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LA IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS Reunión Mundial de Capacitación de Líderes El Sacerdocio y las Organizaciones Auxiliares: la Sociedad de Socorro, las Mujeres Jóvenes y la Primaria 10 DE ENERO DE 2004

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LA IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS

Reunión Mundial deCapacitación de LíderesEl Sacerdocio y las OrganizacionesAuxiliares: la Sociedad de Socorro, las Mujeres Jóvenes y la Primaria

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Publicado porLa Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Salt Lake City, Utah, E.U.A.

© 2004 por Intellectual Reserve, Inc.Todos los derechos reservados

Impreso en los Estados Unidos de América

Aprobación del inglés: 8/03.Aprobación de la traducción: 8/03

Traducción de Worldwide Leadership Training Meeting, January 10, 2004Spanish

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Índice de temasLos desafíos con los que se enfrenta la familia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1

Presidente James E. Faust

El fundamento doctrinal de las Organizaciones Auxiliares . . . . . . . . . . . . . . . . . 6

Élder Richard G. Scott

El propósito de las Organizaciones Auxiliares. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10

Bonnie D. ParkinSusan W. TannerColeen K. Menlove

El Sacerdocio y las Organizaciones Auxiliares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17

Élder Dallin H. Oaks

El permancer firmes e inquebrantables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

Presidente Gordon B. Hinckley

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La desintegración de la familia

Hoy día me gustaría hablar acercade los desafíos con los que se enfren-ta la familia. En tiempos recientes, lasociedad ha sido asolada por un cán-cer. Me refiero a la desintegración demuchos de nuestros hogares y fami-lias. La confusión y el desorden sonmuy comunes en la sociedad, perono debemos permitir que destruyan anuestras familias. En todos los paíseshay un desmoronamiento general delfundamento moral que ataca a lassagradas instituciones familiares connuevos desafíos. Ustedes saben estoporque nos vemos sumidos en ello.Los gobiernos ejercen cada vez

menos la autoridad moral, así que lasprincipales instituciones que alientanla vida recta son la Iglesia y la familia.

La relación familiar de padre,madre e hijos es la institución másantigua, la que más ha perdurado enel mundo, y la que ha sobrevivido atodas las diferencias del tiempo, a lageografía y la cultura. Considerandoque el matrimonio entre un hombrey una mujer es un estado naturalordenado por Dios, el profeta JoséSmith enseñó que “el matrimonio[es] una institución celestial, funda-da en el Jardín de Edén; (y) que esnecesario que sea solemnizada porla autoridad del sacerdocio sempiter-no”1; es una obligación moral.

Sin duda, el matrimonio es la deci-sión más importante de la vida terre-nal. Nadie debe casarse sólo porcasarse; se requiere una preparaciónmadura para asumir las importantesresponsabilidades que son inherentesa esta sagrada relación. El matrimoniorequiere fe, fe en uno mismo, fe en elcónyuge y fe en el Señor. Tambiénrequiere un cometido total de partede ambas partes.

¡El primer paso para estableceruna familia es casarse! La renuenciade algunos para casarse aumenta entodo el mundo. Entre 1970 y 2001,el porcentaje de matrimonios enEstados Unidos bajó del 76.5 al 45.6 2.

Los factores principales que contribu-yen a este descenso son los jóvenesque posponen el matrimonio, elaumento en la población adulta quenunca se ha casado, y el incrementoen la convivencia3. Los porcentajes decinco países de Sudamérica que infor-maron los promedios de matrimonioshan disminuido en forma espectacu-lar en la década pasada y, en la mayo-ría de los países europeos, tambiénha ido en declive en forma dramáticadurante varias décadas4. Sin embargo,los estudios muestran que es másprobable que los Santos de los Últi-mos Días se casen más que la pobla-ción en general y también que, loshombres que se casan, por lo gene-ral, viven más, son más saludables ymás felices que aquellos que no lohacen5.

En el corazón de una familia felizestá la completa devoción mutua delos padres. En lo que se relaciona a laintimidad sexual, la ley del Señor esabstinencia antes del matrimonio yfidelidad después de casarse. Talcomo se declara en “La Familia: UnaProclamación para el Mundo”: “lossagrados poderes de la procreaciónse deben utilizar sólo entre el hom-bre y la mujer legítimamente casados,como esposo y esposa”6.

Por desgracia, el matrimonio estáperdiendo su valor. La convivencia esampliamente aceptada en muchoslugares como una alternativa al matri-monio y a menudo se percibe comoun matrimonio a prueba, con pocoscompromisos.

Desde 1960, en Estados Unidos hahabido un aumento del 760 por cien-to de parejas no casadas que vivenjuntas, llegando a la cantidad de 3.8millones de parejas para el año 2000 7.Muchas de las parejas convivientesterminan sin casarse y duran poco.Las estadísticas muestran que lasparejas que conviven tienen más pro-babilidades de separarse que las pare-jas casadas 8.

P R E S I D E N T E J A M E S E . FA U S TSegundo Consejero de la Primera Presidencia

Los desafíos con los que se enfrenta la familia

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Las estadísticas de algunos paísesrepresentativos indican que el por-centaje de divorcios también va enaumento y los expertos pronosticanque la mitad de las mujeres deEstados Unidos experimentarán laruptura de su matrimonio en algúnmomento en la vida9. Otra estadísticaalarmante es que los nacimientosfuera del matrimonio han aumentadoen un 158 por ciento10.

También preocupa el cambio deactitud acerca del propósito delmatrimonio. Más y más jóvenes consi-deran el matrimonio como “una rela-ción de pareja que tiene por objetosatisfacer las necesidades emociona-les de los adultos, en vez de ser unainstitución para la crianza de loshijos”. La búsqueda de una relaciónde “pareja compatible” puede debili-tar el matrimonio como instituciónpara la crianza de los hijos11.

Otro desafío perturbador para lafamilia es que a los hijos se los valoramenos. En muchas partes del mundo,la gente tiene menos hijos; y proba-blemente el aborto es la señal másclara de que las parejas no deseanhijos. Se calcula que una cuarta partede todos los embarazos que se gestanen el mundo terminan en abortosinducidos. Los porcentajes van desdecasi el 50 por ciento en Europa hastacerca del 15 por ciento en África12.

La confianza total entre los cón-yuges enriquece grandemente elmatrimonio y nada destruye más esenúcleo de confianza mutua que lainfidelidad. El adulterio no se justifi-ca nunca. Alguna que otra vez losmatrimonios sobreviven a esta expe-riencia destructiva y las familias seconservan, pero eso requiere que elcónyuge agraviado brinde un amorsin reservas tan grande que perdoney olvide. Requiere que el cónyugepecador desesperadamente deseearrepentirse, que con humildad bus-que el perdón y que en realidadabandone el pecado.

Cómo salvaguardar nuestrafamilia

La lealtad a nuestro cónyuge nosólo debe ser física, sino tambiénmental y espiritual; el coqueteonunca es inofensivo y los celos notienen lugar en el matrimonio. Loscónyuges deben evitar aun la aparien-cia del mal al rechazar todo contactocuestionable con cualquier otra per-sona con quien no estén casados.La virtud es el fuerte pegamento quemantiene unido al matrimonio. Dijoel Señor: “Amarás a tu esposa contodo tu corazón, y te allegarás a ellay a ninguna otra” (D. y C. 42:22).

Toda promesa hecha por un hom-bre y una mujer en la ceremonia delmatrimonio, en especial, en el sella-miento en el templo, tiene la distin-ción de ser uno de los convenios másimportantes que hagamos. Los conve-nios sagrados siempre se deben hon-rar. Los desafíos con los que seenfrentan las familias en la actualidadson muchos y grandes. Nuestras rela-ciones familiares necesitan toda laprotección que se pueda instituir, yel guardar los sagrados convenios esun poderosa defensa.

Nehemías, del Antiguo Testamento,edificaba un muro “que no quedabaen él portillo” (Nehemías 6:1), paraproteger a Jerusalén, y sus enemigosle rogaron que bajara del muro por-que querían hacerle daño. Nehemíasse quedó sobre el muro y dijo: “... nopuedo ir; porque cesaría la obra”(vers. 3).

Si bien no podemos construirmuros de ladrillos o de piedras alre-dedor de nuestras familias, debemosponer constantemente salvaguardasalrededor de ellas para protegerlas.Permítanme mencionar tres mane-ras de proteger y fortalecer a nues-tras familias.

La oración familiar

Una de éstas es la oración familiar.Se invita al Espíritu del Señor a nues-tro hogar por medio de la oración yde la armonía en casa. Los padresdeben enseñar a sus hijos que éstosson hijos de Dios y que deben dirigir-se a Él en oración diariamente. Elorar juntos en familia es una expe-riencia que crea vínculos. Los hijosmás pequeños aprenden a orar al oírlas oraciones de sus padres y de sushermanos mayores.

Mi mente y mi corazón de niño sesintieron fascinados con las oracionesde mi abuelo. Su numerosa familia searrodillaba por la mañana y por lanoche antes de probar los alimentos.¡En aquel entonces yo pensaba quesus oraciones eran muy largas! Teníamucho acerca de qué orar; era agri-cultor y ranchero; eran los años de laGran Depresión económica y habíauna atroz sequía; sus animales pasa-ban hambre y tenía muchas bocasque alimentar, pero sus oracionessiempre fueron tan fervientes y su fetan grande que yo estaba convencidode que el Señor proveería y de quetodo iba a resultar bien. Al final, asíocurrió. Las oraciones individuales yfamiliares son indispensables para lafelicidad personal y de la familia.

La noche de hogar

La segunda salvaguarda es lanoche de hogar semanal. La noche dehogar es para todos, no importa enqué etapa de la vida estemos. Miesposa y yo nos damos cuenta de quela noche de hogar es diferente de loque solía ser cuando nos rodeaban

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nuestros hijos y nietos. Ahora, lamayor parte del tiempo estudiamoslas Escrituras juntos. Hace algunassemanas, en nuestra noche de hogar,leímos nuestras bendiciones patriar-cales tratando de entender la obraque a lo mejor todavía tenemos querealizar y nos dimos cuenta de queaún tenemos más trabajo que hacer.

Algunas familias han dejado deefectuar esta importante reunión.Debemos hacer todo de nuestraparte para que los lunes por la nochequeden libres de cualquier otra activi-dad que cause interferencia. Al igualque el pegamento, la noche de hogarnos une como familia. Las leccionesdeben instruir e involucrar a los inte-grantes de la familia en una atmósferade tranquilidad impregnada de unaexpresión de amor.

En nuestra noche de hogar, debe-mos procurar hacer participar a todosde algún modo, excepto a los bebés;los niños pequeños pueden participarcantando canciones, mientras que alos mayores se les puede asignarenseñar una lección o parte de ella.Los demás miembros de la familiapodrán ayudar a los niños menores aprepararse. A todos se les debe invitara hacer preguntas que surjan de suestudio personal del Evangelio o de lalección.

La noche de hogar también es unmomento para anotar en el calendariolas actividades familiares de tal mane-ra que todos sepan lo que se esperade ellos. También es un momentopara resolver los malentendidos y ani-mar a los miembros de la familia a

realzar sus talentos y a desarrollarnuevas aptitudes.

El estudio familiar y personal delas Escrituras

El tercer concepto básico es elestudio familiar y personal de lasEscrituras, lo cual requiere algo deplanificación y de disciplina de partede los padres y de todos los hijos.Debemos ayudar a nuestros hijos afortalecer su fe y entendimiento.

Una joven, que hace poco se casóen el templo, habló del valor delestudio de las Escrituras en su familiacuando crecía. Su madre solía tocaruna campana a las cinco de la maña-na todos los días para despertar ala familia para el estudio de lasEscrituras. La joven se sentía malhu-morada y pensaba que ese ejerciciodiario era una pérdida de tiempo;sin embargo, la rutina continuódesde su niñez hasta su vida adulta.

Al mirar en forma retrospectiva,esta joven ahora se da cuenta de queaquellos momentos de estudio delas Escrituras en familia formaron unimportante modelo que ella, sus her-manos y hermanas siguen en suspropias familias. Durante aquellosmomentos de estudio, lentamentepero con seguridad adquirió un tes-timonio del Evangelio y, en esosaños de formación, también estable-ció un vínculo especial y eterno consus padres y con cada uno de sushermanos y hermanas.

El estudio personal y familiar delas Escrituras es un proceso de todala vida. Los niños quizá tengan unpoco de dificultad con algunas delas palabras de las Escrituras, pero

los padres y los hermanos mayoresdeben tomar el tiempo para tratarlos pasajes más difíciles y explicarlos.Deben explicar la relación que hayentre esos pasajes y las circunstan-cias actuales. El hábito de estudiarel Evangelio podrá tomar años paraque se establezca con firmeza en lafamilia; no sucede así como así. Loshábitos de estudio ayudan a formarun muro de protección que sirve deapoyo para las familias, así comopara establecer lazos de unidad.

Las responsabilidades de lospadres

Hace poco, mi esposa y yo cono-cimos a nuestra bisnieta más recien-te. La tuve en mis brazos por prime-ra vez y comprendí que esa pequeñi-ta tiene muchas cosas con las quetiene que aprender a enfrentarsepara ser feliz en la vida. El mejorlugar para que los niños aprendanqué es lo más importante es el hogarporque allí es donde se encuentra elmayor amor. Por vía de mandamien-to, los padres deben enseñar a sushijos “la doctrina del arrepentimien-to, de la fe en Cristo, el Hijo del Diosviviente... y del don del EspírituSanto” (D. y C. 68:25).

Para hacer frente a los retos de lavida, nuestros hijos deben tener untestimonio del Salvador como elRedentor del mundo; es preciso quese les enseñe que un día tendránque rendir cuentas al Señor por susacciones en esta vida. También se lesdebe enseñar el plan de felicidad delSeñor para Sus hijos. Esto significaque deben tener un conocimientode que Dios los ama y de que ellosvivieron con Él antes que el mundoexistiera y que cada uno de nosotrospuede regresar a Él por medio de lamisión de Su Hijo Jesucristo. Deigual manera, para enfrentarse conlos desafíos de la vida, nuestros hijosdeben estudiar.

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Los padres deben administrar ladisciplina por medio del amor y dela rectitud. A los hijos no se lespuede forzar a ser obedientes. Comolo ha dicho el presidente Hinckley:“Claro que existe la necesidad dedisciplinar a los niños; pero la disci-plina con severidad, la disciplina concrueldad, nunca lleva a la corrección,sino al resentimiento y a la amargu-ra; no cura nada, sino que sóloaumenta el problema y destruyeen vez de edificar”13. Nuestro mejormétodo para corregir a los niñoscuando han cometido algún errores la firmeza, el amor, la paciencia,la bondad, la persuasión y la razón.

Según mi opinión, los miembrosde la Iglesia tienen el remedio máseficaz para la decadente vida familiarde la sociedad, el cual es que loshombres, las mujeres y los niñoshonren y respeten la divina funcióntanto del padre como de la madreen el hogar. Al hacerlo, el respetomutuo y el aprecio entre los miem-bros de la Iglesia aumentarán por larectitud que en ellos se encuentre.Soy consciente de que hay padres ymadres solos que crían a sus hijos,así que deseo repetir el sabio conse-jo que dio el élder John B. Dickson,que escribió: “Cuando la situaciónfamiliar ideal, con el padre y lamadre, no existe, entonces tenemosque hacer lo mejor que podamospara ofrecer el apoyo del sacerdocioy de la organización; pero no debe-mos desplazar a los padres de supreeminente función”14.

También reconozco que a veceses necesario que las mujeres traba-jen fuera del hogar a fin de proveerpara su familia. En la conferencia deprensa del 13 de marzo de 1995,cuando se anunció la conformaciónde la nueva Primera Presidencia, losperiodistas preguntaron acerca delas madres que trabajan, y el presi-dente Hinckley respondió:

“Hagan lo mejor que puedan yrecuerden que las posesiones máspreciadas que tienen en este mundoson sus hijos a quienes han traído almundo y que son responsables de ali-mentarlos y cuidarlos”.

Aunque hay muchos padres queestán involucrados muy de cerca enla crianza de sus hijos, cada vez haymás hombres que se sienten “desco-nectados y completamente ausentes”de la vida de sus hijos. Es muchomenos probable que los hombresque tienen hijos fuera del matrimonioo que sólo conviven con una mujer,en vez de casarse, proporcionen elalimento y el apoyo continuos y cons-tantes que los hijos requieren15.

El poder del sacerdocio

Sabiamente, Dios ha establecidouna autoridad que guía en las institu-ciones más importantes del mundo.La autoridad que guía es el sacerdo-cio; el sacerdocio suministra las ben-diciones de Dios para todos losmiembros por medio de los siervosque Él ha designado. Esta autoridaddel sacerdocio bendice a todos losmiembros por medio de la ministra-ción de los maestros orientadores, delos presidentes de los quórumes, delos obispos, de los padres y de todoslos demás hermanos justos a quienesse les haya encargado la administra-ción de los asuntos del reino de Dios.

El sacerdocio es el poder y lainfluencia rectos mediante el cual seles enseña a los muchachos en sujuventud, y a lo largo de su vida, queden honor a la castidad, que seanhonrados y laboriosos y que cultivenun respeto hacia las mujeres y quesalgan en defensa de ellas. El sacerdo-cio ejerce una influencia de modera-ción. A las jovencitas se les enseñaque pueden cumplir muchos de susdeseos por medio de la influencia delsacerdocio y del poder para bendecir.

Las grandes llaves selladoras quefueron restauradas por Elías el profeta

y mencionadas por Malaquías se invo-can por medio del sacerdocio. En lasfamilias rectas, estas llaves funcionanpara “hacer volver el corazón de lospadres a los hijos, y el de los hijos alos padres, para que el mundo enterono [sea] herido con una maldición”(D. y C. 110:15; véase tambiénMalaquías 4:6). Este poder para sellar,conferido por Elías el profeta, se reve-la en las relaciones familiares, en losatributos y en las virtudes que sedesarrollan en un entorno edificante yen el servicio amoroso.

Debemos fortalecer la misión deElías el profeta de hacer volver elcorazón de los padres a los hijos yviceversa. Las ordenanzas del templollegan a ser eficaces y producen bue-nos resultados sólo si se manifiestanen nuestra vida cotidiana. Éstos sonlos lazos que unen a las familias, y elsacerdocio coadyuva en su desarrollo.

Insto con firmeza a los padres defamilia y esposos, a las esposas y a loshijos a honrar y reverenciar las bendi-ciones del sacerdocio. Al hacerlo, ayu-darán a curar en alguna medida elcáncer que arrasa a nuestra sociedady se filtra en nuestras familias. Esperoy ruego que a los padres se les ense-ñe a magnificar sus llamamientos enel sacerdocio como patriarcas de susfamilias y que las hermanas sean ben-decidas en su función más importan-te: la maternidad; y que juntos expe-rimenten las recompensas prometi-das por nuestro Padre Celestial y lodigo en el nombre de Jesucristo.Amén.

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Notas

1. History of the Church, 2: pág. 320;Joseph Fielding Smith, Doctrina deSalvación, comp. Bruce R. McConkie,1954–1956, tomo II, pág. 65.

2. Datos basados en la información de laOficina de Censos de E.U.A. (número decasamientos por 1.000 mujeres casadas,de 15 años en adelante), figura 1 en elNational Marriage Project, “SocialIndicators of Marital Health andWellbeing: Trends of the Past FourDecades” (Proyecto Nacional deCasamientos, “Indicadores sociales de lasalud y el bienestar del matrimonio”:Tendencias en las cuatro décadas pasa-das”), The State of Our Unions, 2003:The Social Health of Marriage inAmérica, annual report, 2003, (El estadode nuestras uniones, 2003: La saludsocial de los matrimonios en EstadosUnidos, informe anual, 2003), pág. 21.

3. National Marriage Project, “SocialIndicators”, págs. 20–21.

4. United Nations, Demographic Yearbook2000 (2002) (Naciones Unidas, Libroanual de demografía 2000 (2002), tabla23. Véase también en años anteriores.

5. Véanse Tim B. Heaton y Kristen L.Goodman, “Religion and FamilyFormation”, Review of ReligiousResearch (“Religión y composición de lafamilia”, Revisión de investigacionesreligiosas), junio de 1985, págs. 343–59;Elizabeth VanDenBerghe, “Religion andthe Abundant Life” (“La religión y la vidaabundante”), Ensign, octubre de 1994,págs. 32–45; Linda J. Waite y MaggieGallagher, The Case for Marriage, 2000(El caso del matrimonio).

6. Ensign, noviembre de 1995, pág. 102.

7. Arlene F. Saluter, Current PopulationReports, Series P-20, No. 450, MaritalStatus and Living Arrangements: March1990, (Estado marital y arreglos devida),1991, tabla N (439,000 parejas sincasarse, viviendo en la misma casa en1960); Jason Fields, Current PopulationReports, Series P-20, Nº 537, America’sFamilies and Living Arrangements:March 2000, (Las familias estadouni-denses y arreglos de vida: Marzo de2000), 2001, pág. 12 (3.8 millones deparejas sin casar viviendo en la mismacasa, en 2000; el número real de parejassin casar podría ser mucho más alto).

8. National Marriage Project, “SocialIndicators”, pág. 25.

9. Rose M. Kreider y Jason Fields, CurrentPopulation Reports, Series P-70, No. 80,Number, Timing, and Duration ofMarriages and Divorces: 1996 (Númerode matrimonios y divorcios, momentoen que se efectúan y su duración), 2001,págs. 7-18; véase también NationalMarriage Project, “Social Indicators”,págs. 23-24, 25.

10. National Center for Health Statistics,National Vital Statistics Reports, Births:Final Data for 2002, (Centro Nacionalpara las estadísticas de la Salud,Informes Estadísticos NacionalesVitales, Nacimientos: Datos finales de2002), 17 diciembre de 2002, tabla C;National Center for Health Statistics,Nonmarital Childbearing in the UnitedStates (Centro Nacional para las estadís-ticas de la Salud, Nacimientos fuera delmatrimonio en Estados Unidos),1940–99, 18 de octubre de 2000, tabla 1.(Datos de 1973–2001.)

11. David Popenoe y Barbara DafoeWhitehead, “Marriage and Children:Coming Together Again?” (“Los matrimo-nios y los hijos: ¿Juntos otra vez?”) enThe State of Our Unions 2003: TheSocial Health of Marriage in America,National Marriage Project (annualreport, 2003), págs. 10–11.

12. Stanley K. Henshaw y otros, “TheIncidence of Abortion Worldwide”,International Family PlanningPerspectives, Supplement, (“La inciden-cia del aborto en el mundo”,Perspectivas Internacionales de planifi-cación familiar, Suplemento), enero de1999, tabla 1.

13. Teachings of Gordon B. Hinckley(Enseñanzas de Gordon B. Hinckley),1997, pág. 418.

14. “Lead Me, Guide Me,” Ensign, Sept.2003, pág. 17.

15. Popenoe y Whitehead, “Marriage andChildren”, (“El matrimonio y los hijos”)pág. 9.

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La función de lasOrganizaciones Auxiliares

Mi mensaje se basa en el mensajemaravilloso acerca del matrimonio, lafamilia y el hogar que el presidenteFaust nos ha dado con tanta claridad.

Se me ha asignado el privilegio deanalizar con ustedes la doctrina y losprincipios mediante los cuales funcio-nan las organizaciones auxiliares de laIglesia y cómo se relacionan con lalínea del sacerdocio. Con el fin deproporcionar un fundamento sólido,este mensaje se basa en las declara-ciones de varios presidentes de laIglesia, a muchos de los cuales citodirectamente. Este consejo se lesbrinda para que sirvan con eficacia

en las organizaciones auxiliares dellugar en que residen, bajo la guía delos líderes del sacerdocio. Cuandosea necesario, les servirá para adaptarlas actividades a las condiciones y alos recursos locales.

Hay cinco organizaciones auxilia-res de la Iglesia: los HombresJóvenes, la Escuela Dominical, laSociedad de Socorro, las MujeresJóvenes y la Primaria. Este mensajeestá dirigido en especial a la Sociedadde Socorro, a las Mujeres Jóvenes y ala Primaria. Se pondrá hincapié en lasotras dos organizaciones en transmi-siones futuras.

¿Cuál es la función de una organi-zación auxiliar? Para responder a estapregunta es esencial recordar que lafamilia es ordenada “por Dios y... esla parte central del plan del Creadorpara el destino eterno de sus hijos”1.La función y el propósito fundamen-tales de las organizaciones auxiliaresde la Iglesia es el de “plantar yhacer germinar... un testimonio deJesucristo y del Evangelio”. Éstasenseñan también de la misión divinade José Smith y de la restauración dela Iglesia de Jesucristo. Esa labor ayu-dará a las familias y a las personas “avivir de acuerdo con las leyes y prin-cipios del Evangelio restaurado”, bajola dirección del santo sacerdocio2.

La familia y el hogar son el cimien-to de una vida recta. El sacerdocio esel poder, y la línea del sacerdocio esel medio que el Señor ha proporcio-nado para apoyar a la familia. LasEscrituras y los materiales aprobadosse han proporcionado para instruir alas personas y a las familias acerca delas vías de Dios. Un ejemplo de esosmateriales es la nueva guía de estudiopara el Sacerdocio de Melquisedec yla Sociedad de Socorro, correspon-diente a este año, sobre las enseñan-zas del presidente Heber J. Grant.

Las organizaciones auxiliares de laIglesia se organizaron para ayudar alas personas, a las familias y al sacer-docio a lograr las expectativas divinas;sin embargo, la actividad de cada unadebe correlacionarse cuidadosamentecon las demás organizaciones auxilia-res para que se pueda mantener elorden y la pureza de la doctrina reve-lada3. Esa coordinación se logra mejorbajo el liderazgo del sacerdocio enlos consejos de estaca y de barrio.

El apoyo al hogar y a la familia

El presidente Kimball enseñó:“La misión de la Iglesia con res-

pecto a sus miembros es ponerles alalcance los principios, los programasy el sacerdocio por medio de loscuales se preparen para la exalta-ción. Nuestro éxito, tanto en lo queatañe al individuo como a la Iglesia,se determinará en gran manera,según la fidelidad con que nos dedi-quemos a vivir el Evangelio en elhogar. Sólo al conocer claramentelas responsabilidades de cada perso-na y la función de las familias y los

É L D E R R I C H A R D G . S C OT TDel Quórum de los Doce Apóstoles

El fundamento doctrinalde las OrganizacionesAuxiliares

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hogares, comprenderemos correcta-mente que los quórumes del sacer-docio y las organizaciones auxiliares,incluso los barrios y las estacas, exis-ten principalmente para ayudar a losmiembros a vivir el Evangelio en elhogar. Entonces entenderemos quelas personas son más importantesque los programas, y que los progra-mas de la Iglesia deben apoyar siem-pre las actividades familiares centra-das en el Evangelio, y nunca restarlesimportancia...

“Nuestro cometido hacia la vidafamiliar centrada en el Evangeliodebe ser el mensaje claro de todoprograma del sacerdocio y de lasorganizaciones auxiliares, reduciendo,si fuese necesario, algunas de las acti-vidades optativas que pudieran restarimportancia al enfocarse debidamen-te en la familia y en el hogar”4.

En una época crucial de la historiade la Iglesia, al élder Harold B. Leese le asignó la monumental tarea decorrelacionar lo que en ese entonceseran las diferentes facetas de la orga-nización global de la Iglesia, lo que enel presente es su forma unificada.

El conocimiento que él obtuvo pormedio de esa asignación sagrada noses de gran ayuda en la actualidad. Enun mensaje pronunciado durante unaconferencia, el presidente Lee dioeste valioso consejo:”

“El hogar es el cimiento de unavida justa... Los programas del sacer-docio funcionan para apoyar al hogar;los programas de las organizacionesauxiliares aportan una ayuda valiosa...[Existe el] apremio de inculcar laimportancia de una mejor enseñanzay de una mayor responsabilidad porparte de los padres en el hogar. Granparte de lo que hacemos al organizar-nos es preparar el andamiaje al pro-curar edificar a la persona en formaindividual, pero no debemos confun-dir el andamiaje con el alma”5.

El presidente Lee también recalcó:“Los líderes del sacerdocio... deben

fortalecer a la Iglesia: ver que todossus miembros cumplan con su debery que las organizaciones auxiliareshagan todo lo posible por llevar acabo lo que esta palabra... implica.Una organización auxiliar debe seruna ayuda para el sacerdocio en loque respecta a velar sobre la Iglesiay también una ayuda para el hogar,bajo la dirección y... cooperación[del] sacerdocio”6.

El presidente Lee declaró más ade-lante que los programas de la Iglesiadeben fortalecer el hogar y no reem-plazarlo: “Si llegara el momento enque la obra de la... [Iglesia] fuera tanabsorbente que demandara todo eltiempo de un niño... eso llegaría a seruna tragedia. Nuestra labor debe serdiaria y consciente... con el fin de for-talecer los hogares que, para nuestroPadre Celestial, son Su primera líneade defensa”7.

El presidente Hinckley enseñó:“Debemos esforzarnos por cum-

plir con nuestra responsabilidadde padres como si todo en la vidadependiera de ello, porque, dehecho, todo en la vida sí dependede ello.

“Si fracasamos en nuestros hoga-res, fracasaremos en nuestras vidas...Oren y pidan por guía, ayuda y direc-ción, y después sigan los susurros delEspíritu para guiarlos en la más seriade todas sus responsabilidades, pues-to que las consecuencias de su lide-razgo en su hogar serán eternas eimperecederas”8.

En el mensaje de una conferenciageneral de 1906, el presidente JosephF. Smith enseñó: “Esperamos ver eldía... en que todo consejo del sacer-docio entienda su deber, asuma supropia responsabilidad, magnifiquesu llamamiento... hasta el máximo...Cuando llegue ese día, no habrá tantanecesidad de la labor que ahora lle-van a cabo las organizaciones auxilia-res, porque la realizarán los quóru-mes regulares del sacerdocio”9.

Tiempo después, el presidenteHarold B. Lee dio esta explicaciónaclaratoria: “Ha habido cierto malen-tendido con respecto a la declaración[del presidente Joseph F. Smith]. Éstano quiere decir que se eliminarían lasorganizaciones auxiliares hasta ahoraestablecidas, sino que aumentaríamosla responsabilidad de los quórumesdel sacerdocio en lo que respecta alfortalecimiento de esas organizacio-nes existentes al acrecentar la partici-pación a fin de realzar más el sacer-docio en cada fase de la obra delSeñor”10.

Estos principios declarados poranteriores Presidentes de la Iglesiagobiernan las organizaciones auxilia-res de la Iglesia, y han sido reiteradospor Primeras Presidencias posterio-res, y aún continúan siendo el funda-mento de la obra de las organizacio-nes auxiliares de la Iglesia.

Los llamamientos en barrios yestacas

¿Cómo se rigen las organizacionesauxiliares? Describiré los principiosgenerales de gobierno y, más adelan-te, durante esta transmisión, sedemostrará una forma de aplicarestos principios.

Todas las organizaciones auxiliaresfuncionan bajo la presidencia y lasupervisión directa de las autoridadesdel sacerdocio de estaca y de barrio,quienes son responsables en últimainstancia por la obra de esas organiza-ciones11. Bajo la dirección divina, lospresidentes de estaca y los obisposposeen las llaves para realizar los llama-mientos en las organizaciones respecti-vas en las cuales presiden, y de brindarorientación a esas organizaciones. Ellosposeen las llaves para recibir revelaciónque les confirme a quiénes llamar y,además, son responsables del llama-miento, el sostenimiento y el aparta-miento de los oficiales y maestros.

Los presidentes de estaca son espe-cialmente responsables de todos los

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llamamientos del Sacerdocio deMelquisedec. Entre esos llamamientosse incluyen los de los oficiales de lossumos sacerdotes y del quórum deélderes, el de los secretarios de barrioy de secretarios ejecutivos. Los presi-dentes de estaca son también respon-sables de los llamamientos de los ofi-ciales de las organizaciones auxiliaresde estaca. Los obispos son responsa-bles de todos los llamamientos delSacerdocio Aarónico y de los llama-mientos de todos los oficiales de lasorganizaciones auxiliares de barrio.

A todo presidente de una organi-zación auxiliar se le pide que reco-miende, después de considerarlo conoración, a personas para que prestenservicio como consejeros o conseje-ras. Cuando una presidencia ha sidoaprobada y llamada, se deben reco-mendar a los demás oficiales, talescomo secretarios y secretarias, maes-tros y maestras de una organizaciónespecífica, después de que la presi-dencia en pleno de la organizaciónauxiliar los analicen con oración.

En virtud de las llaves que poseen,los presidentes de estaca y los obis-pos reciben una revelación de confir-mación para proceder con esos llama-mientos de acuerdo con el quintoArtículo de Fe.

Ese modelo inspirado mantiene elorden en el reino y permite que lainformación que no está disponiblepara los oficiales de las organizacio-nes auxiliares que recomiendan a loscandidatos se tome en consideraciónal procurar confirmación para sabersi se debe o no hacer un llamamien-to. Un presidente de estaca y unobispo poseen las llaves de la Iglesiaen Israel y, por consiguiente, sabenlos asuntos relacionados con la digni-dad o inquietudes familiares sensi-bles de otra índole que no son deconocimiento público; por lo tanto,el presidente o la presidenta de unaorganización auxiliar debe procurarla guía del Señor acerca de quién

recomendar para un cargo específi-co, teniendo siempre en cuenta deque sólo se trata de una recomenda-ción.

Aun cuando el presidente de esta-ca o el obispo reciben muchas vecesla confirmación de que se debe lla-mar a la persona recomendada, nosiempre ocurre así. Cada recomenda-ción debe examinarse cuidadosamen-te, reconociendo que se ha conside-rado concienzudamente y ha sidoescogida con oración.

Un presidente de estaca o unobispo consultan por lo generaldetenidamente con los líderes de lasorganizaciones auxiliares sobre laspersonas recomendadas para asegu-rarse de obtener un panorama com-pleto de las necesidades de la orga-nización antes de procurar, pormedio de la oración, la confirmaciónde un llamamiento. Después, él lle-vará a cabo una entrevista con la per-sona sobre su dignidad y hablará conella antes de extenderle un llama-miento de servicio.

Presidentes de estaca y obispos: alllamar a la nueva presidencia de unaorganización auxiliar, bríndenles guíay una visión para orientarles en suservicio. Reúnanse con sus conseje-ros y preparen una declaración derumbo que ustedes esperan que sigala presidencia con el fin de cumplirsus asignaciones y satisfacer las nece-sidades locales. Compartan esavisión con la nueva presidencia ypídanle que prepare un plan paraimplantarla. Un miembro de la presi-dencia o del obispado debe reunirsecon ellas periódicamente para brin-darles orientación adicional y ayu-darlas a resolver cualquier problemaque tengan.

Cómo prestar servicio

¿Cómo deben prestar servicio?Sigan el ejemplo de las organizacionesauxiliares de las Oficinas Generales dela Iglesia. Éstas sirven bajo la dirección

de las Autoridades Generales delsacerdocio que se les haya asignado.Se reúnen con frecuencia con el finde evitar duplicar los esfuerzos, desimplificar la orientación que se ofre-ce y para asegurarse de que los mate-riales están de acuerdo con la doctri-na y las normas de la Iglesia. Ejemplosexcelentes de cómo los esfuerzosmancomunados reducen las cargas delos miembros de la Iglesia, son losrecientemente publicados “Fe enDios” para niños y niñas, que preparóla Primaria, “Mi deber a Dios”, y elprograma “Progreso Personal” de lasMujeres Jóvenes que se utilizan actual-mente en todo el mundo.

Se ha invertido un esfuerzo extra-ordinario en esos materiales con elfin de asegurarse de que sean senci-llos, claros y aplicables en todo elmundo. Se trabajaron en ellos encooperación con otras organizacionesauxiliares en las Oficinas Generales.Las demás organizaciones han prepa-rado sus materiales en forma similar.Al finalizarse, los revisó y los aprobóla Primera Presidencia y el Quórumde los Doce.

A las hermanas oficiales de lasorganizaciones auxiliares las presidensus correspondientes líderes delsacerdocio en cada nivel del gobiernode la Iglesia, tanto en las OficinasGenerales como en la estaca y en elbarrio. Los oficiales generales de lasorganizaciones auxiliares en lasOficinas Generales de la Iglesia enocasiones se ponen en contacto conlos oficiales de barrio y estaca a losque brindan ayuda; sin embargo, esosoficiales de las mesas generales no

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presiden los oficiales de sus corres-pondientes organizaciones de estacay barrio.

Los oficiales generales de la Iglesiamantienen en ocasiones contacto conlas unidades del mundo y se asegurande que los materiales que crean parautilizarse en todas partes sean ade-cuados, satisfagan las necesidades dela organización auxiliar correspon-diente y se concentren en el fortaleci-miento de la familia en el hogar.

Sigan el ejemplo de estas organiza-ciones generales. Como oficiales delas organizaciones auxiliares de esta-ca, den a conocer a la presidencia deestaca los planes básicos antes deimplementarlos. De igual modo, alnivel de barrio, compartan con elobispado sus planes antes de llevarlosa cabo. Es de suma importancia quelas oficiales de las organizacionesauxiliares participen activa y eficaz-mente en el consejo de estaca o debarrio al que pertenecen.

Presidencias de estaca y obispa-dos: periódicamente deben reunirsepor separado con cada presidencia delas organizaciones auxiliares bajo sudirección para comprender mejor lalabor que realizan y poder así darlesconsejo inspirado y orientación.

Esa inversión de tiempo fortalece-rá el apoyo inestimable que cadaorganización auxiliar brinda con el finde bendecir a las familias y a las per-sonas en las estacas y los barrioslocales.

Cómo simplificar la obra

En el pasado, la PrimeraPresidencia ha advertido: “La obra dela Iglesia, en todos sus aspectos, estáen grave peligro de ser controladahasta en sus más mínimos detalles.El resultado de ello será, no sólo ladestrucción de toda iniciativa, sinotambién la eliminación total de queel Espíritu tenga la oportunidad deobrar. La Iglesia no se ha edificadosobre ese principio. En la obra querealizan las organizaciones auxiliares,

no solamente se les debe brindar laoportunidad de tomar su propia ini-ciativa, sino también... de alentarlas ahacerlo”12.

Quisiera hacer una advertencia amedida que planifican sus activida-des. Asegúrense de que se satisfaganlas necesidades esenciales, pero nolleguen a extremos al crear tantascosas buenas que las primordialesqueden relegadas. Les daré un ejem-plo. Hace poco, la entusiasta presi-dencia de una Sociedad de Socorrode estaca decidió sacar provecho dela transmisión mundial de la reuniónpara mujeres que se realizó desde lasede de la Iglesia y, el día de la confe-rencia, organizaron una sesión decapacitación de cuatro horas para laspresidencias de la Sociedad deSocorro de barrio; tuvieron una cenaformal, que claro está, prepararon,sirvieron, para después encargarse delimpiar el salón. Para el momento decomenzar la transmisión, las herma-nas estaban tan exhaustas mental-mente que no pudieron obtener elmáximo beneficio de una transmisiónque se había preparado con tantadedicación. Recuerden, no se exce-dan, simplifiquen.

¿Han recibido recientemente unllamamiento y se sienten abrumados?¿Recuerdan cuán fácil parecía sertocar el piano o nadar cuando alguienles describía cómo hacerlo? Y des-pués, cuando ustedes trataban de lle-varlo a cabo o realizar cualquier otratarea difícil, ¡qué complicado era!

¿Recuerdan cómo, al persistir,comenzaban a sentirse más seguros yera más fácil de lograr? Al servir dili-gentemente, el Señor les ayudará deigual manera con su nuevo llama-miento.

Existe una analogía relacionada conla irrigación que se utiliza en la Iglesia,que dice que “el agua debe llevarsehasta el final del surco”; sin embargo,a nivel de estaca y de barrio, seríamucho mejor para los líderes delsacerdocio y de los oficiales de las

organizaciones auxiliares dejar senci-llamente “que llueva” desde el cielo.El llamamiento sagrado que poseenles da el derecho divino de recibirinspiración. Procúrenla con confianza.En cualquier parte del mundo en quevivan, ya sea en la rama más pequeñao en el barrio más numeroso, en undistrito con dificultades o en una esta-ca plenamente organizada, ustedestienen el derecho de ser guiados a finde cumplir con su asignación inspira-da y satisfacer mejor las necesidadesde aquellos a quienes sirven.

Compañeros en el reino de Diossobre la tierra: les amamos, oramospor ustedes, oramos para que seaninspirados y logren el éxito y un pro-fundo gozo en el cumplimiento desus asignaciones sagradas.

En el nombre de Jesucristo. Amén.

Notas

1. “La familia: Una proclamación para elmundo”, Liahona, octubre de 1998, pág.24.

2. “Memorandum of Suggestions”(“Memorándum de sugerencias”), marzo29 de 1940, pág. 2.

3. Véase la carta de la Primera Presidenciafechada el 7 de diciembre de 1990.

4. “Living the Gospel in the Home”,Ensign, mayo de 1978, pág. 101.

5. Enseñanzas de los Presidentes de laIglesia: Harold B. Lee, págs. 164–165.

6. The Teachings of Harold B. Lee, comp.Clyde J. Williams (Las enseñanzas deHarold B. Lee), 1996, pág. 263.

7. “Primary Fundamentals for PrimaryWorkers and Parents”, (“Principios fun-damentales para los que trabajan en laPrimaria y los padres”) Children’sFriend, agosto de 1950, pág. 342.

8. “Cada uno... una persona mejor”,Liahona, noviembre de 2002, pág. 100.

9. Enseñanzas de los Presidentes de laIglesia: Joseph F. Smith, pág. 368.

10. The Teachings of Harold B. Lee, pág. 263.

11. Véase la Carta de la Primera Presidencia,13 de enero de 1923.

12. “Memorandum of Suggestions”, 29 demarzo de 1940, pág. 4.

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Unidad de propósito

Hermana ParkinQué bendición es para la hermana

Tanner, la hermana Menlove y paramí, la hermana Parkin, estar aquí. Lahermana Colleen Menlove es presi-denta general de la Primaria y la her-mana Susan Tanner es presidentageneral de las Mujeres Jóvenes.

En la Iglesia, todos somos llama-dos a servir al Señor no importadónde vivamos. Cada uno tiene laasignación sagrada de ayudar a fami-lias y personas a venir a Jesucristo.Esa es nuestra misión. En breve,

hablemos sobre los objetivos de laPrimaria, las Mujeres Jóvenes y laSociedad de Socorro.

Hermana MenloveEn la Primaria, ayudamos a los

niños a cultivar testimonios deJesucristo.

Hermana TannerY, en las Mujeres Jóvenes, prepa-

ramos a las jovencitas a venir aJesucristo.

Hermana ParkinEn la Sociedad de Socorro, se

ayuda a las mujeres y familias a venir a

Jesucristo. Deseamos que todas sien-tan el amor de Jesucristo en su vida.

Hermana TannerAgradezco que estemos tan unidas

en propósito, y que también tenga-mos el privilegio de servir juntas bajola dirección del sacerdocio; en verdadvemos la mano del Señor en lo quehacemos, y testificamos que es eficaz.

Hermana MenloveAsí es. Qué privilegio es hacer

nuestra parte. No puedo evitar pen-sar en lo que dijo el presidenteHinckley en la conferencia reciente:“Todos estamos trabajando como unoen una gran causa”1.

Hermana ParkinHoy queremos mostrarles tres

dramatizaciones, y luego hablaremosde ellas. La primera muestra cómorecibir un llamamiento del Señor pormedio de un líder del sacerdocio, enla segunda se muestra una reuniónde presidencia de una organizaciónauxiliar, y la tercera se representa uninforme a un líder del sacerdocio;luego tomaremos uno o dos minutospara hablar sobre ellas, lo que nosenseñan y cómo servir mejor alSeñor.

Hermana TannerBien; veamos juntos la primera.

Verán a un obispo que extiende un lla-mamiento a una hermana y, mientrasla ven, fíjense en varias cosas: obser-ven cómo el obispo trata las necesida-des de la familia y las dudas de la her-mana, y vean qué papel juega la reve-lación en ese llamamiento.

Dramatización 1: Unllamamiento para servir

B O N N I E D. PA R K I NPresidenta General de la Sociedad de Socorro

S U S A N W. TA N N E RPresidenta General de las Mujeres Jóvenes

C O L E E N K . M E N LO V EPresidenta General de la Primaria

El propósito delas OrganizacionesAuxiliares

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ENERO DE 2004 11

Obispo BarkerHermana Jensen.

Hermana JensenBuenos días obispo.

Obispo BarkerHermano Jensen.Gracias por venir. ¿Qué tal está

la familia?

Hermana JensenCreo que estamos bien. Jenni dis-

fruta de la vida, como toda jovencitay Grant se ha adaptado a la nuevaescuela y tiene nuevos amigos, loque nos hace sentir bien. Nuestrohijo disfruta de su misión, y dice queaunque el japonés es difícil, se estáesforzando.

Obispo BarkerSé que es un gran misionero.

Están criando una maravillosa familiay son una gran fortaleza en el barrio.

Hermana Jensen, aprecio la entre-vista que tuvimos para su recomenda-ción para el templo la semana pasaday me alegra que sea digna de poseer-la y de que todo esté en orden en suhogar. Le agradezco lo que ha hechocomo líder del servicio caritativo de laSociedad de Socorro. Hermana, ustedha sido una gran bendición paramuchas hermanas del barrio.

He pensando en usted y he llega-do a entender qué es lo que el Señordesea que usted haga, y es que seauna bendición para las jovencitas delbarrio.

Como obispado, presentamos sunombre ante el Señor y Él ha confir-mado lo que sentimos, de que usted,hermana Jensen, sea la nueva presi-denta de las Mujeres Jóvenes delbarrio. La razón por la que los invitéhoy es para extenderle este llama-miento de servir como presidentade la organización de las MujeresJóvenes. Este llamamiento es delSeñor.

Hermana Jensen¡Ah!, obispo... nunca he trabajado

con las mujeres jóvenes.

Obispo BarkerEntiendo su preocupación, pero lo

ha hecho... en su hogar. Cada vez quela veo conversar con Jenni veo a unamadre que es guiada por el Señor. Hahecho un trabajo excelente y será ungran ejemplo para las jovencitas delbarrio, en especial durante ese perio-do de transición.

Hermana JensenBueno... tengo un testimonio de

Jesucristo y de Su obra y amo a lasjovencitas. Acepto con gusto, peroadmito que me siento abrumada.

Obispo BarkerEs usted muy fiel; el Señor la guia-

rá. Hermano Jensen, ¿apoyará a suesposa al servir como presidenta dela organización de las MujeresJóvenes del barrio?

Hermano JensenObispo, estoy muy agradecido

por todo el apoyo que Marcie me hadado y con todo gusto la apoyaré.

Obispo BarkerMuy bien.

Hermana JensenObispo, ¿qué le preocupa más

sobre las jovencitas del barrio?

Obispo Barker¡Buena pregunta! Me interesa que

las jóvenes se comprometan a vivirlas normas de Dios. Cuando usted sereúna con su presidencia, quisieraque dieran prioridad a cómo sepuede considerar la forma de ayudara los padres a enseñar las normas delEvangelio.

Hermana Jensen¿Y mis consejeras?

Obispo BarkerMe gustaría que recomendara a

hermanas que trabajen bien conusted y con las mujeres jóvenes.Piense en recomendar a hermanasque tengan un firme testimonio yexperiencias que ayuden a las jovenci-tas en la transición; más tarde habla-remos de eso.

Tan pronto como llamemos a susconsejeras, las apartaremos comopresidencia. Hermano, lo invitamos aestar con nosotros. Antes de que sevayan me gustaría darle algunosmateriales que van a necesitar; estoyseguro de que tendrá muchas pre-guntas.

Hermana JensenAsí es.

Obispo BarkerEsto le servirá. Voy a pedirle a mi

consejero, el hermano Franks, que seponga en contacto con usted. Él sereunirá con usted cada mes y le acla-rará cualquier duda que tenga.

Gracias por su tiempo.

Análisis: Elementos de unllamamiento

Hermana TannerEso me trae recuerdos. Hay algo

sagrado que nunca se debe olvidaracerca de un llamamiento de serviral Señor.

Veamos algunos elementos clavede esta entrevista: Primero, el obispofue cálido, bondadoso y comprensi-vo. Era obvio que conocía a esas per-sonas y que las amaba; respetaba sudedicación al Evangelio. Segundo, sehabía preparado de antemano al efec-tuar una entrevista de dignidad y ase-gurarse de que la situación familiar deella le permitiera servir. Hizo hincapiéen la familia, como nos enseñó elpresidente Faust hoy; preguntó porlos hijos; felicitó a la hermana Jensenpor su dedicación en el hogar. Ledijo: “Está criando una gran familia”.Sabemos que todos tenemos familiasimperfectas, pero creo que esa nuevapresidenta salió de allí sintiendoesperanza y confianza en su responsa-bilidad de criar una familia.

Recuerdo que cuando yo fui llama-da, mi esposo John me reafirmó suamor y expresó su apoyo en mi llama-miento. Él se lo decía a un líder delsacerdocio, pero era importante quecomo esposa, yo lo oyera.

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Hermana MenloveEs tan importante sentir el apoyo

familiar. Hay un punto más: El obispose aseguró que ella tuviera losmanuales y materiales necesarios ehizo arreglos para que tuviera unareunión periódica con un consejerodel obispado.

Hermana ParkinEs importante que obtengan el

manual; lo necesitan. Y es necesariotenerlo en las reuniones regulares.Recuerden, también, el gran valor delíderes y presidencias de las organiza-ciones auxiliares de estaca, ya quepueden capacitar a la nueva presiden-cia de barrio en el trabajo que debeseguir adelante.

Pero lo que más se grabó en mimente de lo que acabamos de ver fuecuando el obispo dijo: “El Señor laha preparado para esto en su hogar”.Lo que hagamos en nuestro hogar yen la Iglesia para invitar el Espíritu,enseñar el Evangelio y vivir las nor-mas influye en las generaciones futu-ras. La obra que estamos realizandose centra en la redención de los hijosde Dios. Tiene que ver con padres,familias, viudas, hermanas solteras,jóvenes y conversos.

Hermana TannerEn verdad, somos llamados a ser-

vir a cada persona. Y cuando recibi-mos un llamamiento, creo que esvital que expresemos aceptación delmismo y luego recibamos direccióny visión de un líder del sacerdocio.Personalmente, me sentí abrumada eincapaz del llamamiento a la presi-dencia de las Mujeres Jóvenes, perome dije: “Tengo un testimonio ypuedo trabajar fuerte”.

El presidente Hinckley me dioinstrucciones claras; obviamente lepreocupaban las jovencitas de laIglesia. Él dijo: “No podemos permi-tir que se pierdan”. Entonces supe loque deseaba que yo lograra. Esadirección, esa visión y esa guía son

importantes para un oficial de lasorganizaciones auxiliares.

Hermana MenloveMe impactaron las instrucciones

del obispo. Cuando fui llamada a ser-vir en la Primaria, recibí dirección deuno de mis líderes del sacerdocio derepresentar al profeta, y de impartirsus enseñanzas y sus revelaciones alos líderes y a los niños de la Iglesia.Siento una responsabilidad sagrada alcumplir esa asignación.

Hermana ParkinCreo que todo el que recibe un lla-

mamiento considera que no tiene laaptitud para hacerlo. Todos sentimoslo mismo. Recuerdo específicamentecuando el presidente Hinckley mellamó y me dijo: “Quiero que sepaque las Autoridades Generales tienenconfianza en usted. Todos estamos deacuerdo en que el Señor la ha llama-do y que Él la ayudará a llevarlo acabo”. El saber que el Señor nos hallamado marca la diferencia en el ser-vicio que prestemos. Como a menu-do dice el presidente Monson: “Aquien el Señor llama, el Señor prepa-ra y capacita”2.

Hermana MenloveEso es muy cierto. Si sabemos que

el Señor nos ha llamado, entoncessabremos que Él seguirá inspirándo-nos y que nos ayudará a tener éxito.

Hermana TannerAsí es. Sabemos que la entrevista

fue también importante porque esta-bleció una confianza entre el obispo yla nueva presidenta. Si sentimos queel Señor tiene confianza en nosotros,que el líder del sacerdocio confía ennosotros y que tenemos el apoyo dela familia, podemos salir adelante.

Sabemos que el presidenteHinckley siempre dice: “Haz lomejor posible”. Y luego dice: “Sé unpoco mejor que antes”; y eso nosinfunde ánimo para decir: “Sí, lopuedo hacer”.

Hermana ParkinVeamos ahora la próxima dramati-

zación sobre la reunión de la presi-dencia de la Sociedad de Socorro.Veamos lo que hacen para tener unareunión eficaz.

Dramatización 2: Reunión depresidencia

Hermana CallGracias, hermana Yamada por esa

bella oración. Sentí el Espíritu muyfuerte al oírla.

Hermana Jenkins, ¿tiene el pensa-miento espiritual?

Hermana JenkinsSí. Sé que como presidencia

hemos hablado de la unidad y detrabajar unidas, y al estudiar misEscrituras esta mañana encontréalgo que el profeta Lehi dijo que meimpresionó tanto... de manera tanprofunda y pensé “Tengo que com-partirlo”. Él dijo: “Estad resueltos enuna sola voluntad y con un solocorazón, unidos en todas las cosas”(2 Nefi 1: 21). Eso me impresionóde tal manera; me gustó cuandorecalcó “resueltos”, y en estar “uni-dos” “en una sola voluntad” y “unsolo corazón”. Sé que a veces hagolas cosas a mi manera y que no soyde “una sola voluntad” y “un solocorazón”, pero quiero que sepa, her-mana Call, que mi meta es apoyarlacompletamente porque sé queusted apoya a nuestro obispo y deesa manera nos entrelazamos y tene-mos unidad y amor en la presiden-cia y hacia nuestras hermanas.

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ENERO DE 2004 13

Hermana CallGracias por esos pensamientos.

Cuando estamos unidas, el Señorobra milagros por medio de nosotrasy aprecio tanto el apoyo que ustedestres me brindan. Confío en ustedes,en su opinión y su inspiración.

El asunto más urgente de hoy estratar la directiva del obispo acercade cómo ayudar a los padres aenseñar las normas morales a nues-tros jóvenes.

Hermana Barber, sé que usted haestado trabajando en ello.

Hermana BarberNuestro comité de superación per-

sonal, de la familia y del hogar tieneideas muy buenas. La primera es quelas líderes de la Primaria enseñen aalgunas de las hermanas de laSociedad de Socorro lo que ellas lla-man “Mis normas del Evangelio”. Éstaes una: “Me vestiré modestamentepara mostrar respeto por mi PadreCelestial y por mí mismo”3.

Pensamos en tener una clase en laque se enseñe a las jóvenes cómohacer una falda; creemos que seríauna buena actividad. Otra idea delcomité es que invitemos a algunasjovencitas a conversar acerca de losplanes de su Progreso Personal.

Estaba leyendo en el libroProgreso Personal y llegué al valorElección y Responsabilidad, y allíencontré algo que me impresionó, ydice así: “Enumera en tu diario cadauna de las normas de conducta rectaque define el folleto [Para la fortale-za de la juventud], y anota por quées importante vivir esas normas”4.

Podríamos tener un intercambiode ideas entre las hermanas y lasmujeres jóvenes sobre su importan-cia, sobre la televisión, la música, loslibros y los medios de comunicación.

Hermana CallHermana Jenkins...

Hermana JenkinsCreo que es una gran idea, porque

cuando mis nietos me visiten sabré lo

que están aprendiendo y podré con-versar de algunas de estas cosas conellos, de los conceptos y pensaránque soy muy inteligente.

Hermana CallHermana Yamada...

Hermana YamadaPuedo dar al comité una lista

de las madres con hijas en las,Mujeres Jóvenes para que partici-pen todas juntas.

Hermana CallExcelentes ideas. Creo que vamos a

lograrlo. Llevaré estas ideas al obispocuando tenga mi reunión regular delmes. Debemos recordar las palabrasdel presidente Hinckley en la confe-rencia de octubre sobre el aliviar lacarga del obispo5 y tenerlo presente.

Y antes de concluir, tengo algoque pedirles. Cuando regresen a suhogar, agradezcan a sus familias.Agradézcanle su apoyo y háganlo enmi nombre. Díganles que, en nues-tras oraciones, mi esposo y yo ora-mos siempre por ustedes.

Análisis: Confianza, unidad y elEspíritu

Hermana ParkinEn toda presidencia debe haber

unidad y confianza; deben reunirseen consejo y sentir el Espíritu delSeñor en lo que hagan. Deben seguirla dirección de los líderes del sacer-docio y fijar la atención en las fami-lias. Todos esos puntos fueron partede esa reunión.

Hermana MenloveMe gusta que hable de las familias.

Cuando fuimos llamadas como presi-dencia, decidimos compartir nuestrasexperiencias con nuestras familias. Mifamilia ha sido muy bendecida comoresultado de mi llamamiento, y tienemás entendimiento de que las oracio-nes son contestadas. Mi familia haorado y ayunado por mí y por el tra-bajo que me han pedido hacer. Me

apoyan y me animan porque sabenque ésta es la obra del Señor.

Hermana ParkinEs muy importante en una reunión

de presidencia que antes de tratartodos los desafíos y temas oremosjuntas. La oración trae unidad y amor,porque al escuchar a una hermanaorar, creo que llegamos a conocer sucorazón. El leer un pasaje de lasEscrituras y aplicarlo a la obra invita alEspíritu en una reunión de presiden-cia, y nos brinda dirección. En nues-tra presidencia, también estudiamoslas palabras del profeta... pronuncia-das en la conferencia general, y estánen esta revista. Sabemos que si lasmantenemos frente a nosotros,podremos hacer lo que debemoshacer. Así que primero nos prepara-mos espiritualmente, y muy a menu-do recurrimos a la guía del manual.

Hermana TannerEso hacemos en nuestra reunión.

Cuando empezamos con una oracióny una Escritura, invitamos al Espíritu.Confiamos en el Señor y las unas enlas otras. Si invitamos ese Espíritu,recibiremos la visión e inspiraciónpara saber qué hacer.

Hermana ParkinRecuerdo lo que el presidente

Hinckley me dijo: “Quiero que reco-miende consejeras que sean mujeresde fe, y que haya unidad en su presi-dencia”. Cada vez que me reúno conmis consejeras, siento gran seguridad.El Señor las llamó, y valoro su conse-jo. Nos esforzamos por tomar decisio-nes juntas, con la ayuda del Señor.Hay un poder sagrado en las presi-dencias; ustedes lo han sentido, yolo he sentido.

Hermana MenloveAsí es. Y ese es el modelo que

seguimos también cuando nos reuni-mos con los líderes del sacerdocio.Compartimos nuestras ideas y suge-rencias con ellos así como los conse-jeros ayudan a un presidente.

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Hermana ParkinNotaron que la presidencia se

guió por una agenda, una lista senci-lla de asuntos a tratar. Mediante laagenda se mantuvo el orden y pudie-ron ir avanzando. Eso es lo que debeocurrir. Sirve para concentrarse y uti-lizar el tiempo con prudencia. Eltiempo es tan importante. Me gustacuando hay tareas que realizar; sesabe lo que se debe hacer; se tieneuna asignación, por lo tanto, ¡Vayany háganlo!

Hermana MenloveLas hermanas y los hermanos

deben usar los programas, las herra-mientas y los recursos de la Iglesiaque ya existen. No tenemos que salira crear otro programa.

Hermana ParkinAsí es, Coleen. En la Sociedad

de Socorro, tenemos la reunión desuperación personal, de la familia ydel hogar. Tenemos maestras visitan-tes, lecciones dominicales, bienestar.Sólo tenemos que usar lo que ya estáestablecido para seguir la direcciónde los líderes del sacerdocio.

Hermana TannerAsí es. Tenemos excelentes progra-

mas para ayudarnos.Estaba leyendo en el ejemplar de

la conferencia general el discurso delpresidente Hinckley que pronuncióen el sacerdocio, e invitó a “todomiembro de la Iglesia... [a] hacertodo lo posible para que resulten máslivianas las cargas que tienen nuestrosobispos y presidentes de rama”6.

Creo que la manera de hacerlo escomunicándonos con ellos, informán-doles nuestro progreso. Me agradóque mencionara que demos gracias anuestros líderes y oremos por ellos.

Hermana ParkinQuiero mencionar algo más que

creo que es muy importante al traba-jar en las presidencias. En una presi-dencia hay que guardar confidencias.Las indiscreciones arruinan vidas. Es

muy importante que los asuntos quese trataron en ese recinto o lugarprivado donde se reunieron no sal-gan de allí. Esa actitud... me encantael refrán que dice: “Tu nombre estáseguro en mi hogar”. El guardar con-fidencias edifica la unidad y la con-fianza. Debemos concentrarnos en elobjetivo de ayudar a las personas avenir a Jesucristo.

Hermana MenloveHay una presentación más, y está

en español. Es una presidencia dePrimaria que da un informe al líderdel sacerdocio. Observen cómo ren-dir cuentas y el deseo de ayudar alobispo.

Dramatización 3: El deliberaren consejo

Hermana VásquezMis consejeras y yo estamos muy

agradecidas por la reunión que tuvi-mos con el obispado el mes pasado;ahora tenemos algunos puntos quenos gustaría revisar con usted.Primero, estamos muy entusiasma-das con lo que sucedió con AliciaGonzález el domingo pasado; elladiscursó en la Primaria y su madreasistió, y hacía mucho tiempo queno la veíamos en la Iglesia. Habíalágrimas en sus ojos; yo pienso queella sintió algo.

Para mí es muy claro que los hijosinfluyen espiritualmente en los padresde una manera que nadie más puedehacerlo; yo pude verlo en Alicia y ensu madre Ángela.

Hermano TorresGracias, voy a hablar con el obispo

al respecto y él va a estar muy, muy

contento, y lo va a compartir con losmaestros orientadores de la familia ycon las maestras visitantes de Ángela.

Hermana VásquezGracias. A lo mejor usted está al

tanto de que la hermana Benites y sufamilia se van a mudar, lo cual significaque necesitaremos una nueva herma-na líder de la guardería. Hemos pensa-do en un par de hermanas: tenemos aMaría Hernández y Gloria González.Creemos que cualquiera de las dossería una buena decisión. Al orar, nossentimos muy bien al respecto.

Hermano TorresBueno, las dos son muy buenas

hermanas. Voy a tomar nota y llevaréestas recomendaciones a nuestra pró-xima reunión de obispado durante lasemana, y después me pondré encontacto con usted para darle a cono-cer qué es lo que piensa el obispo.

Hermana VásquezBien, gracias. Es tan importante

para los niños, especialmente para losniños pequeños, que todos los maes-tros sean llamados. Con las nuevasfamilias que se mudan al barrio, tam-bién tenemos para el obispo una listade los niños que se preparan para elbautismo y la hermana tiene unacopia para usted; y además, quere-mos invitarlo para que en uno deestos domingos nos acompañedurante el Tiempo para compartir;nuestro tema será: ¿Por qué obedece-mos las normas del Evangelio y cómonos ayudan a sentir gozo y paz?

Hermano TorresPor supuesto. Creo que todo

indica que podré estar ahí el tercerdomingo del mes y, también me gus-taría visitar brevemente la clase deocho a once años.

Hermana VásquezEso sería fantástico. La visita de

un miembro del obispado es de granayuda porque muchos de los niñosno tienen el sacerdocio en el hogar; y

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además, sus hijos José y Marcia se vana alegrar mucho de tenerlo allí.

Hermano TorresPor supuesto, conversaré con el

obispo para que apruebe la visita,pero desde ahora, cuente conmigo.

Hermana VásquezHemos pensado en el deseo que

tiene el obispo de que los padresenseñen valores morales. ¿Qué leparece si nos enfocamos en “MisNormas del Evangelio” para los niñosmayores de la Primaria? Podemos ayu-darles a entender que estas normasles ayudarán ahora a prepararse paraobedecer los principios del folletoPara la Fortaleza de la Juventud.

¿Sería posible pedir a los maes-tros orientadores y a las maestrasvisitantes que refuercen la norma:“Solamente leeré y veré cosas quesean agradables para mi PadreCelestial”?7.Como usted sabe, losmedios de comunicación son ungran desafío para los niños en laactualidad.

Hermano TorresPor supuesto, sí. Es una gran idea.

Voy a tomar nota y voy a mencionarloen nuestro próximo consejo debarrio, y usted prepárese para com-partir algunas de esas ideas.

Hermana VásquezMuy bien, así lo haré. Gracias.

Análisis: El informar y laresponsabilidad

Hermana MenloveLa reunión con un líder del sacer-

docio es una oportunidad de informarde lo que se nos ha pedido hacer.

Hermana ParkinMe agradó que la presidenta de la

Primaria empezó con un relato deéxito. La semana pasada nos reunimoscon nuestro líder del sacerdocio ycompartimos uno con él. Creo que lofortaleció; lo vi poner manos a la obray fue algo muy especial. Lo estamos

ayudando y está dedicado a lo quehacemos en esta gran obra.

Hermana TannerAsí es. Creo que un líder del sacer-

docio debe saber en cuanto a los éxi-tos porque él ama a esas personas ytrabaja por ellas. Cuando los compar-timos con él, es una de las manerasde ayudarlo. Da resultado.

Hermana MenloveEs cierto. La interacción entre esa

presidencia de la Primaria y el miem-bro del obispado demuestra muchorespeto mutuo. Es obvio que han tra-bajado juntos a menudo. En esa reu-nión no van a perder el tiempo; hanorado, han hecho planes. Las herma-nas fueron preparadas; estuvieron lis-tas con sus sugerencias.

Hermana TannerSí, y también creo que entendían

el orden de la Iglesia. La presidenciarecomienda los nombres para los lla-mamientos, y confían en que el Señorle confirmará al obispado la personaque Él ha preparado para servir.

Hermana MenloveTambién me agradó que el miem-

bro del obispado planeara visitar laPrimaria. Eso muestra su amor porlos niños y la importancia de esaorganización en la Iglesia. Es obvioque él ha estado allí antes y está inte-resado en lo que ocurre con los niñosde once años. Es bueno saber que noestán sirviendo solas. Estamos ayu-dando a líderes y padres, en especiala los padres, a enseñar el Evangelio alos niños.

Las bendiciones de unllamamiento

Hermana TannerLo que me gusta de estas dramati-

zaciones es que creo que han mos-trado la manera correcta de hacer lascosas en la Iglesia. Cuando salimos acapacitar, la gente nos hace pregun-tas. Y les respondemos con otraspreguntas. Decimos: ¿Han orado? ¿Le

han preguntado al Señor? ¿Qué lesaconsejan sus líderes del sacerdocio?¿Qué dice el manual? Éstas son tresguías seguras para lograr el éxito alesforzarnos por servir al Señor.

Hermana ParkinCuando se da servicio, se prome-

ten bendiciones, y quiero que sepanque yo he experimentado esas bendi-ciones. Testifico de ellas; las he vivi-do. Sé que son reales. Mi familia hasido bendecida debido a mi llama-miento.

Hoy hemos destacado algunospuntos clave al servir en las organiza-ciones auxiliares. Piensen en las cosasque hemos tratado. Hemos habladode la confianza, de la unidad, la res-ponsabilidad y el gozo. Hemos habla-do de ayudar a los líderes del sacer-docio a ayudar a las familias y perso-nas a venir a Jesucristo. Esta obra essobre el amor mutuo y sobre tododel amor por el Señor. El estar conustedes hoy ha sido una bendición.Vivimos y servimos en todo elmundo, y aún así estamos unidas enel Evangelio de Jesucristo. Es extraor-dinario. Ahora nos gustaría concluircon nuestro testimonio. HermanaMenlove:

Hermana MenloveUn llamado a servir es un encargo

sagrado del Señor; una oportunidadde sentir el amor del Salvador conmás fuerza, hacia nosotros y haciaquienes servimos. Mi familia ha sidotan bendecida por líderes del sacer-docio y de las organizaciones auxilia-res que aman al Señor.

He sentido gran gozo al ver suamor por los niños y sus familias.Agradezco sus deseos de que todos,incluso los niños, lleguen a saber quetenemos un Padre Celestial amorosoque oye y contesta nuestras oracio-nes, y que Jesucristo es nuestroSalvador y Redentor.

Sé que Su Evangelio fue restaura-do por medio del profeta José Smithy que los cielos están abiertos y

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tenemos un profeta viviente hoy día,el presidente Gordon B. Hinckley. Sé que esto es verdad, y lo sé pormedio del testimonio del SantoEspíritu, en el nombre de Jesucristo.Amén.

Hermana TannerEstoy tan agradecida por el privile-

gio de ayudar al sacerdocio en lamaravillosa obra de fortalecer a lasfamilias y ayudarlas a venir a Cristo.Es una gran bendición ver la manodel Señor en todo lo que hacemos, ysaber que nos ama y se preocupa porcada uno de nosotros. Sé que elSeñor nos llama a servir, y que Él nosmagnifica en ese servicio, no importacuán débiles y sencillos pensemosque somos.

Es una gran bendición ver a lasjovencitas crecer y progresar hacia lamadurez, preparadas para cumplir sufunción más sagrada en su hogar yfamilias. Sé que la familia es “la partecentral del plan del Creador para eldestino eterno de Sus hijos”8.

Sé que Jesucristo vive, que nosama, que tenemos Su Evangelio res-taurado sobre la tierra, con apóstolesy profetas y todas las llaves del sacer-docio para sellar familias unos a otrosy al Señor.

Testifico de ello, en el nombre deJesucristo. Amén.

Hermana ParkinTrabajamos en tres organizaciones

distintas, pero nos gusta servir juntas.Nos amamos.

Tengo un testimonio del poder deun profeta de Dios, el presidenteGordon B. Hinckley. Estoy agradecidapor él, por su amor y por todos loslíderes del sacerdocio que handemostrado confianza en las herma-nas de esta Iglesia.

Al hablar sobre las organizacionesauxiliares he pensado en lo muchoque el Señor ama a las mujeres de SuIglesia; las ama por su deseo de serviren cualquier llamamiento; sólo dese-an servirle. Si hay algo que deseo

para las mujeres de la Iglesia, es quelleguen a saber que el Señor las ama yque sientan Su amor todos los díasde su vida.

Yo, personalmente, he sentido elamor del Señor en mi vida, y estoymuy agradecida por ello. Testifico demi Salvador Jesucristo. Sé que Él vive.He sentido Su guía y he sentido lapaz que Él nos promete a cada uno.

Testifico de estas cosas en el sagra-do nombre de Jesucristo. Amén.

Notas

1. En “Un estandarte a las naciones y unaluz al mundo”, Liahona, noviembre de2003, pág. 82.

2. En “Llamados a servir”, Liahona, juliode 1996, pág. 47.

3. Fe en Dios para niños, 2003, pág. 22; oFe en Dios para niñas, 2003, pág. 22.

4. El Progreso Personal para las MujeresJóvenes, 2001, pág. 41.

5. En “Los pastores de Israel”, Liahona,noviembre de 2003, pág. 60.

6. En “Los pastores de Israel”, Liahona,noviembre de 2003, pág. 60.

7. Fe en Dios para niños, pág. 22; o Fe enDios para niñas, pág. 22.

8. “La familia: Una proclamación para elmundo”, Liahona, octubre de 1998, pág. 24.

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Principios fundamentales

Saludos desde la República de lasFilipinas, donde estamos trabajandopara establecer la Iglesia en la únicanación cristiana de Asia. Debido a uncrecimiento rápido, contamos conmás de 200.000 miembros de laIglesia de primera generación y conmuchos líderes nuevos carentes deexperiencia. En tales circunstancias,debemos centrarnos en los principiosfundamentales de la doctrina y delgobierno de la Iglesia

Al hablar de dichos principios fun-damentales, me encuentro acompa-ñado por cinco líderes filipinos aquienes he pedido que sean mi

público inmediato. Cada uno de ellosrepresenta a miles de personas quetienen responsabilidades similares eneste gran público de líderes delsacerdocio y de las organizacionesauxiliares. Me acompañan un presi-dente de estaca, Raul EdgardoVicencio, de la Estaca Makati; unobispo, Michael Ramirez, de la EstacaCainta; una presidenta de Sociedadde Socorro, Filipina Fernandez, de laEstaca Pasay; una presidenta deMujeres Jóvenes, Liza Enciso, de laEstaca Ciudad de Quezón Sur; y unapresidenta de Primaria, Grace Teh, dela Estaca Antipolo. Agradezco a todosustedes su presencia y el gran servi-cio que brindan.

Nuestro tema es el sacerdocio y lasorganizaciones auxiliares, pero nopodemos hablar de ninguno de esostemas sin hablar también de la fami-lia. Haremos referencia frecuente a lafamilia, la cual es tanto el fundamentocomo la beneficiaria prevista de laobra del sacerdocio y de las organiza-ciones auxiliares.

Daremos comienzo afirmando tresprincipios fundamentales de doctrina.Primero, la autoridad del sacerdociopreside tanto a la Iglesia como a lafamilia eterna. El gobierno y los pro-cedimientos de la Iglesia son distintosa los de la familia, pero el fundamento

de la autoridad —el sacerdocio— esel mismo.

Segundo, como organizaciones, laIglesia y la familia se apoyan mutua-mente. Cada una es independientedentro de su propia esfera, peroambas tienen la misma misión: ayu-dar a lograr el propósito de Dios dellevar a cabo la vida eterna de Sushijos (véase Moisés 1:39).

Tercero, la familia Santo de los Últi-mos Días y la Iglesia obtienen apoyo ydirección de parte de nuestro SeñorJesucristo. El Salvador enseñó: “Yo soyla vid, vosotros los pámpanos [esdecir, las ramas]; el que permaneceen mí, y yo en él, éste lleva muchofruto; porque separados de mí, nadapodéis hacer” (Juan 15:5).

Aquí tengo una rama que recogícamino a esta reunión. ¿Qué le pasa-rá a esta rama ahora que está sepa-rada de la vid principal? Por supues-to, morirá. Ciertamente, no podrádar fruto. Como enseñó Jesús:“Permaneced en mí, y yo en voso-tros. Como el pámpano no puedellevar fruto por sí mismo, si nopermanece en la vid, así tampocovosotros, si no permanecéis en mí”(Juan 15:4).

Si la Iglesia de Jesucristo y la fami-lia han de dar fruto, deben permane-cer en nuestro Salvador Jesucristo.Lo mismo se aplica a cada uno desus integrantes, lo cual significa quetodos debemos guardar Sus manda-mientos y seguir Sus enseñanzas y aSus siervos escogidos.

É L D E R D A L L I N H . O A K SDel Quórum de los Doce Apóstoles

El Sacerdocio ylas OrganizacionesAuxiliares

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Los orígenes de tres de lasOrganizaciones Auxiliares

La Primera Presidencia nos hadicho: “La familia y el hogar son elfundamento de una vida recta... Lasorganizaciones auxiliares de la Iglesiaestán organizadas a fin de ayudar alindividuo, a la familia y al sacerdocioa cumplir con expectativas divinas”1.

Consideremos el origen y lamisión de cada una de esas tres orga-nizaciones auxiliares.

La Sociedad de Socorro fue organi-zada por el profeta José Smith enNauvoo en 1842. Algunas de las muje-res destacadas de Nauvoo propusie-ron crear una constitución escrita,pero el Profeta dijo que él les daría“algo mejor”, que las organizaría“bajo la autoridad del sacerdocio ysegún el modelo del sacerdocio”2.

La organización habría de tenerpropósitos espirituales, para “no sóloaliviar al pobre, sino [también] salvaralmas”3. El Profeta dijo: “La organiza-ción de la Iglesia… no fue perfectasino hasta que se organizó a las muje-res”4. El que se organizara la Sociedadde Socorro dio a las mujeres unacapacidad oficial dentro de la Iglesia,y las preparó para las grandes respon-sabilidades por venir, entre ellas, lasde la obra en el templo y la prédicadel Evangelio.

Lo que ahora conocemos como lasMujeres Jóvenes fue organizada porel presidente Brigham Young unos30 años más tarde a fin de dar a lasmujeres jóvenes mayores oportunida-des de aprender el Evangelio y dedesarrollar más fortaleza para guardarlos mandamientos y rechazar los sen-deros destructivos del mundo. Lanueva organización pronto pasó a serconocida por un nombre que anun-ciaba su propósito: La Asociación deMejoramiento Mutuo de las MujeresJóvenes.

Unos diez años después, durantela administración del presidente JohnTaylor, se reconoció la necesidad deenseñar a los niños el Evangelio

mediante la creación de lo que sellamó la Asociación Primaria.

Fue más o menos en esa mismaépoca que se comenzó a ordenar alSacerdocio Aarónico y a organizaren quórumes a los hombres jóvenesdebido a la necesidad que tenían deaprender el Evangelio, de servir yde prepararse para el Sacerdociode Melquisedec.

Los padres y los líderes de laIglesia

En las Escrituras se nos da elsiguiente mandamiento: “Vestíos detoda la armadura de Dios, para quepodáis estar firmes contra las ase-chanzas del diablo” (Efesios 6:11).La revelación moderna describe talarmadura como una que nos ciñecon la verdad, lleva la coraza de larectitud, el escudo de la fe y el yelmode la salvación (D. y C. 27:16–18).Se debe vestir con esa armadura alos niños y a los jóvenes.

El deber sagrado de vestir a losniños y a los jóvenes con la armadurade Dios se da al padre, a la madre ya otros integrantes de la familia, quie-nes lo hacen con la ayuda del sacer-docio y de las organizaciones auxilia-res de la Iglesia.

Dirigidas por la autoridad delsacerdocio

Al desempeñar sus vitales tareas,la Sociedad de Socorro, las MujeresJóvenes, la Primaria y los quórumesdel Sacerdocio Aarónico obran bajo ladirección de la autoridad del sacerdo-cio. Hace muchos años, la PrimeraPresidencia declaró: “Deseamos... quequede claro que el funcionamientode todas las asociaciones auxiliares espresidido y supervisado directamentepor las autoridades del sacerdociode estaca y de barrio, sobre quienesrecae la responsabilidad final del tra-bajo de esas organizaciones”5.

Esto significa que se debenimponer las manos sobre la cabezade todos los que trabajen en las

organizaciones auxiliares a fin deque reciban la autoridad para guiary enseñar en el reino de Dios.También significa que las autorida-des del sacerdocio que presidan lasorganizaciones auxiliares deben diri-gir y supervisar la obra de dichasorganizaciones. Los presidentes deestaca, obispos y presidentes derama no deben dejar en manos delos líderes y maestros de las organi-zaciones auxiliares la obra de lasmismas para que hagan lo que lesplazca.

La obra de las organizaciones auxi-liares, al igual que la de los quórumesy otras organizaciones de la Iglesia,consiste en fortalecer a la familia y alhogar, como nos lo señaló previa-mente el élder Scott. Los quórumesdel Sacerdocio de Melquisedec y lasSociedades de Socorro lo hacen prin-cipalmente al enseñar a los padres,“exhortándolos a... cumplir con todoslos deberes familiares”, según dijo elSeñor en una revelación (D. y C.20:51; véase también el vers. 47).

Las Mujeres Jóvenes y la Primariafortalecen la familia y el hogar princi-palmente al enseñar a los jóvenes y alos niños y al dirigirlos en actividadesapropiadas.

Al igual que a los padres, el Señorha mandado a los líderes y a losmaestros de la Iglesia enseñar de lasEscrituras, en las cuales “se halla laplenitud del evangelio” (D. y C.42:12). Esta misión divina sólo sepuede lograr si los líderes y losmaestros de las organizaciones auxi-liares procuran obtener y seguir ladirección que el sacerdocio les indi-que y si los líderes del sacerdociobrindan liderazgo, comprensión yapoyo a los programas auxiliares.

La aplicación de los principios

Hablemos ahora de algunas aplica-ciones prácticas de estos principiosen las diversas situaciones que atañena una Iglesia mundial.

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En el Manual de Instrucciones dela Iglesia se indica a los presidentesde estaca y a los obispos que se reú-nan de forma regular con sus presi-dentas de Sociedad de Socorro6, y losconsejeros asignados reciben la ins-trucción de reunirse regularmente conlas presidentas de Mujeres Jóvenes yde Primaria7. Hermanos, el deber dereunirse regularmente supone reunir-se más de una vez al año.

De igual forma, al obispado se leindica que debe reunirse con lastres presidentas de esas organizacio-nes auxiliares por lo menos una vezal mes en la reunión de consejo debarrio en la cual el obispado lesbrinda instrucción sobre doctrina yresponsabilidades. En dicha reuniónel sacerdocio y los líderes de lasorganizaciones auxiliares deliberanen consejo sobre cómo mejorar laenseñanza del Evangelio y las activi-dades del barrio y sobre cómo forta-lecer espiritualmente a las personasy a las familias8 .

Si los líderes del sacerdocio no sereúnen con los líderes de las organi-zaciones auxiliares, o si no dirigen nisupervisan adecuadamente los pro-gramas de las organizaciones auxilia-res, las enseñanzas o las actividadesde dichas organizaciones pueden lle-gar a apartarse de lo que el Señor hamandado. Esas mismas desviacionespueden ocurrir si los líderes de lasorganizaciones auxiliares no siguenfielmente la dirección de sus líderesdel sacerdocio. Por ejemplo, tantoaquí en las Filipinas como en otraspartes del mundo he observado des-viaciones como las que siguen:

1. He escuchado a líderes de organi-zaciones auxiliares quejarse deque sus obispos o presidentes derama no se reúnen con ellos. Elno hacerlo contradice la instruc-ción fundamental que acabo demencionar de “reunirse regular-mente”. Es de vital importanciaque los líderes del sacerdocio sereúnan regularmente con los

líderes de las organizaciones auxi-liares, siguiendo el modelo de ladramatización que analizaron laspresidentas generales. También sedebe invitar al consejo de barrio,que se debe de efectuar por lomenos una vez al mes, a los presi-dentes o presidentas de las orga-nizaciones auxiliares.

2. También he escuchado a oficialesde organizaciones auxiliares que-jarse de que los líderes del sacer-docio no llaman ni apartan a ofi-ciales y maestros para las organi-zaciones auxiliares. La impresiónque se da es que “no les importa-mos”. Es de suma importanciaque los líderes del sacerdociosean diligentes a la hora de llamara los líderes necesarios de lasorganizaciones auxiliares, talcomo lo hemos visto en la otradramatización que analizaron lashermanas.

3. He visto que hay quienes ponena los niños de la Primaria en unsalón para darles caramelos yentretenerlos el domingo por lamañana. Eso no es Primaria. LaPrimaria consiste en enseñar elEvangelio a los niños mediantemúsica, mensajes espirituales yel tierno estímulo espiritual delTiempo para compartir.

4. A veces las mujeres jóvenes y losposeedores del SacerdocioAarónico no reciben más que unasesión de aburrimiento semanal ouna actividad sin planificación amediados de semana en la quejuegan a la pelota o dan vueltaspor un centro comercial o charlanen el salón sacramental. Ese tipode actividad de mutual no está alnivel de las enseñanzas inspiradasy las actividades planificadas conun objetivo.

5. He visto que algunos maestros enclases de la Sociedad de Socorroo del sacerdocio enseñan sus pro-pios pasatiempos o intereses enlugar de los temas señalados en

un curso de estudios inspiradopara dichas clases.

6. Sin la dirección firme e inspiradadel sacerdocio, toda organización(o actividad) de la Iglesia puedeconvertirse en un instrumentopersonal para saciar las necesida-des o satisfacer el orgullo o lavana ambición (véase D. y C.121:37) de sus oficiales o maes-tros. A eso se refería el apóstolPablo cuando advirtió a los santosromanos que se apartaran dequienes “causan divisiones y tro-piezos en contra de la doctrinaque vosotros habéis aprendido”.A pesar de que tales personasemplean “suaves palabras y lison-jas”, él advirtió que “engañan loscorazones de los ingenuos” y “nosirven a nuestro Señor Jesucristo”,sino “a sus propios vientres”(Romanos 16:17–18).

La adaptación a lascircunstancias

En el Manual de Instrucciones dela Iglesia se define la organización yla obra de las organizaciones auxilia-res. Consideremos cómo se han deaplicar las instrucciones del manual.

Las organizaciones y los programasauxiliares que se presentan en sutotalidad en el manual representan lasituación ideal; no obstante, en unaIglesia mundial, incluso en algunasramas y barrios de las Filipinas, exis-ten circunstancias en las que sola-mente se puede hacer parte de loque se indica en el manual.

Debemos recordar que las circuns-tancias y los recursos varían muchode una parte del mundo a otra. Porejemplo, en algunas localidades losmiembros de la Iglesia disponen deamplios recursos en lo referente atiempo y transporte para las activida-des de la Iglesia. Sin embargo, taleslocalidades, con abundantes recursos,no quedan libres de oposición, debi-do a que en esos lugares las oportu-nidades fuera de la Iglesia pueden

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acaparar la atención de nuestrosmiembros. En otros sitios, los miem-bros trabajan largas horas seis días ala semana o apenas pueden costearseel transporte público para llegar a lasreuniones de la Iglesia. En esos sitiospueden ser pocas las oportunidadesque les atraigan, pero la carencia derecursos hace que las reuniones yactividades a mediados de semanase dificulten o sean imposibles.

Las organizaciones auxiliares de laIglesia tienen más flexibilidad en suorganización y en sus programas quelas organizaciones del sacerdocio. Porejemplo, las Escrituras no dan licenciapara cambiar las ordenanzas delsacerdocio (como la Santa Cena o lasdel templo) o para apartarse de lasorganizaciones del sacerdocio talescomo quórumes, ramas, barrios yestacas. Asimismo, no hay flexibilidaden el requisito de que el hombre y lamujer se casen para brindar gobiernoa la familia. Tales ordenanzas y organi-zaciones del sacerdocio han de seruniformes en todo el mundo.

Por otro lado, las organizacionesauxiliares que sirven de apoyo a estasorganizaciones del sacerdocio tienenmás flexibilidad en cuanto a cómoestán organizadas y qué actividadesdesempeñan para brindar el apoyodebido. Dicha flexibilidad, claro está,debe ejercerse bajo la dirección delos líderes del sacerdocio.

El élder L. Tom Perry nos dio unbuen ejemplo de esto hace un año enla primera reunión mundial de capaci-tación de líderes. Las instruccionesque dio sobre la flexibilidad de lasorganizaciones y las actividades seaplican de forma especial a las organi-zaciones auxiliares. Recordarán quenos enseñó que los líderes del sacer-docio deben hacer un inventario delas necesidades de los miembros y delnúmero de líderes activos en la uni-dad, sea barrio o rama. Después agre-gó que deben “...edificar su programabasado en el liderazgo disponible y en

las necesidades de sus miembros...Crezcan tan rápidamente como eltamaño y la madurez de sus unidadeslo permitan” 9. Esta enseñanza nos haresultado muy beneficiosa aquí en lasFilipinas. A medida que se la entienday aplique, estoy seguro de que será demucho provecho en muchas otraslocalidades en las que hay ramas ybarrios pequeños que enfrentan difi-cultades.

El presidente Hinckley nos ha dadoel principio básico para guiarnos enlas muchas y diversas circunstanciasque enfrentamos. “Den lo mejor de símismos. Es lo único que les pedi-mos”, dijo. “Den lo mejor de sí mis-mos. El Señor no espera más que eso,así que den lo mejor de sí mismos”10.

Hermanos y hermanas, el sacer-docio de Dios es el fundamento dela autoridad en la Iglesia y en la fami-lia. Dicha autoridad gobierna y sirvetanto a los varones como a las muje-res. Las Escrituras enseñan que enel Señor el varón no es sin la mujer,ni la mujer es sin el varón (véase1 Corintios 11:11). Tal es el caso enla Iglesia y en la familia. Debemosavanzar, tomados de la mano, traba-jando juntos en la gran misión denuestro Padre Celestial, la de llevara cabo la vida eterna del hombre.Testifico de la veracidad de estascosas y de la divinidad de nuestroSalvador Jesucristo, cuya Expiacióny autoridad hacen posible todas lascosas. En el nombre de Jesucristo.Amén.

Notas

1. Carta de la Primera Presidencia, diciem-bre 7 de 1990

2. En Jill Mulvay Derr y demás, Women ofCovenant: The Story of Relief Society,(Mujeres del convenio: la historia de laSociedad de Socorro),1992, pág. 27

3. History of the Church, tomo V, pág. 25

4. En Derr, Women of Covenant, pág. 41.

5. Carta de la Primera Presidencia, 13 deenero de 1923

6. Véase Libro 2: Líderes del sacerdocio yde las organizaciones auxiliares, 1999,págs. 235, 237.

7. Véase Manual de Instrucciones de laIglesia Libro 2, págs. 261, 275–278.

8. Véase Manual de Instrucciones de laIglesia, Libro 2, pág. 383

9. “El programa de la unidad básica”,Reunión Mundial de Capacitación deLíderes, enero de 2003, págs. 9-10

10. American Fork, Utah, Conferencia regio-nal, 25 de agosto de 2002.

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El detener el progreso de lamaldad

Mis amados hermanos y herma-nas, ésta ha sido una reunión muyinteresante y muy importante. Hatratado esencialmente sobre la obrade las organizaciones auxiliares quedirigen las mujeres. Como se haindicado, hay, por supuesto, otrasdos organizaciones auxiliares: losHombres Jóvenes y la EscuelaDominical. Éstas se tratarán en otraocasión.

Pero el hincapié que hacemosahora en la obra de la Sociedad deSocorro, de las Mujeres Jóvenes yde la Primaria es oportuno y muy,muy necesario.

No hace falta que nadie les digaque estamos viviendo en una épocamuy difícil de la historia del mundo.Las normas morales van decayendoen todas partes. Ya nada pareceser sagrado.

Como ha indicado el presidenteFaust, la familia se está desintegran-do. La familia tradicional está bajo unintenso ataque. No sé si las cosaseran peores en los tiempos deSodoma y Gomorra. En aquellaépoca, Abraham rogó a Jehová quesalvase esas ciudades por amor delos justos; pero, a pesar de sus rue-gos, la maldad era tan grande queJehová decretó su destrucción, yellas y sus inicuos habitantes fueronaniquilados. Vemos condiciones simi-lares hoy en día, que reinan por todoel mundo. Pienso que nuestro Padredebe llorar al contemplar a Sus hijose hijas descarriados.

En la Iglesia nos esforzamos conmucho ahínco por detener el pro-greso de esa maldad. Pero es unabatalla cuesta arriba y a veces nospreguntamos si vamos avanzandoalgo. Pero vamos teniendo éxito deun modo considerable, puesto quevemos a muchísimos de nuestrosjóvenes que son leales y fieles, yque acuden a nosotros en busca deánimo y de guía.

No debemos darnos por vencidos.No debemos desalentarnos. Nuncadebemos rendirnos a las fuerzas delmal. Podemos y tenemos que mante-ner las normas que esta Iglesia hadefendido desde que fue organizada.Hay una manera mejor que la delmundo, y, si ello significa estar solos,debemos hacerlo.

Pero no estaremos solos. Estoyseguro de que hay millones de perso-nas por todo el mundo que lamentanla maldad que ven a su alrededor, yque aman lo virtuoso, lo bueno y loedificante. Ellas, también, elevaránsus voces y aportarán su fortalezapara la conservación de los valoresque son dignos de mantenerse yde cultivarse.

Una esperanza radiante

Es de enorme importancia que lasmujeres de la Iglesia defiendan de unmodo firme e inquebrantable lo quees correcto y digno bajo el plan delSeñor. Estoy convencido de que nohay otra organización en lugar algunoque se compare con la Sociedad deSocorro de esta Iglesia. Sus miembrossuman más de cinco millones demujeres por toda la tierra. Si ellas seunen y hablan con una voz, su forta-leza será incalculable.

Llamamos a las mujeres de laIglesia a defender juntas la rectitud.Ellas deben comenzar en sus pro-pios hogares. Pueden enseñarla ensus clases. Pueden expresarla ensus comunidades.

Ellas deben ser las maestras y lasguardianas de sus hijas. A esas hijasdeben enseñárseles en la Primaria yen las clases de las Mujeres Jóveneslos valores de La Iglesia de Jesucristode los Santos de los Últimos Días.Cuando se salva a una niña, se salvaa generaciones. Ella crecerá en forta-leza y en rectitud, se casará en lacasa del Señor, enseñará a sus hijoslos caminos de la verdad, y ellosandarán por sus sendas y, del mismomodo, enseñarán a sus hijos. Las

P R E S I D E N T E G O R D O N B . H I N C K L E YPresidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

El permanecer firmese inquebrantables

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maravillosas abuelas estarán allí paradar ánimo.

Veo eso como la esperanza radian-te que hay en un mundo que se enca-mina a la autodestrucción.

A ustedes, presidentes de estaca yobispos, les rogamos que den alien-to y ayuda en todas las formas posi-bles tanto a las mujeres como a lasniñas de sus estacas y barrios. Ellasnecesitan su apoyo del sacerdocio.Necesitan su dirección y su consejo.Ayúdenlas en todas las formas quepuedan, y, al hacerlo, se ayudarán austedes mismos.

Por ejemplo, es imperioso que losobispos trabajen en estrecha colabo-ración con las presidentas de laSociedad de Socorro en la administra-ción del bienestar de la Iglesia. Estose realiza normalmente en la reuniónmensual del comité de bienestar debarrio o, en ocasiones, en la reuniónde consejo de barrio. Pero surgenemergencias, o podrán presentarsecircunstancias en las que sea necesa-ria una mayor confidencialidad, y, enesos casos, el obispo y la presidentade la Sociedad de Socorro debenconsultarse entre sí. Cuando hayanecesidades materiales en una fami-lia, la presidenta de la Sociedad deSocorro es la persona mejor capacita-da para ir al hogar en cuestión y eva-luar las necesidades de la familia.

La fortaleza de la mujer

Solemos hablar de la fortaleza delsacerdocio y eso es muy adecuado;pero nunca debemos perder de vistala fortaleza de las mujeres. Las madresson las que establecen el tono delhogar. Las madres son las que influ-yen de forma más directa en sus hijos.Las madres son las que enseñan a lospequeñitos a orar, las que les leentemas selectos y hermosos de lasEscrituras y de otras fuentes. Lasmadres son las que les enseñan conamor y los crían en los caminos del

Señor. La influencia de ellas es pri-mordial.

El presidente Heber J. Grant llegóa decir: “Sin la devoción y el testimo-nio firme del Dios viviente que hayen el corazón de nuestras madres,esta Iglesia moriría”1.

El autor de los Proverbios dijo:“Instruye al niño en su camino, y auncuando fuere viejo no se apartará deél” (Proverbios 22:6).

Es muy cierto el dicho que reza:“Hacia donde se doble la rama, seinclinará el árbol”.

A menudo decimos que nuestraesposa es nuestra mejor mitad, y esoes esencialmente cierto. Ellas son lascreadoras de la vida y ellas son lasque crían a los hijos. Son las maes-tras de las mujeres jóvenes. Ellas sonnuestras compañeras indispensablesy nuestras colaboradoras en la edifi-cación del reino de Dios. ¡Cuán gran-diosa es su función! ¡Cuán magníficasu aportación! ¡Cuánto aportan a laalegría de la vida!

La oración y las obras

Tenemos un reto mucho másgrande de lo que nos imaginamos.Como dijo Pablo: “Porque no tene-mos lucha contra sangre y carne,sino contra principados, contrapotestades, contra los gobernadoresde las tinieblas de este siglo, contrahuestes espirituales de maldad en lasregiones celestes” (Efesios 6:12).

Nunca pierdan de vista el gran ytranquilizador poder de la expiacióndel Salvador para elevar y para salvar.Por medio de Su expiación, recibimosel perdón de las faltas cometidas yfortaleza para vivir con rectitud.

Se me ha citado que he dicho:“Hagan lo mejor que puedan”.Deseo hacer hincapié en que debeser lo máximo de lo mejor que pue-dan. Somos demasiado propensos acontentarnos con un rendimientomediocre cuando somos capaces dehacer las cosas muchísimo mejor.

Hermanos y hermanas, debemosponernos de rodillas y suplicar alSeñor que nos ayude, que nos forta-lezca y que nos guíe. En seguida,debemos ponernos de pie y seguiradelante.

Tengo absoluta confianza en que elcielo nos favorecerá. El Señor oirá ycontestará nuestras oraciones si nosdedicamos, dando lo máximo de lomejor que podamos, a esta obra.

Oro por ustedes. Suplico al cielo afavor de ustedes. Doy las gracias atodos y a cada uno por todo lo queestán llevando a cabo, y ruego quetengan la fortaleza indispensable pararealizar aún más al enfrentarnos conel gran y casi abrumador reto que nospresenta la vida en nuestro tiempo.

Que Dios los bendiga, es mihumilde oración al expresar mi amor,en el sagrado nombre de Jesucristo.Amén.

Nota

1. Heber J. Grant, Gospel Standards(Normas del Evangelio), comp.G. Homer Durham, 1941, pág. 151.

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