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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL FACULTAD DE EDUCACIÓN – PROGRAMA DE PSICOLOGÍA Y PEDAGOGÍA Presentado por: Rafael Andrés Porras Suarez Código: 2010252048 RESEÑA HACIA UNA TEORIA DEL DISCURSO PEDAGÓGICO Mario Díaz y Basil Bernstein Bibliografía: DIAZ, Mario y BERNSTEIN, Basil. (1984). Hacia una teoría del discurso pedagógico. En Towards a theory of pedagogic discourse, Vol. 8, No. 3, (C. Ossa, Trad.). CORE. A manera preliminar, ha de establecerse el marco conceptual y teórico que ofrece el sociolingüista norteamericano Basil Bernstein para el análisis del discurso, más específicamente, del discurso pedagógico. Su apuesta, del discurso como con conjunto de prácticas discursivas, tomada de Foucault (1979; 2004) es, parece ser, un inicio del enunciado y su contexto lingüístico, mas complementa su empresa con el análisis de la “gramática” del dispositivo escolar. El discurso El discurso, según Bernstein (1984), es objeto de producción y reproducción de las relaciones sociales. Su medio de adquisición es la transmisión. Toma distancia del discurso como “unidad lingüística” y “expresión de una subjetividad consciente” (p.1), y lo define como una categoría abstracta, libre de intuición e intención subjetiva que se instaura en una red de relaciones sociales complejas (p.2). De esta forma, el discurso es inherente al orden dominante social, “en el cual se ubica y se reproduce”. Por tanto, la relación entre poder y discurso. El discurso regula (y produce) al sujeto; mientras el sujeto produce las prácticas. En este sentido, el discurso construye sus objetos (tanto sujetos, prácticas como textos). El principio de enmarcación determina la ubicación del sujeto en el contexto discursivo (por eso es

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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONALFACULTAD DE EDUCACIÓN – PROGRAMA DE PSICOLOGÍA Y PEDAGOGÍA

Presentado por: Rafael Andrés Porras Suarez Código: 2010252048

RESEÑAHACIA UNA TEORIA DEL DISCURSO PEDAGÓGICO

Mario Díaz y Basil Bernstein

Bibliografía: DIAZ, Mario y BERNSTEIN, Basil. (1984). Hacia una teoría del discurso pedagógico. En Towards a theory of pedagogic discourse, Vol. 8, No. 3, (C. Ossa, Trad.). CORE.

A manera preliminar, ha de establecerse el marco conceptual y teórico que ofrece el sociolingüista norteamericano Basil Bernstein para el análisis del discurso, más específicamente, del discurso pedagógico. Su apuesta, del discurso como con conjunto de prácticas discursivas, tomada de Foucault (1979; 2004) es, parece ser, un inicio del enunciado y su contexto lingüístico, mas complementa su empresa con el análisis de la “gramática” del dispositivo escolar.

El discurso

El discurso, según Bernstein (1984), es objeto de producción y reproducción de las relaciones sociales. Su medio de adquisición es la transmisión. Toma distancia del discurso como “unidad lingüística” y “expresión de una subjetividad consciente” (p.1), y lo define como una categoría abstracta, libre de intuición e intención subjetiva que se instaura en una red de relaciones sociales complejas (p.2). De esta forma, el discurso es inherente al orden dominante social, “en el cual se ubica y se reproduce”. Por tanto, la relación entre poder y discurso.

El discurso regula (y produce) al sujeto; mientras el sujeto produce las prácticas. En este sentido, el discurso construye sus objetos (tanto sujetos, prácticas como textos). El principio de enmarcación determina la ubicación del sujeto en el contexto discursivo (por eso es posicional). El principio de clasificación selección las prácticas y textos de circulación (por eso es regulativo).

La noción código de Bernstein opera para determinar el grado de individualización del sujeto y la relación con el grado de normalización del dispositivo. Es una “ubicación ideológica” de acuerdo al nivel de diferencia de los códigos de adquisición (del adquiriente) con relación con los de transmisión (del transmisor).

El ingreso del sujeto al dispositivo escolar, entramado del discurso pedagógico, consiste en “normalizar” su ingreso e “individualizar” sus prácticas. Normalizar su ingreso significa homogeneizar su diferencia ante la gramática discursiva que reproduce el contexto discursivo. Individualizar su práctica es incorporar unos mecanismos de verificación y medición de su correspondiente adquisición de conocimiento (evaluación). Por un lado, se instaura un orden, por el otro, un saber.

El discurso es una práctica social, más que discursiva1, de la producción y clasificación de los significados dominantes. Por tanto, opera a través de agentes de control simbólico y no de sujetos individuales aunque

1 Aquí se establece la ruptura con la concepción de Foucault.

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sea a éstos donde recae directamente la coerción ideológica. El sujeto es, pues, objeto de discurso. Se convierte en categoría sistematizable.

Además, el discurso opera a través de textos. El campo de producción discursiva crea textos con el propósito de reproducir un objeto de interés político. Estos textos, creados por el campo de producción y agencias del estado, son distribuidos a los contextos de reproducción donde se fijan y reproducen las relaciones sociales (división social del trabajo). Así, la producción de una ley bajo las intenciones del estado, operado por los agentes del estado (campo de producción), que es del orden de una decisión política, se dirige al contexto de reproducción, donde se aplica, sin saber si operara bien o mal la ley, bajo el régimen del discurso pedagógico.

El lugar de producción, distinto de reproducción constituye una escinción que visibiliza la forma como opera el discurso. Éste es constituido: tiende a producirse según voces especializadas. Por tanto, en el campo de la educación, el campo intelectual, con o sin injerencia en el estado 2, tienden a producir teórica y legalmente textos como posibilidad de constituirse en voces autorizadas para emitir enunciados legitimados. Puede, contrariamente, el campo intelectual estar en desacuerdo con el discurso oficial (ideología) y apartarse para producir, bajo un discurso no oficial, discursos de orden intelectual (más que legal).

En el lugar de reproducción, llegan los discursos para constituir las prácticas, tiempos y espacios del orden legítimo. Pese a que su campo sea el reproducir, hay posibilidad que también produzcan. Por tanto, además de ser el discurso constituido, puede ser constituyente. Aunque como lo manifiesta Bernstein, “la escuela es un lugar de reproducción más que de producción”.

Principio Dominante y Discurso Regulativo General

Los principios dominantes (PD) representan los intereses particulares del estado y son agenciados por el discurso. Además, los PD regulan el campo de producción (lo que se agencia y quienes lo agencian) como el control simbólico. Éste control simbólico, operado por agentes de control simbólico, es la forma como se tramitan las practicas, conocimientos, objetos, etc., dominantes. Es decir, tramitan los significados ya que los sujetos no los producen individualmente. De esta manera, es dable señalar que los PD se relacionan (son producto de) con el control y poder por parte del Estado. Aunque, los PD también son parte del consenso de los grupos sociales que se integran al campo discursivo3.

Por su parte, el Discurso Regulativo General (DRG) es la forma como se organizan los consensos (contradicciones) y se tramita los PD política y administrativamente. Es el discurso oficial que se materializa (se produce) a través de los textos legales. Las normas, leyes, decretos y resoluciones, son formas de producción discursiva y medios de reproducción contextual. Sólo desde esta instancia se produce textos y prácticas para que sean reproducidos por las agencias de control simbólico. Por tanto, el dispositivo escolar reproduce más no produce ya que debe legitimar lo legitimado (o rebatirlo, a pesar de estar operando bajo el discurso oficial).

El efecto del DRG es legitimar un cierto consenso social (PD) y la reproducción de éste. En cierto sentido, la institución escolar es constituida a priori por un discurso oficial (primero la Iglesia, ahora el Estado). El

2 Con injerencia del estado tenemos, en el caso de la lectura, el Ministerio de Educación Nacional y la Secretaria de Educación Distrital, y como agentes, interno o externos del estado, están Fundalectura, Asolectura, Cámara del Libro, Banco de la Republica. Entidades que recientemente se han agregado externamente al campo de producción han sido las Bibliotecas Públicas y las Universidades. 3 El consenso tiene como función “transformar las contradicciones entre los diferentes grupos sociales en ‘consenso’ a través de la realización de ideologías, discursos y prácticas específicos” (p.12).

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dispositivo escolar es resultado de un aparataje discursivo de los cuerpos en un tiempo y espacio específicos. Por tanto, sus categorías, prácticas y espacios están definidos fuera de y no dentro de. Es el estado y las agencias de control simbólico quienes, a través del discurso oficial, legitiman un orden, administran un conocimiento, reproducen una cultura escolar y producen una conciencia específica.

Es dable, por tanto indicar que el dispositivo escolar produce una “subjetividad” a través del discurso y prácticas. Este discurso es el Discurso Pedagógico Oficial (DPO). Así, “estudiante” y “alfabetizar” se convierten en objetos del DPO. Son producidos por un PD, agenciado por el DRG-DRO y reproducido en el contexto escolar.

El DPO es, pues, un dispositivo de reproducción ideológica y cultural. Se constituye por un conjunto de categorías, prácticas y espacios. Las categorías, transmisores y adquirientes, son los sujetos “demarcados” en posiciones deseadas; las prácticas, instruccionales y regulativas, son los medios de reproducción del conocimiento y del orden legítimo; y los espacios, son los niveles de especialidad del sistema educativo en los que se produce/reproduce el discurso.

El DPO constituye el “universo pedagógico”. Sus funciones consisten en: determinar discursivamente las conductas; reconocer y legitimar los instrumentos y medios de organización social de reproducción cultural escolar; y legitimar e institucionalizar las prácticas pedagógicas y los espacios (p.16). En otras palabras, fija y define el qué y cómo del dispositivo escolar.

Recontextualización y contexto de reproducción

La recontextualización es la realización entre el campo de producción y el contexto de reproducción. Es primero, la selección, recontextualización y producción discursiva que legitima el campo oficial; y segundo, es la transferencia de lo producido (lo legitimado) al contexto de reproducción para que se transmita. El contexto primario, el campo de producción con los agentes de recontextualización, tienen la función de “producir textos oficiales” (p.17) y hacerlos circular al contexto secundario.

El contexto secundario es el contexto de reproducción. Este es, pues, el sistema escolar. Un lugar constituido de categorías, prácticas y sitios donde se “reproducen selectivamente los discursos educativos”. Allí llega lo “recontextualizado”, es decir, llegan los textos regulativos que instauran unas prácticas y una conciencia. Para que sea efectiva tal instauración los discursos instruccionales y los discursos regulativos operan. Los primeros, definen tanto conocimientos como competencias (habilidades) reproducibles en el campo escolar; los segundos, representan el orden dominante legítimo del discurso oficial (DRG).

El mecanismo del DPO, creación formal que Bernstein creó para analizar las relaciones de poder y control a través del discurso pedagógico, in facto entre la correspondencia de la producción y reproducción social se desdibuja precisamente por las restricciones que puede imponer uno y otro (no pasividad). Así, puede que lo seleccionado no se transmita idealmente, lo transmitido no sea adquirido y que lo adquirido no represente lo idealizado (p.23). Esto supone la tensión entre el discurso oficial y el discurso pedagógico, o entre el discurso pedagógico u otras agencias como la familia.

El contexto de reducción, el sistema educativo, se estructura por categorías y prácticas. Las categorías reflejan la división social del trabajo, es decir, ubican según su diferencia social al sujeto (transmisores y adquirientes) y las prácticas expresan las relaciones sociales de comunicación, es decir, las variaciones lingüísticas presentes en cada posición social.

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Practica pedagógica y discurso pedagógico

El discurso pedagógico, según Bernstein a pesar de ser un campo de recontextualización, “es un dispositivo dominante para la regulación de la reproducción cultural y educativa” (p.29). Dispositivo porque hace parte de una estructura implícita de la organización social. Que sea un medio de “reproducción cultural y educativa” corresponde a la legitimación del dispositivo como mecanismo de reproducción de una conciencia social derivada del PD. Así, los Discursos Instruccionales (DI) y los Discursos Regulativos (DR) son las modalidades de control del contenido (qué y cómo) y del orden social.

El campo intelectual de la educación se encarga de la recontextualización de los discursos seleccionados por el campo de producción del discurso pedagógico ubicándolo al contexto de reproducción según las demandas de socialización. En este punto del análisis, el campo intelectual produce, reproduce o transforma el discurso pedagógico.

La práctica pedagógica es una instauración de clasificación y enmarcación de categorías, prácticas y contenidos. Se relaciona directamente con los DI y los DR que cumplen el orden legitimado de reproducción por parte del discurso oficial. Así, por un lado, la practica pedagógica ubica al sujeto al condicionar su adquisición de conocimiento (determina su grado competencia/incompetencia frente al contenido simbólico). Selecciona, trasmite y evaluación las competencias y conocimiento seleccionado y circulado por el discurso pedagógico. Por el otro lado, determina la relación social entre el sujeto y le orden (el grado de control y transformación conductual).

La relación entre el discurso pedagógico y las practicas pedagógicas es que le primero fija los limites teóricos, metodológicos e ideológicos de la segunda. Así, el discurso pedagógico, constituido por principio y reglas pedagógicas (una gramática interna), produce cambios en la práctica pedagógica que se rige a tales principios y reglas. Aunque vale aclarar que puede coexistir cierta inclinación de la practica pedagógica de discrepar con la gramática interna del discurso. Pese a esta salvedad, la practica pedagógica se presupone organizada y constituida por el discurso instruccional y el regulativo.

Referencias bibliográficas: FOUCAULT, Michel. (1979). Arqueología del saber. (6ª edición). México: Siglo Veintiuno Editores S.A.________________. (2004). El orden del discurso. (1ª edición). Argentina: Tusquest Editores, S.A.