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    Proletarios de todos los pases, unos!

    Comit Central

    Partido Comunista del Per

    Octubre 1975

    RETOMEMOS A MARITEGUI

    Y RECONSTITUYAMOS SU PARTIDO!

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    Proletarios de todos los pases, unos!

    RETOMEMOS A MARITEGUIY RECONSTITUYAMOS SU PARTIDO!

    En el 80 Aniversario del nacimiento de Jos CarlosMaritegui y a los 47 aos de su fundacin, el PartidoComunista rinde homenaje a su gran fundador y guallamando a su militancia, a la clase obrera y al pueblo de

    nuestra patria a que, obedeciendo la voz de nuestro tiempoy preparndonos para ocupar nuestro puesto en lahistoria,RETOMEMOS A MARITEGUI Y RECONSTITUYAMOSSU PARTIDO!

    I. LA LUCHA DE CLASES GENEREL PENSAMIENTO DE MARITEGUI

    El Pensamiento de Maritegui, expresin poltica de laclase obrera peruana, se forj y desarroll en la lucha declases y no al margen de ella; as, para comprenderlo debeligrsele necesariamente a las luchas internacionales y denuestro pas.

    La lucha de clases en el mundo.Maritegui vivi en

    la poca del imperialismo, segn sus palabras, en el perododel capitalismo de los monopolios, del capital financiero, delas guerras imperialistas por el acaparamiento de losmercados y de las fuentes de materias primas. Vivi, pues,y combati cuando el capitalismo agoniza y la lucha declases capacita al proletariado para el asalto del poder atravs de la violencia revolucionaria.

    De 1914 a 1918 el mundo fue estremecido por la I Guerra

    Mundial, la guerra de rapia imperialista que, con el

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    apoyo traidor del viejo revisionismo, lanz a la claseobrera y al pueblo de unas potencias contra otras enbeneficio de un reparto del mundo por las potenciasimperialistas y sus burguesas monopolistas. Pero, como lo

    previera Lenin, la guerra incub la revolucin y en 1917 elPartido Bolchevique mediante la insurreccin armada derrocel poder de los zaristas de la vieja Rusia; as, con laRevolucin de Octubre se abri una nueva etapa para lahumanidad, la de la construccin del socialismo bajo ladictadura del proletariado dirigida por el Partido Comunista.Cumplindose las previsiones cientficas de Marx y Engels, elCamino de Octubre sent normas generales para laemancipacin de la clase obrera: la necesidad de unPartido Comunista que dirija la revolucin, la necesidad dela violencia revolucionaria para derrumbar el viejo ordenestablecido y la necesidad de instaurar la dictadura delproletariado para construir el socialismo y marchar a lafutura sociedad sin clases. Lo que Marx y Engelsensearan, el marxismo en una palabra, qued refrendadocomo realidad incontrovertible.

    La Revolucin de Octubre repercuti en todo el mundo.Europa se remeci hasta sus cimientos y el proletariado selanz a conquistar el poder; las luchas de Alemania, Italia yHungra son ejemplos que el mismo Maritegui divulg en

    H i s t o r i a d e l a Cr i s i s Mu n d i a l , pero si bien las masasestaban maduras para la revolucin faltaron los partidoscomunistas indispensables para su conduccin y se generel fascismo. La repercusin no fue solamente europea, larevolucin de octubre impuls el movimiento colonial

    antiimperialista; Oriente entr en convulsin constituyendo laRevolucin China el signo ms extenso y profundo deldespertar de Asia. Nuestra propia Amrica desarrolllucha antiimperialista y la clase obrera alcanzando madurezgener sus partidos propios comunistas y adquiri pesopoltico.

    En lo ideolgico, se acentu la crisis del pensamientoburgus mientras, dentro del movimiento obrero mundial, eloportunismo revisionista fue barrido, el sindicalismo

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    revolucionario superado y el marxismo ingresaba a unanueva etapa, la del marxismo-leninismo.

    Este proceso lo vivi Maritegui directamente como

    combatiente de la clase obrera, y sigui y analiz la luchade clases mundial como contexto indispensable paracomprender la revolucin en nuestra patria; su certeravisin est en las siguientes palabras: La lucha de clasesllena el primer plano de la crisis mundial; losacontecimientos dominantes del ltimo cuarto de siglo hanrebasado todos los lmites. Su escenario ha estado en loscinco continentes; la dictadura del proletariado, por ende,no es una dictadura de partido sino una dicta- dura declase, una dictadura de la clase trabajadora; elmarxismo-leninismo es el mtodo revolucionario de la etapadel imperialismo.

    Desarrollo y lucha de clases en la sociedad peruana.Desde 1895 se desarroll la industria moderna en el Perrematando en la dcada del 20, dcada que marca elimpulso del capitalismo burocrtico bajo dominio yanqui. Esta

    industrializacin se produce en una sociedad semifeudalcuya economa se desenvuelve cada vez ms sometida alimperialismo norteamericano que desplaza el dominio ingls.As el capitalismo burocrtico implica el desarrollo denuestra condicin semicolonial y signa todo eldesenvolvimiento de la sociedad peruana, y su comprensines indispensable para interpretar la lucha de clases en elPer del siglo XX.

    En el marco anterior, el proletariado peruano creci perono slo numricamente; el desarrollo de la minera,textilera y otras ramas de produccin fabril le dieron unadefinida y cada vez ms importante ubicacin; en sntesis,implic la aparicin de una nueva clase y una meta precisa.Nuestro proletariado combatiendo desde sus albores poraumento salarial, reduccin de la jornada de trabajo ydems reivindicaciones gener un movimiento obrero quebajo la lnea sindical de clase cre sindicatos en lucha contrael anarco-sindicalismo hasta culminar en la construccin de

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    la Confederacin General de Trabajadores del Per, tareaprecisamente rematada bajo la conduccin de Maritegui.Ms an, la lucha de la clase obrera determin la fundacinde su Partido, tambin por obra y accin de Maritegui; as

    el proletariado peruano devino clase mayor de edadconformndose como partido poltico independiente yteniendo como meta la emancipacin econmica de la claseobrera inicia una nueva etapa en el pas, la de larevolucin democrtico nacional dirigida por el proletariado atravs desu Partido.

    El campesino, prosiguiendo sus viejas luchas, combatitambin denodadamente por la tierra para quien la trabaja;defendi sus tierras contra la usurpacin de los terratenientesfeudales y las empresas monopolistas y su lucha, reiterada ytenaz, se enfrent a la respuesta marcial del Estadoperuano y sus instrumentos represivos; testigos de sucombatividad son las grandes acciones de las dos primerasdcadas de este siglo, las de Puno en particular. La pequeaburguesa, los empleados y estudiantes por ejemplo,tambin combatieron contra sus enemigos; la lucha

    reivindicativa y la organizacin de los empleados como lareforma universitaria son muestras palpables de la amplialucha popular.

    En el campo poltico de los explotadores el civilismoleguista, expresin de la burguesa mercantil al servicio delimperialismo yanqui, asumi el poder y convirtindose en ejedel proceso econmico desplaz a la aristocraciaterrateniente ms estrechamente ligada a Inglaterra. El

    leguismo implic la remodelacin de la sociedad y la polticaperuanas segn moldes demoliberales, como puede verse enel ordenamiento constitucional y en la legislacin, porejemplo en la ley educacional de 1920 y dems medidas.As, la burguesa peruana cuyo impulso se registr amediados del XIX devino en burguesa compradora y ejedel proceso social peruano y cabeza directriz de las clasesexplotadoras del pas.

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    Lo anterior se reflej en el campo ideolgico. Por un lado,la burguesa civilista golpe el sistema de ideas de loscivilistas terratenientes, una de cuyas expresiones es ladisputa Villarn-Destua en el terreno educacional a

    comienzos de siglo; crtica que fue siempre moderada ytibia as como propagandizadora de las excelencias delmodelo norteamericano. Pero mientras esto se daba en elcampo de los explotadores, en el seno del pueblo y poraccin de la clase obrera, principalmente, fue madurandoun sistema de ideas democrtico que poco a poco cuajcomo comprensin de nuestra sociedad desde la posicindel proletariado, precisamente a travs de la teora y laprctica de Jos Carlos Maritegui, quien reflej ysistematiz todos estos treinta y tantos aos de la vidaperuana y pudo hacerlo por su directa y ardorosaparticipacin en la lucha de clases.

    El Pensamiento de Maritegui expresin poltica dela clase obrera peruana. La vida de Maritegui tiene unclaro y preciso derrotero de hombre de nuevo tipo, de

    pensante y operante, de una vida que madur ms que

    cambi, como l mismo deca, de una declarada yenrgica ambicin: la de concurrir a la creacin delsocialismo peruano. En sus 35 aos de existencia, en 1918

    nauseado de poltica criolla me orient, dice, resueltamentehacia el socialismo combatiendo por la clase obrera; y,vuelto de Europa donde, al contrario de muchos, sesinti e hizo ms peruano, trabaj denodadamentepropagandizando el marxismo-leninismo, organizando a lasmasas, obreras y campesinas especialmente y remat su

    obra fundando el Partido Comunista.

    Jos Carlos Maritegui fue combatiente de la claseobrera, gran protagonista del proletariado peruano que enla teora y en la prctica, con la palabra y la accin creciy se desarroll en el fragor de la lucha de clases,principalmente de nuestra patria; un militante delproletariado que adherido firmemente al marxismo yfundindolo con las condiciones concretas de nuestroproceso revolucionario devino en remate y sntesis de la

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    lucha de la clase obrera peruana, en expresin poltica delproletariado en nuestra patria, en sistematizador de ms de30 aos de la lucha de clases de nuestra clase obrera y denuestro pueblo.

    En pocas palabras Maritegui es producto de la luchade clases, principalmente de la librada por el proletariado delcual es su ms alta expresin poltica.

    II. MARITEGUI MARXISTA-LENINISTACONVICTO Y CONFESO

    Hace ms de 30 aos los enemigos apuntaron a negar laposicin marxista-leninista de Maritegui y esta campaaha arreciado en la parte final de los aos 60 y hoy se lasigue impulsando abierta o solapadamente. Negarle sucondicin de marxista es quitarle todo fundamento a suobra y accin y busca socavar la lucha del proletariado,destruir su Partido y frenar la revolucin. De ah que, esimportante problema poltico reafirmar y dejar en claro,

    nuevamente, la posicin marxista-leninista de Maritegui,quien, recordemos, se declar tal convicto y confeso.

    Cmo dar respuesta a sus impugnadores? El camino esuno y conocido: ver la posicin de Maritegui en filosofamarxista, economa poltica y socialismo cientfico; es decir,recordar sus tesis sobre las tres partes del marxismo puesviendo claramente su posicin en estas cuestiones bsicas secomprender el basamento marxista del fundador del Partido

    Comunista.

    Maritegui y la filosofa marxista. Parte de quetoda sociedad genera su filosofa; en sus palabras: cadacivilizacin tiene su propia intuicin del mundo, una propiafilosofa, una propia actitud mental que constituye su esencia,su nima las ideas brotan de la realidad e influyen luegosobre sta, modificndola. As, la filosofa es producto social,no puede entenderse al margen de una base material que lagenera pero, tambin, reacta sobre aquella. Concibe que

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    el proceso filosfico enfrenta materialismo e idealismo yresalta el fundamento materialista de Marx y, por ende, labase materialista que sustenta al marxismo. Pero esto noes todo, para Maritegui, como para los clsicos, la filosofa

    tiene un carcter de clase, es un instrumento de la luchade clases para la conquista del poder o la defensa delconquistado. Ms an, concibe que la filosofa sigue elderrotero de la clase que la genera; as, la filosofaburguesa sigue necesariamente el camino y desarrollo de laburguesa. Y, en concreto, para l la filosofa es producto dela prctica social.

    Considera la filosofa marxista como producto de un largodesarrollo, como remate ligado a la filosofa clsicaalemana, particularmente a Hegel; sealando precisamente:

    pero esta filiacin no importa ninguna servidumbre delmarxismo a Hegel ni a su filosofa que, segn la clebrefrase, Marx puso de pie... La concepcin materialista deMarx nace, dialcticamente, como anttesis de la concepcinidealista de Hegel. Ms aun reiterando muchas veces elcarcter dialctico de la filosofa marxista, incide en lo

    medular de la dialctica como unidad y lucha de contrariossin caer en deslices mecanicistas estableciendo ntidamente,por ejemplo, al tratar la relacin entre base ysuperestructura, que el que una u otra sea el aspectoprincipal depende de las condiciones concretas. El usosagaz de la dialctica es, precisamente, una de las notasde la teora y la prctica de Maritegui.

    Particularmente importante es su posicin frente al

    materialismo histrico al que, por el desarrollo cientficoque implica, considera como un mtodo de interpretacinhistrica de la sociedad actual; y, clave es suplanteamiento que concibe a la base, al sustento de todasociedad, como un conjunto de relaciones sociales deproduccin y a la superestructura como integrada porinstituciones y organizaciones, esto es por un ordenamiento

    jurdico y estatal, superestructura cuyo remate se da en unsistema de ideas. He aqu la certera descripcin de base ysuperestructura que es la del mismo Engels. Al hombre lo

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    considera no come una naturaleza invariable sino comoproducto de las relaciones sociales y por tantohistricamente generndose en la prctica social,especialmente modelado por la lucha de clases, como lo

    establece al referirse a la clase obrera. Asimismo estableceuna unidad indivisible entre determinismo y voluntariedad,y que el hombre estando determinado por las leyes delmundo social en que se desenvuelve a la vez tienevoluntariedad, una capacidad para actuar como desbrozadorde camino en cumplimiento de las leyes necesarias de lahistoria; de ah sus expresivas palabras: la historia quiereque cada cual cumpla, con mxima accin, su propio rol. Yque no haya triunfo sino para los que son capaces deganarlo con sus propias fuerzas, en inexorable combate.

    Finalmente, hablando de los hombres considera que son loms preciado que hay sobre la tierra y lo principal en todoproceso econmico y que agrupados en multitudes, enmasas, son la gran fuerza de la historia; y que, las masasconcretadas en clase obrera se movilizan hacia una meta,hacia un mito moderno, en sus propias palabras: el

    proletariado tiene un mito: la revolucin social. Hacia esemito se mueve con una fe vehemente y activa.

    Estos planteamientos bsicos no son, acaso, tesissuscritas por los clsicos del marxismo? Y no son stos losfundamentos de la posicin filosfica de Maritegui? Y no esesto materialismo dialctico, no es esto filosofa marxista? Enconclusin, Maritegui se sustent en lafilosofa marxista, aella lleg por su participacin directa en la lucha de clases y

    sus tesis filosficas las encontramos, como en todos losgrandes marxistas, al enjuiciar y resolver los complejosproblemas de la lucha de clases. No encontrar filosofa enMaritegui quien pretenda hallarla como meditacinabstracta o labor academicista, pero s quien la busquecomo arma de la lucha de clases utilizada para desentraarlas leyes de nuestra revolucin y las polticas que guan anuestro pueblo.

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    Maritegui y la economa poltica.Parte de relacionareconoma y poltica. Apunta a establecer las baseseconmicas, as ensea: no es posible comprender larealidad peruana sin buscar y mirar el hecho econmico, el

    hecho econmico encierra igualmente, la clave de todas lasotras fases de la historia de la Repblica y la economano explica, probablemente, la totalidad de un fenmeno yde sus consecuencias. Pero explica sus races. Concibe laeconoma, las relaciones sociales de explotacin, como la razde los procesos polticos; pero, ve la economa de un pasdentro del sistema econmico internacional no aisladamente.Desde este punto de vista, analiza la economa en funcinpoltica para encontrar las leyes que sigue la lucha declases de un pas; labor cumplida especialmente en nuestrapatria analizando el derrotero seguido por nuestra economaen la historia, las relaciones de produccin agraria, laindustrializacin y dems trminos econmicos, todo con unsolo fin: establecer las leyes generales de la revolucinperuana.

    Particular atencin mereci a Maritegui el imperialismo;

    pero a ms de ver carcter econmico resalt sucarcter poltico reaccionario sealando que llegada laetapa de los monopolios y del imperialismo, toda la ideologaliberal correspondiente a la etapa de la libre concurrencia, hacesado de ser vlida. Esta gran tesis es idntica a laplanteada por Lenin. Sobre el imperialismo, adems, destacla agudizacin de las crisis econmicas: Todo induce a creerque en esta poca de monopolio, trustificacin y capitalfinanciero, las crisis se manifestarn con mayor violencia;

    crisis que consideraba inherentes al sistema y noachacables a problemas transitorios, como hoy sera laelevacin del precio del petrleo que a lo mucho puedanactuar como detonante. Asimismo, con precisin concibi lapugna interimperialista por la expansin de mercados, deca:

    Los grandes Estados capitalistas han entrado, fatal einevitablemente, en la fase del imperialismo. La lucha por losmercados y las materias primas no les permite fraternizarcristianamente. De modo inexorable, los empuja a laexpansin; y, ms an subrayando la pugna entre

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    potencias: adems de los imperios en accin, existen, pues,los imperios en potencia. Al lado de los imperios viejos, seoponen a la paz del mundo los imperialismos jvenes. Estostienen un lenguaje ms agresivo y ardoroso que los

    primeros. Extraordinarias palabras cuya importancia esmayor si consideramos la actual pugna entre lassuperpotencias, la imperialista y la socialimperialista, y sucacareada poltica de desarme y distensin a la luz deestas otras: La limitacin de armamentos navales, discutidaen Ginebra puede parecerle a ms de un pacifista de viejotipo un paso hacia el desarme. Pero la experiencia histricanos prueba en una forma demasiado inolvidable que,despus de varios pasos como ste, el mundo estar mscerca que nunca de la guerra. Estas tesis sobre elimperialismo son, evidentemente, a ms de lucidas vigentes.

    Mas aqu no acaban las cuestiones sobre economa.Tambin se ocup de la economa en los pases atrasados;analiz sagazmente la condicin semifeudal y semicolonialde los pases de Amrica Latina, principalmente del nuestro.Mostr que la industrializacin en los pases atrasados est

    atada y es desarrollada en funcin de las potenciasimperialistas, en el caso peruano del imperialismo yanqui.Vio con claridad que a los pases atrasados el imperialismo noles consiente desarrollar una economa nacional ni unaindustrializacin independientes; que sobre su basesemifeudal se instaura un capitalismo de monopolios, ligadoa los terratenientes feudales y que genera una burguesamercantil, una burguesa controlada por el imperialismo delcual es intermediaria succionadora de las riquezas

    nacionales y de la explotacin del pueblo. Y sent lasiguiente tesis que no debemos olvidar, referida a lasrepblicas latinoamericanas: La condicin econmica deestas Repblicas es, sin duda, semicolonial; y a medida quecrezca su capitalismo y, en consecuencia, la penetracinimperialista, tiene que acentuarse este carcter de sueconoma. Se han cumplido estas tesis? El ms superficialvistazo sobre Amrica comprueba fehacientemente eldominio semicolonial que ejerce el imperialismo yanqui. Porlo dems, la tesis de Maritegui sobre el capitalismo en los

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    pases atrasados deben entenderse en relacin con las deMao Tsetung, sobre el capitalismo burocrtico y apreciarlasteniendo en cuenta las condiciones especficas de AmricaLatina.

    Al tratar la economa en los pases atrasados, asimismosubray los planes imperialistas posteriores a la I GuerraMundial para descargar sobre ellos sus problemas,impulsando el desarrollo de sus economas atrasadas enfuncin de las necesidades econmicas y polticas de laspotencias imperialistas. Cabe preguntarse despus de la IIGuerra Mundial y hoy no estaremos viviendo algo similar? Sinembargo, tengamos presente que tales planes se estrellarony se estrellarn contra el movimiento nacional, pues, comodijera Maritegui, con ellos se trata de reorganizar yensanchar la explotacin econmica de los pases coloniales,de los pases incompletamente evolucionados, de los pasesprimitivos de frica, Asia, Amrica, Oceana y de la mismaEuropa Se trata de que aquella parte menos civilizada dela humanidad trabaje para la parte ms civilizada Perosu plan de reorganizar cientficamente la explotacin de los

    pases coloniales, de transformarlos en sus solcitosproveedores de materias primas y en sus solcitosconsumidores de artculos manufacturados, tropieza con unadificultad histrica. Esos pases coloniales se agitan porconquistar su independencia nacional. Palabras que los aosy la actualidad confirman, hoy ms que nunca.

    Finalmente, en economa poltica, recordemos sus tesissobre cooperativismo: En la medida en que en un pas se

    entraba el avance del sindicalismo, se entraba tambin elprogreso de la cooperacin y la cooperativa, dentro de unrgimen de libre concurrencia, y an con cierto favor delEstado, no es contraria sino, por el contrario, til a lasempresas capitalistas. Preguntmonos puededesarrollarse, como se pretende, un cooperativismosimultneo con una ofensiva antisindical y, ms an cuandose impulsa un sindicalismo corporativista? Puede en lapoca del imperialismo servir el cooperativismo, dentro deun rgimen como el nuestro, de otra cosa que no sea

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    complemento al capitalismo burocrtico? A la luz de las ideastranscritas la respuesta es obvia: no!, y tengamospresente que el cooperativismo puede servir a la claseobrera y al pueblo slo cuando el proletariado tiene el

    poder en sus manos. Y para concluir este punto, recordemossu enseanza de que el imperialismo desarrollacrecientemente la intervencin del Estado en el procesoeconmico y que, en representacin y defensa de laburguesa, se ve urgido incluso a llevar adelante

    nacionalizaciones; as, la cuestin es ver a quin sirvenlas nacionalizaciones y esto lo decide qu clase detenta elpoder. A la luz de lo dicho a quin sirven lasnacionalizaciones del actual gobierno?

    Maritegui y el socialismo cientfico. Comienza pordeslindar campos entre el viejo reformismo socialdemcrata yel socialismo combatiente, o comunismo, apuntando sudiferencia en que los del primero quieren realizar elsocialismo colaborando polticamente con la burguesamientras los del segundo, los marxistas, quieren realizar elsocialismo confiscando ntegramente para el proletariado el

    poder poltico. Deslindada la cuestin, toma firmemente laposicin de la Internacional Comunista, la de los seguidoresde Lenin en quien reconoce a un gran conductor delmovimiento comunista internacional, declarndose marxista-leninista.

    Otro punto del socialismo cientfico de importanciapara Maritegui es la crisis de la democracia burguesacuyos sntomas se perciban desde antes de la I Guerra y

    cuyas causas ve en el acrecentamiento y la concentracinparalelos del capitalismo y del proletariado; as el desarrollodel monopolio, caracterstica del imperialismo, y elcuestionamiento del orden burgus por el proletariado sonlas causas de la crisis de la democracia burguesa.Profundizando el problema destaca que, bajo el rgimenburgus la industria se desarroll extraordinariamente alimpulso de la mquina habiendo surgido enormesempresas industriales y como las formas polticas ysociales son determinadas por la base que la sustenta

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    concluye: La expansin de estas nuevas fuerzas productivasno permite la subsistencia de los antiguos moldes polticos.Ha transformado la estructura de las naciones y exige latransformacin de la estructura del rgimen. La democracia

    burguesa ha cesado de corresponder a la organizacin de lasfuerzas econmicas formidablemente transformadas yacrecentadas. Por esto la democracia est en crisis. Lainstitucin tpica de la democracia es el parlamento. La crisisde la democracia es una crisis del parlamento.

    He aqu una tesis ntimamente ligada a la de Lenin sobreel carcter reaccionario del imperialismo, sobre ella sustentaMaritegui su comprensin del fascismo como la reaccinpoltica, como fenmeno internacional no solamente italianoni exclusivo de un pas imperialista sino tambin factible enpases atrasados como Espaa, fascismo al cual es tpicoinculpar todas las desgracias de la patria a la poltica y alparlamentarismo; fascismo como expresin de que laclase dominante no se siente ya suficientemente defendidapor sus instituciones. El parlamento y el sufragio universal leestorban, como la reaccin que, en todos los pueblos, se

    organiza al son de una msica demaggica y subversiva. (Losfascistas bvaros se titulan 'socialistas nacionales'. Elfascismo us abundantemente, durante el trainingtumultuario, una prosa anticapitalista...); como unmisticismo reaccionario y nacionalista que ha enseado elcamino de la dictadura y de la violencia con su toma delpoder y la represin, uso de la cachiporra y el aceite dericino pero que, malgrado su duracin, apareceinevitablemente destinado a exasperar la crisis

    contempornea, a minar las bases de la sociedadburguesa.

    El fascismo, para Maritegui, conforme lo ensea enB i o l o g a d e l Fa sc i sm o de su obra L a Es c e n aCo n t e m p o rn e a , es un proceso poltico que durantemucho tiempo no quiso calificarse ni funcionar como unpartido cuya composicin social es heterognea y en el cualla bandera de la patria cubra todos los contrabandos ytodos los equvocos doctrinarios y programticos...

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    Ambicionaban el monopolio del patriotismo. Pero en cuyoseno, siempre, se desarrollaban las contradicciones queminaban la unidad fascista, contradicciones queenfrentaron, primeramente, en el fascismo dos nimas y

    dos mentalidades antitticas. Una fraccin extremista oultrasta propugnaba la insercin integral de la revolucinfascista en el Estatuto del Reino de Italia. El Estadodemoliberal deba, a su juicio, ser reemplazado por elEstado fascista. Una fraccin revisionista reclamaba entanto una rectificacin ms o menos extensa de lapoltica; contradiccin que al resolverse favorablemente ala primera tendencia no por ello dej de existir sino quesigui desarrollndose bajo nuevas formas: una tendenciaque propugnaba barrer a todos los adversarios del rgimenfascista en una noche de San Bartolom, mientras otros

    ms intelectuales, pero no menos apocalpticos invitabanal fascismo a liquidar definitivamente al rgimenparlamentario, en tanto que los tericos del fascismointegral bosquejan la tcnica del Estado fascista que concibecasi como un trust vertical de sindicato o corporaciones.As, el fascismo se nos presenta magistralmente analizado

    esencialmente hasta en sus contradicciones.Ms an, en el anlisis del fascismo Maritegui

    avanza hasta tipificar la actitud caracterstica de unreformista, de un demcrata, aunque atormentado poruna serie de dudas sobre la democracia y de inquietudesrespecto a la reforma que tena el escritor ingls H. G.Wells sobre el rgimen de Mussolini: El fascismo le parecealgo as como un cataclismo, ms bien que como la

    consecuencia y el resultado en Italia de la quiebra de lademocracia burguesa y de la derrota de la revolucinproletaria. Evolucionistaconvencido, Wells no puede concebirel fascismo, como un fenmeno posible dentro de la lgicade la historia. Tiene que entenderlo como un fenmeno deexcepcin. Para el reformismo, como vemos, el fascismo noes la consecuencia de la crisis de la democracia burguesasino una excepcin, un cataclismo, es, como sostienenhoy algunos en nuestra patria, nica y exclusivamente elterror en marcha sin ver que es un fenmeno posible dentro

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    de la lgica de la historia que tiene sus causas: eldesarrollo de los monopolios en el imperialismo y elcuestionamiento de la burguesa por el proletariado. Que nossirva esta tesis para desechar las concepciones reformistas

    que sobre el fascismo se difunden y tener una justa ynecesaria comprensin de la historia y de la situacin actualde nuestro propio pas.

    Otros problemas del socialismo cientfico planteados porMaritegui son el de la revolucin violenta, el del papel delproletariado y el del Partido. Sobre ellos sostuvo: Larevolucin es la gestacin dolorosa, el parto sangriento delpresente, que el poder se conquista a travs de laviolencia y que se conserva el poder slo a travs de ladictadura, resaltando as el papel de la violenciarevolucionaria; que el proletariado no ingresa en lahistoria polticamente sino como clase social; en el instanteen que descubre su misin de edificar, con los elementosallegados por el esfuerzo humano, moral o amoral, justo oinjusto, un orden social superior, sealando el papel de laclase obrera; y enjuiciando la debilidad poltica de Espaa

    que en Rusia exista, adems de una profunda agitacin delpueblo un Partido revolucionario, conducido por un genialhombre de accin, de miras claras y netas. Esto es lo quefalta presentemente en Espaa El partido comunista,demasiado joven, no constituye an sino una fuerza deagitacin y propaganda, destacando as la necesidad delPartido del proletariado.

    Las tesis que sobre filosofa marxista, economa poltica y

    socialismo cientfico se resean son posiciones delmarxismo? puede alguien decir que ellas no corresponden aplanteamientos sustanciales del marxismo? puede alguienprobar que tales posiciones no son las sostenidas por losclsicos del marxismo-leninismo? Evidentemente las tesis deMaritegui se basan firme y definidamente en la concepcindel proletariado y esto no puede en modo alguno torcerse ninegarse; en qu se basan y qu pretenden quienes nieganla posicin marxista de Maritegui?, simple y llanamente enartificiosos anlisis carentes de realidad y, sobre todo,

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    hurfanos de una slida posicin de clase, remotamentealejados de nuestra realidad y de la aplicacin del marxismo.

    La posicin del fundador del Partido Comunista frente a la

    filosofa marxista, a la economa poltica y al socialismocientfico revelan, para un recto y justo pensar polticodesde la posicin de la clase obrera, que se fundamentan enel marxismo-leninismo, mostrando la maduracin delpensamiento de Maritegui en su participacin terica yprctica en la lucha de clases, y que a tal comprensin lleg,adems, luchando contra el viejo revisionismo y susrepresentantes europeos y en contra de sus similares en elpas.

    III. MARITEGUI ESTABLECI LA LNEA POLTICAGENERAL DE LA REVOLUCIN PERUANA

    Qu quiere decir que Maritegui ha establecido la lneapoltica general de la revolucin peruana? En concreto, que

    ha sentado las leyes generales de la lucha de clases en elpas, que ha establecido el camino que sigue la revolucin ennuestra patria. Esta afirmacin implica su vigencia y encierranecesariamente el Retomar el Camino de Maritegui parallevar adelante la transformacin revolucionaria de nuestrasociedad bajo la direccin de la clase obrera, a travs de suvanguardia organizada, nica clase que puede cumplir talpapel directriz.

    Analicemos este problema tan sustantivo cuantocontrovertido abierta o encubiertamente; de la posicin quetomemos frente a l depende el destino de nuestra patria.

    Carcter de la Sociedad Peruana. Partamos de laspropias palabras del fundador del Partido Comunista:

    El capitalismo se desarrolla en un pueblosemifeudal como el nuestro; en instantes en que,llegado a la etapa de los monopolios y del

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    imperialismo, toda la ideologa liberal,correspondiente a la etapa de la libre concurrencia,ha cesado de ser vlida. El imperialismo no consientea ninguno de estos pueblos semicoloniales, que

    explota como mercados de su capital y susmercancas y como depsitos de materias primas,un programa econmico de nacionalizacin eindustrialismo; los obliga a la especializacin, a lamonocultura (petrleo, cobre, azcar, algodn, en elPer), sufriendo una permanente crisis de artculosmanufacturados, crisis que se deriva de esta rgidadeterminacin de la produccin nacional, porfactores del mercado mundial capitalista.

    En estas palabras que son del punto 3 del Programa delPartido se sienta el carcter semifeudal y semicolonial denuestra sociedad. La primera, la semifeudalidad, no debeser buscada ciertamente, en la subsistencia de institucionesy formas polticas o jurdicas del orden feudal. Formalmente

    el Per es un Estado republicano y demo-burgus. Lafeudalidad o semifeudalidad supervive en la estructura denuestra economa agraria, sienta Maritegui. Y ah hay quebuscarla hoy, pese a los aos transcurridos, pues se mantieney desarrollan nuevas modalidades de raz semifeudal, formasde trabajo gratuito, obligacin familiar y salarios diferidos,prestaciones personales, mantencin y fusin de viejoslatifundios y predominio del gamonalismo, slo queencubierto bajo nuevas condiciones y rimbombantes

    palabras. La semifeudalidad duramente atacada en aospasados ha devenido verdad aceptada como evidente, puesla propia lucha de clases, con la explosin campesina quetantas veces hemos visto, las medidas agrarias y la accincontrarrevolucionaria desde los aos 60, muestra la basesemifeudal de la sociedad peruana.

    En cuanto a la semicolonialidad Maritegui sustent queun pas puede ser polticamente independiente mientras sueconoma sigue controlada por el imperialismo; ms an,

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    sostuvo con certeza que los pases sudamericanos, como elnuestro, polticamente independientes, son econmicamentecoloniales. Y esta situacin se sigue desenvolviendo;nuestra economa sufre creciente y diversificada penetracin

    imperialista y socialimperialista, directa o indirectamente. Lasituacin semicolonial ha sido cuestionada hace pocos aossostenindose, como afirmacin, pero sin pruebas, que elPer ha devenido colonia, pues tal es lo que se afirmacuando se tipifica al pas como una neocolonia; y, talafirmacin llega al extremo, cuando postulan que somos una

    neocolonia, pero que tenemos al mando un gobiernoreformista burgus.

    El prrafo transcrito plantea que en el Per se desarrollael capitalismo, pero un capitalismo sometido al control delimperialismo norteamericano, principalmente, no uncapitalismo que permita una economa nacional y unaindustrializacin independiente; sino todo lo contrario, uncapitalismo en funcin de la metrpoli imperialista que noconsiente una verdadera economa nacional que sirva anuestra nacin, ni una industrializacin independiente,

    implicando que ambas exigen previamente elquebrantamiento del dominio imperialista. As, Maritegui noniega el desarrollo del capitalismo en el pas, sino queprecisa el tipo de nuestro capitalismo; un capitalismo en unpueblo semifeudal que vive en la poca de los monopolios yde la reaccin poltica, un capitalismo que a medida que sedesarrolla acenta nuestra condicin semicolonial; uncapitalismo que engendra una burguesa compradora ligadaal imperialismo norteamericano. En sntesis, un capitalismo

    burocrtico desde el punto de vista de Mao Tsetung.

    Esta es la comprensin vlida y vigente que Mariteguituvo del carcter de la sociedad peruana; los estudios einvestigaciones posteriores slo han confirmado y precisadolas acertadas tesis sustentadas por nuestro fundador.

    Las dos etapas de la revolucin peruana.- A partir dela condicin semifeudal y semicolonial del pas, Mariteguianaliz las fuerzas de la revolucin sentando que hay dos

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    clases bsicas: el proletariado y el campesinado, quemientras sta es la fuerza principal por ser mayora ysoportar el peso semifeudal aqulla, la clase obrera, es laclase dirigente; ms an, resalt que slo con la aparicin

    del proletariado los campesinos podan cumplir su papel:"La doctrina socialista es la nica que puede dar un sentidomoderno, constructivo, a la causa indgena, que, situada ensu verdadero terreno social y econmico, y elevada al planode una poltica creadora y realista, cuenta para la realizacinde esta empresa con la voluntad y ladisciplina de una claseque hace hoy su aparicin en nuestro proceso histrico: elproletariado.

    Que al campesinado y al proletariado se une la pequeaburguesa que si bien ha jugado siempre un papelsubsidiario y desorientado en el Per, puesta bajo presindel capitalismo extranjero parece destinada a asumir, amedida que prosperen su organizacin y orientacin, unaactitud nacionalista revolucionaria. Fuerzas motrices a lasque se junta, en ciertas circunstancias y condiciones, laburguesa nacional que Maritegui llamara izquierda

    burguesa. Cuatro clases que al unirse apuntan contra losblancos de la revolucin: la semifeudalidad y el dominioimperialista.

    En dos conocidos prrafos del Programa del PartidoComunista, redactado por el propio fundador, se definen lasetapas de la revolucin peruana y precisa su carcter:

    La emancipacin de la economa del pas es

    posible nicamente por la accin de las masasproletarias, solidarias con la lucha antiimperialistamundial. Slo la accin proletaria puede estimularprimero y realizar despus, las tareas de larevolucin democrtico-burguesa que el rgimenburgus es incompetente para desarrollar y cumplir

    Cumplida su etapa democrtico-burguesa, larevolucin deviene, en sus objetivos y su doctrina,revolucin proletaria. El Partido del proletariado,

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    capacitado por la lucha para el ejercicio del podery el desarrollo de su propio programa, realiza enesta etapa las tareas de la organizacin y defensadel orden socialista.

    He aqu magistralmente condensado el problema de larevolucin peruana y sus etapas: la democrtico-nacional odemocrtico-burguesa de nuevo tipo, en lenguaje de MaoTsetung, y la revolucin proletaria. Dos etapas, la primera delas cuales vivimos desde 1928, pero que an no ha sidocumplida ni rematada y la fu tura, la proletaria; dos etapasininterrumpidas de un mismo proceso revolucionario, peroque en modo alguno pueden confundirse en su carcter ycontenido. Esta gran tesis de Maritegui ha devenido, luegode amplios debates y luchas verdad fundamental de lacomprensin marxista de las leyes de nuestra revolucin.

    Pero si esto es fundamental lo es ms el que la claseobrera y slo ella, a travs de su Partido, es capaz deconducir la revolucin democrtico-nacional y ms an, queslo con su preparacin y organizacin en la misma es

    capaz de desarrollar la segunda etapa, la proletaria; enconsecuencia, si la revolucin democrtico-nacional no esdirigida por la clase obrera en modo alguno podr cumplirseni mucho menos construirse el socialismo. Esta es lacuestin sustantiva hoy, pues, la contrarrevolucin y elsocial corporativismo niegan esta gran verdad y afirmanque en nuestra patria la fuerza armada est cumpliendola primera etapa de la revolucin y hasta afirman que estsentando las bases del socialismo. Esta cuestin clave

    diferencia ntidamente a revolucionarios decontrarrevolucionarios: Los primeros, con el marxismo yMaritegui, sustentan que el proletariado y slo l puedeestimular primero y realizar despus las tareas de larevolucin democrtica-burguesa que el rgimen burgus esincompetente para desarrollar y cumplir. Esta es nuestraposicin y enarbolndola debemos combatir las tesiscontrarrevolucionarias, apuntando la lanza contra elrevisionismo socialcorporativista, negador de Maritegui ydestacamento del socialimperialismo en nuestra patria, que

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    slo sirve a su colusin y pugna con la superpotencia yanquipor el dominio mundial.

    La lucha antifeudal. El programa de la tierra es

    bsico del pas y, en sntesis, es la cuestin de la feudalidadcon sus dos elementos: latifundio y servidumbre; de ahque, como dijera Maritegui, el problema agrario del Peres el de la destruccin de la feudalidad cuyas relacionestien toda nuestra sociedad de arriba a abajo, de la basea la superestructura. El motor de las luchas campesinasha sido y es el problema de la tierra, y que las tres leyesagrarias de la dcada del 60 no han destruido sus bases lomuestran patentemente las actuales luchas del campesinado.

    Al analizar el problema de la tierra, el fundador delPartido resalt la lucha que enfrenta comunidad y latifundio;mostr su superioridad econmica y social, destacando que lacomunidad haba dado fuerzas a las mayoras campesinaspara resistir el asalto usurpador de los terratenientesfeudales a lo largo de los siglos, y que encierra grmenesvivos que servirn al futuro desarrollo socialista. Asimismo,

    pasando revista al rgimen de trabajo agrario destac laexistencia de relaciones feudales de explotacin trasaparentes modalidades capitalistas. Estas cuestiones no sonpasado, son presente que debemos escudriar paraencontrar la encubierta esencia semifeudal que subyace trasla aparente y propagandizada destruccin de la feudalidadpor la llamada reforma agraria.

    Considerando las luchas del campesinado peruano, incluso

    latinoamericano, Maritegui sent que su bandera es latierra para los que la trabajan, expropiada sinindemnizacin y que su movilizacin exige el armamentode obreros y campesinos para conquistar y defender susreivindicaciones. As, hay que destruir la feudalidadconfiscando las tierras y esto slo pueden conseguirlo losobreros y campesinos armados, pues no hay otra forma dequebrantar la feudalidad, de destruir el latifundio y abolir laservidumbre. No olvidemos que las leyes peruanas vienennormando relaciones agrarias y aboliendo la servidumbre

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    hace ms de 150 aos con los resultados de mantener lafeudalidad subyacente.

    En consecuencia, la lucha antifeudal es el motor de la

    lucha de clases en el campo y es el basamento mismo denuestra revolucin democrtico-nacional.

    La lucha antimperialista.Como las dems naciones deAmrica Latina, la nuestra es una nacin en formacin Laestn construyendo sobre los inertes estratos indgenas, losaluviones de la civilizacin occidental. As las cosas, elproblema de los indios es el problema de cuatro millones deperuanos. Es el problema de las tres cuartas partes de lapoblacin del Per. Es el problema de la mayora. Es elproblema de la nacionalidad, examin Maritegui. Y agreg:

    Una poltica realmente nacional no puede prescindir delindio, no puede ignorar al indio. El indio es el cimiento denuestra nacionalidad en formacin. La opresin enemista alindio con la civilidad. Lo anula, prcticamente, comoelemento de progreso. Los que empobrecen y deprimen alindio, empobrecen y deprimen a la nacin Sin el indio no

    hay peruanidad posible. Esta verdad debera ser vlida, sobretodo, para las personas de ideologa meramente burguesademo-liberal y nacionalista.

    As, el problema del indio es el de las mayoras de lascuales prescinde la poltica del Estado peruano, de larepblica en especial, hace ms de 150 aos; es elproblema de actuar al margen del inters de las cuatroquintas partes de la poblacin, deca nuestro fundador, el de

    mirar y actuar con los ojos puestos en la metrpoliimperialista que por turno nos domina. Profundizando elproblema, Maritegui sent que el problema del indio es elproblema de la tierra; en consecuencia, el problemanacional se basa en el problema de la tierra no pudiendoen modo alguno separarse uno de otro, planteamientoestrictamente acorde con la tesis del marxismo, probadopor la prctica de la lucha de clases de nuestras propiasmasas y expresado, incontrovertiblemente, en el carcterde nuestra revolucin.

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    Sobre esta base el fundador del Partido Comunistaanaliz las clases y la lucha antiimperialista en nuestropas, y en Latinoamrica en general; parti de que lasburguesas latinoamericanas se sienten lo bastante dueas

    del poder poltico para no preocuparse de la soberananacional, as como solidarias y ligadas con los interesesimperialistas agregando: Mientras la poltica imperialistano se ve obligada a recurrir a la intervencin armada, a laocupacin militar contarn absolutamente con lacolaboracin de las burguesas. As qued esclarecida larelacin de la burguesa mercantil peruana y su posicinfrente al imperialismo. Refirindose a nuestro pas, al tratarel problema del frente nico, Maritegui plante laposibilidad de unirse con la izquierda burguesa liberal,dispuesta de verdad a la lucha contra los rezagos defeudalidad y contra la penetracin imperialista, definiendo laposicin de lo que hoy llamamos burguesa nacional; yprecis, adems, como viramos, que la pequea burguesa amedida que aumente el dominio extranjero desarrollar unaactitud nacionalista revolucionaria.

    Por otro lado, arremetiendo contra los apristas queelevaban el antiimperialismo a la categora de unprograma, de una actitud poltica, de un movimiento que sebasta a s mismo y que conduce espontneamente, nosabemos en virtud de qu proceso, al socialismo, a larevolucin social y desenmascarando su tesis de somos deizquierda (o socialistas) porque somos antiimperialistas,Maritegui, teniendo en cuenta que slo el proletariado,unido al campesinado, puede conducir un antiimperialismo

    consecuente, seal: El antiimperialismo, para nosotros,no constituye ya, ni puede constituir por s solo, unprograma poltico, un movimiento de masas apto para laconquista del poder, y remat: En conclusin, somosantiimperialistas porque somos socialistas, porque somosrevolucionarios, porque oponemos al capitalismo el socialismocomo sistema antagnico, llamado a sucederlo, porque en lalucha contra los imperialismos extranjeros cumplimosnuestros deberes de solidaridad con las masasrevolucionarias del mundo.

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    As la lucha antifeudal y la imperialista se hermanan comodos cuestiones indesligables y como partes integrantes dela revolucin democrtico-nacional que slo la clase obreraes capaz de conducir, a condicin de establecer la alianza

    obrero campesina como punto de partida del frente nico dela revolucin.

    El frente nico. Vistos los problemas bsicos delcarcter de la sociedad y de la revolucin y las luchasantifeudal y antiimperialista, surge la cuestin de losinstrumentos de la transformacin social, de las tresvaritas de la revolucin: el frente nico, el problema military el Partido.

    Mi actitud, desde mi incorporacin en esta vanguardia,ha sido siempre la de factor convencido, la de unpropagandista fervoroso del frente nico, escriba Mariteguicon ocasin del 1 de mayo de 1924; parta de que somostodava pocos para dividirnos y que haba mucha tareacomn para cumplir en servicio de la clase. Consecuentedifusor del frente nico lo exiga como accin solidaria,

    concreta y prctica de los que sin confundirseideolgicamente deben sentirse unidos por la solidaridad declase, vinculados por la lucha comn contra el adversariocomn, ligados por la misma voluntad revolucionaria y lamisma pasin renovadora; y partiendo de reconocer que lavariedad de tendencias y la diversidad de matices ideolgicoses inevitable en esta legin humana que se llama elproletariado, demandaba: Lo que importa es que esosgrupos y esas tendencias sepan entenderse ante la realidad

    concreta del da. Que no se estrellen bizantinamente enexcomuniones y exconfesiones recprocas. Que no alejen alas masas de la revolucin, con el espectculo de lasquerellas dogmticas de sus predicadores. Que no empleensus armas ni dilapiden su tiempo en herirse unos a otros,sino en combatir el viejo orden social, sus instituciones, susinjusticias y sus crmenes",

    Palabras que hoy resuenan vivas como orden actualexigiendo, como ayer, unirse para cumplir los deberes

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    histricos comunes de desarrollar conciencia de clase ysentimiento de clase, sembrar y difundir ideas renovadoras yclasistas, arrancar a los obreros de las falsas institucionesque dicen representarlos, combatir la represin y ofensiva

    corporativista, defender la organizacin, la prensa y latribuna de clase, luchar por las reivindicaciones delcampesinado; deberes histricos en cuyo cumplimiento seencontrarn y juntarn nuestros caminos.

    Sobre esta base Maritegui plante la conformacin delfrente antiimperialista y antifeudal que bajo la direccin de laclase obrera, y basado en la alianza obrero- campesina,aglutinase a obreros y campesinos, a la pequea burguesay, en ciertas condiciones y circunstancias, a la izquierdaburguesa, lo que llamamos hoy burguesa nacional. As, elfrente nico es un arma fundamental de la revolucindemocrtico-nacional, pero slo puede desarrollarse basadoen la alianza obrero- campesina y dirigido por el proletariado,en modo alguno por la burguesa ni por la pequeaburguesa. En este frente la clase obrera entra en alianzacon otras clases, a travs de su Partido; pero en todo

    caso, reivindicar para el proletariado la ms amplia libertadde crtica, de accin, de prensa y de organizacin. He aqula poltica del frente nico y de independencia poltica declase que nunca debe abandonar el Partido.

    Maritegui resalt, por otro lado, que ante la amenazarevolucionaria la burguesa se une tambin en frente nico

    pero slo provisoriamente, slo mientras se conjura unasalto decisivo de la revolucin. Despus cada uno de los

    grupos de la burguesa trata de recobrar su autonomaDentro de la burguesa existen contrastes de ideologa y deintereses, contrastes que nada puede suprimir; as, elbloque burgus necesariamente se rompe por el desarrollode sus propias contradicciones internas y el desenvolvimientode la lucha de clases.

    Estas tesis probadas por la realidad exigen tambin lasuperacin del sectarismo que hoy es mal generalizado,tener en cuenta que las masas reclaman la unidad y

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    prestar odos atentos a estas vigentes y perentoriaspalabras: Los espritus nobles, elevados y sinceros de larevolucin, perciben y respetan as, por encima de todabarrera terica, la solidaridad histrica de sus esfuerzos y

    de sus obras. Pertenecen a los espritus mezquinos sinhorizontes y sin alas, a las mentalidades dogmticas, quequieren petrificar e inmovilizar la vida en una frmula rgida,el privilegio de la incomprensin y de los egotismossectarios.

    Nuestra patria vive hoy una ofensiva corporativista, unaofensiva reaccionaria que como todas las de su tipo usa elengao poltico y la represin, segn sus necesidades;mientras en el campo del pueblo el sectarismo y elhegemonismo, dividen y conspiran contra la accin unitariay comn, cada da ms necesaria y urgente. Luchemos porla unificacin, hoy ms que nunca, pues una polticareaccionaria causar, finalmente la polarizacin de lasizquierdas. Provocar la fusin de todas las fuerzasproletarias. La contraofensiva capitalista har lo que no hapodido hacer el instinto de las clases trabajadoras: el frente

    nico proletario. Estamos combatiendo contra un gobiernofascista que lleva adelante un reajuste general corporativoque, tras densa demagogia y su propagandizado socialismo,humanista, libertario y cristiano, confunde entendimientos yrinde voluntades y que usando ladinamente la doble tcticareaccionaria, del engao poltico y de la represin, generabamboleos y acenta derechismos conciliadores en laspropias filas del pueblo. En esta circunstancia adhiramos yapliquemos los siguientes planteamientos de Maritegui:

    Vivimos en un perodo de plena beligeranciaideolgica. Los hombres que representan una fuerza derenovacin no pueden concertarse ni confundirse, ni aneventual o fortuitamente, con los que representan unafuerza de conservacin o de regresin. Los separa unabismo histrico. Hablan un lenguaje diverso y no tienenuna intuicin comn de la historia.

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    Pienso que hay que juntar a los afines, no a losdispares. Que hay que aproximar a los que la historiaquiere que estn prximos. Que hay que solidarizar a losque la historia quiere que sean solidarios. Esta me parece

    la nica coordinacin posible. La sola inteligencia con unpreciso y efectivo sentido histrico.

    Y tambin: Soy revolucionario. Pero creo que entrehombres de pensamiento neto y posicin definida es fcilentenderse y apreciarse, aun combatindose. Sobre todo,combatindose. Con el sector poltico que no meentender nunca es el otro: el del reformismo mediocre, eldel socialismo domesticado, el de la democracia farisea

    El problema militar. Poco se habla de la tesis deMaritegui sobre el problema militar, ms an se cree queno ha planteado tan importante cuestin; la cuestin es alrevs, a lo largo de sus obras resalta la importancia queMaritegui dio a la violencia revolucionaria, a la guerra y a laorganizacin militar. Ya desde 1921 escriba: no hayrevolucin mesurada, equilibrada, blanda, serena, plcida;

    en 1923: el poder se conquista a travs de la violencia seconserva el poder slo a travs de la dictadura; en 1925:mientras la reaccin es el instinto de conservacin, elestertor agnico del pasado, la revolucin es la gestacindolorosa, el parto sangriento del presente; y en 1927: sila revolucin exige violencia, autoridad, disciplina, estoy porla violencia, por la autoridad, por la disciplina. Las acepto, enbloque con todos sus horrores sin reservas cobardes. Latesis de la violencia revolucionaria es, pues, una constante

    de su pensamiento, tesis ocultadas por el oportunismo yque, como marxistas, debemos enarbolar firme yconsecuentemente.

    Pero esto no es toda su comprensin de la revolucin, a laque precisa y concibe como prolongada: una revolucin noes un golpe de Estado, no es una insurreccin, no es unade aquellas cosas que aqu llamamos revolucin por usoarbitrario de esta palabra. Una revolucin no se cumple sinoen muchos aos. Con frecuencia tiene perodos alternados

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    de predominio de las fuerzas revolucionarias y depredominio de las fuerzas contrarrevolucionarias. As comoel proceso de una guerra es el proceso de ofensivas ycontraofensivas, de victorias y derrotas, mientras uno de

    los bandos combatientes no capitule definitivamente,mientras no renuncie a la lucha, no est vencido. Suderrota es transitoria; pero no total. Y, conforme a estainterpretacin de la historia, la reaccin, el terror blanco,no son sino episodios de la lucha de clases un captuloingrato de la revolucin. He aqu la correcta posicinmarxista ante la lucha de revolucin y contrarrevolucin, lainalterable confianza en el triunfo necesario de larevolucin; he aqu las tesis que nos deben guiar.

    Adems, Maritegui establece la relacin entre poltica yguerra, deriva la debilidad del frente militar de la debilidadpoltica y la fortaleza militar, tambin como productopoltico; porque, as en este aspecto de la guerra mundial,como en todos sus otros grandes aspectos, los factorespolticos, los factores morales, los factores sicolgicostuvieron mayor trascendencia que los factores militares. As

    la guerra sigue a la poltica. Comprendi, nuestro fundador,que la revolucin genera un ejrcito de nuevo tipo contareas propias y diferentes de los ejrcitos de losexplotadores: el ejrcito rojo es un caso nuevo en lahistoria militar del mundo. Es un ejrcito que siente su papelde ejrcito revolucionario y que no olvida que su fin es ladefensa de la revolucin. De su nimo est excluido, porende, todo sentimiento especfica y marcialmenteimperialista. Su disciplina, su organizacin y su estructura

    son revolucionarias. He aqu el ejrcito de nuevo tipo que larevolucin genera y que slo puede darse bajo el absolutocontrol delPartido, como ensea Mao Tsetung.

    Maritegui, finalmente, prest atencin particular a larevolucin mexicana en Latinoamrica y a la revolucinchina en Asia, en ambas resalt su carcter democrtico-nacional, su fondo agrarista, el papel del campesinado y laparticipacin vital de la clase obrera, a la vez quedestacaba la labor contraria del imperialismo y de las

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    burguesas que traicionaban o traficaban con la revolucin.Partiendo de la reivindicacin bsica de la tierra paraquien la trabaja, plante el armamento de obreros ycampesinos para conquistarla y defenderla, el armamento

    de las masas campesinas y obreras para llevar adelante larevolucin democrtico-nacional. Destac sudesenvolvimiento como revolucin campesina que avanzadesde el campo y que se desenvuelve en partidasrevolucionarias, en montoneras unidas por la solidaridadde soldados y jefes en unidad orgnica, por cuyas venascirculaba la misma sangre; en montoneras unidas a lasmasas con igual relacin solidaria que la existente dentrode ellas: la misma relacin de cuerpo, de clase, existaentre la montonera y las masas obreras y campesinas. Lasmontoneras eran simplemente la parte ms activa,batalladora y dinmica de las masas. Evidentemente que alescribir Maritegui estas palabras, sobre las guerrillassoviticas que en los aos 20 lucharon en Siberia contra losreaccionarios, pensaba en las montoneras de nuestra patriay las de Amrica Latina; y al hacerlo nos describi y revella esencia de la relacin entre guerrillas y masas populares,

    su indesligable unidad, la condicin de las guerrillas de serla parte ms activa, batalladora y dinmica de las masas,parte integrante de las masas y nunca una accin desligadade ellas.

    Estos puntos conforman el pensamiento de Mariteguisobre el problema militar a ms de su tesis bsica de quelos levantamientos campesinos no pueden triunfar por ssolos y si alguna vez triunfaron fue bajo la direccin

    burguesa en los viejos tiempos, pero que hoy, en la pocadel imperialismo, y precisamente en nuestra Amrica, donde

    la burguesa no ha sabido ni querido cumplir las tareas dela liquidacin de la feudalidad, donde descendiente prximade los colonizadores espaoles, le ha sido imposibleapropiarse de las reivindicaciones de las masascampesinas, corresponde al proletariado y slo alproletariado conducir a las masas campesinas a ladestruccin de la feudalidad a travs de la guerra prolongadadel campo a la ciudad en la revolucin democrtico-nacional.

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    El Partido del Proletariado.- La lucha poltica exige lacreacin de un Partido de clase, dice el punto 3 del Acta deConstitucin del PCP. Qu significa esto? Simplemente quela lucha de clases exige del proletariado su organizacin

    independiente como partido poltico, con intereses propios,para la consecucin de la meta histrica de la clase obrera.As el Partido es consecuencia del desarrollo de la lucha declases en nuestra patria y de la aparicin, desenvolvimiento ymadurez de nuestro proletariado; es una necesidad deldesarrollo lgico de nuestra historia, de la existencia de laclases, de la existencia de la clase obrera y, por tanto, enmodo alguno puede considerrsele superado o innecesariosino, por el contrario, es el instrumento principal eindispensable para la toma del poder por la clase obrera ypara la construccin de la nueva sociedad peruana,necesaria en tanto hayan clases y mientras la sociedad sinclases no sea una realidad.

    El Partido Comunista es la vanguardia organizada delproletariado, la fuerza poltica que asume la tarea de suorientacin y direccin en la lucha por la realizacin de sus

    ideales de clase, dice su Programa, establecido por el propioMaritegui; y sobre composicin social, la organizacin delos obreros y campesinos con carcter netamente clasistaconstituye el objeto de nuestro esfuerzo y nuestrapropaganda, y la base de la lucha, dice el punto 3 del Actareferida. As, el Partido Comunista es la vanguardiaorganizada de la clase obrera peruana, he ah su precisadelimitacin y su adhesin al marxismo-leninismo mtodorevolucionario de la etapa del imperialismo que lo adopta

    como mtodo de lucha, como sienta el Programa; mientrasque su composicin social apunta a incorporar a sus filas a lomejor del proletariado y del campesinado, principalmente.

    Pero el Partido no es ni puede ser un aparato electorerosino una organizacin para la toma del poder; si bienpuede usar las elecciones en ellas no reside su potencia;Maritegui, analizando la situacin alemana, deslindclaramente la situacin: La potencia de un Partido, como lodemuestra este caso, no depende estrictamente de su

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    fuerza electoral y parlamentaria. El sufragio universal puededisminuir sus votos en la cmara, sin tocar su influenciapoltica Al Partido Socialista, que es un Partido de clase, susciento cincuenta y tantos votos parlamentarios, si le bastan

    para asumir la organizacin del gabinete, no lo autorizan aexcluir de ste a la banca y a la industria, a menos que optepor un camino revolucionario. As, para Maritegui, elPartido no es electorero ni menos puede seguir el

    cretinismo parlamentario, el parlamentarismo esorganizacin poltica de la burguesa igual que lasmodalidades corporativistas de organizacin; por tanto,para el Partido, la cuestin es forjarse como sistema deorganizaciones, como maquinaria de guerra para laconquista del poder mediante la violencia revolucionaria paraderrumbar el orden social imperante, pues como nuestrofundador nos recuerda: la historia nos ensea que todonuevo Estado social se ha formado sobre las ruinas delEstado social precedente. Y que entre el surgimiento de unoy el derrumbamiento del otro ha habido, lgicamente, unperodo intermedio de crisis

    La fundacin del Partido Comunista, repitmoslo, es laculminacin de la lucha terica y prctica de Maritegui yde su participacin directa en la lucha de clases, fue sums grande contribucin y servicio al proletariado, cuyacombatividad de ms de 30 aos de nuestra historiacontempornea permiti y sustent la aparicin y desarrollodel PCP. Maritegui contribuyendo a la construccin demuestro Partido le dot de bases ideolgico-polticas quelas encontramos en el Acta de Constitucin, el Programa del

    Partido, en sus tres tesis fundamentales: Antecedentes ydesarrollo de la accin clasista, Punto de Vista Antiimperialistay Esquema del Problema Indgena; as como en toda laobra de Maritegui en la que destacan S i e t e E n s a y o s ,H i s t o r i a d e l a Cr i s i s Mu n d i a l , P e r u a n i c e m o s e l P e r ytodas las dems, en cada una de las cuales plantea yresuelve problemas de la lucha revolucionaria. Enconsecuencia, la obra escrita de Maritegui debemosentenderla como parte de la construccin y de lafundamentacin ideolgico-poltica del Partido.

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    Su lucha por el Partido la remat Jos Carlos Maritegui,nuestro fundador con sus Tesis de Afiliacin a la IIIInternacional, importante texto que debe recordarse:

    El CC del Partido adhiere a la III Internacionaly acuerda trabajar por obtener esta misma adhesinde los grupos que integran el Partido. La ideologaque adoptamos es la del marxismo militante yrevolucionario, doctrina que aceptamos en todossus aspectos: filosfico, poltico y econmico-social.Los mtodos que propugnamos son los del socialismorevolucionario ortodoxo, No slo que rechazamos,sino que combatimos en todas sus formas losmtodos y las tendencias de la socialdemocracia yde la II Internacional.

    El Partido es un Partido de clase y, porconsiguiente, repudia toda tendencia que signifiquefusin con las fuerzas y organismos polticos de lasotras clases. El Partido reconoce que, dentro delas condiciones nacionales, la realidad nos impondr

    la celebracin de pactos o alianzas, generalmente conla pequea burguesa revolucionaria. El Partido podrformar parte de estas alianzas de carcterrevolucionario; pero, en todo caso, reivindicar parael proletariado la ms amplia libertad de crtica, deaccin, de prensa y de organizacin.

    He aqu un documento redactado por Maritegui ypresentado por l mismo al Comit Central el 1 de marzo

    de 1930 y sancionado el da 4 del mismo mes y ao; estedocumento es suficiente para echar por tierra tantaverborrea antipartidaria que no merece tratar hoy.

    Finalmente, recordemos que para Maritegui los partidosno nacen de un concilibulo acadmico y que el Partido noes ni puede ser una apacible y unnime academia; sino queel Partido se forja en medio de la lucha de clases de lasmasas y avanza en medio de la lucha interna entre doslneas, de ah que su historia no puede ser entendida al

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    margen de la lnea roja que le imprimiera Maritegui y suprolongada y zigzagueante lucha contra la lnea no proletariaque siempre se ha levantado, abierta o solapadamente,contra el pensamiento de Maritegui.

    La lnea de masas.- A lo largo de todo lo expuestovemos que en el fondo de todos estos planteamientos hayuna posicin, una lnea de masas, cuestin bsica delpensamiento de Maritegui, pero que sin embargo es muypoco conocida. Basta resaltar, aqu, que Mariteguiconsidera que la presencia de las masas llena la pocacontempornea, que las muchedumbres, como l dice, sonprotagonistas de la escena actual; que las inmensasmayoras cuajadas como clase obrera tienen un mito, unameta, la revolucin social, meta que el proletariado enarbolay a la cual marcha con una fe vehemente y activa,contrastando con el escepticismo y la decadenciaburguesas. Que las masas combaten por la lucha finalseguras de su triunfo y dice: La frase del canto de EugenioPottier (La Internacional) adquiere un relieve histrico. Esla lucha final!. El proletariado ruso saluda la revolucin con

    este grito que es el grito ecumnico del proletariado mundial.Grito multitudinario de combate y esperanza que yo heodo en las calles de Roma, de Miln, de Berln, de Pars, deViena y de Lima. Toda la emocin de una poca est en l.Las muchedumbres revolucionarias creen librar la lucha final.

    Las masas, protagonistas de la historia, hoy ms quenunca con su fuerza van definiendo la historia mundial y elcamino que no encuentran los profesionales de la

    inteligencia lo encontrarn las multitudes; las masasconformadas por los hroes annimos, los hroes reales queadmiraba Maritegui: El hroe annimo de la fbrica, de lamina, del campo; el soldado ignoto de la revolucin social.Masas cuyos intereses son solidarios frente a los interesescontradictorios y concurrentes de los burgueses; masas

    que trabajan por crear un orden nuevo y a las cuales hayque servir e interpretar, pues a los individuos y los jefes seles juzga en funcin del acierto con que hayan servido einterpretado a las masas revolucionarias.

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    Mas siempre Maritegui resalta que las masas en ltimotrmino son las masas bsicas, los obreros v campesinos:

    la fuerza de la revolucin residi siempre en la alianza deagraristas y laboristas, esto es de las masas obreras y

    campesinas, como dice hablando de la revolucin mexicana;que frente a ellas el oportunismo se manifiesta en queconfa ms en la posibilidad de explotar las contradiccionesy rivalidades entre los caudillos que en la posibilidad de llevara las masas obreras a una poltica netamenterevolucionaria; y que la lucha mexicana siempre aplast lacontrarrevolucin mediante una gran movilizacin de lasmasas revolucionarias obreras y campesinas. Estos yotros planteamientos muestran la definida posicin deMaritegui frente a las masas, en cuyas luchas consideraque vive el marxismo: Marx est vivo en la lucha que por larealizacin del socialismo libran, en el mundo, innumerablesmuchedumbres animadas por su doctrina.

    Lo dicho no implica negar la importancia de los jefes enla lucha de clases, jefes cuya dimensin, reiteramos, semide por la identificacin con los intereses de las clases

    revolucionarias y servicio que le prestan, particularmente alproletariado, clase que genera un nuevo tipo de hombrepensante y operante. Refirindose a la accin de losrevolucionarios, Maritegui demandaba tener en cuenta lalucha de clases en la mente del hombre: La decadencia y larevolucin que coexisten en el mismo mundo, coexistentambin en los mismos individuos. La conciencia es el circoagonal de una lucha entre los dos espritus, la comprensinde esta lucha, a veces, casi siempre, escapa... pero

    finalmente uno de los dos espritus prevalece. El otro quedaestrangulado en la arena; mientras hablando del hroesentaba: el hroe llega siempre ensangrentado y desgarradoa su meta: solo a este precio alcanza la plenitud de suherosmo, resaltando que la lucha siempre deja huellas;sentenciando finalmente: Hoy como ayer, no se puedecambiar un orden poltico sin hombres resueltos a resistir lacrcel o el destierro; y, para un revolucionario, una prisines solamente un accidente de trabajo.

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    La lnea de masas de Maritegui merece nuestra atencin,ms en estos tiempos cuando el bsico problema de lasmasas se convierte en arena de contienda mayor ycreciente cada da. Tengamos en cuenta hoy, ms que nunca,

    lo siguiente: las masas reclaman la unidad. Las masasquieren fe. Y, por eso, su alma rechaza la voz corrosiva, lavoz disolvente y pesimista de los que niegan y los quedudan, y busca la voz optimista y cordial, juvenil y fecundade los que afirman y de los que creen.

    Otros problemas de la lnea de Maritegui.- Todo loanterior conforma los puntos bsicos de la lnea polticageneral de Maritegui sobre la revolucin peruana; pero noes toda su labor. Adems, el fundador del Partido Comunista,desde la posicin de la clase obrera y en funcin de latransformacin revolucionaria de nuestra sociedad peruana,sent lneas polticas especficas para el trabajo sindical,obrero, femenino, juvenil, magisterial e intelectual, y paraotros frentes de trabajo. Estas polticas especficas son labase para desarrollar una lnea de clase en cada frente deltrabajo de masas; tambin en ellas la cuestin es Retomar

    el Camino de Maritegui y desarrollarlo de acuerdo con lacircunstancia presente de la lucha de clases.

    Maritegui sent la lnea poltica general de larevolucin peruana.- De todo lo expuesto, en esta terceraparte, fluye claramente que Maritegui sistematizando laexperiencia de la lucha de la clase obrera y del puebloperuano estableci, mediante su participacin terica yprctica directa en la lucha de clases, la lnea poltica general

    de la revolucin peruana, as como las lneas polticasespecficas de la lnea de clase en los diferentes frentes deltrabajo de masas. Todo esto viene a ser el Camino deMaritegui, el camino de la revolucin peruana, las leyesgenerales de la revolucin en nuestro pas y de la accinde la clase obrera como clase dirigente para la conquistadel poder y la instauracin de la dictadura del proletariadoque permita construir en nuestra patria una nueva sociedad,el socialismo como transformacin revolucionaria hacia lasociedad sin clases, la Sociedad Comunista.

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    Pero el camino de Maritegui tiene un eje: el PartidoComunista, sin l no puede haber revolucin ni xitosverdaderos para el pueblo; el Partido Comunista, lavanguardia organizada del proletariado, es necesario para

    que la clase obrera dirija, pues solamente ella, mediante suvanguardia, puede dirigir la revolucin democrtico-nacionaly sustentndose en la alianza obrero-campesina rematar laprimera etapa de la revolucin peruana para, con ladictadura del proletariado, desenvolver la segunda etapa, lade la revolucin proletaria.

    As la cuestin decisiva de nuestra revolucin hoy ms quenunca es Retomar el Camino de Maritegui y desarrollarlo enmedio de la lucha de clases de las masas de la actualidadpara servir a la clase obrera, al pueblo y a la revolucin.

    IV.RETOMAR A MARITEGUI Y RECONSTITUIRSU PARTIDO ES SERVIR A LA CLASE OBRERA,AL PUEBLO Y A LA REVOLUCIN

    El Camino de Maritegui surgi y se desarroll enlucha.- El Camino de Maritegui surgi en medio de lalucha de clases contra el orden social existente; hubo delidiar contra el sistema reaccionario de ideas imperantes ybatallar arduamente con el Apra, que negaba la necesidaddel Partido del Proletariado. As la fundacin del PartidoComunista fue producto de aguda lucha y marca un hitofundamental en el proceso del Camino de Maritegui. Mas lalucha que Jos Carlos Maritegui librara no slo se dio fuera

    de las filas del Partido, tambin dentro de l combati poradherirlo al marxismo-leninismo y a la InternacionalComunista.

    Bien pronto, casi inmediatamente despus de sumuerte, se desarroll toda una lnea oportunista quesolapadamente comenz a hablar de proletarizacin ysuperacin de Maritegui; mientras fuera de las filaspartidarias la crtica aprista tildaba a Maritegui de

    intelectualizado y europeizante con el escondido

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    propsito de negar su lnea y destruir su Partido. Con elcorrer de los aos, a inicios de los 40, surge elcuestionamiento del basamento marxista de Maritegui a lavez que, hipcritamente, le reconocan su gran calidad.

    Posteriormente Del Prado y compaa a la vez que sellamaban discpulos de Maritegui hacan de ste un iconoinofensivo al que envolvan en incienso mientrasrenunciaban a su Camino. As se desarroll un perodo denegacin y cuestionamiento de la lnea de Maritegui, de suCamino; sin embargo, la lnea roja de Maritegui siguiviviendo encarnada en la lucha de las masas obreras ycampesinas principalmente y en la mente y accin de loscomunistas que llevaron adelante sus banderas y jalonaron lalucha dentro del Partido en la bsqueda del Camino deMaritegui.

    Retomando el Camino de Maritegui. La dcada del 60estremeci el mundo comunista internacional con la luchaentre marxismo-leninismo y revisionismo, la que repercutien nuestra patria, principalmente a travs de las grandesobras del camarada Mao Tsetung y de la importantsima

    lucha librada por el Partido Comunista de China junto aotros partidos hermanos. Simultneamente en nuestrapatria los aos 60 implicaron la agudizacin de la lucha declases y el gran auge del movimiento de masas,particularmente campesinas: el pas vivi la profundizacindel capitalismo burocrtico que an se desenvuelve; losobreros desarrollaron grandes movimientos huelgusticos yacrecentaron su organizacin sindical; el campesinado llevadelante espontneamente, las ms de las veces, la

    conquista de la tierra por sus propias manos y en oleadaincontenible la invasin de tierras, para recuperarlas, recorrinuestro suelo; mientras la pequea burguesa, en especialmaestros y estudiantes, se incorporaba ms a las luchaspopulares. Paralelamente el ordenamiento demoliberalparlamentario entraba en crisis, como en otras partes deAmrica, y sus partidos polticos reaccionarios seenzarzaban en febril pugna por ganar posiciones y cosecharprebendas. Todo esto present a la reaccin la exigencia decumplir dos tareas: profundizar el capitalismo burocrtico,

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    tomando como palanca econmica principal al Estado, yremodelar la sociedad peruana corporativamente parasuperar la crisis del parlamentarismo burgus. He ah lascondiciones y las causas del surgimiento del actual gobierno

    fascista y las tareas que le compete cumplir por encargo delas clases explotadoras y el imperialismo que vieron elpeligro de cuestionamiento de su orden que encerraba elauge ascensional de las masas y sus luchas un captulo delas cuales es la lucha guerrillera que dej importanteslecciones para el futuro del pueblo.

    En medio de estas condiciones y lucha agudizada sedesenvolvi la accin terica y prctica de los comunistas, delos marxista-leninistas peruanos, que tomando alpensamiento de Mao Tsetung y sus sabias enseanzaspugnaron por Retomar el Camino de Maritegui yReconstituir su Partido. En enero de 1964 el PCP arroj desus filas a la camarilla revisionista de Del Prado ycompaa, hecho que marca un hito en el largo camino delPartido; as en la IV Conferencia se dio un paso al adheriral marxismo bajo la gua del pensamiento Mao Tsetung.

    Otro punto de avance fue la V Conferencia, de noviembre del65, que centr su atencin en la comprensin de nuestrasociedad y su revolucin, acercndonos ms a la lnea deMaritegui. Otros momentos que jalonaron el Retomar aMaritegui y Reconstituir el Partido fueron las exitosasluchas que el Partido Comunista libr contra la lneaoportunista de derecha disfrazada de izquierda, cuyo rematefue la VI Conferencia, de enero del 69, evento en el cual elPartido sancion su reconstitucin a partir de la Base de

    Unidad Partidaria, el marxismo-leninismo-pensamiento MaoTsetung, el pensamiento de Maritegui y la lnea polticageneral, cuya piedra angular es Maritegui; reconstitucinque, como se sancionar, implica reconstituir el Partidopara la guerra popular. As se culmin un largo perodo debsqueda de Maritegui abrindose la etapa de Retomar elCamino de Maritegui una de cuyas partes es laReconstitucin del Partido, como cuestin necesaria ydecisiva.

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    Mas la lucha no termina, es constante. El surgimiento delactual gobierno fascista y su programa contrarrevolucionariorepercuti en nuestras filas generando una lnealiquidacionista, un oportunismo de derecha, que apunt

    peligrosamente contra la propia vida del Partido; esta luchatuvo como hitos el II Pleno del Comit Central quecaracterizando la lucha contra el oportunismo liquidacionistallam a combatirlo, y el III Pleno del CC SOBRE LARECON ST I TUC I N que comprobando la derrotaliquidacionista sent las bases polticas, organizativas y deltrabajo de masas en funcin de la reconstitucin delPartido. As, se abri para el Partido de Maritegui unacada vez mejor perspectiva en el cumplimiento de sumisin histrica. Finalmente, el IV Pleno del Comit Centraldel PCP bajo la divisa de RETOMAR PLENAMENTE EL CAMINODE MARITEGUI PARA DESARROLLAR EL TRABAJO DE MASASTOMANDO COMO CENTRO EL PARTIDO sancion, oficialmente,el RETOMAR EL CAMINO DE MARITEGUI como la cuestindecisiva de la Reconstitucin, en sntesis como la lneapoltica general en torno a cuya aplicacin y desarrollodebemos cumplir la reconstitucin del Partido de Maritegui.

    De lo dicho, el Camino de Maritegui, o sea la lneapoltica general de la revolucin peruana surgi y sedesarroll en medio de la lucha de clases y en la lucha dedos lneas dentro del Partido, la lnea roja proletaria queMaritegui le imprimiera y la no proletaria en las diferentesmodalidades que ha asumido a lo largo de los aos. As,tres momentos pueden establecerse en su desarrollo: 1) Eldel surgimiento del Camino de Maritegui y de la fundacin

    del Partido; 2) El de la bsqueda del Camino de Maritegui;3) El de Retomar el Camino de Maritegui y de laReconstitucin del Partido. Tres momentos que implican msde 40 aos de nuestra historia partidaria, de la historia delproletariado peruano y de la historia de la lucha de clases enel Per contemporneo.

    La Vigencia del pensamiento de Maritegui. Vimos queen los aos 60 el pensamiento de Maritegui se vaimponiendo cada vez ms firmemente; sin embargo en ese

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    perodo, que vivimos todava, a la vez que crece el inters,dentro y fuera del pas, por Maritegui se desarrolla tambinuna negacin del mismo en dos planos: unos que atacan yniegan el fundamento marxista del pensamiento de

    Maritegui y otros que niegan su vigencia. Quienescuestionan su basamento marxista sostienen que la baseideolgica que lo sustenta es el idealismo irracionalista y lasconcepciones predominantes del pensamiento filosficooccidental, particularmente europeo. Planteadas las tesis deMaritegui sobre la filosofa marxista, la economa poltica yel socialismo cientfico estara dems analizar esasobservaciones; baste reiterar que el carcter marxista delbasamento de Maritegui es suficientemente claro, y sealarque tales impugnadores en el fondo tienen un argumentocentral: la imposibilidad de que el marxismo se desarrolleen un pas con escaso nmero de obreros. Tal punto departida encubre una posicin mecanicista inaceptable; paraque el marxismo apareciera, a nivel mundial, fue necesarioel desarrollo de la clase obrera hasta el grado que alcanza mediados del siglo XIX en Europa, sobre cuya basematerial Marx y Engels crearon el marxismo, desde entonces

    se desenvuelve pujante y difunde por los cinco continentes.Los revolucionarios de los pases atrasados, pases coninmensas masas campesinas y proporcionalmente reducidasclases obreras, encontraron el marxismo como instrumentogua para su accin y tomando sus principios los fundieroncon sus condiciones revolucionarias especficas; as, elmarxismo-leninismo se fundi con las condiciones concretasde los movimientos de liberacin nacional y susrevoluciones democrticas. Y, en consecuencia, se

    desarroll; una muestra incontrovertible es el pensamientoMao Tsetung que nadie, absolutamente nadie, excepto losrenegados revisionistas y socialcorporativistas, puedeconsiderar seriamente sino como marxismo desarrollado.

    Pues bien, caso similar es el del fundador del PartidoComunista, Maritegui tambin aplic el marxismo-leninismoa un pas semifeudal y semicolonial, ms an, analiz inclusoa los similares pases latinoamericanos; y, participandodirectamente en la lucha de clases de nuestra patria, pudo

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    desenvolverse como marxista y aplicar los principiosuniversales en forma creadora, de ah la similitud de muchasde sus tesis con los planteamientos de Mao Tsetung. Y,remitindonos a la prueba de los hechos, los aos

    transcurridos muestran cada vez ms fehacientemente laesencia marxista del pensamiento de Maritegui. Lo quesucede es que, a los poco advertidos, desorienta el lenguajepropio que utiliza al cual no se est acostumbrado, seignora las condiciones de nuestra Amrica Latina y, lobsico, se parte de condiciones contrarias al marxismo.

    Quienes cuestionan la vigencia de Maritegui alegan quesi bien fue marxista y notable pensador sus posiciones hanquedado atrs por el transcurso de 40 aos. Estos olvidanque los estudios e investigaciones posteriores no niegansino confirman las tesis de Maritegui; y, lo principal, que nohabindose rematado la revolucin democrtico-nacional nimucho menos iniciado la proletaria, el pensamiento deMaritegui y su Camino, su lnea poltica general de larevolucin peruana sigue plenamente vigente como lodemuestra, precisamente, las cuatro dcadas transcurridas y

    ms an la necesidad de Retomar su Camino nacida de lasgrandes luchas de la dcada del 60 y de la actual lucha declases.

    Retomar a Maritegui y Reconstituir su Partido.- Alllegar a este punto y visto lo expuesto del pensamiento deMaritegui, que se concreta polticamente en su Camino dela revolucin peruana, lo primero que hay que reiterar es queMaritegui es expresin poltica culminante del proletariado

    peruano; y, por otro lado, que los casi cincuenta aos dedesarrollo del Camino de Maritegui demuestran que susbanderas son las de la clase obrera, probadas a lo largo dedcadas en las que ha quedado claro que el xito delproletariado est en asirlas firmemente y llevarlas adelante,mientras su fracaso est en abandonarlas o soslayarlas.Ninguna clase en el Per ni ningn Partido, que no sea elPartido Comunista, puede mostrar tal experiencia acumuladani tan altas banderas comprobadas por la lucha de clases.

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    As las cosas, la clave es hoy, ms que ayer, Retomar elCamino de Maritegui lo que implica poner a la claseobrera al mando de la revolucin, imprimir la direccin dela nica clase consecuentemente revolucionaria al proceso

    que derrumbar el orden social imperante; implicadesarrollar la vanguardia organizada del proletariado, elPartido Comunista, para que cumpla su papel de estadomayor sin el cual no puede haber revolucin; implica adherira Maritegui como expresin poltica concentrada de laclase obrera; en sntesis, es luchar por la direccin de laclase obrera en la revolucin peruana. As, Mariteguideviene bandera del pueblo peruano, base de unidad de losexplotados y camino anchuroso y nico de nuestra revolucindemocrtico-nacional.

    Pero adems, lo que es sustantivo, Retomar el Caminode Maritegui es Reconstituir el Partido Comunista, suPartido; es trabajar por su construccin ideolgico-poltica,desarrollando los fundamentos que le diera su fundador yes, simultneamente, pugnar por su construccinorganizativa reajustando lo orgnico a lo poltico.

    Reconstituir el Partido es hoy, en sntesis, impulsar sureconstitucin Retomando a Maritegui y apuntando aldesarrollo de la guerra popular.

    El Partido Comunista, seguro de su camino y conscientede su meta, en el 80 aniversario de su fundador y el 47 desu fundacin iza al tope sus rojas banderas proletarias ydeclara ante las masas de nuestra patria, ante obreros ycampesinos en especial, que, en la presente ofensiva

    contrarrevolucionaria y en la perspectiva del crecientedesarrollo de la lucha de masas, nuestro deber esaprestarnos a la lucha preparndonos en medio de latempestad de la lucha de clases de las masas bajo la consignade que RETOMAR A MARITEGUI Y RECONSTITUIR SUPARTIDO ES SERVIR A LA CLASE OBRERA, AL PUEBLO Y A LAREVOLUCIN.

    Octubre de 1975 Comit Central del PCP

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