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  • Resistencia, articulacin y horizontes en la barranca del rio Santiago 1

    Resistencia, articulacin

    y horizontes en la

    barranca del ro Santiago

    Jos Casillas

    Ixcatn, Mxico versin en proceso, mayo de 2013

  • Resistencia, articulacin y horizontes en la barranca del rio Santiago 2

    Somos lo que hacemos

    La prdida histrica y cotidiana de las formas comunitarias y naturales de trabajar y de

    comer, la suspensin de las fiestas comunitarias y el grave dao del capitalismo voraz a los recursos naturales en la barranca del ro Santiago, han sido los resortes que nos han

    impulsado para organizarnos en las ltimas dos dcadas. Como todo pueblo viejo, Ixcatn y los pueblos de la barranca tienen profundas races culturales e histricas de resistencia al sometimiento y despojo.

    Como barranqueos y sujetos comprometidos con la lucha social hemos venido trabajando en tres ejes: 1.- En el fortalecimiento de la organizacin comunitaria y rescate de la iden-

    tidad barranquea; 2.- En la investigacin y divulgacin de la historia y la cultura local 3.- En la valoracin y proteccin de los recursos naturales, puntos que se pueden sintetizar

    en un 4.- La defensa integral del territorio. Estos tres ejes son articulaciones con los pue-blos de la barranca del ro Santiago y otros pueblos, organizaciones, colectivos y sujetos que resisten dignamente las agresiones a su territorio.

    Como un mtodo de ubicar con mayor precisin las tareas sustanciales utilizaremos los tres ejes como apartados para describir algunas tareas y metas que hemos alcanzado.

    1.- Fortalecimiento de la organizacin comunitaria y rescate de la identidad ba-rranquea.

    Papel activo en la reestructuracin de la Comunidad Indgena San Francisco de Ixcatlan y

    sus rganos internos de representacin: Comisariado de Bienes Comunales, Consejo de Vigilancia y Junta de Pobladores.

    Reformas al estatuto comunal y reglamento de la junta de pobladores; puesta en marcha de la Casa Comunal Agapito Rico como sede oficial para Asambleas, sesiones de estudio, centro de capacitacin y convivencia.

    Seguimiento a los juicios agrarios, civiles, penales y ambientales, y de los cuales se han ganado la mayora.

    Participacin en el Foro contra el despojo de los cuales ya se llevan V reuniones de carc-ter regional. Se toma parte en el Seminario de Movimientos Sociales Sujetos y Prcticas desde hace dos aos.

    Papel activo en la Asamblea Regional de Afectados Ambientales en donde toman parte pueblos, organizaciones y sujetos que en resistencia.

    Coordinacin de esfuerzos para la gestora de servicios pblicos para nuestros pueblos.

    2.- Investigacin y divulgacin de la historia y la cultura local.

    Trabajo paciente que lleva dos dcadas que han permitido rescatar en beneficio del pueblo de Ixcatn documentos fundamentales que han ayudado a comprender de mejor manera

    la historia de resistencia de esta zona barranquea.

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    Dentro de los tpicos que se han venido investigando estn, las tradiciones y costumbres barranqueas: msica, tastuanes, pastorelas y leyendas, preparacin de platillos alimenti-cios, bebidas y postres, elaboracin de mscaras tardicionesles, pintado de murales, ex-

    posiciones fotogrficas y de productos culturales en la barranca y otros sitios; historia lo-cal: espacios arqueolgicos, documentos antiguos, testimonios orales; arquitectura: vi-

    viendas y tipo de viviendas, calles y callejones, construccin de estufas lorena, terrazas y tanques de ferrocemento; agricultura: sistemas de produccin de granos bsicos, fruticul-

    tura, horticultura; silvicultura, mejoramiento de suelos y produccin de abonos orgnicos: algunos recorridos y notas de campos del bosque de roble, encino y selva baja caducifolia; botnica: recorrido por senderos y transectos para reconocer zonas, tipos y potencialidad

    de plantas medicinales, comestibles y alimenticias; agua: ros, arroyos y manantiales, su situacin con respecto a dcadas anteriores, usos y desgaste; combustibles: la lea en la

    barranca para uso domstico, tipos, ubicacin y clasificacin de lea para cocinar.

    3.- Valoracin y proteccin de los recursos naturales

    Cuando hablamos de valoracin nos referimos a que a nivel local se le confiera y reconoz-

    ca a los recursos el debido valor y sustento para su reconocimiento y defensa. Cuando acudimos al concepto de proteccin no es la que se espera del Estado, sino la que noso-

    tros por cuenta propia le podemos dar al entorno y en general al territorio concebido de una forma integral: suelo, bosque, agua, minerales, fauna, sujetos, sueos e identidad.

    Uno de los mtodos utilizados para valorar lo que tenemos y lo que se ha perdido son 1)

    los recorridos por las cuencas del Ro la Soledad, el Arroyo Grande de Milpillas, Ro Blan-co, arroyo Copala-Los Camachos 2) las caminatas por senderos como auto-reconocimiento

    de lo que tenemos, lo que se ha perdido y para conversar en el camino lo que se puede hacer.

    Participamos junto con otros pueblos de la Barranca en la Asamblea Regional de Afecta-

    dos Ambientales misma que se ha realizado en 16 ediciones desde el ao de 2008, los pueblos de la barranca nos incorporamos a este referente en agosto de 2009.

    Como se puede palpar nuestras acciones son locales con algunos atisbos regionales que nos vinculan con otros pueblos, colectivos y sujetos. Tantos golpes, caracterizados por la ocupacin, el despojo de nuestro territorios solo han podido revertirse en parte con las

    pequeas victorias que representan el que estemos organizados, en resistencia y traba-jando, lo que nos obliga aguzar nuestros sentidos por la sobrevivencia dentro de este

    mundo desigual.

    Poseemos identidad, territorio, aliados, hermanos y voluntad para caminar con otros sin abandonar nuestros principios comunitarios y sin el afn de darles direccin a otros y

    tampoco buscando que nos tiren lnea, trabamos compromisos de lucha especfica de cor-to y mediano plazo, con quienes mantienen coincidencias en la defensa integral del terri-

    torio, eso s, sin entrarle a la conquista del parlamento burgus, sin empear nuestra al-ma al dios de la sumisin, la expoliacin y el control corporativo.

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    Lo poltico y de polticas

    El trabajo poltico que en la ba-

    rranca puede hacerse, no es efectivo a la primera, porque las formas que en otro lado son

    adecuadas aqu no lo son, una conglomerado social diverso en

    orgenes geogrficos, medios de sustento, disperso en la barran-ca, con filias de parentesco, en

    la orilla del Zapopan, en el rin-cn del abandono oficial por mu-

    chos aos, con una base poltica electoral (de los que militan en un partido) casi 90% prista, pueblo dormitorio de los l-timos 30 aos, agobiado por todos los flancos con agua envenenada del ro, basureros,

    invasiones, cooptacin de dirigentes y riesgo constante en la prdida de la identidad local y regional, el ribete como espacio de influencia del narco.

    Hace unos aos era muy difcil emprender algunas tareas polticas como las que ahora hacemos hacia lo externo. No exista un colectivo que sirviera como motor para animar el proceso de organizacin, ni la coordinacin entre los pueblos ms all de las alianzas fa-

    miliares. Ahora se puede decir en lo privado y en lo pblico, que seguirle el juego al Esta-do no es el camino, siempre es fcil escribirlo y decirlo a la sombra, pero muy difcil sos-

    tenerlo en la prctica, en lo pblico.

    Cuando revisamos lo que nos aqueja y caminamos el territorio para hacerle preguntas,

    nos vemos tan pequeos y tan insignificantes ante la grandeza de lo que nos encontramos al paso, que pudiera ms bien pensarse en estos trminos: en lugar de que la riqueza bi-tica est a nuestra merced como todos lo dicen y lo replican, en la barranca somos noso-

    tros los que estamos a merced de ella.

    En los caminos que se cruzan siempre hay una historia que contar, hay una historia que

    se crece ante la imposibilidad de someter al presente lo que ha quedado en el pasado, aunque la historia tambin es presente y en ese delgado hilo de lo que algunos llaman lo objetivo, aparece lo subjetivo del sujeto.

    Nos movemos muy poco de nuestros piensos y acudimos sin mediar reflexin de lo que somos y tenemos a precisar que otros si expongan sus saberes. A veces es un miedo de

    reconocernos en lo singular y en funcin de los otros, esperamos tener el detalle a tope, el control sumo antes de confrontarlo con los otros. No reconocemos que hay partes incon-clusas, desaprendidas y llevadas consigo a veces a la desesperanza de las catacumbas.

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    Los mecanismos de control de Estado y sus mltiples brazos, solo se pueden sortear si contamos con un proyecto propio, lo que significa, producir nuestra propia comida, vivir

    nuestra propia vida y no la de los dems, reaprender la vida comunitaria, solfear las olas de quienes son vegetales sociales que viven a la caza del trabajo de otros. Replantearnos

    las formas de organizacin aprendidas desde fuera, pero no recreadas en lo concreto, en lo mediato e inmediato.

    Nuestra manera de hacer poltica, tiene filos, viejas formas de trascendencia orgnica, no es ortodoxa, tampoco es precisamente la que nosotros quisiramos implementar, en don-de se hable de autonoma y emancipacin, no, la manera en que hemos venido trabajando

    supone el preciso respeto a nuestros principios e independencia orgnica, poltica e ideo-lgica del Estado. Escribirlo, no fue tan fcil, para hacerlo depara un buen trecho.

    Las formas de hacer poltica

    En la vera de la resistencia, los pliegos de demandas no precisamente son para que los resuelva un gobierno, un funcionario en lo singular o la autoridad comunal, no, a nosotros

    nos han sido tiles para aglutinar capacidades, voluntades e inteligencias que faciliten el trabajo comunitario. As los planes de lucha se consultan, construyen y conquistan de ma-

    nera permanente.

    Las reivindicaciones sirven como ideas para la organizacin y la lucha, y aunque ni siquie-ra se expongan de manera formal a los gobiernos en turno, s hacen pblicos, se compar-

    ten con otros pueblos para ir generando una corriente de opinin pblica que moviliza y supone una toma de posicin frente a la realidad, que ante

    un llamado, los sujetos sociales se alertan y movilizan.

    A los sujetos no se le puede convocar a la movilizacin por ideas abstractas y muchas veces incomprensibles, sino por

    reivindicaciones que, aunque sencillas de alcanzar signifi-quen un paso adelante en trminos prcticos ms que teri-

    cos. Por ello ante la gente de nuestros pueblos es muy difcil ofrecerles solo el cielo por recompensa, cuando ste queda tan lejos o cerca segn lo creamos. Entonces, si para alcan-

    zar cambios profundos y duraderos, hay que sacrificarlo casi todo, incluso ofrendar la vida, entonces, la reflexin

    que se deja al sujeto social cotidiano, es similar a la que un da expres la ta Rosa Larios: no hijo, ya de muerta paqu quiero calzones, bueno, yo noms digo.

    Para que las ideas de autonoma y emancipacin popular, de trabajar lejos y por fuera del Estado deben aparejrsele me-

    tas realizables al corto plazo sin perder el horizonte, que

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    sean aceptadas por quienes las persiguen, que llamen la atencin, al inters general, a plenitud palpables, incluso ante los nefitos, que sean bien vistas, que no contravengan la vida comunitaria y la organizacin tradicional.

    Hemos buscado cuales son las principales demandas y necesidades de nuestros pueblos a travs de asambleas comunitarias, charlas informales, consultas, preguntando de manera

    paciente, recorriendo senderos, de tal forma que los pliegos y planes de lucha que se le-vanten, sean un mecanismo para caminar juntos y pretextos que mantenga vida, la chis-

    pa de la emancipacin, contar con temas vivos, visibles y complejos.

    Formas de organizacin

    La mejor forma de organizacin para el trabajo que se emprende en nuestros pueblos, no

    es el que mejor luce, el ms conocido, del que se han escrito ms teoras, la que en la visin de los intelectuales es la ms la ms correcta, sino aquella que mejor se ensam-ble y lleve con las formas tradicionales de organizacin, dentro de las cuales necesaria-mente por la historia propia se encuentra la autodefensa.

    Despus de muchos aos, hemos comprendido que la mejor forma de organizar la lucha

    es la ms conocida y usada, la asamblea comunitaria, y que de ah resultan responsables para realizar ciertas tareas, que una vez cumplidas tales responsabilidades se diluyen, es

    decir, no son los cargos eternos, sujetos a un estatuto riguroso, sino mecanismos sencillos y prcticos que permitan aceitar la maquinaria de la organizacin, en la vida cotidiana, al da y diario. As como aqulla primavera setentera en donde un grupo de cortadores de

    guamchil se preguntaban por qu no tenan tierras, mientras miraban el cerro del po-niente y ah mismo naci el germen para la toma de una 200 hectreas de tierra de El

    Ocote y otros predios, y fueron all mismo con sus machetes, barras, martillos y achas en junio de 1976, desalambraron, arriaron el ganado invasor, pusieron ultimtum a quien pensara quejarse por la recuperacin de la tierra que era del pueblo e iniciaron a cultivar

    la ese verano del mismo ao.

    La represin

    Como todos los pueblos cuando se hartan, cuando se llena el costal de pie-

    dritas, es insospechado el caudal de fortaleza que se

    viene en un momento, entonces a quienes juegan el rol de animadores, de

    representantes, de comi-sionados, en lugar de que

    sean estos lo que animen a los sujetos, los arras-tran, en lugar de lanzar

    iniciativas pasan sobre sus propuestas, que hasta

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    ridculas y pequeas se hacen.

    Es entonces ante la firmeza y la conviccin, vienen las amenazas, las presiones, la crcel, el asesinato, la represin generalizada, a veces de manera cruda y directa, en otras me-

    diante programas gubernamentales que van minando poco a poco la organizacin, incluso que cooptan a los sujetos ms visibles y a veces, fenecemos los procesos orgnicos ante

    la imposibilidad de ganarnos a fuerza de pura conciencia ideolgica a los sujetos que nos rodean.

    Que hace a veces que la gente no se levante, no voltee siquiera a mirarnos, que estemos solos como se posa el guila en las alturas de los picos de la barranca, que cuando cami-namos no sabemos mirar a los lados, adelante y atrs, no los hacemos preguntando y en-

    tonces, la lucha se apaga por falta de combustible y oxgeno, y entonces, vienen las becas para los nios y jvenes; apoyos en especie o dinero; materiales para la vivienda; mucha

    televisin; el alcohol si control que ciertos bolsillos pagan sin condiciones; las amenazas de condena en el infinito y por los siglos de los siglos a travs de la jerarqua de las igle-sias y ms.

    El caso de Ixcatn, la presencia los programas del gobierno en 2013, funcionan como ale-targadores de la organizacin y la lucha, inhiben el pensamiento crtico: Oportunidades

    para familias (100); Becas de CONAFE Oportunidades para alumnos de primaria (54); Be-cas de CONAFE Oportunidades para alumnos de secundaria (40); 70 y ms (30); Becas del ayuntamiento de Zapopan (12); Escuela de Calidad (prescolar).

    De 1994 a la fecha, a pesar de que hemos emprendido acciones de resistencia y defensa integral del territorio que nos ha confrontado de manera directa con el poder del Estado,

    no tenemos muertos, pero si hemos tenido presos, el caso ms representativo es el de Dionisio Casillas, que se liber mediante la movilizacin, la denuncia y una buena estrate-gia jurdica en julio de 1998, muchas veces se ha recurrido a los juicios de garantas; des-

    aparecidos no tenemos an, pero se mantienen procesos de carcter civil y penal que sangran la economa

    de los pueblos. No tenemos muertos en el presente siglo por

    la represin, pero abundan los sujetos

    cooptados por una maquinaria estatal que arrasa y avanza

    en silencio sobre la voluntad del pueblo

    a travs del reparto de ddivas y la dis-persin de miedo.

    Quiz ha servido de algo el que en cierta

    forma, las autorida-des ejidales y co-

    munales tengan una

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    posicin crtica y del lado del pueblo, o que los delegados y agentes municipales a pesar de que cobran en la nmina del gobierno no se han alejado del sentir de los sujetos ba-rranqueos, y eso ya es algo frente a la decisin de la gente de a pie que quiere luchar.

    Por el momento no tenemos vidas que lamentar por la represin, si por los mal cuidados, la picadura de alimaas, y por enfermedades curables, si por el momento no han presos

    en las crceles del rgimen, no quiere decir que se ha descartado como posibilidad. A ve-ces es ms letal y asesino el avance del Estado que compra, mediatiza, atrae, retiene y

    controla ideolgicamente que las propias balas y efecto de las mazmorras.

    El papel de las fiestas

    En cuanto a la identidad, cohesin comunitaria y salidas a las presiones se trata, no hay

    mejor remedio que la fiesta, si pero despus de trabajar para que no falte la energa y el sustento. Para reunir, conversar, dar un mensaje y renacer la tradicin no hay mejor he-

    rramienta que la fiesta comunitaria que se traduce en muchas cosas que juntas para ha-cer comunalidad.

    No hay que trabajar mucho para festejar una vez que est instituido, en los festejos co-

    munitarios se rene una buena cantidad de gente de todos los barrios, familias y edades en un momento y espacio preciso, para recrear la comunalidad y reproducirla.

    La fiesta es en s misma convocatoria que no falla, aun en los momentos ms tensos, los periodos ms crticos que se padezcan por las malas cosechas, las enfermedades, decesos y desavenencias familiares. Sin que dejemos de reconocer que de no mirar los filos de lo

    instituido, de lo aceptado, la fiesta,

    como otros hechos sociales, encajona, controla y somete

    la singularidad del sujeto social y ha-

    ce ver dbil frente al colectivo.

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    El agua, los combustibles y la alimentacin generan conoci-miento en nuestros pueblos

    La crisis del agua y alternativas

    La barranca del ro Santiago se encuentra amenazada por diversos factores producidos por el crecimiento desordenado de la zona metropolitana de Guadalajara (vivienda, indus-

    tria y comercio), los incendios forestales, el insuficiente tratamiento de las aguas residua-les de los fraccionamientos, industrias, granjas y basureros, el envenenamiento del ro

    Santiago por cerca de mil cien componentes qumi-cos, motivo por el que las

    corrientes superficiales estn contaminadas y los

    manantiales han dismi-nuido su caudal, as que

    en Ixcatn y otros once pueblos barranqueos cada vez se cuenta con

    menos agua limpia para beber, para el consumo

    domstico y el uso agro-pecuario.

    Se trata de un conjunto

    de agresiones histrica-mente bien determinadas,

    a los modos y formas de vivir barranqueos mar-cados por la escasez de

    agua, combustibles y ali-mentos, es pues, una

    gran prdida bitica, energtica y social que nos convoca a trabajar

    para reconstituir las redes de solidaridad comunitaria y la defensa integral del territorio.

    El agua en la regin

    Las peculiares condiciones del valle de Tesistn en Zapopan hacen de ste un gran recep-

    tor de agua que se infiltra y alimenta los manantiales y ros subterrneos, mirando hacia el ro Santiago, los acantilados, pequeos arroyos, pequeas planicies, propician la recar-

    ga de los manantiales en la barranca de ro Santiago, desde el extinto pueblo de los Tem-pizques el ms cercano a la ciudad de Guadalajara y hasta San Lorenzo en una franja de

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    unos 20 kilmetros que se ubica de los 1180 a los 1220 msnm, eso hace posible que en tiempo de lluvia podamos pro-

    veernos de agua potable y para el con-sumo de las plantas y animales domsti-

    cos sin ningn problema, no as durante el estiaje porque los ojos de agua manan

    dos tercios menos que en las lluvias y 50 de cada cien se agotan en los primeros meses de estiaje.

    Algunos causales de la sequa de los ma-nantiales, son las lluvias errticas, la per-

    foracin de pozos profundos en el Valle de Tesistn (1550-1600 msnm), quema y tala de los bosques sin ningn control, la

    construccin de fraccionamientos de alta densidad, la desaparicin de zonas de

    recarga de los mantos acuferos, todo ello se junta al mal estado de los sistemas de captacin, conduccin, almacenamiento y

    distribucin del agua potable en la mayora de nuestros pueblos.

    El mal servicio de agua potable en Ixcatn y San Isidro por ejemplo, tiene su origen en la escasez del vital lquido y en la contami-

    nacin de las principales fuentes. Durante el tiempo de estiaje en San Isidro el otrora

    pedazo de paraso con su ro Blanco esplen-doroso, es testigo de la falta de agua en las viviendas en donde si bien les va tiene una

    vez a la semana. En Ixcatn por su parte hay semanas enteras que el servicio falla

    por la rotura de los viejos tubos, derrumbes provocados por la erosin y la escasez ma-

    nifiesta, una fortaleza que se distingue es el manejo y control autnomo del agua, ya que

    el lquido se trae va gravedad de nuestro territorio, as, son los propios pobladores quie-nes deciden sobre este recurso que viene de las tierras ejidales y comunales.

    Y luego ante la carencia de agua, vienen las enfermedades de la piel, estomacales, la des-hidratacin en nios y adultos, segn lo han diagnosticado las brigadas mdicas universi-tarias que acuden a la barranca, se padece de enfermedades gastrointestinales, parasito-

    sis y deshidratacin.

    La alternativa puesta en marcha

    En la zona llueve anualmente 750 mm por metro cuadrado, lo que significa que se puede captar en un techo de cien metros cuadrados un total de 75 mil litros (75 m3), de agua en

    un ao y darle uso domstico (lavar, fregar trastos, regar plantas, aseo personal y para el

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    sanitario). Este recurso hdrico al no utili-zarse escurre por las cuencas que ali-mentan el ro Santiago para juntarse con

    la corriente contaminada cada vez ms desde hace medio siglo.

    De ah, sostenemos que esta agua que cae del cielo, puede disminuir las caren-cias, si la comunidad se convence, orga-niza y capacita para construir en las vi-viendas un sistema de captacin y alma-

    cenamiento de agua de lluvia. Otro tanto se podra hacer en los espacios comuni-

    tarios: escuelas, plazas, centro de salud y unidad deportiva.

    Tambin es muy factible la captacin de

    agua de lluvia y manantiales en los cam-pos de cultivo y de pastoreo, un tanque

    de ferrocemento no se lo pueden llevar, quemar, ni destruir con tanta facilidad como si ocurre con los tanques de plsti-

    co. Solo que para esta tarea los tanques deben al menos contar con una capacidad superior a

    los 15 mil litros.

    Hemos notado que la mercantilizacin del agua y la soberbia de los poderosos para controlarla

    (empresas refresqueras, hidroelctricas, go-biernos de grandes ciudades) a alienado a los

    pueblos evitando la forja de un horizonte que facilite la construccin de alternativas que combatan la espera del agua que cae de la llave, lo que es lo mismo depender de esferas y agentes externos que nos vengan a resolver

    un problema local que nosotros podemos ata-car. Hay muchas y variadas experiencias en otros pases (por ejemplo Brasil) y en las re-

    giones de Mxico (Campeche, Puebla, Oaxaca, Tlaxcala y Veracruz, por ejemplo) donde ya

    implementan estas alternativas y que al saber de ellas, nos animan y motivan a seguir adelante.

    La carencia de un horizonte claro en los pueblos, aunado a la falta de recursos no solo

    monetarios y materiales, sino tcnicos, provoca que las familias quedan completamente a mereced de lo que se ofrece y trae desde fuera, y si eso se traslada al crculo de la vivien-

    da ah mismo esperamos que el agua que cae de la llave llegue todos los das y sin falta, ms a veces y por diversas circunstancias ya expuestas no es as.

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    El hacer consciente esta necesidad de buscar el agua por nosotros mismos, captarla y almacenarla, nos lleva a conocer otras alternativas para la construccin de tan-

    ques y cisternas con buena capacidad. Se calcula en la barranca del ro Santiago que 85 mil litros de agua son

    suficientes para el consumo de cinco personas, sus ani-males domsticos y un pequeo jardn a lo largo de ocho

    meses de estiaje, considerando que el agua gris ser re-ciclada para el riego de plantas.

    Queda fuera de este clculo de captacin, cuanto se trate

    de produccin local de alimentos y cra de ganado me-nor, en ello la alternativa para captar agua de lluvia no

    son los techos de las casas, sino un sistema de bordara y pequeas represas de tierra compactada y conectadas a canales superficiales que atoren los escurrimientos de

    la lluvia y de los manantiales que sean aprovechables.

    Algunas de las ventajas del sistema familiar de

    captacin de agua de lluvia

    Se sale de lgica del mercado capitalista del agua.

    Autonomiza la captacin y almacena-miento del agua en la vivienda y la fami-

    lia. Surte de agua a la vivienda durante las

    lluvias sin ningn problema (junio a sep-

    tiembre principalmente). Permite almacenar agua para el periodo

    de estiaje (octubre a mayo) y obliga a aprender el uso racional.

    Evita a las familias gastos econmicos y tiempos por traslado de agua.

    Disminuye enfermedades en los humanos, los animales y las plantas. Es un sistema barato, accesible y durable aun cuando se construya aljibe o tanque

    de almacenamiento en la vivienda. Hace de cada vivienda una unidad autnoma en el control y gasto del agua. Si hay un techo amplio y un tanque grande, el agua se puede utilizar para irrigar

    jardines, frutales y espacios pequeos de hortaliza. En donde sea posible puede rescatarse el agua gris de la vivienda (lavadero, rega-

    dera) y reutilizarla para irrigar jardines o para aplacar el polvo de los patios. La construccin de un tanque de ferrocemento sale 200 por ciento ms econmico

    que un aljibe tradicional (con muros, castillos, enjarre, piso y techo) y 128 por cien-

    to ms barato que un tanque de plstico de la marca Rotoplas (el ms caro del mercado).

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    Para construir un sistema de captacin de agua de lluvia en una vivienda:

    I.- Ubicar el techo, tipo y superficie donde se captar el agua de lluvia.

    a) El techo de la vivienda, considerar si es bveda, de teja o lmina y obtener la superficie

    en metros cuadrados para hacer un clculo de cunta agua capta al ao. Esto se obtiene multiplicando la superficie del techo con la precipitacin pluvial anual en la zona en donde

    est la vivienda, por ejemplo, un techo con superficie de 100 metros multiplicado por los 850 milmetros por metro cuadrado al ao que llueven en el valle de Tesistn nos da como resultado 85 metros cbicos o lo que es lo mismo 85 mil litros de agua anualmente.

    b) Con base en la posibilidad de recepcin de agua la captacin total se divide entre cua-tro, es decir 85 mil entre 4 es igual a 21 mil 250 litros, de tal capacidad sera la construc-

    cin del tanque para almacenar agua en la vivienda, lo que significa que se podran captar cuatro tanques en cuatro meses de lluvia, ms el agua que se recibe por el sistema de agua potable de contar con ella.

    c) Hacer un recuento del material que se requerir para el sistema de captacin y almace-namiento de agua de lluvia. Para ayudar en esta tarea se presentan en el siguiente apar-

    tado II, los datos que fueron obtenidos en abril de 2013 y cuyos clculos obedecen a la precipitacin pluvial de la barranca del ro Santiago, para satisfacer la necesidad de agua de una vivienda con cuatro integrantes, sus servicios, un pequeo jardn y algunos rboles

    frutales de baja demanda de agua y animales de corral.

    d) Un tanque de ferrocemento con material y trabajo para 30 mil litros de agua, cuesta 31

    mil 500 pesos mexicanos (precio de febrero de 2013), es decir a $1.05 por litro de capta-cin. La marca Rotoplas (que es de las ms resistentes en plstico), vende tanques a

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    $2.40 por litro de captacin, por lo que el costo de tres tanques de la marca mencionada de 10 mil litros cada uno requieren 72 mil pesos mexicanos, lo que representa una dife-rencia de 40 mil 600 pesos sobre el precio del tanque de ferrocemento, es decir un ahorro

    del 128 por ciento.

    II.- Construir el sistema de captacin y almacenamiento de agua de lluvia.

    Materiales necesarios para construir un tanque de ferrocemento en superficie con una capacidad de 6 mil litros con todo y sistema de conduccin (precios de

    febrero de 2013).

    Nm. Material y/o trabajo necesarios Cantidad Precio pe-sos mexi-canos

    1 Cemento gris saco 50 kg. 10 unidades 1000.00

    2 Ayudante de albail, jornales 5 unidades 1000.00

    3 Maestro albail, jornales 2 unidades 600.00

    4 Malla pollera de 1 x 1 m. 36 unidades 540.00

    5 Triplay semiplstico 1.20 x 2.40 m. (aguanta 5 tanques)

    4 unidades 450.00

    6 Electromalla calibre 10 x 10 cm., de 1 m. x 2.40 m.

    9 m. 360.00

    7 Tubos PVC 4 pulg. 6 m. 3 unidades 360.00

    8 Arena de ro m3 2 unidades 300.00

    9 Llave paso 1 pulg., y tubo de salida 1 unidad 200.00

    10 Arena amarilla m3 .5 unidad 120.00

    11 Cal para construccin, saco 25 kg. 2 unidades 70.00

    12 Ladrillo lama 50 unidades 60.00

    13 Pegamento para PVC, litro 50.00

    14 Alambre recocido 1 kg. 40.00

    15 Codos PVC 4 pulg. 3 unidades 40.00

    16 Te PVC 4 pulg. 3 unidades 30.00

    TOTAL $5,220.00

    Nota: En los costos no fue considerada la tapa del tanque porque puede hacerse de metal, madera o plstico, tampoco la construccin de la base, ya que puede variar en altura y tipo de material.

  • Resistencia, articulacin y horizontes en la barranca del rio Santiago 15

    Manera de hacerse

    Paso 1.- Ubique las salidas de agua de los techos y

    trace la ruta de conduccin hasta donde construir el tanque para que el agua se traslade por gravedad.

    Paso 2.- Construya el pretil (base) del tanque que

    rebase procurando que sea mayor a la dimensin del rea de la base del cilindro. Recuerde que la dimen-

    sin del cilindro es de 2 metros de dimetro por dos metros de altura y librando el enjarre de 5 centme-tros de espesor. Su peso con todo y agua rebase las

    siete toneladas. La altura es de acuerdo al nivel del techo, entre ms alta la base podr ahorrarle energa

    para el bombeo de agua.

    Paso 3.- Tire la malla pollera y encima la electroma-lla, luego otro tendido de malla pollera,

    por lo que la electromalla quedar al cen-

    tro, con unas pinzas amarre los extremos con alambre recocido para evitar que el tejido quede disparejo; luego con un gancho fino de fierrero amarre la malla pollera

    entre s, paso seguido, una los extremos una vez que tenga las dimensiones re-

    queridas del cilindro. Por separado teja lo que ser la base del cilindro y la tapa de quererla del mismo material.

    Paso 4.- siente el cilindro sobre el pretil en donde colocar el tejido de la base del

    cilindro. Haga un colado por fuera del cilindro solo para nivelarlo y deje secar,

    luego coloque la cimbra con el triplay, las partes que falten pueden cimbrarlas con cartn duro. Coloque el tubo y la llave de

  • Resistencia, articulacin y horizontes en la barranca del rio Santiago 16

    paso al menos 20 centmetros arri-ba de donde quedar el nivel del piso del tanque, eso para evitar

    que el mismo se quede sin agua completamente.

    Paso 5.- Con la cuchara de albail haga el enjarre o aplanado, se re-

    comiendan tres capas de una mez-cla de arena de rio con cemento gris, lo que implica dejar secar lo

    suficiente para que no caiga la capa anterior, al siguiente da quite la

    cimbra y pula por dentro del tanque con una capa ms, al mismo tiem-

    po que se constru-

    ye el piso del tan-que.

    Paso 6.- Haga la

    tapa a su gusto con madera, metal

    o puede funcionar muy bien con ma-lla para vivero al

    50%, coloque los tubos de PVC des-

    de el techo de la vivienda y haga una trampa para

    captar los slidos y separarlos del

    agua de lluvia.

    Paso 7. Llene de inmediato el tanque con agua o por lo menos al 25% para que forje bien el concreto. Ubique si hay fugas, si las encuentra (que sern mnimas) aplique sellador.

    Encontramos en la prctica, que la construccin de un tanque de ferrocemento, es costea-ble en trminos financieros debido a su durabilidad, ocupacin de espacio, facilidad para

    hacerlo y adems que garantiza higiene porque el agua se puede tratar antes de que en-tre al tanque o dentro, para que sirva para el aseo personal, de la cocina, lavar y para re-gar plantas o darle de beber a los animales domsticos

  • Resistencia, articulacin y horizontes en la barranca del rio Santiago 17

    Combustibles para rato, alimentos con larga vida

    Lo que a continuacin se relata pretende recuperar y hacer una valoracin de una iniciati-va que lanzamos en donde tomaron parte un grupo de 19 mujeres y un varn que tienen

    a su cargo una familia, y que una de sus tareas cotidianas es el contacto con el fogn de lea para la preparacin de alimentos.

    Esta idea se concibi hace dos aos y entonces nos propusimos

    1.- Formar y capacitar a 20 mujeres y en el uso eficiente de lea y la construccin de es-tufas Lorena.

    2.- Rescatar la preparacin tradicional de alimentos nutritivos basados en los recursos lo-cales, principalmente de origen vegetal.

    3.- Elaborar un recetario con platillos locales dividido en comi-

    das, bebidas y postres.

    Cuando nos reunimos para pen-sar las etapas que pudiera tener

    el proyecto ubicamos seis etapas a saber: I. Investigacin, II. Or-

    ganizacin comunitaria, III. Cru-ce de saberes, IV. Talleres de formacin, V. Divulgacin de re-

    sultados del proyecto y VI. Eva-luacin.

    Las etapas marcadas fueron transversales al proyecto, as que en todos los casos se podr notar que las tareas e im-pactos de nuestras acciones se abonan a la investigacin, al tema de la organizacin co-

    munitaria, al intercambio de saberes locales, as mismo la metodologa de trabajo es en taller, en donde se divulgan resultados y se avalan parcialmente los mismos. En verdad

    hemos reaprendido lo que los viejos tienen muy presente, as lo dicen los testimonios de las mujeres participantes y las evidencias fsicas de las que se da cuenta a travs de foto-grafas.

    Se realizaron sesiones de trabajo en la Casa Comunal y en las viviendas de la mujeres participantes para ubicar los combustibles que se utilizan en la coccin de alimentos en la

    regin de la barranca del ro Santiago, de la misma forma se conocieron diversos modelos de estufas que funcionan con aserrn, energa solar, electricidad y lea, por lo que a partir

    de tal conocimiento se construy un modelo de fogn que permite diversas adaptaciones.

    Empero, encontramos un problema, con qu se alimentara la estufa, si cada vez es ms difcil conseguir lea, claro que no como el gas domstico, pero los bosques cada vez ms

    se alejan del casero. En la discusin, apareci un conocimiento muy valioso, las mujeres

  • Resistencia, articulacin y horizontes en la barranca del rio Santiago 18

    expresaron que hay de lea, a lea y no toda sirve para cocinar. As surgi la idea de listar la lea recomendada para el fogn y la que no se recomienda porque se consume pronto, por la intensidad de fuego, por el olor que expide o por la gran cantidad de humo

    que exhala el chacuaco cuando se consume.

    Listado de lea con 41 opciones disponibles en la barranca del ro Santiago (que es una mnima parte)

    LEA RECOMENDA PARA COCINAR LEA NO RECOMENDA PARA COCINAR

    Nombre comn Nombre comn

    1. Abuilote 2. Aguacate 3. Anona 4. Caf 5. Ciruelo 6. Cuachalalate 7. Encino 8. Eucalipto 9. Fresno 10. Frijolillo 11. Gucima 12. Guaje rojo 13. Guaje verde 14. Guamchil 15. Guayabo 16. Huizache 17. Lima 18. Limn 19. Majahua 20. Mango barranqueo 21. Mezquite 22. Negrito 23. Nogal 24. Olote 25. Palo fierro 26. Roble 27. Salvia 28. Tempisque 29. Tepame 30. Varaduz o vara dulce

    31. Caa de maz 32. Carrizo 33. Copal 34. Ocote 35. Ozote o palo bobo 36. Papelillo 37. Pirul 38. Pochote 39. Quemadora 40. Texcalame 41. rbol de cacahuate.

    Fuente: apuntes del taller sobre combustibles y entrevistas, enero febrero de 2012.

  • Resistencia, articulacin y horizontes en la barranca del rio Santiago 19

    El orden en que aparecen los nombres de los rboles, arbustos u otros combustibles no considera la importancia y la efectividad al momento de cocinar, as que se hizo otro ejer-cicio con ocho mujeres para conocer cuales son los cinco tipos de lea que ms utilizan

    para alimentar el fogn, entre ellos destacan el guaje colorado, el guamchil y el tepame.

    Cabe sealar que se hizo un muestrario de lea para que sirviera como gua a las perso-

    nas jvenes que ya no encuentran necesario subir al monte a colectarla, se dijo, que la valoren y utilicen sin poner en riesgo su sistema respiratorio, ya tendrn viejo que le gusten las tortillas calientes y que pueda exigirlas porque produce maz.

    El muestrario se fue construyendo a partir de la lea que se colect y clasific; si serva o no para cocinar, pero tambin qu tan fcil era conseguirla, considerando que la mejor es

    la de roble y encino pero que dada la veda que hay para cortar quercus, no se usa tan a menudo, salvo cuando por los incendios o por alguna otra causa se secan los robles y en-

    cinos.

    Uso de lea para cocinar, segn informacin proporcionada por veintitrs mujeres de la barranca del ro Santiago

    PRIORIDAD NOMBRE COMUN PORCENTAJE

    1 Guaje rojo 31%

    2 guamchil 26%

    3 Guayabo criollo 18%

    4 tepame 17%

    5 huizache 8%

    Muestra 100%

    Fuente: apuntes del taller sobre combustibles y entrevistas, enero febrero de 2012.

    Queda pendiente hacer recorridos exhaustivos para hacer un muestrario de fotos de los

    arboles vivos y colectar de manera ordenada la lea, sus semillas de producirlas y flores

    de tal manera que el conocimiento sobre sus usos ms all del combustible no se pierdan.

  • Resistencia, articulacin y horizontes en la barranca del rio Santiago 20

    Alimentos locales

    Hasta 1960 casi todo el alimento para el cuerpo y el espritu con un amplio margen para mercadear, se produca por y para los barranqueos: granos, carne, verduras, miel, msi-ca, arte popular, espacios de convivencia, eleccin de representantes agrarios, municipa-

    les locales, cargos tradicionales por eleccin expedita, directa y pblica, entre otros. Medio siglo despus tales factores se han trastocado con desventaja para los pueblos de la ba-

    rranca; la ciudad como instrumento del gran capital, con sus gobiernos, bancos, comer-cios, leyes, medios de comunicacin, arte y vicios, se ha tragado casi todo.

    En los intercambios se encontr que de manera regular se consumen frutas de la tempo-

    rada: mango, guamchil, zapote blanco, zapote negro, anonas, aguacates, ctricos, ts, plantas medicinales, insectos, hojas, tallos, flores, hongos, carnes de armadillo, tlacuache,

    conejo, tejn y gilota, maz frijol, calabaza, chile, jpites, quelite, verdolaga, retoos de guaje, tilapia, bagre, entre muchos otros. Al profundizar la informacin dio para ir cons-truyendo en comn un calendario productivo de la regin.

    Calendario productivo en la Barranca del ro Santiago segn informacin pro-porcionada por veinte mujeres (tiempo de cosecha).

    Planta frutcola o de medicinal Mes del ao que se cosecha o que se puede colectar

    Nombre comn E F M A M J J A S O N D

    ABUILOTE O UBALAMA + +

    AGUACATE +

    ALBAHACAR

    ALTAMISA

    ANONA + +

    ARBOL DE BRASIL

    ARNICA

    AZAHARES DE CITRICOS

    BERRO

    BRUJA

    BUGAMBILIA

    CACAHUATE +

    CAF + +

    CALABAZA CRIOLLA + +

    CASCARA DE GUAMUCHIL

    CASITA DE AVISPA

    CHAYA

    CHIA

    CHIRIMOYA + +

    CIRUELA CHICA + +

    CIRUELA HUESONA + +

    CIRUELA MANSA + +

    COCUIXTLE + + + + +

    COLA DE CABALLO

    CUACHALALATE

    CUACIA

  • Resistencia, articulacin y horizontes en la barranca del rio Santiago 21

    EPAZOTE

    EUCALIPTO

    FLOR DE OZOTE

    FLOR DE PEA

    FRIJOL + +

    GORDOLOBO

    GRAMA CHINA

    GRANADA CHINA

    GUAJE ROJO

    GUAJE VERDE + + + + +

    GUALACAMOTE + + + + + +

    GUAMUCHIL + +

    GUASIMA

    GUAYABO SILVESTRE + + +

    GUAYACAN

    HIERBA DE LA GOLONDRINA

    HIERBA DEL ARAA

    HIERBA DEL ARLOMO

    HIERBA DEL SAPO

    HIERBA DEL TORO + + + + + + + +

    HIERBA DEL ZORRILLO

    HIERBABUENA

    HIERBABUENA CIMARRONA

    HIERBAMORA

    HIGUERILLA

    HIZTAFIATE

    HOJA SANTA

    HOJAS DE AGUACATE

    HOJAS DE GUAYABO

    HOJAS DE NARANJO

    HONGOS SILVESTRES +

    HUINAR

    JICAMA DEL CERRO

    LANTEN

    LIMA CHICHONA + + + +

    LIMA LIMN + + + +

    LIMN + +

    MAIZ + +

    MALVA

    MAMEY

    MANGO + +

    MICLE

    MIRTO

    NARANJA AGRIA

    NEGRITO + +

    NOPAL SILVESTRE + + +

    NUEZ + +

    OREGANO

    OREGANO DEL CERRO

    OVELISCO

    PASIFLORA

    PEPINO +

  • Resistencia, articulacin y horizontes en la barranca del rio Santiago 22

    PIRUL

    PITAYA +

    PLATANILLO

    PLATANO + +

    QUELITE + +

    RAIZ (HIERBA) DEL INDIO

    RETAMA

    ROMERO

    RUDA

    SALVIA + + + + + + + + +

    SANTA MARIA

    SAUCO

    SAVILA

    SIEMPRE VIVA

    SINVERGENZA

    TAMARINDO +

    TARAY

    T DE LIMN + + + + + + + + + + + +

    TEPOPOTE

    TOLOACHE

    TRES COSTILLAS

    VERDOLAGA + +

    YUCA

    ZAPOTE BLANCO + +

    ZAPOTE PRIETO + +

    ZAPUCHI O HUEVOS DE TORO +

    Nombre comn E F M A M J J A S O N D

    Fuente: apuntes del taller sobre alimentos y entrevistas, enero febrero de 2012.

    Llama poderosamente la atencin que sin cortapisas las mujeres expresaron que no se

    explotan los recursos de manera intensiva, que ms bien son una reserva que tienen el pueblo cuando el hambre aprieta y los centavos se acortan.

    Algunos animales que nos proporcionan alimentos en la zo-na barranquea de Zapopan, informacin de 20 mujeres. NOMBRE DEL ANIMAL PERIODO

    Codorniz (ave) Ardilla (roedor) Armadillo (roedor) Iguana (reptil) Tlacuache (roedor) Jabal (cerdo) Venado (mamfero) Conejo (roedor) Chapuln (insecto) Hormiga (insecto) Gusano de roble (insecto) Tejn (roedor) Zorrillo (roedor) Pato silvestre (ave)

    En las aguas Todo el ao Todo el ao Todo el ao Todo el ao Todo el ao Todo el ao (veda) Todo el ao Julio-agosto Todo el ao Junio-julio Todo el ao Todo el ao Tiempo de secas

  • Resistencia, articulacin y horizontes en la barranca del rio Santiago 23

    Guajolote (ave) Gallina vieja (ave) Chachalaca (ave) Guajolote silvestre Ancas de rana (anfibio) Bagre (pez) Tilapia (pez) Chacal Cangrejo (agua dulce) Caracol Lombriz de tierra

    todo el ao todo el ao todo el ao todo el ao todo el ao todo el ao todo e ao todo el ao Todo el ao Tiempo de aguas todo el ao cuando hay humedad

    Fuente: apuntes del taller sobre alimentos y entrevistas, enero febrero de 2012.

    Los talleres fueron un espacio de convivencia, de ir y venir de saberes en donde se habl de los diferentes tipos de energa, la contaminacin del agua, de la gran variedad de arbo-les y plantas algunas endmicas y en proceso de extincin.

    Para hacer una estufa Lorena (precios mayo de 2013)

    Nm. Material y/o trabajo necesarios Canti-dad

    Precio pesos mexicanos

    1 Comal cuadrado .50 m. X .50 m. acero grueso, con agarradera y refuerzos con varilla cuadrada. Ba-se de ngulo para sentar el mismo comal.

    1 250.00

    2 Comal redondo de acero 20 cm. De dimetro. 2 100.00

    3 Puerta de acero grueso, con gua y amarres 35 cm. X 30 cm.

    1 150.00

    4 Tubo chacuaco lmina galvanizada 4 pulg. 2 100.00

    5 Gorro para chacuaco, lmina galvanizada, 4 pulg. 1 50.00

    6 ladrillo lama 60 40.00

    7 Mezcla de lodo y arena en m3 1 200.00

    8 Cal para construccin, saco 20 kg. 3 100.00

    9 Cemento gris, saco 50 Kg. 2 200.00

    10 Mano de obra Pen y albail 2 800.00

    TOTAL $1,990.00

    Nota: el tamao del pretil clsico es de un metro cuadrado de base por .80 m. de alto. Pero los hay con hornilla para guardar lea, con espacio para colectar la ceniza, con barra, es decir sin relleno, segn el espacio y la preferencia de la familia.

  • Resistencia, articulacin y horizontes en la barranca del rio Santiago 24

    Para el proyecto que se platica, se con-siguieron a travs de una gestin 50 mil pesos, que alcanzaron para com-

    prar lmina para los comales y la puer-ta del fogn, dos tubos para el chacua-

    co y un gorro, ladrillo, arena y un poco de cemento; de ah se tom para los

    materiales de los talleres, adquirimos un proyector y materiales para repro-ducir en papel las recetas.

    De manera rotativa las mujeres se reunieron en los domicilios de cada

    una, razn de una vez por semana, ah se platicaba, preparaba una receta pro-puesta por la familia anfitriona y una

    vez que se coma entre todas pagaban los gastos realizado, de esta forma se

    fueron estrenando los fogones construidos en 23 viviendas y la escuela primaria.

    DONDE QUEDARON LOS FOGONES?

    FAMILIA DOMICILIO EN IXCATAN 1. Rojas Juregui 2. Ruvalcaba Cerna 3. Flores Santos 4. Selis Valle 5. Venegas Flores 6. Valle Gmez 7. Rosas Ortiz 8. Polanco Flores 9. Velzquez Salazar 10. Venegas Ruvalcaba 11. Juregui Polanco 12. Casillas Martnez 13. Ruiz Juregui 14. Casillas Rojas 15. Avelar Hernndez 16. Escuela Primaria 17. Rojas (Eusebio) 18. Ruvalcaba Venegas 19. Venegas Flores 20. Casillas Olivares 21. Villalvazo Larios 22. Ruiz Casillas 23. Escuela Primaria 24. Venegas Valle

    Vicente Guerrero No. 6 B Barrio Alto No. 16 Arroyo Bajo 56 Vicente Guerrero 6 Francisco I. Madero 1025 Vicente Guerrero 22 Priv. Morelos 30 Vicente Guerrero 17 Vicente Guerrero 1 A Jurez 1001 Vicente Guerrero s/n Vicente Guerrero 2 Insurgentes 4 Nios hroes 1003 Morelos s/n Jurez s/n Nios Hroes Vicente Guerrero Nios Hroes Callejn Arroyo Bajo 9 Morelos s/n Insurgentes 4 Jurez s/n Vicente Guerrero s/n

    Fuente: Padrn de familias con las que trabaj el proyecto el Colectivo Ichcatlan.

  • Resistencia, articulacin y horizontes en la barranca del rio Santiago 25

    Como resultado de la convivencia cotidiana y los impactos inmediatos en la limpieza de la cocina, en el ahorro de lea, disminucin de gastos en la compra de gas domstico y en la mejora del sabor y aroma de los alimentos, otras doce familias por su cuenta pero con-

    tando con la asesora tcnica nuestra, construyeron 12 fogones en Ixcatn. De la misma forma y en una sesin de intercambio con mujeres de Huaxtla, se hicieron 12 fogones pa-

    ra hacer un total de 48.

    Un acercamiento al significado de la Estufa Lorena

    Espacio de convivencia familiar. Alrededor del fogn se congregan dos veces al da los miembros de la familia para consumir los alimentos en donde se incluyen tortillas hechas a mano.

    Instrumento de preparacin de alimentos sanos. El fogn se usa para hacer tortillas, frijo-

    les, nixtamal, caldos, fritangas, dorar cacahuates y semillas de calabaza, coccin de pan. Punto de encuentro en la vivienda. En lugar de reunirse en otro espacio, -por ejemplo

    frente al televisor, las sesiones familiares son alrededor del fogn.

    Referente para el intercambio de saberes. Las plticas de sobremesa facilitan las charlas, evocar el pasado, platicar los planes, los encuentros y desencuentros.

    Lugar de alimentacin y personas satisfechas. Es un lugar en donde por el simple hecho de comer, hay personas contentas.

    Ahorro de energa y recursos econmicos. Ahorra el fogn ms 60% de combustible fren-te a otros que usan lea, as que significa un ahorro de dinero y de energa para el bos-

    que.

    Espacio de sazn, olores y sabores agradables. El cuerpo se alimenta por todos los senti-dos, el odo, el gusto, el olfato, el tacto y las vista.

    Punto de calor y alegra. En los lugares fros el fogn calienta la vivienda y brinda alegra a los hambrientos, pues con un poco de combustible es posible asar camotes, papas, ca-

    cahuates, huevos, etc. Pretexto para el sosiego y el reposo. Se antoja luego de una buena comida el reposo, por

    lo general los fogones estn fuera de la habitacin, as que los vientos de la tarde son ex-quisitos.

    Lugar ideal en la recuperacin de platillos tradicionales. As, se comparten saberes para la preparacin de alimentos, sus propiedades nutritivas y el lugar donde se producen.

    Recuentro con el maz. La mayora de los alimentos tienen su origen en el maz: tortillas,

    atole, tamales, tostadas, tacos, pozole, etc. En contraposicin con los alimentos chatarra.

  • Resistencia, articulacin y horizontes en la barranca del rio Santiago 26

    La voz de doce participantes en el proyecto, qu, cmo lo aprend y de qu me sirve para aplicarlo en mi vida.

    Que aprend Como lo aprend o como llegue a ese conocimiento

    De que me sirve lo que aprend. Cmo lo puedo

    aplicar en mi vida

    Clementina Valle Polanco

    Aprend como se clasifica la lea de manera que puedo identificar la que es adecuada para cocinar y la que no, as mismo conoc la riqueza con la que cuenta mi regin de Ixcatn en cuanto los tipos de rboles que hay descu-briendo el tipo de flor o fruto que pro-ducen, si son medicinales; como se usan y donde se dan, de otra forma tambin conoc algunas recetas que se pueden hacer aprovechando los productos que se producen en la comunidad; en fin ha sido tanto lo aprendido que no es fcil de explicar.

    A travs de la asistencia a las sesiones impartidas por las personas encargadas del proyecto; y as como la par-ticipacin de todas las que asistimos al curso pues se ha logrado con lo que ya se conoce solo que ahora se ha llevado a la prctica de ma-nera ms adecuada practi-cando lo que el asesor de la sesin indico en cada una de las sesiones como tarea para casa

    Creo que todo esto me ha servido para poder aplicarlo en mi vida, personal y labo-ral en mi hogar ya que en realidad desconoca tantas cosas y descubro como y de qu forma puedo formar parte de esas personas que se dedican al cuidado del medio ambiente, a la natura-leza, dando un uso adecuado a lo que a m me pueda ser-vir de ella. Tambin conoc como hay una gran variedad de alimentos y de qu forma los pudo utilizar para tener una alimentacin sana y saludable.

    Rosaura Santos Sierra

    Aprend las diferentes fuentes de ener-ga que existen. Y a conocer la lea como combustible la que es mejor la que ms se usa por ser ms fcil para conseguir-la, tambin la que ms se recomienda para hacer mucha brasa y echa menos humo- Tambin nos explicaron cmo se hace el carbn. Tambin conocimos sobre los alimentos de origen animal en donde se reproducen y en qu tempora-da del ao se encuentran con ms facili-dad. Tambin vimos todas las varieda-des de plantas que existen en nuestra regin algunas tienen propiedades me-dicinales. Tambin nos ensearon sobre los nutrientes que se encuentran en los alimentos como las protenas en que alimentos estn las vitaminas, minera-les, almidones, grasas, azcares y fibras ya que todo esto es necesario para nues-tra alimentacin diaria y como combi-nar los alimentos.

    Por las explicaciones del maestro Jos, las experien-cias de todas las compae-ras.

    Me sirve para saber que lea utilizar o que alimentos debemos consumir con ms frecuencia y cules son los que debemos evitar por ser dainos para nuestra salud.

  • Resistencia, articulacin y horizontes en la barranca del rio Santiago 27

    Cruz Martnez Ruvalcaba

    A cocinar con todo tipo de lea que no haga humareda a ahorrar gas, yo tena mucho tiempo que no me pona a escribir. Me gustaron los videos por-que aprend muchas cosas. Tambin aprend recetas que no saba hacer esas comidas.

    Viniendo a unas platicas dos veces por semana y convi-viendo con todas mis com-paeras. Yendo a las casas de las compaeras cada ocho das.

    Para hacer otras comidas en casa que no haca. Para aho-rrar dinero, porque el gas est muy caro. Antes me duraba un mes ahora sern ms de dos meses. Para es estar ms bien de salud muy contenta conviviendo con todas mis compaeras.

    Catalina Venegas Rosas

    Aprend todo el proceso de los rboles cuales no pueden servir para cocinar cuales nos dejan ms brasas, que tiempo nos dan para poder cocinar y sobre todo como darle mantenimiento y uso a nuestros comales, y sobre todo, con la ayuda de mis compaeras a saber cmo preparar una receta y con qu acompaarlo.

    Asistiendo al taller. Escuchando a mis compae-ras que saben, a Jos qu brbaro ya vi que si sabe.

    Para cocinar ms pronto, porque en la cocina Lorena se cuece todo ms pronto. Todo hierve bien. Torteo ms rpido que en la estufa de gas. Ahorro gas que est muy caro.

    Susana Rojas G.

    Mucho entre todo, fue conocer qu tipo de lea es mejor para cocinar. Antes de tomar el curso para m era lo mismo cualquier lea, noms que ardiera, pero ahora s que una lea hace brasa y no humea tanto.

    Viniendo a unas plticas a la bodega. Dialogando con las compaeras sus conocimien-tos. Todo tipo de energa que existe. Que el gas no tiene olor.

    Para economizar dinero, tiempo para ensear a otras personas que no saben qu tipos de lea usar, como hacer su estufa ecolgica y que ah se hace ms rpido la comida.

    Bertha Cerna Flores

    Que hay lea especial para cocinar y a tratar a mis compaeras a conocer su modo de ser. A ahorrar gas; a cono-cer todo tipo de rboles frutales que hay en mi pueblo y en qu tiempo se cosechan. Tambin plantas silvestres y medicinales.

    Viniendo a plticas con mis compaeras, con Sofa y Jos por todas las personas que me rodean me dieron esta facilidad de tener mi cocina

    De mucho porque ya no gasto gas, para conocer dife-rentes comidas para la con-vivencia que tenemos dos veces por semana, se requie-re invertir tiempo y a veces no venimos.

    Guadalupe Ortiz Saldaa

    Que lea utilizar a hacer comidas diferentes que mis compaeras nos han compartido. A usar lea ms ade-cuada. Se mas comidas que no conoca

    Llenando a los cursos que nos daba Pepe y el grupo cada quin deca lo que sabe.

    Para saber ms sobre todo los tipos de lea que hay que debo usar. Y como las plan-tas medicinales saber para cundo lo necesito para algn dolor. Para convivir con todas las seoras cuan-do tenemos las comidas en su casa para ahorrar gas, lea y tiempo.

  • Resistencia, articulacin y horizontes en la barranca del rio Santiago 28

    Susana Juregui Ruvalcaba

    A conocer diferentes tipos de lea y tipos de energa nombres de plantas medicinales, comidas diferentes.

    Viniendo a los cursos, a las plticas, con las opiniones de las compaeras.

    Como distraccin estufa. Para compartir con mi her-mana. La estufa sirve como centro de reunin familiar. Para horrar gas.

    Erika Villalvazo Larios

    A poner la lumbre a acomodar, la lea a tortear.

    A conocer diferentes tipos de lea, diferentes comidas, a convivir con las compae-ras.

    Josefina Juregui Polanco

    Yo aprend recetas de cocina. Yendo a unas plticas a la casa comunal Agapito Rico

    Para convivir con compae-ra y para saber hacer otras comidas que yo no saba.

    Flix Flores Venegas

    Con un sencillo curso aprend la ela-boracin y fabricacin de las estufas llamadas Lorena.

    Pues en lo particular bastan-te porque gracias a ello construa una propia con todos los detalles al igual que las dems y sobre todo a convivir con muchas seo-ras.

    Filomena Ruvalcaba Saldaa

    Aprend a hacer comidas con diferen-tes procedimientos a como las s ha-cer; a travs de este curso conoc las bebidas generosas como son el pul-que, el mezcal, el tejuino, tepache. Conoc qu lea hace braza, qu lea no hace, cul lea debemos usar, cul no debemos usar. Aprend a conocer los alimentos con protena como son las carnes puerco, res, ardilla-. Dife-rentes plantas medicinales, qu ali-mentos tienen vitaminas.

    Lo aprend gracias al maes-tro Jos Casillas que es una persona con mucho conoci-miento, yo llegu a conocer muchas cosas que no cono-ca

    Poniendo en prctica todo el conocimiento que obtuve en esas clases.

    Fuente: Talleres realizados en torno al proyecto del PACMYC