Rubio Lisardo Introduccion a La Sintaxis Estructural Del Latin

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L. RVBIO Introducción a la SINTAXIS ESTRVCTVRAL DEL LATIN ARIEL

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  • L. RVBIO

    Introduccin a laSINTAXIS ESTRVCTVRAL DEL LATIN

    ARIEL

  • L. Rubio

    INTRODUCCIN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATN

    Esta obra se public anteriormente en dos volmenes: Introduccin a la sintaxis estructural del latin: I, Casos y Preposiciones, en 1966; y II, L a oracin, en 1976.

    La edicin que hoy ofrecemos, adems de la presentacin en volumen nico, aporta las siguientes novedades: a) se han corregido algunos errores deslizados en las ediciones precedentes : b) se han insertado algunos aadidos a a redaccin primitiva de ciertos captulos; y

    se han agregado dos nuevos captulos al final de la obra.

    '.lidiantes y profesores de latn solicitaban y uscaban en vano esta sintaxis latina desde -ace tiempo agotada. La Editorial ARIEL requiri el consentimiento del autor para una nueva edicin de esta obra recomendada den- ;ro ; fuera de Espaa en estudios especializados y en sintaxis posteriores. A ttulo de ejem- p.o. en los ltimos aos se hacan referencias . giosas a los estudios del prof. Rubio en Ita- lia (G. Calboli, L a lingistica moderna e il '.Mino, Bologna, 1976), Francia (Ch. Toura- ;er. R e l . 1977; P. de Carvalho, O r p h e a V o c e , Bordeaux, 1980), Alemania (A. Scherer. Lateinische Svntax, Heidelberg, 1975; A. Tovar, K r a t y l o s , X X II, 1977) y EE.UU. (D. Panhuis, C l a s s ic a l Jo u r n a l , 1978), etc. En una ciencia multisecular y tradicionalmente ms arraigada que otra cualquiera, la radical novedad del prof. Rubio, lejos de levantar serias polmicas, ha conseguido el asenso generalizado entre profesores y alumnos, entre estudiosos y crticos. Sin adscribirse a ninguna de las escuelas actuales ni desconocer las acertadas intuiciones de la gramtica tradicional dice Touratier il faut reconnatre que ses ides sont toujours trs originales, trs ingnieuses et trs brillantes, et que lon a ainsi vritablement plaisir le lire (R e l . 1977, pp. 416-17). Un juicio anlogo sobre la independencia de los anlisis de Rubio y su analo-

  • ga ocasional con una u otra escuela moderna puede leerse en K r a t y l o s , XXII, 1977, pp. 132-35 (resea de A. Tovar).

    Entre las reseas publicadas en Espaa recordemos una que, adems de adelantarse a subrayar la ptica tan personal del prof. Rubio, pondera ya otros mritos generalmente reconocidos tambin despus a su obra: El autor rene dos cualidades envidiables en todo profesor universitario. Por un lado, un buen hacer pedaggico que se refleja en esa difcil mezcla de claridad y brevedad... No se encontrar aqu la perturbadora casustica ni los sutiles distingos tpicos de nuestras sintaxis. Pero, por otro lado, la obra es de gran rigor cientfico y metodolgico... Partiendo siempre de unos principios simplicsimos y llevando de la mano al lector..., todos aquellos malentendidos, contradicciones y obscuridades tradicionales se desvanecen como por encanto (E. Montero, D u r iu s , 1976, pp. 320-3).

  • LISARDO RUBIO

    Introduccin a la SINTAXIS ESTRUCTURAL

    DEL LATIN

    EDITORIAL ARIELBARCELONA - CARACAS - MXICO

    HECTORArmauirumque

  • 1.a edicin:Vol. I: 1966 Vol. II: 1976

    1.a edicin en un volumen: enero de 1982

    1966, 1976 y 1982: Lisardo Rubio , 1966, 1976 y 1982 de los derechos exclusivos de edicin reservados para todo el mundo: Ariel, S. A., Tambor del Bruc, 10 - Sant Joan Despi (Barcelona)

    Depsito legal: B. 1.184 - 1982 ISBN: 84 344 3951 4

    Impreso en Espaa1982. I. G. Seix y Barrai Hnos., S. A.Carretera de Comell, 134, Esplugues de Llobregat (Barcelona)

    Ninguna parte de esta publicacin, incluido el diseo de la cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna ni por ningn medio, ya sea elctrico, qumico, mecnico, ptico, de grabacin o de 'fotocopia, sin permiso previo del editor.

  • A D. Antonio Tovar, el maestro de Salamanca.

  • PRLOGO

    Esta Introduccin a la Sintaxis Estructural del Latn sA public anteriormente en dos volmenes: el primero vio la. luz en 1966 y el segundo en 1976. Agotada ya totalmente la edicin del volumen II y prcticamente tambin la ltima tirada del I, presentamos ahora la obra en un solo volumen.

    Cuando, hace 15 aos, iniciamos la publicacin de nuestros estudios de Sintaxis latina-, nos embargaba el temor de un rechazo general ante la novedad de nuestros planteamientos en una ciencia multisecular y tradicionalmente ms arraigada que otra cualquiera.

    Pero la acogida que se nos ha dispensado tanto en Espaa como en el extranjero super todas nuestras esperanzas (reseas muy positivas de los ms ilustres especialistas en Italia, Francia, Alemania y Estados Unidos).

    Es cierto que nosotros intentamos preparar a nuestros lectores con wna introduccin de doce capitulillos (57 pginas en total) sobre Nociones bsicas de la nueva sintaxis . En el prlogo de aquel primer volumen escribamos: Hemos credo indispensable reunir algunas de las muchsimas ideas que han iluminado en los ltimos decenios el oscuro horizonte de la lingstica; hemos seleccionado en esas pginas las nociones que nos parecen tener aplicacin ms constante en las consideraciones sintcticas. Los especialistas en la lingstica actual pueden ahorrarse la molestia de leer estas pginas previas sin inters para ellos. En cambio, conviene que las> lean con cierta atencin las personas jvenes o mayores acostumbradas a operar nica-

  • 10 PRLOGO

    mente con los moldes tradicionales del pensamiento gramatical .Py.es bien, ahora, quince aos ms tarde, esas ideas de lin

    gstica general han hecho mucho camino al andar; vemos que nuestros nios de bachillerato y hasta de Educacin General Bsica ya estudian, por ejemplo, la fecundsima leccin de las funciones del lenguaje , nocin que no sonaba en absoluto a la inmensa mayora de nuestros profesores de latn en la dcada de los 60.

    Ante este cambio de la mentalidad lingistica general, quiz podramos ahorrarnos, como ya innecesarios, esos doce capituli- los iniciales; ms todava, quiz debiramos suprimirlos tambin porque, segn nos han comentado amigablemente ciertos colegas ms duchos que nosotros en la materia, algunas de nuestras referencias a esos principios generales ya no estn rigurosamente al da.

    Pensamos, pues, muy seriamente en eliminar ahora esas 57 pginas iniciales. Pero, despus de muchos titubeos, optamos por dejarlas, ya que quiz no sean todava intiles a cierto nmero de lectores (sobre todo a profesores de latn en edad avanzada y aferrados a la enseanza tradicional), y, en todo caso, ah queda eso como testimonio de una etapa en el desarrollo de los estudios sintcticos del latn.

    En suma, no suprimimos hoy nada de lo que ya publicamos anteriormente en dos volmenes. Vamos en cambio a aadir algunas pginas nuevas: a) Un apndice al captulo del orden de palabras en latn; no se trata de retoques doctrinales, pero s de una presentacin distinta y que parece haber tenido bastante xito cuando hemos presentado las mismas ideas bajo esa nueva perspectiva, b) La principal novedad de esta nueva edicin ser dos breves captulos al final de la obra: uno sobre la consecutio temporum, y el otro sobre la atraccin modal; ambos temas figuran en los actuales programas oficiales del Curso de Orientacin Universitaria y hemos tenido que tratarlos. en recientes publicaciones destinadas a alumnos de ese nivel, c) Y, por ltimo, aadiremos un simple pero ilustrativo ejemplo de alternancia completiva infinitiva / completiva con ut (pg. 322).

    Los Endrinales, 1 de enero de 1981.L. R ubio

  • N D I C E

    Prlogo .................................................. .................................................. 9

    PRIMERA PARTE: NOCIONES BSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS

    I. Las funciones del lenguaje ..................................... 17II. Lengua y h a b la ............................................. 23

    III. El signo lingstico...........................................26IV. Arbitrariedad del signo lingstico........................ 29V. Carcter lineal del signo lingstico: la cadena ha

    blada .................................................................... 32VI. Sentido bsico y sentido contextual........................ 36

    VII. Sincrona y diacrona................................................. 43VIII. El dogma del lxico y la gramtica........................ 46

    IX. Las unidades lingsticas bsicas............................... 50X. Partes de la oracin y clases de palabras . . . . 56

    XI. Las categoras gramaticales..................................... 60XII. La gramtica: Ars obligatoria ............................... 70

    SEGUNDA PARTE: ORDENACIN DE LOS CASOS LATINOS

    I. Teoras antiguas sobre el nominativo:1. Teora aristotlica................................................. 772. Teora estoica ....................................................... 80

    II. La teora moderna del nominativo caso cero:A) Exposicin............................................................. 81B) Crtica:

    1. La oracin nominal........................................... 832. La oracin pasiva........................................... 853. Los ejemplos tpicos de nominativo caso cero

    y fuera de contexto ..................................... 95

  • 12 INTRODUCCIN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATIN

    III. Algunos principios tericos:1. Casos gramaticales y casos semnticos . . . . 982. La transferencia lingstica . ; ......................... 99

    IV. Nuestra interpretacin de los casos latinos:1. Esquema bsico.................................................... 1022. La oposicin nominativo-acusativo......................1043. El par nominativo-acusativo frente al vocativo . . 1104. Casos nominales y casos no nominales . . . . 1125. Neutralizacin de las oposiciones causales . . . 115

    V. Funcin de los casos nominales:1. Vocativo................................................................ 1182. Nominativo . .............................................. 1183. Acusativo:

    1) Acusativo de direccin .................................1192) La gama del acusativo: desde el interno al

    adverbial ......................................................1213) El acusativo de relacin: acusativo esttico . 1234) El doble acusativo........................................ 127

    4. Usos neutros de los casos nominales: sintaxis relajada .....................................................................128

    VI. Casos no nominales:1. Genitivo:

    1) Genitivo adnominal........................................ 1331 bis) Genitivo dependiente de adjetivos y parti

    cipios ..........................................................1372) El genitivo adverbal....................................... 139

    2. Dativo:1) Funcin del dativo........................................ 1422) Carcter unitario de todos los dativos . . . 1483) Dativo adnominal........................................ 152

    3. Ablativo:1) Ablativo y preposiciones de ablativo . . . 1532) Significado del ablativo.................................. 1553) Sentidos contextales del ablativo . . . . 1584) El ablativo agente y el ablativo absoluto . . 160

    TERCERA PARTE: LAS PREPOSICIONES

    1. Afinidad entre casos y preposiciones.........................165 2. Diferencias entre casos y preposiciones.........................1663. Semntica de las preposiciones: Generalidades . . . 171 4. Las preposiciones en particular . ............................... 176 5. Addenda........................ .................................................186

  • NDICE 13

    I. El orden de palabras en latn clsico1. I n t r o d u c c i n .........................................; 1912. Los latinos tenan conciencia de una ordenacin

    natural de las palabras en su lengua . . . 1923. Orden de palabras: reglas generales y su alcance 1994. Las excepciones al ordo rectus :

    1) Secuencias fijas ................................................2032) Desviaciones libres o estilsticas . . . 205

    5. El orden de palabras como indicio de orienta- .cin estilstica ...................................................... -215

    6. El orden de palabras como indicio de orientacin sin tctica ......................................................218

    7. Conclusin.............................................................219A p n d i c e .............................................................220

    II. Los modos verbales latinos en oracin independiente1. Lmites de este estudio........................................ 2342. Planteamiento del problema de los modos . . 2343. La indispensable consideracin de los dos ejes . 2394. Los modos al nivel de la forma verbal (eje I) . 2425. Los modos al nivel de la frase (eje II) . . . 245

    ~6. El infinitivo...................................................... . 2497. El im p era tivo ..................................................... 2518. Los trabajos de Garca Calvo y Mariner . . 2539. Conclusin..................................................... ...... 255

    III. Estructura del estilo indirecto en latn y en castella-llano. Problemas de traduccin

    1. I n t r o d u c c i n ..................................................... 257* 2. Las fronteras entre el estilo directo, el estilo in

    directo y la subordinacin:A) Verbo introductor; pausa y partculas su

    bordinantes; unidades meldicas . . . 260B) Modalidades de la frase y modos verbales . 262C) Transposiciones temporales, pronominales,

    adjetivales y adverbiales........................... 2663. Problemas de tra d u cc in .................................267

    CUARTA PARTE: LA ORACIN

  • IV. La subordinacin1. I n t r o d u c c i n ....................................................... 2712. La subordinacin relativa :

    A) Bases morfolgicas . . . . 277B) La oracin pronominal relativa . . 279C) La oracin adjetivo-relativa . . . . 284D) El modo verbal en las oraciones de relati

    vo: subjuntivo de subordinacin . . . 289E) La subordinacin adverbial relativa (de

    l u g a r ) ................................................................2953. Subordinacin conjuntiva ( = marcada por con

    junciones de subordinacin) :A) G eneralidades................................................. 297B) Sistema de subordinacin con partcula

    nica: V T ........................................................ 301C) Subordinacin basada en partculas diver

    sificadas ........................................................ 3224. La subordinacin in terrogativa............................3535. La oracin de in f in i to ..........................................361

    V. La coordinacin1. Coordinacin por yuxtaposicin . . . . 3662. Coordinacin por p o lis n d e to n ............................3693. Las partculas coordinantes:

    A) Coordinacin c o p u la t iv a .....................370B) Coordinacin d is y u n t iv a .................... 381C) Coordinacin a d v e rsa tiv a .................... 383D) Coordinacin causal y conclusiva . . 385

    VI. La coneecutio temporum1. Qu es la consecutio temporum . . . . 3872. La concordancia temporal en latn (y en caste

    llano) .......................................................................3883. E j e m p l o s ...............................................................3894. Concordancia temporal entre tiempos de un

    mismo modo: el ind icativo ................................... 3915. Alcance de la regla de la concordancia tem poral. 3926. C o n c lu s i n ............................................................... 395

    VII. La atraccin modal1. En qu consiste la atraccin modal . . . . 3962. Alcance de la atraccin m o d a l............................3983. C o n c lu s i n ............................................................... 402

    1 4 INTRODUCCIN A LA SIN TA XIS ESTRUCTURAL DEL LATIN

  • PRIMERA PARTE

    NOCIONES BSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS

  • ILAS FUNCIONES DEL LENGUAJE

    1. Hasta no hace mucho se admita, explcita o tcitamente, que el lenguaje tena como funcin nica la de comunicar al prjimo lo que pensamos o sentimos. Pareca perfecto l siguiente esquema: una persona (= la primera persona gramatical) expone a otra ( = la segunda persona gramatical) algo referente a algo o a alguien (= la tercera persona gramatical).

    Efectivamente, el lenguaje es frecuentemente eso: un instrumento de comunicacin mediante el cual alguien hace saber algo a alguien.

    2. Pero el lenguaje es un instrumento bastante ms complejo, y tiene otras funciones que no podemos ignorar sin empobrecer grandemente nuestra comprensin de mltiples hechos lingsticos.

    K. Bhler (Teora del lenguaje, trad. esp. de Julin Maras, pp. 51-56, Madrid, 19612) fue el primero que habl de las funciones del lenguaje en plural y deslind claramente algunas de ellas. Varios autores han utilizado y completado sus ideas en diversos estudios gramaticales; en Espaa, por ejemplo, A. Garca Calvo en un artculo sobre el verbo griego (Emerita , 28, 1960, pp. 1-47). R. Jakobson (Essais de linguistique, trad. fr. de Ruwet, cap. XI, Paris, 1963) ha desarrollado el tema de las funciones del lenguaje con gran claridad. Siguiendo, pues, preferentemente a este ltimo autor, trataremos de desmontar el mecanismo del lenguaje para considerar los factores constitutivos del proceso lingstico. De los elementos que integran el acto de la comunicacin verbal se deducirn, paralelamente, las diversas funciones que tiene el lenguaje.

  • 18 INTRODUCCIN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATIN

    ' 3. Para que se produzca un acto de comunicacin verbal han de existir un hablante, un tema de conversacin y un oyente ; esto es tan obvio que no necesitamos insistir en ello. Pero son igualmente indispensables otros factores en que, generalmente, no habamos reparado. Hace falta que exista un contacto entre hablante y oyente : proximidad fsica entre ambos o algn mecanismo que, a pesar de la distancia fsica, permita establecer y mantener el contacto entre los presuntos interlocutores.

    Pero tampoco eso basta. Dos personas pueden coincidir en un medio de transporte y verse condenadas a largas horas de silencio, a pesar del contacto fsico y de los excelentes temas de conversacin que ofrecen los viajes. Ello ocurre cuando les falta un cdigo o lengua comn para el dilogo. Nuevo factor, pues, tan imprescindible como los anteriores.

    Dadas ya las condiciones que acabamos de sealar, puede el hablante consumar el acto de la comunicacin verbal emitiendo el mensaje que desee.

    4. El siguiente esquema recoge los factores que integran el acto lingstico:

    Factores del lenguaje:

    TEMAHABLANTE ' MENSAJE OYENTE

    CONTACTO LENGUA

    5. A cada uno de esos seis factores del proceso lingstico corresponde, en perfecto paralelismo, una funcin especfica del lenguaje. Al esquema que precede se superpone, pues, este otro:

    Funciones del lenguaje:

    DECLARATIVAEXPRESIVA POTICA IMPRESIVA

    FTICAMETALINGSTICA

    6. Muy pocos procesos lingsticos cumplen slo y exclusivamente con una de estas funciones. El hablante centrar su inte-

  • NOCIONES BSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 19

    res preferentemente en uno de los factores que integran el acto de la comunicacin y, por lo mismo, la correspondiente funcin se har predominante si no exclusiva y determinar la formulacin ms adecuada al logro de sus fines.

    6.1. La funcin declarativa. La funcin declarativa pone de relieve la orientacin del proceso lingstico hacia los objetos y relaciones que percibe el hombre a su alrededor; es evidente que la misin de la palabra consiste en exteriorizar nuestra representacin de ese mundo que nos envuelve.

    Esta fue la funcin que se reconoci siempre al lenguaje desde la antigedad. Pocos autores dejan de reconocer an hoy que es su funcin predominante, aunque no exclusiva. Sin embargo, no faltan lingistas de prestigio que ni siquiera mantienen a la funcin declarativa esta preferencia jerrquic'a entre las restantes funciones del lenguaje.

    N ota. La terminologa vara segn los autores : funcin declarativa , o funcin lgica , o funcin cognoscitiva , o funcin referencial , o funcin denotativa .

    6.2. La funcin expresiva. La funcin expresiva (llamada tambin emotiva o emocional ) centra el mensaje sobre el hablante y trata de comunicar la actitud subjetiva del autor frente al tema que est refiriendo.

    Se ha hecho notar repetidas veces estos ltimos aos que la capa puramente expresiva de la lengua est representada por las interjecciones con su especial configuracin fnica y su ori- ginalsimo papel sintctico en todas las lenguas. La funcin claramente expresiva de las interjecciones no haba pasado inadvertida a San Agustn (Tract, in loan Euang., 51, 2); interiectio ...magis affectum indicans quam rem aliquam significans . . .u t cum dolentes dicimus heu! , uel cum delectamur uah! dicimus, uel cum miramur dicimus o! , etc.

    Hemos de aadir que la funcin expresiva aflora con similar pureza en la mayora de los incisos, exclamaciones, etc., que surgen como elementos advenedizos, esto es, que no ligan sintagmticamente con el resto del enunciado. Como en el caso de las interjecciones, se trata de una invasin de la sintaxis expresiva dentro de la sintaxis declarativa.

  • Fuera de las circunstancias en que el predominio afectivo reduce cero los elementos intelectuales de nuestra comunicacin, la funcin expresiva est rara vez ausente de un enunciado cualquiera, aun en los mensajes aparentemente ms objetivos e intelectualizados.

    Aun cuando pretendemos silenciar nuestros sentimientos y expresar nuestras ideas desnudas de toda afectividad personal, nuestro esfuerzo en aras de la imparcialidad resulta vano, porque somos esclavos de nuestro yo : lo mezclamos constantemente a la realidad y sta, en vez de reflejarse fielmente en nosotros, lo que hace es refractarse en nosotros, sufriendo as una deformacin cuya causa es la naturaleza de nuestro yo (Ch. Bally, Traite de stylistique franaise, 1951a, I, p. 6).

    6.3. La funcin impresiva. La funcin impresiva (o cona- tiva , o de apelacin , o mgica) centra el enunciado en el oyente: pretende influir sobre l e inducirlo a actuar en la direccin que seala el hablante.

    Tambin la funcin impresiva, cuando alcanza preponderancia absoluta, tiene expresin gramatical propia: el imperativo y el vocativo son formas exclusivas de la sintaxis impresiva. La originalidad de una frase imperativa frente a otra declarativa salta a la vista si observamos que ante una forma declarativa, como Pedro es puntual , cabe preguntarse si aquello que se dice es o no es cierto; ante un imperativo, como Pedro, s puntual! , no tiene sentido la pregunta.

    6.4. La funcin ftica. Al factor contacto corresponde la funcin ftica : sta asegura la comunicacin entre los interlocutores. Hay enunciados cuya finalidad nica consiste en verificar el funcionamiento del circuito.

    Frases como oiga, oiga, me oye? ... Diga, dgame , no son recurso exclusivo de quienes entablan una conversacin telefnica. No es raro leer las mismas frmulas u otras similares en las obras literarias:

    Propera. Atque audin? / Verbum unum caue... (Ter., An., 209), Apresrate. Y me oyes? Ojo! Ni una palabra...

    20 INTRODUCCIN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATIN

  • NOCIONES BSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 21

    S ostrata (a su esposo C rem es) :(Filius noster) subditum se suspicatur.

    C rem es. Subditum ain tu? (Ter., Heaut., 1014).

    (Nuestro hijo) sospecha que es un expsito? Expsito , dices? (O sea: He entendido bien? ).

    P arm eno . Senex si quaeret me, modo isse dicitoad portum percontatum aduentum Pamphili. Audin quid dicam, Scirte? Si quaeret me, uti...

    (Ter., Hecyra, 76-78.)

    Si el viejo preguntara por m, dile que acabo de salir hacia el puerto a informarme de la llegada de Panfilo. Oyes lo que te digo, Escrto? Que si preguntara...

    Todos tenemos igualmente experiencia de cierto hablar por hablar , sin ms objeto que el de mantener la conversacin y de evitar un molesto silencio; en textos literarios no es raro encontrar largas series de frases carentes de contenido o de contenido intrascendente, cuya funcin es exclusivamente ftica.

    6.5. La funcin metalingstica. El lenguaje, al igual que otro objeto externo cualquiera, puede tomarse l tambin como tema de nuestras disertaciones: es lo que ocurre normalmente en el estudio de la gramtica, de las lenguas, de la lgica, y, en menor grado, en el estudio de otras ciencias (cuando precisan y definen el significado de su terminologa especfica).

    Para designar la operacin en que el lenguaje funciona simultneamente como instrumento de comunicacin y como objeto de esa misma comunicacin, se va generalizando cada vez ms el nombre de metalenguaje. No es raro que aun en nuestro hablar cotidiano hayamos de verificar el alcance de los signos lingsticos utilizados y asegurarnos que los aplicamos a idnticos significados, es decir, que los interlocutores hablamos la misma lengua. As, en los Captiui (189 y ss.) de Plauto, Hegin accede a que el parsito Ergsilo venga a cenar con l, pero le advierte que ha de contentarse con una cena frugal . He aqu

  • cmo precisa Hegin el sentido de un trmino que el parsito quisiera interpretar al dictado de su apetito:

    H egio. Terrestris cena est.E rgasilvs. Sus terrestris bestia est.H egio. Multis oleribus.

    Hegin. Mi cena es terrestre ...Ergsilo. El cerdo es animal terrestre ...Hegin. ...a base de muchas verduras!

    Como es bien sabido, son incontables los captulos de la obra de Cicern (tanto en la correspondencia como en los discursos como en las obras retricas o filosficas) que no tienen ms finalidad que precisar la uis uerborum en la lengua latina e incluso en la griega.

    6.6. La funcin potica. La actividad verbal puede, finalmente, centrar su inters primordial en el propio mensaje: as ocurre en la bella literatura , que se recomienda precisamente, y ante todo, por la calidad artstica del mensaje transmitido. Sea cual fuere el gnero literario que cultive, todo escritor que se precie de conocer el arte del lenguaje vive la preocupacin de la funcin potica ; tal preocupacin es casi pura en el poema lrico; pero tampoco falta en los gneros ms expositivos o referenciales : la oratoria o la historia tambin tienen su potica , ininterrumpidamente estudiada por los retricos en la antigedad y los actuales cultivadores de la teora literaria y la estilstica.

    22 INTRODUCCIN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATN

  • LENGUA Y HABLA

    1. Uno de los puntos de vista ms fecundos introducidos por Saussure en la lingstica es la distincin que establece entre langue et parole , lengua y habla en espaol segn la acertada traduccin de A. Alonso.

    El habla es un acto concreto y nico de un hablante determinado frente a un oyente determinado en un lugar determinado y referente a un estado de cosas determinado.

    Pero el habla supone la existencia de un lenguaje vivo en la conciencia de los miembros de la comunidad lingstica: ese lenguaje virtual es condicin previa a todo acto de habla . La lengua es algo general y constante: existe virtualmente en la conciencia de todos los miembros de la comunidad lingstica y es el fundamento de todos los actos de habla concretos. La lengua no tiene ms razn de ser que el hacer posible el acto de habla ; no existe sino en la medida que actos de habla se refieren a ella, es decir, en la medida en que se realiza en actos de habla concretos. (N. S. Troubetzkoy, Principes de phonologie, Pars, 1949, p. 1.)

    2. He aqu los prrafos esenciales en que F. de Saussure formul su doctrina (remitimos a la edicin francesa de 1931) : El habla consiste en actos individuales (p. 29, 30, 38), en manifestaciones individuales momentneas del hablante ; es la suma de lo que dice la gente , la suma de los casos particulares (p. 38).

    La lengua, en cambio, es el modelo colectivo y virtual a que ha de atenerse toda realizacin en el habla: Es un tesoro depositado por la prctica del habla en los miembros pertene-

  • 24 INTRODUCCIN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATIN

    cientes a una misma comunidad, un sistema gramatical virtualmente existente en cada cerebro. Al separar lengua y habla se separa a la vez: 1. lo que es social (lengua) de lo que es individual (habla); 2. lo que es esencial (lengua) de lo que es accesorio y ms o menos accidental (habla) (p. 30). La lengua existe en la colectividad bajo la forma de una suma de improntas depositadas en cada cerebro, poco ms o menos como un diccionario, cuyos ejemplares, idnticos, se hubieran repartido en su totalidad entre los individuos (p. 38).

    El estudio del lenguaje comprende, pues, dos partes: una, esencial, tiene por objeto la lengua, que es social en su esencia e independiente del individuo...; la otra, secundaria, tiene por objeto la parte individual del lenguaje (p. 37).

    3. Un discpulo de Saussure, Von Wartburg, resume las ideas del maestro diciendo que la lengua es comn, social y sistemtica; y el habla, en cambio, es la explotacin y utilizacin individuales de ese sistema. (Problmes et mthodes de la linguistique, 19632, p. 7.)

    4. Estas ltimas palabras nos abren otra perspectiva esencial en los estudios lingsticos: la lengua es un sistema de oposiciones en que los trminos carecen de valor aisladamente y slo cobran su significado cuando se les integra en el juego de oposiciones que les corresponde en el sistema (como ocurre en el juego de ajedrez, donde cada pieza tiene un valor solidario del resto de las piezas utilizadas).

    As, la palabra amor tendr valores distintos segn se integre en la categora nominal o en la verbal (pasivo de amo) ; adems, entrar en relacin con otras clases de palabras , como con amabilis '(adjetivo) y amabiliter (adv.) ; y, dentro de la categora del nombre, se opondr: como nominativo, a amorem , am oris, etc.; como singular, a am ores; como lexema, se opondr a todo el lxico latino y, ante todo, acotar una parcela en la esfera del lxico sentimental, esfera delimitada por otras designaciones ms o menos sinnimas o antnimas.

    Como en el caso de amor, hay para todo signo lingstico (fonema, lexema o morfema) un cuadro de oposiciones ordenado sistemticamente en lengua. Pero en el habla podrn darse

  • NOCIONES BSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 25

    realizaciones concretas en que no entre en juego alguna de las oposiciones existentes en la lengua: en miles jortiter pugna- uit (los soldados lucharon valientemente ) , o en manus manum lauat (una mano lava a la otra mano ), el singular (miles, manus) no es autntico singular, ya que el contexto no comporta la nocin de nmero.

  • Ill

    EL SIGNO LINGSTICO

    1. Llamamos signo lingstico a la combinacin de un concepto y su imagen acstica. El signo lingstico tiene, pues, dos caras :

    A) Un significante, es decir, una forma acstica: ejemplo,_____ >>perro .B) Un significado, es decir, un concepto o sentido: la idea

    evocada por la palabra perro .La cara A)' es aprehensible por cualquier oyente, aunque

    la imagen acstica aprehendida por el odo no evoque en el oyente ninguna idea (por no hablar nuestra lengua, o, aunque hable nuestra lengua, por desconocer concretamente la palabra en cuestin).

    Para que el signo sirva de medio de comunicacin es imprescindible que las dos caras (nombre y sentido) se asocien en relacin recproca y reversible; si uno oye la palabra perro , ha de pensar en el correspondiente animal (o concepto) ; si piensa en el animal, ha de poder decir la palabra perro .

    2. Este principio tan sencillo, que pasa generalmente por uno de los grandes descubrimientos de Saussure (Cours, p. 97 y ss.), era ya familiar a San Agustn y la escolstica. Santo Toms, Duns Scoto, etc., distinguen claramente el signans ( ~ significante) y el signatum ( = significado) ; resulta muy moderno , por ejemplo, este prrafo de Santo Toms (In Perth., lect. 8) : La voz es signo del entendimiento y el entendimiento es signo de la cosa .

    3. Si, en una traduccin interlingual, decimos que lat. canis es lo mismo que cast, perro, slo aludimos a la cara del signifi

  • NOCIONES BSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 27

    cado, a la coincidencia de ambos significantes en la cara del significado; si decimos que canis es bislabo o tiene cinco letras, slo aludimos a la cara del significante, no al signo en su totalidad, como medio de comunicacin.

    Para un mismo "significado las diversas lenguas (latn, castellano, francs, etc.) tienen diversos significantes.

    En el adjunto esquema admitimos, provisionalmente, que los significantes de varias lenguas (lat. canis, esp. perro, fr. chien) se cubren exactamente por la cara del significado, es decir, se aplican a conceptos idnticos; veremos ms adelante (p. 60-61) que normalmente tampoco hay equivalencia exacta entre los signos por la cara del significado.

    4. Una visin superficial del signo lingstico puede llevar a creer que en el signo convergen y se asocian directamente dos entes reales: una cosa y un nombre . Saussure insiste en que el problema es ms complejo: El signo lingstico no une una cosa y un nombre, sino un concepto y una imagen acstica (p. 98).

    Reflexinese sobre el adjunto esquema y se ver que se pueden plantear mltiples problemas: el de las relaciones entre el concepto y cosa (campo de la psicologa y de las ciencias naturales); el de las relaciones entre la imagen acstica y el material sonoro (campo de la fisiologa y la fontica) ; el de las re-

  • aciones entre el concepto y la imagen acstica (campo de la psicologa, la lgica y la lingstica) ; etc.

    28 INTRODUCCIN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATIN

    5. Lo especficamente lingstico es la asociacin del significante (imagen acstica) y del significado (concepto). Esta asociacin es un hecho psquico, y psquicos son los elementos asociados (imagen acstica y concepto). Por ltimo, el proceso asociativo es bipolar y reversible: el nombre evoca el sentido y el sentido evoca la contrapartida material del nombre.

  • IV

    ARBITRARIEDAD DEL SIGNO LINGSTICO

    1. El lazo que une el significant al significado es arbitrario ; en frmula ms concisa: El signo lingstico es arbitrario (Saussure, Cours, p. 100) o inmotivado (p. 101).

    No hay ninguna relacin natural entre el animal perro y el nombre perro o canis: este axioma lingstico se pone en manifiesta evidencia cuando tenemos presente que al mismo significado corresponden innumerables significantes en las mil lenguas que se hablan en el mundo; y, viceversa, que las palabras perro , canis , son un puro flatus uocis para quien no sepa, respectivamente, espaol o latn. Por convencin social, un mismo animal es designado en una comunidad lingstica con el significante perro y en otra con el significante canis , etctera, como es bien patente en el esquema anteriormente propuesto.

    La arbitrariedad o, mejor dicho, el convencionalismo es lo que separa al signo lingstico de los signos naturales (las nubes como seal de lluvia, o el humo como indicio de que una casa est habitada) y de los signos iconogrficos utilizados en el arte (pintura, escultura, etc.), que, sin excluir ciertos convencionalismos estticos o estilsticos, tienden a representar directamente la realidad (lneas, colores, masas, sonidos, etc.). Un signo natural slo puede convertirse en instrumento de comunicacin si se le suma un convencionalismo , como en el caso del humo que anuncia a los romanos la eleccin de un nuevo Papa.

    2. El principio irrebatible de la arbitrariedad del signo lingstico no es impugnado por nadie , escribi Saussure (p. 100).

    Sin embargo, los prrafos del Curso en que se formula el

  • 3 0 INTRODUCCIN A LA SIN TA X IS ESTRUCTURAL DEL LATIN

    aludido -principio han suscitado, paradjicamente, una acalorada y larga discusin sobre la arbitrariedad o no arbitrariedad del signo lingstico: lo que pareca un axioma se ha convertido en uno de los problemas que han hecho correr ms tinta en las ltimas generaciones de lingistas. En realidad, ms que un problema de fondo, lo que ha habido es un tremendo confusionismo alrededor de los trminos arbitrariedad y motivacin . Vase en C. F. S., 19 (1962), pp. 1-66, unas 70 opiniones de otros tantos lingistas sobre la arbitrariedad del signo lingstico.

    3. El signo lingstico es esencialmente convencional y arbitrario, pero ello no quiere decir que sea inmotivado . En un reducido nmero de casos, la motivacin es natural: ello ocurre cuando entre la forma fnica del signo y la cosa significada hay una concordancia de orden material, como sucede en las palabras onomatopyicas :

    Esp. cuc, lat. cuculus, gr. xdxxu-, etc.Pinsese en el tic-tac del reloj o el guau, guau del perro, etc.Pero estos trminos realmente iconogrficos no ptlede darse

    sino en un rea muy reducida del lxico: la esfera de los ruidos y sonidos. Y aun ah la correspondencia imitativa es slo aproximada y convencional a medias, puesto que hay sensible diferencia (Saussure, p. 102) entre el ouaoua francs, el wauwau alemn y el guauguau espaol.

    Tambin se ha observado que las voces onomatopyicas, despus de introducirse en la lengua, son ms o menos arrastradas por la evolucin general (fontica, morfolgica, etc.) de los otros trminos, prueba evidente, segn Saussure, de que han perdido algo de su carcter primitivo para revestir el del signo lingstico en general, que es inmotivado (Nosotros diramos convencional en lugar de inmotivado ).

    Ms frecuentemente, la motivacin es intralingstica:

    A ) Morfolgica: As, en el vocabulario latino del juego : el verbo, ludo, los sustantivos ludus (o lusus) y el adjetivo lusor o lusorius, etc., estn morfolgicamente motivados : a partir de un trmino cualquiera nos parece motivada morfolgicamente toda la serie; pero seguir siendo convencional el lud- como significante de los conceptos del juego.

  • NOCIONES BSICAS DE LA NUEVA SIN TA X IS 31

    B) Semntica: Hay cierta razn para que a determinada formacin militar de ataque se le haya dado el nombre de la tortuga ( testudo ) ; incluso hay visible motivo para identificar este significante con el de testa ( concha , teja ) y testum . Pero ello no resta arbitrariedad al signo test- como designacin de la zona semntica en cuestin.

    Toda etimologa consiste en ofrecer una motivacin intra- lingstica:

    El numeral uno, inmotivado para muchos hispanohablantes, es motivado para quien lo hace remontar al latn unu(m); con ello no desaparece el convencionalismo del signo; qufeda trasladado a la comunidad latinohablante; el que hace remontar el lat. unus al indoeuropeo *oinos asigna lo arbitrario del signo a la comunidad indoeuropea.

    4. Convencional y motivado no son, pues, trminos que se excluyan. Conocemos la historia de muchas palabras desde su nacimiento: no hay ninguna inmotivada. Ms todava: vemos nacer muchos trminos nuevos en nuestros das: todos motivados en su origen; sin embargo, motivacin no es necesidad ; para el creador del signo hay una libre eleccin entre varias posibilidades; y los ulteriores usuarios del trmino no necesitan conocer el detalle que motiv la eleccin: se puede pedir un billete para el TALGO, el TAF o el TER, aunque esos nombres parezcan arbitrarios e inmotivados a gran parte del pblico, y, segn nuestra informacin, el TER ( Tren Espaol Rpido ) apareci en los primeros anuncios de la Renfe como TAR ( Tren de Aluminio Rpido ) ; pero luego se desech la forma TAR por evitar confusiones entre dos significantes demasiado parecidos acstica y grficamente (TAF-TAR).

    5. En suma, el signo lingstico es siempre convencional ( arbitrario , segn la terminologa de Saussure) ; sa es su caracterstica esencial. La nota suplementaria de motivado o inmotivado no afecta a la esencia del signo.

  • VCARCTER LINEAL DEL SIGNO LINGSTICO: LA CADENA HABLADA

    1. El signo lingstico, por la materia prima de su significante, se sita en el tiempo : su extensin coincide con el tiempo que necesariamente ha de invertirse en la articulacin de los elementos fnicos. Todo el material sonoro se ordena lineal y sucesivamente en direccin nica e irreversible como la marcha del tiempo. Los sonidos, slabas, palabras y oraciones son como otros tantos eslabones que forman una cadena: la cadena hablada . Esta ordenacin en cadena viene impuesta por la naturaleza, ya que nuestros rganos fonatorios no nos permiten emitir dos palabras simultneamente: ha de dejar de existir una para que surja la siguiente.

    2. El carcter lineal de la cadena hablada se proyecta automticamente en la lnea escrita (o impresa) : una obra escrita se reduce en ltimo trmino a una lnea que por su excesiva longitud se ha troceado para almacenarla en un libro. Los modernos medios de comunicacin han acudido a denominaciones que reflejan igualmente el carcter fundamental de la cadena hablada: lneas telefnicas, lneas telegrficas, etc.

    3. Todo el mecanismo de la lengua est implicado en el carcter lineal del signo lingstico. La misma materia fnica puede tener uno u otro sentido, segn sea una u otra su ordenacin en lnea:

    cf. espaol : sal / lasson / NOS

    cf. francs: Pierre bat Paul y Paul bat Pierre

  • NOCIONES BSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 33

    4. Para que un enunciado cualquiera llegue a ser una unidad significativa han de hallarse todos sus elementos simultneamente presentes en la conciencia del oyente, pues slo as podr relacionarlos y descubrir en ellos un sentido. El significante mesa no empieza a descubrirnos su sentido por etapas sucesivas desde el primer fonema para completarse casi con el penltimo y del todo con el ltimo; un buen chiste no suele provocar la risa in crescendo, sino la explosiva carcajada final. Lo mismo sucede con un largo perodo oratorio: hasta que no se cierra el crculo en una sntesis psquica no surge el sentido : y cuando surge no lo hace paulatinamente, sino de golpe: la comprensin o es instantnea o no existe. De ah el alivio experimentado por el estudiante cuando, despus de mucho cavilar, llega repentinamente la iluminacin y todo el prrafo que est traduciendo pasa, en un instante, de la plena oscuridad a la meridiana claridad.

    5. Hay, pues, as, una verdadera antinomia entre el carcter temporal-lineal-material del significante y el carcter atemporal- alineal-psquico del significado.

    Un trmino cualquiera del enunciado puede entrar en mltiples relaciones con los restantes trminos : pinsese en el verbo que, como pieza central de la frase, conecta sintcticamente a la vez con el sujeto, con uno o varios complementos y el adverbio; y, no obstante, en la cadena, hablada slo puede estar en contacto con dos eslabones : la palabra que precede y la que sigue.

    A la solucin de esta antinomia se reducen muchas de las dificultades con que tropieza el traductor. Comprender una lengua es llegar a establecer conexiones sintcticas, aunque no se hallen expresadas por secuencias en la cadena hablada; y, viceversa, hablar una lengua es transformar el orden sintctico en orden lineal (cf. L. Tesnire, lments de syntaxe structurale, pp. 16-24, Pars, 1959).

    6. Cada lengua resuelve a su modo la antinomia a que nos referimos. El orden de los elementos en la cadena puede expresar ya una relacin sintctica : es el conocido uso del francs en que el nombre que precede al verbo es sujeto y el nombre que le sigue es complemento directo. Cuando no hay posibilida-

  • 34 INTRODUCCIN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATIN

    des de contacto en la cadena se acudir a otros procedimientos gramaticales: la concordancia en gnero o nmero o en ambas cosas a la vez es entonces capital, ya que gracias a la concordancia podrn romperse secuencias sin que sufra la claridad. Por ello, cuanto ms rica sea una lengua en morfemas gramaticales mayor libertad tendr para romper secuencis lineales, y, viceversa, a menos posibilidades morfolgicas, menos libertad para romper las secuencias lineales (cf. Tesnire, . c., p. 21).

    7. La norma general que regula la antinomia orden lineal- orden estructural del enunciado es una de las caractersticas que ms visiblemente distinguen a las lenguas entre s. Unas lenguas se caracterizan por el acentuado orden lineal en que han de aparecer sus trminos y otras por su extraa (?) libertad. Cualquier estudiante pensar aqu en el desorden , en el librrimo hiprbaton de la lengua latina, y en la notable disciplina del espaol, o en la rigurosa sucesin sujeto-verbo-complemento directo del francs. Nosotros hemos de ver que tampoco en latn el desorden es tan grande como creen los principiantes, y aun esperamos que muchos maestros queden tan extraados como nosotros ante la sorprendente regularidad de la cadena hablada en largos textos literarios del latn. Por ahora nos bastar recordar cosas ya sabidas : que en latn, por norma, el trmino determinante (o regido) precede al elemento determinado (o regente) ; el espaol procede a la inversa; con arreglo a esta norma tan regular es, por ejemplo, el Iouis templum latino como nuestro templo de Jpiter.

    8. A la ordenacin del tipo latino suele llamrsele secuencia regresiva; la ordenacin del tipo castellano recibe el nombre de secuencia progresiva. Lo normal es que las lenguas se atengan a una u otra secuencia, aunque cabe, como antes dijimos, cierta libertad ms o menos acentuada.

    Todo lo dicho sobre la antinomia orden lineal- orden sintctico y sobre la solucin dada en las diversas lenguas puede observarse en lo que pasa hoy en ciertas siglas internacionales que nos son muy familiares.

    Varias comunidades polticas, o, mejor desde nuestro punto de vista, varias comunidades lingsticas llegan a un acuerdo : en unos pueblos, el tratado se llama OTAN y en otros NATO.

  • NOCIONES BSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 35

    Sin la ineludible caracterstica lineal del signo lingstico, el tratado sera para todos:

    V7~del tiempo 0 (rganizacin)

    delT (ratado)

    delA (tlntico)N (orte)

    Por el lado del significado es una unidad psquica en que se combinan armnicamente las cuatro notas significativas ; si los humanos tuviramos un aparato fonatorio adecuado algo as como un piano , emitiramos simultneamente el acorde; como no cabe esa posibilidad, hemos de emitir' en sucesin lineal una nota tras otra; unas lenguas proyectan la imposible simultaneidad psquica en la posible sucesividad del tiempo empezando por un extremo de la serie y otras por el extremo opuesto. Resultado :

    Lnea

    del tiempo

    orden progresivo

    N

    orden regresivo

    O ms simplemente: OTAN

    OTAN

    orden progresivo orden regresivo

  • VI

    SENTIDO BSICO Y SENTIDO CONTEXTUAL

    1. Tericamente, la comunicacin postula una sola forma fnica para cada unidad de sentido, y un solo sentido para cada forma fnica. A priori, no parece posible entenderse si a un mismo significante corresponden varios significados. Y, sin embargo, quin no se ha desesperado al comprobar que en el aprendizaje de una lengua cualquiera nunca acaba uno por conocer todos los sentidos de una palabra, de un caso nominal, de una forma verbal ni de una preposicin? Cuntas veces consulta el latinista principiante su diccionario para ver qu significan palabras tan usuales como ago, facio, sum, ad, etc.?

    2. En lugar de la ideal monovalencia del signo lingstico, el estudiante se encuentra siempre con una inextricable polivalencia en ambas caras del signo (tanto en los signos lxicos como en los gramaticales) : varios significantes para un mismo significado (polinimia o, como decimos ms habitualmente, sinonimia) y varios significados para un mismo significante (polisemia).

    3. Pues bien, hasta qu punto es cierta esta plurivalencia significativa de los signos lingsticos? Cmo explicar este complicado juego de las significaciones de los signos?

    4. Para facilitar la exposicin general, nos fijaremos ahora exclusivamente en la polisemia y sinonimia lxicas; tendremos mltiples ocasiones de discutir la pretendida plurivalencia de los morfemas gramaticales cuando nos adentremos en el terreno de la sintaxis especficamente latina.

  • NOCIONES BSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 37

    5. En primer lugar es fcil comprobar que los diferentes sentidos de una palabra no se hallan todos en plano de igualdad. Aun los no especialistas saben que las palabras tienen un sentido propio y un sentido figurado .

    6. Las cosas se simplifican mucho con la distincin bsica entre lengua y habla. Las palabras tienen un sentido en la esfera de la lengua y un sentido en la esfera del habla. Los dos sentidos estn a veces muy prximos y a veces muy alejados.

    La distincin entre ambos sentidos es un hecho generalmente reconocido en la actualidad: con frecuencia se habla de sentido en la lengua y valores en el habla, o de sentido fundamental y sentidos accesorios , o de sentido independiente y sentidos condicionados , o de sentido y significacin , o de'-sentido y efectos de sentido . Nosotros diremos ms sencillamente, con Guiraud (La Grammaire, p. 70, Presses Universitaires, 1961), sentido bsico . (en la lengua) y sentido contextual (en el habla).

    7. Pongamos un ejemplo con tres sinnimos (?) latinos que pueden designar el vino : uinum, Bacchus y deus. Superficialmente, podra decir un diccionario que Bacchus tiene dos significados: designa a un determinado dios y tambin a un determinado lquido, ms corrientemente llamado uinum. Se acepta que Bacchus es, por derecho propio, un dios , y (cuando uno sabe que Baco es el dios del vino !) tambin se acepta sin aspavientos el cambio metonmico de las cosas.

    Pero para llamar al vino uinum (que es el nico nombre que le corresponde en lengua), el hablante no necesita tomar precauciones; cualquier latino que tuviera vino y quisiera venderlo poda poner el siguiente letrero en la puerta de su casa: vinvm vendo. Pero no podra cambiar caprichosamente el mencionado anuncio por bacchvm vendo, ya que este texto resultara enigmtico: vendo (al dios) Baco (?) , vendo un Baco (una estatua) (? ) . No habr inconveniente en anunciar vendo bacchvm si el lector comprueba, al leer el cartel, que se trata de una taberna, con los toneles y los vasos a la vista: pues, en tal caso, el contexto situacional ya invita al lector a dar, sin violencia, a Bacchus un sentido que no le corresponde en lengua, o, lo que

  • 38 INTRODUCCIN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATN

    es lo mismo, a darle a cierto lquido un nombre que en lengua no tiene. Si falta ese contexto situacional y el vendedor persiste en el intento de anunciar poticamente su mercanca, tendr que inducir de algn modo a su lector a realizar juntamente con el anunciante el cambio metonmico: por ejemplo, dibujando junto al mismo letrero a un bebedor con el jarro a punto, etc.

    Del mismo modo, el artista literario tampoco puede hacer significar caprichosamente vino al nombre que en el fichero de la lengua designa a cierta divinidad; si quiere operar el cambio, le es indispensable crear un contexto ahora lingstico, naturalmente para que el lector acepte la novedad sin violencia, aunque con cierto grado ms o menos acentuado de sorpresa. As procede Virgilio en la gloga 5, 69:

    et multo in primis hilarans conuiuia Baccho...

    Podr observarse que ya los dos versos' anteriores hablan de lquidos (leche y aceite) como preparacin de la metonimia. Finalmente, entre multo y Baccho van intercalados dos trminos orientadores : hilarans y conuiuia.

    Resulta mucho ms imprevisible que, en un momento dado, tambin deus pueda designar el vino . No conozco ms que un caso de este atrevimiento en la literatura latina (Virgilio, En.,IX, 335-337) :

    ... illa qui plurima nocte luserat, insignis facie, multoque iacebat membra deo uictus.

    (Niso degella al joven Serrano) que haba estado divertidsimo aquella noche y que yaca vencido por el abundante vino(multo ... deo!)

    multo ... deo , en lengua, es imposible; tan imposible como en castellano mucho dios . Para que el hecho de habla se entienda como mucho vino y se acepte la sorprendente metonimia, el poeta ha de tomar extraordinarias precauciones.

    Virgilio arrastrar la aquiescencia del lector gracias a todo un proceso, muy cuidadosamente estudiado, que comprende tres etapas: una lejana, otra prxima y la tercera inmediata.

    Con mucha antelacin, ya en los vv. 188-189, Virgilio nos

  • NOCIONES BSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 39

    presenta a los Rtulos presuntuosamente confiados en la propia situacin: se entregan, despreocupados, al sueo y al vino:

    (Rutuli) SOMNO VINOQTJE SOLVTI PROCVBVERE.

    Por segunda vez, en los vv. 236-237, el poeta insiste :

    RVTVLI SOMNO VINOQVE SOLVTI CONTICVERE.

    No se trata de un descuido en un poema inacabado como es la Eneida: el llamativo trmino inicial de verso, con su reiteracin de la estructura mtrica, de la morfologa (-ere), del notable volumen fnico (cinco slabas), y, por contraste, con la variante semntica (procubuere / conticuere), prueba Suficientemente que la repeticin es intencional.

    En el verso 316 vuelve por tercera vez el estribillo somno uinoque soluti. Pero esta vez de modo definitivo: se va a ofrecer al lector una visin total del campamento de los Rtulos: un campamento de borrachos, vencidos por el vino y el sueo . A la designacin de las cosas por su nombre en lengua suceden sus afines semnticos: yacer , roncar , rendirse , etc.,salen machaconamente hasta culminar en el multo ... deo.

    (Niso y Euralo)passim somno uinoque per herbamcorpora fusa u id en t ........................................ (316-317)uina s i m u l ......................................................(319)(Ramnes) toto proflabat pectore somnum . . (325-326)inter tela iacentes............................................... (329)pendentia colla (la postura tpica del borracho

    d o rm id o )..................................................... (331)... multo que iacebat

    membra deo u ic tu s ........................................ (336-337)

    Los 20 versos constituyen el cuadro de los borrachos de Virgilio ; los 18 primeros son tan grficos y sus trminos tan ajustados al patrn de la lengua comn, que ya puede el poeta permitirse, como ltima y definitiva pincelada, una atrevida des

  • viacin , confiado en que su expresin no resultar oscura y lograr el asentimiento del lector.

    Hemos visto cmo Virgilio logra llamar al vino dios y que sus lectores lo entiendan, aunque nunca hayan odo tal lengua . Pero si no hubiera en el texto estudiado ms que una mera sustitucin de nomenclatura, Virgilio sera un simple malabarista verbal , un sorprendente mago de la palabra, pero sin la hondura, seriedad y calor humano que atribuimos generalmente a la magia del poeta frente a los malabarismos y magias de puro entretenimiento.

    Si Virgilio llama dios al vino, no es para demostrarnos que 1 puede permitirse el capricho de poner un rtulo cualquiera a cualquier producto. Si Virgilio se refiere al vino y no lo llama vino es que vislumbra en el vino algo que slo l ha visto, alguna nota no incluida, segn el cdigo lingstico, en el significado vino ; tal es la razn por la cual no le sirve tampoco el significante vino y acude a un sustituto, al que, por los procedimientos que hemos analizado, har significar vino , y que, por otra parte, conllevar la nueva nota que el poeta pretende aadir al concepto de ese lquido llamado vino : devs = vi- NVM + X.

    Tratemos de averiguar qu representa la incgnita X : en esa incgnita se esconde la razn de la metonimia y la magia de la verdadera poesa.

    El contexto, con tiempo, desde los versos 188 y 236, con mayor insistencia desde el 316, y de modo apremiante con el contexto inmediato, nos obliga a pensar, ante todo, en mucho vino ; pero, como en lugar de multo ... uino, el poeta nos sorprende con multo ... deo, hemos de sumar al significado vino , ya inculcado al lector de antemano, el significado del inesperado significante deo; por lo tanto, deus es, accidentalmente, un significante complejo: vino + dios.

    La intuicin del poeta es intransferible; podemos, si no traducirla, analizar ^s su contenido:

    (El joven Serrano yaca vencido por) el abundante vino + -|- la virtud divina que, como soporfero, tiene el vino .

    Pero en el comentario analtico, en la descomposicin lineal de lo que es un continuum psquico, se esfuma la vivencia del

    40 INTRODUCCIN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATIN

  • NOCIONES BSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 41

    instante potico plasmado en multo deo, y desaparece la poesa. Es curioso ver a los innumerables traductores de Virgilio debatirse, desesperados, ante la sntesis virgiliana. Entre las interpretaciones consultadas, nos quedamos con la de Echave Sustaeta (Serrano vencido por el mucho Baco ), que traduce la metonimia del original por otra metonimia: es la nica que, al conservar el recurso potico, puede guardar tambin algo de poesa. Pero aun con esta interpretacin Virgilio nos llega enormemente empobrecido; Baco por vino es un tpico literario, una figura potica en vas de lexicalizacin y, por lo tanto, de limitado poder evocador; por eso Virgilio forj una metonimia de nuevo cuo, cuya expresividad no puede, en modo alguno, pasar inadvertida.

    El resto de los traductores slo nos dan parte del contenido que nosotros hemos analizado en multo ... deo: unos dicen, simplemente, mucho vino , sin hacernos pensar en la suplementaria nota divina del vino; otros acentan el significado en lengua de deo, y como entonces es imposible mucho dios , deshacen el sintagma multo ... deo, ya sea sacrificando llanamente el multo (Serrano vencido por el dios del vino o por el dios del sueo ), ya sea aadiendo en sintagma aparte ese multo: Serrano vencido por el dios del vino, del que haba abusado . (Esta ltima interpretacin es la de la coleccin Bud.)

    Como en nuestro comentario, todas estas traducciones evaporan la expresin potica: la intuicin del artista al pasar por el tamiz intelectual del intrprete se queda en una enumeracin ms o menos completa de miembros inertes, que en el original forman una sntesis viva. El Virgilio autntico el poeta est en el multo ... deo: ah tenemos su alma de cristal reflejando fielmente la impresin que le produce la realidad circundante; el Virgilio traducido es un simple narrador, ms o menos correcto, de una realidad que le es ajena. En una palabra, el mensaje esencialmente potico del original se desintegra con la traduccin en un mensaje esencialmente informativo .

    8. Vistas as las cosas, desaparece la antinomia de la sinonimia y polisemia a que aludimos al principio en los prrafos 1-6.

    Y lo que decimos aqu del lxico (uinum, Bacchus, deus) ha de aplicarse rigurosamente a la sintaxis en toda su extensin:

  • 42 INTRODUCCIN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATN

    entre los signos gramaticales tampoco hay equivalencias ni pluri- valencias: nunca hay, por ejemplo, sinonimia entre dos casos o dos preposiciones, y viceversa, un caso o una preposicin no tienen dos, tres, cuatro, cinco, etc. significados distintos, sino que, en lengua, les corresponde uno solo (del que pueden irradiar diversos matices contextales).

    Hemos de volver con frecuencia sobre estas ideas; vase, por ejemplo, pp. 86-88, 171 y ss. y 186-187.

  • VII

    SINCRONA Y DIACRONA

    1. Gramtica comparada. El siglo x ix representa el triunfo del historicismo en la lingstica. En sus comienzos, y gracias al reciente descubrimiento del snscrito, naci la gramtica comparada de las lenguas indoeuropeas :

    lat. genus gr. = ser. jnas;lat. generis = gr. = ser. jnasas;

    etc. etc. etc.

    F. Bopp (1791-1867) aplic sistemticamente por vez primera (1816) el mtodo que explica esas concordancias entre lenguas derivadas de un tronco comn. Y, en 1861, Schleicher compendia los resultados obtenidos en la lingstica indoeuropea por el mtodo comparativo.

    2. Gramtica histrica o diacrona. De la comparacin entre concordancias se pas, hacia 1870 (por iniciativa de los neo- gramticos Brugmann, Osthoff, Sievers, Paul, etc.), a situar los hechos comparados en la lnea de su sucesin natural en el tiempo; es decir, se pas al estudio histrico de la lengua. Los resultados de la tarea sorprendieron por su claridad y objetividad; los neogramticos descubrieron leyes (leyes fonticas) al parecer, tan determinantes (?) como las leyes naturales.

    La generacin neogramtica, deslumbrada por sus xitos, crea haber encontrado el autntico y nico camino de la investigacin lingstica: el mtodo histrico. Toda la ciencia del lenguaje tendra que ser o gramtica histrica o historia de la lengua.

  • 44 INTRODUCCIN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATIN

    3. Sincrona. En plena euforia historicista surge, como voz discordante, la personalidad de Saussure (1857-1913). En sus conversaciones particulares, en alguna carta y, sobre todo, en sus cursos universitarios de Ginebra (a partir de 1906) proclama frecuentemente la insuficiencia de la lingstica histrica de su poca (lingstica que l mismo tena que explicar como asignatura de los programas a la sazn vigentes). Saussure afirma que el estudio descriptivo de la lengua es ms interesante y tan cientficamente posible como el estudio histrico.

    El lenguaje se nos ofrece como objeto de estudio en dos perspectivas. Por un lado, la lengua es algo inestable y en constante evolucin: es el aspecto minuciosamente estudiado y con asombroso xito por la lingstica histrica. Pero, a la vez, la lengua se nos ofrece bajo un aspecto esttico, como un sistma de oposiciones y contrastes en el que los elementos que entran en juego no tienen valor absoluto en s, sino que lo reciben del conjunto en que se integran (cf. el ejemplo antes citado de am or , am oris , amorem ... am abilis , etc. Este sistema de oposiciones no se explica por la evolucin, sino que tiene su razn de ser en s mismo, como un vasto cuadro pictrico, donde cada parte est relacionada con el conjunto y no puede modificarse o desplazarse sin romper la armona interna de la obra.

    Es legtimo, pues, estudiar la evolucin de la lengua a travs del tiempo, pero tambin merece estudiarse un estado de la lengua en un momento dado, sin intervencin del factor tiempo. El propio Saussure ilustr claramente sus ideas en el siguiente esquema :

    -B

    D

    El eje AB simboliza la simultaneidad (objeto de la lingstica sincrnica) ; CD, la sucesin temporal (objeto de la lingstica diacrnica) .

  • NOCIONES BSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 45

    4. La distincin entre sincrona y diacrona es un axioma del que ha de partir todo estudio lingstico. Suscribimos sin reservas la afirmacin rotunda de Saussure (p. 115-116) : es imposible organizar las investigaciones sin tener en cuenta los dos ejes, sin distinguir por un lado el sistema de los valores considerados en s mismos y, por otro lado, esos mismos valores considerados en funcin del tiempo.

    Pero no estamos de acuerdo con Saussure cuando proclama, con la misma energa, que nos est absolutamente prohibido estudiar simultneamente las relaciones en el tiempo y las relaciones en el sistema ; ni puede decirse, con L. Hjelislev (Principes de grammaire genrale, p. 47), que la oposicin entre los dos puntos de vista es absoluta y no admite compromisos .

    Nosotros no creemos que haya que optar necesaria e intransigentemente entre la sincrona y la diacrona, sino que puede aadirse la consideracin estructural (sincrnica) a la consideracin evolutiva (diacrnica). Por esta va se ha llegado precisamente en Espaa y dentro de la lingstica indoeuropea a resultados muy fecundos en los ltimos aos; baste recordar aqu entre otros trabajos importantes y otros autores el slido estudio de M. Snchez-Ruiprez sobre el verbo griego y las dos obras maestras de F. Rodrguez Adrados sobre las laringales y el verbo indoeuropeo.

    Ms que al objeto, la diferencia entre sincrona y diacrona afecta al observador. Ambas consideraciones aisladas nos dan slo una visin parcial del lenguaje.

    Nuestra presentacin de la sintaxis latina ser fundamentalmente sincrnica; slo ocasionalmente, y ante hechos incomprensibles para la sincrona, haremos alguna alusin diacrnica.

  • VIII

    EL DOGMA DEL LXICO Y LA GRAMTICA

    1. Tal vez no haya principio de mayor trascendencia para nuestros anlisis que el formulado por K. Biihler (p. 101 y ss. de la traduccin espaola) como dogma fundamental de la investigacin lingstica: seprese cuidadosamente lo que: corresponde al lxico y lo que corresponde a la sintaxis (en lugar de sintaxis, nosotros diramos ms bien gramtica).

    Efectivamente, el lenguaje usa un sistema de signos de dos clases: unos elementos son lxicos y otros son gramaticales: dos enunciados pueden distinguirse por variar un elemento lxico; comprese:

    tuus canis apr-um momordit, tu perro mordi al jabal ; tuus canis lup-um momordit, tu perro mordi al lobo .

    En cambio, en los dos enunciados siguientes, la diferencia radica en elementos gramaticales (morfolgicos o, lo que es lo mismo, sintcticos) :

    tu-us can-is lup-um momordit, tu perro mordi al lobo ; tu-um can-em lup-us momordit, el lobo mordi a tu perro .

    2. En el captulo siguiente, al tratar de las unidades significativas, insistiremos ms en la esencial diferencia entre las dos clases de signos que integran el lenguaje. Aqu nos limitaremos a esbozar la cuestin, sin penetrar todava en la irreductible diferencia de las unidades mnimas de significacin. Una observacin incluso superficial permite advertir que, en un mensaje dado, la gramtica puede ser ms o menos indispensable segn

  • NOCIONES BSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 47

    los casos; puede haber incluso mensajes exentos de gramtica, puramente lxicos: si una persona se encuentra en una comunidad lingstica que le es extraa, puede, con el solo uso del diccionario, emitir mensajes pregramaticales, pero vlidos para la comunicacin: por ejemplo, una serie de palabras sueltas, como cazador, liebre, matar, puede ser un mensaje comprensible, ya que los lexemas dados difcilmente admiten una concatenacin que no sea: el cazador mat una liebre (sera inverosmil que una liebre matara al cazador ) ; por ello, tal enunciado puede prescindir de la gramtica sin grave perjuicio paa la comprensin. En cambio, la sintaxis o un sustituto de sta, cf. infra, p. 64 y ss.es de imperiosa necesidad si en lugar de liebre tuviramos que poner len: cazador, len, matar ya no es inteligible unvocamente y resulta indispensable precisar dnde est el agente y donde est la vctima. Ha de venir la gramtica en ayuda de los elementos lxicos para fijar en el haz de posibilidades la relacin efectiva y nica que queremos establecer entre los significados autnomos del lxico. La significacin gramatical (sintctica) se superpone a la significacin lxica, pero a otro nivel: a nivel del sintagma.

    3. El valor semntico global de una frase es el total de dos sumandos: 1., la sustancia significativa (lxica, material) de las palabras y grupos de palabras contenidos en la frase; 2., la significacin de sus relaciones lgico-sintcticas.

    Puer librum legit tiene, a nivel sintctico, la misma e invariable significacin en todo enunciado que presente el esquema.

    Sujeto - complemento directo - verbo.

    Sobre este patrn abstracto podrn formularse innumerables mensajes reales; pero mientras subsista el tipo de construccin, es decir, la misma forma gramatical, slo cambiar la sustancia significativa lxica. La forma es lo nico que interesa al gramtico; aunque ste no pueda prescindir del ejemplo , es decir, aunque haya de acudir a realizaciones concretas en el habla, le es preciso elevarse abstractivamente hasta la forma, fein dejarse ahogar por los valores que en toda frase real precipita el lxico, pero que no son de la incumbencia del gramtico.

  • 48 INTRODUCCIN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATIN

    4. Por atender slo a la forma, y no a la sustancia semntica, el gramtico considera legtimos ciertos tipos de enunciados intolerables para el lgico. Si, ante una mesa redonda, alguien dice: esta mesa es cuadrada escribe K. Bhler, p. 90 y ss., el gramtico calla plenamente satisfecho; slo el lgico protesta: absurdo! En cambio, provocar la censura del gramtico quien diga: hic tabvlam svnt rotvndvm , porque aqu hay un puro flatus uocis sin sentido de ninguna clase. El gramtico es insensible al contrasentido, como crculo cuadrado , pero es muy sensible al sinsentido , que es algo muy distinto!

    Un enunciado agramatical (h ic tabvlam . . . ) nunca tendr sentido ninguno; pero un enunciado gramaticalmente correcto tiene ya un sentido en s, independientemente de lo que opine la lgica: los nios saben muy bien lo que dicen cuando cantan: por el mar corren las liebres, por el monte las sardinas, etc. ; saben muy bien que sus afirmaciones son perfectamente comprensibles, pero esperan hacer gracia por lo sorprendente de esas afirmaciones ante la experiencia y saber de los oyentes.

    Oro negro , siempre aceptable para el gramtico, pareci absurdo al lgico hasta no hace demasiadas generaciones; lac gallinaceum (leche de gallina ) es tan correcto en gramtica como ouum gallinaceum (huevo de gallina ) . Pero, mientras sea tan difcil encontrar leche de gallina como encontrarle tres pies al gato , slo nos servir el correctsimo complejo lac gallinaceum para referirnos a un imposible como ya lo hicieron Plinio (Nat. Hist., Praef. 23) y Petronio, Satiricon, 38: lacte gallinaceum si quaesieris inuenies, si se te ocurriera buscar leche de gallina, la hallars (en casa de Trimalcin) .

    5. La diferencia esencial entre lxico y gramtica puede observarse a diario en las clases y ejercicios de traduccin: una traduccin falla porque un trmino (nombre, adjetivo, verbo, adverbio) no ha sido interpretado con acierto: el estudiante coge en el diccionario la palabra menos adecuada al contexto estudiado; otra traduccin falla porque el alumno no vio la construccin . Aunque, ocasionalmente, una falta lxica puede llegar a ser grave y alguna falta gramatical puede motivar un error leve, lo normal es que los errores lxicos acarreen fallos muy limitados y que los errores gramaticales, en cambio, hun

  • NOCIONES BSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 49

    dan todo un enunciado. La razn es obvia: un adjetivo en lugar de otro adjetivo, un nombre en lugar de otro nombre, un verbo en lugar de otro verbo, etc., son errores limitados dentro de la misma categora gramatical; pero quien no ve una concordancia, quien toma un nombre o adjetivo por verbo, etc., baraja las categoras gramaticales, destruye el molde que informa todo el sintagma afectado y, por lo tanto, destruye todo el sistema de relaciones y arruina el mensaje en su totalidad.

  • IX

    LAS UNIDADES LINGSTICAS BSICAS

    1. La palabra: fantasma del lenguaje

    Desde Aristteles se vino creyendo a pies juntillas que la unidad mnima de significacin era la palabra. De la palabra se parta para establecer enunciados ms amplios y a la palabra se llegaba en el anlisis de cualquier enunciado complejo. La palabra fue el irreductible tomo de la ciencia del lenguaje desde su nacimiento hasta nuestros das.

    Pero cuando, ltimamente, la lingstica quiso definir lo que es la palabra como elemento bsico de su ciencia, se encontr con una nocin sumamente ambigua. No logr dar con una definicin aceptable de la palabra ni establecer criterios firmes para separar y distinguir en la cadena hablada esas pretendidas unidades, dndose as la curiosa paradoja de que, entre todas las ciencias, la ciencia del lenguaje era la nica que no saba con qu unidades operaba.

    El ao 1948, fecha del VI Congreso Internacional de Lingstica, celebrado en Pars, constituye un hito muy destacado en la historia de la ciencia del lenguaje. Ese congreso puso en evidencia la extraa fragilidad de muchos principios tenidos durante milenios como firmes y definitivos. La labor de esta impresionante reunin de sabios, con especialistas en casi toda clase de lenguas, result esencialmente destructiva: un verdadero des- mantelamiento del edificio gramatical existente. El enigma de la palabra fue, tal vez, la mxima preocupacin del Congreso, y la primera columna que cruji y se desmoron en el edificio tradicional.

    El vulgo cree discernir claramente la individualidad de las

  • NOCIONES BSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 51

    palabras; son, en cambio, los profesionales quienes confiesan ignorar lo que es la palabra. Hay una amplsima bibliografa rciente sobre el problema. Sin pretender entrar en la discusin, bste recordar aqu algunos hechos de experiencia comn. Cuando uno se pone a escribir en su propia lengua, no tarda en tropezar con la dificultad de separar las palabras: diecisiete o diez y siete?, enseguida o en seguida?, un dicho aparte o a parte?

    En latn quedan a discrecin del editor un crecido nmero de grafas: bene facere o benefacere, animum aduortere o ani- maduortere, quo minus o quominus, quam ob rem o quamobrem, etctera.

    Si ahora reparamos en las traducciones, quin no ha observado con qu frecuencia a una palabra corresponden dos o ms en otra lengua? Latn horto esp. en el huerto , lat. apud = esp. en casa de , etc.

    2 . Las verdaderas unidades lingsticas

    A) U nidades sign ificativas . Sin ahondar ms en la cuestin, parece evidente que la palabra no constituye una unidad bsica suficientemente clara y firme para cimentar los anlisis gramaticales. Por eso, los ltimos aos se ha intentado desintegrar el tomo de la palabra y por este camino se han logrado nociones mejor elaboradas y ms fecundas.

    Un enunciado de cuatro palabras como el siguiente puede descomponerse en elementos menores provistos de significado:

    Discipul-vs libr-VM heri leg-i t ( el alum no ley ayer un lib ro ) .

    Discijml- es el significante de una nocin bsica (alumno ).-vs es el significante que simultneamente nos dice:

    1. Se trata de un solo alumno (nmero singular); 2. Dicha persona est clasificada entre los seres del gnero masculino;3. Entra en el enunciado como actor del proceso (nominativo).

    De modo anlogo puede analizarse el contenido de las dos unidades que hay en libr-VM y en leg-i t (unos ncleos lxicos

  • 52 INTRODUCCIN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATIN

    en el radical significativo de las palabras y unos morfemas o formantes que relacionan las nociones bsicas del lxico).

    El significante heri, en cambio, es indivisible: no admite por debajo del nivel semntico un anlisis en elementos significativos menores. En h eri coincide la palabra con la unidad mnima de significacin, es decir, coinciden palabra y monema .

    Ya se habr advertido que con este anlisis descubrimos signos de dos clases y que volvemos a recaer en el dogma del lxico y la gramtica (cf. supra, p. 46). Los elementos significativos escritos en minscula son unidades lxicas; los escritos en versalitas son unidades gramaticales.

    N o m e n c la tu ra : monema, lex em a y m orfem a. Es corriente designar a ambas subclases con los trminos de sem antem as y m orfem as, respectivamente; pero esta terminologa tiene el grave inconveniente de sugerir que slo los sem antem as son portadores de sentido y que los morfemas carecen de l. Otra nomenclatura en boga habla de elem en tos llenos (semantemas) y e le m entos va cos (morfemas) ; estos trminos son totalmente inaceptables, pues no slo sugieren el posible error antes aludido, sino que lo suponen en su concepcin originaria y lo consagran en formulacin explcita.

    Nosotros analizaremos la cadena hablada en segmentos cada vez ms reducidos hasta llegar a elementos formales mnimos provistos de significacin, ya sea lxica, ya gramatical. Alcanzado este nivel de unidades mnimas significativas, adoptaremos la nomenclatura de Cantineau : Todo elemento formal portador de un valor gramatical ser llamado m orfema ; los elementos formales de valor lxico sern llamados lexem as (C. F. S., 10, 1952, p. 17).

    Cuando pretendemos referirnos a la unidad significativa elemental (prescindiendo de su ndole lxica o gramatical), la llamaremos monema, como propone Martinet ( lm en ts de linguistique gn ra le, 19633, p. 20).

    Para evitar el tremendo confusionismo a que da lugar la anrquica terminologa de la moderna lingstica, conviene recordar que lo que aqu llamamos monemas es lo que los lingistas eslavos y americanos suelen denominar m orfem as.

  • NOCIONES BSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 53

    B) U nidades d istintivas . El que se ocupa de sintaxis no necesita seguir descomponiendo la cadena hablada por debajo de los monemas. Pero el anlisis lingstico no acaba necesariamente ah. Puede disolver todava los monemas en sus componentes ltimos, que son los fonemas.

    Los fonemas tambin poseen la doble cara de todo signo lingstico; pero su significado no es de la misma ndole que el significado de los monemas. Un fonema no tiene referente que le sea propio (E. Sapir, Sound patterns in language , Selected Writings, Los ngeles, 1949, p. 34); es decir, un fonema no hace referencia a ninguna cosa del mundo que nos rodea ni a ninguna relacin concebida por la mente humana entre las cosas; su significacin es meramente distintiva: distingue y separa un significante de otro significante; y, por ltimo, as como hemos sealado dos subclases de monemas, as tambin hay dos subclases de fonemas: fonemas silbicos (o voclicos) y fonemas asilbicos (o consonnticos). Gracias a la oposicin de los fonemas voclicos e / i, el significante misa es materialmente otra cosa que el significante mesa; gracias a la oposicin p / t / c, se distinguen pasa / tasa / casa, etc.

    Los dos niveles del lenguaje y del anlisis lingstico han de estudiarse separadamente: al nivel semntico corresponde el estudio de las unidades significativas simples y complejas desde el monema hasta la frase e incluso hasta una obra literaria en toda su extensin (morfologa, sintaxis, lexicologa y estilstica); al nivel fonolgico corresponde el estudio de las unidades simples y complejas con funcin puramente distintiva (dominio exclusivo de la fonologa).

    La honda diferencia que separa la funcin significativa de los monemas y la funcin distintiva propia de los fonemas puede oscurecerse en ciertos casos patolgicos. Hay afsicos que reducen a un solo nivel las dos clases de signos: el nivel nico conservado puede ser el de la clase significativa o el de la clase distintiva. En el primer caso, el enfermo entiende y repite secuencias como caf o mesa, pero no capta ni puede repetir secuencias sin sentido como feca o same (con el mismo contenido fnico que caf y mesa); en el segundo caso, el enfermo repite con la misma facilidad feca y same que caf y m esa, pero entonces caf y mesa son para l tan carentes de sentido como feca

  • 54 INTRODUCCIN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATIN

    y same, es decir, ca f y m esa se degradan hasta quedar reducidos al puro valor distintivo que normalmente corresponde a los fonemas.

    Esta alteracin patolgica subraya claramente la diferencia entre unidades significativas y unidades distintivas, es decir, la diferencia entre lo que toman como objeto de estudio, respectivamente, la sintaxis y la fonologa. Conviene tener esto presente, ya que la diferencia del objeto puede condicionar el mtodo aplicable al estudio en s.

    3. La doble articulacin del lenguaje

    Aunque se puede hablar del lenguaje de las abejas, o de las flores, etc., en realidad no hay lenguaje comparable al lenguaje humano;, y en la esfera de lo humano, aunque se pueda hablar del lenguaje de la msica, de la pintura, etc., en el fondo el nico lenguaje humano propiamente dicho es el lenguaje auditivo : ste tiene en exclusiva una caracterstica incomparable, que lo distingue de cualquier otro tipo de lenguaje: slo el lenguaje auditivo es articulado.

    Martinet ha insistido en mltiples trabajos sobre la propiedad del determinante articulado aplicado al lenguaje. Efectivamente, el lenguaje humano es d ob lem en te articulado. En una primera articulacin se suceden y encadenan las unidades significativas que hemos llamado monemas. En una segunda articulacin, cada monema, a su vez, se reduce en el plano formal a una sucesin y encadenamiento de unidades distintivas : los fonemas.

    La doble articulacin de unidades lingsticas bsicas multiplica hasta el infinito las posibilidades de comunicacin entre los hombres, y ello con un sistema de signos relativamente eco nm ico, sencillo y de fcil manejo.

    Gracias a la primera articulacin, con p ocos m illares de m onem as pueden formularse mensajes distintos en nmero ilimitado.

    Y, gracias a la segunda articulacin, con m u y pocas decenas de fon em as puede asignarse a todos los monemas necesarios a la comunicacin humana una forma especfica e identificable sin riesgos de confusin.

  • NOCIONES BSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 55

    En resumen: en el nivel semntico del lenguaje, los monemas por una parte y, por otra, la oracin, que los articula en mensajes inteligibles, son las dos unidades funcionales bsicas susceptibles de comparacin en todas las lenguas. En cambio, las unidades formales denominadas palabras , como complejos hbridos en que se agrupan una o varias nociones especficamente lxicas con una o varias nociones generales (gramaticalizadas) , no son susceptibles de comparacin entre las lenguas. Naturalmente, cuando en una palabra no se da el aludido complejo de nociones dispares, s cabe la comparacin, porque entonces coinciden palabra y monema, como ya dijimos antes.

  • X PARTES DE LA ORACINY

    CLASES DE PALABRAS

    1. He aqu el principio de un conocidsimo tratado de gramtica latina, el Ars grammatica minor, de Donato:

    Partes orationis quot sunt?Octo.Quae?Nomen, pronomen, uerbum, aduerbium, participium, con-

    iunctio, praepositio, interiectio.Nomen quid est?Pars orationis quae...

    2. Nuestras gramticas escolares siguen traduciendo sustancialmente a los gramticos latinos:

    Cuntas son las partes de la oracin?(Se contesta con el nmero de clases de palabras.)Despus, las respuestas a las sucesivas preguntas Qu es

    nombre?, Qu es adjetivo?, Qu es verbo?, etc., empiezan invariablemente: La parte de la oracin que...

    3. Y, as como nosotros repetimos la nomenclatura de los latinos, stos, a su vez, la haban heredado de los griegos: partes orationis traduce .

    4. Partes de la oracin y clases de palabras se toman, pues, tradicionalmente como expresiones sinnimas.

    Es cierto que no deja de existir un notable paralelismo entre clases de palabras y miembros de frase. As, la clase de pala-

  • NOCIONES BSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 57

    bras llamadas nombres funcionan en la oracin como sujeto o complemento directo, es decir, como autnticos miembros o partes de la oracin; el verbo, que, como clase de palabras, designa un estado o un proceso, constituye, como miembro de la frase, el predicado; el adjetivo, que, como clase de palabras, designa cualidades, funciona, en cuanto miembro de frase, como determinante del nombre, etc.

    Por lo tanto, clases de palabras y partes de la oracin parecen apuntar efectivamente hacia el mismo objeto; por eso no se ha sentido la necesidad de distinguir entre clases de palabras y partes de la oracin .

    Pero, si observamos ms atentamente la realidad, hemos de reconocer que las dos nociones clases de palabras y partes de la oracin no cubren exactamente el mismo campo : un miembro de frase puede coincidir con una forma lxica (una clase de palabras), pero no ha de coincidir necesariamente con una determinada clase de vocablos. Casi siempre puede aparecer en el mismo lugar de la frase, en vez de una forma lxica esperada, ya sea otra forma lxica no esperada, ya sea un complejo de palabras; un miembro de frase puede incluso tomar la forma de un enunciado estructurado predicativamente (W. Porzig, El mundo maravilloso del lenguaje, trad. Gredos, 1964, p. 152).

    Ni los nombres existentes en una lengua cubren todas las necesidades de nombrar, ni los adjetivos todas las necesidades de determinacin nominal, ni los verbos todas las necesidades predicativas, ni los adverbios todas las necesidades adverbiales, etc. Gracias a la transferencia de funciones, pueden satisfacerse todas las necesidades de la comunicacin sin sobrecargar la memoria con un inacabable lxico.

    As, en latn y castellano es econmico disponer de una serie adverbial como:

    hie ( = in hoc loco) aqu ( = en el lugar cercano a m);istic ( = in isto loco) ah ( = en el lugar cercano a ti);illic ( = i n illo loco) all ( en lugar alejado de ambos).

    Ese lxico adverbial es econmico, de mucho rendimiento , por expresar relaciones espaciales de manejo continuo en la vida diaria. La misma orientacin espacial, pero referida a puntos me

  • nos utilizados, se expresar no por nuevos adverbios lxicos, sino por un complejo de significantes de categoras no adverbiales: in hac urbe, in ista urbe, in illa urbe: urbe nombra el lugar; in lo relaciona con el resto del enunciado, como escenario en que ha de situarse el proceso, o, en otros trminos, transfiere la categora nominal a la adverbial; y, por ltimo, el demostrativo coloca el nuevo adverbio funcional dentro de la esfera espacial del hablante (hac), del oyente (ista), o fuera de la esfera espacial de ambos (illa).

    5. Si se abre un texto cualquiera, ser fcil descubrir casos similares a los latinos que citamos a continuacin:

    5.1. Transferencias de funciones entre categoras lxicas:

    Tcito, Hist., I, 8: uir facundus et pacis artibus, hombre elocuente y con dotes (de mando en tiempos) de paz .

    Obsrvese que facundus y pacis artibus son idnticos como partes de la oracin : ambos tienen la comn funcin de ser determinantes del sustantivo uir; pero facundus es morfolgicamente adjetivo, es decir, pertenece a la clase de palabras previstas en el fichero de la lengua como determinantes del sustantivo; en cambio, el llamado ablativo de cualidad (pacis) artibus, no es morfolgicamente adjetivo, aunque aqu funcione como adjetivo y est coordinado con un adjetivo: los dos trminos coordinados son, pues, homofuncionales como partes de la oracin , pero heterocategoriales como clases de palabras .

    Cicern, Cat., 1, 32: secedant improbi, secernant se a bonis!, retrense los malos, aljense de las personas honradas!

    Aqu, los adjetivos desempean funciones propias del nombre: estn sustantivados .

    Cic., Att., 12, 1, 2: noctuabundus ad me uenit, vino a mi (casa) de noche . Segn dicen nuestras gramticas, ah aparece el adjetivo noctuabundus usado como adverbio .

    5.2. Transferencias de funciones entre categoras lxicas y frases predicativas completas. Con mayor frecuencia, un

    58 INTRODUCCIN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATN

  • NOCIONES BSICAS DK LA NUEVA SINTAXIS 59

    miembro de frase (una verdadera parte de la oracin) toma la forma de un enunciado predicativo completo. Bien conocido es el caso de las oraciones sustantivas , que reciben esa denominacin por funcionar como sujeto o complemento directo, aunque ellas no sean lxica y morfolgicamente sustantivos . Ah se aprecian, pues, claramente disociadas las nociones de clases de palabras y partes de la oracin .

    Lo mismo ocurre con las oraciones de relativo y las subordinadas adverbiales. No creemos necesario insistir.

    6. En estas transferencias de funciones se fundan ciertos importantes tratados de sintaxis de los ltimos lustros. Entre los autores de estas sintaxis transformacionalistas baste citar aqu:

    Zellig S. Harris, Methods in Structural Linguistics, Chicago, 1951;

    Noam Chomsky, Syntactic Structures, La Haya, 1957;L. Tesnire, lments de syntaxe structurale, Paris, 1959.

    Este ltimo dedica cientos de pginas al estudio de las traslaciones de funciones sintcticas.

    7. En resumen: a) Una categora sintctica no es patrimonio exclusivo de una categora lxica. Las unidades complejas de la oracin pueden, en virtud de su funcin sintctica, distribuirse en los mismos apartados formales en que se clasifican las unidades sencillas (o palabras) en virtud de sus caracteres morfolgicos.

    b) Viceversa: una categora lxica (o palabra) no va indefectiblemente unida a una funcin sintctica, o, como dice Porzig, la palabra no est cortada a la medida de una determinada funcin (o. c., p. 151).

    8. En consecuencia, debiera reservarse el nombre de partes de la oracin a los miembros que funcionalmente integran la frase, y llamar clases de palabras a lo que tradicionalmente se llama partes de la oracin .

  • XI

    LAS CATEGORAS GRAMATICALES

    1. Arbitrariedad en el lxico

    Todo en el lenguaje es arbitrario, tanto en la esfera del lxico como en la gramatical. Veamos lo que pasa en lxico como introduccin a lo que hemos de ver aumentado en lo gramatical.

    El vulgo cree que el lxico es una nomenclatura que calca realidades con existencia propia e independiente de las denominaciones que el hombre ponga o deje de poner a esas realidades. Esa visin simplista es relativamente vlida para una pequea fraccin del lxico : el que se aplica a series de obj