Rodríguez Adrados, Francisco - Democracia y Literatura en La Atenas Clásica

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Francisco Rodríguez Adrados - Democracia y literatura en la Atenas clásicaLa creación de la democracia ateniense, a fines del siglo VI a. C., significó la ruptura con la tiranía y el avance hacia una sociedad abierta en la que, pese a las inevitables tensiones que lleva aparejadas toda coexistencia, pueblo y aristocracia convivían dentro de la ciudad. La nueva organización política supuso una bocanada de aire fresco en la vida ateniense e instauró una libertad que se tradujo, a su vez, en un estímulo para la creatividad literaria y artística. DEMOCRACIA Y LITERATURA EN LA ATENAS CLÁSICA compila un conjunto de ensayos en que se exponen las relaciones entre la democracia como forma política y la renovación de los géneros literarios, así como, en cierta manera, las de la literatura en general con la sociedad y la teoría política. No obstante, FRANCISCO RODRÍGUEZ ADRADOS no olvida abordar una faceta fundamental del fenómeno: los valores educativos de esa literatura (la auténtica «páideia» griega) en los ámbitos tanto del teatro como de la filosofía y la oratoria. Así, a lo largo de un ameno y documentado recorrido en que se nos muestran los nexos entre la nueva literatura y los nuevos modelos sociales y políticos de la Atenas clásica en la época de la democracia, el autor analiza, entre otros, el pensamiento religioso y político en la «Antigona» de Sófocles, la utopía de la comedia de Aristófanes, el pragmatismo político de Tucídides o las doctrinas de la «República» platónica. ÍNDICEPRÓLOGO PRIMERA PARTECAPÍTULO I. La democracia ateniense y los géneros literarios1 Planteamiento generalEl teatro 3. Filosofía, oratoria, historia 4. La crisis de la democracia y los géneros literarios 5. Las propuestas reformistas y los géneros literarios CAPÍTULO II. Literatura, sociedad y opciones políticas1. Planteamiento general 2. El panorama literario al final de la guerra del Peloponeso 3. Literatura, sociedad y política en estas fechas CAPÍTULO III. Literatura y teoría política 1. La literatura política: orígenes y aspectos formales2. La literatura política: contenidosCAPÍTULO IV. Literatura y educación: el teatro 1. Planteamiento general 2. El teatro CAPÍTULO V. Literatura y educación: la filosofía y la oratoria 1. Soluciones alternativas2. Sócrates 3. Platón 4. La oratoria 5. El nuevo ambiente del pensamiento político SEGUNDA PARTECAPÍTULO I. Esquilo, entre los orígenes del drama y la democracia ateniense 1. Datos del problema 2. El arcaísmo de Esquilo 3. Elementos evolucionados en Esquilo 4. Esquilo y la política ateniense CAPÍTULO II. El significado de la Orestea dentro de la literatura griega CAPÍTULO III. Tragedia y comedia CAPÍTULO IV. La mántica en los coros del Agamenón de Esquilo CAPÍTULO V. Religión y política en la Antigona de Sófocles CAPÍTULO VI. Edipo, hijo de la fortunaCAPÍTULO VII. Cara y cruz de los sofistas CAPÍTULO VIII. Las Aves de Aristófanes y la utopía CAPÍTULO IX. Tucídides y el pragmatismo político CAPÍTULO X. La República de Platón 1. Presentación y esquema del diálogo 2. La doctrina de la República: crítica y programa 3. La República dentro de su tiempo 4. Los problemas de la construcción platónica 5. Ideas modernas sobre la República

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  • a creacin de la democracia ateniense, a fines del siglo vi a. C., signific la ruptura con la tirana y el avance hacia una sociedad abierta en la que, pese a las inevitables tensiones que lleva aparejadas toda coexistencia, pueblo y aristocracia convivan dentro de la ciudad. La nueva organizacin poltica supuso una bocanada de aire fresco en la vida ateniense e instaur una libertadque se tradujo, a su vez, en un estmulo para la creatividad literaria y artstica. DEMOCRACIA Y LITERATURA EN LA ATENAS CLSICA compila un conjunto de ensayos en que se exponendas relaciones entre la democracia como forma poltica y la renovacin de los gneros literarios, as como, en cierta manera, las de la literatura en general con la sociedad y la teora poltica. No obstante, FRANCISCO RODRGUEZ ADRADOS no olvida abordar una faceta fundamental del fenmeno: los valores educativos de esai literatura (la autntica pideia griega) en los mbitos tanto del teatro como de la filosofa y la oratoria. As, a lo largo de un ameno y documentado recorrido en que se nos muestran los nexos entre la

    ,nueva literatura y los nuevos modelos sociales y polticos de la Atenas clsica en la poca de la democracia, el autor analiza, entre otros, el pensamiento religioso y poltico en la Antigona de Sfocles, la utopa de la comedia de Aristfanes, el pragmatismo poltico de Tucdides o las doctrinas de la Repblica platnica. Otras obras de Francisco Rodrguez Adrados en Alianza Editorial: La democracia ateniense (AU 107), El mundo de la lrica griega antigua (AU 288), Sociedad, amor y poesa en la Grecia antigua (AU 826) y Fiesta, comedia y tragedia (AUT 71).

    Cubierta: La poetisa le la casa de Libanio. Museo de Npoles Fotografa: Oronoz

  • Francisco Rodrguez Adrados

    Democracia y literatura en la Atenas clsica

    AlianzaEditorial

    ArmauirumqueArmauirumque
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    Francisco Rodrguez Adrados Alianza Editorial, S. A., Madrid, 1997

    Calle Juan Ignacio Luca de Tena, 15; telf. 393 88 88; 28027 Madrid ISBN; 84-206-2873-5 Depsito legal: M. 13.326-1997 Fotocomposicin: EFCA, S. A.Parque Industrial Las Monjas28850 Torrejn de Ardoz (Madrid)Impreso en Lavel. Gran Canaria, 12. Humanes (Madrid)Printed in Spain

  • NDICE

    P r l o g o ............................................................................................................ 9

    P rim era parte

    CAPTULO I. La democracia ateniense y los gneros l i t e r a r i o s 151 Planteamiento general....................................................... 15

    El tea tro ............................................................................... 163. Filosofa, oratoria, historia................................................ 184. La crisis de la democracia y los gneros literarios............ 255. Las propuestas reformistas y los gneros literarios......... 26

    CAPTULO II. Literatura, sociedad y opciones polticas............ 311. Planteamiento general........................................................ 312. El panorama literario al final de la guerra del Peloponeso . 333. Literatura, sociedad y poltica en estas fechas................. 36

    CAPTULO III. Literatura y teora poltica.................................. 411. La literatura poltica: orgenes y aspectos formales........ 412. La literatura poltica: contenidos...................................:... 47

    CAPTULO IV. Literatura y educacin: el teatro.......................... 611. Planteamiento general....................................................... 612. El tea tro .............................................................................. 65

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  • CAPTULO V. Literatura y educacin: la filosofa y la oratoria ... 771. Soluciones alternativas...................................................... 772. Scrates............................................................................... 803. Platn.................................................................................. 834. La oratoria.......................................................................... 905. El nuevo ambiente del pensamiento poltico.................. 101

    8 Indice

    Segunda parte

    CAPTULO I. Esquilo, entre los orgenes del drama y la democracia ateniense......................................................................... 1131. Datos del problema............................................................. 1132. El arcasmo de Esquilo....................................................... 1163. Elementos evolucionados en Esquilo............................... 1214. Esquilo y la poltica ateniense............................................ 126

    CAPTULO II. El significado de la Orestea dentro de la literatura griega................................................................................. 137

    CAPTULO III. Tragedia y comedia.................................................. 153CAPTULO IV. La mntica en los coros del Agamenn de Es

    quilo ........................................................................................... 173CAPTULO V. Religin y poltica en la Antigona de Sfocles..... 187CAPTULO VI. Edipo, hijo de la fortuna...................................... 215CAPTULO VII. Cara y cruz de los sofistas..................... ............. 227CAPTULO VIII. Las Aves de Aristfanes y la utopa.................. 235CAPTULO IX. Tucdides y el pragmatismo poltico................... 243CAPTULO X. La Repblica de Platn......... ................... ............. 251

    1. Presentacin y esquema del dilogo.................................. 2512. La doctrina de la Repblica: crtica y programa............... 2543. La Repblica dentro de su tiem po..................................... 2564. Los problemas de la construccin platnica.................... 2595. Ideas modernas sobre la Repblica.................................... 262

  • PRLOGO

    La creacin de la democracia ateniense, a fines del siglo VI antes de Cristo, signific la ruptura con la tirana y el avance hacia una sociedad abierta en la que pueblo y aristocracia se unan dentro de la ciudad, aunque no fuera sin tensiones. Fue una bocanada de aire fresco que trajo una libertad traducida, a su vez, en creatividad literaria y artstica.

    Esta creatividad no puede comprenderse sin la sociedad y la poltica democrticas. Antiguos gneros y estilos fueron abandonados, otros creados. Gneros y estilos que expresaban la nueva libertad y el nuevo humanismo.

    He estudiado la poltica ateniense en dos libros anteriores, mi Ilustracin y Poltica en la Grecia Clsica (Madrid 1966), reeditado luego varias veces con el ttulo de La democracia ateniense, y mi Historia de la democracia. De Soln a nuestros das (Madrid, 1997). Aqu rozo el tema otra vez, pero me centro en el estudio de la literatura en relacin con la poltica, la sociedad y la ideologa democrtica.

    Hubo, efectivamente, una renovacin total del panorama literario de Atenas. Fue un momento decisivo en toda la Historia de la Literatura: surgieron el teatro, la oratoria, nuevas formas de Historia y de Filosofa. Es una literatura esencialmente ciudadana y esencialmente poltica, siendo, a la vez, esencialmente humana. El debate sobre toda clase de cuestiones est en su centro.

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  • 10 Prlogo

    Este es el tema de la parte primera de este libro, en la que sucesivamente estudio la relacin de la democracia con la renovacin de los gneros literarios, la de la literatura en general con la sociedad y las opciones polticas, tambin, con la teora poltica. Y, finalmente, los valores educativos de esa literatura, del teatro a la filosofa y la oratoria. Educativos en un sentido amplio, el de la formacin del nuevo hombre ateniense.

    Toda esta parte ha sido redactada expresamente para este libro, aunque pueden encontrarse algunos ecos de publicaciones anteriores del autor1.

    La segunda parte intenta completar esta parte general con varios estudios monogrficos dentro del mismo tema: estudios sobre el teatro en general, sobre Esquilo, Sfocles y Aristfanes y, tambin, sobre la Historia de Tucdides y la Repblica platnica. Siempre en conexin con las circunstancias sociales y polticas y el pensamiento de la poca democrtica^

    De entre estos estudios algunos estn inditos2, otros han aparecido solamente en traduccin a otras lenguas3, otros han sido publicados ya4.

    Pienso que el libro, en su conjunto, constituye un esfuerzo coherente para mostrar las relaciones entre la nueva literatura y los nuevos modelos sociales y polticos de la Atenas clsica en la poca de la democracia.

  • NOTAS

    1 Cito La teorizzazione della politeia nella Grecia.delle egemonie, en Fra Atene e Roma, Roma 1980, pp. 41-53; Littrature et socit la fin de la guerre du Ploponnse, Index 17, 1989, pp. 5-10; El papel de la oratoria en la literatura griega, en La oratoria en Grecia y Roma, Teruel 1989, pp. 7-18; Platon y la reforma del hombre, Anuario de Filosofa Poltica y Social, Buenos Aires 1982, pp. 177-207; Aristteles en la Atenas de su tiempo, Estudios Clsicos 108, 1995, pp. 43-55.

    2 Tragedia y Comedia, Las Aves de Aristfanes y la Utopa y Tucdides y el pragmatismo poltico.

    3 Esquilo, entre los orgenes del drama y la democracia ateniense procede de Aeschylus and the Origins of Drama, Emrita 53, 1985, pp. 1-14, con algunas cosas de Esquilo, hoy, Revista de la Universidad Complutense 1981, pp. 157-168; La mntica en los coros del Agamenn de Esquilo apareci en francs en la Revue des tudes grecques 104, 1989, pp. 295-307.

    4 El significado de la Orestea dentro de la tragedia griega procede de La Ores- tiada, Madrid, Ediciones Clsicas, 1991, pp. 1-16; Religin y Poltica en la Antigona de Revista de la Universidad de Madrid 13, 1964, pp. 493-523; Edipo, hijo de la Fortuna, de Estudios Clsicos 104, 1993, pp. 37-47; Cara y cruz de los sofistas, de Saber Leer 20, 1988; La Repblica de Platn ha aparecido en un volumen de traduccin de dicha obra en el Crculo de Lectores, 1996.

  • P r im e r a p a r t e

  • Captulo I LA DEMOCRACIA ATENIENSE Y LOS GNEROS LITERARIOS

    1. Planteamiento general

    La relacin entre democracia, de un lado, y literatura y pensamiento griego, de otro, es un tma de estudio susceptible de arrojar luz sobre toda la vida y el pensamiento de Atenas en este tiempo. Ha sido tocada con frecuencia en diferentes contextos. Yo mismo, en mi Ilustracin y poltica en la Grecia clsica1, he estudiado conjuntamente la accin y el pensamiento en la poca que nos va a ocupar.

    Aqu voy a hablar ms expresamente de la Literatura ateniense en relacin con la democracia. Y comienzo profundizando en un tema concreto: la relacin entre la democracia y los gneros literarios que florecieron en Atenas en los siglos V y IV antes de Cristo.

    Es sorprendente, habra que llamar la atencin sobre ello, el cambio sobrevenido en el panorama de los gneros literarios griegos a fines del siglo VI y luego, sobre todo, en el V. Es un cambio que hay que poner en relacin, pienso, con la evolucin de la vida poltica y social de Atenas.

    Me refiero a la prctica desaparicin de la epopeya, de la que en la Atenas del siglo V slo se produjeron obras menores, y de la lrica, que fuera de Atenas continu viva hasta, aproximadamente, la mitad del siglo V, pero que en Atenas fue sustituida por esa nueva lrica dramtica, mimtica y dialgica que es el teatro. Ya se sabe: la trage-

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    dia naci en la poca de Pisistrato y se desarroll en la poca de la democracia; la comedia naci slo bajo sta, a partir del 485. Y uno y otro gnero desaparecieron quiero decir, en el caso de la comedia, desapareci el gnero en cuanto directamente ligado a la vida poltica, la comedia antigua cuando termin el ms brillante perodo de la democracia por causa de la derrota de Atenas en la guerra del Peloponeso. Aunque Aristfanes sobreviviera algunos aos produciendo piezas como son la Asamblea y el Pluto, de un carcter un tanto diferente.

    No puede ser coincidencia esta simultaneidad entre la vida de ciertos gneros literarios y el rgimen democrtico de Atenas. Aunque pueda decirse que la tragedia comenz su carrera en la poca de la tirana. Porque la tirana de Pisistrato, no hizo sino preparar el camino, sentar las bases para la democracia posterior. Recurdese que redujo el poder de los nobles, mejor la economa, convirti a Atenas en una gran potencia de la que los ciudadanos todos estaban orgullosos, favoreci el culto de dioses populares como Dioniso y De- mter, cre las grandes fiestas populares cuya intencin era unir a todo el pueblo de Atenas en la casa comn de la ciudad, lejos de las antiguas discriminaciones de los nobles.

    2. El teatro

    fXa creacin de la tragedia entra dentro de este cuadro. Cuando naci la democracia por un acuerdo de los nobles y el pueblo contra los tiranos, la gran variacin respecto al cuadro anterior fue el nuevo sentido de autogobierno del pueblo, de libertad. Todo lo dems continu; y continu, sobre todo, la Tragedia.

    No es cuestin de repetir aqu ideas sobre el origen de la misma que he expuesto en mi Fiesta, Comedia y Tragedia2. Para mi, fue un acto consciente que aprovech la existencia de cornos o. compaas ambulantes que haban convertido en espectculo la antigua lrica mimtica, especializada en temas del mito heroico. Pisistrato y Tespis quisieron crear para sus fiestas un gnero de lrica que superara a todos los dems, y lo lograron. Era un gnero que, suplementado por el posterior de la Comedia, dio a Atenas, en el siglo V, el primado de la Poesa.

    Pero son gneros, Tragedia y Comedia antigua, para nosotros Comedia aristofnica, que se comprenden mal o no se comprenden sin

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    la existencia del rgimen democrtico. Su argumento procede, en un caso, como queda dicho, de la leyenda heroica; en el otro consiste en mitos modernos creados por los poetas sobre esquemas tradicionales, uniendo personajes de todos los das con otros del mito y otros de pura invencin. En los argumentos y en el aspecto formal organizacin de unidades literarias desarrolladas a partir de precedentes previos, vestuario, msica ambos gneros conservaban mucho de tradicional. Pero lo nuevo, lo que los asimilaba al nuevo rgimen, era la presencia constante del debate.

    La antigua Lrica de un Pndaro o un Simnides se limitaba a dar su leccin sobre la vida humana a partir de sucesos o circunstancias muy concretos: fiestas religiosas, victorias en los Juegos, funerales. Tambin la Tragedia da su leccin: admira la grandeza del hroe, supremo modelo de hombre embarcado en la accin, le llora en su cada y propugna una sociedad ms humana, en la que prevalezca la sophrosyne. Pero lo caracterstico es el juicio matizado y complejo, la multiplicidad de opiniones, el debate. Es el ambiente democrtico el que, a escala mtica, aqu se reproduce.

    Hay un ideal democrtico en todo Esquilo, el de'la democracia religiosa en que los dioses apoyan al que respeta sus normas: ha sido expuesto pginas arriba. Pero es la tragedia toda la que es un gnero democrtico. Y no slo porque manifieste constantemente desconfianza ante el abuso de poder de un Agamenn o un Creonte, porque exponga las razones de los troyanos vencidos frente a los aqueos vencedores, o porque, en Eurpides, tome tantas posiciones liberales. Es algo ms profundo. Veamos ms despacio.

    En Esquilo, Los Persas presentan una ideologa monoltica: estn los persas, que representan tirana y conquista, y los griegos, que son libres y se defienden. Los dioses apoyan a stos, que triunfan: es la justificacin de la democracia. Pero luego, ya en las Suplicantes y en los Siete y en el Agamenn y el Prometeo, comienzan las luces y las sombras. Qu decisin est libre de males?, dice el rey Agamenn (Agamenn 411); y antes de obrar, Pelasgo consulta al pueblo. Es doble la imagen de Etocles, de Agamenn, de Prometeo: son salvadores y liberadores, tambin violentos y egostas. Han de debatir con personajes que sostienen otras opiniones y que a veces representan la justicia, a veces posiciones igualmente discutibles o rechazables.

    Todos los problemas que interesan a una ciudad libre son presentados en escena. Los de la libertad y la tirana, la conquista injusta y

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    la defensa deL propio pas. El dejos lmites del poder, el riesgo de que ste vaya ms lejos de lo debido, el del conflicto entre poder poltico y ley religiosa tradicional, y tantos otros. Cierto que entran tambin, a partir de un momento, problemas personales, individuales: pero los sociales y polticos tienen primaca. Basta abrir Esquilo y Sfocles para darse cuenta de ello.

    Y son problemas que se reencuentran en Eurpides, donde aparecen tambin otros, a veces tocados ya antes: los de las relaciones entre hombres y mujeres, nobles y pueblo, espritu racional y religioso, etc.

    A veces se ha intentado definir de una manera cerrada y decisiva la ideologa de un hombre tan abierto a todas las ideas como Eurpides. Sin negar que, evidentemente, tena sus ideas, que ms o menos adivinamos, lo esencial es que sus obras son una oportunidad para el debate de todas las posiciones, de todas las ideas que luchaban en la

    , poca. La tragedia era un tercer foro, junto al de la Asamblea y al del ! auditoricTde sofistas y filsofos, para airear y debatir, aunque fuera

    con vestidura mtica, los mismos problemas.Y, por supuesto, tambin la comedia aristofnica, que no slo ha

    bla de ideas generales sobre el poder y la libertad, la antigua y la nueva educacin, sino tambin de temas tan concretos como los jurados atenienses o la guerra y la paz. El que el poeta haga triunfar y favorezca unas u otras posiciones no impide, sino al contrario, que todas ellas encuentren en sus obras sus defensores.

    Este tema del debate ideolgico es el que crea una unidad entre los gneros literarios que nacen en Atenas o que en Atenas se adaptan a las exigencias de la ciudad. Es, probablemente, el que ms contribuye a la unidad de la literatura ateniense.

    3. Filosofa, oratoria, historia

    CSon los tres grandes gneros en prosa. Un gnero nuevo: la filosofa de los sofistas y de Scrates y sus inmediatos sucesores, hecha de la antiloga y el dilogo. Otro gnero tambin nuevo: la oratoria, que ahora produce discursos escritos. Y un gnero adaptado a las nuevas circunstancias: la historia de un Herdoto y un Tucdides.

    La filosofa anterior a Atenas se caracterizaba por los escritos, bien poemas bien tratados en prosa, en que el autor expona directamente una doctrina. Parmnides presentaba la suya como inspirada

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    por la diosa; Herclito, como expresin del lgos. Para uno y otro, los dems mortales estaban a un nivel ms bajo: seguan la dxa, mera opinin, o estaban dormidos al lgos. Las filosofas helensticas y el propio Aristteles, incluso el ltimo Platn, ofrecen posiciones comparables. Pero no la Filosofa tica anterior, unida todava a los problemas de la democracia.

    Aqu he de hacer un inciso. El Teatro del siglo V y la Oratoria son gneros estrictamente atenienses, slo ciudadanos atenienses (si hacemos excepcin de un loggrafo como Lisias, que slo por breve tiempo fue ciudadano ateniense) los han cultivado. Pero Filosofa ateniense es toda la que se cultivaba en Atenas. Y desde el mismo siglo V, la democracia ateniense tuvo como caracterstica propia el atraer a intelectuales de todos los pases, que aqu encontraban el ambiente de libertad que precisaban. Continuaban el internacionalismo de los aedos y los lricos anteriores: pero ahora era Atenas el nico polo de atraccin.

    Para qu recordar las patrias de los sofistas? Es bien sabido, ninguno era ateniense, tampoco Demcrito ni Digenes de Apolonia ni luego, en el siglo IV, filsofos como Aristipo de Cirene, Digenes de Snope, Aristteles de Estagira, Teofrasto de Ereso y los ms de los discpulos de Aristteles, etc. Por otra parte, la Historia, un gnero jnico, fue adoptado en Atenas por obra de Helanico de Mitilene, Herdoto de Halicarnaso, Teopompo de Quos y Eforo de Cime, aparte de los atenienses Tucdides y Jenofonte. En el siglo IV, la Comedia est en manos, las ms veces, de extranjeros como Alexis de Turios, Filemn de Siracusa o Dfilo de Sinope. Tambin otros gneros: recordemos poetas como In de Quos o Eveno de Paros. Es este el panorama que continu en los siglos III y II, sobre todo para la Filosofa y la Comedia.

    Pero volvamos atrs. Atenas, con su rgimen libre, su podero econmico tambin, atrajo a multitud de intelectuales de Jonia y de todos los lugares. Y as como el Teatro y la Oratoria son, como queda dicho, gneros eminentemente atenienses, cultivados por atenienses, estos otros gneros de la Filosofa y la Historia son gneros que slo Atenas pudo hacer que se desarrollaran, pero que contaron con la estrecha colaboracin de atenienses y no atenienses. Pinsese que los grandes historiadores nacidos en Atenas, Tucdides y Jenofonte, vivieron largos aos como exiliados. Y que Herdoto, natural de Halicarnaso en Asia, vivi como exiliado en Grecia, sobre todo en Atenas.

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    Y es que en la democracia ateniense vean los intelectuales de toda Grecia la puesta en prctica de sus ideas y el lugar adecuado para su vida personalSlo que haba dominios que los atenienses se reservaban exclusivamente para s lj

    Por lo que respecta a los sofistasjlos hechos son bien conocidos. Si la enseanza de la Retrica a los jvenes atenienses de casa rica slo se justificaba dentro del ambiente de la democracia de Atenas y la posicin de Protgoras junto a Pericles habla en el mismo sentido, su relacin con los nuevos gneros literarios que ahora se creaban es no menos clara]

    LNo hay sino que pensar en una obra de Protgoras como las ^1- tilogas, por no hablar de obras polmicas como La Verdad (tambin llamada Discursos demoledores) y otras de diversos sofistas, tal es el Sobre el No Ser de Gorgias. O en las discusiones sinonmicas de Prodico. O en los cuadros que Platn nos presenta del sofista discutiendo con sus oyentes.^

    : Los sofistas tenan su doctrina, pero la presentaban siempre en forma polmica, de debate, y daban oportunidad para responder al oyente o al contrario. En realidad, sus posiciones relativistas, derivadas del conocimiento de las diferentes culturas y usos, su tendencia a sustituir un concepto absoluto de verdad por otro relativo nacido del debate y buscando la utilidad prctica, pertenecen al mismo ambiente racional y pragmtico, que busca un acuerdo en el debate gracias a la comn participacin de los hombres en el lgos, segn la conocida afirmacin del mito del Protgoras. De todo esto me he ocupado con mayor detencin en mi Ilustracin y Poltica y en la primera parte de este libro?)

    La doctrina del kairs, es decir, de la atencin a las circunstancias y el punto de vista del receptor del mensaje, as como toda la teora lingstica de Gorgias^ que he estudiado en otro lugar3,(se sitan dentro de las mismas coordenadasjE igual/la bsqueda de la persuasin sin atender a criterios de moralidad (To que tanto indignaba a Platn) y el contentarse con lo simplemente verosmil, renunciando a la verdad absoluta. Y el hecho de las grandes discrepancias entre los sofistas: no es lo mismo la primera sofstica, la sofstica racional de un Protgoras, que la de un Gorgias, que proclama el dominio de la pasin y lo afectivo, ni la de un Clleles, el personaje del Gorgias platnico4.

    Es indudable el influjo de la sofstica sobre la literatura ateniense. En realidad, fue Gorgias quien escribi la primera prosa tica, llena

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    an de colorido y ritmos poticos, de figuras y glosas,! . Su influjo tanto en Tucdides como en Iscrates, no puede negarse. Y Gorgias y los dems fueron los que suministraron los primeros modelos del discurso ficticio a veces sobre temas intelectuales y del antilgico.

    Por grandes que sean las diferencias con Scrates, al que Platn presenta como la anttesis misma de los sofistas, es evidente que haba mucho de comn y que, sin los sofistas, Scrates no habra existido; como sin Scrates no habran existido Platn y los filsofos que vinieron detrs. Mucho les es comn: el nuevo inters por los problemas humanos, la fe en el logos, la aceptacin del debate5.

    No voy a entrar aqu en detalle sobre las diferencias, aunque es claro que, por la va de la razn, Scrates trataba de sentar nuevos valores morales fijos, que sustituyeran a los desgastados valores tradicionales o bien los redefinieran. De otra parte, Scrates se mova en un ambiente democrtico de libre debate, formaba parte del pueblo, no de una lite internacional. Y en un trabajo no hace mucho publicado sobre la lengua de Scrates6 he hecho ver que su manera de expresarse y conversar, su rechazo de los gneros literarios tradicionales, le colocaban una ve?'ms en ese mismo ambiente.

    En realidad, Scrates rechazaba la literatura, se limitaba a conversar sobre temas varios. Son sus continuadores los que, a partir de aqu y no sin influencia del teatro, crearon el dilogo como gnero. Es ya un fragmento de conversacin claramente organizado con una finalidad: es decir, es ya literatura.

    Es bien sabido que la filosofa socrtico-platnica luchaba con dos rivales cuando trataba de educar al pueblo ateniense. Uno de ellos era la poesa, es decir, prcticamente el teatro, que daba lecciones al pueblo todo, pero no acababa de proponer un modelo aceptable que superara la concepcin trgica del hombre; y la concepcin cmica tambin. ms de pasajes bien conocidos de la Repblica, esta antinomia est expresada con especial claridad en el Banquete. En el captulo IV de esta parte insistir con detencin en estas antinomias. Y, en relacin con ellas, en las doctrinas de Gorgias de una parte, de Scrates y Platn de otra.

    ( El otro rivaljes bien sabido, es la retrica, que Platn personificaba en Gorgias. Para nosotros esta retrica de que Platn habla es fundamentalmenfe la sofstica, en cuanto relativista y en cuanto impartiendo preparacin a los jvenes atenienses para alcanzar el poder sin atender al problema de la moralidad.

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    Pues bien, la filosofa socrtico-platnica no deja de haber recibido una fuerte influencia de esos dos rivales. Sin ellos sera incomprensible. Y ello lo mismo en la forma ciertos dilogos son, en el fondo, tragedias o comedias intelectuales, ya he hablado de la relacin con el debate sofstico como en el fondo. Despus de todo, son tres gneros literarios condicionados por las circunstancias de la democracia ateniense.

    El punto comn que les une es la preocupacin por los problemas de la ciudad y de la sociedad, tambin del hombre individual, y la discusin libre de esos problemas,. Desde unos puntos de vista o desde otros, con unas conclusiones o con otras. Incluso cuando hay un desengao respecto a la democracia, que Eurpides ve con escepticismo a partir de un determinado momento, que Platn1 rechaza abiertamente.

    El tercer gnero democrtico de que anticipadamente he hablado es la oratoria. Digamos, sobre l, unas palabras ms, que sern completadas en otro captulo. Es, realmente, el que ms directamente, ms institucionalmente, se ocupaba de la educacin del pueblo ateniense, de la toma de decisiones en momentos concretos.;Est anticipado, por lo dems, por ciertas elegas y yambos de Soln, el primer fundador de la democracia ateniense, que son verdaderos discursos al pueblo en relacin con la reconquista de Salamina o el buen gobierno o la justificacin del propio Soln. Pero no haba llegado el momento, entonces, de escribir todo esto en prosa, como se hara ms tarde.

    La oratoria es el arma poltica por excelencia en Atenas y lo es tambin en todas las democracias, antes de difundirse los medios de comunicacin de masas. Naci en Siracusa bajo un rgimen democrtico, a partir del 468 a. C.; y es en este ambiente en el que Corax y Tisias crearon las primeras Artes retricas. En Atenas sabemos por testimonios indirectos algo sobre la oratoria de Pericles; pero slo en el ltimo perodo del siglo V y bajo la influencia de la retrica de Gorgias, otro siciliano, comenzaron a escribirse los discursos. Son atenienses, ya decimos, todos los oradores: en la Asamblea y el Consejo, donde se debatan asuntos polticos, y en la Heliea, dedicada a los asuntos judiciales.

    Pues bien, la oratoria, que naci con la democracia, muri con ella, con Licurgo, ltimo orador antes de la definitiva sumisin de Atenas a los macedonios. Luego no hay oratoria. Resurgi en Roma con la repblica romana, muri con el imperio. Fue el arma, otra

  • La democracia ateniense y los gneros literarios 23

    vez, de la revolucin francesa, del parlamentarismo ingls, de los regmenes liberales!) Pero volvamos a Atenas.

    Hay que comprender la oratoria como antiloga, como debate: slo as lograremos penetrar en ella, por ms que raras veces nos hayan llegado los dos discursos contrapuestos. Podemos ver esos debates, adems de en lo que adivinamos de los sofistas y en los historiadores, de los que hablaremos a continuacin, en los debates del teatro. Y no slo all donde ste imitaba la praxis de la oratoria: la de la Asamblea en Aristfanes, Acarnienses y Asamblea, la de los tribunales en Esquilo, Eumnides, y Aristfanes, Avispas. Tambin, y muy principalmente, en los debates del teatro en general. Tragedia y Comedia estn llenas de agones y, concretamente, de agones en que dos personajes enfrentados sostienen posiciones tambin enfrentadas.

    Pero ntese que la oratoria no se agota en los discursos de tipo poltico y forense aqu mencionados, cuya funcin central dentro del sistema democrtico subrayar en otro captulo. Ni en los discursos ficticios relativos a Helena, Palamedes o el mismo Nicias. Existe, en Iscrates sobre todo, la oratoria epidictica, en la que se discuten temas generales: sobre cmo debe funcionar una'democracia o sobre las relaciones entre los griegos, por ejemplo. Pues bien, este gnero de debates haba sido anticipado, desde luego, por sofistas y filsofos, pero tambin por los autores teatrales.

    Ntese que hay un desfase cronolgico. El teatro que aqu nos ocupa (dejamos voluntariamente de lado la comeda media y nueva), as como los sofistas y Scrates, son del siglo V. La oratoria, en cambio, salvo la de los ltimos aos del siglo V, slo es para nosotros la de la democracia restaurada de siglo IV, cuando conviva con Platn y con otras escuelas socrticas. El panorama es diferente en los dos siglos, aunque los lazos de unin sean evidentes. >

    En mi captulo III, Literatura y teora poltica har ver que no existi en Atenas una verdadera teora poltica, como un gnero propio, hasta muy tarde. En realidad, hasta despus de l a derrota de la democracia a fines del siglo V. Antes, la teora poltifca en el ms amplio sentido se expona y debata en diversos gneros literarios, como estamos viendo. Lo que los une es, precisamente, el debate de este tipo de problemas.

    Y tambin querra hacer ver que es esto mismo lo que une a todos estos gneros con otro ya anticipado: la Historia. Es bien claro que es un gnero de origen jnico. Y que en Herdoto conserva mu

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    chas de sus caractersticas iniciales: el inters etnogrfico y geogrfico, el gusto por las curiosidades de tierras extraas y las ancdotas, el personalismo, la aduccin de mitos etiolgicos en que crea ms o menos. Pero Herdoto era un exiliado que lleg a Atenas y se encontr con la democracia ateniense y con la literatura ateniense. Fue contagiado por el espritu de la Tragedia, a la que est prximo con frecuencia. Pero fue contagiado, sobre todo, por el espritu de la democracia.

    Bajo el influjo de Atenas se cre un nuevo gnero, la Historia universal. Herdoto, como los sofistas, recorri el mundo griego y persa (gracias a la distensin de la paz de Calias) y no era un proateniense fantico. Conoca las excelencias de unos pueblos y otros, era relativista en un cierto sentido. Admiraba a los espartanos y a los atenienses, vea en stos cosas comunes con aqullos, pese a todo: principalmente, el respeto por la ley. Pero lo ms importante, desde el punto de vista que aqu nos interesa, es su postura abierta y su admisin del debate y aun de la incertidumbre y de una cierta ambigedad en los valores.

    Es frecuente en l, y esto se ha visto muchas veces, que dude sobre la verdad o la explicacin de ciertos hechos y presente versiones contrapuestas, sin tomar partido. Esto es claro, por ejemplo, en el mismo captulo inicial sobre las causas del enfrentamiento de Asia y Europa y en diversos pasajes del libro II, sobre Egipto.

    Pero, sobre todo, esta posicin abre paso a debates que no son dismiles de los que ya conocemos por el Teatro y la Filosofa. As, sobre todo, el famoso debate de los tres persas (III 80-83) sobre cul es la mejor forma de gobierno: un debate que, sin duda, deriva de discusiones en los crculos sofsticos de Atenas, como se ha visto muchas veces. Pero tenemos luego otros debates del mximo inters, por ejemplo,.los de Soln y Creso (I 29 ss.), Bias, Pitaco y Creso (127) o el Consejo de Jerjes que delibera sobre la conveniencia o no de invadir Grecia y los peligros que ello representa (V II7 ss.)

    A partir de un cierto momento, en Atenas, la Historia, por obra de Tucdides, se centr ms todava en los temas polticos y militares, con exclusin de los otros. Tucdides adopt una postura crtica sobre lo realmente sucedido. Con un mtodo racional, pero con conclusiones escpticas, a veces, sobre la posibilidad de llegar al establecimiento de la verdad: igual que en los casos de Herdoto, de Gorgias, de Antifonte. Vase lo relativo a la derrota ateniense en las Epipolas de Siracusa, por ejemplo (V II44).

  • La democracia ateniense y los gneros literarios 25

    Pero, sobre todo: en Tucdides hallamos la ms clara expresin tanto del dilogo como de los discursos antilgicos sobre tema poltico. El dilogo a que aludo es, se habr comprendido, el de mellos y atenienses sobre la moralidad de invadir la pequea isla y el resultado previsible (V 85 ss.): los atenienses rechazan en l, como se sabe, la idea de que los dioses defendern a los dbiles injustamente atacados. Los debates antilgicos son mltiples y bien conocidos.

    En Esparta, en A tenacen otros lugares, antes de tomarse una decisin, se escuchan los discursos contrapuestos que defendan las posiciones enfrentadas. La Asamblea o el cuerpo que fuera decida; o bien el xito o fracaso del plan adoptado haca ver qu era lo correcto y acertado (no digamos lo justo). En todo caso, ah tenemos, una vez ms, la exposicin de un debate: aunque Tucdides, *podemos sentirlo a veces con claridad, era con frecuencia escptico respecto a la capacidad de juicio de los rbitros establecidos por la democracia. Para l la justicia slo triunfa en situaciones de igualdad; y la pasin y falta de conocimiento llevan a decisiones nocivas. El historiador desarrolla toda una teora sobre el acontecer poltico, teora racional muy alejada de las posiciones religiosas de un Esquilo o un Herdoto: insistir en ella ms abajo y, sobre todo, en el captulo IV.

    4. La crisis de la democracia y los gneros literarios

    Estos son, en definitiva, los gneros literarios que la democracia ha creado o desarrollado o transformado. Su fin fue acompaado, a su vez, de una desaparicin o transformacin de los mismos. La Tragedia, ya se sabe, termin su carrera a fines del siglo V. Si luego volvi a existir en Alejandra, fue en condiciones distintas, ms bien para ser leda. La comedia se transform. La Filosofa abandon el dilogo, que ya al final de la carrera de Platn era pura ficcin, encubra afirmaciones del filsofo: tras una continuacin puramente literaria al comienzo de la carrera de Aristteles, desapareci en ste, sustituido por el tratado filosfico, con lo que en realidad enlazaba con la poca precedente. A su vez, la Oratoria desapareci, ya lo he dicho. Y la Historia continu, pero ya no sigui cultivando los discursos contrapuestos, los debates.

    Y todo esto gradualmente: unos son los gneros del siglo V, otros, en parte, los del IV. Cuando la democracia desapareci, el panorama de los gneros literarios cambi totalmente. Todo lo ms, como he-

  • 26 Democracia y literatura en la Atenas clsica

    renda de lo antiguo, Atenas continu siendo la ciudad de los filsofos y de los cmicos, casi todos extranjeros. El gran debate entre los primeros era casi ajeno a la ciudad; y los cmicos cultivaban temas de la vida privada, de amor y matrimonio sobre todo. En todo caso, los extranjeros seguan viniendo a aprender: y la Comedia y la Filosofa encontraron su continuacin en Roma. Hermosa herencia de la democracia, a pesar de todo.

    Por otra parte, la literatura griega helenstica y su continuacin en la literatura romana buscaron enlazar con la antigua literatura, la anterior a la poca democrtica. Renacieron, bajo nuevas frmasela Epopeya y la Lrica; esta ltima gradualmente, los lesbios slo en Roma .fueron imitados, Pndaro en ninguna parte. Ya hemos dicho que la Filosofa cobr un nuevo estilo, ms dogmtico, en las diversas escuelas. El tipo del sophs que difunde su doctrina, prevaleci otra vez sobre el del mero buscador de sabidura. El tratado se impuso al dilogo.

    Fue importante, pues, el impacto de la democracia en los gneros literarios: esto se ve por los que se crearon o modificaron y por los que desaparecieron; y por la continuidad de todo ello en poca helenstica.

    5. Las propuestas reformistas y los gneros literarios

    Pero querra todava, en relacin con todo esto, tratar otro tema. Los gneros literarios de que me he ocupado daban lugar al debate democrtico sobre una serie de temas a que he aludido. Pero, a partir de un cierto momento, prestaron su espacio a las voces que debatan precisamente los problemas de la democracia y su triste final a fines del siglo V, aunque fuera seguido de una provisional resurreccin en el IV.

    La situacin de Atenas, a fines del siglo V y comienzos del IV, era triste. La ciudad estaba sin murallas, sin barcos, tiranizada por un rgimen colaboracionista, el de los Treinta Tiranos, en plena crisis econmica, todo ello tras la prdida del imperio y la guerra civil. Cunda el desnimo entre los ciudadanos, as como el desinters por la poltica: el demagogo Aguirrio hubo de instituir un salario que se pagaba al que asistiera a la Asamblea; y ese salario hubo de ser elevado una y otra vez, ya lo he dicho. Surgi entonces la reflexin poltica sobre si la democracia desaparecida podra ser sustituida por un rgimen ms satisfactorio.

  • La democracia ateniense y los gneros literarios 27

    En realidad, hemos visto ya que la democracia del siglo IV trat de ser esto: un rgimen menos extremista que sustitua una Liga de tipo imperialista por otra, la Segunda Liga Martima, de tipo federativo. Leyes como la inspirada por Demstenes sobre las simmoras trataban de paliar los problemas econmicos. El desinters de los ciudadanos por la cosa pblica llevaba a la contratacin de mercenarios y a las exhortaciones patriticas de un Demstenes,

    Pero pasemos al terreno de la teora. Las diversas propuestas eran las que a continuacin presentamos.

    Hay las soluciones radicales, que quieren aplicar reformas econmicas de tipo igualitario. Son las que propugnaban en sus escritos Jenofonte (Peripron), Faleas, Teopompo de Quos, Hecateo de Abdera: el modo de expresin es ya el tratado, ya la novela. Son, en definitiva, utopas, como las presentadas por Aristfanes (.Asamblea y Pluto) y por el propio Platn en su Repblica. No hay intentos revolucionarios, si no es el de los platnicos en Siracusa (ms tarde los hay en Esparta). Aqu lo que nos interesa es la existencia de una preocupacin general, de una bsqueda de una reforma radical, al menos una reforma terica, que se expresa en gneros literarios diferentes. Dar ms detalles en los captulos que siguen.

    Igual ocurre con otra posicin que me ha ocupado en varios trabajos mos anteriores: la propuesta de una poltica pragmtica, que trate de resolver prcticamente los problemas humanos. Este es el ideal de Tucdides, que ms que un historiador es, como l mismo dice, un estudio de la naturaleza humana, alguien que trata de dar a los polticos frmulas paralelas a las de los mdicos para buscar las soluciones correctas, racionales, y, al tiempo, no agravar los problemas. Curiosamente, este manual toma la forma de un relato histrico.

    Pues bien, con todas las diferencias que se quiera, Aristteles, en su Poltica, hace propuestas semejantes. Ha descubierto algo importante que a Tucdides, obsesionado con el tema del ansia de poder de los hombres, se le escapa: la importancia del factor econmico, que ya antes haban considerado Faleas y los dems. Para Aristteles lo importante es evitar una desestabilizacin procedente de las diferencias econmicas excesivas entre dos grupos de ciudadanos; crear una constitucin mixta ms que un rgimen en que se impongan automticamente las mayoras. Pues bien, esta vez es el tratado la forma de expresin. Insistir en todo esto ms despacio en el captulo IV.

    Y tenemos luego el ideal del restablecimiento de la patrios poli- teia, la vieja democracia de Soln sometida a un proceso de idealiza

  • 28 Democracia y literatura en la Atenas clsica

    cin. Fue Iscrates el que principalmente la propugn. Era aqul el tiempo, deca, en que los ciudadanos se contentaban con vivir pobremente y con prestar sus servicios desinteresados al Estado, no pedan nada para s. Pues bien, esta vez es el discurso (Vanatenaico, Areopa- gtico) el gnero literario empleado. Vanse ms detalles sobre sus ideas en el captulo IV.

    [^Finalmente, ah est la reforma moralista de Platn, desengaado, como l mismo dice, de todos los polticos de Atenas, queriendo crear, a partir de cero y con la sola gua de la razn, una constitucin adaptada a la naturaleza del hombre, duradera, inmutable. Una constitucin cuya nica finalidad es la moralidad, que es cosa tanto del individuo como del Estado. Moral y poltica coinciden. Es la disolucin de toda poltica, la renuncia definitiva a ella.

    ( Al menos en la intencin. Porque, en la prctica, se crea una clase dominante, la de los filsofos; se crean unas leyes que hay que obedecer si no se quiere incurrir en diversas penas, incluso la de muerte; los intereses generales son ms fuertes que los particulares, incluso para los filsofos. Una especie de aristocratismo intelectual sustituye al democratismo/En el captulo dedicado a Platn entro ms a fondo en el tema. Pero, para volver a nuestro inters del momento, insistamos en que la forma elegida para presentar esta teora es diferente de las anteriores: es el dilogo, aunque sea un dilogo menos dramtico que los anteriores, en realidad mera cobertura aparente del tratado, de'la manifestacin directa de las ideas del filsofo.

    (^Cul es la conclusin de todo esto? Lo mismo que la libre discusin dentro del rgimen democrtico entre las distintas concepciones de ste se desarroll a lo largo de gneros diferentes, en el momento de la crisis de la democracia se utilizaron, igualmente, gneros diferentes para exponer las distintas propuestas de salvacin/Zl

    As, por ms que yo siempre haya defendido la importancia de seguir el criterio de los gneros literarios para estudiar la literatura griega, parece evidente queden la Atenas de los siglos V y IV hay diversas lneas que los atraviesan y los unerj) Que la democracia ha contribuido a la creacin o a la refeccin de algunos de ellos, pero que a travs de ellos atraviesan lneas comunes, concordes con la sociedad democrtica. Fundamentalmente, el inters por los temas humanos polticos, sociales, individuales y el debate sobre las distintas posiciones acerca de ellos.

    Y cuando lleg el momento de la crisis de la democracia, tambin

  • La democracia ateniense y los gneros literarios 29

    el debate en torno a ella se realiz a travs de gneros literarios diversos.

    Como sucede cuando, en la edad posterior, la helenstica, el alejamiento de los ciudadanos respecto a la democracia y la poltica en general se hizo cada vez ms grande. Encontramos para expresar esto ya las cartas, mximas, tratados de los epicreos, ya los dilogos, diatribas de los cnicos, ya los tratados de los peripatticos, los estoicos y los filsofos de otras escuelas, ya la comedia. Cuando no hay el simple alejamiento de la poltica y el cultivo ya de la ciencia, ya de la poesa.

    El terico vive a partir de un cierto momento desinteresado de la poltica, ha de huir de ella en algunos casos como el de Aristteles. Es el gran estorbo. Cuanto ms, la poltica es objeto de consideraciones tericas que no intentan imponerse en la prctica. Es notable cmo las realizaciones polticas de las monarquas helensticas no fueron adivinadas nunca por los tericos ni fueron comprendidas o estudiadas al menos por stos.

  • NOTAS

    1 Madrid, Revista de Occidente, 1966 (hay una reedicin abreviada con el ttulo La Democracia ateniense, Madrid, Alianza Edit., 1975, con varias reediciones).

    2 Madrid, Alianza Edit., 1983 (2.a ed.). Hay una traduccin inglesa, Festival, Comedy and Tragedy, Leiden, Brill, 1975.

    3 Vase mi estudio La teora del signo en Gorgias de Leontinos, en Studia Lingistica in honorem Eugenio Coseriu, 1921-81, Madrid-Berln-Nueva York, Gredos- Walter de Gruyter, 1981, pp. 9-19.

    4 Sobre este tema cf. sobre todo, adems de mi Ilustracin y Poltica, el libro de Mme. de Romilly, Les grandes sophistes dans lAthnes de Pricles, Paris 1988 (vase mi resea en Saber Leer 20, 1988, recogida aqu ms adelante, Cara y cruz de los sofistas).

    3 Cf. Ilustracin y Poltica, cit., p. 507 ss. Tambin Adrados, Tradition et raison dans la pense de Socrate, Bulletin Bud 4, 1956, pp. 26-40 (recogido en Palabras e Ideas, Madrid 1992, pp. 233-249); y La lengua de Scrates y su filosofa, Mtbexis 5, 1992, pp. 29-52 (tambin en Palabras e Ideas, cit., pp. 251-278).

    6 La lengua de Scrates y su filosofa, citado en la nota anterior.

  • Captulo II LITERATURA, SOCIEDAD Y OPCIONES POLTICAS

    1. Planteamiento general

    Continuando el captulo anterior, hay que plantearse la pregunta de',hasta qu punto tienen relacin los diferentes gneros literarios y los distintos autores que los cultivan, as como su audiencia, con las distintas opciones polticas y con las diferentes clases sociales. Acostumbrados a nuestra historia moderna y contempornea a partir de la Revolucin Francesa, la respuesta parece que debera ser positiva.

    , Pero la democracia ateniense y sus polticos y tericos buscaban la estabilidad ms que el progreso; aunque, desde luego, hubo tensiones entre tendencias ms tradicionales y otras ms igualitarias. No hubo ningn grupo intelectual de presin que abogara por una evolucin igualitaria de la democracia ni tampoco por una revolucin oligrquica.!

    El Teatro se diriga a todos los atenienses, no a un sector; e igual la Oratoria. El auditorio de Scrates proceda de todos los niveles sociales y suponemos que igual el de los sofistas, en la medida en que no era limitado por razones econmicas. Ni hay razones para encontrar que la Ftistoria se dirigiera a un sector particular de la poblacin.

    A su vez, los autores literarios raramente pertenecan a los crculos oligrquicos: Critias y Antifonte pueden ser excepciones. Ni se

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  • 32 Democracia y literatura en la Atenas clsica

    encuentra en ellos ningn radicalismo revolucionario: ni siquiera en un Lisias, el ms violento contra los aristcratas por razones de su biografa. Los ms son, de otra parte, de clases industriales o burguesas, apenas del pueblo: el que ms se acerca a esta ltima definicin es Scrates, hijo de un artesano. Otros son extranjeros, ya he dicho.

    Ni los gneros ni los autores ni el pblico se escindan conforme a lneas ideolgicas. Dentro de cada gnero haba, naturalmente, diferencias: no es igual Esquilo que Sfocles o que Eurpides, Dems- tenes que Esquines, Scrates que Platn. Pero todos, hasta el momento del desengao y la crisis, que luego fue de alguna manera recompuesta durante el siglo IV, eran, simplemente, atenienses: en lnea ms o menos religiosa o ilustrada, ms o menos tradicional.

    No hubo en Atenas un movimiento ilustrado que preparara la revolucin, como en la Francia del siglo XVIII o en la Rusia del XIX y el XX, por no dar ejemplos ms recientes. Los gneros variaban segn las pocas, los autores presentaban diferencias. Pero, en definitiva, dentro de los gneros y saltando las barreras entre ellos y dentro del mundo de la poltica, Atenas presentaba en el siglo V y aun en el IV, pese a todo, una gran homogeneidad.

    En varias publicaciones mas he sostenido la idea de que las tensiones dentro de la democracia ateniense eran salvables, que slo su complicacin con una guerra internacional y una guerra civil interna precipit su cada. Como en el siglo IV sucedi que el modelo de ciu- dad-Estado estaba agotado y no poda competir con una nueva potencia de otro tipo, como era Macedonia.

    Todo esto viene a llevamos a una idea bien evidente y, sin embargo, raramente seguida en exposiciones tanto de la Historia como de la Literatura o la Filosofa griegas: no puede hacerse un tratamiento parcial de estos campos. Sin atencin a los hechos polticos y sociales no podemos comprender nada de la Literatura. Creemos que, en lo relativo tanto a los gneros literarios como a los contenidos de los mismos, nuestra exposicin en este libro da argumentos a favor de esta idea. Y, de otra parte, como ya hice ver en Ilustracin y Poltica hace muchos aos, no es posible estudiar el pensamiento griego sin estudiar al tiempo la que se llama literatura griega.

    La antigedad griega es un todo y los especialistas que la parcelan corren el riesgo de no comprender nada. Aqu intento, aunque sea sumariamente, un tratamiento complexivo, de conjunto, de todos estos campos en torno a estos dos motivos: literatura y socie

  • Literatura, sociedad y opciones polticas 33

    dad, poltica tambin. Comprendiendo dentro de la primera tanto lo que convencionalmente se califica de Literatura como lo que se califica de Filosofa.

    2. El panorama literario al final de la guerra del Peloponeso

    Quiero explorar ms detenidamente este tema en los ltimos aos de la guerra del Peloponeso, para los que nuestra documentacin es ms completa. Este tratamiento lleva ms lejos el anterior y permite, al tiempo, extrapolaciones sobre todo el perodo democrtico.

    Entre el ao 411 el del golpe de Estado oligrquico y el 404 el de la capitulacin de Atenas transcurrieron los ltimos y tristes aos de la guerra del Peloponeso. Tras el 411, el golpe oligrquico fue progresivamente desmontado y fue seguido de una verdadera guerra civil. Y esta atmsfera de conspiraciones, de golpes y contragolpes, de violentos enfrentamientos polticos, continu a lo largo de la restauracin democrtica, en torno a los esfuerzos de Termenes y su grupo, esfuerzos coronados por el xito, de concluir con Esparta una paz que se haca ya indispensable. La derrota de Egosptamos fue el punto de giro decisivo. La virulencia de los Treinta, las luchas polticas que tuvieron lugar tras su cada hasta la amnista del ao 403, no sirvieron sino para poner en evidencia el fondo envenenado de la poltica de Atenas.

    Simultneamente se produca la decadencia econmica , de una ciudad que haba sido floreciente y que estaba ahora en bancarrota. Es a causa de esta situacin por lo que surgieron en una poca posterior diferentes obras literarias de tema fundamentalmente econmico de Aristfanes, Jenofonte, Faleas y otros que han sido anteriormente aludidos.

    Cmo reaccion la literatura ante esta situacin? En primer lugar, se tiene la impresin de que trataba de hacer que la vida continuara. Para ello, cultivaba los mismos temas tradicionales o, incluso, daba al pblico la posibilidad de escapar de una realidad poco agradable. En sus Tesmoforias (411), Aristfanes se ocupaba del viejo tema de los hombres y las mujeres y, en esta pieza y en las Ranas (405), insista en el tema literario de la tragedia. Y si en Lisstrata (411) propona una vez ms la paz, se limitaba con ello a continuar la lnea de su pensamiento anterior. Por estos mismos aos, Sfocles

  • 34 Democracia y literatura en la Atenas clsica

    pona en escena su Filoctetes y su Edipo en Colono, son temas tradicionales. Eurpides, por su parte, presentaba su Orestes, sus Fenicias, sus Bacantes, su Ifigenia en Aulide, insista de una manera crtica en el tema del poder y en el de la locura, quiz en mayor medida que en fecha anterior.

    Pero era el final de una poca. Sfocles y Eurpides murieron el 406; el segundo en su exilio de Macedonia, igual que Agatn. Su crtica es a fin de cuentas la de toda una sociedad. Y en las Bacantes el poeta proclamaba de nuevo, en Macedonia, su fe en una religin irracionalista. Para Aristfanes, en esta poca, el centro de inters se encontraba en el teatro ms que en la vida, sus comedias no sern ya lo que eran. Aunque todava en las Ranas atacaba con virulencia a Cleofonte, el demagogo, y aconsejaba una reconciliacin ciudadana. En realidad, slo la oratoria continuaba siendo un gnero verdaderamente vivo y productivo y adems cargado de porvenir.

    Pero conviene, antes de continuar, hacer un inventario de los escritores que en esta poca trabajaban en Atenas, para ensayar a continuacin establecer sus orgenes sociales y el pblico al que se dirigan, as como su relacin con las clases y los problemas sociales de la poca.

    Los grandes sofistas Protgoras e Hipias no vivan ya, el primero haba muerto hacia el 415 y el segundo hacia el 411. No sabemos nada seguro sobre la muerte de Prdico y de Trasmaco. Pero no exista ya aquella sociedad de jvenes de buena familia que se preparaban con entusiasmo para ejercer la poltica bajo la direccin de los sofistas. Los tiempos no lo permitan ya.

    Todo lo ms, los descendientes de aquellos sofistas, que Platn presenta bajo el nombre de Calicles, podan continuar vivos. La atmsfera envenenada no permita ya la libre discusin: era la hora de los fanticos como el propio Calicles o como Critias, muerto el 403. Es cierto que el viejo Gorgias, al que Platn consideraba como la causa lejana de todos los males, viva. Pero era ms que nada un retrico, es decir, un maestro de retrica y un ensayistarj

    Gorgias era ya, propiamente, un ateniense: de origen siciliano, viva en la ciudad desde el 427. Aquella sociedad de sofistas y poetas extranjeros que vivan en Atenas y que aportaban nuevos grmenes ideolgicos y polticos, haba prcticamente desaparecido. Se puede citar, todo lo ms, a Timoteo de Mileto, un poeta exquisito para medios refinados y tradicionales, que compuso nada menos que un nomos sobre la victoria ateniense contra los persas. Puro arcasmo.

  • Literatura, sociedad y opciones polticas 35

    Hacia el 411 haba muerto Antifonte, el orador de cuo aristocrtico; hacia el 410 mora el autor cmico Eupolis y, en consecuencia, slo Aristfanes dominaba la escena cmica, privado de sus grandes rivales Cratino y Eupolis, que le servan de contraste. Hacia el 415 mora a su vez Helanico, un extranjero de Mitilene que haba escrito la historia tica. Para que fuera continuada, hubo que esperar a que Tucdides volviera del exilio en el 404.

    Otros escritores ms haban alcanzado el fin de su carrera. As, los dos grandes trgicos antes mencionados y Agatn, citado tambin (muri hacia el 401).

    Pero para Eurpides y Agatn, que murieron en el exilio, haba habido previamente una ruptura con Atenas. Sfocles era diferente, era respetado por todos cuando presentaba en su teatro la ideologa religiosa tradicional. Y otros dos autores que conviene volver a citar ahora se encontraban tambin en el final de su carrera: Scrates y Tucdides.

    Scrates morir, condenado por la npeva democracia, el 399. Este rival de los sofistas intentaba construir para Atenas un mundo de valores fijos, pero sobre base racional. Se haba encontrado prcticamente solo en cuanto oposicin: haba chocado con todos. Con la democracia radical cuando el proceso de las Arginusas (406), igual que ms tarde con los Treinta (403) y finalmente con la democracia restaurada. Era prcticamente un exiliado dentro de Atenas.

    Y fuera de Atenas, es Tucdides el que era el gran exiliado. Representaba a la nobleza tradicional en la medida en que era capaz de asociarse al gran proyecto de Pericles, que sus sucesores hicieron fracasar. Reuni en esta poca materiales y experiencias que slo en sus escritos posteriores fructificaron.

    Durante estos aos que ahora nos ocupan eran los oradores Andocides, Iscrates e Iseo, de caractersticas bien diferentes, los que estaban verdaderamente en plena actividad. Tambin Lisias, que lleg a Atenas, procedente de Turios, el 412 y que hubo de vivir de la enseanza de la retrica. Empez a escribir, sin duda, en esta poca, por ms que su produccin conservada est datada a partir del 403.Y el autor cmico Aristfanes, de que he hablado, junto al cual escriban otros de menor importancia, tal Platn el Cmico.

    Ciertamente, las experiencias de la poltica atenienses eran vividas apasionadamente por hombres ms jvenes, como Platn o Jenofonte, que tomaron en definitiva sus ideas de una reaccin contra lo que sus ojos vean. Pero su produccin literaria es posterior al 404.

  • 36 Democracia y literatura en la Atenas clsica

    Esta fecha del 404. .(o el 403, si se quiere) es, pues, el punto lmite en el que algo antiguo desapareca y algo nuevo iba a crearse. La comedia continuar existiendo, sin duda, pero bajo una forma diferente; la oratoria se desarrollar en todos sus gneros; la tragedia desaparecer; y nacer la nueva historia de Tucdides. A su vez, muchas cosas haban desaparecido hacia el 411. El perodo 411-404 es claramente de transicin.

    Est dominado por la oratoria y la comedia, as como por el fin de la tragedia y por Scrates: estos dos enemigos mueren a la vez. Pero estn tambin ya las races de escritores cuya produccin es posterior, como Tucdides, Platn y Jenofonte, segn hemos dicho ya.,

    3. Literatura, sociedad y poltica en estas fechas

    Hay una cuestin que ha sido raramente formulada: la de la clase social a que pertenecan los escritores de las diferentes generaciones que producan su obra en Atenas en los aos que nos ocupan y de los que, en Atenas o en otras partes, preparaban su produccin del perodo siguiente. Se sabe que nuestros datos sobre este tema son escasos e imprecisos. Pero aun as es interesante dilucidarlos y ver, luego, si tienen relacin con las posiciones poltico-sociales o los gneros que cultivaban los diferentes autores o con el pblico al cual se dirigan.

    A la clase aristocrtica o, por lo menos, a una clase distinguida, poseedora de riquezas agrarias, pertenecan Antifonte, Andcides, Cridas, Platn y Jenofonte. Los dos ltimos eran ms jvenes; los primeros tuvieron todos problemas polticos graves, a los que en ciertos casos se aadieron el exilio o la muerte. Hay que notar que no hay entre ellos autores de teatro. Pertenecientes a una clase rica, pero de una riqueza industrial, y no nobles eran Sfocles y Lisias, ste de origen siracusano, como se sabe. Es sin duda de una clase acomodada de donde vena Eurpides, las alegaciones de los cmicos de que su madre era una verdulera no son aceptadas hoy da. El mismo es el caso, verosmilmente, de Aristfanes, que parece descender de colonos atenienses establecidos en Egina.

    No hay indicios que sealen un origen artesano o popular de ningn escritor ateniense. La excepcin es Scrates, hijo de un escultor, que, aunque nada haya escrito, forma parte por derecho propio de la literatura ateniense.

  • Literatura, sociedad y opciones polticas 37

    Adems, estn los extranjeros y los hombres que por alguna razn se arruinaron y tuvieron que ganarse la vida enseando la retrica.

    Gorgias, ya se ha dicho, es un extranjero: vino a Atenas como embajador de Leontinos el 427 y vivi de esa manera. Es a la falta de medios a lo que los bigrafos antiguos atribuyen la actividad oratoria como loggrafos (escritores de discursos de encargo, negros diramos), al menos en sus primeros tiempos, de Iscrates, Iseo y Lisias; y, en el siglo IV, de Demstenes.

    As, la literatura ateniense de este tiempo tiene su origen fundamentalmente en las clases aristocrticas o acomodadas; el nico que hace excepcin, Scrates, estaba perfectamente integrado en la ciudad de Atenas, aunque chocara con ella a causa de su reformismo. Pero no defenda ninguna causa de las clases sociales inferiores. Tampoco posiciones aristocrticas.'

    CEn realidad, las posiciones aristocrticas se encuentran en la literatura ateniense de este perodo y del siguiente y slo en una cierta medida, es un tema muy complejo en el orador Andcides y en personajes interesados en la poltica (l tambin) tales como Critias, Platn y Jenofonte. Pero Andcides, en nuestro perodo, estaba en el exilio, la produccin literaria de Critias fue muy limitada y Platn y Jenofonte comenzaron a escribir ms tarde. De otra parte, el nico escritor que sostena las posiciones tpicas de la democracia radical, fue Lisias, que intervino en la lucha poltica de fin de siglo y cuya produccin es casi toda posterior al 403.

    Es decir: en el perodo ms virulento de los problemas polticos de Atenas, en 411-403, casi no hay literatura engage ni en un sentido ni en el otro. Y no hay apenas escritores en actividad que representen a la aristocracia, y estos incluso pueden no ofrecer es el caso de Tucdides posiciones oligrquicas. Ni hay apenas escritores de origen social popular y en todo caso no estn en relacin con posiciones democrticas radicales.

    Puede afirmarse desde un punto de vista general que, en esta poca, la mayor parte de los escritores atenienses (los autores trgicos y cmicos, los oradores como Iscrates, Scrates) estaban alejados de las dos zonas extremas del espectro poltico. Y esto, fuera cualquiera su origen social, raramente aristocrtico. Las posiciones que defendan se apoyaban de un modo u otro en la tradicin ateniense y eran al tiempo democrticas, con todos los matices que se quiera. Dominaba, en realidad, una corriente conservadora, ms o menos influenciada por el nuevo espritu racional y liberal.

  • 38 Democracia y literatura en la Atenas clsica

    La literatura ateniense segua un curso diferente de los extremismos de la poltica que arrastraban a Atenas hacia la guerra civil. Y las posiciones radicales de tipo aristocrtico u oligrquico o bien de tipo nietzscheano a la manera de Calicles, apenas tuvieron peso. No ms que los ensayos de reforma social, que debieron esperar a las propuestas ms o menos utpicas del siglo IV.

    En cuanto a los escritores, pertenecan fundamentalmente a la clase rica o acomodada o al grupo de los que obtuvieron una posicin por s mismos con ayuda de la oratoria.

    Para comprender mejor esto, hay que tener en cuenta ciertos hechos. El ms importante es que en Atenas las divisiones polticas no se producan en este momento en tanto que divisiones de clase o de riqueza, sino de intereses. Los agricultores acomodados de Atenas se unan aos oligarcas o se separaban de ellos, segn las circunstancias, pero no se unan al partido radical. Este reuna a los ricos armadores e industriales del Pireo y al pueblo que viva pobremente de la industria y el comercio. Y todos participaban de una cultura comn: tradicional en la base, pero atravesada por las corrientes reformistas de la Ilustracin.

    No hubo en Atenas, lo he dicho ms arriba, una clase intelectual que fomentara el derrocamiento del antiguo rgimen como en Francia en el siglo XVIII. Es que el antiguo rgimen haba sido derrocado haca ya tiempo. El aristocratismo y el oligarquismo estaban prcticamente aislados y no haba surgido un populismo propiamente dicho. Adems, para hacer literatura las diferencias de clase eran secundarias, aunque es cierto que los aristcratas y las clases populares eran las menos representadas. '

    Todo esto debe ser puesto en relacin con otro tema interesante: el del pblico al que la literatura se diriga. Aqu las cosas son un poco diferentes.

    Porque la literatura ateniense, sobre todo la ms viva, el teatro y la oratoria, se diriga al pueblo entero: aristcratas, gentes acomodadas de una riqueza agraria o industrial, gentes del pueblo. Lo mismo Scrates. Esta es la gran diferencia entre la cultura del siglo V (y, concretamente, de nuestro perodo) y la cultura aristocrtica que la precedi en el tiempo. En ella, la lrica sobre todo se diriga a crculos muy restringidos, tambin la filosofa.

    Esta es, sin duda, la razn por la cual el teatro no pudo ser nunca un gnero que estimulara las divisiones, sosteniendo ideologas enfrentadas. Representado en la fiesta de la ciudad, era una enseanza

  • Literatura, sociedad y opciones polticas 39

    para toda ella: una enseanza tradicional, pero innovadora tambin. A travs de l, las clases fundamentalmente acomodadas y conservadoras, que eran las qu principalmente detentaban la cultura ateniense, ejercan una influencia sobre el pueblo.

    Sin duda, el caso de la oratoria era diferente. Poda haber y haba oradores radicales de todas las tendencias y oradores tcnicos como Iseo, que viva apartado de la poltica. Haba otros del gnero epidictico, como Iscrates, que buscaban un consenso general y que actuaban igual que los poetas sabios que instruan al pueblo.

    Prescindiendo de las excepciones, la literatura de Atenas no tena ms que un destinatario nico, el pueblo de Atenas. Es este tambin el caso de Scrates, tan diferente del de sus predecesores los sofistas. Haciendo excepcin de los estudiantes de retrica, una materia tcnica, en suma, no haba en Atenas pblicos especializados, como los haba en las antiguas ciudades aristocrticas. Y como volvera a haberlos, mucho ms, en las monarquas helensticas.

    Es cierto que contra esto podra alegarse la existencia de los banquetes de los nobles y de las heteras o clubs polticos de stos. Pero no haba, para ellos, literatura especfica compuesta recientemente. Vivan de la herencia del pasado: de elegas, de canciones lricas y de escolios que databan del siglo VI o de comienzos del V, aunque estos gneros pudieran producir ciertas imitaciones.

    Lo que suceda es que la literatura aristocrtica no exista ya: ni en Atenas ni fuera, despus que Pndaro muri en los aos cuarenta del siglo. Si haba un aristcrata que escribiera, era en general para su propia defensa ante los tribunales. En el siglo IV la situacin cambi un tanto, ya lo he apuntado.-

    Pese a la guerra y a la decadencia econmica, pese a las luchas civiles tambin, la literatura no fue, en el perodo que nos ocupa, un factor de divisiones sociales ni polticas; ms bien, un factor de continuidad. Lo ms divisivo haba sido la sofstica: y sta no exista ya. Y Scrates, y ste fue silenciado.

    Por lo dems, es evidente que nos hallbamos, en este perodo, ante una literatura en crisis, como en crisis estaba la misma democracia. La tragedia estaba en trance de muerte, la comedia evolucionaba, era la oratoria la que se impona. Y haba una nueva inquietud intelectual que creara en el siglo IV nuevas formas de pensamiento: la de Tucdides, la de las diferentes escuelas socrticas.

    Pero todas estas formas de pensamiento, que ciertamente introducan divisiones nuevas, conservaron la vieja tradicin de dirigirse

  • 40 Democracia y literatura en la Atenas clsica

    al pueblo todo, de intentar convencer a todo el mundo. Y, cualesquiera que fueran sus races y sus novedades, se apartaban del aristocratismo puro y simple: proponan nuevos modelos de hombre. Se pretenda que llegaran a todos y que se accediera a todos por medios racionales. De otra parte, los problemas econmicos provocaron propuestas de reforma, pero jams en el sentido de una insolidaridad de las clases o de movimientos populistas o revolucionarios. La democracia ateniense comenz como un pacto contra la revolucin y a favor de la unidad de nobles y pueblo; y, pese a todos los problemas, as acab.

    Las circunstancias polticas, sociales e ideolgicas del mundo griego de la poca de la democracia de Atenas nos recuerdan muchas cosas del mundo actual. Hay grandes paralelismos: volveremos sobre ello en la ltima parte de este libro. Pero las diferencias son importantes, tambin.

    En todo caso, todo esto est ilustrado por la literatura ateniense.Y hay que observar sta, a su vez, teniendo en cuenta los hechos polticos y sociales para comprenderla mejor y comprender tambin mejor stos.;

  • Captulo III .LITERATURA Y TEORA POLTICA

    1. La literatura poltica: orgenes y aspectos formales

    La reflexin poltica, aguda desde el comienzo de la literatura griega, se intensific obviamente con el surgimiento de la democracia, con, sus crisis y con los enfrentamientos entre las naciones griegas, que eran, al tiempo, enfrentamientos entre regmenes diferentes: esto tanto en el siglo V como en el IV. Hasta tal punto es esto as que podra decirse que toda la produccin literaria de est poca es, de un modo u otro, una literatura poltica, como h podido verse en las pginas anteriores.

    Es ahorta cuando por primera vez encontramos una teora general de la democracia con su varia problemtica, de la poltica exterior, del rgimen espartano, del Estado en general; sin olvidar por ello los precedentes arcaicos, de los que ya habl y que resumir a continuacin. Ya vimos que esa teora surge en los distintos gneros literarios, sin disponer de un gnero propio.

    Incluso obras estrictamente polticas, como diversos tratados (la Constitucin de Atenas del Viejo Oligarca o la Constitucin de los la- cedemonios, de Jenofonte) o diversos dilogos (la Repblica de Platn, por citar uno), no son sino una seccin de gneros ms amplios.

    De otra parte, en la antigua Grecia no se lleg a distinguir, como entre nosotros, una teora propiamente poltica de una teora moral.

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  • 42 Democracia y literatura en la Atenas clsica

    Ms que de una literatura poltica s rielo sensu se trata de una parte de la literatura ateniense que tiene fuertes connotaciones polticas. Con esto me separo de la tradicin que comienza a estudiar la teora poltica griega por Platn, que no es sino un estadio final procedente de la reaccin contra la democracia de sus das.

    La literatura poltica ateniense es una continuacin de grmenes de la edad arcaica. Los elementos polticos de los diversos gneros literarios de la edad arcaica, con frecuencia recogidos ya en los anteriores captulos, utilizaban, fundamentalmente, los siguientes medios:

    a) La exhortacin o parnesis, as en Hesodo, Tirteo, Soln, Teognis, Alceo, Herfclito, etc., con mayor o menor extensin segn los casos.

    b) La mxima, en los mismos autores y en otros; a veces se ampla en reflexiones de mayor extensin.

    c) El ataque y el sarcasmo, en Alceo, Safo, Soln, Teognis.d) El encomio, menos frecuente.

    Hay que observar que estos medios son frecuentemente empleados en contextos plenamente personalsticos; pero que, en otras ocasiones, se parte de ah para llegar a reflexiones de carcter general sobre temas cual la justicia, las clases sociales, la naturaleza humana, la conducta del ciudadano en general y el mismo destino de la ciudad. Con frecuencia se busca apoyo en el mito (como, en Alceo S 262, el de Ayax y Casandra, que amenaza a Pitaco, traidor a su juramento); en la fbula (as Arquloco, en sus Epodos, critica a Licambes y a otros nobles de Paros); en el smil (as el de la nave del Estado, que pasa de Arquloco a Alceo1); en la ancdota y el relato histrico, por no hablar de propios y verdaderos razonamientos introducidos por los poetas.

    Esta breve introduccin sobre los precedentes arcaicos hace comprender mejor el desarrollo de la teora poltica en la edad ateniense: cuando, al lado de los gneros antiguos, como la lrica (pienso sobre todo en Pndaro) y la filosofa jnica (Demcrito, etc.), encontramos, ya lo dijimos, gneros que pueden llamarse nuevos, sobre todo el teatro, la historia, la oratoria, el dilogo, el tratado.

    Dentro de ellos reaparecen los antiguos procedimientos y medios, a los cuales evidentemente se aaden otros nuevos. Reaparecen la mxima, la parnesis, el sarcasmo, el encomio y, con ellos, la fbu

  • Literatura y teora poltica 43

    la y el mito. Pero es claro que no todo es antiguo: los gneros son nuevos en su conjunte, incluso si contienen elementos antiguos. No son lo mismo, por ejemplo, un mito ejemplificador dentro de un poema lrico y un mito dramatizado dentro de una tragedia; o un ejemplo anecdtico histrico y una obra histrica; o una parnesis en contexto lrico y en el contexto de un discurso de Demstenes. Estos nuevos encuadramientos permiten formulaciones e intenciones nuevas; adems, los gneros se interpenetran y podemos encontrar, por ejemplo, el dilogo y el discurso en un contexto ms precisamente histrico o teatral.

    Puede decirse, pues, que en la poca que nos interesa se han profundizado los planteamientos tericos y generales de la literatura arcaica, sin abandonar por ello el tema personalstco. Sin embargo, ahora comenzaron a surgir, por ejemplo, investigaciones sobre las causas de tales o cuales sucesos, de determinadas constituciones o regmenes o sobre el origen del Estado; y propuestas reformistas e incluso utopsticas.

    La crtica, la exhortacin y el encomio se fundan ahora en un pensamiento poltico mucho ms concreto y preciso. As, aparece la crtica de determinadas concepciones de la democracia en obras de Sfocles y Aristfanes, en pasajes de Tucdides, en discursos de Isocrates. O bien se dejan ver posiciones polticas bien precisas, propugnadas en esas obras y en otras. Exponiendo en forma ms detallada aquello a lo que hemos solamente aludido, y completando lo dicho en un captulo anterior sobre el tema del debate democrtico, sealemos, entre los principales gneros en que esa teora s expone (gneros y subgneros, es decir, los numerosos gneros menores que pueden descubrirse dentro de los otros):

    a) La Tragedia

    Es, como he dicho, mito dramatizado; mito habitualmente con proyeccin poltica. En ella los problemas polticos actuales son tratados bajo el simbolismo del mito. Con esto no me refiero tanto a las alusiones, ms o menos seguras, a la actualidad poltica cotidiana, como a los grandes problemas: libertad contra tirana, en los Persas de Esquilo; derechos del poder y de los sbditos, en el Prometeo y la Antigona; el tema del vencedor y los vencidos, de la culpa y del castigo (con proyeccin poltica) en la Orestea, las Troyanas, etc. El mito

  • 44 Democracia y literatura en la Atenas clsica

    difumina ciertos contornos (por ejemplo, tanto el poder democrtico como el no democrtico deben expresarse a travs de la figura del hroe). Pero la tragedia configura diversas concepciones del poder poltico, incluso dentro de un sistema democrtico. Es exposicin y al mismo tiempo parnesis, enseanza dirigida a todo el pueblo, siempre expresada de una manera antiagonal, humana, democrtica en suma2.

    Ahora bien, habra que insistir en que la tragedia, sobre un fondo general democrtico, no defiende, a partir de Esquilo, opciones polticas ni personales concretas. Expone y reflexiona: el tema de lo trgico de la vida humana, que no puede ni debe rehuir la accin y es vctima de la misma, la domina. Es ah donde surge la oposicin a otros modos de pensar, sobre todo a la filosofa socrtico-platnica, como hemos de estudiar ms en detalle.

    b) La Comedia

    Tenemos aqu mitos inventados, si bien sobre la base de esquemas muy tradicionales, sobre todo el del triunfo del salvador de la ciudad, del restaurador de la paz y la concordia3. Obviamente, el tema propiamente dicho es abiertamente actual, por ejemplo el de la guerra y la paz en la guerra del Peloponeso; o el conflicto entre un Estado cada vez ms opresivo y la libertad del ciudadano. Si se deja de lado la problemtica, demasiado compleja para ser definida aqu, del conservadurismo y el progresismo (pero he hablado ya del tema), de lo serio y lo propiamente cmico, es claro que la comedia no slo presenta modelos de sociedad y juicios de valor sobre ellos, sina que sugiere tambin un programa que a veces puede conducir al utopismo, pero siempre a partir de una reflexin poltica seria.

    c) El mito en general

    A caballo entre los gneros subrayamos la presencia del mito poltico. Para no insistir en el cultivado por el teatro, sealemos su utilizacin en tratados o ensayos sofsticos, como el Sobre el estado originad de Protgoras (mito de Prometeo) y las Horas de Prdico (mito de Heracles y la Virtud); en discursos epidicticos como el Palamedes de Gorgias; o en dilogos como el Dialogo Troyano de Hipias. Platn

  • Literatura y teora poltica 45

    desarroll mitos polticos orignales en dilogos como el Poltico (mito sobre el origen y evolucin de la sociedad) o el Critias y el Ti- meo (la Atlntida).

    d) Ambientacin extica en el dilogo o narracin novelesca

    Con la discusin de temas polticos en contextos crticos, tocada en los tres puntos anteriores, pueden compararse algunos dilogos entre personajes extranjeros o exticos. Muchos de estos dilogos estn incluidos en la Historia de Herdoto4; baste citar el de Soln y Creso (I 29 ss.), el de Bias, Pitaco y el propio Creso (I 27), el de Artabano y Daro y luego Jerjes (IV 83, V I I10-11); y, sobre todo, el conocido dilogo de los tres persas sobre la mejor forma de gobierno (III 80 ss.)

    Quiz tambin este ltimo, pero sobre todo los primeros, en los que un sabio aconseja a un rey, proceden de los esquemas de la literatura oriental, conocidos tambin por el Libro de Ahikar asirio. Se reflejan tambin en la leyenda de Esopo, reelaborada ms tarde en una Vida de poca helenstica, en la cual el autor aconseja igualmente a su amo, a los samios, a Creso y a los delfios5. En este ambiente hay que situar obras novelescas como la Ciropedia de Jenofonte presentacin del gobernante ideal en la figura de Ciro y todava, en el siglo IV, la descripcin de pueblos ideales en ambientes exticos o de idealizacin de pueblos primitivos (Teopompo, Eforo, Hecateo de Abdera, Evmero, diversos mitos platnicos6).

    e) Dilogos

    As como los dilogos anteriores aparecen en el contexto de otras obras y con el condicionamiento de un ambiente extico, a veces novelesco, hay otros dilogos que forman obra independiente y que son situados en el ambiente de la realidad contempornea. Es, como se sabe, un gnero que nace de la enseanza socrtica, aunque no se ha insistido suficientemente en el influjo ejercido por el teatro7.

    Desde el comienzo, una buena parte de esta produccin es de contenido poltico. Baste citar dilogos de Esquines como Milcades, Aspasia, Alcibiades; de Jenofonte como Las Memorables, Hiern; y los bien conocidos de Platn. Estos dilogos carecen del desarrollo

  • 46 Democracia y literatura en la Atenas clsica

    mtico presente en el Dilogo Troyano de Hipias y en la tragedia; encuentran su paralelo en el dilogo, muchas veces poltico, de la comedia y de los historiadores.

    f) Discursos

    En poca arcaica encontramos elegas y poemas exhortativos que son verdaderos y propios discursos, demegorai en verso. Y si nada nos queda de la oratoria de la poca de Cimn y Pericles, salvo pequeas frases y motivos, es al final del siglo V cuando la oratoria comienza a desarrollarse y tiene, con frecuencia, temtica poltica.

    Es el caso de la oratoria que llamaramos parlamentaria, como la mayor parte de la de Demstenes a partir de su discurso Sobre las simmoras, del 354; y de la epidictica, de tema general, ya mtico como el antes citado Palamedes de Gorgias, ya de actualidad, como la mayor parte de la produccin de Iscrates. Pero en ningn caso se trata solamente de exhortaciones; stas tienen su fundamento en un anlisis de situaciones polticas y de politeai (regmenes, constituciones) y en crticas y juicios de valor sobre las mismas. Hay, pues, una propia y verdadera teora poltica, y ms en discursos epidicticos del tipo del discurso fnebre (as los de Gorgias y Lisias, por no hablar del epitafio de Pericles en Tucdides y del Menxeno platnico). Pero la oratoria poltica y forense es, ante todo, un instrumento de la democracia y de sus decisiones polticas, que el orador ha de saber provocar en el sentido que considera correcto. Sobre esto hablar en otro captulo.

    g) Historia

    Ya vimos cmo en Herdoto y Tucdides sobre todo, pero no slo en ellos, el relato de los acontecimientos polticos da lugar a reflexiones sobre sus causas, sobre la divinidad o sobre la naturaleza humana. Pero el hecho ms importante es que de aqu surgen, en relatos, dilogos o discursos contrapuestos y en reflexiones que hace el propio autor, especulaciones sobre las ventajas y desventajas de los distintos regmenes polticos, las distintas politeai, as como sobre el comportamiento del pueblo y los gobernantes8.

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    h) Tratados

    A partir de la precedente produccin en prosa, de contenido filosfico o cosmognico, naci ahora una literatura que produjo ensayos y ms tarde verdaderos tratados. Es este un panorama bien conocido al final del siglo V y luego en el IV, con tratados de varios sofistas y filsofos. Citemos el Sobre el estado original de Protgoras; el Pequeo ordenamiento del mundo y Sobre la serenidad del nimo, de Demcrito; diversas Constituciones, tales la Constitucin de A tenas del Viejo Oligarca, la Constitucin de los lacedemonios de Jenofonte y luego las diversas Constituciones de los alumnos de Aristteles y la de Atenas del propio maestro.

    Hay tambin obras descriptivas de tipo general, reformistas o utopistas, desde las de Faleas e Hipodamo a la Poltica de Aristteles. En obras como stas se combinan, en varias dosis, la descripcin de los hechos polticos, la crtica y las propuestas de reforma, sin excluir las utopas. La diferencia respecto al dilogo consiste en buena medida tan slo en la forma.

    2. La literatura poltica: contenidos

    Esta rpida enumeracin de gneros polticos (ms bien, del uso poltico de diversos gneros) nos ofrece un panorama en el que la poltica est slo parcialmente presente, muchas veces sin distincin neta con posiciones moralsticas. Pero hace ver la riqueza del magnfico florecimiento en este sentido de la literatura ateniense. Nos presenta las diversas politeai con sus caractersticos tipos humanos y con su contraste con la prctica. Indica sus defectos y ventajas, explica las causas de su origen y decadencia, propone reformas y alternativas.

    Pero al tiempo se tocan temas ms generales, como el del origen del Estado y de toda la vida poltica: origen que puede colocarse en la misma naturaleza humana, entendida por lo dems de manera evolutiva. Hay que recalcar que existe una tendencia a pasar de exposiciones mticas y simblicas a la presentacin directa de los hechos, de los cuales se sacan conclusiones concernientes a la interpretacin de las causas o a la exhortacin a la accin. A partir de fines del siglo V, primero con Tucdides y luego con la oratoria y el dilogo, se procedi con ms precisin en esta direccin.

  • 48 Democracia y literatura en la Atenas clsica

    Debemos obviamente damos cuenta de que el contexto poltico en que se mueve toda esta literatura es en primer trmino aquel que he denominado democracia religiosa, que funda en principios divinos el equilibrio del rgimen, como se puede ver sobre todo en Esquilo. Se lleg ms tarde, como hemos visto, a un contexto de democracia de fundamento humano, racional, cuya teora fue creada por sofistas como Protgoras, pero fue contrastada por pensadores ms religiosos como Sfocles o Herdoto, de posiciones ms tradicionales.

    Sobrevino luego en Atenas y fuera de ella la crisis de la democracia y con ella la culminacin de la literatura poltica: de la crtica radical de ciertos sofistas como Trasmaco y Calicles (en sus versiones platnicas) hasta el reformismo de aquellos que propugnaban una poltica de inspiracin platnica, para no hablar de los diversos uto- pismos. Pero no es slo esto: en el mundo griego y en el brbaro continuaban viviendo regmenes tirnicos y monrquicos, regmenes oligrquicos y el rgimen espartano. Eran objeto de crtica o admiracin, segn los casos, e inspiraban escritos polticos.

    Quedan todava algunos temas polticos esenciales, como el de la poltica exterior, que enfrentaba el concepto de independencia con el de hegemona y que pona en relaciones varias la politea y la poltica exterior (en realidad, muy influida por la politea), o el de la relacin entre evolucin poltica y moralidad y comportamiento humano (epi- tedemata, trpoi). La estabilidad y decadencia de los Estados, que es el tema central, tiene o no que ver con el respeto a las normas tradicionales aprobadas por la ley? Y, en definitiva, cules deben ser los comportamientos y caractersticas de los gobernantes ante los pueblos y los Estados para obtener aquella deseable estabilidad que es lo que buscaban todos los pensadores del mundo griego y no el progreso que nosotros buscamos9?

    Como deca ms arriba, si bien la literatura de la edad arcaica se ocupaba, en Hesodo, Soln, Hecateo, etc., de temas generales que tienen relacin, desde el punto de vista religioso o moral, con el tema de la estabilidad y la decadencia, fue en este momento cuando el tema fue ampliamente estudiado en relacin concreta con los diversos regmenes polticos. Sobre la base de ejemplos mticos, imaginarios o reales, insisto, hallamos investigaciones sobre las causas del comportamiento histrico de las politeai, sobre todo al nivel humano, y propuestas de reforma de las mismas e incluso de creacin de otras nuevas.

  • Literatura y teora poltica 49

    Con esto estoy pasando, como puede verse, de la forma al contenido de la literatura poltica ateniense. Porque ateniense es, insisto, la mayor parte de esta literatura, aunque algunos de sus autores no nacieran en Atenas. Es sin duda el espectculo de la democracia ateniense tambin de otras, pero de.sta sobre todo el que hizo llegar a Demcrito y a los sofistas a su teora de la democracia; y es claro que sta contribuy grandemente a la formulacin del pensamiento de Herdoto.

    Incluso Pndaro, cuando justifica una concepcin aristocrtica de la sociedad y del Estado, fundada en las diferencias de naturaleza entre los hombres y las clases10, est combatiendo precisamente el modelo ateniense. Este era, en la edad que estudiamos, el centro de la reflexin poltica. Y fueron a su vez los atenienses los primeros que especularon sobre todos los fenmenos que surgan de la sociedad griega. Sobre los encuentros y conflictos entre griegos y brbaros, iluminados por Esquilo; sobre la guerra del Peloponeso, elevada a ejemplo perenne por Tucdides; sobre la debilidad de la democracia desestabilizada, de que hablan Tucdides, Aristfanes, Eurpides; sobre la constitucin de Esparta, fuente de inspiracin de tantos pensadores; sobre los problemas del hegemonismo, estudiados por Iscrates; sobre la decadencia de la polis, de la que se ocuparon tantos autores hasta llegar a Demstenes.

    Pero despus de haber hecho una sumaria clasificacin, desde el punto de vista que nos interesa, veamos ahora algunos de los temas fundamentales, las lneas de fuerza de la literatura poltica ateniense.

    a) Descripcin de la vida poltica

    La descripcin de las diversas politeiai procedi con un extrao retraso respecto a la explicacin de los hechos, la investigacin de las causas y el estudio de las reformas. Es fcil encontrar aqu y all, en los trgicos, los cmicos y los historiadores, referencias a las constituciones de los diversos Estados y a su funcionamiento, as como descripciones generalmente tpicas de la tirana, la oligarqua y la democracia. Pero son cosas que se escriben de pasada dentro de la descripcin de los procesos histricos. Incluso cuando, a punto de comenzar la guerra del Peloponeso, el Viejo Oligarca escribi su Constitucin de Atenas, es claro que su finalidad no era una descripcin cientfica y desinteresada. Se trataba de explicar cmo el pueblo

  • Democracia y literatura en la Atenas clsica

    ateniense operaba como operaba y por qu exista un rgimen que, en opinin del autor, era absurdo de por s. Tambin la Constitucin de los lacedemonios de Jenofonte buscaba, y es evidente desde el comienzo, la explicacin de por qu Esparta era tan fuerte y estaba tan bien gobernada, segn el autor.

    Hay que llegar a la Constitucin de Atenas de Aristteles y a los libros III-VI de su Politica para encontrar el tipo de estudio cientfico y analtico que estamos buscando, de un nivel paralelo al de las obras aristotlicas de Historia Natural. Es de suponer que este nivel haba sido alcanzado por las otras Constituciones, obra de sus alumnos. Pero no ocurra as, sin duda, con las Constitucio