REVISTA VEOVEO 46

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Instrucciones:Lee o pídele a tus papitos o a un adulto, que te lea este

cuentito y luego colorea a la princesa y su amiguito.

Cuenta una hermosa historia -una de aquellas que me contaba la abuela- que en las aguas del río Tomebamba, que atraviesa la ciudad de Cuenca, vivía una pequeña princesa del pueblo cañari que tendría unos diez años y que cada mañana, justo cuando el sol dejaba ver sus primeros rayos y la luna empezaba a esconderse, salía caminando desde cualquier lugar del río para cumplir la misión que el Cacique le había encomendadoesta consistía en: mostrar a los niños la belleza y grandeza de su pueblo para que aprendan a amarlo y cuidarlo e invitarlos a volar para dar un paseo y admirarlo desde el cielo. Pues uno de los dones que le dio fue el de volar y el poder de que cuando un niño o niña la tomara de la mano podría volar con ella. La Princesa debía mostrarle las bellezas que la naturaleza les había regalado y aquellas que su gente construyó con gran esfuerzo y dedicación para que duraran por siempre. El niño escogido para volar con la princesa sería un guardián de su pueblo, lo cual era el más grande honor. Con los años esta historia fue desapareciendo porque, según decía la abuela, los niños estaban perdiendo la fantasía.

Un día muy temprano cuando caminaba a orillas del río para ir a mi escuela, en El Barranco, me senté debajo de un frondoso árbol y recordaba aquella hermosa historia. ¡De pronto, me quedé con la boca abierta! Parada en una de las piedras más grandes del río estaba la princesa, que era apenas un poco mayor que yo. Me sonrió amablemente y me dijo:Hola Diego, sé que tú me conoces y que crees en mí, ¿quisieras dar un paseo conmigo?Yo ni siquiera lo pensé dos veces y le dije que sí con gran emoción. Entonces ella me tomó de la mano y empezamos a elevarnos muy suavemente. Primero fuimos a la Casa de los Arcos del barranco y desde ahí pudimos ver el hermoso recorrido del río Tomebamba que con los rayos del sol brillaba con luz de plata.Luego nos elevamos y fuimos posándonos por cada una de las iglesias hasta llegar a las cúpulas de azulejos de la Catedral desde donde vimos que la ciudad parecía una hermosa pintura, entonces juntos hicimos sonar sus campanas invitando a que la gente volviera sus

ojos hacia ella.

casas coloniales del Centro Histórico

Descansamos en el parque Calderón para mirar a la gente amable y trabajadora que iba y venía y luego nos elevamos para regresar al lugar de partida debajo del árbol.Fue ahí cuando la princesa me dijo:Querido Diego, esta es tu ciudad orgullo para todos en nuestro país y en el mundo. Desde hoy tú tendrás el honor de ser uno de sus guardianes y debes cuidarla y protegerla para que todos puedan conocer las bellezas que encierra; si cumples con tu misión, ella vivirá por siempre. Cerré los ojos para hacer la promesa y cuando los abrí me di cuenta que ya la princesa no estaba, pero me sentí feliz porque desde ese día tengo una gran misión que cumplir. Entonces me levanté y seguí el camino hacia mi escuela.

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cuentito y luego colorea a la princesa y su amiguito.

ojos hacia ella.

casas coloniales del Centro Histórico

Descansamos en el parque Calderón para mirar a la gente amable y trabajadora que iba y venía y luego nos elevamos para regresar al lugar de partida debajo del árbol.Fue ahí cuando la princesa me dijo:Querido Diego, esta es tu ciudad orgullo para todos en nuestro país y en el mundo. Desde hoy tú tendrás el honor de ser uno de sus guardianes y debes cuidarla y protegerla para que todos puedan conocer las bellezas que encierra; si cumples con tu misión, ella vivirá por siempre. Cerré los ojos para hacer la promesa y cuando los abrí me di cuenta que ya la princesa no estaba, pero me sentí feliz porque desde ese día tengo una gran misión que cumplir. Entonces me levanté y seguí el camino hacia mi escuela.

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