Revista del Instituto de Cultura

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REVISTA del INSTITUTO de CULTURA PUERTORRIQUEÑA ANTROPOLOGIA HISTORIA LITERATURA ARTES PLÁSTICAS TEATRO MOSICA ARQUITECTURA ENERO-MARZO, 1969 San Juan de Puerto Rico

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Primera serie número 42, enero - marzo de 1969.

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REVISTAdel INSTITUTO de

CULTURA PUERTORRIQUEÑAANTROPOLOGIA

HISTORIA

LITERATURA

ARTES PLÁSTICAS

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ENERO-MARZO, 1969

San Juan de Puerto Rico

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DE CULTURAPUERTORRIQUEÑA

JUNTA DE DIRECTORES

Guillermo Silva, PresidenteEnrique Laguerre - Aurelia Tió - Elías López Sobá

Arturo Santana - Esteban PadillaMilton Rua

Director Ejecutivo: Ricardo E. Alegría

Apartado 4184 SAN JUAN DE PUERTO RICO

AÑO XII 1969ENERO-MARZO

SUMARIO

Núm. 42

Virgilio Dávila (1869-1943) . . .

La actualidad de Virgilio Dávilapor Luis Hernández Aquino

1

2

Elegía de Reyespor Virgilio Dávila . . . . . . . . .. 12

El Pueblopor Virgilio Dávila . . 14

Funerariapor Virgilio Dávila . . . . . . . . .. 15

Nostalgiapor V irgilio Dávila .

No des tu tierra al extrañopor Virgilio Dávila .

Carta jíbara a Virgilio Dávilapor Guillermo Gutiérrez

El «Pueblito de Antes» en tres etapas de la vidade Virgilio Dávila

por Carlos Grama Padilla.

La tierrucapor Virgilio Dávila . . . . . . . . . .

16

18

20

22

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Análisis de la crítica sobre Virgilio Dávilapor María Arroyo de Colón . 30

Dos poetas enjuician la obra de Virgilio Dávila

Carta de Luis Muñoz Rivera. o 38

Carta de José P. Ho Hernández o 39

Segundo Ruiz Belvis: su actuación en la junta deinformación

por Luis M. Díaz Soler o o o o o • • o 40

Estampa Sangermeñapor Ana Luisa Durán o o • o o o • o o 53

Poema

por Anagilda Garrastegui o • o

Cervantes y el idioma de Puerto Ricopor María Teresa Babín o • •

SI:.PARATA DE MÚSICADA ZA NEGRAMúsica de Narciso FigueroaPoema de Luis Palés Matos

PUBLICACION DELINSTITUTO DE CULTURA PUERTORRIQUE~A

Director: Ricardo Eo Alegría

Ilustraciones de Carlos Marichal

Fotografías de Jorge Diana

Aparece trimestralmente

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57

Suscripción anual $2.50

Precio del ejemplar $0:15

[Application for second class mail privilege pencling atSan Juan, P. Ro]

DEPóSITO LEGAL: B. 3343 - 1959

IMPRESO EN LOS TALLERES GRÁFICOS DE MANUEL PAREJABARCELONA· PRINTED IN SPAIN - IMPRESO EN ESPAÑA

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COLABORADORES

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LUIS HERNÁNDEZ AQUINO. Nació en Lares.Maestro en Artes de la Universidad dePuerto Rico y Doctor en Filosofía y Le­tras por la de Madrid. Director de las re­vistas Insula, Bayoán y Jaicoa. Entre suspoemarios figuran: Agua de remanso, Nie­bla lírica, Poemas de la vida breve, Islapara la angustia, Voz en el tiempo, Memo­ria de Castilla, Del tiempo cotidiano yEntre la elegía y el réquiem. Entre susantologías poéticas figuran: Nueva poesíade Puerto Rico, Poesía puertorriqueña,Poetas de Lares y Cantos de Puerto Rico.En prosa ha publicado: la novela La muer­te anduvo por el Guasio; el estudio Nues­tra aventura literaria y Diccionario devoces indígenas de Puerto Rico. Perteneceal claustro de la Universidad de PuertoRico.

CARLOS ORAMA PADILLA. Nació en Jayuya.Durante muchos años estuvo adscrito alDepartamento de Correos. En 1942 obtuvoel Premio de Periodismo del Instituto deLiteratura Puertorriqueña. En Bayamón,donde reside, fue amigo íntimo de lospoetas Virgilio y José Antonio Dávila.Una de sus obras la dedicó al primero:Virgilio Dávila, su vida y su obra, publi­cada en 1945, con segunda edición de 1963.En producción figuran además: Los queno regresaron (1945), biografía del solda­do Esteban Terrachs Acha; Surcos y es­trellas (poemas, 1959) y Postal de tierraadentro (1963).

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ANAGILDA GARRASTEGUI. Poetisa y drama­turga, realizó estudios en la Universidadde Puerto Rico. Se inició en la poesíacon la publicación de Desnudez, en 1956,obra que prologaron los profesores Ce­sáreo Rosa-Nieves y Ramón Felipe Medi­na. A la muerte del joven poeta HugoMargenat, con quien le unía una estrechaamistad, publicó Siete poemas a HugoMargenat (1957). Sus otros poemarios son:Niña íntima (1961), Abril en mi sangre(1969), con la cual se ha iniciado en Yau­ca la Colección Agueibana. Su obra teatralHilos fue premiada en un certamen cele­brado en la Universidad de Puerto Rico.

MARíA TERESA BABÍN. Natural de Ponce, ob­tuvo su Maestría en Artes en la Universi­dad de Puerto Rico y su Doctorado enFilosofía y Letras en la Columbia. Entresus obras figuran las siguientes: Intro­ducción a la cultura hispánica (1949), Elmundo poético de Federico Carda Larca(1954), Carda Larca - Vida y obra (1955),Fantasía boricua: Estampas de mi tierra(1956), Panorama de la cultura puertorri­queña (1958), La hora colmada (teatro1960), Las voces de tu voz (poemas-1962),Jornadas literarias (1967), Siluetas litera­rias (1967), además de una edición de laElegía Sexta de Juan de Castellanos. Diri­gió el Departamento de Estudios Hispá­nicos del Recinto Universitario de Maya­güez hasta mediados de 1969, cuando pasóa dirigir el Departamento de EstudiosPuertorriqueños del Lehman College, deNueva York.

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MARíA ARROYO DE COLÓN. Dedicada durantemuchos años al magisterio, presidió duorante mucho tiempo la Asociación deMaestros de Puerto Rico. Obtuvo su gra­do de Maestra en Artes en el Departamen­to de Estudios Hispánicos de la Universi­dad de Puerto Rico, con una tesis sobreel poeta Virgilio Dávila. En 1963 la Aso­ciación de Maestros publicó este estudiobajo el título: Vida y obra de VirgilioDávila. Actualmente ocupa el cargo de Se­nadora por el Partido Popular Democrá­tico en la Legislatura de Puerto Rico.

LUIS M. DíAz SOLER. Ha sido Director delDepartamento de Historia y catedráticode esa misma disciplina en la Universidadde Puerto Rico. En esa institución desem­peñó el cargo de Decano de la Facultadde Humanidades. Ha publicado numerosostrabajos sobre historia en numerosas re­vistas del país y del extranjero. Entre susobras figuran: Historia de la esclavitudnegra en Puerto Rico (1493-1890), primerestudio a fondo de este tema en la biblio­grafía puertorriqueña, y Rosendo Matien­zo Cintrón: Vida y obra, publicada en dostomos en 1960, en la cual, además de labiografía del prócer, recoge su obra norecopilada.

ANA LUISA DURÁN. Poetisa y cuentista, na­cida en Puerto Rico. Reside en la actua­lidad en el estado de California, en Es­tados Unidos, donde realiza estudiossuperiores. Ha publicado sus cuentos ypoemas en revistas y periódicos. Sus ver­sos aún no han sido coleccionados enlibro. Publica en 1969 su primer libro decuentos, en el cual incluye dos relatos:Prometeo y El Estreno, que dan título alvolumen, impreso en México.

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DANZA NEGRAPoema de

LUIS PALES MATOS

Música de

NARCISO FIGUEROA

INSTITUTO DE CULTURA PUERTORRlQUE~A

San Juan de Puerto Rico

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Virgilio Dávila1869-1943

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queña dedIca su presente numero al poeta Vlr­gilio Dávila, con motivo del centenario de su naci·miento.

Virgilio Dávila nació en Toa Baja en 1869 y falle·ció en Bayamón en 1943. Maestro de escuela y agri­cultor, mantuvo a través de toda su vida contactocon la vida de los campos y los pueblos de supatria. Estas experiencias, unidas al don poéticoque desde temprano le favoreció, y a su innata sen·cillez y espontaneidad, habrían de convertirle enel cantor por excelencia de la vida campestre ypueblerina del Puerto Rico habitual y cotidiano desu época.

Virgilio Dávila se atuvo a una poesía sencilla,descriptiva, de fuerte intención didáctica, con laque fUe creando una imagen clara y objetiva de 10puertorriqueño. Se le han señalado, algunas influen·cias modernistas y postmodernistas.

A raíz de la invasión norteamericana publicó suprimer libro de versos, titulado Patria (1903), en elcual recogió su producción de la década anterior,

marcada por las alternativas espirituales que carac­terizaron a nuestra generación del 98.

Le siguieron las obras Viviendo y arando (1912),Aromas del terruño (1916) -verdadero registro detemas nativistas-, Pueblito de antes (1917) y Unlibro para mis nietos (1928). En colaboración conel escritor Manuel Feroández Juncos y el composi­tor Braulio Dueño Colón publicó en 1901 el tomotitulado Canciones escolares, en el que figuran al­gunas canciones suyas, con música de Dueño Colón,que, como Las vacaciones, La vuelta a la escuela yLa tierruca, contribuyeron poderosamente, en épo­cas difíciles de nuestro sistema de enseñanza, amantener vivo entre los estudiantes el sentimientode la puertorriqueñidad. Esas canciones pasaronmuy pronto a formar parte de nuestra tradiciónmusical nacional.

El Instituto de Cultura publicó en 1964 las ObrasCompletas de Virgilio Dávila, prologadas por e~ pro­fesor Benjamín Martínez López, y enriquecidas connotas del doctor Cesáreo Rosa Nieves, y próxima.mente dará a la luz, como parte de nuestra serie deCuadernos de Poesía, una selección de sus versos,ilustrados por María Rodríguez Señeriz.

1

Page 22: Revista del Instituto de Cultura

La actualidad de Virgilio Dávila

Por LUIs HERNÁNDEZ AOUINO

RINDE HOMENAJE EL DEPARTAMENTO DE ESTUDIOSHispánicos'de la Universidad de Puerto Rico

a don Virgilio Dávila, nuestro poeta criollo, en elcentenario de su nacimiento. También rinde home­naje a Miguel de Cervantes Saavedra, a nombre dequien se instituyó esta fiesta para celebrarse en elcentenario de su muerte. Y, asimismo, rinde home­naje al recientemente extinto don Ramón MenéndezPidal, patriarca de la lengua española. Es, pues, ésteun triple homenaje a tres grandes figuras: dos deellas españolas de sentido universal, y una puerto­rriqueña, de importancia insular, representativa delos valores de la hispanidad y el puertorriqueñismo,que son nuestro patrimonio.

Es evidente la actualidad de Virgilio Dávila ysu poesía en estos momentos en que los puertorri­queños tememos muchas cosas, dos de ellas fun­damentales: la pérdida de nuestra identidad comopueblo, y la muerte de la lengua. Es evidente esaactualidad, no sólo por el criollismo de VirgilioDávila, sino porque su actitud y el contenido desu obra fueron fundamentalmente puertorriqueñas,encaminadas a la defensa de los valores y la tra­dición patrias. Su actitud fue afirmativa y a vecesagresiva. Para verlo bastaría hacer una incursiónpor su poesía desde el principio mismo en que elpoeta se da a la creación artística. Y nos propone­mos hacerla esta noche para demostrar que esapoesía describe una órbita desde la esperanza hastala desesperanza, y termina en una elegía que deja elalma temblando, pero que al mismo tiempo laacucia hacia una realidad. A la realidad de que seafirme en la tierra, sus valores, la tradición y la

. nacionalidad.

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Era muy joven Virgilio Dávila cuando hizo subachillerato en Ciencias en el Colegio de los Je­suitas, en Santurce, el año 1885. Tenía dieciséisaños entonces, y tres años más tarde logra otrolaurel que corona su frente juvenil: el título demaestro. Era un laurel y una responsabilidad. Y erauna responsabilidad, porque ejercer el magisterioen aquellos años significaba que a la tarea de laenseñanza corriente había que agregar la enseñanzapatriótica del puertorriqueñismo, y generalmentehabía que confrontarse y hasta enfrentarse congobernantes cerriles que cerraban el paso al patrio­tismo y a la cultura. El año terrible de 1887 estápor ahí cerca. Las palabras ominosas y dolorosasde esos años las conocemos todos. Suenan explosi­vas y contundentes: El "componte"; gobernadorRomualdo Palacios; la Guardia Civil.

Venía Virgilio Dávila de una familia de maes­tros y a su labor se dedicaría con amor y entusias­mo. Su padre, don José Ricardo Dávila, había ejer·cido el magisterio como un apostolado, con abnega­ción y patriotismo. Le vieron y se nutrieron de susenseñanzas las juventudes de Toa Alta, Bayamóny Gurabo. Su hijo, el poeta en ciernes, que llevabaun nombre egregio, el del guía del Dante por lasesferas infernales y celestes, guiará a su vez anuevas generaciones por ese viaje difícil de la en­señanza. Y lo hace Virgilio Dávila con amor y sa­piencia en un pueblecito donde inicia su pasantía,el Gurabo de antaño. Allí le quieren y le estimanlos niños y la sociedad gurabeña. Gurabo le da, encambio, el primer amor de su vida, a una jovenllena de gracia, de candor y de belleza, cuyo nombresuena a jardín y a canción: Carmen Morales.

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· Allí también conoce a otro joven escritor, MatíasGonzález García, tres años mayor que él, y quienle pone en contacto con el 'patriarca de las letrasde la época: don Manuel Fernández Juncos, crítico,poeta y periodista, fundador de revistas y periódi­cos. Femández Juncos le estimula y le abre de paren par las páginas de El Buscapié, y más tarde lasde la amistad verdadera y duradera. Desde el año1892 comienza Virgilio Dávila a cultivar la poesía.Lo hace con el tipo de poesía que estaba entoncesen boga: poesía festiva, jocosa, satírica y, a ve­ces, de preocupación civil, de la cual recogió algo ensu primer libro. En la poesía del Virgilio Dávilade entonces hubo un paréntesis elegíaco, diríamosque becqueriana, con motivo de la muerte de suhijita María, a la que dedicó algunas Notas, queasí se llamaba la sección que tenía don Virgilioen El Buscapié.

Un solo poema de esos ailus bastaría para iniciarel estudio de Virgilio Dávila y los \'alores éticos yestéticos de esa poesía. Ese poema se llama Antes.v aliara. El ahora se refiere al año 1895. que vacerrando el siglo, el antes se refiere a la niñezdel poeta. Este poema aparece en el primer librode Virgilio Dávila, que lleva el resonante nombrede Patria, y el cual aparece publicado en el año 1903.

ANTES Y AHORA

Yo odiaba cuando niñoel ',ierro que destroza;el plomo, que aniquila,el fuego que destruye cuanto toca.

Más tarde busqué el mediode minorar las hondasy múltiples desgraciasque a mi país agobian,y fijé mis pupilasen el sagrado libro de la Historia.

De entonces amo el hierro. que convierteen hombre libre al it.feliz ilota;amo el plomo, que mata el despotismo...¡Amo el fuego, que funde las coronas!

El 98 )' el modernismo

La historia se mueve con celeridad. El año 1897es trágico para España y para Puerto Rico. LaGuerra Hispanonorteamericana acelera la desinte­gración del imperio español en América, comenzadadaño 1810 con las guerras de Independencia en lospaíses hispanoamericanos. Estados Unidos urge laexpansión territorial para desbordarse en su impe·rialismo físico. Inclusive hace pruebas con algunasarmas nuevas, que ensaya en Puerto Rico: la ame·

tralladora de trípode, y el rifle" Springfield". En minovela La Muerte Andllvo por el Guasio, registroese instante breve, pero dramático, para la Isla dePuerto Rico que, como pueblo definido ya, habíarecibido, tras sus luchas incesantes con el Imperioespañol, la carta autonómica que habría de encami·narle por las sendas de su propio esfuerzo, de su

'nueva concepción política en el concierto de lospueblos hermanos del Nuevo Mundo.

En el aspecto literario hay un nuevo movimientollamado modernismo en Hispanoamérica por esosaños, iniciado en 1888 con la publicación del libroAzul, de Rubén Daría. En Puerto Rico paralelamentehabía una orientación premodernista de la que eranresponsables José de Jesús Domínguez, el poeta deLas Huríes Blancas, y Manuel Elzaburu Vizcarron·do, el atildado prosista de las Balsamias. ManuelFcrnández Juncos contribuía hacia el desarrollode una nueva sensibilidad con su magnífica laborliteraria y la difusión periodística del modernismohispanoamericano. El modernismo no llega tardea Puerto Rico, como se ha formulado por algunosescritores. Llega a tiempo, pero tiene un lento de­sarrollo con motivo de los acontecimientos del 98,y posteriormente el ciclón de San Ciriaco (1899),que destruye la economía de la Isla. En resumen,en esta isla de la desesperanza el panorama es con·fusa y doloroso para el hombre puertorriqueño,quien es propenso a ver espejismos.

¿En dónde está nuestro poeta en esos años? Enel año 1898 Virgilio Dávila terminaba precisamentesu estancia en Gurabo y se trasladaba a Bayamónpara dedicarse al comercio y la agricultura. De lacalle de La Palma, donde estaba situada la tiendaque tenía en sociedad con sus primos, al barrio deSanta Rosa. donde radicaba la finca familiar, semovía el poeta. Entre Ceres y Mercurio pendulabansu acción y su pensamiento, sin que dejara de aco­gerse a la sombra de Apolo, porque su lira se ibatemplando COi¡ una palabra esencial, con un con·cepto profundo: PATRIA.

Ese es el nombre del primer libro de versos deVirgilio Dávila, obra que debió aparecer en 1902, ypor razones de demora apareció en 1903, con unprólogo de su compañero Matías González García.El título Patria es importantísimo. Hay un núcleode poemas en c:I libro con el título de Criollas,donde el poeta esboza ya la alta preocupación pa­triótica del momento. Este núcleo es el arranquede su poesía posterior. Aparece en Criollas una notade poesía civil, que dista un poco del criollismofuturo del poeta. A la manera de Luis Muñoz Ri·\'era en Tropicales y otros poetas que dejaron sentirsu protesta contra regímenes españoles tiránicos,que tergiversaron la misión de España en PuertoRico y nos dieron un gobien'o absolutista, elaborasu poesía Virgilio Davila, con arresto patriótico y

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ciudadano. Su voz suena con el metal agudo Cae la'espada.

¿Cuál fue la posición de Virgilio Dávila en elnuevo tiempo que le tocaba ahora vivir? La inva·sión norteamericana le sorprendió. Entre esa sor­presa y asombro de la nueva situación y la espe­ranza de mejores días para su país, recibe VirgilioDávila a los norteamericanos con un poema fecha­do en 1898, bajo el título romántico de Redención,en que ve a los jóvenes Estados Unidos como unpueblo lleno de arresto juvenil, vitalidad y fortale·za. Le estima como pueblo hermano que vence ti­ranías. La palabra clave de ese poema es Libertad.y el poeta tiene fe y esperanza en los días y añossucesivos. Por eso durante los años 1900, 1901Y 1902 canta a la bandera norteamericana. La pala.bra clave ahora es esperanza; sin embargo, poetaintuitivo que es, se percata de cosas que puedensuceder entrañablemente.

En el poema de 1900 a la bandera norteña pide:

¡Que nunca los limpios astrosse truequen en torpes manchas,ni en lobreguez el albor.Ni en reptil inmundo el Aguila!

En el del año 1901 le pide que sea expresión delos anhelos de Libertad:

Lleve a la nación que es cunade la Libertad sagrada,la e;tpresión de los anhelosde las borinqueñas almas,y le diga que este pueblo,asiento de la desgracia,si sufre, también espera...¡Es tan bella la esperanz.a!

Pero en el poema de 1902 intuye cosas extrañaspara el futuro:

Cuando, al ondular, agitesentre tus pliegues el aura,que lleve a la UNJON altivala historia de nuestras ldgrimas...¡Porque luego ocurrir suelenmetamorfosis extrañas!

¡Porque. en lo moral, a vecftS,el astro se vuelve mancha;el albor se vuelve sombra;la pluma se vuelve escama!

A pesar de su esperanza, tenía serias dudas eljoven poeta sobre el destino de su patria con elnuevo régimen. Las dudas cobran fuerza en los dosmejores poemas del libro Patria. El que tambiénlleva el título de Patria, escrito en dodecasílabos,que le acercan a las formas modernistas, y es delaño 1901, y el que lleva el título latino de Yae Agno,expresión que quiere decir ¡Ay, Cordero!, que dapie a una alegoría entre un león, un cordero y unáguila.

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Del poema Patria queremos ofrecer algunas es·trofas significativas:

¡Yo no tengo mds patria que Puerto Riconi quiero mds bandera que su bandera!¿Tener uno dos madres? ¡No me lo explico!¿Dos patrias para un hombre? ¡Linda quimera!

Yo nacL en esta tierra de mis amores,'y el mar que mansamente sus costas baña,que para mi -me dice con sus rumores­10 que no' sea Borinquen... ¡es tierra e;ttr'lña!

Mas hay quienes, ansiosos de poderlo,anularnos pretenden llenos de orgullo...Si yo no quiero nada que no sea mio,¿por qué se apropian otros lo que no es suyo?

Q{le hoy, como ayer, desdichas en torno veo;'el Derecho es fantasma, la Ley es mito,y amarrado a la roca de Prometeoel infelit. colono gime precito.

¡Eres tú lo que adoro, lo que deifico,lo que con toda el alma mi ser venera!¡Yo no tengo mds patria que Puerto Rico,ni quiero mds bandera que mi bandera!

El poema Yae agno es una alegoría en que Es­paña, el león de los bosques, hace gemir al pobree indefenso corderillo entre sus garras, mantenién­dole en un estado de martirio infinito. Entonces esque como en los cuentos, aparece el benefactor obienhechor. En este caso es el águila quien liberaal pobre cordero de las garras del león. El águilaen este caso es Estados Unidos. Pero, según el poe­ta. la fementida blasonaba de buen corazón y sólopretendía ocupar el puesto del león.

Ahora el poeta vuelve al ritornelo con que inicióel poema: iPobre cordero manso, a quien las armasle negó el Destino!, pero termina con una impre­cación y una negación:

¡No existe Dios! ¡Porque si Dios 1zubiera,¿acaso fuera inerme el corderillo?Como el fiero león, ¿no tendría garras?y, como el ave audaz., ¿no tendría pico?

Quiero cerrar los comentarios al libro Patria conel poema Esclavo. Me parece que ese poema rezu­ma todo el dolor y la desesperanza de Virgilio Dá­vila en aquellos años en que pierde la fe en losnuevos dominadores. El poema está compuesto decuatro sextinas con un ritomelo, y al final un cuar­teto de pie quebrado. El poeta dialoga con el sol,la luna, una golondrina y una ola rugiente de mar.

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El dtornelo es el siguiente: ¡Que hoy, como antes,.iardín del trópico, gimes esclavo! Vayan dos estro­fas como ejemplo:

-Desde que el Aguila sentó sus realesen estos bosques y en estos prados,cZ4ando a otros sitios el vuelo tiendesa los rigores del clima cálido,¿qué decir oyes. tú. golondrina,sobre este bello jardín indiano?

-¡Que hoy. como antes. jardín del trópico,gimes esclavo!

-Desde que aquella nación vetustaperdió su imperio sobre estos campos.cuando al impulso del ronco vientoruedas en otros mares lejanos.¿Qué decir oyes, ola rugiente,sobre este bello rincón indiano?

-¡Que hoy, como antes. jardín del trópico,gimes esclavo!

-Sol. luna y ave, yola rugiente,¡Por Dios!, ¡decidme. decidme cuándovetzdrán los días en que mi suelono gima esclavo!

La aventura política

La poesía no es mero arte por el arte. Segúnpredicaría José de Diego desde principios de siglo,era tarea urgente naéionalizar el arte puertorrique·ño. La poesía se toca con todos los aspectos de lacultura: filosofía, ciencia. política, sociología. Cuan­do se trata de un poeta como Virgilio Dávila. hayque examinar su poesía desde este punto de vistaque han evadido sus críticos convencionales. Sehace necesario. pues, hablar de la aventura políticade Virgilio Dávila', como se habla en estos días dela de Pachín Marín. Muñoz Rivera y José de Diego.cada una de dichas aventuras a su modo, y según lacircunstancia personal del poeta.

Hacia los años caóticos de principios de siglohabía diversidad de intereses políticos en PuertoRico. La familia puertorriqueña estaba dividida. Enel año 1904 hay dos grandes partidos políticos: laUnión de Puerto Rico, creación de Rosendo Ma­tienzo Cintrón, cuyo liderato asumió Luis MuñozRivera, y el Partido Republicano Puertorriqueño.del doctor José Celso Barbosa, partido que a suvez estaba fragmentado y a su margen se habíancreado el Partido Republicano Regional y el Par­tido Republicano Puro. Necesitaba el Partido Re­publicano Puertorriqueño para las elecciones delaño 1904 a un candidato bueno. virtuoso y de dotesexcepcionales para enfrentarlo con los candidatosde la oposición. Y se pensó en el poeta Virgilio Dá­vila para candidato a alcalde de un partido que ensu plataforma del año 1899, fecha de su fundación,

declaraba que "era deber de todo ciudadano~oste.ner la personalidad y las leyes del país". Y r sultóelecto Virgilio Dávila, quien con mucho am ,de­sinterés y patriotismo. desempeñó el cargo duranteseis años, hasta el 1911. cuando una disidencia enel Partido Republicano Progresista le marginó delas luchas políticas. pero no de las tareas cívicasque se relacionabo1l1 con la educación.

Si es cierto qLle durante los seis años de su ges­tión administrativa local se empeñó en el mejora.miento material de su pueblo bayamonés. no des­cuidó del todo su arte poético. Ganó experiencia. secodeó bien de cerca con el pueblo, con el jíbaropuertorriqueño, que había conocido en la campiñacriolla, y el cual se adueñaba de su poesía. Es pre·cisamente en el año 1909 cuando envía su poemaLa canción del pálido a un concurso literario delCasino de Mayagüez. con el cual logra el primerpremio. Este poema es de afirmación patriótica,es una loa criolla a Puerto Rico y su constituciónterritorial (paisaje, tierra, ríos, campo). así comotambién espiritual, puesto que se v,incula a susmayores. de los que recibe un mensaje del alma.

Cuando en el año 1911 hace crisis la vida politico­administrativa de Virgilio Dávila, se perfilan otraspreocupaciones muy fundamentales en él. Tenía elpoeta horror al olvido, idea que había subrayadoen su primer poemario:

Por eso mis canciones.aves que tienen en mi pecho el nido,y que son expresión de mis anhelos.y que son expresión de mi cariño,la voz de aliento que reanima al débil,el justo aplauso al compatriota dignoy hacia el soberbio que mi patria afligede mi protesta varonil el grito,salen hoya volar en torno vuestro.en vuestras almas reclamando asilo...Mas quiero que al morir quede en el mundosiquiera entre los mios,algo que obligue a recordar mi nombre.¡Tengo horror al olvido!

El dilema que se planteaba el poeta era la de­fensa de la tierra y sus valores. Sólo así puede unpoeta auténtico vencer al olvido, aunque no preten·da la inmortalidad. Libre ya de las pasiones polí·ticas, los bizantinismos y mezquindades. volvía asu campo en el doble sentido de la palabra: alcampo que le atraía con fuerza telúrica, y al campode la poesía, que se complementaba con el otrocampo entrañable.

Deben haber sido años de intensa creación losdel 1911 y 1912. cuando da a la estampa este año,su libro Viviendo y Amando, cuyo título indica laspotencias del alma de este gran poeta de la tierra.Este es un libro clave para descubrir en él las in·

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fluencias de la escucla modernista y algunas acti·tudes de rechazo, que presentaban los poetas mo­dernistas hispanoamericanos ante el empuje y lapenetración de los Estados Unidos, con su políticade "la estaca larga", en los pueblos hispanoamerica­nos. Rodó había presentado en su Ariel la tesis dela antítesis de dos culturas, una refinada y pagadade las cosas del espíritu, y la otra material, burday pagada de las cosas del cuerpo y la materia. RubénDarío se hacía la pregunta dramática de "¿Cienmillones de hombres hablaremos inglés?" .

Es pendular la actitud de Virgilio Dávila en estemomento. Oscila en ocasiones entre el modernismonegativo y decadentista y el criollismo que llevaarraigado en el espíritu. Desea cantar para el pue­blo. Con un tono a lo Díaz Mirón o a 10 SantosChocano, poetas hispanoamericanos que andan enboga, precisa fijar su posición lírica:

Siempre al aplauso del mandón, esquivo,cifro en el aura popular mi encanto.Desde/io a los que adulan. Soy altivo.Vellgo del pueblo y para el pueblo canto.

Yo lucIlO así para que luego escritobrille mi nombre en la riqueña Ilistoria,como Wl rayo de luz del infinitoque balie en resplalldores mi memoria.

El modernismo se le presentaba tentador en susfases negativas. Hace Virgilio Dávila algunas con·cesiones visibles en algunos poemas como BodasFlorales. El erotismo decadentista surge en su poe­ma Grito Ltíbrico, y algunas acuarelas que dedica ::l

sus amigos modernistas de esos años. Algunas vecesel aspecto parnasiano del modernismo cuaja entranscripciones pictóricas de poco valor, como enel primer soneto de las Acuarelas, que dedica a suamigo Matías Real. Las palabras raras, el vocabula.rio selecto y preciocista, la joyería y casi bisuteríamodernista son evidentes en este momento de Virogilio Dávila, quien a su "ez posee un dominio extra­ordinario de las formas "ersiculares de la escuelamodernista: versos enealílabos, sonetinos, dodeca­sílabos y la sextina alejandrina.

Hay en esta poesía, de una parte, el sentido aris­tocrático de las formas, y de la otra parte, tambiénla autenticidad de lo criollo, lo visible del ser físicode la patria, y 10 profundo, la tradición y el folklore.Porque al fin y a la postre tenía conciencia de lo queinsobornablemente era en su yo interior. Su sentircuaja en un poema titulado Carntina Nova, o NuevaCanción. En este poema hace un elogio de la nuevapoesía, la poesía modernista; pero al mismo tiemponos dice que "la escncia será siempre esencia, y lasalas serán siempre alas", a pesar de las nuevas foromas y temas. Por eso exclama al final del poemacon los siguientes versos:

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y tú, deidad que adora el alma mía,¡siempre s~rds Poesía!

En resumen, cabe la afirmación de que en Vi­viendo y Amando el balance es favorable al VirgilioDávila patriótico y criollo. Cinco poemas represen­tativos destacan estas últimas actitudes: El gallo,El cafetal, Musas, ¿A qué esperar? y Resurrección.En el poema La Jibarita, de 1904, y recogido ahora,·hay para un estudio sociológico del jíbaro puerto­rriqueño, que se toca con los personajes de La Char­ca, de Zeno Gandía y que anticipa al Jiliarito delos años 3D, que canta Rafael Hernández en su can­ción, y donde la jibarita es símbolo de la patriaoprimida. ¿A qué esperar? es un soneto de rebelodía en que pide a su patria no esperar más paraser libre:

¿A qué esperar? Ya es hora de que intentesllenar de asombro a las extrañas gentesnegando al César victoriosas palmas.

y lo mismo es el poema Musas, donde ante elproblema de su país se dirige a la musa de blancavestidura y pide que: "¡Suene tu voz como la vozdel trueno! ¡Musa de redención! ¡Surge, ya es hora!"En el poema Resurrección es el poeta de la espe­ranza y la fe en las conquistas de la patria, se iden­tifica como el "adalid denodado" y hace una defensade la lengua:

Puede el hombre de climas bien distantese idioma diferenteclavar aquí su pabellón ingente:pueden nuestras c"-l1lpÍlias deslumbrantessuyas ¡,acer la majestad del oro:mas no Ilabrd fuerza Ilumanasuficiente a arrancar este tesorode las almas nativas:¡el culto hacia ese verso tan sonoroy esa prosa galanaque forman de la lengua castellanala más brillante de las lenguas vivas!

Una carta y un reto

Ninguno de los dos libros publicados por Virgi­lio Dávila hasta la fecha le define totalmente comoel poeta de la criollidad. Todavía falta algo esencial.ese "no sé qué", que le establezca como el poetadefinitivo. Me parece que el precipitante ha de seruna carta de otro poeta considerado mayor, quien"eía las cosas de la patria en forma distinta a la deVirgilio Dávila, y quien inclusive tenia una opiniónmuy pobre acerca de la juventud literaria puertorri­queña y las tradiciones.

En 1913 envió Virgilio Dávila unos poemas al

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doctor Rafael del Valle Rodríguez, quien ocupabaaltos cargos administrativos en el gobierno del país.Se había distinguido el doctor del Valle por su pr~

americanismo y su falta de fe en la independencia dePuerto Rico. Esperaba don Virgilio conocer la opi­nión que tenía el doctor Del Valle de su poesía.La respuesta no se dilató en llegar. Siempre meha parecido que a esa respuesta se debe el quecontemos con el mejor libro de Virgilio Dávila,porque después de ella es que el poeta trnbajaconstantemente, se compenetra con profundidndmayor con la tierra, percibe con sensibilidad des­pierta los problemas del país y ofrece su Aromasdel Terrwio tres años más tarde, un libro capitalde afirmación, de protesta, de sentimiento patrio,hecho con belleza y sencillez: arca de la tradiciónpuertorriqueña.

Un resumen de las ideas expuestas en la cartadel doctor Del Valle nos permiten llegar a la con­clusión que hemos expuesto. Decía el doctor DelValle a su amigo que en Puerto Rico se carecíade una crítica razonada; que él se había retiradode toda actividad literaria y del anarquismo y de­cadentismo trasnochados que llevaban el nombrede modernismo; criticaba las formas métricas m~demistas y se pronunciaba en favor de las formasclásicas de ]a poesía. Hasta aquí, al parecer, vabien el doctor Del Valle. Lo que sigue, no se jus­tifica. Decía el doctor Del Valle al criollo VirgilioDávila, que los puertorriqueños no creamos nada,que carecemos de tradiciones, y que somos, portemperamento, poco dados a conservar lo nuestro.Hacia una defensa de la juventud literaria venez~

lana, a la que conocía por haber convivido y servi­do a dicho país. De esta juventud hacia altos el~

gios porque, según él, había sa.bido crear una es­cuela nacional en literatura, puesto que en Vene.zuela había grandiosidad de paisaje y naturaleza.y finalmente, que nuestros arrestos de indepen­dencia se desarrollaban en un plano astral, por locual la actitud del puertorriqueño tenia que serpasiva, encomell;dando su pleito a la ajena v~luntad.

Yo creo que Aromas del Terrwio es una respues­ta a muchas de las cosas que nos echaba en carael doctor Del Valle a los puertorriqueños. Criollis­mo, tradición, nacionalidad, protesta, entrañableamor patrio, paisaje y espíritu, cuajan en términode tres años en este maravilloso libro que sitúa aVirgilio Dávila entr~ los grandes poetas de aquelmomento: José de Diego y Luis Lloréns Torres.Poetas de entonces y de la posteridad, juntos conel criollo Virgilio Dávila.. Aromas del Terruño, que el poeta subtituló Ver·

sos Criollos, tiene como pórtico el poema La Tierru­ca, escrito en otros tiempos y en ocasión en queVirgilio Dávila colaboró con su maestro FemándezJunc~s y Braulio Dueño Colón para la creación de

canciones quc utilizarían las escuclas públicas dclpnís. Admirabn don Virgilio a Dueño y FernándezJuncos, a quienes en su primer libro había dedi­cado un poema con motivo dcl primer libro Can­ciones Escolares. El pocma es del 1901. y celebraque sus compañeros hagan patria, quicran al pue­blo y pongan sus esfuerzos para la libertad dc latierra. No se contaba don Virgilio en el trío; peroes 10 cierto que la poesía dc Dávila llevada a lascanciones escolares, dejara huella profunda en lasgeneraciones sucesivas de puertorriqueños. Toca·rán hondo en la fibra sentimental de su pueblo yse proyectarán hacia el futuro incógnito.

Siguc Virgilio Dávila en La Tierruca la concep­ción edénica de la patria. Esa concepción que des­de mediados de siglo pasado echaron al vuelo li­terario nue.etro primer poeta lírico, Santiago Vi­darte, y los jóvenes puertorriqueños que estudiabanen Barcelona y fueron autores del Cancionero deBorínquen. La concepción edénica ha sido una cons­tante en nuestra poesJa hasta el presente. Ademásdel elogio idilko de la patria, una es la idea fija deVirgilio Dávila en la canción poema. Idea que seconcreta en la estrofa siguiente:

De mis padres fue la cuna y ella encierralas mds santas afecciones de mi ser. .Yo no cambio por ninguna esta tierradonde tuve el privilegio de nacer.

Se desborda el criollismo de Virgilio Dávila enAromas del Terruiio, pisa terreno firme el poetaen cantar las tradiciones, el paisaje y el paisanajerural puertorriqueños. Algunos títulos de la pri·mera sección del libro dan una idea cabal de lostemas criollos que trata el poeta: Los Reyes, AmorCriollo, Para el tiple, El jíbaro, El cafetal.

Un problema Fundamental preocupaba a Virgi­lio Dávila en estos años: el de la venta de la ticrrapuertorriqueña a manos extranjeras. En otro poe­ma titulado Lo que dice la Tierruca, expone estaidea en una especie de diálogo entre la tierra y elpoeta. Con tono modernista cuenta )0 que la tie­rra le va diciendo sobre la personalidad del puer­torriqueño y cala hondo cuando le habla de man­tener la tradición, las costumbres, y a. ella misma:

Jamds por necia moda reniegues del pasado,ni a cuanto da el presente le brindes tus loores.¡Fulgores y negruras Espal;a nos lIa dado!¡De América nos vienen negruras y fulgores!¡Haz que conserven puras sus almas mis doncellas,para que siempre brillen con resplalldor de estrellas;que el fuego en los llagares no extin~an mis matronas,para que brillen siempre sus fúlgidas coronas!

No vendas al extraiio ni un jeme de mi suelo,porque vender mi suelo será venderme a mí;y cuando el alma luya remonte a Dios el vuelo,la fosa que le guarde cobijela mi cielo,para que me devuelvas lo mismo que le di.

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Respondía el poeta a la ideología Y' prédica deotro gran puertorriqueño que apenas unos añosantes de aparecer Aromas del Terruño había hechooír su voz de protesta por la venta de la tierrapuertorriqueña al capital norteamericano. Me re·fiero a Rosendo Matienzo Cintrón, quien antes desu muerte rundaba con otros compatriotas el Ila·mado Partido de la Independencia. Un simple pá­rraro expositivo de las ideas de Matienzo Cintrónnos la da el historiador Luis Díaz Soler, autor dellibro Rosendo Matiel1zo Cintrón . Orientador )'Guardián de una Cultura. He aquí esas palabras:

Dos maneras existen para arrebatar a los habi­tantes de un país su propia tierra en violación delderecho natural... por medio de la espada y de labolsa. La primera es más odiosa, estrepitosa y di­fícil, la segunda más eficaz, práctica, silenciosa,rápida, sin duras amenazas ni agresivos modales.El tributo y la explotación que se impone al deaquí por el de afuera, es nuestra ley de Ilierro, laesclavitud de nuestro sustento. Los trusts 110r­teamericanos acaparaban la tierra para imponertributos de se,lorío, regresando al régimen feudal.Cada venta y cada Ilipoteca que se imponía sobrela tierra puertorriqueña, reafirmaba la condiciónde coloniaje. Para evitar 10 expuesto, el Partidode la Independencia deseaba poner en manos dela Cámara de Delegados el poder imponer tribu­tos y aranceles, asi como todos los poderes econó­micos que garantizasen al país la posesión y se,lo­río sobre su propia tierra, defendiéndola de lasusurpaciones silenciosas pero tenaces del monopo­lio privado.

La idea de la venta de 1a patria a los extranje­ros vuelve a repetirse en uno de los más famosospoemas de Virgilio Dávila, que aparece en la se·gunda sección de Aromas del Terruiio. Lleva portítulo No des tu tierra al extra'lo, y está construidoa base de la décima, tipo clásico de estrofa, cultoy popular al mismo tiempo, del que decía Lope deVega en su Arte de ,hacer comedias, que era buenopara quejas:

No des por ningún dinerotu pedazo de vergelque eres tú patriota fiely de legítimo cwl0,y el que vende su terru,10vende su patria con él.

Como expresión máxima de la advertencia, elpoeta reta al paisano que vendió su tierra, con unsoneto viril, que viene a ser la expresión máximade su protesta por la venta de la patria:

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RESPONDE

Te lo dijo Matienzo, y no quisisteoír del prócer el consejo sallO,y poco a pOCO en extranjera manocayendo va la tierra -en que naciste.

Si el alma del criollo no resistela tentación del oro americano,etl un futuro por demás cercanollegará un día doloroso y triste.

Llegará el dia triste y dolorosoen el que de este suelo primorosoni un solo palmo quedará al isleño.

y cuando tal enormidad suceda,si nada ~'a de Borinquén te queda,di: ¿Cuál será tu patria, borinqueño?

Hay otras dos notas cimeras en Aromas delTerruño. Una es la de la nostalgia del puertorri­queño que se aleja de su solar nativo, y tras unfuturo mejor marcha a la gran urbe neoyorquina,donde ve un panorama extraño, de desolación e in·comprensión, y herido su espíritu por la lejaníade la patria, se tiñe de añoranza por su lengua ylos suyos, por su aire y su cielo:

Mamá, Borinquen me llama,este país no es el mío,Borinquen es pura flamay aquí me muero de frío.

La otra nota es la de la nostalgia de la tradi·ción. Todo cambia. El paisaje físico de la tierra,las costumbres, se traba la lengua, casi cambiante,y el poeta se va sintiendo un ser extraño en su pro­pio suelo:

Ahora es igual que los otrosel que fue nuestro gran día.¡Ay, Madre Melancolía,que ya no somos nosotros!

Hoy se habla mucho de poesía social y de pro­testa. Virgilio Dávila se anticipó a este tipo depoesía. Dejó constancia de ellos en dos pequeñospoemas en que contrastaba el pasado idílico y felizdel jíbaro, con un presente turbio y doloroso. Setitulan Ayer y Hoy:

AYER

En el monte o la llanurasu terrón y su bailía;en el terrón, su plantío:café, tabaco, verdura.

y su vaquita lechera,y sus aves ponedoras,y sus puercas paridoras,y su yegüíta ligera.

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Como ninguno frugal,con ese débil caudal,ágil, alegre y morocho,

nuestro jíbloro vivíaantes de aquel turbío díadel a,io novCIlta y ocho.

HOY

¡Y 10 que Ila vellido a seren este tiempo taca/io!¡!:Jo es el jíbaro de Ilogai;olIi una sombra del de ayer!

Huér/ano de su terrón,cuando lo llama el pitirreaULa Guállica" o "La Aguirre",,'ase a dejar el pulmón.

y el hambre siempre en su acoso,enfermo, triste, Ilaraposo,va muriendo lentamente,

v en tallto a la bolsa extra,iacorre el oro de la cañacon ímpetu de torrente.

Termina ese minero patrio de Aromas del Terru­ño con cuarenta y unas coplas sueltas en que Vir­gilio Dávila hace derroche de gracia y donaire,pero también de ironía punzante. La copla es unafonna estrófica popular, la canta el pueblo, perotambién la escriben los buenos poetas: Lola Ro­dríguez de Tió, Luis Lloréns Torres y hoy JuanAntonio Corretjer. Don Virgilio era del pueblo ycantaba para el pueblo, según atestiguaba él mis­mo. Una muestra de esas coplas:

Ni el ministro protestallteel día que tú me quieras,se Iza de quedar en el barrio,sin coger su borrac/lera.

Al morirme que me entierrenen la tierra e,t qlle lIací,pues quiero darle a la tierralo que ella me ha dado a mí.

Tengo mi mujer, mi tala,lIIi puerquita tostoneá,cinco gallinas y un gallo.¡Para qué quiero yo más!

No me venga con fostroses,que nunca los he pasado:vellme con el seis de Andinoy con las danzas de Campos.

Cualldo del pobre boricua110 más que los I,uesos queden,los que hoy fabrican azúcarlIarán botones y peines.

Así cierra Aromas del Terruño con esta nota deprofunda ironía sobre el destino del ser puertorri­queño nuestro poeta. Al año siguiente da Virgilio

Dávila otro tesoro poético a sus compatriotas:Pueblito de Antes, libro que ha tenido hasta laCecha tres ediciones sueltas, una traducción al in­glés, y una edición en conjunto en las Obras Com­pletas de Virgilio Dávila, que ha publicado el Ins­tituto de Cultura Puertorriqueña en su vasta y loa­ble labor de diCusión cultural.

Yo tengo mi propia interpretación de Pueblitode Antes. del que se ha dicho que el poeta tuvoinfluencias o reminiscencias de Julio Herrera yReissig, o de tal o cual poeta español o norteame­ricano inclusive. Si se va a hablar de zonas de in­fluencia habría que pensar en otro poeta hispanoa­mericano, Luis Carlos López, autor del poemarioMi Villorrio (l908), y Hongos de la Riba, donde elbarbero del pu~blo, el alcalde y otros tipos pueble­rinos desfilan como en Pueblito de Antes. Pero noes hora de pasar juicio sobre influencij\s. Es lahora de la verdad de un gran poeta que se llamóVirgilio Dávila.

Pueblito de antes es, para mi, nada más ninada menos que una elegía del poeta. Una elegíaen que se canta al pasado, a veces con ironía, condesenCado, o en forma incisiva, pero con una ter­nura subyacente en que el poeta echa de menostodo lIn mundo tradicional, en que las viejas cos­tumbres cuajaban vivas y en que la tradición erala razón de ser del hombre puertorriqueño. Crio­llismo urbano tituló el crítico Antonio S. Pedreiraese trozo de patria que da el poeta en su.libro: elpueblito de Toa Alta del último tercio del siglopasado, dorado por el recuerdo, donde vivió y pasósu adolescencia el poeta.

Siguió don Virgilio Dávila la tradición de nues­tros grandes costumbristas, iniciada por el doctorManuel Alonso Pacheco en El Gíooro, donde figurauna galería de tipos parecidos a los de nuestropoeta. Eran los que constituían la sociedad puer­torriqueña, definida ya e inmersa en la historia,que habría de cerrar el ciclo del costumbrismo de­cimonónico. Esta galería de tipos que se inicia conla descripción del "pueblito chiquito y pintoresco",constituida por el cacique, el alcalde, la cacica, elboticario. la alcaldesa, el cura, las comadres, elmédico, el maestro, el poeta, el sabio y en quetambién figura como personaje el poeta mismo envarias ocasiones memorables como fiestas de guarodar y fiestas campesinas, es el pueblo que desapa­rece con el nuevo tiempo o con la nueva vida quemarca el paso a los puertorriqueños desde elaño 1898.

Un crítico perspicaz, el escritor don Emilio S.Belaval, supo ver en un estudio de dos sonetos dePueblito de Antes, cómo ahondaba Virgilio Dávilaen la vida de su pueblo y ofrecía una visión, la vi­sión de desesperanza que hemos querido subrayaren esta conferencia que ofrecemos de su poesía.

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Citemos las palabras de Belaval: "Es la hora muer­ta, una hora de inercia en nuestros pueblecitos deantaño. Mediodía, sol, expulgo casero. Ambos so­netos; Mediodla en la Plaza y Mediodia en el Hogar,son voces muertas de un pueblito que se ha echadoa dormir confiado en su historia. Despiertan estahora de mansedumbre caldeada una cabrita blancaque pone su blanco manchón en el zócalo del tem­plo, y una gallina clueca que llama a sus polluelos"porque en un palo viejo encontró un alacrán".Has~ el alacrán muere en esta hora fermentada,de trópico· avieso, en que el criollo siempre hacreído que la historia se detiene en lo que él acabade dormir la siesta. Por el mediodía de este pue.­blecito que dormita confiado en su destino, pasaun signo agorero: es un guaraguao, ágúila de nues­tra maleza, que como todas las águilas tiene pues­ta su esperanza rampante en los pueblos dor­midos".

Decía don Virgilio Dávila que el trabajo hechopor el escritor Belaval era la mejor interpretaciónque se hacía de su libro Pueblito de Antes. Estetrabajo fue leído en un homenaje a don Virgilio.el año 1939.

Epilogo

Creemos que el ciclo de producción poétiéa ho­mogénea y unitaria en cuanto a temas y actitudesvitales en el terreno de lo patriótico y telúrico deVirgilio Dávila se cierra con Pueblito de Antes. Ha­cemos este epílogo interpretario porque hacia elaño 1928 apareció un pequeño volumen de nuestropoeta titulado Un libro para mis nietos, dondefigura un poema cuyos últimos seis versos dieronbase a una interpretación espectacular de la poe­sía aludida. El año 1946 un intérprete de la poesíavirgiliana vio en el cantor de la patria un caso deregresión en sentimientos e ideales. Citamos delaludido intérprete: "Pide en este poema que surjaun nuevo astro en la constelación de las cuarentay ocho estrellas de los Estados Unidos. Terminapidiendo al pueblo una bendición para el que creyósu pastor. A esta nueva orientación en lo políticoes a lo que hemos llamado regresión. Es cierta­mente un viraje brusco en lo que concierne a sucredo patriótico anterior."

El volumen Un libro para mis nietos consta decuatro secciones tituladas Versos sencillos, Can­tos Escolares, Siempre Vivas y Apéndice (uso de lasletras de dudosa escritura). Propiamente versospara sus nietos son los de las secciones Versossencillos y Apéndice, porque Cantos Escolares eranversos para los niños puertorriqueños, a los queBraulio Dueño Colón puso música, y eran cantadosen las escuelas de Puerto Rico en lustros anterio­res a la publicación del libro. Entre ellos figuraban

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La Tierruca, ya comentado, El Mangó, La Vuelta ala Escuela, Las Vacaciones y el poema Himno Re·gional que cierra con los versos siguientes:

No importa que aferrado a mi banderapueda la muerte recibir,que dar la vida en aras de la patria.eso no es muerte... Eso es vivir.

La última sección del libro, Siempre Vivas, es enla que aparecen los seis versos que dieron margenal comentarista de don Virgilio para calificarlocomo poeta regresivo en patriotismo e ideales.Esta sección de Siemprevivas había sido publicadacasi íntegra en el primer libro del poeta en 1903,bajo el título de Semblanzas, porque consistía desonetos donde elogiaba a figuras admiradas porél: Lola Rodríguez de Tió, Federico Degetau, Ma­nuel Femández Juncos, José de Diego, Luis MuñozRivera, Salvador Brau, José Severo Quiñones yJosé Celso Barbosa. El poeta añadió algo a lassemblanzas de Muñoz Rivera y Barbosa, próceresde su admiración, en el nuevo libro. Muñoz y Bar­bosa habían muerto, el primero en 1916, y el se.­gundo en 1921. La adición a la semblanza de Bar­basa resultaba curiosa, porque consistía de dospartes: una titulada Lápida y un romance eneasí­labo titulado La Estrella. El romance era alegóricoy en él aparecía Barbosa como un pastor de almas,enamorado de una constelación de cuarenta y ochoestrellas, que pedía a Dios que hiciera surgir unnuevo astro para su pueblo. Dios le concedía alpastor la merced de buscar los elementos delnuevo astro, así como la lumbre, que conseguíadespués de un largo peregrinaje y sacrificios, re·tomando a Dios para entregarle la lumbre queconstituiría la nueva estrella. Ahí termina la leyen­da del pastor, leYl:uda objetiva, bella, pero imper­sonal. Donde vio el comentarista el pecado de laregresión de don VirgiJio fue en los seis versossiguientes, que aparecen después de dos líneas depuntos de espaciación:

¡Eleva el alma, borinqueño!¡Bendice, pueblo, a tu pastor!¡Gracias a él, verds alzarseel refulgente. y nuevo solque dard luz a tu sendero,desde la gran constelación!

No creemos que don Virgilio claudicara susideales de toda una vida con la estrofa antes dicha.Seis simples versos dedicados a un amigo entraña·ble, versos también alegóricos, no pueden derrum·bar cuatro libros de poesía excelsa, que constituyentoda una vida en defensa apasionada de la patria,la tradición, la lengua y la identidad puertorri­queña.

Después de Un libro para mis nietos, obra he·terogénea, casi de ocasión y poca creación artísti-

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ca, enmudece la lira de Virgilio Dávila. El silenciosella sus labios, que' solamente se abren para sola­zarse en decir un largo poema autobiográfico enla. reuniones familiares y de amigos:

He escrito cuatro libros de versos, unos buenos,y los otros mejores, si vale mi decir:Patria, Pueblito de Antes, Aromas del Terruño,y Viviendo y Amando, que ruedan por ahí.

Pero ya no hago versos ni malos ni peores,porque como diria un poeta ramplón,"ya se han mustiado todas las ilusiones mías;el ave de mis sueños sus alas ya plegó".

Hoy vivo retirado del mundo, donde sóloalegrías y puros afectos coseché.

y segUIré andando contento mi caminohasta que Dios me llame a su regCJl.o. Amén.

Dios le llamó a su regazo en la madrugada deldomingo, día 22 de agosto del año 1943. Por loque toca al mensaje total de su poesía, me pareceque es hora de que la sintamos y meditemos. Sihe titulado esta conferencia La. Actualidad de Virogilio Dávila, es porque creo finnemente en quevivimos unos tiempos similares a los tiempos deque Virgilio Dávila habla en ella. Que su lecturadespierte nuestros sentimientos y nuestro enten­dimiento. Es el mensaje de uno de nuestros gran·des poetas, poeta puro y sincero. incapaz de clau­dicaciones y venalidades.

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Elegía de Reyes

POR VIRGILIO D.(VlLA

Ahora es igual que los otrosel que fue nuestro gran día.¡"Ay! ¡"Madre Melancolía!¡Que ya no somos nosotros!

TIEMPOS ATR.(S, AlI ACENTO

del tiple y de la maraca,saltaba yo de la hamacaentusiasmado y contento.

Mas ahora salir no intentoni en el mejor de mis potros;que el reyar para nosotrosno es lo que enantes solía.¡Ay! ¡Nuestro clásico díaahora es igual que los otros!

¡Llora! ¡Llora, corazónque ves pasar al olvidolo que en nosotros ha sidoencanto, dicha, ilusión!.

¡Ya se fUe la tradiciónque más nuestros nos hacía!¡Ay! ¡Madre Melancolía!'¡Que ya no somos nosotros!¡Ahora es igual que los otrosel que fue nuestro gran dial

Ya en el batey no me esperapara ser mi cumarrachala decídora muchachafresca, linda y sandunguera.

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Ya la copla lisonjerano bulle en la mente mla.Ya no fulgura este díacomo en los años que fueron...¡Ya los Reyes se murieron!¡Ay! ¡Madre Melancolía!

Asoma ya el seis de eneroque antaño aguardé impacientepara montar diligenteen mi chiringo jobero.

¿A qué salir al senderosi en él no piafan los potros?¿Si ahora, es igual que los olrosel que fue nuestro gran día?¡Ay! ¡Madre Melancolía!¡Que ya no somos nosotros!

De Aromas del Terru;¡o

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POR V,IRGILIO DÁVILA

E s L P EDLO eH IQUITO, y ALEGRE Y PINTORESCO.

SU treintena de casas de antigua construccióny algunas nuevas. Todas pintaditas al fresco,y unas, con antepecho; las otras, de balcón.

En el medio, la iglesia, de ligeros perfiles,con su media nOlranja de subido punzó,ostentando orgullosa en dos torres gentiles,en una, las campanas; en la otra, el reló.

A compás de la iglesia, la placita cuadrada,que simula por mayo una alfombra floreada.(En el centro, ella tiene un viejo f1amboyán.)

¿Lo demás? Los bohíos, hogar del desconsuelo,por detrás de las casas, pegaditos al suelo,como si en ocultarse vincularan su afán ...

Del libro Pueblito de Antes

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Funeraria

POR VIRGILIO DÁVILA

M 1 CADÁVER NO QUIERO LO ENCIERRE

Ataúd de nogal ni de pino;Que en los bosques que tiene mi patria,Esos árboles nunca se han visto.

Aserrad la caoba o el cedro;Aserrad un árbol que aquí haya nacido...¡Yo quiero una caja hecha de madera

De los bosques míos!

¡Yo quiero que todo lo que me circundeDe la muerte en el triste recinto,Provenga del suelo, del suelo adoradoQue da a mis pulmones el aire que aspiro!

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Nostalgia

POR VJRGILIO DÁVlLA

"¡Mamá! ¡BorínqllelZ me l/ama!

¡Este país no es el mío!

¡Borínquen es pura flama,

y aquí me muero de frío!"

TRAS UN FUTURO MEJOR

el lar nativo dejé,y mi tienda levantéen medio de Nueva York.

Lo que miro en derredores un triste panorama,y mi espíritu reclamapor honda nostalgia heridoel retorno al patrio nido.¡Mamá! ¡Borinquen me llama!

¿En dónde aquí encontrarécomo en mi suelo criolloel plato de arroz con pollo,la taza de buen café?

¿En dónde, en dónde veré,radiantes en su atavío,las mozas, ricas en brío,cuyas miradas deslumbran?¡Aquí los ojos no alumbran!¡Este país no es el mío!

,

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Si escucho aquí una canciónde las que aprendí en mis lares,o una danza de Tavárez,Campos, o Dueño Colón,mi sensible corazónde amor patrio más se inflama,y heraldo Que fiel proclamaeste sentimiento santo,viene a mis ojos el llanto...¡Borinquen es pura flama!

En mi tierra, ¡qué primor!En el invierno más crudoni un árbol se· ve desnudo,ni una vega sin verdor.

Priva en el jardín la flor,camina parlero el río,el ave en el bosque umbríocanta su canto arbitrario,y aquí... ¡La nieve es sudario!¡Aquí me muero de frío!

De Aromas del Terruño I

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No des tu tierra al extraño

POR VIRGILIO DÁVILA

No des tu tierra al extrañopor más que te pague bien.El que su terruño vendevende la patria con él.

DIOs, EL MUNDO CONCLUIDO,

tiróle un beso al azar;y el beso cayó en el mar,y es la tierra en que has nacido.

En ella formas tu nido,de amor rendido al amaño;ella un año y otro añote brinda con su tesoro;ella vale más que el oro.¡No des tu tierra al extraño!

Mira sus campos. Arribaes ornato de la lomala breve y fragante pomadel café, púrpura viva.

Fruto que la mente avivay es del criollo sosténal par que orgullo. Si hay quien,extraño, quiera tu suelo,que no se colme su anhelopor más que te pague bien.

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e

En la playa el cocotero,con su penacho elegante,es asombro al navegantey tentación al logrero.

De sus llanos la grandezaadmira la gente extraña.En ellos canta la cañala canción de la riqueza.

,/./

/f'/../...-

.,//.././ .--~

No des por ningún dinero ./...-/tu pedazo de vergel. ' ./'~que eres tú patriota fiel -;::/,/Y de legítimo cuño, ,.y el que vende su terruj).e'"vende la patria con él.

Como una enorme turquesa.allá el tabacal se extiende.¡La imaginación se enciendeante ese cuadro admirable!¡Qué bajo y qué miserableel que su terruño vende!

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Carta jíbara a Virgilio Dávila

Por GUILLERMO GUTU!RREZ

VIRGIUO, PERDONA QUE NO TE ESCRIBIBSB ANTES, PBRO

tú sabes lo atareado que estoy poniendo enorden las cosas del espíritu.

Ya tú debes de saber que la Feria del Ubro (quetodavía se celebra en Puerto Rico) ha sido dedicadaa ti.

No sI! por qué no se le dlo más despliegue a tusobras en una Feria que precisamente se dedicaba arecordarte.

No es que no se te hiciese justicia, es, simple­mente, como que no se le "podía" dar a tu figurala dimensión que realmente tienes en nuestro país.

Como hace tiempo que no estás por acá, quierocontarte algunas cosas.

Perdona si no uso el lenguaje de nuestra monta·ña (el jíbaro), pero es que ahora los literatos lousan para demostrar nuestra cultura y la forma enque nosotros hablamos.

Por eso te hablo en esta lengua, que aunque esla nuestra, no se lleva en los labios con el mismofervor que la llevüon nuestros ab~elos.

El "progreso" en nuestra Isla sobrepasa el cálcu­lo de todos los políticos.

Tenemos millares de "drogadictos", muertes enlas carreteras, robos, asaltos, y una entrada "per.cápita" que sobrepasa la cuenta del siquiatra..

Quiero que sepas que existen nuevas autopistas-resplandecientes lenguas de concreto- donde elhombre puede correr hasta la muerte. Si es que lapaz eterna se logra de este modo, los autos son elmejor medio que se usa en tu tierra para conse­guirla.

Si tú vieras, Virgilio, cómo corre nuestra juven.tud. Son unos ases de las autopistas. (Cuidado, im­presor, que dije ases y no asesinos). No es que yoles critique, como sé que tú tampoco lo harias, mas

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una cosa es ser joven y otra muy distinta dejar esajuventud (y los huesos) en nuestras carreteras. Si

, tú me preguntaras, yo te dlría que la única razónpara proceder asl, es que ellos no tienen algo "na­ble" en que canalizar esa fuerza avasalladora que

, poseen.No voy a tomar mucho de tu tiempo, pero quie­

ro dejar algunas cosas "en claro". Cosas a las quetú le has dedlcado tu existencia. ¿Recuerdas los pal­mares de nuestras playas? Fueron arrancados. ¿Saobes por qul!? Porque temían que un coco fuera acaer sobre la cabeza de algún turista. Atlemás, ha·bía que "hacer espacio" para esos hoteles que tantoaire de gran ciudad nos están dando.

Otra cosa que extraftarás es que ya no tenemosbohíos. Esas cosas antiguas ya no "se usan". ¿Paraqué? Ahora estamos urbanizados.

Quizás te alegre saber que hoy mi vieja me re­cordó que ella me dormía con el arrullo de tus can·ciones y todavía las recuerda como el día en que túlas escribiste. IY pensar que hoy no se escuchancasi, porque "están pasadas de moda"l

La música de ahora es distinta. Si vienes "poracá" no se te ocurra hablar de décimas ni de aguI.naldos. "Esas son cosas de jíbaros," Y los jíbarosde esta tierra ya no son lo que tú conociste.

Espero que con esto no te sientas nostálgico. Sinembargo, Virgilio, esta es la verdad. Mira, a tal graodo ha llegado la descomposición de valores, que yaniegan la tierra que les vio nacer.

Si estuvieses aquí, escuchadas a uno de tus jí·baros decir: "yo no soy puertorrlquefto". Lo dice,Virgilio, en la lengua que mamó de la noble Espa.ña. "Parado en un sol antillano" que le quema elespíritu. Y así y todo, niega el origen de su ser. ¿Telo explicas?

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Si viviese el bardo de Collares, el sran Llort!nlTorres, diría: ¡Qué ver¡Uenza, Vlr¡Ulo, qut! ver·gUenzal

Tú siempre quisiste ser un hombre "de letral",hombre de patria, yo creo que 10 has lo¡rado. Sino,que recuerden tu "Puebllto de Antes", tu "Aromasdel Terrufto" y tUI dt!clmas olorolu a tierra, a vida,a mujer.

Tu obra ;es arande, Vir¡ilio, pero es más srandela falta que nos haces. ¿Por qu6 no te alzal, comoantes, para darle a tu pueblo la razón de su ler?

A veces yo repito contl¡o: "Ay, madre melanco­Ha, si ya no lomos nosotros." Esto me pasa cuandoescucho elal co..s que no entiendo, que nadie en·tiende, pero que aun alí van minando la musicall·dad de nuestra len¡ua.

Ya t\\ sabes 10 de "Santa CIó". Lo ponen en"Speclal" en el mel de diciembre para hacerle unacompetencia desleal, deshonesta, a nuestros "ReyelMa¡os". Triste, muy triste, Vir¡illo.

En cuanto al problema poUtico de nuestra lila,ya está resuelto. A uno de nuestros líderes, con unaaran visión momentánea de la realidad del día, lele- ocurrió implantar un Heltado" que ha Citado enestado desde entonces.

Arrles¡4ndome a que no las publiquen, pero la·blenda con el carlIio que t\\ las rec:lblrfas, te enviounas dt!clmal jíbaras. Dt!clmal que Ion de un jíbaroa otro jíbaro.

Si estas letras lle¡an a ti, podemol asradecerloal Instituto de Cultura Puertorrlquefta, que, comot\\ labes, Virgtllo, es el ¡uardlán de nuestra voz ycanto.

No quisiera terminar esta carta lin Incluir elacuarteta tuya que tanto nos inlpira y que dice:

¡Bres td lo que adoro, lo que d,lflco,f.o qua con toda ,1 alma da mi ser v,neral¡Yo nG t,n,o mds patria qu, Puerto Rico,

Ni quiero mds bandera qu, su banderal

Y aquí van l.s ddclmas que te ofrecí, Vlr¡llIo:

Coml,nzo a Jublr la lomaque .1 coraz6n m. J.#lala1 vúlumbro alld ,n la talaun eJp./úmo qu, lUoma.Cruta .1 aire una paloma'1 dútra. al camlnant.y 10, qu, "0'1 un conltant.lnda,ador d, caminoJm. d.t.n,o ante 101 trlnold.l IJqu.,.to dutant••

Cantan pdlarol atraflol,n la rama d" I.n,ua/,.¿Y qu~ Jlrd d,' paúa/.que J' duma'1a ,n los aflol?Cuando lUcl.ndo 101 p.ldaP/osd, mi bosca/. queridopl,nso que lo r~eorrldo

peJa mdJ ,n mi I,ntir.Vlr,lIlo, /'1 por qu~ morira la dlclma y al nido?

Ll,vo .n mu 0101 d, hombre.1 palsal' maP/anero1 ,1 cdntleo d.l luceroqua tarareaba tu nombre.No es I.ttra#fo que m. lUombraal "er tu campo 1 praderarotol por la ca",t.rtldond, .1 hombra JI limita.Vlr,lllo, ¡t. ",ealttl."t,' pu.blo y su banderal

Halta el ,cielo, Virsilto,y que Dios te bendiga.Te recuerda,

GUILLBRMO NUABZ

San .Juan, Puerto Rico.S de mayo de 1969

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El ~'Pueblito de Antes" en tres etapasde la vida de Virglio Dávil~

Por CARLOS ORAM,\ PADILLA

SE DICE OUE LO QUE MÁS PERDURA EN LA IMAGINACIÓN

del hombre es la impresión captada durante losprimeros siete años de su vida. Esta afirmacióncobra realismo en la vida del gran poeta telúricoVirgilio Dávila quien nació en el pueblo de ToaBaja el día 28 de enero de 1869. La aldea nativa,con su Iglesia y el montón de casitas acurrucadasa su alrededor, se adhirió tanto al recuerdo delniño que le dio el tema para el libro que es hoy unclásico de nuestra literatura, el bello y sugerentePueblito de Antes en cuyas páginas palpita nuestra·herencia cultural y desde las cuales nos llega lavoz pura del espíritu de la raza. Esa impresión dela niñez alborozada de los primeros siete años delPoeta se reafirma con la impresión de Gurabo, aldeanoble del ejercicio pedagógico y de Bayamón, elescenario definitivo donde cuajó la recia persona­lidad del cantor criollo. y en donde se n:alizaronsus más caros sueños.

Los pueblos de América surgieron con motivode los nuevos cultivos. según el decir de JOS(: Vas­cancelas y así. a lo largo de nuestra cordilleracentral, florecieron al margen de los grandes cafe·tales y en la costa, como consecuencia del cultivode la caña. Cerca del trapiche se file alineando elcaserio y según el trapiche evolucionó hasta con·vertirse en poderosa central aJ'llcarera, fue crecien­do el pueblo y luego la ciudad. Toa Baja, que desdeel año de 1797, según Pierre Ledrú, en su libro "Via·je a la Isla de Puerto Rico", tenia una poblaciónde 2,597 habitantes que vivían de la pesca que ob­tenhm en la desembocadura de sus ríos, se prdyec­taba ya como un gran fundo cañero. Tenia unapoblación mayor a la de Bayamón y sus tierrasfértiles y Banas prometían tiempos mejores en lascosechas del nuevo cultivo.

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Siguiendo la evolución histórica de la aldea quemeció la cuna del cantor de nuestras tradicioneses de orden recordar aquí lo que nos dice el his­toriador Abad refiriéndose a la misma en su "His­toria Geográfica. Civil y Natural de la Isla de SanJuan Bautista de Puerto Rico": .. Siguiendo el cursodel río, a poco trecho, se entra en la ribera de ToaBaja. que es una de las más desmontadas, llanasy hermosas de toda la Isla: se extiende hasta labahia de Puerto Rico, cuasi tres leguas de tierrasexcelentes para la cosecha de todos frutos; perosólo siembran maíz, frijoles y otras legumbres; tie·nen algunos trapiches, y el ingenio de don Agustínde Losúa en que se saca el mejor azúcar yaguar­diente de la isla, bien sea por la inteligencia delsujeto o por la mejor calidad de la tierra". Másadelante dice el mismo historiador. Fray IñiguAbad: "La iglesia de Toa Baja es decente y.la másbien alajada de toda la isla". Invilamos al oyentea no olvidar este detalle de la riqueza de estaiglesia la que el historiador llama además· la másantigua de la isla.

A juzgar por las informaciones que anteceden ypor las que nos suministran otros historiadores.don Salvador Brau entre cHus. ya para el 1869 TuaBaja ofrecía en su aspecto físico la estampa delplleblito de antes que Virgilio Dávila inmortalizóen su famoso libro. Tenía Toa Baja su ingenio azu­carero. su iglesia, su treintena de casitas y su vis­toso f1amboyán en plena floración. En un ligeroanálisis que de esta captación del poeta hace donEmilio S. aelaval especula sobre cual es realmenteel plleblito que Virgilio Dávila describe en su so­neto inicial. Indudablemente impera ahí la. siludade Toa Baja pero no ·se debe descartar la idc:l deque el poeta incorporara al mismo algún pl:rf1l de

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las otras dos aldeas que fueron el escenario de su"ida posterior a la captación del cromo original,la estampa del caserio perdido entre el verde de lavega ondulante que circunda el Toa.

Dice así el soneto que sirve de pórtico al librode r~ferencia:

Es el pueblo chiquito y alegre y pintoresco:su treintena de casas de antigua construcción,y algunas nuevas. Todas pintaditas al fresco,y unas, COn antepecho; las otras de balcón.

En el medio, la iglesia de liguas perfilescon su media naranja de subido punzó,y ostentando orgullosa en dos torres gentilesen una, las campanas; en la otra el reloj.

A compds de la iglesia, la placita cuadrada,que simula por mayo una alfombra floreada.(En el centro ella tiene un viejo Ilamb·oyán.)

¿Lo demds? Los bohios, hogar del desconsuelo.p:Jr detrds de las casas. pegaditos al suelocomo si en ocultarse vincularan su alán...

La primera edición, publicada en el año de 1917,lleva en la carátula un dibujo de Julio Raimundi.un humilde pintor de la época y de quien me ocu­pé en una crónica que apareció hace algunos añosen el periódico El Mundo. El dibujo, un poco rus·tico, revela la falta de técnica del pintor, pero reco­ge con fidelidad la estampa rural de nuestros pue·bUtos del último tercio del siglo diecinueve. Recogela estampa que captó el niño que a los siete añosde edad le dijo adiós para ir de la .mano del padrehacia campos más úberrimos, hacia tiempos másprometedores en sus ansias de superación. Segura.mente que allí, en la aldea nativa, conoció el niño alos personajes que alientan en sus versos como elcura, el barbero, el médico, el sacristán y otros.El maestro es su padre y sabe de su tragedia comoobjetivo de la intolerancia del Gobernador Laurea·no Sanz que descargó sobre el magisterio nativotodo el odio de su mal gobierno. Un tío del poeta,según apunta don Emilio S. Belaval, encabeza unalista de mambises del gobierno castrense que pa­decíamos.

El padre del poeta, don José Ricardo Dávila,nació también en Toa Baja en el año 1834 y fue,como hemos dicho, maestro de vocación. Trabajócomo tal en San Juan, Vega Alta, Vega Baja y ToaBaja y fue, mientras se desempeñaba como maestroen la escuela pública del régimen español, que su­frió bajo la tiranía del General Sam. Al dejar laescuela gubernamental pasó a enseñar en un colegiode su propia regencia en el pueblito de Toa Bajaen donde procreó toda su familia de la que Virgilioera el único varón. Al mudarse a Bayamón, llevan·do de la mano al futuro cantor de Puerto Rico, te·nía en proyecto establecer su colegio en este pue­blo que por su riqueza y cercanía a la capital

ofrecía un .mejor porvenir para su familia. Su coleogio, establecido en la calle La Palma (hoy Dr. JoséCelso Barbosa) funcionó hasta el año de 1882 y enél estudiaron algunos compatriotas que más tardese distinguieron en distintas disciplinas del sabercomo don Manuel Fernández Umpierre y los her­manos Manuel y Guillermo Fernández Mascaró, esteúltimo. combatiente de la Guerra de Independenciade Cuba y diplomático al servicio de la vecina repú.blica antillana. Años más tarde recibieron tambiéninstrucción del viejo maestro el Dr. Manuel DueñoColón y el Ledo. José Pesquera Dávila, quien ocupóla Comisaría de Puerto Rico en Washington.

Tal como hemos informado, al arribo del i1us·1re educador a Bayamón, acompañado de su fami·lia, éste era sencillamente una aldea un poco másgrande que Toa Baja con una situación geográficamás ventajosa. Fundada en el año de 1772 habíaprogresado muy poco al arribar al primer centena·rio. De acuerdo con la historia de la aldea, escritapor el Dr. Agustín Stahl, su extensión se limitabaa la iglesia levantada cerca del Alto del Embarca·dero que iniciaba la salida hacia San Juan por lasaguas del Río Bayamón, unas cuantas casas a sualrededor y la plaza que seguía el patrón de todaslas plazas de Puerto Rico. Hacia el norte se exten­día la inmensa vega que surcaba el río y eran, talcomo en el caso de Toa Baja. terrenos afectadospor las inundaciones. A la margen de los ríos y muyespecialmente por el Barrio Flor del Valle, se levan­taban algunos trapiches que producían aguardientey el azúcar crudo, que era el producto de la época.Los lanchones, que subían con mercaderías de lacapital, luego de cruzar la bahia, bajaban cargadosde frutos menores, casabe, carbón, leña, aguardien­te, azúcar y frutas tropicales. También había, a lamargen del río, fábricas de ladrillos que llamabantendales.

Los demás terrenos, los que yacían al sur espe­cialmente, eran terrenos llanos y fértiles. Los pri­meros pobladores de la comarca, agricultores ycomerciantes, eran asturianos, gallegos y canariosque junto a los nativos crearon una agricultura ricay un comercio próspero que probó ser de graneficacia en el porvenir de la aldea. Nuestro poeta ytoda su familia se integraron muy eficazmente a lanueva sociedad y fueron puntal de importancia enel progreso cultural y económico de Bayamón. Al·gunos de los Dávila fueron agricultores y otros co­merciantes. Virgilio Dávila en su mocedad y. enlos años maduros, fue también agricultor y comer·ciante habiendo sido tenedor de libros en algunascasas comerciales de su nueva residencia. Pero elSeñor le tenía reservado otro destino, el de salva­dor de nuestra cultura como cantor de costumbresy tradiciones nuestras y captor de la imagen delpueblito de antes, la estampa polícroma del caserío

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que va delde la aldea nativa hasta Sayamón y Gu·rabo. Luelo de estudiar primeras letraa con supadre, el Poeta pasó a estudiar en Santurce en ellnstltuto de Segunda Enseftanza que alU dlrl¡ian101 Padre. Jelultal, colello en el que le matriculóen el 1880. Del colello le tralladaba todol los ftnesde .emana a Gurabo, la nueva relldencia patema.Fue en este pequefto pueblo en donde ae despertóla vocación literaria de nuestro compatriota por sucontacto con don Matias Gonz'lez Garda, el es·forzado novelista cOltumbrlsta que nOI dejó enCarm,la y otrol Ubrol, el alma del paisaje puerto­rrlquefto y la alonia del jíbaro con IUS anlias, IUSproblemaa de la ruraUa y IU vivir crlltlano, humll.de y fataUata. Con el elcrltor gurabefto VlrlUloD'vlla Inicia proyectol literarios, forman una peftapueblerina y realizan una labor de intlma latiltac·clón ya que a ambos lel llama y IUleatlona elml.mo tema de la tlerra, el airo puertorrlquefto yIU deltlno.

En el afta de 1885 obtuvo el poeta IU bachllle·rato en Artel y Ciencias y tres aftol mál tarde. enen el U88, alcanzó el ¡rada para ejercer el mali.te.rlo en Ja. elcuelas póbllca. de Puerto Rico. Hizo Japr4ctlca junto al padre en Gurabo y la herenciat'n el arte apoltóllco de la Enleftanza le alrandóJunto al viejo maeltro que vio con .atl.facclónal.....r.e en el hijo la profellón que tanto amaba.Ambo. mae.trol, eJ padre y el hijo, dejaron tantoen Sayamón como en Ourabo, ¡ratol recuerdol deIU habilidad, de IU alta dedicación en Ja tran.ml.Ilón del Saber. Ambol hicieron buenal Jas palabra.de don JaleS de la Luz y Caballero y ellal Je .Irvle.ron de lema a lo laflo de .u fecunda carrera comomaoltroa: "Instruir puede cualquiera, educar lóloaqu'J que Jea un evanleUo vivo". Luelo que donJo.' Rlcudo D'vlla preparó a .u hiJo debidamenteplanteó a la autoridades elcolarea de Gurabo IUdeleo de fO,rOlar a Bayamón a IU viejo colelio, aempezar de nuevo IU mi.lón educativa al puebJoque le había aco Ido tan amabJemente al abando­nar IU pueblo de Toa Baja. Era el afta de 1889,cuando el viejo maeltro entreló a IU hijo Vlral1lola elcuela de Gurabo y con Ja elcuela, el alma deotro pu,""'o que con Toa Baja y Bayamón forma·rian la trllo,'a del luefto, el motivo de un canto de¡Iorll que pJ.lmaría para 101 aftol del porvenir laeleena bucóUca de nueatro quehacer de ftnes de11,10.

Hay dOI poemal de Vlrllllo D4vUa que pertene·cen a elta eSpoca de IU formación podtlca que esforzado citar, uno por lo bloF'ftco y revelador dela vena humorJltlca del poeta, y el otro, porquedelpunta en di al apallonado cantor de Ja mujerpuertorrlqueftl, poema del amor puro, una tenden·cia conltant. en toda IU obra. Rl primero de eatolpoemal lo elcrlbló en Bayamón y le eJcenlfica en

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parte en el viejo Puente de Hierro. lusar de citade la muchltansa de la ~poca. Como apunt~ ante·riormente el poema blo¡r4ftco, eacrlto con Iraelay campea en el mismo la elesancla literaria que atoda au obra Imprimió el poeta de nuestros anhe.los. El otro el el poema del amor, Inllplraclón de lamujer que fue en Gurabo el motivo de los desvelosdel blsofto maestro de escuela. Se llamó dofta Caromen Morales, IU primera esposa y Ja que le diola mayor!a de IUI hljol.

Desde el afto de IU nacimiento Ja vida de Viril·lio DávlJa transcurriÓ en un clima a¡ltado no sólopor 101 anhelol de libertad de nueltro pueblo, sinopor la Introducción en Puerto Rico de Instrumen·tOI neceaarlos para su Implantación. Nació nuestropoeta unos mesel despulfl del Grito de Lares, nues·tra primera expresiÓn de rebeldia colectiva, que sino cuajó en realidad Ilrvló como elUmuJo a nue·val amblclonel Ubertarlal y hacia una proyecciónmál realllta en el último tercio del 11110 dleclnue·ve. Para la milma l!pOCI le Introdujo la imprenta y8e empezaron a publicar 101 primeros periÓdicos.La Ubertad de los elclavos se hizo una reaUdad ymlentralla palabra Impresa Iba de un punto a otrode la lila con el mensaje de 101 hombres libres, ce·liaba en 101 barracones de los latifundios eJ lamen·to de una raza dlsna de mejor deltino. Se¡undoRulz BeMI y Emeterlo Betaneel, dOI esforzados pa·ladlnel de la Justlcla, se hacían lentlr en el 'mbl·to IIJefto y en Elpalla, que a la vez relpondía areformal de IU r6¡lmen 'lera mál propicia a ofrel llamado de los que bUlcaban nuevas rutaa en eldelarrolJo poUtico· de la hlltorla.

Para el afta de 1887, ya para terminar su carre·ra como mentor en el Cole¡lo de Jelultas en San.turce, VlraiUo D4vlla fue testlao del movimientoautonoml.ta en la lila. Rn Bayamón este movlmlen·to, que lacudlÓ la conciencia libertarla de 101 puer·

•torrlqueftol, ya que era el ,rito de protesta de unpueblo Inerme frente al delpotllmo de unol malol,obernantel, tuvo el relpaldo de ftsural promlnen.tel. Para dar una Idea de la mUltancla de elte mo­vimiento en Bayamón el bueno copiar, del UbroHbtorla del Arlo 1887, del profelor Lydlo Cruz Mon·clava, la Ilsulente InformaciÓn del relato que élhace de lal expreliones y mlUtancla de algunos al·caldea de la lila en relación con 101 Uderes y actollocalel del movimiento autonomilta: "Más hOltUaÓn fue el Informe del alcalde de Bayamón. donEu¡enlo SantaeIJa, quien calificaba la poUtlca au­tonomllta de aer contraria al ¡obierDo: al partldo,de dílcolo e Irrelpetuoso: y de alquerolos· repUleldedlcadol Ilempre a toda clale de maquinacionescontra nueatra querida madre Patria a IUI Udereslocalel, don Antonio Fem'ndez Umplerre, don Fl·an.claco Muftoz, don Antonio Tlvó, don HermóleneaBarbosa, don Jo.6 Antonio Puentel, don Manuel

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Maria Hidalgo, don Manuel Benito León, don Eu­clides Jiménez Moreno y don Agustín Stahl Stamm."

Aunque para esos años de su formación profe­sional Virgilio Dávila no era político militante, con­viene resaltar hechos y personajes de ese últimotercio del siglo diecinueve para hallar así la razónde muchos de los cantos de rebeldía del distingui­do cantor puertorriqueño. Se ha querido dar la im­presión de que Virgilio Dávila fue un político in·condicional que pasó desapercibido frente a losdesmanes de España y más tarde frente a los erro­res iniciales durante el cambio de soberanía. Nadamás lejos de la verdad. No podía ser de esa ma·nera quien fue templado ffente a la injusticia yquien estuvo en contacto con espíritus rebeldes,hombres de avanzada en la lucha autonómica delpaís, como don Luis Muñoz Rivera, el Dr. José CelsoBarbosa, el Dr. Agustín Stahl, don Román Baldorio­ty de Castro y don Manuel Femández Juncos. Eranhombres que admiraba el poeta y estuvo en contac­to personal con la mayoría de eUos como hemos di­cho por convivencia en Bayamón o Gurabo, porasociación de ideas o por colaboración directa enla brega intelectual, como en el caso de don Ma­nuel Femández Juncos, el distinguido escritor as­turiano que realizó en nuestro país una admira­ble labor cultural y política que conquistó para élel cariño y el respeto de todos los puertorriqueños.

Virgilio Dávila hizo amistad con don ManuelFernández Juncos a través de Matías González Gar·cía durante su residencia como estudiante y luegocomo maestro en Gurabo. El viejo periodista publi­caba en San Juan El Buscapié, un semanario de ten­dencia autonomista y a la vez literaria que circu­laba a través de toda la isla. En este semanariocolaboraban los más sobresalientes escritores delpaís, entre ellos don José Pablo Morales, de ToaAlta, y otros que desde hacía tiempo venían impul.sando en el país las ideas liberales reformistas tan·to en las campañas por los pueblos de la isla comoen- la asamblea de Ponce en el año 1887. VirgilioDávila en realidad no fue un politico activo hastaprincipios de siglo. En esos días de la agitaciónautonomista estaba atento al estudio y a hacer es·bozos literarios, que consultaba con sus compañerosde tertulia en Gurabo y más tarde con el maestroasturiano. Pero nadie puede negar que la inquietudde la época y el pensamiento liberal de sus mejoresamigos influyera" en muchos de sus versos, cantosde rebeldía, estrofas admonitivas y un camino cla­ro de salvación de una cultura en crisis.

La mayor parte de sus versos de fines de siglolos publicó en El Buscapi¿ como hemos dicho. Suasociación con el distinguido escritor astur-boricuala propició González García y fue una amistad lar­ga y fecunda. El bisoño cantor fue su frecuente con­sultor literario y la orientación del maestro probó

ser buena. Virgilio Dávila guardó los más altos elo­gios para el maestro y la amistad profunda y sin­cera entre ambos, tuvo los fuertes lazos de la fa·milia, pues como tal se estimaban ambas, la delpoeta y la del maestro y escritor español. Eran mu­chas y variadas las anécdotas de esa amistad queVirgilio Dávila gustaba de referir en sus días pos.treros. El maestro seria colaborador con VirgilioDáviJa y Braulio Dueño Colón de un volumen decanciones escolares, elaboradas con trozos de ópe­ra, danzas puertorriqueñas y otros aires nativosy que sirvieron para moldear el alma de varias ge­neraciones que en dichas canciones hallaron ins­piración y perennidad en el recuerdo de los díasescolares. Los dos poetas escribieron la letra y elmusicólogo ilustre les puso la orla musical. Eranlos días en que Bayamón se proyectaba en laisla como un gran centro cultural de faena ilu­minadora.

Tres acontecimientos históricos se operan enPuerto Rico en el año en que Virgilio Dávila aban­dona la escuela para dedicarse a la agricultura yel comercio. En ese año de 1898, Puerto Rico gozapor primera vez de un efímero régimen autonómi­co en el que figura, con el cargo de Ministro de Ha·cienda, don Manuel Fernández Juncos, el viejoamigo y consejero del poeta. Meses más tarde ocu­rre la invasión de Puerto Rico por las tropas ame·ricanas y el país pasa a desarrollar su vida bajoun régimen esencialmente republicano y bajo unanueva cultura. Virgilio Dávila atiende su finca enel barrio Santa Rosa de Guaynabo y, como hemosdicho antes, lleva los libros en una tienda que enla calle La Palma de Bayamón operan sus primos,Sebastián y Gaspar Dávila. Tiene treinta años deedad y es ya el poeta del verso de factura impeca.ble en el que alienta el amor acendrado a la tierraque le vio nacer, al paisano, que perdido en el agrocultiva sus tradiciones, y espera del Creador tiem­pos mejores. Es el poeta que deja oír la voz de pro­festa, que apunta la duda del futuro, que interrogaa Dios sobre el destino de la Patria. Es, y él nolo sabe, el cruzado de la cultura, el hombre provi­dencial puesto en medio de la historia para cantarlas glorias de la raza y salvar, para las generacio­nes que se suceden, todo lo bello, todo 10 grande,lo inmortal y lo sublime que hay en la herenciahispánica. Es el destello de su libro Patria, el pri.mero de su fecunda obra y que aparece en el año de1903, cinco años después del cambio de soberanía.

A los treinta y cinco años de edad y en las pri.meras elecciones celebradas en Puerto Rico bajo elnuevo régimen, Virgilio Dávila fue electo alcaldede Bayamón rompiendo así la vieja tradición demantener en ese puesto a hombres de edad madu·ra, figuras de barba luenga y porte majestuoso. Elnuevo alcalde venía con el prestigio del poeta y

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del hombre dinámico que ejercía el noble queha.cer de la Enseñanza y que además era comerciante,agricultor y ciudadano que sabía proyectarse envarias disciplinas del deber ciudadano, entre ellasla de la sencillez, el espíritu democrático de la con·vivencia y un deseo sincero de servir a su pueblo deadopción. Lo había postulado' para el alto puestoel Partido Republicano fundado por el Dr. JoséCeJso Barbosa, el aguerrido autonomista de fines desiglo que buscaba a su pueblo una trayectoria nue·va a la luz de los nuevos gobernantes.

Tanto los archivos municipales como los testi·gos presenciales de la época en que nuestro poetasirvió como alcalde de Bayamón dan fe de la di­námica del hombre público y del buen servidor quefue el cantor de nuestras costumbres. Bajo su ad­ministración Bayamón dio los primeros pasos ha·cia un progreso que se materializó años más tarde.Virgilio Dávila gestionó para su pueblo la instala·ción de la luz eléctrica, se construyó una Casa Al­caldía que 60 años después sigue ·prestando servi·cios al gobierno municipal como sede de sus oficionas y, además, gestionó para su pueblo las prime­ras industrias. Fue también, y ello por militanciapropia, un gestor de la cultura plasmada en obrafecunda en libros, veladas y certámenes que hicie·ron historia en la vieja aldea.

En Bayamón, y ,para esa época, se empezaron aconstruir grandes edificios para albergar las ofici­nas y talleres de las poderosas compañías america·nas elaboradoras de tabaco que dieron riqueza yesplendor a este pueblo en donde la clase tabaque.ra fue una aristocracia del trabajo por 10 fabulosode sus salarios, el gusto refinado de su vida y suactividad en las nuevas corrientes políticas que agiotaban al mundo. Bayamón comenzó a crecer al lle­gar a la vieja aldea tabaqueros y despalilladores dela isla y fue así como surgió la Calle Comercio, laCalle Toa Baja y Vista Alegre. Miles y miles deobreros hallaban el sustento en los talleres y elambiente fue testigo de muchas y variadas agitacio­nes sociales y un afán del elemento obrero por irimponiendo nuevos principios ideológicos bajo elliderato de don Santiago Iglesias PanUn, un galle­go cuyo nombre y militancia es parte iluminadorade nuestra historia política y social.

Fue surgiendo también para esos años la quefue luego industria rica y de gran aprovechamien­to para Bayamón, la industria empacadora de citro­sas. Agricultores de los Estados Unidos, muchos deellos soldados que habían llegado con las tropasinvasoras, fueron comprando pequeñas fincas enBayamón y pueblos aledaños y sembrándolas de tooronjas, chinas y piñas que, empacadas, eran vendi·das en los centros distribuidores de Philadelphia,Nueva York, Baltimore y Boston. Bayamón era en·lonces una aldea enclavada en medio de un gran

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predio perfumado, de una inmensa arboleda cuaja.da de frutas y de flores. Ningún escenario mejorpara la actividad de un alcalde poeta. En su visióndel porvenir, y como adelantándose a la implanta·.ción de una modalidad'de la exención contributivapara las nuevas industrias, Virgilio Dávila como al­calde gestionó para que se cediera a la Puerto RicoRailway Light and Power Co., una compañía cana·diense que explotaba la fuerza hidráulica del Saltode Comerío, el uso del terreno en donde hoy estánenclavadas las oficinas y las instalaciones generado­ras de fuerza eléctrica de la Autoridad de las Fuen­tes Fluviales. La parcela, por gestión administrati·va y deseo suyo de colaborar en el progreso de Ba·yamón, fue cedida por don Ricardo Vela. La únicacondición exigida fue que en los trabajos de la comopañía se usara solamente fuerza trabajadora de Ba­yamón. Como dato curioso quiero señalar que porla mitad de ese terreno y con miras a usarlo en losproyectos de mejoramiento del Bayamón del futu·ro, el gobierno Municipal pagó el pasado año lacantidad de $350,000.

Virgilio Dávila fue reelecto en el año 1908 y suincumbencia como alcalde de Bayamón duró hastael 1911 en que hubo una disidencia dentro del Par­tido Republicano y fue electo el Lcdo. Manuel Gae·lán Barbosa. Nuestro biografiado pasó entonces aocupar el cargo de Presidente de la Junta Escolar,lo que habla elocuentemente de su calidad comoservidor público y la estima que por él sentía supueblo. Hay dos anécdotas de esa época de su vida,una como propagandista político y la otra comoalcalde. La segunda tuvo resonancia en los tribu­nales de justicia de Puerto Rico y entran en ellacomo actores los más ilustres escritores y poetasdel país.

La campaña en que Virgilio Dávila gestionó supuesto de alcalde, se desarrolló principalmente enlos campos, ya que era allí en donde estaban losvotos y en donde estuvieron hasta hace unos añosatrás, antes de surgir las nuevas urbanizaciones ymaterializarse la gran concentración urbana. Secelebraba un meeting en el barrio Minillas de Ba·yamón y el tipo de campaña era poco más o me­nos como el de hoy: comida y bebida para todoel mundo, música jíbara para alegrar el ambientey efusión en los abrazos con promesas de mejora­miento de la vida con nuevos caminos, medicinasy trabajo para los hombres de la ruralía. El día ha­bía transcurrido sin incidentes con el poeta comoatracción mayor con su juventud, su disposiciónpara el baile, su charla amena salpicada de anéc­dotas y su historial de autor de versos bellísimos ybuen maestro de escuela. En medio de la algarabíade los discursos y los cohetes, Virgilio Dávila so­ñaba con que Ilegartl la hora del descanso luego delalmuerzo y el café.

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Llevaba el poeta en el bolsillo superior de suchaqueta un hermoso tabaco elaborado especial­mente para él, una de aquellas fumas que los taba·queros elaboran para ellos con el mejor tabaco delPflís. Ya terminado el almuerzo y en los labios elsabor y el perfume del café prieto, el poeta busca·ba la salida de la vieja casona para caer en el baotey y realizar su sueño de sibarita. Un jíbaro saltóde un rincón y metiendo dos dedos en forma detijerilla en el bolsillo indicado, sacó de allí el codi·ciado tabaco mientras decía: .. Don Velgilio, éste nose lo fuma usté." Y con una frescura natural yasombrosa le pegó fuego mientras esparcía en elaire el aroma embriagante.

A los dos años de haber sido electo para un se.gundo término como alcalde de Bayamón, en mayode 1910 para ser más exactos, se celebraron unasfiestas patronales que se consideran las más fastuo­sas en toda la historia de la ciudad. Entre otrosactos se celebró un concurso literario que incluíaPoesía, Ensayos Literarios y además, una biografíade don Román Baldorioty de Castro. Concurrieronlos más connotados poetas y escritores de PuertoRico, llevándose el premio de la biografía el escri­tor Pablo Morales Cabrera, de Toa Alta. La reinade las fiestas era Fellita Giménez, una joven de be­lleza extraordinaria, hija de don Alfredo Giménez,Administrador de Correos. Cuando las fiestas esta·ban en su apogeo se le ocurrió a unos presos queestaban en la Cárcel Municipal elevar una peticiónde indulto a la soberana, a 10 que ella accedió.

Como la política es elemento que no pierde opor­tunidad, inmediatamente alguien informó al Pro­curador General del caso y éste, ni corto ni pere­zoso, ordenó el arresto de los presos fugitivos e in­coó proceso contra el alcalde poeta, a cuya sombrala belleza, en la persona de la reina, había dado lalibertad a unos infelices. Muchos de éstos, al saberde su inminente captura, habían huido a los cam·pos, así como el alcaide de cárcel Durelio Costoso.El proceso fUe de corte en corte hasta llegar al Tri·bunal Supremo y en las distintas etapas del mis·mo intervinieron intelectuales de la talla de Neme­sio Canales, Luis Lloréns Torres, el Padre Juan Ri­vera Viera, de Humacao, y Rafael López Landrón.tres abogados y un cura. Los artículos literarios ypoemas referentes al caso aparecieron en varios nú­meros de la Revista de las Antillas. de Canales yLJoréns Torres. una de las mejores revistas' de cuán·tas se han publicado en Puerto Rico. No sabemosel final del célebre proceso, pero nos parece quepor respetable y grande que sea un alcalde poetay por lo obligado que nos sintamos ante una belle·za de nuestro suelo, coronada reina. hay que recor.dar el viejo a(orisma, HLa Leyes dura, .pero es laLey".

Luego de la publicación de su libro Patria en

1903 hay un receso largo en la producción literariade Virgilio Dávila. Es en el año de 1909 en queconcurre por primera vez a un concurso literarioy conquista la Medalla de Oro en las justas de lagaya ciencia auspiciadas por el Casino de Maya·güez. Su poema, La Canción del Pálido, subyugapor el encanto de su exaltación de la isla nativa, subelleza, su mar y su cielo, sus mujeres amorosas ynobles y. sobre todo, el tesoro de la herencia culotural hispánica. Este poema, conjuiuamente conEmbajada, dedicado a VilIaespesa, y Diciembre, seconsideran los poemas más bellos del poeta. En ladécada del diez publicó sus libros Pueblito de An­tes, Viviendo y Amando, y Amores del Terruño.Fue la época de su mayor vendimia, época de suconsagración como el gran poeta de la tierra. elcantor de nuestros anhelos, de nuestra cultura ytradición. Es bueno anotar que al finalizar su in·cumbencia como alcalde, Virgilio Dávila pasó a ocu:par el cargo de Presidente de la Junta Escolar. unambiente propicio para la buena labor que hizo dan·do a su poesía la fuerza educadora que tuvo éxitoen la plasmación de un tipo de puertorriqueño so­ñador. orgulloso de su origen y firme en su trayec·toria hacia su mejoramiento social y político.

En el 1927 publicó Virgilio Dávila su último li­bro, el cual tituló' Un Libro para Mis Nietos. En élhace ejercicios elementales de gramática para losniños y además, en forma sencilla. una exaltaciónpoética de los' valores literarios y políticos del país.Es un libro que revela al maestro que había en elcantor puertorriqueño. Luego de este su postrerlibro. regalo a los niños puertorriqueños, VirgilioDávila entra en lo que podemos llamar su consagra­ción como poeta. cantor y maestro, guía de su pue·blo, salvador de una cultura y prototipo de hombrecabal. ejemplo a seguir por quienes buscan el ca·mino recto de un vivir honesto y fecundo. Durantela segunda mitad de la década del treinta se hicie­ron nuevas ediciones de sus libros, Aromas del Te­rruño y Pueblito de Antes, con unas traduccionesal inglés hechas por su hijo José Antonio Dávila, elfino poeta que nos dejó en Vendimia la espiga do­rada de su inspiración.

Durante esa época de su consagración, VirgilioDávila recibió el homenaje de varias institucionescívicas y culturales, como las escuelas de Bayamón,el Ateneo Puertorriqueño, la Universidad de PuertoRico, la Asociación de Maestros de Puerto Rico yde los niños de Puerto Rico. en homenaje líricoinolvidable que el poeta atesoró como el más her­moso y conmovedor. Virgilio Dávila agradeció. enla intimidad con sus mejores amigos, el tributo quele había rendido Puerto Rico a través de diversosactos organizados, como hemos dicho, por distintasentidades representativas de la cultura y el patrio­tismo puertorriqueño. El poeta habia dicho en uno

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de l'oUS primeros poemas y que figura en cl pórticud~ su libro Patria:

Yo llU puedo aspirar a que lu fumal'ollsa~re t, mí sus illmortales "imllos;YIJ 'lO puedo aspirar a que la Glorial'" su áureo templu me reserve un sit;o;más quiero que al murir quede ell el mundo,siquiera entre lus míos,tl/~o que obli~ue a recordar mi nombre...

¡Tenf;O I/orror al olvido!

Nu tuvo que morir el poeta para promover su con·1>ugración y la realidad de quc nuestro pueblo sabeagradecer a quienes le sirven con fc y entusiasmo.Su verso sencillo, su orientación pcdagógica, su\'ida llena dc la gracia dc Dios, fue ese algo que élinvoca y lo que no ha permitido que su nombrc seaulvidado.

A poco de morir el poeta cl 22 de agosto de 1943,se publicó una biografía suya y más tarde otra,salvando así para la posteridad la obra y la vidadel ilustre cantor. Su nombrc figura en el pórticod~ varios edificios escolares y un cascríu, en donde

residen lus humíldes a los quc él cantó con amory fe patriótica, lleva también su nombre ilustre. Enel 1964, una editorial puertorriqueña, la EditorialCurdillera, hizo una recopilación de su obra y lapublicó, desde Patria hasta Un Libro Para Mis Nie·tus, para dclcitc dc los amantes de la buena lectu·ra y aún más para los que gustan de hurgar en lahistoria los orígenes de nuestro ser como pueblo,lo que hemos sido, lo que somos y lo que hemos deser a la luz de esa trayectoria. Dos cosas altamenteencomiables suceden con la hcrmosa exaltación deVirgilio Dávila: Puerto Rico se engrandece recor·dándole con el cariño, con el afecto y la admiradónde un pueblo agrndecido. No hay dudas de que se·gún pase el tiempo y haya más necesidad de hacerperdurar la esencia de nuestro ser como pueblo,más a menudo se irá al encuentro de Virgilio Dávi·la, como el hombre que Dios puso en medio de hihistoria en una hora de crisis cultural. El hizo unaubra fecunda y toda ella obliga a recordar su nomobreo El horror al olvido había sido disipado en lamente del pacta cuando aún alentaba en nuestroparnaso. ¡Gloria a los pueblos agradecidos!

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La tierruca

POR VIRGILtO DÁVILA

E S EL MÓVIL OCEANO

gran espejodonde luce como adorno sin igual

el terruño borincano,que es reflejo

del perdido paraíso terrenal.

Aquí nace el puro ambienteque respiro,

y se asienta la morada en que nací,y ese sol resplandecienteque yo admiro,

aquí nace, aquí brilla, y muere aquí.

Son de fáciles pendientessus colinas,

y en sus valles de riquísimo verdorvan cantando bellas fuentescristalinas,

como flautas que bendicen al Creador.

De mis padres fue la cunay ella encierra

las más santas afecciones de mi ser.¡Yo no cambio por ningunaesta tierra

donde tuve el privilegio de nacer!

c.-_......JW por.

..

Es el móvil Oceanogran espejo

donde luce como adorno sin igual,el terruño borincano,que es reflejo

del perdido paraíso terrenal.

.. ..t·':

"

• ¡. D....• \al ~._

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LA TERRUCA.

...

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Primavera sus mejoresatributos

muestra siempre generosa en Borinquén.En los campos siempre hay flores,siempre hay frutos:

¡Es Borinquén la mansión de todo bien!

¡. Do! por.dI .... JIll. n· r le. m·....• \al ¡Ea ..·rloo .._ 1,.,. DIe·" &II.ftelJIII. wt.Io~ ...

:¡¡.==-- p

'NÚM. 22.V'....... J)b...

""~/tpN"""'"

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Análisis de la crítica sobre Virgilio D~vila *

Por MAIÚA ARROYO DE COLóN

1. Críticos de Virgilio Dávila

DESputs DE RASTREAR TRABAJOSAMENTE POR LIBROS,revistas, periódicos, álbumes y almanaques pa­

ra dar con la critica de la obra de Virgilio Dávila,nos sentimos inclinados a admitir 10 que, en tonoquejoso, nos dijera su hijo José Antonio, sobre elestado general de la crítica nuestra. Cojeamos enesto todavía. En la obra de nuestros críticos.

lO Su más estimable labor fue dedicada al estudiodel arte forastero, y si alguna vez se dedicó alnuestro, fue' sin un plan premeditado y definidoo sin una visión consistente de nuestro destinoartístico.H I

En consecuencia, preciso resultó que nos equipá.sernas de lupa para ayudamos en la tarea. Hemostenido que echar mano de los prólogos, que nosiempre punzan en lo más hondo. Si hiciésemosun recuento de los que de algún modo o de otro,se han ocupado de su poesía, quizás podríamos darla impresión de que han sido muchos. Pero nosequivocaríamos, ya que algunos como Manuel Mar­tinez Plés, despachaba el asunto en el limitado es­pacio de dos o tres Uneas; Matías González Garcíarecoge más visiones de su tiempo que de su obra:Romualdo Real se muestra más apologético que crí­tico; y los demás, con la excep.ción de Enrique La­guerre, Emilio S. Belaval, Cannen Rosa Díaz y María

..* Capitulo III de la obra .Vida y Obra d~ Virgilio Dd·1'11.2-.

1. José Antonio Dávila. - ..La critica como orientadorade nuestra cultura-o en Ateneo Puertorriqueño, vol. IV,núm. 4, San Juan. P. R., octubre, noviembre y diciembrede 1940, p. 257.

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Cadilla de Martínez, sólo han reseñado alguno desus libros o han lanzado con prisa de proyectilalguna opinión personaUsima.2 Significamos a En·rique Laguerre y a Emilio S. Belaval, por haberintentado un estudio más totalizador el primero,má's unilateral el segundo, ya que su fin excbJsivofue el de estudiar la poesía de su poemario, Pueblitode antes.

Vamos pues a encaramos con la crítica tal cuales.

2. Sobre lo regionalista

u Estamos, según afinnación de Laguerre, frentea nuestro mejor representante de la poesía sencilla,regionalista, con anécdota."] Por otro lado nos topa­mos con una opinión en parte distinta en 10 querespecta el regionalismo. Cesáreo Rosa Nieves lovio de esta manera:

"Al llegar al siglo xx, y al calor de nuevas co­rrientes modernistas del verso, se vislumbrananotaciones al paisaje puertorriqueño en lasobras de Virgilio Dávila y Luis L10réns Torres,pero ninguno de los dos da la nota de completaobjetivación hacia lo cual vamos encaminados."·

Los aciertos que en esta apreciación pudiera te­ner Cesáreo Rosa Nieves parecen malograrse con eluso del término vislumbran, para señalar el paisaje

2. Todavfa no se ha publicado la obra de Carlos OramaPadilla. Aquf hay un intento de J'CQ)ger el consenso de lacritica sobre la obra del poeta. (Este capitulo fue escritocuando aún no se había publicado la obra de Orama Padilla.Ya se publicó.) Véase bibliógraffa.

3. Enrique Laguerre. - Ob. cit., p. 91.4. Cesáreo Rosa Nieves. - Ob. cit., p. 167.

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puertorriqueño en Virgilio Dávila, y en segundo tér­mino, por exigirle más objetivación de la que nosha dado; aparte de que creemos que la objetivacióncompleta estorba al logro del arte. Para opinar con!.aguerre o con Rosa Nieves, vamos a apoyarnosprimeramente en la opinión del resto de sus críti·coso Emilio S. Belaval destaca el hecho de que elpoeta.

"está cómodamente situado dentro de su medio;más aún, forma con dos literatos más de sutiempo, con Miguel Meléndcz Muñoz y con Ma­tias Gonzálcz Garcfa, una sólida trilogfa de nues­tro tema criollo".'

" aún añade:

jique- se puede concretar (con ellos) un ciclo depuertorriqueños".'

Recogemos los dos vocablos: criollismo 'Y puer­torriqueñismo que fundidos nos parecen dar la me­jor fórmula de regionalismo definido. No es posibleque exista eso con sólo anotaciones al paisaje.

Antonio S. Pedreira y Concha Meléndez indicansobrada objetividad en el regionalismo de la poesíade Virgilio Dávila, no sólo en lo folklórico sino ade­más en sus descripciones y en la anécdota. Veámos­le confimado por sus palabras:

"Virgilio Dávila, cuidadoso y huraño, y MatíasGonzález Garcia, desaliñado y festivo, se sitúanfrente a los temas jíbaros con un caudal de ex­periencias atesoradas en pleno campo que vincu­lan su producción en forma amena de recuerdos,en incidentes (olklóricos, anécdotas y descripcio­nes que dan sentido histórico y documental atodo cuanto escriben," T

He ahí una evidencia más de lo que intentamosesclarecer. Los adjetivos históricos y documentalson a nuestro juicio, acertados epítetos para la cla­sificación de su regionalismo. Mayor objetividad nocabe dentro del marco de lo poemático, que eficaciay precisión de historia y documento. Nosotros ha­bíamos tenido hasta aquí la opinión, y aún la sos­tenemos, que nuestro poeta, a fuerza de andar tantopor las vecindades de la realidad, irrumpe en loprosaico, en algunos poemas. Ese regionalismo pal·pitante ya desde su primer obra, según apunta Ma·tías González Garda al prologarla, cuando se refierea su particular estilo como convergiendo"a un solo

.5. Emilio S. Belaval. - Visión de un Pueblito de antesen la poética de Virgilio Dávila <critica mínima), en Ate~neo Puertorriqueño, vol. IV. núm. 4, octubre, noviembre ydicicmbrc de 1940. págs. 296-305. Este trabajo sirve de pró­logo al libro • Pueblito de antes-, en su segunda edición.

6. Ob. cit.7. Antonio S. Pedreira )' Concha Mcléndez. - .Luis

L10réns Torres, el poeta de Pucrto Rico_, publicado en ElMllndo, San Juan, P. R., 20 dc agosto de 1933, p. 6.

punto, a un solo sentir, al sentir de la región",' seacentúa al llegar a Aromas del terruño de la que nosdice en su reseña Rafael Montañez que •

"que es una ofrenda más de Virgilio Dávila a latierra amada, rendida en forma de honda inter··pretación de sus valores étnicos, de fervorosa de­dicación al esclarecimiento de entrañadas poten·cialidades"; •

En síntesis, la obra le ha parecido al reseñista,"un jugoso cofre de ambrosía criolla. "10

Queremos participar de la manera de considerareste poemario, insistiendo en que lo criollo, siendouno de los aspectos que mejor definen nuestra re­gión, nos hace creer su regionalismo objetivo a to­das luces. Este libro es ciertamente un pebetero deperfumes regionalistas. Ahí está el paisaje y el paisa.naje, sin demarcaciones de tiempo. Es de ayer y dehoy. Ahí está la jibarita y el jíbaro, el cafetal, eltlamboyán, la zafra, la central, las fiestas patronales,el bohío, el guapo del barrio. Escuchamos el cantardel pitirre, nuncio de la aurora, como de alegría,el del coquí, y hasta el choclá de la guinea.

Por otro lado Pueblito de antes, desde el umbralde la obra, con ese pueblito de la treintena decasas" desflecadas por los bohíos arrivistas de losdel inicio de nuestro éxodo. Sus tipos representati­vos del paisanaje siglo XIX bien podrían servir dereclamo constante a los pinceles de acuarelas o alos jóvenes del drama puertorriqueño.

Veamos ahora un cuadro impresionista a la vezconcreto de una vista parcial de nuestro bohío enAromas del terruño.

.. Al pie de la montaña, junto al rio,que le manda sus cantos a la brisa,de un platanar en medio se divisael muy humilde y rústico bohío." IZ

y este otro:

"lA palma real es un adornoen el solar puertorriqueño:luce la forma de un paraguasque tiene un mango gigantesco

•columna hermosa y elegante(Obra del Mdximo Arquitecto)con un eÁtremo fijo en tierray un verde toldo al otro extremo,de donde su saludo al díadice el pitirre mañanero." n

Mucha razón reconocemos que tuvo don ManuelFernández Juncos cuando lo confirmó como

8. Matlas González Garcia. - .Prólogo dcl libro Patria-,de Virgilio Dávila, San Juan, P. R., 1903, págs. 34.

9. Rafael Montañez. - .Notas Bibliográficas., PuertoRico Ilustrado Inc., San Juan, P. R., 13 de abril de 1940,vol. 31, núm. 1.569. p. 12.

10. Ob. cit.11. .Pucblito de antes-, 3ra. cdición, p. 15.12. Aromas del terruño. - p. 60.13. Aromas del terruño. - 2da. edición, p. 102.

31

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"el verdadero trovador de la campiña puertorri­queñan

•14

En consecuencia, convencidos de haber encon­trado el sentido auténtico de nuestra región enVirgilio Dávila, nos solidarizamos con Emilio S.Belaval y con Enrique Laguerre en sus respectivasapreciaciones:

"En Virgilio Dávila el afán de pintar su tiempoes superior al afán poético." 11

"El regjonali~mo de Virgilio Dávila, artística·mente logrado en Aromas del terruño y Puebli·to de Antes es su característica más notable." 11

3. ¿Urbanismo o Ruralismo?

Emilio S. Belaval nos llama la atención hacia elhecho que le parece por demás curioso de que VirogUia Dávila-

"se anticipa a una última modalidad de la lite­ratura, de hacer lo que podríamos llamar unaliteratura urbana".17

Enrique Laguerre nos sale al paso con una ase·veración diametralmente opuesta. Sintetizando todolo que había dicho sobre Pueblito de antes, con·cluye:

"Virgilio Dávila es un poeta ruralista; conscien·te de que es en el campo donde está la mejoresencia puertorriqueña." 11

y aún con más claridad agrega:

"El pueblito de Dávila es pequeño, con aspectorural más que urbano."'·

Sólo estos dos de sus críticos han tratado eseaspecto de la obra de Dávila, razón por la cual recu·rrimos al texto para hacer las aclaraciones sobreeste matiz de su creación en el que indicamos diver­sidad de opiniones. Con titulo de Portada, nos fran·quea Virgilio Dávila la entrada a su pueblito. Y conuna advertencia que nos orienta sobre lo que vamosa encontrar, nos deja el umbral expedito para lasconfidencias.

"Si por IlUmilde y franca mi musa borinqueiia,la charla que te brinda tu corazón desdeiia,ya estás junto al bohío, no pases el dintel," ~

14. Manuel Fernández Juncos. - .Juicio sobre Aromasdel terruño-, Tip. San Germán Diaz Hno., 1916. p. 3.

15. Emilio S. BclavaJ. - .Prólogo del libro Pucblito deantes-, 3ra. edición, p. 4.

16. Enrique !.aguerre. Ob. cit.. p. 33.17. Ob. cit., p. 1.18. Ob. cit .• p. 93.19. Ob. cit., p. 94.20. .Pueblito de anles-, 3ra. edición. p. 13.

32

Ese último verso nos hace detener frente albohío. No nos parece que el poeta haya seleccio-

, nado ese exponente de nuestro ruralismo, con el finde enfatizar la característica de humildad de sumusa, sino más bien, muy consciente de la concep­ción ruralista de su pueblito. Pero si hubiese dudaalguna, aparece este pueblito, definido en sus ele·mentas más conspicuos en el segundo soneto. Parala captación total, lo copiamos integro:

"Es el pueblito chiquito, y alegre y pintoresco.Su treintena de casas de antigua construccióny algunas nuevas. Todas pintaditas al fresco,y unas con antepecho,' las otras con balcón.

En el medio, la iglesia, de ligeros perfiles,con su media naranja de subido punzó,ostentando orgullosa en dos torres gentiles,en una las campanas; en la otra, el reloj.

'A compds de la iglesia la placita cuadrada,que simula por mayo una alfombra floreada.(En el centro ella tiene un viejo flamboyán.J

¿Lo demds? Los bohios, hogar del desconsuelo,por detrás de las casas, pegaditos al suelo,como si en ocultarse vincularan su afdn." 1I

Ya lo hemos visto. Es ese un pueblito de unaiglesia, una placita, treinta casas, y los bohíos quelas rodean. Si vamos a la historia, no podemos me­nos que irnos del lado de Laguerre en lo de lUralis·mOr La descripción de San Juan, que para 1600 se lla­maba ciudad, nos pinta un cuadro que aun teniendo.. 200 casas de piedra, de tapia y de madera, y conunos cien bohíos" con "dos hospitales y tres ermi­tas" no dejaba de tener, como indica el historiador,"un aspecto verdaderamente campestre".22 En lle­gando al siglo XIX a su último tercio, un pueblitocomo el de Dávila, no podía tener categoría ni apa·riencia urbana.

Esa hora de sol recrudecido del poema Mediodíaen el hogar 23 en que como afirma Belaval: "el crio­llo siempre se ha creído que la historia se detieneen lo que él acaba de dormir la siesta" 24 no puedeser copia fiel de un mediodía urbano del siglo XIX,

cuando ya el tranvía había hecho rechinar sus rui·dos en su ir y venir; el espíritu del magisterioinsular andaba desvelado con las cesantías del go­bernador Sanz; el estímulo intelectual se difundíacon rapidez de contagio, y aún algún pueblo anodaba en trámites secretos por darle el golpe degracia a la colonia. Sólo en ámbito aldeano pode·mas concebir tanta quietud.

Añadiendo a lo dicho lo que todos hemos yaacordado y es que c.on la excepción de San Juan,

21. .Pueblito de antes-, p. 15.22. Paul G. Miller. - -Historia de Puerto Rico-. Rand

Mc. Nally y Compañia, Nueva York, 1922, págs. 129-130.23. .Pueblito de antes_, p. 79.24. .Prólogo de Pueblito de antes-, 3ra. edición, p. 8.

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Ponee, Mayagüez, Arecibo y quizás Caguas, el restode nuestros pueblos tienen un aspecto totalmenteruralista. Si aceptamos, como ya lo ha aceptado lacrítica general y lo adelantó el propio Emilio S.Belaval, que el pueblito de Dávila es una tipificaciónde nuestros pueblos, tiene que ser más ruralista queurbano.

Los dos sonetos últimos recogen dos aspectossensiblemente rurales; el amanecer en nuestra monotaña y el hábito arraigado en nuestro campesino detomar prestado. Damos sólo un ligero pincelazo decada uno de ellos:

"Cuando del dormitorio se lanza la gallina,despierta Sinforiano, mi antiguo y fiel peón,y va por una puerta de las de la cocinaen pos de la .Berrenda», que está en elcorralón." lS

y

..La jeringa de Minga no paraba un momento...¡No contaba con otras aquella vecindad!" JO

No negamos totalmente el que ese pueblito ten·ga leves.atisbos de urbanización; pero creemos quese impone lo agreste. Ha ido muy lejos Belaval ensu excelente ensayo al darnos la noticia de que yateníamos en poesía nuestra literatura urbana. Laexpresión de ese género aquí está todavía por hacer.

4. Técnica e influencias

En lo concerniente a influencias, sus críticos hanhecho algo por trazar el rastro de autores en suobra. Todos han salido del estudio, contestes en lode reconocerle el logro de una manera personal, enla fonna y fondo de su orbe poético.

Desde 1903, al prologar su primer libro, nos ha­bía dicho Matías González estas palabras como in·tento de definir su estilo:

"Dávila tiene su carácter poético. su forma pro­pia, su estilo peculiar." n

Manuel Martínez Plés, en su afán por hacer unaclasificación de nuestros poetas en una u otra es­cuela literaria, confronta una ligera perplejidad enllegando a la obra de Virgilio Dávila, porque nopuede encuadrarla entre los fieles seguidores detendencias, que tanto abundan aquí. Su soluciónfue la de contarlo entre los eclécticos, como vere­mos:

25. Ob. cit., p. 81.26. Ob. cit., p. 83.27. Matfas González Garcfa. - En el prólogo menciona·

do para el libro • Patria., págs. 3-10.

"Virgilio Dávila también pertenece a esa familiaindependiente, pintor de ideales y de la natura·leza..." 2J

No obstante esa condición de nuestro poeta derebatir "las pequeñas argucias de una escuela ode una teoría o de la moda literaria que propala eltiempo,2!l pueden reconocerse con bastante certi­dumbre algunas influencias literarias.

Entre los que se han ocupado, aunque no todoscon un plan predeterminado, en la busca. de estas ve­redas, figuran Enrique Laguerre, en primer términoy María Cadilla de Martínez y Carmen Rosa Díazen segundo ténnino. Los demás lo que han hechoes insinuar alguna ligera semejanza o alguna queotra asociación. En este particular Laguerre nos hadicho lo siguiente:

..Aquí se notan sus influencias de Hugo, DíazMirón, Amado Nervo y Gustavo Adolfo Béc­quer."JO

De Pueblito de antes, en particular, añadió que"es más del modo de Herrera Reissig de los Exta·sis de la montaña".J!

Hay pocos reparos que hacerle a estas afinna­ciones. De Víctor Hugo, ya habíamos sido enteradosque estuvo convertido en un ídolo de los que culti­vaban nuestras letras a fines del siglo pasado y aprincipios del presente. Virgilio Dávila parece habertomado de él también parte del tono fogoso y re­tumbante que aparece en Patria. No es necesariotampoco repetir aquí las ma.rcas de lo mironianoen él. Este pareció en su primer tiempo ser su guíapredilecto. La forma perfecta de su verso puedetener su entronque en el Dfaz Mirón de antes deLascas, ya que posterionnente, como hemos visto.las simpatías de Dávila se negaron a quien antesse dieran completas. Desde 1912 ya se hablaba deesta influencia que hoy podemos vislumbrar clara·mente. Eulogio Harta. indicó entonces, al hacer suscomentarios sobre el segundo libro de nuestro poe­ta, Viviendo y amando, que en el poema Religiose advierte la influencia de Díaz Mirón.J2

Nos parece un tanto difícil precisar con todaexactitud en qué consiste la influencia becqueriana.Creemos bastante justificada la aseveración de Fe­lipe Sassone en lo de hallar la influencia de Bécqueren casi todos los poetas de América, pero a la vezvemos la dificultad que él encuentra en lo de pun­tualizar con toda exactitud en qué determinados

28. Manuel Martínez Plée. - En el .Libro Azul de PuertoRico., p. 772.

29. Emilio S. Belaval. - En .Critica mfnima-, ob. cit.,p.3.

30. Enrique !.aguerre. - Ob. cit., p. 92.31. Ob. cit., p. 92.32. Eulogio Horla. - cEI libro de un poeta· Virgilio

Dávila_, en La Democracia, 18 de marzo de 1912.

33

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'poetas puede verse de primera intención diáfana ydecisiva.)) No obstante esta circunstancia, creemosque en el Virgilio Dávila de la época gestativa, seobserva una melancolía en el amor que puede tenermucho de becqueriana. Además, hemos sorprendidoen él, el mismo modo romántico de Bécquer deatribuirle al paisaje el sentimiento sombrío o rego­cijado de acuerdo con las emociones amorosas porque va pasando el alma del poeta. Citamos un ejem­plo de calla uno a manera de comparación:De Bécquer:

"Hoy el cielo y la tierra me sonríen:Hoy llega al fondo de mi alma el sol.Hoy la he visto. La he visto y me ha mirado...Hoy creo en Dios.")O

De Virgilio Dávila:

"El cielo estaba como nunca tristetriste como un amante sin consuelo,pero a mi amor la recompensa distey yo vi alegre como nunca el cielo." lO

Esla manera de atribuirle al paisaje el animismoemocional del poeta no es exclusiva ni original deBécquer, sino una manera que generalizaron los-románticos; pero ese tono sutil y sin estridenciasque observamos en ambas estrofas, eso lo trajoBécquer a América. Creemos oportuno indicarque Bécquer fUe uno de los autores favoritos deVirgiliu Dávila.36 Veamos además las semejanzasformales del poema Esclavo de su libro Patria conotras de las rimas becquerianas:De Virgilio Dávila:

"Desde que falta de tus almenasel orgulloso pendón hispano,cuando derramas tu luz bermejapor otros mares, por otros campos,¿qué decir oyes, sol esplendente,sobre este bello rincón hispano?

¡Que hoy, como antes, jardin del trópico,gimes esclavo!

Desde que ondula sobre mis valleset pendón rojo, y azul y blanco,la ardiente huella del sol, tu amado¿qué decir oyes, cándida luna,sobre este bello rincón indiano?¡Que hoy, como antes, jardEn del trópico,

gimes esclavo!" 31

33. Felipe Sassone. - .EI infiujo de Bécquer en Améri·ca-, en Brújula, revista cultural puertorriqueña. San JuanP. R., julio, diciembre, 1936, vol. IJ núm. 778, p. 170. '

34. .Becquerianas-. en Brújllla, cit., p. 173.35. • Viviendo y Amando-, p. 62.36. Poseemos el testimonio de María Inés Dávila. hija

del poeta.37. Ob. cit .• págs. 71-72.

34

De Bécquer:

"Cendal flotante de leve bruma,ritada cinta de blanca espuma,rumor sonoro de arpa de oro,beso del aura, cenda de luz

eso eres tú." l.

Estos decasílabos de Virgilio Dávila parece quese escribieron entonando el ritmo de la rima deBécquer. Observemos cómo ese amor dolorosode Bécquer ha entrado hasta en su modo de tratarel tema patriótico, en forma tal, que le ha puestosordina a los tonos fuertes de Surswn Corda yRedención, para citar sólo dos de sus poemas deese tipo.

La influencia de Amado Nervo, indicada por La­guerre y por Carmen Rosa Díaz, está clara especial­mente en el libro Viviendo y Amando. Ninguno se·ñaló la época de Nervo que influyó en nuestropoeta. Por medio de la comparación de motivos enambos poetas, encontramos un paralelismo estrechoentre algunos de los poemas del libro citado con lapoesía de la última época de Nervo. Nos referimosa la época a la que se refiere Jorge Cuesta cuandodice que "el hombre allí acabó por destruir al artis­ta" porque de acuerdo con razones que explicaantes. "el progreso de la poesía en Amado Nervotermina en la desnudez", de tal modo que nosobliga a un cierre de ojoS.39 Virgilio Dávila dio temoprano acceso en sus gustos literarios a esa poesíacon fines consoladores. En su poema filosófico LaCanción de la Vida, se inspiró en un poema deAmado Nervo para consolar el corazón del tristede la manera siguiente:

"El hombre no debe jamás estar triste.La pena es un traje que el gozo viste.La cáscara amarga que encierra el placer.....

Como lema de este poema citó unos versos deAmado Nervo:

"y no estés triste nuncaque es pecado estar triste.....

El fuerte parecido señalado entre Pueblito deantes con el libro Extasis de la montaña de JulioHerrera Reissig, no nos pareció al principio cosa deinfluencias. Con toda franqueza declaramos que es­tuvimos muy próximos a rechazar esa afirmación.Las diferencias entre ambas obras eran tan marca·das que las semejanzas de forma que eran las no-

38. Gustavo Adolfo BécQuer. - .Obras escogidas-, tomoU, Barcelona, Compañia de publicaciones IberoamericanasS. A., sin fecha, R. 184. .

39. Cuesta, Jorge. - AntolOgía de la Poesía MexicanaModerna, p. 45. Casa Editora Contemporáneos, México, 1928.

40. .Viviendo y Amando-, p. 15.41. Ob. cit

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torias no bastaban para la convicción, ya que Virgi.lio Dávila habia escrito un soneto alejandrinoanterior a la fecha de componer todo su libro entreinta y cuatro sonetos de ese tipo, del mismomodo que Herrera Reissig hizo con su Extasis dela montaña. El fondo del Pueblito de antes es to­talmente histórico y como ya quedó indicado porBelaval en su Critica minima, y muy poco lírico.Esta expresión de la escasez de lirismo en el librode Dávila lo vamos a escuchar dicho por el primercrítico de la obra:

"Cuando, sin embargo, su musa borinqueña pa·sea por las calles silenciosas de su pueblitoparece que esta musa pierde todo su lirismo,cierra los labios para que no brote del pecho elfuego generoso de la poesía, y abre bien los ojoscomo si dirigiera una postrera mirada a unpueblo de antes llamado a desaparecer.<J

Extasis de la montaña no tiene ni un ápice deese realismo. Sólo existe en la imaginación de suautor. Es realismo que nada tiene que ver conlo que le circunda. Ha sido puro arte. El que haestudiado esta obra con más detenimiento, Y. PinoSaavedra, tiene la siguiente opinión:

H lo esencial es que el ambiente de aldea y decampo es un ambiente imaginario en que biennada o poco importan los trasuntos de la reali·dad circundante, si es que éstos aparecen. Unaatmósfera de encanto y de misterio se apoderadel supuesto realismo con que comienza el so­neto para terminar generalmente con una notadel subjetivismo que refleja diferentes estadosdel alma del poeta"."

Así hemos considerado esta poesía y acertadísi­mo por cierto ese criterio del subjetivismo queaparece como nota final de cada soneto. Ese subje­tivismo está ausente en Pueblito de antes.

Hay una diferencia fundamental que estriba enla influencia helenizante que ha señalado en Exta·sis de la montaña Francisco González Guerrero, in­dicando que en esta obra "se puede notar la influen·cia decisiva de los idilios helenizantes de AuxFlanes du Vase, así como de los cuadros rurales,subrayados con un dejo de ironía.'" Ese exotismo nose asoma en ningún poema de los de Pueblito deantes. Ahí no conviven ni Cloris, ni Luth, ni Cloe,ni ningún personaje que no sean los que palpó lareálidad del último tercio del siglo XIX nuestro.

La expresión en uno y otro también son puntosde contraste. Queremos aclarar que es~ opinión

42. Ob. cit., en ..Pueblito de antes_, p. 4.43. Dr. Y. Pino Saavedra. - ..La poesfa de Julio Herrera

Reissig_, p. 15;44. Francisco González Guerrero. - ..Critica sobre He·

rrera Reissig (Extasis de la montaña)-, en Antología liricade Julio Herrera Reissig, por Carlos Sabat Ercasty, 1939,p.34.

la comparte Laguerre. En Julio Herrera Reissig, elbarroquismo y el afán por metaforizar es excesivo.En Virgilio Dávila, la sencillez llega al extremo aque puede llegarse en la poesía.

En Extasis de la montaña está presente la notairónica. En Pueblito de antes abunda el humorismo.

¿En qué consiste el parecido que señala Lague.rre? No vamos a negarlo totalmente. Hay tangen­cias que provocan reacciones asociadoras en ambasobras. Ambos escribieron en sonetos alejandrinos.Ambos tomaron como fondo la vida ruralista contipoficación. En ambos hay anécdota. Más marcadapor cierto en Virgilio Dávila. La temática en amboslibro~ es muy parecida. Esto puede ser bastanteevidencia de que hubo algunfl influencia. Los repa·ros que hicimos al principio estuvieron cimentadosen esos marcados contrastes; pero aceptando quehay las semejanzas indicadas; y habiendo sido con.vencidos de que una vez descubiertas estas seme­janzas, el propio poeta aceptase, como lo hizo,45 quehabía leído a Extasis de la montaña con antelacióna la época de componer su Pueblito de antes, con.fesamos la derrota de nuestros últimos atisbos deduda.

En lo referente a parecidos encontrados entrePueblito de antes y el libro Spoon River Anthology,de Edgar Lee Masters,* y con De las Asturias sim­bólicas, de Alfonso Camín,47 este último señaladopor Carlos Orama Padilla, queremos también dejarexpresados nuestros hallazgos. Con el primero lasemejanza, si la hubiere, es demasiado impercepti­ble. La obra de Masters está cuajada de filosofía dela vida, hecha con preocupación fija en el continuopasar de lo que es eterno, con el empeño marcadode mostramos lo efímero de nuestra estada en latierra. Aquí el autor tiene un total de 211 personasque han muerto en la aldea. Desde el cementerio, enuna colina, por medio del soliloquio de cada perso­naje, nos hace explícito el sentimiento ante lo quese fue. Apena!> hay tificación. Tampoco puede fijár.sele límite histórico a ]a etapa en que vivieron. Esla filpsofía de todos los tiempos. Leamos dos pasa­jes como medio de comprobar ·10 anotado. Copia­mos a continuación parte del poema Chase Henry:

H 11'. lite 1 was the town drunkard.When 1 died the priest denied me burialIn holy ground.The which redounded to m~ good tortune;

45. Laguerre nos contó como una vez indicadas estassemejanzas, Virgilio Dávila le confesó personalmente Quehabia lefdo .. Extasis de la montaña_ antes de escribir su.Pueblito de antes_o

46. Edgar Lee Masters. - ..Spoon River Anthology_, NewYork, The Mae Millan Ca., 1919, 310 págs.

47. Alfonso Camino - ..De las Asturias simbólicas yNuevo poema_, Madrid. Renacimiento. 267 págs. (Este pan:­cido fue señalado por Carlos Onlma Padilla en la p. 156 desu obra citada.)

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For the Protestants bought this 101,And buried my body here,Close to the grave 01 the bankerAnd to his wile Priscilla.Take note, ye prudent and pious souls,O/ the cross currents in lileWhich bring honor lo the dead who Uve in shame. n41

Ese es el tono de todo el libro. Ahí sobresale eltema de la muerte como la gran igualadora, lo quepodríamos llamar la decretación del cementerio.En Pueblito de antes no está presente esa filoso­fía de:

"Conquer Ihy hourSleep not but striveSo shall Thou Uve. "49

El parecido indicado en la obra de Alonso Camínes más aceptable. Hay en ambas obras igualdad demotivos en la evocación de esa vida ruralista másque urbana, de la aldea de Camín y del pueblito deDávila. El tono en ambos libros es narrativo y pic­tórico. Coinciden en los cuadros del cura, de la es·cuela, de la aldea, y hasta en lo del paisaje.

Queremos aclarar que al hablar de estos últimosparecidos, no hubo la intención de ver influenciasde estos autores en la obra de Virgilio Dávila, sinolo contrario. Ambos libros son posteriores en épo­ca de publicación a Pueblito de antes.5O En el pri.mer caso, estamos seguros que Laguerre quiso in·dicar un parecido coincidencial más bien en el ju­gueteo humorístico, más o menos filosófico en Mas­terso El nos confesó que en cuanto al parecido conSpoon River Anthology, hizo la afirmación sabien··do que Virgilio Dávila no conocía dicha obra y quemenos podía presumir que Masters conociera ladel nuestr:o.51 Laguerre nos contó cómo al indicaresta semejanza, José Antonio Dávila hizo la deci­sión de traducir al inglés los treinta y cuatro sane·tos de Pueblito de antes. Esta comparación de La-guerre fue fructífera. .

Hay una influencia que sus críticos olvidaronmencionar. La doctora Cadilla de Martínez la indi­có de esta manera: "La más directa influencia es laambiental: voces, giros, temas, son extraídos delmismo." 52 Conociendo el realismo y regionalismode nuestro poeta, esto no admite discusión.

48. Ob. cit., p. 11.49. Ob. cit., p. 310.SO. Véase estas Cechas de publicación: .Pueblito de An·

tes», 1917; .Spoon River Anthology», 1919; .De las Asturiassimbólicas-, no tiene la Cecha en que fue publicado, peroel prólogo que 10 acompaña es de 1925. Siendo ésta laprimera edición, es de suponer que fue esa o una fechaposterior la fecha que se publicó.

51. Entrevista personal con EnFÍque Laguerre en la queaclaramos lo del parecido con la obra mencionada de EdgarLee Masters.

52. Dra. María Cadilla de Martfnez. - .La obra de Virogilio Dávila-, ensayo publicado en El Mundo, aparece enel álbum particular preparodo por Virgilio Dávila, pero noaparece la fecha en que fue publicado. La autora nos indiocó varias fechas pero no pudimos localizarlo.

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Carmen Rosa Diaz afinria que las preferenciasde Dávila estuvieron del lado del trío americano:Rubén, Nervo y Chocano.Sl De cada uno de los treshemos hallado algo en nuestro poeta. En el capítu.lo sobre fomías y estilo, notaremos lo rubeniano enél. De Chocano no tomó tanto la chocdnica estrofao quizás casi nada de esa estrofa, como la actitudde tornar los ojos a nuestro paisaje y cantar a lopuertorriqueño, como lo hizo el llamado "poeta deAmérica"

5. Lo Modernista

Higinio 1. Medrano expresó en la revista Pétalosde Cuba su criterio sobre la poesía de Virgilio Dá­vila. Hay en su juicio muchos puntos acordes conlo que han puntualizado sus críticos tIe aquí con ladiferencia de la limitación de estudios que su obrale impuso. Sólo lo pudo estudiar en su libro Vivien­do y amando. Medrana se fijó con más detenimien·to, primero en el grito patriótico en contra de Es.paña y en contra de los Estados Unidos y despuésen su poesía de la naturaleza puertorriqueña. Afor­tunadamente en este poemario aparecían sus poe­mas La jibarita y Bodas florales. En la primera nopareció haberse fijado. Más le atrajo la canciónrítmica del trópico con el amane~er antillano quela felicidad malograda de nuestra .montañesa.

Unas cuantas citas de su interpretación mere.cep anotarse:

"Muerto Marin en los campos de Cuba heroicacon la pluma convertida· en fusil; y desapareci­do más tarde aquel trovador festivo, exquisitoy sentimental que se escudó bajo el pseudónimo .de "Memon

, ha sido necesario que yo esperaseel paso tibio y tardo del tiempo para descubrirmi poeta de In dulce y riente tierra borinqueña. n

y

"No es de dudar que aIU hoy, hallase mi poetay que este fuese Virgilio Dávila,- autor de unmanojo de rima~ tituladas Viviendo y amando.Seduce por su suavidad, encanta por la sencillezamable de sus cantos. No es una musa wlgarni sata de su óJrcano las flores artificiales delmodernismo al uso.""

Hasta esa apreciación final, estuvimos de acuerdocon Medrana, pero ya eso de que no se haya fijadoen el modernismo de las formas de su poesía enViviendo y amando es algo que necesita revisión;aparte de que no creemos en el valor negativo deartificialidad que le atribuye al "modernismo en

53. Carmen Rosa Dfaz. - Ob. cit. en El Mundo, 17 dejulio de 1935.

54. Higinio J. Medrano. - Un poeta. de la revista .Pé­talos- de Cuba, publicado en Puerto Rico Ilustrado, SanJuan, P. R., 17 de enero de 1914.

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u o". Si este momento americano en la literaturaes, como lo ha visto Marinello, "el instante en queAmérica quiere hombrearse con Europa y superar­la";» no coincidimos en razón por los que mirancon desdén esa hora amel ¡cana dentro de lo eternoliterario. Este intento logrado de superación conti­~ental, aunque se valga de motivo!. exóticos y su­perficiales, si se quiere, tiene, no cabe duda, valorpositivo porque en su tronco fundamental está laflor nativista, la aspiración nacional.

Pero volvamos a lo que cree de Virgilio Dá\·iladentro de ese momento. Si Medrana no le vio eneste libro acogerse al modernismo en gran parte desus poemas, fue porque quizás se fijó exclusivamer'­te en el fondo conceptual de su poesía sin toma!" encuenta las formas. Aunque ya hemos reconocido suecIesticismo. Virgilio Dávila recibió con agrado yusó con éxito las formas modernistas. Precisamentedonde más se destaca su modernismo es en Vivien·do y amando. En esto se ha fijado Laguerre cuandoestudia la poesía modernista en nuestro parnaso.Hemos comprobado totalmente la certeza de su ob­servación que citamos:

"En sus metros (r~firiéndose a Virgilio Dávíla)es claramente modernista. Lo fue desde el albo·rear del siglo."".

¿Qué convenció a Laguerre de que Virgilio Dávilaacogió el modernismo en sus metros desde los al·bares del siglo xx? Esa convicción la enconlró enlas páginas de El Carnaval. En el 1904 se publicó elpoema La jibarita que oého años más tarde incluyóVirgilio Dávila entre los otros poemas de Viviendoy amando. La jibarita está escrita en el alejandrinorenovado por Rubén cuando éste estaba en la cús­pi~e de su arte. Está escrito en el mismo metro deLa sonatina y con ritmo flexibilizado. De ese cam·bio en metro y ritmo de la poesía de Rubén nos hadicho Diaz Plaja lo siguiente:

"-Rubén Daría ha sabido salvar el duro esco­lIo. ¿De qué manera? Destruyendo la unidad rí­gida de los alejandrinos. Estableciendo cesurasinsospechadas, gratas rimas internas, sonorida­des magníficas-".ll

55. Juan Marinello. - .Literatura Hispanoamericana_,Méltico, Ediciones de la Universidad de México, 1937, p. 119.

56. La poesía modernista en Puerto Ri,co, p. 92.57. Guillermo Díaz Plaja. - Rubén Darío: La obra:

.Notas críticas_, Barcelona, Sociedad General de Publica·ciones, S, A., 1930, p. 137

Virgilio Dávila acogió con agrado desde 1904, oantes quizás, ese metro sin el "duro escollo" paradamos a la manera de La sonatina su visión de la fe­licidad malograda de nuestra jibarita. La diferen­cia de estos dos poemas (nos referimQS a l~ formaúnicamente) estriba en que en la de Rubén el ritomo se establece con un acento sostenido de tres sí·labas, mientras que en la de Dávila el acento fijoestá en la sexta y en la penúltima sílaba con otroacento que aparece en la cuarta en unos versos yen la segunda en otros. En ambos poemas triunfala flexibilidad sin la única cesura obligada de loshemistiguios de aquel antiguo verso de la cuadernavía.

En Bodas florales, poema en el que se fijó Me·drano para deCir que en Dávila-

"aparece igualmente el culto idólatra de la tie·rra natal y en esta poesía, en su primera estro­fa, los clarores de la mañana despiertan al le­yente y la visión del pájaro tropical salta de ra·ma en rama; el cocotero que indolentementecolumpia sus penachos, -y la cresta montañesa,que despunta en los confines del monte, es unaamable realidad, sentida profundamente porquien conozca el amanecer risueño en las tierrasantillanas".

Ese amanecer de trópico más genérico antillanoque. particular puertorriqueño, no se h,ubiera escri­to si antes no le- preceden los primores modernis­tas de las fiestas galantes dieciochescas de Rubén.Hasta en la adjetivación, Bodas ftorales es de en·tronque modernista.

Podríamos con Virgilio Dávila, agregar una ex­cepción más (la otra es la de José Santos Chocano)a la justa valoración del modernismo que hicieraJuan Marinel10 cuando dijo que los modernistascultivan-

"Una gran poesla americana sin americanidad."!·

Fuera de Medrana, no conocemos ningún otrocritico de mares afuera que se haya ocupado de laobra -de nuestro poeta. La antología de don Fede­rico de Onís sólo se fijó en dos de nuestros poetas:Luis Lloréns Torres y Vicente Palés Matos. La obrade Virgilio Dávila no traspasó las colindancias in­sulares. A nosotros toca hacer que se conozca.

.58. Ob, cit., p. 119.

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Junio 9 de 1916.

Carta de Luis Muñoz Rivera

Ios poetas enjuician

~.obra de Virgilio Oávila

~~

pañero y amigo:Gracias. Conoda todos sus versos. Algunos de~ aria. Volví a leerlos, a releerlos. ¡Qué sencillez

I ~é hermosura! Usa usted el lenguaje contempo-"" /:, q , el de ahora, el de la hora presente. Y es unlfll~ir lio tropical superior, para mí, al Virgilio de las

églo~as romanas.. e gustan sus estrofas, y los pensamientos que

'L)eipesan, y las costumbres que describen, y losI li os que pintan. Nuestro país tuvo su trova ji­

bar con los octosilabos de don Manuel Alonso ySu anta épico en las octavas de don Pepe Padilla.,

~Lo poetas de su alma campesina los tiene en' Llo-ré s Torres y en usted. . '

Este libro Aromas del terruño, vivirá, durará./ ....._~,.... gozado con él·un placer suave y puro: el de evo-

oar mis montañas, las casitas de mis paisanos, el en­anta de mis paisanas: toda mi juventud, militante,asi detonante; pero un poco selvática y agreste. Yoi -gran honor- uno de esos jíbaros. Creo que lo

soy y quiero serlo todavía. Y mi ambición másulce es la de volver a mi suelo que no olvidé nun·a: a la de morir allá arriba en la calma y en laoledad de mi aldea.

Hacía falta en la literatura regional el tributoque usted aporta. Usted, desde sus primeros pasos,dio con su género. Siga cultivando y seguirá triun­fando. Y su página en nuestros anales adquirirámayor precio, mejor brillo, cuanto más tiempo co­rra y cuanto más se esfume en el crepúsculo de mipueblo infeliz la sombra DE LO QUE FUE, DE LOQUE TODAV1A ES, y de 10 que NO SERA, en elporvenir.

Acepte un pláceme mío sincero y un apretónde manos mío robusto y cordial.

Fdo.: LUIS MuÑoz RIVERA

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Carta de José P. H. Hernández

Río GranQe, Puerto RicoAgosto 1919

Sr. D. Virgilio Dávila.Bayamón.Mi querido Maestro: mi buen amigo:

Seguro estoy de que me perdonará, por lo tardeque correspondo a sus sinceras palabras de aliento.Me perdonará, pues de treinta días que el mes tiene,veinte los paso enfermo. Así estaré hasta que lleguela hora definitiva. Pero, en fin, eso no vale la pena.Escribamos, pues, palabras de vida.

Pennítame decirle, mi buen amigo, que no seenoje porque le llame mi maestro. Quiero honrarmecon ello. Lo siento así, y tiene Ud. que conformarse,porque de ello no desisto. Los culpables son sus dosúltimos libros. En el mes de julio estuve en Hatillo,mi pueblo natal, a ver a mi querida madre, y en lapequeña biblioteca que allí tengo, comencé a releer­los. Lo exclamé, ¡rotundamente! -Es usted el poetapuertorriqueño. Yo quiero seguirlo. ¡Ah, pero eneste desgraciado país, todo pasa desape~cibido!Tar­de, nos vendremos a dar cuenta de la obra de Virgi­lio DáviJa, que en forma perfumada, clara, sobria ysonora, ha hecho la verdadera poesía de nuestropaís, tierna, picaresca, consoladora y llena de des­consuelos. Y hágame el favor de permanecer mudo,a éstas mis manifestaciones. No está Ud. autorizadopara poner peros de ninguna especie.

¡Qué sabe el ruiseñor de sus propias canciones!~I canta. Nada más. La verdadera poesía brota in­conscientemente. Quizás en un instante de lucidez,pueda usted juzgar sus propios partos, pero no, noes posible, -usted no se da cuenta de que es nues­tro poeta, pese a quien pese, etc. Y este fallo mío esinapelable. No es que yo me crea un tremendo críti­co. En cambio sí me creo un verdadero "sentidor", Jos~ P. H. HERNÁNDEZ

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Segundo Ruiz Belvis: su actuaciónen la junta de información

POR LUIS M. DtAZ SOLER

INTRODUCCIÓN

AL CUMPLIRSE UN SIGLO DE LA CELEBRACIÓN DE LA

Junta Informativa (1866-67), el Instituto de Culotura ha querido rendir justo homenaje a un puer­torriqueño ejemplar que dedicó su corta pero elo­cuente y fructífera vida a la causa de la libertadde su patria. Se trata de Segundo Ruiz Belvis, queprecisamente en el mismo año (1867) en que regre­só de participar en la Junta de Información, rindióla jornada de su vida en la lejana República deChile, adonde le llevó su interés por la indepen­dencia de Puerto Rico en el momento en que su­fría el exilio que le impuso una orden del Teni~nte

General José María Marchesi Oleaga.

Niiiez. y juventud

El 13 de mclYO de 1829, en la hacienda "LuisaJosefa" del Barrio Guanajibo, que en aquella épo­ca formaba parte de la jurisdicción de Mayagüez,nació un niño que fUe bautizado con el nombre deSegundo, hijo de los esposos José Antonio RuizGandía y Manuela Belvis Carda. Trece días des­pués, recibía las aguas bautismales en el Santua­rio de Nuestra Señora de Monserrate, apadrinadopor don Pascasio Cardona y doña Luisa Belvis, ac­tuando el Presbítero Manuel Salvador Amat. Alsegregarse las tierras que habrían de integrar lanueva municipalidad de Hormigueros, fundado en1911. el barrio Guanajibo quedó dentro de la ju.risdicción del nuevo pueblo.

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En aquella heredad pasó sus primeros años deinfancia el niño Segundo. rodeado úc bienestar. deesclavos que labraban las tierras y servían en la ca­sona. rodeado de mimos y cariños que le dispen­saban los suyos. Cuando alcanzó la edad de asis­tir a la escuela, tuvo que hacerlo en la ciudad deMayagüez; allí recibió su instrucción -primaria.Cuando alcanzó la madurez necesaria para cursar

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sus estudios de bachillerato, fue enviado por suspadres a Caracas, capital de la reciéll fundada Re­pública de Venezuela. En tierras venezolanas serecibió de Bachiller cuando apenas contaba 18 añosde edad. Deseoso de continuar el estudio de lasLeyes, pidió a su progenitor que lo enviara a lacapital española.

En el momento en que abandonaba la patriadel Libertador con rumbo a España, abordó en LaGuaira una nave en que viajaba Ramón EmeterioBetances, joven que se trasladaba a Francia conel propósito de iniciar estudi"os de Medicina. Lacoincidencia del destino juntó a estos dos perso­najes, cuya entrañable amistad quedó sellada porla comunidad de ideas con referencia a los gravesproblemas que aquejaban a Puerto Rico. MientrasBetances se dirigía a la capital francesa, Ruiz Bel·vis ingresó en 1848 en la Universidad Central deMadrid, con el propósito de cursar la carrera deDerecho. En la capital española habría de coinci­dir con Román Baldorioty de Castro, José JuliánAcosta, Alejandro Tapia y ~amón Nadal Cuebas.Este último era hijo de Mayagüez y fue compañe·ro de hospedaje de Ruiz Belvis durante los añosen que ambos permanecieron en las aulas matri­tenses. Colaboró con los jóvenes mencionados enla tarea de fundar la "Sociedad Recolectora de Do­cumentos Históricos de la Isla de Puerto Rico",que se dedicó a rescatar documentación referentea la Isla que obraba en los archivos españoles. Elresultado de aquella patriótica tarea se dio a cono­cer en 1854 con la publicación de la Biblioteca His·tórica de Puerto Rico que apareció bajo el rubrode Alejandro Tapia y Rivera, quien se hizo cargode la edición. La Universidad Central de Madridotorgó a Ruíz Belvis el grado de Licenciado en De­recho y Letras con calificación de sobresaliente; elexamen final de carrera quedó certificado el 13 demarzo de 1857; el 6 de abril fue investido con elgrado mencionado. Tenía en ese momento 28 añosde edad.

Inicia su vida profesional

De regreso a Puerto Rico, el joven abogado fuea ejercer su profesión al pueblo de Mayagüez.Hombre enérgico y de sólida ilustración, se distin­guió prontamente por su rectitud en el cumpli­miento de sus deberes profesionales, cívicos y po­liticos. En 1859, aceptó el cargo de Juez de Pazde Mayagüez; al año siguiente fue designado Sín­dico del Consejo Municipal de aquella ciudad, que10 convertía en defensor de los intereses procomu­nales. En aquel pecho se anidaba un corazón gene­roso como pocos; su cerebro encerraba una inte­gridad ideológica a prueba. Los infelices veían en

él un ángel protector; a la primera oportunidadhabía libertado más de 40 esclavos de la Hacienda"Luisa Josefa" donde el joven abogado había vis·to la luz primera. Aprovechando el decreto emiti­do en 1848 por el gobernador Juan de la Pezueta,que ofreCÍa libertad a todo niño esclavo que pudie­ra aportar 25 pesos en el momento de ser bautiza·do, Ruiz Belvis y Betances se apostaban en elatrio de la iglesia de Mayagüez y pueblos limítro­fes con dinero suficiente para hacer el pago co­rrespondiente por los niñitos esclavos cuyas ma­dres se disponían a cumplir con el sacramento delbautismo. Aquella era una forma efectiva de libe­ración de esclavos que los dos patriotas no podíandejar pasar por alto.

Un triunvirato independentista

Pero los esfuerzos de Betances y Ruiz Belvisiban más allá. El doctor Betances, cuya labor médi­ca durante la epidemia del cólera morbo en 1855 leganó una condecoración de S. M. Isabel II, habíafundado en Mayagüez una sociedad secreta quelaboraba activamente por la emancipación de losesclavos de Puerto Rico. Con José Francisco Baso­ra se completaba el triunvirato que además de re­unir fondos para liberar negritos esclavos en lapila bautismal, laboraba febrilmente por la inde­pendencia de Puerto Rico. Pero el eficiente servi·cio de espionaje del gobierno descubrió las activi·dades de los tres compatriotas subversivos. Unaorden de destierro envió a Betances a la Penínsu­la. Al enterarse Basara que se habría de procederen contra suya se trasladó a Nueva York. Desdeel destierro, Betances mantenía contacto con Ba­sara y Ruiz Belvis, insistiendo en que se continua·ra colectando fondos para levantar un movimientorevoludonario en Puerto Rico. Para 1864, el go­bierno levantó el castigo impuesto a Betances yéste se apresuró a volver a su patria. El momentoparecía propicio para dar un golpe que posible­mente recibiría el apoyo de patriotas dominicanos,que por aquellos días deseaban liberarse del yugoespañol que les había impuesto el Presidente PedroSantana cuando colocó a la República Dominicananuevamente bajo el dominio de los peninsulares.Con Betances de regreso no le fue difícil al gobier­no determinar la procedencia de la propaganda re·yolucionaria; el distinguido galeno caborrojeñovolvió al destierro. Sabiendo que Ruiz Belvis erael más ferviente colaborador de Betances, procedióel gobernador Félix María de Messina a destituir­le del cargo de Síndico del Ayuntamiento de Maya.güez. También decomisó el libro de Hostos titula­do La Peregrinación de Bayoán y persiguió a quie.nes creyó enemigos del gobierno.

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RUIZ BELVIS ~LEGIDO

A LA JUNTA DE INFORMACIÓN

El 17 de noviembre de 1865, aITibó el nueyogobernador José María Marchesi, quien venía asustituir a Messina; al nuevo incumbente le co­rrespondió promulgar el Decreto emitido a' ins­tancias del Ministro de Ultramar, don Antonio Cá·novas del Castillo el 25 de noviembre de 1865, con­vocando a los representantes de Cuba y PuertoRico a una Junta de Información. El propósito dela Junta era ilustrar a los dirigentes peninsularessobre los apremiantes problemas de las posesio­nes ultramarinas. Una vez discutidos los problemasse sentarían las bases para otorgar las prometidasLeyes Especiales que habrían de garantizar la ma­yor felicidad dentro de la unidad nacional. La Jun­ta Informativa estaría compuesta de 44 miembros:22 provendrían de las colonias y 22 serían designa­dos por el Ministro de Ultramar. El decreto pro­dujo regocijo entre las personas de ideas libera­les y aprehensión en el sector conservador. Fuerontales las esperanzas e ilusiones creadas por aque­lla sensación de consulta que los separatistas pa­recían adoptar medidas más moderadas, menosagresivas, alentados porque todo indicaba que seiban a oír las quejas coloniales luego de treintaaños de vejámenes.

Celebradas las elecciones para comisionados ala Junta Informativa, resultaron electos: por SanJuan, don José Julián Acosta, de reconocidas ideasliberales, y el conservador don Manuel Valdés Li­nares; por Ponce resultó triunfante la candidaturadel conservador don Luis Antonio Becerra Delgado;Manuel de Jesús Zeno Correa; Mayagüez estaríapor San Germán iría el liberal don Francisco Ma­riano Quiñones; por Arecibo el conservador donrepresentado por don Segundo Ruiz Belvis, exalta­do a la candidatura por propuesta del doctor Ra­món Emeterio Betances, recién llegado del destierroque se consideró tan ligado a la idea separatistaque difícilmente resultaría triunfante y optó porrecomendar a su querido y admirado amigo. Losconservadores impugnaron la elección de Ruiz Bel­vis, pero el general Marchesi sostuvo su legalidady proclamó su validez. Cuando el Gobernador Ge­neral le transmitió al Ministro de Ultramar el re­sultado eleccionario y le rendía informe sobre laspersonas electas, creyó conveniente señalarle que ellicenciado Segundo Ruiz Belvis era abogado, propie­tario de San Germán .. de ideas exageradas en políti­ca, de carácter impetuoso, muy poco adicto a la Ma­dre Patria, ligado en estrechas relaciones con laspersonas más sospechosas de Mayagüez, que es elpueblo de esta Isla donde más resaltan las ideasantiespañolas". En materia de reformas, el gober­nador lo calificaba de ideas muy avanzadas, un su-

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jeto de pensamientos que contravenían la legalidady la justicia, ideas que había logrado propagar en­tres los ignorantes. El gobernador Marchesi le ase­guraba al Ministro de Ultramar que las gentessensatas de Mayagüez, amantes del orden y la lega.lidad, habían recibido con evidente desagrado suelección. En resumen, apuntaba Marchesi, Ruiz Bel­vis representaba el radicalismo político entre loscomisionados liberales elegidos.

Al quedar oficialmente sancionada el acta deaprobación de la elección, un grupo de sus amigosy correligionarios mayagüezanos -Ramón Emete­rio Betances, Eladio Ayala, Francisco Adsuar, Este­ban y Ramón Nadal, Belisario del Valle y otros­obsequiaron al elegido con una serenata que estu·va amenizada por la orquesta del maestro TizoI. Atal gentileza reciprocó Ruiz Belvis con un banque­te. Al finalizar el acto, el anfitrión presentó a loscomensales a un esclavo de su propiedad a quienacababa de otorgarle la carta de manumisión. Lohacía público para que constase a todos que aque­lla era su voluntad en caso de que le sorprendiesela muerte fuera de la Isla.

Pasados los actos que naturalmente sucedena un triunfo, Ruiz Belvis se comunicó con José Ju­lián Acosta para exponerle sus ideas sobre lo quedebía realizarse en Madrid. Consideraba que Cá­novas del Castillo era acreedor a reconocimientopor el buen juicio de establecer el derecho de lascolonias antillanas a intervenir en la formulaciónde las bases para las ansiadas reformas. Le preocu­paba no quedar a la zaga de Cuba en las demandascorrespondientes. Para Ruiz Belvis la misión pordelante era demostrar a la opinión pública y ofi­cial, que los delegados puertorriqueños eran legí­timos exponentes de los deseos y aspiraciones desu país. Debían aprovechar la oportunidad, no parainformar, sino para pedir y ..gestionar poderosa­mente la realización de pensamientos útiles que noentren en el plan de las reformas. Esto creo, estopienso, esto estoy pronto a hacer", le aseguraba aAcosta. Sugería a éste consultar a su vez a Baldo­rioty, Goyco y demás amigos, para presentar unfrente unido y sólido, conjuntamente con un pro­grama de acción sin perjuicio de futuras modifica­ciones.

UN NUEVO GABINETE ENTENDERlA CON LA INFORMACIÓN

A mediados de julio de 1866, llegaron noticiasde la caída del Ministerio Q'Donnell y el estableci·miento de uno presidido por el general Narváez,figurando en la cartera de Ultramar don Alejandrode Castro, quien reemplazaba a Cánovas. El nuevogrupo en el poder no tenía interés en la Junta deInformación convocada por el gabinete anterior,

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pero no podía suspenderla a aquellas alturas. Co­menzaron a correr rumores en el sentido de que sepensaba aplazarla indefinidamente. lo que desmin·tió rápidamente el Mini~tro de Ultramar. apresu­rándose a convocar la Junta con fecha de 19 deoctubre de aquel año. El 30 de ese mismo mes, secelebró la sesión inaugural de la Junta de Informa­ción en los salones del Ministerio de Ultramar apuerta cerrada y sin la presencia de la prensa. Delgrupo conservador de Puerto Rico, sólo se pre·sentó a cumplir con su cometido el delegado porArecibo, don Manuel Zeno y Correa. El grupo libe·ral estuvo dignamente representado por los trescomisionados elegidos; don José Julián Acosta ha·bría de actuar de portavoz del grupo.

LA JUNTA INFORMATIVA: PLANTEAMIENTO

DE LOS PUERTORRIQUEÑOS

La primera actuación de los tres jinetes del li·beralismo puertorriqueño fue plantear la necesidady discutir la conveniencia de la abolición 'de laesclavitud en Puerto Rico. En esa ocasión, anun·ciaron que habrían de preparar un documento comopleto relacionado con el planteamiento. El Informesobre la abolición de la esclavitud en Puerto Rico,presentado a la Junta Informativa ellO de abrilde 1867, solicitaba la inmediata emancipación delos esclavos que aún existían en suelo puertorri·queño. El Informe es en gran medida la contribu·ción de Ruiz Belvis a aquella memorable reunión;fue redactado a tono con las idea" e instruccionesrecibidas de Betances y sus colaboradores. Así loaseguró don Francisco Mariano Quiñones al escri­bir sobre Ruiz Belvis y sus actuaciones en la JuntaInformativa. El Informe sobre la abolición de laesclavitud queda en la Historia de Puerto Ricocomo el más elocuente y bien pensado documentoescrito en el siglo XIX.

De acuerdo con el Informe aludido, la aboliciónhabría de constituirse en un bien no sólo paraPuerto Rico, sino para la Nación. La esclavitud per­manecía en las posesiones ultramarinas de Españaen contravención del derecho natural, como sím·bolo de la negación de la personalidad humana,opuesta y afrentosa a la sociedad. Luego de trazarmagistralmente los orígenes y trayectoria históri·ca de la esclavitud africana, pasaban a un estudiodetenido de la institución dentro del reducido ám­bito insular destacando la situación ventajosa enque se encontraba la Isla para dar al traste conella sufriendo los menores perjuicios posibles. Lapoblación esclava del país era relativamente pe­queña; se utilizaba preferentemente el trabajo li·bre y se daba el loable espectáculo de trabajadoreslibres y esclavos en franca colaboración y camara-

dería mientras cultivaban los campos, limándosetodas las asperezas que podrían surgir del contac­to de razas distintas. De ahí que Puerto Rico nopresagiase la más mínima alteración del orden niconflictos raciales, y hasta se aventuraban a asegu·rar que la gran mayoría de los dueños de esclavosverían con agrado la desaparición de aquella man­cha del suelo puertorriqueño. Luego de discutir lasinconveniencias de la abolición gradual, la descar­taban como fórmula preferente. La libertad huma­na no admite puntos medios; cuando éstos existen,más bien son engendradores de nuevos problemasque surgen de las limitaciones que naturalmenteencierra una abolición gradual. En la realidad,apuntaba el Informe, "no hay ni puede haber es­tado intermedio entre la esclavitud y la libertad".y cuando esta última se concede, hay generosidaden el pecho del liberto para con sus libertadoresy aprecio por haber sido rescatada su dignidad deser humano al sentirse dueño de su voluntad. Hayen su nuevo horizonte respeto para lo que le perte·nezca, seguridad de su persona y normalidad paravivir una vida familiar. Esas ideas iluminan lamente sin estimulo de aquellas pobres criaturasnacidas para ver sus vidas consumidas lentamentebajo el sol ardiente del trópico. Los tres comisiona·dos reformistas esperaban que ocurrieran algunosinconvenientes y quebrantos, los naturales cuandose decreta una abolición inmediata, pero en el casoespecífico de Puerto Rico el país r.ecobraría pronotamente la normalidad, abonado por lo doblementefecundo que resulta el trabajo libre comparado conel trabajo esclavo. Ellos proponían la indemniza­ción para los dueños de esclavos porque ello era unacto de prudencia, de buena política. altamenteconveniente y una cuestión de justicia. Pero si laindemnización no fuera posible, si hubiese que op­tar entre la abolición sin indemnización o la con­tinuación de la esclavitud, no quedaba sino un solocamino: suprimir la esclavitud. Crefan en las ven·tajas de la reglamentación del trabajo de los li·bertas por un perfodo que no debía exceder decinco años. En suma, conclufa el Informe, "quere­mos y pedimos a nombre de la honra y del porve­nir de nuestro país, la abolición inmediata, radiocal y definitiva de la esclavitud... Esta petición,que aun siendo individual fuera digna de ser tenidaen cuenta, recibe aquí autoridad ilimitada, porquecon más que merecimientos somos en esta ocasiónlos elegidos por "el voto de algunas poblaciones yademás los representantes, no tan elocuentes comofieles de las opiniones, sentimientos y doctrinas dela mayor parte de los naturales de Puerto Rico".Comentando en 1870 sobre la extraordinaria laborde los comisionados puertorrigueños, don EmilioCastelar reconocía que aquel dictamen "será suhonra y su gloria; dictamen que en el porvenir

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será colocado junto a la Declaración de los Dere·chos del Hombre de la Revolución Francesa".

RUlz BELVIS SUSCRIBIÓ EL INFORME pOLíTICO:

BASES PARA LAS REFORMAS

Segundo Ruiz Belvis y Francisco Mariano Qui·ñones suscribieron con su firma el Informe sobreel problema político que preparó el cubano JoséMorales Lemus y que fuera aprobado por una co­misión en que figuraba José Julián Acosta. En di­cho documento los comisionados calificaron el ré­gimen colonial vigente de "absoluto, despótico einjusto", cerrando con una extensa propuesta dereformas que iban encaminadas a modificar la ad·ministr~ción ultramarina. Se pedía la igualdad decondiciones para españoles peninsulares y ultra­marinos: garantías de los derechos individuales;derecho de los puertorriqueños a ocupar cargospúblic09 en paridad de condiciones con los penin­sulares; concesión de los derechos políticos reco­nocidos treinta años atrás por la Constitución Na­cional e inherentes a todos los españoles. Treintaaños habían esperado las Antillas las reformas;los antillanos sencillamente pedían el disfrute desus derechos. Los comisionados procedieron a foromular las bases que servirían de fundamento parala aplicación en las dos Antillas de los derechospersonales conforme al espíritu y la letra de laConstitución nacional: libre expresión de ideas, de·recho de petición, libre ejercicio de profesiones, arotes y oficios sin obligación de agrerniarse y sintrabas de ninguna especie, admisión a empleos pú­blicos de acuerdo con méritos y capacidad de losaspirantes, libertad de contratación, respeto a lapropiedad con arreglo a las leyes, derecho de re·unión lícita para discutir pacíficamente sobre asun·tos públicos. seguridad de vida y domicilio. Si hu­biese necesidad de suspender las garantías consti·tucionales citadas, ello sería determinado por laJunta Provincial y la Diputación Insular; jamás porel Gobernador Superior. Los comisionados pros­cribían a perpetuidad el desafuero, los tribunalesespeciales y las facultades omnímodas, y se expre­saron contra toda forma de servidumbre. Jamásse procedería a coñfiscar bienes, la falta de cumpli­miento de contrato sólo daría derecho a reclamarindemnización, nadie seria privado de su propie.dad sino por causa justificada de utilidad públicay previa indemnización justa y equitativa. Esosderechos estarían garantizados con la organizaciónpolítica, en el hogar, en las relaciones humanas, enel municipio, en la provincia y en la nación.

Las "leyes especiales" que necesitaban las An·tillas españolas debían garantizar un gobierno ci·vil para Puerto Rico consistente en un Goberna-

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dor Superior Civil, una Diputación Insular y unConsejo Provincial, tres Diputaciones de Distritos(San Juan, Ponce y Mayagüez) con sus respectivosgobernadores de distrito, y Ayuntamientos en lospueblos. Los Ayuntamientos serían base del régi­men: alcaldes y tenientes de alcaldes debían serconsecuencia de elección popular directa. Los ofi·ciales municipales entendían con los asuntos loca­les, formulaban un presupuesto de gastos que seríaobjeto de revisión y examen por una Junta de Pre~

supuestos. Esta Junta debía quedar establecida in·mediatamente que quedaran instauradas las "refor­mas", ya que era un organismo que entendería contoda legislación de tipo fiscal. Sin embargo, no de­bía entender en enajenación o gravámenes de pro­piedades inmuebles sin previo acuerdo de la Dipu.tación del Distrito Provincial. del Consejo Provinocial y del Gobernador Superior. Los municipiosconvendrían con los ayuntamientos limítrofes lascuestiones· relativas a caminos vecinales que empal­men con otros de municipios colindantes, cuestio­nes de límites y obras de común conveniencia. Lascorporaciones municipales podían tomar emprésti­tos y contraer obligaciones sobre la futura recau­dación municipal previo acuerdo de la Junta dePresupuestos; pero no tendrían autoridad para es­tablecer contribuciones indirectas. Podían acordarcon los contribuyentes reunidos en Junta de Pre·supuestos, toda clase de impuestos o derrama queestimaren necesarios para cumplir con sus obliga·ciones. Los ayuntamientos estarían obligados a ren­dir cuentas de su gestión públicamente; sus cuen·tas quedarían a disposic~ón del Departamento deContabilidad insular. Los miembros del cuerpo mu­nicipal emn responsables mancomunadamente deinversiones ilegales de fondos; sólo la protestade un concejal contra acuerdos o abusos lo absol­vería de responsabilidad, estimándose su accióncomo acción meritoria.

La formación de los organismos municipalesse ajustaría a las bases orgánicas que debían con·sagrar el derecho electoral a los vecinos mayoresde 2S años que pagaran 2S pesos fuertes de contri­buciones anuales. Vecinos serían los jefes de fami­lia con residencia dentro del término municipalpor más de un año y un día, y los que hubiesen ob­tenido vecindad de acuerdo con las leyes. Se expli·caba el concepto de bienes propios y se hacía cla·ro que todo vecino siendo mayor de 2S años teníaderecho al voto; también les reservaban igual de­recho a los miembros de academias literarias ycientíficas de la Isla y de España, a doctores y li·cenciados, miembros del Cabildo Eclesiástico, cu­ras párrocos y sus tenientes; abogados, médicos,cirujanos y farmacéuticos en ejercicio de su profe­sión; magistrados, jueces de primera instancia ypromotores fiscales, arquitectos, pintores y escul-

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tares reconocidos, notarios, escribanos y procura­dores en ejercicio; profesores y maestros de ense·ñanza con título; gerentes de sociedades comandi·tarias que paguen la contribución correspondientey los condueños o socios colectivos. No podían ser¿lectores los que se hallasen procesados al momen­to de las elecciones, los inhábiles a consecuenciade sentencias judiciales de cualquier tipo: los in­capacitados física, mental o moralmente; los que sehallaren apremiados, con sus bienes intervenidos,los deudores a fondos municipales o a la haciendapública y los que se hallaren bajo vigilancia pororden judicial. Estas disposiciones no cubrían a losordenados il1 sacris, a los empleados públicos enservicio activo, los que percibían sueldos de fon­dos municipales o provinciales, los diputados pro­vinciales, los arrendatarios de propios. arbitrios yabastos de los pueblos y sus fiadores.

El cargo de concejal se desempeñaba por cuatroaños; quedaban excusados de ocupar dicho empleolos mayores de 60 años y los físicamente impedi­dos. Los Diputados a Cortes. a la Diputación Pro­\·incial o a la Diputación de Distrito Provincial nopodían desempeñar dichos cargos hasta pasado unaño de haber cesado en los mencionados oficios.Los cuerpos municipales se renovarían por mitadcada bienio y ello se determinaría por suerte. Loscun~e.iales podían ser reelectos siempre que estu­vieran dispuestos a continuar con el cargo. Alcal­des y sus tenientes eran elegidos por dos años, conderecho a reelección; la elección podría recaer en­tre los concejales disponibles al renovarse elcuerpo.

Por cada dos años, las corporaciones municipa·les elegirían de entre sus miembros al Síndico oSíndicos Protectores de Esclavos mientras subsis­tiese la esclavitud. así como de emancipados y co­lonos contratados.

La Junta de Presupuestos la compondría elAyuntamiento reunido con los contribuyentes, perosi el número de éstos excediese a más del cuádru·plo de los concejales, el Ayuntamiento procederíaa citar a los electores para que en una reunión alefecto se designaran los contribuyentes que habíande formar dicha Junta para el siguiente bienio eco­nómico. Cuando el número de contribuyentes hicie­se incómoda la reunión en un determinado local,podría fraccionarse por parroquias o barriadas.Los contribuyentes quedarían divididos en tresclases: los de primera clase tendrían 4 votos; losde segunda tendrían 3 votos y 2 los de tercera.

El Ayuntamiento convocaría la Junta de Presu­puestos. que presidiría el alcalde o sus tenientes.Los proyectos de presupuestos serían de conoci­miento público y cualquier persona podría exami·narlos y objetarlos dentro de un término de 15 días.Transcurrido el período. se llevaba a la Junta de

Presupuesto para su aprobación y de allí pasabaa la Diputación de Distrito Provincial.

En todo presupuesto eran obligatorias las par­tidas para establecer y sostener escuelas o institu­tos para todos los sexos y razas; para construir yconservar calles y mercados, para mantener limpie­za y alumbrado públicos; para conservar caminosvecinales, para sueldos de empleados y repar"ciónde casas consistoriales. para el sostenimiento deuna policía municipal, p'ara lo que le correspondaproporcionalmente al Municipio para sostener laDiputación de Distrito Provincial, para amortizarempréstitos y satisfacer sus intereses; para 10 queproporcionalmel1'te le corresponda para la cons­trucción y conservación de vías de comunicacióndel Distrito Provincial y para obras de carácterprovincial acordadas por la Diputación del DistritoProvincial; para lo que le corresponda separadao de acuerdo con otros municipios para erecciónde talleres de vagos y correccionales para menoresde 17 años; para mejoras de utilidad pública y oronato acordado por la Junta de Presupuestos.

La propuesta reforma estipulaba que cualquiercaserio que contara con 200 ó más vecinos y queestuviese aislado de otras poblaciones, tenía dere­cho a constituir una Corporación Municipal paraentender con asuntos locales. Se hizo claro que unAyuntamiento podía acordar segregarse del Distri·to a que estaba ligado para unirse a otro que fue­ra más conveniente. Si los vecinos aspiraban a cons­tituirse en una Municipalidad, lo harían constaren un acta donde además explicaban las razonesque tenían para ello y el número de concejales queestimaban necesario incluyendo alcalde y teniente,empleados y sus correspondientes asignaciones, edi­ficios que destinan para Ayuntamiento, iglesia, es·cuela o recursos para construirla. la suma que pa­gaban al municipio de que dependían, la riquezacon que contaban en el último ejercicio fiscal. Condicha acta daban cuenta a la Diputación del Dis­trito Provincial correspondiente, la que procedía aautorizarlo dando cuenta al Gobernador Superiorpara que dispusiese lo que estimara pertinente. Sila Diputación de distrito creía inconveniente sucreación haría constar su oposición, elevando ladocumentación al Consejo de Distrito Provincialque a su vez 10 elevaba al Gobernador Superior.Si hubiese discrepancia de criterios entre los con­tribuyentes, se haría constar en acta, así como lacuota que correspondió a cada contribuyente en elúltimo ejercicio fiscal.

Una vez consignados los fundamentos del régi­men municipal -medula del sistema propuesto­pasaron los comisionadQs a exponer las bases parael gobierno de las tres Diputaciones de DistritosProvinciales -San Juan, Ponce y Mayagüez- enque quedaría dividida la Isla. Cada Diputación de

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Distrito estaría integrada por un gobernador, nom­brado por el Superior de la Isla a base de una ter­na que le sería sometida por la Diputación Provin­cial del Distrito; un Consejo de Distrito Provincialde cinco miembros también nombrado por el Go­bernador Superior a base de una lista enviada porla Diputación del mismo distrito usando igual sis­tema que para elegir Diputados a Cortes en Espa­ña. Estos puestos eran incompatibles con el estadoeclesiástico y con cualquier otro empleo del go­bierno.

Una recomendación interesante era la que dis­ponía que el gobernador de Distrito no tendría au­toridad militar; esa autoridad quedó reservada alos jefes que para esa función nombrase el CapitánGeneral del Ejército en la Isla. El gobernador deDistrito Provincial ejercía su cargo a nombre y enrepresentación del Gobernador Superior. En casosurgentes tenía autoridad para suspender cualquierempleado nombrado para su distrito por el Go­bernador Superior, a quien dará cuenta de inme­diato.

El Consejo de Distrito Provincial consultaría algobernador sobre las medidas en que tome inicia­tiva; también consultará al gobernador sobre me­didas que proponga la Diputación del Distrito Pro­vincial con el objeto de fomentar el adelanto desu territorio. ~olverfa en primera instancia losexpedientes contencioso-administrativos y propon·dría al gobernador de Distrito Provincial lo queestimara conveniente a la buena administración,régimen y fomento del territorio, así como sobre eladelanto moral e intelectual de sus habitantes.

La Diputación de Distrito Provincial elegiría deentre sus miembros un presidente y un secretario;propondría en terna al gobernador todos los em­pleados del Distrito Provincial que derivaban suel­dos de fondos provenientes de dicho distrito. Re·partiría las contribuciones generales de la Isla quecorrespondían a su Distrito; nombraría individuosde su seno para visitar los establecimientos soste­nidos con fondos del Distrito, dando cuenta del es·tado de los mismos. Comisiones integradas por susmiembros inspeccionarían obras y reparaciones quese efectuasen con fondos del Distrito, dando cuen·ta de ello a la Diputación para que ésta acordase10 que procediese; acordaría el modo de adminis­trar propiedades del Distrito Provincial: la compra,venta y cambio de dichas propiedades, entendién­dose que para ello oiría al Consejo Provincial yobtendría aprobación del Gobernador Superior;acordaría uso y destino de edificios pertenecientesa la provincia; deliberaría sobre creación o supre­sión de establecimientos del Distrito; acordaría so­bre la construcción de carreteras cpn fondos delDistrito y sobre los litigios que conviniese sostener;deliberaría acerca de aceptación de donativos. le·

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gados y mandas; dictaría reglas de policía sanita­ria, aprovechamiento de aguas, establecimiento depenitenciarías, cárceles y hospitales; calificaría pre­supuestos municipales dentro de su distrito; infor­maría sobre traslación y creación de municipali­dades; formaría los presupuestos del Distrito conintervención de delegados que al efecto nombra·ran los municipios comprendidos en el Distrito;acordaría sobre establecimiento de ferias y mer­cados; elevaría al Gobernador Superior y demáscorporaciones insulares las exposiciones que creye­ra convenientes sobre asuntos que afectaran o in­teresaran al Distrito.

El gobierno general de la Isla estaría integradopor la Diputación Provincial (especie de Cámarade Diputados) y el Consejo Insular (parecido a unSenado). La primera, resolvería por sí y en defini·tiva la aprobación o desaprobación de los presu­puestos anuales de la Isla que le presentara el Go­bernador Superior. En caso de que la Diputaciónlos rechazase, continuaría en vigor el presupuestodel año anterior. Para Cánovas del Castillo estaatribución de la Diputación era la independenciamisma realizada. Al Consejo Provincial correspon·dería acordar en escrutinio secreto y por mayoríaabsoluta, la tema que habría de presentarse al go­bernador para el nombramiento de Jefes de Conta·bilidad y Estadísticas.

Las sesiones de ambos cuerpos serían públicas,con excepción de aquellas que por acuerdo tomadopor mayoría absoluta de votos fuesen secretas.Todo proyecto que no cayese dentro de las atriobuciones de una de estas corporaciones sería tras­ladado al Gobernador Superior con 10 dictaminado,quien lo pasará a la otra para que tome accióndentro de un término de diez días. Si hubiese dis­crepancia entre los dos organismos, se podría nom­brar una comisión mixta para lograr acuerdo. Deno haber acuerdo se desecharía el proyecto, perosi lo hubiese, el proyecto pasaría al gobernador. Siel gobernador desaprobase un proyecto que hu­biese tenido el visto bueno de la Junta y la Dipu.tación Insular, podría elevar el asunto al SupremoGobierno. Este último tendría un año para tomaracción, sin efecto retroactivo en caso de desapro­bación. Si pasado el año no desaprueba, el proyec­to se convierte en ley. Resulta ~teresante señalarque los acuerdos de la Diputación' Insular sobrelos presupuestos insulares serían siempre ejecuti.vos y no estarían sujetos a veto ni a la aprobacióno desaprobación de ninguna otra autoridad o cor­poración.

Las bases orgánicas de la Diputación Insular ydel Consejo Provincial estipulaban que la primerase renovaría cada cuatro años; sus miembros eranreelegibles. En caso de muerte, renuncia o impe­dimento de cualquier miembro de la Junta Pro-

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vincial, el gobernador nombraría sustituto entrecandidatos que le someterán los Ayuntamientos.Dicha Junta también era renovable cada cuatroaños y también eran reelegibles sus miembros. Laselecciones para la Diputación Provincial y las ter­nas para la Junta Provincial serían simultáneas conla elección de concejales la una y con el examen depresupuestos municipales la otra. Ambas corpora·ciones se reunirían cada año el 1;0 de febrero ycada una adoptaría su propio reglamento internoy el modo de nombrar sus empleados.

El Gobernador Superior sería nombrado porel Gobierno Supremo, que representa al Rey en elpoder ejecutivo; no ejercía el mando directo e .in·mediato del Ejército estacionado en la Isla. Era laautoridad responsable de publicar, circular, cum·plir, hacer cumplir y ejecutar las leyes, decretos ydisposiciones a nombre del Rey, mantener el ordenpúblico y proteger las personas y sus propiedades.Debía reprimir todo acto contrario a la religión, ala moral y a la decencia pública, faltas de respetoy desobediencia a la autoridad y aquellas que co­metan funcionarios en el desempeño de sus encarogos; propondría a la Junta Provincial o a la Dipu·tación Insular todo 10 conducente al adelanto in­telectual y moral de la provincia y al fomento desus intereses materiales. Velar por la salubridad,mantener y proteger la libertad de discusión y lainviolabilidad de los miembros de la Junta Provinocial y de la Diputación Insular. Hacer cumplir lasleyes y reglamentos, mejorar los servicios públicos,remediar abusos, nombrar Secretario del Gobier·no Superior y empleados superiores con excepciónde los Jefes de Ejército y Marina, que son de nom­bramiento real. Propondría a los organismos men­cionados cualquier declaración de estado de guerrao alarma, así como el cese de estado excepcional.Quedaba reservado al gobernador la conmutaciónde la pena de muerte, dando cuenta de ello al Go­bierno de Madrid; continuaría en el ejercicio delVicepatronato Real y tendría reservado el derechode indulto en casos de penas menos graves.

Los comisionados dejaron sentado el derechode Puerto Rico a representación en las Cortes espa­ñolas -un diputado por cada 45,000 habitantes;uno más si hubiese fracción de más de 25,000.En la elección de Diputados participarían todos losvecinos mayores de 25 años, con un año y un díade residencia, que pagara contribuciones anualesde no menos de 25 pesos. Para ser candidato aDiputado a Cortes se requería residencia de másde tres años en la Isla, salvo el caso de que fuerannaturales del país. Debían tener rentas anualesmontantes a 3,000 pesos o pagar la contribuciónque correspondiese a su profesión o industria. Elque fuese Diputado a Cortes inhabilitaba al indi­viduo para ocupar cargo alguno dependiente de Ma-

drid o de la Isla dentro de un período de dos añosdespués de concluido su encargo.

Las Antillas abogaban por igualdad de derechosy deberes con los españoles; deseaban ser parte in·tegrante de la unidad nacional -contribuir a lascargas generales, al reemplazo del Ejército, a lacomÚD nacionalidad, a compartirlo todo. Los asun­tos de interés insular no habrían de ser de la in·cumbencia de las Cortes. La unidad no quedaba ex·cluida por la variedad; la amalgama de diversosintereses constituye el vínculo más fuerte de lasgrandes nacionalidades. Si la Madre Patria estabarepresentada en la Provincia, era justo que la Pro­vincia estuviese representada en España. La repre­sentación antillana era de justicia, necesaria, con·veniente; aseguraba el robustecimiento de la uni·dad.

El informe político sobre reformas vislumbra·ba un intendente nombrado por !=l Gobernador Su·perior que vigilaría la recaudación de impuestos,sería custodio de los fondos del Tesoro público,atendería y regularizaría la inversión de fondos deacuerdo con los presupuestos; atendería y regla­mentaria los gastos y pagos gubernamentales. Seproveía también para la creación de una Comisiónde Contabilidad y Estadística, cuyos jefes seríannombrados por el Gobernador Superior a base deuna tema que le enviaría la Junta Provincial. Estaagencia llevaría cuentas, formularía cargos y repa­ros, reuniría datos estadísticos y formaría las es­tadísticas anuales de la Isla. Tendría a su cargola dirección del catastro, el Registro Civil, el de laPropiedad y el Archivo Público.

Los comisionados cerraron el citado Informecon extensas e interesantes consideraciones que ex­plican los motivos del proyecto. Aseguraban quelas islas de Cuba y Puerto Rico ..han seguido conansiosa solicitud la marcha de los acontecimientosde la Madre Patria. han ... estudiado ... las convul­siones de las repúblicas hispanoamericanas, la con­tienda de la vecina Federación de los Estados Uni·dos; y no les son desconocidos los trastornos nilas causas del progreso de unas y el atraso de otras.

La situación excepcional y anómala en que portantos años han gemido esas provincias, hizo comoprender a la mayoría ilustrada de sus habitantesque semejante situación no podía perpetuarse, quedebía ... llegar el día en que se les llamase a par­ticipar en la gestión de sus propios negocios y quedebían prepararse para ejercitar sus derechos cuan·do se les hiciera justicia.

Las islas de Cuba y Puerto Rico conocen hoy susituación, sus intereses, los males que les aquejany sus causas, los obstáculos que se oponen a suprogreso...

Pero ese sistema [han dicho otros] no puedeestablecerse desde luego ni por completo. Es pre-

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ciso irlo planteando por partes y mesuradamente."Este argumento, que los comisionados libera-.

les llamaron 11 el sofisma de la prudencia reaccio­naria", ha causado ya inmensos males y desacredi·tado a todos los sistemas.

..Adoptar por partes un sistema no es estable­cerlo, sino mutilarlo: es destruir la armaDÍa delconjunto, ... es, en resumen organizar el desordeny la confusión y falsear los mismos principios quese pretende sostener ...

... donde no existen instituciones de ningunaespecie, donde en realidad no hay otra máquina deGobierno que la centralización de todos los pode­res y las facultades discrecionales de una Autori­dad omnímoda, ¿cómo puede concebirse la idea dereformas parciales? ¿Cómo limitarse a montar al·guna que otra rueda del gran aparato guberna.mental? ..

... preciso es crear ... porque mal puede refor­·marse lo que no existe.

Tal vez las islas de Puerto Rico y Cuba son losterritorios más adecuados para plantear de mo­mento un sistema liberal y completo de Gobierno.por la misma razón que en ellos no ha habido ja.más ninguno que merezca ese nombre. H

[A eso habrá quien diga que 11quedan de hechosegregados de la común nacionalidad"... ]; a esosse les contesta que:

"En la misma Península hay provincias queconservan fueros especiales y no por eso dejan deser tan españolas como las demás...

La unidad nacional no excluye las variedadesen el modo en que cada entidad individual o colec­tiva atienda a sus necesidades o arregle sus parti­culares negocios...

No hay quien desconozca en el presente sigloque esa nivelación absoluta, esa centralización ab­sorbente, considerada por algunos en otras épocascomo un gran desideratum de los gobiernos, no esen la esencia otra cosa que el socialismo disfrazado,el anonadamiento de los derechos individuales ylá creación de una entidad ficticia, que so pretextodel bien general. perjudica a todas las partes comoentes de esa generalidad cuya tutela se abroga.

Los habitantes de Cuba y Puerto Rico ... resinotieron profundamente que sus diputados fueran re­pelidos de aquellas -Cortes [1837 y 1845] ... [y quese les h~yan prometido leyes especiales]."

... "el objeto del artículo adicional [a la Cons·titución española] ... que ha dado origen a estaInformación. no era privar a aquellas provinciasde un ápice de sus derechos, sino por el contrario.facilitándoles su ejercicio con arreglo a sus circuns­tancias.....

.. Españoles son los que nacen o vienen a residiren la Peninsula y españoles son también los queven la luz o van a establecerse en las Antillas;

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idénticos son sus derechos como lo es también sunacionalidad. Las circunstancias de los países enque habitan exigen alguna variante en el modo deejercitar aquellos derechos; pero esa modificaciónno autoriza el despojo. no supone privación. sinopor el contrario. significa que ha de realizarse sinperjudicar aquellos mismos derechos y sin que losintereses de la provincia respectiva dejen de sercompletamente atendidos al ejercitarlos...

'" Cuba y Puerto Rico no pueden superar losobstáculos que se oponen a su progreso ... sin cor­poraciones insulares autorizadas para deliberar,acordar y proponer todo lo concerniente a sus ne­gocios locales, y que esto no impiC1e, sino antespor el contrario, facilita que los negocios genera­les de la Nación. esto es. aquellos de interés comúna todas las provincias, se traten en el Congreso ge­neral en que al efecto estén representadas de lamisma manera que las demás partes integrantes dela Monarquía...

Los verdaderos partidos -las agrupaciones pa­clficas formadas por hombres que profesan ciertasdoctrinas para sostenerlas y discutirlas con otrosque consideran las mismas cuestiones bajo distin­to punto de vista-. nunca han sido ni son perjudi­ciales. al contnuio, deben estimarse como agenteslegitimas de gobierno o al menos auxiliares indirec­tos de los gobernantes...

No son ... los verdaderos partidos los que per­turban la marcha de las naciones y de los gobier­nos. Lo que en todas partes perjudica ... son lasbanderías determinadas por afecciones. odios yotros vinculas personales; son aquellas agrupacio­nes que no tienen por enseña una doctrina, sino unhombre; ...

... los dos partidos que por desgracia existenhoy en las Antillas, desaparecerán con el estableci·miento propuesto, porque igualados todos en de­rechos y en modo de ejercitarlos ... aquella ... di·visión no tendrá ya razón de ser. Vendrán quizásotros partidos ... politicos ... de doctrina o prin­cipios ... que propendan al bien público...

[También desmienten el argumento de que] lacoexistencia de individuos de distintas razas ha deimpedir ... el ejercicio de los derechos que la Cons­titución les garantiza ... No es la diversidad de ra·zas, sino la injusticia. la opresión o el abuso de lasventajas de la situación de los unos respecto de losotros. lo que engendra y sostiene el antagonismo...

'" en el sistema propuesto no puede prescin­dirse de los Diputados sin faltar a la justicia y de­bilitar los vinculas de nacionalidad...

y así quedaron compendiadas las razones fun­damentales para justificar que la administraciónde cada pueblo fuese desempeñada por sus pro­pios hijos o por personas en él arraigadas ... loque sobre este punto proponemos no es una nove-

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dad, sino ... la observancia de 10 que desde muyantiguo se ha reclamado, obtenido y practicado porlas municipalidades españolas.

Creemos. haber contestado a los principales ar­gumentos que suelen aducir los contrarios a lasreformas de Puerto Rico y Cuba..."

No escapaba a los comisionados ... que u algunos[se] aventura[sen a hacer] calumniosas acusacio­nes y atribuir embozados y dañinos intentos a loscomisionados por Puerto Rico y Cuba".

Desde los primeros momentos que allí mostra·ron deseos de reformas, hubo quien lanzara acusa­ciones que habían venido repitiéndose... y Uno esextraño que ahora se reproduzcan con mayor em­peño...

Conocemos y confesamos la insignificancia denuestra personalidad; mas a pesar de ella miramoscon desdén semejantes imputaciones, que no noshan retraído ni nos retrotraerán de cumplir con­cienzudamente un encargo que aceptamos y de ex·presar en honor y conciencia, y con leal y enérgicafranqueza, cuanto estimamos conveniente para al­canzar las elevadas miras del Gobierno nacional,o 10 que es lo mismo, para el progreso y felicidadde aquellas provincias.

Fuertes en nuestras convicciones y en la recti·tud de nuestro propósito, confiamos en la del go­bierno ... en la imparcialidad de los hermanos dela Península y sobre todo en la justicia de la cau­sa que defendemos.

Los act.os de esta Información serán apreciadospor nuestros conciudadanos y nos basta para tran­quilizarnos la aprobación de ellos y de nuestrapropia conciencia...

... si tuviéramos la desgracia de ver desatendi­das las justas aspiraciones de nuestras provinciasy torcidamente interpretada y calificada nuestrapatriótica solicitud, lo sentiríamos profundamente,no ya por nosotros mismos, sino porque así se re·tardará el bienestar de aquellos países con perjui­cio de la gran nacionalidad a que pertenecen; ycomo miembros de ella deploraremos que por talmotivo vengan tal vez los hechos a demostrar quehubiera sido más conveniente examinar nuestrasrespuestas con menos prevenciones."

El bien pensado Informe revela que el criterioque 10 fundamenta iba dirigido hacia una mayorautonomía. Tanto Pérez Moris, como Cueto, espa­ñoles sin condiciones, lo calificaron de autonomía"perfectamente calculada para llegar en cortísimoplazo ... a la independencia", lo que obviamenteconstituía una opinión tergiversadora de la reali­dad. Como era de esperar, el comisionado conser·vador Manuel de Jesús Zeno y Correa no estuvo deacuerdo con los planteamientos y recomendacionesliberales en lo político y en lo social; concurrió ensustancia con lo relativo a la cuestión económica.

La Cédula de Gracias de 1815, inspirada en la doc­trina económica del libre cambio había sido reco­nocida por la clase acomodada como un sistemaque ofrecía mayores ventajas a sus particulares in­tereses que la tradicional política mercantilista.Aunque coincidían fundamentalmente con los re­formistas en 10 económico, en lo político y social,105 conservadores hicieron una defensa del statuqua en una exposición que enviaron a Madrid. Talacción obligó a los liberales puertorriqueños a pre­parar un documento justificando la posición de 10:tcomisionados. Una Memoria escrita por José PabloMorales a instancias de Baldorioty no pudo impri­mirse porque el gobernador Marchesi no le dio larequerida autorización, previniéndole de que todamanifestación sobre el particular "podía ser consi­derada un desacato a las autoridades constituidasy resultar funesta para sus autores".

El 27 de abril de 1867, tras 36 sesiones, clausu­ró sus trabajos la Junta de Información. En la se·sión final el Ministro de Ultramar despidió a loscomisionados con la promesa de que iría hasta elfin del camino de las reformas y promulgaría lasLeyes Especiales ofrecidas 30 años atrás y prescri­tas por la Constitución.

Pero el Gabinete Narváez hizo caso omiso delmandato constitucional y se burló de las esperan­zas del liberalismo puertorriqueño. Contraviniendolas recomendaciones de conservadores y liberales,decretó el 13 de mayo de 1867 un tipo contributi­vo de 6 % sobre el producto neto de la propiedadreal e industrial. Procedió a autorizar a los gober­nadores a fijar recargos adicionales que considera­sen necesarios para cubrir las necesidades de losAyuntamientos; se les facultaba para imponer car­gas adicionales hasta un 12 % si los tributos esta·blecidos no bastaran para cubrir los presupuestosde gastos. Todo ello sin suspender la contribuciónindirecta de aduanas.

Contra tal disposición, los comisionados libera­les presentaron sólidas y juiciosas impugnaciones.Pero el gahinete Narváez no sólo impidió que laprotesta se hiciese pública, sino que aprobó losinformes que le fueran enviados por el intendentedon Gabriel AIvarez, quien trató de hacer creerque los datos que provocaron el decreto fueron ori­ginalmente suministrados por los Ayuntamientos,cuando realmente éstos desconocían totalmente loque estaba ocurriendo.

En Puerto Rico reinaba el descontento; en elmomento en que el país se veía amenazado por unapróxima crisis económica, el gobierno aumentabaen 600,000 escudos la contribución insular. Comen­zaron a circular hojas y pasquines de protesta queel gobernador Marchesi se dispuso acallar con lapersecución. Pero nada le vino tan al pelo como elllamado HMotín de los Artilleros".

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RUIZ BELVIS y EL "MOTíN DE LOS ARTILLEROS"

Segundo Ruiz Belvis había sido iniciado en lamasonería en la Respetable Logia Unión Germanan.O 8, de San Germán, que laboraba bajo la jurisdic­ción de la Gran Logia de Santo Domingo desde el26 de julio de 1866, en que recibió carta constituti­va. En aquella logia también trabajaba Betances;quien fundó más tarde la Logia Yagüez n.O 10. Lamasonería era perseguida por España, y estos dospersonajes eran de los más "peligrosos" que teníala Isla. No se hizo dificil al gobernador Marchesiconectar a estos dos patriotas con un motín queocurrió en el Cuartel de Artillería de San Juan enla tarde del 7 de junio de 1867. El llamado "motín"era una protesta de los artilleros por beneficios ex­tendidos a sus compañeros estacionados en Espa­ña que no eran extensivos a Puerto Rico. La alga­rada fue prontamente sofocada y se ordenó la in­vestigación correspondiente, que estuvo a cargo delcoronel Nicolás Rodrfguez de Cela, quien actuó depresidente del Consejo de Guerra. El dictamende este cuerpo fue archivar el asunto por conside­rarlo de menor importancia. En este momento in­tervino el gobernador Marchesi, quien obligó al co­ronel a imponer penas severas, pero con la prome­sa de Marchesi de que en el momento oportunoprocedería a indultar a los culpables. A base deaquella promesa, el coronel Rodríguez de Cela pre­cedió a imponer pena capital al cabo Benito Mon­tero, efectiva el 2 de julio de 1867. En vano esperoel coronel la orden de indulto; ejecutado el caboMontero, optó el coronel Rodríguez de Cela porsuicidarse, ya que había asegurado al cabo que elgobernador le indultarla antes de la fecha de suejecución.

Ahí no quedó el asunto. Marchesi conectó el"Motín de los Artilleros" con la polftica liberal delpaís y procedió a promulgar entre el 25 de junioy el 5 de julio de 1867, una serie de órdenes dedestierro contra Betances, Pedro G. Goico, JuliánBlanco, Carlos E. Lacroix, Vicente Maria Quiñones,Calixto Romero Togores. José de Celis Aguilera,Luis de Leiras, Vicente Rufino Goenaga, Félix delMonte y Segundo Ruiz Belvis. Este último acaba­ba de arribar a la Isla procedente de España. Mar~chesi hizo saber a todos que ninguno de los deste­rrados estaba bajo acusaci6n de delito alguno;aquellas eran "simples medidas gubernativas". Tan­to Ruiz Belvis como Betances rehusaron acatar laorden de exilio en España y furtivamente escapa·ron del país.

EL DESTIERRO DE RUIZ BELVIS

Por el puerto de Mayagüez y con la ayuda delpresbítero don Antonio González, cura párroco de

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aquella ciudad, auxiliados por don José y EduardoArenas, que consiguieron un bote propiedad de donMathías Mussenden, salieron furtivamente Ruiz Bel­vis y 'Betances. Tomaron el bote en una rada de lafinca de don Valentfn Quiñones en la costa de Guá­nica con rumbo a Saint Thomas. Por accidente tu­vieron que detenerse en el islote de Caja de Muer­to; varios amigos llevaron a Ruiz Belvis y Betancesnuevamente a la hacienda de Quiñones. Allí abor­daron otro bote facilitado por don Fernando Cal­der, llegando luego de un viaje bastante azaroso alas costas de La Montalva, de la Provincia de Sei­bo, en Santo Domingo, el 9 de julio de 1867. Esa esregión seca, estéril, arenosa, cubierta de áridos pe­ñascos, árboles secos y habitada de mosquitos. Elcalor era sofocante, el agua de beber estaba tibia,el queso que les quedaba a los desterrados estabarancio y el moho cubría las galletas. La fiebre hizopresa en Betances; una taza de café que bebieranen aquellas tierras inhóspitas les parecía deliciosonéctar. Mientras los dos patriotas luchaban porsubsistir, el gobernador Marchesi circulaba una re­quisitoria en la Gaceta de Puerto Rico informan­do que

Habiendo desaparecido de Mayagüez don Se­gundo Ruiz Belvis, licenciado en Jurisprudencia,y don Emeterio Betances. doctor en Medicina,los cuales debían ser remitidos a disposición delGobierno de Su Majestad, he dispuesto que seproceda por las Autoridades locales a practicarlas más activas diligencias para descubrir su pa·radero, y conseguido que sea, los envíen a esteSuperi~r Gobierno sin la menor demora.

La orden no detuvo a los desterrados, quienes sa­lieron 'inmeditamente de- Santo Domingo rumbo aNueva York. En esta última ciudad se enteraronde la requisitoria del gobernador Marchesi por des­pachos procedentes de La Habana publicados enel New York Herald. Con tal motivo, Ruiz Belvisy Betances dirigieron una comunicación el 3 deagosto de 1867 al director del periódico menciona­do, recalcando que "Sin la menor intención de sin­cerarse ante el Gobierno español, ahora ni nunca,declaramos que es enteramente falso que tengamosnada que ver con la conspiración a que se refiere elcorresponsal. El Gobierno de la Isla, procediendoarbitrariamente, como es su costumbre, sin formaalguna de proceso, decretó la expulsión de variosindividuos de buena posición social, entre ellos losinfrascritos, a quien se pidió una palabra de honorde presentarse en Madrid al Ministro de Ultramar.Hemos rehusado dar nuestra palabra de honor porvarias razones que a su tiempo serán conocidas yporque sería perder tiempo, trabajo y dinero con­fiar en la buena fe de tal Gobierno". Esta cartaseñala el regreso del doctor Ramón Emeterio Be­tances y del licenciado Segundo Ruiz Belvis a la

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posición radical sustentada antes de la Junta de In·formación.

SE PERDIÓ UNA VIDA DEDICADA A LA LIBERACIÓN DE

PUERTO RICO

Convencidos de que la acción revolucionaria erael úriico recurso de acción para poner fin al régi­men colonial establecido por España en PuertoRico, Ruiz Belvis y Betances habrían de dedicar elresto de sus vidas a tan laudable causa. En NuevaYork entraron en contacto, por conducto del doc~

tor José Francisco Basara, con los núcleos revolu­cionarios antillanos. Existia por aquellos tiemposuna Sociedad Republicana de Cuba y Puerto Ricoque hacía propaganda separatista a través de LaVoz de América, órgano periodístico que contabacon el respaldo de don Benjamín Vicuña Macken­na. Este último, escritor y político chileno, habíasido enviado a Nueva York a raíz de la guerra chi­leno-española con el propósito de ofrecer colabora­ción a la mencionada Sociedad Republicana.

Ruiz Belvis y Betances se entusiasmaron con elprograma y fines de aquella organización y jura­mentaron entregarse de lleno a la causa revolucio­naria que debía desembocar en la independenciade Puerto Rico. Se decidió que el doctor Basarapermanecería en Nueva York para mantener con­tacto con los grupos revolucionarios organizados;Betances trataría de buscar un lugar cercano aPuerto Rico desde donde pudiera diseminar su pro­paganda revolucionaria y organizar el golpe; RuizBelvis partiría para la República de Chile con elpropósito de buscar apoyo para la emancipaciónpolítica de su querida Isla. El clima político deaquel país, que acababa de luchar contra la recon­t¡uista de aquellas tierras planeada por España, pa­recía lugar propicio para los propósitos de RuizBelvis.

El domingo 27 de octubre de 1867, a bordo delvapor inglés Santiago 1I, arribó Ruiz Belvis a Val­paraíso. Había abordado la nave en la Isla de Ta·boga. en Panamá, el 30 de septiembre, haciendo es­cala en Perú yen puertos chilenos al norte de Val~

paraíso. Al desembarcar se sentía enfermo; tomóuna habitaciÓn en el Hotel Aubry. localizado cercadel puerto de Valparaíso. Allí permaneció recluidopor una semana, falleciendo súbitamente el 3 de no­viembre de 1867. Su muerte estuvo rodeada decircunstancias que aparentan la precedencia de unhecho de violencia con fines de robo. El médicoque le examinó dictaminó que había fallecido comoconsecuencia de "contusiones internas". Ruiz Bel­vis llevaba consigo unos 1,000 pesos, una sortijade diamante que usó siempre, cuyo valor se esti­maba en otros 1,000 pesos, y ,un reloj de oro con

un valor estimado de 200 duros, donde guardaba'un retrato y pelo de su amada esposa. Lejos de sutierra aherrojada, solo, moría a la temprana edadde 38 años un hombre que Puerto Rico necesitabavivo. El periódico de Valparaíso, El Mercurio, diola reseña de su fallecimiento en su edición de 5 denoviembre de 1867. Fue sepultado el 4 de noviem­bre por orden del propietario del Hotel Aubry. donAntonio Cruz, quien sufragó. los gastos del entie­rro. La exhumación de sus restos ocurrió en el Ce­menterio de Playa Grande, siendo depositado elrústico ataúd de segunda clase en un nicho que fuearrendado por un año. Con su inesperada y miste­riosa muerte quedaron desvanecidas las posibili­dades de obtener colaboración chilena. Aunque laRepública de Chile estaba dispuesta a ofrecer ayu­da a la causa, la presión diplomática de los Esta­dos Unidos le hizo desistir del empeño.

La noticia del fallecimiento de Ruiz Belvis llegóa conocimiento de Betances cuando se encontrabaen Saint Thomas; desde la vecina isla dirigió a lospuertorriqueños una proclama en que lamentabael fatal suceso que separaba para siempre de sutierra a la excelsa figura del patriota que excitabaa sus hermanos a la lucha por la independencia.Betances se dirigió al pueblo puertorriqueño para'anunciarles que

El cielo de Chile ha recibido en su seno elalma esclarecida de Segundo Ruiz Bel~is. vícti­ma del colonial despotismo español; ha muertolejos de la patria, en el triste aislamiento deldestierro, sin encontrar siquiera al lado de sulecho de dolor Ulla mano amiga en que apoyarla suya trémula para bajar a la sepultura.

Ocupado con más interés que nunca en abre­viar el tiempo de nuestra libertad, se dirigió aaquella república, llevando en su corazón dehermano todos nuestros gemidos. .

El destino, empero, siempre cruel con los quesufren, se apresuró a helar en sus labios la vozdel patriota que había vibrado con toda elocuen­cia en aquel santuario de la independencia his­panoamericana al revelar la lenta agonía de loshijos de este pueblo tiranizado.

Betances utilizaba. el momento luctuoso paraarengar a su pueblo a la lucha por su libertad. Se­ñalaba que "otros dignos compañeros de tan ilus­tre como desventurado compatriota. unidos a élen el pensamiento y no con menos interés y abne­gación, están igualmente consagrados a la mismanoble causa, y se hacen oir de a'lgtlllas repúblicasque en su oportunidad nos prestarán apoyo. ¡Puer­torriqueños!, los hombres pasan, pero los princi­pios quedan y triunfan".

Desafortunadamente para la causa de la inde- .pendencia, físicamente se había malogrado la figuracimera de Segundo Ruiz Belvis. Pero aquel "ver­dadero mártir de la santa causa de nuestra liber­tad, nos ha legado a'l morir sus ideas que inflama-

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Ton su espíritu y las e~peranzas que henchían sucorazón de republicano y héroe. Su sombra vene­randa". aseguraba Betances. "vaga de uno a otro ex­tremo de la Isla invitándonos a destrozar las cade­nas de servidumbre que tienen a nuestra patriaencorvada a los pies de sus mismos opresores.¡Puertorriqueños! No más dominio español en elbello mundo de Colón. Alcemos la frente. esta fren­te de hombres americanos, nunca más noble y alti­va que cuando ha sido tostada al sol de los comba­tes y al santo grito de ¡bdependencia! Volemos alcampo del honor a conquistar los laureles que nosha de ceñir la victoria. ¡Guerra al ibero! ¡Viva laindependencia!" ,

Triste era la ocasión, pero el gran Ruiz Belvisno tuvo que atravesar por el dolor de ver la derro­ta infligida en 1868 a la causa que animaba su exis­tencia. Murió sin saber que no había pueblo capazde seguirlo en la hora decisiva de trazar los derro­teros del porvenir.

Entretanto. tres de los desterrados -JuliánBlanco, Luis de Leiras y Romero Togorés- llega­ron a Madrid e informaron a las autoridades na­cionales sobre la conducta arbitraria observada porel gobernador Marchesi. El nuevo Ministro de Ul­tramar, don Carlos Marfori, expidió un decreto deamnistía general para los desterrados. A ese decre­to siguió otro de 17 de noviembre de 1867, en que.-

se relevaba a Marchesi del mando de la Isla. Aqueldéspota conocido también por "Gobernador Cala­midades" y por "Marroquin" a1bandonó la Isla el17 de diciembre de 1868, cuando arribó el nuevoincumbente mariscal Julián Juan Pavía Lacy, aquien correspondió sofocar la Revolución de Laresque estalló en Puerto Rico el 23 de septiembre de1868 y que coincidía con la Revolución de 17 deseptiembre en España acaudillada por Prim, y conel Grito de Yara que inició la primera guerra porla independencia de Cuba. .

En tierra chilena, frente a un mar que le eraajeno, se convirtieron en polvo los huesos que per­tenecían a Segundo Ruiz Belvis. En vísperas delcentenario del suceso fatal, un grupo de puertorri­queños distinguidos, en cooperación con el Insti­tuto de Cultura Puertorriqueña, enviaron al señorMartín Gaudier a realizar una investigación con elpropósito de recuperar los despojos mortales delmalogrado patriota. El señor Gaudier realizó 10realizable; no había restos, pero pudo localizar elnicho donde reposó su féretro y descansaron sushuesos. Y de aquel nicho tomó tierra que fue co­locada en una urna y traída a Puerto Rico paraque simbólicamente pudiese reposar S~gundo RuizBelvis en la tierra donde nació.

Universidad de Puerto Rico.

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EL PERSONAJE DE ESTA ESTAMPA BEB(A. SU VICIO NO

era resultado de desilusiones sentimentales, nihoscos complejos laboriosamente trazables hastalos primeros años de su niñez. Bebía porque sí. Sellamaba Ramón Pérez y trabajaba en una bombo­nera norteamericana en el pueblo de San Germán.En San Germán, el pueblo amarj]]o, las calles pa­recen enlazarse todas en su comienzo a una princi­pal que cae desde lo alto de un cerro. En este cerroestá el Instituto Politécnico, mal llamado, porqueno es politécnico. Como decfa, las calles parecenirradiar todas del cerro. Son estrechas y empinadasy por ellas transitaba Ramón Pérez los sábados ylos domingos, en camisa a rayas y calzones pardos.Diríase que las canes necesitaban de él para sersangermeñas y que él precisaba de aquel barroamarillo y de la plaza central.

No se sabe por qué razón Moncho, como le lla­maba el pueblo, la tarde de los domingos, puntual­mente visitaba el .cerro. Por aquellas calles iba, arayas y de pardo, en la mano una fina vara extraídade uno de los árboles de la plaza, tomaba la víaprincipal, franqueaba hacia la derecha' y ya se en­contraba en terrenos del instituto. Allí mismo, a laentrada, hay un puesto donde venden limonada yunos salchichas salados que presumen de quitar elhambre a los estudiantes cuando regresan del pue­blo. Mancho entraba en él. Dábase varios tragos,que no eran de limonada, ni los proporcionarían enel puesto, mientras un pequeño grupo jugaba aldominó sobre un tablón que, destinado a tal pro­pósito por largo tiempo, muestra aún marcas develas de cera y en algún rincón una concavidad ne­gruzca. Mancho hacía un breve intercambio de pa·labras con los jugadores, se despedía e iba hacia los

Estampa Sangermeña

Por ANA LUISA DURÁN

edificios escolares iba, probablemente sin que hu­biera en su visita de rigor explicaciones de natura­leza complicada, ni menos inconscientes reminis­cencias de niñez. Allá iría también porque sí.

A pesar de andar tomado, no daba traspiés.Pasaba frente al edificio de los profesores, rodeabala Curva de los Suspiros, dejaba atrás el primeredificio de señoritas y el chato comedor escolar.Bajaba una escalera casi vertical y entonces aflo­jaba el paso. AlU está. el lago en el que por razonesde tiempo y de estética tradicional no circulan lascorrientes y se adorna por aquí y por allá con unosdos o tres botes también estancados. Mancho paseá.base por las orj]]as, quebraba su vara y echaba unostrocitos en el agua, ladeaba a la izquierda, e indefec­tiblemente, con la punta del zapato daba unos gol­pes leves en el costado de un bote, que sonaba hue·ca y extraño. Miraba hacia más allá del lago, y lasmalezas verdes que ascienden le inspiraban un gritolargo y atiplado: "¡Monchoo... ! Afinaba el oído y noen vano. Pronto le devolvía el monte un "¡Moon­chooo... ," lejano y distinto. Este lago llamaríaselago aun sin tener aguas, pero lago dejaría de sercuando Ramón Pérez detuviera sus visitas y desdesu orilla dejara de subir al monte su atiplado grito.

Del segundo edificio de señoritas, que lleva unnombre congruente con la historia de la escuela,pero incongruente con el ambiente y el carácter dellugar, del último cuarto en el último piso, una joventrigueña sacaba la cabeza y miraba hacia el lago.Sin saber por qué, sentía un fluir fuerte y penosode cosas inexplicables. Volvíase al interior y desdela puerta de su habitación anunciaba a las demáscompañeras: .. iDon Mancho a babor'" Esta era laseñal que las señoritas estudiantes esperaban para

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interrumpir sus ocupaciones. Ya Moncho había de­jado el lago y estaba enfrente del edificio. Cuatroo cinco jóvenes salían a los balcones.

-Buenas tardes, don Moncho.-Buenas.Las "ees" de Ramón Pérez eran anchas y llenas.

Y ya las señoritas callaban y Moncho comenzaba ahablar en lo que las jóvenes habían dado en lla­mar "donmonchés".

-Spiki inglis.Era el comienzo y lo más claro. El resto resul­

taba indescürable, aunque contenía cláusulas noto­rias por la articulación y otros accidentes. Acasoel eco del monte y el alcohol que había ingeridodaban la certidumbre a Mancho de que era necesa·rio comunicarse con aquellas jóvenes por idiomaextraño; pero, que pese a lo que creyeran ellas y elmundo, él podía hablar. Lo cierto es que abundabanlas vocales cerradas y los manoteos sublimes.El resto de la vara extraí& al árbol de la plazacentral subía hacia los balcones en movimientocierto y fulminante. Interminable algarabía. Las jó­venes sonreían. En alguna de aquellas cláusulas,sutil, llena de sentimientos, se ahogaba la voz delorador que, moviendo las manos y munnurando elúltimo decir, proseguía su marcha interrumpida.Las niñas lo veían perderse en el camino estrecho.

Moncho Pérez pasaba la curva mayor y un pocomás adelante hacía el signo de la cruz. El árbol demango grande al que se acercaba ya, tiene su leyen­da. Llámanle el árbol del ahorcado. Hacia la salidadel instituto hay una casita pequeña donde habitaalgún empleado de campo de la escuela. Manchose acercaba. En la escalera un niño tocaba unaire conocido en una diminuta armónica. Su her­mana, mientras hacía u café con leche", para lo cualresulta siempre insuperable el barro amarillo san­germeño, lo acompañaba:

Doña Panchí·vidase cortó un dé-vida•.•

Mancho ejecutaba unos pasos de bailé, que me­diaban entre la jota y la danza, y así, seguido delas risas provocadas, terminaba su visita al cerro.

* * *El domingo que vio por última vez a Ramón

Pérez subir al cerro fue un domingo cualquiera.Hubo de lanzar su grito entonces, como de costum­bre. A la ventana asomó la cabeza trigueña. Manchoestaba allí, a la orilla contigua del lago, separadaslas piernas, el pecho echado al frente en posiciónde hierática espera. Hasta que el monte devolvióleel grito. Y complacido hubo de estar, porque sealejó en seguida del lago y fue a detenerse enfrentedel edificio de señoritas. Su discurso fue largo, conpausas marcadas. Hubo ademanes lentos, interro­gaciones misteriosas, gritos dramáticos. La joventrigueña escuchaba absorta. Su alma parecía comu­nicarse directamente con el orador. Aquellas frasestremendas tenían para ella especial mensaje. Sintióque el visitante dominical decfa un postrer discurso.Virtuosa dialéctica donmonchesca. Ritmo de ento­nación y crípticas frases maduras, de conocimientomisterioso. Fluir fuerte y penoso de cosas inexpli­cables.

Las niñas volvieron a verlo partir por la estre­cha vereda.

Mancho pasó por el árbol del ahorcado, hizo elsigno cristiano y fue a dar al final de la casa cam­pestre, donde jugaban los niños mientras la madrerecogía de una cuerda unas piezas de ropa. Se de­tuvo unos minutos. Luego partió, seguido de alegresrisas, alejándose por la arteria principal a cada ladode la cual se extienden casas bajas de balcones.Por allí partió Ramón Pérez en camisa a rayas ycalzones pardos. Ya no volvió a verse más por lascalles sangermeñas. En el inclinado declive de lacalle desdibujábase lentamente su figura, mientrasen el próximo recodo un niño morenucho se orinabaplacenteramente sobre el guardalodos 'de un "Ford"del '38.

ss

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y ,

hoy,la primavera próxima,el año que amaneció lloviendo sangre.Ayer,hoy,la hora en que tu cara se desprendió de mis ojos,el vaso que contenía la horaroto,roto contra el susurro de mi voz.Ayer,hoy,la primavera próxima,el dolor de mis células,el oleaje de palabras cayendo sobre mi espíritu,inyect.ándose dentro de mi memoria,el viaje interminable de la muerte dentro de mis venas.

.....~~---e·l ronco sonido del dolor instalándose en las grietas.

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Cervantes y el idioma de Puerto Rico·

Por MARtA TERESA BAB(N

I. América en el pensamiento de Cf:rvantes

EL INGENIOSO HIDALGO DON MIGUEL DE CERVANTES

Saavedra, marcado heroicamente con el signode Lepanto, maltrecho y humillado por el cautive·rio en Argel, retomó a su patria encendido de pro­metedora esperanza, ilusionado con la idea de Amé­rica, pero no pudo lograr que Felipe II le conce­diese un destino en Indias... Cervantes era enton­ces un hombre joven de treinta y tres años y lanegativa lacónica y fría que le impidió trasladar­se al Nuevo Mundo para buscar fortuna sumó unnuevo eslabón a la cadena dolorosa de los innume­rables infortunios de su existencia... Cervantes nopasó a Indias físicamente, pero su obra inmortalperpetuó en el Nuevo Mundo el culto al quijotis­mo, a la justicia, a la libertad, a la caridad y laigualdad humana. Los eruditos afirman que la pri­mera edición del Quijote -la del año 1605- secolocó casi íntegramente en América, y en un añopasaron 1,500 ejemplares a manos de lectores ame­ricanos...

La potente magia de las tierras que al nacerCervantes en 1547 ya estaban descubiertas y po­bladas y que para fines del siglo XVI contaban conun desarrollo civilizador impulsado por las olea­das de tres poderosas savias étnicas que habíanamalgamado su sangre y su espíritu durante todoun siglo, perdura y retoña en varios pasajes de suobra, en su lenguaje y en su imaginación andantede poeta, dramaturgo y novelista. Alusiones fre­cuentes a los peninsulares que pasan a las Indiasy retornan a España con riquezas -los famosos

• Fiesta de la Lensua." Ateneo Puerlorrlquello, 23 de abril de196~.

indianos-, la referencia al Potosí, al Perú, al in­dio americano, a las aves --como el papagayo- yel uso de algunos vocablos incorporados al caste­llano durante el siglo XVI por influjo del paisaje,el clima, la fauna y la flora del Nuevo Mundo, de­muestran algunos rasgos característicos de la pre­sencia de América en el pensamiento cervantino...'Ahondando un poco más en el sentido de los tex­tos que compuso, vemos la preponderancia delviaje, de la aventura y del huracán -voz indígenaque Cervantes adoptó con verdadero entusiasmo­y no es menos llamativa en la urdimbre de su es· .tilo la presencia fantasmagórica de ínsulas, barcosencantados, naufragios y batallas, visiones de mun­dos ignotos, piratas, salvajes, y extraordinarios en­cantamientos por arte de brujería, que si bien tie­nen antecedentes en la magnificencia de las gran·des obras de la cultura clásica grecolatina y en laslecturas eruditas del humanista Cervantes, no de­jan de tener también una raíz en el tiempo y enla circunstancia vital de un hombre que había vi­vido varios años en Sevilla, donde conoció y fre­cuentó en humildes y azarosos empleos toda clasede gente -marineros, traficantes, aventureros, in­dianos ricos, como Felipe de Carrizales, El CelosoExtremeño. Desde que nace hasta que muere estásituado en una realidad española saturada de no­ticias y de influencias creadoras sobre el descu­brimiento, la conquista, la colonización y las fabu­losas leyendas del Dorado. Cervantes vivió y co­noció a fondo las intrigas y esperanzas de aquelSiglo de Oro fastuoso cuyo protagonista sin parfue nuestra América, esbozada y retratada en ma­pas y cartas de marear, adornada con dibujos yjeroglíficos emplumados, servida en la jícara conchocolate, trasladada al libro y al lienzo por ero-

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nistas, geógrafos y gentes de mar, con sirenas en­trevistas por la fantasía, monstruos' surrealistas yhombres de hierro que aparecen e'l las estampas,en el teatro, en la poesía épica, el relato legenda­rio y la historia de las ideas.

Cervantes fue para la novela moderna lo quehabia sido el intrépido marino, el cronista letradoy 'el sacerdote misionero eu la forja acrisolada deun Nue\'o Mundo: hombre que descubre lo ocultoy desconocido para acrecentarlo con su genio, im­pulsando hacia el futuro el quehacer sin desmayodel presente.

n. Subsuelo existencial de la obra Cervantina

El nombre de Cervantes había aparecido porprimera vez en la literatura a fines del siglo XVI,

cuando tenía 22 años de edad... Fue su maestro,don Juan López de Hoyos, catedrático de Huma·nidades en la Villa de Madrid, el que incluyó va­rias poesías de "su amado y caro discípulo", enuna Relaciól1 publicada en ocasión de los funera­les de Isabel de Valois en 1569, (En particular unaelegía sobre la muerte de la reina Isabel de Valois,que el jovencito había dirigido al Cardenal donDiego de Espinosa "en nombre de todo el Estu­dio", Hasta el momento de su muerte en 1616 Cer­\'antes viviría dedicado a las armas y a las letras,en perenne y trágico ir y venir de un sitio paraotro. La guerra, el cautiverio, los enredos de tris­te desenlace por cuestiones turbias de índole fami­liar, la humillación y la injusticia acosándole sinmisericordia. sometido a circunstancias adversas.disgustos, castigos y encarcelamientos inmereci­dos, marcaron su paso por el mundo. Su capacidadde rehacerse después de cada fracaso y superarla sordidez del ambiente en que tuvo que pasar lama)'or parte de su vida andariega, el bre\'e tiempososegado y provechoso que \'ivió en Italia y losaños aciagos de Argel, además de su experiencia\'ital en tierras andaluzas y castellanas -sobre todoen Valladolid, Se\'ilIa y Madrid- constituyen elsubsuelo existencial de su obra creadora, cuya miÍ·xima expresión está consagrada en Do" Quijote yen los cientos de personajes que pueblan su uni­\'erso poético. La Galatea: 1585... Primera parte deEl Quijote: 1605... Novelas Ejemplares: 1613... Via­je del Parnaso: 1614... OC/lO Comedias " Oc1lO En-. .(remeses Nue\'os: 1615 Segunda parte ue El Qui-jote: 1615... Persiles Segismflllda... obra póstu-ma... "puesto ya el pie en el estribo".

La existencia de aquel hidalgo heroico y ejem­plar cuya grandeza exaltamos todos los 'tños en laFiesta de la Lengua, el 23 de abril, se incorporó ala cultura hispanoamericana como si Cen'antes enpersona hubiera pasado a Indias, ya que no hayningún pueblo que desconozca su genio y su obra.

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Desde el siglo X\'II se le levantó al autor y al per­sonaje manchego un montimento de amor y de re­verencia 'que se manifiesta en )a vida, en la prosa,en la poesía, en el refranero, en el habla popular yen el lenguaje culto. Cervantes ha sido inspiraciónpara novelistas. poetas, dramaturgos, ensayistas yfilósofos de América, y en la lírica de todos lostiempos se le ha rendido el homenaje fervoroso delos que han reconocido en el genio cervantino lacabal y perfecta imagen de las esencias insoborna­bles de nuestro humanismo integral.

Horas de pesadumbre y de triste"apasa mi soledad. Pero Cervantests huen amigo. Endulza mis instantesásperos y reposa mi cabeza.

El es la vida y la naturale"a,regala un yelmo de oros y diamantesa mis suelios errc.ntes.Es para mi: suspira, rle y reza.

Cristiano y amoroso y caballero.parla como un arro.vo cristalino.¡Asi le admiro y quiero,viendo cómo el destinohace que regocije al mundo enterola tristeza inmortal de ser divino!

Así le cantó Rubén Darío en los albores del siglo xx.un poco antes de escribir aquella Letanía de nues­tro Señor don Quijote ... que seguiremos repitiendocomo una oración:

¡Ruega por Ilosotros, hambrientos de vida,COI! el alma a tientas, COIl la fe perdida,llenos de congojas y faltos de sol,por aclvclledizas almas de manga al1c11a,que ridiculizan el ser de la Manclla.el ser generoso), el ser e.'ipaliol!

A lo largo dc su vital deshacimiento. la existenciacervantina había ido convirtiéndose en obra tangi·ble de purísimos quilates, hasta que el día 23 deabril dc 1616, la muerte troqueló en perfecto oro elinmarcesible perfil de su esencia. Por obra del mis­mo escultor, acompañaron a Cervantes en este últi­mo viaje hacia el ser definitivo William Shakespea­re, el coloso de la literatura inglesa, y el Inca Gar­cilaso, el peruano orgulloso de su mestizaje y elprimer gran humanista de Hispanoamérica. La fe·cha, pues, tiene para el Viejo y el Nuevo Mundoalta significación.

IIJ. Lengua y Trallsculruración

El Cervantes nuestro, el Cervantes de todos losdías del año se recrea en la maravillosa historia dc

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la lengua que él levantó a la cúspide. Llega esteidioma al Nuevo Mundo cuando agonizaba el si­glo xv; en unos cien años navega' océanos, penetraselvas, escala los Andes, se habla desde las de Este­ban Gómez descritas por nuestro Lloréns Torres-tierras gélidas de nortear- hasta el pico de laTierra de Fuego que amenaza al polo Sur, y se en­seña en las Universidades de Santo Domingo, "deLima, de Méjico... Hoy, lo hablamos en una veinte­na de naciones unos 200 millones de almas. Dentrode 30 años lo hablarán más de 400 millones de se­res. Hoyes todo un mundo quien responde con ungran eco a cada puertorriqueño que dice: Hombre,amigo, hermano. ¿Diremos en Puerto Rico esas mis­mas ideas, con esas mismas palabras, de forma quepodamos comprendemos con el resto de los 400 mi­llones de hispanohablantes en nuestro orbe, dentrode 30 años?... ¿O no seremos, para entonces, másque una pequeña voz lejana, sola, un eco perdidoen el Caribe?

Las polémicas consagradas a exteriorizar las per­plejidades y miserias cotidianas en el ambiente dePuerto Rico, según se ha manifestado en algunoscomentarios suscitados por la obra de Germán deGranda, Transculturacíón e Interferencia Lingüísti­ca en el PuertQ Rico Contemporáneo, son a vecesun desquite por el sentido de frustración y de con­fusión que acosa a muchos puertorriqueños de nues­tros días. Ante los desafueros de la crítica he vuel­to a reconocer el valor ético del mensaje encamad~.

en las palabras de mi maestro de filología don To­más Navarro Tomás, mensaje que no ha caducado,y por eso resurge en medio del tumulto creado porlas apasionadas y destempladas voces que nos cir­cundan.

cEn cualquier país -me enseñó mi maestro­el cultivo del idiOma necesita ser objeto deconstante atención. No hay planta más delicadani más sensible que la palabra para denotarlas alteraciones del ambiente. Basta como em­presa lingüística el esfuerzo que en cada pueblorequiere el cuidado y desarrollo de la lengua pro­pia. Es vano empeño el de obligar a los habi·tantes de un territorio en definida y elaboradacultura a hablar dos idiomas con igual perfec­ción. Dentro de su tradición hispánica, PuertoRico ha desarrollado un laborioso esfuerzo en lacreación y adaptación de los elementos corres­pondientes a su propio ambiente lingüístico;pero su problema actual sobrepasa el volumende todas sus experiencias anteriores.•

y sigue don Tomás hablando en este tono:

cPor supuesto, muchos puertomqueños sabenconsiderar la complejidad del problema en quesu tierra se encuentra; pero otros muchos favo­recen la desorientación con su indiferencia, fri­volidad y dejadez.•

cEs error poner confianza en que la lengua,por su propia virtud, salvará obstáculos y difi-

cultades, para cumplir, como suele decirse, eldestino que le está reservado. La lengua no tieneotro destino que aquel a donde la conducen lasgentes que de ella se sirven. Aunque sea ciertoque el idioma ocupa lugar principal en la forma­ción de la personalidad, los hombres son en defi·nitiva los que hacen y deshacen las lenguas. Elpuertorriqueño necesita tener clara conciencia deque la suerte del español de su país depende delinterés, cuidado y esmero con que los mismospuertorriqueños lo hablen."z •

Estas advertencias, unidas a otras de ilustrespoetas y ensayistas como Pedro Salinas, SamuelGili Gaya, Juan Ramón JimJnez, Mariano Picón Sa­las, Gabriela Mistral, Angel Rosenblat, América Cas­tro, Dámaso Alonso y tantos más, hacen pensar enlas lecciones de lengua que Cervantes nos dio en elQuijote. Graciosas y variadas son las ocasiones enque el Caballero de la Triste Figura interviene paracorregir, at:larar o enmendar los vocablos y las ex­presiones vulgares o incorrectas que usan Sancho oel cabrero Pedro... Hay, pues, un propósito docente,y una conciencia alerta a las formas aceptadas, a lapropiedad y a la fijeza gramatical en estas incursio­nes... Pero también se revela el profundo respeto deCervantes por el matiz popular y pintoresco delhabla del pueblo, y la elevada opinión que tiene dela conversación amena y culta, de la plática concep­tuosa, del chiste oportuno, del virtuosismo y la ele­gancia en el hablar con donaire. Entre las múltiplesocasione:; en que amo y escudero dialogan en el curoso de la historia quijotesca, aparece la insinuanteconfabulación de ambos al prepararse la tercera saolida, que sería la segunda en compañía de Sancho.Ocurre el siguiente intercambio de palabras, llenasde jugosas consecuencias.]

-Señor, ya yo tengo relucida a mi mujer aque me deje ir con vuesa merced adonde qui·siere llevarme.

-Reducida has de decir, Sancho -dijo donQuijote-; que no relucida.

-Una o dos veces -respondió Sancho--, simal no me acuerdo, he suplicado a vuesa mer­ced que no me enmiende los vocablos, si es queentiende lo que quiero decir en ellos, y que cuan·do no los entienda, diga: cSancho, o diablo, note entiendo.; y si yo no me declarare, entoncespodrá enmendarme: que yo soy tan fócil ...

-No te entiendo, Sancho -dijo luego donQuijote-; pues no sé qué quiere decir soy tanfácil...

-Tan fácil quiere decir -respondió Sancho-­soy tan así...

Don Quijote disfruta a plenitud de la jocosa con­versación, pues le dice a Sancho que habla "hoy deperlas", y manifiesta haber "penetrado el último desus pensamientos y saber al blanco que tira con "lasinnumerables saetas de tus refranes ..... , magníficoejemplo de la gracia, de la espontaneidad y del hu­manísimo aprecio del lenguaje vivo que Cervantes

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·tenía. Prudente lección. Ni purismo ni dejadismo.Ni sacramentalización ni anarquía.

En otro pasaje, cuando don Quijote le da los con­sejus a Sancho para el gobierno de la Insula Bara­taria, además de advertirle que hable con reposú,.. pero no de manera que te escuchas a ti mismo;que toda afectación es mala", surge otra vez el usode palabras en su fonna culta y en su fonna vul­gar, pero ahora es Sancho el que no comprendecuando su amo emplea la palabra "erutar" en vezde " regoldar", que es el concepto conocido por ellabrador... Don Quijote explica que la gente culta"se ha acogido al latín", y al "regoldar", dice "eru­tar", terminando la lección con una afirmación ro­tunda:

"y cuando algunos no entienden estos tér­minos, importa poco; que el uso los irá intro­duciendo con el tiempo, que con facilidad seentiendan; y esto es enriquecer la lengua, sobrequien tiene poder el vulgo y el uso.-

Estas sutilezas manifiestan una inteligencia aler­ta a las corrientes que fecundan una lengua viva:de una parte, el caudal erudito, elemento de gransignificación al cual contribuyen los poetas y losprosistas de más autoridad en todas las épocas.¡Cuántas palabras hoy en uso corriente le debe­mos a la poesía de Góngora, a la poesía de RubénDarío y a la novela de Cervantes!... Pero a ese cau­dal heredado por medio de la obra creadora, seune en indisoluble corriente la lengua de los anal­fabetos, de los miles de seres que en el campo, enlos poblados y en las ciudades de nuestro univer­so múltiple y variado han hablado y siguen ha­blando una lengua común a 200 millones de perso­nas en el presente, fuertemente unificada en suestructura esencial y en su vocabulario genérico,pero bellamente enjoyada con las piedras precio­sas de cada región del mapa que le añade un acen­to, un sesgo, un matiz particular. Riqueza y diver­sificación, el caudal común a todos. Personalmen­te creo que la sinonimia mental es una de las fuer­zas más hennosas en nuestro idioma. Y me encan­ta saber, por ejemplo, que para mencionar unacosa específica, puede haber en diversos países denuestra América múltiples vocablos. Decir aquí gua­gua y en otro sitio camión; decir aquí café negroy en otro país café solo; decir aquí ¡Ay bendito!y en otro sitio 10 que corresponda emocionalmen­te, es creación y originalidad expresiva. Lo idealsería llegar a conocer todos estos sinónimos ver­bales para adquirir una extensa variedad de ma­neras de hablar sobre las cosas, los sentires y lospensamientos. Posiblemente una de las contribu­ciones más significativas de la literatura narrativahispanoamericana contemporánea ha sido preci­samente poner en circulación infinidad de venezo­lanismos, chilenismos, argentinismos, puertorrique-

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ñismos, etc. ¡Cuántos conceptos, cuántos vocablos,hemos aprendido en la literatura gauchesca y enla novela de Rómulo Gallegos!

Pero esta breve digresión se debe a mi propó­sito de indicar que el puertorriqueño ha demos­trado sin desmayo su lealtad al idioma de PuertoRico en su total plenitud: tanto al idioma litera­rio de don Quijote como al idioma sazonado conrefranes, arcaísmos y fonnas jíbaras de extraordi­nario significado de origen Sanchesco. Nadie quehaya escrito para expresar su inquietud patrióticao su perplejidad ante la amenaza del bilingüísmopedagógico, fuente de tantos dislates en la educa­ción del país, ha caído en la torpeza del fanatismocasticista que suelen imputarle los que pretendensoslayar el verdadero problema por razones a ve­ces turbias y casi siempre deformadoras de la ver­dad.

Aprender lenguas extranjeras es de vital ur­gencia cultural en todos los pueblos del mundomoderno. Aquí en Puerto Rico ninguna persona delas muchas que han estudiado la problemática denuestra vida histórica ha expuesto ideas retrógra­das ni ha condenado la enseñanza ni la importan­cia de idiomas universales, que, como el nuestro,gozan en todas partes del mundo civilizado de ungran prestigio. Lo que en Puerto Rico hemos di­cho reiteradamente los escritores, los profeso­res responsables y los estudiantes y estudiosos dela transculturación que ha dominado el destinode la lengua vernácula, es otra cosa muy distinta:se trata de mantener la dignidad del idioma dePuerto Rico en alto, de repudiar la falacia de queel inglés pueda suplantar al español como lenguade cultura vital en Puerto Rico, de condenar lapropaganda en pro del idioma de los Estados Uni­dos de Norteamérica mientras se rebaja el idiomanacional de Puerto Rico, pretendiendo convencera los niños de escuela y a los adultos en sus res­pectivos menesteres en el trabajo y en el ocio deque el español es una lengua inferior y el ingléses una lengua superior. Paralelamente hemos in·sistido, pese a algunas voces discrepantes, en quePuerto Rico debe mantenerse alerta para evitar lacorrupción y la alteración del idioma vernáculopor contaminación con el inglés, conscientes deque en nuestra circunstancia política estamos mu­cho más expuestos a las, influencias que afectan zo­nas profundas del vocabulario, de la morfologfa yde la sintaxis... La influencia del inglés, del francés,del italiano y del alemán en el lenguaje de BuenosAires, de Chile, de Colombia, o de España, no seda ni en el mismo grado ni con las mismas conse­cuencias con que se da la influencia del inglés enel idioma de Puerto Rico. Puerto Rico está másindefenso para protegerse de la invasión, y ademásde su indefensión, está más expuesto y es a la lar-

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ga una presa que representa un bocado más saobrasa para las fuerzas asimilistas. Por eso mismohay que oponer resistencia a esa invasión que po­dría terminar por convertir a Puerto Rico en unaisla idiomática, separada de su familia hispano­americana, si la interferencia lingüística estudiadapor los sociólogos, humanistas y filólogos del pres­Ligio de Gili Gaya y Navarro Tomás, y reciente·mente por Germán de Granda, se deja prosperarimpunemente. Al preguntársele hace un par de se·manas a Dámaso Alonso sobre la cuestión que nosatañe, contestó 10 siguiente: 4

cEn Puerto Rico el peligro del anglicismo esespecialmente grave, puede romper la forma in·terior del lenguaje, y al cabo de algunos deceniosseparar relativamente el habla de Ja isla, de ladel conjunto hispánico, es decir, convertirla enuna especie de papiamento. Sena lamentable."

Esta observación del actual Presidente de la RealAcademia Española me recuerda una carta que reciobí de mi maestro don Tomás Navarro el año 1946-hace veintitrés años- en la cual. me decía: 5

-Creer que el dialecto hispanoinglés que pu­diese formarse en Puerto Rico tendría probabi·Iidades para llegar a ser lengua general deAmérica, me parece que es estar en la luna. Lomás seguro es que el babia de la isla cayera enel concepto social y lingüístico en que se encuen·tra el papiamento de Curazao...

Ni Navarro Tomás ni Dámaso AJonso puedenser tachados de intransigentes puristas. Tampocopuede lanzarse este epíteto para rebajar a los queen Puerto Rico han señalado los males del bilin­güísmo. Rubén del Rosario ha llegado a escribiren la revista Educación (febrero de 1969), que "Enel fondo lo que quieren los críticos del lenguaje esecharle la culpa al régimen colonial del que toda·vía no hemos salido". Y añade muy ufano de susabiduría: "pero yo no comparto tales prejuicios",y siento autoritariamente una regla: "El anglicis.mo lo que hace muchas veces es llenar una lagunadel idioma."

Lo malo, pensamos nosotros, es que la lagunase desborde y nos inunde. Mientras tanto, la pro­fesora Laura Gallego indica el constante error or­tográfico, el desaliño, la vacilación sintéctica, lacarencia de concordancia y otros males observa­dos por ella en las clases que visita.

En Viaje del Parnaso Cervantes simula que ha·bla con Apolo, a quien le dice con voz sobriamen­te medida lo que su genio artístico ha aspirado acrear:

Yo he dado en Don Quijote pasatiempoal pecho melancólico y mohínoen cualquiera SQ4Ón, en cualquier tiempo...

Yo he abierto en mis Novelas un caminopor do la lengua castellana puedemostrar con propiedad un desatino.

Ese camino abierto por Miguel de Cervantes des·de el Siglo de Oro ha ido creciendo a medidaque la lengua castellana ha evolucionado, aumen·tanda su caudal de voces, adquiriendo matices re­novados, perdiendo algunos vestigios ortográficoso fonéticos ya en desuso, pero sin desvirtuar su ca­rácter peculiar definitivamente plasmado en laobra cervantina... En nuestra patria se manifestómuy pronto en el siglo XVII la preocupación por ellenguaje. Don Bernardo de Balbuena, que vivióen Puerto Rico desde 1623 a 1627, pocos años des·pués de morir Cervantes, dispuso que los clérigosde su obispado pasasen ante un tribunal de exami­nadores el cual revisase su instrucción, idoneidad,buena lectura, y distinta y clara pronunciación,aparte de sus costumbres y conducta. La intencióndel ilustre prelado en el siglo XVII con relación ala lengua de los clérigos en Puerto Rico se mani­fiesta también en los testimonios históricos y lite­rarios a través de los siglos XVIII y XIX, los cualessiguen dando evidencia del esmero con que enPuerto Rico se atendía a la educación lingüística...Pasado el trauma del 98, oradores como don loséde Diego, gramáticos como don Felipe laner, lexi·cógrafos como don Augusto Malaret, y otros maes­tros del bien decir y escribir han enaltecido la cá­tedra, el foro, la tribuna política y el periodismoen los anales bibliográficos de nuestra nación.

Las cosas empiezan a complicarse a medida queavanza el siglo xx. Primero, la enseñanza median­te una lengua extranjera y la lucha incesante porla educación en el vernáculo, con las conocidasoposiciones de .legisladore~. gobernadores, presi.dentes del pueblo dominador, y de algunos puerto­rriqueños. Desde hace unos 20 años, se decreta laenseñanza en español, pero sin haberse llegadotodavía -jen el año 1969!- a fijar las lecturas nilos textos adecuados para el estudio del españolen Puerto Rico, por razones complejas y arriesga­das. El temor a la propaganda independentista, elrecelo por cuestiones partidistas, los prejuicios deíndole moral, y la resistencia a aceptar sin reser­vas las consecuencias de revelar la verdadera his­toria de Puerto Rico y su problemática múltiple,ha erigido una censura solapada contra variasobras importantes de la literatura puertorriqueña.

Un poeta de nuestra lengua nos dijo el año 1944que "todo intento áe confusión, de evasiva, seríacobarde: Tenemos que mirar las cosas como son,y son de tal manera que conducen a la regla si·guiente: Pueblo que gesee mantener su lengua enun nivel de autenticidad y originalidad, debe cui­darla él, defenderla él; el porvenir de esta lengua

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dependerá de lo que el pueblo quiera hacer conella. Pero sólo puede cuidarla y defenderla si tie­ne conciencia de 10 que es y de lo que vale, si nola considera como un regalo que le hicieron al na·cer y del cual ya no tiene por qué preocuparse".Cuando ese poeta dijo esas palabras en la Univer­sidad de Puerto Rico, y cerró el pensamiento ad·virtiendo que "por la inconsciencia es por dondeel hombre ha desembocado en sus mayores desas­tres", hacia tiempo, mucho tiempo, que los puer­torriqueños estábamos lidiando con el problemade la educación bilingüe...' Salinas añadió su vozpoética al clamor del siglo en Puerto Rico, clamorque tuvo el año 1915 la voz redentora de José deDiego a su servicio, y que desde entonces hastaahora cuenta con una honrosa representación enla bibliografía de nuestras letras insulares...

Las cuestiones planteadas por esta realidad cul­tural en Puerto Rico, parecen tener un eco en laextraordinaria novela del colombiano Gabriel Gar­cía Márquez, Cien Años de Soledad. En una páginavigorosa el autor presenta dramáticamente el pro­ceso desintegrado del olvido y sus efectos sobre eldestino del idioma vernáculo. Busquemos en estaspalabras de sabor alegórico el entronque con nues·tra presente situación cultural en Puerto Rico, yaque se describe el minucioso y trágico caos, de lamemoria, y la pérdida del lenguaje por el olvido.Es un delei te el arte de García Márquez en estepasaje:

-Fue Aureliano quien concibió la fórmula quehabía de defenderlos durante varios meses delas evasiones de la memoria. La descubrió porcasualidad. Insomne experto, por haber sido unode los primeros, habia aprendido a la perfecciónel arte de la platería. Un día estaba buscandoel pequeño yunque que utilizaba para laminarl,?s metales, y no recordó su nombre. Su padrese lo dijo: -tas-. Aureliano escribió el nombreen un papel que pegó con goma en la base delyunquecito: taso Asf estuvo seguro de no olvi·darlo en el futuro. No se le ocurrió que fueraaquella la primera manifestación del olvido, roroque el objeto tenfa un nombre difícil de recor·dar. Pero pocos dfas después descubrió quetenía dificultades para recordar casi todas lascosas del laboratorio. Entonces las marcó conel nombre respectivo, de modo que le bastaba leerla inscripción para identificarlas. Cuando su pa·dre le comunicó su allirma por haber olvidadohasta los hechos más impresionantes de suniñez, Aureliano le explicó su método, y JoséArcadio Buendía lo puso en práctica en todala casa y más tarde lo impuso a todo el pueblo.Con un hisopo entintado marcó cada cosa consu nombre: mesa, silla, reloj, puerta, pared,cama, cacerola. Fue al corral y marcó los ani­males y las plantas: vaca, chivo, puerco, gallina,yuca, malanga, guineo. Poco a poco, estudiandolas infinitas posibilidades del olvido, se dio cuen·ta de que podía llegar un día en que se recono­cieran las cosas por sus inscripciones, pero nose rl:cordara su utilidad. Entonces fue más ex-

pUcito. El letrero que colgó en la cerviz de lavaca era una muestra ejemplar de la forma enque los habitantes de Macondo estaban dispues­tos a luchar contra el olvido: Esta es la vaca,hay que ordeñarla todas las mañanas para que

. produzca leche y a la leche hay que hervirlapara mezclarla con el café. y hacer café con le­che. Así continuaron viviendo en una realidadescurridiza, momentáneamente capturada porlas palabras, pero que había de fugarse sin re­medio cuando olvidaran los valores de la letraescrita.•'

IV. Libertad y Lenguaje

Las raíces puertorriqueñas están en Puerto Ricomismo y van de viaje con nosotros. Ni España, contodo 10 que trajo y dejó en la tierra borincana, niningún país o grupo de gentes que haya contribui·do a su historia tiene la clave misteriosa de lo quesomos. Cuando el proceso educativo es un tratoleal entre una vida y una cultura se logra la iden­tificación de lo que nace con el dánde nace, pro­duciendo el quién nace, el hombre concreto de sucontorno, única forma de ser hombre real y deenaltecer la autenticidad de la cultura propia. Laeducación desviada de ese trato leal entre una viday una cultura, más que ese nombre merecería elde anulación, el de pérdida de la existencia, puessolamente merece llamarse proceso educativo elque tienda a conseguir un hombre más y más con­creto, más y más de una circunstancia, de una tie·rra, y de un destino histórico. El· trato con dosculturas durante el. período germinal del hombretiende a desquiciarlo: esa ambivalencia de ideas yde creencias lo distensiona, lo divide, lo lleva a laesquizofrenia ontológica, lo deshumaniza, y lo de·salma... que es a la par... desarmarlo, puesto queel alma es el arma suprema del hombre... Poneral educando en contacto con dos culturas cuandoaún no está hecho, el intentar que esa biculturali­zación se haga en dos idiomas heterogéneos en fo­nética, mecanismo mental, peso axiológico, tiempoy emoción, es precisamente el drama de la escuelade Puerto Rico desde el año 1898. El idioma esalgo mds que el vehículo de una cultura. Es cul­tura esencial, comprimido cultural, síntesis de unaestructura de vida en un nivel histórico, fórmulade un modo de ser. Aprender en el idioma propioes el único modo. de hacerse consustancial con lasdos facetas de la unidad lingüístico-cultural que

'nos asegura el ser que debemos ser: claro, con­creto, seguro, arraigado, consistente...

En psicología humana y zoológica es ya unaxioma que se puede causar una conducta neuró­tica con sólo cambiarle reiteradamente al sujetode la experiencia lo que se asocia a cada señal osímbolo. Aprender en dos idiomas, por ser no so­lamente un cambio de lo que se asocia a la señal,

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sino también de los propiQ5. signos, lleva a la divi­sión anímica y vital del. homlire'a la constante amobivalencia y la duda que" anulan para el ser el pen­sar yel hacer, y llevan irremediablemente a la anogustia del no ser, a la pantofobia y al escapismo...¡Cuántas y cuántas dolorosas pruebas tcnemos cnel Puerto Rico del presente de esta realidad! Nues­tro sistema educativo ha sido en lo que va de sigloel más delicado y el más peligroso de todos los re­sortes en la gran maquinaria política que ha do­minado el destino de este pueblo desde el 1898!

No obstante, en Puerto Rico nunca ha habidoduda con relación a la lengua nacional. Nuestropueblo ha mantcDido una fidelidad sin tacha alidioma de Puerto Rico, y a pesar de la interferen­cia lingüística en el Puerto Rico contemporánco,es digno de reconocimiento cl csfuerzo de más dctres millones de compatriotas quc aquí y fuera dclas fronteras insulares han -8Dstenido orgullosamen­te su idioma vernáculo... Germán de Granda hadicho al resumir 19S factores psicológicos, socio­económicos y culturales que analiza en su docu.mentado libro, algo que me parece exagerado, puesno creo que se dcba colocar a Puerto Rico en lacategoría de "zona hispánica periférica... ". PuertoRico no está aislado culturalmente del resto deHispanoamerica de ningún modo, y aunque existala "presión de una sociedad tan poderosa e influ­yente como la norteamericana", tanto la obra lite­raria de los escritores de Puerto Rico como la ex­presión de los puertorriqueños en el campo y en elpueblo después de setenta años be influencia di­recta del idioma inglés, revela que aquí pensamosy hablamos en nuestra lengua vernácula. Tampococomparto la actitud desorbitada de algunos erudi­tos que se indignan con alardes filológicos y lanzanacusaciones injustas a los educadores, escritores yestudiosos de la cultura puertorriqueña, sean na­turales del país o procedentes de otras naciones.9

Escritores de la talla de Samuel Gili Gaya, Nava­rro Tomás, Rosenblat y Juan Ramón Jiménez, hanexpuesto en diversos estudios, ensayos y conferen­cias, los peligros y los males que el llamado bilin.güísmo representa para la supervivencia del idio­ma de Puerto Rico. Pero sobre todo me interesainsistir en un punto: el libro de Germán de Gran­da, aunque haya suscitado polémicas de gran in.tensidad y merezca la debida reflexión critica, nodebe ofuscarnos y desviarnos del quehacer primor­dial que nos incumbe a los puertorriqueños. Lacuestión palpitante no es el libro del señor Gran­da, como no lo es el libro de Gordon Lewis o ellibro de Oscar Lewis, La Vida. Estos tres autoreshan sido en los últimos años la piedra de toquepara el debate y la discusión... Queda siempre pen­diente lo que al fin de cuentas debe realmentepreocupar a nuestro pueblo: su integridad cultu­ral, su soberanía nacional, su sistema educativo

público y privado, los postulados de la instrucciónuniversitaria, y el devenir de su idioma nacional.La libertad de nuestro pueblo es inseparable de suidioma nacional. Defender su entereza y procla­mar los peligros a que está sometida la lengua his·tórica, la lengua materna, la lengua española quehablamos en esta realidad nuestra de cada día, esdefender nuestro derecho a ser y a existir comopueblo libre.

Ante el Congreso de Instituciones Hispánicascelebrado en Madrid, en junio de 1963, se presentóuna ponencia sobre El Español hablado en Colom·bia, enviada por el Instituto Caro Y Cuervo, en lacual se afirma lo siguiente: 10

l' n"" "f t

.Uno de los hechos más nofables'en el espa­ñol actual de Colombia es la innuentra~el inglésnorleamericano. Hay muchos anglicismos en lalengua hablada y en la escrila, anglicismos tota·les, formas híbridas de inglés y español, anglicis­mos sintácticos y anglicismos semánticos en eluso de las ciudades y de la gente joven, especial.mente.

lOEn la prensa y la radio es mucha y constan­le la influencia del inglés norleamericano y delos Estados Unidos en genera!. Influencij que nose limita a dichas actividades, sino que llega amultilud de aspectos de la vida del país y sepuede hallar en todos los niveles y ramas de laeducación naciona!..

Esto coincide con los datos que aporta RafaelLapesa en un ensayo publicado en la Revista deOccidente sobre la lengua desde hace cuarentaaños, en el cual describe el gran auge del anglicis­mo en España.

¿Quiere decir entonces que nosotros en PuertoRico debemos aceptar pasivamente la cuestión df'la interferencia del inglés en el idioma nacional,ya que tenemos evidencia de que la lengua inglesaha aumentado su empuje y ha penetrado en otrospaises que tienen asegurada su soberailía polfticay gozan de una sólida cultura?.. Naturalmenteque no... El caso de Puerto Rico no es el mismo de·España ni es el mismo de Colombia. Lo que los fi·lólogos y lingüistas hayan investigado y estudiadoacerca de los cambios ocurridos en el idioma porinfluencia del inglés de los Estados Unidos, ayudaa entender el fenómeno de los préstamos y de lavitalidad del lenguaje, pero de ninguna maneraanula ni desvirtúa la preponderancia y la amenazadel inglés en el ambiente politico, social, económi­co y educativo del Puerto Rico actual. España yColombia aceptan o rechazan las influencias y losextranjerismos sin comprometer para nada la esen­cia de su patriotismo y de su integridad culturaLEspaña y Colombia no son colonias de los Esta­dos Unidos de América. p,.ro en Puerto Rico, des­de el 1898, se yergue sobre nosotros la espada deDamoc1es. Y a medida que el siglo xx avanza, ve­mos con zozobra la ambivalencia de nuestra con·

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c1ición política. La pugna se hace cada vez más do­lorosa, y a pesar de que el pueblo siga en el 1969hablando español, y a pesar de que los escritoresescriban en español, y sus obras se divulguen, laduda y el desaliento empiezan a horadar las vo­

luntades y a exigir acción para contrarrestar losefectos nocivos de una política lingüística que haempezado a manifestar agresividad y voluntad asi­milista a otra cultura. Puerto Rico ha sido hastaahora una frontera, un bastión de defensa para elidioma vernáculo. Lo que se haya perdido obedeceen gran medida a un proceso natural en la evolu­ción de la lengua, pero lo que se haya conservadomerece admirasión y es un signo de resistencia yde esperanza. El hecho de ser Puerto Rico desdeel 1898 un país dirigido hacia la total y completaabsorción por las formas de vida y de pensamien­to encarnados en el idioma inglés, siendo nuestropaís una isla dominada por los Estados Unidos,cuyo sistema educativo es una mera proyección dela educación norteamericana, y cuya vida econó­mica está regida absolutamente por los interesesde la economía de los Estados Unidos, hace más

dramático el esfuerzo de nuestro pueblo por man­tenerse en la órbita de la cultura hispanoamerica­na. La libertad de nuestro pueblo es inseparablede su idioma nacionaJ.ll

Los peligros que puedan acechar a los idiomasde otros pueblos sólo afectan a una manera deser; pero a nosotros los puertorriqueños nos va elser en el idioma. El forma parte nuclear de lo quesomos por ser la base de nuestro ensimismamien­to, de nuestra persistencia. Lo contrario es el ca­mino de la enajenación. En nuestro idioma nosdejó Cervantes la consigna de su voluntad:

Yace aquí el Hidalgo fuerteque a tanto extremo llegóde valiente, que se advierteque la muerte no triunfóde mi viJa con su muerte.

Los puertorriqueños sentimos la presencia vivade Cervantes en la médula de nuestra cultura an­cestral. Que en esta hora se afirme en nosotros lafe en esas raíces. La lengua de Puerto Rico signifi­ca el triunfo de la vida para nuestra Patria.

NOTAS BIBLlOGRAFICAS

Refiero al inte. ;sad en el tema del lenguaje conrelación a Puerta "ico ... los siguientes trabajos:

1. Véase el ir..ere~. nte libro del autor puertorri­queño Angel Franco, El Tema de América en los Auto­res Españoles del Siglo de Oro, Madrid, 1954, especial­mente la Cuarta Parte, "Perfil Cervantino de América»,págs. 442-474.

2. Véase la obra de Tomás Navarro Tomás, El Es­pañol en Puerto Rico, Editorial Universitaria. Universi­dad de Puerto Rico, Río Piedras, 1966. (Primera edición,1948.) Al redactar el prólogo para la segunda ediciónel año 1966, escribió el autor, refiriéndose a la encuestaoriginal de su estudio efectuado el año 1927-28:

«La influencia del inglés en aquella fecha no habíallegado aún a las personas examinadas, con excepciónde las tres más jóvenes, de unos 20 años de edad. Lamezcla de palabras inglesas entre las españolas, rela­tivamente frecuente en los círculos urbanos, era raracn el ambiente campesino.»

3. Citamos por la edición de Don Quijote de laMancha con texto y notas de Martín de Riquier, Edito­rial Juventud, Barcelona, 1966.

4. Dámaso Alonso expresó estas ideas en una en­trevista para el periódico El Mundo durante su visitaa la Universidad de Puerto Rico, recinto de Mayagüez,durante el mes de marzo de 1969.

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5. La carta mencionada aparece citada en mi ensa­yo Alrededor del Lenguaje en Puerto Rico, revista Aso­mante, 1946.

6. El famoso ensayo del poeta Pedro Salinas, Apre­cio y Defensa del Lenguaje, que data del 1944, se hadifundido mucho y se estudia en las escuelas superio­res y en el curso de primer año de español en variasde nuestras universidades insulares.

7. Gabriel García Márquez: Cien Años de Soledad.Editorial Sudamericana, Buenos Aires, abril 1968, pá·ginas 47-48.

8. Véase Germán de Granda Gutiérrez: Transcultu:ración e interferencia lingüística en el Puerto Ricocontemporáneo (1898-1968). Instituto Caro y Cuervo,Bogotá, 1968.

9. Véanse los artículos publicados recientemeJltepor el Profesor Rubén del Rosario en el periódico .Mundo (29 de marzo de 1969) y en la revista Educa((febrero de 1969) y los de Washington L!oréns recogí ~v.

en el Cuaderno Número 4 de las Publicaciones de laAcademia de Artes y Ciencias de Puerto Rico (1969)con el título Transculturación en Puerto Rico.

10. Véase Rafael Lapesa: La lengua desde hace cua­renta años. En Revista de Occidente, nov.-dic. 1963.

11. Véase José A. Balseiro: Puerto Rico y la len­gua española. En Expresión de Hispanoamérica (se­

.gunda serie). Instituto de Cultura Puertorriqueña. SanJuan de Puerto Rico, 1963. (El autor me hace el honorde dedicarme el ensayo.)

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