Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución...

33
Rogelio Jiménez Marce Académico de tiempo completo en la Universidad Iberoamericana-Puebla. Doctor en Antropología por el CIESAS. Autor de los libros La palabra reprimida. El control social sobre el imaginario del más allá. Siglos XVII y XVIII, Gobierno del Estado de Veracruz, México, 2010, y La pasión por la polémica. El debate sobre la historia en la época de Francisco Bulnes, Instituto Mora, México, 2003. Ha publicado varios artículos en revistas como Secuencia, Historias, Takwá, Fronteras de la Historia y Memoria y Sociedad. Resumen El objetivo de este artículo es mostrar las acti- vidades que la Junta de Administración Civil de Jalapa emprendió para evitar el desabasto de alimentos entre 1914 y 1917. A mediados de 1914, las autoridades municipales recibieron quejas de que faltaban alimentos en la ciudad, por lo que autorizaron varias medidas tenden- tes a acopiar granos e impedir que los comer- ciantes aumentaran sus precios. Con el fin de conciliar intereses, los comerciantes propusie- ron crear un fondo regulador, el cual tendría la función de moderar los costos de los granos y evitar que fueran objeto de especulación. A pesar de las buenas intenciones, la carencia de ali- mentos y los abusos no desaparecieron, aunque el desabasto no alcanzó proporciones tan dra- máticas como aconteció en otras regiones del país. Fecha de recepción: octubre de 2011 Fecha de aceptación: noviembre de 2012 Palabras clave: Revolución mexicana; desabasto; Jalapa en la revolución; Junta de Administración Civil; Fondo Regulador; testimonios orales.

Transcript of Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución...

Page 1: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

Rogelio Jiménez Marce

Académico de tiempo completo en la Universidad Iberoamericana-Puebla. Doctor en Antropologíapor el CIESAS. Autor de los libros La palabra reprimida. El control social sobre el imaginario del más allá.Siglos XVII y XVIII, Gobierno del Estado de Veracruz, México, 2010, y La pasión por la polémica. Eldebate sobre la historia en la época de Francisco Bulnes, Instituto Mora, México, 2003. Ha publicadovarios artículos en revistas como Secuencia, Historias, Takwá, Fronteras de la Historia y Memoria ySociedad.

Resumen

El objetivo de este artículo es mostrar las acti-vidades que la Junta de Administración Civil deJalapa emprendió para evitar el desabasto dealimentos entre 1914 y 1917. A mediados de1914, las autoridades municipales recibieronquejas de que faltaban alimentos en la ciudad,por lo que autorizaron varias medidas tenden-tes a acopiar granos e impedir que los comer-ciantes aumentaran sus precios. Con el fin de

conciliar intereses, los comerciantes propusie-ron crear un fondo regulador, el cual tendría lafunción de moderar los costos de los granos yevitar que fueran objeto de especulación. A pesarde las buenas intenciones, la carencia de ali-mentos y los abusos no desaparecieron, aunqueel desabasto no alcanzó proporciones tan dra-máticas como aconteció en otras regiones delpaís.

Fecha de recepción:octubre de 2011

Fecha de aceptación:noviembre de 2012

Palabras clave:Revolución mexicana; desabasto; Jalapa en la revolución;

Junta de Administración Civil; Fondo Regulador; testimonios orales.

Page 2: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

Full-time academic at the Universidad Iberoamericana-Puebla. Ph. D. in Anthropology fromCIESAS. Author of La palabra reprimida. El control social sobre el imaginario del más allá. Siglos XVII yXVIII, Gobierno del Estado de Veracruz, México, 2010, and La pasión por la polémica. El debate sobrela historia en la época de Francisco Bulnes, Instituto Mora, México, 2003. He has published severalarticles in journals such as Secuencia, Historias, Takwá, Fronteras de la Historia and Memoria y Sociedad.

Abstract

The aim of this paper is to show the activitiesthat the Civil Board of Directors of Jalapaundertook to prevent food shortages between1914 and 1917. In mid-1914, the municipalauthorities received complaints about the short-age of food in the city as a result of which theyauthorized several measures to collect grainsand prevent traders from raising prices. In order

to reconcile interests, traders endeavored to cre-ate a Regulatory Fund, whose function wouldbe to moderate the costs of grains and preventthem from being an object of speculation.Despite these good intentions, food shortagesand abuse did not disappear, although short-ages were not as dramatic as they were in otherregions.

Final submission:October 2011

Acceptance:November 2012

Key words: Mexican revolution; shortage; Jalapa in the revolution;

Board of Civil Administration; Regulatory Fund; oral testimonies.

“Addressing the Needs of theNeighborhood”: The Policies of the CivilBoard of Directors of Jalapa to Prevent

Famine and Food Speculation, 1914-1917

Rogelio Jiménez Marce

Page 3: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

Secuencia [87] núm. 89, mayo-agosto 2014

“Atender las necesidades del vecindario”: las políticas de la Junta de Administración

Civil de Jalapa para evitar la carestía y la especulación de alimentos, 1914-1917

Rogelio Jiménez Marce

Los estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915representa un parteaguas, pues se

produjo una ruptura, tanto política comomilitar, entre las fuerzas que derrotaron alejército federal. La atención prestada a lasituación política y militar ha ocasionadoque no se tome en consideración la proble-mática que vivía la población civil. Cincoaños de acciones armadas generaron unadesestabilización económica que se mani-festó en la fuga de capitales y en un desem-pleo generalizado que fue provocado porla paralización de las minas, el abandonode los campos de cultivo y el cierre de fá-bricas y comercios. A ello se debía sumar la escasez de alimentos ocasionado por lareducción del área cultivada, la destrucciónde las cosechas, la falta de brazos, las expor-taciones de alimentos para pagar los mate-riales bélicos, el acaparamiento suscitadopor la interrupción de los sistemas de trans-porte y la negativa de los comerciantes devender sus existencias debido, en ciertamedida, a que cada facción revolucionariaemitía su propia moneda, lo que causó unverdadero caos pues el numerario de unosera desplazado por el de los otros.1 Bajo

este panorama, no resulta extraño que, de acuerdo con Berta Ulloa, los precios delos artículos de primera necesidad hubie-ran alcanzado proporciones desmesuradas.Así, por ejemplo, el costo del maíz seincrementó en 2 400%, el frijol 2 200%,el arroz 1 420%, el azúcar 940% y laharina en 900%.2 Las cifras proporciona-

1 Ulloa, “Lucha”, 1988, p. 1141; Romero yUlloa, “Crisis”, 1985, pp. 867, 869; Falcón, “San

Luis”, 1996, p. 205; Rojano, “Ciudad”, 2010, yJuárez, “Especulación”, 1989, pp. 234-235. Las exce-sivas emisiones del dinero del gobierno de Carranzaprovocaron su desvalorización al grado que su valoradquisitivo descendió hasta representar 1%. La deva-luación no sólo afectó a los billetes impresos en elpaís sino también a los “infalsificables” del AmericanBank Notes Co. y a los emitidos por el Banco Na-cional de México, el de Londres y México y los esta-tales. El valor del peso frente al dólar se deterioró. Amediados de 1914 era de 3.75 y en marzo subió a9.25. En el transcurso de este periodo, la moneda sedevaluó en seis ocasiones.

2 Ulloa, “Lucha”, 1988, p. 1142; Hernández yUlloa, “Ciudad”, 1985, p. 875; Rojano, “Ciudad”,2010, y Meyer, Revolución, 2007, p. 109. Hernándezy Ulloa indican que los precios de los productos en laciudad de México aumentaron en 1915 en 475%.Por su parte, Edgar Damián Rojano consigna quePablo González informaba en 1915 que el precio delmaíz se había elevado entre 1 200 y 1 500%, el frijol700%, el arroz 800% y la harina 400%. Jean Meyermenciona que el hectolitro de maíz se compraba a 40pesos en 1915, cantidad que evidenciaba que el costo

Page 4: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

88 ROGELIO JIMÉNEZ MARCE

das por Ulloa tienen el inconveniente deque no especifican si se referían al centrodel país o a todo el territorio nacional. Porsu parte, Hans Werner Tobler mencionaque la situación de desabasto alcanzó talgravedad que se produjeron hambrunasen la capital y en extensas regiones de lanación.3 A través de los testimonios ora-les se puede corroborar lo difícil que era elentorno que se vivía en ese momento ylas distintas percepciones que los indivi-duos tuvieron del problema.4

Así, por ejemplo, Ángel Miguel Tovarrecordaba que en 1914 los habitantes dela ciudad de México padecieron a causade la falta de alimentos, a tal grado quela gente hurgaba en los basureros en buscade cáscaras. La desesperación ocasionó quelas personas se comieran a sus perros y

gatos. Por iniciativa de su padre, su fami-lia se trasladó a Orizaba en donde “habíade todo en abundancia”.5 La carencia devíveres en la capital del país provocó quela población tomara la iniciativa y se dedi-cara a saquear los lugares en los que habíaprovisiones escondidas, tanto de comer-ciantes como de particulares, donde estosúltimos guardaban sus provisiones en mu-ros falsos en el interior de sus casas. Noobstante, la mayor parte de la población se limitó a recibir los alimentos que losconstitucionalistas comenzaron a repartir,aunque estos no alcanzaban y había perso-nas que esperaban dos o tres días para con-seguir algunos víveres para sus familias.6Antonio Ortiz y Eliseo Palafox conside-raban que las dificultades para conseguir

de ese producto se había incrementado excesivamente,sobre todo si se comparaba con las tarifas de 1910.

3 Tobler, Revolución, 1994, pp. 321-322.Referencias generales sobre la situación de desabastode alimentos y las acciones realizadas para mitigar elproblema, tanto en la ciudad de México como endiversas regiones del país, se puede consultar enValadés, Historia…Violencia, 1985, t. III; e Historia…Alto, 1985, t. IV; Ribera, Casa, 2010; Romero y Ulloa,“Crisis”, 1985; Hernández y Ulloa, “Ciudad”, 1985;Rojano, “Ciudad”, 2010; Falcón, “San Luis”, 1996;Aguilar y Meyer, Sombra, 2009; Knight, Revolución,1996; Meyer, Revolución, 2007, y Guzmán, Huella,2011. Para el caso del estado de Veracruz existen refe-rencias generales en Melgarejo, Breve, 1960; Garcíay Corzo, Sumaria, 1990, y Blázquez, Breve, 2000.

4 Olivera, “Presentación”, 2010, pp. 12-13. AliciaOlivera muestra que los testimonios orales constitu-yen una herramienta fundamental para rescatar losrecuerdos de los narradores y que, en muchas ocasio-nes, no aparecen referidos en otro tipo de documen-tos. Relatos de este tipo permiten construir una his-toria social de los de abajo, aunque, como todoproducto de la memoria, se debe tomar con cautela.

5 Tovar, “México”, 1989, p. 79; Rojano, “Ciu-dad”, 2010; Meyer, Revolución, 2007, p. 109, y Juárez,“Especulación”, 1989, p. 259. Meyer y Rojano indi-can que ante la carencia de alimentos, la gente comíatortas de polvo de haba o salvado mezcladas con ase-rrín, así como también se hacía masa de harina deolote y yeso. En el caso de Veracruz, Juárez mencionaque se recurrió a la elaboración de tortillas de harinade plátano.

6 Servín, “Historias”, 1989, pp. 46-47; Lara yLara, “Carranclanes”, 1989, pp. 134-135; Vargas,“Ciudad”, 1989, pp. 180-181; Taracena, Historia,1987, pp. 173-174, y Romero y Ulloa, “Crisis”,1985, p. 871. A María Massieu le tocó presenciar elsaqueo de una tienda por una multitud y decía quecon una “mezcla de terror y curiosidad” observó cómoquedaron tirados varios cuerpos que se mezclaron conel frijol y el azúcar. A raíz de esta experiencia, ellaasoció a la revolución con el hambre y la muerte. Porsu parte, los hermanos Miguel y Spencer Lara men-cionaban que ellos ayudaron a detener unos carrosque llevaban mercancías a las bodegas de La Mercedy, gracias a su temeraria acción, la “gente del pueblo”se pudo surtir de alimentos que los especuladores ibana vender más caros.

Page 5: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

“ATENDER LAS NECESIDADES DEL VECINDARIO” 89

alimentos sólo se daban en las ciudades,pues en el campo existían alternativas parasobrevivir; testimonio que difiere del deRafael Pozos que cuenta que en Ayotzingosólo comían “dos tortillas con sal y unjarro de agua”, pues los animales se mo-rían por falta de alimento ya que no sepodía “conseguir ni maíz ni frijol”.7 Paraenfrentar la crítica situación, la poblaciónempleó diversas estrategias de superviven-cia. Guadalupe Bello recuerda que loshabitantes de su pueblo se comían el ba-gazo del maguey, cebada, las puntas de lamilpa, olotes molidos revueltos con nixta-mal y tortillas de papa. Nefti Fernández yMaría Clementina Esteban indicaban queen algunos pueblos de la Huasteca poto-sina se recurrió a la recolección de frutos,raíces y tallos.8

Juan Martínez menciona que su padrerecogía biznagas del campo que se molíancon el nixtamal para obtener el doble demasa, además de que muchos iban a loscampos a atrapar conejos, ratas y lagarti-jas.9 Testimonios como los de Emilia Oli-vares, Macario Espejel y Alfredo Martíneznos dicen que la falta de alimentos eraconsecuencia de las “malas acciones” delos comerciantes que escondían la mer-cancía, al grado que Emilia Olivares in-dicaba que “los ricos tenían las trojes apre-tadas y los pobres pereciendo, comiendohasta garbanzos”. Resulta interesante des-tacar que los productos que se ocultabaneran el maíz, el frijol y la sal, pues habíaotros que sí se podían conseguir como laharina, la panela, la carne y la leche. Si nose especulaba con estos artículos, se debíaa que no formaban parte de la dieta básicade la población rural y de algunos secto-res citadinos. Por lo anterior, no debeextrañar que Emilia Olivares afirmara quela gente se enfermaba por tener que comer“puro pan, pan y pan”.10 Aunque muchasde las cosechas se perdieron a causa de los desmanes que realizaban los gruposrevolucionarios, lo que, en palabras deEliseo Palafox, generó “hambre y pena a lagente humilde”, otras fueron afectadas porcausas tan disímiles como plagas de lan-gostas y sequías que en algunos lugares,como la Huasteca potosina, se prologaríadurante tres años.11 En el caso específicode Jalapa, objeto de estudio de este traba-

7 Ortiz, “Alborada”, 1989, p. 72; Palafox, “Sem-blanzas”, 1989, p. 223; Pozos, “Ayotzingo”, 1989,p. 67; Womack, Zapata, 1982, pp. 236-237; Galicia,Almacén, 1997, pp. 21 y 38; De la O, “Catálogo”,2005, pp. 92, 94, 98, 103, 158 y 235, y Luna,Archivo, 1980, pp. 62 y ss. Womack afirma que loscampesinos de Morelos no padecieron hambre, debidoa que cultivaban las tierras de las haciendas de las quesacaban una gran producción que provocó que losprecios fueran bajos. Esta afirmación debe ser mati-zada, pues diversos testimonios provenientes delarchivo de Genovevo de la O daban cuenta de quehabía escasez de maíz en la mayor parte de las pobla-ciones del estado, motivo por el que algunos genera-les zapatistas introducían trenes cargados de víverespara repartirlos entre la población. Por lo anterior nodebe sorprender que Rutilo Galicia afirmara que elmaíz se consideraba “un tesoro” y “una bendición de Dios para nuestras familias y para mucha genteque sufrió de hambre”. Galicia resumió la situa-ción en las siguientes palabras: “hay guerra, hay peste,hay hambre, no se consiguen alimentos, no haydinero”.

8 Bello, “Memorias”, 1989, p. 216, y Fernándezy Esteban, “Revolución”, 1989, pp. 14-15.

9 Martínez, “Parecía”, 1989, p. 29.10 Villegas, Emilia, 1984, p. 84; Espejel, “Ixtlán”,

1989, pp. 48-49, y Martínez, “Relatos”, 1989, pp.252-253.

11 Martínez, “Relatos”, 1989, p. 252; Fernándezy Esteban, “Revolución”, 1989, pp. 14-15; Martínez,“Parecía”, 1989, p. 29; Palafox, “Semblanzas”, 1989,

Page 6: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

90 ROGELIO JIMÉNEZ MARCE

jo, no se cuenta con testimonios tan dra-máticos como los anteriores. Por el contra-rio, la documentación evidencia que eldesabasto de alimentos no causó gravesconsecuencias en la población, debido a que la Junta de Administración Civil(JAC)12 tomó cartas en el asunto y pro-puso una serie de medidas tendentes a evitarlo.

Así, esta investigación busca mostrarlas acciones llevadas a cabo por la JAC paraevitar la carestía de los productos de pri-mera necesidad y las consecuencias quesus acciones tuvieron en la ciudad y susalrededores.13 Las actividades de la JACevidenciaban, según sus propias palabras,el deseo de “atender las necesidades delvecindario” o, en otras palabras, la perse-cución del “bien común,” misma que hasido una preocupación permanente detoda instancia de gobierno. La JAC no fuela única institución que asumió el com-promiso de ayudar a la población desva-lida, sino que en esa tarea también parti-ciparon los comerciantes de la ciudad y elgobierno estatal. La acción conjunta de

estas tres instancias ayudaría a que los jala-peños tuvieran problemas de desabasto en menor medida del que se padecía enotras zonas del estado y del país, situaciónderivada, entre otros factores, por la gue-rra que sacudía al país desde 1910. En elcaso particular de Veracruz, la situaciónse complicó a causa del arribo de Venus-tiano Carranza al puerto en 1914, pues apesar de que se estipularon ciertas medi-das tendentes a controlar los precios delos alimentos, lo cierto es que se produjoun aumento desmesurado y el desabasto de granos se extendió a ciudades comoVeracruz, Jalapa y Orizaba cuyas regio-nes tenían una importante tradición agrícola.14 El desabasto de alimentos, enestas y otras zonas veracruzanas, fue con-secuencia, entre otros factores, por la faltade producción agrícola derivada de lasacciones armadas, pues los grupos ar-mados o se apropiaban de los productoso los destruían; también por la imposi-bilidad de comerciar con otras regiones,ya que era común que los granos fueranrobados en el camino o que no se permi-tiera su tránsito.

Para tratar de detener el robo de losproductos agrícolas y su destrucción, elgobernador Cándido Aguilar publicó el decreto número 27, fechado el 7 de ma-yo de 1915, en el que se estipulaba, entreotros artículos, una pena de dos años de prisión a quien robara cereales en elcampo o en las trojes, así como las herra-mientas de trabajo (artículo 3), el mismotiempo de encarcelamiento a quien im-pidiera el trabajo del campo (artículo 4)y el castigo aumentaba a cinco años enaquellos que destruyeran sementeras,siembras y plantaciones permanentes

p. 223; Ochoa, Chávez, 2004, pp. 20 y 46, y García,Carolina, 1992, pp. 82-83.

12 Juárez, “Especulación”, 1989, p. 240. LasJuntas de Administración Civil se establecieron en1914 con la intención de controlar al municipio yrealizar las funciones propias del Ayuntamiento comorecabar impuestos y tomar decisiones políticas. Unade sus responsabilidades fue la de recabar, controlar ydistribuir los artículos de primera necesidad como elmaíz, el frijol, el arroz y la cebada. Como las Juntasde Administración Civil sustituyeron a los ayunta-mientos, en adelante se utilizará sinónimos alusivos aesta dependencia.

13 Tercer, 1918, p. 23. El cantón de Jalapa tenía92 249 habitantes en 1910. Era el tercer cantón másimportante del estado, sólo detrás del puerto deVeracruz (142 808) y de Orizaba (99 819). 14 Juárez, “Especulación”, 1989, pp. 235 y 244.

Page 7: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

“ATENDER LAS NECESIDADES DEL VECINDARIO” 91

(artículo 5).15 Es de advertir que la rela-ción entre los comerciantes y la JAC no seríadel todo armónica, situación que ocasionóque las autoridades municipales tomaran elcontrol total del abasto y fijación de losprecios. De acuerdo con lo anterior, lainvestigación muestra la pugna que segestó entre el sector público y el sectorprivado por definir sus límites de inter-vención en el abasto de la ciudad, pugnaque se reflejó, sobre todo, en la definiciónde los precios y en la administración delos productos básicos. La búsqueda de unaautonomía alimentaria, por parte de lainstancia municipal, se constituyó, en estesentido, en un elemento de seguridadpública. La investigación se di-vide en dos apartados: en el primero semuestra de qué manera se afrontó el pro-blema en sus inicios y cómo se establecióun Fondo Regulador que era administradopor la Cámara de Comercio y el Ayun-tamiento, proyecto que no rendiría los fru-tos esperados como consecuencia de losmalos manejos de la Cámara; mientrasque en el segundo se refiere que las desa-venencias entre las dos grupos llevarían ala creación de comisiones reguladoras cuyogobierno quedaría en manos de las auto-ridades municipales, aunque ello no sig-nificó que los comerciantes abandonaransus intenciones de tener injerencia en elasunto del abasto y comercialización delos granos básicos.

LOS PRIMEROS SÍNTOMAS DE DESABASTO YLA CREACIÓN DEL FONDO REGULADOR

A raíz de que el puerto de Veracruz fueinvadido por los estadunidenses, el 21 de

abril de 1914,16 la JAC, conformada porFrancisco García Luna, Luis Pasquel, Fran-cisco de Lezama, Enrique Méndez Alcaldee Ignacio de Medina, realizó una reuniónextraordinaria en la que, entre otros asun-tos, se trató el problema del rápido enca-recimiento de los artículos de primeranecesidad y su posible agotamiento, mo-tivo por el que se propuso que la Corpo-ración se diera a la tarea de almacenar lasmercancías que eran de uso indispensablepara la “clase menesterosa”, mismas que sevenderían a precio de costo. En un prin-cipio se pensó en comprar los artículoscon fondos propios, pero después se plan-teó que una comisión, formada por losconcejales Francisco García Luna, LuisPasquel, Francisco de Lezama e Ignaciode Medina, hablara con el gobernadorCándido Aguilar para que este les facili-tara el dinero. La reunión del mandatariocon los comisionados fue fructífera y esteles prometió entregar los recursos que fue-ran necesarios. Por su parte, el Cabildomandó una excitativa a los comerciantesde la ciudad para que no elevaran inmo-deradamente los precios de los artículos,situación que sólo causaría “daños pro-fundos en todas las clases sociales”.17 Elgobernador no sólo cumplió su promesasino que también desobedeció una ordendel presidente Huerta, quien le había soli-citado, en abril de 1914, que remitieracereales y ganado lanar, vacuno y caballara Puebla, o en su defecto a Córdoba, Ori-zaba y Teziutlán, mismos que se iban autilizar para alimentar a las tropas fede-

16 Sobre este asunto puede consultarse Hall yCoerver, Revolución, 1995, pp. 79-99.

17 Archivo Histórico de Xalapa (en adelanteAHX), Actas de Cabildo, libro 108, sesión del 23 deabril de 1914, pp. 142-143.15 Blázquez y Corzo, Colección, 1997, p. 459.

Page 8: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

92 ROGELIO JIMÉNEZ MARCE

rales. Es evidente que el mandatario nose iba a arriesgar a dejar a su entidad sinreservas de alimento y prefirió no hacercaso de una disposición que le podría pro-vocar problemas con la población.18

El abasto de alimento se mantuvo esta-ble durante el segundo semestre de 1914,pero a principios de 1915 se comenzarona manifestar problemas debido a que loshacendados escondieron el maíz y a quealgunos grupos armados destruyeron lascosechas de la región.19 Por lo anterior nodebe extrañar que en enero de 1915 elejército constitucionalista emitiera dosórdenes: la primera se refería a la presen-tación de un informe de los lugares en losque se podía cultivar maíz y trigo parabrindarles protección a los agricultores.La segunda prohibía la exportación detrigo, maíz, frijol, cebada y harina a otrosestados y al extranjero. Asimismo, sedeterminó exentar de impuestos de impor-tación al trigo y el maíz que entraban por las aduanas marítimas.20 Por su parte,la JAC consignó 60 cargas de maíz de lahacienda del Molino, las cuales se iban aentregar a Carlos Zétina quien había acor-dado vender el litro de maíz en ocho cen-

tavos. La acción de este comerciante, dequien se decía que expendía sus semillasa precios bajos para beneficiar a la “claseproletaria”, fue reconocida por la JAC queno sólo le abonó 16.50 pesos por gastosde traslado del maíz, sino que tambiénrecomendó que la Administración deRentas le hiciera un descuento en el pagode sus impuestos. Ante las numerosas quejas del vecindario relativas a que no sepodían conseguir los artículos de primeranecesidad o que estos estaban muy caros,la Corporación decidió formar una co-misión que se encargaría de investigarcuántos depósitos de harina y cereales exis-tían, cuáles fueron los motivos por los quelos comerciantes subieron el valor de losproductos y qué medidas se debían tomarpara rebajar los precios.21

La Comisión propuso, el 28 de enero,que se establecieran ciertas tarifas a losproductos, mismas que debían obedecerlos comerciantes y los hacendados. Sinembargo, el vocal Enrique Méndez Alcal-de mencionó que los vendedores del mer-cado Jáuregui, el más importante de laciudad, continuaban con su política deexpender los artículos de primera necesi-

18 Ibid., libro 108, sesión del 28 de abril de 1914,p. 1 y sesión del 6 de mayo de 1914, p. 3.

19 Blázquez, Xalapa, 1992, pp. 75-76. Juárez,“Especulación”, 1989, p. 231. Blázquez y Juárez indi-can que la lucha armada de los años constituciona-listas provocó la destrucción de la agricultura, la gana-dería, los ferrocarriles y la industria veracruzana.

20 Juárez, “Especulación”, 1989, pp. 235 y 237.Para incentivar el cultivo, el jefe del Estado Mayor,coronel A. Rodríguez, ofreció un premio al propieta-rio, mediero o aparcero que cultivase la mayor exten-sión de terreno. Como no se obtuvieron resultados,se utilizó el recurso de comprar las cosechas al tiempoy la importación de maíz.

21 AHX, Actas de Cabildo, libro 108, sesión del 25de enero de 1915, p. 126 y sesión del 28 de enero de1915, p. 127; El Pueblo, 27 de enero de 1915, p. 1 y31 de enero de 1915, p. 1. Las quejas de la pobla-ción no estaban infundadas, pues se decía que las cajasde cerillos habían aumentado de cinco a quince cen-tavos lo que representaba un aumento de 150%. Elsubsecretario de la Cámara de Comercio negó, en unaentrevista realizada por el periódico El Pueblo, que elprecio hubiera aumentado, sino que más bien la faltade numerario había provocado que se tuvieran quevender dos cajas en quince centavos. Ante tal situa-ción, se organizó una comisión que debía averiguar lasrazones del aumento en el costo.

Page 9: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

“ATENDER LAS NECESIDADES DEL VECINDARIO” 93

dad a precios excesivos,22 motivo por elque la JAC lo comisionó para resolver el problema. El vocal decidió entrevistarsecon los miembros de la Cámara de Co-mercio para lograr una solución conjunta.Estos se comprometieron a entregar uninforme de las reservas que había en laciudad y pidieron que se celebrara unareunión con la municipalidad, la cual secelebró el 4 de febrero de 1915 y a la que

asistieron, entre otros, Manuel MendozaAlba, Manuel López Negrete, Julio Oli-vier, José Pérez Oronoz y Manuel Zárate.López Negrete, en nombre de MendozaAlba, quien era presidente de la Cámara,manifestó que con motivo del alza en elprecio de los artículos de primera necesi-dad, la JAC decidió asignar tarifas queresultaban inferiores a las que regían enel mercado, por lo que se corría el riesgode que las mercancías salieran de la ciudad,situación que generaría carestía y trastor-nos sociales.23 Como la Cámara deseabaayudar a la Corporación y a los vendedo-res, se determinó que, con las aportacionesmonetarias de sus miembros, se formaríaun Fondo Regulador que adquiriría maízy frijol para expenderlo al costo. Las dosinstancias también acordaron que se con-siderarían artículos de primera necesidadel maíz, el frijol, la azúcar y la panela, losque se venderían con los siguientes pre-cios: el litro de maíz a nueve centavos, ellitro de frijol a quince centavos, el kilo deazúcar a 32 centavos, la pieza de panela acuatro centavos y el pan de telera a cincocentavos por cada 100 gramos.

Las propuestas de la Cámara fueronaprobadas por el municipio sin mayoresobservaciones, pues en cierta forma cons-tituía un verdadero regalo del cielo debidoa que este no podía afrontar la formacióndel Fondo Regulador sugerido. Las finan-zas de la Corporación estaban en tan malestado que el vocal de Hacienda expusoque se debían suspender las obras públi-cas, pues no había dinero suficiente parahacerlas. La apertura mostrada por laCámara fue recompensada por la JAC en

22 El Pueblo, 31 de enero de 1915, p. 1; 22 defebrero de 1915, p. 1; 23 de febrero de 1915, p. 1; 26de febrero de 1915, p. 6 y 27 de febrero de 1915, p. 6. El secretario de la Cámara de Comercio atribuíael incremento en los precios a la exportación de losgranos al extranjero. De hecho, decía que habían sa-lido cuatro vapores a Cuba que llevaban de 12 000 a15 000 sacos de frijol, situación que había ocasionadoque ya no hubieran existencias en Perote, San Marcosy Esperanza. Como el frijol se vendía en Cuba en 40o 45 centavos, el secretario sugería que se comerciaraen 50 centavos o un peso para evitar su salida hacia elextranjero, pues era evidente que los costos a los quese compraba en el país, entre doce y 22 centavos, noresultaban atractivos para los productores. Ante talsituación, sugería que se persiguiera a los acaparado-res que eran los que obtenían grandes gananciascuando sacaban las semillas del país. Ante la demandade las Cámaras de Comercio de México, de Veracruzy de Jalapa de que se prohibiera la exportación degranos, el 12 de febrero la Secretaría de Haciendaacordó que no se permitiría la exportación de ganado,trigo, maíz, harina, cebada y frijol. La población deTeocelo también demandó que se prohibiera la expor-tación de plátano y pidió que se prohibiera la des-trucción total o parcial de los plantíos. La Cámara deComercio de Veracruz solicitó que se incentivara laimportación de artículos de primera necesidad y setenía confianza en que el gobierno establecería medi-das que tendieran a incentivar el comercio interior,situación que se tornaba urgente debido a que seexportaba una gran cantidad de ganado. De hecho,se mencionaba que en ese momento había más de 5 000 cabezas que estaban a punto de embarcarse.

23 AHX, Actas de Cabildo, libro 108, sesión del 28 de enero de 1915, p. 127 y sesión del 1 de febrerode 1915, p. 129.

Page 10: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

94 ROGELIO JIMÉNEZ MARCE

los días subsecuentes. Así, por ejemplo,se autorizó a Ignacio Chimal que almace-nara el maíz caribeño que había compradoen el puerto de Veracruz y el que habíaadquirido en la hacienda de Lucas Martín,aunque se le hizo la observación de quedebía venderlo en la ciudad. Como el 23de febrero de 1915 el gobernador ordenóel cese de la Corporación y el nombra-miento de una nueva encabezada porAdolfo Gutiérrez, la Cámara aprovechó elvacío de poder para elevar el precio de losalimentos.24 La JAC recién nombrada noaceptó el incremento y solicitó que se rea-lizara una reunión para tratar el asunto,la cual se llevó a cabo el 3 de marzo de1915 con la asistencia, entre otros, de Ma-nuel Mendoza Alba, Manuel LópezNegrete, Francisco de P. Pasquel, JulioOlivier, Luis Caraza, Alfonso Pasquel yJosé Pérez Oronoz. El presidente delCabildo manifestó a los miembros de laCámara que los había citado por dos moti-vos: saber las condiciones en que se encon-traban los artículos de primera necesidady llegar a un acuerdo respecto a la distri-bución y manejo de las cantidades recau-dadas para formar el Fondo Regulador. Elúltimo punto era el que mayor preocupa-ción le causaba, pues en el anterior conve-nio no se le había dado ninguna participa-ción al municipio, lo cual era necesario

para evitar que surgieran “suposicionesinjustificadas”.

Luis Caraza expuso que los precios delmaíz y del frijol se habían establecido demanera conjunta, pero no se había habladoen ningún momento de crear una comi-sión que interviniera en el manejo delFondo. Como la Cámara no tenía incon-veniente en que esta se formara, la JACdeterminó que Manuel V. Hernández yEnrique Méndez Alcalde fungieran comosus representantes. El presidente men-cionó que no estaba de acuerdo en que seseñalaran precios a las mercancías, pues elvalor de estas era determinado por la leyde la oferta y la demanda. Sin embargo,advertía en la necesidad de vigilar a losespeculadores para evitar abusos y pidióque la Cámara hiciera lo necesario paraevitar que faltaran víveres.25 Manuel LópezNegrete aprovechó la solicitud de Gutié-rrez para manifestar que el gobernador dePuebla no permitía que salieran unoscarros de maíz que habían comprado enese estado, pese a que desobedecía unaorden de la Secretaría de Hacienda quemencionaba que no se debían poner trabaso interrumpir el tráfico interior de mer-cancías.26 Ante este hecho, la JAC determi-

24 Ibid., libro 108, sesión extraordinaria del 4 de febrero de 1915, pp. 130-131; sesión del 8 defebrero de 1915, p. 132; sesión del 12 de febrero de 1915, p. 135 y sesión del 23 de febrero de 1915,pp. 137-138; Juárez, “Especulación”, 1989, p. 240.La respuesta ante las acciones de la JAC fue positiva,pues los habitantes de Jalapa dieron “voto de gracia”a las autoridades. Por su parte, Guillermo E. Cerdánconsiguió tres carros de maíz para venderlo a un pre-cio razonable.

25 AHX, Actas de Cabildo, libro 108, sesión del 26de febrero de 1915, p. 140; El Pueblo, 1 de marzo de1915, p. 3; Juárez, “Especulación”, 1989, p. 245. Losabusos de los comerciantes llegaban al punto de quese decía que se había fijado el precio de las tortillas aun centavo por unidad, situación que no era justifi-cable en función de que había entrado una considera-ble cantidad de maíz al puerto de Veracruz. En RíoBlanco, el precio de las tortillas alcanzó los cinco cen-tavos por unidad.

26 Romero y Ulloa, “Crisis”, 1985, p. 870; LaConvención, 18 de mayo de 1915, p. 3. La acción delgobernador poblano se explicaba por la gran escasez

Page 11: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

“ATENDER LAS NECESIDADES DEL VECINDARIO” 95

nó hacer las gestiones necesarias para queel mandatario poblano entregara el maíz.A pesar de la postura de Gutiérrez con-traria a fijar precios, la Cámara estipulóque se respetaría el precio del maíz (diezcentavos el litro) y el del frijol negro (quin-ce centavos el litro). En el caso del azúcar,se vendería a 38 centavos pese a que enfábrica lo compraban a 35, siempre ycuando se dirigiera una excitativa al go-bierno federal para que se prohibiera su exportación. La Cámara también con-sideraba necesario que los comercian-tes, en vista de las fluctuaciones de losprecios, asentaran cada semana el costo de las mercancías, disposición que no con-taba con la aprobación de todos los consig-natarios.

Como la JAC y la Cámara manteníanbuenas relaciones, al grado que la segundainvitó a la primera a que asistiera a sussesiones informativas, no debe extrañarque mandaran una representación con-junta a Puebla, formada por José Pérez yel vocal Pedro Mora, con la intención dehablar con el gobernador sobre los carrosde maíz incautados. Los comisionadosinformaron, el 8 de marzo de 1915, que elmandatario no otorgó el permiso y losamenazó con encarcelarlos e imponerlesuna multa de 10 000 pesos, debido a queen Puebla no se podía vender a más decatorce centavos la carga.27 Ante este

revés, la Corporación decidió solicitar algobernador veracruzano Cándido Aguilarque se le permitiera introducir maíz pro-veniente de la Tierra Caliente, pues el quese encontraba almacenado en la ciudad,según informes de la Cámara, bastaba parasatisfacer la demanda de tres o cuatro días.El mandatario autorizó la petición peroadvirtió que sería difícil conseguirlo, puestenía informes de que había salido muchasemilla a causa de la disposición de Ca-rranza que concedía amplia libertad en eltransporte de las mercancías de primeranecesidad.28 El gobernador aprovechó laocasión para llamar la atención de la JACrespecto a que los expendios de maíz esta-blecidos por la Cámara sólo trabajaban de2 a 4 de la tarde, lo que ocasionaba que nofuera sencillo conseguirlo y recomendabaque se ampliara el horario de atención.Para evitar desabasto de maíz mientras setraía el de Tierra Caliente, se mencionabaque se habían comprado 3 500 sacos perono habían llegado a Jalapa por la interrup-

de granos que existía en ese estado, motivo por el queno debe sorprender que otros gobernadores, como elde Chihuahua y el de Jalisco, también dictaran medi-das tendentes a evitar la salida de cereales. La cares-tía de maíz en Puebla ocasionó que se vendiera a 2.50pesos el cuartillo.

27 AHX, Actas de Cabildo, libro 108, sesión extra-ordinaria del 3 de marzo de 1915, pp. 145-146; sesióndel 5 de marzo de 1915, p. 147; sesión del 8 de marzo

de 1915, p. 148 y sesión del 12 de marzo de 1915,p. 150. Por razones que desconocemos, todos los voca-les vinculados con la Cámara (Manuel Hernández,Enrique Méndez Alcalde y Pedro Mora Beristáin)quisieron renunciar a la JAC, pero el gobernador noadmitió sus dimisiones.

28 Las Noticias, 13 y 18 de abril de 1915, p. 22.Se hacía referencia a la circular del 13 de marzo de1915. En ella se invitaba a los comerciantes a vendersus semillas en otros lugares para lo cual se les exten-derían salvoconductos que ampararían los furgones,carros y vehículos de transporte, asimismo se pondríaa su disposición furgones en los ferrocarriles que esta-ban bajo dominio constitucionalista. También seadvertía a los jefes militares y autoridades civiles quese abstuvieran de “tomar” los productos. La disposi-ción debía ser acatada por los gobernadores, loscomandantes militares y el director del ferrocarrilconstitucionalista.

Page 12: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

96 ROGELIO JIMÉNEZ MARCE

ción del tráfico ferroviario.29 Ante tal si-tuación, la Corporación publicó avisos enlos que pedía que el maíz almacenado sevendiera a la Cámara, misma que se com-praría en quince centavos el litro o se de-volvería cuando se recibiera el de TierraCaliente; en caso de desobediencia, losposeedores serían castigados y la semillasería confiscada.

A fin de dar cauce al mandato, se creóuna Comisión que se encargó de investi-gar quiénes tenían existencias del cereal.La medida tuvo resultados discretos puessólo se recogieron 50 cargas. A otra Comi-sión, integrada por los vocales Rendón,Marín y Mora, se le encargó que indagaraen qué lugares, cercanos a Jalapa, se po-dían obtener maíz.30 Los comisionados

indicaron que se podía conseguir en Nao-linco, Acatlán y Chiconquiaco, pero serequeriría que la Jefatura de Armas pro-porcionara una escolta. A pesar de las dis-posiciones de la Corporación, los abusosde los comerciantes se comenzaron amanifestar. Así, por ejemplo, algunos aca-paraban la leche con la intención de ven-der el litro a 30 centavos, situación que, adecir del vocal Rendón, no era justificablepues no había carencia de ese productosino un desmedido “deseo de lucro”.Como la manteca comenzaba a escasear ysu precio subió de 2.80 a 3 pesos el kilo,el vocal Hernández sugirió que el propie-tario de una fábrica de jabón vendiera las1 500 latas de manteca que poseía.31 Unapetición similar se le hizo a Enrique Be-saury que utilizaba panela para elaboraralcohol y licores de destilación.32 El 19de abril de 1915, el Cabildo reconoció queexistía carestía en los productos de pri-mera necesidad y que continuaban losabusos de los comerciantes. Así, por ejem-plo, se refería que los molinos de nix-tamal no entregaban toda la masa quemolían.33 La alimentación de los presos

29 Blázquez, Xalapa, 1992, p. 76; La Convención,16 de enero de 1915, p. 8; 25 de marzo de 1915, p.7 y 26 de marzo de 1915, p. 7. Carranza decretó, endiciembre de 1914, la incautación del servicio deferrocarriles, mismo que sólo se destinó a las necesi-dades militares y sólo una parte permaneció abierta altránsito normal. La disposición del primer jefe seríaalabada por el periódico La Convención, pues se decíaque con ello había desaparecido la amenaza de unaposible paralización del tráfico ferrocarrilero, perosobre todo se garantizaba que no se careciera de ar-tículos y mercancías de primera necesidad.

30 AHX, Actas de Cabildo, libro 108, sesión del 12de marzo de 1915, p. 151 y sesión del 15 de marzode 1915, p. 154; Florescano y Swan, Breve, 1995, pp. 76-79; El Pueblo, 17 de marzo de 1915, p. 5. Lasmedidas tomadas por el Cabildo jalapeño no erannovedosas, pues fue recurrente que en épocas de esca-sez las autoridades decimonónicas, sobre todo delBajío y el centro del país, obligaran a los hacendadosa hacer una relación jurada de sus existencias de maíz,frijol y trigo. Es de destacar que el 16 de marzo, elsecretario de Fomento Pastor Rouaix solicitó que serealizara un informe de la cantidad de trigo que sepodía obtener en la siguiente cosecha y advertía quese dictarían medidas para darle garantías a los agricul-

tores, así como se evitaría tomar los productos sin ladebida retribución.

31 Las Noticias, 8 de abril de 1915, p. 8; Juárez,“Especulación”, 1989, p. 245. Orizaba y el puerto deVeracruz también experimentaban el desabasto demanteca, lugares en los que se vendía al mismo pre-cio que en Jalapa, lo contrario sucedía en Río Blancodonde alcanzó un precio de 3.50.

32 AHX, Actas de Cabildo, libro 108, sesión del24 de mayo de 1915, p. 183. Besaury no estuvo deacuerdo con la determinación de la JAC, por lo que pidióque se le permitiera seguir con las labores de su fábri-ca y el 24 de mayo de 1915 se le dio la autorización.

33 Ibid., libro 108, sesión del 15 de marzo de1915, p. 154; sesión del 19 de marzo de 1915, p. 155; sesión del 12 de abril de 1915, p. 165; sesión

Page 13: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

“ATENDER LAS NECESIDADES DEL VECINDARIO” 97

de la cárcel de la ciudad puede ayudar amostrar la manera en la que se manifes-taba la inflación en los precios de los ali-mentos. Manuel Zárate, encargado de esterubro, manifestó en febrero de 1915 quecobraría 27 centavos por ración, en abrillo subió a 40 y en mayo a 50, es decir, enel transcurso de tres meses se incrementó en 85%.34

A mediados de mayo, los nacaterosanunciaron que el kilo de carne costaba40 centavos, aumento que había sido oca-sionado, según ellos, por la incautaciónde sus caballos por las fuerzas constitucio-nalistas, lo que les impedía trasladar elganado al matadero del mercado. Ante talhecho, las autoridades municipales dieronpermiso a los nacateros para que mataran alos animales en sus casas y expendieran lacarne, lo que no solucionó la situaciónpues estos impusieron precios altos. Apesar de lo anterior, los nacateros amena-zaron con suspender sus actividades si noles devolvían sus caballos, advertencia quevolvieron a hacer en posteriores ocasiones.Los carniceros también buscaron benefi-ciarse del incremento en el precio de lacarne y solicitaron a la JAC que se les per-mitiera cerrar hasta las seis de la tarde. Enrespuesta, la Corporación les indicó quepodían hacerlo siempre y cuando cum-plieran con las disposiciones de la ley deltrabajo.35 El 26 de mayo de 1915, el

Cabildo informó a la Cámara de Comercioque había comprado 1 000 toneladas demaíz en Estados Unidos, el cual había cos-tado 100 000 pesos que pagaron gracias aun préstamo que hicieron varios particu-lares, motivo por el que solicitaban quela Cámara estableciera 20 expendios demaíz en distintas partes de la ciudad a finde que la población tuviera posibilidadesde adquirir el grano. La Cámara aceptó lapropuesta, pero pidió que no se estable-ciera un precio, pues se comprometían avenderlo a un menor costo. La municipa-lidad aceptó la iniciativa a regañadientes,debido a que la Cámara mencionó quebuscaría solucionar el problema de la esca-sez de frijol.36

Ante la falta de numerario y para faci-litar el pago de los productos de primeranecesidad, la Corporación decidió utilizarbilletes y cartones sellados pero esta me-dida no produjo buenos resultados debidoa que no se podían realizar pequeñas tran-sacciones, motivo por el que se determinóque Luis Caraza recibiera el importe delas ventas y distribuyera los billetes y car-tones entre los comerciantes. Como la dis-posición tampoco surtió efecto, la JACpidió autorización al gobernador paraexpedir cheques de uno y dos centavos,mismos que se podían cambiar, cuando lasituación lo requiriera, por cartoncillos ola moneda fraccionaria que estuviera en

del 19 de abril de 1915, p. 168, y sesión del 17 demayo de 1915, p. 181.

34 Ibid., libro 108, sesión del 28 de enero de1915, p. 127; sesión del 7 de mayo de 1915, p. 175,y sesión del 10 de mayo de 1915, p. 179.

35 Ibid., libro 108, sesión del 17 de mayo de1915, p. 181, sesión del 21 de mayo de 1915, p. 183;sesión del 28 de mayo de 1915, p. 188, y sesión del18 de junio de 1915, p. 11.

36 Ibid., libro 108, sesión del 28 de mayo de1915, p. 187; El Pueblo, 2 de junio de 1915, p. 5;Juárez, “Especulación”, 1989, p. 244. En El Pueblose manifestaba que costaba 25 centavos el litro demaíz en las tiendas establecidas, pues en el palaciode gobierno ya no se expendía a causa de la aglome-ración. Las autoridades determinaron que sólo seentregarían raciones de cinco litros semanales a cadafamilia.

Page 14: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

98 ROGELIO JIMÉNEZ MARCE

circulación, petición que fue rechazada.Caraza aprovechó la ocasión para denun-ciar que el expendio de azúcar no funcio-naba debidamente, pues varios comercian-tes acaparaban el producto lo que ocasionóque fueran insuficientes los 200 bultosque el gobierno proporcionaba semana-riamente. Por esta razón, se tomó la deter-minación de elevar el precio del azúcarpara que los fabricantes no sufrieran per-juicios. La carencia de maíz y frijol no sóloprovocó que algunos expendios tuvie-ran que cerrar sus puertas, sino tambiénausentismo en las escuelas municipalespues los niños eran enviados por los padresa hacer fila para obtener los productos.37

Como la escasez de maíz iba en aumento,la Cámara decidió comprarlo a la Casa A.Bueno y Compañía de Estados Unidospero este fue retenido en el puerto deVeracruz. Gracias a las instancias de Ca-rranza fue liberada una parte, lo que valiópara que la JAC le expresara su agrade-cimiento.38

Como los comerciantes continuabancon su política de imponer precios inmo-derados, el Cabildo creó una comisión quedebía proponer los medios para resolverel asunto. Asimismo, se acordó que losestablecimientos debían colocar car-teles en los que se mencionara el preciode los artículos de primera necesidad y se formaría una comisión que tendría latarea de visitar los comercios para revisarsus facturas y dictaminar si los precios de

compra concordaban con los de venta.39

También se solicitó a la Cámara de Comer-cio que realizara un informe de la conta-bilidad del Fondo Regulador, el cual debíaincluir el nombre de las personas que ha-bían pagado sus cuotas y el monto queestas representaban. En respuesta, la Cá-mara indicó que la publicación de la con-tabilidad estaba en proceso y que la listade las personas que cotizaban había sidopublicada en el Boletín Oficial de la Cámarade Comercio. Sin embargo, la Corporaciónvolvió a insistir en que se dieran a cono-cer las cuentas y los nombres de las perso-nas que no habían pagado sus cuotas.Aunque el presidente de la JAC en un prin-cipio se mostró reacio a fijar precios a losartículos de primera necesidad, la reali-dad lo hizo cambiar de postura, por lo queel 14 de junio de 1915 declaró que eranecesario tener precios estables y, pa-ra poder hacerlo, se requería acabar con el comercio ambulante y que todas lasmercancías que entraran a la ciudad de-bían contar con facturas firmadas por lasautoridades del lugar de origen, lo quegarantizaría que el precio no estaba fal-seado.40 Ante el aumento de los precios,

37 Una situación similar se puede observar en laciudad de México, tal como se aprecia en varias foto-grafías incluidas en Olivera, Pueblo, 2010, pp. 56, 58,74 y 75.

38 AHX, Actas de Cabildo, libro 108, sesión del 28de mayo de 1915, p. 187; sesión del 31 de mayo de1915, p. 188, y sesión del 31 de mayo de 1915, p. 189.

39 El Pueblo, 1 de junio de 1915, p. 5. Pese a estasdisposiciones, se publicó un artículo en El Pueblo enel que acusaba a los comerciantes de propagar “noti-cias alarmantes” para depreciar la moneda y vender susproductos en un mayor precio. Pidió que la JAC obli-gara a los comerciantes a “moderar” sus ambiciones yque se les permitiera aumentar sus precios sólo cuandomostraran la factura y carta de envío. Sin embargo, semencionaba que los boticarios y a las vendedoras dechile de Misantla eran las que cometían los mayoresabusos, situación que toleraba la Cámara de Comerciosin que pusiera mayores objeciones.

40 AHX, Actas de Cabildo, libro 109, sesión del 7de junio de 1915, pp. 2-3; sesión del 14 de junio de1915, pp. 6-7; sesión del 14 de junio de 1915, p. 8;

Page 15: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

“ATENDER LAS NECESIDADES DEL VECINDARIO” 99

Manuel Zárate propuso que las racionesde presos se le pagaran a 60 centavos, can-tidad en la que no estuvo de acuerdo laCorporación quien sugirió 55 centavos.

Esta cantidad no fue aceptada porZárate, por lo que la JAC determinó que sebuscaría que los mismos reclusos elabo-raran sus alimentos, por lo que se cons-truiría un horno en la cárcel y se compra-rían los víveres a los comerciantes queofrecieran un mejor precio. Aunque losvocales Méndez Alcalde y Marín fueroncomisionados para realizar la investiga-ción referente a los costos del horno y losalimentos, lo cierto es que el mismo Ca-bildo se tuvo que retractar pues no conta-ba con los fondos suficientes para realizarlas obras necesarias en la cárcel, razón por laque se consintió en que se pagara el pre-cio que Zárate proponía. Tan grave era lasituación financiera de la Corporación quesolicitó, el 21 de junio, a la Secretaría deGuerra que le pagaran por los presos mili-tares y políticos que se encontraba en suprisión. Como los comerciantes se nega-ban a cumplir con las disposiciones de laJAC, esta decidió imponer multas a todoslos que no publicaran las listas de preciosde los artículos de primera necesidad. Asi-mismo, solicitó a la Secretaría de Hacienday Crédito Público que autorizara la emi-sión de cheques de uno o dos centavos

pues no se contaba con moneda fraccio-naria. La petición sería aprobada y elmonto de la emisión fue depositado en lasucursal del Banco Nacional de México.Como la municipalidad delegó esta atri-bución en la Cámara, esta decidió pospo-nerla pues no se consideraba con las facul-tades necesarias para llevarla a cabo. Afinales de junio llegó el maíz que la JACcompró en Estados Unidos, por lo que laCámara designó a las personas que seencargarían de venderlo. Este no fue elúnico producto que se liberó en el puerto,pues la Tesorería General del estado infor-mó que contaban con harina y mantecaprovenientes de Estados Unidos, de loscuales mandó como muestra dos sacos deharina y una barrica de manteca.41

Es de advertir que cada saco pesaba196 libras y tenía un costo de 86 centavos;en tanto que la manteca se vendía porbarrica cuyo valor era de 205 pesos. Antetal noticia, la JAC remitió una circular ala Cámara, a los comerciantes en pequeñaescala y a los panaderos para que manifes-taran las cantidades que deseaban adqui-rir de los dos productos. La forma en laque se vendía el maíz generó algunos pro-blemas entre la Corporación y la Cámara,pues la primera argumentaba que la se-gunda no había determinado la cantidadde litros que se debía vender a cada fami-lia, situación que podría generar acapara-miento y escasez, por lo que sugería quese volviera a utilizar el sistema de tarje-tas para adquirirlo; asimismo, se debía

sesión del 18 de junio de 1915, p. 9; sesión del 14 dejunio de 1915, p. 8; sesión del 18 de junio de 1915,p. 11, y sesión del 21 de junio de 1915, p. 14; Ribera,Casa, 2010, p. 114, y Hernández y Ulloa, “Ciudad”,1985, pp. 878-879. No fue una tarea sencilla lograrque se establecieran precios moderados, tal como sepodía apreciar en la ciudad de México en la que suAyuntamiento buscó hacerlo, pero no logró su come-tido debido a que no se podía asegurar el suministrode comida.

41 AHX, Actas de Cabildo, libro 109, sesión del 18de junio de 1915, pp. 11-12; sesión del 21 de juniode 1915, p. 14; sesión del 25 de junio de 1915, p. 15;sesión del 25 de junio de 1915, p. 16; sesión del 2 dejulio de 1915, p. 22, y sesión del 12 de julio de 1915,p. 29.

Page 16: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

100 ROGELIO JIMÉNEZ MARCE

solicitar a los jefes de manzana que for-maran una lista de jefes de familias queincluyeran el número de sus miembros, afin de calcular la cantidad de maíz que seles proporcionaría tomando en considera-ción que la medida base sería medio litropor persona. El municipio también reco-mendó a la Cámara que tratara de evitarque se agotaran las existencias y que se le informara de las condiciones bajo lasque habían adquirido el maíz, así comoel precio al que se expendería. La Cámaramostró su desacuerdo en que se volviera aestablecer el sistema de tarjetas, aunquemanifestó que lo haría si la Corporación selo imponía. Para no entrar en controver-sias, la JAC decidió desistir de su disposi-ción. Como los revendedores del mercadoJáuregui acaparaban diversos productos ylos expendían a precios exagerados, laCorporación prohibió que los negocian-tes vendieran a los regatones antes delmediodía y cuya vigilancia estaría a cargode la policía. Al mismo tiempo concedióautorización para que la clase pobre se sur-tiera de leña de los bosques cercanos a laciudad, acto que también estaría bajo la supervisión de la policía.42

La anterior disposición no resultó sufi-ciente, pues los carboneros aprovecharonla carencia de este producto para fijarleprecios altos, motivo por el que se soli-citó a los policías que observaran que sebajara el costo. Por petición expresa delgobernador que deseaba desmentir cier-tos rumores que indicaban que los vera-cruzanos “se morían de hambre”, la JACinformó que en ese municipio no existía

escasez de productos pero estos alcanza-ban precios elevados que dificultaban suadquisición. Para tratar de disminuir loinmoderado de los precios, la Corporaciónvolvió a insistir en que los comerciantestenían que mostrar las facturas firmadaspor la autoridad del lugar en el que se hizola compra, proyecto que se esperaba queCarranza respaldara para convertirlo endecreto. La reiteración de la petición evi-denciaba la gravedad de la situación, talcomo se puede comprobar en el caso deManuel Zárate que en julio aumentó elcosto de las raciones para los presos a 70centavos, es decir, entre febrero y julio seprodujo un incremento de 250%. Comola carne también comenzaba a escasear, laJAC acordó con Carlos Bouchez, SimónMora y Manuel Platas, quienes eran losprincipales introductores de ganado, quehicieran lo posible por llevar animales a Jalapa y evitar que hubiera desabasto.Los ganaderos no hicieron caso de la peti-ción de la Corporación y, según el vocalMéndez Alcalde, no sólo limitaban laventa del ganado sino que también impo-nían “condiciones onerosas” a los nacate-ros para darles los animales, razón por laque la Corporación decidió que los intro-ductores negociaran de manera directa conel presidente de la JAC. También se deter-minó modificar la disposición relativa alos revendedores de tal modo que estospodían adquirir en cualquier momento lamercancía, siempre y cuando la transac-ción se realizara en presencia del adminis-trador del mercado, quien fijaría el valoral que debían expenderse las mercancíasde acuerdo con el costo por el que las ad-quirieron.43

42 Ibid., libro 109, sesión del 25 de junio de1915, pp. 16-17; sesión del 29 de junio de 1915, p.22; sesión del 5 de julio de 1915, pp. 24-25, y sesióndel 9 de julio de 1915, p. 26.

43 Ibid., libro 109, sesión del 2 de julio de 1915,pp. 22-24; sesión del 16 de julio de 1915, p. 32;

Page 17: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

“ATENDER LAS NECESIDADES DEL VECINDARIO” 101

Tanto en el caso del ganado como en eldel maíz, el problema que enfrentaban loscomerciantes era la falta de medios detransporte de los productos, pues las con-diciones en las que se vivía imposibilita-ban los envíos de mercancías. Si bien escierto que el superintendente de los Ferro-carriles Constitucionalistas indicaba quese habían proporcionado carros y trans-porte libre de gastos de los víveres, la rea-lidad es que estos no llegaban con la rapi-dez que se requería. De acuerdo con eltestimonio del vocal Marín, a quien se de-signó para trasladar el maíz del puerto de Veracruz a Jalapa, se emplearon más decinco días para hacerlo debido a que tuvie-ron que llevarlo a la Antigua, esperar unaescolta que lo protegiera y aguardar a quelas vías estuvieran desocupadas. La dra-mática situación que se vivía en la ciudadde México provocó que Carranza solici-tara, el 5 de julio de 1915, el auxilio de losestados para surtir de víveres a la capital.Ni tardo ni perezoso, el gobernador vera-cruzano publicó el decreto 35, fechado el10 de julio, en el que exhortaba a las JACa recolectar fondos para cumplir con ladisposición de Carranza.44 El día 20, ycon acuerdo del Tesorero General delestado, se entregó a la Administración deRentas del Cantón 6 000 pesos como pri-mera remesa de la colecta entre los vecinosde la ciudad. Por su parte, la Corporación deJalapa pidió a la Cámara que le informara

de las existencias que tenían de artícu-los de primera necesidad, disposición quesólo fue cumplida por algunos comercian-tes, pues la mayoría se abstuvo de hacerlo.Como los precios de los productos de pri-mera necesidad no bajaban, el generalHeriberto Jara, quien era jefe de opera-ciones militares en el Cantón de Jalapa,ordenó crear, el 19 de julio de 1915, unaoficina prebostal45 que tendría el objetivode evitar la “especulación desenfrenada”.

sesión del 19 de julio de 1915, pp. 35-36; sesión del23 de julio de 1915, p. 37, y sesión del 26 de julio de1915, p. 41.

44 Blázquez y Corzo, Colección, 1997, t. XIV, p.474. En este decreto se estipulaba que se impondríancuotas adicionales a los propietarios de predios rústi-cos y urbanos, así como a los comerciantes e industria-les para “cubrir las necesidades del servicio público”.

45 AHX, Actas de Cabildo, libro 109, sesión del 5de julio de 1915, p. 24; sesión del 12 de julio de 1915,pp. 28-29; sesión del 16 de julio de 1915, p. 109, ysesión del 23 de julio de 1915, p. 37; Tobler, Revo-lución, 1994, p. 318; Ulloa, “Lucha”, 1988, p. 1142;Vargas, “Ciudad”, 1989, p. 181; Taracena, Historia,1987, p. 176; Romero y Ulloa, “Crisis”, 1985, pp.870-871, y Espejel, Olivera y Rueda, Emiliano, 1988,p. 326. Las oficinas prebostales se establecieron enlas ciudades que estaban bajo dominio constitucio-nalista con la intención de evitar la escasez, el enca-recimiento y la especulación de los productos de pri-mera necesidad. Como no todos los comerciantescumplían con las órdenes dictadas por los prebostes,estos tuvieron que recurrir a medidas disciplinariastal como ocurrió en la ciudad de México en dondelos vendedores no sólo recibieron multas sino quetambién se los obligó a barrer las calles, castigo queprodujo buenos resultados pues los precios de los ar-tículos sufrieron una considerable rebaja. Asimismose establecieron expendios municipales para venderartículos de primera necesidad a precios bajos y seorganizaron juntas, comisiones y oficinas para regu-lar los precios comerciales, mismos que desaparecie-ron, por lo menos en la ciudad de México, a media-dos de 1916 con la intención de restablecer la libertadde comercio. En el caso de Morelos, la figura del pre-boste apareció en enero 1916 y se le otorgó la facul-tad de recibir la mercancía decomisada para venderlaa un menor precio y se determinó que aquellas auto-ridades civiles y militares que no lo apoyaran o seopusieran a su actuación, serían destituidas y arres-tadas por seis meses.

Page 18: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

102 ROGELIO JIMÉNEZ MARCE

Por el anterior motivo, solicitaba quelos miembros de la JAC colaboraran en estaempresa, petición que consideraba que noexcedía sus atribuciones pues se le habíandado amplias facultades en los ramos deguerra, administración y política. El coro-nel Octaviano Solís fue el encargado de laoficina prebostal, quien solicitó que supersonal estuviera integrado por miem-bros de la JAC y oficiales designados por laoficina.46 La Corporación contestó que era digna de encomio la idea del general,pero no estaban de acuerdo en que laJunta estuviera supeditada al preboste,quien así se convertiría en el representantelegal de la ciudad. Como la JAC no asis-tió a una reunión convocada por Jara pa-ra tratar el asunto del preboste y pese aque esta se disculpó, en el periódico LaHumanidad se publicó una nota en la queel general reprochaba la actitud de laCorporación, por lo que esta defendió suposición de no depender de una autori-dad externa. Como este no fue el únicoproblema que se suscitó entre la Corpora-ción y Solís, el gobernador informó quemodificaría las atribuciones del preboste y asimismo sustituyó a Solís por el te-niente Gabriel V. Rebolledo. El FondoRegulador se convertiría en foco de unsegundo problema para la JAC. La Cámararemitió los diarios de contabilidad delFondo a la Corporación, quien designó a

los vocales Azcoitia y Méndez Alcalde paraque los examinaran. En el informe pre-sentado por Méndez Alcalde y MoraBeristáin, quien sustituyó a Azcoitia enla tarea, se decía que había ciertas irregu-laridades en el manejo del Fondo, lo quedemostraba los “sentimientos poco huma-nitarios” de “algunos comerciantes” queno se preocupaban de las necesidades delos “proletarios” sino que buscaban subeneficio particular. No obstante, los voca-les indicaban que los dirigentes de la Cá-mara habían realizado grandes esfuerzospara desvanecer las dudas que la pobla-ción tenía de la forma en la que se mane-jaba el Fondo.47

Ante tal situación, Luis Caraza, JulioOlivier y Alberto Mendoza Alba se habíanabocado a la tarea de crear un fondo par-ticular que se destinaría a la compra demaíz proveniente del extranjero, el cualhabía tenido un valor de 500 000 pesos ypensaban venderlo al costo. En su empeñopor lograr que las mercancías se abarata-ran, la Corporación notificó que se casti-garía a los comerciantes que carecieran defacturas firmadas por la autoridad respec-tiva y se anunció la creación de un im-puesto sobre el ganado que se introdujeraa la ciudad, disposición, esta última, quesin duda mostraba que la Corporación nohabía llegado a un acuerdo con los intro-ductores de ganado y que buscaba sancio-narlos de esa manera, pues debían pagarun peso por cabeza sin excluir las que pro-cedían de los alrededores de la ciudad.

46 El Pueblo, 26 de julio de 1915, p. 3. El coro-nel Solís indicaba que las funciones de la oficina prebostal serían las siguientes: revisar las mercancíasy evitar que las ganancias fueran mayores a 20%; revi-sar las pesas y medidas; vigilar la sanidad de los efec-tos puestos a la venta; poner a la venta la mercancíadecomisada; impedir la venta de alcohol a la tropa, eimponer infracciones que iban desde 50 hasta 500pesos.

47 AHX, Actas de Cabildo, libro 109, sesión del 16de julio de 1915, p. 31; sesión del 19 de julio de1915, pp. 34-35; sesión del 23 de julio de 1915, p. 38;sesión del 26 de julio de 1915, p. 40; sesión del 2 deagosto de 1915, p. 42; sesión del 6 de agosto de 1915,p. 46, y sesión del 24 de agosto de 1915, p. 55.

Page 19: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

“ATENDER LAS NECESIDADES DEL VECINDARIO” 103

Esta resolución fue modificada por el go-bernador, quien manifestó que no fueraun impuesto sino una contribución de pa-tente. El cobro sería efectuado por la Te-sorería Municipal quien fijaría las cuotasde acuerdo con el número de cabezas deganado que se introdujeran y los informesque entregara el administrador de la Ca-sa de Rastro. El 15 de agosto de 1915 elgobernador emitió un decreto que esti-pulaba que el estado se encargaría de lacompra y reparto del maíz, frijol y arroz,precepto que no fue bien recibido por loscomerciantes pues se limitó su participa-ción en la compraventa de las semillas.Esta medida resultó contraproducente,debido a que algunos individuos acapara-ron el grano y lo sacaron de la ciudad paravenderlo en otros lugares, tropelías quefueron denunciadas tanto por la Cámaracomo por la JAC, instancias que indicabanque si se seguía la misma política seríainevitable que se volviera a producir es-casez de esos productos, motivo por el que se giraron órdenes al administradorde Rentas para que los adquiriera con premura y evitar que se produjeran de-sórdenes.48

Para mostrar su desacuerdo respectoal decreto del 15 de agosto, la Cámaradecidió vender todo el maíz que existíaen el Fondo Regulador a 30 centavos ellitro, postura que, según decían, buscabamostrar su “solidaridad” hacia los comer-ciantes a los que se les vedó la compra-venta de semillas, pero lo cierto es querespondía a un acuerdo que se había esta-

blecido el 31 de julio con el jefe de la ofi-cina prebostal.49 A pesar de que el Fondotenía la misión de evitar el aumento delos precios de las semillas, se advierte quede marzo a agosto se había dado un incre-mento de 100% en el valor del maíz. Esde destacar, sin embargo, que el Fondo silogró evitar que el aumento en el costodel maíz fuera significativo, sobre todo sise toma en cuenta que Manuel Zárate co-bró en noviembre un peso por las racionesde presos, es decir, de febrero a noviembrese produjo un incremento de 370% eneste rubro. Aunque los problemas entreel preboste y la JAC habían disminuido, enbuena medida por el nombramiento deJavier Robles que sustituyó a Rebolledo,este tuvo que enfrentar las quejas de loscomerciantes que se negaban a obedecer laorden de que el arroz se vendiera a 1.10 elkilo, motivo por el que pidieron al gober-nador una explicación acerca del porquése creó ese cargo y para solicitarle que seles diera libertad para vender el arroz conla promesa de evitar que el precio fuera“excesivo”. Sin embargo, la realidad eraotra, pues el Sindicato de Torcedores deJalapa pidió, tanto al preboste como a laJAC, que castigara los “innumerables abu-sos” en que incurrían los comerciantes,quienes elevaban los precios cuando lo

48 Ibid., libro 109, sesión del 6 de agosto de 1915,p. 44; sesión del 13 de agosto de 1915, p. 49; sesióndel 16 de agosto de 1915, p. 50; sesión del 31 deagosto de 1915, p. 62, y sesión del 21 de septiembrede 1915, p. 70.

49 El Pueblo, 6 de agosto de 1915, p. 3. El 31 dejulio, los representantes de la Cámara, Julio Olivier yManuel Zárate, sostuvieron una reunión con el pre-boste, en la que estuvieron de acuerdo en respetar lasfunciones de la oficina prebostal. También se deter-minó que la Cámara ya no tendría la encomienda deabastecer de maíz a la ciudad, por lo que tenían queagotar las existencias del Fondo Regulador. Ante talsituación, se planteó que a partir del 2 de agosto sevendería el litro de maíz a 35 centavos y tendría quedisminuir a 30.

Page 20: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

104 ROGELIO JIMÉNEZ MARCE

consideraban conveniente.50 Como el go-bernador consideraba que el aumento enlos precios de los productos de primeranecesidad era consecuencia de los impues-tos que sufragaban sus expendedores, deci-dió promulgar un decreto, fechado el 25de enero de 1916, por el que se exceptua-ba del pago de contribuciones al ganadoque se llevaba al rastro, a las carnicerías, alas tiendas y molinos de maíz, a las pana-derías y expendios de pan, y a los vende-dores de frutas y legumbres, además deque se suprimía el impuesto de piso quese cobraba en los mercados.

El decreto no le causó ninguna graciaa la JAC quien informó al secretario deGobierno que la disposición ocasionaríaque dejaran de percibir 50 000 pesosanuales, lo que provocaría un déficit enlas finanzas municipales por la falta dearbitrios. El secretario les respondió que lasupresión de contribuciones no signifi-caba la abolición de los impuestos, pues

la Corporación obtendría recursos de losgravámenes que percibiera por productoscomo la ropa, la mercería, la loza y demásgéneros que se vendían en los mercados.Ante tal razonamiento, la JAC pidió quese les permitiera cobrar una pequeña cuotaa los nacateros por las reses que matabanen el rastro y que el gobernador autori-zara aumentar las cuotas de los productosque no se contemplaban en el decreto 12,así como incrementar las rentas asignadasa los edificios municipales, a las casas deasignación y a las diversiones públicas.51

A pesar de que el 7 de febrero de 1916entró en funciones una nueva JAC,52 ellono significó el abandono de las dos pro-puestas. El gobernador sólo aprobó la primera y desechó la segunda por conside-rarla “demasiado gravosa” para los intere-ses de los vendedores y de los particulares.Para evitar el cobro del impuesto, los naca-teros optaron por dejar de matar sus ani-males en el rastro, motivo por el que laJAC les advirtió que no podían dejar deconcurrir al rastro y sólo en casos especia-les se les concedería el permiso parahacerlo fuera de las instalaciones.53

50 AHX, Actas de Cabildo, libro 109, sesión del 3de septiembre de 1915, p. 63; sesión del 27 de octu-bre de 1915, pp. 78, 80; sesión del 25 de noviembrede 1915, p. 86 y sesión del 11 de diciembre de 1915,p. 93; El Pueblo, 28 de septiembre de 1915, p. 2;Juárez, “Especulación”, 1989, pp. 244-245; Blázquezy Corzo, Colección, 1997, t. XIV, pp. 601-602. Deacuerdo con El Pueblo, la acción de los torcedores causó“buena impresión” en el resto de la sociedad, puesera tiempo de que se acabara con la “insaciable sedde especulación de los comerciantes”. Una manifesta-ción similar se produjo en el puerto de Veracruz en laque estuvieron presentes los trabajadores de los mue-les, las amas de casa, las empleadas de comercio y losagricultores de Boca del Río, Soledad y Cotaxtla.Como consecuencia de las manifestaciones, el gober-nador interino, Agustín Millán, publicó el decreto51, fechado el 16 de diciembre de 1915, en el queordenaba castigar a los comerciantes que alteraran losproductos o los vendieran en mal estado.

51 AHX, Actas de Cabildo, libro 109, sesión del1 de febrero de 1916, p. 112; sesión del 4 de febrerode 1916, p. 112; sesión del 4 de febrero de 1916, p.114; sesión extraordinaria del 7 de febrero de 1916, p. 114; sesión del 8 de febrero de 1916, p. 116, y se-sión extraordinaria del 10 de febrero de 1916, p. 117.

52 El nuevo Ayuntamiento estaba conformadopor Jesús Marín (presidente), Pedro Muñoz, MiguelFranco, Félix Méndez, Pedro Saldaña y Manuel C.García (vocales).

53 Espejel, Olivera y Rueda, Emiliano, 1988, pp.415-416. Una situación parecida a la de Jalapa sevivió en Cuernavaca, lugar en el que los carniceros senegaron a matar al ganado en el rastro para no pagarel impuesto correspondiente.

Page 21: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

“ATENDER LAS NECESIDADES DEL VECINDARIO” 105

LA FORMACIÓN DE LAS COMISIONESREGULADORAS DE ALIMENTOS

Debido a que seguía vigente el decretodel 15 de agosto de 1915, algunos comer-ciantes solicitaron a la JAC que se les per-mitiera vender maíz al menudeo y que sele realizaran modificaciones al acuerdo en“bien de la clase menesterosa”. Ante lainsistencia de los comerciantes, el gober-nador publicó el decreto del 2 de marzo de1916 que ordenaba la creación de una Co-misión Reguladora del Comercio, la cualestaría conformada por Enrique Méndez,Carlos Acosta, Macario Alarcón, Aure-lio Guevara, Carlos Esteva y Luis Caraza.Como se puede advertir, en la Comisiónhabía tres personas (Méndez, Esteva yCaraza) que habían tenido una importanteparticipación en el Fondo Regulador. Lainiciativa del mandatario buscaba dismi-nuir los precios de los productos de pri-mera necesidad que seguían elevados. Así,por ejemplo, Manuel Zárate propuso enmarzo de 1916 que las raciones de presosse le pagaran a 1.35 pesos, pero a causade la penuria del erario municipal sólo sele dieron 1.20. Si se toma en cuenta queun año antes se pagaba 27 centavos, lanueva tarifa mostraba un incremento de340%.54 Ante la carestía de alimentos, laJAC publicó unos volantes en los que seestipulaban los precios del maíz (45 cen-tavos), del frijol (1.60) y la pieza de panela(25 centavos); aunque se advertía que loscomerciantes debían atenerse a las resolu-

ciones que determinara la ComisiónReguladora, instancia que, por cierto,todavía no entraba en funciones. El gober-nador apoyó las disposiciones de laCorporación, pero indicó que los preciosen los que se había comprado el maízimpedían que se pudiera fijar un preciomenor a 50 centavos por litro,55 motivopor el que se debían publicar otros volan-tes en los que se estipulara la variación enel costo. El 21 de marzo de 1916, la Cá-mara de Comercio y la JAC celebraron unareunión para tratar de determinar cuál erala política que se debía seguir para aba-ratar los costos de los artículos de primeranecesidad.

En un principio, los comerciantes pro-pusieron que aumentaran los precios o sepermitiera la libertad de comercio, ideasque fueron rechazadas por los vocales quesugirieron que hubiera reciprocidad en el comercio, que no se incrementara elprecio de los efectos nacionales, que losvendedores le dieran su legítimo valor alpapel moneda, que se negociara directa-mente con los productores, que se hicieranreparaciones en el puente de San Franciscoy que se vigilara el ferrocarril. Debido aque los miembros de la Cámara no desis-tían de su posición, el presidente de laCorporación les indicó que sólo deseabancontrariar las órdenes del gobierno, por loque los amenazó con expulsar del país alos comerciantes extranjeros residentes enla ciudad. La intransigencia de los comer-ciantes era explicable por el hecho de quevarios de ellos contaban con importan-

54 AHX, Actas de Cabildo, libro 109, sesión del 15de febrero de 1916, p. 120; sesión del 29 de febre-ro de 1916, p. 129; sesión del 7 de marzo de 1916, p. 134; sesión del 4 de marzo de 1916, p. 136; sesióndel 14 de marzo de 1916, p. 139, y sesión del 21 demarzo de 1916, p. 143.

55 Juárez, “Especulación”, 1989, p. 246. Los altoscostos del maíz ocasionaron que la carga se vendie-ra en 235 pesos, situación que contrastaba con Que-rétaro y Guanajuato en donde se compraba a quincepesos.

Page 22: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

106 ROGELIO JIMÉNEZ MARCE

tes cantidades de maíz y la Jefatura de Ar-mas denunció que Juan Díaz poseía variasbodegas llenas de artículos de primeranecesidad. 56 Cuando la Cámara se enteróde que la JAC iba a comprar maíz, y con unclaro propósito de que la armonía volvieraa prevalecer entre las dos instancias, leofreció 30 000 pesos para realizar la tran-sacción, pidió que se nombrara un re-presentante de la Corporación para queestuviera presente en la adquisición de lasemilla y propuso que se vendiera al costo,aunque solicitó que no se impusieran lími-tes de venta. La JAC agradeció la propuesta,pero se abstuvo de nombrar al represen-tante y advirtió a la Cámara que no habríaventa libre, pues el litro de maíz se de-bía expender a 50 centavos, el de la panelaa un precio razonable y el del frijol seríalibre, pero sin abusar. Ante la proximi-dad de la temporada de siembra, propie-tarios de haciendas como Luis y CarlosCaraza, quienes poseían las de la Concep-ción y San Juan, y Antonio Moreno, admi-nistrador de la de Almolonga, gestionaronante la JAC que se les permitiera sacar maízde la ciudad, el cual no sólo serviría parasembrarlo sino que también se usaría pa-ra el consumo de sus trabajadores.

Aunque a los dos se les concedió elpermiso, resulta interesante mencionarque los Caraza tenían almacenados 490sacos de maíz y a Moreno se le autorizóllevar ocho cargas semanarias. Ante la cre-ciente carencia de semillas, la Corporaciónpidió a los vendedores de legumbres que

cedieran algunos de sus espacios, en elmercado Jáuregui, a los que expendíansemillas y también prohibió que los pri-meros subarrendaran sus lugares. Otroproducto que comenzó a escasear fue laharina. Como el saco de la fécula se llega-ba a vender en 150 pesos, los panaderosdeterminaron que el precio del pan se fi-jaría diariamente. La Cámara informó a laJAC que habían conseguido 300 cargas demaíz y 100 hectolitros de frijol en Tepeya-hualco, pero tenían el problema de que elgobierno de Puebla no les había autori-zado sacarlo del estado.57 Aunque la Cá-mara se quejaba de las decisiones de laadministración poblana, no tomaban encuenta que en su ciudad se adoptaban lasmismas posturas, pues la JAC no permitióque saliera maíz hacia Coatepec debido aque alegaban que “el estado de ánimo delas multitudes” podía provocar un “con-flicto alterador del orden público”, mismaposición que adoptaron en el caso de LasVigas con el argumento de que “el cerealestá escaso” y hasta se dieron el lujo deincautar un carro de maíz que un vecinode esa población había adquirido, perocomo este no estaba en buenas condi-ciones se prefirió darlo de alimento a lasmulas del servicio de limpia. Resulta evi-dente que, ante la escasez, cada quien tra-taba de defender al máximo sus provisio-nes. Sólo queda la duda de saber si enrealidad el maíz confiscado estaba enmalas condiciones o sólo fue una estrate-gia de las autoridades municipales paraquedarse con ese producto. La ComisiónReguladora del Comercio comenzó a fun-56 AHX, Actas de Cabildo, libro 109, sesión del

21 de marzo de 1916, p. 143; sesión del 21 de marzode 1916, p. 144; sesión del 24 de marzo de 1916,p. 6; sesión del 24 de marzo de 1916, p. 6; sesión del28 de marzo de 1916, p. 6, y sesión del 28 de marzode 1916, p. 7.

57 Ibid., libro 110, sesión del 28 de marzo de1916, pp. 8-9, y sesión del 31 de marzo de 1916,pp. 11-12.

Page 23: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

“ATENDER LAS NECESIDADES DEL VECINDARIO” 107

cionar el 24 de marzo de 1916 y una desus primeras disposiciones se refería a quelos presidentes de las Juntas debían tenerparticipación directa en los asuntos de esainstancia. También se estipuló que losinformes de las sucursales no se entrega-rían a la Secretaría General de Gobiernosino a la Oficina Central de la Comisión,misma que asumía el carácter de cuerpoconsultivo.

En unas instrucciones complementa-rias, fechadas el 1 de abril, la Comisiónrecomendó que se siguiera una política“suave” pero “enérgica” hacia los comer-ciantes, al mismo tiempo pedía que se rea-lizara una investigación para conocer lasexistencias de los artículos de primera ysegunda necesidad que se encontraranalmacenados en las trojes y bodegas de lajurisdicción.58 Del mismo modo, recor-daba que ella era la única que tenía lasfacultades necesarias para fijar los preciosde las mercancías, lo cual se haría deacuerdo con los artículos I, IV y V del regla-mento que la regía; y por último, solici-taba que se ejerciera una estrecha vigilan-cia de todos los comerciantes para queestos redujeran los precios de sus mercan-cías de manera proporcional y que nopusieran objeciones para aceptar lamoneda constitucionalista. Estas disposi-ciones tenían el objetivo, según la Comi-sión, de que la sociedad se diera cuentade los beneficios que generaba esa insti-tución. Como la sucursal de la Comisiónen Jalapa no se había instalado, el gober-nador Heriberto Jara remitió un telegramaen el que preguntaba a la JAC cuáles eranlas razones por las que no se había hecho.Esta respondió que esperaban que el

gobierno nombrara a las personas que laintegrarían, pero el Comité Ejecutivo dela Comisión les contestó que mientras seremitían los nombramientos, ellos debíancomenzar a trabajar con personas que sepropusieran para los cargos. Es de men-cionar que no sólo los comerciantes eranlos únicos que abusaban de la población,pues en una denuncia presentada por elmayor Miguel W. Herrera se mencionabaque el encargado de la venta de azúcarmostraba un mal comportamiento hacialos compradores, aunque se reconocía quelas personas no guardaban la composturamientras esperaban que se les surtiera elazúcar, motivo por el que se sugería que el encargado recogiera las tarjetas de losque incurrieran en desórdenes. Despuésde hacer una investigación, la JAC se per-cató que los problemas eran causados porla mala calidad de las tarjetas que impe-dían saber las cantidades asignadas, porlo que se solicitó que la Tipografía de Go-bierno elaborara otras que debían contarcon el sello de la Corporación.59

También se dispuso que el expendiode azúcar trabajara tres días a la semanacon un horario de 7 a 11 de la mañana.Una de las estrategias que utilizó la Comi-sión Reguladora de Jalapa para bajar losprecios fue la apertura de establecimien-tos que sólo vendían artículos de primeranecesidad, pero su plan no logró obtenerlos resultados esperados. Para tratar deabastecer de maíz a la población, la JACconcibió el proyecto de solicitar que loscomerciantes entregaran una cantidad de

58 Ibid., libro 110, sesión del 31 de marzo de1916, p. 10, y sesión del 7 de abril de 1916, p. 15.

59 Ibid., libro 110, sesión del 7 de abril de 1916,pp. 15-16, 20; sesión del 11 de abril de 1916, p. 21;sesión del 25 de abril de 1916, pp. 34, 36; sesión del2 de mayo de 1916, p. 42, y sesión del 30 de mayode 1916, p. 70.

Page 24: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

108 ROGELIO JIMÉNEZ MARCE

dinero que serviría para esta finalidad, pro-puesta que no fue bien recibida por estosquienes manifestaron al gobernador quese les amenazaba para pagar la contribu-ción. El mandatario indicó que no se lespodía obligar a sufragar y que sólo debíanhacerlo aquellos que tuvieran solvencia.Sin embargo, la Corporación no acató ladisposición del gobernador, tal como sepuede observar en la denegación de lapetición que hicieron F. L. Guizot, padree hijo, y J. M. Martínez para que se leseximiera del pago, pues la Corporaciónargumentaba que todos los capitalistas dela ciudad, sin excepción, debían contribuira la compra del maíz. Ante tal situación,un grupo de comerciantes, encabezadospor Manuel Sánchez Rodríguez, Luis Ca-raza, Julio Olivier y Luis Gorozpe, re-mitieron a la Corporación un plan parasuministrar maíz a Jalapa, Coatepec yTeocelo, el cual fue aprobado por la JACy se dispuso que Pedro Muñoz fungieracomo su representante en el Comité. Lospropósitos del Comité se verían trastor-nados a causa de las disposiciones federa-les que prohibían que los ferrocarrilestransportaran maíz, frijol y panela. Antetal situación, el superintendente de losFerrocarriles de México solicitó al muni-cipio que le informara si seguía vigentela anterior disposición.60 Esta le contestóde manera afirmativa, pero el coronel J.P. Lizalde, quien fungía como jefe dearmas, le indicó al superintendente quela medida había sido derogada porCarranza, por lo que tenía libertad paraintroducir los artículos de primera necesi-dad a la ciudad.

Al mismo tiempo, la jefatura tambiénsolicitó a la Comisión Reguladora quepidiera a los comerciantes que asignaranprecios equitativos a las mercancías, peroel requerimiento no fue acatado, pues amediados de mayo se denunció que losproductos alcanzaban precios inmodera-dos, motivo por el que se exhortaba a laComisión que castigara a los comerciantesque no cumplían las órdenes. Uno deellos, G. J. Medina, le mandó una carta aLizalde en la que le informaba del preciode la tonelada de maíz y, con ello, se dieracuenta de las razones por las que los pre-cios eran elevados. Es importante men-cionar que el aumento en los precios delos artículos de primera necesidad era con-secuencia de la creciente inflación, talcomo se puede observar en el caso del refe-rido Manuel Zárate quien en abril men-cionó que el costo de las raciones de pre-sos sería de 2.10, monto que no fueaceptado por la JAC la cual ofreció dospesos. Como se puede observar, en abrilse produjo el incremento más considera-ble (casi el 70%), pues en los meses ante-riores habían sido graduales, pero si setoma en cuenta la inflación global seadvierte que de febrero de 1915 a abrilde 1916 aumentó en 638%. Sin embargo,la Comisión, la JAC y la Jefatura decidie-ron, el 30 de abril, establecer ciertos pre-cios a los productos que los comerciantesdebían respetar so pena de castigo. Paratratar de mitigar la carencia de alimen-tos, la Corporación decidió promover entrela población el cultivo de las tierras baldíasque se encontraban en el municipio.61 Laanterior propuesta tuvo una buena acep-

60 Ibid., libro 110, sesión del 25 de abril de 1916,pp. 33, 35-36, y sesión del 28 de abril de 1916, pp.39-40.

61 Ibid., libro 110, sesión del 2 de mayo de 1916,pp. 42, 44; sesión del 12 de mayo de 1916, p. 55, ysesión del 23 de mayo de 1916, pp. 61, 63.

Page 25: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

“ATENDER LAS NECESIDADES DEL VECINDARIO” 109

tación por lo que se concedieron permi-sos para sembrar en algunos predios, perose hizo la advertencia a los beneficiados deque no debían talar los bosques. Aunqueen la Jefatura de Armas se produjo un cam-bio, pues el 23 de mayo el mayor RosendoCastillo sustituyó a Lizalde, esta no aban-donó su postura de exigirle a la ComisiónReguladora que evitara el alza inmodera-da de los precios. Castillo estaba conven-cido que la carestía era provocada por losproductores y por el tipo de moneda decambio.

Una de las primeras acciones del jefede Armas fue la imposición de multas alos comerciantes que no habían cumplidocon la orden de asignar precios modera-dos. Así, Ramón Bouchez pagó 1 000pesos y Miguel Enríquez 500. A fin decontinuar con la política de regulación deprecios, la JAC solicitó a la Oficina Subal-terna del Timbre que realizara ese trabajoy esta pidió que se nombraran seis perso-nas que se desempeñarían como peritoscalificadores. El Cabildo propuso a NarcisoJiménez Guerra, Enrique Méndez Alcalde,Arturo Bueno, Rodolfo Casas, AlbertoMendoza Alba e Ignacio Cerda. La acciónconjunta de la JAC, la Jefatura y los peri-tos rendirían frutos, pues se sancionó a loscomerciantes que no aceptaban los bille-tes emitidos en Veracruz, a los que aca-paraban mercancías en las garitas y a losque alteraban los precios.62 A los prime-

ros sólo se les amonestó, en tanto que alos acaparadores y alteradores se les apli-caron multas de 500 pesos.63 Otro quetambién sufrió las consecuencias del con-trol de los precios fue Manuel Zárate,quien buscaba que en junio se le pagaran30 centavos de oro nacional por cadaración de alimentos de los presos, pero la

62 Espejel, Olivera y Rueda, Emiliano, 1988, pp.316-319. Los comerciantes veracruzanos no eran losúnicos que se oponían a la aceptación de los billetes,pues una situación similar se observó en Morelosdonde el Consejo Ejecutivo –conformado por ManuelPalafox, Genaro Amezcua, Miguel Mendoza, OtilioMontaño y Luis Zubiría– publicó un decreto, el 27 dediciembre de 1915, en el que prohibió que los ayun-

tamientos y jefaturas militares emitieran papel mone-da; asimismo se solicitó que el Ministerio de Hacienday Crédito Público realizara una emisión de billetesde 50 centavos y monedas de cobre de cinco, diez y20 centavos, con la intención de retirar los cartonescirculantes de los valores antes mencionados. ElConsejo mencionaba que la medida tendía a la unifi-cación del papel moneda de la revolución y se adver-tía que en tres meses perderían valor todos los carto-nes, a excepción del producido por el gobierno delestado. Es de advertir que el Consejo había emitido unproyecto de ley el 17 de diciembre de 1915 en el queproponía la eliminación de los impuestos indirectosde los artículos de primera necesidad.

63 AHX, Actas de Cabildo, libro 110, sesión del 23de mayo de 1916, p. 61; sesión del 30 de mayo de1916, p. 67; sesión del 6 de junio de 1916, p. 73;sesión del 9 de junio de 1916, pp. 77-78 y sesión del27 de junio de 1916, p. 90; Espejel, Olivera y Rueda,Emiliano, 1988, pp. 323-327, 348. El 6 de enero de1916, el general R. Castillo ordenó que todo comer-ciante, civil o militar, debía recibir los billetes emi-tidos por el gobierno convencionista y los cartonesde la revolución. El que se negara sería conducido alcuartel general y se le impondría una multa de 100a 200 pesos la primera vez, de 200 a 500 la segunda,y la tercera sería encarcelado, al mismo tiempo que sele decomisaría su mercancía. Tres días después, elgobernador provisional Lorenzo Vázquez emitió undecreto que, según decía, buscaba poner fin a la “sedinmoderada” de lucro de los “acaparadores” de losartículos de primera necesidad. Los artículos 2 a 8establecían los castigos que se impondrían a los comer-ciantes que escondieran su mercancía y no aceptaranlos billetes revolucionarios. A diferencia de Castillo,Vázquez ordenó que todo infractor fuera encarceladoy sus mercancías entregadas al preboste. También se

Page 26: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

110 ROGELIO JIMÉNEZ MARCE

Corporación le advirtió que cuando la plata estuvo vigente sólo se le dieron21 centavos como máximo y a ello sedebía sumar que la Comisión Reguladorano había autorizado alza alguna, motivopor el que se le sufragaría 20 centavos deoro nacional que era el equivalente a unpeso infalsificable, propuesta que a rega-ñadientes aceptó Zárate. El 9 de junio de1916, el coronel Francisco Mayer, quienera el inspector de las Comisiones Regula-doras de Comercio, indicó a la JAC que eranecesario reorganizar la sucursal jalapeña.Por tal motivo se decidió que el ComitéEjecutivo estuviera integrado por Luis G.Morales (presidente), A. Laca (secretario),Guillermo Bravo (tesorero), Luis Caraza,Alberto Mendoza Alba, Amador Zafra yManuel Lara (vocales).

En el caso de los inspectores, se respe-tarían los que habían sido designados conanterioridad. Aunque en un principio sehabía determinado que cada municipiotuviera su propia sucursal de la ComisiónReguladora, lo cierto es que estas no seestablecieron y comenzaron a llegar que-jas a la de Jalapa en la que se informaba dela carestía y alza inmoderada de los pre-cios. Esta contestó a los diversos requeri-mientos de sus congregaciones que care-cía de las atribuciones para intervenir, peroa mediados de junio comenzó a dictarmedidas tendentes a evitar los abusos que

se daban en poblaciones como Banderilla,Jatetitla, Jilotepec, San José Miahuatlán,Coacoatzintla, Tatatila y Tonayan.64 Conla intención de evitar que el maíz escasea-ra en Jalapa, los comerciantes Luis Caraza,Julio Olivier y Rebolledo compraron, amediados de junio de 1916, varias tone-ladas en Estados Unidos, pero como estese encontraba detenido en el puerto deVeracruz, el jefe de Armas tuvo que nego-ciar con el Superintendente de los Ferroca-rriles para que se permitiera su libre tránsito. La semilla llegó a Jalapa a fina-les de ese mes, situación que aprovechó elgobernador para solicitarle a la JAC queremitiera diariamente un carro de maíz aPerote, pero esta contestó de manera nega-tiva por carecer de “suficientes reservas delgrano”. Ante tal respuesta, el mandatarioordenó que la Corporación permitiera elcultivo de las tierras desocupadas en lasjuntas municipales y no se continuara conla importación de cereales. También dispu-so que se permitiera la salida de mercan-cías a las poblaciones limítrofes de Jalapa.La Corporación formó varias comisionespara que se encargaran de la medición de lastierras, pero solicitó que el gobernadoraprobara sus acciones para no tener proble-mas políticos con sus congregaciones.

Como el 2 de julio de 1916 Carranzaautorizó que se permitiera el libre trán-sito de mercancías en toda la república,el mandatario veracruzano, en un afán deincentivar la economía, decretó que no secobraran las contribuciones hasta nuevoestablecía que serían encarcelados aquellos que aca-

pararan las monedas y billetes. Al parecer la disposi-ción no se cumplió, pues el 11 de agosto de 1916 eljefe militar de Cuantepec mencionó que el CuartelGeneral emitió una disposición en la que se obligabaa la circulación del papel moneda emitido por elgobierno y se estipulaba el encarcelamiento de loscomerciantes que no lo aceptaran y el decomisó desu mercancía.

64 AHX, Actas de Cabildo, libro 110, sesión del 9de junio de 1916, p. 79; sesión del 20 de junio de1916, p. 83; sesión del 23 de junio de 1916, p. 87;sesión del 27 de junio de 1916, pp. 89-90; sesión del4 de julio de 1916, p. 94, y sesión del 10 de julio de1916, pp. 96, 102.

Page 27: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

“ATENDER LAS NECESIDADES DEL VECINDARIO” 111

aviso. El despacho de azúcar se convirtióen un foco de controversia entre la Jefaturade Armas y la JAC, pues la primera solicitóque se cesara al administrador Arango porlos supuestos abusos que cometía.65 LaCorporación se negó a hacerlo pues argu-mentaba que no existía ninguna arbitra-riedad de parte del administrador. Eracierto que se había estipulado que estedebía expender 250 gramos diarios a cadafamilia, y sólo en casos especiales, y previaautorización de la Jefatura, podía venderun kilogramo, lo cierto es que entregabaesa cantidad a cada familia por las dificul-tades que existían para obtener el azúcar,además de que se debía tener en cuentaque se proporcionaba ese producto cadacuatro días. A manera de revancha, la Cor-poración denunció que los soldados seintroducían a los sembradíos para robarselos elotes, motivo por el que pedían que laJefatura hiciera que cesaran unos agraviosque afectaban a la población. Otro quetambién se quejó del municipio fue Ma-nuel Zárate quien, a principios de julio,indicó que ya no suministraría la alimen-tación de los presos porque no le conveníaa sus intereses. La Corporación le solicitóque continuara con su labor mientras en-contraba a otro proveedor. La molestia deZárate era explicable pues no se le habíapagado desde abril de ese año, y aunque sele abonaron 40 000 pesos en papel mo-neda de la Comisión de Veracruz, no sehabía cubierto el monto total de la deudaque, según Zárate, ascendía a 16 400, puesel dinero abonado se reducía a 4 000,motivo por el que suplicaba que se le

entregaran otros 4 200 pesos en papelmoneda infalsificable. Como el goberna-dor estimaba que el abasto de alimentoscomenzaba a normalizarse, ordenó el 10de julio que se hiciera una reforma en lasComisiones Reguladores de Comercio,misma que estipulaba que los presiden-tes de las JAC ya no fungirían como presi-dentes de las Comisiones, pero unos díasdespués dispuso que las Comisiones de-bían cesar en sus funciones y serían lasCorporaciones las que se encargarían devigilar a los comerciantes.66

El mandatario también solicitó que lospresidentes de las Comisiones rindieranun informe detallado de las multas queimpusieron y el destino del dinero recau-dado, asimismo, determinó que los em-pleados de las Comisiones recibieran susueldo hasta finales de agosto de 1916 yque cada mes se remitiera una lista deta-llada de los precios de los artículos de pri-mera necesidad. Aunque en un principiose había determinado que el despacho de azúcar también desaparecería, el 25 deseptiembre de 1916 se acordó que esteseguiría en funciones pero sería super-visado por el oficial mayor de Gobierno.Pese a las previsiones del gobierno, a prin-cipios de diciembre se volvió a presentarel fantasma de la carestía y el alza inmo-derada en los precios de los artículos deprimera necesidad, motivo por el que elmandatario emitió un decreto en el quepedía que se denunciara y castigara a loscomerciantes que especulaban con los pro-ductos. El edil Soledad González fue

66 Ibid., libro 110, sesión del 10 de julio de 1916,pp. 98-99, 101, 107; sesión del 1 de agosto de 1916,pp. 109-110; sesión del 8 de agosto de 1916, p. 114;sesión del 15 de agosto de 1916, pp. 117-118, ysesión del 30 de agosto de 1916, p. 123.

65 Ibid., libro 110, sesión del 23 de junio de1916, p. 87; sesión del 27 de junio de 1916, p. 89;sesión del 4 de julio de 1916, p. 92, y sesión del 10de julio de 1916, pp. 95-96, 103.

Page 28: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

112 ROGELIO JIMÉNEZ MARCE

comisionado por la JAC, en los primerosdías de marzo de 1917, para vigilar a los“malos comerciantes”. Una de las prime-ras denuncias recibidas fue contra MartínRizo, quien fungía como administradorde los molinos de nixtamal que existíanen la ciudad. Se decía que este había incre-mentado el costo de la molienda de uncentavo a dos por cada litro de nixtamal,aumento que no había sido autorizado porla JAC y que causaba “graves prejuicios” ala “clase proletaria”. Esta no era la pri-mera vez que Rizo buscaba elevar el costode su servicio, pues en agosto de 1916solicitó que se le autorizara cobrar diezcentavos en vez de los cinco que percibíapor cada litro de maíz. Ante las protestasde Rizo, la Corporación le permitió cobrarun centavo y medio, medida con la quequedó conforme en ese momento aunque,unos meses después, volvió a reiterar supetición de que aumentara la cuota.67

Soledad González también expuso queRoberto Rivera acaparaba la leche que setraía de las poblaciones vecinas, situa-ción por la que solicitaba que el inspec-tor de policía destacara varios agentes enla garita para evitarlo.

Al comerciante Leopoldo Zamora tam-bién se le acusó de ser acaparador de maíz,aunque en este caso no se sabía si la semi-lla la enviaba a otros lugares o la almace-naba con la intención de venderla a unprecio más alto cuando comenzara a esca-sear. Zamora no fue el único que había

incurrido en esta práctica, pues también se acusó a Antonio Salbitano, GregorioBustamante y Ascensión Hernández detener escondida una gran cantidad de maízque pensaban comercializar cuando elgrano alcanzara su costo más alto. Antetal situación, los concejales proponían quese realizara una reunión con los comer-ciantes para advertirles que debían ponerla semilla en venta, a un precio equitativoy no debían sacarlo del vecindario. La reu-nión fue infructuosa, pues los comercian-tes negaron tener existencias de maíz. Pesea las medidas acordadas, la carga de maízcomenzó a expenderse a 16 pesos, lo quesignificaba un aumento de 100% si setoma en cuenta que en enero de ese año se vendía a ocho pesos. Para remediar lacarestía de azúcar, pues no sólo no habíasuficientes existencias sino que su preciohabía aumentado, la JAC celebró una con-ferencia con los dueños de las haciendasproductoras para pedirles que remitierandos toneladas diarias a la ciudad, peticiónque no fue concedida por los hacendados,pues decían que como sus cañaveraleshabían sido quemados, carecían de mate-rial suficiente para elaborarla y a ello sedebía sumar que los jornales de los opera-rios habían subido de 50 centavos a 1.50pesos. Estas circunstancias les impedíanvender el azúcar a un precio más bajo ytampoco tenían potestad para impedir quesu producto saliera de la entidad, pues laConstitución expresaba que por ningúnmotivo se debía impedir la salida de efec-tos de un lugar a otro.68 Como los produc-67 Ibid., libro 110, sesión del 15 de agosto de

1916, p. 117; sesión del 18 de agosto de 1916, p. 119; sesión del 12 de septiembre de 1916, p. 127,y sesión del 26 de septiembre de 1916, p. 135; libro111, sesión del 6 de diciembre de 1916, p. 39; sesióndel 13 de marzo de 1917, pp. 146-147, y sesión del25 de mayo de 1917, pp. 215-216.

68 Ibid., libro 111, sesión del 13 de marzo de1917, p. 147; sesión del 3 de abril de 1917, p. 168;sesión del 17 de abril de 1917, p. 184; sesión del 27 de abril de 1917, pp. 194-195, y sesión del 4 demayo de 1917, pp. 200-201.

Page 29: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

“ATENDER LAS NECESIDADES DEL VECINDARIO” 113

tores se negaron a apoyar a la Corporacióny ante el peligro de que los comerciantestampoco acataran sus órdenes y mandaranlos artículos fuera de Jalapa, la JAC solicitóa los encargados de los ferrocarriles que nopermitieran que los comerciantes trans-portaran más de diez bultos de azúcar, aun-que advirtió que los únicos que tenían per-miso para trasladar grandes cantidades deese producto eran los hacendados.

Para facilitar el control sobre el maíz,la municipalidad dispuso cuatro medidas:que los agentes de policía formaran unpadrón de vendedores; que se solicitara aldelegado de la congregación de El Castilloque impidiera que los agentes de comer-cio lo acapararan; que los productoresdebían introducirlo de manera directa yvenderlo al precio que la Corporación se-ñalaba; y se debían vigilar las garitas deNaolinco, de El Castillo y de la ciudad de México para evitar que se produjerantraspasos fraudulentos. Como medida adi-cional, y en respuesta a una petición delpresidente Carranza, la JAC procedió arepartir tierras baldías para que se efec-tuaran siembras de maíz. Como el preciode la semilla continuaba elevado, la Cor-poración decidió, a mediados de agostode 1917, que el precio máximo al que sepodía vender era de catorce centavos ellitro y sólo en casos extremos se podríaexpender a 16. La carestía de maíz se acen-tuó en septiembre, motivo por el que sedictó una serie de medidas tendentes aabastecer de semilla a la ciudad, evitar suacaparamiento, detener su salida y evitarabusos como el que cometían los molinosde nixtamal que se quedaban con unaparte de la masa que molían. Las dispo-siciones de la JAC no lograron aminorar lacrítica situación, pues de septiembre de1917 a marzo de 1918 continuaron las

quejas por el acaparamiento de la semilla,el aumento en su precio y los robos quesufrían sus productores. De hecho, el gober-nador interino D. Victoria publicó, el 2 defebrero de 1918, la circular 41 en la quebuscaba poner fin al “alza inmoderada” de los precios y al desabasto de granos.69

El escenario comenzó a cambiar a partirde abril de 1918, pues ya no se registra-ron denuncias ante la Corporación relati-vas al alza de los precios o acaparamientode alimentos, lo cual se puede explicar porel hecho de que la situación política, tantode la ciudad como del estado, era másestable y se habían restablecido los circui-tos comerciales.70

A MANERA DE CONCLUSIÓN

A diferencia de otras regiones del país yaun de la misma entidad, en Jalapa no semanifestaron voces que mencionaran quela población padecía hambre, así comotampoco se tienen noticias de que se hayanrealizado motines por falta de alimentos o por la especulación de los mismos. Sinembargo, ello no significa que la pobla-ción no hubiera sufrido desabasto ocasio-nado por los comerciantes y productores,quienes aprovecharon las circunstanciaspolíticas y militares para elevar los pre-

69 Blázquez y Corzo, Colección, 1997, t. XV, pp.854-858.

70 AHX, Actas de Cabildo, libro 111, sesión del 19de junio de 1917, p. 230; sesión del 10 de agosto de1917, p. 274; sesión del 10 de agosto de 1917, p.274; sesión del 15 de agosto de 1917, p. 278; sesióndel 4 de septiembre de 1917, p. 289, y sesión del 26de marzo de 1918, p. 62; AHX, fondo Secretaría,paquete 2, leg. 12, exp. 19, fs. 1, 12, y paquete 1,leg. 13, exp. 6, f. 60.

Page 30: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

114 ROGELIO JIMÉNEZ MARCE

cios de los artículos de primera necesidad.A pesar de los cambios que se produjeronen su personal, generados en buenamedida como consecuencia de las vicisitu-des políticas por las que atravesaba el paísentre 1914 y 1915, la JAC siempre man-tuvo una actitud “paternalista” tendente aaliviar las necesidades del vecindario “másnecesitado”. Es de advertir que los mismosmiembros de la Corporación menciona-ban la importancia de asumir una posi-ción “paternalista” para lograr “atenderlas necesidades” de la población, puessabían que de esa manera se podía garan-tizar que no se produjeran explosiones dedescontento popular, lo cual podría oca-sionar que la situación social se saliera delos cauces. Pese a que la JAC trató de ami-norar los efectos de la crisis alimentaria,se ha mostrado en el artículo que los ha-bitantes tuvieron que pagar precios altospor el maíz, el frijol y la manteca, así co-mo padecer abusos en los molinos o en elabastecimiento de leña, situaciones que,por más disposiciones que dictaba elCabildo, no siempre se podían controlar,debido sobre todo a la lucha de intere-ses que se estableció entre la Corporación,los comerciantes y los hacendados. Comobien lo ha señalado Abel Juárez, la cri-sis alimentaria sería originada, ante todo,por las acciones de los comerciantes, losacaparadores y los hacendados que no ve-laban por el interés público sino por elpersonal.71

La carencia de recursos económicoslimitó las posibilidades de la JAC paratener una intervención más directa en laresolución de la problemática, tarea quetuvo que asumir la Cámara de Comercio

que no sólo creó una instancia que tenía lafunción de regular los precios y el abastode alimentos, sino que también invirtióuna buena cantidad de dinero para hacerlafuncionar. Aunque los esfuerzos de la JACy de la Cámara no detendrían la inflaciónde los precios, la especulación y los abusosde los comerciantes, no se puede pasar poralto que ayudó a que la situación que sevivía en la ciudad fuera menos caótica yaflictiva que en otras regiones del paísdurante la misma época. Sin embargo, laJAC no siempre salió airosa en sus intencio-nes de fijar los precios en el mercado, asícomo en el abasto de los alimentos. Suintervencionismo ante la Cámara de Co-mercio le generaría importantes friccio-nes, sobre todo a causa de que esta bus-caba que imperara la política de libertadde comercio, con el fin de obtener el má-ximo de ganancias en un escenario de gue-rra que azotaba a todo el país y que, comose presenta en la introducción del artículo,afectó a diversas regiones del país conresultados diferenciados. El ejemplo de la JAC de Jalapa muestra que es necesa-rio realizar un mayor número de estudiosparticulares sobre las instancias de go-bierno locales y su intervención social; en otras palabras, “microhistorias institu-cionales” para determinar de qué manerase enfrentó la crisis de abasto de alimen-tos entre 1914 y 1917, y cuáles fueronsus consecuencias en las diversas regio-nes y estados del país. Con lo anterior, selogrará tener un panorama más amplio y profundo acerca de las consecuencias de las acciones armadas en el ámbito cotidiano y de la manera en la que seimplementaron acciones, en los ámbitoslocal, estatal y nacional, para resolver laproblemática de la carestía y el desabastode alimentos.71 Juárez, “Especulación”, 1989, p. 251.

Page 31: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

“ATENDER LAS NECESIDADES DEL VECINDARIO” 115

FUENTES CONSULTADAS

Archivo

AHX Archivo Histórico de Xalapa.

Hemerografía

El Pueblo, Xalapa, Veracruz.La Convención, Xalapa, Veracruz.La Humanidad, Xalapa,Veracruz.Las Noticias, Xalapa, Veracruz.

Bibliografía

-Aguilar Camín, Héctor y Lorenzo Meyer, A lasombra de la revolución mexicana, Cal y Arena,México, 2009, 293 pp.

-Bello Bello, J. Guadalupe, “Memorias demi pueblo durante la revolución” en Mi pueblo,1989, t. III, pp. 215-218.

-Blázquez Domínguez, Carmen, Xalapa,Archivo General del Estado de Veracruz, Méxi-co, 1992, 223 pp. (Colección Veracruz: Imá-genes de su Historia).

_____, Breve historia de Veracruz, COLMEX/FCE-Fideicomiso Historia de las Américas,México, 2000, 203 pp.

_____ y Ricardo Corzo (coords.), Colecciónde leyes y decretos de Veracruz, 1824-1919, Univer-sidad Veracruzana, México, 1997, tt. XIV y XV.

-De la O Ortega, Sagrario, “Catálogo analí-tico del Fondo Genovevo de la O. 1910-1919”,tesis de licenciatura en Historia, Colegio deHistoria-Facultad de Filosofía y Letras-UNAM,México, 2005, 870 pp.

-Espejel Hernández, Macario, “Ixtlán deJuárez” en Mi pueblo, 1989, t. II, pp. 29-68.

-Espejel, Laura, Alicia Olivera y SalvadorRueda, Emiliano Zapata. Antología, INEHRM/INAH, México, 1988, 479 pp.

-Falcón, Romana, “San Luis Potosí. Propie-dades intervenidas: ¿daños o conquistas revo-lucionarias?” en Thomas Benjamín y MarkWasserman (coords.), Historia regional de la revo-lución mexicana. La provincia entre 1910-1929,CONACULTA, México, 1996, pp. 189-226(Colección Regiones).

-Fernández, Nefti y María Clementina Es-teban, “La revolución en Tampamolón Corona y sus alrededores” en Mi pueblo, 1989, t. III, pp. 7-18 (Colección Divulgación, serie Testi-monios).

-Florescano, Enrique y Susan Swan, Brevehistoria de la sequía en México, Universidad Ve-racruzana, México, 1995, 246 pp. (Biblio-teca UV).

-Galicia Espinosa, Rutilo, El almacén de misrecuerdos, INEHRM, México, 1997, 60 pp.

-García Morales, Soledad y Ricardo Corzo,Sumaria historia de Veracruz: porfiriato y revoluciónmexicana, Comisión Estatal Conmemorativa delV Centenario del Encuentro de Dos Mundos,Jalapa, 1990, 2 vols.

-García Torres, Guadalupe, Carolina EscuderoLuján. Una mujer en la historia de México. Testi-monio oral, Instituto Michoacano de Cultura/Centro de Estudios de la Revolución Mexicana“Lázaro Cárdenas” A. C./Archivo de HistoriaOral, México, 1992, 283 pp.

-Guzmán López, Miguel Ángel, La huellade la revolución mexicana en Guanajuato (1917-1940). Seis estudios sobre historia económica regio-nal, Universidad de Guanajuato, México, 2011,175 pp. (Colección Bicentenario).

-Hall, Linda y Don M. Coerver, Revoluciónen la frontera, CONACULTA, México, 1995, 260pp. (Colección Regiones).

-Hernández, Concepción y Berta Ulloa, “Laciudad de México y la crisis de 1915” en Así fuela revolución mexicana. El triunfo de la revolución,Senado de la República/SEP/INAH/ConsejoNacional de Fomento Educativo/Comisión Na-cional para las celebraciones del 175 aniversa-

Page 32: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

116 ROGELIO JIMÉNEZ MARCE

rio de la Independencia nacional y 75 aniver-sario de la Revolución Mexicana, México, 1985,t. V, pp. 873-879.

-Juárez Martínez, Abel, “Especulación y cri-sis en el centro de Veracruz, 1915” en Anuario,Centro de Investigaciones Históricas-Univer-sidad Veracruzana, núm. 6, octubre de 1989,Jalapa, pp. 231-261.

-Knight, Alan, La revolución mexicana: delporfiriato al nuevo régimen constitucional, Grijalbo,México, 1996, 2 vols.

-Lara Ruiz, Miguel y Spencer Lara Ruiz,“Los carranclanes” en Mi pueblo, 1989, t. I, pp.113-149.

-Luna, Laurentino et al., Archivo de Genovevode la O, AGN, México, 1980, 149 pp. (Serie Guíasy Catálogos núm. 36).

-Martínez Barroso, Alfredo, “Relatos oaxa-queños” en Mi pueblo, 1989, t. II, pp. 219-260.

-Martínez Vidal, Juan, “Tal parecía que hastaDios estaba lejos de nosotros” en Mi pueblo,1989, t. III, pp. 19-36.

-Melgarejo, José Luis, Breve historia de Ve-racruz, Universidad Veracruzana, Jalapa, 1960,268 pp. (Biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras).

-Meyer, Jean, La revolución mexicana, Tus-quets editores, México, 2007, 339 pp. (Colec-ción Tiempo de Memoria).

-Mi pueblo durante la revolución, INAH/ Di-rección General de Culturas Populares/ CONAFE,México, 1989, 3 tt. (Colección Divulgación,serie Testimonios).

-Ochoa Serrano, Álvaro, Chávez García, vivoo muerto…, Morevallado Editores/Instituto Michoacano de Cultura, México, 2004, 275 pp.

-Olivera, Alicia (coord.), Mi pueblo durantela revolución, INAH, 2a. ed., México, 2010, t. I,230 pp.

_____, “Presentación” en Alicia Olivera(coord.), Mi pueblo durante la revolución, INAH, 2a.ed., México, 2010, t. I, 230 pp.

-Ortiz Casas, Antonio, “Alborada de mi vidaal nacer la revolución” en Mi pueblo, 1989, t. II,pp. 69-74.

-Palafox del Río, Eliseo, “Semblanzas deMichoacán durante la revolución” en Mi pueblo,1989, t. III, pp. 219-232.

-Pozos, Rafael, “Ayotzingo durante la revo-lución” en Mi pueblo, 1989, t. I, pp. 65-71.

-Ribera Carbo, Anna, La Casa del ObreroMundial. Anarcosindicalismo y revolución en México,INAH, México, 2010, 240 pp. (Colección Cien-tífica, serie Historia).

-Rojano García, Edgar Damián, “La ciudadde México ante la ocupación constitucionalista”,INEHRM, México, 2010, en <www.inehrm.gob.mx/portal/ptmain.php?pagina=exp-entrada-de-los-constitucionalistas-articulo>. [Consulta: 10de octubre de 2012.]

-Romero, Ana Laura y Berta Ulloa, “Crisissocioeconómica en el país” en Así fue la revoluciónmexicana. El triunfo de la revolución, Senado de laRepública/SEP/INAH/Consejo Nacional deFomento Educativo/Comisión Nacional para lascelebraciones del 175 aniversario de la Indepen-dencia nacional y 75 aniversario de la RevoluciónMexicana, México, 1985, t. V, pp. 867-871.

-Servín Massieu, Manuel, “Las historias delos viejos” en Mi pueblo, 1989, t. I, pp. 35-58.

-Taracena, Alfonso, Historia extraoficial de larevolución mexicana (Desde las postrimerías del por-firismo hasta los sexenios de Echeverría y LópezPortillo), Editorial Jus, México, 1987, 523 pp.

-Tercer censo de población de los Estados UnidosMexicanos verificado el 27 de octubre de 1910,Oficina Impresora de la Secretaría de Hacienda,Departamento de Fomento, México,1918, t. I,666 pp.

-Tobler, Hans Werner, La revolución mexi-cana. Transformación social y cambio político, 1876-1940, Alianza Editorial, México, 1994, 729 pp.(Colección Raíces y Razones).

-Tovar, Ángel Miguel, “El México que yoviví” en Mi pueblo, 1989, t. I, pp. 73-89.

Page 33: Rogelio Jiménez Marce - scielo.org.mx · Rogelio Jiménez Marce L os estudiosos de la revolución mexi-cana han considerado que 1915 representa un parteaguas, pues se produjo una

“ATENDER LAS NECESIDADES DEL VECINDARIO” 117

-Ulloa, Berta, “La lucha armada (1911-1920)” en Historia general de México, COLMEX/Harla, México, 1988, t. II, pp. 1075-1182.

-Valadés, José C., Historia general de la revo-lución mexicana. La violencia como sistema, SEP/Ediciones Gernika, México, 1985, t. III, 356 pp.

_____, Historia general de la revolución mexi-cana. Alto a la guerra civil, SEP/Ediciones Gernika,México, 1985, t. IV, 359 pp.

-Vargas Sánchez, Eduardo, “La ciudad deMéxico de 1900 a 1920” en Mi pueblo, 1989, t. I, pp. 151-190.

-Villegas Muñoz, Griselda, Emilia. Unamujer de Jiquilpan, Centro de Estudios de laRevolución Mexicana “Lázaro Cárdenas”/Archivo de Historia Oral, México, 1984, 208 pp.

-Womack, John, Zapata y la revolución mexi-cana, Siglo XXI, México, 1982, 443 pp.