RESUMEN ENCÍCLICA “CARITAS ET VERITAS”CAPITULO QUINTO“LA COLABORACIÓN DE LA FAMILIA HUMANAEste capítulo comienza recordando que la “soledad es una de las pobrezas más hondas “, que el ser humano puede experimentar, así como las materiales; que nacen de la dificultad de amar y ser Amado. Provocadas generalmente por el rechazo del amor de Dios.El desarrollo de los países depende sobre todo de que se reconozcan como “una sola familia”, que se asisten entre sí e integrada por personas que no viven simplemente uno junto al otro.El Papa Pablo VI, en su momento afirmó que “el mundo se encuentra en un lamentable vacío de ideas”, el Papa nos invita a conocer mejor lo que implica ser una familia, la comunicación entre los pueblos del mundo nos pide dar este impulso para que toda integración se desarrolle bajo el signo de la solidaridad, en vez de marginarse.El hombre en cuento a criatura humana de naturaleza espiritual, se realiza en las relaciones interpersonales. El hombre se valoriza en cuanto vive de manera auténtica y madura en relación con sus pares y con Dios, relación válida también para todos los pueblos.La razón encuentra inspiración y orientación en la revelación cristiana, en donde la comunidad de los hombres no absorbe en sí a la persona anulando su autonomía, como ocurre en algunas formas del totalitarismo, sino que la valoriza, porque la relación persona y comunidad es de un todo hacia otro todo.De la misma forma en que la familia no anula en su interior a las personas que la componen, la Iglesia misma valora plenamente la “criatura nueva”, que por el bautismo se incorpora en su Cuerpo vivo, la unidad de la familia humana no anula de por sí a las personas, los pueblos o las culturas, sino que los hace más transparentes unos de otros.El desarrollo está relacionado con la inclusión entre todas las personas y todos los pueblos, en la única comunión de la familia humana que se construye en base los valores de justicia y paz, iluminadas por la Trinidad. Dios nos quiere también asociar a esta realidad de comunión “para que sea uno, como nosotros somos uno”, la Iglesia es modelo de esta unidad, como también las relaciones entre los hombres, a lo largo de la historia se ha beneficiado de este modelo divino.Como el amor sacramental une a los esposos en “una sola carne” y de dos que eran hace de ellos una unidad relacional y real.También otras culturas y otras religiones enseñan la fraternidad y la paz y que son de gran importancia para el desarrollo humano.En el mundo de hoy, algunas culturas de trasfondo religioso, que no llevan al hombre a la comunión, sino que lo aísla en la búsqueda del bienestar individual, limitándose a gratificar lasa expectativas psicológicas.