Revista del Instituto de Cultura

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JULIO-SETIBMBRE, 1976 _ San Juan de Puerto Rico

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Primera serie número 72, julio-septiembre de 1976.

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JULIO-SETIBMBRE, 1976

_ San Juan de Puerto Rico

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R E v 1 s T ADEL INSTITUTO

DE CULTURAPUERTORRIQUEÑA

JUNTA DE DIRECTORES

Enrique Laguerre. Presidente

Milton Rúa Carlos CondeCarlos Sanz Samuel R: QuiñonesAmelia G. de Paniagua jesús María Sanromá

Director Ejecutivo: Luis M. Rodriguez MoralesDirector de la Revista: Ricardo E. Alegría

Apartado 4184 SAN JUAN DE PUERTO RICO'

AÑO XIX 1976JULIO - SETIEMBRE

SUMARIO

Núm. 72

josefino Parés: Nuestro primer guitarrista puerto­rriqueño

por Ernesto Cordero 1

En tomo a "Inventario" de Diaz Valcárcelpor Asela Rodríguez-Seda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4

¿Existe una Arquitectura Puertorriqueña?

Maletas muertaspor]osé Angel Figueroa

Pablo Nerudapor]osé Angel Ft'gueroa

César Andreu Iglesias (1914-1976)

César Andreu Iglesiaspor]osefina Rz'vera de Alvarez

Cronología sumaria de César Andreu Iglesias

La fiebre del oropor César Andreu Iglesias

Fábula de los aspavientospor César Andreu Iglesias

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Un escudo de armas para Baltazar de Castro por suvictoria contra los Caribes en el Daguao en 1515

por Ricardo E. Alegría 29

Vicente Geigel Polanco: Amigo, escritor y ateneistapor Concha Meléndez 25

A un árbol copioso y sanopor]osé Agustin Balsez'ro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30

El Cabayopor Francisco López Cruz 32

Visita del Padre Labat a Caja de Muerto y Vie-ques . . . . . . . . . . . . . . . ... . . . . ..... . . . . . .. . . .. 38

PUBLICACION DELINSTITUTO DE CULTURA PUERTORIQUEÑA

Director: Ricardo E. Alegría

Fotografías de Jorge Diana

Aparece trimestralmente

Suscripción anual $2.50Precio del ejemplar $0.75

[Application for second class mail privilcge pending atSan Juan, P'. R.]

DEPÓSITO LEGAL: B. 3343 - 1959

IMPRESO EN LOS TALLERES GR~FICOS DE l\IANUEL PAREJA

BARCELONA - PRINTED IN SPAIN - IMPRESO EN ESPAÑA

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COLABORADORES

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Josefina Rivera de Alvárez nacio en Ma­yagüez y cursó estudios en la Universidadde Puerto Rico. En 1947 obtuvo el gradode maestra en artes de la Universidad deColumbia y en 1954 se recibió de doctoraen Filosofía y Letras de la UniversidadCentral de Madrid. Desde 1947 está ads­crita a la Facultad de la Universidad dePuerto Rico, en cuyo Recinto de Mayagüezdesempeña una cátedra de español. Esmiembro de la Academia Puertorriqueñade la Historia. En 1955 publicó el Dz·cet"o­naTÍo de Literatura Puertorn·queña, obralaureada con un primer premio del Institu­to de Literatura Puertorriqueña y con elpremio "Club Cívico de Damas" del mismoaño, Historia de la Literatura PuertoTTz·­queña (1969); Dz·cet"onan·o de la LÜeraturaPuertorn·queña Tomo 1 (1970); Dz"cciona­n·o de la Lt"teratura Puertorn·queña TomoJI; (1974).

Salvador Tió. Escritor puertorriqueño.Nació en San Germán. Se l:a destacadocomo periodista y humanista. Es autor delos libritos A fuego lento y Tz·rabuzones.Actualmente es director de la Editorial dela Universidad de Puerto Rico y Presidentede la Academia de la Lengua.

Demetrio Ramos. Destacado historiadorespañol. Autor de numerosos libros y artí­culos sobre la historia hispano-americana.Decano de la Facultad de Filosofía y Letrasde la Universidad de Valladolid.

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José A. Balseiro nació en Barceloneta,Puerto Rico. Ensayista, poeta y novelista,se ha distinguido principalmente por susestudios de cñtica literaria, muchos de loscuales ha reunido en la colección tituladaEl Vz'gía (tres volumenes publicados entre1925 y 1942) yen la obra Novelistas espa­ñoles modernos (1933). También ha publi­cado los libros El Quijote de la España con­temporánea: Miguel de Unamuno (1950),Critz'ca y estz'lo literan'os en Eugenio Mariade Hostos (1939), y Expresz'ón de Hispa­noamén'ca, conjunto de ensayos, publica­do en 1960 por el Instituto de CulturaPuertorriqueña.

Francisco López Cruz ha dedicado su vidaa la investigación del folklore musicalpuertorriqueño. Ha publicado El Aguznal­do y el Vz'llancico en el folklore puertorri­queño, Método para tocar el cuatro puer­toTTt'queño y La música folklórz'ca de Puer­to Rico.Músico diestro en la ejecución de variosinstrumentos de tipo folklórico como elcuatro, tiple y guitarra, es también un pro­lífico compositor de canciones populares.

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Manuel Cárdenas Ruiz es profesor delDepartamento de Ciencias Políticas de laFacultad de Ciencias Sociales de la Univer­sidad de Puerto Rico. Junto con EugenioFemández Méndez ha publicado diversosartículos de crítica de arte en revistas y pe­riódicos del país.

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..Josefino Parés: Nuestro

primer guitarrista puertorriqueño

Por ERNESTO CORDERO

• A BREVE BIOGRAFÍA DEL GUITARRISTA JOSEFINO PA­

.... rés, incluida en el libro Música y Músicos Puer­torriqueños, del compositor y musicólogo boricuaFernando Calleja (186¡-1926), me motivó a investi­gar más a fondo la vida y obra de este artista.No obstante, debo admitir que las posibilidades deinvestigación sobre su vida musical son muy limi­tadas.

En primer lugar, era Parés un guitarrista queno se presentaba en salas de concierto, excluyendoasí la evidencia concreta que nos ofrecen los pro­gramas y críticas. Luego, no dejó nuestro guita­rrista ningún discípulo que pudiera testificar sobresu delicado arte. Sin embargo, por otras fuenteshe podido constatar que fue Josefino Parés un gui­tarrista digno de profunda 'admiración y que enadición se le puede considerar como "el primerguitarrista culto puertorriqueño".

Nació en el pueblo de Morovis en el año 1862,trasladándose luego a Manatí, su pueblo por adop­ción. Realiza sus estudios de guitarra en Barcelo­na, donde estudia por espacio de dos años con elmaestro catalán Ferrer Esteva, muy conocido en suépoca. Fue tal -el dominio técnico que logró en elinstrumento que su maestro le calificó como unvirtuoso de la guitarra. Dice la Dra. María AmaliaParés, descendiente del músico, que según tradiciónoral dentro de su familia, éste también cursó estu­dios de guitarra con el célebre guitarrista catalánFrancisco Tárrega (1854-1909).

Como ya he dicho anteriormente. Josefino Pa­rés era, indudablemente por temperamento, un gui­tarrista que no acostumbraba llevar su arte alas salas de concierto. Aun así, fueron muchas laspersonas que disfrutaron de sus interpretaciones.

En reiteradas ocasiones, sobre todo cuando ve­nían algunos de sus amigos procedentes de SanJuan y de distintos punt~ de la isla, se corría lanoticia de que había un concierto de guitarra. Es-

tas visitas que le hacían sus amigos daban lugara que poco antes de las diez de la noche, hora queescogía el maestro para comenzar sus tocatas, susadmiradores fueran acomodándose silenciosamentepara luego escuchar este espectacular concierto alaire libre.

Estos conciertos informales los ofrecía desde elbalcón de su casa, situada al lado derecho de laiglesia del puebl.o:

Cabe preguntarse. ¿qué obras solía interpretarParés en estos recitales?, en fin, ¿cuál era su re­pertorio? Según la biografía del guitarrista incluidaen el libro de Calleja (Pub. Cantero Fernández yCa., San Juan, 1915) y un articulo publicado porel hijo del guitarrista Juan R. Parés (El Mundo,16 de enero de 1965; este artículo aparece repro­ducido en el libro Manatí, la Atenas de PuertoRico), puede verse que dentro de su repertorio in­cluía transcripciones para guitarra de obras de losgrandes clásicos, una obra original para guitarray varias piezas adaptadas para guitarra de campe­sitores nacionales.

Algunas de las piezas de los clásicos que tocabaeran: el "Ave María" de Gounod, la "Serenata" deSchubert y el "Claro de Luna" de Beethoven. Supieza favorita era "Variaciones sobre el Carnavalde Venecia", escrita originalmente para gUitarra porel insigne compositor y guitarrista Francisco Tá­rrega.

Del repertorio puertorriqueño solfa ejecutar ladanza "La Melancolía", de Manuel G. Tavárez (1843­1883), valses de Rafael Balseiro (1867-1929), danzasde Morel Campos (1857-1896), el "Seis Chorreao" deAndino; pieza que interpretaba para finalizar susrecitales.

Las "Variaciones sobre el Carnaval de Venecia"son, por su larga duración y gran dificultad téc­nica, un verdadero reto para cualquier virtuoso dela guitarra. Sobre la ejecución que hacia Parés

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De pie, el guitarristaJosefino Parés, fotografiadojunto a su hermanoRamón Parés.

de estas variaciones de Tárrega, creadas sobre untema de Paganini, Calleja nos dice: "Ponía de altorelieve su técnica y agilidad."

Otro respetable músico de la época que tam­bién tenía en alta estima el talento interpretativode Parés, lo fue el profesor de violín don CándidoAcevedo. Cuando al Maestro Cándido, como le lla­maban sus discípulos, le preguntaban sobre el gui­tarrista, éste exclamaba con admiración: "¡Quétono! ", indicando así el precioso sonido que poseía.

De su ejecución de la danza "La Melancolía"de Tavárez, oímos decir: "¡Con qué modo tan es­pecial producía los sonidos armónicos!" (FernandoCallejo. Música y Músicos de Puerto Rico).

Era Josefino Parés un hombre curiosamente ver·sátil, pues además de ser guitarrista, pianista, calí-

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grafo y dIbujante, era tambien perito mercantil.Ejerció por muchos años, hasta su fallecimiento,el cargo de tesorero del municipio de Manatí.

Poseía profundas cualidades morales, las cua­les le hicieron ganar la confianza y el respeto detodos sus compueblanos. Su muerte, la cual acaeciórepentinamente el 18 de marzo de 1908, en Manatí,prod-ajo un hondo sentimiento de tristeza entretodos los que le conocieron y escucharon algunavez. .. Sus íntimos y familiares recuerdan que en lacabecera del féretro habían colocado su instrumen­to favorito. La habitación donde reposaba era muyventilada, y sucedía que el aire, en tenue brisa alpasar, hería las cuerdas de la guitarra haciéndolassonar imperceptiblemente, como si fuera un gemi·

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do. Y, en aquellos tristes momentos, las personasque acompañaban el féretro sentían,en s.u corazóncomo que la guitarra del músico queridb llorabade pena, al quedar su cordaje huérfano de lascaricias de sus manos," (Juan R. Parés, "Un Gui·

tarrista Inolvidable", El Mundo, 16 de enero de1965.)

Considero que Josefino Parés, nuestro primerguitarrista culto, merece un distinguido sitial ennuestra historia musical.

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I NVENTARlO,. LA ¡}LTIMA NOVELA PUBLICADA DELpuertorriqueño Emilio Díaz Valcárcel, desafor­

tunadamente aparece cronológicamente después desu innovadora Figuraciones en el mes de marzo,novela de estructura verbal que abrió nuevos ho­rizontes a la narrativa puertorriqueña contemporá­nea. Por un lado, la aparición de esta novela, es­crita en 1968 y 1969, defrauda las expectativas decríticos y lectores que esperaban el próximo pasoprogresivo técnicamente en la narrativa de Valcár­cel. Contrario a lo ansiado, la novela se desplazalentamente en un neorealismo crítico con escenasretrospectivas fáciles de encasillar dentro del desa­rrollo de la acción. Por otro lado, para el historia·dar de la literatura la obra constituye un impor­tante eslabón en el estudio de la evolución temá­tica y estilística de Díaz Valcárcel desde El asedio(1958), Proceso en diciembre (1963), El hombre quetrabajó el lunes (1971) hasta Figuraciones en el mesde marzo (1972).

La crítica, tal vez con cierta premura, ha punotualizado Inventario como obra "inferior a Figura­ciones", a la fIque le falta el fuerte plano imagi­nativo y el audaz experimentalismo de Figuracio­nes",2 sin plantearse el problema de que si acasono será Figuraciones otro inventario. Teniendo pre­sente la proximidad de fechas de publicación delas dos novelas -no tanto el orden-, hay que pen­sar que ambas quedan inscritas en el proceso si­multáneo de creación, y hay que concluir que sondos facetas resultantes de un mismo proceso decreación novelística de un mismo autor. Esto noquiere decir que Díaz Valcárcel haya estado experi­mentando con dos formas novelescas, distintas

1. (Río Piedras: Editorial Cultural, 1975.) Todas las citasde esta novela provienen de esta edición.

2. Ver la reseña del profesor José Emilio González, pu­blicada en Claridad, Suplemento En Rojo, 9 agosto de 1975,página 11.

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En torno a "Inventario"de Dlaz Valcárcel

Por la DRA. AsELA RODRíGUEZ-SEDA

aunque así lo parezca demostrar la extraordinariadistancia formal y estructural que entre ambasobras existe. Tanto Inventario como Figuracionesson dos modos, dos metáforas extendidas que pro­yectan la presentación analítica de miembros deuna generación puertorriqueña, afectados necesa·riamente por la realidad socio-económica y políti­ca de la isla. Son inventarios pero diferentes.

Mientras en Figuraciones, en forma de novela­álbum,l Día¿ VéJ-cárce) nos presenta un inventariode una realidad de la cual el protagonista ya se hasalido, en inventario el autor se detiene en el catá·lago de la multiplicidad de experiencias concretasdel personaje principal con el objeto de iluminarla realidad escueta, subyacente, sobre la cual con­vergen todos los planos reales que forman la per­sonalidad. Contraria a la reacción que ofrece EddieLeiseca, el exiliado escritor puertorriqueño que re­side en España logrando escapar de cierto modo dela mediocridad colonial isleña, en Inventario, el pro­tagonista ya no puede alterar su descubrimiento deque la personalidad resultante es sencillamente lahechura, la creación directa de realidades externasque han moldeado el "yo" hasta adquirir necesariay obligatoriamente la expresión no ya del "yo"auténtico, esencial sino de un "yo" mediatizado,colectivo y netamente colonizado. De ahí el patetis­mo latente que nos deja la inútil y vana vida delseñor Ramos.

La novela se centra alrededor del ex-estrel1a de·portista y jubilado agente de seguros, Germán Ra­mos, hombre que al filo de los sesenta años haceun inventario de sí mismo para finalmente recono­cer que su vida transcurrió de espaldas tanto a suyo auténtico como a la realidad socio-política de

3. Para. un análisis de Figuraciones ver Randolph D.Pope, .Dos novelas álbum: Libro de Manuel, de Cortázar, yFiguraciones en el mes de marzo, de Díaz ValcárceI-. TheBilingual Review, 1, N.O 2 (May·Aug. 1974), pp. 170-184.

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su tierra. Ese tardío reconocimiento se manifiestacuando dice: "No he sido quien hubiera queridoser... Siento que me han manipulado, que no hesido quien ha vivido mi vida. Todo ha sido tan fal­so" (204). Este conflictivo problema entre el "ser"y "haber sido" se anuncia desde el epígrafe, tomadode un verso del poeta Luis Palés Matos: "¡Cuán lejosya me encuentro de mí mismo! I ¡Qué mundo tanextraño me rodea!"

La vida de Ramos se proyecta como la encarna­ción del puertorriqueño miope que penosamentecomprende como la compleja estructura socio-eco­nómica-política de la isla le ha moldeado, alteran­do su "yo". A través de escenas retrospectivas queno siguen otro orden que el de las rememoraciones"ad random" se nos recrea la vida pasada: un jo­vencito limpiabotas que ante vejámenes sociales seesfuerza por superarse y sobresalir por los mediosque posee: la distinción atlética, y por el empleolucrativo en una agencia de seguros. Esto le permi­te vivir dentro de un materialismo vanal, frívolo,canalizado solamente a provocar la admiración yenvidia de sus amigos y ex-condiscípulos de clasemedia. Admite como "Cada año, en las veladas delgrupo, yo aparecía con un nuevo carro deportivo.Compraba mi ropa en las tiendas caras, y... mi fi­gura seguía siendo esbelta (95). Su éxito, apoyadotambién en las excentricidades de una prolongadasoltena, culmina con el casamiento con Celia, jovenbella y vanidosa que él se enorgullece en exhibir.Con esta etapa comienza a su vez su ruina: acusa­ción de malversación de fondos, la humillación yla muerte de Celia. Los golpes sociales, económicos,morales, pero principalmente el descubrimientodel engaño y estafa que fomenta la Ohio InsuranceCompany y las ideas separatistas del Dr. Meléndezinfluyen para que el protagonista sufra el recono­cimiento de que ha vivido manipulado y con unavisión errónea de su vida y de su pueblo.

La vida de Ramos no tiene que enfocarse nece­sariamente desde un sentido de frustración o comoproducto de una psicología abúlica. Díaz Varcárcel,fino y sutil psicólogo, nos presenta un personajeque hace un inventario de su vida, no ya con unpropósito de cambio ni con la e~peranza de ayudar,impulsar algo que está por hacer. Su inventario esrevelarse a sí mismo, sin meditación ni análisisprofundo, dentro y a través de la "data" que formansus experiencias. El inventario de Ramos revela laexistencia de un sustrato personal que nunca lle­gó a vivir, del que nU!1ca se tuvo plena conciencia y,en consecuencia, cuya responsabilidad nunca se su­po ni se pudo asumir. De ahí que mucho más queun conflicto entre "ser y querer ser" o "ser o no ser",Inventario es la revelación del total, de la suma deuna vida constituida de números y figuras que for­man una existencia y cuyo balance lo más que llegaa ilustrar es un "haber sido" que no tuvo sentido.

Si en Figuraciones existe un inventario, éste nopuede calar para destruir al protagonista. El inven­tario de Figuraciones es el de una realidad, sí, perode una realidad de la cual se ha salido. Eddie I:.ei­seca vive en España y a tiempo ha superado muchosobstáculos, costumbres y .prejuicios sociales, polí­ticos y culturales. Germán Ramos contempla conpesadumbre cómo pasó su vida, lo que fue y lo quetodavía es pero no se plantea modos de transformarsu existencia actual ni maneras de.realizar, aunquetardíamente aquello que a él le hubiese gustado ser.

La novela rebasa el plano psicológico para pe­netrar en la realidad social y política del PuertoRico después de la década del treinta. Las aspira­ciones y conducta de la clase burguesada (profe­sionales, nuevos ricos, comerciantes) responden ahábitos, creencias y valores de una sociedad vivien·do "entre vitrinas. Vidrieras opacas, vitrinas quedifícilmente proclaman lo que se oculta adentro"(196). De un lado sobresalen los ex-condiscípulosde Germán (Jorge, Elena, Sergio) como representan­tes de la clase media profesional acomodada, ameri­canizada y partidarios del actual régimen gubernato­rio y polftico porque .. este es un país pobre, perocircula el dólar. La cosa es saberlo atrapar" (37), yporque la asociación con los Estados Unidos garan­tiza un "gobierno estable" en un "país democrático"(37) propicio a los negocios de bienes raíces y porlo tanto al progreso económico. Estos "seres grises,desconocidos, que engordaban soñando con alcan­zar la presidencia de los rotarlos o leones" (9,5) sonaquellos que Germán Ramos trató de impresio­nar e igualar. De otro lado tenemos a Amalia, laex-condiscípula pobre pero inteligente que estuvoenamorada de Ramos y que representa la claseproletariada e independentjsta que nunca reniegade sus ideales separatistas. Entre los puertorri.queños sólo el Dr. Meléndez posee una visión cIa­";sima de la situación colonial de la isla, y apro­vecha cada momento para tratar de despertar laconciencia adormecida del boricua, esperanzadocon que en el futuro el pueblo despierte. Al extre­mo infimo de la escala social aparecen los obreros(como Roque) y otros seres que viven una vidadura y sufrida. A la cima de la escala económicase hallan los due,ños y ejecutivos norteameri­canos de empresas comerciales para quienes el"motor de nuestro sistema". es la ambición y paraquienes la isla es sólo una inver:sión donde se pue­de obtener el máximo .de rendimiento y de ganan­cias (ejemplo, Mr. Clarence).

Además del tema dicotonómico "ser" y "habersido", de la denuncia socio-poUtica, se denunciala educación en inglés (la burla del protagonistaporque no sabe una frase en inglés), el oportunis­mo materialista (padre de Celia), y la frivolidaddel pueblo. En la concepción del puertorriqueñose incurre en la tradicional definición y caracteri-

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zación que hiciera Fray Iñigo Abbad en el sigloXVIII del criollo, continuada y popularizada en elsiglo XDC por Antonio Pedreira en Insularismo, co­mo hombre predispuesto naturalmente a la manse­dumbre. Esta concepción, que aparecerá tambiénen Figuraciones sirve para justificar históricamen­te el porqué de la situación política actual, cri­ticada por crear preCisamente resignación y pasi­vidad.

Estéticamente se plantea la necesidad del ar­tista de ~rear "obras de afirmación nacional quereflejen el orgullo de 10 propio, de lo nuestro" (47).A su vez se condena la represión cultural de loautóctono, nacional por considerársele peligroso,y se denuncia la falta de homenajes, monumentosy estatuas que honren las figuras revolucionariasisleñas. Tamb'en se critica irónicamente el gustoartístico de la clase burguesa que cubre las pare­des de óleos de "palmitas, flamboyanes" ejecuta­dos por pintores de ocasión y mediocres cuandoviven "rodeados de palmas viviendo ea plena costa"(68).

El estilo neo-realista de Inventario coincide máscon la última novela de Pedro Juan Soto, TempO­rada de duendes (1970), donde parsimoniosamentese expone el complejo problema socio-político dela isla, y en la que se contrapone al impresionantedesarrollo económico, el desempleo y la frustracióna través de un joven propagandista médico defi­nido por clisés de cine, televisión y sin ningunadefinición política. Como Baldomero Linares, Ger­mán Ramos es un hombre común· que busca juntocon el bienestar económico la figuración social.Ambos viven engañados y sin calar en la cruelrealidad. Su misma inconciencia los lleva a des-

truirse o a un arrepentimiento inconsecuente. Adiferencia del protagonista de Figuraciones, Ger­mán Ramos no es ni un intelectual ni un escritorrevolucionario pero ~fsicamente ambos compartenuna serie de dolencias. Mientras Figuraciones de­nota la influencia de Tres Tristes Tigres de Cabre­ra Infante en su estructura y temática y se conde­nan todos los nivelés de dominación y dependen­cia de- la isla·, Inventario traduce algunas de esasinquietudes sin las innovaciones técnicas, lingüís­ticas ni estructurales típicas de la primera. Apartede las diferencias estructurales en Inventario seanticipa la experimentación y método verbal deFiguraciones como otro modo de transcribir larealidad cuando se dice: ti El mundo estaba asom­brosamente lleno de palabras; no eran sólo sonidos,sino signos que llevaban una carga profunda, refle­jaban la vida, la proximidad de la muerte" (51).Las dos novelas comparten el presentar de modosdistintos la vida puertorriqueña, el trágico desen­volvimiento de un pueblo que se encuentra en unaencrucijada: o se asimila o se afirma como nacióneconómica y culturalmente libre. Ambas son losinventarios de una isla, o de protagonistas repre­sentativos de diversos niveles sociales e intelectua­les de las últimas décadas en Puerto Rico. Inventa­rio es una buena novela psicológica y sociológicaestructurada en forma adecuada, pero no inferior aninguna de la" producción literaria de Díaz Valcárcel.

4. Para una comparación entre Figuraciones y Tres Tris­les Tigres, véase el interesante trabajo de José J. Beau­champ, .Figuraciones en el mes de marzo y el Boom-, Pe·n¿lape y el mundo nuevo, Añ(l 1, N.o ~ (marzo.agosto,1973), pp. 4-11.

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.. A ESCUELA DE ARQUITECTURA DE LA UNIVERSIDAD DE

LPuerto Rico, en su afán de capacitar profesio­nales que puedan producir una arquitectura quecumpla con las necesidades actuales del puertorri­queño. tiene como misión educativa el investigarlas trayectorias históricas de dichas necesidades.

A estos fines. la Escuela de Arquitectura ha or­ganizado. como parte de su currículo. un seminariode arquitectura puertorriqueña bajo la direccióndel Prof. Rafael Crespo. Este seminario pretenderecopilar toda información gráfica. escrita y verbalde todas aquellas estructuras que puedan contribuira señalar el desarrollo histórico y arquitectónico dePuerto Rico.

El propósito de señalar dicho desarrollo por me­dio de un inventario es el de analizar y clasificaren un archivo toda la información necesaria paraestablecer una tipología de la arquitectura vema·cular.

Por medio de este estudio pretendemos obtenerlos criterios necesarios a través de la perspectivahistórica para crear una verdadera arquitecturapuertorriqueña. .

Es importante señalar que el seminario tiene co­mo misión el concientizar a la comunidad puerto­rriqueña de que existen estructuras en toda la islaque podemos considerar como valores arquitectó­nicos dignos de preservación o restauración.

Con el .propósito de hacer público la labor delseminario. se publicará una serie de artículos ilus­trativos de los informes que contiene nuestro ar­chivo. Estos artículos serán compendios de los tra­'bajos realizados por los estudiantes de la Escuelade Arquitectura para tales fines.

Es por tanto que exhortamos por este medio atodas aquellas personas o instituciones interesadasa participar en el intercambio de la infonnaciónpertinente.

¿Existe una ArquitecturaPuertorriqueña?

FAJARDO

Tipología de su arquitectura doméstica-urbana

El presente artículo está basado en un informesobre la arquitectura de Fajardo y sus estructurassobresalientes en el sentido histórico de su arqui­tectura. Este trabajo fue realizado por los entoncesestudiantes~ Rebeca Portuondo, Ana V. Sotolongo.Radamés O'Farril y Héctor Mercado. para rendirloal curso de arq. 245 en diciembre de 1974.

Este informe es la base para futuras investiga­ciones sobre este y otros pueblos de la isla y formaparte del archivo histórico-arquitectónico de la Es­cuela de Arquitectura.

El trabajo se ha desarrollado en base a entrevis­tas, observaciones y datos empíricos que no preten­t!en ser absolutos y están abiertos a futuras inves­tigaciones.

comité de publicaciones

Estructuras para uso residencial

Dentro del conglomerado de viviendas del pue.blo de Fajardo se destacan como conjunto del pa­sado las residencias que se encuentran principal­mente a lo largo de la calle Celis AguiJera. En estesector se han encontrado las residencias de mayorvalor arquitectónico conservando muchas de las ca­racterísticas de su pasado: representativo de unaetapa de desarrollo 'económico-social que floreció enFajardo. Aún las residencias más modestas poseencierto grado de riqueza en los detalles, que acentúasu atractivo.

Hoy en día estas casas que antiguamente eranparte de un centro residencial activo, están mayor­mente deterioradas. muchas de ellas en venta y enpeligro de desaparecer.

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Para efecto de simplificar la clasificación de estatipología se han dividido en tres grupos generalesbajo criterios de valores arquitectónicos.

Tipo 1

Catalogadas en este tipo consideramos las ca­sas que tienen en común el balcón que corre a lolargo de la fachada con el techo más bajo respecto

al de la casa. Este techo está sostenido por esbeltascolumnas de apariencia delicada, entre las columnasy en toda la periferia del balcón pegados al techoencontramos elementos decorativos. Es típico enestas casas el herraje en las barandas.

Puesto que la calle tiene cierta pendiente todaslas casas poseen un estilóbato o base que en algu­nos casos es exagerado agregándole éste cierta ele,gancia a la fachada.

En la mayoría de estas casas las plantas son en

Antigua residencia Dr. Cintrón. calle Garrido Morales {/875 - 80J.

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forma de L pero las fachadas no expresan este con­cepto.

Estas casas parecen ser representativas de ungrupo socio-económico medio por carecer de deta­lles o rasgos de ostentación en ellas. Aunque loselementos decorativos existen, estos son de caráctermás bien sencillos.

La ·proporción que predomina en estas residen­cias es la horizontal acentuada por el ba.lcón longi­tudinal, los tedlos por lo regular son de cuatroaguas y no se identifican con la fachada. La entradano está definida, todas las puertas guardan la mismarelación y tamaño, el acceso a la casa se hace late­ralmente por el balcón sin pretensión de marcarla.

En este grupo, con una sola excepción de dosplantas, todas son de un solo piso.

Tipo 1/

Las residencias del segundo tipo son la expresiónde unas familias más acomodadas. Esto es evidenteen la escala, proporción y vocabulario formal de lasmismas, aunque utilizan los mismos materiales (ma­dera y techos de zinc) que las casas más modestas.

Antigua residencia Dr..Ordóñez.calle Ce/is Aguilera 205 (1910 - 12).

Antigua residencia familia Blanco-Lugo,calle Celis Aguilera lO (/875 - 85),

Antigua residencia familia Vizcarrondo.calle Celis Aguilera 161 (1890).

Se caracterizan por una planta en L. la fachadacon halcón corrido y entradas 'bien definidas por eltecho elevado en forma de frontón.

Tres de estas casas tienen una glorieta octogonalcon techo sostenido por columnas finas. Este ele­mento articula la fachada y se utiliza en una esquinao, en un caso, en el centro. Esta última residenciaes de dos plantas y proporciones verticales de apa·riencia danesa-holandesa que recuerdan las facha­das de la isla de Cura~ao.

La casa de la familia Cintrón, ahora Centro deGracia, se destaca por su riqueza de detalles, techoselaborados con molduras y reIiev~s en madera ypinturas de motivos ornamentales.

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Anligua residencia Sr. Jorge Bird. León,calle Federico Garc{a (/92 J).

Casa de palio de residenciaSr. Monnel. calle Celis

Aguilera 8 (J890).

Pintura pIafan interior de laantigua residencia Dr. Cintrón (J875 - 80).

lO

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Antigua residencia familia Calderón,calle Celis Aguilera esq. Jorge Bird León (J890 - 98).

Antigua residencia Dr. Diazcalle Unión 8, ,'Sq. Celis Aquilera (1890).

Tipo III

Las residencias con carasterísticas que no se re­piten se clasifican en el tercer grupo.

Una de estas, en la calle Celis Aguilera esquinaJ. Bird León, es totalmente de madera sin balcón niornamentación y con techo de zinc muy elevado. Essumamente simple y se asemeja por sus rasgos a

una residencia de mampostería que posee el únicotecho de tejas de esa época (1890).

La residencia en la calle Celis Aguilera núm. 54 esotra estructura atípica. La fachada central no tienebalcón, pues está dividida en tres cuerpos con laparte central recedida. Esto nos hace pensar quesufrió una modificación al añadírsele dos volúmeneslaterales. Se eliminó el balcón original y se cons-

Residencia de la calleCelis Aguilera 5 (J890 - 98).

JI

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truyó uno más profundo y pequeño con entrada enel centro.

La casa de Jorge Bird León (1910-25) es única ensu tipo en Fajardo. Posee grandes masas, riquezaen los detalles y vidrios multicolor en las ventanas.Su vocabulario se asemeja al utilizado en esa épocapor Nechodoma.

Observaciones

En el pueblo de Fajardo, al igual que en otros

de la isla encontramos el tipo de estructura quecombinan comercio en la planta baja y residenciaen la segunda planta. Dentro de este tipo de estruc·tura se ha observado diferencias en los sistemas ytécnicas de construcción manteniendo, a .pesar de lavariedad y cambios, el concepto comercio-viviendacombinados.

Es por tanto que la discusión de este tipo deestructuras será presentada próximamente a travésde la serie de articulos que se tienen programados.

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Poemas

.~ ACUERDO DE ESE PRIMER DtA. Nos BAJAMOS1'. con nuestro "shopping bags" roto y con páni­co, la familia entera salió afuera como un arcoiris.Yo era el flaquito con el suit azul, camisa púrpuracon corbata finita, medias rojas con ring aroundthe heels y siempre con hambre de gomas de mas­car. Alto delgado Carlos sobresalía más porqué supeinado en forma de gallo lo hacía parecer más gua­pito. Y Rubén, él era el gordito jíbaro que le gus­taba leer los libros cómicos de Jene Autry y nuncale gustó usar camisas de mangas largas porquesiempre le fatigaban. Me acuerdo de Celia, tímida,piel color nieve y siempre escondiendo su sonrisaporque unos de sus dientes se le fueron. Y mi her­manita más pequeña, Miriam, era la mejor mamádeos puertorriqueña en el aeropuerto... (y hablan-

Maletas muertas

Por Jos~ ANGEL FIGUEROA

do de chupar, nunca llegué a comer las gomas demascar ese día). Mi hermano Héctor, era el peorvacuum cleaner de Rincón y me las quitó.

¡Ahh! y mi mamá Milagros: ¿Han visto algunavez una rosa orgullosa con cachetes desdentadosantes? Siempre la recordaré como un pedazo deviento, escrachándome en la ventana y alimentan­do mis pensamientos con las maravillas de cuándoy dónde y por qué las hojas de los árboles secaerán en los sueños pasados de niños. Y soñé deese primer día: cuando bajamos de terminal de lasmaletas, mi mamá vio nuestras maletas asesinadasy tiradas sobre el piso fria de esta ciudad. Y meacuerdo de ese día como un puñal cuchillando mimemoria: ésta fue la primera vez que vi a una rosasuspirando mientras se derretía adentro la nieve.

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Oí decir a Neruda:Hay que seguir despertando

los sueños sin usar de las estatuas.

Ya estaba mu.erto.y después que la tierra devoró

sus carnes, sólo pude pensarque algún día poetas de poemas portátilesescribirían sobre las memorias

de Neruda, dejando su cuerpoy cayendo sobre la saliva

de hermanos, amigos

y enemigos.

Tenía que hacer algocon su muerte, algo. No sé,

gritar los sentimientosdentro de él; tragarme las infames sonrisascon que los soldados lo tocaron .durantela invasión.

No sé,abrir cada palabra que él hablara

y entrelazarlas para colgar al fascismopor su horrible garganta...

qué?

Oí a Neruda contestarme:Poeta: aliméntate de

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Pablo Neruda

Por Ios~ ANGEL FIGUEROA

mis borracheras; que tu mente caminecon los secretos que viven en los bosques;

pacifica Úl embriaguez en' bochinche,

y nunca culpes a las noches de afuerapor las raíces de la soledad...

ábreie a los regalos de esta tierray de tu alma; crea y une la solidaridadque enseñaría a nuestras revoluciones

jamás llorar la libertad encequecida.

Los poetas deben soplar Nueva Vidaen las palabras, ingerir las papilas gustativasdel Arte, acostarse con la Vi~a, alimentar

el sentido de dirección

y despertar con las cancionesde Taberneros Poéticos

c¿uyas borracheras

compensan su extremada poesía grasiente...

Créeme: es el único modo en quelas estatuas confesarían cualquier sobra.

o sueño si~ usar.

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In Memoriam

César Andreu Iglesias(1914-1976)

CéiAR ANDREU IGLESIAS, PERIODISTA, ENSAYISTA, NO­

velista, cuentista, autor teatral y una de lasmás destacadas personalidades del mundo literarioy político del país, falleció en San Juan el 17 deabril de 1976.

Nacido en Ponce en 1914, bachiller en cienciasde la Universidad de Puerto Rico (1949). Desde susaños de estudiante descolló por su activa partici­pación en el periodismo y en los movimientos obre­ros y de liberación nacional.

Fue miembro destacado del Partido Comunistay participó activamente junto a diferentes partidosy agrupaciones defensoras de la independencia dePuerto Rico.

En el año 1950 dirigió el vocero Verdad, órganodel Partido Comunista Puertorriqueño. En 1951 diola estampa su primera obra Independencia y So­cialismo.

En el campo de la narrativa cultivó el cuento,y luego, con señalado éxito, la novela, género enel que dejó tres obras aportadoras de nuevas yvigorosas proyecciones en temática, tratamientoy estilo. Los derrotados (1956), Una gota en el tiem­po (1958) y El Derrumbe (1960) son, a la vez quepenetrantes y directos análisis de nuestra realidadpolítica y social, ejemplos de moderna factura ar­tística. Se le debe también la obra teatral El in­ciso H, cuadro de la deshumanización implantadapor el sistema burocrático.

Como periodista, Andreu Iglesias será principal­mente recordado por los comentarios críticos -mu­chos de ellos de valor antológico- que en el diarioEl Imparcial, y desde la columna titulada "Cosasde aquí", publicó durante varios años.

Con Andreu Iglesias ha perdido Puerto Rico unode sus más auténticos valores nacionales.

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P ERIODISTA, ENSAYISTA, CUENTISTÁ, NOVELISTA, AUTOR

teatral. Cursó estudios de primera y segundaenseñanzas en Ponce y en San Juan, y superioresen la Universidad de Puerto Rico, donde se recibede Bachiller en Ciencias Sociales en 1949. Comomiembro de las fuerzas armadas de los EstadosUnidos le corresponde servir durante la SegundaGuerra Mundial en algunos puntos del Caribe nohispánico: Jamaica, la Guayana británica. Laboraactivamente en Puerto Rico como dirigente obreroy político de ideas marxistas y asimismo como de­fensor del credo independentista. En 1950 dirige yedita el vocero periodístico Verdad, órgano del Par­tido Comunista Puertorriqueño.

Su libro inicial, Independencia y socialismo(1951), reúne una serie de ensayos de interés histá­rico-político-social enfocados desde el ángulo de laideología de izquierdas. En el terreno de la narra­ción literaria cultiva en un principio el género delcuento, desde sus tiempos estudiantiles en Río Pie­dras, y luego el de la novela, en el que lleva publi­cados hasta la fecha unos tres títulos: Los derro­tados (1956), Una gota de tiempo (1958), El derrum­be (1960). La primera do estas obras merece serpremiada por el Instituto de Literatura Puertorri­queña. Ha ensayado asimismo el teatro con el dra­ma El inciso hache, que recibe una tercera men­ción honorífica en el certamen de Navidad del Ate­neo Puertorriqueño correspondiente al año de 1958y se estrena en San Juan en ocasión de celebrarseen 1962 el V Festival de Teatro Puertorriqueño. Co­labora también en la prensa insular, particularmen­te en el diario El Imparcial, en calidad de comenta­rista critico, desde la columna que titula "Cosasde aquí", de los acontecimientos del ambiente so-

* Diccionario de Literatura Puertorriqueña. Tomo U.Vol. l. San Juan, Instituto de Cultura Puertorriqueña. 1974.

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César Andreu Iglesias·

Por JOSEFINA RIVERA DE ALVAREZ

cio-cultural y politico del país, labor por la cualobtiene en 1960 un premio de periodismo del Ins­tituto de Literatura Puertorriqueña.

En el cuadro de las letras puertorriqueñas per­tenecientes a las últimas hornadas se destaca An~

dreu Iglesias, desde la salida de Los derrotados,su primera y más lograda novela, como narradorde talento que domina los recursos de su oficio-relato bien estructurado, que hilvana con verosi­militud; autenticidad caracterizadora en los perso­najes; diálogo fluido, de fuerza dramática, que elu­de innecesarias digresiones-. Conocedor evidentede los mejores novelistas en la literatura universalde nuestra época, muestran sus novelas sello defactura artística moderna. La problemática huma­na, social y política que en ellas late, al igual queen sus cuentos y en la única incursión que hastaahora ha realizado en el campo del teatro -colo­nialismo frente a separatismo nacionalista, luchasobreras y justicia social, la situación del hombrerural encarado al modo de vida urbano, el mundode la burocracia- arranca de la realidad puerto­rriqueña que ha conocido estrechamente AndreuIglesias a lo largo de su existencia, tanto en funciónde espectador. sagaz y hondo en la observación,como de actor que se ha comprometido en la de­fensa de determinados ideaños. Tienen así los re­latos novelísticos de este autor fuerza de reportajesplenos de vida y acción externa e interna, situadossobre fondos realistas del ambiente isleño, los quealcanza a delinear sin recurrir al pictorismo tradi­cional y característico de la paleta costumbrista.El manejo lingüístico revela al escritor de palabradirecta y sencilla, de frase de sobria estructura yclaro sentido, cargada a veces de densas sugeren­cias y de leves tintes de emoción poética.

En sil única realización en el terreno del teatro,la comedia en dos actos y un epílogo titulada Elinciso hache, plantea Andreu Iglesias, sobre el pla-

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no de la realidad del presente en Puerto Rico y ala par con evidente ademán de proyección univer­sal, el problema del hombre abocado a la ruinaeconómica y defraudado en su búsqueda de lajusticia debido a la cruel indiferencia e irresponsa-

bilidad de una maquinaria burocrática fria y des­humanizada. Desenvuelve el autor la acción princi­pal de esta obra en un ambiente de pesadilla, encuyo trazado alcanza sus logros dramáticos supe­riores.

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Cronologia sumariade César Andreu Iglesias

1915 (31 de julio). Nace en Ponce, Puerto Rico.

1925 La familia Andreu-Iglesias se traslada a SanJuan.

1930-4 Estudia en la Escuela Superior Central de San­turce. Participa en las campañas estudiantilesen contra de la enseñanza en inglés en lasescuelas y en defensa de la cultura puertorri­queña.Hace lecturas independientes en la BibliotecaCarnegie de San Juan.

1935 Ingresa a la Universidad de Puerto Rico, laruina económica de su padre le obliga a aban­donar sus estudios sin completar siquiera elprimer semestre universitario.Va a trabajar a los muelles de San Juan.Conoce al líder comunista, Luis Vergne Ortiz.

1936 Ingresa al Partido Comunista y se incorporaal cuerpo de redacción del periódico del Par­tido, Lucha Obrera.Se desempeña como organizador de la NationalMaritime Union en el puerto de San Juan.

1937-40 Desempeña el cargo de Secretario Sindical delPCP. Además de su trabajo sindical en losmuelles, participa en los esfuerzos organizati­vos en la industria azucarera yen diversas fá·bricas. También participa destacadamente enlas campañas a favor de la extensión a PuertoRico de la ley federal de Horas y Salarios yde la Ley Wagner.Participa en las campañas de frente unido porla independencia de Puerto Rico (en ocasióndel primer proyecto Tydings), por la excarce­lación de Albizu Campos y otros lideres delPartido Nacionalista, y de apoyo a la Repú­blica española.

1938 Juega un pagel destacado en la huelga generalen los muelles, que culmina en una gran victo­ria para los trabajadores tras 42 dias de lucha.

1939 (enero-mayo). Estudia en la Escuela Nacionaldel Partido Comunista de los EE. UU. (en CampUnity, Windale, Nueva York).(julio). Contrae matrimonio con Jane Speed.

1940 (31 de marzo). Asamblea Constituyente de laConfederación General de Trabajadores (CGT):César es electo al Comité Ejecutivo.'posteriormente. renuncia a este puesto paradedicarse totalmente al PCP. Asume el cargode Secretario de Educación y Propaganda ydirige el nuevo periódico del Partido. Verdad.El PCP 10 postula como candidato indepen­diente en las elecciones generales de este año.

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1943

'946

1947

1947

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1954

Es reclutado por el ejército norteamericano;sirve en Jamaica y en la Guayana Británica.(febrero). Se licencia del ejército. Acogiéndosea los beneficios para veteranos, reinicia susestudios en la Universidad de Puerto Rico.(10 de marzo). Asamblea de Reorganizacióndel PCP (el Partido se habia autodisuelto en1944): César es electo Presidente.Controversia con Juan Antonio Corretjer, queculmina con la expulsión de Corretjer del Par­tido.Fundación de la Unidad General de Trabaja·dores (UGT).Nace su hijo, Nicolás Andreu Speed.(20 de junio). 2a. Asamblea Nacional del PCP:César es reelecto Presidente del Partido.(septiembre). Dicta la conferencia. El Grito deLares y la actualidad puertorriqueña, que lue­go se publica como foUeto.Termina el Bachillerato en la Universidad dePuerto Rico.(noviembre). Con motivo de la insurrecciónNacionalista, es encarcelado, junto con olrosdirigentes comunistas: pocos dias más tarde,es exonerado y puesto en libertad.(mayo). Presenta extenso informe político a la3a. Asamblea Nacional del PCP; es reelectoPresidente.Publica el libro Independencia y socialismo,una selección de sus ensayos políticos en1947-51.

(mayo). Asamblea Extraordinaria del PCP paradilucidar la controversia con Juan B. Emma·nuelli. César presenta dos trabajos polémicos:La polftica del partIdo y nuestras tareas y Res·puesta al camarada Emmanuelli. La contro­versia culmina con la expulsión de Emmanue·lli del Partido.César asume el cargo de Secretario General(Juan Santos Rivera. quien a la sazón era elSecretario General, pasa a ocupar el puestode Presidente).Prepara extenso proyecto de Tesis Política, Lasituación de P. R. Y el camino de la victoriadel pueblo, para ser considerado en la 4a. Asam·blea Nacional del PCP. También, Memorial alas Naciones Unidas sobre el caso de PuertoRico, el cual se publicó también como folletoen inglés.(septiembre). Es separado del cargo de Secre­tario General del PCP y excluido del ComitéCentral.(marzo). Es arrestado, junto a otros comunis-

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19551956

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1961

1962

1963

tas, a raíz del ataque Nacionalista al Congresode los EE. UU. Poco tiempo después, es puestoen libertad.(mayo). 4a. Asamblea .Nacional del PCP. Trasuna intensa controversia, un grupo de mili·tantes (entre ellos, Jane Speed) abandona laAsamblea. Tanto en su intervención en el de­bate, como en una extensa carta que sometióposteriormente al Comité Central, César cri­tica duramente la trayectoria que está siguien·do el Partido y la forma en que se desarrollóla 4a. Asamblea. Aunque no renuncia formal­mente, está para todos los éfectos prácticosal margen del Partido.(verano). César se retira con su familia a unarustica casa en Indieras de Maricao.(octubre). César, Jane y otros destacados co­munistas son arrestados por el FBI y acusa­dos por violación de la Ley Smith. El procesoen la Corte Federal se extenderá hasta 1958.Comienza a escribir la novela Los derrotados.La editorial Los Presentes, de México, publicaLos derrotados.(diciembre). Tras el descalabro del PIP en laselecciones generales de noviembre, César re­dacta el ensayo "Bases para una nueva políticaindependentista", en el que analiza la situacióndel independentismo y explora las posibilida.des de una nueva alternativa para la lucha deindependencia.Recibe el premio de novela del Instituto deLiteratura Puertorriqueña por Los derrotados.Su segunda novela, Una gota de tiempo, obtie­ne el primer premio en el Certamen de Navi­dad del Ateneo Puertorriqueño.(enero). Se archivan los casos contra los comu­nistas en la Corte Federal.El periódico El Imparcial inicia la publicaciónen serie de Los derrotados. Su comedia, Elinciso hache, obtiene mención honorffica enel certamen del Ateneo Puertorriqueño.Fallece su esposa, Jane Speed.Escribe su tercera novela. El derrumbe.Se une a los esfuerzos por organizar el Movi·miento Pro Independencia. Dicta una impor­tante conferencia en la que traza su concepciónde la estrategia y táctica que debe seguir elMPI (esta conferencia se publica como folletoen 1960, bajo el titulo, Bases para una nuevapolítica independentista).Contr:.:e matrimonio con Diana Cuevas.(diciembre). Comienza a escribir la columnadiaria, Cosas de aquí, para el periódico El Im­parcial.El Club del Libro, de San Juan, publica El de·rrumbe.Nace su hija, Leila Aurora Andreu Cuevas.Recibe el premio de periodismo del Institutode Literatura Puertorriqu_ña por sus colum·nas, Cosas de aquí.Participa destacadamente en la preparación dela la. Tesis Política del MPI. El proyecto deTesis es aprobado en la 4a. Asamblea Nacionaldel MPI y se publica en 1963 bajo el título, Lahora de la independencia.Prepara un suplemento a la Tesis Política, quese publica en 1964 bajo el titulo, ¡Despiertaboricua! ¡Defiende lo tuyo!

1964 Publica el libro, Luis Muñoz Marin: Un hom­bre aoorralado por la historia, en el que re­produce una serie de columnas sobre Muñozque escribió para Cosas de aqui en El Im­parcial.Prepara ponencias, discursos, hojas sueltas yconsignas para la campaña de huelga electo­ral del MPI.

1965 Recibe el premio de periodismo de la revistaSan Juan Review.

1967 Participa destacadamente en el frente unidoantiplebiscitario.(agosto). Polémica con Juan Angel Silén y AnaLivia Cordero.(diciembre). Publica un extenso ensayo polé­mico -Los fundamentos del MPI", en contes­tación a los planteamientos de un grupo dejóvenes militantes del MPI.

1968 La gerencia del periódico El Imparcial decidedescontinuar la columna Cosas de aquí.Comienza a trabajar como asesor de la UniónGastronómica.Presenta la ponencia "El movimiento obreroy la lucha de independencia", en el Seminariode Dirigentes del MPI. Dirige el proceso deelaboración de la IIa. Tesis Política del MPI.

1969 El MPI aprueba el proyecto de Tesis Políticay ésta se publica bajo el título, Presente yfuturo de P. R.: La doctrina de la nueva luchade independencia.Viaje a la Unión Soviética y la República De­mocrática Popular de Corea para asistir a uncongreso internacional de periodistas.

1970 Trabaja como asesor de la Unión de Tronquis­tas y les prepara un programa radial.(junio). Se separa del MPI tras la controver·sia con Juan Mari Brás.(septiembre). Se traslada a Nueva York paradesempeñarse como profesor en el programade Estudios Puertorriqueños de Hunter Col·lege.

1971 Prepara y lee ante un gfIJpo de independen·tistas de Nueva York el ensayo "La lucha deindependencia en la década del setenta".(mayo). Regreso a Puerto Rico.(septiembre). Inicia, con la colaboración deSamuel Aponte, la publicación del semanarioLa Hora.

1973 Controversia con Rubén Berríos y otros líde­res del PIP; se ve obligado a cerrar el sema­nario La Hora.Comienza a colaborar con la revista Avance.Trabaja nuevamente como asesor de la UniónGastronómica.

1975 Termina de preparar su edición de las Memo­rias de Bernardo Vega.

1976 (17 de abril). Fallece en el Hospital de Vetera­nos, de San Juan, como resultado de un in·farto cardiaco.Deja inconclusos, entre otros, los siguientestrabajos:Aspectos ignorados de la historia de PuertoRico: Una visión "desde abajo",Problemas politicos (y personales) de la luchade independencia: Cartas al camarada Zeta.El muerto de primera plana. (Proyecto de no­vela).

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EN UNA POBLACIÓN COSTANERA, CUYO NOMBRE MEJOR

es no mencionar, un partido político celebrabauna asamblea. Pasaba por casualidad pnr el lugary, como novelero que soy, eché un vistazo al in­terior.

No me hubiera detenido más de un segundo, ano ser por la sorpresa... Un norteamericano sedirigía a los presentes. Hablaba en inglés.

A juzgar por su aspecto, la mayoría de la asam·blea la constituían obreros de la industria azuca­rera. Con su cortesía habitual, la gente oía ensilencio aun cuando no entendiera ni papa. Final·mente, uno de los individuos del proscenio se parójunto al norteamericano y dio una versión al es·pañol de sus palabras.

Me repuse de la sorpresa inicial al recordar quedías antes, en la calle Fortaleza de San Juan, tro­pecé con un viejo yanqui vendiendo billetes delotería. ("Hey man! Lottery tickets!") Y dije parami capote: Si hasta para vender billetes de loteríanos invaden, ¿por qué no para líderes politicos?

"You will see how 1 change this town", fue lafrase final del discurso del norteamericano. 1.0 queel papagayo boricua tradujo: "Y dijo el americanoque él va a hacer de nuestro pueblo el más ricode Puerto Rico."

La concurrencia aplaudió. El norteamericanoabandonó la asamblea desliando sonrisas. Yo leabordé. Le dije que me habían impresionado suspalabras y que deseaba entrevistarlo.

"I'm all for this town, my friend", comenzó pordecir tan pronto nos sentamos en un banco de laplaza. Y efectivamente, estaba muy en favor delpueblito. ¡Como que aspiraba a ser su dueño!

Comprenderán que debo reservarme su nombre.Le bautizaré MI'. Fax. Es uno más. Hombre de me­diana edad, atlético y optimista, como ~o describi·ría uno de los periodistas yanquis que andan por

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La .fiebre del oro

Por C~SAR ANDREU IGLESIAS

ahí, y también jovial, campechano y... oh, howfIjendly!

Para MI'. Fox, éste es el país del futuro. ¡Quéplayas 1 Las ha recorrido todas. Conoce el tipo desus arenas, la profundidad de sus aguas cercanas,los sitios mejores para la pesca deportiva... Ya esdueño de una. Acaba de comprar treinta cuerdasque bordean la playa cercana a la población. ¡Lamejor del mundo! Yes, sirl

Y mientras me hablaba, se me figuraba un Cor­tés ante las riquezas de Montezuma, un Pizarroante los tesoros de Atahualpa. Era, sin duda, unconquistador.

Los conquistadores de hoy son de nuevo tipo.No vienen con lanza en ristre ni espada al cinto.Son hombres de iniciativa, capaces de descubriruna mina en el interior de una higüera.

Los hay de mucho dinero, en busca de la inver­sión fácil que se 10 multiplique. Los hay sin dinero,cuyo único capital es el arrojo, la osadía y la in­solencia.

¿Y quién dijo que habían desaparecido los in­dios en nuestro país? En cuanto a blandengueríasicológica, se encuentran a montones...

MI'. Fox es uno de los conquistadores. Ya tomóposesión de sus dominios. El mismo, con sus pro­pias manos, ayudado por algunos natives, limpió laplaya. Ya tiene escogido el lugar exacto donde selevantará el futuro hotel. Tendrá aire acondiciona­do, cabañas independientes, campo de golf. Será unparaíso para deportistas. Como que apenas variasyardas fuera del rompiente de las olas hay unaprofunda trinchera submarina que es fantásticocriadero de peces... En fin, todo se reduce a canse·guir inversionistas y, naturalmente, el apoyo deFomento.

Al llegar a este punto de su relato, Mr. Fox memostró una fotografía. Era de una niña con ungran collar de lianas al cuello, recostada en una

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palma de coco. "Better than in Hawaii!", exclamóel conquistador; y añadió: "Las hay amontones."

Percatándose, quizá, de mi ceño adusto, conclu­yó diciendo: "There are millions of dollars here,my boyo You want to work for me? 1 need a pu­blicity man."

Le dije que lo pensaría. Me confesó entoncesque no contaba con más capital que los pocoscientos de pesos que invirtió en la compra del te-

rreno. Pero como especlmen perfecto del yanquioptimista, repetía: "This is a growing country,amigo!"

Lo que tomé al principio como burda caricatura,comenzó a transformarse en verdadero reflejo dela realidad presente. Me levanté y me fui. Perotodavía me dura la sensación. Fue como la picadurade un insecto raro.

Esto, señores, no es cuento. ¡No es cuento! Esel gold rush, nueva fiebre de oro, nueva invasión.

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E RASE UNA VEZ UN PASTOR EN UNA ISLA FELIZ. BIENde mañana salía a apacentar su rebaño de ove­

jas y corderos. Le seguía su perro... Así ocurríasiempre, día tras día. Al llegar al prado, el pastorse tendía blijo la sombra de un árbol y se entrete­nía tocando aires de la tierra en su flauta. Mientrastanto su· fiel compañero merodeaba por los alrede­dores.

Un día el perro regresó jadeante, batiendo elrabo en el aire, con medio palmo de lengua porfuera.

-¡Amo! ¡Amo! -exclamó--. ¡Unos extraños hantomado la costa!

El pastor despegó sus labios de la flauta y re­gañó al animal:

-No seas aspavientoso. Será gente que viene devisita.

y tomó a llevarse la flauta a la boca y continuósoplando.

El perro dio unos ladridos. Pero finalmente seacostó al lado de su amo y se quedó dormido me­cido por las notas suaves de la flauta.

Al día siguiente...-¡Amo! ¡Amo! -ladraba el perro, mientras co­

rría al encuentro del pastor-o Los extraños se hanadueñado de la playa.

Fábula de los aspavientos

Por CItSAR ANDREU IGLESIAS

-¡Aspavientoso que te has puesto! -exclamó elpastor.

y sin perder el hilo de sus notas, volvió a su­mirse en la música de su flauta.

El perro husmeó al aire, mirando siempre contemor hacia la costa. Luego fijó la vista en la ma­nada de ovejas y corderos. Finalmente volvió lacabeza hacia su amo, se acercó y se tendió a susplantas.

Varios días después el perro regresó como unabala, la cola entre sus patas traseras.

-jAmo! ¡Amo! -gimió el fiel animal-o Los ex­traños levantan cercas en el valle. Cuando me acer­qué, me lanzaron piedras.

-¡Aspavientos! Quizá te tiraron algo de comer,y tú confundiste el alimento con piedras.

El pastor tomó a soplar su flauta. El perro seacurrucó a su lado. Pero esta vez cerró tan sóloun ojo. El otro lo mantuvo abierto, moviéndolo a

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veces hasta captar la línea del horizonte... Mientrastanto, el rebaño de ovejas y corderos pacía por elprado.

De pronto una de las ovejas se asustó y echó acorrer. Otras le siguieron, y también los corderos.El perro levantó la cabeza y olfateó el ambiente.

-Los extraños se acercan -murmuró con me­droso temblor.

El pastor se incorporó, y sin despegar sus labiosde la flauta, oteó el valle. La inquietud de su perrole obligó a dejar de soplar un instante, lo indis·pensable para decir:

-Cuidado que te has puesto aspavientoso. Acués­tate y oye estas nuevas notas que le arranco a miflauta. • •

El perro obedeció. Pero no bien hubo cerradoun ojo, saltó de súbito... Varios extraños se acerocaban. El perro comenzó a ladrar con furor.

-¡Aspavientoso, cállate! ---ordenó el pastor.Los extraños llegaron hasta el pistar que per­

manecía a la sombra del árbol tocando su flauta.Le dijeron que el rebaño de ovejas y corderos es­torbaba la realización de sus planes. Y le pidieronQue se moviera hacia los terrenos de la altura. Allí

podría seguir con su rebaño tocando la flauta. Yavería él las muchas riquezas que ellos extraeríande esa tierra, puesto que poseían los conocimien­tos, y también el capital indispensable... El pastorpensó que no tenía otra alternativa.

Pastor, rebaño y perro abandonaron el valle.Pero aún subiendo por el escarpado y. rocoso para­je, el perro alertaba a su amo. Este caminaba so-plando su flauta, y en las raras veces que interrum­pía la música, era sólo para acusar al perro deaspaventoso.

Así retrocedieron hasta un terreno árido y seco.Pero los extraños no tardaron mucho en alcanzar­los. No había guardarraya que detuviera su avan­ce... Cuando el perro ladró anunciando su llegada,todavía el pastor tuvo fuerzas para exclamar:

-¡Aspavientoso!Un día apareció flotando sobre las olas de la

playa una flauta. Un extraño la recogió. Sopló. Elinstrumento ya no sonaba. Decidió, sin embargo,conservarla... En la actualidad se exhibe a los tu­ristas que visitan la isla, en la que ya no haypastor, ni ovejas, ni corderos. Tampoco perro. Perodicen que posee una gran civilización.

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Episodios de la Historia de Puerto Rico

Un escudo de armas para8altazar de Castro por su victoria

contra los Caribes en elDaguao en 1515

Por RICARDO E. ALEGRíA

E N. UNA CÉDULA DEL 6 DE JUNIO DE 1535,\ DEL REY

Carlos 1, concediendo un escudo de armas alviejo colonizador de Puerto Rico Baltazar de Cas­tro, por sus servicios, se hace relación a la desta­cada participación de éste durante el desembarcoque los caribes hicieron en la región de Daguao(Naguabo) el año 1515. Baltazar de Castro habíasido Factor en la Isla durante varios años.

De acuerdo con la información que se ofrece,cuatro piraguas con 150 guerreros caribes habíandesembarcado en el Daguao, donde se habían deunir con "indios de la tierra de los caciques Danao[Daguao) y Genuvan y de otras partes que a lasazón estaban rebeldes".2 Los guerreros que se ha­bían de reunir "serían por todo 400" y su propó­sito era marchar contra Caparra para "quemar edestruir la ciudad de Puerto Rico".

En el momento del ataque, los vecinos estabanen las fundiciones de oro y desconocían los pro­pósitos de los caribes e indios rebeldes de PuertoRico. El documento nos dice que cuando Baltazarde Castro tuvo noticias de lo que se preparaba,junto al licenciado Sancho Velázquez, teniente degobernador en la Isla, reunieron a los españoles enla ciudad y se prepararon para la defensa y elataque. Se envió a Pedro Moreno con ¡O hombrespara determinar dónde se encontraban los indios.Otros 20 hombres fueron asignados a la defensade Caparra.

Baltazar de Castro junto a Sancho Velázquez yotros 27 españoles siguieron a Pedro Moreno, quien"había ido derecho al Danao [Daguao), donde ha·bía tenido nuevas que estaban los dichos Yndios e

l. Archivo General de Indias, Sevilla, Santo Domingo,Leg. 2280, Libro 2.

2. Los caciques de Daguao y Humaeao que hablan es­tado en guerra desde el levantamiento de 1511, estaban enpaz, pero volvieron a rebelarse cuando en 1515 PODce deLeón tomó por la fuerza algunos indios de estos caciquespara que lo acompañaran en la armada que capitaneabacontra los caribes de Guadalupe.

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caribes". La tropa española llegó al final de latarde al do del Loquillo [LuquilloJ, el cual cru­zaron.

El río estaba muy crecido y por lo tanto "te­nían la salida peligrosa por ser pocos los cristianosy muchos los indios".

Los "guardias y espías" les informaron queaquella noche, casi al alba, los dichos caribes conlas cuatro piraguas habían desembarcado muy ceroca de donde ellos se encontraban. Los españolesrecibieron información sobre el número de indiosque se encontraba allí reunido y sabiendo que aldía siguiente se le unidan más, decidieron atacarde sorpresa. El ataque se realizó, resultando victo­riosos los españoles que lograron capturar una delas cuatro piraguas de los caribes, "lo cual fuecausa que toda la dicha isla e comarca se allanasey estuviese pacífica".

En premio a los servicios de Baltazar de Castroen dicho encuentro con los caribes y reconociendoel daño que hubiera sufrido la isla si los españoleshubieran sido derrotados, el rey le concede un es­cudo de armas cuyo diseño estaba inspirado en elepisodio. La descripción del escudo así otorgadoes la siguiente:

.. ...un escudo terciado que en lo alto tengaun lucero de oro en campo azul en memoriaque al lucero del alba vencistes la dicha bata­lla y en lo restante del dicho escudo, un cas­tillo de oro e porque dezis que el dicho castilloen campo azul son las armas de vuestro linaje,que en memoria de la sangre que derramastesen la dicha batalla os la diesemos en campocolorado o sanguíneo e por orla del dicho escu­do seis piraguas de oro sobre ondas de marazules e blancos al natural."

Otros escudos de armas, también inspirados enepisodios similares, fueron otorgados por los reyesa destacados colonizadores y caciques indios deotras partes de América.

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Vicente. Géigel Polanco:Amigo, escritor y ateneísta·

Por CONe H A MBLl1NDEZ

C UANDO NOS ACERCAMOS A LA VIDA Y LA OBRA DE

Vicente Géigel Palanca, nos asombra la vaste.dad de lo que ha escrito, los múltiples temas queha estudiado; su actividad inteligente como jurista,legislador, periodista, poeta, ensayista; sus impor­tantes servici05 a nuestra Isla, amada por él hastahacerla motivo general de su pensamiento, afánunificador de numerosas páginas en donde insisteen el ideal de independencia para ella. Se graduóde abogado en 1926 y ha ocupado altos cargos en lavida pública de nuestro país: Procurador Generalde Justicia y Dirigente Parlamentario del Senado dePuerto Rico; profesor de Derecho y Ciencias Socia­les de la Universidad de Puerto Rico. Fundó ademásla Academia de la Historia en nuestra Isla, y fuedirector de la Revista del Colegio de Abogados dePuerto Rico, el Diario de Puerto Rico, el Diario deNueva York y editorialista de los periódicos El'Mundo, La Democracia y El Imparcial de este pais.Con Antonio S. Pedreira, Samuel R. Quiñones yAlfredo Collado Martel, dirigió la revista literariaIndice donde nos iniciamos algunos de los escrita­res de hoy.

1. En el poema A la memoria de Ricardo Guiral­des,l Alfonso Reyes. quien acompaña mi pensamien­to con frecuencia oportuna. dice el autor de DonSegundo Sombra:

Cada uno me habla de ti con un elogio dife·rente: puedo pensar que sólo contigo se memurió mucha gente.

Pienso que también de Géigel Palanca cada unopodrá hablar con un elogio diferente, de acuerdo

* Primera Parte del Ensayo escrito con motivo delotorgamiento de Premio de Honor del Ateneo.

1. Alfonso Reyes, O.C. X México, Fondo de CulturaEconómica. 1959, pp. 12J.124.

con la imagen que ha formado de él. Un extensolibro se escribirá algún día sobre esta dación cí­vica y literaria. Hoy he de hablarles del amigo, elescritor y el ateneísta, porque esas tres expresionesde su inteligencia y de su alma nos dan los rasgosesenciales de su verdadero ser.

2. Martí, en alguna página de las más bellasque escribió, afirma que la amistad es un sentimien­to superior al amor erótico. Como sentimiento, laamistad es una manifestación del amor divino,que nos fortalece cuando la damos y cuando se nosda. Y Géigel Palanca me ha acompañado en misalegrías y en mis tristezas con una amistad largafortalecedora.

Lo vi de cerca por primera vez, cuando ense­ñaba yo Literatura hispanoamericana en la Universi­dad de Puerto Rico. Estudiaba él Leyes entonces, ydice con gracia que "se coló" en mi clase deseosode conocer mejor las literaturas de nuestros países.

Cuando recibí en 1939, la medalla Eugenio Maríade Hostos en el centenario de su nacimiento, es­cribió un editorial en El Mundo de San Juan dePuerto Rico sobre mi obra hasta aquel momento. Yen el instante en que dejé sobre la tumba de mihermana Rafaela la rosa roja que para los estudian­tes del movimiento jesucristiano a que pertenezco,simboliza vida eterna, sentí una mano sobre mihombro. Era la mano amiga de Vicente Géigel Pa­lanca.

3. El escritor se ha expresado como ensayista,poeta, periodista y autor de estudios de legislaciónsocial.2 El ensayo José de Diego legisladorJ es una

2. El más importante. Base, naturaleza y cardcter de laLegislaéión Social recibió el primer premio en el Concursode Estudios Jurfdicos del Colegio de Abogados de PuertoRico en 1945.

3. En la Revista Asomanre, San Juan de Puerto Rico,J966, núm. 4, pp. 3345.

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indagación cuidadosa del tema. El autor anunciaen el Preámbulo: "Nos proponemos señalar, a gran­des trazos, sus empeños, planteamientos y logros enel campo de la legislación."

El propósito se cumple en la investigación segu­ra de Géigel Polanco. Su examen de las Actas de lasCámaras Legislativas reveló que De Diego tt durantesus dieciséis años de tareas parlamentarias, con susola firma a veces y con la de algunos compañerosen otros, presentó más de ciento veinte proyectos deley, resoluciones y memoriales." Encaró así losproblemas de la sociedad puertorriqueña: con en­miendas a los Códigos básicos: fomento de la cul­tura, educación y' protección social, gobierno y ad­ministración, agricultura y comercio, cuestionesobreras y defensa de nuestra lengua vernácula.

Géigel Palanca subraya el interés de De Diego enla legi91ación obrera y resume los te~as del dis­curso que como Presidente de la Cámara de Dele­gados pronunció sobre la obra realizada paraafrontar algunos de los problemas de las clasestrabajadoras ...y la salud precaria de los campesinosvíctimas de la unciniariasis." Cita palabras del dis­curso de De Diego en la Cámara en 1915: u •••Quería­mas curar a los padres para fortalecer a los hijos,preparar las futuras descendencias para que sobrenuestro sepulcro pueda erguirse un dja el pueblopuertorriqueño, sano, vigoroso, regenerado, comba­tiente, y alzar a los espacios la bandera emancipa­dora del solar nativo."

La defensa del Español, como nuestra lenguavernácula, y el problema de la soberanía nacionalde Puerto Rico como los vió De Diego, son temastambién de este ensayo donde se evoca la noble ygenial figura tan amada especialmente por los jó­venes estudiantes de entonces. El párrafo final resu­me la gestión última de De Diego: la ResoluciónConjunta de la Cámara para la celebración de unplebiscito en las elecciones generales de 1920 "quedecidirá en forma auténtica la determinación delpueblo de Puerto Rico hacia su status político final".Pero el 6.de septiembre de 1917, De Diego explicóen otro discurso m~morable, su voto para qúe esaresolución quedara sobre la mesa hasta que conclu­yera la guerra mundial que entonces ensombrecía latierra. El párrafo final de este ensayo es una citade inolvidables palabras del autor de Cantos deRebeldía. "Ahí quedará el proyecto; no en letargo demuerte, sino en acopio de vida y segura esperanza."

4. La prosa de Géigel Polanco ha circulado entiradas parte de revistas o en cuadernos impresoscon elegancia. Sus primeros libros El despertar deun pueblo y Valores de Puerto Rico fueron publica­dos en 1942 y 1943. Ellos bastan para conocer eltono, el estilo, y los. temas más frecuentes en suprosa. También bastan para conocer su alma y suespíritu hasta donde nos es posible a<;ercarnos alo cálido y 10 secreto.

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5. El despertar de un pueblo. El autor mismodefine el tema central del libro en estas palabrasdel prólogo:.

u Recoge este libro unas cuantas reflexiones entomo al destino de Puerto Rico."

Está estructurado en tres partes precedidas poruna meditación sobre el centenario de Bolívar: Epís­tola al Libertador. Confesión contrita porque'"nohemos hecho lo debido para merecer la gloria quenos ofreció".

"En verdad te digo -dice con amargura- queno podemos acercarnos a tu sombra con la dignidaddel deber cumplido."s

Esas palabras anuncian un tema del libro: Puer­to Rico, ¿pueblo o muchedumbre? Y la respuesta:..Para el logro de la libertad, para la demanda efi­ciente de derechos colectivos, no bastan las muche­dumbres desorganizadas. "6

No cree que nuestro pueblo ha nacido "bajo unsigno de irrevocable fatalidad", pero asegura que "lareconstrucción final de Puerto Rico ha de ser obrade nuestro esfuerzo".

En la segunda parte: Puerto Rico en el centena­rio de Hostos, tres hermosos ensayos: Meditacióndel centenario, Hostos y la independencia de PuertoRico y Hostos, realidad actuante en nuestro mundomoral. En uno de sus recursos estilísticos más fre­cuentes -la interrogación- que pone acentos deintensidad en su estilo, pregunta: "¿Tenemos dere­cho a Hostos? ¿Nos merecemos a Hostos? ¿Somosdignos de él?" Piensa que la contestación es "doloro­samente negativa." "No hemos escuchado su pala­bra, no hemos amado su ideal, ni correspondido asu sacrificio." Su gestión por la independencia dePuerto Rico "para asegurarnos la libertad y hacerla federación antillana", no cesó con la ocupaciónde la Isla por las fuerzas norteamericanas. Enton­ces escribió: "Ni hoy, ni mañana, ni nunca, dejaránuestra patria de ser nuestra."

Este ensayo expresa convicción de que PuertoRico "no escuchó al Apóstol". Sordo ante sus pala­bras,. indiferente ante sus afanes, "volvió la espaldaal' hombre que le trazaba el caminb de su destinoauténtico".7

6. A Betances, "voz de todos los tiempos", de­dica otro magnífico ensayo, como se distingue poruna estructura anunciada desde las primeras lineascomo entrada a la introducción, y se mantiene enel desarrollo de las ideas hasta el fin. En tres cate­gorías perfectamente definidas cabe agrupar a loshombr~s que fomentan el progreso social: "aque­llos que logran la plena realización de sus concep­ciones o que indirectamente intervienen en la mar-

4. El despertar de un pueblo, San Juan, Puerto Rico,Imprenta Venezuela, 1942.

5. lbid., p. 19.6. lbid., p. 33.7. /bid., pp. 69-70.

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Vicellte Géigel Polanco

cha evolutiva de ]a sociedad, plasmando ideas pro­pias o ajenas... los sembradores de ideas, precurso­res de las bienandanzas futuras, auspiciadores delos idealeli de mejoramiento, visionarios del porve­nir... Corresponde a la otra categoría un tipode hombre que interviene corno factor de decisivoalcance en ]a marcha progresiva de su pueblo. 1m­pulsando las fuerzas sociales de su época y determi·nando pasos de positivo avance en la conquista dela civilización y la cultura, y al propio tiempo,proyecta irradiaciones hacia el porvenir en antici­pada postulación de los ideales del mañana."

Sitúa a Betances en la tercera categoría. Resumesu pensamiento en un párrafo donde se aclaran conrelieves de luz, las daciones apostólicas:

Betances rinde a su época una máxima fór­mula de trabajo en diversos campos del sabery del hacer. Aporta su valiosa<contribución a lasempresas cívicas, a las letras, a los esfuerzoscivilizadores. La libertad constituye su mayor

preocupación. Por eso lucha por la redencióndel esclavo. por la libertad de Puerto Rico, porla independencia de Cuba. Es, en verdad, uninfatigable soldado de la libertad.s

Los tres capítulos siguientes: El pueblo en esce­na, El problema educativo, La reforma universita­ria, nos llevan al último: Un pueblo en marcha.

El autor ve una transformación del "pueblo dor­mido" en uno que "en los comicios de 1940... dioclaras señales de estar alerta a sus derechos y de­mostró e] propósito de contribuir a cerrar una épocade explotación. agobio y esclavitud, para dar paso auna nueva era de justicia, seguridad y libertad,'HJ

7. Valores de Puerto Rico. En este libro GéigelPolanco ordenó en tres grupos dieciocho figuraspuertorriqueñas. "Son" -asegura con verdad­"hombres de sensibilidad alerta a nuestras realida-

8. lbid.. p. 113.9. San Juan de Puerto Rico. Imprenta Venezuela. 1943.

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des políticas y económicas, quienes desde el prin­cipio del siglo XIX iniciaron el despertar de la con·ciencia ciudadana."lo

En el primer grupo estudia a BuenaventuraQuiñones y Vizcarrondo, Segundo Ruiz Belvis, Ma·nuel Corchado y Juarbe, Román Baldorioty de Cas­tro, Eugenio María de Hostos, Luis Muñoz Riveray José de Diego. Los tres primeros son excelentesensayos históricos, seguidos por unas páginas sobreel espíritu del 78 -el año descrito como "terrible"por Antonio S. Pedreira- para continuar con otroensayo tan valioso como esos tres, sobre RománBaldorioty de Castro.

Reaparece entonces Eugenio María de Hostos, enuna alabanza basada en la consideración de susideas que parten de la máxima que es norma esen­cial de su vida: "Bien predica quien bien vive."En un solo párrafo, síntesis hábil y difícil, comentala obra pedagógica de Hostos en Venezuela, Perú,Chile, Santo Domingo: sus luchas por la uniónantillana y por una mayor compenetración entrenuestros pueblos hispanoamericanos.

8. El primer capítulo está dedicado a Buenaven·tura Quiñones y Vizcarrondo. Hay en él un resumenhistórico de los acontecimientos que avivaron "elsentimiento de la nacionalidad puertorriqueña: larevolución hispanoamericana, el proyecto de Bolívarde libertar a Cuba y Puerto Rico y el estableci·miento del absolutismo en España por FernandoVII. Todos los hombres de la familia Vizcarrondo:Andrés, Salvador, su hermano Juan, BuenaventuraQuiñones y Vizcarrondo, apoyaron una proyecta­da sublevación." Entre los instigadores del proyec·to revolucionario fue arr~stado Buenaventura Qui­ñones y Vizcarrondo, quien apareció ahorcado ensu celda del Castillo del Morro el catorce de agostode 1858. Comenta el autor que "siempre ha habidosospechas de que Quiñones no dispuso de su vida".

El capítulo es una alabanza de todos los Viz·carrondo. Termina con una cita sobre su persis.tencia en la idea de la libertad para Puerto Rico:Andrés Vizcarrondo, desde Caracas, escribe al Go·bernador de la isla, diciéndole que se prepare arecibir una gran expedición de valientes america­nos "que vamos a darle libertad a los puertorri­queños".

9. Sobre Segundo Ruiz Belvis escribe Géigel Pa­lanca uno de sus ensayos más conmovedores: .. Re·volucionario por temperamento y por afiliaciónideológica, dedica sus más valiosos empeños a sa­cudir la colonia de su marasmo de entonces, agiotanda ideas de libertad en prédicas constantes porcampos y ciudades."

Redactó para la Junta de Información sobreReformas Ultramarinas el alegato de más altos fun­damentos económicos, politicos y morales concebi-

10. lbCd.

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do en el siglo pasado en favor del esclavo. "El docu­mento", escribe Géigel Palanca, produce una hondaimpresión en el pueblo y el Gobierno de España.Cinco años más tarde queda abolida definitivamen­te la institución de la esclavitud. Al regresar a Puer­to Rico, "fue uno de los principales inspiradoresdel movimiento encaminado a ganar por las armasla independencia de Puerto Rico". Desterrado en1867 por el Gobernador de Puerto Rico General Mar­chessi con otros puertorriqueños entre los cualesestaba Ramón Emeterio Betances, los dos logranllegar a Nueva York. Con el doctor José FranciscoBarea, organizan el comité revolucionario de PuertoRico y Ruiz Belvis es enviado a Sur América en bus­ca de ayuda para el proyecto de liberación. Embar­ca para Chile. Llega enfermo a Valparaíso y muereallí el tres de noviembre de 1867.

La conclusión reproduce el relato que escribeHostos de su visita a la tumba de Ruiz Belvis añosdespués, en el cementerio de Valparaíso. Lo llamapor su nombre. Ruiz Belvis le responde. Y Hostosle habla, diciéndole que descansó a tiempo para nover a Cuba martirizada y a Puerto Rico escarnecido.Las palabras de Hostos a Ruiz Belvis, el "hombredormido" que según él le respondió, son revelaciónde cómo Hostos sufría por Cuba, por Puerto Rico,por los héroes, clamando en vano por auxilio; porlos esclavos "bailando al son de sus cadenas". .

lO. Sobre Manuel Corchado y Juarbe escribe en1940 unas páginas en el centenario de su nacimiento.Corchado y Juarbe estudia derecho. Ayuda con bon­dad al desvalido; es orador brillante; con valentíaexpone en la Diputación Provincial y en las Cortesespañolas la situación puertorriqueña. En el perió­dico, en las tribunas del pueblo, denuncia el régimenequivocado prevaleciente en nuestro país.

Estudia filosofía y ciencias sociales, y escribeestas palabras que nos dicen la altura de su alma:.. La raíz de la verdadera emancipación de los hom­bres civilizados es el trabajo pacífico y perseverante,cooperativo y armonioso."

Admira a Abraham Lincoln y escribió su biogra­fía, otro testimonio más de su grandiosa espiritua­lidad. Pensando en Lincoln escribe: "El hombre setransforma, muere, pero con su vida no termina labuena o mala reputación. La reputación, a seme·janza del espíritu, que es eterno, no muere nunca."

Dos páginas y media dedica Géigel Palanca acomentar estas palabras. Exhorta a nuestro puebloa buscar hombres en nuestra historia de concienciainsobornable como éstos que nos recuerda. Y ter­mina: "El contacto con sus nobles enseñanzas, elconfrontamiento con su obra de abnegación, el re­cuerdo de sus palabras, contribuirán a despertarlas fuerzas dormidas de nuestro pueblo y llevamosal camino real de nuestro destino."

11. Después de un corto desvío de las figuras denuestro pasado para elogiar el espíritu de los hom-

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bres del 87, vuelve a sus evocaciones ejemplares,esta vez, la de Román Baldorioty de Castro. Comosiempre la introducción empieza con una valora­ción del hombre, esta vez en tres elogios: "de aquíun hombre en que se dan las tres claridades apos­tólicas: la claridad de la conducta, la claridad dela conciencia y la claridad del ideal". Estudia las tresclaridades describiendo las persecuciones y angus­tias que sufrió por encenderlas. H No trabajó en va­no", concluye: "Su simiente cuaja en frutos de bien.La prédica fervorosa de los ideales reformistascobra realidad en la Carta Autonómica que añosmás tarde España otorga a Puerto Rico."

Este ensayo se completa y enriquece con la con­ferencia escrita en conmemoración de los cientocincuenta años del.,lJacimiento de Baldorioty. En laintroducción se reproduce el poema de Luis LlorénsTorres A Baldorioty de Castro, cinco décimas queevocan su figura y su alma. La última resume suideal de independencia, su preocupación por el es­tado sufriente del campesino y del esclavo:

Hablarle de independencia,del malestar del labriego,del esclavo y su dolor,era ecl1ar llamas al fuego,era derramar esenciasobre el cdliz de una flor.

Cita también Géigel Polanco el artículo de Martípublicado en su revista Patria el catorce de mayo

de 1892 Las Antillas y Baldorioty de Castro, en don­de nos da una imagen inolvidable:

H De hombres puros y cordiales necesitan doscolonias españolas de América para purgar laindependencia de los vicios burocráticos... Lastres islas que se han de salvarse juntas o jun­tas han de perecer, ban hecho bien en coronarde .flores en la fiesta de Azúa, al rebelde, al fun­dador, al americano Román Baldorioty de Casotro."

En Valores de Puerto Rico aparecen también pá­ginas sobre Luis Muñoz Rivera, José de Diego, Ca­yetano Coll y Toste, Nemesio Canales, AntonioS. Pedreira, Miguel Meléndez Muñoz, Emilio S. Be­laval, Juan Augusto Perea, Luis Lloréns Torres, Eva­risto Ribera Chevremont y José Antonio Dávila.

Es admirable el comentario de 1nsularismo queresulta ser también una semblanza del hombre quefue Antonio S. Pedreira: "vida sencilla, noble yfecunda".

A la poesía de José Antonio Dávila, evidente pre·dilección de Géigel Palanca, dedica uno de sus me­jores ensayos, que ha recogido de su crítica lite·raria y prologado en un libro la prosa del poeta}'

11. Sociedad de Autores Puertorriqueños, San Juan, Puer·to Rico, 1971.

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A un árbol copioso y sano

Por JOS~ AGUSTíN BALSEIRO

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Arbo[ que no IJU11diste nuncatus plantas sedentarias en el mar:no sabe de mudanzas y destierrosni del dolor de andar y andar y andar.

Arbol que nunca alzaste el farode tu copa sobre páramossin paz:bendecido de Dios, tú desconocesla amargura de lejos llorar.

Gigantesco y sereno-ciclópea atalaya-levantas tu cabeza al firmamento,'siempre firme,porque eres reciocon majestad enhiesta de tu sinosin horrores de ausencia y soledad,'¡que ya hay algo de Cielo en tu grandeza,y puedes esperar!

Cambias sólo de traje con los signosde las estaciones.A las plumas y los nidosabres los brazos sin pedirte asilo,verde refugio de ternuras plenas,mecer de cuna de canción eterna.

Conversas, con las mieles de tu pulpa,a los ojos, a las rrvanos y a [os labiosde pájaros y niños,verdes las lenguas de tus hojas puras.

No tienes que pedir agua a la lluvia.Es cada gota suya la que anhelasentir, al derramarse,el amor de tus frondas,la vertical pujanza de tu mástil,tu mullido almohadón para su sueño.

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2

En duerme-vela o despierto,co"re mi vida, interrogdndoted,mde estardn mis pies de un año a otro.A la vuelta. de un viaje, ¿qué me aguarda?Busco y busco senderos que no halloy rincones de paz que siempre teudan.

Te miro, Arbol,y oigo los gritos de la mar violenta.y siento el llantode la ruta sin fin hacia la muerte.Envidio tu ejemplar afincamiento:la quietud infalible de tu tronco,el vuelo sin adioses de t.us hojasy el vaivén, que echó anclas, de tus ramas.Porque en tí hay movimiento, ritmo, canto,pero enlazadosa tus raíces de invencibles garfiosel riñón de nuestro suelo amado.

Eres sabia lección de sobriedadessin renunciar a la quimera loca:

que un ala es cada una de tus hojasy una canción de júbilo tus ramas.

Por limosna de sombrahasta ti llegael viajero de largos horizontes.Bajo tu copa enhebra los recuerdos,deletrea a tu amparo lo que sueña,sin saber que no escuchas y conocesel inútil vagar de las distancias.

3

¿A dónde llegard?... ¿Pero se llega?Vagar, soñar, luchar:un racimo de ideas y caídasal extraviarse el paso... más alld.y tú Arbol,sin perderte jamás:porque tu meta eres tú mismobajo patiosde Infinito.y es a tu vera, protectora y buena-cargada de dulzuras y bellezas-a donde, sin partir, siempre se llega...

Si

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• OS CANTARES Y BAILES DE NUESTRA TRADICIÓN SON

L huella y expresión pura, identidad colectiva delos valores históricos de nuestra vida puertorri­queña.

Todos los pueblos en su larga trayectoria pier­den expresiones autóctonas, las mismas que un díaprestarc;>n fecundo abono al patrimonio tradicionalde sus gentes. Ningún país escapó a este designio;Puerto Rico, tampoco.

No obstante, a veces, casi milagrosamente, se sal.van algunas de esas manifestaciones consideradasirremediablemente perdidas en los múltiples rec~

dos de la historia.Una de esas expresiones musicales que es nues·

tra, y en peligro de perderse para siempre, es la quese identifica con el substantivo cabayo. En Españaesta modalidad quedó sepultada en el olvido desdemediados del siglo XVIII. Allá se escribió el nombrecon doble "1" (caballo). En Puerto Rico se escribecon "y" (cabayo), aunque existen contadas excepci~

nes. María Cadilla lo escribe cabayo.t Alonso lo es­cribe con "y"" y también con doble "1".3 GonzálezFont lo escribe cabayo.4 Francisco del Valle Atileslo escribe caballo.5

Para el año 1949 y, en efecto, el jueves primerode diciembre, con motivo de la celebración del Pri­mer Centenario de la publicación de El jíbaro, deAlonso, tuvimos la oportunidad de dedicar un re·cuerdo devoto a esta antigua expresión nuestra. Lanota periodística que recoge el programa celebradoen el Ateneo Puertorriqueño, y en el cual participa­ron los profesores Manrique Cabrera, Margot Arcede Vázquez, Arturo Morales Carrión y la señoritaMatilde Suárez, dice: "La joven guitarrista MatildeSuárez y el profesor Francisco López Cruz interpre­taron las danzas Margarita, de Manuel Tavárez, yNo me toques, de luan Morel Campos". Continúa elentonces periodista Luis Hernández Aquino: "Ycomo otra sorpresa para los asistentes al Centena·

El Cabayo

Por FRANCISCO LóPEZ CRUZ

rio de El jíbaro, tocaron ambos guitarristas un ca·bayo, música de un baile, de la época del doctor Alon·so". Y concluye la nota: "Esta pieza musical fuerecogida a viva voz de los labios de un anciano porel profesor Francisco López Cruz, quien hizo un

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arreglo de la música para tocarse a dúo de gui·tarras".6

Veamos lo que realmente es la forma musicalcabayo. Dice María Cadilla: "A la cuarteta octasilá­bica asonantada en los versos pares antiguamentese le llamaba en la isla, cabayo, por alusión a unbaile con el cual se la cantaba". Y añade: "Con esenombre aparece en las fiestas de febrero de ~858 denuestra capital en que se compusieron las coplaspara celebrar el natalicio de quien luego sería Alfon­so XII". Veamos los versos:

Tanto me gusta la fiesta,que a mi esposa Maigarita,poi venilme la he de;ao,enfeimita y apuraíta.

Allá la estaba curando,el curioso Juan Garaicon un unguento de moaque lo llaman joyo bai.

Sin embargo me peicatoque yo boi a estai de lutopues según eya queabapronto pagará el tributo.7

Manuel Fernández Juncos, en La serenata estam·pa un cuadro típico, y la canción está también es­crita en la forma estrófica cabayo.

Veamos una pequeña selección de esta serenatatomada, así como también la anterior poesía, deEscritos de Puerto Rico, por González Font:

...Era Fernando Collaresmozo alegre, talla esbelta.tez blanca y descolorida,grandes o;os, barba negra,aire galán, busto erguido.rostro de lineas correctasy e.xpresión movible y vagaentre sumisa y enérgica...•

Veamos otros ejemplos de cabayo cuando Gon­zález Font reseña: "Cantaron Don Heraclio Bennú­dez y Don José Sola las tonadas conocidas en elpaís con los nombres de cabayo, etc. ...acompaña­dos de música campesina muy acorde y bien en­sayada". El motivo de estos versos es la celebraciónde 1858 que ya mencionamos. Veamos:

Saluamos a Guescencia,con respeto y con cTÜlnza,que hemos sio melicianos,y sabemos la oidenansa.

También 10 felicitamos,como jefe oloitunao,que nos dió la gran noticia,del paito tan aseao.9

El cabayo es copla, canción y baile. Aún se can­taba y se bailaba en Puerto Rico en las primeras

décadas del Veinte, y no está completamente oIvi·dado hoy día.

Alonso menciona el cabayo en los siguientes ver­sos de su poesía El baile de garabato:

...Bailóse espués un caballo,una caenas etrds,un fandanguillo bombeao,y un seis que dioa a locay,cuando dentró esbanesíoen el baile un camardcon el sombrero en la orejay la daga esembainaa.. .J°

De la Escena XI, también de El jíbaro, tomamosdel poema Fiesta en Utuao, un fragmento que dice:

...Bailaron unas eaenas,después un seis valseao,un cabayo y un sondurosin que yo hubiese bailao.. .J1

Antonio Pedreira relaciona el origen del cabayocon la industria de ganado vacuno y caballar. DicePedreira: "El ganado vacuno y caballar fue durantemucho tiempo una de las más florecientes indus­trias de Puerto Rico. Una triple dedicación le asegu.raba éxito: la fuerza, la comodidad y el lujo". Y aña­de: "Desde fecha que se oculta en las remotas bru­nas de remotos tiempos" ~itando a José G. delValle, 1896-- "en Puerto se celebraban carreras decaballos, por las que tos habitantes de la isla te­nían mucho entusiasmo y en las que mostrabangran destreza". Sigue Pedreira: "Y ese entusiasmollevó a los puertorriqueños a bautizar con el nom­bre de caballo a un género de coplas y hasta unbaile que logró gran popularidad en cierta época".Concluye Pedreira: "En nuestros días" -1934­.. para ponderar los méritos de una persona se diceque es mucho potro".IZ

Veamos lo que significó en España el caballo.Luisa Lacal lo define como .. el estribillo de algunascanciones, tiranas, gallardas, villanescas, etc. queestuvieron muy de moda en España", etc.u

En realidad el estribillo era una pequeña secciónde la forma teatral llamada tonadilla escénica. Enestas representaciones se alternaban diálogos, cán­ticos, dúos, bailes, etc. Algunas tonadillas incluíanseguidillas que se cantaban y bailaban, y otras can­ciones y bailes de la época. Así, por ejemplo, la to­nadilla escénica Las señoritas simples, de Laserna,seguía el orden siguiente:

AlemandeBaile de gitanosBodevil o canciónCaballo (que enlaza con breve alegro de despedida»)4

El eminente musicólogo español José Subirá es­cribió: "El epígrafe tonadilla escénica designa aque-

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llas producciones literario·musicales que comenza·ron a fructificar hacia 1750, y durante medio sigloflorecieron." Añade que "la tonadilla tuvo un naci·miento oscuro, una evolución rápida, una boga efí·mera, como remate, un olvido absoluto".15

No podemos dudar de la veracidad del incansa·ble investigador José Subirá. Su nombre es símbolode seriedad y competencia entre todos los más gran·des músicos de España. Subirá ha estudiado yana·lizado dos mil tonadillas. De él ha dicho el historia·dor Altamira (Rafael Altamira): "Subirá ha estu·diado de modo particularísimo, agotando la docu·mentación de la Biblioteca Municipal de Madrid.una de las formas típicas de esa música (la del si­glo XVIII), la llamada Tonadilla, y es de desear viva­mente que pronto goce el público de los resultadosde esa investigación copiosa, que desvanecerá nopocos errores y fijará líneas definitivas en la evolu·ción de aquel género".16

Volvamos nuestra atención a las palabras de Su·birá. Después de meditar en tomo a las mismas, pa­demos concluir que el cabayo, como parte de la to­nadilla queda olvidado en la España de fines delsiglo XVIII y que se refugia en América, proyectán­dose Dios sabe en cuántas formas distintas. EnPuerto Rico se asila y desenvuelve en la tradicióncampesina para convertirse en patrimonio nuestroy quedar en el repertorio del músico y cantaor cam·pesino.

En tomo a la pasión y muerte de la tonadilladice Matilde Muñoz: "La Guerra de Sucesión alejade los escenarios todo motivo de esparcimiento. Lasprimeras zarzuelas languidecen y es la tonadilla laque entretiene a las clases populares". Y añade:"más adelante la llegada de músicos y cantantes ita·lianos determinan la intronización ofuscadora de laópera italiana y el definitivo alejamiento del géneronacional, que vive durante mucho tiempo una difícily mísera etapa".17

De otra parte vale señalarse el origen de la tona·dilla en "España. Subirá defiende la paternidad espa·ñola de esta forma musical y expresa que ésta "ha·bía sido un producto eminentemente castellano ymas concretamente madrileño, mientras no la con­taminó la influencia italiana".u

La inclusión del caballo' en la tonadilla pare~e

una constante. En el sainete anónimo El maestrode música, uno de los personajes cantaba:

Señor, yo quiero un maestroQue sepa hablar en mi lenguaQue agarre aqueste instrumentoQue me enseñe a cantar coplasde caballo, malagueñaso gaditanas. tonadasseguidillas y jopeos.'9

Veamos a continuación la musica y copla (ca.bayo) de algunas tonadillas escénicas. La transcrip­ción de cada una es fiel al original.

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Veamos ahora el aspecto bailable del cabayo.Francisco del Valle Atiles escribió: "El baile llama­do caballo exige que los bailaores den vueltas verti­ginosas de vals".2J María Cadilla repite el mismoconcepto en Costumbres y tradicionalismos de mitierra.24

Existe para este baile una coreografía un tantocuriosa que nos ofrece Alonso. Señala el autor deEl jíbaro: "En éste se colocan dos parejas de modoque estando la mujer frente a su compañero, tengaa la izquierda al de la otra que está delante de él".Para concluir dice Alonso: "Toda la dificultad estáen unos pasos muy sencillos y poco variados, y encruzarse y cambiar de pareja sin tocarse nunca lasmanos".25

Respecto del cabayo hay una frase de Alonsoque debernos analizar. Según sus palabras el granescritor señala como desabrido y poco interesanteel baile que es tema de estas líneas. Y lo expresadel modo siguiente: "Después de las cadenas, el seises de los bailes de garabato el que más gusta, por­que no es atronador como el son duro, ni frío comoel fandanguillo y el caballo".2IJ

Esta opinión de Alonso nos lleva a concluir quedespués de la época de este autor el cabayo -sumúsica y su baile- evolucionó para convertirse enuna modalidad llena de viveza y alegría que estálejos de merecer el modificativo de frío.

Si comparamos la música del cabayo en PuertoRico con el mismo en España inmediatamente ob·servamos que la música nuestra es más vivaracha yretozona. Esto lo veremos en las ilustraciones pau­tadas más adelante.

En los primeros años de nuestro siglo, en Naran·jito aún se tocaba, se cantaba y se bailaba el ca­bayo. Abundaban los músicos. Recordamos los nom­bres de algunos que aún vivieron muchos años des·pués: Jesús Osario (nuestro tío), Aurelio Ortiz, JuanJosé Rivera, Juanito Nieves, Trinidad Pagán (del ba­rrio Mulas), y Severo Padilla, del barrio Achiote.

Los "bailaores" eran prácticamente todos losconcurrentes a la fiesta puesto 'lue todos bailabanel cabayo siguiendo la rutina del vals. Claro es quelos más diestros siempre enriquecían la coreogra­fía añadiendo pasos, cortes, saltos, etc.

No hay que decir que en los pueblos pequeñosy aún en los grandes, los concurrentes a un baileintercambian anécdotas e hilvanan chistes de inci·dencias que tal vez en el momento del suceso esta­ban lejos de ser graciosas.

En los años Treinta, todavía recordaban en esequerido pueblo de Naranjito lo sucedido a un jovenllamado José López (Pepe) en Barrio Nuevo. Narra·ban el incidente y lo celebraban con ingenua joco­sidad.

Según el relato los músicos tocaban un cabayo.El joven Pepe, que por años se había ganado lareputación de tan porfiado como buen "hailaor" em-

pezó a exhibir su arte con gran entusiasmo y a en·sayar sus acostumbradas cabriolas. Esa noche nues·tro protagonista practicaba un paso difícil. Tratabade tocar con la punta de une de sus pies descalzosla solera del techo de aquel humilde recinto. Se­guían mirrando que a medida que la música pro­gresaba nuestro héroe parecía afanarse más y másen su temerario propósito. Y que en un momentode extremado esfuerzo, la asombrada concurrenciavio como se rasgaban las costuras del estrecho pan·talón. Y que al verse en tamaño quebranto el jovenPepe trataba en vano de cubrir las indiscretas cos­turas con una mano, mientras amenazaba con laotra: "Ríanse, y aquí no habrá paz".

Pasemos a otro asunto, el cual constituye unverdadero rompecabezas. Es el caso que en un sitioya indicado por la música un "bailaor" grita: "¡Lasubía!" En la música hay en ese instante una modu­lación, un cambio tonal. Es decir, la tonalidad subeuna quinta. Y ese subir lo advierte el danzante consu "¡La subía!" Nos preguntamos: ¿Cómo es quealgo tan técnico pueda ser tan popular y fácil entrelos campesinos? No lo entendemos. Verdaderamen­te es imposible explicarse la razón de esta cosotumbre.

En la música pautada de dos cabayas, ilustra·ciones números l y 2 véase la indicación del sitioen que ocurre la modulación, el cual marca el mo­mento en que se oye el tradicional "¡La subía!"

En conclusión, el cabaya es una forma musicalque se toca, se canta y se baila en Puerto Rico. Es·paña es la progenitora de esta modalidad folklórica.

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Pero allá era expresión artística que formó parte delrepertorio teatral, y constituye uno de los elemen-tos del género llamado tonadilla escénica. .

Cuando este género muere en España y reapare­ce en América. en Puerto Rico se refugia en la tra­dición campesina.

Veamos a continuación algunos ejemplos de estamodalidad en Puerto Rico. La ilustración número 1es la música de un cabayo, muy popular aún a prin­cipios de los Veinte en los campos de Morovis. Loaprendimos bien temprano del músico y fabricantede cuatros Juan Peña, todavía bien recordado porlos cuatristas moroveños.

En este primer ejemplo podemos observar elcambio de tonalidad -la "subía"- en que realmen­te la música cambia de la tonalidad de Fa a la deDo. Es decir, sube una quinta, lo cual justifica queel jíbaro le llamase "subía" aún cuando él descono­cía la causa de este nombre.

Al examinar la música de este cabayo vemos quesólo cuenta veinticuatro compases. La interpreta­ción de su música dura menos de medio minuto.Como sabemos que es tradicional la costumbre delmúsico campesino prolongar desmedidamente la in­terpretación de cada pieza musical, no es difícil con-

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c1uir que este cabayo habíase de repetir innumera·ble número de veces.

El músico de cuatro solía adoptar una posiciónque hoy día es ajena a la forma de los cuatristasmodernos. Sentado en un banco pequeño cruzabauna pierna y sobre la misma hacía descansar el ins­trumento. En esa posición iniciaba su pieza musical.Después de largo rato cambiaba de posición cruzan·do la otra pierna para seguir con aquella músicaque parecía nunca acabar.

Se decía en forma jocosa que cuando algún "bai­laor" desesperaba porque una pieza era extensa, otrocomentaba: "¿Extensa? Espera y verás; ¡si aún elcuatrista no ha hecho siquiera el primer cruce depiernas!"

Veamos la segunda ilustración. Es la música deun cabayo muy popular en los campos de Naranjitoy Toa Alta. Lo aprendimos desde nuestra infancia.Formaba parte del repertorio, de nuestro tío JesúsOsorio, gran músico y ejecutante del cuatro. Obsér·vese la "subía" en el décimo compás y la graciarítmica de su música. También es muy breve y re­quiere incontables repeticiones.

La ilustración número 3 es ejemplo de la coplaoctasilábica con que se cantaba el cabayo.

BIBLIOGRAFIA

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3. Alsonso, ob. cit. Págs. 37 y 38.4. González Font, José. Escritos sobre Puerto Rico. Bar-

celona, 1903. Pág. 17. \ "5. Valle Atiles, Francisco. El campesino puertorriqueño.

Tip. de José González Font. Puerto Rico, 1887. Pági­na 112.

6·La música. "El Mundo", 16 de diciembre de 1949. SanJuan, Puerto Rico.

7. Cadilla, M. ob. cit. Págs. 118-119.&. • ob. cit. Pág. 292.9·González Font. ob. cit. Pág. 17.

10. Alonso. ob. cit. Pág. 43.11. . ob. cit. Pág. 79.12. Pedreira, Antonio S. Insularismo. Madrid, 1934. Pág. 198.13. Lacal, Luisa. Diccionario de música. Pasaje de la Alham·

bra número 1. Madrid, 1899,600 págs. .14. Subirá, José. La tonadilla escénica. Tipografia de Ar·

chivos, OIózaga, 1. Madrid, 1929. Tomo II~ fág. 280.15. . ob. cit. Tomo 1. Págs. 13-14.16. Del AI"chivo de la Casa de Alba. "La Nación", de Buenos

Aires, 5 de agosto de 1927.17. Muñoz, MatiIde. Historia del teatro en España. Edito­

rial Tesoro. José Antonio número 43, Madrid, 1965.Págs. 17-18.

18. Subirá, José. ob. cit. Tomo n. Pág. 361.19. . ob. cit. Tomo l. Pág. 75.20. . ob. cie. Tomo 111. Pág. 117.21. . ob. cit. Tomo III. Pág. 144.22. . ob. cit. Tomo JII. Pág. 13.23. Valle Atiles, Francisco del. El campesino puertorrique.

ño. Tip. José González Font. Puerto Rico, 1887. Pági.na 112.

24. CadiUa, M. Costumbres y tradicionalismos de mi tierra.Puerto Rico, 1938. Pág. 42.,

25. Alonso, Manuel. ob. cit. Pág. 39.26. . ob. cit. Pág. 38.

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Visita del Padre Labata Caja de M~erto y Vieques

Por MANUEL C,(RDENAS RUIZ

DEL PADRE DOMINICO JEAN BAPTISTE LABAT (1663·1738), autor de la obra Nouveau Voyage aux

Isles de L'Amerique,1 hemos dicho en una ocasiónanterior que fue un buen historiador del Caribefrancés y magnífico antropólogo, asi como tambiénactor de primera importancia en los asuntos yevolución de ese mundo colonial durante los onceaños -1694-1705- que pennaneció en las Antillas.Como parte de su incesante actividad, pasó cercade Puerto Rico en dos ocasiones, 1701 y 1705. Enla primera ocasión visitó Caja de Muerto y Vie·ques (la Isla de los Cangrejos). El excelente via­jero y magnífico narrador que es el Padre Labatnos da sus impresiones y nos cuenta sus brevesperipecias en tales Islas en el volumen VII de sumencionada obra. Tal visita ocurre a la vuelta desu viaje a Santo Domingo, a donde había llegadoa finales de 1700 acompañando al Padre Cabasson,Superior General de l.a Orden Dominica, quien ibaa poner orden en algunas diferencias existentes en­tre los Dominicos establecidos en la Española. La·bat desembarcó en Caja de Muerto el miércoles 13de abril de 1701 y no llegó a estar un día en tal isla.El 16 de abril de 1701 llegó a la isla de Viequesdonde tampoco llegó a pasar 'un dia completo. Deaquí fué a S. Thomas y posteriormente a la Guada­lupe.

Su segunda visita a la Isla de Vieques ocurrióen 1705 como consecuencia de una tempestad quesufrió su embarcación cuando iba de la Guadalupea la Martinica, siendo arrastrada hacia la Isla delos Pájaros, y de allí, después de haber estadoalgún tiempo, pasó a la de Vieques a donde llegóel sábado 31 de enero de 1705. Permaneció en estaisla dos días y medio. Esta visita está recogidaen el Vol. VIII de su citada obra. De Vieques

.. París, 1722, 6 volúmenes. Para esta traducción hemosutilizado la edición de Nully, Pans, 1742, compuesta de8 volúmenes.

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partió para Guadalupe pasando por S. Thomas,las Islas Vírgenes (Labat hace tal distinción), SanMartín y San Bartolomé. Poco tiempo después vol·verla a Francia de donde nunca más habría deretomar.

NOUVEAU VOYAGE AUX ISLESDE L'AMERIQUE

R. P. Jean Baptiste Labat, París, 1742Volumen VII, págs. 308·318

Capítulo XIII

Tempestad. - Vista de la Catalina. - De PuertoRico. - Descenso en Caja de Muerto y en la Islade los Cangrejos. - Las tunas de petate y su efecto.

Dejamos a estos Señores hacia las siete de latarde del sábado 2 de abril (1701). Nos dirigimos aalta mar para alejamos de la ruta del Navío deRegistro. Esta desgraciada aventura me impidió verla ciudad de Santo Domingo donde quizás me ha­brla detenido, pues supe algún tiempo después queel Presidente I había enviado al 'CaYo S. Louis asolicitar un ingeniero que dirigiese los trabajos quequería mandar hacer. Es cierto que si se me hubiesehecho la proposición no me habria hecho de rogarpara quedarme con ellos Y tener posterionnente laocasión de ver la Nueva España.

El domingo, 3 de abril, un poco antes del amaneocer fuimos arrastrados por un golpe violento delNoreste, el más vÍolento que haya sufrido jamás;fuimos obligados a arriar todo completamente Ya navegar con viento trasero sobre los mástiles Y

1. As( era llamado el Decano del Consejo Soberano. Di·cho Consejo juzgaba en última instancia las apelaciones detodos los tribunales de Justicia.

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Portada del Volumen IIde la obra del padre

R. P. Loba!

las cuerdas, y no obstante hicimos una gran distan­cia. Vimos las montañas de Santa Marta hacia lastres de la tarde. El viento se puso del Este hacialas nueve de la noche, 10 que nos llevó hacia elNorte; cambió en la mañana y se puso del Oeste conuna extremada violencia. Llevábamos entonces elNoreste, y continuó así todo el martes hasta lanoche en que cayó de golpe, dejando la mar tanagitada, con olas tan espantosas que ninguna denuestras gentes se podía tener en pie sobre el puen­te. La lluvia vino hacia la medianoche, 10 que tran­quilizó la mar, y el día nos hizo descubrir el CaboMongon. Al cruzamos con él estábamos a unas seisleguas. No fué necesario rogamos para que nos

NOlifVEAU

VOYAG"EAUX ISLE S

DE L·AMERIQUE.~

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LesGucifts & la'Evmemens rm¡uljersquiy fonrarrlvezpcndant le féjour Cluc rAiueur y la w.;1'",- t, R. P. L .\ B A T) • fOril,.

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dirigiésemos a alta mar lo que hicimos el jueves amediodía cuando llevábamos el Noreste. Descubri­mos ciertas montañas que estan al Este de la Ciu­dad de Santo Domingo el viernes al anochecer. Elsábado nos encontramos a dos leguas de tierra aSotavento de la Catelina, o Isla de Santa Catalinaque es una Isla Larga y baja, bastante cerca de lacosta de Santo Dominigo. Nuestras gentes quisieronbajar a tierra para tomar agua ya que habíamosperdido nuestras cuatro Barricas en los bandazosque habíamos sufrido y no nos quedaba más quelas que estaban usándose. Se puso la canoa en elmar con dos pipas. Alli descendí para pasear unpoco pero acabé pronto mi paseo. Apenas llegamos

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a tierra fuimos rodeados de la más espesa nubede mosquitos que se pueda imaginar. He dicho quela Isla de la Vaca era el país de estos insectos, medesdigo de ello. La Isla de la Vaca es un país queno tiene comparación con el lugar donde habíamosdescendido. Creo que todos los granos de arena ytodos los átomos del aire se habían transformado eninsectos que defendían tan bien la entrada de supaís que me vi obligado a embarcarme a toda prisa.Nuestras gentes llenaron las pipas pero perdieronlas ganas de ir a matar alguna vaca o algún cerdoy se volvieron a bordo. Nos servimos de nuestrasvelas y partimos hacia Savone o Saone, distante dela Gran Tierra alrededor de dos leguas y a tresleguas o alrededor del Este de la Catalina. La bor­deamos el domingo por la mañana, dejándola ababor a media legua de nosotros. En la actualidadestá desabitada aunque en otros tiempos estuvomuy poblada tanto de naturales del país como delos primeros Españoles que descubrieron el país.Me pareció bella, bastante lisa y bien provista deárboles. Algunas de nuestras gentes que habíanestado allí, me dijeron que no estaba bien provistade agua dulce. Hay casi siempre Pescadores Espa­ñoles y frecuentemente Filibusteros y Piratas queallí se detienen en el tiempo de la puesta de las

Tortugas para volcarIas y avituallar sus Barcos.Ella es más larga que ancha; me pareció a la vistade siete u ocho leguas de largo.

El lunes 11 de abril vimos la Mona, la Monita yZaqueo desde bastante cerca, y el martes por lamañana nos encontramos ya pasados la punta delOeste de Puerto Rico llamado el Cabo Rosso o elCabo Rojo. El miércoles fondeamos en Caja deMuerto. Los Españoles le llaman la Bomba del In.fiemo. Es un Islote alejado de Puerto Rico alrededorde dos leguas, casi a la mitad del largo de estaIsla. Pues aún cuando ello desagrade a algunos denuestros geógrafos, la Isla de San Juan de PuertoRico es un cuadrilátero de cuarenta y cinco leguasde largo o alrededor por dieciséis o dieciocho leguasde ancho. La isla se llama San Juan. Su puerto quees uno de los más bellos que se pueden ver, natural,seguro, y capaz de recibir las más grandes flotas,está en la costa del Norte. Es su belleza la que le ha.ce llamar Puerto Rico y no las minas u otras rique­zas que allí se hayan encontrado, y el nombre delPuerto ha dado por último la denominación a todala Isla; como el nombre de la ciudad capital de laEspañola, llamada Santo Domingo, se ha converti.do en el nombre de toda esta gran Isla.

La Caja de Muerto tiene cinco cuartos de legua

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Escenacanibalesca.Grabado delsiglo XVllI.

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o alrededor de largo, y mil o mil doscientos pasosen su parte ancha más extensa. Se afirma quecuando se la mira desde un cierto ángulo tiene lafigura de un muerto extendido sobre una mesa.No he encontrado tal ángulo para asegurar queaquélla lo parezca o no. Me ha parecido más biencomo dos gruesas bolas aplastadas, separadas launa de la otra por una cañada bastante grande.Los bordes de este islote del lado de Puerto Ricoson lisos y arenosos; los de la costa del Sur sonaltos y pedregosos. No hay agua dulce, ni árbolesde especie alguna salvo los que no pueden servirmás que para quemar. Yo creo, sin embargo, queexcavando en la arena un poco más allá del lugardonde las más gruesas olas y mareas pueden as­cender, se encontrarla agua dulce, pues de esta ma­nera se la encuentran en todas las bahías arenosas.Solamente hay que tener en .cuenta de no excavarmuy abajo y conformarse con un agujero de ta­maño mediano ya que una vez que se le hace másprofundo se siente inmediatamente la salinidad delagua, puesto que el agua dulce que se encuentraasí en la superficie es la de la lluvia que se hafiltrado a través de la arena y que su ligereza hamante'nido encima de la del mar,- la cual no dejajamás de encontrarse una vez que se ha llegadomás abajo del nivel de la del borde del mar. Esun muy buen lugar para la pesca y para la tortugaque viene a poner en la arena de la gran rada.También este lugar es muy frecuentado por los cor­sarios, piratas y por los habitantes de Puerto Rico,que son en la mayor parte mulatos. .

Encontramos al poner pie a tierra marcas se­guras de que había pescadores españoles en el islo·te. Aun cuando no teníamos por todas armas másque tres fusiles, dos pistolas y algunos machetes (esasí que se llaman a unos sables cortos y bastanteanchos que no cortan más que de un lado), anuestras gentes se les metió en la cabeza encon­trarlos y seguramente le habrían hecho pasar algúnmal rato si hubiesen caído en sus manos. Su ha­bilidad en ocultarse les salvó; yo no quise descu­brir su canoa que el azar me hizo encontrar yaque la habrían hecho pedazos si la hubiesen visto,como hicieron con sus sedales y los otros instru­mentos de pesca. Nos llevamos cuatro tortugas vi­vas y más de seiscientas libras de tortuga saladacon muchos huevos, sus casabes, sus marmitas ybarriles de agua; si yo hubiese descubierto su canoaes seguro que estos pobres mulatos, que son porotro lado unos completos canallas, crueles, ladronese insensatos, habrían sufrido muchas miserias an­tes de poder volver a Puerto Rico. Almorzamos enel suelo a sus expensas. Hicimos cocer dos tortugasen el bucán y tantas otras viandas como creímostener necesidad para llegar a Santo Tomás.

Nos hicimos a la vela hacia las cinco de la tarde.Tuvimos un viento grueso del Noreste que nos

duró dos días y nos obligó a barloventear sin cesar,El sábado por la mañana fondeamos en la Isla

de los Cangrejos (Vieques). Es así que nuestrosfilibusteros llaman a la Isla de Borinquen; ella estáa seis leguas o alrededor al abrigo de Puerto Rico.Esta isla es bella y bastante grande. Tiene monta­ñas y tierra llana y por consecuencia manantialesy riachuelos.

Los ingleses se habían establecido allí hace unnúmero de años y allí habían hecho muchas habi­taciones, Pero los españoles, conociendo el perjui­cio que esta vecindad les podía traer, hicieron unaarmada, los sorprendieron y destrozaron en pedazosa todos los hombres y se llevaron a las mujeresy a los niños, que fueron dispersados en PuertoRico y Santo Domingo, donde están todavía hoydía. Esta isla, en el presente, está enteramente de­sierta. Hay apariencia de que los españoles la hanhabitado en otros tiempos, pues no es posible quelas -alamedas de naranjos y limoneros que se en­cuentran por todos lados hayan sido plantadas ycultivadas por los ingleses en el poco tiempo queallí permanecieron.

Fondeamos delante de un pequeño río dondenuestras gentes llenaron sus pipas mientras que elpatrón y otros dos fueron a la caza. Yo tomé con·migo a mi negro y al grumete de la barca pararecoger ca~grejos y pronto estuvieron cargados deellos. Es por esta razón que nuestros filibusteroshan llamado a- esta isla la Isla de los Cangrejos;está completamente llena de ellos y se les encuen­tra de todas clases y' especies. Según la buenacostumbre de los franceses, no cogimos más que.las hembras.

Encontramos una marmita de hierro llena dehuevos de tortuga y muy cerca la canoa, la cabañay todos los arreos de los pescadores que se habíanocultado a nuestra vista. Este descubrimiento mehizo volver prontamente a bordo, mandé dispararel pedrero para dar aviso a nuestras gentes de quehabía personas en la isla con el fin de que nofuesen sorprendidos. En efecto, ellos se reunieroninmediatamente. Volví a tierra una vez los vi enla rada y les dije la razón que me había obligadoa hacerles el disparo. Ellos fueron inmediatamente ala canoa y habiendo reconocido que era española,quisieron hacerla pedazos; yo les argumenté tantoque se lo impedí. Ellos capturaron una tortuga ytodo el pescado seco que se encontró y mandaroncocer la tortuga.

Uno de nuestras gentes se puso a recoger tunasde petate que los ingleses llaman peras picantes.Jamás las había visto tan bellas. Hay que ser dies­tro para recogerlas y para pelarlas sin llenarse losdedos de sus espinas que son casi ~imperceptibles.

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He aquí cómo él las cogió. Cortó un pequeño bas­tón, al cual hizo una punta. Con él agujereó la tunay teniéndola así enganchada la separó del tallo consu cuchillo y la peló ligeramente toda alrededor.El nos preparó de esta manera más de doscientasque nos fueron de gran ayuda para refrescamos,pues estábamos sofocados hasta tal punto que M.des Portes tenía un comienzo de flujo de sangre yen cuanto a mi tenía todos los labios pelados.

Creo haber señalado ya que este fruto es unrefrescante completo. Se parecen más a la formade un guineo que a cualquier otro fruto. Su pri·mera piel es verde, bastante espesa y toda eriZadade espinas. TÍF.!1e bajo esta piel otra blanca, másdelgada y más blanda, que encierra una sustanciade un rojo muy vivo y toda sembrada de pequeñosgranos como los higos. Este fruto tiene un gustoagradable azucarado con una pequeña pizca de acri­tud que deleita y que parece limpiar~el estómago.Tiñe la orina de un color de sangre sin que, noobstante, cause ningún mal. M. des Portes, que nosabia este secreto, se atemorizó tan pronto se diocuenta de ello y no quiso comer de las mismas.Tuvimos la caridad de hacerle saber la propiedadde estos frutos después que los hubimos comidotodos, el patrón y yo. Nuestros cazadores volvieronsin haber encontrado a los españoles. Trajeron unbuen número de palomas torcaces, perdices y coto­rras. Todos juntos hicimos una comida magníficade pescado y de caza con un postre de tunas, pa­juil, bananas frescas, chinas y limones, y despuésde haber hecho una buena provisión de todos es­tos frutos, nos hicimos a la vela para Santo Tomás,donde teníamos necesidad de tocar para algunos

.asuntos.

Volumen VIII, págs. 326 a 338

Capitulo XV

De la Isla de los Cangrejos, de Santo Tomásy de la Vírgenes

Llegamos a la Isla de los Cangrejos el sábadoúltimo día de enero (1705), hacia el mediodía; sehizo descender inmediatamente a todos nuestrosprisioneros a tierra, pues cuando estábamos fon­deados no dejábamos a ninguno a bordo. Se teniansiempre las canoas a bordo y siempre había unaguardia en tierra, frente por frente de los barcos,con el fin de prevenir las malas intenciones de losingleses, no se les fuese a ocurrir. h~cer algún in­tento para apoderarse de nuestros barcos y dejar­nos plantados allá.

Anclamos en una Rada de arena delante de unalegre rio al sur de la isla muy cerca del lugar en

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donde yo habia anclado en 1701, al volver de SantoDomingo en la barca L'Aventuriere. Estábamos atiro de pistola de tierra, a unas cuatro brazas ymedia del fondo de arena blanca. La cantidad decangrejos que se encuentran en esta isla le hizodar este nombre por nuestros Filibusteros. Su verda­dero nombre es Boriquen; está alejaCla de cincoa seis leguas de la punta Sureste de Puerto Ricoa diecisiete grados y diez minutos de latitud Septen­trional; puede tener de ocho a diez leguas de cir­cunferencia al menos en la medida en que 10 hepodido juzgar al atravesarla de sur a norte. Es mon­tañosa pero estas montañas no son excesivamentealtas ni escarpadas ni áridas; dejan entre ella muybellos y muy grandes predios cuya tierra me haparecido muy buena; están cubiertos de árbolesde todas clases y por ella corren manantiales deagua que forman varios ríos pequeños de un aguaque e~. muy clara y muy buena. Se encuentran portodas partes marcas de habitaciones que los Espa­ñoles tuvieron allí en otros tiempos; se ven largasalamedas de Naranjos y Limoneros, vastos prediosdonde no hay más que árboles blandos y Guayabalesy otros árboles frutales, señal cierta de que estastierras han sido cultivadas lo que es fácil distinguirde las que no lo han sido. pues en estas se ven árbo·les de un grueso y de una altura extraordinaria. Lacaza es allí muy abundante; se encuentran Palomasen todos los tiempos, Loros, Gruyas, Hortelanos, pá­jaros de mar y de agua dulce. Cerdos Cimarrones,Lagartos y Armadillos. Hay una cantidad prodigio­sa de matas de Guineo y de Plátano y los bordes delmar están todos cubiertos de tunas de petate; heencontrado allí en diferentes lugares buenas Cañasde Azúcar, y ñames salvajes tantos como se quieran.Es una desgracia que un país tan agradable y tanfecundo esté abandonado, y que la política de losEspañoles no permita a los Europeos el establecer­se allí. Después de todo, tienen razón, pues a finde cuentas podrían venir allí gentes tan poderosasque su vecindad se convirtiese en incómoda e inclu­so peligrosa para su colonia de Puerto Rico. Porlo demás este lugar me ha parecido muy sano, lasaguas del mismo son muy buenas, los árboles bellosy no cubiertos de moho. los frutos gruesos y muyalimenticios, la caza gruesa y de muy buen gusto.

El Capitán Daniel mandó bajar a tierra todaslas balas de mercancías que se habían mojado conel agua del mar; se las llevó a un barranco del rioalejado alrededor de ciento cincuenta pasos delborde del mar, y todos los que no estaban de guar­dia se pusieron a trabajar, lavar y extender lasmercancías para hacerlas secar.

El domingo primer dia de Febrero después dehaber rezado y desayunado me fui a la caza conmi negro y un joven Criollo de la Guadalupe que erapasajero en nuestra barca; el joven y yo teníamosfusiles y bayonetas. Mandé tomar a mi negro un

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Familiacaribe

machete, es así que se llama a una especie de cuchi­llo de dos pies de largo cuya empuñadura es demadera. Los que van a los bosques lo llevan ordina­riamente con ellos para cortar las lianas y los dien­tes de perro que dificultan el camino. No se por quéinstinto le encargué una botella de ron y tres ocuatro galletas como si hubiese tenido que donnirfuera, aunque no era ese mi deseo. El Capitán Da­niel me dijo riendo que esperaría mi caza paracenar y que la deseaba buena.

Marchamos alrededor de una legua y media alo largo del río donde nuestras gentes lavaban lasmercancías y encontramos bastantes palomas tor­caces y loros. Una o dos horas antes del mediodía,teníamos cerca de cincuenta piezas de caza y está­bamos a punto de volvernos cuando encontramos

huellas y trazas de cerdos cimarrones que nos pa­recieron muy frescas. Mandé inmediatamente en­volver nuestros "ájaros los que pusimos en el ríobien cubiertos, bien rodeados de piedras por temora que el calor los estropease, o a que las moscasse parasen sobre ellos si se les hubiese dejado alaire. Es así que se conserva la vianda en los paísescálidos cuando se está obligado a dejar la caza enel bosque; los jabalíes permanecen allí tres o cua·tro días sin corromperse ya que la frescura delagua impide que se excite la fennentación que esla causa de la putrefacción.

Seguimos éstas hasta las cinco de la tarde enque encontramos una jabalí con cinco jabatos dealrededor de dos meses. Disparé sobre tres jabatosque estaban a mi alcance y todos en fila, y los tumbé

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bres que llevaban cada uno una mitad del mismo,iban doblados bajo la carga. Otro llevaba una bue­na cabra gruesa; el cuarto estaba cargado con doscabritos y la cabeza del particular; y mi negro yyo con pájaros.

Llegamos al borde del mar al ponerse el Sul;todo el mundo estaba embarcado. La canoa vino abuscamos tan pronto aparecimos y nos llevó a

bordo. La cena estaba lista, se hizo la Oración ynos pusimos a la mesa. Hacia las diez se subió abordo el ancla que tenía pico; aparejamos y se­guimos la "caiche" 2 que 'había partido cuatro bue·nas horas antes que nosotros.

2. Pequeña embarcación de un puente, ~emejante alyate, y lleva una sola vela.

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