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EL DÍA, domingo, 15 de diciembre de 2013 p1 revista semanal de EL DÍA del domingo P odríamos iniciar nuestro relato centrándonos en la primera persona que tiene relación con Tenerife, y que es Francisco Duggi, llega- do a la isla en 1761, procedente de la ciudad de Livorno, en Italia, de donde era natural. La relación comercial y humana existente entre Tenerife y Livorno, como con toda Italia, fue impor- tante y numerosa según nos informan las crónicas escritas. El asentamiento italiano en nuestras islas desde el mismo comienzo de la colonización es algo conocido y documentado. Livorno fue un puerto mediterráneo de importancia desde que fue fundada la ciudad por los Médici en 1577, con proyecto de Buentalenti, dotándola no solo de palacios y edificios históricos sino también de un buen puerto, ase- gurándose una salida al mar desde Flo- rencia, donde pudieron asentarse mercaderes y comerciantes sin tener que sortear complicaciones, gracias a una constitución liberal que les permi- tió practicar abiertamente la fe reli- giosa. Esta conocida y sorprendente Constitución livornina ofreció asentamiento tanto a judíos que huían aún de la expulsión de España, como a griegos, armenios, árabes, tur- cos, ingleses, franceses, holandeses, portugueses, rusos y españoles, logrando convertir al puerto en uno de los enclaves francos e importantes en el Mediterráneo durante los siglos XVII y XVIII. La estructura urbana y arquitectó- nica de la ciudad cambió la fisonomía tradicional en aquellos momentos lo- grando una disposición de calles y de canales de agua a semejanza de los de Venecia, que fueron adelantados en su modernismo como ciudad del re- nacimiento y que ofertó una nueva con- cepción en sus trazados y vías. Desde esta agradable ciudad toscana, a orillas del mar Tirreno partió con rumbo a Tenerife Francisco Duggi en 1761 Una ciudad próspera y cosmopolita cuando Florencia destacaba bajo la regencia de los Médici, quienes la con- virtieron en un centro portuario dotado de fortificaciones militares y acogiendo, como ya dijimos, una diversidad multirracial aceptando el refugio de exiliados y huidos por razones religiosas y políticas. Haciendo un breve recorrido por sus calles, y con el afán de ponernos en situación en la época en que aparecen los Duggi, encontramos dos fortalezas que dan frente al mar: la Fortezza Vecchia y la Nuova. La más antigua ofreciendo un complejo monumental urbano que edificó Sangallo el Joven. La nueva es un bastión del siglo XVIII que hoy está convertido en un parque público. Entre ambas fortaleza se ubica “la nueva Venecia”, barrio de ambiente marinero que se caracteriza por sus numerosos canales, que sir- vieron de vías en el siglo XVII. En la ciudad abundan iglesias de diferentes cultos levantándose en el centro anti- guo, en la Plaza Grande, el Duomo del siglo XVI-XVIII. No olvidamos el más importante monumento livornés, que se dedica “ai Quattro Mori”, monumento erigido a Fernando I, Gran Duque de la Toscana, y realizado por Giovanni Bandinni en 1595 y finalizado con las figuras en bronce de los Mori, realizadas por Pietro Tacca en 1626. Por tanto, concluimos en la impor- tancia de esta tierra privilegiada, antiguo asentamiento etrusco, próximo a las grandes ciudades de Pisa, Florencia y Siena, tierra que algunas noticias emparentan y relacionan con nuestras islas en un dato, posiblemente legen- dario y romántico, que tiene que ver con los pájaros canarios. Se conocen informes sobre estas bellas aves canoras que identifican y bauti- zan a nuestro archipiélago desde las primeras visitas de los navegantes y conquistadores. Hay quien afirma que desde 1330, en la expedición que envió el rey Alfonso VI a las islas, aparecen las primeras referencias de los canarios silvestres. Se documenta que Jean de Bethencourt, en 1402, durante la conquista de Canarias, se sorprendió del canto de estos pájaros que denominó “canarios” y que llevó a la corte francesa en su regreso. De igual forma, Enrique el Navegante lo introduce en la corte portuguesa al regreso de su expedición por África y Madeira. Se cuenta que Walter Raleigh ofrece a la reina Isabel de Inglaterra algu- nos canarios que cautiva en jaulas de Texto : Carlos García y Zenaido Hernández (www.tertuliadeamigos25deJulio.com) Mapa de Italia resaltando la región de Livorno. PATRIMONIO La Marquesina del puerto de Santa Cruz cumple cien años. Un vistazo a ese siglo de vida portuaria . 6/7 Luis Duggi fue un conocido hombre de negocios que ejerció diferentes ocupaciones y que participó activamente en la vida pública y social del Santa Cruz de finales del siglo XIX, no solo edificando y levantando un barrio en terrenos heredados familiarmente, sino también como miembro activo de la vida municipal, ostentando cargos en el consistorio, unas veces como teniente de alcalde y otras como alcalde accidental. Amén de las ocupaciones comerciales y mercantiles tanto en Tenerife como en Cuba, de donde era originario. Su vida está cargada de episodios pintorescos, que hemos ido cono- ciendo mientras ahondábamos en su trayectoria personal y que hemos podido desvelar mediante la aportación de datos por línea familiar y a partir de muchas indagaciones en muy diferentes lugares, ya que, paradójicamente, es un apellido que ha desaparecido en Canarias y se pierde en Cuba, conser- vándose más directamente en los descendientes de nuestro personaje que residen actualmente en Estados Unidos. Fue este contacto con las actuales herederas del apellido Duggi, tres hermanas residentes en Ohio, Elena, Deyanira y Beatriz Duggi, lo que nos motivó para comenzar este laborioso e intrin- cado laberinto de la genealogía del apellido y que, afortunadamente, hemos podido concretar hasta el máximo posible, uniendo la línea ascendiente del primer Duggi llegado a Tenerife, hasta las antes nombradasfamiliares que siguen una línea emparentada más o menos directa. Genealogía del apellido Duggi (1) Apellido italiano en la historia de Santa Cruz de Tenerife pasa a la pág. siguiente

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EL DÍA, domingo, 15 de diciembre de 2013 p1

revista semanal de EL DÍAdel domingo

P odríamos iniciar nuestrorelato centrándonos en laprimera persona que tienerelación con Tenerife, y quees Francisco Duggi, llega-

do a la isla en 1761, procedente de laciudad de Livorno, en Italia, de dondeera natural. La relación comercial yhumana existente entre Tenerife yLivorno, como con toda Italia, fue impor-tante y numerosa según nos informanlas crónicas escritas. El asentamientoitaliano en nuestras islas desde el mismocomienzo de la colonización es algoconocido y documentado.

Livorno fue un puerto mediterráneode importancia desde que fue fundadala ciudad por los Médici en 1577, conproyecto de Buentalenti, dotándola nosolo de palacios y edificios históricossino también de un buen puerto, ase-gurándose una salida al mar desde Flo-rencia, donde pudieron asentarsemercaderes y comerciantes sin tenerque sortear complicaciones, graciasa una constitución liberal que les permi-tió practicar abiertamente la fe reli-giosa. Esta conocida y sorprendenteConstitución livornina ofrecióasentamiento tanto a judíos quehuían aún de la expulsión de España,como a griegos, armenios, árabes, tur-cos, ingleses, franceses, holandeses,portugueses, rusos y españoles,logrando convertir al puerto en unode los enclaves francos e importantesen el Mediterráneo durante los siglosXVII y XVIII.

La estructura urbana y arquitectó-nica de la ciudad cambió la fisonomíatradicional en aquellos momentos lo-grando una disposición de calles y decanales de agua a semejanza de los deVenecia, que fueron adelantados ensu modernismo como ciudad del re-nacimiento y que ofertó una nueva con-cepción en sus trazados y vías.

Desde esta agradable ciudad toscana,a orillas del mar Tirreno partió con

rumbo a Tenerife Francisco Duggi en1761 Una ciudad próspera y cosmopolitacuando Florencia destacaba bajo laregencia de los Médici, quienes la con-virtieron en un centro portuariodotado de fortificaciones militares yacogiendo, como ya dijimos, unadiversidad multirracial aceptando elrefugio de exiliados y huidos porrazones religiosas y políticas.

Haciendo un breve recorrido por suscalles, y con el afán de ponernos ensituación en la época en que aparecen

los Duggi, encontramos dos fortalezasque dan frente al mar: la FortezzaVecchia y la Nuova. La más antiguaofreciendo un complejo monumentalurbano que edificó Sangallo el Joven.La nueva es un bastión del sigloXVIII que hoy está convertido en unparque público. Entre ambas fortalezase ubica “la nueva Venecia”, barrio deambiente marinero que se caracterizapor sus numerosos canales, que sir-vieron de vías en el siglo XVII. En laciudad abundan iglesias de diferentescultos levantándose en el centro anti-guo, en la Plaza Grande, el Duomo delsiglo XVI-XVIII. No olvidamos el másimportante monumento livornés, quese dedica “ai Quattro Mori”, monumentoerigido a Fernando I, Gran Duque dela Toscana, y realizado por GiovanniBandinni en 1595 y finalizado con lasfiguras en bronce de los Mori, realizadaspor Pietro Tacca en 1626.

Por tanto, concluimos en la impor-tancia de esta tierra privilegiada,antiguo asentamiento etrusco, próximoa las grandes ciudades de Pisa, Florencia

y Siena, tierra que algunas noticiasemparentan y relacionan con nuestrasislas en un dato, posiblemente legen-dario y romántico, que tiene que vercon los pájaros canarios.

Se conocen informes sobre estas bellasaves canoras que identifican y bauti-zan a nuestro archipiélago desde lasprimeras visitas de los navegantes yconquistadores. Hay quien afirmaque desde 1330, en la expediciónque envió el rey Alfonso VI a las islas,aparecen las primeras referencias delos canarios silvestres. Se documentaque Jean de Bethencourt, en 1402,durante la conquista de Canarias, sesorprendió del canto de estos pájarosque denominó “canarios” y que llevóa la corte francesa en su regreso. Deigual forma, Enrique el Navegante lointroduce en la corte portuguesa alregreso de su expedición por África yMadeira. Se cuenta que Walter Raleighofrece a la reina Isabel de Inglaterra algu-nos canarios que cautiva en jaulas de

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Texto : Carlos García y ZenaidoHernández

(www.tertuliadeamigos25deJulio.com)

Mapa de Italia resaltando la regiónde Livorno.

PATRIMONIOLa Marquesina del puerto de SantaCruz cumple cien años. Un vistazo aese siglo de vida portuaria . �6/7

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Luis Duggi fue un conocido hombre de negocios que ejerció diferentes ocupaciones y que participó activamente en la vida pública y social del SantaCruz de finales del siglo XIX, no solo edificando y levantando un barrio en terrenos heredados familiarmente, sino también como miembro activo de la

vida municipal, ostentando cargos en el consistorio, unas veces como teniente de alcalde y otras como alcalde accidental. Amén de las ocupacionescomerciales y mercantiles tanto en Tenerife como en Cuba, de donde era originario. Su vida está cargada de episodios pintorescos, que hemos ido cono-ciendo mientras ahondábamos en su trayectoria personal y que hemos podido desvelar mediante la aportación de datos por línea familiar y a partir demuchas indagaciones en muy diferentes lugares, ya que, paradójicamente, es un apellido que ha desaparecido en Canarias y se pierde en Cuba, conser-vándose más directamente en los descendientes de nuestro personaje que residen actualmente en Estados Unidos. Fue este contacto con las actuales

herederas del apellido Duggi, tres hermanas residentes en Ohio, Elena, Deyanira y Beatriz Duggi, lo que nos motivó para comenzar este laborioso e intrin-cado laberinto de la genealogía del apellido y que, afortunadamente, hemos podido concretar hasta el máximo posible, uniendo la línea ascendiente del

primer Duggi llegado a Tenerife, hasta las antes nombradas familiares que siguen una línea emparentada más o menos directa.

Genealogía del apellido Duggi (1) Apellido italiano en la historia de Santa Cruz de Tenerife

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domingo, 15 de diciembre de 2013, EL DÍAp2EN PORTADA

oro. López de Gomara, cronista deIndias, ofrece una verdadera defini-ción con referencia a la importanciade las aves: “Dos cosas hay en Cana-rias que causan admiración: el baile de“el canario” y los pájaros”.

Pues bien, se dice que su propaga-ción y expansión definitiva en Europatuvo su origen en 1573, cuando un veleroespañol transportaba varias jaulas concanarios machos y hembras con des-tino al puerto de Livorno, y una tor-menta le hizo naufragar cerca de la costay el capitán, antes de hundirse, liberóa los pájaros, que volaron librementehacia la Toscana, donde se sabeviven en estado libre y silvestre.Desde aquí se propagó la especie enel intento de mantenerlos en cautividady pasaron hacia el interior del conti-nente, desde Italia hacia Alemania, Bél-gica y Holanda, siendo en Francia, fun-damentalmente en el centro de París,donde se desarrolló su propagaciónmayor. Lo narra en su “Breve histo-ria del canario” Juan Moll Camps. Esuna bella historia que también rela-ciona Livorno con Canarias y que hablabien a las claras de los contactos e inter-cambios existentes entre ambos luga-res desde fechas muy tempranas.

Retomando la figura de FranciscoDuggi, sabemos que nació el 23 deagosto de 1738 y que fue hijo de JoséMaría Dugi Benni, ciudadano distin-guido y regidor del Cabildo de Livorno,o Liorna en su denominación italiana,importante hombre y comerciante dela ciudad, que casó con AngélicaFantozzi en 1737, casamiento quegeneró tres hijos varones: Francisco,Fidel José y Tomás Marco, famoso abo-gado de la ciudad. El regidor del CabildoLivornés, José María, fue a su vez hijode Marcos Dugi (con una g) y de TeresaBenni, mientras que Angélica Fantozzi,madre de nuestro personaje, fue hijade Natale Fantozzi y Bárbara Ligano.En el árbol genealógico podemos co-nocer hasta dónde se remontan las gene-raciones del apellido que pretendemosdivulgar.

Toda la familia se trasladó a Tene-rife en 1761, por lo que Giovanni Fran-cesco Giuseppe Dugi Fantozzi, que asífue el nombre completo del para noso-tros más conocido y nombrado de lafamilia, contaba con tan solo 23 añosde edad. Se estableció la familia en elpuerto de Santa Cruz de Tenerife pa-ra dedicarse al comercio, comomuchos de los arribados a nuestras islasen aquellos momentos.

Los datos que se mantienen y he-mos conseguido se van concretandocada vez más en Francisco Duggi,momento en que empieza a aparecerla doble g en el apellido, y que nos infor-man de que estableció su lugar de resi-dencia en la calle del Castillo, de SantaCruz, casando con Teresa Ryan Ligero,de 23 años de edad, el 25 de octubrede 1766, hija de Dionicio Ryan y Bár-bara Ligero y Murrieta. Ofició la cere-monia de esta boda el sacerdote JoséGaspar Domínguez, interviniendocomo padrinos la madre de la noviay Antonio Binni.

De este matrimonio nacieron siete

hijos, cuyos nombres fueron María Can-delaria (1768), José Felipe Vicente (1769),Francisca Cándida (1770), José Vicente(1775), Vicenta (1777), Antonio Vicente(1778) y Francisco (1783). Estos datosse corroboran con el padrón efectuadoen 1798, que también informa de quela familia disponía de cuatro criadosen su casa de residencia: Cecilia,Francisco, Juana y Antonia, lo que nosdemuestra la importancia social de laque gozaban en el lugar.

Fue Francisco Duggi elegido síndicopersonero en 1771, en junta cele-brada en la iglesia del Pilar, nombra-miento que fue impugnado por dedi-carse al comercio mayorista de comes-tibles, aunque ratificado con poste-rioridad por la Real Audiencia. Ostentóel cargo de alcalde real de Santa Cruzen 1794. Estuvo presente el 24 de juliode 1797 en la proclamación del após-tol Santiago y de la Santa Cruz comocopatronos de la Villa en la iglesia delPilar.

El que fuera su padrino de boda, Anto-nio Binni, formó una compañíamercantil con Francisco Duggi, que tuvosu sede en Santa Cruz y que realizó tran-sacciones comerciales con distintas islasy lugares. Este socio comercial, tam-bién natural de Livorno, arribó aTenerife en el mismo año que lo hicie-ron los Duggi, en 1761, datos que encon-tramos en el expediente de soltería delFondo Histórico y Diocesano de LaLaguna, fechado en agosto de 1771,donde se declara “reside hace diez añosen Tenerife”, figurando en el dato elpropio Francisco Dugi que declara “cono-cer y tratar hace más de veinte años asu paisano y compañero de comercio”.Fue hijo de Nicolás Binni y Celeste Bec-cini y casó con Juana Ryan, hermanade la mujer de Francisco y por tantosu cuñada, siendo ambos los padrinosde esta boda, quedando emparenta-dos como concuños además de rela-cionarse comercialmente.

Esta compañía realizaba transaccionescomerciales con distintas islas, comoel contrato realizado con Tomás Fran-cisco Betancourt, de Lanzarote, en 1773,

y que contempla la compra de 400 pipasde mosto, escritura levantada ante elescribano Bernardo José Duque; o eldocumento de hipoteca de una bodegade Arrecife, construida con arcos demampostería, tres calderas para mostoy cava de destilar, realizada tambiénpor la misma compañía; o la hipotecade una casa en la calle Cruz Verde deSanta Cruz, que linda con el Barran-quillo del Aceite, al norte con la casade Herederos de Amador GonzálezCabrera y al sur con la de Francisco Viz-caíno, vicario y canónigo. Y másdocumentos ante el escribano Anto-nio Vizcaíno de Quesada, con fecha 2de julio de 1776, y escrituras con JuanaRyan, viuda de Antonio Binni, tras falle-cer. En resumen, compañía mercan-til con variados cometidos e importanciacomercial en el Santa Cruz del siglo XVIIIque permitía una vida holgada ysocialmente reconocida a nuestros pro-tagonistas italianos.

Ahondando más en la familia de Fran-cisco Duggi, hemos localizado en el Ar-chivo Histórico de la Diócesis de SanCristóbal de La Laguna, procedentesde la parroquia de la Concepción deSanta Cruz, en los libros de bautismo7 y 8, algunos datos de los hijos de Fran-cisco y Teresa antes mencionados. Estosdatos, al cotejarlos, no coinciden enalgunas fechas de nacimiento que apa-recen en otras informaciones, a pesarde lo cual podemos transcribir lo encon-trado:

–María Candelaria Josefa PascualaMicaela Antonia Dugi Rian, monja Claradel Santísimo Sacramento. Fue inscritael 23 de mayo de 1768, nacida el 17 demayo de ese año, hija de Francisco Dugi,natural de Lioran y de Tereza Rian, deeste puerto del que son vecinos.Abuelo paterno: Joseph María Dugi yAngélica Fantozzi. Abuelos maternos:Dionisio Rian y Bárbara Ligero. Fuepadrino Antonio Vini, de Liorna. Lo firmaMiguel Felipe Suárez de Armas. Casócon Ramón La Roche

–José Felipe Bernabé Vicente del San-tísimo Sacramento Dugi Rian. Inscritoel 18 de junio de 1779. Nació el 10 de

junio. Hijo de Francisco Dugi, natu-ral de Liorna, y de Tereza Rian, de estepuerto del que son vecinos. Lo bau-tiza Francisco Joseph Rian, de laOrden de Predicadores, lector de vís-peras del Cto. De N.P. Santo Domingode La Laguna. Es padrino el sargentodon Felipe Carlos Rian. Falleció a los16 meses y fue enterrado en la igle-sia de la Concepción

– Francisca Cándida María delRosario Bárbara Vizenta del SantísimoSacramento Dugi Rian. Inscrita el 8 deoctubre de 1770. Nació el 3 de ese mes.Hija de Francisco Dugi, de Liorna y deTheresa Rian. Cita a los abuelospaternos. Intervino como madrina Bár-bara Rian Nozzolini.

–Vicenta Ignacia María de CandelariaJuana del Santísimo Sacramento DugiRian. Inscrita el 5 de febrero de 1773.Nació el 31 de enero. Cita a los padres,abuelos maternos y paternos. MadrinaJuana Nicolaza Rian.

–Antonia Victoria Blasina María delos Dolores Dugi Rian. Registrada el3 de abril de 1774. Nace el 23 de marzo.Cita a padres y abuelos. Interviene comopadrino Blas Antonio Hernández,Castellano de Paso Alto y de la Villade Cartaza en Andalucía. Casó con Félixde Uriendo Pasadoyro y Ormaechea.

–José Vicente Juan María AntonioDugi Rian. Inscrito el 5 de julio de 1775.Nació el 2 de junio. Lo bautiza José Rian,de la Orden de Predicadores. Fuepadrino Antonio Bini de Liorna.

Datos históricos del primer DuggiFrancisco Duggi Fantozzi, asenta-

do ya en la sociedad santacrucera, hizoinformación de nobleza ante AntonioVinatea, escribano público, presentandoescrito el 14 de junio de 1794 con elsiguiente texto: “Don Francisco Dugi,Teniente Governador del Castillo de PasoAlto de la Marina de Santa Cruz, y actualAlcalde Real Ordinario de aquellaplaza, ante VMD paresco y digo que paralos efectos que me convengan, necesitose me reciba información, como es ciertoque Don José María Dugi, mi padre natu-ral de la ciudad de Liorna, donde falle-ció, fue Ciudadano Distinguido y Regi-dor del Cabildo de aquella Plaza, y queactualmente, mi hermano el Dr. DonMarcos Dugi es uno de los primeros abo-gados de la misma ciudad; del propiomodo Doña María Angélica Fantozzi,mi madre que actualmente vive, tam-bién es de familia de Ciudadanos Dis-tinguidos, tenidos y reputados pornotoriedad Cristianos viejos, limpiosy de buena sangre, sin raza alguna dejudíos, moriscos ni penitenciados porel Santo Tribunal de la Inquisición, yque siempre han ejercidos empleos delcarácter que se dan a los nobles, sin incu-rrir en infamia, ni otro delito que leshubiese rebajado de su notoria nobleza.

Suplico de VMD se sirva por apro-vechar la coyuntura de algunos extran-jeros de Italia que tienen conocimientode mis ascendientes, mandar se me recibadicha información dando para ella comi-sión a cualquier escribano público dedicho Puerto de Santa Cruz, y hecho,se me entregue el original con losdemás testimonios que pidiera auto-

La Fortaleza Vieja de Livorno en laactualidad.

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EL DÍA, domingo, 15 de diciembre de 2013 p3EN PORTADA

rizados en publica forma y manera quehagan fe interponiéndose en todo suautoridad y decreto judicial, pidojusticia. Juro y para ello etc., etc.…”

Para esta justificación presentaronpor testigos, ante el escribano público,a Domingo R. Velasco, a Josef Ben-venuto, de la ciudad de Génova, a ÁngelBasanti, natural de Liorna, a Juan Anto-nio Tallaren, natural de Ragusa, a JosefMartín, de Liorna, a Pedro Pafetti, dela misma ciudad, a Antonio Nelly, natu-ral de Pisa, a Tomás Valenti de Espoli,a Carlos Grande, de Venecia, a LuisColina y a José Antonio Rolandy, ambosde Bolonia, todos ellos residentes enSanta Cruz, que, jurando ante Dios yhaciendo la señal de la cruz, prometie-ron decir verdad ratificando todo loexpresado por Francisco Duggi encuanto a su limpieza de sangre y per-tenecer a familias distinguidas.

Del mismo modo, el 18 de agostode 1794, Francisco Dugi presentaotro escrito como marido de doñaTeresa Ryan y Ligero, natural de lacitada plaza, diciendo ante el escri-bano público que: “Ante VuestraMerced paresco y digo que para los efec-tos que convengan necesito se recibainformación de los testigos que bajo jura-mento declaren por los particularessiguientes:

1º. Primeramente como es cierto quedicha mi mujer Doña Teresa fue hijade legítimo matrimonio de Don DionisioRyan, natural de la ciudad de Water-ford en la isla de Irlanda, comerciantey vecino que fue de dicha plaza de SantaCruz , cristiano viejo, apostólicoromano, y como tal gozaba de lahidalguía que a todo irlandés católicole concede S.M. hallándose estableci-dos y vecinos en sus reinos, y que el dichoDon Dionisio durante el tiempo de suvecindad en dicha plaza, y hasta sumuerte, se portó con la mayor estimacióny aceptación de todo el vecindario dedicha plaza y demás en esta isla, y fueCastellano de una de las fortalezas dela marina de ella, sin que haya come-tido ningún delito, ni penitenciado porel Santo Oficio de la Inquisición

2º. Como también es cierto queDoña Bárbara Ligero y Murrieta,madre legítima de dicha mi mujer DoñaTeresa y mujer del dicho Don Dionisio,es de familia distinguida y vecina y natu-ral de dicha Plaza, de buena y limpiasangre tanto de su línea paterna quematerna, y sin mezcla ninguna de judíos,moriscos, negros, ni otra mala raza, nihan oído decir que en sus ascenden-cias y descendencias haya habidoninguno penitenciado por el Santo Ofi-cio de la Inquisición, no cometido otrodelito que afrentase su linaje, , por tanto:

A VMD, suplico sirva mandarse sereciba dicha información dando paraello comisión a cualquier escribanopúblico y hecho, se me entregue el ori-ginal con los testimonios que pidiereautorizados y en manera que han fe,interponiendo en todo su autoridad ydecreto judicial, pido justicia. Juro ypara ello”.

Se presentaron como testigos paraesta justificación el caballero diputadode Abastos don Carlos Josef Povia, natu-

ral de Cádiz y vecino de esta plaza,que, tras juramento en nombre de Diosy con una señal de la cruz, prometiódecir verdad. Del mismo modo, pre-sentaron a los testigos don José Sán-chez Izquierdo, Pedro Higueras, de lavilla de Vilches, en la provincia de Jaén,Domingo Sarmiento, familiar delSanto Oficio, a Francisco del Campo,natural y vecino de esta plaza, comi-sario del Santo Oficio de la Inquisi-ción, a Pedro Ortiz, cura castrense deesta plaza, a Felipe Carlos Piar, vecinode Santa Cruz, a José Julián Miranda,natural y vecino de esta plaza, capi-tán de Milicias, a Santiago Madan, natu-ral de Santa Cruz, teniente de una delas compañías del batallón de esta isla,a don Manuel de Ossuna, natural deCórdoba, médico revalidado y titularde la ciudad de La Laguna, todos loscuales ratificaron la nobleza y distinciónde las personas solicitadas.

Estas solicitudes pasaron por la su-pervisión de don Pedro Abad deAcosta, comisario juez, subdelegadodel Tribunal de la Santa Cruzada, y fue-ron remitidas las diligencias al SíndicoPersonero General de la isla, don Bar-tolomé González de Mesa, para pos-teriormente enviar el expediente allicenciado don Felipe Carrillo, abogadode los Reales Consejos, quienes acep-tan la solicitud del pretendiente,Francisco Dugi, y de su consorte, TeresaRyan.

Finalmente, en la ciudad de La La-guna, a 23 de septiembre de 1794, elseñor José de Castilla y Laeza GuzmánFernández de Córdova y Ponce de León,capitán del Ejército, caballero profesode la Orden de Santiago, corregidorde Tenerife y de la de San Miguel deLa Palma, por S.M., dicta que: “Habiéndose visto estas diligenciasobradas a instancia de FranciscoDugi, Teniente Castellano de la Fortalezade Paso Alto en la Marina del Puertode Santa Cruz y Alcalde Real Ordina-rio de aquella plaza, sobre justificaciónde su ascendencia y limpieza de san-gre y la de su mujer Teresa Rian y Ligero,con lo expuesto en esta razón por el Licen-ciado Don Felipe Carrillo, digo: que porlo que de todo resulta, debía mante-ner y amparar, mantiene y ampara alos mencionados Francisco Dugi yTeresa Rian su mujer, en la posesiónen que han estado los así susodichoscomo los demás sus ascendientes de per-sonas nobles honradas, de limpiasangre y generación exentas de toda malaraza de Moros, Judíos, Mulatos, peni-tenciados por el Santo Oficio de la Inqui-sición, ni de los nuevamente conver-tidos a nuestra Santa Fe, en cuyo públicoconcepto han sido tenidos y reputadoscomo descendientes de personas de dis-tinguida calidad e hidalguía, y comotales debía mandar y mandó se les guar-den todas las honras, exenciones y fran-quezas, inmunidades y preeminenciasque les correspondan y deben gozar todoslos de su clase, sin que se les impidael que puedan usar en los términos enque lo han hecho sus antecesores de lasArmas que por sus apellidos les corres-pondan en todos los casos y cosas quese les ofrezcan y deban usarlas”.

Tenemos buena información del úl-timo hijo de José Duggi y Angélica Fan-tozzi, por haber estado relacionadocon una serie de acontecimientos su-cedidos en Santa Cruz de Tenerife, conuna alta trascendencia histórica,como fue su relación e implicaciónpersonal en la batalla frente al con-traalmirante Nelson y que pasamosa relatar.

José Vicente Duggi Ryan fue sub-teniente de artillería de milicias, enla 2ª Compañía del Batallón de Infan-tería de Canarias, llegando a serteniente del mismo cuerpo. Ingresócomo cadete de las compañías de Cana-rias “sin antigüedad”. Designadocadete del batallón de Infantería deCanarias con fecha 1 de agosto de 1795.Graduado de subteniente con fecha23 de septiembre de 1795. Cadete-graduado de subteniente de la 2ª com-pañía del Batallón de Infantería deCanarias. A mediados de 1797, juntoa Joaquín Ruiz y Vicente Rosique,ayudó a instruir a las cuadrillas de mari-neros en el uso de los cañones vio-lentos. Participó en la defensa de SantaCruz en julio de 1797, estando el 22de julio destinado a la altura de PasoAlto, y en la madrugada del día 25, des-tinado en la batería del muelle. Fueherido de una bala en la pantorrillay atendido en el Hospital de Dolores,según Lanuza, saliendo el 27 de juliosiguiente.

Fue promovido a Teniente por subuena actuación y ascendido a gradode “subteniente vivo” con fecha 9 deseptiembre de 1797, manteniendo dichocargo hasta 1798. Realizó un memo-rial para obtener la 2ª tenencia de la3ª Compañía de ese Batallón, con fecha30 de abril de 1797. Aparece referen-ciado en distintos documentos:

–Relación de Juan Aguilar y Mar-tínez Escobar, vecino del puerto, comer-ciante y testigo de los hechos: lo citacomo subteniente de la 2ª compañíadel batallón. Herido en una pantorrillacon una bala.

–En la carta y relación de BernardoCólogan y Fallon, dirigida a su padre.Al describir las consecuencias de laacción y detallar la labor humanita-ria que realizó, cita a Pepe Duggi y aGaspar Fernández, señalando que fue-ron “dos oficiales heridos”. En estamisma relación se menciona que hubotres oficiales heridos: “don Simón deLara, don Dionisio Navarrete, sub-teniente de Milicias y don José Dugi,que lo es del citado batallón”.

–En la relación de Juan Guinther,comandante accidental, tenientecoronel. Este documento se consideraun diario de campaña del Batallón deInfantería de Canarias. En la cita quehace del enfrentamiento en la callede Las Tiendas y de la acción poste-rior en las tres calles señala que “fuemuerto el alférez Rafael Fernández yel alférez graduado Joseph Dugiherido”.

–En la relación de José de Monte-verde y Molina. Cita entre los 38 heri-dos al subteniente Josef Dugi, cadetedel Batallón de Infantería de Canarias.

–En la relación de Francisco José

Román, teniente coronel. Señalaentre los heridos al subteniente gra-duado del batallón Josef Dugi, “queacreditó aquí su valor del mismomodo que en el ejercicio de Cataluñade un valazo en un muslo don Dioni-sio Nazaret”. En otras partes loseñala como cadete graduado desubteniente.

–En la relación de Francisco de TolosaGrimaldi y León, capitán de Artille-ría, que fue teniente coronel de las Mili-cias Provinciales de Canarias, se se-ñala que en el muelle, el mando loostenta el teniente Joaquín Ruiz y elsubteniente Francisco Dugi. Tambiénindica que Dugi había participado, alas órdenes del capitán Vicente Rosi-que, para que las cuadrillas, con docedías de lecciones, pudieran hacer buenuso de los equipos a razón de ochoy nueve tiros por minuto.

–En la relación que hace en versoMiguel de los Santos dice:

Dugi, Lara, Navarreteson heridos, porque sabenno hacer aprecio del plomoque fira en globos volantes–Juan Guinther señala la relación

de oficiales efectivos y agregados, loscadetes y sargentos que se hallaronen la función desde el principiohasta el fin. En cadetes menciona “elgraduado de Subteniente Francisco Dugi”

–Domingo Vicente Marrero, que ocu-paba el cargo de alcalde real ordina-rio, indica: “Al muelle fue destinadoun gran número de tropas, que coman-daba don Joaquín Ruiz, Teniente delreal Cuerpo de Artillería y don Fran-cisco Duji, Subteniente de Milicias delmismo cuerpo”.

– José Monteverde lo cita al seña-lar que se destacaron varias partidassueltas, “una de éstas, con 16 artille-ros, con el Teniente Josef Feo y el Sub-teniente Don Francisco Dugi”. Men-ciona también la enérgica respuestade la artillería.

–Francisco José Román describe ensu relación la penetración por Valleseco.Dice que lograron contenerlos “y máscuando a la tarde se subieron a la cimacuatro cañoncillos pequeños a lasórdenes de Josef Feo, oficial de Mili-cias de Artillería de Lanzarote, y de donFrancisco Duxi, que se desempeñaronmuy bien”.

José Viera y Clavijo, en la oda quecompuso para la ocasión, dice:

¡ Oh¡ si amanecieraY el sol fuera testigo de los hechosQue cual tropa ligera

Obran del vecindario ínclitos pechos.Siendo de estos valientesDugi, Jorva, Román, Guísala, Fuen

tesEste José Vicente Duggi Ryan, el arti-

llero, contrajo matrimonio con Ilde-fonsa Monjui Quintero en 1799,oriunda también de Santa Cruz deTenerife y con la que tuvo un hijo, Anto-nio Duggi Monjui en 1803, que encon-tramos a su fallecimiento, en 1848,enterrado en el cementerio de SanRafael y San Roque de la ciudad deSanta Cruz de Tenerife, en la mismafosa que su madre Ildefonsa fallecidaun año antes.

Foto de Luis Hipólito Duggi, padre de Luis. J.Duggi y Oria.

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domingo, 15 de diciembre de 2013, EL DÍA4

Colección “Guanches”, nº 91(técnica mixta sobre papel de dibujo de 70 cmx50 cm)

Los suicidasdel mencey��� Los reyes o menceyes guanchessiempre tuvieron un pequeño ejér-cito de fornidos jóvenes que los acom-pañaban cada vez que se veían obli-gados a salir del poblado. La misiónde estos nobles voluntarios era latotal aportación de seguridad al hom-bre más importante de la tribu, aldestinado por los dioses a marcarel sendero del futuro y ordenar unaconvivencia pacifica y eficaz en supueblo. Curiosamente, se les deno-minaba heraldos o suicidas, dadoque su obligación final estaba en queel mencey nunca pudiera caer enuna situación que hiciera peligrarsu existencia, y ellos, habiéndoloaveriguado con la suficiente ante-lación, marcar el peligro incluso acosta de sus vidas.

Se conoce que caminaban a unadeterminada distancia del supremo,guardando los cuatro centros de peli-gro, el frente, la espalda, el flancoderecho y el flanco izquierdo. Losque caminaban al frente eran, porturnos, portadores del estandartereal y la vara de madera, señal demando, que estaba maravillosamentedecorada con ínfimas figuras y se-ñales talladas con unas conchas mari-nas a las que, por medio de frota-ción con piedras silicitas, se les apor-taba un corte de calidad superior alque pueda tener hoy un bisturí. Estepequeño ejército realizaba infinidadde labores de averiguación del pe-ligro para sufrirlo ellos antes que elmencey.

Entre las leyendas están, porejemplo, que al encontrarse con unafranja de agua no conocían la nata-ción hasta el punto de que al cubrirlas labores de pesca en las orillas lohacían hundiéndose exclusivamen-te hasta la cintura, excepto un li-mitadísimo equipo de “buceadores”que guardaban en alto secreto la fór-mula de contener la respiración enpequeñas profundidades. Entrabanprimero en el intento de cruzar lafranja los que cubrían el frente, ysi caían los “exploradores” en zo-nas de pozos que les causaba lamuerte, se buscaba un nuevo sitiode paso donde el rey no peligrara.

Otra de las terribles leyendas deeste ejército de hombres entrega-dos por completo a la vida del su-premo cuenta cómo al llegar a lascostas de Tenerife y encontrarse porprimera vez ante las armas de fue-go de los colonizadores castellanos,marcaron a costa de muchas bajasla distancia que alcanzaba los pro-yectiles, y no permitían que elmencey caminara dentro de ese perí-metro mortal.

Estos heroicos voluntarios seencontraban plenamente satisfechoscon la misión que cumplían, y to-do esto a pesar de tener que some-terse a una serie de sacrificios quea otro hombre normal le hubiera lle-nado de pesadumbre.

José Carlos GraciaTeléfono 922 380 668; [email protected]

p4GALERÍA DE RETRATOS

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domingo, 15 de diciembre de 2013, EL DÍAp6

pedía con añoranza a todos aquellosque marchaban a otras latitudes en buscade mejor fortuna.

El desembarco solía resultar pinto-resco y también peligroso pues, des-pués de saltar a las escalinatas de accesodel muelle, los pasajeros tenían que reco-ger el equipaje que había llegado enotra falúa, y que un pescante fijo dehierro –grúa movida a mano– habíadepositado en tierra; luego, el celadorde Puertos Francos registraba losbaúles de los viajeros, formando un bo-chornoso espectáculo ante los curiososque allí se agolpaban; por eso, ante lasprotestas aparecidas en la prensalocal, se habilitó un salón en la casade la Aduana para estos menesteres.

Este sencillo desembarcadero, situadoal borde del mar, tenía un carácter aco-gedor y así lo expresaron en sus relatoslos visitantes que dejaron su huella lite-raria e histórica en Tenerife.

Al estar situada en el corazón de lasactividades mercantiles del puerto, erael centro de reunión de los cambullo-

neros de la ciudad, de los obreros dela carga blanca, de los guachimanes por-tuarios, y de todas aquellas personasrelacionadas, de una u otra manera,con el muelle.

Hoy, gracias al interés mostrado porla Autoridad Portuaria, la Marquesinaforma parte del patrimonio histó-rico-monumental del puerto-ciudadde Santa Cruz de Tenerife.

Desde el año 2000, se encuentra eneste nuevo emplazamiento, debido aque la primera alineación del muelleSur quedó enterrada por las obras derelleno que se hicieron para obteneruna plataforma de 12.000 metroscuadrados, destinada a zonas de pre-embarque y movimiento de pasajerosde las navieras Armas y Fred Olsen.

A la Marquesina se llegaba por unacalle empedrada, con adoquines de pie-dra natural, en la que había varios edi-ficios, de bonito y alegre aspecto, la ma-yoría relacionados con la vida portuaria.

A la entrada de la citada calle se en-contraba el castillo de San Cristóbal (1579-

1928) y la Alameda de la Marina (1787-1915), mirador donde la gente esperabala llegada de los barcos. En el muro delcastillo que daba al mar estaba la Piladel Muelle, que desde 1813 se utilizócomo chorro o caño de la aguada parasuministrar a los buques.

Adosado al triple arco de entrada ala Alameda, haciendo esquina con larambla de Sol y Ortega, se hallaban lasoficinas del Fielato y de Consumo, yla Celaduría de Puerto Franco, encar-gadas de inspeccionar las mercancíasque entraban o salían del puerto.

A su lado existía, desde 1910, un mo-derno evacuatorio subterráneo con ser-vicios para señoras y caballeros, al quellamaban “kiosco de necesidad de pa-go”. Contaba con retretes, lavabos yurinarios por los que los usuarios paga-ban 15, 10 y 5 céntimos de peseta,respectivamente.

Haciendo esquina con la rambla deSol y Ortega, dando la espalda a la playade la Alameda, el comerciante y con-signatario José Ruiz de Arteaga levantó,en 1867, los almacenes denominadosHijos de Ruiz de Arteaga. Proveedorde Buques. Efectos Navales, comercioque prestaría un gran servicio a la nave-gación pues en ellos se podía encontrartodo lo necesario para aparejar yreparar un barco.

El edificio estaba cimentado sobrecolumnas de hierro fundido que salíandel mar, dándose la curiosa circuns-tancia de que era la primera vez queen Santa Cruz de Tenerife se utilizabael hierro en la estructura de unaobra. Los pilares se trajeron de Sevi-lla, de la fundición Pérez Hermanos,de la que José Ruiz Arteaga era su repre-sentante.

En la planta baja del citado edificio,en la parte orientada a la playa de laAlameda, se encontraba la casa de bañospúblicos “Las Delicias” (Baños deRuiz), dotada de veintisiete cuartos,

PATRIMONIO

Los viajeros que llegabanpor mar a Santa Cruz deTenerife desde 1847 desem-barcaban por “los plati-llos”, una doble escalera de

ocho peldaños de sillería que se encon-traba en el origen del muelle Sur. Poreste sencillo desembarcadero, perso-najes de todas clases sociales, entre ellosmuchos viajeros ilustres, partieron yllegaron a la Isla potenciando lasrelaciones comerciales, históricas ycientíficas con el resto de los continentes.

Uno de estos regios personajes fueAlfonso XIII, en su visita a la isla de 1906.Para recibir en el Muelle al primermonarca español que pisaba tierra cana-ria se le encargó al arquitecto MarianoEstanga y Arias Girón (Valladolid1867–Madrid 1937) que diseñara undesembarcadero real de estilo eclécticopara colocar a los pies de “los platillos”.Dicho templete, realizado en tela de lona,lo compraría Enrique Wolfson para ins-talarlo en el hotel Quisisana, con el finde que hiciera de quiosco en la zonaajardinada.

Cinco años más tarde (1913), laJunta de Obras del Puerto de Santa Cruzde Tenerife encargaría al arquitecto An-tonio Pintor y Ocete (1862-1946) el pro-yecto de un pabellón para el desem-barco de viajeros que recibió el nom-bre de Marquesina.

La Marquesina, realizada en Sevilla,en la fundición de Juan Miró y Casev,de la que Antonio Pintor era su repre-sentante en la provincia tinerfeña, seinstaló en la segunda alienación del mue-lle Sur, dando acceso al primitivoembarcadero(platillos).Comoensucons-trucción se utilizó el hierro como unatécnica novedosa, hoy se le considerauna de las muestras más significativasde la época en este tipo de arquitectura.

De diseño sencillo, consta de una cu-bierta a cuatro aguas, sustentada porocho finas columnas de hierro fundidoen moldes. El techo, en su parte supe-rior, está recubierto con planchas deplomo, mientras que la interior está ma-chihembrada. El entablamento deltecho está adornado con una cresteríade flores de lis, encumbrándose en suparte delantera central a modo de fron-tón. La parte alta de cada pilar está deco-rada con adornos en vuelo, imitandouna zapata.

Desde la Marquesina se llevaba a caboel traslado de personas y mercancíasa través del tren de lanchas, falúas ygabarras de pequeño tonelaje queiban y venían a los barcos fondeadosfrente a las costas de Valleseco y SanAndrés. En su pabellón, Santa Cruz dabala bienvenida a cuantos llegaban porlos caminos de la mar, a la vez que des-

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Texto: José Manuel Ledesma Alonsowww.tertuliadeamigos25deJulio

Primer centenario de la Marquesina

La Marquesina y laFarola del Mar

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PATRIMONIO HISTÓRICO-MONUMENTAL DEL PUERTO DE SANTA CRUZ DE TENERIFE

Entrada peatonalal muelle en 1901

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EL DÍA, domingo, 15 de diciembre de 2013 p7PATRIMONIO

provistos de bañera de mármol, conllaves de agua fría y caliente, dondese recibían baños de mar y de tina. En1881, el precio de los baños era de unapeseta.

El citado establecimiento de salud,único en su género, representaba unlujo inusitado para esta época, puesposeía comodidad y un esmerado aseo.Curiosamente, en 1932, a los sesentay cinco años de su inauguración, el ayun-tamiento decidió demoler el edificiopor considerarlo “un peligro para la saludpública”, indemnizando a los herederoscon 90.000 pesetas.

En el solar resultante se ubicaron bellosjardines que le daban prestancia a laentrada y salida del puerto por la plazade España. En ellos se expusieron variaspiezas históricas: Farola del Mar,locomotora, grúa de vapor, pescantede hierro y hélice del crucero “Cana-rias”.

En el lado derecho de la calle, segúnse entraba al muelle, se encontraba laComandancia de Marina o Capitaníadel Puerto. El inmueble, construido en1864 y reconstruido en 1897, según elproyecto de Manuel de Cámara yCruz (Santa Cruz de Tenerife 1848-1921),presentaba una fachada de una sola plan-

ta, dividida en cinco cuerpos con rigu-rosa simetría axial. Los cuatro cuerposlaterales, agrupados dos a dos, eran espa-cios enmarcados por sendas pilastrasque sostenían un entablamento quealbergaba sendos huecos de ventana;a su vez, estos apilastrados cuerpos late-rales se encuadraban entre otrascolumnas de mayor relieve que se coro-naban con machones decorados queservían de anclaje a las balaustradasde antepecho de la azotea. El cuerpocentral del edificio se realzaba con undoble contrafuerte de mayor altura, co-ronado con friso decorado con un tím-pano central que albergaba un meda-llón-escudo. La gran puerta de accesoal edificio tenía la ambiciosa intenciónde también serlo de entrada a la ciu-dad.

Este cuerpo central de planta cua-drada, que ocupaba una primera cru-jía, se veía realzado por una segundaplanta, a modo de torre coronada porun amplio doble friso. Este elementotenía por finalidad auxiliar a los prác-ticos en el avistamiento de buques.

Lo que más llamaba la atención deledificio eran los arcos de herradura en

puerta y ventanas, motivo por el queestaba considerado dentro del conjuntode los historicismos arabizantes. En laformulación de las ventanas, el arqui-tecto manejó elementos funcionalmenteeficaces y estéticamente acertados puesaprovechó la parte vertical de las

jambas para albergar un acristalamientode dos hojas, mientras la del arco, detrazado geométricamente circular,formaba un ventanal sólo de ilumi-nación. Como se observa en la foto-grafía, a las ventanas se le añadieronpersianas con el fin de buscar intimi-dad ante la cantidad de personas quediariamente transitaban por aquellugar. El sincretismo logrado en el edi-ficio, manejando elementos de tan diver-sos lenguajes, es funcionalmente efi-caz y estéticamente acertado. En su inte-rior se encontraban las cuatro habi-taciones –bastantes espaciosas– quealbergaban las oficinas del capitán delpuerto y de los prácticos.

La Comandancia de Marina funcionóen este lugar hasta 1945, año en quese inauguró la nueva sede en la con-fluencia de la Rambla de Santa Cruzcon la avenida Francisco La Roche.Al lado de la Comandancia de Marinase encontraba el pequeño edificio dela Dirección de Sanidad Marítima,construido en 1865. El inmueble alber-gaba las oficinas de la autoridad sani-taria y un almacén para el depósito delos enseres de la falúa con la que hacían

el servicio de visitas a los barcos paraconcederles la “libre plática”, es de-cir, concederle el permiso de atraque,una vez comprobado el buen estadosanitario de la tripulación y los pasa-jeros.

Le seguía la pescadería, fabricada en1865 a expensas de los matriculados,según rezaba en una placa colocada ensu fachada. Era un edificio elegante,con una galería de muy buen gusto,realizado con piedra procedente deIgueste de San Andrés. Fue derribadoen 1931. Este establecimiento era muyamparado por la Autoridad de Marina,y por ello no dejaba intervenir al Ayun-tamiento de Santa Cruz, pues consi-deraba que era ajeno a los negocios dela mar.

El salón donde se exponía la mer-cancía era amplio, luminoso y venti-lado. Los puestos de venta estaban biendistribuidos y todos tenían mesas demármol blanco; además, existía un es-merado aseo y un chorro de agua dulce.A continuación se hallaba la casahabitación del torrero dela Farola, realizada en1873. Era un edificiosólido, bien construido,con bonita fachada,cómodo y de buen gusto.Como su nombre indica,su función era exclusi-vamente dar albergue alencargado de la cons-tante vigilancia de unservicio de tanta tras-cendencia en el muelle.

Cerrando esta man-zana de edificios seencontraba el único tin-glado de hierro queexistía en el muelle.Había sido traído deLondres, en 1868, por la Junta de Comer-cio para la custodia y resguardo de efec-tos y mercancías.

El proyecto fue obra de Pedro Ma-ffiote, director de caminos vecinales,y el montaje corrió a cargo del inge-niero José de Paz Peraza. Como se le-vantó en menos de un año, esta nue-va técnica serviría de aliciente para nue-vas construcciones de hierro.

Este tinglado lo arrendó, en 1901, laJunta de Obras del Puerto a la Socie-dad del Tranvía de Tenerife para uti-lizarlo como estación terminal en la líneaSanta Cruz-Laguna-Tacoronte.

En las inmediaciones de la Marque-sina se encontraban varias casetas demadera que albergaban pequeñas ofi-cinas de distintas empresas que rea-lizaban actividades mercantiles en elmuelle (transportes, aduanas, compañíasfruteras, etc.).

Bajo los muros del muelle alto delDique Sur se instaló la cantina “La Mar-quesina” famosa y popular en el am-biente marinero, sobre todo por los bo-cadillos de “chorizo de perro” y por ha-berse patentado en ella el “barraqui-to”.

También, a los pies de la Marquesi-na estuvo atracada, durante los años1962 a 1973, la central térmica flotante“Nuestra Señora de la Luz”, que consus 9.000 KW de potencia ofrecía eltreinta por ciento del total energéticoque necesitaba la isla. Este barco, que

había sido un destructor de escolta ame-ricano, de propulsión eléctrica, de 76,27m. de eslora y 11 m. de manga, llega-ría a ser un elemento familiar dentrodel paisaje santacrucero.

Este romántico rincón portuario, tam-bién sería, entre 1982 y 1992, una impro-visada estación del Jet Foil y por tantoel eje principal del tráfico interinsu-lar de pasajeros.

AntiguaComandancia deMarina, o Capitaníadel Puerto,construida en 1864.

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Vista general de laentrada al muelleen 1920

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Entrada al muelle en el año 1927

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domingo, 15 de diciembre de 2013, EL DÍAp8www.eldia.es/laprensawww.eldia.es/laprensa

Revista semanal de EL DÍA. Segunda época, número 907

feria artesanal canaria – salvando lasnaturales diferencias pero siguiendolas características de la de Sao Paulo–en la ciudad de Puerto de la Cruz, Tene-rife, en su recoleta plaza del Charco.

Después de una respetable acogidapor el entonces alcalde accidental, elilustre político hoy retirado de estaactividad Antonio Castro, el tema fuelamentablemente abortado más tardepor la citada corporación municipal.No diremos que fue una lástima, dire-mos que fue una salvajada propia degobernantes ignorantes. Ahí quedó loque pudo ser un atractivo de fuertepotencia promocional para este pe-queño pueblo de la isla, cuna del tu-rismo de Canarias, independientementeel valor socio-económico que hubiesetenido para su población y la del restode Canarias, lejos, muy lejos, de lavisión emprendedora de estos dili-gentes empresarios argentinos, queincluso incluyen en sus brillantes rea-lizaciones un museo al ladrillo, algoque seguramente no entenderíanquienes se han vuelto millonarios alre-dedor del mismo, como ha ocurridoen las Islas Canarias y en muchos luga-res de España. Esto sí es una lástima.

La Feria Nacional del Pan Dulce Arte-sanal es una forma estratégica de poten-ciar el turismo en la ciudad. Más de80.000 asistentes en 2011 disfrutarondel evento. Con esta nueva ediciónen 2012, se busca reafirmar un espa-cio que ya comienza a ser parte de laidentidad de la Ciudad de La Plata.

Sin duda estamos ante un aconte-cimiento que merece toda la atenciónpública y privada que refuerza todasy cada una de las recomendacionesque desde la Organización Mundialdel Turismo se hacen a través de suCódigo Ético Mundial para el Turismo:“La actividades turísticas se organi-zarán en armonía con las peculiari-dades y las tradiciones de las regio-nes y países receptores, y con respetoa sus leyes y costumbres.”

La Feria Nacional del Pan Dulce Arte-sanal, en Ciudad de La Plata, un bri-llante ejemplo a seguir.

EpílogoHoy, impulsado por el interés que des-pierta el conocimiento de las expe-riencias y todo lo que las mismas pue-den aportar fundamentalmente alos destinos turísticos emergentes, tra-tamos desde estas columnas de lle-var a nuestros lectores algunos de losmuchos valores que las mismasencierran, sin otro objetivos que lla-mar la atención de aquellos que, ampa-rados en el poder político, asumen fun-ciones de las que poco entienden, qui-zás sin ninguna malicia, pero haciendomucho daño al progreso y la conso-lidación del turismo como una fuentede desarrollo integral de la poblacióndel mundo.

No caben las improvisacio-nes. Dentro del contextode la gestión del turismo,el principal conocimientoque se debe tener es, sin

lugar a dudas, cómo gestionarlo. Paraatender a esta delicada operación, nosparece oportuno que cada uno de losimplicados en el tema conociese en todosu valor y comprendiese todos y cadano de los capítulos del Código Ético Mun-dial para el Turismo, aprobado por laOrganización Mundial del Turismo. Elloevitaría las enormes confusiones quevemos cada día en cuanto se refiereal desarrollo del turismo, acosado porabsurdas y malas gestiones políticas,económicas y sociales.

Puestos a comentar estas dislocadasexperiencias que hemos tenido oca-sión de presenciar a través de los muchosaños que llevamos vinculados a esedesarrollo señalado, es justo que tra-temos de alguno de los buenos ejem-plos en los cuales hemos tenido dealguna forma la ocasión de participar.

Una feria atractivo turísticoDentro de las varias ocasiones que tuvi-mos el pasado año en la Ciudad de LaPlata de observar sus cualidades comoun destino turístico de calidad, nos llamóla atención de forma consecuente lacele-bración de su Feria Nacional delPan Dulce Artesanal, la cual tuvimosocasión de visitar recorriendo susvariadas instalaciones acompañandoa su ilustre creador, el presidente dela Asociación Empresarial Hotelera Gas-tronómica de la Ciudad de La Plata ysu zona de influencia, Mario NolbertoAgui-lar, y del arzobispo de la citadaciudad, capital de Buenos Aires, Mon-señor Héctor Aguer, y otras muchasautoridades representativas de la ciu-dad tales como su intendente, elLcdo. Pablo Bruera.

La actividad organizativa del citadoevento la pudimos presenciar “en vi-vo” por la estrecha vinculación que tuvi-mos esos días de la feria con los prin-cipales organizadores de la misma, de-bido al VI Encuentro de Asociacionesde Institutos Educativos de HoteleríaGastronomía y Turismo, en el cual par-ticipábamos en este primoroso lugarde la República Argentina.

Los paseos que nos llevaron y tra-jeron a pie a la plaza Moreno –centrourbanístico de la ciudad– desde el hotelCorregidor, que se encuentra a ochocuadras de la plaza, en la medida ame-ricana, bien merecían la pena por elespectáculo lleno de luz y colorido queen ese lugar daba vida la citada feriay toda la parafelnaria que se desarro-llaba alrededor de ella.

Hechos relevantes que marcan el desa-rrollo del turismo en el mundo y su con-tenido socio-económico, facilitando laconvivencia y la armonía de los habi-tantes de sus núcleos poblacionales ala vez que promocionan sus valores tra-dicionales de sus señas de identidad,donde disfrutamos de unas jornadasen las que la cordialidad, la eleganciay el buen gusto figuraban unidas al gestohumanitario que destinaba los recur-sos económicos que generaba la citadaferia al hospital Alejandro Korn, y queya el año anterior habían servidopara regenerar su sala de teatro, algodigno de todo encomio que, como nosexplicará detalladamente su director,cumplía una importante misión en laterapia aplicada en su restableci-miento en varias enfermedades paralograr unos sanos objetivos.

Una buena organizaciónEn los distintos stands de esta feria pudi-mos observar la limpieza y el trato ama-ble de los expositores, así como unaexcelente calidad en los productos queofrecían a precios competitivos, tododentro de una agradable armonía quese respiraba alrededor de una excelenteserie de espectáculos que se exhibíanen un bien presentado escenario en elcual aparecían los mas variados artis-tas, grupos musicales, de teatro, fol-klóricos, etc., todo presentado con ordeny calidad.

El pan dulce artesanal es una insti-tución en esta ciudad poblada de in-migrantes, en lo cual no hay que olvi-dar que de los años 1900 al 1947, enla nación argentina entraron más demillón y medio de italianos, los cua-les deben de haber llevado esta tradicióndesde su lejano país, donde la Navi-dad es incomprensible sin la degustaciónde tan suculento manjar, como ocu-rre en los países donde la comunidaditaliana representa un alto porcentaje

Importancia absoluta de la gestión en el turismo.La Feria Nacional del Pan Dulce Artesanal en Ciudad de La Plata

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Texto: Antonio-Pedro Tejera Reyes(del Grupo de Expertos de la

Organización Mundial del Turismo)

El arzobispo de LaPlata

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de su población, como es el caso deVenezuela.

La idea de la celebración de esta feriano puede ser más acertada y es unejemplo vivo de lo que se puede desa-rrollar en torno a la actividad pro-mocional de una determinada región,pueblo, ciudad, país, etc., en base asus propias señas de identidad, ana-lizando los valores naturales que tie-nen los mismos, y las tendencias orien-

tativas de una población mundial quebusca significadamente acercarse ala identidad de los pueblos en basea sus usos y costumbres.

Los ejemplos poco aprovechadosHace algunos años, en Venezuela–Rotary Club de Puerto la Cruz, Es-tado Anzoátegui–, hicimos una expo-sición sobre la feria artesanal que cadadomingo se celebra en la ciudad deSao Paulo, Brasil, en su emblemáticaPlaza de la República. Era una charlailustrada con diapositivas que tuvi-mos que repetir, por el marcadointerés que los asistentes al eventoencontraron en ella. Más tarde, en losaños noventa del pasado siglo, hici-mos un intento fallido de realizar una

“Los acontecimientos que puedan mostrar las señas de identidad del país, arrai-gándolas en su población como muestra tradicional de sus usos y costumbres,

son un potente atractivo para el turismo” (Arthur Haulot. 1969)

Vista aérea delcentro de laCiudad de la Plata,capital de BuenosAires, Argentina, consu admirable trazadoy sus espléndidasplazas y arboledas,todo un símbolo deldesarrollo sosteniblebien estudiado.

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