RODRIGUEZ _ Monografia Pastoral Urbana

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FIET Instituto Teológico Patoral Urbana Alumno: Carlos I. Rodríguez Profesor: Dr. Norberto Saracco La religión de iglesia dentro de los límites de la sociedad moderna “El teólogo que juzga libros puede estar en tal puesto con el encargo de procurar solamente la salud de las almas o también la salud de las ciencias; el primero esta solo como espiritual, el segundo a la vez como sabio” Kant Introducción La percepción inmediata que nos llega sobre la idea de lo moderno consiste en pensarla como categoría temporal que alude a lo “nuevo” en oposición de lo “viejo”, como una marca distintiva de una época, a los valores actuales nos han permitido considerar que la aspiración de la humanidad es lograr transitar a un estado de bienestar a partir del carácter moderno de la civilización. Le asignamos a lo “moderno” un significado no solo deseable sino admirable. Pocas veces el ciudadano mortal se cuestiona si el signo moderno de nuestro tiempo ha permitido el progreso de la humanidad, sin embargo ello no significa que en los campos disciplinarios se esté cuestionando si realmente el “proyecto moderno” ha logrado su cometido. En este sentido, el advenimiento de la era moderna se asumió como una etapa donde el hombre mediante la razón lograría llegar a un nivel de progreso mediante su propio esfuerzo. Conforme

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FIET Instituto Teolgico

Patoral UrbanaAlumno: Carlos I. RodrguezProfesor: Dr. Norberto SaraccoLa religin de iglesia dentro de los lmites de la sociedad modernaEl telogo que juzga libros puede estar en tal puesto

con el encargo de procurar solamente la salud de las almas

o tambin la salud de las ciencias; el primero esta solo como

espiritual, el segundo a la vez como sabio

Kant

Introduccin

La percepcin inmediata que nos llega sobre la idea de lo moderno consiste en pensarla como categora temporal que alude a lo nuevo en oposicin de lo viejo, como una marca distintiva de una poca, a los valores actuales nos han permitido considerar que la aspiracin de la humanidad es lograr transitar a un estado de bienestar a partir del carcter moderno de la civilizacin. Le asignamos a lo moderno un significado no solo deseable sino admirable. Pocas veces el ciudadano mortal se cuestiona si el signo moderno de nuestro tiempo ha permitido el progreso de la humanidad, sin embargo ello no significa que en los campos disciplinarios se est cuestionando si realmente el proyecto moderno ha logrado su cometido. En este sentido, el advenimiento de la era moderna se asumi como una etapa donde el hombre mediante la razn lograra llegar a un nivel de progreso mediante su propio esfuerzo. Conforme se desarrollaba la ciencia y la tecnologa el hombre confiaba cada da ms en esta ruta que generaba un conjunto de transformaciones sociales, econmicas, polticas y culturales.

Por su parte, en el mbito del pensamiento cristiano se hace necesario estar alerta de las transformaciones socioculturales que trastocan al hombre en general para intentar identificar el nivel de influencia en la forma de transmitir el evangelio, el ser Iglesia y el desarrollo de la pastoral. Todo ello, conlleva un conjunto de retos y desafos para la Iglesia en general y para ejercer la pastoral en particular. Precisamente en este escrito me planteo encontrar algunas mediaciones conceptuales entre la pastoral urbana, y los niveles de influencia de la sociedad moderna en el pensamiento y en el actuar cristiano, si las categoras que ofrecen los valores modernos tienen algunas implicaciones teolgicas o slo es una falsa alarma de poca a la cual no hay que prestar atencin.En el mbito del pensamiento cristiano es importante preguntarse si las transformaciones socioculturales han trastocado la teologa; por ello, en el presente escrito intento responder a la siguiente pregunta: De qu forma se manifiestan actualmente los valores de la vida moderna en la Iglesia evanglica y cmo influyen en el ejercicio de la pastoral? Una cuestin que por igual nos lleva el dilucidar un conjunto de conceptos tales como: modernidad, secularizacin e Iglesia; sin embargo, fue necesario revisar otros que se entrecruzan como: racionalidad, Mcdonalizacin, cultura y sociedad. El hilo conductor de todos ellos se sita en los desafos de la pastoral urbana en el contexto actual.

Se inicia el curso de anlisis desde el pensamiento del socilogo alemn Max Weber, ello debido a que es uno de los precursores del anlisis sobre la cultura y la sociedad moderna alcanzando a distinguir la relacin entre el sistema econmico moderno y los valores religiosos en su ensayo La tica protestante y el espritu del capitalismo. Se contina con los planteamientos de Peter Berger acerca de la posicin de las religiones en la era de la globalizacin. Igualmente, se plantean los argumentos de Metz acerca de las caractersticas de la religin burguesa. Las ideas de Habermas, Beck y Mardones nos permitirn construir un marco de referencia para identificar los signos de la sociedad moderna y su relacin con la religin. Se finaliza el recorrido con los planteamientos de Jhon Drane y Eddie Gibs para elucubrar las caractersticas del futuro de la iglesia en el contexto de la sociedad actual. A partir del anlisis en conjunto de dichos autores se establecen las posibles implicaciones de la cultura y sociedad moderna en el quehacer de la pastoral en el mundo actual.

1. tica protestante y capitalismo como signo de la era moderna: el inicio.

Las transformaciones sociales, polticas, cientficas y econmicas que se manifestaron en Europa en el periodo de la Ilustracin, si bien gener la esperanza para que la humanidad transitara a una etapa de progreso a partir del uso de la razn, es en Estados Unidos donde se desarrolla un tipo particular de construcciones de sentido que lograron imponer un modelo de vida difcil de resistir. Precisamente en la tica de Max Weber se identifican las condiciones culturales que permitieron el desarrollo del capitalismo moderno. En su obra pstuma Economa y sociedad Weber distingue la accin social con arreglo a fines y la accin social con arreglo a valores; esta ltima como una imposicin que llega desde afuera y que dirige el sentido de actuar social del sujeto. Es claro que su propuesta metodolgica es utilizada en la tica para considerar la tica protestante como una de las fuerzas intrnsecas para el desarrollo del capitalismo moderno. El trabajo como uno de las valores centrales del sistema capitalista se ha potenciado debido al tipo particular de tica protestante que le otorga un significado religioso, en este sentido Weber utiliza el trmino en alemn beruf que podra significar profesin lo que conlleva una direccin tico religiosa: la creencia de una misin impuesta por Dios La conexin que intenta dilucidar a partir de dichos conceptos corresponde a un tipo particular de afinidades electivas entre creencias religiosas y tica profesional.

Las implicaciones de este tipo particular de tica se manifestaron en la cultura moderna de tal suerte que modificaron sus construcciones de sentido y de vida en sociedad, trastocaron no slo en la vida religiosa sino tambin en los nuevos valores que se construyeron a partir del sistema econmico capitalista propiciando el auge en trminos materiales. Citando al telogo Baxter, el socilogo se plantea que las riquezas materiales derivadas del estilo de vida moderno no deberan abrumar en lo ms mnimo a las fieles, pudiendo incluso hasta sacudirse el yugo con bastante sutileza, sin embargo con una visin fatalista pero muy atinada Weber sentencia:

Ms, el infortunio quiso que el manto se transformara en duro cofre. El ascetismo tomo con especial inters la transformacin del mundo y estimo que en l deba realizarse; no es para sorprenderse que las riquezas de este mundo tuvieran un tan poderoso alcance progresivo y, en ltimo caso, irresistible sobre la humanidad, desconocido enteramente en los anales a travs de los siglos. El espritu se esfumo; el cofre permanece vaco sin que pueda saberse si para siempre. Como quiera que sea, el capitalismo triunfante, siendo que se apoya en bases mecnicas, ya no requiere ms de la ayuda religiosa

La ambicin por las riquezas y la prdida del sentido concretada en este tipo particular de racionalidad instrumental que lo nico que aboga en la cultura moderna son los valores relacionados con la acumulacin de bienes materiales son visualizados como una armadura y a la vez atadura del ser social en la cultura moderna.

En el campo de la teologa la obra de Weber nos permite plantear una serie de interrogantes que es necesario desentraar. Por lo menos los planteamientos de Weber nos ilustran que las creencias religiosas en la cultura moderna ocupan un lugar importante y que la vida religiosa propicia transformaciones socioculturales. Habr que evaluar si el proceso de racionalizacin desmedido influye exclusivamente en la vida econmica o por igual este signo social planteado por Weber deviene en transformacin de los cuerpos teolgicos. Algunas de dichas transformaciones son las que analizaremos en el siguiente acpite para continuar tejiendo las relaciones entre cultura moderna y ethos cristiano.

2. La religin en la era de la globalizacin

En los albores del siglo XX con aire perspicaz y sigiloso se comenz a desarrollar un fenmeno que an no deja de sorprender su nivel de alcance: la globalizacin. Aunque no existe un consenso entre los diferentes autores que abordan dicho fenmeno lo cierto es que en la prctica sus efectos se viven en el diario vivir desde casi todas las esferas de la vida. Es propio pensar que la globalizacin tiene que ver con el desarrollo econmico, sin embargo no se limita a ello; la globalizacin consiste en un proceso multidimensional (cultural, social, econmico, tecnolgico) que implica el flujo de las comunicaciones a escala global y que permiten la interconexin entre mercados, sociedades y culturas.

Si la globalizacin como fenmeno mundial abarca sociedad y culturas habr que prestar atencin sobre el rol de las iglesias ante dicho escenario. El socilogo Peter Berger intentado comprender las interconexiones entre religin y globalizacin. Reconociendo que la globalizacin al ser impulsada por las fuerzas econmicas y tecnolgicas ha provocado transformaciones sociales y polticas ambivalentes, considera que tambin en el mbito cultural inclusive en la religin como fenmeno cultural de primera magnitud se han sufrido cambios sustanciales. Cuestionando las teoras de la secularizacin extremas que nulifican casi por completo la religin Berger considera que actualmente estamos en un momento de religiosidad exuberante, que a menudo se manifiesta en movimientos exacerbados, de alcance global. Un ejemplo claro en este momento (como lo fue en el suyo el 11-S) que escribo estas lneas observamos el conflicto blico-religioso entre Israel y la denominada franja de Gaza que ocupa espacios no slo en los medios masivos de comunicacin sino en el influjo de las redes sociales.

Ms que un proceso de secularizacin en el que se pierde la esencia de la religiosidad en el ser- lo que observa Berger en el contexto religioso actual es un mosaico creciente de expresiones religiosas. Sostiene en forma palmaria:La modernidad no necesariamente conduce a la decadencia de la religin. A lo que si lleva ms o menos necesariamente, es al pluralismo religioso. Los avances modernos, -las migraciones y los viajes masivos, la urbanizacin, la alfabetizacin y, lo ms importante, la tecnologa de las comunicaciones- han generado una situacin en que distintas tradiciones religiosas estn presentes unas para otras de un modo sin precedentes en la historia.

Asociando el pluralismo con la libertad de mercado pero aclarando que no pueden aplicarse inequvocamente los conceptos de mercado religioso, advierte que debido a esta expansin de expresiones religiosas conllevan a la situacin de competencia del mercado por la adhesin de la supuesta clientela. Por ello seala las incomodidades que se generan en las siguientes palabras:El clero (empleando este trmino en un sentido amplio para referirnos a los dignatarios de las instituciones religiosas) enfrenta ahora una situacin bastante incmoda: puesto que su autoridad ya no se da socialmente por sentada, debe procurar restablecerla mediante la persuasin, lo cual otorga a los laicos un nuevo papel.

Aunque deja abierto el trmino clero para referirse a los dignatarios, se puede inferir en el contexto de la iglesia evanglica que se refiere a los lderes y/o pastores. Lo cual significa que en trminos bergerianos se pude considerar que la pastoral enfrenta algunos problemas de mercantilizacin de la religin como si se tratara ms que de bienes espirituales de bienes materiales y sobre todo a la idea de competir por las almas ms que por compartir el evangelio. Sera fcil adoptar esta tesis, pero tambin sera injusto generalizarla y aceptarla sin emitir un juicio crtico equilibrado.

Con la idea de lograr un equilibrio entre lo sealado por Berger respecto a la mercantilizacin de la religin es oportuna apoyarnos en las ideas planteadas en el libro Ms all de la religin burguesa del telogo J.B. Metz. Debido a la concepcin desviada del cambio puramente interior Metz encuentra la condicin para el desarrollo de la religin burguesa, una prctica que se manifiesta como una cortina de humo que encubre la finalidad instrumental pasando por el evangelio: Por debajo de las prioridades del evangelio se practican las prioridades de la vida burguesa por ello la vida burguesa al interferir en la vida en el evangelio se convierte en una contradiccin. Por un lado en el interior profesamos la vida en el evangelio pero por otro nuestro estilo de vida aburguesado nos convierte en sujetos aprisionados a modo de duro cofre, agobiados por el estilo de vida moderno.

Uno de los sealamientos puntuales de Metz respecto a la justificacin de la religin burguesa, es el lugar que ocupa el dinero. La dimensin concreta de la realidad social del mundo moderno se traduce en una sola expresin: dinero. Ha Metz le queda claro que en el caso de la comunidad religiosa la solidez que ofrece el dinero se ha convertido en el gran mediador entre las virtudes cristianas puramente privadas de la religin burguesa y los sufrimientos sociales, es este sentido en que se confunden los valores cristianos por los valores de la sociedad moderna mediados por la conducta racional que provoca el dinero.

Siguiendo la lgica discursiva que seguimos en este escrito la crtica de la religin burguesa realizada por Metz podramos reflexionar en torno a la siguiente pregunta: Acaso es imposible escapar ante la lgica instrumental que la cultura moderna conduce? Existen algunas implicaciones de orden teolgico entre la globalizacin y la prctica de la pastoral urbana? Considero necesario una revisin crtica de la teologa que se elabora en el hoy, el transitar de una teologa burguesa a una teologa crtica que cuestione los valores que ofrece la vida moderna y el nivel de influencia en el discurso teolgico, el quehacer del telogo es crucial para recuperar lo que plantea Metz: la conversin de los corazones. 2. La religin en el contexto de la sociedad moderna

El socilogo y filsofo alemn Jrgen Habermas considera que en el mbito intelectual se han elaborado un conjunto de teoras que abogan por un momento histrico diferente a la poca moderna: posiluminismo, posmodernidad, poshistoria. Partiendo del campo de la Arquitectura, pasando por el esttica y citando al neoconservador Bell acerca de la fragmentacin entre cultura y sociedad. Habermas escribe: la cultura moderna ha penetrado los valores de la vida cotidiana; el mundo est infestado de modernismo Nuevamente el exceso de modernidad transita desde la cultura hacia la intimidad de la vida social, no solo se logra perpetrar sino fragmentar la condicin tica del hombre. Habermas cuestiona a Bell sobre el posible freno que pudiera detener esta tendencia de impulsos libertinos y ofrece su posible respuesta en los siguientes trminos: la nica va de posibilidad para recuperar el sentido, es un resurgimiento religioso, debido a que la fe religiosa y la fe en la tradicin, podran proporcionar a los hombres una identidad definida y una seguridad existencial Habermas vuelve a cuestionar la posicin de neoconservadores como Bell. Refirindose a su justificacin para abordar los problemas sociales y econmicos sealan que la responsabilidad estriba en los valores de la cultura moderna como el hedonismo, estatus, xito, obediencia, narcicismo. Sin embargo, para el filsofo alemn la cultura no tiene mayor peso, si es que influye solo es de manera indirecta.

Habermas distingue tres tipos de aporas que la misma cultura moderna ha reproducido: posmodernidad, premodernidad y antimodernidad. La primera surge de las propuestas neoconservadores y se caracteriza por la fragmentacin de la ciencia, la moral y el arte; la premodernidad promueven el retorno de valores anteriores a la cultura moderna, y la antimodernidad por su parte reclama como propio las revelaciones de una subjetividad descentrada, emancipada de los imperativos, del trabajo y la utilidad, y con esta experiencia dan paso fuera del mundo moderno La respuesta de Habermas a estas tendencias es el rescate del proyecto de la modernidad iniciada en el periodo de la ilustracin; un proyecto incloncluso, por ello considera que:

El proyecto de la modernidad todava no se ha realizado. Y la recepcin del arte es slo uno de sus aspectos. El proyecto intenta volver a vincular diferenciadamente a la cultura moderna con la prctica cotidiana que todava depende de sus herencias vitales, pero que se empobrece si se la limita al tradicionalismo. Este nuevo vnculo puede establecerse slo si la modernizacin societal se desarrolla en una direccin diferente. El mundo vivido deber ser capaz de desarrollar instituciones que pongan lmites a la dinmica interna y a los imperativos de un sistema econmico casi autnomo y a sus instrumentos administrativos

Aunque este sealamiento no explica claramente cmo podra llevarse a cabo el rescate del proyecto de la modernidad, Habermas apunta su crtica no slo desde el campo de la esttica, sino tambin integra la dimensin social, cultural, econmica y poltica, sin descuidar el mundo de vida y sus interacciones con el sistema.

Como observamos en el pensamiento habermasiano se vislumbra cierto optimismo acerca del futuro de la humanidad con respecto a la propuesta del proyecto moderno, claro que con algunas salvedades crticas que elabora el autor. Siguiendo con la apuesta de dicho proyecto pero con una visin un tanto pesimista, Ulrich Beck nos ofrece un horizonte de la sociedad asumida como riesgo, como veremos a continuacin.

Como buen alemn Ulrich Beck haciendo gala del mtodo histrico-social reconstruye la transformacin de la sociedad. Iniciando por la sociedad agraria que dio paso a la sociedad industrial, sita nuestro tiempo en la sociedad (industrial) del riesgo. Con una ptica reveladora descubre el riesgo en prcticamente en todo lados. Riesgo en la abundancia y riqueza, riesgo en la escasez y pobreza, riesgo en el medio ambiente y social, riesgo en la ciencia y la ignorancia, riesgo en las clases populares y las dominantes, riesgo en el Estado en la sociedad civil, riesgo en gobernantes y gobernados, riesgo entre las naciones. Por supuesto, en cuento al tema que nos ocupa sobre la religin de iglesia o utilizando el trmino sociolgico de institucin, Beck partiendo de la crisis de identidad ante el mundo catico de la sociedad del riesgo, identifica una crisis de las instituciones:Los riesgos de la modernizacin se consolidan socialmente en un juego de tensiones entre ciencia, prctica y vida pblica, desencadenando una crisis de identidad nuevas formas de organizacin y de trabajo, nuevos fundamentos tericos, nuevos fundamentos metodolgicos.

Dentro de las nuevas formas de organizacin podemos encontrar que las iglesias de hoy han sufrido cambios sustantivos tanto de orden factico como organizacional en su forma de transmitir el evangelio. Por ejemplo los medios de comunicacin se convirtieron precisamente en medios para lograr llevar el evangelio a otras latitudes como lo atestiguan algunos programas radiofnicos o incluso televisivos (aunque habr que decir tambin electrnicos) que necesariamente impactan en la lgica organizacional de las iglesias. Ahora bien, habr que ver si como apunta Beck dichos cambios desencadenan en el caso especficos de la religin de iglesia alguna crisis de identidad.

Con matiz critico dentro de la perspectiva sociolgica, Mardones nos ofrece un anlisis sobre el papel de la religin en la era moderna. El hilo conductor entre la relacin religin y modernidad de acuerdo a Mardones consiste en el proceso de secularizacin. Sin nimo de agotar su significado Mardones seala: La secularizacin hace referencia, en un primer momento, a la afirmacin de lo secular: a su consistencia y autonoma. Las cosas mundanas, temporales del siglo (saeculum) tienen razn de ser por s mismas. Aunque la secularizacin marc la ruta para imponer lgicas individualizadoras, racionales e instrumentales para la humanidad que desembocaron en el centralismo del hombre y a la inversa la descentralizacin de la religin, an hay ciertas apuestas que difcilmente se pueden sostener. La postura de Mardones respecto a la secularizacin de la religin y por consiguiente la reestructuracin de la institucionalizacin de la iglesia es, en cierto sentido muy justa. Sin descuidar los cambios en la religin de iglesia Mardones considera que la secularizacin habra que comprenderla como lo hiciera Weber (re-magicacin o re-encantamiento) y no como eliminacin de la religin. Por ello, de manera categrica Mardones escribe: La religin, no desaparece; lo que hace es perder su influencia social, desprenderse de sus formas mgicas y adoptar otras forma nuevas que en principio tienen que ver con la institucionalizacin y con la primaca de la interioridad del individuo.

Serainteresante develar las formas nuevas relativas a la institucionalizacin y a interioridad del sujeto que la religin asume ante la modernidad. Algo que Mardones no explica, sin embargo se puede inferir que el autor identifica como dichas formas entre otras cosas- a las nuevas relaciones entre el Estado y la iglesia (algo que no est en el campo de inters de este escrito), a las relaciones entre las autoridades eclesisticas y los congregantes, a la mayor participacin de los fieles en los asuntos de la iglesia. 3. Pastoral urbana en el escenario de la sociedad actual

Es importante reflexionar sobre el quehacer de la iglesia en la sociedad actual. Como observamos en lneas atrs la modernidad conlleva una serie de cambios en los cuales la iglesia no es ajena, aunque la iglesia no es de este mundo, la iglesia acta en el escenario del mundo, el reto consiste en Cmo salir librado de las influencias de este siglo que se entretejen sutilmente a modo de cortina de humo y que se contraponen con la missio Dei? No es sencillo identificar aspectos del mundo actual que se contradicen con lo misin de Dios, por ejemplo an recuerdo que la televisin era considerada como un instrumento diablico al servicio de Satans y que todo cristiano debera desecharlo. Ahora sabemos que el problema no es el medio en si sino la finalidad de su utilizacin. Prueba de ello son los programas evangelsticos que se proyectan dentro de la televisin por paga en Estados Unidos y varios pases de Amrica Latina. Lo que inicialmente se consider un peligro ahora se convirti en un medio para compartir el evangelio.

Utilizando la teora sociolgica de la McDonalizacin formulada por Gerge Ritzer, el telogo Jhon Drane se cuestiona si la iglesia est muriendo en el escenario de la sociedad moderna. Drane conciliando las propuestas tericas de la sociologa y la teologa asume que la Iglesia aunque atraviesa por un periodo diferente a la situacin de la comunidad cristiana primitiva. La iglesia necesita descubrirse del duro cofre weberiano para recuperar su posicin y su forma de ser iglesia para los dems. Para Drane dos modelos de iglesia pueden ser practicados el primero basado en el sistema tradicional de Iglesia y el segundo donde la iglesia se convierte en el espacio donde convergen diferentes tipos de personas que atraviesan diferentes etapas en su vida espiritual pero que estaran comprometidos por la bsqueda espiritual ms que por definiciones heredadas por la membresa institucional. Igualmente cuestiona la mercantilizacin y las formas tan racionalizadas de actuar y de pensar a tal grado de mercantilizar la iglesia como un producto preenvasado y listo para el mercado. El autor nos invita a reflexionar sobre el papel de la iglesia en el mundo actual, si las formas de racionalidad no la han absorbido de tal suerte que la espiritualidad se pierde en el sinsentido.

Una propuesta para perfilar el modelo de iglesia para el siglo XXI lo encontramos en Eddie Gibbs. Considera que en la iglesia persisten personas con pensamiento tanto tradicional como moderno o incluso posmoderno. Siguiendo en la lnea crtica de Drane, Eddie Gibbs critica el modelo de iglesia orientada a la mercantilizacin. El modelo que se deja llevar por el mercado conduce al fracaso de la iglesia, por lo tanto es necesario recuperar el sentido misionero de la iglesia. Su propuesta consiste en transitar de congregaciones genricas a comunidades encarnadas, esto se relaciona con la capacidad de liderazgo en el contexto de las sociedades actuales por lo que es necesario que la iglesia se transforme en comunidades misionales descentralizadas en sus formas de operacin.

Es obvio que los lderes de las iglesias se enfrentan a una cantidad de desafos para llevar a cabo su quehacer. Gibbs distingue claramente las complicaciones pastorales; por ello advierte: Los lderes de las iglesias deben resistirse a llegar a ser minados por el patrocinio, porque es muy fcil confundir la fuerza social con la vitalidad espiritual. Gibbs considera que los lderes de las iglesias pueden perder fcilmente la orientacin de la misin salvfica de Dios y dejarse atrapar por las estructuras sociales de la realidad actual adoptando los valores sociales de la vida moderna. Gibbs le apuesta a una iglesia misional, misma que concibe como una iglesia que () entiende que la misin de Dios llama y enva a la iglesia de Jesucristo para que sea una iglesia misionera dentro de su propia sociedad y en las culturas en las cuales la iglesia se encuentra a s misma.

Respecto a la estructura jerrquica tradicional de la iglesia y los cambios y/o ajustes necesarios en la actualidad Gibbs (apoyndose en las ideas de Miller) seala que se necesitarn lderes con un fuerte compromiso con la misin y con los valores Este compromiso no se adquiere gratuitamente, es importante desarrollar una vida dedicada a seguir los pasos de Jesucristo, emular el liderazgo apostlico y de servicio, de tal suerte que el centro de la pastoral gire en torno a la figura de nuestro salvador:Las respuestas a la efectividad pastoral dependen no de la habilidad de uno para desarrollar el carisma, las habilidades de comunicacin y la perspicacia administrativa de los pastores que lideran sper iglesias, si no de la autenticidad de uno como seguidor de Cristo.

Es clara la advertencia. Independientemente de las potencialidades desarrolladas por el lder, si la visin pastoral no est sustentada en Jesucristo, cualquier esfuerzo humano es insuficiente. No importa en el siglo en que estemos, no importa la era y/o cultura en la que se est desarrollando la misin de Dio. Jesucristo era, es y ser (Heb, 13.8), en todo momento necesitamos de l, en todo tiempo Jesucristo est vigente; las sociedades cambian, los seres humanos cambian, las instituciones se transforman, la Iglesia sufre las consecuencias en el mundo global, ello no significa que Jess sea diferente. Es posible que los medios cambien sin embargo el fin sigue siendo el mismo: la salvacin de las almas perdidas y la pastoral urbana requiere centrarse en Jesucristo a fin de adoptar los valores cristianos para ser luz, sal y levadura: () la sal para dar sabor y purificar, la luz para que alumbre y gue, y la levadura para impregnar discretamente.

Conclusiones

Como observamos el pensamiento moderno ha logrado un cierto nivel de influencia en el desarrollo eclesistico, habr que extender este problema a la vida cristiana, al terreno de la intimidad. Cmo es que esta tendencia moderna ha logrado penetrar en la vida cotidiana del cristiano? Ser que el signo de nuestro tiempo se caracteriza por una estrategia de seduccin que doblega el carcter tico-cristiano? Como observamos en el anlisis de Habermas los problemas derivados del relativismo y posmodernismo no es un problema unidimensional sino multidimensional. Es por ello que el ethos cristiano no est exento de ello. Es obvio que el legado moderno no lograr penetrar a la vida cristiana a partir de postulados seculares, por lo tanto la va fuerte para impactar no es la violencia sino la sutileza. En otras palabras, independientemente que en la vida secular el cristiano se encuentra con postulados modernos, la nica forma de convencimiento es desde adentro. Es decir desde el seno de la misma teologa, el desafo entonces es hacia todo aquel sujeto capaz de discurso cristiano: el telogo, el pastor, el evangelista, el recin convertido al cristianismo, es decir todo aquel sujeto que comparta el Evangelio y que est en posibilidad de transmitirlo. Desde Egipto, pasando por Roma hasta nuestra era moderna, en cada cultura al pueblo de Dios se le hacia el llamado a la resistencia de las practicas socioculturales de cada momento histrico. Sin embargo nuestra poca adquiere nuevos matices debido a la dificultad para discernir lo que realmente es vlido desde los postulados cristianos en el seno de la cultura moderna. El desafo que depara el proyecto de la modernidad no slo es para las ciencias sociales o la filosofa sino tambin para la elaboracin de la teologa evanglica.

No se puede desvincular la realidad social y la teologa, es importante visualizar las transformaciones que ocurren en el mundo actual, observar la realidad social, relacionarla con la prctica religiosa, observar cuidadosamente los puntos cruciales, considerar las contradicciones que conlleva la vida religiosa. Es importante reflexionar sobre las implicaciones teolgicas de la vida moderna y como superar la contradiccin.

Se hizo notar que los procesos ms impactantes en la vida eclesistica y por ende en el ejercicio de la pastoral consisten en el denominado proceso de secularizacin como un signo apremiante de la sociedad moderna, mismo que conlleva un conjunto de valores sociales que intentan centrarse en la racionalidad humana, despojando del conocimiento al verdadero origen de todo: la sabidura que procede de Dios. Es bien sabido que sin l nada puede ser hecho, si en nuestra era ha surgido una etapa donde el conocimiento cientfico y tecnolgico intenta ser la va para llevar al hombre a la tan aorada idea de progreso, no se puede soslayar que el Creador lo ha permitido, es en este mundo donde la misin tiene que hacerse presente. Para ello nos ha llamado: para ser testigo de las grandezas de su poder, amor y misericordia. Nos enfrentamos a nuevos desafos pastorales, la pregunta es si Estamos preparados para enfrentar lo que viene en el futuro para la iglesia? O simplemente dejamos que la Iglesia contine como hasta ahora lo ha hecho. La iglesia la conformamos todos, la iglesia sociolgicamente hablando es una comunidad de prctica que interioriza valores, pensamientos y acuerdos para desarrollar y ejercer su funcin en el mundo. Por ello es sustantiva la funcin que ejercen los lderes al interior de la comunidad de iglesia. En palabras de Gibss: Los lderes de la Iglesia necesitarn adquirir una teologa basada en el concepto de misin que los capacite para discurrir teolgicamente en las situaciones transculturales de las sociedades urbanas occidentales.

Max Weber, La tica protestante y el espritu del capitalismo, Mxico: Premia Editora, 1979, p. 48.

El primer concepto cientfico de cultura fue elaborado por el antroplogo britnico Edward Tylor: Cultura o civilizacin, tomadas en el sentido etnolgico ms extenso, es todo complejo que comprende el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y las otras capacidades so hbitos adquiridos por el hombre en tanto miembro de la sociedad (Tylor, 1871: 1, citado por Cuche, 2002: 20) A partir de estudios etnogrficos se fue reformulando el concepto para ampliar el sentido estrecho de cultura asociado estrictamente a cuestiones artsticas y/o estticas, de tal suerte que ahora gozamos de un concepto ms amplio; por ejemplo, el que propone Thompson: La cultura es el patrn de significados incorporados a las formas simblicas entre las que se incluyen acciones, enunciados y objetos significativos de diversos tipos- en virtud de los cuales los individuos se comunican entre s y comparten sus concepciones, experiencias y creencias (Thompson, 1998:197, cursivas originales). Se desprende as la nocin de cultura de elementos estrictamente materiales para incorporar aspectos subjetivos y simblicos de la realidad social como por ejemplo el lenguaje y el estilo de vida. Por otra parte tambin desde la antropologa se elabor un concepto que pretenda sealar los excesos de dominacin de una cultura sobre otra, la nocin de etnocentrismo, acuado por primera vez por el socilogo norteamericano William G. Summer: el etnocentrismo es el trmino tcnico para la percepcin de las cosas segn el cual nuestro propio grupo es el centro de todo y todos los otros grupos son medidos y evaluados en relacin con l [...] (citado por Simon, p. 57)

Ibid, p. 112

Cfr. Anthony Giddens, Un mundo desbocado, los efectos de la globalizacin en nuestras vidas, Buenos Aires: Tauros, 2000.

Peter L. Berger, Religin y globalizacin en Iglesia viva 218 (2004), p. 63.

Ibd.

Peter L. Berger, Pluralismo global y religin, en Estudios Pblicos 98 (2005), p. 8.

Ibid, p. 9.

Ibid, p. 14.

Ibid, p. 17.

Jrgen Habermas, Modernidad, un proyecto incompleto, en Revista Punto de Vista (1998), Buenos Aires, p. 3

Ibd

Ibd, p. 8.

Ibd, p. 7.

Jos Mara Mardones, Adonde va la religin. Cristianismo y religiosidad en nuestro tiempo, Bilbao: Editorial Sal Terrae

Ibid

Cfr. Jhon Drane, The McDonalization of the Church. Consumer culture and the Churchs future, Macon, Georgia; Smith and Helwys, 2001.

Ibid.

Cfr. Eddie Gibbs, La iglesia del futuro. Buenos Aires: Peniel, 2000.

Ibid, p. 23.

Ibid, p. 57.

Iid, p. 98.

Ibid, p. 133.

Inid, p. 23.

El Diccionario de la Real Academia Espaola (2001), encontramos que el etos (sin h) es un conjunto de rasgos y modos de comportamiento que conforman el carcter y la identidad de una persona o una comunidad. La palabra compuesta ethos cristiano la utilizamos en su doble alcance: individual y colectivo: Individual porque las acciones humanas tiene que ver con la identidad personal, pero a su vez a travs de las interacciones, prcticas y pautas de significado que se comparten en la comunidad cristiana se reconstruye dialcticamente un tipo particular de identidad cristiana, donde se comparten los valores y principios cristianos expresados en las Escrituras.

Eddie Gibbs, La iglesia del futuro. Buenos Aires: Peniel, 2000. p. 33.