Mono Mariategui

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Dedicado a las señoritas de la facultad de E. Inicial e Idiomas por su tremendo apoyo e interés en el desarrollo de este estudio monográfico. José Carlos Mariátegui y la Educación Página 1

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Monografía de las vida y obra de Mariátegui.

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Dedicado a las señoritas de la facultad de E. Inicial e Idiomas por su tremendo apoyo e interés en el desarrollo de este estudio monográfico.

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José Carlos Mariátegui y la

Educación

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ÍNDICE

DEDICATORIA…………………………………………………………………………………... 1

INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………………........ 4

CAPITULO I : CONTEXTO DE LA EDUCACIÓN EN EL PERÚ A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX………………………………………………………………......... 5

1.1 SIGLO XX………………………………………………………………......................….. 51.2 AÑOS 1920´S…………………………………………………………….....................….. 7

CAPITULO II : JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI – Etapas de su vida y datos biográficos………………………………………………………………………............................. 8

CAPITULO III : OBRAS, PUBLICACIONES, Y OTROS TEMAS DESTACADOS………………………………………………………………………….……….. 11

3.1 LA ESCENA CONTEMPORÁNEA…………………………………………..…........... 113.2 LOS SIETE ENSAYOS………………………………………………………………..... 123.3 OTRAS PUBLICACIONES…………………………………………………………..… 14

CAPITULO IV : APORTES Y PENSAMIENTO EN EL PROCESO DE LA DE EDUCACIÓN PERUANA…………………………………………………………….……... 15

4.1 LA DEPENDENCIA DE LA EDUCACIÓN……………………………………..….. 164.2 EL PROBLEMA DE LA EDUCACIÓN ES ECONOMICO Y SOCIAL………...… 174.3 LA EDUCACIÓN TIENE UN CARÁCTER CLASISTA……………………….…... 184.4 LA EDUCACIÓN NO BASTA PARA REDIMIR MORAL Y SOCIALMENTE AL INDIO………………………………………………....................................................... 184.5 LA ESCUELA DEBE SER ÚNICA………………………………………………….… 204.6 LA ESCUELA DEBE ESTIMULAR EL TRABAJO………………………………….. 204.7 EL MAGISTERO ES POSTERGADO POR EL ESTADO……………………………………………………………………………...…...… 214.8 LA UNIVERSIDAD DEBE REFORMARSE…………………………………….….… 22

CONCLUSIONES………………………………………………………………………...…..…. 23

BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………………… 25

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INTRODUCCIÓN

A inicios del siglo XX surgió una generación que a diferencia de las anteriores -ineptas, pasivas y sin voluntad para actuar sobre la realidad de un mundo en decadencia- le caracterizó por su voluntad, entereza, su práctica de resolver los problemas de sus tierras, y mas aun de la educación de sus hombres, de sus culturas a través de la búsqueda de formas mejores de vida social y política.

Uno de los más sobresalientes pensadores de América que en sus inicios tuvo las características de un poeta, de un intelectual con aficiones literarias que posteriormente cambio su estilo de vida en un hombre casi opuesto, en el escritor de ideas, en el crítico que busca la exactitud del pensamiento. Es así como fue evolucionando su carácter y se fue modulando su temperamento claramente reflejado en sus obras, en donde va dejando a segundo plano la primacía de lo individual, lo personal-por-los-temas-generales.

La contribución de José Carlos Mariátegui a la educación es un planteamiento ligado a sus aportes a la comprensión del Perú como una realidad irresuelta desde el punto de vista de su independencia y de su desarrollo nacional Su visión de la realidad nacional en su conjunto, partiendo del análisis de la base económica y social (“Esquema de la evolución económica”, “El problema del indio” y “El problema de la tierra”), es la clave para comprender sus planteamientos sobre el problema de la educación peruana (“El proceso de la instrucción pública”). Aquí está la aplicación del método de análisis que utilizó Mariátegui en su libro magno, los 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana. En Temas de educación, un libro complementario sobre el problema educativo, a nuestro criterio, el Amauta aborda temas concretos de gran actualidad, como la enseñanza pública, la libertad de enseñanza, entre otros. Pero, reiteramos, ambos textos no pueden ser comprendidos cabalmente sin los tres primeros ensayos de su primer libro sobre el Perú. De manera que un artículo tan breve como el presente no puede tener más pretensiones

La primera contribución es el método de análisis de la realidad educativa, que vale también para los siguientes tres ensayos (sobre descentralización, sobre la religión en el Perú, y sobre el proceso de nuestra literatura). Desde el inicio Mariátegui analiza la educación usando el materialismo histórico, el método dialéctico materialista, es decir, el marxismo, marxista como era, “convicto y confeso”, pero también militante e intelectual consecuente. Por eso traza, en primer lugar, el proceso histórico de la economía y de la sociedad peruanas, ese hecho que divide a la historia peruana en dos grandes etapas, esa ruptura entre el Perú autóctono y el Perú de la conquista y el coloniaje, que no solo es una ruptura económica, sino social y cultural.

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CAPITULO I

CONTEXTO DE LA EDUCACIÓN EN EL PERÚ A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX

1.1 SIGLO XX

El siglo se inicia con esfuerzos gubernamentales por incrementar sustantivamente el número de alumnos con acceso a las escuelas primarias, en circunstancias en las que la educación era concebida como el medio capaz de producir la integración nacional, el “amor y lealtad a la patria” y el desarrollo económico, con los que se lograría el ascenso social de los indígenas y la igualdad entre peruanos sin distingo de fortunas.

Fue el gobierno de José Pardo (1904-8) el que se delineó y puso en práctica una primera reforma educativa

de envergadura que ordenó y organizó lo pre existente y le dio un norte para los desarrollos futuros. Impulsó la educación primaria (dividida en dos ciclos de dos y tres años) procurando universalizarla, estableciendo la gratuidad y obligatoriedad de la misma, incluyendo el reparto gratuito de material de enseñanza. También estableció la gratuidad de las escuelas técnicas y ocupacionales nocturnas, recuperando las experiencias de las escuelas de Artes y Oficios pre existentes hasta 1902. Además le dio un particular impulso

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a la educación privada. Todo esto se hizo con el apoyo de pedagogos franceses, belgas y especialmente alemanes.

Para los profesores estableció en 1905 la carrera magisterial, con derecho a jubilación ymontepío y a las mujeres les concedió el ingreso libre a las universidades (antes requeríanautorización especial del Ejecutivo).

Más adelante en 1919 se reformó la universidad (a imitación de la reforma universitariacordobesa de Argentina en 1918) estableciendo entre otras cosas la autonomía universitaria y el cogobierno de estudiantes, graduados y profesores, la libertad de cátedra y la remoción de catedráticos que perdieran vigencia.

En aquella época los grandes cambios se daban por lo general en los estratos de la clase alta. Un ejemplo de ello, es la moda proveniente de los países europeos que fue transformando poco a poco la Lima de los años 20.

1.2 AÑOS 1920´s

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Con el presidente Leguía se estableció una primaria común gratuita y obligatoria (dos ciclos de dos y tres años) y otra profesional; una secundaria común obligatoria (igualmente con dos ciclos de 2 y tres años respectivamente) y otra profesional; y la superior que incluyó las Escuelas Técnicas de Ingeniería y Agricultura, la Universidad Mayor de San Marcos y las Universidades Menores de Cuzco, Arequipa, Trujillo, así como la Universidad Católica (privada) creada en 1917. En 1921 los pedagogos de la misión pedagógica de EE.UU. asumieron la Dirección General y las Direcciones Regionales del Ministerio de Educación lo que significó el giro del enfoque intelectualista, academicista e integral europeo (propuesto por Deustua) al enfoque norteamericano más pragmático y articulado con el desarrollo económico que incorporara la capacitación técnica y agropecuaria más específica requerida por la empresa y el mercado de trabajo (propuesto por Villarán) el cual prevaleció por varias décadas.

Los profesores de la época, asociados en diversos gremios de preceptores, directores, normalistas y maestros de segunda enseñanza, se sumaban a las causas políticas y a la defensa de las clases medias, por lo que empezaron a ser percibidos como un peligroso factor de desestabilización ciudadana. Por ello Leguía centralizó al máximo el disperso sistema educativo y le otorgó poderes excepcionales a la inspectoría escolar cuya tendencia a la fiscalización y sometimiento magisterial se siente hasta nuestros días.

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CAPITULO II

JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI - Etapas de su vida y datos biográficos

JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI LA CHIRA(1894 – 1930)

Mariátegui se sobrevive, no sólo en el recuerdo sentimental de las gentes, sino en la obra múltiple que nos lega. En toda ella sopla la racha de energía, de afirmación que animaba al forjador. En toda ella, su visión es internacional, su concepción, materialista, su desenvolvimiento dialéctico y determinista.

Mariátegui ha vitalizado y ha dado su vida a una corriente que yacía adormecida en la conciencia nacional. Arquetipo del autodidacto, del hombre que consigue hacerse a sí mismo, se distingue fundamentalmente por su cualidad de realizador. La corriente histórica, las realizaciones a las que dio todo su elan, toda su sangre,

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continuarán acrecentándose y engrandeciéndose, gracias al impulso que les dio en el terreno de las ideas y en el campo de la acción.

Pragmático, científico realista, encarnó estrechamente con la realidad y tuvo la inteligencia y el valor de encarnarla: he aquí la razón de la perdurabilidad de su obra, el secreto de la continuidad de su acción, más allá, de su propia vida […].Revista AMAUTA (1930).

SU BIOGRAFÍA

José Carlos Mariátegui La Chira, nació el 14 de junio de 1894 en la ciudad de Moquegua. Don Francisco Javier Mariátegui Requejo y Doña María Amalia La Chira Ballejos fueron sus padres. El abandono de la familia por parte del padre obligó a su madre

a trasladarse a Lima, estableciéndose en Huacho. En 1901, dos años después de su llegada a Lima, el niño Mariátegui ingresa a la escuela, pero al año siguiente (1902) un accidente ocurrido durante los juegos infantiles le afectaría gravemente la pierna izquierda, la misma que le dejó una profunda dolencia durante el resto de su vida.

En 1909, con sólo quince años de edad, ingresó a trabajar en los talleres del diario La Prensa. En sus inicios realizó sólo tareas auxiliares, luego será linotipista y corrector de originales, y, finalmente, en

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1911, se iniciará como redactor con su primer artículo, firmado con el seudónimo de Juan Croniqueur.

Es con este acontecimiento que se inició la intensa actividad periodística de Mariátegui. En 1915, se incorporó a la plana de redactores de El Tiempo, manteniéndose allí hasta 1918. Sin embargo, no contento con escribir sólo para medios ajenos, emprendió sus propias aventuras como editorialista. En 1917 fundó el diario La Noche, en 1918 la revista Nuestra Época y en 1919 el diario La Razón en colaboración con César Falcón.

Es por estos años que el joven Mariátegui sintió la influencia de la política en su vida, dejándose seducir por la corriente ideológica de moda en su tiempo: el Marxismo. En 1918, fundó el Comité de Propaganda y Organización Socialista.

En 1919, el presidente Augusto B. Leguía decidió enviarlo a Europa, específicamente a Italia, con el cargo de “agente de propaganda” del Perú en el Extranjero. Si bien la salida del país de Mariátegui no fue violenta, muchos lo han interpretado como una deportación maquillada.

En Europa, visitó muchos países, hizo su “mejor aprendizaje” como marxista y fortaleció su convicción socialista. Allí en Europa, específicamente en Roma conocería a su futura esposa, Ana Chiappe.

En 1923 retornó al Perú y dictó magistrales conferencias en la Universidad Popular “Gonzales Prada”. En 1924, nuevamente lo traicionó la grave enfermedad de su infancia, por lo que tuvo que amputársele la pierna derecha, circunstancia que lo postró a una silla de ruedas por el resto de su vida. Sin embargo, este infortunado hecho no fue impedimento para que Mariátegui persevere con su producción como intelectual. En septiembre de 1926 fundó la revista Amauta, una de las tribunas intelectuales de mayor relevancia que se publicó en la América Latina de aquellos tiempos. Por estos años (1928 - 1929) también publicó el periódico proletario Labor.

En su actividad como político, como marxista y socialista, fundó en 1928, el Partido Comunista del Perú y al año siguiente conformó la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP). Son éstas sólo dos obras de su compromiso con la construcción del modelo socialista para el Perú, pues tal como lo expuso en la revista Amauta (1928):

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“No queremos, ciertamente, que el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heroica. Tenemos que dar vida, con nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indoamericano”.

El 16 de abril de 1930, cuando apenas tenía treinta y seis años de edad, la muerte detuvo la ferviente actividad de uno de los más grandes intelectuales de la historia del Perú del siglo XX.

CAPITULO III

OBRAS, PUBLICACIONES Y OTROS TEMAS DESTACADOS

"...no es posible aprehender en una teoría el entero panorama del mundo contemporáneo. Que no es posible, sobre todo, fijar en

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una teoría su movimiento. Tenemos que explorarlo y conocerlo, episodio por episodio, faceta por faceta".

En libros, los únicos que publicó Mariátegui en vida fueron: “La Escena Contemporánea” y “Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana” (1928).

3.1 LA ESCENA CONTEMPORÁNEA.

Ya desde el principio declara:

"no pretenden estas impresiones demasiado rápidas o demasiado fragmentarias, componer una explicación de nuestra época. Pero contienen los elementos primarios de un bosquejo o un ensayo de interpretación de esta época y sus tormentosos problemas que acaso me atreva a intentar en un libro más orgánico".

En La Escena Contemporánea, deja Mariátegui su visión del mundo europeo en los años que siguieron a la guerra. Bullen en ella los elementos que formarán la materia de explicaciones futuras; significa un esfuerzo por aclarar ideas, movimientos, grupos; forma la disciplina indispensable para futuras exploraciones sobre hechos más cercanos.

3.2 LOS SIETE ENSAYOS

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Los Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana, publicados en un volumen el año 1928, comienzan por estudiar la realidad económica de nuestro país, analizando el proceso a partir del incario y la conquista española.

Un régimen de economía agraria, con ciertas formas colectivas de producción sobre el que imperaba la casta de los incas, es reemplazado incompleta y defectuosamente por un sistema latifundista, en el que el trabajo de las minas diezma y empobrece a la población indígena. Este régimen feudal arraiga poderosamente. De tal manera que, cuando llega el momento de la independencia americana, la mayoría de sus formas permanecen en plena vigencia: latifundismo, cultivo elemental de la tierra, industria completamente incipiente.

Cien años de República, si bien han servido para desarrollar determinados aspectos secundarios de la economía, han dejado intactos los grandes problemas nacionales: el de nuestros cuatro millones de indios, por ejemplo, que apenas empiezan a salir de su secular servidumbre y analfabetismo, con sus instituciones autóctonas descoyuntadas, su religión desnaturalizada y su cultura ya casi extinguida.

"La cuestión indígena —dice Mariátegui en la obra de que hablamos— arranca de nuestra economía; tiene sus raíces en el régimen de propiedad de la tierra. Cualquier intento de resolverla con medidas de administración o policía, con métodos de enseñanza o con obras de vialidad, constituye un trabajo superficial y adjetivo, mientras subsista la feudalidad de los "gamonales".

Y esta misma idea se repite en otros términos:

"El socialismo nos ha enseñado a plantear el problema indígena en nuevos términos. Hemos dejado de considerarlo abstractamente, como problema ético o moral, para reconocerlo concretamente como problema económico, social y

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político. Y entonces lo hemos sentido por primera vez esclarecido y demarcado".

(Siete Ensayos). Después habla el creyente fervoroso:

"La redención, la salvación del indio, he ahí el programa y la meta de la redención peruana. Los hombres nuevos quieren que el Perú repose sobre sus naturales cimientos biológicos".

Los Ensayos, tendrán siempre esa frescura de quien los ha escrito, orientado no por un po-der racional, sino por una fe. Representan el momento en que el pensador deja de atender al mundo lejano, para plantearse los problemas de cerca, hirientes y directos; en que, gracias a la disciplina anterior, se dirige seguro al entendimiento de lo inmediato.

3.3 PUBLICACIONES POSTERIORES

En artículos periodísticos, son muchísimos los que escribió para las revistas “Mundial” y “Amauta”, los mismos que ha sido organizados después de su muerte en sendos volúmenes titulados: “La novela y la vida”, “El artista y la época”, “Peruanicemos al Perú”, “En defensa del Marxismo”, “Ideología y Política”, entre otros.

Los artículos relacionados con su pensamiento pedagógico, sus editores lo han reunido en un libro titulado: “Temas de Educación”, en donde se exponen un conjunto de temas sobre los rasgos y problemas de la educación de su tiempo.

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Y en setiembre de 1926, después de haber atravesado por un largo período de gestación, apareció la revista de vanguardia que José Carlos Mariátegui proyectara, ostentando desde su título una orientación peruanista que comprometía la adhesión: Amauta.

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CAPITULO IV

APORTES Y PENSAMIENTO EN EL PROCESO DE LA EDUCACIÓN PERUANA

“El problema del analfabetismo del indio resulta ser un problema... que desborda del restringido marco de un plan puramente pedagógico. Cada día se comprueba más que alfabetizar no es educar. La escuela elemental no redime moral y socialmente al indio. El primer paso hacia su redención, tiene que ser el de abolir su servidumbre”

PENSAMIENTO PEDAGÓGICO.

El pensamiento educativo del Amauta es amplísimo y complejo. Por lo que haciendo una síntesis de sus escritos sobre educación, se pueden destacar las siguientes tesis:

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4.1 LA DEPENDENCIA DE LA EDUCACIÓN.

La historia de la instrucción pública en el Perú, según José Carlos Mariátegui, es de una permanente dependencia. Son tres las influencias que ha recibido: La herencia española, la misma que logró un dominio completo; la efímera influencia francesa y, por último, la influencia norteamericana, que se prolonga hasta nuestros días.

La herencia española: La educación que estableció España en América y específicamente en el Virreinato del Perú fue una educación feudal-colonial. Mariátegui lo explicó así:

“La herencia española no era exclusivamente una herencia psicológica e intelectual. Era [...] una herencia económica y social. El privilegio de la educación persistía por la simple razón de que persistía el privilegio de la riqueza y de la casta.”

En la colonia existió los grandes contrastes sociales: por un lado, las castas privilegiadas conformadas por el virrey, el corregidor, el encomendero, el alto clero, etc.; por otro lado, la clase explotada integrados por los indios, mestizos y negros.

En una sociedad eminentemente clasista, era lógico que la educación estuviera reservada sólo para los de arriba. “La cultura era un privilegio de casta. El pueblo no tenía derecho a la instrucción”, sostenía.

La influencia francesa:

“La república, –afirma Mariátegui- que heredó del Virreynato, esto es, de un régimen feudal y aristocrático, sus instituciones y métodos de instrucción pública, buscó en Francia los modelos de la reforma de la enseñanza...”.

La enseñanza francesa no logró acabar la profunda inserción de la influencia española. Fue impotente para lograr el predominio de las profesiones capitalistas; y ajena también, a las necesidades de la evolución de una economía nacional. Dejó de lado el sector indígena, siendo incapaz de abordar y, menos aún solucionar el problema del indio.

De este modo, a los vicios originales de la herencia española se añadieron los defectos de la influencia francesa que, en vez de venir a atenuar y corregir el concepto literario y retórico de la enseñanza trasmitido a la República por el Virreynato, vino más bien a acentuarlo y complicarlo.

La influencia norteamericana: La penetración del modelo norteamericano se dio a través de la Ley de Instrucción Pública promulgada en 1920, creada por Manuel Vicente Villarán.

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“La reforma de 1920 –según Mariátegui- señala la victoria de la orientación preconizada por el doctor Villarán y, por lo tanto, el predominio de la influencia norteamericana...”.

Se aborda, pues, con la reforma de 1920, una empresa congruente con el rumbo de la evolución histórica del país. Pero, como el movimiento político que canceló el dominio del viejo civilismo aristocrático, el movimiento educacional –paralelo y solidario a aquél- estaba destinado a detenerse. La ejecución de un programa demoliberal, resultaba en la práctica entrabada y saboteada por la subsistencia de un régimen de feudalidad en la mayor parte del país. No es posible democratizar la enseñanza de un país sin democratizar su economía y sin democratizar, por ende, su superestructura política.

4.2 EL PROBLEMA DE LA EDUCACIÓN ES ECONÓMICO Y SOCIAL.

Mariátegui, al identificar el factor principal que ocasiona el problema de la educación en el Perú, encontró que tanto lo económico como lo social determinan los graves problemas que afectan a la educación. Entre otras explicaciones, planteo que:

“La educación nacional [...] no tiene un espíritu nacional: tiene más bien un espíritu colonial y colonizador”.

En un artículo titulado “La Enseñanza y la Economía” publicado en 1925 en MUNDIAL, Mariátegui argumentó el tema de la siguiente manera:

“El problema de la enseñanza no puede ser bien comprendido en nuestro tiempo, si no es considerado como un problema económico y como un problema social. El error de muchos reformadores ha estado en su método abstractamente idealista, en su doctrina exclusivamente pedagógica. Sus proyectos han ignorado el íntimo engranaje que hay entre la economía y la enseñanza y han pretendido modificar ésta, sin conocer las leyes de aquélla. Por ende, no han acertado a reformar nada sino en la medida [...] que las leyes económico-sociales, les han consentido.”

Lo económico y lo social es condición sine qua non para comprender el problema de la educación. Por eso, expuso con gran lucidez que para “... democratizar la enseñanza de un país” hay que “democratizar su economía y […] su superestructura política”. Es mportante entender esto, porque para Mariátegui, “la crisis de la enseñanza coincide universalmente con una crisis política”. En este gran marco, en la “Presentación de AMAUTA”, también argumentó:

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“la flagrante desadaptación entre proceso educativo y las orientaciones predominantes en la economía y en la sociedad, acusa la necesidad de un cambio que restablezca el equilibrio; cualquier esfuerzo enderezado a solucionar aisladamente los problemas de la educación será artificioso y precario, porque la naturaleza de sus causas no es sólo educacional; si los moldes de la educación deben adecuarse al carácter de la economía y la superestructura política, a fin de servir a su desenvolvimiento y preparar su cambio, será malsano efectuar injertos o trasplantes que alteren su unidad orgánica. O dicho de otro modo, en una secuencia histórica, la crisis de la educación es reflejo de una crisis estructural de la sociedad; y sólo la superación de ésta creará las condiciones para que el proceso educativo sea renovado en forma verdaderamente eficaz y estabilizadora.”

4.3 LA EDUCACIÓN TIENE UN CARÁCTER CLASISTA.

La concepción que tiene Mariátegui –con plena convicción marxista- en torno a la educación de su tiempo es que ésta tiene un carácter de clase. La escuela de la sociedad burguesa no es neutral, ni apolítica; tiene una orientación clasista, en el sentido que representa a la clase dominante.

La formación marxista del Amauta hizo que en sus múltiples escritos destaque tal concepción de educación. E aquí algunos extractos sobre esta dimensión de su pensamiento.

En nuestra América, como en Europa y como en los Estados Unidos, la enseñanza obedece a los intereses del orden social y económico. La escuela carece, técnicamente, de orientaciones netas; pero, si en algo no se equivoca, es en su función de escuela de clase.

El Estado, cualquier que él sea, -asegura Mariátegui- no puede renunciar a la dirección y al control de la educación pública. ¿Por qué? Por la razón notoria de que el

Estado es el órgano de la clase dominante. Tiene, por ende, la función de conformar la enseñanza con las necesidades de esta clase social.

La escuela del Estado educa a la juventud contemporánea en los principios de la burguesía. Las confesiones religiosas han adaptado su enseñanza a los mismos principios. En todos los conflictos entre los intereses de la clase dominante y el método o las ideas de la educación pública, el Estado interviene para restablecer el equilibrio a favor de aquella […].

[…] Vano es todo esfuerzo mental por concebir la escuela apolítica, la escuela neutral. La escuela del orden burgués seguirá siendo escuela burguesa.

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La enseñanza, en el régimen demo-burgués –recalca Mariátegui-, se caracteriza, sobre todo, como una enseñanza de clase. La escuela burguesa distingue y separa a los niños en dos clases diferentes. El niño proletario, cualquiera que sea su capacidad, no tiene prácticamente derecho, en la escuela burguesa, sino a una instrucción elemental.

El niño burgués, en cambio, también cualquiera que sea su capacidad, tiene derecho a la instrucción secundaria y superior. La enseñanza, en este régimen, no sirve, pues, en ningún modo, para la selección de los mejores. De un lado, sofoca o ignora todas las inteligencias de la clase pobre; de otro lado, cultiva y diploma todas las mediocridades de las clases ricas [...].

4.4 LA EDUCACIÓN NO BASTA PARA REDIMIR MORAL Y SOCIALMENTE AL INDIO.

La educación peruana, conforme era palpable en los tiempos de Mariátegui, afrontaba un grave problema: la educación del indio. En aquellos años, la población peruana era

Mayoritariamente indígena y estaba excluida de la educación formal, por tanto era analfabeta. Sin embargo, para el Amauta, la solución a este problema no sólo es pedagógica, sino que es más profundo y complejo. Así reflexionaba este asunto:

El problema del analfabetismo del indio resulta ser un problema… que desborda del restringido marco de un plan puramente pedagógico. Cada día se comprueba más que el alfabetizar no es educar. La escuela elemental no redime moral y socialmente al indio. El primer paso hacia su redención, tiene que ser el abolir su servidumbre.

El problema tenía que ver con la concepción que las clases dirigentes –e incluso el mismo Estado- manejaban sobre el indio. En uno de sus escritos lo aclara:

“Cuando en sus programas de instrucción pública el Estado se refiere a los indios, no se refiere a ellos como peruanos iguales a todos los demás. Los considera como una raza inferior”.

Entonces, era lógico entender porque el problema de la educación del indio no se abordaba y se ignoraba.

La educación del indio, desde la perspectiva de Mariátegui, era un problema social y económico. La alfabetización como solución pedagógica no trasciende en el indígena, dado que no contribuye a su bienestar. Las masas populares y campesinas –lo advertía Mariátegui- veían sin expectativa su alfabetización porque no cambiaba en nada las anacrónicas barreras de la servidumbre. Por tanto, había primero que redimir al indio y luego educarle.

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Alberto TAURO (2003:29) en el prólogo de “Temas de Educación”, explica el problema de la alfabetización del indio de la siguiente manera:

“En verdad, la alfabetización ha carecido de importancia práctica para el indio, pues no le franqueó el aprendizaje aplicable a su mejoramiento económico, ni fue en su vida un factor de prestigio local. Por el contrario, las nociones de la lectura y la escritura influyeron sobre sus relaciones sociales en forma que puede reputarse como negativa: porque le conquistaron el ejercicio del sufragio, que agravó su dependencia en cuanto lo metió a los juegos de los caciques políticos; y porque su aptitud para comparecer en juicios dio apariencia legal a las apropiaciones territoriales cometidas por los latifundistas en perjuicio del indígena.”

4.5 LA ESCUELA DEBE SER ÚNICA.

Mariátegui, fiel a la tesis marxista de la Escuela Única, estuvo a favor de este tipo de escuela, ya que “la democratización de la enseñanza mediante la escuela única (está) destinada a suprimir los privilegios de clase. La escuela única es la primera y la más esencial de sus reivindicaciones”.

Sin embargo, pensaba que la Escuela Única sólo se conseguirá en una sociedad más humana y justa, porque es muy difícil aplicarla en la nuestra llena de prejuicios y antagonismos. Las escuelas que funcionan en nuestro país, existen claras diferencias entre ellas. Por ejemplo, hay escuelas privadas son exclusivas para los hijos de los pudientes donde estudian con todas las comodidades (aulas amplias, bibliotecas, laboratorios, salas de cómputo, campos deportivos, etc.); luego existen escuelas estatales para los hijos del pueblo donde estudian en aulas precarias, sin el mobiliario adecuado, sin material didáctico, etc.

Por eso,

“La escuela única no se llegará sino en un nuevo orden social. Y de que, mientras la burguesía conserve sus actuales posiciones en el poder, las conservará igualmente en la enseñanza”.

4.6 LA ESCUELA DEBE ESTIMULAR EL TRABAJO.

La educación del pasado era teórica y libresca, donde se hacía uso y abuso de la retórica y del memorismo; no había interés en dar una educación “dirigida a estimular el trabajo...”, porque se pensaba que el estudio y el trabajo eran actividades incompatibles entre sí y por lo tanto, no se debían asociar. Por eso, defendió “la escuela del trabajo” como parte de “una concepción fundamental de una civilización creada por el trabajo y para el trabajo”.

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En la educación se debe ligar la teoría con la práctica. Se debe fomentar la enseñanza activa y pensante, donde los educandos aprendan con las manos y el cerebro. La educación del trabajo tiene una motivación social que permite impulsar una serie de capacidades en los estudiantes.

“Un concepto moderno de la escuela –señala Mariátegui- coloca en la misma categoría el trabajo manual y el trabajo intelectual”. Ninguno debe prevalecer sobre otro. Ambos deben desenvolverse en forma equitativa en el proceso enseñanza-aprendizaje, para lograr la formación integral de los alumnos.

4.7 EL MAGISTERIO ES POSTERGADO POR EL ESTADO.

El Estado peruano a lo largo de la historia ha postergado una y mil veces a todo el magisterio nacional. “El Estado condena a sus maestros a una perenne estrechez pecuniaria. Les niega casi completamente todo medio de elevación económica o cultural y les cierra toda perspectiva de acceso a una categoría superior”, escribía José Carlos en 1925.

Sin embargo, Mariátegui no sólo centraba el problema del magisterio en lo netamente monetario, sino que lo ubicaba en un contexto más amplio. A continuación una citada tomada de MUNDIAL (1927):

No es la remuneración miserable lo único que aleja de la enseñanza a los jóvenes que se sienten inclinados al magisterio. Es, en general, la condición miserable y humillada del preceptor del Estado, condenado casi siempre, para conservar su puesto, a renunciar a su dignidad intelectual y espiritual, enrolándose mansamente en el séquito de capituleros de un gamonal omnipotente […].

El problema del pre-ceptorado se enlaza y confunde, por tanto, con el problema social y económico.

La gran mayoría de maestros de esa época vivían en el conformismo y la apatía. Carecían de conciencia de clase y menos aun tenían una organización sindical que los protegiera de los abusos. Su labor educativa y social dejaba mucho que desear, debido a que estaban mal formados y totalmente desactualizados. En otras palabras, había una crisis palpable en el magisterio peruano.

La crisis de maestros -afirma el Amauta- ocupa jerárquicamente el primer plano. Sin maestros auténticos, sin austeros, sin direcciones altas, la juventud no puede andar bien encaminada. El estudiante de mentalidad y espíritu cortos y mediocres, mira en el profesor su dechado o su figurín; con un profesor desprovisto de desinterés y de idealismo, el estudiante no puede aprender ni estimar una ni otra cosa.

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4.8 LA UNIVERSIDAD DEBE REFORMARSE.

Si bien, Mariátegui no perteneció formalmente a la Universidad, le correspondió vivir una época donde el tema de la Universidad era central. Él apoyó con mucha firmeza la Reforma Universitaria.

“La necesidad de la Reforma no se disimula a nadie. Es una necesidad integral, a la cual no escapa ninguno de los aspectos materiales ni espirituales de la Universidad […] En el Perú, la enseñanza universitaria es una cosa totalmente envejecida y desvencijada. En un viejo local, un viejo espíritu, sedentario e impermeable, conserva sus viejos, viejísimos métodos. Todo es viejo es la Universidad” (MUNDIAL, 1928).

Por eso, fue muy severo en su crítica contra el sistema de enseñanza predominante en la Universidad. Cuestionó con mucho ahínco la enseñanza oligárquica, conservadora y hasta reaccionaria que se impartía en la Universidad, específicamente en la Universidad de San Marcos:

Nuestros catedráticos –argumentó José Carlos Mariátegui- no se preocupan ostensiblemente sino de la literatura de su curso. Su vuelo mental, generalmente, no va más allá, de los ámbitos rutinarios de su cátedra. Son hombres tubulares, como diría Víctor Maúrtua; no son hombres panorámicos. No existe, entre ellos, ningún revolucionario, ningún renovador. Todos son conservadores definidos o conservadores potenciales, reaccionarios activos o reaccionarios latentes, que, en política doméstica, suspiran impotente y nostálgicamente por el viejo orden de cosas.

La reforma universitaria, lo exponía Mariátegui:

... tenía lógicamente que atacar, ante todo, esta estratificación conservadora de las universidades. La previsión arbitraria de las cátedras, el mantenimiento de profesores ineptos, la exclusión de la enseñanza de los intelectuales independientes y renovadores, se presentaban claramente como simples consecuencias de la docencia oligárquica. Estos vicios no podían ser combatidos sino por medio de la intervención de los estudiantes en el gobierno de las universidades y el establecimiento de las cátedras y la asistencia libres.

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CONCLUSIONES

La contribución de José Carlos Mariátegui a la educación es un planteamiento ligado a sus aportes a la comprensión del Perú como una realidad irresuelta desde el punto de vista de su independencia y de su desarrollo nacional Su visión de la realidad nacional en su conjunto, partiendo del análisis de la base económica y social (“Esquema de la evolución económica”, “El problema del indio” y “El problema de la tierra”), es la clave para comprender sus planteamientos sobre el problema de la educación peruana (“El proceso de la instrucción pública”).

En Temas de educación, un libro complementario sobre el problema educativo, a nuestro criterio, el Amauta aborda temas concretos de gran actualidad, como la enseñanza pública, la libertad de enseñanza, entre otros. Pero, reiteramos, ambos textos no pueden ser comprendidos cabalmente sin los tres primeros ensayos de su primer libro sobre el Perú.

La primera contribución es el método de análisis de la realidad educativa, que vale también para los siguientes tres ensayos (sobre descentralización, sobre la religión en el Perú, y sobre el proceso de nuestra literatura). Desde el inicio Mariátegui analiza la educación usando el materialismo histórico, el método dialéctico materialista, es decir, el marxismo, marxista como era, “convicto y confeso”, pero también militante e intelectual consecuente. Por eso traza, en primer lugar, el proceso histórico de la economía y de la sociedad peruanas, ese hecho que divide a la historia peruana en dos grandes etapas, esa ruptura entre el Perú autóctono y el Perú de la conquista y el coloniaje, que no solo es una ruptura económica, sino social y cultural. Su método nos advierte que la educación no puede ser analizada al margen de lo económico y lo social, como pretenden todas las corrientes pedagogistas que hoy por hoy pretenden evaluar la crisis educativa y sus efectos desde una perspectiva exclusiva de la superestructura educativa y, lo que es peor, a partir del desempeño de los maestros. Desde la primera página del ensayo sobre la educación, Mariátegui señala que el problema está en las raíces mismas de este Perú bajo la conquista, después de que, en líneas anteriores, indica la presencia de los elementos extranjeros en un país económica y socialmente dependiente, elementos extranjeros insuficientemente aclimatados, vale decir, no asimilados sino impuestos, como fue ayer la reforma educativa del neoconductismo y de la tecnología educativa sistémica (1970-1975).

La otra contribución se refiere a la alternativa de nueva educación, sobre la que se ha repetido mucho aquella afirmación de Mariátegui de que no se puede comprender la educación sin comprender la estructura económica y, por ende, la estructura social sobre las que se asienta y desarrolla. En ningún momento se plantea aquí que el materialismo histórico está “ordenando” que nos crucemos de brazos mientras se produce esa transformación económica y social, como muchas veces pretenden caricaturizar los sectores conservadores que quisieran que el capitalismo en el Perú solo cambie para que siga siendo

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capitalismo; o como ciertos radicalismos, que más bien forman parte del materialismo más mecanicista que el del siglo XVIII, han venido señalando que el SUTEP no debiera de perder el tiempo en buscar una nueva alternativa educativa porque “eso no se come”. Mariátegui, cuando señala el papel de los maestros en la búsqueda de una nueva educación, considera que la nueva alternativa debe nutrirse, alimentarse de las aspiraciones democráticas de las mayorías, de sus necesidades genuinas.

Una tercera contribución está en el reconocimiento y la defensa de la escuela pública. La escuela pública como base institucional de una educación nacional, como escuela pública única, reivindicación que incluye la gratuidad y la universalidad. En contraste con ella, la escuela actual es una escuela de las clases dominantes que utilizan la escuela privada para su formación de clase y la escuela pública para mantener relegada, culturalmente, a las clases pobres., con el escaso gasto presupuestal y el trato despreciativo a los maestros. Ya desde la década de los 60 se ha venido evaluando la estructura clasista de la pirámide magisterial en América Latina: cada vez más los maestros de los sectores pudientes tienen una extracción de clase de los estamentos más privilegiados de la sociedad; mientras que los maestros de los sectores más pobres proceden de los estamentos también pobres.

Hay un aporte de Mariátegui que olvidamos cuanto confrontamos ideas entre el neoliberalismo y la teoría educativa marxista o socialista. Se refiere a la libertad de la enseñanza. En su libro Temas de educación, Mariátegui enfoca este tema con sentido de clase. La libertad de enseñanza no existe. Toda enseñanza, toda escuela, es enseñanza y es escuela de clase. La pedagogía no es una ciencia neutra. Los fines, los objetivos, la orientación general de un sistema educativo están dados por la clase que regenta el poder.

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BIBLIOGRAFIA

EDICIONES LIBRERÍA STUDIUM. “Visión del Perú en el siglo XX”.t II Lima 1984

MARIATEGI, José Carlos. “Los siete ensayos la interpretación de la realidad peruana”.

MARIÁTEGUI, José Carlos. “Temas de Educación”. Lima-Perú: Ediciones Cultura Peruana, 2003 Lima-Perú: Editorial Orbis Ventures, 2005.

ZAPATA, Anacajima Carlos. “Pensadores de la Educación Peruana del Siglo XX. Piura – Perú. 2007

[PERÚ] MINISTERIO DE EDUCACIÓN. Grandes Educadores Peruanos. Lima-Perú: Ministerio de Educación, 2003

WEBGRAFIA

• ADÓNDE? José Carlos Mariátegui. Recordando al Gran Amauta del Perú. En:http://www.adonde.com/historia/1930_mariategui.htm (2007).

• MARXISTS INTERNET ARCHIVE. Archivo José Carlos Mariátegui. En:http://www.marxists.org/espanol/mariateg/index.htm (s/f).

• [PERÚ] UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS. La bibliotecade José Carlos Mariátegui. Una reconstrucción histórica. En:

http://sisbib.unmsm. edu.pe/Exposiciones/JCMariátegui/mariátegui.htm (2007).

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