Retosparalaatención delalcoholismo enpueblos indígenas · cano tiene con los descendientes...

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Retos para la atención del alcoholismoen pueblos indígenas

Directorio

Dr. Julio Frenk MoraSecretario de Salud

Dr. Enrique Ruelas BarajasSubsecretario de Innovación y Calidad

Dr. Roberto Tapia ConyerSubsecretario de Prevención y Promoción de la Salud

Lic. Ma. Eugenia de León-MaySubsecretaria de Administración y Finanzas

Dr. Jaime Sepúlveda AmorCoordinador General de los Institutos Nacionales de Salud

Dr. Eduardo González PierTitular de la Unidad de Análisis Económico

Lic. Ernesto Enríquez RubioComisionado Federal para la Protección contra RiesgosSanitarios

Dr. Carlos Tena TamayoComisionado Nacional de Arbitraje Médico

Act. Juan Antonio Fernández OrtízComisionado Nacional de Protección Social en Salud

Dr. Cristóbal Ruiz Gaytán LópezSecretario Técnico del Consejo Nacional contra las Adicciones

Lic. Ma. Eugenia Galván AntillónTitular del Órgano Interno de Control en la Secretaría de Salud

Lic. Ignacio Ibarra EspinosaDirector General de Asuntos Jurídicos

Lic. Adriana Cuevas ArgumedoDirectora General de Comunicación Social

Responsable de la Publicación: Lic. José Ocaña Berna!. Subdirector de Difusión

www.conadie.gob.mxTels: 5207-3358, 5207-3341ISBN:970-721-264-0Diseño: Tri·ciclo diseño

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Elevar los índices de calidad en la salud delos pueblos indígenas en México es unadeuda pendiente que el gobierno mexi-

cano tiene con los descendientes directos denuestro histórico pasado. En ese sentido, la laborrequiere reconocer, en principio, el inmenso re-zago que ha existido no sólo en la atención delos problemas de salud de las comunidades y lapoblación indígena, la cual constituye alrededordel 10% del total de la población en México, sinotambién en la incorporación de dichos pueblosen la dinámica de crecimiento nacional en los pla-nos económico, social y político al que comomexicanos también tienen derecho.

En esta ocasión, y con el fin de dar un pasohacia adelante en la construcción de nuevaspropuestas que contribuyan a mejorar la calidadde vida de la población indígena mexicana,hemos reunido diversas contribuciones que pre-tenden dar una visión multidisciplinaria del esta-do que guarda el problema del consumo dealcohol y el alcoholismo en comunidades indíge-nas en nuestro país, ya que éste se ha identifica-do como uno de los principales problemas queafectan su salud.

Los efectos del consumo excesivo de alcoholen los planos individual, familiar y social son muy

graves. La violencia, la disminución de la produc-tividad y de la prosperidad individual y social, asícomo el sufrimiento moral del propio bebedor, yde terceras personas, acentúan los problemas eco-nómicos familiares. Es enorme la pérdida de añosde vida saludable causada por los padecimien-tos asociados como la cirrosis hepática, la de-pendencia alcohólica, las lesiones producidas porvehículos de motor, los homicidios y los suicidios.En lo individual, el alcoholismo implica aislamientosocial, cancelación de oportunidades laborales, de-pendencia económica y sufrimiento moral, conlas consecuentes repercusiones en la familia y lacomunidad.

El efecto negativo del alcoholismo repercutenotablemente en el plano económico, ya que el con-sumo de bebidas alcohólicas ocurre con mayor fre-cuencia en las etapas productivas de la vida. Sobresaleel hecho que un porcentaje importante de los pro-blemas provocados durante el trabajo no es impu-table a los alcohólicos, sino a personas que sin serlo,beben en exceso o en circunstancias de riesgo en lasque se suponía no deberían haberlo hecho.

Si bien existe información para documentar estastendencias en población predominantemente urba-na, se sabe que el consumo de alcohol, el proceso dealcoholización y el alcoholismo, también alcanzan

PresentaciónPresentación

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proporciones epidémicas en las comunidades indíge-nas de nuestro país.

Sabemos que aún existe muy poca informaciónespecífica que permita conocer a profundidad estaproblemática: que las características del consumo dealcohol constituyen parte de sus tradiciones religiosasy de sus costumbres ancestrales, que existen proble-mas socioeconómicos que han ido modificando lospatrones tradicionales del consumo de alcohol, comoson la migración, la participación cada vez mayor dela mujer en la dinámica laboral, la disminución de laedad de inicio en el consumo, las agresivas estrate-gias de venta que adoptan las empresas produc-toras de bebidas alcohólicas, entre otros factoresigualmente relevantes.

También sabemos que no existen suficientes in-dicadores sobre las necesidades específicas de las di-ferentes comunidades indígenas que presentan pro-blemas de salud asociados con el consumo de alcohol,y que la infraestructura en salud aún es insuficiente paradarle una adecuada cobertura a esta población.

Sin embargo, consideramos fundamental iravanzando en esta labor, integrando la visión mu-chas veces encontrada entre los diferentes actoresque intervienen en el estudio y la atención de estefenómeno; así como ir dejando pautas para impulsarla participación de la comunidad, de los organismosno gubernamentales que cuentan ya con la acepta-ción de las comunidades para interactuar con ellos afavor del cuidado de su salud, de las institucionesque cuentan con recursos y experiencias concretaspara apoyar el desarrollo de tareas preventivas, así co-mo de los investigadores, que pueden sistematizar losconocimientos y las prácticas que han resultado fa-vorables para proteger la salud de estos grupos vul-nerables de la población.

En el ámbito indígena ha de trabajarse con res-ponsabilidad y sensibilidad, con conocimiento y

respeto a las costumbres de cada etnia, así comocon empatía para contar con el apoyo de los inte-grantes de las comunidades. Este es un momentopropicio para ser autocríticos, y para dejar atrás unavisión unilateral que sólo proponía argumentos sani-tarios para integrar el fenómeno del abuso del alcoholen una perspectiva social, cultural y antropológicaamplia; que ubique el contexto en el cual se susci-ta y proponga medidas de prevención y proteccióna la salud, de detección temprana y atención opor-tuna de casos que lo requieran.

Como expresión de una política social dirigida a lapoblación indígena, la prevención y el tratamiento delas adicciones, y del alcoholismo en particular, repre-sentan un gran compromiso para la presente admi-nistración. De ahí que aunado a la publicación delprimer Programa de Prevención del Abuso en elConsumo de Bebidas Alcohólicas y Alcoholismo enPoblación Indígena, puesto en práctica en unaprimera etapa en comunidades del estado de Que-rétaro, surge este nuevo documento con el fin dedifundir algunas de las más importantes experienciasrealizadas en nuestro país por eminentes investi-gadores de áreas diversas del conocimiento, quienesya han dado pasos importantes para documentareste fenómeno y generar información útil y necesariapara el establecimiento de nuevas políticas de saludque ayuden a promover en forma cada vez más efi-ciente, el desarrollo de acciones preventivas delconsumo excesivo de alcohol en las diferentes co-munidades indígenas en el país.

Esperamos que esta obra sirva también comoreconocimiento de la muy loable labor de todos losparticipantes, quienes con su trabajo cotidiano, hanayudado a tejer una red de conocimientos en la quehabrán de recrearse y fundamentarse futuras pro-puestas a favor de las comunidades indígenas denuestra nación.

Dr. Julio Frenk Mora Secretario de Salud

Junio de 2005

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Presentación

El presente libro es el testimonio de la preocu-pación de diferentes instituciones por abordarun tema que representa un reto: la preven-

ción del abuso de bebidas alcohólicas y el alco-holismo en la población indígena mexicana.

Hasta hace algunos años, las investigaciones so-bre el tema y las acciones públicas se enfocaronhacia la población mexicana en general y con acen-to, sobre todo, en las zonas urbanas. Hoy, está clarala necesidad de abordar este tipo de adiccióntomando en cuenta a los diferentes pueblos indíge-nas del país como punto insoslayable para abordarlas políticas públicas y las acciones dirigidas a sec-tores de la población que tienen diferentes formasde desarrollo, distintas creencias y costumbres, yque se encuentran en desventaja frente a lasociedad en general. Es un avance que esto seareconocido para moldear los esquemas de preven-ción de las adicciones.

Romper el estereotipo del “indio borracho eignorante”y el severo juicio moral que sobre el temaha tenido la sociedad en general respecto a lapoblación indígena, es otro terreno en el que se haido avanzando. Las circunstancias del consumo debebidas alcohólicas y del alcoholismo en las pobla-ciones indígenas son comprendidas a partir de unaperspectiva antropológica, social y de la salud. Seentiende ahora la distinción entre el consumo dealcohol desde el rito, la ceremonia, la celebraciónfestiva y el consumo inducido por la publicidad yreforzado por el ánimo de obviar una realidadcruenta. Se ha ampliado la visión al tomar en cuen-ta los factores históricos de marginación, el papeldel desarrollo económico regional, de la industria ycomercialización del alcohol y el círculo vicioso que

se establece entre la falta de oportunidades y elabuso de las bebidas alcohólicas.

Este nuevo enfoque conlleva la necesidad decontar con mayor información realizando encues-tas, investigaciones, indicadores, diagnósticos socia-les, económicos, educativos y de salud que orientenlas políticas públicas al respecto y de manera dife-renciada hacia los pueblos indígenas del país.

Para lo anterior resultan de suma importancialos esfuerzos de transversalidad institucional en lostres niveles de gobierno encabezados por la Secre-taría de Salud y el Consejo Nacional contra lasAdicciones, CONADIC. Las experiencias que aquíse citan dan cuenta de las actividades de variasinstituciones, de lo acertado que ha sido la crea-ción de programas como el de Prevención del Abu-so en el Consumo de Bebidas Alcohólicas yAlcoholismo en Población Indígena y de la perti-nencia de los programas y las campañas de pre-vención contra las adicciones.

El enfoque que hemos querido dar ha permitidomás soltura para abordar este problema nacionalen las comunidades indígenas, y hemos trabajadocorresponsablemente con las asociaciones civilesy con las comunidades indígenas, no se puedehacer de otra manera, no se trata de hacer estu-dios determinados desde el exterior, de accionesimpuestas, sino de la participación de integrantesde la comunidad conscientes de que se debe ha-cer algo respecto al abuso en el consumo debebidas alcohólicas, porque redundará con mássolidez en un mejor ambiente familiar y comuni-tario. Así lo empiezan a demostrar los resultadosdel trabajo en localidades indígenas wixaritari deJalisco, hñahñú del Valle del Mezquital, comuni-

La prevención del abuso en el consumo de bebidas alcohólicas y alcoholismo en población

indígena mexicana

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dades indígenas de Querétaro, de San Luis Potosí,de Oaxaca.

Los trabajos aquí reunidos permiten una pri-mera reflexión sobre lo logrado en los últimosaños. Se trata de acercamientos a un problemaque se va volviendo implícito en la vida cotidiana y

que favorece la frustración e impotencia paraconstruir horizontes de vida o el no saber aprove-char las oportunidades para el desarrollo personal,familiar y de la comunidad. Mucho trabajo quedapor hacer, pero he aquí constancia de algunos delos avances.

Xóchtil Gálvez RuizDirectora General de la

Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas

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"En el estado de Oaxaca se realizan a lo largo delaño diversas fiestas populares: mayordomías, fies-tas patronales, la Guelaguetza, conmemoración deTodos los Santos y Fieles Difuntos, romerías popu-lares, etc. En las fiestas, el campesino, quien en suvida diaria se muestra tímido, se transforma en per-sonaje importante. Las fiestas patronales generanuna congregación alegre, en donde la poblaciónmasculina reforzará sus afectos (o rencores) através del ritual del alcohol. Las prácticas tradicio-nales los arrastran a una fiesta diaria en la que elalcohol es uno de los invitados principales.

"En los pueblos donde hay bajas temperaturasy la neblina apenas deja ver, los hombres y las mu-jeres acostumbran entrar en calor con bebidasalcohólicas, ya sea mezcal o pulque; en lugares deextrema pobreza se ve ingerir alcohol de 96°. No essólo en las fiestas populares donde se consumealcohol, está en la vida cotidiana: los jóvenes sereúnen para este fin en tiendas o tendajones; lamadre da mezcal al niño para que se duerma ydeje de llorar de hambre. Lo más importante esque no hay estadísticas precisas del nivel de alco-holismo en los pueblos indígenas".

I Situación presente

Dip. María de las Nieves García Fernández*, Presidenta de la Subcomisión de Salud de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados.

* Tomado de la Ponencia titulada Oaxaca, Presencia, Ritual y Realidad Indígena, presentada en el Seminario Alcohol y Comunidades Indígenas:

Ritual y Patología, el 12 de noviembre de 2001 en la Fundación para Investigaciones Sociales A.C. (FISAC).

1. Contexto indígena y adicciones en México, Siglo XXIUn par de testimonios

Situación presente

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“Yo crecí en el Valle del Mezquital, y la verdad es terri-ble vivir rodeado de tanto alcoholismo. Hubo unmomento en que mi papá y mis dos hermanos be-bían. Yo estuve a punto de ser abusada por uno demis hermanos en estado de ebriedad, una violenciafamiliar brutal, y de lo único que dan ganas es de irse.Yo lo único que quería era irme de Tepatepec. Allí sehicieron famosos los "hidalgos". Allí la gente suele al-coholizarse totalmente. Mucho de este patrón deconsumo de alcohol está ligado a la charrería, a lahombría, al machismo. Y yo, en mi triple condición demujer, de indígena y de haber sido víctima de las con-secuencias del alcohol, sí creo que hay que hacer al-

go. Sobre todo por los más vulnerables, que son lasmujeres y los niños.

Efectivamente, ante la falta de posibilidades y deoportunidades, el alcohol se vuelve un substituto, pero yoestoy convencida de que si creamos esas oportunidades,si creamos las condiciones para que los jóvenes encuen-tren actividades distintas, si creamos un desarrollo sus-tentable en esa región, seguramente el alcohol va a dejarde ser el escape que para muchos indígenas es el día dehoy. Sé que está asociado a la cultura, pero también séque se consume en gran parte debido al olvido y a lamarginación con que se trató a los indios durantemuchos siglos en este país".

Xóchitl Gálvez, Directora General de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas

En los pueblos indígenas mexicanos, el consumode bebidas alcohólicas está profundamente aso-ciado con sus prácticas tradicionales, con sus cos-tumbres religiosas, con sus modos de subsistenciay particularmente, con la marginación de la quehan sido objeto históricamente. Se sabe que lospatrones de consumo de alcohol son distintos alos del resto del país, que están ligados a costum-bres machistas, y que los niños y las mujeres sonlos grupos más vulnerables. Sin embargo, es unhecho que a la fecha no existen aún estadísticasprecisas, que informen sobre las características delconsumo de alcohol en las diversas comunidadesindígenas del país.

De acuerdo con el Plan Nacional de Desarrollo2001-2006, y con el Programa Nacional de Salud, elconsumo de alcohol está asociado a las principalescausas de muerte para población general: cirrosis he-

pática y accidentes. También está asociado con pro-blemas de ausentismo laboral y de violencia intrafa-miliar, panorama que puede esperarse también en elámbito indígena. Sin embargo, es necesario recono-cer que los recursos que se destinan actualmentepara la atención de la salud de los pueblos indígenasson todavía insuficientes. Aunado a ello, las oportu-nidades de empleo, educación, alimentación, vivien-da, agua potable y servicios básicos, tampoco sonsuficientes para los indígenas en México.

En materia de adicciones, se ha considerado laimportancia de favorecer acciones particularmentedirigidas a la atención del alcoholismo, por ser el tipode adicción que con mayor frecuencia se ha detecta-do en el medio indígena. Consideramos que la reduc-ción de las tasas de prevalencia de enfermedadesrelacionadas con el abuso en el consumo de alcoholy el alcoholismo, así como la modificación de los

2. La Prevención del Consumo de Alcohol y Alcoholismo en Pueblos IndígenasLic. José Castrejón Vacio, Director de Vinculación Sectorial del Consejo Nacional Contra las Adicciones

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patrones de consumo de alcohol en las comunidadesindígenas a través de acciones de prevención, lejos detrastocar su entorno tradicional, podrán favorecer eldesarrollo de estilos de vida más saludables que re-dunden en beneficio de la colectividad.

Al respecto, en el sector salud existen actualmentedos vertientes que si bien se complementan, cuentancomo base con dos puntos de partida: uno es la parti-cipación de las organizaciones de la sociedad civil, y otroes el de las instituciones de salud que tienen ya unaamplia experiencia en el desarrollo de modelos preven-tivos y de atención al enfermo alcohólico.

La vertiente que corresponde al Programa de Sa-lud y Nutrición para los Pueblos Indígenas, proponeimpulsar programas de prevención, control y rehabi-litación del alcoholismo, en estrecha coordinación conel Programa de Prevención del Abuso en el Consumo deBebidas Alcohólicas y Alcoholismo, la Comisión Nacio-nal para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, y lasorganizaciones locales de grupos de autoayuda.

Por su parte, el Programa contra el Alcoholismo yAbuso de Bebidas Alcohólicas estima que el abuso enel consumo y la dependencia del alcohol en losmedios rurales e indígenas, es equivalente al de laszonas urbanas, y considera que las tasas de mortali-dad por cirrosis hepática alcohólica y muertes violen-tas, son un indicador indirecto de la magnitud delproblema a nivel local y nacional. Asimismo, planteaque los retos son: que aún no existen acciones pre-ventivas ni servicios de tratamiento especialmentediseñados para atender a estos grupos vulnerables dela población, y que se desconoce el estado que guar-da el consumo de bebidas alcohólicas en el mediorural y en la población indígena.

Es por ello que el Programa contra el Alcoholismoy el Abuso de Bebidas Alcohólicas contempla entre

sus estrategias la elaboración de materiales educa-tivos para comunidades indígenas, considerando elenfoque de género, así como la realización de en-cuestas para generar información sobre patrones ytendencias de consumo en esta población.

1. Una primera aproximación se llevó a cabo enjunio de 2002, cuando el Secretario de Salud, Dr.Julio Frenk, presentó en el municipio de Amealcode Bonfil, Querétaro el Programa de Prevención delAbuso en el Consumo de Bebidas Alcohólicas yAlcoholismo en la Población Indígena, con el cual–por primera vez– se aplicaron recursos concretospara atender al sector indígena, en el mismo sitioen donde se está generando una demanda de ser-vicios en materia de prevención y tratamiento delabuso en el consumo de bebidas alcohólicas yalcoholismo.

Este primer Programa ha sido retomado yadaptado para su aplicación en algunas otrascomunidades del país. Entre ellas destacan las pro-puestas denominadas “Estrategias de IntervenciónPreventiva del Abuso de Bebidas Alcohólicas y elAlcoholismo en Población Indígena Wixarika de laZona Norte del Estado de Jalisco” y “Huasteca Sobria.Acciones de Prevención del Alcoholismo en PoblaciónIndígena”, que los Consejos Estatales contra lasAdicciones de Jalisco y San Luis Potosí, respectiva-mente, han puesto en práctica con alentadoresresultados que se muestran en esta edición.

Todas las contribuciones que aparecen en estapublicación pretenden generar un marco de referen-cia modesto pero sustantivo, para fundamentar eldiseño de nuevas propuestas de trabajo, que con-tribuyan de manera significativa al desarrollo de lascomunidades indígenas mexicanas, desde la perspec-tiva de la prevención de las adicciones.

Situación presente

Retos para la atención del alcoholismo en pueblos indígenas

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Agradezco a los organizadores de esta reunión lainvitación que me formularon para presentar unaponencia sobre el alcoholismo entre los pueblos in-dios, problemática que asumo con honda preocu-pación en mi triple carácter de indígena oriunda delestado de Hidalgo, de Titular de la Oficina de Repre-sentación para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas,y de testigo involuntaria de situaciones en las que laalcoholización impone su sello destructor de sereshumanos, y de relaciones familiares y sociales.

Hace pocos días, un periódico de circulación na-cional destacaba en una larga nota: “Encabeza Hi-dalgo muertes por alcohol” (1), y ordenaba cifras,recogía el testimonio de especialistas y promotoresde programas de autoayuda, y señalaba el impac-to del alcoholismo en la mortalidad de la poblaciónadulta, en general, y de los pueblos ñahñu y nahua, enparticular. Quisiera detenerme a analizar algunos delos aspectos señalados en el reportaje, no tanto por laíndole de los datos (muchos de ellos desactualizados,aunque importantes), sino porque los salubristas e in-vestigadores entrevistados enfatizaban un aspectoque quisiera subrayar: me refiero a la asociación exis-tente entre un conjunto de causas de muerteocasionadas por el alcoholismo, y que frecuente-mente la estadística médica separa o disgrega. Elhecho es significativo porque la presentación de losdatos disgregados o desagregados, tiende a diluir laasociación entre las causas, produciendo como con-

* Esta ponencia fue presentada el 12 de octubre de 2001, en elCongreso Internacional de Salud Mental y Adicciones: del NivelMolecular al Social, en el Auditorio de la Escuela Médico Militar,cuando Xóchitl Gálvez Ruiz fungía como Titular de la Oficinade Representación para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, dela Presidencia de la República, ORDPI.

secuencia directa una atenuación cuantitativa delproblema alcoholismo y del proceso de alcoholi-zación, de su letalidad real y de la magnitud de susefectos negativos.

En la investigación denominada “Prevalencia,conocimiento, actitudes, información y legislación so-bre alcoholismo en el estado”, realizada por la Secre-taría de Desarrollo Social del estado de Hidalgo en1992 y considerada la más completa que se ha rea-lizado a la fecha en esa entidad, se anota que en 1991se presentaron 444 homicidios en el estado, de losque, por lo menos, un 50% tuvieron que ver de ma-nera directa o indirecta con el consumo de bebidasembriagantes. De las 177 violaciones denunciadas enlos distritos de Pachuca, Actopan y Tulancingo para elmismo 1991, en el 55% de los casos el agresor habíaingerido alcohol antes del hecho. En la misma en-cuesta el alcoholismo aparece estrechamente asocia-do al desempleo, la desnutrición, los accidentes detránsito, domésticos y laborales, la desintegración fa-miliar, y las riñas callejeras (2).

A las cifras ofrecidas por los investigadores hi-dalguenses (Cuadro 1) se puede añadir el dato re-cogido en los Reportes de Mortalidad por Causa, de laDirección de General de Epidemiología de la SSA,que señala que Puebla, Tlaxcala, Estado de México,Hidalgo y Querétaro (en ese orden) presentaron enel año 2000 las tasas más altas de mortalidad por ci-rrosis hepática.

3. El alcoholismo en las poblaciones indígenas de México*Xóchitl Gálvez Ruiz

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En efecto, cuando se analizan con cierto detalle losefectos producidos por las variables que intervienenen la configuración de este complejo socio-patológi-co, la conclusión forzosa es la de que el problema delalcoholismo en México presenta las características ydimensiones de lo que podría calificarse –sin exage-ración– como una auténtica tragedia nacional.

Para ejemplificar lo anterior tomemos el casode la mortalidad. A juicio de varios autores, los de-cesos asociados al alcoholismo constituyen laprimera causa de muerte en población econó-micamente activa. Como señalé, las estadísticasdel Sector Salud no ofrecen cuadros integrados dela patología vinculada al alcoholismo, en razónde los criterios con que son clasificadas (nacional einternacionalmente) las enfermedades o las causasde muerte. El examen de la información epidemio-lógica muestra –incluso a los ojos de los no especialis-tas, como es el caso de la autora de esta ponencia– unaclara fragmentación de las cifras relativas a fenóme-nos que en la realidad concreta son concurrentes.

En efecto, si se sumaran los datos de mortali-dad por: a) enfermedad alcohólica del hígado;b) síndrome de dependencia del alcohol; c) ho-micidios causados por un agresor alcoholizado; d)suicidios en los que la alcoholización fue determi-nante; y e) accidentes (de tránsito, de trabajo,domésticos) en cuya causalidad participa la alco-holización; los resultados mostrarían una panora-ma mucho más dramático del que se obtieneincluso con las cifras desagregadas. Aún presen-tando el registro del daño de la manera en que sehace habitualmente, vemos que los datos son su-mamente significativos, en especial entre lapoblación económicamente activa o en aquelsegmento que se ha llamado “población en edadproductiva”. Agrego, de paso, que en las comu-nidades indígenas la “población económica-mente activa” o “la población en edad productiva”puede identificársela a edades más tempranasque en el resto de la sociedad nacional. Obser-vemos el panorama en los siguientes cuadros:

Situación presente

Cuadro 1. Número de defunciones y tasa de mortalidad por cirrosis hepática en la RepúblicaMexicana y en el estado de Hidalgo.

Año

198019811982198319841985

Número demuertes

14,82614,82016,08816,77516,66617,410

Tasa

21.421.822.022.422.022.3

Número demuertes

770805891

1,0911,032827

Tasa

49.351.055.066.060.047.3

Fuente: Instituto Nacional de Neurología. Tasa por 100 mil habitantes.

Retos para la atención del alcoholismo en pueblos indígenas

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En su informe sobre los resultados de la EncuestaNacional de Adicciones 1998, el propio Consejo Na-cional para el Control de las Adicciones (CONADIC)produjo una integración de los datos que muestranla participación del alcohol en la génesis de numero-sas patologías que conducen a la muerte, en un altoporcentaje de los accidentes y las agresiones, en lapérdida de años de vida saludable, en la desinte-gración familiar y en el ausentismo laboral. Entre otrasinformaciones importantes, el CONADIC señala queen comparación con países desarrollados de Europa yAsia, y con los latinoamericanos, México ocupa elsegundo lugar en mortalidad de hombres –sólo su-perado por Hungría– y el tercero en mujeres por ci-rrosis hepática (3).

El hecho de que me haya detenido a considerar laforma en que se presentan los datos en la estadísticaepidemiológica tiene una gran importancia para mitema, pues como veremos enseguida, los registros demorbilidad y mortalidad específicos para poblaciónindígena constituyen un serio obstáculo para apreciarla magnitud real de los fenómenos. Lamentable-mente, las soluciones prácticas para sortearlo aún nose instrumentan o sólo aparecen registrados en estu-dios especiales.

Al señalar que el alcoholismo constituye un granproblema de salud pública en México y en el mundo,no estoy diciendo nada nuevo. Sin embargo, la ne-cesidad de enfatizarlo se relaciona directamente conun fenómeno de nuestra sociedad, en general, y de

Cuadro 2. Causas de muerte relacionadas con el consumo de alcohol en la República Mexicana, 1999.

Mortalidad general

4a. Accidentes5a. Enfermedad alcohólica del hígado9a. Agresiones (Homicidios)18a. Lesiones autoinfligidas (Suicidio)

Mortalidad de población en edad productiva

2a. Accidentes4a. Enfermedad alcohólica del hígado6a. Agresiones (Homicidios)9a. Suicidios12a. Síndrome de dependencia del alcohol

Cuadro 3. Causas de mortalidad por grupos de edad, 1999.

Población de 25/34 años

1a. Accidentes2a. Agresiones (Homicidios)5a. Enfermedad alcohólica

del hígado7a. Suicidios15a. Síndrome de depen-

dencia del alcohol

Población de 35/44 años

1a. Accidentes2a. Enfermedad alcohólica

del hígado4a. Agresiones (Homicidios)9a. Síndrome de dependen-

cia del alcohol

Población de 45/54 años

2a. Enfermedad alcohólica del hígado

5a. Accidentes7a. Agresiones (Homicidios)8a. Síndrome de dependen-

cia del alcohol

Fuente: SSA, Estadísticas Básicas, Mortalidad, 1999. (Extraído de: www.ssa.gob.mx).

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las sociedades indígenas en particular. Me refiero a lacarga ideológica que está implícita en la valora-ción social del proceso de alcoholización, no sólo engran parte de la población, no sólo en amplios sectoresde las comunidades indígenas, sino también en nu-merosos estudios, en el propio cuerpo médico, en ladiscriminación sexista (de la que el machismo es sólouna de sus formas perversas), en la publicidad y en lasmúltiples formas que adoptan las opiniones sobre laingesta alcohólica, y que llevan a minimizar el proble-ma, a disimularlo en las cifras de la estadística y a for-jar una mitología que nos hace creer que “bebersocialmente”es un acto esencial de integración social.

Al igual que numerosos autores, me inclino a con-siderar el problema del alcoholismo como un grancomplejo cultural, económico-social, médico y psico-lógico. Sus repercusiones y la diversidad de escenariosen los que se expresa, así lo confirman. El abuso en elconsumo de bebidas alcohólicas y el alcoholismo–dice con razón el CONADIC–, “vulneran la salud y elbienestar no tan sólo del bebedor, sino de la sociedaden su conjunto, pues presenta un elevado costo para elpaís debido, entre otros factores, a su contribución enla mortalidad prematura, resultante de las enfer-medades asociadas, los accidentes y la violencia; a laspérdidas significativas en la productividad, así como ala inversión en la procuración de justicia. (...) Se ha esti-mado que el abuso de alcohol, por sí solo, representael 9% del peso total de la enfermedad en México. Lospadecimientos asociados con éste que provocan unamayor pérdida de días de vida saludable son: cirrosishepática (39%), la dependencia alcohólica (18%), laslesiones por accidentes de vehículos de motor (15%)y los homicidios (10%)” (4).

FUNSALUD, al analizar el “peso económico y socialde la enfermedad en México”, anota: “Cabe destacarque ocho de las 10 entidades nosológicas más im-portantes en los adultos jóvenes varones, están rela-cionadas en mayor o menor grado con el mismofactor de riesgo: el alcohol” (5).

Podría extenderme en la evocación de ideas y enel recuento de problemas que conforman al alco-

holismo y al proceso de alcoholización, como fenó-meno socio-psico-patológico en nuestro país. Creono haber sido, ni muchos menos, redundante. El pro-blema es de tal magnitud que toda insistencia no sólose justifica plenamente, sino que parece módicafrente a las consecuencias del alcoholismo en la so-ciedad mexicana. Valga, entonces, lo anterior comoprólogo a mi tema.

Es un asunto conocido el problema que presentala obtención de datos específicos sobre la poblaciónindígena. Varios factores concurren para que esto seaefectivamente así. En primer lugar, la distribuciónmisma de la población indígena: como ha señaladoun especialista en el tema: “Las comunidades indíge-nas se asocian en grupos que no preservan las divi-siones políticas ni administrativas. Por su dispersión ymovimiento los grupos etnolingüísticos ocupanespacios diferentes y disímbolos, por lo que no resul-ta muy útil manejar los datos indígenas como un con-junto compacto y perder de vista que la composiciónespacial y socioeconómica, de los distintos niveles ylugares donde de encuentran asentados, participa enla determinación de sus condiciones” (6).

Así las cosas, el universo de localidades que segúnel Conteo de Población y Vivienda 1995 del INEGItenía al menos un hablante de lengua indígena, erade 52,076, lo que implica no sólo un extenso universoque dificulta cualquier análisis, sino, sobre todo el he-cho de que el monto de los indígenas por localidadvaría significativamente, ya que en las localidades conpresencia indígena las magnitudes van “desde unohasta 90,569 hablantes” (7). La dispersión aparececorroborada por el hecho de que el 73.4% de losindígenas habita en localidades de menos de 2,500habitantes; en contraste, las localidades con 5,000 omás indígenas son sólo 93.

De lo anterior puede deducirse fácilmente laheterogeneidad que presenta este cuadro pobla-cional y los diversos problemas que de allí se de-rivan para la planificación, especialmente cuandose opta por promover la atención focalizada de losindígenas en virtud del reconocimiento de sus

Situación presente

Retos para la atención del alcoholismo en pueblos indígenas

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carencias y de sus particularidades socio-econó-micas y culturales.

A la dispersión se suma la marginación, sobre laque no me detendré salvo para señalar el hechode que si la falta de servicios es un rasgo característi-co de aquélla, las posibilidades de un registro epidemioló-gico exhaustivo se ven claramente limitadas por lainexistencia, en muchas localidades indígenas, de cen-tros de salud o de unidades médicas rurales, y sobretodo de unidades de segundo nivel donde podríanrealizarse diagnósticos más confiables del complejoproblema del alcoholismo, es decir, unidades dondefuera posible identificar cabalmente los indicadoresfísicos y orgánicos, los indicadores psíquico-psi-quiátricos y los indicadores sociales de él.

No obstante los progresos que se han hecho enmateria de registro epidemiológico (avance que per-mitió, por ejemplo, mostrar el impacto de la diabetesen las poblaciones rurales), es bien conocido el hechode que las tasas de subregistro pueden ser estadística-mente relevantes. Valga como ejemplo de lo anterior,esta información sobre la mortalidad materna en 17municipios de los Altos de Chiapas, recogida por Gra-ciela Freyermuth. Esta autora mostró que para el pe-riodo 1988-1992, Mitontic y Chalchihuitán presentaronlas tasas más bajas de mortalidad materna (incidenciade 0), en contraste con Oxchuc, que mostró una in-cidencia de 31/10,000. La razón –dice la autora– esque, en municipios como “Chalchihuitán, práctica-mente no existe la certificación de muertes para eseperiodo (...), en cambio, Oxchuc cuenta con una mayororganización alrededor de la salud, basada en una redde promotores capacitados mayormente por gruposreligiosos”(8). Lo anterior corrobora que el avance enel registro epidemiológico marcha, en general, en con-cordancia con la existencia de mejores servicios.

Un tercer problema resulta de algo que se haseñalado, con insistencia, a propósito de la salud delas poblaciones indígenas. Me refiero al hecho de queno se posee una epidemiología específica e integradaque resulte de haber identificado en la consulta quiénes indígena y quién no lo es. Es preciso reconocer los

esfuerzos recientes del Programa IMSS-OPORTUNI-DADES para distinguir en la estadística médica a lapoblación indígena que acude al servicio, pero en ge-neral se trata de una carencia que obstaculiza cualquieranálisis, incluido, por supuesto, el del alcoholismo.

Un cuarto problema se asocia directamente a lamigración. Desde la década de los 50, pero sobre todoen los últimos 20 años, la movilidad territorial de lapoblación indígena constituye uno de los hechosmás relevantes en la vida social de estas comuni-dades. Retengo de este fenómeno solamente susimplicaciones en materia de información epidemio-lógica, ya que, como han señalado algunos autores, esposible ver alteraciones muy importantes de la infor-mación sobre morbilidad de las poblaciones expulso-ras, dependiendo de la época del año elegida para ellevantamiento de los datos.

Finalmente, y éste quizás sea el dato más impor-tante, y a la vez paradójico: por los menos desde ladécada de los 30 México es, posiblemente, el paísque dispone de los mejores estudios sobre elproblema del alcoholismo y del proceso de alco-holización como un complejo socio-cultural en laspoblaciones indígenas. Obra de antropólogos na-cionales y extranjeros (e, incluso, de destacados psi-cólogos como Erich Fromm), el interés por el tema haproducido una extensa bibliografía y ha forjado unanotable tradición de investigaciones. Estas investi-gaciones establecen un parentesco con otros trabajoshistóricos, etnohistóricos (incluidos estudios de histo-ria económica sobre la producción alcoholera enMéxico), que nos ayudan a comprender mejor el com-plejo proceso de la alcoholización.

Con frecuencia se ha señalado la presencia cons-tante del alcohol en las sociedades indígenas, desdetiempos remotos hasta el presente. Creo que estedato evidente se ha usado tanto para señalar una ca-racterística común a todas las sociedades de la Tierra,como para sugerir (y a veces muchos más que eso)que la alcoholización es un rasgo inherente a la vida ya la “condición”indígena. El consumo prehispánico debebidas fermentadas (particularmente de pulque)

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probaría la “predisposición de los indígenas” a las bo-rracheras, ya sean logradas en el marco ritual, festivo oen el beber solitario. No me extenderé en el tema,pero quiero anotar que en realidad se dispone demuy poca información sobre esta práctica en épocasanteriores a la conquista.

Los textos coloniales del siglo XVI que se refieren altema fueron escritos –sin excepción– cuando la es-pectacular caída demográfica de la Nueva España erauna realidad irreversible y dramática, cuando la mayorparte de las estructuras sociales prehispánicas habíansido pulverizadas por la conquista y la dominaciónespañolas, cuando se comenzaban a conocer los pro-cesos de destilación que formaban parte de la tec-nología europea y cuando las religiones prehispánicaseran fuertemente combatidas con el propósito deimplantar la religión de la Iglesia y del imperio.

Señalo este hecho por dos razones: la primera,porque los pocos testimonios que nos hablan de “có-mo eran las costumbres de los antiguos” muestran–como en el caso de los informantes nahuas de Sa-hagún– una actitud fuertemente crítica hacia la em-briaguez. Los textos insisten en las fuertes restriccionesimpuestas al consumo del pulque, permitido en oca-siones especiales sólo a ciertos sectores sociales o aquienes ya había alcanzado la madurez o la vejez, y losseveros castigos ante la violación de las normas. La se-gunda razón tiene que ver con el proceso de estigma-tización de los indígenas, visible hasta hoy en el temaespecífico del alcoholismo, cuando hasta el propio sec-tor médico asocia el consumo excesivo de alcohol conla pobreza, la marginación y la etnicidad, como lo prue-ban estudios realizados con médicos y pasantes en ser-vicio social de la SSA y del ISSSTE (9).

Este prejuicio ha llevado a enfatizar el compo-nente negativo de la ingesta, e incluso a suponer unfactor genético en los indígenas que los predispon-dría a beber, y a sufrir un daño mayor que el que laalcoholización produce en otros grupos “raciales”. Unespecialista en el tema, Eduardo Menéndez, señalaque “No cabe duda de que en el pasado –y aún en elpresente– el alcoholismo desempeñó un importante

papel en la estigmatización de los grupos indíge-nas. No sólo la teoría de la degeneración todavíavigente en la década de los cuarenta, que reapare-ció fuertemente en los setenta a través de pro-puestas genéticas específicamente referida a losindios americanos, y en los ochenta a través delsíndrome de alcoholismo fetal, sino toda una seriede estereotipos antiindígenas se basaron en la su-puesta existencia de un alcoholismo inveterado,incontrolable, violento, depauperante” (10).

Esta tradición de estudios antropológicos sobreel alcoholismo en los pueblos indígenas de Méxicoha permitido disponer de una importante informa-ción que muestra las fuertes diferencias que asumeel proceso de alcoholización en los también dife-rentes grupos étnicos y, sobre todo, mostrar quedicho proceso es socialmente muy complejo, queel proceso de alcoholización es una construc-ción cultural en cualquier sociedad, y no sola-mente entre los pueblos indígenas.

El aporte de los estudios antropológicos deberíaser tomado mucho más en cuenta en los programasde salud, especialmente porque permite distinguirentre el alcoholismo y el proceso de alcoholiza-ción. El primero es “un concepto que se refiereexplícita o implícitamente a las consecuencias pa-tológicas generadas por el consumo de alcohol”,mientras que el segundo “es un término que colocala ingesta dentro de un proceso que la instituye y leda funcionalidades específicas dentro del juego derelaciones dominantes en una sociedad o culturadeterminada” (11).

Creo importante detenerme un momento acomentar más ampliamente esta distinción entrealcoholismo y proceso de alcoholización. En términosgenerales, estos estudios tienen el mérito indudablede haber mostrado la función de la ingesta de alcoholen las poblaciones indígenas. Gracias a ellos po-seemos muy buenos datos acerca de cómo unadependencia es construida socialmente, pues ha sidoestablecida como un elemento integrador de las rela-ciones, sean estas positivas o negativas.

Situación presente

Retos para la atención del alcoholismo en pueblos indígenas

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El proceso de alcoholización muestra que el alcoholpuede estar más o menos jerarquizado, y que puedeser percibido por distintos actores sociales como unelemento esencial de las patologías o como un factorde funcionalidad positiva. Juan Luis Sariego, al investi-gar los modelos de trabajo indigenista en la Tara-humara, ha señalado que el patrón de dispersión de laspoblaciones no permite hablar de “comunidades”rará-muris propiamente dichas, y que uno de los pocosmecanismos que vinculan a los pobladores de es-tos ranchos o caseríos muy distantes unos de otroses lo que él llama “la red del tesgüino”, es decir, el sis-tema de asociación para las fiestas en las que la bebidaobtenida del maíz fermentado cumple una notablefunción ritual, parental, mercantil, religiosa y social.

Esta literatura nos permite reconocer que variasde esas “funciones”del alcohol han sido impuestas enun proceso histórico de dominación, sea ésta extra ointra-comunitaria. El uso del alcohol como factor de“enganche” laboral es ejemplo del primer caso; laobligación de costear el alcohol en muchos de los sis-temas de mayordomías, por parte del mayordomodesignado, es un ejemplo de lo segundo.

Esta conformación histórica del proceso dealcoholización, resulta esencial para comprendermuchos de los comportamientos de los grupos indí-genas de hoy. En su clásico estudio sobre el alcoholis-mo en Chamula, Chiapas, Julio de la Fuente señalaba:“La producción, distribución y consumo de bebidasalcohólicas fueron entre los mayas actos de natu-raleza curativa, sacra y ceremonial, aun cuandoexistiese también consumo de tipo secular. En con-siderable medida estas características persisten entreestos grupos, pero cada vez más secularizadas. La se-cularización puede ser atribuida a la introducción delaguardiente; éste se producía y consumía en la regióndesde el siglo XVII, y sus efectos destructivos fue-ron tempranamente reconocidos tanto por los indioscomo por los españoles.

Pese a los efectos negativos, el uso del aguar-diente se integró rápidamente en las culturas indíge-nas. El carácter sagrado del consumo de alcohol, la

notable integración cultural del mismo, su función enla integración del grupo y al mismo tiempo sus efec-tos negativos constituirán una guía para analizar el roldel consumo del alcohol en estas culturas, así comopara poder explicar las dificultades que se oponen asu eliminación o a la modificación de las pautas deconsumo”(12).

El alcohol juega un papel esencial en la sociabili-dad de las fiestas del santo patrono, en la concer-tación de matrimonios, en la reciprocidad del com-padrazgo, en las ceremonias agrícolas, en numerososritos de paso, en diversas curaciones de la medicinatradicional y en el pago de estas mismas curaciones.Pero junto a estas funciones armonizadoras de la so-ciabilidad, no es posible disimular sus repercusionesnegativas:

1. El gasto en alcohol (que en ciertos grupos su-pera al invertido en alimentos) contribuye a perpe-tuar la pobreza resultante de los bajos ingresos;

2. El consumo de alcoholes adulterados o de pési-ma calidad que afectan drásticamente al organismo;

3. La vinculación de la alcoholización al delito (y nosólo como motor de la violencia, sino por la asociacióndelictuosa ligada a la producción clandestina, al contra-bando o a la venta de productos adulterados);

4. El daño físico en organismos que han sufridoprocesos crónicos de desnutrición y parasitosis, pro-vocando un proceso diferencial de mortalidad muysuperior a la de otros sectores sociales mejor nutridosque, incluso, pueden consumir mayores cantidades dealcohol absoluto o de mejores calidades;

5. Las relaciones de dominación por depen-dencia alcohólica (por ejemplo, por deudas o “fa-vores” de la reciprocidad);

6. El predominio claro de una patología individualy grupal que se traduce en altas tasas de homicidios,suicidios, cirrosis, síndrome de dependencia del alco-hol, padecimientos cardiovasculares, etcétera.

En esta literatura antropológica sobre el alcoholis-mo en los pueblos indígenas hay diferencias de en-foque. Son numerosos los autores que subrayan lafunción social positiva del consumo de alcohol, pero

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conceden mucha menos importancia a los daños;otros –especialmente autores mexicanos como Ricar-do Pozas o Julio de la Fuente, y norteamericanos comoRuth Bunzel– han producido obras que equilibran lavisión entre la capacidad integradora, armonizadora eidentitaria del proceso de alcoholización y el análisis delos daños, la dependencia, el control social y la pobreza,el delito, la enfermedad y la muerte.

Un elemento que sólo en los últimos años hasido subrayado es la función del alcoholismo en lasrelaciones hombre-mujer, y las formas sutiles o bru-tales que esa relación adquiere. Al mismo tiempo, yseguramente como resultado de mecanismos com-plejos poco conocidos, es notable el incremento delconsumo femenino de bebidas alcohólicas, tanto enlas sociedades indígenas como en el conjunto de lapoblación mexicana. Este incremento en muchoscasos no ha hecho sino incrementar la dominaciónmasculina.

Pero, es preciso subrayar, la función del alcoholdebe ser una vez más comprendida en un contextomás amplio, ya que no es sino una manifestaciónde una estructura del machismo y de la formación deuna ideología dominante e irresponsable. En las rela-ciones hombre-mujer, “en numerosos grupos indí-genas el alcohol sería el principal instrumento de laviolencia contra las mujeres. Pero, para nosotros, di-cha violencia es sólo la expresión más dramática delproceso global de la subordinación de la mujer alvarón, proceso que es marcado simbólicamente porel alcohol a través de todo el ciclo de vida familiar, queva desde el contrato y las ceremonias matrimoniales,pasando por el ciclo de vida en común a nivel de lafamilia extensa hasta llegar a la muerte. Separar la vio-lencia alcoholizada contra la mujer de todos los cere-moniales alcoholizados que operan en la relaciónhombre/mujer en el contexto de la comunidad, limitaobservar y comprender la complejidad y profundidadde este sistema de subordinación marcado en casitodos sus pasos por el alcohol” (13).

La idea de que la irresponsabilidad bajo los efectosde la alcoholización, es decir, la aceptación social de

que la conducta del “borracho” (del “bolo”, como sedice en los Altos de Chiapas) no es una conductapunible, es característico de muchos estratos socialesy, entre ellos, de diversos grupos indígenas. Bajo losefectos del alcohol “se dicen verdades” contra la au-toridad, se revelan comportamientos que en otrasocasiones son objeto incluso de severo control. Bajolos efectos del alcohol, se muestran tanto las pa-tologías sociales como las patologías orgánicas.

Como en otros aspectos de la vida ciudadana,asistimos en el México de hoy a una revisión de laspolíticas, los programas y las intervenciones del Es-tado. Dentro de estas tareas, el enfoque de los pro-gramas para el control de las adicciones y de ladependencia al alcohol debe ser objeto de un traba-jo sin prejuicios, eficaz y valiente. Debemos estar cons-cientes que al tratar de manera integral el problema delalcoholismo y del proceso de alcoholización, nos en-frentamos a enormes prejuicios, a inercias, a poderososintereses y a la existencia de modelos que han permiti-do que el problema adquiera proporciones alarmantes.La tarea es, en buena medida, educativa: desde los con-tenidos de la escuela primaria hasta los programas deformación de médicos y personal auxiliar de salud. Perotambién deben recuperarse las experiencias de au-toayuda y las enseñanzas de las investigaciones de lasciencias sociales dedicadas al tema, material que mu-chas veces es ignorado en la cátedra universitaria o enla planeación en salud.

Debemos contar con una mejor legislación y connormas actualizadas para regular las actividades delos diferentes sectores involucrados, sean estos sa-nitarios, industriales, comerciales, educativos o publi-citarios. Y, para el caso específico de las poblacionesindígenas, contar con mejores sistemas de registro,con una comprensión de los mecanismos culturalesprofundos que están contribuyendo al daño, con pro-fesionistas o agentes comunitarios formados específi-camente en el tema, con la ayuda de otros programasque permitan un desarrollo pleno de las comu-nidades, con políticas sistemáticamente aplicadasque revaloren el papel de la mujer y combatan las si-

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tuaciones de dominación y discriminación. Esta es-trategia hacia los pueblos indígenas no puede ignorarlo que muchos estudios han probado desde hace

1. Reforma, México, 9 de septiembre de 2001, p. 24.

2. Idem.3. SSA, Consejo Nacional Contra las Adicciones

(CONADIC). “Programa contra el alcoholismo y abuso de bebidas alcohólicas” en Encuesta Nacionalde Adicciones 1998, México, SSA, 1999, p. 21.

4. Ibíd., p. 2.5. Lozano, R. et al. “El peso de la enfermedad en México:

un doble reto”, México, FUNSALUD, 1994, p. 51.6. De la Vega, S. “Índice de desarrollo social de los pue-

blos indígenas”, México, INI (en prensa).7. Ibíd.8. Freyermuth, G. “Muerte materna en los Altos de

Chiapas”, en INI-PNUD, Estado del desarrollo

años: que el alcoholismo daña mucho más a aquellosque ya de por sí son física, social y psicológicamentemás vulnerables.

económico y social de los pueblos indígenas de México. Primer informe, México, INI-PNUD, 2000, Vol. I, p. 59.

9. Véase el minucioso trabajo de E. Menéndez y R. Di Pardo, De algunos alcoholismos y algunos saberes. Atención primaria y proceso de alcoholización, México, CIESAS, 1996.

10. Menéndez, E. “Alcoholismo, alcoholización y grupos étnicos: algunas reflexiones”, en INI-PNUD, op. cit., p.274.

11. Menéndez, E. “Antropología del alcoholismo en México”, México, CIESAS, 1991.

12. De la Fuente, J. “Alcoholismo y sociedad” en: Menéndez, E., op. cit., 1991, p. 176.

13. Menéndez, E. “Alcoholismo...”, op. cit., 274.

Referencias

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El abuso de drogas, que tan graves problemas haacarreado a la humanidad, no es un fenómeno nuevoen la historia y se encuentra muy ligado al fenómenocultural, y en particular, al religioso2. Sin embargo, elconsumo ritual de algunas de ellas, se encuentrainmerso en un contexto diferente. Un claro ejemplo,es el de la droga legal de mayor consumo y la que

más problemas de adicción causa en todo el mundoy en nuestro país: el alcohol. Respecto de la gravedaddel problema y del cómo enfocarlo culturalmente,mucho se ha escrito bajo la óptica de diversos ángu-los, tanto geográficos como temáticos: regionales,mundiales, de la nación o de una pequeña comu-nidad, o bien, desde el punto de vista médico,económico, antropológico, psicológico, social, etc.

De una rápida revisión acerca de los orígenes “na-cionales” de algunas drogas como el alcohol y de suvinculación con los aspectos rituales y religiosos, po-dríamos afirmar que lo que resulta evidente, es labúsqueda del hombre por encontrar nuevas satisfac-ciones en el uso de drogas, muchas veces, dentro deun contexto ritual y religioso3. Por ello, cabe puntua-lizar que una cosa es el consumo ritual, religioso y

II Escenario multiétnico

4. El consumo de bebidas alcohólicas y el alcoholismo en la población indígena mexicana.Antropólogo Luis A. Berruecos Vilalobos1

1 Antropólogo Social e Historiador. Profesor/Investigador Decano yTitular de Tiempo Completo del Departamento de RelacionesSociales de la Unidad Xochimilco, Universidad Autónoma Metro-politana (UAM-X) y Profesor de Asignatura en la Maestría enAdministración con Formación en Sistemas de Salud, División deEstudios de Posgrado de la Facultad de Contaduría y Adminis-tración, Universidad Nacional Autónoma de México. Ciudad deMéxico, [email protected] Ver de Luis Berruecos: “La Función de la Antropología en lasInvestigaciones sobre la Farmacodependencia".CEMEF INFORMA,Año II, Volumen II, No. 2, Febrero 15, 1974: pp. 1 y 9-14 (Primeraparte) y Año II, Volumen II, No.3, marzo 15 1974: pp. 1 y 4-14(Segunda parte). Publicación mensual del Centro Mexicano deEstudios de Farmacodependencia. (II parte reimpresa en el perió-dico El Día, Año XIII, No. 4326, Lunes 1o. de julio de 1974: pp. 1 y 12).

3 Ver el artículo de Luis Berruecos: “Las Naciones y sus Drogas". En:Liber- Addictus, Año 4, No. 23, Octubre, 1998: Ciudad de México:ContrAdicciones, Salud y Sociedad, A. C. y Liber- Ad, A. C., Ciudadde México: 10-13 pp.

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ocasional de drogas, con fines meramente deunidad en la identidad y en un marco meramentereligioso y otra muy diferente es el abuso y la into-xicación así como la enfermedad provocada por elconsumo cotidiano de estas drogas, pero decualquier manera, el alcoholismo y el consumoinmoderado de bebidas alcohólicas (uso y abuso)que tiene graves consecuencias no sólo para elindividuo sino también para su familia y la so-ciedad en general; es considerado como uno deesos problemas multifacéticos que atañen a todala comunidad y que deben tenerse en consi-deración no únicamente en su relación con lasalud individual, sino dentro del campo de losespecialistas en las ciencias de la salud mental y delas ciencias sociales4.

Si en los países desarrollados el alcoholismoconstituye, sin duda alguna, uno de los gravesproblemas sociales, es todavía mayor en los países endesarrollo como el nuestro en donde el desem-pleo, la carestía de la vida y la desnutrición,además de otros problemas, se conjugan, dandopor resultado efectos desastrosos. El daño que elalcohólico se causa a sí mismo y a los demás esenorme: si se considera solamente el costo per-sonal, se verá que el precio es muy alto, por lo queel consumo de drogas en los últimos años se havenido a sumar como un conflicto más a los yaderivados del desarrollo tecnológico y del cambioacelerado en los procesos sociales y culturales.Muchas personas han querido ver en ellas la salidaa una serie de situaciones de la vida cotidiana, sinprevenir las consecuencias que acarrean. Sin em-

bargo, se sabe que el uso de algunas drogas no esnada nuevo en la historia5.

Al uso o adicción a las drogas, llamado común-mente drogadicción, se le conoce en términoscientíficos como farmacodependencia, pero tam-bién recientemente se ha hablado de "problemascausados por el consumo de drogas" para abrirmás la definición. Se entiende por "farmacodepen-dencia", el estado físico y psíquico causado por lainteracción entre un organismo vivo y un fármaco,en donde se presentan modificaciones del com-portamiento y un impulso por ingerir el fármaco odroga de manera periódica, para evitar el malestarsufrido por la privación6,7.

El abuso de bebidas con alcohol en México no esun fenómeno reciente en tanto que ha sido docu-mentado desde el siglo XVI: también existe unaenorme variedad de bebidas fermentadas que erany son consumidas por los diferentes grupos indíge-nas que vivían y aún existen en el país8. Hoy en día,los patrones de consumo de alcohol entre las cul-turas indígenas muestran importantes variacionesque pueden oscilar desde una completa integracióndel alcohol en todos los aspectos de la vida, comosucede con los Chamula de Chiapas9 y el uso res-tringido a ciertas ocasiones entre los Rarámuri óTarahumares de Chihuahua10, hasta la diferenciaentre la orientación hacia la abstinencia entre aque-llos que han adoptado las religiones protestantes en

4 Ver el artículo de Luis Berruecos: "El punto de vista socioculturalsobre el alcoholismo". Addictus, Año I, No.1, marzo- abril, 1994, Ciu-dad de México: Ediciones Alternativas: 11-12.5 Ver el artículo de Luis Berruecos: “Farmacodependencia: El pro-blema social”. Humanidades, No.105, 28 de junio de 1995: 31 y26 pp. (1a.parte) y Humanidades, No.106, 16 de agosto de 1995: 3y 18 pp. (2a.parte). Universidad Nacional Autónoma de México,Ciudad de México.

6 OMS: XIII Informe del Comité de Expertos de la OrganizaciónMundial de la Salud en Drogas Toxicomanígenas. Serie de InformesTécnicos No. 273. Ginebra, Suiza: 1964.7 Ver el artículo de Luis Berruecos: "Aspectos Antropológicos delAlcoholismo". En: El Alcoholismo en México, T. II: Aspectos Sociales,Culturales y Económicos. Valentín Molina Piñeiro, Luis A. Berruecos V.y Luis Sánchez Medal, Editores. Fundación de InvestigacionesSociales, A. C., Ciudad de México: 1-16, 1983.8 Ver “Las etnias mexicanas y su consumo de alcohol”, de MaríaElena Medina Mora y Luis Berruecos Villalobos (en prensa).9 Bunzel, R. “The role of alcoholism in two Central American cul-tures”. Psychiatry 3:361-387, 1940.10 Kennedy, J.G.: “Tesgüino complex: the role of beer in Tarahumaraculture”. American Anthropologist 65:620-640. 1963.

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comparación con los miembros de las mismas et-nias, quienes permanecen católicos11.

Los estudios transculturales que han compartidometodologías similares en México y Estados Unidos,reportan que en México se tienen tasas más bajas dedependencia (8% en comparación con 18% en la po-blación norteamericana)12, tasas más altas de con-sumo poco frecuente y de grandes cantidades (24% y6%) y tasas menores de consumo frecuente de ba-jas cantidades (3% y 12%)13; se observan tambiéntasas más altas de ingreso a salas de urgencia con ni-veles positivos de alcohol en sangre (21% y 11%)14,sugiriendo que en México una proporción importan-

te de los problemas que se derivan del abuso de alco-hol son resultado de prácticas inadecuadas en per-sonas no dependientes15.

Comparaciones internacionales también ubican aMéxico en los primeros lugares de mortalidad de ci-rrosis hepática en el mundo con tasas de 22 muertespor 100,000 habitantes16. Las variaciones en los dife-rentes estados de la república son considerables conoscilaciones de 6.78 por 100,000 habitantes para losestados de Durango a 44.19 por 100,000 habitantesen el de Hidalgo que, por cierto, tiene las tasas másaltas17. De hecho, la sobre mortalidad por cirrosis se lo-caliza en la parte central del país, en los estados deMéxico, Hidalgo, Puebla y Tlaxcala que contienen al-tos porcentajes de población indígena. La tasa demortalidad por esta enfermedad en el Valle del Mez-quital, habitada por etnias Otomíes, se ha estimado en140 por 100,000 habitantes. Esta observación ha lleva-do a la hipótesis de la concurrencia de otros factoresde riesgo relacionados con factores genéticos nutri-cionales o daño al hígado18.

A pesar de la riqueza de información, poco se hase ha profundizado en el estudio del uso y abuso dealcohol y el alcoholismo y sus implicaciones en comu-nidades indígenas actuales, por lo que carecemos,por ejemplo, de cifras precisas sobre cirrosis hepáti-ca por consumo exagerado de alcohol entre estaspoblaciones. Por lo anterior, sería deseable realizar másinvestigación sobre los efectos del consumo inmo-

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11 Ver los artículos de Luis Berruecos: "El consumo del alcohol enalgunos grupos indígenas de México". Capítulo V del libro: El Al-coholismo en México: Negocio y Manipulación. Víctor M. BernalSahagún, Arturo Márquez Morales, Bernardo Navarro Benítez,Claudia Selser Ventura y Luis Berruecos Villalobos. México: EditorialNuestro Tiempo, 3a. Edición, agosto, 1989: 136-177pp. (1a. edición:1985); "El consumo del alcohol en algunos grupos indígenas deMéxico". En: ANALES, Revista del Departamento de RelacionesSociales, División de Ciencias Sociales y Humanidades, UniversidadAutónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, Ciudad de México.Año 2, Tomo 2, Número 4, 1985: 318-362; “¿Políticas públicas en laatención al consumo excesivo de alcohol y el alcoholismo en elMéxico rural?". En: Liber- Addictus, Año VIII, No. 53, Octubre, 2001:Ciudad de México: ContrAdicciones, Salud y Sociedad, A. C. y Liber-Ad, A. C.: 7-11 pp; “La investigación psicosocial y cultural acerca delconsumo del alcohol y el alcoholismo en México”. Revista Psiquis,Órgano Oficial de la Federación Mexicana de Sociedades Pro SaludMental, A. C. y del Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez,Ciudad de México, Número 4, Nueva Era, Vol.11, marzo- abril, 2002:pp.39-45 y “La investigación sobre el consumo de alcohol entre lapoblación indígena de México.” En: Liber- Addictus, Año XII, No. 85,mayo-junio, 2005: Ciudad de México: ContrAdicciones, Salud ySociedad, A. C. y Liber- Ad, A. C.: 9-15 pp.12 Vega W., Kolody B., Aguilar-Gaxiola S., Alderete E., Catalano R.,Caraveo, J. (1998) “Lifetime Prevalence of DSM-III-R PsychiatricDisorders Among Urban and Rural Mexican Americans in Califor-nia”. Arch Gen Psychiatry. Vol. 55, 771-778.13 Caetano, R. and Medina-Mora M. E. “Acculturation and Drinkingamong People of Mexican Descent in Mexico and the UnitedStates”. Journal of Studies on Alcohol, 49 (5) 462-471, 1988.14 Cherpitel, Ch., Parés A., Rodes, J., Rosovsky H.: “Drinking in theinjury event: A comparison of emergency room populations inthe US, Mexico and Spain”. International Journal of Addictions, 28,931-943, 1993.

15 Borges G., Cherpitel C., Medina-Mora, M.E., Mondragón L.,Casavuevas, L., (1999): “Alcohol consumption in ER patients and thegeneral population”, Alcoholism, Clinical and ExperimentalResearch, 22: 1986-1991.16 Secretaría de Salud. Dirección General de Estadística eInformática. Tabulación sobre Defunciones, 1970 y 1998.17 Secretaría de Salud, Dirección General de Epidemiología,Instituto Nacional de Psiquiatría, Consejo Nacional contra lasAdicciones. Encuestas Nacionales de Adicciones, Alcohol, México,1988, 1998, 2002.18 Narro- Robles J., Gutiérrez A., López-Cervantes M., Phil M., BorgesG., Rosovsky H.: “La Mortalidad por Cirrosis Hepática en México II.Exceso de Mortalidad y Consumo de Pulque”. Salud Pública deMéxico, 34 (4), 388-405, 1992.

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derado en estas poblaciones marginadas para estaren condiciones de diseñar programas preventivosacordes a su situación cultural.

México es y siempre ha sido un país pluriétnico ymulticultural, esto es, está conformado por varios gru-pos sociales de diversos orígenes que hablan lenguasdiferentes y tienen costumbres y modos de vida par-ticulares. Desde luego que la etnia mayor en la actua-lidad está representada por hablantes de la lenguaespañola y que mayoritariamente viven en centrosurbanos, pero hay un número considerable de ciu-dadanos que radican en el campo, en zonas rurales,que con economía básicamente de autoconsumo, sededican a la agricultura y que si bien conocen lalengua española y la usan para sus diversas transac-ciones comerciales, en realidad cotidianamente uti-lizan su propia lengua indígena y costumbres.

Estamos hablando de una población cuya dimen-sión en realidad casi nadie conoce en exactitud peroque podría oscilar entre los 10 millones de personassegún las fuentes oficiales y alcanzar hasta casi 16 mi-llones de acuerdo a otros investigadores: todo de-pende de cómo se clasifique a dicha población y loscriterios y parámetros que para tal efecto se utilicen.De cualquier manera, enfatizamos en aquéllas comu-nidades llamadas indígenas, tan desconocidas aúnpara la mayoría de los mexicanos19, uno de sus princi-pales problemas es el de una alta ingesta de alcoholaún cuando los patrones de consumo de alcohol enMéxico sean diversos20.

En cuanto a las etnias mexicanas, estamos ante unpanorama complejo por su pluralidad y por la situa-ción social, económica y política que viven dichas

poblaciones que, entre otros males, tienen el graveproblema del consumo exagerado de alcohol y lafalta de atención gubernamental, lo cual complica elestado de cosas. Resulta evidente que las consecuen-cias del consumo inmoderado del alcohol y el alco-holismo, si bien constituyen graves problemas desalud pública en los núcleos urbanos, lo son más aúnen regiones rurales e indígenas que no cuentan conacceso directo a los servicios de salud y otros apoyos,por lo cual resulta urgente realizar más acciones nosólo de investigación sobre los patrones de con-sumo en zonas indígenas y sus repercusiones enlos ámbitos individual, familiar, social y laboral, sinode prevención, tratamiento y rehabilitación quepermitan el diseño de mejores estrategias paraatender a la población ya enferma y prevenir queel mal siga creciendo.

Al decir que México es un país multiétnico y pluri-cultural, compuesto de diferentes grupos humanosque tienen también culturas diversas, se piensa quetodas aquéllas que no son occidentales en sus aspec-tos físicos y formas de vida, pertenecen a las comu-nidades indígenas, de las cuales en muchas ocasionesse sabe por los restos arqueológicos de sus antiguospueblos, ciudades y centros ceremoniales; o algu-nos otros aspectos tangibles de la cultura que hanpermanecido a través del tiempo y, afortunadamen-te, en nuestros museos.

Lo anterior nos remonta a la añeja discusión dequé es ser indio y qué no o por qué el censo sola-mente considera a los mayores de cinco años hablan-tes de lenguas indígenas cuando perfectamentesabemos que después de los dos, cualquier ser hu-mano puede hablar articuladamente aunque quizácon un vocabulario escaso y, desde luego, si es indí-gena, pues su propia lengua materna no es la comúndel país que es el español: de esta población, los quecuentan con tres y cuatro años, son eliminados indis-criminadamente, lo cual constituye un importanteporcentaje de habitantes.

Algunos otros errores pueden también atribuirseal hecho de que, muchas veces, al levantar los censos,

19 Ver el artículo de Luis Berruecos: “La Ingesta de alcohol en SanSebastián, Puebla”. En: Addictus, Año 3, No.10, abril- mayo, 1996:Ciudad de México: Ediciones Alternativas, 27-31.20 Ver el artículo de Luis Berruecos: "Aspectos culturales del con-sumo del alcohol en México." En: Alcohol Consumption AmongMexicans and Mexican-Americans: A Binational Perspective. Editedby M.Jean Gilbert. Spanish Speaking Mental Health ResearchCenter. University of California at Los Angeles, December, 1988,287 pp.: 85-102.

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la población no está en su lugar de origen, pues hansido expulsados por falta de trabajo o apoyos parael campo y emigran a otras partes, sobre todo a losEstados Unidos, en busca del sustento de sus fami-lias (la segunda fuente de ingresos de divisas, sedice, después del petróleo, en México) y eso no se con-signa, o aparecen en otras partes de la república adonde se han ido a ganar el dinero que las condicionesde vida de su localidad les obligó para sobrevivir, incre-mentando la población flotante de las ciudades endonde, al ser interrogados, reniegan de su pasadoindígena por temor a represalias de aquellos quetienen la responsabilidad de cuidar a los ciudada-nos. Muchos más radican temporalmente en elextranjero y no son considerados y otros, simple-mente, deciden cambiar de nombre o dejar de usarla lengua materna por razones tales como simple-mente proceder de un lugar: motozintlecos (mayas)de Motozintla.

Al respecto, y como punto de partida, tenemosque recordar que la actual sociedad mexicana es elresultado de la amalgamación de dos tipos de cul-turas: las que conforman un bloque de sociedadesindígenas autóctonas y la española y que cada una deellas aportó diferentes elementos sociales y cultu-rales que dieron por resultado la cultura mexicanaactual. De hecho, cabría discutir si puede hablarseentonces de “la” cultura mexicana o “las” culturas me-xicanas, dado que lo que caracteriza una cultura es lasuma de creencias, tradiciones, leyendas, lenguaje,formas de vestir y habitación, tecnología, etc. Cadagrupo tiene su manera peculiar de desenvolver estasfacetas que en conjunto denominamos cultura, yen nuestro país hay diferentes grupos: simplemente encuanto al lenguaje, encontramos alrededor de se-senta y cuatro grupos indígenas diferentes.

Es curioso señalar que la Comisión Nacional parael Desarrollo de los Pueblos Indígenas afirme que enMéxico se hablen 60 lenguas cuando en su propiapágina web si se suman, llegan a 68, mismas que arbi-trariamente agrupan en 21 familias. También es im-portante mencionar que variados son los problemas

que aquejan desde hace varias decenas de años a losindígenas mexicanos: salud, educación vivienda, ali-mentación, empleo, comunicaciones, alcoholismo, enfin, mejores condiciones de vida. Resulta paradójicoque, habiendo fundado un gran país, sus descendien-tes sean los que peor viven actualmente dentro de laestructura social y económica de México, a pesar dediversos movimientos armados que buscaban y con-tinúan haciéndolo, reivindicar sus derechos.

Es curioso destacar que la comisión que el actualgobierno conformó para la atención de los pueblosindígenas señale que, por una parte, estas comuni-dades estén integradas por más de 12 millones depersonas que constituyen más de la décima partede la población mexicana, distribuidos en cerca de 20mil localidades y que representan la mayor riqueza dela nación y son los que aportan más en recursoshumanos, naturales, territoriales y culturales a pesarde ser los más pobres de los mexicanos, y por otraparte indique que en 12 entidades de la República, seconcentran 5.4 millones de hablantes de lenguas indí-genas y que los restantes 678,000 están diseminadosen el resto de los estados: la contradicción de la propiaagencia oficial para este asunto es evidente: más de12 millones, por una parte, contra 5.4, esto es, 6.6de repente desaparecen como por arte de magia21.

También se afirma que 803 son los municipiosindígenas de México aunque en 2,330 de los 2 mil 428municipios, se registraron hablantes en 1995 (¡nadamás hace 10 años!). De nuevo la contradicción: ¿803 o2,330? México, dice la citada comisión, ocupa el octa-vo lugar mundial en población indígena y se hablan60 lenguas (no las 64 que señalan los expertos) y estosindígenas poseen una superficie que abarca la quintaparte del territorio nacional. Asimismo, se señala queel 70% de los recursos petroleros se extrae de estadoscon alta concentración indígena como Campeche,Tabasco y Chiapas y que las principales presashidroeléctricas del país como son Malpaso, la Angos-tura, Chicoasén, Aguamilpa y Presidente Alemán, se

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21 www.cdi.gob.mx: abril de 2005.

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ubican y abastecen de agua de los territorios indíge-nas, muchos de los cuales no cuentan con el vitallíquido.

Por otra parte, se afirma que los ejidos y comu-nidades agrarias en municipios indígenas, tienen enpropiedad el 60% de la vegetación arbolada, princi-palmente de bosques templados y selvas húmedas ysub húmedas, a pesar de los graves problemas queexisten en estas comunidades, en cuanto a la tenenciade la tierra y usufructo de sus recursos naturales.

Para finalizar, la Comisión refiere que los pueblosindígenas aportan el 67% de su población ocupadaen actividades agrícolas mientras que el resto de lanación solamente colabora con menos del 22% deella y que las principales áreas naturales protegidas seencuentran en municipios indígenas, muchas de lascuales son territorios sagrados y ceremoniales, conzonas arqueológicas que los pueblos indígenas recla-man como suyas. Así, mientras que para la citadacomisión son algo más que 12 millones de indígenaslos que hay en México, para el Consejo Nacional dePoblación sobrepasan los 13, concretamente 13.4 mi-llones, de los cuales se encuentran en edad reproduc-tiva más de las dos terceras partes (64.3 por ciento) yviven en poco más de 38 mil 700 localidades (20 milpara dicha comisión), con un patrón generalizadodemográfico que predomina en cuanto a un iniciotemprano de la maternidad, un reducido espacia-miento entre embarazos y una elevada fecundidad, loque contribuye al incremento de los riesgos para lasalud de las madres y de sus hijos22.

Asimismo, hay que destacar que según el ConsejoNacional de Población, existe un notable incrementode la migración de los habitantes de las zonas indíge-nas hacia las grandes ciudades donde actualmente yareside el 36% de ellos. Hay seis ciudades con más de100 mil indígenas que viven en condiciones muy pre-carias y existen prácticas de discriminación en los tresniveles de gobierno para abordar el tema indígena y

sus necesidades según la propia titular de la ComisiónNacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas23.En 38 mil 712 localidades, reporta CONAPO, conmás de 70% de población residente y en lugares demenos de 2,500 habitantes, el 35% tiene niveles de al-ta marginación y 60.7 de muy alta marginación,–cualquier cosa que a eso se refieran los términos– yel 90 por ciento de los pueblos indígenas están con-centrados en 12 estados: Oaxaca, Chiapas, Veracruz,Yucatán, Puebla, Hidalgo, Guerrero, Estado de México,San Luis Potosí, Quintana Roo, Michoacán y Cam-peche. Más de 175 mil niños de entre 6 y 17 años noasisten a la escuela, la esperanza de vida en estos gru-pos es de 73.7 y la mortalidad infantil de 279 por cadadiez mil nacimientos.

Por otra parte, El Banco Mundial afirma que el 11por ciento de los hogares mexicanos son indígenas enel medio rural en comunidades de menos de 15 milhabitantes: el 89.7 por ciento de estos habitantes viveen la extrema pobreza, participa en un 68 por cien-to en la fuerza laboral y obtienen ingresos equiva-lentes al 26 por ciento de lo que gana otra persona enzona no indígena24. Así vemos que en cuanto a lasetnias mexicanas, estamos ante un panorama com-plejo por su pluralidad y por la situación social, eco-nómica y política que viven dichas poblaciones que,entre otros males, tienen el grave problema del con-sumo exagerado de alcohol y la falta de atencióngubernamental, lo cual complica el estado de cosas,sobre todo si tomamos en cuenta que, además de lasbebidas comerciales, las etnias mexicanas producen almenos 172 fermentadas de las cuales el 87 por cientolo constituyen bebidas con contenido alcohólico ysolamente el 13 por ciento no contienen esta sustan-cia que altera el sistema nervioso central y, al ser unadroga, lo deprime, desinhibiendo al sujeto y permi-

22 Robles, Magdalena: “Campaña de anticoncepción para indíge-nas”. Milenio, Viernes 15 de abril de 2005: 12.

23 Consejo Nacional de Población: “Clasificación de localidades deMéxico según grado de presencia indígena”. La Jornada, Jueves19 de mayo, 2005: 21.24 Banco Mundial: “Pueblos indígenas, pobreza y desarrollohumano en América Latina: 1994-2004”, www.bancomundial.org,La Jornada, jueves 19 de mayo de 2005: 25.

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tiendo la liberación de sus impulsos reprimidos, lo cualconstituye, quizá, una de las poderosas razones porlas cuales se explica que el hombre consuma alcoholdesde siempre25.

Desde luego que la cantidad que señalamos debebidas y que existen ya en un listado donde ubi-camos su procedencia, forma de fabricación y demásdetalles, no agota las posibilidades de existencia deotras bebidas locales o regionales y tal vez las fuentesde información que sirvieron de base para este traba-jo, pudieran modificarse: lo anterior se debe primor-dialmente al hecho de que mucha de la informaciónproviene de diversas fuentes históricas, etnográficas ysociológicas, además de los innumerables trabajos decampo de este y otros investigadores que las reportanen sus trabajos publicados.

ResumenEl presente artículo aborda la dimensión socioculturaldel proceso de alcoholización así como los daños a lasalud que reporta el Sistema de Salud. El eje centraldel trabajo recupera el consumo de alcohol, la alco-holización y las consecuencias que acarrea desde unaperspectiva de proceso, ya que reconocemos las fun-ciones buenas y malas, ambiguas y contradictorias

Con este amplio ejemplo del problema del alco-holismo entre los indígenas, esperamos dejar en claroque la situación actual de los quizá más de quince mi-llones de indígenas de México, aunque los censosindiquen una cifra mucho menor, es verdaderamentepreocupante. Por ello no sorprende que en Chiapashaya habido un levantamiento en donde casi el 100%de las peticiones que se hacen, recaigan justamen-te dentro de las carencias señaladas. Ya es hora que elgobierno de la República preste atención a este im-portante sector de la población mexicana, no sólo engratitud a los descendientes de nuestros antepasadoscuyas grandes culturas florecieron en nuestro país yque son objeto ahora de la admiración de propios y ex-traños, sino también en razón del derecho que comomexicanos tienen a disfrutar de una mejor vida.

que cumple el instrumento alcohol en situaciónintercultural. Buscamos dar cuenta de las específicasformas en que en Juchitán, Oaxaca, se consumenbebidas alcohólicas de baja graduación, asociadas alo alimenticio, lo lúdico, lo festivo, lo religioso y latransacción social, que forman parte de la vida coti-diana de los zapotecos y no zapotecos.

En otras palabras, intentamos analizar la dimen-sión sociocultural de uno de los problemas másimportantes que están impactando negativamenteen zonas indígenas y de campesinado tradicional. Enlas estadísticas vitales se vienen registrando dañosasociados al consumo de alcohol, como la cirrosishepática y las muertes por abuso de alcohol; entanto que en los estudios socioantropológicos se do-cumenta la presencia del alcohol en riñas, violencia,accidentes, homicidios, suicidios y sobre todo, el au-mento en el consumo en mujeres y jóvenes. Unaaproximación intercultural nos está indicando que,en términos comparativos de la mortalidad por cau-

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25 Berruecos, Luis: "Bebidas y Licores de Hoy". En: Bebidas Nacio-nales. Guía México Desconocido No.18, Editorial Jilguero, S.A. deC.V., Ciudad de México, Noviembre 1994:50-84 y reimpreso en:Unicornio: Suplemento Científico y Cultural de “Por Esto”, Año 12,No. 619: pp. 3-6, domingo 16 de marzo de 2003. Mérida, Yu-catán, México.26 Ver otros trabajos: Lerín, S. y M. Miano (2001). Del beber ytomar en Juchitán, Oaxaca. En: Revista Cuiculco (7), 22:229-247.México, Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH).27 Profesor-investigador del Centro de Investigaciones yEstudios Superiores en Antropología Social (CIESAS). Asesor ala Coordinación de Salud y Alimentación para los PueblosIndígenas (SSA).

5. Alcoholismo, alcoholización y consumo de alcohol: un problema de salud en con-texto intercultural.26

Dr. Sergio Lerín Piñón27

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sa seleccionada entre población indígena y la po-blación nacional, la cirrosis ocupa el cuarto lugarpara ambos grupos, siendo las enfermedades cróni-cas las que más afectan a la población en general entanto que las infectocontagiosas causan la mayorletalidad entre la población indígena, lo que es unreferente inequitativo importante.28

Daños a la salud a causa del alcoholEn nuestro país, para el 2001 contamos con informa-ción oficial (SSA), en la que se señala que la mortalidadpor cirrosis hepática es tres veces más frecuente enhombres que en mujeres y en edad productiva, la tasade mortalidad es de las más altas del mundo, causan-do el daño más alto en el grupo de 45 a 65 años, tansólo atrás de los países del Este. Desde los años 90 lacirrosis hepática ha venido en aumento, alrededor de13%, aunque hay que aclarar que el sector salud afir-ma que este aumento es a causa de la cirrosis de ori-gen infeccioso y nutricional. Sin embargo, el sectorseñala que el 50% de estas muertes es debido al con-sumo de alcohol, al que hay que sumar la tasa demuertes por uso de alcohol que ocupa el puesto 18con una tasa de 4.17 por 100 000 habitantes.29

Si bien es cierto que la tasa de mortalidad por ci-rrosis hepática nacional es de 33.06 en hombres y10.20 en mujeres, no es menos cierto que estas cifrascausan más estragos en algunos estados del país queson los que cuentan con mayor presencia de po-blación indígena y campesinado tradicional. EnOaxaca, con una tasa de 50.17, la mortalidad de hom-bres supera con mucho a la media nacional, ocupa elquinto lugar, atrás de Yucatán, Veracruz, Hidalgo yQuerétaro; en tanto que en mujeres, con una tasa de11.83 también superior a la media nacional, ocupael noveno lugar, atrás de Yucatán, Hidalgo, Puebla,Veracruz, Morelos, Tlaxcala, Estado de México yCampeche.30

Los servicios de salud estatales de Oaxaca repor-tan para el 2001, que la tasa de mortalidad por en-fermedades del hígado (entre ellas la cirrosis hepática)ascendió a 3.62 ocupando el tercer lugar, en tantoque en el puesto 16 con una tasa del 0.96 se encuen-tra el síndrome de dependencia del alcohol. Sinembargo, en edad productiva las enfermedades delhígado (entre ellas la cirrosis) ocuparon el primer lugarde mortalidad con una tasa de 4.80, en tanto que elsíndrome de dependencia del alcohol subió al octavolugar con una tasa de 1.15.31

En Juchitán, la Jurisdicción Sanitaria número 2ISTMO, señala entre las causas de mortalidad generalpara el 2001, que el cuarto lugar lo ocupan las enfer-medades del hígado (cirrosis entre ellas), con una tasade 2.24, mientras el síndrome de dependencia delalcohol ocupa el lugar 18 con una tasa de 0.43. En edadproductiva se mantiene en cuarto lugar la mortali-dad por enfermedades del hígado (cirrosis entre ellas)con una tasa de 2.41 y sube al lugar 11 el síndrome dedependencia del alcohol con una tasa de 0.54.

Según el diagnóstico situacional sociodemográfi-co del 2001, elaborado por el personal del hospitalgeneral Dr. Macedonio Benítez Fuentes y las unidadesauxiliares de salud, Juchitán presenta un crecimientodemográfico de 1.6% y cuenta con una población de81,533 habitantes (48.3% hombres y un 51.0% mu-jeres) con un predominio de población joven querepresenta el 53.31%. También es mayoritaria en la co-munidad la población zapoteca.

Los hombres reportan los niveles más altos deocupación y las mujeres los más amplios en el sectorinformal, como la compraventa de bienes y servicios;la “fayuca” que es la venta de mercancía importada(que no paga impuestos) está, por ejemplo, controla-da por éstas. Existe el “dicho” (adagio popular) que eldinero lo portan las “tecas”, las mujeres son las prota-gonistas de la economía local y familiar. En la zona es

28 Secretaría de Salud (SSA) (2001). Programa de acción: salud ynutrición para los pueblos indígenas. México, SSA, p. 18.29 Secretaría de Salud (SSA) (2001). Salud México 2001:Información para la rendición de cuentas. México, SSA.

30 Secretaría de Salud (SSA) (2001). Op. cit.31 Secretaría de Salud de Oaxaca (SSO) (2005). Departamento deEstadística: Dirección de Planeación y Desarrollo. Disponible en:www.oaxaca.gob.mx/sso/salud.

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sumamente común que la mujer trabaje, que la fami-lia traspase bienes a las hijas para que inicien su propionegocio, los mercados son controlados por mujeres yel status de las familias se nota en el arreglo de susmujeres y las alhajas que usan, si son de oro tantomayor el prestigio. Se dice de estas tierras que es ellugar donde las mujeres mandan.

Beber, tomar y alcoholizarse en JuchitánSegún la percepción social (local y regional) a Juchitánse le asocian el consumo frecuente de bebidas alco-hólicas, las innumerables fiestas y sobre todo una ideade gran permisividad para el consumo de cerveza. Setrate de una fiesta, o de una sencilla reunión entre ami-gos, ésta no se concibe sin el ritual de la cerveza y sucompañera la botana, acompañada de música.Cualquier ocasión o compromiso social es una opor-tunidad para mandar a comprar un “cartón”, concerveza de por medio se conversa mejor y entrandoen un estado eufórico o parcialmente etilizado, unopuede comunicarse más a gusto y entrar en compli-cidad e identificación con el otro, con los otros.

Beber, tomar, alcoholizarse e incluso emborra-charse la mayoría de las veces es connotado comoalgo positivo y sólo en contados eventos se le calificacomo negativo, claro según sean las circunstancias,el contexto, el grupo, los sujetos, su estado de ánimo,si se es hombre, mujer, niño, adolescente o anciano.

Heath (1974)32 es uno de los antropólogos quemejor recupera la orientación sociocultural, que esfundamental en los estudios de los hechos sociales endonde tiene un papel institucionalizado el instrumen-to alcohol. Según este autor, los factores sociocultu-ralesafectan: “no sólo la decisión de sí un individuobeberá o no alcohol, sino también, que clase de alcoholbeberá (o no), dónde, cuándo, cómo, en compañía dequién, con qué utensilios, y en asociación con qué pa-labras, gestos, actitudes, etc., y –con evidencia creciente–

aún (en grado significativo) cómo será afectado por elalcohol” (1974:99).

En la fiesta, por supuesto, no debe ni puede faltarcerveza, si ésta escasea el anfitrión que en muchoscasos es el “mayordomo”(cargo religioso) es sanciona-do por la comunidad, se le considera por lo menostacaño y puede ver disminuido su prestigio. En la fies-ta, no hay ambiente si no está bien dotada de cerveza,y aquel que no bebe, es mal visto y tal vez más san-cionado que el alcohólico, también el que no bebe alritmo de la “costumbre” es visto con desconfianza yconmiseración.

En Juchitán los mecanismos de control para beberson muy laxos y poco regulados, si los vemos en re-lación con el excelente trabajo de Pozas (1998)33 pa-ra la comunidad chamula (de origen maya) a través delrol de niño copero, quien respeta la ronda, el tiempoy la cantidad de bebida conforme al status y jerarquíade los participantes; similar hallazgo es descrito porBunzel (1940, 1976)34.

En cuanto a la norma de beber podemos afirmarque es tan mal visto el que no bebe como el quebebe en exceso, entre estos estados transita la normadel beber en Juchitán, a la cual es muy difícil sus-traerse, por lo cual es un deber apreciar a los sujetosque logran dejar de tomar en estos contextos. Enmuchas localidades del México indio la cruel realidaddel alcoholismo, plasmada por Juan Pérez Jolote ensu relato de vida, se observa el drama del bebedorque cumple con la regla: “A mi casa vienen a bebertodos los días mis compañeros que llegan a comprar; medan de lo que toman, y con todos tomo yo. 'Ya no tomes

Escenario multiétnico

32 Heath, D.B. (1974). Perspectivas socioculturales del alcohol enAmérica Latina. En: Acta psiquiátrica y psicológica de AméricaLatina, 20:99-111.

33 Pozas, R. (1998). Juan Pérez Jolote. Biografía de un tzotzil. México,Fondo de Cultura Económica.34 Bunzel, R. (1940). El rol del alcoholismo en dos culturas cen-troamericanas. En: Menéndez, E. L. (1991). Antropología del alco-holismo en México. Los límites culturales de la economía política1930-1979. México, CIESAS, Ediciones de la Casa Chata 36, p. 201-246 y Bunzel, R. (1976). Chamula y Chichicastenango: una revisión.En: Menéndez, E. L. (ed.) (1991). Antropología del alcoholismo enMéxico. Los límites culturales de la economía política 1930-1979.México, CIESAS, Ediciones de la Casa Chata 36, p. 247-249.

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más', me dice mi Lorenzo y mi Dominga; pero yo nopuedo dejar de tomar. Hace días que ya no como ... asímurió mi papá, pero yo no quiero morirme. Yo quierovivir” (Pozas, 1998:113)35.

De parte de un lugareño y más de un fuereño, laofensa mayor es rechazar lo que se le ofrece, se es-tablece inmediatamente un impedimento o des-confianza en la interacción, que puede llegar a francorechazo de la persona acompañado de comentariosirónicos y burla en zapoteco, sobre todo si el sujeto notiene manejo de la lengua. Esto no siempre es tandrástico, a las personas que expresan motivos válidossocialmente para no tomar se les respeta su compa-ñía, pero no se establece tan fácilmente la relación, nose le sanciona pero tampoco se le hace mucho caso.

En un cierto nivel de empiria la imagen que unose forma de Juchitán desde afuera es la de una co-munidad etilizada, sus habitantes frecuentementepeleoneros, con grados de tensión tan alto que sonmuy frecuentes la violencia y los homicidios. No espoco común que se incurra en valoraciones apre-suradas, provocando fricciones con la comunidad,como cuando se califica a Juchitán como “chupitlán”,refiriéndose al gran consumo de alcohol. Los ju-chitecos obviamente se ofenden por el “apodo”considerándolo inadecuado, más aún si proviene depersonas de fuera de la comunidad, del grupo, de laetnia. En un nivel de mayor complejidad resulta queel uso de alcohol, la forma de consumo, la frecuen-cia y la cantidad tienen que ver con específicas for-mas de intercambio comunitario.

Con sus excepciones, como los convertidos a lassectas, los protestantes y los pocos abstemios quepuedan existir, el beber es más que una costumbregeneralizada; en las fiestas se toma parejo, o casi, igualhombres que mujeres, pero existen regulaciones por-que nunca toman juntos, ya que los espacios desocialización, aún en reuniones familiares, son distin-tos y separados para los dos sexos. Los varones tomanpor un lado y las mujeres toman y bailan incluso entre

ellas. Bunzel36 describe esta práctica para Chichicaste-nango (Guatemala) y también encontramos reportespara los otomíes y los mazahuas, todos ellos de la fa-milia otomiana (centro de México), en la que estánseparados los espacios en que beben unos y otros, lasmujeres en espacios abiertos, generalmente en tien-ditas que les venden pulque, llegando a dormir la “mo-na”a plena luz del día sin recibir sanciones del grupo.

Las mujeres no están exentas, por esto, de seguircumpliendo su rol en la reproducción familiar. Lo quepasa con las mujeres juchitecas llama la atención,parece difícil de entender de dónde sacan tantasenergías y con tanta duración en el tiempo, parapreparar alimentos, atender a los invitados, vigilar lacasa y toda la organización de la fiesta, conversar, bai-lar sin parar, tomar cantidades asombrosas de cervezay eventualmente emborracharse. Todo al mismotiempo y sin perder en ningún momento el controlde sí misma o de la situación. Al día siguiente, desa-fiando cualquier “resaca”, ya están en el mercado aprimera hora para vender.

Los hombres como en casi todos los lugares tie-nen una mayor tolerancia social, en Juchitán tiendena tomar casi todos los días; al terminar de trabajar,después del medio día ya están entre amigos en lacantina, en las que trabajan muchachas del mismopueblo o de los poblados cercanos.

Algunas cantinas están bien arregladas y son agra-dables, otras son sencillas enramadas construidas enel patio, entre algo familiar y algo de negocio, algunasmás, definitivamente, son de mala muerte. Las mujeresnunca toman en la cantina, reservada para los hom-bres, sólo las prostitutas que casi siempre son de otrospueblos toman en esos espacios. Las mujeres cuandovan a la cantina es para recuperar a un marido, unpadre, un tío, un sobrino o un hijo, que está en pro-blemas o ya no puede llegar por su propio pie a lacasa, en estos casos sólo llegan a la puerta y mandanadentro algún hombre, familiar o conocido para quesaque al desafortunado bebedor, pues el imaginario

35 Pozas, R. (1998). Op.cit. 36 Ibidem.

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del bebedor es saber tomar, no tomar hasta embo-rracharse o caer, aunque más de las veces en la reali-dad suceda lo contrario.

Las mujeres toman sólo en las fiestas y en lasreuniones, pero dada la frecuencia de éstas y la inten-sa vida social que acostumbran, no son pocas lasocasiones de beber también para las mujeres. Sinembargo, la observación y los datos estadísticoshan revelado que el número de mujeres que sededican a ingerir cerveza en forma individual oacompañadas por un pariente o amiga, ha ido enfranco aumento, misma tendencia que se ha notadoen la población femenina que asiste a AlcohólicosAnónimos, institución que ha proliferado en Juchitán.

Esta tendencia es la misma que se observa paradistintas sociedades y grupos; son las mujeres y losjóvenes quienes engrosan las cifras de bebedoressociales, llegando a ser la relación del 2 a 1 para al-gunos grupos, como en el caso de Inglaterra. EnMéxico, si bien es cierto que el consumo femenino esmás bajo, algunos datos reportados por Menéndezen su texto “El alcoholismo I”37, provenientes defuentes hospitalarias indican que el incremento en lapatología femenina pasaría de 9 hombres por cadamujer a 9 hombres cada 5 mujeres desde los años 80(1981:107). Este hecho también implica la iniciacióntemprana al consumo de bebidas alcohólicas por lapoblación infantil, como lo documentan para la Ciu-dad de México Lerín Pinón (1985)38 y Ravelo Blancas(1985)39 .

La costumbre de tomar en situaciones de sociali-zación, de ninguna manera significa tomar para em-

borracharse y caer al suelo, lo cual está muy mal con-siderado; quien se emborracha rápidamente o hastaperder el sentido es alguien que no sabe tomar, quees sinónimo de no saber convivir con los otros, y porlo tanto, altamente reprobado. Se toma cerveza paraentrar y permanecer constantemente en un estadomás cercano al eufórico que al etílico. Una personapuede alcanzar cierta ebriedad, inclusive embo-rracharse, pero las reglas de convalidación exigen queel bebedor no pierda el control de sí mismo y de susacciones, como faltar el respeto a una mujer, agredircon expresiones fuertes, salirse de la plática con ton-terías, quebrantar las reglas y faltar a los modales.

En una fiesta, al principio, todos están un buenrato sentados de manera muy formal, casi no se con-versa ni se baila, aunque la “cumbia” retumba a todovolumen. Sólo después de cierto número de cervezasel ambiente se vuelve cálido y festivo. La fiesta, la can-tina, la taberna son espacios de socialización endonde se contienen las transgresiones, en donde sepermite y tolera la desinhibición, e incluso se permitebeber y beber por días enteros. Como afirma Flanet(1977, 1986)40 las fiestas son espacios en donde se “ha-bla”, donde se está acompañado, pero es también endonde se puede morir. En Jamiltepec (Oaxaca), en lasfiestas existe la posibilidad y necesidad (implícita) demuertos; la fiesta puede fracasar, si no hay muertos.(Citado por Menéndez, 1991:23)41.

El tomar también tiene que ver con la evasión deuna realidad desesperante o negativa, como es el ca-so de personas o grupos marginados, desviados odesestructurados sentimentalmente. Sin embargo, enel presente trabajo recortamos el espacio de lo fes-tivo, que es un escenario en donde se privilegia lopositivo, es la sublimación vital de una realidad y unpresente intensamente vivido en lo individual y locolectivo. Cuando uno ya no está en condición de

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37 Menéndez, E.L. y R.B. Di Pardo (1981). Alcoholismo I.Características y funciones del proceso de alcoholización. Alienación,enfermedad o cuestionamiento. México, CIESAS, Cuadernos de laCasa Chata 56.38 Lerín Piñón, S. (1985). Percepción del alcoholismo en niños. Tesisde Licenciatura en Antropología Física. México, Escuela Nacio-nal de Antropología e Historia (ENAH).39 Ravelo Blancas, P. (1985). Patrones de consumo y construcciónsocial del proceso de alcoholización en la percepción infantil. Tesisde Licenciatura en Sociología. Universidad Nacional Autónoma deMéxico (UNAM)-Fac. de Ciencias Políticas y Sociales.

40 Flanet, V. (1977). Viviré si Dios quiere: un estudio de la violencia enla mixteca de la Costa. México, Instituto Indigenista y Flanes, V.(1986). La madre muerte. Violencia en México. México, Fondo deCultura Económica. 41 Menéndez, E. L. (1991). Op.cit.

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poder tener la situación bajo control, y ya se hahablado más de la cuenta ha llegado el momentode alejarse, pues no puede compartir su experien-cia imaginaria o real con los otros.

El incremento de fiestas de corte comunitario yfamiliar, así como la proliferación de tabernas y can-tinas, ha ocasionado, en los últimos diez años, unaumento de los problemas de salud. Las cifras se-mi oficiales dicen que en Juchitán hay 500 canti-nas de la “Corona” y 250 de la “Carta blanca”.Juchitán está dividido en ocho barrios a los que lla-man secciones. Existe una cuadra –entre la pri-mera y séptima sección– que luce 16 cantinas entan sólo dos de las calles que la delimitan.

Respecto de los problemas de salud y mortalidadligados a la ingesta de alcohol, según una evaluaciónsomera de la Jurisdicción Sanitaria No. 2 “Istmo”, de laSecretaría de Salud del estado de Oaxaca, la mortali-dad, las enfermedades y los problemas asociados ocausados por el alcohol, como los accidentes, riñas,homicidios, diabetes y cirrosis tienen una incidenciade casi el 60% sobre el total de las situaciones médi-cas en la población masculina adulta y los hombrestienen una expectativa de vida diez años menor quelas mujeres.

Estos problemas de salud se agravan si tomamosen cuenta que el 10.62% de la población está asegu-rada por el IMSS y sólo el 6.48% por el ISSSTE, lo cualarroja que el restante 82.9% no está asegurada, ycuando enferma es atendida por la SSA mayoritaria-mente (50.3%) o por el IMSSOL (22.2%), y el 5.4% notiene acceso a ninguna institución de salud.

El área de influencia del hospital MacedonioBenítez Fuentes es de 131,793 habitantes de 42 comu-nidades, cubriendo un 80.0% de la población. En cuan-to a la mortalidad hospitalaria, entre 1998-2000, seencuentran en primer lugar: los accidentes y violen-cias, en segundo la cirrosis hepática, en tercero latuberculosis pulmonar, en cuarto las enfermedades in-fecciosas intestinales y en quinto la diabetes mellitus42.

Este panorama de violencia, accidentes y alcoho-lización va en incremento ya que, si anteriormente los

hombres tomaban en ocasiones de fiesta, ahora labebida alcohólica forma parte de la vida diaria. Es muyimportante mencionar que los problemas asociadosal consumo de alcohol en el estado de Oaxaca noaparecen relevantes en la Encuesta Nacional deAdicciones de 199043. Lo cual no quiere decir que elproblema no existe, tal vez se debe a la carencia decaptura de la información o al subregistro de informa-ción regional y puntual; sin embargo, la mortalidadpor cirrosis ha ido en aumento desde la década de los20, cuando su letalidad estaba en el lugar número 12;para los 50 ya se ubicaba entre las 10 primeras causasde muerte, en tanto que para el 94 y 95 alcanzó el sex-to lugar como causa de mortalidad general y por esta-dos Oaxaca ocupó junto con otros el cuarto lugar enel grupo etáreo de 15 a 64 años, siendo los hombresen edad productiva y avanzada los más afectados(Narro Robles, 1999:93)44.

La tendencia actual, tanto de las mujeres como delos hombres, es tomar con una frecuencia y con exce-sos tales que la misma convivencia se ve afectada. Lapoblación juchiteca admite que el consumo des-proporcionado de cerveza y el alcoholismo en la co-munidad están alcanzando niveles alarmantes.

Muchos pobladores se quejan de que "las fiestas noson como antes, ya son pura borrachera", que la capaci-dad de trabajo y producción se va mermando por laexagerada ingestión de alcohol y que han aumentadolos delitos y la violencia a causa del alcohol.

Las mujeres se sienten en primera persona afec-tadas por este problema, ya que la frecuente alco-

42 Secretaría de Salud (SSA) (2001). Diagnóstico situacional 2001.SSA-Hospital General Dr. Macedonio Benítez Fuentes, Juchitán(Oaxaca).43 Secretaría de Salud (SSA) (1990). Encuesta Nacional deAdicciones, Alcohol. México, SSA, Dirección General de Epide-miología, Sistema Nacional de Encuestas-Instituto Mexicano dePsiquiatría.44 Narro Robles, J. R. et al. (1999). Cirrosis hepática. En: De la Fuente,J. R. y J. Sepúlveda Amor (comp.). Diez problemas relevantes desalud pública en México. México, Instituto Nacional de SaludPública-Academia Mexicana de Ciencia-Fondo de CulturaEconómica, p. 93-115.

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holización y borrachera de sus hombres, esposo ehijos, crea serios problemas familiares, falta dinero enel núcleo familiar, aumentan los pleitos y la agresivi-dad de los hombres hacia los hijos y sus mujeres asícomo la separación de las parejas.

Otro dato más, casi al 90% de los casos que se ven-tilan diariamente en el Juzgado Familiar o Municipalestán relacionados de alguna manera con el alcohol.

Si se pregunta a un/a juchiteco/a por qué tomatanto, las respuestas más o menos giran alrededor dealgunos temas "me pone alegre, me siento mejor con migente" "me relaja, me da ganas de hablar" "es la costum-bre, siempre los juchitecos hemos tomado". Prescindien-do de la explicación simple de que la cerveza es unabebida sabrosa y fresca muy adecuada al clima caluroso,queda la inquietud de saber por qué ha tenido tantoéxito en el Istmo y por qué los juchitecos sienten la ne-cesidad de que sus relaciones sociales se desarrollenalrededor del "cartón". ¿A cambio de qué se pagan pre-cios tan altos como los daños a la salud y los frecuen-tes accidentes y riñas mortales a causa del alcohol?

La aproximación etnográfica clásica busca perma-nentemente las funciones integradoras del alcoholomitiendo sus costos negativos, en lo social y lo in-dividual sin dimensionar lo económico-político delalcohol. Esta tendencia de la disciplina la expresaclaramente Menéndez en su texto "Alcoholismo II":"La práctica antropológica al focalizar la funcionalidaddel alcohol y los patrones dominantes de bebida no sóloha orientado sus interpretaciones hacia la integracióncultural, no sólo no ha percibido el alcoholismo comoenfermedad, sino que ha secundarizado sus consecuen-cias” (1987:47)45.

Lo positivo, lo negativo y lo contradictorio se per-ciben en los comentarios de los informantes, de loobservado y vivido en la comunidad juchiteca. Lahipótesis de trabajo es que tanta bebida corresponde

esencialmente a dos escenarios que se manifiestanpositiva y negativamente, uno por supuesto ligado alvalor social y cultural que el grupo le otorga al bebery el alcoholizarse y otro, a la política mercantil de lasempresas cerveceras que eligen a mujeres como es-trategia comercializadora al ser éstas cumplidoras,pagadoras, excelentes comerciantes y centro de la re-producción social en general. Sin embargo, aquí esdonde la pretendida igualdad entre los sexos tiene susaltos costos. Si bien es cierto que los hombres muerenmás que las mujeres por el alcohol, ellas también seven afectadas por la alcoholización de sus hombres ala vez que cumplen un rol imprescindible en la co-mercialización y circulación del alcohol.

Las compañías cerveceras establecieron susdepósitos en el Istmo –al inicio en Tehuantepec– aprincipio de los años cincuenta, justamente en elperíodo de su gran expansión económica así comodel aumento en los hábitos de consumo; el consu-mo per cápita de 1925 que era de 3.5 lt. salta a 14.4 lts.para los 50 (Bernal Sahagún, 1993:16)46. De ese perio-do a la fecha las compañías rápidamente han sabidomuy bien aprovecharse de la "costumbre", desarro-llando una política comercial muy eficaz además deagresiva que ha creado nuevas figuras sociales ydifundido de manera importante sus hábitos.

La política de penetración más inteligente ha sidorecrear una figura tradicional femenina ya presente enel panorama de las actividades socioeconómicas delIstmo: la tabernera. Antes de la penetración masiva dela cerveza, los hombres acostumbraban a tomar mez-cal, traído del valle de Oaxaca y vendido por mujeresancianas en su misma casa o a la entrada de las fiestas.

Las viejitas, cuyo importante rol fue descrito porPozas (1998)47, Lewis (1989)48 y Bunzel (1940,1976)49

fueron entonces sustituidas por jóvenes mujeres gua-

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45 Menéndez, E. L. (1987). Alcoholismo II. La alcoholización, un pro-ceso olvidado … patología, integración funcional o representacióncultural. México, CIESAS, Cuadernos de la Casa Chata 150.

46 Bernal Sahagún, V. M. et al. (1993). El alcoholismo en México.Negocio y manipulación. México, Ed. Nuestro tiempo.47 Pozas, R. (1998). Op.cit.48 Lewis, O. (1989). Antropología de la pobreza. Cinco familias.México, Fondo de Cultura Económica.49 Bunzel, R. (1940 y 1976). Op.cit.

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pas y agresivas comercialmente. Aparecieron lasmeseras para llamar la atención de los parroquianos, yse privilegió la buena presencia de las jóvenes y seño-ras “dejadas”por sus maridos.

Para introducir el uso de la cerveza, las empresasreclutaron como agentes de venta a jóvenes mujeressolas, viudas o abandonadas, es decir las más necesi-tadas las que posiblemente eran destinadas a la pros-titución. A ellas se les dio facilidades de todo tipo, quese incrementaron a raíz de la competencia comercialentre las compañías a partir de los sesenta: comi-siones, regalías, bonos de 2x1, mesas, sillas, hielo,neveras. Además, las empresas contribuían a acondi-cionar espacios para cantinas, construir una “palapa”en el patio, pagar el gasto de la electricidad con-sumida o un alquiler. Varios son los arreglos recípro-camente convenientes que se manejaban y semanejan, pero es la “Corona” o la “Carta Blanca” lasque van a pedir los permisos y gestionar los trámitescorrespondientes con las agencias propuestas.

En Juchitán, las compañías cerveceras y la CocaCola tienen grandes depósitos a la entrada de la ciu-dad, con mucha facilidad dan en consignación unrefrigerador o en el peor de los casos, una nevera y loscartones de “cagüamas” (un litro de cerveza). Es-tos mini depósitos familiares se han incrementadonotablemente en los últimos años, al punto que esdifícil encontrar una cuadra, sobre todo en las sec-ciones más populares, donde no haya una señora queno venda cerveza. Siendo parte del sector informaldel comercio, no existe un censo exacto de estas re-ventas, sin embargo una evaluación somera de laRegiduría de Salud nos puede dar una idea de la can-tidad y del volumen de este rubro comercial. Se cal-cula que existen 500 depósitos de la “Corona”y 250 dela “Carta Blanca” de los cuales sólo el 20% está re-gistrado. La sola “Corona” distribuye cotidianamenteun promedio de 5000 cartones en los días feriados yen temporadas no festivas.

El incremento "desmesurado" de este comercioinformal se constató empíricamente durante variosaños de recorridos de campo, que se han realizado en

la comunidad (entre 1998-2000 se han visto muchoscambios y es de esperar que en el 2005 las cosas seandistintas pero con la misma tendencia). En todos estosaños se ha incrementado la presencia, de tal formaque es muy común encontrar en las casas actividadcomercial y publicitaria de las compañías cerveceras orefresqueras: mesas y sillas de metal o de plástico conel logotipo de la “Corona”, de la “Carta Blanca” o de laCoca Cola, platos y bandejas, vasos y carteles. Esto indi-ca hasta qué punto estas empresas estén imbricadasen la estructura familiar sobre todo a través del valoreconómico de las mujeres y cómo este tipo de ventainformal se vuelve estructurante para las unidades fa-miliares (y probablemente para el municipio mismo,por los impuestos que generan). También ejemplificael rol que las mujeres juegan en la distribución y circu-lación del alcohol. Arma de doble filo, ya que si bien escierto que la venta de cerveza es una importante con-tribución a la economía familiar, por otra parte su in-gesta desmedida es un elemento que favorece losprocesos de violencia hacia los hijos y mujeres y las fre-cuentes riñas e incluso homicidios entre hombres.

De las cantinasLos estudios de cantina son muy importantes no sólopor describir, los roles, los hábitos, los mecanismos detransacción, etc., sino también por estudiar la estruc-turación de los espacios. Uno de los trabajos más re-levantes en esta temática es el de B. Stross (1967)50 “Lacantina mexicana como un lugar para la interacción”quien es de la opinión que: “El problema reside en en-contrar y emplear un marco de referencia adecuadopara la descripción de la estructura de la situación de lacantina focalizando, al mismo tiempo, el proceso de in-teracción social".

En Juchitán, algunas cantinas del centro ofrecenalgo más que cerveza y botana y se han vuelto lu-

50 Stross, B. (1967). La cantina mexicana como un lugar para la in-teracción. En: Menéndez, E. L. (1991). Antropología del alcoholismoen México. Los límites culturales de la economía política 1930-1979.México, CIESAS, Ediciones de la Casa Chata 36, p. 283-307.

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gares, de producción cultural –en primer lugar demúsica– pero también de difusión cultural. En el Ra-bacheeza, por ejemplo, se han hecho exposiciones depintura y escultura, presentaciones de libros, de poe-tas y narradores, conciertos de música local. El BarJardín sigue el ejemplo con exposiciones periódicasde pinturas. La Flor de Cheghigo, muy cerca de la Ca-sa de la Cultura, es lugar de encuentro de los artistas yde quien se dedica a la vida bohemia.

Este tipo de cantina es donde los políticos e in-telectuales locales llevan a los turistas (sobre todo lasturistas) a tomar, saborear las numerosas botanas tra-dicionales y asistir a la exhibición de las artes locales:música, poemas, artes plásticas. Estos hombres hancreado inconscientemente un discurso estereotipa-do de exaltación de la cultura zapoteca, en su ver-sión local, y de la “historia de lucha” de Juchitán queviene repetido en todas las ocasiones en que estánpresentes fuereños. La misma arenga sobre la his-toria, la lengua y la identidad juchiteca se repiteincansablemente.

Por supuesto, la cantina es el lugar donde searreglan los negocios comerciales y políticos entrehombres. Algunas son las preferidas del Ayuntamiento,y en ellas hay cuenta abierta para los políticos de másinfluencia. También es el lugar por excelencia –aquícomo en el Far West– de iniciación y de variadas prác-ticas sexuales de los hombres, ya sea con una tra-bajadora sexual o un muxe (homosexual).

En el caso de los jóvenes, es también el lugardonde se “vuelven adultos” a través de la ingesta dealcohol; la primera borrachera –en compañía de untío, de los primos y amigos –es de rigor y es el ritualobligatorio para legitimar el paso de la adolescencia ala adultez. Alcohol, música y sexo son los ingredientesnecesarios e indispensables. Al joven u hombre muytomado se le cuida, se le acompaña, se le escucha conpaciencia, se le lleva hasta su casa y su hamaca, es sufi-ciente que el acompañador esté apenas un pocomenos tomado.

Las cantinas son también el lugar donde los hom-bres pueden dar espacio a la emotividad, a las lágri-

mas, al dolor y la nostalgia, que viene siempre acom-pañada y enfatizada por una guitarra y el canto de lascanciones zapotecas. Los músicos son itinerantes, vande cantina en cantina todo el día así que es posibletener un panorama bastante amplio de la música delIstmo quedando tranquilamente sentado en una me-sa frente a una cerveza helada, tarde o temprano porahí pasan el Trío Xabizende, Pancho Tina (otra institu-ción cultural viviente e inventor del único instrumen-to que toca: un palo con una cuerda apoyado en unatina de aluminio), Eriberto López, Ta Baxa, y otros innu-merables autores y cantores.

Como en todas las cantinas de México, allí se in-ventan y florecen el albur y los chismes sobre lasmujeres, así como las competencias lingüísticas entrecompañeros, es el espacio privilegiado de la interac-ción social entre hombres.

Al amigo se le dicen cosas en doble sentido, sele vacila, se le "cotorrea". Es hábil e inteligente ysobre todo es dueño del lenguaje zapoteco elhombre que logra zafarse rápidamente de esta"atención" de los otros sobre su persona y pasar labola a otro compañero.

Las cantinas constituyen sitios de complicidadmasculina donde los hombres pasan buena parte desu vida cotidiana, donde construyen, desarrollan yexpresan, con otros hombres y los muxe, su mascu-linidad adulta y una sociabilidad separada, privada,vedada a las mujeres. La cantina parece desempeñarlas mismas funciones de la “casa de los hombres”quese encuentran en las sociedades primitivas, o deinterés etnológico, como ahora se definen, en elsentido de que todo lo que ahí pasa es parte de unacultura masculina “secreta” “privada” “separada”, ala cual las mujeres “decentes” no tienen entrada.

A manera de síntesisSomos de la opinión de que el beber, además de serparte importante de la socialización, construye espa-cios de identificación y autorreconocimientocomunitario donde se minimizan, pero no se anu-lan, las diferencias de clase, de género e intragenéri-

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cas. Tomar, beber, alcoholizarse y emborracharse esalgo que distingue a la cultura juchiteca; funcionade forma contraria al tomar con el fin exclusivo deemborracharse, es un sistema de control que privi-legia las funciones positivas, eufóricas, alimenticias,es un medio ritualizado que privilegia el contacto, lolúdico y la libertad de expresión.

A nuestro entender la articulación de los daños ala salud (de que se enferma y muere la gente), debeser asociada a las condiciones socioculturales enque se suceden tales decesos y enfermedades.

Finalmente, proponemos que todo análisis de losindicadores como mortalidad por cirrosis hepática,mortalidad por abuso de alcohol, etc., deben seracompañados y contextualizados a partir de etno-

IntroducciónLas encuestas nacionales de adicciones llevadas acabo en México han documentado un patrón deconsumo de baja frecuencia pero con grandes canti-dades de alcohol consumido por ocasión y una altaproporción de problemas derivados de esta forma deconsumo (Medina-Mora et al, 2004). Debido a ba-rreras geográficas y culturales, estos estudios no hanincluido a las comunidades indígenas.

grafías locales que releven los hechos, las acciones ylos momentos en que sucede la alcoholización paraasí diseñar políticas y acciones “sensibles cultural-mente” que ayuden a disminuir el consumo de alco-hol y por ende, los daños a la salud.

El trabajo que aquí presentamos ilustra clara-mente que en Juchitán el consumo de cerveza esuno de los grandes problemas y no las bebidas alco-hólicas producidas clandestinamente. Las políticasorientadas a abatir el consumo, la alcoholización yel alcoholismo deben tener en cuenta la norma delbeber, su ritualidad, las condiciones en que se con-sume, en asociación a qué hechos se consume y enmedida creciente cómo se expresan los daños cau-sados por el alcohol.

La población indígena se ha estimado en10’040,401 habitantes que representan alrededor de10% de la población total del país. Esta poblaciónhabla hoy en día 62 diferentes lenguas con 30 dia-lectos. La inequidad y la pobreza caracterizan a estosgrupos, 44% son analfabetas comparados con un pro-medio nacional de 10%; más de la mitad de las vivien-das (58%) no cuentan con agua corriente al interiorcomparadas con un promedio nacional de 16%; latasa de mortalidad infantil es de 48.3 por 1,000 habi-tantes comparada con una tasa de 28.2/1,000 en elpaís (INI, 2004). Los escasos estudios sobre el abuso dealcohol en estas comunidades indican que el proble-ma afecta importantes segmentos de la población sinque a la fecha se tengan estimaciones precisas.

La necesidad de conocer más de cerca el proble-ma a fin de proponer soluciones adecuadas, llevó a ungrupo multidisciplinario de investigadores a formar el“Grupo de Estudios del Pulque”, constituido por inves-tigadores de los Institutos Nacionales de Salud (Cien-cias Médicas y de la Nutrición, Nacional de Psiquiatría

6. Consumo de alcohol en comunidades Ñahñu del Valle del Mezquital51

Consuelo García-Andrade52, María Elena Medina-Mora53, Guillermina Natera2, Francisco Juárez2,

David Kershenobich 54

51 El estudio Asociación del pulque con la salud, se llevó a cabo confinanciamiento del Programa Estratégico en Salud de la Secre-taría de Salud y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología,1998. 52 Investigadores del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramónde la Fuente.53 Directora de Investigación Epidemiológica y Psicosocial.Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente. CalzadaMéxico Xochimilco 101, México D.F., CP [email protected] Investigador del Departamento Medicina Experimental, Facul-tad de Medicina UNAM.

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y de Salud Pública) de la Secretaría de Salud Federal yde la Secretaría de Salud del Estado de Hidalgo55.

La primera fase de este proyecto, se orientó aconocer el papel del consumo del alcohol, la desnu-trición, la sobrecarga de hierro y las infecciones viralesen el desarrollo de la cirrosis hepática56, llevado a ca-bo en colaboración entre los Institutos Nacionales deCiencias Médicas y de la Nutrición Salvador Zubirán(INCMNSZ) y el de Psiquiatría Ramón de la Fuente(INPRFM). El componente de epidemiología estuvo acargo de los investigadores de éste último instituto.

Se desarrollan actualmente otros dos proyectosde intervención orientados a reducir la carga delabuso de alcohol en la comunidad57 y a ayudar a lasfamilia de las personas con problemas con el manejodel alcohol a enfrentar mejor el fenómeno58. Un tercerproyecto pretende dilucidar el papel de la genética enel desarrollo de la cirrosis alcohólica59.

Este trabajo reporta los resultados más relevantesdel componente epidemiológico. Aproxima el pro-blema desde una perspectiva de salud pública, com-para los índices de consumo de alcohol y variablesasociadas en siete comunidades Ñahñú del Valle delMezquital y compara los resultados de este estudio

con la información proveniente de las encuestas na-cionales de adicciones.

AntecedentesLas encuestas nacionales de adicciones muestran ele-vados índices de abstención en comunidades no in-dígenas. En total el 44.4% de la población urbana y el62.7% de la rural adulta entre 18 y 65 años es abstemia(28% hombres, 57% en mujeres en escenarios urba-nos y 39% y 81% en escenarios rurales respecti-vamente). El consumo diario es poco frecuente 1.5 %de la población adulta; 27.7% de la población mas-culina bebe cinco copas o más por ocasión de con-sumo, esto sólo se observa en 5.9% de las mujeres; lacantidad modal de consumo por ocasión entre losprimeros es de 5 copas o más, mientras que entrelas segundas es de 1 a 2 copas (Medina-Mora, Villa-toro, Cravioto, et al., 2004).

El consumo global de alcohol se relaciona conel poder adquisitivo de la población, así se sabeque el 30% de la población con más ingresos con-sume el 53% del alcohol disponible; sin embargo,también se tiene evidencia de que el gasto en al-cohol en proporción del ingreso, es mayor entre lapoblación de menos recursos (INEGI, 1994).

Las comunidades rurales muestran simultánea-mente tasas más altas de abstención (68%) y tasasmás altas de dependencia (4.8%) cuando se les com-para con comunidades urbanas.

En población rural y urbana, mayoritariamente noindígena, la cerveza es la bebida de preferencia (75%del consumo per cápita), seguida de los destilados(20%). El 3.4% de la población reportó como bebidade preferencia al pulque (4.5% hombres y 1.8% mu-jeres), hay 1.4 hombres rurales bebedores de pulquepor cada uno que habita en zonas urbanas (Medina-Mora, Villatoro, Cravioto, et al., 2004).

Alrededor de una quinta parte (21%) de los hom-bres y 14.5% de las mujeres bebedores de pulque,cumplieron el criterio de abuso/dependencia delDSM IV, este índice es superior para el reportado porla población que reporta a los destilados como bebi-

Escenario multiétnico

55 El Grupo de Estudios del Pulque es coordinado por DavidKershenobich, con la participación de Guillermo Robles,Florencia Vargas y Pilar Milke (INCMNSZ), Consuelo García-Andrade, María Elena Medina-Mora, Guillermina Natera yFrancisco Juárez, del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón dela Fuente (INPRFM), Dra. Irma Eugenia Gutiérrez Mejía, Dr. AlbertoJongitud Falcón y el Dr. Leopoldo Oliver Vega de los Servicios deSalud del Estado de Hidalgo; Dr. José Narro, Dr. Malaquías LópezCervantes, Dr. Manuel Urbina, Dr. Raúl Bernal, Dr. Héctor Gutié-rrez Ávila, y Dr. Carlos Cruz.56 Coordinado por David Kershenobich con la participación deGuillermo Robles, Florencia Vargas y Pilar Milke (INCMNSZ),Consuelo García Andrade, María Elena Medina-Mora, GuillerminaNatera y Francisco Juárez (INPRFM).57 Bajo la responsabilidad de Consuelo García-Andrade (INPRFM).58 Coordinado por Guillermina Natera y Marcela Tiburcio(INPRFM).59 Coordinado por el Dr. David Kershenobich. Facultad de Medi-cina, UNAM.

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da de preferencia (15% de los hombres y 1.8% de lasmujeres) e inferior de quienes reportaron preferenciapor los aguardientes (43% y 40% respectivamente)(Medina-Mora, Villatoro, Cravioto, et al., 2004). El con-sumo de esta bebida es citada con más frecuenciapor los grupos de mayor edad y por aquellos con me-nores niveles de escolaridad (Medina-Mora et al., 1999).

Las tasas de problemas incluyendo los accidentesy las violencias son altas. Por ejemplo, se estima queentre el 22% y el 30% de los ingresos a salas de urgen-cia por problemas traumáticos, tienen niveles posi-tivos de alcohol en sangre. (Borges, Medina-Mora,Cherpitel, et al., 1999).

La mortalidad por cirrosis hepática se ha usadocomo el indicador principal de abuso de alcohol.Durante más de 20 años la mortalidad debida a estacausa ha mostrado una distribución regional consis-tente caracterizada por altas tasas en la parte centraldel país (Ciudad de México y los estados de Hidalgo,Puebla, Tlaxcala y Mexico), con tasas menores enotros estados de la República. La mortalidad poresta causa en las comunidades Ñahñu consumido-ras de pulque se ha estimado entre 120 y 140 por100,000 habitantes cuando el promedio nacional esde 22 por 100,000.

Los estudios antropológicos conducidos en co-munidades indígenas, han documentado variacionesimportantes de los patrones de consumo: desde unacompleta integración del consumo de alcohol entodos los aspectos de la vida comunitaria –incluyen-do la invisibilidad de un problema severo, constituidopor la intoxicación frecuente y que los habitantes noasocian las consecuencias adversas; un patrón de“consumo festivo”ligado a ocasiones especiales en lascuales la intoxicación comunitaria es permitida, mien-tras que el patrón típico puede ser de abstención o debajos niveles de consumo. También se ha documen-tado un cambio a la abstinencia después de invo-lucrarse en movimientos sociales que claman por losderechos de las culturas indígenas (Berruecos, 1977;Eber, 2001; Menéndez, 1992; Navarrete, 1988; Polakof& Vargas, 2002).

Las comunidades indígenas están en viviendo unfuerte proceso de aculturación que ha afectado los pa-trones de consumo tradicionales y que incluyen uncontacto cada vez mayor con las poblaciones urbanas,la migración estacional y de más largo plazo hacia losEstados Unidos, así como también una influenciaimportante de las tradiciones de temperancia, intro-ducidas en las comunidades a través de la adopciónde religiones Cristianas que promueven la abstenciónentre sus afiliados. Todas estas transiciones han modi-ficado los patrones de consumo tradicionales.

El consumo de pulqueLa bebida fermentada de bajo contenido alcohólicopor excelencia, es el Pulque. Proveniente de la fermen-tación de la savia del maguey (aguamiel), hasta haceno mucho tiempo representaba una manera de sobre-vivir en las regiones áridas del centro del país en dondehay escasez de agua y por tanto el pulque fue consi-derado como líquido esencial. Hoy en día esta bebidaaún se consume en esta región del país y en muchossentidos marca el ritmo de vida de la población, esparte de las comidas y una fuente importante para elabasto de vitaminas, proteínas y calorías. Entre las co-munidades consumidoras de Pulque, la cultura Ñahñú(Otomí) es de particular interés debido a su gran índicede mortalidad por cirrosis que oscila entre 120 y 140por 100,000 habitantes cuando el promedio nacionales de 22 por 100,000.

El alto índice de mortalidad por cirrosis en lascomunidades consumidoras de pulque, ha llevadoa la hipótesis de que el consumo de esta bebidapuede constituir un factor etiológico importante,que combinado con otros factores co-ocurrentes,pudieran explicar la elevada mortalidad observadaentre la población de las zonas productoras (Narroet al., 1992).

El estudio forma parte de un proyecto más amplioque ha pretendido determinar la influencia de cadauno de los posibles factores etiológicos. Este trabajodescribe los resultados sobre la extensión del uso yabuso de pulque y otras bebidas.

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Método Los datos vienen de una encuesta de hogares lleva-da a cabo en 7 comunidades Ñahñu del Valle delMezquital; 4 predominantemente católicas (90% dela población reportó profesar esta religión) y 3 conimportante influencia de religiones temperantesprincipalmente Evangelistas (46%). La población to-tal estimada en estas comunidades es de 5,160 ha-bitantes. Se llevaron a cabo 2,247 entrevistas, 1,015entrevistas en la región predominantemente católi-ca (región 1) y 1,232 entrevistas en la región coninfluencia protestante (región 2). Los habitantes de laregión 1 son productores de Pulque destinado enbuena medida para su autoconsumo.

Siguiendo las costumbres locales, el estudio fuesometido a consideración de las Asambleas Comuni-tarias; se proporcionó información detallada sobre eltipo de información que se deseaba obtener, el pro-ceso de entrevista, la forma en que se mantendría laconfidencialidad de la información y los posibles usosque en futuro se podría dar a la información obtenidapara entender las causas de la alta mortalidad por ci-rrosis entre la población.

Todos los hombres y mujeres mayores de 15 añosfueron entrevistados cara a cara utilizando un cues-tionario estandarizado. Un médico con amplia ex-periencia en el trabajo en comunidades indígenascoordinó el estudio de campo, siete entrevistadores,trabajadores de salud de la región, obtuvieron la in-formación. El cuestionario fue desarrollado por unpanel de expertos en investigación sobre alcoholcon participación de personas de la comunidad. Unaprimera versión fue probada en un estudio pilotorealizado con la finalidad de asegurar la inclusión delas definiciones culturales de los hábitos de con-sumo propias de las comunidades a estudiar. Seanalizó la comprensión de las preguntas y la consis-tencia de las respuestas. El abuso del alcohol semidió a través de la prueba AUDIT (Babor, de laFuente, Saunders et al., 1989); las respuestas dadas aesta prueba fueron altamente consistentes con unalpha de Cronobach de 0.82.

Los resultados fueron puestos en contexto y com-plementados con un estudio etnográfico que incluyólos rituales de producción, comercialización y con-sumo del pulque, así como de la comercialización yconsumo de cerveza y de bebidas destiladas.

ResultadosAlrededor de la mitad de la población (51%) reportóno haber consumido alcohol el año previo, (37% delos hombres y 62% de las mujeres). Esto fue más fre-cuente en la población con influencia Evangélica(63% reportaron ser abstemios; 47% de los hombres y76% de las mujeres) que en la región predominante-mente Católica (36% abstemios; 22% hombres y 46%mujeres). En total, 80% de los Evangélicos reportaronser abstemios60 comparados con un 38% de los Ca-tólicos. Los índices de abstención fueron más fre-cuentes entre la población de menor edad, 57% delos respondientes entre 18 y 39 años, en comparacióncon 43% del grupo mayor de 40 años.

Existe consenso en que el pulque es parte de ladieta, aunque se reconoce ampliamente que se tratade una bebida alcohólica (80% de la población definióal pulque como tal). También se le confiere otras atri-buciones positivas a su predecesor el aguamiel, ya quealrededor de la mitad (47%) reportó dársela a los enfer-mos y una cuarta parte (26%) reportó habérselo dadoen el pasado a los niños.

La mayor parte de los entrevistados (68%) re-portó que tanto su padre como su madre habíanbebido o bebían pulque con pocas diferencias entrecomunidades o según género. Alrededor de la mi-tad (49%) reportó que sus padres se lo habían dadoa beber mientras eran niños, 77% de éstos últimosbebe pulque actualmente en comparación con sólo22% de aquellos que reportaron que sus padres nose lo habían dado cuando eran peque-ños. Hoy endía existe amplio consenso de que el pulque nodebe dárseles a los niños.

Escenario multiétnico

60 Se definió como abstención el no consumo en los doce mesesprevios al estudio.

Retos para la atención del alcoholismo en pueblos indígenas

40

Seis de cada 10 habitantes (63%) reportó haberconsumido pulque, (62% de los hombres y 52% de lasmujeres de la región 1 y 76% y 66% respectivamentede la región 2), y el 69% de los bebedores reportaronhaberse embriagado con esta bebida, (78% y 56% dehombres y mujeres en las comunidades de la región1 y 85% y 59% respectivamente en la región 2). El 70%del pulque disponible se produce en estas comu-nidades, 60% de la población entrevistada reportóconsumir el producto de sus propios agaves, estofue significativamente más alto en la comunidadsobresalientemente Católica tanto entre hombres(74%) como en mujeres (81%), en comparación consolamente un 32% y 35% respectivamente, en laregión 2.

A pesar de lo extendido del consumo del pulqueen la región, no es siempre la bebida de preferenciade sus habitantes, 54% de los bebedores reportaronque la cerveza era su bebida de preferencia en com-paración con 39% quienes mencionaron a la bebidafermentada y 6% a los destilados.

La elección de la cerveza sobre el pulque fue máspronunciada en las comunidades Católicas, 58% pre-firieron a la cerveza y 37% al pulque; en las comu-nidades de influencia Evangélica 49% y 41% de losbebedores reportaron a la cerveza y al pulque comosus bebidas de preferencia respectivamente; y entrelas mujeres, el 56% prefirieron a la cerveza y 37% alpulque, en comparación con 53% y 40% de los hom-bres respectivamente.

La preferencia por la bebida fermentada se incre-menta con la edad, 57% de los bebedores de 50 añosde edad y mayores la mencionaron como bebida deelección en comparación con sólo 21% de los entre-vistados entre 18 y 29 años.

La primera experiencia en el consumo de alcoholsuele ser con el pulque. Excluyendo el consumo in-fantil, la edad promedio de primer uso es de 16.8 añospara los hombres y 17.15 para las mujeres, la edadpromedio para la cerveza fue de 20 y 26 años parahombres y mujeres y 23.5 y 26.5 años respectiva-mente en el caso de los destilados.

Sólo la mitad (54%) de los hombres y una cuar-ta parte de las mujeres (26%) fueron bebedoresregulares de cualquier bebida, pero el consumoexcesivo durante las festividades es común (66%de los hombres Católicos, 44% de los Evangélicos,23% de las mujeres Católicas y sólo 5% de las mu-jeres Evangélicas).

Una tercera parte (33%) de los hombres y 11%de las mujeres bebedoras pueden clasificarsecomo bebedores problema, 8% de los hombres y1% de las mujeres obtuvieron un puntaje que indi-ca probable dependencia.

La observación etnográfica y las entrevistas coninformantes clave documentaron ocasiones fre-cuentes de intoxicación y pobre disponibilidad deservicios junto con escaso uso de aquellos dis-ponibles. El abuso de alcohol es visto como unhecho de la vida cotidiana e imperceptible comoproblema; las familias lo enfrentan con fatalismo,aunque los padres muestran preocupación por elconsumo de sus hijos.

ConclusionesLos datos reportados en este artículo documentanque el pulque se sigue consumiendo a nivel nacionaly especialmente en la zona centro del país. Las per-sonas que reportan consumir esta bebida presentaníndices de dependencia mayores a los reportados porlos bebedores de destilados y con una diferencia rela-tivamente baja entre hombres y mujeres (1.4 hom-bres por cada mujer).

Los datos de las encuestas nacionales reportanmenores índices de consumo entre los que menostienen pero al mismo tiempo, mayores índices de pro-blemas incluido un mayor gasto en la compra delalcohol, en relación con el tamaño de su salario. Estamayor vulnerabilidad se observa también en las co-munidades indígenas. La alta tasa de problemasobservada en estas comunidades se relaciona tam-bién con una alta tasa de abstención y una concen-tración del consumo en un grupo menor de lapoblación. Una proporción elevada de los bebedores

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pueden clasificarse como bebedores problema. Estepatrón es similar al observado en la población no indí-gena en donde coexisten altas tasas de abstención yde consumo excesivo con mayores índices de ambosen comunidades rurales.

El hecho de que los índices de consumo y abusosean similares a los reportados en la población na-cional señalan que el alcohol por sí mismo no puedeexplicar la sobre mortalidad por cirrosis en estas co-munidades, indicando la coexistencia de factores deriesgo adicionales.

La fase etnográfica documentó una alta propor-ción de bebedores fuertes, lo que sugiere que losdatos que vienen de las encuestas de hogares pue-den reflejar las tendencias generales, las diferenciasentre los sexos, grupos de edad, patrón de con-sumo asociado a la filiación religiosa y bebidas depreferencia, y sin embargo, pueden simultánea-mente subestimar el consumo excesivo. Se requie-

ren futuros estudios, con diseño de casos y con-troles, que permitan determinar el papel preciso delconsumo excesivo en la sobre-mortalidad.

A pesar de la evidencia de que el alcohol por símismo no puede explicar la sobre-mortalidad, losdatos del estudio indican que el problema existe, essevero y requiere intervención. El hecho de que elpulque tenga el doble papel de complementar la die-ta y como bebida alcohólica, y que sea localmen-te producido por lo tanto disponible, implica retosimportantes.

La inserción del proyecto en la organizaciónnatural de las comunidades, siguiendo el procesoparticipativo de toma de decisiones utilizado porellas, así como la confianza generada durante eltrabajo del grupo, han facilitado el desarrollo deprogramas. El resultado de los proyectos de inter-vención, de los estudios epidemiológicos y genéti-cos está aún por venir.

Escenario multiétnico

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El principal grupo indígena del Estado de Jalisco es elWixarika (mejor conocido como Huichol; sin embar-go, se prefiere utilizar este nombre y no el más popu-lar dado que éste es el original; se pronuncia virrárica)y uno de los que conservan mejor sus tradiciones detodos los grupos existentes del territorio nacional. Lasentidades que cuentan con área indígena wixarikason, en orden descendente de extensión territorial,Jalisco, Nayarit, Zacatecas y Durango. Los municipiosjaliscienses que cuentan con dicho territorio sonigualmente en orden descendente: Mezquitic, Bola-ños, Huejuquilla y Villa Guerrero. Se calcula que enestos municipios existen, alrededor de 800 comu-nidades indígenas, aunque algunas sólo con pobla-ción de dos o tres personas. Estas localidades seencuentran enclavadas en la Sierra Madre Occidental,constituyendo una de las comunidades más inaccesi-bles y aisladas del Estado.

Antes de iniciar cualquier programa de salud es desuma importancia tomar en cuenta el diagnóstico

de la comunidad, ya que éste es considerado como lainvestigación en salud pública por excelencia, ade-más tiene como propósito evaluar la situación desalud de una colectividad y proponer alternativasde solución para los problemas que se detectanen determinado lugar61: es así como se observó laimportancia de trabajar la prevención de adiccionesen las comunidades indígenas wixaritari.

Para dar inicio se solicitó la autorización al Directorde la Región Sanitaria I Norte Colotlán, para llevar acabo el programa a esta población, quien en esemomento era el Dr. Sergio Armando González Ace-ves, una vez contando con la aprobación se solicita laasesoría y apoyo al Dr. José Alejandro Morales Ro-dríguez quien fungía como Coordinador Médico de laZona Indígena y que actualmente es el Director Ge-

III Experiencias

7. Estrategias de intervención preventiva del abuso de bebidas alcohólicas y el alcoholismo en población indígena wixarika de la zona norte del Estado de Jalisco

Lic. Blanca Gabriela López Maciel, Responsable Regional del Programa de Prevención de Adicciones de la Región Sanitaria I Norte Colotlán y Dr. José Alejandro Morales Rodríguez, Director General de la RegiónSanitaria I Norte Colotlán de la Secretaría de Salud, con la asesoría y apoyo del Consejo Estatal contra las Adicciones del Estado de Jalisco.

61 Valencia Solano J. Unidad Didáctica. Diagnóstico de Salud: tipos ycaracterísticas, México, 1993.pp.1278 – 1281.

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Retos para la atención del alcoholismo en pueblos indígenas

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neral de la Región Sanitaria I Norte Colotlán. Con laorientación proporcionada y las correspondientes vi-sitas a las comunidades por parte de la Lic. BlancaGabriela López Maciel, Responsable Regional del Pro-grama de Prevención de Adicciones y el C. PedroAceves Aguirre, miembro de Barrios Unidos A. C.,quienes tendrían a su cargo la operatividad del pro-grama, iniciando a trabajar en las comunidades antesmencionadas, previo conocimiento de sus costum-bres y así determinar la forma más adecuada de diri-girse a la población.

No es fácil manejar el tema de Adicciones en estascomunidades, debido al consumo de peyote “hikuri”ytejuino “nawa”(bebida fermentada de maíz) en las fies-tas tradicionales, es por ello la importancia de conocercon antelación algunas características de este tipo depoblación. Para esto, se visitó a las comunidades, separticipó en actividades que organizaba el personaldel Centro de Salud como son: Semana Nacional deSalud e izamiento de Bandera Blanca del Programa“La Salud Empieza en Casa”.

Con este acercamiento, se determinó quehabría que orientar los esfuerzos hacia la Preven-ción del Abuso de Bebidas Alcohólicas y el Alcoho-lismo por el alto consumo de cerveza (putixa) enhombres y mujeres, como una primera etapa de ini-cio de actividades y así no se atenta o interfiere conlas cuestiones culturo-tradicionales.

No era suficiente la autorización de las autoridadessanitarias para iniciar esta labor, dado que es de sumaimportancia la coordinación y autorización de las au-toridades tradicionales indígenas, quienes finalmentedeciden si es adecuado o no para su comunidad larealización de estas actividades. Con el apoyo de di-chas autoridades en septiembre del 2001 se da inicioa la Primera Campaña de Prevención del Abuso deBebidas Alcohólicas y el Alcoholismo en Comuni-dades Indígenas Wixaritari.

Se conformó un equipo interdisciplinario que es-tuvo conformado de la siguiente manera: Dr. José Ale-jandro Morales Rodríguez, Coordinador Médico de laZona Indígena Wixaritari; Lic. Blanca Gabriela López

Maciel, Responsable Regional del Programa de Pre-vención de Adicciones; C. Pedro Aceves Aguirre,Miembro de Barrios Unidos A.C.; Lic. Ma. Elvira San-doval Sánchez, Psicóloga del Consejo Estatal Contralas Adicciones en Jalisco.

Se contó con el apoyo del Profesor Carlos SalvadorDíaz, Director de la Escuela Secundaria “TatutsiMaxakwaxi”; mismo que se mostró interesado enrealizar eventos de prevención anualmente, 4 profe-sores y 135 estudiantes; así mismo contamos conla participación de la Escuela Secundaria ubicadaen la Comunidad de Popotita, a través de 4 profe-sores y 40 estudiantes, de los cuales algunos se tras-ladaron caminando hasta 50 minutos para llegar aSan Miguel Huaixtita –sede del evento–. Las activi-dades realizadas fueron las siguientes:

• Presentación por parte de la Lic. Blanca GabrielaLópez Maciel.

• Plática sobre el tema de Autoestima a cargo dela Lic. en Psic. María Elvira Sandoval Sánchez.

• Plática testimonio: C. Pedro Aceves Aguirre.• Traducción a la lengua wixarika: Enfermera Ma-

rina Salvador Díaz• Retroalimentación y aclaración de dudas: Dr.

José Alejandro Morales

Trabajo en equipos para elaboración de material: • Todo el equipo con apoyo de los maestros de

las dos Escuelas Secundarias• Personal del Centro de Salud de San Miguel

Huaixtita• Organización de Eventos Deportivos de Futbol,

Voleibol y Básquetbol, todos en categorías varonil yfemenil, dichos eventos estuvieron a cargo de todoel equipo con apoyo de maestros y personal delCentro de Salud de San Miguel Huaixtita, los premiosfueron otorgados por el Consejo Estatal Contra lasAdicciones.

Como parte del Programa, se contempló tambiénrealizar las mismas actividades en la Comunidad deSan Andrés Cohamiata, donde participaron: El Direc-

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tor de la Escuela Secundaria, 5 Profesores, 131 estu-diantes, una Enfermera y un Médico del Centro deSalud.

En esta primera campaña se logró el éxito espe-rado gracias al apoyo de un sin fin de personascomo: el Profesor Carlos Salvador Díaz, quien yamostraba interés de que actividades de este tipo setrabajaran no sólo con los alumnos de la Secun-daria, sino con toda la comunidad, los maestros delas Escuelas Secundarias y el personal de los Centrosde Salud de San Miguel Huaixtita, Popotita y SanAndrés Cohamiata, el equipo coordinador, así mis-mo el Consejo Estatal Contra las Adicciones enJalisco, apoyando con personal para la operatividaddel Programa, además de proporcionar material in-formativo preventivo de adicciones para ser distri-buido a los participantes.

Por solicitud del Profesor Carlos Salvador Díaz, y elpersonal del Centro de Salud de San Miguel Huaixtita,se realiza la Segunda Campaña de Prevención delAbuso de Bebidas Alcohólicas y el Alcoholismo enComunidades Indígenas Wixaritari” en el año del2003. En esta ocasión se incluyó a 220 mujeres de lacomunidad que pertenecen al Programa Oportuni-dades, en ese tiempo denominado Progresa, se im-partió el tema de Prevención del Abuso de BebidasAlcohólicas y el Alcoholismo, haciendo énfasis en losfactores de riesgo y de protección. El tema estuvo acargo de la Lic. Blanca Gabriela López Maciel, conapoyo para la traducción de la Enfermera del Centrode Salud Marina Salvador Díaz. La participación fueaceptable, dado que las mujeres manifestaron susinquietudes y dudas sobre los daños a la salud, lascuales fueron atendidas. Posterior a esto, se organi-zaron competencias deportivas de voleibol y bás-quetbol, y se les otorgó material informativo preventi-vo, así como artículos promocionales con mensajespreventivos de adicciones a todas las participan-tes, proporcionados por el Consejo Estatal Contralas Adicciones en Jalisco.

Se contó con la participaron de los alumnos de laEscuela Secundaria “Tatutsi Maxakwauri”, se les impar-

tió el tema de Prevención del Abuso de BebidasAlcohólicas y el Alcoholismo, culminando la activi-dad con la realización de los eventos deportivos. Sellevó a cabo además loa capacitación a los maestrosde la misma en el Modelo Preventivo “Construye tuvida sin adicciones”, versión jóvenes, para que se im-plementara de acuerdo a las necesidades de supoblación estudiantil.

Cabe señalar que con la finalidad de abordar enesta campaña a la población más vulnerable: Los ni-ños, se contó también con la participación de losalumnos de la Escuela Primaria de San MiguelHuaixtita, a quienes se les impartió el tema de “Au-toestima” y a los maestros se les capacitó en elModelo Preventivo de Riesgos Psicosociales en la Ni-ñez “Chimalli”. Posteriormente se realizó un juegocon cantos del audio casete “Libres para vivir” pro-porcionado por Barrios Unidos A. C. y, así como tam-bién se distribuyó material interactivo preventivootorgado por el Consejo Estatal Contra las Adiccio-nes en Jalisco a los participantes.

Esta “Segunda Campaña de Prevención delAbuso de Bebidas Alcohólicas y el Alcoholismo enComunidades Indígenas Wixaritari” estuvo a cargode la Región Sanitaria I Norte Colotlán bajo la coordi-nación de la Responsable Regional del Programa dePrevención de Adicciones, Lic. Blanca Gabriela LópezMaciel; Lic. Ana María Gallegos Castañeda, Respon-sable Regional de Promoción a la Salud; Dr. JuanManuel Domínguez Luna, Director del Centro de Sa-lud de San Miguel Huaixtita; Enfermera MarinaSalvador Díaz, Técnico en Atención Primaria a la Salud,Jorge Díaz Carrillo y el Vacunador Julián de la CruzJiménez; se contó con el apoyo por parte del ConsejoEstatal Contra las Adicciones en Jalisco a través de laentrega de material de prevención de adicciones, asícomo de promocionales.

Los compromisos de esta campaña fueron rea-lizar una tercera campaña incluyendo nuevamentea las comunidades de Popotita y San AndrésCohamiata y reproducir material en lengua wixari-ka, y con apoyo de material informativo preventivo

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Retos para la atención del alcoholismo en pueblos indígenas

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por parte del Consejo Estatal Contra las Adiccionesen Jalisco.

Para el año 2004 se llevó a cabo la “TerceraCampaña de Prevención del Abuso de BebidasAlcohólicas y Alcoholismo en Comunidades Indí-genas Wixaritari” a cargo nuevamente de la RegiónSanitaria I Norte Colotlán con autorización del Dr.José Alejandro Morales Rodríguez Director Generalde la Región Sanitaria I Norte Colotlán, la coordina-ción de la Lic. Blanca Gabriela López Maciel y con elapoyo de la Asesora Municipal del Consejo EstatalContra las Adicciones, Ana Maria Guillén Gómez. Enesta ocasión, se realiza una visita a las comunidadesen el mes de septiembre, para programar fecha yactividades, con las autoridades de las escuelas y loscentros de salud.

Inicia la 3ª. Campaña el mes de noviembre del año2004. En ésta participaron los alumnos de las EscuelasSecundaria, Primaria y el personal del Centro de Saludde la Comunidad de San Miguel Huaixtita, así comolos alumnos de la Escuela Secundaria de San AndrésCohamiata y Popotita, y el personal del Centro de Sa-lud de San Andrés Cohamita.

Se realizaron dinámicas de integración con losalumnos de Secundaria, posterior a esto se formaronequipos para la elaboración de preguntas acerca de loque quieren saber sobre alcoholismo.

Al término de éstas se imparte el tema de“Autoestima” y “Prevención de Alcoholismo” a losalumnos y maestros, basado en las preguntas queelaboraron por equipos los alumnos.

Posterior a la plática, se organizaron los equiposdeportivos en fut bol, voleibol y básquetbol. A cadauno de los equipos ganadores se le otorgó playerasproporcionadas por el Consejo Estatal Contra lasAdicciones. Seguido de esta actividad, se visitó la Es-cuela Primaria de San Miguel Huaixtita donde seimpartió el tema de “Autoestima”, con el propósito deprevenir en los niños el consumo de alcohol. A ellos seles entregó un Manual para Colorear sobre el mismotema con mensajes preventivos, mismo que fue tra-ducido por los alumnos de la Escuela Secundaria de

San Miguel Huaixtita en la campaña preventiva delaño anterior, basándose en material del Consejo Es-tatal Contra las Adicciones, cubriéndose el compro-miso adquirido de elaboración de material en lenguawixarika, dicho material fue impreso por el CECAJ.

Las mujeres de la comunidad participaron en unaplática sobre los riesgos del abuso de bebidas alco-hólicas. Es importante señalar que en competenciasdeportivas su compromiso fue promover eventos deesta índole en cada una de las fiestas tradicionales,actividad que a la fecha se está cumpliendo.

Cabe mencionar que estas campañas se han esta-do solicitando por las demás comunidades de la zonaindígena wixarika, ya que al darse cuenta del éxito ymotivación de la población que ha participado, soli-citan el apoyo a la Región Sanitaria. Vale la pena resal-tar, aunque estos eventos sólo se han realizado en unaparte de la zona indígena wixarika, que el personal delos Centros de Salud del resto de las localidades seorganiza con maestros e imparten pláticas preventi-vas y en alcoholismo sobre todo en la poblaciónjoven. A la fecha se han impartido 14 pláticas sobre latemática de Prevención del Abuso de BebidasAlcohólicas y el Alcoholismo, contando con la partici-pación de 545 asistentes62; los eventos deportivos sonde las actividades que más se practican por los inte-grantes de las comunidades y es de donde se partepara lograr llegar a la población.

El consumo de cerveza en estas comunidades vaen aumento, y algunos sectores de la población ma-nifiestan preocupación ante dicha situación, por loque las próximas actividades a realizar serán enfo-cadas a la disminución del consumo de éstas. El tra-bajo ha sido de gran importancia para la región, yaque cada vez más la población se está sensibilizandosobre los daños que causa su consumo en exceso debebidas alcohólicas, por lo que en cada una de laspláticas se hace mención de que combinar el alcoholcon tejuino o peyote es más dañino al organismo,

62 Sistema de Información en Salud de la Región Sanitaria IColotlán.

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además que no es parte de la tradición. Comocomentario extra, en las comunidades de SantaCatarina, Pueblo Nuevo y Nueva Colonia se llegó alacuerdo por la autoridad tradicional de no consumircerveza en las fiestas tradicionales y, aunque sólo es-tuvo vigente durante tres meses, esto demuestra elinterés de las autoridades comunitarias y tradicionalesde, poco a poco, buscar alternativas de solución a di-cha problemática.

Con la finalidad de continuar este trabajo se acu-dió con miembros de la comunidad para platicar mássobre las tradiciones y el cómo se inició el consumo

de alcohol. Para ello, se aplicó una encuesta conuna muestra representativa de la población de lascomunidades de San Miguel Huaixtita y San An-drés Cohamiata.

Así mismo, se pretende realizar en la comunidadde San Miguel Huaixtita, un proyecto de intervenciónbasado en el diagnóstico de salud de la comunidad,como trabajo de investigación de una alumna delprograma de la Maestría de Gerencia en Servicios deSalud, con la finalidad de tener una base metodoló-gica para continuar en toda la zona wixaritari la pre-vención y disminución del consumo de alcohol.

Experiencias

ResumenEl presente artículo tiene como propósito el dar aconocer los logros de un proyecto integral de pre-vención del alcoholismo en los indígenas del Estadode San Luis Potosí, México. De los aspectos sociocul-turales, de las condiciones de salud y de lo que repre-senta el alcoholismo como problema social y de saludpública. Presenta los resultados de una intervenciónen salud pública, que si bien su objetivo central fue elde disminuir los índices y problemas asociados al con-sumo excesivo de alcohol, los resultados resaltan lanecesidad de adecuar los programas y acciones ala complejidad cultural y a las modalidades de organi-zación social de los indígenas.

I. IntroducciónMéxico se reconoce como un país multiétnico y pluri-cultural, tanto en sus pueblos prehispánicos como enel resultado de un fecundo mestizaje. En época re-ciente se ha manifestado un profundo proceso socialde reconocimiento. Así se expresa en las modifica-ciones legales, desde el artículo 2º. de nuestra CartaMagna, la Promulgación de la Ley General de Dere-

chos y Culturas indígenas, la Ley General de DerechosLingüísticos de los Pueblos Indígenas, hasta elreconocimiento de la interculturalidad en el ProgramaNacional de Salud 2001-2006, así como diversas cartassobre los derechos humanos en general, y de los deindígenas en particular. El programa Nacional de Sa-lud 2001-20062, plantea como aspiración la de con-tribuir al desarrollo económico y al bienestar social através del desarrollo de un eficiente sistema de salud,que en forma equitativa brinde oportunidades desalud para todos los mexicanos.

San Luis Potosí, al igual que el país, atraviesan poruna serie de transiciones relacionadas con la salud3,4,en lo epidemiológico enfrentan dos grandes desafíos:el rezago en salud y los riesgos emergentes.

El rezago está concentrado en las regiones máspobres y lo conforman las enfermedades infecciosas,las nutricionales y las relacionadas con el procesoreproductivo. También el alcoholismo y sus conse-cuencias son una importante causa de enfermedad ymuerte. Las poblaciones rurales marginadas, especial-mente las indígenas, sufren dobles cargas en su con-dición de salud5; por un lado una mayor frecuencia de

8. Huasteca Sobria. Acciones de prevención del alcoholismo en población indígena de San Luis Potosí, México.Dr. Héctor Marroquín Segura*, Secretario Técnico del Consejo Estatal contra las Adicciones, San Luis Potosí1

Retos para la atención del alcoholismo en pueblos indígenas

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muerte, enfermedad y discapacidad por patologíasprevenibles, y por otro, un menor acceso al beneficiode los servicios de salud.

Los problemas de salud asociados al abuso en elconsumo del alcohol en las poblaciones indígenas deSan Luis Potosí son múltiples6; sobresalen la cirrosishepática y el síndrome de dependencia, situadosdentro de las primeras diez y veinte causas demuerte, respectivamente, de estos grupos. Loshechos violentos, principalmente homicidios, acci-dentes y violencia familiar y de género; los proble-mas mentales y las deficiencias nutricionales;aunado a las conductas violentas y delictivas y las au-sencias laborales, son hechos frecuentes, aunquecomúnmente no registrados.

II. AntecedentesSon múltiples los esfuerzos nacionales y estatalesde aproximación y atención al nivel de marginalidadde los grupos étnicos. Sin embargo, dos condicio-nes persisten: la visión paternalista, que transculturay limita el auto desarrollo, y la pobre eficacia delesfuerzo oficial.

En salud se sabe de la situación precaria, en dondesobresale la mortalidad infantil y materna, la morbili-dad y mortalidad por desnutrición, diarreas, enferme-dades respiratorias y hechos violentos asociados alalcoholismo; y de los limitados logros de los progra-mas contra la pobreza y de atención a la salud. Lasinvestigaciones sobre patrones de consumo de alco-hol entre indígenas son recientes en nuestro país, yparticularmente con enfoque médico, en detrimentode los estudios de corte social y cultural7.

Hoy la visión de la intervención oficial está orien-tada a un mayor empoderamiento y organizaciónsocial de los indígenas y a una perspectiva intercul-tural en los programas, para que la medicina tradi-cional y la atención “moderna” sean puentes paraacciones sinérgicas.

Pocos temas como la atención al alcoholismo enindígenas son puntos de encuentro para el estudio yel compromiso desde lo cultural, lo social, lo económi-

co y político, hasta la salud y la acción gubernamental.La Organización Mundial de la Salud8, y la Secretaríade Salud9 a través del Consejo Nacional Contra lasAdicciones, vienen promoviendo una acción integral,con reconocimiento de la medicina tradicional y conplena participación de la organización y formas degobierno de los indígenas y en el marco de su cos-movisión (perspectiva intercultural).

III. Los Indígenas PotosinosEn San Luis Potosí viven tres grupos étnicos10, losTenek o huastecos y los Náhuatl en la región huas-teca y los Xi’iuy o Pames en la zona media. Supoblación es de 99,460; 120,984, y 8,454 , respecti-vamente. Habitan en pequeñas localidades ruralesdispersas en las estribaciones de la Sierra MadreOriental. Es escaso el mestizaje. En una gran propor-ción hablan solamente su dialecto, especialmentelas mujeres. Su economía es fundamentalmen-te agrícola de subsistencia, aunque es común laventa de artesanías o su empleo ocasional enlabores domesticas en las ciudades. En especial losTenek se han incorporado a los procesos migrato-rios, tanto hacia las grandes ciudades como a losEstados Unidos.

Los Xi’iuy constituyen el grupo más marginado ycon una cultura en peligro de extinción. La cosmo-visión de los Tenek y Náhuatl y su forma de organi-zación social, les ha permitido una cultura activa y unarepresentación más amplia. La organización social yfamiliar es de tipo patriarcal, con una gran preemi-nencia del varón, principalmente en el rol familiar. Aúncuando la atención a la salud se realiza en formamixta, persisten con gran actividad las diversas formasde medicina tradicional.

Persisten diversas formas de explotación hacia losindígenas; desde la expulsión de sus tierras ocupadasen forma ancestral hacía las partes altas y con proble-mas de accesibilidad de la sierra; la contratación ypaga laboral sin pago justo ni prestaciones sociales;hasta la venta y trueque de mercancías, incluyendoalcohol de ínfima calidad sanitaria.

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Los tres grupos étnicos de nuestro Estado, al igualque los 63 grupos a nivel nacional, constituyen laspoblaciones más pobres de México. En salud, y enotros componentes sociales, existe una deuda históri-ca con ellos.

IV. Al consumo de alcohol en los indígenasEl alcohol es parte importante de las tradiciones y cos-tumbres de los pueblos desde tiempos ancestrales, ytambién una de las redes de negocios más impor-tantes que hay en México11. Hay que diferenciar elconsumo de alcohol y de otras sustancias adictivascon fines ceremoniales, que ocurre en forma ocasio-nal en las celebraciones, al consumo cotidiano.

En forma cotidiana, en los indígenas potosinos elconsumo de alcohol tiene como característica princi-pal y obvia, su vinculación con la frustración o con eluso del tiempo libre. Es típicamente masculina yexpresa la frustración con la función abastecedorao el compartir el ocio. Ocurre en forma compulsiva,a contrarreloj hasta quedar “embotado”, buscandosea con la menor cantidad posible de alcohol y almenor precio. Se prefiere el aguardiente de altagraduación o el alcohol de 96o, comprados a gra-nel. Es poco el consumo de cerveza y el de pulque.Generalmente conduce a la adicción.

El consumo ritual, importante en Semana Santa ydías de muertos (1º. Y 2 de noviembre), son una ex-presión cultural, en donde el sincretismo religiosotiene una función de integración y honra a las tradi-ciones. Generalmente no conduce a la adicción.

En forma reciente se han introducido subculturas,sobretodo en indígenas que tienen contacto conpoblación mestiza. Tal es el caso de la influencia delmaestro bilingüe, que combina la habilidad parabeber (aguante), principalmente los fines de semanao en las festividades, con la demostración de hom-bría. Se prefiere a la cerveza y puede conducir a laadicción. En ciertas poblaciones indígenas cercanas alas ciudades se está desarrollando el fenómeno de do-ble adicción, alcohol –marihuana, típica de poblaciónjoven de áreas marginadas urbanas.

V. La visión intercultural La caracterización de “lo indio” es difícil de trazar,ya que existe una amplia zona de interfase condistintas gradaciones de mestizaje e integración ala sociedad. Sin embargo, para los fines de estetrabajo utilizaremos el criterio oficial que parte delconcepto de región y del lenguaje (el concep-to como variable censal data en México desde1895).

La cosmovisión de los grupos indígenas estámediada por una intensa espiritualidad y un acen-tuado dinamismo cultural, cimentado en el cultivoperseverante de su lengua, en la permanencia demodelos ancestrales de vida comunitaria y en lapráctica de formas particularmente armónicas derelación con la naturaleza.12

La medicina tradicional, presente en las civiliza-ciones del México prehispánico, persiste y siguevigente como parte fundamental del sistemasocial de las comunidades indígenas, como partede su acervo cultural y forma de entender la vida.Es un conjunto de representaciones, ideas, creen-cias y prácticas con las que interpretan el fenó-meno salud – enfermedad y estructuran prácticasy acciones en la atención de su salud. Los médi-cos tradicionales son un actor importante en laspoblaciones indígenas, de ahí la importancia deun acercamiento a esta cosmovisión, de un dialogodirecto en igualdad de condiciones y oportuni-dades entre los médicos indígenas y los institu-cionales para un trabajo coordinado y conjuntoque permita establecer acuerdos y estrategias afavor de su salud, con pleno respeto a sus usos ycostumbres.

Esta es la visión que viene impulsando la Se-cretaría de Salud, con énfasis en la capacitación detrabajadores de la salud en regiones indígenas conuna perspectiva intercultural; en los esfuerzos decomplementariedad de la medicina tradicional conla medicina alópata y en el desarrollo de modelospara la prevención y rehabilitación del alcoholis-mo, entre otros13.

Experiencias

Retos para la atención del alcoholismo en pueblos indígenas

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VI. Objetivos y estrategias instrumentalesEl proyecto “Huasteca sobria” que inició en 2003,

tiene como objetivo el contribuir a disminuir los pro-blemas sociales y de salud relacionados con el abusode bebidas alcohólicas entre las comunidades indíge-nas del Estado. Ofreciendo una intervención integral;con servicios de promoción, de prevención, de aten-ción primaria, de tratamiento y de rehabilitación. Conla participación de instituciones públicas y sociales yde las propias comunidades a quien va dirigido, conun enfoque intercultural.

El Consejo Estatal Contra las Adicciones (CECA) através de las instancias que lo integran ha realizadodiversas actividades, con estrategias orientadas alcontrol de bebidas alcohólicas, a la información ysensibilización sobre los riesgos y daños, a la aplica-ción de un modelo preventivo de riesgos psico-sociales (“Proyecto Chimalli”14), al desarrollo de gruposde ayuda mutua, a la instalación de unidades detratamiento residencial de tipo mixto, a la capa-citación del enfoque intercultural a los equipos desalud en áreas indígenas, al desarrollo de activi-dades culturales para el uso del tiempo libre y a laaplicación de proyectos de investigación médicosocial en torno al tema.

Cada estrategia instrumental contó con la defini-ción de acciones específicas, de población objetivo,de instituciones participantes por área de respon-sabilidad, de tiempos e indicadores de evaluación.

Se utilizó la estructura del CECA y de los ComitésMunicipales Contra las Adicciones (COMCA’s), princi-palmente en las actividades de planeación, de sen-sibilización y de gestión de recursos. Los recursosfueron aportados por las instituciones participantes.Los equipos de la secretaría de Salud en los Centros deatención primaria realizaron las actividades de pro-moción de salud y de atención primaria. Las repre-sentaciones Nacional y Estatal de atención a gruposindígenas, fueron un apoyo inestimable en las activi-dades de promoción y de aplicación del enfoqueintercultural. Los maestros, padres de escolares y lí-deres de las comunidades fueron capacitados como

agentes de prevención, principalmente para la apli-cación de los modelos preventivos.

La autoridad sanitaria (Secretaria de Salud) y losAyuntamientos participaron en las acciones de con-trol de la distribución y venta de alcohol. Especial-mente en el tráfico y venta clandestinos, así como enla verificación de la calidad sanitaria.

El proyecto se presentó al Consejo Nacional con-tra las Adicciones (CONADIC), con la finalidad de ges-tionar apoyos técnico y financiero. En el primer casopara la reproducción de material bilingüe de difu-sión, para costear visitas de campo, para capacita-ción y para la instalación de unidades primarias deatención. En el aspecto técnico, para el manejo de in-terculturalidad, para los programas de capacitación,para el desarrollo de indicadores de evaluación y paraproyectos de investigación. Es importante reconocerel interés del CONADIC y el apoyo prestado en laasesoría técnica metodológica, así como su ges-tión ante Instancias nacionales e internacionales parael apoyo en el financiamiento. En esto último tene-mos la esperanza de conseguir apoyo.

VII. LogrosEn forma resumida se da cuenta de los principalesavances y de los pendientes en el desarrollo de cadauna de las estrategias.

1. Control de la producción, comercialización, dis-tribución y venta de bebidas alcohólicas.

• En forma permanente las autoridades guber-namentales, Estatal y Municipales, y la SecretaríaEstatal de Salud vigilan los reglamentos sobre noventa de alcohol a menores. En las ciudades de Ta-mazunchale y Cd. Valles, dentro de la región indíge-na, se realizaron 6 operativos intensivos en torno afestividades civiles y religiosas.

• Los Ayuntamientos, el Gobierno del Estado y LaSecretaría de Salud Estatal aplican una vigilancia con-tinua sobre cumplimiento de los horarios, las promo-ciones (hora feliz, barra libre) y la calidad sanitaria debebidas alcohólicas.

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2. Estrategias de prevención: sensibilización e informa-ción a grupos de riesgo en comunidades indígenas:

• Especialmente en la Huasteca sur se vigila enforma permanente el tráfico ilegal y la venta a granelde aguardiente y pulque.

• En los municipios de mayor vulnerabilidad seestá trabajando con autoridades escolares, padres defamilia y lideres locales, en base al Modelo Chimalli, enla sensibilización de escolares, principalmente en elnivel secundaria y preparatoria.

• Con el Instituto de la Juventud se organizó el Pro-yecto “Convive y toma conciencia”, dirigido a jóvenes,con actividades de información, sensibilización –estu-dio de casos y testimonios –manejado por jóvenes. Enla región indígena se aplicaron 3 talleres, con asistenciade 380 jóvenes de áreas indígenas.

• Con el H. Congreso del Estado, el CECA realizójornadas de información a grupos de mayor riesgo.Dos jornadas se realizaron en regiones con poblaciónindígena, con asistencia aproximada de 300 personas.

• La radiodifusora del Instituto Nacional In-digenista difunde en la Huasteca, en dialecto local,información preventiva sobre y riesgos y sobre pre-vención del alcoholismo. Se han difundido más demil spots.

3. Estrategias de prevención primaria: Modelo Pre-ventivo de Riesgos Psicosociales Chimalli, para comu-nidades rurales.

• Por falta de presupuesto sólo se aplicó el módu-lo en escuelas de las regiones indígenas, con accionesde extensión a la familia. Sin embargo, es necesarioaplicar el modelo en comunidades rurales, para aten-der a familias sin hijos en edad escolar, y niños que noasisten a la escuela.

• Estrategias de prevención secundaria y ter-ciaria: diagnóstico temprano y derivación oportunade casos de alcoholismo y abuso en el consu-mo de bebidas alcohólicas para su tratamiento yrehabilitación:

• El Instituto Temazacalli (dependencia estatalpara la atención integral de adicciones en niños y

jóvenes) desarrolló un Manual de Detección Tem-prana de Adicciones, mismo que se está aplicando enlas unidades de salud en el Estado. Sin embargo, nohay capacidad de servicios especializados de tra-tamiento en la región indígena.

• En base a acuerdos con los grupos AA captadosen el padrón estatal se promueve su creación y seorientan a personas en riesgo.

• Las unidades de tratamiento residencial mixtoson escasas en las regiones indígenas, por lo cual sepromueve su creación. En el marco del padrón estatalse está vigilando y acreditando en el cumplimiento dela NOM 028 SSA 2 1999. Se han capacitado 5 equiposlocales de salud en regiones indígenas, contando ac-tualmente 45 promotores bilingües capacitados.

• El Instituto Temazcalli desarrolla un programade Reinserción social (“INCORPORA”), al cual tiene unacceso restringido los indígenas, principalmente porbarreras culturales y de idioma. Por lo anterior se ne-cesita implementar un servicio similar, con enfoqueintercultural, en la región indígena.

4. Estrategias de investigación: promover el desarrollode proyectos de investigación sobre las característicasde consumo de alcohol en comunidades indígenas.

• El CECA financió un estudio sobre riesgo psi-cosociales y factores de protección asociados a adic-ciones en población escolar del estado. Este estudiofue realizado en 2003 por el Instituto de Educación yPrevención de Riesgos Psicosociales (INEPAR), aunquetiene una representación regional, sin desglose porpoblación indígena, reconoce el serio problema deriesgos psicosociales, principalmente para alcoholis-mo en población escolar, desde nivel primario paraacentuarse en los niveles superiores del sistemaeducativo estatal. Se requiere un estudio ex profesoen población indígena, abierto a toda la población yconsiderando factores culturales.

Es conveniente resaltar que el Estado es pionero enlos proyectos de interculturalidad en salud que vienepromoviendo a nivel nacional la Secretaría de Salud.

Experiencias

Retos para la atención del alcoholismo en pueblos indígenas

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Se han impartido seis cursos a personal de salud, enforma sectorial, con 90 profesionales capacitados. Tam-bién se coordinaron cursos para capacitadores, conmaestros de las facultades de medicina, enfermería ytrabajo social, para la capacitación de alumnos, espe-cialmente de aquellos que realizan su servicio social enáreas indígenas. Se capacitaron 356 pasantes. La Co-misión Estatal para la Atención a Pueblos Indígenas par-ticipó en la planeación, promoción y apoyo.

VIII: Evaluación• El alcoholismo, al igual que otros fenómenos

sociales y de salud en indígenas, plantean retos com-plejos. No hay información sistematizada y focalizadaa los indígenas. Los modelos de estudio, de interven-ción y de evaluación desarrollados requieren de unenfoque intercultural y de la intervención de exper-tos en la cuestión indígena.

• Las acciones de promoción, protección y pre-vención primaria tienen una amplia cobertura en laspoblaciones indígenas en el Estado. Sin embargo, Serequiere enfatizar en el enfoque intercultural y am-pliar las bases de empoderamiento, a través de redesde organizaciones comunitarias que consideren usosy costumbres, así como material traducido a los dia-lectos locales. Para lo cual se necesita apoyo eco-nómico para impresión de material educativo ypara capacitación y trabajo de campo.

• Dado que las tres regiones indígenas del Es-tado tienen presencia interestatal, es convenienteuna mayor coordinación con los Estados vecinos(Querétaro, Veracruz e Hidalgo), tanto para ac-ciones de promoción y prevención homologadas,como para las de control del tráfico ilegal de be-bidas alcohólicas.

• El modelo preventivo de riesgos psicosocialesha sido posible aplicarlo, con algunas modificaciones,en las escuelas, sin embrago para la comunidad serequiere una revisión para darle el enfoque intercul-tural. La misma situación aplica al Programa de rein-serción social, enfocado a actividades culturalmentepreferidas (artesanías, empresas familiares, otros)

• Con la finalidad de ofrecer un enfoque integralen la atención del alcoholismo en indígenas, esnecesario el desarrollar modelos de atención a per-sonas en riesgo –grupos de ayuda mutua–, deunidades de tratamiento residencial mixto atendidopor personal bilingüe, preferentemente de la locali-dad o con visión intercultural.

• Se tiene información de poblaciones indíge-nas, con indicadores indirectos, sobre las carac-terísticas sociales y culturales, sobre frecuencia defactores de riesgo y de prevención en escolares, ysobre estadísticas de problemas de salud relaciona-dos con el alcoholismo. Sin embargo, es necesarioafinar y focalizar los indicadores con la finalidadde hacer evaluaciones de impacto de las medidas deintervención.

IX. Conclusiones y recomendaciones• El presente proyecto presenta avances que si-

túan al alcoholismo en indígenas como un proble-ma social, complejo y con características propias, querequiere de un modelo de estudio y de atencióndesarrollado con un enfoque integral e intercultural.

• Esta en proceso la incorporación del enfoqueintercultural promovido por OMS/OPS y adoptado enMéxico por la Secretaría de Salud. Su adopciónen poblaciones indígenas requiere de proyectos yfinanciamientos ex profeso, para el desarrollo de in-fraestructura, de capacitación, de investigación y demodelos de estudio, de intervención y de evaluación.

• Se propone documentar y analizar las diversasexperiencias sobre este tema. Grupos focales de es-tudio, redes de análisis con técnica Delfos y evalua-ciones cualitativas, serían enfoques útiles para unaaproximación al conocimiento del alcoholismo, yotros hechos, en población indígena.

• De lo anterior podrían salir propuestas tipopara adaptarlas en la toma de decisiones, com-promisos y financiamiento en la atención de este pro-blema social y de salud pública que afecta enforma importante a más de 10 millones de indí-genas mexicanos.

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X. Bibliografía1. Consejo Estatal contra las Adicciones (CECA), San

Luis Potosí, Proyecto Huasteca Sobria, 2004.2. Programa Nacional de Salud 2001-2006, La salud

de los indígenas, México 2001: pp. 38 y 89-92.3. Fundación Mexicana para la Salud, Economía y

Salud, El diagnóstico, Coordinador Dr. Julio Frenk Mora, México, 1994.

4. Programa Nacional de Salud 2001-2006, Estrategia 2. Reducir los rezagos en salud que afectan a los pobres, México, 2001: pp. 89.

5. Secretaría de Salud, La Salud de los Pueblos Indí-genas: Una conquista impostergable, Cuadernos de Salud No. 1, Coordinador Dr. Jaime Sepúlveda Amor, México, 1994: pp. 24-28.

6. Secretaría de Salud de San Luis Potosí, Diagnóstico Estatal de Salud 2004.

7. Berruecos L, La investigación sobre el consumo dealcohol entre la población indígena de México, Libe-rad ictus 85, México, mayo-junio 2005: pp. 9-12.

8. Organización Mundial de la Salud, Estrategia de la

OMS sobre medicina tradicional 2002-2005, Gine-bra, 2002: pp. 5-7.

9. Secretaría de Salud, Dirección de Medicina Tradi-cional y Desarrollo Intercultural y el Consejo Nacio-nal Contra las Adicciones. Lineamientos Intercul-turales para Personal de Salud, Documento técni-co, México, 2004.

10. Consejo Estatal Contra las Adicciones - SLP, Ibíd.: p.p. 2-4.

11. Vargas Guadarrama, 1999 y Medina Mora, 1999, citados por Berruecos L, en: La investigación sobre el consumo del alcohol entre la población indíge-na de México, Liberadictus85, mayo – junio, 2005: p.p. 11.

12. Secretaría de Salud, La Salud de los pueblos indí-genas: Una conquista impostergable, Ibíd., pp: 11-12.

13. Programa Nacional de Salud, Ibid,: pp 38.14. Instituto de Educación Preventiva y Atención de

Riesgos Psicosociales, A.C. (INEPAR), Cuadernos preventivos, Proyecto Chimalli Comunitario, Mé-xico, 2000.

Experiencias

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CulturaHacer un acercamiento al asunto de las adiccionesdesde la amplia perspectiva que contemple a la in-mersión de la cultura en el análisis del tema, tiene quehacer, en un primer momento, un alto reflexivo y bre-ve que defina el acercamiento al concepto de “cultura”.Entendemos y proponemos en este documento, a lacultura como el marco global de una sociedad en elque todas las percepciones de la realidad, las costum-bres y comportamientos adquieren sentido64, razón uobjetivo; este, al compartirse e identificarse con otraspersonas genera identidades. La identidad es el saberquien soy. Es saber a quien soy semejante-diferente yde quienes soy diferente, en una percepción de lainterrelación con “el otro”u otros.

Las adiciones son elementos que se vuelven indi-cadores de la sociedades que están perdiendo ó hanperdido sus sentidos colectivos, muchas veces pro-blemáticos en razón de ser de sus formas de orga-nización y sustentación y que, sustraídas de loselementos que les dan cohesión e identidad, bus-can el equilibrio perdido en elementos externos asu propio recursos e identidades culturales. Es decir,la inmersión de elementos tan fuertemente deto-nantes como las drogas, el alcohol, el tabaco, juego,comida, la pertenencia a sectas fanáticas, sexo, traba-jo, y todo lo que se haga en forma compulsiva y susti-tutiva y sin que existan mecanismos de control desdenuestro propio yo en relación con mi grupo cultural.

Es común que se subrayen los efectos nocivos delalcohol, el tabaco y otras drogas, utilizándolos comolos argumentos de base contra las sustancias adictivas.Sin embargo, este recurso ha mostrado limitacionesen el combate contra las adicciones al desestimar los

IV Retos

9. La atención de las adicciones desde la perspectiva cultural63

José Alejandro Almaguer González, Hernán José García Ramírez, Vicente Vargas Vite

63 Dirección General de Planeación y Desarrollo en Salud64 Esteva, Gustavo: “Desafíos de la Interculturalidad en México”.Mimeo.

Retos

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elementos que son valorados por los consumidorescomo los “beneficios”, aún sin ser explícitos y queaportan al consumidor el uso de estas sustancias.

Nuestro planteamiento es que el consumo deestas sustancias, el uso nocivo y en su caso la adicciónal alcohol, el tabaco y otras drogas, en parte estadeterminada por elementos contextuales y culturales,cuya expresión concreta cambia en cada grupo so-ciocultural y que, de no considerarse, es muy di-fícil controlar y/o erradicar; por lo que proponemosenfatizar que una estrategia integral en el análisis delas adiciones es abordar y atender este fenómeno so-cial enriquecido por la perspectiva cultural.

I.- Identidad y sentidoLas identidades se construyen desde diferentesámbitos y desde diferentes niveles de complejidad enlas relaciones de los individuos en la vida cotidiana: elgénero, la edad, la pertenencia a un grupo étnico, laconstitución física, las discapacidades y enfermeda-des crónicas; el tipo de familia, la clase social, el estadocivil, la religión, la profesión o gremio, la preferenciasexual, el idioma, la nacionalidad, la pertenencia a unaregión rural o urbana y las aficiones. Todas estos ele-mentos producen identidades y sentidos; los sentidosse combinan para construir el perfil y la identidad par-ticular de cada sujeto, inmerso en su comunidad,barrio o localidad.

II.- Mecanismos culturales que propician las adiccionesNuestro planteamiento es que la pérdida y búsquedadel “sentido” y la identidad cultural propician el con-sumo, abuso (uso nocivo) y la adicción de sustanciascomo el alcohol, tabaco y estupefacientes. Conside-ramos que las sustancias adictivas, al ser presencia“pseudo-natural” en los espacios públicos como losbares, cantinas, restaurantes, tiendas y hogares y estarasociadas a los eventos de tradición cultural comobautizos, bodas y rituales religiosos, deportivos y per-mitidas y legalizadas, de manera tácita cumplen fun-ciones sociales de gran Importancia.

1. Funciones socioculturales que cumple el alco-hol, el tabaco y otras drogasEl consumo de alcohol, tabaco y otras drogas, no solose explica por sus “evidentes cualidades”; de hecho, engeneral son substancias de sabor amargo y ¿áspero?por lo tanto son poco atractivos al sentido del gus-to. Por ello es necesario buscar otros elementos queexpliquen su uso y eventual adicción.

Proponemos que el uso del alcohol, el tabaco yotras drogas pueden facilitar como detonante no es-pecífico la relación entre personas; hoy día se utiliza eltérmino de “lubricante social”. En algunas circunstan-cias, permiten conocer y facilitar el “hacer amigos”y cierta desinhibición emocional. En este contexto,son elementos que fortalecen la identidad de grupo, to-da vez que permite situaciones de mayor confianzacon los amigos e incluso al interior de las familias, conla esposa, hijos, cuñados etc.

En el caso de los varones y en nuestra sociedadmexicana contemporánea, el alcohol facilita exter-nar emociones, difíciles de identificar, reconocer yexpresar desde etapas tempranas de la infanciadada la formación y educación represiva (machis-ta) de nuestra cultura.

Así pues, podemos señalar, que la población queconsume estos productos percibe “ciertos beneficios”y cumplen las siguientes funciones socioculturales:

• Fortalecer la identidad de grupo• Externar emociones• Hacer amigos

En la mayoría de los pueblos indios del país, el alco-hol y otras sustancias psicotrópicas adquierenademás una función sociocultural en diferentes ri-tuales, el cual se extiende desde la selección,cosecha y producción, resultante de un elaboradoproceso “cultural” de preparación, que contrasta conla “facilidad” para obtener las bebidas y sustanciasadictivas industrializadas.

De acuerdo a la cosmovisión indígena, algunasdrogas son “culturalmente” aceptadas; permitan la

Retos

Retos para la atención del alcoholismo en pueblos indígenas

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“conexión” con las divinidades y el mundo sobrena-tural además de la disolución de los roles sociales; elestablecimiento de relaciones de intercambio y laconstrucción de redes de relaciones. Cabe decir queen estas sociedades existían reglas estrictas sobre elbeber fuera de las ceremonias rituales. Con la mo-dernidad, la transculturación y comercialización se dauna adulteración del rito con la consecuente pérdi-da de sus valores y funciones originales, rompiendotambién con las normas que reglamentaban el uso yconsumo de estas sustancias desde la perspectiva co-munitaria adoptándose a conveniencia elementosnormativos del marco jurídico-regulatorio de la inte-rrelación de la estructura “oficial”.

2.- El papel de la “transculturación”y “desculturación”Entendemos por transculturación, el proceso tran-sitivo de una cultura dominada frente a una do-minante, que implica la pérdida o desarraigo conla consiguiente pérdida de prácticas, costumbres,valores y lenguaje65. El término “desculturación” serefiere cuando este proceso alcanza a la pérdidade la lengua original.

Si recordamos la definición de cultura en la queseñalamos que ésta es el marco global de una so-ciedad en el que todas las percepciones de la realidad,las costumbres y comportamientos adquieren sentido,es claro comprender que afectándose estos elemen-tos por los procesos transculturales, se desencadenaun proceso de pérdida de sentido.

Al perderse el sentido, también hay una pérdi-da importante de la identidad, iniciando un proce-so de desubicación social. Al fragmentarse estoselementos, se produce un profundo malestarsocio individual que en múltiples ocasiones, con-diciona el consumo alcohol, tabaco y otras drogascomo alivio y bienestar; esto refuerza una relaciónde dependencia y es como el alcohol y drogas se

vuelven “medicamentos” de una enfermedad de lacual los primeros síntomas son la tristeza y la de-presión producto de la perdida del sentido e iden-tidad cultural.

3.- El proceso de “neoculturación”Entendemos por neoculturación, la incorporaciónde nuevos elementos culturales de la cultura do-minante con la consiguiente recomposición de lacultura originaria.

En el mundo contemporáneo, las estrategias pu-blicitarias de comercialización “construyen cultura”, esdecir, condicionan el comportamiento de las per-sonas para “estimular” procesos de consumo, crearnuevas funciones, hábitos sociales y culturales, ade-más de que en distintos comerciales se asocia el alco-hol y el tabaco con indicadores de prestigio social ycon sexo, fiesta, alegría y amistad.

Esta “necesidad de comprar” condiciona en laspersonas una conducta de “compra compulsiva” queante la dificultad económica de hacerlo, condicionauna sensación de “malestar social”que propicia el usode alcohol y otras drogas como “medicamento”.

El consumo de drogas cumple la función socialde llenar vacíos, responder a la tensión social aso-ciando a las drogas con el concepto de libertad, elplacer, el sexo y la tranquilidad. La drogadicción apa-rece como símbolo de protesta, reto y respuesta a laangustia social, haciendo eco muy fácilmente en lossectores juveniles. Por otra parte, el uso “necesario”de drogas ilegales prepara el terreno para la produc-ción, distribución y comercio de las mismas, cerrandoel círculo en un fenómeno “neocultural” denomina-do narcotráfico.

Con el narcotráfico, se establecen una serie de va-lores que se superponen a los valores universales dela vida, la salud y la honestidad. Por esta razón, elfenómeno de la drogadicción y narcotráfico, hayque atenderlos desde un enfoque cultural, para ubi-car, entender y profundizar en los mecanismos so-ciales que favorecen su consumo, así como lasfunciones sociales que cubre.

65 García Español, Antonio M. Aculturación y Comunicación enHispanoamérica. Mimeo.

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III. Las adicciones y los Servicios de SaludLas personas adictas, como cualquier otra persona,requieren de acudir a los servicios de salud, no sólopara atenderse de su problema adictivo, sino pararecibir cualquier tipo de atención. En ocasiones,personal de salud al enterarse de que el enfermoes alcohólico o adicto, modifica su actitud, cerran-do la escucha, reduciendo las explicaciones y emi-tiendo expresiones de regaño, denigración, burla ydesvaloración.

Esta actitud margina y atropella al enfermo y enparte, se explica por un sinnúmero de prejuicios de lapoblación general, que hace responsable única-mente al individuo del fenómeno, ubicándolo indi-vidualmente como causa y no como resultados delproceso de la adicción. Esto se manifiesta en el per-sonal de salud hacia los enfermos alcohólicos, así co-mo de otros problemas de salud como VIH-Sida,obesidad, y enfermedades mentales. Estos prejuicios“moralizan” sobre el alcoholismo y las adicciones, ca-tegorizándolas como pecado, castigo, culpa personal,lo que dificulta abordarlas como enfermedad y comoexpresión de una problemática sociocultural, propi-ciando el surgimiento de barreras culturales entre el

usuario y el prestador del servicio que se traducen entratos inadecuados y marginación hacia los “enfermosde adicción”.

IV. Estrategias interculturales frente a las adiccionesPara enfrentar las adicciones, además de las estrate-gias convencionales, proponemos, con un enfoqueintercultural:

1. Fomentar una relación que reconozca los ele-mentos que contextualizan el comportamientoadictivo, en base a la identidad cultural; es decir unaintervención intercultural hacia a los usuarios conadicciones y a los usuarios con enfermedades suje-tas a prejuicios, de parte del personal de salud.2. Asumir las adicciones como enfermedad y pro-blemática social y cultural y no como castigo, culpao pecado.3. Orientar con lineamientos de trato digno al per-sonal de salud, con todos los usuarios culturalmentediferentes y con aquellos que padecen enfermeda-des sujetas a prejuicios, a fin de erradicar las barrerasculturales existentes de los prestadores y los usuarios

Retos

Retos para la atención del alcoholismo en pueblos indígenas

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de los servicios, estableciendo un ambicioso progra-ma de sensibilización-capacitación66. 4. Identificar y conocer las funciones culturales queestán cumpliendo el alcohol y las drogas en cada gru-po cultural y lugar con el cual se pretende combatirlas adicciones, para diseñar estrategias específicas deintervención.5. Identificar procedimientos para satisfacer las fun-ciones culturales que queremos suplir (hacer amigos,identidad de grupo, externar emociones, funcionesrituales y comunitarias), con otras actividades diferen-tes a las adicciones. Tener cuidado en no excluir el al-cohol y drogas dejando vacíos. (Ejemplo: únicamentecon el cierre de cantinas).6. Conocer las singularidades culturales de las per-sonas y lugar para poder adaptar programas que hantenido éxito en otros contextos, como AA.7. Comprender la función salvadora del alcohol ydrogas frente al malestar profundo causado por la de-subicación social y pérdida de la identidad cultural.

Proceso metodológico para la atención de las adicciones:1. Capacitación-sensibilización del personal de salud(presencial y a distancia).2. Proponer una cruzada nacional para la recupe-ración de nuestras identidades culturales (puedenservir como apoyo el fomentar acciones que involu-cren e informen a la población como la campaña porla diversidad cultural) 3. Fortalecer de la oferta de servicios con siste-mas complementarios de atención a las adicciones.(acupuntura) 4. Reconocer que las estrategias para combatir lasadicciones son multifactoriales, y que la intervenciónde los programas de salud deberá utilizar diversosrecursos que permitan una atención integral en elcontexto de la problemática social específica.

“Pues no importa que los sueños sean mentira, ya que al cabo es la verdad,

que es venturoso el que soñando muere, infeliz el que muere sin soñar"...

Rosalía de Castro

66 La Dirección de Medicina Tradicional y Desarrollo Intercultural,adscrita a la Dirección General de Planeación y Desarrollo en Salud,desarrolló un modelo de taller de sensibilización intercultural.

En México no existen datos epidemiológicosdisponibles que permitan precisar la magnitud delconsumo de alcohol en las comunidades indígenasdel país, ya que las encuestas nacionales de adic-ciones de 1988, 1993 y 1998 han comprendido exclu-sivamente la población de zonas urbanas, y aunque laencuesta de 2002 incluyó la evaluación de zonasrurales, no se cuenta con datos desagregados porregión, estado, municipio o comunidad, de modo

que aún no es posible establecer un diagnóstico pre-ciso en torno al consumo de alcohol en las zonas indí-genas del país.

Esta limitación repercute en una deficiente per-cepción de los problemas de salud que enfrentandichas comunidades, tanto en el ámbito individualcomo social, por lo que una primera estrategia adesarrollar consiste en impulsar el desarrollo de inves-tigaciones específicas que puedan orientar mejor la

10. Retos presentes de la lucha contra el alcoholismo en MéxicoDr. Cristóbal Ruiz Gaytán López, Secretario Técnico del CONADIC

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toma de decisiones dirigidas a favorecer la atenciónde la salud y disminuir el rezago existente en este sec-tor de la población.

Cabe señalar que, en contraparte, existe un buennúmero de investigaciones antropológicas que docu-mentan el proceso de alcoholización que se da entrelos grupos indígenas del país, las cuales pueden cons-tituirse como punto de partida para configurar unprimer diagnóstico del problema acorde con cadacultura y cada región particular.

Una aproximación inicial al consumo de alcoholen población indígena del país, debe reconocer quela cirrosis hepática es uno de los principales indi-cadores de abuso en el consumo de alcohol y alco-holismo. México se ubica en los primeros lugares demortalidad por esta enfermedad en todo el mundo.Las cifras más recientes indican que la cirrosis y otrasenfermedades crónicas del hígado ocuparon el 4° lu-gar dentro de las primeras diez primeras causas demortalidad general, con una tasa de 25.7 por cada 100mil habitantes, aunque la cifra se eleva a 39.5 por100 mil en el caso de los varones67.

Los costos por daños a la salud por cirrosis repre-sentan una parte importante de las erogaciones en ser-vicios de las instituciones de seguridad social, y elausentismo es una de las principales consecuenciasdel alcoholismo en el ámbito laboral. Asimismo, la ci-rrosis hepática y el abuso en el consumo de alcoholson considerados dentro de las principales causas depérdida de años de vida saludable en el país.

Paradójicamente, la mayor parte de los problemasasociados con el consumo de alcohol (accidentes,violencia, ausentismo, etc.), son más frecuentes entrelos bebedores con ingesta aguda que con el con-sumo crónico (dependientes) de alcohol. Asimismo,se sabe que el abuso de alcohol conlleva a trastornosdel comportamiento, como son: ansiedad, depresión,y algunos trastornos de la personalidad.

La Encuesta Nacional de Adicciones 2002, quees la más reciente, señala que la prevalencia nacio-nal de bebedores actuales fue de 46.32%, siendo elconsumo de bebidas alcohólicas más característicoen hombres (61%), pero alto también en mujeres(34%). Constituyó una práctica más común en po-blación urbana (50.8%) que en población rural(32.2%), destacando la preferencia en el consumode cerveza en ambas poblaciones, y una mayorpreferencia de consumo de pulque en las zonasrurales que en las urbanas.

Tomando en cuenta la experiencia contenida enlos trabajos que aparecen en esta publicación, losretos que para el sector salud representan hoy lastareas de prevención respecto al consumo de alco-hol y el alcoholismo en comunidades indígenas denuestro país, deberán comenzar por considerar co-mo su principal objetivo la disminución del abusoen el consumo de bebidas alcohólicas y el alco-holismo entre la población indígena, así como susconsecuencias sobre la salud y la problemática fa-miliar y social a la que están asociados, a través deestrategias integrales e interculturales para su aten-ción, con la participación de la comunidad en el di-seño, desarrollo y evaluación de las acciones.

Asimismo, como objetivos específicos es nece-sario considerar al menos los siguientes:1. Promover la vinculación de las instituciones delsector salud y educativo con organismos sociales, civi-les y religiosos de la comunidad, para estableceracciones conjuntas de prevención.2. Fortalecer mecanismos de control y reglamenta-ción del proceso de producción, comercialización,distribución y consumo de bebidas alcohólicas que seexpenden a granel en los municipios con mayor pre-sencia indígena en el estado.3. Promover la vinculación con líderes de las co-munidades, para facilitar el acercamiento con losgrupos de mayor riesgo y proceder a realizar unproceso preventivo.4. Sensibilizar con el apoyo de los líderes, a todos losmiembros de la comunidad sobre los daños a la salud

Retos

67 INEGI/SSA. Anuario Estadístico 2003. Dirección General deInformación en Salud.

Retos para la atención del alcoholismo en pueblos indígenas

60

asociados con el abuso en el consumo de alcoholy alcoholismo.5. Identificar los problemas familiares y socialesasociados al abuso en el consumo de alcohol y alalcoholismo, a fin de fomentar la recuperación devalores de moderación y templanza tradicionalesen las comunidades indígenas.6. Promover una cultura de autocuidado de la salud.7. Realizar acciones de prevención primaria ysecundaria del abuso en el consumo de alcohol y al-coholismo, previa selección, adaptación y traduc-ción de contenidos y técnicas en las principaleslenguas que se hablan en cada localidad.8. Promover con el apoyo de los líderes, la reinser-ción social del enfermo alcohólico en su comunidad.9. Desarrollar proyectos de investigación etnográfi-ca, antropológica y epidemiológica para identificar losfactores de riesgo y de protección específicos en cadaetnia y comunidad; las características del proceso dealcoholización y el alcoholismo; la prevalencia de con-sumo y los problemas asociados en al ámbito de lasalud, la familia y la convivencia comunitaria.10.Desarrollar un modelo intercultural de prevencióny atención del abuso de bebidas alcohólicas y alco-

holismo en la población indígena, incorporando laexperiencia de la comunidad, sus recursos, sus carac-terísticas socioculturales y su perspectiva del fenó-meno, que permita que la población indígena seidentifique y se apropie de él.11.Capacitar recursos humanos de la propia comu-nidad indígena en el conocimiento de la problemáticadel alcoholismo y en la aplicación de métodos de inter-vención comunitaria, que posibiliten la continuidad ypermanencia de las acciones de prevención del abusoen el consumo de alcohol y alcoholismo.12.Evaluar la necesidad de adaptar los proce-dimientos institucionales de prestación de serviciosde salud para la prevención y atención del abuso enel consumo de alcohol y el alcoholismo para lapoblación indígena.

A continuación proponemos una serie de estrate-gias en las que se describen desde las posibles lí-neas de acción, hasta las entidades que podríanasumir la responsabilidad de su ejecución. Estas es-trategias tienen como propósito convertirse en uninstrumento flexible, que podrá irse adaptando a lasnecesidades propias de cada comunidad.

61

Retos

I. Control y reglamentación de la producción, comercialización, distribución y consumo de bebidas alcohólicas.

Acciones específicas

1. Vigilancia y sanción del in-cumplimiento del Reglamentoque prohíbe la venta de bebidasalcohólicas a menores de edad.

2. Vigilancia y sanción a esta-blecimientos que expenden sus-tancias no desnaturalizadas decontenido alcohólico superior alos 55° en volumen.

3. Supervisión aleatoria delproceso de producción, tránsito,manejo y venta de bebidas alco-hólicas a granel como el pulque.

4. Restringir y vigilar el cum-plimiento de los horarios de ven-ta de bebidas alcohólicas.

5. Realizar una campaña deinformación y difusión del regla-mento y normatividad de laproducción, comercialización, dis-tribución y consumo de bebidasalcohólicas.

6. Incorporar a las organizacio-nes locales en la vigilancia delcumplimiento del Reglamento pa-ra la venta de bebidas alcohólicas.

Metas

1.1 Que el 100% de los comer-cios que expenden bebidas alco-hólicas respeten el Reglamentoque prohíbe la venta a menoresde edad.

2.1 Que ningún establecimientoexpenda sustancias desnatura-lizadas de contenido alcohólicosuperior a los 55° en volumen.

3.1 Realizar supervisiones aleatorias.

4.1 Que el 100% de los comer-cios que expenden bebidas alco-hólicas cumplan con los horariosde venta.

5.1 Elaboración de contenidos ydiseño de materiales de difusión:

• Material educativo.• Señalizadores.• Carteles.

6.1 Que las autoridades loca-les designen representantes dela comunidad para realizar lasupervisión

Responsables

SESA (regulación sanitaria)Gobierno municipalAutoridades comunitarias.

SESA (regulación sanitaria)Gobierno municipalAutoridades comunitarias.

SESA (regulación sanitaria)Gobierno municipalAutoridades comunitarias.

SESACECAGobierno municipalAutoridades comunitariasCNDPI

CONADICCECACASAPIAutoridades comunitariasGobierno municipalComerciantes

Autoridades municipalesAutoridades comunitariasONG

Población objetivo

Expendedores de bebidasalcohólicas.

Expendedores de bebidasalcohólicas.

Productores, comercializa-dores y expendedores debebidas alcohólicas.

Expendedores de bebidasalcohólicas.

Productores, comercializa-dores y expendedores debebidas alcohólicas.Población en general.

Expendedores de bebidasalcohólicas.

Retos para la atención del alcoholismo en pueblos indígenas

62

II. Prevención: movilización y participación comunitaria.

Acciones específicas

1. Promover eventos deporti-vos, culturales y recreativos parafortalecer la convivencia familiar ycomunitaria, difundir informaciónpara prevenir las adicciones y pro-mover estilos de vida saludables.

2. Realizar campañas espe-ciales de movilización social con-tra las adicciones.

Metas

1.1 Organizar seis torneosdeportivos.1.2 Realizar doce eventos cultu-rales y recreativos (obras de teatro,conciertos de música, exposi-ciones, verbenas populares de lasalud, ferias de la salud). 1.3 Organizar concursos de dibu-jo, periódicos murales, mensajes,ensayos, artesanías, etc.

2.1 Organizar actividades de sen-sibilización y difusión en torno a:

- Día Mundial sin Fumar- Día Mundial de la Lucha contrael Uso Indebido y el Tráfico Ilícitode Drogas- Día Mundial de la Salud- Semanas Nacionales de Salud- Celebraciones locales

Responsables

SEPCECACNDPICONACULTACONAFEINAH (Culturas Populares)INEAIMJGobierno municipalAutoridades municipalesONGSEDESOL

CECASESAONGGobierno municipalAutoridades comunitariasRepresentantes religiosos

Población objetivo

Niñas, niños y adolescentesPadres de familia.

Población escolarFamilias.

63

Retos

III. Prevención: sensibilización e información a grupos de riesgo en comunidades indígenas.

Acciones específicas

1. Diagnóstico situacional delos recursos de comunicación yde la percepción del problemaen la comunidad.

2. Campaña de promoción delPrograma y difusión de informa-ción preventiva.

3. Llevar a cabo pláticas infor-mativas sobre el Programa y elconsumo responsable de alcoholy los riesgos a la salud, asociadoscon el abuso, para elevar la per-cepción de riesgo.

Metas

1.1 Elaborar un diagnóstico situa-cional de comunicación social.

2.1 Diseñar y desarrollar laestrategia de comunicaciónsocial.

2.2 Diseñar los materiales dela campaña de promoción ydifusión.

2.3 Reproducción de:- Material educativo- Carteles- Spots de radio- Radionovela- Artículos promocionales- Mantas- Pinta de bardas

3.1 Impartir pláticas mensualesen escuelas.

3.2 Impartir pláticas por barrio.

3.3 Impartir pláticas en lugarespúblicos de reunión.

3.4 Impartir pláticas mensualesen centros de trabajo.

3.5 Impartir pláticas de informa-ción y sensibilización sobre elPrograma a las autoridades mu-nicipales y de la comunidad.

Responsables

CONADICCASAPI

CONADICCECACNDPICONACULTAConsultores externos

SESACECAIMSS-SolidaridadCIJPromotores de saludONG

Población objetivo

Comunidades Indígenas detodo el país.

Niñas, niños y adolescentesFamilias

Jóvenes y padres de familia.CampesinosJornalerosPeonesComerciantesProfesoresAutoridades municipales ycomunitarias (delegados,subdelegados, personaladministrativo, seguridadpública)

Retos para la atención del alcoholismo en pueblos indígenas

64

IV. Prevención: fomentar la recuperación de valores de moderación y templanza ante el consumo de bebidas alco-hólicas, así como fortalecer los factores de protección.

Acciones específicas

1. Diseñar y/o adaptar unmodelo preventivo del consu-mo de alcohol, de acuerdo conlas características culturales dela población indígena, enfoca-do a disminuir los factores deriesgo y fortalecer los factoresde protección de las niñas, ni-ños y adolescentes.

2. Formar multiplicadores bi-lingües para aplicar el modelopreventivo intercultural del con-sumo de alcohol.

Metas

1.1 Adaptación, traducción yreproducción de materiales delmodelo preventivo intercultural.

2.1 Capacitar grupos de multi-plicadores bilingües pertene-cientes a la comunidad.

2.2 Instrumentar el modelo pre-ventivo intercultural en los ba-rrios de la comunidad:

- Elaborar y desarrollar con laparticipación de líderes de la co-munidad, un plan de acciónpor barrio de prevención delalcoholismo.

- Integrar grupos de niñas, niñosy adolescentes para participar ensesiones preventivas de tipo vi-vencial orientadas al desarrollode habilidades para la vida (unopor barrio).

- Formar una red comunitariade apoyo, integrada por padres defamilia y líderes locales, para pro-mover y realizar acciones de pre-vención del consumo de alcoholen menores de edad.

Responsables

CONADICCNDPICASAPICECAConsultores externosGobierno municipalAutoridades comunitariasSEP

CECACNDPICIJSESAGobierno municipalAutoridades comunitarias

Población objetivo

Niñas, niños y adolescentes.

Jóvenes.Líderes comunitarios.Promotores de salud.Grupos organizados de lacomunidad.

65

Retos

3. Promover talleres de desar-rollo de habilidades para la vidaen población escolar.

4. Promover cursos de Escuelapara Padres.

5. Promover cursos para pre-venir la violencia intrafamiliar (aso-ciada al consumo de alcohol).

6. Promover el curso “LaAventura de la Vida”.

7. Promover el curso “CírculosMágicos”.

8. Promover el curso “Vive sinDrogas”.

3.1 Talleres de sensibilizaciónsobre la problemática del al-coholismo e información so-bre el Programa con maestrosde primaria

3.2 Talleres para alumnos de pri-maria (uno por escuela)

4.1 Doce cursos por escuela

5.1 Tres cursos

6.1 Doce cursos por escuela

7.1 Curso

8.1 Un curso por barrio

SEPCECAONGCIJDIF

SEPCECAONGDIF

DIFCECASESAPGJE

CECA

CIJ

Maestros de primaria.Niñas, niños y adolescentesescolarizados .

Padres y madres de familia.

Padres de familia.

Escolares de 3° a 5° año.

V. Prevención: Formación de recursos humanos para identificar sujetos en proceso de alcoholización y atenderoportunamente los problemas de salud asociados con el abuso en el consumo de alcohol y el alcoholismo.

Acciones específicas

1. Capacitar al equipo de saludpara realizar diagnóstico tempra-no, tratamiento oportuno y de-rivación de pacientes en procesode alcoholización.

Metas

1.1 Realizar un curso de capaci-tación sobre alcoholismo

Responsables

SESACECACIJIMSS-SolidaridadISSSTE

Población Objetivo

Personal del equipo de sa-lud de los Centros de SaludRurales para Población Dis-persa (médicos, enfermeras,trabajadoras sociales, pro-motores de salud), agentesde salud de la comunidad.

IV. Prevención: fomentar la recuperación de valores de moderación y templanza ante el consumo de bebidas alco-hólicas, así como fortalecer los factores de protección.

Retos para la atención del alcoholismo en pueblos indígenas

66

VI. Prevención Secundaria: Desarrollar modelos para realizar el diagnóstico temprano y derivación oportuna dealcohólicos y de quienes abusan en el consumo de alcohol para su tratamiento y rehabilitación, retomando losrecursos de la medicina tradicional y doméstica.

Acciones específicas

1. Detección de casos con pro-blemas asociados al abuso en elconsumo de alcohol y alcoholis-mo en Centros de Salud Ruralespara Población Dispersa, de segu-ridad pública y de procuración dejusticia, para su derivación a servi-cios de salud de 2° nivel y a gru-pos de ayuda mutua.

2. Detección oportuna de ca-sos en lugares de trabajo y de-rivación a servicios de salud ygrupos de ayuda mutua.

3. Promover la atención médi-ca oportuna de casos con into-xicación alcohólica aguda.

4. Promover la conformaciónde grupos de AA y Al-Anon.

Metas

1.1 Realizar el tamizaje de ca-sos en las 14 unidades de pri-mer nivel de atención médicade la región1.2 Realizar el tamizaje en losservicios de seguridad públicay procuración de justicia de laregión.

2.1 Llevar a cabo la detección decasos en dos centros de trabajo.

3.1 Establecer en dos de losCentros de Salud Rurales paraPoblación Dispersa, espaciosadecuados para la atención delos pacientes con intoxicaciónalcohólica aguda.

4.1 Integrar 2 nuevos grupos deayuda mutua.

Responsables

SESACECAIMSS- SolidaridadCIJMédicos tradicionalesPromotores de saludPGJESeguridad Pública

SESACECAIMSS- SolidaridadCIJMédicos tradicionalesPromotores de salud

SESAIMSS-SolidaridadISSSTECIJ

SESACECACentral Mexicana de Servi-cios Generales de AAAA, Al-AnonIMSS- SolidaridadISSSTECIJMédicos tradicionalesGobierno municipalAutoridades comunitarias

Población objetivo

Bebedores fuertesDependientes de alcohol

Bebedores fuertesDependientes de alcohol

Bebedores fuertesAlcohólicos

Bebedores fuertesDependientes de alcohol

67

Retos

VI. Prevención Secundaria: Desarrollar modelos para realizar el diagnóstico temprano y derivación oportuna dealcohólicos y de quienes abusan en el consumo de alcohol para su tratamiento y rehabilitación, retomando losrecursos de la medicina tradicional y doméstica.

5. Ofrecer servicios de atenciónintegral a la población indígenaen riesgo de alcoholización o de-pendientes del alcohol.

5.1 Instalar una unidad regionalintegral con servicios de preven-ción primaria, desintoxicaciónaguda, tratamiento residencialde tipo mixto bilingüe y reinser-ción social.

SESACECAIMSS- SolidaridadISSSTEGobierno estatalGobierno municipalAutoridades comunitariasCIJ

Bebedores fuertesDependientes de alcohol

VII. Prevención Secundaria: Promover la reinserción social de enfermos alcohólicos.

Acciones específicas

1. Derivar a enfermos alcohóli-cos y ex bebedores a centros deapoyo y capacitación laboral pa-ra su reinserción social.

2. Promover el mejoramientode la calidad de los servicios dereinserción social

Metas

1.1 Detectar y derivar enfermosalcohólicos a centros que apo-yen su reinserción social.

2.1 Organizar un taller de inter-cambio de experiencias exitosasy propuestas para mejorar losprogramas de reinserción social.2.2 Integrar un directorio regio-nal y estatal de instituciones yorganismos que presten servi-cios de reinserción social, paraintercambio de información yderivación de pacientes.

Responsables

Gobierno estatalGobierno municipalCNDPIONGVoluntariado

Gobiernos municipalesCECASESADIFDGDPDICNDPIVoluntariadoSESA

Población objetivo

Bebedores fuertesDependientes de alcoholGrupos de ayuda mutua

Personal de centros de rein-serción social, públicos yprivados

Retos para la atención del alcoholismo en pueblos indígenas

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VIII. Investigación, Seguimiento y Evaluación: Promover el desarrollo de proyectos de investigación sobre las car-acterísticas del consumo de alcohol en las comunidades indígenas del estado de Querétaro.

Acciones específicas

1. Proyectos de investigaciónepidemiológica.

2. Proyectos de investigaciónetnográfica.

3. Seguimiento y evaluacióndel Programa.

Metas

1.1 Promover un proyecto deinvestigación sobre factoresde riesgo y protección en co-munidades indígenas.

2.1 Capacitar a personal técnicode instituciones públicas y pri-vadas en metodología sobre et-nografía rápida para elaborar undiagnóstico del perfil cultural delas comunidades en estudio.

3.1 Diseñar instrumentos deevaluación del Programa.3.2 Realizar visitas de segui-miento del equipo interinstitu-cional que coordina y asesorael Programa.3.3 Informe de resultados.

Responsables

SESACECADGEINPCIJDGDPICNDPIINAHCONACYT Universidades locales einstitutos de educaciónsuperior

CASAPICNDPICECADGECONADIC

DGDPI/DGECONADICCECACNDPI

Población objetivo

Población indígena de to-das las comunidades delpaís

Personal técnico de institu-ciones públicas y ONG

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V ConclusionesConclusiones

A través del testimonio y las aportaciones de losexpertos, quienes desde diversas perspectivas hanenriquecido esta publicación, esperamos habercontribuido en la construcción de nuevas propues-tas que ayuden a emprender acciones cada vezmás eficientes en la lucha para prevenir y atender elproblema del alcoholismo en nuestras comunida-des indígenas.

Estamos conscientes de que en el ámbito indígenadebemos trabajar con gran responsabilidad y sensi-bilidad, con conocimiento y respeto a las costumbresde cada etnia, así como con empatía para contar conel apoyo de los integrantes de las comunidades. Laautocrítica ante nuestra labor, y particularmente haciaaquellos aspectos que aún no se han desarrollado,servirá como ejercicio para ir avanzando cada vez másen el planteamiento e instrumentación de solucionesconcretas para atender este problema de salud desdeuna perspectiva social, cultural y antropológica amplia,que ubique el contexto en el cual se suscita y pro-ponga medidas de prevención y protección a la salud,de detección temprana y atención oportuna de casosque lo requieran.

Una tarea fundamental es impulsar en forma prio-ritaria el desarrollo de estudios que permitan contar

estadísticas e indicadores precisos del nivel de alco-holismo y problemas asociados en los pueblos indí-genas de todo el país. También es fundamentalincorporar en esta lucha las enseñanzas de las inves-tigaciones de las ciencias sociales dedicadas al tema,material que muchas veces ha sido ignorado en lacátedra universitaria o en la planeación en salud.Todo análisis de los indicadores como mortalidadpor cirrosis hepática y por abuso de alcohol, entreotros, deben ser acompañados y contextualizados apartir de etnografías locales que releven los hechos, lasacciones y los momentos en que sucede la alcoho-lización para así diseñar políticas y acciones “sensiblesculturalmente” que ayuden a disminuir el consumode alcohol y por ende, los daños a la salud.

A pesar de la evidencia de que el alcohol por símismo no puede explicar la sobre-mortalidad, los es-tudios realizados hasta ahora indican que el problemaexiste, es severo y requiere intervención. El hecho deque el pulque tenga el doble papel de complemen-tar la dieta y como bebida alcohólica, el hecho quesea localmente producido por lo tanto disponible, im-plica retos importantes.

Asimismo, debemos promover cada vez más losesfuerzos de coordinación intersectorial en los tres

Retos para la atención del alcoholismo en pueblos indígenas

70

niveles de gobierno: federal, estatal y municipal a finde abatir la falta de posibilidades y de oportunida-des, y generar en cambio un desarrollo sustentablepara las regiones indígenas con el cual pueda evi-tarse que el alcohol siga siendo un substituto y unaforma de evadir una dura realidad de pobreza, olvi-do y marginación.

Con la ayuda de otros programas se podrá gene-rar un desarrollo pleno de las comunidades, con po-líticas sistemáticamente aplicadas que revaloren elpapel de la mujer y combatan las situaciones de do-minación y discriminación, sin menoscabo de lo quemuchos estudios desde el ámbito social han probadodesde hace años: que el alcoholismo daña muchomás a aquellos que ya de por sí son física, social y psi-cológicamente más vulnerables.

Es importante promover la educación, el deportey la cultura, así como la difusión de mensajes y ma-teriales traducidos a lengua indígena orientados aprevenir las adicciones en las comunidades. El tra-tamiento integral del alcoholismo y del proceso dealcoholización significa enfrentarse a enormes pre-juicios, a inercias, a poderosos intereses y a la exis-tencia de modelos que han permitido que el pro-blema adquiera proporciones alarmantes. Por lo tanto,la tarea requiere la intensificación de acciones des-de la más temprana edad, desde los contenidos dela escuela primaria hasta los programas de forma-ción de médicos y personal auxiliar de salud.

Asimismo, juega un papel muy importante el tra-bajo de las organizaciones de la sociedad civil en estalucha, por lo que se vuelve imprescindible recuperarlas experiencias de los grupos de autoayuda y losesfuerzos que instituciones como la Central Mexicanade Alcohólicos Anónimos han emprendido para ha-cer llegar sus mensajes de ayuda a las comunidades

más remotas del país. En este sentido, el apoyo deorganismos internacionales como la OMS/OPS puedeser de gran ayuda.

Proponer las reformas adecuadas en materia deprevención del alcoholismo en la legislación y ac-tualizar las normas para regular las actividades de losdiferentes sectores involucrados, sean éstos sanitarios,industriales, comerciales, educativos o publicitarios esotra tarea que debemos promover, sin olvidar que laspolíticas orientadas a abatir el consumo, la alcoho-lización y el alcoholismo deben tener en cuenta lanorma del beber, su ritualidad, las condiciones en quese consume, en asociación a qué hechos se consume yen medida creciente cómo se expresan los dañoscausados por el alcohol.

Finalmente, está en proceso la incorporación delenfoque intercultural promovido por y adoptado enMéxico por la Secretaría de Salud. Su adopción en po-blaciones indígenas requiere de proyectos y financia-mientos ex profeso, para el desarrollo de infraestruc-tura, de capacitación, de investigación y de modelos deestudio, así como de intervención y de evaluación.

En conclusión, y tomando en cuenta la experien-cia contenida en los trabajos que aparecen en estapublicación, los retos que para el sector salud repre-sentan hoy las tareas de prevención respecto al con-sumo de alcohol y el alcoholismo en comunidadesindígenas de nuestro país, deberán comenzar porconsiderar y adecuar, como su principal objetivo: “ladisminución del abuso en el consumo de bebidasalcohólicas y el alcoholismo entre la población indí-gena, así como sus consecuencias sobre la salud y laproblemática familiar y social a la que están asociados,a través de estrategias integrales e interculturales parasu atención, con la participación de la comunidad enel diseño, desarrollo y evaluación de las acciones”.

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Compiladora: Dra. Ma. Teresa Oviedo Gómez. Asesora Técnica de la Dirección de VinculaciónSectorial del Consejo Nacional contra las Adicciones.

Autores en orden alfabético:

CECA Jalisco

Dr. Luis A. Berruecos

Dr. José Alejandro Almaguer González

Lic. José Castrejón Vacio

Xóchitl Gálvez Ruiz

Mtra. Consuelo García Andrade

Hernán José García Ramírez

Lic. Francisco Juárez

Dr. David Kershenobich

Dr. Sergio Lerín Piñón

Dr. Héctor Marroquín, CECA San Luis Potosí

Dra. Ma. Elena Medina-Mora

Mtra. Guillermina Natera

Dr. Cristóbal Ruiz Gaytán López

Vicente Vargas Vite

VI Anexos

Directorio de colaboradores en esta Edición

Anexos

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Retos para la atención del alcoholismo en pueblos indígenas

CASAPI: Coordinación de Atención a la Salud y Alimentación de los Pueblos Indígenas/SSA.

CECA: Consejo Estatal contra las Adicciones.

CIJ: Centros de Integración Juvenil.

CNDPI: Comisión Nacional para el Desarrollo delos Pueblos Indígenas.

CONACYT: Consejo Nacional de Ciencia.y Tecnología.

CONADIC: Consejo Nacional contra lasAdicciones.

CONAFE: Consejo Nacional de FomentoEducativo.

DGE: Dirección General de Epidemiología/SSA.

DIF: Sistema Nacional para el Desarrollo Integralde la Familia.

IMJ: Instituto Mexicano de la Juventud.

IMSS: Instituto Mexicano del Seguro Social.

INAH: Instituto Nacional de Antropología e Historia.

INEA: Instituto Nacional de Educación para Adultos.

INI: Instituto Nacional Indigenista.

ISSSTE: Instituto de Seguridad y ServiciosSociales para los Trabajadores del Estado.

ONG: Organismos No Gubernamentales.

PGJE: Procuraduría General de Justicia del Estado.

SEP: Secretaría de Educación Pública.

SESA: Servicios Estatales de Salud.

SSA: Secretaría de Salud.

Abreviaturas y acrónimos