Resumen Zetsuai Bronze Por Shaka

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Resumen

El fabuloso manga de Minami Ozaki ha sido publicado

íntegramente en España por Ediciones Glénat. Consta de dos

partes: Zetsuai since 1989 ("Amor desesperado desde 1989"),

compuesta por 5 tomos, y su secuela Bronze (en referencia al tono de

piel de Takuto), con 14 hasta el momento presente (año 2007). Dado

que muchos hispanohablantes sólo han podido conocer esta historia

a través de las dos Ova's, y que éstas cuentan exclusivamente hasta el

tomo 3 de Bronze, he elaborado un resumen ilustrado de la historia

respetando los sucesos principales en orden cronológico. Por

supuesto, muchos detalles, personajes y situaciones geniales han

quedado fuera, pues el objetivo de dicho resumen es configurar una

imagen general a aquellas personas que no han podido seguir

Zetsuai en su totalidad. Ninguna síntesis podrá hacerle sombra a

esta obra cumbre del yaoi.

Por tanto, lo que a continuación ofrezco es un total y

completo spoiler de Zetsuai; llega hasta el final del tomo 13 de

Bronze, el cuál he tomado de referencia para el inicio de mi fanfic

“Zetsuai since 1989 ~ Forward” y por tanto su secuela “Zetsuai since

1989 ~ After the beginning”.

Si no deseas conocer el argumento de Zetsuai / Bronze, por

favor, no continúes la lectura de este pdf.

© Texto: Shaka // Corrección: Arima Shiro

© Imágenes: Minami Ozaki


Zetsuai since 1989, por Minami Ozaki

Takuto Izumi nace en el seno de una familia trabajadora de

Tokio. Cuando cuenta con 5 años, su madre mata a su padre en su

presencia con un cuchillo. Al tratar él de defenderle, su madre le

hiere en una cadera, dejándole de por vida una profunda cicatriz y

suicidándose (aparentemente) después ante él. Ello le causa un

fuerte trauma que arrastrará durante muchos años, además de

quedar huérfano tanto él como sus hermanos pequeños, Serika y

Yûgo.

Los tres acaban en un orfanato donde pasan un tiempo, hasta

que un matrimonio, los Horiuchi, les adoptan.

En un espacio de tiempo relativamente idéntico, Kôji Nanjo,

hijo de una modelo que le da a luz a los quince años, llamada Ayako,

y Ryuichiro Nanjo, un importante hombre de negocios, es

definitivamente abandonado por su madre al dejarle ésta al cuidado

del clan. Kôji es presentado por su padre ante sus hermanastros

mayores, Hirose y Akihito, los cuáles entrenan las artes marciales

que han marcado la tradición familiar desde generaciones.

Posteriormente Ryuichiro tiene un último descendiente, Nadeshiko,

única mujer entre los hermanos Nanjo, proviniendo los cuatro de

madres distintas.


Pronto su padre descubre que Kôji tiene un talento innato, y

decide centrarse en su formación dando de lado a Hirose, su

primogénito, quién hasta ese momento estaba llamado a sucederle

en los arcanos. Kôji descubre en ello un arma de doble filo, pues

aunque no tiene ninguna intención de sucederle en la tradición del

dôjo, así puede escudarse de sus hermanastros, en especial de

Hirose, quien comienza a odiarle por haberle arrancado la atención

paterna.

Años después, en el quinto curso de primaria, Kôji se asoma a

un campo de fútbol donde unos alumnos juegan un partido.

Totalmente impactado por uno de sus jugadores, queda marcado por

la fiera mirada de éste y el tono moreno de su piel. Unos chicos que

hay a su alrededor comentan que Izumi va a tercero y que, a pesar de

ser una chica, juega al fútbol. Kôji piensa que se refieren a ese

jugador tan enérgico (que resulta ser Takuto), aunque éstos en

realidad hablan de Serika, su hermana.

Al día siguiente, cuando Kôji regresa al mismo lugar, ya no

está. No vuelve a verle, y aquel fugaz encuentro queda anclado en su

memoria como el día en que vio a la "chica" a la que no es capaz de

olvidar.


Ya de adolescente, la relación con su familia se vuelve

insostenible. Se torna conflictivo, no muestra ningún tipo de interés

en la tradición marcial y encuentra en las motos, el alcohol, el

tabaco, las mujeres y el sexo una nueva forma de rebelarse contra su

padre y hermanos.

Es cuando conoce en el Instituto a Katsumi y Madoka Shibuya,

miembros de una prestigiosa familia de médicos y empresarios.

Madoka ha oído cantar a Kôji en un concierto, dado que ha hecho

sus primeros pinitos como vocalista y compositor en una banda de

rock, y queda prendada de su voz y talento. Ella padece una

enfermedad sin cura conocida heredada de su madre, ya fallecida

por la misma causa. Tras ser ingresada, en su lecho de muerte le

pide a Katsumi que crea en Kôji y en su voz, y pide un deseo: oír su

balada una última vez. Es cuando Kôji, mientras espera en el pasillo

del hospital, canta para ella, y Katsumi es consciente entre el dolor

por perder a su hermana del potencial que posee su amigo. Decide

convertirse en médico y encontrar en el futuro una cura al mal que le

arrancó a Madoka.

Poco después, Kôji, tras proponerle formar una banda

profesional, deja los estudios y firma un contrato con la discográfica

de la familia Shibuya, pasando a ser Katsumi su representante. Los

Nanjo acaban por renegar totalmente de él, y ambos se van a

compartir piso.


Por su parte, Takuto decide emanciparse ante la complicada

situación económica de sus padres adoptivos. Combina los estudios

con el equipo de fútbol de su Instituto, y dos trabajos nocturnos para

pagarse el alquiler. Una noche, mientras regresa de madrugada a

casa, se encuentra con Kôji, el cuál yace tirado en la calle tras otra

noche de excesos. Siguiendo un impulso de compasión se lleva al

desconocido a su piso, salvándole de la cruda intemperie.

Kôji despierta al día siguiente, y tras abroncarle por su

despreocupado comportamiento, Takuto se dispone a irse a jugar un

partido. Kôji le sigue, y al contemplar su cegadora mirada al tirar a

puerta descubre que aquella chica de la que se quedó prendado seis

años atrás no era una alumna... sino él. Aunque se siente

primeramente frustrado por la revelación, es consciente del vacío

formado por su primer amor fallido, y su obsesión por él, lejos de

disiparse, va aumentando.


Tras el partido, Takuto es invitado por sus hermanos a celebrar

su cumpleaños en la casa de éstos. Al entrar en el cuarto de Serika,

repleto de pósters de su ídolo, conoce de pronto la identidad de su

invitado: se trata de Kôji Nanjo, la estrella del rock, de cuyo

paradero desconocido los medios de comunicación no tardan en

hacerse eco.

Takuto decide hablarle, momento que Kôji aprovecha para

confirmar que, efectivamente, fue él a quien vio seis años atrás en el

patio del colegio donde ambos coincidieron por unos días. Kôji

indaga en el pasado de los Izumi y descubre la tragedia familiar.

Para cuando Takuto, furioso por ello, le exige que salga de su vida,

ya es demasiado tarde: Kôji empieza a obsesionarse, inmerso en la

confusión por sentir de tal manera por otro hombre.

Kôji decide no molestarle más, pero sus canciones empiezan a

reflejar su "amor desesperado". Dispuesto a conseguir lo que desea,

vuelve a matricularse en el Instituto, y acaba en la misma clase que

Takuto y Katsumi. Trata de camuflar sus sentimientos bajo el disfraz

de la amistad, pero a cada día que pasa está más enamorado de él.

Izumi, tras obtener la capitanía de su equipo, se ve obligado a dejar

uno de sus trabajos, y acepta encargarse de las tareas domésticas en

el piso que comparten Kôji y Shibuya.


Por un problema con la casera, Takuto acaba por quedarse sin

casa y Kôji le acoge sin dudar. Katsumi se da cuenta de la naturaleza

de sus sentimientos, mas decide no entrometerse ante el

convencimiento del cantante de no permitir que nadie se interponga

entre ellos dos. Finalmente acaba por confesarle su amor, robándole

su primer beso y explotando sin remedio ante todo el deseo

contenido. En una trifulca en la que Takuto intenta zafarse, éste

comprueba que Kôji está dispuesto a llegar todo lo lejos que sea

necesario con tal de tenerle, ya que le pide que le mate si quiere

evitar que siga atosigándole.

Al desnudarle Kôji ve su cicatriz, recuerdo de la traumática

infancia de Takuto, lo cual desata la furia del mismo. La cicatriz se

convierte en uno de los elementos más repetidos a lo largo de toda la

historia, un símbolo de gran potencia visual y oscuro significado. Se

enzarzan en un violento enfrentamiento.


Tras la pelea, Takuto acepta la proposición de una chica para

salir con ella, y así quitarse a Kôji de encima. Éste, sin embargo, se

aprovecha de ella, diciéndole a Takuto que ha hecho exactamente lo

mismo que él: utilizarla sabiendo que no la quiere. Sumido en su

tormento, Kôji le pregunta a la chica si habría querido igual a Takuto

de haber sido él una mujer, y expone que él le habría seguido

amando independientemente de cualquiera de las maneras. Izumi

pide disculpas a la chica, empezando a aceptar lo que existe entre

ellos dos.

Decide mudarse a un nuevo piso, y una mañana mientras

contempla cómo derriban el orfanato donde pasó una temporada, se

encuentra con su madre, la cual no murió en el intento de suicidio, y

ha permanecido viva doce años esperando a que fuese lo

suficientemente mayor para explicarle lo ocurrido. Kôji les

encuentra y, ante ambos, la madre de Takuto confiesa que su padre

sufría por haberla elegido a ella en lugar de al fútbol. Incapaz de ver

atormentado al hombre al que amaba y desesperada por no ser el

centro de su universo, acabó con su dolor arrancándole la vida, pero

no tuvo el valor de seguirle.

Tras ello se marcha, pero Kôji intuye que la mujer va a

terminar lo que dejó pendiente, y convence a Takuto para seguirla.


La encuentran en lo alto de un edificio del que acaba por arrojarse al

vacío. Antes de suicidarse, le pide a Kôji que cuide de Takuto, y que

no cometa el mismo error que ella.

Poco a poco la relación entre ambos se va tornando más

estrecha, si bien Takuto no puede acabar de entender el amor

enfermizo que Kôji siente por él. Debido a sus grandes dotes para el

fútbol, a Takuto se le concede la oportunidad de marcharse un

tiempo a Italia para poder ver este deporte en un ámbito totalmente

profesional. Acude a contárselo a Kôji mientras éste estudia en el

Instituto ya vacío. Acaban por acostarse en medio del aula,

perdiendo Takuto la virginidad con él.

Incapaz de burlar a la prensa, Kôji abandona nuevamente los

estudios. Siempre velando por la relación, Katsumi habla con

Takuto, pidiéndole que sea sincero con Kôji, y que se plantee si está

con él por amor o por mera compasión. Izumi está entre dos tierras,

mas sabe que algo se mueve en su interior. Tras pasar una noche con

Kôji en su apartamento marcha hacia Italia, dejándole una nota en la

que le indica que volverá al cabo de una semana, y que no se lo dijo

directamente porque sabía que no se tomaría de buen grado

separarse de él.


Horrorizado ante la idea de perderle, y conduciendo a

velocidad temeraria en su moto hacia el aeropuerto mientras trata

de alcanzarle, Kôji sufre un terrible accidente al perder el equilibrio

y chocar contra un coche en la autopista, quedando en coma al borde

de la muerte. Ajeno a la tragedia, Takuto llega una semana después a

Tokio, y recibe la noticia de parte de sus hermanos y Katsumi. Ante

la fatalidad descubre que realmente le quiere, pero no desea

aguardar por alguien que quizás nunca despierte de la cama donde

está postrado. Se hace muy amigo de Hisaya Kunihide, el portero de

su equipo de fútbol, cuya novia es fan acérrima de Kôji.

Takuto decide finalmente aceptar la oferta de marcharse

definitivamente a Italia y poder aspirar a convertirse en jugador

profesional, pero cuando acude a despedirse de él...


Kôji despierta y entre lágrimas le ruega que no se marche,

antes de volver a perder la consciencia. Los médicos, tras analizar su

estado, concluyen en que no sufre daños severos, salvo uno de

gravísima importancia: por un bloqueo psicológico ha perdido la

voz. Lo atribuyen a que posiblemente se niega a hablar para así no

hacer daño a alguien. Takuto inmediatamente sabe que esa persona

es él mismo.

Takuto rechaza la oferta y se queda en Japón. Prosigue sus

estudios, encuentra un trabajo como barman y vive en un pequeño

piso que le alquila su jefe. En cuanto a los Nanjo, Ryuichiro fallece

súbitamente. Kôji acude a la que fue su casa para asistir a la lectura

del testamento y, para sorpresa de todos, el líder de los Nanjo le deja

la empresa al hermano mayor, nombra a Akihito asistente de Hirose,

y a él le designa heredero legítimo de la tradición marcial de su

familia.


Todos se muestran desconcertados e indignados, pues

consideran que es un grave error que Kôji tome las riendas del

legado, mas éste acepta, haciendo exhibición de su talento con la

espada. De esa forma decide permanecer con su familia y alejarse de

Takuto, pues siente que ya le ha causado demasiado dolor. Shibuya

no está dispuesto a dejar que las cosas acaben así, y habla con los

dos por separado. Le pregunta a Takuto si realmente le alegra que

Kôji haya decidido apartarse de él, y comprueba que su amigo está

realmente afectado. Tras ello, llama por teléfono a Kôji por la noche

y le cuenta que Izumi está destrozado, mientras él se limita a

escuchar por su incapacidad para hablar. Le pregunta si va a

renunciar tan pronto a ese amor tan fuerte que siente, y Kôji

comprende que no puede seguir fingiendo.

En medio de la fría nevada propia de las fechas navideñas en

las que se encuentran, escapa de casa.

Takuto está trabajando, y al ir a sacar la basura a la calle oye a

dos paparazzi hablando de Kôji. Furioso, se mete en una pelea con

ellos y acaba huyendo de la policía. Termina con una herida en la

cabeza en un callejón, hablando consigo mismo entre lágrimas,

preguntándole retóricamente a Kôji por qué le ha dejado solo si se

suponía que tanto le quería, encontrándole éste por casualidad.


Takuto le acoge en casa, donde Kôji permanece encerrado

escondiéndose de la prensa y de sus hermanos. Comienzan así lo que

podría catalogarse como el inicio de su vida en común.

Pronto Hirose y Akihito descubren que el amigo de su

hermanastro es algo más que una amistad especial... y secuestran a

Izumi tras drogarle. Le llevan hasta sus oficinas, y le dicen que le

dejarán en paz tanto a él como a su familia (los Horiuchi tienen

deudas económicas que pagar a la empresa de los Nanjo) si Kôji

regresa y se encarga de sus asuntos como heredero.

Éste último irrumpe, mas cuando oye la petición de boca de

Hirose, hace algo que deja asombrado a sus dos hermanastros: se

postra de rodillas ante el mayor y, tras la súplica de Takuto, recobra

el habla. Le dice a Takuto que aunque no ha hecho más que darle

problemas, le quiere y siempre le querrá. Los dos se marchan de allí.

Akihito le pregunta a su hermano por qué les deja partir,

respondiendo Hirose que el amor que une a Kôji y Takuto acabará

por destrozarles a ambos, pues es cuestión de tiempo.


Tras haber recuperado la voz, Kôji decide volver a la música, y

tanto él como Takuto se van a vivir juntos dejando atrás el pequeño

apartamento donde hasta el momento se han resguardado. Pero

antes acuden una última vez a casa de los Nanjo, donde Kôji le dice a

Hirose que renuncia por completo a la herencia, y que si vuelve a

interponerse en su vida no tendrá compasión alguna en las

represalias. Takuto asiste al concierto de regreso; es la primera vez

que le ve actuar, y el séquito de estilistas de Kôji se encarga de

prepararle para la ocasión.


Al inicio de concierto, Kôji proclama ante miles de fans que esa

será su última actuación, y que la persona por la que vive está

presente, y que su vida no tendría sentido sin su amor verdadero. La

novia de Hisaya Kunihide, el compañero de equipo de Takuto, saca

un cutter y le hiere en el pecho, diciéndole que si no va a seguir, que

mueran los dos en ese momento. Ella acaba traumatizada y el

concierto se suspende. Afortunadamente, la herida no es de

gravedad.

Shibuya les deja quedarse en su piso para evitar a la prensa.

Esa noche, mientras Takuto cuida de él, Kôji le cuenta cómo ha sido

su vida: el abandono de su madre, la presión a la que le sometía su

padre, el desprecio por parte de sus hermanos, cómo estuvo

buscándole en su vacío desde la primera vez en que le vio... Takuto le

dice que no volverá a estar solo nunca más.

Dispuesto a salirse con la suya, Hirose contacta con Kunihide,

el cuál odia con toda su alma a Kôji Nanjo por el efecto que causa

sobre su novia, acusándole del estado psicológico en el que ella está.


Le ofrece ocupar el puesto de portero en el equipo que patrocina su

empresa, además de una cuantiosa cifra económica y la promesa de

quitarle a la chica de encima toda la presión mediática. Sólo le exige

algo a cambio: le cuenta que Izumi mantiene una relación con Kôji, y

le ordena que viole a Takuto para hacer sufrir al cantante lo que su

novia ha padecido. Éste trata de forzar a Takuto tras administrarle

una droga, pero a la hora de la verdad es incapaz de hacerlo.

Previsor, Hirose hace acto de presencia y, tras administrarle

una dosis, acaba por terminar lo que el jugador no pudo hacerle a su

capitán, violándole por medio de su secretaria. Por último, revela a

Takuto una dolorosa realidad: le cuenta que el auténtico motivo por

el que su madre asesinó a su padre fue por una infidelidad.

Cuando Kôji se entera de lo ocurrido, y tras haber conseguido

que Takuto se quede dormido en casa, marcha al encuentro de sus

hermanastros. Hiere a Hirose en un costado, y decide acabar

tajantemente con la situación. Observa una última vez la alianza que

lleva en la mano izquierda, idéntica a la que le ha comprado a

Takuto, y ante Hirose y Akihito se amputa el brazo izquierdo con una

katana. De esa forma le será imposible ejercer como maestro en


artes marciales, y sus hermanos tendrán que dejarle en paz tanto a él

como a Izumi.

Tras prácticamente un día sin dar señales de vida, aparece en el

apartamento donde Izumi y Shibuya esperan: ha estado en el

hospital el tiempo justo para recuperarse de la pérdida de sangre,

pero se escapó con la intención de evitar el que le injertaran su

propio brazo, pues de haber sido así, su decisión no habría tenido

sentido. Takuto, horrorizado, le recrimina por haber hecho algo tan

drástico, pero acaba por comprender la naturaleza de Kôji, y cómo

éste no conoce los términos medios, sino que está continuamente

dispuesto a llegar a los extremos con tal de conseguir aquello que

desea.

Izumi se abre otra herida sobre la de la cadera, quedándole así

una cicatriz en forma de cruz, formando un pacto de sangre

irrompible entre ambos.


Ya recuperados, Takuto juega con su equipo los octavos de

final de la competición nacional de Institutos. Ganan gracias a un

espectacular gol suyo en el último momento, y cuando corre a

abrazar a Kôji celebrándolo Kunihide les ve, dándose cuenta de que

el amor que ambos sienten es verdadero. No pude evitar echarse a

llorar lamentando lo ocurrido, sobre todo por haber juzgado los

sentimientos de Takuto, y desea que lo suyo nunca se acabe.

Esa noche mientras están a solas, Kôji le muestra el brazo

artificial que le han implantado provisionalmente. Takuto le pide

que se lo quite y, al contemplar la horrible mutilación, vuelve a

recriminar tal salvaje egoísmo. Sin embargo no hay marcha atrás, y

acaba por aceptarlo. Ya en el partido de cuartos de final, Izumi se

lesiona y se pierde el resto de la competición.

Pasa por una época muy mala, no poder jugar al fútbol le

desespera y deprime, y Kôji comienza a pensar si realmente podrá

luchar contra el fútbol en su afán por serlo todo para Takuto. Le

apoya, convencido de que se repondrá y será el mejor en los campos,

pero se guarda sus miedos sin expresarlos. Tras recuperarse, Izumi

acepta la oferta de un equipo de la liga profesional para comenzar la

siguiente temporada, y así poder buscar un nuevo apartamento

donde vivir los dos.


Kôji no se queda atrás, y con prácticamente todos los músicos

con los que ha grabado y tocado en directo hasta la fecha monta un

grupo: Kreuz. Todo parece ir hacia la estabilidad; quizás por ello,

Takuto acude a las oficinas de la empresa de Hirose, y reclama que le

devuelva el anillo que Kôji llevaba en la mano izquierda. Finalmente

lo obtiene, y para su estupor descubre que tanto el suyo como el de

Kôji están grabados con sus respectivas iniciales...

Comienza la preparación para la liga, y aunque Kôji se ha

construido un estudio de grabación en la casa de ambos, Takuto ha

de pasar las concentraciones en la residencia de jugadores para así

tener bajo control la rehabilitación de su pierna. Kreuz trabaja duro

en la grabación del disco, mas los días parecen siglos para Kôji en su

ausencia. Éste decide no interponerse en la carrera deportiva de

Takuto; va a verle siempre que puede, le lleva a la graduación del

Instituto y demás, pero desea tanto su recuperación que pasa

prácticamente un mes y no se atreve ni a tocarle.

Una noche solitaria en su habitación de la residencia, Takuto le

llama por teléfono: le dice que tiene el día siguiente libre, y le pide

que salgan juntos. Sin pensarlo un segundo, Kôji acude a buscarle y

pasan un día memorable a solas. Debido a que se les hace demasiado

tarde como para que Izumi regrese a la residencia, se quedan en un


hotel hasta la mañana siguiente. Kôji se pasa toda la noche viéndole

dormir, pues no quiere desperdiciar ni un sólo segundo a su lado.

El regreso de Izumi a la residencia no puede ser mejor: le

comunican que ya puede jugar con el primer equipo, noticia que

recibe con júbilo. A uno de los entrenamientos acuden Serika y Yûgo,

quiénes ya han aceptado por completo la relación de su hermano

mayor con el cantante.

Serika está entusiasmada, pero por contra, Yûgo muestra cierta

hostilidad. Le pregunta a Kôji si es homosexual, y él le responde que

no, pero que Takuto es el único hombre al que ama, y que el amor no

debería entender de géneros. Igualmente, le responde al pequeño de

los Izumi que llega demasiado tarde en su petición de no "hacerle

nada extraño" a Takuto.

Mientras los hermanos se van a comer juntos, él marcha al

estudio a seguir grabando, pero la pregunta de Yûgo no deja de

circular por su mente. Se cuestiona cuál es su verdadera tendencia

sexual, y se obsesiona con acostarse con una mujer para salir de

dudas.


Takuto viaja con el equipo para disputar un partido, y se

marcha dos semanas fuera. Kôji mantiene la distancia, teme

perjudicar su carrera si saltan los rumores entre la relación de

ambos, pero acaba por llamarle y pedirle que le deje estar a su lado

en el mismo hotel, y que actuará con total discreción.

Cuando Kôji llega a la concentración y se reúnen, Takuto le

rechaza furioso, pues huele a perfume de mujer, siendo evidente que

ha vuelto a serle infiel. Kôji le cuenta que tras lo que Yûgo le dijo se

cuestionó muchas cosas, y que había intentado acostarse con

mujeres, incluso con otros hombres, pero que no lograba excitarse, y

que sólo lo conseguía con él. Mientras hablan acaloradamente de

cuestiones de dicha índole, Kôji hace tiempo hasta el momento

preciso: son las 12 de la noche del 15 de agosto, el cumpleaños de

Takuto, motivo real por el que está ahí.

Takuto le entrega el anillo que recuperó de Hirose, y ambos

acaban llevándolos como si fueran alianzas, diciéndole al mundo

entero que ambos tienen un amante...


Todo marcha perfectamente: Takuto juega con el primer

equipo y comienza a ser famoso en el mundo futbolístico, las ventas

de Kreuz marchan sobre ruedas, ellos dos son felices... llega la

Navidad, y la noche del 24 de diciembre, 19 cumpleaños de Kôji,

Takuto saca a pasear al perro de Shibuya, y aprovecha para ir a

buscar el regalo que le ha comprado a Kôji mientras él le espera en

casa para celebrar la fecha. Adquiere un colgante en forma de

crucifijo con brillantes rojos.

Sin embargo, la felicidad que le envuelve pronto dará a su fin:

Akihito, harto de ver como la dicha y el éxito acompañan a su

hermanastro y al novio de éste, decide destrozarles la vida y

recuperar la atención de Hirose. Conduciendo a toda velocidad con

su coche, encuentra a Takuto en la calle y, sin más miramientos, le

atropella salvajemente.


Kôji lleva horas esperando en casa a que regrese para celebrar

su cumpleaños, y le invade un terrible presentimiento. Cuando

Shibuya le informa de lo ocurrido, queda completamente en shock.

Le dicen que su columna ha sido seriamente dañada al igual que sus

piernas, y que es muy posible que no vuelva a andar. Con el colgante

que iba a ser su regalo en las manos, Kôji se queda a solas con él.

Sabe que Takuto sufrirá por la rotunda posibilidad de no volver a

jugar, y que se marchitará irremediablemente como hizo su propio

padre.


Le ama más que a su vida, y no soportaría verle sufrir. Así que

hace aquello que idílicamente la madre de Takuto efectuó con su

padre: quitarle la vida, hacer eso que únicamente él puede hacer.

Trata de estrangularle, pero cuando Shibuya entra para impedirlo,

Kôji cede por propia voluntad, puesto que es incapaz de matarle

porque no sabe vivir sin él.

Cuando Takuto recupera la consciencia, Kôji le da la fatal

noticia: le dice que ha quedado paralítico de cintura para abajo.

Comienza la pesadilla para ambos. Izumi cae en una profunda

depresión, y Kôji se asfixia en su sentimiento de culpabilidad. Se

odia por no haber sido capaz de matarle, contempla impotente cómo

las alas blancas de Takuto se han quebrado, y no puede hacer nada

por remediarlo. Shibuya sabe que Akihito ha sido el que ha cometido

el atropello, pero no lo revela a ninguno de los dos, pues sabe que

Kôji acudirá sin falta a destrozarle, y que ello estropearía aún más

las cosas.


En lo que respecta a Ahikito, sufre una regresión mental por el

accidente y se comporta como si tuviese otra vez 10 años, haciendo

patente el trauma que arrastra, focalizando toda la carencia de

atención paterna en Hirose, del que no quiere separarse. Éste decide

encargarse de él, y hacer tangible todo lo que siempre le ha querido.

Con el paso del tiempo, la relación entre ambos se vuelve enfermiza,

aislándose los dos del mundo real. Para ese entonces, Hirose ha

proclamado heredera de la técnica de artes marciales de la familia a

su hermana menor, Nadeshiko.

Katsumi les dice a Takuto y Kôji que lo mejor es que se

marchen a los Estados Unidos, donde su familia tiene una clínica en

la que pueden someter a Izumi a un tratamiento, con la esperanza de


obtener resultados. Aceptan, y Takuto le pide a Kôji visitar la tumba

de su perro, el cuál murió años antes la noche en que su casera le

echó del primer apartamento que tuvo, ya que va en silla de ruedas y

depende totalmente de él para desplazarse.

Ahí ven desde lo lejos un entrenamiento de un equipo de

fútbol, y al tratar de alcanzar una pelota que se ha salido del terreno

con las manos, Takuto cae de la silla y rompe a gritar y llorar,

exigiéndole a Kôji que le devuelva sus piernas a cambio de su brazo.

Le pregunta si le ha dejado vivir para tenerle por completo, y Kôji

responde que sí, que le deje cuidarle y serlo todo para él, que no

soporta compartirle con el fútbol, y le pide que viva por él. Takuto le

abraza, y le dice que ha conseguido lo que quería, que Kôji le revele

sus auténticos sentimientos, pues sabe que lleva demasiado tiempo

guardándoselos, sufriendo internamente. Le dice que no va a

rendirse, que luchará hasta poder volver a jugar, y que no tiene por

qué seguir padeciendo ese miedo que le corroe, porque ama al fútbol

y le ama a él. Sus dos razones para existir.

Regresan a casa, y esa noche tras tanto tiempo hacen el amor,

comprobando que Izumi sigue teniendo sensibilidad pese a la grave

lesión medular.

.


Kôji va a casa de Shibuya a verle, pero al entrar al salón en

silencio le oye hablar con su padre, y se entera de que sus hermanos

están implicados en el accidente que ha postrado a Takuto en una

silla de ruedas. Se lo guarda, mas el odio comienza a hervirle en el

pecho. Marchan a los Estados Unidos, donde Izumi se pone en

manos del doctor Hina.

El tiempo pasa, los dos se instalan, construyen una casa sin

obstáculos para que Takuto pueda moverse en su silla sin

problemas, pero no obtienen resultados médicos. Kôji sigue

sufriendo viéndole marchitar, hasta el punto en que se maldice por

haber aceptado seguir adelante. Se pregunta si era eso lo que quería:

una sombra de Takuto. La relación entre ambos se va deteriorando,

uno por estar sumido en un infierno, el otro por no saber expresar lo

que lleva dentro, cayendo en una espiral de remordimiento y

tormento.

El detonante llega una noche en la que Izumi le dice que hace

mucho que no le toca, y acaban acostándose juntos... pero para

desesperación de Takuto, al ser penetrado no siente nada.


Kôji toma la decisión más dura de su vida. No puede seguir

viéndole así, convertido en un espejismo de sí mismo. Con la

intención de hacerle ver que tiene que alzar el vuelo, encontrar

fuerzas donde no las haya, y dejar de depender de él para todo, le

abandona tras forzarle, tratarle con desprecio (prácticamente le

viola) y arrancarse, supuestamente, el colgante que le había regalado

por su cumpleaños.

Tras quitarle la alianza a Takuto diciendo que se deshará de los

dos anillos, le deja allí, lleno de golpes, dolorido y sumido en la

miseria. Kôji se fuga, cambiando su aspecto para evitar que le

reconozcan; Shibuya, furioso por lo sucedido, permanece al lado de

Takuto, el cual no soporta la idea de que le haya abandonado tras

cansarse de él. Sin esperanzas, reproduce fielmente la escena que

marcó su infancia: toma un cuchillo entre las manos y trata de

suicidarse tal y como hizo su madre ante él cuando tenía cinco años.

Por fortuna, Shibuya le encuentra a tiempo y le lleva al

hospital, pues no llegó a producirse ninguna herida de gravedad.

Takuto le pide que no sienta rencor hacia Kôji, pues al fin


comprende el por qué de sus actos: sabe que lo ha hecho para abrirle

los ojos. Izumi recobra la fe en sí mismo, dispuesto a no dejar de

luchar por recuperarse.

Por su parte, Kôji recibe la ayuda del doctor Hina, se implanta

un brazo de última generación que no es detectado en los controles

de los aeropuertos y sigue dispuesto a seguir con su intención de

desaparecer del mapa. Está destrozado por lo que le ha hecho a

Takuto, pero confía en que haya dado resultado, pero cuando Hina le

dice que Takuto se ha suicidado, su mundo se desmorona. Se niega a

creer que lo haya hecho y parte a Japón a buscarle, ya que le cuentan

que han trasladado su cuerpo a Tokio para enterrarlo allí.

Llama a Shibuya, pero éste no le dice nada, tan sólo que no

quiere hablar con él. Consigue llegar a la capital japonesa, y al acudir

al cementerio se encuentra con Katsumi. Primeramente sucumbe al

terror de que lo que le han contado sea cierto, pero luego recuerda

que Madoka y su madre murieron en esas fechas, por lo que Katsumi

ha acudido allí a visitar sus tumbas.

Mientras sigue buscándole por todas partes, Katsumi llama a

Hirose, y le dice que su hermano está en Tokio. Conociéndole como

lo hace, le aconseja que tenga cuidado, pues seguramente irá a verle

tanto a él como a Ahikito, los cuáles hace ya tiempo que se entregan

al incesto. Efectivamente, la visita se produce

.


Akihito y Kôji se enzarzan en una pelea ante la mirada

persuasiva y pasiva de Hirose. Los tres se echan en cara años y años

de dura convivencia: el odio visceral que sienten hacia Kôji, la

indiferencia del padre de los tres hacia el primogénito por su talento

con la espada, el dolor de Hirose y por tanto de Ahikito, así como el

patético amor que une a Kôji y Takuto.

Dispuesto a terminar de amargarle la existencia a su

hermanastro pequeño, Akihito toma la punta de la katana que

empuña Kôji y se la clava en el pecho simulando un asesinato, con la

intención de que Kôji acabe encarcelado y lejos de Izumi para

siempre. Una vez ya sin vida el mediano de los Nanjo, Hirose le dice

que piensa cumplir la última voluntad de Akihito a todo precio.

Shigi, el fiel guardaespaldas, ataca a Kôji aniquilando su brazo

artificial, dejándolo clavado en una pared por un montón de puñales.

Lulu, una de las acompañantes del doctor Hina, ayuda a Kôji a

escapar de allí. Para cuando están al resguardo en un hotel, los

medios de comunicación ya anuncian que Kôji Nanjo "ha asesinado

a su hermanastro", y la policía le busca. Sin embargo, nada de ésto

le afecta, puesto que el doctor Hina le hace al fin saber que Takuto

está vivo.


Haciendo caso omiso de las advertencias, Kôji acude al

aeropuerto a buscarle. Allí, al fin, se reencuentra con Takuto.

Abriéndose paso entre la prensa le alcanza, quedando ambos frente

a frente. La mirada de Izumi vuelve a ser la cegadora de antaño, ha

recuperado la confianza, y sus sentimientos son más sólidos y

estables que nunca. Le dice que aunque nunca podrán volver a

aquellos días felices del pasado, les queda toda la vida por delante.

La policía no tarda en llegar y apresan a Kôji. En la última

escena del tomo 13 de Bronze, se ve la única muñeca de Kôji vestida

por los dos elementos que resumen el final de esta saga: la esposa

que le aprisiona y con la que le conducen a la cárcel, y el colgante en

forma de cruz que le regaló Takuto, del que no se ha separado ni un

instante, llevándolo a modo de pulsera al igual que las alianzas. Un

último pensamiento de Takuto queda en el aire, dejando en la

imaginación del lector la esperanza de un hipotético futuro para los

dos en su trágica historia de amor: "yo no renunciaré jamás ni al

fútbol...ni a ti".

Final del tomo 13 de Bronze y comienzo de Zetsuai since 1989 ~Forward.

Resumen Zetsuai Bronze Por Shaka

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