Revista ULTIMOROUND número 5

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uNA REVISTA DE BOXEO NÚMERO 05 - JUNIO 2014

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Junio 2014 Entrevistas. Literatura. Política. Relatos. Ilustración revistaultimoround.com.ar

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  • uNA REVISTA DE BOXEO NMERO 05 - JUNIO 2014

  • Mi lenguano sirve para tapar

    basuraHace 38 aos

    pasaba a formar parte de la lista de desaparecidos Dardo Sebastin Dorronzoro, el poeta y herrero lujanense que

    comprometi su palabra hasta

    los ltimos das. El periodista

    Horacio Papaleo nos cuenta parte

    de la historia encubierta de este imprescindible de

    las letras.

    Por Horacio Papaleo

    1111

  • Ni un solo rastro digital de un tal Ernesto Lennard, juez que estamp sello y firma en la Causa N 59092, Legajo 1525 caratulada Dorronzoro de Dorronzoro, Nelly Adela, Denuncia Privacin ilegal de la libertad. Vctima Dorronzoro, Dardo Sebastin.Tampoco es mucho lo que se puede conseguir si se intenta dar con la suerte laboral, personal o judicial que corri el comisario Vctor Jorge Yostak, aquel uniformado que registr los detalles de denuncias que se acerc a radicar Nelly Dorronzoro en la Comisara Lujn primera, el diez de marzo de 1976. Apenas un listado del Grupo de Apoyo a los Juicios por la verdad, a partir de una solicitud de la Secretara de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, en el marco de la Ley Provincial N 12498 Registro nico de la Verdad. All consta la identidad de los jefes y subjefes de las Brigadas dependientes de la Direccin General de Investigaciones de la Polica de la Provincia de Buenos Aires y aparece, perdido entre nombres grises, Vctor Jorge Yostak.

    El treinta de marzo de 1976 Dardo se presentaba espontneamente en la Comisara de Lujn y senta la necesidad de dejar plasmado en actas, primero, que hace diez aos aproximadamente dej su actuacin poltica como afiliado en el Partido Socialista de los Trabajadores, con asiento en Lujn.

    El oficial de turno golpeaba las teclas de una vieja Olivetti y escriba: El da diez del corriente, en horas de la madrugada, siendo la una de la maana y en circunstancias en que el deponente se hallaba con su esposa Nelly Adela Dorronzoro, dormitando, cuando alguien golpea la puerta de acceso. Entonces su esposa responde al llamado preguntando quin es. Desde afuera le respondieron que eran Policas Federales. Acto seguido el dicente se coloca sus prendas de vestir y abre la puerta, pero sin mediar palabras lo cubren con una prenda al tiempo que lo amenazan con armas de fuego. Acto seguido ingresan varias personas a la casa y obligan al dicente a tirarse al suelo, esposndolo en las manos, haciendo lo mismo con su esposa, segn crey en ese momento.

    El relato de Dardo segua; el oficial azulado pasaba al papel. Despus de dos horas y media, segn le comentara su esposa, la liberaron dentro de la casa. En cuanto al dicente alrededor de la una y media lo llevaron a un automvil estacionado afuera de la

    vivienda y se lo llevaron sin rumbo fijo, quedando cautivo tres das en una misma casa. Que como lo mantuvieron siempre con los ojos cubiertos, no pudo identificar a los secuestradores ni tampoco el sitio donde lo tenan. Que realizaron un interrogatorio acerca de vinculaciones polticas y acusndolo de marxista-leninista, pero aclara que las preguntas que le efectuaron el dicente respondi con claridad y veracidad, por cuanto resolvieron dejarlo en libertad en un camino de tierra jurisdiccin de Carmen de Areco.

    Por entonces algn baqueano pudo haber cruzado a Dardo, quien camin varias horas hasta llegar a un pueblo y en l tomarse un tren que lo llev hasta San Andrs de Giles. Horas ms tarde un micro que lo dej cerca de su casa.El oficial que tipeaba aquel suceso quizs sinti un zonzo orgullo castrense cuando escribi: Que en ningn momento lo maltrataron, pero s siempre bajo amenazas de armas de fuego.

    Cuando regres a su casa su esposa le manifest que no haba sido maltratada, pero s que los malhechores haban hecho inscripciones en el interior y exterior de la casa. Que los mismos actuaron encapuchados. Que es todo, no siendo ms para el acto, se da por finalizado. Conste, y consta an, en actas.En un derroche de creatividad, los que en aquella jornada de 1976 entraban a la casa de Dardo y Nelly a avisar sobre sus intenciones, estampaban en las paredes Dios, Patria, Hogar; Croto y una pista ms para reconstruir aquel pasado: Comando Jordn Bruno Genta.

    La agencia catlica ACI ayuda a desempolvar aquella referencia, aunque tampoco abundan los rastros para saber a qu se referan los graffiteros de la dictadura. Jordn Bruno Genta, catedrtico catlico asesinado en la dcada del setenta por un comando terrorista marxista cuando se diriga a participar de la Misa dominical (se respeta la mayscula de la fuente consultada). Los organizadores recordaron que Genta fue asesinado por el delito de haber sido un catedrtico catlico que jams fue acallado, pese a las amenazas, en su inquebrantable prdica de la Doctrina de la Iglesia. En ese sentido, afirmaron que se trata de un verdadero mrtir de la Iglesia, porque muri por Cristo.

    Don Genta, quien le ceda el nombre a los personeros de la muerte organizados en un supuesto

  • Comando haba nacido en Buenos Aires el dos de octubre de 1909. Su madre, Carolina Coli, falleci de una enfermedad del corazn cuando su hijo tena trece aos de edad. Su padre, Carlos Luis Genta, era ateo y anticlerical, motivo por el cual Jordn ni sus dos hermanos fueron bautizados.

    Destaca la prosa catlica que en los aos sesenta la izquierda radical inicia en Argentina la llamada Guerra Revolucionaria. Genta, preocupado por la realidad de su pas, inicia desde la docencia la oposicin intelectual al marxismo. Sin embargo, esta toma de posicin llev a que el veintisiete de octubre de 1974 un comando del Ejrcito Revolucionario del Pueblo lo acribillara de once disparos cuando sala de su casa para participar en la Misa dominical. Este asesinato nunca fue investigado por la Justicia argentina y segn recuerdan los organizadores de la prxima Misa, han habido algunos intentos por abrir su causa de beatificacin. ACI te informa, aunque sin duda encontramos ms rigurosidad histrica en un tramo del Proyecto Los muertos de la tapera de Perel, redactado por alumnos de la EEMN 5 de Mercedes en 2008. Nuestra ciudad siempre ha sido bastante politizada. As, en los aos del terrorismo de Estado, la dictadura se ensa con los ms activos de sus habitantes. Mercedes cuenta con veintids desaparecidos y con algunas otras terribles bajas. Cuatro en particular, sern objeto de esta investigacin. Estudios recientes dan cuenta de un comando, Bruno Genta, dependiente del Regimiento 6 de Infantera local, que habra sido el encargado de operaciones de la inteligencia, persecucin y amedrentamiento a militantes populares antes y durante la dictadura militar. As te informan alumnos de secundaria.

    Poco tiempo ms tarde de aquel aviso documentado por la Olivetti de la Comisara de Lujn, Dardo Dorronzoro fue secuestrado de su domicilio y desde entonces permanece desaparecido. El calendario marcaba veinticinco de junio de 1976.l se anticipaba a su forzado destino escribiendo: Desde hace tiempo siento la amenaza de este viento sobre la luz de mi lmpara, sobre esa luz que apenas me alcanza para no perderme entre las garras del mundo, entre los dientes de esa inmensa muchedumbre de lobos en la sombra.

    El resto es historia ms conocida.

    No es solamente la luna ni el roco ni la luz celeste

    de los pjaros, puede tambin ser una alpargata vieja, toda agujereada, toda casi muerta despus de andar

    fbricas, andamios o duros y calientes caminos de noviembre. No, no necesariamente todo lo potico debe ser bello. Yo he visto horribles chicos grises como la tierra

    comiendo tierra. Yo los he visto ah, con sus andrajos y su mugre,

    reptando, y los he tocado, acariciado su piel y convertido en ngeles, en mariposas, en viento de septiembre.

    Porque todo antes de ser poesa debe pasar por mi corazn, darlo vuelta con el grito para arriba, colocarlo

    para al alba, cara al cielo. Todo debe pasar por mi sangre,

    por mis huesos, por mi respiracin, por el corazn de mi sangre. Pues yo soy un poeta no un hacedor de versos bonitos.

    Yo soy un poeta que ama a los que no tienen amor ni pan, a los que se van sin haber llegado,

    a los que a veces sonren, a los que a veces suean, a los que a veces les crece un fusil en las manos y salen a morir

    por la vida. En suma: yo he sido, soy y ser un poeta revolucionario.

    Sobre mi tumba vern florecer un puo.

    DECLARACINJURADA

    d. dorronzoro, de viernes 25.

  • Dorronzoro escribi gran cantidad de libros, pero solo se publicaron la novela La nave encabritada (1964) y las obras de poemas Una sangre para el da (1974), Llanto americano (1984) y Viernes 25 (1989).

    En el ao 1983 se alz con el primer premio de poesa en el IX Concurso Rafael Morales de Talavera de la Reina (Toledo), Espaa, por el libro Llanto Americano. Estaba desaparecido y recin en junio de 1986 su esposa Nelly recibi ejemplares de ese trabajo que contena ms de treinta poemas.

    Es a raz de otro premio, otorgado en marzo de 1971 por la Biblioteca Ameghino de Lujn, cmo se puede acceder a una descripcin de Dardo en primera persona. Como parte de ese reconocimiento, el poeta y herrero ganaba ochenta mil pesos de la poca y rpidamente trascendieron las crticas de sectores que le cuestionaban aceptar el dinero luego de acusar a la institucin de macartismo. A travs de las pginas

    de El Civismo de entonces, Dardo escribi:

    El primer deber del hombre es defender su pellejo, dijo Martn Fierro, y como mi pellejo anda volando por todas partes, incluso hasta por telfono, salgo a defenderlo. Despus de las pocas palabras que dije en la Biblioteca Ameghino el sbado 4, al presentarme para recibir un primer premio de poesa y los ochenta mil pesos correspondientes al premio, cierta gentecita que se llueve en los jardines me acusa sin levantar cargos- de haber aceptado ese dinero. Por qu dicen algunos- Dorronzoro agarra esa plata de una institucin a la que ha acusado de practicar un grosero macartismo?

    Otros dicen: Acus pero agarr la lista, eh? Por qu no la regal a los pobres, l que es tan revolucionario?. Y otro, alguien sin nombre ni apellido, est enojado porque no les di las ochenta lucas a los menesterosos. Y todos dle con eso. Pero nadie levanta cargos. Aunque, en realidad, ya estoy

  • POESA INDITA DE DARDO DORRONZORO.Gentileza Rosana Dorronzoro.

  • Yo quiero una mquina para cada uno de nosotros.

    Una mquina para ti, una mquina para m. Una mquina zumbadora y alegre, grande y dcil como un elefante, que produzca pan, rosas y olvido,

    guardapolvos blancos, mariposas,

    y una dulce lluvia para cuando estemos tristes. Yo quiero, adems, tres palmos de tierra para cada uno de nosotros.

    Tres palmos de tierra donde poder sembrar una sola semilla de trigo, una sola violeta, una sola golondrina,

    o donde poder enterrar a nuestro perro cuando se muera. Yo quiero para cada uno de nosotros

    un salvoconducto para andar por el mundo, para andar por la primavera y los melanclicos bodegones,

    sin que se nos mire la suela de los zapatos, el pulgar de la mano derecha,

    o el interior de nuestro corazn. Y yo quiero, especialmente para m,

    un carro con cuatro caballos de viento, un esqueleto de nubes y roco,

    una muchacha sonriendo, para siempre en el recuerdo, y una paloma de papel de seda.

    sospechando que lo que les duele a estos benficos ciudadanos no son los cargos, sino que un simple herrero se junte con ochenta billetes de a mil, y para colmo, por la estpida razn de haber garabateado un poema.

    Para m resulta fcil explicar por qu agarr esos zarandeados papeluchos y enseguida lo digo, parad vuestras orejas:1- porque, como todos saben, amo extraordinariamente el dinero.2- porque de ninguna manera poda dejarlo en manos de gentes que, muy probablemente, iran a utilizarlo en comprar una soga para ahorcarme, o algo parecido.3- porque, dado mis convicciones ideolgicas, no puedo regalrselo a los menesterosos (como pretende un annimo y melanclico Orfeo), pues los menesterosos no saldrn de esa terrible condicin con limosnas sino con una autntica revolucin socialista.4- porque no soy un imbcil.Adems, siempre fui enemigo de hacer regalos. Y a no engaarse con mi cara de ngel. Todos recordarn, tal vez, cuando en una ocasin liquid completamente un asilo de ancianos prendindolo fuego.Porque, lo reconozco, yo tengo un alma diablica, pero mi lengua no sirve para tapar basura. Prefiero morir sin pellejo antes que silenciar inmoralidades.En cuanto al autor del annimo publicado en El Civismo del 11 del corriente, le digo que s, que soy yo tan vanidoso como el que ms, pero le digo tambin que para decir cosas no recurro a esa sucia arma, impropia de utilizar en un peridico decente, sino que las digo con mis dos nombres y apellido o frente a una cara, por ms fea que sea.Y a dejar los ochenta mil tranquilos, que ya estn gastados.

    Hay hombres imprescindibles. Para Lujn Dardo fue uno de esos hombres imprescindibles. Por qu? Porque con su herrera decor algunos rincones de nuestra ciudad. Porque con su poesa realz las grietas de este pueblo. Porque su casa, de puertas abiertas, permiti la reunin, el debate y la formacin de jvenes que en los setenta iniciaron su militancia poltica. Porque Dardo fue un provocador de encuentros. Las palabras las pronunciaron el ao pasado Adriana Acosta y Anala Gmez, integrantes del Grupo de Apoyo a Madres de Plaza de Mayo de Lujn y organizadoras de un homenaje a Dardo que colm las instalaciones de la Biblioteca Popular Jean Jaurs. n

    YO QUIERO UNA MQUINA

    d. dorronzoro, de LLANTO AMERICANO.

  • En Argentina, la serie que

    resea la vida de

    Pablo Escobar fue un xit

    o televisivo y acerc

    la historia del jefe narco

    a un pblico masivo.

    Omar Vera, periodista y m

    ilitante colombiano,

    suma su anlisis a una hi

    storia que acumula

    realidades, mitos y oculta

    mientos.

    i iy de un pas muy berracoFiccinrealidaddel Mal.PatrnEl

  • Por Nicols GrandeIlustracin: Tavi Algar Se vienen los minutos finales. Pablo Escobar llama telefnicamente a su hijo para dictar las condiciones

    que intenta imponer al Estado colom-biano a cambio de su entrega. En ese momento, justo en ese momento, el cer-co termina de cerrarse sobre un hombre vencido que suea an con recomponer su antiguo y poderoso aparato narco-militar. Se escuchan ruidos, una explo-sin. Los uniformados del Bloque de Bsqueda vuelan la puerta de ingreso. Escobar mueve sus huesos, que cargan con una obesidad galopante, y busca los techos. Logra recorrer algunos me-tros, dispara, le disparan. Cae herido, vuelven los disparos cruzados. Pero la suerte est echada y su cuerpo recibe finalmente los dardos mortales. Segn dicen los dueos de la ficcin, muerto el perro, se acaba la rabia.

    De esa manera termina la serie televi-siva El Patrn del Mal, producida por Caracol Televisin entre 2009 y 2012. En Argentina, su reproduccin en Canal 9 fue un verdadero xito y transform a muchos, incluido quien escribe estas lneas, en cuasi fanticos de un produc-to que hasta hace poco tiempo tambin poda rastrearse a travs de YouTube, hasta que de tanto insistir los abogados del caracol tumbaron los 113 captulos para recordarles a todos que con el de-recho de propiedad no se jode, al menos no por mucho tiempo.

    As las cosas, la personalidad de Pablo Escobar segn la novela aparece atra-vesada por la dualidad. El mismo hom-bre preocupado por la educacin y el bienestar de sus hijos no carga con un gramo de culpa cuando le toca ordenar el asesinato masivo. El mismo hombre que dice tener ideas de izquierda, fi-nancia grupos paramilitares. El mismo hombre que reclama respeto por los derechos humanos para l y sus seres queridos, desprecia la vida de los otros con una frialdad que pretende volverlo inhumano. Una dualidad que reapare-ce cuando Pablo Escobar, en tanto jefe narco, sale de s para relacionarse con los otros: buenos y malos, la gran f-bula de las historias con finales felices para espritus que necesitan de algunas seguridades.

    Puede un drama colectivo explicarse nicamente desde un actor individual? Por ejemplo alcanza Hitler para expli-car el nazismo?, los dramas colectivos son producto exclusivo de un puado de espritus malignos que concuerdan en un tiempo y lugar histrico determina-do?, muerto el perro, se acaba la rabia?

    Preguntas que en el caso de El Pa-trn del Mal deben encuadrarse en un

    i i iproducto de comunicacin que, como todos, responde a determinadas inten-cionalidades, introducidas en un forma-to con pretensiones de masividad que necesita del recorte para limar grandes complejidades, algo as como servir la comida y la digestin al mismo tiempo.

    Venimos de una narrativa de productos culturales relacionados con lo mismo. Un morbo terrible alrededor del fen-meno narco, pero un morbo poco crtico, es una narrativa de lugares comunes, de situaciones sangrientas, sexo, drogas y mucho dinero. Eso se fue insertando en el cine de una manera muy moralista, mostrando a los pobladores de los ba-rrios populares de Medelln simplemen-te como gente descompuesta haciendo cualquier cosa por dinero, o dando una visin rosa de la vida del sicariato. Ya venamos con veinte aos de este tipo de narrativas, pero no haba ingresado al mercado de la televisin. Cuando la televisin trabaja la historia, la recorta. Y estos productos buscan crear una na-rrativa que justifiquen cosas que estn pasando ahora, reflexiona, a poco de arrancar la entrevista, el periodista y militante colombiano Omar Vera.

    Desde su oficio, conoce de continuida-des. Hace diez aos naci El Turbin, un peridico web que surgi en el seno del Movimiento por la Defensa de los Derechos del Pueblo, con la intencin de trabajar con narrativas de internet para plantear una mirada diferente y crtica, inicialmente sobre temas re-lacionados con el gobierno de lvaro Uribe y con la guerra en Irak.

    Aquel proyecto, que se difunda a tra-vs de boletines digitales para un pua-do de personas, hoy es recibido en los correos electrnicos de unos cien mil lectores, adems del desarrollo de su pgina web. Continuidad de proyecto, pero tambin de males y resistencias que no murieron con la baja de Escobar: Somos un medio de comunicacin que trabaja la crisis de derechos humanos que se vive en Colombia y la cuestin de los movimientos sociales desde la ptica de mostrar que hay iniciativas de parte de la gente para cambiar lo que ocurre en el pas. Cuando empezamos, nadie tomaba en serio a los medios al-ternativos, nos vean como un grupo de muchachitos jugando a ser periodistas. Con el paso de los aos hemos logrado tener un rol ms prevalente y hacernos sentir. El tema colombiano en cuanto a la seguridad de los periodistas es un problema complejo. Nosotros hemos recibido amenazas de paramilitares, hostigamientos de autoridades, agre-siones directas fundamentalmente de la fuerza pblica.

  • LOS VERICUETOS Pablo Escobar viaja por las rutas ecua-torianas en un pequeo automvil. Lo acompaa su primo, amigo y socio, Gonzalo Gaviria (su nombre real era Gustavo Gaviria). Juntos hacen carne aquello del esfuerzo personal para pro-gresar a lo grande y salir definitivamen-te de pobres. Le suman un componente ilegal porque intuyen que ese es uno de los principales elementos del xito capitalista, aunque no se trate de una publicidad que los voceros del sistema estn dispuestos a difundir. Atrs haba quedado el primer negocio importante que encararon juntos, vinculado al con-trabando de mercaderas.

    Los esforzados trabajadores van y vie-nen en busca de coca, materia prima para los laboratorios donde comenzarn a producir la cocana de exportacin. El negocio funciona a la perfeccin, crece con alguna coima por all, algn asesi-nato por ac. Corren los finales de la d-cada del setenta y las ganancias empie-zan a contarse de a millones. La vida les sonre. Aparecen socios y se va tejiendo una alianza narco y paraestatal que pa-sar a la historia bajo el nombre de El Cartel de Medelln. Algunas figuras p-blicas, pocas en apariencia, coquetean con el nuevo rico.

    Cul fue el contexto que acompa el crecimiento de Escobar? El de un empresariado ilcito y exitoso o el de una red con ramificaciones polticas a gran escala? La novela ofrece poco al respecto. Vera propone una contextua-lizacin: Pablo Escobar era uno de los grandes males del pas, pero empez a ser un peligroso criminal en el momento en que un tipo venido del bajo mundo logr insertarse en las clases dominan-tes, al punto de ser senador de la rep-blica. Cuando dicen que Pablo Escobar sencillamente fue un tipo que se sali del control del Estado, estn mintiendo, porque durante algn tiempo fue fun-cional a los intereses del Estado, pero cuando lleg a tener tal nivel de pugna con el sector tradicional de las clases dominantes, entraron en guerra y los perjudicados fuimos el resto de la so-ciedad colombiana.

    Al menos desde hace varias dcadas, la realidad sociopoltica de Colombia es un verdadero laberinto con caminos que se cruzan, se alejan, transitan en parale-lo, se alinean para volver a distanciarse. Para un observador externo sin mapa, introducirse en ese laberinto puede re-sultar una travesa compleja pero suma-mente interesante.

    Vera ampla conceptos, complejiza y aclara. Insiste en la idea de que Pablo Escobar no fue nunca un tipo aislado, sino que fue un empleado de quienes mandaban en el pas. Su crecimiento meterico le ofreci poder pero tambin la guerra, porque segn Vera ese creci-miento lo empuj a una pugna con los sectores dominantes.

    Con la cocana el nivel de poder de estos carteles fue enorme. Entr al pas una cantidad de plata enorme, que con-trolaba un sector de las clases dominan-tes utilizando a este mundillo criminal que no eran grupos aislados. A su vez se aliaron con el Estado para acabar con las guerrillas y su base social, por eso adems del crecimiento de los carteles, en aquella poca crecieron los operati-vos de inteligencia con aniquilamientos selectivos de lderes sociales en todo el pas. Eran grupos criminales que resul-taban perfectos aliados para realizar lo que el Estado estaba un poco ms limita-do para hacer con uniformes. Todos esos factores hacen que crezca Pablo Esco-bar, comenta Vera.

    Mientras en el norte del continente una enorme nariz aspiraba cantidades indus-triales de polvo blanco, distintas agen-cias estatales norteamericanas tambin jugaron un rol destacado en estos ve-ricuetos. Al respecto, Vera explica que hubo una intervencin de agentes es-tatales de Estados Unidos que quisieron utilizar el negocio del narcotrfico como una forma de financiar la guerra contra-insurgente en Colombia.

    Plata o plomo, en ese orden, era la fr-mula de Escobar para ganar voluntades. La novela abunda en casos prcticos de ese accionar. Desfilan funcionarios y policas corruptos, empresarios inescru-pulosos, personas capaces de todo por el billete verde. Aunque bastante gene-ralizadas, las situaciones aparecen como casos aislados o levemente mancomuna-dos. Para Vera, sin embargo, el mane-jo del narcotrfico no era una cuestin accidental, que implicara descuidos del Estado para que se mandara una lancha llena de cocana. En su explicacin, aparecen estructuras completas involu-cradas con el fenmeno narco. Recuerda que en aquellos tiempos el luego pre-sidente lvaro Uribe fue director de la aeronutica civil colombiana, encargada del control de todo el trfico areo no militar en el pas y que se ha demos-trado que l fue uno de los funcionarios que legaliz pistas clandestinas para que pudieran aterrizar vuelos internaciona-les en zonas donde efectivamente tena el control Pablo Escobar.

    Adems, se sabe claramente que hubo

    Cuando dicen que Pablo Escobar sencillamente fue un tipo que se sali del control del Estado, estn mintiendo, porque durante algn tiempo fue funcional a los intereses del Estado, pero cuando lleg a tener tal nivel de pugna con el sector tradicional de las clases dominantes, entraron en guerra y los perjudicados fuimos el resto de la sociedad colombiana

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  • asociaciones entre la Polica, el Ejrcito y el grupo de Escobar en zonas como el Magdalena Medio (regin estratgica en la comunicacin del norte, centro y sur de Colombia) y para establecer los pri-meros experimentos de paramilitarismo moderno.

    Vera hace referencia a relaciones acei-tadas que significaron una poltica de Estado que fortaleci al Cartel y que no busc debilitarlo, solamente cuan-do el Cartel se volvi un riesgo para el poder, recin ah lo combaten de frente con todo tipo de tcticas del terror que terminaron afectando principalmente a la poblacin civil de ciudades como Me-delln.

    LA GUERRALa hacienda Npoles, esa gigantesca propiedad de Pablo Escobar que inclua entre sus excentricidades un zoolgico privado, fue permanentemente visitada por grandes personalidades de mbitos diversos. Enormes fiestas coronaban la dinmica de aquellos dominios.

    Para mediados de la dcada de los ochenta, sin embargo, esa dinmica de tranquilidad comenz a mutar. Luego de la fugaz experiencia de Escobar como parlamentario, el laberinto se fue enre-dando cada vez y termin en una guerra abierta entre el Cartel de Medelln y el Estado. Las consecuencias de aquellos aos sangrientos todava perduran en la memoria de las personas de a pie como heridas que dejaron huellas profundas en la memoria colectiva. Aquella pesa-dilla recin culminar, al menos en su instancia ms pblica y criminal, con la muerte del jefe narco.

    Vera recuerda que varios edificios pbli-cos de Bogot exponan en sus ventanas cruces demarcadas por gruesas cintas que intentaban prevenir la voladura de astillas de vidrios en caso de atentados. Comenta que su cuada conserva toda-va una cicatriz producida por un esta-llido.

    En esta etapa, la serie sintetiza, captulo tras captulo, los distintos actos terroris-tas llevados a cabo por el Cartel de Me-delln, una metodologa que apuntaba tanto a la poblacin civil como a vcti-mas selectivas entre las que se incluy a candidatos presidenciales, con el ase-sinato de Carlos Galn como caso em-blemtico. De esa manera, Escobar y su gente lograron tal poder de negociacin que la prohibicin de extraditar colom-bianos a los Estados Unidos fue incor-porada en la reforma constitucional de

    II1991 hasta llegar a una entrega pactada de los principales jefes narcos, incluido Escobar.

    En su anlisis de El Patrn del Mal, Vera vuelve a cuestionar el enfoque que la novela dispensa al rol del Estado en aquellos aos de sangre. Explica que se recurri a la tortura, se recurri a la desaparicin forzada para conseguir informacin de manera masiva, se prac-tic la limpieza social, como en el barrio Manrique de Medelln, donde pasaban las camionetas de la Polica disparando

    Omar Vera, periodista de Peridico El Turbin, elturbion.com

  • Con la cocana el nivel de poder de estos carteles fue enorme. Entr al pas una cantidad de plata enorme, que controlaba un sector de las clases dominantes utilizando a este mundillo criminal que no eran grupos aislados. A su vez se aliaron con el Estado para acabar con las guerrillas y su base social, por eso adems del crecimiento de los carteles, en aquella poca crecieron los operativos de inteligencia con aniquilamientos selectivos de lderes sociales en todo el pas

    ISe trata de construir un lugar comn de fcil acceso al cual la gente recurre sin que le genere demasiadas preguntas, esa es la funcin que cumplen estas series. Una narrativa til al inters de quien manda en el pas. Se tiene que olvidar que Pablo Escobar mat a decenas de sindicalistas y a varios estudiantes, que varios de los paramilitares que aparecieron en los aos siguientes surgieron del sicariato de Pablo Escobar o eran asesinos a sueldo de los hermanos Ochoa (integrantes del Cartel de Medelln) ,,

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    contra grupos de muchachos que esta-ban parados en las esquinas, porque se supona que cualquier joven era suscep-tible de caer en las redes de reclutamien-to de Pablo Escobar.

    El periodista redondea la idea al exponer que la forma de resolverlo por parte del Estado fue aplicar el terror de Estado de manera masiva, y obviamente eso tam-bin se aplic contra un montn de or-ganizaciones que no tenan nada que ver con el Cartel. Esas cosas no aparecen en la novela, esas cosas se quieren secues-trar en el olvido.

    Al ser consultado por las repercusiones de El patrn del mal en Colombia, Omar explica que la serie realmente tuvo un impacto muy grande. Todo ese tema est en la memoria de la gente de una manera muy difusa. Es un pas que tiene presente los smbolos, que tiene presente la cara de Escobar, que recuer-da los bombazos, pero que se olvida de la otra parte, porque a algunos grandes medios de comunicacin no les interesa hablar de esta historia.

    Se trata de construir un lugar comn de fcil acceso al cual la gente recurre sin que le genere demasiadas preguntas, esa es la funcin que cumplen estas series. Una narrativa til al inters de quien manda en el pas. Se tiene que olvidar que Pablo Escobar mat a decenas de sindicalistas y a varios estudiantes, que varios de los paramilitares que aparecie-ron en los aos siguientes surgieron del sicariato de Pablo Escobar o eran asesi-nos a sueldo de los hermanos Ochoa (in-tegrantes del Cartel de Medelln). Esas cosas no se tienen que decir, simplemen-te se tiene que hablar de un criminal que tuvo una gran estructura y fue derrotada por el Estado colombiano .

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  • IGeneralmente cuando se habla de las guerrillas colombianas se las vincula estrechamente con la actividad del narcotrfico.No es cierto que las guerrillas se hayan convertido en entes narcotraficantes. En el caso de las tres guerrillas ms importantes las FARC, ELN y EPL tuvieron inicialmente una poltica de no mantener ninguna relacin con el narcotrfico, porque pensaban que eso era hipotecar la revolucin. Esa pobreza de los campesinos que haca que efectivamente tengan que cultivar la coca como una forma de subsistencia llev a las guerrillas a tomar distintas posturas al respecto. En el caso de las FARC, en la conferencia guerrillera de 1993 decidieron comenzar a cobrar un impuesto por el comercio de la pasta base de coca, que se haba vuelto moneda de transaccin. Un impuesto por cada cien gramos de coca. Esa prctica la mantienen de manera oficial y lo admiten. Pero las FARC no manejan las rutas de exportacin de narcticos del pas. En el caso del ELN, en la versin oficial de su organizacin siguen sosteniendo que ellos no quieren ninguna relacin con el narcotrfico, pero admiten que los campesinos tengan algunos negocios relacionados con la coca. Y el EPL, hasta finales de los noventa no se haban vinculado de ninguna manera con el negocio de la droga, pero donde se mantiene activa, su principal jefe militar efectivamente ha venido desarrollando negocios de exportacin de cocana por la frontera venezolana.

    GUERRILLAS

    Cmo podras sintetizar la relacin de los grupos guerrilleros con el narcotrfico?La relacin fue problemtica. En los aos ochenta los grupos guerrilleros tenan una posicin ambigua o de negacin al tema del narcotrfico. Mientras que las guerrillas propugnaban porque la hoja de coca no se cultivara de manera comercial, la situacin econmica era apremiante para los campesinos. Las guerrillas tuvieron una posicin ambigua en trminos de que el fenmeno narco era nuevo. Algunos pensaron, de manera ingenua, que podan ser aliados en trminos de tener como enemigo comn al Estado, y pensaron que podan obtener finanzas de all. Lo que termin pasando es que se dispar el fenmeno paramilitar y empez una situacin donde las que terminaron golpeadas no fueron las estructuras militares de las guerrillas sino sus bases sociales. Fue un asunto muy fuerte en la historia del pas.

    La serie llega a su fin. Pablo Escobar yace en un techo de tejas. En el es-pectador se produce ese silencio que sobreviene cuando se recorre la ltima pgina de una novela atrapante, de esas que merecen ser ledas ms de una vez. Los efectivos que le dieron de baja ce-lebran el logro, se sacan fotos, sonren junto al cadver. Llega la madre del muerto, estalla en llantos por un hijo al que una vez, cuando nio y luego de alguna travesura, le haba recomendado obrar con inteligencia para que en casos como esos nadie pudiera descubrirlo y regaarlo.

    I ILa entrevista tambin enfila hacia el fi-nal. En Argentina, la madrugada comien-za a abrirse paso y la charla va Skype ya super su primera hora. Vera expone interesantes explicaciones sobre el nar-cotrfico luego de Pablo Escobar y aque-llos grandes carteles, la articulacin con la poltica y el paramilitarismo. El tema excede largamente los lmites de este ar-tculo porque el papel es tirano. La his-toria posterior y los vericuetos del nar-cotrfico durante el gobierno de lvaro Uribe, aunque resulten una tentacin de continuidad, quedarn para una prxima vez, al menos ese es el compromiso. n

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    NARCOTRAFICO Y

  • La vida es eso que pasa mientras Sabella est pensando cmo ganar un mundial

    El periodista y escritor Romn

    Iucht nos ayuda a pensar el mundial de

    Brasil. Negocios, poltica, medios

    y ftbol de izquierda o

    de derecha? Pura sanata,

    sentencia: Justamente, el

    juego bonito, vistoso, y

    que algunos ideologizan de izquierda, es el

    que plantean los ms poderosos.

    Por Javier Campos

    Fotografa: Ariel Vicchiarino

  • Otra vez nos abren la puerta de Radio Continental, como aque-lla maana en que fuimos en busca de Vctor Hugo Morales. Ahora esperamos por un desobediente, como lo describi no casualmente el relator uruguayo, en ocasin del encontronazo entre nuestro entrevistado Romn Iucht y el extcnico del seleccionado nacio-nal, Alfio Basile, all por 2006. Lo que salt a la fama con una frase lapidaria del tenor vos sos contra, como le dijo el Coco a Romn, termin luego de aquel episodio con el joven perio-dista echado de TyC Sports. Cambio de poca o poca de cambios, actualmente Iucht est presentando un libro sobre el DT de la Seleccin, Alejandro Sabe-lla; su segundo trabajo editorial luego del que realizara sobre Marcelo Bielsa. Correr la misma suerte el actual DT que el rosarino? Esperemos que no, dice y cierra la pregunta aunque des-pus volvamos a compararlos.

    Frente a frente, Romn Iucht mantie-ne esa tranquilidad que se le vio ante el vozarrn de Basile. Prefiere un si-lencio, o una pausa inesperada, a con-ceptos de ligereza argumentativa y lin-gstica. Sobre todo cuando le traemos menudas preguntas: Qu es, qu sig-nifica socialmente, qu representa un Mundial?, le tiramos as, todo junto. Entonces no le queda ms que cruzarse de piernas y llevar su mano al mentn. No podra hablarte de la generalidad. Pero s es cierto que si en algn tiempo el mundial fue un fenmeno deportivo, en estos tiempos se convirti netamen-te en un fenmeno comercial y social. El que sabe se compenetra, el que no sabe quiere saber. Cualquier encuentro que se da va a estar inmerso en este hecho tan importante. Y es, hasta en un punto, lo ms peligroso, porque parecera que no ocurre nada ms que lo que pasa en el mes del mundial. La realidad es que el mundo sigue andan-do, la gente sigue con sus problemas y sus objetivos. Ahora, por otro lado, si vamos a lo que significa lo cultural, como tradicin o usos y costumbres, por supuesto que no imagino que el mundial se viva igual ac que en No-ruega. No se perdona citar a un equi-po que no juega en Brasil, corrige y sigue: Bueno, Noruega no est en el Mundial, pero por caso Bosnia! Y hay pases con tradicin futbolera, por ejemplo Francia, que tampoco se vive como ac. No est ni bien ni mal, pero el meridiano futbolero no los atravie-sa, no los impacta como ac. Eso es evidente. Y en el caso de los mundia-les son los momentos donde la gente siente la pertenencia: dice ganamos, perdemos. Es una sensacin muy po-tente.

    Pero por qu con el ftbol?

    Si repasamos la historia, los mundia-les en los ltimos treinta aos fueron creciendo al ritmo de los medios de co-municacin. Nada en el mundo creci tanto como los medios masivos, nada. Y los mundiales lo amplifican desde un lugar muy evidente. Pienso que hay una sinergia; los mundiales crecieron por los medios o los medios por los mundiales. Hay una especie de con-notacin y retroalimentacin entre las dos cosas. Ahora si lo miramos desde el producto, desde la industria bueno est en el medio la FIFA y siempre aplica la frase de que el ftbol es ese caso que es demasiado deporte para ser solo negocio y demasiado negocio para ser solo deporte. Pero a la FIFA poco le importa en el fondo el juego en s mismo, pero s le interesa mostrar el producto que es el mundial, propio de una multinacional, la FIFA que vende una industria, que se llama ftbol. La FIFA como una de las treinta multina-cionales ms grandes del mundo, de las ms poderosas. Cosa que te demuestra lo que gana con estos torneos.

    Hablaste de cmo atraviesa el ftbol a los argentinos. Se puede encolumnar lo nacional detrs de una camiseta?

    S, con todos los problemas que eso acarrea. Lo bueno y lo malo. Y pasa porque el argentino presume de saber hacer algunas cosas bien: bailar el tan-go, tener una buena cocina, hacer el mejor dulce de leche, inventar la biro-me y jugar bien al ftbol! As que son ejes detrs de los cuales se compenetra.

    Por qu decs que presume jugar bien al ftbol?

    Porque si uno lo piensa, desde 1990 Argentina no llega a jugar los siete partidos, es decir, no llega a la final. Y se jugaron diecinueve mundiales, de esos fue campen dos veces, uno con un mundial que organiz en 1978 y con connotaciones particulares, algo que no opaca el esfuerzo y la capacidad de los jugadores, pero existieron otras co-sas. Fue subcampen del mundo en el treinta, que era otro ftbol; despus se coron campen en el ochenta y seis y segundo en el noventa, donde ah s jug los siete partidos con algo que es causalidad y no casualidad: Maradona, el mejor del mundo. Entonces, la pre-suncin del argentino que juega bien al ftbol, que tiene que ser campen del mundo, o que tiene que jugar los siete partidos queda al desnudo al ver que es una excepcin y no la regla. Y adems que tuvo que ver con tener al mejor de

    Pienso que hay una sinergia; los

    mundiales crecieron por los medios

    o los medios por los mundiales.

    Hay una especie de connotacin y retroalimentacin

    entre las dos cosas. Ahora si lo miramos desde el producto, desde la industria bueno est en el medio la FIFA y siempre aplica la frase de que el ftbol es ese caso que es demasiado deporte para ser

    solo negocio y demasiado negocio

    para ser solo deporte

  • todos los tiempos. Son exageraciones de lo bueno y de creer en muchos casos que somos ms de lo que la realidad muestra que somos. Eso muchas veces se traduce a los modos de vida.

    En el repaso nombrs el Campeonato del 78 y el Sub del 90. Si te cambio mano a mano un mundial por otro, en resultados acepts?

    No, pensar eso es deslegitimar lo que hicieron los jugadores. Ese mundial, habindolo charlado con protagonis-tas, tuvo cosas raras, situaciones irre-gulares. Pero uno tiene que reconocer todo lo que los jugadores hicieron para ganarlo. Que el partido con Per haya sido dudoso, no saca lo que Kempes hizo para hacer goles, Luque y el resto. Si bien para llegar a Holanda tuvo que pasar Per, no hay nada para reprochar contra los holandeses porque Rob Re-senbriken la ltima pelota no dijo la voy a tirar al palo para tapar las sospe-chas, no. Fue un partido dursimo, se pegaron y se dieron como en una final. Entonces ese mundial es observable por cuestiones polticas y por lo que representaba el mundial como espal-darazo de esa dictadura y sus nefastos objetivos. Pero el Pato Fillol, Passare-lla son jugadores que jugaban por la Seleccin y la gloria deportiva, mir, remarco esto: la gloria deportiva. Por-que ellos ganando el campeonato del mundo, econmicamente no les cam-bio nada comparado con muchos equi-pos que vinieron despus y no pasaron de cuartos de final, se salvaron para toda la cosecha. No es una crtica nega-tiva a los actuales. Pero expresa mucho qu se jugaban antes.

    En Brasil se dan muchas situaciones que evidencian problemas estructurales de desigualdad, pobreza y exclusin. Cmo ves eso en relacin con lo placentero y espectacular del ftbol?

    Es que una cosa es lo que a m me re-presenta la FIFA, como te deca: una multinacional, que como ninguna otra podra presentarse como solucin a la pobreza. La FIFA propone un gran ne-gocio cuando organiza el mundial. Hay que prestar atencin a la construccin de los estadios, con esos edificios de cincuenta pisos, para ponerle una com-paracin: ah gana ms que en otros sectores. Despus s, vende entradas, etctera. Ahora no lo pondra desde lo que el espectculo promueve porque, s es una obscenidad que se paguen cien millones de euros por el pase de Gareth Bale, obvio. Porque tambin se

    puede decir cuntos chicos en Ruan-da podran comer con el pase de Gareth Bale? Bueno pero el mercado del ft-bol genera eso. Otro ejemplo son los contratos de los jugadores: se dice, de tal jugador, firm un contrato de tres millones de euros por ao, bueno pero qu es lo que produce ese jugador? Para el mercado mueve mucho, son ar-tistas, tienen un cach alto en funcin de lo que generan.

    S, quizs usando tu terminologa, lo obsceno es que ese gran espectculo, con sus altsimos costos se direcciona principalmente a los sectores populares.

    Eso lo veo como polticamente co-rrecto: decir que el ftbol es para los pobres. Lo ves en la cancha, hay ener-gmenos, que reaccionan de la peor manera, desde los palcos ms caros. La idea de que el ftbol es para los pobres y el entretenimiento de los pobres es un pensamiento que se debilita por su propio peso. Ojo, s para jugarlo, vein-tids pibes con una pelota, desde lo in-clusivo, el ftbol s es para las clases populares. Pero se ven involuciones en ese concepto, porque cuando yo era chico ese razonamiento era porque es-taba lleno de potreros, canchas de ba-rrios, pero no hay ms nada de esto. S es cierto que un pibe pobre, humilde, seguramente juegue al ftbol y no a la Play. Pero hoy ese pibe aun siendo po-bre tiene ms cantidades de elementos que tiempo atrs otros pibes no tenan. Y por otro lado, si todava hoy no los tiene, tampoco sobran los potreros para que el chico se forme futbolsticamen-te ah. En algunos lugares del interior puede ser que la tendencia sea menor. Pero la realidad es que no los hay y en parte explica por qu tampoco salen tantos jugadores.

    A la vez hay una mezcla de la base social de los jugadores y un mercado por arriba, elitista. Un ejemplo actual es Tevez, antes Maradona.

    Eso desde ya. Lo que tiene que ver con la media, el universo de los juga-dores de ftbol est compuesto por un ejrcito de pibes de las clases bajas y medias-bajas. Y esto lo hace complejo para analizar y para ponderar el mundo de los jugadores a la hora de que estas nuevas estrellas se cruzan con plata, fama, mujeres que no necesariamen-te es prestigio.

    Tevez es la expresin del hincha argentino medio?

    Posiblemente, pero eso responde al

    Si Sabella no lo lleva a Tevez es que tiene mucha

    personalidad, porque para l sera ms fcil llevarlo, cumplir

    con lo que quiere muchsima

    gente. Sera ms demagogo, ms populista, ms

    simptico

  • juego de Tevez. Y hasta el propio Sa-bella en el libro que hice reconoce su calidad de jugador y nadie podra ne-garla. Ahora, que la gente lo pida para la Seleccin tiene dos bases fundamen-tales: una que jug en uno de los clubes ms populares del pas y respondi en su ADN perfectamente a la impronta de Boca. Lo otro, que se une a lo anterior, es su estirpe de personaje vendedor del cual los medios hacen su festn. Porque en cuanto a marketing, Messi no est representado con ninguna camiseta de un club grande popular y mediti-co. Tevez tiene el cartel perfecto para instalarlo y lo digo sin prejuicio sino para exponer cmo los medios pueden vender, a partir de la etiqueta, a un: vi-llero, bostero, pobre, desfachatado, y finalmente ganador

    Si me alejo del marketing, de lo meditico, llegamos a Sabella. Alguien que se podra definir como un trabajador, un tipo sencillo, detallista, silencioso Me hace acordar a Bielsa, aunque ojal con otro resultado.

    Mir si nos tomamos por el re-sultado y asociamos a Bielsa por lo de 2002, no. No hay que compararlo en eso. En su forma de trabajar y su modo de vida s celebro que sea parecido a Bielsa. Porque pienso que el trnsito, en todos los aspectos de la vida don-de el ftbol es uno, es tan importante como la llegada y el resultado final, sin negar que estamos hablando de ftbol

    y en el Mundial le fue mal, punto. No podemos tapar el sol con la mano, ni el propio Bielsa lo hara: el ftbol es un deporte para ganar y l perdi. Pero es cierto que Sabella tiene muchas carac-tersticas de Bielsa, poco argentinas. Poco argentinas futboleras, para ser ms preciso.

    Si le va mal le van a caer igual que a Bielsa

    Peor! S, lamentablemente se le va a caer peor. Porque Bielsa, a su manera, generaba algo que era la confrontacin con ideas y eso dejaba desnudos a mu-chos periodistas. Sobre todo a aque-llos que iban un rato para conseguir el primer ttulo. Pero despus las confe-rencias seguan y quedbamos pocos cuando los temas no eran la coyuntura amarillista. l preguntaba y a usted qu le parece? Evaluaba al pregunta-dor. Haba que estar a la altura para po-der debatir con Bielsa. Y Sabella, por ms que tiene una capacidad inmen-sa, hasta evita esta confrontacin; lo que para muchos es ser tibio, no tener personalidad. De hecho, si no lo lleva a Tevez es que tiene mucha persona-lidad, porque para l sera ms fcil llevarlo, cumplir con lo que quiere mu-chsima gente. Sera ms demagogo, ms populista, ms simptico. Pero al no llevarlo, no est tomando una posi-cin cmoda. As que si Argentina no tiene un buen mundial por lo primero que le van a pegar, es por no llevar a Tevez y por el arquero.

    Est buensimo que el ftbol

    sea gratuito, es sper saludable. Y en cuanto a la Ley de Medios siempre estuve a favor, ms all de que hay que tener resguardo

    respecto de ciertas

    decisiones que tienen que ser observadas

  • Respeto el discurso barroco

    de Cappa, me parece muy florido, muy

    seductor pero creo que qued

    fuertemente establecido, a partir de

    su equipo de Huracn de 2009, qu

    piensa del ftbol: pasaron seis aos y sigue

    quejndose de un fallo arbitral. Sera

    ms honesto que dijera: bla, bla, bla, pero yo quiero ganar

    Se puede imaginar una Argentina campen del mundo?

    Uno no puede ponerse en el lugar de imaginar lo que va a pasar: tens que vivirlo. El mismo Sabella me dijo que le aparece en su mente ese momen-to, pero que se le va rpido. Y te digo que la vida es eso que pasa mientras Sabella est pensando cmo ganar un mundial. Pero, es obvio que si lo gana, esto s lo s, se le van a subir muchos al carro.

    Conductor de Tirando Paredes; es-cribo en Canchallena; Un Cao y Playboy, reza el poco activo Twitter de Iucht, quien no se muestra del todo cmodo a la hora de sentenciar sus po-siciones cuando el ftbol nos lleva a los medios, y los medios a la poltica. Aunque para eso tendr su explicacin: Justamente en este pas, mucha gente opina de muchos temas con absoluta liviandad, y yo trato de tener una opi-nin lo ms responsable posible, por eso hablo de lo que s y nada de lo que no s. Dos medidas importantes y en cierta medida, unificadas como lo son la Ley de medios y el Ft-bol Para Todos, cruzan de lleno la profesin de quien pivotea entre Vc-tor Hugo Morales y Fernando Bravo. Entonces? Est buensimo que el ftbol sea gratuito, es sper saludable. Y en cuanto a la Ley de Medios siem-pre estuve a favor, ms all de que hay que tener resguardo respecto de ciertas decisiones que tienen que ser observa-das, apunta Iucht y prepara el remate.

    Por ejemplo?

    En cuanto a la ley, digo, que fue apun-tada directamente contra la concentra-cin del grupo Clarn, hay que tener presente que est el riesgo de que un Gobierno arme su propio multimedio y se termine convirtiendo en un boome-rang que termine contradiciendo lo que se propona. Pero si me centro en el Ftbol Para Todos, sigo pensando que hay cosas que involucionaron: como lo estructural para las transmisiones y la falsa idea de que porque sale por Canal 7 lo ve todo el pas; en muchos lugares de la Argentina tens que tener cable para ver la Tev Pblica, o sea es una verdad a medias, por lo tanto una mentira. Entonces, pienso, si no est la organizacin para hacerse car-go del ftbol es porque el inters era solamente sacrselo a Clarn pero sin plan a futuro. Y eso est mal, no tener una estructura para sostenerlo est mal. Hay que sincerar que lo importante del producto Ftbol Para Todos es el nmero, la medicin; cosa que se evi-denci este ao. De lo contrario no se

    pondra un partido especulando con el rating de Seis siete ocho. Entonces si lo que quers buscar es una funcin so-cial, tens que estar por encima de eso. No pods poner un partido en horario del programa de Lanata para sacarle rating o, repito, poner el partido para despus pegarle un programa ideol-gico del Gobierno. A ver, estas cosas no me parecen mal a priori, s lo que generan: me parece mal que un partido se juegue ms tarde ya que en un pun-to es no pensar en la gente. Pero por ahora todos tienen suerte porque, para m, hoy el ftbol se mantiene exclu-sivamente por la pasin ms que por todo lo que mediticamente lo rodea y mucho menos por el nivel del ftbol en s, que es psimo y se juega mal.

    Que se juega mal o se juega bien es una discusin histrica. Si es mejor ganar como sea o ganar bien, tambin. Ahora, se puede tender un puente entre lo ideolgico y lo futbolstico? Jugar como tipo de izquierda, jugar como un seor de derecha

    Eso es una gran mentira. Es la anttesis, porque el ftbol que supuestamente es de derecha es aquel en el cual se traba-ja mucho, se analiza, se estudia al otro. Pero es falso que eso sea la derecha, ya que con estos mtodos los que menos tenan, los que iban a jugar contra po-derosos equipos, pudieron enfrentar y luchar contra los que ms figuras tenan y que por supuesto eran millonarios. Justamente, el juego bonito, vistoso, y que algunos ideologizan de izquier-da, es el que plantean los ms pode-rosos, porque se puede jugar de forma ms agradable a costa de comprar a los mejores. Por todo esto me parece ya una discusin perimida, fallecida, no existe como tal. Muy similar a jugar bien o jugar mal: es inconducente, no conozco a nadie que diga que quiera ganar jugando mal. El problema es que se plantea una nica manera de ganar jugando bien que, al mismo tiempo, es la propuesta hegemnica de los que tie-nen mucho, entonces seguramente para otros equipos ms humildes, jugar bien es otra cosa. El que tiene poco no puede jugar como si fuera un gigante. Y si as-pira a jugar as va a perder. No, ese ca-ramelo paso. Porque si bien algunos utilizan la palabra porque parece pol-ticamente correcta, en el ftbol todo es tan raro que trabajar es mala palabra. Si bien el ftbol no es una ciencia exacta, los directores tcnicos tienen que ser intervencionistas y dar herramientas, cosa que se consigue con el laburo. No concuerdo con los tcnicos facilitado-res que solo aspiran a cmo se levant el jugador ese da.

  • A su vez, el discurso del ftbol lindo y de izquierda se pudo imponer de alguna forma: ngel Cappa es una especie de revividor de esta tesis con un ejemplo de equipo modesto y juego vistoso.

    No. Por supuesto respeto el discur-so barroco de Cappa, me parece muy florido, muy seductor pero creo que qued fuertemente establecido, a partir de su equipo de Huracn de 2009, qu piensa del ftbol: pasaron seis aos y sigue quejndose de un fallo arbitral. Sera ms honesto que dijera: bla, bla, bla, pero yo quiero ganar. Pasa que es ms romntico decir nosotros nos involucramos con la belleza del juego, respetamos el genoma histri-co del ftbol argentino. Y tambin el discurso reduccionista de decir que de-terminado jugador es bueno, entonces naci en Barracas. Johan Cruyff naci en msterdam y era un crack; hay mi-les de ejemplos. Eso va con creer que inventamos el ftbol y no es as; s es cierto que ac se jugaba de una manera pero afortunadamente se fue adaptando a los tiempos que corren. Era muy ro-mntico que un jugador salga a la can-cha con la panza llena, como el Charro Moreno, pero eso era en el cincuenta, todo cambi y nosotros tenemos que adaptarnos tambin. n

  • La energa del arte es revolucionariaLiliana es una

    mujer excepcional, integrante de esa curiosa usina de

    arte y artistas que es la familia Vitale.

    En estos das celebra la salida de su nuevo disco Al da y cuenta cmo la msica le salvla vida en tiempos

    de dictadura.

    Por Coc MuroFOTOS: Maril Maygrety Patricia Ackerman

    VITALELILIANA

  • En lo de Vitale puede pasar que mam Esther est revolviendo un guiso en la cocina mientras habla por telfo-no con la discogrfica Sony y que her-mano Lito reciba a un msico que llega para grabar con la misma calidez con la que le da la bienvenida a una periodista que busca a su hermana Liliana que est arriba, cebando mate en una terraza re-pleta de plantas frondosas.

    La casa de los Vitale en San Telmo es, adems de un centro de unin y reunin, una usina creadora de donde salieron al-gunas de las experiencias ms ricas de la msica popular argentina: hay un es-tudio de grabacin, all funciona el sello CICLO 3, hace poco inauguraron una suerte de editorial y arriba es donde Lili da clases de canto.

    Impartir enseanzas es una constante en la vida de los Vitale. Fue su pap, Donvi, quien les inculc el valor de la pedago-ga como acceso a la libertad. Hay que tener conciencia de las condiciones y, a la vez, de los condicionamientos. Al sa-ber cules son las limitaciones, empezs a sentirte ms libre, dicen que deca.

    En lo de Vitale est todo atravesado y conectado: el arte, la familia, la msica, el aprendizaje, la literatura. Cada cosa es parte del todo. Tal como suceda en M.I.A. (Msicos Independientes Aso-ciados), la primera experiencia de los Vitale funcionando en tndem, motori-zada por mam Esther Soto cantante, antroploga y autora del libro de poesas Adalay, las almas sin edad y pap Donvi Rubens Vitale dirigente sindi-cal, maestro de msicos y autor del libro Un linyera establecido. En M.I.A.

    En lo de Vitale est todo atravesado y conectado: el arte, la familia, la msica, el aprendizaje, la literatura. Cada cosa es parte del todo. Tal como suceda en M.I.A. (Msicos Independientes Asociados), la primera experiencia de los Vitale funcionando en tndem, motorizada por mam Esther Soto cantante, antroploga y autora del libro de poesas Adalay, las almas sin edad y pap Donvi Rubens Vitale dirigente sindical, maestro de msicos y autor del libro Un linyera establecido

  • todos hacan todo y lo interesante era su sistema organizativo: la mayor parte eran alumnos de Donvi (y alumnos de los alumnos), entroncados con los gru-pos de rock argentino. Pero no era un grupo de msicos armado sino que se integraban entre ellos formando dos, tros, cuartetos, lo que les viniera en gana, o segn cmo lo sintieran.

    Ms de veinte personas pasaron por M.I.A., no solo msicos, tambin poe-tas, artistas plsticos, tcnicos, produc-tores. Adems de los Vitale estaban Alberto Muoz, Nono Belvis, Juan del Barrio, Daniel Curto, Vernica Condo-m, Perla Tarello, Carlos Melero, Gusta-vo Mozzi, Mex Urtizberea, Kike Sanzol, Andrea lvarez y Luis Samolsky, entre otros. La experiencia se llev adelante a lo largo de cinco aos y fue la prime-ra propuesta independiente dentro del rock made in Argentina en tiempos de dictadura militar, era un refugio cultural. Editaron cuatro discos: Transparencias (1976), Mgicos Juegos del Tiempo (1977), Cornonstipicum (1978) y Con-ciertos (1979, un lbum triple en vivo) y todos salieron bajo el sello CICLO 3, la misma firma que usa Liliana hoy para sus discos.

    M.I.A., en calidad de cooperativa ar-tstica independiente, desafi el ritmo de su poca y sembr el germen de la autogestin en el ambiente de la msica argentina. Hasta los Redondos guiaron su carrera inspirados por la iniciativa de los Vitale.

    A mediados de los setenta, Liliana te-na dieciocho aos y la experiencia con M.I.A. fue su educacin musical, pero ms que nada sentimental. As fue como aprendi a hacer todo desde ese lugar experimental, autogestionado, indepen-diente, abierto a la participacin. En M.I.A. Liliana tocaba la batera porque Lito necesitaba un baterista y a ella todo le daba curiosidad. Cuando ramos chi-cos nos decan que parecamos Los Car-penters, adems yo tengo una coloratura medio grave en la voz como Karen, pero nunca quisimos eso con Lito, ni ser los Pimpinela, ni los hermanos que cantan, nos pareca horrible. Nunca hicimos do porque l es muy msico instrumental, ms de los sonidos, y yo tengo todo este rollo con las palabras y la poesa.

    Este amor por la musicalidad de los tex-tos, la llev a incluir en Al da su lti-mo disco/DVD una suerte de spoken word que juega con textos de Julio Cor-tzar y de Miguel Abuelo. Algo muy parecido hizo en 2002 con el lbum La vida en los pliegues, basado en obras del poeta suizo Henri Michaux y grabado junto a Bam Bam Miranda en percusin,

    Lito en teclados y las ilustraciones del artista Jorge Cuello en el arte del disco. El material fue compuesto, ensayado y grabado en 1990 en la casita de mis viejos, como le dice Liliana a la caso-na de San Telmo, pero por cuestiones de derechos de la obra de Michaux, sali a la venta recin doce aos despus.

    Hago una intervencin rtmica sobre los textos y en vivo sale siempre distin-to. Hay una estructura definida, pero hay un margen que tiene cierta soltura, como si las palabras fueran macerndose y ha-ciendo su forma. As me ha pasado con muchas cosas, explica sobre su ltimo trabajo.

    La banda que form espontneamente est compuesta por Facundo Guevara y Ana Ponce en percusin, Kike Ferrari en contrabajo, Eliana Liuni como vien-tista y Mariano Delgado en la guitarra. Ella toca el piano y canta, recita, oficia de curadora. En el disco hay tres cosas inditas y hay nueve canciones que ya haba grabado en otros discos y que son versiones actuales de esos temas. De lo nuevo est el texto de Cortzar y Buen da da de Miguel Abuelo que tiene que ver con la textura que la palabra va ad-quiriendo adentro de uno y tambin con la performance de decirlo en vivo. Tam-bin hay un devenir armnico debajo del

    Este amor por la musicalidad de los textos, la llev a incluir en Al da su ltimo disco/DVD una suerte de spoken word que juega con textos de Julio Cortzar y de Miguel Abuelo

  • texto. Buen da da es un poema largo y Miguel lo hizo sobre dos acordes, tiene un viaje impresionante.

    Lo conociste a Miguel Abuelo?S.

    En ese texto, las palabras son instru-mentos.Yo empec a jugar con la armona, en-tonces hay unos cambios musicales debajo. Para terminar el disco pusimos Jardn de Gente de Spinetta y eso sali azarosamente en una prueba de sonido cuando estbamos por arrancar la sesin de grabacin y filmacin. Estbamos probando sonido y yo empec a tocarla en el piano, Facu agarr el cajn, Kike el contrabajo y qued una versin muy a la parrilla sin arreglos.

    Por qu elegiste ese tema?Porque me enganch desde la primera vez que escuch Los Socios del Desierto y porque siempre ando cantando cancio-nes de Spinetta en distintos momentos de la vida y en ese momento era Jardn de Gente. La dej as porque, aunque fue azarosamente, es como un eplogo, es un comentario poltico o social que nunca haba explicitado en las cosas que hice. Siempre me interes la poltica, desde muy jovencita: soy de la generacin del setenta. En la escuela era la delegada,

    estaba ac y all, iba a las reuniones... hasta que en el Golpe estaba simultnea-mente en el grupo M.I.A. y, como mu-cha otra gente, dej la militancia y todo fue la msica, el rock, el quehacer arts-tico. Por un lado fue buensimo porque me salv la vida, pero por otro lado que-d una vocacin poltica trunca, qued como blindado, cortado y prcticamente no retomado. Cuando comienza la de-mocracia, el alfonsinismo, hubo un des-pertar de la participacin pero tampoco tena la caracterstica de la participacin consciente que hoy pods ver en la so-ciedad. A favor o en contra, pero hay un haber abierto los ojos a un verdadero juego de poder que uno ignoraba. Yo fui criada con gobiernos militares en donde el bacalao se cortaba en lugares miste-riosos y no sabas bien.

    Hoy tambin hay otro acceso a la in-formacin y los jvenes se animan a participar.Claro que s. A muchos jvenes que mi-litaban en mi poca los liquidaron.

    El comentario poltico en Jardn de Gente dnde lo encontrs?Spinetta escribe esta cancin en los no-venta y critica la realidad en un momen-to en el que se viva un individualismo y un liberalismo a full, de slvese quien pueda y de cantidad de gente cayndo-

    el collage de la depredacin

    humana no tiene tiempo: es el tipo que

    no ve con el corazn lo que est pasando

    a su alrededor, solo ve su

    propio inters y si aument

    el dlar

    el collage de la depredacin

    humana no tiene tiempo: es el tipo que

    no ve con el corazn lo que est pasando

    a su alrededor, solo ve su

    propio inters y si aument

    el dlar

  • "A favor o en contra, pero hay un haber abierto los ojos a un verdadero juego de poder que uno ignoraba. Yo fui criada con gobiernos militares en donde el bacalao se cortaba en lugares misteriosos y no sabas bien."

  • se de la lona tremendamente, una gran clase media y los estratos de poder ms altos disfrutando mucho de comprar en Miami. Una cosa espantosa. Spinetta dice ests ciego al creer que pods evi-tar este jardn de gente...

    Habla del collage tambin.El collage de la depredacin humana! La insensibilidad de ver gente durmien-do en la calle, comiendo de la basura, como si todo el mundo hubiera tenido una amnesia de que ac en la esquina viva una familia. Yo ahora no veo gen-te durmiendo en la calle en San Telmo. Ac a la vuelta haba unas setenta perso-nas durmiendo en la esquina en 2001, 2002. La gente que protesta es desde ese lugar, el collage de la depredacin hu-mana no tiene tiempo: es el tipo que no ve con el corazn lo que est pasando a su alrededor, solo ve su propio inters y si aument el dlar. La cancin de Spi-netta es un grito desenfrenado de decir alguien debi conservar y cuidar.... Hay que cuidar y proteger, con dinero no se compra el amor, y parece una pe-rogrullada pero hay que recordarlo cada tanto, por eso me parece un comentario poltico.

    Y desde un lugar potico.Claro, sin ir directamente. Y bueno, es Spinetta.

    Lo conociste a Spinetta?S.

    La curiosidad inagotable de Liliana la lleva a estar constantemente cuestio-nndose y buscando. Su libertad creati-va escapa a los cnones establecidos y lo suyo es una revolucin permanente: desde la msica, desde la palabra, desde la manera que tiene de hacer las cosas y contagiarla. Ahora est entusiasmada con su nuevo disco, que la tiene reque-tefeliz y al da, como se llama el disco. Liliana cree en la empata, en que el azar no es solo azar, que las cosas suceden por alguna razn a veces oculta. Es que ella est atenta a esas vibraciones que resultan en armona, como pasa con la msica.

    Tengo y tena planes de hacer algn trabajo nuevo pero en ese nterin, el azar de la vida me cruz con estos msicos. Primero con Eliana y Ana, que tocamos bastante en tro y eso me reconfigur el amor por la comunicacin con los msicos y la msica que sucede en ese intercambio, cuenta Lili. En vez de pensar un disco y decir quiero llamar a tal, fui invitando a uno y a otro, y en ese azar empezaron a sonar nuevos al-gunos temas viejos y mientras tanto iba buscando textos como el de Cortzar o

    Buen da da. En un momento, gracias a mi hermano que es de una generosidad infinita y hermosa, pude llevar a cabo una filmacin para un DVD, algo como para aggiornarme tambin porque haca aos que no sacaba un disco solista, des-de Al amparo del cielo, en 2006. Para Al da, tena toda la disposicin de ver qu pasaba ahora y la pulsin de poner lo que apareci en el momento, las ga-nas de hacer backup. En el disco puse: Las palabras de los poetas para ponerse al da.

    De ah toms el nombre del disco?El disco, de entrada, se llam Al da. Es como atrapar un presente. No estuvo muy planeado, fue hecho en el fragor de las cosas, ah fue tomando forma. Esto fue medio como en vivo y tengo ganas de tocarlo mucho.

    Es un nombre muy positivo.Es vivir el presente, estar ah. Adems est lo diurno...

    Estar al da es estar a la altura de las circunstancias tambin.Claro, y por eso lo poltico, porque me importa. Aunque no tenga que ver con lo artstico, pero lo artstico s se recorta de tiempo y espacio. Spinetta, veinticinco aos atrs, pudo hacer un tema que hoy significa y pasado maana tambin, pero en este presente no es menor cmo est inclusive el Estado mismo yendo a la vanguardia de cosas que la sociedad no ha terminado de deglutir, eso es lo que me parece alucinante. Generalmen-te, los Estados sobreponen una situacin de opresin frente al pueblo como en las dictaduras o son recontra burgue-ses, caretas, y son las luchas populares las que corren el arco, las que generan los cambios profundos. Ahora, que un Estado adems tome las banderas, y se adelante a los reclamos populares Me encanta pertenecer a este tiempo. Se asienta un precedente de vinculacin en Latinoamrica que, aunque venga otro signo poltico, ya existe lo del inters comn, lo de defender las cosas que uno hace como concepto general, como amor por el lugar que te nutre. Eso sera nivelar para arriba, ojal todos los sig-nos polticos participaran de la contien-da que sea, que ninguna vaya para atrs con cosas que ya fueron para adelante, despus cada uno har su estilo, su onda.

    Hay varios casos en que el arte legiti-m luchas sociales, es decir, tiene un rol importante dentro de los cambios profundos del inconsciente colectivo. La energa del arte es revolucionaria de por s porque te mueve el piso, te sen-sibiliza, mientras que las estructuras, en general, lo que tienden es a insensibili-zarte, a mantenerte fijo e inmvil. n

    Se asienta un precedente de vinculacin en Latinoamrica que, aunque venga otro signo poltico, ya existe lo del inters comn, lo de defender las cosas que uno hace como concepto general, como amor por el lugar que te nutre. Eso sera nivelar para arriba

  • Luego de ganar las elecciones de 2012 Chvez declar que se abra un nuevo horizonte poltico y que el mismo estaba ligado a la construccin del Estado Comunal, una tarea enorme que encomend a todo el pueblo venezolano y a Nicols Maduro en particular. Pero qu son y qu significan las Comunas Bolivarianas? Cules son sus lmites y potencialidades dentro del proceso revolucionario? Desde Venezuela Marcos Teruggi escribe sobre la fibra ms ntima del socialismo del siglo XXI.

    Por Marco TeruggiFotos: Milangela Galea

    pueblocomunero.wordpress.com

    Comunas BolivarianasApuntes sobre las

  • na conclusin que he sacado al cabo de muchos aos: entre los muchos errores que hemos co-metido todos, el ms importan-

    te error era creer que alguien saba de socialismo, o que alguien saba cmo se construye el socialismo. (Fidel Castro Ruiz, 11 de noviembre de 2005).

    Han pasado quince aos desde que se inici en Venezuela el proceso poltico conocido como revolucin bolivariana. Quince aos en los que un pueblo junto a un hombre, el comandante Hugo Chvez, volvieron a encauzar la historia en una direccin: el socialismo, el del siglo XXI, bolivariano, que es decir profundamente venezolano y nuestroamericano.

    Volvieron a proponer el desafo ms grande, el de la transicin, la salida del capitalismo. El proceso de devolverle al cuerpo social los poderes usurpados, como lo defini el pensador y militante Aldo Casas. Para eso probaron, arma-ron y desarmaron, buscando las mejores formas y contenidos, haciendo propia la mxima de Simn Rodrguez maes-tro de Simn Bolvar: inventamos o erramos. Y esos ensayos fueron hechos desde esa certeza: el poder debe regresar al pueblo, un pueblo necesariamente or-ganizado.

    En esa bsqueda, ese camino conducido centralmente por Hugo Chvez y apro-piado por la mayora, aparecieron las comunas (su ley orgnica se remonta al 2009, la de los consejos comunales; sus cimientos, al ao 2006). Estas fueron concebidas desde el principio como un paso en un horizonte de ms, un ms que en el proceso venezolano tom el nom-bre de Estado Comunal. El viejo y vital proyecto, el de pulverizar el Estado bur-gus, como dej escrito Hugo Chvez en el plan de gobierno para el perodo 2013-2019.

    Intentar acabar con lo existente, lo here-dado (burocrtico, excluyente, opresivo) signific en el proceso bolivariano y lo sigue siendo de manera cada vez ms ur-gente poner en pie lo nuevo: una nue-va institucionalidad conformada desde el pueblo, hecha por millones, enraizada en cada territorio. Ir sentando las bases de una nueva forma estatal, de la vida misma de las comunidades. Por eso las coordenadas principales de las comunas fueron desde sus inicios dos: autogobier-no y autogestin.

    Una posible fotografa actual

    Existen en este momento 632 comunas registradas en el pas, y ms de 800 en construccin. No hay un estado (provin-

    munal, de permitir un crecimiento que en muchos casos ya contaba con los cimien-tos desarrollados.

    Porque la organizacin popular estaba ah, entre los miles de consejos comu-nales (casi cuarenta mil segn el censo de octubre del 2013), estaban dadas las condiciones para un nuevo paso. Por eso la multiplicacin no fue una sorpresa: el tiempo de la organizacin popular no era el del Estado, corra ms rpido, diferen-te. Cuando el Ministerio en su cambio de gestin a partir de mayo del 2013 simplific los trmites para el registro comunal se encontr con comunas que llevaban hasta cinco aos esperando su legalizacin, no as su legitimacin.

    Las comunas eran un pedido popular, un nuevo paso a dar en la maduracin de un proceso organizativo de varios aos. Representaban una necesidad sentida por muchos de responder al llamado hecho por Hugo Chvez en su discurso de ga-binete del veinte de octubre del 2012, co-nocido como Golpe de Timn: comunas o nada. Porque ese haba sido el ltimo mensaje, la ltima orientacin estratgica del comandante, el pedido desesperado, la conspiracin para millones.

    De esta manera en el transcurso de un ao se fue conformando una nueva identidad poltica dentro del proceso revoluciona-rio: la de los comuneros y comuneras, hombres y mujeres del chavismo de base, de avanzada, organizados anteriormente y en la actualidad a veces de mane-ra superpuesta, complementaria por ejemplo en las Misiones Sociales y los Comits de Tierra Urbana. Las comunas comenzaron a desplegar las potencialida-des latentes, a instalarse no sin tensio-nes y lmites como los actores revolu-cionarios que fueron llamados a ser.

    Conformacin de las comunas

    Existen comunas en cuyo territorio habi-tan hasta cincuenta mil personas como la Comuna Socialista Ataroa, en la ciudad de Barquisimeto, estado de Lara, y otras donde se encuentran diez mil personas, abarcando una extensin de veinte mil hectreas como la Comuna agropecuaria Cajigal, situada en Caji-gal, estado de Sucre. Las realidades son heterogneas pero atravesadas por los mismos desafos: cmo poner en pie espacios de autogobierno y autogestin, espacios donde se ejerza la democracia participativa.

    Los pasos en la conformacin de las comunas son iguales: en el comienzo estn los consejos comunales, espacios de organizacin barrial en el mbito urbano participan hasta doscientas fami-

    Intentar acabar con lo existente, lo heredado (burocrtico, excluyente, opresivo) signific en el proceso bolivariano y lo sigue siendo de manera cada vez ms urgente poner en pie lo nuevo: una nueva institucionalidad conformada desde el pueblo

    U

    cia) venezolana donde no exista una co-muna en pie. Las cifras para esta fecha en el ao anterior eran muy diferentes: menos de cuarenta comunas registradas la primera lo haba sido en agosto de 2012, y un desconocimiento estatal y popular acerca de la cantidad real. Las comunas eran para muchos solamente un proyecto de Hugo Chvez con un corres-pondiente ministerio creado para tal fin: el Ministerio del Poder Popular para las Comunas y Proteccin Social, desde el ao pasado renombrado como Comunas y Movimientos Sociales.

    Fue a partir de mediados de 2013 que el proceso de expansin comunal tom fuerza, instalndose como un actor din-mico y protagnico dentro de la revolu-cin. Hasta ese momento si bien existan comunas, impulsadas por algunos movi-mientos populares, no haba una decisin estatal de empujar el pleno desarrollo co-

  • lias, segn indica la ley, cuya mxima instancia de decisin es la Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas. Esta debe es-tar conformada por los voceros y voceras que integran los comits del consejo co-munal en reas como finanzas, deporte, contralora social, ejecutivo, de juventud, cultura, etctera y debe estar abierta a la comunidad. Esas voceras en la mayo-ra de los casos, mujeresdeben a su vez haber sido elegidas por votacin de la co-munidad.

    Las comunas nacen entonces de la agru-pacin de varios consejos comunales. Los nmeros tampoco son rgidos. Existen comunas conformadas por treinta y dos consejos comunales como la comuna Pritu Becerra, en Calabozo, estado de Gurico, mientras otras renen a once, tal el caso de Renacer de Bolvar, situada en el barrio La Vega, en Caracas. Porque las comunas son fundamentalmente una iniciativa de las mismas comunidades, que son quienes deciden hasta dnde ex-tender los lmites geogrficos, en funcin de su propia historia, sus realidades vivi-das y a proyectar.

    Para conformarse como tal, las comunas hasta ese entonces un grupo de conse-jos comunales deben elaborar la Carta Fundacional: una suerte de Constitucin de la propia comuna, una hoja de ruta donde se establecen las coordenadas, po-tencialidades, necesidades y los pasos a

    dar en el territorio. Esa Carta a su vez es sometida a eleccin en la comunidad, que debe aprobarla con un mnimo del 15%. A partir de all se conforma o convalida la comuna legalmente. El paso siguiente es su inscripcin en el Ministerio del Poder Popular para las Comunas y los Movi-mientos Sociales (a partir de ese momen-to deja de ser una comuna en construc-cin y forma parte de las registradas).

    Comienza entonces la estructuracin del cuerpo de la comuna. Sus principales rganos son el Parlamento Comunal donde asisten uno o dos voceros por con-sejo comunal, la Contralora Social, el Ejecutivo, y el Banco Comunal. A su vez, existen los diferentes comits de agua, vivienda y hbitat, cultura, educacin, lo que la misma organizacin se proponga trabajar, que tambin participan de las reuniones semanales o quincenales del Parlamento.

    Esa estructura poltica y organizativa es la que se encuentra actualmente en las co-munas bolivarianas (con algunos matices segn las experiencias, como por ejem-plo cul es la centralidad del Parlamento Comunal con respecto a los consejos co-munales, si es un mbito de coordinacin y ejecucin, o ms de elaboracin y deci-sin). Sobre ella se desarrollan diferentes niveles de autogobierno, autogestin, as como de dependencia estatal y lgicas de demandas reivindicativas permanentes.

    Fue a partir de mediados de 2013 que el proceso de expansin comunal tom fuerza, instalndose como un actor dinmico y protagnico dentro de la revolucin. Hasta ese momento si bien existan comunas, impulsadas por algunos movimientos populares, no haba una decisin estatal de empujar el pleno desarrollo comunal

  • Algunas relaciones con el Estado exis-tente

    El creciente protagonismo comunal ge-ner diferentes reacciones. La derecha entabl una creciente campaa de demo-nizacin, en particular antes de las elec-ciones para intendentes y concejales del ocho de diciembre del 2013 donde el chavismo gan con amplia mayora: las comunas significaran el fin de las al-caldas. Por su parte ciertos sectores de la izquierda tambin cuestionaron el cre-cimiento comunal: detrs de los nmeros no existira un real proceso de empodera-miento popular, de conformacin de una nueva institucionalidad con vocacin o posibilidad revolucionaria: se tratara de un proceso tutelado, controlado por el Estado y diferentes actores del Gobierno Nacional.

    Lo cierto es que las relaciones con el Es-tado (diferentes ministerios, gobernacio-nes, alcaldas) han sido muchas y a ve-ces contrapuestas. Tal vez en este punto se hicieron ms evidentes las tensiones y contradicciones de la transicin, de un proceso poltico que se propuso crear una nueva institucionalidad a partir de una fuerte iniciativa gubernamental.

    Y, en ese punto, Hugo Chvez insisti en cada oportunidad en la necesidad de fortalecer lo nuevo, el poder creciente no

    estatal. As, citando a Mszros al abrir el discurso del Golpe de Timn, afirm: El patrn de medicin de los logros so-cialistas es: hasta qu grado las medidas y polticas adoptadas contribuyen activa-mente a la constitucin y consolidacin bien arraigada de un modo sustancial-mente democrtico, de control social y autogestin general.

    Pero si bien Chvez fue el conductor in-discutible del proceso y el impulsor de gran parte de las medidas revoluciona-rias, el nivel de aceptacin real de esos lineamientos dentro del Gobierno y de la estructura estatal no siempre result ser el mismo. Para muchos chavistas la revolucin haba terminado en las Misio-nes Sociales, en la reparacin todava incompleta de la deuda histrica (vi-vienda, educacin, salud, agua potable, etctera), a travs de un protagonismo estatal (aunque desde la conformacin de las Misiones Sociales, la tensin entre transformar el Estado o generar una nue-va institucionalidad ya estuvo presente).

    Por eso la propuesta de las comunas, tal vez la ms avanzada a la hora de cons-truir un poder popular a escala nacional e integral (incluye por ejemplo la parte de defensa a travs de las milicias popula-res), gener niveles tanto de aceptacin e impulso, como de boicot. Las respuestas ante la propuesta fueron diferentes segn

    Las comunas comenzaron a desplegar las potencialidades latentes, a instalarse no sin tensiones y lmites como los actores revolucionarios que fueron llamados a ser

  • las instituciones, segn qu actores del chavismo estuvieran ocupando la direc-cin de esos espacios.

    Porque el proyecto de la comuna efec-tivamente trajo el debate sobre el fin de las alcaldas, los municipios, tal como existen en la actualidad. Plante la nece-sidad de conformar una nueva geometra del poder, la desaparicin de la estructura estatal capitalista, la conformacin del Estado Comunal, que debe ser inventado desde abajo. Y como todo poder naciente y en expansin, se encontr con poderes existentes que presentaron y continan presentando resistencia. Esto, evidente en los municipios gobernados por la de-recha, tambin sucedi en otros en ma-nos del chavismo, del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv): las comunas fueron vistas como una amenaza ms posible que real en un primer momen-to, una prdida de poder, de compe-tencias, y fundamentalmente de recursos econmicos.

    Esta complejidad poltica se manifest en los diferentes vnculos entre el Estado y las comunas desde su creacin. Por un lado algunas fueron acompaadas, con-taron con respaldo poltico, transferencia de recursos y, de a poco, de competen-cias. All se logr desarrollar el vnculo deseado, en el que la institucionalidad burguesa propici el avance comunal, su

    propia prdida de poder. Esto dio lugar a casos como el del municipio Torres en el estado de Lara, donde desde la intendencia se propici desde el inicio la transferencia de recursos, el acompaa-miento, buscando evitar el tutelaje y dan-do lugar al debate actual que all se da: la conformacin del municipio comunal.

    Por otro lado existieron muchas expe-riencias que nacieron y continan de-sarrollndose a pesar del Estado. All se enfrentaron al boicot, la invisibiliza-cin, la negacin a transferir lo debido. Tal fue el caso por ejemplo de la Comu-na Carlos Escarr situada en el barrio El Limn, en el estado de Aragua. All en-frentaron al Psuv (hasta que decidieron disputarlo y lograr que los concejales sean comuneros), a la intendenta chavista acusada de corrupcin (el tercer caso en el alcalda) que se neg a transferir los re-cursos, permitir que los comuneros y co-muneras tengan un espacio para proponer y debatir polticas pblicas. En cuanto al Ministerio para las Comunas, la demora para el registro fue de varios aos.

    Debates econmicos y escenario pol-tico

    Si bien muchas comunas nacieron a par-tir del propio acumulado organizativo y poltico del territorio (el deseo de hacer-

    Porque las comunas son fundamentalmente una iniciativa de las mismas comunidades, que son quienes deciden hasta dnde extender los lmites geogrficos, en funcin de su propia historia, sus realidades vividas y a proyectar

  • se comuna a partir del llamado de Hugo Chvez), tambin es cierto que casi la mi-tad se conformaron a partir del impulso de movimientos populares, en particular de la Corriente Revolucionaria Bolvar y Zamora. En esos casos se avanz ms r-pidamente en procesos de trabajo conjun-to entre las comunas, as como en planes nacionales de formacin de comuneros y comuneras. De esos procesos nacie-ron las primeras ciudades socialistas en el mbito rural por ejemplo la Ciudad Campesina Socialista Simn Bolvar, en el estado de Apure, o la Ciudad Socialista Juan Pablo Pealoza, situada en Tchira.

    Esas experiencias anticiparon algunos debates urgentes, en particular el de la economa comunal, y trajeron un desafo atado a una certeza: una comuna que no sea productiva, autosustentable, difcil-mente pueda mantenerse en el tiempo. Esa conclusin naci de las mismas cons-trucciones en los territorios comuneros, en los cuales en especial en el mbito rural cobr cada vez ms importancia la necesidad de poner en pie una econo-ma propia, autogestionada, para romper con el lazo de dependencia econmica con el Estado, y con los sectores privados (en particular los intermediarios y pro-veedores de materias primas).

    Nuevamente se evidenci la tensin con las instituciones: para poner en pie cir-cuitos econmicos comunales se hizo imprescindible el financiamiento esta-tal. Sin eso, la posibilidad de adquirir maquinarias, centros de acopio, o me-dios de transporte, se hizo inviable. Por eso el pedido ms generalizado hacia el Estado adems de la reparacin de la deuda histrica fue la posibilidad de adquirir financiamientos para poner pie en Empresas de Propiedad Social, tener el control comunal sobre todo un circuito productivo (materias primas, produccin, distribucin, venta y consumo).

    Por otra parte la discusin sobre la econo-ma comunal comenz a cobrar fuerza en el escenario nacional. En un ao marcado por la guerra econmica impulsada por la derecha y el Gobierno norteamericano, quedaron en evidencia las limitaciones y vulnerabilidad del modelo productivo ve-nezolano, la necesidad de transformarlo. Frente a la inflacin, el acaparamiento y el contrabando, la economa no logr dar respuesta en trminos productivos.

    En ese contexto la perspectiva de la pro-duccin comunal emergi como posi-bilidad y necesidad estratgica. Si cada comuna pudiera garantizar la soberana alimentaria sobre su territorio, y generar un excedente para los municipios adya-centes, los avances seran considerables (en trminos numricos se proyecta que

    colectivas, de trabajo sin patrn, organi-zado de forma asamblearia, con ganan-cias distribuidas de igual manera. Eso a su vez estuvo enmarcado en una planifi-cacin comunal, y de a poco en conjunto con las comunas cercanas. As nacieron desde 2014 diferentes sistemas de agre-gacin territorial comunal (como los corredores comunales y ciudades comu-nales), generando un proceso de cruce e intercambio entre las propias comunas.

    Por ltimo, el gran motor implementado para impulsar y profundizar estos proce-sos productivos y de avance de la vida en comunidad, fue el trabajo voluntario. Esa prctica fue adoptada en muchos casos como un quehacer cotidiano, semanal, de cada fin de semana. Miles de casas por ejemplo fueron hechas por autoconstruc-cin. Eso puso en marcha, en las expe-riencias ms avanzadas, un proceso de generacin de excedentes producidos de manera colectiva, que luego fueron rein-vertidos en los espacios de la comuna (nuevas Empresas de Propiedad Social, vialidad, salud, financiamiento a produc-ciones colectivas, etctera). All, tal vez ms que en cualquier otro espacio, se pudo ver el espritu de la comuna, su condicin misma, segn haba indicado Hugo Chvez.

    A modo de cierre

    Los avances que hoy viven las comunas no son homogneos. Sin embargo aunque existan realidades dispares, las coorde-nadas que orientan su desarrollo son las mismas y han sido apropiadas por miles de hombres y mujeres que cada da pien-san en gobierno comunal, autogestin, empoderamiento. Su crecimiento puso sobre la mesa su potencialidad poltica, econmica, social y cultural. Indic que por ah, como sealaba Hugo Chvez, se debe profundizar la transicin al socialis-mo, arraigada en los territorios, hecha por los comunes, por la inmensa mayora del pueblo.

    Porque el destino del proceso comune-ro es en gran parte el del socialismo del siglo XXI, su posibilidad de no trans-formarse en un nuevo socialismo de Es-tado, de hacerse sobre un poder popular que sea real Gobierno, y no apoyo para movilizaciones y retrica gastada. La ca-pacidad para desarrollar sistemas econ-micos autogestionados, autosustentables, planificados intercomunalmente, ser uno de los elementos principales que in-fluirn en el desarrollo de las comunas. Pero tambin lo sern la correlacin de fuerzas dentro del chavismo, los vnculos con el Estado, as como la orientacin general dictada desde la direccin de la revolucin, encabezada por el presidente Nicols Maduro. n

    el gran motor implementado para impulsar y profundizar estos procesos productivos y de avance de la vida en comunidad, fue el trabajo voluntario. Esa prctica fue adoptada en muchos casos como un quehacer cotidiano, semanal, de cada fin de semana () All, tal vez ms que en cualquier otro espacio, se pudo ver el espritu de la comuna, su condicin misma, segn haba indicado Hugo Chvez

    para el 2019 existan tres mil comunas, esto es el 68% de la poblacin viviendo en sistemas comunales). As, combinado con una produccin estatal de mayor ca-pacidad y eficiencia, la base econmica productiva podr consolidarse e impactar en los niveles necesarios.

    Pero la economa comunal trajo algo ms que la posibilidad productiva: puso en el centro de la escena el debate sobre las re-laciones y la organizacin del trabajo. En las comunas comenzaron a desarrollarse experiencias de produccin y de tierras

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