enseñado en tiempos pasados eradeclarado ahora por medio de estosapóstoles carente de sentido, el auto-sa-crificio y el ascetismo eran ridiculizados,y se daban orientaciones contrarias, im-poniendo estricto secreto. Finalmente elmismo “Jesucristo” se aparecíó en per-sona; se les ordenó que fueran aMadagascar y, al estar parcialmente ob-sesionados por estos espectros, fueronrealmente allí, esperando “órdenes ulte-riores”. Allí vivieron algún tiempo en lospantanos, contrariamente a todas las le-yes de higiene, pero pronto uno tras otrocayeron víctimas del clima. De los docesiete murieron y el resto regresó, tal vezmás sabios, pero seguramente más em-pobrecidos.

Otro caso es el siguiente, y sientotener que obviar los nombres a causa deconsideraciones personales. EnHamburgo, me introduje en una socie-dad de “ocultistas” que contaba entre sus

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visitantes a personas de cierta alcurnia.Tenían sus “Maestros”, a los que teníanen gran veneración, y estos “Maestros”producían sus fenómenos y daban suscomunicaciones a través de la esposacuyo marido era el dueño de la casa don-de se reunía el círculo. Esta señora pa-recía estar en un estado de obsesión cró-nica, a menudo yaciendo durante sema-nas en un estado de semi-trance, duran-te el cual declaraba que su propio espí-ritu estaba ausente y que los “Maestros”habían tomado posesión de ella. En esacasa tenían lugar los fenómenos másremarcables; se oían ruidos, como si lasbalas de un cañón rodaran por el suelode madera, e hicieran temblar las pare-des; luces que aparecían en la noche tanpotentes como para hacer creer a losvecinos que la casa estaba en llamas;puñados de arena eran lanzados al ros-tro de los visitantes, fotografías de per-sonas vivas y muertas, elementales ymonstruos quedaban fijadas en placas sinutilizar la cámara; pero el fenómeno mássorprendente era el casi instantáneo des-plazamiento de gente viva a largas dis-tancias y a través de paredes y ventanascerradas, tal como he descrito en mi ar-tículo sobre “Metátesis Mágica” en laOccult Review de julio de 1906.

Lo que todavía me sorprendió más,fue el hecho de que estos espíritus pare-cían estar bien informados de los conte-nidos de La Doctrina Secreta deMadame Blavatsky y otros libros sobreTeosofía, los cuales aquellas personasjamás habían leído, mientras que encambio, las comunicaciones recibidasque eran guardadas como muy secretasy sagradas, siendo mostradas solamente

a los muy escogidos, contenían las ma-yores vaguedades, descripciones del“reino de Plutón”, las regiones inferna-les del interior de la tierra, y así por elestilo. Estos “Maestros” no sólo dirigíanel “progreso espiritual” de sus discípu-los, sino también sus asuntos externos,y los discípulos siempre actuaban deacuerdo con las órdenes recibidas. El fi-nal fue que el esposo de esa señora, pri-mero descuidó y finalmente abandonósus negocios, y posteriormente –también“por orden de los Maestros”– vendió sucasa con gran sacrificio. La familia sevio reducida a la pobreza y llegando aquedar desamparados finalmente aban-donaron su “investigación oculta”.

Todos esos fracasos sirven para de-mostrar que hay un deseo de progreso yde evolución espiritual dentro del cora-zón humano, y que todo el mundo cons-ciente o inconscientemente se esfuerzapor alcanzarlo, independientemente delo erróneas que puedan ser las manerasy los medios que se usan para ese pro-pósito. El aspirante del conocimientooculto sin orientación se parece a unamosca que cae en un barreño de agua ytrata de salvarse nadando, ahora en estay después en aquella otra dirección,cambiando a menudo de rumbo aúncuando se esté acercando al borde y fi-nalmente consigue ahogarse.

Pero, ¿dónde hallar esa guía? Exis-ten innumerables “buscadores de la ver-dad”, y “estudiantes de Teosofía” quedesean guías y continuamente están cla-mando por “más instrucciones”, sin pen-sar nunca en seguir aquellas instruccio-nes que ya han recibido. Siempre estánbuscando en las cosas externas con la

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La Sabiduría Divina o Teosofía enel pensamiento occidental, ademásde ser esencialmente un sistema

de conceptos filosóficos y religiosos, esuna filosofía de vida. Es una Realidadviviente que sólo puede percibirse cuan-

do se cumplen determinadas condicio-nes en la mente y en el corazón.

Si deseamos saber qué es la Sabi-duría Divina en su esencia más íntima yexperimentar la Verdad Suprema que setrata de comunicar en las doctrinas del

AUTO-REALIZACIÓN ESPIRITUAL

José Tarragó

esperanza de descubrir aquello que úni-camente puede encontrarse internamen-te; sin tener en cuenta el dicho tan amenudo repetido: “Dentro de vosotrostenéis que encontrar la liberación”.

El primer paso en el camino de laIniciación es la purificación del corazóny de la mente, porque la luz de la Sabi-duría Divina no puede manifestarse enun lugar empañado con pensamientosimpuros y lleno de deseos egoístas. Na-die ha dado jamás el segundo paso sinhaber dado el primero, y todos los es-fuerzos para atraer lo elevado al servi-cio de lo inferior sólo conduce a la de-gradación, a la desgracia y al mal. Poresta razón la verdadera práctica del ocul-tismo consiste en el control de los pen-samientos y las emociones inferiores deuno, lo cual sólo puede hacerse con laayuda de la propia naturaleza superior;porque sólo lo superior tiene poder so-bre lo inferior; el “yo” no puede salvar-se “a si mismo”, y para este propósitoes necesario adquirir ese discernimiento

entre lo eterno y verdadero, y aquelloque es temporal e ilusorio, de lo cualhemos hablado al principio de este artí-culo.

De modo que parece que en lugarde correr tras falsos “Maestros” ypseudo-adeptos y ser llevados por la na-riz por impostores e estafadores de esteplano o del astral, sería mejor cultivarpensamientos elevados y elevar las as-piraciones altruistas, de los cuales sederivan naturalmente las buenas accio-nes. Si su conciencia queda firmementeestablecida de ese modo en un planosuperior, el estudiante de Teosofía esta-rá realmente preparado para recibir másluz; y las Grandes Almas que cuidan delprogreso de la humanidad jamás deja-rán de llegar en ayuda de aquellos quemantienen el ideal divino ante sus ojosy buscan realizarlo en sus corazones.

(De “The Theosophist,”octubre 1909.)

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Ocultismo, hemos de convertir nuestrasideas espirituales en Vida Espiritual paralograr las condiciones requeridas de men-te y corazón. Conocer esta Realidad di-rectamente en la etapa final y proveergradualmente las condiciones necesariaspara este propósito.

El caso es que sin un interés diná-mico y un esfuerzo serio para la trans-mutación de este conocimiento teóricoen una percepción real y en una expe-riencia concreta de las realidades de lavida espiritual, en gran medida ello seconvierte en superfluo en relación a lamisma naturaleza y propósito de este su-premo y único conocimiento que se co-noce como Sabiduría Divina.

Una Escuela Esotérica es una orga-nización dedicada al estudio teórico y ala divulgación de las verdades de la VidaEspiritual y, en el mejor de los casos,considerada como la parte externa delTemplo de la Sabiduría Divina. De modoque la vida del espíritu no es solamenteadquirir una percepción cada vez másprofunda sino expresarla en la vida, díaa día.

Es necesario recordar que esta ex-presión está basada en gran medida enla percepción y no en la deliberada re-gulación de la propia vida de acuerdo aun definido y rígido código de conduc-ta.

La vida es una expresión natural delo que percibimos directamente o senti-mos intuitivamente y no una ciega con-tinuación de lo que otros piden que ha-gamos.

ILUMINACIÓNEl aspirante a la auto-realización

debe comprender su naturaleza y apren-

der a distinguir la Percepción Espiritualde la comprensión intelectual, con la cualfrecuentemente se la confunde. Su na-turaleza es una clase nueva de percep-ción que permite que todo lo que estápresente en nuestra conciencia lo vea-mos como si fuera a una nueva luz des-de una dimensión superior. La Realidadpuede ser vista solamente a través deuna penetrante percepción.

Pero, ¿cómo llegamos a estos esta-dos de comprensión’ En la larga evolu-ción del Yo superior existen dos sende-ros que el peregrino ha de recorrer; es-tos dos Senderos son: el Sendero de Par-tida y el Sendero de Retorno. En el pri-mer Sendero o Sendero de involución,el hijo Pródigo sale del mundo de laUnidad para cumplir el largo aprendiza-je en la adquisición del conocimiento delos mundos inferiores. También se lla-ma a este Sendero “La caída en la ma-teria”, o el “Pecado Original”.

En este primer Sendero el joven Egodesarrolla la Individualidad, mediante lacontinua inmersión en los mundos ma-teriales manifestando sus facultades la-tentes y fortaleciéndolas por el ejerci-cio, pasando de la infancia a la mayoríade edad. En esta etapa las experienciasdel Bien y del Mal le son igualmente ne-cesarias e igualmente útiles. Todo le ayu-da en su desarrollo, todo le es precisopara formar un carácter. Todo le atraehacia su centro egoico, como queriendollenarse de todo: ¡Lo quiero todo paramí! Así vive y crece, tomando.

Sin embargo, en las últimas etapasde este Sendero se apodera de las cosaspor una selección razonada fruto de unsentido creciente de mutua dependenciay solidaridad con los demás; reclama sus

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derechos y reconoce sus deberes; es rec-to, justo, honorable, dando y exigiendoa cada uno aquello que le corresponde.De este modo alcanza el final del Sen-dero de Partida, que es también el pun-to original donde se inicia el Sendero deRetorno que conduce a las Regiones In-ternas del Yo.

En un principio, el Propósito de laVida aparece como iluminado por unfugaz relámpago. Por las hendiduras per-cibe la Luz Gloriosa del Uno sin Segun-do = el Todo. Se establecen cambios ensu conciencia y con gran ansiedad dirigesus ojos al cielo. Disgustado por lo tem-poral aspira a lo Eterno. El relámpagofugitivo desaparece pero ¡él ha visto!

Esta experiencia se repite muchasveces hasta que por fin uno se pregunta:¿Por qué estoy aquí? ¿Cuál es el objetode mi vida? ¡Basta de lucha! ¡Retiro mispensamientos ávidos de los objetos ex-ternos! ¡Quiero conocerme! ¡Quiero en-contrar el auténtico Yo! En el Senderode Partida la ley evolutiva quiere que elEgo crezca tomando, pero en el Sende-ro de Retorno, esta ley quiere que el Egocrezca dando.

Esta ley se afirma en él de tal modoque poco a poco empieza a dar más delo que toma. En este segundo Senderola Ley de justicia cede su lugar a unanueva Ley: la Ley del Amor, que empie-za por la caridad, sigue con la compa-sión y finalmente aflora el auténticoAmor puro, desinteresado que lo da todosin esperar ser correspondido; ese es unestado de extrema felicidad.

A partir de ese momento el Ego evo-luciona ascendiendo hacia la Unidad, sucrecimiento consiste en la adquisición de

una mayor complejidad, coordinación,delicadeza y equilibrio.

Se reconoce a Sí mismo como partede un inmenso Todo al cual se subordi-na. Su Centro de conciencia se transfie-re del yo personal al Yo superior y amedida que éste se sumerge en la Pleni-tud Infinita descubre que su propia ex-pansión depende de la efusión de Sí mis-mo, que en general quiere decir dar odarse uno mismo.

Por otra parte, el hombre o la mujerque sigue este segundo Sendero se en-cuentra en presencia de una multitud deobligaciones kármicas acumuladas, esdecir: la inmensa suma de deudas con-traídas a su paso por el Sendero de Par-tida, y se apercibe de que la Naturalezatan complaciente y pródiga antaño semuestra ahora como el más exigente delos acreedores, pero el Ego está ahorapreparado para la condonación de susdeudas.

En estas condiciones el estudiantese propone acelerar su evolución inte-lectual, moral y psíquica. Ha salido delVestíbulo de la Ignorancia y ha penetra-do en el Vestíbulo del Conocimiento, conel fin de poder seguir el áspero Senderoprobatorio que corresponde al Vestíbulodel Conocimiento, el cual conduce alVestíbulo de la Sabiduría que es igualque decir al Portal de la Iniciación, ypoder así, más tarde, hollar el Senderode Santidad, cuya meta es alcanzar undía las cimas del Adeptado o grado deMaestro Perfecto.

Esta es la meta gloriosa del aspiran-te al Sendero que se ha hallado a Sí mis-mo y que ha decidido a toda costa em-pezar au auto-regeneración o auto-reali-

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zación. A partir de ahora, en medio delos problemas de la vida diaria tomadaseriamente y firmemente entre sus ma-nos, emprenderá su propia educación,examinará constantemente sus fallos, ycuidadosamente irá puliendo su carác-ter.

La meta inmediata es alcanzar unacapacidad de control sobre sí mismo queno permita que un mal pensamiento osentimiento perturben sus vehículos deconciencia internos ahora ya más desa-rrollados y aquietados.

Despertar nuestros poderes de per-cepción es una de las maravillosas Rea-lidades de la Vida Espiritual. Todos te-nemos alguna experiencia de este des-pertar en nuestra vida cotidiana. Leemosun libro de pensamientos profundos yno encontramos nada en él y lo olvida-mos completamente. Pasa el tiempo yprogresamos mental y espiritualmente.

Cae de nuevo en nuestras manos elmismo libro y lo encontramos lleno deun profundo significado del cual no tu-vimos antes la menor sospechas. ¿Hacambiado el libro? ¡No! Somos nosotroslos que hemos cambiado, o más bien,nuestros poderes de percepción se handesarrollado y vemos mucho más en elmismo libro.

Solamente cuando se inicia el domi-nio de las Realidades Internas de la VidaEspiritual descubrimos la tremenda di-ferencia que hay en nuestros poderes depercepción referentes a los asuntos es-pirituales que empiezan a despertar. Asínos iniciamos gradualmente a ver y sen-tir el aspecto positivo de las RealidadesEspirituales que están escondidas en supleno esplendor bajo las cosas comunes

de la vida. Cuando comenzamos a per-cibirlas, en cierta medida comienza laverdadera Vida Espiritual.

A medida que esta percepción seprofundiza y se va volviendo cada vezmás penetrante, la conciencia de las di-ferentes Realidades Espirituales toma uncarácter dinámico y mejor definido. Y amedida que continúa nuestro progreso ynos acercamos a la meta, comenzamosa tener un vislumbre de esa omni-enetrante Realidad que es la fuente dela substancia del Universo manifestado.

Para vivir esa Vida Universal, esaVida Espiritual, esa Vida de lo Absolutohay que morir como yo personal paranacer como Yo Espiritual; a ese estadose le llama el Dos Veces Nacido. Cabríapreguntarnos honradamente, ¿estamosrealmente dispuestos a disolver nuestroyo personal?

La auto-realización estáemparentada con disciplinas de carácteresotérico cuyas disciplinas encauzan alestudiante en la práctica de las mismasy éstas conducen a una puerta estrecha,y a esta puerta estrecha se la llama elSendero. Se puede ir por libre o bienpedir la entrada en una escuela esotéri-ca y adaptarse a su sistema de auto-rea-lización. La auto-realización es algo queafecta a la totalidad del Ser.

De manera que el sistema de auto-realización está emparentado con el ca-mino iniciático, y que no es el caminosimple de las creencias por el que andanlos muchos. Es un camino de retorno,es un Sendero que corresponde a la con-ciencia, que en vez de avanzar por me-tros geográficamente, avanza de un es-tado de conciencia a otro estado de con-

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ciencia más profundo y omniabarcanteque el anterior.

La auto-realización es una divini-zación del hombre, es una transforma-ción, una muerte y un nuevo nacimien-to, de modo que de las cenizas del indi-viduo viejo nace un individuo nuevo,toda la transformación se realiza a nivelinterno. En el Vestíbulo de la Sabidu-ría.

Estamos en la recta final de mi ex-posición y tengo la intención de esque-matizar los pasos que el aspirante tieneque dar en su marcha por el Senderomenor o probatorio: de aspirante tieneque pasar de inmediato a probacionista,dándose constantemente al mundo.

Y al mismo tiempo, tiene que em-pezar la reforma profunda y seria delcarácter. Luego tiene que convertirse enDiscípulo aceptado del Maestro, lo cualhabrá requerido una depuración muchomayor del carácter y, por lo tanto, unmayor desarrollo interno, lo cual exter-namente se traduce como una mayorcapacidad cada vez mejor de ver y crearoportunidades para ayudar a los demás.

Finalmente, cuando su carácter seha perfeccionado lo suficiente y man-tiene el dominio de su personalidad, al-canza la etapa de Afiliación o Ahijadodel Maestro, la más hermosa de todaslas experiencias; se dice que uno se con-vierte en un canal directo del Maestro,y la Vida y la Fuerza del Maestro setransmiten a través del Ahijado a cuan-tos le rodean y especialmente cuando elDiscípulo bendice en nombre del Maes-tro, por cuyo poder puede transmitir di-rectamente la Paz, la gran Paz que irra-dia del Gran Ser que le cobija interna-

mente.No pudiendo retener esa Paz, esa

felicidad dentro de Sí mismo, la va de-jando fluir constantemente sobre todocuanto le rodea, en una hermosa y per-manente entrega de Sí mismo, que seconvierte en su mayor gozo y felicidad.

Es en ese mismo momento que en-tra en el Portal de la Iniciación. En esemomento el hombre entrará en contactocon la más poderosa corporación de Hom-bres y Seres que jamás pudiera soñar, sevolverá uno con Ellos y la bendición delGran Instructor del Mundo (el Cristo co-ronado por el Sanat-Kumara, el Rey delMundo) descenderá sobre el neófito,cuya tarea a partir de ahora será liberar-se de algunas ataduras o defectos quetodavía le restan, e ir paso a paso termi-nando de pulir su carácter, hasta llevarloal máximo de perfección.

Esto es así porque desde ahora tieneque tratar de convertirse en un super-hombre, en un hombre perfecto y, gra-dualmente, en un Adepto, con todas laspotencias Espirituales totalmente desarro-lladas y perfeccionadas como poderesactivos; y así las fuerzas con las que ahorase va a enfrentar el recién Iniciado noserán ya las de su propio carácter o susinstrumentos de conciencia, sino que ade-más, y por medio de éstos cada vez másdominados, va a entrar en contacto conlos planos internos del planeta y del sis-tema al que pertenece, tarea en extremodificultosa.

Y coopera directamente en el traba-jo de la Jerarquía, que es servir cons-cientemente al mundo, a través del ser-vicio inmediato a su Maestro.

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ACTIVIDADES

RAMA ALICANTESábados 1º y 3º - (a las 18.30h.) - Comentarios sobre “Regeneración Humana” de R. Burnier.

Coordinado por miembros del grupo. 2º y 4º - (a la misma hora) - Lectura y comentariossobre el libro “La Ciencia de los Sacramentos” de C.W.L., por S. Martínez.

Todos los lunes (a las 18,00h.) - Rituales. 1º y 3º (a las 18.30h.) - Reunión de Rama con estudioy coloquio. - 2º y 4º (a la misma hora) - Estudio sobre “La Iniciación humana y solar” de A.Bailey.

Todos los miércoles (a las 18h.) - Estudio sobre “Conocimiento de las leyes de la vida a travésdel propio conocimiento”.

Tercer jueves de cada mes (a las 19.45h.) - Rituales O.T.S.Todos los viernes (a las 20h.) - Curso de astrología. 1º y 3º - (a las 18h.) - Técnicas de

interpretación astrológica.La biblioteca estará abierta lunes y miércoles, (de 17.30 a 20h.)

RAMA ARJUNALunes, 8 - (a las19,30h.) Celebración del Día del Loto Blanco.Martes, 2,9,16,23,30 - (a las 18,30h.) Reunión de rama (sólo miembros), estudio sobre «La

sabiduría antigua» de A. Besant. A cargo de J.G.Lop. Coordina F.Pastor.Miercoles, (a las 19,30h.) 10 - Vida interna-Vida externa. A cargo de J.Garcia Mínguez. - 31 -

Las huestes de lo invisible. A cargo de J.Taragó Ferrer.Jueves, 25 - (a las 19,30h.) Se tiene que morir antes de morir: una reflexión mística. A cargo de

I. Jáuli Dávila.Viernes, 5 - (a las 19 h.) La indignación del Ser. (parte II). A cargo de A. Valdés Alcázar).

5,12,19,26 - (a las 20,30h.) Taller de diálogos teosóficos. A cargo de M. Cartaná Periago.Coordina: J. Tenes Mascorda.

RAMA BHAKTILunes (a las 18h.) - Espacio de silencio y meditación.Martes (a las 18h.) - Coloquio sobre temas de interés para el conocimiento de si mismo. Coor-

dina C. Elósegui. - (a las 19h.) - Reflexiones sobre los Yoga Sutras de Patanjali. Coordina P.Pujós. (A las 20.30h.) - Reunión de Rama (sólo para miembros).

2º y 4º miércoles de mes (a las 18h.) - Grupo de estudio en el ateneo de Sant Cugat del Vallès.“La Sabiduría Antigua”. Coordina C. Elósegui.

Jueves (a las 17h.) - Estudio del libro “Conocimiento de Si Mismo” de IKT. Coordina C. Elósegui.- (a las 21h.) - Curso sobre Teosofía. Coordina C. Elósegui.

Sábados (a las 17h.) - Coloquios abiertos: Los retos de la vida diaria a la luz de la Teosofía.Coordina C. Elósegui. 2º sábado - (a las 17h.) - Coloquio teosófico a cargo de los miembrosde la Rama.

RAMA CERESLunes (a las 20h.) 8, - Celebración del día del Loto Blanco. - 15 y 22 - Estudio del libro “La

Clave de la Teosofía” de HPB. - 29 - (charla) La tríada superior. U.García.Sábado 6 y 20 (a las 18,30h.) - Curso Básico sobre Teosofía. Coordina J.L. Mendoza.

RAMA JINARAJADASAMiércoles (a las 18h.) - Tertulias teosóficas. - Grupo de Meditación. - Talleres de Trabajo. -

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Relajación y respiración. - Comentarios sobre textos teosóficos.

RAMA MOLLERUSSALleidaTercer domingo de mes (a las 11h.) - Charla-coloquio con C. Elósegui, en c/. Templers-

Escorxador. (A las 17h.) En c/. Lluís Companys, 22.Todos los martes (a las 20h.) - Estudio en grupo del libro “La Voz del Silencio” (Pláticas II).

Coordina P. Duch.Todos los miércoles (a las 20h.) - Estudio en grupo del libro “A los Pies del Maestro” (Pláticas

I). Coordina J. Carcar.Todos los viernes (a las 20h.) - Estudio en grupo del libro “Filosofía Yogui” de Yogui

Ramacharaka. Coordina J. Torres.MollerussaTodos los viernes, en el Estudi de Ioga, c/. Navarra, 8 (a las 20h.) - Estudio en grupo del libro

“A los Pies del Maestro” (Pláticas I). Coordina J.M. Espasa.

RAMA RAKOCZYLunes 22 - Grupo de meditación activa y ritual dévico. - 29 - O.T.S. - Ritual se sanación. -

Lunes 8 - Día del Loto Blanco, celebrado con Rama Hesperia.Miércoles, 3 - Curso de meditación. - 10 - Meditación a cargo de F. Béjar. Estudio grupal sobre

“Luz en el Sendero”. - 17 - Meditación a cargo de J. Rodríguez. Estudio grupal sobre “Luz enel Sendero”. - 24 - Meditación a cargo de F. Pérez. Estudio grupal sobre “Luz en el Sendero”.- 31 - Meditación a cargo de J.L. Fernández. Tema libre.

RAMA SHAKTI-PATMartes alternos (a las 17,30h.) - Estudios sólo para miembros. - El Camino Interior y Exterior

- 1) Raja-Yoga o Buddhismo. 2) - Vedanta-Dvaita. 3) DS de HPB. Vol. VI (Notas). CoordinaA. Guirao. (A las 17.30h.) - Estudios para simpatizantes. “Conocimiento de Si Mismo” IKT.“La Voz del Silencio” (Pláticas II). - “Curso de meditación” de W. Slater. Vídeos-conferenciasde la S.T. Coordinan miembros de la Rama.

GRUPO DE ESTUDIOS TEOSÓFICOS “DHARMA”Primer miercoles de mes, (a las 21 h.) Reuniones.

GRUPO DE ESTUDIOS TEOSÓFICOS “LA RIOJA”Todos los viernes, a las 21,45h. Reunión pública.

* * *NOTA DE RECTIFICACIÓN

En el número de abril de SOPHIA se publicó erróneamente la noticia de que la PresidentaInternacional y la presidenta de la Federación Europea iban a estar presentes en nuestra Escuelade Verano este año en Sant Feliu de Guíxols. La noticia llegó a nuestras manos a través delBoletín “Saint Michels News” que, al parecer, no estaba bien informado. Lo sentimos.

* * *LUNAS LLENAS DE WESAK Y ASALA 2006Wesak (Vaisâkha) Luna llena:Sábado 13 de mayo, a las 6,51 h. de la mañana. Hora universal (Meridiano de Greenwich)Sábado 13 de mayo a las 12,21 h. del mediodía. Hora local de India.Asala (Ashadha) Luna llena:Martes 11 de julio a las 3,02 h. de la mañana. Hora universal (Meridiano de Greenwich).Martes 11 de julio a las 8,32 h. de la mañana. Hora local de India.