Revista Oblogo #44

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Nota del Hogar María del Rosario de San Nicolás en la Revista Oblogo.

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¿Tuviste un día de aquellos? ¿Estás satu-rado de noticias de corrupción, desastres, tramoyas, crisis? ¿Ya no aguantás a tu jefe? Si contestaste afirmativamente a alguna de estas preguntas, te sugiero que te regales los próximos 15 minutos para mirar al mundo desde otra perspectiva. Oblogo.

Oblogo busca difundir las nuevas voces e ideas que resuenan en Internet. Nuestro contenido proviene principalmente del mundo de los blogs: sitios web en los que los autores publican sus experiencias personales, sus reflexiones y sus argumentos acerca de los temas más diversos. Te invitamos a visitarnos en www.oblogo.com y a enviarnos tus sugerencias a [email protected]. Registrate para recibir Oblogo por email en forma gratuita en www.oblogo.com/suscripciones.

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DARÍOKULLOCK

El doctor Marcos es un hombre muy correcto. Muy respetuoso de la constitución, de las leyes y las normas vigentes, así como de las ordenan-zas municipales.

El doctor Marcos maneja su auto por la calle en el sentido del tránsito y dentro de los límites de velocidad establecidos. A poco de andar lo detiene en una esquina un cartel que dice PARE. Sin pensarlo dos veces, ni siquiera una, detiene el auto. Los minutos pasan y nadie acude a cambiar el cartel por otro que diga SIGA, motivo por el cual no quita el pie del freno.

El tiempo continúa su marcha pero el doctor Marcos no y eso parece irritar a los conductores que no pueden proseguir su viaje dado que el camino está bloqueado por su auto.

Las bocinas comienzan a cantar a coro pero el doctor Marcos hace señas con sus brazos y se encoge de hombros dando a entender que no es su culpa que ese cartel esté ahí.

Pasan algunos minutos más y la puerta del auto del doctor Marcos se abre de la mano de un señor, cuyo nombre desconocemos y que acaba de bajar de un camión de dimensiones extraordinarias. El cuello del doctor Marcos sale de su auto de la mano de dicho señor y detrás del cuello sale el resto del cuerpo, que en ese momento comienza a recibir una golpiza propinada por la otra mano del señor, cuyo nombre desconocemos.

El doctor Marcos, ciudadano respetuoso si los hay, es arrojado sobre el césped de una plaza mientras piensa: “Es un castigo del Señor”, y estaba en lo cierto pues dicho señor, cuyo nombre desconocemos, fue el autor del castigo.

El doctor Marcos quiere levantarse pero no puede, no tanto por las lesiones varias, traumas físicos y otras somatizaciones producidas por los golpes recibidos por el señor, sino porque lee un cartel que dice NO PISAR EL CÉSPED. Decide entonces arrastrarse fuera de los límites del espacio verde y continuar caminando desde allí.

Llega a la esquina y espera que el semáforo muestre su luz verde. El semáforo muestra su luz verde. Comienza a cruzar la avenida pero los dolores infringi-dos no le permiten avanzar con rapidez. Por eso cuando llega a la mitad de la calle y el semáforo se pone en amarillo el doctor Marcos ya sabe lo que pasará

Oblogo es una publicación propiedad de Algunas Ideas S.A. CUIT: 30-71089428-7. ISSN: 1852-3463Av. Santa Fe 1480 Piso 9 Depto. C - 1060 - Ciudad Autónoma de Buenos Aires.Directores: Gustavo Faigenbaum y Gerardo Damián GarbulskyArte: Emil Iosipescu y Silvana Giménez - Cyberferia.comEdición y corrección: Vanesa L. Rivera

Lectores: [email protected]: [email protected] Autores: [email protected]

Impreso en Mundial S.A., Cortejarena 1862, Buenos Aires, Argentina, en el mes de septiembre de 2010. Impreso en la Argentina. Queda hecho el depósito que disponela ley 11.723. Registro de la Propiedad Intelectual Nro. Inscripción 834.421Las expresiones e ideas de los columnistas no reflejan necesariamente la opinión de la publicación.© Algunas Ideas S.A., 2009, CABA, Argentina.Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción total o parcial.

Ilustración de tapa: ArroyoManso - Emanuel ValenteWeb: www.arroyomanso.com.arFrase de tapa: lore74baFrase de cierre: Diego Ariel Vega

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El doctor Marcos

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DARÍOKULLOCK

GISELLEARONSON

www.bit . ly/tdrelax

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Tiempo de relax

y efectivamente pasa: el semáforo se pone en rojo.

El doctor Marcos se detiene al instante esperando que aparezca nueva-mente la luz verde para terminar de cruzar.

El destino a veces es caprichoso y la bocina de un camión de dimensiones extraordinarias, conducido por el mismo señor cuyo nombre desconoce-mos, comienza a sonar. El señor obra de maneras misteriosas y quizás por eso el camión avanza sobre el doctor Marcos sellando su destino y sellando también un bache que se encontraba frente a él.

Los restos del doctor Marcos descansan ahora en el cementerio y en su lápida se puede leer: “Doctor Marcos. Murió en cumplimiento de la ley gracias al señor, cuyo nombre desconocemos”.

Cansado de una jornada laboral intensa, se desplomó en la cama. Si bien no sentía sueño, necesitaba relajar su cuerpo tensionado. Pensó en practicar el ejercicio aprendido en las clases de yoga. “Veintiún segundos” lo llamaba el profesor, en virtud de su duración.

Para facilitar la concentración y el control del tiempo, buscó el reloj de la mesa de luz; su tictac sonoro le serviría para la tarea. Cerró los ojos y enfocó en el objetivo: relajar cada parte de su cuerpo, eliminar toda contractura y lograr el alivio deseado. Cuando hubo alcanzado la disten-sión de sus músculos, comenzó el conteo. Recordaba muy bien la adver-tencia de su maestro: sólo veintiún segundos, no más, sólo veintiuno, no lo olviden, no deben extenderse. Se lo repetía a sí mismo mientras avanzaban los números en su mente adormecida. Al llegar al diecinueve, se notó tan a gusto que decidió continuar el ejercicio y prolongar la sensación placente-ra. Sólo un poco más.

Calma, sosiego, bálsamo.

Terror. En el segundo veintiocho, no hubo fibra en toda su laxa musculatu-ra que respondiera ya a su voluntad.

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MaximilianoPobre doctor Marcos. Espero

que en las puertas del cielo no haya un cartel de “PARE”.

www.bit . ly/ la laa

LEANDROZANONI

No tuve otra opción que dejarme llevar por el universo femenino. Nací y viví rodeado de mujeres. Tengo cinco hermanas y soy el único varón. Para colmo, soy casi el menor, salvo por la última, de 27 años. Desde chico no me quedaron muchas más opciones que estar sentado entre mis hermanas y sus amigas, que me trataban como un gurrumín simpático y cachetón sin tener la menor idea de que yo, en el fondo –y también en la superficie– me enamoraba en secreto y a diario de cada una de ellas. Así crecí, rodeado de gomitas para el pelo, toallitas femeninas, productos light, pinturas, cera verde hirviendo, gritos de histeria y pósters de Don Johnson.

Pero gracias a ellas entendí un par de cosas clave: siempre hay que elogiarlas cuando te preguntan cómo están, hay que ser cursi y escuchar-las, nunca preguntarles por ese llanto mensual sin motivo y jamás intentar llevarlas al terreno de la lógica y la razón para tratar de entenderlas. Por supuesto que hay excepciones porque no todas son iguales. Ellas odian las generalizaciones, pero bien en el fondo, les gustan las mismas cosas.Me fascinan las charlas de mujeres. Soy un abonado a las reuniones de ellas donde debajo del aparente griterío y cuchicheo se descubren grandes anécdotas e historias dignas de los cuentos de Bioy. Hablan todas a la vez y el secreto está en aguzar el oído para descubrir las palabras clave.

Por eso en las típicas reuniones con mis amigos y sus parejas, prefiero toda la vida ir a sentarme a la ronda de ellas. Gracias a esa costumbre me gané el apodo de “Lala”, que mis amigos gritan envidiosos en medio de la noche. Ellos, a lo lejos, charlando de fútbol y trabajo con una birra en la mano, nunca podrán entrar al maravilloso y mágico mundo en el que yo puedo surfear entre el último grito de la moda a 50 pesos, un vecino tiragalgos y la historia de venganza con cuernos entre la hermana de la cuñada y el compañero de trabajo. Las charlas de mujeres son mucho más entretenidas y misteriosas, sin duda.

Lala y sus hermanas

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BackstageOTUITO

www.bit . ly/backstg

Con mi hermana no somos gordas solteronas, somos mujeres sin relación estable en situación de constante pastafrola. (@Sueltame_Pasado en Twitter)

LOS INVITAMOS A PARTICIPAR DE UN JUEGO COLECTIVO AL QUE LLAMAMOS OTUITO

Para informarte, participar y votar a tus tweets favoritos, visitanos en www.oblogo.com/otuito

Próximo hashtag: #quierosercomo - Participá twitteando hasta el 11 de octubre.

Para jugar necesitás tener una cuenta en la red social Twitter. La consigna de Otuito es muy simple: desde Oblogo propondremos una palabra clave (lo que en Twitter se denomina un hashtag) y los jugadores responden con las ideas y sentimientos que ella les produce. En el número anterior el hashtag elegido fue #epitafio. Arriba pueden ver algunas de las respuestas de nuestros lectores.

En cada número de Oblogo publicamos los tweets más votados y los que más nos gustan. Además, al autor del tweet más votado entre los publicados le regalamos una remera "Canchera" (gentileza de Banco Hipotecario), una colección completa de Oblogo y un practiquísimo porta-oblogos.

ENTINTADO

#epitafio

Otuito es auspiciado por el Banco HipotecarioWWW.HIPOTECARIO.COM.AR

@edyhuber Aquí yace mi jefe. Jamás lo vi tan activo.@diegoarielvega Por experiencia les aconsejo, NO contraten a una tal Dra. Rímolo.@mavallon Cuando vos fuiste, yo fui y vine 30 veces. (Víctor Sueiro)@Goand87 Cuando te dije que quería mi propio espacio no me refería precisamente a esto.@yo_soy_mio Las lágrimas más tristes que se lloran sobre las tumbas son por las palabras que nunca se dijeron. #Epitafio leído en una tumba de Nueva Inglaterra.@EugeNaser “Efectivamente, he visto un lindo gatito.” (Tweety)@F4d30u7 Le gustaba que lo enterraran, pero esta vez fue demasiado lejos.@wiipon 10 Polvo. 20 Nacer. 30 Reproducirse. 40 GOTO 10.@edyhuber ¿Así que hipocondríaco? ¿Quién tenía razón, eh?@manriquemonero #Epitafio matrimonial Él: Por fin callada. Ella: Por fin tieso.@GeishaTropical Aquí yace un personaje de ficción basado en hechos reales. #Epitafio para cuando deje Twitter. @eldesapercibido Por favor, busque el dinero bajo la lápida y deje la pizza a un lado. Gracias. @m_bazterrica Si mi #epitafio sale en la @o_blogo me muero.

Estos tweets fueron seleccionados por Otuito - www.oblogo.com/otuito

Imploro continúen su caminono pudran más su vista en estos versos�son sólo aberraciones de un perverso�un cúmulo de absurdos desatinosse notan los remiendos y las manchasla falta de moral, la incompetencia�lo bello y triste brilla por su ausencia�y sólo el tedio vive aquí a sus anchas�es todo tan abúlico y trillado�no hay héroes ni doncellas ni soldados�no hay pasiones ni amores ni dilemas�qué vil faux pas, qué gris desaguisadoqué pobre, qué banal, cuántos problemas�qué triste es el backstage de este poema.

Este post es parte del blog: Amor entintado - http://www.amorentintado.com/ - http://www.entintado.com

TinchQué groso, qué adorable

/ qué buena rima, me da envidia / (sentimiento

reprochable) / pero bueh, lo mío viene con desidia / no hay mayor esmero ni gran esfuerzo / sólo pasaba a

gritar ¡qué buenos versos!

Amor EntintadoGracias miles, cinéfilo amigo

/ es usted muy gracioso y amable / no merezco clamor tan notable / ni que sea tan

bueno conmigo.

Mostranos vos también cómo usás tu Oblogo en http://oblogo.com/mioblogo/

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MARCELODE BIASE

Estos más de 14 años me habían dejado un puñado de situaciones que me hacían sentir orgulloso de mi perro: cuando era un cachorro de orejas más largas que las patas y me desataba los cordones del zapato con los dientes; cuando me distrajo yendo para un lado y corriendo para el otro para robarme una milanesa del plato; el día que se robó una suprema del mismo horno; la noche de ese viernes que salió a ladrar a su patio de Villa del Parque en el mismo momento que mi mamá, su dueña, moría en una terapia intensiva en Saavedra; la noche, ya con más de cinco años, que aprendió que si no hacía pis en mi cama, podía dormir adentro; cada día que se bancaba, sin un mordisco, las inyecciones de su tratamiento del HANSI para vencer un tumor; aquella noche que me despertó pidiendo salir, al mismo tiempo que mi papá, su dueño, apuraba su último aliento en la cama a mi lado; cada ladrido con los que me recibía de regreso del trabajo; la tarde que se escapó y tuve que correrlo ocho cuadras para traerlo en brazos antes de que cruzara la Avenida Beiró sin mirar.

Pero hubo un día que estuve verdaderamente orgulloso de mi perro. Y fue hace poco.

La ola polar que azotó Buenos Aires hace un mes le pegó fuerte a su cuerpo de perro viejo. Dejó de moverse por el dolor de cadera. Al no poder moverse, dejó de comer, tomar agua y hacer pis. No era lo mejor para su situación cardíaca congénita, un soplo y arritmia que empezaban a pasarle factura con una tos seca.

La estufa y los calmantes inyectables lo ayudaban para que lentamente empezara a moverse. Sus patas chuecas, temblando, se deslizaban hasta el suelo sin poder sostenerlo. Fue entonces que saltó a su taburete para subir a la cama donde dormía todas las noches y se tambaleó. Cayó fulminado, las patas levantadas, el hocico trabado, ojos perdidos en síncope. Lo sacudí y empezó a respirar forzado. Le llevó una hora recuperarse. No creí que pasara la noche. Pero lo hizo, agitado y tirado sobre la cama.

Ni bien salió el sol, apuntó para la escalera que da a la terraza, para hacer pis. No podía moverse, pero se animó a poner una pata en el primer escalón. Lo levanté en brazos y lo llevé arriba. Caminó un poco para allá, otro para acá y cayó fulminado de vuelta. Corrí a su lado, pero esta vez no estaba en colapso: se había caído del dolor y orinaba para un costado, las

patas duras, por primera vez en día y medio. Era un perro pudoroso y esa situación, se le notaba en su cara, le molestaba. Yo festejaba que sus riñones estaban bien, sin importarme lo grotesco de su posición.

A la noche, intentó de nuevo. Esta vez se tambaleó a un lado apenas pasó la puerta que daba a la terraza y se cayó de trompa. Lo levanté y volvió a caminar, vacilante en cada paso. Encaró hacia la misma maceta donde hizo pis por la mañana, arrimándose en un bailecito que demostraba todo lo que le costaba levantar la pata para orinar. “No va a poder” me dije. “Le duele mucho. Se va a volver a caer.” Me acerqué para atajar otro porrazo. Entonces Micky levantó la pata, apoyándose en el borde de la maceta, y orinó un rato largo, haciendo equilibrio con la pata trasera que temblaba por el esfuerzo.

En ese momento, viéndolo salpicarse las patas con el pis, sosteniéndose a duras penas, enclenque y débil como nunca justo 24 horas después de haberse caído redondo de un síncope, me sentí orgulloso de mi perro. Estaría viejo, con un cáncer encima, el corazón agrandado, los huesos doloridos, cansado y listo para entregar el equipo, pero no se iba a retirar sin dignidad. Aunque doliera, iba a levantar la pata y pillar como un perro macho que se precie de tal. Pillar con la dignidad que siempre tuvo. Aunque al hacerlo le doliera el alma.

Ayer se murió en mis brazos, en una madrugada no tan fría. Todas las cosas que fue, se fueron con él; boqueando como un muñeco deshecho, ronqueando el último latido de su corazón exhausto. Cuando entró en la noche, todo se perdió. Y cada día que pase, más se irá perdiendo para perderse del todo cuando, yo también, entre en la misma noche y borre conmigo su recuerdo.

Si la noche es inevitable, el último recuerdo de Micky que espero arrojar a la negrura profunda de la oscuridad, es esa imagen de las patas chuecas, haciendo equilibrio, para pillar con dignidad. Y si no lo es, espero que Micky, en su nube eterna, esté tan orgulloso como estuve yo, viendo a su dueño afrontar el final, con la misma dignidad que él tuvo.

www.bit . ly/mickyy

EL DÍA QUE ESTUVE

orgulloso de mi perro

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Editorial LibrosEnRed

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SWEETCAROLAIN

www.bit . ly/ latauro

Además del gato, que es gato y araña, ¿qué animal es dos animales a la vez? El perro de Hitler, que era un can ario. (@nadaparanada en Twitter)

Barón Sottoflatode Buillón

No es un problema glandular el babeo, es nuestro cerebro en estado líquido al exponer-nos a la cretinada televisiva. La Tauro es extraterrestre,

¡no te olvides!

BellaCuánto cholulaje en este blog. Y yo también admito que estoy al tanto del bolon-qui Mole Moli-Chocoloca, como debe ser, para tener algún tema frívolo de conver-sación con mi madre... para cuando nos cansamos de hablar de literatura genovesa o de las paradojas de las leyes de Darwin (?), ponele.

La Tauro no vaEste post es cualquier cosa, aviso.

Pienso que debería escribir mininotas con cosas que son posteables porque si no las anoto me las olvido. Cuestión que se armó flor de quilombo con Fort. Miro a Rial y me babeo. Miro a Canosa y me babeo, miro Este es el Show y me babeo. Concluyo en que tengo un problema glandular que me genera sobreproducción de baba. El gato duerme y ronca. Ronca, ¿mentendés? Decido grabarla para poder babearme una vez que despierte.El fin de semana fuimos a ver Shrek, OMG, el gato gordo no puede ser más lindo. Rial dice “miren qué lindas se ponen las mujeres embarazadas” y muestra una foto de Lola. Pero Lola no es justamente un parámetro de belleza.

Por si no lo sabían, el fin de semana me cortaron el agua, oh sí. Por suerte me había bañado el viernes a la noche y mi pelo, oh mi pelo, aguantó hasta el domingo al medio día que volvimos a tener agua. Pero señores de Aguas Cordobesas: si cada vez que se les rompa un puto caño van a dejar sin agua a 50 barrios, hay algo que están haciendo mal. Malditos.

Rial la reta a la Tauro, porque la Tauro dice que no quiere darle prensa a Vanucci y como Vanucci va mañana al programa, la Tauro no va. Genial, va la Vanucci, puterío en puerta.

En otro orden de cosas, bajé un montón de aplicaciones para mi Blackberry, porque ¡Jelou!, tengo una Blackberry y me regodeo en su belleza. Decía, bajé un montón de aplicaciones al pedo, porque son todas muy molestas. Una particularmente, te prende luces de colores en el LED cuando recibís mensajes de texto o cuando recibís un mail o cuando te quedaste sin manteca en la heladera, el problema es que la luz de mierda ilumina como un velador, y de noche no te deja dormir. Así que me dispongo a eliminarla, pero la luz de mierda sigue prendida. La apago, la prendo, la prendo, la apago y nada. La luz sigue prendida. Voy a romper todo. De pronto decido volver a instalar la aplicación para ver si desde la configuración puedo poner la opción de SIN LUZ, pero no me deja reinstalarla. Maldita aplica-ción de mierda.

Al final, después de varios días de dormir con el teléfono apagado para evitar esa luz horrenda, de pedo, entro en un coso que dice: REINICIAR EL TELÉFONO, reinicio, y por fin la luz de mierda deja de funcionar. Igual todo este episodio me hizo acordar al capítulo de Friends en el que Phoebe

Este post es parte del blog: Que parezca un accidente - http://locodulcedeleche.blogspot.com/

En la Asociación nos dedicamos a ayudar a niñas víctimas de maltrato infantil a desarrollarse con miras a su completa reinserción social. Se trabaja con proyectos individualizados, acordes a las posibilidades de cada niña, ya sea por la reintegración en su familia de origen o procurando una vida independiente. En nuestro Hogar las niñas y jóvenes reciben contención afectiva, emocional y psicológica, educación y capacitación, y se satisfacen sus necesidades básicas. Actualmente viven en él veinticinco

chicas que tienen entre siete y diecinueve años que han llegado derivadas por los Juzgados Nacionales y por el Consejo Nacional de la Niñez, Adolescencia y Familia.

Las necesidades son muchas y apremiantes. Avanzamos gracias al trabajo en red de nuestros profesionales, técnicos y voluntarios. Procuramos obtener del Estado aquello a lo que las menores tienen derecho. Pero sabemos que podemos avanzar mucho más con la colaboración de muchas personas, instituciones y empre-sas que comparten este sueño de una niñez sin violencia, abandono y desamparo.

Si querés proponer una iniciativa sin fines de lucro para que la difundamos visitanos en http://oblogo.com/ong

rompe la alarma de incendio de la casa y la muy puta sigue sonando.

Peleo con mi madre por mensaje de texto, claramente con alguien me tengo que pelear. Me molesta que escriba todos los mensajes de texto con i. Pone: qui hacis? Comi istas? il gato? Todo así, y me sacaaa. ¿Qué sos, de la mafia italiana? Y claro, si vive en su sillón de El Padrino. Termino de pelear con mi madre y peleo con el gato, porque cada vez que lo saco de la silla en donde está durmiendo, porque me quiero sentar, me gruñe. Me gruñe, ¿mentendés?

PD: Odio a Mariana Fabbiani, no puede tener un pibe y quedar así a los 3 meses. ¡Muerte!

[email protected] www.hogarmrsannicolas.org.ar

Asociación María del Rosario de San Nicolás

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Mi ex amará al próximo como a mí mismo. (@sopademondongo en Twitter)

MARTÍNGARDELLA

MALENASCHNITZER

www.bit . ly/aurorita

Es cierto que me gusta el melodrama. Pero la verdad es que si no lo había intentado hasta ahora, lo más probable sería que ya nunca. Digo: si cuando eras chica no aprendiste a andar en bicicleta con un padre correteando por detrás que suelta el rodado sin que te des cuenta, si hasta tu tierna adoles-cencia no te encargaste de que algún primo se compadezca y te enseñe de una buena vez por todas, entonces mejor que a los veintiséis ya te resignes a la idea de que no sabés andar, se lo cuentes a todo el mundo haciéndote la que te reís de vos misma y compres un par de rollers por si alguna tarde de primavera te pinta ir a ejercitar a los bosques de Palermo.

Sí que tuve infancia, para todos aquellos que se lo preguntan. Incluso tuve una bicicleta a eso de los ocho años a la que ya había llegado la hora de sacarle las rueditas. Pero justo en ese momento fue lo del robo en la quinta y se cortó todo el mambo de golpe. Junto con la casa, los ladrones desvalija-ron mis ilusiones; y si a eso le agregamos que mi mamá hasta el día de hoy andar no sabe y que mi papá andá a saber, bueno, se entiende cómo el proyecto de ciclista que había en mí quedó desde entonces en el olvido.

¡Es re fácil, Male! ¡Yo te enseño! Muchos prometieron cambiar el destino. Pero lluvias, enfermedades y falta de tiempo siempre ofrecieron resistencia y colaboraron a prolongar un fracaso prácticamente dado por hecho. Así y todo, hace un tiempo que venía coqueteando con la idea de cambiar un poco el panorama, aún reconociendo que a esta altura del partido ya tengo varios años de torpeza y desequilibrio como para subirme sobre un coso con dos ruedas que no paran de girar.

Ya en los noventas Ricky Martin nos había adelantado que nada es imposi-ble. Pero no le había creído hasta ayer: mi amigo Lautaro en un acto de perseverancia y generosidad arrojó al vacío una parva de traumas y después de varios fines de semana cancelados ¡ay!, me enseñó a andar en bicicleta. En una Aurorita, una bici retro y canchera ideal para primerizas por su pequeño formato, conocí esa sensación del viento en la cara, al menos durante treinta metros seguidos. Y aunque me contracturé toda, tengo lastimaduras en piernas y manos y el tema de los obstáculos todavía no lo piloteo, estimo que con un poco de práctica mi desempeño puede llegar a ser bastante digno.

Un momento decisivo de mi biografía, un antes y un después, la tarde de ayer fue como andar en bicicleta: dicen, aunque todavía no llegué a comprobarlo, que de esas cosas no te olvidás más.

Mi primera vezFUE CON AURORITA

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www.bit . ly/comun

Una noche como cualquier otra, en el camino de regreso a su casa, un hombre se desorientó de repente. Entró por error a un edificio incorrecto, tocó sin querer el timbre de un departamento equivocado, le abrió la puerta una mujer que no era la suya, jugó por un rato con niños ajenos, ocupó la cabecera de la mesa a la hora de la cena y, antes de echarse a dormir en una cama mullida y tibia, le hizo el amor a aquella dama tan generosa, que no paró de sonreír desde que lo vio cruzar la puerta. Por suerte, logró volver en sí al amanecer, para llegar a tiempo a la oficina, como si nada hubiera ocurrido.

Sin embargo, algo extraño sucede desde entonces. Todos los jueves a la noche, el hombre vuelve a confundirse y pasa la noche fuera de la casa. Su esposa, un poco preocupada al principio, notó que los síntomas que aquejan a su marido resultan ser bastante comunes. Basta con ver, por ejemplo, al vecino del cuarto piso, que todos los jueves sufre los mismos problemas de desorientación, y toca por error el timbre de su puerta.

Algo en común

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Embajadores Oblogo

Decir que Oblogo me cambió la vida puede sonar exagerado para muchos pero es realmente así. Espero con ansias cada nuevo número, y me reservo su lectura para un momento de relax. Leerla es una mini vacación que me transporta. Oblogo no me defrauda jamás. Por eso soy Embajadora Oblogo, y no sólo la reparto en mi edificio y en mi trabajo sino que además siempre llevo algunas copias conmigo para compartir con gente que sé que las va a saber apreciar.

Mariana Iribarne Distribución: 70 ejemplares Lugar: Intel

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MARIANA FUE LA GANADORA DEL SORTEO DE UNA ORDEN DE COMPRA DE $200 EN TEMATIKA QUE SE REALIZÓ ENTRE TODOS LOS EMBAJADORES OBLOGO.

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15Una vez vi a un cura pidiendo crema del cielo en la heladería. (@jujyfruits en Twitter)

ADRIANAFERNÁNDEZ

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www.bit . ly/frasco

www.bit . ly/2010812

en frasco pequeñoSe sienta siempre del lado del pasillo y busca las butacas enfrentadas. Ella ocupa un asiento y medio, casi dos. Es muy gorda. Es demasiado grande. Lleva su cabello oscuro y lacio recogido en la nuca, siempre bien peinado. Tiene la tez blanca y rubor natural en sus mejillas. Parece un dibujo de Botero. La cara regordeta, los ojos redonditos y vivaces, la boca finita, casi escondida en el mentón. La frente, ancha. Las orejas diminutas y pegadas a la cabeza. Siempre usa el mismo atuendo: pantalón de toalla amplio, polera con el cuello arrugado bajo la papada, buzo frizado, medias y zapatillas ambas exageradamente blancas. Si el pantalón es claro, el buzo es oscuro y viceversa.

Está siempre limpia. Pulcra. Tiene las manos y los pies absurdamente pequeños. Las uñas cortas y sin pintar, los dedos tan gordos que no los puede juntar.

Sentada, con las piernas abiertas, carga en su pecho una niña de meses en una rosada mochila portabebé. La acaricia incesantemente. En el estrecho espacio que queda a su izquierda, casi pegada a la ventanilla del vagón y con su manito sobre la pierna de la madre, viaja otra niña con pintor a cuadros de jardín. Tendrá unos tres años.

A la derecha, en el pasillo, pero pegado a su pierna, lleva un cochecito de paseo, tipo “paragüita”, con un niño, creo, con chupete y mucho pelo, negro, como el de su madre. Es extraordinariamente blanco y tiene los cachetitos gordos y colorados. Ojitos cerrados. Es igual a ella. En los asientos enfrentados viajan otras dos nenas, más grandes. Van de la mano y visten guardapolvo blanco. Una de ellas, supongo que será la mayor, lleva además de su mochila escolar, el bolso del bebé, de los bebés.

Están todos acicalados y prolijos, van sentados tranquilos y se los nota bien educados. La madre tiene voz de miel, le canta al pequeño del cochecito mientras lo mece cada tanto, con el pie.

De vez en cuando se escucha por lo bajo un “Catalina, la espalda contra el asiento, por favor”, o un “Pachi, no patees a tu hermana”. Las niñas comen-tan sobre el paisaje o sobre algo que sucedió el día anterior en el colegio, todo en un tono tan amable que parece un párrafo de “Mujercitas”.

El tren se detiene en Belgrano, es tan gorda que le cuesta moverse. Se para

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Este post es parte del blog: Dosis diarias - http://www.dosisdiarias.com/

LO BUENO, con cierta dificultad y acomoda el port-enfant en su pecho, arrastra el cochecito hasta el centro del pasillo y ubica a las niñas mayores por delante y a la pequeña al costado del paragüitas. Gira suavemente la cabeza hacia atrás y con un hilo de voz dice: “Facundo, vamos”. Y allí viene Facundo, con guardapolvo blanco, alto, delgado, mochila en la espalda y en cada mano otro niño, de unos seis años, diría que mellizos, con sendos delantales blancos y unas sonrisas de pocos dientes. Muy pulcros, muy prolijos.

Los observo con admiración y pienso: qué poco cuerpo para tanta madre.

ALBERTOMONTT

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Diego

Alan(embajador)

Darío(vía Facebook)

Comentarios de lectores de Oblogo

Me resultó muy gratificante ver cómo varios compañeros que no la conocían se agrupaban alrededor de cada ejemplar para leerlo y comentarlo.

Florencia(embajadora) Cada vez más gente me pregunta cuándo le llevo “esa revistita que repartís”.

En el subte D, a punto de zambullirme en la número 42, la actitud de una chica me llamó la atención. No se trataba de una lectora habitual de Oblogo ya que miró la tapa distraídamente y hojeó las primeras 5 páginas relojeando las fotos y algún que otro título, hasta que llegó al post titulado “Las lindas”. Pasaron unos segundos hasta que brotó en su cara la primera sonrisa. Ya dentro del siguiente tren e incómodos entre tanta gente, vi cómo se dejó llevar por las palabras y más tarde con cara de que no recordaba nada de su día de trabajo, guardó en su cartera su nuevo hallazgo. Ahora sé que voy a tener que ir más temprano a buscar mi Oblogo porque es seguro que esta nueva lectora va a pasar a retirar su ejemplar.

El mes pasado le presté mi Oblogo a mi vieja y conseguí una para regalar a una compañera de trabajo. Hoy me dieron la número 43 y directamente pedí tres. Una para mi vieja, una para mi amiga y, obvio, una para mí.

Arranco mis citas preguntado si lee @o_blogo. Eso suma mucho para que la quiera como mi próxima chica.

@vanearangog(vía Twitter)

@elpuntito(vía Twitter)

No saben cuánto nos motiva que la gente de Oblogo nos lea y trabaje para hacer que nuestro humilde trabajo circule. De verdad. Les agradezco mucho, y los sigo a todas partes.

Voyacambiar(blogger)

Creo que @o_blogo es mi mejor descubrimiento de este año.

¿Ya me terminaste de leer? No, no me tires a la basura. Estás soñando, pero estate atento que no es un sueño cualquiera. Es un sueño lúcido, y por lo tanto podés hacer lo que quieras. Por ejemplo: pasarle la revista a el/la primero/a que se te cruce y esperar a cambio una respuesta totalmente inesperada. Pueden salir volando o estamparte un beso profundo. Acordate, estás soñando. De vos depende despertar. No me tires.

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