Rorschach. Procesamiento
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procesamiento
Requisitos previos a revisar: Lambda, Tipo vivencial (EB), índice
obsesivo (OBS) e índice de hipervigilancia (HVI)
Paso 1: Zf
Paso 2: W:D:Dd
Paso 3: Secuencia de localización
Paso 4: W.M
Paso 5: Zd
Paso 6: PSV
Paso 7: DQ
Paso 8: Secuencia de DQ
El procesamiento de la información puede verse influido por los estilos
y por las actitudes del sujeto; las variables implicadas en esta agrupación
han de examinarse en el contexto de algunos elementos que señalan ciertas
preferencias estilísticas. Se recomienda revisar previamente datos como L,
EB, OBS y HVI, para asegurar que la interpretación se lleva a cabo teniendo
en cuenta todo el conjunto.
Por ejemplo, si un sujeto muestra un estilo claramente definido en su
EB (introversivo o extratensivo) o bien si es evitativo (L alta), perfeccionista
(OBS positivo) o hipervigilante (HVI positivo), muchas de sus estrategias e
incluso de sus distorsiones perceptivo-ideativas podrán describirse y
comprenderse mejor a la luz de estos rasgos más o menos estables de su
funcionamiento.
Las conexiones de cada variable con otras dimensiones de la actividad
psíquica son siempre las mismas, pero la presencia de determinados estilos
permite matizar y conseguir mayor precisión a la hora de elaborar las con-
clusiones diagnósticas. Pasamos ahora a examinar por separado cada uno de
esos elementos estilísticos:
Lambda (L): Dado que el Lambda mide la proporción de respuestas de
forma pura, señala el conjunto de ocasiones en las que el sujeto simplifica su
percepción, es decir, en las que elimina de su articulación verbal todos
aquellos estímulos que, estando en el campo estimular (color, claroscuros,
perspectiva, etc.) no son la forma.
La respuesta de forma pura es, posiblemente, la más sencilla y de
menor coste energético que puede aparecer en Rorschach. En ella se utiliza
exclusivamente el control intelectual, se simplifican los perceptos y se evita
procesar emociones. Para un adecuado ajuste es necesario un grado óptimo
de estas actividades de simplificación perceptiva y evitación del pro-
cesamiento de emociones y este dato lo aporta un Lambda acorde con los
datos normativos de cada sujeto. Los problemas surgen cuando estos meca-
nismos se utilizan en exceso o en defecto. El mejor indicador del Rorschach
de su proporción de uso es el Lambda, que señala distintas posibilidades,
según aparezca significativamente aumentado o disminuido.
Además de que puede invalidar el protocolo si va acompañado de un
número de respuestas muy bajo, un L alto indica que el sujeto evita afrontar
la complejidad del campo estimular y simplifica sus percepciones en exceso.
Con ello elude procesar emoción y dejarse invadir por los afectos, pero pierde
a menudo y precisamente por esa simplificación excesiva, la recopilación de
puntos clave de información externa. Sus respuestas pueden resultar
entonces mucho menos ricas, matizadas y adaptativas de lo que su
desarrollo cognitivo permitiría, de no existir ese estilo evitativo y sobre-
simplificador.
Por otro lado, el uso abusivo del control intelectual supone el riesgo de
padecer pérdidas bruscas de ese mismo control. Aunque el Lambda no se
relaciona directamente con el control emocional, sí lo hace de modo indirecto
ya que, cuando es significativamente alto, el sujeto puede presentar
actuaciones bruscas e inmoduladas. Este hecho ocurre frecuentemente en
personas con componentes psicopáticos, que tienden a no reflexionar, a
sobresimplificar y a evitar el compromiso afectivo. Generalmente dan un
Lambda muy alto y suelen presentar actuaciones o externalizaciones inmo-
duladas, repentinas y como desconectadas del resto de su funcionamiento.
Los niños de ordinario aportan un Lambda más alto que los adultos,
pero cuando en un menor el Lambda está significativamente elevado com-
parado con la población de su misma edad, la interpretación es la
misma que se ha señalado para los adultos. No obstante, hay que tener en
cuenta que muy a menudo en dicha elevación influyen las situaciones
externas a las que ese niño se ve sometido; por ello, hay que integrar esa
información con el resto de los datos, no sólo para entender lo mejor posible
lo que le está ocurriendo a ese sujeto concreto, sino también para tener en
cuenta esas circunstancias a la hora de planificar su tratamiento. Se trata
casi siempre de situaciones con excesiva estimulación emocional, de niños
que son objeto de disputa para sus padres, como ocurre por ejemplo en
procesos de separación, o bien de contextos familiares que incluyen
habitualmente una sobrecarga afectiva procedente de diversas fuentes. Esto
provoca que el menor intente protegerse de esa lluvia estimular
simplificando excesivamente sus percepciones.
Las consecuencias negativas de tal estrategia consisten en que esa
actitud evitativa tiende a trasladarse a otros contextos en los que puede
resultar muy inadecuada. Con frecuencia se puede observar un Lambda
excesivamente alto en niños con problemas de aprendizaje escolar, que
presentan un buen desarrollo cognitivo pero pierden gran cantidad de
información relevante por su marcada tendencia a sobresimplificar lo que
perciben.
En general, el Lambda alto refleja la presencia de una actitud defen-
siva, resguardada y evitativa que puede ser circunstancial, por ejemplo como
resistencia a realizar la prueba, o estilística y generalizada. En cada caso
habrá que intentar conectar su significado con el del resto de las variables
del protocolo.
Si el Lambda alto va acompañado de un pobre ajuste perceptivo (WDA
%i y XA%i) los datos apuntan a que el individuo distorsiona cuando simplifica
y el estilo que representa su Lambda alto será mucho menos eficaz que un
estilo idéntico en otro sujeto que presente un buen ajuste perceptivo.
Aún a riesgo de resultar reiterativos hay que repetir que, en función
del contexto en que vayan inscritas, las variables de Rorschach van a ir
enriqueciéndose con matices interpretativos muy variados.
L bajo: En este caso, el sujeto deja pasar demasiados estímulos y no
simplifica en el grado adecuado. Ello representa un estilo excesivamente
recopilador de acercamiento a los datos, sin discriminar entre información
relevante y accesoria. Estas personas se dejan invadir fácilmente por la esti-
mulación emocional, no son capaces de filtrarla y a menudo se sienten
inundadas por ella.
Se observará frecuentemente un Lambda bajo en individuos con com-
ponentes paranoides. que intentan captarlo todo y funcionan como radares
para que nada se les escape y por eso revisan constantemente el campo
estimular. Con ello corren el riesgo de verse desbordados por exceso de
datos, a menudo irrelevantes para resolver los problemas, pero que no pue-
den dejar de registrar.
Los sujetos con Lambda bajo suelen presentar procesamientos de la
información externa marcadamente sesgados, interferidos por elementos
emocionales y sobrecargados por gran cantidad de información accesoria, lo
que merma su eficacia.
Tipo vivencial (EB): Hay que revisar siempre el EB porque cuando su
estilo está definido puede influir en algunas otras variables y modificar la
interpretación final de las mismas. Así, por ejemplo, el hecho de ser
introversivo o extratensivo producirá una mayor o menor producción de M o
de respuestas de color, respectivamente, lo que matiza la interpretación de
fórmulas como W:M\ FC:CF+C, etc.
Índices OBS y HVI: Ambos indican estilos peculiares de rastreo, registro
y codificación de los datos, que se pueden relacionar con modalidades
específicas de afrontamiento de determinadas situaciones y problemas. Es
infrecuente el hallazgo positivo de estos índices y, por ello, muy relevante su
presencia.
— índice obsesivo (OBS): Cuando es positivo señala una tendencia
marcada al perfeccionismo, a recopilar la información de modo minucioso,
fijándose meticulosamente en detalles que pasan desapercibidos para la
mayoría. Los individuos que lo presentan están muy preocupados por no
fallar, por no equivocarse y para ello se esfuerzan en ser muy convenciona-
les, mermando así el uso de sus capacidades más creativas y personales en
aras de la corrección.
Es infrecuente que el OBS aparezca como positivo; esto sólo ocurre en
un 2% de la muestra de no pacientes. Ahora bien, su presencia no es nece-
sariamente indicativa de patología, pero sí de una tendencia excesiva a la
minuciosidad y el perfeccionismo que puede causar problemas al sujeto en
determinadas situaciones, sobre todo en aquéllas que requieran una res-
puesta rápida o revistan especial complejidad, porque se trata de personas
lentas en sus procesamientos y que tenderán a perderse en detalles irrele-
vantes.
Por otro lado, también pueden aparecer individuos con síntomas clara-
mente obsesivo-compulsivos, sobre todo adolescentes, que no den un OBS
positivo. Ello sucede porque los síntomas, especialmente en la adolescencia,
no siempre se corresponden con un estilo cognitivo claramente estructurado.
Un adolescente puede presentar una reacción conductual que se asemeje a
un trastorno obsesivo, con rituales, ideación repetitiva, conductas
compulsivas, etc., sin que haya establecido aún de manera estable y defini-
tiva un estilo perfeccionista de acercamiento al campo estimular.
Un OBS positivo señala, pues, un peculiar estilo de registro y codifica-
ción de los estímulos, caracterizado por una marcada meticulosidad, cautela,
convencionalidad y perfeccionismo, que también influye en los procesos de
traducción o mediación de los mismos. De este modo, es un elemento con
importancia interpretativa en las agrupaciones del procesamiento de la
información y de la mediación.
Índice de hipervigilancia (HVI): Su aparición como positivo indica la
presencia de un estado de alerta continua. Se trata de personas reservadas,
cautelosas, suspicaces, que desconfían por principio de todo lo que no
conocen y que, antes de relajarse y poder sentirse seguros, necesitan proce-
sar cuidadosamente la mayor cantidad posible de datos del campo estimular.
En algunos casos, esta actitud revierte en percepciones muy precisas y
ajustadas que aumentan la eficacia adaptativa del sujeto, pero en otros,
sobre todo si existen más núcleos patológicos en el protocolo, representa una
clara tendencia paranoide a causa de la cual esa persona necesita invertir
una gran cantidad de energía para mantener ese continuo estado de
vigilancia y prevenir supuestos peligros. Esto se traduce habitualmente en
una actitud negativista y desconfiada hacia el entorno, que la lleva a estar
muy atenta a la preservación de su espacio personal y a ser muy reservada
en sus relaciones con los demás, ya que sólo se siente segura si controla
totalmente la situación.
Por ello, al individuo con HVI positivo le resulta muy difícil establecer y
mantener interacciones estrechas y suele reaccionar con mucha des-
confianza ante los acercamientos de los demás, que tiende a interpretar
como una invasión de su espacio vital más que como una muestra de cer-
canía por parte del otro. Ese estado de anticipación o hiperalerta que
representa HVI expresa una actitud de recelo hacía el entorno. Estos sujetos
no se sienten cómodos al comportarse convencionalmente, para ellos tal
comportamiento sería equivalente a estar de acuerdo en todo con los demás;
creen que los errores están fuera y siempre tienden a culpar a
otros de lo que funciona inadecuadamente; además, no admiten
fácilmente que a ellos les ocurra nada. En este sentido, el HVI positivo es una
defensa contra la autoinspección y un buen predictor de abandono prema-
turo del tratamiento.
Si junto a un HVI positivo aparece vista (V), el sistema defensivo del
sujeto puede estar fracturándose y no ser eficaz, dado que le está resultando
inevitable registrar una imagen negativa de sí mismo. En estos casos se
incrementan las posibilidades de aparición de conductas inusuales porque el
desajuste de las estrategias del individuo no está operando con la misma
eficacia, pero también existen más probabilidades de que acepte recibir
ayuda terapéutica.
No hay que olvidar un dato importantísimo en el análisis de este índi-
ce: el papel que en el mismo juega la variable textura (7), porque en HVI esta
variable funciona como pieza clave, es decir, su presencia o ausencia
modifica el sentido de la interpretación del propio índice. Así, un HVI positivo
+ T> 0, es decir, con textura en el protocolo, señala que el sujeto está
teniendo una reacción de hipervigilancia. Dicho de otro modo, algo está
ocurriendo en su entorno que genera una sensación de amenaza y dispara
sus sistemas de alerta. En cambio, si se observa HVI positivo + 7=0 y, sobre
todo, si el individuo es un auténtico sin T (sujetos que dan otros sombreados,
pero no T\ véase la agrupación del afecto), esta combinación representa un
estilo hipervigilante estable y continuo. En este último caso, se trata de
personas que habitualmente mantienen esa actitud recelosa y desconfiada
antes descrita, independientemente de que las circunstancias externas la
requieran o la hagan desaconsejable.
El HVI positivo, sobre todo cuando representa un estilo de funciona-
miento habitual en el sujeto (acompañado de T = 0), ejerce una marcada
influencia en la modalidad preferente de acercamiento al campo estimular,
en la forma de recopilación de información y en el establecimiento de rela-
ciones con el entorno; por ello, será una variable con relevancia interpreta-
tiva tanto en la agrupación de procesamiento de información, como en la de
relaciones interpersonales.
pasos 1 Y 2: frecuencia Z (Zf) y relación W:D:Dd. Estas variables
señalan aspectos importantes de los procesos de recogida y elaboración de
la información. Ambas se revisan juntas por las conexiones interpretativas
que presentan para simplificar la exposición y porque, aún siendo
relativamente independientes, se relacionan de modo muy directo con el
esfuerzo o interés que el sujeto dedica al trabajo del procesamiento o, dicho
de otro modo, con el grado de motivación que presenta para organizar
significativamente un campo estimular ambiguo y con escasa estructuración.
Frecuencia de Z (Zf) Señala el número de veces que un sujeto des-
pliega actividad organizativa, es decir, que produce una puntuación Z. Cada
vez que esto ocurre, la persona está poniendo en juego elementos
cognitivos, afectivos y motivacionales mediante los cuales organiza y dota de
sentido, es decir, crea una relación significativa entre los componentes del
campo estimular, que no existía previamente. Lina puntuación Z representa
un esfuerzo creativo por parte del sujeto ya que logra una organización que
no le viene dada.
Es obvio que no todas las puntuaciones Z suponen el mismo nivel de
esfuerzo, es decir, no requiere el mismo gasto energético dar una respuesta
global (W) a la Lámina V que a la Lámina X, ni aportar una Z de W que una de
detalle distante en la Lámina I. En cada caso habrá que realizar un análisis
cualitativo de la actividad organizativa total desplegada por cada individuo,
pero cada vez que éste organiza el campo estimular está desarrollando la
tarea con un nivel de esfuerzo mayor que el que requeriría el hecho de dar
simples respuestas de detalle usual (D).
De esta manera, Zf informa de la iniciativa o motivación que la per-
sona ha desarrollado a lo largo de su producción. Sabiendo que la Zf espe-
rada se sitúa en torno a un 40% de R, una Zf escasa señala a sujetos que, o
bien poseen una capacidad cognitiva limitada, o bien un exiguo nivel de
motivación e iniciativa. Estos individuos realizan pocos esfuerzos en el
procesamiento de los datos y hay que discriminar con el resto de las varia-
bles, si esto ocurre por limitaciones intelectuales o por interferencias emo-
cionales.
Cuando, por el contrario, la Zf aparece elevada, existe un alto grado de
motivación y una dedicación de mayor esfuerzo del que cabría esperar al
trabajo de procesamiento de la información. También en este caso, el resto
de las variables indicará si se trata de un ajuste óptimo o esa elevación se
debe a características perfeccionistas, a niveles de autoexigencia excesivos o
a situaciones de crisis, en las que el individuo aumenta exageradamente su
actividad organizativa porque puede estar registrando el temor a
desorganizarse.
relación W:D:Dd: La relación entre los porcentajes totales de cada uno
de los localizadores que aparecen en un protocolo es otro indicador del
interés dedicado al procesamiento de los datos. En casi todas las láminas,
excepto la I y la V, la respuesta global (W requiere mayor esfuerzo y tiene
que ver con un tipo de acercamiento que intenta abarcarlo todo. Aunque, en
general, son percepciones más difíciles y suponen un mayor gasto
energético, no siempre son indicativas de eficacia o de alto nivel de
elaboración cognitiva. Siempre hay que realizar un análisis cualitativo de las
W, sobre todo teniendo en cuenta la calidad evolutiva (DQ) que las
acompaña. Por ejemplo, una W+ y una Wv, representan niveles de desarrollo
de los procesamientos cognitivos completamente diferentes y para producir
cada una de ellas se requieren distintos grados de esfuerzo.
Aproximadamente un 30% de cada protocolo aparecerá como respuestas Wt
por ello, su aumento o disminución habla de un correlativo incremento o
merma de las características que representan. Ahora bien, cuando existe una
alteración en el porcentaje de Wf no sólo interesa saber en qué sentido se
produce sino, sobre todo, cuál es la influencia de esa alteración en el resto de
los localizadores, es decir, cuáles de ellos resultan consecuentemente
alterados.
Las respuestas de detalle usual (D), en cambio, son sencillas y fáciles
de ver, representan la captación de detalles obvios que se imponen percep-
tivamente. Suponen, por tanto, la forma más económica, simple y práctica de
responder a la tarea. Hablan de la capacidad para usar el pensamiento
práctico, es decir, para resolver problemas de manera aceptable, adaptativa
y sin grandes costes energéticos.
Aunque en localización los porcentajes que se ofrecen son sólo apro-
ximados ya que existe un margen de variabilidad mayor que en otros ele-
mentos de la prueba, se espera que alrededor de un 60% de R sea £>, es
decir, más de la mitad de cada protocolo suele presentar esta modalidad.
Cuando aparecen las D aumentadas significativamente, el sujeto presenta un
funcionamiento excesivamente práctico, va a lo obvio, a lo fácil y no realiza
esfuerzos creativos. A menudo se trata de personas muy conservadoras en el
modo de aprovechar sus recursos, que se ponen metas por debajo de sus
capacidades reales, que prefieren los carriles más cómodos o conocidos y
que no se arriesgan.
Hay que comprobar si junto a las D aumentadas aparecen en el mismo
protocolo el contenido animal aumentado y/o la perseveración (PSV), ya que
esto indicaría una excesiva obviedad en los procesamientos del sujeto y una
marcada tendencia a la estereotipia y rigidez perceptivo-ideativa. Las
respuestas de la categoría animal son también las más fáciles de ver, por
ello, equivalen en los contenidos a las D en la localización y se espera que
alcancen alrededor de un 40% de R. Asimismo, la PSV representa la
repetición de esquemas perceptivos, evitando el riesgo y el esfuerzo de crear
uno diferente para cada respuesta.
El enfoque Dd suele aparecer con una frecuencia muy baja (alrededor
del 5% de R), pues se trata de captar detalles irrelevantes de las manchas o
de acotar de forma peculiar el campo estimular. Lo significativo de este loca-
lizador es que aparezca aumentado, pues representa un estilo de acerca-
miento a los estímulos muy personal, según el cual el sujeto destaca ele-
mentos que pasan desapercibidos para la mayoría o selecciona áreas muy
inusuales para dar su respuesta. Esta tendencia puede relacionarse con dos
características:
con la búsqueda de exactitud, que provoca una revisión minuciosa del
campo perceptivo para facilitar el ajuste y evitar errores: estaremos ante
sujetos con rasgos perfeccionistas, meticulosidad y temor a cometer errores.
con una forma de evitar el enfrentamiento frontal con el campo
estimular; se tratará de personas con una actitud huidiza ante la complejidad
o el compromiso, que se sienten inseguras cuando deben tomar decisiones y
prefieren enfocar los problemas de un modo más individualista y evitativo.
Como siempre, será el resto de las variables del protocolo, es decir, el
contexto en que vaya inscrito este dato lo que permitirá discriminar la
interpretación más correcta.
En cualquier situación, las Dd aumentadas representan una pérdida de
la visión de conjunto y/o de la eficacia práctica, porque las Dd aumentan
siempre en detrimento de las W o de las D y con ello señala una posible
merma de calidad en la forma de enfocar los problemas. La persona que se
fija excesivamente en aspectos poco relevantes del campo estimular o utiliza
áreas inusuales, tiende a sesgar la recogida de datos, acopia una información
accesoria y desprecia los datos más obvios o las visiones sintéticas.
Otro punto a tener en cuenta en el análisis de las Dd es su posible y
frecuente combinación con el espacio blanco (S). En caso de que la mayoría
de las Dd de un protocolo sean DdS, los postulados interpretativos men-
cionados para las Dd deben articularse con el oposicionismo que representa
la 5; habrá que plantear la hipótesis de si los componentes evitativo
perfeccionistas señalados por el aumento de Dd pueden entenderse como la
expresión de una postura negativista hacia la situación de test o indican más
bien una actitud oposicionista más estable del sujeto hacia el entorno en el
que habitualmente se desenvuelve.
Resumiendo lo dicho, los elementos de la relación W:D:Dd y sus por-
centajes relativos señalan distintos aspectos de la modalidad preferente de
procesamiento de cada sujeto, es decir, de cuáles son sus enfoques, acerca-
mientos y estilos predilectos cuando se enfrenta a situaciones nuevas y poco
estructuradas.
paso 3: secuencia de localización: Representa otro punto importante
en el análisis de las actividades de rastreo e integración de la información. Se
trata de llevar a cabo un estudio cualitativo acerca del orden de aparición de
los códigos de localización en la sucesión de las respuestas a cada lámina,
para determinar si existe o no una coherencia en el enfoque a la hora de
acercarse a los estímulos.
La situación secuencial de las W es un dato relevante, ya que los suje-
tos con mayor coherencia en sus enfoques, darán casi todas sus W al prin-
cipio o al final de cada lámina, según su modalidad de procesamiento. Linos
se inclinarán por los acercamientos globales al entrar en contacto con el
estímulo, mientras que otros lo harán tras estudiarlo previamente desde
otros ángulos, pero ambos tenderán a mantener su propia consistencia. Lo
mismo ocurrirá con las Dd si son abundantes en el protocolo aunque, por su
exiguo número, suelen ser de escasa utilidad en este análisis. Por tanto, los
individuos con estilos de aproximación más sistemáticos tenderán a seguir,
en la mayoría de las láminas, los esquemas secuenciales W->D—>Dd, o bien
Dd-*D-> W.
Si el orden de elecciones de localización presenta un estilo
relativamente consistente, los hábitos de procesamiento del sujeto serán
más regulares y previsibles. Por el contrario, si esta secuencia sigue pautas
erráticas, el individuo será más impredictible en su modalidad de
acercamiento a los problemas y no habrá desarrollado hábitos de
procesamiento económicos y metódicos. Esta última posibilidad no
representa una dificultad con consecuencias graves, pero parece incrementar
la probabilidad de que se produzcan recopilaciones de información
defectuosas y procesamientos de menor calidad. Tal incoherencia en el
enfoque es lo más frecuente y, por tanto, no tiene importancia en niños, pero
no ocurre lo mismo en adolescentes mayores o en adultos.
paso 4: relación W:M: Se espera que aparezca una relación apro-
ximada de 2:1, es decir, el doble de W que de respuestas M pero, como
siempre, este dato no puede interpretarse de un modo mecánico y simplista.
Como se indicaba en el estudio de los requisitos previos, hay que canalizar
sus recursos con propósitos creadores y lograr objetivos prácticos. Será
necesario integrar esta información con la procedente del análisis de los
porcentajes de localización revisados anteriormente.
Como resumen de los pasos examinados hasta el momento, hay que
señalar que todas estas variables se relacionan directamente con el grado de
motivación y el gasto energético que cada persona emplea en el procesa-
miento de la información. Se puede decir que existe un alto grado de
motivación si se cumplen al menos dos de las siguientes condiciones:
Zf superior a la media.
W mayor que D+Dd.
W aumentado en W:M, considerando el EB.
El hecho de contar con capacidad de iniciativa puede tener un valor
positivo para el ajuste del sujeto, siempre que cuente con suficientes recur-
sos disponibles y con un buen nivel de desarrollo cognitivo. En cambio,
podría resultar negativo si sus recursos fueran limitados o la calidad y efi-
cacia de sus elaboraciones cognitivas fueran deficientes.
Por el contrario, el procesamiento de la información del individuo se
verá afectado por una baja motivación y, con ello, se mermará su eficacia
práctica cuando se cumplan al menos dos de los siguientes criterios:
Zf inferior a la media.
W inferior a la mitad de D+Dd.
W disminuido en W:M, teniendo en cuenta el EB.
Esta situación refleja una forma de inhibición o retraimiento ante la
competitividad, que podría ser el resultado de una autoimagen negativa o de
una actitud excesivamente prudente y poco ambiciosa.
paso 5: diferencia de Z (Zd): La diferencia entre la suma de
puntuaciones ponderadas de actividad organizativa que realmente aporta un
sujeto en su protocolo (suma de Z = ZSum) y la cantidad que se estima que
debería de aportar (Z estimada = ZEst) para el esfuerzo organizativo que ha
realizado (Zf), sirve de indicador sobre diversos estilos de procesamiento de
la información. Alrededor del 77% de adolescentes y adultos no pacientes
obtienen una Zd en torno a cero, situado entre los valores de +3,5 y -3,5 (en
niños este intervalo se amplía y se sitúa entre +4,5 v —4,5). Esto señala que
la recopilación y codificación informativas se llevan a cabo con facilidad y sin
pérdida de precisión, es decir, que las personas con una Zd situada en esos
intervalos son capaces de registrar los elementos más relevantes
del campo estimular sin detenerse en aspectos accesorios y sin perder
puntos clave de información. Es importante recordar que, aunque este estilo
de procesamiento es el más habitual* la eficacia práctica del producto final
dependerá de otros aspectos de las respuestas* fundamentalmente de la FQ
que acompañe a cada puntuación Z.
Cuando el valor de Zd es inferior a —3, el sujeto presenta un estilo
hipoincorporador en su actividad exploratoria. Se trata de personas que:
Realizan un examen poco cuidadoso del campo estimular mediante un
rastreo apresurado que no recoge suficientes datos relevantes.
Deciden su respuesta de manera irreflexiva, sin esperar a que apa-
rezcan datos clave de información.
Este estilo provoca un déficit en la recopilación de la información y,
consecuentemente* resta eficacia a las soluciones aportadas. Estas personas
cometen más errores y manifiestan mayor precipitación en la toma de
decisiones, por lo cual aparecen en su vida cotidiana como más negligentes,
descuidadas e impulsivas, pues tienden a formular rápidamente sus
respuestas antes de rastrear la totalidad de la información disponible. Es
decir, se trata de sujetos precipitados y que suelen tomar decisiones poco
meditadas.
Los niños menores de 12 años presentan frecuentemente un estilo
hipoincorporador y este dato no tiene en ellos significación patológica, salvo
que esa hipoincorporación sea muy marcada, es decir* muy superior a la
esperada para cada edad según los datos normativos. En este caso* el niño
sería tan descuidado y negligente en el rastreo del campo estimular y tan
precipitado al emitir sus respuestas que posiblemente sus errores de
procesamiento acarrearían serias dificultades en su vida cotidiana, en espe-
cial, problemas de aprendizaje escolar o tendencia a las conductas
disruptivas. No obstante* de cara a la planificación del tratamiento, la
hipoincorporación presenta un pronóstico más favorable, ya que parece
susceptible de modificarse mediante estrategias de retraso de la respuesta.
Cuando el valor de Zd es superior a +3* se trata de un estilo hiperin-
corporador. Son individuos meticulosos en el análisis de la información, que
dedican un esfuerzo y una energía mayores de lo requerido a las actividades
de exploración del campo estimular, dan muchas vueltas a los datos y los
repasan repetitivamente antes de decidirse a dejar salir una respuesta.
Puede decirse que tienden a la rumiación, pues revisan una y otra vez los
estímulos sin estar nunca seguros de haberlo examinado todo.
Aunque, en principio, la hiperincorporación aporta beneficios al indi-
viduo debido a que su modo exhaustivo y minucioso de exploración asegura
la revisión de todos los elementos estimulares y minimiza el riesgo de
cometer errores, también puede llegar a suponer serios problemas cuando es
muy acusada.
El sujeto hiperincorporador recoge con cuidado toda la información,
pero luego no sabe discriminar entre lo esencial y lo accesorio y necesita
repasar innumerables veces todo lo recogido para reasegurarse. Por otra
parte, teme exageradamente cometer errores y ese temor bloquea su toma
de decisiones acerca de cuál sería la respuesta más correcta a elegir. La
combinación de estos dos elementos provoca una marcada lentitud en su
ejecución, por lo que los hiperincorporadores necesitan un tiempo
significativamente más prolongado que los demás para realizar el mismo
trabajo y, aunque cometen menos errores, se vuelven ineficaces ante la
presión temporal, siendo incapaces de tomar decisiones en situaciones de
escasez de tiempo. Generalmente el hiperincorporador, sobre todo si el estilo
es muy acusado, presentará rasgos perfeccionistas que, como siempre,
habrá que confirmar con otras variables. Ello supone que podrá ser eficaz en
el cumplimiento de tareas sin límite temporal porque buscará la exactitud e
intentará no cometer errores pero, si se siente presionado con el tiempo, esa
eficacia se deteriorará porque necesitará reasegurarse, volverá a repasar una
y otra vez la información y le costará decidirse por una respuesta.
En los niños es muy infrecuente observar un estilo hiperincorporador y
cuando aparece señala un rasgo de hipermadurez. Ese niño presenta, en
algunos aspectos de su funcionamiento psicológico, características
adultiformes que no concuerdan con lo esperado para su grado de desarrollo
evolutivo. Generalmente se trata de menores que están creciendo en
ambientes excesivamente exigentes, con escasa tolerancia al error y en los
que las intensas demandas de alto rendimiento o rapidez de ejecución no son
explícitas sino que van implícitas en los mensajes y se dan por sobre-
entendidas, como si se tratara de lo normal y no de una actitud de excesivo
rigor para el desarrollo de ese niño.
Los datos de investigación indican que, una vez establecido, es muy
difícil modificar el estilo hiperincorporador, ni siquiera a través de tratamien-
tos prolongados y, en este sentido, tal característica presenta un pronóstico
más desfavorable que la hipoincorporación. De esta manera y hasta el
momento, el único sistema de ayuda parece ser el de la prevención, es decir,
la evitación de niveles de exigencia excesivos o no acordes con el momento
evolutivo en la crianza de los niños y el respeto por las necesidades que
requiere cada etapa del desarrollo infantil para impedir que ese estilo se
instale ya que, una vez instalado, es difícilmente modificable. No se trata de
un objetivo fácil de lograr, ya que la complejidad creciente de nuestra
sociedad parece distorsionar a menudo las demandas de padres y edu-
cadores, o bien tendiendo a someter a los menores a niveles de exigencia
desajustados y a edades más tempranas, o bien a no exigirles en la medida
adecuada, retrasando su maduración.
paso 6: perseveración (PSV): Se trata de respuestas muy poco
comunes en los adultos. Su frecuencia es elevada en niños pequeños,
decrece gradualmente hasta los 10 años y baja muy rápidamente a partir de
esa edad. La mayoría de las PSV son intralámina. es decir, el sujeto emite dos
respuestas con idéntica fórmula, consecutivamente y ante el mismo
estímulo. Estas PSV señalan una falta de agilidad cognitiva. una marcada
rigidez en el procesamiento de la información que puede ser debida a varios
factores, como deterioro neurológico, déficit intelectual o, más
frecuentemente, algún tipo de bloqueo psicológico de origen emocional.
Si en un protocolo se observa sólo una PSV de este tipo, se trata de
que esa lámina concreta ha supuesto un mayor grado de dificultad para el
sujeto y, por ello, ha aparecido una rigidez momentánea a la hora de selec-
cionar operaciones. En cambio, si se contabilizan más de dos PSV hay que
hacer una revisión detallada del funcionamiento cognitivo mediante la apli-
cación de otras pruebas adicionales al Rorschach e incluso podría ser reco-
mendable realizar un examen neuropsicológico para descartar procesos de
deterioro, sobre todo si se trata de un adulto mayor de 60 años.
La PSV interlámina o de contenido no suele relacionarse con limita-
ciones cognitivas, sino con alteraciones emocionales que rigidifican el
procesamiento porque generan intensas preocupaciones que interfieren en
todo el trabajo perceptivo-ideativo que realiza la persona. Será necesario
contar con una detallada historia clínica u otras pruebas para esclarecer el
significado de ese contenido perseverante.
La PSV mecánica, donde prácticamente todo el protocolo es la repe-
tición de una misma respuesta, señala siempre una grave patología. Son
casos muy infrecuentes, en los que los severos trastornos psicopatológicos
serán obvios y se corroborarán a través de otras fuentes informativas dentro
del proceso diagnóstico.
pasos 7 Y 8: análisis y secuencia de la DQ: Estos dos pasos también se
comentarán conjuntamente por las estrechas relaciones que los vinculan.
Análisis de los distintos tipos de DQ: La codificación DQ representa la
forma en que el sujeto trabaja cognitivamente el área de localización que ha
elegido. Se relaciona directamente tanto con el nivel de desarrollo intelectual
como con la capacidad para analizar el campo estimular, al definir o no sus
contornos y atribuirles o no relaciones significativas.
La DQ+ señala, dentro de esta modalidad de clasificación de las res-
puestas, el grado más sofisticado de elaboración cognitiva. Para producir
este tipo de código el sujeto debe realizar procesos de análisis y síntesis y,
además, establecer vínculos significativos entre elementos del campo esti-
mular que no están previamente dados. Son respuestas frecuentes en los
sujetos intelectualmente más brillantes, pero su abundancia en un protocolo
no garantiza, por sí sola, la eficacia práctica de las conductas, de manera que
hay que examinar las FQ que llevan asociadas. De este modo, puede ocurrir
que el sujeto cuente con buenas capacidades para realizar procesamientos
sofisticados pero que no consiga ajustarse perceptivamente a los datos
reales y que sus comportamientos adaptativos sean escasos. De hecho, se
observa con relativa frecuencia esta combinación de datos (respuestas con
DQ+ y FQ-) y en su análisis se basa la riqueza del Rorschach para realizar
estimaciones cualitativas de los aspectos intelectuales (véanse las cuestiones
preliminares).
La DQo es el código de calidad evolutiva que aparece en la mayoría de
las respuestas de todos los protocolos. Refleja un funcionamiento correcto,
sin grandes esfuerzos creativos, un modo de procesamiento modesto y
conservador pero adaptado a las exigencias de la tarea. En cierto sentido, la
DQo puede considerarse como equivalente a las respuestas de F pura, al
detalle usual y al contenido animal, pues supone una actividad cognitiva que
no requiere mucho esfuerzo y que evita la complejidad pero que define
suficientemente el estímulo. Al dar una respuesta clasificada como DQo el
sujeto cumple correctamente con la demanda, sin emplear más energía que
la imprescindible.
La DQv indica una forma de elaboración más primitiva e inmadura. Es
común en niños pequeños y en sujetos con limitaciones intelectuales o
neurológicas. Va decreciendo según aumenta la edad cronológica y sufre un
drástico descenso a partir de los 10 años. Su frecuencia es muy escasa en
adultos. Representa un sistema de procesamiento demasiado impreciso,
según el cual el sujeto no se esfuerza en definir los datos ni en establecer
relaciones entre ellos. Cuando en un adulto aparecen aumentadas las DQv,
cabe suponer que utiliza habitualmente un funcionamiento cognitivo
inmaduro, infantil y primitivo, en definitiva, poco elaborado. Esto puede
deberse a la presencia de limitaciones (intelectuales o neurológicas) o a una
marcada tendencia a evitar el compromiso que provoca una indefinición de
los conceptos procesados y, consecuentemente, una merma en la eficiencia
de las operaciones resultantes.
La DQv/+ es la menos frecuente de las cuatro categorías de calidad
evolutiva, si se tienen en cuenta todos los niveles de edad. Su aparición más
común se sitúa entre los 9 y los 15 años. Representa una tendencia a asumir
un grado más sofisticado de elaboración cognitiva y en este sentido tiene un
valor pronóstico más favorable que la DQv, pero el logro de ese nivel
cognitivo complejo se ve obstaculizado por problemas de definición formal y
su eficiencia final es menor que en el caso de la DQ+. Dicho en otros
términos, el sujeto realiza un esfuerzo cualitativamente mayor que para dar
la DQv, pero el resultado es una síntesis de menor precisión que la lograda
por la DQ+>
Las variables Zj\ £>Q+ y, en menor medida, DQv/+, correlacionan
positivamente entre sí, de manera que, habitualmente, si la Zf se eleva
también lo hace la DQ+ y estos datos señalan que el sujeto se esfuerza por
organizar con cuidado la información procedente del campo estimular e
intenta llevar a cabo un trabajo cognitivo sofisticado y complejo. Ello indica
que posee un buen potencial intelectual, pero recordemos que su eficacia
práctica vendrá determinada por otros elementos, de tal manera que una
persona puede ser potencialmente inteligente y capaz de generar conductas
complejas pero que, al mismo tiempo, sean desajustadas e ineficaces para
resolver sus problemas.
Secuencia de la DQ: Como se vio en la secuencia de localizaciones, el
estudio del orden de presentación de las puntuaciones DQ a lo largo de cada
protocolo, así como el tipo de láminas en que aparecen, suele aportar
información útil acerca de cómo el sujeto organiza y dosifica sus esfuerzos
para procesar los datos. Generalmente, resulta más fácil producir DQ+ en las
láminas que ofrecen estímulos más fragmentados y menos compactos; por
ello, la mayor frecuencia de este tipo de puntuación aparece en las láminas
II, III, VII, VIII y X. La DQ+ se observa preferentemente en la Lámina III y, en
el extremo opuesto, es muy inusual en la Lámina V. Asimismo, aunque con
menor consistencia, la DQv aparece preferentemente en las láminas con
color cromático (III, VIII y X).
El orden de presentación de las distintas DQ dentro de cada lámina
también tiene su importancia. Los sujetos que dan DQ+ como primera res-
puesta suelen tener mayor capacidad de trabajo, están más habituados a
ofrecer procesamientos más complejos y tienden a acercarse al campo
estimular utilizando operaciones que requieren un mayor esfuerzo. En
cambio, si las respuestas DQ+ surgen sobre todo como última respuesta a
las láminas, indican que el potencial del sujeto puede ser bueno, pero su
nivel de trabajo habitual es menos intenso y no acostumbra a realizar
grandes esfuerzos, al menos al inicio de su acercamiento a los problemas.
Si muchas DQ+ en un protocolo se producen por la integración de S,
además de señalar buen potencial, también indican que, al menos una parte
de esas capacidades, se pone en marcha cuando entra en juego una actitud
hostil u oposicionista hacia el entorno.
En los sujetos mayores de 10 años la aparición de DQv es, como se ha
dicho, infrecuente, pero si en un protocolo se observa una DQv como primera
respuesta a una lámina y, sobre todo si hay más de una, se puede pensar en
la existencia de:
Una cierta impulsividad que facilita la liberación de la respuesta antes
de haber logrado suficiente precisión.
Dificultades para mantener una imagen en la memoria a corto plazo.
Dificultades en los procesos de focalización de la atención.
El hecho de que una DQv aparezca como última respuesta se relaciona
más con sujetos que se sienten confusos, insatisfechos o incluso amenazados
por las imágenes almacenadas y por la tarea que requiere su procesamiento;
por ello, tienden a desestructurar o difuminar los contornos para intentar
borrar los iconos acumulados.
En cualquier caso, la presencia de varias DQv o, en menor medida, la
de varias DQv/+, señala siempre serios obstáculos para procesar con preci-
sión los términos de un problema y buscar soluciones ajustadas.
Para facilitar la comprensión de todo lo expuesto en la teoría de este
capítulo, se revisan a continuación los datos del procesamiento de la infor-
mación que aparecen en el protocolo que sirve de ejemplo.
LAURA: PROCESAMIENTO DE LA INFORMACION DATOS DEL
PROTOCOLO
Lambda = 0,45
EB = Introversivo
HVI = No
OBS = No
Zf= 14
W:D:Dd = 10:3=3
W: M = 10:6
Zd = -2
PSV = 0
DQ+ = 5
DQv = 1
DQv/+ = 1
Laura parece contar con suficientes recursos pero, como hemos visto
al revisar su P77, su ajuste perceptivo es muy deficiente bajo determinadas
condiciones. A partir de ahí se podría generar la hipótesis de que una parte
de sus esfuerzos organizativos resultará poco eficaz en la práctica. De hecho,
el dato de que casi la mitad de sus respuestas con puntuación Z (6 de 14)
vayan acompañadas de FQ-, refuerza esta hipótesis.
En cuanto a la proporción de localización W:D:Dd, muestra una mar-
cada tendencia a globalizar en detrimento de las percepciones más obvias.
Esto señala una gran ambición intelectual, un deseo de abarcarlo todo y un
estilo de pensamiento más teórico que práctico. La escasez de D representa
un desdén por los detalles que se imponen perceptivamente, una tendencia a
realizar un mayor gasto energético en lugar de ir a lo obvio y fácil, a lo que
salta a la vista. Éste es otro elemento que apunta a su alto grado de
motivación y a su escasa convencionalidad. Las Dd son numerosas, sobre
todo si se comparan con las D, pero no se trata de detalles mínimos que
representen una búsqueda de exactitud a través de la restricción del campo
perceptivo, sino de grandes áreas de las manchas, con lo que encontramos
un nuevo dato que confirma la ausencia de componentes perfeccionistas. El
tipo de Dd que Laura aporta parece representar más bien una actitud
evitativa que intenta eludir un enfrentamiento frontal con el campo
estimular.
Curiosamente, todas sus Dd van acompañadas del contenido de caras,
lo que permite elaborar la hipótesis, a ratificar o descartar posteriormente,
de que esa actitud evitativa puede relacionarse con un registro fragmentario
del elemento humano, ante el cual también parece esforzarse en eludir un
enfrentamiento frontal, parcializando su percepción. En caso de que se
pudiera confirmar tal hipótesis se podría hablar de componentes fóbicos en el
funcionamiento habitual de Laura.
El análisis de la secuencia de localizaciones muestra que su enfoque
tiende a ser irregular. Éste es un hallazgo habitual en niños, pero cuando
aparece en adultos señala un desarrollo insuficiente de estilos de procesa-
miento estables, econó Como se comentó en la exposición teórica, no se
trata de un problema grave pero esta inconsistencia en la forma de
acercamiento a los problemas y en los estilos de procesamiento puede
incrementar los errores en la recopilación de información o reducir la calidad
de la codificación de la misma. Posiblemente, este aspecto esté
contribuyendo de manera importante a los desajustes perceptivos de Laura.
La relación W:M indica que esta mujer tiende a ser conservadora en su
nivel de aspiraciones, es decir, que prefiere ponerse metas algo inferiores a
- Tanto la respuesta DQv como la DQv/+ aparecen como primera res-
puesta a las láminas, lo que hace pensar en una cierta impulsividad que
facilita la liberación de la respuesta antes de lograr suficiente precisión.
También podría tratarse de dificultades para mantener una imagen en la
memoria a corto plazo o para focalizar la atención, pero los datos del
magnífico rendimiento escolar de Laura permiten descartar estas últimas
explicaciones.
Dado que se trata de sólo una DQv y una DQv/+, no parecen represen-
tar un estilo habitual de elaboración de los datos, y es importante observar
dónde aparecen. La primera está en la Lámina VI, el estímulo que
mayoritariamente evoca respuestas de textura; esa DQv podría tener que ver
con un aumento de la confusión ante esa mancha. La DQv/+ aparece en la
Lámina VIII, la primera totalmente cromática, con el consecuente impacto
afectivo y la que más evoca situaciones sociales por la obviedad de su DI
como respuesta popular. Por lo tanto, y como hipótesis todavía bastante
especulativa, este tipo de procesamiento podría relacionarse con dificultades
en el manejo de los afectos, que se acentúan en las situaciones donde la
estimulación emocional es más evidente. Esto concordaría con la posibilidad
de que determinadas circunstancias provocaran mayor impulsividad,
facilitando la articulación verbal de la respuesta antes de haber alcanzado
niveles adecuados de precisión.
Como se ha repetido, todas estas posibilidades interpretativas deberán
irse validando o descartando durante el análisis de las restantes variables del
protocolo.
micos y eficaces.