Revista de Historia Naval Nº28. Año 1990

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    INSTITUTO DE HISTORIA Y CULTURA NAVALARMADA ESPAOLA

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    REVISTA DE HISTORIA NAVAL

    CONSEJO RECTOR:

    Presidente: Directordel Instituto de Historia y Cultura Naval, D. Federico Fernando Bordej y Morencos, contralmirante.

    Vicepresidente

    y Director: D.Jos Cervera Per, coronel auditor de la Armada.

    Vocales: Secretariogeneral del Instituto de Historia y Cultura Naval. D. Antonio MeirsBahamonde, capitn de navo.

    Redaccin: MaraVign Tabar, Mara del Pilar San Po Aladrn, Lota HiguerasRodrguez, Hugo ODonnell y Duque de Estrada, Isabel HernndezSanz.

    Administracin. D.Antonio Garca Pereira, capitn de Intendencia de la Armada,y D a Paloma Moreno de Alborn Calvo.

    DIRECCIN Y ADMINISTRACIN:

    Museo Naval Montalbn, 2.28014 Madrid (Espaa).

    IMPRIME:

    Servicio de Publicaciones de la Armada.

    Publicacin trimestral: primer trimestre 1990.Precio del ejemplar suelto: 650 ptas.

    Suscripcin anual:

    Espaa y Portugal: 2.400 ptas.Resto del mundo: 30 $ USA.

    Depsito legal: M. 16.854-1983.ISSN-0212-467X.NIPO: 098-90-003-6.Printedin Spain.

    CUBIERTA: Logotipo del Instituto de Historia y Cultura Naval.

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    SUMARIO

    Pgs.

    NOTA EDITORIAL. 5

    ngel Laborde, comandante del Apostadero de La Habana,porAntonio Egea Lpez7

    Las campaas navales del general San Martn,por Jos Luis TatoTejedor31

    El Conde del Venadito: marino, diplomtico y virrey,por Jos Cervera Pery

    El Real Fernando: el primer vapor espaol,por J. F. CasanuevayA. J. Fraidias49

    Prdida de La Habana (1762),por Pilar Castillo Manrubia61

    Ideas Histricas:Carta del Marisal de Belle-Isle a su hijo79

    Documento87

    Noticias generales,por M. Dolores Higueras Rodrguez91

    La Historia Martima en el Mundo,por M. Pilar San Po A1adrn 95

    Recensiones97

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    COLABORAN EN ESTE NMERO

    Antonio Egea Lpezes doctor en Historia de Amrica, premio extraordinario de Historia deAmrica de la Universidad de Sevilla, premio Real Academia de Historia de Amrica, premiodel Instituto Espaol Sanmartiniano y colaborador de la Universidad de Sevilla. Tiene publicados, entre otros,Francisco de Miranda(Historia 16),BolvaryEuropa(Repblica de Venezuela) yAngel Laborde y la pacificacin de Amrica(Escuela de Estudios Hispanoamericanos). Hapronunciado diferentes conferencias en foros espaoles e hispanoamericanos.

    Jos Luis Tato Tejedor es capitn de navo, diplomado de Guerra Naval, y en la actualidaddirector de laREVISTA GENERAL DE MARINA.Autor de numerosos artculos sobre temas estratgicos, es tambin tratadista de poltica internacional.

    Jos Cervera Pery es coronel auditor y periodista. Diplomado en Tecnologa de la Informaciny en Derecho Internacional. Miembro de la Real Academia de la Historia y autor de una seriede libros de historia naval. Conferenciante y articulista, en la actualidad es jefe del Departmento de Cultura del Instituto de Historia y Cultura Naval, y jefe del Servicio Histrico delCuartel General de la Armada. Actual director de laREVISTA DE HISTORIA NAVAL.

    Jos FranciscoCasanueva Gonzlezes titulado superior de la Marina Civil (seccin de MquinasNavales) y obtuvo el ttulo de Maquinista Naval Jefe en 1980. Durante tres aos fue profesoradjunto de la ctedra de Mquinas de Vapor en la Escuela Superior de Marina Civil de Cdiz,pasando en 1988a ser profesor numerario en dicha ctedra. Desde hace aos est investigandosobre la historia de la navegacin a vapor, tema sobre el que versa su tesis doctoral, y ha realizado conferencias y trabajos.

    Antonio Jos Fraidias Becerraes titulado superior de la Marina Civil (seccin de MquinasNavales) y obtuvo el ttulo de Maquinista Naval Jefe en 1983. Desde 1985es profesor de la ctedra de Mquinas de Vapor en la Escuela Superior de Marina Civil de Cdiz. Est investigando,desde hace aos, en la historia de la navegacin a vapor y tiene en curso una tesis doctoral sobreeste tema.

    Pilar Castillo Manrubia es bibliotecaria del Estado Mayor de la Armada y fue condecorada conla Cruz del Mrito Naval de primera clase, con distintivo blanco. Obtuvo su licenciatura en Historia en la Universidad Complutense, donde permaneci como profesora ayudante de la ctedra de Historia de Espaa en la Edad Media. Su tesis doctoral, titulada:La Marina de Guerraespaola en el primer tercio del sigloXIX,obtuvo el premio Virgen del Carmen para libros. Haparticipado en congresos internacionales de Historia Militar y en las jornadas de Historia Martima del Instituto de Historia y Cultura Naval. Colabora habitualmente en revistas castrenses,como: General de Marina, Ejrcito, Historia y Cultura Naval, Formacin, etc.

    La direccin de esta REVISTA no se hace responsable de las opiniones expresadas por losautores en sus artculos.

    La reproduccin y la traduccin, parcial o ntegra, de los textos e ilustraciones debe ser previamente solicitada por escrito a la direccin de laREVISTA.

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    NOTA EDITORIALLa proximidad de 1992 puede palparse en el esfuerzo editorial cada vez

    ms notorio y entusiasta sobre el tema de Hispanoamrica. Porque el 92 nosimboliza slo el descubrimiento como punto de partida, sino que consolidauna presencia de espritu espaola mantenida y sustentada a lo largo del tiempo. De aqu que este nmero de laREVISTA correspondiente al primer trimestre de 1990, se enmarque en la temtica sugestiva de una aproximacintestimonial al Centenario.

    El profesor Egea Lpez, doctor en Historia de Amrica y premio extraordinario de la Universidad de Sevilla, nos sita ante don Angel Laborde, unode los marinos ms interesantes y menos tratados del siglo xix, en su funcinde comandante del Apostadero de La Habana, mientras que las campaasmartimas del general San Martn un brillante militar de acusada mentalidad naval son estudiadas por el capitn de navo Tato Tejedor, actual director de laREVISTA GENERAL DE MARINA Un tercer personaje de importantetrayectoria, don Juan Ruiz de Apodaca, Conde del Venadito, proyecta sutripIe dimensin de marino, diplomtico y administrador (virrey) en el estudiode la propia direccin de estaREVISTA.

    El eco hipanoamericano tiene todava resonancia en el trabajo de PilarCastillo sobre la prdida de La Habana en 1762, panormica que se completaya desde orillas peninsulares con el enfoque biogrfico del Real Fernando,aquel primer vapor espaol que una Sevillacon Sanlcar a travs del Guadalquivir y cuyos avatares nos refieren A. F. Casanueva y A. J. Fraidias.

    Noticias generales, la Historia Martima en el mundo, el documento y unahermosa carta del Mariscal de la Belle-Isle complementan el nmero presente, que, como todos, sale animoso en demanda del favor y comprensin de suslectores.

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    NGEL LABORDECOMANDANTE

    DEL APOSTADERODE LA HABANAAntonio EGEA LPEZ

    Universidad de Sevilla

    Despus de Ayacucho.

    Miguel Gastn, Comandante del Apostadero de La Habana, se queja deque los tres buques mayores han salido hacia la costa mexicana; los bergantines Marte, Belonay Hrculesestn al servicio del Consulado para proteger lacosta; y el nico restante, el bergantnVoluntario,necesita algunos repasos.Protesta de lamiseria del Apostadero,la que atribuye a que, entre otras causas, se ha doblado la fuerza de Marina pero no su presupuesto. Seala, por loque respecta al personal, que no cobra como debe, y con las circunstanciasagravantes de que observa cmo se aplica a habilitar los buques lo que deberan ser los fondos para su sustento, y ve que otras clases cobran al corrienteo por adelantado. Manifiesta que tendr que desarmar buques y despediroperarios del Arsenal (1). Esta situacin es otra explicacin ms de la irrefrenable prdida de los territorios espaoles de Amrica, los que, aunqueserobjetivo del monarca el recuperarlos (2), no se pondrn los medios indispensables para que se consiga.

    Laborde trae a La Habana, de nuevo, enfermos de San Juan de Ula. Loque airea que la fortaleza no vive precisamente su mejor momento para resistir como nico bastin realista en Mjico. Convoya en total, entre tropa yotros, a542individuos; 110 de los cuales son enfermoso convalecientes y sietepresidiarios. Los transportados pertenecen a Infantera de Marina; RealArtillera; Reales Ingenieros; marinera; Plana Mayor; batallones de Tarragona, Mlaga y Catalua; maestranza; ciruga y farmacia; Brigada, y Milicias(3). En esta travesa participaban de convoy los bergantinesHindusyNger,

    (1) Miguel Gastn a Vives. La Habana, 9-2-1825(Archivo general de Indiasen adelanteAGI, Cuba, 2049).

    (2) Laborde a Vives. La Habana, 26-8-1825. Acusa recibo delDiario de Gobiernonmero 223, que incluye R. O. de 20-4-1825 en que el rey declara su decisin deconservar intactosy en toda su plenitud los legtimos derechos desu Soberana... (AGI, Cuba, 2049).

    (3) Laborde a Vives. FragataSabina, surta en el placer de la isla Blanquilla, 15-2-1825(AGI, Cuba, 2049).En cuanto a que retornasen componentes de milicias debe sealarse que a fines de 1823elcapitn general Vives recibe rdenes para disolverlas Morales Padrn, Francisco:Conspiracionesy masonera en Cuba (1810-1826),separata del tomo XXIX del Anuario de Estudios Americanos. Sevilla, 1972, pg.3641.

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    V. E. m(ucho)s a(o)s.=Havana y Julio 3 de 1825=Exmo Sor.= Miguel Gaston(rubricado)=Exmo Sor. D.Fran(cis)c(o) Dionisio Vives(11).

    Han pasado diez jornadas desde su toma de poseSin interina. La queja alcapitn general de la isla esms grave an que la queanotamos de su antecesor oque las que el propioLaborde enviaba desdePuerto Cabello. El oficioque el gaditano dirige aVives es una prueba rotundade la psima situacin de laMarina en Cuba:

    Exmo. Sor. =Son constantes las muchas atencionesdel Apostadero, el cortonmero los buques que componen su fuerza, y el estado Retrato de D. Angel Laborde y Navarro(Museo Naval, Madrid).de carena o inutilidad, sinella, en que se halla una gran parte del total: no es posible por tanto emplearninguno en la actualidad con el nico objeto de conducir Puerto Rico lacorrespondencia de aquella Isla... Habana 13 de Julio de 1825=Exmo.Sor. =Por indisposicin de S. E. =Angel Laborde (rubricado)=Exrno. Sor.D. Francisco Dionisio Vives(12).

    Es ascendido a brigadier (13), y en agosto se encarga oficialmente de sunuevo destino de comandante del Apostadero. As lo manifiesta su antecesor:

    Exmo. Sor.=Consecuente Real Orn, de 2 de Mayoultimo se h encaigado del mando de este Apostadero con las mismas facultades que estn decla

    (11) Gastn a Vives. La Habana, 3-7-1825(AGI, Cuba, 2049).El 14 de enero de 1826todava resida Gastn en La Habanaycontinuaba enfermo (Gastn

    a Vives. La Habana, 14-1-1826(AGI, Cuba, 2049).(12) Laborde a Vives. La Habana, 13-7-1825(AGI, Cuba, 2049).(13) El nombramiento es el 14-7-1825 (expediente de Angel Labordey Navarro, del

    Cuerpo General de la Armada. Archivo-Museo Don Alvaro de Bazn, El Viso del Marqus.Seccin de Oficiales de Guerra. Asuntos Personales).

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    NGEL LABORDE, COMANDANTE DEL APOSTADERO DE LA HABANA

    el 29 de octubre (21). An resta humor, sin embargo, para acopiar ms plvora (22);para modificar el plan de seales de San Juan de Ula (23); y hastapara castigar a un desertor con100azotes sobre un can del buque insigniaque no dar un tiro en aquella Plaza, porque aunque en La Habana todavano se conoce ya se ha rendido la ltima fortaleza realista en Mjico (24).Laborde no asistir a su capitulacin, como tampoco estuvo en la de Maracaibo ni en la de Puerto Cabello.

    Esperanzas y realidades de 1826.

    Laborde asegurar la defensa de Cuba. La Marina mejorar su dotacin

    de buques, y su comandante hostilizar a los insurgentes colombianos y mejicanos, frenando cualquier intento invasor contra Cuba y Puerto Rico; y a lapar inquietando a los rebeldes de los pases continentales del Caribe, temerosos ante los posibles planes reconquistadores realistas, que, sin embargo, nocuajarn. El fortalecimiento de la Marina cubana proporcionar esper.anzasa los que todava aspiran a la reunificacin, entre los cuales se encuentran losguerrilleros que se resisten a reconocer el triunfo de los independentistas. Elao 1826 se inicia con la prdida de los dos ltimos bastiones espaolistas enSudamrica, El Callao y Chilo(25),pero tambin principia con los preparativos de la expedicin que dirige el brigadier Angel Laborde y Navarro,empresa que aportar optimismo a los partidarios de la espaolidad de Amrica y desazn a los contrarios.

    Sin duda, que hay razones para que Cuba mejore su defensa. En PuertoCabello ya no hay Apostadero. Ni es necesario prestar auxilios a San Juan de

    (21) Expediente de Laborde, doc. cit.A Laborde, sin remite. 29-10-1825(AGI, Cuba, 2049).(22) Topete a Vives. La Habana, 4-11-1825. Y contestacin, 7-11-1825 (AOl, Cuba,

    2049).Resulta curioso que Michael P. Costeloe, sin aportar documentacin alguna que lo funda

    mente, escriba que losbuques de suministro espaoles llegaron unos das antes de la fecha enqueCoppinger haba convenido en rendirse, pro encarados con la necesidad de una batalla naval,se retiraro y volvieron a La Habana(en:La Primera Repblica Federalde Mxico (1824-1835).Madrid, 1975, pg. 45). Igualmente la doctora Rosario Sevilla Soler, tambin sin justificarlodocumentalmente, escribe que la escuadra mejicana, que bloqueaba el puerto de San Juan deUla impidi la entradaa la expedicin mandada por Angel Laborde, por lo que tuvieron lasfuerzas realistasque regresara laHabana sin cumplir su objetivo(Sevilla Soler, Mara Rosario:Las Antillas y la independencia de la Amrica espaola(1808-1826).Sevilla, Escuela de EstudiosHispanoamericanos, 1986, pg. 26).

    (23) Laborde a Vives. La Habana, 12-11-1825(AGI, Cuba, 2049).(24) Topete a Vives. La Habana, 18-11-1825(AGI, Cuba, 2049).Restrepo, Jos Manuel:Diario Polticoy Militar. Tomo 1, 1819-1828. Bogot, 1954, pg.

    284.Oficio del Intendente del Ejrcito de La Habana al ministro de Hacienda. La Habana, 7-12-1825 (AGI, Ultramar, 311).

    (25) Torres Marn, Manuel: Quintanilla y Chilo: La epopeya de la constancia, enRevista de Historia Militar,nm. 57. Madrid, 1984, pg. 71.

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    Ula. Ni al Callao ni a Chilo. Se ha reducido e nmero de plazas espaolasen Amrica y claro es que ello facilitar considerablemente la atencin para

    Cuba.El propio comandante del Apostadero de La Habana informa sobre susfuerzas navales, demostrndonos que efectivamente han mejorado en 1826.Cuba cuenta ahora con los siguientes buques armados: cinco fragatas(Lealtad, Iberia, Sabina, Perlay Casilda);una corbeta(Aretuza);dos bergantines(Hrcules y Marte); un bergantn-goleta(Belona) (26), y en marzo se leagrega un navo(Guerrero)(27).

    Debe tenerse presente que en 1825 slo se dispona de dos fragatas(Sabina y Casilda)y no haba ningn navo; si bien, las fuerzas en Cuba incluandos corbetas(Infanta Doa Mara Franciscay Zafiro), tres bergantines(Hrcules, Martey Voluntario)y un bergantn-goleta(Belona)(28). LaMaraFranciscase hallaba averiada en junio (29), pero en septiembre se tena la corbeta Aretuza (30). Por lo que se refiere al ao 1822. el Apostadero de LaHabana no dispona ni de navos ni de fragatas; el navoAsia,reparado en LaHabana, era considerado buque transente por el entonces comandante deMarina; las fuerzas navales de aquel ao eran las corbetasMara Isabel,Mara Francisca, Ceresy Diana; los bergantinesMarte, Hienay Jacinta, ycinco caoneras (31).

    Pero en 1826segua escaseando la tropa. Por eso se queja Laborde de quela fragataPerla, que debi llegar al puerto habanero en diciembre de 1825,

    (26) Presupuesto del Apostadero de La Habana. Ado 1826. Firmado por Laborde (AGI,Ultramar, 311).

    (27) Oficio reservado de Laborde a Vives. Santiago de Cuba, fragataLealtad. 24-3-1826(AGI, Cuba, 2049).

    Escribe Fernando Serrano Mangas quems tarde se le unieron los navos Hroe Soberanoyla fragata Restauracin (o. c., 121-122). Pero es lo cierto que en junio de 1826 estos tresbuques estaban an en reparacin(ibd. pg.120, nota5); y desde luego el navoSoberano noestar en La Habana hasta 1828 (AGI.Gaceta del Gobierno de PuertoRicoen adelanteGGPR, 9-6-1828); en marzo de 1828 todava no haba salido para Cuba la fragataRestauracin (Hemeroteca Municipal de Sevilla en adelante HMS.Gaceta de Madriden adelanteGM, 8-4-1828). En cuanto al navoHroe, hasta 1828 inclusive no hemos hallado noticiaalguna ni tan siquiera de que se disponga a salir para las Antillas.

    (28) Gastn a Vives. La Habana, 9-2-1825 (AGI. Cuba, 2049).Laborde a Vives. FragataSabina, en Isla Blanquilla, 15-2-1825 (AGI. Cuba, 2049). En estos

    momentos se contaba con la fragataHoffnurn, que no hemos hallado en ningn otro documento. Por ello no ofrece dudas sobre si era un buque del Apostadero, y sobre si era de transpote.Estas dudas nos han retrado respcto a incluir dicha fragata como dotacin del Apostadero deLa Habana.

    Expediente de Laborde, doc. cit.La corbeta Ninfa, que serva de depsito de prisioneros, fue vendida en 1825 (Laborde a

    Vives. La Habana, 26-8-1825. AGI, Cuba. 2049).(29) Gastn a Vives. La Habana, 25-6-1825 (AGI, Cuba, 2049). Tambin estaba desar

    mada en esos momentos la corbetaMara Isabel.(30) Expediente, doc. cit.(31) Gastn al Secretario de Estado de Marina. La Habana, 26-3-1822 (AGI, Caracas,

    832).

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    traiga 41 individuos menos de Infantera Real de Marina y tres de brigada.Tambin por lo mismo solicita y obtiene que en los bergantinesVoluntario yVengador, que han de regresar a la pennsula, los piquetes de tropa sean sus

    tituidos por licenciados que retornan, ylos dichos piquetes queden cubriendolas necesidades de laPerla (32). Cada uno de los bergantines sera custodiadopor 25 infantes de Marina, a saber, un sargento, tres cabos, 20 soldados y untambor (33). En la guarnicin del Arsenal se emplean pardos y morenos, pesea la poca confianza que merecan al anterior comandante del Apostadero,Miguel Gastn, como asimismo al comandante del Arsenal, quien al pretender sustituirlos por tropa veterana, lo que habra agravado las deficiencias depersonal militar de la isla, se ha encontrado con la denegacin del capitngeneral (34). Ha de tnerse presente, adems, que en la Marina se producendeserciones por motivos econmicos, pues est peor tratada que otros cuerpos del Estado. Existen impuntualidades en el pago de haberes a los miembros de la Real Armada. No resultaba, pues, precisamente atractivo incorporarse a esas filas en que formaban2.755individuos como dotacin de losbuques, ms 177 en otros trabajos del Apostadero (35).

    Laborde, que demuestra ser un hombre minucioso, ordenado y analtico,est muy dolido del tratamiento que los mximos responsables de la Nacindan a la Marina. En la propuesta del presupuesto del Apostadero para 1826declara que si no se resuelven los incumplimientos del Estado para con laMarina, suplicar a Fernando VII que sea otro quien mande en el Aposta

    dero de La Habana,pues que no deslumbrandole escribe el brigadier Laborde el brillo de la

    autoridad, ni el deseo de figurar, no puede lisongearle aquel (mando) en tanto,que para desempearlo no se le asisscon todo lo probado, como justo y razonable; siendole preferible se olvide su nombre en la oscuridad del rincn de sucasa, que verse comprometido estasfuerzas Navales(36).

    (32) Laborde a Vives. La Habana, 25-12-1825. Vives a Laborde, La Habana, 27-12-1825(AGI, Cuba, 2049).

    (33) Relacin de la Tropa cumplida delos R(eale)s. exercitos q(u)e. seria necesariaparareemplazar lade nf (anteri)a. Real de Marina que guarnecen los bergantines de S. M. nombradosVoluntario y Vengador.La Habana, 25-12-1825.Laborde (AGI, Cuba, 2049).

    (34) Laborde a Vives. La Habana, 3-i-1826(AGI, Cuba, 2049).(35) Presupuesto del Apostadero de La Habana. Ao 1826. Laborde (AGI, Ultramar,

    311).(36) Ibdem.El Superintendente de Cuba, en oficio fechado el 13-5-1826en La Habana informa favora

    blemente el presupuesto de Laborde, y seala que lo que percibe el apostadero es insuficiente,y agrega que la Marina tiene atrasos y deudas, y que el arsenal es intilpara casi todas las obrasdesu instituto(AGI, Ultramar, 311).

    El ministro de Marina, en informe fechado en Palacio el 15-8-1826,apoyndose a su vez enidnticos criterios compartidos por el director general de la Armada y por la Junta de Direccin,se muestra a favor del presupuesto de Laborde y lo elogian (AGI, Ultramar, 311).

    El Consejo de Indias, eninforme de 19-9-1828(sta es la fecha que consta), tambin est afavor, y pregunta al Consejo de ministros si no sera acaso posible reducir las tropas de tierrapara nivelar gastos sin perjudicar a la Marina (AGI. Ultramar. 311).

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    Una de las soluciones que propugna el marino gaditano es flexibilizar lasconsignas presupuestarias, dejando al comandante de la Marina la discrecionalidad de destinar el dinero a la partida que conviniere, y eliminar, por tanto, la rigidez de invertir slo en aquello que estuviera previsto, de tal modoque pueden faltar fondos para un asunto y no hay posibilidad alguna de rebajarlo de otro concepto, lo que hace ineficaz la administracin del Apostadero.

    Por su informe sabemos que se carece de una conveniente industria nacional para suministros navales. De ah que se adquieran repuestos en EstadosUnidos, lo que haca prosperar a la industria de este pas, en perjuicio delnuestro. Por otra parte, Laborde explica que los proveedores estadounidenses proporcionan sus mercancas con brevedad, con buena calidad y a precioseconmicos. Un ejemplo de esto es que los efectos que se compraban en

    Nueva York por 100.000pesos, costaban en otro sitio 164.000. La madera, almenos, s se adquira en la misma Cuba (37).Con el ao comenzaba tambin la preparacin de una expedicin. La

    prensa divulg el asunto, inquietando a los colombianos y animando a losespaoles. Desde Abril los peridicos vocean que la Divisin Naval deLaborde se dirige a Cartagena de Indias (38), y en mayo ya dan la noticia deque el brigadier cruzaba aguas de Jamaica (39), despus de lo cual sus buqueshaban ido a bloquear Cartagena de Indias, una parte, y La Guaira, otra,encontrndose las naves delante de ambos puertos (40). Segn una carta particular, el5de julio, ya de regreso Laborde, se narraba que Santa Marta habasido bloqueada (41). Sin embargo, otra fuente sealaba que Laborde estuvoel 12 de julio en Cartagena; otra, que el 18 de julio; otra, por fin, fijaba el 20de junio, ms acorde con la carta particular (42). Para otro, lo de Santa Martano era bloqueo, sino un desembarco con ocupacin de la capital de provincia(43). Y en agosto se hablaba de que Laborde haba retornado de su primeraexpedicin y preparaba la segunda. Tanta difusin, desde luego, favoreca laposicin espaola y perjudicaba a la insurgente. De tanto repetirse en losperidicos, Laborde adquira un prestigio e infunda unos temores que lestaba fomentando adecuadamente como un arma ms (44). A consecuenciade la casi constante actualidad periodstica de la divisin naval de Laborde yde las perspectivas reconquistadoras que aquello poda suponer, se lleg adivulgar:que haban bajado la cotizacin de los fondos mexicanos (45).

    Esa guerra psicolgica y propagandstica la ganaban sin ambages los espa

    (37) Ibdem,nota 35.(38) Diario Mercantil de Cdizen adelante DMC, 28-4 y 12-5-1826 (Biblioteca

    Pblica de Cdizen adelante BPCA).(39) Ibd., 11-8-1826.(40) Ibd., 30-5-1826.(41) Ibd.. 1-9-1826.

    (42) Ibd., 3-10-1826.(43) Ibd. 17-10-1826.(44) Carta reservada de Laborde a Vives. Santiago de Cuba y fragataLealtad,25-3-1826

    (AGI, Cuba, 2049).(45) Ibd., 10-10-1826.

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    oles, con la imagen de Laborde como estandarte. En Costa Firme temanuna invasin espaola (46).

    El marino gaditano, en efecto, en enero se ocupaba en la preparacin dela expedicin, y armaba los buques con artillera. Obuses y metralla de hierrosuban a bordo (47). En febrero faltan por llegar de Estados Unidos 20 quintales de cuerda mecha, y ante la urgencia de salir fueron pedidos al RealCuerpo de Artillera (48). Como el personal escasea, los desertores de laMarina tambin son buscados para reengancharlos (50); uno de estos essacado de la crcel (51). Hasta se han tenido que reclutar presidiarios que noson marineros, a fin de completar las dotaciones(52).El 19de febrero de 1826salen a la mar (53). A los buques que quedan en puerto se les ha quitado tropapara embarcarla en los que dan a la vela. Le ha ocurrido a la corbetaAretuza,la ms importante de las naves que permanecen en La Habana. Topete,comandante interino del Apostadero, propone al capitn general de la isla sele facilite tropa de tierra para guarnecer a la goleta de guardia en la boca delpuerto y que la marinera de ella pase a laAretuza (54).

    Los colombianos, por su parte, se preocupan de mejorar su Marina(55),aunque no alcanzarn la capacidad suficiente como para atacar a Cuba conxito (56).En ruta hacia el Caribe viene el navoGuerrero para reforzar elApostadero de La Habana (57). Laborde ha arribado a Puerto Rico (58). Yel 24 de marzo entra en el puerto de Santiago de Cuba con sus cinco fragatas.

    El gaditano sigue utilizando en sus cartas meridianos de referencia nacional,ahora el Oes Cdiz. Desde Santiago escribe al capitn general, Francisco Dionisio Vives, y le informa que al amanecer del da 12 recal sobre el Morro dePuerto Rico, y que se halla a la espeta delGuerrero,de la corbetaZafiro y elbergantn mercanteEl bello indio.Manifiesta que no existe:

    Alarma deinvasin sobre la Isla de Puerto Rico,ni dirigida estap(o)r.parte de los Colombianos, solo restariaq(u)e. concebir algun recelo de lade losMexicanos. En cuanto esta ultima consideracion todo me asegura q(u)e.desde ni salida de la Habana, nada han emprehendido y q(u)e. tampoco hay

    (46) Topete a Vives. La Habana, 4-3-1826 (AGI, Cuba, 2049).(47) Laborde a Vives. La Habana, 9-1-1826(AGI, Cuba, 2049).(48) Laborde a Vives. La Habana, 12-2-1826(AGI, Cuba, 2049).(49) Ibd.,16-2-1826(AGI, Cuba, 2049).(50) Ibd., 13-2-1826.Y Vives al Jefe Principal de Dragones, La Habana, 13-2-1826(AGI,

    Cuba. 2049).(51) Laborde a Vives. La Habana, 17-2-1826.Y Vives a Laborde. 18-2-1826(AGI. Cuba,

    2049).(52) Topete a Vives. La Habana, 25-2-1826 (AGI, Cuba, 2049).(53) Laborde a Vives. La Habana, 25-2-1826 (AGI, Cuba, 2049).Expediente, doc. cit.(54) Topete a Vives. La Habana, 25-2-1826 (AGI, Cuba, 2049).(55) Ibd. 4-3-1826 (AGI, Cuba, 2049).(56) Latorre a Laborde. Toa-Alta, Isla de Puerto Rico, 12-3-1826(AGI, Cuba, 2049).(57) Topete a Vives. La Habana, 4-3-1826(AGI, Cuba, 2049).(58) Latorre a Laborde. Toia-Alta, Puerto Rico, 12-3-1826(AGI, Cuba, 2049).

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    nueb antecedente q(u)e. confirme esta sospecha. Siendo esto asi, es para mibien seguro, q(u)e. los datos de hallarme en actividad con las cinco Fragatasdesde mediados del pasado, la reunion del Navio Guerrero, la desanimacin eimpotencia de los colombianos p(ar)a. coadyudar con ellos planes de inbasion deben desterrarde aquellos toda esperanza de buen lorode intentona. Deconsiguiente es llegado el caso p(ar)a. mi tan suspirado de emplear la FuerzaNabal del Rey N. 5. no en meras operaciones precautorias de socorros ytransportes, sin el de desplegarlas la bista de los Enemigos en actitud hostil;pues q(u)e. tan oportunamente se ha reunido estafuerza nabal en este punto,el mas proposito p(ar)a. semejante empresa.

    Felizmente... (han sido) acopiadas aqui cien mil raciones de Armada. Porlo tanto y desde luego me propongo llebar la Guerra a Cartago, dirigiendome

    la Costa Firme, y hacerle sentir el rigor de la Guerra p(o)r. cuantos mediosme sean posibles, hasta el punto de consumir mis biberes y regresar esePuerto.

    * * *

    (Se me presentan verntajas) en estas felices coyunturas, q(u)e. siento suimportancia y q(u)e. ansio para aprobecharla con aquel calor de una almaentusiasmada, q(u)e. solo aspira cuando S. M. le permita algun descanso y bolber su rincon q(u)e. bien lo necesita, el q(u)e. se diga, hizo lo q(u)e. supo ysi no hizo mas fue q(u)e. realmente no supo mas, pero sus buenos deseos notubieron limites. Seguro de esto y bien desconfiado de lo demas, emprehenderey cuento conque la probidencia har lo demas y buelva p(o)r. lajusta causa.

    * * *

    .si dentro de quince dias logro alistarme p(ar)a. dar la bela no se habrtrabajado poco... (59).

    El Guerrero yla Zafiro transportan de la pennsula morteros, obuses,planchuelas de hierro, 510 bombas de 12 pulgadas, 200 granadas de 7 pulgadas, 2.480 balas, cuerda-mecha y22 velas de cabria (60). Laborde ha recibidoinforme de un espa acerca del estado de la Marina colombiana en Cartagenade Indias, de sus proyectos y de la situacin general del pas: el informante,un tal Guillermo Prez, notifica que no existen ni marinera ni oficialidadcomo para siquiera zarpar los buques de que disponen; en cuanto al estadogeneral de Colombia, lo describe negativamente (61). No era extrao que loscolombianos se vieran obligados a recurrir a entregar el mando de sus navesa extranjeros (62).

    (59) Oficio reservado de Laborde a Vives. Santiago de Cuba, 24-3-1826 AGI, Cuba.2049).

    (60) Relacin de efectos transportados en elGuerrero y laZafiro.Laborde, fragataLealtad, en Santiago de Cuba, 24-3-1826 (AGI, Cuba, 2049).

    (61) Informe de Guillermo Prez, sin fecha. Copia firmada por Laborde. Este informe sirvi a la redaccin del oficio de Laborde de 24-3-1826(AGI, Cuba, 2049).(62) El bergantn colombianoEl Tunantey su tripulacin haban sido apresados por los

    espaoles; entre aqullos se encuentran un oficial nacido en Boston y otro en Jersey. Labordea Vives. La Habana, 13-2-1826(AGI, Cuba, 2049).

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    Al siguiente da de su arribo a Santiago de Cuba, el brigadier Labordeescribe de nuevo a Vives en un tono desenvuelto, personal, jocos a vecespermitindose incluso vulgarismos. Es ostensible el buen estado de nimo degaditano, y su desparpajo nos ampla el conocimiento de su personalidad. Eescrito no carece de autodescripciones del marino:

    Santiago de Cuba y Fragata Lealtad, 25 de marzo de 1826 Reservada.Exmo. S(e)or. D(o)n. Francisco Dionicio de Vives.

    Mi venerado General de todo mi aprecio: porfin logramos la reunin conel Navo, lo que la Corte va celebrar mucho, pues es imposible ponderar V.el sustoy recelo con que ha sido remitido. Por lo tanto, dese V. priesa con migoavisando a Topete para que por la misma va lo practique para que no se learguyade moroso porno salvarla y no poderla aprovechar, pormi parte ydesde aqu, por la va de Burdeos, aprovechar la primera ocasin de buquemercante que son las i.nicas que pueden presentrsenos. Anunsiar marcharsobre la Costafirme, pero me guardar como de mearme en la cama de largarprenda alguna que evapore la saludable pavura que nosha valido esta activaremesa. Ella algo me perjica (as), porque este Navo viene que syo como viene, pero ha venido, ya V. sabe que yo no me ahogo en poca agua, s sufrir, heestudiado en superar dificultades, yno he tenido mala escuela en Costa firme,vamos adelante con el Santo y la procesin, pero por Dios si.iplico V. active

    al S(e)or. D(o)n. Claudio (Martnez de Pinillos, Intendente de Cuba) p(ar)aque no me falten los auxilios, que comot no mefaltes pan de mi alforja, comot no me faltes nada me importa, quiero decir que si no me faltan los auxilios,mis compadres, los insurgentes han de bailar la carmaola, y les tengo unaganas que valen por cuatro.

    Sepa V. que en Puerto Rico tuve un mal rato, el diablo de la Goleta Armona sembr la noticia de que en el Navo vena reemplazar V. el S(e)or.Ramrez. Ya se ve que como este buque hava salido de Cdiz tres das despusdel Guerrero, me lo cre de taco. El hombre, seamos claros, por ms que se

    quiera y por ms despreocupado que sea, rio puede menos de tener sus agueros,el mo, entre otros, es que relevndolo V. no quiero estar aqu, y me fundoen que ci.iando estuve con el S(e)or. Latorre en Costa firme estuve en la gloria pesar de muchos malos ratos inevitables, pero ninguno que no fuese hijo detristes circunstancias. Vino ni Padrino Morales y confirm el pasqun quemuchos aos antes le havan puesto en Caracas, que deca as, el hombre propone, Dios dispone, viene Morales y lo descompone, en efecto, todo fue uninfierno. Yo bien s que es imposible que se d un segundo Morales, peropesar de mi poco talentoyde una vida pasada casi exclusivamente sobre tablas,tengo bastantemundopara saver que su sucesor deV. mha dehacerpagarporsu mutuo propio por impulsiones agenas la pena de haverme V. apresiadoydistinguido. Por fin salimos delsusto yme limitosuplicarle disponga las cosasde modo que tomemos juntos la portantina para Espaa, pues ms necesitodescanso.

    Yo me lisongeaba por este ao librarme deun segundo aguero que tengo,

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    que no hay ningunoque no concurra que al comn pesar de la pasin deSemana Santa no se me aada la segunda de un estorbo para mis havilitaciones.Viene luego e/jolgorio de las Pascuas, y como el vizcano digo risas tuyas sonarrabias mas.En fin, mi amado General, digo aquello de la misa, en tus manos S(e)or.encomiendo mi cuerpo y mi alma, pselo V. tambin como yo se lo deseo y bstele, en el correo defin de mes asegundar y tambin por la Safiro, nterinreciba y. la afectuosa exprecin de la gratitud de su invariable amigo y atentoservidor.

    Q.5.M. B. Angel Laborde (rubricado)(63).El navoGuerrerofue reparado en Santiago de Cuba, para lo cual hubo de

    gestionar prstamos, as como para vveres y ropa. Un emprstito se firmante el gobernador de la Plaza, Isidro Barradas (64), quien en 1829 acompaar al gaditano a Mxico en una expedicin que proyectaba la reconquista deNueva Espaa. Por fin, el 15 de mayo de 1826 sale la divisin naval, perohacia Jamaica (65), pues a esa isla ha de dirigirse para adquirir accesorios paralos buques y ropas para la marinera. El intendente Martnez de Pinilloslamenta la inevitable demora que est teniendo la expedicin de Laborde(66), a quien elogia (67). Empero, el comercio espaol est protegido, pesla propaganda de la divisin naval de La Habana es lo suficientemente disuasoria como para que al menos aquel importante cometido se ejerza idneamente (68). En Kingston el comandante del Apostadero de La Habana cumple no slo con su propsito de continuar la preparacin de su expedicin,sino que, adems, como intelectual nocesa de recoger cuantos conocimientossean susceptibles de, aprovechamiento. As que, observando en Jamaica laprctica de un mtodo de enseanza del sable adecuado a la Infantera, sehizo conel texto que lo explicaba. Despus, en Cuba, realizara ensayos dedicho mtodo, enseara el manejo del sable a la guarnicin y marinera bajosu mando, a guardiamarinas y a aventureros; y comprobando sus buenosresultados, a los que no eran ajenos escribe Laborde laaptitud corprea,

    (63) Carta reservada de Laborde a Vives. Santiago de Cuba y fragataLealtad,25-3-1826(AGI, Cuba, 2049).

    (64) Laborde al Superintendente General de Cuba. En el navoGuerrero,en el puerto deSantiago de Cuba, 8-5-1826(AGI, Ultramar, 311).

    (65) Catlogole documentos referentes a la independencia de Colombia existentes en elMuseo NavalyArchivo de Marina Bazn. Madrid, 1969, pg. 191.

    (66) Martnez de Pinillos, Superintendente de Cuba, al ministro de Hacienda. La Habana,20-5-1826. En nota marginal de esta copia de oficio se dice con fecha 14-8-1826:S. M. ha sentidola detencin de la escuadra en Cuba por tanto tiempo(AGI. Ultramar, 311).

    (67) Ibd., La Habana, 13-5-1826(AGI, Ultramar, 311). (68) Martnez de Pinillos escribe al secretario de hacienda que misinde Laborde es vigilarlas Antillas para proteger el comercio espaol. La Habana, 20-5-1826 (AGI. Ultramar, 311).Rafael Urdaneta escribe a Bolvar, desde Maracaibo, el 28-6-1826:La escuadra que tienen

    hoy enLa Habana es positivamente fuerte, y puede pasearse por nuestrosmares, sin quese leincomode (Urdaneta, Rafael:Memorias delGeneral... Madrid, in fecha, 323).

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    Aqu hay mucha desconfianza en dho. Gefe Laborde por ser de la. ememaiscula, de 1 gerarqua, y, por consiguiente, desafecto S. M., . como verV. S. por.el adjunto papel, ojal si lo relevase un Realista , yo aseguro V. S.

    que slo con las fuerzas indicadas hera suficiente para que se entregasen losInsurg(en)tes. al Gov(ier)no.. Espaol, porque estn en una espantosa anarqua, y muertos de ambre, como tambin, amenazados por la gente de Color.

    Lo que resulte hir nQticiando a V. S. sin prdida de ocasin...(81).Laborde informaba en octubre queelGuerrero haba necesitado dieci

    nueve mil pesos mensuales (82). Nuevos trabajos en el Apostadero para rehacer la divisin (83), y el da de Navidad volva el comandante al mar (84).

    Expedicin para la reconquista de Nueva Espaa.

    El brigadier Laborde se enfrenta sin problemas a buques insurgentes mejicanos que parecan querer aprovecharse de la presumible debilidad naval deCuba traslos desgraciados sucesos acontecidos en el Canal Nuevo de Bahama(85). El comodoro David Porter,de las fuerzas navales mexicanas, y elmarino gaditano canjean notas para intercambio de prisioneros (86).

    Por Real Orden de 25 de marzo de 1827,a peticin del brigadier, sele concede el sueldo de su grado y la gratificacin correspondiente los Gefes deEscuadra con mando, atendiendo a que debe sostener el decoro que exigensus relaciones continuadas con los extranjerosdesu clase(87). El Apostaderoadquiere la goleta mercanteConcepcin para armarla, incorporndola aladivisin con el nombre deRitilla. Su coste ha sido de 3.800 pesos, ms 1.395de trabajos de carpintera y calafatera (88). En La Habana se recibe informacin sobre el diseo de la bandera que debern usar los buques espaoles prasolicitar prcticos en puertos extranjeros; ser ajedrezada blanca y roja (89).

    Las fuerzas navales de Cuba seguan causando recelos entre los rebeldes(90). Y en Costa Firme los realistas continuaban suresistencia (91). El 4 de

    (81) Bartolom de Azparren al Sr. D. Atanasio de Melgar. Puerto Rico, 20-10-1826(AGI,Caracas, 389). .

    (82) Laborde, Cuenta de 9-10-1826 (AGI, Ultramar, 311). .(83) En.octubre de 1826 se habla en Nueva Orlens que en La Habana 2.000 calafateado-

    res y carpinteros y tres mil marineros trabajaban incluso domingos y noches de luna (BPCA,DMC, 23-1-1827).

    (84) Expediente, doc. cit.(85) DMC, 13-2, 6-3, 13-3, 30-3, 6-4, 13-4,24-4, 18-5,5-6v 113-7-1827(BPCA).(86) BPCA, DMC, 24-4-1827.Y Guilln, Julio F.:Indice de/os pape/es de la seccin de

    corso ypresas (1 784-1838).1953, pg. 172.Porter sera promovido posteriormente a Brigadier General (AGI, GGPR, 10-3-1828).(87) Expediente, doc. cit. . .(88) El Intendente de La Habana al secretario de Hacienda. LaHabana, 5-5-1827 (AGI,

    Ultramar, 311). (89) Laborde al Director General de la Real Armada. La Habana, 31-8 y 14-10-1827(Museo Naval, Madrid, Mss. 1335, docs. 52, 53 y 54).

    (90) Manuel Gonzlez Salmn al secretario del despacho de Hacienda. Palacio, 31.l-1928.Son noticias de septiembre de 1827 (AGI, Ultramar, 8114). ,

    (91) Catlogo..., o. c.. 193.

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    En Madrid consideran que sin la Marina, Cuba ya se habra perdido. Asque el presupuesto de Laborde es bien recibido (103), aunque se reconozcaque equivale a los dos tercios de las rentas de La Habana. Claro que, segn

    constaba ene informe del Consejo de Indias, se haca indispensable para sostener a a isla independiente y espaola; con este fin se proponen reformas yeconomas en diversos otros ramos (104)..Hablamos del presupuesto de 1826,porque las cifras de 1828y 1829que Humboldt anota sobre la isla de Cuba sonlas siguientes: en el ao 1828las aduanas de los puertos cubanos proporcionaban 5.309.136 pesos, en tanto que los gastos de la Marina sumaban 1.708.838;en el ao 1829 las aduanas martimas ingresaban 5.193.967 pesos, mientrasque la Marina consuma 1.479.334 pesos (105). En conjunto, desde luego, laMarina haba decado extraordinariamente en el reinado de Fernando VIIcon respecto al de su antecesor, aunque fuese en Trafalgar, es verdad, endonde se iniciara el proceso de involucin. Los datos son fehacientes: en laspostrimeras del siglo xviii disponamos de ms de 300 buques de guerra(106), mientras que en 1828 nicamente contbamos con 34 (107) y no sedestinaba ni un real a la construccin de naves en los presupuestos de ese mismoao (108). Y eso a pesar de que La Habana ocupaba desde haca dos dcadasuno delos primeros lugares entre las ciudades comerciantes del globo(109).Para clarificar esto ms an, debe saberse que la Marina inglesa en 1827contabilizaba 806 buques de guerra (110). Ahora bien, el soberano espaol noandaba rezagado en relacin a la corona britnica en cuatro a ingresos, pues

    ambos cetros marchaban emparejados percibiendo unas rentas de 1,20 francos por ciudadano (111). A pesar de que los ingresos britnicos haban crecido en los primeros treinta aos del siglo un 186,6 por 100, mientras que losde Espaa haban decrecido un 22,85 (112). Efectivamente, no gastbamosen construccin naval propia, pero s contribuamos a desarrollar la ajena enperjuicio de Espaa. Un ejemplo desgraciado lo hallamos en 1818,ao en quereina Fernando VII y en que arriban a Cdiz 11 buques adquiridos a Rusiapor 13 millones y medio de rublos, pero con el agravante lamentable y est

    (103) Informe de Rafael Morant, de la Contadura General. Madrid. 18-8-1828 (AGI,Ultramar. 311).

    (104) Inform del Consejo de Indias sobre la propuesta de presupuesto de Laborde demayo de 1826. 19-9-1828(AGI, Ultramar, 311).

    (105) Humboldt, Alejandro de:Cuadro estadstico de la isla de Cuba. 1825-1829.La Habana, 1965, pgs. 89-91.

    (106) Ibez de Ibero, Carlos:Historia de la Marina de Guerra espaola.Madrid, 1939,pg. 215; March y Labores, Jos:Historia de la Marina Real Espaola desde el Descubrimientode Amrica hasta elcombatede Trafalgar,2 vols., tomo II. Madrid,1854, pg. 797.

    (107) AGI, GGPR, 30-8-1828.(108) HMS, GM, 24-6-1828.(109) Humboldt,o.c.,72.(110) AGI, GGPR, 20-8-1828.(111) Lo citaba un peridico de Bruselas, y o reproduca el DMC, 29-4-1830(BPCA).(112) Fontana, Josep:La quiebra de la monarqua absoluta, 1814-1820.Barcelona, 1978,

    pg. 73.

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    impresin de que aspira al cargo de ministro. Y es que aprovecha sus comentarios al presupuesto de aprovisionamiento para formular una llamada almejoramiento de la industria nacional para la fabricacin de aparejos de

    buque. Recuerda, como argumento, que hubo un tiempo en que esa industriaespaola fue apreciada. Se muestra claramente partidario de apoyar a laindustria nacional adquiriendo productos nativos antes que extranjeros (114).

    Por un documento annimo sabemos que, al parecer, en marzo de 1829una casa extranjera propuso un prstamo de750millones de reales para lareconquista de Amrica, a un 6 por 100 de inters anual y a cambio tambinde beneficios mercantiles. Pero se obstruy el plan. A Mjico se enviara enjulio de ese ao una expedicin de 3.000 hombres, cifra que se considerabareducida, pues se calculaban en unos 20.000 los que se necesitaran para quela empresa lograse el triunfo. El prstamo no se acept (115). Era evidenteque Fernando VII cumpla su palabra de reconquistar Amrica, en tanto encuanto que patrocinaba una expedicin contra Mjico; pero tambin eraobvio que el hecho cubra el expediente tericamente, porque moralmenteno, ya que poda preverse, como haca el mencionado documento, que con uncorto ejrcito se iba directo al fracaso. La expedicin mandada por IsidroBarradas y conducida por la divisin naval de Laborde se pondra en marchahacia la derrota. Tambin Mariano Torrente opinaba que para alcanzar la victoria habra hecho falta una fuerza de 15 20.000 hombres (116). En laHabana estimaban que deban enviarse 12.000 hombres ms (117).

    El 5 de julio de 1829daba a la vela la expedicin contra Mxico que partade La Habana. Laborde public el siguiente orden del da:

    Soldados y marineros: vamos la mar cumplimentar lo que el Re N. S.nos ordena y exige el bien de sus vasallos. La confianza que S. M. funda ennosostros, espero no ser desmentida, de seguro tampoco lo ser la que tengode vosotros, y el gefe que se honra de mandaros no dejar fallida la que en tantas ocasiones le habeis probado tener en l. VIVA EL REY.=Navio Soberanoal anda en el puerto de la Habana 2 de Julio de 1829=Angel Laborde (118).

    Los das 27 y 28 de julio desembocaron las tropas, ponindose en marchahacia Tampico. Nos parece de inters que reproduzcamos la proclama de

    (114) Laborde al Intendente de la Habana. La Habana. 4-12-1828.Contestacin del intendente, Conde de Villanueva. La Habana, 30-6-1829. Conclusiones de Laborde sobre el presupuesto. NavoSoberano,en La Habana, 23-6-1829(AOl, Ultramar, 311).

    (115) Documento sin firma, lugar, ni fecha (AGI, Estado, 42,, doc. 94).(116) Torrente, Mariano:Historiade la Revolucin Hispanoamericana,tomo lI..Madrid.

    1830, 370.(117) DMC, 25-8-1829 (HMC). Venceran 3.000 espaoles a unos mejicanos que conta

    ban con unos 30.000 hombres en armas? Esta cifra la aporta el capitn Toms H. Foulds, de lagoleta angloamericanaCuatr de Julio,procedente de las islas Sandwich, en relacin jurada firmada en el puerto de Manila el 8-6-1830(Museo Naval de Madrid, Mss. 1446, fols.38-391).Teniendo en cuenta tales datosy los anteriormente citados parece improcedente llamargranexpedicina la dirigida por Barradas, que es lo que hace Rosario Sevilla Soler (o. c, 27).

    (118) DMC, 25-8-1829(HMC).

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    Laborde en Punta Jerez, una vez en tierra mejicana el ejrcito que mandaBarradas:

    Veo con placer realizadas todas mis esperanzas. No ignoraba yo que mandaba espaoles valientes, y con vuestro valor, cuando os dirij mi voz en laHabana: l solo poda superar los obstculos que oponia la naturaleza nuestro desembarco.

    El Dios de los ejrcitos ha protegido nuestros esfuerzos. El pabellon espaol tremola de nuevo en las costas mejicanas. Ya lo han saludado las aclamaciones de la valerosa vanguardia del ejrcitoreal, y las vuestras. Con mil gritosde victoria exhalados de lo ms ntimo del corazon se han recibido esas ilustresinsignias, inmortalizadas hace siglos por nuestros antepasados.

    El mundo entero tiene la vista puesta en vosotros; y de vosotros era dignatamaa empresa. Soldados y marineros: Sirvaos de dulce satisfaccin, el saberque el Rey N. 5., el padre de sus abuelos, el amado Fernando VII se complacer en or la relacin de vuestras hazaas. Yo desde luego os lo aseguro, y deantemano os doy en su nombre las gracias.

    Dmoslas nosotros todos al Ser Supremo, y hagamos que en todo el mundoresuene esa aclamacin hija del mas sincero y tierno afecto hacia nuestroMonarca. Viva el Rey Viva el Rey

    Abordo del navio Soberano en Punta-Jeres, costa de Nueva Espaa, el 28de Julio de 1829(119).

    No falt la publicacin de unCanto heroicopor lafeliz arribada de la expedicin de los Sres. D. Angel Laborde y Navarro y D. Isidro Barradas las costas de Tampico, dedicado al Rey nuestro seor.El libro se edit en La Habanaen el mismo ao 1829 (120). Claro que ya antes de la empresa, un enemigo deella haba divulgado en Nueva Orleans un impreso tituladoNoticia importante. Grande espedicin a Mjico,en el que ridiculizaba a la expedicin y a suspatrocinadores (121).

    En Tampico feneci la proyectada reconquista. Santa Anna y Bustamantederrotaron a Barradas (122). Torrente considera que se eligi mal el lugar dedesembarco, que la estacin no era la apropiada para la invasin, que faltaban vveres y que las enfermedades consiguientes debilitaron mucho a lasfuerzas espaolas antes de que pudieran internarse (123).

    (119) DMC, 20-10-1829(HMC).El ministro de la Guerra, Marqus de Zambrano, remita al Secretario de Estado prensa

    francesa que le haba enviado el embajador espaol en la capital gala, noticiando el feliz desembarco de la expedicin espaola. Madrid, 31-10-1829(AGI, Estado, 42, doc.75).

    (120) Fernndez Duro, Cesreo:La Armada Espaola desde la unin de los dos Reynos deCastilla yAragn, tomo IX. Madrid, 1903, 392.(121) Vives al Secretario de Graciay Justicia. La Habana, 22-1-1830 (AGI, Estado, 94.

    exp. 96).(122) Courrer Francais. Pars. 23-3-1830.nm. 54 (AGI. Estado, 42, exp. 89).(123) Torrente,o. c., II, 369.

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    El peridicoEl Espaol, de Nueva Orlens, clamaba contra Barradasporque el desgraciado caudillo de Tampico deca se ha propuesto rnancillar el nombre espaol: l va corriendo crtes se hallaba en Pars en febrero

    de 1830como sino lefuera ms honroso presentarse inmediatamente nuestro supremo gobierno para dar cuenta deSUconducta, y responder al terriblecargo que puede hacrsele por no tener al General Santana en las manos delcapitn general de la isla de Cuba...(124).

    Despus de la expedicin, Laborde ascenda a jefe de Escuadra (125).Haba concluido en Tampico laidea de reconquista? En abril de 1830 sehablaba de una nueva invasin a Mjico (126). Pero en noviembre de ese aoLaborde recibe orden del Rey anulando cualquiera incursin que no fueraexclusivamente para proteger el comercio de Cuba y Puerto Rico. Y no sloeso, sino que adems se decida reducir la marinera, sus sueldos y el nmerode buques (127). Hay que reconocer que los salarios cubanos deban ser envidiados, pues mientras un trabajador ganaba en Cuba cuatro pesos de jornal,los de Europa slo obtenan catorce reales. El salario festivo cubano ascendaa ocho pesos (128).

    No prosperaran los proyectos constructivos de Laborde para la industrianaval espaola. El comandante del apostadero insiste, como antes deemprender la expedicin a Mjico, en su oposicin a la oferta de losproveedores Riera y Arrieta, que venan suministrando artculos a la Marina. Anotael gaditano que sus jarcias y tejidos no son de calidad, y declara que hubo un

    tiempo en que la Marina empleaba mejores elementos. Tambin se queja delprecio. Su propsito es conseguir que los espaoles se enorgullezcan de quela fabricacin de jarcias y tejidos nacionales no tenga rival. Reconoce que alprincipio costarn ms caros, pero afirma que luego se nivelarn los costes y,a la vez, se favorecer la industria espaola. Este largusimo informe es unanueva alegacin en pro de su candidatura al Ministerio de Marina. Hay querestablecer los cultivos industriales, dice, y a partir de ellos desarrollar unaindustria agraria. Aumentar la calidad, adems, es un estmulo para losempleados de los talleres. Porque no debe olvidarse el amor propio de los trabajadores y la satisfaccin de demostrar el celo, inteligencia y habilidad en lafaena. En Toln los ingleses, en la guerra contra la Primera Repblica Francesa, advirtieron que las jarcias y tejidos espaoles eran superiores, cuentaLaborde que Espaa los surti y les ense los mtodos de fabricacin. Espartidario de una industria estatal de dichos productos, ya que piensa que losparticulares no lo harn bien debido a que sus negocios no pueden esperar losaos de tratamiento que requiere la jarcia para tomar la exigible textura yconsistencia. De promoverse dicha industria, los espaoles suministrarn a

    (124) El Espaol,nm.67,de 6-4-1830 (AGI, Estado.94, exp. 47).(125) El 6 de diciembre de 1829 (Expediente, doc. cit.).(126) El Espaol,de Nueva Orleans, de 9-4-1830y 12-4-1830(AOl, Estado, 94. exp 47).(127) Laborde al Superintendente de Cuba. La Habana, 23-11-1830 (AGI. Ultra

    mar, 311).(128) Presupuesto de Marina, 1-7-1830. Firmado por Topete (AGI, Ultramar. 311).

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    ANTONIO EGEA LPEZ

    los extranjeros, y no al revs; y adems los particulares elaborarn sus fabricados con mejor calidad. Concluye Laborde que al presente la industria navalespaola viveafligidas circunstancias(129);

    Pero las reflexiones no valieron al monarca, quien el 28 de diciembre de1831 aprueba contratar por un quinquenio con Felipe Riera el suministronaval del apostadero de La Habana (130). Jos Cervera Pery escribe, a propsito, que en contraposicin con el florecimiento de la Marina en el sigloXVIII, los primeros aos del siglo xix depararan un panorama muy distinto,tanto que el progreso logrado en la centuria anterior sera anulado (131).

    Julio Le Riverend apenas ha profundizado en el tema que ahora tratamos.En la primera parte de suHistoria econmica de Cuba(132), alusiva alperodo comprendido entre los aos 1697 a 1790, anota que ciertas ramas dela produccin industrial, cual es el caso de la construccin naval, habandecado a lo largo del sigloXVIIluego de que en el sigloXVIhubiesen alcanzado proporciones ambiciosas,Cuando comienza el sigloXVIII, escribe LeRiverend, la construccin naval tiene slo resonancia local (133). Tras esaafirmacin no habla de su crecimiento a lo largo del siglo xviii, pero s escribeque la construccin naval desaparecera completamente hacia 1790 (134). Ytodo eso lo dice en la introduccin al captulo dedicado a la industria, cuyalectura hace pensar que no hay nada que aadir a ese panorama de decadencia. Sin embargo, en el apartado que expresamente dedica al tema(135) smenciona que la construccin naval se ha reiniciado y suponeuno de los casosms interesantes de explotacin protegida por la accin del Estado(136)durante el centenio de las Luces; destaca con datos la gran importancia quetuvieron los astilleros (137), a pesar de lo cual concluye el asunto sin efectuarningn anlisis sobre las causas de un cambio tan radical que ha transformadouno de los primeros astilleros del mundo en un simple arsenal. Por eso es msllamativo que en el perodo siguiente no se indague sobre esa mudanza. Quizel autor est ms versado en temas agrarios, y por eso no penetra en ramo tanvital de la economa cubana, pues que Cuba es una isla, y el que la navegacin

    dependa del exterior o de recursos propios condicionar tracendentalmenteal pas.La involucin de la industria naval cubana hay que atribuirla no slo a la

    Corna, sino tambin al Consulado de La Habana, pues era ste el que sehaba opuesto a losprivilegios de la Marinay del Astillero, oposicin que

    (129) Informe de Labordede 27-1-1830(AGI,Ultramar, 311).(130) AGI, Ultramar, 311.(131) Cervera Pery, Jos:La Marina de la Ilustracin. Madrid, Editorial San Martn,

    1986, pg. 263.(132) Le Riverend, Julio:Historia econmica de Cuba.La Habana, 19$i.pg. 163.(133) ibd. 50.(134) Ibd. 51.(135) Ibd. 66-68.(136) ibfd. 66.(137) Ibd. 67-68.

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    NGEL LA BORDE, COMANDANTE DEL APOSTADERO DE LA HABANA

    supuso la desaparicin definitiva de los astilleros, cuyas repercusiones negativas alcanzaron el ocaso del siglo xix, por lo menos. O sea, que el consuladofue o tan estpido o tan interesado que o no quiso o no fue capaz de separar

    privilegiosy necesidades de la industria nacional, y como consecuencia de elloenterraba uno de los pilares de la industria cubana: Le Riverend no valora latrascendencia de esa lucha de intereses, se limita a describir a los astilleroscomo una institucincon privilegios, ysin comentar, cuando hace esadescripcin, su importancia econmica, social, tecnolgica, estratgicay poltica(138). Pero lo ms grave es que, luego de ignorar lo que para el retraso tecnolgico de la isla supona la clausura de una de las industrias ms importantesdel mundo en su ramo, o sea, declarar que Cubapadeca retraso cientfico(139)y que losprogresos tcnicosfueron mucho ms lentos(140).

    En 1832 se nombra ministro de Marina a Laborde, mas el marino gaditanose qued en Cuba y no lleg a tomar posesin (141). Apunta Antonio de Vila-boa queel nombramientono tuvo efectividad a causa de la distancia(142),pero dicha afirmacin no pasa de ser una mera opinin sin fundamentar. Y apropsito de Vilaboa hay que hacer constar que este autor no acierta cuando,hablando del nombramiento de Laborde como ministro, refiere queescuriosa la creencia de que basta ser un buen Jefe de fuerza naval para ser unbuen ministro de Marina(143);ydigo que no acierta por dos razones al menossin merma de que podra aducir no pocas ms: la primera es que la comandanTcia del Apostadero de La Habana era un puesto en el que no slo se ejerca

    como jefe de fuerzas navales, sino tambin como gobernante, con toda lacomplejidad que ello entraa,y por poca experiencia de que se dispusiera alhacerse cargo del apostadero, el ejercicio de ese mando iba da tras da aportando experiencias mltiples sobre las distintas facetas de gobierno; lasegunda razn es que Laborde haba demostrado sus dotes para hacerse responsable de cargos de la administracin pblica, por ejemplo cuando prestasu informe sobre el suministro de efectos navales a Cuba, que, como ya hemosexpresado, era el manifiesto de un aspirante a ocupar el Ministerio de Marina.

    Fernando VII fallece. El da 1 de enero de 1834, en el Ayuntamiento deCdiz, a falta de una nueva normtiva, los ediles todava prestan juramentode que no pertenecen ni pertenecern ninguna Sociedad Secreta, ni reconocenel absurdo principiode que elpueblo es rbitro de variar laforma de los gobiernos establecidos(144).

    (138) Ibd., 160-161.(139) Ibd., 163.(140) Ibd.,163y29.(141) Pava, Francisco de Paula:Galera Biogrfica de los Generales de Marina, Jefesy

    Personajes Notables que figuranen la misma Corporacin desde 1700 1868,tomo III. Madrid,1873, pg. 363.

    (142) Vilaboa, Antonio de: Introduccin al estudio de la Marina de Isabel II enRevistaGeneral de Marina,tomo 133. Madrid, 1947,pg. 700.

    (143) Ibdem.(144) Archivo Municipal de Cdiz, Libro de Actas Capitulares del ao 1834, tomo 1.

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    El general argentino Jos San Martn.

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    LAS CAMPAAS NAVALES DEL GENERAL SAN MARTN

    cios. En ella San Martn est al mando de la Infantera de Marina, a los quedebe instruir en el manejo de armas y operaciones de abordaje, con unadependencia funcional directa del segundo comandante que es, a su vez, eljefe de toda la tropa (artilleros e infantes). Esta primera campaa naval se inicia en 29 de junio de 1797 cuatro meses despus de librarse la batalla delCabo San Vicente y en ella participa laSanta Doroteacon tres fragatas msque integraban la Divisin de D. Flix ONeylle, e.nuna singladura de Mahnal norte de Africa, transportando caudales y pertrechos. Durante el viaje deretorno avistaron tres embarcaciones y laDoroteaapres una de ellas, queresult un corsario ingls. En las tareas de apresamiento, San Martn tomparte destacada, pues consta en su hoja de servicios que mand la dotacinque se hizo cargo de la nave conno poca pericia y riesgo.

    Hasta seis campaas realiz el joven oficial en la misma fragata, todasellas de interesantes peripecias. De la segunda y tercera hay pocas referencias, pero en la cuarta, recorriendo distints purtos del Mediterrneo, laDorotea fue separada por un temporal del resto de los navos y perseguida poruna fragata y bergantn ingleses de los que pudo zafarse, lo que seguramentedio ocasin a San Martn de meditar sobre el significado deun poder militarsuperior.

    La quinta campaa naval de San Martn a bordo de laDoroteaes importante y en ella cumple precisamente sus veinte aos de edad. En.ese da 25de febrero de 1798la Divisin de ONeylle, con sus cuatro fragatas, transporta caudales y pertrechos a Mallorca con la posterior comisin de cargarplvora en Toln. La travesa fue accidentada por las dificultades de artilladode una de las fragatas de escolta, pero el 17 de mayo ya haba fondeado en laciudad francesa donde estaba la escuadra napolenica que preparaba, la invaSin a Egipto.

    Con la plvora a bordo, los barcos de ONeylle tuvieron que esperar parahacerse a la mar porque una escuadra enemiga bloqueaba el puerto. Burlando el acecho llegan a Barcelona y zarpan de inmediato para Cartagenaapresando co laDoroteaa un corsario de Gibraltar. De toda la agrupacin,la fragata en que prestaba sus servicios San Martn era la ms ligera y efectiva

    en la captura de enemigos, por lo que el joven ficial adquira una experiencianaval destacada dentro de su formacin castrense.Con una nuvaomisin a Argel zarp la Divisin de ONeylle en la sexta

    y ltima campa,a en que intervendr el segundo teniente San Martn. Lascuatro fragatas salen de Cartagena el 7 de julio y luego de tocar Argel el 13,cumplida su misin regresan al puerto de partida pero laDoroteano llegaranunca a su destino. Dos das ms tarde la fragata avist una nave a la queempez a perseguir pero sufri averas en la arboladura que la pusieron eninferioridad en cuanto a maniobra y velocidad. El buque perseguido resultser un navo ingls de 64 caones, elLin enemigo ms que terrible para lasfragatas, que enfil de inmediato hacia la averiadaDoroteacentrando su castigo sobre la misma, y aunque ONeylle intenta su socorro con laProserpinay laCasildatiene que dejarla a su suerte o su desgracia. Rendida la fragata tras

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    Sir Manley Dixon, comandante delLin(National Maritime Museun, Greenwich).

    agotar todos sus medios en el combate, con ms de 20 muertos y 72 herido(de ellos 32 graves), el informe que el comandante delLin remiti al almirante Jervis, sealaba que laDorotease haba defendidocon la ms constantebizarra titulando debravosa su comandante y oficiales, que tras los rigoresde un largo cautiverio fueron devueltos a Espaa bajo palabra de honor de ntomar armas contra Inglaterra salvo canje. Unos pocos fueron llevados a Barcelona y el resto a Cartagena. Entre esos ltimos estaba San Martn (3).

    (3) La relativa calma que en Espaa se respira al final del sigloxviii y principios del xix esaprovechada por San Martn para estudiar y leer. Su educacin es autodidacta y las nuevas tendencias ideolgicas que importa Francia le van atrayendo considerablemente.

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    El prisionero liberado volvi a las armas en su regimiento de origen en lacampaa de Portugal (1803), y est en Cdiz en 1808como ayudante de rdenes del general Solano, al que defiende con riesgo de su propia vida del ataque

    de las turbas (4). Tom parte en varios hechos de armas aparte de los yaconsignados en la guerra de la independencia, entre ellos la batalla de Chiclana, y con el empleo de teniente coronel solicita su retiro, tanto por el malestado de su quebrantada salud, como por atenciones familiares que lo llevaban a Lima donde tena intereses abandonados (5).

    Ya est San Martn en Amrica ante una segunda etapa de su vida militarque habr de resultar trascendente y decisiva, aunque empue las armas contra quien le haba forjado en ellas. Su mentalidad naval intuitiva, pero almismo tiempo madurada, sera una eficaz colaboradora en el planteamientode sus nuevas campaas. Las noticias del fracaso de la flota francesa en Abukir, que San Martn haba podido admirar en Toln y la derrota de lasfuerzas navales franco espaolas en el combate de Trafalgar, le hicieronmeditar y comprender lo necesario que s el dominio del mar antes deemprender una operacin ultramarina. Trafalgar donde haban combatidootros criollos que despus sobresaldran en sus luchas patrias, entre ellos elguardiamarina Manuel Blanco Encalada fue por supuesto otra viva leccindel buen uso del poder naval. Y no habra de dejar de influirle en su facetanutica, su amistad con Diego de Alvear, marino ilustrado y cientfico, al queconoce en sus ltimos aos gaditanos y del que recibe una clara influencia

    liberal y mayores conocimientos de estrategia y tcticas navales (6).Al comienzo de la guerra de la independencia hispano-americana la RealArmada espaola eran slo los restos de su antiguo podero. En 1811tena 23navos pero slo 6 7 estaban en condiciones de operar, de las 18fragatas servan nicamente 10 y quedaban an 8 corbetas, 21 bergantines, 11 goletas y14 15 naves, menores. El personal estaba desmoralizado y muchas de lasnaves se pudran en los puertos o se desguazaban como mal menor. Espaadeba atender a un frente europeo en el Mediterrneo contra las incursionespirticas argelinas. En Amrica deba luchar contra las Armadas regulares enl Caribe y en la Plata, improvisadas pero bien dirigidas, y en Filipinas debatambin demantener el tipofrente a los ataques de los moros joloanos y otrosconsorcios. El teatro de operaciones es por tanto desproporcionado para losmedios navales espaoles, situacin aprovechada por el almirante Brownpara sus razzias corsarias, que oblig a recurrir a mercantes armados para perseguirlo.

    (4) El mismo San Martn tiene que huir entonces precipitadamente pues su amistad con elgeneral le hace ser objeto de las iras de la multitud, al fin logra salvarse y se dirige a Sevilla.

    (5) A la peticin de retiro une la solicitud de que se le conceda el uso de uniforme y fueromilitar.(6) Don Diego de Alvear es el padre de Carlos Mara de Alvear, uno de los compaerosms directos de San Martn en sus luchas por la independencia, y directo protagonista en la historia poltica argentina.

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    El 1815 se produjo la expedicin del general Morillo antiguo alfrez deInfantera de Marina dirigida contra Venezuela y Colombia (Costa Firme)a las que habran de seguir la de 1818a Tacalhuano y Lima. El esfuerzo navalespaol no encontrar las justas compensaciones. Las enseanzas de Abukiry Trafalgar, claras en la mente de San Martn lo determinaron a dominar elPacfico para asegurar con el poder naval la expedicin al Per y las comunicaciones martimas. La escuadra chilena fue de su creacin y con ella transport a los vencedores de Chacabuco y Maip a la tierra de los incas. El xitosonre a San Martn en su expedicin. Ocupa en triunfo Lima y proclama laindependencia del Per. Con ello haba podido constatar como su escuadraera capaz de dominar el Pacfico meridional. Su fuerza de voluntad y su claravisin haban sido el motor impulsor de esta poderosa expedicin libertadora

    al Per, despus de haber conseguido el dominio de Chile. En esta empresaconsiderada como la ms meritoria de la guerra de la independencia hispanoamericana, San Martn tuvo excelentes colaboradores como OHiggins,Blanco Encalada, Zenteno, Guido, Crochane y Las Heras y fue concebidaslo en tres meses (7).

    Tambin San Martn fue el creador de la escuadra peruana ayudado porsu ministro de Guerra y Marina Bernardo de Monteagudo. Lo hizo por considerarlo necesario para el Per y no slo debido al retiro de la escuadra de Chile. Le supuso un tremendo esfuerzo de organizacin, pero su mentalidadnaval jugaba a su favor, y sus medidas fueron ms all de armar y tripular unaescuadra, ya que cre igualmente su infraestructura, dict sus reglamentos,organiz sus servicios y asegur su trascendencia. La fuerza naval que crearala estrategia martima sanmartiniana, fue el origen de las dos escuadras nacionales de Chile y Per.

    El final de la presencia hispana en el Pacfico se prolong cuatro aos mstarde del alejamiento de San Martn. Su antagonismo con Bolvar y susdeseos de no poner obstculo a la obra de la emancipacin americana le hicieron retirarse del ejrcito peruano y del mando del que estaba investido.Durante diez aos haba peleado por la independencia de aquellos pases,figurando su nombre entre los hechos ms notables hasta dar relieve a sufigura con el ttulo deProtector (8).

    Pero cuando San Martn se retir tras la entrevista de Guayaquil, suaccin martima continu subsistiendo favoreciendo la causa de Amrica.Haba liberado el Pacfico a travs del mar dejando a Bolvar sin enemigos ensu flanco martimo. Ni refuerzos, ni ataques, ni rdenes, podan llegar por elmar. Esto es algo que no se le ha reconocido en justicia y en toda su importancia.

    (7) Dos hechos vertebrales influyen directamente en el destino de San Martn en aquellapoca: el establecimiento de la logia Lautaro en Buenos Aires;y la creacin del regimiento deGranaderos de a caballo.

    (8) Algunos historiadores le invisten tambin con el deLibertadorpero, evidentemente,ste es el ttulo otorgado por antonomasia a Simn Bolvar.

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    A San Martn ha llegado a considerrsele como el precursor de AlfredMahan, el creador de la estrategia martima moderna y de la verdadera signi

    ficacin de la importancia del poder naval. La comparacin quiz sea exagerada, pues el antiguo oficial espaol, pese a sus campaas navales fue antetodo un militar y no un marino. Pero no por esos cae en demrito su magnficconcepcin de cuanto el poder naval juega, significa y decide, en la historia dlos pueblos (9).

    BIBLIOGRAFADESTEFANI,Laurio:Manual de historia naval argentina.Buenos Aires. 1970.ELETA, Fermn:El dominio del mar en la estrategiade San Martn.Buenos Aires, 1979.ESPNOLA, Adolfo:La espada de San Martn.Buenos Aires, 1961.GIANELLO, Leoncio: Jos de San Martn.Santa Fe, 1956.LEVENE, Ricardo: El genio poltico de San Martn.Buenos Aires, 1950.PALCOS, Alberto:Hechos y glorias del general San Martn.Buenos Aires, 1961.

    (9) San Martn parece definirse a s mismo entre modestoy orgulloso. La presencia de unmilitar afortunadoescribepor ms desprendimiento que tenga, es temible para los Estadoque de nuevo se constituyen. En esta corta frase sin embargo, se condensa una amplia visin duna mayor filosofa.

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    JOS CERVERA PERY

    tana, bien de la capital, bien trascendida ms all de la Cortadura y el ro Arillo hasta entroncar con recuerdos salobres de la isla y los puertos, vinateros de

    Jerez y Chiclana y cortijeros de las tierras altas de Medina o de Arcos. Son losWinthuysen, Geraldino, Herrera, Carranza, Riquelme, Crdova, Villavicencio, Butrn, Bustillo, Malcampo, Cervera, Pujazn, Lobo... A esta brillantenmina gaditana, unir su nombre Juan Ruiz de Apodaca, Apodaca en ellaconismo del trmino castrense exponente vivo y cabal de una generacin,que honrando a la patria grande, a una y otra orilla del Atlntico enalteciigualmente los cuarteles y blasones de la patria chica.

    Hay que partir del marino, para a travs deldiplomtico llegar al virrey;o dicho sin eufemismos; encarar la trayectoria de Apodaca desde su tripledimensin, profesional, cientfica y poltica, situada en este ltimo contextoen el marco de la Amrica espaola Cuba, Costa Firme y Mjico en cuyaproyeccin virreinal ha de basarse este estudio.

    El marino nace en Cdiz el 3 de febrero de 1754, en el seno de una distinguida familia, ya acrisolada en la tradicin marina pues es el tercero de loshermanos que alcanzar un elevado puesto en la Armada. A los trece aos yaest el joven Juan sirviendo en ella. recibiendo su bautismo de mar y fuego enel navoSanLorenzo, en combate contra los argelinos. Ascendido a alfrezde fragata a los dieciocho aos y a alfrez de navo dos aos ms tarde, yacubre su primera etapa ultramarina en Per en trabajos de hidrografa y salvamentos. Vuelto a Espaa en 1778 y declarada la guerra a Inglaterra, elteniente de navo Ruiz de Apodacadesempea diversas comisiones a completa satisfaccin segn puede leerse en su hoja de servicios. Promovido en1781 a capitn de fragata con slo veintisiete aos obtiene el mando de laAsuncin perteneciente a la escuadra de Luis de Crdova, cruzando por elocano y tomando parte despus en el bloqueo de Gibraltar dirigido por elilustre Barcel. A bordo siempre, vigil la aproximacin de la escuadra desocorro de Gibraltar de Lord Howe, distinguindose en el combate de 1782.Al ao siguiente fue incorporado a la escuadra combinada del Conde de

    Estaing que se alistaba en Cdiz para una expedicin de ataque, pero firmadala paz cambi su vitola de combatiente por la de portador de buenas nuevas,pues fue el encargado de llevar a Filipinas las noticias del feliz sucesolo querealiz en un rpidoviajevolvemos a leer en su hoja de serviciosquellam justamente la atencin de los profesionales.

    Seguimos con el marino: capitn de navo a los treinta y tres aos, mandael navoSan Francisco de Paulaincorporado a la escuadra de Juan JoaqunMoreno, con la que asisti a la ocupacin, sitio y evacuacin de Toln. Sonya los tiempos de la revolucin francesa que tan importante secuela polticay sociolgica habr de dejar en Europa y Amrica, futuro escenario de susactividades. De brigadier, est presente en el sitio de Rosas por los francesesy su defensa por las escuadras de Lngara y Gravina, pasando a ser capitn deBanderas de este ltimo, hasta que firmada la paz con Francia se le ordendesembarcar sin pedirlo, y atender al restablecimiento de su salud en bastantemal estado tras los duros tiempos de navegacin constante e ininterrumpida.

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    iosCERVERA PERYUn pequesimo parntesis en tierra, destinado en la jefatura del Arsenal

    de La Carraca, y nuevamente a la mar que es lo suyo, con el mando delSan

    Agustn reanudaba la guerra contra Gran Bretaa. Los bandazos de la poltica de la poca, son as de inconsecuentes. Lucha contra la escuadra del almirante Jervis, y ms tarde contra la Divisin del comodoro Hood. La energade Apodaca dice uno de sus bigrafos esta vez fondeado en Vigo, ylasmedidas que tom aprestndose a la defensa salvronlo todo, pues el enemigocomprendi lo cara que le saldra la empresa y abandon elpuerto siendo perseguido por las fuerzas sutiles que habilit; las cuales represaron un bergantnque los ingleses se llevaban.

    Nueva paz con los ingleses en 1802y nuevas vsperas de guerra, pues slotres aos ms tarde vendrlo de Trafalgar.Apodaca ya es jefe de escuadra ycomandante general del Arsenal de La Carraca cuyo cargo sirve cuatro aosentre 1803y 1807y en una poca digna de tener en cuenta pues proyecta, decide, reconstruye y ahorra. Palabras de muy difcil aplicacin en la poca.Habilita y apresta navos para salir a la mar y tras el desastre de Trafalgar asu pesar en tierra se multiplica en la labor de salvamento de buques y pertrechos... Pero la mar est ah de nuevo.., comandante general de la Escuadradel Ocano en 1807 arbola su insignia en elPrincesa de Asturiasy es en estosdas en que la patria vibra por la invasin napolenica y en los que Cdizadquirir un protagonismo del ms heroico alcance cuando realiza la famosahazaa del apresamiento de la Escuadra del almirante francs Rosilly, de laque hace un cumplido relato el historiador Fernndez Duro en el ltimo tomode su monumentalArmada espaola.Sin hacer de menos a D. Cesreo, yovoy a tomar una frase de un historiador gaditano.La valerosay activa conducta de Apodacadice Adolfo de Castroen esta ocasin estpor encimade todo elogio; bastando decir que en todas partes se hallyque las consecuencias de esta rendicin fueron tan enormes que por ella se alcanz el triunfo deBailn, al hallarse los franceses faltos del apoyo que hubiera podido darles suescuadra.

    El diplomtico entra ahora en funcin. Relevado en el mando en el quetanto haba sobresalido pas a Londres con el general Adrin Jcome pararealizar importantes comisiones de Estado, entre ellas la negociacin de unTratado de paz, amistad y alianza con Inglaterra en la que intervino con elcarcter de Ministro Plenipotenciario y enviado extraordinario. MauricioTorra-Balari y Llavallol ha estudiado con rigor y detalle este aspecto pococonocido de la trayectoria histrica de don Juan.Mientras el enviado ingls SirCharlesStuartescribenavega rumbo a La Corua, no con menor lentitudhacan lo propio los enviados extraordinarios de Sevilla llegando e114 de julioa Inglaterra. Bullan alIl, pedigeos los diputados de las Juntas de Asturiasy Galicia, pero la alta jerarqua militar de Jcomey Apodaca, y el renombreque el almirante justamente adquiriera por la victoria sobre Rosilly, dbalesuna indiscutible preeminencia, robusteciendo laspretensiones de los sevillanosde que se reconociera su Junta por suprema.Canning, guiado por su entusiasmo y por recordar quiz aquellas profticas palabras de Pitt de queslo

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    EL CONDE DEL VENADITO: MARINO, DIPLOMTICO, VIRREY

    una guerra de pueblos contra Bonaparte poda salvar a Europa y que estaguerra empezara en Espaasecund y apoy la misin del almirante. ObtieneApodaca que se levante el embargo que pesaba sobre los fondos nacionales,que pone a disposicin del Gobierno y logra dinero y medios para favorecerlaevasin de las tropas del Marqus de la Rmana, distradas en Dinamarcapor las malas artes de Napolen y cuyas peripecias de regreso son dignas dela ms emocionante novela de aventuras.

    Tres difciles aos desempe Apodaca ya ascendido a teniente general la Embajada de Espaa en Londres, y durante dicho tiempo fueronincalculables los servicios que prest a la causa espaola y las acertadas gestiones mediante las cuales contribuy poderosamente a concertar todas lasnaciones europeas junto a Inglaterra formando un fuerte bloque contraNapolen. Tal vez, como sugiere Carlos Seco, si hubiese sido nuestro representante en el Congreso de Viena y no el dbil Gmez Labrador, otros papeles nos hubieran correspondido en aquel tablado de tantas intrigas, componendas... y arbitrariedades.

    Pero ya est el marino de nuevo en liza, en la etapa ms importante de suvida y en la antesala de la administracin real. De regreso a Cdiz en febrerode 1812fue nombrado de inmediato capitn general de la isla de Cuba y de las

    Plano del Arsenal deLaCarraca realizado por Honorato Bouyon en julio de 1804. (Seccin deCartografa. Museo Naval de Madrid.)

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    EL CONDE DEL VENADITO: MRINO, DIPLOMTICO, VIRREY

    liberalismo que ni siquiera entenda, no mereca undestino tan inmisericorde. Pero son las duras exigencias de la guerra.

    La revolucin liberal de Espaa de 1820 produjo un efecto inmediatosemejante a los acontecimientos de 1808. Los partidarios del rgimen absolutista propugnaban que no siendo libre el Rey de Espaa, Mjico deba continuar con la legislacin antigua con el virrey como jefe sin sujecin a las autoridades creadas en la pennsula. Apodaca, mentalidad liberal al fin, aunquecon el contrapeso de la reciente concesin del Condado del Venadito otorgado por el Rey Fernando, se mantuvo a la expectativa, pero acab restableciendo la constitucin doceaista gaditana. Ello, paradoja del destino, habrade colocarlo en una muy difcil postura. Los militares de Nueva Espaa no sesintieron felices con la restauracin del constitucionalismo. Queran ir mslejos y ms deprisa... Y comenzaron a conspirar de nuevo. Van a ser losmomentos estelares de Iturbide, criollo de la Valladolid michoacana y cornel del Ejrcito virreinal; del abrazo de Acantepam con el rebelde Guerrero;del plan de Iguala con la declaracin de independencia absoluta del pas. Peroes una declaracin descafeinada porque expresa su pensamiento poltico ennotable exposicin a los supremos poderes de Espaa, pidiendo hasta un reyde la casa del gran Fernando. No fue suya la culpa si los diputados liberales deEspaa demostraron falta de sentido poltico rechazando un movimientogeneroso de fraternidad.

    Y entre tanto, qu es de Apodaca? Qu hace y cmo acta el flamante

    Conde del Venadito, todava virrey en ejercicio de la Nueva Espaa? Son losmomentos amargos de la renuncia y la desesperanza. Por todas partes fueencontrando abandono y soledad dir el general Pava, uno de sus bigrafos hasta que al final un grupo de oficiales criollos le obligan a firmar su dimisin. Decisin acertada? Injusta? Todava historiadores de la vieja Espaao de la nueva Amrica no han encontrado el punto medio de reflexin. Perofuera como fuese una larga estela de logros y realizaciones avalan la conductade un hombre de honor que adems fue marino y gaditano.

    Cuando llega su relevo, D. Juan ODonoj, que ya no es el ltimo virrey,sino un extrao jefe poltico superior, todo est consumado. Cada nuevointento de reconquista es un descalabro, y an se pens en Apodaca para unnuevo empeo, porque Amrica como en exceso de pasin ha escrito Germn Arceniegasya no es tierra para la servidumbre, sino antorcha viva delibertad. Solamente la gloriosa supervivencia del Castillo de San Juan de Uladar testimonio de la presencia espaola durante algn tiempo.

    El regreso de Apodaca a Espaa no habra de ser por la puerta grande,como desde Inglaterra o desde Cuba, pero si se me permite continuar con elsmil taurino, tampoco habra de entrar por el desolladero. Despus de unacorta estancia en La Habana de sus amores, desde donde gustaba asomarse alMorro, quiz con la vista perdida en un lejano y aorado Cdiz, lleg aMadrid donde inform al Rey cumplidamente de su gestin, habindoseleofrecido nuevos cargos, que no acept por su delicado estado de salud. Al fin,en 1824 fue designado para el Virreinato de Navarra, que ejerci durante dos

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    JOS CERVERA PERY

    aos. Ms tarde consejero de estado y consejero diplomtico del Rey. Y enmayo de 1830, a cinco aos de su muerte, fue elevado a la suprema dignidadde capitn general de la Armada y director nato de la misma. La Marina, quealent su orto entusiasta y arrollador con una imagen patria agrandada en suspupilas, iba a estar presente tambin en su sereno ocaso a los ochenta y unaos de edad y sesenta y ocho de dilatados servicios. Ahora, en el Panten deMarinos Ilustres, muy cerca de su ciudad, espera el glorioso da de la resurreccin, y un barco de nuestra Armada pasea desde Puntales, en puertos propioso extraos, el ttulo con que el Rey tuvo a bien honrarle: Conde del Venadito,al que bien pudiera aadrsele, marino, diplomtico y virrey...

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    EL REAL FERNANDO. EL PRiMER VAPOR ESPAOL

    te, cuando el historiador intenta ejercer su actividad en un determinadocampo cientfico-tcnico regido por argot y leyes tan diferentes de las suyas,se ve, en cualquier caso, carente de una serie de conocimientos que no le per

    mitirn avanzar con la necesaria seguridad en su trabajo. Con demasiada frecuencia se encuentra el tcnico con errores de concepto al leer las historias desu especialidad.

    El trabajo del cientfico y tcnico que hace historia adolecer, en muchoscasos, de falta de visin de conjunto limitndose en muchos casos a unamera descripcin de hechos ms o menos aislados del contexto social y poltico del momento, cuando no de la apropiada metodologa.

    El clima y predisposicin para una feliz colaboracin entre el tcnico y elhistoriador, en lo que a nosotros respecta, nunca han sido ms propicios. Esen esta lnea, en la que como tcnicos en ingeniera martima y especialistasen mquinas marinas de vapor, se desarrollan nuestras tesis doctorales y trabajos de investigacin, intentando aportar elementos para la historia de lanavegacin a vapor.

    La visita a Cdiz del primer vapor que hubo en Espaa.

    El Real Fernandoo El Betis,como tambin se le llamaba, de la Real Compaa del Guadalquivir es sin duda el barco de vapor que antecede a todos

    los espaoles. Con este buque se establece la primera lnea regular de pasajeros servida en nuestro pas por esta clase de embarcaciones, uniendo Sevillacon Sanlcar. En su viaje inaugural, y con el claro afn de dar a conocer estenuevo sistema de transporte, se arriesga a salir al mar (2) para llegar hastaCdiz.

    (2) Pocos barcos se haban arriesgado a hacer travesas por mar en los albores de esteinvento, que en un principio se utilizaba para navegacin por aguas interiores.

    No obstante, el primer barco de vapor que hizo una travesa por mar fue elPhoenix,de JohnStevens (1749-1838). Este barco fue probado por vez primera,y en un solo viaje, entre NewYork y New Brunswick, en 1807, tarde ya para anticiparse alClermontdeRobert Fulton. quien,junto con Robert Livingston, tena el monopolio de la navegacin a vapor por las aguas delEstado de New York. Es por ello, que elPhoenix fue mandado a Filadelfia a prestar servicio enel ro Delaware. Por ese tiempo no era posible hacer tal recorrido por canales fluviales, por loque, en junio de 1808, Robert L. Stevens (1787-1856), hijo de John, hizo el viaje por mar conel barco, llegando a Filadelfia exitosamente, a pesar de que una galerna le sorprendi durantela travesa. Sobre este particular, vase. por ejemplo:

    Thurston, Robert H.:A Historv of the Growthof the Steam Engine.Cornell UniversityPress, New York, 1939, pgs. 178-181 y 264-269; Smith, Edgard C.:A Short History of Navaland Marine Engineering.University Press. Cambridge, 1937, pgs. 13 y 66; Fletcher, R. A.:Steam Ships and their History,Sidgwick & Jackson Ltd. London, 1910. pgs. 29, 46, 194 y 207-210; Woodcroft, Bennet:A sketch of the origin and progress of Steam Navigation.Taylor. Walton and Maberly. London, 1848, pgs. 58 y 59; Taggart, Robert:Marine Propulsion: Principiesand Evolurion.The Gulf, Publishing Company. Houston, 1969, pgs. 41-43, 50, 95-97 y 106; ypor supuesto, Stevens, Francis B.:Thejirst steam screw propeller boats tonavigate the watersofany country. s. 1.. s. a, dedicado por completo a John Stevens.

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    J. F. CASANUEVA YA. J. FRAIDIAS

    Las reseas bibliogrficas que hemos encontrado sobre esta visita noestn, en absoluto, de acuerdo sobre el da exacto en el que el citado barcovisit Cdiz. Por otro lado, ninguna de las fechas o efemrides que hemosencontrado es la correcta.

    Para el que fuera Director del Museo Naval de Madrid y autor de numerosos y variados trabajos sobre Historia Martima, Julio F. Guilln Tato, la llegada delReal Fernandoa Cdiz tiene lugar el da 22 de julio de 1817.

    Vemoslo expresado por sus propias palabras:

    Diosmo y que hulla hubo por la Tacita de Plata el22 de julio de 1817 ...El barco de vapor, nombre an impreciso,