Resumen Mónica Lacarrieu

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El patrimonio cultural inmaterial: un recurso político en el espacio de la cultura pública local. Mónica Lacarrieu En los últimos años se ha constatado un incremento en el uso de la memoria, así como el reconocimiento y revalorización del patrimonio cultural, con especial énfasis en el nivel de su inmaterialidad. Su generalización debe ser entendida en el marco de un boom asociado al papel de los medios de comunicación y el marketing, al rol jugado por los organismos internacionales (UNESCO), al aumento en los flujos transnacionales de personas que en condición de turistas contribuyen en la promoción de pasados y patrimonios únicos y singulares que deriva en un consumo masivo de memorias y patrimonios comercializables ubicando instrumentalmente a la memoria y el patrimonio como recursos de la economía y la política. De esto deriva una tensión entre los movimientos globales y las prácticas locales contemporáneas. De la tensión entre estos movimientos es que se genera una separación de la memoria con la institucionalizada noción de patrimonio cultural. En este contexto la autora propone focalizarse en el patrimonio cultural inmaterial como estrategia y recurso de nuevas formas de reconocimiento social e identitario. La cosificación de los bienes y/o expresiones de inmaterialidad El problema del reconocimiento del concepto de patrimonio cultural inmaterial (o intangible) por parte de las instituciones (UNESCO; Eº), es que se crea una cosificación de los bienes, es decir que se institucionalizan acciones que procuran ante todo la conservación de un bien material, desconsiderando que las paredes y objetos hablan desde las representaciones y prácticas sociales, siempre dilemáticas, por tanto constituidas en el contexto de procesos sociales que ponen en juego diversos, fluctuantes y contradictorios sentidos. Se legitima el monumento en tanto señal de identificación de un pasado que se percibe tangible y que permite trascender la efimeridad temporal de las expresiones inmateriales. O sea que pone el valor de las “cosas” por sobre los procesos constituvos de los bienes y expresiones culturales y las experiencias provocadas por los mismos. Hay una necesidad de tangibilizar por

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El patrimonio cultural inmaterial: un recurso poltico en el espacio de la cultura pblica local. Mnica LacarrieuEn los ltimos aos se ha constatado un incremento en el uso de la memoria, as como el reconocimiento y revalorizacin del patrimonio cultural, con especial nfasis en el nivel de su inmaterialidad. Su generalizacin debe ser entendida en el marco de un boom asociado al papel de los medios de comunicacin y el marketing, al rol jugado por los organismos internacionales (UNESCO), al aumento en los flujos transnacionales de personas que en condicin de turistas contribuyen en la promocin de pasados y patrimonios nicos y singulares que deriva en un consumo masivo de memorias y patrimonios comercializables ubicando instrumentalmente a la memoria y el patrimonio como recursos de la economa y la poltica. De esto deriva una tensin entre los movimientos globales y las prcticas locales contemporneas.De la tensin entre estos movimientos es que se genera una separacin de la memoria con la institucionalizada nocin de patrimonio cultural. En este contexto la autora propone focalizarse en el patrimonio cultural inmaterial como estrategia y recurso de nuevas formas de reconocimiento social e identitario. La cosificacin de los bienes y/o expresiones de inmaterialidadEl problema del reconocimiento del concepto de patrimonio cultural inmaterial (o intangible) por parte de las instituciones (UNESCO; E), es que se crea una cosificacin de los bienes, es decir que se institucionalizan acciones que procuran ante todo la conservacin de un bien material, desconsiderando que las paredes y objetos hablan desde las representaciones y prcticas sociales, siempre dilemticas, por tanto constituidas en el contexto de procesos sociales que ponen en juego diversos, fluctuantes y contradictorios sentidos. Se legitima el monumento en tanto seal de identificacin de un pasado que se percibe tangible y que permite trascender la efimeridad temporal de las expresiones inmateriales. O sea que pone el valor de las cosas por sobre los procesos constituvos de los bienes y expresiones culturales y las experiencias provocadas por los mismos. Hay una necesidad de tangibilizar por parte de las instituciones y gestores culturales para volver las expresiones de la intagibilidad un soporte de lo duradero. Esta es la perspectiva que ha logrado imponerse y legitimarse recortando el campo patrimonial a las seales y objetos que permiten percibir un pasado tangible. Aquello que los organismos internacionales e instituciones definen como inmaterial o intangible, pertenecera al mbito de la memoria visualizada en su vnculo directo con el pasado como el nicho de los recuerdos, de lo afectivo y de las ideas que se transmiten boca a boca, de generacin en generacin, mientras que el patrimonio queda restringido a la necesidad de indicadores, objetos, seales que localicen, permitan ver y palpar, den existencia y exhiban un pasado conveniente y con estatus para quienes necesitan del mismo. La memoria as, permanece en el nivel de lo evanescente y de lo que puede diluirse. Es por eso que la autora plantea la separacin de patrimonio y memoria (paradoja del patrimonio inmaterial).

Patrimonio cultural institucionalizado y memorias no institucionalizadasLa problemtica de las estrategias y medidas encaminadas a la salvaguardia de los bienes y expresiones culturales, lleva a la cuestin del grado de institucionalizacin de caracteriza al patrimonio en su acepcin tradicional y su distancia de la aparente no institucionalizacin de los procesos de construccin de memoria. El patrimonio sera ms un sello que necesita del reconocimiento pblico, la memoria en cambio, no necesita ser pblicamente reconocida o legitimada por alguna entidad, sino que es ms viva, ms fuerte, ms afectiva y ms vinculante, es por eso que se considera parte del campo de lo popular, pues est plena de espontaneidad, cargada del sentido de recuperacin del pasado para dar significacin al presente. El patrimonio intangible entonces sera una militancia de la memoria, o institucionalizacin de ella, pues este es visto como un instrumento de domesticacin de la memoria, desde el cual se fija la dispersin de sentidos y se construye un espacio de control social, poder y autoridad. En esta situacin se confrontan entonces las nociones de memoria hegemnica (institucionalizadas, imperantes) y memorias disidente (no institucionalizadas, por parte del pueblo, locales). Muchas veces, cuando se patrimonializa e institucionaliza una memoria disidente, esta se convierte en memoria hegemnica y cambiando el foco del simbolismo de la memoria disidente en pro de los objetivos de las instituciones, vaciando de sentido e invisibilizando el pasado de la memoria disidente. El patrimonio cultural inmaterial y el gusto por la diferenciaOtra iniciativa de la UNESCO en cuanto al patrimonio es el de diversidad cultural, en el cual se procura un descentramiento de la nocin clsica de patrimonio asociado al Estado-nacin, para dar espacio a las manifestaciones culturales que adquieren sentido en el seno de las diversas culturas locales. As, desde la lgica de lo intangible impera la relativizacin del patrimonio nacional, revalorizando la visin del patrimonio local, visto como la estrategia y recurso de nuevas polticas identitarias. Pero la rotulacin de diversidad estereotipada, es el requerimiento institucionalizado del patrimonio inmaterial en el espacio de lo pblico. Es nuevamente al patrimonio, como instrumento de gestin, al que cabe la domesticacin de la diferencia, en pos de su conversin en diversidad institucionalizada desde el poder para dar color a los espacios. La desconflictivizacin del patrimonio localLa reversin de estos problemas, segn la autora, est en la inversin del camino naturalizado en los procesos de patrimonializacin. De all que la legitimacin de nocin de patrimonio local, que supone cierto compromiso de la sociedad en la revalorizacin de sus bienes y expresiones, introduce un rol de participacin destacado a los sujetos y grupos sociales en articulacin con el papel institucional del Estado. Se propone un aporte de las personas en el estudio de impacto que pueden producir los planes de gestin y manejo por parte del Estado, para arribar a una reflexin dinmica de los grupos sociales acerca de lo que hacen, de lo que crean y de cmo las expresiones potencialmente patrimonializables organizan y dan sentido a sus vidas. La conformacin de ciudadana y el carcter poltico de las expresiones inmateriales El patrimonio constituido en torno a la nacin es el producto de un entramado de recursos simblicos hechos a medida del poder material y simblico de quienes lo legitiman, por tanto activados en relacin a la identidad, pero a una identidad en singular. A esta forma de patrimonio es que se le ha atribuido la falta de conciencia ciudadana, una ciudadana regulada por atribucin de valor acordada por quienes han detentado el poder simblico. La ciudadana aspira a usar, apropiarse y contestar la normalizacin del pasado, sin embargo, se enfrenta con la intencin de dar continuidad a la refundacin de patrimonios que como recursos del poder permiten acallar las voces de la crisis y el conflicto. El tiempo de crisis, sin embargo, no acaba con la visin que ha prevalecido en torno al patrimonio de la modernidad, que no es otra que observarlo como un recurso de lujo, antes que la crisis, ms un producto de alta cultura que la ciudadana. Es la memoria en que se coloca el espacio de resistencia. Ambos patrimonios, el material e inmaterial, pertenecen al mundo de lo simblico, la diferencia radicara en la forma en que acceden a ese mundo, o la forma en que lo simblico circula o se actualiza en cada patrimonio. Lo que sostiene al patrimonio no es la integridad material, sino la integridad simblica. Resulta imprescindible pensar en estrategias de gestin que incluyan la visualizacin del carcter poltico de las experiencias inmateriales procurando la comprensin de formas de apropiacin, de representaciones y prcticas desarrolladas por las comunidades y que en la mayora de las veces entran en contradiccin con los instrumentos polticos y legales que el campo institucional elabora. El contenido del texto se ejemplifica con el caso del barrio San Telmo en Buenos Aires, patrimonio nacional de Argentina y que tiene al tango como patrimonio inmaterial imponindolo como identidad nacional. La lucha de los vecinos que no pertenecen al casco histrico y acomodado del barrio, ilustra el proceso de disputa de una memoria disidente con una hegemnica y su final legitimacin institucional en el campo del patrimonio local, con el logro del reconocimiento de las murgas (manifestacin popular) lo que permiti su imposicin como visin patrimonial de los sectores populares hacia el territorio de la ciudad en su conjunto. 8. Qu problemas/paradojas presenta la divisin del patrimonio en material e inmaterial?El paradoja que presenta es que resulta complejo separar ambas nociones, puesto a que son dependientes. Ambos patrimonios, el material e inmaterial, pertenecen al mundo de lo simblico, la diferencia radicara en la forma en que acceden a ese mundo. El patrimonio material toma sentido a travs de/por la memoria y el patrimonio inmaterial. Lo que sostiene al patrimonio no es la integridad material, sino la integridad simblica.