Revista Rhema Febrero 2015

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Edición del mes de Febrero del año 2015, La semejanza del Reino. Iglesia de Restauración Familiar, Pueblo Nuevo Suchitepéquez, - Ministerios Ebenezer, Guatemala, C.A.

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  • 2Editorial

    a Biblia es una parbo-la impresionante, desde Gnesis hasta Apoca-lipsis existe un men-

    saje encriptado, escondido por el Seor que dijo que los secre-tos le pertenecan a l pero los misterios a sus hijos, y con una promesa sell esta verdad cuan-do dijo: cosa que ojo no vio, ni odo oy, ni ha subido a corazn de hombre son las que Dios ha preparado para los que le aman y ac es donde entramos noso-tros que se nos revelaron los mis-terios llamados parbolas por su eterno amor y misericordia. Se nos han abierto los ojos y ahora vemos lo que antes lea-mos, algunos con ojos religio-sos y otros con perspectiva de incrdulos, pero el buen Dios hizo algo: nos puso barro en los ojos y nos envi al estanque

    de Silo para que regresramos viendo y ahora podemos gritar como el ex ciego !veo!, puedo ver y por medio de las parbo-las nos ensea acerca del reino. Glorioso mensaje que nos ha dejado plasmado y vemos cada una de las mismas desencriptan-do el misterio. La parbola del sembrador, la del trigo y la ciza-a, la de las diez vrgenes, la de los siervos de la ltima hora y as no podemos callar y juntos debe-mos comprender en qu consis-ten esas parbolas y otras ms. Claro no podremos describir to-das las parbolas, pero en este nmero nos esforzamos para romper la cinta simblica de las parbolas para que l nos ayude y con su espritu de revelacin si-gamos entendiendo poco a poco lo que l tiene preparado para nosotros.

    PresidenteApstol Dr. Sergio Enrquez

    DirectoraLicda. Paola Enrquez

    [email protected]

    ProduccinWalter y Sandra [email protected]

    Correccin y EstiloChrista Lpez

    Heidy de Molina

    PortadaRafael Molina

    RedaccinApstol Sergio Enrquez

    Jorge Luis Rodrguez

    Piedad Velsquez de Gonzlez

    Ramiro Sagastume

    Hilmar Ochoa

    Juan Luis Elas

    Marco Vinicio Castillo

    Ricardo Rodrguez

    Willy Gonzlez

    Louisette Moscoso Mller

    Sergio Licardie

    Fernado lvarez

    Edwin Castaeda

    FotografaDepartamento de medios

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    L

    la semejanza del reino

  • 3de parecer como inadvertido para alcanzar lo divino; por eso vemos que cuando Jess viene a la tierra para cumplir con el plan de salva-cin que el Padre haba diseado, no vino como Rey; Jess siendo Dios, se despoja de Su divinidad, deja Su trono, sale de Su reino para hacerse pequeo y despus de haber cumplido con el plan del Padre; Dios lo eleva a un lugar ms alto que los cielos (Flp 2:6-11 NTV).

    De esa forma podemos responder entonces a la siguiente interrogante: Por qu dice la Biblia que el reino de los cielos es semejante a una semilla de mostaza?, porque de esa forma conquista los corazones, aplica el principio de humildad y pequeez que puede llegar a convertirse en algo tan grande que es imposible imaginar el impacto en nuestro co-razn; por eso mismo vemos en la Biblia que un poco de levadura, leu-da toda la masa (1Co 5:6), esto lo hemos estudiado desde el punto de vista negativo, sin embargo el prin-cipio es que basta con un poco de algo que est debidamente definido, para que haga cambios radicales donde se le permita trabajar, en este caso, al reino de los cielos.

    Aqu podemos aadir entonces que en nuestro corazn debe existir una ac-titud de humildad como la hubo en Jess y que podamos comprender que es Dios el que humilla al que se exalta, pero exalta al que se humilla, engrandece al que se hace pequeo y hace pequeo al que se engran-dece, porque Dios no vino para imponer Su voluntad en nuestro corazn, Dios siempre ha expuesto y pedido, por eso ve-mos tambin que en determinado momen-to Dios dice que le entreguemos el corazn porque de no ser as, en nuestra debilidad nuestro corazn podra ser conquistado engaosamente por las tinieblas.

    Hoy Dios sigue enviando Su palabra para que se convierta en fe y que una vez haya fe aunque sea pequea como una se-milla de mostaza, podamos alcanzar todo lo que Dios nos diga que hagamos con la seguridad que dentro de nosotros llevamos una semilla que nos hace poderosos en Cristo Jess.

    Les refiri otra parbola, di-ciendo: El reino de los cie-los es semejante a un grano de mostaza, que un hombre tom y sembr en su campo,

    y que de todas las semillas es la ms peque-a; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace rbol, de modo que LAS AVES DEL CIE-LO vienen y ANIDAN EN SUS RAMAS. Mt 13:31-32 LBLA.

    CMO PODEMOS EXPLI-CAR QUE EL REINO DE LOS CIELOS ES SEMEJANTE A UN GRANO DE MOSTAZA?

    Necesitamos recordar el pasaje bblico en donde a los discpulos de Jess se les fue llevado un mucha-cho epilptico pero ellos no pudie-ron hacer nada y tuvieron que bus-car a Jess, quien reprendi al de-monio y sali de aquel muchacho; enseguida los discpulos le pregun-tan a Jess por qu no haban po-dido expulsar al demonio, y l les respondi como primer punto, que si ellos hubieran tenido fe como un grano de mostaza, podran mover montes de un lado a otro y nada les sera imposible; no obstante tambin les dice que en ese tipo de situaciones (hablando del mucha-cho epilptico), no sala sino con oracin y ayuno (Mt 17:15-21), con lo cual les estaba dando la en-seanza que era necesario llenarse ms de Dios para enfrentar ese tipo de situaciones. Pero lo importante es que deban tener una fe genuina y a travs de ella haran proezas; no necesitaban mucha fe, sino como un grano de mostaza, no necesitaban creer mucho sino poco porque con la medida que ellos creyeran, sta se expandira de tal manera que podran hacer cualquier cosa que ellos quisieran en el nombre de Jess porque en-tonces sus batallas ya no seran libradas por ellos mismos, sino por el reino de los cielos en su corazn.

    CMO ADQUIRIMOS LA FE?La Biblia nos ensea que la fe viene por

    el or y el or por la palabra de Dios (Ro 10:17), dicho en otras palabras, podemos comprender que el reino de los cielos, sien-do tan grande inicia su trabajo en nuestro corazn, con lo cual se estar expandiendo en la misma medida que nosotros busque-mos la presencia de Dios y su llenura en nuestro ser; entonces se cumplir otro ver-sculo que dice, es necesario que l crezca y que yo menge (Jn 3:30), y de esa forma

    entonces se vaya expandiendo el reino de los cielos hasta el punto en que verdade-ramente dejemos de vernos nosotros mis-mos, sino que se vea el trono de nuestro Seor Jesucristo, l llegue y tome Su lugar, para que de esa forma a donde vayamos ser el reino de los cielos en nosotros con Jess ocupando el primado.

    Ahora bien, lo que debe llamarnos la atencin es que Dios no ha llegado a nues-tra vida a imponer Su reino, sino es a travs del momento en que nosotros lo empece-mos a escuchar y permitir que Dios obre en nuestra vida, entonces todo vestigio de tinieblas es eliminado por completo y la luz de Jess entra y alumbra nuestro interior; a partir de ese momento todo empieza a cambiar pero tambin debemos resaltar la forma o el principio que Dios usa para sentar Su reino; como ya lo sealamos, no lo impone sino que utiliza el principio de lo poco a lo mucho, de aquello que pue-

    Por: Jorge Luis rodrguez

    semilla

    de mostaza

  • 4es dijo otra parbola: El reino de los cielos es semejante a la levadura que una mujer tom y escondi en tres medidas de harina

    hasta que todo qued fermentado. Mateo 13:33 LBLA.

    En la versin (BLS) dice que una mujer pone un poquito de levadura en un mon-tn de harina y ese poquito hace crecer toda la masa.

    El seor Jess les habla a los creyentes en parbolas, pero a los discpulos se las explica, imagnese los misterios que dej escondidos. En este artculo hablaremos de la parbola de la levadura y su semejanza con el reino. Regularmente la levadura se ve como algo negativo, Jess les dice a los discpulos que se cuiden de la levadura de los fariseos refirindose a la hipocresa y as se menciona la levadura de los saduceos y la levadura de Herodes.

    Veremos el aspecto positivo de la levadu-ra ya que la mujer de Mateo 13:33 es figura del Espritu Santo, las tres medidas de ha-rina representan el espritu, alma y cuerpo, fermentados con la levadura, lo que signi-fica que este elemento sirve para dar creci-miento y consistencia al ser integral.

    LA LEvADURA y EL REINO Las levaduras son organismos vivos que

    producen transformaciones bioqumicas conocidas como fermentaciones. En otras palabras cambian la naturaleza de la masa, le dan olor, sabor, y textura as como creci-miento. En Mateo 18:3 dice que si no nos convertimos no entramos al reino de los cielos y convertirse es cambiar de condi-cin o naturaleza y esto es algo que hace la levadura, significa entonces que en el reino de los cielos hay transformacin.

    EL CRECIMIENTO Una de las funciones importantes de la

    levadura es proporcionar crecimiento y peso al pan. Pero tambin existen otros pro-ductos qumicos que provocan crecimiento como consecuencia de un gas, sin peso. Lo que significa que de igual manera, hay es-trategias humanas con las que se obtiene crecimiento pero sin consistencia, pura apa-riencia. Algunas iglesias se dedican a traba-jar de esta manera considerando solamente el factor numrico y olvidan que en el reino de los cielos segn esta parbola debe haber crecimiento y desarrollo integral.

    vEAMOS CMO SE CRECE.Y la palabra de Dios creca, y el nme-

    ro de los discpulos se multiplicaba en gran manera en Jerusaln, y muchos de los sacer-dotes obedecan a la fe. (Hechos 6:7 LBLA)

    llevarlo a la madurez.De quien todo el cuerpo (estando bien

    ajustado y unido por la cohesin que las coyunturas proveen), conforme al funciona-miento adecuado de cada miembro, produce el crecimiento del cuerpo para su propia edi-ficacin en amor. (Efesios 4:16 LBLA)

    El elemento de cohesin lo proveen los 5 ministerios para que la iglesia tenga un adecuado crecimiento unida a su cabeza que es Cristo. Sin el trabajo de ellos el cre-cimiento no es completo, porque el fin de la labor de cohesin es que lleguemos a la estatura del varn perfecto. Quiero hacer nfasis que el crecimiento no es para llenar lugares con multitudes, sino para preparar a la iglesia para el encuentro con el Seor Jesucristo. No olvidemos que todo esto im-plica tambin, cobertura. Mientras tanto, el joven Samuel iba creciendo y hacindose grato delante de Dios y delante de los hom-bres. (1 Samuel 2:26 RvR95) Conforme Samuel creca, su tnica era cambiada, en-sendonos que cuando crecemos lo que nos cubre o nuestra cobertura tambin cre-ce y cambia de naturaleza.

    Evitemos ser confundidos con argumen-tos humanos que pretenden trasladar ense-anzas contrarias de lo que es el reino y for-zar el crecimiento de ste. La parbola de la levadura nos ensea cmo se da el verda-dero crecimiento en el reino de los cielos a travs del crecimiento de la palabra y de los ministerios. Recordemos que Jess creci y al final de su carrera cumpli su propsito, nosotros tambin debemos crecer para que al igual que l podamos morir. Uno de los propsitos del verdadero crecimiento no es hacernos notar sino, morir.

    L

    Este texto nos muestra que primero crece la palabra de Dios y luego se multiplica el nmero de los discpulos. La iglesia del principio haca nfasis en la enseanza de la palabra. Y en Salmos 119:160 (LBLA) se hace referencia a la suma o crecimiento de la Palabra, y esto es cuando se manifiesta en sus diferentes facetas (como semilla, como trigo, y muchas ms). De esta manera el cre-cimiento en el reino es consistente porque no se basa en consejos humanos sino en los principios eternos que estn en la Biblia para que esa misma palabra trasforme a las personas hasta llevarlos a la perfeccin. La palabra tambin crece al ser expuesta conti-nuamente por los ministros, aunque recor-demos que Dios es el que da el crecimiento. Yo sembr, Apolos reg, pero Dios ha dado el crecimiento. (1 Corintios 3:6 NvI).

    EL EJEMPLO DE JESS Y Jess creca en sabidura, en estatura

    y en gracia para con Dios y los hombres. (Lucas 2:52 RvR95) El Seor tuvo su pro-ceso de crecimiento y su cuerpo mstico, la iglesia, tambin debe crecer en los diferen-tes tipos de sabidura, alcanzar la estatura del varn perfecto y crecer en gracia que es el poder para vencer al pecado. Busquemos nuestro crecimiento espiritual, y permita-mos que el Rey de reyes crezca en nosotros.

    FACTORES DE CRECIMIENTO La levadura adems de proporcionar

    crecimiento da textura, forma y es un ele-mento de cohesin, de igual forma Dios ha dejado apstoles, profetas, evangelis-tas, pastores y maestros segn Efesios 4:11 para proporcionar crecimiento al cuerpo y

    la parbola de la levaduraPor: Piedad VeLsquez de gonzLez

  • 5Tambin el reino de los cie-los es semejante a un mer-cader que busca buenas perlas, que habiendo ha-llado una perla preciosa,

    fue y vendi todo lo que tena, y la compr. (Mateo 13: 45-46).

    El Seor nos dice que el Reino de los cielos es semejante a (gr. homoios), que significa similar en apariencia o carcter, a un mercader que llega a vender todo lo que posee para as obtener una perla muy especial, una perla de gran precio, el mer-cader es figura del Seor Jesucristo. Cuan-do halla la perla preciosa, halla la Iglesia, que constituye la perla de gran precio. Ese precio es tan grande, por cuanto es su propia vida, la que l entreg para poder adquirir esa perla que es la Iglesia, este mercader vende todo lo que tiene para po-der comprar la perla de gran precio, dej Su hogar celestial en la gloria y vino a esta tierra para hallar una perla de gran precio. Hall a los pecadores perdidos, y muri por ellos derramando su sangre preciosa,

    vendi todo lo que tena para comprarnos y redimirnos para Dios.

    El apstol Pablo dijo en 2. Corintios 8:9 Porque ya conocis la gracia de nuestro Seor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos. Las perlas son el producto de una reaccin de enquistamiento de una partcula extraa dentro del cuerpo blando de los moluscos, especialmente en los bivalvos. Las perlas naturales se forman cuando un cuerpo extrao (un grano de arena, producto de una roca pulverizada) penetra al interior de la ostra, el cual reacciona cubriendo lentamente la partcula con una mezcla de cristales de carbonato de calcio (CaCO3) y una protena llamada conchiolina, for-mando la sustancia conocida como ncar, que es la sustancia que forra la cavidad pa-leal del animal (las paredes interiores de las valvas). Al cabo de un perodo variable la partcula termina cubierta por una o ms capas de ncar, formando una perla. Las perlas preciosas son producidas en su in-

    mensa mayora por las ostras pertenecien-tes a la familia Pteriidae (wikipedia).

    Entre los israelitas, la perla nunca se consideraba como de mucho valor. Hay algunos pasajes bblicos que nos dan esta impresin, Coral y cristal ni se mencionen; la adquisicin de la sabidura es mejor que las perlas. Job 28:18 Este versculo pone poco valor a las perlas y al coral, en cam-bio ponen muchsimo valor a las piedras preciosas.

    Cuando Cristo mencion las buenas perlas, sus apstoles se preguntaron por qu, porque stas tenan valor solamente para los gentiles. Los orientales haban dado a las perlas un significado simblico de inocencia y de pureza, las considera-ban apropiadas slo para los reyes y po-tentados. Podramos ver que la ostra en la que se produce la perla, tipifica al mundo; cuando ese cuerpo extrao entra en su interior, se produce una reaccin. Esto lo podramos comparar con Cristo cuando vino al mundo.

    Para el mundo, Cristo era un descono-cido; A lo suyo vino, y los suyos no le reci-bieron, Jn 1: 11 as como para la ostra esa partcula que ha entrado es desconocida y extraa. As como la partcula extraa es el principio y elemento insustituible para la formacin de la perla, de igual manera Cristo lo es para la formacin de la Iglesia. Cuando la perla est del todo formada, esta es un elemento ajeno a la ostra, indirecta-mente la ostra ayud a la formacin de esa perla, de la misma manera que el mundo ayuda a la formacin de la verdadera Igle-sia a travs de las pruebas, circunstancias y dems aflicciones que este mundo genera. As como la perla dentro de la ostra es aje-na a esta, la Iglesia aun y dentro del mundo es ajena a ste, no le pertenece, ni l a ella.

    La perla constituye lo valioso tambin desde una perspectiva espiritual. No deis lo santo a los perros, ni echis vuestras per-las delante de los cerdos, no sea que las pi-soteen, y se vuelvan y os despedacen. Mt 7:6 La perla de gran precio, la Iglesia, se aparta desde su corazn de las cosas de este mundo; No amis al mundo, ni las co-sas que estn en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no est en l. Porque todo lo que hay en el mundo, los de-seos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus de-seos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. 1 Jn 2:15-17.

    Sin lugar a dudas en todo esto vemos re-flejada la Misericordia de Dios en nuestras vidas, que fuimos encontrados por un mer-cader que es nuestro Seor Jesucristo y nos dio valor como el de una perla preciosa.

    parbola del mercader y la perla de gran precioPor: ramiro sagastume

  • 6El reino de los cielos es seme-jante a un tesoro escondido en el campo, que al encon-trarlo un hombre, lo vuelve a esconder, y de alegra por

    ello, va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo. (Mt 13:44 LBLA).

    La comparacin que hace el Seor Jesu-cristo del reino de los cielos en este versculo nos muestra varias caractersticas del reino de Dios, de las cuales deseo resaltar dos:

    El reino de Dios es un tesoroEl reino de Dios est escondidoDesde un punto de vista terrenal o ma-

    terial, los tesoros estn relacionados con bienes, valores, riquezas, dinero y cosas muy costosas como el oro, plata y piedras preciosas. La palabra tesoro en la Biblia, y especficamente en nuestro versculo base, viene de la palabra griega dsesaurs (G2344), y significa depsito, literalmente se puede traducir riqueza, y figurativamen-te se traduce tesoro.

    Entendiendo que el reino de Dios no es terrenal, sino espiritual, celestial y eterno, cuando se compara con un tesoro, la par-bola nos ensea que el reino de los cielos es un conjunto de bienes, riquezas y tesoros es-pirituales, celestiales y eternos. Recordemos que la Escritura dice claramente que el rei-no de Dios no consiste en comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo (Ro 14:17).

    Interesantemente dice la Escritura que el tesoro que representa al reino de Dios est escondido. Segn su etimologa, es-condido viene de la palabra griega krpto (G2928), y se puede traducir como cubrir, ocultar, mantener en secreto, hacer que algo sea invisible, hacer que algo no se conozca.

    Estas acepciones nos ayudan a entender que el reino de Dios, es un tesoro invisible, que ha permanecido oculto, no ha sido dado a conocer a todos, y que solo aque-llos que han recibido la revelacin por la gracia de Dios han podido encontrarlo. Aleluya!

    Dice tambin la Palabra de Dios que el reino de Dios no viene con seales visibles (Lc 17:20), entonces, podemos decir que el reino de Dios es invisible, o que no se pue-de ver con los ojos naturales. Esto nos deja ver que el reino de Dios est conformado por las cosas que no se ven y la Escritura dice que las cosas que se ven son tempora-les, pero las que no se ven (invisibles) son eternas (2 Co 4:18).

    EN DNDE EST ESCONDIDO EL REINO DE DIOS?

    Aunque el reino de Dios es tan grande y poderoso, muchas veces se esconde en los lugares menos esperados. Humanamen-te hablando, para guardar cosas valiosas se utilizan lugares o cofres especiales, por ejemplo, en dnde guardara una mujer un collar de diamantes? no lo guardara en cualquier parte o estuche, buscara algo que sea digno del tesoro. Sin embargo, dice la Palabra del Seor Pero tenemos este te-soro en vasos de barro, para que la extraor-dinaria grandeza del poder sea de Dios y no de nosotros. 2Co 4:7. Quiere decir que ese tesoro tan valioso, est escondido en vasos de barro, depsitos sencillos y frgiles. Los vasos de barro somos nosotros, el barro representa nuestra debilidad, defectos e imperfecciones, fcilmente nos rompemos, pero a pesar de eso llevamos dentro de no-

    sotros un gran tesoro: El Poder de Dios Una de las virtudes del poder de Dios

    es que se oculta o esconde, y uno de los lugares donde se esconde el tesoro llama-do poder, es en la mano de Dios, la cual representa los cinco ministerios: Y el res-plandor fue como la luz; Rayos brillantes salan de su mano, Y all estaba escondido su poder. Rv60 Hab 3:4. Quiere decir que el tesoro Poder de Dios se esconde en los ministros del Seor: apstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros.

    Otro de los grandes tesoros del reino de Dios, son los misterios. Por eso la Escritura dice: Te alabo, Padre, Seor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelas-te a los nios. Mt 11:25. La escritura nos ensea que cuando Jess hablaba en pa-rbolas, hablaba misterios, de tal manera que las parbolas que Jess ense tienen escondidos muchos de los misterios del rei-no, por supuesto necesitamos revelacin para entenderlas: Abrir en parbolas mi boca; Declarar cosas escondidas desde la fundacin del mundo. Mt 13:35 Rv60.

    El misterio (tesoro) ms grande, es el Misterio de la Piedad: Dios fue manifes-tado en carne (1Ti 3:16). El tesoro ms grande es Jesucristo, Dios mismo se escon-di cuando tabernaculiz entre nosotros, cuando se meti en un vaso de barro, un cuerpo semejante al nuestro. Escondi su grandeza, hermosura, poder y gloria. Pas inadvertido y solo aquellos a quien El Pa-dre les revel, supieron quin era Jess.

    Considerando que lemos que el reino de Dios se compara a un tesoro escondi-do en el campo, hay una figura preciosa en la Biblia de un hombre que representa a Cristo, y este hombre es David. Asombro-samente, la Palabra nos ensea que David se escondi en el campo durante tres das y permaneci escondido hasta la tarde del tercer da:

    Y David respondi a Jonatn: He aqu que maana ser nueva luna, y yo acostum-bro sentarme con el rey a comer; mas t de-jars que me esconda en el campo hasta la tarde del tercer da. 1Sa 20:5 Rv60.

    Esta Escritura nos habla de una manera figurada y proftica acerca de Jess, quien estara oculto, escondido, en secreto tres das en las profundidades de la tierra, pero tambin nos ensea que en la tarde del ter-cer da resucitara. Por eso dice un salmo mesinico: No fue encubierto de ti mi cuer-po, Bien que en oculto fui formado, Y entre-tejido en lo ms profundo de la tierra. Sal 139:15 Jesucristo se escondi en el campo (el mundo). Jesucristo es no solamente el representante del reino de Dios, tambin es el Rey de ese Reino glorioso. Amn.

    el tesoro

    escondidoPor: HiLmar ocHoa

  • 7la parbola de las

    diez vrgenesa explicacin de algunas par-bolas no tienen registro escri-to en la Biblia pero entendien-do que es gloria de Dios en-cubrir la palabra, ms honra

    de los reyes escudriar la palabra (Pr 25:2 SRv), siendo nosotros reyes, sacerdotes y discpulos podemos pedir revelacin para ver y entender los misterios del reino es-condidos en estas parbolas.

    La parbola de las diez vrgenes tiene va-rios elementos a escudriar y saber:

    Un evento: el regreso del novio para casarse.

    Un tiempo: en el que suceder este evento.Un grupo de personas que pertenecen al

    reino y esperan el regreso: las 10 vrgenes. Una actitud: adormitarse mientras se

    espera que suceda el evento, consecuencias de la actitud el novio regresa casado a la media noche y las insensatas no entran al banquete de bodas.

    Empezaremos explicando el tiempo que describe la parbola: es la nica de las parbolas que habla en tiempo futuro, ya que dice: ENTONCES el reino de los cielos ser, (Mt 25:1) con esto entende-mos que este evento an no haba tenido lugar en el momento que el Seor la us, entonces nos habla de un tiempo futuro, es decir escatolgico. Adems refiere que este evento tardar mucho ms tiempo de lo estimado en darse, Mateo 25:5 dice: Y tardndose el esposo

    El evento descrito en la parbola es el re-greso en secreto del Seor Jesucristo, espe-rando en los cielos para recibir a su novia, la amada; los muertos en Cristo que resu-citarn primero y los vivientes que hayan permanecido, que sern transformados, para luego participar como la nica, la paloma, la perfecta (Cnt 6:9) en las bodas del corde-ro. En el reino se efectuar una boda.

    El grupo de personas descrito en esta parbola es un grupo de vrgenes. Cuando nosotros entendemos a la luz de la palabra que el Rey, Cristo, va a desposarse (Sal 45:10-17), y vemos las caractersticas de la mujer con la que contraer matrimonio, tipificadas en dos mujeres descritas en la Biblia: Rebeca y Ester, notamos que una de estas caractersticas es la virginidad de ambas, la nica, la amada llega al lecho nupcial como una virgen pura. (2Co 11:2).

    Este grupo de 10 vrgenes no logra ca-sarse con el amado, ya que en el relato de la parbola dice: un clamor: aqu est el esposo (Mt 25:6 SRv), es decir ya vie-ne casado. Ahora bien, si las personas del relato eran vrgenes, surge una pregunta: por qu no lograron participar de las bo-das del Cordero como la esposa? Esto tiene algunas respuestas.

    Primero: no es suficiente ser virgen, es necesario ser virgen y pura, sin mancha, sin arruga o cosa semejante (2Co 11:2, Ef 5:27) es necesario tener adornos (Jer 2:32) dones del Espritu Santo, entre otras carac-tersticas para llegar a ser esposa.

    Si analizamos el pasaje de esta parbola vemos que las vrgenes son descritas en dos grupos: las insensatas y las sensatas, inte-resantemente se nombra primero a las in-sensatas, obtusas, ignorantes, moralmente indignas, truhanes (significado griego de la palabra insensatas). De las diez, cinco tenan mancha, no eran puras y no tenan lleno su recipiente de aceite, figura de la llenura del Espritu Santo y sus dones que son adornos para la que se ha de casar.

    Segundo: las vrgenes sensatas, pruden-tes, sabias (segn el significado de esta palabra en griego), cometieron un error: estaban en comunin con las insensatas, es decir tuvieron consejo de impos.

    Tercero: cuando salieron a recibir al novio llevaron lmparas, es decir estaban preparadas para la noche, y la noche nos habla de la tribulacin y gran tribulacin, la Biblia nos declara que no somos de la noche, haciendo referencia a que ese da grande y terrible (la tribulacin y gran tribulacin) no nos sorprender. Quin les ense que el novio vendra a traer-las por la noche para casarse? Esto nos muestra un grupo de la iglesia que est siendo enseado que va a participar de la tribulacin, contrario a la promesa de que nosotros podemos escapar de este terrible evento.

    En resumen: en el reino de los cielos al final de los tiempos, un grupo de la iglesia no podr ser esposa del Cordero ya que no vel esperando al amado, no fueron puros, tenan mancha o arruga, no tenan llenura del Espritu Santo, no fueron en-seados a escapar de las cosas que ven-drn y por ello sufrirn la tribulacin y gran tribulacin, otro grupo a pesar de ser virgen (parte de la iglesia), sabios y pru-dentes y tener su recipiente con aceite (Es-pritu Santo) se vern contaminados por su relacin con los insensatos y esto no les permitir ser esposa del cordero, vivirn la tribulacin y al final de sta entran a las bodas del Cordero.

    Cuarto: la insensatez, comunin con la insensatez y una doctrina equivocada, las llev a cabecear y luego dormir, al dormir-se, es decir no velar, no se dieron cuenta del da y la hora en que vino el novio a traer a la novia para casarse, perdiendo la oportu-nidad que tenan de ser la amada, la per-fecta, la esposa.

    Las consecuencias: las 5 sensatas perdie-ron su oportunidad de ser esposa aunque entraron a las bodas, pero al filo de la me-dia noche (el inicio de la gran tribulacin), sufrieron la tribulacin, mientras que las 5 insensatas por su condicin fueron desco-nocidas por el Seor y no entraron, que-dndose a sufrir la gran tribulacin. Se prepararon para la noche no para el da, la doble porcin no es suficiente.

    Las vrgenes: La Biblia en el antiguo pacto, llama vrgenes con dos diferentes palabras a varias mujeres y naciones, una de las palabras es: betlah (H1330) y la otra es almah, (H5959), y son menciona-das as: con la palabra betlah: 1.Rebeca, 2.Ester, 3.Tamar hija de David, 4. Abisag la ltima concubina de David, 5. la hija de Jefte. Con la palabra almah: 1. Mara la madre de Jess (de quien Isaas se re-fiere a la virgen que concebir y se cono-ce su nombre cuando se cumple la profe-ca) y 2. Miriam la hermana de Moiss, en total hay siete vrgenes con estas ca-racteristicas.

    De estas siete vrgenes, de acuerdo a lo que sucedi con su virginidad, podemos ver tres grupos:

    La que perdi su virginidad por viola-cin: Tamar

    Las que perdieron su virginidad en su in-timidad con su amado: Rebeca con Isaac, Ester con el Rey, Mara al concebir del Es-pritu Santo y luego dar a luz.

    Las que nunca tuvieron intimidad: Abi-sag, la hija de Jefte, Miriam la hermana de Moiss.

    Estas siete mujeres son figura de las siete iglesias descritas en apocalipsis y el grupo nmero tres representan a las 10 vrgenes de la parbola, 10 es un nmero que en ge-matra Bblica representa la totalidad, es decir que todas las iglesias que tengan las caractersticas del grupo 3 se adormecern cuando estn esperando al novio.

    LPor: Juan Luis eLas

  • 8simismo, el Reino de los Cielos es como una red ba-rredera que se echa en el mar y recoge toda clase de cosas. Y cuando est lle-

    na la arrastran a la orilla y se sientan para echar lo bueno en cestos y lo malo tirarlo fuera. (Mateo 13:47-48 La Biblia de Na-varra)

    Para explicar lo poco que hasta el mo-mento hayamos podido entender acerca de esta parbola, trataremos de explicar primero algunas caractersticas de los ele-mentos que el Seor utiliz como figuras en este relato, y luego trataremos de expli-car su ubicacin en el tiempo, conforme a lo que el Seor dijo en este mismo pasaje.

    Sin lugar a dudas el elemento central de esta parbola es la red barredera, pero cabe mencionar que en la Biblia existen ms de diez palabras distintas que se traducen red, incluyendo palabras hebreas en el Antiguo Testamento y palabras griegas en el Nuevo Testamento. Esto nos deja ver que existen diferentes clases de redes y por consiguien-te se utilizan con diferentes propsitos, pero en la mayora de los casos se est ha-ciendo referencia al elemento utilizado por los pescadores o los cazadores para atrapar a sus presas.

    En este caso la expresin red barredera se traduce del trmino griego sagene (G4522) que literalmente significa cerco, pero se refiere a una red de largo alcance que se extiende sobre una porcin grande del mar abierto y luego se recoge con todo lo que contiene. (Word Study) Este concepto se puede ver con mayor claridad en la Biblia Textual, en donde la palabra sagene se tra-duce como jbega, que es una red de ms de cien brazas (ms de 170 metros) de largo, compuesta de un copo y dos bandas, de las cuales se tira desde tierra por medio de ca-bos muy largos. (DRAE).

    En la mayora de traducciones bblicas se dice que esta red recoge toda clase de peces, pero la palabra peces no existe en el texto original y por consiguiente es ms aceptable la traduccin de otras versiones en donde se dice que recoge de todo o bien recoge toda clase de cosas pues es evidente que una red de ms de 170 metros de largo no recoger solamente peces, sino todo aquello que est a su alcance en el rea donde se extiende.

    Por otra parte, el Seor dijo claramente que esta red es lanzada al mar, el cual est ntimamente relacionado con las muchas aguas, tal como se puede ver en este pasa-je: Pero el Seor, en las alturas, se muestra poderoso: ms poderoso que el estruendo de las muchas aguas; ms poderoso que los em-bates del mar. (Salmos 93:4) De acuerdo

    el pueblo. (Mateo 4:23)Despus de su muerte y resurreccin,

    el Seor Jesucristo comision a su Iglesia para continuar el anuncio del Evangelio: Id por todo el mundo y predicad el evange-lio a toda criatura. (Marcos 16:15), siendo ste el tiempo en el que la red se est lle-nando y tambin es el tiempo que estamos viviendo en la actualidad.

    Finalmente, el tiempo en el que la red barredera ser recogida es el fin del mundo, acerca de lo cual sus discpulos le preguntaron al Seor en el Monte de los Olivos: Dinos, cundo sern estas cosas, y qu seal habr de tu venida, y del fin del mundo? (Mateo 24:3) El Seor les respondi diciendo: Y ser predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y en-tonces vendr el fin. (Mateo 24:14) Ser entonces cuando los ngeles del Seor separarn lo bueno en cestos y echarn lo malo al fuego.

    Cabe mencionar que la Iglesia de Cris-to no debe esperar el fin del mundo sino la manifestacin secreta de nuestro Seor en las nubes, para lo cual su Amada ser arre-batada como primicias de entre los hom-bres, de manera que si el fin del mundo se ve tan cerca, cunto ms se acerca el tiem-po de nuestra redencin, en el cual veremos al Seor tal como l es y nosotros seremos semejantes a l. Maranatha!

    A

    con este pasaje y con lo que le fue dicho al apstol Juan, las muchas aguas represen-tan ...pueblos, multitudes, naciones y len-guas. (Apocalipsis 17:15) de manera que el mar tambin est representando a estos grupos.

    En virtud de lo anterior podemos decir que la red barredera representa el Evan-gelio del Reino que debe ser predicado a todos los pueblos, multitudes, naciones y lenguas, sacando de ellos todo lo que est a su alcance, sea bueno o sea malo, y si bien es cierto que el Evangelio es eterno (Apo-calipsis 14:6) en esta parbola se puede ver de manera implcita que hay tres tiempos especficos con respecto a la predicacin del mismo: El tiempo en el que es lanzada la red, el tiempo en el que la red se est lle-nando y el tiempo en el que la red es sacada del mar.

    El tiempo en el que se lanza la red nos habla del principio del anuncio del Evange-lio y se refiere a la predicacin de los pro-fetas del Antiguo Testamento, tal como lo deja ver el apstol Pablo: apartado para el evangelio de Dios, que l ya haba prome-tido por medio de sus profetas en las santas Escrituras. (Romanos 1:1-2). Dicho anun-cio fue confirmado por El Seor Jesucristo durante su ministerio terrenal: Y Jess iba por toda Galilea, enseando en sus sinago-gas y proclamando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en

    la red barrederaPor: marco Vinicio castiLLo

  • 9La Biblia nos dice en Marcos 4:33-34 que el Seor Jesucris-to hablaba en parbolas a las multitudes; pero a sus disc-pulos les explicaba en priva-

    do el significado de cada una de ellas, solamente a aquellos que tienen hambre y sed de la Palabra de Dios les son expli-cadas las parbolas, sin embargo los que oyen desinteresadamente sin atender el significado de lo que se predica o ensea, corren el peligro que la semilla no fructi-fique en sus corazones y sean de los mu-chos que oyendo no oyen y no entiendan (Mt 13:10-13).

    Durante su ministerio terrenal el Seor Jess habl muchas parbolas, varias de ellas quedaron escritas en los evangelios cuando ense del Reino de los cielos, al-gunas fueron explicadas directamente por el Seor y ahora en este tiempo nosotros tenemos la dicha de ser bendecidos por los cinco ministerios primarios quienes nos ex-plican a travs del Espritu Santo, muchas de las cosas que quedaron plasmadas en la Biblia y que necesitamos revelacin para entenderlas.

    Una de esas parbolas es la descrita en Mateo 13:24-30, la llamada parbola del trigo y la cizaa, en ella encontramos en-seanzas de lo que le suceder a la iglesia en su transitar sobre la faz de la tierra, has-

    ta que sea llevada delante del Padre en los cielos. Vemos que hay varios puntos en esta parbola que deben ser mencionados, primero que fue Dios mismo quien nos en-vi a la tierra con un propsito eterno, el de reconocer la Obra de su hijo Jesucris-to, abriendo nuestro corazn a su Palabra para ser salvos, ser metidos en l por la fe y regresar a la casa del Padre como hijos del Reino; tambin es importante saber que habr oposicin para que logremos ese objetivo, la cizaa que son los hijos del maligno a quienes el enemigo de nuestras almas envi para estorbar el plan de Dios, ellos al igual que Barjess que se opuso al apstol Pablo cuando ste le predicaba a un inconverso, Sergio Paulo (Hech 13:6-8), tratarn por todos los medios de engaar a aquellos que quieren heredar la salvacin, incluso disfrazados de falsos hermanos, de falsos siervos, de falsos ministros de Dios (2Co 11:13-15).

    Vemos tambin en esta parbola que los siervos le preguntan a su amo si quiere que recojan la cizaa para que no estorbe el crecimiento del trigo, sin embargo el Seor les dice que esta es una funcin delegada a los ngeles en el final de los tiempos, quie-nes se encargarn de recoger y quemar la cizaa; esto es importante porque como siervos de Dios nuestra funcin debe ser el predicar y ensear la Palabra, sembrando

    la semilla en los corazones sin hacer distin-cin o discriminacin de ningn tipo, Dios no nos dej para juzgar quienes son trigo y quienes cizaa porque como humanos podemos cometer errores y ser tropiezo para cualquier necesitado que se acerque al Seor.

    Llama la atencin por qu el Seor dijo en esta parbola que la cizaa sera tratada antes que el trigo en el final de los tiempos, no debiera ser llevado primero el trigo que son los hijos del Reino?, la respuesta la encontramos en 1 Corintios 15:22-25 en donde vemos que el trato de Dios en la re-surreccin es por rangos en su debido or-den, primero Cristo que ya resucit y est a la diestra del Padre, luego las primicias y luego los que son de Cristo en su venida. En este texto se puede observar claramente dos grupos, uno de ellos son la primicia palabra griega diccionario Strong G536 primer fruto, palabra hebrea H1061 primeros frutos de la cosecha, fruta tem-prana; esto significa que existe un grupo que fueron los primeros en dar fruto, repre-sentada en la novia que no se menciona en esta parbola en particular pero que es levantada al cielo en un arrebatamiento (2Co 11:2; Cnt 3:6-8) antes de los juicios que vienen sobre la tierra en donde sern tratados el trigo y la cizaa.

    El trigo entonces representa al grupo que se queda en la tribulacin para ser tratados, dentro de este grupo est el pue-blo de Israel nacional que ser engaado por el anticristo, eventos descritos en la semana 70 de Daniel (Dn 9:24-26); pero el trigo tambin representa la gran mayora de salvos que no dieron la talla mientras tuvieron oportunidad, no se entregaron en su ser integral, no fructificaron para el Se-or y deben ser tratados en la tribulacin, lavando sus ropas en la sangre del cordero, muriendo fsicamente para luego ser lleva-dos delante de Dios, ellos son salvos, son hijos del Reino, pero pierden los galardo-nes espirituales que pudieron haber tenido por la eternidad.

    Este grupo llamado trigo en la parbo-la entonces es el que puede ser estorbado por la cizaa mientras estn sobre la tie-rra, an en lo fsico las dos plantas son parecidas y las dos son tratadas al final de los tiempos; debe ser nuestro anhelo en-tonces ser parte del grupo que es llevado antes de que empiecen los juicios, parte de los ms que vencedores, que aunque em-pezamos como trigo, no nos quedamos en esa dimensin sino avanzamos a la esta-tura del varn perfecto y a la plenitud de Cristo (Ef 4:13), dando frutos a su tiem-po entregndonos al ciento por uno para nuestro Dios (Luc 8:8).

    Por: ricardo rodrguez

    parbola del

    trigo y la cizaa

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    l Seor Jess enseaba cmo era el reino de los cielos a travs de parbolas para que al escudriarlas por el poder del Espritu Santo, descubrir

    las cosas que suceden en el reino. En la Biblia se relata la siguiente par-

    bola:Porque el reino de los cielos es semejante

    a un hacendado que sali muy de maana para contratar obreros para su via. Y ha-biendo convenido con los obreros en un dena-rio al da, los envi a su via. Y sali como a la hora tercera, y vio parados en la plaza a otros que estaban sin trabajo; y a stos les dijo: Id tambin vosotros a la via, y os dar lo que sea justo. Y ellos fueron. Volvi a salir como a la hora sexta y a la novena, e hizo lo mismo. Y saliendo como a la hora undcima, encontr a otros parados, y les dijo: Por qu habis estado aqu parados todo el da sin trabajar? Ellos le dijeron: Porque nadie nos contrat. l les dijo: Id tambin vosotros a la via. Y al atardecer, el seor de la via dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y pgales su jornal, comenzando por los ltimos hasta los prime-ros. (Mateo 20:1-8 LBLA).

    EL LLAMAMIENTO DE LOS SIERvOSEsta parbola nos habla del llamamiento

    de siervos al trabajo de la via del Seor a horas especficas del da, y de la misma

    manera est dividido el da en el cual el se-or Jess fue crucificado. Entonces pode-mos dividir los diferentes llamamientos en antes y despus de la muerte del Seor o sea siervos del antiguo y nuevo testamento.

    LOS SIERvOS DE LA LTIMA HORAEstos seran los que fueron contratados

    en las horas sexta, novena y undcima. Ac vemos algo interesante, a los que

    son contratados en la primera parte del da se les dice cunto se les pagar, un denario, y a los de la ltima parte del da solo se les llama sin decirles cunto se les pagar. Los siervos de la ltima hora no trabajaron por la paga, lo que es difcil en un mundo en el cual el consumismo est haciendo que las personas se preocupen ms por lo ma-terial, incluso pueden ser afectados siervos que vean en el ministerio la oportunidad de ganar dinero o prestigio. Recordemos que la paga para algunos es ser reconoci-dos en pblico (Mateo 6:2).

    LOS SIERvOS DE LA HORA SEXTA y LA HORA NOvENA

    La samaritanay all estaba el pozo de Jacob. Entonces

    Jess, cansado del camino, se sent junto al pozo. Era como la hora sexta. Una mujer de Samaria vino a sacar agua, y Jess le dijo: Dame de beber. (Juan 4:6, 7 LBLA) Esta mujer se encuentra con Jess a la hora de

    mayor calor y lo que l demanda de ella es que le de agua y ms adelante le habla acerca de la adoracin verdadera. Los sier-vos de la ltima hora deben ser adorado-res y recordemos que la adoracin es una forma de vida, pero tambin se tiene que discernir la verdadera adoracin para que sea en Espritu y verdad y no un evento ar-tstico, sino una forma sublime de expresar el amor a Dios, estos siervos son los encar-gados de ensear al pueblo cul es la ado-racin verdadera.

    Pedro y JuanY cierto da Pedro y Juan suban al tem-

    plo a la hora novena, la de la oracin. (He-chos 3:1 LBLA)

    Estos siervos de la hora novena nos dan varias enseanzas, la primera de ellas es que se dedicaban a la oracin, y Zacaras 12:10 nos dice que en los ltimos tiempos el Seor derramar espritu de gracia y oracin, son siervos que entienden el poder de la oracin.

    Pero tambin sanan a esa misma hora a un cojo, este peda dinero y ellos le dieron sanidad, estos siervos ministran de tal for-ma que aquellos que no caminan bien en el Seor son sanados, aquel hombre peda limosna, quera dinero, all estaba su coje-ra, al ser sanado entra al templo y la gente cree ante este testimonio. Podemos notar como Pedro y Juan no juntaron a las per-sonas antes de orar por sanidad, la sanidad misma atrajo a las personas y vieron la sa-nidad fsica y espiritual de aquel hombre y creyeron en Dios.

    Pedro y CornelioEn el libro de los Hechos 10:3 en ade-

    lante se nos relata la historia de estos dos hombres que tienen experiencias sorpren-dentes, Pedro a la hora sexta y Cornelio a la hora novena en lugares diferentes, dichas experiencias hacen que ellos ten-gan una conexin que cambia su forma de pensar y sus vidas. A Pedro le ensean a travs de xtasis, que no llame inmundo a lo que Dios ha santificado, los siervos del ltimo tiempo no deben hacer acepcin de personas. Esta conexin nos muestra que los siervos de la ltima hora tienen el privi-legio de cubrir como Pedro y otros tendrn la necesidad de ser cubiertos ministerial-mente, como Cornelio.

    Tambin estos siervos tienen la necesi-dad de ser llenos del Espritu Santo y el deber de ministrar dicha llenura a la con-gregacin, Hechos 10:48.

    Por ltimo recordemos que el Seor en-treg su espritu a la hora novena, con esto nos ensea que los siervos contratados en el ltimo tiempo estn llamados a morir a s mismos. Enorme privilegio ser llamados a ser siervos del Seor.

    EPor: WiLLy gonzLez

    la parbola de los trabajadores

    de la via

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    l Seor refiri varias parbolas para explicar cmo es el REI-NO DE LOS CIELOS, entre ellas la de los TALENTOS, que nos ensea que Dios nos

    dej en la tierra, despus de habernos sal-vado, con el propsito de darnos participa-cin en su obra, para lo cual nos reparti de sus bienes, conforme a la capacidad de cada uno.

    En la parbola, el hombre rico que se fue de viaje y reparti sus bienes a sus siervos, representa al Seor Jesucristo. La Biblia nos dice que cuando ascendi a lo alto, dio dones a los hombres. Reparti poderes, riqueza material, habilidades, posiciones, oportunidades, funciones, etc. y envi al Espritu Santo como un ayudador, para poder realizar la tarea asignada.

    En esta parbola, se habla bsicamente de dos clases de siervos:

    1. los buenos, cuya caracterstica es que fueron diligentes y fieles y

    2. los malos, cuya caracterstica es que fueron perezosos e intiles.

    A ambos se les dio la oportunidad de ad-ministrar los talentos y lo que hicieran con ellos, determinara la posicin que ocupa-ran cuando su seor regresara. El momen-to del regreso del hombre rico al que se refiere la parbola, representa la parousa del Seor, que es su manifestacin secre-ta, donde unos sern aprobados y otros tendrn que alejarse avergonzados. Las tinieblas de afuera no son otra cosa que la Tribulacin. Eso quiere decir que el que hace la obra indolentemente, no alcanzar el galardn del arrebatamiento, el cual se dar nicamente a los que alcanzaron la estatura de fieles. (Apo 17:14).

    Todos anhelamos estar dentro del grupo de los fieles y para lograrlo tenemos que observar algunas cosas que podemos ver a la luz de la palabra.

    Todos debemos considerar como un te-soro, lo que nos fue dado de parte de Dios, no importando cuntos talentos nos hayan dado. Pablo se lo hizo saber a Timoteo con estas palabras: Guarda, mediante el Esp-ritu Santo que habita en nosotros, el tesoro que te ha sido encomendado. 2Ti 1:14.

    No debemos perder de vista el pronto re-greso del Seor, para que con la ayuda y la gracia del Espritu Santo, podamos entre-gar, si no el ciento por uno, al menos poda-mos producir el 100% de lo que recibimos.

    No olvidemos que el ms grande en el Reino de los Cielos, es el que sirve, eso quiere decir que en el Reino debe haber una cultura de servicio. Todos fuimos lla-mados a servirle al Rey, sabiendo que al volver, nos pedir cuentas de lo que nos entreg y traer su galardn para recom-

    edificar otros ms grandes, y all almace-nar todo mi grano y mis bienes. Y dir a mi alma: Alma, tienes muchos bienes depo-sitados para muchos aos; descansa, come, bebe, divirtete. Luc 12:16-19. En ningn momento pens en usar este talento para Dios.

    Desde otro punto de vista, los siervos negligentes e intiles son, los que no utili-zaron el talento, sino lo escondieron, pero la Biblia nos ensea que el tesoro que ellos enterraron, y que pretenden devolver in-tacto cuando los llamen a cuentas, halla-rn que se ha enmohecido y ser un testigo contra ellos mismos en aquel da (Stg 5:3).

    Su concepto de Dios era equivocado, por cuanto no avanzaron en el conocimiento de Dios, ni llegaron a amarlo. nicamente conocern la severidad de Dios. Parte de su castigo ser que nunca llegarn a des-cubrir la bondad de Dios. Irn al castigo sin entender su error porque son faltos de entendimiento. Son perezosos, su campo est lleno de espinas y ortigas y su muro de piedra derribado. Su pecado de omisin los condenar a las tinieblas de afuera.

    En cambio, a los siervos fieles, a ellos se les dar alabanza, gloria y honor, en la aparicin de nuestro Seor Jesucristo (1Pe 1:7). Su recompensa ser entrar en el gozo eterno de su Seor. Se les enjugar toda lgrima de sus ojos y sern coherede-ros con Cristo y entrarn a la fiesta de las bodas. Notemos que lo que stos hicieron fue poco, porque slo produjeron el 100%, pero por ser fieles en lo poco, sobre mucho los pondrn.

    E

    pensar a cada uno, segn sea su obra.Para trabajar los talentos, debemos ser

    diligentes, tal como lo fueron los dos pri-meros siervos de la parbola, que en segui-da comenzaron a trabajar.

    En el Reino, nadie debe estar ocioso, porque a todos, Dios les reparti de sus bienes. El que menos recibi, tena un ta-lento. ste equivala al salario de aproxi-madamente veinte aos de trabajo, no era poca cosa, aunque a otros se les haya dado ms, porque la palabra nos ensea que la demanda de Dios, se har de acuerdo a lo que cada uno recibi, al que ms se le dio, ms se le demandar.

    El siervo malo escondi el talento en la tierra. Esto puede verse desde dos ngulos distintos; uno de ellos, seala a aquellos que se han convertido en siervos indolentes porque han usado el talento para servir al mundo y no a Dios, por ejemplo, aquellos que recibieron el talento de la msica o el canto y lo ponen al servicio del mundo. Otros, aparentemente podran estar traba-jando con los talentos de Dios, pero no lo hacen para l, sino para enriquecerse ellos y hacerse famosos, como si el talento fue-ra propiedad de ellos, cobran por cantar o por predicar. Usan los bienes que Dios les dio y los multiplican pero no los usan para glorificar el nombre del Seor. Esto nos recuerda otra parbola:

    ...La tierra de cierto hombre rico ha-ba producido mucho. Y pensaba dentro de s, diciendo: Qu har, ya que no tengo dnde almacenar mis cosechas? Entonces dijo: Esto har: derribar mis graneros y

    Por: Louisette moscoso mLLer

    la parbola de los

    talentos

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    ara poder comprender cmo en la parbola narrada en Ma-teo 18:23-35, se nos describe la semejanza con el reino de los cielos, en esta ocasin es

    necesario separar la misma en dos puntos centrales. Por razones de espacio no citare-mos toda la parbola en este artculo, por lo que extendemos una cordial invitacin, para leerla y tenerla disponible en la Biblia.

    LOS vASALLOS DEL REINOEs interesante notar, que el Seor Jesu-

    cristo nos describe la semejanza al reino de los cielos, iniciando con el deseo de cierto rey para ajustar cuentas con sus vasallos o siervos. El principio de la explicacin de las similitudes del reino en esta parbola, est marcado entonces por la comprensin de quin ese rey, y quines son esos siervos del reino.

    Solamente existen dos versculos en el Nuevo Testamento, que hablan de cierto rey, y ambos se encuentran en dos par-bolas sobre el reino de los cielos. En los dos casos, la palabra cierto rey, se compone de dos palabras griegas: G444 (Anthropos) y G935 (Basileus). Anthropos significa con semejanza de hombre, y Basileus, Uno sobre quien est fundado el poder. Esto nos explica claramente, que solamente exis-te un Rey, y ese soberano, sobre quien se funda el poder, es uno que tiene semejanza de hombre. Quin es l? Es Dios. Y aun-que pareciera obvio, debemos comprender que al ser Dios, el Rey no es ningn ser de esta tierra, ningn siervo o humano con un ttulo eclesistico, sino el nico digno de ese ttulo, es solamente nuestro buen Dios.

    Inmediatamente despus, vemos que la naturaleza de las funciones de ese mag-nfico Rey, incluyen el deseo de ajustar cuentas con sus siervos. Cuando la Biblia menciona quiso ajustar cuentas, la pala-bra quiso, es la G2309 (Thelo), que nos habla de una determinacin, un deseo fir-me de hacer algo. Notemos que impresio-nantemente, el Rey no llama al ajuste de cuentas por un deseo de venganza, ni lo hace solamente con uno o dos siervos, sino que desea computar G4868 (Sunairo) todas las cuentas del reino, ensendonos que lleva un historial detallado de todo lo que los siervos hacen o dejan de hacer.

    Esta explicacin debe ser entendida, bajo el contexto de todos los versculos de la parbola, pues el Rey busca primordial-mente hacer misericordia. Por eso los ver-sculos 23 al 35, nos hablan solamente de un siervo a quien el Rey le pidi cuentas, no nos mencionan todos los siervos que pudieron haber desfilado delante del Rey, pues se nos desea enfatizar que Su primera accin al pedir cuentas es compadecerse y

    perdonar!El tercer punto que debemos analizar

    sobre el reino de los cielos, es que se espe-ra que se componga de siervos doulos, o siervos por amor. La palabra griega G1401 (Doulos), es la que aparece a lo largo de la parbola cuando se menciona a los sier-vos, ya sea al siervo que deba mucho, al que deba poco, o a los consiervos que pre-senciaron el mal comportamiento del sier-vo que no quiso perdonar.

    LA NATURALEZA DE LA MISERI-CORDIA

    Como cuarto punto, considerando los anteriores y el contexto con las dems parbolas sobre el reino de los cielos, po-demos notar que en el mismo, tendremos momentos de misericordia donde se nos llevar delante del Rey (En Mateo 18:24, el Rey no llama al siervo inmisericorde, sino que otros siervos lo llevan ante l). Esto es para que los siervos doulos poda-mos rendir cuentas antes de la gran tribu-lacin, antes que sea el lloro y crujir de dientes en las tinieblas de afuera (Mateo 22:13, Mateo 25:30). Este es un ao de misericordia, tanto para recibirla como para otorgarla, y este es el tiempo preci-so que potencializa ese fluir. Sin embar-go, son das donde debemos tener mucho cuidado: Cuando el siervo inmisericorde no quiso perdonar al que le deba poco (Versculos 28 al 30), el Rey le llama un siervo malvado, o Poneros Doulos (G4190 y G1401). Nuevamente, esta combinacin de palabras aparece solamente dos veces en el Nuevo Testamento, e interesante-mente, aparece ambas ocasiones en par-bolas sobre el reino de los cielos.

    Si a similitud del Rey y conforme a lo que dice esta parbola, computamos cun-to era la deuda del siervo malvado, pode-mos encontrar que le deba al Rey 10,000 talentos. Cada talento equivala a seis mil denarios, es decir, el salario de seis mil das de trabajo de un jornalero. Haciendo las cuentas no en nmeros, sino en aos de trabajo, podemos calcular que el siervo malvado deba aproximadamente 164,383 aos de trabajo al Rey.

    Luego, su consiervo adeudaba solamen-te 100 denarios. Esto equivala a solamente 3 meses de trabajo de un jornalero, es decir, 0.25 aos.

    El siervo malo, se determina G2309 (Thelo) a no perdonar. Notemos que es la misma palabra con la que se describe que el Rey se determin a pedir cuentas. Y bajo ese pensamiento, enva a la prisin G5438 (Phulake), que es un lugar literal o figurati-vo donde se encarcela a alguien, y se refiere tambin a una condicin o tiempo a su consiervo. Cuan poco comprenda el sier-vo malo la misericordia del Rey!

    Por eso, el Seor Jesucristo termina la parbola diciendo que el Padre ms all de los cielos G2032 (Epouranios), hara lo mismo con nosotros, es decir, no tendra misericordia, si nosotros no la tenamos de corazn con nuestros hermanos, cuan-do ellos cometieran faltas intencionales o no intencionales en nuestra contra G3900 (Paraptoma). En este ao de la misericor-dia, el llamado fuerte del Seor a nuestra vida es no solamente para recibir perdn, sino tambin para otorgarlo, y as com-prendamos la naturaleza de la misericor-dia en el reino de los cielos. Otorguemos y recibamos la bendicin del perdn!

    P los dos deudoresPor: sergio Licardie

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    l Diccionario de la Lengua Es-paola define reino como el territorio y sus habitantes sujetos a un rey esto significa que la autoridad que adminis-

    tra y decide sobre los destinos de las tierras y sus habitantes reside en el personaje del rey, de tal manera que cuando el Seor Je-ss le dice a Pilato mi reino por ahora no es de este mundo, lo que le estaba diciendo es que el mundo y sus habitantes (Strong G2889 Ksmos) no se han sujetado a su autoridad como rey.

    Sin embargo, a la iglesia constantemente le dice que el reino de los cielos se ha acer-cado (Mt 3:2, 4:17, 10:7) y que al reino de los cielos hay que entrar (Jn 3:5, Mt 19:23), como dndonos a entender que debemos indagar al respecto de cul es la forma de entrar y de qu manera se ha acercado a nosotros el reino de los cielos; para lo cual analizaremos la parbola de Mateo 22:1-14.

    Principia diciendo que el reino de los cie-los puede compararse a un rey que hizo un banquete de bodas para su hijo, de lo cual se desprende una serie de sucesos en don-de los personajes manifiestan actitudes que buscan ilustrar la naturaleza y caractersti-cas del reino de los cielos.

    Dado entonces que es una parbola o similitud, trataremos de explicar con la ayuda de la biblia, lo que dicha narracin en boca de nuestro Seor nos quiere ense-ar. Comenzando por el hecho de que el

    Este suceso demuestra por similitud la existencia de ejrcitos en el reino de los cielos, encargados de materializar la ira de Dios sobre los desobedientes, y si no fue-ra as entonces por qu uno de los nom-bres del Seor es Jehov de los Ejrcitos? O por qu en el libro del profeta Ezequiel se habla de seis hombres que portan arma destructora en sus manos (Ez 9:2-5)?

    Por otro lado existe otro grupo de per-sonas que no haban sido invitados y que como consecuencia de la decisin equivo-cada del primer grupo; fueron encontra-dos, luego invitados y por ltimo reuni-dos (Mt 22:9-10), estos representan a otro grupo de cristianos a los cuales se dirige el Apstol Pablo cuando les dice no os dejis de congregar (reunir) como algunos tienen por costumbre, ms cuando el da se acerca (Heb 10:25).

    Permtanme entonces explicar lo siguien-te: los cinco ministerios, principalmente el apostlico, estn interesados en reunir a la iglesia, representan a los siervos del rey, lo cual quiere decir que ellos son los encar-gados de salir a buscar, invitar y reunir a buenos y malos; pero tambin son respon-sables de vestir a los comensales, as como sucedi cuando el Padre del hijo prdigo orden hacer esto con el que haba regresa-do. Pero el padre dijo a sus siervos: Pron-to; traed la mejor ropa y vestidlo, y poned un anillo en su mano y sandalias en los pies. (Lc 15:22).

    Lamentablemente no todos se dejan vestir dentro de la congregacin, lo cual resulta definitivo para no ser echado del reino de los cielos; dado que el proceso que inicia con haber sido encontrado, invitado y reunido, culmina con estar debidamente vestido, esto sucede dentro del reino y bajo la supervisin del Padre.

    A manera de conclusin podemos decir que para entrar al reino, debemos atender a los ministros genuinos y no dejar de con-gregarnos, porque debemos ser vestidos adecuadamente; por otra parte sabemos que en el reino de los cielos gobierna Dios Padre y Dios Hijo se casar con su amada iglesia, tambin hay invitados que deben estar vestidos para permanecer en el ban-quete.

    Pero lo que debe llamarnos la atencin es que el rey tiene siervos y ejrcitos, los primeros para anunciar las buenas nuevas y vestir a los que se dejen, pero el trabajo de los ejrcitos est orientado a conducir juicios en contra de los moradores de la tierra, El da del Seor grande y terrible (Mal 4:5) es decir de todos aquellos que no reconozcan el gobierno de Dios en sus vi-das, juntamente con los que no se dejaron vestir oportunamente.

    Erey, es Dios Padre y el hijo es nuestro Se-or Jesucristo (cordero) a quien le es pre-parado un banquete de bodas (Ap 19:7-8), en donde la esposa es su iglesia, un grupo de cristianos llamados tambin los ms que vencedores.

    Llama la atencin que en el siguiente versculo del libro de Apocalipsis (v. 9) dice: que son bienaventurados los que es-tn invitados a la cena, dejando claro a partir de esta declaracin que la enseanza de la parbola est especialmente dirigida a este grupo de cristianos; ntese que es la primera orden del rey a sus siervos; que va-yan a llamar a los que haban sido invita-dos (Mt 22:3).

    Los primeros invitados fueron conside-rados con antelacin y no quisieron llegar, incluso despus del primer llamado; y lue-go de un segundo llamado, al que tampo-co hicieron caso, unos decan que deban atender sus tierras, otros sus negocios, mientras un tercer grupo la emprendi en contra de los siervos del rey, maltratndo-los y matndolos.

    Hasta este punto, podemos entender que el principal requisito para entrar al reino de los cielos es haber sido invitado y llama-do; en tal sentido es posible que la parbo-la pueda aplicarse al pueblo de Israel, quie-nes no recibieron al Seor Jess como su salvador, por el contrario le dieron muerte en la cruz (Lc 13:34) y por lo tanto entrega-dos a destruccin.

    Por: Fernado LVarez

    la parbola del rey que prepara

    banquete de bodas

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    a Biblia de las Amricas en Marcos 4:33 y 35 nos dice: Con muchas parbolas como estas les hablaba la palabra, conforme a lo que podan or.

    Y sin parbolas no les hablaba; aunque a sus discpulos en particular les declaraba todo. Indiscutiblemente Dios nos habla de muchas maneras y enva sus misterios por medio de parbolas las cuales son in-terpretadas por el Espritu Santo y por la misma biblia. Segn el DRAE una pa-rbola es una: Narracin de un suceso, que se deduce por comparacin o seme-janza, una verdad importante o una ense-anza moral. Cuando alguien endurece su corazn sus ojos espirituales se cierran y no puede ver la sobrenaturalidad de Dios como le sucedi a Faran (Ex 8:32).

    Existe una porcin de la escritura en Marcos 4:26 que dice: El reino de Dios es como un hombre que echa semilla en la tierra. Es interesante esta parbola y la relacin que hace entre el Reino de Dios y la semilla. Una semilla contiene toda la informacin gentica de la planta y en nuestro caso la semilla es Cristo en donde est contemplada toda la gentica divina. La semilla tambin es figura de la palabra,

    esto quiere decir que cada vez que tenemos contacto con ella, nuestro ser est siendo impactado constantemente con la gentica del reino de Dios. La Preciosa Semilla fue enviada a la Tierra con el propsito de re-producir la imagen del Padre y difundirla por toda la creacin, por lo que tambin el Seor dijo de s mismo: en verdad, en verdad os digo que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. (Jn 12:24). Cuando el Seor nos llama a sus caminos y le aceptamos en nuestro corazn la Buena Semilla est siendo implanta en nosotros por lo cual tenemos el derecho de llegar a ser hijos de Dios (Jn 1:12).

    Cuando hablamos de la relacin del rei-no de Dios y la semilla no podemos dejar pasar por alto lo descrito en Marcos 4:27 en donde dice: y se acuesta y se levanta, de noche y de da, y la semilla brota y cre-ce; cmo, l no lo sabe. Definitivamente aunque nosotros con nuestras fuerzas hu-manas reguemos la semilla que con tiempo se convertir en planta, el crecimiento lo da Dios (1 Co 3:7-8), nosotros lo que debemos hacer es rendir nuestra voluntad para que la sobrenaturalidad del Seor obre porten-tosamente en nuestra vida y poder obtener

    la recompensa conforme a su voluntad (1 Co. 3:8), ya que en realidad no nos per-tenecemos a nosotros mismos sino que so-mos labranza de Dios.

    Toda semilla tiene una evolucin y Mar-cos 4:28 lo describe con mucha claridad cuando dice: La tierra produce fruto por s misma; primero la hoja, luego la espiga, y despus el grano maduro en la espiga. Es interesante notar que el fruto no viene de la noche a la maana si no que tiene un proceso, lo mismo sucede en nosotros . El Seor explic que l mismo es quien siembra la semilla en su campo, figura del mundo. Esto significa que la Buena Semi-lla es sembrada en nosotros con el prop-sito de reproducir la imagen de Cristo en cada uno, tal como est escrito: Porque a los que antemano conoci, tambin los predestin para que fuesen hechos confor-me a la imagen de su Hijo, para que l sea el primognito entre muchos hermanos. (Romanos 8:29). Qu fruto es el que el Se-or desea de nosotros? La palabra Fruto que figura en Marcos 4:28 viene de: KAR-POFORO (G 2592), que significa: Ser frtil y el Karpoforo no es ms que aquel siervo que no solo oye, si no que entien-de la palabra y da fruto al treinta, sesen-ta y ciento por uno (Mt 13:23) y tiene la capacidad de decir: Venga mi amado a su huerto y coma de sus preciados frutos (Cnt 4:16 BTX).

    Por ultimo y no menos importante lo descrito en Marcos 4:29 en donde dice: Y cuando el fruto lo permite, enseguida mete la hoz, porque ha llegado la siega. La pa-labra nos habla que la siega llega cuando el fruto est perfecto o maduro, (Isa 18:5). Segn el diccionario The Free, SEGAR significa: Cortar la hierba seca, mies o ce-real maduro, en algunos diccionarios ese cereal maduro es la cebada, nosotros so-mos la amada, la cebada que ser arrebata por el amado. Rut es figura de la iglesia, a quien Booz, figura de Cristo, le pide que no vaya a espigar a otro campo, pues l ha dado orden a sus criadas para que no la molesten, y le dice que cuando tenga sed vaya y beba del agua que sacan sus cria-dos, figura de los ministros, para saciar su sed (Rt 2:7-9). Despus de que Booz cu-bri a Ruth con su manto, ella se convir-ti en su esposa y recibi la cobertura de la casa de Booz, mientras los ancianos del pueblo proclamaban una bendicin sobre ellos (Ruth 4:11). Este ltimo pasaje de la vida de Ruth es figura de las Bodas del Cordero, que es la meta final de un grupo escogido de la Iglesia de Cristo que habr de ser arrebatado de entre los hombres como primicias para Dios y el Cordero (Apocalipsis 14:1-4). Maranatha.

    L

    Por: edWin castaeda

    el crecimiento

    de la semilla