Revista Anual

24
Boletín nº 19 Zaragoza, junio 2012 Conservatorio Municipal Profesional de Danza de Zaragoza Foto: Mónica Lou Asociación de Padres de Alumnos

description

Revista Anual del APA del Conservatorio muNICIPAL pROFESIONAL DE dANZA DE zARAGOZA

Transcript of Revista Anual

Page 1: Revista Anual

Boletín nº 19 Zaragoza, junio 2012

Conservatorio Municipal Profesional de Danza de Zaragoza

Foto: Mónica Lou

Asociación de Padres de Alumnos

Page 2: Revista Anual

2

DIRECCIÓN:

Rafael Fernández

DANZA CLÁSICA:

Blanca Álvarez

Mª José Casas

Silvia Gonzalvo

Nuria Pardo

Alejandro Siveroni

Ramón Taulé

Ruth Vaquerizo

REPERTORIO:

Blanca Álvarez

Silvia Gonzalvo

Alejandro Siveroni

DANZA ESPAÑOLA:

Ángeles Rullán

D. CONTEMPORÁNEA

Alejandro Siveroni

INTERPRETACIÓN:

Rafael Blanca

PREPARACIÓN FÍSICA:

Elena Sánchez

ANATOMÍA:

Elena Sánchez

HISTORIA DE LA DANZA:

Loreto Garza

MÚSICA:

Ludmila Mercerón

FOLCLORE:

Jesús Rubio

PIANISTAS:

José María Callejero

Rafael Fernández

Cecilia Isiegas

Jaime López

Carmelo Pueyo

ADMINISTRACIÓN:

Margarita Esteban

SERVICIOS:

Rafael Arranz

Manuel Cantín

JUNTA DIRECTIVA A.P.A.:

Presidenta:

Pilar San José

Vicepresidenta:

Celia Pascual

Tesorero:

Raúl Bruna

Secretaria:

Celia Pascual

Vocales:

Paula Pucci

Concepción Sánchez

CONSEJO ESCOLAR:

Ayuntamiento:

Pilar Ereza

Dirección:

Rafael Fernández

Secretario:

Alejandro Siveroni

Profesores:

Mª José Casas

Carmelo Pueyo

Ruth Vaquerizo

P.N.D.:

Rafael Arranz

Manuel Cantín

Padres:

Pilar San José

Foto: Mónica Lou

BLOG DEL CONSERVATORIO:

http://conservatoriodanzaragoza.blogspot.com.es

E-MAIL A.P.A.: [email protected]

Page 3: Revista Anual

3

Con lágrimas en los ojos, Diaghilev exclamaba a su compañero de fila, Benois, no en el Théâtre du Châtelet, sino en la Galerie-Lyrique, que Ser-gei Prokofiev, con su ballet, “ Le Pas d' acier”, lo había conseguido, que las constantes indicacio-nes por él exigidas al compositor habían dado su fruto y éste era el ballet soñado, una obra que, siguiendo la estela de Strawinski, conseguía el propósito ya anticipado años después por Balan-chine de la danza por la danza.

Y es que en verdad, si se escucha esta obra -una especie de estilización de la industrialización soviética-, parece uno estar oyendo a un Proko-fiev pasado por la trituradora de Strawinski, tal es el mimetismo de uno con el otro. Pero claro está, Prokofiev no era, ni lo pudo ser nunca, a pesar del empecinamiento de Diaghilev, un alter

ego del camaleónico Strawinski.- y no lo digo por su aspecto físico. Para Prokofiev, Strawinski de-seaba ardientemente que su creatividad se ajus-tase a la modernidad, pero, en palabras del pro-pio Prokofiev, “si hay algo que yo desee es que la

modernidad se ajuste a mi creatividad”.

En fin, las constantes discusiones entre el em-presario y el músico acabaron por desatar la más enconadas rencillas entre unos y otros para for-zar a un Prokofiev a componer a lo Strawinsnki, y que era un claro indicio de algo que se estaba dando en la propia historia de la danza. Sencilla-mente, la construcción de un arte como tal arte. En música, John Cage acabó dejando en silencio

a la propia música. En pintura, con Rothko, sólo queda el color.

Y todo arte, si es que así aspirar a serlo, tiende a convertirse en algo autónomo, emancipado, con derecho para aglutinar y ordenar los elementos escénicos que a ella la acompañan. Si antaño, si podemos elucubrar, la danza fue un elemento acompañante de actos religiosos, musicales o políticos -tal así, el engrandecimiento en torno a la vida y obra de Luis XIV-, a lo largo de los siglos, eso que es difícilmente definido como “movimiento” (y todo arte es por definición, val-ga la redundancia, difícil de definir con palabras), o “movimiento con música”, la danza fue alcan-zando tal madurez que podemos ver cómo a lo largo de los siglos (pocos, quizás la danza sea el arte como arte más joven), la música antaño re-gidora de todos los elementos que aparecían en escena (la Ópera Francesa de un Lully), poco a poco fue convirtiéndose en un elemento subordi-nado de la propia danza.

En el pasado, la danza fue un elemento decora-tivo. Conforme nos acercamos a nuestro presen-te, un elemento regidor. En fin, hace unos tres siglos, los “espectadores” de espectáculos musi-cales-dramáticos podían soslayarse en los movi-mientos de hombres y mujeres que trataban de acompañar, bien o mal, el hilo dramático o el et-

hos que la música de turno se daba en ese mo-mento...y hoy, tres siglos después de lo que aca-bo de narrarte, por el contrario, gozamos hasta con el elemento más nimio de la escena.

La luz hace de cortina que delimita los cuerpos de los bailarines del de los espectadores: así en la última representación de LaMov, pero como ella, muchas otras del actual repertorio. La luz: un elemento más de la danza, como lo es el pie o la mano.

En definitiva: la danza por la danza. En definitiva el arte por el arte.

LA DANZA POR LA DANZA

Por Rafael Fernández Román

Director del Conservatorio Municipal Profesional de Danza de Zaragoza

Page 4: Revista Anual

4

Muchas gracias, Ángel, por concedernos esta entrevista.

Ángel Corella es primera figura mundial de la danza, estrella principal del American Ballet des-de 1995, ha ganado los mejores premios de dan-za a nivel nacional e internacional, ha fundado el Barcelona Ballet… Pero hoy, es nuestro contertu-lio, cercano, lleno de energía y amabilidad con-testa a nuestras preguntas.

P- ¿Cuándo decidiste dedicarte a la danza?

R- Fue un poco el destino porque mis hermanas empezaron con actuaciones de ballet. Lo típico: las niñas a clase de ballet y los chicos a fútbol o a kárate. Después de un par de clases de kárate a un compañero le rompieron la nariz y el maxilar. Tenía diez añitos, me asusté mucho y le dije a mi madre que no quería volver. Acompañé a mis her-manas a las clases de ballet y uno de los días em-pecé a hacer giros y saltos, a bailar y a hacer cosas que no les habían enseñado todavía a las niñas y así es como empecé.

P- Es decir, que te ficharon nada más verte.

R- Si, cuando era pequeño y oía música en cual-quier tienda siempre bailaba, era algo que llevaba dentro. Ahora no es típico que en España un niño, por mediación propia, quiera ser bailarín. Tampo-co los padres lo ven como una opción.

P- Lo bueno es que cada vez eso ocurre menos, cada vez los padres animamos más a nuestros hijos, chicos, también a la danza...¿Cómo se com-pagina ser la estrella principal del American Ba-llet y tener tu propia compañía en España?

R- Muy difícil, porque una compañía requiere su trabajo las veinticuatro horas. Estos cinco años he estado bailando con mi compañía, con el Ameri-can Ballet, también con el ballet de San Petesbur-go, con el ballet de Georgia... y ha sido muy com-plicado. Por decisión propia este ya es mi último año con el American Ballet. El día 28 de junio es mi retirada y van a hacer una fiesta enorme y un espectáculo que va a estar todo dedicado a mí. Será la última vez que baile en el Metropolitan. Pero seguiré bailando, probablemente con mi compañía, los próximos dos años.

P- Recientemente, en abril, has cosechado grandes ovaciones y las mejores críticas de los periódicos en tu actuación en el City Center de Nueva York, en toda tu gira en Estados Unidos.

R- La verdad es que en Estados Unidos todo el mundo está hablando de la compañía. Ahora, cuan-do he llegado al American Ballet, todos me estaban felicitando, diciendo que nuestra compañía está considerada una de las mejores que existen hoy en día. Sobre todo, que tiene una energía muy fresca, muy joven. Todos los bailarines de la compañía son gente que quieren estar en la compañía, no simple-mente por el nombre o por los años que lleva en ella, sino porque quieren bailar y desarrollarse en el país en que han nacido. Puedes notar esa energía y esa fuerza con la que salen al escenario. Ha estado cosechando éxitos y todos los días el teatro ha esta-do lleno hasta la bandera.

P- Embajador de España por todo el mundo: EE.UU., Italia, Fancia, China…, has representado y siempre con gran éxito los grandes clásicos y tu éxito continúa. ¿Cuáles han sido los momentos que recuerdas con más cariño en tu trayectoria profesional?

R- La verdad es que ha habido momentos muy bo-nitos y mágicos, lo que pasa es que casi siempre re-cuerdo más los momentos personales que los mo-mentos profesionales, porque para mí siempre ha sido más importante la familia, los amigos y la parte personal más que la parte profesional. Yo he tenido la gran suerte de bailar para la reina de Inglaterra, para la reina de España, para los tres últimos presi-dentes de Estados Unidos: Bush, Clinton y Obama,

Ángel Corella: energía y vida Por Pilar San José Alagón

Page 5: Revista Anual

5

para todas las figuras de Hollywood, quien ha que-rido ha venido al camerino a felicitarme y ha habi-do momentos en los que piensas: “¡Guau!, estoy viviendo un sueño del que no me gustaría desper-tar” pero en realidad, lo que a uno le importa es que cuando llegue a casa tenga a alguien con quien compartir todos los éxitos y los fracasos, y esa soli-dez en tu propia casa es lo más bonito y lo que siempre recordaré.

P- Para los futuros bailarines, para los alumnos del conservatorio de danza, esa reflexión es muy importante, cultivar ambos aspectos.

R- Sobre todo porque es una profesión muy difí-cil y no todo el mundo llega a lo más alto, tienes que estar preparado tanto para una cosa como para la otra.

Primero, tienes que cosechar la parte humana porque además van muy unidas la una a la otra. Cuando sales al escenario bailas un poco como eres, si no tienes cuidado y eres una persona con un interior y con un fondo un poco oscuros eso se va a ver en el escenario. No sé exactamente qué, pero hay algo que no va funcionar. Además, no todos los bailarines son iguales ni deben tener la misma carrera, cada uno tiene una distinta y tie-nes que saber guiarla, ver hacia dónde te está lle-vando y lo que quieres hacer. No simplemente por haber visto a Ángel Corella ser bailarín principal del American Ballet debes tener la misma trayec-toria.

P- Pero además, has conseguido ser profeta en su tierra, además de este éxito internacional y del American Ballet, ¿te ha resultado muy difícil?

Muy, muy difícil. No por parte del público, ni de los bailarines, ni de los aficionados, sino por parte de las instituciones. Hacer entender que el ballet

es algo necesario, que es una de las artes más im-portantes y que estaba totalmente olvidada es complicado y sigue todavía costando mucho que se le apoye. Aún así ahí están todos los éxitos y los bailarines que tenemos dentro de la compañía. La crisis nos ha afectado muchísimo, es normal al haber nacido la compañía en un momento tan du-ro. Está siendo muy complicado sacar todo lo que nos gustaría adelante y la parte artística está in-creíblemente espectacular, pero la parte econó-mica va con retraso, la parte artística va tirando de la económica. Estamos en un país en el que la danza no es algo prioritario.

P- En este año, y sólo estamos en mayo, ya has tomado la difícil decisión de trasladar la Corella Ballet Castilla y León a la ciudad Condal con el nombre de Barcelona Ballet… ambas fundadas por ti ¡¡es duro el futuro de la danza clásica en España!!

R- La verdad es que sí. En realidad la creé para que tanto bailarines como coreógrafos como el público pudiesen disfrutar de una compañía de danza clásica, igual que en cualquier lugar del mundo.

No quería que fuese una compañía de autor ni que me perteneciese a mí, sino que formase parte de una gran ciudad y que los bailarines y las co-reografías fuesen importantes. Yo entiendo que por el momento la atracción de mi nombre al ser director hace que se beneficie, pero ya la gente conoce a todos los grandes bailarines que están dentro de la compañía.

Por ejemplo, estuvimos haciendo “El baile de los cisnes” en el Liceo de Barcelona cinco días y el pri-mer día bailé yo, pero los demás días no y estaba también lleno hasta la bandera. Hay mucho en-tendimiento y hay muchas ganas de crear una compañía de este estilo y no quería que fuera “Compañía de”, es una compañía de todos, de to-dos los españoles y que está ubicada en una gran ciudad.

P- Lo que pasa es que el gran motor y tu impre-sionante forma de bailar crea un sello y una mar-ca...

R- Sí, lo trato de transmitir a los bailarines e inten-to que la compañía lo tenga, creo que es de lo que las críticas y la gente que ha venido a ver el espectá-culo hablaban, que tiene ese sello de energía y de forma de bailar que tengo.

Page 6: Revista Anual

6

Creo que la compañía se está llenando de bailari-nes que quieren seguir a un bailarín que ha tenido una cierta trayectoria, y que quieren ser dirigidos por él. Me encanta que la gente me quiera tanto pero va a llegar un momento en que voy a tener que dejar de bailar y el cuerpo no va a poder tirar como tiraba cuando tenía diecinueve años, no ser-ía justo ni para el público ni para la gente joven que está empezando, es ley de vida.

P- De todas formas los bailarines españoles ten-éis algo especial. Sois un grandísimo ejemplo pa-ra los alumnos...Tamara Rojo y tú, entre otros, destacando desde hace mucho, ¿cuál es el secre-to? ¿Os están respetando las lesiones?

R- Creo que sí. En mi caso, la verdad es que he tenido muchísima suerte porque no he sido un bailarín que se haya lesionado mucho, solamente tuve un percance cuando tenía veinte años, me rompí los tendones del pie en un salto, me opera-ron y a los dos meses estaba de vuelta. Desde en-tonces he estado bailando sin parar, no ha habido ningún momento en el que haya tenido que cance-lar ningún espectáculo.

Siempre he intentado trabajar con mucha cabe-za, no solamente con la pasión que tengo por la danza, sino también pensando muy bien donde ponía el pie, donde ponía la pierna y, sobre todo, yendo todos los días a clase y trabajando el cuerpo al máximo porque es tu herramienta y es con lo que vas a bailar. No solo diciendo: “como tengo coordinación y una buena musculatura lo que hago es aparecer para el espectáculo y ya está”. No, tienes que trabajar tu cuerpo y creo que es por lo que he querido ser justo conmigo mismo y decidir dejar de hacer ballet completo de momen-to, porque eso requiere un entrenamiento muy, muy fuerte que en este momento no puedo hacer.

P- Con respecto a los futuros bailarines, ¿qué les dirías a todos los niños que están iniciándose en el mundo de la danza, en sus distintas vertien-tes?

R- Es muy difícil dar un consejo porque cada per-sona es un mundo. Si les gusta la danza y se meten dentro de este mundo, sobre todo, primero, que tengan pasión por ella, porque lo van a tener muy complicado. Segundo, que mantengan siempre los pies en la tierra y que sepan que, aunque uno es muy bueno, puede llegar otra persona igual de buena y a lo mejor en dos días te quita el puesto. Y, bueno, simplemente hay que saber que es una

profesión muy bonita, que requiere mucho trabajo pero que te da muchas satisfacciones y muchas alegrías. Dar un consejo a una persona, a un bai-larín determinado, depende también de su entor-no familiar y personal.

P- Una de las pretensiones de esta entrevista es comunicar a los alumnos que ellos pueden lograr aquello que se propongan, que luchen por aquello que quieran conseguir en la vida.

R- Desde luego, es uno de los consejos más impor-tantes para todo en la vida. Mis padres siempre me dijeron: “Si vas a hacer algo, hazlo lo mejor, si vas a ser bailarín, que seas el mejor bailarín que puedas ser, no el mejor bailarín del mundo sino el mejor bailarín que puedas ser tú”. Hay que trabajar y lu-char por lo que uno quiere porque si te imponen la danza, si te imponen ser bailarín, es la peor pesadi-lla que puedas tener. Puede ser el mayor sueño y la mayor alegría de tu vida, pero no si es algo impues-to.

P- ¿Para cuándo en Zaragoza?

R- Espero que muy pronto porque la verdad es que hay clima de tradición y mucha gente con mu-cho entendimiento. Con la compañía nunca hemos estado, sí con estrellas del American Ballet, y tene-mos ganas de ir.

Estamos esperándote con mucha ilusión. Muchas gracias otra vez, te deseamos que sigas cosechan-do tantos éxitos como hasta ahora en los próximos proyectos que emprendas. Hasta siempre.

Agradecimientos:

∗ Ángel Corella Bailarín, Coreógrafo, Creador y Director Artístico de la Compañía Barcelona Ballet.

∗ Matthew Bledsoe General Manager Barcelona Ballet

Imágenes cedidas por: Ángel Corella

http://www.angelcorella.com/

Page 7: Revista Anual

7

Page 8: Revista Anual

8

Page 9: Revista Anual

9

Page 10: Revista Anual

10

Page 11: Revista Anual

11

Page 12: Revista Anual

12

Page 13: Revista Anual

13

No había pensado en hacer un pareado pa-ra dar título a este relato sobre el par de magnífi-cas horas que pasé charrando con Elia Lozano, pero después de conocerla no podía hacer sino buscar una rima que, someramente, la definiera, una rima que simbolizara su espíritu artístico, no una pose, no una profesión, un verdadero y ple-no espíritu artístico.

Pocos minutos antes de nuestra cita, Elia hacía lo que siempre quiso: bailar sobre un esce-nario.

Metida en la piel, y en los sentimientos, de Isadora Duncan, Elia representaba BARUCA, el espectáculo que ella misma coreografió y dirigió, en la parcela artística.

Pero BARUCA no es sólo Elia, y Elia no sólo lo sabe, sino que guarda un sincero agradecimien-to, y reconocimiento, hacia quienes colaboraron con ella: a Joaquín Murillo en la dirección escéni-ca, a Víctor Rebullida y Carmelo Pueyo en la composición musical, a Serghei y Tereza Polyvka en la interpretación musical, a Ramón Taulé compartiendo escenario con ella como su aman-te en la ficción, a Ruth Vaquerizo en su papel de profesora, a Quinita, Pedro, Pilar, Joaquín, Oscar, Alberto, Antonio, a Tatoño y a Petit como cómplices imprescindibles en tareas plásticas, artísticas y técnicas.

Y a Álvaro Hernández y Raquel Martín, y a sus compañeras de nuestro Conservatorio: Sara, Na-

dia, Laura, Clara, Ainhoa, Marta, Nerea y, cómo no, a Llanos y Sara cuyas manos acariciaron las teclas del piano.

Sabía, más o menos, quién es Elia en la danza, pero desconocía dónde y cuándo se produjo su primer llanto, por lo que pensé que esa sencilla curiosidad era la mejor manera de establecer con-tacto, de quitar el envoltorio a este regalo.

“En Zaragoza, el 17 de agosto del 74”, me dijo Elia quizá un poco sorprendida porque mi primera pregunta fuera tan poco ocurrente… o tan recu-rrente.

Su currículum impresiona de verdad, pero… ¿cómo empieza todo?.

Y Elia me contó que quería bailar como su her-mana Elena, que en aquellos años infantes in-vestigaba sus primeros pasos a las órdenes de Cristina Miñana, y que viéndola le “entró” la danza y con solo 10 años supo ya que quería ser bailarina.

Llegó el Conservatorio, las clases con Nuria Pardo y Cristina Miñana y, poco a poco, la danza se convirtió en una dulce dependencia, en esa especie de necesidad que marca la diferencia entre el entretenimiento y la profesionalidad.

¿Cómo te recuerdas en tus inicios?, le pre-gunté.

La cara de Elia se adornó con una gran son-risa, con ese brillo que se nos pone a todos cuan-do recordamos nuestra infancia.

“Creía que lo hacía todo bien”, respondió. Y recordó que, entonces, pensaba: “ya soy baila-rina”.

Faltaba un poco para eso.

Quise saber qué recuerdo, de aquellos primeros pasos, guardaría en su caja de galletas de los recuerdos, y Elia lo tuvo claro, “El Casca-nueces”, su primera vez en un escenario.

Pero el sueño de ser bailarina pasa por momentos de trabajo duro y sacrificios. ¿Cómo fue salir de su ciudad, de su entorno familiar?.

“Duro…mucho”. Su cabeza se movía arri-ba y abajo como quien afirma, porque a los 15 años se fue sola a Alemania. Sola.

Unos segundos después, Elia recuperó la

ELIA LOZANO, BAILARINA… Y SER HUMANO

Por Raúl Bruna Pascual

Page 14: Revista Anual

14

sonrisa porque mereció la pena, porque irse sola tan niña es duro, pero también puede ser gratificante, puede aportarte vivencias únicas, sobre todo en la Alemania de 1.989, en plena caída del triste Muro de Berlín.

Elia recuerda “la alegría en las calles”, to-do un contraste con su tristeza porque su ma-dre no estuviera a su lado para, más contrastes, ser partícipe del “triunfo profesional” que supu-so su aventura.

Poco después, la danza le llevó a Suiza y a Rusia, donde llegaron éxitos y más experiencias vitales apoyadas en el momento histórico que se vivía también en el gigante euroasiático.

El trabajo seguía, con ratos mejores y peores, pero la niña que soñaba con ser bailari-na llegó a serlo. ¿En qué momento se sintió bai-larina?

“Bailando El Corsario, con Amador Casti-lla, en el Joven Ballet de María de Ávila”.

Siempre hay momentos en que una per-sona sabe que algo ha cambiado en su vida, que algo ha cambiado su vida.

Retomamos Stuttgart, un lugar helador en Alemania pero donde se encuentra una de las más prestigiosas escuelas de danza, la John Cranko Schule. Le pregunté cómo llegó allí y cómo fue esa experiencia.

Elia recordó el interminable viaje en au-tobús que puso distancia, mucha, entre su hogar y su futuro. “Una familia normal, de clase media”, no podía permitirse otra cosa, como tantas otras.

Y recordó el magnífico trato que le dis-pensaron, su debut en el Teatro Estatal de Stutt-gart, los magníficos lugares que vio y disfrutó gracias a la beca de la John Cranko Schule que consiguió por su valía, pero también por la ayuda y consejo de Patricia Almárcegui y Gregorio Cross, ambos bailarines, por aquel entonces, del Ballet de Zaragoza.

Eso fue la experiencia… toda una expe-riencia.

A pesar de todo, la melancolía siempre estaba presente en Elia, cuya intensa unión con su madre formaba parte de los valores que había recibido en su entorno familiar, valores que tam-bién le ayudaban a superar la tristeza porque “la danza es un don y hay que aprovecharlo”.

Y el aprovechamiento, y la lucha diaria,

hicieron que los premios empezaran a llegar: Lausanne, Moscú…, y multitud de trabajos de primer nivel. ¿Cómo se sentiría?, ¿qué premio o que interpretación sería lo que más le llenó?.

Me contestó que se sentía segura, sabien-do que tenía un respaldo técnico que debía se-

guir aumentando con el aprendizaje.

Se acordó de una de esas frases que pe-netran en tu cerebro para quedarse y que aca-ban formando parte de quien eres y de lo que eres: “donde bailes tienes que bailar bien”, le decía su profesora mientras practicaban en un establo.

Y tal fue su formación técnica, pero tam-bién humana, que Elia descubrió que “quería comunicar algo más, después de la técnica”, que bailando bien también se puede experi-mentar, que se pueden buscar vías de comuni-cación que, junto a la técnica, hagan de la danza un mayor y mejor modelo de expresión huma-na.

Probablemente, eso mismo hace que su mejor recuerdo, por encima de premios y reco-nocimientos, sea su papel de Cisne Negro en El Lago de los Cisnes, que interpretó en Moscú allá por 1.992.

Page 15: Revista Anual

15

Me encontraba un poco abrumado por el descubrimiento de un personaje y una perso-na que, minuto a minuto, se ganaba más mi ad-miración, así que decidí poner la mirada en el presente como estableciendo un cortafuegos que protegiera mi objetividad, ya rendida y casi cautiva.

BARUCA, su creación recientemente re-presentada; Graus y Aínsa, donde Elia vive la vida y la danza; SYBAA, la Compañía de Danza Contemporánea que ella formó y dirigió.

El futuro.

Cuando Elia me confesó su ilusión por fijar su actividad en la docencia no me sorpren-dió, viejos conocidos de hora y media como ya éramos, porque Elia es danza y madre y porque no puede haber nada más bonito que enseñar, compartir, lo que te apasiona.

Aínsa tiene la suerte de contar con ella en su Escuela Municipal de Música y Dan-za, como tienen la suerte, de esa u otra for-ma, en toda la Comarca de La Ribagorza, en Graus o en la Fundación Torralba Fortún, de Zaragoza y dirigida por la catedrática de His-toria y musicóloga Luisa Gutiérrez.

Elia tiene claro lo que quiere y puede explicarlo: “los pasos son como palabras, un vocabulario”, como le decía Nacho Duato, palabras que forman frases, vocabulario que enseñar para enseñar danza.

La danza que vive el presente, éste presente, como las personas, un tránsito in-cómodo hacia un futuro que esperamos y necesitamos que sea mejor, un futuro cuya esperanza se ve reflejada en nuestro Conser-vatorio, en nuestras pequeñas y pequeños que, como Elia cuando lo era, quieren ser bai-larines.

A Elia le duele, y mucho (como a tan-tos bailarines y músicos aragoneses), que en este país no se valore la música y la danza como en otros: “en Alemania, una bailarina o una cantante de ópera es considerada como un valor social, aquí no”, me cuenta con tris-teza.

Dos horas. Llevo dos horas hablando con Elia… y estaría otras dos. Tengo que ir preparando el epílogo de este encuentro, de este descubrimiento, si no quiero convertir-me en una de sus peores pesadillas.

Se me ocurre que son multitud las dis-

ciplinas que una profesora puede enseñar a sus alumnos: técnica, interpretación y no sé cuántas más, pero la persona, la bailarina, ¿qué consejo es el mejor que puede dar a nuestros pequeños futuros bailarines?.

Clara, concisa, segura, convencida: “que disfruten”. No hay un consejo más ne-cesario ni más sensato ni más apasionado, porque ¿acaso se puede hacer bien lo que no se disfruta?.

Tenemos que despedirnos, es ya de-masiado tiempo el que me he apropiado de Elia, de la bailarina y de la persona.

¿Te has sentido cómoda?.

Fue su mejor sonrisa, porque era para mí, y otra vez segura, otra vez concisa, afirmó.

Hasta pronto, Elia, y muchas gracias por demostrarme que el éxito no tiene por-qué poner distancia entre las personas, otra tremenda enseñanza para nuestros futuros bailarines.

Agradecimientos:

∗ Elia Lozano, bailarina y coreógrafa.

Imágenes cedidas por: Elia Lozano

Page 16: Revista Anual

16

Mi nombre es Álvaro y soy alumno del Conserva-torio Municipal Profesional de Danza de Zaragoza desde hace seis años. Comencé probando y al final quedé enganchado. He actuado en varias ocasiones con profesionales de la danza. El Ballet de la Corona Rusa, representando la obra “El Cascanueces” fue mi primera experiencia fuera de las actuaciones propias del Conservatorio que todos los años se rea-lizan en el Teatro Principal de Zaragoza. También he estado en Andorra la Vella.

Mi última experiencia es la que más me ha entu-siasmado, la más apasionante y la que más me ha divertido a pesar del esfuerzo. He colaborado en la obra “Baruca” cuya protagonista era la bailarina in-ternacional Elia Lozano. Esta obra trata de la vida de la que fuera una gran bailarina y maestra de la dan-za, Isadora Duncan y cuya vida acabó trágicamente tras el fallecimiento de sus hijos. Yo hacía el papel de hijo de Isadora, es decir de Elia Lozano que era la protagonista inconfundible. El papel de hija lo hacia, en las dos actuaciones llevadas a cabo en el escena-rio del Museo Pablo Serrano de Zaragoza, una com-pañera del Conservatorio llamada Marina. En las seis ocasiones que hemos actuado en salón de ac-tos del Centro Cívico Universidad, este papel lo re-presentaba mi compañera y amiga Raquel. Mi parti-cipación en Baruca era corta en el tiempo, pero escénicamente muy apasionada y con mucha fuer-za. La música, el vestuario y la pasión de toda la obra eran muy emocionantes. Junto a Elia Lozano actuaba como bailarín Ramón Taulé, el que ha sido mi profesor y tutor estos años en el conservatorio, además de mi referente, maestro y apoyo.. Cada día y en los distintos escenarios y días acudían a partici-par también diferentes academias de danza de la ciudad y de fuera de ella.

Las críticas a la obra han sido muy positivas y elo-giadas en los medios de comunicación locales habiendo recibido numerosas muestras de apoyo y afecto.

Ha sido muy satisfactorio compartir esta experien-cia con bailarines con tanto talento. Sentir la fuerza de sus movimientos y su esfuerzo. Es una experien-cia vivida con orgullo que nunca olvidaré. Los aplau-sos del público animan a seguir adelante y aprender las enseñanzas que me transmiten los profesiona-les. Salir a un escenario con un profesional es de las

mejores cosas que me pueden pasar, pero vivir la emoción de los ensayos previos, el paseo por los camerinos, la complicidad, la unión, la preparación, el maquillaje, el vestuario es lo que más me impre-siona. Tantas cosas y tanto tiempo invertido y que el público no ve. Repetir y perfeccionar los pases, sentir la necesidad de mejorar en cada movimiento y al final la recompensa, el aplauso del público. He aprendido a actuar en público sin miedo y con alegr-ía. El esfuerzo que realizo todos los días en mi vida dedicada a la danza, el esfuerzo físico y mental que es necesario aportar día tras día, la concentración y sobre todo el saber llevar con orgullo una actividad, que aún no siendo tan conocida o admirada como otras, requiere más preparación, conocimientos y destreza no me cansa. Actuar con una bailarina re-quiere disponer de la fuerza necesaria para elevarla, desplazarla y apoyarla en los pasos, además de gran concentración y sincronización.

Tengo un recuerdo muy especial para Carmelo Pueyo que además de ser un pianista fenomenal, nos acompa-ña todos los días con música en vivo en nuestros ensayos y ha sido el autor del libro “Música en Danza”. Este libro describe perfectamente los pasos de la danza clásica, viene acompañado de un CD con composiciones de Car-melo y que han servido para parte de la coreografía de Baruca y no me canso de escuchar.

Mi mundo de hoy es la danza y me alegra contar con el apoyo de muchas personas que me quieren.

“ BARUCA”

por Álvaro Hernández Mimbela, Alumno 4º Enseñanzas Elementales

Page 17: Revista Anual

17

ACTIVIDADES REALIZADAS POR EL CONSERVATORIO CURSO 2011-2012

♦ 11 y 12-11-2011 en el museo Pablo Serrano de Zaragoza. Las alumnas de 1º de E.P., dos alumnos de

4º de E.E. , los profesores Ruth Vaquerizo y Ramón Taulé colaboraron en la representación de

“Baruca”, coreografía de Elia Lozano.

♦ 24-11-2011 alumnos de Enseñanza Profesional asisten al Teatro Principal para presenciar el calen-

tamiento previo a la actuación del Ballet Bolshoi Académico de Minsk, en la representación de “La

Sílfide”.

♦ 21-12-2011 Muestra coreográfica de todos los alumnos del Conservatorio con motivo de la Navi-

dad, en el aula 1 del Centro.

♦ 25 y 26-1-2012, “XXI Jornadas de Divulgación de la Danza” en el Teatro Principal, alumnos de En-

señanzas Profesionales.

♦ 25-2-2012, la compañía de Víctor Ullate invita a los alumnos de Enseñanza Profesio-

nal a presenciar la clase previa a la actuación de “Coppélia”.

Page 18: Revista Anual

18

♦ “XXVIII Semana de Puertas Abiertas”, entre los días 27 de febrero y 2 de marzo en las instala-

ciones del Conservatorio. Los padres pudimos conocer las clases, la gran profesionalidad de pro-

fesores y músicos y disfrutar con nuestros hijos.

ACTIVIDADES PREVISTAS POR EL CONSERVATORIO CURSO 2012-2013

♦ Octubre-2012 Clase Magistral dirigida a todos los alumnos del Conservatorio, impartida por el

bailarín y coreógrafo aragonés Miguel Ángel Berna.

Page 19: Revista Anual

19

Preparando el festival de junio en el Principal

♦ Llega mayo y con él se nota aún más el trabajo, la laboriosidad con la que profesores y alumnos se

afanan para el gran final de curso. Todo es ilusión, esfuerzo y entrega.

La aventura continúa...

Enhorabuena a los alumnos de 6 cur-so de Ed. Profesional que terminan sus estudios profesionales en el Con-servatorio de Zaragoza. Ahora, la aventura continúa...

De izquierda a derecha: Susana Garín, Paula Abad, Violeta García, Ada Lerma y Laura López.

En la foto no aparecen Gonzalo Pre-ciado (el cual está disfrutando de una beca en la English National Ballet School), ni Alejandro Álvarez (próximamente también en la English N. Ballet S.) . Felicidades a los dos.

Page 20: Revista Anual

20

Fila de delante - de dcha. a izda.: Víctor Jiménez, Ciryl Lot, Víctor Orive (por detrás), Ana Noya, Silvia Gonzalvo,

Gregory Milan, Paquita Redondo (sastrería), María Eugenia Segarra (maestra- repetidora)

Fila de detrás - de izda. a dcha.: Elena Travesedo, Ruth Miró, Igor Yebra (detrás), Leticia Izuzquiza, Lucía Lacarra, María

Giménez, Carlos López (detrás), Rosa Ochoa, Jesús Pastor (detrás), Ángel Corella (detrás), Eduardo Lao, Ruth Maro-

to, Carmen Corella (detrás), Tamara Rojo, Marta Rodríguez Coca.

BAILARINES DE FAMA MUNDIAL

FOTO DE "ALLEGRO BRILLANTE" (GEORGE BALANCHINE) BALLET VICTOR ULLATE (1993)

Fila de delante - de izda. a dcha.: Jesús Pastor, Silvia Gonzalvo, Ciryl Lot, Tamara Rojo, Victor Jiménez

Fila de detrás - de izda. a dcha.: Carlos López, Carmen Corella, Rosa Ochoa, Ángel Corella

Page 21: Revista Anual

21

Foto: Mónica Lou

Es una experiencia increíble, que yo reco-miendo a todos los alumnos del Conservatorio y a padres y madres, que animen a sus hijos a salir fuera y conocer mundo, ya que aunque en un principio pueda dar miedo y tristeza dejar a tu familia y amigos aquí, es una oportunidad única en la que:

♦ conocerás personas muy importantes en el mundo de la danza, por ejemplo yo he tenido la suerte de estar con Cynthia Har-vey, Wayne Eagling, David Wall o por ejemplo en Septiembre Tamara Rojo será la nueva directora artística del English Na-tional Ballet y del English National Ballet School,

♦ además maduras antes, aprendes idiomas, conoces infinidad de culturas , aprendes a valerte por ti mismo y lo más importante disfrutas.

La realidad en España es que si uno quiere ser bailarín, lo tiene muy difícil, ya que hay muy po-

cas compañías clásicas/neoclásicas grandes: Bar-celona Ballet con Ángel Corella, Víctor Ullate Ba-llet o el nuevo proyecto de la Compañía Nacio-nal de Danza (dirigido por José Carlos Martí-nez) , por lo tanto la única opción que queda es salir fuera a encontrar suerte, ya que fuera de España, hay miles de compañías de danza clási-ca, neoclásica, contemporánea…

Y lo más curioso de todo esto es que práctica-mente en todas las grandes compañías del mundo hay algún español, y más curioso todavía es que muchos de esos españoles sean de nuestra tierra: de Zaragoza, y encima gran parte de ellos han pa-sado nuestro Conservatorio y ahora están en San Francisco, Nueva York, Stuttgart, Frankfurt, Lyon, Londres…

Como veis salir fuera es algo que llevamos haciendo desde hace muchos años y que nos ha ido muy bien, así que animaos vosotros también y veréis como nunca os arrepentiréis.

Experiencia personal de Gonzalo Preciado en el

English National Ballet School

Por Gonzalo Preciado

Foto: Mónica Lou

Page 22: Revista Anual

22

Cada año, el telón del Conservatorio sube pa-ra iniciar una nueva obra, un nuevo curso. Irremediablemente, tiene que llegar el mo-mento en que ese telón se baje para dar por finali-zada otra etapa en la educación artística de nues-tras chicas y chicos. El comienzo, a la par, del largo periodo de va-caciones estivales, no consigue evitar que, cada año, veamos y vivamos momentos de emoción mar-cados tanto por las inevitables despedidas, unas parciales y otras no tanto, como por la intensidad con que alumnos y familiares vivimos la puesta en escena de los nuevos conocimientos y habilidades adquiridos durante el curso. El 14 de junio de 2.011 terminaba oficialmen-te el curso anterior, pero se abrían unos días de exi-gentes ensayos en los que dar las últimas pinceladas a la obra que, pocos días después, se iba a exponer. Las mariposas se multiplicaban en los estóma-gos, las manos temblaban durante el maquillaje, los pasillos se convertían en la avenida principal de una gran ciudad. A escena. Sube el telón, el que ha de acabar bajando para señalar el final del espectáculo… y del curso. Las familias, en el patio de butacas, entramos en una situación como de shock, los ojos casi ni par-padean, las manos sudorosas no encuentran aco-modo, el silencio no tiene que imponerse. La primera parte del espectáculo nos muestra piezas diferentes y claramente diferenciadas, estilos tribales, contemporáneos o tradicionales transcu-rren uno tras otro haciéndonos disfrutar de las co-reografías de Ángeles Rullán, de Ramón Taulé, de Víctor Jiménez y de Alejandro Siveroni. Y de nuestros chicos y chicas.

Alumnas y alumnos a partir del tercer curso de enseñanzas elementales interpretan las crea-ciones de quienes, durante meses, han sido sus

profesores para, hoy, convertirse en sus directo-res artísticos o de escena o de lo que quiera que sea, pero compañeros en el arte. Descanso, ovación, éxito. El espectáculo va bien pero las mariposas si-guen ahí, quizá un poco más calmadas, pero si-guen revoloteando. Desciende la iluminación, el telón vuelve a alzarse, comienza la segunda parte. “La Boutique Fantasque” nos traslada a un mundo imaginario, al mundo de los sueños en el que todo es posible. Un maduro juguetero trabaja sin descanso en su taller de ilusiones: elegantes bailarinas, solda-ditos valientes, afanadas doncellas, payasos son-rientes, pacíficos indios y vaqueros que llenarán horas y horas de inocentes infancias. El cansancio aflora y los sueños se adueñan de la imaginativa mente del juguetero, dotando de vida a todos y cada uno de sus muñecos y fabri-cando situaciones y personajes que transforman el pequeño taller en un inmenso escenario de alegría y aventura. Se suceden las coreografías de Blanca Álvarez, María José Casas, Nuria Pardo y Ruth Vaquerizo, interpretadas con excelencia e ilusión ilimitada por la práctica totalidad de los alumnos de nues-tro Conservatorio. El final de la obra se acerca inexorable, un fi-nal feliz porque en el mundo de los sueños y de la ilusión así debe ser. Intérpretes y coreógrafos, alumnos y profeso-res, se unen en el escenario del Teatro Principal para dedicarnos sus sonrisas de agradecimiento a la cerrada ovación que los espectadores, familia-res y amigos puestos en pie, les brindamos emo-cionados como reconocimiento a un magnífico trabajo, a un magnífico espectáculo. Las mariposas ya descansan.

EL TELÓN TIENE QUE BAJAR

Por Raúl Bruna Pascual

Foto: Mónica Lou

Page 23: Revista Anual

23

Foto: Mónica Lou

Page 24: Revista Anual

24

Foto: Mónica Lou Foto: Mónica Lou