Rommel desmond young

1178

Transcript of Rommel desmond young

Page 1: Rommel   desmond young
Page 2: Rommel   desmond young

A principios de 1941, el famosooctavo ejército británico estabacamino de la victoria en el norte deÁfrica. Apenas unos mesesdespués, el mismo ejército estaba alborde de la derrota total y losalemanes ganaban una victoria trasotra, amenazando con invadir Egiptoy Oriente Medio.

Esta es la biografía del hombre queplaneó este gran giro de losacontecimientos, el mariscal decampo Erwin Rommel, comandantedel Afrika Korps alemán. El hombre

Page 3: Rommel   desmond young

que quemó la orden de Hitler paraejecutar a los invasores británicos yque dio a los prisioneros aliados lamisma comida y tratamiento médicoque a sus tropas. El mismo generalque personalmente llevó a cabo unreconocimiento bajo el fuegoenemigo yendo en un coche abierto,mientras el resto de comandantesse escondían en las torretasblindadas de sus tanques.

El autor de este libro, el general debrigada Desmond Young, luchócontra Rommel en el norte de África,fue capturado por él y, después desu liberación al final de la guerra,

Page 4: Rommel   desmond young

visitó a la familia de Rommel y hablócon muchos de sus compañeros.Por lo tanto, es capaz de hablarnosde todas las intrigas que sefraguaron en el alto mando alemándurante la guerra, es capaz de daruna descripción detallada de lasbatallas decisivas como Tobruk y ElAlamein, y es capaz de contaranécdotas personales sobreRommel y separar los hechos de lasleyendas que han surgido en torno aeste extraordinario general.

Page 5: Rommel   desmond young

Desmond Young

RommelEl Zorro del Desierto

ePub r1.1minicaja 29.01.14

Page 6: Rommel   desmond young

Título original: RommelDesmond Young, 1950Traducción: Antonio PérezDiseño de portada: minicaja

Editor digital: minicaja(r1.1) Corrección de erratas: el nota(r1.1) Cambio de portada(r1.1) Cambios estéticosePub base r1.0

Page 7: Rommel   desmond young

PREFACIO

Se incluye en este libro una carta que mepareció conveniente enviar a los jefesde unidades que estaban bajo mi mandocuando vi que el nombre de Rommelestaba a punto de adquirir caracteresmágicos en las mentes de nuestrossoldados. No es posible que un jefe

Page 8: Rommel   desmond young

enemigo consiga semejante reputación sino es una personalidad fuera de locorriente, y desde luego, Rommel era unser excepcional. Alemania ha producidomuchos generales que eran a la vezcompetentes y de rudo carácter; Rommeldestacaba entre ellos porque suposobreponerse a la característica rigidezdel espíritu militar germánico y porqueposeía, por otro lado, grandes dotespara la improvisación.

Siempre he creído que los oficialessubalternos, los jefes de sección, decompañía y de batallón del Afrika Korpsconocían mejor que nuestros propiosoficiales los problemas tácticos. La

Page 9: Rommel   desmond young

culpa no era de nuestros hombres, sinodel carácter particular de las tareas quese confiaba a nuestro ejército en tiemposde paz y a su carencia absoluta de unentrenamiento verdaderamentesistemático. Al prolongarse lashostilidades en una guerra larga,nuestros hombres supieron pisar firme yen más de una ocasión batieron a losalemanes en el terreno de la táctica; bajola presión de las circunstancias, sedesarrolló su instinto natural. En loconcerniente a los jefes de altagraduación, Rommel se mostró siemprecomo el mejor hombre en el campo debatalla. Puedo dar fe personalmente de

Page 10: Rommel   desmond young

su obstinación, de su mente pródiga enrecursos, de su agilidad moral. Mientrasnos vemos obligados, desgraciadamente,a preparar a nuestra juventud para eloficio de las armas, y a nuestrosoficiales para mandarla, un estudioacerca de este hombre y de sus métodospuede enseñarnos muchas cosas.

Mis contactos directos con Rommelse limitaron a los encuentros que con ély su Afrika Korps tuve en el desiertooccidental durante las campañas de1941-1942, y tras haber leído luego lahistoria de los primeros y los últimosaños de su vida, debo confesar que meencuentro hoy con que la idea que de él

Page 11: Rommel   desmond young

me hice en aquellos días, cuando labatalla fluía y refluía sin cesar entreBengasi y Alejandría, no difiere muchode la que manifiesta el eminente autor deesta obra. Sobre un punto, sin embargo,era errónea mi opinión. Me hasorprendido ver hasta qué punto fueRommel, en su vida privada, un hombresencillo y amante del hogar. Todos susadversarios nos lo imaginábamos comoel tipo exacto del Junker, como unproducto típico de la máquina militarprusiana. Y no era así. Quizá ese detalleinfluyera grandemente en suextraordinario éxito como conductor dehombres en la batalla.

Page 12: Rommel   desmond young

También a mí, como a cuantosestaban bajo mis órdenes, me hizo pasarRommel momentos angustiosos.Tratándose de él, resultaba siempreimposible relajar, por poco que fuera,nuestro esfuerzo para vencerle; si haexistido alguna vez un general cuyaúnica preocupación era derrotar ydestruir a su enemigo, ese hombre sellamaba Rommel. Ni mostrabacontemplaciones, ni las esperaba paraél. Y no obstante, jamás seria yo capazde transformar en odio personal haciaél, como adversario, mi repulsión haciael régimen a cuyo servicio estabaRommel. Ahora que ya está muerto, al

Page 13: Rommel   desmond young

rendirle homenaje como hombre y comosoldado y deplorar las ignominiosascircunstancias de su muerte, tal vez surjaalguien para acusarme de pertenecer a loque el señor Bevin llama «sindicato delos generales». En el supuesto de queexista ese sindicato y por lo que yopuedo saber, ser miembro del mismosignifica sencillamente que unoreconoce en sus enemigos las cualidadesque personalmente desearía poseer: elrespeto hacia un bravo adversario quees competente y escrupuloso en suacción, y también el deseo de que eseadversario le trate a uno, en caso de quele venza, del mismo modo que uno

Page 14: Rommel   desmond young

desearía tratarle a él si llegara aderrotarle. Esto es lo que habitualmentese llama espíritu caballeresco, y yapueden algunos proclamar que es unatontería y que es cosa de otros tiempos.Tal vez tengan razón, pero si así es,siento tener que mostrarme desolado.

Con el fin de recoger el máximoposible de detalles acerca de la vida yla muerte de Rommel, el general debrigada Desmond Young, autor de estelibro, no ha escatimado esfuerzos nidiligencias, lo mismo cerca de la familiadel general que de las personas quetuvieron ocasión de conocerle. DesmondYoung, veterano de la Primera Guerra

Page 15: Rommel   desmond young

Mundial, se hallaba sumergido porcompleto en la guerra del desiertocuando tuvo la mala suerte de caerprisionero en Gazala, en un momento enque la batalla no estaba aún decidida. Setrata de un viejo amigo mío; tras suevasión, lo incorporé a mi EstadoMayor. En Delhi, y tambiénaprovechando largos viajes de aviónjuntos, tuvimos ocasión de examinarmuchos problemas. Tal vez eso dé piepara que algunos sospechen que yo leinspiré algunas de sus opiniones acercade cómo fue llevada la guerra (¡y, sinembargo, son posibles tantas y tantasopiniones sobre este tema!). A ese

Page 16: Rommel   desmond young

respecto, puedo afirmar categóricamenteque jamás hablamos de la guerra enÁfrica del Norte. Las conclusiones deDesmond Young sobre el particular,suyas son y sólo suyas; por algo es unhombre de espíritu independiente. Leí unejemplar del manuscrito de este librocuando otro ejemplar estaba ya caminode la imprenta, y experimenté una granalegría, un enorme interés. Estoy segurode que el libro apasionará a todos suslectores.

Dicho esto, sólo me cabe añadir queacojo con satisfacción la obra deDesmond Young, puesto que, al hacerjusticia a un adversario de firme

Page 17: Rommel   desmond young

corazón, puede mostrar a las nuevasgeneraciones alemanas que no sentimosodio alguno hacia las cualidadesmilitares germánicas y sí únicamentehacia el mal uso que de ellas han hechosus jefes repetidamente.

Mariscal Sir CLAUDE J. E.AUCHINLECK

Page 18: Rommel   desmond young

INTRODUCCIÓN

Bajo los primeros y violentos fulgoresde una soleada mañana de junio,habíamos atravesado el campo de minasdel lado oeste de Bir-Harmat, en ellugar mismo donde, cerca del CuartelGeneral de la 10.a brigada de Infanteríade la India, los tanques alemanes nos

Page 19: Rommel   desmond young

habían puesto en desorden la nocheantes. Como todos los prisionerosforzados a pasar una noche al raso,formábamos una tropa dedesharrapados. Íbamos mezcladosingleses e hindúes, algunos tiritandobajo su camisa de manga corta y supantalón corto, otros cubiertos con suscascos y tapados con mantas hasta losojos, y todos sucios, sin afeitar,hambrientos. Empezábamos acomprender que aquello de «ser metidoen el saco», con lo que tanto sebromeaba habitualmente en el OrienteMedio, no era una simple broma. De vezen cuando, nuestros guardianes nos

Page 20: Rommel   desmond young

obsequiaban con algunas de aquellasindiferentes miradas de menosprecioque nosotros mismos habíamos dedicadotan a menudo a las interminablescolumnas de prisioneros italianos. Pesea que normalmente yo sentía un temorlógico a las minas, ahora me hallabahasta tal punto desconcertado por micautividad, que caminaba por entre ellasindiferentemente, en la linde del campo,ya que resultaba más fácil avanzarcuando se colocaba uno fuera de lacolumna. Y poco me preocupaba mirardónde ponía los pies, ni siquiera cuandoel soldado alemán que cerraba lamarcha me llamaba al orden.

Page 21: Rommel   desmond young

Una vez atravesamos el campo deminas, pasamos ante una batería alemanaen plena acción. Nuestros cañones ytambién algunos carros de combateestaban intentando localizarla. Algunosobuses y balas trazadoras enmarcaronmuy pronto el movimiento de lacolumna. A mi lado, un joven oficial viocómo un cascote de metralla se lellevaba un pie. Ante nosotros surgierongritos de alarma. Un mismo impulso hizoque cada uno nos echáramos a derecha eizquierda del camino. Durante unosminutos corrí como todo el mundo; peroluego, persuadido de que, a fin decuentas, es tan fácil caer bajo el fuego

Page 22: Rommel   desmond young

de la artillería como escapar a él, mepuse a caminar normalmente hasta quede pronto me encontré, en la cola de lacolumna, junto a un rubio y jovenrepresentante del Afrika Korps. Me hizoseñas de que corriera. Levantando micasco, le mostré mis cabellos grises.Vaciló por un momento, como un perroovejero que dudara entre dar unmordisco a la oveja descarriada oesforzarse en mantener el resto delrebaño agrupado. Luego, se decidió depronto a continuar la persecución,indicándome que le siguiera.

Como vi que la batería alemanaestaba del todo entregada a su tarea,

Page 23: Rommel   desmond young

intenté, haciendo gala de la máximanaturalidad posible, deslizarme hacia elflanco de la columna. Más o menos acincuenta metros de distancia descubrílo que buscaba: una estrecha trinchera.Me dejé caer en ella, echando enseguida sobre mí un poco de arena. Enel desierto, la captura es raras vecesdefinitiva. Con un poco de suerte, podíapermanecer allí hasta que se hiciera denoche y pudiera descubrir un pasoseguro a través del campo de minas.Desde luego, para incorporarme anuestras filas tendría que ir andandohasta El Adem, pero muchos soldadoshabían hecho en ocasiones recorridos

Page 24: Rommel   desmond young

aún más largos y difíciles.Sin embargo, tan sólo veinte minutos

más tarde me pescaron. Fue un oficialalemán el que, de pie en su automóvil,me vio en la trinchera al pasar cerca demi refugio, y se detuvo. Fui sacado demi agujero y me llevaron de nuevo hastala cabeza de la columna de prisioneros,que continuaba marchando bajo unbombardeo esporádico. Pero antes deque hubiese podido perdermedisimuladamente entre la masa de losprisioneros, oí que un capitán alemán megritaba en inglés: «¿Es usted acaso eloficial de más alta graduación?». Talvez lo fuera. Por lo menos, era el de más

Page 25: Rommel   desmond young

edad. El oficial añadió: «Protegidos poruna bandera blanca, va a montar usted enun automóvil junto con dos oficiales.Pedirá usted a su batería que cese elfuego; diga que si continúa tirando, sóloconseguirá herir a sus propioshombres». En cierto sentido, era verdad.Pero, por instinto natural, un prisionerode guerra no hace nunca lo que lemandan. Así, pues, contesté que no creíapoder cumplir aquella misión. (Durantelos dieciséis meses que siguieron, mepregunté más de una vez cómo hubieranpodido atraparme de nuevo en caso delograr alcanzar nuestras líneas; nohubieran podido hacerlo; y me mordía

Page 26: Rommel   desmond young

los puños cada vez que pensaba en lotonto que fui al rechazar la propuesta).

Así estábamos cuando se detuvofrente a nosotros un «Wolkswagen», delque saltó un oficial alemán de altagraduación, robusto y rechoncho. Adiferencia de la mayoría de nosotros,iba correctamente vestido con unaguerrera y pantalón de montar. Observéque tenía ojos de color azul claro ysólida mandíbula, y que todo en éldenotaba un indiscutible aire de mando.No hacía falta conocer el alemán paracomprender que estaba preguntando quéera lo que sucedía. Charlaron duranteunos momentos y luego el oficial que

Page 27: Rommel   desmond young

hablaba inglés se volvió hacia mí y medijo con sequedad: «Según me dice elgeneral, puede usted negarse a ejecutarnuestra orden si así lo ha decidido».

Eché una ojeada al general, y mepareció que en su rostro flotaba lasombra de una sonrisa. En todo caso, mepareció que su intervención bienmerecía un saludo. Y se lo hice, muyrápidamente, antes de incorporarme denuevo a las filas que debían conducirmeal cautiverio.

Me hubiera sido muy difícil noreconocer en aquel hombre a Rommel.Pero tampoco hubiera podido imaginar,en aquellos momentos, que unos años

Page 28: Rommel   desmond young

más tarde su viuda me enseñaría sumascarilla mortuoria y me contaría lahistoria de su asesinato…

Page 29: Rommel   desmond young
Page 30: Rommel   desmond young

1

BENGASI, CONRETORNO

Hacia mediados de febrero de 1941, lasacciones inglesas alcanzaban en Egiptosu cota más alta. Los camareros de los

Page 31: Rommel   desmond young

bares, barómetros infalibles de nuestrosbuenos o malos destinos, se habíanvuelto en Alejandría y en El Cairo tanexpansivos, que uno estaba dispuesto averles ofreciéndonos una ronda a cuentadel establecimiento. Los criadosindígenas, por su parte, perdían aquel suaire habitual de menosprecio que lesasemeja a los camellos. Y los mismostaxistas habían recobrado, respecto anosotros, su discreta cortesía. En lo quehace a las altas esferas, los obesospachás invitaban a los oficialessuperiores ingleses en el Mohamed AlíClub. En las cercanías de Gezireh, lasfiestas se sucedían una tras otra en los

Page 32: Rommel   desmond young

jardines de los millonarios. La buenasociedad de El Cairo había dejadoprácticamente de hablar el italiano.Según se decía, las relaciones entre elrey de Egipto y el embajador de SuMajestad británica no podían ya ser máscordiales. En suma, que el Este (y en elcaso de que hablamos, no podía hacersediferencias entre el Próximo, el Medio oel Extremo Oriente) hacía su instintivazalema al éxito ajeno. Tan sólo lostenderos de Kasr-el-Nil, divididosinteriormente entre el deseo patrióticode vernos partir definitivamente de supaís y el instinto profundamentearraigado en ellos de vaciar nuestras

Page 33: Rommel   desmond young

bolsas hasta dejarlas sin un céntimo,pensaban con tristeza que muy pronto eloleaje de nuestras piastras tal vez iría adesembocar en las arcas de sus colegasde Trípoli.

¿Y entre nosotros, cómo iban lascosas? Las amables jóvenes quetrabajaban en el Gran Cuartel Generalcomo telefonistas, o como enfermeras enlos hospitales, abrían los ojos de par enpar, con admiración, cuando alguno delos jóvenes leones del 11.o de Húsaresatravesaba con aire indolente, luciendosus pantalones color rojo cereza, elsalón del hotel Shepheard’s o el jardíncon terrazas del Continental. Se trataba

Page 34: Rommel   desmond young

de los famosos «ratas del desierto» dela 7.a división blindada, que asestaronlos primeros golpes al enemigo,cruzando las alambradas de la fronterala misma noche en que Italia entró enguerra, volviendo de su incursión con unbuen puñado de prisioneros italianos.Luego habían vivido durante ocho mesesen contacto permanente con el enemigo,atacando su retaguardia por medio desus carros blindados, vigilando losmenores movimientos del adversario,disparando sobre sus filas aquemarropa, a lo largo de la zonacostera, hasta el punto de que lositalianos habían acabado por no

Page 35: Rommel   desmond young

atreverse a dar un paso después delcrepúsculo. Solamente el Long RangeDesert Groupe[1] lograría, más tarde,igualar la audacia de aquellas «ratas» dela 7.a división blindada. Por más que lacaballería tuviera fama de snob, losacompañantes de las amables jóvenes notenían más remedio que admitir que unbuen regimiento inglés de caballería«tenía algo especial».

En el guardarropa de los hotelesalternaban las gorras de fieltro de laRifle Brigade, con su plateada cruz deMalta, y las del 60.o Rifles, adornadascon su pompón rojo. En el bar, losoficiales de estos dos batallones,

Page 36: Rommel   desmond young

parejos en fama y reputación, seotorgaban mutuamente de una unidad a laotra las cualidades de coraje ycapacidad militar que todos elloshubieran negado a cualquier otrosoldado, a excepción, naturalmente, dela caballería y de la artillería pesada.

En cuanto a los australianos,deambulaban por las calles sinpreocuparse ni poco ni mucho desaludar a los oficiales superiores quepudieran hallar a su paso, y siguiendouna costumbre tradicional en ellos, seapelotonaban en número de hasta diezjuntos dentro de alguna desvencijadavictoria, echando una mirada sardónica

Page 37: Rommel   desmond young

sobre aquella ciudad que sus propiospadres habían saqueado en laspostrimerías de la Primera GuerraMundial. De vez en cuando entonabanWaltzing Matilda o El mago de Oz.Añadamos que los dueños de los cafés,los tenderos y los vendedores dechucherías o de postales eróticas lesmiraban respetuosamente, con un respetoen el que había más temor que afecto.

Por buena que fuera la opinión queEgipto se había formado acerca delEjército del Nilo, aún era mejor la queéste tenía sobre sus propios méritos. Yno le faltaba razón para ello. En los dosúltimos meses había avanzado 800

Page 38: Rommel   desmond young

kilómetros, batiendo y destruyendo unejército italiano compuesto de cuatroCuerpos, es decir, un total de nuevedivisiones y parte de una décima,capturando 130.000 prisioneros, 400tanques y 1290 cañones, además de unagran cantidad de material diverso.(Entre ese «material diverso» había:sábanas limpias y camas confortables,camisas de seda, suntuosos maletines de«toilette» en cuero de Florencia,cosméticos fuertemente perfumados,delicadas capas azules para caballería,vinos y licores de todas clases, granprofusión de aguas de tocador, sinolvidar una caravana motorizada de

Page 39: Rommel   desmond young

agraciadas muchachas «reservadas paralos oficiales solamente»… ¡Lositalianos no olvidaban las comodidadesal dedicarse a la guerra! Cuando elgeneral Berganzoli (apodado «patillaseléctricas») se rindió sin condiciones el7 de febrero, llevó consigo a lacautividad en Dehra Dun a másgenerales de los que se había podido verjuntos en la India desde el Durbar[2] delaño 1911.

El verano anterior pareció como sial ejército de Graziani le hubierabastado saltar a sus camiones para rodarhasta El Cairo, bajo la protección de susfuerzas aéreas. De hecho, hubiera

Page 40: Rommel   desmond young

podido ser así. Y sin embargo, aquelmismo ejército acababa de ser barridodel teatro de operaciones. Lamentándosede que Mussolini le hubiera obligado aemprender «la guerra de la pulga contrael elefante». (¡Vaya con la pulga, sediría el Duce, poseyendo como posee unmillar de cañones!), Graziani seapresuró a enviar su testamento a suesposa y huir, metiéndose primero enuna tumba romana de Cirenaica, a 25metros bajo tierra, y luego se retiró aItalia.

Esta gran victoria costó solamente500 muertos, 1.373 heridos y 500desaparecidos, costo bajo si se tiene en

Page 41: Rommel   desmond young

cuenta que intervinieron en la accióntres divisiones, utilizándose en lasoperaciones dos de ellas al mismotiempo: la 7.a blindada y la 4.a hindú,siendo luego relevada esta última, trasla batalla de Sidi Barraní, por la 6.a

división australiana.Pero pronto los ecos suscitados por

la ofensiva del general Wavell fueronborrados por la resonancia de loscombates, mucho más importantes, quese desarrollaban en el frente ruso. Notardó en parecer de buen tono eldesvalorizar las victorias logradassobre los italianos. Y sin embargo, ladecisión de atacar a un enemigo tan

Page 42: Rommel   desmond young

manifiestamente superior en número, laidea de mantener a nuestras tropasestacionadas en el desierto durante todauna jornada y a sólo 50 kilómetros delas líneas enemigas, y la de infiltrarse através de sus fortificaciones durante lanoche sin ser descubiertos, para cercaral adversario y atacarle en suretaguardia al romper el día…, todo estofue la primera manifestación del geniomilitar, que no faltaba en nuestro bando.

Encuadrados deficientemente por susoficiales y no aportando a la batallademasiado empuje, los italianos sehundieron ante aquel ataque porsorpresa, en cuanto pudieron comprobar

Page 43: Rommel   desmond young

que sus obuses no lograban perforar elblindaje de nuestros tanques «I» y que lapreparación de las tropas lanzadascontra ellos estaba a la altura de sumagnífico espíritu combativo. Otrasdivisiones aún mejores habían hecho lomismo antes y volverían a hacerlo otravez en el futuro. Pero sería, sin embargo,un error creer que todas aquellasoperaciones se redujeran poco más omenos a una serie de paseos militares.En Nibeiwa, por ejemplo, muchosartilleros italianos permanecieronsirviendo sus cañones hasta el mismomomento en que nuestros tanquesllegaron a sus posiciones. Cuando había

Page 44: Rommel   desmond young

ya sido herido, el general Maletti muriódefendiendo con ráfagas deametralladora la entrada a su tienda. Yen Beda Fomm, la 2.a Rifle Brigade tuvoque rechazar nueve ataques consecutivosde tanques italianos, lanzados contraella con determinación.

Es asunto aparte el de saber si elgeneral Wavell, en caso de que se lehubiera autorizado a ello, hubieselogrado llegar a Trípoli, de manera quelo que en un principio se concibió comooperación de reconocimiento de cincodías todo lo más, se convirtiera en unaofensiva de gran envergadura. ¿Hubieranresistido otros 900 kilómetros de

Page 45: Rommel   desmond young

marcha nuestros tanques, ya fatigados, ynuestros transportes, excesivamentesobrecargados? Y una vez ya al abrigode toda sorpresa ¿acaso las divisionesitalianas que permanecían intactas enTrípoli no se hubiesen apresurado afortificar la línea Homs-Tirhuana? ¡Esoes lo que dos años más tarde esperó delos alemanes el general Montgomery!¿Hubiera podido utilizarse Bengasicomo puerto de aprovisionamiento,sometido a un intenso bombardeo? ¿Nohubieran reaccionado los alemanes,transfiriendo a la zona de operacionessus divisiones aerotransportadas dereserva en la Italia del norte? De todos

Page 46: Rommel   desmond young

modos, parece evidente que el generalO’Connor, jefe de las FuerzasOccidentales del Desierto, aun en elcaso de que hubiera logrado llegar aTrípoli, se hubiera encontrado a fin decuenta en la situación del cazador detigres que, habiéndose encaramado a loalto de un árbol para acechar a uno deellos se ve atacado por la fiera.Efectivamente, no disponíamos poraquella época de la capacidad suficientepara explotar a fondo el éxito de unaoperación, éxito que en sus propiasdimensiones había ya superado nuestrasmás locas esperanzas.

En todo caso, la seguridad de Egipto

Page 47: Rommel   desmond young

estaba asegurada; el poderío del Ejehabía sido roto en África del Norte yrestaurado el prestigio británico enOriente Medio. Por vez primera desdelos tiempos de la gran batalla deInglaterra, nuestros compatriotas podíancelebrar en sus hogares una victoriabritánica.

* * *

Dos meses después, la consternaciónreinaba en El Cairo, donde la cotizaciónde los valores británicos se había

Page 48: Rommel   desmond young

venido abajo con la misma velocidadcon que antes subiera. Poco a poco,fueron filtrándose los detalles deldesastre: la evacuación de Bengasi, enverdad desgraciada peroindudablemente «efectuada según unplan preparado de antemano»; ladestrucción, como fuerza combatiente,de la 2.a división blindada, que habíallegado de Inglaterra hacía poco; lacaptura del mayor general Gambier-Parry y su Estado Mayor en Mechili; elhundimiento, al ser desbordada por elenemigo, de la 3.a brigada motorizadahindú, ya en el comienzo de lasoperaciones; el bloqueo, en Tobruk, de

Page 49: Rommel   desmond young

la 9.a división australiana; el tenientegeneral sir Richard O’Connor (queacababa de ser elevado a la dignidad deCaballero, en premio a sus recientestriunfos), «caído dentro del saco» almismo tiempo que el teniente generalPhilip Neame, V. C. y el tenientecoronel John Combey, del 11.o deHúsares; la caída de Bardia, Sollum yCapuzzo; el retorno del enemigo contranuestras fortificaciones; la amenazacerniéndose sobre Egipto con más fuerzaque nunca… No, desde luego, ningún«portavoz de El Cairo» hubiese podidoconvencer al mundo de que se trataba deun «éxito propagandístico». Y tampoco

Page 50: Rommel   desmond young

los melifluos acentos del comentaristade la B.B.C., Richard Dimbleby, podíanhacer nada para disfrazar la realidad.

Dura realidad, que no se podíaenmascarar, sobre todo en lo queafectaba a los egipcios, que pertenecen auna raza cínica y realista, de modoparticular cuando están en juego susintereses. De ahí que en seguidapercibieran la señal roja del peligro.Nunca se habían preocupado demasiadopor los italianos, pero ¡ah, los alemanes,qué formidables soldados! ¡Unosverdaderos profesionales, como lossoldados de nuestro propio país! Lagente esperaba que respetaran la

Page 51: Rommel   desmond young

propiedad privada en El Cairo y que nocayeran en la tentación de divertirsecambiando la cotización de la moneda.No cabía duda, pensaban todos, de queconvenía no olvidar los conocimientosde italiano y hasta aprender algunosrudimentos de alemán. Y todo ello,naturalmente, sin cesar de mostrarsecortés, mientras las cosas no cambiaran,con los ingleses. ¿Quién sabe nunca loque puede suceder? Lo importante erano extralimitarse en ningún sentido. Y laverdad es que ni entonces, ni más tarde,los egipcios no olvidaron nunca lasenseñanzas de míster Micawber, elfamoso personaje de Dickens, aunque el

Page 52: Rommel   desmond young

afecto que sentían por él sufrieracuriosas y notables variaciones detemperatura.

Sin una real justificación, ladiscreción habitual en tiempo de guerrarodeaba ahora como una espesa neblinalas operaciones de las zonas másalejadas. Y no obstante, nada había demisterioso en la derrota del generalWavell. El terreno había sido bienpreparado y sembrado cuando, tras lacaída de Bengasi, los jefes de su EstadoMayor Central le habían telegrafiadoque se preparara a trasladar del OrienteMedio a Grecia la parte más importantede su ejército y de sus fuerzas aéreas.

Page 53: Rommel   desmond young

Cuando esa orden fue cumplimentada (eltraslado afectó a una parte de la 2.a

división blindada, la división de NuevaZelanda, las 6.a y 7.a divisionesaustralianas y la brigada polaca), elgeneral Wavell se halló ya«prácticamente privado de la totalidadde las tropas perfectamente equipadas ydispuestas para las operaciones» quehubiese necesitado.

Conviene, ciertamente, que loshombres de Estado sean quienes digan laúltima palabra, por encima de losmilitares, porque sólo ellos poseen unavisión general de la situación. Y secomprende también que el Gobierno

Page 54: Rommel   desmond young

británico, movido por razones de tipopolítico, no pudiera por menos queacudir en auxilio de Grecia, pese a quelos griegos no mostraron un entusiasmodesbordante por aquella ayuda, que endefinitiva y por desgracia, resultóinsuficiente, de manera que a fin decuenta la dispersión de los esfuerzosprovocó fatalmente la derrota en uno yotro frente. Los especialistas de la«adivinación a posteriori» han intentadosostener la tesis de que el envío detropas inglesas a Grecia hizo que Hitlercreyera en la existencia de un pactosecreto entre ingleses y rusos, con locual retrasó el ataque a la U.R.S.S. por

Page 55: Rommel   desmond young

parte de los alemanes en unas semanas,que resultaron de importancia vital paralos Aliados. No me parece que larealidad justifique esas suposiciones. Loque no ofrece en todo caso duda algunaes que la ausencia de 57.000 hombresbien preparados fue la causa directa deuna importante derrota en el OrienteMedio.

Por lo demás, el general Wavell —ano ser que se tratara únicamente de suservicio de información— cometiótambién un grave error, y es digno dedestacar que fue el propio general elprimero en acusarse de él. Apoyándoseen las informaciones de que disponía,

Page 56: Rommel   desmond young

calculó que una ofensiva alemana contraCirenaica no podía producirse, por lomenos, hasta el mes de mayo, aun en elcaso (de lo cual, por otra parte, no habíapruebas fehacientes) de que refuerzosalemanes estuviesen en camino haciaTrípoli. Cuando dichas tropas fuerondescubiertas en Libia, a últimos defebrero, el general siguió pensando queno cabía esperar ningún ataque alemán,hasta, por lo menos, mediados de abril,y en su fuero íntimo, no lo esperabahasta mayo. ¡Pero el ataque fue lanzadoel 31 de marzo!

Añadamos que el general Wavell noera, ni mucho menos, enteramente

Page 57: Rommel   desmond young

responsable de este error. En la etapa1939-40 había seguido desarrollándoseactivamente la política deapaciguamiento. El Gobierno de SuMajestad «deseaba no dar ningún pasoque pudiera estropear sus relaciones conItalia» (relaciones que, de parte deMussolini, no se apoyaban más que en ladoble sensación de asco y desprecio queen el Duce provocaba el Leónaparentemente desdentado). El hecho esque, de acuerdo con dicha políticabritánica, no se había autorizado lainstalación de un servicio de espionajeen territorio italiano. En el momento enque Italia entró en la guerra, no

Page 58: Rommel   desmond young

disponíamos ni de un solo agente enÁfrica del Norte, y tuvimos que esperarbastante tiempo antes de lograr instalaralgunos. Así, pues, la 5.a división ligeramotorizada alemana pudo desembarcaren Trípoli sin que nadie pudieseavisarnos de sus movimientos.

Al igual que muchos otros generalesingleses hicieron durante la primeraetapa de una guerra, el general Wavellse vio obligado a asumir ciertasresponsabilidades «que mis recursos —diría él mismo luego— no me permitíande ningún modo afrontar». Wavellasumió esas responsabilidades sinquejarse. Luego, para que nada le

Page 59: Rommel   desmond young

faltara, se encontró de pronto frente auna revuelta en Irak y una pequeñaguerra contra los franceses petainistasde Siria. Después de que acabó conellos fue cuando se le relevó de sumando, o así, por lo menos,interpretaron las tropas del OrienteMedio su traslado. Tuvieran o nofundamento, las explicaciones según lascuales el general necesitaba un reposo, obien estaba llamado a más altasresponsabilidades, en nada cambiaron elsentimiento general de que se le habíadespedido por no haber logrado loimposible en Grecia. No sería ésta laúltima vez que Wavell, tras prestar a su

Page 60: Rommel   desmond young

país los más distinguidos servicios, severía tratado por su Gobierno con unosmodos a todo lo más indiferentes.

Tales fueron las circunstancias enque se produjo nuestro desastre enCirenaica. Pero en los comienzos delverano de 1941, si hubiésemospreguntado a cualquier paseante, en unacalle de El Cairo, qué le parecía aquelasombroso revés de fortuna de nuestrastropas, es probable que la respuesta sehubiese reducido a una sola palabra:Rommel.

Page 61: Rommel   desmond young

2

«NUESTRO AMIGOROMMEL»

A todos los comandantes y jefes de EstadoMayor; de parte del Cuartel General de lastropas inglesas en Egipto y de las Fuerzas

Page 62: Rommel   desmond young

del Oriente Medio.El hecho de que nuestro amigo Rommel

se haya convertido para nuestras tropas enuna especie de mago o de coco representaun serio peligro. Nuestros hombres hablandemasiado de él. Aunque indiscutiblementesea un hombre enérgico y de capacidad, nose trata en ningún modo de unsuperhombre. Y aun en el caso de que setratara de un superhombre, seríalamentable en extremo que nuestras tropaslo dotasen de poderes sobrenaturales.

Mi deseo es que contribuya usted, portodos los medios a su alcance, a borrar laidea de que Rommel representa algo másque cualquier otro general alemán. Esparticularmente importante que cuandohablemos de nuestro enemigo de Libia nomencionemos jamás el nombre de Rommel;debemos referirnos «a los alemanes, a las

Page 63: Rommel   desmond young

potencias del Eje, al enemigo», cesando deestar hipnotizados por Rommel. Le ruegovele usted para que esta orden seainmediatamente ejecutada a todos losniveles. Todos los jefes deben percatarse deque se trata en este caso de un punto devista psicológico de la mayor importancia.

General C. J. Auchinleck,Comandante en Jefe de las Fuerzas del

Oriente Medio[3]

En cualquiera de las guerras que hastahoy se han producido, el número degenerales que lograron imponer supersonalidad a sus propias tropas, y nodigamos a las enemigas, es mucho más

Page 64: Rommel   desmond young

reducido de lo que los propios generalesse complacen en imaginar. Recuerdo quedurante la Primera Guerra Mundial sedecía a mi alrededor, no sin ciertarazón, que pocos eran los soldadosingleses que sabían cómo se llamaba elgeneral de su división. ¡Y cuántos ycuántos altos jefes había, cuyos nombresno significaban absolutamente nada paralos soldados rasos! Ciertamente, habíanoído hablar de Haig. Su orden del día de1918: «Resistir de espaldas a la pared»tenía una resonancia humana. Peroaquella figura lejana y solitaria erarelativamente poco simpática. Siimpresionó hondamente a los

Page 65: Rommel   desmond young

supervivientes de 1918, fue cuando yadesmovilizados, se enteraron de cómoHaig consagraba los últimos años de suvida a trabajar en pro del bienestar desus antiguos soldados. ¿Pero y Plumer?¿Y Allenby? ¿No eran conocidos? Talvez sí. Pero incluso cuando uno servíabajo sus órdenes, ¿quién conocía a losByng, Rawlinson, Horne…, todos ellosjefes extraordinarios, cada uno a sumodo y manera? En verdad,considerando la larga serie que va deduque de Wellington a lordMontgomery, se contarían con los dedosde una sola mano los generalesbritánicos que a los ojos de sus

Page 66: Rommel   desmond young

soldados aparecieron como héroes.En lo que se refiere a la Segunda

Guerra Mundial, ese caráctercorrespondió en común a Monty, “Bill”Slim y “Dickie” Mountbatten. Eigualmente a “Alex”, quien, comocualquiera puede suponer, vivió siempreajeno a esta cuestión. Y asimismo, porcurioso que pueda parecer a primeravista, al propio general Wavell, pese asu aspecto excesivamente taciturno. Seacomo fuere, las tropas no dudaron jamásde su competencia y se mostraronsiempre sensibles a la gentileza decorazón que Wavell disimulaba tan bien.“The Auk” era para los soldados

Page 67: Rommel   desmond young

hindúes el espíritu inspirador. Y algosemejante ocurría en lo que se refiere alos Freyberg, los “Strafer” Gott, los“Jock” Campbell y, sin duda, a muchosotros en tantos otros terrenos deoperaciones. Pese a todo ello, no esmenos cierto que el general conocidopor sus soldados es un pájaro raro, ymás raro todavía el que goza decelebridad entre las tropas adversarias.

Así, pues, el caso de Rommel pareceun puro fenómeno. Cuando la orden deldía que hemos citado antes fue difundidaen El Cairo, suscitó muchoscomentarios, en los que raramentefaltaba una punta de ironía. Sin embargo,

Page 68: Rommel   desmond young

su necesidad se hizo sentir muy pronto.Rommel, en efecto, se había identificadoa tal punto con el Afrika Korps, habíacausado en sus adversarios unaimpresión tan fuerte, y loscorresponsales de guerra ingleses ynorteamericanos, así como losperiódicos más probritánicos cairotas,lo habían elevado tanto al pináculo, queel general alemán se había convertidorápidamente en la figura más conocida yhasta más popular del Oriente Medio.Nuestros soldados hablaban de él, conun cierto afecto, diciendo: «Estebastardo de Rommel», fórmula que erajustamente —de ello me enteré hace

Page 69: Rommel   desmond young

poco— la del Afrika Korps. Y cuandonuestros soldados añadían, como ocurríaa menudo: «Eso, apúnteselo al bastardode Rommel», no hacía falta ser un granpsicólogo para comprender que elespíritu deportivo tradicional delsoldado inglés podía jugar a éste unamala pasada, creando en él unpintoresco complejo de inferioridad.

Y eso fue lo que efectivamentesucedió. Los hombres recién llegados aldesierto, y hasta también una minoría deviejos «ratas» de él, tendían cada vezmás a decir: «Nos hemos enfrentado conlos alemanes», como si el hechoconstituyese ya de por sí una excusa

Page 70: Rommel   desmond young

para cualquier fracaso. Para todoscuantos recordaban el tono de piedad ymenosprecio apenas disimulado con quehablábamos, durante la Primera GuerraMundial, de los «pobres viejos Fritz»,la manera como Rommel y el AfrikaKorps iban ganándose un granascendiente moral sobre nuestras tropasconstituía un evidente peligro. ¡No cabíaduda de que las fáciles victorias quehabíamos obtenido sobre los italianosno nos habían hecho ningún bien!

Aun teniendo en cuenta la aureola deleyenda de que se le rodeó, resulta detodos modos difícilmente comprensiblepor qué Rommel se convirtió tan

Page 71: Rommel   desmond young

rápidamente en un type dans le genre deNapoleón, una especie de coco, tanto enEl Cairo para los paisanos y lossoldados de la retaguardia como paralos combatientes de primera línea, paralos que representaba una amenazapróxima y personal.

Había surgido, como Mefistófeles,de un escotillón, adelantándose incluso ala voz que le indicaba su entrada enescena. Nuestro Servicio deInformación, en todo caso, poco sabíade él, ni como soldado ni como hombre.Verdad es que los ingleses habíandejado siempre en manos de losfranceses la tarea de procurarles los

Page 72: Rommel   desmond young

«retratos» de los generales alemanes ytodos los detalles personales quepermiten a un jefe militar hacerse unaidea de cómo es su adversario. Elrepentino derrumbamiento de Franciapuso fin a aquel tipo de contactos; losexpedientes quedaron en el Ministeriode la Guerra francés, de modo quepudieron leerlos con toda tranquilidadaquellos hombres a los queprecisamente se había querido«retratar». Fue, pues, muy poca cosa loque el War Office pudo servir al generalWavell como informaciones sobreRommel. Decían éstas solamente que setrataba de un hombre de carácter

Page 73: Rommel   desmond young

bastante impetuoso, que se habíacomportado muy bien en la PrimeraGuerra Mundial y también más tarde,como jefe de división, en el momento dela invasión de Francia, pero que detodos modos distaba mucho de hallarseen la cumbre de la jerarquía de losgenerales alemanes. Las informacionesañadían que se trataba de un nazifanático y que había sido elegido para supuesto en África del Norte gracias alfavoritismo de que gozaba en el partidonacionalsocialista.

Tal croquis de Rommel era a la vezrudimentario y falso. Pero aún siguencontándose las historias más fantásticas

Page 74: Rommel   desmond young

acerca de los orígenes de Rommel y delcomienzo de su carrera. En Defeat inthe Wet , libro por lo demás biendocumentado, se narra, por ejemplo, queRommel perteneció a los Cuerpos libresal igual que Goering, Hess, Roehm,Bormann y demás consortes. EstosCuerpos agrupaban, según dice el citadolibro, «a jóvenes fanfarronesirresponsables», que a no tardar, enplena Alemania posterior a 1918, «semostraron agresivos y brutales a más nopoder en la represión de losdesórdenes», y de entre los cualesemergieron «los jefes de las bandas quemás tarde habrían de convertirse en las

Page 75: Rommel   desmond young

SA y las SS hitlerianas». Según otrasfuentes, Rommel había sido hijo decampesinos, formando parte de lasprimeras tropas de asalto nazis. Hayotros que sostienen que se trataba de unsuboficial que destacó durante laPrimera Guerra Mundial. Finalmente,también hay algunos para afirmar queRommel perteneció a la Policía en elperíodo que separó a las dos guerras.

La verdad es menos pintoresca. Delcomienzo al fin de su carrera, Rommelfue un soldado profesional. Como puedecomprobarse por el resumen de su hojade servicios que reproducimos al finalde este libro, no cesó en ningún

Page 76: Rommel   desmond young

momento de pertenecer al ejércitoalemán desde el día en que ingresó en suprimer regimiento hasta el de su muerte.No formó nunca parte ni de los Cuerposlibres, ni de la Policía, ni del partidonazi, ni menos aún de las tropas deasalto. Y sus relaciones con Hitler seestablecieron de una manera puramentefortuita.

Es cosa fácil descubrir el origen dela mayoría de esas leyendas gratuitas. Elperiódico de Goebbels, Das Reich,publicó en el verano de 1941 un artículoanónimo que atrajo de manera particularla atención de los corresponsales dePrensa extranjeros destacados en Berlín.

Page 77: Rommel   desmond young

Aquel artículo revelaba que Rommel,hijo de un obrero, había abandonado elejército al acabar la guerra 1914-18para seguir sus estudios en launiversidad de Tubinga, que luego habíasido uno de los primeros jefes de lastropas de asalto, que estaba íntimamenterelacionado con Hitler, etc.

Cuando alguien le mostró el recortede prensa con aquel artículo, en Áfricadel Norte, reaccionó violentamente.Escribió en seguida al Ministerio dePropaganda para preguntar a santo dequé se había publicado aquella sarta deinfundios acerca de su persona. ElMinisterio de Propaganda procuró salir

Page 78: Rommel   desmond young

del paso contestando que eloberleutnant Tschimpke, autor de unlibro sobre la 7.a división blindada, queRommel había mandado en Francia, eraquien había dado aquellasinformaciones. Después de la batalla deHalfaya Pass, Rommel encontró eltiempo necesario para revolverse contrael infortunado Tschimpke. ¿Había ésteprocurado las informaciones o no? Y encaso afirmativo, ¿a qué propósitorespondía la iniciativa? En su respuestaa Rommel, Tschimpke negó haber hechonada semejante. Escribió, por otra parte,al Ministerio de Propaganda,preguntando por qué razones se le

Page 79: Rommel   desmond young

empujaba a una disputa con el generalRommel. La respuesta que recibió, queemanaba de la Presse Abteilung derReichregierung, Abt. Auslandspresse,Gruppe: Information, Wühelmplatze, 8-9, fechada en 11 de octubre de 1941 yfirmada «Heil Hitler, Dr. Meissner»,constituye una de esas obras maestras dehumor involuntario, gracias a las cualescomprende uno por qué la propagandaalemana perdió a la larga toda eficacia.Lo que se había publicado en el famosoartículo acerca del general Rommel —afirmaba el Dr. Meissner—, en nadapodía perjudicar la reputación de estegran hombre, sino que, por el contrario,

Page 80: Rommel   desmond young

le haría bien al hacer su personalidadmás familiar y simpática a loscorresponsales de guerra extranjeros.Vistas las cosas bajo el estricto punto devista de la propaganda, concluía el Dr.Meissner, hubiera sido mejor aún queaquellos informes, por lo visto falsos,hubiesen respondido realmente a laverdad de las cosas.

Tschimpke remitió aquella carta aRommel, quien la conservó entre suspapeles personales. Desde aquellafecha, el general manifestó un ascoprofundo y una cierta desconfianza haciacuantos tenían algo que ver, por pocoque fuera, con los servicios de

Page 81: Rommel   desmond young

propaganda. Su primera víctima fue uninfeliz joven oficial, llamado Berndt,que había sido destinado al AfrikaKorps tras un período de preparación enel Ministerio de Propaganda. Alpresentarse a Rommel, a quien habíasido personalmente recomendado, viocon sorpresa cómo éste le ordenabarealizar, la noche misma de su primerdía de estancia en el desierto, una«pequeña incursión» tras las líneasbritánicas. Berndt era un joven valientee inteligente, y logró volver de aquellamisión tan desagradable trayéndosevarios prisioneros ingleses y algunosinformes de un cierto valor. En adelante,

Page 82: Rommel   desmond young

Rommel hizo con él una excepción yhasta utilizó a menudo sus servicios parallevar a Berlín ciertos informes que nodeseaba enviar por la vía jerárquicanormal. Pero de cualquier modo losperiodistas de paso siguieron siendosospechosos a los ojos de Rommel.

¿Cuáles eran los detalles exactosque los jóvenes secuaces de Goebbelshubiesen podido descubrir con facilidad—si es que no los conocían ya— en elMinisterio de la Guerra, o que hubieranpodido procurarse sólo con acudir a lafamilia del general?

Erwin Johannes Eugen Rommelnació un domingo por la tarde, el 15 de

Page 83: Rommel   desmond young

noviembre de 1891, en Heidenheim,pequeña ciudad de Wurtemberg, en lascercanías de Ulm. Su padre, que sellamaba también Erwin de nombre, eraprofesor, hijo de otro profesor. Padre yabuelo fueron matemáticos de ciertorenombre en Alemania. Como le tocóvivir en una época en que la enseñanzaobtenía en Alemania mayorconsideración y favor que el hecho depertenecer a un partido político, el señorprofesor Rommel gozaba en Heidenheimde la estimación general. En 1886 sehabía casado con Elena, hija mayor deKarl von Luz, presidente del Gobiernode Wurtemberg y por eso mismo persona

Page 84: Rommel   desmond young

prominente entre quienes le rodeaban.Del matrimonio nacieron cinco hijos: unvarón, Manfred, que murió muy joven;una hija, Elena, que no llegó a casarse yque aún hoy continúa laborando comoprofesora en la famosa instituciónWaldorfschule, de Stuttgart; el propioErwin Rommel, que en este libro nosinteresa, y otros dos varones máspequeños, Karl y Gerhardt. Karl es hoyun inválido casi total a consecuencia deuna malaria que contrajo en Turquía y enMesopotamia, donde sirvió como pilotodurante la guerra 1914-18, y de Gerhardtpuede decirse que ha sido el único enponer una nota de originalidad en el

Page 85: Rommel   desmond young

mundo convencional de la familiaRommel: abandonó la agricultura paraconvertirse en cantante de ópera, carreraque aún sigue en la actualidad, aunquesin demasiado éxito y con vergüenza desus familiares, en la ciudad de Ulm.

En 1898 el padre de Rommel fuenombrado director del Real Gimnasiumde Aalen, escuela que se caracterizabaporque en ella se daba primacía a laenseñanza de las disciplinas modernassobre las clásicas, y ese cargo ocupóhasta 1913, fecha en que murió aconsecuencia de una intervenciónquirúrgica. Su esposa le sobrevivióveintisiete años, pues no murió hasta

Page 86: Rommel   desmond young

1940, cuando su segundo hijo había sidoya ascendido a mayor general.

«Un duro». Esa es la expresión queparece más adecuada a la conducta deRommel al frente del Afrika Korps. Y,no obstante, cuando niño, ErwinRommel era precisamente todo locontrario de «un duro». Era un niño muydócil y delicado, «muy apegado a sumadre», según hoy cuenta su hermana, lacual añade: «Más bien bajo de estaturapara su edad, Erwin tenía una piel muyblanca y los cabellos muy claros, por loque todos le llamábamos “el osoblanco”. Hablaba muy despaciosamente,y lo hacía siempre tras haber

Page 87: Rommel   desmond young

reflexionado durante un buen rato. Erade carácter asequible y amable, y nosentía miedo de nadie. Cuando los otroschiquillos echaban a correr al ver pasara los deshollinadores, que con susrostros ennegrecidos por el hollín y sussombreros de copa les asustaban, élavanzaba solemnemente hacia ellos y lesestrechaba la mano. Nosotros tuvimosuna infancia luminosa y feliz, pues noseducaban unos padres gentiles,afectuosos, que nos transmitían el amorque ellos sentían por la naturaleza.Antes de alcanzar la edad escolar,jugábamos durante todo el día en nuestrojardín, en los campos o en los bosques».

Page 88: Rommel   desmond young

Reemplazando inmediatamente a lalibertad de que había gozado enHeidenheim, la escuela de Aalen no legustó en principio al joven Rommel. Yla cosa se agravó por el hecho de que,como se hallaba atrasado con relación alos otros muchachos de su edad, tuvoque hacer grandes esfuerzos pararecuperar el terreno perdido, con lo cualsu rostro palideció aún más, perdió elapetito y también el sueño. Luego sehizo perezoso, distraído, incapaz dehacer un esfuerzo sostenido. Llegó a sertan descuidado que no tardó enconvertirse en la cabeza de turco de suclase. «El día que Rommel logre hacer

Page 89: Rommel   desmond young

un dictado sin una sola falta,contrataremos una orquesta y nos iremosal campo de excursión un día entero»,decía a veces el maestro. Y Rommel,fijándose mucho, conseguía hacer undictado en el que no faltaba ni una coma.Pero como la prometida excursión nollegaba a convertirse en realidad, recaíamuy pronto en su indiferencia habitual.Así, durante varios años se mantuvocomo un chiquillo soñador, que noparecía prestar interés ninguno ni a loslibros ni a los juegos infantiles y que, entodo caso, jamás manifestaba ni la másmínima señal de aquella intensa energíafísica que más tarde había de

Page 90: Rommel   desmond young

desarrollar.En el umbral de la adolescencia, se

produjo en él un despertar intelectualque reveló que Erwin había heredadolos dones matemáticos de su padre y desu abuelo. En el aspecto físico, comenzóa consagrar todos sus ratos libres, enverano a la bicicleta y en invierno a losesquís. Superó sus exámeneshonorablemente. Perdió aquel aire suyode vivir siempre en la luna, paraaproximarse cada vez más al tipo comúntradicional de las gentes de Wurtemberg,«mansión alemana del sentido común».Rommel se hizo obstinado y de carácterpráctico, y muy cuidadoso en el manejo

Page 91: Rommel   desmond young

de su dinero, que es también algocaracterístico de los wurtembergueses.Junto con su gran amigo Keitel (nombreque no guarda ninguna relación con elmariscal del mismo nombre, que añosmás tarde se mostraría como uno de losmás encarnizados enemigos deRommel), se apasionó por el estudio dela aviación. Los dos muchachosconstruyeron juntos algunos modelos deaviones a tamaño reducido y luego unplaneador a tamaño natural, con loscuales intentaron numerosas veces volar,aunque infructuosamente siempre. Losdos comenzaron a pensar en su futuracarrera. Keitel estaba decidido a ser

Page 92: Rommel   desmond young

ingeniero y colocarse en las fábricasZeppelin, de Friedrichshafen. Así lohizo, y Rommel probablemente hubieraseguido sus pasos si hubiera logrado quesu padre le autorizase a hacerlo, cosaque no sucedió.

Su padre, en efecto, se opuso a aquelproyecto, y Rommel se decidió entoncespor el ejército. No había en la familianinguna tradición militar, fuera de queRommel padre había hecho el serviciocomo teniente de artillería antes deabrazar la carrera de profesor. Por otrolado, los Rommel no disponían deningún amigo influyente en los mediosmilitares: constituían una respetable

Page 93: Rommel   desmond young

familia suabia de modestos recursos,muy alejada, por educación y ambiente,de las casta de los oficiales prusianos.Años más tarde, Rommel tendría bajosus órdenes, en la campaña de África, aalgunos generales procedentes de ricasfamilias de la aristocracia, conabundantes relaciones en los ambientesmilitares. Tal situación social hacía queestos generales estuviesen destinadosdesde su nacimiento a incorporarse a unbuen regimiento, lo cual les habíaasegurado una rápida serie de ascensos,incluso si sus cualidades eran vulgares.Para Rommel, en cambio, una carreramilitar semejante implicó una lucha a

Page 94: Rommel   desmond young

brazo partido contra mil obstáculos.Durante mucho tiempo pudo creerse que,como máximo, lograría acabarla con elgrado de comandante y que cuando lellegara la hora de la jubilación, iría aacabar sus días, dotado de una modestapensión, en una pequeña ciudadcualquiera, por el estilo de Heidenheim.

El 19 de julio de 1910, Rommelingresaba en el 124.o regimiento deinfantería, de guarnición en Weingarten,en calidad de aspirante o, másexactamente de alumno de oficial. Teníaque servir primero en las filas normales,antes de pasar a estudiar en algunaKriegsschüle o academia militar.

Page 95: Rommel   desmond young

Ascendió a cabo en octubre y a sargentoa últimos de diciembre. Y en marzo de1911 fue destinado a la Kriegsschüle deDantzig.

El período de Dantzig tuvo granimportancia para Rommel en más de unsentido. A través de un amigo de laescuela militar que tenía una prima en lamisma pensión que ella, conocióRommel a la joven con la que más tardese casaría y que fue la única mujer quehubo en su vida. Se llamaba Lucía MaríaMollin y era hija de un propietarioagrario de la Prusia oriental, donde sehabía establecido en el siglo XIII sufamilia, originaria de Italia. El padre de

Page 96: Rommel   desmond young

Lucía murió siendo ésta muy niña, y lajoven estaba estudiando en Dantzig parallegar a ser profesora de idiomas. EntreRommel y ella se produjo un auténticoflechazo, Aun sabiendo que tendrían queesperar todavía cuatro largos años parahacer oficial su noviazgo, ninguno de losdos tuvo jamás duda alguna de cuál seríasu porvenir. Según cuenta hoy su viuda,Rommel era ya en aquel tiempo un jovende gran seriedad, que se esforzabasiempre por cumplir bien, todo lo bienque podía, en su profesión. Menosbrillante en los exámenes teóricos queen los ejercicios prácticos del soldado,tenía que dedicarse encarnizadamente al

Page 97: Rommel   desmond young

estudio de la teoría. Pese a todo, Dantzigera una ciudad propicia a los jóvenesenamorados; como a los dos les gustabael baile y la vida al aire libre, pasabanjuntos unos veranos muy felices,acompañados por la pareja de losprimos amigos, que les servían de«carabinas».

De todos modos, Rommel superó susexámenes, si no con brillantez, sí por lomenos con notas superiores a la mediacorriente. A últimos de enero de 1912recibió su título de subteniente y seincorporó de nuevo a su regimiento. Laseñorita Mollin y él se escribían adiario.

Page 98: Rommel   desmond young

En Weingarten, donde su regimientose alojaba en un viejo y sólidomonasterio abandonado, Rommel seencargó durante dos años de lapreparación de los reclutas. Leentusiasmaban los ejercicios y seportaba bondadosamente con loshombres. Al igual que le ocurrió aljoven Montgomery cuando fue destinadoa un batallón, Rommel manifestó unparticular interés por los másminuciosos detalles de la organizaciónmilitar. Sin embargo, nada en él dejabaadivinar una personalidadextraordinaria. Físicamente, era de tallamenos que mediana, aunque de

Page 99: Rommel   desmond young

constitución robusta y fornida.Intelectualmente, tampoco podíaobservarse en él nada extraordinario.Oponiéndose en esto a Montgomery, nole gustaban las discusiones y preferíaescuchar mejor que hablar; y esa normasiguió caracterizándole hasta su muerte.

Como ni fumaba ni bebía y, además,tenía a gala sentirse responsable de sucompromiso de noviazgo, lasdiversiones nocturnas de una pequeñaciudad de guarnición no le decían grancosa. Los otros oficiales subalternosconsideraban a Rommel demasiadoapacible y serio para su edad, perodotado de un buen carácter, siempre

Page 100: Rommel   desmond young

dispuesto a hacerse cargo de uno u otroservicio a fin de que los otros oficialespudieran salir de paseo. Pero todo ellosin dejarse tomar el pelo jamás. Algunosreconocían que tenía gran independenciade espíritu, un genio fuerte y un auténticosentido del humor. Los suboficialesdescubrieron en seguida que jamástoleraría que las cosas marcharantorcidamente. De todo ello parecíadeducirse que Rommel estaba destinadoa ser un buen oficial de tropa a la vezque un jefe bastante duro en el servicio.Como oficial de tropa, era lógico quemuy pronto se hiciera impopular entrelos mediocres, pero ya por entonces

Page 101: Rommel   desmond young

demostraba no preocuparse demasiadopor la popularidad, al contrario detantos otros jóvenes, que soñaban conella. En conjunto, Rommel representabael wurtembergués típico, fino y astuto,de espíritu práctico y minucioso, pero ala vez duro.

Al comenzar el mes de marzo de1914 se le destinó como agregado, a unregimiento de artillería de campaña, enUlm, donde se divirtió de lo lindo conlas cabalgadas y las maniobras debaterías artilleras. Pero unos meses mástarde, el 31 de julio por la tarde, pudover en la plaza una gran cantidad decaballos requisados, y al llegar a su

Page 102: Rommel   desmond young

alojamiento se encontró con una ordenpara que se incorporara a su regimientosin pérdida de tiempo. Al día siguientesu compañía recibió los equipos decampaña y aquella misma noche elcoronel inspeccionaba el regimiento,uniformado de gris acero, pronunciabaun violento discurso y, antes de mandarromper filas, anunciaba a todos la ordende movilización. Recordando aquellosmomentos, Rommel ha escrito en sulibro de táctica Infantería Greiff An:«Los gritos de júbilo del guerreroalemán repercutieron contra las viejasparedes grises del monasterio». Peroeste comentario, como muchos otros

Page 103: Rommel   desmond young

semejantes, parece proceder menos deRommel que de los propagandistas nazisque en 1937 lanzaron a la calle unaedición popular del citado libro. Porquela verdad es que la «juventud guerrera»hubiese dado menos muestras de júbilosi hubiera podido ver por anticipado lasplacas conmemorativas que poco tiempodespués se colocarían en la catedral deUlm, en honor y recuerdo de decenas demillares de oficiales y soldados deWurtemberg, caídos en el campo debatalla. Al otro día, el 124.o regimientopartía para la guerra…

En todos los ejércitos del mundo hayuna pequeña minoría de soldados

Page 104: Rommel   desmond young

profesionales (a los que cabe añadiralgunos aficionados) que encuentran enla guerra la única ocupación para la quese sienten verdaderamente biendispuestos. Año tras año, he idoencontrando puntualmente en la crónicanecrológica del Times el nombre delgeneral de brigada “Boy” Bradford, VC,DSO, MC[4], muerto en la batalla deCambrai en 1917, a la edad deveinticuatro años. Y cada vez que leíaese nombre recordaba mi propia figura,cuando me dirigía montado en uncaballo blanco visible desde lejos,hacia el Cuartel General de brigada deaquel joven general, frente a Bois-

Page 105: Rommel   desmond young

Bourlon. Mientras charlaba con él, enlas varias conversaciones quecelebramos, tuve siempre la convicciónde que tenía frente a mí un hombreperfectamente a gusto con lo que hacía yal que ninguna exigencia de la guerrapillaría jamás desprevenido. Recuerdoahora también a A. N. S. Jackson, elcorredor olímpico, contemporáneo míotanto en Oxford como en el regimiento, ya cuyo matrimonio asistí en 1918,aprovechando un breve permiso.Jackson sólo lucía entonces unacondecoración: ¡la D. S. O. con tresbarras! Desde luego, había algunoshombres más como éstos; pero de todos

Page 106: Rommel   desmond young

modos, no eran numerosos.En las filas del adversario, Rommel

pertenecía a esta reducida falange dehombres excepcionales. Tan pronto huborecibido el bautismo de fuego, pudovérsele como un perfecto animal decombate, frío, astuto, implacable, sin darjamás muestras de fatiga, rápido en lasdecisiones, increíblemente valiente. El22 de agosto de 1914, a las cinco de lamadrugada, entraba en acción contra losfranceses, en Bleid, cerca de Longwy.Cuando se le encargó una misión dereconocimiento a través de una espesaniebla, llevaba ya patrullandoveinticuatro horas, padecía un

Page 107: Rommel   desmond young

envenenamiento producido poralimentos en malas condiciones y sehallaba tan fatigado que apenas podíamantenerse firme a caballo. Tras haberlocalizado el pueblecito señalado,condujo su pelotón hasta la linde delmismo, lo inmovilizó allí y él se alejóen compañía de un suboficial y dossoldados. A través de la niebla, podíandistinguir un vallado alto queserpenteaba alrededor de una granja, yluego un sendero que llevaba a otrafinca. Rommel echó a andar por estesendero y cuando iba llegando al recodopudo ver de quince a veinte soldadosenemigos que estaban de pie en el

Page 108: Rommel   desmond young

camino. ¿Qué iba a hacer? ¿Volver atrásen busca de su pelotón? Era la primeradecisión que debía tomar, y esa primeradecisión no resulta nunca fácil, sobretodo cuando uno piensa que de ella sueledepender la conducta futura de más deun soldado. Rommel hizo entonces loque luego volvería a hacer una y otravez. Confiando en los efectos de lasorpresa y en su propio valor, reunió asus tres hombres y abrió fuego desdedonde se encontraba. Hubo unadispersión del enemigo y lossupervivientes, después de parapetarse,comenzaron a disparar. En el entretanto,el pelotón de Rommel había ido

Page 109: Rommel   desmond young

avanzando, y éste disimuló a la mitad desus hombres proveyéndoles de haces depaja, colocando a los restantes enposición, a fin de que con su tiroprotegieran el avance. Luegoreemprendió la marcha hacia adelante yse abrió paso, violentando las puertasdel pueblo a base de lanzar montones depaja encendida sobre las casas y losgraneros. Casa por casa, todo el pueblofue rastreado y limpiado. Se trató sólode una acción militar de escasaimportancia, pero era la primera de laque Rommel se hacía enteramenteresponsable y una buena muestra de laosadía e independencia que le

Page 110: Rommel   desmond young

caracterizarían durante toda su carrera.A pesar de la enfermedad que padecía yde la extrema fatiga que le producía laguerra de movimiento de aquella época,Rommel continuó combatiendo,desfalleciendo de vez en cuando, perosin consentir nunca que se le declararaenfermo. El día 24 de septiembre fueherido en un muslo cuando hallándoseaislado, sin más armamento que un fusildescargado, atacaba a tres soldadosfranceses en un bosque cercano aVarennes. A medida que iba pasando eltiempo, su jefe de batallón confiabacada vez más y más a Rommel lasmisiones particularmente difíciles, al

Page 111: Rommel   desmond young

mismo tiempo que le proponía al AltoMando para la Cruz de Hierro desegunda clase. Tres meses más tarde, yacon la condecoración sobre su pecho ysu herida cicatrizada a medias, Rommelse incorporaba al batallón en Argonne.El 29 de enero de 1915 era condecoradocon la Cruz de Hierro de primera clasepor una nueva destacada acción: habíatrepado con su pelotón hasta la principalposición francesa, a través de unaprofunda abertura de una treintena demetros practicada en las alambradas; sehabía apoderado de cuatro fortines,rechazando luego un contraataqueenemigo llevado a cabo por todo un

Page 112: Rommel   desmond young

batallón y recuperando uno de losfortines, del cual había sido desalojado.Hecho todo esto Rommel había vuelto asus líneas propias, no habiendo perdidoen la operación más que una decenaescasa de hombres, procurando ponersea salvo así antes de que el enemigolanzara un nuevo contraataque.

También en este caso se trataba, enel fondo, de una pequeña acciónguerrera, pero que demostraba lacapacidad de Rommel para explotarhasta sus últimas consecuencias unasituación, sin tomar en cuenta losposibles riesgos de la misma. Este modode actuar entrañaba a menudo enormes

Page 113: Rommel   desmond young

peligros, pero, sin embargo, le permitíaaprovechar al máximo la ventaja quelograba sacar al enemigo, sobre todocuando éste se mostraba indeciso.

Fueron indudablemente esa voluntad,ese gusto por el riesgo y esa aptitud parala acción individual lo que inclinaron asu jefe a enviarle, después de que fueraascendido a oberleutnant (teniente) yrecibiera una segunda herida en unapierna, a un batallón de montaña queacababa de ser formado, elWurtembergische Gebirgs-bataillon (W.G. B.). Era una unidad más importanteque un batallón normal, y se componíade seis compañías de tiradores y de seis

Page 114: Rommel   desmond young

secciones de ametralladoras demontaña. No era empleado casi nuncacomo unidad, sino como formación,dividiéndose entonces en dos o másgrupos de combate (Abteilungen), cuyacomposición variaba según lacircunstancias. Cada uno de dichosgrupos tenía su tarea propia y su propiojefe, el cual disponía de absolutalibertad de movimientos, sin másobligación que la de enviar diariamenteun informe al jefe del batallón. Tras unintensivo entrenamiento en las montañasaustríacas y un apacible período de casiun año en un sector tranquilo de losVosgos, el batallón se unió al famoso

Page 115: Rommel   desmond young

Alpenkorps en el frente de Rumanía.Rommel recibió en seguida el mando deuno de aquellos grupos de combate, cuyaimportancia numérica variaba según eltipo de acción que se le asignaba,pudiendo ser desde una compañía a unbatallón completo. Por aquel mismotiempo, aprovechó un corto permisopara ir a Dantzig y casarse, el 27 denoviembre de 1916, con Lucía MaríaMollin. Una fotografía de la joventomada en aquella época revela en ellauna persona agradable, de tipo italianomuy acusado y de rasgos muy bellamentemodelados. Lo que la fotografía norevela, ya que la expresión de Lucía

Page 116: Rommel   desmond young

María es en ella grave y seria, es el gransentido del humor que la caracterizaba yque ha conservado hasta hoy. Pero elcoraje, la fortaleza de carácter y lafirmeza de ánimo sí aparecenclaramente. Era la perfecta mujer paraun soldado.

Algunos hechos de armasposteriores de Rommel en Rumanía eItalia fácilmente podrían parecerincreíbles. Pero han podido sercontrolados y establecidos gracias a lasdeclaraciones de los que fueron testigosde ellos o que tomaron parte en losmismos. Digamos, para resumir, que elmétodo de Rommel consistía en

Page 117: Rommel   desmond young

infiltrarse a través de las líneasenemigas en compañía de algunos de sushombres, a quienes encargaba de irestableciendo una línea telefónica amedida que avanzaba. En las regionesmontañosas, donde hay que vigilar ytener en cuenta tanto las cumbres comolos valles, Rommel trabajaba a vecessobre los declives más acentuados, enocasiones tan inclinados como el techode una casa y solamente accesibles a losmontañeros más expertos. Y ya fuera enmedio de una helada neblina y deespesas nieves, o bajo el asfixiantecalor del verano, continuaba su avance atoda marcha, de día y noche. Poseía un

Page 118: Rommel   desmond young

asombroso sentido de orientación paraevaluar las posibilidades de cadaregión, y parecía ser insensible al calor,al frío, a la fatiga, a la escasez dealimentos, al sueño. Por insignificantesque fueran las fuerzas de que disponía,nunca vacilaba en lanzarse al ataque tanpronto se situaba sobre la retaguardiaenemiga: no sin razón, sostenía que laaparición repentina de sus hombres y elduro fuego inicial, realmentedevastador, de sus ametralladoras, porfuerza debían sembrar la confusión entrelas tropas enemigas, por buenas quefuesen (y los italianos y rumanos nopertenecían precisamente a la especie de

Page 119: Rommel   desmond young

las tropas de excelencia).Así se apoderó Rommel del Monte

Cosna en agosto de 1917. Se trataba deuna posición rumana magníficamentefortificada. Pero, Rommel, antes deatacarla, había conducido a través delbosque cuatro compañías en fila india;se había colado mañosamente, sin serdescubierto, por entre dos puestosenemigos, separados el uno del otro poruna cincuentena de metros, y al mismotiempo había instalado una líneatelefónica. Cuando logró alcanzar lacodiciada cima de la posición enemiga,hacía cerca de una semana que no habíadormido. Y unos días antes, para acabar

Page 120: Rommel   desmond young

de arreglar las cosas, una bala enemigale había herido gravemente en un brazo.

En enero de aquel mismo año, paraapoderarse del pueblo de Gagesti tuvoque permanecer estirado sobre el suelo,con una temperatura de diez grados bajocero, hasta las diez de la noche, a sólounos pasos de los puestos avanzadosrumanos. Cuando consideró que lasfuerza rumanas estarían ya dormidas,mandó abrir fuego sobre el pueblo a susametralladoras y a la mitad de sustiradores, mientras la otra mitad de éstosse lanzaba al ataque dando fuertesalaridos. Cuando sus enemigos salían desus alojamientos, aún no despiertos del

Page 121: Rommel   desmond young

todo Rommel los hizo prisioneros:cuatrocientos soldados rumanos fueronasí encerrados en la iglesia del pueblo,las pérdidas alemanas, en cambio;fueron insignificantes.

Cuando Rommel se veía forzado aun ataque frontal, mandaba abrirhabitualmente un intenso fuego deametralladoras que cubría todo elsector, y concentraba el núcleo principalde sus fuerzas en el lugar precisoseñalado para el ataque. Lanzabaentonces un furioso asalto a lo largo deun estrecho frente. Los asaltantestransportaban con ellos lasametralladoras, y una vez practicada la

Page 122: Rommel   desmond young

brecha necesaria, se colocaban éstas enposición de tiro de modo que batieranlos flancos enemigos el resto de losasaltantes continuaba su progresión, sinpreocuparse de lo que pudiera ocurrir asus líneas traseras. Dicho en otrostérminos: Rommel empleaba entonces,con toda exactitud, la táctica depenetración en profundidad queemplearían las divisiones blindadasalemanas en 1939.

No olvidemos que cuando mandabafuerzas que representaban los efectivostotales de un batallón, cuandodesarrollaba operacionesindependientes contra el enemigo,

Page 123: Rommel   desmond young

cuando algunos oficiales superiores lepedían su opinión acerca de la direccióny de los métodos del ataque bélico,Rommel no era todavía más que unjoven de veinticinco años, y queademás, parecía más joven aún de laedad que tenía. Tengamos asimismo encuenta que sólo tenía el grado deteniente en un oscuro regimiento delínea. Y es curioso pensar que todo esosucedía en el ejército alemán, en el quela antigüedad pesa mucho más que enotros lugares y donde los jóvenesoficiales raramente eran invitados amanifestar sus opiniones propias. Noofrece duda alguna, sin embargo, de que

Page 124: Rommel   desmond young

Rommel logró ganarse una reputacióncasi prácticamente única en toda sudivisión, incluso antes de ser destinadoal batallón de montaña. Pero no setrataba de una de esas personalidadespintorescas que en casi todas las guerrasse revelan y que causan una profundaimpresión más que nada por suspeculiaridades; en el caso de Rommel,lo que sucedía era que sus cualidades devalor, de decisión, de iniciativa habíanalcanzado un nivel tan excepcional quefatalmente tenían que atraer hacia él laatención general.

Su carrera durante la Primera GuerraMundial alcanzó su cénit cuando el 26

Page 125: Rommel   desmond young

de octubre de 1917 se apoderó deMonte-Matajur, en el sudoeste deCaporetto. Tras soportar toda una seriede contraofensivas italianas, losaustríacos habían solicitado la ayuda delos alemanes, y a pesar de lasdificultades a que por entonces tenía quehacer frente, el Alto Mando alemánenvió al citado sector el XIV ejército;formado por siete divisiones deveteranos, debía apoyar una ofensivaaustríaca contra las posiciones italianasdel valle de Isonzo. El batallón demontaña de Wurtemberg fue agregado denuevo al Alpenkorps, que debía atacarpor el centro en dirección a Matajur.

Page 126: Rommel   desmond young

Luego de haber protegido el flancoderecho del regimiento bávaro queencabezaba el ataque, el batallón deRommel marcharía inmediatamentedetrás de él.

Marchar siguiendo los pasos de losbávaros era algo que no le interesaba deningún modo a Rommel, quien pudopersuadir a su jefe, un comandantellamado Sprösser, de que le autorizara aavanzar por la derecha y a lanzar unataque independiente contra lasposiciones italianas. Mientras losbávaros ocupaban sus emplazamientosde salida, Rommel, sin ser descubierto,hizo que sus tropas atravesaran antes del

Page 127: Rommel   desmond young

alba el frente italiano. Al apuntar el día,una de sus cuñas avanzadas se adentrabaen el frente italiano y se apoderaba, abayoneta calada, de una batería artillera,que no tuvo ni siquiera tiempo dedisparar. Rommel instaló allí unacompañía para ampliar la brecha abiertay con otra compañía penetró en laslíneas traseras italianas. No obstante tanbuen comienzo, tuvo que hacer prontomarcha atrás para auxiliar a su primeracompañía, que sufría el ataque de unbatallón enemigo, el cual, atacado pordetrás, tuvo que rendirse. Rommel envióentonces al jefe de su batallón unmensaje, acompañado de un millar largo

Page 128: Rommel   desmond young

de prisioneros italianos. El comandanteSprösser se lanzó inmediatamente haciaadelante con otras cuatro compañías.Con las seis compañías puestas ahorabajo su mando, Rommel pudo proseguirsu acción de ruptura en las líneastraseras enemigas. Descubrió un caminomuy angosto y puso en él a sus tropas enfila india a lo largo de cerca de cuatrokilómetros, mientras que los italianosestaban únicamente absorbidos por labatalla principal y el intenso bombardeoa que estaba sometido su frente. Rommelse instaló detrás de las líneas enemigas,en territorio abierto, sobre el caminoprincipal de Monte-Matajur, y allí se

Page 129: Rommel   desmond young

apoderó de una columna deabastecimiento, de un automóvil de laPlana Mayor de Mando, de 50 oficialesy de 2.000 soldados pertenecientes a la4.a brigada de bersaglieri. Montándoseen su automóvil de mando, hizo unrápido recorrido de reconocimiento y sedecidió a marchar a campo traviesa endirección a Monte-Matajur, lugar clavede la posición enemiga. Durante todo eldía y toda la noche empujó haciaadelante a sus extenuadas tropas,llegando con el alba al campo de labrigada de Salerno. Acompañado de dosoficiales y algunos tiradores, se adentrópor entre una multitud de soldados

Page 130: Rommel   desmond young

armados y les ordenó que se rindieran.Tras unos momentos de vacilación, 43oficiales y 1.500 soldados depusieronlas armas, al parecer bajo los efectos dela sorpresa y del poder fascinante de lamirada de Rommel.

Cuando, ya por fin en lo alto de lacumbre de Monte-Matajur que acababade escalar, Rommel lanzó el cohete queanunciaba la victoria, hacía ya cincuentahoras que se hallaba en plena acciónininterrumpida. Había recorrido veintekilómetros a vuelo de pájaro en lamontaña, había ascendido hasta 2.000metros de altura, había capturado 150oficiales y 9.000 soldados y se había

Page 131: Rommel   desmond young

apoderado de 81 cañones. Ni él mismose explicaba la carencia de espíritucombativo que mostraban los italianos.En la edición de 1937 de su libroInfanterie Greiff An, puede leerse: «Ennuestros días, el ejército italiano es unode los mejores del mundo». Pero pareceevidente que una vez más los serviciosde propaganda del ejército tuvieron suparte también en ese texto…

Sea como fuere, y aunque Rommeldifícilmente hubiera podido lograr taleséxitos de haber tenido que enfrentarse alas divisiones británicas de Lord Cavan,hay que reconocer que se trató de unaoperación llevada a cabo de manera

Page 132: Rommel   desmond young

destacada. Obtuvo por ella comorecompensa la condecoración «AlMérito», distinción que habitualmente sereservaba para los generales y quecuando se otorga, por el contrario, aoficiales subalternos, corresponde a laVictoria Cross inglesa. También le valióaquella acción el ascenso a capitán. Ypoco después, atravesaba a nado lasheladas aguas del Piave, acompañadosolamente por seis hombres formandouna cordada. Ataca el pueblo deLongarone, apoderándose de él y de laconsiderable guarnición que lo ocupaba.Para ello se limitó a abrir el fuego desdediversos lugares, cuando la noche

Page 133: Rommel   desmond young

agonizaba ya. Luego, al despuntar el día,avanzó en solitario hacia las filasitalianas, comunicando a sus adversariosque estaban cercados y conminándoles arendirse. Tras esta última hazaña se leconcedió un permiso y luego, condisgusto suyo, se le destinó a un cargode Estado Mayor, que ocupó, sinembargo, hasta el final de la guerra.

El dominio del arte de la guerra noes, sin duda, la forma más elevada de laactividad humana; pero no es menoscierto que si un boxeador, aunque setrate de un campeón del mundo, puedecontentarse con ser un hombre duro, ágilde reflejos y combativo, las cosas

Page 134: Rommel   desmond young

varían para aquel en cuyas manosdescansa totalmente la suerte de millaresde hombres en una batalla; para estoresulta indispensable poseer un conjuntode cualidades muy superior al exigible aun pugilista. Debo decir que apenascomencé a interesarme por Rommel, mevi llevado, con toda naturalidad, asondear la dimensión profunda de suhumanidad, con independencia de sushazañas bélicas.

En seguida descubrí una diferenciafundamental entre nuestra actitud conrespecto a la guerra y la de losalemanes. Añadiré que, de todos modos,ese descubrimiento no me pilló

Page 135: Rommel   desmond young

desprevenido. A poco de finalizar laPrimera Guerra Mundial, tuve ocasiónde leer la traducción inglesa de un librointitulado Tempestades de acero, escritopor un tal Ernst Jünger, y una de lasperipecias allí narradas se me quedóindeleblemente grabada en la memoria,tal vez porque se localizaba en un lugarque me resultaba familiar. Reciénacabada la batalla de Cambrai y acontinuación de un victoriosocontraataque alemán, el batallón deErnst Jünger defendía la línea del frenteen las proximidades de Moeuvres. Eraun hermoso domingo, rebosante de sol, ylos oficiales de su compañía, tras un

Page 136: Rommel   desmond young

magnífico almuerzo, fumaban un cigarroy se deleitaban con una copa de licor enun refugio de primera línea: «¿Y sihiciéramos una pequeña incursión en lasfilas inglesas?», sugirió uno de losoficiales…

Una proposición así resultaba deltodo inimaginable, por aquella mismaépoca, en un puesto militar británico. Escierto que cuando se nos daba una ordenen tal sentido, estábamos dispuestossiempre a participar en una acción dereconocimiento bien organizada; y cadabatallón tenía a gala enorgullecerse desus patrullas de agresión y de hacersedueño, por las noches de la tierra de

Page 137: Rommel   desmond young

nadie. Pero dejando esto de lado, lamayoría de nuestros hombres sabíansaborear la vida y apreciar en su justovalor el regalo de una tarde tranquila yapacible, sin más molestias, comomáximo, que el silbido de algún obúspor encima de sus cabezas. Una tarde asírepresentaba para ellos una ocasióninesperada, providencial, de poder leerun libro o escribir algunas cartas. Sialguien hubiera propuesto, en uno denuestros puestos oficiales, llevar a caboun reconocimiento impromptu —y,además, «sólo para oficiales»—, se lehubiera considerado inmediatamente enestado de embriaguez, por el abuso del

Page 138: Rommel   desmond young

coñac, y se le hubiera aconsejado que seestirara un poco en su camastro…

En el caso a que me refiero,recordando el libro de Jünger, laincursión alemana se llevó a cabo através de los cincuenta o sesenta metrosque aproximadamente separaban las doslíneas en combate. Como ningunapreparación artillera pudo servirnos deaviso y como, por otro lado, nadieconsideraba las primeras horas de latarde como momento propio para unaacción de reconocimiento, la querealizaron los alemanes, por sorpresa,fue coronada por el éxito. Sus oficialesvolvieron a sus líneas triunfalmente, al

Page 139: Rommel   desmond young

cabo de unos diez minutos, llevándoseconsigo dos o tres prisioneros yhabiéndonos causado otros dos o tresmuertos. El final de la historia fue aúnmás sorprendente. Cuando el batallónabandonó aquellas posiciones, losoficiales del mismo ofrecieron alcapitán que había dirigido la expediciónuna copa de plata que llevaba grabadaesta inscripción: «Al vencedor deMoeuvres».

El soldado profesional alemán haasumido siempre la guerra con esa graveseriedad que los ingleses reservanexclusivamente al deporte y losnorteamericanos a la vez al deporte y a

Page 140: Rommel   desmond young

los negocios. Como máximo, es posibleimaginar —concediendo mucho— a unequipo que ofrece una copa de plata aljugador que, en un partido de rugby,logró marcar un ensayo en el últimominuto de juego. Esas entregas de copasno son raras en los Estados Unidos;incluso a veces sucede que la oficinacentral de la empresa concede esepremio a aquel de sus representante quemás pedidos ha logrado, por ejemplo, decepillos Fuller. Pero una copa «alvencedor de Moeuvres», entregadasolamente con los discursos de rigor yllenándosela de licor al propio héroe,para un brindis… no, una ceremonia así

Page 141: Rommel   desmond young

es inimaginable para cualquiera quehaya servido en una unidad inglesanormal y corriente.

Esta anécdota me bailaba por lacabeza mientras me hallaba enHeidenheim charlando con elhauptmann Hartmann; por primera vezhablaba con una persona que habíahecho con Rommel la guerra 1914-18.La fábrica de Hartmann, que producevendas sanitarias por millones, ofrecíaese aire frío, de máxima eficaciaimpersonal y de higiene casi esterilizadaque sólo las fábricas alemanas parecenpoder alcanzar. La oficina del capitánHartmann venía a ser el tipo clásico de

Page 142: Rommel   desmond young

despacho del Herr Direktor, oscuro,con sombríos enmaderamientos, mueblessólidos y una colección de fotografíasde los Hartmann precedentes colgandode las paredes. Resultaba difícilimaginar que en aquella estancia pudieraperderse una carpeta o que undocumento pudiera extraviarse fuera desu correspondiente cajón…

Sin embargo, el capitán Hartmanndistaba mucho de ser el hombre sombríoque el marco en que se movía podíahacer esperar. Con sus negros cabellos,su rostro lozano y suave y su estatura dealemán vigoroso, parecía demasiadojoven para ser, como era,

Page 143: Rommel   desmond young

contemporáneo de Rommel (y míotambién). Al levantarse de su escritorioy atravesar la sala para acudir arecibirme, me di cuenta de que tenía unapierna artificial que le llegaba hasta lacadera. ¿La habría perdido durante laPrimera Guerra Mundial? Luego meenteré que no, que la perdió en unaccidente de planeador, cuando servíaen la Luftwaffe. Los vuelos a velafueron siempre, y continuaban siéndolo,su pasión; tras la pérdida de la pierna,apenas salió del hospital, volvió aentregarse a ellos. Cuando hablaba delvuelo a vela, su rostro se iluminaba. Eraen conjunto un hombre muy atrayente,

Page 144: Rommel   desmond young

simpático, de modales muy agradables.Muy pronto nos adentramos en el

tema Rommel. Sí, me dijo, él y Rommelhabían formado una pareja de excelentesamigos desde la primera guerra hasta lamuerte del «zorro del desierto». Habíanservido en el mismo batallón yHartmann se hallaba al lado de Rommelcuando éste se ganó la condecoración«Al Mérito». Me explicó cómo atravesóRommel el Piave a nado, una fría nochede diciembre, acompañado de sólo seishombres, y cómo se apoderó del pueblode Longarone. ¡Qué gran soldado era!En la división era ya cosa habitualdecir: «El frente se halla donde se halla

Page 145: Rommel   desmond young

Rommel». Realmente, parecía como siposeyera, en la punta de los dedos, elfingerspitzengefuhl, o sea, una especiede «sexto sentido». (En adelante pudeoír esa misma expresión en labios detodos los soldados con quienes hablé yque habían servido a las órdenes deRommel). Según Hartmann, su amigoera, en verdad, exigente, aunque jamáspidiera a nadie lo imposible, ni algo queél mismo no pudiera hacer; además, seinclinaba siempre a hacer recaer sobresus errores personales de táctica laresponsabilidad de las pérdidassufridas. Quizá los oficiales le estimaranmenos que los soldados, ya que le exigía

Page 146: Rommel   desmond young

a cada uno el máximo, y pocos de entreellos podían marchar a su antojo. Pero ala vez Rommel era «el mejor de loscamaradas».

Esa fórmula del «mejor de loscamaradas» se me antojabaprometedora. Al fin y al cabo, Hartmanny Rommel habían pasado juntos los añosde su juventud y su común batallón nohabía permanecido siempre en primeralínea. Incluso en Rumanía habríanconocido el equivalente de nuestroAmiens, y de los restaurantes Godbert yde la Catedral, adonde sin dudaacudirían en busca de un poco de reposoy a comer tranquilos en un rincón, para

Page 147: Rommel   desmond young

olvidarse de la guerra. Ese tipo develadas, en las cuales ha podido unodeambular por las calles de la ciudad,tras haber buscado una residencia ytomado un baño, y hacer algunascompras y beber unas copas con losamigos de la división, son las queforman en nuestro interior ese nido derecuerdos de guerra que al cabo de losaños nos hace exclamar a veces:«¡Después de todo, fue una épocaestupenda!». (Recuerdo que fueprecisamente en el restaurante de laCatedral donde “Kid” Kennedy, nuestrogeneral de brigada, echando una rápidaojeada a la joven y bonita muchacha que

Page 148: Rommel   desmond young

nos servía, le dirigió un cumplido entérminos que hasta entonces yo no habíaescuchado nunca, que tampoco he vueltoa oír y que siempre recuerdo: «¡Señor,qué mujer! ¿No le parece a usted,Desmond, un verdadero encanto? ¡Qué agusto me comería unos huevosescalfados sobre sus senos!»).

Todo eso pasaba por miimaginación. Pero en cuanto intenté, conla máxima delicadeza posible, hacer quemi conversación con Hartmann sedeslizara desde los hechos del frente alos períodos de tregua y reposo, a fin depoderme formar una idea completa de lapersonalidad de Rommel, como hombre

Page 149: Rommel   desmond young

al par que como soldado, choqué contraun muro invencible. ¿Se interesabaacaso Rommel por algo en particular?No, el capitán Hartmann no creía queRommel hubiera tenido en la vida máspreocupación que la de la guerra.Cuando no se hallaba poniendo enpráctica su genio táctico aplicado a unou otro problema bélico, se dedicaba aforjar y combinar planes con vistas aponer en dificultad al enemigo. Alparecer, ni siquiera le gustaba ir dejuerga cuando estaba en la retaguardia, yhasta se le veía poco aficionado amarchar con permiso. Pregunté luego aHartmann si notó en él algún cambio

Page 150: Rommel   desmond young

cuando se incorporó de nuevo a subatallón en 1916, después de contraermatrimonio. De ninguna manera; seguíasiendo el mismo, tan duro como siemprey como siempre despreocupado ante elpeligro, y en todo momento preocupadopor obtener la victoria en su sectorpropio. Y entonces una expresión comode pasmo cruzó el rostro del capitánHartmann: «Era un soldado cien porcien —exclamó—; pertenecía en cuerpoy alma a la guerra».

Unos días más tarde repetí el mismointento cerca del capitán Aldinger. Ésteno solamente había servido en el mismobatallón que Rommel y Hartmann,

Page 151: Rommel   desmond young

durante la primera guerra, sino queademás había sido el Ordonnanzoffizierde Rommel (o sea, su oficial deordenanza; una especie de oficialadjunto, de comandante de campo, deayuda de campo y de secretarioparticular, todo en una pieza) durante lacampaña de Francia, en 1940 y enÁfrica del Norte y en Normandía, en1944. Era prácticamente la últimapersona que vio vivo a Rommel. Elcapitán Aldinger es un hombre deestatura más bien baja, que uno seimagina fácilmente en el puesto dehombre de confianza de una gran fábricaparecida a la de Hartmann, en cuyo caso

Page 152: Rommel   desmond young

la tarea de los visitantes de la misma severía simplificada en gran manera. Setrata, en realidad, de un diseñador dejardines de gran reputación en Stuttgart yde un arquitecto de indiscutible buengusto. ¿Tal vez Aldinger era el hombreadecuado para comprender el interés demis investigaciones, y me daría la clavedel personaje? Pronto hube deconvencerme de que me equivocaba, deque tampoco por aquel camino haríagrandes progresos en mi empresa. Unavez más escuché todo aquello delfingerspitzengefuhl y de las virtudesmilitares. Era un hombre duro, duro contodos y de modo especial con los

Page 153: Rommel   desmond young

oficiales. Y el capitán Aldingerexplicaba: «Sin embargo, cuando estabauno cerca de Rommel, no tenía queechar mano de ninguna precaución… Enaquel tiempo, exigía que todas lasórdenes fueran cumplidas con prontitudy al pie de la letra… Durante la primeraguerra, tenía más confianza en el AltoMando y en los Estados Mayores quedurante la segunda». ¿Tenía otrosintereses en la vida aparte de losmilitares? ¡Le gustaba ir de pesca o decaza cuando podía hacerlo, eso sí, desdeluego! ¿Y leer, leía mucho? Sí, peroprincipalmente libros sobre su oficio desoldado. ¿Era amante de la música, del

Page 154: Rommel   desmond young

teatro? No. ¿De la buena comida, delbuen vino? Tampoco; esas cosas ledejaban indiferentes. Entonces… ¿era unhombre siempre enjuto y serio? ¡Oh, no,ni mucho menos! Le gustaba bromearcon los soldados y hablar en dialectosuabo con los que procedían de esaprovincia.

Tuve la sensación, en aquellosmomentos, de que había descubierto elpájaro raro, pero de plumaje gris yapagado: Rommel era, por lo visto, unode esos especialistas que no tienen másque un interés en la vida. Tan sólo eljoven Montgomery, tal como lo describeAlan Moorehead en su biografía, podría

Page 155: Rommel   desmond young

comparársele en ese ámbito del oficialde carrera que no se interesa por nadaen la vida, fuera de su profesión demilitar. Pero el joven Montgomery sedistinguió ya como atleta en San Pablo yera ya célebre entre los de supromoción. En Sandhurst irritó a talpunto a sus instructores que éstosdeclararon que jamás haría nada buenoen el ejército. Rommel, en cambio, no sedistinguió nunca en nada, ni siquiera deesta manera negativa.

En cualquier ejército del mundo, lavida es estrecha y limitada, y en ningúnlugar podía serlo más que en el viejoejército alemán, caracterizado por sus

Page 156: Rommel   desmond young

prejuicios de clases y sus rígidastradiciones. El observador situado fuerade ese mundo o aquel otro que, venidode otro ambiente se incorpora a éstemomentáneamente, tiene tendencia asuponer que el soldado profesional que,incluso en tiempo de guerra, sólo piensaen su oficio, es igualmente un hombre devisión estrecha y corto de luces. Cuandoel general Speidel —que en Normandíafue para Rommel un jefe de EstadoMayor particularmente inteligente ycauto— me hizo observar que, a suentender, Rommel no leyó en toda suvida más libros que los relativos a laguerra, me dijo esto en un tono tal, que

Page 157: Rommel   desmond young

me incitó a preguntarle si Rommel noera, en definitiva, un hombre un pocotonto. El general Speidel exclamóentonces, clavando en mí su mirada:«¿Tonto? ¡Por todos los dioses, deninguna manera! ¡Ese es el último de loscalificativos que podrían aplicársele aRommel!». Finalmente, me forjé deRommel una imagen bastantesatisfactoria, que confronté con miexperiencia anterior. Pero me propongodejar al lector la tarea de formarse supropia opinión; sólo más tarde leconfiaré la mía.

Page 158: Rommel   desmond young

3

ENTRE DOS GUERRAS

La derrota tiene siempre un saboramargo. Pero el derrumbamiento deAlemania en 1918 produjo en losmilitares de carrera germanos un

Page 159: Rommel   desmond young

impacto mucho más importante que lacapitulación de mayo de 1945:solamente un fanático SS podía seguircreyendo evitable a aquellas alturas estasegunda derrota alemana. Desde luego,en el momento en que lanzaba su granofensiva de marzo de 1918, Ludendorffsabía que era su último y desesperadocoletazo. Pero cuando la pleamar deléxito fue frenada y con la llegada delverano comenzó a descender y retirarse,el oficial alemán de antigua escuela sehallaba todavía muy lejos de cualquieridea de rendición. Los ejércitosalemanes seguían moviéndose en tierraextranjera; después del avance ruso de

Page 160: Rommel   desmond young

1914, nadie había puesto los pies enAlemania a no ser en condición deprisionero. No cabía duda de que elfrente sería recortado, como habíaocurrido tras los combates del Somme,tal vez el Norte de Francia y Bélgicaserían abandonados; pero de todosmodos, una paz de compromisopermitiría a Alemania conservarposiciones occidentales tan buenascomo las que mantenía al comienzo de laguerra, el 4 de agosto de 1914. Aexcepción del Estado Mayor general yde los jefes de ejércitos, pocos fueronlos que comprendieron, sin embargo,antes de la última quincena de la guerra,

Page 161: Rommel   desmond young

que no quedaba más remedio que elegirentre la capitulación y el desastre total.Los propios Aliados se disponían aafrontar un nuevo invierno en lastrincheras y planeaban ya sus últimasofensivas para la primavera de 1919.

En realidad, los ejércitos alemanesestaban ya por aquella épocacompletamente derrotados y el bloqueohabía quebrado el espíritu de resistenciade los alemanes de la retaguardia. Laderrota podía ser retardada, pero deningún modo evitada.

Siguiendo una comprensibletendencia natural, nunca nos sentimosinclinados a atribuir nuestros fracasos a

Page 162: Rommel   desmond young

nuestras propias negligencias. Así fuecómo la leyenda de «la puñalada por laespalda» obtuvo mucho crédito entre lossoldados alemanes que regresaban,vencidos, a sus lares. Por un extrañoerror de apreciación acerca de lapsicología alemana, los Aliadosautorizaron que tal leyenda se difundieray se incrustara en los espíritus, alpermitir que los ejércitos alemanesatravesaran los puentes del Rin llevandoal frente sus bandas de música.

Perseverando en el mismo error, losAliados procuraron a los alemanes unosagravios sólidos, permanentes y del todolegítimos al no cumplir ni por asomo las

Page 163: Rommel   desmond young

condiciones del armisticio. Como a sudebido tiempo lo subrayó John MaynardKeynes, dichas condiciones no seprestaban a equívoco alguno. LosAliados acababan de ratificar suvoluntad de hacer la paz con Alemania,paz que se fundamentaría en los«Catorce Puntos» célebres delpresidente Wilson, que éste habíadesarrollado poco antes en un discursoen el Congreso. No correspondía a laConferencia de la Paz más que «discutirlos detalles de aplicación». En realidad,los «Catorce Puntos» jamás fuerondiscutidos y la paz les fue impuesta a losalemanes sin darles ni una sola

Page 164: Rommel   desmond young

oportunidad de que manifestaran supunto de vista. Más aún: tan sólo cuatroPrincipios y cinco Particularidades delos «Catorce Puntos» pueden serconsiderados, como pretende HaroldNicholson en su libro Peacemaking,como «realmente incorporados a lostratados de paz».

En resumen, que si bien es verdadque el Tratado de Versalles fue menossevero que el que los alemanes tramabanpara el caso de ser ellos los vencedores,no es menos cierto que ningún alemán sesintió ligado por él. De maneraparticular, nadie había sidoadecuadamente preparado para aceptar

Page 165: Rommel   desmond young

la cesión de una parte importante de laPrusia oriental a Polonia, la pérdida deDantzig ni el hecho de que dos millonesde alemanes tuvieran que considerarsesúbditos polacos a partir de aquelmomento. Es necesario analizar laconducta posterior de los jefes militaresalemanes teniendo en cuenta todos esoshechos. Esta casta militar considerabaque se la había engañado en el momentode la rendición; y es inútil argumentarque a fin de cuenta se hubiera vistoforzada, de haber proseguido la guerrahasta 1919, a aceptar las condiciones,cualesquiera que fuesen, que hubieranquerido imponer los Aliados.

Page 166: Rommel   desmond young

En 1945 pudimos ver algo muydistinto: los alemanes estabanpulverizados, desintegrados, arruinadosal mismo tiempo que sus ciudades yhundidos en una miseria tan tremendaque hasta la idea misma de odioresultaba para ellos inconcebible. En1918, si bien quedaba aún muy lejos eldía en que llegarían a poder volversecontra sus vencedores, por lo menospodían enfrentarse con sus propioscompatriotas civiles. (No dudaban deque el desquite contra sus vencedoresllegaría pronto. «Pongan punto final a suocupación de nuestro territorio, y veránustedes cómo echamos fuera a los

Page 167: Rommel   desmond young

franceses a bastonazos», me decía, ya en1919, un industrial de Dusseldorf; en1919, es decir, cuatro años antes de quelos franceses ocuparan el Ruhr). Enaquel tiempo nosotros estábamos muyocupados en sanar nuestras heridas, enconmemorar nuestras victorias, en gastaralegremente nuestros subsidios militaresy en gozar lo más posible de lacortísima euforia de la posguerra;demasiadas cosas para que tuviéramostiempo de preocuparnos por la suerte delos alemanes. Sin embargo, elespectáculo que ofrecían sus oficialesdetenidos en plena calle o arrojadosfuera de los trenes, despojados de sus

Page 168: Rommel   desmond young

insignias y a veces hasta asesinados, fuealgo que impresionó profundamente alos alemanes y que, más tarde,contribuiría al éxito de Hitler. Esoexplica en buena parte el reclutamiento ylas brutalidades posteriores de loscuerpos francos, así como la apariciónde hombres del tipo de Goering, deRoehm, de Sepp Dietrich. Eso explicatambién por qué Noske, el ministrosocialista de Defensa Nacional, un exfabricante de papel a la vez que exsuboficial, se volvió hacia los oficiales,considerando que sólo ellos podíanrestaurar el orden y hacerlo respetar.

El problema comportaba, además, un

Page 169: Rommel   desmond young

segundo aspecto. Quien no vivió enAlemania por aquella época no puedeimaginarse cómo las familias de clasemedia procuraban seguir llevando unavida normal, a través de las sombríasnubes del caos económico y la confusiónde ideas que se derivaban de la derrota,la ocupación y la guerra civil: losmaridos acudían puntualmente a susfábricas u oficinas, que trabajaban apleno rendimiento, aunque bajo un climade tristeza; las amas de casa, por suparte, vivían únicamente preocupadaspor el precio de los géneros de primeranecesidad y por las dificultades deprocurárselos, y al mismo tiempo

Page 170: Rommel   desmond young

vigilando la reiterada limpieza del hogary riñendo a la criada. Más difíciltodavía resulta imaginarse un oficialalemán de carrera incorporándose degolpe, tras la vida en el frente, al grisajetreo cotidiano y rutinario de loscuarteles de tiempos de paz, como sisólo hubiera estado ausente unos díaspara unas maniobras de importanciainhabitual.

Esa fue, sin embargo, la suerte quecorrió el capitán Erwin Rommel. El 21de diciembre de 1918 fue destinado denuevo a aquel regimiento de Weingarten,el 124o de infantería, al que pertenecióen 1910, cuando se incorporó a la vida

Page 171: Rommel   desmond young

militar. En ese mes de diciembre de1918 atravesó la Alemania en plenarevolución para ir a Dantzig, en buscade su esposa, que se hallaba gravementeenferma en casa de su abuela. Comoviajaba vestido de uniforme, se vio másde una vez acosado por largosinterrogatorios, más o menos insultado yhasta amenazado con ser arrestado. Perologró, pese a todo, llevarse consigo a sumujer, sana y salva, a casa de su propiamadre en Weingarten. (Las dos mujereseran muy buenas amigas desde hacíabastante tiempo). Puede decirse queRommel conoció y vivió muy poco delambiente de «desorden» entonces

Page 172: Rommel   desmond young

característico de su país. En el veranode 1919 se le confió el mando, durantealgún tiempo, de una compañía deseguridad interior estacionada enFriedrichshafen; por vez primera en suvida tuvo que manejar a unos alemanesque no estaban habituados a recibirórdenes. Se le confió, para que losconvirtiera en soldados perfectos, unpuñado de marinos «rojos», que enprincipio se comportaron comoauténticos salvajes, abuchearon aRommel porque lucía en su pecho lacondecoración «Al Mérito»,pretendieron nombrar un comisariopolítico, se negaron a marcar el paso de

Page 173: Rommel   desmond young

la oca y celebraron un mitinrevolucionario. El propio Rommelasistió a este mitin y subió a la tribunapara declarar que su intención eramandar a unos soldados y no a unoscriminales. Al otro día les llevó, con labanda de música al frente, al campo deejercicios. Como se negaran a hacer lasmaniobras señaladas, Rommel volvió amontar en su caballo dejándolesabandonados. Haciendo acto desumisión, regresaron a suacuartelamiento, y pocos días despuésestaban ya tan bien «domados» que eljefe de la Policía de Stuttgart, inspectorHahn, pidió a Rommel que seleccionara

Page 174: Rommel   desmond young

entre aquellos hombres a los mejorpredispuestos a incorporarse a laPolicía a cambio de una primasustanciosa. Hahn invitó igualmente aRommel a integrarse en el cuerpopolicial, y quizá de ese detalle nació laleyenda, luego tan propagada, de queRommel perteneció en tiempos a laPolicía. Añadamos que la mayoría deaquellos hombres manifestaron sudecisión de renunciar a la primaofrecida si Rommel se iba con ellos. Porotro lado, a excepción del día que se lesmandó montar la guardia en unadestilería de alcoholes —cabereconocer que fue imprudente confiarles

Page 175: Rommel   desmond young

semejante servicio— los ex marinos«rojos» no causaron nunca a Rommelningún problema.

Este último, tras servir durante algúntiempo en Schwabisgemund, el 1 deenero de 1921 estaba ya de regreso enStuttgart, donde se le confió el mando deuna compañía del 13.o regimiento deinfantería, ya que su antiguo regimiento,el 124.o, había sido disuelto con motivode la reducción —y reorganización—del ejército alemán. En su nuevoregimiento permaneció cerca de nueveaños.

¿Cómo pudo Rommel incorporarsetan fácilmente a la rutina normal de su

Page 176: Rommel   desmond young

carrera? ¿Cómo no se vio arrastrado alos cuerpos francos, refugio ideal paratantos y tantos oficiales de carreradesempleados, de mal genio y lenguajearrogante, que no conocían más oficioque el de la guerra y para quienes eraindiferente que el enemigo fuera uno uotro? Creemos que la cosa se explica sipensamos que, pese al desastre denoviembre de 1918 y a la guerra civilque estalló inmediatamente después —ysin duda a causa de todo ello—, elejército alemán no dejó de existir ni porun momento, como tampoco fue nuncaabandonada la idea de desarrollarloplenamente de nuevo en cuanto las

Page 177: Rommel   desmond young

circunstancias lo permitieran. El artículo160 del Tratado de Versalles estipulaba:

Hasta el 31 de marzo de 1920 el ejércitoalemán no deberá comprender más quesiete divisiones de infantería y tresdivisiones de caballería. Luego de esafecha, el número total de sus efectivos nopodrá sobrepasar los 100.000 hombres,incluyendo en esta cifra los oficiales ylos efectivos de los banderines dereclutamiento… El número total deoficiales no podrá ser superior a cuatromil.

La intención era conceder a losalemanes una fuerza armada mínima, laindispensable para el mantenimiento del

Page 178: Rommel   desmond young

orden público. El resultado fue que elgeneral Hans von Seeckt, «el hombreque haría la próxima guerra»,comandante en jefe de aquellas fuerzas,pudo disponer de un duro núcleo desoldados de carrera, en torno al cualpudo poner los cimientos del futuroejército; aquellos hombres formaban elchasis de acero, el armazón alrededordel cual se echaría el cemento de losreclutas tan pronto como fuera posiblevolver al sistema del servicio militar,amplio, por quintas. Cosa que hizoHitler en marzo de 1935.

En esas condiciones, sucondecoración «Al Mérito» y su

Page 179: Rommel   desmond young

reputación de oficial experto en elmando de tropas hacían de Rommel unhombre ideal para aquella clase deservicios. Aunque no conocíapersonalmente al general von Seeckt yen total no llegó a verle más que un parde veces, a lo máximo, con motivo dealgunas revistas militares, Rommelpertenecía exactamente al tipo humanoque buscaba von Seeckt: el soldado deespíritu grave y serio, joven (cuando sefirmó el armisticio le faltaban a Rommelcuatro días para cumplir los veintisieteaños), distinto en todo a aquellos otrosoficiales valentones y perdonavidas,indiscutiblemente útiles en período de

Page 180: Rommel   desmond young

guerra, pero que se plegabandifícilmente a la disciplina y a losaburridos ejercicios del tiempo de paz.

En cuanto a Rommel, no tenía otracosa para elegir, suponiendo quehubiera experimentado el deseo dehacerlo. Su carrera era la de las armas;casado, de modesta posición, se sintiómuy feliz al poder proseguirla. Laperspectiva que se le ofrecía, por lodemás, no le desagradaba. Pertenecía ala especie de los militares amigos dereflexionar y rememorar sus accionesbélicas, no por nostalgia del tiempo deguerra, sino más bien para sacar de esasevocaciones algunas lecciones de

Page 181: Rommel   desmond young

táctica. Además, lo mismo que aMontgomery, a Rommel le gustaba elejercicio y el entrenamiento.

Nada permite suponer que Rommelno estuviera informado de los detalles yobjetivos de la vasta conspiraciónmontada por el general von Seeckt paradisimular la fuerza real del ejército.Cada uno de los 4.000 oficialesseleccionados tuvo que enterarse de quesu misión consistía mucho menos en elmantenimiento del orden interior que enla creación e instrucción de un nuevoejército, mucho más importante que elde antes aunque tuviera que formarsecon los restos de éste. Sin duda se

Page 182: Rommel   desmond young

divertirían mucho entonces, comonosotros mismos hubiéramos hecho ensu caso, pensando en el extraordinarioingenio y la tenacidad con que habíanperseguido su objetivo.

Recuerdo como si fuera hoy el díaque leí en la biblioteca del Rand-Club,en Johannesburgo, un artículo que elbrigadier general J. H. Morgan acababade publicar en el número de octubre de1924 de Quarterly Review; Morgan queera miembro de la Comisión deDesarme, describía los innumerablessubterfugios gracias a los cuales losalemanes batían en brecha todos susesfuerzos, y mostraba cómo conservaban

Page 183: Rommel   desmond young

el mecanismo alemán de la movilizacióntan intacto como les era posible,disimulado bajo la cobertura de loscentros de desmovilización, de pago depensiones, de «bienestar del soldado»,etc. Se trataba de algo tan apasionantecomo una novela de Agatha Christie,pero mucho más asombroso, ¡fue unalástima que aquel artículo no tuviera lamisma difusión que los libros de lanovelista! Para los que tomaban parteactiva en él, aquel juego deembaucadores debía resultarapasionante. «Si yo hubiese sido unalemán patriota —confiesa el propioMorgan—, hubiera hecho una gran

Page 184: Rommel   desmond young

reverencia ante el general von Seeckt, aquien hubiera considerado el más grandede todos los Romanos. Scharnhorst, queen perjuicio de Napoleón dio vuelta alas cláusulas de desarme del tratado deTilsit (e hizo, por incidencia, que fueraposible Waterloo), era un hombre desegunda fila comparado con von Seeckt,ya que las correspondientes cláusulasdel Tratado de Versalles habían sidoestablecidas con mucho más cuidado yatención». En la Alemania de los añosque siguieron inmediatamente a la guerra1914-18, la carrera militar no era, pues,para un oficial profesional, un oficio tanestéril y desprovisto de beneficios como

Page 185: Rommel   desmond young

pudiera hacer suponer la situación realdel país.

La suerte favoreció aún a Rommelen otro aspecto: el de ser destinado a laguarnición de Stuttgart, agradable ciudadde su provincia natal, donde vivía sufamilia. Todo eso hizo que, aun teniendoque esperar hasta 1933 para ascender acomandante, no llegó nunca a sentirsedesgraciado. En 1927 aprovechó unpermiso para visitar Italia en compañíade su esposa y contemplar de nuevo elteatro de sus hazañas en Longarone,donde la señora Rommel descubrió porazar las tumbas de la familia Molino, dela que se supone descendía su propia

Page 186: Rommel   desmond young

familia, las de los Mollin. (Rommeltuvo, sin embargo, que abreviar suexploración por el antiguo campo debatalla, ya que los italianos no veían conbuenos ojos a aquel turista, que era atodas luces un oficial alemán,paseándose con placer por unos lugaresque evocaban para ellos tantos y tantosrecuerdos desagradables).

En ocasión de otro permiso, Rommelbajó por el Rin en canoa, tambiénacompañado de su esposa, hasta el lagode Constanza. Tanto él como la señoraRommel eran esquiadores, alpinistas ynadadores de primera clase, buenosjinetes asimismo, amantes de caballos y

Page 187: Rommel   desmond young

perros. Preferían de lejos la vida en elcampo a la vida ciudadana, y por esoabandonaban Stuttgart tan pronto les eraposible. A los dos les gustaba muchobailar, pero en cambio se interesabanmuy poco por el teatro o el cine, yevitaban las recepciones siempre quepodían.

En su casa, en la intimidad, Rommeltocaba el violín en plan de aficionado.En términos generales, era hombre fácilde contentar y sin grandes exigencias.Bebía muy poco, rara vez sobrepasabala dosis de uno o dos vasos de vino, nofumaba y se mostraba indiferenterespecto a los placeres de la buena

Page 188: Rommel   desmond young

cocina. Muy mañoso, era capaz de hacero de reparar cualquier cosa. El día queadquirió una motocicleta, comenzó pordesmontarla completamente, paravolverla a montar luego y acabarfelicitándose al comprobar que no habíaolvidado ni una tuerca ni un tornillo.

Junto con Hartmann y Aldinger,Rommel fundó en Stuttgart unaasociación de antiguos camaradas delbatallón al que los tres habíanpertenecido. Era una asociación en laque no se hacía ninguna distinción degraduaciones, y llegó a ser para Rommeluna de las cosas que más le interesabanen la vida. Consagraba una gran parte de

Page 189: Rommel   desmond young

sus momentos de ocio a mantenercontacto, por correspondencia, contodos aquellos que habían servido en elbatallón, haciendo cuanto podía porayudar a los que en aquella Alemania deposguerra atravesaban momentosdifíciles. Todos los años la asociacióncelebraba una asamblea general y undesfile. En 1935, cuando ya Rommel erateniente coronel y como tal mandaba unbatallón en Goslar, se desplazó aStuttgart para asistir a dichos actos. Elgeneral von Soden, que también habíaacudido a la celebración, le invitó apresidir con él el desfile, pero Rommel,mostrando uno de sus rasgos

Page 190: Rommel   desmond young

característicos, prefirió desfilar en lasfilas de su antigua compañía, como unsoldado más.

Así fueron pasando los años, felicesy con pocos acontecimientos destacados,para los Rommel. El más importante deesos acontecimientos fue el nacimiento,al cabo de doce años de matrimonio, desu primero y único hijo, Erwin, que vinoal mundo la víspera de la Navidad de1928.

Prescindiendo de las cicatrices desus heridas, la guerra, por lo que cuentasu viuda, no dejó en Rommel ningunahuella. Cuando hablaba sobre la guerra—cosa que hacía muy raras veces en

Page 191: Rommel   desmond young

familia— se refería a ella como a unasunto estúpido y brutal, que ningúnhombre sensato podía desear revivir.Tampoco soñaba por las noches con supasada experiencia bélica; a diferenciade muchos soldados jóvenes de todoslos ejércitos, después de 1918, Rommelno pareció considerar jamás aquelloscuatro años como los únicos destacadosde su vida, ni tampoco como una extrañay sangrienta pesadilla. Seguía siendo unhombre de espíritu severo, pero almismo tiempo de carácter alegre, sincomplicaciones, que tenía gustossencillos y disfrutaba con los placeresde una vida tranquila. Por lo demás,

Page 192: Rommel   desmond young

sólo se ocupaba de su oficio. Que estaprofesión fuese una preparación para laguerra era una contradicción aparente,que los soldados profesionalesresuelven con mucha más facilidad quelos paisanos.

El 1o de octubre de 1929 Rommelfue nombrado instructor en la Escuela deInfantería de Dresde, cargo que ocupódurante cuatro años justos. La reunión delos textos de los cursos que allí profesóle sirvió para publicar un libro,Infanterie Greiff An (Combates deinfantería), que se basaba en suexperiencia personal de la guerra endiversos campos de batalla: Bélgica,

Page 193: Rommel   desmond young

Argonne, los Vosgos, los Cárpatos,Italia. Se trata de un breve peroexcelente manual de táctica para lainfantería, en el que Rommel describecon estilo ágil y animado lasoperaciones de pequeña envergadura,ilustrándolas con croquis, de manera quecada lección de táctica quedeclaramente explicada. Dicho libro fueadoptado por el ejército suizo, cuyosoficiales, en señal de homenaje,ofrecieron a Rommel un reloj de oro conuna inscripción alusiva al hecho. Pero ellibro atrajo, además, la atención de unlector más cercano a Rommel,circunstancia que no dejó de tener

Page 194: Rommel   desmond young

efectos directos sobre el destino de éste,aunque fuera a largo plazo.

Ascendido ya a comandante,Rommel recibió el 10 de octubre de1933 el mando del 3.o batallón del 17.o

regimiento de infantería; era un batallónalpino, en el cual todos sus hombres,cualquiera que fuera su graduación,tenían fama de ser magníficosesquiadores. El batallón estabaacantonado en Goslar, ciudad en cuyosalrededores se acababa de producir unagran nevada. Al otro día de su llegada,los oficiales propusieron a Rommel unapequeña excursión en esquís; deseaban,sin duda, comprobar si su nuevo jefe, de

Page 195: Rommel   desmond young

edad ya un poco madura, teníacualidades para mandar un batallón deatletas. Como no existía allí ningúnremolque para esquiar, les costó penas yfatigas alcanzar la cumbre. Al ver queuna vez logrado esto los oficiales sedisponían a reposar un poco, echando untrago y fumando un cigarrillo, Rommelles dijo: «Creo, señores, que podríamosempezar a descender ya». Y el descensose llevó a cabo a toda velocidad. Ya enla meta, los oficiales reconocieron quesu comandante era un buen esquiador.«Ha sido un ejercicio realmenteagradable, señores —dijo Rommel—,¿qué les parece si lo repitiéramos?».

Page 196: Rommel   desmond young

Aquella segunda prueba fue consideradapor todos como una hazaña deportiva.Pero la subsiguiente proposición deRommel de realizar una tercera salidaya fue acogida por los oficiales con muyescaso entusiasmo. Cuando alcanzaronpor tercera vez el pie de la pendiente,todos estaban al límite de sus fuerzas.Todos, menos Rommel, quien, en efecto,indicó que las pistas de slalom ofrecíanun aspecto tentador o que no estaría malpasar en ellas una media horita… En losbatallones ingleses se observa a vecesque algunos oficiales se escabullencuando se trata de completar el cuartetode la partida de bridge que organiza el

Page 197: Rommel   desmond young

coronel. De modo parecido, según mehan contado, en este batallón de Rommelnadie salía voluntario para un paseo enesquís con el comandante, a menos querecibiera la orden de hacerlo…

Antes de la subida de Hitler a laCancillería el 31 de enero de 1933,Rommel se había interesado muy pocopor las cosas de la política. Nadaextraño hay en ello; por tradición, lacasta de los oficiales profesionalesalemanes ha tendido siempre amantenerse apartada de los dos sórdidosmundos de la política y el comercio. Enlos años inmediatamente posteriores alarmisticio, el general von Seeckt

Page 198: Rommel   desmond young

emprendió la tarea de revivificar dichacasta, a la vez que se dedicaba aderribar las barreras tradicionales quedesde tiempos inmemoriales selevantaban entre oficiales y gente detropa. Su propósito era crear un nuevoejército modélico, que ni por asomopensaba poner en manos de los políticosde la República de Weimar:correspondería al Estado Mayor generaldecidir, a su debido tiempo, cómo debíaser utilizado aquel nuevo ejército.Mientras tanto, sólo se le exigía a esteejército que fuera fiel al uniforme quellevaba. En esas condiciones, lasórdenes de Seeckt prohibiendo a los

Page 199: Rommel   desmond young

militares que participaran en los asuntospolíticos e incluso que votaran, servían,ciertamente, para infundir confianza alos Aliados, pero formaban parte almismo tiempo de un plan a largo plazoque hubiera debido provocar la alarmaentre esos mismos Aliados si en verdadhubieran sospechado su existencia, cosaque no sucedía.

En el caso de Rommel, eraninnecesarias todas aquellasprohibiciones de von Seeckt. Habíacrecido y se había formado en el seno delos círculos apolíticos de una pequeñaciudad de provincia alemana; habíarecibido una educación de soldado;

Page 200: Rommel   desmond young

partió al frente a la edad de veintitrésaños. Se había sentido muy dichosocuando, acabada la lucha y vuelto denuevo a su hogar, pudo escapar a lasdisensiones interiores nacidas en el paísy reincorporarse al único ambientedonde se encontraba a gusto. Nunca lehabían agradado las discusiones de café,leía muy poco y su espíritu estaba muyalejado de la vocación política. Laseñora Rommel dice que sólo recuerdahaber oído a su esposo un únicocomentario acerca de los nazis, en loscomienzos del nacionalsocialismo, y fuepara decir que se parecían «a una bandade granujas» y que era lamentable que

Page 201: Rommel   desmond young

Hitler se rodeara de gentes de talcalaña. Al igual que el noventa porciento de los alemanes, que nomantenían contacto alguno directo conHitler o su movimiento, Rommelconsideraba al futuro Führer unidealista, un patriota de sanas ideas quepodría unificar Alemania y salvarla delcomunismo. Tal vez esta concepciónpueda parecer demasiado ingenua; peroreconozcamos que no era más ingenuaque la de muchos ingleses, que veían enHitler sólo un hombre de escasa talla ycon un bigote ridículo. Todos aquellosque durante largo tiempo se negaron areconocer que tan absurda idea

Page 202: Rommel   desmond young

entrañaba un peligro real, exceptocuando era ya demasiado tarde,seguirían negando lo que era puraevidencia, probablemente porque laalternativa, en cualquier caso, resultabapoco grata.

Por otro lado, y aunque fuera unoficial de carrera, Rommel nopertenecía a la casta de los prusianossnobs y hochwohlgeboren (de origendistinguido). La idea de que un caboaustríaco pudiese lograr la salvación deAlemania no le parecía, pues, tanfantástica como a muchos otros oficialessuperiores de la Reichwehr, Sobre todo,porque Rommel estimaba sinceramente a

Page 203: Rommel   desmond young

los cabos. Detestaba, por el contrario, alos vocingleros uniformados de camisaparda por el estilo de un Roehm. Nohabía tenido ningún contacto con esteúltimo ni con ninguno de sus partidarios,pero, como casi todos los miembros delejército, sospechaba que Roehmintentaba montar una organización rival.Conocía, además, los modos de loshombres de camisa parda tan a fondocomo para sentirse profundamenteasqueado a causa de su histeria y de sufalta de disciplina. No debió, pues, deexperimentar ningún sentimiento dehorror cuando se enteró de que Roehm ysus acólitos habían sido liquidados

Page 204: Rommel   desmond young

durante «la noche de los cuchilloslargos», el 30 de junio de 1934. Rommelaceptó la versión según la cual Roehm ylos suyos habían montado un complotpara derribar a Hitler y apoderarse ellosdel país, y consideró que,consiguientemente, tenían bien merecidasu suerte. La señora Rommel y tambiénotras personas me han asegurado, por lodemás, que aquel asunto tuvo enAlemania menos resonancia que en elextranjero —y menos que en ningunaparte, en la vida alemana de provincias;el detalle de aquella serie de asesinatossólo se difundió progresivamente.

En todo caso, la primera toma de

Page 205: Rommel   desmond young

contacto de Rommel con elnacionalsocialismo en acción en nadadeja entender que mostrara una simpatíaparticular hacia los nazis. Mandaba subatallón alpino en Goslar cuando en1935 esta ciudad fue elegida como sedede una ceremonia del recuerdo . Elpropio Hitler en persona asistiría alacto. Se había previsto para el desfile unceremonial muy detallado: orquestas,bandas de trompetas y tambores,estandartes, grupos de campesinos delos alrededores luciendo trajes típicos.Naturalmente, el batallón de Rommeltomaría parte en el desfile. Cuandotodos los detalles de éste estuvieron

Page 206: Rommel   desmond young

decididos, un delegado de las SS visitóa Rommel para decirle que sus soldadosmarcharían, en fila india, detrás de losSS responsables de la seguridad deHitler. Rommel replicó que en tal casosus hombres no participarían en eldesfile. Himmler y Goebbels leconvocaron al hotel en que sehospedaban. Se mostraron de unaextremada cortesía e invitaron aRommel a almorzar. Reconocieron quelos planes trazados representaban unaafrenta para su batallón: «se trataba —ledijeron— de un error imputable a unsubalterno demasiado celoso;naturalmente, las órdenes serían

Page 207: Rommel   desmond young

inmediatamente corregidas…». Rommelregresó a su casa, contento por haberlogrado hacer triunfar su punto de vista,y dijo a su esposa que no le gustaba elmodo de mirar de Himmler, pero que eldoctor Goebbels le parecía un hombrerealmente agradable e interesante.

Aquella ingenua impresión subsistiódurante algún tiempo. En ocasión de susulteriores encuentros, que fueron másbien escasos, Goebbels siguiómostrándose amable, desplegando todoel encanto que indiscutiblemente poseía.En su opinión, valía la pena conquistar aRommel; si no quedaba más remedio,había que tratarle con delicadeza, con

Page 208: Rommel   desmond young

guante blanco. Pero el primer encuentrode Rommel con Hitler fue puramenteoficial. Se limitó a saludar cuando fuepresentado al Führer; estrechó la manoque éste le tendía; oyó una observaciónelogiosa acerca de su condecoración«Al Mérito»; fue felicitado por elexcelente estado de su batallón.

El 14 de octubre de 1935, Rommel,ahora ya con el grado de tenientecoronel, ingresaba como instructor en laAcademia de Guerra de Potsdam. Porvez primera se hallaba en situaciónprivilegiada. Es verdad que ya antes sele había ofrecido la oportunidad depresentarse a los exámenes de ingreso

Page 209: Rommel   desmond young

en el cuerpo de Estado Mayor y deincorporarse así al núcleo de loselegidos. Pero teniendo en cuenta suhoja de servicios y su condecoración«Al Mérito» tenía, según muchos ledijeron, mejores perspectivas todavía sipermanecía al mando de tropas. Y comoél era, por temperamento, un oficial detropas, el consejo coincidía con suspropias preferencias, por lo que decidióseguirlo.

En Potsdam, su mujer, su hijo y hastaél mismo gozaron de una vida apacibleen los alrededores próximos a laAcademia; alternaban poco con lasociedad berlinesa y no tenían amigos

Page 210: Rommel   desmond young

—ni conocidos tampoco— entre losaltos dignatarios nazis. Ni siquieramantenían la menor relación mundanacon los altos oficiales de la Wehrmacht.Al igual que en Stuttgart, sus amigoseran —acompañados de sus esposas—los oficiales de graduación semejante ala de Rommel.

Sin embargo, por la fuerza y lalógica misma de las cosas, los Rommelestaban ahora mucho más enterados delo que pasaba en las altas esferas delrégimen. Conocían, por ejemplo, lacreciente rivalidad entre los nazis y elAlto Estado Mayor del ejército.Apoyándose en el hecho de que Hitler se

Page 211: Rommel   desmond young

había convertido, al morir Hindenburg,en jefe supremo de todas las fuerzasarmadas alemanas, y que el cuerpo deoficiales le había prestado juramento defidelidad en tal sentido, los dirigentesdel Partido se esforzaban en transformaraquellos oficiales en fieles nazis y enincorporar la Wehrmacht al «ordennuevo». Los jefes nazis comprendíanclaramente que una organizaciónindependiente como el ejército, cuyastradiciones estaban profundamentearraigadas en el pasado y que podíacontar con el respeto instintivo de losalemanes, exceptuando las capas másjóvenes de la sociedad, podría algún día

Page 212: Rommel   desmond young

cambiar de opinión y tomar el poder.También Hitler veía con claridad estaperspectiva, y de ahí que no dejaranunca de mantener un doble juego,enfrentando a cada una de las partescontra la otra con una extraordinariaastucia.

El ejército, preocupado ya desdemarzo de 1935 por los problemasplanteados por su enorme expansión, almismo tiempo que agradecido a Hitlerpor haberle procurado los mediosnecesarios para aquel desarrollo —superando incluso los sueños más locosde los altos jefes— no se resignaba, sinembargo, a caer en manos de los adictos

Page 213: Rommel   desmond young

del Führer. Un pequeñísimo número dealtos oficiales de fuerte carácter ycapacidad militar indiscutible —comopor ejemplo, el coronel-general LudwigBeck, jefe del Estado Mayor— nohacían distinción alguna entre el Führery sus colaboradores; bajo un punto devista moral, consideraban elnacionalismo y su fundador como doscalamidades iguales. Aunque nodimitiera hasta 1938, en señal deprotesta contra la proposición de invadirChecoslovaquia, Beck no se había hechonunca demasiadas ilusiones sobre eldestino de su país. Otros, como eltambién coronel-general Werner von

Page 214: Rommel   desmond young

Fritsch, comandante en jefe del ejército,detestaban y despreciaban igualmente alos nazis y a su jefe, pero a causa,principalmente, según parece, de queestos últimos se mostraban temerosos dela supremacía del ejército y pertenecíana una clase con la que ningún oficialalemán podía jamás asociarse. Otrosmilitares, por el contrario (los Keitel,los Jodl…) estaban dispuestos asacrificar su integridad profesional a suascenso dentro del ejército y del país;aunque de seguro habrían vacilado unpoco en sus decisiones si hubieransabido que muy pronto Hitler les trataríacomo lacayos galoneados.

Page 215: Rommel   desmond young

El general Walter Warlimont hadescrito en estos términos la actitud delEstado Mayor:

Poco a poco, el oficial de Estado Mayorse había ido convenciendo de lanecesidad de lograr una influenciaestabilizadora en el país y había llegadoa creer que Hitler era, al contrario desus predecesores, la nueva esperanza deAlemania. Aparte de su programa derearme, la reocupación pacífica deRenania contribuyó a reforzar elprestigio personal de Hitler entre losmiembros del cuerpo de oficiales, ya queaquellos cambios respondían a lapolítica fundamental del ejército.

Los oficiales podían haber

Page 216: Rommel   desmond young

comprendido que aquello era, a fin decuentas, como salir de Herodes paraentrar en Pilatos, pero el nocomprenderlo parecía en aquella épocamucho menos estúpido que hoy. ¿Acasono era el propio Hitler un soldado,extraordinariamente orgulloso de su hojade servicios durante la guerra? ¿Acasono había sostenido al cuerpo deoficiales frente a las ambiciones deRoehm? Hitler, por otro lado, no podíaignorar que había sido el ejército y sóloel ejército el que había conservado vivala llama del militarismo alemán a lolargo de muchos años sombríos. Sushordas nazis le habían ayudado

Page 217: Rommel   desmond young

indudablemente a tomar el poder, pero¿era razonable imaginar que Hitler lasprefiriera a los oficiales germanos de lavieja escuela? ¿No sería más bien que elFührer estaba ganando tiempo a laespera del día en que, lograndodesembarazarse de aquellas hordas,pudiera apoyarse únicamente en losverdaderos protectores de Alemania?

Tales eran los puntos de vista máscorrientes en el Estado Mayor general yque, naturalmente, ejercían indiscutibleinfluencia sobre los oficiales con mandode tropas; en su condición de tal,Rommel aceptaba dichos puntos de vistaen la medida en que reflexionaba acerca

Page 218: Rommel   desmond young

de aquel género de problemas. Élestablecía en su mente una diferenciamuy clara entre el Führer y susseguidores. Hasta que llegó el momentoen que una serie de amargasexperiencias le abrieron los ojos —tansólo después de los hechos de ElAlamein—, Rommel admiró y respetó aHitler, sin por ello admitir ni querertratos con los nazis. No sintió, pues,demasiado entusiasmo cuando en 1935se enteró de que el ejército iba aabsorber las SA y que él seríaencargado del mando de aquellaamalgama. Reconoció que le hubieragustado «hacer más aceptables a los

Page 219: Rommel   desmond young

SS», pero sin ignorar que aquel trabajojamás sería ni fácil ni agradable.Finalmente, no llegó a hacerse cargo deaquel mando, y, de todos modos, elintento del ejército de asegurarse elcontrol de las SA fracasó; no contaba,desde luego, con ninguna posibilidad deéxito.

A pesar de todo, Rommel no pudosiempre evitar el contacto con los nazis.Cuando era todavía instructor en laAcademia de Guerra, recibió una misiónparticular. Fue agregado a las HitlerJugend (Juventudes Hitlerianas) con elencargo de mejorar su espíritu dedisciplina. Esta empresa convenía a sus

Page 220: Rommel   desmond young

gustos y condiciones. Siempre se habíaentendido bien con los jóvenes, aquienes estimaba sinceramente. Muchosde ellos, siguiendo su inclinación naturalde rendir culto a los héroes, leadoraban. Aunque era un soldado derenombre, Rommel les hablaba de iguala igual. En conjunto, aquel materialhumano puesto bajo su mando eraexcelente; en el aspecto físico eramagnífico.

Es interesante preguntarse quéhubiera podido ocurrir con lasJuventudes Hitlerianas si Rommelhubiese tenido libertad de acción. Sinduda, aquellos jóvenes se hubieran

Page 221: Rommel   desmond young

mostrado igualmente duros, bravos,valientes, como efectivamente llegaron amostrarse la mayoría de ellos. En losdías finales de la derrota, también sehubieran batido y, como en un juego,hubieran hallado la muerte, al modocomo la encontraron los quecombatieron en Caen a las órdenes delFührer de brigada SS Kurt Meyer, de la12.a división blindada. No hubierandejado de lanzarse sobre nuestrostanques como lobos, tal como enrealidad se lanzaron, hasta que, paraemplear las palabras de un oficialtanquista inglés, «nos vimos obligados aaniquilarlos contra nuestro deseo». Y,

Page 222: Rommel   desmond young

sin embargo, puede anticiparse que siRommel los hubiese podido modelar asu manera, aquellos jóvenes no hubieranllegado a convertirse en brutosintolerantes y fanáticos, ni hubieranasesinado a muchos prisioneros deguerra como en verdad hicieron a lasórdenes de Kurt Meyer. Y lossupervivientes tampoco hubieranformado ese plantel de jóvenesalemanes sombríos, devorados por elrencor y peligrosos, que ningún hombrede sentido común puede esperar seconviertan a nuestras ideas. El AfrikaKorps se componía de un materialhumano idéntico; también los jóvenes

Page 223: Rommel   desmond young

que lo formaban eran duros, seguros deellos mismos, llenos de coraje. Perobasta encontrarse hoy con unsuperviviente del Afrika Korps y otro delas SS para darse cuenta de ladiferencia.

Rommel no llegó a hacerse cargo delas Juventudes Hitlerianas porque muypronto chocó con el jefe de éstas, Baldurvon Schirach, hombre joven, excelenteorador, de buena presencia, máscultivado que la mayoría de los nazis —su padre era director del Teatro deWeimar—, poeta a su manera y al que sehabía presentado siempre como uno delos raros idealistas con que contaba el

Page 224: Rommel   desmond young

Partido. Para von Hassel, por elcontrario, se trataba de «uno de esosgangsters fanfarrones del Partido cuyomantenimiento ya es de por sí solo unabajeza». De cualquier modo, lo cierto esque Baldur von Schirach pertenecía altipo de hombres que más impresionan ala juventud alemana sentimentalista, yque estaba entregado en cuerpo y almaal Führer, a quien enviabafrecuentemente poemas aduladores.

Era lógico, pues, que Schirachacogiera con despecho el nombramientode un oficial del ejército regular, y que,además, ni era miembro del Partido,como responsable de las Juventudes

Page 225: Rommel   desmond young

Hitlerianas. Sin embargo, el puntoconcreto en que chocaron Rommel y vonSchirach pudo sorprender a cualquieraque ignorase que Rommel procedía deuna familia de profesores. En vez deacentuar la militarización de lasJuventudes Hitlerianas, como hubierapodido esperarse de un militar decarrera, Rommel criticó a Baldur vonSchirach precisamente porque ésteconcedía demasiada importancia a losdeportes y al entrenamiento militar ydemasiado poca a la educación y aldesarrollo del carácter. A Rommel lehacían muy poca gracia los chiquillos detrece años a quienes se quería formar

Page 226: Rommel   desmond young

«como Napoleones», y menos todavíalos jóvenes de dieciocho años que aveces veía descender, vestidos deuniforme, de algún lujoso «Mercedes»,pavoneándose ingenuamente como sifueran «generales en funciones». Enaquella época los miembros de lasJuventudes Hitlerianas manifestaban yasu desprecio hacia escuelas yprofesores; rechazaban ser tratadoscomo escolares. Con el fin de ponerorden en todo aquello, Rommel forzóuna reunión de Baldur von Schirach conel Dr. Rust, ministro de EducaciónNacional, y con él mismo. Pero comovon Schirach era un arrogante y el Dr.

Page 227: Rommel   desmond young

Rust un tonto, nada positivo salió de laentrevista. Rommel dijo entonces a vonSchirach que si realmente pretendíapreparar a sus «jóvenes» para soldados,lo mejor que podía hacer era comenzarél mismo por aprender el oficio desoldado. Aunque en alguna ocasión no lequedó más remedio que hacerlo, vonSchirach replicó entonces que perderíatodo el prestigio y la influencia queejercía entre las Juventudes Hitlerianassi éstas llegaran a verle haciendoejercicios a las órdenes de un sargentoinstructor.

Esperó, pues, el momento en que,sintiéndose lo bastante fuerte, pudiera

Page 228: Rommel   desmond young

desembarazarse de Rommel. Como vonSchirach pertenecía al círculo de losallegados de Hitler, no le costó trabajoconvencer a éste de que Rommel no erael nazi idóneo e incondicional exigidopor una misión tan delicada como lapreparación de las JuventudesHitlerianas. Así, pues, Rommel siguióagregado al cuerpo profesoral de laAcademia de Guerra y se evitó unadisputa abierta entre el Partido y elejército. Rommel regresó a Potsdam, yni siquiera se le concedió la insignia deoro de las Hitler Jugend.

Cumplió sus tres años deprofesorado en Potsdam el 9 de

Page 229: Rommel   desmond young

noviembre de 1938, y al día siguiente yase le confió la dirección de la Academiade Guerra de Wiener Neustadt. Habíasido ascendido de nuevo el año anterior,de modo que en diecinueve años habíapasado de capitán a coronel: promociónbastante rápida tratándose de tiempos depaz, pero sin llegar a sensacional, si sepiensa en su hoja de servicios y en laenorme expansión de la Wehrmacht apartir de 1935. Sea como fuere, nadiepodía decir que los progresos deRommel se debieron a que gozara dealguna influencia cerca del Alto Mando,ni tampoco a un favor de parte de losnazis.

Page 230: Rommel   desmond young

Lo que no indica la ficha oficial deRommel es que antes de abandonarPotsdam se le había desplazadotemporalmente para una misión queestaba destinada a orientar todo sufuturo, para bien y para mal. En elinstante de la invasión del país de losSudetes, en octubre de 1938, se buscabaun oficial a quien confiarle el mando delFührerbegleibattalion, el batallónencargado de la seguridad personal deHitler. El Führer había leído y admiradoel libro de Rommel Infanterie GreiffAn, publicado en 1937. Quiso elegir porsí mismo el jefe de su escolta personal yescogió al autor de aquel libro. Rommel

Page 231: Rommel   desmond young

iba a tratar de cerca por vez primera alhombre que haría de él un mariscal yluego sería su asesino.

Se ha sondeado a tantos niveles ypor todos lados aquel pozo oscuro quefue el carácter de Hitler —conocemostan bien su perfidia, su crueldad, sufalsía, su espíritu sanguinario, susextrañas obsesiones, su megalomanía—que ya parece que no queda en pie másque un misterio: ¿cómo logró durantetanto tiempo imponerse, no sólo a lamasa del pueblo alemán (fenómenocomprensible, ya que Hitler era para esamasa una Voz, una Aparición…), sinotambién a unos hombres, pese a todo

Page 232: Rommel   desmond young

razonables e inteligentes, que estabantodos los días en contacto con él?

Rommel no fue jamás un íntimo deHitler; tampoco fue nunca un psicólogoexperimentado. Pero sí era un fino ymalicioso observador y, por eso mismo,un buen juez con respecto a los hombresde calidad media. En aquella época tuvoocasión de estudiar al Führer en proa ainquietudes y temores. Las impresionesde Rommel no añadirían nada nuevo a loque ya conocemos sobre el particular.Pero fueron lo bastante vivas para queRommel experimentase la necesidad deanotarlas por escrito, y esta nota ha sidoconservada por su hijo. Hitler —según

Page 233: Rommel   desmond young

decía allí Rommel— poseíaindiscutiblemente una especie de podermagnético (tal vez hipnótico), queprocedía de la evidente fe de Hitler enuna misión que Dios mismo le habíaconfiado (o, si no Dios, la Vorsehung,la fuerza que arregla todas las cosas enla tierra), y según la cual él estaballamado a conducir al pueblo alemán«hasta el sol». (Y ya en aquel tiemposospechaba Rommel que si Hitler nolograba llevar a su pueblo a la victoria,estaba igualmente dispuesto aconducirlo a la ruina; lo únicoimportante para Hitler era que este finfuera en cualquier caso una culminación

Page 234: Rommel   desmond young

dramática).Aquel poder de Hitler se revelaba

de modo particular cada vez que dirigíauna conferencia. Al comenzar, con lamirada como ausente, parecía estardesvariando, soñando con otra cosa,como un hombre que juegadistraídamente con los fragmentos de unrompecabezas. Luego, súbitamente, susexto sentido (el famosofingerspitzengefuhl que el propioRommel también poseía) se despertaba.Hitler empezaba a escuchar conatención. Después, «de sus más lejanasprofundidades» hacía surgirrepentinamente una respuesta que, por lo

Page 235: Rommel   desmond young

menos de momento, satisfacíaplenamente a todos los interlocutores.«Entonces comenzaba a hablar en tonoprofético». Rommel comprendió queHitler «actuaba siempre siguiendo susimpulsos y nunca bajo el imperio de larazón». Pero aun así, añadía Rommel,Hitler poseía la extraordinaria facultadde religar en un haz los puntosesenciales de la discusión para darlesuna solución.

Aquella misma facultad intuitiva lepermitía adivinar el pensamiento de susinterlocutores y, si le venía en gana,decirles lo que más les gustaba. Hitlermanejaba con destreza la lisonja.

Page 236: Rommel   desmond young

Cuando tenía formada su opinión sobrecualquier asunto, consultaba a todosaquellos que sabía la compartían más omenos y que en seguida se dejaríanfácilmente convencer, aunque a veces lohicieran un poco de mala gana. Cuandola decisión estaba tomada en firme, lapersona que había sido consultada,halagada ya por el honor de haber sidointerrogada por Hitler, se sentíadoblemente agradecida, pensando quehabía influido en el Führer. (Seríainteresante averiguar si Hitler habíaleído a Dale Carnegie; lo que no ofrecedudas es que este último sí leyó el MeinKampf, de Hitler.

Page 237: Rommel   desmond young

Otro detalle de la personalidad delFührer impresionó también mucho aRommel: su memoria, realmenteextraordinaria. Al igual que el generalSmuts, Hitler se sabía prácticamente dememoria todos los libros que habíaleído: llevaba fotografiadas conexactitud en su mente páginas y páginas,hasta capítulos enteros. Tenía un gustoparticularmente desarrollado por lasestadísticas, que podía recordar porentero: era capaz de alinear hasta elinfinito cifras y más cifras sobre lasdisponibilidades de tropas del enemigo,los tanques destruidos, las reservas degasolina y de municiones, etc., con una

Page 238: Rommel   desmond young

maestría que impresionaba grandementea los cerebros del Estado Mayorgeneral, no obstante ser éstos hombresmuy bien entrenados para aquellagimnasia mental.

El barón von Esebeck, corresponsalde guerra alemán, me contó un día unahistoria, recogida de buenas fuentes, quemuestra cómo Hitler no llegó a perderjamás ese gusto ni esa intuición que,rigurosamente aplicados, habíanconducido ya a los ejércitos alemanes aldesastre. Al empezar la primavera de1943 Hitler se hallaba en viaje deinspección por el frente del Este.«¿Cuándo cree usted que se producirá el

Page 239: Rommel   desmond young

próximo ataque ruso?», preguntó al jefede uno de los ejércitos. El general diouna fecha y explicó las razones quemilitaban en su favor, «No —contestóHitler—, atacarán una semana mástarde». Y acertó. Volvió a preguntar a suinterlocutor; «¿Cuántos obuses por piezatiene la artillería media de usted?». Elgeneral citó una cifra. «No, señor —replicó Hitler de nuevo—, porque le heenviado a usted más municiones de lasque dice; tiene usted que tener tantas ytantas. Telefonee, pues, al general quemanda su artillería». De nuevo acertabaHitler y se equivocaba el general.Ciertamente, se trataba de un viejo

Page 240: Rommel   desmond young

truco, sobradamente conocido de losreyes y de los inspectores generales quehacen un viaje de inspección; peroHitler lo empleaba magistralmente.

Finalmente, otra cualidad de Hitlerque causó en Rommel mucha impresióny que este último consideró siempre degran valor fue el coraje físico delFührer. Cuando los alemanes seaprestaban a ocupar Praga, el 13 demarzo de 1939, Rommel fue colocadode nuevo al frente del batallón deprotección. «¿Qué haría usted, coronel,si estuviera en mi lugar?», le preguntóHitler. Y la contestación de Rommelrespondió bien a su carácter personal:

Page 241: Rommel   desmond young

«¡Subiría hasta el Hradschin, sin escoltay en un coche descubierto!». Dado elestado de espíritu de los checos enaquellos momentos, se trataba de unconsejo que pocos hombres en lasituación de Hitler hubieran seguido. Noobstante, Hitler lo hizo y de ello dan felos viejos noticiarios cinematográficosde actualidades.

De todas las ciudades de guarniciónque hubieron de conocer, fue WienerNeustadt la que mejor recuerdo dejó enlos Rommel durante aquel períodotranquilo entre las dos guerras. ARommel se le había confiado en dichaciudad, situada en las montañas del

Page 242: Rommel   desmond young

sudoeste de Viena, un cargo de mandoindependiente; libre de cualquierintervención de la autoridad superior,podía entregarse a su ocupaciónfavorita: la instrucción de los soldados yel entrenamiento de los oficiales detropa en los ejercicios de táctica. Porotra parte, vivía con su mujer y su hijoen un encantador hotelito rodeado de unvasto jardín. Podían, además, realizarmuchas excursiones a la campiña que seextendía en torno a la ciudad, y Rommeltenía ocasión de dedicarse a la última desus manías, la fotografía, en la quedemostraba, no sólo una gran periciatécnica, sino también un innegable

Page 243: Rommel   desmond young

talento para elegir los temas y para elarte de la composición.

El cuerpo profesoral hacía patentesu gran simpatía por Rommel, pero éstey su esposa jamás salieron de su normade vida, acentuadamente retirada, en unhogar presidido por la sencillez. Lasjornadas de verano, en particular,transcurrían en un ambiente dedistensión y diversión. En loconcerniente a las amenazas de guerra,Rommel, como tantos otros alemanes,pensaba, después de Munich e inclusohasta después de Praga, que Hitler «selas arreglaría para evitar finalmente elconflicto bélico». Acabada ya la

Page 244: Rommel   desmond young

contienda —que no fue evitada—, elgeneral Thomas, jefe de la seccióneconómica del Alto Mando, evocóaquellos días, haciendo observar que«todo alemán inteligente había llegado ala conclusión de que las potenciasoccidentales veían en Alemania unamuralla contra el bolchevismo ycontemplaban con agrado el rearmealemán». ¡He ahí una buena prueba dehasta dónde puede llevar, y a quéerrores de interpretación puede darlugar, una política de apaciguamiento!Incluso cuando el 23 de agosto de 1939fue nombrado mayor general y destinadoal Cuartel General del Führer, Rommel

Page 245: Rommel   desmond young

se hallaba muy lejos de pensar quetomaba así el camino de la guerra. Lehubiera sorprendido menos un arreglode última hora que el pacto con Rusiafirmado el mismo día.

Esta alianza hacía inevitable laguerra. A las cuatro y cuarenta minutosde la mañana del 1 de septiembre,Alemania desencadena su primer ataqueaéreo sobre Polonia. Tenía razón LloydGeorge cuando en su memorándum a laConferencia de Paz, el 25 de marzo de1919, escribía:

La proposición de la Comisión polaca decolocar dos millones de alemanes bajoel control de un pueblo de otra raza y

Page 246: Rommel   desmond young

que a lo largo de su historia aún no haconseguido demostrar su capacidadpara gobernarse a sí mismo, conducirá,a mi entender, tarde o temprano, a unanueva guerra en el Este…

Ocioso sería pretender que Rommelexperimentó tormentos de conciencia acausa de la invasión de Polonia.Plenamente persuadido de que Alemaniano se haría respetar de sus vencedoreshasta que no fuese lo bastante fuerte parahablarles de igual a igual, Rommel sehabía manifestado siempre partidariodel rearme, abierto o disimulado; eigualmente, siempre pensó que elcorredor polaco debería un día

Page 247: Rommel   desmond young

desaparecer y Dantzig pasar de nuevo aAlemania, si era posible mediante unarreglo amistoso, pero si necesariofuera, hasta por la fuerza. Toda una seriede realidades le inclinaba a interesarsemuy personalmente por el problema: elhecho de que la familia de su esposavivía en Prusia oriental; el que su primerencuentro con esta última hubiera tenidopor marco Dantzig, y que en laAcademia de Guerra de esta mismaciudad comenzara su carrera profesoral.Añadamos que su opinión la compartíanla mayoría de los alemanes.

Para no faltar a la justicia, hay querecordar también que en este caso

Page 248: Rommel   desmond young

concreto, como en el de los Sudetes o elde Checoslovaquia, el alemán instruido,al hallarse en la imposibilidad dedocumentarse por ningún otro conducto,no podía hacer más que confiarse a lapropaganda tan bien orquestada ydifundida por Goebbels. Eran muyescasos los hombres que como, porejemplo, el general Beck o Ulrich vonHassell, podían estudiar los asuntoseuropeos desapasionadamente y bajo unpunto de vista internacional. Lo mismosucedía más o menos en todos lospaíses. Esto, naturalmente, no puedeservir de ningún modo para excusar laagresión alemana, pero sí para explicar

Page 249: Rommel   desmond young

simplemente por qué ésta no suscitó enlos militares de carrera alemanes elmismo horror que en el resto del mundo.Un estado de espíritu semejante fue elque predominó en más de un oficialinglés al partir para la guerra contra losboers en 1899.

Desde el observatorio que era elCuartel General del Führer, Rommelpudo gozar de una visión a vuelo depájaro de la campana-relámpago que encuatro semanas acabó con Polonia, antesde que el grueso de los ejércitos polacostuviera ni siquiera tiempo deincorporarse a sus bases. Rommel seencontraba en Prusczo el 2 de

Page 250: Rommel   desmond young

septiembre, en Kielce el 10, en Lodz el13; y el 15 de octubre, ya en Varsovia,que había capitulado el 30 deseptiembre. Un par de días despuésregresaba a Berlín. No podía dejar desacar las enseñanzas objetivas deaquella lección de guerra moderna.Comprendió la importancia de unaestrecha cooperación entre las fuerzasaéreas y las de tierra, así como de los«bombardeos a ras del suelo»realizados por aviones volando a pocaaltura, cosas todas ellas que la RAF semostraba reacia a aprender. Rommelpudo darse cuenta de que sembrar laconfusión en las líneas de retaguardia

Page 251: Rommel   desmond young

del enemigo desmoraliza más a éste quelas pérdidas que puedan inflingírsele,por fuertes que sean. Vio cómo elavance a toda costa y la explotación deun triunfo inicial hasta sus últimasconsecuencias, profundizando en elcampo enemigo (incluso corriendo elriesgo de ser «cortado» y rebasandoalgunos islotes de resistencia, que lainfantería propia se encargaba dereducir más tarde), era un tipo de acciónde gran rendimiento en el arte nuevo dela guerra mecanizada. (Era, ahoraadaptada a las condiciones de losejércitos blindados, la misma táctica deinfiltración de Ludendorff en marzo de

Page 252: Rommel   desmond young

1918 y la que Rommel hizo suya enRumanía y en Italia). Rommelcomprendió asimismo que los tanquesdebían ser utilizados en masascompactas y no en orden disperso. Y seconvenció de que un hombre de sutemple estaba hecho para el mando deuna división blindada.

Por lo demás, la campaña dePolonia confirmó a Rommel en suopinión de que Hitler era un hombre degran coraje. Tiempo después confiaría asu esposa: «En aquellos días Hitler medio muchos quebraderos de cabeza, yaque quería encontrarse siempre entre lastropas de primera línea; disfrutaba

Page 253: Rommel   desmond young

viviendo de cerca la guerra». Sinembargo, al producirse el desembarcoaliado, Rommel no encontró ya en Hitlermuestra alguna de un valorparticularmente brillante. Verdad es quepara aquel tiempo Rommel había tenidoocasión de revisar, en diversascircunstancias, su primera opinión sobreel Führer.

Page 254: Rommel   desmond young

4

LA DIVISIÓN FANTASMA

Las cinco semanas que precedieron a laderrota de Francia han de parecercuriosamente irreales a cuantos noparticiparon de ninguna manera en los

Page 255: Rommel   desmond young

combates. Tenía uno la impresión deasistir a la transformación instantánea enescombros y polvareda de un viejoinmueble familiar, atacado de repentepor una bomba de gran calibre.

Recuerdo como si fuera ahora queyo me había desplazado a la India abordo de un avión de la K.L.M., traspasar en Inglaterra un corto permiso deuna semana. Aterricé en Jodhpur el 10de mayo por la mañana. El domingoanterior, que había sido una magníficajornada de primavera, había almorzadoen el Bosque de Bolonia parisiense,cerca de los castaños en flor. Mientrasfumaba un cigarro y saboreaba una copa

Page 256: Rommel   desmond young

de coñac, me he preguntado a mí mismovagamente si volvería a gozar otra vezde un ambiente tan dulce, ya que la«guerra de mentirijillas» tocaba a su fin.Eso pensaba yo, pero era solamente unavaga y profunda impresión personal, quepocos parisienses parecían compartir.«Cette fois, on les aura», me habíadicho el camarero del bar de mi hotel,en el momento en que me despedía de élpara tomar el tren nocturno para Roma.Y añadió: «Ce ne sera pas comme enQuatorze!». Llevaba en el ojal de lasolapa la cinta de la Cruz de Guerra yme pareció un hombre muy simpático.

Pero una semana más tarde

Page 257: Rommel   desmond young

aproximadamente, hallándome instaladoen el club de oficiales de Simla, oícómo la radio iba desgranando losviejos nombres familiares de Cambrai,Marcoing, Peronne, Arras, Bapaume, elcanal de la Bassée, Bethune, y luego, enseguida, Amiens, Abbeville, Fécamp,Saint-Valéry, nombres que evocaban unaserie de batallas en las que, tras mesesde sangrienta lucha, las ganancias deterreno sólo aparecían en los planosfundamentales, o también aquellas zonasde retaguardia que uno pisaba muy felizcuando bajaba a ellas para descansar unpoco. Parecía prácticamente imposibleque todo aquello estuviera pasando en

Page 258: Rommel   desmond young

un país que uno conocía tan a fondo.Así, pues, ¿estaban de nuevo losingleses combatiendo sobre aquellastierras, que ya otra vez habían sidorastreadas por las bombas? ¿Y eraposible que fueran desalojados en unanoche de posiciones que en otro tiemposupieron conservar durante añosenteros?

Dunkerque, desde luego, ya era otrotema. Costaba poco imaginarse lasextensas playas y las interminables filasde hombres perdiéndose a lo lejos, hastala misma orilla del mar. Aun así, lassemanas inmediatamente anteriores aDunkerque me hicieron el efecto de una

Page 259: Rommel   desmond young

de esas horribles pesadillas durante lascuales admite uno —aunque sóloabstractamente— que hay que seguirtrabajando normalmente mientras algúncamarada le dice, en el Cuartel General:«Decididamente, las cosas estántomando muy mal cariz». Pero setrataba, de todos modos, de una de esaspesadillas de las que uno confía verselibre de un momento a otro.

Sólo mucho tiempo después, cuandola marea de la victoria cubrió de nuevoel terreno perdido, inmediatamentedespués, pude comprender realmente entoda su profundidad lo que tenían quehaber sido aquellas semanas espantosas

Page 260: Rommel   desmond young

y llenas de desesperación. Y podía verel otro aspecto de la cuestión.

Nos hallábamos sentados en torno ala mesa del comedor, en la casita deHerrlingen-le-Ulm. Rommel, vestido deuniforme, nos miraba desde un cuadrocolgado de la pared, cuando abrimos elvoluminoso álbum encuadernado enterciopelo en el que estaba descrita, díapor día y etapa tras etapa, la historia dela 7.a división blindada, la «DivisiónFantasma». La guerra había sacado de suapacible retiro al capitán Aldinger, elviejo camarada de Rommel en laPrimera Guerra Mundial. NombradoOrdonnanzoffisier, se le encargó la

Page 261: Rommel   desmond young

tarea de reunir las órdenes, los mapas,los partes y comunicados de cadajornada de combate, y, luego, decoleccionar todos aquellos documentos.Como era de esperar conociendo sucarácter, el capitán Aldinger realizó untrabajo minucioso y perfecto. En lapágina de la izquierda aparece unresumen mecanografiado de las órdenesy del diario de guerra; en la páginaderecha, un mapa a gran escala con lasseñales de las posiciones que ibansiendo ocupadas hora tras hora por lasunidades divisionarias y el CuartelGeneral de la división. No se veía unborrón ni una sola palabra corregida.

Page 262: Rommel   desmond young

Gracias a ese libro, tirado a un soloejemplar, es posible seguir la marchaexacta de la División desde el 10 demayo de 1940, fecha en que franqueó lafrontera belga a las cinco de la tarde, yel 19 de junio, día en que Cherburgocapituló sin condiciones y Rommelaceptó, en la Prefectura Marítima, larendición del almirante Abrial al mismotiempo que la de otros cuatro almirantesfranceses y la de 30.000 hombres.

Me doy perfecta cuenta de que seríade lo más aburrido seguir el curso deesos acontecimientos con todo lujo dedetalles. Tal vez un día surja elhistoriador militar que se sienta llamado

Page 263: Rommel   desmond young

a hacerlo, aunque la verdad es que nifranceses, ni ingleses, ninorteamericanos ni alemanes parecenpreocuparse demasiado por reconstituiraquellos combates. Pero después dehaber consagrado un fin de semanacompleto a la lectura de ese libro,página por página, me siento inclinado acreer que ni el avance del propiogeneral Patton puede compararse a laacción de Rommel en cuanto a lautilización óptima de las armasblindadas y a la decisión en aceptar losriesgos y a la rapidez en sacarle fruto acada triunfo.

El general von Thoma ha dicho de

Page 264: Rommel   desmond young

Rommel que hasta en la más pequeña desus fibras era un hombre de infantería, yque había comprendido mucho mejor latáctica de los tanques que su técnica(reconocía que Rommel era un tácticode infantería de primera clase). Pareceque el general von Thoma merececrédito, pues su competencia no ofrecedudas: ya durante la guerra civilespañola, participó en 192 combates detanques, la mayoría de ellos en luchacon los tanques rusos que mandaba elgeneral Koniev; luego mandó conenergía y habilidad una brigada detanques en Polonia, antes de sernombrado jefe del Estado Mayor de las

Page 265: Rommel   desmond young

fuerzas motorizadas alemanas. De todosmodos, cuando recorre uno la historia dela «División Fantasma», no se sorprendeya tanto de que Rommel nos jugara enÁfrica del Norte un par de tretas quellevaban su marca.

A su regreso de Polonia, Rommelhabía sido destinado al Cuartel Generaldel Führer y encargado de nuevo de losservicios de seguridad. Pero se moría deganas de ocupar un puesto de mando enprimera línea, aunque, como ya conocíamuy bien a Hitler, no se atrevió apedírselo. El Führer, por su parte,mostraba mucha simpatía por Rommel;no pertenecía éste a aquella casta de los

Page 266: Rommel   desmond young

oficiales de la aristocracia ante loscuales Hitler se sentía siempreincómodo, aunque no se abstenía demaltratarlos cuanto podía, tal vez porqueadivinaba el secreto menosprecio conque le miraban. El caso es que un díaHitler preguntó a Rommel: «Veamos,¿qué es lo que más le gustaría a usted?».La respuesta fue, naturalmente: «Tenerel mando de una división blindada». YRommel, reemplazando al generalStumme, tomó el mando de la 7.a

división blindada, en Godesberg sobreel Rin, el 15 de febrero de 1940.(Tiempo después, tendría quereemplazar nuevamente al general

Page 267: Rommel   desmond young

Stumme, cuando éste sucumbió a unaafección cardíaca en los comienzos dela batalla de El Alamein). La señoraRommel permaneció con su hijoManfred en la casa de Wiener Neustadt.

Rommel apenas tuvo tiempo, antesde que la división emprendiera lamarcha, de tomar contacto con susoficiales y soldados; como máximollegó a conocer personalmente a algunosoficiales. Pero luego, en dos meses deentrenamiento intensivo, pudo aplicar enla realidad sus concepcionesparticulares sobre la táctica de lostanques, así como las lecciones quehabía aprendido en Polonia. En aquel

Page 268: Rommel   desmond young

tiempo Guderian y él habían estudiadoya los libros del general Fuller y delcapitán Liddell Hart con mucha mayoratención de la que habían mostradorespecto a esas lecturas muchos altosoficiales ingleses. La división estaba enforma cuando se le dio la orden deinvadir Bélgica; sus hombres sabían quetenían un jefe que podía cometer algúnerror, pero que no vacilaría jamás en«empujar hacia adelante».

El 10 de mayo la división cruzó lafrontera belga por un punto situado aunos cincuenta kilómetros al sudeste deLieja. El 13 de mayo la división recibíasu primera misión de importancia:

Page 269: Rommel   desmond young

atravesar el río Mosa. Parapetados encasas especialmente preparadas para laresistencia, los belgas peleaban bien.Poseían cañones antitanques instaladosen nidos de cemento y abundanteartillería de cobertura. Era necesarioconstruir un puente desafiando el nutridofuego de los belgas, y Rommel se metióen el río, con el agua hasta la cintura,para ayudar a poner las vigas. «Quieroecharos una mano», dijo a sus hombres,y permaneció junto a ellos hasta que seaseguró de que el trabajo había sidocumplido a la perfección.Evidentemente, no es cosa propia de losgenerales de división ocupar un puesto

Page 270: Rommel   desmond young

en primera línea; pero el caso es que lahistoria de Rommel en el agua,acarreando las vigas para montar elpuente, se comentó mucho en el seno dela división. Rommel afianzaba así su yaantigua reputación de no pedir nunca asus hombres nada que no pudiera hacerél mismo. Hubo al atardecer algunoscontraataques franceses a base detanques y de tropas de infantería, quefueron rechazados por los alemanes, yllegada la noche, los primeros tanquesde éstos, con el de Rommel a la cabeza,atravesaban el río.

Al día siguiente poco faltó para quefuera el último de la vida de Rommel.

Page 271: Rommel   desmond young

Se adentró con su tanque por terrenopeligroso, desembocando en una duna dearena y cayendo sobre él una lluvia deplomo, lanzada por las armasantitanques del enemigo. Su tanquequedó fuera de combate y Rommelherido en la cara. Ya avanzaban hacia élalgunos soldados coloniales francesespara hacerlo preso cuando surgió elcoronel Rothenburg, que mandaba el25.o regimiento blindado —y que enestos combates alcanzaría el grado deCaballero en la orden de la Cruz deHierro, para ir luego a morir en el frentede Rusia—, el cual, avanzando con sutanque, pudo salvarle, librándolo de la

Page 272: Rommel   desmond young

comprometida situación.El día 15 de mayo, la 7.a división

estaba muy avanzada con respecto a la5.a, que vigilaba su flanco derecho.Aquella misma noche, continuando en suposición de avanzada, logró capturartoda una batería francesa en el momentoen que su comandante iniciaba unmovimiento de avance hacia lo que creíaera una simple posición de apoyo.

La noche siguiente, la división seencontró con el obstáculo de lasprolongaciones de la línea Maginot, enla región fortificada situada al oeste deClairfayts. Las posiciones deretaguardia, con su artillería y sus

Page 273: Rommel   desmond young

cañones antitanques protegidos por elcemento, quedaron neutralizadas por elfuego de la artillería alemana y por laniebla artificial, y lo mismo ocurrió alos pueblos situados en los flancos delas posiciones atacadas. El ataque fuedesencadenado a las once de la noche, ala luz de la luna, marchando al frente lostanques y el batallón de motocicletas, ya continuación el grueso de la división.El Alto Mando había dispuesto que lostanques no dispararan sobre la marcha,pero Rommel, prescindiendo de aquellaorden, animó a los tanquistas a quehicieran lo contrario, sosteniendo que lafalta de precisión en el tiro y el derroche

Page 274: Rommel   desmond young

de municiones que se producía estabande sobra compensados por el efectomoral que se lograba. «Dispararemos,como hace la marina, salvas a babor y aestribor», explicó Rommel. Al filo de lamedianoche, lograba desbordar Avesnespor los dos costados, dejando la ciudaden manos de los soldados franceses quela ocupaban. Los combates en las callesarreciaban y los tanques franceseslanzaban sus disparos a tontas y a locas.Mientras, los tanques alemanes seguíandisparando sobre la marcha contra lasbaterías francesas instaladas a amboslados de su ruta. Una divisiónmotorizada francesa que se retiraba

Page 275: Rommel   desmond young

hacia el oeste a través de una carreterallena de refugiados, así como algunostanques también franceses, colocados enlos márgenes bajos, fueron superadosantes mismo de que hubiesen podidoentrar en acción. Un regimiento deartillería, que seguía de cerca a losblindados, ocupó Avesnes durante lanoche y se apoderó de 48 tanquesfranceses intactos. La infantería francesaintentaba la retirada en medio del mayordesorden. Hagamos constar que si lascircunstancias hubieran sido otras, yhubieran resistido, es más que posibleque los alemanes se hubieran encontradomuy pronto en un mal trance, ya que en

Page 276: Rommel   desmond young

las calles de la ciudad, los cañones desus tanques y las armas antitanques delbatallón de motociclistas poco hubieranpodido hacer frente al grueso blindajede los carros de combate franceses.

Se hallaba Rommel junto a sutanque, en una calle de un pueblecitomás allá de Avesnes, cuando se leacercó una mujer que, agarrándole delbrazo, le preguntó: «¿Es usted inglés?».«No, señora, soy alemán», replicóRommel, quien, aun sin ser un políglota,se defendía un poco hablando algunaslenguas extranjeras. «¡Oh, losbárbaros!», gritó la francesa, que seechó el delantal a la cara y corrió a

Page 277: Rommel   desmond young

refugiarse inmediatamente en su casa.Mientras tanto, todas las

comunicaciones con las líneas deretaguardia alemanas habían sidocortadas; la brigada de infantería nisiquiera se había enterado de que habíasido abierta una brecha. No obstanteestar así las cosas, Rommel asumió laresponsabilidad de lanzar toda ladivisión al ataque en dirección oeste,con el propósito de alcanzar el Sambre yasegurarse en él una cabeza de puente.Aunque toda la noche había transcurridoen incesantes combates, el ataquecomenzó temprano, a las cinco y mediade la mañana, con el 25.o regimiento de

Page 278: Rommel   desmond young

panzers empujando hacia Landrecies,lugar donde nuestros guardias entraronpor primera vez en combate durante laPrimera Guerra Mundial. Rommel se vioatacado por sus dos flancos porcolumnas motorizadas, pero la infanteríafrancesa tuvo que rendirse muy prontoante la inesperada aparición de lostanques alemanes. Landrecies caía a lasseis de la mañana, apoderándose lastropas alemanas de gran número desoldados franceses de guarnición allí,así como de un puente sobre el Sambre,intacto. Rommel mandó que losfranceses echaran sus armas al suelo, yluego hizo que un tanque pasara sobre

Page 279: Rommel   desmond young

ellas. El regimiento continuó su avancehasta Cateau, donde Rommel ordenóhacer un alto en el camino, pues habíarealizado la progresión con sólo dos desus batallones más una parte del batallónde motociclistas, y el grueso de ladivisión había quedado muy atrás.Cuando llegó el 25.o regimientoblindado, para ocupar una loma al estede Cateau, fue el mismo Rommel enpersona el que lo condujo, montado enun coche blindado, hasta suemplazamiento.

Durante toda la jornada, el 25.o

regimiento tuvo que soportar una seriede duros ataques de los tanques

Page 280: Rommel   desmond young

enemigos. Por detrás de él, Pommereuilhabía sido recuperado por los franceses,aunque poco después fueron desalojadosa su vez por la propia división deRommel. Al atardecer del día 17 demayo, la situación se había clarificadosuficientemente para permitir a laartillería divisionaria lanzarse de nuevohacia adelante. Fue capturado un nuevopuente, sobre el Sambre, en Berlimont, yesto permitió a la 5.a división depanzers, que había quedado muyrezagada, llegar hasta el río yatravesarlo por el costado derecho deRommel.

Basta examinar un mapa para darse

Page 281: Rommel   desmond young

cuenta de que Rommel había logradohacer penetrar una cuña más bienestrecha, de unos cincuenta kilómetrosde longitud y sólo tres escasos deanchura, a modo de un dedo queapuntaba directamente hacia el corazónde Francia (de Avesnes a Cateau hay ya,aproximadamente, unos veinticincokilómetros). Es indiscutible que Rommelcorría de aquella manera un gran riesgo,pues se hallaba amenazado a izquierda yderecha por importantes núcleos detropas francesas. Pero había conseguidoromper la línea de fortificacionesenemiga, asegurándose una baza vital: elpaso del Sambre. Estas operaciones

Page 282: Rommel   desmond young

fueron consideradas, con razón, comodeterminantes para el ulterior desarrollode la campaña de Francia, y el coraje ylos triunfos de Rommel fueronrecompensados con la Cruz deCaballero.

Que la audacia es rentable quedóampliamente demostrado por el hechode que las pérdidas de la divisiónalemana se redujeron a solamente 35muertos y 59 heridos, mientras seapuntaba en su haber 10.000 prisionerosen dos días, además de la captura odestrucción de 100 tanques, 30 cochesblindados y 27 cañones.

A pesar de las dificultades que

Page 283: Rommel   desmond young

hallaba para abastecerse de gasolina, yde que continuaba sometido a durosataques enemigos por sus dos flancos, el25.o regimiento de panzers prosiguió suavance al mismo ritmo que hastaentonces. El día 20 de mayo, rebasandola ciudad de Cambrai, atravesaba elcanal del Norte, por Marcoing,ocupando nuevas posiciones al sur deArras. De paso hizo numerososprisioneros franceses en suacantonamiento. Una vez más, el gruesode la división quedó atrás y de nuevofue el propio Rommel el que desanduvoel camino para ir en busca de sushombres en el momento oportuno,

Page 284: Rommel   desmond young

acompañándole en su viaje únicamentedos tanques, su plana mayor de mando yun coche blindado. Yendo por lacarretera que une Arras a Cambrai,Rommel fue a dar de bruces con susenemigos, en la localidad de Vis-en-Artois; dos de sus tanques fuerondestruidos y él mismo tuvo quepermanecer cercado y acosado durantevarias horas.

Los combates del 21 de mayo entorno a Arras ofrecen particular interéspara nosotros, ingleses, ya que allí fuedonde Rommel se enfrentó, por vezprimera en su vida, con tropasbritánicas. Y la ocasión nos sirve para

Page 285: Rommel   desmond young

subrayar con satisfacción que tambiénfue allí donde Rommel chocó con unobstáculo más duro que todos los quehasta entonces había encontrado en sucamino. Partiendo de Vimy por el sur yel sudeste, nuestra 1.a brigada blindadale atacó en los alrededores de Achicourty de Agny, rompiendo sus líneas yderrotando a su 42.o batallón deantitanques; perdieron la vida lamayoría de los servidores de loscañones y los alemanes descubrieroncon estupor que no lograban perforar elblindaje de nuestros tanques «I», nisiquiera disparando a bocajarro sobreellos. El ataque inglés solamente pudo

Page 286: Rommel   desmond young

ser frenado gracias al fuego de unregimiento de artillería y de una bateríaantiaérea Flak, dotada de cañones de 88milímetros (arma ésta que, como paralos alemanes nuestros tanques «I»,representó para nosotros igualmente unadesagradable sorpresa). Aun así, paraobligar a las tropas inglesas areplegarse hacia Arras los alemanestuvieron que pedir ayuda hasta a losStukas.

Sin embargo, el 25.o regimiento depanzers, que como de costumbreproseguía su avance y había alcanzadoya las alturas de Acq, al sur del Scarpe,recibió de Rommel la orden de dar

Page 287: Rommel   desmond young

media vuelta y atacar a los tanquesingleses por detrás. Durante el combateentre carros blindados que siguió, losalemanes sufrieron pérdidasconsiderables cerca de Agnes: 3 tanquesMark IV, 6 Mark III y algunos tanquesligeros, mientras los ingleses perdíanúnicamente 7 tanques y 6 cañonesantitanques. Forzado por una vez acolocarse a la defensiva, Rommelescapó de nuevo a la muerte por muypoco: uno de sus oficiales cayó muertobajo la metralla enemiga, junto a él,cuando los dos estaban estudiando unmapa. Aquella jornada fue muy durapara los alemanes: perdieron a lo largo

Page 288: Rommel   desmond young

de ella 250 hombres entre muertos yprisioneros, mientras que el número deprisioneros ingleses no pasaba decincuenta, aunque la división deRommel pretendió haber destruido 43tanques ingleses.

Los días inmediatamente posteriorestranscurrieron asimismo bajo el signo dela dureza. La división atravesó elScarpe el 22 de mayo, pero Rommeldejó constancia en su diario de que sólocon muchas dificultades se logrórechazar los ataques de los tanquesingleses, que para conseguirlo hubo querecurrir a las minas antitanques, que laposición de Monte San Eloy fue tomada,

Page 289: Rommel   desmond young

luego perdida, de nuevo ocupada…, etc.Mientras avanzaban hacia el canal de laBassée, las fuerzas de Rommeldescubrieron el día 25, al sur del canal,la presencia activa de algunos núcleosingleses escondidos en los matorrales ylos setos, de donde resultaba difícildesalojarlos. Pese a ello, el día 26 losalemanes conseguían establecer cabezasde puente a ambos lados de Guinchy; el27, atravesaban el río los primerostanques y cañones; el 28, la divisiónocupaba posiciones frente a Lille, caraal Este; el 29, se la ordenaba una breveetapa de reposo, en un punto situado aloeste de Arras.

Page 290: Rommel   desmond young

Llevado de su sempiternacuriosidad, Rommel quiso celebrar suprimer día de descanso, al cabo de unaquincena de combates incesantes,dándose una vueltecita por Lille,desplazándose en automóvil. No se diocuenta del grave error que habíacometido hasta que vio las calles de laciudad abarrotadas todavía de soldadosfranceses e ingleses. Gracias a que lasorpresa de éstos fue aún mayor que lasuya, tardando en reaccionar un par desegundos más que él, pudo Rommeldisponer del tiempo justo para darmedia vuelta con su automóvil y echar acorrer, antes de que sus adversarios

Page 291: Rommel   desmond young

recuperaran la presencia de ánimonecesaria para cortarle el paso. Si,dejando de lado los riesgos propios deun jefe de división empeñado en dirigirpersonalmente el combate de sus fuerzasde primera línea, piensa uno en lasmuchas veces que escapó Rommel a lamuerte o al cautiverio, hay que confesarque no tuvimos demasiada suerte losingleses cuando el destino nos dio porenemigo, en África del Norte, a ErwinRommel.

Al cabo de pocos días, la divisiónfue llamada de nuevo a la primera líneade combate, encargándosele una misiónespecial. El fin de la lucha parecía

Page 292: Rommel   desmond young

próximo. Los franceses estabanmanifiestamente a punto de quedar fuerade combate, y en cuanto a los ingleses,habían sido ya arrojados lejos deFrancia. Entre el 29 de mayo y el 4 dejunio, más de 30.000 soldados ingleseshabían tenido que reembarcar enDunkerque, y aún podíamos dar graciasa Hitler por no haber querido lanzarsobre ellos los blindados alemanes.Quedaba únicamente la 51.a división«Highland» (escocesa), que tras haberseido retirando sin dejar de combatir, sepreparaba ya a reembarcar en Saint-Valéry. Ahora bien, la tareaencomendada a Rommel consistía

Page 293: Rommel   desmond young

precisamente en detener la marcha deaquellas tropas, y para ello tenía quefranquear el Somme, en primer lugar, yromper luego los últimos bastiones deresistencia que pudieran quedar en lalínea Weygand.

Aquel tipo de acción, que implicabaprácticamente una dura lucha contrareloj, resultaba muy apropiada para elcarácter de Rommel, excitando suánimo. No quiso perder ni un solominuto. Luego de una rápida operaciónpersonal de reconocimiento, en la que leacompañaron sus jefes de regimientos yde batallones, cruzó el Somme el 6 dejunio por la mañana. Aquel día y el

Page 294: Rommel   desmond young

siguiente tuvo que hacer frente a unacierta resistencia del enemigo, que leobligó a lanzar una serie de ataques muyduros, hasta romperla. Luego, muy bienapoyado ya por su flanco derecho, selanzó hacia el este de Ruán.

La división maniobró de noche ycomo los tanques rompían con su ruidode chatarra el silencio de lospueblecitos que atravesaban, podían oírcómo los campesinos gritaban: «¡Buenasuerte!», creyendo que los tanquistasalemanes eran soldados ingleses.Aquellos continuaban su marcha,discretamente, sin clarificar tamañaconfusión. Así alcanzaron el Sena, a

Page 295: Rommel   desmond young

unos 16 kilómetros al sudoeste de Ruán,la noche del 9 de junio. Todavía a lamañana siguiente hubo alguien lobastante temerario para emprender enIvetot un nuevo combate con losalemanes, pero no hará falta decir queéstos barrieron en seguida a susadversarios. A las dos y cuarto de latarde, la división había cubierto lostreinta kilómetros que separan Ivetot deVeulettes, alcanzando el mar entreFécamp y Saint-Valéry. En esta ocasiónla división actuaba agrupada, con laartillería divisionaria bien colocada enprimera línea de combate.

En Fécamp proseguían las

Page 296: Rommel   desmond young

operaciones de reembarque y los barcosse hallaban cerca de la orilla, bajo laprotección de los contratorpederoscuando surgió de repente el 37.o batallónde panzers, que en seguida emprendió lalucha, apoyado por su artillería. Untorpedero inglés, rápidamente tocado,quedó fuera de combate. Lo mismosucedió con otros navíos y el pequeñopuerto se encontró muy pronto sometidoa un intenso bombardeo de artillería. Entales condiciones, se hizo prácticamenteimposible el reembarque de las tropasen pleno día.

La presa más codiciada era, sinembargo, Saint-Valéry, ya que allí

Page 297: Rommel   desmond young

estaba instalado el Cuartel General delgeneral Fortune, que mandaba la 51.a

división, y el grueso de esta división, yaa punto de reembarcar. La noche del día10 de junio y durante la mañana del día11, Rommel se apoderó de las alturas dela parte oeste, desde donde su artilleríapodía disparar eficazmente sobre elpuerto. A las tres y media de la tarde deese mismo día 11, Rommel atacó defirme al frente del 25.o regimiento depanzers y de una parte del 6.o regimientode infantería, bien cubierto por suartillería.

En la cena de nuestra 51.a divisióncelebrada el pasado año, el mariscal

Page 298: Rommel   desmond young

Montgomery recordó la impresión quetuvo en El Alamein: la división,deshecha y reformada, estaba ansiosa debrillar en el combate y vengar latragedia de Saint-Valéry; «habíaencontrado, por fin, su alma» sólocuando se lanzó al ataque, con sus gaitasen cabeza. Y en verdad Saint-Valéry fueuna auténtica tragedia para unoscombatientes que sucedían a los de laguerra del 14-18. Pero cabe reconocer,en honor de la unidad, que sus enemigosdel 7.o regimiento de panzers notuvieron jamás la impresión, en aquellosdías de junio de 1940, de enfrentarse aunas tropas sin alma y sin espíritu

Page 299: Rommel   desmond young

combativo, como puede deducirse de loque Rommel escribió en su diario:

El enemigo se batió desesperadamente,primero con su artillería y sus armasantitanques, luego con susametralladoras y sus armas ligeras; elcombate fue particularmenteencarnizado en torno a Le Tot y en lacarretera de Saint-Sylvain a Saint-Valéry.

Este elogioso fragmento, junto con elhomenaje rendido a la calidad delblindaje británico en los combates deArras, es uno de los raros pasajes deldiario de Rommel en que éste reconoceque la «División fantasma» halló a

Page 300: Rommel   desmond young

veces ciertas dificultades en su avance.Hacia el atardecer, Rommel había

hecho ya un millar de prisioneros, y, loque era aún más importante, desde suposición dominaba toda la parte oestede Saint-Valéry y sus cañones podíanimpedir cualquier intento de reembarquedesde el puerto… Sin embargo, losduros combates prosiguieron durante lasúltimas horas de la tarde; tuvieron queacudir, como refuerzos, en primer lugardos batallones de exploradores, y luegoel resto de la división. El generalFortune rechazó una petición por escritode Rommel, pidiéndole que se rindiera ehiciera salir la 51.a división bajo la

Page 301: Rommel   desmond young

protección de la bandera blanca. Y losalemanes pudieron ver cómo surgíanbarricadas en los muelles del puerto ygrupos de cañones o ametralladorasorganizados en orden de combate.

A las nueve de la noche comenzó unintenso bombardeo. Los disparosconcentrados de toda la artillería pesaday de campaña de la división alemanaempezaron a batir todo el sector norte deSaint-Valéry y el puerto: nada menosque 2.500 obuses cayeron sobre aquellaestrecha zona. Al mismo tiempo, el 25.o

regimiento de panzers era lanzado alataque junto con el 7.o regimiento deinfantería y el 37.o batallón de

Page 302: Rommel   desmond young

exploradores. El frente se aproximó aSaint-Valéry. «Pero a pesar del intensobombardeo, los soldados ingleses seniegan a evacuar sus posiciones.Esperan poder embarcar por la noche,pero se lo impide el bombardeo denuestra artillería pesada. En lasprimeras horas de la mañana, losingleses activan sus operaciones deembarque a través de los acantilados dela parte este de Saint-Valéry, protegidospor los cañones de sus navíos de guerra.Pero nuestra artillería divisionariaretarda primero el embarque y luego lohace imposible. Se entabla un dueloentre un barco de guerra inglés y una de

Page 303: Rommel   desmond young

nuestras baterías antiaéreas de 88milímetros… Nuestro 8.o batallón deametralladoras ataca… y una parte denuestros regimientos de infantería 6.o y7.o atacan y van ganando cada vez másterreno en dirección a Saint-Valéry…Rommel avanzaba por la izquierda,dentro ya de Saint-Valéry, con el 25. o

regimiento de panzers, que mandaba elcoronel Rothenburg, y una parte del 7.o

regimiento de infantería, hasta lograr lacapitulación del jefe de la divisiónenemiga, al darse éste cuenta de quetoda resistencia era ya imposible».

Rommel hizo en Saint-Valéry untotal de doce mil prisioneros, ocho mil

Page 304: Rommel   desmond young

de los cuales eran ingleses. Seencontraban, entre ellos, además delpropio general de división Fortune, losjefes del 9.o cuerpo de ejército francés yde tres divisiones francesas. El botíncomprendía, entre otras cosas, 58tanques, 56 cañones, 17 cañonesantiaéreos, 22 cañones antitanque, 368ametralladoras, 3.550 fusiles (¡y en lasaguas del puerto tenían que habermuchos más!) y 1.133 camiones. Laartillería divisionaria, por otro lado,pretendió haber hundido un cruceroacorazado, lo cual representaba unavictoria realmente excepcional para unadivisión blindada; pero el Almirantazgo

Page 305: Rommel   desmond young

británico me ha asegurado que esapretensión carecía de todo fundamento.

Rommel jamás olvidó al generalFortune; hablaba de él a menudo a suesposa o a su hijo Manfred,describiéndole como un valiente jefe dedivisión que no había tenido suerte. Eserespeto de Rommel hacia su exadversario aumentó todavía más cuandosupo que el general Fortune se habíanegado a ser repatriado, por considerarque podía hacer más por sus oficiales ysoldados de la 51.a división si seguíacompartiendo su cautiverio. Por suparte, el general Fortune tampoco habríade olvidar ya a Rommel. Alrededor de

Page 306: Rommel   desmond young

dos años después del derrumbamientode Alemania, un prisionero alemán,repatriado del campo de las islasanglonormandas, fue a ver a la señoraRommel en su residencia de Herrlingen:había conocido al general Fortune y éstele había pedido que visitara a la señoracuando regresara a Alemania, para darleel pésame del general por la muerte desu marido. Desgraciadamente, no tuveocasión de verificar la verdad de estahistoria acerca del general Fortune,antes de que muriera, pero me pareceauténtica, porque cuesta trabajoimaginar que se la inventara un soldadoalemán sin venir a cuento. En todo caso,

Page 307: Rommel   desmond young

deseo que sea una historia verdadera,porque pertenezco a la raza de esoshombres, para algunos ya pasados demoda, que lamentan la desaparición delespíritu de caballerosidad, devoradopor la guerra «total». Afortunadamente,ese espíritu tiene siete vidas, como losgatos, y a veces se manifiestainesperadamente en algunos momentos,como tendremos ocasión de ver másadelante.

La capitulación de Saint-Valéry tuvolugar el 12 de junio. El 17, el mismo díaen que Pétain pedía el armisticio y tresdías después de la entrada de losalemanes en París, la 7.a división de

Page 308: Rommel   desmond young

panzers penetraba en la península delCotentin con el fin de atacar Cherburgo.A lo largo de la costa, una columnaatravesaba Coutances y otra columnaSaint-Ló, ciudad que muy pocosanglosajones hubieran podido señalarentonces en un mapa, y que hoy encambio debe de resultarles a muchosnorteamericanos tan familiar comoDetroit. La división no encontró a supaso ningún obstáculo de consideración.A excepción de un batallón de infanteríade marina, la mayoría de los francesescesaron con toda naturalidad el combatetan pronto como oyeron hablar de unapetición de armisticio: nadie quiere ser

Page 309: Rommel   desmond young

el primero o el último muerto de unaguerra. Unas fuerzas de retaguardia de la52.a división inglesa (Lowland), almando del general Marshall Cornwall,franqueó los 30 kilómetros del istmopara proteger el reembarque de la 1.a

división blindada y de la 52.a división, ypara obligar a los alemanes a reforzarsus posiciones. Pero al filo demedianoche del día 18 de junio, el 7.o

regimiento de infantería, mandado por elcoronel von Bismarck, penetraba en losarrabales de la ciudad en compañía dedos unidades de panzers. Durante toda lanoche, la artillería divisionaria sededicó a situarse en posición, con objeto

Page 310: Rommel   desmond young

de comenzar por la mañana elbombardeo de los fuertes enemigos.Trabajo inútil, porque al llegar el díalos cañones de la fortalezapermanecieron en silencio. Tan sóloalgunos viejos cañones inglesescontinuaron disparando.

El general Collins, del 7.o cuerpo deejército norteamericano, recibió elapodo de «Joe el relámpago» por habertomado Cherburgo dentro de los veintedías que siguieron al desembarco enNormandía; pero tuvo que luchar muchopara lograrlo. En junio de 1940, losoficiales franceses de todas las armasque se hallaban en Cherburgo no

Page 311: Rommel   desmond young

libraron, en cambio, ninguna pelea. Esde suponer que conocían ya en aquelmomento la petición de armisticio, puesde no ser así, no habría ninguna excusapara el hecho de que capitularan,contando con 30.000 hombres, ante unasimple división blindada, tan sólo docehoras más tarde de que ésta se hubierapuesto al línea de tiro de los cañones dela formidable fortaleza.

Sin embargo, eso fue lo que ocurrió:el 19 de junio, a las dos de la tarde, losoficiales de tierra y de mar salieron paraofrecer su rendición incondicional, y lalucha cesó. A las siete de la tarde yaestaba firmada el acta de capitulación.

Page 312: Rommel   desmond young

En el puerto estaba todavía intacto untransporte británico de una divisiónmotorizada.

La división de Rommel fue retiradade Cherburgo antes de que hubieratenido tiempo de hacer recuento delbotín capturado en los fuertes. Perodurante las operaciones que llevó a cabodespués del 10 de mayo, había hecho97.468 prisioneros y logrado derribar52 aviones, capturando otros 15 en elsuelo y destruyendo además otros 12.Cayó en sus manos también una cantidadimportante de material.

La rapidez que imprimió a su avancela división impidió hacer un inventario

Page 313: Rommel   desmond young

exacto de todo el botín. No había tenidotiempo siquiera de calcular, niaproximadamente, las pérdidas enmuertos y heridos que había infligido aladversario. Las pérdidas propiasdurante este período fueron: 48 oficialesmuertos y 77 heridos; 108 suboficialesmuertos y 317 heridos; 526 soldadosmuertos y 1.352 heridos. Ydesaparecidos: 3 oficiales, 34suboficiales y 229 soldados. En cuanto atanques, la división de Rommel habíaperdido: 3 Mark I; 5 Mark II; 26 MarkIII y 8 Mark IV.

Esas cifras de pérdidas en hombresy material resultan mínimas comparadas

Page 314: Rommel   desmond young

con el resultado obtenido. Pero si tieneuno en cuenta que Rommel se mostrósiempre avaro de la vida de sushombres, hay que admitir que no fuerondel todo insignificantes. Son buenaprueba de que la división tuvo queafrontar duros combates. No se limitó sutarea a la simple persecución a través deFrancia de un enemigo ya derrotado.

Page 315: Rommel   desmond young

5

«NO HAY PEORCIEGO…»

El Hada Buena que vela por los inglesesdebió de hacer horas extraordinarias en1940. Pese a lo que decía su enviado en

Page 316: Rommel   desmond young

la Tierra, el señor Churchill, nada mejorpodía anunciarles su Hada Buena a losingleses que la noticia de que losfranceses habían abandonado la pelea enÁfrica del Norte. Basta pensar que si lahubiesen continuado, los alemanes leshubieran seguido hasta allí; Españahubiera tenido que entrar en guerra, opor lo menos dejar que los alemanescruzaran su territorio; Gibraltar hubieracaído en poder de Hitler. Cabe imaginarigualmente que las tropas indígenas alservicio de Francia no hubieran podidoresistir el ataque de las divisionesacorazadas alemanas y que hasta unGraziani, pese a su poca audacia, se

Page 317: Rommel   desmond young

hubiera atrevido, reforzado por una odos divisiones alemanas de panzers, asalir de su terruño e ir a pasar laNavidad en El Cairo. Borradas delmapa las últimas bases inglesas cuyoradio de acción permitía entrar encombate con los alemanes, la capturadel Canal de Suez poniendo en manos deéstos la otra llave del Mediterráneo, lasrutas de Siria, de Irak, de Irán, y endefinitiva, también la del Cáucasoabiertas de par en par a las fuerzas deHitler, Turquía puesta fuera de combateo forzada a unirse a las tropas del Eje…he ahí las perspectivas que a posteriorihan trazado otros hombres, mejores

Page 318: Rommel   desmond young

estrategas que yo. Si la mitad solamentede estas deducciones se hubierancumplido, el Hada Buena hubiera tenidolas manos más que ocupadas…

Únicamente el Estado Mayor navalalemán estimó esas posibilidades en sujusto valor. La operación «León deMar» (invasión de Inglaterra) noinspiraba confianza alguna al almiranteRaeder; por eso, ya desde el 6 deseptiembre de 1940, lanzó la idea deque la mejor manera de derrotar aInglaterra seguía siendo la de expulsarladel Mediterráneo. Más explícito todavíase mostró el 26 de septiembre cuandoescribió:

Page 319: Rommel   desmond young

El Mediterráneo ha sido siempre paralos ingleses el eje de su Imperio… Italiase dispone a echar el cerrojo a esemar… Los ingleses han procuradosiempre estrangular al más débil.Cuando rechazaron nuestra ayuda, lositalianos no se habían dado cuentatodavía del peligro que corrían… Poreso mismo, el problema delMediterráneo debe ser resuelto duranteel invierno. Hay que tomar Gibraltar.Debemos apoderarnos del canal deSuez. Es dudoso que los italianospuedan cumplir solos esas tareas.Necesitarán el apoyo de las fuerzasalemanas. El avance más allá de Suez, através de Palestina y de Siria —podemosprolongarlo incluso hasta Turquía— esindispensable. Si alcanzamos esosobjetivos, Turquía estará en nuestras

Page 320: Rommel   desmond young

manos. El problema de Rusia apareceráentonces bajo una luz diferente. Rusia,por naturaleza, tiene miedo a Alemania.Es lícito pensar que tal vez no seránecesario un ataque por el Norte contraRusia… La cuestión de África del Nortees también capital. Todo da a entenderque Inglaterra, con la ayuda de laFrancia gaullista y tal vez también deNorteamérica, intentará hacer de estaregión un centro de resistencia,instalando en ella bases aéreas convista a un posterior ataque contraItalia… Si así fuera, Italia sería vencida.

Bien puede, pues, decirse, que si porazar el almirante Raeder recibe ahora enalguna ocasión la visita de las sombrasde Hitler, de Keitel y de Jodl, puede con

Page 321: Rommel   desmond young

todo derecho acogerles gritándoles: «¡nodiréis que no os avisé…!».

«El Führer está de acuerdo con lalínea general de este informe», añade elacta de la conferencia que citamos.Podemos preguntarnos, pues, por quéluego Hitler no siguió los consejos quese le daban. La verdad es que noconocía nada de los problemas del mar,y que hasta el final del verano de 1940estuvo plenamente convencido de quelos ingleses mostrarían suarrepentimiento de un momento a otro. Yen caso de que se obstinasen en nohacerlo, él esperaba «poder atraer aFrancia a la órbita de una coalición

Page 322: Rommel   desmond young

antibritánica», como puede leerse en elinforme de Ciano tras el encuentro delBrennero el día 4 de octubre.Finalmente, allá a últimos de septiembrecomenzó a sentirse obsesionado porRusia. Entre todas estas razones dedesánimo, la primera se debía a unaineptitud fundamental que Hitlercompartía con el mariscal Keitel, elcoronel general Jodl y el coronelgeneral Halder, que eran sus consejerosmilitares. La segunda tenía por base uncierto número de ilusiones personales,pese a que Churchill no vaciló endisiparlas públicamente. Si Hitlerhubiese hecho una paz rápida y

Page 323: Rommel   desmond young

generosa, seguramente hubiera podidoapartar con facilidad a los franceses dela circulación. La mayoría de losfranceses hubieran aceptado sin dudaese destino y la hegemonía alemanasobre Europa, por lo menos durantealgún tiempo. Sus sentimientos respectoal ejército alemán no eranparticularmente hostiles. Por elcontrario, no podían evitar una ciertaadmiración, apenas contenida, haciaaquel ejército. Aún hoy, los exmiembros de la Resistencia francesaconservan su odio: 1) para la Milicia ylos colaboradores del Mariscal; 2) parala Gestapo; 3) para las SS. El ejército

Page 324: Rommel   desmond young

alemán sólo viene en cuarto lugar.Refiriéndose a sus componentes, todavíaahora he podido oír a menudo en estaregión de Francia donde estoyescribiendo mi libro, una frasesignificativa: «On ne peut pas direqu’ils n’étaient pas assez corrects cesgenslá!»[5]. En efecto, cuando la gentecompara la conducta de los alemanesenemigos con la de los liberadoresnorteamericanos, salen generalmentefavorecidos los primeros. En fin, en loconcerniente al tercer motivo dedesánimo, a esa última locura de Hitlerde soñar con el ataque a Rusia, tan sólopodía curarle de ella el invierno ruso y

Page 325: Rommel   desmond young

el ejército rojo.Sin embargo, por preocupado que

estuviera con relación a Rusia, Hitler nose olvidaba del todo de África delNorte. Ribbentrop hizo muchosesfuerzos —en verdad poco inteligentes— para arrastrar a Franco a la guerra.Se trazó un plan para capturar Gibraltar,la llamada operación «Félix». Goeringexpuso insistentemente su idea favoritade una triple ofensiva sobre Marruecos,Tripolitania y los Balcanes, hasta lograrque finalmente fuera tomada enconsideración. Además, aunque entoncesaún no lo supiéramos, el general vonThoma, jefe de las fuerzas motorizadas

Page 326: Rommel   desmond young

en el Gran Cuartel General alemán,había sido enviado en octubre a discutircon Graziani acerca de la posibilidad demandar tropas alemanas a Libia. En suinforme sobre estas conversaciones, vonThoma se mostró desfavorable alproyecto por entender que era máspolítico que militar y que tendía aimpedir que Mussolini pudiera pasarseal enemigo. Von Thoma objetaba que talempresa exigiría la intervención por lomenos, de cuatro divisiones blindadas,que muy difícilmente —suponiendo quefuera posible— se podría mantenersobre el terreno si se tenía en cuenta elpoderío marítimo de Inglaterra; en todo

Page 327: Rommel   desmond young

caso, aquellas tropas alemanas deberíanreemplazar a las italianas, cosa a la quese opondrían fatalmente Graziani yBadoglio, los cuales, en verdad, notenían muchas ganas de ser reforzadospor los alemanes.

El general von Thoma añadía que elúnico tipo de guerra adecuado a Áfricadel Norte era el que desarrolló en elEste africano, durante la Primera GuerraMundial, el general Lettow-Vorberck. Ysostuvo que el mariscal von Brauchitschy su jefe de Estado Mayor, coronel-general Halder, compartían su punto devista, es decir, que se oponían como élal envío de tropas alemanas a África del

Page 328: Rommel   desmond young

Norte. Es probable que así fuera. (Losdos jefes citados en su apoyo por vonThoma se habían opuesto, antes, al planvon Manstein de invasión de Francia porlas Ardenas, pero el Führer no les hizocaso).

En esta ocasión, Hitler se enfadó.Von Thoma cree hoy que a ese enojo deHitler hay que atribuir el hecho de queno llegase a haber nunca en África unMando alemán, salvo cuando ya laguerra estaba prácticamente perdidapara Alemania en aquel continente. (VonThoma llegó a El Alamein el 20 deseptiembre de 1942, y fue hechoprisionero).

Page 329: Rommel   desmond young

Ni siquiera después de acabada laguerra se le ocurrió a von Thoma la ideade que Hitler tenía razón —da lo mismoque sus razones fueran de orden políticoo de carácter militar— y que losequivocados eran von Brauchitsch,Halder y él mismo. Hitler hubierapodido hacerles caso y prescindir de lasopiniones de sus consejeros militares,tanto más cuanto que el general vonThoma, mirando las cosas con laautoridad que le daba su experienciapersonal en España, proclamaba conclaridad que los soldados italianos eranunos inútiles, que «un soldado británicovalía por doce italianos», que «los

Page 330: Rommel   desmond young

italianos eran solamente trabajadores yno combatientes: no les gusta el ruido delas armas…, etc.». Pero ¿quién hubierapodido imaginar, a excepción de vonThoma, que el general Wavell seatrevería a lanzarse contra unas fuerzastan manifiestamente superiores ennúmero, y que el ejército del generalGraziani se derrumbaría tan rápida yabsolutamente?

Hitler entró en acción cuando habíapasado ya la buena ocasión y Grazianiestaba derrotado. Ya antes de la caídade Sidi-Barrani había ofrecido aMussolini el refuerzo de unidadesantitanques alemanas, sugiriéndole (lo

Page 331: Rommel   desmond young

que era abordar un tema delicado entredos dictadores), que las tropas italianasfueran colocadas bajo mando alemán. Lacaída de Bardia acabó de abrirle losojos del todo, y manifestó a sus jefes deEstado Mayor que estaba decidido aemplear todos los medios de quedisponía para impedir que los italianosperdieran África del Norte.

El Führer está firmemente decidido aenviar a los italianos todos los refuerzosposibles. Se les mandaráinmediatamente algunas unidadesalemanas, equipadas con cañonesantitanques y de minas, con tanquespesados, con cañones antiaéreospesados y ligeros… El material será

Page 332: Rommel   desmond young

enviado por mar; las tropas, por aire…Las tropas no podrán desplazarse antesde mediados de febrero, y aúnnecesitarán después otras cincosemanas para llegar al frente decombate.

Hitler, Mussolini y sus respectivosEstados Mayores celebraron unaconferencia los días 19 y 20 de enero.Los italianos anunciaron en ella queestaban a punto de completar sus tresdivisiones, entonces en Trípoli, y queuna división blindada y otra motorizadaestaban ya en ruta, procedentes de Italia,y que llegarían al teatro de operacioneshacia el 20 de febrero. Añadieron que

Page 333: Rommel   desmond young

«acogían con júbilo la noticia del envíode la 5.a división ligera alemana(motorizada)». Esta división comenzaríaa maniobrar hacia su destino entre el 15y el 20 de febrero, pero su material decombate podría ser embarcado antes. Enotra nueva conferencia, a la que sóloasistieron alemanes, Hitler anunció a suEstado Mayor que «la pérdida de Áfricadel Norte no tenía ninguna importanciamilitar en sí misma, pero que tendríaciertamente una gran repercusiónpsicológica en Italia… En dicho caso,las fuerzas inglesas no seguirían yainmovilizadas en el Mediterráneo. Losbritánicos podrían disponer de nuevo de

Page 334: Rommel   desmond young

una docena de divisiones, que podríanemplear en Siria, con el consiguientepeligro para el Eje. Debemosesforzarnos en prevenir ese peligro…Debemos hacer efectiva nuestra ayudaen África del Norte…». La Luftwaffe,que ya había recibido la orden de ayudara los italianos, debería intervenir másactivamente aún con sus Stukas y susaviones de caza, utilizando sus bombasmás pesadas para castigar duramente alos ingleses en Cirenaica. Deberíacolaborar con las fuerzas aéreasitalianas en la protección de lostransportes y para impedir elabastecimiento inglés por tierra o por

Page 335: Rommel   desmond young

mar y combatir contra la flota británica.Pero en primer lugar hacía faltaneutralizar la base aérea enemiga deMalta. Hitler dijo, asimismo, queincluso en el caso de que aquellaintervención permitiera detener elavance británico la «unidad decontención» (es decir, la 5.a divisiónligera) resultaría insuficiente; eranecesario reforzarla con una fuerteunidad blindada. Había que acelerar elenvío de las tropas alemanas, utilizandoel transporte aéreo si llegaba a sernecesario.

Bastaba con todo esto. Perocualquiera podía ver, no obstante, que

Page 336: Rommel   desmond young

aquella concepción táctica erapuramente defensiva. El propio Hitler lodice en una carta dirigida a Mussolinicon fecha del 28 de febrero.

Aguardemos con paciencia todavíacuatro o cinco días y tengo la seguridadde que cualquier nuevo intento británicode avanzar hasta Trípoli está condenadoinexorablemente al fracaso. Le estoymuy agradecido, Duce, por haberquerido poner sus unidades motorizadasa disposición del general Rommel. Éstees un hombre de toda confianza. Estoyconvencido de que en un futuro próximose habrá ganado la adhesión, y esperoque también el afecto, de los soldadositalianos. Estoy seguro de que lapróxima llegada del primer regimiento

Page 337: Rommel   desmond young

de panzers reforzará de modoextraordinario la posición de ustedes.

La última parte de esta profecía,desde luego, debía realizarse muypronto.

Parece, pues, que Hitler comprendíala importancia que para él tenía Áfricadel Norte, pero sin que ni su EstadoMayor ni él se llegasen nunca a plantearla posibilidad de conquistarlacompletamente, del mismo modo quenunca pensaron en los efectos quepodría tener una ofensiva alemanavictoriosa en Egipto. Halder, porejemplo, jamás se tomó en serio lacampaña de África del Norte, no

Page 338: Rommel   desmond young

considerándola más que como un medioeficaz para mantener en guerra a lositalianos, objetivo que justificaba elsacrificio de tres o cuatro divisiones entotal. «Por supuesto, estábamosdispuestos a aprovechar cualquierocasión para progresar, si se presentaba;pero en conjunto el problema se reducíapara nosotros a una lucha contra eltiempo», declaró Halder al serinterrogado, después de la guerra. Yañadió:

Durante la primavera de 1942 tuve quetratar de este asunto con Rommel, y élme confió sus intenciones de conquistarEgipto y el canal de Suez, y luego me

Page 339: Rommel   desmond young

habló del Este africano. No pudedisimular una sonrisa algo descortés yle pregunté qué necesitaría pararealizar aquellos proyectos. «Otros doscuerpos de ejército blindados», mecontestó. Volví a preguntarle: «Aun enel caso de que pudiéramos disponer deellos, ¿cómo podría usted asegurar suabastecimiento en víveres y material?»,y él me respondió ahora: «No tengo porqué ocuparme de esa cuestión; eso esasunto de ustedes». Cuando las cosas enÁfrica del Norte tomaron mal cariz,Rommel exigió de continuo más y másrefuerzos. Y nunca se le ocurríapreguntarse de dónde íbamos asacarlos. Los italianos se quejaron desus pérdidas por mar al realizar lasoperaciones de aprovisionamiento.Hubiera hecho falta un milagro para

Page 340: Rommel   desmond young

desenredar la madeja que formaban losrefuerzos llevados a África paracomplacer a Rommel. Éste se lasarreglaba tan bien como sabía paraprovocar con sus demandas un talembrollo que dudo que alguien pudieraver jamás dónde estaba el comienzo ydónde el fin…

Rommel murió ya, pero «desenredarla madeja» no es tan difícil comoimagina el coronel general Halder, y elveredicto de la historia será másfavorable a Rommel de lo que algunossuponen. La historia no coloca, encambio, en muy alto lugar a los hombresque, aun habiendo ocupado posicionesclaves, dejaron que sus juicios sobre

Page 341: Rommel   desmond young

hombres o hechos se vieran influidospor sus propios deseos y desconfianzaspersonales. La prevención de Haldercon respecto a Rommel aparece demanifiesto en el tono mismo de sudeclaración y en la mañosa sustituciónde las palabras: «dos divisionesblindadas», que fueron las que dijoRommel para designar los refuerzos quenecesitaba, por esas otras: «dos cuerposde ejército blindados», que sólo Halderpronunció, pero no Rommel. Apareceesa prevención igualmente en lasomisiones en que abunda la declaraciónde Halder. Habla éste, por ejemplo, deuna conversación «durante la primavera

Page 342: Rommel   desmond young

de 1942». Pero se olvida de mencionarque el 27 de julio de 1941 Rommelhabía pedido autorización para lanzaruna ofensiva, que había de tener comoobjetivo el canal de Suez y el mes defebrero de 1942 como fecha ideal. Sealo que fuere lo que pidió en laprimavera de 1942, Rommel no habíasolicitado antes más que tres divisionesalemanas, algunas unidades mixtas queformarían juntas una cuarta división ytres divisiones italianas. El Alto Mandose resistió a la idea de enviar aquellosrefuerzos y Halder, o alguien de suEstado Mayor, puso unos comentariosbrutalmente negativos al margen del plan

Page 343: Rommel   desmond young

de Rommel. Sin embargo, si éste hubierapodido disponer entonces de aquellascuatro divisiones suplementarias (en elfrente ruso había doscientas divisiones,y los alemanes enviaron tres divisionesa Túnez en sólo tres semanas, despuésdel desembarco de los Aliados enÁfrica del Norte, en noviembre de1942), es muy razonable suponer queRommel hubiera alcanzado El Cairo acomienzos de 1942.

En lo que concierne alabastecimiento, Halder olvida una vezmás el deber de indicar que Rommel sehabía dado cuenta hacía mucho tiempode algo que los Estados Mayores

Page 344: Rommel   desmond young

generales alemán e italiano,extrañamente ciegos, no vieron sinocuando era ya demasiado tarde: que lasolución de todos los problemas deabastecimiento y, de hecho, el control detodo el Mediterráneo consistía en latoma de Malta.

Finalmente, Halder olvida con todala tranquilidad del mundo mencionar elhecho de que Rommel le había tratadoun día de «condenado idiota» (o elequivalente alemán de esta expresión),preguntándole si había hecho por laguerra algo más que estar sentado en unsillón. Es lícito pensar que Halder noolvidó jamás este insulto.

Page 345: Rommel   desmond young

El desarrollo de la guerra alemanaen África del Norte es la historia de unincesante combate entre Rommel, queveía y demostraba la posibilidad de untriunfo importante en este frente, y elAlto Mando, que se negaba a tomar enserio la campaña. Y en esta partidaRommel jugaba con desventaja. Sehallaba sumergido en el desierto y «lesabsents ont toujours tort (los ausentesnunca tienen razón)». No era oficial delEstado Mayor general y, porconsiguiente, estaba mal visto por losprofesionales. En las raras ocasiones enque se encontraba con Hitler,difícilmente podía hablar con él a solas,

Page 346: Rommel   desmond young

y cuando lo conseguía, hallaba alFührer, como es de suponer, únicamenteobsesionado por el frente ruso. Le dabaunas palmaditas en la espalda, leprometía todos los refuerzos posibles,pero Rommel comprendía quecualquiera que fuera la impresióncausada por él en Hitler, quedabainmediatamente borrada, en cuanto seiba, por obra y gracia del núcleo de losíntimos del Führer.

Por encima de todo, Keitel, Jodl yHalder tenían celos de la estimación queprofesaban a Rommel tanto Hitler comola opinión pública alemana, envidiandosus hazañas bélicas y la indiscutible

Page 347: Rommel   desmond young

suerte que tenía pudiendo mandar conplena independencia, lejos del Führer. Yla mejor manera de desembarazarse deRommel era subrayar que si bien era unbuen jefe en el campo de batalla, nopertenecía de ningún modo a aquellacategoría de hombres cuyos puntos devista acerca del destino general de unaguerra vale la pena tener en cuenta.

Por su parte, Rommel tenía formadauna pobrísima opinión acerca de Keitely Halder. No era el único en pensar así.El príncipe de Bismarck llamaba aKeitel «un imbécil»; von Hassell lojuzgaba «estúpido, corto de luces,carente de toda formación política; de un

Page 348: Rommel   desmond young

servilismo repugnante hacia el Partido».El propio Hitler lo pintaba lúcidamentecomo «un hombre que tiene lamentalidad de un portero de sala decine». En lo que hace a Halder, queparece haber sido siempre el tipo porexcelencia del oficial taciturno deEstado Mayor, arrancó a von Hassell yaen 1940 este diagnóstico: «es un débil,que está siempre hecho una pila denervios… en su cama, el caddie deHitler»… Su brillante antecesor alfrente del Estado Mayor, Beck, no veíaen él más que un técnico brillante, perosin personalidad. Su expediente en laconspiración contra Hitler nos lo

Page 349: Rommel   desmond young

presenta tembloroso, siempre al bordede la acción, pero sin decidirse nunca alanzarse a ella.

En cuanto a Jodl, dotado de aquellamaleable clase de cerebro y de carácterque reclamaba el Partido, diremos quese tomaba la guerra como sí fuera unapartida de ajedrez. Para él, su oficioconsistía en preparar y combinar planes,y nunca en discutir órdenes. Lo mismoJodl que Keitel y Halder se identificaroncon la política de crueldad y barbarie deHitler en Rusia y en otros lugares. Keitely Jodl fueron juzgados en Nuremberg yahorcados. Halder, a quien von Hassellacusa de haber refrendado las órdenes

Page 350: Rommel   desmond young

de someter a brutalidades a los rusos,tuvo más suerte: tal vez porque habíapasado ya algún tiempo en un campo deconcentración, o porque eramanifiestamente un subordinado, oporque los Aliados lo necesitaban comotestigo de cargo contra sus antiguossuperiores y así lo utilizaron.

Rommel los despreciaba a los tres: alos tres los consideraba «soldados deoficina». Los despreciaba sobre todopor su servilismo respecto al Partido.Cuando se enteró de las atrocidadescometidas cumpliendo órdenes de ellos,los detestó por haber deshonrado así al a Wehrmacht. Como más adelante

Page 351: Rommel   desmond young

veremos, Rommel no vacilaba enprotestar contra aquellas atrocidadescerca del mismo Hitler en persona. Si,como se dice, un hombre debe serjuzgado en función de los enemigos quetiene, los tres que hemos citadoconstituyen para Rommel una buenarecomendación. Para los aliados fue unasuerte que en aquel tiempo estuvieranlos tres tan bien atrincherados en suscuartes generales.

Todos aquellos rencores, sinembargo, estaban aún disimulados bajola incógnita del futuro cuando Rommel,en el mejor momento de su curva deestimación por parte de Hitler, un héroe

Page 352: Rommel   desmond young

ya a los ojos de los alemanes yascendido a Generalieutnant hacía unmes, fue hallado el 15 de febrero de1941 al mando «de las tropas alemanasen Libia». Sólo una breve alusión a esemando se hizo durante la entrevista dedespedida que Rommel celebró con vonBrauchitsch (pues no le vio antes deirse). La misión que se le confiaba,como von Brauchitsch se lo hizo verinsistentemente, consistía únicamente enayudar a los italianos, que seguíanostentado la dirección de lasoperaciones en África del Norte, y enimpedir un posible avance de losingleses hacia Trípoli. Las tropas

Page 353: Rommel   desmond young

alemanas constituían una «unidad decontención»; lo mejor que podía hacerRommel era volver a Alemania encuanto se hubiera formado una ideaacerca de la situación y, en particular,tan pronto pudiera juzgar si la presenciade sus tropas era realmente necesaria ono. Le acompañaría el generalSchmundt, ayudante de campo militar deHitler, con la intención evidente depoder redactar un informe por separadocon destino al Führer. Schmundt mostróhacia Rommel mucha simpatía, aunqueeste último se equivocó alcorresponderle con su estimación yotorgarle toda su confianza. Atendiendo

Page 354: Rommel   desmond young

a una sugerencia del hermano de Keitel,Schmundt había sucedido al coronelHossbach, viejo oficial prusiano quehabía dimitido, en un arranque de asco ydisgusto cuando Himmler lanzó contra elcoronel general von Fritsch la falsaacusación de «perversión homosexual».Schmundt era un joven oficial de carrerade gran prestancia, muy inteligente, muyambicioso y muy flexible. Aunque susamigos jamás le conocieron opinionesnazis bien definidas, se inscribió en elPartido, ya fuera por su convicción, yapor interés, manifestando una fervorosaadmiración hacia Hitler. Rommel, queinstintivamente distinguió siempre entre

Page 355: Rommel   desmond young

Hitler y la camarilla que le rodeaba,halló en Schmundt una confirmación depuntos de vista; confirmación de tantomás valor para él cuanto que Schmundtle demostró siempre un afecto que todohace suponer era sincero. En efecto,decía Schmundt, Hitler estaba rodeadode un grupo de bandidos, la mayoría deellos heredados de un pasado inmediato.Pero Hitler, en cambio, ¡qué granhombre era! ¡Qué idealista! ¡Qué señortan digno de que uno le sirviera!

Puede uno preguntarse si Schmundt,viviendo como vivía en el más íntimo ypersonal contacto con Hitler, y que porlo tanto tenía que haber sido testigo de

Page 356: Rommel   desmond young

las frecuentes explosiones de histeriadel Führer, creía realmente en lo quedecía. Parece desde luego inimaginable.Pero no le parecía inimaginable aRommel, porque en la época en que élmismo estuvo al servicio directo einmediato de Hitler, no vio más que suscualidades. De ahí que, en base aaquella común valoración del Führer,durante el viaje de los dos a África ydurante todo el tiempo que Schmundtpermaneció a su lado, se estableció unasincera amistad entre Rommel y éste,reforzada por una efectiva colaboraciónentre los dos hombres. Más tarde,Rommel escribiría a Schmundt cada vez

Page 357: Rommel   desmond young

que deseaba hacer llegar directamentealgún informe a Hitler. Keitel y Haldersospechaban que algo sucedía en talsentido, que escapaba a su control, perono podían probarlo. Y aquella sospechano les inclinaba, naturalmente, en favorde Rommel.

Sus relaciones con Schmundtexplican por qué Rommel conservódurante tanto tiempo las ilusiones quetenía depositadas en Hitler, ya queSchmundt no hubiera tolerado nisiquiera en labios de Rommel una fraseofensiva para el Führer. Todo lo quemarchaba mal tenía por culpables a losGoering, Himmler, Bormann, Keitel,

Page 358: Rommel   desmond young

Jodl, Halder… Tan sólo unos días antesdel atentado contra Hitler del 20 de juliode 1944, cuando ya las relaciones entreRommel y este último eran muy frías acausa del pesimismo de aquél respectoal desenlace de la guerra, aún envióSchmundt a Rommel un telegramaredactado en estos términos: «Recuerdeusted que me tiene siempre a sudisposición». Schmundt, que se hallabajunto a Hitler en el mismo aposentodonde explotó la bomba del atentado,murió un par de meses después. ¿Deresulta de las heridas que sufrió? Esofue lo que se dijo. Pero Rommel nollegó a estar nunca seguro de que fuera

Page 359: Rommel   desmond young

así.Pese a sus cualidades, como muchos

otros oficiales subalternos y generalesque hubieron hecho mejorconteniéndose, Rommel prescindió delas consignas de discreción que se lehabían dado, y en cuanto se le comunicóel lugar de su nuevo destino, escribió asu mujer para indicárselo. «Ahora podrécuidar mis dolores reumáticos», le decíaen su carta. Y la señora Rommelrecordó en seguida las palabras delmédico que había atendido a su esposo,en ocasión de la campaña de Francia, deaquella misma dolencia reumática. «Leconvendría mucho tomar el sol, mi

Page 360: Rommel   desmond young

general —había dicho el doctor—,debería usted ir a África». La alusión,pues, resultaba muy clara para la señoraRommel. De todos modos, Rommelpudo aún pasar unas breves horas en sudomicilio tras su viaje a Berlín. Luego,Schmundt y él se pusieron en camino,rumbo a África y al sol, vía Roma. Lesacompañaba el fiel Aldinger.

Page 361: Rommel   desmond young

6

IDAS Y VENIDAS EN ELDESIERTO

I. Rommel contra Wavell

Rommel pasó en África exactamente dos

Page 362: Rommel   desmond young

años. La curva de su destino (y la delnuestro, que fue su simétrica) es fácil deseguir en este primer período. Partiendode su primera victoria en abril de 1941,sigue una ascensión rápida yespectacular, y a ésta un ligero declivecuando Rommel falla en su intento detomar Tobruk el 1 de mayo. Declivesobradamente compensado por suséxitos frente a las pequeñas ofensivasque lanza el general Wavell a mediadosde mayo y mediados de junio. Seproducen luego, a últimos de noviembrey comienzos de diciembre, una serie derápidos altibajos, a modo de lasoscilaciones de un sismógrafo

Page 363: Rommel   desmond young

enloquecido, que terminan en un fuertedescenso cuando Rommel, claramentederrotado por los generales Auchinlecky Ritchie, tiene que retroceder hasta lafrontera de Cirenaica; al acabar el añovuelve a encontrarse en sus líneas departida. Pero no tarda en aparecer unanueva y rápida fase de ascenso: Rommelcontrataca inesperadamente en enero yfebrero de 1942 y es entonces él el quenos obliga a nosotros a retroceder hastaGazala. En el gráfico de subidas-bajadas a que nos referimos y en elterreno real, Rommel se halla entoncesmás o menos, en un punto quecorresponde a los dos tercios del

Page 364: Rommel   desmond young

camino que hubo de recorrer hastaalcanzar en el precedente mes de abrilsu cota culminante.

Tras una caída inicial, quesolamente dura unos días, pero quehubiera podido conducirle con facilidadal chapuzón definitivo del desastre,comienza, a últimos de mayo, aquellaascensión, la más espectacular de todas,que en cuestión de un mes le llevó másallá de Tobruk, más allá de la fronteraegipcia, y de Marsa Matruk, de Bagush yde El Daba, hasta El Alamein y laspuertas mismas de Alejandría. Rommelalcanza entonces la cumbre de suséxitos. El general Auchinleck le retiene

Page 365: Rommel   desmond young

e inmoviliza en ella, y empieza entoncesun declive casi imperceptible, pero demal augurio. Las victorias del generalMontgomery en Alam Halfa el mes deagosto, luego en El Alamein a principiosde noviembre, transforman ese ligeromovimiento de baja en un descensorápido que no ha de acabar ya hasta el12 de mayo de 1943, fecha en la cual lossupervivientes del Afrika Korpsdeponen sus armas en Túnez. El propioRommel se había desplazado en avión,dos meses antes, con destino aAlemania, para intentar persuadir aHitler —pero sin conseguirlo— de quedebía permitirle, por lo menos, evacuar

Page 366: Rommel   desmond young

a sus hombres.Resulta fácil seguir esa curva de

ascensos y declives, hemos dicho; perono es tan fácil seguir el desarrollo de loscombates. Y no creo, por otra parte, quevalga la pena estudiarlosdetalladamente. Quienes pudieran estarinteresados en saber, por ejemplo,dónde se hallaba la 4.a brigada blindadaal amanecer del 26 de noviembre de1942, pueden dirigirse a loshistoriadores oficiales o a losnumerosos historiadores particulares deestas divisiones. Los que deseen poseeruna visión mucho más amplia, puedenleer o releer la African Trilogy de Alan

Page 367: Rommel   desmond young

Moorehead o los libros escritos poralgunos de los talentudos corresponsalesde guerra que acompañaban a las tropasbritánicas. Como que éstos escribíanbajo la presión directa de losacontecimientos, sus textos reflejanperfectamente el clima de la guerra en eldesierto. Sin embargo, como he llegadoa la historia del Rommel del ÁfricaKorps, no puedo pasar en silencio suscombates en África del Norte. Pido allector tenga a bien unirse o incorporarsede nuevo a los Harriers de Bengasi yrecorrer un terreno familiar a lo largo delas mismas viejas pistas, sobre lascarreteras ya conocidas. Y tampoco le

Page 368: Rommel   desmond young

vendrá mal, para variar, hacer parte delcamino montado en un coche blindadoalemán.

Cuando conté a Alan Moorehead quese me había metido entre ceja y cejaescribir el presente libro, me sugirió queme entrevistara con un artista alemán, untal Wessels, que había estado conRommel en África del Norte, lo cual lehabía ofrecido la ocasión de pintar unasacuarelas sobre la guerra del desierto,que a Moorehead le parecían lasmejores de cuantas había visto.Desgraciadamente, el escritor habíaperdido las señas de Wessels, y antes deque pudiera encontrarlas, yo había

Page 369: Rommel   desmond young

partido ya para Alemania, con rumboconcreto a Iserlohn, donde, comohuésped del 10.o regimiento de húsares,comenzaría mis investigaciones, queirían luego ampliando su radio deacción. Y ocurrió que apenas me instaléen el lugar, el jefe del regimiento, quehabía sido un viejo compañero decautiverio en el Campo P. G. 29, medijo que haría bien conociendo a unpintor alemán, llamado Wessels, quehabía estado en relación con Rommel enÁfrica del Norte. Lograrlo era fácil:¡Wessels vivía precisamente enIserlohn!

Tan feliz casualidad hizo que

Page 370: Rommel   desmond young

pudiera entrevistarme con Wesselsaquella misma tarde. Se trata de unartista de talento que es a la vez hombrede grata compañía. Cuando le hubeconfiado mis proyectos, me preguntó siconocía al general von Esebeck, que fuedurante algún tiempo el jefe de la 15.a

división de panzers en el desierto, y algeneral von Ravenstein, que habíaestado al frente de la 21.a división.¡Ambos vivían en Iserlohn, a unkilómetro escaso de la casa donde mehallaba y tan sólo separados por veintemetros el uno del otro!

Jamás tuve ocasión de tratar aningún general alemán, si dejamos de

Page 371: Rommel   desmond young

lado el trato a que puede dar lugar elluchar contra ellos en dos guerras. Nisiquiera me había encontrado conninguno de ellos, salvo con Rommel, yaún en este caso, sólo en un terrenoprofesional y durante unos escasosmomentos. Mis prevenciones respecto auna clase de personas que son, en buenaparte, los responsables de que hayatenido que ejercer durante diez años demi vida una profesión estéril y malremunerada, son tan grandes, por lomenos, como las que hacia esos hombressiente la mayoría de la gente. Y sinembargo, debo reconocer que encontrémuy simpáticos a los dos citados

Page 372: Rommel   desmond young

generales.Hallé al general von Esebeck, que

era un anciano apacible, en la saladormitorio del último piso del inmuebledonde vivía a solas, rodeado de unaserie de retratos al óleo de los siglosXVII y XVIII representando a algunos desus antepasados. Su aspecto inspirabapiedad, como el de un Míster Chips quehubiera sido militar. Herido en el rostropor un cascote de bomba en Tobruk, en1941, fue enviado, apenas se repuso, alfrente ruso. Más tarde, arrestado a causade vagas sospechas el 20 de julio de1941, fue a parar inmediatamente a uncampo de concentración. ¿Era feliz por

Page 373: Rommel   desmond young

haber podido salvar la vida? Porsupuesto, pero sólo en la medida en quepodía sentirse dichoso en la Alemaniade nuestros días un general, envejecidoantes de tiempo, que no disfrutaba deninguna pensión ni tenía intereses deninguna clase fuera del ejército.

Al otro lado de la calle vivía elgeneral von Ravenstein, que daba laimpresión de un caballo salido de lamás aristocrática cuadra. Delgado yatractivo, se parecía a uno de nuestrosoficiales que todavía no hubieraalcanzado la cincuentena. Si se lehubiera podido ver por Londres,atravesando despreocupadamente los

Page 374: Rommel   desmond young

salones del club de la Guardia o del dela Caballería, con su traje azulimpecable, sus relucientes zapatos y elalfiler que adornaba su corbata,cualquiera le hubiera tomado por unjoven general lanzado por el camino deléxito. Después de dos guerras perdidas,parecía perfectamente a punto, en lofísico y en lo moral, para hacerse cargodel mando de una división en una terceraguerra. Se comportó muy bien en las dosanteriores. En 1918, su bravura en elcombate le valió la condecoración «AlMérito». En el período entre las dosguerras, vuelto a la vida civil, tomó ladirección de una agencia de prensa en

Page 375: Rommel   desmond young

Duisburgo, cargo que ocupó hasta quelos nazis lo expulsaron del mismo. En1939 se reintegró al servicio activocomo coronel y se le puso al frente deuna unidad de tanques en Polonia. Trashaber combatido en Bulgaria y Greciaen abril y mayo de 1941, fue nombradojefe de un regimiento de tanques de la21.a división, destacada entonces en eldesierto, y poco antes de la batalla deHalfaya-Sollum fue colocado al frentede la división.

Ravenstein fue quien realizó lafamosa ruptura de Rommel los días 24 y25 de noviembre de 1941. Pero sucarrera acabó brutalmente en la

Page 376: Rommel   desmond young

madrugada del 28 de noviembre, cuandopor inadvertencia fue a caer en medio denuestra división neozelandesa. «¡Fuealgo terrible para mí!», contaría mástarde, añadiendo: «Terrible, sí, porquellevaba encima todos los mapas del jefede Estado Mayor, en los que quedaba alas claras todo nuestro dispositivo; notuve tiempo de destruirlos. Cuando medi cuenta de que ya era demasiado tardepara hacerlo, me decidí a tomar la falsaidentidad de “coronel Schmidt”,esperando que nadie notaría lasinsignias de mi verdadera graduación.Pero ya sabe usted cómo somos losalemanes; en cuanto se nos introduce en

Page 377: Rommel   desmond young

una oficina, acostumbramos apresentarnos con nuestro nombre propio.Di un taconazo, me incliné… Y antes deque pudiese hacer marcha atrás, oí conestremecimiento mi propia voz gritando:“¡General von Ravenstein!”»[6].

El general von Ravenstein fueenviado como prisionero al Canadá.Mientras se le llevaba allí, organizó enruta un complot —que pudo muy bienhaber sido coronado por el éxito— paraapoderarse del buque. La conjuraciónfue descubierta por el capitán de éste enel último momento. Como yo mismohabía conocido la suerte del prisionerode guerra y había organizado diversas

Page 378: Rommel   desmond young

evasiones desde mi campo, le felicitévivamente por su iniciativa. Aunque nofue repatriado hasta el año 1948, elgeneral von Ravenstein no tenía quejaalguna que formular. «Ni siquieraconocimos el racionamiento —me dijo—, e incluso puedo ofrecerle todavíaalguno de los excelentes habanos quenos daban. Aparté y guardé algunascajas de ellos». El general pudo volvera su confortable mansión de Iserlohn,aunque ahora deba compartirla con otrasdos familias. Su esposa, una encantadoracondesa portuguesa que habla el francésy el inglés mucho mejor que él, alegra elretiro de von Ravenstein. Además,

Page 379: Rommel   desmond young

recobró asimismo su antiguo puesto detrabajo: es de nuevo jefe de una agenciade prensa de Duisburgo. Bien mirado, elgeneral von Ravenstein no escapó mal.Como sea que en Sidi Omar nos hizopasar muy malos ratos, a la 4.a divisiónhindú y a mí mismo, le prometí que leenviaría una fotografía sacada mientrastenía lugar uno de sus infructuososataques contra nosotros y en la cualpuede verse la imagen de siete de sustanques devorados por las llamas.

Otro personaje que hay queconsiderar aparte es el general FritzBayerlein; con él entré en contacto de unmodo algo más ortodoxo, gracias a los

Page 380: Rommel   desmond young

buenos oficios de la Sección históricanorteamericana de Francfort. Decincuenta años escasos, es un hombre depequeña estatura, duro y fornido,rebosante de energía y entusiasmo. En laprimera guerra, cuando aún no habíacumplido los dieciséis años, luchócontra los ingleses como soldado raso,tomando parte en los ataques alemanesen torno al monte Kemmel en 1918 yluego en las decisivas batallas delSomme y alrededor de Bapaume y deCambrai en el verano del mismo año.Luego perteneció a la Escuela de Guerraentre 1932 y 1935, y más tarde fuetrasladado a las formaciones blindadas.

Page 381: Rommel   desmond young

Exceptuando al propio Rommel,ningún oficial, cualquiera que fuera elcampo a que perteneciera, llegó aprestar más tiempo de servicio activo enel Desierto Occidental que FritzBayerlein. Llegó a África en octubre de1941, procedente del ejército blindadode Guderian, que se hallaba entonces enRusia, y en África permaneció hasta elmes de mayo de 1943, fecha en la cualfue herido y luego evacuado en aviónpoco antes de que acabara la campaña.Estos diecinueve meses en Áfricatranscurrieron para Bayerlein entreincesantes combates. Desde mayo de1942 había sido jefe de Estado Mayor

Page 382: Rommel   desmond young

d e l Afrika Korps, hasta que, al serherido el general Gaussi, pasó a ser unactivo jefe de Estado Mayor para elpropio Rommel (Rommel llegó a Áfricasólo con el título de jefe del AfrikaKorps, pero en el verano de 1941 fuenombrado jefe del Panzer, GruppeAfrika, que comprendía también doscuerpos de ejército italiano). Bayerleinocupó ese nuevo puesto hasta el final dela campaña, excepto durante las cincofebriles semanas que siguieron a lacaptura del general von Thoma en ElAlamein, en las cuales tomó el mandodel Afrika Korps durante su retirada.

Es evidente que no podía yo

Page 383: Rommel   desmond young

encontrar una persona más competentepara ilustrarme en lo concerniente a lascampañas de África del Norte. En unbarracón de madera del centronorteamericano de interrogatorios, enOber Ursel, Bayerlein desplegó ante misojos el mapa familiar del desierto,desde Agedabia a El Alamein. Según medijo, era la primera vez que alguien lehablaba de África; yo era el primeroficial inglés habiendo peleado allí conquien se encontraba. Su autoridad eraindiscutible en todo lo que se refería alcaso Rommel: no solamente habíavivido muchos meses compartiendo suintimidad, sino que también lo conoció

Page 384: Rommel   desmond young

en la Escuela de Infantería de Dresdeentre los años 1930 y 1933. Pasamosuna larga jornada juntos, a lo largo de lacual surgió una vez y otra la expresiónclásica de «¿Se acuerda usted de…?».Pido disculpas por mi favorableinclinación con respecto a los generalesalemanes; no siento hacia ellos ningunasimpatía en cuanto casta, pero debodecir, en cambio, que el final de aquellajornada me parecía muy simpático elgeneral Bayerlein. De cualquier manera,debo a estos tres oficiales superiores, ya algunos otros después, haber podidoconocer el punto de vista alemán acercade la historia que en este libro nos

Page 385: Rommel   desmond young

interesa poner en claro.Al comienzo de esta obra subrayé el

error que, lo mismo en el espacio que enel tiempo, cometieron el general Wavello su Estado Mayor cuando pretendieronque Rommel jamás podría atacar contanta rapidez como lo hizo en laprimavera de 1941, error que nocontribuyó precisamente a aumentar elcrédito de nuestro Cuartel General. Másexcusas merece nuestro Servicio deInformación, para el cual la acción deRommel fue tan sorprendente como paralos superiores berlineses de éste.Rommel lanzó su ofensiva el 31 demarzo, como se recordará; pues bien,

Page 386: Rommel   desmond young

hacía sólo diez días que el Alto Mandoalemán le había pedido que trazara ysometiera a su consideración, antes del20 de abril como plazo máximo, un planpara la reconquista de Cirenaica. Planque se le recomendaba fuera prudente;dado que tenía frente a él contingentesimportantes de fuerzas inglesas, Rommelno debía plantearse como objetivoalcanzar Agedabia antes de que llegarala 15.a división blindada. Es seguro queHalder y su Estado Mayor habríanpasado luego una semana o dosestudiando aquel plan con mirada críticay hostil. Pero no tuvieron ocasión dehacerlo. Nueve días antes de la fecha

Page 387: Rommel   desmond young

que habían señalado ellos para laentrega del plan, Rommel habíareconquistado ya toda la Cirenaica, aexcepción de Tobruk, llegando hasta lafrontera egipcia. El propio Führer, habíasido dejado en la más absolutaignorancia. Aún el 3 de abril Hitlerhabía telegrafiado a Rommel pararecomendarle que fuera prudente y queno lanzara ningún ataque de envergadurahasta que llegase la 15.a divisiónblindada; por encima de todo, debíaevitar dejar su flanco al descubierto alenvolver Bengasi. Nada había que temerya en lo que se refería a la segunda partede dichas órdenes, porque Bengasi fue

Page 388: Rommel   desmond young

evacuada el mismo día en que habíasido enviado el telegrama. En cuanto ala 15.a división, acababa de atracar enTrípoli: ¡podía, pues, decirse que habíallegado ya!

Cierto oficial muy competente, queen aquella época pertenecía al Serviciode Información de El Cairo, ha escrito:

Creo que se hizo una apreciación militarcorrecta, teniendo en cuenta las fuerzasen presencia, la estación, el terreno ytodos los demás factores de costumbre.Académicamente hablando, la opiniónsegún la cual Rommel no podía triunfarera correcta. Por desgracia paranosotros, Rommel jugó y ganó lapartida. Pero bajo el punto de vista de

Page 389: Rommel   desmond young

la teoría militar, no debió atacar tanpronto…

De seguro que el coronel generalHalder hubiera compartido esa opinión.La compartía también el general debrigada Williams, que más tarde seríajefe del Servicio de Información delgeneral Montgomery, pero que en aquelmomento pertenecía a la Guardia Realde los dragones, el regimiento deexploración de nuestra 2.a divisiónblindada, el cual ha dicho: «Creopersonalmente que Rommel, trasreconocer en primer lugar Agheila ydescubrir que era fácil tomarla (yo meacuerdo de todo ello perfectamente,

Page 390: Rommel   desmond young

pues me hallaba en el fuerte cuando fueconquistado, y tuve que huir de él tan deprisa como pude). Así, pues, suoperación de reconocimiento tan biendesarrollada desembocó en una ofensivavictoriosa. Pero no cabe duda de quenormalmente Rommel no hubiera debidoatacarnos tan pronto como lo hizo…».

Esa fue la primera aparición deRommel en el escenario del desierto. Larapidez con que atravesó Cirenaica fueimpresionante hasta para losprofesionales, pero mucho más todavíapara el público profano, que acostumbraa medir los éxitos bélicos en función delas modificaciones que aportan a los

Page 391: Rommel   desmond young

mapas de operaciones. Sin embargo, elterreno tiene escasa importancia ysignificación cuando se trata de unaguerra en el desierto. Hubiera sido másacertado pensar en términos de batallasnavales que en términos de combatesterrestres. Si logra uno poner fuera decombate a las fuerzas blindadas delenemigo, la flota de tanques propiapuede ya correr por el desierto sin másfreno a la rapidez y extensión de suavance que las limitaciones que derivande sus disponibilidades en gasolina ycamiones. Pero lo más alarmante era lacalidad manifiestamente superior de losblindajes alemanes, superioridad que se

Page 392: Rommel   desmond young

prolongó hasta la llegada de nuestrostanques Sherman, antes de El Alamein, yque ni nuestro Estado Mayor ni elGobierno inglés apreciaron nunca entodo lo que significaba: tanto el unocomo el otro creyeron siempre que lacantidad podía suplir la desventaja en lacalidad.

La verdad es que semejante teoría notuvo jamás confirmación. Rommelutilizaba y dirigía sus fuerzas,numéricamente escasas, con maña yhabilidad nada corrientes. Habíamandado ya antes una división blindadaen pleno combate, y es innegable quevale más la experiencia de una semana

Page 393: Rommel   desmond young

de combates en el frente que seis mesesde maniobras. Ahora se enfrentaba atropas sin experiencia con jefes quejamás habían participado todavía enmaniobras de envergadura, por carecerde tanques. En una palabra, Rommelconocía mejor que sus oponentes elasunto en que se metía. Lo mismo lesocurría a sus equipos de tanquistas. Deeste modo, pues, «con la superioridadde sus armas, no podían sinoderrotarnos»… Y el general de brigadaWilliams añade: «No creo que se lehubiera podido detener con facilidad.Tan sólo disponíamos de pequeñoscañones antitanques y de viejos carros

Page 394: Rommel   desmond young

de combate desgastados». Creopersonalmente que aún en el caso de quese hubiera tratado de tanques nuevos,tampoco habrían podido competir encalidad con los alemanes.

En el terreno de la estrategia,Rommel había de encontrar en Wavell elmaestro capaz de darle algunaslecciones. La decisión de conservarTobruk era, en las circunstanciasdescritas antes, una temeridad, pero «laactiva defensa de su guarniciónconstituía una permanente amenaza paralas líneas de comunicación del enemigoy debía impedir su avance». Esto fue loque de hecho sucedió, y lo que

Page 395: Rommel   desmond young

probablemente salvó a Egipto.Describiéndoselo a su hijo, Rommelhabía hablado siempre de Wavell comoun jefe de primera categoría, «un geniomilitar»; y en la biblioteca de Rommeldescubrí, entre bastantes obras sobreÁfrica del Norte (de Frobenius y otrosautores) con las páginas aún sin cortar,un libro en el que podía apreciarse lahuella de los dedos que más de una vezlo había hojeado: era la traducciónalemana del folleto de Wavell sobre elarte de mandar: Der Feldherr, vonGeneral sir A. Wavell (Zurich, 1942).

Rommel, por su parte, comprendíatoda la importancia que tenía Tobruk; de

Page 396: Rommel   desmond young

modo que, desde el momento en quepudo contar con el refuerzo de la 15.a

división blindada, lanzó el 1 de mayouna gran ofensiva contra la ciudad.Según dijo Aldinger, los italianos, quetenían los planes de defensa elaboradospor sus servicios, negaron queestuvieran en su poder y se negaron aentregárselos. Sea lo que fuere, la 9.a

división australiana no era de las que sedejan engatusar, ni siquiera por unRommel. Aquel género de lucha, en laque cuentan por encima de todo latenacidad y la iniciativa individual,correspondía maravillosamente a lascualidades de los australianos. Rommel

Page 397: Rommel   desmond young

recibió «un puñetazo en las narices» yfue duramente rechazado, sufriendograves pérdidas en hombres y tanques.El Alto Mando alemán aprovechó aquelrevés para recordarle que «el objetivoesencial del Afrika Korps era laposesión de Cirenaica, con o sinTobruk, Sollum y Bardia», y quecualquier avance ulterior hacia Egiptotenía importancia sólo secundaria.

Hacia mediados de mayo, todavíaantes de que fuera descargado uncontingente de tanques procedentes deInglaterra, el general Wavell creyó quehabía llegado el momento de «atacar encondiciones favorables a las

Page 398: Rommel   desmond young

vanguardias enemigas de la fronteraegipcia, cerca de Sollum». En el cursode una operación de objetivosreducidos, fueron ocupadas Sollum yCapuzzo. El día siguiente, Rommeltrasladaba a aquel lugar el grueso de susefectivos blindados, obligando a losingleses a retirarse. El 27 de mayolograba echarnos fuera del desfiladerode Halfaya, que era el único lugar,prescindiendo de Sollum, donde lostanques podían escalar la escarpadurade 200 pies de altura que se extiende, endirección este, a lo largo de unascincuenta millas en el desierto.

El general Wavell seguía empeñado

Page 399: Rommel   desmond young

en reconquistar Cirenaica, por lo menoshasta llegar a Tobruk. Además, «estabaobligado a pasar al ataque lo antesposible», y no es difícil adivinar quién,desde Londres, le empujaba a la acción.Disponía ahora ya de los tanques nuevossuficientes para reequipar la 7.a divisiónblindada, que desde su victoria sobreGraziani no había vuelto a entrar, entanto que división, en línea de combate;tan precaria era su dotación de material,que no disponía ni de los tanques ni delos equipos de radio indispensablespara proseguir su entrenamiento.Algunos de los nuevos tanques eran deun modelo hasta entonces desconocido

Page 400: Rommel   desmond young

en el Oriente Medio; muchos de ellosnecesitaban una revisión a fondo, y entodos había que instalar el dispositivode filtro para la arena y el camuflajepropio para la lucha en el desierto. «Elconocimiento mutuo entre unos y otrosequipos era tan pobre como el que cadauno de ellos tenía con su respectivomaterial de combate».

Se estimaba que los alemanespodían oponer 220 tanques medianos y70 ligeros a los 200 que nosotrosposeíamos. Nuestra decisión de atacarera, pues, por lo menos temeraria.Añádase que el general Wavell teníaque combinar la acción de dos brigadas

Page 401: Rommel   desmond young

de características muy distintas: una deellas, equipada con tanques «Cruiser»de una velocidad de marcha de 25 a 30kilómetros por hora y con un radio deacción de 120 a 160 kilómetros; la otra,con tanques «I» que se desplazaban a 8kilómetros por hora, con un radio deacción —es decir, sin necesidad dereponer gasolina— de tan sólo 65kilómetros. Esto representaba algosemejante a alinear para una carrera de100 metros a un hombre y a un chiquillo.Finalmente, los alemanes disponían debaza importante: su cañón de 88milímetros, de doble aplicación. Estaarma antiaérea de gran rapidez de

Page 402: Rommel   desmond young

acción podía ser empleada tambiéncontra los carros de combate, y susdisparos perforadores atravesabannuestros tanques como si fueran demantequilla. El Diario de Rommel sobrela «División Fantasma» precisanetamente que esos cañones fueronutilizados por vez primera contra losingleses en los combates sostenidoscerca de Arras. Los servicios inglesesde información afirman lo contrario:dicen concretamente que no se nos atacócon ellos hasta el 16 de junio de 1941,en el Desierto occidental[7]. No importademasiado saber cuál de esas dosfuentes de información está en lo cierto.

Page 403: Rommel   desmond young

La verdad es que se trataba de un armapeligrosa, que en adelante, y hasta elfinal de la contienda, sembró ya el terrorentre los jefes de tanques y entre otrosque no lo eran.

En tal sentido, la operación«Battleaxe», en la que perdimos uncentenar de tanques, fue un tristefracaso. Y sin embargo, en aquellamisma época los ingleses de Siria, queno disponíamos ni de un solo tanque nide protección aérea, nos veíamoshostigados en dicho país por losblindados y los aviones de los francesesde Vichy. De ahí que experimentásemosun lógico resentimiento cuando supimos

Page 404: Rommel   desmond young

que se habían utilizado seis escuadrillasde cazas, cuatro de bombarderos y cercade doscientos tanques en una operacióncomo la citada, de tan manifiesta yabsoluta inutilidad. Resultó, por lo tanto,muy interesante que luego nosenterásemos, gracias a las confidenciascoincidentes que von Ravenstein yAldinger nos hicieron por separado, deque Rommel se tomó muy en serioaquella ofensiva nuestra, considerándolaextremadamente peligrosa. Nosotrosprobablemente hubiéramos abandonadode propia iniciativa el desfiladero deHalfaya, si hubiéramos podido preverque el adversario iba a utilizar contra

Page 405: Rommel   desmond young

nosotros los cañones de 88 milímetros; yfue sin duda la heteróclita mezcla denuestros blindados lo que obligó a lostanques «I» de la 4.a brigada a girarbruscamente al norte de Capuzzo,mientras el resto de la 7.a divisiónblindada se extendía a lo lejoscubriendo su flanco. De todos modos, nodeja de causar satisfacción saber quenuestra operación «Battleaxe» sirviópara llevar la ansiedad y la inquietud alcampo enemigo.

El verano tocaba apaciblemente a sufin, mientras cada uno de losadversarios se esforzaba en consolidarsus posiciones. Pero era Rommel el que

Page 406: Rommel   desmond young

jugaba con desventaja. El Alto Mandoalemán, con la mirada fijaobsesivamente en Rusia, prestaba pocaatención al frente de África del Norte, yaunque consideraba necesaria unaofensiva contra el canal de Suez,primero, y luego contra Irán, creía quetodo aquello podía aplazarse hasta quese produjera la derrota de Rusia,momento en que quedaría abierta la rutade Anatolia y del Cáucaso. Así, pues,por el momento los ejércitos alemanesen Libia tenían que limitarse adesempeñar el papel de simple apoyo, yno debían esperar el refuerzo de ningunaotra nueva división. En estas

Page 407: Rommel   desmond young

circunstancias, como era imposiblemejorar su abastecimiento sin realizaruna operación contra Malta, Rommel notenía que pensar para nada en Tobruk.En el caso de que esta ciudad cayera,Rommel no debería seguir avanzandopor Egipto, sino que habría de detenerseen Sollum. Si, por el contrario,fracasase el ataque, debería hallarsepreparado para retirarse a Gazala.

Los expertos —lo mismo inglesesque alemanes— han presentado aRommel frecuentemente como el tipoperfecto del militar oportunista, delespecialista en táctica que no está, encambio, calificado para dar una opinión

Page 408: Rommel   desmond young

válida sobre estrategia. Admitamos queRommel era más un maestro de la táctica«por todo lo alto», que un estratega. Aunasí, si hubiera sido tan incapaz comopara no conocer ni los grandesprincipios de la estrategia, segúnpretenden algunos, resultaríafrancamente incomprensible el hecho deque se le utilizara en Potsdam, y mássorprendente todavía que nada llegara aaprender de esta ciencia durante todoslos años que pasó allí.

En el caso concreto de quehablamos, su apreciación de la situaciónfue indiscutiblemente más lúcida que lade la mayoría de los estrategas

Page 409: Rommel   desmond young

profesionales. Aludimos ya antes al planque había establecido Rommel en juliode 1941 para apoderarse del canal deSuez. El general von Ravenstein measeguró, además, que los proyectos queacariciaba Rommel rebasaban en mucholos estrictos límites de aquel plan. Enopinión de Rommel, la progresióntrazada en dicho plan habría de sersolamente el preludio de un ulterioravance que llegaría hasta Basora. Elobjetivo básico consistiría en cortar laoleada de suministros norteamericanosque se dirigían a Rusia por el golfoPérsico. Rommel esperaba asegurar, trasla primera parte de la operación, su

Page 410: Rommel   desmond young

propio aprovisionamiento a través deSiria. Por lo demás, pensaba queTurquía, si las cosas salían bien enRusia y en África del Norte, se veríaobligada a incorporarse al bandoalemán, o en caso contrario, seríaatacada y derrotada.

Antes de sucumbir a la tentación decalificar este proyecto de fantástico yextravagante —como lo hizo el AltoMando alemán, cuando en realidad noconocía más que la primera parte delmismo—, conviene leer el informe delgeneral Auchinleck (38.177) dedicadoal estudio de la evolución de lasituación en Oriente Medio entre el 1 de

Page 411: Rommel   desmond young

noviembre de 1941 y el 15 de agosto de1942. Se da uno cuenta entonces de lasfatigas que pasábamos para mantenernosen Siria tras la capitulación de losfranceses de Vichy, y de las dificultadescon las que nos enfrentábamos tambiénen Irak y en Irán, y de lo fácil que lehubiera sido al enemigo, empleandofuerzas aerotransportadas, ocupar la islade Chipre antes del verano de 1942, ylos quebraderos de cabeza que su flancoderecho produjo a Auchinleck. Elgeneral confiesa en su informe que loque más teme es un ataque a través delCáucaso. Tampoco hay que olvidar laimportancia de los suministros

Page 412: Rommel   desmond young

norteamericanos que, a través del golfoPérsico, se encaminaban entonces aRusia.

En cuanto a Malta, Rommel nocesaba de repetir a su Estado Mayor (ytambién a su familia) que no comprendíapor qué el Alto Mando no se decidía aapoderarse de la isla. Empleando tropasaerotransportadas, protegidas por nubesartificiales, hubiera sido fácil ocuparMalta en cualquier momento del veranode 1941. Ésa era, por lo menos, laopinión de Rommel, que estaba muyinteresado por ese problema, ya que enagosto el 35 por ciento de susaprovisionamientos y en octubre el 65

Page 413: Rommel   desmond young

por ciento fueron echados a pique por elenemigo antes de llegar a su poder. Sinembargo, hubo que esperar hasta últimosde 1941, cuando el porcentaje depérdidas había alcanzado ya hasta el 75por ciento, para que el Alto Mandoalemán se diera cuenta de la importanciade la isla de Malta para el dominio delMediterráneo, y enviara entoncessubmarinos y navíos ligeros, reforzandoademás sus fuerzas de aviación enSicilia. El resultado fue que al comenzarel año 1942 los alemanes controlaban yavirtualmente todo el Mediterráneocentral (buena prueba de ello es que ungrupo de jóvenes italianos lograron

Page 414: Rommel   desmond young

penetrar en el puerto de Alejandría yhundir los dos únicos barcos de guerraingleses que se hallaban anclados: elQueen Elizabeth y el Valiant).

Así las cosas, había pasado ya elmomento óptimo para enviar a Rommellas divisiones de refuerzo que habíapedido. Parece incluso como si losalemanes no hubieran tenido nuncademasiadas ganas de hacerlo. Aunhabiendo logrado neutralizar Malta,consiguiendo «eliminarla en tanto quebase naval», como pensaba Kesselring,no hicieron ningún esfuerzo formal paraapoderarse de la isla. Hubo que esperarhasta finales de abril de 1942 para que

Page 415: Rommel   desmond young

Hitler, presionado por el almiranteRaeder y tras una discusión conMussolini, dispusiera para principios dejunio un ataque por sorpresa contra laisla, utilizando tropas aerotransportadasalemanas e italianas (la llamada«operación Hércules»). Escribíaentonces el representante del almirantealemán en la conferencia:

Aunque el aplazamiento de la operacióncontra Malta es algo deplorable estoy,sin embargo, contento de ver el interéscada día mayor del Führer por estaimportante zona de combate. Tenemosahora que comprender esa importancia;durante demasiado tiempo hemos estadoconsiderando como subsidiario este

Page 416: Rommel   desmond young

sector, en el que las victorias llovían delcielo; nadie se preocupaba lo másmínimo por hacer algo práctico en eseteatro italiano de la guerra.

La fecha del ataque fue retrasada endos ocasiones. Al comienzo de julio, yaen el minuto último de la undécima hora,Hitler aplazó la «operación Hércules»para después de la conquista de Egipto.Tomó esa decisión sin consultar a lositalianos ni a su propio Estado Mayornaval; es probable que consultarasolamente a Keitel y Jodl.

Incluso en los primeros días delverano de 1941, los altos oficiales delAfrika Korps, recién salidos de sus

Page 417: Rommel   desmond young

primeras victorias, tenían la clarasensación de que su Alto Mandoconsideraba África del Norte como unsector de segundo orden «en dondehabía que sacar las castañas del fuegoen beneficio de los italianos». Buenejemplo de ello era el problema delapoyo aéreo. ¿Por qué no se lesconcedía el refuerzo de algunasescuadrillas de cazas? El general vonEsebeck narra:

Recuerdo el viaje de inspección delmariscal Milch a la Luftwaffe en mayo de1941. Los dos pedíamos al cielo que laRAF nos obsequiase con una buenaincursión. Y la RAF nos concedió los que

Page 418: Rommel   desmond young

deseábamos. El general Milch llevabaun magnífico uniforme blanco, y nadapodía divertirme más que ver cómo seechaba en un refugio. Y cuando salió deél aún me divertí más, al comprobar quese había refugiado precisamente en elhoyo donde los cocineros echaban lasbasuras…

Animado o no por el Alto Mando,Rommel estaba de todas manerasdecidido a atacar. Su primer objetivoera, naturalmente, Tobruk. El generalAuchinleck escribiría más tarde:

La libertad de maniobra de que gozamosdurante más de cuatro meses y medio ladebimos sobre todo a los defensores deTobruk. Al no comportarse como una

Page 419: Rommel   desmond young

guarnición apuradamente asediada,sino como una fuerza siempre a puntopara lanzar un ataque, pudo contener aun enemigo dos veces superiornuméricamente, obligándole a queestuviera siempre en estado de alerta; yasí logró que desde abril hastanoviembre permanecieran inmovilizadoslejos de la región fronteriza cuatrodivisiones italianas y tres batallonesalemanes.

La decisión del general Wavell, queéste tomó en medio de la confusión deuna batalla indecisa, aunque perdida,obtuvo así una buena recompensa.Mientras Tobruk aguantó, ningúnmovimiento del enemigo pudo progresar

Page 420: Rommel   desmond young

hacia Egipto.Pero Rommel no obtuvo fácilmente

la autorización para atacar Tobruk. Sudeseo era haberlo hecho en octubre o ennoviembre, pero Hitler, Keitel y Jodl seoponían a cualquier intento que seplanease para antes de enero de 1942.No querían emprender ninguna acción deimportancia en África del Nortemientras tuvieran las manos ocupadas enRusia. Los italianos, cuyo servicio deespionaje —gracias a sus agentes en ElCairo y en Alejandría— resultaba mejorque el de los alemanes, estaban alcorriente de los proyectos de ofensivadel general Auchinleck. También ellos

Page 421: Rommel   desmond young

se opusieron a cualquier movimiento deRommel, quien nominalmente estababajo su mando. La Luftwaffe tomófotografías aéreas del ferrocarril queentonces se prolongaba activamente allálejos, al oeste de Matruk. El general vonRavenstein se hallaba presente el díaque Rommel tiró al suelo aquellasfotografías. «No quiero mirarlas»,exclamó con voz irritada. Llegó luego uninforme del almirante Canaris: unsoldado inglés, internado en el hospitalde Jerusalén, había dicho a su enfermera—que era una espía alemana— que todoestaba a punto para lanzar un ataque deenvergadura contra Rommel. Dando

Page 422: Rommel   desmond young

crédito a aquel informe, Hitler y Jodlintimaron a Rommel a que se preparasepara hacer trente al ataque deAuchinleck (al parecer, no se les ocurrióni por un momento pensar que si Tobrukseguía en poder de los ingleses, aquelhipotético ataque sería doblemente duropara los que habían de soportarlo).

De todos modos, como Rommelestaba absolutamente decidido aapoderarse de Tobruk, no quiso tomaren consideración la mencionada orden, yresuelto a discutirla con sus oponentes,tomó un avión y marchó a Roma,acompañado de von Ravenstein. Sehallaba presente este último cuando, en

Page 423: Rommel   desmond young

la oficina de von Rintelen, el oficialalemán que servía de enlace con lositalianos, Rommel se desencadenó. Trastratar al pobre von Rintelen de «amigode los italianos», tomó el teléfono ylogró ponerse en comunicación con Jodl.«Me entero de que desea usted querenuncie a mi ataque contra Tobruk —exclamó—, y tengo que decirle queestoy asqueado de todo». Jodl entoncesaludió a la ofensiva británica, y Rommelreplicó diciendo que la 21.a división depanzers, cuyo jefe se hallabaprecisamente a su lado en aquellosmomentos, podía encargarse de contenerel ataque inglés, mientras el suyo contra

Page 424: Rommel   desmond young

Tobruk podría proseguir. Jodl invocóentonces las razones de la seguridad,diciéndole a Rommel: «¿Podría ustedgarantizarme que no correría ustedningún peligro?». «¡Se lo garantizo austed personalmente!», gritó Rommel.Jodl, creyéndose ya a cubierto de todaresponsabilidad, le dio por fin suautorización.

Se fijó la fecha del 23 de noviembrepara el ataque. Como todos lospreparativos estaban ya hechos, y tantola condesa von Ravenstein como laseñora Rommel habían acudido a Romapara reunirse con sus maridos, Rommeldecidió celebrar su cumpleaños, el 15

Page 425: Rommel   desmond young

de noviembre. Las dos damas salieron ahacer un poco de turismo, visitando laciudad. Von Ravenstein recuerda que sereunieron con ellos para la comida en elhotel Edén y que hicieron grandeselogios de las maravillas que acababande contemplar en la basílica de SanPedro. Rommel permaneció buen rato ensilencio, escuchándolas, y luegointervino en la conversación paradecirle a su compañero de armas: «Ledigo a usted, von Ravenstein, que hevuelto a pensar en lo que deberíamoshacer con todos aquellos batallones deinfantería…».

Rommel no vio nada de Roma.

Page 426: Rommel   desmond young

Asistió, empero, aceptando unainvitación que le hizo el Mando italianopara el día de su cumpleaños, a unaproyección de la película italiana Elavance de Bengasi, consagrada a laprecedente ofensiva de abril. En ellapodía verse a los italianos victoriososatacando a la bayoneta, y a algunosoficiales ingleses de robustas nucas(interpretados por «dobles» italianos)que huían a la desbandada; pero no seveía en todo la película ni un solosoldado alemán en acción. De ahí queRommel dijera un poco irónicamente asus cofrades italianos: «Es un film muyinteresante e instructivo. ¡Siempre había

Page 427: Rommel   desmond young

sentido curiosidad por saber qué ocurrióen aquella batalla!».

Se ha explicado ya cómo Rommelescapó una vez más a la muerte o alcautiverio por estar ausente de suCuartel General de Beda Littoria, cercade Cirene. Resumiendo los hechos,recordemos que un comando británico,conducido por el coronel GeoffreyKeyes, desembarcó de un submarino enun lugar convenido, donde esperaba unoficial de valor temerario, llamado JohnHaseldon —que, por cierto, caeríamuerto en combate poco después—, elcual salió al encuentro del comando yguió sus pasos hasta el Cuartel General

Page 428: Rommel   desmond young

de Beda Littoria. Disfrazado de árabe,Haseldon vivía detrás de las líneasenemigas. Según ha escrito elcomandante Kennedy-Shaw en su obraLang Rang Desert Group:

Cuando penetra uno en el pueblo viniendode Cirene lo primero que ve, a su derecha,en un silo para granos, luego una hilera depabellones y, finalmente, otro inmueble másgrande, de dos pisos, sombrío y de aspectobastante siniestro. Allí era donde vivíaRommel en 1941…

A medianoche, Keyes, acompañado dedos de sus hombres, Campbell y Terry,llamó a la puerta de entrada de aquelinmueble, pidiendo a gritos en alemán quese le abriera. El soldado que montaba laguardia entreabrió la puerta y aunque

Page 429: Rommel   desmond young

disparó tan pronto estuvieron dentro losintrusos, fue abatido por éstos. Dosoficiales, que acudieron al oír los disparos,cayeron también junto a las escaleras.Entonces todas las luces del inmueblequedaron apagadas y se hizo un espesosilencio. Keyes comenzó por registrar lashabitaciones del sótano. La primera estabavacía, pero de la oscuridad de la segundasurgió un disparo y Keyes se derrumbó,mortalmente herido. También Campbell fueherido y cayó prisionero. Terry, en cambio,pudo huir. El coronel Keyes (que seríacondecorado con la Cruz Victoria a títulopostumo) está enterrado en Beda Littoria,junto con cuatro alemanes, en lo alto de unacolina, a dos kilómetros del pueblo, yendohacia el sur.

Rommel, que había salido de Roma

Page 430: Rommel   desmond young

en avión el 16 de noviembre, estaba yaen camino, por lo demás, de precisar losúltimos detalles de su plan de ataquecontra Tobruk. De todos modos, nohubiera podido caer prisionero en laPrefettura; esta mansión siniestra,edificada en medio de un grupo decipreses, no era, en efecto, el CuartelGeneral de Rommel, sino el de suoficina «Q» (Intendencia). Su propioCuartel General estaba en la CasaBianca, en Ain Gazala, al este de Derna.Rommel acudía ciertamente a BedaLittoria algunas veces, pero nuncapasaba la noche allí, a pesar de quetenía reservado, para él o para algún

Page 431: Rommel   desmond young

otro visitante de alta graduación, unpabellón que todos llamaban «la Casade Rommel». Las informaciones queposeía John Haseldon eran, pues,equivocadas; los informadores árabessólo podían haber visto a Rommel, enaquellos parajes, de día, o tal vez, denoche, le habían confundido con otrooficial alemán…

Cuando recibió el informe sobre lafallida incursión británica, Rommelordenó a su capellán, Rudolph Damrath,que marchara a Beda Littoria paracelebrar funerales cristianos en sufragiode Keyes y de los cuatro alemanescaídos también en el asalto. Durante

Page 432: Rommel   desmond young

treinta y seis horas, Damrath tuvo querodar sobre carreteras azotadas por lalluvia y a través de los wadis inundadosa causa de una tormenta reciente. Llegóa Beda Littoria diez minutos antes de lahora fijada para las exequias, con eltiempo justo para pronunciar un sermóny bendecir las tumbas (la de Keyes es laúltima comenzando por la derecha). Unoficial del Estado Mayor alemándepositó sobre ellas unas coronas; sedispararon tres salvas; pusieron en pieunas cruces de madera y plantaron unosjóvenes cipreses. Después de la guerra,Damrath y Ernest Schilling, jefe delCuartel General alemán en Beda

Page 433: Rommel   desmond young

Littoria, enviaron un informe sobre lamuerte y los funerales de Geofrey Keyesa Lady Keyes, madre de éste.

II. La operación «Crusader»

No pudimos suprimir a Rommel en suCuartel General, pero la ofensiva delgeneral Auchinleck sorprendió al jefealemán y a sus tropas. Cuando nuestrasbrigadas de tanques atravesaron lafrontera al amanecer del día 18 denoviembre, llevando al frente, en undespliegue perfecto, un telón deautomóviles blindados, nuestras fuerzas

Page 434: Rommel   desmond young

pudieron avanzar a través del desiertovacío hasta sus posiciones de combateen el Trigh-el-Abd.

La operación «Crusader» era laprimera que se confiaba al VIII ejército,y suscitó en principio grandesesperanzas. El señor Churchill confiabaincluso en lograr una victoria por elestilo de la de Blenheim o la deWaterloo. Por desgracia, lo proclamabaabiertamente. Sin llegar a realizarseenteramente, aquellas esperanzas sevieron pronto eclipsadas por el fracasoque a continuación se produjo. Fuera dela gente del VIII ejército, pocos hombressupieron qué cerca estuvimos de obtener

Page 435: Rommel   desmond young

un éxito completo. Y como lo único queen definitiva cuenta es el resultadodefinitivo, aún fueron menos laspersonas que se tomaron la molestia decomparar las cifras de entonces con lasde la batalla de El Alamein. En laoperación «Crusader», el enemigoperdió 60.000 hombres —21.000 de loscuales eran alemanes— entre muertos,heridos y prisioneros, sobre unosefectivos totales de 100.000 hombres.Nuestro VIII ejército, compuesto de118.000 hombres, perdió un total de18.000, entre oficiales y soldados. En ElAlamein, en cambio, los 150.000hombres del VIII ejército que combatían

Page 436: Rommel   desmond young

contra 96.000 italianos y alemanes,mataron, hirieron o capturaron 59.000hombres, 34.000 de los cuales eranalemanes; las bajas del VIII ejéicito seelevaron a 13.500 hombres. Esacomparación ha de hacerse igualmenteen lo que hace al material. En noviembrede 1941 opusimos 455 tanques a los 412de Rommel. En El Alamein, el generalMontgomery disponía de 1.114 tanques,contra los 500 a 600 del enemigo, lamitad de los cuales eran italianos. Lascifras, sin embargo, no dan cuenta detoda la historia. Entre los 1.114 tanquesdel general Montgomery, había 128«Grant» y 267 Sherman, provistos de

Page 437: Rommel   desmond young

cañones de 75 milímetros montados entorrecillas completamente giratorias,nuevos y flamantes. En noviembre de1941, por el contrario, no disponíamosde ningún tanque de clase comparable ala de los Mark III o Mark IV alemanes;antes de poder atacar con eficacia a lostanques enemigos, los nuestros, difícilesde manejar y armados solamente con unpobre cañoncito de 2-pounder, teníanque aproximarse a unos 700 metros deaquéllos. Y tenían que hacerlosometidos al fuego de los cañones de 50(4-pounder) y 75 milímetros delenemigo, contra cuyos proyectiles sublindaje era del todo ineficaz. ¡Y no

Page 438: Rommel   desmond young

poseíamos entonces ni un solo cañónantitanque de valor!

¿Por qué atacó el general Auchinleckcon sólo una división y media, en lugarde las tres que él mismo había estimadoindispensables? En primer lugar, porquemientras se encontraran en Cirenaicaimportantes contingentes de fuerzas delEje, seguiría planeando sobre Egiptouna amenaza real, y Auchinleck no podíaconfiar en poder proteger su flanco norteen caso de una posible invasión alemanaa través del Cáucaso. Además, porquesegún el Gobierno de Su Majestad,había que reemprender la ofensiva enÁfrica del Norte «tan pronto como fuera

Page 439: Rommel   desmond young

posible». Se trataba de una fórmulaelástica, particularmente en Londres.

Una vez aceptada la decisión, ya nopudo encontrar un solo fallo en el plandel general. La idea de establecer enGirabub la base principal deoperaciones y atravesar el desierto víaGialo para cortar las comunicaciones deRommel, fue eliminada con muchoacierto, ya que las dificultades deorganización hubieran sido enormes.Más aún: durante el avance nuestro porel flanco hubiera quedado sometido a unincesante ataque aéreo gracias a loscampos de aviación que el Eje tenía enla costa norte, los cuales hubieran sido

Page 440: Rommel   desmond young

sin duda alguna reforzados por laLuftwaffe de Grecia o de Creta.Nuestras fuerzas, incluidas las de laRAF, hubieran tenido que dispersarse.Para aguantar en la frontera, noshubiésemos visto obligados a dejar allíuna importante fuerza de cobertura. Encaso contrario, Rommel hubiera podidoaventajarnos de nuevo en la luchadescendiendo por las escarpaduras yabriéndose camino hacia Alejandría.Eso era lo que, en efecto, tenía pensadohacer Rommel si nosotros hubiésemosatacado desde el Sur. El intento de haceravanzar un solo grupo de brigada haciaFialo fue, pues, decepcionante, pero

Page 441: Rommel   desmond young

resultó eficaz. El general Bayerlein mecontó que los alemanes estabanconvencidos entonces de que nuestroataque principal partiría de aquel sector.

El plan realmente adoptado consistíaen avanzar hacia Tobruk, simulando almismo tiempo atacar también por elcentro y por el sur. El objetivo númerouno era la destrucción de las fuerzasblindadas de Rommel, ya que sus dosdivisiones blindadas, la 15.a y la 21.a,formaban la estructura básica delejército enemigo. ¿Y cómo podríamosllevarlas a combatir en el terreno quemás nos convenía a nosotros? Enopinión razonada de Auchinleck, la

Page 442: Rommel   desmond young

mejor manera sería plantear a las clarasun intento de levantar el sitio de Tobruk.(En realidad, la ayuda de Tobruk era unobjetivo secundario dentro de un planmás vasto, que consistía, primero, enexpulsar a Rommel de Cirenaica y mástarde también de Tripolitania; gracias aese mismo plan, la guarnición de Tobrukpodría participar en la batalla). Comonuestros tanques eran de calidad inferiora la de los alemanes, teníamos queatacar a los blindados de Rommel conefectivos numéricamente superiores, yen ningún caso debía nuestra únicadivisión blindada aceptar el combatecon las dos divisiones panzers juntas. La

Page 443: Rommel   desmond young

impresión de sorpresa, lo mismo en loconcerniente a la iniciación que a laorientación del avance, resultaba, pues,de importancia primordial.

Resumiendo, el ataque principaldebía corresponder al 30.o cuerpo deejército, a las órdenes del tenientegeneral Willoughby Norrie. La mayorparte de los blindados (la 7.a divisiónblindada y el 4.o grupo de brigadablindado) junto con dos brigadas de la1.a división surafricana (infantería) y la22.a brigada de Guardias (motorizada),debían concentrarse alrededor de GabrSaleh y entablar combate en el nordestey en el noroeste. En cuanto lograran

Page 444: Rommel   desmond young

deshacerse de los tanques de Rommel,liberarían Tobruk del cerco enemigo.Los defensores de Tobruk, por su parte,o sea, la 70.a división de infantería, unabrigada blindada y el grupo de brigadapolaco, intentarían salir de susposiciones en cuanto el general Norrieestimase que la fruta estaba ya madura.

Durante todo este tiempo de laacción, el 13.o cuerpo de ejército (quecomprendía la división neozelandesa, la4.a división hindú y la 1.a brigadablindada del cuerpo de ejército) deberíaretener y aislar a las tropas enemigasque defendían las posiciones de lafrontera, y luego adelantarse hacia el

Page 445: Rommel   desmond young

oeste, en dirección a Tobruk, con el finde apoyar al 30.o cuerpo de ejército,cuya 4.a brigada blindada protegería suflanco izquierdo. Por otro lado, lasbrigadas 2.a y 5.a de infantería hindúesse opondrían al enemigo de frente, la 2.a

en la parte baja de la escarpadura deSollum, y la 5.a por encima de dichaescapadura; al mismo tiempo, ambasdivisiones cubrirían nuestra base ycabeza de ferrocarril.

Las fuerzas de Rommel estabanformadas por una tercera parte dealemanes y dos terceras partes deitalianos, y comprendían un total de 10divisiones: tres blindadas, dos

Page 446: Rommel   desmond young

motorizadas y cinco de infantería. Lasdos divisiones blindadas alemanas, la15.a y la 21.a, formaban, en unión de la90.a división ligera de infantería, elPanzer Gruppe Afrika. La 21.a sehallaba a doce millas al sur de Gambut,a uno y otro lado del Trigh Capuzzo, entorno a El Adem, El Duda y SidiRezegh. El 21.o cuerpo de ejército,compuesto de cuatro divisiones italianasde infantería y reforzado por tresbatallones alemanes de infanteríatambién, sitiaba Tobruk. La divisiónitaliana Ariete se encontraba en El Gubi,con sus piezas de artillería bienatrincheradas. Otra división italiana,

Page 447: Rommel   desmond young

motorizada, la Trieste, se hallaba en BirHakeim. Las líneas defensivasfronterizas de Halfaya, Sollum yCapuzzo estaban guarnecidas por losbatallones alemanes de infantería. Sidi yLibian Ornar estaban defendidos por ladivisión Savona, provista de algunoscañones alemanes. La guarnición deBardia era mixta, con alemanes eitalianos.

Se dio gran impulso a lospreparativos de la ofensiva. La línea deferrocarril fue prolongada hasta 120metros al oeste de Matruk. Se hizo llegardesde Alejandría un oleoducto y seabrió un puesto de aprovisionamiento de

Page 448: Rommel   desmond young

agua a 15 kilómetros del punto principalde nuestro ferrocarril. Antes de quecomenzara la batalla, se habíanalmacenado en la zona de vanguardia30.000 toneladas de municiones,carburante y material de combate; asíera posible tener cubierto, durante unasemana por lo menos, el déficit diariodel consumo de material con relación alas entregas. Desde hacía muchassemanas, la Marina real y la RAF veníanatacando incesantemente los convoyesde aprovisionamiento del enemigo.Gracias a la RAF y al Long RangerDesert Group, el general Cunningham,que mandaba el VIII ejército a las

Page 449: Rommel   desmond young

órdenes directas del general Auchinleck,comandante en jefe de todas nuestrasfuerzas en Oriente Medio, no careciónunca de informaciones precisas yexactas sobre los dispositivos delenemigo y el orden de batalla en que secolocaba. Y gracias asimismo a la RAFy a nuestros servicios de camuflaje yseguridad, el enemigo no conoció jamásni nuestros dispositivos ni nuestrosmovimientos. La sorpresa, arma quetanto necesitábamos, quedaba asíasegurada.

La batalla que siguió fue llevada condesesperada energía por ambos bandos.En el nuestro se respiraba una alegría,

Page 450: Rommel   desmond young

una voluntad de victoria como yo nohabía tenido ocasión de ver desde losúltimos combates de las postrimerías dela Primera Guerra Mundial. Recuerdohaber visto cómo un soldado escocésherido gritaba: «¡Dadme otro tanque!»,mientras se inclinaba hacia afueramostrando su cañón, cuyo morrocolgaba, víctima de un impacto abocajarro, como una hoja de apiocruelmente masticada. «Esto funciona —añadió— y no tardaremos mucho enhacer morder el polvo a estos hijos dep…». Esta escena tenía lugar a sólo uncentenar de metros del coche del generalWilloughby Norrie, jefe del 30.o cuerpo

Page 451: Rommel   desmond young

del ejército, el cual, pese a que acababade perder su Puesto de Mando en plenamarcha, estaba demostrando que es muyposible dirigir una ofensiva sin contarmás que con un ayudante de campo, conla consiguiente economía de papeleo.Poco más o menos en el mismo momentoen que esto ocurría, las tropasneozelandesas hacía prisionero, alcompleto, al Cuartel General del AfrikaKorps.

Fue un combate entre auténticossoldados, una verdadera «riña deperros», que me recordaba aquelloscarruseles aéreos que había visto porencima de nuestras líneas, en 1918. La

Page 452: Rommel   desmond young

batalla se desarrolló a tal ritmo, con tandiversas y sucesivas rachas de buena yde mala suerte, envuelta en una tan densanube de humo, nacida de la explosión delos obuses o del incendio de los tanques,con tan tremendas polvaredasprovocadas por los camiones desuministros, y en medio de una talconfusión de comunicadoscontradictorios, que nadie podíaenvanecerse de saber lo que ocurría asólo un kilómetro de donde él sehallaba. Aún hoy sigue siendo difícilinterpretar bien los mapas de entonces,que mostraban, hora por hora, cómoevolucionaba la situación. A veces

Page 453: Rommel   desmond young

emergía de aquel caos una figuraheroica, como la de “Jock” Campbell,conduciendo sus tanques al ataque desdeun vehículo descubierto y haciendoméritos para ganar otra media docena deveces la Cruz Victoria que se leconcedió. Las hazañas de otroscentenares de hombres no figuransiquiera en el informe sobre la batalla.¿Cuántos conocen, por ejemplo, cómo seapoderó de Gialo el mayor generalDenys Reid, jefe del grupo de brigadahindú de Girabub? ¡Penetró solo en elfuerte, y ya dentro, tuvo a raya, sin másarma que un revólver, a sesenta oficialesitalianos que se disponían a almorzar!

Page 454: Rommel   desmond young

El corazón de la batalla estaba enSidi Rezegh, llave de Tobruk. Allí eradonde más encarnizadamente se luchaba,tanque contra tanque, hombre contrahombre. En lo más crítico de aquelimplacable combate, la tarde del 24 denoviembre, Rommel se lanzó con susblindados a través de las alambradas dela frontera. Alan Moorehead ha contadoen su libro A Year of battle , con estilovivaz y expresivo, esa incursiónenemiga en nuestra retaguardia y laalocada fuga de nuestros vehículosligeros por el desierto; parecían unbanco de caballas huyendo a la vista deun tiburón.

Page 455: Rommel   desmond young

¿Por qué Rommel había abandonadorepentinamente la batalla principal?¿Por qué se lanzó hacia el este con susblindados? ¿Respondía su gesto a unplan preconcebido? ¿O tal vez era unintento desesperado de hacerse de nuevocon el mando de la situación? El mayorgeneral Fuller y el teniente general sirGiffard Martel, que entre otros muchoshan estudiado la cuestión, llegaron aconclusiones opuestas. Y sin embargo,si quiere uno formular un juicio acercade Rommel como jefe militar, larespuesta a esas interrogaciones es algoesencial. Puede uno preguntarse, porotra parte, por qué sus tanques, que

Page 456: Rommel   desmond young

pasaron a dos o tres kilómetros dedistancia de nuestros dos principalesparques de aprovisionamiento (el FSD63, a 25 kilómetros al sudoeste de BirGubi, y el FSD 65, a 25 kilómetros alsudeste de Gabr Salen), no se detuvieronante ellos para bombardearlos. Privadade esos parques, la divisiónneozelandesa no hubiera podidomantenerse en sus posiciones, y lomismo cabe decir del 30.o cuerpo deejército retirado de Sidi Resegh. Notenían más cobertura que la de labrigada de Guardias.

Es fácil contestar en primer lugar aesta segunda interrogación. Los

Page 457: Rommel   desmond young

mencionados parques deaprovisionamiento eran instalaciones dediez kilómetros cuadrados, pero losalemanes ignoraban por completo suemplazamiento. Cuando le expliqué larealidad, el general Bayerlein exclamó:«¡Dios santo! ¿Qué me dice usted?». Yno fue menor el asombro del general vonRavenstein: «¡Y pensar que yo vi eidentifiqué la brigada de Guardias, sininquietarme siquiera por lo que pudieranhacer allí! Ni siquiera se me ocurrióabrir fuego contra ellos». La conclusióna que llegaron los dos generalesalemanes fue idéntica: «Si hubiésemostenido conocimiento de la existencia de

Page 458: Rommel   desmond young

esos parques, hubiéramos ganado labatalla». En efecto, hubieran podidoganarla. No sé quién fue el responsabledel camuflaje de aquellos enormesstocks de gasolina, de agua y de víveres,pero es indiscutible que puede sentirsesatisfecho de su trabajo. Me he enteradohace poco de que el autor del camuflajefue el mayor Maskelyne. Si así es,Maskelyne y Devant, famososilusionistas, no hicieron nunca un trabajotan perfecto. Y hay que felicitarigualmente a la RAF por haber logradoimpedir los vuelos de reconocimientoalemanes sobre aquellas regiones.

En lo concerniente a la otra

Page 459: Rommel   desmond young

pregunta, el general Bayerlein conocíacon exactitud lo que Rommel teníapensado. Éste seguía acariciando laintención de apoderarse de Tobruk, perono estaba en condiciones de hacerlo alhallarse él mismo sometido a un ataqueenemigo. Si intentaba volverse contra la70.a división, ésta se replegaría hacia elperímetro fortificado. El avance de ladivisión neozelandesa a lo largo delTrigh Capuzzo fue una desagradablesorpresa para Rommel. Es cierto que siconcentraba todas sus fuerzas contraella, probablemente lograría destruirla ygarantizar nuevamente a sus tropas unaruta hacia sus posiciones de la frontera;

Page 460: Rommel   desmond young

pero aquello dejaría a la 7.a divisiónblindada el tiempo necesario para cubrirsus pérdidas. Durante todo el tiempo aque nos referimos, la 70.a división sehallaba sobre su flanco. Si Rommel selanzaba contra nuestra 7.a divisiónblindada, al sudoeste de Sidi Rezegh(como debía haber hecho, en opinión delgeneral Martel), la divisiónneozelandesa se uniría entonces a la 70.a

división. Elegir el camino de laseguridad y retirarse a Gazala equivalíaa abandonar sus puestos de la frontera,sus almacenes y sus propios parques deaprovisionamiento a lo largo de la costa.No hay que olvidar que la fuerza

Page 461: Rommel   desmond young

principal de Rommel residía en sus dosdivisiones de panzers. Cabe, pues,preguntarse: ¿no tenía manera deutilizarlas a las dos, mucho menos parasalir de un mal paso y proseguir unaindecisa batalla que para recobrar lainiciativa y, consiguientemente,transformar la derrota en victoria?Rommel se dio una respuesta afirmativaal plantearse aquella pregunta, y decidióde repente realizar una incursión ennuestra retaguardia y destruir nuestrascomunicaciones hasta el extremo de queel general Cunningham tuviera que darsepor satisfecho si lograba detener elcombate y replegarse a sus posiciones

Page 462: Rommel   desmond young

iniciales. Luego, con un retraso de sólounos días, podría Rommel ocuparsenuevamente de Tobruk.

«¡Tiene usted en sus manos laoportunidad de acabar la campaña estamisma noche!», le dijo Rommel algeneral von Ravenstein, al darle lasúltimas órdenes para el ataque que esteúltimo debía realizar con la 21.a

división de panzers.Von Ravenstein debía lanzarse a

través de las alambradas de la fronterahasta alcanzar el otro lado «sin mirar nia la derecha ni a la izquierda», y luegomarchar en línea oblicua al norte, endirección al mar, cerca de Sollum.

Page 463: Rommel   desmond young

Durante todo este tiempo, un «grupo decombate» compuesto por un batallónmotorizado y una compañía de tanques,atacaría el Cuartel General del generalCunningham en Maddalena. Otro grupode combate de la 15.a división depanzers, siguiendo las huellas delprimero, descendería por la escarpaduray se apoderaría del puesto de cabeza delferrocarril en Bir Habata, donde seguardaban importantes stocks decarburante. Si como Rommelsospechaba con toda razón, las tropas nohallaban ningún obstáculo serio entre laescarpadura y Alejandría, la 21.a

división de panzers se uniría a aquel 2.o

Page 464: Rommel   desmond young

grupo y realizaría, por lo menos, unarápida incursión por Egipto. En cuantose hubiera llevado a cabo todo aquello,la confusión y el peligro queenvolverían al VIII ejército serían talesque no podría hacer otra cosa queregresar a sus posiciones de partida. (Alpie de la escarpadura y detrás de unvasto campo de minas había tan sólo unabrigada de la 4.a división hindú, yninguna otra fuerza a excepción de la 2.a

división sudafricana, poco entrenada,mal equipada y que todavía no habíarecibido el bautismo de fuego. Lasbrigadas más próximas estaban enMarsa Matruk).

Page 465: Rommel   desmond young

No se puede negar que para habersido concebido en medio de la confusiónde una dura batalla, aquel plan nodejaba de ser muy atrevido. ¿Cuál fue elmotivo de que fracasara? Puede decirseque salió hasta demasiado bien, por lomenos en cierto sentido. El generalCunningham tenía ganas de romper elcontacto con el enemigo ya desde el 23de noviembre y seguramente lo hubierahecho muy pronto si en la tarde del día24 no hubiera acudido desde El Cairo elgeneral Auchinleck para prohibírseloexpresamente. En carta fechada elmismo 24 de noviembre por la noche yremitida desde el Puesto de Mando

Page 466: Rommel   desmond young

avanzado del VIII ejército, escribe elgeneral Auchinleck, tras haber estudiadolos peligros que podía entrañar lacontinuación de la lucha:

Debemos proseguir la ofensiva contodos los medios a nuestro alcance. Esésta indudablemente la única decisiónbuena. Debemos asumir todos losriesgos que podamos correr. Debe usted,pues, continuar el ataque contra elenemigo, sin darle un momento detregua, utilizando todos los recursos queestén en su poder, utilizando, si precisofuera, hasta el último tanquedisponible…

El general Fuller ve con razón en

Page 467: Rommel   desmond young

esta carta «un ejemplo impresionante dela influencia que ejercía el arte militardel general sobre el desarrollo de lasoperaciones».

Rommel, por el contrario, no pudorealizar sus proyectos por laintervención de un oficial de graduacióninferior a la suya. Hacia mediodía del25 de noviembre, el general vonRavenstein, que disponía, a retaguardiade Halfaya, de veinte o treinta tanquesde los sesenta con que había comenzadola batalla, recibió una orden de Rommelpara que se aprestara a un ataqueinminente contra Egipto. Pero a las dosde la tarde del mismo día recibía por

Page 468: Rommel   desmond young

radio el siguiente mensaje:

Todas las órdenes dadas hasta elmomento quedan suspendidas. La 21.adivisión debe romper las líneas hindúesen dirección a Bardia.

Por dos veces en el curso de lamañana, von Ravenstein había intentadosin fortuna —y, al parecer, sinnecesidad— atacar a la 7.a divisiónhindú (y también al Puesto de Mando dela 4.a división hindú), que se hallabanatrincherados detrás del campo de minasde Sidi Ornar; no pensaba, pues, obtenermejores resultados de una tentativa deruptura del frente. Envió, no obstante, a

Page 469: Rommel   desmond young

un oficial al mando de una columna decamiones pesados —confiando que, alcircular de noche, el enemigo losconfundiera con tanques— con la misiónde buscar un paso entre Sollum yCapuzzo. Von Ravenstein seguía tras lacolumna y al otro día, o sea, el 26 denoviembre, penetraba en Bardia. Allíencontró a Rommel, que dormía dentrode su coche de mando. «Mi general —ledijo von Ravenstein—, me siento muysatisfecho al poderle anunciar que acabode llegar con toda mi división». Rommelestalló en imprecaciones: «Pero ¿cómo,usted aquí? ¿Qué hace en este lugar? ¿Esque no le ordené a usted que atacara

Page 470: Rommel   desmond young

Halfaya, rumbo a Egipto?». VonRavenstein le mostró entonces la copiadel mensaje radiofónico comunicándolela contraorden sobre el proyectadoataque. Rommel tuvo un nuevo estallidode irritación: «¡No puede ser, debe detratarse de una falsificación; esacontraorden será cosa de los ingleses,que habrán descubierto nuestro códigosecreto!».

Pero se equivocaba. El mensaje, enrealidad, procedía del teniente coronelWestphal, más tarde teniente general yjefe de Estado Mayor con el mariscalvon Rundstedt, pero que entonces erasolamente un G.I. de operaciones[8],

Page 471: Rommel   desmond young

situado a retaguardia y al servicio delEstado Mayor alemán en lasproximidades de Tobruk. Por las manosde Westphal habían pasado todos losinformes de los reconocimientos aéreosy al estudiarlos pudo darse cuenta deque el proyecto de Rommel resultabaimpracticable, por lo cual se apresuró,bajo su responsabilidad personal, a darla contraorden. Rommel era hombre desuficiente amplitud de miras paraalegrarse más tarde de aquella decisión,que tanto le irritó en un primer momento,y felicitar personalmente a Westphal:«Tenía usted razón —le dijo— y leestoy muy agradecido por lo que hizo».

Page 472: Rommel   desmond young

También von Ravenstein se alegrómucho de lo acaecido.

Durante todo este tiempo, la 90.a

división ligera, que peleaba con lastropas neozelandesas en Sidi Rezegh,pedía socorro desesperadamente. En lanoche del 26 al 27 de noviembre, losingleses ocuparon Sidi Rezegh y la tardesiguiente la 70.a división se apoderabade El Duda, haciendo que por vezprimera el VIII ejército y la guarniciónde Tobruk pudieran darse la mano. (Elgeneral Godwin-Austen hizo instalar elCuartel General del 13.o Cuerpo enTobruk, desde donde, al parecer, envióun mensaje concebido en estos términos:

Page 473: Rommel   desmond young

«¡Tobruk y yo nos hemos quitado unpeso de encima!»). El 27 de noviembre,gracias a un mensaje por radio alemánque sus servicios interceptaron, elgeneral Ritchie, que había sustituido enel mando al general Cunningham, pudoenterarse de que las dos divisiones depanzers se apresuraban a retirarse a susposiciones.

Así acabó la excursión de losalemanes hacia el este. No nos causó, afin de cuenta, demasiados perjuicios,fuera de la alarma y el desánimo quesembró en nuestras líneas deretaguardia. (Se ha llegado a decir quemuchos conductores de camiones no

Page 474: Rommel   desmond young

quitaron el pie del acelerador hasta quellegaron a El Cairo, la cosa pareceexagerada, pero sí es verdad quemuchos marcharon corriendo hastaMarsa Matruk). Rommel no logró supropósito de recobrar la iniciativa delas operaciones, y como sea que habíaperdido en su intento muchos tanques,especialmente por obra de la artilleríade la 4.a división hindú, en Sidi Omar,resultó que al final de su acción seencontró en peores condiciones que aliniciarla. El general Auchinleck hubo deadmitir, no obstante, que el repentinoataque de Rommel «fue para nosotros unrudo golpe». Si el intento de Rommel

Page 475: Rommel   desmond young

hubiera sido coronado por el éxito, nocabe duda de que los historiadoreshubiesen hablado del mismo como deuna obra maestra del arte militar…

Lo mismo para los alemanes quepara nosotros, algunos de los episodiosde la mencionada tentativa de rupturaresultan hoy, convertidos en recuerdos,mucho más divertidos de lo que enrealidad fueron. El 24 de noviembre alatardecer, Rommel atravesaba lasalambradas de la frontera en compañíade Bayerlein y del general Cruwell, jefedel Afrika Korps. Rommel pilotaba su«Mamut», un automóvil blindado inglésque había capturado en una batalla

Page 476: Rommel   desmond young

anterior y al cual tenía gran apego. Eraya bien de noche cuando hicieronmarcha atrás, pero fueron incapaces deencontrar, por entre las alambradas, elpaso particular que debía permitirlesesquivar el cinturón de minas queprotegía las citadas alambradas. (Yomismo recuerdo haber vivido unaaventura semejante, cuando intenté envano hallar aquel paso y tras dormirapaciblemente toda la noche en miautomóvil, pude descubrir, al amanecer,que las ruedas de mi vehículo habíanestado pisando toda la noche… ¡eltemible campo de minas!). Rommel ysus acompañantes se durmieron también

Page 477: Rommel   desmond young

por fin —aunque tal vez menostranquilamente que yo— en medio de lastropas hindúes; con las primeras lucesdel día lograron esquivarlas sin serdescubiertos.

La tarde anterior Rommel habíavisitado un hospital de sangre, queestaba abarrotado de heridos alemanes eingleses. Cuando iba paseándose porentre las camas, se dio cuenta de que enrealidad el hospital estaba en manos delos ingleses y totalmente rodeado detropas británicas. Resultó que el oficialinglés que lo dirigía había confundido aRommel con un general polaco. Pero losheridos alemanes, al reconocerle,

Page 478: Rommel   desmond young

lanzaron gritos de sorpresa, procurandoincorporarse en sus lechos. Viendoaquello, Rommel murmuró: «¡Me pareceque lo mejor será marcharse en seguidade aquí!». Y saltando ágilmente dentrode su «Mamut», hizo a todos un gransaludo de despedida y salió pitando.

Me contó también el general vonRavenstein que en otra ocasión Rommelse empeñó en que él capturase a ungrupo inglés del que creía formabanparte el general Cunningham y loshombres de su Estado Mayor. VonRavenstein me lo explicó así:

En verdad, yo no tenía tiempo decapturar prisioneros. Cuando avanzaba

Page 479: Rommel   desmond young

penetrando entre las unidadesbritánicas y los hombres de éstas,viendo que los tanques se les echabanencima, me rodeaban para rendirse, yoles gritaba: «¡Váyanse, no me interesanustedes!». En verdad, ¿qué hubierapodido hacer yo con todos aquellosprisioneros? Y un día Rommel se unió amí en el avance. Con ayuda de nuestrosprismáticos, pudimos distinguir en loalto de una especie de loma pequeña,situada al este de las alambradas ungrupo de oficiales de Estado Mayor,inclinados sobre sus mapas de campaña.«¡Es el general Cunningham! —exclamóRommel—. ¡Vaya usted en seguida acapturarle!». Y como yo me entretuvierareuniendo un par de tanques para laacción, me gritó, impaciente: «¡No sepreocupe, iré yo mismo!». De pie, en su

Page 480: Rommel   desmond young

coche, con las gafas de sol levantadashasta la frente, agitando la mano ygritando, comenzó a avanzar con sólodos coches sin blindaje y una veintenade motocicletas que levantaban a supaso una gran nube de polvo. Sinembargo, el general Cunningham(suponiendo que fuera él) los vio venir ycomo, al parecer, ni él ni suscompañeros estaban armados nidisponían de ninguna protección,saltaron a sus vehículos y echaron acorrer…

(No he logrado precisar lo quesucedió con el «grupo de combate» de la21.a división de panzers encargado delataque a Maddalena. El generalNeumann-Silkow [de sangre escocesa

Page 481: Rommel   desmond young

por parte de madre], que mandabaentonces dicha unidad, caería muerto encombate diez días después, y nadie hastael presente parece estar bien informadode lo ocurrido. Si ese grupo hubieralogrado llevar a feliz término su misión,hubiera encontrado a la gente delCuartel General del VIII ejército en unestado de gran postración y abatimiento,organizando febrilmente una defensa decircunstancias, con tanques tripuladospor equipos heteróclitos y con muyescasas municiones. Lo cierto es que eneste aspecto no pudo realizarse uno delos elementos esenciales del plan deRommel).

Page 482: Rommel   desmond young

La batalla entablada en torno a SidiRezegh comenzó de nuevo. ¿Pero estaríaa punto la 1.a brigada de la 1.a divisiónsudafricana en el momento oportunopara reforzar a los neozelandeses? Setrataba de una división novata en laguerra del desierto. Su 5.a brigada habíasido duramente castigada y casitotalmente destruida una semana antes,víctima de un ataque alemán bienconcebido y brillantemente ejecutado. Elmayor general “Dan” Pienaar, unhabilidoso veterano de la otra guerra,mostraba una muy comprensiblereticencia a moverse por el país,temiendo ser cercado y capturado por

Page 483: Rommel   desmond young

los tanques enemigos. Su avance era,pues, lento, lleno de vacilaciones.Cuando aparecieron la 15.a y la 21.a

divisiones de panzers, tras haberluchado en su viaje de retorno contrauna fuerza concentrada de tanques, quepertenecía a nuestra 7.a divisiónblindada, el general Freyberg no pudoya aguantar más. Las tropasneozelandesas fueron retiradas de SidiRezegh.

El 1 de diciembre, Tobruk quedabaaislado de nuevo. Sin embargo, losgenerales Ritchie y Auchinleck —éste sehabía unido al primero en Maddalena—adivinaron que Rommel acababa de

Page 484: Rommel   desmond young

lanzar su última flecha y decidieron nodarle ya ni un instante de tregua. Enrealidad Rommel hizo aún un par detentativas más. Con el fin de tomarcontacto con sus guarnicionesfronterizas, envío al este dos grandescolumnas blindadas: una de ellas, a lolargo de la carretera costera; la otra,bordeando el Trigh Capuzzo. Las dosfueron derrotadas; la primera de ellas,por la 5.a brigada neozelandesa; la otra,por la 5.a brigada hindú. Al díasiguiente, 4 de diciembre, por lamañana, Rommel desencadenaba unduro ataque contra el saliente de Tobruk,apoyado por cañones de 88 milímetros,

Page 485: Rommel   desmond young

preparados para disparar a quemarropa,y que estuvo a punto de ser coronadopor el éxito. Hubiera sido suficiente queinsistiera en su ataque otro día más y suvictoria hubiera sido total y absoluta, yaque en la primera jornada sus fuerzaslograron penetrar profundamente ennuestras posiciones. Pero aquella mismanoche, al enterarse Rommel de que elVIII ejército se disponía de nuevo aatacar, comenzó a romper el contactocon sus adversarios.

Su repliegue no se transformó enderrota en ningún momento. Con elapoyo de una acción defensivabrillantemente conducida por los

Page 486: Rommel   desmond young

italianos en El Gubi, fue más bien unaretirada progresiva y sin cesar decombatir contra el enemigo. Protegidospor un telón de cañones antitanques, losblindados alemanes, acertadamentedirigidos, no dejaron en ningún momentoque les atacáramos de costado ni quepudiéramos asestar un golpe decisivo asu fuerza principal. Y cada vez que seles presentaba la ocasión, castigaban lasfuerzas que llevaban detrás. Recuerdoperfectamente un gris atardecer dediciembre —era el día 15— en que meencontraba junto a los camiones de la 5.a

brigada hindú, no lejos de Alam Haza;allí recibí el último mensaje del

Page 487: Rommel   desmond young

comando de los «Buffs», cuyo batallónhabía sido desbordado por los tanquesalemanes. Rommel, no obstante, ibasiendo desalojado de todas lasposiciones en las que procurabaincrustarse. Sumergido por el oleaje denuestros tanques, escaseando también élde carburante (gracias, principalmente, aque nuestro 4.o regimiento blindadosudafricano había destruido susprincipales parques deaprovisionamiento de El Gubi), Rommelcasi no podía hacer otra cosa que lanzaruna serie de acciones destinadas aretardar el desenlace de la lucha. El 11de enero conseguía refugiarse en una

Page 488: Rommel   desmond young

inmensa posición, con muy buenasdefensas, alrededor de Agheila, desdedonde se extendía a lo largo de 90kilómetros de acantilados, mientras quesu flanco sur buscaba apoyo en la vastaextensión de arenas movedizas delllamado «Mar de arena de Libia». Eraimposible que el VIII ejército pudieraarrancarlos de allí.

El teniente coronel Carver, denuestra 7.a división blindada, ha escrito:

Los que seguían el combate de lejos ycon ansiedad no estaban en condicionesde comprender los cambios que sesucedían ni de estimar justamente lasoportunidades de éxito. Sólo era posible

Page 489: Rommel   desmond young

ver cómo las esperanzas sobrenadabanpara hundirse otra vez bajo el agua yemerger nuevamente, y así una y otravez; y cuando nuestro triunfo y elhundimiento de Rommel fueron ya cosahecha, resultaba poco menos queimposible apreciar en su justo valor ladeterminación leonina y la tesoneríaperseverante que nos habían hecho faltapara ganar la batalla. Los que tomaronparte en el asunto directamenteguardaban del mismo un mal sabor deboca; los servidores de los tanquesmaldecían a quienes les habían enviadoa la pelea con un armamento inferior aldel enemigo en número y calidad y enunos ingenios que sufrían constantesaverías. Poseyendo muy escasoscañones antitanques, las tropas deinfantería pedían a los tanques que las

Page 490: Rommel   desmond young

protegieran contra los blindadosenemigos, y luego se llenaban deamargura al ver que nuestros tanquesquedaban encallados. Los jefes de estosúltimos, que iban constantemente de unlugar a otro para proteger a lainfantería de la amenaza de los tanquesenemigos —que no siempre se hacíanvisibles— criticaban a la infantería,acusándola de fatigar de aquel modo alos tanques propios y a sus equipos pordesconocer completamente las reglas deuso de esta arma, tan decisiva a menudoen el arte de la guerra en el desierto.

Quisiera añadir a estas palabras unapequeña nota. Aunque se trate de algoque el general Auchinleck mencionaclaramente en su informe, el que no ha

Page 491: Rommel   desmond young

combatido en el desierto difícilmentepuede comprender hasta qué punto ladiferencia entre un éxito parcial y unavictoria total dependía de la parte mássencilla de nuestro equipo. La mássencilla, y la más mala. Habría quepedirle cuentas a quien envió a nuestrossoldados al desierto provistos debidones de cuatro galones de capacidad.Según el propio general Auchinleck, elempleo de este «recipiente no lobastante resistente y mal diseñado»causaba la pérdida de un 30 por cientode la gasolina transportada desde labase al consumidor. Como sea que losconvoyes encargados de ese transporte

Page 492: Rommel   desmond young

conducían de una sola vez alrededor de180.000 galones por día, el total de laspérdidas en carburante era casiincalculable. Más difícil aún resultacalcular las consecuencias directas deese fallo: el número de tanquesdestruidos y de hombres muertos ohechos prisioneros a causa de la falta decarburante en momentos cruciales, y elde barcos y marinos sepultados en elmar durante las operaciones detransporte, más numerosas cuanto másineficaz era el aprovisionamiento.

Peor todavía: el empleo de aquel«bidón de cuatro galones» no sólorepresentaba la utilización «del menos

Page 493: Rommel   desmond young

económico de los medios de transporte»(como el propio general Auchinleck hizoobservar con amargura), sino queestimulaba, además, el más extravagantede los derroches. Porque una veztrasladado el carburante alcorrespondiente depósito ¿qué se podíahacer con un bidón que perdía líquido?«Echar esta porquería por la borda»: talera la respuesta del soldado británico,imprevisor por costumbre, y eso era loque en realidad hacía con los bidones. Ysin embargo, cuando de regreso a laIndia, a comienzos de 1942, pasé por ElCairo, aún pude ver una fábrica quecontinuaba produciendo aquellos

Page 494: Rommel   desmond young

desgraciados bidones. Lo cual parecíaconfirmar el rumor que circulaba de queun alto funcionario del Ministerio deAbastecimiento había encargado diezmillones de aquel mismo tipo e insistíaen que fueran servidos en el plazo másbreve posible. En cambio, un ingenieronorteamericano muy competente, con elque discutí de este asunto en NuevaDelhi, me contó haber visto en un tallerferroviario de Gwalior algunas matricesya a punto para la fabricación en seriedel admirable «Jerrycan» alemán, con elque se equipaba en el desierto todoaquel que podía echarle mano encima.Cuando le pregunté en qué eran

Page 495: Rommel   desmond young

empleadas aquellas matrices deGwalior, me contestó que eran utilizadaspara fabricar ¡estufas de acero para losprisioneros de guerra italianos! Poraquella misma época, «la progresión denuestros blindados, retrasada primeropor las líneas de retaguardia enemigas,había quedado finalmente frenada porfalta de gasolina…». ¿Y cómo no pensaren los millones y millones de galones decarburante que se habían «bebido» lasarenas del desierto?

Y sin embargo, con el peso de esoshandicaps; con una superioridad tan sólonumérica en tanques mal armados, malblindados, de difícil manejo; con un

Page 496: Rommel   desmond young

sistema muy inferior al enemigo en loconcerniente a la reparación de losingenios de combate; obligados, además,por la falta de suficientes cañonesantitanques, a utilizar los 25-pounderspara tener a raya a los panzers; con unadivisión no entrenada para la guerra enel desierto; con una fuerza totalescasamente superior a la del enemigo,el VIII ejército había derrotado aRommel y lo había echado fuera deCirenaica. Si hubiera podido disponerde un centenar de tanques «Sherman», elVIII ejército hubiera destruidocompletamente las fuerzas de Rommel yla guerra de África del Norte hubiera

Page 497: Rommel   desmond young

acabado. Los supervivientes de estoscombates no están autorizados a llevarun «8» sobre su «Estrella de África».Por una oscura razón, definida por lasautoridades responsables de este génerode cosas, quedó establecido que el VIIIejército había entrado en acciónsolamente el 23 de octubre de 1942 enla batalla de El Alamein. Losmencionados supervivientes pueden, sinembargo, sentirse orgullosos de habercombatido en las filas de ese ejércitodurante algunos de sus días másgloriosos.

Page 498: Rommel   desmond young

7

A LAS PUERTAS DEALEJANDRÍA

La cualidad más extraordinaria deRommel era indudablemente sucapacidad de reacción. Apenas

Page 499: Rommel   desmond young

derribado estaba ya levantándose con lamisma rapidez con que se levanta esejuego infantil llamado culbuto. El 11 deenero de 1941 estaba vendando susheridas detrás de El Agheila. A más de500 kilómetros al este, los sudafricanosse apoderaron aquel mismo día deSollum. Bardia había caído a principiosdel mismo mes. El 17 de enero, laguarnición de Halfaya se rendía, por fin,al serle cortado su abastecimiento deagua y hallarse ya agotada por elhambre. Los puntos de apoyo de lafrontera iban siendo ocupados uno trasotro, sin demasiado trabajo. Su suertehabía quedado decidida en el mismo

Page 500: Rommel   desmond young

momento en que Rommel habíacomenzado su retirada.

Las dos terceras partes de lasfuerzas del Eje estaban destruidas.Apenas la mitad de los efectivos delAfrika Korps había escapado a lamuerte, al cautiverio, a ladesmembración. Difícilmente podía serbuena la moral de los supervivientes.Durante la larga retirada de Tobruk, elespíritu combativo de las tropasitalianas de infantería había quedadoreducido prácticamente a cero (lasdivisiones italianas se quejaban de quelos alemanes acaparasen todos losmedios de transporte). Las dos

Page 501: Rommel   desmond young

divisiones alemanas de panzers —o,mejor dicho, lo que de ellas quedaba—habían sido retiradas del combate a finde reequiparlas. De los 412 tanques deRommel, 382 yacían incendiados,transformados en chatarra ennegrecida,sobre los campos de batalla. De los1.000 aviones que tenía, 800 habían sidoderribados o destruidos en el suelo. Nopodía esperar ningún nuevo refuerzoalemán hasta que pasara algún tiempo.Como máximo, Rommel sólo podíaaspirar a mantenerse en El Agheila hastael momento en que el VIII ejército lodesalojara de allí, y eso si lasdificultades de abastecimiento no le

Page 502: Rommel   desmond young

obligaban a retirarse antes por propiadecisión. Claro está que, por su parte, elgeneral Auchinleck estimaba que hastamediados de febrero no habría logradosuperar sus propias dificultadesadministrativas y concentrar las tropasque necesitaba para reemprender laofensiva.

No obstante, Rommel atacaba ya apartir del 21 de enero. «Se producía loimprobable; sin ninguna previaadvertencia, las fuerzas del Ejecomenzaron a avanzar».

Como sucedió el 31 de marzo de1941, quizá también en esta ocasión elpropósito de Rommel fuera, en

Page 503: Rommel   desmond young

principio, realizar una operación dereconocimiento de gran envergadura, ynada más. Únicamente un hombre de latenacidad moral y física que lecaracterizaba a él, podía pensar en unaoperación por aquella época, ya queRommel, al igual que nuestros propiosjefes, acababa de vivir dos meses deincesantes combates, durmiendohabitualmente en su automóvil o muycerca de él, sin conocer jamás más deuna o dos horas de tranquilidadseguidas, comiendo lo que podía ycuando podía, afrontando el frío, lalluvia y las cegadoras tempestades dearena. Más aún que nuestros propios

Page 504: Rommel   desmond young

jefes, Rommel había pasado sus días ysus noches corriendo a toda velocidadde un lugar a otro del campo de batalla.Durante su larga retirada, no pudodisfrutar —como nuestros jefes— de laexcitación de la persecución ni de laperspectiva de la victoria comoantídotos para hacerle olvidar la fatiga.De hecho, se hallaba al límite de susfuerzas cuando alcanzó El Agheila.

Sin embargo, no por eso asignóningún objetivo limitado a sus hombresdel Afrika Korps, sino que les ordenóabastecerse de víveres para tres días yseguirle a él tan lejos y tan rápidamentecomo pudieran. Reforzado, pero sin

Page 505: Rommel   desmond young

disponer más que de un centenar escasode tanques, privado virtualmente defuerzas de cobertura, se lanzó haciaadelante con tres columnas. Nuestrasfuerzas de cobertura, que también erandébiles y estaban muy dispersas, fueronbarridas rápidamente. «Como decostumbre —dijo el general Auchinleck—, Rommel debió la mayor parte de suséxitos iniciales a la velocidad y a lamaña». La operación de reconocimientoo exploración se transformóinmediatamente en ofensiva. Nuestra 1.a

división blindada, novata en el desiertoy que acababa de reemplazar a losveteranos «Ratas del desierto» de la 7.a

Page 506: Rommel   desmond young

división, perdió 100 de sus 150 tanquesy gran número de los cañones de quedisponía. El 7 de febrero, acusando lapérdida de sólo treinta tanques propios,Rommel había hecho retroceder a dichadivisión hasta la línea Gazala-BirHakeim. Era, de todos modos, un triunfomilitar audaz y brillante.

No sólo en Cirenaica descendía elbarómetro de la guerra para los ingleses.También en Extremo Oriente comenzabaa soplar un viento gélido; se respirabaen el aire el temor de una inminentecatástrofe. Los japoneses se extendían atoda marcha por las «impenetrablesjunglas» de Malaya. La «fortaleza

Page 507: Rommel   desmond young

inexpugnable» de Singapur no tardaríaen ser atacada precisamente por el ladode donde ningún ataque se esperaba. EnBurma, las dos débiles divisiones queteníamos no podían ver más perspectivaque la de retirarse a través de la selva,si es que podían conseguirlo. El AltoMando del Eje se había dado finalmentecuenta de la importancia estratégica, tancerca de sus propios territorios, de laisla de Malta y del Mediterráneo, ylanzó una serie de incesantes ataquesaéreos contra la isla. El resultadoinmediato y significativo fue queRommel no perdió en todo el mes deenero ni una sola tonelada de

Page 508: Rommel   desmond young

suministros. Los aviones y submarinosdel enemigo cerraron el Mediterráneocentral a los convoyes aliados. Nuestrasfuerzas navales sufrieron duraspérdidas, y muy pronto se encontró elalmirante Cunningham con que no lequedaban más que tres cruceros y unoscuantos torpederos; su propio buque-insignia yacía hundido en lasprofundidades del puerto de Alejandría.

Todos estos acontecimientosdeterminaron una serie de reacciones encadena. El general Wavell había tenidoque desguarnecerse hasta límites deverdadera debilidad, para ayudar a lasfuerzas comprometidas en la campaña

Page 509: Rommel   desmond young

de Grecia; y de igual manera, lasincesantes peticiones de refuerzos condestino a Extremo Oriente habíanimpedido que el general Auchinleckpudiera reconstruir sus propias fuerzas.Ya en el mes de diciembre, incluso antesde que Rommel hubiera sido desalojadode sus posiciones de Gazala, la 18.a

división había sido retirada del OrienteMedio para ser enviada a Malaya.(Desembarcó en Singapur poco antes dela capitulación y dos de sus brigadasfueron internadas en los camposjaponeses de prisioneros tras oponer alenemigo una lucha tan terca comodesesperada y sin perspectivas de

Page 510: Rommel   desmond young

éxito). Al mismo tiempo, se puso unfreno al envío de la 17.a división hindúa África del Norte. Y fueronsacrificados igualmente los tanques, losaviones de caza, los cañones…

Era evidente que Malta caería enpoder del Eje si no conseguíamoshacernos con algunos campos deaviación en la Cirenaica occidental,gracias a los cuales pudiéramos protegerpor aire la isla y los convoyes desocorro que se enviaban a ella. De ahíque el Gabinete inglés insistierapidiendo que se pusiera en marcha unaofensiva en el más breve plazo detiempo posible. ¿Qué había que entender

Page 511: Rommel   desmond young

por aquel «más breve plazo»? ¡Enseguida, ni un momento más tarde deahora! Tal era el punto de vista delPrimer Ministro británico. A lo querespondía el general Auchinleck: «Encuanto veamos una posibilidad deéxito». En efecto, una ofensivaprecipitada y prematura podía provocarla destrucción de las nuevas unidadesblindadas que con tanto afán procurabaAuchinleck crear. Intentando salvarMalta podía muy bien perderse Egipto ytodo el Oriente Medio. Así se habíacerrado el círculo vicioso: cada día quepasaba sin que pudiéramos evitar queRommel recibiera nuevos refuerzos,

Page 512: Rommel   desmond young

reducía un poco más nuestrasposibilidades de atacarle con un mínimode posibilidades de éxito. En febrero,uno de los convoyes de tanques habíalogrado ya alcanzar Trípoli.

Los argumentos esgrimidos a largadistancia, como las llamadas telefónicasdesde la India lejana, dejan a loscorresponsales exasperados bajo laimpresión de que al otro lado del hiloestá un ser que no goza del pleno uso desus facultades mentales. Esto esparticularmente exacto cuando todos ycada uno tienen razón, desde susrespectivos puntos de vista.Afortunadamente, en vista de que nadie

Page 513: Rommel   desmond young

lograba convencer al general Auchinleckde que abandonara el Oriente Mediopara desplazarse a Londres, sir StaffordCripps y el general Nye, jefe adjunto delEstado Mayor imperial, se dejaronpersuadir y fueron ellos los queacudieron a El Cairo. Allí elcomandante en jefe les convenció de quelas fuerzas de que disponía en tanques yen aviación eran demasiado débiles parapensar razonablemente en una ofensivainmediata con alguna posibilidad deéxito.

De común acuerdo, acordaronentonces fijar la ofensiva para mediadosde mayo. Mientras ocurría todo esto,

Page 514: Rommel   desmond young

Rommel recibía la cantidad de tanquesque hacía muy dudoso el quepudiéramos conseguir aún durantemucho tiempo nuestra superioridadnumérica. Sin embargo, el Gabinete deguerra estaba dispuesto a correr elriesgo de perder Egipto con tal de salvarMalta. Consiguientemente, se le dioorden al general Auchinleck de quelanzara su ofensiva a mediados de junio,lo más tarde. Llegado el momento, fueRommel el primero en atacar, el día 27de mayo, utilizando un número detanques muy parecido al nuestro, pero desuperior calidad, mejores, incluso, quelos nuevos tanques norteamericanos

Page 515: Rommel   desmond young

«General Grant». Por nuestra parte, nollegamos a apoderarnos de los camposde aviación de Cirenaica, comodeseábamos, pero pese a ello y gracias ala locura cometida por Hitler al aplazarel asalto de la isla por sus fuerzasaerotransportadas, no perdimos Malta.Pero eso no impidió que estuviéramosmuy a punto de perder Egipto.

Los desastres de junio de 1942representaron un golpe brutal para laopinión pública inglesa. Nada laimpresionó tanto como la caída deTobruk, cuando en verdad jamáshabíamos tenido la intención deaferramos al dominio de esta ciudad si

Page 516: Rommel   desmond young

las cosas tomaban mal cariz. (El temor ala opinión pública inglesa hizo que elmando cambiara de decisión en la horaundécima. Pero cuando eso ocurrióhabían sido ya limpiados de susmortíferos ingenios muchos campos deminas, y Tobruk se parecía más a uncampo de paso para tropas en retiradaque a una fortaleza bien definida). Lomismo en África del Sur (a causa de larendición de sus compatriotas) que enAustralia (a causa de viejasasociaciones de ideas), la gente quedócon el corazón oprimido. El propio VIIIejército, que había aspirado el aroma dela victoria en los primeros días de la

Page 517: Rommel   desmond young

lucha, no conseguía explicarse por quéaquella victoria se le escapaba de lasmanos. A causa de todo ello, nollegamos jamás a pensar en lo cerca queestuvo Rommel, no ya sólo de laderrota, sino incluso de la capitulación.

«Todo se decidió en torno al puntode apoyo de la 150.a brigada en Got deUaleb», ha narrado el general Bayerlein,que añade: «Ni siquiera sabíamos queestuviese instalado allí. Nuestrosprimeros ataques contra ese puntofracasaron. Si no hubiésemos logradoapoderarnos de él el 1 de junio, hubierapodido usted capturar a todo el AfrikaKorps en peso. Al anochecer del tercer

Page 518: Rommel   desmond young

día nos hallábamos cercados y casiprivados de gasolina. Fue un milagroque nuestros aprovisionamientospudieran llegarnos a través de loscampos de minas».

La posición de Gazala consistíaesencialmente en unos campos de minasque se extendían desde la costa a BirHakeim, situado a cuarenta millas más alsur, en pleno desierto. Por sí solos, loscampos de minas no bastan para frenar alos tanques, ya que es posible trazarrápidamente para éstos algunospasadizos entre las minas. Hacía faltaque tras los campos hubiera alguna otracosa. En tal sentido, resultaba imposible

Page 519: Rommel   desmond young

a todas luces excavar y mantener en usoun sistema continuo de trincheras, comoen la guerra del 1914-18. Por lo demás,un sistema así hubiera sido inútil: porlejos que se le hubiera extendido, suflanco izquierdo hubiese quedadosiempre al descubierto. Los generalesAuchinleck y Ritchie dividieron, pues,el frente en una serie de puntos deapoyo, el primero de los cuales estabaen Gazala y el último en Bir Hakeim.Rodeados de alambradas y de minas,preparados para sostener una luchadefensiva circular, estos puntos deapoyo eran de hecho una especie decastillos. Debidamente abastecida con

Page 520: Rommel   desmond young

vista a un posible asedio, cada una delas guarniciones de esos puestosfortificados poseían en su recintointerior su propia artillería decomplemento.

Estos puntos de apoyo tenían unadoble función. En primer lugar, debíanvigilar los campos de minas paraimpedir que el enemigo pudiera abrircaminos fáciles a través de ellos. Ensegundo lugar, y un poco como loscastillos de la Edad Media, constituíancentros de resistencia que cualquierenemigo prudente procuraría reducir encuanto pudiera; ya que de no lograrlo, lodefensores, con sus salidas al exterior,

Page 521: Rommel   desmond young

podrían cogerlo en falso y cortarle suscomunicaciones con la retaguardia. Unavez estuviese el enemigo absorbido porel combate, nuestros tanques,cuidadosamente mantenidos en reserva,caerían de pronto sobre él. Y alconseguir así plantear la lucha en elterreno que más nos convenía,podríamos ser nosotros los quetomáramos la ofensiva en el momentopropicio. De ese modo, la posición deGazala sería para el VIII ejército unaespecie de Scapa Flow, un sólidobastión defensivo, punto de partida paraun ataque pero al mismo tiempo,también, lugar de retirada si el caso lo

Page 522: Rommel   desmond young

exigía.Como muy bien lo había adivinado

el general Auchinleck, el primerobjetivo de Rommel iba a sernuevamente Tobruk. Jamás se atreveríaa penetrar en Egipto sin haber ocupadoantes dicha ciudad, y para atacar Tobrukse le ofrecían dos posibilidadesdistintas: o bien abrirse camino a travésde los campos de minas y de los puntosde apoyo para lanzarse en seguida sobreTobruk, o bien rodear toda la posiciónde Gazala y dar la vuelta hacia BirHakeim, para avanzar en este caso haciael norte. Rommel escogió la segundasolución. La división italiana Ariete se

Page 523: Rommel   desmond young

apoderaría de Bir Hakeim, a ser posibleen la primera noche de lucha. En todocaso, el Afrika Korps se dirigía en línearecta hacia el mar. ¡Con ello seríaposible tomar Tobruk al tercer día decombates tras derrotar a los blindadosingleses! Las divisiones italianasdeberían mantenerse firmes y aguantar lalínea del frente, e impedirnos todointento de ruptura en el oeste endirección a Gazala. Una de dichasdivisiones, la Trieste, tenía quearreglárselas para hacer una abertura através del campo de minas, en el lugarpreciso en que éste era cortado por lapista de Trig el Abd. Se trataba de una

Page 524: Rommel   desmond young

medida de precaución que acortaría laruta alemana de aprovisionamiento en elcaso de que Bir Hakeim no cayese enseguida. El punto de apoyo de nuestra150.a brigada se encontrabaprecisamente detrás del mencionadocampo de minas.

El general Bayerlein continuódiciéndome:

Nunca llegó a gustarme aquel plan, y así selo dije una y otra vez a Rommel, en micondición de jefe de Estado Mayor delAfrika Korps. En cualquier caso, me parecíacorrer un riesgo excesivo el continuarnuestro camino sin haber ocupado antes BirHakeim. Seis semanas antes, Rommel mehabía preguntado: «Si fuera usted el

Page 525: Rommel   desmond young

general Ritchie, ¿qué haría con susblindados?». «Me mantendría muyapartado, hacia el este —le dije—, encualquier lugar de los alrededores de ElAdem, rechazaría en primer lugar elcombate y luego me lanzaría sobre el flancodel enemigo en cuanto éste se hallara enGazala». «¡Está usted loco —me respondióRommel—, no harán eso nunca!». ¡Y esoaunque él mismo hiciera algo parecido! Yocreo que las disposiciones del generalRitchie eran excelentes. Los tanquesnorteamericanos «General Grant», con sucañón de 75 milímetros, fueron paranosotros una gran y desagradablesorpresa, y la 15.a división de panzersperdió sólo el primer día 100 tanques.

El general Cruwell, jefe del AfrikaKorps, fue derribado durante un vuelo ytuvo que hacer un aterrizaje forzoso en el

Page 526: Rommel   desmond young

punto de apoyo de la 150.a brigada, dondefue hecho prisionero. El general Gausi, jefedel Estado Mayor de Rommel, cayó herido.El general Nehring tomó el mando delAfrika Korps y yo sustituí a Gausi. Despuésde nuestro fracaso ante Bir Hakeim, que nologramos ocupar, luego de nuestro otrofracaso frente al campo de minas que nohabíamos logrado atravesar, Nehring y yosuplicamos a Rommel que detuviera elcombate; pero no quiso saber nada sobre elparticular. Si mal no recuerdo, esto fue el31 de mayo, por la tarde. Nos hallábamosen una situación francamente desesperada,de espaldas al campo de minas, sin víveres,sin agua, sin gasolina, con muy escasasmuniciones, sin disponer de un pasadizo através de las minas para nuestros convoyesy con Bir Hakeim, que seguía resistiendo,impidiendo que pudieran llegarnos por el

Page 527: Rommel   desmond young

sur los aprovisionamientos que tantonecesitábamos. Para colmo de males, laaviación enemiga nos atacaba sin cesar.¡Otras veinticuatro horas en aquellascondiciones y nos veríamos obligados arendirnos!

De ese modo halla exactaconfirmación una historia que oí porprimera vez en el campo de prisionerosde Barce, tan sólo unos días después deestos acontecimientos. Durante lasprimeras horas del ataque, nuestra 3.a

brigada motorizada hindú se vioatropellada y puesta en desorden. Pocodespués, un viejo amigo mío, oficial del10.o de húsares, tuvo que ver cómo su

Page 528: Rommel   desmond young

tanque se incendiaba, y no tardó enhallarse entre los prisioneros hindúes,cerca del Cuartel General de Rommel,al este de los campos de minas.Rodeado de cañones de 88 milímetrospara mantener a raya a nuestrosblindados, Rommel hacía esfuerzosdesesperados para apoderarse del puntode apoyo de la 150.a brigada, con locual hubiera logrado asegurar suabastecimiento. Los prisioneros hindúesmorían de sed y se peleaban por lasescasas gotas de agua que se servía a losheridos. El mayor Archer Shee, oficialde gran prestancia, solicitó ver aRommel y con gran sorpresa suya fue

Page 529: Rommel   desmond young

conducido en seguida a su presencia.Archer Shee hablaba el alemán lonecesario para hacer comprender suprotesta: si los prisioneros no recibíanni alimento, ni agua, los alemanes notenían derecho a mantenerlos con ellos,debían devolverlos a las líneas inglesas.Rommel le escuchó y luego se mostrórazonable y hasta simpático:

Reciben ustedes la misma ración deagua que el Afrika Korps y que yomismo: media taza por día. Pero detodos modos estoy de acuerdo con usted,las cosas no pueden continuar así. Siesta noche no recibimos un convoy, meveré obligado a pedir al general Ritchielas condiciones de mi rendición. Usted

Page 530: Rommel   desmond young

mismo podrá llevarle una carta de miparte…

A este extremo habían llegado lascosas, al parecer, aunque a uno le cuestemucho trabajo imaginar a Rommelrindiéndose voluntariamente. Pero ya elgeneral Auchinleck, a su regreso de ElCairo, se había dado cuenta, antes que elgeneral Ritchie, de que la caída enmanos del enemigo del punto de apoyode la 150.a brigada modificabacompletamente la faz de las cosas. El 3de junio escribía:

Estoy muy contento de verle convencidode que la situación sigue siéndonos

Page 531: Rommel   desmond young

favorable y que incluso va cada vezmejor para nosotros. No obstante, yo nodejo de mirar con desconfianza ladestrucción de la 150.a brigada y laconsolidación por parte del enemigo deuna amplia y profunda cuña que penetraen nuestra posición. Si se le deja eltiempo suficiente para consolidarse enesa cuña, me parece que… nuestraposición de Gazala, incluyendo BirHakeim, se hará muy prontoinsostenible, aun en el caso de que elenemigo no renueve su ofensiva… En lasituación en que se hallará, podrárápidamente recobrar la iniciativa quetan bien ha sabido usted arrebatarledurante la última semana de combates.

¿Dónde estuvo el error? Mostrarse

Page 532: Rommel   desmond young

bien orientado cuando losacontecimientos son ya pasado, no esmuy difícil. Pero en el caso quecomentamos, puedo declarar que vi lascosas con exactitud inmediatamente. EnA Year of Battle, Alan Moorehead evocalo que le había dicho yo los días 2 y 3de junio: que habíamos perdido el trenal no lanzarnos al ataque con la 5.a

división hindú, a las órdenes del generalBriggs, en los momentos en que Rommelse encontraba clavado en el campo deminas. Verdad es que la eventualidad deese ataque había sido ya discutida. El 2de junio ya había podido ver en variasocasiones al general Briggs, oficial

Page 533: Rommel   desmond young

condecorado con la D. S. O. con dosbarras, hombre que siendo realmente un«duro» daba la impresión de que era un«blando». Juntos deploramos los dosnuestra indecisión: llegado un ciertomomento, debíamos atacar, einmediatamente después, toda ladivisión al completo debía maniobrarhacia el sur en torno a Bir Hakeim yrodar sin cesar hasta llegar a Derna. Yen definitiva, nos hallábamos pasando elrato sin hacer nada. Cuando el ataquefue lanzado, por fin, el 5 de junio,llegaba con tres días de retraso. El puntode apoyo de la 150.a brigada habíacaído ya en poder del adversario, que

Page 534: Rommel   desmond young

había logrado abrirse un camino a travésdel campo de minas. El Afrika Korps,recobrándose, volvía a sentirse seguro:de nuevo disponía de agua, de gasolina,de víveres, de municiones, junto con unabuena cantidad de tanques, en elsaliente, tras un telón de cañonestambién en gran número.

Durante este tardío ataque, la 10.a

brigada de la 5.a división consiguió alprincipio algunos éxitos, pero nuestrostanques no sacaron de ellos todo elbeneficio que cabía esperar. Cuando sehizo de noche, tanques alemanes yfuerzas de infantería transportadas encamiones se deslizaron alrededor de la

Page 535: Rommel   desmond young

brigada. Antes de que tuviéramos tiempode reconocerlos, algunos alemanes,montados en vehículos ingleses,aplastaron al único batallón que protegíanuestro flanco.

A esto siguió la presencia de lostanques y la infantería transportada. ElCuartel General de la brigada y elCuartel General táctico de la división sedesvanecieron ante el humo de loscamiones y las tiendas de campañaincendiados. El general Briggs y elgeneral Messervy, de la 7.a divisiónblindada, que volvían de unreconocimiento, se las arreglaron comomejor pudieron para desaparecer; pero

Page 536: Rommel   desmond young

el brigadier Bauche, el comandante jefede la brigada, que regresaba a su CuartelGeneral, y yo, que allí le esperaba,fuimos menos afortunados.

Aquella noche, metido entre lostanques alemanes, en campo raso,costaba poco ver que Rommel se habíapuesto nuevamente en movimiento. Enverdad, había recobrado la iniciativaque le arrebatara el general Ritchie, y notenía intenciones de perderla otra vez.Fue el 5 de junio cuando se trocaron lospapeles en la batalla, aunque laoportunidad de haberla ganado estuvo ennuestras manos tres días antes de esafecha.

Page 537: Rommel   desmond young

Rommel hizo entonces lo que desdeel principio debía haber hecho. Envió algeneral Bayerlein a liquidar BirHakeim. Esto le exigió toda una semanade incesantes bombardeos artilleroscombinado con ataques de los Stukas.Aún sometidos a esas condiciones, lasvalerosas tropas de la Francia libre semantenían firmes, pero finalmente nopudieron resistir por mucho tiempo y asífue como el general Ritchie le dijo algeneral Koenig que abandonara BirHakeim la noche del 10 de junio,procurando abrirse paso a toda costa. Lologró, saliendo con buena parte de susfuerzas, en un automóvil que manejaba

Page 538: Rommel   desmond young

una muchacha inglesa como chófer.Ya libre de la preocupación de Bir

Hakeim, Rommel volvió inmediatamentea su plan original de capturar Tobruk. Amedianoche del 11 de junio, la 90.a

división ligera estaba a escasas millasal sur de El Adem. A su izquierdaestaban escalonadas las divisionesblindadas. Siguieron dos días degrandes y decisivas batallas de tanques.Rommel lanzó al combate todo sumaterial blindado. Pero lo hizoponiéndolo tras una cortina de cañonesantitanques, que ahora sacaba en mayornúmero de los que creíamos tenía. Lasbrigadas blindadas inglesas, debilitadas

Page 539: Rommel   desmond young

ya por la pérdida de casi todos losGrant, tuvieron que tratar de abrirsepaso entre aquella cortina hasta llegar alos tanques alemanes, sufriendo grannúmero de bajas a causa de los disparosde los cañones. Y los tanques deRommel cayeron sobre los restos delblindaje inglés, que estaba casidestruido cuando caía la noche del 13.Más aún: el enemigo se había adueñadoprácticamente del campo de batalla ypodía recuperar sus tanques averiados;los nuestros, en cambio, estabanperdidos.

Después de todo esto, se hizoevidente que la posición de Gazala

Page 540: Rommel   desmond young

tendría que ser abandonada. Pero lomismo el general Auchinleck que elgeneral Ritchie se resistían a admitir laderrota del VIII ejército. Pensaban quesi bien había perdido su blindaje,mantenía intacta su infantería. Habíasido traída de Siria la divisiónneozelandesa y una nueva divisiónblindada venía de camino para el frente.Por otra parte, alrededor de 150 tanquesestaban siendo reparados en los talleres.Pronto contaría con más tanques queRommel, y aún seguíamos siendo, comodurante toda la batalla, superiores en elaire. Se dio orden de abandonar Gazala,pero manteniendo en pie una línea, a

Page 541: Rommel   desmond young

partir del perímetro oeste de Tobruk,hasta El Adem y Belhamed.

Al mismo tiempo, se conservaría endirección este una fuerza móvil y seorganizaba una nueva fuerza de choquecerca de la frontera. Esto significabaque Tobruk, o por lo menos parte de él,sería arriesgado nuevamente, lo cual eracontrario a los planes trazados, ya que laMarina había comunicado que ya nopodía abastecer a la ciudad. De todosmodos, una invasión temporal y parcialera algo muy diferente de un sitioconstante.

En opinión del general Bayerlein,esta decisión fue fatal para nosotros. «A

Page 542: Rommel   desmond young

mi modo de ver —dijo—, el generalRitchie debería haberse idodirectamente a la frontera tras laocupación de Bir Hakeim, cuando noshallábamos a caballo sobre la posiciónde Gazala. En todo caso, nunca debió dehaberse empeñado en mantener Tobruk,considerando el estado deficiente de susdefensas y la improvisada guarnicióncon que contaba. Si estaba decidido aconservarla, como supusimos que iba ahacer, debió haberse preparado desde elprincipio sembrando nuevos campos deminas, poniendo sus cañones enposición, etc. Y sobre todo, hubieradebido poner al frente de la posición a

Page 543: Rommel   desmond young

un general experimentado y ducho.Porque creo que si alguien como elgeneral Moorehead, el general Gott o elgeneral Freyberg hubiera estado allí, lascosas se hubieran desarrollado de modomuy diferente. Verdad es que algunasunidades pelearon bien. Recuerdo queun batallón escocés (el CameronHighlanders) siguió combatiendo aúndespués de que el general Klopper serindiera. Pero no es menos cierto que noparecía existir ningún plan de defensapropiamente dicho».

Realmente, la decisión resultó fatal.Luego de ocupar Sidi Rezegh el 17 dejunio y derrotar de modo aplastante a

Page 544: Rommel   desmond young

nuestras fuerzas blindadas ese mismodía, Rommel lanzó su ataque contraTobruk el 20 de junio, exactamentecomo se había propuesto hacer el 23 denoviembre del año anterior. Empleandosus Stukas para bombardeo en picado delos campos de minas y abrirse así uncorredor, se abrió paso rápidamentehasta interior de la fortaleza por elsudeste, en la cual no tardó enproducirse la mayor confusión. Elgeneral Klopper, arrojado a bombazosde su Cuartel General, con suselementos de señalización ycomunicación destruidos, perdió porcompleto contacto y el control de sus

Page 545: Rommel   desmond young

fuerzas. Mientras sucedía esto, lostanques alemanes se abrían en abanicoal salir del corredor practicado enperímetro. Algunas tropas seguíancombatiendo. Otras se abrieron pasohacia el este, en particular un batallónde las Guardias de Coldstream, que lohizo, naturalmente, con todo orden. Lossudafricanos que defendían el ladooccidental y sudoccidental delperímetro, apenas se dieron cuenta de loque estaba sucediendo hasta que la 90.a

división ligera no los atacó por suretaguardia. Obedecieron de muy malagana, al otro día, la orden del generalKlopper de que se rindieran. Meses más

Page 546: Rommel   desmond young

tarde, cuando estaban en un campo deprisioneros, seguía aún asombrados delo ocurrido y llenos de amargo rencor.¡No podían comprender que la mismafortaleza que en 1941 había resistidodurante nueve meses, cayera luego en unsolo día de asedio! E inevitablemente,culpaban de todo al general Klopper.

Durante las últimas horas, y tambiénmucho tiempo después, Tobruk estuvocubierto con un manto fúnebre de humonegro, procedente de los depósitosincendiados poco antes de lacapitulación. Millones de litros degasolina y algunos almacenes fueronpresa del fuego. Pero, a pesar de todo,

Page 547: Rommel   desmond young

aún le quedaba a Rommel gasolinasuficiente para proseguir su incursiónhacia Egipto.

Ahora era ya demasiado tarde paramantenerse en la frontera. El generalRitchie pidió autorización para retirarsehasta Marsa Matruk. Aunque convacilaciones y de mala gana, se laconcedió el general Auchinleck. Privadade defensas blindadas, Marsa Matruk noresultaba más apta para resistir que lafrontera. Al atardecer del 23 de junio,Rommel alcanzaba de nuevo lasalambradas de la frontera.

¿Proseguiría su avance? El generalvon Thoma asegura que Rommel

Page 548: Rommel   desmond young

desobedeció una orden expresa deMussolini, recibida vía Badoglio, paraque se detuviera en la frontera tras lacaída de Tobruk. Pero el generalBayerlein niega el hecho. Según él, el 22de junio tuvo lugar una conferencia aloeste de Bardia. El propio Bayerleindice que llegó a la misma, cuandollegaba a su fin, pero que Rommel ledijo luego que, según el general Bastico,su inmediato superior, no debíaintentarse un avance sobre Egipto. Nohabía, sin embargo, ninguna orden sobreel particular, ni de parte del Alto Mandoalemán ni de la de los italianos. De ahíque el general Bastico cediera cuando

Page 549: Rommel   desmond young

Rommel le aseguró que el mariscalKesselring le había prometido queobtendría todos los abastecimientos quedeseaba le fueran enviados. Este puntoqueda aclarado, si así puede decirse,con dos extractos del Diario de Ciano.El 22 de junio Ciano escribe:

Un telegrama restrictivo ha sido yaenviado desde Roma, aconsejando algeneral Rommel que no debeaventurarse más allá de la línea FuerteCapuzzo-Sollum.

Al día siguiente, escribe:

Por algunos telegramas interceptados yenviados por un observador

Page 550: Rommel   desmond young

norteamericano en El Cairo, sabemosque los ingleses han sido derrotados yque si Rommel prosigue su acción, tienemuchas posibilidades de alcanzar lazona del Canal. Naturalmente, Mussolinipresiona para que la ofensiva continúe.

La decisión fue, pues, de Rommel; laindecisión, no. Para un hombre de sutemperamento, no podía ser de otromodo. Tenía en fuga al VIII ejército. ¿Seiba a detener, dejando que sereorganizara ese enemigo, para tener quevolver a comenzar el asunto desde lalínea donde se había detenido hacía 14meses? Con el brillante premio deEgipto y el canal de Suez casi al alcance

Page 551: Rommel   desmond young

de la mano, lo mismo el Alto Mandoalemán que el italiano tenían que darsecuenta de todo lo que estaba en juego,dándole el apoyo adicional y losaprovisionamientos que necesitaba.«Nadie se hubiera podido imaginarentonces —dice el general Bayerlein—que los ingleses volverían tanrápidamente a hacerse con el control delMediterráneo y a lograr frenar anuestros barcos». Aún menos podíanadie imaginarse que Hitler, con susfamosas intuiciones, y Keitel, Jodl yHalder con sus expertas mentes deEstado Mayor, no llegarían a darsecuenta de la oportunidad que se les

Page 552: Rommel   desmond young

presentaba. Naturalmente, Rommelpensaba que debía continuar su avance.Verdad era que el Afrika Korps seencontraba en las últimas; pero paraRommel un soldado jamás estabaagotado cuando se trataba de disputar elúltimo asalto de una batalla victoriosa…o, si preciso era, de una batalla perdida.

Sus tropas siguieron, pues, adelante,y a gran velocidad. Al atardecer del 24de junio, es decir, cuatro días despuésde la caída de Tobruk, Rommel llegó aSidi-Barrani. Veinticuatro horas mástarde sus columnas estaban ya a cuarentamillas de Marsa Matruk. Aquella tarde,el general Auchinleck tomó el mando

Page 553: Rommel   desmond young

directo del VIII ejército. Inmediatamentedecidió que ninguna fracción del mismohabría de quedar encerrada en lasdefensas de la mencionada posición. Nodebía repetirse el error de Tobruk.Había que detener a Rommel, de serposible en la zona comprendida entreMatruk y El Alamein. Pero, comomedida de precaución, el 30.o cuerpo deejército debía ocupar El Alamein. El 26de junio por la tarde, los tanquesalemanes se abrieron paso a través delcampo de minas de Charing Cross,sector sur. Al día siguiente chocaroncontra la división neozelandesa, frescay, como siempre, con elevado espíritu

Page 554: Rommel   desmond young

combativo. Los alemanes sufrieronduras pérdidas, pero continuaronadelante a lo largo de la costa, lograndocortar el camino a veinte millas al estede Matruk. La 50.a división y la reciénincorporada división hindú tuvieron quepelear mucho para abrirse paso, dejandoabandonada gran parte de susmuniciones y equipos. Ya no se podíahacer otra cosa que retirarse a lasposiciones que el general Auchinlecktenía preparadas desde hacía ya muchotiempo. El 30 de junio, Rommel llegabaa la línea de El Alamein, a 125kilómetros de Alejandría. Si hemos dedar crédito al general Bayerlein, que lo

Page 555: Rommel   desmond young

afirma formalmente, ¡a Rommel sólo lequedaban en aquel momento docetanques!

Page 556: Rommel   desmond young

8

RETORNO DELENEMIGO

Digno del desierto

En la mañana del 21 de junio, Rommel

Page 557: Rommel   desmond young

pudo anunciar a sus jefes que Tobrukhabía caído en sus manos. Al otro día, elCuartel General de Hitler le comunicabapor radio que acababa de ser nombradomariscal, el más joven de todo elEjército alemán, con sus cincuenta años.Aquella noche celebró su ascenso conuna lata de piña y un vasito de whisky,de una botella que sus ayudantes sehabían procurado entre los stockscapturados en Tobruk. Después de lacena, escribió a su mujer:

Hitler me ha nombrado mariscal;hubiera preferido que me hubiese dadouna división más.

Page 558: Rommel   desmond young

Estaba, no obstante, de muy buenhumor, sobre todo cuando, mirandohacia atrás, podía comparar sus catorceaños de capitán con su carrera en losúltimos diez años.

Pisaba la cumbre de su carreraprofesional y de sus éxitos en África delNorte. La había alcanzado a losdieciséis meses de su desembarco enTrípoli, cuando llegó con la humildemisión de evitar que los inglesesconquistaran Tripolitania. Había tenidoque adaptarse, no sólo a un nuevo tipode guerra, sino también a la extraña yexigente vida del desierto. No seríaexacto afirmar que se halló en ella como

Page 559: Rommel   desmond young

pez en el agua, pero sí es cierto que seconvirtió muy pronto en tan «digno deldesierto» como pudiera serlo unbeduino[9]. «Tal vez Rommel no fuera ungran estratega —ha dicho el generalBayerlein—, pero es indiscutible queera el mejor hombre de todo el Ejércitoalemán para encargarse de la guerra enel desierto».

Era una guerra para hombresjóvenes, y sin embargo, Rommel ya nolo era. Pero, gracias a los años que pasóesquiando y escalando montañas, sehallaba en magníficas condicionesfísicas. «Tenía la fortaleza de un caballo—ha dicho un joven oficial paracaidista

Page 560: Rommel   desmond young

alemán, campeón de esquí en aquellaépoca—. Nunca había visto otro hombrecomo él. No necesitaba comer, ni beber,ni dormir. Podía agotar a hombres veintey treinta años más jóvenes que él. Eraduro para consigo mismo y para con losdemás».

Había indudablemente en lanaturaleza de Rommel un aspectoespartano, que le hacía sentirseorgulloso de ser tan duro y resistente alas fatigas y molestias. No le afectaba elcalor, ni el frío, ni el tener que dormiren el suelo. Ni siquiera considerabaexagerada molestia la del ghibli, comolos alemanes llamaban el hamseen, la

Page 561: Rommel   desmond young

cegadora tempestad de arena que abatetodo lo que encuentra en el desierto,incluidos los árabes y los camellos.Según Rommel, se exageraba un pococon aquello del ghibli. Y pilotando supropio avión, un Storch, insistió hastaconseguir despegar durante una deaquellas tempestades, durante suprimera batalla en el desierto. Despuésde estar a punto de matarse al aterrizarcon visibilidad cero, admitió que «lehabía sido imposible ver qué seproponían los ingleses». Éstos estaríanseguramente hundidos hasta las cejas enla arena.

Como Napoleón, Rommel podía

Page 562: Rommel   desmond young

dormir unos minutos sentado en sucamión y con la cabeza apoyada en unamesa, para despertar completamentedescansado. Pregunté a Gunther, suordenanza, ahora pastelero en Garmisch,si no le disgustaba a Rommel que lemolestaran cuando se había hecho laidea de dormir toda una noche. «Deninguna manera —me contestó Gunther,que estuvo con él cuatro años—,siempre parecía de buen humor, y alminuto de llamarle estaba yacompletamente despierto y espabilado.Cuando se presentaba un mensajero,solía estar ya levantado antes de que yotuviera tiempo de llamarle». Gunther

Page 563: Rommel   desmond young

añadió que Rommel era hombre muyregular en su genio, jamás incordiaba asu asistente y costaba poco tenerlecontento. (¡Sus generales no eran de esaopinión!).

Rommel no se preocupó nuncademasiado por la alimentación. Sesentía satisfecho pudiendo salir paratodo un día al desierto con únicamenteun pequeño paquete de bocadillos o unalata de sardinas y un pedazo de pan. Encierta ocasión invitó a comer con él a ungeneral italiano, en campo abierto. «Fueun tanto penoso», confesaría algo mástarde, «porque no disponía más que detres rebanadas de pan, y duras para

Page 564: Rommel   desmond young

colmo de males. Pero no hay que darleimportancia, los italianos comendemasiado». Sabiendo de sobra que enel desierto, cuanto más se bebe más sedle entra a uno, Rommel sólo se llevabaconsigo una petaca de té frío con limón,y muchas veces la traía intacta de vuelta.

Por la noche, cenaba siempre enmedio de su caravana, con su viejoamigo Aldinger. Insistía en que se lesirviera la misma comida que a la tropa.No eran alimentos demasiadotentadores. «Una de las razones de queatrapáramos tantas enfermedades, yparticularmente la ictericia —ha dichovon Esebeck, corresponsal de guerra y

Page 565: Rommel   desmond young

primo del general del mismo apellido—,era que nuestras raciones alimenticiasresultaban demasiado pesadas para eldesierto. Nuestro pan negro era muymanejable, dentro de sus envases, pero¡qué largo se nos hizo el tiempo hastaque lográbamos capturar alguna de laspanaderías de campaña de ustedes ycomer pan blanco y tierno! ¡Y quéconfitura tan buena la de ustedes!Nosotros no tuvimos. Durante los cuatroprimeros meses no recibimos fruta nilegumbres frescas. Vivíamos todo eltiempo a base de carne italiana enconserva. Venía en unas latas quellevaban impresas a gran tamaño dos

Page 566: Rommel   desmond young

letras: “A. M.”, y nuestros soldados notardaron en llamarlas asinus Mussolini(burro Mussolini).»

A un oficial del Afrika Korps queosó decir que, aun sin tener quejaalguna, sí que la comida le parecía pocoapetecible, Rommel le contestó:«¿Acaso se imagina usted que a mí mesabe mejor?». La verdad es que Rommelno reparó jamás en su sabor. Su únicarepulsión confesada la mostraba frenteal té o café hecho con agua salitrosa.Después de la cena, que duraba apenasveinte minutos y en la que bebía suúnico vaso de vino diario, Rommelponía la radio; escuchaba solamente los

Page 567: Rommel   desmond young

boletines de noticias. Luego escribía sucarta cotidiana a su esposa; era algo queno fallaba. Cuando estaba de pleno enoperaciones y no tenía tiempo paraescribir, encargaba de hacerlo aGunther. Sostenía igualmentecorrespondencia personal con lossupervivientes de su batallón de laPrimera Guerra Mundial. No dejó sincontestación ni una sola de las cartasque de ellos recibía. Los documentosoficiales le ocupaban el resto de lavelada, hasta la hora de acostarse. Sileía algo aparte, se trataba de periódicoso de algún libro sobre temas militares.Mostraba en todo momento gran interés

Page 568: Rommel   desmond young

por la historia de África del Norte ysentía cierta curiosidad por las ruinas deCirene; pero la versión de que Rommelhabía continuado estudiando los clásicosen el desierto y de que era unconsumado arqueólogo que dedicaba suspocos ratos de ocio a escarbar en buscade ruinas romanas, fue un simpleproducto de los servicios depropaganda. El responsable de ello fuevon Esebeck, quien me dijo: «Algunosde nosotros habíamos estado escarbandopor allí, y desenterramos algunospedazos de cerámica romana. Losestábamos mirando cuando se presentóRommel. Se los enseñamos y la verdad

Page 569: Rommel   desmond young

es que dijo: “¿Para qué demoniosquieren ustedes estas antiguallas?”.Desde luego, no fue esa la impresiónque la gente sacó de aquella fotografía,que mostraba a Rommel mirando lacerámica».

Por la mañana, Rommel estaba yalevantado a las seis. Aunque siempre semostró exigente en lo concerniente a larevista de la tropa, aquí en el desiertodejaba que los hombres del AfrikaKorps se vistieran como mejor lespareciera; generalmente seguían la modaaustraliana y usaban zapatos, pantalonescortos y gorros puntiagudos. Él, por suparte, iba siempre de uniforme y bien

Page 570: Rommel   desmond young

afeitado. Llevaba también algunas vecescalzón corto, pero más frecuentementepantalón de montar y botas. Usabainvariablemente guerrera. El cascocolonial lo tiró muy pronto, comohicimos todos. Jamás se puso un cascode acero. Su única excentricidad,copiada probablemente de los ingleses,era una bufanda a cuadros que se poníaal cuello en invierno. Debajo de ella,según la costumbre alemana, llevabapuesta su Cruz de Hierro. Iba, pues,siempre mejor vestido que nuestrospropios jefes, los cuales, con suspantalones cortos, sus abrigos de piel decamello con cierre de cremallera, no se

Page 571: Rommel   desmond young

distinguían de la tropa más que por susgorras rojas y sus insignias degraduación, cuando las llevaban. (Elgeneral Messervy, capturadoprovisionalmente cuando estaba al frentede la 7.a división, logró hacerse pasarpor un soldado. «¿No le parece que esusted ya un poco viejo para estostrotes?», le preguntó un oficial alemán.«Sí, demasiado viejo —contestó elgeneral—. Soy reservista, no teníanderecho a llamarme otra vez a filas»).

A las seis y media de la mañana yaestaba Rommel haciendo la visita de susposiciones. Algunas veces lo hacíaviajando por el aire, pilotando él mismo

Page 572: Rommel   desmond young

su avión. Aunque no tenía título, era unpiloto experto y un excelente navegador.En combate usaba generalmente el«Mamut» que le servía de cocheblindado de mando, de procedenciainglesa. En ocasiones se adentraba,conduciendo personalmente suVolkswagen, por el desierto, que habíaaprendido a conocer bien, sin perdersejamás. Y ningún puesto estabademasiado lejos para que Rommeldesistiera de visitarlo. Cuando decidíadejarse caer por las líneas deretaguardia, no era raro quesorprendiese en la cama a algún oficialsuperior pasadas las siete de la mañana.

Page 573: Rommel   desmond young

«¡Condenado zorro holgazán! —dijo encierta ocasión a un infortunado coronelque se acercaba a recibirle todavía enpijama—. ¿Estaba usted tal vezesperando que viniera yo a servirle eldesayuno en la cama?». Tiempo despuésconfesó al capitán Aldinger: «¡Esmagnífico ser mariscal de campo y nohaber olvidado cómo habla un sargentoprimero!».

Sus visitas a las primeras líneas noeran meras inspecciones de rutina. Consu mirada siempre atenta a lascaracterísticas del terreno y su granmaestría y dominio de las tácticas deinfantería, no dejaba que le pasara por

Page 574: Rommel   desmond young

alto ni un detalle. Una ametralladora malcolocada, un deficiente camuflado de lostransportes, unas minas puestasdemasiado a la vista, un puesto deobservación mal disimulado, llamabanen seguida su atención. Si unadeterminada posición no acababa deconvencerle, no vacilaba en adentrarsesolo cosa de una milla en territorioenemigo, con objeto de observarla talcomo éste podía verla. Más de una vezatrajo así sobre él el fuego enemigo. Ental caso regresaba flanqueando laposición para no descubrirla.Deslizándose cierto día de ese modohacia el fuerte de Acroma, tiraron sobre

Page 575: Rommel   desmond young

él cuando iba apenas por la mitad delcampo minado. «Eso es lo que gana unopor venir demasiado aprisa; debímoverme más lentamente». Todoaquello, la atención que prestaba a lospequeños detalles, su fecundidad enideas tácticas, su arte del movimiento através del desierto, impresionaba a lossoldados y a los oficiales jóvenes.Veían en él a uno de los suyos, a un«tipo de primera línea».

Sabía, además, hablarles como aellos les gustaba, porque tenía granafecto a los jóvenes. «Cuando hablaba ala gente joven, se mostraba siempre debuen humor. Rommel tenía siempre una

Page 576: Rommel   desmond young

sonrisa y una broma a punto para todoaquel que a sus ojos cumpliera con sudeber. No había cosa que le gustaratanto como hablar en dialecto suabo conalgún soldado de su propia región deorigen». Me dijo von Esebeck, queañadió: «Tenía un gran corazón y unatractivo personal mayor que el demuchos hombres conocidos míos». Estaúltima reflexión no deja de sersorprendente en boca de un hombrecultivado e inteligente, de mucha mayorexperiencia mundana que Rommel.

Rommel destacaba sobremanera enel combate propiamente dicho. Era pornaturaleza un jefe, un conductor de

Page 577: Rommel   desmond young

hombres, y por instinto, a la vez quedeliberadamente, confiaba en aquel donnatural. Como en su tiempo se comentó,él fue el primero en hacer la analogía dela guerra en el desierto y del combatenaval, el primero en comprender «queningún almirante ha ganado nunca unabatalla naval desde una base terrestre».Su mente era extraordinariamente ágil yposeía un golpe de vistaexcepcionalmente rápido para captar larealidad de cualquier situación militar.Pero la razón de que cogiera al vuelotantas y tantas oportunidades fugaces yel secreto de sus primeros éxitosconsistían en que jamás se limitó a

Page 578: Rommel   desmond young

esperar que las informaciones llegaran aél a través de los conductos ordinariosdel mando. Él estaba siempre en todaspartes, para cerciorarse por sí mismo delas cosas, empleando su avión, sutanque, su coche blindado, suVolkswagen o sus propios pies, cuandoera necesario.

Por eso pudo transformar susoperaciones de reconocimiento de abrilde 1941 y enero de 1942 en ofensivasvictoriosas, sin necesidad de perder untiempo considerable en proyectarlas. Yasí fue también cómo en mayo de 1942pudo emerger de la derrota y de undesastre que parecía inevitable,

Page 579: Rommel   desmond young

asegurándose el éxito de la batalla tanpronto pudo disponer de losaprovisionamientos que necesitaba. Entodo lo que lo permite la guerramoderna, Rommel fue un hombre que«se lanzaba en el huracán y dirigía latempestad».

El capitán Liddell Hart, entre otrosmuchos comentaristas, ha criticado aRommel por «andar de un lado para otroen el campo de batalla», y descuidandomuchas veces el contacto con su CuartelGeneral. En parte, es verdad. Sinembargo, el propio capitán Liddell Hartadmite que Rommel poseía un donmaravilloso para aparecer cada vez en

Page 580: Rommel   desmond young

los puntos vitales de la lucha y dar elímpetu decisivo a la acción en losmomentos cruciales. Menos dudas aúntiene en este sentido el general Fullercuando escribe:

Por la rapidez de sus decisiones y de susmovimientos los alemanes superaroncompletamente a sus enemigos,principalmente a causa de Rommel: enlugar de delegar la responsabilidad delmando a sus subordinados, éste tomabapersonalmente el mando de sus carrosblindados… No es que los generalesingleses fueran menos capaces que losalemanes, sino que arrastraban unaformación militar caduca, anticuada,que se fundaba en la guerra detrincheras de 1914-18, y no en la guerra

Page 581: Rommel   desmond young

de tropas blindadas que ahora debíandirigir. Cuando el general Auchinlecktomó personalmente el mando enprimera línea y dio directamente susórdenes, Rommel fue derrotado por dosveces, y si logró evitar la derrota enjunio de 1942, fue porque nuestrasdecisiones y nuestras comunicacionesfueron demasiado lentas.

Nadie tenía la menor duda de que enel desierto el mando personal erarentable. Pero sería también un errorimaginarnos a Rommel como unmoderno Príncipe Ruperto, agitando sincesar su sombrero y conduciendo sustanques en interminables operaciones decarga contra el enemigo. Rommel era,

Page 582: Rommel   desmond young

por el contrario, un astuto combatienteque, con más frecuencia incluso quenuestros propios jefes, no vacilaba enrehusar el combate cuando éste norespondía a sus planes. Su contribuciónpersonal a la táctica de tanques fue, contodo, su idea de utilizar una cortina decañones antitanques autotransportada.Detrás de esa cortina, avanzaban susblindados; cubriéndose tras ella, sereplegaban o repostaban de carburante;atravesándola, se lanzaban al ataquecuando sus cañones habían yamachacado nuestros blindados. Enrepetidas ocasiones, teniendoconcentrados sus tanques, capturó

Page 583: Rommel   desmond young

muchos de los nuestros, que estabandispersos. Echaba mano de muchas otrasmañas y astucias. En cuanto puso pie enTrípoli ordenó construir algunos falsostanques. Utilizaba constantemente suscolumnas militares para levantar nubesde polvo que dieran a suponer lapresencia de divisiones blindadas.Comenzó por poner lonas en la partetrasera de sus camiones, pero prontocambió de idea, haciendo que fueraninstaladas hélices. Las ráfagas decohetes de colores que por la nocheiluminaban el desierto, estabandestinadas a nosotros, con el fin deengañarnos. Los camiones que nos

Page 584: Rommel   desmond young

capturaban eran abundamentementeutilizados luego, no sólo porque losalemanes escaseaban los medios detransporte, sino también para crearconfusión durante el avance.

Tampoco fue su sistema de mandotan incoherente y cuidado como se haquerido imaginar. Jamás se lanzabaRommel precipitadamente al campo debatalla, para dar órdenes improvisadas aindividuos aislados o pequeñasunidades. Si hubiera actuado de esamanera, jamás hubiera llegado adominar y controlar una fuerza de cienmil hombres con el éxito de todosconocido. Sus órdenes eran a menudo

Page 585: Rommel   desmond young

verbales. En el ardor de las batallas,cuando suponía que el enemigo notendría posibilidad de sacarles fruto auncuando las capturara, daba a vecesórdenes por radio y sin clave alguna.Pero Aldinger me ha asegurado quesiempre se tomaba nota taquigráfica delas mismas, para luego confirmarlasRommel por escrito en cuanto el tiempose lo permitiera. De todos modos, eransiempre órdenes breves y claras.Rommel nunca tenía dudas acerca de loque quería, ni dejaba que surgieran en lamente de sus subordinados.

Corría, desde luego, grandesriesgos. Estaba siempre rozando la

Page 586: Rommel   desmond young

muerte o la cautividad. Un día, vio morira su lado a su chófer y al ayudante deéste, y tuvo que tomar el volante en susmanos para escapar apuradamente.Rommel era un hombre en extremovaliente y absolutamente imperturbablecuando se hallaba bajo el fuegoenemigo, pero lo mismo hubieran hechonuestros altos jefes si ésa hubiese sidola costumbre entre ellos. No creo quenadie pueda ganar en bravura a losgenerales Freyberg, “Jock” Campbell o“Stafer” Gott. Como Napoleón oWellington, Rommel asumía riesgosgraves, pero ¿acaso podía hacer otracosa, dado que quería dirigir el combate

Page 587: Rommel   desmond young

personalmente? Eran los riesgos deloficio. Y él los aceptaba serenamente.Tanto más cuanto que tenía laconvicción inquebrantable de que nuncalo matarían peleando.

Esa misma convicción la compartíansus subordinados. Pero ellos atribuíanesa inmunidad de Rommel a sufingerspitzengefuhl, a la especie desentido innato que le permitía adivinarpor anticipado lo que el enemigo iba ahacer. «El 25 de noviembre, a mediodía—me dijo el general Bayerlein— mehallaba con Rommel en el CuartelGeneral del Afrika Korps, en Gasr-el-Abid. Rommel se volvió de pronto hacia

Page 588: Rommel   desmond young

mí y me dijo: “Bayerlein, le aconsejoque cambie su residencia, ¡no me gustaeste lugar!”. Una hora más tarde, elCuartel General fue inesperadamentebombardeado y puesto en desorden. Yaquella misma tarde, hallándonos juntos,me dijo también: “Vamos,desplacémonos de cien a doscientosmetros lejos de aquí; porque creo que sinos quedamos, vamos a recibir muchasbombas”. Pensé que desde ese punto devista, ningún rincón del desierto podíaofrecer garantías. Pero el hecho es queapenas transcurridos cinco minutos trashabernos desplazado de lugar,comenzaron a caer los obuses enemigos

Page 589: Rommel   desmond young

sobre el que antes ocupábamos». YBayerlein añadió: «Cualquiera de losque pelearon a las órdenes de Rommelen la primera o en la segunda guerra, lecontará a usted otras anécdotasparecidas». Y es cierto. Todos mecontaron alguna.

Si nos limitamos a considerar elmétodo de mando de Rommel desde unpunto de vista académico, corremos elriesgo de olvidar cuál era el objetivoprincipal y el principal efecto que en elmismo buscaba: estimular en sus tropasla voluntad de victoria. Y en últimotérmino, el desenlace de todas lasbatallas depende de esa voluntad de

Page 590: Rommel   desmond young

victoria. Es verdad que una batallapuede perderse por culpa de un malgeneral o del mal trabajo llevado a cabopor un equipo de Estado Mayor. Pero noes menos cierto que ningún general, porcapacitado que sea, ni mucho menos losesfuerzos de un Estado Mayor, puedenpaliar los funestos efectos de unastropas carentes de moral. «En la guerra—decía Napoleón— las tres cuartaspartes de lo que sucede son asuntos demoral». Otros otorgan a la moral delucha aún mayor importancia. Es posibleque el continuo merodeo de Rommel porlas posiciones de avanzada dieramotivos justificados a la irritación que

Page 591: Rommel   desmond young

experimentaban sus subordinados. Puedeque hubiera empleado mejor su tiempoen algunas ocasiones estudiando mapasy mensajes en su Cuartel General, enlugar de andarse metiendo entre lapolvareda y la confusión de una «peleade perros» en el desierto. Pero laverdad es que el Afrika Korps llegó aser lo que fue gracias en gran parte a lainspiración personal de Rommel y a lapresencia directa de su recia figura enlos lugares de combate.

En aquel entonces creíamos que elAfrika Korps era un cuerpo selecto,formado de voluntarios especialmenteendurecidos y preparados para la guerra

Page 592: Rommel   desmond young

en el desierto. Pero nos equivocábamos.Sus hombres no eran voluntarios. «Dehaber sido así, todo el ejército alemánen masa hubiera querido pelear bajo lasórdenes de Rommel», me dijo el generalRavenstein. Tampoco se lesseleccionaba personalmente. Eranreclutados en los depósitos y en lasunidades de la manera habitual, y no esde suponer que los jefes alemanes semostraran más dispuestos que losnuestros a dejar que sus hombres fuerana luchar fuera de su regimiento. Nohabía entrenamiento especial, salvo quealgunos de los oficiales estabanagregados a los italianos para seguir un

Page 593: Rommel   desmond young

período de instrucción. Excluyendo estaexcepción, el Afrika Korps estabaformado por hombres del tipo común ycorriente de soldado alemán. El jovensoldado alemán era fuerte, teníavoluntad de victoria y se hallaba bienentrenado en el uso de sus armas. Eradisciplinado, patriota y valiente.Físicamente, no estaba demasiado bienadecuado a la guerra en el desierto. Losmás jóvenes y los más rubios nosoportaban el calor, como tampoco losoportaban los veteranos de la primeraguerra. En general, los alemanes seadaptaron a las condiciones del desiertomenos fácilmente que los australianos,

Page 594: Rommel   desmond young

los neozelandeses, los sudafricanos, loshindúes o los ingleses. Pocos de ellos,lo mismo soldados que oficiales, habíansalido antes de Europa. No comprendíanla realidad de África. Era difícil, porejemplo, hacerles entender que no todael agua que hallaban a su paso podía serbebida. «Como no disponíamos de unbuen sistema de purificación del agua,—ha dicho von Esebeck—, sufrimosmucho de disentería y de ictericia.Nuestros médicos eran menos expertosque los de ustedes en la tarea demantener a las tropas en buen estadobajo condiciones de clima tropical.Nuestros hospitales de sangre eran

Page 595: Rommel   desmond young

también inferiores a los de ustedes; alprincipio, no teníamos ni plasmasanguíneo para las transfusiones.¡Tardamos mucho tiempo en aprender amantenernos con buena salud!».

Por otra parte, el Afrika Korpsposeía armas mejores que las nuestras(aunque tuviera menos medios detransporte) y conocía mejor su empleo.Sus soldados podían soñar con másposibilidades de permisos. Estabanmejor servidos en cuanto a prensa,comenzando por su propio periódico, elOase. Formaban un cuerpo realmentehomogéneo, mientras que el VIII ejércitoera muy heterogéneo. Añadamos que la

Page 596: Rommel   desmond young

formación alemana había llegado aÁfrica con el corazón lleno deesperanzas. Admitido todo esto, cabedecir que fue Rommel quien, desde elprimer momento, con su influenciapersonal, su ejemplo, su entereza decarácter, asumiendo riesgos aúnmayores que los de sus tropas,transformó éstas en una fuerzacombatiente dura, incisiva, tenaz, quetodos nosotros vimos en acción.Rommel era el Afrika Korps, lo mismopara sus propios hombres que para susenemigos. Él daba a sus soldadosconfianza en sí mismos, espíritutemerario, arrogancia incluso en lo más

Page 597: Rommel   desmond young

duro del combate. Él fue quien lesenseñó a utilizar al máximo hasta lasúltimas energías que pudieran quedarlesy a no darse nunca por vencidos. Era elsentirse miembros del Afrika Korps loque hacía que aun capturadosprisioneros, marcharan por los muellesde Suez con la cabeza erguida silbando:«Hoy marchamos contra Inglaterra». EnAlemania de 1949 llevan su insigniaadornada con una palmera en suscarteras. Y si les pregunta uno siestuvieron en África del Norte,contestan con orgullo: «Sí, estuve enÁfrica del Norte, luché allí bajo lasórdenes de Rommel». No podemos

Page 598: Rommel   desmond young

menos de desearles buena suerte, porquese batieron bien y porque, como dicenlos mismos alemanes, después de unbuen amigo, lo mejor que hay es un buenenemigo. ¡Lástima que no se batieranpor una causa mejor!

Idolatrado por el Afrika Korps,Rommel no despertaba los mismossentimientos en sus generales. En todoslos relatos de éstos, aparece comohombre duro y de trato difícil. Cuandocombatía tenía sus antenas dirigidashacia el enemigo; se mostraba muchomás sensible a las intenciones de ésteque a los sentimientos de sus propiooficiales superiores. Rommel usaba con

Page 599: Rommel   desmond young

ellos una lengua acerada y en ocasionesse mostraba brutal. Carecía de pacienciay se negaba a ver lo que no quería ver.No admitía pregunta alguna acerca desus órdenes, y no soportaba que nadie ledijera que algo era imposible. Tenía lamala costumbre de saltarse el ordenjerárquico y dar él mismo las órdenesdirectas a los subordinados. Poseíaademás otra costumbre peor aún, la dellevarse consigo, a cualquier parte quefuera, a su jefe de Estado Mayor,dejando desamparado el CuartelGeneral, sin nadie con autoridadsuficiente para tomar una decisión sillegaba el caso. Cuando estaba de

Page 600: Rommel   desmond young

operaciones, tenía tendencia a ocuparsepor sí mismo de los menores detalles,como en el caso de la captura delgeneral Cunningham, que en sentidoestricto no era de la incumbencia de uncomandante en jefe como él. Aparte detodo esto, tampoco podía decirse quefuera muy sociable. «Evidentemente,Rommel no había conocido, al contrarioque la mayoría de los mariscalesalemanes, la vida mundana», me contóun día, con acento de menosprecio, unode sus generales, en torno al cual podíadescubrirse aún una especie de vagaaura de salas de Estado Mayor, depropiedades rurales, de uniforme de

Page 601: Rommel   desmond young

gala y de bailes y visitas a algunaspequeñas altezas.

Ésas eran las críticas, fundadas, quese hacían a la vez a Rommel y a sumétodo de mando. Era un hombreempeñado en desarrollar al máximo suspropósitos, y era, pues, inevitable, quetendiera corrientemente a pasar porencima de sus inmediatos subordinados.Y por temperamento hacía esto sin lamenor delicadeza. De ahí que tambiénresultara inevitable que los oficialesalemanes de alta graduación detestasensemejante método de mando, queNapoleón había practicado en otrotiempo, pero que la guerra moderna

Page 602: Rommel   desmond young

había hecho pasar de moda, sin dudaporque el mando directo y personal eshoy raramente posible. Hay que añadirque esa crítica no carecía de fundamentosólido. Pero Rommel era el más valientede los valientes; poseía un sexto sentidocuando se sumergía en el combate; sabíallevarse maravillosamente bien con latropa; cuando se hallaba en calma, podíahablársele siempre con todatranquilidad; si se había saltado el ordenjerárquico, dando las órdenesdirectamente sin contar con algún jefe,se excusaba ante él inmediatamente. Erageneroso en sus elogios, y cuando seequivocaba lo reconocía noblemente.

Page 603: Rommel   desmond young

Pregunté a aquellos generales queestuvieron con él si podían citarmealgún otro mejor que Rommel para laguerra del desierto. «¡No —meconcedieron todos—, mejor que él nohabía ninguno! No había ni siquieranadie que pudiera llegarle al tobillo…».

Nuestros aliados italianos

Si el Afrika Korps era una fuerzahomogénea, no podía decirse lo mismode las fuerzas del Eje en África delNorte, porque en ellas había que contartambién a los italianos. ¡Pobres

Page 604: Rommel   desmond young

italianos! Casi han tomado la plaza de«nuestros más antiguos aliados» de laPrimera Guerra Mundial, si hacemoscaso a la leyenda militar. Rommel,naturalmente, poseía su propia colecciónde historietas; se las contaba a Manfred,y Aldinger las completaba con otras desu propia cosecha. Había, por ejemplo,la anécdota del ataque contra Tobrukque debían lanzar los italianos. Se lesconvenció de hacerlo así, y cuandoestaban apenas a mitad de camino, yfuera del alcance de los alemanes,tiraron las armas al suelo y levantaronlos brazos. Luego, dando media vuelta,echaron a correr hacia la retaguardia.

Page 605: Rommel   desmond young

«Mamma mia, —explicaron luego casisin poder respirar—, no son ingleses…¡sino australianos!». En otra ocasión,Rommel inspeccionaba las trincherasitalianas cuando los australianoslanzaron un súbito ataque local.«¡Sancta mia!», chillaron los italianos,cayendo de rodillas. «Permítame que ledé un pequeño consejo —dijo Rommelal oficial que los mandaba—.Convénzales de que dejen de rezar ycomiencen a disparar… Y ahora, le dejoa usted ya. ¡Hasta la vista!».

No puedo dar demasiado crédito a lahistoria según la cual los australianosdevolvieron cierta vez a Rommel

Page 606: Rommel   desmond young

algunos prisioneros italianos a cuyoscalzones habían arrancado la partetrasera, acompañados de un mensaje enel que se pedía reemplazar aquellosprisioneros por un número equivalentede soldados del Afrika Korps. Y midesconfianza sobre esa anécdota se basaen el hecho de que los alemanes, tras unintento de incursión sobre Merville en1918, pretendían haber hecho lo mismocon «nuestros más antiguos aliados». Enaquel caso, el fondo de los pantaloneshabía sido pintado de azul y el mensajede los alemanes comunicaba quevolverían a recogerlos de nuevo si algúndía les hacían falta; los ingleses no

Page 607: Rommel   desmond young

tenían que molestarse, pues, envolverlos a enviar. Todas estas historiaspresentan semejanzas que las hacensospechosas; yo no me extrañaría quefueran tan viejas como la guerra entrelos hombres.

Globalmente, Rommel estaba deacuerdo con el soldado italiano que undía le dijera: «¿Por qué no podríanustedes, los alemanes, encargarse de loscombates, mientras nosotros, mi general,nos cuidábamos de construircarreteras?». Sin embargo, nunca creyóque fueran todos unos cobardes. Labrigada blindada Ariete se batió muybien en El Gubi, y por otro lado, la

Page 608: Rommel   desmond young

Brescia no era mala del todo. Un ciertocomandante mandaba un excelentebatallón. Y no faltaban magníficospioneros italianos que trabajaban muybien, incluso bajo el fuego enemigo.Rommel estaba convencido de que sehubiera podido hacer algo importantecon aquellos soldados si se les hubieraprocurado buenos oficiales, un materialdecente y la perspectiva de poder iralguna vez a Italia con permiso. (Elgeneral Speidel me contó que lasdivisiones italianas del Norte quepertenecían al VIII ejército del generalGaribaldi, se portaron muy bien enRusia, y en condiciones mucho peores

Page 609: Rommel   desmond young

que las de África). Pero el material deque disponían los soldados italianos noera mucho mejor que la calidad de susoficiales. Los tanques italianos de loscomienzos eran realmente «latas desardinas»; sin aparatos de radio, muchostanques y coches blindados tenían quecomunicarse entre ellos por medio debanderines, situación que conocíaMussolini. Como pudo deducirse delDiario de Ciano, el Duce experimentabael más soberano desprecio por susinfortunados compatriotas y por todossus generales. ¿Cómo, siendo así, podíaesperar verles «vivir como leones»? Esun misterio impenetrable. De todos

Page 610: Rommel   desmond young

modos, pese a que distaban mucho deser unos «leones», muchos italianosprofesaban a Rommel una admiraciónsin límites. En un Consejo de Ministros,el 7 de febrero de 1942, Mussolini, traslanzar sus habituales sarcasmos contralos generales italianos, describió elentusiasmo de los bersaglieri porRommel.

Le ofrecen las plumas de sus sombreros;lo conducen a hombros en triunfo,gritando que con él están seguros dellegar a Alejandría.

Prescindiendo de tales fantasías, nodeja de ser cierto que Rommel se

Page 611: Rommel   desmond young

mostraba paternal con los italianos derango inferior y que éstos le encontrabansimpático.

Los que no le encontraban de ningúnmodo simpático eran el Alto Mando ylos oficiales italianos. La casta de losoficiales le parecía a Rommelparticularmente despreciable. Se sintiómuy indignado cuando se enteró de quehabía tres distintas categorías deraciones para los italianos del desierto:para los oficiales, para los suboficialesy finalmente, para la tropa, siguiendo unorden brutalmente decreciente. Que losoficiales no hiciesen esfuerzo alguno porinteresarse por la suerte de sus hombres,

Page 612: Rommel   desmond young

era algo que podía atribuirse a una faltade tradición militar; pero lo que paraRommel no tenía excusa de ningunaclase era que aquellos oficialesmostraran su repugnancia a adquirirsobre el terreno dicha tradición. Hacíasólo una excepción en lo que se refiere ala fuerza aérea: habían surgido de ellaalgunos audaces pilotos de caza. Por suparte, los italianos le miraban a él comohombre rudo y duro, que siempre exigíaimposibles.

Nominalmente, Rommel se hallababajo el mando de los italianos; secomprende, pues, que las disputas en lasaltas esferas fueran inevitables. El

Page 613: Rommel   desmond young

general Garibaldi, que fue con el queprimeramente trató, le parecía unverdadero gentilhombre y casi un buensoldado; además, parecía mostrarsedispuesto a dejarle plena libertad deacción. Pero el general Bastico, a quienRommel bautizó en seguida con el apodode «Bombástico», se mostró mucho másfastidiso respecto a él. Por más queBayerlein se esforzaba en describirlocomo una absoluta nulidad, Bastico teníaideas propias. Después de la batalla deSidi Rezegh, en diciembre de 1941, sedesplazó con Kesselring hasta Gazala, yreprochó vivamente a Rommel suintención de retirarse a Agedabia,

Page 614: Rommel   desmond young

porque aquello causaría en Italia pésimoefecto y hasta podía provocar unarevolución. Rommel, sin embargo,mantuvo su punto de vista: retiraría elAfrika Korps del frente. Si los italianosquerían permanecer en el mismo, allá selas arreglarían ellos. No está de másrecordar que Bastico, como ya dijimosen el capítulo anterior, intentó oponerseal avance en Egipto.

Había también un tal general condeUgo Cavallero, nombrado jefe delEstado Mayor tras la dimisión deBadoglio en diciembre de 1940. Comohablaba el alemán con la mismaperfección que el italiano y daba la

Page 615: Rommel   desmond young

impresión de poseer una ciertacompetencia, Rommel se sintió alprincipio inclinado a otorgarle suconfianza. Por lo demás, Rommeldependía de él para susaprovisionamientos. Ciano traza unretrato de Cavallero con el cuidadoamoroso que un gángster italiano estápronto siempre a consagrar a otro tipode su misma especie. «Es el tipoperfecto del marchante de feria.Habiendo descubierto el camino secretoque lleva hasta el corazón de Mussolini,se siente presto a tomar los senderos dela mentira, de la intriga, del embrollo…Hay que vigilarle; este hombre puede

Page 616: Rommel   desmond young

causarnos serios disgustos… Cavallerose lleva fácilmente la palma frente atodos los pillos que la vida poneactualmente en circulación. Con sufingido optimismo, hipócrita y servil, semostraba hoy rematadamenteintolerable… Un desvergonzadoembustero… No vacilaría en agacharsebien bajo en los urinarios públicos sieso pudiera servirle para acelerar sucarrera… Un payaso peligroso,dispuesto a acceder, sin dignidadalguna, al menor capricho de losalemanes… El lacayo de losalemanes… engañando deliberadamenteal Duce…». Cuando Rommel fue

Page 617: Rommel   desmond young

promovido al grado de mariscal,Mussolini propuso que se elevaraigualmente a Cavallero a la mismadignidad, porque de no ser así, esteúltimo «se hallaría entre Rommel yKesselring como Cristo entre los dosladrones». Ciano protestó. «Elnombramiento de Bastico —dijo—,haría reír; el de Cavallero causaríaindignación».

Había que contar también con elDuce, naturalmente. Muchos tienden acreer que únicamente las dictaduraspermiten hacer que las cosas marchen,asegurando que sólo los dictadoressaben exactamente lo que desean. Pues

Page 618: Rommel   desmond young

bien, en este terreno es muy instructivoestudiar la actitud de Mussolini haciaRommel, tal como se hace patenteleyendo el Diario de Ciano. En mayo de1941, al leer una orden del día atribuidaa Rommel y dirigida a los jefes de lasdivisiones italianas, amenazándoles conllevarles ante los tribunales alemanes,Mussolini estuvo a punto de elevar unaprotesta a Hitler. El 5 de diciembre de1941, en cambio, «se siente orgulloso dehaber confiado el mando a losalemanes». El 17 de diciembre, cuandola batalla toma un mal sesgo, «critica aRommel, atribuyendo a la negligencia deéste que la situación se haya

Page 619: Rommel   desmond young

estropeado». El 7 de febrero de 1942,después del contraataque de Rommel,«exalta la actitud de éste, marchandosiempre en su tanque a la cabeza de suscolumnas». El 26 de mayo «Mussolinisólo se interesa por la próxima ofensivaen Libia, mostrando un optimismo total.Sostiene que Rommel alcanzará elDelta, a menos que no se lo impidan, nolos ingleses, sino nuestros propiosgenerales». El 22 de junio, Mussolini«está de buen humor y se dispone atrasladarse a África. En realidad, estáconvencido de que él es el hombre delque depende el ataque decisivo, aunquese oponga así a la opinión del Alto

Page 620: Rommel   desmond young

Mando. Teme en estos momentos que losdemás no lleguen a darse cuenta de lamagnitud del éxito y que, porconsiguiente, no se saque del mismotodo el rendimiento posible. Solamentetiene confianza en Rommel…». Tan sólocuatro días más tarde, se siente«satisfecho del desarrollo de lasoperaciones en Libia, pero molesto deque la batalla sea identificada conRommel, haciendo que la victoriaaparezca así más alemana que italiana».

De igual modo, el ascenso deRommel a la dignidad de mariscal «queHitler ha firmado evidentemente paraacentuar aún más el carácter alemán de

Page 621: Rommel   desmond young

la batalla», causa al Duce muchosentimiento. Naturalmente, le echa laculpa a Graziani, que siempre ha estadoa veinte metros bajo tierra, en una tumbaromana de Cirenaica, mientras queRommel «sabe guiar sus tropas con elejemplo del general que vivepersonalmente dentro de un tanque». El21 está de «muy buen humor», y tanconvencido de llegar al Delta, que dejasu equipaje personal en Libia. Pero noha dejado de escuchar atentamente todaslas habladurías de los jefes italianoscontra Rommel. Para el 23 se ha dado yacuenta de que «incluso la estrategia deRommel tiene sus altas y bajas, con

Page 622: Rommel   desmond young

aspectos positivos y negativos». El 9 deseptiembre se muestra «enojado conRommel», que ha acusado a los oficialesitalianos de revelar los planes de batallaal enemigo. El 2 de septiembre «estáconvencido de que Rommel no volverá aestar en primer plano, porque seencuentra física y moralmenteaplanado». Para el 5 de enero de 1943«no tiene más que palabras duras paraCavallero y para ese loco de Rommel,que sólo piensa en retirarse a Túnez».

Al no ser un Cavallero, Rommel noresultaba demasiado manejable para losdictadores. Simpatizó con Mussolinicuando le vio por primera vez,

Page 623: Rommel   desmond young

precisamente porque tuvo la impresiónde que el Duce era un hombre que sabíalo que quería y que sabía dar una ordencuando convenía. Cándidamente,Rommel creyó que Mussolini era suamigo. No se dio cuenta de lo fácilmenteque cambiaban los sentimientos delDuce, según los vientos de la fortuna.Afortunadamente, Rommel sabíaasimilar las bromas, aunque le tocara aél pagar los gastos. En 1942 fue llamadoa Roma para discutir asuntos relativos alos aprovisionamientos. Cuando penetróen la inmensa sala del Palazzo Venecia,vio sobre un gran escritorio las insigniasde una condecoración italiana, y pensó

Page 624: Rommel   desmond young

acertadamente que se la iban a imponer.La discusión subió de tono. Y cuandoRommel, imprudentemente, dedicópalabras denigrantes a la Marinaitaliana, Mussolini, fulminándole con lamirada, tomó súbitamente lacondecoración, abrió un cajón delescritorio, la puso en él y lo cerró denuevo. «Era una hermosa joya —contóluego Rommel—, ¿por qué no me estuvecallado diez minutos más? De haberdejado que me la impusiera, luego ya nose hubiera atrevido a pedirme que se ladevolviese».

Cabe reconocer, sin embargo, endescargo de los italianos, que el tacto no

Page 625: Rommel   desmond young

era precisamente el punto fuerte deRommel. Cuando en 1942 estaba ya apunto de lanzar su contraataque, no se locomunicó a sus superiores italianos pormiedo a que se produjera alguna«infiltración». Más aún: llegó a ordenara su Estado Mayor que no colocaran lasinstrucciones de combate en los puestositalianos hasta que las operacionesestuvieran en marcha. Al no haberseenterado más que de esta manera, losjefes del Estado Mayor italiano dieronrienda suelta a su indignación.Convocado por sus superiores, Rommelreplicó que él se hallaba en primeralínea, y que le hubiese gustado mucho

Page 626: Rommel   desmond young

encontrar allí también al generalBastico, pero que éste no se habíadejado ver todavía. Algunos días mástarde alguien dijo a Rommel que Basticopensaba retirar todas las tropasitalianas. Rommel dijo que no leimportaba gran cosa que lo hiciera.Aquello le costó su primeracondecoración y la enemistad delgeneral Bastico.

Aquel rencor de los italianos subióde punto al presentarse la delicadacuestión del reparto del botínconquistado. Un acuerdo oficial,seguramente redactado por Cavallero,estipulaba: los italianos entregarán a los

Page 627: Rommel   desmond young

alemanes todo el botín de Rusia; losalemanes confiarán a los italianos el deÁfrica del Norte. Es muy posible que laprimera parte del acuerdo fuerararamente invocada, pero los italianosse quejaron amargamente delincumplimiento por sus aliados de lasegunda parte. Durante el verano de1942 Ciano escribe:

Causa viva indignación la conducta delos alemanes en Libia.

Y añade:

Se han apropiado de todo el botín. Hanclavado sus garras en todas partes, han

Page 628: Rommel   desmond young

puesto guardias alrededor de lo quecapturan y ¡ay del que se atreva aacercarse!

Nadie chilla tan agudamente comoun truhán engañado, al que han privadode su parte en el fruto de la rapiña; ysuerte tuvo Rommel de ser «un duro»también él y estar muy bien protegido enlas altas esferas; en caso contrario, nohubiera sido raro que le hubieranliquidado. Pero si mucho irritabaRommel a Ciano, aún le causaba másenojo el saber que «el único hombre quehabía logrado aprovecharseabundantemente de la situación eraCavallero».

Page 629: Rommel   desmond young

Los aliados que componían el Ejedistaban pues, mucho de ser buenoscamaradas. Sin embargo, por lo que nosdijo su hijo Manfredo, Rommel opinabaen síntesis sobre los italianos,generosamente y con estilo nodemasiado alemán:

En verdad, no son buenos para laguerra. Pero no debe uno juzgar a todoslos hombres de este mundo por suscualidades de soldado; de hacerlo así,no habría civilización posible.

También los ingleses hemos contadohistorias análogas sobre los italianos.Pero el recuerdo de «la puñalada

Page 630: Rommel   desmond young

trapera» ponía más amargura en nuestroscomentarios, y nos impedía distinguirentre el pueblo italiano y el régimen quele oprimía. En pleno combate,considerábamos a los italianos como«parientes pobres» y camaradas decampo de los alemanes. Pero losoficiales de las divisiones hindúesevocaban la bravura con que lucharon enKeren. Tiempo más tarde, los millaresde ingleses que las pasábamos negras enItalia y pudimos ver cómo loscampesinos del país, arriesgando susvidas, nos alojaban, alimentaban yayudaban, nos formamos una opiniónmuy distinta acerca del coraje de los

Page 631: Rommel   desmond young

italianos tomados como individuos y delde sus mujeres e hijas. Comprendimosque no costaría mucho restablecer entrenuestros dos pueblos la tradicionalamistad que siempre nos unió. Yo,personalmente, jamás olvidaré aFederico y Antonio Alberici: pasé dossemanas enteras escondido en su casa,que distaba apenas dos kilómetros delcampo; fueron semanas felices y alegres.Pasaba casi todo el tiempo metido en labodega, mientras los alemanesdeambulaban incesantemente por delantede la puerta principal y Farinacci, por laradio, amenazaba cada noche con lamuerte a los italianos que se atrevieran a

Page 632: Rommel   desmond young

mostrarnos su simpatía. Como tampocoolvidaré el verano encantador quepasamos en Tremezzo —el primero quevivimos en Europa después de la guerra— ni de los numerosos amigos que allínos hicimos. Los italianos tal vez noformen una nación militar, pero tienenbuen corazón, inteligencia vivaz y sonmuy alegres. Tenía razón Rommelviendo en esas cualidades losfundamentos de la civilización. Aunquetambién es verdad que a veces resultanecesario un rudo espíritu militar parapoder defender precisamente esas otrascualidades.

Page 633: Rommel   desmond young

La guerra caballeresca

La actitud de Rommel hacia susenemigos se caracterizaba por unahostilidad amistosa, pero tambiénsuspicaz a menudo. Como buen alemánque era, manifestó al principio sudisgusto porque nosotros empleábamosdivisiones de hindúes contra hombreseuropeos. Pero cuando tuvo que tomarcontacto con la 4.a división de la India,descubrió que el soldado hindú era porlo menos tan disciplinado y tan correctocomo cualquier otro de los que semovían en el desierto. Con fines de

Page 634: Rommel   desmond young

propaganda, no disimulaba unasonrisilla sardónica dedicada a «losingleses de color» que acompañaban alos sudafricanos, aunque de sobra sabíaRommel que se trataba de nocombatientes. A su entender, losaustralianos se mostraban duros,particularmente con los italianos, peroaquella dureza le divertía y no veía enella el signo de gente malvada. Otorgabaa los australianos una categoría encuanto combatientes individuales;aunque fuera gente difícil de manejar,pensaba que una división de australianosle hubiera hecho buen servicio; unejército enteramente formado por

Page 635: Rommel   desmond young

australianos, en cambio, le hubieracreado demasiados problemas. Rommelconsideraba a los sudafricanos como unbuen material humano, pero pocoentrenado; de todos modos tenía en altaestima sus tanques y más tardereconocería que se batieron bien en ElAlamein. Pero su más alta y duraderaadmiración fue para los neozelandeses;sostuvo siempre ante Manfredo,Aldinger y otros, que eran nuestrosmejores soldados.

Los ingleses, a los que respetaba,eran a sus ojos unos aficionados queprometían. Llegaba a admitir que eransuperiores a los alemanes en lo que hace

Page 636: Rommel   desmond young

a pequeñas operaciones independientes,que exigieran una gran iniciativaindividual, como por ejemplo, las quedesarrollaban el LRDG o el SAS.(Servicio Aéreo Especial). SegúnRommel, sus propios soldados nopodían superar la confianza en símismos y el espíritu de iniciativa enplenas líneas enemigas, que mostrabanaquellos ingleses. Aclaremos que, aunestando organizado y mandado poroficiales profesionales ingleses, elLRDG comprendía una fuerteproporción de neozelandeses.

En opinión de Rommel, si biennuestras formaciones regulares

Page 637: Rommel   desmond young

mostraban tenacidad y coraje paradefenderse, no estaban suficientementeentrenadas para el combate que debíansostener. Exceptuaba de este juicionegativo a la 7.a división blindada, acausa de sus dos competentes batallonesde fusileros del grupo de apoyo, del 11.o

de húsares y de la artillería. De todosmodos, pensaba Rommel, nuestrasunidades blindadas, e incluso nuestrostanques aislados, tenían una excesivatendencia, cuando combatían, a avanzaren descubierta. Sus críticas, según lascuales nosotros utilizábamos los tanquesen grupos reducidos, invitando así alenemigo a destruirlos «al detall» halló

Page 638: Rommel   desmond young

algún eco en nuestras filas. SegúnRommel también, el mando inglésactuaba con demasiada lentitud,paralizado por el papeleo burocrático.A pesar de las numerosasinvestigaciones que sobre el particularhe realizado, no he podido establecer sien alguna ocasión expresó Rommel unjuicio sobre un general inglés concreto,salvo en el caso del general Wavell:dijo repetidamente que la campaña deWavell contra los italianos era el mejorejemplo de lo que es un plan temerario,de una ejecución audaz con el empleo dedébiles recursos. Las apreciaciones deRommel acerca de sus adversarios

Page 639: Rommel   desmond young

fueron siempre, como habrá podidoverse, puramente profesionales ydesprovistas de pasión, o experimentabahacia ellos, indiscutiblemente, odioalguno; ni siquiera les detestaba, y paralos neozelandeses parecía incluso tenerun cierto afecto individual o colectivo.

«La guerra en África del Norte fueuna guerra de caballeros», dijo elgeneral Johan Cramer, último jefe quetuvo el Afrika Korps, a un corresponsaldel Times, cuando ya todo había pasado.Rommel, por su parte, se enorgullecíade la limpia actuación de sus tropas (yde las nuestras también), porque teníaideas muy claras y firmes acerca de la

Page 640: Rommel   desmond young

observancia y correcto cumplimiento delcódigo militar. Estas ideas suyas noeran, en el fondo, cosa singular; lascompartían la mayoría de los oficialesalemanes de carrera, y de maneraparticular, los que pertenecían alejército antes de 1933. En las altasesferas había algunas excepciones, lasde los Keitel y los Jodl, tancompletamente vendidos a Hitler queeran capaces de transmitir las órdenesmás descabelladas, aunque en el fondono las aprobaran. Esa perdurabilidaddel espíritu caballeresco nossorprendió. Como nada sabíamos de laquerella existente entre el Partido y la

Page 641: Rommel   desmond young

Wehrmacht, ni de los celos quemanifestaban los nazis respecto alejército, ni del desprecio con quemiraba la casta de los oficialesprofesionales a la «espuma parda», nide la oposición, ya antigua aunque pococonocida, de muchos generales a Hitler,tendíamos siempre a clasificar a todoslos alemanes del mismo modo. Y quizásea ésta la mejor actitud estando enguerra. Con más o menos exactitud, cadapueblo tiene el gobierno que merece.Cuando los hombres aupan al poder ahombres como Hitler y Mussolini, esjusto que soporten las consecuencias desu gesto. No hay que pedirle a nadie que

Page 642: Rommel   desmond young

sepa hacer sutiles distinciones entre losque visten el mismo uniforme. Con todo,hay que admitir que, salvo en Polonia yen Rusia, el ejército alemán regularrealizó una guerra limpia y correcta —por lo menos, en África—. Y, lo que nodeja de ser curioso, esa limpieza ycorrección superaron las de la guerradel 1914-18. Había ahora, sin duda,menos combates cuerpo a cuerpo; losoficiales se hallaban en mejoresrelaciones que antes con sus tropas; elgeneral von Seeckt y sus sucesorestambién habrían restaurado una tradiciónmejor en el ejército. El hecho es queahora no se produjo ninguna de aquellas

Page 643: Rommel   desmond young

matanzas de prisioneros que tantoimpresionaron en la Primera GuerraMundial. (Cabe asimismo recordar queel hecho de que resultara muy fácil caerprisionero en el desierto sin culpapropia, influyó también en lo dicho). Entodo caso, los ingleses descubrieronpronto que el Afrika Korps estabandispuesto a combatir ajustándose a lasreglas de la corrección. El mérito deello debe recaer en Rommel, ya que elAfrika Korps no hacía más que tomarlecomo modelo en todos los aspectos. Detodos modos, no puede negarse que tuvosuerte. «¡Gracias a Dios —dijo un día elgeneral Bayerlein—, no tenemos aquí en

Page 644: Rommel   desmond young

el desierto ninguna división de SS! Encaso contrario, sólo Dios sabe lo quehubiera podido ocurrir. ¡La guerrahubiese sido indudablemente muydistinta en este aspecto!». Bayerlein mecontó entonces algo que en el primermomento no había comprendido deltodo: un general alemán podía imponersu autoridad sobre las divisiones SS enel combate, pero no tenía ningunaposibilidad de intervenir en lascuestiones de servicio interior de lasmismas. Ni siquiera tratándose de unsubalterno, podía el general actuar porsu cuenta; no podía hacer más que enviaruna notificación, por vía jerárquica

Page 645: Rommel   desmond young

ordinaria, al propio Himmler enpersona. El resultado, como es deimaginar, raras veces era satisfactorio.«Si el complot del 20 de julio hubieratriunfado —me dijo también Bayerlein—, hubiera estallado en Italia una guerracivil entre las divisiones SS y elejército».

El Afrika Korps no maltrataba a susprisioneros. Por el contrario, luego delas primeras inevitables brusquedades,les daba un trato hasta desusadamentecortés, en Gambut, a poco de iniciarse labatalla de mayo de 1942, me encontrécon un fotógrafo del ejército, un escocésque había logrado escapar de manos del

Page 646: Rommel   desmond young

enemigo al cabo de un par de horasescasas de haber sido capturadoprisionero. Acababa de llegar deInglaterra y aquella había sido suprimera experiencia de combatiente. Semostraba indignado, y me dijo: «¿Peroqué clase de gente son estos malditosalemanes, señor? Nunca lo hubieracreído. Un oficial alemán, sí, señor, unoficial alemán me quitó mi cámara, y noquiso devolvérmela… Pero es igual —añadió un poco más contento— me hadado un recibo conforme se quedó conella». Y me mostró el recibo: unnombre, un grado, una fecha al dorso deun sobre. Y el escocés manifestaba su

Page 647: Rommel   desmond young

propósito de buscar al oficial de marrascuando acabara la guerra…

Ésa fue mi anécdota favorita hasta eldía en que también yo tuve la desgraciade ser hecho prisionero. Pude entoncescompletarla por mi cuenta: el jovenalemán que se encargó de cachearme,me devolvió cortesmente la pitillera deoro que encontró en el bolsillo de micamisa. Luego se excusó por tener quequitarme mis gemelos, explicándomeque en este caso se trataba de un objetomilitar, mientras que la pitillera era cosaprivada. Cambiando impresiones conotros compañeros de cautiverio,descubrí que ninguno de ellos tuvo

Page 648: Rommel   desmond young

motivo para quejarse antes de pasar a lajurisdicción de los italianos. Como mipitillera de oro sigue aún en mi poder,habré de reconocer que tampoco lositalianos se portaron mal conmigo;aunque a decir verdad, hice todo loposible por no exponerles a la mismatentación.

Surgieron a veces ciertos errores deinterpretación entre Rommel y nosotros,que a menudo tenían repercusionesdesagradables para los prisioneros.Tales confusiones eran naturales, y nosiempre eran los alemanes lo culpablesde que ocurrieran. Nosotros habíamosprohibido que se les diese comida

Page 649: Rommel   desmond young

alguna a los prisioneros alemanes antesde ser interrogados, por una razón muycomprensible: en los primerosmomentos de cautiverio, el prisionero seencuentra aún bajo los efectos de laemoción, de modo que si se le interrogainmediatamente, puede proporcionarinformaciones de valor. Por el contrario,si se le da de comer y luego uncigarrillo, se le ofrece un margen detiempo para recuperarse y ser más cauto.La orden que regía en nuestras filasimplicaba solamente esto: la comidadebía servirse después delinterrogatorio. Creo se trataba de unbreve plazo: una o dos horas.

Page 650: Rommel   desmond young

Por justificada técnicamente quepueda estar, no era con todo prudentedar esta orden por escrito y menos aúndifundirla en las líneas de vanguardia,con peligro de que pudiera caer enmanos de los alemanes. Pude darmecuenta de todo eso cuando llegué alaeródromo de Tmimi, tras pasar docehoras de pie en un camión, bajo un solde infierno, sin recibir alimento ni agua,había caído prisionero veinticuatrohoras antes, y llevaba ya más de treintasin probar bocado; tenía necesidadabsoluta de una comida y de un poco deagua. Nos pasó revista un oficialalemán, que nos habló en inglés:

Page 651: Rommel   desmond young

«Lamento, señores, no poder darles decomer ni de beber. Según señalan lasórdenes dadas por ustedes, losprisioneros alemanes no deben recibiralimento ni agua hasta que han sidointerrogados en El Cairo. Yo me veoahora obligado a tratarles a ustedes dela misma manera. No recibirán ustedesnada hasta llegar a Bengasi y serinterrogados. Salvo que de aquí aentonces su Gobierno cambie lamencionada orden». Probablemente elGobierno inglés haría algo en talsentido, porque a la mañana siguiente,en Derna, recibimos comida y bebida.

Por lo demás, los efectos de una

Page 652: Rommel   desmond young

orden que los alemanes hallaron enpoder de un oficial inglés de comando,hecho prisionero con ocasión de unafracasada incursión en Tobruk, en agostode 1942, hubieran podido ser muchomás desagradables todavía.Prescindiendo de la intención quetuviera, la orden a que me refiero, unavez traducida al italiano, daba laimpresión de señalar que los prisionerosdebían ser ejecutados en el caso de queno se les pudiera conducir fácilmente.No llegué a ver con mis propios ojos eltexto original de esa orden, pero sípuedo asegurar que en él se subrayaba elhecho siguiente: es más importante

Page 653: Rommel   desmond young

infligir pérdidas al enemigo quehacerles prisioneros. La distinciónresulta algo sutil, hasta en inglés. Losoficiales de Estado Mayor que elaboransemejantes órdenes deberían recordarconstantemente que las florituras de lasideas no siempre sobreviven a latraducción de otro idioma. Y tampocodeberían olvidar que cualquier ordenpuede caer en manos del enemigo y quelos únicos que pagarán lasconsecuencias serán sus compatriotascautivos. Después de la incursión deDieppe, algunos de los nuestrosestuvieron maniatados durante meses ymeses, sólo porque los alemanes se

Page 654: Rommel   desmond young

habían enterado de nuestras propiasórdenes mandando maniatar a losprisioneros enemigos.

La famosa —o más bien infamante—orden que dio Hitler el 18 de octubre de1942 tenía el mérito, por lo menos, desuprimir todo equívoco. Leemos en suparágrafo 3:

Desde ahora todos los enemigosatacados por tropas alemanas durantelas llamadas misiones de comando enEuropa y África, aunque presenten todaslas apariencias de soldados en uniformeo de tropas de sabotaje, armados o no,combatiendo o sin combatir, deben sermuertos sin excepción alguna. Noimporta que hayan sido desembarcados

Page 655: Rommel   desmond young

de barco o de aviones, o arrojados atierra en paracaídas. Ningún perdóndebe concedérseles a estos individuos,en principio, aunque parezcandispuestos a rendirse al sersorprendidos…

Esta orden no es aplicable —decía elparágrafo 5— a los soldados enemigosque en el curso de las hostilidadesnormales (acciones ofensivas de granenvergadura, operaciones dedesembarco o bien operacionesaerotransportadas) sean capturados enpleno combate o se rindanvoluntariamente.

Consideraré responsables ante la leymilitar —añadía el último parágrafo—,como infractores de esta orden, a losjefes y oficiales que descuiden lainstrucción de sus tropas en este sentido

Page 656: Rommel   desmond young

o vayan en contra de esta orden cuandodeba ser ejecutada.

La orden iba firmada por AdolfoHitler; emanaba, pues, de la más altaautoridad.

El 18 de junio de 1946, fueinterrogado acerca de esta orden, ante elTribunal de Nuremberg, el generalSiegfried Westphal.

Pregunta. —¿Estuvo usted en elfrente de África?

Respuesta. —Más de año y medioP. —¿Cómo se llevaba allí la

guerra?R. —Puedo contestar con una sola

Page 657: Rommel   desmond young

frase: se llevó en forma caballeresca eirreprochable.

P. —¿Quién era su jefe?R. —El mariscal Rommel.P. —¿Ordenó o aprobó Rommel

alguna vez una violación de las leyes dela guerra?

R. —Nunca.P. —¿Qué cargo tenía usted con él?R. —Era jefe de la sección de

«Operaciones» y más tarde fui su jefe deEstado Mayor.

P. —Así, pues, ¿estuvo ustedsiempre en contacto con él?

R. —Sí, estuve siempre en contactocon él, tanto por los asuntos personales

Page 658: Rommel   desmond young

como por cuestiones de servicio.P. —¿Conoce usted la orden dada

por Hitler el 18 octubre de 1942?R. —Sí.P. —¿Recibieron ustedes esa orden?R. —Sí, nos la trajo al desierto,

cerca de Sidi Barrani, un oficial deenlace.

P. —¿Cómo se comportó el mariscalRommel al recibir dicha orden?

R. —El mariscal Rommel y yo laleímos de pie junto a nuestro camión. Lepropuse inmediatamente que no fueratransmitida a los escalones inferiores.La quemamos en el lugar mismo dondenos hallábamos. Nuestras razones eran

Page 659: Rommel   desmond young

las siguientes: los motivos de la citadaorden, como creo pueden comprobarustedes mismos en el parágrafointroductorio a la misma[10] eran claros.Nosotros conocíamos ya el slogan de ElAlamein: «Matad a los alemanesdondequiera que se hallen», y muchosotros que no hacían más que agravar laguerra. Habíamos podido ver asimismouna orden transmitida a una brigadablindada inglesa, mandando que no sediera de beber a los prisioneros. Peropese a todo, no queríamos que la ordende Hitler se difundiera entre nuestrastropas, porque de ser así la guerra sehubiera agravado hasta el extremo de

Page 660: Rommel   desmond young

provocar consecuencias imprevisibles.Esa fue la razón de que quemáramosaquel mensaje a los diez minutos dehaberlo recibido. Hay que hacer constar,de todos modos, que una flagrantedesobediencia a las órdenes de Hitlersólo podía producirse en África delNorte; en Europa occidental o en Rusiaresultaba prácticamente imposible.

Aclaremos que en realidad, no fueRommel el único general alemán que nose dio por enterado de esta orden o deotras análogas.

El general Westphal fue interrogadoseguidamente acerca del extraño caso

Page 661: Rommel   desmond young

del «sobrino del mariscal Alexander»:

P. —¿Podría usted hablarnosbrevemente de una acción de comandoen la que participó el sobrino delmariscal Alexander?

R. —En el otoño de 1942, unpariente cercano del mariscal LordAlexander fue hecho prisionero en laslíneas de retaguardia alemanas. Llevabauna gorra del Afrika Korps e iba armadocon una pistola alemana. Con tal actitud,se había colocado por sí mismo fueradel ámbito de las leyes de la guerra. Elmariscal Rommel, sin embargo, ordenóque se le tratase como cualquier otro

Page 662: Rommel   desmond young

prisionero. Creía que el prisionero nohabía entrevisto bien las consecuenciasde su conducta.

Cuando alguien propuso a Rommelmandar fusilar al inglés, comolegalmente se podía hacer, el mariscalexclamó:

¿Cómo? ¡Fusilar al sobrino del generalAlexander! ¿Quiere usted acaso, pobreidiota, regalar dos nuevas divisiones alEjército inglés?

En realidad, el oficial en cuestión noera de ningún modo un sobrino delgeneral Alexander (hoy mariscal sirAlexander), sino sólo un primo suyo,

Page 663: Rommel   desmond young

que luego me ha contado que en aquellosmomentos se acordó de la tradiciónalemana de los Junker y de susolidaridad de casta y pensó: un generalalemán no querrá nunca ordenar laejecución de un pariente cercano de otrogeneral. Aunque Rommel no fuese unJunker, el acontecimiento dio la razón anuestro compatriota.

Por lo que yo sé, todas lasnumerosas anécdotas concernientes altrato que Rommel dio a los prisioneroshablan en favor suyo. Quizá la mejor detodas las que conozco sea la que debo algeneral de brigada G. H. Clifton, DSO,MC, que en la época de sus encuentros

Page 664: Rommel   desmond young

con Rommel acababa de ser capturadomientras mandaba una brigadaneozelandesa.

El general Clifton, apodado «el kiwivolador», era un hombre que parecíahaber nacido para fugarse. Cuando seunió a nosotros en el Campo G. P. 29,combinó en seguida un plan muy audaz,que a punto estuvo de ser coronado porel éxito. Una noche, se deslizó por unaventana del segundo piso hasta unaminúscula zona de oscuridad, en elángulo de una pared. Ésta entraba dentrodel terreno vigilado por un centinela.Clifton permaneció inmóvil, pegado a lapared, hasta que el centinela se alejó, y

Page 665: Rommel   desmond young

entonces se arrastró a través del patiohasta las alambradas. Corriendo luego atoda marcha por el campo, logró llegar ala estación más próxima, Ponte d’Olio, ypor la mañana tomó el primer tren quesalió para Milán. Atravesó esta ciudaden tranvía, desde la estación principal ala estación del Norte, de donde partió enotro tren para Como, llegando a estaciudad poco antes de que se le echara enfalta en la lista de la mañana del campo.Pero en Como cometió un error fatal. Supropósito era seguir la carretera hastapasada la ciudad de Este, como yomismo hice más tarde, para franquearfinalmente las montañas y llegar a Suiza.

Page 666: Rommel   desmond young

Para ganar tiempo, alquiló un coche enla estación, y en el momento de pagar alchofer surgió entre los dos hombres unadiscusión en torno a la tarifa que debíaser aplicada. Dos carabineros que yaantes habían dirigido al fugitivo miradasde desconfianza, se acercaron. Aquellamisma noche, Clifton estaba de nuevocon nosotros.

Lo transfirieron al Campo P. G. 5,campo de represalias para los fugitivosinveterados. Corrió luego el rumor deque se le había visto en lo alto de unatechumbre con un montón de centinelasdisparando sobre él. En ruta paraAlemania, cuando se hallaba sentado

Page 667: Rommel   desmond young

entre dos guardias, intentó saltar por unaportezuela del tren en plena marcha. Susguardianes dispararon sobre él,hiriéndole de gravedad en una pierna.Pasó varios meses en un hospital muybien atendido por un médico alemán conel que sigue carteándose todavía. El 22de marzo de 1945 se evadía nuevamentede un campo de Silesia, y el 15 de abrildel mismo año, después de atravesar elPacífico a bordo de un aviónnorteamericano, estaba de regreso en sucasa de Auckland (Nueva Zelanda). Laprimera vez que vi a la viuda deRommel, una de las primeras preguntasque me hizo fue: «¿Conoce usted al

Page 668: Rommel   desmond young

general brigadier Clifton? ¿Dónde está?¿Logró evadirse? Mi marido esperósiempre que pudiera huir de Italia. Teníauna excelente opinión sobre el generalClifton».

Veamos, pues, la historia del generalde brigada Clifton:

»En las primeras horas del 4 deseptiembre de 1942 me metí en la«tierra de nadie», para acudir en ayudade una unidad que se había extraviado.Aún no había amanecido y la situaciónera muy confusa. Iba buscando unacompañía de vanguardia de mi propiabrigada pero lo hice tan mal que antes

Page 669: Rommel   desmond young

de darme cuenta me había metido entreotra gente muy distinta: los paracaidistasitalianos de la división Folgere. Duranteunos minutos tuvimos la impresión deque íbamos a volver a nuestras filas conuna cincuentena de prisioneros italianos,en vez de caer prisioneros nosotros. Sinembargo, las cosas se estropearon con laintervención de un oficial alemán deobservación artillera, que se hallaba aunos cien metros de distancia. Acudió enseguida, convenció a los italianos deque no fueran idiotas, de que nosotrosestábamos copados…

»Dos horas después me hallaba deregreso en nuestro antiguo puesto de

Page 670: Rommel   desmond young

mando de apoyo, en Kaponga, ocupadoahora por una nube de italianos y unbatallón alemán de reserva. Sólo eranlas siete de la mañana, pero me parecióque había transcurrido una eternidaddesde que abandoné nuestras líneas conla esperanza de estar de vuelta para eldesayuno.

»Transcurridos diez minutos, enmedio de una gran efervescencia, unofical de servicio de Información vino adecirme que Rommel estaba a punto dellegar. En efecto, tres o cuatro vehículosde reconocimiento aparecieron enseguida, llevando al frente un enormecoche de Estado Mayor. En la banqueta

Page 671: Rommel   desmond young

de atrás iba sentado Rommel en persona.Descendió del vehículo entre saludos ytaconazos. Observé que por propiainiciativa se adelantó a saludar alcoronel italiano que era el oficial demás alta graduación en aquella zona.

»Tras una corta discusión, hizollamar al comandante alemán quemandaba el batallón de reserva; unosminutos después, me llegó a mí tambiénel turno de ser convocado, y así fuecomo encontré por primera vez almariscal Rommel. Era un hombre bajito,rechoncho, cuidadoso de su porte yatento a que los otros repararan en él.Hablando en alemán, pese a que él

Page 672: Rommel   desmond young

comprendiese manifiestamente el inglés,comenzó a arengarme sobre «losmétodos de gangsterismo empleados porlos neozelandeses». Por lo que decía,parecía ser que una noche de combate,nosotros habíamos rematado a golpes debayoneta a algunos heridos alemanes enMinqarqaim, detrás de Matruk. Y seveía que Rommel estaba muy irritadopor aquello. Si lo que deseábamos erabatirnos salvajemente, me dijo, sushombres podrían imitarnos; si en elfuturo se repetía aquella acción nuestra,los alemanes responderíaninmediatamente con represaliasapropiadas.

Page 673: Rommel   desmond young

»Como yo era el neozelandés máspróximo a Rommel, me tomé muy apecho aquella arenga suya, como siestuviera dirigida a mi propia persona.Por fortuna, estaba en condiciones deexponer nuestro punto de vista acerca delo ocurrido en aquella batalla nocturna.Lanzada en la oscuridad, nuestraprimera oleada de ataques cogió desorpresa a los alemanes. Algunos deellos, tendidos en el suelo, dispararon olanzaron granadas de mano luego quehubo pasado nuestra primera compañía.El resultado de ello fue que las tropasde apoyo que siguieron a aquellaprimera compañía atacaron con

Page 674: Rommel   desmond young

bayoneta a todo alemán que al alzarse nose rendía inmediatamente. A eso sedebió que algunos soldados alemanesfueran bayoneteados varias veces amedida que nuestras fuerzas ibanpasando.

»Expliqué, pues, todo esto comomejor pude. Y no sé, tal vez fuera eltono en que lo hice, el caso es queRommel exclamó: «Bien, lo que dicetiene visos de verosimilitud, es algo quepudo ocurrir tratándose de un ataquenocturno, pero…" Y siguió hablando,contándome el caso de un oficial alemánherido que fue arrojado sobre un camiónen llamas.

Page 675: Rommel   desmond young

»Tras discutir un poco sobre estesupuesto hecho, Rommel me preguntó:«¿Por qué vosotros, los neozelandeses,peleáis contra nosotros? Esto es unaguerra europea, que en nada osconcierne a vosotros. ¿Acaso estáis aquípor deporte?». Dándome cuenta de quehablaba en serio y no habiéndomeencontrado nunca antes en la situaciónde tener que explicar verbalmente que silos ingleses peleaban, nosotrosdebíamos pelear a su lado, levanté mismanos con los dedos juntos y le dije:«Toda la Commonwealth británica peleaunida. Al atacar ustedes a Inglaterra,atacan al mismo tiempo a Nueva

Page 676: Rommel   desmond young

Zelanda y a Australia». Rommel mepreguntó entonces con vivacidad: «¿Yde Irlanda, qué me dice usted?». Estababien preparado para contestarle. Hacíaapenas una semana que tuve ocasión deconocer datos sobre el número devoluntarios de Irlanda del Sur queformaban parte de nuestras unidadescombatientes. Me parece que suporcentaje a la población total deIrlanda igualaba el de cualquier paísmiembro de la Commonwealth. Y lodije.

»Rommel no hizo ningún comentarioa mis últimas palabras, me deseó buenasuerte y volvió al campo de batalla. Seis

Page 677: Rommel   desmond young

días después, me evadía yo de Matruk;pero esto es otra historia que contaraparte: la de una larga caminata por eldesierto, que acabó cuando la malasuerte hizo que el 15 de septiembrecayera de nuevo prisionero. Mecapturaron tres jóvenes oficialesalemanes que estaban cazando gacelas a20 kilómetros al oeste del frente de ElAlamein. Muy bien acompañado, y trashaberme visto ametrallado por algunosde nuestros bombarderos —intermediopoco agradable—, fui conducido porsegunda vez al Cuartel General deRommel.

»El mariscal se dignó verme de

Page 678: Rommel   desmond young

nuevo, rodeado de los tres muchachosque me habían «recuperado» y quecontaban con que su gesta les valierauna recompensa de siete días de permisoen Alemania. (Diré, incidentalmente,que se vieron defraudados en susilusiones). Una vez más Rommel entablóconversación conmigo apoyándose enalgunos severos comentarios sobrenuestros «métodos de gangsterismo». Elpretexto fue ahora el caso de unafortaleza volante que, al parecer, desdegran altura, había atacado a un barco-hospital alemán que abandonaba Tobruk.Rommel añadió luego: «No puedocriticarle a usted por haber intentado

Page 679: Rommel   desmond young

fugarse; era su deber hacerlo; yo hubierahecho lo mismo si me hubieraencontrado en su lugar».

»Fijándome en el aspecto cada vezmás elegante de su uniforme, de susbotas, de su pantalón de montar,repliqué: «No dudo, señor, que tambiénlo hubierais probado; pero no creo quehubiera llegado usted tan lejos comoyo». (¡Anduve más de 180 kilómetros enmenos de cinco días, provisto tan sólode una cantimplora de agua!). Rommelno se inmutó, reaccionando en seguida:«Tiene usted razón, pero yo hubieratenido más sentido común y me hubieraapoderado de un automóvil». Se anotó,

Page 680: Rommel   desmond young

pues, un tanto. Y contesté: «Lo mismohubiera hecho yo, pero no tuve tiempo,solamente con haber llevado veintesegundos más de ventaja…». Rommeldijo entonces que yo era un hombre muymolesto y que sí intentaba fugarme denuevo, dispararían sobre mí sin previoaviso. Decidió, sin embargo, deshacersede mí rápidamente enviándome a Romaen vuelo directo desde Daba.

»Los alemanes tienen un excesivoapego a las normas estrictas; carecenademás del sentido del humor. PeroRommel me dio la impresión de ser ental sentido una notable excepción,impresión que se reforzó más y más a

Page 681: Rommel   desmond young

medida que la mala suerte me obligó aentrar en contacto con otros oficialesalemanes de alta graduación. Cada vezque pasaba ante uno de nuestrossoldados, herido o prisionero, Rommelle saludaba como un soldado saluda aotro: los trataba siempre con grancorrección. El general de BrigadaHargest, que cayó prisionero en SidiAzeis en noviembre de 1941, siendoconducido ante Rommel en Bardia, sacóla misma impresión que yo. Creo queeso es lo que dice en su libro FarewellCampo 12 (El general Hargest fuereprendido por Rommel por no haberlesaludado. «Pero eso no le impidió —

Page 682: Rommel   desmond young

escribe Hargest— felicitarme luego porla gran combatividad de mis hombres»).

Los dos aspectos de la historia deClifton son dignos de crédito. Pero aúnse les puede añadir una nota macabra,propia para demostrar que Rommel noera el único alemán dotado de un rudosentido del humor. En su primerinterrogatorio, el general de brigadaClifton presenció la intervenciónpersonal del intérprete, un talcomandante Burchardt, que hablaba uninglés impecable. «¿Verdad que estabausted en Creta, general de brigadaClifton? —le dijo al prisionero—.

Page 683: Rommel   desmond young

También yo estaba allí con las fuerzasalemanas aerotransportadas. Y al finalde un combate, fui a chocar contra elcuerpo de uno de vuestros soldadosindígenas, un maorí, ¿no es así como lesllaman? Cerca de aquel soldado habíauna ristra de ¡27 orejas humanasenhebradas en una cuerda! ¡Aquellasorejas podían ser inglesas! ¡Podían serde cretenses también! Pero nosotros, laverdad, nos inclinamos a creer que eranorejas alemanas». Y al acabar suhistoria, el comandante Burchardtsonrió. El que no sonrió fue Clifton.Quizá la historia fuera auténtica, pero leparecía desplazado el contarla en

Page 684: Rommel   desmond young

aquellos momentos…Los barcos-hospitales eran para

Rommel un punto delicado. Se indignómucho cuando se enteró de que laMarina inglesa los conducía a Malta,cuando los capturaba, para serexaminados, y se puso más furiosotodavía cuando le informaron de quealgunos de los barcos-hospitales habíansido atacados en alta mar por la RAF.Cuando se disponía a redactar unaenérgica nota de protesta se enteró dealgo que le dejó estupefacto: un generalitaliano, por miedo a atravesar en aviónel Mediterráneo, había tomado pasaje abordo de un barco-hospital, siendo

Page 685: Rommel   desmond young

desembarcado en Malta ocupando unacamilla, cuando en verdad no estabaherido. Sus últimas ilusiones seevaporaron cuando asistió a unaconferencia, en julio, antes de la acciónde El Alamein. Rommel se quejó allíamargamente de que su avance se vieraparalizado por escasez de carburante.Tres petroleros acababan de serhundidos en sólo dos días. Cavallerointentó tranquilizarle. Le dijo que sehabía planeado otro tipo de medios paraabastecerle: el carburante seríatransportado en las bodegas secretas delos barcos-hospitales. Rommel sevolvió con violencia hacia el general

Page 686: Rommel   desmond young

italiano: «Si hacemos estas cosas, ¿conqué autoridad podré yo protestar contralas inquisiciones de los ingleses ennuestros barcos-hospitales?», le dijocon dureza. Cavallero quedósorprendido y resentido.

Para sintetizar el estado de ánimoque prevalecía en la guerra del desierto,debo citar el testimonio del general vonRavenstein, quien dice:

Cuando llegué a El Cairo fui recibidocon mucha cortesía por el ayudante decampo del general Auchinleck. Luego seme introdujo en el despacho del propiogeneral, y éste, tras estrechar mi mano,me dijo: «Le conozco a usted muy biende nombre. La división que usted

Page 687: Rommel   desmond young

mandaba y usted personalmente hanluchado con espíritu caballeresco.Deseo tratarle a usted tan bien como mesea posible…». Antes de abandonar ElCairo, supe que el general Campbellhabía sido condecorado con la «VictoriaCross». Pedí y obtuve permiso paraescribirle. Todavía conservo una copiade la carta que le envié, puedo dársela,si le interesa.

La cita carta dice así:

Abasia, 10 febrero 1942

Querido mayor general Campbell:He sabido por el periódico que fue usted

mi valiente adversario en la batalla detanques de Sidi Rezegh el 21 y el 22 denoviembre de 1941. Fue mi 21.a división de

Page 688: Rommel   desmond young

panzers la que combatió aquellos díascontra la 7.a división blindada, por la quesiento la más viva admiración. También el7.o grupo de apoyo de la Artillería Real,bajo las órdenes de usted, nos hizo muypenoso el combate, y aún me parece oír elsilbido de sus obuses en las cercanías delaeródromo.

Los camaradas alemanes le felicitan austed de todo corazón por la concesión dela «Victoria Cross».

El que fue su enemigo durante la guerra,pero con el mayor respeto,

VON RAVENSTEIN.

“Jock” Campbell, al volcar su cochecerca de Buq-Buq, moría poco después.

Page 689: Rommel   desmond young

Pero tuvo tiempo de recibir la carta devon Ravenstein y de hacer que copias dela misma fueran colocadas en las salasde oficiales, inmediatamente después dela revista militar durante la cual le fueentregada su preciada condecoración.

Sobre la cuestión del espíritucaballeresco en la guerra caben dosposiciones distintas. O bien la delgeneral von Ravenstein, o bien la delgeneral Eisenhower, que escribe enCrusade in Europe:

Cuando el general von Arnim pasó porArgel, camino del campo de prisionerosdonde debía ser internado, algunosmiembros de mi Estado Mayor estimaron

Page 690: Rommel   desmond young

que, respetando costumbres del pasado, yodebía permitirle hacerme una visita. Talcostumbre tiene su origen en el hecho deque los mercenarios de tiempos pasados noexperimentaban animosidad alguna haciasus adversarios en el combate. Entonces losdos bandos se batían por el puro placer deluchar, ajenos a todo sentimiento del deber,y muy a menudo con la sola finalidad deganar dinero. En el siglo XVIII, un jefemilitar que caía prisionero se convertía,durante semanas y hasta meses enteros, enel huésped de honor de su vencedor. Latradición en virtud de la cual los militaresde carrera son hermanos de armas hapersistido, bajo una forma degenerada,hasta nuestros días.

En lo que a mí se refiere, la SegundaGuerra Mundial me afectaba personalmentehasta el punto de impedirme compartir esos

Page 691: Rommel   desmond young

sentimientos y costumbres. A medida que laguerra se desarrollaba, se fortificaba en míla convicción de que nunca como ahora, enuna guerra en la que se enfrentaban tantospueblos, habían tenido que oponerse lasfuerzas que defendían el bien de lahumanidad y los derechos del hombre a unatan malvada conspiración, con la que nocabía aceptar compromiso alguno. Ya queno podía pensarse en un mundo humanohasta la completa destrucción de las fuerzasde Eje, esta guerra fue para mí unacruzada…

En este caso particular, mandé a mioficial de información que reuniese todoslos datos posibles acerca de los generaleshechos prisioneros; pero en lo que a míconcernía, sólo me interesaban losgenerales todavía en libertad. No permitiríaa ninguno de ellos que se presentara ante

Page 692: Rommel   desmond young

mí. Y observé esta conducta hasta que acabóla guerra. Jamás dirigí la palabra a ungeneral alemán hasta el día en que elmariscal Jodl firmó el acta de rendición enReims, en 1945, y las únicas palabras queentonces dije a Jodl fueron para decirle queyo le consideraba enteramente responsabledel cumplimiento de los términos de larendición.

El general Eisenhower es un hombreinteligente y generoso, con quien a nadiele gusta estar en desacuerdo. Su actitudes perfectamente lógica y comprensible.De todos modos, no faltan quienespiensan que, incluso desgastadas hastael extremo máximo, ciertas tradicionesmerecen ser conservadas. Sobre todo,

Page 693: Rommel   desmond young

pensando en el momento en que,acabadas las guerras, vencedores yvencidos se ven obligados a vivir ytrabajar en un mismo mundo.

Page 694: Rommel   desmond young

9

EL FINAL DE ÁFRICA

Dejamos a Rommel a fines de julio,cuando daba los primeros golpes —nomuy firmes aún— contra las puertas deAlejandría. Se enfrentaba ahora con una

Page 695: Rommel   desmond young

posición no encontrada antes en eldesierto: una oposición que no podía sercercada. En efecto, el flanco derecho delos ingleses se apoyaba en el mar, suflanco izquierdo, setenta kilómetros alsur, en las arenas movedizas,consideradas «infranqueables», de ladepresión de Qattara (Randall Plunkett,del regimiento de Caballería de losGuías, se hizo muy impopular entre lagente de la sección del Estado Mayorencargada de los planes, cuando,retirándose de Siwa, consiguió atravesarcon sus tanques aquella regiónconsiderada inexpugnable). La posición,desde luego, había sido preparada para

Page 696: Rommel   desmond young

su defensa mejor de lo que imaginabanlos alemanes.

Todo esto no quiere decir, sinembargo, que el VIII ejército estuvieratotalmente a la defensiva. Aún hoy essentimiento generalizado en Inglaterraque el VIII ejército se había agazapado,atemorizado, tras El Alamein, despuésde haber retrocedido desde la fronteraen franca derrota, mientras en El Cairoel Estado Mayor, presa de pánico,quemaba montones ingentes dedocumentos, pronto a retirarse aPalestina o al Este africano. También,según la leyenda popular, el generalMontgomery llegó entonces como caído

Page 697: Rommel   desmond young

del cielo, y reconstruyendo, o hastacreando, ese ejército, transformó envictoria lo que parecía derrotairreparable.

Esa leyenda es injusta con el VIIIejército; se opone incluso a la verdad delos hechos. Es cierto que a principios dejulio hubo una cierta desorientación. Enla fecha que localmente recibió elnombre de «Miércoles de Ceniza»fueron quemados, en efecto, muchosdocumentos. Hubo también laevacuación de algunos civiles y de lasmujeres. La flota abandonó Alejandría,donde estaba demasiado expuesta a losbombardeos enemigos. Tomando

Page 698: Rommel   desmond young

asimismo una medida de elementalprudencia, se dispuso todo para poner elDelta en condiciones de defenderse enel caso de que los alemanes rompieranlas defensas de El Alamein. Llegó apensarse hasta en una posible retirada«combatiendo» en dirección al sur,hacia los valles del Nilo, Palestina oincluso hacia Irak, si el Delta sucumbíatambién. Hacía ya tiempo que se habíaelaborado una serie de planes pensandoen toda clase de eventualidades, obra delos Estados Mayores especializados,que para eso están. No dudamos de queexistían planes concretos hasta paracontinuar la guerra desde Canadá, en el

Page 699: Rommel   desmond young

supuesto de que el Gobierno inglésllegara a verse obligado a abandonarInglaterra.

Podemos añadir que el generalAuchinleck no tenía más intenciones dedejar El Alamein, que Churchill deabandonar Londres. Por el contrario, alo largo de todo el mes de julio, el VIIIejército atacó insistentemente alenemigo, intentando arrebatarle lainiciativa de las operaciones y, si eraposible, destrozarle en sus mismasposiciones. El primer combate se libróel 2 de julio, a continuación de un ataquesin éxito de Rommel contra El Alamein.Los combates, muy reñidos,

Page 700: Rommel   desmond young

prosiguieron durante varios días, ysolamente la falta de tropas de reservainterrumpió el avance del 13.o cuerpo deejército, que por esa causa hubo dedetenerse. El día 10 de julio, la 9.a

división australiana se apoderó de laimportante posición de Tel el Eisa, aloeste de El Alamein, conservándola apesar de los duros y repetidoscontraataques enemigos. En un ataquenocturno que emprendieron el 14 dejulio, la División neozelandesa y la 5.a

brigada de infantería hindú lograronganar terreno en las importantes crestasde la cordillera Ruweisat. En la nochedel 16 de julio los australianos ocuparon

Page 701: Rommel   desmond young

la cadena montañosa de El Makh Ahad,hacia el sur. Rommel reaccionó entoncescon dureza y violencia, ya que con todoello habíamos perforado sus líneas.

El 21 de julio, mientras que losaustralianos atacaban por el norte, ladivisión de Nueva Zelanda, sostenidapor tanques, fue lanzada contra el centrodel frente, con el fin de intentar cortar endos la posición enemiga. Pero al serderrotados nuestros tanques, laoperación fracasó. Otro ataqueimportante tuvo lugar el 26 de julio; fuelanzado hacia el norte de la cuña quehabíamos logrado en Tel el Eisa. Trasunos duros contraataques alemanes,

Page 702: Rommel   desmond young

también esta operación fracasó, en parteporque la infantería no logró abrirse uncamino a través de los campos de minasenemigos capaz de permitir el avance denuestros tanques, pero sobre todofracasó porque faltaron fuerzas derefresco, bien entrenadas, que hubieranpodido contener el vigoroso asalto delenemigo.

El 30 de julio el general Auchinleckhubo de convencerse a regañadientes deque, dadas las fuerzas de que disponía,resultaba imposible emprender ningunanueva ofensiva. Confiaba en poderreanudar sus ataques a mediados deseptiembre, fecha en la que dispondría

Page 703: Rommel   desmond young

de las siguientes fuerzas: la 44.a

división recién llegada de Inglaterra,que estaba siendo intensamenteentrenada para la guerra en el desierto;la 8.a división blindada, también llegadahacía poco y que estaba recibiendocomo equipo tanques norteamericanosde talla media; y la división blindada,reforzada en su equipo y en lapreparación de sus hombres. Endefinitiva, y pese a la fuerte presiónejercida por el Gabinete, el generalAlexander, de acuerdo con el generalMontgomery, retardó aún un mes más lamencionada fecha[11].

Mientras tanto, el general

Page 704: Rommel   desmond young

Montgomery disponía de otras dosdivisiones inglesas y de gran cantidadde tanques nuevos y de cañones, todosde una alta calidad hasta entoncesdesconocida en el VIII ejército. Esindudable que el aplazamiento de lafecha fijada tuvo como justificación losresultados obtenidos, ya que el generalMontgomery llevó a buen fin suempresa. Tampoco puede dudarse deque fue la extrema confianza que tenía elgeneral en sí mismo y sus dotes para «elcontacto humano» lo que hizo queelectrizara a sus tropas. Jugaba con laventaja que ofrece la novedad: inspiróprimeramente curiosidad, luego interés y

Page 705: Rommel   desmond young

finalmente admiración. Admiración,desde luego, bien merecida. Aunreconociendo todo esto, sería un errorquerer magnificar su gran victoria y susindiscutibles cualidades personalesdiciendo que en el momento en que tomóel mando, el VIII ejército había dejadode existir como fuerza combatiente. Hayque recordar, por el contrario, que a lolargo del mes de julio ese ejército habíacapturado más de 7.000 prisioneros yhabía frenado el avance de Rommel endirección al Delta. En definitiva, habíaabierto el camino a aquella ofensiva degran envergadura que su debilidad leimpedía llevar a cabo por sí mismo.

Page 706: Rommel   desmond young

El punto de vista alemán aporta unacento irónico, pero también algotrágico, a los comentarios anteriores.«Los ataques que lanzaron ustedes enjulio nos impresionaron y nosfastidiaron mucho», cuenta el generalBayerlein, y añade: «Entre los días 10 y26 estuvieron ustedes a punto de rompernuestras posiciones. Si hubierancontinuado ustedes un par de días máscon su ofensiva, la hubieran coronadocon pleno éxito. El día 26 de julio,concretamente, resultó decisivo. Nuestraartillería pesada carecía de municiones;Rommel estaba decidido a retirarsehacia la frontera en el caso de que

Page 707: Rommel   desmond young

continuaran ustedes con su ofensiva».Dejando aparte toda cuestión

referente a las reputaciones personales,hay que decir que fue bueno paranosotros y muy malo para Rommel elhecho de que la ofensiva no sereanudara. Si Rommel se hubiera vueltoa instalar en sólidas posicionesnaturales de carácter defensivo, sobrelas escarpadas alturas de la frontera, consus líneas de comunicacionesrecortadas, nos hubiera costado luegomuchas penas y fatigas desalojarlo deellas. En esas condiciones, con todaprobabilidad hubiera evitado Rommel laderrota aplastante que luego cayó sobre

Page 708: Rommel   desmond young

él. En tal caso, no hubiera existidoninguna objeción política o psicológicaal hecho de que se replegara mucho másallá de la frontera, ya que ninguna habíahabido a su repliegue a partir del ElAlamein. En todo caso, su suerte habríasido aplazada por mucho tiempo, puesnuestra nueva preparación para unaofensiva, a seiscientos kilómetros más aloeste, nos hubiera exigido mucho mástiempo. En realidad, una ofensiva así nohubiera podido estar a punto antes deldesembarco anglonorteamericano enÁfrica del Norte, el 8 de noviembre.Rommel se hubiera percatado en talcaso de que en el desierto se encendía la

Page 709: Rommel   desmond young

luz roja del peligro, y se hubiera podidoretirar, a su debido tiempo, hasta Túnez.

¿Por qué no se replegó Rommel tanpronto comprendió que no podríaconseguir la ruptura del frente que lepermitiera llegar hasta El Cairo? A estapregunta numerosos críticos, tanto delbando alemán como del nuestro, handado una misma respuesta: Rommelignoraba la «logística»[12]. MiltonShulman afirma en su Defeat in theWest:

Su evidente debilidad en el terrenoadministrativo impide que puedaconsiderársele por mucho tiempo comoun gran general.

Page 710: Rommel   desmond young

Algo menos acerbo, Liddell Harthace observar:

Puede uno hallar en él un defectoevidente: su tendencia a desdeñar ellado administrativo de la estrategia.

Estas críticas reposan todas, alparecer, en una respuesta que dioRommel a Halder cuando éste leinterrogaba sobre los problemas deabastecimiento: «Eso es cuestión deusted», más bien que en alguna pruebapositiva de la ineptitud de Rommel paraapreciar la importancia de la logística.En verdad, el problema delabastecimiento era de la incumbencia

Page 711: Rommel   desmond young

del Alto Mando alemán, pero en primerlugar correspondía al Alto Mandoitaliano. Aislado en su Cuartel Generaldel desierto, Rommel no podía hacerotra cosa que pedir lo que necesitaba einsistir una y otra vez para que se lodieran. No estaba a su alcance vigilardesde el aire los convoyes ni marcarloscon su distintivo. No podía obligar a lositalianos a entregarle la gasolina que,según se decía, abundaba en Italia delSur, pero de la cual no disponía ni lamisma flota italiana. No podía tampoco,por propia iniciativa, retirar de Franciaalgunas divisiones alemanas que ningunautilidad tenían allí, dado que en 1942

Page 712: Rommel   desmond young

ninguna tentativa de desembarco aliadoera posible todavía.

Todo lo que Rommel podía hacerera discutir, pedir, protestar; y eso hacíaincesantemente, con gran disgusto de lositalianos y hasta de su propio jefe deejército. No se hallaba Rommel en lamisma situación que un año después elgeneral Eisenhower, cuando quisoconcentrar un cuerpo de ejército al estede Tebessa, en ocasión de lasoperaciones en África del Norte. DiceEisenhower:

Los estados mayores logísticos seopusieron a mi proyecto… Se deshacíanen lamentos, pretendiendo que no

Page 713: Rommel   desmond young

podríamos mantener allí más que unadivisión blindada y un regimientosuplementario. Para empezar, ordené enprimer lugar que se concentraran cuatrodivisiones formando un cuerpo deejército y dije a los especialistas de lalogística que tenían que encontrar elmedio de abastecerlas.

Aquél era, en efecto, un asunto delos logistas, y nadie se atreverá a decirque el general Eisenhower desconocíala logística…

Podemos citar a este respecto otrofragmento de Crusade in Europe, quesubraya la importancia de los resultadosobtenidos cuando hay cerebros ágiles ymanos diligentes a uno y otro lado de la

Page 714: Rommel   desmond young

línea:

Una magnífica acción llevada a cabo enWashington nos permitió conducir 5.400camiones al teatro de operaciones. Estosrefuerzos, pese a mejorarconsiderablemente nuestros transportesy nuestro abastecimiento, condicionaronen profundidad nuestras operacionesulteriores. Las circunstancias querodearon su llegada a África del Norteson tales, que pueden servir para hacerque enmudezcan los que acostumbran apresentar nuestros departamentos deGuerra y Marina dominados siemprepor la rutina. Este cargamento exigía unconvoy especial en una época en queescaseaban los barcos mercantes y deescolta. Cuando el general Somervellacudió a verme a mi Cuartel General, le

Page 715: Rommel   desmond young

expliqué la urgente necesidad queteníamos de aquel material. Él mecontestó que podía cargarlo en tres díasfuera de los puertos norteamericanos, acondición de que la Marina aportara laescolta necesaria. Entonces expuse elproblema al almirante King, que sehallaba entonces en Casablanca. Horasmás tarde me enviaba un escueto: «Sí».Y los camiones comenzaron a serdesembarcados en África tres semanasdespués de mi primera gestión.

Hasta septiembre de 1942 Rommelestuvo viendo cómo el general Halder«era incapaz de reprimir una sonrisaapenas cortés» cada vez que le pedíarefuerzos. La obstinación de Rommelhubiera sido inexcusable si sus

Page 716: Rommel   desmond young

peticiones hubiesen sido totalmenteirrazonables, o en el caso de que lehubieran contestado que, razonables oirrazonables, sus peticiones no podíanser satisfechas a causa de otroscompromisos anteriores. Pero la verdades que a principios de 1942 le podíanhaber facilitado fácilmente los escasosrefuerzos que necesitaba para ocupar ElCairo. En aquella época, tropas yabastecimientos hubieran llegado a élsanos y salvos. En las postrimerías delverano de 1942, cuando los ingleseshabían recuperado ya el control delMediterráneo oriental y los alemanes nopodían pasar ya impunemente a sus

Page 717: Rommel   desmond young

anchas por Malta, Kesselring yCavallero engañaron a Rommel,prometiéndole refuerzos y una soluciónrápida a sus problemas deabastecimientos. El 27 de agosto, pocoantes de la batalla de Alam el Halfa, enuna conferencia que tuvieron con él, legarantizaron seis mil toneladas decombustible, mil de ellas servidas porvía aérea. «Hago de esa promesa unacondición esencial; la suerte de labatalla depende de ella», dijo Rommel.«Ponga en marcha su ofensiva —respondió Cavallero—, el combustibleestá ya en camino». Eran promesas quejamás debían haber hecho Cavallero ni

Page 718: Rommel   desmond young

Kesselring, y menos éste que aquél, puesKesselring conocía mejor que nadie lasconsecuencias de la llegada a Malta delos Spitfires.

El Estado Mayor de Rommelsospechaba incluso que Kesselring hacía«doble juego», acusándole en particularde enviar a Goering informes contrariosa l Afrika Korps al mismo tiempo quemanifestaba al Alto Mando que todo ibabien por África del Norte. Eso esmostrarse injusto con Kesselring, quesólo podía actuar por conducto de lositalianos. De todos modos, Ciano hablael 9 de septiembre de 1942 de unKesselring «que corría a Berlín para

Page 719: Rommel   desmond young

quejarse de Rommel». Tan sólo unasemana antes, Cavallero había «repetidosus declaraciones optimistas,asegurando que antes de ocho días sereanudaría la marcha (hacia el Delta)».Pero el mejor resumen de todo esto,aparece en un malicioso comentario deCiano:

Las victorias encuentran siempre uncentenar de padres, pero las derrotasson siempre huérfanas.

El caso es que Kesselring, en tantoque comandante en jefe del sector surera el superior inmediato de Rommeldesde abril de 1942; si hubiera querido,

Page 720: Rommel   desmond young

hubiera podido ordenarle, ya que noavanzara hasta El Alamein, ya que noatacara, o bien incluso que se replegara.

A últimos de julio, el generalAuchinleck estimó con razón queRommel atacaría seguramente antes deque acabara el mes de agosto. Añadíaque Rommel «difícilmente sería tanfuerte como para intentar la conquistadel Delta, a menos que lo hicieraarriesgando mucho y contando con unafuerte protección aérea». En verdad,Rommel afrontó la batalla de Alam elHalfa muy desventajosamente, enparticular por el hecho de que atacaba aun enemigo atrincherado en posiciones

Page 721: Rommel   desmond young

defensivas. Aunque contara con unaligera superioridad numérica, hay queseñalar que seis de sus divisiones eranitalianas y tuvo que «reforzarlas» y«endurecerlas» con los únicos refuerzosalemanes de que disponía: la 164.a

división de infantería y la brigada deparacaidistas Ramcke, compuesta decuatro batallones. No poseía, en cambio,superioridad de ninguna clase encañones y en tanques. La RAF, además,dominaba en el aire de maneraindiscutible. La posición de El Alamein,por sus características, excluía laposibilidad de un ataque por sorpresa,reduciendo también los frutos de la

Page 722: Rommel   desmond young

habilidad maniobrera de los atacantes.A esto hay que añadir que Rommel sehallaba tan enfermo —con una infecciónen la nariz y el hígado inflamado,probablemente a consecuencia de unaictericia mal cuidada— que no podía nisiquiera salir de su camión. Y paraalguien que como Rommel daba másimportancia a la observación principal ya sus juicios durante la batalla que alfruto de planes preconcebidos, estoúltimo era el impedimento de más peso.

Rommel trató de ganar la batalla delúnico modo posible para él: fintandohacia el norte, lanzando en el centro unataque destinado a inmovilizar al

Page 723: Rommel   desmond young

enemigo y poniendo su mayor esfuerzoen el sur. Su intención era penetrar en laDepresión Qattara y luego lanzarsehacia el mar, por el norte. Esperaba deesta manera rodear toda la posición,como había hecho tres meses antes conlas defensas de Gazala. De conseguirloahora también, el VIII ejército caería enel cepo y sus comunicaciones quedaríancortadas.

Desgraciadamente, esto era lo quehabían previsto los generales Alexandery Montgomery que haría Rommel,previsiones que ya antes habían hechotambién el general Auchinleck y elmayor general Dorman-Smith. Desde el

Page 724: Rommel   desmond young

mismo momento en que llegó al desierto,el general Montgomery vio que paradarle a Rommel una réplica eficaz eranecesario evitar la lucha en el flancoizquierdo, fortificar las crestas de Alamel Halfa, que Rommel no descuidaría, yllegar los tanques hasta estas defensas.Por eso concentró al completo la 44.a

división, atrincherándola en la cadenamontañosa, con artillería y tanquesprestos a apoyar su acción. Con muchaastucia, Montgomery se las habíaapañado para que un mapa «decarreteras» cayese en poder delenemigo; el mapa mostraba la existenciasupuesta de buenos lugares de paso al

Page 725: Rommel   desmond young

sur de Alam el Halfa, cuando enrealidad sólo había en aquellos lugaresmucha arena fina.

Hay que hacer justicia a Rommel ydecir que su fingerspitzengefuhl acudióa socorrerle, hasta cuando yacía,enfermo, dentro de su camión. «Rommelquiso romper el combate desde laprimera mañana, tan pronto le parecióevidente que el efecto de ataque porsorpresa no nos favorecía a nosotros»,ha contado Bayerlein, añadiendo: «Leconvencí de que me dejara continuar amí. (Bayerlein mandaba entoncestemporalmente el Afrika Korps, porhaber sido herido el general Nehring en

Page 726: Rommel   desmond young

el curso de un ataque aéreo la noche del31 de agosto). La fortaleza de las líneasdefensivas de la cadena de Alam elHalfa fue para mí una sorpresa absoluta.Estaba persuadido de que podríaapoderarme de ellas y por eso insistídemasiado en mis ataques».

Cuando Bayerlein me decía esto, lemostré el fragmento del libro de AlanMoorehead donde el autor describecómo el general Montgomery señaló conel dedo la posición de Alam el Halfa tanpronto miró el mapa. Bayerlein mecontestó moviendo la cabeza con airetriste: «¡Magnífico, magnífico! ¡Fue unestupendo trabajo de general!».[13]

Page 727: Rommel   desmond young

Había en sus palabras el respeto propiode un profesional que elogia a otro.

Por lo demás, el general Bayerleinconsideraba que fue decisiva la acciónde la RAF «Nos atacaba a toda hora, dedía y de noche, me contó. La RAF noscausaba entonces más pérdidas quenunca. La superioridad aérea de ustedesfue el factor más importante, por nodecir el más decisivo». Y acabóhaciendo un par de observacionesseveramente críticas acerca deKesselring, quien había prometido, entreotras cosas, que la Luftwaffe dominaríaen el aire.

Ya con la partida perdida, Rommel

Page 728: Rommel   desmond young

comenzó a replegarse el 3 deseptiembre. Con mucha inteligencia, elgeneral Montgomery no quiso lanzarseen su persecución; podía permitirse ellujo de esperar.

Tres semanas después, Rommel sevio obligado a «declararse enfermo» yregresar a Alemania para ser atendido.Era la primera vez en la vida que sehallaba así, excepto en una ocasión, enque fue herido. Antes de ingresar en elhospital de Semmering, fue recibido porHitler en el Cuartel General de éste.Rommel comunicó al Führer que elgrupo de panzers de África estaba a laspuertas de Alejandría, pero que no

Page 729: Rommel   desmond young

podría ir más allá si no recibía refuerzosy no se mejoraba su abastecimiento.Sobre todo, no podía hacerse nada sincontar con el indispensable combustible.Ciano escribe en su diario del 2 deseptiembre: «Tres de nuestrospetroleros han sido hundidos en dosdías»; y el día 3: «Continúa eltorpedeamiento de nuestros barcos; estanoche nos han hundido otros dos»; ytambién con fecha 4: «Otros dos barcoshan sido hundidos esta noche».

Rommel recibió entonces nuevasgarantías, y esta vez emanaban de la másalta autoridad: «No se preocupe usted—le dijo Hitler—, mandaré a África

Page 730: Rommel   desmond young

todos los refuerzos necesarios. No temanada, de todos modos llegaremos aAlejandría». Y explicó a Rommel lahistoria según la cual se estabanfabricando en serie unidades navales depequeño tonelaje, especialmentedestinadas a África; según Hitler,doscientas de aquellas unidades estabanya a punto de ser entregadas. Iríanarmadas cada una de ellas con doscañones de 88 mm., por lo cual seríanmás difíciles de interceptar que lospetroleros. Podrían deslizarse al amparode la noche y gracias a ellas quedaríarápidamente resuelto el problema delaprovisionamiento de combustible. No

Page 731: Rommel   desmond young

se ha encontrado ninguna «minuta»referente a tales unidades entre losinformes de las Conferencias de Hitlersobre Asuntos navales en 1942; pero esposible que el Führer quisiera referirsea las embarcaciones ligeras, llamadas,para honrar el nombre de su inventor,Siebelfaehren. Se trataba de unidadesnada adecuadas para el trabajo en elmar, y además sólo existían algunosprototipos, en su mayoría dentro de losastilleros, para reparar. Y no había ni lamenor señal de que fueran a construirseen serie. Como de costumbre, en sucharla con Rommel dejó correr una vezmás su calenturienta imaginación…

Page 732: Rommel   desmond young

Pero no fue esto todo. Después de laentrevista, Hitler llevó a Rommel a verlos prototipos del tanque «Tigre» y delNebelwurfer, el formidable morteromúltiple con el que más tarde tuvimosque enfrentarnos en Italia. También estasarmas, al decir de Hitler, iban aproducirlas en serie, y el frente deÁfrica tenía la prioridad para recibirlas.De hecho, añadió el Führer, grandescantidades de aquellos Nebelwurferserían arrojadas desde aviones, para locual serían movilizados todos lostransportes aéreos. De paso, habló aRommel también de una nueva armasecreta, de tal potencia que su soplo

Page 733: Rommel   desmond young

«derribaría a un hombre de su caballo auna distancia de más de cuatrokilómetros».

Esta última fanfarronada provocóuna franca carcajada en Rommel. Sinembargo, tal vez no exagerara muchoHitler. Basta recordar que con motivodel primer ensayo de la bomba atómica,cerca de Nuevo Méjico, mi inmuebleque se hallaba a siete kilómetros dellugar del la explosión fue desplazado auna distancia de sesenta centímetrossobre sus fundamentos de cemento…

En definitiva, tras ver el tanque«Tigre» y el mortero Nebelwurfer, tomóen serio las promesas de Hitler, como

Page 734: Rommel   desmond young

puede deducirse del discurso tan llenode optimismo que pronunció en Berlínante los corresponsales de la prensaextranjera, el 3 de octubre, profetizandoque los alemanes no tardarían en llegar aAlejandría. (El general von Thoma, quele había visto pocos días antes de supartida de África del Norte, tuvo laimpresión de que Rommel no estaba tanconfiado como podía dar a entender, yque sólo hablaba con firmeza yseguridad para impresionar a las tropas,especialmente a las italianas. Hay quedecir, de todos modos, que estaimpresión de von Thoma correspondía aun tiempo anterior a la entrevista de

Page 735: Rommel   desmond young

Rommel con Hitler). Podemos decir quehasta una semana más tarde no empezóRommel a tener dudas sobre laspromesas del Führer. Se confió en talsentido con su mujer. «Me pregunto sino me contó todo aquello con el solo finde calmarse», le dijo, pensativo. Porprimera vez, experimentaba ciertadesconfianza hacia el Führer.

Sin embargo, en el curso de la citadaentrevista, los dos hombres habíanacordado que Rommel no regresaría aÁfrica del Norte. Cuando abandonara elhospital, se le encargaría del mando deun grupo de ejércitos en la Ucraniameridional, y el general Stumme le

Page 736: Rommel   desmond young

remplazaría al frente del Grupo depanzers de África. Hitler daba muestrasde gran preocupación por la salud deRommel, y dijo que un cambio de airesle sentaría bien. Tal vez lo quepreocupaba a Hitler era que no quedarande manifiesto sus propias petulancias.

Cuando Rommel se hallaba todavíaen el hospital de Semmering, Hitler letelefoneó personalmente. Era a mediodíadel 24 de octubre. «Rommel —le dijo—, tengo muy malas noticias de África,la situación me parece sombría. ¿Sesiente usted ya bien para regresar allí, y,sobre todo, desea usted volver?».Rommel llevaba sólo tres semanas en

Page 737: Rommel   desmond young

tratamiento, estaba aún enfermo y deningún modo se encontraba encondiciones de regresar al desierto paralibrar una batalla implacable. Perorechazar la invitación de Hitler era algoque ni pasaba por su imaginación; sucorazón estaba con el Afrika Korps. Así,pues, a las siete de la mañana del díasiguiente tomaba ya el avión. Hizoescala en Italia para conferenciar convon Rintelen sobre el eterno problemadel abastecimiento de combustible, otranueva escala en Creta y el mismo día alas ocho de la tarde estaba de nuevo ensu Cuartel General de África del Norte.

Cuando él llegó, la batalla estaba ya

Page 738: Rommel   desmond young

perdida. «La lucha en El Alamein estabaperdida antes de comenzarla, porquecarecíamos de combustible», diría mástarde el general Cramer. Y el generalBayerlein, que llegó al terreno debatalla dos días después que Rommel,tras gozar de un breve permiso,añadiría: «Nada podía hacer Rommel.Se hizo cargo de una batalla en la que yahabíamos lanzado todas nuestrasreservas. Ninguna nueva decisión podíacambiar el desarrollo de losacontecimientos».

Por increíble que pueda parecer, losservicios alemanes de informaciónestaban convencidos de que los ingleses

Page 739: Rommel   desmond young

no estarían en condiciones de atacar enoctubre. El Alto Mando alemán habíaenviado especialmente a uno de susoficiales para que proclamara aquellateoría a comienzos de mes. ¿A quéextrañarse, pues, de que el infortunadogeneral Stumme sucumbiera a un ataquecardíaco veinticuatro horas después deque Montgomery comenzara su granbombardeo? (Parece ser que, enrealidad, Stumme cayó o saltó de suvehículo durante un ataque aéreo inglés,sin que el conductor que le acompañabase diera cuenta. El coche volvió sin elgeneral, que posteriormente fueencontrado muerto).

Page 740: Rommel   desmond young

Hay que decir, en favor de Stumme,que había heredado el plan de defensade Rommel. Bayerlein me ha aseguradoque este último había previsto hasta elmenor detalle del dispositivo de defensaantes de abandonar África. Sudesconfianza respecto a las divisionesitalianas le había llevado a tomar ladecisión, poco corriente en él, derepartir sus tanques: la 15.a divisiónestaría en el extremo norte y la 21.a en elsur. Las dos se hallaban de ese mododemasiado cerca de la línea de fuego,subdivididas además en grupos decombate.

La desconfianza de Rommel estaba

Page 741: Rommel   desmond young

justificada. Aterrorizados por el fuegode un millar de cañones, atacados por laaviación incesantemente, los italianoscarecían casi por completo de espíritucombativo cuando lanzamos nuestroataque. Y no cabe duda de que sehubieran dispersado más velozmente aúnde lo que lo hicieron, si no hubieranestado entre ellos fuerzas de infantería yde paracaidistas alemanes.

En esta ocasión, el generalMontgomery disponía de una enormesuperioridad numérica en hombres, encarros de combate, en cañones y enmuniciones. Y el Alamein fue unabatalla de material, al estilo antiguo. No

Page 742: Rommel   desmond young

queremos decir con eso que fuera tansólo un diluvio de acero. Por nuestraparte, habíamos preparado un minuciosoplan con el fin de hacer creer al enemigoque habría un ataque por el sur, cuandolo que estaba secretamente a punto era elataque por el norte. Habían sidoadoptadas las más ingeniosas medidas,dando a entender que la preparación enel sur no estaba aún acabada. Centenaresde falsos vehículos sirvieron paradisimular los verdaderos tanques en laszonas de concentración; también fueronedificadas falsas plataforma sobre losemplazamientos de las baterías, demanera que los auténticos cañones

Page 743: Rommel   desmond young

pudieran colocarse debajo, ocultos alamparo de la noche. Por otro lado,cañones falsos y falsos tanquesreemplazaron a los de verdad en lasregiones de ataque, mientras éstosavanzaban hacia la primera línea. Laconstrucción de falsos parques deaprovisionamiento se llevó a cabo en elsur, y con tal lentitud que si hubiesensido auténticos, no hubieran podidoestar a punto lo menos hasta noviembre.Se utilizó igualmente una falsa redradiofónica, que lanzó mensajes falsos,y fue edificado un falso oleoducto, conestaciones de servicio y depósitos dementirijillas. Nada fue acabado,

Page 744: Rommel   desmond young

deliberadamente, y se ejerció un severocontrol sobre todos los vehículos, con elfin de borrar sus huellas en la arena deldesierto.

En otro terreno, como la RAFapenas sí permitía que la Luftwafferealizara vuelos de reconocimiento, losservicio alemanes no podían servir másque informaciones erróneas, y fue tangrande el éxito de esta vasta maniobrade engaño, que los alemanes no llegarona conocer ni la fecha del ataque, ni ladirección del impulso principal, nipudieron descubrir la concentración denuestras fuerzas blindadas. Citemoscomo detalle significativo que sólo en la

Page 745: Rommel   desmond young

zona correspondiente al 13.o cuerpo deejército, en el norte, fueron instaladas,sin que los alemanes lograrandetectarlas, dos divisionessuplementarias, 240 cañones, 150tanques suplementarios, para no hablarde las 7.500 toneladas de combustibletambién disimuladas…

«Únicamente al tercer día de laofensiva concentró el enemigo todos susrecursos contra nuestro verdaderoataque», escribe el mariscal Alexander.Aquel «tercer día» fue precisamente lafecha (26 octubre) en que Rommel sehizo cargo de nuevo del mando. Es lícitopreguntarse si se hubiese dejado engañar

Page 746: Rommel   desmond young

tan completamente si se hubieraencontrado en África del Norte durantetodo el mes de octubre. Desde luego,Rommel no se hubiera fiado lo másmínimo de los informes del servicioalemán de información, acerca del cualtenía una pésima opinión.

Solamente delante de Bayerlein,llegó Rommel a admitir que la batallaestaba perdida. Lo cual no le impidiótampoco hacer un esfuerzo desesperadopara ganarla. En el norte, la 15.a

división de panzers había sidoduramente castigada al lanzarse,fraccionada en grupos dispersos, contralas fuertes concentraciones de nuestro

Page 747: Rommel   desmond young

10.o cuerpo blindado. A las pocas horasde su llegada, Rommel procuróreagrupar a los supervivientes, hizotraer del sur, a marchas forzadas, la 21.a

división de panzers, hizo avanzar a la90.a división ligera y puso las bases deuna contraofensiva, ahora en el lugarjusto: el saliente inglés del norte. Dosdías antes, se hallaba aún en una camadel hospital de Semmering; aquellatarde, con el sol a sus espaldas, guiabaun ataque masivo de las dos fielesdivisiones que tantas veces le habíanseguido. Rommel conocía bien elterreno. Durante su viaje aéreo habíatenido tiempo para reflexionar. Se

Page 748: Rommel   desmond young

trataba ahora, no obstante, de una rápidaestimación de las condiciones propiasdel combate y de un meritorio esfuerzopara ganarlo.

El fuego combinado de nuestraartillería y de nuestros bombardeosaéreos destruyeron aquellacontraofensiva antes de que pudieralograr el contacto con nuestras fuerzas.Rommel la renovó el día siguiente, y denuevo fue aplastada (en esta ocasión,por la 2.a brigada de Rifleros y por losaustralianos). El mariscal no podía yareemplazar los tanques que habíaperdido. Siguió un salvaje y encarnizadocombate cuando la 9.a división

Page 749: Rommel   desmond young

australiana empujó hacia el norte,atacando con éxito a los alemanes.

Luego, el general Montgomerycambió la dirección del ataque. En lasprimeras horas del 2 de noviembre atacócon mayor empuje hacia el sur, en elpunto de convergencia de los alemanes ylos italianos. La infantería, abriendo unabrecha sobre un frente deaproximadamente cuatro kilómetros, diopaso a los tanques. Con todo, no fuecosa fácil pasar. La 9.a brigada blindadaperdió 87 tanques al enfrentarse con latradicional cortina de cañonesantitanques de Rommel. La 1.a divisiónblindada fue detenida en seco por la 21.a

Page 750: Rommel   desmond young

división alemana de panzers. «Elenemigo, al darse cuenta del peligro quecorría, se batió con toda la habilidadque le daba su larga experiencia en loscombates de tanques», escribió elgeneral Alexander en su informe,añadiendo: «Hubo un momento en queestuvieron a punto de abrirse paso através de nuestro saliente». Pero laoperación «supercarga» fue el principiodel fin para los alemanes. Aquella nocheRommel decidió replegarse. Podíaretirar casi la totalidad de sus fuerzasgracias a los medios de transporte deque disponía. Los italianos debíanmarchar a pie; pero la mayoría de ellos

Page 751: Rommel   desmond young

prefirieron rendirse antes que prestarsea las «atenciones» que les dedicaba laRAF a lo largo de su retirada. El día 3de noviembre, cuando ya habíacomenzado la retirada, llegó una ordendel Alto Mando alemán. Decía:

La situación exige que la posición de ElAlamein debe ser conservada mientrasquede en pie un hombre. No estápermitido abandonar ni un solocentímetro de terreno. ¡La victoria o lamuerte! Firmado: Adolfo Hitler.

Por vez primera Rommel conoció laindecisión, atrapado como estaba entredos estados de ánimo opuestos. Sabía de

Page 752: Rommel   desmond young

sobra que la orden de Hitler eraridicula; ejecutarla no haría más queponer de manifiesto el desastre yaevidente. Sin embargo, era una orden tanclara y explícita, que se sentía incapazde desobedecerla. Por eso, contra elparecer de Bayerlein, la dio a conocer alas tropas. El general von Thoma, quemandaba el Afrika Korps, pidióautorización para retirarse a Fuka elDaba. Rommel se la negó. Sin embargo,von Thoma retiró sus tropas durante lanoche «Yo no puedo tolerar la orden deHitler», dijo para justificarse. Rommelcerró los ojos ante el hecho consumado.

El día siguiente por la mañana, von

Page 753: Rommel   desmond young

Thoma quiso comprobar por sí mismo laverdad de un informe al que Rommel noquería dar crédito y según el cualalgunas columnas británicas, tras haberrealizado una ruptura en el frente sur, seencontraban ya al oeste de los alemanes.Hacia mediodía, no habiendo tenido másnoticias de von Thoma, el generalBayerlein salió en su busca a bordo deun automóvil de la plana mayor demando. Cuando estaba cerca de laposición de Ted el Mansr, un nutridofuego le obligó a bajar de su vehículo yganar a pie la cresta próxima. Se hallabaa unos doscientos metros de ella cuandodescubrió a von Thoma, de pie sobre su

Page 754: Rommel   desmond young

tanque en llamas. Tanques ingleses del10.o regimiento de húsares le teníancercado. Todos los tanques y cañonesantitanques alemanes de la posiciónhabían sido destruidos. Bayerlein esperóel momento preciso en que los vehículosingleses avanzaron en dirección a vonThoma para hacerle prisionero.Entonces, logró retirarse sin serlocalizado. Ya de regreso en el CuartelGeneral, al sur de Daba, oyó junto conRommel el comunicado por radio en elque los jefes del 10.o de húsaresanunciaban la captura de un generalalemán. Aquella noche el general vonThoma cenó con el general Montgomery

Page 755: Rommel   desmond young

en las dependencias del Cuartel Generalde este último. Von Thoma invitó al jefedel VIII ejército a visitarle en Alemaniacuando acabara la guerra. Esteintercambio de cortesías, que fue muycriticado en Inglaterra, no resultabachocante en África. A la mañanasiguiente, Bayerlein vio realizada suambición de mandar el Afrika Korps,pero precisamente cuando éste habíadejado prácticamente de existir. «¿Quédebo hacer con esta orden de Hitler?»,preguntó a Rommel, y éste, condiplomacia poco corriente en él, lecontestó: «No puedo autorizarle a usteda que la desobedezca». En realidad, no

Page 756: Rommel   desmond young

podía uno pensar en obedecer la famosaorden si quería salvar algo del desastre.De momento, al juntarse con suenfermedad el duro golpe de la derrota,Rommel estaba aplastado. Esto noobstante, dirigió la retirada con graninteligencia, aunque su Estado Mayordijera que se mostraba entonces másintratable que nunca. Esta vez no teníaesperanza alguna de que se volvieran lastornas y pudiera perseguir a susperseguidores. Casi no disponía más quede una división heterogénea; solamentedisponía de 80 tanques útiles paraenfrentarse a los 600 tanques ingleses.Su única esperanza era escapar al

Page 757: Rommel   desmond young

desastre total, salvar algo, por poco quefuera. De no ser por las lluviastorrenciales que cayeron en la noche del6 de noviembre, que transformaron eldesierto en pantano, impidiendo elmovimiento de las tropas destinadas acortarle la retirada, Rommel hubieraquedado acorralado en Matruk. Y si laRAF hubiera conocido ya para entoncesla técnica del «combate en el suelo» quetan bien dominaría luego, tampocohubiera podido Rommel llegar muy lejosen su huida. Añadamos igualmente quesi los transportes aéreos hubiesenalcanzado en aquellas fechas eldesarrollo que lograrían después con el

Page 758: Rommel   desmond young

general Slim en Burma (y encondiciones aún más difíciles), hubierasido posible instalar fuerzas totalmenteequipadas en sus líneas de retaguardia,abasteciéndolas desde el aire.

Uno y otro de los bandos en luchahan criticado al general Montgomery porla excesiva prudencia con que actuó.«Yo estoy seguro de que el generalPatton no nos hubiera dejado huir contanta facilidad», me dijo Bayerlein, elcual, recordando su experienciaposterior en Francia, comparaba aPatton con Guderian y a Montgomerycon von Rundstedt, aunque añadía: «Lamejor operación que realizó Rommel en

Page 759: Rommel   desmond young

África fue su retirada». Como sea que elVIII ejército cubrió en quince días los1.250 kilómetros que separan ElAlamein de Bengasi, y como en estaocasión Rommel no pudo instalarse enEl Agheila, creemos que las críticashechas a uno y otro jefe carecen defundamento.

El 8 de noviembre, los Aliadosdesembarcan en África del Norte y degolpe Trípoli perdía toda suimportancia. Rommel no recibiórefuerzos, que fueron encaminados, encambio, por mar y aire, hacia Túnez.Seis meses después, todos estoshombres fueron hechos prisioneros. De

Page 760: Rommel   desmond young

todas las píldoras amargas que Rommeltuvo que engullir antes de la última, unade las peores debió de ser, sin duda, lade ver todo lo que el Alto Mandoalemán podía hacer por una causaperdida y compararlo con lo poco quehizo antes por una causa con muchasseguridades de victoria. En noviembre,dos regimientos de tropasaerotransportadas y un batallón deingenieros fueron enviados por víaaérea, seguidos de diversas unidades deinfantería, tanques y artillería,constituyendo todo ello una división. Amediados de diciembre llegó la 10.a

división de panzers. En la segunda

Page 761: Rommel   desmond young

quincena del mismo mes llegó otra deinfantería, la 344.a, enviada por mar. Unregimiento de granaderos fue retirado deCreta. Llegó también un batallón detanques pesados, el 501.o, dotado de losnuevos tanques «Tigre» que Hitler habíaprometido a Rommel. La temibledivisión de panzers «Hermann Goering»estaba en camino. Para barrer a losingleses aún se unieron algunas otrasfuerzas a las ya existentes. Y no puedeuno menos que preguntarse: ¿Qué nohubiera podido hacer Rommel, cinco oseis meses antes, sólo con la mitad deaquellas fuerzas?

No ofrece ningún interés seguir al

Page 762: Rommel   desmond young

detalle la retirada de Rommel o elavance del VIII ejército a través deTripolitania. Los 25.000 italianos, los10.000 alemanes y sus 60 tanques fueronrechazados con firmeza y sin darles unmomento de respiro. Para restarvelocidad al avance enemigo, Rommelhizo continuamente un inteligente uso delas minas, de las destrucciones decaminos, de las trampas. A menudo, laslíneas alemanas de retaguardia teníanque luchar desesperadamente para salirde situaciones muy delicadas, ya queesta vez Rommel había puesto en cabezade las tropas a los italianos. Más de unavez había que abandonar posiciones

Page 763: Rommel   desmond young

defensivas de gran valor, por falta dehombres para mantenerlas. La 90.a

división ligera se detuvo a las puertasde Trípoli, haciendo frente a susperseguidores, pero la 51.a divisiónHighland, que en Saint-Valéry habíasido duramente castigada por Rommel yque iba ahora tras los tanques, cercó a la90.a alemana en un ataque realizado alclaro de luna. Trípoli fue ocupada sinmás resistencia. El 13 de enero, alamanecer, el 11.o de húsares, que habíaasestado el primer golpe más allá de lafrontera, cuando Italia entró en guerra,penetró en la ciudad.

Nada hay que ponga tan a prueba el

Page 764: Rommel   desmond young

valor de una tropa o de un jefe como unalarga retirada; nada destruye tanrápidamente la moral como el hecho desaber que combate uno solamente parapoder replegarse. Rommel estaba tanenfermo moralmente como en lo físico.A lo largo de esta retirada pudo vercómo era recompensada su lealtad alFührer. Fue llamado a Alemania aúltimos de noviembre. Por vez primeratuvo que soportar una de las famosasescenas de rabia de Hitler. CuandoRommel le dijo que la situación enÁfrica del Norte no tenía solución y quelo mejor sería sacrificar el material parapermitir reorganizarse al Afrika Korps y

Page 765: Rommel   desmond young

que pudiera combatir en Italia, Hitler letrató de derrotista. Le dijo que él y sustropas no eran más que una camada decobardes y que en Rusia algunosgenerales alemanes habían sidofusilados por el solo hecho de formularsugestiones análogas a las que ahorahacía él. No, no era que fuese a tratar aRommel del mismo modo, eso no; perole aconsejaba que conservara la calma.En cuanto a Trípoli, afirmó Hitler quehabía que resistir a toda costa, pues delo contrario, los italianos firmarían unapaz por separado. Rommel se atrevióaún a preguntarle al Führer qué era másimportante, si Trípoli o el Afrika Korps.

Page 766: Rommel   desmond young

En esta ocasión comprendió Rommelpor vez primera —así lo confesó a sufamilia— que Hitler despreciaba alpueblo alemán y no se preocupaba enabsoluto por los hombres que luchabanpor él. Sin embargo, Rommel volvió unay otra vez a la carga: pidió que Hitler enpersona fuera a África del Norte, o queenviase a alguien de su entera confianza,para señalar lo que había de hacerse ycómo se haría: «¡Salga usted de aquíinmediatamente! —aulló Hitler entonces—. ¡Váyase, tengo otras cosas másimportantes que charlar con usted!».Rommel saludó y dio un taconazo. Nohabía hecho más que cerrar la puerta al

Page 767: Rommel   desmond young

salir, cuando ya Hitler corría detrás deél, lo alcanzaba y poniéndole la manosobre el hombro, le decía: «Perdóneme,estoy muy nervioso hoy. Pero ya verácomo todo irá bien. Vuelva a vermemañana por la mañana, hablaremos detodo con más calma. No hay ni quepensar en que el Afrika Korps pueda serdestruido».

Rommel vio de nuevo a Hitler el díasiguiente, en compañía de Goering.«Arrégleselas como pueda y quiera,pero es necesario que el Afrika Korpsreciba todos los abastecimientos queRommel necesita», ordenó el Führer aGoering. Éste contestó echando mano de

Page 768: Rommel   desmond young

una expresión muy alemana: «Puedeusted construir casas sobre mi persona.Yo mismo cuidaré del asunto».

El mariscal del Reich condujo aRommel hasta Roma en su trenparticular, invitando a la señoraRommel a que les acompañara. Cuandose reunieron con Goering en la estaciónde Munich, el mariscal lucía un trajegris con forros de seda gris también,mitad traje de paisano, mitad uniformemilitar. Aseguraba su corbata con unbroche de diamantes. La caja de su relojestaba incrustada de esmeraldas. Parahorror de Rommel, llevaba un anillo conun enorme diamante. Y como detalle

Page 769: Rommel   desmond young

todavía más horrible, tenía las uñaspintadas con laca. Goering aprovechó laprimera oportunidad para hacer admirarsu valioso anillo a la señora Rommel,diciéndole: «Tiene que gustarle a usted,es una de las piedras más hermosas delmundo». Era la primera vez que laesposa de Rommel hablaba con elmariscal del Reich, y quedó estupefacta.Ya en el tren, Goering no dejó de hablarde pintura durante todo el viaje. «¡Mellaman el Mecenas del Tercer Reich!»,exclamó con orgullo añadiendo queBalbo le había enviado desde Cirenaicauna estatua de Afrodita. No se habló unasola palabra sobre África del Norte en

Page 770: Rommel   desmond young

todo el viaje; Goering esquivó todas lasmaniobras que hacía Rommel para saltarde la conversación sobre los problemasde la pintura a los del abastecimientodel ejército. Goering se limitó acondecorar a Rommel con laFlugzengfuhrerabzeichen, la Cruz (condiamantes) de las Fuerzas Aéreas,fingiendo creer que aquello le bastaba aRommel.

En Roma se hospedaron en el hotelExcelsior, donde prosiguió la mismacomedia. «Goering emplea todo sutiempo en buscar cuadros y esculturas»,decía Rommel sin ocultar su profundodesprecio hacia aquel hombre. «Lo

Page 771: Rommel   desmond young

único que le importa —añadía Rommel— es llenar de obras de arte todo su trenespecial. Procura no ver nunca a nadiecon quien pudiera hablar de losproblemas de la guerra, y menos aún convista a encontrar ayuda para mí».

Goering dijo un día a la señoraRommel que su esposo parecía estarmuy deprimido. «No es lo corriente enél —replicó la señora—. Por reglageneral, es más bien un optimista. Peroen este momento, tiene unos puntos devista de gran realismo sobre lasituación». «¡Ah, se comprende! —exclamó Goering—. Su esposo no puedever las cosas globalmente, como yo.

Page 772: Rommel   desmond young

Nosotros velamos por él. Estamos apunto de hacer por él todo lonecesario…». Y a renglón seguido seembarcó en un largo y vanidosomonólogo sobre sus hazañas pasadas,presentes y futuras. La señora Rommeltuvo la impresión de hallarse junto a unhombre que rozaba el extremo límite dela megalomanía. Si compara uno esteretrato con el Goering astuto y vivaz quecompareció ante los jueces deNuremberg, le entra a uno la sospechade que en aquella época Goering sehabía entregado nuevamente a lamorfina. Exceptuando el arte, no parecíainteresarse nada más que por su

Page 773: Rommel   desmond young

ferrocarril de juguete. En cierta ocasiónse hizo fotografiar vestido con uniformede jefe de estación, con una banderitaverde en la mano. Según una anécdotaque corría por Roma, había acudido acierta recepción vestido sólo con unatoga romana.

Rommel soportó la presencia deGoering solamente tres días. Al cuarto,le dijo: «Yo no pinto nada aquí; lo únicoque hago es encolerizarme. Creo que lomejor será que me reincorpore al AfrikaKorps». Y al otro día tomaba el avión,convencido de que Goering estaba locoy que Hitler no le andaba a la zaga.Rommel había llegado ya a la segunda

Page 774: Rommel   desmond young

fase de la desilusión.Aunque Trípoli, a pesar de las

esperanzas de Hitler, cayó en poder delos Aliados, la carrera de Rommel enÁfrica del Norte no había terminadoaún. Su título como jefe sufrió tresmodificaciones a lo largo del año 1942.Fue hasta el 21 de enero jefe del PanzerGruppe Afrika; luego se convirtió enjefe supremo del ejército blindadoalemán en África, conservando estecargo hasta el 24 de octubre. A suregreso a El Alamein, tras la muerte deStumme, ostentaba el título de jefesupremo del ejército blindadogermanoitaliano. Cuando el 22 de

Page 775: Rommel   desmond young

febrero fue constituido el grupo deejércitos de África, fue nombrado jefedel mismo. Dicho grupo integraba el 5.o

ejército de panzers, mandado por elgeneral von Arnim y compuesto de lasfuerzas de refresco que habían sidoenviadas a Túnez, y el 1.o ejércitoitaliano, a las órdenes del general Messey que se componía de dos cuerpositalianos, el 20.o y el 21.o, y de la partedel Afrika Korps que había sido retiradade Libia. En realidad, el 1.o ejércitoitaliano era el antiguo ejércitogermanoitaliano de panzers, bautizadoahora con otro nombre. Así, pues, enlugar de ser puesto de cara a la pared y

Page 776: Rommel   desmond young

fusilado, Rommel recibió el mando detodas las fuerzas que el Eje tenía enTúnez. El Alto Mando alemán seguíacreyendo que era posible mantener unacabeza de puente alrededor de Túnez,inmovilizando así un gran ejércitoaliado, a imagen de lo que ocurrió enSalónica durante la Primera GuerraMundial. Este detalle hace aún mássorprendente el hecho de que se leentregara el mando a Rommel, que nocreía en la posibilidad de realizar aquelplan.

En todo caso, aun antes de serconfirmado en sus nuevas funciones,Rommel demostró hallarse como

Page 777: Rommel   desmond young

siempre en excelente forma. DesdeTrípoli se había retirado a la LíneaMareth, posición inmensa, parecida a ElAlamein, pero mejor fortificada todavía.Los franceses, que había hecho de ellaalgo así como una Línea Maginotafricana, la consideraban inexpugnable alos ataques frontales. La habíanconstruido para hacer frente a cualquierposible avance italiano procedente deLibia, y decían que no podía serocupada de través, por detrás, ya que unmovimiento por el oeste era «increíble»:¡Representaba efectuar un movimientode rodeo de 275 kilómetros! Rommeljuzgó con razón que el general

Page 778: Rommel   desmond young

Montgomery necesitaría un tiempoprudencial para examinar a fondo elproblema. Pero como, por otro lado,jamás le abandonaba su espírituofensivo, y no se sentía dispuesto amorderse las uñas esperando el ataqueenemigo, Rommel empezó a cavilar algoque fuera a la vez útil y realizable. Notenía que ser forzosamente una accióncontra el VIII ejército; allí estabatambién aquel ejército aliado, destinadoa caer sobre sus líneas de atrás encuanto el propio Rommel entrara encontacto con las fuerzas del generalMontgomery.

Escogió Rommel precisamente el

Page 779: Rommel   desmond young

punto más vulnerable. En el sector surdel frente del I ejército, en el llano deFaid, entre Gafsa y Fonduk, estabainstalado el 2.o cuerpo norteamericano.Detrás de él estaba el Paso Kaserin. Lasposiciones defensivas habían sidoconstruidas de manera rudimentaria.Más de la mitad de la 1.a divisiónblindada norteamericana —que habíasido dispersada totalmente por detrásdel frente— ocupaba la zona norte deFonduk, donde, según nuestros serviciosde información, más fácilmente podíaproducirse un ataque. Bisoñas y pocoentrenadas, estas fuerzas estabanmandadas por jefes que carecían de toda

Page 780: Rommel   desmond young

experiencia de la guerra moderna.Esto representaba un apetitoso

bizcocho para Rommel. Había puesto yaen línea su fiel 21.a división de panzersreequipada con los tanques de unbatallón blindado independiente, quehabía sido enviado a reforzar Túnez. El14 de febrero, Rommel, con un centenarde tanques apoyados por la acción delos Stukas, cayó sobre la divisiónblindada norteamericana. Las posicionesde vanguardia fueron aplastadasrápidamente y Rommel pudo avanzarcon sus tanques a través de las defensasprecipitadamente edificadas en PasoKaserin. La mezcolanza de las tropas

Page 781: Rommel   desmond young

allí situadas: norteamericanas, inglesasy francesas, contribuyó a que aumentaratodavía más la confusión. No existía allí«ningún plan coordinado de defensa y síuna gran inseguridad en el mando». Muypronto los alemanes establecieron unsólido saliente en las líneas aliadas.Rommel se encontró, con sus tropasprácticamente intactas, en campoabierto; en dirección norte, sólo unosescasos obstáculos naturales se oponíana su avance. Podía muy bien darle lavuelta a todo el frente de Túnez yforzarse a un repliegue general, por nodecir a un desastre. Se volvía otra vez ala Línea de Gazala.

Page 782: Rommel   desmond young

Tal era la situación cuando elgeneral Alexander tomó el mando:

Me pareció todo claroinstantáneamente. Aunque Rommelhabía querido al principio asegurar suslíneas de retaguardia del costadoderecho sin dejar de prepararse para suencuentro con el VIII ejército, ahorademostraba tener ideas mucho másambiciosas. Yo sabía por experienciaque se trataba de un hombre que,echando mano de todos los recursos a sualcance, explotaría siempre su éxitohasta el extremo límite de la audacia, deun hombre que veía siempre ante él elbrillo tentador de una posible victoriatáctica.

Page 783: Rommel   desmond young

El 20 de febrero la situación parecíatan negra que el general Alexandertelegrafió al general Montgomery,pidiéndole que emprendiera una u otraoperación de diversión. Montgomeryque dio inmediatamente su acuerdoreveló sus intenciones: «A no tardarmucho —añadió—, Rommel se veráobligado a correr de un lado para otro,como una gallina enloquecida». Gracias,particularmente, al general Alexander,que predijo con exactitud que Rommelse volvería hacia el norte, donde tenía lapresa más codiciada, el avance alemánpudo ser frenado dos días después.Rommel se retiró ordenadamente,

Page 784: Rommel   desmond young

abandonando tras él solamente nuevetanques destruidos, una gran cantidad deminas destinadas a desanimar a susperseguidores… y algunas tropasaliadas baqueteadas, iniciadas ya en laguerra en África del Norte.

El mariscal Alexander escribió en suinforme:

La batalla de Kaserin me hizo vivirmomentos llenos de ansiedad. Como ensu avance hacia El Alamein, tambiénahora había Rommel explotado hasta elmáximo su éxito inicial, que fueconsiderable; ahora se encontraba ensituación mucho peor que antes. Perodifícilmente puede criticársele por haberintentado arrancarnos una gran

Page 785: Rommel   desmond young

victoria. En los dos casos estuvo muycerca de lograr sus fines, aunque una yotra vez los resultados que obtuvofueran igualmente desastrosos.

Un incidente de aquella épocaprueba claramente que la retirada norompió ni mucho menos los nervios deRommel, ni cambió tampoco sus formashabituales de combatir. Debemos elrelato de ese incidente al Dr. Loeffler,que fue uno de los abogados alemanesen el proceso de Nuremberg. Loefflersirvió a los tanques en Túnez y fuetestigo presencial del hecho. Avanzandobajo un fuego violento, Rommel habíallevado su coche de mano hasta cerca de

Page 786: Rommel   desmond young

donde se hallaba un jefe de batallón detanques, a la entrada de un pueblo. Eljefe tenía cerrada la torrecilla de sutanque. Rommel golpeó sobre ella ycuando el hombre la abrió, le preguntó:«¿Qué hace usted aquí?». «Es imposibleavanzar más», replicó el oficial. Enaquel preciso momento, una ráfaga de laartillería inglesa explotó cerca deltanque. Cerrando de nuevoprecipitadamente su torrecilla, el jefe debatallón se dijo para sus adentros queRommel seguramente habría muerto.Pero diez minutos más tarde otra vezgolpeaban de nuevo sobre la torrecilla.Era de nuevo Rommel, que regresaba de

Page 787: Rommel   desmond young

un paseo de reconocimiento por elpueblo. «Más o menos, tiene usted razón—dijo al oficial—, ya que hay cuatrocañones antitanques en la otra punta dela calle. Pero otra vez haría usted bienprocurándose esa clase de informaciónpersonalmente».

Esta fue la penúltima batalla deRommel en África. La última tuvo lugaren Madenine, el 6 de marzo. Rommelllevaba ya algunos días de retraso parapoder hacerle perder el equilibrio aMontgomery. Importantes contingentesde fuerzas esperaban precavidamente alas divisiones panzers 15.a y 21.a

Cuando éstas se lanzaron al combate, lo

Page 788: Rommel   desmond young

que ocurrió fue una repetición de labatalla de Alam el Halfa. «Nuestrainfantería se aferró a sus posiciones antelos fuertes ataques de infantería y detanques, pese a estar protegida sólo porescasas minas y por ningunaalambrada», ha dicho el mayor generalDe Guingand, jefe de Estado Mayor delVIII ejército. «Los cañones antitanques—añade— tenían como misión destruirlos tanques enemigos y no el proteger anuestros infantes. El efecto de nuestrofuegos cruzados de artillería fue muymortífero… Fue una batalla defensivaperfectamente dirigida… Rommel nollegó ni a penetrar en nuestra

Page 789: Rommel   desmond young

posiciones». Perdió 52 de los 140tanques con que partió al combate. Losingleses, en cambio, perdieron 130hombres entre muertos y heridos, peroningún tanque. Según dice el general DeGuingand, algunos prisionerosexplicaron que Rommel se había movidopor todas partes, atizando el entusiasmode sus soldados, esforzándose en hacercomprender a la tropa la importanciaque tenía aquella batalla; pero dijerontambién que pese a todo, daba laimpresión de estar manifiestamenteenfermo, con la garganta vendada y elrostro surcado de arrugas, avellanadopor la vida del desierto. Por otra parte,

Page 790: Rommel   desmond young

un testigo ocular citado por el generalAlexander contó que había oído cómoRommel dijo a un grupo cercano a élque si aquella batalla se perdía, sehabría evaporado la última esperanza deéxito en África.

Una semana después, Rommelregresaba a Alemania. Han surgido todaclase de explicaciones para justificareste inesperado retorno antes de labatalla de la línea Mareth. El generalEisenhower, por ejemplo, escribe:«Previendo al parecer lo inevitable,Rommel huyó antes de que se produjerala catástrofe final, deseoso de salvar lapiel». Que Rommel adivinaba lo

Page 791: Rommel   desmond young

inevitable es indiscutible. Perocualquiera que conozca su carreramilitar hasta aquel momento creerádifícilmente que la conservación de supropia vida influyera nunca en los actosde Rommel. Se ha dicho también que lositalianos habían pedido su destitución,pero yo no he encontrado ninguna pruebade que fuera así. Su mal estado de salud,o la necesidad de someterse a untratamiento delicado, parecen causasmás plausibles de su regreso aAlemania. Se ha llegado a decir tambiénque Hitler lo llamó para evitar el malefecto que hubiera producido entre lastropas alemanas una eventual captura de

Page 792: Rommel   desmond young

Rommel. Pero este argumento me pareceimprobable: por entonces, Hitler todavíano había comenzado a comprender quetodo estaba perdido en Túnez. De hecho,hasta el día 8 de mayo no dio el AltoMando alemán la orden de abandonarÁfrica y de retirar por mar todas lasfuerzas alemanas e italianas que enÁfrica había. Pero para entonces, comosucedió tantas otras veces, era yademasiado tarde para que la orden deHitler pudiera cumplirse. Lacapitulación tenía lugar cuatro días mástarde…

Rommel dio a su familia otraexplicación: la de que tomó el avión por

Page 793: Rommel   desmond young

su propia iniciativa, sin haber recibidoorden alguna, para suplicarpersonalmente a Hitler que le permitierasalvar las tropas sacrificando elmaterial. Tratado nuevamente por elFührer de derrotista y cobarde, Rommelno obtuvo nada de lo que pedía. Ycuando propuso que le dejaran regresara África y revisar otra vez el problemasobre el terreno, le fue negada laautorización. Y yo no encuentro ningunarazón para dudar de la historia contadapor la familia de Rommel.

El Afrika Korps no olvidó a su jefe.Sus viejas divisiones combatieron hastael fin con el mismo tesón que habían

Page 794: Rommel   desmond young

mostrado bajo su mando. Y tampoco enla mente de sus adversarios se borró enseguida el recuerdo de Rommel. En suoperation Victory , el general DeGuingand explica que Rommel salió deÁfrica antes de la batalla de la líneaMareth, pero eso no le impide seguirhablando —tal vez sin plena consciencia— de las «tropas de Rommel».

Después de la caída de Túnez,Rommel fue llamado a la «guarida dellobo», nombre clave con que sedesignaba el Cuartel General de Hitler,cerca de Rastenburg (Prusia oriental).Hitler parecía desesperado, pero dehumor más bien razonable. «Debí

Page 795: Rommel   desmond young

haberle hecho caso antes; ahora Áfricaestá perdida», le dijo a Rommel. Ésteexplicó la situación general de lasfuerzas alemanas y preguntó de pronto aHitler: «¿Cree usted que lograremosalcanzar esa victoria total y absoluta a laque aspiramos?». «¡No!», contestó elFührer. Acosándole aún un poco más,Rommel volvió a preguntar: «¿Se dausted cuenta de las consecuencias de unaderrota?». Hitler respondió ahora: «Sí.Yo ya sé que sería conveniente hacer lapaz con uno u otro bando; pero nadiequiere tratos conmigo».

Relatando esta conversación a laseñora Rommel y a Manfred, Rommel

Page 796: Rommel   desmond young

añadió que, como un moderno Luis XIV,Hitler era absolutamente incapaz deseparar sus propios intereses de los delpueblo alemán. Jamás se le ocurrió laposibilidad de abdicar en vista de queera un obstáculo para la paz. Rommeldijo también que con Hitler sólo sepodía discutir cuando atravesabamomentos de depresión. Pero en cuantose hallaba otra vez rodeado desicofantes que le elevaban al pináculo,cambiaba su estado de ánimoinmediatamente. Aquel día se dio cuentaRommel también de que la tendenciadominante en el carácter de Hitler era elodio. Cuando odiaba algo o a alguien, su

Page 797: Rommel   desmond young

odio era apasionado. Era incapaz dedominarse ni de controlarse: lo únicoque deseaba pura y simplemente eramatar. Manfred no olvidó nunca aquellaconversación con su padre.

El 6 de abril, en Wadi Akarit, la 15.a

división de panzers, y la 90.a divisiónligera —«realizando quizá, segúnAlexander, la mejor batalla de suextraordinaria carrera»— escaparonprovisionalmente al desastre, pero nopudieron impedir el empalme entre el I yel VIII ejércitos. El 29 de abril, pese alas duras pérdidas experimentadas«continuaban dado pruebas de unexcelente espíritu combativo», y lo

Page 798: Rommel   desmond young

mismo puede decirse de la 21.a divisiónde panzers. El 30 de abril, el I ejércitofue reforzado con las mejoresformaciones del VIII. El generalMontgomery escogió la 7.a divisiónblindada, la 4.a división hindú y la 201brigada de los Guardias. Se trataba delas dos divisiones que habíanconseguido la primera victoria inglesaen África, bajo el mando del generalWavell. El día 7 de mayo, el 11. o dehúsares de la 7.a división blindada —los auténticos «ratas de desierto»—hacía su entrada en Túnez. El 12 demayo, tras un último combate en lasalturas de Enfidaville, el general Graf

Page 799: Rommel   desmond young

von Sponeck se rendía con la 90.a

división ligera a sus viejos enemigos, elgeneral Freyberg y los neozelandeses.Lo que quedaba del Afrika Korpstomaba el amargo camino del cautiverio,sin su jefe. La guerra del desierto habíaterminado.

En uno de esos arrebatos dearrepentimiento que cada uno puedetener, tendido en su lecho de muerte, elmariscal Keitel pronunció la frasedefinitiva:

El Alamein fue una de las mejoresocasiones que nos dejamos escapar. Yome atrevería hasta a decir que enaquella época de la guerra estuvimos

Page 800: Rommel   desmond young

más cerca de la victoria que nunca,antes o después. Se necesitaba entoncesmuy poca cosa para conquistarAlejandría y marchar hasta Suez oPalestina.

El general Halder, en cambio, no searrepintió. En un libro tan ampulosocomo mal escrito, Hitler als Feldheer,destinado a echar toda la culpa de laderrota alemana sobre el Führer y adisculpar al Estado Mayor general,echando mano de una versión modernade «la puñalada por la espalda», siguesosteniendo que era imposible vencer aInglaterra en África del Norte de unamanera decisiva. Nadie podía

Page 801: Rommel   desmond young

arrebatarle el control de las rutas deabastecimiento del Mediterráneo; lossubmarinos alemanes no lograbanescapar a ese control más que a costa depérdidas de un 50 %. (En verdad, sólose perdieron dos submarinos sobre untotal de sesenta). Inglaterra, siguediciendo Halder, podía acarrear todo loque quería a través del mar Rojo (perono dice que eso obligaba a dar la vueltapor el cabo de Buena Esperanza). «Fue,desde el principio, una cuestión detiempo…». Limitémonos a decir que,afortunadamente para los ingleses, elEstado Mayor general alemán haproducido siempre elementos como

Page 802: Rommel   desmond young

Halder.

Page 803: Rommel   desmond young

10

EL MURO DELATLÁNTICO

En las postrimerías del verano de 1943,muchos de los generales alemanes quese hallaban en Rusia hubieran cambiadogustosamente su respectivo puesto por el

Page 804: Rommel   desmond young

de Rommel, que estaba al mando delgrupo B de ejércitos en el Norte deItalia, habiendo instalado su CuartelGeneral a orillas del lago de Garda.Primeramente, a su regreso de África ytras pasar seis o siete semanas en elhospital de Semmering, Rommel fuenombrado «consejero militar» en elCuartel General de Hitler. Al correr elrumor de que Churchill proyectaba unainvasión de Europa a través de losBalcanes, Rommel fue enviado por elFührer a Grecia. Pero solamentepermaneció veinticuatro horas enAtenas, pues Hitler le reclamóurgentemente por teléfono tan pronto

Page 805: Rommel   desmond young

tuvo noticia de la caída de Mussolini, el25 de julio. El grupo B de los ejércitosestaba formándose por entonces en losalrededores de Munich, y respondía alas sospechas que desde hacía muchotiempo abrigaba Hitler, de que lositalianos querían capitular y quizá hastapasarse al bando contrario.

Esas sospechas del Führer sereforzaron luego que Rommel,acompañado del general Jodl, acudió alCuartel General de Badoglio para tratardel posible envío de refuerzos alemanesa Italia. El general Roatta, jefe delEstado Mayor de Badoglio, hizo cuantopudo para retrasar aquella operación,

Page 806: Rommel   desmond young

con la excusa de que resultaría muyimpopular entre los italianos. Roattaformuló asimismo graves objeciones alhecho de que el general Jodl incluyeraentre los componentes de su guardiapersonal algunos SS ¿Con qué derecho,preguntó Roatta, llevaba Jodl a Italia«fuerzas políticas»? ¿Cuál hubiera sidola reacción de Jodl si se le hubiera dadopor escolta una compañía de judíos?Dando por bueno un informe según elcual existía el propósito de envenenarlea él y a Rommel, Jodl no contestó aaquella interpelación, pero conservóconsigo a sus SS. En cuanto a Rommel,decidió que lo más acertado sería

Page 807: Rommel   desmond young

trasladar cuanto antes mejor el grupo deejércitos B a Italia.

Así se hizo, y yo mismo pude ver enla mañana del 9 de septiembre cómoavanzaban sus tanques «Tigre» por lacarretera de Rivergaro, para ocuparPiacenza. La noche antes llegó a nuestrocampo de prisioneros la noticia delarmisticio italiano. Tan pronto me enterédel acontecimiento, me apresuré acomprarle a nuestro cantinero un viejotraje de alpaca y un enorme sombrero depaja, y salí a dar un paseo «dereconocimiento», convencido de que meparecía a un campesino italiano comouna gota de agua a otra. Me disponía a

Page 808: Rommel   desmond young

saltar por encima de la pared de unhuerto, gozando del sol y de un sorbo delibertad por primera vez al cabo dedieciséis meses. La visión de lostanques en aquel apacible paisaje ruralno me hizo ninguna gracia, comotampoco la aparición en el huerto, unosminutos más tarde, de dos SS con susametralladoras bajo el brazo. Me lancérápidamente hacia unas viñas cercanas ydesde allí, a campo traviesa, regresé alcampo para dar mi informe. En seguidame dijeron que cuantos me habían vistome habían reconocido como quien era,preguntándose qué demonios hacía yovestido con uno de los mejores trajes de

Page 809: Rommel   desmond young

nuestro cantinero Alfredo…Aunque reducidos a la condición de

prisioneros en un campo, nosotrossabíamos lo que al parecer ignorabanuestro servicio de Información oficial:que los alemanes estaban dispuestos areaccionar vigorosamente en caso deuna rendición italiana. Uno de nuestrosguardianes, algo domesticado, nos habíacontado quince días antes que a travésdel Brennero estaban llegando a Italiaalgunas divisiones alemanas. Pero niconociendo estos antecedentes,habíamos imaginado que a nivel localpudiera ser tan rápida la reacción.Algunos de nosotros, en efecto,

Page 810: Rommel   desmond young

acariciábamos la ilusión de poder tomaren Piacenza algún tren de la tarde condestino a Roma y el sur de Italia. Comocasi todos habíamos sido capturados enla campaña de África del Norte, no cabeduda de que nos hubiésemos mostradomucho menos optimistas si hubiéramossabido que era Rommel quien ahoramandaba las fuerzas alemanas en Italia.Haciendo inciso, diré que aún hoy sigopensando que fue un incomprensibleerror que, en el momento del armisticio,no se diera ninguna orden ni informacióna los 50.000 prisioneros de guerraingleses que había en Italia. El resultadofue que muchos de ellos, obedeciendo

Page 811: Rommel   desmond young

una vieja orden, que databa ya de seismeses, según la cual no debían moversede donde se encontraran, fueronllevados a Alemania. Las negociacionescon Badoglio se desarrollaron desdeúltimos de julio hasta septiembre; creoque se nos podía haber dicho algo sobrelas mismas.

Si exceptuamos algunas ocasionalesincursiones a través de las colinas, lastropas de Rommel no mostrabanparticular empeño en perseguir a losprisioneros de guerra. En el desierto, elorden de prioridad que Rommel habíaadoptado era: 1.o el combustible y elaceite pesado; 2.o el agua; 3.o los

Page 812: Rommel   desmond young

alimentos; 4.o los prisioneros. «¡Tiemponos quedará de atrapar luego a losprisioneros!», solía decir Rommel. Yahora, sin duda seguiría diciendo lomismo. Una vez ya bien asentado sudominio sobre la Italia del Norte, losalemanes demostraron más interés por elpillaje de alimentos y material de sus exaliados y por el envío de jóvenesitalianos a sus campos de trabajo, quepor la caza de los prisioneros aisladosque erraban en libertad.

Como algo característico en él,Rommel había de cansarse muy prontode su confortable puesto en Italia. Talvez no le gustaba hallarse de nuevo a las

Page 813: Rommel   desmond young

órdenes de Kesselring, y con todacerteza había esperado que le diesenotro puesto de mando de primera línea.Pasear bordeando los hermosos lagositalianos era algo que no se ajustaba a suconcepción de la guerra. Para acabar jecomplicar las cosas, inmediatamentedespués del armisticio había tenido susprimeros roces con las SS y su jefe,Sepp Dietrich. Hasta Rommel llegaroninformes sobre los pillajes de granenvergadura y la conducta brutal de lasSS en Milán y otras ciudades del Norte,que provocaron su indignación,doblemente motivada: por los incidentesen sí y porque él no estaba autorizado a

Page 814: Rommel   desmond young

intervenir en los asuntos propios de lasSS. Rommel elaboró una larga lista deoficiales SS para los que pedía unasanción, y como por lo menos teníaautoridad para controlar elacantonamiento de las tropasdirectamente subordinadas a él,desplazó de Milán a las SS «¿Cómo vanahora las cosas por Milán, mariscal?»,le preguntó un día Himmler, querealizaba un viaje de inspección porItalia. «Van mucho mejor desde queretiramos de la ciudad las SS», contestóRommel. Sin embargo, las SS no sedaban por vencidas fácilmente. ComoRommel se quejara un día a uno de los

Page 815: Rommel   desmond young

generales de las SS de los pillajescometidos por éstas, al cabo de unosdías el citado general, que conocía lasaficiones filatélicas de Rommel, seatrevió a enviarle una espléndidacolección de sellos. Robada, como esnatural.

Se comprende, pues, que Rommelacogiera con una profunda sensación dealivio la noticia que le llegó aprincipios de noviembre, de que elFührer le confiaba una nueva misión:debería inspeccionar las defensascosteras del Oeste, desde Skagerrabhasta la frontera española, redactando uninforme sobre las posibilidades de

Page 816: Rommel   desmond young

resistencia que ofrecían frente a unposible desembarco enemigo. Parecíaindispensable que algún experto navalacompañara a Rommel. Y el generalGausi, que fue jefe del Estado Mayor deRommel en África hasta el 31 de mayode 1942, fecha en que fue herido,conocía precisamente al hombre queconvenía: el vicealmirante Ruge, queocupaba en aquella época el cargo dejefe de las fuerzas navales alemanas enItalia, y que con anterioridad habíamandado los colocadores de minas.(Después de la Primera Guerra Mundial,Ruge había sido internado por haberparticipado en el hundimiento de la flota

Page 817: Rommel   desmond young

alemana en Scapa Flow). Gausi le habíaconocido y simpatizó con él; así, pues,Ruge fue convocado por Rommel,siguiendo las recomendaciones deGausi.

La elección no podía ser másacertada. El vicealmirante Ruge, quehoy vive en Cuxhaven, donde enseña elalemán a los oficiales de la Marinainglesa, pertenece a esa clase deoficiales que siempre habíamos creídoprivativa de nuestra Marina. Enrealidad, todas las Marinas del mundoproducen ese tipo de oficiales, graciasal entrenamiento, la disciplina y laexperiencia de la vida en el mar. Al ver

Page 818: Rommel   desmond young

que Ruge era un hombre inteligente,enérgico e íntegro, Rommel simpatizó enseguida con él y muy pronto hizo de élsu amigo y confidente.

¿Por qué el vicealmirante Ruge, porsu parte, se encontró inmediatamente agusto con Rommel desde su primerencuentro, y eso a pesar de que elmariscal, que aquel día regresóinopinadamente a su Cuartel General, losorprendiera en traje de casa, con unabufanda al cuello? La respuesta que dael propio Ruge a esta pregunta nospermite definir mejor aún la figura deRommel; tal vez ayudará a muchos demis lectores ingleses a comprenderle

Page 819: Rommel   desmond young

mejor. «Era el tipo de hombre queencuentra uno más frecuentemente en laMarina que en los otros servicios», medijo Ruge. Y cuando algún tiempodespués examiné de nuevo lasfotografías de Rommel, llevando en elpensamiento aquellas palabras de Ruge,y reflexioné sobre todas las historias yanécdotas que me habían contado deRommel, me pareció que todos losfragmentos dispersos de su personalidadpasaban a ocupar su lugar exacto.También mi padre fue marino y yo paséen el mar gran parte de mi juventud;quizá por eso comprendí súbitamente aaquel general que tan poco alemán

Page 820: Rommel   desmond young

parecía. Antes de ocupar su últimopuesto de mando, Rommel no habíavisto apenas el agua salada. Y sinembargo, si prueba uno de imaginárseloen el papel de Nelson, como una especiede Hornblower, libre de toda auraromántica, rudo, duro, implacable, perono por eso carente de espíritucaballeresco, nota uno en seguida queRommel se inserta con naturalidad enesa raza de hombres.

Desde luego, las cualidades quedesplegó en el desierto, y en otroslugares también, no son exclusivas delos marinos. También los soldados detierra son audaces, decididos,

Page 821: Rommel   desmond young

resistentes y valientes, y pueden poseerun espíritu ordenado sin necesidad dehaber leído muchos libros ni de sentirespecial afición a las bellas artes.Pueden ser igualmente hombres debruscos modales, de lenguaje franco,detestar la ineficacia y querer que untrabajo se haga pronto y bien. Pero si sefija uno en algunas de las otrascualidades que Rommel poseía, lacombinación de las mismas trae a mimemoria el recuerdo de mi padre y suscontemporáneos con nitidez sólocomparable a la de los ojos azules deRommel cercados por una red de finasarrugas. Evocando esas cualidades, me

Page 822: Rommel   desmond young

refiero, por ejemplo, a su habilidadmanual y su espíritu inventivo en materiade mecánica; a su extremada sencillez ysu desprecio de «las buenas formas»; aun fondo subyacente de puritanismo, quehacía, pese a estar bien oculto, quenadie se atreviera a contar ante él unahistoria escabrosa; y por encima detodo, a la intensa devoción queprofesaba a su familia y a su hogar.

Es posible que al almirante sirWalter Cowan, que fue hecho prisioneropor Rommel en el desierto, cuando a lossetenta y dos años de edad servía en unregimiento de caballería hindú (luegome encontraría con él en un campo de

Page 823: Rommel   desmond young

prisioneros), no le guste que le comparecon Rommel, pero a mí me resulta fácilimaginarlos a los dos acosándosemutuamente con saña, decididos a noceder un palmo de terreno al otro, y apesar de ello, comprendiéndose a laperfección. Formarían los dos una buenapareja y el vicealmirante Ruge un digno,aunque menos espinoso, tercero endiscordia.

Ruge se hizo cargo de su misión el10 de noviembre y marchó a Berlín parareunir todo lo que pudiera encontrar demapas, documentos e informaciones.Pero no había hecho más que reunirtodas sus carpetas cuando un bombardeo

Page 824: Rommel   desmond young

aéreo las destruyó por completo. De ahíque hasta comienzos de diciembre nopudieran Rommel y Ruge empezar sutrabajo en Dinamarca. Emplearon diezdías en inspeccionar la costa danesa.Luego Rommel trasladó el CuartelGeneral del grupo B de ejércitos aFointainebleau y empezó a estudiar lacosta francesa. (La bahía del mar delNorte no formaba parte de su sector).Desde 1940 no había estado en Francia,y lo que ahora vio en el país galo nopudo menos que dejarle estupefacto…El famoso «muro del Atlántico», con elque la propaganda alemana habíalogrado impresionar tanto a los Aliados

Page 825: Rommel   desmond young

como al pueblo alemán, no era más queun engaño, un aro de papel que losAliados podían fácilmente esquivar conun salto.

Ciertamente, la Marina habíamontado las baterías necesarias para laprotección de los puertos principales,religando la acción de las mismas conalgunas baterías artilleras de costa. Peromientras que los cañones de la Marinaestaban instalados bajo torrecillas deacero, la artillería terrestre estaba puray simplemente enterrada, privada detodo techo que la protegiera contra losobuses o las bombas. (El almirante Rugeexplicaría más tarde que el Alto Mando

Page 826: Rommel   desmond young

alemán se negaba a poner los cañones alamparo del cemento con el fin de noreducir su campo de tiro. Por otro lado,la escasez de acero a partir de 1942 hizoimposible la fabricación de torrecillas).En cuanto a la cadena de puestosfortificados, éstos carecían en su mayorparte de abrigos de hormigón, enparticular a lo largo de la costa entre elOrne y el Vire. Y allí donde los había,el techo de hormigón no sobrepasabanunca los 60 centímetros de espesor,defensa, pues, ineficaz contra losbombardeos aéreos preliminares queeran de esperar.

Se había incluso descuidado la

Page 827: Rommel   desmond young

elemental precaución de rodear lospuestos fortificados de campos deminas. En tres años sólo se habíancolocado 1.700.000 minas. El ritmomensual de abastecimiento de minascuando llegó Rommel era de sólo40.000, una simple fracción de las quenosotros colocamos en 1941 al pie delas escarpaduras de Sollum-Halfaya. Nohabía minas en la costa. Los obstáculosinstalados en las playas eran de lo másrudimentario, totalmente ineficacesfrente a los tanques e incluso frente a lainfantería. Todo daba a entender que nose había realizado ningún esfuerzo serioy coordinado con vistas a poner la costa

Page 828: Rommel   desmond young

francesa en situación de defenderseeficazmente contra una posible invasión.Nada se había hecho, exceptuando lospuertos, antes de las incursiones deSaint-Nazaire y de Dieppe; y lo queluego se hizo se realizó sin entusiasmo.

El almirante Ruge abroncó alingeniero general de servicio, que no sehabía entregado debidamente a su tarea,y que se ahogaba en un mar de detallesnimios, sin haber pensado jamás en unclaro plan de conjunto. «No era aquél elhombre capaz de conciliar los puntos devista opuestos de la Marina y elEjército». Era igualmente necesariocensurar y reprender al Alto Mando

Page 829: Rommel   desmond young

alemán por no haber vigilado laactuación del ingeniero general. Al norecibir directrices concretas de susuperioridad, los jefes localesprocedieron a su modo y manera,diciendo por sí mismos lo que había quehacer. De hecho, Francia se habíaconvertido en un pabellón de reposopara las divisiones y los generales queregresaban fatigados de la campaña deRusia. La guarnición permanente estabacompuesta por tropas de toda clase, decalidad muy mediocre, al mando del tipode oficiales que suelen sentirse atraídospor tropas así. Por otro lado, laorganización Todt, que había construido

Page 830: Rommel   desmond young

la línea Siegfried, estaba entonces muyabsorbida por otras tareas: reparaba losdaños causados en Alemania por losbombardeos aliados.

Como es fácil imaginar, Rommel sepuso al trabajo inmediatamente antes deNavidad, con el propósito decidido deponer orden en todo. Pasaba díasenteros viajando en automóvil,efectuando en unión de su Estado Mayorlargas caminatas por los sectorescosteros y los diversos CuartelesGenerales de las divisiones. Durante eldía inspeccionaba las defensas, ycuando el rápido crepúsculo invernalobligaba a detener el trabajo en el

Page 831: Rommel   desmond young

exterior, sostenía numerosasconferencias. «Se levantaba temprano—cuenta el almirante Ruge—, viajaba abuena velocidad, sabía hacerse cargo delas cosas rápidamente y parecía dotadode un instinto particular para descubrirlos lugares donde algo fallaba. Duranteuna de aquellas típicas incursiones deinvierno, llegamos a Perpiñán bienentrada la noche. Abandonamos laciudad a las seis de la mañana del otrodía, sin haber tomado siquiera eldesayuno. Rodando a través de unacortina de lluvia y de nieve, llegamos aBayona hacia las dos de la tarde. Unahora después, luego de escuchar el

Page 832: Rommel   desmond young

informe del general jefe del sector,partíamos otra vez —sin haberalmorzado— con destino a San Juan deLuz, donde inspeccionamos las baterías.Otra vez en marcha, para llegar aBurdeos a la siete de la tarde yconferenciar con el general vonBlaskowitz. A las ocho tuvimos una horapara cenar: era nuestra primera comidade aquel día. Volvimos de nuevo altrabajo a las nueve, y el ingenierogeneral se durmió en la mesa». Digamosque entre los Estados Mayoresemboscados en los sectores costeros, elpaso de Rommel hacía el efecto de unsoplo glacial y desagradable de los

Page 833: Rommel   desmond young

vientos marinos del Norte. Excepto porla noche, Rommel permanecía raramenteen su Cuartel General, que habíatransferido a La Roche-Guyon, en unbonito castillo antiguo, repleto derecuerdos históricos (era un castillo queperteneció en tiempos de LaRochefoucauld, duque de La Roche-Guyon; pero este detalle tenía pocointerés para Rommel). Costó muchopersuadirle de que visitara el Mont-Saint-Michel, para que viviera unosmomentos de placer. Cuando finalmenteel almirante Ruge logró arrastrarle hastaallí, Rommel se limitó a decir que «allípodría construirse un buen refugio»,

Page 834: Rommel   desmond young

aunque de todos modos —añade Ruge—disfrutó un rato paseando por elimpresionante lugar. Por el contrario, nohizo falta ningún esfuerzo de persuasiónpara que se desplazara por dos veces aParís, con objeto de inspeccionar unmodelo de torrecilla de artillería móvil,construida en hormigón, obra de unostécnicos alemanes.

Desgraciadamente, Rommel distabamucho de tener las manos libres parahacer lo que quería. No tenía autoridadpara dar ninguna orden directamente alas tropas, tenía que limitarse a hacersugerencias al comandante en jefe delOeste, mariscal von Rundstedt, o al Alto

Page 835: Rommel   desmond young

Mando general. Como trabajabasiguiendo instrucciones personales deHitler y al mismo tiempo era unsubordinado de von Rundstedt, resultabaimposible todo trabajo eficaz y casiinevitable que se produjeran ciertasfricciones entre este último y él. Sinembargo Rommel y von Rundstedt seentendían mucho mejor de lo quehubiera podido esperarse. Oficial a laantigua usanza, aristócrata y digno, vonRundstedt era un estratega de grancapacidad, aunque no siempre muyortodoxo. Podía haberse molestado antela llegada a su sector de un mariscal dereciente promoción, carente de toda

Page 836: Rommel   desmond young

preparación para el trabajo de EstadoMayor y que no poseía ningunaexperiencia reciente de la guerra enEuropa. Había en aquella equívocasituación todos los gérmenes favorablespara una amarga querella.Afortunadamente, von Rundstedt tenía uncarácter menos rígido del queaparentaba y además poseía un ciertosentido del humor. Contó al capitánLiddell Hart, algún tiempo después de lamuerte de Rommel, que nunca tuvomotivos de queja contra éste, «Ejecutabamis órdenes fueran las que fuesen… Miopinión es que no estaba realmentecalificado para pertenecer al Alto

Page 837: Rommel   desmond young

Mando; pero eso no impide que fuera unhombre de gran valor y un jefe muycapacitado».

Todo esto no cambiaba nada elhecho de que el comandante en jefe parael Oeste, que desde el mismo momentode ocupar su cargo, a principios de1942, había visto tan rápidamente comoRommel la endeblez del «muro delAtlántico», estaba convencido de que nopodía reforzarlo hasta hacer de él unsólido obstáculo contra la invasión. A suentender, nada podía evitar que losAliados desembarcaran, si lo hacían conlas fuerzas necesarias. El fruto deaquella convicción estaba a la vista: no

Page 838: Rommel   desmond young

había logrado activar los trabajos dedefensa. Hasta principios de 1944 nopidió y obtuvo Rommel un mandoindependiente. A últimos de enero fuenombrado comandante en jefe de losejércitos alemanes instalados desdeHolanda al Loire, que estaban formadospor las tropas de ocupación de Holanda,el XV ejército (que atendía el sector quese extendía desde la frontera holandesahasta el Sena) y el VIII ejército (sectordesde el Sena al Loire). El grupo G deejércitos, al mando del generalBlaskowitz controlaba el I ejército (quecubría el golfo de Gascuña y losPirineos) y el XIX ejército, que ocupaba

Page 839: Rommel   desmond young

la costa mediterránea. El mariscal vonRundstedt continuaba como jefe supremodel conjunto.

Era un arreglo que tenía su lógicapropia. Según el Estado Mayor de vonRundstedt, la idea había surgido de esteúltimo; según Ruge, procedía deRommel. Pero prescindiendo de quiénfue su autor, no cuesta mucho adivinar laactitud de von Rundstedt, que más omenos sería ésta: «No veopersonalmente ninguna razón quejustifique la valorización del “muro delAtlántico”, pero si Rommel opina locontrario, ¡allá se las apañe él!». Losrespectivos Estados Mayores de uno y

Page 840: Rommel   desmond young

otro experimentaron una profundasensación de alivio.

Rommel se puso en seguida altrabajo, y fue una gran suerte para losAliados que no tuviera seis meses pordelante para realizarlo, porque en talcaso las dificultades físicas deldesembarco hubieran sidoincomparablemente mayores.

De todos modos, Rommelencontraba en su camino seriasdificultades. «Ejercía muy pocainfluencia sobre la Marina, y ningunasobre la Aviación», ha dicho elalmirante Ruge. Y fue solamente el 1 dejulio, al cabo de tres semanas del

Page 841: Rommel   desmond young

desembarco, cuando Rommel pudoescribir al comandante en jefe para elOeste:

Si se quiere lograr un mando unificadode la Wehrmacht y una concentración detodas las fuerzas, propongo ahora quesean puestos bajo mi mando loscuarteles generales y unidades de losotros dos servicios utilizados en elsector del grupo de ejércitos, o quecooperen con este grupo… Solamente esposible obtener una estrechacooperación entre las fuerzas aéreas, ladefensa antiaérea y el ejércitocomprometido en la acción, si seestablece el más estricto mando único deun solo Cuartel General… Lamultiplicidad de órdenes dadas al

Page 842: Rommel   desmond young

ejército conduce a una serie de medidasa medias…

Rommel no hacía sino predicar laevidencia. Pero los celos existentesentre los diversos servicios y el sistemade los ejércitos «privados», que habíaprestado juramento de obediencia aGoering, a Himmler, etc., fue una de lascausas principales de la derrotaalemana.

Hay que añadir que la falta deconfianza demostrada por von Rundstedtrespecto a las defensas fijas eracompartida por el Alto Mando, quetendía siempre a no tomarse en serionada de lo que Rommel hacía. Las

Page 843: Rommel   desmond young

repercusiones de todo esto se dejaronsentir al nivel de los jefes subordinados.Ya el 22 de abril escribía Rommel:

Mi inspección de los sectores costeros…muestra que se han realizado sensiblesprogresos… Sin embargo, me heencontrado un poco en todos sitios conunidades que parecen no darse cuentade la gravedad del momento quevivimos; algunas de ellas ni siquieracumplen las órdenes recibidas. Yo habíaordenado que todos los campos deminas de las playas estuvieran a puntode funcionar en el momento preciso:pues bien, me llegan informes de que enciertos casos esa orden no ha sidoejecutada. El jefe de una pequeñaunidad ha llegado incluso a dar órdenes

Page 844: Rommel   desmond young

contrarias a las mías. En otros casos, seaplazó el cumplimiento de mis órdenes;alguna vez fueron modificadas. Haysectores en los que, según se meinforma, los responsables piensanejecutar mis órdenes, pero sólo a partirdel día siguiente al señalado. Otrasunidades hay que aun habiendo tenidoconocimiento de mis órdenes, no estabanen condiciones de cumplirlas. Solamentedoy órdenes cuando es necesario.Quiero que sean cumplidasinmediatamente y al pie de la letra; queninguna de las unidades colocadas bajomis órdenes las modifique en nada, nimucho menos dé órdenes contrarias alas mías o retrase la ejecución de éstaspor culpa de una inútil rutina…

Ahora no contaba Rommel con la

Page 845: Rommel   desmond young

pronta obediencia del Afrika Korps. Enel desierto nunca tuvo que repetir susórdenes más de una vez.

Así, pues, sus superiores no leprestaban ningún apoyo, y sussubordinados carecían de entusiasmo.Todo lo cual no le servía de ayuda en lacarrera contra reloj que tenía planteada.Rommel estaba acostumbrado aprescindir de apoyo ajeno. En loconcerniente al entusiasmo, nadie comoél sabía elevar la moral de las tropasmás fatigadas y apáticas. ¡Hubiera sidocapaz de galvanizar a un cadáver!«Estaba muy bien dotado para el manejode hombres y sabía cómo hablarles», ha

Page 846: Rommel   desmond young

dicho Ruge. Y añade:

Como muchos de nosotros, que éramosen 1918 jóvenes oficiales, habíareflexionado profundamente, después dela revolución, en las relaciones quedeben existir entre los oficiales y latropa. Ésa fue, a mi entender, una de lasrazones de que nuestra Marina ynuestro Ejército conservaran sudisciplina durante tanto tiempo yafrontando circunstancias muy difíciles.Ahora en Francia, dondequiera que sehallara, Rommel hablaba siemprelibremente con hombres de todas lascategorías. Les explicaba con claridad ypaciencia sus ideas y lo que de ellosesperaba exactamente. Como es natural,se le escuchaba; dejando aparte sureputación y prestigio, poseía un gran

Page 847: Rommel   desmond young

sentido común, un humor tranquilo ysiempre sabía captar el sentido humanode la situación dada, cosa quefrecuentemente escapaba a la atenciónde los oficiales de Estado Mayor. Así fuecomo muy pronto surgió en las tropas unnuevo espíritu, y los trabajos depreparación para resistir a una posibleinvasión progresaron con intensidad.

Al otro lado de la Mancha, elgeneral Montgomery empleaba el mismolenguaje sencillo, directo y eficaz conlos soldados destinados a efectuar eldesembarco y con los obreros de lasfábricas, que debían abastecer dematerial a aquellos soldados.

En ninguno de los dos casos

Page 848: Rommel   desmond young

apreciaban mucho las autoridadessuperiores este tipo de «conversacionesfamiliares». Uno y otro jefe eranacusados de intenciones de«autobombo». Los diarios ingleses,cuenta Moorehead, recibieron lainvitación oficial de que pusieran unpoco de sordina a sus artículos sobreMontgomery. Por su parte, el servicioalemán de Propaganda había recibido yaen el verano de 1941 instruccionesprecisas —emanadas seguramente delgeneral Halder— de no ensalzardemasiado a Rommel. El barón vonEsebeck no recibió autorización paravisitarle en África del Norte.

Page 849: Rommel   desmond young

Ahora, sin embargo, los enemigosque Rommel tenía en las altas esferas sehallaban ante un dilema. Tenían quesacarle el máximo provecho al «murodel Atlántico», aunque no fuera más quepara intimidar a los Aliados. Pero nopodían hacer publicidad sobre el«muro» ni sobre el trabajo realizado enél sin hacérsela igualmente, al mismotiempo, al hombre que actualmenteestaba encargado de la obra. Tuvieron,pues, que contentarse con criticarle enprivado, presentándolo como uncharlatán sediento de notoriedad.Añadían, además, que después de suenfermedad ya no era el mismo de antes.

Page 850: Rommel   desmond young

Por otro lado, Rommel, lo mismo queMontgomery, comprendía que en ciertomodo la propaganda explotando supropia personalidad significaba un armaa su favor. «Puede usted hacer de mí loque quiera —dijo Rommel un día a suoperador-jefe cinematográfico—, si conello logramos retrasar una semana másla fecha de la invasión enemiga». «En suvida privada —relata Ruge— seguíasiendo el mismo hombre modesto desiempre. No era vanidoso; no sentíaningún afán por destacarse».

Si Rommel podía transigir con lasenvidias personales, ignorándolas, laescasez de material representaba para él

Page 851: Rommel   desmond young

un obstáculo insuperable. En esta épocaenormes cantidades de acero y dehormigón eran utilizadas en laconstrucción de los refugios desubmarinos y de las rampas delanzamiento de las V1 y las V2. Losnuevos modelos de submarinos y lasarmas secretas eran la última esperanzade Hitler para ganar la guerra.Reconozcamos que si el enemigo no lashubiera descubierto a tiempo, lehubieran permitido, si no ganar laguerra, sí por lo menos prolongarlaindefinidamente. Tal vez, pues, conrazón les fue dada la prioridad conrespecto a las defensas fijas. El caso es

Page 852: Rommel   desmond young

que Rommel tuvo que proseguir sutrabajo contentándose con utilizar todoel material que caía en sus manos. Hitlerdio su acuerdo para que todas lasbaterías costeras fueran instaladas enemplazamientos cubiertos con no menosde 6 pies de hormigón. Pero ni aúnllevando en su mano aquella orden delFührer podía Rommel obtener elcemento que necesitaba, por la sencillarazón de que no lo había en lasproximidades. Cuando se produjo eldesembarco, muchas baterías queestaban aún colocadas a cielo abiertofueron rápidamente neutralizadas por laaviación aliada.

Page 853: Rommel   desmond young

Rommel, sin embargo, se las arreglócomo pudo para realizar una prodigiosacantidad de trabajo; en este nuevoterreno, mostró una vez más innatascualidades para la improvisación. Enunos cuantos meses, pese a verseobstaculizado por la falta de materialesy las dificultades del transporte y, ya alfinal, también por los continuos ataquesaéreos, consiguió colocar cuatromillones de minas, contra dos millonesescasos colocadas en los tres añosanteriores. Si hubiera dispuesto detiempo suficiente, pensaba colocar aúnde cincuenta a cien millones más y,después de haber rodeado los puntos

Page 854: Rommel   desmond young

fortificados de profundos campos deminas, haberlas sembrado asimismo entodo el país, entre uno y otro de esospuntos fortificados, por todas partesdonde el terreno fuera propicio alavance de los tanques. ¿Qué hubieraocurrido si Rommel hubiera logradotransformar de ese modo regionesenteras de Francia en inmensos pantanosde minas? De este punto no se trató,después de la guerra, en la conferenciadel mariscal Montgomery en Camberley(mayo de 1946); pero la importancia delmismo no escapó al teniente general sirFrancis Tuker, jefe distinguido ehistoriador de la guerra. ¡Hubiera sido

Page 855: Rommel   desmond young

un fastidio para el general Patton!Como sucedía con tantas otras cosas,

el abastecimiento en minas era escaso;su fabricación ni siquiera era metódica.Efectuando diversas incursiones endepósitos y arsenales, Rommeldescubrió stocks de viejos obuses, quepodían contarse por centenares demillares, y se apoderó de ellos,transformándolos en minas, comohicieron los japoneses, aunque de formamás primitiva, en Birmania. (En elsistema japonés, un infortunado soldadotenía que acurrucarse con su granada enun agujero en medio de la carretera yhacerla estallar cuando un tanque pasara

Page 856: Rommel   desmond young

por encima). Tampoco los campos deminas estaban establecidosracionalmente. Según Rommel, lasminas debían ser utilizadas de todas lasmaneras posibles. «Tuvo, pues, quepelearse con los ingenieros —dice Ruge—, los cuales se empeñaban en colocarlas minas según las normas del manual,mientras que Rommel defendía lavariedad de formas». Cuando lessorprendió la invasión, Rommel y Rugeestaban entregados precisamente a unestudio comparativo de la táctica de lasminas en tierra y en mar.

La amplitud de espíritu de Rommelcausó gran impresión en su consejero

Page 857: Rommel   desmond young

naval. «No se ajustaba de ningún modo—cuenta Ruge— al tipo convencionaldel soldado. A diferencia de la gente delEstado Mayor general, Rommel seinteresaba por las cuestiones técnicas.Sabía apreciar inmediatamente el interésparticular de cualquier nueva invenciónen este terreno. Si alguno formulaba porla tarde una idea, no era raro que a lamañana siguiente le telefoneara ya parasugerirle algún mejoramiento posible dela misma. Se interesaba por la mecánicay sus ideas en tal sentido eran siempreútiles». En muchos de los gadgetsimprovisados para hacer más difícil eldesembarque, podía uno ver la mano del

Page 858: Rommel   desmond young

joven oficial que muchos años antes sededicaba a desmontar su motocicleta y amontarla de nuevo, de igual modo quelas trampas y trucos preparados dejabanadivinar el astuto enemigo que habíamosconocido en África del Norte.

Entre esos gadgets figuraban, porejemplo, los postes clavados en la playahasta bajo el nivel de las aguas, algunosde los cuales llevaban en la punta unamina y otros una especie de cuchillo deacero destinado a operar como«abrelatas»; las minas colocadas como«almendras» en medio de un bloque dehormigón; las estacas minadasinclinadas cara al mar; los obstáculos

Page 859: Rommel   desmond young

antitanques de viejo estilo, formados portres barras de hierro curvadas conángulos rectos, que si ya no resultabaneficaces contra los tanques —el propioRommel lo explicaba—, sí servíantodavía para retardar el avance de lainfantería a condición de ser colocadosbajo el nivel de la marea alta; las minasmarinas que flotaban entre dos aguas yllevaban un cordaje atado al detonador;en tierra, postes religados entre sí porcables que accionaban minas, ydestinados a hacer imposible elaterrizaje de los planeadoresenemigos… Las dificultades deabastecimiento, de transporte y de

Page 860: Rommel   desmond young

trabajo impidieron de todos modos queun gran número de estos dispositivosestuvieran a punto para el día 6 de junio.

Los campos de minas simuladosproporcionaron muchas decepciones.Pero Rommel se había quejado ya antesde su apariencia poco convincente paraengañar al enemigo en susreconocimientos aéreos, porque sedejaba que los rebaños de ganadopastaran en ellos tranquilamente.Algunas baterías simuladas fueron luegocopiosamente bombardeadas. Y nodigamos nada del camuflaje habitual;Rommel había advertido una vez másque era realmente inútil camuflar con

Page 861: Rommel   desmond young

cintas blancas una batería instalada enmedio de un verde campo. Se descubrióel medio de crear nubes de humo a basede paja y hojarasca, al faltar losaparatos especiales para aquella tarea.Los jefes de artillería y de infanteríarecibieron la orden de abrir fuegocuando se les indicara contra lasbaterías, trincheras y posicionessimuladas, en las líneas de retaguardia,con el fin de trastornar lasrectificaciones de tiro del enemigodesde las costas. Pero el 22 de abril«ningún comunicado señala que dichospreparativos fueran puestos en prácticacon éxito».

Page 862: Rommel   desmond young

Cuando ya el desembarco erainminente, Rommel se preguntaba si, atítulo de medida preliminar, las V1 nopodrían ser utilizadas contra las zonasde concentración inglesas situadas al surde Gran Bretaña. Se le negó unasatisfacción, aunque muchas de lasrampas de lanzamiento estaban ya encondiciones de funcionar; lo que pasabaera que aún no había suficientes cohetesV1 para alimentar un tiro continuo. Y talvez, de todos modos, era ya realmentetarde. Es interesante, con todo, tomarnota de lo que dijo el generalEisenhower: si los alemanes, afirmó,hubieran conseguido perfeccionar sus

Page 863: Rommel   desmond young

armas seis meses antes, y hubieranpodido lanzarlas sobre el sectorPortsmouth-Southampton en particular,«el desembarco en Europa se hubierahecho excesivamente difícil, por nodecir del todo imposible».

Rommel hubiera deseado tambiénque la Marina colocara minas en todoslos canales de navegación y que laLuftwaffe lanzara las nuevas minas decontacto alrededor de la isla de Wight.La Marina se opuso a minar los lugarespróximos a las costas y el Führer nopermitió el uso del nuevo tipo de minasque aún no era bastante conocido: losAliados podrían colocar minas similares

Page 864: Rommel   desmond young

a aquéllas y «bloquear nuestrospuertos». (Al argumentar así, Hitlerpensaba, sin duda, en sus nuevosmodelos de submarinos).

Sin embargo, el verdadero conflictode opiniones era otro: ¿qué medioshabía que oponer a la invasión? Alparecer, Rommel no tenía la menorduda: «debemos detener al enemigo ydestruir su material cuando todavía estéen el mar». Según él, las primerasveinticuatro horas serían decisivas. Silos Aliados lograban asegurarse unacabeza de puente, sería ya imposiblearrojarlos al mar o impedir que hicieranuna ruptura en las líneas alemanas. Su

Page 865: Rommel   desmond young

opinión se basaba exclusivamente en elfactor de la superioridad aérea.«Rommel no olvidó jamás cómo la RAFinmovilizó sobre el terreno, en Áfricadel Norte, a él y su ejército de 80.000hombres durante dos o tres días». Lasfuerzas aéreas aliadas que apoyarían eldesembarco serían incomparablementemás potentes. La Luftwaffe sería enseguida barrida del cielo. Como enÁfrica del Norte, los refuerzosprometidos por Goering no llegaríannunca. El tránsito por carretera oferrocarril quedaría completamenteparado haciendo que, por consiguiente,resultara imposible todo movimiento en

Page 866: Rommel   desmond young

la retaguardia. En esas condiciones,¿cómo podía nadie pensar encontraofensivas de gran envergadura alestilo tradicional? Las tropas no seríancapaces de llegar hasta sus posicionesde combate o bien llegarían a ellasdemasiado tarde y desordenadamente. Siese razonamiento era correcto, el litoralconstituía la principal línea deresistencia. Cada soldado de lasdivisiones de primera línea debía estarpresto a combatir en cualquier momento,en caso de un intento de desembarco ensu sector. Era necesario colocar lasreservas, los Cuarteles Generales, losservicios de intendencia inmediatamente

Page 867: Rommel   desmond young

detrás de las tropas combatientes. Losblindados debían encontrarse ensituación de apoyo inmediato, paramantener las playas bajo el fuego de suscañones si el caso lo requería. Tal vezeste fuerte cinturón de resistencia, deexistir, podía romperse; pero en el peorde los casos hubiera servido paracontener al invasor durante algúntiempo; la ruptura hubiera sido local.

El Alto Mando general, elcomandante en jefe para el Oeste y lamayoría de los jefes de ejércitos, decuerpos o de divisiones, expresabansobre la situación un juicio mucho másortodoxo. ¿Cómo impedir a los Aliados

Page 868: Rommel   desmond young

que pusieran pie al nivel de las aguascuando había que defender frente a ellosuna linea costera de más de 5.000kilómetros de longitud, disponiendo sólode 59 divisiones, en su mayoría desegundo orden, y sólo 10 de ellasblindadas, y cuando, además, eraimposible fijar con la menor garantía decerteza el punto del desembarqueprincipal? El único medio correctoconsistía en guardar cuidadosamente enlas líneas de atrás las reservas,incluidas las de blindados; esperar queel esfuerzo principal del enemigo fueradebidamente localizado; entonces, en elmomento oportuno, podría ser lanzada

Page 869: Rommel   desmond young

una contraofensiva de gran envergadura.Esta contraofensiva podría producirse,ya mientras el invasor estuviera aún enla costa, ya en el momento en que,desembocando fuera de su cabeza depuente, se encontraría momentáneamente«fuera de equilibrio». Von Rundstedt seconsideraba lo bastante buen generalpara determinar el momento oportuno deaquella operación, habida cuenta de lascircunstancias particulares.

Podemos afirmar que, en todo caso,los puntos de vista de Rommel sobre losefectos de la potencia aérea resultaronacertados. Hasta en la retaguardia delfrente, sus tropas tuvieron que

Page 870: Rommel   desmond young

desplazarse en pequeñas formaciones yaun así, circular solamente por caminosde montaña. Una división situada en elsur necesitó veintidós días para correrlos 700 kilómetros que la separaban deNormandía, y además tuvo que hacer eldesplazamiento a pie. El generalBayerlein, que mandaba por entoncesuna división selecta, la «Panzer Lehr», a160 kilómetros al sur de Caen, tardómás de tres días hasta conseguir elcontacto; durante ese tiempo perdió 5tanques, 130 camiones y gran número desus cañones motorizados, a pesar de quedisponía de una fuerte defensa antiaéreay de que era una división muy bien

Page 871: Rommel   desmond young

entrenada en la utilización de lascoberturas y del camuflaje. En la brechade La Falaise, los campos y lascarreteras principales y secundariasestaban tan abarrotadas de materialinutilizado y de cadáveres de hombres yde animales, «que durante mucho tiempoera imposible caminar sin pisar otracosa que carroña» (eso ha dicho elgeneral Eisenhower).

Cabe preguntarse, en otro aspecto, sino fue Rommel culpable de sobrevalorarlas ventajas que ofrecía a los alemanesla conservación del «muro delAtlántico». ¿No se aventurabademasiado cuando, por ejemplo, declaró

Page 872: Rommel   desmond young

a últimos de abril: «Podemos construir,en el corto plazo de tiempo que se nosha concedido, unas defensas capaces deresistir los más duros ataques»? Dosaños antes probablemente lo hubieralogrado, suponiendo que hubiera podidodisponer de cantidades ilimitadas dehombres y de material. Pero aúnaceptando esta hipótesis, ningún cinturóndefensivo se ha mostrado jamás aptopara «resistir los más duros ataques».Habíamos aprendido esta lección delpropio Rommel y de su «DivisiónFantasma» ya en 1940. Entonces, susistema defensivo no logró más que lacuarta parte de su valor supuesto. Ahora

Page 873: Rommel   desmond young

ni siquiera podía confiar en los hombresque tenía: personal de serviciosauxiliares, convalecientes del frente delEste, adolescentes sin ningunaexperiencia bélica, y mezclados conellos, renegados polacos, rumanos,yugoslavos y rusos. Ninguno de ellospodía resistir aquellos bombardeosaéreos que Rommel había previsto. Lareputación de éste como estrategahubiera aumentado si hubiese apoyadola proposición de von Rundstedt de quese evacuara, antes del desembarco, todoel sur de Francia hasta el Loira. Dehaberse hecho esto, Rommel hubierapodido dirigir sus últimas batallas a

Page 874: Rommel   desmond young

base de la guerra de movimientos, en laque era maestro indiscutible. Pero eraimposible ni siquiera pensar en un planasí. Proponer al Führer una retirada erauna tarea mucho más desesperadatodavía que la defensa del «muro delAtlántico». Sin embargo, como el lectorpodrá ver en el capítulo siguiente, nohay que juzgar a Rommel por lo que enaquellos momentos decía y parecíacreer.

El general Montgomery no teníaninguna duda sobre las intenciones deRommel. El análisis que hizo de losplanes y de la personalidad de su viejoadversario era una verdadera obra

Page 875: Rommel   desmond young

maestra del género. Montgomeryescribía en mayo:

En febrero último Rommel se ha hechocargo del mando de las fuerzasacantonadas entre Holanda y el Loira…Es evidente que su objetivo consiste enbatirnos sobre las playas… Es un jefeenérgico, lleno de determinación; todoha cambiado desde que ha tomado él elmando. Es el mejor en operaciones porsorpresa; su fuerte es la ruptura; peroresulta demasiado impulsivo cuando setrata de una batalla ordenada. Harátodos los posibles para«dunquerquizamos», rehuyendo quizáhasta la batalla de tanques sobre elterreno de su elección, pero impidiendoque los nuestros desembarquen, para lo

Page 876: Rommel   desmond young

cual utilizará los suyos en primera línea.El día del desembarco, Rommelprocurará: a) inmovilizarnos en lasplayas; b) asegurarse la posesión deCaen, Bayeux, Carentan.Inmediatamente después proseguirá suscontraataques… Tendremos queabrirnos a toda costa un camino portierra firme, e implantarnos en él, antesde que tenga tiempo de lanzar contranosotros reservas suficientes. Nuestrascolumnas deberán penetrar hacia elinterior con rapidez y profundamente…Tenemos que ganar terreno en seguida,y aferramos sólidamente tierraadentro… Durante todo este tiempo, laaviación debe hacerse dueña del airepara hacerse sumamente difícil todomovimiento de las reservas enemigashacia los sectores de combate. La

Page 877: Rommel   desmond young

batalla terrestre será terrorífica, y elapoyo de nuestra aviación habrá de serconstante.

Las cosas ocurrieron tal como losdos hombres habían previsto. Rommelintentó, en efecto, «dunquerquizarnos».Nuestra aviación dominó el cieloincesantemente. Las primerasveinticuatro horas fueron decisivas. Unavez lograron establecer una cabeza depuente, los Aliados sólo podían serarrojados de nuevo al mar en el caso deque cometieran algún error fenomenal, yno lo cometieron. Cuando dejamos atrásla cabeza de puente para marchar tierraadentro, ¿disponía von Rundstedt de

Page 878: Rommel   desmond young

mayores posibilidades de derrotarnos enterreno descubierto? La cosa esimprobable, si atendemos a nuestrasupremacía aérea y a las tropas de quevon Rundstedt disponía. Y el generalMontgomery no era tampoco un hombreque se dejara sorprender en posición dedesequilibrio. Nuestro avance quizáhubiera sido más lento, pero no por esomenos cierto.

De hecho, ninguno de los planes deresistencia al desembarco pudo serpuesto a prueba íntegramente: ni vonRundstedt ni Rommel disponían delibertad para actuar según sus deseos. SiHitler no era en verdad el inspirador de

Page 879: Rommel   desmond young

Rommel, sí defendía la concepción deéste de que la resistencia principaldebía plantearse en las playas; así fuecomo von Rundstedt no pudo constituirel ejército de maniobra que deseaba.Pero, en oposición con los puntos devista intuitivos de Hitler y el pensar deRommel, von Rundstedt compartía laopinión ortodoxa del Estado Mayorsegún la cual el punto principal deldesembarco se situaría en el Paso deCalais, que era el lugar más próximo aInglaterra y principio de un caminodirecto hacia el Ruhr alemán; y de ahíque Rommel no pudiese concentrar losimportantes contingentes de fuerzas

Page 880: Rommel   desmond young

blindadas en la retaguardia inmediata alas playas normandas, donde Hitler y élcreían que iba a tener lugar eldesembarco.

Añadamos que para todo el frenteque se extendía desde el Escalda alLoira, Rommel no disponía más que detres débiles divisiones blindadas; elresto de las fuerzas permanecían ensituación de reserva, a disposición delcomandante en jefe para el Oeste. Peroal mismo tiempo, éste no podía servirsede aquellas reservas sin una previaorden de Keitel, Jodl o Hitler, ordenque, como de costumbre, también en estaocasión llegó demasiado tarde. En el

Page 881: Rommel   desmond young

sector avanzado de Normandía, Rommelsolamente podía utilizar su vieja 21.a

división de panzers que había sidoreformada hacía poco, y en la que yaquedaba muy poco personal del deantes. Según von Esebeck, esa divisiónincluso fue retirada la víspera deldesembarco, y agregada al grupo oestede los panzers de von Rundstedt,aprovechando que Rommel había ido aver a Hitler. Pero cuando Rommelregresó, recuperó su división y la utilizóa su favor impidiendo gracias a ella queCaen cayera en manos del enemigo ya elprimer día. Con razón o sin ella,Rommel consideraba que el jefe que la

Page 882: Rommel   desmond young

mandaba, el mayor general Feuchtinger,no la hacía maniobrar con aquellaaudacia que von Ravenstein habíamostrado en el desierto. CuandoRommel volvió al frente, explica vonEsebeck, vio que lo ocupaban tropasaerotransportadas. «¿Cuántosplaneadores hay?», preguntó.«Centenares y centenares», contestóFeuchtinger. «¿Y cuántos han abatidoustedes?», insistió Rommel, «¡Tres ocuatro!», fue la respuesta de suinterlocutor. «¡Ha dejado usted escaparuna buena oportunidad!», concluyóRommel. Feuchtinger, por su parte, selamentaba de no haber recibido ninguna

Page 883: Rommel   desmond young

orden antes de que Rommel regresara,cuando tenía prohibido no hacer nada sino se lo ordenaban.

«¡Demasiado poco y demasiadotarde!». Como en África, ése fue el errortambién ahora del Alto Mando alemán.Dos semanas antes de que se produjerala invasión, Rommel había suplicadoque se le autorizara a colocar la 12.a

división de panzers SS, la HitlerJugend, en la boca del Vire, cerca deCarentan. ¡Y fue precisamente en lascercanías de Carentan donde aterrizaronlos norteamericanos! El generalMontgomery había profetizado queRommel se esforzaría por asegurarse

Page 884: Rommel   desmond young

tres puntos clave: Carentan era uno deellos. Lanzada finalmente al combate enCaen, esta división, mandada por un nazifanático, Kurt Meyer, se batió con laenergía que da la desesperación. Nobastaba eso para detener la invasión,pero se trataba de la táctica que Rommelhabía premeditado. Von Rundstedt lehabía negado la división, pero no puedecriticársele por haber procedido así; niel propio Rundstedt podía desplazarsesin autorización de Jodl, el cual a su vezno podía hacer nada sin permiso deHitler. Ningún general puede dirigirbien una batalla en esas condiciones.

Poco después de que los Aliados

Page 885: Rommel   desmond young

establecieran su cabeza de puente,Rommel y von Rundstedt se pusierontotalmente de acuerdo por vez primera.Mucho tiempo después, el capitánLiddell Hart preguntó a von Rundstedt situvo la esperanza de detener la invasiónen alguna de las fases posteriores aldesembarco. Von Rundstedt contestó:«Después de los primeros días, ya no.Las fuerzas aéreas aliadas paralizabandurante todo el día nuestrosmovimientos y los dificultaban muchopor la noche. Los aviones enemigoshabían demolido todos los puentes sobreel Loira y sobre el Sena, aislando asítodo el sector. A causa de ello, la

Page 886: Rommel   desmond young

concentración de nuestras reservas sehacía con mucho retraso: tardaban enllegar al frente tres o cuatro veces másde tiempo del que habíamos calculado».Evidentemente, aquel «habíamos» enplural no incluía a Rommel, pero ahoraque éste ya estaba muerto, von Rundstedtse inclinaba ante su diagnóstico ya queno ante el tratamiento que Rommel habíapropuesto.

El general Blumentritt, jefe delEstado Mayor de von Rundstedt contó alautor de Defeat in the West que aúltimos de junio Keitel llamó a vonRundstedt por teléfono y le preguntó conacento de desesperación: «¿Y qué

Page 887: Rommel   desmond young

vamos a hacer ahora?». A lo cualrespondió von Rundstedt, impasible:«¿Qué hacer? Pues pedir la paz,¡camada de idiotas! ¿Qué otra cosapueden ustedes hacer?». Y colgóinmediatamente. El almirante Rugecuenta por otra parte que Rommel lehabía dicho antes que había que ponerfin a la guerra costara lo que costara.«Aunque tengamos que convertirnos enun Dominio británico, vale más ponerfin ahora a la guerra antes que verAlemania completamente arruinada poresta lucha sin solución», dijo Rommel.«El 11 de junio —prosigue Ruge—estuvimos hablando de ese tema durante

Page 888: Rommel   desmond young

dos horas. Yo dije que, a mi entender,Hitler debía retirarse para dejar abiertoel camino de la paz. De no hacerlo, no lequedará otra solución que el suicidio».Rommel le contestó: «Conozco a Hitler.No se suicidará, ni menos aún abdicará.Mientras quede una casa en pie enAlemania, continuará la guerra sinpreocuparse lo más mínimo de la suertedel pueblo alemán».

Los informes de Rommel apenaseran más discretos que sus confidenciasa Ruge. El 12 de junio envió uno sobrela situación de la víspera. Ajustándose alas reglas habituales, subrayaba enprimer lugar la resistencia obstinada de

Page 889: Rommel   desmond young

las tropas alemanas en los sectorescosteros, resistencia que había retardadolas operaciones aliadas; pero acontinuación se abandonaba a unpesimismo casi indisimulado.

La potencia en tierra de nuestro enemigocrece a velocidad muy superior de la queemplean nuestras reservas para llegar alfrente… De momento, el Grupo de ejércitosdebe contentarse con formar un frentecoherente entre el Orne y el Vire y dejar queel enemigo siga avanzando… Es imposiblerelevar a las tropas que defienden todavíaalgunas posiciones de la costa… Nuestrasoperaciones en Normandía se haránexcepcionalmente difíciles y hastaparticularmente imposibles por obra de lapotencia extraordinaria —por no decir de

Page 890: Rommel   desmond young

la superioridad aplastante— de las fuerzasaéreas aliadas y de los efectos de laartillería naval pesada… Como en variasocasiones hemos dicho mis oficiales deEstado y yo mismo, y como lo demuestranlos informes de los jefes de unidad, enparticular los del Obergruppenführer SeppDietrich, el enemigo posee el controlcompleto del frente. Casi todos nuestrostransportes por carretera o por montespelados quedan frenados de día por laacción de importantes formaciones de cazasy bombarderos. Nuestros movimientos en elsector de combate se ven prácticamenteparalizados durante el día, mientras que elenemigo puede desplazarse con absolutalibertad… Tenemos grandes dificultadespara acarrear las municiones y losvíveres… Las posiciones de artillería, losdespliegues de tanques, etc., son

Page 891: Rommel   desmond young

inmediatamente bombardeados yneutralizados… Las tropas y los EstadosMayores se ven obligados a ocultarsedurante el día… Ni nuestra defensaantiaérea ni la Luftwaffe están, al parecer,en condiciones de contrarrestar estasoperaciones paralizadoras y destructivas delas fuerzas aéreas enemigas… Los efectosde la artillería naval pesada son tangrandes que hacen imposible cualquieroperación de nuestra infantería o nuestrostanques en los sectores alcanzados por sufuego… El equipo de losanglonorteamericanos, que comprendenumerosas armas nuevas y un importantematerial de guerra, es muy superior al denuestras divisiones. Tal como me haindicado el Obergruppenführer SeppDietrich, las divisiones blindadas enemigasconducen la batalla desde una distancia

Page 892: Rommel   desmond young

superior a tres kilómetros con el máximoderroche de municiones y contando con unmagnífico apoyo de sus fuerzas aéreas. Lastropas de paracaidistas oaerotransportadas son utilizadas en talcantidad y con tal eficacia que nuestrastropas, cuando son atacadas, experimentanlas mayores dificultades para defenderse…L a Luftwaffe, por desgracia, no ha podidoactuar contra esas formaciones del modooriginalmente previsto. Dado que duranteel día el enemigo puede paralizar nuestrasformaciones móviles con su aviación,mientras él puede operar con fuerzasdotadas de gran movilidad y con tropasaerotransportadas, nuestra situación estáen camino de hacerse extraordinariamentedifícil.

Insisto en que se informe al Führer detodo esto.

Page 893: Rommel   desmond young

ROMMEL

Rommel se engañaba de medio amedio si imaginaba que sus referenciasa Sepp Dietrich, favorito nazi, serviríanpara inclinar a Hitler a aceptar aquellospuntos de vista «derrotistas». El 17 dejunio, von Rundstedt convenció a Hitlerde que presidiera una conferencia enMargical, cerca de Soissons. VonRundstedt llevó con él a Rommel. Losdos mariscales se expresaron con todafranqueza, de modo que a Hitler no lequedó ninguna duda acerca de lo queambos pensaban sobre la posibilidad derechazar al invasor hasta el mar. Lejos

Page 894: Rommel   desmond young

de poder realizar ese proyecto, la únicaesperanza de impedir una ruptura estabaen retirarse detrás del Orne y establecerun frente hasta Granville, en la costaOeste del Cotentin. Un frente así,extendido a través del paisaje de soto —campiña acotada de espesos setos—, yluego a través de colinas llenas dearbolado, podría ser defendido por lainfantería. Mientras, los blindadosserían reorganizados y puestos enreserva.

Ante aquellas proposiciones, surgióautomáticamente la réplica de Hitler:«¡Ni hablar de retirada!». Rommel nocontribuyó precisamente a aflojar el

Page 895: Rommel   desmond young

tenso ambiente que se había creado,cuando poco después elevaba suprotesta cerca de Hitler por el«incidente» de Oradour-sur-Glane, quehabía ocurrido la semana anterior. Comorepresalia por el asesinato de un oficialalemán, la división Das Reich de las SSencerró a las mujeres y a los niños deOradour en la iglesia y luego incendió elpueblo. Cuando los hombres y losadolescentes salían de las casas huyendode las llamas, fueron abatidos con fuegode ametralladora. Incendiada también laiglesia, perecieron en ella seiscientaspersonas entre mujeres y niños. Fue unadesgraciada casualidad, reconocían los

Page 896: Rommel   desmond young

SS que hubiera dos pueblecitos con elnombre de Oradour, y que se hubieranequivocado atacando aquel de los dosque no tenía ninguna responsabilidad enel asesinato del oficial alemán. Peroaquello en nada impidió que se tomaranlas duras represalias. Rommel pidióautorización para castigar a la divisiónDas Reich, diciendo:

Actos de esa clase no hacen sinomanchar el uniforme alemán. ¿Cómoextrañarse de la potencialidad de laResistencia francesa que nos ataca porla espalda, si la conducta de las SSempuja a todo francés con un poco deconciencia a sumarse a la Resistencia?

Page 897: Rommel   desmond young

Hitler, entonces, gritó: «No se metausted en eso. No corresponde a susector. ¡Resistir a la invasión!, ése es suúnico trabajo».

La conferencia acabó bruscamentecuando von Rundstedt y Rommel, dandopruebas de gran audacia, intentaronsuscitar la cuestión de la posibilidad dehacer proposiciones de paz a laspotencias occidentales. Los adioses nofueron cordiales por ninguna de las dospartes. Y poco después la explosión deuna V-1 causó grandes daños en elCuartel General. Desgraciadamente, nohubo pérdidas humanas.

Durante las semanas que siguieron,

Page 898: Rommel   desmond young

los informes de Rommel se limitaronestrictamente a los hechos, sin formularninguna opinión sobre el futuro. Comomáximo, decían a este respecto: «Elgrupo B de ejércitos proseguirá susesfuerzos para impedir que el enemigoopere una ruptura». Señalando en uno desus informes la pérdida de 100.089oficiales y soldados entre el 6 de junio yel de julio, y contraponiéndola a los8.395 hombres llevados al frente y a los5.303 en ruta hacia él, Rommel hacía elsiguiente comentario: «A la vista de lascrecientes pérdidas, el problema de sureemplazamiento provoca ciertaansiedad». Pero de hecho, ya en aquel

Page 899: Rommel   desmond young

tiempo estaba muy mal mirado por lasaltas esferas. El 29 de junio había sidollamado a Berchtesgaden al mismotiempo que von Rundstedt. Hitler lesanunció entonces que no quería que sedesarrollara la guerra de movimientos, acausa de la superioridad aérea deladversario y de su abundancia devehículos y combustible. Lo que seimponía era bloquearle con un frentecontinuo en su cabeza de puente ydesgastarlo con una guerra de posición,debía echarse mano de todos losmétodos de la «guerrilla». Aludiendo aRommel, Hitler añadió, en presencia deKeitel y Jodl: «Todo iría mucho mejor,

Page 900: Rommel   desmond young

si consintiera usted en batirse mejor».Rommel regresó hecho una furia a suCuartel General de La Roche-Guyon,donde volcó aquel ramillete de elogiossobre su jefe de Estado Mayor, elteniente general Dr. Hans Speidel, que aúltimos de abril había reemplazado aGausi.

El general Speidel merece que ledediquemos una mención especial, yaque por entonces se disponía arepresentar en la vida de Rommel, y dehecho lo representaba ya, un papelmucho más importante que el de jefe deEstado Mayor. De un asombrosoparecido con nuestro secretario de

Page 901: Rommel   desmond young

Estado para la Guerra, sir James Grigg,posee como éste, además de una miradade búho, un espíritu claro y preciso ycasi el mismo temperamento de filósofo.La cosa no tiene nada de sorprendente:se trata de un espécimen poco corrientede soldado profesional que es al mismotiempo un filósofo de carrera. Seincorporó al ejército a la edad dediecisiete años, hizo toda la guerra en elfrente occidental, casi todo el tiempo enla misma brigada de Rommel. Luego, enel período de entreguerras permanecióen el ejército y siguió los cursos de laAcademia de Estado Mayor. Al mismotiempo estudiaba historia y filosofía en

Page 902: Rommel   desmond young

la Universidad de Tubinga y lograba eldiploma de doctor en filosofía, summacum laude, en febrero de 1925. Si este«duplo» no constituye un récord único,sí es de todos modos un caso raro.

Dotado de un espíritu analítico ypreciso y de una memoria infalible,Speidel parecía destinado a una carrerabrillante como oficial de Estado Mayor;con mayor motivo aún si añadimos que aesas cualidades unía unos cálidossentimientos humanos —aunque losdisimulaba muy bien— y un enormesentido del humor. Adjunto del agregadomilitar alemán en París durante 1933(hablaba un francés impecable), fue

Page 903: Rommel   desmond young

nombrado jefe de la Sección Occidentala su regreso a Berlín. Asistió a lasmaniobras francesas de 1937 y escribiósobre ellas un artículo en el queafirmaba que el ejército francés noestaba preparado para una guerraofensiva moderna, pero que cabíaesperar una resistencia desesperada deese ejército y de sus jefes en el caso deque Francia llegara a ser invadida.«Afortunadamente —o quizás habría quedecir: desgraciadamente— meequivocaba», le oí decir un día aSpeidel.

Como oficial de Estado Mayor del9.o cuerpo en Dunkerque, ha confirmado

Page 904: Rommel   desmond young

que, por medio de una orden directa,Hitler impidió a von Rundstedt queutilizara los dos cuerpos blindados deGuderian y de von Kleist contra losingleses cuando éstos reembarcaban.«Ni un solo inglés hubiera podidoabandonar las costas de Francia sihubiéramos lanzado en la refriegaaquellos dos cuerpos», ha dichoSpeidel. No mucho después, se hallabaéste en un salón del hotel Crillón, enParís, combinando con el general Dentzlos términos de la capitulación francesa.Nosotros hemos considerado siempre algeneral Dentz como un monstruo dedoblez por su comportamiento en Siria,

Page 905: Rommel   desmond young

y los franceses lo condenaron a muertepara acabar encarcelándolo para toda suvida. Sin embargo, tal vez sea de interéstomar nota de lo que pensaba sobre élSpeidel: según éste, Dentz «hizo todo lomejor que pudo, dadas lascircunstancias», y era «un patriota y unbuen soldado francés».

Acabada la campaña de Francia,Speidel ocupó varios puestosimportantes en el Estado Mayor deRusia. Mientras se encontraba anteMoscú con el V ejército alemán, asumióen gran parte la responsabilidad de losplanes de la ofensiva de verano de 1942en el sur, ofensiva que llevó a los

Page 906: Rommel   desmond young

alemanes a unas perspectivas devictoria. Como jefe del Estado Mayorgeneral del VIII ejército (italiano) en1943 y durante los primeros meses de1944, tomó parte en todos los grandescombates de aquel año decisivo. Muytontamente, interrogué una vez al generalSpeidel acerca de las condiciones de laguerra en Rusia. ¿Fue el frío un duroenemigo? Amablemente, me contestó:«Muy duro en efecto. En descargo deaquel frío sólo puede decirse queimpidió que los oficiales de EstadoMayor escribieran». Y al preguntarlecuáles fueron a su entender las causas dela derrota final alemana, me contestó:

Page 907: Rommel   desmond young

«Demasiados rusos y un alemán desobra: Hitler».

Sin haber rebasado los cincuenta yun años de edad, el doctor Speidel esactualmente profesor de Filosofía en laUniversidad de Tubinga. Como el lectorverá más adelante, alcanzó ese puestoapacible tras un viaje lleno deaventuras, algo agitado por la tempestad.En el intervalo, en medio del tumulto dela batalla de Normandía, era elconsejero estimado y escuchado delcomandante en jefe del grupo B deejércitos, sobre cuestiones que no eranpuramente militares…

El 17 de julio, la aviación aliada

Page 908: Rommel   desmond young

alcanzó por fin directamente a Rommel.Nada de extraordinario hubo en elacontecimiento. El automóvil deRommel fue uno del los millares devehículos que fueron ametrallados en lascarreteras y caminos de Normandía enjulio de 1944. El capitán Helmuth Lang,que se hallaba al lado de Rommel, harelatado los hechos. De su declaraciónse deduce que él y Rommel tuvieron lamala suerte de tomar una carretera a lolargo de la cual operaba nuestraaviación[14]. Escribe el capitán Lang:

Como cada día el mariscal Rommel hacía el17 de julio su habitual visita al frente.Acababa de recorrer los sectores de la 276. a

Page 909: Rommel   desmond young

y 277.a divisiones de infantería, que lanoche anterior habían rechazado un fuerteataque enemigo. Rommel marchó en seguidaal Cuartel General del 2o cuerpo blindadoSS, donde sostuvo una conversación con losgenerales Bittrich y Sepp Dietrich.Teníamos que marchar precavidos contra laaviación enemiga, que sobrevolaba sincesar el campo de batalla, atraídainmediatamente por la polvareda que selevantaba de las carreteras.

A las cuatro de la tarde, Rommelabandonó el Cuartel General de Dietrich ytomó el camino de regreso. Quería volver loantes posible al Cuartel General del grupoB de ejércitos, ya que el enemigo habíaabierto brecha en otro sector del frente.

A lo largo de las carreteras nosencontramos con convoyes envueltos enllamas, y de vez en cuando los bombarderos

Page 910: Rommel   desmond young

enemigos nos obligaban a tomar carreterassecundarias. A las seis de la tarde elautomóvil del mariscal se hallaba en lascercanías de Livarot. Un convoy queacababa de ser atacado, estaba aparcado alo largo de la carretera e importantesgrupos de bombarderos enemigos operabanaún en picado por los alrededores. Así,pues, para alcanzar la carretera principal,que estaba a cinco kilómetros deVimoutiers, tomamos otra umbrosacarretera.

Estábamos a punto de alcanzarlacuando vimos ocho bombarderos enemigosvolando sobre Livarot. Más tarde supimosque aquellos aparatos habían paralizado eltránsito en la carretera de Livarot durantelas dos horas anteriores. Como pensábamosque no habíamos sido vistos, continuamosmarchando por la carretera principal de

Page 911: Rommel   desmond young

Livarot a Vimoutiers. De repente, elsargento Holke, que venía con nosotroscomo vigilante, nos advirtió que dosaviones volaban sobre la carreteradirigiéndose hacia nosotros. Dimos ordenal chófer, Daniel, de que acelerara y tomaraun caminito que había a la derecha; loveíamos a unos 300 metros de distancia;allí podríamos refugiarnos.

Antes de que pudiéramos llegar alcamino, los aparatos enemigos, en vuelorasante a gran velocidad, llegaron hastanosotros. Abrió fuego el primero. En aquelmomento, el mariscal Rommel apartaba lacabeza. La primera ráfaga alcanzó elcostado izquierdo del coche. Uno de losproyectiles destrozó el hombro y el brazoizquierdo de Daniel. Rommel sufrió heridasen el rostro a causa de los fragmentos devidrio que saltaron y recibió un golpe en la

Page 912: Rommel   desmond young

mandíbula y en la sien izquierda (producidaseguramente por la parte superior delparabrisas) que, al ocasionarle una triplefractura de cráneo, hizo que perdiera elconocimiento sobre la marcha. Elcomandante Neuhaus recibió un disparo enla culata de su revólver, y la violencia delchoque le rompió la pelvis.

Nuestro chófer Daniel, gravementeherido, había perdido el control delautomóvil, que fue a chocar contra un árbol,para caer de rebote sobre la parteizquierda de la carretera y acabar dandouna vuelta de campana antes de ir a parar aun foso. El capitán Lang y el sargentosaltaron del coche y se refugiaron a un ladode la carretera. El mariscal Rommel, que alcomenzar el ataque agarraba laempuñadura de la portezuela, había sidoproyectado en estado inconsciente fuera del

Page 913: Rommel   desmond young

vehículo cuando éste dio la vuelta decampana, y yacía sobre el suelo, a unosveinte metros de distancia. Un segundoaparato enemigo voló sobre el lugar delaccidente, e intentó tocarnos de nuevolanzando algunas bombas.

Instantes después, el mariscal Rommelfue colocado en lugar protegido por elcapitán Lang y el sargento Holke. Estabaaún inconsciente, cubierto de sangre acausa de las numerosas heridas de surostro, particularmente visibles en su ojoizquierdo y en la boca. Parecía estar heridoen la sien. No recobró el conocimiento nidespués de que lo pusimos en lugar seguro.

Con el fin de prestar socorro a losheridos, el capitán Lang intentó encontrarun automóvil, cosa que no logró hasta trescuartos de hora más tarde. Curó las heridasdel mariscal Rommel un médico francés en

Page 914: Rommel   desmond young

un hospital atendido por religiosas. Éstasmostraban un aire de gravedad; según elmédico francés, había pocas esperanzas deque Rommel escapara a la muerte. Pocodespués, sin haber recobrado elconocimiento, fue llevado junto con Danielal hospital de Bernay, a cuarenta y cincokilómetros de distancia. Los médicos que leexaminaron diagnosticaron que el mariscalRommel sufría varias heridas graves en elcráneo: una fractura en la base, dosfracturas de sien, la mandíbula triturada,una herida en el ojo izquierdo, diversoscortes por astillas de vidrio y variascontusiones.

Unos días más tarde, Rommel fuellevado a casa del profesor Esch, en elVesinet, cerca de Saint-Germain.

Page 915: Rommel   desmond young

* * *

A principios de julio, y como lógica ynatural consecuencia de haberseatrevido a recomendarle a Keitel quedebía buscar la paz, von Rundstedt fuerelevado de su puesto de mando. Loreemplazó el general Gunther von Kluge,que acababa de llegar de Rusia. Rommelno se impresionó ante aquellaadvertencia dada a los «derrotistas» y sedecidió a intentar de nuevo la tarea dehacer entrar en razón a Hitler. Deacuerdo con el general Speidel, que

Page 916: Rommel   desmond young

trazó las grandes líneas del documento,Rommel envió a von Kluge un informepersonal, dos días antes de ser herido,pidiendo que fuera transmitidopersonalmente al Führer. En ese informeRommel insistía en las líneasfundamentales de su análisis del 12 dejunio, pero de manera aún máspesimista.

La situación en el frente de Normandíase hace de día en día más difícil; seacerca rápidamente a un punto de crisis.

A continuación describía lasuperioridad de los Aliados en artilleríay en tanques, las graves pérdidas

Page 917: Rommel   desmond young

alemanas y la falta de refuerzos, lainsuficiencia del equipo disponible, ladestrucción de la red ferroviaria por laaviación enemiga y las dificultades queofrecía la utilización de las carreteras,la falta de municiones, la fatiga de lastropas… El enemigo, por si fuera poco,aportaba cada día a la lucha nuevasfuerzas y material en cantidadesmasivas; sus líneas de abastecimiento noeran atacadas por la Luftwaffe; lapresión no cesaba de aumentar.

En estas condiciones es de prever que elenemigo no tarde en abrir brecha ennuestro frente, tan débil,particularmente en el sector del VII

Page 918: Rommel   desmond young

ejército, y penetren profundamente enFrancia… No disponemos de ningunareserva móvil para poder oponernos aun ataque así. Nuestra aviación casi noha tomado parte en el combate. Esverdad que nuestras tropas combatenheroicamente, pero el final de estadesigual batalla no ofrece dudas.

Rommel añadió, de su puño y letra:

Le ruego tenga a bien reconocer en elacto la significación política de lasituación. Me creo en el deber, en micondición de comandante en jefe delgrupo B de ejércitos, de comunicarleesto con toda franqueza.

La carta con la que Kluge

Page 919: Rommel   desmond young

acompañaba el envío del informe deRommel, fechada el 21 de julio, nocarece de cierto interés. A pesar de lasgrandes esperanzas que von Klugealimentaba en el momento de su toma deposesión, esa carta prueba que habíallegado rápidamente a idénticasconclusiones que von Rundstedt yRommel. Prueba igualmente que vonKluge fue indudablemente un hombre devalor moral considerable: la habíaescrito sabiendo que no sería bienacogida en el Cuartel General de Hitler.Decía así:

Mi Führer, le envío adjunto un informe delmariscal Rommel; me lo entregó antes de su

Page 920: Rommel   desmond young

accidente; discutimos juntos los términosdel mismo. Yo llevo aquí solamente quincedías. Después de largas discusiones con losjefes responsables de los diversos frentes,en particular con los jefes SS, he llegado ala conclusión de que, desgraciadamente, elmariscal Rommel tenía razón… No existeabsolutamente ninguna posibilidad deconducir una batalla teniendo enfrente unafuerza aérea enemiga tan poderosa… sinverse obligado a ceder terreno… El efectopsicológico que semejante masa de bombas,lloviendo del cielo con el poderío de loselementos naturales, ejerce sobre loscombatientes, y en particular sobre lainfantería, es tal que no queda más remedioque otorgarle la más seria consideración.Que esta alfombra de bombas se desarrollesobre tropas buenas o malas, no tieneninguna importancia. Las aniquila de todos

Page 921: Rommel   desmond young

modos. Y lo que es más importante, sumaterial queda destruido. Basta que esto serepita varias veces para que la capacidadde resistencia sea aniquilada…

Llegué aquí firmemente decidido aejecutar las órdenes de usted y a estabilizarel frente costara lo que costara. Me doycuenta ahora de que ese objetivo no puedeser alcanzado más que al precio de unalenta pero segura destrucción de nuestrastropas —estoy pensando especialmente enla división Hitler Jugend, que se ha cubiertode gloria.

Está más que justificada la ansiedad apropósito del futuro inmediato…

A pesar de todos nuestros esfuerzos, seaproxima a grandes pasos el momento enque este frente tan duramente atacadoestará a punto de quebrarse… En micondición de comandante en jefe

Page 922: Rommel   desmond young

responsable, considero que es mi deber, miFührer, atraer la atención de usted, a sudebido tiempo, sobre estasconsideraciones…

Cinco semanas después, el mariscalvon Kluge era destituido y moría. Enunos momentos en que, a cualquier horadel día y de la noche, la muertetransformaba en héroes a muchoshombres paralizados por el miedo, vonKluge eligió, por su cuenta, el caminodel suicidio. Él comprendió —así lodijo— hasta qué punto habíadecepcionado al Führer al fracasar en lamisión que éste le había confiado: elcontrol de las operaciones. No era ésta,

Page 923: Rommel   desmond young

sin embargo, la única razón de que nodeseara volver a verle más.

Page 924: Rommel   desmond young

11

«UN DESTINODESPIADADO»

Cuando los marinos norteamericanossubieron de nuevo a bordo de susbarcos, que permanecían intactos enBikini, después de la explosión de la

Page 925: Rommel   desmond young

bomba atómica, se fueron sintiendogradualmente dominados por un miedoextraño, obsesivo. Y exclamaron: «Sólohay puentes en que puede unopermanecer únicamente brevesmomentos; un aire respirable sólo conmáscaras antigás y que, sin embargo,tiene el mismo olor que el aire encualquier otro lugar; un agua en la queno se puede nadar; un pescado que no sepuede comer… ¡se trata de un mundomancillado!». En efecto: los productosderivados de la fisión atómica,extendidos sobre los barcos como unacapa de pintura, no podían sersuprimidos según la vieja y feliz

Page 926: Rommel   desmond young

prescripción de la Marina «de unalimpieza a fondo de proa a popa». Losneutrones y rayos gamma persistían,revelados únicamente por loscontadores Geiger; continuabanpropagando el terror de la enfermedad,de la desintegración, y el nuevo horrorde la muerte atómica.

Para sentir que un aire malsano, quelos contadores Geiger no pueden captar,sigue hoy flotando en Alemania, no hacefalta ser un gran psicólogo ni poseer unasensibilidad particularmente aguda paralas variaciones atmosféricas. Bien esverdad que ningún pútrido miasma seeleva ya de las ciudades en ruinas, y que

Page 927: Rommel   desmond young

los campos ofrecen un paisaje limpio yhermoso. Liberados ya de sus peoresmiserias materiales, los alemanesatienden alegremente sus asuntos. En laposadas pueblerinas, por las tardes,cantan, bailan y beben sus vasos decerveza con el corazón más alegre quela mayoría de nosotros. Aunque sin dudasigue vivo el odio hacia las tropas deocupación y sus «colaboradores», estámuy bien disimulado. ¿Por qué, pues, noacaba uno de sentirse a gusto entre estagente?

Sabido es que muchos miembros dela Gestapo y de la SS siguen aún enlibertad, ya sea porque se han procurado

Page 928: Rommel   desmond young

documentos falsos y han cambiado depersonalidad, ya porque sus víctimas,que podrían ser sus denunciadores, hacemucho tiempo que fueron enterrados. Sedice también que tal vez el joven tancortés y lleno de atenciones connosotros en el hotel en que noshospedamos, tiene las manos manchadascon la sangre de centenares de hombres(un agente de la Gestapo, que erabuscado como autor de sesentaasesinatos distintos, fue descubiertorecientemente camuflado bajo laidentidad de un popular intérprete de uncampo inglés). De seguro que todo esoinfluye en la sensación de malestar de

Page 929: Rommel   desmond young

que hablamos, pero yo diría que la razónprincipal de ese malestar es todavía mássutil: consiste en que la mancha que elrégimen nazi echó sobre el país no hasido borrada con el suicidio o laejecución de sus jefes, ni quedarálavada tampoco con el castigo delúltimo de sus cómplices. El ácido de lasospecha y del espionaje incesantes, delos arrestos al amanecer, de las torturassádicas y los asesinatos en la celda, ypor encima de todo, de la hipocresía y lamentira que pervirtieron a un Estadopolicíaco, ese ácido ha mordido muyprofundamente en la vida del país. Suhuella, como ocurre con la de los

Page 930: Rommel   desmond young

productos de fisión, no puede serlavada. La sombra de Hitler entenebrecetoda la escena alemana. «¡Se trata de unmundo mancillado…!». Por lo menos,ésa fue la impresión que personalmenteexperimenté mientras escuchaba elrelato de los últimos días de Rommel yde las circunstancias que rodearon susalida de este mundo. Y no es quehubiera algo siniestro en los lugaresdonde oí esa historia, ni tampocodetalles morbosos en las personas queme la contaban. Todo lo contrario.Mientras permanecía sentado en la casadel general Speidel, que domina laapacible pequeña ciudad de Freuenstadt,

Page 931: Rommel   desmond young

en la Selva Negra, experimenté algo asícomo un sentimiento de nostalgia por losviejos interiores victorianos oeduardinos de mi infancia. En casascomo aquella —para el gusto moderno,tal vez excesivamente atiborradas deobjetos— llevaron una vida confortabley bien ordenada generaciones enteras deingleses: el dinero, invertidojuiciosamente, la fe en Dios y en elGobierno, los criados ocupando el lugarque les correspondía, el gato junto a lachimenea y el agente de policíahaciendo su ronda. ¡Diríase que sehallaba uno en el North Oxford de hacecuarenta años!

Page 932: Rommel   desmond young

Aunque esté llena de reliquias delsoldado, aunque retratos al óleo yfotografías del desaparecido cubrantodas las paredes, aunque su máscaramortuoria esté allí, guardada en supequeño cofre, de la casita de la señoraRommel, emana la misma tranquilidad yseguridad que del hogar de los Speidel.Lo mismo puede decirse de la casa deAldinger o de aquella en la que hablécon el doctor Strolin, que fue el últimode mis informadores. En cada una deellas se hacía una pausa en la narraciónde la historia y se ponía de lado lospapeles, colocando un mantel bordado, ala hora del té. En cada uno de aquellos

Page 933: Rommel   desmond young

hogares había el equivalente de nuestrasporcelanas de china, unas «Meissen» alas que se prodigaba atentos cuidados,que no tenían ninguna resquebrajadura yque, una vez acabado su servicio, erancolocadas nuevamente en su vitrina. Entodas aquellas casas se servía tambiénun pastel que durante mucho tiempo fuefamiliar a los ingleses y que podría sermuy bien el símbolo de una época yadesaparecida.

En lo que concierne a la personamisma del doctor Speidel, diré que separece a lo que realmente es: «unprofesor». Su esposa, a la quecualquiera consideraría demasiado

Page 934: Rommel   desmond young

joven para tener ya una hija dediecisiete años, da la impresión de nohaber tenido nunca más preocupacionesque sus pequeños ajetreos domésticos.Los hijos son gentiles, bien educados;sólo hablan cuando uno se dirige a ellosdirectamente. En cuanto a Aldinger y suesposa, son el prototipo de la buenasociedad de las ciudades provincianas.El doctor Strolin, por su parte, ofreceese porte seguro del hombre habituadodesde largo tiempo a la autoridad que leconfiere su buena posición.

A pesar de que su rostro vigorosoesté surcado de profundas arrugas, laseñora Lucía María Rommel no muestra

Page 935: Rommel   desmond young

ninguna otra huella de su experiencia, lamás desgarradora que mujer alguna hayatenido que soportar. De un porte queevoca más bien el tipo de mujer de laItalia del Norte que el típicamentealemán, carece por completo de lasentimentalidad que tantas veces hallauno en la gente de Alemania. Habla demein Mann, de su marido, con alegría yorgullo. A pesar de las dos guerras,pasaron juntos y felices treinta años. Encuanto se gana uno su confianza, hablagustosamente del fin de su marido, sinamargura, pero con profundo desdénhacia los responsables de lo ocurrido.Sólo una vez reveló cuán vivos

Page 936: Rommel   desmond young

permanecían sus sentimientos al cabo decinco años de los hechos. Fue cuandovisité en su compañía su antigua casasobre la colina que dominabaHerrlingen, casa transformada hoy enescuela. La señora Rommel nodescendió del automóvil cuando éste sedetuvo ante la verja. «Me gustacontemplar los niños jugando en esejardín —me dijo—, pero no quierovolver a entrar en esta casa».

Su hijo Manfred, que actualmenteestudia Derecho en la universidad deTubinga, es un joven muy agradable,perfectamente equilibrado, consagrado asu madre y a la memoria de su padre y

Page 937: Rommel   desmond young

que, por lo que yo pude observar, nosufre de ningún «complejo». Lo que tuvoque vivir a la temprana edad de quinceaños no le desequilibró ni le llenó desentimientos de amargura.

Sin embargo, sobre esta tela defondo de aspecto casi victoriano,aquella gente, tan normal y gris enapariencia, se había visto implicada o sehabía comprometido por su propiadecisión en la lucha contra un régimentan inflexible y duro que aplicaba a susadversarios castigos aún más terriblesque la misma muerte. Aquel contrasteera lo que, para mí, daba a la historia suaspecto macabro e inquietante.

Page 938: Rommel   desmond young

Destaquemos el hecho de que todosellos dieron tales pruebas de coraje quehube de convencerme de la superioridadde sus nervios sobre los míos.

Rommel había regresado de África delNorte en marzo de 1943, «habiéndolehecho tragar el anzuelo a Hitler», comoentonces se decía. Hacía ya muchotiempo que sabía que Keitel y Jodl eranenemigos suyos, tanto en el terrenoprofesional como en el privado.Rommel despreciaba a Goering, enquien no tenía ninguna confianza;Kesselring, a su entender, había hablado

Page 939: Rommel   desmond young

mal del Afrika Korps y del propioRommel a Goering. No hacía mucho, elgeneral Schmundt había advertido aRommel que sus acciones estaban enbaja a los ojos de los jefes del Partido,en particular para Bormann, de tanmisteriosa influencia sobre el Führer.No tenía en la corte de éste ningúnamigo, si exceptuamos al mencionadoSchmundt, que siempre hablaba en favorde Rommel. No obstante todo esto,Rommel, aún después de El Alamein,continuaba creyendo que todos los malesprocedían del círculo que rodeaba aHitler y que éste llegaría a ver claro yactuar abiertamente tan pronto se

Page 940: Rommel   desmond young

desembarazase de sus sicofantes.Ahora ya había perdido todas sus

ilusiones. Sabía que Adolfo Hitlercarecía de toda generosidad, que nisiquiera se mostraba leal con aquellosque le servían y que era incapaz deaceptar los dictados de la razón.Aquello fue para Rommel unarevelación desalentadora, siendo comoera un hombre sencillo y recto, queordinariamente no daba muchas pruebasde sutileza de espíritu, salvo en elcombate bélico. Como soldado quesiempre había vivido apartado de lascorrientes políticas, aquella revelaciónle impresionó bajo un punto de vista

Page 941: Rommel   desmond young

puramente personal y profesional. Habíaperdido la fe en un hombre que habíasido un amigo y su dueño, pero quecontinuaba siendo el jefe de las fuerzasarmadas alemanas. Así fue como, poco apoco, llegó al convencimiento de que,no sólo estaba en peligro la victoria enla guerra, sino que Alemania corríaindefectiblemente hacia la derrota y ladesintegración por culpa de Hitler.

Abrió del todo los ojos durante losmeses que pasó en Alemania, antes detomar el mando del grupo B de ejércitos.Hacía mucho tiempo que sentíadesprecio por la «escoria» nazi. Peroahora, por vez primera, oficiales

Page 942: Rommel   desmond young

alemanes que habían sido testigosoculares de los hechos le hablaron delas atrocidades cometidas en Polonia yen Rusia por la Gestapo y las SS y delas que aún seguían cometiendo en lospaíses ocupados de la Europaoccidental. Por vez primera también,Rommel oyó hablar del trabajo forzado,de las exterminaciones masivas dejudíos, de la batalla del Ghetto deVarsovia, de las cámaras de gas y otrascosas semejantes. En África del Norteera algo que caía de su peso queAlemania sólo podía hacer una guerrade caballeros…

Entraba en lo propio del carácter de

Page 943: Rommel   desmond young

Rommel que acudiera en seguida ahablar con Hitler de todas aquellascosas. «¡Perderemos la guerra sitoleramos todo eso!», le dijo al Führer.Le propuso el licenciamiento de laGestapo y la dispersión de las SS entrelas otras fuerzas armadas regulares. Almismo tiempo, suplicó a Hitler quehiciera cesar el enrolamiento de losmuchachos demasiado jóvenes.«Destruir así la juventud del país es unalocura», se atrevió a añadir. Laingenuidad de Rommel pudo haberirritado a Hitler, y Himmler se hubieradivertido con ella si el Führer le hubiesecomunicado las proposiciones de

Page 944: Rommel   desmond young

Rommel. Hitler, sin embargo, accedió adiscutir con Rommel durante un buenrato, lo cual no deja de ser extraño.Aunque, al acabar la charla, el Führerno dejó en el ánimo de Rommel lamenor duda acerca de su decisión de nocambiar nada de los métodos empleadoshasta entonces. Rommel comprendióentonces que hasta los crímenes de sudueño y señor formaban parte de unplan.

Reflexionando sobre todo estodurante los primeros días del verano de1944, Rommel alcanzó, por primera vezen su vida, un cierto grado de concienciapolítica. Coincidió en sus conclusiones

Page 945: Rommel   desmond young

con las de muchos otros generalesalemanes: Hitler llevaba el país a laruina; había que neutralizarlo. Mientrasle secundasen el Partido, la SS, ytambién muchos oficiales o soldados del a Wehrmacht, no habría ningún mediode desembarazarse de él, a excepción deuna guerra civil. Tal vez fuera suficientealejar de él a sus consejeros yconservarlo como una mera figurasimbólica sin ninguna autoridad real.¿Pero cómo realizar aquella empresa?Antes de haber podido conducir susreflexiones hasta el fin, Rommel recibióel mando del grupo B de ejércitos,marchando, primero a Italia del Norte y

Page 946: Rommel   desmond young

luego a Francia. Por el momentoarrumbó el problema en un último plazode su espíritu, consagrándose del todo,como era en él habitual, a la tareaparticular que tenía por delante.

Durante este mismo período, otrospersonajes, cuyos planes estaban másmaduros, habían puesto sus ojos enRommel. El doctor Goerdeler, alcaldede Leipzig, y el coronel general Beck,antiguo jefe del Estado Mayor general,eran los hombres clave del complotcontra Hitler. Según ellos, laconjuración no tendría ningunaposibilidad de triunfar si no se unía aella alguna figura popular, un nuevo

Page 947: Rommel   desmond young

Hindenburg que se pusiera al frente deella en el momento oportuno; habría deser un hombre que gozara ya de laconfianza pública y a quien nadiepudiera acusar de actuar movido porambiciones e intereses personales, yhabía de ser, desde luego, un militar aquien el ejército en peso siguiera sinvacilación. A pesar de su grancapacidad y su elevado carácter, elgeneral Beck no parecía el hombreapropiado: la mayoría de los alemanescasi no habían oído hablar de él, porqueHitler lo tenía arrumbado en laoscuridad desde 1938. Y del resto delos generales entonces en activo,

Page 948: Rommel   desmond young

ninguno alcanzaba el prestigio deRommel a los ojos del público. Despuésdel propio Hitler, Rommel era sin dudael hombre más popular en todaAlemania. Así, pues, nada se oponíapolíticamente a que fuera él el elegido.Era verdad que, con gran disgusto delpropio Rommel, la propaganda oficialhabía hecho de él un perfecto nazi. Almismo tiempo se sabía que erarespetado por los ingleses, con quienes,llegado el momento crucial, habría detratar y parlamentar. Exceptuando unpequeño círculo de gente, nadiesospechaba que se había opuesto aHitler en más de una ocasión. La

Page 949: Rommel   desmond young

elección de Rommel parecía, pues, lamás acertada.

Los conspiradores, afortunadamente,podían entrar en contacto con él porconducto del doctor Karl Strolin,Oberburgermeister o alcaldepermanente de Stuttgart desde el año1923 y muy conocido en el extranjerodonde, antes de la guerra, habíapresidido la última Conferencia de laFederación Internacional deArquitectura y Urbanismo. Enérgico y degran capacidad, sumamente popular ensu ciudad de Stuttgart, el doctor Strolinse había contado al principio entre losmás ardientes partidarios de Hitler y del

Page 950: Rommel   desmond young

Partido. El cónsul general de losEstados Unidos en Stuttgart, que conocióa Strolin durante siete años (de 1934 a1941), ha mostrado, con el tributo dehomenaje que le rindió, que era posible,por lo menos en los comienzos delrégimen, ser nazi sin por eso tener queser un gángster. Ese cónsulnorteamericano escribía en 1948:

Strolin es un hombre de elevadosprincipios humanitarios.

Y prosigue su carta, que yo vi conmis propios ojos:

Me han confirmado esa opinión lo

Page 951: Rommel   desmond young

mismo alemanes que norteamericanos, yen particular los miembros de lacomunidad israelita, que hablabansiempre de él con gran respeto y de lamanera más elogiosa. Su noble carácter,sus esfuerzos incansables en favor decuantos se hallaban en la aflicción, legranjearon el respeto tanto del puebloalemán como de todos aquellos a cuyobien se consagró con tanto altruismo.

El ataque contra Checoslovaquiahizo que el doctor Strolin se volvieracontra Hitler; su amistad con el doctorGoerdeler hizo de él un conspirador.Aunque consiguiera, de modo bastantesorprendente, mantenerse como alcaldede Stuttgart hasta el fin de la guerra,

Page 952: Rommel   desmond young

desarrolló una acción antinazi nadamenos que desde 1939. Uno de losveinticinco miembros de la ResistenciaFrancesa que fueron condenados amuerte en Alsacia ha contado cómoStrolin les salvó la vida a todos. Es undetalle a añadir al crédito que le granjeósu inteligencia y coraje.

Capitán de infantería en la PrimeraGuerra Mundial, dos veces herido,Strolin había pertenecido al EstadoMayor del 2.o cuerpo de ejército, almismo tiempo que Rommel. Siendoambos por temperamento combatientesde primera línea y sintiéndosedesgraciados en el Estado Mayor,

Page 953: Rommel   desmond young

trabaron amistad. Y aunque Strolin fuesehombre de más amplias perspectivasque Rommel, siguieron siendo amigos enel período de entreguerras; no hacíamucho que Strolin había ayudado aRommel a trasladar a su familia desdeWiener Neustadt a su nueva residenciade Wurtemberg.

Strolin comenzó su misión a travésde la señora Rommel. En agosto de1943 tuvo el valor de firmar undocumento en que Goerdeler y él habíanfijado las grandes líneas de una insólitareivindicación: se pedía en el mismoque cesaran las persecuciones contra losjudíos y las Iglesias cristianas, la

Page 954: Rommel   desmond young

restauración de los derechos cívicos, yque se retirara de manos del Partido laadministración de la justicia. Estaherética petición fue enviada alsecretario del Ministerio del Interior.Inmediatamente Strolin recibió aviso deque sería juzgado bajo la acusación de«crímenes contra la patria», en caso deque no abandonara la actitud quereflejaba su escrito. «Tuve por lo menosla satisfacción —ha dicho Strolin— deenterarme de que no podía esperarsenada por las vías legales».

Strolin entregó una copia del citadodocumento a la señora Rommel. Haciaúltimos de noviembre, a menos que no

Page 955: Rommel   desmond young

fuera con motivo de un corto permiso deNavidad (la señora Rommel no recuerdacuándo fue examinado), ella, a su vez,hizo conocer el escrito a su esposo. Eldocumento causó en Rommel una vivaimpresión; sus ideas seguían ya entoncesuna parecida dirección. En diciembre,Strolin se las arregló para hacer unanueva visita a la señora Rommel enHerrlingen, sabiendo de antemano quetambién el general Gausi, jefe delEstado Mayor de Rommel, estaría en lacasa. Su intención era simplementepedirle a Gausi que le concertara unaentrevista con Rommel, pero pudo darsecuenta de que Gausi, que se había tenido

Page 956: Rommel   desmond young

que enfrentar con algunos de losfiauleiters de Hitler, estaba tambiéncontra éste…

La entrevista decisiva tuvo lugar enla casa de Rommel, en Herrlingen, aúltimos de febrero de 1944. Strolin tuvoque acudir a ella secretamente. El excomisario de Policía de Stuttgart, aquelmismo Hanh que Rommel conociera en1939, había advertido a Strolin que sunombre figuraba en la lista desospechosos que había que liquidar enel caso de que se desarrollara enAlemania un movimiento de resistenciaal nazismo. Strolin no ignoraba tampocoque su teléfono estaba conectado a una

Page 957: Rommel   desmond young

mesa de escucha oficial y que todas susconversaciones eran anotadas.

La conversación duró entre cinco yseis horas y Strolin conserva de ella unvivo recuerdo. «Comencé —narraStrolin— discutiendo sobre la situaciónpolítica y militar de Alemania. Nospusimos inmediatamente de acuerdo. Arenglón seguido dije a Rommel: “Si veusted la situación como nosotros,lógicamente debe usted llegar a lasmismas conclusiones”. Le expliquéentonces que algunos oficialessuperiores del ejército del Este tenían elpropósito de hacer prisionero a Hitler,obligándole a anunciar por radio su

Page 958: Rommel   desmond young

abdicación. Rommel aprobó la idea.Pero ni en aquel momento ni tampocomás adelante supo nada acerca del planpara asesinar a Hitler» (el generalSpeidel, por el contrario, sostiene queRommel estaba al corriente de ese plan,pero que lo desaprobaba).

Pero sigamos con el relato deStrolin, que prosigue en estos términos:

»Dije en seguida a Rommel que detodos los generales alemanes él era elmás grande, el más popular y el másrespetado en el extranjero. «Sólo usted—le dije— puede impedir una guerracivil en Alemania. Debe usted dar sunombre al movimiento». Yo no le dije

Page 959: Rommel   desmond young

que se trataba de hacer de él elPresidente del Reich: esta idea, dehecho, no me fue sugerida sino despuésde una ulterior conversación conGoerdeler. No creo que Rommel oyerahablar de esto durante los últimos díasde su vida.

»Rommel vacilaba. Le preguntéentonces si las armas secretas no nosprocurarían tal vez una últimaoportunidad de ganar la guerra. Mecontestó que no sabía nada sobreaquellas armas, fuera de lo que habíaleído en los informes propagandísticos,pero que a su entender no teníamos yaninguna posibilidad de vencer.

Page 960: Rommel   desmond young

Militarmente hablando, la guerra estabaperdida. Le pregunté si consideraba queHitler se daba perfecta cuenta de lodeplorable de la situación. «Lo dudo. Entodo caso, vive de ilusiones». Nuevapregunta mía a Rommel: ¿No podría élpedirle una audiencia al Führer paraintentar abrirle los ojos? «He procuradohacerlo ya varias veces —me dijoRommel— sin ningún éxito. No meimportaría intentarlo de nuevo, pero enel Cuartel General desconfían de mí yestoy seguro de que no me dejarán asolas con el Führer. Ese condenadoBormann está siempre presente».

»Decidimos finalmente que Rommel

Page 961: Rommel   desmond young

procuraría de nuevo, en el momentooportuno, hablar con Hitler y hacerleentrar en razón. De fracasar en su nuevatentativa, le expondría por escrito todala situación, explicándole al Führer laimposibilidad de ganar la guerra ypidiéndole que aceptara lasconsecuencias políticas de esa realidad.En última instancia, Rommel pasaría ala acción directa. El mariscal reflexionólargamente después de todo esto, y dijo,por fin: “Creo es mi deber aportar miayuda a Alemania”. Ahora ya podíasentirme seguro de él. Rommel no era ungran intelectual y no entendía más depolítica que de arte; pero era un hombre

Page 962: Rommel   desmond young

de honor y nunca faltaría a su palabra.Además, a diferencia de muchosgenerales, tenía el coraje necesario paraactuar».

En abril, Strolin descubrió un nuevoaliado en la persona del generalSpeidel, cuando éste fue nombrado jefedel Estado Mayor de Rommel. Speidelformaba ya parte de la conspiración ydesde aquel momento Strolin estuvo casiconstantemente en contacto con él y, através de él, con Rommel, siempre porcorrespondencia. Speidel discutió deltema con su antiguo jefe, el generalHeinrich von Stulpnagel, gobernadormilitar de Francia, y con el general von

Page 963: Rommel   desmond young

Falkenhausen, gobernador militar deBélgica. Rommel tomó parte en algunasde aquellas discusiones y, desde luego,fue informado de todas ellas. Stulpnagelocupaba el centro mismo de laconspiración. Él y Speidel habíanelaborado las bases de una petición dearmisticio que esperaban les sirvierapara negociar con los generalesEisenhower y Montgomery. En el casode que, llegado el momento, Hitler aúnno hubiera sido derribado, lasnegociaciones tendrían lugar sin que éllo supiera. Este armisticio deberíaprever la evacuación de los territoriosocupados en el Oeste, mientras que en el

Page 964: Rommel   desmond young

Este se mantendría un frente acortado.En verdad, los Aliados no hubieran

podido acceder a dichas condiciones. Sehabían comprometido a no firmar unapaz separada, en la que no participaraRusia. Por lo demás, arrastraban laobsesión de la rendición incondicional.Esta decisión, tomada en Casablanca,«reunió a latigazos bajo la cruz gamadaa todos los alemanes», reforzó el poderde Hitler, prolongó la guerra y costó lavida a millares de ingleses ynorteamericanos. Speidel y Stulpnagelimaginaban, sin embargo, que Churchilly el presidente Roosevelt acogerían conagrado la oportunidad que se les ofrecía

Page 965: Rommel   desmond young

de mantener al ejército Rojo apartado deEuropa occidental siempre que ello noles obligara a negociar con Hitler o losnazis.

El 27 de mayo se celebró otraimportante reunión en casa del generalSpeidel, en Freudenstadt. La provocóRommel y asistieron a la misma Speidel,que ostentaba la representación delpropio Rommel, Strolin y von Neurath,antiguo ministro de Asuntos Exterioresdel Reich y más tarde gauleiter deChecoslovaquia. Antes de acabar ante eltribunal de Nuremberg, que le condenó aquince años de cárcel, lo cual le haríasin duda pensar en las ironías de la vida,

Page 966: Rommel   desmond young

recordando que bajo Hitler se habíaexpuesto a una condena mucho mássevera. Me estremecí cuando el generalSpeidel me dijo, como sin darleimportancia: «Tomamos asientoalrededor de esta misma mesa; vonNeurath ocupaba la silla en la cual sesienta usted ahora».

Apasionado por los informes comotodos los alemanes, Strolin habíaestablecido un memorándum particulardel encuentro. Estaba destinado aRommel y daba cuenta detallada de lasituación en todos sus aspectos. Preguntéa Strolin si con ello quería decir quetoda la conversación fue anotada por

Page 967: Rommel   desmond young

escrito. «Naturalmente —me contestó—aquel memorándum fue recopiado en mioficina por uno de mis empleados hastatener varios ejemplares. El empleadoestaba muerto de miedo y se apresuró aquemar los copiadores tan pronto acabósu trabajo. Me pareció que tampoco elgeneral Speidel tenía muchas ganas deque le encontraran con una de aquellascopias encima. De todos modos se llevóuna y yo otra a Stuttgart». De seguro queaquello les daría la impresión de llevarconsigo una granada con el pasadorquitado.

Ni el propio Rommel cuidaba tantode su seguridad como a él le gustaba dar

Page 968: Rommel   desmond young

a entender. En las dependencias deoficiales hablaba siempre con granfranqueza sobre la guerra y sobre elFührer. Esto, en el fondo, no tenía muchaimportancia, porque podía fiarse de loshombres que componían su EstadoMayor. Uno de ellos, espíritu másmeticuloso que crítico, llevaba unDiario de guerra, escrito en primerapersona, como si lo escribiesepersonalmente Rommel: era su deber, ajuicio de X…, consignar, no solamentelos acontecimientos de cada día, sinotambién las obiter dicta del mariscal. Eltal X… era hombre muy escrupuloso yRommel se divirtió mucho cierto día

Page 969: Rommel   desmond young

leyendo en uno de los párrafos delDiario:

7 de la mañana: desayuno (tortilla); 7 h.30 m.: comienza la batalla de Caen…

Le gustó mucho también leer:

Doy un paseo con X… y con el mariscalvon Kluge.

Y también:

He discutido con X… acerca de lasituación militar: está de acuerdoconmigo.

Se divirtió mucho menos, sin

Page 970: Rommel   desmond young

embargo, cuando tropezó con este texto:

Las órdenes de Hitler no son sino puratontería; ese hombre debe estar loco.

Y con este otro:

Cada día nos cuesta inútilmente muchasvidas humanas; urge hacer la paz…

Rommel dijo entonces al meticulosoX…

¡Pero por Dios! ¿Es que quiere ustedmandarme al patíbulo?

Luego dio orden a Aldinger de quepreparara una versión revisada y

Page 971: Rommel   desmond young

corregida de aquel Diario. Tiempodespués, el propio Aldinger y el hijo deRommel, Manfred, quemaron el originald e l Diario, que Aldinger se habíaempeñado en conservar. Hay que decirque esta manía típicamente alemana deconvertirlo todo en carpetas y deconservar hasta los documentos máscomprometedores, ha causado lapérdida de no pocos conspiradores.

En la reunión del 27 de mayo, elgeneral Speidel trazó una panorámica dela situación militar. Cuando huboterminado, von Neurath declaró:«Mientras Hitler esté en el lugar queocupa, no podremos conseguir la paz;

Page 972: Rommel   desmond young

debería usted decirle a Rommel que seprepare a asumir susresponsabilidades». El resto de losconjurados compartían aquel mismosentimiento, y ése fue el mensaje que elgeneral Speidel llevó al Cuartel Generalde La Roche-Guyon.

Mientras tanto, la voluntad de acciónde Rommel había cobrado nuevo vigoralimentándose de una savia pococorriente: el plan clandestino de Jünger.Ernst Jünger, el conocido autor deTempestad de acero , el soldado deprimera línea que, incluso después de1914-18, había creído que la guerra erael más noble oficio del hombre, fue

Page 973: Rommel   desmond young

luego uno de los primeros en escribir,bajo forma alegórica, una novela contralos nazis, Los acantilados de mármol,libro que fue censurado. Pues bien:Jünger había preparado ahora, ensecreto, un esquema de tratado de paz,basado en la idea de una Europaunificada sobre los fundamentos delcristianismo: abolición de las fronterasy retorno de las masas a la fe cristiana.A su entender, era la única manera dealejar el peligro del bolchevismo.Rommel encontró ese proyectoapasionante y convincente, confiando enverlo publicado a su debido tiempo,sintiéndose llamado a crear ese

Page 974: Rommel   desmond young

momento oportuno.A partir de febrero, se halló Rommel

sin duda en una de las situaciones másextraordinarias en que pueda hallarse ungeneral. Por un lado, había sido elegidopor Hitler para defender el «muro delAtlántico» con el objetivo de frenar lainvasión en las playas. Con tal motivo,la prensa alemana le favorecía de nuevocon una oleada de publicidad, y losaliados, de una parte, y el ejércitoalemán, de otra, tenían fijos los ojos enél. Por otro lado, estaba persuadido deque era imposible detener la invasión yse disponía, a menos que lograraconvencer a Hitler, a proponer un

Page 975: Rommel   desmond young

armisticio a los generales Eisenhower yMontgomery en cuando la mencionadainvasión se viera coronada por el éxito.

Rommel habló frecuentemente conAldinger de aquel dilema. «Es unaestupidez continuar la guerra —decíaRommel—. Cada día que pasa noscuesta una ciudad… ¿y para qué?, ¿quéobtenemos con ello? Tan sólo hacer másfácil la propagación del comunismo enEuropa y la reunión de todas laspotencias occidentales. Si tuviéramos labomba atómica, creo que nuestro debersería proseguir la guerra, ya que labomba inclinaría la balanza a nuestrofavor y el primero que la posea no

Page 976: Rommel   desmond young

vacilará en usarla. Pero estoypersonalmente convencido de quenosotros no la poseemos y que,consiguientemente, debemos hacer lapaz». Al mismo tiempo, Rommelreconocía que era inútil soñar con hacerla paz prescindiendo de Hitler mientrasno se produjese la invasión, e inclusomás, hasta que la invasión no hubiesetriunfado evidentemente. «En África, yoera dueño y señor de mis actos, la tropano contaba con más órdenes que lasmías; aquí, en cambio, soy únicamenteun diputado de Hitler». Sometidosdiariamente a una propaganda intensiva,convencidos sin saberlo de la existencia

Page 977: Rommel   desmond young

de las misteriosas armas secretas, lossoldados rasos considerarían comotraidor a quienquiera que les hablase derendirse, y, de consuno con la mayoríade los oficiales subalternos, se negaríana seguirle. Así, pues, no quedaba otrocamino que procurar hacer frente a lainvasión y prepararse al mismo tiempopara hacer a su debido tiempo,proposiciones de paz a los Aliados.

Dando pruebas de un extraordinariosentido del equilibrio mental, Rommelhizo la hazaña de montarse en aquellosdos caballos al mismo tiempo. Comosoldado, hacía cuanto podía y más paraelevar el ánimo del adormilado ejército

Page 978: Rommel   desmond young

del Oeste y para insuflar a la tropa ladecisión enérgica de hacer frente a unainvasión. Trabajó día y noche en elmejoramiento de las defensas del «murodel Atlántico», descuidadas durantemucho tiempo. En sus órdenes del díadeclaró una y otra vez que aquel «muro»era —o lo sería muy pronto—inexpugnable. Y hasta los mismos jefesaliados llegaron a formarse una ideaexagerada de su potencialidaddefensiva. Cuando el desembarco seprodujo con éxito, Rommel se batiódesesperadamente para lanzar al mar alos invasores. No hubiera podido hacermás de lo que hizo si hubiera estado

Page 979: Rommel   desmond young

obnubilado por un único problema y sihubiera creído sinceramente —al menos,implícitamente— en sus propiasprofecías. De igual modo, ningúngeneral hubiera podido arriesgar su vidacon más generosidad que como lo hizoRommel. El motivo es que,profesionalmente, Rommel conservabaaún su fe en el Führer a la vez que en elejército. No hubo ni el menor rastro deindecisión en sus actos de jefe. Siempredetestó el sacrificio innecesario detropas, y, sin embargo, no dejó demandarlas una y otra vez al combate, enviolentos contraataques. Con lossentimientos de dolor que cualquiera

Page 980: Rommel   desmond young

puede imaginar. «¡Nunca hasta ahorahabía enviado yo hombres a una muertesegura!», dijo con tristeza a Ruge. Se leha podido criticar a Rommel su táctica ysu estrategia, pero nadie de nuestrobando insinuó jamás que fuera unboxeador fullero.

Al mismo tiempo, esa entrega a lalucha no le impedía ajustarserigurosamente a las condiciones que élmismo había formulado en su reunión defebrero con el doctor Strolin. Su informedel 12 de junio sobre la situación militarera un leal aviso a Hitler, advirtiéndoleque las cosas se desarrollaban «conextraordinarias dificultades» y que la

Page 981: Rommel   desmond young

superioridad aliada, particularmente enlo concerniente a la aviación, nopermitía acariciar demasiadasesperanzas de impedir una ruptura delfrente. El 17 de junio obtuvo enSoissons una entrevista personal conHitler, que ambos hombres considerabannecesaria. Planteó a Hitler en el cursode la misma la alternativa de pedir lapaz o establecer una línea defensiva pordetrás del Orne. El 15 de julio, en fin,envió su último mensaje al Führer. Fueherido antes de que pudiera recibir lacontestación de Hitler y de poder dar elpaso decisivo que debía acercarle a losjefes aliados. Fue el único punto del

Page 982: Rommel   desmond young

programa establecido de común acuerdocon sus amigos que Rommel no pudoejecutar. Dado el giro que tomaron losacontecimientos, tal vez hubiera sidopreferible que Rommel muriera a causade sus heridas. En su caso, más de unohubiera muerto. Pero una vez másRommel dio pruebas de su capacidad derecuperación y de su extraordinariavitalidad. El barón von Esebeck (que,por cierto, se libró de una buena pormilagro, ya que habitualmenteacompañaba a Rommel en sus viajes,pero el 17 de junio se quedó en elCuartel General para escribir unartículo) vio a Rommel en el hospital

Page 983: Rommel   desmond young

del Vesinet, el 23 de julio. Tomó asientoal lado de su cama. «Me siento feliz deque sea usted —le dijo Rommel—,temía que se tratara del doctor. Me tieneprohibido sentarme en la cama…». Yprosiguió: «Estoy seguro de que estáconvencido de que me voy a morir, peroyo no tengo la menor intención dehacerlo. Haga, pues, el favor de sacarmeuna foto, sentado». Y dicho esto, seenderezó, se puso su guerrera deuniforme sobre el pijama y presentó alobjetivo de von Esebeck su perfilderecho, que no había recibido ningunaherida. «Así podrán convencerse losingleses de que no han logrado

Page 984: Rommel   desmond young

matarme», añadió. Luego continuócharlando casi normalmente con vonEsebeck, repitiéndole lo que ya le habíadicho el 12 de junio, tras redactar suinforme para Hitler: la guerra estabaperdida. Y explica von Esebeck: «Lellenaba de amargura, en particular, eldesfallecimiento total de la Luftwaffe.No pronunció una sola palabra acercadel proyectado atentado contra Hitler».

También Ruge y Speidel pudieronvisitar a Rommel algunos días despuésde haber sido herido. Notaron que habíalogrado afeitarse él solo. Un pobremédico, que era sin embargo mayorgeneral, fue regañado ásperamente por

Page 985: Rommel   desmond young

Rommel, porque había dicho a éste quese mantuviera tranquilo. «No necesitoque me diga usted lo que puedo o lo queno puedo hacer —exclamó Rommel—.Sé perfectamente cuándo debo hacercada cosa». En adelante, Ruge le visitóa diario, o casi, para leerle algo. «Lele í a El túnel, de Kellerman —me hacontado Ruge—, que es una obra quetrata de la construcción de un túnel queunía Europa con los Estados Unidos.Ese era su tipo de lecturas preferido.Hablábamos también con frecuencia dela posguerra. Las enormes diferenciasde nivel entre el flujo y el reflujo delmar en las costas de Bretaña habían

Page 986: Rommel   desmond young

impresionado mucho a Rommel; más deuna vez me dijo cuánto se hubierainteresado por un proyecto de utilizaciónde la fuerza motriz de las mareas. Entodo caso, quería dedicarse, cuando laguerra acabara, a cuestiones técnicas yprácticas».

Rommel hablaba con franqueza alalmirante Ruge sobre el proyecto deasesinato de Hitler. «Es una malamanera de resolver las cosas. Esehombre es la encarnación del demonio,¿por qué convertirlo en héroe y mártir?Mejor sería hacer que el ejército lodetuviera y lo juzgara. No destruiremosla leyenda de Hitler hasta que el pueblo

Page 987: Rommel   desmond young

alemán conozca la verdad».Y prosigue Ruge: «Yo temía por la

vida de Rommel y nunca perdí laesperanza de poder hacer que cayera enmanos de los ingleses. Pero, a pesar deque éramos muy buenos amigos, jamásme atreví a sugerirle aquel camino. Elcaso era que pronto debería regresar asu casa».

El 8 de agosto, prescindiendo de losreproches del profesor Esch, jefemédico en el Vesinet, y del doctorSchennig, del grupo B de ejércitos,Rommel insistió en que se le trasladaraa su casa de Herrlingen. «Estabaresuelto —cuenta la señora Rommel— a

Page 988: Rommel   desmond young

no caer en manos del enemigohallándose gravemente herido». Leacompañaron en el viaje los dosmédicos citados, quienes lo confiaron alos cuidados de los profesores Albrechty Stock, de la Universidad de Tubinga.El profesor Albrecht, que era unespecialista de la cirugía del cerebro,afirmó, después de reconocer aRommel: «Tendré que revisar todos miscursos magistrales. Nadie hubierapodido sobrevivir a heridas comoéstas». Añadió que «por su propiointerés» hubiera preferido atender aRommel en su clínica de Tubinga.

Contrariamente a lo esperado, las

Page 989: Rommel   desmond young

heridas cicatrizaron rápidamente.Rommel recuperaba visiblemente susenergías de día en día. En el ínterin, laseñora Rommel mostró su extrañeza deque nadie, entre los altos dignatarios delReich y del Alto Mando, se tomara lamolestia de telefonear pidiendo noticiassobre el estado de su marido. Ella nosospechaba que la mano de Hitler estabaa punto de volver a apretarse en torno asu esposo. De cualquier manera hubierasido un sospechoso, a causa de lospuntos de vista «derrotistas» que sehabía atrevido a expresar. Pero es que,además, había una pista que conducíadirectamente a él.

Page 990: Rommel   desmond young

Cuando al atardecer del 20 de juliose supo que el atentado contra el Führerhabía fracasado y que Hitler,sobreviviendo al mismo, estaba dandoórdenes, el general Heinrich vonStulpnagel fue llamado por el mariscalvon Kluge a La Roche-Guyon. VonKluge estaba al corriente del complot,pero no había tomado parte activa en él.Caso de que hubiese tenido éxito, sehubiera puesto abiertamente al lado delos conspiradores, y hasta se hubieraencargado de hacer los primeros gestosde acercamiento a los Aliados convistas a una petición de armisticio. Talcomo estaban las cosas, su opinión era

Page 991: Rommel   desmond young

que no podía intentar nada. Eso fue loque le dijo a von Stulpnagel, paraenterarse a renglón seguido, por boca deéste, de algo que le dejó estupefacto:antes de abandonar París, vonStulpnagel había ordenado la detenciónde los miembros de la Gestapo y de laSD, que era la policía de seguridad delas SS. Además, von Stulpnagelesperaba que von Kluge proseguiría elcumplimiento del plan. Éste contestó queno tenía intención de hacer nada deaquello. Tras una discusión de grantirantez, von Kluge dijo a von Stulpnagelque volviera a París y que pusierainmediatamente en libertad a los SD.

Page 992: Rommel   desmond young

El jefe de las SS, general Oberg,estaba dispuesto a quitarle importancia alas cosas y a sostener que las órdenes dedetención de von Stulpnagel eran, comomáximo, un mero ejercicio. Al díasiguiente, sin embargo, llegó un avisopara que el general von Stulpnagelacudiera a informar al Gran CuartelGeneral de Berlín. El general emprendióviaje en automóvil. En qué momentoconcreto de su larga excursión decidiósuicidarse, es algo que jamás se sabrá.Probablemente tomó la decisión antes dellegar a Verdún, ciudad en cuyosalrededores participó en sangrientoscombates durante la Primera Guerra

Page 993: Rommel   desmond young

Mundial. Lo cierto es que aquél fue ellugar que eligió para suicidarse. Ordenóa su chófer que llevara el automóvilhasta las orillas del Mosa y que ledejara a solas. Von Stulpnagel bajólentamente del coche, tomó su revólver yse disparó un tiro en la cabeza. No semató; únicamente quedó ciego. El chóferacudió al oír el disparo, y encontró a suseñor aún vivo. Lo sacó del agua y locondujo, inconsciente, al hospital deVerdún. Le hicieron urgentemente unaoperación, consiguiendo salvar uno desus ojos. Cuando iba recobrando elconocimiento, repitió varias veces:«Rommel». Según el coronel Wolfgang

Page 994: Rommel   desmond young

Muller, fue el cirujano quien se puso encontacto con la Gestapo de París. Segúnel general Speidel, en cambio, las SS yla Gestapo vigilaban ya junto a su lechode hospital. De una u otra forma, elhecho es que la Gestapo fue avisada. Yvon Stulpnagel acabó su viaje a Berlínen compañía de la Gestapo. En Berlínfue torturado. Nadie sabe si dijoentonces algo de compromiso; perobastante había dicho ya en su delirio deenfermo. Luego de ser torturado, fuejuzgado, condenado y ahorcado. Speidello describe como un hombre valiente yhonrado, «un caballero sin miedo y sintacha». ¡Lástima que no tuviera más

Page 995: Rommel   desmond young

acierto con su pistola![15]. Cuando el 18de agosto el mariscal von Kluge,también como Stulpnagel llamado aBerlín, decidió tomar el mismo camino,recurrió al veneno, y no falló el golpe.

En Herrlingen, las semanastranscurrían apaciblemente, sin otrosacontecimientos que las periódicasvisitas del profesor Albrecht, que semostraba encantado con los progresosde su paciente. Muy pronto Rommelpudo levantarse y sentarse un poco alsol, en su jardín, y luego dar algunospaseos. De todos modos, durante losprimero días de su convalecencia seprodujo un incidente bastante

Page 996: Rommel   desmond young

pintoresco. Hacia mediados de agosto, apoco de haber regresado Rommel a suhogar, un hombre intentó introducirse enla casa a través del paso subterráneoque conducía al refugio antiaéreo. No seprestó demasiada atención al asunto.Durante aquel verano de 1944 erantantos y tantos los desertores, losevadidos de los campos, lostrabajadores extranjeros que enAlemania habían tomado las deVilladiego…

El 6 de septiembre Rommel recibióotra visita inesperada. El generalSpeidel acudió a verle para comunicarleque el día antes se había visto destituido

Page 997: Rommel   desmond young

de sus funciones de jefe del EstadoMayor del grupo B de ejércitos; al díasiguiente tenía que presentarse ante elgeneral Guderian, que era entonces jefede Estado Mayor en el Gran CuartelGeneral. «Speidel nos dijo —me contóla viuda de Rommel— que Keitel y Jodlhabían hablado de mi marido como deun derrotista y le puso en guardia contraellos. A causa del estado de salud de mimarido, Speidel no quiso decirle nadamás sobre el particular. Rommel pensóque Keitel y Jodl buscaban un chivoemisario, alguien a quien echar lasculpas de la situación militar en elOeste. Esa era la razón de que la prensa

Page 998: Rommel   desmond young

y la radio alemanes hubieran hablado desu “accidente” y no de un ataqueenemigo, y de que difundieran la noticiatan tardíamente, cuando, en cambio, losperiódicos extranjeros la habíanpublicado algunos días antes».

El general Speidel no tuvo nisiquiera la oportunidad de trasladarsepor sí mismo a Berlín. Quizá había eltemor, no conociéndole a fondo, de que,como el mariscal von Kluge, losgenerales Beck, von Stulpnagel y otros,eligiese el camino más fácil para acabarde una vez. Como decimos, eso era noconocer el carácter de Speidel. El casoes que a las 6 de la mañana llamaron

Page 999: Rommel   desmond young

brutalmente a la puerta de su casa deFreudenstadt. Era un oficial de las SSacompañado de un policía armado.Traían orden de que el general Speidelles siguiera en el acto. El oficial teníatanta prisa que no se detuvo ni aregistrar la casa, y gracias a ello laseñora Speidel pudo guardar unafotografía del fallecido general Beckque tenía colgada (sigue aún hoy allí),en lugar de honor, sobre una de lasparedes del salón, y tuvo tiempo tambiénde guardar algunos documentos… Suesposo fue llevado en coche hastaStuttgart y de allí, por tren,estrechamente vigilado, hasta Berlín,

Page 1000: Rommel   desmond young

donde fue encarcelado en la prisión dela Gestapo situada en la PrinzAlbrechtstrasse. Algo más tarde, ya demadrugada, su adjunto personaltelefoneó a Herrlingen para informar aRommel de la detención de Speidel.Oficialmente nunca le fue anunciada,pese a que seguía siendo, por lo menosnominalmente, el jefe del grupo B deejércitos, y debía normalmentecomunicársele. Rommel envió una cartapersonal de protesta a Hitler porconducto de Sepp Dietrich, quien debíahacerla llegar al Führer. No pudosaberse si se hizo así, pero, desde luego,Hitler no contestó.

Page 1001: Rommel   desmond young

Por la tarde de aquel mismo día unosamigos de Herrlingen avisaron porteléfono a la señora Rommel de que doshombres de aspecto sospechosorondaban por los alrededores de sucasa, intentando manifiestamenteintroducirse en la propiedad. Sealejaron cuando quisieron tomarcontacto con ellos. Hacia las tres ymedia de la tarde, Aldinger pudocomprobar que los dos hombres, uno delos cuales llevaba gafas ahumadas, sehabían apostado en el bosque, sobre unmontículo que estaba detrás de la casa, yse enteró también de que los dosllevaban pasaportes recientes, que los

Page 1002: Rommel   desmond young

presentaban como ingenieros deRegensburg. Pretendían que estabanempleados en trabajos de guerra y quehabían sido evacuados de la zona deHerrlingen. El propietario de unaposada local explicó al suboficialGottcher, que era el secretario deRommel desde hacía varios años, quelos dos desconocidos poseían suspropios automóviles, que habíanaparcado cerca de su establecimiento.

Por la noche, al enterarse de ladetención de Speidel, Strolin decidiócorrer el riesgo de viajar de Stuttgart aHerrlingen y se encontró con que la casade Rommel estaba vigilada. Este último,

Page 1003: Rommel   desmond young

inquieto e incluso alarmado hasta ciertopunto, le indicó que hablara en voz baja.«¿Sabemos acaso si no han instalado unmicrófono secreto en el interior de lacasa?», murmuró. Sobre su escritoriohabía una pistola, y Strolin le preguntópara qué creía que podía servirle, a locual contestó Rommel: «No temo a losingleses ni a los norteamericanos, perosí a los rusos… y a los alemanes».Enseñó a Strolin una copia del mensajeque había enviado a Hitler, y luego losdos amigos discutieron juntos losmedios más eficaces para ayudar aSpeidel. Rommel dijo que él ya habíatelefoneado al Alto Mando, pero sin

Page 1004: Rommel   desmond young

haber obtenido satisfacción. No queríandecirle ni el porqué de la detención desu jefe de Estado Mayor. Fue aquella laúltima vez que Strolin vio vivo aRommel. La esposa de éste le telefoneópocos días después, para pedirle que novolviera más a su casa. La esposa deRommel comenzaba ya a temer la acciónde la Gestapo.

Algunos días después se presentó encasa de Rommel otro visitante. Era untal Maier, jefe local del Partido en Ulm.Se mostró ostensiblemente en plan deamigo y preguntó a Rommel, mientrastomaba el té con él, si podía fiarse desus criados. Luego le dijo en tono

Page 1005: Rommel   desmond young

confidencial que el jefe de las SS deUlm le había contado que Rommel nocreía ya en la posibilidad de unavictoria alemana y que se habíaacostumbrado a hablar mal de Hitler ydel Alto Mando. «¡Una victoriaalemana! —exclamó Rommel—. ¡Hagausted el favor de mirar el mapa! Poraquí están los ingleses, por allí losnorteamericanos, allá abajo los rusos…¿de qué puede servir hablar todavía devictoria?». Cuando Maier se aventuró apronunciar el nombre de Hitler, Rommelcomentó: «¡Ese maldito idiota!». Maierle suplicó que fuera más prudente,advirtiéndole: «Mariscal, no debería

Page 1006: Rommel   desmond young

usted decir esas cosas, porque muypronto tendrá usted la Gestapo pisándolelos talones, si no es que ya le sigue austed ahora».

El propio Manfred, hijo de Rommel,encontró que su padre habló aquel día aMaier con excesiva franqueza,tratándose de un desconocido.

Un periodista italiano ha contadohace poco que Maier, en cuanto regresóa su casa, escribió un informe de treintapáginas sobre su conversación conRommel, que al otro día llegó a Berlín,entregándolo personalmente a Bormann.Los Rommel, sin embargo, se muestranescépticos sobre el particular. De

Page 1007: Rommel   desmond young

regreso de Heidenheim, Maier pasóunos meses en compañía de ManfredRommel en un campo francés deprisioneros de guerra, en Lindau, yaseguró al joven que jamás sospechóque su padre hubiera sido asesinado.Maier murió poco después en un campode concentración norteamericano, sinhaber podido ser interrogado. De todosmodos, la historia podría ser auténtica;la utilización de los «lobos con piel deoveja» era un viejo truco nazi.

Transcurrió otro mes antes de que eladversario hiciera un nuevo movimiento.Rommel podía ya ir en coche a Tubingapara recibir los cuidados médicos.

Page 1008: Rommel   desmond young

Tenía señalada una de aquellas visitasmédicas para el día 10 de octubre. Peroel día 7 el mariscal Keitel le telefoneópara comunicarle que el 10 deberíaencontrarse en Berlín para unaimportante entrevista. A tal fin, seríapuesto a su disposición un tren especial,la noche del día 9. Rommel, a su vez,telefoneó a Tubinga, al doctor Albrecht,anunciándole que debía suspendertemporalmente su tratamiento porquehabía sido llamado a Berlín. Albrecht yStock le conjuraron severamente a queno emprendiera un viaje tan largo.Rommel dijo entonces a Aldinger quetelefoneara personalmente a Keitel.

Page 1009: Rommel   desmond young

Fue el general Burgdorf, «Jefe dePersonal del Ejército», el que se puso alaparato. «Mi marido —cuenta la viudade Rommel— tomó el teléfono; yo mehallaba en la misma habitación,acompañada de Aldinger. Mi maridorogó a Burgdorf que le dijera a Keitelque sus médicos le prohibían viajar acausa de su estado de salud. A renglónseguido le preguntó para qué se leconvocaba y si no podía un oficialdesplazarse a Herrlingen para estudiarcon él el asunto de que se tratara. Elgeneral Burgdorf contestó que habíasido Hitler el que había manifestado aKeitel la necesidad de ver a Rommel,

Page 1010: Rommel   desmond young

para tratar con él de su futuro empleo».En todo caso, no estaría en condicionesde ocupar un puesto hasta dentro dealgunos meses. Aldinger tuvo laimpresión de que Rommel se sentíamolesto e incómodo, pero dice que nohizo ninguna confidencia sobre laconversación con Burgdorf. Tampocodijo nada a su esposa, aun sabiendo queésta vivía dominada por el temor desdeque Speidel fue detenido. Al díasiguiente, Manfred se reincorporó a labatería antiaérea en la que servía.

El 13 de octubre, el Cuartel Generaldel Distrito 5 hizo una llamadatelefónica desde Stuttgart a Herrlingen.

Page 1011: Rommel   desmond young

Como Rommel y Aldinger no estaban encasa, se hizo cargo de la comunicaciónun ordenanza, a quien se encargó quedijera al mariscal que el generalBurgdorf llegaría a Herrlingen el díasiguiente por la mañana, acompañadodel general Maisel. Éste pertenecíatambién al Servicio de Personal, y desdeel 20 de julio estaba encargado deestudiar los expedientes de los oficialessospechosos de complicidad en elatentado contra Hitler. Cuando elordenanza le transmitió el mensaje,Rommel casi no dijo nada. Hizoobservar a Aldinger que los dosgenerales vendrían sin duda a discutir

Page 1012: Rommel   desmond young

con él acerca de la invasión, o bien elasunto de sus futuras funciones.Contrariamente a lo acostumbrado en él,permaneció en silencio el resto de lajornada.

El día siguiente por la mañana,Manfred llegó con permiso en el tren delas seis, y encontró a su padre yalevantado. Desayunaron juntos y luegofueron a dar un paseo, que Rommelaprovechó para hablar a su hijo de lavisita que esperaba. «¿Vienen aproponerle a usted un nuevo puesto?»,preguntó Manfred. «Eso es lo que handicho», respondió Rommel. Manfrednotó que su padre tenía un aire inquieto.

Page 1013: Rommel   desmond young

Pero pronto se dominó y comenzó ahablar con su hijo del futuro de éste.Rommel deseaba que fuera médico y nomilitar. A las once de la mañanaregresaron a casa.

Exactamente a las doce se presentóel general Burgdorf, acompañado delgeneral Maisel y de un tal comandanteEhrenberger, que era otroOrdonnanzoffizier. Llegaron en unpequeño automóvil de color verde, queconducía un hombre que llevaba eluniforme negro de las SS. Los dosgenerales estrecharon la mano deRommel, quien les presentó a la señoraRommel, a Manfred y al capitán

Page 1014: Rommel   desmond young

Aldinger. Al cabo de un momento, elgeneral Burgdorf expresó el deseo dehablar a solas con el mariscal. Laesposa de Rommel subió a sushabitaciones y este último se fue conBurgdorf a una habitación de la plantabaja, seguidos de Maisel. En elmomento de irse, Rommel se volvióhacia Aldinger y le dijo que reuniera«los papeles». Había, en efecto, pedidoa Aldinger que preparara una carpetacon sus órdenes del día y sus informessobre la situación correspondientes a labatalla de Normandía, porque esperabaser interrogado acerca del desembarco.Como de costumbre, Aldinger tenía ya la

Page 1015: Rommel   desmond young

carpeta a punto y permaneció charlandocon el comandante Ehrenberger delantede la puerta principal de casa, mientrasManfred se iba a su cuarto, a colorearunos mapas para su padre.

Una hora después aparecía Maisel,seguido, un par de minutos después, porBurgdorf. Rommel no estaba con ellos.Había subido directamente a lahabitación de su mujer.

La viuda de Rommel cuenta lo quesucedió entonces:

Cuando entró en la habitación vi en éluna expresión tan rara y terrible, que ledije: «¿Qué ha ocurrido? ¿Te sientesenfermo?». Me miró durante un buen

Page 1016: Rommel   desmond young

rato, antes de exclamar: «Vengo adecirte adiós. Dentro de un cuarto dehora, estaré muerto… Sospechan quetomé parte en el intento de asesinato deHitler. Al parecer, mi nombre estaba enuna lista hecha por Goerdeler, en la quese me consideraba futuro Presidente delReich… Jamás he visto a Goerdeler…Ellos dicen que von Stulpnagel, elgeneral Speidel y el coronel vonHofacker me han denunciado… Es elmismo método que emplean siempre…Les he contestado que no creía lo que medecían, que tenía que ser mentira… ElFührer me da a elegir entre el veneno oser juzgado por el Tribunal del Pueblo.Han traído el veneno. Dicen que harásus efectos en menos de tres segundos».La señora Rommel pidió a su esposo queoptara por presentarse ante el Tribunal:

Page 1017: Rommel   desmond young

él no había sido nunca partidario delasesinato de Hitler, jamás lo hubieraadmitido… Pero Rommel dijo: «No,desde luego, no temería ser juzgadopúblicamente, porque estoy encondiciones de defender todos mis actos.Pero es inútil; estoy seguro de que sieligiera ese camino, tampoco llegaríacon vida a Berlín».

Mientras Rommel se despedía de sumujer, entró Manfred muy alegre en lahabitación, para comunicar a su padreque los generales estaban esperándole.Entonces Rommel se despidió tambiénde su hijo. Luego se apartó, dirigiéndosea la habitación vecina, inmediatamenteseguido de Manfred. Rommel llamó a su

Page 1018: Rommel   desmond young

ordenanza y le mandó que buscara aAldinger. Cuando acudió éste, le explicólo que le habían pedido que hiciera.Ahora ya Rommel mostraba una calmaabsoluta, pero Aldinger oía los sollozosde la señora Rommel en la habitaciónvecina. Aldinger no estaba de ningúnmodo dispuesto a aceptar el curso de losacontecimientos. «Exhorté a Rommel —ha contado— a que por lo menos hicieralo posible por huir. Quizá los dospudiéramos abrirnos paso, juntos, connuestras armas. En otros tiempos noshabíamos hallado ya en situaciones másdifíciles todavía, y habíamos logradosalir de ellas…». Rommel me dijo:

Page 1019: Rommel   desmond young

«Eso no nos serviría de nada, queridoamigo, todas las calles están bloqueadaspor los coches de las SS y la Gestapotiene completamente cercada la casa.Jamás lograríamos llegar hasta nuestrossoldados. Por otra parte, han cortado elteléfono. Ni siquiera puedo llamar a miCuartel General». Le contesté que por lomenos podíamos darnos el gusto deaniquilar a Burgdorf y Maisel. «No —me dijo Rommel—, ellos se limitan acumplir órdenes. Además, tengo quepensar en mi mujer y en Manfred». Y meexplicó entonces que le habíanprometido no hacerles ningún mal a suesposa y a su hijo si él se envenenaba.

Page 1020: Rommel   desmond young

Pagarían a la viuda una pensión y a él sele harían funerales nacionales. Seríaenterrado cerca de su casa, enHerrlingen. Hasta le habían descritotodos los detalles de la ceremoniafúnebre, que estaban ya previstos… Encambio, si escogía el otro camino de serjuzgado por el Tribunal del Pueblo, lascosas cambiarían del todo…

Rommel todavía dijo algo más aAldinger. «He hablado ya con mi mujer,y mi decisión está tomada. Jamásaceptaré ser colgado por Hitler. No hetenido parte alguna en el intento deasesinato. Únicamente he procuradoservir a mi país, como hice durante toda

Page 1021: Rommel   desmond young

mi vida; pero ahora sé ya lo que me tocahacer. Dentro de media horaaproximadamente, telefonearán a Ulmpara decir que he sufrido un accidentemortal». Y acaba Aldinger: «CuandoRommel había tomado una decisión, erainútil querer disuadirle de ella…».

Algunos de los conspiradoressupervivientes piensan que Rommeldebió haber insistido para que lellevaran ante el Tribunal del Pueblo yallí, denunciando a Hitler, hubierapodido hacer algo importante en favorde Alemania. Su presencia en el bancode los acusados, sostienen esosconspiradores supervivientes, habría

Page 1022: Rommel   desmond young

quebrantado la confianza pública en elrégimen. Si Rommel hubiera sido másfanático, si hubiera aceptado sacrificar asu mujer y a su hijo, si hubiera gozadode mejor salud, si se hubiera sentidodispuesto a ser estigmatizado comofelón y a morir con la soga al cuello,pero quizá con una oportunidad de poderhablar… evidentemente su elecciónhubiese sido muy diferente. En verdad,su caso personal puede ser debatidoinfinitamente; pero, heroica o no, laelección debía hacerse al instante.

Tomada ya su decisión, Rommelbajó por la escalera con Manfred yAldinger. Los generales estaban

Page 1023: Rommel   desmond young

contemplando el jardín. Cuando levieron, se dirigieron al automóvil yRommel fue el primero en subir,acomodándose en el asiento de atrás.Burgdorf y Maisel subieron acontinuación. El comandanteEhrenberger se había marchado ya, conobjeto de tomar todas las disposicionesadecuadas. El automóvil de color verdese puso en marcha…

Veinticinco minutos después, sonó elteléfono. Se puso al aparato Aldinger.Era el mayor Ehrenberger, quetelefoneaba desde Ulm: «Aldinger, ha

Page 1024: Rommel   desmond young

ocurrido una terrible desgracia. En elcoche, el mariscal ha sufrido de repenteuna hemorragia cerebral. Ha muerto».Aldinger no dijo nada. «¿Ha oído ustedbien lo que acabo de decirle?», preguntóEhrenberger, para asegurarse. «¡Sí, lo heoído!», contestó finalmente Aldinger.Ehrenberger agregó: «Haga usted elfavor de decirle a la señora Rommel queregresaré a su casa inmediatamente».Aldinger subió lentamente los escalonesque conducían a la habitación de laviuda. No fue necesario que pronunciarauna sola palabra. Al cabo de mediahora, se oyó en la alameda el ruido deun automóvil. Aldinger bajó hasta el

Page 1025: Rommel   desmond young

rellano de la escalinata. EraEhrenberger, que deseaba ver a laseñora Rommel. Aldinger respondió queésta no podía recibirle, y Ehrenbergerno insistió. Le acompañó Aldinger y losdos viajaron en silencio hasta el hospitalde Ulm. Aldinger fue conducido a lahabitación en que yacía el cuerpo deRommel. «Hubiera querido quedarme asolas con él, pero Ehrenberger no seapartó de mí ni un momento», diceAldinger.

Mientras me contaba esta historia,las lágrimas inundaban su rostro.Rommel había sido durante treinta añossu mejor amigo a la vez que su héroe.

Page 1026: Rommel   desmond young

Tuve que hacer un esfuerzo para noolvidar que aquel hombre bajito,meticuloso, que podría haber pasadotoda su vida apaciblemente en cualquieroficina gubernamental, se habíaencontrado de pleno en muchas batallasde las dos guerras mundiales. Al otrolado de la mesa, la mujer de Aldinger,joven, bonita y algo rechoncha, llorabasilenciosamente con los ojos fijos en sucosturero. En aquel hogar Rommel nosería olvidado jamás.

Mientras Aldinger estuvo ausente enel hospital, el coronel Kuzmany,comandante en jefe de la plaza de Ulm,llegó a Herrlingen, siendo recibido por

Page 1027: Rommel   desmond young

la señora Rommel. Estabaprofundamente conmovido, aun sin tenerla menor sospecha de la verdad de loocurrido. Dijo que inmediatamentedespués de que Rommel fuera llevado alhospital, los generales Burgdorf yMaisel habían acudido a verle en suCuartel General, para anunciarle larepentina muerte del mariscal. Al mismotiempo, le habían ordenado que tomaralas medidas necesarias para laorganización de los funeralesnacionales.

Ya más avanzada la tarde, Aldingeracompañó a la señora Rommel y aManfred al hospital. El oficial médico

Page 1028: Rommel   desmond young

que dirigía el hospital le contó que losdos generales habían llegado con elcadáver de Rommel a las 13 h. 25 m. dela tarde. Cumpliendo sus órdenes, élhabía practicado al cuerpo de Rommeluna puntura con el fin de ver deestimular el corazón. «No se produjoninguna reacción», añadió el médico convoz apagada. Aldinger comprendió queel hombre estaba a punto de haceralguna otra observación, pero que no seatrevía a formularla. Dijo, finalmente,que por orden de la superioridad no sele haría la autopsia al cadáver. Acontinuación, les llevó a la habitaciónmortuoria. «Al ver a mi marido —cuenta

Page 1029: Rommel   desmond young

la señora Rommel—, lo primero queobservé en su rostro fue una expresiónde profundo desprecio. Jamás en vida vien él una expresión semejante». Todavíahoy puede apreciarse esa expresión enla mascarilla mortuoria de Rommel.

La tarde del día siguiente, 15 dejulio, la señora Rommel, Manfred yAldinger fueron a esperar a la hermanade Rommel, que llegaba de Stuttgart.Aldinger había sido llamado al CuartelGeneral de Ulm para presentar suinforme, y la señora Rommel y Manfredle recogieron de paso. «Mientras leesperábamos en la calle, apareciósúbitamente el general Maisel. Avanzó

Page 1030: Rommel   desmond young

hacia nuestro automóvil y quiso darnosel pésame, me contó la señora Rommel.Pero yo le volví la cara mientrashablaba e hice como si no viera la manoque él nos tendía». Aldinger me explicótambién que Maisel le preguntó antesdónde se encontraba la señora Rommely «cómo se había tomado la cosa».Aldinger le contestó: «Está ahí fuera, ensu coche, y en cuanto a lo otro, ya puedeusted suponer cómo ha acogido lo que leha ocurrido».

Cuando la hermana de Rommel vioel cuerpo de éste, notó inmediatamenteaquel aire de desprecio que los demáshabían observado la víspera. Y eso pese

Page 1031: Rommel   desmond young

a que nadie le había contado todavía lascircunstancias de su muerte.

El cuerpo de Rommel fue llevado asu casa. Se le puso bajo una bandera conla cruz gamada, dejando su rostrodescubierto, en la sala donde sedesarrolló su conversación con los dosgenerales. Cumpliendo órdenes de Ulm,dos oficiales montaron guardia junto alcadáver, con los sables desenvainados.

Los generales Burgdort y Maiselregresaron a Berlín. Luego de sumarcha, Aldinger descubrió que la gorrade Rommel y su bastón de mariscalhabían desaparecido. En un arranquemuy propio de él, telefoneó sin pérdida

Page 1032: Rommel   desmond young

de tiempo a Burgdorf, pidiéndole ladevolución de aquellos objetos, asícomo de los papeles que llevaba encimaRommel en el momento de su muerte.Fueron devueltos el kepis y el bastón demando, pero no así una copia delmensaje de Rommel del día 15 de junio,que Aldinger sabía muy bien que elmariscal llevaba en uno de los bolsillosde su guerrera.

Burgdorf cayó muerto durante losúltimos combates de Berlín. Maisel viveactualmente en zona norteamericana.Hace dos años compareció ante untribunal de desnazificación, explicandoque el automóvil utilizado para la

Page 1033: Rommel   desmond young

macabra tarea fue detenido a varioscentenares de metros del domicilio deRommel, en la carretera de Blausberen.El general Burgdorf le ordenó, como alchófer, que bajaran del coche, porquedeseaba quedarse a solas con Rommel.«Alrededor de cinco minutos más tarde—explicó Maisel— observamos quetambién el general Burgdorf habíabajado ya del automóvil y se paseabayendo y viniendo muy cerca de éste.Transcurridos otros cinco minutos noshizo una señal con la mano para que nosacercáramos. Cuando acudimos, vimosque Rommel estaba tendido,inconsciente, sobre el asiento de atrás

Page 1034: Rommel   desmond young

del coche…». El chófer Dose, que eraun miembro de la SS, cuenta a su vezque el mariscal Rommel estabaencorvado, sacudido de vez en cuandopor un sollozo, en manifiesto estado deinconsciencia y con las angustias de laagonía. Podemos dar crédito a suspalabras: los SS eran buenos jueces enla materia. Dose levantó a Rommel y lepuso la gorra, que había caído en el pisodel coche.

Maisel explicó también ante eltribunal de desnazificación que durantemucho tiempo él mismo había dudado deque Rommel, uno de los favoritosparticulares de Hitler, pudiera haber

Page 1035: Rommel   desmond young

intervenido en el intento de asesinato deéste, pero que luego, cuando el generalBurgdorf le leyó un par de páginasmecanografiadas de su expediente, laconducta de Rommel se le apareció tanclara que no tuvo ya ninguna duda de suculpabilidad y de lo fundadas que eranlas acusaciones que se le hacían. Nadieinvalidó ante el tribunal el relato deMaisel. La viuda de Rommel había sidoinvitada a deponer como testigo, perorenunció a hacerlo, porque no queríavolver a ver más al general Maisel, nisiquiera en el banquillo de los acusados.

El asunto Maisel fue aplazado paradar curso a un complemento de

Page 1036: Rommel   desmond young

información. En el verano de 1949 elgeneral Maisel fue declarado culpablede ofensas incluidas en la categoría II dela ley de desnazificación. Esaculpabilidad entrañaba una pena de dosaños de reclusión; pero como Maiselhabía pasado dos años en la cárcelmientras se le instruyó el proceso, notuvo que cumplir la sentencia. Burgdorfme fue descrito como «un carniceroborracho, de lenguaje obsceno, quejamás debió ser elevado al generalato».En cuanto a Maisel, otro general que loconoció bien, me dijo: «Podía estar unoseguro de que cada vez que hubiera quehacer algún asunto sucio y tenebroso,

Page 1037: Rommel   desmond young

Maisel se entregaría con deleite a él».«Me gustaría poder coger entre mis

manos a ese general Maisel», me dijo elgeneral Hans Cramer, que perteneció alAfrika Korps.

Desde el momento en que fue anunciadapúblicamente la muerte de Rommel,comenzó a llegar una avalancha detelegramas y de cartas de pésame. Hitlerenvió el 17 de octubre un telegrama nodemasiado efusivo:

Le ruego quiera aceptar mi másprofunda condolencia por la muerte desu marido. El nombre del mariscal

Page 1038: Rommel   desmond young

Rommel estará unido para siempre a losheroicos combates del Norte de África.

El lector observará que no hablabapara nada ni de la batalla de Normandía,ni de las heridas que Rommel habíarecibido.

El doctor Goebbels envió también ala viuda «su más profunda condolencia».Joachim von Ribbentrop declaró que sehabía sentido muy afectado al enterarsede que Rommel había muerto «aconsecuencia de las graves heridasrecibidas en Francia». Aseguraba a laviuda de Rommel que los triunfos deéste «pertenecen a la historia de estegran período». Kesselring escribió algo

Page 1039: Rommel   desmond young

después:

Yo no estaba siempre de acuerdo con él,del mismo modo que él tampoco mecomprendía siempre… Pero me sentímuy feliz cuando Rommel fue nombradopara un puesto importante en el Oeste,ya que su experiencia de combatientecontra ingleses y norteamericanos habíade sernos de gran valor… Su energía, supersonalidad y su intuición nospermitirían evitar muchas cosasrealmente evitables.

El general Gambara, uno de losmejores altos jefes italianos, escribió:

Estará siempre vivo en el corazón y en elpensamiento de todos los que, como yo,

Page 1040: Rommel   desmond young

tuvieron el honor de verle siempresereno y valiente bajo el fuego enemigo.

El mariscal Model sucesor de vonKluge como comandante en jefe para elOeste, presentó a Rommel en una ordendel día como

… uno de los más grandes entre los jefesalemanes… con un luminoso espíritu dedecisión, un soldado de la mayorbravura y de una audacia inigualada…Colocado siempre en primera línea,inspiraba a sus hombres, con su ejemplopersonal, nuevas acciones llenas deesplendor…

Hubo un par de ausencias

Page 1041: Rommel   desmond young

destacadas. Ni entonces, ni más tarde,enviaron ningún mensaje Keitel y Jodl.Heinrich Bormann, el adjunto de Hitler,sufrió un lapsus, olvidando añadir a sucarta de pésame el tradicional HeilHitler! Unos días después, dimitía de sucargo…

El pésame de Himmler tomó unaforma bastante curiosa. Tres díasdespués de la muerte de Rommel, envióa su asistente personal, aquel Berndt dequien hablamos ya en este libro cuando,procedente del Ministerio dePropaganda, fue a incorporarse al AfrikaKorps. Berndt entregó a la viuda deRommel un mensaje personal de

Page 1042: Rommel   desmond young

Himmler, en el que éste pretendíaconocer toda la historia de aquellamuerte y declaraba estar horrorizado yque por su parte jamás se hubieraavenido a tomar parte en una cosa así.En aquella época Berndt servía en lasSS. Había vuelto antes al Ministerio dePropaganda, pero por poco tiempo, yaque Goebbels lo expulsó del mismo porhaber repetido la observación deRommel, de que la guerra estabaperdida. Ahora, Berndt quiso añadir unanota personal al mensaje de Himmler.Según él, todo el asunto lo habíancombinado Keitel y Jodl.

Algún tiempo después, poco antes de

Page 1043: Rommel   desmond young

morir él también, Berndt escribió desdeel frente una carta extraña y exaltada.Decía en ella que la muerte de Rommelsirvió a «un objetivo más alto», peroque no fue Hitler el responsable de ella.Berndt creía sinceramente lo que decía,porque era uno de aquellos hombres quejamás perdieron su fe en el Führer. PeroHimmler, en cambio, suponiendo que nohubiese tenido intervención en el asunto,sí sabía, al menos, que Keitel y Jodl nose hubieran atrevido jamás adesembarazarse de Rommel sin haberrecibido una previa orden de su dueño yseñor. Escasos fueron los crímenesimportantes que se perpetraron sin que

Page 1044: Rommel   desmond young

Hitler fuera consultado. En realidad, laresponsabilidad de las disposicionesincriminadas no podrá ser establecidajamás con exactitud. Hasta en laAlemania nazi, tan metódica, era cosarara que se tomara nota por escrito delas órdenes referentes a un crimen cuyavíctima era un mariscal. La familia deRommel y sus amigos, sin embargo, notienen la menor duda sobre lapersonalidad de aquel que pronunció lapalabra decisiva.

Los funerales tuvieron lugar el 18 deoctubre. Fue una ceremonia complicada.Como los gangsters de Chicago, tambiénlos nazis tenían un agudo sentido de las

Page 1045: Rommel   desmond young

ceremonias fúnebres. Como ellos, noponían límite alguno al uso deornamentos funerarios y eran maestrosconsumados en el arte del ceremonial.Hitler ordenó un día de luto nacional yRommel fue enterrado con todos loshonores militares. Todas las tropas delas guarniciones próximas estuvieronpresentes. El féretro fue sacado de lacasa cubierto con una enorme banderacon la cruz gamada, mientras unaguardia con cascos de acero y guantesblancos presentaba armas. De allí fuellevado al palacio del Ayuntamiento deUlm, donde fue colocado en una gransala abovedada, que se utilizaba

Page 1046: Rommel   desmond young

habitualmente para las recepciones yceremonias cívicas. El exterior deledificio fue tapizado de banderas ydentro del mismo, los pilares estabancoronados por águilas, banderas ylaureles. Sobre el féretro habían sidocolocados el bastón de mariscal deRommel, su casco y su espada. Laspiedras preciosas de suscondecoraciones, ganadas en dosguerras, brillaban sobre un cojín deterciopelo. Montaban guardia cuatrooficiales que ostentaban el brazalete delAfrika Korps, que fueron relevados, alaproximarse la hora de la ceremonia,por cuatro generales de la Wehrmacht.

Page 1047: Rommel   desmond young

Fuera del edificio, en la plaza,formaban dos compañías de infantería,una de aviación y otra —¡oh delicadaatención!— de la Waffen SS. Habíatambién una banda militar. Millares decuriosos se apretujaban en la plaza,contándose entre ellos muchos niños,para los que Rommel fue siempre unhéroe fabuloso, los cuales no dejaban defijarse en la llegada de los oficiales dealta graduación, de los representantesdel Partido, del Reich y de los paísesaliados de Alemania. Llegó en últimolugar el mariscal von Rundstedt, que erael jefe de más alta graduación de todo elejército alemán. Cuando von Rundstedt

Page 1048: Rommel   desmond young

entraba en el salón, acompañado de losfamiliares de Rommel, la banda tocó lamarcha fúnebre de El crepúsculo de losdioses. El mariscal von Rundstedtpronunció en seguida una oraciónfúnebre en nombre del Führer, «el cual—dijo—, como jefe del ejército, nos haconvocado aquí para darle el últimoadiós al mariscal Rommel, caído en elcampo del honor».

Todo el mundo se dio cuenta de quevon Rundstedt estaba muy envejecido.Relató cómo Rommel había sido heridopor el enemigo en Normandía. «Undestino despiadado —dijo— nos loarrebató en el momento mismo en que la

Page 1049: Rommel   desmond young

batalla se acercaba a una crisis».Enumeró a continuación los serviciosprestados por Rommel durante las dosguerras, extendiéndose ampliamente enla evocación de sus campañas en Áfricadel Norte y del respeto que hasta elenemigo le había profesado. Habló conmenos detenimiento sobre la batalla deNormandía; su único comentario fuedecir que «Rommel había trabajadoinfatigablemente en los preparativos dela lucha contra la invasión» y que desdeel comienzo de la batalla, se volcó enella sin preocuparse para nada de supersona.

El mariscal alcanzó las cumbres del

Page 1050: Rommel   desmond young

arte oratorio y del sarcasmo cuandodeclaró —o declaró por su boca elanónimo autor del discurso— que «estecombatiente infatigable por la causa delFührer, Rommel, estaba imbuido de losprincipios del nacionalsocialismo, delos que había sacado toda su energía yque fueron siempre el motor principal detodos sus actos». Y terminó aquelfragmento con unas palabras quemerecen la inmortalidad: «Su corazónpertenecía al Führer».

«En nombre de Adolfo Hitler»,colocó a continuación una magníficacorona a los pies de Rommel, mientrasla banda de música tocaba el Ich

Page 1051: Rommel   desmond young

hatt’einen Kameraden, el homenajequizá más emotivo que un soldado puedeofrecer a otro. Hitler fue siempre unsentimental…

Del Ayuntamiento hasta el hornocrematorio, el ataúd fue llevado en unarmón de artillería, tirado por un pesadotractor de infantería. Se quería borrarpronto toda posible prueba peligrosa,que una exhumación podría revelar. Enlos asientos del tractor iban unosjóvenes soldados sentados rígidamente,con los brazos cruzados. La guardiapresentó armas de nuevo, sonó otra vezla música, los generales y losrepresentantes del Partido saludaron en

Page 1052: Rommel   desmond young

rígida posición de firmes, hubo aúnotros discursos, alguien puso lascondecoraciones de Rommel, sobre uncojín de terciopelo, junto al cuerpo deRommel y la corona enviada por Hitler,a sus pies…

El almirante Ruge, llegado de Berlínen tren especial, representaba a laMarina alemana. Ignoraba la verdad delos hechos, pero el comportamiento devon Rundstedt en el salón delAyuntamiento y la ausencia del mismoen el crematorio le habían hechosospechar parte de la misma. La señoraSpeidel, Strolin y von Neurath estabantambién entre la asistencia. Tuvieron

Page 1053: Rommel   desmond young

que hacer gran acopio de valor paraasistir a la ceremonia. La señoraSpeidel no podía tener muchasesperanzas de volver a ver vivo a suesposo, porque las puertas de la prisiónde Albrechtstrasse rara vez se abríanpara dejar en libertad a un detenido.Strolin, por su parte, adivinó la verdadde lo ocurrido en el mismo momento enque la señora Rommel le habíacomunicado por teléfono la muerte de suesposo. Y a partir de aquel momento,cada amanecer había estado esperandooír en su puerta aquellos golpetazos queun día despertaron a los Speidel. ¿Acasono había sido él quien metiera a Rommel

Page 1054: Rommel   desmond young

por los senderos de la conspiración? Encuanto a von Neurath, no podía estarmás comprometido en el complot.

Es de suponer con toda seguridadque la Gestapo había enviado unarepresentación al entierro. En efecto,podía verse en él a algunos jóvenes depaisano que, un poco distanciados,seguían con su mirada todo elespectáculo desde el otro lado de lapared que cercaba el lugar. No es deextrañar, pues, que la señora Speideltuviera miedo de responder a lossaludos de Strolin. Sin embargo, lasdetenciones hubieran estado desplazadasen aquellos momentos. El director de

Page 1055: Rommel   desmond young

escena de la mascarada había dispuestoque el último acto de la misma finalizaracon una nota de dignidad y de pesar.«Un profundo respeto para la muerte delmariscal»: tal había sido la orden.

Las cenizas de Rommel fueronllevadas a Herrlingen al otro día.Construido en un estrecho valle deescarpadas colinas, cubiertas de árbolesa uno y otro lado, Herrlingen es unpueblecito de casas blancas que tienentecho de tejas y ventanas saledizas. Unriachuelo límpido serpentea veloz por elvalle. El pueblo es particularmentehermoso en verano, cuando todos losjardines se pueblan de flores, o en

Page 1056: Rommel   desmond young

otoño, cuando las hojas se visten de uncolor café dorado. Tampoco carece deencanto la iglesia del pueblo, con suinclinada techumbre en tenso declive,cubierta de pizarras ennoblecidas por eltiempo, y con su torre cuadrada,coronada por la cúpula de un verdedeslavado. Restaurada por el primer reyde Wurtemberg, en 1816, la iglesiaconserva partes que datan del siglo XVI.Alrededor de ella se agrupan las casasde campo.

El cementerio de Herrlingen, quecomparten católicos y protestantes,aunque la iglesia sea católica, estáformado de terrazas que van

Page 1057: Rommel   desmond young

descendiendo hasta el camino, al otrolado del cual corre el río. En primavera,cada tumba es un ramillete depensamientos y alhelíes. Frente a lastumbas familiares pueden verse algunascruces de madera, imitación enminiatura de las que hay en loscementerios militares: evocan lamemoria de los jóvenes de Herrlingenque cayeron en África, en Monte Casino,en Riga, en Bielgorod o, más sencilla yfrecuentemente, «en el Este» a secas. Elcementerio está cercado por una tapiablanca, en cuya base se han plantadomontones de flores. El lugar que sereservó a Rommel está precisamente en

Page 1058: Rommel   desmond young

uno de los ángulos de dicha tapia, ydesde él puede verse la iglesia, lascopas de los árboles del camino, en laparte de abajo, y la pendiente llena dehierba que baja de una pelada colina, tanescarpada como la de Mont Matajur. Setrata de un lugar tranquilo. Allí, enpresencia de sus amigos y su familia, fuesepultado todo lo que de Rommel eramortal.

Aunque no sea empresa cómodainterrogar a una mujer acerca de lossentimientos que experimenta ante latumba de su esposo, yo llegué a conocera la señora Rommel lo bastante paraatreverme a preguntarle si, en la época

Page 1059: Rommel   desmond young

en que murió Rommel, no tuvo latentación de provocar un escándalo ydenunciar a sus asesinos. «Sí, me costómucho dominar esa tentación, —mecontestó la viuda de Rommel—. En elsalón del Ayuntamiento, durante eldiscurso de von Rundstedt, me moría deganas de empezar a gritar que todosestaban perpetrando una falsedad. Pero¿de qué hubiera servido aquello? Denada. Los responsables se las hubieranarreglado para ahogar la protesta, o paradeshonrar públicamente a mi marido, loque aún hubiera sido peor. Y endefinitiva, estaba ya muerto… Y yo,además, tenía que pensar en Manfred.

Page 1060: Rommel   desmond young

Por mí misma no sentía ningunapreocupación, pero usted debe de estarenterado de las represalias que tomaroncon los familiares de los ejecutados acausa del 20 de julio, a veces hasta conparientes lejanos… Hubieran matado aManfred. Ellos, desde luego, yacontaban con la presión que todo esoejercería forzosamente en mí. No, no; mimarido había tomado su decisión conpleno conocimiento de causa, pensandoen Manfred y en mí, y yo no era nadiepara comprometerla después de sumuerte…».

Todo sucedió, pues, conforme a losplanes trazados de antemano.

Page 1061: Rommel   desmond young

Únicamente un observador de espírituextremadamente crítico hubiera podidopreguntarse por qué el mariscal vonRundstedt tropezó varias veces durantela lectura de su discurso, como si se lohubieran entregado sólo unos minutosantes de la ceremonia. ¿Y por qué ni unasola vez dirigió la palabra a la señoraRommel? ¿Por qué, al pasar ante Stroliny von Neurath, enarcó las cejas y lesdedicó una mirada tan rara? Strolin medijo: «Es que conocía la verdad o laintuía, y detestaba el papel que leobligaban a representar». Hay que decir,en efecto, que von Rundstedt era unsoldado y un caballero que desde hacía

Page 1062: Rommel   desmond young

mucho tiempo despreciaba a Hitler y alPartido. Otro militar, pero de una clasemuy distinta, tuvo también ciertassospechas. «¿Pero qué es lo que ocurrerealmente en estos funerales?», preguntóa Strolin un oficial SS conocido suyo. Yaclaró su pregunta: «No sé, pero hetenido la impresión de que había algoque fallaba…»[16]

Con todo, ese tipo de sospechas nose había generalizado. Exceptuando loscírculos más íntimos y elevados delPartido y del Alto Mando, la granmayoría de los alemanes creía queRommel había muerto a causa de susheridas y le lloraban sinceramente, a

Page 1063: Rommel   desmond young

pesar de que no les faltabanpreocupaciones y molestias propias.Pregunté cierto día al capitán Hartmann,en Heidenheim, si él había tenido algunasospecha de esa clase. Y me contestó:«En el primer momento, no sospechénada. Pero al cabo de unos días dehaberse celebrado los funerales, ibapaseando con un amigo cuando éste,volviéndose de pronto hacia mí, mepreguntó si yo sabía algo sobre loocurrido, como si diera por sabido quealgo extraño había pasado. A partir deaquel momento, empecé a reflexionar.Yo había visto a Rommel después demuerto, y pude contemplar su rostro

Page 1064: Rommel   desmond young

perfectamente normal: no había en élhuella alguna de violencia o de bala ode otra cosa parecida. Pero yo habíapasado con él toda una jornada enHerrlingen, tres semanas antes y me diola impresión de que se había repuestocompletamente de sus heridas y sehallaba en magnífica forma moralmente.Habíamos estado hablando de laprimera guerra, y pude comprobar querecordaba todos los nombres y todas lasfechas. No esperaba que le dieran unnuevo puesto de mando, porque sabíaque tenía en contra suya a Goering y alAlto Mando. También se hallabaconvencido de que teníamos perdida la

Page 1065: Rommel   desmond young

guerra. Pero nada de lo que me dijotransparentaba que sintiera algún temorpor su vida». Hartmann siguió, pues,reflexionando y preguntándose si nohabría habido algo extraño en todoaquello. Pero no supo la verdad hastaabril de 1945, cuando la señora Rommelse lo contó todo. Mientras tanto, contodo el coraje que era posible tener, lavida había recobrado su vigor en lasolitaria casa de la colina. No habíahabido más que un pequeño cambio.Desde mucho tiempo atrás, había en lacasa un viejo soldado que ayudaba enlos trabajos domésticos; era un soldadoque al perder en la guerra un pie, quedó

Page 1066: Rommel   desmond young

casi completamente inválido, sobre todoporque a eso se añadía la grave heridaen el pecho que le causó la explosión deun obús. Entre las tareas que teníaencomendadas en casa de los Rommelfiguraba la de ponerse al teléfonocuando llamaran. Eso hizo, como yacontamos al lector, el 13 de octubre,recogiendo el mensaje de los generalesBurgdorf y Maisel que anunciaban suvisita. Pues bien: pocos día después delos funerales, la señora Rommel recibióla orden de reexpedir el citado soldadoinválido a su regimiento. Y por más quela viuda del mariscal intervino,recordando la casi invalidez del

Page 1067: Rommel   desmond young

hombre, éste fue enviado a la línea decombate, cerca de Praga.

Gracias a las gestiones de un amigomuy influyente que tenía en el AltoMando, al que telefoneó pidiéndoleayuda, la señora Rommel logró que elveterano pudiese regresar a Herrlingen.Pero apenas acababa de llegar, recibióde nuevo la orden de reincorporarse alcombate. Al cabo de poco tiempo,llegaba la noticia de que había muerto.Tal vez aquellos insistentesllamamientos a filas de un soldado pocomenos que inválido, respondieron a laescasez de hombres, que se dejabasentir, o al simple hecho de que la

Page 1068: Rommel   desmond young

señora Rommel, que ya no era más quela viuda de un mariscal, no tenía ningúnderecho a los servicios de un ordenanza.La señora Rommel, sin embargo, pensóy sigue pensando que no dejaba de serextraño que las más altas autoridades seinteresaran tanto por un humilde soldadoinválido.

Por lo demás, no fue nuncainquietada en el sentido propio de lapalabra. Los SS, que una nochedescubrió en su jardín, es posible queestuvieran allí sin ninguna especialintención siniestra. En todo caso, sealejaron del jardín en cuanto fuerondescubiertos y se les preguntó qué

Page 1069: Rommel   desmond young

hacían allí. La señora Rommel mecontó:

No me puse particularmente nerviosaaunque no dudara de que un día tal vezvendrían a por mí, sobre todo porque enaquella época mataban a mucha gentepor el solo delito de saber más de lacuenta. Sentía inquietud sólo porManfred. ¡Les hubiera sido tan fácildecir que había muerto en combate!

Cuando su madre dijo esto, Manfredle puso cariñosamente la mano en laespalda, y le contestó:

Pues yo estaba inquieto tanto por ustedcomo por mí. Yo era, desde luego, de los

Page 1070: Rommel   desmond young

que sabían demasiado, y a ellos se lespodía ocurrir que tal vez mi juventud meempujaría a hablar. El jefe del batallónen que fui a dar cuando me retiraron dela batería antiaérea en la que hastaentonces había servido, era un nazi alcien por cien y me pareció ver que sefijaba demasiado en mí. Por eso decidíen abril que haría todos los posiblespara caer prisionero, en cuanto supeque los norteamericanos estaban en Ulmy que mi madre no corría ya ningúnpeligro.

Manfred tuvo mucha suerte enaquella ocasión, que le hizo pasar cercade la muerte. Cuando marchaba hacia laslineas francesas de Riedling, en elDanubio, fue a tropezar con una patrulla

Page 1071: Rommel   desmond young

de SS. Las fuerzas de las SS estaban yacumpliendo sus últimas misiones. Pordeber y por placer también, capturaban atodos los soldados alemanes que seencontraban sin motivo justificado lejosde sus posiciones, y los colgaban sintrámite alguno en el primer árbol queveían. Nuestros victoriosos soldadosseguramente quedarían estupefactos a lavista de aquellos cuerpos uniformadosque bailaban trágicamente colgando delos árboles de la Selva Negra o de otroslugares. Eran los últimos emblemas delrégimen nazi. Manfred, como decíamos,fue detenido e interrogado por una deaquellas patrullas SS. Pero tenía su

Page 1072: Rommel   desmond young

fábula bien aprendida: contó que unosminutos antes había caído en manos delos franceses, pero que luego logróevadirse; los franceses estaban en aquelpueblo de allá abajo… Los SS setragaron la fábula y le dejaron marchar.Poco después, Manfred podía, por fin,convertirse en un prisionero de verdad.Los franceses le trataron muy bien.Cuando el general de Lattre de Tassignyse enteró de que era el hijo del mariscalRommel, le dio trabajo como intérpretee hizo todo lo necesario para quepudiera recibir noticias de su madre.

Fue realmente curioso que Aldinger,que sabía tanto como el que más, no

Page 1073: Rommel   desmond young

llegara a ser inquietado seriamente,aunque también pasara bastantesmomentos de angustia antes de larendición. También Strolin se libró de ladetención. Su caso sólo se explica por elhecho de que el espionaje de la Gestapono siempre era eficaz y porque tuvo lasuerte de que la pista principal noconducía hasta él. Por otra parte, era tanrespetado por el pueblo de Stuttgart ytan conocido en el extranjero, que talvez sus enemigos consideraran que eramejor dejarlo en paz. Finalmente, tal vezle favoreció mucho también su amistadcon el ex comisario de policía Hahn. Decualquier manera, su suerte sigue siendo

Page 1074: Rommel   desmond young

un misterio para Strolin.En cuanto a la evasión del general

Speidel, podría parecer milagrosa si nose hubiese debido, de hecho, a la alianzaexcepcional, en su persona, entre unaviva inteligencia y unos nervios deacero. Aquella evasión mostró tambiénlo bien armado que está el filósofo en unmundo brutal e irracional. Cuando fueinterrogado en la prisión deAlbrechtstrasse, la Gestapo estabaconvencida de su culpabilidad; debía dehallarse seguramente en la fatídica listade Goerdeler. Para colmo de males,Goerdeler había cedido y hablado antela tortura; todos sabían que había dado

Page 1075: Rommel   desmond young

algunos nombres. ¿Por qué, pues, elgeneral Speidel no fue ahorcado alinstante? «Creo que se debió —mecontó el interesado— a que discutí puntopor punto con una lógica absoluta yaparentemente sin emoción. Así lesconvencí de que yo estaba interesado, nopor mi propia suerte, sino únicamentepor los hechos. Pasé un momento muydifícil cuando me carearon con elcoronel von Hofacker, del Estado Mayordel general von Stulpnagel; yo sabía quevon Hofacker, drogado, había habladocuando le torturaron. Pero me las arreglécomo puede para mirarle profundamentedurante un segundo: von Hofacker

Page 1076: Rommel   desmond young

recobró el dominio de sí mismo ysostuvo que posiblemente su declaraciónhabía sido mal interpretada».

El general Speidel sobrevivió a dos«interrogatorios» fundamentales en laprisión de Albrechtstrasse y a muchosotros menos importantes. No lograronjamás sorprenderle en una falsaposición. No podía, desde luego,persuadir a la Gestapo de su inocencia,pero era tan superior a sus adversariosintelectualmente que llegó a hacerlesdudar. Llegaba a veces incluso asugerirles la idea de que eran un pocoidiotas. Y de aquella manera evitó lamuerte. Casi llegó a convencerles de

Page 1077: Rommel   desmond young

que, según sus propias palabras, «eraabsolutamente imposible que Rommelpudiera haber tenido parte en losacontecimientos del 20 de julio de1944». Se trataba, en realidad, de unsabio ejercicio de dialéctica,desarrollado sin un adarme de pasión yen apariencia sin ansiedad alguna.

Claro está que aquel esfuerzo nopodía salvar a Rommel, porque elresentimiento de Hitler y suapasionamiento se habíandesencadenado ya contra el mariscal. Alparecer, Hitler quería matar a Rommelmucho menos por haber sido un traidorque por haber acertado en África y de

Page 1078: Rommel   desmond young

nuevo en Normandía, mientras él, Keitely Jodl se habían equivocado. Habíallegado, pues, a odiar a Rommel, y elodio, en el caso del Führer, no conocíamás que una forma de expresión: elaniquilamiento del odiado. Su odio, encambio, no se había fijado en Speidel.También es posible que Hitler llegara apensar que la ejecución del jefe deEstado Mayor de Rommel podríasuscitar sospechas y arruinar lalaboriosa fábula que había urdido paradisimular la desaparición del propioRommel.

Durante siete meses, pues, el generalSpeidel o, para ser más exactos, el

Page 1079: Rommel   desmond young

filósofo doctor Speidel, batió en ruinalos fines de la justicia nazi. Pero no poreso le pusieron en libertad. La Gestapono soltaba sus presas tan fácilmente;nunca perdía la esperanza de quesurgiera de pronto un testimonioindestructible que se volviera contraellas. En las postreras semanas de laguerra, Speidel seguía, pues,encarcelado, junto con otros variossospechosos, en Urna, cerca del lago deConstanza. Estaban vigilados por unaguardia especial, al mando de un oficialde las SS, y Speidel estaba convencidode que la misión de este oficial eraimpedir que los prisioneros cayeran

Page 1080: Rommel   desmond young

vivos en manos de los Aliados. Así,pues, buscó el medio de evitar estacatástrofe. En connivencia con eldirector de la prisión, que se mostrabamuy amigable con él, Speidel se inventóun telegrama, que parecía reunir todaslas garantías de que procedía del propioHimmler en persona y que ordenaba aloficial SS que lo dispusiera todo paratrasladar a sus prisioneros a un lugarmás seguro. El oficial debía telefonearal Cuartel General de Himmler pararecibir instrucciones más detalladas.Pero el teléfono de la prisión estabaprovidencialmente averiado. El oficialSS no tuvo, pues, más remedio que salir

Page 1081: Rommel   desmond young

fuera de la prisión para telefonear.Durante su ausencia, el director de laprisión dejó escapar a Speidel y a otrosveinte prisioneros. Todos ellosencontraron un escondrijo en casa de unsacerdote católico que se prestó aalbergarlos. Antes de que pudieran serdescubiertos, las tropas americanashabían invadido ya toda la región.

Y esto pone fin, por decirlo así, a lahistoria de Rommel. Debo, sin embargo,volverme hacia atrás, retroceder unassemanas, y relatar lo que me pareció elcapítulo más extraño de dicha historia.En los comienzos de marzo de 1945,cuando todo en torno a Hitler estaba

Page 1082: Rommel   desmond young

visiblemente a punto de hundirse, laseñora Rommel recibió una cartafechada el 7 de marzo. Procedía del DerGeneralbaurat für die Gestaltung desDeutschen Kriegerfriedhofe, es decir,en nuestra terminología, del Servicio detumbas de guerra. Esa carta decía:

El Führer me ha ordenado erigir unmonumento a la memoria deldesaparecido mariscal Rommel. Hesolicitado, pues, de cierto número deescultores, que me presentaran algunosproyectos. Le remito adjuntos algunosde ellos. En este momento no resultaríafácil erigir el monumento otransportarlo. Pero sí, por lo menos,podría hacerse el modelo del mismo…

Page 1083: Rommel   desmond young

Yo creo que el mariscal debería estarsimbolizado por un león. Uno de losartistas ha concebido un leónmoribundo, otro un león que llora, untercero, un león que se dispone asaltar… Yo prefiero esta últimainterpretación, pero si usted elige la delleón moribundo, yo me acomodaría… Elzócalo del monumento podría serconstruido inmediatamente, ya quedispongo de una autorización delministro del Reich, Speer, en tal sentido.Por lo general, está actualmenteprohibido edificar monumentos depiedra. Pero es posible hacerlo en estecaso particular y construirlorápidamente…

La señora Rommel no contestó a esta

Page 1084: Rommel   desmond young

carta.

Page 1085: Rommel   desmond young

EL MARISCAL ERWIN ROMMEL

Page 1086: Rommel   desmond young

ERWIN ROMMEL DURANTE LA PRIMERAGUERRA MUNDIAL

Page 1087: Rommel   desmond young

BODA DE ROMMEL CON LUCIA MOLLIN

Page 1088: Rommel   desmond young

FRAU ROMMEL

Page 1089: Rommel   desmond young

EL GENERAL ERWIN ROMMEL,ENTONCES COMANDANTE DE LA 7a

DIVISIÓN PANZER, JUNTO A OFICIALESBRITÁNICOS CAPTURADOS EN

CHERBURGO, FRANCIA, JUNIO DE1940

Page 1090: Rommel   desmond young

TRAS LA DERROTA DE FRANCIA

Page 1091: Rommel   desmond young

ROMMEL EN EL DESIERTO DEL NORTEDE ÁFRICA

Page 1092: Rommel   desmond young

ERWIN ROMMEL AL FRENTE DELAFRIKA KORPS

Page 1093: Rommel   desmond young
Page 1094: Rommel   desmond young
Page 1095: Rommel   desmond young

ADOLF HITLER ENTREGANDO ELBASTÓN DE MARISCAL A ERWINROMMEL, 21 DE JUNIO DE 1942

Page 1096: Rommel   desmond young

FUNERAL DE ROMMEL

Page 1097: Rommel   desmond young
Page 1098: Rommel   desmond young

APÉNDICES

Page 1099: Rommel   desmond young

HOJA DE SERVICIOS DEERWIN ROMMEL

19-07-1910 — 03-10-1915

124 Regimiento Infant.

01-03-1914 — 31-07-1914

49 Regimiento de Artill. deCampaña.

04-10-1915 — 10-01-1918

Page 1100: Rommel   desmond young

Batallón de Montaña Wurttemberg.

11-01-1918 — 20-12-1918

Estado Mayor del 64.o Cuerpo deejército.

29-07-1918 — 19-08-1918

— 4.a Compañ. del 6.o Regim. deLandwerth, de la Divis. Ligerabávara.

20-08-1918 — 08-09-1918

1er. Batall. de Artill. Pesada de laLandsturm del XX Cuerpo de ejér.

Page 1101: Rommel   desmond young

21-12-1918 — 24-06-1919

124 Regimiento Infant.

25-06-1919 — 31-12-1920

25.o Regimiento Infant. de la Reich.wehr.

01-01-1921 — 30-09-1929

13.o Regimiento Infant. (Stuttgart).

01-10-1929 — 30-09-1933

Escuela de Infantería de Dresde.

Page 1102: Rommel   desmond young

01-10-1933 — 14-01-1935

3er. Batall. del 17.o Regimiento deInfant. (Cazadores de Goslar).

15-01-1935 — 21-01-1935

Ministerio de Defensa Nacional.

25-01-1935 — 14-10-1935

3er Batall. del Regim. de Cazadoresde Goslar.

15-10-1935 — 09-11-1938

Escuela de Guerra de Potsdam.

Page 1103: Rommel   desmond young

10-11-1938 — 23-08-1939

Director de la Escuela de Guerra deWiener Neustadt.

23-08-1939 — 14-02-1940

Subjefatura del Cuartel General delFührer.

15-02-1940 — 14-02-1941

Jefe de la 7.a División blindada.

15-02-1941 — 14-08-1941

Comandante en jefe de las tropas

Page 1104: Rommel   desmond young

alemanas en Libia.

15-08-1941 — 22-01-1942

Jefe del Grupo blindado de África.

22-01-1942 — 24-10-1942

Jefe supremo del Ejército Blindadode África.

25-10-1942 — 22-02-1943

Comandante en jefe del EjércitoBlindado italoalemán.

23-02-1943 — 13-05-1943

Page 1105: Rommel   desmond young

Jefe supremo del Grupo de Ejércitosde África.

14-05-1943 — 14-07-1943

Supervisor de Trabajo del Muro delAtlántico.

15-07-1943 — 03-09-1944

Comandante en jefe del Grupo B deejércitos.

04-09-1944 — 14-10-1944

A disposición del Gran Cuartelsupremo, por orden del Führer.

Page 1106: Rommel   desmond young

LOS «PAPELES» DE ROMMEL

Cuando este libro estaba ya a punto desalir de las prensas, Manfred Rommelme hizo saber que había conseguidorecuperar ciertos papeles de su padre.Como los mismos contenían abiertascríticas sobre Hitler y el Alto Mandoalemán, habían sido puestos fuera delalcance de la Gestapo mucho antes de lamuerte del mariscal. Al día siguiente,sin pérdida de tiempo, tomé el aviónpara Alemania.

Así fue como en Herrlingen pudeestudiar atentamente una parte de los

Page 1107: Rommel   desmond young

Diarios, relatos de batallas yapreciaciones militares que Rommelhabía escrito o dictado durante laguerra, en sus raros momentos de ocio,ya fuera en el hospital de Semmering, enel verano de 1942, ya en la época en quese hallaba en situación de disponible,durante el intervalo entre el mando queacababa de abandonar en Túnez y el quepronto iba a ocupar al frente del grupo Bde ejércitos.

Gracias a la cortesía de la familiaRommel y a los esfuerzos de mi editor,me ha sido posible incluir algunosextractos de esos «papeles» en elpresente volumen. Representan

Page 1108: Rommel   desmond young

solamente una parte muy pequeña de losque tuve en mis manos y una partemucho menos importante todavía de losque en conjunto existen. Dejando delado todo su interés intrínseco, estosdocumentos demuestran que Rommelposeía, a la vez que grandes cualidadesde jefe militar, una capacidad deexpresión directa, clara, llena deenergía. Estos documentos serán de lamayor importancia para loshistoriadores de las campañas de Áfricadel Norte; es de desear que muy prontosean traducidos.

En cuanto a mí, me consideraría muydichoso si mi propio libro, gracias a

Page 1109: Rommel   desmond young

este apéndice que he podido añadirle,contribuyera a llamar la atención sobreesos documentos.

Page 1110: Rommel   desmond young

LAS REGLAS DE LA GUERRA ENEL DESIERTO

TEXTO PREPARADO POR ROMMEL PARASERVIR DE INTRODUCCIÓN A SUINFORME SOBRE LA GUERRA EN ÁFRICA

África del Norte fue, sin duda, de todoslos teatros de operaciones, aquel dondela guerra tomó su apariencia másmoderna. Allí se enfrentaron entre síformaciones totalmente motorizadas; undesierto liso, libre de todo obstáculo,les ofrecía posibilidades de utilización

Page 1111: Rommel   desmond young

insospechadas hasta entonces. Sólo allípodían ser aplicados totalmente losprincipios de una guerra motorizada talcomo habían sido enseñados antes de1939, y lo que es más importantetodavía, allí había la posibilidad dedesarrollar más todavía esos principios.Únicamente en el desierto sedesarrollaron batallas de tanques entreformaciones fuertemente blindadas.Hasta cuando la batalla se endurecióocasionalmente como guerra estática deposición —como ocurrió en susepisodios más importantes: en 1941-42,con la ofensiva Cunningham-Ritchie, ydesde el verano de 1942 hasta la caída

Page 1112: Rommel   desmond young

de Tobruk— siguió siendo una batallabasada siempre en el principio de unacompleta movilidad.

Militarmente hablando, se trataba deun terreno absolutamente nuevo.Nuestras ofensivas en Polonia y en elOeste, en efecto, nos habían enfrentadocon adversarios que, durante susoperaciones, debían siempre tener encuenta sus divisiones de infantería nomotorizada; su libertad se veía asídesastrosamente limitada, en particularcuando se presentaba la necesidad deuna retirada. Esa preocupación obligabafrecuentemente a nuestros adversarios,para contrarrestar nuestro avance, a

Page 1113: Rommel   desmond young

adoptar medidas que se revelabanineficaces. A partir de nuestrapenetración en Francia, las divisionesde infantería enemigas fueronsobrepasadas y desbordadas por losflancos por nuestras fuerzasmotorizadas. Esforzándose en ganartiempo para permitir la retirada de suinfantería, las reservas del enemigo nopodían hacer otra cosa que dejarsedespedazar, frecuentemente ocupandoposiciones tácticamente desfavorables.

Si tienen que luchar contra unenemigo motorizado y blindado, lasdivisiones de infantería no motorizadasno tienen valor si no ocupan posiciones

Page 1114: Rommel   desmond young

preparadas de antemano. Desde elmomento en que estas posiciones sonperforadas y rebasadas, las divisionesque las defienden se ven forzadas aretirarse y se convierten en víctimasindefensas de un enemigo motorizado.Como máximo, pueden aspirar aconservar la posición hasta el final.Durante la retirada, causan unentorpecimiento importante, ya que lasformaciones motorizadas —como antesdijimos— deben ser utilizadas paraganar tiempo (para socorrerlas). Yohice la experiencia personalmentedurante la retirada de las tropas del Ejede Cirenaica, en el invierno 1941-42; en

Page 1115: Rommel   desmond young

efecto, los italianos en su conjunto y unagran parte de la infantería alemana —incluida la mayoría de lo que más tardehabía de ser 90.a división ligera— nodisponían de ningún vehículo. Parte deesas formaciones pudo ser acarreadagracias a un ir y venir de los vehículosde abastecimiento; la otra tuvo que hacerel viaje a pie. Solamente las proezas demis formaciones blindadas permitieroncrear una cobertura para la infanteríagermanoitaliana, cuando los ingleses,totalmente motorizados, se lanzaron auna encarnizada persecución. Del mismomodo, hay que atribuir la derrota deGraziani al hecho siguiente: motorizado

Page 1116: Rommel   desmond young

apenas, el ejército italiano se encontrabaindefenso en el desierto, debiendo hacerfrente a formaciones inglesas, que sieran débiles, estaban motorizadastotalmente; para defender su infantería,los blindados italianos, demasiadopobres para oponerse a los ingleses conalguna posibilidad de éxito, y obligadosa aceptar la batalla sobre el terreno, sedejaban pegar irremediable ycompletamente.

Fundamentalmente distintas de lasaplicables en otros teatros deoperaciones, hay ciertas leyes que sededucen de la forma completamentemotorizada que se ha desarrollado

Page 1117: Rommel   desmond young

durante la guerra en Libia o en Egipto.Tales leyes deben servir de reglas parael futuro, que pertenece a lasformaciones íntegramente motorizadas.

En una comarca lisa y desértica, sies propicia a los transportesmotorizados, el cerco de un enemigocompletamente motorizado produce lossiguientes resultados:

a) como sea que el fuego lo envuelvepor todos lados, el enemigo se encuentracolocado en la peor situación tácticaimaginable. Aunque sólo estuvieseenvuelto por tres lados, su situaciónsería tácticamente insostenible;

Page 1118: Rommel   desmond young

b) cuando el cerco es completo, elenemigo se ve prácticamente forzado aevacuar la zona que ocupa.

Sin embargo, el cerco del enemigo yla subsiguiente destrucción del mismo enla bolsa raramente pueden constituir elobjetivo principal de una operación,sino que son solamente unaconsecuencia indirecta de ésta. Esto esasí porque unas fuerzas completamentemotorizadas y que permanecen intactaspueden siempre y en cualquier momentollevar a cabo una ruptura y abrirse unpaso a través de un cinturón defensivoimprovisado. Gracias a sus ingenios, el

Page 1119: Rommel   desmond young

jefe de la fuerza cercada estará encondiciones de concentrarinopinadamente su esfuerzo principal enun punto favorable y abrirse un camino.Es algo que quedó demostrado más deuna vez en el desierto.

De todo ello resulta que unas fuerzasenemigas cercadas solamente pueden serdestruidas cuando:

a) no son motorizadas, o cuando,siéndolo, han sido inmovilizadas porfalta de carburante, o también cuandocomprenden elementos no motorizadosque tienen que ser tomados enconsideración;

Page 1120: Rommel   desmond young

b) cuando están mal mandadas o hansido deliberadamente sacrificadas enbeneficio de otras formaciones;

c) cuando su potencial de combateestá ya aniquilado y se hacen evidenteslos signos de desintegración.

Con excepción de los casos a) y b),que se han producido frecuentemente enotros teatros de operaciones, el cercodel enemigo y su destrucciónsubsiguiente en la bolsa han deintentarse únicamente si el enemigo seha comprometido tanto en un combateabierto como para que la cohesión

Page 1121: Rommel   desmond young

orgánica de sus fuerzas haya quedadodestruida. Los combates que apuntan a ladestrucción del potencial de resistenciaenemigo han de ser concebidos enprimer lugar como batalla de desgaste.En la guerra motorizada, la destruccióndel material y la dislocación de lacohesión orgánica del adversario debenser el objetivo principal del plan decombate.

Tácticamente, hay que conducir labatalla de desgaste utilizando al máximola movilidad. Requieren particularatención los puntos siguientes:

a) Debe uno esforzarse en concentrar

Page 1122: Rommel   desmond young

sus fuerzas propias a la vez en elespacio y en el tiempo, sin dejar deintentar la dispersión de las fuerzas deladversario y luego su destrucción, unatras otra.

b) Las rutas de abastecimiento sonparticularmente vulnerables, ya que elcarburante y las municiones,indispensables para el combate, tienenque pasar por ellas para llegar al frente.Es, pues, necesario, proteger las rutaspropias por todos los medios posibles,esforzándose al mismo tiempo ensembrar la confusión en las del enemigo,o, lo que es todavía mejor, procurando

Page 1123: Rommel   desmond young

cortárselas. Emprender operaciones enla zona de abastecimiento de unadversario hará que éste tenga queinterrumpir el combate en otro lugar;como hemos mostrado precedentemente,el abastecimiento constituye elfundamento de toda batalla; debe, pues,otorgársele la prioridad en laprotección.

c) Los tanques constituyen elesqueleto de una fuerza motorizada. Aellos corresponde, pues, la primacía;todas las otras unidades no son más queauxiliares de las unidades de tanques.En esas condiciones, la guerra de

Page 1124: Rommel   desmond young

desgaste contra las unidades de tanquesenemigas debe ser llevada tan lejoscomo sea posible con nuestras propiasunidades de carros de combate, quedeben asestar el golpe final.

d) Los resultados de losreconocimientos deben llegar al jefe dela unidad en el plazo más breve posible,porque ese jefe tiene que tomardecisiones inmediatas, que han de seraplicadas con la máxima celeridad. Larapidez de las reacciones del jefedecide la suerte de la batalla. Es, pues,primordial que los jefes de las fuerzasmotorizadas se encuentren tan cerca

Page 1125: Rommel   desmond young

como puedan de sus unidades y eníntimo contacto con ellas gracias a sustransmisiones.

e) La rapidez de movimientos y lacohesión orgánica de las fuerzas de quese dispone constituyen los factoresdecisivos del éxito. En cuanto aparezcael menor signo de confusión entre esasfuerzas, hay que procederinmediatamente a su reorganización.

f) Con el fin de reservarnos elprivilegio de la sorpresa y hallarnos encondiciones de explotar el lapso detiempo que transcurrirá antes de que elmando enemigo reaccione, hay que

Page 1126: Rommel   desmond young

prestar la mayor atención a la tarea demantener en secreto nuestrasintenciones. Debe ser estimuladacualquier medida de diversión, por lomenos para sembrar la incertidumbre enel bando contrario y obligarle a actuarcon vacilación y prudencia.

g) La explotación del éxito pormedio del desbordamiento y ladestrucción de grandes unidadesenemigas desorganizadas, no ha deintentarse nunca hasta que el enemigo hasido derrotado completamente. Otra vezaparece la rapidez como elementoesencial. No hay que dejar nunca al

Page 1127: Rommel   desmond young

enemigo el tiempo que necesita parareorganizarse. Para el atacante, esesencial que proceda, con la mayorrapidez posible, a su reagrupamientocon vistas a la persecución y a laorganización de su aprovisionamiento.

En la guerra del desierto, hay quevigilar de manera particular los puntossiguientes, que dependen de la técnica yde la organización:

a) Los tanques deben, antes quenada, poseer capacidad de maniobra,velocidad de desplazamiento y un cañónde largo alcance, ya que el bando quedispone del cañón más potente dispone

Page 1128: Rommel   desmond young

del brazo más largo y podrá ser elprimero en empeñarse con el enemigo.

b) La artillería debe poseerasimismo el mayor alcance posible y,sobre todo, el máximo de movilidad a lavez que el máximo de capacidad deaprovisionamiento en municiones.

c) La infantería sirve únicamentepara ocupar y mantener posiciones, queson elegidas por su utilidad paraimpedir ciertas operaciones delenemigo, o bien, por el contrario, paraforzarle a que realice determinadasoperaciones. Una vez alcanzado esteobjetivo, debemos estar en condiciones

Page 1129: Rommel   desmond young

de poder desplazar rápidamente lainfantería, para utilizarla en otroslugares. Debe ser, pues, una infanteríamóvil, y debe estar provista de unequipo que le permita, en puntos tácticosimportantes del campo de batalla,apoderarse de las posiciones defensivascon la mayor rapidez posible.

Si he de juzgar por mi experienciadiré que en las decisiones atrevidaslaten las mejores promesas del éxito.Pero no hay que confundir la osadíaoperatoria y táctica con una ciega jugadade suerte, con una partida de dados deestilo militar. Osada es aquella

Page 1130: Rommel   desmond young

operación que si sólo parece ofrecer unaposibilidad de éxito entre cien, le deja auno, en caso de fracaso, en condicionesde disponer del contingente de fuerzasque permiten afrontar cualquiersituación. Y una ciega jugada de dadoses, por el contrario, una operación quelo mismo puede conducirnos a lavictoria total como a la no menos totaldestrucción de nuestras propias fuerzas.Casos hay, con todo, en lo que la jugadade la suerte está justificada; porejemplo, cuando el desarrollo normal ylógico de las cosas hace que nuestraderrota sea inevitable y cuestión sólo detiempo, cuando el ganar tiempo, pues, no

Page 1131: Rommel   desmond young

tiene objeto y la única oportunidad desalir de lo inevitable es jugar fuerte a loque salga, en una operación con muchoriesgo. Sólo en un caso puede un jefeprever el curso de una batalla: cuando lasuperioridad de sus fuerzas sobre las deladversario es tan aplastante, que suvictoria es ya evidente al comenzar labatalla. El problema entonces no es yael de: ¿con qué?, sino el de: ¿cómo? Eincluso en este caso, a mí me parecepreferible operar a la mayor escalaposible que ir corrigiendo por el campode batalla, tomando todas las medidasde seguridad imaginables contraposibles e imposibles reacciones del

Page 1132: Rommel   desmond young

enemigo.Generalmente, no existe una solución

ideal, sino que cada decisión tiene susventajas y sus inconvenientes. Lo quedebemos hacer es elegir la que nosparece mejor desde un punto de vista lomás amplio posible, y aferrarnos luegoa ella, aceptando las consecuencias quede la misma deriven. Todo compromisoen este sentido es malo.

Una de las primeras lecciones quepude extraer de mi experiencia en elcampo de la guerra motorizada es que lavelocidad de las operaciones y larapidez en las decisiones del mando, sonfactores decisivos. Las tropas deben

Page 1133: Rommel   desmond young

actuar a toda velocidad y completamentecoordinadas. En este terreno no hay quecontentarse con una nota promedianormal, sino esforzarse en obtener eléxito máximo: aquel de los dosadversarios que hace el mayor esfuerzoes el más rápido, y el adversario másrápido es el que gana la batalla. Losoficiales y suboficiales deben, pues,dirigir el entrenamiento de sus hombresdesde este punto de vista.

A mi entender, los deberes de unjefe no se limitan al trabajo de EstadoMayor. El jefe debe interesarse portodos los detalles del mando y prodigar

Page 1134: Rommel   desmond young

su presencia personal en primera líneapor las razones siguientes:

a) Es de la mayor importancia quelos planes del jefe y de su Estado Mayorsean cumplidos con exactitud. Es unerror creer que en una situación dada,cada jefe sacará, en su respectivo nivel,el máximo provecho de la misma,actuando por sí mismos. La mayoría deellos, en realidad, acaban sucumbiendoa la necesidad de reposar, en cuyo casolos informes que redactan se limitan adecir que esto o aquello no pudo hacersepor esta o aquella razón, razones quesiempre resultan plausibles. De ahí que

Page 1135: Rommel   desmond young

la autoridad del jefe deba pesarincesantemente sobre esta clase dehombres, y arrancarles a su apatía si esnecesario. El jefe debe ser el motor deun combate; todos y cada uno debenpensar en que tendrá que rendirlecuentas cuando realice sus controlespersonales directos.

b) El jefe debe velar constantementepara que sus tropas estén al corriente delos más recientes conocimientos yexperiencias tácticas y asegurarse deque en lo que se les mande se procedaen consecuencia. Debe asegurarse por símismo de la medida en que sus

Page 1136: Rommel   desmond young

inmediatos subordinados conocen losdesarrollos más modernos de la guerra.Para las tropas, la mejor forma del artede la guerra sigue siendo todavía unentrenamiento intensivo, que es el queevita las pérdidas inútiles.

c) Representa igualmente una granventaja para el jefe conocerdetalladamente el frente y los problemasmás inmediatos de sus subordinados.Sólo así podrá poner al día susrazonamientos y adaptarlos a lascondiciones de cada momento. De otraparte, sí conduce una batalla como si setratara de una partida de ajedrez,

Page 1137: Rommel   desmond young

acabará por endurecer y envarar susteorías. Los mejores resultadoscorresponden al jefe que deja que susideas se desarrollen libremente encontacto con las condiciones que lerodean en lugar de haberlas canalizado yfijado a priori dentro de un marcorígido.

d) El jefe debe estar constantementeen contacto con sus tropas. Debe sentir ypensar con ellas. El soldado ha de tenerconfianza en él. En este aspecto, no hayque olvidar nunca un principio esencial:quien no experimenta ninguna simpatíapor la tropa, lo mejor que puede hacer

Page 1138: Rommel   desmond young

es no simular esa simpatía. El soldadoraso tiene un olfato extraordinario paradistinguir lo que es falso de lo que essincero.

Page 1139: Rommel   desmond young

EL GENERAL DE BRIGADACLIFTON

Un ataque nocturno contra el 10.o cuerpoitaliano costó a los ingleses severaspérdidas: gran número de muertos ydoscientos prisioneros. Entre estosúltimos se encontraba el general debrigada Clifton, jefe de la 6.a brigada deNueva Zelanda. Sostuve unaconversación con él en la mañana deldía siguiente al que fue hechoprisionero. Arguyendo que habíaimportantes fuerzas blindadas británicas

Page 1140: Rommel   desmond young

frente a su posición, había intentadoconvencer a los italianos de que debíanrendirse; éstos se disponían ya a seguirsu consejo cuando surgió, con grandisgusto del general de brigada Clifton,un oficial alemán, cuya intervención hizoañicos su plan.

Aquello hizo que el general Cliftonquedara muy deprimido. Cuando meacerqué a él, comencé reprochándolevarios actos contrarios a la leyinternacional, que habían cometido sustropas neozelandesas. Se le veíaposeído de una confianza absoluta en lavictoria; cosa comprensible sobre todoahora, cuando nuestro ataque había sido

Page 1141: Rommel   desmond young

rechazado. Era un veterano de la guerrade África: había mandado tropasinglesas contra nosotros desde 1940 y en1941 y 1942 había luchado en Grecia,en los combates del invierno.

Nos dio la impresión de un hombremuy agradable y valiente. Insistía enpermanecer como prisionero de losalemanes y en que no lo entregaran a lositalianos. Traté de satisfacer sus deseos,y prescindiendo un poco de lasinstrucciones generales, lo envié a undepósito alemán de Marsa Matruk. Peroel Alto Mando ordenó ulteriormente queel general de brigada fuera entregado alos italianos.

Page 1142: Rommel   desmond young

Sin embargo, la víspera del día enque la mencionada entrega debía serrealizada, Clifton pidió permiso para ira los lavabos; lo que hizo fue saltar porla ventana y huir, sin dejar huellas.Todas las tropas fueron avisadas porradio de su fuga. Al cabo de unos días,mientras algunos de mis oficialescazaban gacelas, vieron de pronto queun cansado viajero cruzaba el desierto,llevando en la mano algo que parecíaser una botella de agua. Acercándose unpoco más al solitario viajero, nuestrosoficiales pudieron comprobar que setrataba del tan buscado Clifton. Fuedetenido inmediatamente y otra vez lo

Page 1143: Rommel   desmond young

trajeron ante mí. Le dije que admirabamucho su valor, ya que pocos hombresse atreverían a hacer una travesía asípor el desierto. Parecía estarterriblemente fatigado, lo que nada teníade extraño dado el esfuerzo que habíahecho. Para impedir que sucumbiera denuevo a la tentación de fugarse, lomandé inmediatamente a Italia. Mástarde supe que se había fugado delcampo italiano de prisionerosdisfrazado con la ropa de un jefe deJuventudes Hitlerianas, con pantalóncorto, pero ostentando también lasinsignias de su graduación; y con esteuniforme cruzó la frontera hacia Suiza.

Page 1144: Rommel   desmond young

(Estas últimas informaciones que daRommel acerca de Clifton, no sonexactas, como el lector habrá podidocomprobar en otro capítulo de estelibro).

Page 1145: Rommel   desmond young

REGRESO A TÚNEZ

(Durante su retirada a partir de ElAlamein, en noviembre de 1942,Rommel había preparado un plan parafuturas operaciones en África delNorte; fue ese plan el que sirvió debase a una serie de discusiones deRommel con Bastico, Cavallero,Kesselring, Goering y Hitler. El textoque sigue es el esquema del referidoplan, que redactó más tarde Rommel).

a) En las condiciones en que se hallaba

Page 1146: Rommel   desmond young

entonces el abastecimiento —nosimpedían reemplazar nuestros tanques,que hacía meses debían haber sidocambiados, y nos impedían tambiénconstituir el stock de carburanteindispensable para una batalla demovimiento—, era claro que nopodíamos tener demasiadas esperanzasde poder conservar Tripolitania contraun potente ataque de los ingleses.Porque todas las posiciones en rigor«aguantables», podían, no obstante, serdesbordadas por el Sur; en este caso, lacarga más pesada de la defensa recaeríasobre las fuerzas motorizadas. Eranecesario, pues, prepararse a evacuar

Page 1147: Rommel   desmond young

Tripolitania con objeto de ocupar laposición de Gabes, que se apoya por elsudoeste en el Schott Dscherid, ydetenernos allí. Al llevar a cabo esaretirada de Mersa el Brega, en Túnez, nohabía que perder de vista dosimportantes consideraciones: en primerlugar, ganar el máximo de tiempoposible; luego, realizar la operación conel mínimo de pérdidas en hombres ymaterial.

El principal problema de estaretirada fue el que nos planteaban lastropas italianas no motorizadas. Cuandono quiere uno abandonarla a su propiasuerte, siempre es la formación más

Page 1148: Rommel   desmond young

lenta la que determina la velocidad deretirada de todo un ejército. Esorepresenta una desastrosa ventajacuando tiene uno que vérselas con unatacante totalmente motorizado ysuperior en número. Por todas esasrazones se hacía imprescindible, antesde que los ingleses atacaran, trasladarlas divisiones italianas a nuevasposiciones en el Oeste, mantenernuestras fuerzas motorizadas en Mersael Brega a fin de frenar allí a losingleses; minar las carreteras yaprovechar todas las ocasionesfavorables para infligir pérdidas a lasvanguardias enemigas.

Page 1149: Rommel   desmond young

El mando inglés se había mostradoextremadamente prudente. No searriesgaba en ninguna operación cuyodesenlace ofreciera la menor duda parasu causa; sentía repugnancia hacia todaacción atrevida. En esas condiciones,nuestras tropas motorizadas debíanmoverse mucho para dar la sensación deuna incesante movilidad y actividad, demodo que los ingleses reforzaran aúnmás su prudencia y que su avance fueramás lento. En mí no cabía la menor dudade que Montgomery no correría jamás elriesgo de atacarnos osadamente ydesbordarnos. Y hubiera podidohacerlo: en efecto, si considera uno el

Page 1150: Rommel   desmond young

conjunto de las operaciones, un talmétodo le hubiera costado muchasmenos pérdidas que su metódicainsistencia, que sacrificaba la velocidaden beneficio de una superioridad por lodemás aplastante.

De cualquier modo, había queconducir la retirada hacia Túnez envarías etapas y obligando a los inglesesa desplegarse tan frecuentemente comopudiéramos. Se trataba de un juego quehacíamos, basándonos en la prudenciadel mando inglés; y el juego se revelóbien fundamentado. Nos instalamos en lalínea Buerat, con primeras posiciones;la línea Tarhuna-Homs constituía el

Page 1151: Rommel   desmond young

conjunto de las segundas posiciones. Nisiquiera teníamos la intención de aceptarel combate en aquellos lugares; por elcontrario, la infantería debería serretirada antes de todo enfrentamiento,mientras nuestras fuerzas motorizadastomarían contacto con el adversario yretardarían su avance. Finalmente, nosdetendríamos en las posiciones deGabes, que, como las de El Alamein, nopodían ser desbordadas por el sur.

b) En las posiciones de Gabes, lainfantería podría soportar todo el pesodel combate. Eran posiciones que no seprestaban al ataque de fuerzasmotorizadas; únicamente una gran

Page 1152: Rommel   desmond young

acumulación de material concentradoallí podría abrir una brecha.Montgomery de seguro que no querríaasumir ningún riesgo, y antes de poderatacar el Wadi Akarit con algunaposibilidad de éxito tendría que esperarvarios meses, para traer a Libia elmaterial suficiente. Durante este períodonuestras fuerzas motorizadas habríansido reforzadas y renovadas conmaterial traído de Túnez, mientras laretirada proseguía. Para entonces sehabría producido el desembarco denuestro V ejército, y así teníamos laoportunidad de reconstituir otra nuevafuerza combatiente.

Page 1153: Rommel   desmond young

Significaba un gran peligro paranosotros el vasto frente abierto al oestede Túnez, que ofrecía a losanglonorteamericanos buenasposibilidades para una ofensiva.Teníamos, pues, que asestar allí elprimer golpe, atacar por sorpresaempleando el grueso de nuestras fuerzasmotorizadas, destruir la mayor parte delas formaciones enemigas y hacer quelas otras retrocedieran hacia Argelia.Mientras tanto, Montgomery no podíaatacar las posiciones de Gabes antes dehaber constituido grandes reservas demuniciones para su artillería.

Después de que los

Page 1154: Rommel   desmond young

anglonorteamericanos fueran derrotadosal oeste de Túnez y les priváramos detoda posibilidad de montar una ofensiva,hacía falta reorganizar nuestras fuerzascon la máxima rapidez a fin de poderatacar a Montgomery, echándole hacia eleste procurando al mismo tiempo que nose desplegara. Semejante operaciónhubiera presentado dificultadesconsiderables, debidas principalmente ala desfavorable naturaleza del terreno.

c) A la larga no lograríamosconservar ni Libia ni Túnez, ya que laguerra de África acabaría decidiéndoseen la batalla del Atlántico. Después deque la abrumadora superioridad

Page 1155: Rommel   desmond young

industrial de los Estados Unidos podíahacerse sentir en cualquiera de losteatros de operaciones, habíandesaparecido todas nuestrasposibilidades de obtener una victoriafinal. Aunque hubiéramos ocupadonosotros toda África, hubiera bastadoque los Estados Unidos conservaran unacabeza de puente por donde entrara sumaterial, para que un día u otroacabáramos perdiendo el continente.

Llegados a este nivel, la habilidadtáctica podía tal vez retardar el colapso,pero no podía evitarlo a largo plazo. EnTúnez sólo podíamos tender a ganartiempo, con el fin de enviar a Europa el

Page 1156: Rommel   desmond young

máximo posible de soldadosexperimentados. Puesto que laexperiencia nos había enseñado que noteníamos ninguna posibilidad demantener en Túnez un gran ejército,parecía acertado esforzarnos por reducirla importancia numérica de nuestrastropas combatientes, procurando queestuvieran compuestas de unidadesmejor equipadas. En el momento mismoen que los Aliados se esforzaran endecidir la contienda a su favor, nosotrosdebíamos ir reduciendo gradual yconstantemente nuestro frente,evacuando cada vez más hombres pormedio de aviones, barcos mercantes o

Page 1157: Rommel   desmond young

naves de guerra. Nuestra primera paradahabía de tener lugar en las colinas queunen Túnez a Enfidaville; la segunda, enla península del Cabo Bon. Cuando losAliados tomaran Túnez, no encontraríanallí nada, a excepción de algunosprisioneros; así se hubieran vistofrustrados de los frutos de su victoria,como a nosotros nos pasó en Dunkerque.

d) Entre las tropas que se habíaprevisto serían evacuadas a Italia habíaque seleccionar aquellas que podíanformar una nueva unidad de combate.Aquellas tropas habrían sido lasmejores a la vez en el terreno delentrenamiento técnico y en el de la

Page 1158: Rommel   desmond young

experiencia de combate que podíamosoponer a los anglonorteamericanos.Además, yo me hallaba en tan buenostérminos con ellas que el valor de esastropas bajo mi mando no puedereducirse a su importancia numéricaactual.

Page 1159: Rommel   desmond young

Notas

Page 1160: Rommel   desmond young

[1] Formación especial, destinada aoperaciones en la retaguardia enemiga.Sus misiones consistían esencialmenteen reconocimientos y en ataquesinopinados contra aeródromos,convoyes, etc.

[<<]

Page 1161: Rommel   desmond young

[2] Gran ceremonia que tenía lugar en laIndia en ciertas ocasiones. La de 1911se celebró con motivo de la coronacióndel rey Jorge V.

[<<]

Page 1162: Rommel   desmond young

[3] Como tantos otros oficiales quesirvieron en Oriente Medio, me acuerdomuy particularmente de esta orden deldía. Pero jamás conseguí, ni siquierapidiéndosela a su autor, obtener unacopia del original. He tenido, pues, queatenerme a una traducción de latraducción alemana de la misma, que losfamiliares de Rommel encontraron entrelos papeles de éste. Es posible que hayaalgunas ligeras variantes entre las dosversiones, pero el sentido fundamentalsigue siendo el mismo.

Page 1163: Rommel   desmond young

[<<]

Page 1164: Rommel   desmond young

[4] V. C. (Victoria Cross, Cruz Victoria);D. S. O. (Distinguished Service Order,Orden de Servicios Distinguidos); M. C.(Military Cross, Cruz Militar). Todasellas condecoraciones militares inglesasde gran valor.

[<<]

Page 1165: Rommel   desmond young

[5] En francés en el original: «¡Nadiepuede decir que aquellos hombres no seportaron correctamente!»

[<<]

Page 1166: Rommel   desmond young

[6] Un oficial de enlace de la 61.a

división de Nueva Zelanda, que seencargó de llevar al general vonRavenstein al Cuartel General de laDivisión, me contó que no tuvo la menorduda de que acababa de ser capturado«un pez más gordo» que el supuesto«coronel Schmidt».

[<<]

Page 1167: Rommel   desmond young

[7] El comandante alemán R. von Mindenme confió tiempo después que él detuvoel ataque de nuestros tanques, el 29 demayo de 1940, usando los cañones de 88milímetros de su batería antiaérea(Flak). Me enteré asimismo de que estaarma fue ya probada en la guerra civilespañola. En aquel tiempo incluso seenvió al ministerio inglés competente uninforme sobre dicho cañón.

[<<]

Page 1168: Rommel   desmond young

[8] Oficiales de Estado Mayor queactuaban en el servicio de formaciónrelacionado con las operacionesmilitares.

[<<]

Page 1169: Rommel   desmond young

[9] Esta expresión: «digno del desierto»,fue utilizada en primer lugar para definirlos vehículos especialmente estudiadospara el desierto. Luego fue aplicada aformaciones militares, unidades eincluso a individuos.

[<<]

Page 1170: Rommel   desmond young

[10] «En su manera de hacer la guerra,nuestros enemigos han adoptado desdehace mucho tiempo métodos que noresponden a los conveniosinternacionales de Ginebra. Enparticular, el comportamiento de losmiembros de los llamados comandos esbrutal: está comprobado que han sidoreclutados en parte entre criminalesdejados en libertad. Las órdenes de quenos hemos apoderado prueban que esosindividuos están autorizados, no sólo amaltratar a los prisioneros, sino tambiéna matar pura y simplemente a hombresindefensos en cuanto representen una

Page 1171: Rommel   desmond young

carga o simplemente un inconvenientepara el desarrollo ulterior de la misiónde los comandos. Finalmente, hemosencontrado órdenes según las cuales estáen principio mandada la ejecución delos prisioneros.»

[<<]

Page 1172: Rommel   desmond young

[11] Los generales Alexander yMontgomery tomaron el mando el 15 deagosto de 1942.

[<<]

Page 1173: Rommel   desmond young

[12] Logística es un vocablo forjado porlos norteamericanos para designar todolo que forma parte de la dirección deuna guerra en la retaguardia del frente(abastecimiento, transportes, cálculosdel tiempo y de los barcos disponibles,etc.).

[<<]

Page 1174: Rommel   desmond young

[13] Parece que se ha exagerado un pocola anécdota. La posición de Alam elHalfa había sido ya minada y, hastacierto punto, preparada para la defensamucho antes de que llegara el generalMontgomery, quien se limitó adesarrollar un plan ya preexistente.

[<<]

Page 1175: Rommel   desmond young

[14] En un artículo condensado por elReader’s Digest, la condesa Waldecksugiere que el avión atacante pudo habersido un aparato alemán enarbolandoescarapela británica, pero enviado porHitler paral eliminar a Rommel, porqueéste habría enviado al Führer el 15 dejulio un ultimátum. Esta hipótesis no sebasa en ninguna prueba y comporta talnúmero de aspectos improbables que nopuede ser tomada en serio. De todasmaneras, el «ultimátum» de que habla lacondesa Waldeck no pudo llegar aHitler antes del 17 de julio; no le fueenviado hasta el 21 de ese mismo mes.

Page 1176: Rommel   desmond young

[<<]

Page 1177: Rommel   desmond young

[15] No hay que confundir a esteStulpnagel con el otro Otto vonStulpnagel, que se suicidó en una prisiónfrancesa, donde se hallaba acusado decrímenes contra rehenes. No he oídodecir nunca que se hubiesen hechocontra Heinrich cargos de esta índole.(N. del A.)

[<<]

Page 1178: Rommel   desmond young

[16] Algún tiempo después, el mariscalvon Rundstedt me aseguró que él noconcibió la menor sospecha de esaclase, porque de ser así, se hubieranegado a tomar parte en la ceremonia.Creo al mariscal, pero he conservadoeste fragmento de mi libro porquerefleja la opinión de Strolin y de algunosotros, así como las corrientes secretasde aquella jornada.

[<<]