Revista N°2 Septiembre

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editorial destacado

En 1978, posteriormente a la segunda guerra mundial, se crea la decla-ración de alma ata, donde por primera vez se habla de la Atención Primaria

en Salud (aps) y a través de ella se reconoce la importancia de la salud preventiva, se le entrega un rol principal a la comunidad y el autocuidado, y se propone traba-jar de manera intersectorial y multidisciplinaria a través de equipos de cabecera. Estos pilares, hoy en día son reconocidos y forman parte de los modelos de salud de muchos países, incluso en el nuestro, pero ¿Se han logrado llevar a la práctica?, ¿Han significado un cambio en la salud de las personas?, ¿Cuáles son los desafíos pendien-tes?, ¿Qué rol jugamos como futuros profesionales de la salud en la defensa de ellos?

Al analizar la información disponible acerca de cómo se ha implementado la aten-ción primaria en el mundo y principalmente el Latinoamérica, se observa que la aps en países de altos ingresos funciona de acuerdo a como estuvo concebida desde un inicio, como una puerta de entrada a la atención en salud. Sin embargo, en países en vías de desarrollo, ésta funciona más bien como un promotor de justicia social, tratando de terminar con las inequidades que son determinantes en los problemas de salud de las personas. Y si bien, la existencia de la aps ha significado en muchos países avances significativos en el control de enfermedades infectocontagiosas y la mejora de los indicadores epidemiológicos, el impacto actual de las medidas instau-radas por la atención primaria en países como Chile, cuyas problemáticas se acercan más a las de países desarrollados, es mucho menor, pues enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes o hipertensión están lejos de ser controladas.

Por otra parte, las principales dificultades que ha presentado la aps en Latinoamé-rica y en Chile, se relacionan con su gestión ineficiente; la fragmentación de la salud en niveles de atención que impide dar continuidad y seguimiento oportuno a los pacientes; la sobredemanda de servicios; el déficit de profesionales por los pocos atractivos de trabajar en este nivel de atención; y la falta de capacitación de los actua-les trabajadores en el nuevo modelo de atención con enfoque comunitario y familiar.

Como Observatorio de Políticas Públicas en Salud creemos la salud es un bien colec-tivo que debe ser garantizado por el Estado, pues se requiere de voluntad política para mejorar la gestión de los distintos niveles de atención, la cobertura y la cali-dad de los servicios prestados; sobre todo en aps que es el nivel que atiende a la mayoría de la población y donde debiesen evitarse o resolverse la mayor parte de sus problemas.

Creemos que es urgente revalorizar la Atención Primaria, pero para ello hay que honrar los principios que la rigen y efectivamente potenciar el empoderamiento de la comunidad. Para lograr esto se necesitan dos cosas: primero, cambiar la hege-monía cultural que entiende la atención en salud desde una mirada curativa y far-macologizada; y segundo, abandonar las discusiones puramente académicas con respecto a los determinantes sociales y trabajar con la población que tiene estos factores de riesgo, para que ellos mismos sean promotores de las soluciones. No hay nadie que conozca mejor su realidad, que la propia comunidad que la vive, debemos tanto, educar para la salud.

Por último, no podemos dejar de denunciar que la formación que recibimos como futuros profesionales de la salud en nuestra universidad, la que supuestamente tiene un fuerte sentido social y público, da mayor importancia a la formación clínica que la comunitaria. Ante esto hacemos un llamado a la comunidad uni-versitaria a hacerse cargo de esta problemática, exigiendo formación en salud comunitaria, pero por sobre todo comenzando nosotros mismos por valorizar la Atención Primaria, pues somos nosotros la mano de obra que permite darle forma a un nuevo Modelo de Salud. ¶

Lo recién descrito constituye posiblemente la única decisión ema-nada desde instancias institucionales que se acerca a una apelación

estructural hacia el sistema sanitario. Lo determinado por la comisión posee un potencial interesante respecto al debate público que desenca-dena y su proyección a largo plazo, la cual pretende discursivamente excluir a las isapres del sistema de seguridad social chileno, y de esta forma, marginarlas de un espacio que les ha permitido aportar a la perpetuación de la inequidad en la población chilena y escindir a la salud de su carácter de derecho social. Si bien este potencial expuesto se visualiza de forma positiva, se hace necesario comprender las limitaciones que posee la eventual propuesta desde dos enfoques: en primer lugar, desde su capacidad para efectivamente reivindicar el rol del Estado como garante de derechos, y en segundo lugar, por el contexto político bajo el cual se desarrollará su discusión y concreción.

El primer punto está referido principalmente a la potencialidad del Fondo Único de Salud de subvertir la limitada presencia estatal que existe dentro del sistema sanitario, que actualmente otorga impor-tantes atribuciones al mercado y en menor medida a los municipios, promoviendo una importante desigualdad entre los sistemas privado y público y desarticulando los distintos niveles que componen a este último. Si asumimos como posible el panorama más alentador que nos ofrece hasta el momento la decisión de la comisión, y las ISAPRES se convierten efectivamente en un seguro complementario, nos encon-traremos frente a un paso necesario en el Chile actual para dirigirnos hacia un sistema donde el Estado posicione a la salud como derecho social, y en un futuro, establezca como eje central la participación de las comunidades en la construcción de un sistema de salud público basado en el trabajo colectivo. Sin embargo, cabe destacar que este primer paso es insuficiente desde una mirada reivindicadora y nos expone la necesidad de profundizar la discusión en sus elementos faltantes: por ejemplo, el carácter mixto de nuestro sistema que continuaría a nivel de las prestaciones de salud, manteniéndose el traspaso de recursos a privados en el arriendo de servicios, y la permanencia de un Estado de carácter subsidiario en otras temáticas de fundamental determinación de la salud, tales como educación, trabajo y previsión social.

En segundo lugar, corresponde evaluar el escenario en el cual se encuentra la comisión hoy en día, carente aún de propuestas que nos permitan aproximarnos a los cambios concretos que se realiza-rán en materia de salud. De esta forma, se identifican tres actores fundamentales dentro de la determinación del real objetivo de la reforma: representantes de isapres y Clínicas Privadas, Gobierno y actores sociales. Diversas voces se han alzado desde el mundo pri-vado, claramente contrarias al rumbo que ha tomado la comisión y abogando por una premisa característica de la argumentación neoli-beral: el derecho de la población a la libertad de elección. Si bien este argumento está parcialmente errado, dado que ésta aún se manten-dría a nivel de prestaciones, su principal inconveniente es que no tiene cabida dentro de un sistema público fortalecido y verdade-ramente solidario, que entienda a la salud como un bien colectivo y cuya defensa trascienda al mero acceso a ésta. Por otro lado, la dinámica del Gobierno frente a la dualidad público-privada, caracte-rizada por la negativa de la ministra Molina a reformar el sistema de financiamiento en salud, en conjunto a la reputación histórica de la Concertación como elemento de sostén del modelo socioeconómico actual, nos ofrece un panorama desalentador respecto al devenir de la reforma en el ámbito político y legislativo, siendo fundamental la fiscalización crítica del proceso por parte del último actor, excluido de la comisión: el mundo social.

Será deber de los actores sociales en su conjunto, incluyendo a nues-tra comunidad universitaria, el velar por la efectiva reivindicación de la salud como derecho y la instalación de un debate público que trascienda el marco técnico y permita la confrontación ideológica. De esta forma, nuestra sociedad podrá permitirse levantar demandas estructurales, y a su vez, cuestionarse cuál es el horizonte que desea defender para la salud de su población. ¶

fondo único de salud: un paso en la direc-ción correctapor: Javiera Menay

El pasado mes de agosto, la comisión asesora de Gobierno para la reforma de isapres aprobó la idea de crear un Fondo Único de Salud de carácter estatal que reúna la cotización obligatoria de todos los trabajado-res del país. Al respecto, el presidente de la instancia, Camilo Cid, expuso que la determinación tomada sirvió para sentar las bases de la discusión, y que actualmente se encuentran desarrollando una propuesta concreta para ser planteada a la Presidenta Bachelet.

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El concepto de donante universal fue uno de los puntos que causó mayor controversia en la promulgación de esta nueva ley, la cual dicta que toda persona mayor de dieciocho años será considerada donante de órganos una vez fallecida, a menos que en vida haya manifes-tado su voluntad de no serlo, mediante los mecanismos establecidos por la ley.Determina esto, que una persona que no haya realizado los tramites establecidos por la ley y llegue a un estado de muerte cerebral, será considerada inmediatamente como donadora de órganos? ¿En esta nueva ley, que rol tiene la familia del fallecido/a?Una persona que no haya manifestado su negativa en una notaría, efectivamente no figuraría en el registro de No Donantes del Registro Civil. En ese caso sería considerada, por el sólo imperio de la Ley, como un donante presunto. Sin embargo, en Chile no se procede con la donación sin mediar una entrevista a la familia. Por lo tanto, es la voluntad expre-sada a través de ellos, la que determina si habrá ó no donación.

Según su criterio ¿Qué problemáticas pudo abarcar esta nueva ley y cuales sigue dejando en el camino como desafíos a futuro?Creo que esta Ley aborda lo necesario, en términos de la figura de donación imperante (que es la del donante presunto), pero se equivoca en conceptos como el de “castigar” al que no es donante en su supuesta posición en la lista de espera. Esto no es real, ya que no existen en la práctica, dos pacientes “peleando” un lugar en la lista de espera. Siempre hay uno más compatible, más grave, ó que espera hace mayor tiempo.Como desafíos futuros, debiésemos evaluar el impacto del cambio sobre la voluntad de donar, discutir nuevamente el tema de los donantes vivos (en términos de qué relación deben tener entre ellos), para saber si estamos respondiendo a las necesidades de los pacientes.Quiero recalcar que el tema de la donación, no pasa por una Ley. Es un tema ético, mucho más profundo. Tiene que ver con valores y cultura.

¿Cuáles son actualmente los principales argumentos por los cuales las personas se niegan a ser donantes de órganos?

Fundamentalmente la desconfianza en los equipos de salud (los “mitos en torno a la donación”, aún vigentes); el culto al cuerpo; motivos religiosos, entre otros. En este sentido, con-viene recalcar que casi todos los cultos que se practican en Chile, están a favor de la donación de órganos. Ejemplos de ellos, son las religiones católica, protestante (evangélicos), los Testigos de Jehová, el judaísmo.

Actualmente en la facultad existen estudiantes de los cuales algunos están en contra la Ley de Trasplantes, un tema que no ha sido discutido a nivel de comuni-dad universitaria, como tampoco se encuentra incluido ampliamente en las mallas curriculares de las carreras que integran la facultad de Medicina de nuestra uni-versidad. ¿Por qué crees qué se da esta situación en la facultad?¿Crees que la solución se centra en integrar este tema con mayor énfasis en las mallas curriculares?¿Según tu criterio cuál sería el perfil de egreso ideal que debiera tener un estudiante de la salud en relación a este tema?Creo que el hecho que no se encuentre en nuestras mallas curriculares traduce y explica –al menos en parte- la lamen-table situación de la donación en Chile.Una sociedad que no mira la muerte, que no plantea la volun-tad de lo que quiere de su cuerpo al morir, es una que no avan-zará en una cultura en pos de la donación. Más grave es que el tema no se aborde en carreras de la salud, puesto que somos todos referentes frente a la sociedad en temas como éste.Creo que el perfil de egreso de un médico, o cualquier miem-bro del equipo de salud, debiera asegurar el conocer y domi-nar el tema de la muerte, su diagnóstico en Chile, los trámites necesarios para certificarla, la obligación de todo médico de avisar sobre un potencial donante a su cargo (que está como obligación legal); además se debiese conocer la situación de los trasplantes en nuestro país y la organización del sistema de Donación en nuestra red de salud.Independiente de lo que yo crea sobre la donación (postura personal), si yo pertenezco a una carrera de la salud, tengo una obligación ética profesional, de facilitar que se cumpla con la voluntad de las personas que están a mi cargo, y fallecen. Por lo tanto, si se trata de un potencial donante, es esa la voluntad que debo promover. No la mía, que es personal. ¶

En Chile, la primera ley que establecía cier-tas normas sobre trasplante y donación de órganos fue dictada el año 1996, siendo modi-ficada en el primer mandato de la presidenta Michelle Bachelet y durante el año 2013, por la ley 20.413. Esta nueva modificación esta-blece actualmente que “Toda persona mayor de dieciocho años será considerada, por el solo ministerio de la ley, donante de sus órganos una vez fallecida, a menos que en vida haya mani-festado su voluntad de no serlo en alguna de las formas establecidas en esta ley”.Este nuevo concepto de “donante universal” y el artículo donde se señala que los donantes de órganos tendrían mayor prioridad en caso de necesitar trasplante, que los no donantes ha generado cierta controversia dentro de la pobla-ción, sintiendo haber sido vulnerado el derecho que tenemos de decidir acerca de nuestro cuerpo.

entrevista

ana maría arriagada: el nuevo concepto de “donante universal”.por Carolina Tapia y Bárbara Díaz

Equipos de salud conformados multidiscipli-nariamente están directamente relacionados en el proceso de trasplante y donación, por lo que actualmente se hace una necesidad que la facultad de Medicina de nuestra universidad prepare a los futuros profesionales del área para que tengan conocimientos tanto logísticos como éticos para enfrentar ésta situación. El opps entrevistó a la doctora Ana María Arriagada, médico internista del hospital del salvador, pro-fesora de bioética y semiología en la escuela de Medicina de la Universidad de Chile, presidenta de la Corporación del Trasplante y coordina-dora en la unidad de procuramiento del Servicio de Salud Metropolitano Oriente, quien aclaró dudas respecto a la nueva ley y precisó el perfil de conocimiento que los estudiantes deberían poseer.

¿Cómo me convierto en donante?

Como todos los mayores de 18 años son automá-ticamente donantes de órganos, no se requiere

una autorización especial o trámite particular para

serlo.

¿Quiénes no son donantes?Un fallecido no será

donante sólo si antes del momento en que se decida

la extracción del órgano, se presente una documen-tación fidedigna, otorgada

ante notario público, en la que conste que en vida manifestó su voluntad de

no ser donante.

¿Cuándo se hace efectiva la donación de órganos?

Cuando se haya acreditado la muerte encefálica por dos médicos cirujanos

distintos a los que reali-zarán el trasplante, la cual consiste en la pérdida total e irreversible de todas las funciones del cerebro, el cuerpo de la persona sólo puede ser mantenido en

forma artificial por algunas horas.

¿Qué órganos se pueden donar?

El corazón, pulmón, hígado, riñones, páncreas,

córneas, válvulas cardíacas, huesos y piel.

no ser donante.

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obesidad infantil, un problema sin solución aparentePor: Nicolás Chomali & Andrea Vargas

A principios de la década pasada, el estado, se dio cuenta de un nuevo problema que estaba emer-giendo en nuestra sociedad, el cual podía llegar a repercutir fuer-temente en el futuro. Se trataba del sobrepeso y obesidad infantil. Los cuales rondaban el 20% en el caso del sobrepeso y el 10% en el caso de la obesidad infantil.

Se estima que entre 25-75% de niños y niñas con obesidad continuaran con

este estado en la edad adulta. Este estado nutricional es un factor de carácter rele-vante para desarrollar patologías crónicas a futuro, entre ellas se pueden mencio-nar: hipertensión arterial, dislipidemias, aumento de la prevalencia de resistencia a la insulina, aumento del riesgo de desa-rrollar una patología cardiovascular y, también, se ha asociado con mayor pro-babilidad de que niñas desarrollen ovarios poli-quísticos, repercutiendo a futuro en la fertilidad de estas.

Se identificó que el problema se acentuaba una vez que el niño entraba a la educación básica, triplicándose los niveles de sobre-peso en comparación a edades previas. Lo que era justificado con los cambios de los hábitos alimenticios. Esto se debe a que en los establecimientos educacionales normal-mente hay un kiosko, el cual no controla la cantidad ni tipo de alimento que consu-men los estudiantes, es decir, este pequeño grado de autonomía de los niños y niñas de elegir su alimentación escolar, más la falta de información nutricional y, además, el interés de los kioskos por vender sus pro-ductos repercutían directamente en el peso y estado de salud de los estudiantes.

Es por eso que para poder hacerse cargo de este problema se implementaron diversas medidas de salud pública tales como inter-venciones locales y campañas de diversa índole para combatir el problema. También se establece una meta para el año 2010, la cual consistía en disminuir la obesidad infantil hasta un 7%. Sin embargo la rea-lidad dista mucho de la meta propuesta, donde vimos que el problema se fue agra-vando de forma constante. Prácticamente, lo anterior se justificaba a nivel del minsal debido a las nuevas costumbres de la socie-dad chilena y además a la crisis económica que se vivió en el año 2009, la cual generó un empeoramiento en la alimentación de la población.

A partir de entonces se decidió tomar nuevas medidas en el asunto y para ello se crea en el 2013, el programa “Elige Vivir Sano”, el cual fomentaba estilos de vida saludable a partir de una dieta balanceada y la realización de ejercicio de manera periódica. Asimismo, se establece la popularmente conocida “ley superocho”, en el mismo año, la cual buscaba limitar las ventas de productos hipercalóricos en establecimientos educa-cionales, obligando además a que todos los alimentos contengan su tabla nutricional donde se debe advertir si es alto en sodio o

alto en contenidos grasos. Sin embargo muchos acusaban a esta ley como débil, incompleta y/o que no iba a solucionar el problema de raíz, ya que, por un lado, es difícil que un niño se fije en la tabla nutricional y, por otro, era difícil lograr a la vez la fiscalización del cum-plimiento de esta ley. Igualmente, marginaba del proyecto la alimentación del niño en sus hogares. Es por esto que en el gobierno actual de la Nueva Mayoría, la Ministra de Salud, Helia Molina, decidió, en abril de este año, generar una comisión de expertos que se encargase de generar una propuesta para modificar esta ley para que sea más efectiva.

Pero la razón de porqué la obesidad infantil es nuevamente un tema de mesa es debido a estadísticas entregadas por el minsal en base a los controles de salud de 1 millón de niños menores de 6 años durante el 2013, de los cuales se puede interpretar que el 34% de los niños menores de seis años sufre de obesidad o sobrepeso (10% obesidad y 24% sobrepeso), situa-ción que además se agrava si comparamos por regiones, mostrándose como los porcentajes de obesidad infantil son claramente mayores en el sur de Chile, alcanzando un 15,4% en la región de Aysén. Estas estadísticas además se vieron acompañadas de los rankings inter-nacionales, en donde la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) la cual señalaba que en una estadística realizada en base a America Latina y el Caribe alrededor de diciembre del 2013, Chile era el tercer país con mayor % de obesidad infantil alcanzando un 9,5% y siendo superado solamente por Perú (9,6%) y Argentina (9,9%), destacando por otro lado que el promedio de sobrepeso de la región es de un 7% donde, si se contrasta, Chile presenta un 24%, más de tres veces el promedio regional, siendo por sí solo un porcentaje de alarma.

Por otro lado el minsal informó en Abril de este año que Chile actualmente ocupaba la quinta posición a nivel mundial en relación a los niveles de obesidad de la población, la cual alcan-zaba un 67%. Sumado a esto, y lo alarmante es que, según una encuesta realizada en el 2013 por “Mide UC”, el 76% de la población chilena considera que tiene hábitos de vida saludable, lo que nos hace pensar que la población ni siquiera es consciente el problema al cual se enfrenta.

Debemos plantearnos si a nivel de país nos estamos preocupando efectivamente del pro-blema y se están tomando las cartas, adecuadas, en el asunto ya que no hemos visto mejo-ras en las estadísticas en los últimos años. Al presentar números tan alarmantes debemos preocuparnos por el camino de acción que está tomando Chile y por cuales serán, en un futuro, los índices de obesidad, hipertensión arterial y diabetes en nuestra población, niveles que probablemente continuarán aumentando si continuamos esta tendencia.

Encontramos que en gran parte se debe a la deficiencia e inaptitud que han presentado los distintos gobiernos para plantear políticas de salud pública que sean suficientes para enfrentar este problema, como la falta de campañas de prevención y de promoción de salud están repercutiendo a que los porcentajes de patologías crónicas simplemente están en aumento. Además, no es suficiente la mera instauración de un programa eficiente, este debe ser evaluado.

Es preocupante el tipo de alimentación que tiene nuestra población, donde los alimentos que se venden como sanos, tales como cereales, barritas de cereal o galletas tienen elevadas cantidades de sodio y calorías, que distan mucho de ser sanas.

Consideramos que este es solamente una de las aristas del problema, ya que no sólo tenemos estas las estadísticas alarmantes, sino que el estilo de vida en su totalidad, es decir, taba-quismo, consumo de alcohol, vida sedentaria, entre otras, las cuales presentan prevalencias que llegan hasta niveles críticos. Todos estos son factores de riesgo potenciales para el desa-rrollo de enfermedades crónicas.

Al analizar el trasfondo de esta situación proponemos aumentar las medidas de promoción y prevención en salud. Los primeros años de vida son cruciales para un estado de salud benéfico a futuro. Es importante entregar las herramientas para que la población pueda elegir, en emancipación y autonomía, aquello que le convenga más según su propio contexto.

La crítica a la red asistencial más clásica es el colapso de la atención terciaria y falta de espe-cialistas. Sin embargo, con una población sana, un gobierno que le entrega las herramientas para que se mantenga en ese estado y profesionales de salud comprometidos con la salud de la población ¿sería realmente este el problema crítico de la salud chilena? ¶

reportajecoyuntura

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salud mental y la exclusión

del debate en salud

por Cristian Gonzalez

En el programa de gobierno de la Nueva Mayoría para el periodo 2014- 2018 se destaca dentro de las reformas del área salud planes de atención y pre-vención para las enfermedades crónicas no trasmi-sibles y problemas odontológicos. Sin ir más lejos, el día sábado 6 de septiembre la presidenta Bachelet anunció la creación de un proyecto para contratar 4 mil trabajadores en el sistema público (princi-palmente en la atención primaria) con la finalidad de que el trabajo en salud no esté “sólo centrado en lo curativo, sino en la atención continua, en la prevención (de las enfermedades) y la promoción de conductas saludables”.

Si bien estas propuestas tienen un correlato con la alta pre-valencia de este tipo de enfermedades y la necesidad de

corregir a tiempo los factores de riesgo que las causan, aún queda pendiente en el programa de gobierno y en la discusión nacional en salud un área del bienestar de la población que ha tomado un protagonismo ascendente en los últimos años.

Los problemas de salud mental se han transformado un en un problema prioritario en Salud Publica para Chile y la región en general. Entre los años 1990 y 2002 la oms registra que la carga de enfermedad medida en años de vida ajustados por discapacidad de enfermedades de salud mental ascendió de 8,8 a 22,2% de la carga total en Latinoamérica y el caribe.

Las cifras nacionales no distan mucho de esta realidad e incluso muestran una situación un poco más crítica. El 36% de la población ha presentado un trastorno de salud mental en su vida y 23% en los últimos seis meses. Se sabe que no más de la mitad de las personas con criterios de enfermedad psiquiátrica recibe algún tipo de atención en salud mental. Esto se corre-laciona con el fuerte aumento de consumo de fármacos y las licencias médicas emitidas por trastornos ansioso-depresivos.

Sumado a esto, en la evidencia se encuentra que uno de cada diez adolescentes presenta problemas de salud mental graves y además entre un 75% a 80% no recibe atención especializada en salud a pesar de necesitarlo.

El resultado de esta situación, es que los trastornos neuropsi-quiatricos conforman el 31% de las pérdidas de productividad por los años de vida saludables perdidos (AVISA) transfor-mándose en una de las cifras más altas en el mundo.

Muchos de estos resultados permiten identificar que los tras-tornos de salud mental no solamente tienen que ver con la biografía y condición personal, sino que también entran a jugar factores sociales, económicos y ambientales. La eviden-cia demuestra que mayores niveles de desigualdad producen un aumento de trastornos de salud mental, sin ir más lejos en Chile la mayoría de las personas con estas enfermedades son de estrato socioeconómico bajo y del sexo femenino. Las sugerencias de la oms y la Organización Panamericana de la Salud realizada en la Conferencia Regional de Salud Mental en Panamá el 2010, es la adopción de un modelo comunitario de salud mental en el cual “Se promuevan el acceso universal y equitativo a la atención de salud mental para toda la población, mediante el fortalecimiento de los servicios de salud mental en el marco de los sistemas basados en la atención primaria de salud y las redes integradas de servicios. Y que se comprometa a que continúen trabajando para fortalecer los marcos legales de los países con miras a proteger los derechos humanos de las personas con trastornos men-tales y para lograr la aplicación eficaz de las leyes”.

En Chile el año 2000 se promulgo Plan Nacional de salud mental y psiquiatría, el cual recoge el modelo comunitario de salud mental generando promoción, prevención y trata-miento haciendo participe no solo al paciente, si no que tam-bién a sus acompañantes y la comunidad. Con la finalidad de que el plan lograra disminuir la incidencia de patologías rela-cionadas a salud mental, se propusieron 6 áreas prioritarias (1) atención de niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad; (2) tratamiento de víctimas de violencia intra-familiar; (3) abuso y dependencia de alcohol y drogas; (4) trata-miento de personas afectadas por depresión; (5) tratamiento de esquizofrenia, y (6) adultos mayores con Alzheimer y otras demencias. A pesar de esto, solamente la Depresión, Esqui-zofrenia y Abuso de sustancias fueron incorporadas al plan de Garantías Explicitas en Salud (ges). De las 69 patologías GES, solamente un 5% corresponde a Salud Mental, siendo que estas corresponden 31% del AVISA.

Sumado a esto, en Chile existe una baja destinación de recur-sos a salud mental donde alcanza un 3% de los fondos totales en salud, cuando la sugerencia es que al menos llegue a un 6 o 10%. En países como Estados Unidos se destina un 6% del total a salud en mental, en Australia un 9,6% y en Nueva Zelanda y Suiza alcanza un 11%.

Eso se traduce en que existen sueldos bajos para los profesio-nales dedicados a salud mental, falta de personal para poder realizar las labores de manera óptima y la utilización de fár-macos de primera generación privilegiados por su bajo costo.

La discusión nacional sobre salud mental aún se encuentra pendiente en Chile al no pertenecer a la agenda política ni del gobierno ni de los sectores políticos parlamentarios , por lo cual constituye un desafío para las organizaciones e institucio-nes vinculadas en salud posicionar este tema como uno más de los problemas que aqueja el bienestar de la población. ¶

reportajeinvestigación

Chile es el país de la ocde donde la tasa de suici-dio ha presentado el mayor ascenso en los últi-mos años alcanzando a posicionarse como la segunda causa de muerte en Chile en personas entre los 20 y 44 años de edad, y a partir del 2008 los problemas psicológicos se convirtieron en la primera causa de incapacidad transitoria entre los beneficiarios del sistema público de salud.

A pesar de la incorporación de estas patologías al plan GES no se ha demostrado una baja en la pre-valencia de estas enfermedades en la población, sin ir más lejos en la encuesta Nacional de Salud del 2003 un 17,5% de los encuestados había pre-sentado síntomas depresivos en el último año, en la misma encuesta aplicada el 2009 esta cifra alcanzo 17,2% mostrando prácticamente casi nin-guna variación.

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El supuesto de que el sistema de reparto estaba quebrado por el crecimiento demográfico y no era viable, fue la razón

para que, en dictadura, José Piñera creara en el sistema de las Administradoras de Fondos de Pensiones basada en la capi-talización individual, la cual aseguraba al cotizante una jubi-lación del 70% de su salario. Los que se jubilaron y los que se jubilarán saben que la creación de las AFPs, con las supuestas ventajas que tendría la capitalización individual ha fracasado. Pero ha fracasado para los trabajadores solamente, porque para los dueños de las AFPs ha significado sólo ganancias. “El año pasado de los 4,3 billones de pesos obtenidos, las AFPs usaron uno para pensiones y les quedaron neto a beneficio de ellos 3,3. De esos tres, uno se lo quedaron ellos y los otros dos se los prestaron a los grupos financieros para su beneficio” (M. Riesco, 2013). Por otra parte, es sabido que el envejecimiento demográfico provoca una mayor dificultad de financiar las pensiones bajo cualquier sistema, sea de reparto, de capitalización individual u otro. Sin embargo, existen sistemas de reparto compatibles con este proceso demográfico en tanto, la carga financiera del pago de pensiones se vaya adaptando a las disponibilidades presupuestarias. En países como EEUU, Suecia, Italia, Nueva Zelandia, etc, donde tienen sistemas de reparto (diferentes entre sí), los han ido adaptando para absorber el envejeci-miento de la población. En Chile, la reforma previsional realizada por la presidenta Bachelet en su primer período de gobierno, creó la “pensión

por el derecho a una pensión dignaPor la Comisión de D.D.H.H del Colegio de Enfermeras.

En la actualidad, vivimos en una sociedad con grandes avances y desarrollo en la cual la población está enveje-cida, gobiernan las enfermedades crónicas y los trastornos depresivos son parte de nuestra vida cotidiana. Es por ello que como futuros profesionales de salud debemos cumplir un rol importante en el contexto de las personas, en otras palabras, ir más allá del área médica y ser un verdadero agente de cambio. Las Brigadas de Salud es un proyecto formado el año 2013 por estudiantes de distintas carreras pertenecientes a la facultad de Medicina de la Universi-dad de Chile. Nace con la idea de incidir en la comunidad a través de un trabajo íntegro y cercano a la población basado en la promoción de la salud con enfoque familiar. Se realizan operativos de salud mensuales y seguimientos personalizados durante todo el mes. Las tareas se dividen en tres áreas: niños, adultos y visitas domiciliarias. Para más información, busca en Facebook “brigadas de salud”. Infórmate, participa y difunde :)

Es un colectivo de Artes Circenses que cultiva el Circo como herramienta de transforma-ción personal y comunitaria. Se encuentra formado en su mayoría por estudiantes de la Facultad de Salud de la Universidad de Chile desde el año 2011, en el marco de las moviliza-ciones estudiantiles. El colectivo busca desa-rrollar y difundir las artes circenses, generar

brigadas de salud

circo salud

básica solidaria“(en el año 2008) para ampliar la cobertura y revalorizar las pensiones mínimas con costo para el estado, pero mantuvo intacta la privatización obligada de las cotiza-ciones de los trabajadores. Lo mismo sucederá con la creación de una AFP Estatal (proyecto actual) que no disminuirá en nada la incertidumbre de los mercados de capitales ya que solo aumentará la competencia. Y bien sabemos que ésta será para dar cobertura a la población laboral marginada de las AFPs privadas, como lo son los trabajadores independientes, que representan el 30% de los trabajadores, y aquellos que en algún momento cotizaron y dejaron de hacerlo. Una AFP estatal se rige por el mismo concepto de la capitalización individual donde sabemos que las pensiones serán fruto de lo que cada trabajador o trabajadora ahorrará en su vida laboral. Conjuntamente con esto, la presidenta creó una Comisión de Expertos (Comisión Bravo), que deberá entregar un diagnós-tico en Enero del 2015, la cual la conforman tanto conocidos defensores de las AFP, como también críticos al sistema debido a las supuestas ventajas de los sistemas de capitalización indi-vidual, como Peter Diamond premio Nobel de Economía 2010, que junto a otros han rebatido los diversos mitos al respecto. Mitos amargamente conocidos por los ya jubilados de las AFP. Un ejemplo de la realidad actual del sistema de AFPs, es una pensión en promedio de $196.612 para un profesional de Enfermería que impuso 36 años el 11,54% obligatorio de un sueldo promedio de $1.131.751 (sueldo promedio al quinto año de egreso), sin ahorro voluntario. Considerando que el costo de la canasta básica familiar, a Enero del 2013, es de 37.981 pesos por persona, dicha pensión se reduce en aproximada-mente un 50% solo para alimentar a dos personas. Restaurar el concepto de seguridad social significa restaurar los Derechos Sociales que el Estado debe asegurar a cada ciu-dadano y ciudadana: la salud, la educación, la vivienda, un salario decente y seguro y una jubilación digna. Restaurar los conceptos de solidaridad, de equidad, de justicia, nacidos por la clase trabajadora en el siglo pasado puede y debe hacerse. El sistema económico debe estar al servicio de la felicidad de las personas y no al servicio de sistemas económicos asfixiantes que sólo traen beneficios a unos pocos. En Chile es preciso adoptar el sistema de reparto que opone al individualismo la solidaridad, que opone a las diferencias entre trabajadores de primera clase y segunda clase. Un sis-tema sustentado en una pensión uniforme universal estable-cida como un porcentaje del sueldo medio, y concebida como un derecho para las/los trabajadoras/es, donde el Estado sea responsable del bienestar de toda la población, donde el vivir en Chile signifique cuidar a su población que después de años de trabajo y ya envejecida tenga los recursos para responder a sus necesidades. El rol del Estado hoy es subsidiario, lo que solo se podrá resol-ver con una nueva carta magna que le devuelva su rol como garante de todos los derechos sociales. ¶

especial: enfermería

y poner en práctica metodologías pedagógicas que utilicen estas artes como herramienta para el desarrollo de habilidades personales y sociales en niñas, niños y adolescentes (como en los mismos miembros de la agrupación), metodologías enmarcadas en el concepto de Circo Social. Además, busca generar un nexo entre la práctica de las artes circenses y la promoción de la Salud y estilos de vida saludables, entendiendo ésta como un fenómeno dinámico donde confluyen factores sociales, culturales, económicos y biológicos. Éste año 2014 la agrupación lleva a cabo una intervención a través del Circo Social con niños, niñas y adolescentes de la población la Victoria, en la comuna de Pedro Aguirre Cerda.

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“Construir el Chile que queremostambién depende de ti”

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editora generalFernanda González

DiseñadoraMylen Ibañez

AuspiciadorDirección de

Asuntos Estudiantiles